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Gloria Copeland
«Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en palabra, y en ciencia, y en toda
solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, que también abundéis en esta
gracia»
(2 Corintios 8:7, RVA)
¿Depositas algo de la ofrenda en la iglesia sólo por inercia? ¿O le escribes un cheque a Dios el
primer día de cada mes y le pagas como lo haces con todas tus otras cuentas?
Necesitas considerarlo, porque tu actitud al ofrendar es un asunto muy importante para Dios. Él está
particularmente interesado en cómo se presentan las ofrendas. Él no recibirá cualquier cosa que te
plazca dar.
Por ejemplo, en Malaquías, Dios se negó a recibir ofrendas de los israelitas. Estaban presentando
animales con defectos, los becerros ciegos y heridos, los animales desechados y que para ellos no
servían para nada—pero Dios les dijo que eso lo ofendía. Les dijo: “Ustedes no me respetan ni me
Esa clase de actitud no termina en el libro de Malaquías. Hoy en día, muchas personas no tienen
ninguna reverencia hacia Dios al momento de ofrendar. La gente espera que el predicador les dé un
golpe en la cabeza hasta que se sientan tan culpables que deben introducir la mano en los bolsillos
y sacar dinero.
Pero quiero que sepas que eso es una ofensa para Dios. Es más, Él le habló directamente a una
amiga mía acerca de este tema. Lo que le dijo me impresionó tanto que lo escribí palabra por
palabra:
Me apena cuando en las iglesias se recogen ofrendas —le dijo—. Yo dije que me adoraran. No
quiero que le quiten a la gente. Déjenlos que traigan sus ofrendas y que me adoren. Verán los frutos
de sus ofrendas.
Si queremos que Dios se sienta complacido con nuestras ofrendas, debemos hacer lo que el apóstol
Pablo escribió en 2 Corintios 8:7. Tenemos que aprender a abundar en esta gracia de dar. Tenemos
que dejar de hacerlo de una manera despreocupada, y ser reverentes cuando adoremos a Dios con
nuestras ofrendas.
La próxima vez que se recoja la ofrenda, no des la tuya de forma indiferente. Hazlo con todo
respeto. Decide obedecer a Dios. Adórale con tu dinero y se agradecido. Él hará más que