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Automatization

Source #1:
Iribarren, G. F. (2019, February 12). ¿Menos margen para la moda? Bangladesh presiona aún más a los
gigantes del sector. Retrieved from Gabriel Farias Iribarren: https://gabrielfariasiribarren.com/menos-
margen-para-la-moda-bangladesh-presiona-aun-mas-a-los-gigantes-del-sector/

Los grandes grupos de distribución de moda se enfrentan a un escenario complejo en los primeros
eslabones de la cadena de valor, el aprovisionamiento. La subida de salarios en Bangladesh presiona aún
más los márgenes y no deja escapatoria: Etiopía está lejos del país asiático. Menos margen. Si hay un
elemento en que estén de acuerdo todos los expertos sobre el futuro del negocio de la moda es que el
sector avanza hacia la reducción de márgenes, y así lo demuestra la evolución de los gigantes del sector.
Mientras hasta ahora los márgenes se veían presionados por la parte de la distribución, la evolución de
los costes productivos en Bangladesh impacta en los márgenes en los primeros eslabones. La tecnología
es la respuesta pero, mientras la innovación no llegue al sistema, ¿cómo se manejará el margen? El 1 de
enero (del 2019) entró en vigor la subida del 51% en el salario mínimo del país. Pero los representantes
sindicales consideran que continúa siendo insuficiente respecto al nivel de vida local. Hoy por hoy, según
las mismas fuentes, plantear un traslado de la producción a otro mercado es prácticamente imposible,
pues no existe ninguno con la misma capacidad que Bangladesh. Tecnificar la industria bengalí se
presenta como la única opción para reducir costes, una opción por la que nadie está apostando por las
elevadas inversiones que requiere. Serán necesarios quince años para que otro país se sitúe al nivel
actual de Bangladesh. La fórmula del fast fashion, por tanto, se sofistica hacia el ultra fast fashion con
miras a alcanzar la máxima flexibilidad en busca de la personalización. Li&Fung presentó hace dos años
una hoja de ruta para dar la vuelta a su proceso de suministro y adaptarse al nuevo orden del negocio
de la moda basado en la omnicanalidad, la inmediatez y la personalización. El año pasado, la compañía
se alió con la estadounidense Softwear Automation para desarrollar la primera cadena de producción de
camisetas totalmente robotizada.

Source #2:
Textiles Panamericanos. (2016, June 21). Avance de Automatización Robotizada en la Industria de la
Confección. Retrieved from Textiles Panamericanos: https://textilespanamericanos.com/textiles-
panamericanos/2016/06/avance-de-automatizacion-robotizada-en-la-industria-de-la-confeccion/

El arte de la costura no ha cambiado fundamentalmente desde que la primera costurera enhebró una
aguja a través de un tejido hace miles de años. Aún con grandes avances en la ingeniería, incluyendo
telares y máquinas de coser mecanizados, la forma en que los géneros cosidos son producidos requiere
casi tanta mano de obra hoy en día como hace 100 años. Para complicar las cosas aún más, los
consumidores de la actualidad quieren géneros baratos y de alta calidad entregados a su puerta en
cuestión de días, empujando los límites del negocio de manufactura tradicional a su punto máximo.
Durante las últimas décadas, los manufactureros de géneros cosidos han rebajado sus costos laborales
moviendo sus operaciones a países con los menores costos de mano de obra. Sin embargo, esta
estrategia de negocios es cada vez más difícil de mantener debido a una subida en los costos laborales
en los países desarrollados, así como una escacez global de costureras experimentadas, y a un cambio
en la conducta del consumidor impulsado por las marcas de moda rápida y por las plataformas de
medios sociales. La alineación correcta de dos piezas de tejido y la alimentación de los mismos a través
de la cabeza de costura sin producir deslizamiento o abultamiento — al mismo tiempo que se
mantenían los niveles correctos de tensión — ha probado ser un proceso que se puede controlar mejor
con manos humanas. El año pasado, SoftWear lanzó al mercado su robot LOWRY, un sistema de
recolección y colocación del tejido que se puede integrar con una máquina de coser existente. Cuando el
producto fue introducido, la compañía tenía la expectativa que los manufactureros en Estados Unidos y
en Europa mostrarían un gran interés por el mismo. Sin embargo, un gran número de llamadas provino,
no de Estados Unidos, sino de manufactureros al contrato en países de mano de obra barata tales como
Bangladesh y China — los mismos países que se beneficiaron más con la contratación de producción en
otros países en la década de los 1990s. Al igual que en los países occidentales, los manufactureros en los
países en desarrollo están teniendo problemas en encontrar y retener costureras de gran experiencia.
Mundialmente, la generación de los “milenios” está emigrando a los centros de las ciudades, y en
general, no muestran mucho interés por el trabajo en las fábricas. Con el tiempo de entrega a tiempo al
mercado, la individualización de productos, y los costos, siendo los factores de acción principales en la
producción de géneros cosidos — en especial en relación con las confecciones — es solo cuestión de
tiempo antes de que robots tecnológicamente avanzados y de bajo costo reemplacen a las costureras
tradicionales alrededor del mundo.

Source #3:

Elven, M. v. (2018, February 14). Bangladesh raises minimum wage for garment workers. Retrieved from
Fashion United: https://fashionunited.uk/news/business/bangladesh-raises-minimum-wage-for-
garment-workers/2018091438912

The minimum wage for Bangladeshi garment workers will rise by 51 percent from December, the
country’s Ministry for Labor and Employment is quoted by Reuters as saying. According to the news
agency, the new minimum wage has been set at 8,000 taka (Approximately 95 dollars) a month, up from
5,300 taka (63 US dollars). The last time garment workers’ salaries was raised was in 2013, right after the
Rana Plaza disaster, when an industrial building housing several garment factories collapsed, killing
more than 1,130 workers. The pay increase is the result of a long negotiation between the Bangladeshi
government, garment workers and factory owners. Workers had initially proposed a minimum wage of
16,000 taka(189 US dollars) at a national minimum wage board meeting in July.

Source #4:

Proexpansion. (25 de May de 2015). Consejos para que un robot no te reemplace. Obtenido de
Proexpansion: https://proexpansion.com/es/articles/1606-consejos-para-que-un-robot-no-te-
reemplace

Las computadoras y los robots aprenden mucho y muy rápido. Sin embargo, les resulta muy difícil
manejar los imprevistos. Especializarse en las ocupaciones que demandan una mayor gestión de
imprevistos puede ser una buena apuesta para mantener la empleabilidad. En su libro “The New
Division of Labor”, Richard J. Murnane y Frank Levy, ponen algunos ejemplos del tipo de empleo que se
destruyó y el que se mantuvo durante la revolución tecnológica de las últimas décadas. Por ejemplo, los
operadores telefónicos han sido gradualmente desplazados mucho más rápidamente que los
vendedores de autos. Por ello, Murnane y Levy señalan que las ocupaciones que resisten a los cambios
tecnológicos son aquellas que combinan la capacidad comunicacional con el conocimiento experto. La
acción conjunta de ambas características es la que le permite a las personas no solamente transmitir
información sino también interpretarla bajo escenarios distintos.

Source #5:

Dans, E. (2018, March 4). La industria textil y la mecanización. Retrieved from Enrique Dans:
https://www.enriquedans.com/2018/03/la-industria-textil-y-la-mecanizacion.html

Bangladesh, una enorme economía de 165 millones de habitantes con rentas per capita medias muy
bajas. Entre los años 2000 y 2010, la exportaciones de productos textiles terminados de Bangladesh se
triplicaron, y la industria contribuyó a una fuerte disminución del número de personas viviendo en
condiciones de pobreza extrema. Hoy, la industria supone, solo en Bangladesh, más de tres millones de
puestos de trabajo y un 81% de las exportaciones del país. El momento actual, sin embargo, está viendo
la aparición de dos tendencias: por un lado, compañías como Crystal Group, que fabrica para marcas
como H&M, Gap, Uniqlo o Victoria’s Secret, (https://qz.com/1169397/crystal-group-is-investing-in-low-
wage-labor-not-robots-after-its-ipo/)que arma no apostar por la automatización, y seguir optando por la
mano de obra barata en lugar de la robotización (https://qz.com/1169397/crystal-group-is- investing-in-
low-wage-labor-not-robots-after-its-ipo/). Por otro, empresas como Mohammadi Group
(http://www.mohammadigroup.com/), un gigante que ha ido diversicando su actividad y adquiriendo
maquinaria cada vez más sofisticada, y que progresivamente está incorporando robotización y
automatización. Los nuevos robots de producción textil son cada vez más capaces de hacerse cargo de
tareas que, hasta hace muy poco, eran consideradas intrínsecamente humanas. Compañías como
Softwear (http://softwearautomation.com/) arman ser capaces de fabricar una camiseta en 2.5
minutos, eliminando el trabajo humano en un 90% y obteniendo el doble de productividad por turno,
con tecnologías cada vez más optimizadas. A medida que la tecnología mejora e incrementa sus
posibilidades, nos disponemos a ver un desplazamiento en los hábitos de la industria, habitualmente
criticada de manera ampliamente demagógica por su recurso a la mano de obra barata, pero que, por
otro lado, ha contribuido de manera fundamental y sustantiva al desarrollo económico y la generación
de riqueza en los países en los que tenía lugar. Los analistas estiman que la economía de Bangladesh
precisa de la creación de unos dos millones de puestos de trabajo si quiere mantener su ritmo, y que la
industria textil es, desde hace tiempo, el principal motor económico susceptible de generar esos
empleos. Sin embargo, según datos del Banco Mundial, el ritmo de creación de puestos de trabajo ha
caído desde los aproximadamente 300,000 al año que se creaban entre 2003 y 2010, hasta situarse en
torno a los 60,000. El desfase, sin duda, es fruto del crecimiento de la automatización: entre 2013 y
2016, las exportaciones se incrementaron en casi un 20%, pero el crecimiento del empleo no fue lineal,
sino que creció tan solo en un 4.5% en ese mismo período. Al tiempo, esos procesos de automatización
sirvieron para que los trabajadores viesen disminuidas sus posibilidades de reclamar mejoras en sus
condiciones: cuando la conictividad se ve incrementada, los fabricantes simplemente optan por
automatizar. Según algunos analistas, si la economía del país no es capaz de ofrecer posibilidades
laborales a los jóvenes, la presión social podría crecer notablemente y convertirse en insostenible. [Para
saber lo que se va a llevar están los cazadores de tendencias. Y la moda también se impone mediante los
grandes diseñadores, que deciden en parte lo que se va a llevar. Luego, si quieres poner de moda el
terciopelo, el cuero o el color rosa, contratas a alguna de las Kardashian (u otros influencers) para que lo
lleve... Porque la moda funciona por imitación.]

Source #6:

Bland, B. (3 de January de 2018). Los robots todavía no superan al hombre en el textil. Obtenido de
Expansion:
http://www.expansion.com/empresas/industria/2018/01/03/5a4bf430e2704e29198b45d0.html

Puede que el avance de los robots sea más lento de lo esperado, al menos en las líneas de producción
en los mercados emergentes. El mayor fabricante textil del mundo está apostando por mano de obra
humana frente a la automatización para así conseguir más contratos de clientes como Marks & Spencer,
Uniqlo y H&M. Crystal Group, que hace poco recaudó 490 millones de dólares (406 millones de euros)
en su salida a Bolsa en Hong Kong, explicó que los robots no pueden competir con el coste de la mano
de obra humana en los países emergentes. De hecho, la compañía se plantea ampliar su plantilla en más
de un 10% anual en Vietnam y Bangladesh en los próximos años. "El manejo de los materiales delicados
resulta todavía muy difícil para los robots", afirma Andrew Lo, consejero delegado del grupo. Gran parte
de este crecimiento tendrá lugar en Bangladesh y Vietnam, donde Cyrstal y otros fabricantes textiles se
trasladaron para escapar de la rápida subida de salarios e China, el mayor productor textil del mundo
con más de un 30% de la cuota de mercado. Andrew Lo afirmó que el coste de mano de obra en las
regiones del sur de China, especializadas en la fabricación, ya suponía más de 700 dólares al mes, más
del doble del salario medio de 300-350 dólares en Vietnam o los 150-200 dólares en Bangladesh. Según
Euromonitor, el año pasado Crystal Group era el mayor fabricante textil del mundo aunque sólo contaba
con un 0,4% de cuota de mercado. La compañía generó el pasado ejercicio unos beneficios de 145
millones de dólares, con unos ingresos de 1.800 millones de dólares. Palaniswamy Rajan, consejero
delegado de Softwear Automation, declaró que su compañía Sewbots, que se creó con financiación de
Walmart y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EEUU, no podría competir
en coste de trabajadores en lugares como Bangladesh. Rajan añadió que los cambios en la industria
harán que sus robots sean más competitivos, a medida que los fabricantes de moda textil intenten
ahorrar tiempo de producción, y acercar la producción de las prendas a los consumidores. "La
automatización en Bangladesh no tendría sentido porque hay que enviar los pedidos, por lo que resulta
más lógico fabricar en EEUU, ya que no hay impuestos a las exportaciones, no hay envíos y se está más
cerca del cliente, lo que acorta los plazos de entrega", afirmó Rajan.

Softwear Automation tiene intención de desplegar su primera línea de producción automatizada de


camisetas en EEUU el próximo año o año y medio antes de continuar con prendas más complicadas
como pantalones y camisas. Aunque Rajan espera que su start up pueda ayudar a iniciar una revolución
en la robótica textil, el consejero delegado también admitió que la automatización podría llegar a un
25% de la producción mundial en los próximos 20 años.

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