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Uno no debe atarse a las personas o a los deseos, así su corazón no podrá ser roto.

“Jonathan López”

Licenciada, compañeros, estimado público en general.

¿Amor o interés?

Un mundo de adultos responsables, conscientes de que son creadores de su propio destino y por ende libres
para tomar decisiones que afecten o beneficien nuestra vida. Y así Jorge Bucay nos afirma que:

“El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es”.

El amor es un sentimiento inexplicable que muchas veces logra cambiar el rumbo de nuestra vida. Existen
varios tipos de amor y haremos énfasis en uno de ellos, el más vulnerable, el amor por interés, el mismo que
se acaba en un dos por tres debido a factores como la presencia de una tercera persona, que aparece por la
carencia de seguridad emocional, por la rutina y por la satisfacción rápida del mismo interés.

Cuando pensamos en amor, nos viene la idea del amor romántico y perfecto que todos dibujan; y no nos
ponemos a pensar en que no somos los únicos en este mundo. En una situación en la que dos personas
dicen amarse, pero de distinta manera, es fácil que, cuando llegue otra persona a la historia, una de ellas se
cautive con su presencia; si una persona dice amar a otra, pero es simple interés, se encuentra amenazado
cuando su pareja está dispuesta a brindarle amor desinteresado a su ícono de interés.

Además, cuando el amor es interesado, ignora los sentimientos del otro preocupándose por sí mismo hasta
convertirlo todo en una rutina o incluso en un negocio. No existe el afán de experimentar sensaciones nuevas
o agradables y entonces tratan de buscar ese amor en otras personas, sin pensar si quiera en su pareja o en
lo pudiera sentir, inclinándose a la infidelidad o el engaño.

Incluso, en muchas ocasiones tienden a confundir el amor con un deseo material o pasional, dando lugar a un
ambiente en el que existe solamente avaricia y lujuria. Buscan una satisfacción rápida dejando a un lado el
verdadero sentimiento, para sentir de manera egoísta, el placer propio. De manera involuntaria, uno se ciega
cuando el amor gana a la razón.

En conclusión, la sociedad debe crear un vínculo muy fuerte entre la naturaleza social y amorosa de hombre,
pues el amor es la única respuesta satisfactoria de la existencia humana. Un sentimiento ideal que a la vez
nos pone en situaciones inimaginables.

Somos un consciente propio, pero dependiente de otro.

Señoritas y señores, muchas gracias.

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