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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de grado trata el tema de los enunciados que son


generolectos. Es un tema que está en el uso del lenguaje ordinario, en la
representación de las personas cuando hablan en la cotidianidad, de las
costumbres con las cuales se nombran a sí mismos y a los demás (como hombre,
mujer); de la construcción discursiva del sujeto.

El generolecto produce lo que nombra, “seres sexuados”, “cuerpo sexuado”, como


dice el documento que lee. El generolecto nombra que hay diferencias de los
hombres, de las mujeres, por características físicas y culturales. Las personas son
construcciones culturales y los generolectos son la forma expresiva que las
enuncia.

El papel que cumple es el de predicar en un acto intencional si se es femenino o


masculino, y su relación en su entorno. En algunos casos discrimina, divide,
distancia, aleja, secciona los aspectos sexuados de los hombres y las mujeres.

Lo que el lector tiene en sus manos es un estudio que podrá relacionarlo en otros
contextos, como el que se da en el baile, la música, etc.; en los enunciados donde
el generolecto es característico como discurso (p. e. las estrofas de canciones,
etc.) que incluye gestos y comportamientos.

En el primer capítulo se presenta el tema que lleva a contextualizar el estudio en


algunos estudiantes de la Universidad Santiago de Cali, con sus respectivos
objetivos, justificación y conceptos básicos para el estudio; el cual se guía del
enfoque cualitativo desde el análisis del discurso.

En el segundo capítulo se describe el trabajo de campo en el que participaron


algunos estudiantes de comunicación social de la Universidad, siguiendo las
herramientas de grupo focal y entrevistas. Esta información sirve para realizar el
análisis de la práctica de generolectos.

Y el tercer capítulo cierra con la reflexión que integra la información de la práctica


comunicativa y la dinámica enunciativa hasta los conceptos que vuelven a
adherirse a la interpretación de los generolectos en algunos estudiantes de la
Universidad Santiago de Cali.

Se recomienda al lector que recurra a los anexos que se presentan adjuntos a


este documento en un CD.

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1. LOS GENEROLECTOS EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES DE LOS
ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD
SANTIAGO DE CALI

1.1 PRESENTACIÓN

¿Existe acaso un manual que determine cómo ser masculino o cómo ser
femenino? ¿Cómo hablan los hombres? ¿Cómo hablan las mujeres? ¿Quién se
inventó que el rosado es para niñas y el azul para niños? ¿Quién dijo que las
mujeres deben hablar suave y dulce y que los hombres deben hacerlo fuerte y
tosco? ¿Por qué al niño cuando está empezando a caminar lo dejan sin ropa para
que se sienta libre mientras que a la niña le ponen vestidos esponjosos que no le
permiten ni siquiera moverse? Infinidad de preguntas surgen al revisar la
cotidianidad, las costumbres de las personas y la forma como se construye la
identidad de un niño aun desde que está en el vientre de la madre.

Sin duda alguna, hay división como seres sexuados, se hacen diferentes los
hombres de las mujeres por características físicas (bilógicas) y por otras
construcciones de lo cotidiano dado culturalmente (incluso las de sexualidad). El
género y la identidad son aspectos con los que no se nace, más bien, se puede
decir, tal como lo afirman Deborah Tannen y Gabriela Castellanos, que son
construcciones culturales.

Determinar si se es femenino o masculino, más allá de lo que la biología indica, se


ha empezado a identificar directamente con la forma como cada ser humano se
relaciona en su entorno. Así, el debate sobre género y sexualidad trasciende de
las características del cuerpo a un campo más amplio: el contexto en el cual se
desenvuelve ese cuerpo sexuado.

Las teorías acerca del género (como se verá más adelante) aseguran que el
género está condicionado a las tradiciones, costumbres y el estilo particular de la
crianza que se le da a un niño dependiendo de su órgano genital. Supóngase en
una clínica neonatal, una enfermera llega a la sala de espera con un bebé en sus
brazos y le pide a alguna de las personas presentes que por favor se haga cargo
de la criatura recién nacida por unos minutos. Los bebés –en muchos casos- están
cubiertos de forma tal que no puede visualizarse si físicamente se trata de un
hombre o de una mujer. Allí puede fijarse en el uso del lenguaje, cuando la
enfermera dice: “cuide a la niña”, la actitud de la persona se vuelve delicada,
usando un tono de voz suave y expresiones como “qué linda la princesa”; sin
embargo, cuando la enfermera indica: “cuide al niño”, el tono de voz es fuerte y las
palabras que dice la persona se asemejan al enunciado: “vas a ser un varón, un
verraco, un campeón”.

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De esta experiencia se podría hablar de pragmática, del uso del lenguaje que
refiere a la sexualidad del sujeto, del género hecho enunciado: el “generolecto”. El
generolecto, en cierta medida, se convierte en un lenguaje diferenciado y, en
algunos casos, discriminatorio, que divide, distancia, aleja, secciona los aspectos
sexuados de los hombres y las mujeres. El generolecto es un término que
responde de manera expresiva, que diferencia ante un hombre o ante una mujer
(u hombres y mujeres). Así, las personas de la sala de espera de la clínica, en la
experiencia anterior, asumen un comportamiento determinado por el sólo hecho
de tener en sus brazos un niño o una niña; sin comprobar, si quiera, que esto
fuese acertado en el sexo del o la bebé.

El concepto de generolecto es acuñado en principio por Deborah Tannen en 1993


quien adopta en cierta forma la posición de M. Foucault sobre el discurso que
“produce lo que nombra”. Son pocos teóricos los que han profundizado sobre el
tema. Generalmente se reduce a un análisis del discurso o a un discurso de
género. Sin embargo, Gabriela Castellanos Llanos ha seguido esta línea temática
por una década analizando el generolecto como una categoría cuyas bases
teóricas son los actos de habla, acuñados por J. L. Austin y J. Searle.

La definición de generolecto sería conceptualmente lo que en pragmática se


refiere a códigos performativos de lenguaje según el género. De allí que se
desprenda una variada investigación acerca del uso del lenguaje en la práctica
social que abarca la cultura, la educación, la música que se escucha, los eventos
a los que se asiste, los programas de televisión que se ven, el entorno y todos los
aspectos que hagan parte de la formación del ser humano aún desde antes de la
etapa de gestación. Aspectos que serán fundamentales en la construcción del
género y, en consecuencia, de los códigos de lenguaje que las personas usan.

Aquí es importante aclarar la diferencia entre sexo y género. Lo primero se refiere


a lo que sexualmente está inscrito en el cuerpo mientras que lo segundo se
relaciona con los significados que cada sociedad le atribuye. Ambas condiciones
(sexo, género) desempeñan un papel importante a la hora de estudiar los
generolectos. El género cobra importancia puesto que la mayoría de estudios
apuntan a que es una construcción histórico-social que se manifiesta a través del
lenguaje. Es decir, es el discurso en sí mismo que incluye palabras, expresiones,
gestos y comportamientos, lo que pone en manifiesto el género de una persona.

El sexo, es decir las características físicas, complementan dicha base y la prueba


reina está en la cotidianidad. Por ejemplo, si la mujer usa un lenguaje tosco, un
tono de voz grave, se sienta con las piernas abiertas y usa jeans anchos
seguramente encontrará a su paso personas que pongan en duda su feminidad,
porque culturalmente ese no es el lenguaje corporal, ni discursivo que debe usar
una mujer. Entonces, si una mujer quiere ser reconocida como tal, deberá
sentarse de piernas cruzadas, ocupando el mínimo espacio posible en la silla,
evidenciándose allí la sumisión que las tradiciones patriarcales imponen a la

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sociedad. Así mismo, si un hombre se arregla demasiado o usa palabras delicadas
y llenas de cortesía, no será visto como perteneciente al género masculino y se le
llamará afeminado, pues históricamente tampoco es así como deben expresarse
los hombres.

Desde el momento en el que se engendra un ser, se van idealizando sus


comportamientos, creencias y actitudes para el futuro, todo esto basado en la
incertidumbre de si será hombre o mujer. A todos estos códigos de
comportamiento, sumados los códigos del lenguaje, los generolectos sirven como
los parámetros que establecen ¿cuándo un discurso es femenino y cuándo es
masculino?, y se determinan de acuerdo a lo aceptado socialmente.

Lo socialmente aceptado, por poner un ejemplo, se refiere a que si en la familia,


ciudad, etc. se ha conservado la tradición de que cada hombre debe llevar puesto
en su infancia un vestido azul, debe jugar con una pelota y no con muñecas, así
será hasta que esté en capacidad de razonar y obtenga sus propios fetiches. Así
mismo, la mujer se acostumbrará a que de niña debe aprender a vestirse de
rosado y otros colores claros, que debe jugar con „las barbies‟ y aprender a
peinarse el cabello todos los días.

Los ejemplos en algunas regiones acerca de ideales de masculinidad son


entendidos como lo que debe „alcanzar y tener‟ un hombre para ocupar y ejercer
cierto poder en la sociedad y se expresan a través de actos de habla directos. Los
ideales de feminidad, por el contrario, se enfocan a ser sumisas, obedientes y a
ocupar el mínimo espacio posible; estos se manifiestan a través de actos de habla
indirectos.

Innumerables ejemplos de la cotidianidad pueden demostrar cómo los


generolectos se manifiestan a través de frases en determinadas situaciones que
permiten al ser humano juzgar si se está siendo femenino o masculino de acuerdo
a la manera como emite o recibe un mensaje. Sin embargo, en la evolución de
estas generaciones, se busca minimizar la fuerza de esas tradiciones creando
nuevos estilos y formas de expresión, según cada generolecto, que ya no
pertenecen exclusivamente al estándar de masculino o femenino, sino que se van
transformando de acuerdo a las particularidades de cada situación discursiva,
construyendo nuevas formas de comunicarse con el sexo opuesto.

El término “generolecto”, según Gabriela Castellanos (2007), hace referencia a los


estilos de género que culturalmente se asocian a lo femenino y masculino desde
las acciones y los discursos. Los estilos de género que menciona Castellanos se
refieren a lo que histórica y étnicamente se adquiere, además de reconocerse
tanto el masculino como el femenino. Se asume entonces, que entre los individuos
se puede encontrar una hibridación de estos conceptos.

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Las personas son responsables del lenguaje, son lenguaje, son construcción
cultural de costumbres, creencias y valores que trascienden con el tiempo. Los
comportamientos, los gestos, las formas de expresión se convierten en códigos
para identificar lo masculino y lo femenino en el discurso según la teoría de los
generolectos.

Las personas son las que construyen el escenario de práctica de comunicación,


son actores y se relacionan a través de nexos de la práctica. Uno de los
instrumentos de la práctica es el habla, el comportamiento en cuanto a gestos y
uso del espacio. Las personas representan un rol en cada escenario donde el uso
del lenguaje es la unidad básica para la comunidad o construcción cultural. Y justo
entre los variados usos del lenguaje, los actos de habla están en un constante
desarrollo de la práctica comunicativa de los generolectos.

En el caso de los jóvenes, cuando cumplen su rol masculino o femenino, al


relacionarse con sus pares, que son el círculo social más cercano y con el cual
buscan la manera de identificarse, comparten costumbres, tradiciones,
pensamientos y van adoptando aspectos culturales de quienes los rodean. Los
jóvenes conviven entre sí y se comunican con un lenguaje que para algunos
adultos se torna casi inentendible, más aún cuando convergen en un lugar
determinado diferentes creencias, etnias, regiones, costumbres, etc.

Lo anterior se convierte en una base fundamental para el generolecto como


categoría de análisis comunicativo. Y el presente estudio considera importante
analizar en los jóvenes esa práctica comunicativa de los generolectos.

El caso que trae este documento es el de la comunidad estudiantil de la


Universidad Santiago de Cali1. Caso que debe entenderse en los generolectos
como los códigos de lenguaje que acusan al género; cómo se expresan los
hombres hacia las mujeres y viceversa y pensando en cómo afecta la
comunicación en contextos cotidianos.

Vale acotar que las personas que deberían tener una experiencia respecto del uso
de generolectos serían hipotéticamente los estudiantes de comunicación social,
quienes deberían estar implicados por su responsabilidad en el conocimiento y
comportamiento acerca de la pragmática en la vida cotidiana; no sólo en los
medios de comunicación.

Siendo los estudiantes de comunicación, en su ámbito de experiencias de género,


los implicados en lo que respecta a la dinámica de la comunicación social, y

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La Universidad Santiago de Cali está caracterizada por recibir jóvenes de diferentes municipios
con una fuerte presencia de Valle del Cauca, Cauca, Chocó y Nariño. Pueden verse jóvenes
estudiantes de estratos sociales entre 2 a 4 en su mayoría de la ciudad de Cali. Las edades oscilan
entre los 16 y los 30 años (Según datos de archivos institucionales en Bienestar USC).

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teniendo en cuenta que ellos pueden representar variadas dinámicas del uso de
generolectos es pertinente preguntar: ¿Cómo se dan los generolectos en las
relaciones interpersonales entre algunos estudiantes de Comunicación Social de
la Universidad Santiago de Cali?

1.2. OBJETIVOS

1.2.1 Objetivo general. Analizar los generolectos en las relaciones


interpersonales entre algunos estudiantes de Comunicación Social de la
Universidad Santiago de Cali.

1.2.2 Objetivos específicos. a) Describir las situaciones de comunicación de los


generolectos que usan algunos estudiantes de Comunicación Social de la
Universidad Santiago de Cali y, b) interpretar el uso y la práctica de los
generolectos en algunos estudiantes de Comunicación Social de la Universidad
Santiago de Cali.

1.3. JUSTIFICACIÓN

Se ha presentado el tema de generolecto como un producto cultural muy


importante en la comunicación de las personas. Sin embargo, el estudio del
generolecto no es propiamente de las palabras que construyen oraciones sino
acerca de la práctica social que representan las palabras hechas oraciones en un
contexto determinado.

El caso que se sigue está en los estudiantes de Comunicación Social de la


Universidad Santiago de Cali porque la Universidad es un contexto, un escenario
de práctica, un espacio multicultural, multiétnico y en donde convergen diferentes
regiones del departamento y del país. Sin embargo, sin tener en cuenta el lugar de
origen de los estudiantes puede hacerse el presente estudio. Sólo se piensa que
en la experiencia universitaria esta situación en la que comparten con diferentes
regiones permite suponer que pueden indistintamente ser de la misma localidad o
de la región y comparten un espacio común que les permite la dinámica de
comunicación de generolectos.

Los estudiantes de comunicación son un público apto para la investigación, puesto


que su formación académica está orientada al uso correcto del lenguaje (oral,
escrito, quinésico, proxémico, etc.). Este estudio puede servirles para que
atiendan la problemática que demanda el uso del lenguaje ordinario en el contexto
de una comunidad de hablantes en la práctica de generolectos.

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Este trabajo sirve de aporte a la línea de investigación en comunicación análisis
del discurso y podría aportar también a los contenidos de los cursos de
comunicación que se centran en el uso del lenguaje, semiótica, antropología,
sociología, etc.

La población que se beneficia al leer el trabajo de grado sería la comunidad


universitaria de comunicadores y otras carreras afines. Además, los interesados
en el tema, como los centros de investigación de género que se hallan en las
diversas universidades del país.

1.3.1 Antecedentes. Sobre este tema existen pocas investigaciones en Colombia.


Indagando sobre el generolecto no se encuentran estudios directos sino
investigaciones similares, por ejemplo estilos de género de liderazgo en las
mujeres, construcción de identidad de género, sexo, género y feminismo, “lo que
decimos, somos y hacemos”, ensayos sobre lo masculino y lo femenino, identidad,
entre otros.

1.3.1.1 Lo que hay. Las primeras investigaciones en el Valle del Cauca,


principalmente en Cali, son de la autoría de la docente de doctorado en
Humanidades de la Universidad del Valle, Gabriela Castellanos, quien basada en
algunos autores extranjeros como Michel Foucault y Deborah Tannen indaga
sobre el generolecto en América Latina.

Gabriela Castellanos es quien trae por primera vez el concepto de generolecto a


Colombia y quien actualmente está dedicada a nutrir este importante campo de la
comunicación.

1.3.1.2 Contexto local. En Cali, principalmente en la Universidad Javeriana y


Universidad del Valle se han encontrado investigaciones de trabajos de grado
relacionados con generolecto.

En la universidad Javeriana se encontraron algunos trabajos de grado con base en


Análisis de los estilos de género de liderazgo que ejercen las mujeres ejecutivas
que ocupan cargos directivos en establecimientos de crédito del sector financiero
de la ciudad de Cali, realizado por las estudiantes de administración de empresas
Claudia Patria Escandón y Diana Britto Ruíz en el año 2002.

Este trabajo de grado presenta un análisis del estilo de género de liderazgo que
ejercen las mujeres ejecutivas del sector financiero de la ciudad de Cali. Qué estilo
de género de liderazgo predominante, masculino y femenino en situaciones como:
solución de problemas, cambio organizacional y logro de resultados, ejercen las
mujeres de dicho sector.

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Está también el trabajo Construcción de identidad de género en jóvenes mujeres
pertenecientes a un colegio de estrato económico alto realizado por estudiantes de
psicología Martha Claudia Arias Dávila, Sandra Zorrilla Arroyave y Jorge Luis
Ordóñez Valverde en el año 2007. En esta investigación se describen los
conflictos que se dan en la construcción de identidad de género en jóvenes
mujeres pertenecientes a un colegio de estrato económico alto.

Hay otra investigación de estudiantes de psicología que aporta a la Construcción


de la identidad de género en sujetos intersexuales Patricia Del Pilar Páez, Blanca
Luz Usaga, Marcela Vásquez y Graciela Hoyos Lievano en el año 2003. En ella se
indaga acerca de la problemática de la construcción de esta de la identidad en
sujetos intersexuales, ya que en la construcción de esta influyen factores
biológicos, psicológicos y sociales. Desde dos ejes temáticos: el estado de
intersexo desde la perspectiva médica y la identidad de género abarcando desde
la sociología y el enfoque psicoanalítico.

En la Universidad del Valle, en el Centro de Estudios de Género Mujer y Sociedad,


Colombia, hay algunos libros de las investigaciones basadas en análisis de otros
autores, como La mujer que escribe y el perro que baila: ensayos sobre género y
literatura del año 2004 y Decimos, hacemos, somos: discurso, identidades de
género y sexualidades del año 2010, de la profesora Gabriela Castellanos Llanos,
en la revista Manzana de la Discordia.

1.3.1.3 Contexto global. También está el título Jóvenes en la universidad: género,


clase e identidad profesional, de Luz Gabriela Arango Gaviria (2006), publicado en
Siglo del Hombre Editores y la Universidad Nacional de Colombia.

El título Varones: género y subjetividad masculina, de Mabel Burin e Irene Meler


(2000), de Paidos Ibérica editorial, en Argentina. Es un libro que se encarga de
hacer énfasis en la sexualidad y el comportamiento de los hombres frente a la
sociedad y cómo ha ido evolucionando.

Y Marta Lamas (2000) coincide con el tema generolecto con el texto El género: la
construcción cultural de la diferencia sexual; el cual fue publicado por el Grupo
Editorial Miguel Ángel, en México.

El libro de Sofía Carvajal (2010) El piropo: entre el alago y el insulto, que es


resultado de un trabajo de grado para optar al título de Comunicadora Social en la
Universidad Santiago de Cali, trata el tema de la práctica comunicativa en el
espacio público desde los enunciados que son piropos. Este trabajo involucra los
actos de habla y los conceptos de sexo, sexualidad y género que igualmente
tienen relación con los enunciados que son generolectos. El documento fue
publicado por Proemia, en Santiago de Cali.

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1.4 MARCO TEÓRICO

1.4.1 Actos de habla. John Rogers Searle (1990), en el capítulo segundo,


“Expresiones, significado y actos de habla” del libro Actos de Habla, retoma lo
planteado por Austin sobre “hablar consiste en realizar actos conforme a reglas”;
es decir, se conectan actos lingüísticos para hablar de actos de habla.

Searle aborda la problemática no desde el campo discursivo sino desde la


pragmática y expresa que existen distintos tipos de actos de habla que
dependerán del contexto y la situación en la que se presentan.

La primera teoría se basa en que cuando uno está diciendo algo, lo está haciendo.
Esto, a su vez, depende de las condiciones de sinceridad del enunciado para
lograr que el acto de habla sea afortunado. Por ejemplo, si alguien dice “me caso
contigo” debe casarse para que el acto de habla sea afortunado y sincero, sino se
casa el acto de habla sería un infortunio. La segunda teoría se refiere a que los
únicos que pueden provocar estos actos son los seres humanos, por ende
“producimos cultura”. Si alguien dice “te ofendo”, no ofende realmente, ya que
deben existir actos de habla que sí produzcan la ofensa. En otras palabras, el
enunciado se refiere al mismo sujeto y acción, pero su acto de habla o intención
es diferente.

De ahí parte una tercera teoría, la intencionalidad; la intención solo se da de


manera cultural. Es decir, “te ofendo” en otro contexto funcionaría, dependiendo
de la fuerza ilocucionaria, la cual dice que según el contexto de los actos de habla,
esta fuerza tendrá mayor importancia.

De acuerdo con Searle, los actos de habla se dividen en tres: A. Acto de emisión:
la emisión de palabras, morfemas u oraciones. B. Acto proposicional: el acto de
referir y predicar. C. Acto ilocucionario: el acto de preguntar, mandar, prometer,
entre otros

Cabe mencionar que estos actos de habla no se realizan por separado, sino que al
realizar actos ilocucionarios característicamente se realizan actos proposicionales
y de emisión. Searle también se refiere a la forma gramatical de estos actos y al
respecto señala que la forma gramatical característica del acto ilocucionario es la
oración completa y las formas gramaticales características de los actos
proposicionales son partes de oraciones: predicados gramaticales para el acto de
la predicación, y nombres propios, pronombres y ciertas frases para la referencia.

El uso del lenguaje está en el centro de la propuesta del estudio de los actos de
habla. Sin embargo, Deborah Tannen, citada por Castellanos (2006), basada en

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Michel Foucault, afirma que somos producto cultural que habla a partir de allí;
somos construidos a través de un discurso, performance.

Lo performance, o lo performativo, es un panóptico que tiene cada institución lleno


de elementos constitucionales, los cuales a su vez construyen a las personas
dentro del margen social y cultural que los rodea.

En el caso de los generolectos, pareciera que ese discurso también fuera


institucionalizado. Como si hubiera una sola forma de hablar. En este caso la
forma que se adopta para expresar actos de habla ha sido construida por las
personas en su acción comunicativa.

1.4.2 Estructura de los actos ilocucionarios. Los actos ilocucionarios, como lo


expresa, Searle consisten en “decir algo queriendo decir lo que significa”. Es decir,
al realizar un acto ilocucionario, el emisor intenta producir un cierto efecto
haciendo que el oyente reconozca su intención, ya sea de forma directa o
indirecta. Searle, divide los actos ilocucionarios en directos e indirectos:

Actos ilocucionarios directos son aquéllos en los que el hablante emite una oración
y la oración significa de manera explícita y literal lo que expresa en sí. Y Actos
ilocucionarios indirectos, Searle establece que los hablantes no siempre dicen lo
que quieren decir o dicen más de lo que pretenden y esto es precisamente lo que
ocurre en los actos indirectos, éstos son aquéllos en los que el hablante emite una
oración y esta significa lo que se dice y muchas veces, algo más.

Para Searle, la mayoría de las oraciones se emiten como actos ilocucionarios


indirectos. Un emisor, realiza actos ilocucionarios indirectos al basarse en el
contexto o en los conocimientos que comparte con su receptor, además, reta al
receptor en la capacidad que este tenga de inferir su mensaje.

La teoría de generolectos alude a que culturalmente estos actos ilocucionarios


directos y/o indirectos se han establecido como códigos de lenguaje según el
género de quien emite el enunciado. Entonces, los actos de habla directos serían
atribuidos al género masculino mientras que los actos de habla indirectos le
corresponderían al género femenino. Todo esto basado en análisis de género y
discurso.

1.4.3 La historia y el género. W. Scott Joan (1990), en su texto “El género: una
categoría útil para el análisis histórico”, este texto reseña los usos de la palabra
género desde tiempos remotos y explica su relación con las diferentes teorías
como el feminismo y los teóricos patriarcales. Además, explica las interpretaciones
que se le han dado al término “género”.

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Si quisiera darse una definición exacta, podría decirse que el género es una
categoría social impuesta a un cuerpo sexuado según la cultura y que marca la
diferencia de los roles entre hombres y mujeres (Scott, 1990, p. 40). Los
generolectos se encargan de esas diferencias inherentes al discurso que
socialmente se ha aceptado como un discurso femenino o masculino.

Scott propone su propio esquema del proceso de construcción de las relaciones


de género y argumenta que este podría usarse para discutir sobre clases, razas,
etnicidad o cualquier proceso social. El género es una forma primaria de
relaciones significantes de poder. Podría mejor decirse que el género es el campo
primario dentro del cual o por medio del cual se articula el poder. (Scott, 1990, p.
47).

Según Scott, el género ha sido promotor de diferencias jerárquicas no sólo en el


núcleo familiar sino en la sociedad como tal, lo cual incluye lo laboral, la política y
las relaciones de estatus entre naciones. Por lo tanto, las significaciones de
género y poder se construyen la una a la otra. Visto así, el concepto de género y
sus modificaciones puede generar cambios también en las relaciones de poder en
la sociedad y el género debe redefinirse y reestructurarse en conjunción con una
visión de igualdad política y social que comprende no sólo el sexo, sino también la
clase y la raza. (Scott, 1990 p. 56).

Las interacciones sociales dentro de las cuales se encuentran los generolectos


inmersos en el discurso son materia de investigación. Teniendo en cuenta a la
sociedad latinoamericana, que es una sociedad tradicionalmente patriarcal, cabe
aclarar algunos aspectos sobre el sexo y el género. Para esto se aborda el texto
de Mabel Burin e Irene Meler (2000) sobre la subjetividad masculina.

1.4.4 Género: una herramienta teórica para el estudio de la subjetividad


masculina. La diferencia entre Sexo y género se da en que lo sexual está inscrito
en el cuerpo mientras que el género se relaciona con los significados que cada
sociedad le atribuye. Es por eso que la mayoría de las veces la crianza es
diferenciada entre hombres y mujeres, según los patrones culturales de los padres
o quienes estén custodiando el hogar.

La categoría de género, como lo explica la concepción “Queer”, que traduce


„disidencia sexual‟ o ´sexualidades periféricas‟, se trata de una construcción
histórico-social, por tanto el género jamás aparecerá en forma pura y menos en el
tiempo moderno en donde se encuentra diversidad de inclinaciones sexuales.

El generolecto al ser usado por ambos géneros también podrá ser híbrido en
determinados momentos, es decir se puede encontrar hombres usando
generolectos femeninos y mujeres usando generolectos masculinos
indistintamente. Por eso se habla de la performatividad del género como una

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repetición y un ritual que logra su efecto mediante su naturalización en el contexto
de un cuerpo, entendido hasta cierto punto, como una duración temporal sostenida
culturalmente.

No todo es del interior al exterior, también hay gestos naturalizados que hacen
parte del yo interior por medio de la interiorización de lo externo. Todo esto con la
interacción social y el discurso con el que se dirigen unos a otros según códigos
establecidos por la sociedad.

Independientemente de lo biológico el género se construye culturalmente.


Entonces, podría entenderse también como cierto significado que adopta el cuerpo
y se manifiesta a través del lenguaje, el comportamiento y la cultura. La
problemática que allí se presenta, se da en que el lenguaje tiene el poder de
excluir y subordinar y/o de maximizar al otro; como venimos hablando de una
lucha de sexos y géneros, éste podría convertirse en una herramienta de
discriminación.

Todos estos son factores que se entrecruzan durante la constitución de la


subjetividad, por lo tanto, el género jamás aparece en forma pura sino
entrecruzado con otros aspectos determinantes de la subjetividad humana (Burin
& Meler, 2000, p. 24) y así mismo, serán interpretados los mensajes por cada
receptor.

1.4.5 Conflicto de género, teoría feminista y discurso psicoanalítico. Judith


Butler (2004) en el libro “Pensar (en) género teoría y práctica para nuevas
cartografías del cuerpo”, plantea una discusión crítica alrededor de la categoría de
la mujer, la teoría feminista, el género y la sexualidad desde el punto de vista
psicoanalítico y discursivo, cuestionando los argumentos de diferenciación entre
masculino – femenino y la participación del hombre y la mujer en la narración de la
historia.

Lo que se plantea en principio, es cómo la sexualidad, según el psicoanálisis, no


es acto sexual sino la forma de relacionarse en el mundo, es decir cualquier
relación afectiva. El texto plantea que el género es una construcción y no una
necesidad biológica y que lo importante es identificar los momentos precisos del
desarrollo de esa construcción en la historia de los sujetos sexuados. (Butler, 2000
p. 267)

Los aportes del psicoanálisis a la teoría feminista se resumen en que suministró a


la teoría feminista una forma para identificar y establecer la diferencia de género a
través de un metarrelato del desarrollo infantil compartido; ayudó a las feministas a
demostrar cómo la noción misma de sujeto privilegia lo masculino dentro del
lenguaje cultural. (Butler 2000 p. 267) Debajo de cada texto o discurso hay un
sustrato inconsciente y así como al hablar se evidencian cosas del inconsciente

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también se hace al escribir, tratando de desdibujar el deseo de lo que realmente
se quiere escribir.

Hay dos ideas indispensables. La primera, es que cada uno se identifica según su
sexo; la segunda, que cada uno se identifica con lo que desea. Sin embargo, hay
una posibilidad que emerge desde la teoría psicoanalítica, según la cual las
identificaciones no actúan para consolidar la identidad sino para condicionar la
interacción y la recombinación subversiva de los significados del género (Butler
2000 p. 275). La identificación no es imitación simple sino que involucra el deseo.
Es decir, “uno no se identifica con una persona empírica sino con una fantasía: la
madre que se desee haber tenido, el padre que se pensaba que se tenía” (Butler
2000, p. 276)

Butler cuestiona lo siguiente ¿cuál es la ley de prohibición que genera la


categorización corporal del género y la representación, fantaseada y fantástica, del
cuerpo sexuado? Según Freud allí es donde aparecen el tabú del incesto y el tabú
del homosexualismo como los momentos generadores de la identidad sexual,
puesto que contribuye en términos de lograr la heterosexualidad. (Butler, 2000, p.
277). Finalmente, se expresa que la coherencia narrativa y las estrategias
narrativas que se emplean para ubicar y articular la identidad de género deberían
incluir mayor complejidad y descartar por completo los mitos de los orígenes
internos (Butler, 2000, p. 282)

1.4.6 ¿El sexo es naturaleza y el género es cultura? Gabriela Castellanos


(2006), en su texto “Sexo, género y feminismo: tres categorías en pugna”,
expresa que para muchas personas, la palabra “sexo” quiere decir, además de la
diferencia anatómica entre hombres y mujeres, el coito y la reproducción.

En cuanto al término de género, no se trata de otra manera de decir “mujer”, ni un


camuflaje inventado por las feministas. Este término, corresponde a las relaciones
sociales y culturales entre mujeres y hombres, a las diferencias entre los roles de
unas y de otros, y nos permite ver que estas diferencias no son producto de una
esencia invariable; por el contrario, cada cultura conciben lo que es ser hombre y
lo que es ser mujer de una manera diferente, sin olvidar que éstas concepciones
evolucionan a través del tiempo. En los últimos años, se ha desprendido una
diferenciación en cuanto al sexo, como el aspecto biológico, natural, de la
distinción anatómica; y en cuanto al género, como la elaboración cultural de esta
realidad.

Según la antropóloga feminista Gayle Rubín, (1986) en su ensayo “El tráfico de


mujeres: notas sobre la „economía política‟ del sexo”, la diferenciación entre
sexo/género, no es más que “el conjunto de disposiciones, mediante las cuales
una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de actividad

13
humana, y mediante las cuales se satisfacen estas necesidades sexuales
transformadas” (Rubín, 1986, p. 34).

Entonces a la sexualidad se le interpreta de manera diferente según cada


sociedad, aunque sea la misma en todas partes; es decir, distinta en cada etnia y
capaz de evolucionar en el tiempo, lo que se llama género. Anteriormente, nacer
con la posibilidad de ser madre forzaba a una única forma de ser y de pensar, por
estigmas a los que las costumbres y comportamientos de una sociedad estaba
sometida. En la sociedad moderna, a partir de la generación del capitalismo, nacer
con genitales masculinos abría una cierta escala de posibilidades para la
actuación social, dentro de las limitaciones o privilegios de clase y etnia.

La definición de “género” permite descubrir que las identidades femeninas y


masculinas no se derivan necesariamente de las diferencias anatómicas entre
ambos sexos. Sino que a partir de la distinción entre sexo y género, qué es y qué
implica ser hombre o ser mujer, para la identidad personal y según los
comportamientos, roles y funciones de cada género. Entonces, partiendo de los
usos, las costumbres sobre la forma de actuar y decir, son las que se moldean en
cada cultura, las concepciones y actitudes hacia lo femenino y lo masculino.

No sólo puede considerarse como cultural el aspecto psíquico de la sexualidad,


aquel que tiene que ver con el inconsciente, sino que desde la misma anatomía y
fisiología reproductiva; es decir, el placer y deseos fisiológicos se elaboran
también mediante la cultura y son el producto de los discursos sobre ellos.

El término Generolecto, según Gabriela Castellanos (2006), no sólo es una frase


sino todo aquello que constituye, aparte de los gestos, hace referencia a los estilos
de género, a lo cultural, que socialmente se asocia a lo femenino y masculino
desde las acciones y los discursos.

Aquí se habla, de los estilos de género como históricos, étnicos y adquiridos,


además de reconocerse tanto el masculino como el femenino. Se asume
entonces, que entre los individuos pueden encontrar varias formas de combinación
de éstos conceptos.

Según M. Kaufman (1995), el poder, está en la sociedad y no en los individuos,


ambas personalidades, tanto la masculina como la femenina, están arraigadas por
una condición conflictiva impuesta a la sociedad, no sólo porque en ella es donde
entran a jugar las relaciones de poder que se imponen de un género sobre el otro,
en este caso, el género masculino, donde se lidia con muchas expresiones
asignadas como formas hegemónicas de masculinidad.

Un ejemplo, son los ideales de masculinidad, entendidos como lo que debe


„alcanzar y tener‟ un hombre para ocupar y ejercer cierto poder en la sociedad.
Expresiones como, “Los hombres no deben llorar”, idealizan al individuo masculino

14
para que sea „fuerte‟ y „parezca „hombre‟, cuando en realidad, parece que ellos
debieran utilizar un modelo, un lenguaje, un gesto acorde y aprobado por la
sociedad y a su vez poder ser aceptados por esta, generalizando el
comportamiento que „debe‟ tener cada individuo, según su género (Kaufman,
1995, pp. 123-146).

Castellanos (2006) expone algunas teorías de Thomas W. Laqueur para explicar


de dónde surge este interrogatorio. La construcción del sexo, según Laqueur,
basándose en las concepciones del sexo en un momento histórico, es decir, las
representaciones científicas de la biología de la reproducción, entonces, sufren el
influjo “de los imperativos culturales de la metáfora”, es decir, de todo el universo
simbólico que las rodea.

T. W. Laqueur muestra cómo diversas “cuestiones culturales y políticas relativas a


la naturaleza de la mujer” han dado forma a distintas teorías biológicas sobre la
sexualidad. Por ejemplo, en el discurso científico de la Antigüedad Clásica se
representaba el sexo como único; es decir, se pensaba que tanto hombres como
mujeres tenían el mismo sexo (masculino), con la diferencia de que los varones lo
tenían plenamente desarrollado, mientras que en las mujeres los genitales se
encontraban atrofiados. Tal concepción era en parte consecuencia de la ideología
según la cual existía una jerarquía entre lo varonil como lo plenamente humano y
lo femenil como una variante inferior” (Castellanos, 2006, p. 19).

En la era moderna surge la “invención de los dos sexos, distintos, inmutables e


inconmensurables”, también la idea de que la sexualidad femenina, distinta de la
masculina, domina totalmente a la hembra de la especie humana; la mujer no es
más que sexualidad, “la mujer es lo que es a causa del útero”, “a causa de los
ovarios”. Sexo, diferencia sexual, sexualidad, aparecen enmarcados en los
discursos y las prácticas que estructuran las diferencias socio-culturales entre
hombres y mujeres.

Explica Castellanos, pasa con las concepciones “modernas” por ejemplo, la


virginidad, como consecuencia de los prejuicios culturales. Es decir, se piensa la
virginidad como una realidad femenina, que depende de la presencia o ausencia
del himen, y se reconoce que en el primer coito produce la ruptura de esta
membrana. Sin embargo, se sabe ya que una proporción relativamente alta de las
hembras humanas, nace sin himen, o con un “himen complaciente”, que nunca se
rompe, o por lo contrario uno muy débil e insuficientemente vascularizado, de
modo que su ruptura no produce hemorragia alguna. Por otra parte, una alta
proporción de varones humanos nace con un prepucio cuyas características
harán que se rasgue en el primer coito, produciendo un sangrado similar al de las
mujeres.

15
De nuevo, este hecho comprobado no accede a la palabra generalizada, ni se
integra al discurso cotidiano, pues no se alude a él al hablar sobre la virginidad.
Es como si la evidencia, por contundente que sea, fuera anulada por la ideología.

No debe concebirse el género como la mera inscripción cultural de


significado sobre un sexo pre-establecido; el género debe también designar
el mismo aparato de producción por medio del cual se establecen los sexos.
Como resultado, el género no es a la cultura como el sexo es a la naturaleza
... el género es el medio discursivo/cultural por medio del cual se produce
una “naturaleza sexuada” o un “sexo natural”, y se establece esta naturaleza
y este sexo como “prediscursivos”, o previos a la cultura, como una
superficie políticamente neutra sobre la cual actúa la cultura. (Castellanos,
2006, p. 23)

Desde esta perspectiva, son los saberes y los discursos los que
fundamentalmente permiten crear, afianzar y sostener las relaciones de poder. El
“sexo” como una realidad universal. A pesar de que nos parezca “auto-evidente”
la idea de que siempre han existido sólo dos sexos, es sólo un producto de la
cultura, como lo es la idea de que el sexo es “natural”.

1.4.7 El discurso de la sexualidad. No obstante, según Michel Foucault (1995) la


sexualidad también tiene su historia, así lo explica en historia de la sexualidad i, la
voluntad de saber.

En la incitación a los discursos, Foucault pretende explicar el discurso sexual y la


libertad sexual supuestamente “alcanzada” como un dispositivo falso, que
pretende distraer de lo que debe ser verdaderamente objeto de lucha en la
sociedad: el control sobre los propios cuerpos, sobre los deseos y pasiones.

Se inicia en el siglo XVII, una edad de represión, de las sociedades burguesas que
se han mantenido hasta la actualidad, la perversión ha estado patente todo el
tiempo, sólo que antes fingían que ignoraban lo que prohibían, como si no
quisieran tener ningún punto en común. La sexualidad era cuidadosamente
encerrada, la familia conyugal la retenía y la absorbía por completo. En este
tiempo, todo lo que tuviera relación con el sexo debía ser un tema acallado.

Sin embargo, hablar o no del sexo siempre ha generado censura en la sociedad,


incluso en algunos discursos entre los géneros. El tema se ha mantenido en
rigurosidad cumpliendo con un margen de tabú creado por esa misma sociedad
que se reprime en ello. Los discursos sobre el sexo, han tomado revocaciones
para ser aceptados, sin miedos o temores en la sociedad. Sin embargo esta
afirmación puede considerarse relativa, porque los tabú creados por el cerebro del

16
humano, han penetrado tanto que si se llegara a cambiar de postura, podría
censurarse.

A lo largo del siglo XVIII, surge la probable multiplicación en lo que el autor hace
énfasis, los discursos “ilícitos”, discursos de infracción que nombran al sexo en
forma de insulto o irrisión a los nuevos pudores. No sólo se ha ampliado el dominio
de lo que se podía decir sobre el sexo, sino que se ha conectado el discurso con
el sexo mediante un dispositivo complejo y de variados efectos, que no pueden
cerrarse con una ley de prohibición.

Se genera entonces, a partir de este siglo, una incitación política, económica y


técnica para hablar del sexo, en forma de análisis, contabilidad, clasificación y
especificación, a partir de investigaciones cuantitativas o causales para
pronunciarse del tema, con base en un discurso no sólo moral sino racional. Para
Foucault, lo esencial no está en todos esos escrúpulos, ni en el “moralismo” que
traicionan continuamente, sino en la reconocida necesidad de que hay que
superarlos.

Se debe hablar de sexo, se debe hablar públicamente y de un modo que no se


atenga a la división de lo lícito e ilícito. “El sexo no es una cosa que sólo se
juzgue, es cosa que se administra” (Foucault, 1995, p. 34). Debe hacer parte del
poder público, participar en procedimientos de gestión y así mismo debe ser
tomado a cargo por discursos analíticos. Por tanto, una sociedad no sólo debe
ligar su futuro y su fortuna al número y virtud de sus ciudadanos, a las reglas de
sus matrimonios, a la organización y estructura de las familias, sino también a la
manera en que cada cual hace uso de su sexo.

La implantación perversa se da en la sexualidad en términos de una historia del


cuerpo, es decir, del modo en que los dispositivos de poder se articulan sobre el
cuerpo, buscan alguna forma de oponerse a un concepto de represión al que
vivimos atados.

A partir del siglo XIX y hasta el XXI, se desprende una multiplicación y dispersión
de las sexualidades, un refuerzo de sus formas disparatadas, como una
implantación múltiple de sus “perversiones”. Se puede decir que esta época fue el
inicio real y el destape de las heterogeneidades sexuales.

La homosexualidad apareció como una de las figuras de la sexualidad cuando fue


rebajada de la práctica de la sodomía a una suerte de androginia interior, de
hermafroditismo del alma. Es decir, el sodomita era un relapso y el homosexual es
ahora una especie.

Lo irónico surge cuando se pregunta cómo pudo suceder que el lirismo y la


religiosidad que acompañaron durante mucho tiempo el proyecto revolucionario se
hayan desplazado en las sociedades industriales y occidentales al sexo.

17
La sociedad moderna es perversa, no quiere decir que va en contra de su
puritanismo, es más bien, perversa, directa y real.

1.4.8 Las tensiones de la virilidad. Celia Amorós (1990) en su texto “las


tensiones de la virilidad” hace un análisis sobre la violencia contra la mujer y la
relación que este fenómeno tiene con el patriarcado. Así mismo, relaciona la
emancipación de la mujer con el incremento de la violencia contra la misma. A su
vez, hace una reflexión sobre el racismo de género.

Los varones se identifican como tal por serie. “soy varón porque soy como ellos”.
Por otro lado se identifican a través de un „topos‟ (lugar común de praxis de
masculinidad) que vendría siendo la Mujer.

El patriarcado es un conjunto práctico se constituye mediante acciones reales,


simbólicas. La mujer como objeto delimitado por los lugares simbólicos y comunes
asignados por los pactos de la sociedad patriarcal (prejuicios).

Con las mujeres ya se sabe” es decir, ese saber es patrimonio genérico de


los varones y se pretende producto de su experiencia práctica; se auto
cualifican, así, recíprocamente, de expertos. Pero sobre todo, si se sabe
ya, quitarles la palabra a las mujeres está justificado de antemano: ¿qué
tendría ellas que decir? (…) a la mujer se le agota como objeto (Amorós
1990 p. 8 – 9)

Por su parte, el patriarcado es un conjunto práctico real y simbólico consistente en


sus prácticas. La construcción sociocultural de los géneros tal como nos es
conocida no es sino la construcción misma de la jerarquización patriarcal. (Amorós
1990 p. 11) En últimas, se considera que la relación de géneros está basada en
prejuicios que por jerarquización afectan principalmente a la mujer, reduciéndola a
una categoría menor. Siendo el feminismo más un reconocimiento a los pactos
patriarcales. “El feminismo es el machismo pero al revés”

1.5 METODOLOGÍA

1.5.1 Enfoque cualitativo. Carlos Sandoval (2002) dice que la investigación


cualitativa se realiza por la vía de la construcción de discursos basados en el
diálogo y en la intersubjetividad. Cada discurso va aplicado a las fuentes, los
métodos, los investigadores y las teorías empleadas en cada paso de la
investigación, y constituye el reconocimiento de que la realidad humana es diversa
en los actores sociales involucrados en su producción y comprensión.

18
En el enfoque cualitativo, el ser humano es la principal fuente de investigación y
observación, ya que el entorno donde se desarrolla es concebido como una
realidad desarrollada simultáneamente sobre tres planos: físico-material, socio-
cultural y personal-vivencial (Sandoval, 2002, p 53).

1.5.2 Método etnográfico. La etnografía significa “describir a las personas” y es


un método de investigación social que no sólo incluye descripciones detalladas de
lo observado (discursivo) sino que además constituye los procesos de
interpretación y teorización.

La observación da paso a revelar los significados del grupo estudiado explicando y


comprendiendo sus acciones y comportamientos que sustentan las acciones que
constituyen la realidad social. En lo discursivo, como práctica social del uso de
generolectos, se puede visibilizar los comportamientos de la personas en
diferentes contextos, interpretar y destacar las características que describen y
definen la práctica.

Allí también es importante el preguntar, lo que apoya lo discursivo verbal, como la


observación a través de las interacciones, eventos y situaciones de las personas;
las opiniones acerca del tema generolectos se define en las experiencias,
actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones como son expresadas en el
responder.

1.5.3 Funcionamiento de la enunciación. Este trabajo está enmarcado por el


enfoque cualitativo en la práctica social del generolecto y que desde el Análisis del
Discurso, según lo planteado por María Cristina Martínez (2005), se concibe la
unidad básica del discurso al Enunciado.

Martínez explica en su libro, La construcción del proceso argumentativo en el


discurso, que “la dimensión dialógica del lenguaje se evidencia en la dinámica
enunciativa que se construye en el discurso” (2005, p. 73), y al mismo tiempo el
discurso como género son en el mundo prácticas sociales.

La práctica social o el género discursivo es el generolecto, o la situación


comunicativa de los enunciados que son generolectos. Allí se pueden encontrar
diferentes tipos de situación de enunciación en un mismo género discursivo. El
discurso que se analiza es el comunicativo, el cual ya constituye una dinámica
particular, una práctica social, que destaca la dimensión dialógica entre:
enunciador (locutor, emisor), enunciatario (interlocutor, receptor) y enunciado.

19
No obstante, existen tres pruebas de la situación de enunciación, en las cuales se
muestran las intenciones del locutor, la relación de este con la respuesta activa del
interlocutor y así mismo su relación con lo enunciado.

El discurso de generolectos evidencia relaciones o tonalidades representadas por


estrategias discursivas de acercamiento o lejanía entre los tres (enunciador,
enunciado y enunciatario). El enunciado como un espacio discursivo, donde se
construyen varios puntos de vista dependiendo de las posiciones, relaciones
jerárquicas iguales o desiguales, proximidades o lejanías entre los protagonistas.

Según Martínez, el enunciado como “metáfora entonacional”, es decir


dependiendo del tono y el acto de habla que se utilice, se puede presentar un YO
autoritario el cual representa al enunciador, un TU, que representa al enunciatario,
quien recibe el enunciado. En este caso, dependiendo del género y la fuerza con
que torne el discurso se producirá un generolecto masculino o uno femenino.

En los generolectos, cuando se declara el enunciado, se construyen nuevas


valoraciones acerca de la orientación social del enunciado, mientras que cuando
se afirma, se relaciona con la manera como perciben los hechos por parte de un
grupo social que ha llegado a una conclusión general sobre lo enunciado y cuando
se promete se hace con el fin de manifestar acuerdos y desacuerdos. Por lo tanto,
hay que recurrir a la asignación de actos de habla que le son propios en la
dinámica enunciativa.

Cuadro 1.1 La orientación social de los actos de habla

Tonalidad Tonalidad Predictiva Tonalidad apreciativa


Intencionalidad (Desde la perspectiva del YO (Desde la perspectiva del YO
(Desde la perspectiva del hacia el TÚ: Ethos-Patos) hacia el Tema, hacia el
YO hacia sí mismo: ethos- Tercero: Ethos-Tiers)
ethos)
Ser solidario Ser racional, conocedor
Ser virtuoso, moderado
Orientación (+) Orientación (+) Orientación (+)

Asertivos: Directivos: Expresivos:


Afirma, Declara, Plantea, Recomienda, Aconseja, Congratulación, condolencia,
Propone, Supone, Sugiere, Solicita, Pregunta, Manifiesta alegría, enfado,
Reivindica, Asevera, Ordena, Interpreta, Aprueba, cólera, arrepentimiento;
Constata, Informa. Autoriza, le Propone (empujan Opina acerca de algo o
al Pathos a defender su punto alguien; Aprecia, Respeta,
Comisivos: de vista) Acoge.
Promete, Acepta, Acuerda
(se compromete a cumplir) (Proposiciones Iniciativas) A través del Discurso
Referido:
Declarativos
constitucionales: Ensalza, Engrandece,

20
Proclama Respeta, Aprecia, Acaricia,
Cuida, Acoge.
Declarativos de uso:
Explica, Define, Precisa, (Proposiciones Apreciativas)
Amplía

Preposiciones
Descriptivas:
Reclama, Cuestiona,
Advierte, Evalúa, Exige,
Rechaza.
Orientación (-) Orientación (-) Orientación (-)

Se confiesa, Se excusa. Apelativos: Amenaza, Critica, Expresivos: Amonesta,


Insulta, le Advierte, Refuta, Reclama, Insta, Llama la
Regaña a, Amonesta, Fastidia, atención, Denuncia, Ironiza,
Provoca, Atemoriza, Rebaja, Burla, Rebaja, Minimiza.
Denuncia, Invoca.
A través del Discurso
Referido:
Minimiza, Fastidia, Provoca,
Atemoriza, Amonesta,
Denuncia.
Fuente: Martínez, 2005.

La teoría de Martínez estaría indicando que sin actos de ilocucionarios, en este


caso generolectos, no hay discurso, y como ella misma afirma “la dinámica social
enunciativa es la base fundamental de todos los discursos” (Martínez, 2005, p. 75)

La orientación social de la enunciación o aproximación, permite analizar cómo


durante la práctica social del discurso se establece entre los participantes una
relación cercana o lejana, de aprecio, respeto o indiferencia tanto con el
enunciatario como con el enunciado. Esta orientación social es doble ya que se
refiere al valor de jerarquía y al valor de intimidad entre los participantes.

Estas aproximaciones pueden ser:

Fuerte: entre el enunciador y el enunciatario indicando una alianza entre los dos y
un distanciamiento con el tercero. Débil: del enunciador con el tercero y por el
contrario una aproximación fuerte del enunciatario con el tercero. Fuerte: entre un
enunciador y el tercero en la que aparecen los dos como aliados contra el
enunciatario. Esto puede ilustrarse en la siguiente gráfica:

Gráfica 1.1 aproximaciones en la dinámica enunciativa

En Et

21
Los tres participantes de la situación de enunciación, enunciador (En), enunciado
(E) y enunciatario (Et), cumplen sus roles en el acto comunicativo y se acercan o
alejan entre sí según el grado de jerarquía e intimidad que represente el
enunciado.

1.5.4 Herramientas de registro. Inicialmente, las herramientas de registro


definidas para esta investigación son el grupo focal y la entrevista. Seguidamente
se orienta la dinámica de la enunciación.

1.5.4.1 Grupo focal. Estudiar los generolectos que usan y cómo los usan en el
contexto universitario requiere del grupo focal acercarse a la cotidianidad del uso
de los generolectos: del grupo de discusión se registra cómo los usan, cómo los
reciben, cuáles son las reacciones.

El grupo focal es una técnica de exploración para la investigación cualitativa, la


más acertada para reunir a un número de personas con el fin de discutir sobre un
tema en común. Los aspectos cualitativos que caracterizan al Grupo Focal son
principalmente los participantes, quienes no están sometidos a contestar bajo
presión sino, por el contrario, hablan libre y espontáneamente sobre temas que se
consideran de importancia para la investigación.

Generalmente los participantes se escogen al azar y se entrevistan previamente


según sus características relacionadas al tema para determinar si califican o no
dentro del grupo.

La reunión del grupo focal es dirigida por un moderador que utiliza una guía de
discusión para mantener el enfoque de la reunión y el control del grupo. La guía de
discusión contiene los objetivos del estudio que incluye preguntas de discusión
abierta.

Cuadro 1.2 Guía de preguntas para grupo focal

Pregunta Objetivo
P1: ¿Qué entienden por generolectos? Familiarizar a los estudiantes con el
término.
P2: Situación: necesita dinero prestado, realice un discurso de Identificar los actos de habla
cómo le pediría dinero prestado a: utilizados según la jerarquía del
-Un profesor enunciatario.
-Uno de sus compañeros

P3: -Palabras o frases que más usa Identificar actos de habla en general.

22
P4: -Cuál es la expresión sentimental que más usa Identificar actos de habla cuando hay
cercanía con su interlocutor
P5. -Cuál es su función en su grupo de estudio y cómo se Identificar actos de habla cuando hay
comunica con sus compañeros (escriba las frases que lo lejanía con su interlocutor
identifican como tal)

P6: Describa cómo es la discusión que tiene con más frecuencia Identificar actos de habla cuando hay
su grupo de estudio. (Escríbalo en forma de diálogo). lejanía con su interlocutor

P7: ¿Identifican los actos de habla cuando se comunican entre -Acto locutivo
ustedes? -Acto ilocutivo
-Acto perlocutivo
P8: -Cuando quiere insultar a alguien qué frase y gesto usa Identificar actos de habla en
situaciones comunicativas de
conflicto.
P9: -Qué frase y qué gesto lo hacen sentir ofendido Identificar actos de habla en
situaciones comunicativas de
conflicto
P10: -Qué es más ofensivo un mensaje oral o escrito y por qué Identificar cómo se interpretan actos
de habla en situaciones de conflicto

P11: ¿Con quién se entiende más con amigos o amigas? Identificar cómo se interpretan actos
de habla según el interlocutor
P12: ¿Cómo es su relación de dialogo con su mamá y cómo es Identificar cómo se interpretan actos
con su papá? de habla según el interlocutor

P13: Describa cómo es una conversación con su pareja. Identificar cómo se interpretan actos
de habla según el interlocutor

P14: ¿Qué es la cultura? Cómo define su cultura: relato de Analizar el contexto sociocultural de
comportamientos, tradiciones y creencias los participantes

P15: Frases típicas de los hombres y frases típicas de las mujeres Identificar similitudes y diferencias en
los actos de habla de los
participantes.

P16: -Qué no deben hacer los hombres Recolectar generolectos

P17: -Qué no deben hacer las mujeres Recolectar generolectos


P18: Cuente los tres momentos o situaciones que más recuerde Recolectar generolectos
con sus compañeros de la Universidad.

P19: Qué es lo que más le gusta del cuerpo humano. Los generolectos,
Recolectar se encarga de esas
generolectos
diferencias inherentes al discurso que
P20: Qué es lo que más le gusta de una mujer/hombre socialmente
Identificar suse ha aceptado
relación como
entre sexo y un
discurso
género femenino o masculino.

P21: Qué es lo que más le gusta de un hombre/mujer Así mismo,suelrelación


Identificar autor propone su propio
entre sexo y
esquema del proceso de construcción
género
de las relaciones de género y
P22: Describir roles femeninos y roles masculinos Recolectar
argumenta generolectos
que este podría usarse
para discutir sobre clases, razas,
P23: ¿Para qué son buenos los hombres? etnicidad o generolectos
Recolectar cualquier proceso social.

P24: ¿Cuál es el mayor logro o satisfacción de un hombre? El género ideales


Identificar es unade
forma primaria de
masculinidad
relaciones significantes de poder.
Podría mejor decirse que el género
es el campo primario dentro del cual
o por medio del cual se articula el
poder. (W. Scott p 47).
23
Según lo planteado en el texto de
Scott, el género ha sido promotor de
diferencias jerárquicas no sólo en el
núcleo familiar sino en la sociedad
P25: ¿Para qué son buenas las mujeres? Recolectar generolectos

P26: ¿Cuál es el mayor logro o satisfacción de una mujer? Identificar ideales de feminidad

Fuente: González y García, 2012.

Se recomienda que para que haya fluidez de sus ideas, deben organizarse en
mesa redonda, de forma que los participantes se sientan en una conversación y
no presionados a responder un cuestionario.

Materiales: grabadora, cámara fotográfica y de video. Salón de clases con tablero,


marcador, hojas en blanco, lápices.

Pasos a seguir:

a) Presentación de los integrantes del grupo focal

b) Preguntar ¿Qué entiende por generolecto? (escribir lluvia de ideas en el


tablero).

c) Explicar definición del concepto.

d) Iniciar discusión con la primera situación planteada en el cuadro de preguntas.

e) Dar la palabra a todos y cada uno de los participantes del grupo focal.

f) Toda la información será grabada en audio y video.

1.5.4.2 Entrevista. La entrevista es un acto de comunicación oral que se establece


entre dos o más personas, generalmente se utilizaba sólo dos personas, el
entrevistador y el entrevistado, sin embargo esto ha trascendido con la necesidad
de que analizar sólo una persona no es suficiente para obtener suficiente
información de la opinión y personalidad de alguien. En el caso de este estudio
sirve para confirmar apreciaciones o contradicciones que se hayan presentado en
uso de la herramienta anterior.

Esta resulta ser la técnica más acertada que dispone el analista para la
recolección de los datos, se trata de un intercambio de información e interacción
entre el analista y entrevistado quién muchas veces prefiere interrogar al personal
en grupos focales para obtener una mejor observación e interpretación de las
necesidades que caracterizan a cada persona en el grupo.

24
Cuadro 1.3 Cuestionario de preguntas de entrevista.

PREGUNTA OBJETIVO
P27. ¿Para usted qué es la cultura y Establecer similitudes y diferencias entre los perfiles
cómo describe su cultura? culturales de los estudiantes de Comunicación Social
de la Universidad Santiago de Cali
P28. Mencione, describa y explique 5 Caracterizar generolectos
diferencias entre hombres y mujeres
P29. Típico de los hombres Recolectar frases de generolectos femeninos.
P30. Típico de las mujeres Recolectar frases de generolectos masculinos.
P31. Qué cambiaría de los hombres Identificar generolectos que acusan al sexo opuesto
(mínimo dos cosas)
P32. Qué cambiaría de las mujeres Identificar generolectos que acusan al sexo opuesto
(mínimo dos cosas)
P33. Qué es lo primero que le mira a un Establecer parámetros con los cuáles se relacionan
hombre/mujer (Según corresponda) y por entre sí
qué.
P34. ¿Para usted cuál es la escencia del Identificar generolectos que discriminen o acepten al
hombre y cuál la de la mujer? sexo opuesto.
P35. Tres palabras o frases que Relacionar actos de habla constantes en los
describan a los hombres generolectos
P36. Tres palabras o frases que Relacionar actos de habla constantes en los
describan a las mujeres generolectos
P37. ¿Cuál es la característica principal Relacionar el conocimiento del estudiante sobre su
del estudiante de comunicación social de entorno multicultural con los generolectos que usa
la USC?
P38. ¿Qué hace a este estudiante Relacionar el conocimiento del estudiante sobre su
diferente de los estudiantes de entorno multicultural con los generolectos que usa
comunicación social de otras
universidades?
Fuente: González y García, 2012.

1.5.4.3 Orientación del análisis de los generolectos. Para el estudio de la dinámica


enunciativa se puede orientar el análisis sobre los generolectos a través del
siguiente cuadro que permite atender la intención de cada acto de habla (se utiliza
el cuadro 1.4) que particulariza las situaciones enunciativas en la dinámica de
comunicación.

Cuadro 1.4 dinámica de enunciación.

Actos de Habla
Voz Enunciador Enunciado Enunciatario Cercanía/leja
responsable nía
Locutor (Se expresa
en Gráfica)
Fuente: Martínez, 2005.

25
1.5.5 Muestra intencional. Este tipo de muestreo se caracteriza por un esfuerzo
intencional de obtener muestras representativas mediante la inclusión en la
muestra de los grupos seleccionados por sus particularidades y características
que constructivas en el discurso.

El investigador selecciona directa e intencionadamente los individuos de la


población. El caso más frecuente de este procedimiento es el utilizar como
muestra los individuos a los que se tienen fácil acceso ya sea los profesores o
estudiantes de la misma universidad.

El número de personas requerido para un grupo focal ha sido tradicionalmente de


ocho a diez participantes. Pero con las diferentes investigaciones que han surgido
existe la tendencia hacia grupos más pequeños porque aunque con los grupos
grandes se obtienen más ideas, con los grupos pequeños se profundiza más en el
tema.

Un grupo focal debe tener: La técnica de investigación focal debe realizarse con
grupos homogéneos tradicionalmente de ocho a diez participantes y la reunión no
debe durar más de dos horas. Se debe seleccionar un lugar donde los
participantes puedan hablar en privado, evitando zonas ruidosas para que puedan
ser escuchados por el moderador y el relator, incluso entre ellos mismos. Se debe
seleccionar un lugar de fácil acceso a los participantes. La discusión se debe
conducir en forma de diálogo abierto en donde cada participante tenga la
disponibilidad de comentar, debatir, opinar, preguntar y responder a los
comentarios de los demás, incluyendo a los del moderador quien se encarga de
darle una dirección y orden al tema en discusión. Todos los participantes deben
sentarse a la misma distancia del moderador y dentro del campo de visión de los
demás participantes.

El grupo debe estar compuesto por diez personas, estudiantes de Comunicación


Social de la Universidad Santiago de Cali. El grupo debe estar conformado por
hombres y mujeres. Entre los diez participantes deben existir mínimo un hombre y
una mujer con características andrógenas. Los participantes del grupo focal deben
ser, en la medida de lo posible, una representación de cada uno de los semestres
del programa Comunicación Social. La característica principal que debe tener
cada estudiante para ser seleccionado es ser extrovertido, tener capacidad y
disposición para debatir e indagar. Debe haber participantes provenientes de otros
municipios.

1.5.6 Fases: esta investigación tiene tres frases.

La primera fase se dedica en observar a los estudiantes de Comunicación Social


de la Universidad Santiago de Cali en situaciones comunicativas de las cuáles se

26
puedan analizar los generolectos que ellos emplean al interactuar con sus
compañeros.

Esta labor se realiza a través de la aplicación de las herramientas para captar


información, en este caso el grupo focal, con una muestra intencional de
estudiantes seleccionados previamente conforme a los criterios establecidos por
los investigadores. Con esta información se produce un documento (en segundo
capítulo) que cuenta y escribe ampliamente las situaciones comunicativas entre
los estudiantes.

La segunda fase describe las situaciones de comunicación y los generolectos que


usan los estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali.
Esta información se recoge a través de entrevistas individuales a los mismos
estudiantes que participan del grupo focal. Así, se construye un documento (en
segundo capítulo) que describe detalladamente los generolectos más comunes
para el análisis de la situación de comunicación.

Finalmente, la tercera fase consiste en interpretar el uso y la práctica de los


generolectos de los estudiantes de Comunicación Social de la Universidad
Santiago de Cali. Esto se hace con base en la información recolectada en las dos
fases anteriores y relacionándola con las teorías utilizadas como base de esta
investigación.

27
2. DESCRIPCIÓN DE LOS GENEROLECTOS QUE USAN ALGUNOS
ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD
SANTIAGO DE CALI

2.1 PERTINENCIA DE LOS GENEROLECTOS EN LOS ESTUDIANTES

Se seleccionaron nueve estudiantes de comunicación para el grupo focal


siguiendo los criterios de selección. Se llevaron a un salón de clase donde se
acondicionaron la grabadora de video y de audio; los estudiantes se sentaron
haciendo un círculo.

Entre los criterios de selección del grupo focal se propuso citar a diez estudiantes
de Comunicación Social en lo posible uno de cada semestre. A la convocatoria
respondieron diez estudiantes: de primero, segundo, cuarto, quinto, sexto,
séptimo, octavo y noveno semestre. Finalmente participaron cinco hombres y
cinco mujeres con la característica principal requerida “ser extrovertidos”,
específicamente en temas relacionados con la sexualidad.

Hubo estudiantes de Dapa, Florida, Palmira y Candelaria; uno de los participantes


vivió algunos años en Medellín y Bogotá; la variedad de procedencia se concentra
en el Valle del Cauca; además, que la mayoría dijeron haber pasado vacaciones
en diferentes ciudades del país y de tener la experiencia de vivir en el barrio y en
la escolaridad con personas de la región pacífica.

La actividad generó cuatro comportamientos principales en la situación de


comunicación de los participantes, estos fueron: complicidad, acusación,
sarcasmo y burla; los generolectos que usan los estudiantes de Comunicación
Social de la Universidad Santiago de Cali están enmarcados en estas cuatro
características.

Tanto ellos como ellas se defendieron y se atacaron entre sí con frases cargadas
de reclamos que se disimulan con sonrisas (ironía) y sarcasmos. A su vez,
aceptaron los señalamientos que recibían con una actitud de grandeza porque
asumían que eso los-las hacía más femeninos o más masculinos.

2.2 ACERCA DE LOS GENEROLECTOS EN EL GRUPO FOCAL

Se siguió el cuestionario de preguntas semiestructuradas en el grupo focal, como


se había planeado en la metodología. Las preguntas, como se muestra
seguidamente, se inscriben y se hace la compilación que da cuenta de la forma en
que se dispusieron los participantes y lo que contestaron, ya individual o colectiva.

28
P1: ¿Qué entienden por generolectos? Apenas se escucha o se lee la palabra
“género” se hace una asociación con el sexo. Frases como “tiene que ser algo
entre hombres y mujeres” y “tal vez lecturas según la sexualidad”, son las
respuestas a esta pregunta. Se relaciona directamente el género con el sexo.

Una vez se explica la definición de generolectos, incluyendo la diferencia entre el


sexo, la sexualidad y el género la perspectiva de los asistentes al grupo focal
cambia.

P2: Situación de necesidad ¿a quién recurre entre un hombre y una mujer? Se


plantea una situación hipotética en la que los estudiantes deben pedir dinero
prestado a un profesor o a una profesora. Cada uno debe responder a quién le
pediría el favor y de qué manera lo haría. Así mismo, se utilizará la misma
situación pero pedirá el favor a uno de sus compañeros de clase.

La jerarquía, indudablemente, modifica el discurso. Los estudiantes se sienten


más en confianza cuando su superior es femenino puesto que el pensamiento
colectivo indica que la mujer es más accesible que el hombre.

Pedir dinero a un superior: en la primera situación los estudiantes empiezan y


terminan la conversación con actos de habla comisivos de tonalidad intencional
con orientación social negativa.

Ejemplo: “disculpe, „profe‟, es que tengo un problema y necesito dinero prestado,


qué pena la molestia, le prometo que le pagaré cuanto antes”

Pidiendo dinero a un compañero de clases: no se pide el favor, se asume que la


otra persona debe ayudar, simplemente se dan las gracias y no hay un
compromiso posterior, es decir se usa un acto de habla directivo con tonalidad
predictiva y orientación social positiva.

Ejemplo: “Parce, prestame plata que tengo un problema. Todo bien, gracias”.

P3: ¿Qué dicen los hombres y qué dicen las mujeres? (frases) Hacer esta
pregunta en un grupo mixto es un reto interesante. Automáticamente se inicia una
“guerra de palabras” que acusan al otro por el sólo hecho de ser hombre y mujer.
Aquí se expresa un listado de lo que son los generolectos en la comunicación.

- Mujer 1: muy fácil, los hombres siempre hablan de sexo


- Mujer 2: también hablan siempre de fútbol
- Mujer 3: es verdad, pero yo no confío en un hombre al que no le guste el
fútbol

29
- Hombre 1: las mujeres siempre se hacen las víctimas
- Hombre 2: pero es que esa es la esencia de la mujer, ser protegida
- Hombre 3: ¿ser protegida? Más bien ser mantenida con ese cuentico de
“los caballeros pagan la cuenta”.
- Mujer 4: pues entonces la esencia del hombre es ser „perro‟.

Y así, se repiten las frases que señalan a hombres y mujeres como si se tratara de
una competencia.

P4: ¿Cuál es la expresión sentimental que más usan?, su sensibilidad salió a flor
de piel, cada una tenía un “amor” único así fuera lo palabra más común, algunas
preferían un “cielo, cielito” y otras un “bebé o baby”. Mientras que los hombres
preferían cualquier apodo, o diminutivo como “amorcito”, dicen ser los más
descomplicados para esos temas. Al escucharse unos a otros decir estas
expresiones surgió un generolecto que es constante en todas las conversaciones
“qué apodo tan gay”, “si se deja decir así es gay” “que un hombre diga cielito lindo
se escucha gay” y así sucesivamente.

Ese generolecto se acompaña de risas y miradas pícaras de las cuáles el receptor


se defiende haciendo gestos de seriedad para que su “yo no soy gay” sea
aceptado.

P5: ¿Cuál es su función en su grupo de estudio?, empezaron a reflejar que


aunque los hombres tienen una gran capacidad de liderazgo, son las mujeres en
gran mayoría las que han tomado este rol porque según opiniones de ambos
géneros ellas complementan mejor las ideas de sus compañeros.

El rol femenino y masculino se asume según las ideas que culturalmente han
adoptado ellos, pues generalmente el hombre es el “metódico” y la mujer es la
“estratega”. Eso dejaron ver ellos y ellas, en sus respuestas.

P6: Describa cómo es la discusión que tiene con más frecuencia su grupo de
estudio. Seis personas afirmaron que la mayoría de las discusiones con su grupo
de estudio se debía a unos cuantos que incumplían con sus responsabilidades,
otras cuatro por su parte dijeron que a veces no se ponían de acuerdo con las
ideas. Incluso en las discusiones a la hora de responder cada pregunta se
observaba que unos asimilaban y respetaban lo que otros opinaban pero que
querían que sus ideas también se notarán.

P7: ¿Identifican los actos de habla cuando se comunican entre ustedes? Se hizo
una pequeña presentación por parte del moderador en la que se explicaron los

30
actos de habla. Los hombres, señalaron insistentemente que las mujeres siempre
usan actos de habla indirectos, puesto que “hablan con rodeos”, “no dicen sino
que dan a entender”. Por su parte, las mujeres se defendieron con el argumento
de ser “más dulces para hablar” y contraatacaron con la frase “es que ustedes
dicen todo a la maldita sea”. Fue una de las pocas intervenciones en la que no
hubo risas ni bromas ni sarcasmos. Tanto ellos como ellas lo tomaron con
seriedad.

P8: ¿Qué frase y qué gesto usa cuando quiere insultar a alguien? Las respuestas
más directas fueron las de esta pregunta, todos los del grupo tenían su gesto y
estilo perfecto para lanzar una grosería “esta hijueputica” o sin decir ni una con el
comentario más sarcástico: “al fin y al cabo hombre tenía que ser”, “qué más se
puede esperar de las mujeres”. Generolectos que se asocian a un lenguaje
excluyente con actos de habla apelativos

P9: ¿Qué frase y qué gesto lo hacen sentir ofendido? Aquí tanto hombres como
mujeres aceptaron que las groserías no eran tan ofensivas como el sólo hecho de
sentirse y ser ignorados, no sólo lo consideraron ofensivo y humillante.

Quedó claro, por unanimidad que las mujeres (o al menos las de este grupo focal)
eran las expertas en ofender con gestos y frases sin pronunciar palabras
obscenas.

P10: ¿Qué es más ofensivo un mensaje oral o escrito? Sin importar por qué medio
se emita el mensaje, a la hora de ofender el emisor siempre tendrá las palabras
concretas y más directas para que el receptor lo sienta. La diferencia del mensaje
escrito con el oral se centra como afirman ambos géneros “en los gestos, porque
así se sabe qué sentido se está dando al mensaje”.

“Hablando de mensajes escritos los hombres nunca regalan cartas”, frase


respaldada por todas las mujeres del grupo focal y que respalda la teoría de que la
mayoría de las preguntas se convertían en un pase libre para quejas y reclamos
hacia el otro género, evidenciando que los jóvenes estudiantes de comunicación
social de la Universidad Santiago de Cali con las características le dan mayor
relevancia a las situaciones comunicativas y relaciones interpersonales con el
género opuesto.

P11: ¿Con quién se entiende más con amigos o amigas? La respuesta no fue “con
amigos” o “con amigas”. La respuesta fue más bien una catarsis en la que una vez
más todos estuvieron de acuerdo.

31
Hombre: los amigos hombres son para unas cosas y las amigas mujeres son para
todas cosas.

Todos los del grupo asentían

Mujer: la diferencia es que las mujeres somos destructivas con otras mujeres
Todos los del grupo asentían

Hombre: uno de hombre no está pendiente de otros hombres, le da igual


Todos los del grupo asentían

Mujer: en cambio nosotras somos bien con las amigas cercanas, el resto son
posibles enemigas

Todos los del grupo se reían y expresaban frases como “triste pero real”.

P12: ¿Cómo es su relación con sus padre?, P13: ¿Cómo es su relación con su
madre? para tres del grupo aunque vivan con los dos padres y estos estén
casados aun, tienen más acercamiento y confianza con sus madres, porque sus
padres por lo general son muy estrictos y a veces desafiantes, por otra parte para
cinco de los del grupo su madre ha sido también una figura paterna y para uno de
ellos, sus abuelos han sido los mejores padres.

La madre, por ser mujer, les representa una figura más comprensiva. El padre,
por ser hombre, les representa autoridad y les causa cierto temor. Aunque se
puede generalizar cuando se dice “todos conocemos un padre dulce y una madre
estricta”, los jóvenes de este grupo focal viven en familias tradicionales en donde
los ideales de masculinidad impuestos por la sociedad latinoamericana,
colombiana y vallecaucana específicamente indican que el poder y la fuerza son
propios del hombre y la maternidad, la sumisión y la delicadeza son propios de la
mujer.

P13: ¿cómo es una conversación con su pareja? Todos se miran entre sí, algunas
con ternura otros con inseguridad, ya que piensan y lo han comprobado con
experiencias que el amor más inseguro es el de la pareja. Algunos dicen que
prefieren no tener pareja para no amargarse, no desconcentrarse en el estudio,
otros que es lo más inestable que tienen y sólo dos finalizan con que hay que
saber escoger alguien que aporte y llene de expectativas además de considerarlo
un apoyo emocional.

Finalmente, uno de los hombres dice: “lo más difícil de tener pareja es entenderlas
porque nunca dicen lo que quieren decir y uno no es adivino”.

32
Una vez más todos los del grupo están de acuerdo. Las mujeres hacen un gesto
de orgullo, como si se tratara de una gran cualidad y están de acuerdo en que “las
mujeres somos complicadas por naturaleza y no decimos las cosas sino que las
damos a entender”.

P14: y P27: Relacionadas con ¿Qué es la cultura? Cómo define su cultura: relato
de comportamientos, tradiciones y creencias. Para el grupo de personas
entrevistadas la cultura se representa en dos escenarios: la familia y la iglesia.
Quienes fueron entrevistados enfocaron su respuesta en contar cómo celebran las
fechas importantes en sus casas y cuál es su relación con Dios, unos más
cercanos a lo religioso que otros pero todos lo mencionan como parte de su
formación. Las respuestas, como si se hubiesen puesto de acuerdo mencionan en
primer lugar una definición de la palabra “cultura”, en segundo lugar cómo es su
familia y lo que más hacen y, finalmente dicen “creo en Dios”.

P15 ¿Cuáles son las frases típicas de los hombres y frases típicas de las mujeres?
Las mujeres se quejan porque los hombres no cambian su repertorio, “a toda hora
con la pregunta típica: ¿tan linda y sin novio?”, dos de ellas afirmaron que apenas
el hombre les salía con esta frase por mucho que les atrajera, desechaban todo
tipo de probabilidades.

Por otra parte los hombres cuestionan el comportamiento “manipulador y


sarcástico” de las mujeres. Ellos dicen que están cansados de las frases
manipuladoras para que las comprendan, cuando están con el periodo menstrual,
hay que consentirlas porque están sensibles y no son más que caprichos, “que no
tienen nada que ponerse” y al mismo tiempo complementaron afirmando “ellas
nunca tienen nada que ponerse y cada quince días están comprando ropa”, y se
quejan de sus celos empedernidos, todos afirman que cuando quieren disculparse,
ellas frenan con su comentario final y devastador: “¿usted cree que con besos lo
va a arreglar todo?... Vaya pídale el besito a su amiguita”.

P16: ¿Qué no deben hacer los hombres? Las reacciones no se hicieron esperar,
ellas estaban dispuestas acabar con los hombres, aunque la gran mayoría de sus
amigos fueran de su género opuesto, a la hora de juzgar su comportamiento se
unían para explicarles a los hombres que caballerosidad no era sinónimo de
morbo, que los piropos son buenos cuando son creativos y que para conquistar
tienen que volver a la antigua, a regalar rosas y chocolates que esos detalles aún
son imprescindibles.

P17: ¿Qué no deben hacer las mujeres?, aquí se observó que aunque el grupo
tenía posiciones abiertas para algunos temas, para otros aún habían

33
pensamientos considerados como machistas, según la opinión de dos del grupo:
“las mujeres deben dejar de querer parecerse a los hombres con su cuento de
dominar o querer lanzar un piropo, eso se les ve feo”. A los que ellas
correspondieron: “¿entonces cuando ellos son infieles son el putas y cuando las
mujeres lo son, son unas putas?”.

P18: ¿Cuáles son los tres momentos o situaciones que más recuerda con sus
compañeros de la Universidad? Todos soltaron a reírse, recordando cada locura,
como un cumpleaños, borracheras de por medio con karaoke a todo pulmón,
recordando canciones que estaban llenas de experiencias pasadas, chancucos en
los parciales, exposiciones trabajos en grupo, amores relámpagos otros duraderos
y amistades que nunca olvidarán y se miraban con nostalgia a los ojos.

Mientras que terminaban de contar sus experiencias en la Universidad surgió algo


que motivaría mucho a los hombres P21: ¿Qué es lo que más le gusta de una
mujer? Todos sonreían y decían que un buen cuerpo llama la atención pero
cualquier mujer era la debilidad de un hombre, sin duda alguna, el hombre siempre
estará a los pies de alguna mujer, aunque ellos también consideren que alguna los
ha hecho sufrir. Piensan en la mujer ideal como alguien más inteligente que ellos,
capaz de poner en duda sus ideas, debatir, aportar y físicamente admiten que se
dejan cautivar por una linda sonrisa, en ocasiones unos bonitos ojos o una tierna
mirada.

P19: ¿Qué es lo que más le gusta del cuerpo humano? P20 y P21: ¿Qué es lo que
más le gusta de una mujer/hombre? Con picardía iban contando que les gustaba
morbosear mucho pero que ellas sí disimulaban más, sin embargo admitían que
sus debilidades salían por la boca de un hombre y entraban por el oído de cada
una. Es innegable aceptar que para una mujer los generolectos masculinos
funcionan muy bien en el oído femenino. Una buena conversación mata cualquier
prospecto de hombre ideal.

P22: ¿cuáles son los roles femeninos? Para ellos, las mujeres han sido capaces
de ocupar el mismo puesto de los hombres y con mejor desempeño y muchas
incluso son capaces de llevar a cabo hasta las labores del hogar y su rol de madre
con satisfacción.

Sin embargo, aunque sus frases están cargadas de feminismo y modernismo


propio del siglo XXI sus vidas cotidianas giran en torno a una sociedad machista
en la cual sin darse cuenta los hombres son los fuertes y las mujeres las débiles.

34
P22: ¿cuáles son los roles masculinos? Definitivamente, para ellas “los hombres
cada vez sirven para menos”, algunas se reían sarcásticamente cuando lo decían,
aceptan que ellos colaboran en el hogar pero que ya no son común denominador
de todo.

Puesto que lo tiempos han cambiado y según la opinión de todas: “nosotras


también somos capaces de ser mamá y papá al mismo tiempo y llevar las riendas
del hogar”. “No es por nada” afirma Sofía, “pero uno no debe ser dependiente y el
hombre no puede ser indispensable aunque haga falta a veces”.

Las mujeres respondieron entre el orgullo, la resignación y la victimización. Todas


estuvieron de acuerdo en que son autosuficientes y no necesitan del sexo opuesto
(orgullo). Aceptaron que los hombres hacen falta pero que por sus
comportamientos “masculinos” muchas veces las dejan solas (resignación).
Asumieron una posición de “nos toca muy duro, pero bueno…” (victimización).

P23 ¿Para qué son buenos los hombres? P24: ¿Para qué son buenas las
mujeres? La primera reacción es defensiva, al parecer todos asumen una posición
de respeto frente al otro dando a entender que tenemos las mismas capacidades,
sin embargo, cuando se diluye la pregunta general en encuestas como ¿Quién
conduce mejor el hombre o la mujer? ¿Quién es mejor cocinando el hombre o la
mujer? Entonces cada quién lanza juicios de valor sobre oficios y profesiones
categorizándolos como propios del femenino o del masculino.

La ciencia es para los hombres y las humanidades para las mujeres, los oficios
suaves son para las mujeres y los oficios fuertes para los hombres. Y así
sucesivamente. Y de pronto, resulta más fácil para algunos decir para qué son
malos los hombres y para qué son malas las mujeres, aun cuando la pregunta ha
sido diferente.

Los discursos que se desarrollaron en el debate del grupo focal ayudaron a


organizar los generolectos que se iban describiendo con gestos y frases en cada
discusión, al mismo tiempo dieron herramientas para comprender mejor las
posiciones del género femenino y masculino.

P25: ¿Cuál es el mayor logro o satisfacción de un hombre? P26: ¿Cuál es el


mayor logro o satisfacción de una mujer? La respuesta fue casi un coro. El mayor
logro o satisfacción de un hombre es ser exitoso y el mayor logro o satisfacción de
una mujer es ser madre.

Aunque algunas de las mujeres presentes en el grupo manifestaron no querer


hijos, estuvieron de acuerdo en la frase “la mujer vino al mundo para dar vida”.

35
2.3 APRECIACIONES DE LOS ESTUDIANTES ENTREVISTADOS

La dinámica de las entrevistas resulta diferente en el trabajo de campo. Los


estudiantes seleccionados se muestran más tranquilos y se prestan para atender
las preguntas. La condición personalizada hace que se sientan cómodos con el
decir en lo que se produce como generolectos.

P28: Mencione, describa y explique 5 diferencias entre hombres y mujeres. La


sociedad patriarcal hace su máxima representación con frases como “las mujeres
son más débiles emocional y físicamente que los hombres”, “las mujeres son más
indecisas que los hombres”, “las mujeres son más envidiosas que los hombres”.
Lo curioso es que son las mismas mujeres quienes afirman lo anterior con voz
firme y alta como si estuvieran describiendo cualidades hermosas respecto a su
gremio.

Así mismo, los hombres con sonrisa de triunfo respondieron “nosotros somos más
sexuales que las mujeres”.

En esta ocasión, aunque se encontraban solos frente a la cámara terminaban


cada frase como si la mujer aceptara su condición de “sexo débil y sumiso” y el
hombre se posicionara en calidad de “macho alfa” sin ningún tipo de contradicción.

P29: “Típico de los hombres”, P30:: “típico de las mujeres”, P31: ¿Qué cambiaría
de los hombres?, P31: ¿Qué cambiaría de las mujeres?

Al desarrollar el punto P32, ellos y ellas, sin imaginar que serían las preguntas
siguientes, anexaban a su respuesta qué le cambiarían, incluso explicaban por
qué. Parece que en lugar de preguntar por las conductas y frases que más
representa a cada grupo se hubiese preguntado por “lo peor de los hombres y de
las mujeres” pues tanto ellos como ellas desahogaron en frases que vale la pena
compilar en una lista de análisis al final de este capítulo.

Los estudiantes además cuentan esos pequeños detalles que les molestas de
ambos géneros, a tal grado que iniciaban sus respuestas con la frase “lo peor es
cuando...” y al igual que en la pregunta anterior todos afirman con gestos y
palabras los generolectos de los demás.

La mejor parte de este ejercicio es que se notó claramente el acto de habla


directo, característico del hombre y el acto de habla indirecto característico de la
mujer, incluso algunas mujeres usaron actos de habla directos que no se
atrevieron a usar durante el grupo focal.

36
Frases

Hombre: típico de los hombres mirar con cara de hambre a una mujer bonita
Mujer: ponerle morbo a todo lo que dicen
Hombre: típico de los hombres hablar duro, como si estuviéramos dando una
orden
Mujer: típico de los hombres creerse el más macho de todos
Hombre: típico de nosotros dejarnos pillar en la mentira, los hombres no
sabemos mentir
Mujer: los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor
Hombre: lo peor de las mujeres es que nunca dicen las cosas de forma directa
Hombre: le cambiaría a las mujeres lo chismosas y las „secreteaderas‟ entre
ellas
Mujer: sí, las mujeres son muy chismosas.
Hombre: las mujeres son más celosas que los hombres
Mujer: yo cambiaría en las mujeres la necesidad que tenemos de estar
acompañadas.
Mujer: le cambiaría a los hombres la falta de interés en los detalles
Hombre: los hombres deberíamos cambiar la agresividad y los bruscos que
podemos ser.

P33: ¿Qué es lo primero que le mira a un hombre/mujer (Según corresponda) y


por qué? ”¡Los sentimientos!”, fue la respuesta. Sin embargo, al contra preguntar
¿cómo pueden se conocen los sentimientos a primera vista? Las respuestas
empezaron a cambiar indicando que debe haber una atracción física y una
conversación amena. Los sentimientos de la otra persona, según la opinión de los
estudiantes entrevistados, se dan a conocer en la forma de expresarse.

P34: ¿Cuál es la esencia del hombre? ¿Cuál es la esencia de la mujer? Las


mujeres asumieron una vez más el papel de víctima y los hombres el de victimario.
En sus frases se notaba que ellas siempre piensan que van a sufrir pero que por
ser mujer tienen el don de ser pacientes, de soportar y de fortalecerse.

Los hombres, por el contrario creen que son los de la fuerza, los del progreso y la
competencia.

Hombre: la esencia del hombre es la fuerza la de la mujer, la inteligencia


Mujer: la esencia del hombre es ser fuerte y protector y la de la mujer es ser
sensibles y amorosas

37
P35: Tres palabras o frases que describan al hombre P36: Tres palabras o frases
que describan a la mujer. A pesar de que las preguntas anteriores se prestaron
para que cada uno atacara al sexo opuesto. Al pedírsele a los estudiantes que
describieran a hombres y mujeres se desplegaron las cualidades que según cada
uno de ellos son propias de lo femenino y de lo masculino.

Hombres: Superación, compromiso (con una meta u objetivo), dedicación.


Mujeres: Feminidad, elegancia, seguridad.
Mujeres: sarcásticas, hermosas, insoportables
Hombres: Fuerza inestabilidad Progreso
Mujeres: Fortaleza, Amor, Unión (nótese q el hombre es la fuerza y la mujer la
fortaleza, da a entender que el hombre es el que resiste y que la mujer es siempre
la que sufre y soporta.
Hombres: vigoroso, amante y locuaz.
Mujeres: inteligentes, tiernas y sinceras

P37: ¿Cuál es la característica principal del estudiante de comunicación social de


la USC? Las características socioculturales del estudiante de comunicación social
de la USC también se reflejan en la unanimidad de las respuestas. Jóvenes de
clase media expresan en diferentes palabras que la característica principal de
ellos mismos es “esforzarse por dar lo mejor de sí mismos y valorar la posibilidad
de ser profesionales”.

Podría pensarse que un estudiante de clase social alta respondería otra cosa dado
que no ha experimentado las situaciones de enunciación de un padre de familia
que consigue con esfuerzo la matrícula. Por su parte, un estudiante de clase baja
tal vez dejaría relucir su espíritu trabajador.

“hemos sido criados sin necesidades pero sin lujos, lo que hace que uno
valore y agradezca porque tiene lo necesario y porque puede lograr un
sueño que mucho no puede: ser profesional”.

P38: ¿Qué hace a este estudiante diferente de los estudiantes de comunicación


social de otras universidades? La respuesta una vez más fue unánime, tal vez por
los estereotipos sociales que se han creado respecto a las diversas universidades,
las respuestas fueron construidas con tonalidad intencional del discurso y actos de
habla declarativos, puesto que no se respondió “nos hace diferentes que somos”,
o sea, basándose en las características propias como estudiantes si no que se
respondió de forma comparativa “nosotros no somos”, basándose en las
características de los otros estudiantes.

“Nosotros no somos hijos de papi y mami”

38
“Nosotros no somos superficiales y sabemos que comunicación social va
más allá de salir en televisión”
“nosotros no somos faranduleros”
“nosotros no somos agrandados”

2.4 ASPECTOS RELEVANTES EN LA SITUACIÓN DE ENUNCIACIÓN

El discurso comunicativo contiene diferentes tipos de enunciación que son los que
constituyen al discurso como una práctica social entre el enunciador y el
enunciatario. La situación de enunciación se respalda en tres pruebas
fundamentales del discurso en las que se evidencian las intenciones del locutor o
locutores (hombres y mujeres), la relación de este con la respuesta activa del
interlocutor y así mismo su relación con lo enunciado.

Es decir, alguien en la práctica enunciativa envía un mensaje con una intención


que es recibido por otro que reacciona de determinada manera según el efecto
que produzca lo que se dice. La dinámica de actos de habla generolectos. Dichas
situaciones varían de acuerdo a la jerarquía, el contexto, la cultura, entre otros
factores que condicionan las relaciones interpersonales.

2.4.1 Acerca de la práctica comunicativa. La cadena de enunciados emitidos


durante el trabajo de campo expresa intereses, deseos, necesidades, saberes y
exigencias que dinamizan el proceso comunicativo entre hombres y mujeres.

Tanto ellos como ellas expresaron su punto de vista dejando ver en sus gestos el
grado de conformidad o de inconformidad con lo que señalaban. El enunciador,
antes de enviar el enunciado que respondiera a la pregunta inmediatamente
anterior, se tomaba su espacio para responder a enunciados anterior objetándolos
o apoyándolos. En muchos casos se adelantaban a posibles respuestas del
enunciatario. “Atacar”, es la idea principal del enunciador.

Poner a un grupo de personas a reflexionar sobre una acción cotidiana como es la


comunicación de generolectos implica que resalten aspectos que por la premura
del día a día no se notan y por ende surgen quejas y reclamos entre sí, como si
fuera necesario encontrar un culpable que responda por las dificultades
comunicativas que a veces se presentan.

El enunciatario marca una línea conversacional que es seguida porque sus gestos
al enviar un enunciado se convierten en un desafío para quienes lo reciben. La
principal diferencia entre enunciadores masculinos y enunciadores femeninos es
que los generolectos de ellos acusan a la exageración con el “siempre” y los
generolectos de ellas acusan a la ausencia con el “nunca”.

39
Los enunciados que se relacionan en el análisis siguiente hacen parte de la
compilación realizada en el grupo focal y las entrevistas.

2.4.1.1 Generolectos de Hombres. A continuación se describe la dinámica


enunciativa de lo que respecta a los hombres cuando dicen algo que se produce
como generolecto.

Cuadro 2.1 Entre bomberos no nos pisamos la manguera

Enunciador “Entre bomberos no nos pisamos la Enunciatario (Et) Cercanía/lejanía


(En) manguera”
En1 (hombre) se confiesa (Declarativo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Complicidad (Comisivo) Et2 (hombre) Se acerca
(aliado)
En3 (hombre) se confiesa (Declarativo) Et3 (pareja) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En el enunciador En1, que es de la voz responsable de un hombre (heterosexual)


se encuentra una complicidad con el enunciado. Al hablar de “bomberos”,
metafóricamente, se está hablando del mismo género del enunciador. Si se dice
que quien recibe es una mujer, enunciataria Et1, se considera que ella no encaja
en el generolecto y queda sin comprometerse con el enunciado y con el
enunciador. En1 y E no corresponden como declarativo hacia Et1, como se está
en la gráfica 2.1.

Gráfica 2.1 En1 “Entre bomberos no nos pisamos la manguera”

En1 Et1

Mientras que en En2 hay complicidad con Et2 como si estuviera comprometido el
género en el enunciado. Ver gráfica 2.2

Gráfica 2.2. En2 “Entre bomberos no nos pisamos la manguera”

En2 Et2

40
Por su parte En3 hombre heterosexual emite el enunciado “entre bomberos no nos
pisamos su manguera” ante su pareja que es una mujer Et3 con el declarativo que
la aleja del generolecto empleado.

Gráfica 2.3 En3 “Entre bomberos no nos pisamos la manguera”

En3 Et3

Cuadro 2.2 “La esencia de la mujer es ser mamá”

Enunciador “La esencia de la mujer es ser mamá” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (hombre) Supone (Asertivo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Informa (Asertivo) Et2 (hombre) Neutro
En3 (hombre) Aconseja (Directivo) Et3 (pareja) Se acerca
(aliado)
Fuente: González y García, 2013.

El enunciador En1, que en este caso es un hombre heterosexual, dice a una mujer
Et1 que “la esencia de la mujer es ser mamá”, pero lo hace de forma clara, no es
una pregunta, pero da por hecho que el Enunciado es verdadero. De esta manera,
Et1 recibe el enunciado haciéndose una imagen de En1 como un hombre
machista.

Gráfica 2.4 En1 “La esencia de la mujer es ser mamá”

En1 Et1

El enunciador En2 cuyo enunciatario Et2 es otro hombre expresa el mismo


enunciado “la esencia de la mujer es ser mamá” de forma asertiva, informándolo y
sin opinar sobre el enunciado lo da por hecho y lo expresa.

Gráfica 2.5 En2 “La esencia de la mujer es ser mamá”

En2 Et2

41
Cuando En3 siendo hombre le expresa a Et3 mujer y además su pareja
sentimental el enunciado “la esencia de la mujer es ser mamá”, se evidencia la
cercanía entre el enunciado y el enunciatario quien realiza un directivo en el que
deja claro que espera que su pareja también se acerque al enunciado. La
situación de comunicación se explica en la gráfica 2.6

Gráfica 2.6 En3 “La esencia de la mujer es ser mamá”

En3 Et3

Cuadro 2.3 “las mujeres son chismosas por naturaleza”

Enunciador “Las mujeres son chismosas por Enunciatario Cercanía/lejanía


naturaleza”
En1 (hombre) Provoca (expresivos) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Advierte (Declarativo) Et2 (hombre) Se acerca
(aliado)
Fuente: González y García, 2013.

En1 se acerca al enunciado “las mujeres son chismosas por naturaleza” ya que se
apropia de él y se aleja de la enunciataria Et1 que es una mujer. El expresivo que
realiza En1 se convierte en una acusación que provoca a Et1 a reaccionar en su
defensa alejándose del enunciado. Esta dinámica de comunicación se representa
en la gráfica 2.7

Gráfica 2.7 En1 “las mujeres son chismosas por naturaleza”

En1 Et1

Para el caso de En2 hombre, es un enunciatario que se aleja se aleja del


enunciado y se acerca al enunciatario Et2 con un declarativo que se expresa en la
siguiente gráfica. Adicional a esto, podría decirse que al tiempo que le hace una
advertencia le está proporcionando una información y aunque el enunciatario
puede tomar la posición que prefiera frente al enunciado, hay una intencionalidad
por parte del enunciatario que lo invita a adoptar el generolecto y además, a tener
cuidado con el género.

42
Gráfica 2.8 En2 “las mujeres son chismosas por naturaleza”

En2 Et2

No se da una tercera situación de comunicación entre En3 y un Et3 porque en la


práctica sólo se muestran estos dos momentos de interacción. El hombre, con su
pareja no usa el generolecto “las mujeres son chismosas por naturaleza”.

Cuadro 2.4 “las mujeres le ponen a uno apodos gays”

Enunciador “Las mujeres le ponen a uno apodos Enunciatario Cercanía/lejanía


„gays‟”
En1 (hombre) Reclama (Declarativo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Advierte (Declarativo) Et2 (hombre) Se acerca
(Aliado)
En3 (hombre) Reclama (Declarativo) Et3 (pareja) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

El declarativo “las mujeres le ponen a uno apodos gays” por un enunciatario


hombre, demuestra un total rechazo por parte de En1 no frente al generolecto
como tal, sino frente a la situación de comunicación que lo impulsa a emitir este
enunciado, y no sólo se realiza el reclamo como acto de habla declarativo, sino
que también hay recordación de alguna frase de Et1 por ejemplo “mi osito”, que es
lo que En1 denomina apodo gay. La relación de intimidad es lejana puesto que Et1
se aleja del enunciado porque no lo acepta como verdadero tal como, de igual
forma sucede en la situación de comunicación entre En3 y Et3.

Gráfica 2.9 En1 “las mujeres le ponen a uno apodos gays”

En1 Et1

Contrario sucede cuando En2 realiza el declarativo “las mujeres le ponen a uno
apodos gays” dirigido a Et2 que también es hombre y que se convierte en aliado
por lo cual la relación de intimidad es cercana, sin embargo, ellos no se unen en

43
contra del enunciado, sino en contra de un Enunciatario X que puede ser cualquier
mujer.
Gráfica 2.10 En2 “las mujeres le ponen a uno apodos gays”

En2 Et2

Cuadro 2.5 “Las mujeres joden por todo”

Enunciador “Las mujeres joden por todo” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (hombre) Reclama (Declarativo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Advierte (Declarativo) Et2 (hombre) Se acerca
(aliado)
En3 (hombre) Informa (asertivo) Et3 (hombre) neutro
Fuente: González y García, 2013.

En1 expresa “las mujeres joden por todo” con un declarativo apoyado en sus
gestos que indica que está cansado de que ese generolecto se repita en la
práctica comunicativa. Et1 que es mujer se aleja del enunciador y del enunciado
ya que es una afirmación en forma de reclamo que ella considera carente de
argumentos, entonces Et1 se aleja de En1 y del enunciado.

Gráfica 2.11En1 “Las mujeres joden por todo”

En1 Et1

En la segunda situación de comunicación expresada en el cuadro 2.5, En2 y Et2


son aliados ya que el enunciador pretende ayudar al enunciatario al expresarle un
enunciado que el cree que le va a servir para algo, los une el declarativo “las
mujeres joden por todo” el cual se emite como una advertencia para que Et2 tome
la posición que prefiera frente a el, siendo así En2 se acerca a Et2 para
compartirle un generolecto en señal de solidaridad de género.

Gráfica 2.12 En2 “Las mujeres joden por todo”

En2 Et2

Cuando el generolecto “las mujeres joden por todo” es enunciado por En3 hombre
y dirigido a Et3 hombre también, se entiende como un aforismo o verdad universal

44
y hay complicidad entre el enunciador y el enunciatario. El nivel comunicativo es
neutro.

Gráfica 2.13 En3 “Las mujeres joden por todo”

En3 Et3

Cuadro 2.6 “Las mujeres no saben conducir”

Enunciador “Las mujeres no saben conducir” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (hombre) Provoca (expresivo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Advierte (declarativo) Et2 (hombre neutro
En3 (hombre) Burla (expresivo) Et3 (mujer) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

“las mujeres no saben conducir” es un generolecto muy común que presenta tres
situaciones de comunicación en las que los enunciadores En1, En2 y En3 todos
hombres son aliados entre sí para provocar y burlar a las enunciatarias Et1 y Et2
que son mujeres. Por tanto, en la situación de comunicación entre En1 y Et1; y
entre En3 y Et3 el enunciador y enunciatario se alejan y, además, el enunciatario
rechaza el enunciado.

Gráfica 2.14 En1 “Las mujeres no saben conducir”

En1 Et1

En la segunda situación de comunicación presentada, En2 advierte a Et2 con el


generolecto “las mujeres no saben conducir”, pero aunque su enunciatario es Et2
él mira de reojo para asegurarse de que un enunciatario cualquier que sea mujer
lo esté escuchando. Son aliados y el enunciado contiene una intencionalidad que
provoca la reacción de un cuarto participante mujer que pueda escuchar el
generolecto. La situación de enunciación es neutra.

Gráfica 2.15 En2 “Las mujeres no saben conducir”

En2 Et2

45
En3 siendo hombre y con un enunciatario Et3 mujer, que no es su pareja, usa un
acto de habla expresivo para expresar el generolecto “las mujeres no saben
conducir” en tono de burla, situación de enunciación que lo aleja del enunciatario y
lo une al enunciado.

Gráfica 2.16 En3 “Las mujeres no saben conducir”

En3 Et3

Cuadro 2.7 “Los hombres son mejores para los números”

Enunciador “Los hombres son mejores para los Enunciatario Cercanía/lejanía


números”
En1 (hombre) Ensalza (expresivo) Et1 (hombre) Se acerca
(aliado)
En2 (hombre) Informa (asertivo) Et2 (mujer) neutro
En3 (hombre) Asegura (asertivo) Et3 (mujer) Se acerca
(aliado)
Fuente: González y García, 2013.

Los participantes En1 y Et1 son aliados con el generolecto “los hombres son
mejores para los números”. Se ensalzan entre sí a través de actos de habla
expresivos con orientación positiva, comparten el enunciado y lo adoptan como
una verdad absoluta. La distancia entre ellos y el enunciado es la misma puesto
que están de acuerdo con lo que se dice y con quien lo dice.

Gráfica 2.17 En1 “Los hombres son mejores para los números”

En1 Et1

En2 correspondiente a la voz de un hombre y Et2 correspondiente a la voz de una


mujer comparten el generolecto “los hombres son mejores para los números”
expresado por En2 como asertivo. El enunciado se mantiene neutro, ninguno de
los participantes refuta el generolecto.

Gráfica 2.18 En2 “Los hombres son mejores para los números”

En2 Et2

46
En una tercera situación de enunciador hombre y enunciataria mujer (En3 con Et3)
el asertivo no sólo informa sino que también asegura obteniendo por parte de Et3
una aprobación del enunciado que se mantiene neutro también como en la
situación de comunicación anterior.

Gráfica 2.19 En3 “Los hombres son mejores para los números”

En3 Et3

Cuadro 2.8 “los oficios de la casa son para las mujeres”

Enunciador “Los oficios de la casa son para las Enunciatario Cercanía/lejanía


mujeres”
En1 (hombre) Supone (directivo) Et1 (pareja) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) Afirma (directivo) Et2 (hombre) Se acerca
(aliado)
En3 (hombre) Burla (expresivo) Et3 (mujer) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En1 que es la voz responsable de un hombre, usa un acto de habla directivo hacia
su pareja siento Et1 mujer y supone que “los oficios de la casa son para las
mujeres” como un generolecto válido. Lo cual lo hace acercarse al enunciado y
alejarse del enunciatario quien no comparte el generolecto expresado.

Gráfica 2.20 En1 “los oficios de la casa son para las mujeres”

En1 Et1

Por su parte, En2 hombre que comparte el enunciado Et2, hombre también,
realiza un directivo más fuerte que contiene una afirmación por lo cual el
enunciado es aceptado por su enunciatario. En2 expresa el generolecto “los
oficios de la casa son para las mujeres” esperando respaldo de su enunciatario
Et2 quien se vuelve su aliado al no refutar el enunciado.

Gráfica 2.21 En2 “los oficios de la casa son para las mujeres”

En2 Et2

47
En3 siendo hombre y con un enunciatario Et3 mujer, que no es su pareja, usa un
acto de habla expresivo para expresar el generolecto “los oficios de la casa con
para las mujeres” en tono de burla, situación de enunciación que lo aleja del
enunciatario y lo une al enunciado.

Gráfica 2.22 En3 “los oficios de la casa son para las mujeres”

En3 Et3

Cuadro 2.9 “las mujeres no deben decir piropos”

Enunciador “Las mujeres no deben decir piropos” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (hombre) Aconseja (directivo) Et1 (mujer) Se acerca
(aliado)
En2 (hombre) Critica (apelativo) Et2 (mujer) Se aleja
En3 (hombre) Constata (asertivo) Et3 (hombre o Se acerca
mujer) (aliado)
Fuente: González y García, 2013.

En1 voz responsable de un hombre, establece una situación de comunicación con


Et1 que es mujer para aconsejarle desde su punto de vista con el generolecto “las
mujeres no deben decir piropos”, consejo que es aceptado por Et1.

Gráfica 2.23 En1 “las mujeres no deben decir piropos”

En1 Et1

El generolecto “las mujeres no deben decir piropos”, expresado por En2 como acto
de habla apelativo, critica algo que según la expresión está mal visto o mal hecho
si se es realizado por un Et2 mujer. Aunque Et2 acepta que este enunciado es
verdadero, se defiende de la crítica alejándose del enunciado y reclamando
igualdad con los hombres. Claramente, lo que la impulsa a ella a contestar de
forma defensiva es la tonalidad con la que En2 se ha expresado y no el enunciado
como tal.

Gráfica 2.24 En2 “las mujeres no deben decir piropos”

En2 Et2

48
Dada la situación de comunicación anterior, En3 hombre, se dirige a Et3, hombre
también, buscando argumentos que apoyen el enunciado “las mujeres no deben
decir piropos”, tanto enunciador como enunciatario se acercan al enunciado
porque coinciden con el generolecto.

Gráfica 2.25 En3 “las mujeres no deben decir piropos”

En3 Et3

Cuadro 2.10 “las mujeres siempre se hacen las víctimas”

Enunciador “Las mujeres siempre se hacen las Enunciatario Cercanía/lejanía


víctimas”
En1 (hombre) Denuncia (apelativo) Et1 (mujer) Se aleja
(contrario)
En2 (hombre) critica (apelativo) Et2 (mujer) Se aleja
(contrario)
En3 (hombre) Aconseja (directivo) Et3 (hombre) Neutro
Fuente: González y García, 2013.

En1 hombre expresa que “las mujeres siempre se hacen las víctimas” usando un
apelativo que acusa y denuncia a Et1 mujer, la enunciataria se aleja del enunciado
y del enunciador creándose la situación de comunicación que se expresa en la
siguiente gráfica

Gráfica 2.26 En1 “las mujeres siempre se hacen las víctimas”

En1 Et1

Igualmente sucede con En2 que usa otro apelativo en el generolecto “las mujeres
siempre se hacen las víctimas” esta vez criticando a su enunciatario quien también
se aleja del enunciado y del enunciador.

Gráfica 2.27 En2 “las mujeres siempre se hacen las víctimas”

En2 Et2

49
Para el caso de En3 hombre que se dirige a Et3 hombre también con un directivo
que pretende aconsejarlo, el enunciado se mantiene neutro y se da por verdadero
ya que ambos participantes en situación de comunicación son aliados.

Gráfica 2.28 En3 “las mujeres siempre se hacen las víctimas”

En3 Et3

2.4.1.2 Generolectos de Mujeres. A continuación se describe la dinámica


enunciativa de lo que respecta a las mujeres cuando dicen algo que se produce
como generolecto.

Cuadro 2.11 “los hombres sólo hablan de sexo”

Enunciador “Los hombres sólo hablan de sexo” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (mujer) Prevenir (apelativo) Et1 (mujer) Se acerca
(aliada)
En2 (mujer) Queja (apelativo) Et2 (mujer) Se acerca
(aliada)
En3 (mujer) Reclamo (expresivo) Et3 (hombre) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En1 mujer previene a su enunciataria Et1 sobre el generolecto “los hombres sólo
hablan de sexo”, en un apelativo que expresa solidaridad con el género al cual
En1 pertenece. Así, En1 y Et1 se acerca convirtiéndose en aliadas y se alejan del
enunciado que es contrario para ellas.

Gráfica 2.29 En1 “los hombres sólo hablan de sexo”

En1 Et1

En la segunda situación de comunicación también se usa el acto de habla


apelativo para manifestar el enunciado “los hombres sólo hablan de sexo” entre un
En2 mujer y un Et2 también mujer pero esta vez se presenta con tonalidad de
queja o rechazo hacia el comportamiento que el generolecto describe. Es decir,
nuevamente En2 y Et2 son aliadas que rechazan un enunciado. A diferencia de la
situación de comunicación anterior, en esta los participantes cambian el tono y la
intencionalidad, sin embargo el acto de habla y la relación de cercanía y lejanía
permanecen iguales.

50
Gráfica 2.30 En2 “los hombres sólo hablan de sexo”

En2 Et2

En dinámica comunicativa que se establece entre En3 voz responsable de una


mujer y Et3 que es hombre, el generolecto “los hombres sólo hablan de sexo”, se
enuncia a través de un acto de habla expresivo con orientación negativa que
manifiesta un reclamo. En3 se aleja del enunciatario y del enunciado.

Gráfica 2.31 En3 “los hombres sólo hablan de sexo”

En3 Et3

Cuadro 2.12 “la esencia del hombre es ser perro”

Enunciador “La esencia del hombre es ser perro” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (mujer) Advierte (declarativo) Et1 (mujer) Se acerca
(aliado)
En2 (mujer) Denuncia (Apelativo) Et2 (hombre) Se aleja
(contrario)
En3 (mujer) Queja (Apelativo) Et3 (pareja) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En la dinámica comunicativa en la que se expresa el generolecto “la esencia del


hombre es ser perro” en la voz responsable de una mujer, En1, dirigiéndose a otra
mujer Et1, ambas participantes de la situación de comunicación son aliadas al
manifestar una advertencia como acto de habla declarativo que previene a la
enunciataria de un comportamiento masculino que ella da por verdadero.

Gráfica 2.32 En1 “la esencia del hombre es ser perro”

En1 Et1

En2 y En3 ambas mujeres su inconformidad mediante actos de habla apelativos


que denuncian y presentan quejas sobre el generolecto “la esencia del hombre es
ser perro” a Et2 y Et3 hombres, quienes no aceptan el generolecto como

51
verdadero. De esta manera, las enunciadoras se alejan de los enunciatarios,
volviéndose contrarias a ellos y se acercan al enunciado que consideran
verdadero. Los enunciatarios se alejan de enunciadoras y enunciado.

Gráfica 2.33 En2 y En3 “la esencia del hombre es ser perro”

En2 y En 3 Et2 y Et3

Cuadro 2.13 “los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor”

Enunciador “los hombres mienten más, las mujeres Enunciatario Cercanía/lejanía


mentimos mejor”
En1 (mujer) Amenaza (Apelativo) Et1 (hombre) Se aleja
(contrario)
En2 (mujer) Advertencia (Apelativo) Et2 (pareja) Se aleja
(contrario)
En3 (mujer) Ensalza (Expresivos) Et3 (mujer) Se acerca
(aliado)
Fuente: González y García, 2013.

En1 se dirige a Et1 con un apelativo que se convierte en amenaza al expresar que
“los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor” con gestos que retan a
su enunciatario a comprobar que el generolecto que está usando es verdadero.

Esta situación de comunicación une al enunciador con el enunciado y se alejan del


enunciatario. De igual forma ocurre con En2 y Et2 que comparten el apelativo y se
genera la misma dinámica comunicacional que hay entre En1 y Et1, aunque la
intencionalidad comunicativa sea diferente.

Gráfica 2.34 En1 En2 “los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor”

En1 y En2 Et1 y Et2

En3 y Et3 ambas mujeres se sienten identificadas con el generolecto “los hombres
mienten más, las mujeres mentimos mejor”. En3 usa un expresivo que ensalza y
felicita a su aliada Et3 por la veracidad que ellas le atribuyen al enunciado.

52
Gráfica 2.35 En3 “los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor”

En3 Et3

Cuadro 2.14 “Los hombres le ponen “morbo” a todo lo que dicen”

Enunciador “Los hombres le ponen „morbo‟ a todo lo Enunciatario Cercanía/lejanía


que dicen”
En1 (mujer) Llama la atención (expresivo) Et1 (hombre) Se aleja
(contrario)
En2 (mujer) Queja (apelativo) Et2 (amiga) Se acerca
(aliada)
En3 (mujer) Advierte (declarativo) Et3 (mujer) Se acerca
(aliada)
Fuente: González y García, 2013.

En1 responsable de la voz de una mujer heterosexual usa el generolecto “los


hombres le ponen „morbo‟ a todo lo que dicen” para llamar la atención a un Et1
hombre. El acto de habla expresivo en la dinámica de comunicación entre
enunciador y enunciatario hace que estos sean contrarios. En1 se apropia del
enunciado ya que lo da por cierto.

Gráfica 2.36 En1 “Los hombres le ponen “morbo” a todo lo que dicen”

En1 Et1

En2 y Et2 se acercan como enunciador y enunciatario aliados, pero se alejan del
enunciado “los hombres le ponen „morbo‟ a todo lo que dicen” al usar el acto de
habla apelativo que se refiere a una queja, lo cual demuestra que están de
acuerdo entre sí pero que rechazan la acción que describe el generolecto que se
usa como enunciado.

Gráfica 2.37 En2 “Los hombres le ponen “morbo” a todo lo que dicen”

En2 Et2

53
En3 y Et3 realizan la misma dinámica de comunicación al acercarse entre sí y
alejarse del enunciado a través del acto de habla declarativo que advierte En3
como solidaridad de género con Et3 y demuestra que el enunciado empleado no
es de su agrado. Aunque el acto de habla empleado es diferente, el resultado de
la situación de enunciación es el mismo.

Gráfica 2.38 En3 “Los hombres le ponen “morbo” a todo lo que dicen”

En3 Et3

Cuadro 2.15 “no confiamos en hombres a los que no les gusta el fútbol”

Enunciador “no confiamos en hombres a los que no Enunciatario Cercanía/lejanía


les guste el fútbol”
En1 (mujer) Constata (asertivo) Et1 (amiga) Neutro
En2 (mujer) Informa (asertivo) Et2 (hombre) neutro
Fuente: González y García, 2013.

Para este generolecto sólo se registran dos situaciones de comunicación. La


primera de mujer a mujer y la segunda de mujer a hombre.

En1 mujer se refiere a Et1 mujer para constatar el generolecto “no confiamos en
hombres a los que no les guste el fútbol” expresado a través de un tono de habla
asertivo, como si estuviera pidiendo respaldo para emitir el enunciado. Aunque la
situación de enunciación se presenta como neutra, la dinámica comunicativa que
se genera entre ambas tiene un grado de complicidad que las hace ver como
aliadas suponiendo que tal como ocurrió en el grupo focal, la respuesta de Et1 a
este generolecto sea afirmativa.

Gráfica 2.39 En1 “no confiamos en hombres a los que no les gusta el fútbol”

En1 Et1

En2 usa el mismo generolecto sin acercarse ni al enunciatario ni al enunciado,


simplemente brinda una información a través de un acto de habla asertivo.
Aunque la situación de enunciación también es neutra como en la anterior, la
dinámica comunicativa es totalmente diferente. El generolecto es enunciado y
cada enunciatario podrá tomar la decisión que prefiera.

54
Gráfica 2.40 En2 “no confiamos en hombres a los que no les gusta el fútbol”

En2 Et2

Cuadro 2.16 “hombre tenía que ser”

Enunciador “Hombre tenía que ser” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (mujer) Ironiza (expresivos) Et1 (mujer) Se acerca
(aliado)
En2 (mujer) Regaña a (apelativo) Et2 (hombre) Se aleja
(contrario)
En3 (mujer) Minimiza (expresivo) Et3 (hombre) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En1 mujer es aliado de Et1 también mujer a través de un generolecto que ataca a
un participante hombre esté o no esté presente en la dinámica comunicativa.
“hombre tenía que ser” con una intencionalidad irónica a través de un acto de
habla expresivo, une a los participantes de la situación de comunicación y les
permite alejarse del enunciado para usarlo en contra de un tercero.

Gráfica 2.41 En1 “hombre tenía que ser”

En1 Et1

En2 mujer se aleja de Et2 hombre al utilizar el generolecto “hombre tenía que ser”
por medio de un acto de habla apelativo. Así, En2 es aliado de su enunciado y
contrario de su enunciatario.

Gráfica 2.42 En2 “hombre tenía que ser”

En2 Et2

En3 utiliza el generolecto “hombre tenía que ser” con una intencionalidad
despectiva a través de un acto de habla expresivo con orientación negativa. Así,
hace que Et3 se aleje del enunciado y del enunciador.

55
Gráfica 2.43 En3 “hombre tenía que ser”

En3 Et3

Cuadro 2.17 “las mujeres no deben decir piropos”

Enunciador “Las mujeres no deben decir piropos” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (mujer) Aconseja (directivo) Et1 (mujer) Se acerca
(contrario)
En2 (mujer) Critica (apelativo) Et2 (mujer) Se aleja
(contrario)
En3 (mujer) Exige (declarativo) Et3 (mujer) Se aleja
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

Se repite el generolecto del cuadro 2.9, sin embargo esta vez enunciador y
enunciatario son diferentes. Aun así, el generolecto funciona de la misma forma en
algunas situaciones de comunicación.

En1 siendo mujer, establece una situación de comunicación con Et1 que es mujer
para aconsejarle desde su punto de vista con el generolecto “las mujeres no
deben decir piropos”, sin una argumentación, simplemente Et1 debe aceptar el
consejo que se le da puesto que culturalmente son los hombres los que dicen
piropos y no las mujeres. La distancia comunicativa entre enunciador, enunciatario
y enunciado es la misma puesto son aliadas entre sí y el enunciado también es un
aliado de las participantes de la dinámica comunicativa.

Gráfica 2.44 En1 “las mujeres no deben decir piropos”

En1 Et1

El generolecto “las mujeres no deben decir piropos”, expresado por En2 como acto
de habla apelativo, critica algo que según la expresión está mal visto o mal hecho
si se es realizado por un Et2 que también es mujer. De esta manera, En2 se aleja
de Et2 en señal de rechazo ante el acto que expresa el generolecto mencionado.

56
Gráfica 2.45 En2 “las mujeres no deben decir piropos”

En2 Et2

En3 se dirige a Et3 exigiéndole que se cumpla la acción que expresa el


generolecto “las mujeres no deben decir piropos”, puesto que ni ella como
enunciataria ni otra mujer como enunciadora deben hacerlo. Aceptándose a su vez
que el hombre sí puede decir piropos.

Gráfica 2.46 En3 “las mujeres no deben decir piropos”

En3 Et3

En ninguna de las dinámicas de comunicación descritas hubo reclamos por parte


de las enunciatarias.

Cuadro 2.18 “el hombre es infiel por naturaleza”

Enunciador “El hombre es infiel por naturaleza” Enunciatario Cercanía/lejanía


En1 (mujer) Informa (asertivo) Et1 (mujer) neutra
En2 (mujer) Sugiere (directivo) Et2 (hombre) Se aleja
(contrario)
En3 (mujer) Advierte (declarativo) Et3 (mujer} Se acerca (aliada)
Fuente: González y García, 2013.

Algunas enunciadoras (En1) del grupo focal enunciaron “el hombre es infiel por
naturaleza”. El uso de este generolecto, cuando es dirigido hacia una enunciataria
(Et1) trata de informarle que en la práctica comunicativa donde se expresan
acerca de la infidelidad es importante reconocer o estar informado de que existe
una naturaleza que lleva a los hombres a ser infieles.

Gráfica 2.47 En1 “el hombre es infiel por naturaleza”

En1 Et1

En la gráfica anterior se muestra el asertivo del cual ambas En1 y Et1 comparten.

57
Otra enunciadora En2 al usar el generolecto “el hombre es infiel por naturaleza”
con un acto de habla directivo hacia un Et2 hombre, hace que su enunciatario se
aleje del enunciado.

Gráfica 2.48 En2 “el hombre es infiel por naturaleza”

En2 Et2

Por su parte, En3 a través de un acto de habla declarativo emite el enunciado “el
hombre es infiel por naturaleza” el cuál es recibido por un Et3 que se convierte en
su aliado creando una situación de comunicación de complicidad entre enunciador
y enunciatario que aunque consideran verdadero el enunciado no están de
acuerdo con lo que expresa.

Gráfica 2.49 En3 “el hombre es infiel por naturaleza”

En3 Et3

Cuadro 2.19 “el hombre es más carnal y la mujer más sentimental”

Enunciador “El hombre es más carnal y la mujer más Cercanía/lejanía Enunciatario


sentimental”
En1 (mujer) Informa (asertivo) neutro Et1 (mujer)
En2 (mujer) Minimiza al hombre (expresivo) Se aleja Et2 (hombre)
(contrario)
En3 (mujer) Critica (apelativo) Se aleja Et3 (hombre)
(contrario)
Fuente: González y García, 2013.

En1 usa un asertivo para expresar el generolecto “el hombre es más carnal y la
mujer más sentimental” al emitir el enunciado como información hacia Et1 que
también es mujer. El enunciado se da por verdadero y es neutro. Ya que En1 no
está motivando a la Et1 a tomar una posición frente al generolecto, su
intencionalidad es simplemente informar.

Gráfica 2.50 En1 “el hombre es más carnal y la mujer más sentimental”

En1 Et1

58
En2 mujer minimiza a Et2 hombre a través de un acto de habla expresivo que le
da una entonación diferente al generolecto “el hombre es más carnal y la mujer
más sentimental” dando a entender que la condición de la mujer es más
importante que la del hombre, de esta manera, la mujer se acerca al enunciado
que la favorece y se aleja de su enunciatario.

Gráfica 2.51 En2 “el hombre es más carnal y la mujer más sentimental”

En2 Et2

En3 usa el mismo generolecto pero con un acto de habla apelativo que critica la
acción que el enunciado expresa, alejándose de Et2 hombre y aliándose con su
enunciado.

Gráfica 2.52 En3 “el hombre es más carnal y la mujer más sentimental”

En3 Et3

Cuadro 2.20 “Los hombres nunca entienden”

Enunciador “Los hombres nunca entienden” Cercanía/lejanía Enunciatario


En1 (mujer) Queja (apelativo) Se acerca Et1 (mujer)
(aliada)
En2 (mujer) Reclamo (expresivo) Se aleja Et2 (pareja)
(contrario)
En3 (mujer) Llama la atención (expresivo) Neutro Et3 (hombre)
Fuente: González y García, 2013.

En1 expresa el generolecto “los hombres nunca entienden”, como queja, sin
embargo se refiere a un enunciatario Et1 que es mujer y que no responde ante el
enunciado porque no es responsable directo de la queja. Por tanto, enunciadora y
enunciataria se acercan entre sí y se apartan del enunciado ya que para ellas
tiene un significado negativo

Gráfica 2.53 En1 “Los hombres nunca entienden”

En1 Et1

59
Para el caso de En2 que es una mujer, realiza el expresivo “los hombres nunca
entienden” esperando una justificación por parte de Et2 que es hombre y además
es su pareja sentimental. Alejándose En2 del enunciado y del enunciatario.

Gráfica 2.54 En3 “Los hombres nunca entienden”

En2 Et2

En3 utiliza el mismo generolecto “los hombres nunca entienden” de una forma más
pasiva hacia Et3 hombre que no es su pareja. No se acerca ni al enunciado ni al
enunciatario, simplemente hace un llamado de atención.

Gráfica 2.55 En3 “Los hombres nunca entienden”

En3 Et3

2.4.2 Aspectos importantes de la dinámica de generolectos en la comunidad


de hablantes. Hay tres ideas iniciales en los enunciadores y enuncitararios de
generolectos:

a) El enunciatario del grupo focal es un enunciatario prevenido que responde con


ligereza defendiéndose de las acusaciones o quejas que realiza el enunciador, a
su vez intenta cambiar la intención comunicativa del enunciado poniéndolo a su
favor con alguno de los generolectos mencionados anteriormente.

b) El enunciatario establece el grado de cercanía o lejanía y condiciona el discurso


según la jerarquía que se va a usar, puesto que los participantes del grupo focal
eligieron cada enunciado basándose en quién es el otro y no en quién soy yo.

c) El enunciatario presente en el grupo focal manifestó acuerdo o desacuerdo con


los enunciados, los refutó, los reconstruyó y en algunas ocasiones los aceptó
iniciando una nueva cadena de enunciados que lo ponían en condición de
enunciador.

Se pueden entender los aspectos de la relación que se establece desde el


enunciatario enfrentado por el enunciador de generolectos. Hay diferencias en la
identidad del enunciador, en sus modos psicológicos con los cuales enuncia. Se
advierte que hay en la -observada- dinámica de la comunicación que los
participantes están a la defensiva o atacando para privilegiar su acto de habla. Y si

60
el acto de habla refleja el modo psicológico del género al que pertenece, en
consecuencia se está en presencia de una dinámica de conflicto discursivo. Cada
quien protege su estatus, su identidad y su diferencia.

Es pertinente llamar la atención de la interacción que se da en la práctica de


generolectos. Como se ha señalado en la dinámica enunciativa de cuadros y
gráficas anteriores, los enunciados significan la voz responsable en variados actos
intencionales, como son actos ilocucionarios.

Se puede volver a los generolectos para distinguir los actos de habla y su relación
proxémica en los siguientes párrafos:

En “Entre bomberos no nos pisamos la manguera” se presentaron tres situaciones


de comunicación con los siguientes actos de habla: Primero Declarativo, este
declarativo manifestado en forma de confesión produjo una lejanía por parte de la
enunciataria quien no encaja en el enunciado por no ser hombre. Segundo
Comisivo, el acto de habla comisivo permite una cercanía entre enunciador y
enunciatario, ya que su género masculino les permite compartir el enunciado.
Tercero Declarativo, este acto de habla que también se presenta en forma de
confesión hacia una mujer, hace que la enunciataria se aleje ya que no comparte
el enunciado.

En “La esencia de la mujer es ser mamá”, Asertivo en la primera situación de


comunicación, se usa un acto de habla asertivo en forma de suposición que hace
que el enunciado sea neutro con respecto al enunciador y al enunciatario, como
una verdad universal. Asertivo en la segunda situación de comunicación, también
se usa un asertivo, pero esta vez es una información que se expone ante una
enunciataria mujer. Como es algo que no se afirma ni se niega los participantes y
el enunciado se mantienen neutros. Directivo el acto de habla directivo que se usa
para expresar el generolecto manifiesta un consejo, dando a entender que el
enunciado es correcto y debe cumplirse por lo cual el enunciador se acerca al
enunciado esperando que su pareja también lo haga.

En “las mujeres son chismosas por naturaleza” es Expresivo este acto de habla y
se manifiesta en forma de provocación hacia un enunciatario que hace parte del
grupo al cual el generolecto señala. Por tanto, el enunciatario, que es mujer se
aleja completamente del enunciado y del enunciador. Declarativo, este acto de
habla expresa una advertencia hacia un enunciatario que no toma parte del
enunciado pero se vuelve aliado de su enunciador.

En “las mujeres le ponen a uno apodos gays”. Las tres situaciones de


comunicación que se dan ante este enunciado se manifiestan con actos de habla
declarativos. En la primera y la tercera situación de comunicación el enunciador es
aliado de su enunciado y contrario de su enunciatario puesto que hace un reclamo
que no es aceptado por el enunciatario. En la segunda situación de comunicación

61
enunciador y enunciatario, ambos hombres, son aliados frente a un enunciado que
les advierte algo.

En “Las mujeres joden por todo”. En las tres situaciones de comunicación se


presentan los siguientes actos de habla respectivamente: Declarativo, declarativo
y asertivo. En la primera, el enunciatario se aleja del enunciado y del enunciador
hay conflicto porque es un hombre haciendo un reclamo a una mujer. En la
segunda, enunciatario y enunciador son aliados de un enunciado neutro ambos
participantes hombres. En la tercera, enunciador, enunciado y enunciatario se
mantienen neutros ante una información que se está dando. Ambos participantes
son hombres.

En “Las mujeres no saben conducir”. En este enunciado se presentan tres


situaciones de comunicación en las que se manifiestan actos de habla expresivos
y declarativos. En la primera, el acto de habla expresivo se manifiesta a través de
una provocación que hace que el enunciatario se aleje del enunciador y el
enunciado. En la segunda, el acto de habla declarativo hace una advertencia
manteniendo a enunciador y enunciatario neutros frente al enunciado. En la
tercera, el acto de habla expresivo se burla de su enunciatario por lo cual este se
aleja tanto del enunciador como del enunciado.

En “Los hombres son mejores para los números”. Las tres situaciones de
comunicación que produce este generolecto usan un acto de habla expresivo y
dos asertivos. En la primera, el acto de habla expresivo ensalza tanto al
enunciador como al enunciatario, ambos hombres que se acercan al enunciado.
En la segunda, el acto de habla asertivo brinda una información que hace que el
enunciado y los participantes se mantengan neutros. En la tercera, el acto de
habla asertivo asegura que el generolecto es cierto por lo cual el enunciador se
acerca al enunciado.

En “los oficios de la casa son para las mujeres”. Este generolecto produce tres
situaciones de comunicación en las cuales encontramos dos actos de habla
directivos y un expresivo. En la primera, el acto de habla directivo hace que el
enunciatario se aleje del enunciado y del enunciador. En la segunda, el directivo
hace que enunciador y enunciatario sean aliados. En la tercera, el acto de habla
expresivo es una burla hacia el enunciatario por lo cual este se aleja de
enunciador y enunciado.

En “las mujeres no deben decir piropos”. En las tres situaciones de comunicación


que produce este generolecto, se utiliza un acto de habla para cada una. En la
primera, se emplea un acto de habla directivo que aconseja al enunciatario quien
se acerca al enunciato y al enunciador. En la segunda, se emplea un acto de
habla apelativo que critica al enunciatario por lo cual este se aleja del enunciador y
del enunciado.

62
En “las mujeres siempre se hacen las víctimas”. Las dos primeras situaciones de
comunicación emplean actos de habla apelativos para denunciar y criticar a sus
enunciatarias, esto hace que las enunciatarias se alejen del enunciador y del
enunciado. Ambas situaciones de comunicación se dan entre un enunciador
hombre y un enunciatario mujer. La tercera situación de comunicación se da entre
un enunciador hombre y un enunciatario hombre también con un acto de habla
directivo que aconseja y que hace que los participantes se mantengan neutros.

En “los hombres sólo hablan de sexo”. Este generolecto produce dos actos de
habla apelativos y un expresivo en las siguientes situaciones de comunicación. La
primera, a través de un acto de habla apelativo el enunciador previene al
enunciatario por lo cual ambos son aliados. La segunda, a través de un acto de
habla apelativo el enunciador presenta una queja sobre un tercero a su
enunciatario por lo cual son aliadas a través del generolecto que comparten. La
tercera, es un acto de habla expresivo a través del cual el enunciador presenta
una queja al enunciatario rechazando el generolecto. Esto hace que el enunciador
se aleje del enunciado y del enunciatario.

En “la esencia del hombre es ser perro”. Este generolecto produce tres situaciones
de comunicación. La primera, se emplea un acto de habla declarativo que
advierte, haciendo que los participantes y el enunciado se acerquen entre sí. La
segunda, se emplea un acto de habla apelativo que denuncia al enunciatario por lo
cual este se aleja del enunciador y del enunciado. La tercera, se emplea un acto
de habla apelativo que presenta una queja sobre el enunciatario por lo cual este
se aleja del enunciador y del enunciado.

En “los hombres mienten más, las mujeres mentimos mejor”.


En la primera, acto de habla apelativo que usa el enunciador en forma de
amenaza hacia su enunciatario por lo cual los participantes son contrarios. En la
segunda acto de habla apelativo que hace que enunciador y enunciatario sean
contrarios porque no comparten un enunciado. En la tercera, se emplea un acto de
habla expresivo que convierte el generolecto en algo positivo para enunciadora y
enunciataria por lo cual son aliadas.

En “Los hombres le ponen “morbo” a todo lo que dicen”. En la primera situación de


comunicación se usa un acto de habla Expresivo para llamarle la atención al
enunciatario. Esto hace que el enunciador y el enunciado sean aliados entre sí y
contrarios de su enunciatario. En la segunda situación de comunicación se usa un
acto de habla Apelativo por medio del cual enunciador y enunciatario se quejan
entre sí de un enunciado que comparten, por tanto son aliadas. En la tercera
situación de comunicación se usa un acto de habla declarativo por medio del cual
el enunciador hace una advertencia a su enunciatario, sobre un enunciado que
comparten, por tanto son aliadas.

63
En “no confiamos en hombres a los que no les gusta el fútbol”. Este generolecto
produce dos situaciones de comunicación, en ambas se manifiestan actos de
habla asertivos que hacen que enunciador, enunciado y enunciatario se
mantengan neutros.

En “hombre tenía que ser”. Situación de comunicación uno: se manifiesta un acto


de habla expresivo en forma de ironía con un generolecto que enunciador y
enunciatario comparten por eso son aliados. Situación de comunicación dos: acto
de habla apelativo por medio del cual el enunciador regaña al enunciatario. El
enunciatario se aleja del enunciador y del enunciado. Situación de comunicación
tres: el acto de habla expresivo utilizado por el enunciador minimiza al enunciatario
por lo cual este se aleja del enunciado.

En “las mujeres no deben decir piropos”. El acto de habla directivo empleado en la


primera situación de comunicación se manifiesta como un consejo que invita al
enunciatario a ser aliado del enunciador. El acto de habla apelativo empleado en
la segunda situación de comunicación se manifiesta como una crítica por lo cual el
enunciatario se aleja del enunciado y del enunciador. El acto de habla declarativo
empleado en la tercera situación de comunicación se manifiesta como una
exigencia por parte del enunciador lo cual aleja a su enunciatario del enunciado.

En “el hombre es infiel por naturaleza”. La primera situación de comunicación


manifiesta un acto de habla asertivo que brinda una información de forma neutra.
La segunda situación de comunicación manifiesta un acto de habla directivo que
hace que el enunciatario se aleje del enunciado y del enunciador. La tercera
situación de comunicación manifiesta un acto de habla declarativo que advierte al
enunciatario sobre un enunciado que ambos participantes comparten por lo cual
son aliados.

En “el hombre es más carnal y la mujer más sentimental”. La primera situación de


comunicación manifiesta un acto de habla asertivo que brinda una información de
forma neutra. La segunda situación de comunicación manifiesta un acto de habla
expresivo que minimiza a su enunciatario por lo cual este se aleja del enunciado y
del enunciador. La tercera situación de comunicación manifiesta un acto de habla
apelativo a través del cual el enunciador critica al enunciatario haciendo que este
se aleje.

En “Los hombres nunca entienden”. La primera situación de comunicación


manifiesta un acto de habla apelativo por medio del cual el enunciador se queja
ante un enunciatario de un enunciado que comparte por lo cual son aliados. La
segunda situación de comunicación manifiesta un acto de habla expresivo en
forma de reclamo que hace que el enunciatario se aleje. La tercera situación de
comunicación manifiesta un acto de habla expresivo como llamado de atención
que hace que los participantes se mantengan neutros ante el enunciado.

64
3. INTERPRETACIÓN DEL USO Y LA PRÁCTICA DE LOS GENEROLECTOS
EN ALGUNOS ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA
UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

3.1 EL ACTO DE HABLA DEL GENEROLECTO

John Roger Searle aborda la comunicación como pragmática desde distintos tipos
de actos de habla, los cuales dependen del contexto y la situación de
comunicación de los participantes. Un enunciado como “todos los hombres son
perros”, como se ha visto en el desarrollo de este trabajo de grado, es un acto de
habla que resulta en un contexto de interacción entre participantes hombres y
mujeres. Esta frase tiene en su contenido proposicional el contexto de género, de
diferencias en lo que significa ser hombre o mujer. Al decir el enunciado de este
tipo, se habla de generolecto.

Cuando se dice el enunciado (o se está diciendo algo), se está haciendo algo. El


enunciado es parte contextual de la idiosincrasia con la que se comunican los
participantes. Esto, a su vez, depende de las condiciones de sinceridad del
enunciado para lograr que el acto de habla sea afortunado. Por ejemplo, si alguien
dice “me caso contigo”, debe casarse para que el acto de habla sea afortunado y
sincero, si no se casa el acto de habla sería un infortunio. Por ello, teniendo en
cuenta que los únicos que pueden provocar actos tales son los seres humanos, se
puede afirmar que se produce cultura, en el discurso de las personas en la
cotidianidad.

Los participantes del grupo focal son una muestra del discurso de dominación en
el que la cotidianidad les enseña frases, enunciados, actos de habla que refieren
el ser. El idioma está orientado a conjugar verbos, actos de habla, asignando
pronombres y deícticos para las personas en situación de comunicación. Al
conjugar verbos, el emisor piensa en la referencia de la persona, un “yo”, “tu”, que
es hombre o mujer.

Los enunciados de los participantes de la comunicación coinciden en ciertos


generolectos propios de su contexto sociocultural2; por ejemplo al enunciar que
“las mujeres no deben decir piropos” es en principio un generolecto masculino, sin
embargo las mujeres también lo emplean bajo los mismos argumentos que lo
emplean los hombres. De esta manera, se acepta culturalmente que los hombres
tienen derecho a decir piropos, pero está mal visto que una mujer lo haga.

2
Hay que señalar que los contextos básicos son: espacio, tiempo, interaccional, sociocultural y
cognitivo; y sus dimensiones contextuales son: localización, comunicación no verbal, uso del
idioma y extra-situacional.

65
Deborah Tannen afirma que hombres y mujeres son un producto cultural
construido a través de un discurso. Discursividad del cuerpo, dice Foucault. A
pesar de la hibridación que la modernidad permite al discurso femenino o
masculino, no deja de ser evidente que a los hombres se les hable de una manera
y a las mujeres de otra, reflejando una sociedad que se dice a sí misma no ser
machista, pero que se expresa regida por la dominación masculina y que
construye a sus sujetos sociales con las características que históricamente se han
determinado para cada uno de los géneros, permitiendo que se puedan señalar
unos a otros cuando su discurso no corresponde al que por tradición debería
emplear.

Reconociendo el discurso (de la dominación masculina) no sólo como las palabras


empleadas sino como todos los comportamientos, gestos y demás factores
inmersos en la interacción que permiten -al ser humano- comunicar algo: “Los
hombres no se visten de rosa”, “las mujeres no juegan fútbol”, entre otros
enunciados, son los generolectos que representan esa herencia histórica
transmitida a través del discurso y arraigada claramente a una ideología patriarcal.

Es claro que los jóvenes tienen su propia cultura construida a partir de la forma en
que se comunican. Esto se evidencia en los nexos de práctica en los que decirse
palabras como “marica”, “gonorrea”, etc. no es insultante a pesar de que para la
sociedad sean actos discursivos de insultos. Se hablan, además, con gestos y con
expresiones hechas con las manos, entre más amigos, más bruscas son las
palabras. Es un discurso totalmente diferente, en el que los enunciados carecen
de condiciones de sinceridad, en eso se basa la comunicación de ellos en “no
hablar en serio”. Al parecer eso es lo divertido y también es la razón por la cual
alguien que no pertenece a su grupo de amigos no comprende sus
conversaciones.

Ligado a esto está la intencionalidad de los participantes, que sólo se da de


manera cultural. Así, la intencionalidad de los enunciados en los jóvenes se mueve
en dos panoramas: el primero, buscando la aceptación siendo el más gracioso
(positivo) y el segundo es buscar la aceptación siendo el que más moleste a otro
(negativo). Este último argumento, por ejemplo, es el que explica por qué los actos
de habla empleados por los jóvenes en su mayoría son directivos y apelativos con
orientación (proxémica) negativa; tal como se presenta en el capítulo anterior.

3.2 ESTRUCTURA DE LOS ACTOS ILOCUCIONARIOS

Actos ilocucionarios directos son aquéllos en los que el hablante emite una oración
y la oración significa de manera explícita lo que expresa en sí. Y Actos
ilocucionarios indirectos son los que tienen uno o más significados. Searle
establece que los hablantes no siempre dicen lo que quieren decir o dicen más de

66
lo que pretenden y esto es precisamente lo que ocurre en los actos indirectos
generolectos, éstos son aquéllos en los que el hablante emite una oración y esta
significa lo que se dice y muchas veces, algo más.

En los jóvenes participantes del presente estudio, aunque los hombres acusan a
las mujeres de ser quienes usan actos ilocucionarios indirectos a través del
generolecto (“las mujeres hablan a medias y esperan que uno adivine lo que
quieren”), es evidente que tanto ellos como ellas se expresan de esta manera al
usar la ironía, el sarcasmo y las indirectas. Pocas veces se usan actos
ilocucionarios directos y cuando aparecen son en su mayoría por parte del género
masculino.

Hay que revisar el caso en el que si una mujer-estudiante manifiesta en su


enunciado: “yo prefiero hablar fuerte y claro, más si es con mi pareja”, el grupo
focal le responde con el generolecto: “o sea que tú eres el hombre de la relación”,
dejando en evidencia que para ellos los actos ilocucionarios directos son
masculinos y los indirectos son femeninos.

3.2.1 En los actos de habla ¿Por qué femeninos y por qué masculinos? W.
Scott habla de los usos de la palabra género desde el feminismo y las teorías
patriarcales. En su definición propone que el género es una categoría social
impuesta a un cuerpo sexuado, según la cultura y que marca la diferencia de los
roles entre hombres y mujeres. Los generolectos se encargan de esas diferencias
inherentes al discurso que socialmente se ha aceptado como un discurso
femenino o masculino.

Scott considera que en el proceso de construcción de las relaciones de género


podría usarse concepciones para discutir sobre clases, razas, etnicidad o
cualquier proceso social. El género, por ejemplo, es una forma primaria de
relaciones significantes de poder. Como queda en evidencia en los participantes
del grupo focal, con ciertos niveles de jerarquía ligados al género de las personas
que participan en la dinámica social comunicativa.

En este estudio, el hombre participante manifiesta la orientación de la dinámica


discursiva, sin embargo, las mujeres también hacen referencia a ellas como
personas independientes y orientan como pudiera pensarse en el generolecto de
que son “el hombre de la casa”. A esto último se adjuntan generolectos tales como
“ella tiene bien puestos los pantalones”, haciendo alusión, tal vez sin darse cuenta,
de que la figura autoritaria o mayor debería corresponder a un masculino.

El género promueve diferencias jerárquicas en las relaciones con sus pares en la


universidad. Las significaciones de género y poder se construyen la una a la otra.
La dinámica enunciativa muestra el uso del género, en conjugaciones y
asignaciones verbales, pronominales y artículos que asignan al sujeto que habla o

67
del cual se habla. No obstante, no es simplemente enunciar sino producir
culturalmente lo que sus modificaciones pueden generar cambios también en las
relaciones de poder. Scott considera que hay que pensar allí en la dinámica de la
comunicación el aspecto de una visión de igualdad política y social que
comprende no sólo el sexo, sino también la clase y la raza.

Lo anterior no puede asignarse fácilmente desde el presente estudio, pues las


formas de poder que se describen son fluidas en un ámbito del discurrir
condicionado por la Universidad y no por una postura política que se adhiera
argumentativamente para ejercerse democráticamente. Los generolectos que
usan los estudiantes de comunicación quedan incluidos en una dinámica de
conceptos que afectan los sentimientos, manifestaciones de afecto y actos
expresivos de la comunicación social; pero no de usanza política.

Los jóvenes-estudiantes-participantes son conscientes de que estas inclinaciones


machistas, al referirse a niveles jerárquicos, no son a partir de una postura política,
porque no tienen argumentos para sostenerla. Sin embargo, en la dinámica social
de generolectos se deben corresponder los significados patriarcales que
subyacen, puesto que se usan por tradición y no con conciencia.

Cuando se dice, por ejemplo: “ella es el hombre de la casa”, se está realizando un


acto de habla expresivo con orientación positiva que pretende felicitar, ensalzar,
reconocer a la persona y no, como sería en teoría, de minimizar a la mujer
diciendo que ella pretende ocupar el lugar de poder que le corresponde a un
hombre.

Las interacciones sociales dentro de las cuales se encuentran los generolectos,


inmersos en el discurso, son materia de investigación conjunta a la
contextualización del discurso entre los jóvenes. La clave en la que hablan los
estudiantes gira en una sociedad tradicionalmente patriarcal y de dominación
masculina, en donde algunos aspectos más predicativos son sobre el sexo y el
género. Esta idea la hacen notar en sus estudios Mabel Burin e Irene Meler,
cuando piensan que la subjetividad masculina acerca de cómo comportarse lo
discurren los participantes según los genitales: lo que la sociedad considera
femenino y masculino está determinado por dos palabras “vagina” y “pene”.

Si pudiera pensarse que en los estudiantes de comunicación hay una cultura que
discurre sobre genitales, los comportamientos establecidos para el femenino y
para el masculino dependerían de identificar a sus pares sexuadamente. Al ilustrar
“los hombres tienen más fuerza que las mujeres” es un generolecto culturalmente
aceptado, sin embargo puede desmentirse incluso biológicamente. Las mujeres
parecen quedar subordinadas en una situación pasiva por su condición sexual
(puede pensarse que es un sofisma que radica en su condición de mujer que le
asigna tareas pasivas, mientras que al hombre le tocan de actividad). La mujer
tiene diferentes tareas que son activas y ello debe contradecir al generolecto que

68
se asigna en la dominación masculina. Igualmente puede crearse una crítica o
mostrar los límites que se dan en los generolectos destacados en el capítulo
anterior.

Cuadro 3.1 Generolectos destacados.

Entre bomberos no nos pisamos la manguera


La esencia de la mujer es ser mamá
Las mujeres no deben decir piropos
La mujer que dice piropos es una alborotada
Las mujeres son chismosas por naturaleza
Las mujeres le ponen a uno apodos gays
Las mujeres joden por todo
La esencia del hombre es ser perro
Las mujeres no saben conducir
Los hombres son mejores para las matemáticas
Los oficios de la casa son para mujeres
Las mujeres siempre se hacen las víctimas
Los hombres sólo hablan de sexo
Los hombres son más mentirosos que las mujeres
Los hombres le ponen morbo a todo lo que dicen
No confío en un hombre al que no le guste el fútbol
Hombre tenía que ser
El hombre es más carnal y la mujer más sentimental
Los hombres nunca entienden
Fuente: García y González, 2013.

La diferencia entre sexo y género se da en lo inscrito en el cuerpo mientras que el


género en los significados que cada sociedad le atribuye. La emisión de
generolectos muestra lo que representa la socialización de los estudiantes, su
construcción discursiva, como dice María Cristina Martínez. En la socialización, la
crianza es diferenciada entre hombres y mujeres, según los patrones culturales de
los padres, la escuela, la televisión, etc. que los estudiantes han asumido durante
su vida. Se trata de una construcción histórico-social, que aunque en este trabajo
no se explicite, el generolecto encuentra diversidad de inclinaciones sexuales.

En suma, el generolecto se emite el decir de un comportamiento que culturalmente


corresponde al género contrario, el cual será señalado y criticado. Así, el género
se construye culturalmente. El cuerpo de los estudiantes adopta lo que
culturalmente se habla de hombres y mujeres, su significado, el lenguaje, el
comportamiento y la cultura. El generolecto tiene el poder de excluir y subordinar o
de maximizar al otro; hay una lucha de sexos y géneros; hay discriminación.
Nótese el sentido, la intencionalidad, de algunos participantes al decir: “Las
mujeres no saben conducir”.

69
No obstante, el generolecto es una construcción de la subjetividad; la construcción
discursiva del sujeto. Por lo tanto, el género jamás aparece en forma pura sino
entrecruzado con otros aspectos determinantes de la subjetividad humana. Una
palabra puede ser determinantes en su género: “bobo”, “boba”; “loco”, “loca”;
“zorra”, “zorro”, etc.

El discurso de generolectos es cuestión cultural, biológica y dominación; en


consecuencia, la práctica comunicativa describe los modos psicológicos que
implican el acto de habla generolecto. Por ejemplo,

“Los hombres siempre piensan en sexo, incluso en sus bromas entre ellos
hay morbo, las mujeres no”;

No obstante, al decir la frase anterior ninguno de los jóvenes-hombres


participantes estuvo de acuerdo con los modos psicológicos del acto ilocucionario.
La sexualidad es algo físico-corporal y el afecto algo psico-emocional, cuestiones
culturalmente construidas. Tal vez en algún punto ambas posiciones
(sexo/sexualidad) puedan encontrarse al decir un generolecto; pero lo claro es que
lo biológico (sexo) es un campo que se diferencia de lo que construyen
culturalmente los seres humanos (sexualidad).

3.3 CONFLICTO DEL DISCURSO GENEROLECTO

Los actos ilocucionarios directos e ilocucionarios indirectos se van orientando en la


dinámica de la comunicación entre unos enunciados masculinos y femeninos,
aceptados, refutados, apelados, declarados, expresados, criticados, etc. como se
han destacado en el capítulo anterior. Hay que ver allí las orientaciones del
discurso generolecto que tiene proximidades y lejanías entre los hablantes.

Al tomar distancia el enunciador (En) se considera que se debe a cierto rechazo


de la enunciación (E) frente al Enunciatario (Et). No más es ver las figuras de la
dinámica enunciativa en la que las frases ponen a los interlocutores en variadas
intenciones de un mismo enunciado e igualmente la cercanía o lejanía.

En la dinámica enunciativa las proximidades son positivas y las lejanías negativas.


Al tener en cuenta que la situación de comunicación implica que exista una
construcción del enunciado generolecto, hay un inevitable tomar postura en la
enunciación. Si En dice E (Generolecto) Et entonces, los dos (En vs Et) se ven
involucrados en una situación proxémica o de “tomar distancia”. Esta situación
proxémica es una forma de diferenciación.

70
3.3.1 El relacionarse en el mundo. Judith Butler cuestiona las formas de
diferenciación entre masculino–femenino y la participación del hombre y la mujer.
El primer elemento que se ha puesto en la dinámica comunicativa es la inclusión
predicativa de la sexualidad, pero esto no es acto sexual sino una forma de
relacionarse en el mundo; es decir cualquier relación afectiva.

El generolecto es una construcción discursiva y no una necesidad biológica de los


sujetos sexuados. Un enunciado de generolecto es una forma para identificación y
diferenciación de género. Butler piensa que se da a través de un metarrelato del
desarrollo infantil compartido.

La noción misma de sujeto “hombre” privilegia lo masculino dentro del lenguaje


cultural. Puede ser criticado, enaltecido, etc. pero a través del generolecto. Otras
formas en las que no se diferencia se asumen como actos de habla en los que los
estudiantes ya no se tratan con distancia sino como pares.

Al hablar, los estudiantes se describen culturalmente. Sus deseos quedan reflejos


en los modos psicológicos de la construcción proposicional del generolecto.
Diferenciarse del otro es mostrarle su identidad.

Nótese que las estudiantes se someten proxémicamente a ser femeninas con sus
compañeras, pero cuando se enfrentan a los hombres se presentan con
imitaciones y enunciados que tratan de igualar la noción del sujeto hombre. Ellas
se sientan derechas, de piernas cruzadas, con las manos sobre las rodillas,
revisando el maquillaje y la presentación de las manos. Ellos suben las piernas a
los pupitres, abren sus piernas y golpean la tabla mientras roban la palabra para
no dejarse callar.

Los varones toman distancia de esas observaciones, quieren ser bruscos, duros,
mientras ellas hacen lo mismo. Toman distancia para diferenciarse. Son ellas
mismas en la diferencia con ellos.

Butler hace pensar que esa experiencia de los estudiantes (hombres, mujeres), la
relación de géneros, está basada en prejuicios que por jerarquización afectan
principalmente a la mujer, reduciéndola a una categoría menor. Las figuras del
capítulo anterior implican una situación de comunicación que las mismas mujeres-
estudiantes consideran como parte de su construcción discursiva y cultural.

Esta aceptación está en ambos sexos, la dominación masculina. La dinámica


enunciativa comprueba nuevamente que el discurso no es sólo lo que se dice sino
también lo que se hace y que los generolectos no se reducen a una frase sexista
sino que implican lenguaje kinésico, entonación, etc. una cultura.

Hay dos ideas indispensables. La primera, es que cada uno se identifica según su
sexo; la segunda, que cada uno se identifica con lo que desea. Sin embargo, hay

71
una posibilidad de que los participantes no actúan para alcanzar la identidad sino
para condicionar la interacción.

Sin embargo, dentro del discurso de aceptación de que las mujeres-estudiantes


son reducidas en modos psicológicos, ellas tratan de ser subversivas atacando a
su adversario. El rechazo a seguir siendo tratada con generolectos es una
situación en la que se entra por la dinámica de comunicación en la que se siente
afectada por los actos expresivos que la cultura le infunde. El disentir comunicativo
y sociocultural se da cuando el deseo de la persona no corresponde a lo que
tradicionalmente está establecido.

3.3.2 El problema de lo tradicional que parece incuestionable. Hay un discurso


que contiene una forma de vida tradicional que garantiza ciertas situaciones
favorables y de poder a los hombres. Una dominación masculina que según los
participantes, estos mitos y tradiciones no deberían desaparecer. “Las cosas como
son”… los hombres de X manera y las mujeres de Y. Sus posiciones son claras y
firmes al respecto; no obstante, el valor agregado que le dan a la forma de vida
tradicional es que se implemente el “respeto” por el “diferente”; entiéndase por
diferente la persona que no esté enmarcada en el discurso que por tradición le
corresponde.

El sexo es naturaleza y el género es cultura dice Gabriela Castellanos. Pero en los


generolectos también se expresa en los estudiantes que la palabra “sexo” quiere
decir, además de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres, el coito y la
reproducción. En los hombres-estudiantes, cuando se habla de género hay una
predisposición hacia el feminismo, como dijeron: “ya van a empezar las mujeres
con su cuento”. Ese generolecto colectivo de los hombres, que incluye a algunas
mujeres que no están a favor del feminismo.

Los participantes hombres y mujeres, que están en proceso de formación para ser
profesionales de la comunicación social, han encontrado otra manera de ver las
relaciones interpersonales y la acción comunicativa. Si piensan en los
generolectos, lo hacen ya reconociendo lo que significan en la dinámica
comunicativa. El haber participado en un grupo focal que hizo pensar en las
situaciones de comunicación y las relaciones que se establecen con el concepto
de género puede llevarlos a considerar el tema en la vida cotidiana. Las
conclusiones a que se llegó en el grupo focal muestran que estos jóvenes se
quedan en el contexto de tiempo y espacio, sus interacciones, la vida
sociocultural, sus experiencias personales en un momento de cuestionamiento de
las situaciones de comunicación de los generolectos.

La sexualidad se interpreta de manera diferente según su diferenciación, su


identidad, sus actos de habla que se asignan en distancias y cercanías en la
dinámica de la comunicación. La definición de “género” entre los estudiantes

72
permite descubrir que las identidades femeninas y masculinas no se derivan
necesariamente de las diferencias anatómicas entre ambos sexos, sino por la
producción discursiva de cada uno y en colectivo. En algunos casos, los
estudiantes recurren a los valores de respeto en cuanto a la concepción de género
y el uso de generolectos, aunque sigan pensando que se deben mantener las
posibilidades que la cultura les permite en la complacencia al dominio o el
aprovechamiento de las ventajas del mismo.

En las conclusiones también se discurre en que el colectivo de hombres no


consideran como cultural el aspecto psíquico de la sexualidad, sino el anatómico y
reproductivo (“las mujeres sólo sirven para ser madres”). El placer y los deseos
parecen no mostrarles que también se elaboran formas de vida sexual mediante la
cultura y que se forman o son el producto de los discursos sobre ellos.

Ya se ha notado en los estudiantes, tanto en la observación como en los


enunciados, que hay rasgos socioculturales y una construcción discursiva con el
que se da la pragmática de generolectos, que son discriminatorios para ambos
sexos; o como se describió en el colectivo frente a quien se sale de las líneas y los
parámetros establecidos por una cultura patriarcal.

Sin embargo, del grupo focal se identifica a un estudiante hombre, heterosexual,


que se calificó a sí mismo como parte del discurso de generolecto femenino:
“incluso mis amigos me saludan como „hola mariquita‟, o me dicen cosas como
„parce no sea tan gay‟, yo me río porque es recochando, sé que me veo afeminado
a veces, pero soy completamente heterosexual”. Este estudiante no cumpliría con
los ideales de masculinidad en sus formas de expresarse, sin embargo, en un
futuro podría ocupar un cargo importante (cosa q si cumple con los ideales de
masculinidad) pero aún así seguiría siendo señalado por sus generolectos
femeninos.

Debe notarse que sus compañeros le asignan según la construcción discursiva de


la masculinidad del colectivo. El estudiante en cuestión debe asumir que vive
enfrentando el colectivo y el discurso de generolecto femenino. Esto forja en el
estudiante una personalidad, como Kaufman llama la atención frente al poder que
ejercen los individuos, con sus personalidades, tanto la masculina como la
femenina, diferenciadas que están arraigadas por una condición conflictiva
impuesta a la sociedad.

3.3.3 Generolectos del colectivo. Los estudiantes del grupo focal, cuando entran
en la opinión compartida, creen en la concepción de que la mujer fue creada por
Dios de la costilla del hombre, por tanto ella es un algo que les pertenece;
además, esta concepción religiosa está impuesta por la creencia en la dominación
masculina, lo cual se convierte en una ideología totalmente aceptada e
indiscutible.

73
“Entre bomberos no nos pisamos la manguera” es un generolecto que usan los
hombres en colectivo, incluso las mujeres lo usan para referirse a los mismos
hombres complementándolo con generolectos como “ustedes se tapan con la
misma cobija”. Contrario a esto, se dan los generolectos entre mujeres que en
lugar de asociarse como género se atacan entre sí con frases como “las mujeres
somos envidiosas por naturaleza”, generolecto que los hombres también aceptan
y combinan con otros como “donde hay mujeres hay chismes y peleas”.

Pero los deseos y las pasiones no son iguales en todas las personas ni en todos
los contextos ni en todas las edades. Para los participantes del grupo focal es
fundamental tener vínculos afectivos no sólo con sus relaciones de pareja sino
también con sus amistades. Incluso entre el mismo género hay cierto lazo cercano
similar al de la familia. La relación con sus pares es la prioridad. El discurso del
hombre y el de la mujer, que estudian comunicación social, es similar en cuanto a
generolectos.

74
CONCLUSIONES

Lo que se ha presentado en los capítulos anteriores es un trabajo de descripción


de cómo se dan los generolectos en las relaciones interpersonales en algunas
personas. Es un estudio de la comunicación en un grupo de estudiantes de la
Universidad Santiago de Cali, quienes participaron como enunciadores y
enunciatarios, en la dinámica de la enunciación de generolectos; es decir, cuando
cumplen su rol masculino o femenino, que al relacionarse con sus pares
comparten costumbres, tradiciones, pensamientos y adoptando aspectos socio-
culturales.

Se ha implementado el método de análisis del discurso, contextualizando los


aspectos de la práctica social de generolectos. En términos de la teoría de Análisis
Crítico del Discurso se ha realizado un estudio del género discursivo que se da
como generolecto: cuando un estudiante (Hombre o mujer) dice o escucha un
generolecto está dentro de la dinámica de la enunciación, dentro de la
construcción cultural donde se produce lo que se nombra.

Cada generolecto viene con su respectivo contexto discursivo, amoldado al


contexto que valida los enunciados y a las costumbres con que logre entrar en
interacción cada persona. El género no concreta una condición sexual específica,
las creencias y costumbres instruyen pero sólo construye lo que el sujeto crea que
lo define.

El trabajo es de descripción y análisis, ambas orientaciones se dan


metodológicamente. Desde allí se alcanzan en las personas estudiadas, los
principales comportamientos en la situación de comunicación, de los participantes
en el grupo focal, evidenciando actos de habla que van de: complicidad,
acusación, sarcasmo y burla; los generolectos que usa el grupo de estudiantes de
Comunicación Social de la Universidad Santiago de Cali están enmarcados por
tendencia de cada género y costumbres del decir.

Entre los estudiantes hay una fuerte confrontación que denota que sus
comportamientos y actitudes, durante la observación en el trabajo de campo, se
deben a la constante intención por lograr ser social y sexualmente aceptados por
otros que por sí mismos.

El rol femenino y masculino se asume según las ideas que culturalmente han
adoptado cada uno de los géneros, pues generalmente el hombre es el “metódico”
y la mujer es la “estratega”. Estas consideraciones no son creaciones
independientes de cada persona, sino que son aspectos significativos del lenguaje
en el que van construyendo discursivamente sus vidas en colectivo.

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La cadena de enunciados emitidos durante el trabajo de campo expresa en los
estudiantes, intereses, deseos, necesidades, saberes y exigencias que dinamizan
el proceso comunicativo entre hombres y mujeres. Cada generolecto tiene el poder
de excluir, subordinar o de maximizar al otro en una lucha constante de géneros
que revela discriminación de algunos participantes en la intencionalidad de los
discursos, por ejemplo que: “Las mujeres no saben conducir”. Generolectos, como
éste, son aceptados por ambos sexos.

La investigación abarcó diferentes resultados con la prueba de una sola hipótesis,


a la que a diario por medio de códigos performativos los estudiantes se comunican
entre la palabra y el discurso, entre el insulto y el halago (como lo explica Sofía
Carvajal en el estudio del Piropo en el espacio público), porque cada generolecto
califica un hecho.

Se ha llegado en la descripción de las situaciones de comunicación de los


generolectos que usan los estudiantes a una interpretación de los aspectos que
incluyen a la persona en el discurso. En cierta medida quien dice un generolecto
se compromete con él. Es la voz responsable en su lugar de enunciación. Los
hombres con sus formulaciones aprendidas -del ser hombre- en las situaciones
contextuales donde han sido construidos, como la dominación masculina se ha
dado en la socialización del “ser hombre”. Igualmente pasa con el “ser mujer”.

La Universidad Santiago de Cali sólo ha sido el escenario y lugar de encuentro de


la práctica social de generolectos. No es su exclusividad de la Universidad, porque
los generolectos se dan en cualquier lugar del mundo donde existan formas de
diferenciación al hablar de las personas.

La interpretación del uso y la práctica de los generolectos se pueden lograr en


Santiago de Cali, pero ese trabajo acarrearía un examen de la dinámica discursiva
de grandes proporciones en la ciudad, que no compromete al presente estudio.
Sin embargo, al cumplir con las fases del trabajo de grado en cuanto a la
observación a los estudiantes de Comunicación en situaciones comunicativas sólo
ha permitido la confirmación de que es posible el análisis de los actos de habla, de
los generolectos, el empleo del decir como unidad semántico-pragmática de ellos
mismos al interactuar de una pequeña muestra poblacional.

Esta labor –el empleo del decir- se realiza constantemente a través de las
interacciones en situaciones contextuales adecuadas para el diálogo. Así se
muestra en la aplicación de las herramientas para captar información, en el grupo
focal, donde se cuenta y describen las situaciones comunicativas entre los
estudiantes.

La descripción de las situaciones de comunicación y los generolectos que usan los


estudiantes también recoge la información de las entrevistas individuales. Los
generolectos más comunes para el análisis de la situación de comunicación se

76
enlistaron con el objetivo de identificar la orientación, dirección de ajuste e
intención de actos de habla que se establecen en la relación enunciador-
enunciatario. El análisis de los enunciados se presentó tal como lo expone María
Cristina Martínez en su método de la dinámica enunciativa; adjuntando la
proximidad y lejanía de los generolectos. O sea, la interpretación del uso y la
práctica de los generolectos que dependen de la posibilidad del método, el cual
permite identificar los actos de habla que son ajustados en las situaciones de
comunicación cuando la misma voz responsable usa intenciones en la práctica de
generolectos; y las proximidades (según gráficas) que identifican las cercanías o
lejanías de los participantes frente al generolecto.

Las aproximaciones se dieron fuertes, cuando el enunciador hombre y el


enunciatario hombre lograron una alianza entre los dos y un distanciamiento con el
enunciado. Por ejemplo, al decir “los hombres sólo hablan de sexo”. Igualmente,
se dio fuerte cuando las mujeres -enunciadoras y enuncitarias- están de acuerdo
con decir el mismo generolecto. Esto puede significar que cada posición o punto
de vista del participante es una posibilidad en la dinámica, pero también puede
significar que en cada situación de diálogo la variedad de posibilidades en la
enunciación puede apoyar o no al mismo sexo al que pertenezca. Es decir, un
hombre puede que esté de acuerdo con el generolecto (enunciado) y no estar de
acuerdo con sus colegas.

Esta identificación de los enunciados en la dinámica pone en evidencia que hay


aproximación débil, cuando el enunciador considera una relación directa con el
generolecto. El ejemplo anterior muestra que es estar de acuerdo con que “los
hombres sólo hablan de sexo” y distanciarse de la aproximación fuerte que existe
en el colectivo de hombres que niegan que sea así. Es débil si el enunciador
queda distanciado.

Como se ha mostrado en el capítulo tercero, estas relaciones pueden ser fuertes o


débiles, tanto para hombres y mujeres. Se dieron relaciones de aliados y
contrarios en la mayoría de la información analizada en el capítulo segundo, y los
actos asertivos como neutros porque son asumidos como información entre los
participantes. De hombres y mujeres, masculino y femenino se asume que las
relaciones de aproximación entre un enunciador y el generolecto se da como
fuerte por la forma en que se asume directamente el valor del enunciado, pero
está distante contra el enunciatario. Así queda la mayoría de los enunciados de las
mujeres con los hombres, y de los hombres hacia las mujeres. No obstante, sólo
hay pocos casos de la dinámica que se diferencian de esta conclusión, como se
ha explicado anteriormente.

Los tres participantes de la situación de enunciación, enunciador (hombre o


mujer), generolecto (E) y enunciatario (hombre o mujer), cumplen sus roles en el
acto comunicativo. Cumplen igualmente con los aspectos que caracterizan la

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forma con la que construyen el ser hombre o mujer en la producción discursiva.
Allí se acercan o alejan entre sí según el grado de jerarquía e intimidad.

Finalmente, el generolecto como producto cultural en la comunidad de


comunicación se presenta como la unidad que permite entender las posturas de
los hablantes frente a su diferenciación e identidad. El estudio del generolecto –ya
se ha dicho- no es propiamente de las palabras que construyen oraciones sino
acerca de la práctica social. La producción de oraciones que delimitan aspectos de
género y sexualidad son la apertura para que los estudiantes comprendan la
posición que ocupan en el contexto donde viven. Siendo hombre o mujer, los
estudiantes asignan según un discurso construido culturalmente cuáles son las
posibilidades en la situación ideal de diálogo. De hecho no se llegan a consensos
entre hombres y mujeres, sino un tráfico de generolectos donde gana la
proximidad fuerte.

La experiencia universitaria que circunscribe el presente estudio pone a los


estudiantes como forjadores de comunicación; son participantes de lo cotidiano,
aunque estudian comunicación, deben comprender que son pensadores de la
disciplina. En el grupo focal se notó esta situación en la que comparten no sólo la
carrera sino con diferentes regiones, lo cual contextualiza la localidad o el espacio
común que permite la dinámica de comunicación de generolectos.

Los estudiantes de comunicación interpretaron al final del trabajo de grupo que su


formación académica está orientada al uso del lenguaje y que esta dinámica en la
que como sujetos investigados entran a ser parte de la problemática que demanda
el uso del lenguaje ordinario en el contexto de una comunidad de hablantes en la
práctica de generolectos.

El análisis aporta al trabajo de comunicadores quizá para otros temas que como el
piropo y los generolectos han ampliado el campo de estudio en la Facultad.

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