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Capítulo I

Lejos del océano, donde el agua era mas azul que el cielo podría alguna vez ser y profundo, más
profundo que el edificio más alto en el mundo, apilados uno encima de sí mismo muchas veces,
existía una vida más allá de la imaginación humana, fría y cruel, pero dulce y hermosa. Peces,
grandes y pequeños, de todo tipo y tamaño y color, se deslizaban en el agua cristalina, al igual que
los pájaros vuelan en el cielo azul.

Y aunque había una gran belleza para ser encontrada, también había un gran peligro, porque
muchos depredadores vivían en el mar. Al igual que había tigres y lobos vagando por la tierra en
busca de carne para comer, había grandes tiburones crueles y hambrientas barracuas y voraces
anguilas en busca de sangre. Y en ese lugar de gran peligro y belleza, vivía un muchacho, no un
muchacho con pies o piernas, pero un muchacho igualmente.

Era un muchacho tan hermoso como cualquiera podría imaginar, su piel tan adorable y delicada
como pétalos de rosa, sus ojos azules como el mar más profundo; pero, a diferencia de los
muchachos que vivian en la tierra, este joven no tenia pies, y su cuerpo terminaba en una cola de
pez. Su cola larga y preciosa y reluciente. Ella reflejaba la luz y brillaba con un resplandor azul,
como si estuviera rodeado por el aire desde arriba, a través de cual el cielo azul brillaba, en lugar
de las oscuras profundidades del mar. Cerca de la superficie, ella centelleaba como un diamante
brillante, tomando el sol y reflejando todos los colores del arcoíris. Era fácil de ver, incluso desde
muy lejos, lo cual era la razón por la que el brillante joven no debia estar cerca de la superficie del
agua.

Pero él estaba en la superficie. Una vez más.

JiMin miró a su alrededor con aire de culpabilidad, encorvando los hombros delgados alrededor de
sus orejas. El chico sabía que no debía estar allí; su abuelo le había advertido muchas, muchas
veces que existen depredadores mucho más peligrosos vagabundeando la superficie del océano
que incluso aquellos que vivían en sus profundidades. Las sirenas habían sufrido durante mucho
tiempo de los depredadores de las profundidades y las aguas poco profundas. De hecho, había
muy, muy pocos de su tipo que quedaban. JiMin era muy consciente del peligro de subirá la
superficie. Y, sin embargo, él simplemente no podía permanecer lejos. Él no podía.

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