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Existen muchas formas de clasificar los aceros de uso en ingeniería, pero quizás la
más útil es aquella que agrupa los distintos grados de acero teniendo en cuenta
principalmente sus propiedades características y, en consecuencia, su utilización. Desde
este punto de vista se acostumbra dividir los aceros en tres grandes familias:
- Aceros de construcción
- Aceros de herramienta
- Aceros inoxidables
Finalmente, los aceros inoxidables son todas aquellas variedades que se utilizan en
contacto con ambientes agresivos (medios corrosivos variados, alta temperatura, etc.),
por lo que su principal característica es la de poseer una alta resistencia a la acción de
estos medios.
MARCO TEORICO
1. ACEROS DE CONSTRUCCION
Los aceros al carbono apenas tienen elementos de aleación y los pequeños contenidos de
algunos elementos presentes en su composición química son consecuencia del proceso de
fabricación utilizado en la fabricación del acero. Así, por ejemplo, se añade siempre
manganeso en el curso de la fabricación del acero con el propósito de combinarse con el
azufre e impedir la formación del FeS; por otro lado, tanto el manganeso como el silicio
son elementos desoxidantes, que se adicionan en la última fase del proceso de
elaboración del acero con el fin de eliminar la presencia de FeO.
Además, todos estos aceros tienen una baja templabilidad, por lo que normalmente no
se utilizan en estado de temple y revenido, sino que se emplean directamente en estado
bruto de forja o de laminación y, en algunas ocasiones, tras tratamientos de normalizado
y/o recocido.
Los aceros al carbono tienen microestructuras ferrito-perlíticas y sus propiedades
mecánicas dependen principalmente de su contenido en carbono y, en menor medida,
de su contenido en manganeso. Normalmente el contenido en carbono de estos aceros
varía desde 0.05 hasta 1.0% y el de manganeso desde 0.25 hasta 1.7%. Al aumentar el
contenido de carbono aumenta la proporción de perlita presente y con ella la resistencia
mecánica del acero, mientras que la adición de manganeso afecta a la proporción final
de perlita y al tamaño de grano de la ferrita, ya que en virtud de su carácter gammágeno,
disminuye la temperatura de transformación de la austenita en ferrita, originando un
efecto similar al de aumentar la velocidad de enfriamiento, pero, por otro lado, el
manganeso también propicia el endurecimiento por solución sólida de la ferrita. La Figura
muestra el incremento de la resistencia mecánica de los aceros al carbono al incrementar
su contenido en carbono y en manganeso.
Uno de los grupos de aceros más utilizados en la práctica, en forma de chapas, vigas,
angulares, para la construcción de edificios, puentes, barcos, recipientes, etc. son los
aceros al carbono con menos de 0.25%C en estado bruto de laminación. Estos aceros
deben laminarse en frío cuando se precisa de un mejor acabado superficial o cuando se
requiere una resistencia adicional, proporcionada en estas ocasiones por el
endurecimiento que promueve la deformación plástica en frío. Otro grupo importante de
aceros al carbono, caracterizado por una resistencia mecánica superior, está constituido
por aquellos aceros en los que el rango del contenido en carbono varía entre 0.25 y
0.5%, que se utiliza para hacer piezas baratas de resistencia media, tales como forjas
varias, ejes, engranajes, etc.
La Tabla recoge la composición química y las características mecánicas de los
aceros al carbono normalizados.
2. ACEROS DE HERRAMIENTA
Son los aceros que se emplean para fabricar herramientas cuyo trabajo se realiza a
temperaturas próximas al ambiente. Dado que las propiedades fundamentales que se
buscan son dureza y resistencia al desgaste, se trata de aceros con un elevado contenido
en carbono (normalmente entre 0.7 y 1.5%).
La familia de aceros de herramienta para trabajos en frío más económica, pero hoy
día también la de menores prestaciones, es la de los aceros al carbono. Son productos que
se utilizan tras temple y revenido a baja temperatura (lSO-2S0°C) con el propósito de
maximizar su dureza, que como sabemos depende exclusivamente del contenido en
carbono.
En estos casos el efecto del tratamiento de revenido es más bien el de atenuar las
tensiones residuales del temple. De este modo se emplean los aceros de menor
proporción de carbono para la confección de herramientas que exijan una cierta
tenacidad (martillos, herramientas agrícolas, etc.), mientras que con los aceros de
contenido en carbono más alto se fabrican las herramientas de mayor dureza, como
navajas, limas, brocas, etc.
Los aceros para trabajos en caliente son los de menor contenido en carbono de la
familia de aceros de herramienta, dado que al trabajar sobre materiales calientes (y por lo
tanto, blandos) no se les exige una dureza tan alta como a los del grupo anterior. Por otro
lado, son siempre aceros bastante aleados con el propósito de evitar el rápido descenso
de dureza y resistencia que tiene lugar en el calentamiento de los aceros . Bajo este
aspecto, los elementos carburígenos son los más eficaces debido a la estabilidad y dureza
de los carburos metálicos.
La norma divide los aceros de esta familia en tres grupos: aceros resistentes a
los choques mecánicos, aceros resistentes a los choques térmicos y aceros resistentes al
desgaste a temperatura elevada. La Tabla 10.7 muestra las composiciones químicas y
los datos tecnológicos de todos estos grados de acero.
El subgrupo de aceros resistentes a los choques mecánicos está constituido por
aceros de baja aleación (porcentaje de aleantes -Cr, Ni, Mo,V-inferior al 5%). Son los
aceros más baratos y menos resistentes térmicamente pero también los más tenaces de la
familia, ya que al estar menos aleados también tienen fracciones menores de carburos
frágiles. Se suelen utilizar en aquellos trabajos en los que la temperatura de la
herramienta no sobrepasa los 400°C.
Los aceros resistentes al choque térmico son aquellos que por el hecho de tener
que resistir bruscos cambios de temperatura tienen su composición química ajustada con
el fin de minimizar los cambios volumétricos asociados a los mismos y minimizar de este
modo los riesgos de agrietamiento en servicio. Por otro lado su bajo contenido en carbono
garantiza una tenacidad suficiente para que no se produzca su rotura ante solicitaciones
térmicas importantes. Se trata de aceros muy empleados en la fabricación de martillos
para forja, matrices de estampación, cizallas para corte en caliente, etc.
La presencia de contenidos importantes de cromo y molibdeno, junto con vanadio
posibilita su utilización hasta unos 600°C con una pérdida mínima de propiedades
mecánicas. Los grados más aleados son aceros de temple al aire, que se revienen a
temperaturas próximas a las máximas de uso. Nótese además que estos grados a pesar
de ser aceros de temple al aire, a veces requieren el uso de medios de enfrimiento más
severos (aceite o sales) con el fín de disminuir la cantidad de austenita retenida tras el
temple.
3. ACEROS INOXIDABLES