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Este tema procede de la web de HistoriaSiglo20.org, que contiene todos los temas de
Historia de España, además de muchos materiales sobre el siglo XX español, europeo y
mundial. He incluido algunos de los hipervínculos (los mapas), pero podéis desplegar
todos los demás, pues los he dejado en el texto original. Algunos de estos hipervínculos
no funcionan ya por haber desaparecido la web de donde proceden esto es lo que tiene
Internet, por ello os recomendamos que siempre que encontréis material de interés en la
web, lo bajéis y guardéis en el disco duro de vuestro ordenador, porque es posible que
dentro de unos meses o un año ya no esté disponible.
URL: http://www.historiasiglo20.org/HE/1.htm
El proceso de hominización en la
península ibérica: nuevos hallazgos
La Prehistoria es el período más antiguo de la Historia y su estudio abarca desde el origen del
hombre hasta la aparición de la escritura. En los últimos tiempos se ha avanzado de forma
considerable en el conocimiento de este largo y oscuro período. La extensión de los estudios
arqueológicos y los adelantos científicos que permiten un sistema de datación mucho más
seguro explican estos avances.
Los primeros restos humanos en la Península Ibérica se remontan a hace más de 800000
años. Los restos humanos más antiguos se han encontrado en la Sima de los Huesos (1974) y
en la Gran Dolina (1996) de la sierra de Atapuerca en Burgos. Los 86 restos fósiles humanos
hallados e Gran Dolina pertenecen a cráneos y mandíbulas de seis individuos (cuatro niños y
dos adultos) que vivieron hace unos 800000 años y cuyas características antropomórficas
parecen diferenciarlos de otros fósiles encontrados hasta la fecha en Europa, por lo que se
considera que pertenecen a una nueva especie del género Horno a la que se le ha dado el
nombre de Homo antecessor (“hombre pionero” o “el que antecede a los demás”).
En la Sima de los Huesos se han hallado abundantes fósiles humanos (13 000 restos de
esqueletos) que se consideran pertenecientes al denominado Homo heidelbergensis. Esta
especie sirvió probablemente de transición entre el Homo Antecessor y el Homo
Neandertalensis. Según el equipo de investigaciones de Atapuerca, estos primeros humanos
llegaron a la Península procedentes de África. Se supone que su desplazamiento hacia Europa
pudo deberse al seguimiento de las manadas de animales de las que dependía su
alimentación.
Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron el
Homo Neandertalensis, con una antigüedad de unos 95000 años y el Homo Sapiens hace
unos 35000 años. El Homo Neandertalensis se extinguió y no influyó en la posterior evolución
hacia el Homo Sapiens. Este último ya era un ser humano con rasgos físicos semejantes a los
actuales y era capaz de crear instrumentos de cierta complejidad y de expresar sus creencias
mediante rituales funerarios y pinturas en los abrigos de piedra o en el interior de las cavernas.
Tras el largo período paleolítico, y concluido el largo proceso de hominización con la especie
Homo sapiens sapiens, se inició el período neolítico en la Península Ibérica hace
aproximadamente 5.000-3.000 años. Las nuevas comunidades agricultoras y ganaderas se
asentaron creando poblados permanentes.
La Edad de los Metales se inicia con la edad del Cobre, en torno a 3.000 a.C., y continua con
la Edad del Bronce (2.000 a.C.). Hacia 1.200 a.C., tiene lugar la primera de una serie de
invasiones de pueblos indoeuropeos, los celtas.
Se inicia así lo que se denomina la Protohistoria: período comprendido entre las invasiones
indoeuropeas (1.200 a.C.) y la invasión romana en la segunda mitad del siglo III a.C. De este
período han quedado abundantes restos arqueológicos, a los que se les une los primeros
testimonios escritos de griegos y romanos sobre la península ibérica. Testimonios de difícil
interpretación.
Los Pueblos Prerromanos
Tartesos
Civilización muy brillante que se desarrolló en el suroeste peninsular en la primera mitad del
primer milenio a.C.
Rodeada aún de misterio. Textos griegos y bíblicos hablan de una civilización muy rica. Se han
encontrado restos importantes como el Tesoro de Carambolo (600-550 a.C.) pero no a la altura
de lo que describen los textos de la época.
De cualquier manera, se piensa Tartesos tuvo un importante comercio que benefició a una
poderosa aristocracia. A mediados del primer milenio, Tartesos se derrumbó. ¿Por la acción
militar de los cartagineses? ¿Por problemas internos?
El contacto con los colonizadores impulsó su desarrollo cultural. Tenían una economía agrícola-
ganadera que también practicaba el comercio y la minería. Tenían pequeñas ciudades en
zonas fácilmente defendibles y poseían una sociedad muy jerarquizada (aristocracia -
esclavos). Gobernados por reyezuelos que gobernaban una o varias ciudades. Produjeron un
arte muy refinado, el mejor ejemplo es la Dama de Elche.
Aquí la influencia de los colonizadores mediterráneos llegó muy débilmente y la presencia celta
(pueblos de lengua indoeuropea) fue importante. Se les denominó "celtíberos" (ilergetes,
carpetanos, lusitanos...)
Su economía era agrícola-ganadera, con menor peso del comercio. Su sociedad mantenia una
fuerte cohesión tribal y habitaban poblados fortificados como Numancia.
En el aspecto artístico, destaca la cultura de los verracos entre los vetones del valle del Tajo.
Los verracos son grandes esculturas de animales ligadas a cultos ganaderos. El más célebre
ejemplo son los Toros de Guisando.
Como restos arqueológicos, destacan los castros, poblados de viviendas circulares construidos
por los galaicos. Un buen ejemplo es el Castro de Coaña. Entre este pueblo tuvo un gran
desarrollo las prácticas mágicas y de adivinización.
Las colonizaciones históricas:
Fenicios, griegos y cartagineses
Tras el largo período paleolítico, y concluido el largo proceso de hominización con la especie
Homo sapiens sapiens, se inició el período neolítico en la Península Ibérica hace
aproximadamente 5.000-3.000 años. Las nuevas comunidades agricultoras y ganaderas se
asentaron creando poblados permanentes.
La Edad de los Metales se inicia con la edad del Cobre, en torno a 3.000 a.C., y continÚa con
la Edad del Bronce (2.000 a.C.). Hacia 1.200 a.C., la península las primera de una serie de
invasiones de pueblos indoeuropeos, los celtas.
Se inicia así lo que se denomina la Protohistoria: período comprendido entre las invasiones
indoeuropeas (1.200 a.C.) y la invasión romana en la segunda mitad del siglo III a.C. De este
período han quedado abundantes restos arqueológicos, a los que se les une los primeros
testimonios escritos de griegos y romanos sobre la península ibérica. Testimonios de difícil
interpretación.
Las Colonizaciones
En el primer milenio a.C. la zona mediterránea de la península va a recibir la llegada de
oleadas colonizadoras de pueblos procedentes del mediterráneo que contaban con una cultura
mucho más evolucionada que los aborígenes.
Fenicios, griegos y cartagineses llegarán, por este orden, a las costas mediterráneas. Su
propósito era económico: buscaban metales (cobre, plata, estaño, oro) y otros productos
(salazones, pesquerías...)
Los fenicios, procedentes de Fenicia, actual Líbano, llegaron en el siglo IX a.C. Fundaron
diversas colonias entre las que sobresalió Gades (Cádiz) en el 800-750 a.C.
Los cartagineses, procedentes de Cartago, colonia fenicia en el actual Túnez, crearon colonias
muy activas como Ibiza, cuyo auge comercial se desarrolló del siglo V al III a.C, o Cartago
Nova.
Etapas de la conquista de la
Península Ibérica por Roma
La conquista de Roma se inició en el siglo III a.C. y concluyó, tras un proceso largo y complejo,
en el siglo I a.C.
Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona. Los
mejores ejemplos son las guerras lusitanas (155-136 a.C) en las que destacó Viriato, líder
lusitano, y la férrea resistencia celtíbera en Numancia hasta su rendición en el 133 a.C.
La República romana vivió diversas guerras civiles que llegaron a la península. Las luchas
internas de Roma dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la península. Un buen ejemplo es
el enfrentamiento entre Pompeyo y César (49-45 a.C.). Estos conflictos aceleraron el dominio
romano sobre la península.
Hispania fue una de las provincias del imperio más romanizadas. Buena prueba de ello fue
que varios emperadores nacieron en la península (Trajano, Adriano). También hubo
importantes filósofos como Séneca y escritores como Quintiliano y Marcial.
El proceso de romanización:
las obras públicas
La cultura romana tuvo un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes
ingenieros y grandes constructores de obras públicas. En la península podemos destacar
los siguientes ejemplos:
Además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad pública
como:
Los monarcas conservaron una comitiva de clientes que los acompañaban, jurándoles
fidelidad y recibiendo protección y sustento.
Los poderes del rey eran amplios: juez supremo, jefe del ejército, legislador, encargado de la
guerra y de la paz…
En la práctica, el rey gobernaba con la ayuda del Officium Palatinum, en el que intervenían
dos órganos de gestión: el Aula Regia o Consejo del Rey y los Concilios de Toledo, que
colaboraron con los reyes en tareas legislativas y asuntos de gobierno.
Formaban parte del Officium personajes de alto rango que, con el título de Comes, estaban al
frente de diferentes servicios: Comes del Tesoro Regio, Comes de administración de las tierras
de la Corona, Comes de recaudación de impuestos, Comes de los gastos del monarca y de su
casa.