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5 claves para estar innovando

En el mundo se estima que dos de cada tres empresas usan la


innovación como un elemento diferenciador de la competencia, según
estudios internacionales publicados por Deloitte. ¿Cómo innovar?

■ El cliente: se convirtió en el elemento esencial para saber cómo


innovar. De acuerdo con Marcelo Cataldo, de TigoUne, esto implica
conocer sus necesidades, saber qué quiere y reconocer que lo quiere
de forma simple, inmediata y personalizada. Al respecto coincide Lucio
Rubio, de Codensa, quien señala que es importante hacer mantener un
diálogo con los clientes para conocerlos y, con esto, transformar las
ideas en productos y servicios adecuados para ellos.

■ La flexibilidad: transformarse hacia lo novedoso es un proceso que no


necesariamente surge para crear sino también para modificar algo. Es
por eso que puede presentarse, especialmente, en momentos de crisis
o de cambios. Según Cavin, de CBS, ahí está la necesidad de “ser
flexible y abierto, por lo que el cambio de las tendencias no debe
sorprender, sino que se debe aceptar. Hay que ser curioso aprendiendo
siempre”.

■ La cultura interna: la innovación no es posible si la misma compañía


no cree en ella. Para esto, los empleados deben estar inmersos en una
cultura en la que tengan el ambiente adecuado y las oportunidades para
crear ideas; lo cual solo es posible si se confía en ellos.
■ El error: conectado con el anterior punto, la confianza de innovar está
relacionada con el hecho de no tener miedo a fracasar. Para el editor
de CBS, “las empresas tenemos una reputación y una confianza
lograda, por lo que lo que nos va a salvar largo plazo es la habilidad de
adaptarnos a lo nuevo con esos valores ya establecidos en las mentes
de los consumidores. Así, el error es lo que crea la experiencia y
equivocarse está bien, es parte natural del proceso”.

■ La curiosidad: como parte del proceso de reinvención y que permite


considerar distintas oportunidades aun cuando parezcan extrañas o
inimaginables. Los tres panelistas coincidieron en que este rasgo es
fundamental si se quiere innovar, que es lo que facilita el camino a
nuevas ideas, al aprendizaje y al error.

La planeación empresarial

Cuando se usa la palabra administrar simultáneamente estamos


pensando en sus cuatro componentes primarios: planear, organizar,
dirigir y controlar, porque son inequívocamente partes de un todo
inseparable, de un sistema de acciones cuyo único fin es lograr los
objetivos propuestos. En la actualidad es universalmente aceptado que
la planeación es una actividad natural en el ser humano, incluso, es una
actividad inherente a los seres vivos con cerebro (Rodolfo Llinás, neuro
– científico colombiano).

Todos los estudios de la neurociencia llevan a que una de las funciones


importantes del cerebro es su capacidad de prever acontecimientos y
por lo tanto de decidir acciones ante ello. Esta es la base de la
planeación.

Máquina natural

El poseer esta máquina natural para planear ha hecho que el hombre


sobreviva al paso de los siglos y sea la clave para su desarrollo. Al
observar más detalladamente el medio ambiente en que se han tenido
que desenvolver también le ha llevado a desarrollar mayores
capacidades, de ahí los comportamientos tan diferentes, en este
sentido, entre quienes han vivido en zonas donde hay estaciones,
comparado con quienes siempre han vivido en el trópico.

Además de ser la clave de la supervivencia, hay otras razones por las


cuales la importancia de la planeación nos lleva a la necesidad de
mejorar esa capacidad:

• No improvisar permanentemente,

• Optimizar el uso de recursos,

• No estar corriendo siempre,

• Disminuir la incertidumbre para el logro de las metas,

2 Sin embargo, a pesar de ser una capacidad natural y de reconocer su


importancia, las encuestas muestran que en general las personas que
nuestra capacidad de planear bien,es muy baja.

Planeaciones

¿Cómo reconocer qué tan bien planeamos? Basta con revisar la


siguiente lista de eventos y fácilmente llegaremos a nuestra propia
conclusión.

• No se logran completamente las metas.

• Los objetivos se alcanzan en fechas posteriores a las propuestas.

• Los recursos no son suficientes o sobran.

• Deficiente comunicación a quienes tienen que ejecutar las acciones

• Se trabaja y se trabaja y no se siente que se avanza hacia la meta.


• En la ejecución hay permanentes discusiones y malos entendidos
dentro del equipo.

• Se inicia sin los permisos o aprobaciones necesarios.

• Hay reprocesos y desbarates.

• Hay muchas urgencias en el trabajo diario.

• Se hacen cosas sin saber para qué.

• Se inicia a hacer y, con el tiempo no se sabe a dónde se va.

¿Por qué no planeamos bien?

Usualmente las personas aducen falta de tiempo para planear pero,


detrás de eso, la verdadera respuesta es la propia desorganización.
Cuando nuestra vida carece de prioridades, el tiempo nos domina y no
nos alcanza para todo lo que hay que hacer, no encontramos las cosas
cuando las buscamos o los gastos superan los ingresos, la persona
indudablemente esta desorganizada y debe iniciar por ahí. Las otras
razones, si bien menos comunes pero igualmente importantes de no ser
buen planeador están en, no tener claros los objetivos, hablar siempre
sobre lo que hay que “hacer” y no sobre lo que hay que “lograr” y en el
peor de los casos, porque nunca nos han enseñado a mejorar nuestra
manera natural de planear.

¿Qué es planear?

La respuesta más sencilla pero más profunda nos dice que es elaborar
el plan para lograr un objetivo. Es decir, Planear consiste en determinar
un conjunto ordenado y con propósito de tareas o actividades, con los
recursos necesarios para lograr un objetivo, bien sea de una empresa
o de una persona. Para poder elabora un plan, lo primero que se
requiere, es tener un objetivo en mente. Aquí inician los problemas de
la planeación; definir objetivos personales o empresariales es una tarea
bien difícil, porque usualmente estamos acostumbrados a hablar, como
decíamos atrás, en términos de lo que hay que hacer, más no en
términos de lo que hay

3 que lograr. En este sentido, es necesario definir también como se


elaboran los objetivos:

un objetivo es un enunciado, una frase, clara y precisa de lo que hay


que lograr o alcanzar en un término de tiempo específico. Ejemplos:
bajar de peso 3 kilos en un periodo de cuatro meses. O, disminuir el
número de errores en un proceso, al 50% para el mes de agosto
próximo. O, mejorar el tiempo de proceso de selección de personal de
60 a 30 días durante el año en curso.

Requisitos

Como se observa, se requiere claridad sobre lo que se desea alcanzar:


bajar de peso, disminuir el número de errores, mejorar tiempo del
proceso de selección de personal. Esta claridad en el logro, es lo que
permite definir las acciones necesarias para alcanzarlo.

Por otro lado, la precisión tiene que ver con el valor a alcanzar de la
variable (meta) o del tema del que trata el objetivo, que siempre se debe
expresar numéricamente: en nuestros ejemplos 3 kilos, 50% de errores,
30 días. Adicionalmente, el período de tiempo debe también debe ser
preciso: cuatro meses, en agosto próximo, durante el año en curso, en
nuestros ejemplos. Este hecho de precisar la meta y el tiempo para
llegar a ella, es lo que nos permite definir la cantidad de acciones y de
recursos que nos permitirá que el objetivo realmente se alcance.

El segundo elemento de la definición de planeación tiene que ver con


las acciones o el “qué hacer” para alcanzar la meta. Estas acciones
pueden ser enunciadas, en principio, en una tormenta de ideas. Pero
luego es necesario agruparlas en un orden lógico de ejecución, y
asegurarse que cada una efectivamente contribuye al logro del objetivo.

Nada es menos efectivo ni más desmotivador en el momento de


ejecutar un plan, que encontrar que se hicieron acciones “antes de
tiempo” o, que una “acción debía haberse hecho al principio” y peor,
“que se hizo algo que ni siquiera debía haberse hecho”.

El tercer elemento de la planeación tiene que ver con la determinación


de los recursos necesarios para ejecutar las acciones. Un error común
de los procesos de planeación es omitir este paso. El verdadero proceso
de planeación requiere responder las 7 preguntas:

qué hacer; porqué hacerlo; quién lo va a hacer; cómo lo va a hacer;


cuándo lo va a hacer; dónde lo va a hacer y, cuánto vale.

Para terminar el proceso, es conveniente colocar todo lo anterior en un


cronograma de tal manera que sea fácil hacer seguimiento a la
ejecución. En SMS Colombia, a nuestra Unidad de Consultoría, nos
preocupamos de generar valor a su empresa.

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