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En artículos que hablan sobre la elección de pareja se comenta que esa atracción
que existe entre dos personas se debe a una atracción química haciendo referencia
a motivaciones irracionales e inconscientes de las que uno no es dueño. Los
factores que influyen en esta elección, el olor corporal: actualmente existen 12
subtipos básicos de olor corporal que vienen determinados genéticamente y se han
comprobado mediante estudios científicos que tendemos a elegir parejas que
tengan el mismo olor corporal que nuestro progenitor de sexo contrario en
heterosexuales y del mismo sexo en homosexuales (feromonas sexuales,
sustancias presentes en las secreciones corporales que condicionan una respuesta
sexual positiva en los demás). Aunque el olor corporal es uno de los componentes
de la química, con certeza no es el único. Existen otros más internos que pueden
ser más decisivos a la hora de elegir pareja (Calvo, 2018).
Haciendo referencia del amor entre las parejas se encuentra la necesidad neurótica
del otro de sentirse amado y de amar. Teniendo en cuenta la autoestima de las
personas; el amor neurótico, patológico es propio de personalidades inmaduras,
inseguras y faltas de autoestima que han proyectado en el otro su propio valor, es
decir, su propia estimación. Cuando la persona sana rompe la relación con la
persona neurótica, esta no lo puede soportar, se hunde, se deprime, pierde interés
por todo, ya que, al pensar que no sirve para nada no tiene sentido (para él o ella)
esforzarse en nada, pues nada puede por sí solo (Albaladejo, 2018).
(Rojas Marcos)
En el desarrollo y la evolución del ser humano se encuentran varias etapas que vive
cada uno de nosotros; dentro de cada familia se nutre una forma de relacionarse
con sus seres queridos y con quienes se tiene una unión, una forma de hacer
contacto y sobre todo de seguir un modelaje que le servirá de sobrevivencia a la
persona en su mundo real, interno.
Del Nosotros al tú: Segunda fase: introyección.- pasa a núcleos de consciencia del
ser diferenciados. Es un momento dramático “ruptura de la cascara”. Cuando la
confluencia primaria ha sido asimilada, ha llegado a ser una primera estructura de
fondo de la competencia de contacto que se está construyendo, emerge y se hace
figura la diferencia entre el yo físico-corpóreo y el ambiente. Se percibe el “Vacío” y
al ambiente con la función de llenar ese vacío. El contacto se transforma en
experiencia gestáltica del límite del otro, luminosa y del límite del organismo oscuro
y confuso. Ambiente que-nutre y organismo que-recibe componen la modalidad de
contacto llamada introyección. Vacío, dentro, nutrición, dependencia, etc., son los
temas esenciales de esta fase.
Quinta fase: El contacto final o confluencia sana.- momento culminante de este largo
proceso madurativo de la relación madre-hijo. La interacción Organismo-Ambiente
alcanza la máxima intensidad: en la frontera de contacto, el Organismo puede estar
totalmente presente y puede entregarse a la experiencia del nosotros, con la
consciencia de reencontrar después los propios límites. Lo mismo el Organismo que
el Ambiente son capaces de reconocer y contener la propia excitación y seguir
siendo figura, antes de dejarse ir hacia una nueva Gestalt que es el contacto.
“La pareja es una historia de encuentros entre dos seres humanos, un collar de
encuentros. Una dinámica de encontrarse y separarse, a veces o tener
desencuentros o mejor aún no-encuentros. De esperar un nuevo encuentro”
(Medina, 2012).
Las relaciones de pareja que tienen más posibilidades de llegar a buen puerto son
aquellas cuyas historias comparten puntos de vista, responsabilidades e
interacciones de los acontecimientos; elementos básicos para establecer una buena
comunicación. De esa manera, dos personas que mantienen una relación necesitan
crear una especie de historia compartida que se sume a sus historias individuales
(Sternberg, 1999). Lo importante en estas relaciones es el “Sumar”: las entidades
de Yo-Tú no se pierden, crean una tercera historia, que es la Pareja, historia de
encuentros, del “Punto medio” en donde siendo el Self un fenómeno del campo,
donde (Yontef 2005) nos menciona:
A través de la psicología social se pueden ver y explicar por qué se elige a una
persona como pareja. Las teorías se centran en espacios de la relación social, como
la búsqueda de una persona semejante que no plantee excesivos problemas para
una persona (Teoría del equilibrio, Heider); las ventajas y desventajas que implica
la relación (Teoría del intercambio de Thibaut y Kelley, 1959); la igualdad de ese
intercambio (Teoría de la igualdad de Walter et, 1978); la complementariedad de las
necesidades mutuas (Teoría de las necesidades complementarias de Winch, 1958,
1967).
Una descripción sobre el amor entre las parejas y su desarrollo a través de los
cambios de la sociedad son lo siguiente: desde Platón en la antigua Grecia describe
el amor como una tendencia a completarse con el otro, el ser humano estaría
incompleto y en la unión con el otro alcanzaría su completud; aún hoy en día el
saber popular mantiene esta propuesta con la frase de “encontrar la media naranja”
(La constitución de la pareja, 1996).
En las relaciones violentas entre las parejas se conforma la figura central que la
persona percibe como el golpeador que se siente culpable de sus frustraciones. Por
ejemplo, los pormenores de un día “desastroso” no pueden ser solucionados en el
instante mismo de la formación de figuras, sino que la única manera que estos
hombres encuentran para solucionarla es con su pareja, en quienes descargan toda
su frustración, intentando resolver la Gestalt formada por otras personas, objetos o
situaciones. Nuestra personalidad reacciona de acuerdo a la totalidad: las
facultades cognitivas, los sentidos, el sistema motor, en cuanto a lo afectivo
reaccionamos con cualidades que experimentamos como emociones, el hombre
violento según la terapia Gestalt, es considerado “neurótico”, coincide con el
surgimiento de la incapacidad del individuo por encontrar y mantener el balance
adecuado entre el mundo y él mismo. Su neurosis es una maniobra defensiva para
protegerse a sí mismo de la amenaza de ser aplastado por las circunstancias, la
neurosis es una técnica efectiva para mantener su sentido de autorregulación en un
momento en el que la situación es desfavorable.
Es importante enunciar que el hombre violento utiliza estos mecanismos neuróticos Commented [J3]: Aparece un énfasis en el hombre
violento-neurótico como modalidad de vínculo de pareja,
los que se desarrollan durante el ciclo de la violencia mencionada (Corsi 1994). Este ¿por qué?
ciclo consta de tres partes que son: acumulación de tensión, donde la pareja pasa
por una serie de pequeños conflictos que no son resueltos. Episodio segundo, que
es la explosión de toda la tensión acumulada anteriormente, desencadenando un
episodio violento y etapa de luna de miel, que refleja la culpa y arrepentimiento por
los hechos violentos sucedidos en la segunda etapa. La ayuda que ofrece la terapia
Gestalt en el manejo de estos conflictos en la pareja es orientada al trabajo en grupo
en donde se restablecen una vida más plena, manejando el aquí y el ahora, en
donde se aplican los conocimientos de la teoría de la Gestalt que son importantes
para conocer los sentimientos acerca de la capacidad y valía personal del hombre
violento, que se encuentra en desorganización, reflejadas implícitamente en las
conductas violentas ya sean internas o externas, pues según la Gestalt, cada uno
construye de sus propios conceptos para sí poder enfrentar la vida y sus desafíos.
Puesto que los gestaltistas se orientan más al trabajo intenso y práctico,
primordialmente se preocupan por resolver el problema, en lugar de generar
especulaciones acerca del tema.
BIBLIOGRAFIA:
Marcelo R. Ceberio, Los juegos del mal amor: el amor, la comunicación y las
interacciones que destruyen parejas, Editorial House, 2017, Argentina.
http:/www.grupodoctoroliveros.com/elección-neurotica-de-pareja-y-relaciones-de-
pareja-nuroticas
http://www.terapiayfamilia.blogspot.com
Revista figura/fondo: Del Nosotros al Yo-Tú: Contribución a una teoría evolutiva del
contacto, Giovanni Salonia, 1989. De la escuela de formación en Psicoterapia
Gestalt del Instituto de Gestalt (H.C.C.) de Ragusa.