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La conductividad térmica es una propiedad de los materiales que mide la capacidad de conducción
de calor; en otras palabras, la capacidad de una sustancia de transferir el movimiento cinético de
sus moléculas a sus propias moléculas adyacentes o a otras substancias con las que está en
contacto. La propiedad inversa de la conductividad térmica es la resistividad térmica, que es la
capacidad de los materiales para oponerse al paso del calor. Cuando se calienta la materia, la
energía cinética promedio de sus moléculas aumenta, incrementándose su movimiento. La
conducción de calor a nivel molecular se debe a la interacción entre las moléculas que
intercambian energía cinética sin producir movimientos globales de materia (procesos difusivos).
(Fourier, 1822)
Según Orrego (2003), la conductividad térmica es la medida de la capacidad para conducir calor de
un material. Para alimentos depende principalmente de su composición. Sin embargo tienen
también influencia factores como sus espacios vacíos (forma, tamaño y orientación), su
homogeneidad, etc.
(𝜃1 − 𝜃2 )
𝑄 ′ = 𝑘𝐴
𝐿
Donde Q’ (J s-1 (W)) es la tasa de transferencia de calor, A (m2) es el área transversal y (θ1-θ2)/L
(Km-1) es el gradiente de temperatura. Asi, las unidades de la conductividad térmica k son julios
por segundo por metro por kelvin (J s-1 m-1 K-1), watios por metro por Kelvin (W m-1 K-1). (Lewis, M.,
2010)
Un objeto con baja conductividad transfiere menos calor que un objeto con alta conductividad.
Debido a esta propiedad, algunos materiales se utilizan como aislantes térmicos mientras que
otros se utilizan en aplicaciones que requieren una alta transferencia de calor. De forma general,
los sólidos tienen una conductividad térmica mayor que gases y líquidos. (Kreith, F.; Manglik, R.
M.; Bohn, M. S., 2012)
La mayor parte de los alimentos son malos conductores del calor, y por eso los procesos de
transferencia de calor, en el cual la conducción es el mecanismo predominante, son lentos. Los
tiempos de calentamiento o enfriamiento pueden acortarse mediante operaciones de reducción
de tamaño.
La conductividad térmica de un alimento está influenciada por la composición y el agua ejerce la
mayor influencia. Otros factores que también afectan a la conductividad térmica son la presión,
que es particularmente importante en las operaciones de liofilización, y la temperatura.
Figura N° 16: (a) Transmisión de calor paralelamente a las fibras; (b) transmisión de calor a través
de las fibras
Fuente: Lewis, 2010
Factores de composición
Los datos de composición pueden también utilizarse para obtener valores más exactos de la
conductividad térmica. Se han propuesto dos modelos, denominados modelo paralelo y modelo
perpendicular.
Para un sistema tal que contenga sólidos y agua, las ecuaciones para la conductividad térmica en
el modelo paralelo vienen dadas por:
𝑘 = 𝑉𝑠𝑘𝑠 + 𝑉𝑤𝑘𝑤
Y, para el modelo perpendicular, por:
1 𝑉𝑠 𝑉𝑤
= +
𝑘 𝑘𝑠 𝑘𝑤
Donde 𝑉𝑠 y 𝑉𝑤 son las fracciones en volumen de los sólidos y el agua, respectivamente, y 𝑘𝑠 y 𝑘𝑤
son las conductividades térmicas de los sólidos y el agua, respectivamente.
Figura N°18: Conductividad térmica en sistemas de dos componentes: (a) modelo paralelo; (b)
modelo perpendicular.
Fuente: Lewis, 2003
Efectos de la temperatura
Para materiales estructurados (particularmente metales) la conductividad térmica cambia
considerablemente con la temperatura. Sin embargo, en la mayoría de los alimentos el efecto de
la temperatura es poco pronunciado; la conductividad está más afectada por la estructura celular
y el contenido en humedad. Hay que considerar como excepción a esta afirmación el paso de agua
a hielo o viceversa. Además, el rango de temperaturas a que están sometidos los alimentos no es
tan amplio como para otros materiales. Mohsenin (1980) sugiere que, si k varía linealmente con la
temperatura, el efecto de la temperatura puede ser tenido en cuenta considerando un valor
promedio de ella. (Lewis, M., 2010)
Efectos de la presion