You are on page 1of 13

MARCO REFERENCIAL

En este apartado hablare de las relaciones de pareja con un enfoque en la neurosis


y sus enganches; en donde los orígenes en estos rasgos son en la familia nuclear,
la formación de patrones y las decisiones personales encaminadas a satisfacer una
situación neurótica de la personalidad de los individuos. Pues entre dos personas
formando una relación se encuentran 4 fantasmas; los padres de ambos, quien
forman su figura y fondo. Aprendiendo a relacionarse con el otro desde sus
introyectos familiares.

En la literatura actual encontramos información sobre el enganche neurótico con


enfoque Gestalt, en donde el amor entre las parejas es más una neurosis que otra
cosa. En donde sostener una relación de pareja representa todo un desafío; las
elecciones varían de acuerdo a los ciclos evolutivos y a nuestro crecimiento. Tanto
la escala de valores como el sistema de creencias, gustos, apariencias, se ven
modificados por la experiencia de vida y esto también involucra a las relaciones de
pareja. No cabe duda de que el tema del amor de pareja ha sido uno de los grandes
temas de todos los tiempos. Ese amor incluye placer y trabajo, posesividad y
desposesión, encuentro y desencuentro. Un amor que implica una atracción física,
sexual, intelectual y romántica. El enamorado es idealista y realista en la valoración
de su objeto amoroso. (Ceberio, 2017)

El sentimiento amoroso constituye un vínculo, un tipo complejo de relación


conectado con estados de ánimo positivos, intensos y plenos, pero además, es un
sentimiento efímero, conflictivo, egoísta y se relaciona con lo traumático y lo
doloroso, como puede observarse en las parejas que pasan por separaciones o
experiencias de celos (Velasco Alva, 2007). La pareja humana se constituye por
una atracción que excede la racionalidad. El enamorarse no se puede evitar
siempre, están en juego el fluido emocional y la activación bioquímica de nuestro
cerebro que produce eso que sentimos y que se llama amor.

La pareja es la interacción de dos personas que se interinfluencia de manera


complementaria, que comparten una parte de sus actividades de vida y que poseen
proyectos en común, pero también proyectos personales de cada integrante. Una
pareja intenta ser pareja, es decir, equilibrada y estable. (Ceberio, 2017)

Las etapas en la pareja inician en el noviazgo, en donde es prioridad el compromiso


y elaboración de contratos que pueden ser explícitos o no. En donde se observa la
culminación de esta etapa con algún ritual: boda, celebración, etc. Esto trae
aparejado el hecho de que al ser un nuevo sistema, en construcción,
necesariamente se deben desvincular de las familias de origen pero a su vez, cada
miembro de la pareja trae consigo las costumbres, tradiciones y códigos de esas
familias. Con la llegada de los hijos, la pareja tiende a inclinarse por las nuevas
funciones parentales y se produce un retiro de otras funciones conyugales; pero no
es conveniente que para ejercer el rol de padres, se deje de ser pareja conyugal.

Durante la vida un ser humano va adquiriendo costumbres, edificando valores y


creencias y de esta manera forma su identidad, su personalidad. En el momento de
construir una pareja se va a ver obligado a revisar ciertas actitudes que hasta ese
momento consideraba adecuadas. Cuando una persona decide formar una pareja,
deberá replantearse, reacomodarse y adaptarse al otro, el otro a uno, en pos de un Commented [J1]: Aquí parece ser, pero no neurótico.

vínculo armónico, pero no neurótico.

La pareja humana puede ser considerada el germen de la familia. De ese


intercambio electivo que realizan dos personas que tratan de complementarse surge
una unidad: la pareja. En la familia de origen se encuentra no solo un lazo de amor,
sino fundamentalmente un lazo de sangre: el vínculo viene otorgado por
circunstancias biológicas y de crianza, mientras que la pareja es un proceso de
cocreación en donde se ensamblan los preceptos, mandatos, estilos relacionales,
funciones, creencias, etc.

La pareja humana no se constituye en el vacío, tampoco por casualidad (aunque en


apariencia el encuentro amoroso pueda resultar fortuito) sino en interacción con
otras figuras significativas. Se cometa que una pareja es el resultado de dos figuras
reales y cuatro fantasmas: los padres de ella y los padres de él, porque cada
integrante incorpora a la relación, por oposición o por adhesión, la impronta que trae Commented [J2]: impronta
de su familia de origen (los contenidos de la figura masculina y femenina, los estilos
de relación de la pareja parental/conyugal).

En artículos que hablan sobre la elección de pareja se comenta que esa atracción
que existe entre dos personas se debe a una atracción química haciendo referencia
a motivaciones irracionales e inconscientes de las que uno no es dueño. Los
factores que influyen en esta elección, el olor corporal: actualmente existen 12
subtipos básicos de olor corporal que vienen determinados genéticamente y se han
comprobado mediante estudios científicos que tendemos a elegir parejas que
tengan el mismo olor corporal que nuestro progenitor de sexo contrario en
heterosexuales y del mismo sexo en homosexuales (feromonas sexuales,
sustancias presentes en las secreciones corporales que condicionan una respuesta
sexual positiva en los demás). Aunque el olor corporal es uno de los componentes
de la química, con certeza no es el único. Existen otros más internos que pueden
ser más decisivos a la hora de elegir pareja (Calvo, 2018).

Las primeras relaciones que establecemos (madre, padre, hermanos, abuelos)


conforman las coordenadas de nuestro universo afectivo a lo largo de la vida. Si
este patrón no es saludable nos llevan a relaciones toxicas, en donde contienen
conflictos no resueltos, sus distorsiones van a incrementar conflictos en la relación
de pareja. Nuestra elección neurótica de pareja nos convierte en victimas de nuestro
pasado, pues nos conectara con el modelaje de nuestros padres, en su relación
conyugal. Así fórmanos la neurosis con los enganches que traemos del pasado
elaborando una relación toxica en donde sino la hacemos consciente y remediamos
con un tratamiento psicoterapéutico, la continuaremos.

En estas relaciones neuróticas encontramos parejas que eligen a personas con


características de las relaciones de sus progenitores; como en casos en donde sí
se vive una relación erotizada con la madre en la infancia, elegiremos parejas
castrantes o que se someten a nuestra castración (conflicto edípico negativo o
invertido). Si se sufre abandono o el maltrato en la infancia idealizaremos a nuestra
pareja con lo que la dotaremos de una omnipotencia de la que carece (vínculo
dependiente). O si no se tuvo una relación real con los progenitores, se buscará una
pareja con las que no sea posible la vinculación o acepten nuestra dificultad para
establecerla (pseudovínculo). Estos conflictos no resueltos hacen que se busquen
parejas entre personas: histriónico y obsesivo, narcisista y narcisista, narcisista y
bordeline, obsesivo y bordeline, sádico y masoquista, obsesivo y dependiente,
dependiente y dependiente, etc. Se observa que estos patrones de relación
persiguen a la perpetuación del sujeto en su conflicto infantil que, lejos de
resolverse, se acentúa. Las parejas neuróticas suelen atemperar sus dificultades
durante la etapa de la crianza de sus hijos, que también son reclutados para la
neurosis familiar mediante la erotización, la explotación, el sometimiento, etc.
Cuando los hijos abandonen el hogar estos conflictos aparecerán, pues ya no está
el efecto que producen la presencia de los hijos, y se verán solos descubiertos ante
la relación toxica que siempre ha existido entre la pareja. La resolución de su
conflicto inconsciente conduce a la ruptura de la pareja, y ante este momento
inminente esta la terapia y esta es efectiva cuando es leve el conflicto, y cuando es
grave se requiere de un tratamiento individual paralelo. Y cuando se tiene éxito en
el trabajo psicoterapéutico se puede evolucionar a una relación sana de intercambio
adulto. En la actualidad se ven casos que no se logran salvar por la lamentable
relación toxica y que es muy difícil la evolución desde la fase química del comienzo
(seducción) y después pasan a la fase física (simbiosis sexual) y al cabo de un
tiempo terminan en una fase matemática (liquidación de la sociedad, en un divorcio)

Haciendo referencia del amor entre las parejas se encuentra la necesidad neurótica
del otro de sentirse amado y de amar. Teniendo en cuenta la autoestima de las
personas; el amor neurótico, patológico es propio de personalidades inmaduras,
inseguras y faltas de autoestima que han proyectado en el otro su propio valor, es
decir, su propia estimación. Cuando la persona sana rompe la relación con la
persona neurótica, esta no lo puede soportar, se hunde, se deprime, pierde interés
por todo, ya que, al pensar que no sirve para nada no tiene sentido (para él o ella)
esforzarse en nada, pues nada puede por sí solo (Albaladejo, 2018).

En el amor neurótico se necesita a alguien porque se le ama, y “amarle porque se


le necesita”. Lo primero es lo deseable en una relación y es normal que cuando nos
separamos nos encontremos tristes y ansiosos. Los sentimientos más agudos como
la depresión, la histeria se da en lo segundo, que es amarle porque se necesita. La
persona dependiente, no se libera del apego, tiene un pensamiento monotemático
y llega a agobiar, perseguir, amenazar, insultar, maltratar (física o psicológicamente)
o chantajear emocionalmente a su pareja o expareja para que vuelva con él a toda
costa, hasta pueden asesinar, pues se sienten dueños de su autoestima. Hablando
de la autoestima, esta es constructiva, integradora, amorosa, joven, fresca y
reparadora de circunstancias adversas, es un sentimiento que regala afecto
placentero para sí mismo y para los demás; es una sensación de compañía eterna
y de seguridad en el ser humano (Albaladejo, 2018).

Las emociones que no siguen el curso adecuado para desarrollar el potencial


interior que todos tenemos nos impulsan a quebrantar lo más grande de nosotros
mismos. El amor te desarrolla, te enseña, te potencia, te quiere, te aprecia, te
reconoce, te admira. Si se logra que en las parejas se viva el amor con autoestima,
será una relación integradora y que el primer paso para que la relación llegue a ser
el reflejo de nosotros mismos es potenciar los aspectos positivos que llevamos
dentro y que la neurosis se trate en psicoterapia para equilibrar, sanar, unir.

“Para descubrir en nosotros el amor, lo primero es amarnos a nosotros mismos”

(Rojas Marcos)

En el desarrollo y la evolución del ser humano se encuentran varias etapas que vive
cada uno de nosotros; dentro de cada familia se nutre una forma de relacionarse
con sus seres queridos y con quienes se tiene una unión, una forma de hacer
contacto y sobre todo de seguir un modelaje que le servirá de sobrevivencia a la
persona en su mundo real, interno.

En el desarrollo de las modalidades de contacto desde el punto de vita de la Terapia


de la Gestalt, se tienen los siguientes procesos en el individuo: Confluencia,
introyección, proyección, retroflexión, contacto. La óptica Gestáltica focaliza en el
desarrollo infantil la organización y la maduración de la capacidad de entrar en
contacto, de forma sana y nutriente, con el ambiente. Cuando hablamos de contacto
en Terapia Gestalt entendemos aquel evento especifico en el que Organismo y
Ambiente se encuentran y cumplen determinados requisitos: están los dos
totalmente presentes en los límites de contacto, llevan a su cumplimiento su
intencionalidad orgásmica, permanecen los dos, en el mismo momento, siendo
figuras de un campo energético y perceptivo, dan vida a una Gestalt experiencial
que es diferente de la suma de las partes (Salinia, 1989).

La experiencia del Nosotros: primera fase: Confluencia primaria.- en el niño no


existe el límite, se siente parte del otro (madre/padre). Después de los tres años en
la confluencia sana la pérdida tendrá que ver con los limites perceptivos y subjetivos
ya formados antes y la sensación de perderse en el otro se apoyara en la
consciencia del yo y del otro. En esta primera fase es la de la ilusión de un límite
común para dos realidades (organismo-ambiente) que están físicamente
separadas. El niño encuentra en la confluencia con la madre un nosotros sin
confines, la disponibilidad de la madre a la confluencia permite que las vivencias del
niño se anclen.

Del Nosotros al tú: Segunda fase: introyección.- pasa a núcleos de consciencia del
ser diferenciados. Es un momento dramático “ruptura de la cascara”. Cuando la
confluencia primaria ha sido asimilada, ha llegado a ser una primera estructura de
fondo de la competencia de contacto que se está construyendo, emerge y se hace
figura la diferencia entre el yo físico-corpóreo y el ambiente. Se percibe el “Vacío” y
al ambiente con la función de llenar ese vacío. El contacto se transforma en
experiencia gestáltica del límite del otro, luminosa y del límite del organismo oscuro
y confuso. Ambiente que-nutre y organismo que-recibe componen la modalidad de
contacto llamada introyección. Vacío, dentro, nutrición, dependencia, etc., son los
temas esenciales de esta fase.

Tercera fase: la proyección. - Las tensiones ya se advierten “dentro” de sí, pero el


organismo no está todavía en condiciones de identificarlas como propias. Y las
atribuye al “Tu”, que se transforma en punto de enganche de las tensiones, de las
sensaciones intensas que se advierten “dentro”. Se desarrolla una específica
atención hacia el “fuera-de-sí mismo, visto como contenedor de las propias
tensiones primero y, después, como realidad que hay que explorar y manipular. En
esta fase, parece que el niño se busca a sí mismo fuera, en el ambiente. Además,
desarrollando esta tendencia, el niño pone las bases para el interés, la curiosidad,
la empatía intuitiva hacia el otro.

Del Yo al Yo-Tu: cuarta fase: La retroflexión.- Denominada como el “segundo fulcro”


del desarrollo (Wilber, 1989). En ella el niño aprende a realizar dos tipos de
diferenciación: entre la imagen de sí y la imagen del otro, por una parte y entre la
imagen y la realidad, por otra. Stern (1989), habla del sentido del “yo autorreflexivo”
o “verbal”. El niño ya es capaz de reconocer el “dentro” y el “fuera”, lo que pertenece
a los propios confines y lo que es extraño y experimenta, se da cuenta de que, en
algunas cosas y en ciertos momentos puede prescindir de la madre. Se puede hacer
a sí mismo tanto lo que querría recibir del ambiente como lo que querría hacer al
ambiente. Esto es, consigue desdoblarse en el que tiene necesidad y el que
responde a la necesidad. Cuando el Organismo llega a la frontera de contacto, no
entra en contacto con el ambiente sino que retorna sobre sí mismo-retroflecta-
saboreando la nueva experiencia de poder prescindir del ambiente.

Quinta fase: El contacto final o confluencia sana.- momento culminante de este largo
proceso madurativo de la relación madre-hijo. La interacción Organismo-Ambiente
alcanza la máxima intensidad: en la frontera de contacto, el Organismo puede estar
totalmente presente y puede entregarse a la experiencia del nosotros, con la
consciencia de reencontrar después los propios límites. Lo mismo el Organismo que
el Ambiente son capaces de reconocer y contener la propia excitación y seguir
siendo figura, antes de dejarse ir hacia una nueva Gestalt que es el contacto.

Del Yo-Tú al Yo Narrativo: Sexta fase: El post-contacto entre asimilación-egoísmo


y confluencia neurótica.- Si el Organismo después del contacto final, en vez de
dejarse fluir hacia la experiencia del nosotros, a la satisfacción y a la espontaneidad,
se retira en sí mismo, se tiene la disfunción de contacto del egoísmo (fobia del
contacto, del vínculo). Acabando el tiempo del contacto, queda agarrado al otro y
no se retira del contacto, se tiene la disfunción de contacto de la confluencia
neurótica (fobia de la autonomía). De cómo se hayan vivido las fases anteriores
(confluencia, retroflexión, etc.), serán las disfunciones en la psiconeurosis. En la
evolución normal emerge, en esta fase, el sentido del yo narrativo: “en este punto,
finalmente, el niño está en condiciones de darnos una narración (una historia de
vida) y de decirnos quién es, qué le sucede, qué hace o por que lo hace” (Salinia,
1989). Después del contacto, llega la asimilación, la nueva experiencia se integra,
el self ha realizado una expansión: nace el sentido de la historia, de la lealtad, de
los roles. La terapia Gestalt llama “función-personalidad del self” al ser consciente
de lo que se ha llegado a ser.

“La pareja es una historia de encuentros entre dos seres humanos, un collar de
encuentros. Una dinámica de encontrarse y separarse, a veces o tener
desencuentros o mejor aún no-encuentros. De esperar un nuevo encuentro”
(Medina, 2012).

Las relaciones de pareja que tienen más posibilidades de llegar a buen puerto son
aquellas cuyas historias comparten puntos de vista, responsabilidades e
interacciones de los acontecimientos; elementos básicos para establecer una buena
comunicación. De esa manera, dos personas que mantienen una relación necesitan
crear una especie de historia compartida que se sume a sus historias individuales
(Sternberg, 1999). Lo importante en estas relaciones es el “Sumar”: las entidades
de Yo-Tú no se pierden, crean una tercera historia, que es la Pareja, historia de
encuentros, del “Punto medio” en donde siendo el Self un fenómeno del campo,
donde (Yontef 2005) nos menciona:

“El campo determina el cambio o el estancamiento (stasis). El sentido básico del


Self es que es un fenómeno del campo, un fenómeno co-creado por el individuo y
el ambiente, la identidad se forma y se mantiene, se expande y se contrae por la
interacción de todo campo.

Buber se encarga de poner el acento en el establecimiento de relaciones humanas


que reposan en bases distintas a las que existen actualmente. Menos Yo-Ello, y
más Yo-Tú. Esto vendría a acompañar no sólo a la psicoterapia, sino a la educación,
que consiste en liberar las fuerzas del amor y las fuerzas creativas en el individuo,
así como su capacidad de relación auténtica. Cuando conocemos a una persona,
empezamos a proyectar nuestros pensamientos y sentimientos, tanto los
conocimientos adquiridos, como el equipaje emocional de nuestro pasado sobre
ella. El resultado es que a pesar de que creemos que estamos conociendo a esa
persona cada vez mejor, no conseguimos acércanos a ella. Al contrario, quizás
estamos creando una historia que nada tiene que ver con nuestra pareja y si con lo
que nosotros imaginamos sobre ella.

A través de la psicología social se pueden ver y explicar por qué se elige a una
persona como pareja. Las teorías se centran en espacios de la relación social, como
la búsqueda de una persona semejante que no plantee excesivos problemas para
una persona (Teoría del equilibrio, Heider); las ventajas y desventajas que implica
la relación (Teoría del intercambio de Thibaut y Kelley, 1959); la igualdad de ese
intercambio (Teoría de la igualdad de Walter et, 1978); la complementariedad de las
necesidades mutuas (Teoría de las necesidades complementarias de Winch, 1958,
1967).

Una descripción sobre el amor entre las parejas y su desarrollo a través de los
cambios de la sociedad son lo siguiente: desde Platón en la antigua Grecia describe
el amor como una tendencia a completarse con el otro, el ser humano estaría
incompleto y en la unión con el otro alcanzaría su completud; aún hoy en día el
saber popular mantiene esta propuesta con la frase de “encontrar la media naranja”
(La constitución de la pareja, 1996).

El enamoramiento provoca una intensa activación fisiológica que se va a reflejar a


tres niveles: emocional, cognitivo y conductual; A nivel afectivo se siente una intensa
atracción hacia la persona amada, deseo de ser correspondido, euforia al ser
correspondido y depresión cuando no, se siente atracción sexual como forma de
unión plena, de fusión con el otro y temor al abandono. A nivel cognitivo aparecen
pensamientos intrusivos y preocupación por el otro, se le idealiza, se desea
conocerle y ser reconocido, se fantasea continuamente con él, desaparece de su
atención todo lo que no tenga que ver con el ser amado y surge gran incertidumbre
respecto a poder conseguir y/o mantener su amor. A nivel conductual existe un
acercamiento para conocerle y hacerse conocer, se le ofrecen presentes para ganar
su amor y se deja de lado lo que no tiene que ver con la persona amada. El deseo
de intimar y la imposibilidad temporal de lograrlo estimulan la fantasía y la
idealización del otro y de la relación con él, lo cual favorece el enamoramiento. El
enamoramiento como un proceso en el cual, a partir de un estado de ausencia de
relaciones íntimas, de incompatibilidad con la pareja actual o de un periodo de
transición en el ciclo vital, surge un sentimiento de soledad y el deseo de encontrar
a alguien que llene ese vacío afectivo junto con la incertidumbre de que eso pueda
darse (Hatfield y Walster, 1978). El enamoramiento será tanto más intenso cuanto
más necesitada este la persona, y será más “loco” cuanto más inmadura sea la
persona o más crítico sea su momento vital, por ejemplo: la etapa media vida de la
vida en la que los individuos toman consciencia del tiempo pasado y del que les
queda y desean vivir la adolescencia con un amor intenso como forma de combatir
el paso del tiempo.

La psicoterapia Gestalt, centrada en el aquí y el ahora, busca traer a la persona al


presente poniéndola al tono con sus sensaciones y sentimientos, que se dan en el
campo único del cuerpo, dejando de lado el pasado que solo genera en la persona
sentimientos de culpa o arrepentimiento, el futuro que genera sentimientos de
ansiedad e inseguridad. Busca la madurez en la persona, tenemos a la madurez no
dentro de los parámetros de desarrollo humano dividido en etapas, sino que en la
teoría de la terapia Gestalt, la madurez se da en función de encarar y resolver
situaciones cotidianas en contacto con uno mismo y el ambiente, una conducta
madura es cuando se está a tono con las capacidades y el proceso que nos hace
ser lo que somos, pasar del apoyo ambiental al propio. (Pinto, 2005)

En las relaciones violentas entre las parejas se conforma la figura central que la
persona percibe como el golpeador que se siente culpable de sus frustraciones. Por
ejemplo, los pormenores de un día “desastroso” no pueden ser solucionados en el
instante mismo de la formación de figuras, sino que la única manera que estos
hombres encuentran para solucionarla es con su pareja, en quienes descargan toda
su frustración, intentando resolver la Gestalt formada por otras personas, objetos o
situaciones. Nuestra personalidad reacciona de acuerdo a la totalidad: las
facultades cognitivas, los sentidos, el sistema motor, en cuanto a lo afectivo
reaccionamos con cualidades que experimentamos como emociones, el hombre
violento según la terapia Gestalt, es considerado “neurótico”, coincide con el
surgimiento de la incapacidad del individuo por encontrar y mantener el balance
adecuado entre el mundo y él mismo. Su neurosis es una maniobra defensiva para
protegerse a sí mismo de la amenaza de ser aplastado por las circunstancias, la
neurosis es una técnica efectiva para mantener su sentido de autorregulación en un
momento en el que la situación es desfavorable.

Se asume que en la neurosis los disturbios del límite operan primordialmente a


través de cuatro mecanismos distinguibles entre sí, estos son: Introyección,
proyección, confluencia y retroflexión (Perls en Pinto 2001).

 Introyección: Se trata de “tragar sin masticar”, no se reflexiona y los mensajes


se incorporan sin criterios, en este sentido el neurótico no habla por sí mismo
sino que hace hablar a otros. Entonces el individuo se crea la ilusión de que
esas ideas son suyas, no reconociéndolas como ajenas.
 Proyección: Es culpar al ambiente de todo lo que le sucede a la persona, este
mecanismo es el de la paranoia. Los “hombre golpeadores” utilizan este
mecanismo para no asumir la responsabilidad de sus conductas violentas,
responsabilizando siempre a las circunstancias y a su pareja.
 Confluencia: Donde no existe ninguna diferencia entre el organismo y el
medio, las partes y el medio son indistinguibles entre sí, la persona que
confluye es incapaz de decir “yo”, prefiere decir “uno” o “nosotros”. Haciendo
simbiosis en todas sus relaciones, y no puede diferenciarse del otro, evitando
las diferencias, exigiendo siempre las semejanzas.
 Retroflexión: Se da cuando la persona se vuelca contra sí misma, no es
capaz de trazar una línea divisoria entre él y el medio, percibe que todo lo
que ocurre fuera, ocurre dentro de él. El sentimiento de culpa lo acompaña
permanentemente, y la rabia hacia otros la convierte en rabia hacia sí mismo.

Es importante enunciar que el hombre violento utiliza estos mecanismos neuróticos Commented [J3]: Aparece un énfasis en el hombre
violento-neurótico como modalidad de vínculo de pareja,
los que se desarrollan durante el ciclo de la violencia mencionada (Corsi 1994). Este ¿por qué?
ciclo consta de tres partes que son: acumulación de tensión, donde la pareja pasa
por una serie de pequeños conflictos que no son resueltos. Episodio segundo, que
es la explosión de toda la tensión acumulada anteriormente, desencadenando un
episodio violento y etapa de luna de miel, que refleja la culpa y arrepentimiento por
los hechos violentos sucedidos en la segunda etapa. La ayuda que ofrece la terapia
Gestalt en el manejo de estos conflictos en la pareja es orientada al trabajo en grupo
en donde se restablecen una vida más plena, manejando el aquí y el ahora, en
donde se aplican los conocimientos de la teoría de la Gestalt que son importantes
para conocer los sentimientos acerca de la capacidad y valía personal del hombre
violento, que se encuentra en desorganización, reflejadas implícitamente en las
conductas violentas ya sean internas o externas, pues según la Gestalt, cada uno
construye de sus propios conceptos para sí poder enfrentar la vida y sus desafíos.
Puesto que los gestaltistas se orientan más al trabajo intenso y práctico,
primordialmente se preocupan por resolver el problema, en lugar de generar
especulaciones acerca del tema.

BIBLIOGRAFIA:

Marcelo R. Ceberio, Los juegos del mal amor: el amor, la comunicación y las
interacciones que destruyen parejas, Editorial House, 2017, Argentina.

http:/www.grupodoctoroliveros.com/elección-neurotica-de-pareja-y-relaciones-de-
pareja-nuroticas

Artículo: ¿Amor o dependencia? Gloría A. Conesa Albaladejo, Orientadora Familiar,


Articulista de la página sobre Terapia y Familia

http://www.terapiayfamilia.blogspot.com
Revista figura/fondo: Del Nosotros al Yo-Tú: Contribución a una teoría evolutiva del
contacto, Giovanni Salonia, 1989. De la escuela de formación en Psicoterapia
Gestalt del Instituto de Gestalt (H.C.C.) de Ragusa.

Revista Figura/Fondo, Articulo: De Buber a Benedetti: La Pareja es un Collar de


Encuentros, Enrique Rivera Medina, Instituto Humanístico de Psicoterapia Gestalt,
A.C.

Espina, Alberto, La construcción de la Pareja, 1996.Universidad del País Vasco.

Rivero, E. y Pinto, B. Terapia Gestalt aplicada a la violencia conyugal, Universidad


Católica Boliviana, 2005.

You might also like