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Desde 1896, cuando se realizaron los primeros juegos olímpicos hasta el día de
hoy, la alimentación ha sido concebida como un aspecto fundamental en el
desempeño de los deportistas.
En la antigua Grecia, los deportistas se basaban en una dieta rica en proteínas como
la carne y carbohídratos como el queso y el trigo, a su vez, consumían brebajes
especiales y vino. En la actualidad, los deportistas siguen basándoseen una dieta
que contemple carbohídratos y proteínas, pero con un ingrediente aún más
importante que ha mejorado significativamente su rendimiento, las vitaminas, por
ende, el objetivo de esta nutrición es cubrir todas las etapas relacionadas al deporte,
como lo son, el entrenamiento, la competición, la recuperación y el descanso.
Sin embargo, cada cada disciplina del deporte cuenta con una dieta basada en las
necesidades del deportista, para citar, Usain Bolt atleta de alto rendimiento en
competición de 100 metros, opta por una dieta de gran contenido energético de
aproximadamente 5.000 cal díarias, con una proporción de 60% de proteínas, 30%
carbohidratos y 10% de grasas, esto se debe a que las carreras de velocidad son
un deporte explosivo y anaeróbico que requiere que los corredores sean delgados
y fuertes, por tanto, se aumenta la proporción de proteínas en la dieta y se disminuye
la ingesta de hidratos de carbono y grasa, mientras que, un jugador de fútbol
americano debe consumir un promedio de 3.500 a 10.000 cal díarias, ya que, sus
sesiones de entrenamiento pueden durar hasta 7 horas diarias, basándose en una
proporción de 60% carbohidratos, 30% grasa y 10 % proteína, estas variaciones
dependen del peso y posición en el campo del jugador.
Ahora, es muy importante resaltar que una buena alimentación no puede sustituir
un entrenamiento incorrecto o una forma física regular, pero, una dieta inadecuada
si puede perjudicar el rendimiento en un deportista bien entrenado, por esta razón
la ingesta energética debe cubrir el gasto calórico de cada deportista que se
encuentra en la gran variedad de alimentos, pero también se deben tener en cuenta
otros requerimientos calóricos como lo son:
Asi mismo, hemos hablado a lo largo del texto sobre carbohidratos, grasas,
proteínas y vitaminas, pero ¿Qué son? y ¿Cómo actúan en el rendimiento del
deportista?, a continuanción se presenta su definición y su aporte energético.
Una dieta rica en grasas (superior al 35% del total de energía requerida)
significa que también será escasa en hidratos de carbono, con lo que no se
obtendrá un nivel adecuado de almacenamiento de glucógeno. A esto hay
que añadir la predisposición al aumento de peso derivada de este tipo de
dietas, por lo que se compromete por partida doble el rendimiento deportivo.
Desde otro punto de vista, el exceso de grasas en la dieta, especialmente si
son de origen animal o saturadas, puede producir un aumento del colesterol
en sangre, con consecuencias futuras negativas para la salud de la persona.
Si su contenido en la dieta es bajo (menor de un 15%), existe el riesgo de
sufrir deficiencias en vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y ácidos grasos
esenciales.
Por tanto, una dieta adecuada para el deportista debe contemplar unas
proporciones de grasas en ella no superiores al 30%, siendo deseable una
contribución en torno al 20-25% (existen excepciones, como ante condiciones
extremas de frío, en las cuales los requerimientos pueden ser mayores).
LAS PROTEÍNAS: Las proteínas son las sustancias que forman la base de nuestra
estructura orgánica, están constituidas por un total de veinte aminoácidos
diferentes, que se dividen en dos grandes grupos:
Se recomienda que las proteínas supongan alrededor del 12-15% de la energía total
de la dieta. Estos requerimientos son cubiertos por la ingesta razonable de carne,
huevos, pescado y productos lácteos. En algunas disciplinas, el deportista, ansioso
de mejorar su desarrollo muscular, puede superar ampliamente la ingesta de
proteínas recomendada mediante la toma de suplementos. Un exceso de proteínas
en la alimentación puede ocasionar una acumulación de desechos tóxicos y otros
efectos perjudiciales para la buena forma del deportista.
Algunas también tienen otras funciones muy específicas (por ejemplo, la vitamina A
interviene en la visión, la vitamina K en los procesos de coagulación sanguínea,
etc.).
Refrigeración
Aporte de nutrientes a las células musculares
Eliminación de sustancias de desecho
Lubricación de articulaciones
Regulación de los electrolitos en la sangre.
Sin embargo, hoy en día aunque existe abundante información sobre lo expuesto,
se conoce que más del 75% de entrenadores y médicos de deportistas poseen
escasos conocimientos en nutración deportiva, lo que repercute significativamente
en el rendimiento de los deportistas.
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