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ISSN: 0328-9702
iceii@fchst.unlpam.edu.ar
Universidad Nacional de La Pampa
Argentina
Pruzzo, Vilma
Las prácticas: una concepción epistemológica, ética, política y didáctica de la formación docente
Praxis Educativa (Arg), vol. XIV, núm. 14, marzo-febrero, 2010, pp. 100-110
Universidad Nacional de La Pampa
La Pampa, Argentina
Vilma PRUZZO*
para mantener la esperanza inteligente y la uto- que nuestra propuesta no se limita a incluir una
pía situada, sólo posibles si se construyen como materia más en el Plan de Estudios: implica un
herramientas plurales, colectivas, cooperativas, e cambio epistemológico, ético, político y didáctico
impracticables para el hombre aislado. de la Formación Docente a partir de una firme
Por eso, la importancia de la convocatoria del articulación de teoría y práctica.
sociólogo Bourdieu a los intelectuales, a fin de
mantener la fuerza de la utopía, hoy “desacre-
Una historia para nuestra perspectiva
ditada, maltratada y ridiculizada en nombre del
realismo económico” (Bourdieu, 2002: 29) epistemológica de la Formación Docente
concurría. Este sistema se transforma a media- a abordar los significados que guardan en nues-
dos del siglo, cuando se alarga la carrera a cin- tra perspectiva epistemológica de la Formación
co años y se separa en dos ciclos (Pruzzo, 2000). Docente.
En ese momento las Prácticas sólo se realizan a Desde la Filosofía de la Educación, Carr
partir del cuarto año, inaugurando su distancia- (1996) ha planteado la vigencia de tres perspec-
miento de la formación teórica, que alcanzaría tivas existentes sobre esta controvertida relación.
su punto culminante a partir de la década del se- Para una de ellas, por ejemplo, las teorías son
tenta cuando las Prácticas o Residencias se limi- los conocimientos entendidos como conjunto
tan sensiblemente al último año de una carrera de ideas abstractas, generalizaciones universa-
de siete años y medio –si se suman bachillerato les, al margen del contexto; mientras las prácti-
pedagógico y magisterio de nivel superior–. Sin cas se desenvuelven en realidades concretas, en
ninguna investigación científica que avalara el contextos específicos y en casos particulares. Las
cambio y sin ningún tipo de evaluación racional conciben por lo tanto como dos mundos distan-
de seguimiento que justificara su mantenimien- tes, en los que la práctica es todo lo que no es
to, el sistema de formación docente se destruyó. la teoría, o viceversa. A este punto de vista, lo
Políticamente el Estado logra con estos cambios denomina Carr, la perspectiva de la “oposición”
interrumpir la graduación de maestros durante porque los principios universales como cons-
varios años descomprimiendo el mercado labo- trucciones teóricas ocupan un lugar opuesto al
ral, modelo que retomaría el neoconservaduris- de las realidades particulares del mundo de la
mo de los noventa cuando cerró durante cinco vida. Frente a esta concepción de la “oposición“,
años la formación docente de nivel primario. surgen las perspectivas de la “dependencia” que
En la última década de ese siglo se inicia un perciben la práctica subordinada a la teoría, o
período de revaloración de la Práctica que co- viceversa. El autor plantea la necesidad de una
mienza a incluirse desde 1º o 2 º año en las ca- reconstrucción conceptual que permita aclarar
rreras del Profesorado del Nivel Terciario. Esta parte de la ambigüedad que rodea sus significa-
inclusión, sin embargo, encontró limitaciones en dos, como punto inicial para analizar las posibi-
su implementación, especialmente, porque no se lidades de las mejoras educativas en contextos
comprometió el Estado en la apertura de las es- reales. Esa reconstrucción conceptual enfoca la
cuelas primarias y secundarias para que alber- superación de ambas concepciones sobre la re-
gara a los estudiantes del profesorado. Así, las lación teoría y práctica: la de la oposición y la de
Prácticas no se pudieron desarrollar en escue- la dependencia e implicaría la tercer orientación
las o se transformaron en espacios conseguidos sobre el particular.
por esfuerzos personales, sin efectiva coordina- En este sentido, Kemmis (1990) desde la pers-
ción entre las instituciones. En la actualidad, el pectiva de una ciencia social y educativa crítica,
Estado parece asumir como prioridad esa arti- señala:
culación entre instituciones para tornar posible
“Existe un cuerpo de opinión en la teoría históri-
el encuentro de los estudiantes del profesorado
ca y social y en la teoría literaria, que sugiere que
con la realidad de su futuro ejercicio profesional
las cuestiones permanentes de teoría y práctica ya
y respaldar las Prácticas desde el primer año de
hace tiempo que se resolvieron. Según este pun-
la formación. En este marco, la Facultad de Cien-
to de vista, el poder de la teoría es siempre una
cias Humanas de la UNLPam, ha incluido en su
forma de poder que revela sus relaciones con los
Diseño Curricular de los Profesorados, el Campo
atrincherados intereses del capital y del estado,
de la Práctica desde el primer año de las carreras
una forma de poder ejercido ‘por encima’ de los
de Formación Docente atendido por equipos in-
maestros y por encima de sus estudiantes. De esta
terdisciplinarios.
manera, la teoría se convierte en una manifesta-
ción de ideología, una forma de legitimación de
Las controvertidas relaciones entre los intereses del estado y del capital, incluso peor
Teoría y Práctica todavía, la teoría no es más que el guante de ter-
ciopelo que enmascara el puño de hierro de una
Las nuevas discusiones curriculares han reac- policía estatal que somete la enseñanza a los inte-
tualizado las controvertidas relaciones entre Teo- reses del estado… este punto de vista a mi enten-
ría y Práctica. Aunque en apariencias estos con- der, no es demasiado crítico, deja de reconocer los
ceptos aparecen sin fisuras hermenéuticas, voy recursos considerables que la teoría puede procu-
rar, no sólo para desenmascarar los intereses que largos períodos y se aplican en forma inequívoca
operan, sino para fortalecer y apoyar la educa- a todos los miembros de una amplia clase de ca-
ción como fuente de movimiento social, así como sos ocurrentes o recurrentes” (Schwab, 1974:2).
de orden social” (Kemmis, 1990: 8). Esas afirmaciones teóricas, universales y exten-
sivas, según aquella perspectiva, habilitarían la
El autor reivindica el aporte de la teoría aun comprensión de los casos particulares y por eso,
reconociendo muchas de sus limitaciones, por- deberían enseñarse primero para que luego, esos
que puede brindar a los actores sociales, recur- saberes universales, se pudieran “aplicar” a los
sos para desenmascarar los intereses del poder y casos específicos de la realidad profesional. De
fortalecer las instituciones de la sociedad como ahí que los planes de estudio del profesorado en
fuente de movimiento social y de orden social. La nuestras universidades, presentan en los prime-
acción de los hombres para enfrentar la realidad ros años materias teóricas generales y luego la
de miserias y despojos, puede ser iluminada des- Residencia o Práctica en el último año de la for-
de la teoría, pero nunca suplantada por la teoría. mación, concebida como espacio para aplicar la
Y esa misma práctica social de resistencia puede teoría aprendida. No se ha planteado como pro-
alterar las teorías en una articulación dialéctica blemática universitaria, si en la práctica se pue-
y solidaria entre teoría y práctica. Y así se abren de aprender algo más que no sea la aplicación
las posibilidades de la reconstrucción conceptual del saber teórico.
de la relación entre teoría y práctica, como rela- La concepción “dependiente aplicacionista”
ción solidaria y de mutuo impacto que supera las de la relación teoría-práctica, muestra los resi-
perspectivas de la oposición y de la dependencia: duos del positivismo pero también la subsistencia
no pertenecen a mundos opuestos, ninguna es de la idea de que el rol del profesor es asegurar el
anterior a la otra, ambas se construyen y recons- dominio de un ámbito de saber (Física, Química,
truyen en relación solidaria. Historia, Letras…) que será usado mucho tiempo
Sin embargo en el ámbito del profesorado después para enseñar a otros. En esta perspectiva
universitario sigue primando la concepción de- aséptica de la formación docente, ese saber uni-
pendiente-aplicacionista, según la cual, prime- versal podrá ser distribuido universalmente en
ro se deben dominar los saberes teóricos para igualdad de condiciones a todos los sujetos, sin
que, mucho después se puedan “aplicar” en la discriminar a nadie porque todos tendrán igual-
Práctica. dad de oportunidades. Se desconocen, en esta
Schwab (1974) señalaba, hace medio siglo, perspectiva ingenua, la diversidad, los obstáculos
que los diseñadores curriculares “… estiman que que la realidad plantea a esa universalización del
las afirmaciones teóricas son valederas durante saber, las condiciones de violencia, drogadicción
y degradación humana que inundan nuestras au- nico. La acción responsable lo es… porque con su
las producto de la injusticia social, la pobreza, las práctica “influye” en la situación y en el “otro”…
desigualdades, las discriminaciones y que explo- En la deliberación el educador tiene que apren-
tan en las escuelas ante la mirada impotente de der a incidir, incluso en su propia capacidad de
nuestros graduados aun cuando dominen el saber influencia. Porque donde se influye es en las con-
de la Física, la Historia, la Geografía…. diciones que permiten que el otro, libremente,
Nuestra investigación ha organizado la pro- aprenda. Un objeto de la deliberación, será en-
puesta de la FODA para que nuestros Profesores tonces crear espacios de seguridad en los que el
puedan brindar, más allá de los saberes discipli- individuo haga lo que tiene que hacer para im-
nares legitimados por la cultura, las herramientas plicarse en su proceso de aprendizaje” (Bárcena,
intelectuales para ejercer una ciudadanía com- 2005:174).
prometida con el sostenimiento de la democra-
Por eso, nuestros estudiantes universitarios
cia, que respete las diferencias y articule las resis-
deben aprender conjuntamente con los saberes
tencias para luchar contra todo tipo de injusticia.
teóricos, el razonamiento práctico deliberativo
Esto implica un cambio en la Formación, funda-
–propio de las situaciones prácticas– que per-
do en una perspectiva epistemológica, ética, po-
mite tomar decisiones seleccionando responsa-
lítica y didáctica.
blemente entre las opciones que, incluso, pueden
ser ofrecidas desde las construcciones teóricas de
La Práctica en el ámbito de los valores la investigación.
Esta perspectiva implica un nuevo aprendiza-
La enseñanza de cualquier asignatura debería je docente: tenemos que aceptar la existencia de la
seguir una perspectiva epistemológica, tal como incertidumbre y ante ella, están las posibilidades
lo hemos planteado recordando las palabras de abiertas para el pensamiento reflexivo que per-
Bruner (1969). En este sentido, se aprendería me- mite la deliberación sobre las opciones posibles
jor historia comportándose como un historiador y sobre sus consecuencias, a fin de tomar deci-
que se ha nutrido de distintas concepciones teó- siones y emitir juicios.
ricas, ha indagado documentos, y ha abrevado Por eso señalamos que la práctica implica un
en las más distintas fuentes. Resulta un planteo contexto hermenéutico abierto a la interpreta-
investigativo del aprendizaje como resolución de ción, aunque la modernidad haya hecho lo posi-
problemas, más que como recitación de verda- ble por eliminar la incertidumbre y exterminar
des hechas. Y en este sentido, se aprende mejor la la ambivalencia. En su proyecto, el pensamiento
docencia, comportándose como un docente, ob- científico usurpó a la práctica su carácter herme-
servando, planteándose hipótesis, recurriendo a néutico pero también su carácter experiencial.
la teoría y especialmente reflexionando sobre la “La incertidumbre provoca irritación pues
práctica de enseñanza. en lo ambivalente, el sujeto tiene que leer las si-
En este sentido, las situaciones prácticas van tuaciones interpretándolas hermenéuticamente,
más allá de la aplicación de saberes teóricos: im- tiene que elegir y decidirse” (Bárcena, 2005: 12).
plican, por ejemplo, la toma de decisiones y de- El pensamiento de la modernidad ha excluido
liberaciones éticas vinculadas a las consecuencias la posibilidad de interpretación –de asignación
de la acción. La deliberación se torna en el eje del de sentidos y significados, de elecciones, valora-
razonamiento práctico y se aprende a deliberar o ciones y juicios morales– del ámbito de la cien-
a actuar con responsabilidad moral, en la práctica cia; también se liberó de la “experiencia” (sujeta
social y nunca “desde” los libros, aunque pueda a condiciones existenciales variables) y la trans-
nutrirse “con” los libros. formó en “experimento”, con variables definidas
que se pudieran controlar y medir.
“…la acción ética es fundamentalmente una ac- En síntesis, toda práctica implica interrelacio-
ción responsable porque a través de ella respon- nes humanas caracterizadas por ser imprevisibles
demos no sólo ante las propias intenciones o con- con lo que aumenta el marco de incertidumbre y
vicciones, sino ante la consecuencia de los actos, ambigüedad. Para el pensamiento científico de la
cargando con la responsabilidad de las mismas modernidad era inadmisible aceptar esta incerti-
de antemano. Es una acción deliberada, decidi- dumbre considerando la necesidad de mantener
da y comprometida. La acción responsable devie- estables las variables intervinientes en la práctica
ne, entonces, eficaz en un sentido distinto al téc- social investigada, con definiciones precisas de
“La educación es el punto en que decidimos si una sociedad en la que tendrán que ejercer y de-
amamos el mundo lo bastante como para asu- fender sus derechos en marcos plurales. De esta
mir una responsabilidad por él y así salvarlo de manera, la principal tarea que le corresponde a
la ruina que, de no ser por la renovación, de no la enseñanza es política: la tarea de brindar una
ser por la llegada de los nuevos, sería inevitable. formación que les permita a nuestros estudiantes
También mediante la educación decidimos si participar y analizar los asuntos de la comunidad,
amamos a nuestros hijos lo suficiente como para pues detrás de cada joven que no aprende, que es
no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus violento, distraído, apático se esconde el fantasma
propios recursos, ni quitarles de las manos la de una formación individualista y se ocultan los
oportunidad de emprender algo nuevo,… como problemas derivados de las condiciones de vida
para prepararlos con tiempo para la tarea de re- que afectan a los grupos humanos a los que ellos
novar un mundo común” (Arendt, 1994: 208). mismos pertenecen. No es problema de una per-
sona, es problema de la comunidad que gracias a
En este sentido, nos impone a los docentes
los nuevos podría probar formas alternativas de
la dura responsabilidad de formar nuestros es-
resistencia y cambio. Por eso la pobreza interesa,
tudiantes con herramientas que los prepare para
la drogadicción preocupa, la carencia de justicia
la tarea de renovar el mundo. Pero aún más, nos
social nos interpela y el “no aprendizaje” en las
interpela ante las tendencias libertarias en edu-
escuelas, nos agobia. ¿Cómo comprender este do-
cación, que tras un discurso progresista deja a los
lor de nuestras comunidades, si no es convivien-
nuevos, liberados a sus propios recursos, arroján-
do en los espacios públicos donde esa realidad se
dolos de nuestro mundo adulto. Y en el fenómeno
vive cotidianamente?
de la natalidad encuentra la esperanza de que los
nuevos ayuden a construir un mundo común… “La manera de hacer frente a estos problemas
más humano, más justo, más digno. Nos inclui- no depende de reacciones individuales sino de
mos, de este modo, en el ámbito de la responsabi- aprender a pensar y actuar colaborativamente,
lidad moral en un contexto político que le acerca ‘los unos con los otros de los diversos’. Es una for-
a los “nuevos” el mundo de bienes lingüísticos y mación política en el sentido que le da Arendt
simbólicos, las herramientas de la cultura, con (1997: 45-46) a esta palabra: ‘…la política tra-
las que pueden incidir en la construcción de una ta del estar juntos, los unos con los otros de los
sociedad más justa y solidaria. diversos… La política surge en el entre y se esta-
En el marco de estas ideas, “entendemos la blece como relación’” (Pruzzo, 2010: 13).
formación docente (FD) como acción de carácter Por eso, la necesidad de alentar las relaciones
político que alienta la conformación de un espa- de reciprocidad adentro del aula universitaria y
cio abierto al aprendizaje de la participación, la también afuera, en las aulas del secundario, pro-
cooperación, la solidaridad y la discusión pública, piciando actividades que posibiliten el “entre to-
argumentativamente fundada. Si los Profesores dos”, porque la política implica aprender a estar
se piensan como intelectuales transformativos se- juntos en situaciones que desarrollen el espíritu
gún la visión de Giroux (1990), deben ser forma- de comunalidad que no ignora el conflicto pero
dos en instancias plurales donde las personas se lo aborda discursiva y argumentativamente.
asocien libremente motivadas por su cuidado de Si provocamos las capacidades de controver-
lo común: el mundo de la vida” (Pruzzo, 2010). sia con uno mismo, a las que denominamos pen-
De esta manera, se le da a “la noción de lo sar, y de controversia con los otros, a las que de-
político un giro más igualitario y democrático nominamos debate (Marchart, 2009), asistidos
(es decir menos elitista) al insistir en la urgencia siempre por la comprensión de teorías y contex-
de crear una cultura de la comunalidad, incorpo- tos, estaremos vinculando la formación académi-
rando lo político en la vida cotidiana de las per- ca con la formación profesional. Y esta formación
sonas” (Marchart, 2009: 62). tiene que posibilitar la inserción de los alumnos
Mientras el seductor discurso del capitalis- en la realidad social para que puedan compren-
mo busca “orientaciones” para que nuestros es- der y hacer frente a los problemas e injusticias de
tudiantes puedan insertarse en el mercado ocu- la vida diaria (Torres Santomé, 2001).
pacional, nuestra tarea de formadores críticos se Nos cabe, a la vez, la responsabilidad de evitar
dirigirá, más que a la inclusión de los jóvenes en que el enfrentamiento de nuestros jóvenes con la
el utópico mercado de un futuro desconocido, a dureza de la realidad provoque angustia parali-
su desempeño cívico y a la actividad creadora, en zante, desesperanza inmovilizadora y solipsismo
intelectual. Por eso Torres Santomé (2000, 2001) ca y ético-política centrada en cuestiones noda-
nos invita a recurrir a la historia para sostener les de la enseñanza: la evaluación recursiva en la
un “currículum optimista” que recupere las lu- base de la enseñanza; el diseño de los instrumen-
chas de los sectores más desfavorecidos en sus tos de la cultura para facilitar la apropiación del
conquistas progresivas. Porque más allá de las saber; el enfoque investigativo del aprendizaje;
miserias enfrentadas, se han logrado reivindi- las relaciones de reciprocidad en el aula; los for-
caciones sociales y en sus narrativas podremos matos de la participación genuina, la argumen-
mostrar a los “nuevos” la posibilidad y la espe- tación permanente y la discusión esclarecedo-
ranza. La cohesión de las fuerzas oprimidas ha ra (Pruzzo, 1996, 2002d, 2004c, 2005, 2009º). La
logrado, en oportunidades, desbaratar el poder reflexión, como actividad intelectual implica un
de los poderosos como en el caso de las luchas de largo aprendizaje que se puede realizar solamen-
los obreros, o de las mujeres, o de los grupos ho- te cuando hemos hecho u observado la acción, y
mosexuales. Un currículum optimista nos com- no cuando nos las han contado. Se aprende en la
promete a incluirlos como temáticas de análisis, práctica en la que los agentes sociales, actúan e
discusión y crítica. interactúan y pueden juzgar sus acciones desde
Mantendremos vivas de esta forma, las posi- la memoria reflexiva.
bilidades para movilizar a nuestros jóvenes ha- En síntesis, la característica de nuestra inves-
cia la utopía, tal como la imaginaba Bourdieu tigación activa es la de haber cohesionado equi-
(2002). pos interdisciplinarios de docentes de la univer-
Voy a usar palabras de Freire (1974) para sidad y de la escuela secundaria, como una forma
plantear finalmente dos preguntas: de asegurar el aprendizaje de los alumnos del se-
¿Qué somos en esta profesión si no podemos cundario, favorecer la profesionalización docente
proteger los sueños para el futuro? ¿Qué somos, y asegurar para los estudiantes del profesorado
si cansados de las luchas nos sentamos abatidos, un espectro ampliado de aprendizajes, amalga-
sin pensar que la desesperanza es esperanza que mando Teoría y Práctica en su formación (Pruz-
perdió su rumbo? zo, 2002).
prefieren seguir encadenados asidos a la seguri- CARR, W. y KEMMIS, S. (1988). Teoría Crítica de la en-
señanza. Barcelona, Martínez Roca.
dad de lo cotidiano.
Platón (2003) nos presenta la caverna como CARR, W. (1990). Hacia una ciencia crítica de la Educación.
Barcelona, Laertes.
el lugar en el que sólo se perciben las apariencias
de las cosas y Bárcena (2005) recupera la metá- CARR, W. (1996). Una teoría para la educación. Hacia una
investigación educativa crítica. Madrid, Morata.
fora para la práctica de la enseñanza:
DEWEY, J. (1989). Cómo pensamos. Barcelona, Paidós.
“Cavernas hay muchas y su dilema es que aun- ELLIOT, J. (1990). La investigación Acción en Educación.
que en ellas podemos vivir, los víveres y alimen- Madrid, Morata.
tos están en el exterior, donde el individuo hace FREIRE, P. (1974). La educación como práctica de la liber-
de verdad su experiencia y donde cualquier cosa tad. Buenos Aires, Siglo XXI Editores.
puede ocurrirles. La cultura es una de esas ca- GADAMER, H.G. (1977). Verdad y Método. Fundamentos
vernas. Y por eso las cavernas se han llegado a de una hermenéutica filosófica. Salamanca, España,
convertir en centros de enseñanza y aprendizaje. Ediciones Sígueme.
Lo que hay dentro de la caverna, aquello que se GIROUX, H. (1992). Teoría y resistencia en educación: una
pedagogía para la oposición. México, Siglo XXI.
dice y que se explica remite a lo que está afuera,
pero no es la misma clase de práctica, ni la mis- HABERMAS, J. (1986). Conocimiento e interés. Madrid,
Taurus.
ma experiencia. Los adultos, tras haber realizado
su propia experiencia, la transmiten a los jóvenes KEMMIS, S. (1990). “Introducción”, en CARR, W. Hacia una
ciencia crítica de la Educación. Barcelona, Laertes.
para evitarles que tengan que recopilar la infor-
PLATÓN (2003). La República. Madrid, Editorial Gredos.
mación necesaria para vivir, proporcionando una
guarida, un espacio de seguridad protector… No PRUZZO, V. (2010). “La formación docente como acción
política”, en Revista de Educación. Facultad de Huma-
es posible transmitir a otro el acontecimiento de nidades. Universidad Nacional de Mar del Plata. Año I,
la propia experiencia, sino solamente su huella, Nº 1. Mar del Plata: 43-54.
apenas un murmullo” (Bárcena, 2005: 139). PRUZZO, V. (2009a). “Los retos a la Didáctica General: sin
didáctica no hay didácticas”, en III Jornadas Cuyanas
La metáfora es clara: nuestra universidad
de Didáctica, prácticas y residencias en la formación
puede elegir transformarse en la guarida segu- docente. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
ra para nuestros estudiantes del profesorado, o Nacional de Cuyo.
puede asumir la responsabilidad de ayudar a los PRUZZO, V. (2009b). “Las Prácticas: dimensión política de
nuevos a introducirse en la realidad y en ese acon- la Formación Docente”, en V Jornadas de Formación
tecimiento único, hacer su propia experiencia y Docente. Conferencia central, Universidad Nacional de
Catamarca.
aprender, desde la teoría y desde la práctica, a
PRUZZO, V. (2008). “El lugar de la Práctica en la Forma-
ser docentes.
ción Docente”, en Jornadas de Trabajo. La Formación
Docente en la UNSL: estado de situación y perspectivas.
Universidad Nacional de San Luis.
Nota PRUZZO, V. (2005). “La Didáctica en la Formación Docen-
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(1987); Carr (1988); Bárcena (2005); Kemmis (1988); Uruguay.
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