La interventoría se ha visto inmersa en las actividades del hombre dentro de la
sociedad, específicamente en los procesos constructivos; por ello se busca explicar
el surgimiento que se ha dado en Colombia tanto en su etapa inicial inclusive la actual normatividad vigente. Es entonces hasta los años 80 donde la función de ésta se enfocaba principalmente en los controles sobre los procesos constructivos de las edificaciones, las cuales eran consideradas como piezas aisladas y objetos finales en una obra, junto con los estudios y la planificación de infraestructura, como etapa previa a la ejecución de la interventoría. Desde finales de los 80 y durante los años 90 se comenzó a tratar con un poco más de rigurosidad el tema de la interventoría de proyectos, aunque en el sector de la construcción en Colombia es poco incorporado este componente. Sin embargo, fue en el año 1952, donde la sociedad colombiana de arquitectos, dió comienzo al desarrollo progresivo de la interventoría y de sus funciones, tanto técnico como administrativo. A demás la define como los servicios que presta en la etapa de proyectos y construcción. Cabe mencionar que, uno de los primeros inicios de la interventoría se dio en Mesopotamia (500 a.C.). Muchas de las labores que son atribuidas a los interventores en la actualidad ya se realizaban desde tiempos remotos. Funciones técnicas típicas de los interventores como la estimación de cantidades de obras a partir de planos, supervisar los trabajos, realizar reportes de avances, gestión de materiales, mano de obra, y control de inundaciones. En las tradiciones vernáculas de arquitectura y construcción, la documentación de estos procesos era totalmente inexistente. Seguidamente, se puede agregar que otro periodo importante en el proceso de la interventoría ocurrió durante la edad media desde la caída del imperio romano hasta el primer viaje de Colon a América en 1492. Instante en el que se asumía muchos roles, arquitectos, alarifes, aparejadores, maestros de obra, albañiles y profesionales afines. Sin embargo, la labor del maestro de obra era quien tenia gran responsabilidad dado que sus funciones eran de tres tipos: económicas, administrativas y finalmente técnicas. En ese orden de ideas, dentro de los oficios en la construcción de obras civiles en la Edad Media, también existan los veedores. Estos eran los encargados de controlar la asistencia a la obra y vigilar el cumplimiento de los horarios por parte de los trabajadores. Asimismo, se indica que el 14 de octubre de 1949 durante la nueva granada, por la Secretaría de Relaciones Exteriores y Asuntos Interiores. La palabra interventoría tuvo origen. Es allí donde aparece el primer interventor de las bodegas del puerto de los cachos. Generalizando el término de interventoría se entiende como el conjunto de funciones desempeñadas por una persona natural o jurídica para realizar las labores de control, seguimiento y apoyo en la etapa previa a la obra, durante su ejecución y así cumplir satisfactoriamente con el desarrollo de un contrato, garantizando los requerimientos del cliente como propietario del proyecto. Se podría decir también, que es una herramienta fundamental al momento de supervisar, vigilar, monitorear, decidir y aplicar acciones correctivas dentro de un proceso constructivo, en el momento, lugar y tiempo indicado. Puesto que el interventor requiere de experiencia, asertividad en la solución de problemas y lo mas importante que los recursos no se vean involucrados, para optimizarlos y cumplir con lo pactado. La Aparición del interventor en las obras públicas en Colombia, fueron halladas dentro de contextos diferentes a obras públicas o del área de ingeniería civil. Ya que se enfocaban en aduanas, bodegas y minas de sal. Pero en 1874, los interventores se vieron involucrados con las obras públicas. Sobre los contratos construcción de los ferrocarriles de la época, se encontró que las funciones señaladas al interventor eran atribuidas después de la celebración del contrato mediante un decreto o resolución. A diferencia de los inspectores, los cuales eran nombrados y sus funciones incluidas directamente en el contrato de obra. Es justo decir que es en las obras de ferrocarriles donde comienza la aparición frecuente de la figura del interventor, antes que, en cualquier contrato de otra obra pública, bien sea de caminos, canales o puentes. Sin embargo, el nombramiento de interventores en los ferrocarriles no constituía una práctica reglamentada. Inmediatamente, aparece el interventor en los ferrocarriles de Colombia sin certeza alguna de como se varia en los contratos de inspector a interventor. Es en 1906 que surge la reparación del ferrocarril del Cauca, en el que se celebra el primer contrato que incluye con palabras textuales la labor del interventor. Posteriormente, por medio de decretos, el Gobierno colombiano nombró una gran cantidad ingenieros interventores en las distintas obras de ferrocarriles del país. Ya que muchos de esos contratos ya habían sido celebrados, la inclusión del ingeniero interventor en estas obras se hacía por medio de un decreto. El Decreto número 462 de 1906 nombró ingeniero interventor en el ferrocarril del Cauca (Diario Oficial, 1906, núm. 12632, pág. 388). El desarrollo de la interventoría ha sido muy significativo, fue en 1954 con el Decreto 3680 cuando se creó el Departamento de Interventorías en el Ministerio de Obras Públicas en Colombia, con lo cual se pudo definir las funciones técnicas, administrativas y fiscales de un interventor de obras públicas. Sin embargo, aún la interventoría carece de peso en la parte legislativa, es decir, no tenía una definición clara con respecto a los contratos y a la labor en ese aspecto; fue hasta 1976 por medio del Decreto 150 donde se publicó el Estatuto de Contratación y se habló por primera vez en la jurisprudencia colombiana el contrato de interventoría, con la aparición de normas explícitas, definiendo su labor. En el artículo 68 del decreto de 150, de este Estatuto se ratifica que el contrato de interventoría se clasifica como contrato de obras públicas; y es en el artículo 71 donde se define que este contrato debe adjudicarse por medio de un concurso de méritos en cual se tiene en cuenta la integridad, capacidad y experiencia del profesional en evaluación. Además, el decreto en garantía de la realización de la labor y cumplimiento de las funciones impuso pago de fianza y responsabilidad penal al profesional encargado. Años más tardes ocurre un cambio en la clasificación del contrato de interventoría, este viene con el Decreto 222 de 1983 donde el artículo 115 dice, que el contrato de interventoría se clasifica como un contrato de consultoría y no como un contrato de obras públicas; y de igual modo como el decreto anterior (150) las funciones del interventor son verificar y exigir el debido cumplimiento del contrato y liquidar contratos cuando sea necesario, por otra parte se especifican las competencias del interventor donde señalan que la experiencia laboral debe ser mayor a 3 años, debe ser un profesional de la ingeniería y/o arquitectura y también que existe responsabilidad civil y penal. Posteriormente, mediante el Decreto 2090 de 1989, por primera vez se detallan las funciones de interventoría por medio de la ley y no solo administrativamente, atribuyendo funciones y definiciones propias tratándola de manera independiente a las demás etapas de un proyecto de obra civil. Se definió la interventoría como el “el servicio prestado por un profesional o persona jurídica especializada, para el control de la ejecución del proyecto arquitectónico o de la construcción” y el interventor como representante de la entidad contratante durante todas las etapas del proyecto como planos, etapa previa, ejecución y liquidación. Actualmente se rige en Colombia el estatuto de Contratación Ley 80 de 1993 y la Ley 1150 de 200. Con la primera ley se logra catalogar las clases de contratos existentes creando 5 grupos de estos, dividiéndolo en dos partes, interventoría en contratos de obras e interventoría en los contratos de consultoría. En cuanto al contrato de obra, la interventoría es mencionada en la explicación de la celebración del contrato, donde se esclarece que si el contrato de obra ha sido celebrado como resultado de un proceso de licitación o concurso público, la interventoría deberá ser contratada con una persona independiente de la entidad contratante y del contratista, igualmente se menciona que el interventor deberá responder por los hechos y omisiones que le fueren imputables de acuerdo al art. 53, el cual detalla las responsabilidades del interventor. El art. 53 establece que los interventores responden civil y penalmente tanto por el cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato de interventoría, como por los hechos u omisiones que les fueren imputables y que causen daño o perjuicios a las entidades, derivados de la celebración y ejecución de los contratos respecto de los cuales hayan ejercido o ejerzan las funciones de interventoría. Con respecto al contrato de consultoría este se explica como aquel que celebren las entidades estatales referidas a las asesorías técnicas de coordinación, control y supervisión, además aquellos contratos que tenga por objeto la interventoría; motivo por el cual son clasificados como una variedad de este grupo de contratos. Adicionalmente, se expresa que en un contrato de consultoría ninguna orden del interventor de una obra podrá ejecutarse de manera verbal y que es obligatorio para el interventor entregar por escrito sus órdenes o sugerencias, las cuales deben estar enmarcadas dentro de los términos del contrato. En esta definición se ratifica de una manera más explícita el medio de comunicación por el cual el interventor debe informar sus órdenes de verificación o de control de un proyecto. En suma, la interventoría se clasifica en, contratos estatales que nos llevan a un contrato de consultoría o en su efecto a un contrato de obras, y que puede regirse para el primer caso contrato de interventoría, por otra parte, para el contrato de obras, se ejecuta con la interventoría realizada por una persona independiente. Teniendo en cuenta la ley 1150 de 200, menciona que la escogencia del contratista se efectúa con arreglo a las modalidades de selección de licitación pública, selección abreviada, concurso de méritos y contratación directa, con base en lo siguiente; en primera instancia la licitación pública. La escogencia del contratista se efectúa por regla general a través de licitación pública, con las excepciones. Cuando la entidad estatal así lo determine, la oferta en un proceso de la licitación pública podrá ser presentada total o parcialmente de manera dinámica mediante subasta inversa, en las condiciones que se fije. Selección abreviada corresponde a la modalidad de selección objetiva prevista para aquellos casos en que, por las características del objeto a contratar, las circunstancias de la contratación o la cuantía o destinación del bien, obra o servicio, Ley 1150 de 2007 puedan adelantarse procesos simplificados para garantizar la eficiencia de la gestión contractual. De la información sobre contratos, multas y sanciones a los inscritos. Las entidades estatales enviarán mensualmente a la Cámara de Comercio de su domicilio, la información concerniente a los contratos, su cuantía, cumplimiento, multas y sanciones relacionadas con los contratos que hayan sido adjudicados, los que se encuentren en ejecución y los ejecutados. Cámara publicará el acto de inscripción, contra el cual cualquier persona podrá interponer recurso de reposición ante la respectiva Cámara de Comercio, durante los treinta (30) días siguientes a la publicación. (Diario Oficial, 2007, núm. 46.691, Ley 1150 pág. 1-14)
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Torres Iván Vides Jesús secretariageneral.univalle.edu.co/rectoria/resoluciones/2005/r-1648_anexo1.pdf file:///C:/Users/Lenovo/Downloads/02_ManuelJimenez%20(1).pdf file:///C:/Users/Lenovo/Downloads/u703159%20(2).pdf http://www.oas.org/juridico/spanish/mesicic3_col_ley1150.pdf