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Facultad de Humanidades
Programa de Antropología
2018
Informe final del Trabajo de Investigación
Antropólogo
Facultad de Humanidades
Programa de Antropología
2018
Vista aérea de Taganga en 1957.
Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote
vacío, siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el
arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de
harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota.
Todo en él era viejo, salvo sus ojos; y estos tenían el color mismo del mar
y eran alegres e invictos.
Agradecimientos especiales a Lina Tatiana Rubio Muñoz y Ricardo Rubio Muñoz por
su colaboración en la recolección de datos tanto etnográficos como arqueológicos, por estar
atentos y prestos a colaborarme.
Resumen
Abstract
This research report aims to ‘problematize’, as well to expose an approachment to the notion
of maritime cultural landscape. It was decided to address the change and transformation
process operated in three historical times. A mixed methodology was used combining an
ethnographical work next to an archaeological fieldwork one so as a documental support
research. The village of Taganga was chosen because it is a town that is experiencing
interesting mutations for the anthropological vision. It is concluded that there are submerged
and terrestrial cultural remains that evidence and sustain a town with maritime culture, in
which, among other things, the practice of ancestral fishing is seriously threatened.
Key words: Maritime cultural landscape, ancestral fishing, navigation, prehispanic settlement.
Contenido
Resumen ................................................................................................................................... 3
Introducción ............................................................................................................................. 15
1. Capítulo 1............................................................................................................. 16
2. Capítulo 2............................................................................................................. 24
3. Capítulo 3............................................................................................................. 31
4. Capítulo 4............................................................................................................. 37
5. Capítulo 5............................................................................................................. 94
Bibliografía............................................................................................................................. 100
Anexos................................................................................................................................... 107
Lista de figuras
Ilustración 14: Gustaf Bolinder, antropólogo sueco, realizando toma fílmica en Taganga
(circa 1920).............................................................................................................................. 83
Tabla 4: Descripción visual del área de trabajo y de la síntesis de los resultados. ....... 70
Anexo 2: Otros registros de anomalías captadas por el sonar y la ecosonda. ............ 107
Anexo 4: Dibujo en AutoCAD de líticos (pesas) para la pesca con chinchorro. .......... 110
El desconocimiento de estas formas ancestrales no permite, por otro lado, conocer los
mecanismos de adaptación que han sufrido a lo largo del tiempo. Desconocimiento que lleva a
ignorar las distintas maneras de ‘resiliencia’ cultural que habrían permitido que la pesca
sobreviviera en el tiempo a través de mutaciones y transformaciones evolutivas.
Conocer cómo la pesca ha sobrevivido implica conocer cómo han sido sus diversas
formas de ser. Es bajo este contexto que se identifica la problemática y de igual manera
surge la pregunta de investigación: ¿Cuáles han sido las transformaciones en el paisaje
cultural marítimo en la bahía de Taganga, desde la época prehispánica hasta la actualidad?
1.2. Objetivos
1.2.1. Objetivo general.
1.3. Justificación
Taganga, como territorio con historia ancestral reproduce las causas y consecuencias
de conflictos ancestrales. En el actual momento, se ha hecho notoria la conflictividad en torno
a la práctica de la pesca ancestral, la misma que teniendo papel relevante en la construcción
identitaria y cultural de la población, se ve amenazada por factores socio-económicos que han
supuesto un cambio de la realidad, de las lógicas económicas y socio-relacionales de sus
pobladores y a la vez, estos con actores foráneos al poblado.
Promover una resolución conveniente del conflicto pasa por llegar a conocerlo. Un
conflicto que comprometa prácticas presuntamente ancestrales debe atraer el interés de los
estudiosos de las ciencias sociales en aras de aportar a su mejor cauce y entendimiento.
Especialmente, el estudio de los cambios y transformaciones de las prácticas y herramientas
de una actividad ancestral y del impacto que esto ha tenido en los usos y costumbres del
territorio, permite al antropólogo o arqueólogo estudiante, la oportunidad de entrenarse en la
investigación formativa con un enfoque amplio dado por la congruencia entre las metodologías
histórico-arqueológicas con las etnográficas y sociales.
El abordaje de un conflicto que compromete una actividad ancestral practicada por una
población con identidad cultural supone la investigación y rastreo de las cadenas de causas y
consecuencias que se han ido configurando a lo largo del tiempo, por lo que esta propuesta
permite al antropólogo en formación tener la oportunidad de desarrollar un estudio mixto que
combina saberes interdisciplinares. Por otra parte, sus aportes puede contribuir a superar
parcialmente el problema de la ausencia de investigaciones sobre este tipo de conflicto que ya
se ha señalado en la literatura (Montalvo & Silva, 2009, pág. 255).
En ese mismo orden de ideas, se debe agregar que la propuesta de trabajo cuenta con
las herramientas metodológicas que le permiten aplicarse tales como las técnicas de la
arqueología terrestre y acuática sin fines extractivos ni de excavación. A esta metodología se
le agrega el trabajo etnográfico que igualmente cuenta con respaldo en la experiencia
procedimental en la disciplina.
La relevancia social de este estudio busca ser un aporte para que se tenga en
consideración la historia ancestral de una práctica, tanto para dar cuenta de su existencia y de
las distintas maneras que esta ha asumido, como para orientar las acciones que en este
momento puedan ‘normalizar’ las relaciones entre los habitantes nativos del poblado y el
entorno inmediato en el que se insertan en lógicas económicas y sociales de la región.
1.4. Antecedentes disciplinares e investigativos
Los paisajes culturales son las obras conjuntas del hombre y la naturaleza e ilustran la
evolución de la sociedad y de los asentamientos humanos a lo largo de los años, bajo la
influencia de las limitaciones y/o de las ventajas que presenta el entorno natural y de fuerzas
sociales, económicas y culturales sucesivas, internas y externas (UNESCO, 2003). Y cuando
se refiere a la cultura marítima, el paisaje cultural marítimo apela a la utilización humana del
espacio marítimo por medio de la embarcación: el asentamiento, la pesca, la caza, la
navegación y sus subculturas asistentes: transporte o manejo del farol (Westerdahl, 1992,
pág. 5).
En Colombia se han intentado algunos abordajes. Este tema ha sido tratado, entre
otros, en el estudio llamado Paisaje Cultural Cafetero, Patrimonio de la Humanidad. La
cuestión del discurso patrimonial en contraste con el paisaje de la caficultura (Mayorga, 2015,
pág. 37) en el que se realizó una comparación entre el paisaje del café, representado bajo el
discurso del Paisaje Cultural Cafetero, Patrimonio de la Humanidad, y el paisaje reproducido
territorialmente por los actores locales. Por otra parte, puede citarse el Plan de Manejo
integrado del Patrimonio Cultural Marítimo de la Armada Nacional, el cual busca iniciar un
proceso de reconocimiento, gestión y valoración del Patrimonio Cultural Marítimo en los
términos expresados por las políticas nacionales, además de proponerse el desarrollo de una
serie de acciones que garanticen el logro de las metas y objetivos propuestos en los
documentos de política pública (Garcia, 2011).
Así pues, y a la luz de esta sucinta revisión que funge como soporte de antecedentes,
el presente trabajo tiene como principal objetivo proponer y desarrollar un concepto (no nuevo,
pero sí novedoso en nuestro país) que sea útil para el estudio material y social del paisaje
marítimo, combinando los aspectos simbólicos y técnicos que se hacen presentes en su
elaboración y realización.
2. Capítulo 2
2.1.2. Enfoque.
2.1.2.1. Etnoarqueología.
Antes de exponer de qué se trata el concepto que da título a este apartado, es preciso
acotar que Carl Sauer (1925) entiende como paisaje cultural el resultado de la acción de un
grupo social sobre un paisaje natural original, a través de un agente, la cultura, y cuyo
resultado sería un paisaje cultural. Se diferencian así dos grandes tipos de paisajes, los
naturales (natural landscapes) y los culturales (cultural landscapes). (Mateu, 2014, pág. 3). El
abordaje y acercamiento al paisaje cultural compromete una visión histórica de los usos y
costumbres desplegados en el territorio. Este abordaje adopta un enfoque contextual en sus
métodos de trabajo, basados en el trabajo de campo, el estudio de la evolución histórica del
territorio y la lectura del espacio como resultado de la intervención de las diferentes culturas
que por él han pasado, y cuyos rastros son descifrables a través del propio paisaje.
Los paisajes culturales constituyen las obras conjuntas del hombre y la naturaleza e
ilustran la evolución de la sociedad y de los asentamientos humanos durante los años, bajo la
influencia de las limitaciones o ventajas que presenta el entorno natural, y de las fuerzas
sociales, económicas y culturales sucesivas, internas y externas (UNESCO, 2003). Por su
parte, cuando se refieren a la cultura marítima, el paisaje cultural marítimo invoca la utilización
y dominio humanos del espacio marítimo por medio de la embarcación: el asentamiento, la
pesca, la caza, la navegación y sus subculturas asistentes: transporte o manejo del farol
(Westerdahl, 1992, pág. 5). La relación entre el ser humano y el medio, en este caso el
marino, produce hitos y sucesos de eventos en un momento determinado de la historia pero
que se conservarán en el porvenir, y es ahí, precisamente, cuando el espacio entre el mar y el
poblado deja de estar regido por la mera geometría para estar caracterizado por la
significación.
Contrario a otros pueblos indígenas ubicados en las orillas del mar o en las cercanías
del valle del Manzanares como los Gairas, los Bondas o la comunidad asentada en
Mamatoco, el núcleo étnico de Taganga logró conservar su identidad y tradiciones de tal
modo que mientras los otros desaparecieron o fueron asimilados por la población no indígena,
estos lograron mantener su estructura familiar, las valoraciones de sus tradiciones como por
ejemplo, el usufructo colectivo de las áreas de pesca y de las ensenadas de los alrededores
según un sistema de rotaciones.
2.1.4.3. Asentamientos.
- La entrevista semi-estructurada.
- El grupo focal.
- El diario de campo.
- La cartografía social.
- La lista de observación de usos y costumbres
- El registro audiovisual.
- La medición y dibujo
- El registro fotográfico.
- La documentación.
- La prospección visual y la búsqueda circular.
- Prospección geofísica y líneas de rastreo.
- Búsqueda y detección de metales
- Grabadora
- Cámara fotográfica y de video
- Hojas de papel.
- Lápices negros y de colores.
- Marcadores y cartulinas.
Las técnicas para el procesamiento de los datos recabados en este estudio son:
COMPONENTE ETNOGRÁFICO
COMPONENTE ARQUEOLOGICO
A continuación se describen los datos recabados de acuerdo a la respuesta que dan a
cada objetivo específico de este estudio.
4.1.1. Taganga prehispánica.
(…) el territorio sagrado ancestral que circunda la SNSM y conecta varios sitios
rituales donde los Mamos realizan pagamentos según el significado de cada sitio:
desde Valledupar, Cuestecita, Riohacha, río Ancho, Taganga, Fundación y Bosconia
hasta llegar de nuevo a Valledupar. (Rodriguez, 2018).
En un texto de finales del siglo XVIII llamado La perla de la América, provincia de Santa
Marta, reconocida, observada y expuesta en discursos históricos (Juliàn, 1787), se lee:
En la América meridional entraron los conquistadores por la provincia de Santa Marta, y
fue (sic) esta la primera tierra firme que pisaron para entrar en la posesión (sic) de
grandes reinos, y proclamar al monarca de España señor de un nuevo mundo, y
glorioso rey en ambos hemisferios. Entraron en esta provincia, y la reconocieron luego
poblada de diversas gentes y naciones nunca vistas, nunca oídas (sic), y nunca
imaginadas: unas de menos, y otras de mas (sic) dura cerviz. Estaban entonces los
Indios Gairas y Tagangas, que luego dieron las manos á (sic) los españoles, y
constantes se mantuvieron con ellos en paz. (pág. 103).
Como sustento de esta idea del carácter combativo de la población local Carl Henrik
Langebaek acude a un texto de Jerónimo Lebrón de Quiñones en el cual este informa a su
majestad de las necesidades que encontró en la ciudad de Santa Marta en 1538, en este
documento se puede ver que Santa Marta aun cuando ya estaba establecida como colonia se
enfrentaba a la imposibilidad de forjar una economía consolidada que estuviera basada en la
explotación de la población indígena, debido entre otras cosas a que las relaciones de
guerras con los indios que circundaban la ciudad seguían siendo activas, siendo la situación
tan tensionante que en el documento se propone esclavizar la población nativa incluido los
niños (Langebaek, 2007). En un documento de 1571 citado por este mismos autor se sigue
reiterando la situación desesperante que enfrentaban los colonos de Santa Marta, en claro
contraste con la población indígena a la cual se describe:
En términos elogiosos; por ejemplo, el capitán Ballesteros afirma que eran “ricos” y que
en sus comarcas había “muchas y buenas tierras”, y esto por no mencionar el oro, el
cual era explotado por los indios apenas a doce leguas de la ciudad. En particular,
parecían atractivas las provincias de Pocigueica, Tayrona, Betoma y Carbón, todas
situadas en las faldas de la Sierra Nevada, no muy lejos de la ciudad (pág. 15).
Otros elementos que ayudan a entender los procesos de poblamiento de la Sierra Nevada de
Santa Marta y de sus bahías son de tipo arqueológico y en esta disciplina la historia del
poblamiento de América ha sido dividida en los periodos:
Hasta el momento sigue siendo la hipótesis más aceptada que los primeros habitantes
de la Costa Caribe Colombiana hayan entrado a este territorio hace 14.000 años, siguiendo
las manadas de animales que le servían de sustento. Para el caso que nos ocupa es
aceptado que el poblamiento de las partes bajas de la Sierra Nevada y de las bahías de
Santa Marta debió haber ocurrido en el periodo formativo, momento de la historia en donde se
combinaron actividades de la pesca, caza y recolección, y que desembocaron en la aparición
de la agricultura intensiva y la vida sedentaria.
La encomienda tuvo sus orígenes en una disposición de la reina Isabel en 1503 por
medio de la cual cada ‘conquistador’ debía encargarse de que los aborígenes de un cierto
lugar pagaran un tributo oficialmente establecido a la Corona Española, consistente en el
1 Las acciones bélicas no finalizaron en 1819 con la Batalla de Boyacá, dado que se pueden señalar
sucesos armados posteriores a este año, como por ejemplo, la Batalla de Ciénaga, ocurrida en 1820, en el
contexto de la guerra por la independencia del país.
rendimiento de servicios laborales o bienes en especie (Kahle & Gonzáles, 1979, pág. 5). La
encomienda era entonces, en un primer lugar, un sistema de control y utilización de mano de
obra, y en segundo, un mecanismo de aculturación de la población nativa, al tiempo que era
defensa militar contra posibles levantamientos de estos (Polo Acuña, 2007, pág. 33). La
encomienda era establecida como un derecho que el Rey otorgaba en favor de un súbdito
español que recibía el nombre de encomendero, y al que le era entregada la encomienda con
el objeto de que percibiese los tributos que los nativos debían pagar a la corona, en
consideración a su calidad de súbditos de esta. Por su parte, el encomendero debía velar por
el bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y
su protección, así como su evangelización.
Pero la encomienda fue núcleo de abusos por parte de los encomenderos y en general,
todo el sistema emanó en formas de trabajo forzoso o no libre y hasta semi-esclavizado,
cuando se cambiaba el pago en especie del tributo por trabajo en favor del encomendero. El
maltrato de los indígenas por parte de los encomenderos, aunado con la ‘catástrofe
demográfica nativa’ hicieron que para finales del siglo XVII la encomienda entrara en crisis
(Solano & Flórez Bolívar, 2011).
El Nuevo Reino de Granada fue la única colonia Española en que se llamó resguardos
a los pueblos de indígenas organizados una vez abolido el sistema de las encomiendas (pág.
73), y el término fue aplicado tanto a la comunidad indígena como al territorio que le fue
asignado, usualmente una circunferencia de una lengua castellana de radio trazada a partir de
la puerta principal de la iglesia doctrinera (González, 1979). El resguardo debe verse en este
contexto como una reorganización de las condiciones de subordinación establecidas por las
autoridades coloniales a los nativos sometidos, y como una reconsideración de las funciones y
de la legitimidad del estado colonial en la América hispana. En estas nuevas condiciones, las
autoridades coloniales reconstruyeron al indio mediante prácticas sociales discursivas,
legislaciones y mecanismos de ordenamiento jerárquico y territorial de las diferencias
consideradas como raciales, por lo que puede decirse que el resguardo no representaba la
cultura aborigen original, sino escenario de la recreación de la identidad étnica por medio de
una acción consciente dirigida a organizar y jerarquizar algunos elementos que cohesionaran
nuevas identidades compatibles con el sistema colonial.
La política de resguardos implicó que para el siglo XVIII las comunidades indígenas
resguardadas afrontaron los ataques de diversos sectores sociales, interesados en apropiarse
de sus tierras, como también de las políticas de reformas poblacionales llevadas a cabo por
las autoridades borbónicas interesadas en librar tierras para la agricultura y la ganadería
comercial (Solano & Flórez Bolívar, 2011, pág. 73); y solo hasta finales de este siglo en el
Caribe Colombiano fue que las autoridades confirmaron a las comunidades indígenas en la
propiedad de los territorios resguardados, lo que ayudó a la recuperación de la memoria
histórica colectiva y les dio mecanismos para resistir ante las intenciones abolicionistas (Luna,
1993).
El siglo XVIII Taganguero es un fiel reflejo de este panorama acá presentado. Durante
la Encomienda, los pueblos indígenas tributarios de Santa Marta eran Mamatoco, Bonda,
Masinga, Gaira y Taganga. Masinga pertenecía a la doctrina de Bonda y Taganga a la de
Mamatoco, por lo que los 5 pueblos conformaban 3 doctrinas (Saether, 2012). En Taganga, al
igual que en Bonda, Masinga y Mamatoco todos sus habitantes, excepto el cura, eran
catalogados como indígenas a inicios del siglo XVIII. De acuerdo a un documento publicado
por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Daniels, 2011) Taganga fue una
encomienda perlera y de pescado, además de la piedra de cal que se usaba en las
construcciones de la ciudad de Santa Marta, que en 1625 contaba con 48 indios útiles. El
ejercicio perlero en Taganga debió haber sido importante, ya que según José Nicolás de la
Rosa (1945) había un copioso ostral de perlas y criadero de coral, de mejor calidad que los de
Riohacha y dice también este autor que en 1719 el entonces gobernador de la provincia de
Santa Marta Juan Beltrán Caicedo mandó construir un fuerte llamado de San Antonio para
defender el ostral. El fuerte de San Antonio estaba situado en la eminencia de una colina de
las cuatro en que se dividen las abras de Santa Ana (véase el mapa).
Ilustración 3: Ubicación del Fuerte de San Antonio cerca de Taganga.
Tanto el ostral como la pesquería y otras labranzas fueron encomendados los indios
Taganga, y allí perdieron la vida muchos de estos (Daniels, 2011). En 1743 hubo un censo
que arrojó que para este año había solo cinco indios útiles entre los 19 y 36 años. Por esto,
podría decirse que el periodo colonial dieciochesco fue para Taganga uno de los mayores
desafíos históricos para su supervivencia: la catástrofe demográfica amerindia vino vehiculada
también por las consecuencias necesidades socio-económicas de la encomienda. La
encomienda supuso un elemento agregado distorsionador de las prácticas culturales, al
menos en la medida de que ‘obligó’ a la población indígena a dedicarse a ejercicios como el
perlero, que al parecer no era tan relevante en el periodo prehispánico.
De este periodo de la colonia existe una carta del año 1761, en la que los habitantes de
Taganga presentan ante el virrey Messias de la Zerda un memorial de agravios, debido al
maltrato que vienen recibiendo el gobernador de la provincia de Santa Marta Don Gregorio de
Rosalez Troncoso y Osorez (Daniels, 2011).
Pero a pesar del desafío poblacional que enfrentaban, los aborígenes Tagangueros
rara vez se casaban con alguien fuera de sus poblados (Saether, 2012, pág. 121), por lo que
el mestizaje no debió ser muy notorio para esas fechas. Los apellidos más comunes a finales
de este siglo son Basques (sic), Daniel (sic), Matos, Yaritama y Doy (pág. 122). Sin embargo,
Saether señala que cuando Gerardo Reichel-Dolmatoff realizó una evaluación de los apellidos
comunes en los censos de 1742 de Mamatoco y Gaira algunos podrían haber sido de origen
Tayrona, como Yaritama, pero que otros apellidos comunes circundantes a Santa Marta,
como Egui, Gui, Tete Cogua y Doy eran probablemente originarios del área del río Magdalena
(pág. 125).
Voy a cumplir 46 años, estamos hablando del 77 y 78 [años 1977 y 1978], estábamos
en plena bonanza, barcos que venían de Cuba, de Miami y de aquí de Colombia y la
orilla estaba llena de puros barcos que los pintaban de rojo y amarillo. En Taganga
había como 20 barcos que los llamaban barcos marimberos, tienen motor de base, no
existían las lanchas, puros cayucos3 con motor fuera de borda. Antes era puro motor
interno, puros cayucos y cayucos pequeños que eran los de los pescadores, puro remo,
aquí no se veía la fibra, pues venían lanchas pesqueras, yo me acuerdo que venían de
Venezuela, que pescaban por la Guajira y venían y comercializaban el pescado aquí, y
aquí provisionaban (sic) y volvían y se iban a pescar, estamos hablando de 40 años
atrás (Tejeda, 2018).
3 El cayuco es una embarcación de una pieza, más pequeña que la canoa, con el fondo plano y sin quilla,
que se impulsa y se dirige con un remo muy ancho llamado canalete (RAE, 2018).
La idea de esta transformación en la vida de Taganga y su relación con lo foráneo
también es señalada por otro participantes de este estudio, Álvaro Durán Prada, samario que
vivió varios años en el poblado entre finales de los años 1970’s e inicios de los 1980’s afirma
que para esa época:
O sea si tú te paras mirando al mar al lado derecho ha sido la zona de anclaje de puro
bongos tu sabes en la época de la marihuana era un seriado de bongos todos del
mismo color y eso fue como en los 80 (…) los bongos han existido desde hace mucho
tiempo, son botes antiguos de madera ellos mismos, los hacían ahí en Taganga con
puros fragmentos de madera para el viaje largo, tenían los bongos para pesca de 1 o 2
días, una forma económica porque eran de motor diésel, son más grandes que los
cayucos, eran los que necesitaban para ir a mar abierto a tirar nasas y palangre (Durán
Prada, 2018).
Ilustración 5: Embarcaciones 'marimberas' en la bahía de Taganga en los años 1970 llamadas popularmente
'bongos'.
Nos persiguen por tierra y nos persiguen por mar todas las entidades que tienen que
ver, por ejemplo, Parques… Parques Nacionales, Medio Ambiente (sic), Dimar, la
Armada Nacional, la Policía Nacional, todos nos persiguen. Si el pescador sale de aquí
ahí, ya es zona de Parques y no se puede pescar; si sale de aquí hay más arribita; si
toda la vida nacimos ahí, vivimos ahí, crecimos ahí, sembramos eso porque mis
ancestros sembraron todo el Parque Nacional (Mejía Fernández, 2015).
Por su parte, Erasmo Garay agrega otra situación que en su opinión es también
problemática para la pesca en Taganga. Dice este pescador artesanal que: “el turismo ha sido
una de las problemáticas más grandes que ha tenido el pescador. El turismo nos ha
desplazado, el turismo nos invade las playas” (Zaraza & Toro, 2014). En este mismo sentido
se expresa Pedro Daniels, vicepresidente de la Corporación de Pescadores Ancestrales de
Taganga:
Últimamente hemos tenido una invasión del turista, que el turismo nos trae la basura y
no se la lleva, estamos muy preocupados porque así como dejan esta basura así
también es contra el enterumpimiento (sic) con la pesca que aquí devengamos el
sustento de nuestros hijos, de aquí de la pesca como el 98 % del pueblo come de la
pesca diaria (Zaraza & Toro, 2014).
Una socia de esta corporación, Isabella Mattos concretiza que “el turista también no
respetan el cito de pesca de nosotros” (Zaraza & Toro, 2014).
Así pues, es notorio que existe un sentimiento de añoranza por la pesca artesanal y su
producido, identificándose al menos tres posibles amenazas para esta práctica, el declive de
la población de peces, la normas y leyes establecidas por Parques Nacionales que les
restringen varias zonas tradicionalmente explotadas, y la invasión del turismo.
Al hablar de pesca artesanal, es necesario definir que es, en que consiste y que
herramientas se utilizan en esta práctica, por lo tanto, la pesca artesanal es la práctica que se
realiza para capturar pez, que no utiliza tecnologías sino tan solo el conocimiento ancestral, es
decir, por medio de herramientas realizadas por ellos mismo, se pesca, se utilizan
herramientas como el trasmallo, chinchorro, Snorkel, el cayuco, estos dentro del mar y por
fuera se encuentra la garita, que es una especie de caceta ubicada en la punta de la montaña
que permite la visibilización de la panorámica del mar.
4.1.3.2. Las viviendas y las construcciones (asentamiento).
Hace mención a una cierta restricción anterior de los Tagangueros nativos que les
impedía construir en el terreno alrededor o cercano al cementerio del poblado, por lo que fue
obra de una extranjera la primera construcción que desafiaba esta restricción. Pone de
manifiesto además que la presencia del turista ha llevado a algunos Taganguero a vender sus
terrenos. Sobre el inicio de este boom turístico se hallaron, por ejemplo, aseveraciones en el
sentido de que:
En Taganga comenzó el turismo en 1984. Yo fui la persona [Erasmo Garay] que sacó a
los transportadores del turismo para Playa Grande. Fui socio fundador. Era en ese
tiempo en el año 1991, la personería jurídica de los lancheros 1134 del 26 de julio de
1991 la saqué yo en l gobernación del Magdalena (Garay, 2018).
Garay apela a sus recuerdos cuando afirma que: antes del turismo y de la ya
mencionada bonanza marimbera: “acá no se utilizaban botes, eran solo cayucos y las casas
de aquí eran de barro, de Bahareque con techo de palma, el árbol tradicional de Taganga era
el trupillo y el matarratón” (Garay, 2018). Sin embargo, en el poblado aún se conservan casas
tradicionales de las aquí descritas:
Ilustración 6: Casa tradicional Taganguera de barro Ilustración 7: Interior de una casa tradicional
y Bahareque. Taganguera.
Antes había un campo un campito de futbol, no habían (sic) casi kioscos, habían unos
cincos kioscos cuando mucho, vendían atención al turismo, pescado cerveza y eso
siempre venía turismo; buen gringo, buen americano, eso siempre ha sido un camellón,
ahora el parque es pequeñito, por donde está Sensation era un parque como de unos
70 metros y lo demás era arena. La zona para bañarse siempre ha sido el pie cerro
(Tejeda, 2018).
El muelle fue después, hace como unos 25 años, era para que el turismo abordara las
anchas desde el muelle y las lanchas pesqueras. Eso se ha perdido también.
Pesqueras de pargo porque duraban de 12 a 14 días en la Guajira provisionaban (sic)
el hielo y todo lo que era el agua, provisionaban ahí en el muelle. Lo tumbó un mar de
leva que hubo aquí en Taganga hace años y acabó con la flota de barcos marimberos,
los bongos. Eso fue como a las 8 de la noche, esos barcos se partían unos con otros.
Palma de coco no había, no había supermercado. Habían (sic) solo 2 tiendas en esos
tiempos (Tejeda, 2018).
No existía el camellón, era pura arena. La gente vivía de la pesca, No había turismo;
había un hotel, La Ballena Azul, estaba apenas empezado. La gente se rebuscaba con
la pesca, en la bahía habían sembrado trupillos, la gente charlaba sobre la pesca en la
bahía, antes era un pescado fresco, las mujeres de los pescadores vendían el pescado.
El camellón lo hicieron como en el 85 más o menos, para el 90 o 91 le hicieron una
reforma al camellón con kiosquitos. Todas las rutas eran para pesca; en Bonito Gordo
tenían ganado, cerdos, en aquellos tiempos criaban los animales ahí. De Aruba
llegaban lanchas más grandes: mucha gente de Margarita e indios venían a buscar
trabajo para navegar; como conocían todo de allá. Trajeron lanchas la Mery, una lancha
Venezolana de madera motor bajo borda, lancha pesquera para 15 días en el mar. El
transporte marítimo no existía, después llegó (sic) los motores fuera de borda, las
herramientas, anclas de hierro, las pesas para los chinchorros las hacían ellos mismos
en la orilla de la playa con un hierro para los pesos, para el chinchorro y le daban en la
orilla de la playa con un hierro en un solo punto, golpecitos y el agua iba mojado hasta
que hacia un hueco y luego por el otro lado hasta que se encontraban los dos puntos y
esa piedra era grande que la cogían del mismo mar que ya estaba redondeada, no
tenía que tener filo porque daña el chinchorro, la navegación ha sido ancestral (Durán
Prada, 2018).
El campo de trabajo (la Bahía de Taganga) se tiene una playa de dirección N 10° W,
constituida en su mitad norte por arenas de grano fino a medio con cuarzo, feldespato,
hornablenda y minerales pesados. El segmento sur de la bahía se caracteriza por un material
compuesto de guijarros angulosos, cuyo tamaño varía de 2 a 3 cm y representan fragmentos
de rocas metamórficas. Los guijarros están recubiertos por algas verdes, debido a que la baja
energía del oleaje favoreció su crecimiento. La inclinación del frente de playa es de unos 5° y
su amplitud de 1.5 m (Marriaga, 2009).
Vale agregar que una ecosonda es un instrumento para detección acústica utilizado
para medir la distancia existente entre la superficie del agua y objetos suspendidos en ella o
que reposan en el fondo. El modelo a utilizar fue el Lowrance HDS-7 Gen 3 Insight USA
Fishfinder/Charplotter With Structure 3D Tranducer And Module Bundle, este modelo presenta
lo último en tecnología con CHRIP sonar y StructureScan, el cual presenta una alta definición
y resolución en la imagen. Un sonar de barrido lateral es una vista lateral del fondo usada por
el ecosonda; en este caso estuvo programada en 455 MHz. En relación al funcionamiento del
equipo, el descrito rastrea cada columna de agua en alta frecuencia a través de un barrido
acústico lateral y ortogonal a la línea de navegación. El principio general del funcionamiento
del sistema está dado por la emisión-recepción de ondas acústicas a través de los
transductores, con una frecuencia característica hacia el fondo marino, las cuales lo zonifican
detectando obstáculos en la columna de agua; estos obstáculos pueden ser estructuras
sumergidas, pecios, obras marítimas, portuarias y de cableado. Pero a la vez que registra este
tipo de elementos
Para la inspección visual cabe anotar que esta se llevó a cabo mediante la creación de
corredores, los cuales consistieron en la proyección y establecimiento de una serie de líneas
base paralelas a la línea de costa con el propósito de inspeccionar el área metódicamente a
través de un detector de metales modelo Minelab Excalibur II, el cual tiene un sistema de
detección banda ancha Spectrum tecnología (BBS).
10
11
13
14
15
16
18
FIBRA
NATURAL Y NASA BUENO ALTO
METAL
19
20
21
COMETIDA
PBC SANITARIA DE BUENO ALTO
LOS BAÑOS
PUBLICOS DE
TAGANGA
22
CAUCHO LLANTA REGULAR ALTO
23
24
27
28
30
32
34
35
Por otro lado, las imágenes siguientes dan cuenta de la labor realizada con el ecosonda
y con el sonar:
Tabla 4: Descripción visual del área de trabajo y de la síntesis de los resultados.
En estas imágenes se describen diversos elementos del trabajo. En la que está ubicada
en el extremo superior izquierdo se da cuenta de los ancones de pesca identificados por los
participantes y donde se aplicó el sonar de barrido lateral y el ecosonda. La del extremo
superior derecho expone las variaciones en la profundidad en la costa correspondiente a la
misma área descrita en la foto precedente, los tonos rojos indican poca profundidad (alrededor
de 1,8 m, mientras que los tonos azules indican mayor profundidad (alrededor de los 25 m).
La imagen del extremo inferior izquierdo indica, de acuerdo a la variación de colores, las
variaciones en el tipo de fondo marino hallado (los tonos azules indican fondos marinos duros
o rocosos, mientras que los tonos verdes o claros indican fondos marinos blandos o
arenosos). La imagen del extremo inferior derecho da cuenta de la región en la que se pasó el
sonar, es decir, el rastro del sonar y del ecosonda.
Pero aún con este estudio inicial no se puede descartar o desconsiderar la hipótesis de
la ocupación prehispánica de este poblado, así como lo demuestran las prácticas de pesca y
navegación que son consistentes con las prácticas de otras zonas del Caribe. Conviene
agregar a esto que el terreno mismo en el que se asienta, es decir, la configuración local del
paisaje (considerando la antigua existencia de tres quebradas) hace de este un territorio
idóneo para el establecimiento de asentamientos humanos, dado que existe disponibilidad de
recursos, además de buena visibilidad del entorno.
Para dar respuesta al tercer objetivo específico fueron visitados la Fundación Centro
Cultural y Turístico Casa del Patrimonio de Taganga, que funciona como museo del poblado,
y el Laboratorio de Arqueología de la Universidad del Magdalena. En estos lugares la tarea
consistió en dar cuenta de la existencia de material prehispánico registrado en la ciudad sobre
el área de interés. Este material se muestra a continuación:
Tabla 5: Registro arqueológico existente sobre el área de interés.
2 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: otra
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L797 del para el Pulida.
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 3,4
Ancho (cm): 14,6
Diámetro (cm): 24,1
Peso (Gm): 0065
Color: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos : 2
Estado conservación:
Buena
3 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: otra
Técnica de manufactura:
L794 Universidad Disco o pesa Pulida
del para el Altura (cm): 8,4
Magdalena. chincorro. Ancho (cm): 6,37
Diámetro (cm): 37,3
Peso (Gm):1,715
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Buena
4 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
Pulida
Universidad Disco o pesa Altura (cm):
L795 del para el Ancho (cm):
Magdalena. chincorro. Diámetro (cm):
Peso (Gm):
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Estado conservación:
Buena
5 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
L792 Universidad Disco o pesa Pulida
del para el Altura (cm):
Magdalena. chincorro. Ancho (cm):
Diámetro (cm):
Peso (Gm):
Color predominante:
Marrón Decoración
predominante: Ninguna
Estado conservación:
Buena
6 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Universidad Disco o pesa Forma: otra
L787 del para el Técnica de manufactura:
Magdalena. chincorro. pulida.
Altura (cm): 1,5
Ancho (cm): 12
Diámetro (cm): 34,8
Peso (Gm):0,295
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
7 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
L785 Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm):
Ancho (cm):
Diámetro (cm):
Peso (gm):
Color predominante:
Marrón Decoración
predominante: Ninguna
Estado conservación:
Buena
8 Estilo arqueológico o
Cultural: tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: otra
Técnica de manufactura:
Universidad Disco o pesa pulida.
L783 del para el Altura (cm): 5,6
Magdalena. chincorro. Ancho (cm): 12,2
Diámetro (cm): 36,5
Peso (gm): 0,945
Color predominante: gris
Decoración
predominante: ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
buena
9 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
L782 Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 1,6
Ancho (cm): 7,7 Diámetro
(cm): 21,5 Peso (gm):
0,115
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
10 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
Pulida
Altura (cm): 2,3
Ancho (cm): 10,1
Diámetro (cm): 31,4
Universidad Disco o pesa Peso (Gm): 0,300
L781 del para el Color predominante: Gris
Magdalena. chincorro. Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
11 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
Pulida
Universidad Disco o pesa Altura (cm): 2,2
L780 del para el Ancho (cm): 12,8
Magdalena. chincorro. Diámetro (cm): 38,9
Peso (Gm): 0,545
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
12 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
Universidad Disco o pesa Pulida
L 779 del para el Altura (cm): 2,7
Magdalena. chincorro. Ancho (cm): 9,8
Diámetro (cm): 30.8
Peso (Gm): 0,445
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
13 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Universidad Disco o pesa Forma: Otra
L793 del para el Técnica de manufactura:
Magdalena. chincorro. Pulida
Altura (cm): 6,4
Ancho (cm): 24,2
Diámetro (cm): 74,7
Peso (Gm): 5,400
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
14 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L776 del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 3,1
Ancho (cm): 15,4
Diámetro (cm): 43,5
Peso (Gm): 0,995
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
15 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Otra
Técnica de manufactura:
Universidad Disco o pesa Pulida
L784 del para el Altura (cm): 3,2
Magdalena. chincorro. Ancho (cm): 13,8
Diámetro (cm): 40,3
Peso (Gm): 0,840
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
16 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
Sin fecha
Forma: Circular
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L58 del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 4.0
Ancho (cm): 9,8
Diámetro (cm): 21,5
Peso (Gm):
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Regular
17 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Circular
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L57 del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 2,2
Ancho (cm): 6.0 Diámetro
(cm):
Peso (gm): 0,605
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
18 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Circular
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L47 del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 2,8
Ancho (cm): 8.0 Diámetro
(cm):
Peso (gm): 0,205
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
Estilo arqueológico o
19 Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Forma: Circular
Universidad Disco o pesa Técnica de manufactura:
L46 del para el Pulida
Magdalena. chincorro. Altura (cm): 7,7
Ancho (cm): 6,4
Diámetro (cm):
Peso (gm): 0,420
Color predominante:
Marrón Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
20
No se pudo analizar ni
Sin número Casa del Antiguo describir porque el
de registró patrimonio de cayuco de museo casa del
Taganga. caracolí patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
21
Casa del No se pudo analizar ni
Sin número patrimonio de Discos o pesas describir porque el
de registró Taganga. para el museo casa del
chincorro. patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
22 Sin número Casa del Trasmallo con No se pudo analizar ni
de registró patrimonio de fibra de describir porque el
Taganga. majagua. museo casa del
patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
23
No se pudo analizar ni
Sin número Casa del Disco o pesa describir porque el
de registró patrimonio de para el museo casa del
Taganga. chincorro. patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
24
No se pudo analizar ni
Sin número Casa del Disco o pesa describir porque el
de registró patrimonio de para el museo casa del
Taganga. chincorro. patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
25
No se pudo analizar ni
Sin número Casa del Disco o pesa describir porque el
de registró patrimonio de para el museo casa del
Taganga. chincorro. patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
26
No se pudo analizar ni
Sin número Casa del Objeto describir porque el
de registró patrimonio de relacionado museo casa del
Taganga. con el patrimonio de Taganga
sustento no me dio la autorización.
marítimo.
27
No se pudo analizar ni
describir porque el
museo casa del
patrimonio de Taganga
no me dio la autorización.
Sin número Casa del Objeto
de registró patrimonio de relacionado
Taganga. con el
sustento
marítimo.
28
No se pudo analizar ni
Objeto describir porque el
Sin número Casa del relacionado museo casa del
de registró patrimonio de con el patrimonio de Taganga
Taganga. sustento no me dio la autorización.
marítimo.
29 Estilo arqueológico o
Cultural: Tayrona,
Período: Tardío
Cronología aproximada:
1600- 1200 A. D.
Sin número Francisco Objeto forma: Otra
de registró Martínez relacionado Técnica de manufactura:
con el Pulida
sustento Altura (cm): 25,4
marítimo. Ancho_(cm): 20,3
Diámetro (cm):
Peso (gm):
Color predominante: Gris
Decoración
predominante: Ninguna
Número de elementos: 1
Estado conservación:
Bueno
Las piezas que se presentan en esta tabla son de dos tipos: las que poseen registro
ante el ICAHN y las que no. Las primeras son todas provenientes del laboratorio de
arqueología de la Universidad, las segundas son todas provenientes de la casa del
patrimonio. En esta casa se aduce que las piezas están en proceso de registro, aunque no se
presentó evidencia que lo respaldara.
Las pieza numeradas con el 25, 26 y 27 que también carece de registro, ese tipo de
ancla que ya no es frecuente, quizás inexistente en las herramientas actuales para la pesca.
Se trata de un monolito con una perforación que la atraviesa. Esta pieza permite inferir cómo
eran las anclas antes de aparecer las actuales hechas de hierro forjado. Estas anclas
monolíticas se presume son muy antiguas, pero lo principal es que evidencian que la
navegación es una práctica con larga data en el tiempo en esta región.
Para dar respuesta al cuarto objetivo Describir los hitos y procesos de transformación
hallados en el paisaje cultural marítimo a la luz de los datos recabados se pasan a revisar
elementos de invariancia y transformación ocurridos en el poblado en referencia a la
embarcación, a la pesca y al espacio geográfico.
4.1.6.1. Paisaje cultural marítimo.
4.1.6.1.1. Invariancia y transformaciones del cayuco.
Ilustración 13: Faena de pesca en las playas de Ilustración 14: Gustaf Bolinder, antropólogo sueco,
Taganga. realizando toma fílmica en Taganga (circa 1920).
(…) el cayuco se hacía con un árbol que se conseguía en la Sierra llamado caracolí, se
cavaba rudimentariamente y habían (sic) personas especializadas en sacarle lo que es
la proa y la popa (Garay, 2018).
La presencia del cayuco de caracolí ha sido tan patente en el Caribe, y en el caso que
interesa a este estudio, en el Caribe Colombiano, que en un texto de reciente publicación,
que narra las ‘exploraciones’ etnográficas de los franceses Joseph de Brettes y Georges
Sogler por el norte de Colombia entre los años 1892-1896, se dice que entre sus
apreciaciones dejaron consignado que:
Fuente: Rodrigo Martínez, registro personal. Fuente: Rodrigo Martínez, registro personal
Por otro lado, vale resaltar que una característica histórica del cayuco fue que este era
impulsado por remos de palas especialmente anchas llamados canaletes. El remo es uno de
los métodos más antiguos de propulsión de una embarcación en el agua, no obstante, el
periodo que en este estudio se ha llamado republicano actual es escenario de una profunda
transformación en las artes y técnicas de navegación de este poblado, que como ya se
mencionó en otro apartado más arriba, consiste en la introducción del motor.
No obstante, su inclusión fue gradual y no intempestiva; una imagen de los años 1970’s
sugiere que aún se conservaba para estas fechas el uso del remo:
Ilustración 19: Embarcaciones en la bahía de Taganga en los años 1970's.
El motor seguía siendo escaso a inicios de esta década de los 70’s no obstante, se
recoge en algunas entrevistas que esta herramienta es una herencia de la bonanza. Vale
también mencionar otro elemento de transformación en la embarcación de este poblado
marítimo: la fibra de vidrio.
Desde tiempos lejanos es sabido que los pescadores artesanales de Taganga utilizan
embarcaciones construidas con árboles de caracolí y ceiba e impulsadas a canalete. De esta
afirmación se ha dado respaldo una sección anterior, y a partir de ella se puede sostener que
el remo y el cayuco el medio para la realización de largas travesías desde y hacia Taganga,
transportando toda clase de alimentos y encomiendas como yuca, plátano, coco, entre otros,
cuando no existían muchas vías terrestres. Sin embargo, con el tiempo los recursos naturales
tienden a deteriorarse y a desaparecer, cuando no se hace un uso sostenible y responsable
de ellos.
Este hecho salió a relucir en el trabajo etnográfico en boca de Erasmo Garay, quien al
respecto señaló que:
Hoy en día nosotros se ha optado (sic) al cayuco de fibra parecidos al de madera pero
son de fibra, como los que estaban allá en la playa donde estábamos porque es que ya
el Medio Ambiente, el Ministerio de Medio Ambiente ya no deja cortar los grandes
árboles que son milenarios para hacer botes, ya entonces con el Ministerio de
Agricultura nosotros los pescadores de aquí de Taganga metimos un proyecto para que
nos dieran botes de fibras de vidrio y esos son los que utilizamos nos dieron 10 botes y
esos son los que estamos utilizando (Garay, 2018).
Ilustración 20: Ancla encontrada en el fondo de la Ilustración 21: Pieza de fondeo encontrada en el
bahía aprox. 8 metros de profundidad. fondo de la bahía aprox. 8 metros de profundidad.
Fuente: Eduardo Roa, registro personal. Fuente: Eduardo Roa, registro personal.
No es interés de este estudio, ni de los alcances de este objetivo datar las piezas
encontradas, sino sugerir a partir de ellas los usos y costumbres que han tenido su escenario
en esta bahía desde un periodo de tiempo largo.
Para dar cuenta del conjunto de transformaciones se cita al mismo Erasmo Garay quien
ha ofrecido un panorama bastante amplio a este respecto:
Los primeros chinchorros que existieron en este pueblo eran de un árbol que se da en
esta serranía que se llama majagua y los Chinchorros se hacían con majagua. Esa
penca es como el fique. Esa penca se saca, la penca se tira al sol, se le da con un palo
y se iba hilando y se iba pegando como la lana y ahí se fabricaban los chinchorro de
antes; después cambió al Fique y después fue cambiando al Cordel, que es con se
bala el trompo; bueno, con ese hilo y ahora nylon que se fabrica en Medellín (…) las
piedras no han variado, eran piedras agujeradas por los indígenas de las cuales en los
hallazgos indígenas que se han realizado en Taganga se han encontrado en muchas
piedras agujeradas por los indígenas, yo tengo piedras en mi chinchorro indígenas y
nosotros las hacemos rudimentariamente con un pico de hierro, las fondeamos y las
sacamos del mar y la vamos agujerando pero la piedra el pescador debe saber cuál es
la piedra suave y cuál es la piedra dura que se puede fondear con el pico (Garay,
2018).
Debe tenerse en cuenta que en la sección anterior, cuando se reportaban los hallazgos
arqueológicos presentes en los museos locales, se daba cuenta de una muestra de chinchorro
de majagua, por lo que el comentario transcrito viene a ser confirmación de la pieza
museológica existente.
La pesca hace parte del acervo cultural de esta localidad, pero no es estática, sino que
cambia y se transforma, no obstante, esta práctica se expone a una gran amenaza al ser
considerada una actividad identitaria que viene en proceso de desgaste; unos pescadores
atribuyen esto al agotamiento en la población de peces que ya no hace viable en muchos
sentidos la pesca, otros atribuyen la amenaza al advenimiento del turismo.
En estos resultados ha querido darse una visión global de los procesos culturales de
cambio y transformación de un poblado marítimo, y se ha encontrado que aun cuando el
espacio geográfico es reducido, los cambios han sido significativos y variopintos. Como todo
cambio, genera resistencia y conflicto, pero es también una oportunidad de adaptación
cultural. Ninguna cultura es estática y este trabajo ha comprobado que toda realidad cultural
es siempre un proceso de reconstrucción y reconfiguración.
5. Capítulo 5
5.1. Discusión
Este trabajo de investigación se guio por la pregunta: ¿Cuáles han sido las
transformaciones en el paisaje cultural marítimo en la bahía de Taganga, desde la época
prehispánica hasta la actualidad?, y alrededor de ella se estructuró un conjunto de objetivos
específicos que harían operativa esta pregunta. Dar respuesta a los objetivos que fueron
propuestos en este estudio exigió una labor de investigación compuesta de diferentes
momentos y estrategias de aproximación al objeto de interés. Se realizó una labor mixta de
arqueología (terrestre y subacuática) y etnografía en busca de reconstruir el pasado y
presente del acervo cultural de una población que presenta en la actualidad un dualidad
identitaria, toda vez que en la visión propia de sus pobladores nativos, ellos son un pueblo de
pescadores ancestrales, mientras que en la opinión de los que no son originarios de este
poblado, Taganga es principalmente un destino turístico. Esta ambigüedad en la identidad de
un asentamiento ancestral necesariamente debe interesar al estudioso de la cultura y de la
antropología.
Los dos componentes de la labor investigativa no fueron una simple suma de datos de
distinta naturaleza, sino que entre ellos se buscó establecer una reciprocidad en sus
propósitos e ideas orientadoras. En ocasiones lo hallado en la inspección arqueológica guío
los objetivos puntuales de la labor etnográfica, y en otras fue la etnografía la que indicó hacia
dónde observar en la labor arqueológica. Incontrastable es, en el contexto de la dualidad
anteriormente referida, que tanto la etnografía como la arqueología indicaron siempre el
carácter marítimo de la cultura local. Se afirma, pues, que en referencia a Taganga, existe
evidencia tanto arqueológica como etnográfica que da cuenta de que se ha desarrollado en la
historia y que existe en la actualidad (y que presuntamente seguirá existiendo) una cultura
marítima. Taganga es un pueblo marítimo.
Decir esto implica reconocer al menos un hecho observable por todas las personas que
se encuentren en la bahía de esta población: la presencia de embarcaciones que permiten la
navegación, e implica también identificar algunas otras claves observando con más atención
como que en esta bahía también existe un importante y significativo comercio alrededor de la
pesca. La cultura marítima (la navegación) sigue al bote y a su tripulación, incluso estando en
tierra (Westerdahl, 1992). La maritimidad de un pueblo es condicional, es decir, es un factor
cultural. Aun si el poblado se encontrara a la orilla del mar, si en sus pobladores no se
evidencian inquietudes marítimas, no existe en él una cultura marítima. Lo marítimo no reside
en el mar, sino en la interacción que con él establecen los que viven en su orilla. En Taganga
se constata una cultura marítima, no solo por la presencia de la embarcación destinada para
la pesca y la navegación, sino por el testimonio de sus habitantes quienes evidencian ser
poseedores de una serie de saberes, técnicas, herramientas, anécdotas, relatos, discursos,
historia de vida y de familias asociados estrechamente al mar.
Hablar de este tipo de filiación pasa por reconocer lo que muta y lo que permanece.
Algunas cosas permanecen en el tiempo, al menos sobresalen en los tres periodos históricos
aquí tomados como referencia, y entre esas sobresale la maritmidad de Taganga y su
vocación pesquera. Taganga era marítima en el periodo prehispánico, lo era en el siglo XVIII y
lo es actualmente. Por lo menos en estos dos últimos periodos
Pero la presencia del turismo es una presión constante. Los recursos del pueblo son
escasos, el agua es poca. El turismo genera basura, pero las responsabilidades deben ser
equilibradas. Tampoco hay un plan de gestión ambiental eficaz para el pueblo.
Esta investigación se guio por la pregunta sobre si Taganga es una población pesquera
o un destino turístico. La respuesta es fácil en los tiempos actuales, pero incierta a futuro.
Muchas limitaciones de recursos y de tipo documental impidieron poder explorar aún más,
pero como ejercicio formativo permitió ensayar lo aprendido en este ciclo en la experiencia de
la antropología.
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Coordenadas
Método DD.mm.ss (WGS84)
Tipo Tipo de Profundid
Objetivo Verificació Observaciones
Anomalía Lat. Long. Fondo ad (m)
n
Huso
(N) (W)
Anomalía Acústica Buceo 18P 11,16,060 74,11,740 Arenoso 11M Se observa una anomalía de
aproximadamente 15M, es
SSS 1 un náufrago moderno.
Anomalía Acústica Buceo 18P 11.16.037 74.11.740 Arenoso 7M Fondo irregular, anomalía
correspondiente a un
SSS 3 fragmento de una ancla de
hierro.
Anomalía Acústica Buceo 18P 11.16.228 74.12.214 Arenoso 8M Trampa de nasa para la
pesca, de forma tubular se
SSS 6 encuentra semi enterrada,
buena visibilidad.
Anomalía Acústica Buceo 18P 11.16.230 74.12.275 Arenoso 7M Esta anomalía contiene una
piedra amarrada con una
SSS 7 cuerda se relaciona con las
herramientas de navegación,
puede ser un ancla
improvisada o un tipo de
fondeo artesanal.
Anomalía Acústica Buceo 18P 11.17.211 75.12.175 Arenoso 8M Esta anomalía contiene una
piedra amarrada con una
SSS 9 cuerda se relaciona con las
herramientas de navegación,
puede ser un ancla
improvisada o un tipo de
fondeo artesanal.