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perspectivas"
La publicación del Dr. Juan Huarte (1530-1589), "Examen de ingenios para los
ciencias", es sin duda, la cita obligada como precursora de la evaluación
psicológica. Este precedente, sin embargo, no debe ser presentado, como si en
una España, con cinco siglos de importante desarrollo cultural, no hubiera
existido ninguna conceptualización sobre el análisis psicológico. Sin duda, la
decantación precedente de filósofos musulmanes y judíos, enmarca y fundamenta
ésta y otros muchas concepciones del XVI. Por ejemplo, es imposible no evocar
las concepciones sobre la perfección y la realización del hombre de Avempace
(1070-1138) o sobre la razón empírica de Ibn Tufayl (1105-1185); (vid. Asín
Palacios, 1942, 1945; y Guerrero, 1985).
Tras la guerra civil, a medida que se van recuperando las condiciones de trabajo,
se recogen los aportaciones de Binder y se reinician algunos estudios relativos a
la evaluación de la personalidad, paralelamente a los trabajos de validación de
algunos técnicas (Tranque, 1942). En 1944, hace su aparición una obra
interrumpida en el 36: "El Psicodiagnóstico de Rorschach" de Salas, obra de
especial resonancia y que sin duda influyó en el incremento de los trabajos
realizados mediante la aplicación de esta prueba (Garmendia, 1946; Serrate,
1947; 1949; 1951).
A partir de 1950 se van a suceder los hitos de un proceso que -lento pero
progresivamente van a delimitar y propiciar el floreciente desarrollo actual del
Diagnóstico y la Evaluación Psicológica en España. En 1952 se constituye, bajo
la iniciativa de José Germain, la Sociedad Española de Psicología, exponente de
la consolidación y evolución de la Psicología Científica en nuestro país. En el
mismo año se reorganiza el Instituto Nacional de Psicología Aplicada y
Psicotecnia, y Miguel Siguán publica "las pruebas proyectivos y el conocimiento
de la personalidad individual", primera obra de conjunto en castellano el
Psicodiagnóstico mediante métodos proyectivos.
En 1953 se crea "a partir del grupo del CSIC- la Escuela de Psicología y
Psicotecnia en la Universidad Complutense de Madrid, primera formalización de
la enseñanza universitaria de la Psicología en España, con la inclusión de la
disciplina de "Psicodiagnósticos". Pocos años después (1956) Mariano Yela
publica su obra "Psicología de las aptitudes" y al año siguiente es nombrado
catedrático de Psicología Experimental.
Entre 1964 y 1966 Juan Masana -en Barcelona- y Antonio Colodrón -en Madrid-
desarrollan las primeras aplicaciones de la Terapia de Conducta en España.
Mientras, la perspectiva tipológico-constitucional se va a plasmar en la obra de
Pinillos, López Piñero y García Ballester "Constitución y Personalidad"
publicado en 1966.
El creciente interés sobre los tests, y las controversias generadas por los
procedimientos evaluativos se plasma en la XVI Reunión Anual de la SEP (1972)
que fue dedicado monográficamente al tema "Sentido y Límites de la
Prospección y Medido Psicológicas". En ese mismo año Alvarez Villar publicó
su obra "Psicodiagnóstico Clínico" primera obra monográfica que bajo ese título
se publica en España, y en 1975 los editores españoles de tests publicaron
conjuntamente la obra "Tests empleados en España", modestamente inspirada en
los anuarios de Buros. Lamentablemente esta obra queda como única y ya
obsoleta opción para acceder al conjunto de los instrumentos de evaluación
disponibles en España. Aunque la enorme complejidad actual del panorama de
instrumentos de evaluación no lo erige en tarea fácil, es de especial interés
sistematizar el acceso a tan amplio volumen de instrumentos y técnicas, y el
Colegio Oficial de Psicólogos podría destinar recursos para llevar a cabo esta
necesaria obra.
1980 será un año trascendente, con la creación en España, por la ley, del Colegio
Oficial de Psicólogos, primera asociación profesional de psicólogos de rango
estatal. En ese mismo año -y partir de él- las publicaciones sobre Diagnóstico y
Evaluación Psicológica se van a suceder fructíferamente. La dotación de cátedras
de psicodiagnóstico va a consolidar la enseñanza e investigación de la disciplina,
que serán ocupados por María Eugenia Romano (fallecida en 1987), Rocío
Fernández-Ballesteros, Fernando Silva y Alfonso Blanco. 1980 es también el año
en que Rocío Fernández-Ballesteros publica la primera obra en España que
aborda de forma detallada los aspectos teórico-conceptuales del
Psicodiagnóstico, y al año siguiente, junto a José Antonio I. Carrobles la primera
obra colectivo sobre "Evaluación Conductual" en España. A estas obras seguirán
numerosas publicaciones que han demarcado teórica, metodológicamente o a
través de los diferentes instrumentos, las direcciones actuales del
Psicodiagnóstico y Evaluación Psicológica: Silva (1982), Fernández-Ballesteros
(1983), Blanco (1986), Avila (1987o), y Pelechano (1988), entre otras muchas
contribuciones destacables.
3. Formulación de hipótesis.
4. Valoración de los hipótesis y adopción de decisiones.
Tras las reacciones iniciales (tanto rupturista como conservadora) se produce una
vuelta del interés por la evaluación: La decepción progresiva ante los límites y el
reducido alcance de muchos de los problemas hace que la evaluación vuelva a ser
un recurso fundamental. La posibilidad de combinar un mayor énfasis y rigor
descriptivo con las estimaciones predictivas, y la necesidad de evaluar los efectos
de las intervenciones, ha tendido a la consolidación de los planteamientos
evaluativos. Esta tendencia converge con la importancia que tiene el desarrollo
de una dirección integradora en Psicodiagnóstico, aspecto que subrayan, entre
otros, Fernández-Ballesteros (1983), Calonge (1987), Avila (1987) y Avila y
Rodríguez Sutil (1987).