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Acero Estructural
Ingeniero: Estudiantes:
Rivero Yelitza Mariño Elvis C.I: 26836031
Martinez Nerwins C.I: 27419075
Neira Deysy C.I: 26059640
Nogales Yenifer C.I: 26147821
Abril 2019
El Acero Estructural
Producción del acero estructural: El proceso sigue varios pasos y usa como
elemento fundamental el hierro puro + metaloides (C, S, P y Si) + metales variables
(Mn, Cr y Ni).
Estos últimos son los que le dan sus grandes propiedades. La cantidad de carbono
debe ser superior al 0.03 %, pero menor de 2 %.
Las fundiciones son aleaciones hierro-carbono, en las que la proporción de carbono
es superior al 2 %.
A partir del mineral de hierro se obtiene en los altos hornos el arrabio (hierro con un
4 % aproximadamente de carbono).
El arrabio es duro pero muy frágil, para reducir el % de carbono sin perder
resistencia se afina el arrabio en convertidores en el cual se quema el carbono
sobrante, obteniéndose el acero en bruto con un % de carbono en torno al 2 %.
El proceso de acabado puede ser por: forja, moldeo, trefilado o laminación; para ello
se calienta previamente.
Tras este proceso se pueden aplicar tratamientos térmicos (templado, recocido,
revenido) para alcanzar las propiedades mecánicas y químicas deseadas.
Tipos de acero estructural: Los aceros considerados en el Código Técnico son los
laminados en caliente (UNE EN 10025-2:2002, UNE EN 10210-1:1994) y los
conformados en frío (UNE EN 10219-1:1998).
El acero laminado en caliente: Es el acero pasado por rodillos a muy altas
temperaturas (Más de 1.700˚F). Esto hace que al acero sea más fácil darle forma y
resulta en productos más fáciles de trabajar.
El acero se encoge un poco mientras se enfría, por lo tanto, hay menos control sobre
su forma final, haciéndolo menos adecuado para aplicaciones de precisión. Con
frecuencia es usado en vías férreas y los proyectos de construcción.
Sus características son:
Una superficie rugosa.
Bordes y esquinas ligeramente redondeadas para productos de barras y
placas (debido al encogimiento y menor acabado).
Distorsiones ligeras, donde el enfriamiento puede resultar en formas
ligeramente trapezoidales, a diferencia de ángulos perfectamente cuadrados.
Como beneficio mantiene que, requiere mucho menos procesamiento que el acero
laminado en frío, lo que lo hace mucho más barato. Debido a que al acero laminado
en caliente se le permite enfriarse a temperatura ambiente, es prácticamente
normalizado; es decir, que está libre de estrés interno que puede surgir de los
procesos de templar o endurecer mecánicamente.
También es ideal donde las tolerancias dimensionales no son tan importantes como
la fuerza del material en general, y donde el acabado superficial no es una
preocupación clave, y donde lo es, la rugosidad puede ser removida por molido,
arenado o decapado por baño en acido. Una vez se remueve la rugosidad, varios
acabados de cepillo o espejo pueden ser aplicados también. El acero con rugosidad
removida también ofrece una mejor superficie para pintura y otras cubiertas de
superficie.
Acero laminado en frío: Es esencialmente acero laminado en caliente que ha
pasado por más procesamiento. Luego de que acero laminado en caliente se enfría,
este se relamina a temperatura ambiente para alcanzar dimensiones más exactas
y mejores cualidades de superficie.
Con frecuencia, este acero es usado para describir un rango de procesos de
acabado, aunque técnicamente “laminado en frío” aplica para hojas que se someten
a compresión entre rodillos. Las formas de acero que se sacan, como barras o tubos
y otros procesos de acabado incluyen doblar, moler y pulir.
Sus características son:
Superficies mejores y más acabadas con tolerancias más cercanas.
Superficies lisas que con frecuencia son grasosas al toque.
Las barras son verdaderas y cuadradas, y con frecuencia tienen bordes y
esquinas bien definidas.
Los tubos tienen mejor uniformidad concéntrica y rectitud.
Como beneficios mantiene que, son más duros y fuerte que los laminados en
caliente, pero por su largo procesamiento estos vienen a un mayor precio.
A medida que se le da forma al metal a las menores temperaturas, el acero se
endurece, la resistencia contra la tensión de rotura y contra la deformación se
incrementan debido al endurecimiento mecánico.
Estos tratamientos adicionales, sin embargo, pueden también crear estrés interno
dentro del material. Esto puede causar deformación impredecible si al acero no se
le alivia la presión antes de cortar, moler o soldar.
La industria del acero: Debido a que en el mundo no son muchas las empresas
dedicadas a la explotación de hierro, existen las ¨ siderúrgicas semi-integradas¨,
cuya principal materia prima es la chatarra ferrosa. La chatarra ferrosa son
productos de acero utilizados en múltiples aplicaciones, cuya vida útil ha llegado a
su fin.
Aplicaciones a las estructuras metálicas: Los dos componentes principales del
acero se encuentran en abundancia en la naturaleza, lo que favorece su producción
a gran escala. El acero también se le adiciona otros componentes maleantes, los
cuales le confieren mejores propiedades específicas durante la utilización en la
industria. Los principales elementos de aleación son: cromo, tungsteno,
manganeso, níquel, vanadio, cobalto, molibdeno, cobre, azufre y fosforo.
Las estructuras metálicas gozan de buena reputación en el ramo de construcción,
pues representan firmeza, durabilidad y resistencia, es por ello que es un material
muy utilizado cuando de una edificación se trata.
Dependiendo del tipo de construcción que se quiera realizar, se puede optar por
metal, pero también hay varias opciones a tomar en cuenta, aunque en este caso,
hablaremos de las estructuras en la que se puede utilizar un metal ligero.
Las estructuras metálicas ligeras representan numerosas ventajas, tales como la
resistencia y practicidad pues, al haber piezas prefabricadas que pueden se
ensambladas posteriormente, minimizan los tiempos de construcción y por lo tanto,
el tiempo de entrega.