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La explotación de oro en Colombia conflicto armado y efectos al medio ambiente

Publicado en: Biogenic.Colombia - 15 de Abril de 2017 Por: Adriana Arango PhD


Colombia es abundante en recursos naturales, es uno de los países mega-diversos con
cerca del 14% de la biodiversidad del planeta, uno de los más ricos en recursos hídricos y
posee de las más grandes reservas de carbón, oro y plata; sin embargo, es todavía un
país con un alto índice de pobreza (cerca del 46%). A través de los tiempos, la
explotación de oro ha sido una actividad que muchos campesinos han utilizado para la
manutención de sus familias, y es en la actualidad un tema complejo de discutir pues
abarca políticas económicas, sociales y de salud, y está también involucrado en el
contexto del conflicto armado; lo que complica más su análisis y discusión dentro de la
problemática ambiental. El objetivo de este artículo es dar una visión general de la
historia de la explotación de oro en Colombia, el vínculo con el conflicto armado y cómo la
combinación entre el incremento en la explotación de áreas mineras y explotación ilegal
pueden intensificar el daño ambiental y también a la salud humana.

Historia de la minería en Colombia y conflicto armado

Entre los siglos XVI, XVII y XVIII, lo que es ahora Colombia aportaba mucho del oro
producido para las colonias españolas; después de México y Perú, la minería en
Colombia era la tercera más importante fuente de metales preciados [1]. Los mayores
campos de explotación de oro estaban en Antioquia, Cauca y las tierras bajas del
Pacífico. A estas áreas conquistadas por los españoles, se trajeron un gran número de
esclavos africanos para trabajar en los depósitos aluviales [2]. Es así como comunidades
afrocolombianas, además de los indígenas que ya extraían oro para sus rituales, fueron
quienes se dedicaron a su extracción con fines de joyería y herramientas.

Después de la independencia de Colombia, el oro pasó a ser propiedad de la Nación y


desde entonces la minería se convirtió en un sector económico regulado por la legislación
nacional [3,4]. Luego de muchos años de explotación, mayormente por la industria,
medianos y pequeños mineros, los grupos armados pasaron a tomar parte en el negocio
de la minería de oro, ya sea extorsionando mineros y/o extrayendo oro de forma ilegal [5].
Esto ocurrió a partir de las negociaciones formales de paz entre el gobierno y la guerrilla
en 2012, donde el oro se convirtió en una actividad económica que sostenía las
organizaciones armadas. A pesar de que los grupos insurgentes (FARC y ELN) estaban
adquiriendo un promedio de USD$600 millones al año, proveniente del negocio de
cultivos ilícitos, extorción, secuestro, ganado robado, y otras fuentes; el oro también se
volvió lucrativo debido a su pequeño volumen y su alto valor. El incremento de
explotación de oro por parte de grupos armados incrementó con el aumento en el control
de cultivos ilícitos en el país. Así, la extracción de oro pasó de 47.8 ton en 2009 a 66.2
ton en 2012, cifra que se ha mantenido hasta el 2016 [6,7,8].

La abundancia de recursos naturales y la pobreza ha creado una desigualdad en la que


el conflicto armado ha jugado un papel crucial, siendo la extracción de oro una de las
mayores actividades y fuentes económicas del país. Por ejemplo, se estima que en el año
2009, la inversión en el sector minero fue de USD$3 mil millones de dólares [9]. Los
departamentos donde la extracción de oro es más prevalente es Choco, Antioquia, Valle
del Cauca, Cauca, Nariño y Bolívar donde también se encuentran áreas de cultivos
ilícitos, creando un vínculo estrecho entre éstas (Fig. 1) [5]. Aunque la minería es
regulada a nivel regional y nacional por Ingeominas y el Ministerio de Minas y Energía, el
87% de los mineros en Colombia no poseen título minero para extraer oro, y los grupos
armados han podido tomar control de diversas áreas mineras [4,5,10]. La posesión de
título minero es también controversial, pues a pesar de que éste proporciona el derecho a
explorar y explotar oro bajo regulaciones ambientales, la mayoría de mineros en
Colombia poseen muy pocos recursos para participar en la adjudicación de estos títulos
ya que son los mismos requerimientos que para mineros de gran escala, o están en
áreas rurales remotas donde no tienen acceso a las oficinas de la Agencia Nacional de
Minería, o la explotación de oro ha hecho parte de su cultura por generaciones y no
tienen en consideración participar en la adjudicación de títulos [10]. Debido al conflicto
socio-económico de muchas regiones del país, la minería ilegal es difícil de controlar, y
grupos armados (ya sean guerrilla, paramilitares o bandas criminales) se han
aprovechado de esto para saquear oro y también para apropiarse de los dividendos
producidos por la venta del oro [5]. Se estima que en Colombia la minería ilegal genera
cerca de USD$5 mil millones de dólares en ingresos/año [9]. Y aunque la minera ilegal no
está necesariamente asociada con la minería artesanal, es una actividad que no cuenta
con los estándares mínimos de seguridad industrial y ambiental [11].

Figura 1. Áreas de zonas mineras y cultivos ilícitos en Colombia en el 2014. Figura tomada de
Rettberg & Ortiz-Riomalo 2016. Con el permiso de los autores .

Extracción de oro y contaminación ambiental en Colombia


Uno de los mayores impactos ambientales de la extracción del oro es el uso de
mercurio. En el proceso de extracción, el oro se adhiere al mercurio hasta formar una
amalgama pesada que luego es fácilmente separada por calentamiento, mientras que los
vapores de mercurio son liberados al ambiente [12]. Aunque solo el 10% de mercurio
utilizado se adhiere al oro, se necesitan 9 gr por cada 1gr de oro, lo que significa que el
90% es liberado al ambiente. El mercurio es altamente contaminante debido a su
persistencia, bio-acumulación y toxicidad. Éste se deposita en sedimentos donde se
convierte en metilmercurio (MeHg), por bio-metilación de la forma inorgánica, y es en esta
forma donde finalmente es consumido por los peces, y otros organismos acuíferos, y
finalmente por la población humana [13]. Como el mercurio tiene alta afinidad por la
materia orgánica, este también puede ser absorbido en el suelo. Así, la dispersión de
mercurio en zonas cercanas a yacimientos de agua se ha convertido no sólo en un
problema ambiental y ecológico, pero también de salud; ya que el agua proveniente de
estos yacimientos también es utilizada para el riego de cultivos [14,15,16].
Colombia es el mayor importador de mercurio en el mundo (cerca de 130 toneladas/año)
y el tercero en el mundo en producir emisiones de mercurio al ambiente [10,17]. El
mercurio es el mayor causante de contaminantes antropogénicos (35% de las emisiones
mundiales) [18]; además de estar asociado, así sea en pocas concentraciones, a daños
neurológicos y también deformación fetal [19,20]. A pesar de que se conoce el efecto
ambiental y en la población humana por el uso de mercurio en Colombia, este es un
problema que aún persiste en las regiones aledañas a las zonas mineras y se está
expandiendo a varias regiones del país, debido al incremento en áreas mineras. Por
ejemplo recientemente se descubrió que en la Serranía de San Lucas (Bolívar) existen
cerca de 1.5 millones de hectáreas en minas de oro, siendo considerada la mina de oro
más grande en todo Latino América [10]. El incremento en áreas mineras no solo trae
problemas ambientales por el uso de mercurio, sino también por la deforestación causada
por la exploración de nuevas áreas para minar.

Como vemos, la extracción de oro sin ningún tipo de regulación ambiental trae
consecuencias negativas no solo para el medio ambiente, sino también para la salud
humana. Así mismo, el incremento de zonas de explotación debido a la presencia de los
grupos armados ahonda aún más en la problemática social, económico y ambiental de
nuestro país. Esta situación ha hecho que entidades como la UNEP (por su sigla en
inglés United Nations Environmental Programme) introdujeran restricciones de control
para la exportación de mercurio, incrementando el costo del mercurio. En Antioquia, por
ejemplo, el precio aumentó de US$ 35/kg en el 2007 a US$ 150/kg en el 2014,
disminuyendo así el consumo de mercurio [18,21]. Hay ahora otros procesos para extraer
el oro, que aunque no están siendo ampliamente utilizados, son menos tóxicos. Por
ejemplo el bórax, cianuro y tiosulfato entre otros, están siendo poco a poco adaptados por
mineros en algunas áreas del país [21]; sin embargo, es importante anotar que para
muchos mineros estas soluciones pueden ser menos eficientes y/o muchos mineros no
tienen conocimiento de su existencia.

Es difícil abordar todos los factores que rodean el proceso de extracción de oro en
Colombia, no solo por la situación socio-económica y política del país, o el proceso
histórico de la minería, pero también por el problema adicional por los grupos armados.
Pues con el incremento de áreas de explotación se disminuyen los dividendos para los
mineros de pequeña escala, se incrementa el uso de mercurio, y se deforestan más
áreas para la exploración y explotación de minas. Aunque no hay por ahora una solución
que abarque todas estas variables y haga posible una explotación de oro sostenible,
donde se tengan en cuenta las pautas ambientales, pero también de salud, y además
beneficiosa para la población minera quienes explotan el 60% del oro colombiano. Es
importante entender que la problemática detrás de la minería es más compleja de lo que
pensamos y que cada factor está interrelacionado, así por ejemplo, la presencia de
grupos armados afecta a pequeños y medianos mineros, lo que su vez también conlleva
a un incremento en el uso de mercurio por la explotación de oro artesanal, y por último
desencadena en efectos negativos para el ambiente y finalmente para nuestra salud.

Literatura citada

[1] Rettberg A., Ortiz-Riomalo J.F. 2014. Conflicto dorado: Canales y mecanismos de la relación entre minería
de oro, conflicto armado y criminalidad en Colombia. Informa final del proyecto Del grano al anillo: Análisis de
la cadena de valor del oro y su relación con la ilegalidad y el conflicto armado en Colombia.

[2] West R. 1952. Folk mining in Colombia. Economic Geography 28:323-330

[3] Defensoría del Pueblo. Colombia. 2010. La minería de hecho en Colombia. Defensoría Delegada para los
Derechos Colectivos y del Ambiente. Diciembre 2010.
[4] Sarmiento M., Giraldo BH., Ayala H., Uran A., Soto A.C., Martinez L. 2013. Characteristics and challenges
of small-scale gold mining in Colombia. Chapter 4. Small-scale gold mining in the Amazon. Cremers L., Kolen
J., De Theije M (Eds). Cedla Amsterdam.

[5] Rettberg A., Ortiz-Riomalo J.F. 2016. Golden opportunity, or a new twist on the resource-conflict
relationship: links between the drug trade and illegal gold mining in Colombia. World Development 84:82-96

[6] Suarez A.R. 2000. Parasites and predators: Guerrillas and the insurrection economy of Colombia. Journal
of International Affairs. 53: 577-601

[7] Rettberg A. 2015. Gold, oil and the lure of violence: the private sector and post-conflict risks in Colombia.
Report. September 2015. NOREF Norwegian Peacebuilding Resource Centre.

[8] http://www.simco.gov.co Sistema de Información minero Colombiano.


[9] Organization for Economic Co-operation and Development (OECD). 2016. Due diligence in Colombia’s
gold supply chain. Overview. Responsible Business Conduct.

[10] Güiza L., Aristizábal J.D. 2013. Mercury and gold mining in Colombia: a failed state. Univ. Sci. 18, 33-49.
[11] Fedesarrollo 2012. Impacto socioeconómico de la minería en Colombia. Informe para el sector de
minería a gran escala.

[12] Lebel J., Mergler D., Lucotte M. et al. 1996. Evidence of early nervous system dysfunction in Amazonian
populations exposed to low-levels methylmercury. Neurotoxicology 17:157-168.

[13] Marrugo-Negrete J., Benitez LN., Olivero-Verbel. J. 2008. Distribution of mercury in several
compartments in an aquatic ecosystem impacted by gold mining in northern Colombia. Arch Environ Cotarn
Toxicol, 55:305-316.

[14] Nevado J.J.B., Martin-Doimeadios R.C.R. Bernando F.J.G., et al. 2010. Mercury in the Tapajos River
basin, Brazilian Amazon: A review. Environ Int 36:593-608.

[15] Harada M., Nakanishi J., Yasoda E., et al. 2001. Mercury pollution in the Tapajos River basin, Amazon
mercury level of head hair and health effects. Environ Int. 27:285-290.

[16] Bustamante N., Danoucaras N., McIntyre N., Diaz-Martinez J.C., Restrepo-Baena O.J. 2016. Review of
improving the water management for the informal gold mining in Colombia. Revista Facultad de Ingenieria,
Universidad de Antioquia 79:174-184

[17] Cordy P., Veiga MM., Salih I., et al. 2011. Mercury contaminatino from artisanal gold mining in Antioquia,
Colombia: The world’s highest per capita mercury pollution. Science of the Total Environment. 410:154-160.

[18] Garcia O., Veiga MM., Cordy P., Suescun OE., Molina JM., Roeser M. 2015. Artisanal gold mining in
Antioquia, Colombia: a successful case of mercury reduction. Journal of Cleaner Production 90:244-252.

[19] Lebel J., Mergler D., Lucotte M., et al. 1996. Evidence of early nervous system dysfunction in Amazonian
populations ex- posed to low-levels of methyl mercury. Neurotoxicology 17:157-168.

[20] Harada M., Nakanishi J., Konuma S., et al. 1998. The present mercury contents of scalp hair and clinical
symptoms in inhabitants of the Minamata area. Environ Res Section 77:160-164.

[21] Veiga, M.M., Angeloci, G., Meech, J.A., 2014. Review of barriers to reduce mercury use in artisanal gold
mining. Extr Ind Soc 1:351-361

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