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En primer lugar, Durkheim menciona a Auguste Comte y Herbert Spencer y cómo

estos explicaban los fenómenos sociales a partir de su utilidad. El autor advierte que este
enfoque confunde dos órdenes de investigación diferentes: por un lado, las causas que los
producen y, por el otro, la función que cumplen. Dado que Durkheim ha definido a los
hechos sociales como fuerzas externas que nos dominan, sería erróneo entonces creer que
su existencia está dada porque los individuos los han ideado para cumplir una función
positiva en la sociedad. Es así que un hecho social puede existir sin servir para nada,
prolongándose en el tiempo únicamente por costumbre. Durkheim agrega que la regularidad
con la que se repiten los fenómenos sociales en determinadas circunstancias y a través de
sociedades distintas, es prueba de esto. Recomienda al investigador enfocarse primero en
su causa y luego en su función, ya que en muchos casos esta consiste en conservar la
causa preexistente. También aclara que, si bien la utilidad no produce al hecho social,
generalmente este necesita ser útil para sostenerse en el tiempo. Durkheim concibe a la
sociedad como un organismo, y un fenómeno social que no sirve para nada tendría un
carácter parasitario que atentaría contra la armonía general del conjunto.

Habiendo hecho esta diferencia, Durkheim procede a discutir el método apropiado


para analizar estos problemas. Nuevamente comienza mencionando a Comte y Spencer,
para quienes los fenómenos sociales se desprenden de la naturaleza de los individuos,
reduciendo a la sociología a un “corolario de la psicología”. Durkheim, por el contrario, no
considera a la sociedad como un conjunto de individuos. Más bien, dichos individuos se
asocian para formar una nueva unidad psíquica exterior a ellos. Ya que el grupo piensa y
actúa de manera distinta a como lo harían sus individuos si estuvieran aislados, no sirve
partir de estos para explicar el conjunto social. De esta manera, Durkheim establece una
regla: la causa de un hecho social debe buscarse entre los hechos sociales antecedentes y
no entre las conciencias individuales. En lo que refiere a la función de un hecho, debe
buscarse siempre en la relación que establece con algún fin social. El medio interno de los
fenómenos sociales está compuesto por personas y por cosas (tanto objetos materiales
como los productos de la actividad social anterior). Estos no desarrollan ninguna fuerza
motriz por sí mismos, sino que son la materia a la cual se aplican las fuerzas sociales. El
medio humano es entonces el único factor activo.

En el último capítulo, Durkheim se enfoca en cómo puede demostrase que un


fenómeno es la causa de otro. Dado que los hechos sociales no pueden ser producidos
artificialmente y solo podemos aproximarnos a estos cuando suceden espontáneamente, la
sociología únicamente puede utilizar el “método comparativo”. El autor nuevamente hace
foco en la teoría de Comte para distanciarse de esta, mencionando lo que él llamaba
“método histórico”, el cual rechaza las comparaciones y se dedica a dividir el progreso
social humano en series temporales. El autor también rechaza los postulados de John
Stuart Mill, los cuales estaban apoyados en la lógica, pero se encontraban en contradicción
con el desarrollo de las ciencias. Durkheim establece la siguiente regla para utilizar el
método comparativo correctamente: a un mismo efecto corresponde siempre una misma
causa. Hace mención del "método de los residuos” y del “método de concordancia y de la
diferencia”, los cuales son inaplicables a las ciencias sociales por la complejidad del objeto
de estudio. En cambio, favorece el llamado “método de las variaciones concomitantes”, ya
que no requiere que todas las variaciones diferentes a la que se compara hayan sido
excluidas. Durkheim delinea la manera de proceder con este método: en primer lugar y a
partir de la deducción, buscar cómo uno de los dos fenómenos puede haber causado al
otro; esta deducción debe ser verificada a partir de nuevas comparaciones. Una vez que se
haya probado que en cierto número de casos dos fenómenos varían, tanto uno como el
otro, se puede tener la certeza de estar en presencia de una ley. Antes de cerrar el capítulo,
Durkheim hace una aclaración: la sociología es necesariamente comparativa, y un hecho
social no puede explicarse sin tener en cuenta su desarrollo a través de todas las
sociedades. Además, es fundamental eliminar el “factor edad” en dichas comparaciones,
concentrándonos en sociedades que tengan el mismo período de desarrollo.

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