You are on page 1of 580

LA BIBLIOTECA

N° 12 | Primavera 2012

ÍNDICE

3 Editorial

Conferencias
8 • Fragmentos de Villaguay. Por Jorge Luis Borges
14 • La cruz del fin del mundo. Por León Rozitchner
28 • El teatro como lugar de reciclado poético de la oralidad. Por Mauricio Kartun

Viñescas
48 • Entre la murga de los derrotados y la perseverancia micropolítica. Por María Pia López
54 • “Un poco de bondad”: una cárcel, dos prisiones. Por Marcos Zangrandi
60 • Un poco de bondad. Por David Viñas
68 • Un Viñas inédito. Por Andrés Tronquoy
76 • Mansilla entre Darío y Proust. Por David Viñas
82 • Mansilla y Viñas: desvelos de archivo. Por Juan Pablo Canala
92 • La voluptuosidad del lenguaje. Por Américo Cristófalo

Imaginarias
100 • Fuera de campo o la intimidad de Eva. Por Beatriz Sarlo
124 • Platón, el mito y la hegemonía política. Por Dardo Scavino
140 • Intelectuales argentinos. Por Horacio González

Mundanas
166 • Edición y sedición. Por Damián Tabarovsky
174 • Indicios sobre la ciudad de Buenos Aires: mitología multicultural sobre el
territorio vivo. Por Diego Picotto y Emilio Sadier
182 • Mitologías porteñas en torno al poder policial. Policía, contravenciones y gestión
de ilegalismos en la Ciudad de Buenos Aires. Por María Victoria Pita
210 • La invención del cuento del tío. Por Diego Galeano
236 • Cuando ladran los fantasmas (Mitología incompleta del tango). Por Gustavo Varela
246 • Un verdadero mito. Por Agustín Valle e Ignacio Gago

Prosas
258 • Borges, Homero y el inicio de la escritura. Por Carlos Gamerro
268 • El azar como figura de emancipación en La Lotería de Babilonia. Por Marcelo Percia
292 • El teatro del espíritu nacional: comedia de cuatro actos. Por Fermín Rodríguez
310 • Del elogio a la injuria: la escritora como mito en el imaginario cultural de
los 20 y 30. Por Tania Diz
332 • Manuel Puig: el suceso de la escritura. Por Graciela Goldchluk
344 • Mapa del Imperio. Néstor Perlongher y el Barroco. Por Valentín Díaz
358 • María Pia López y Gustavo Ferreya, novelistas. Por Horacio González

Historiográficas
368 • La memoria como tótem. Por Claudio Martyniuk
388 • Mito, olvido y trauma colonial. Formas elementales de resistencia cultural en la
región andina de Bolivia. Por Silvia Rivera Cusicanqui
402 • Ernesto Quesada, el indianismo arqueológico y las mitologías sobre Tiwanaku.
Por Pablo Stefanoni
412 • El más grande mito de la historiografía. Por Omar Acha

1
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012

422 • La clase media en la historia argentina: mitos y realidades. Por Ezequiel Adamovsky
436 • Las islas Malvinas como frontera de la nación (1833-2000). Por Lara Segade
458 • Del sueño de la Argentina blancaeuropea a la realidad de la Argentina americana: la
asunción del componente étnico-cultural afro y su (nuestro) patrimonio musical.
Por Norberto Pablo Cirio

Estéticas
476 • Qué hacer con Tucumán Arde. Por Ana Longoni
490 • “Podría ser así, o quizá todo lo contrario, o nunca existió”. Futura: diseñando
una utopía sensible. Por Ezequiel Gatto
512 • Cucaño y la Intervención de la Iglesia. Por Guillermo Giampietro

Paideias
524 • Miradas sobre el enseñar y el aprender hoy. Por María Belén Janjetic e Isabelino Siede
534 • Tú me quieres blanca. El mito de la pureza lingüística en la escuela argentina.
Por María López García

Filípicas
554 • Argentina y Europa. Visiones españolas: ensayos y documentos (1910-2010).
Por Alberto Filippi

2
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012

Editorial
Mito e historia
En el día de hoy los diarios dan la noticia de que se han encontrado nuevos documentos sobre la
Batalla de Obligado. Cartas de Rosas, Mansilla, capitanes de puerto, intendentes del lugar. Eviden-
temente, esa batalla ha sucedido hace más de un siglo y medio y constituye una pieza ideológica
fundamental de la memoria argentina. Como todo episodio histórico que el presente recorta con
una intelección especial, esa batalla se haya muy cerca en el debate de ideas y muy lejos en su estuche
de tiempo, ese tiempo real y distante en el que con fatalidad calendaria ha ocurrido. Los papeles
que aparecen en intendencias, juzgados o armarios abandonados de oficinas localizadas en la región
aledaña a San Pedro, de repente nos tornan al pasado más vivo. Son sólo papeles, pero el acto de que
aparezcan, más allá del contento de los felices hurgadores, significa un fugaz acercamiento del pasado
al presente. Como son papeles dispersos, ajenos a la sistematicidad que el historiador profesional
quiere ver en los hechos, surge de ellos un fragmento suelto o un detalle no ignorado pero reaparecido
con la causalidad del hallazgo –un envío de vacas a la zona de combate, la dificultad de los abasteci-
mientos, el avistaje de tal o cual corbeta, sucesos todos truncados e inconclusos–. Surgen como hechos
novedosos que pueden cargar sobre sí la totalidad ya conocida de las cosas.
Hace muchos años, el historiador Robert Darnton pudo desempolvar los papeles de una imprenta
donde se imprimían folletos insurgentes de la Revolución francesa. No era un descubrimiento en
archivos convencionales, sino la exploración de un recinto que había quedado inmunizado del tiempo.
Clausurado en un momento contemporáneo a la Revolución, podía testimoniar cómo estaban las
cosas en el mismo instante en que los panfletos que se imprimían incumbían al propio tiempo en que
ocurrían los eventos revolucionarios, tiempo en bruto, despojado de toda interpretación que no sea
la de sus coetáneos.
La historia es reacia a que los documentos que viscosamente se desprendan de ella, puedan ser el
vehículo esencial para registrarla. Sin embargo, aquello que puede rechazar por sentirse completa en
sí misma –como si hubiera nacido hegeliana para siempre– es casi lo único que sobrevive dificulto-
samente para referirla. Por eso el tenue fetichismo del archivista y el fervor cándido del bibliotecario
son esenciales. Se los entiende, a unos y otros, en el deseo de que los mendrugos que poseen –siempre
incompletos y con la amenaza permanente de que nunca se conocerá lo perdido o lo destruido por
el tiempo o los hombres– sean pedazos escogidos a partir de los cuales se pueda reconstruir el todo.
Pero para que tal milagro se consume es necesario que haya un saber que de buen grado denomina-
ríamos metonímico, es decir, que haga resaltar la parte como un ente capaz de hacer descansar sobre
sí una totalidad que no puede ser más que imaginaria. De ahí el atractivo de que un pedazo apenas
sobrevivido de cualquier papel antiguo permita o desencadene una serie de hipótesis que tienen su
fuerza en lo improbable e incierto. En muchos cuentos de Borges aparecen papeles inconclusos en
el interior de libros olvidados, que relatan historias ignotas o maravillosas. En “Tema del traidor y
del héroe” encierra un modelo completo de investigación, donde hay crónicas de época, actas y otros
documentos contemporáneos al episodio investigado. Pero son documentos apócrifos, lo que hace
del método un sinónimo de inversión de la verdad. El método es un antimétodo y la conclusión no
puede darse a conocer.
Esta ética historiadora puede ser considerada pariente próxima del mito, es decir, del saber sobre un
acontecimiento que deja intactos sus vacíos e incapacidades de extenuarlo con los sistemas conocidos.

3
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012

No son los mitos relatos ajenos al proceder de quien desea saber cómo fueron las cosas del pasado. Los
mitos son discontinuidades del pensar, donde existe la sospecha de que algo que parece nuevo tiene su
engarce en situaciones arcaicas, cuya amenaza repetitiva se conjura suponiendo que somos otros cada
vez. Legítima suposición que lleva a un tipo de escritura histórica totalmente munida de la correc-
ción del historiador documentado, sin que por ello se deba abandonar la sombra que persigue a este
modo historiador. Es la sombra del mito, que hasta sin percibírselo se halla en grandes escritos como
El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, de Fernand Braudel, donde es necesario
un trabajo adicional para alojar el tiempo del presente en la saga de la larga duración.
El mito es lo aún no pensado sobre el documento real, sobre el sí mismo del investigador, sobre
la escritura que parece agotar el tema y sobre las inhábiles totalidades que creemos descubrir con
nuestros lenguajes previsibles. Nada impropio hay en tales previsibilidades, pues todo intercambio
intelectual –y todo intercambio que postule su don como acto de entrega colaborativa–, se basa en
pequeños acordes aceptables que se agregan a todo lo dicho. Al postular el mito como lo que precede
toda expresión ingenua, ya sea para aludir a cómo se repite, a cómo se fragua o a cómo hace pensar una
porción de lo real aislada por comodidad del hablante (a fin de intuirla mejor), modificamos todo lo
dicho en varios sentidos. Percibiendo como novedad documentos encontrados por más triviales que
sean, o imaginando que repentinamente se sellan las puertas de nuestra vida cotidiana, como si una
lava candente irrumpiera en los hogares deteniendo todo de una vez y el historiador futuro encontrara
inmóvil nuestros roperos, heladeras, tazas de café y nuestros propios cuerpos sometidos al horror de
un cese repentino. Esa detención del tiempo en una parte parcial del mundo, cuyo modelo magistral
son las ruinas de Pompeya, constituye también una imposibilidad de la historia. Aun como osaturas
fijas sosteniendo nuestros tazones del desayuno inmóvil ocurrido siglos antes, no convenceríamos al
historiador de que así fue el pasado.
El pasado es este presente en el que lo que dejamos impreso, es la parte equivalente a lo que se
deja escapar. Hay mito porque existe el intento de saber si lo que aprehendemos no es lo que se ha
escapado y si lo que se ocultó de nosotros es lo que realmente sabemos. Algunas de estas cuestiones
se tratan en el presente número de esta revista de la Biblioteca Nacional, que persiste, en condiciones
lógicamente diferentes, en la tarea de quienes han invocado y persistido en ese nombre antes que
nosotros.

Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional

4
Conferencias
Se dijo mucho sobre la
angustia del arquero en
la hora del penal, pero mucho
menos se consideró la soledad del conferenciante. Solo, con su vasito
de agua que acaso se le presentará como una pausa salvadora en
el momento en que el hilo argumental decae, debe auscultar en
sí mismo la frágil validez de lo que dice y la responsabilidad que
lo abarcaría si realmente su exposición abriera las puertas de la
reflexión y la acción a quienes lo escuchan. Por cierto, hay muchos
estilos para encarar esta asombrosa circunstancia del acto de confe-
renciar. Aquí presentamos tres maneras diversas, que pertenecen a
sendas escuelas de la razón conferenciante.
Tenemos, por un lado, el insinuante susurro de Borges que
combina una insuperable seducción, deliberadamente aniñada,
con un balbuceo que demuestra un pensar profundo, delica-
damente abierto a sus propias fisuras y temblores. Este episodio
que testimonia un modo del conferenciar ocurrió en Villaguay,
en 1981, y fue grabado por el poeta entrerriano Miguel Federik,
quien conservó estas cintas a lo largo del tiempo. En su tenue voz
vacilante Borges va tratando temas de la poesía universal, dete-
niéndose con énfasis en Lugones y Mastronardi, el gran poeta de
Gualeguay. Sus reflexiones, podríamos decir acerca del tiempo, la
identidad y el devenir, se producen sobre el fondo de la idea de
final, una última vez que el escritor presiente y acerca como severo
y misterioso dictamen de la finitud.
Hay también en la manera de León Rozitchner, como un fraseo
fundado en la garbo verbal que se reviste muchas veces de énfasis
indignado por el estado de las cosas, pero muy pronto deja ver las
preciosas construcciones idiomáticas que verdaderamente le inte-
resan y lo sostienen. Manteniendo sus preocupaciones históricas,
como la constitución mitológica de las religiones y los imperios, las
formas subjetivas de la razón capitalista y la corporalidad sujeta
por el terror, en cada nueva argumentación y en cada nuevo modo
de decir las cosas descubrimos nuevas posibilidades para el pensa-
miento radical y para la imaginación amorosa.
Y por último, se escucha la voz de Mauricio Kartun, uno de los
mayores dramaturgos argentinos que se ha ocupado durante largos
años de examinar sus propios métodos de crear escenas herederas de
legendarias fuentes del grotesco lírico que habitan en todo idioma.
El dramaturgo procede recolectando piezas, restos diseminados y
fragmentarios del habla popular. Los ordena, los anota, repasa sus
posibles relaciones e indaga esos signos para producir el hecho escé-
nico. Un método artesanal de escritura elaborado a partir de las
voces de los demás. Ninguna palabra puede darse por perdida en la
faena del escritor que crea sus narraciones a partir de inflexiones de
la lengua, materia prima para su imaginación literaria.
Una exposición de Kartun es una clase de actuación en el interior
del idioma, sale de dentro de la lengua e indica como recoger sus
fragmentos sueltos para reivindicarlos en una indagación tremenda
de los mitos nacionales.
8

Fragmentos de Villaguay (*)


Por Jorge Luis Borges

Esta grabación, realizada por el poeta entrerriano


Miguel Federik en la Biblioteca Mitre de Villaguay,
pasó de mano en mano, siguiendo un indescifrable
recorrido. Borges fue presentado en aquella ocasión
por el escritor Roberto Alifano. Si uno se deja envolver
en el murmullo quedo de las voces que rodean a
Borges es posible imaginar el acontecimiento. El
escritor retoma una idea que ya había manifestado
en un poema temprano sobre el poeta suicida López
Merino y también en algunas observaciones sobre el
itinerario de Lugones hacia el Tigre. Se trata del tropo
poético de “la última vez”: la última vez que toco el
pasamanos de esta escalera, la última vez que tomo este
tren, la última vez que vengo a Villaguay. Los actos de
la “última vez” no son algo postrero que pueda quedar
para siempre así, pero el razonamiento acompaña
como reverso las tesis sobre la eternidad. Un último
detalle de una vida puede ser efectivamente el último
y, en su pobre significación, pasará a significarlo todo.
Borges se refiere en esta conferencia a Mastronardi,
el poeta de Gualeguay, autor de Luz de provincia.
Pero la charla se va ramificando en su voz suave y titu-
beante, como si cada sílaba, también, fuera pasible de
ser pronunciada por última vez.
Al final, en las preguntas –que aquí omitimos, pues
no pudimos rescatarlas todas– surge la voz del
bioquímico Juan José Herrero, el farmacéutico del
pueblo, que interroga a Borges sobre Apollinaire. La
desgrabación nos acerca estos episodios borgeanos
y, con su raro mecanismo de devolución, le da una
extraña permanencia a estos filamentos perdidos de
las luces de provincia.
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

Quisiera empezar diciendo que en este en el inglés. Hay versos de Milton que
momento están editando en España tienen, evidentemente, el hipérbaton
una antología poética de Leopoldo de la sintaxis que es latina.
Lugones. Un hombre asombrosamente La aventura de Lugones fue otra:
ignorado en España. Se trata de un él quiso traer la música del francés,
compilado, una antología de poesías sobre todo la música de Verlaine, al
suyas. Tuve el Amara de joie, es difícil principio la música de Hugo, de los
elegir entre tantos admirables poemas, simbolistas; quiso traer esa música al
y he escrito un prólogo que trataré de idioma castellano. Creo que más eficaz
recordar. Pero quizá sea mejor que yo que mis palabras sería el recuerdo de
hable directamente sobre Lugones. Yo alguna estrofa de Lugones: “Ligero
diría que la obra de Lugones es una de sueño de los crepúsculos suaves, como la
las máximas aventuras del idioma caste- negra madurez del higo, sueño lunar que
llano. Y yo pondría su nombre junto al se goza consigo mismo, como en su propia
nombre de poetas afines a él, digamos ave duerme el ave”. Ahora, esa admirable
Góngora y sobre todo Quevedo, a estrofa obliga la voz a la lentitud. Hay
quien él admiraba tanto. Dos poetas, una delectación morosa, como tituló
uno era culterano, el otro conceptista. Lugones a un soneto suyo. Y esta otra:
Pero podemos decir ahora, dos poetas “El jardín con sus íntimos retiros, / dará
barrocos. Y Lugones fue esencial- a tu alado sueño fácil jaula”. En 1909,
mente barroco. Y Mastronardi lo era Lugones publicó Lunario sentimental,
también, pero él no quería ser barroco. libro que escandalizó a todos, incluso
En cambio Lugones se entregó a su al mismo Darío, a quien estaba dedi-
destino barroco, salvo en aquel admi- cado el libro. La dedicatoria dice:
rable libro, el último, Romances del “A Rubén Darío y otros cómplices”,
río seco. Libro que llegó a escribir, como si se tratara de un delito, es una
como dijo de alguien George Moore, broma. Lugones, en el prólogo, dice
de un modo casi anónimo, y eso lo que los elementos esenciales del verso
dijo como elogio. En los primeros son la métrica, la metáfora y la rima.
libros se advierte una poesía barroca, Pero en su primer libro Las montañas
no ciertamente imitada de Góngora del oro enumera a cuatro grandes
o de Quevedo porque la empresa de poetas, a quienes él siguió admirán-
estos autores fue distinta. Quevedo y dolos a lo largo de su vida, que eran
Góngora quisieron escribir latín en Homero, Dante, Hugo y Whitman.
castellano, recordemos, este ejemplo Los menciona en su primer libro
no es feliz pero es el primero que se me de 1897, y Juan Ramón Jiménez me
ocurre, el verso de Góngora que dice: mostró un ejemplar de ese libro, de esa
“plumas vestidos ya las selvas moras”. primera edición que él atesoraba. En
Evidentemente “plumas” quiere ser un ese libro los versos están escritos como
ablativo de “plumas vestidas” y luego si fueran prosa, separados por guiones.
“morar” (verbo intransitivo) que es Sin embargo, si volvemos al prólogo de
transitivo ahí. Podríamos citar tantos Lunario sentimental, ahí sólo enumera
otros ejemplos en que el castellano a tres poetas: Homero, Dante y Hugo.
quiere ser latín... Curiosamente esa La omisión de Whitman se debe al
nostalgia del latín se encuentra aun en hecho de que él es uno de los padres
literaturas de lenguas germánicas como del verso libre y Lugones pensaba que

9
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

la rima era elemento esencial del verso, nuestra fluidez, nuestra imperma-
por eso excluyó a Whitman, aunque nencia, nuestro morir cotidiano. San
seguía admirándolo. Pablo dijo: “muero cada día al elegir
En el caso de Homero, desde luego, el río”, bueno yo diría que hay ciertas
no se espera la rima. Homero usa el metáforas esenciales, por ejemplo los
hexámetro, un sistema de sílabas largas ojos y las estrellas. Hay un libro, de
y breves, que desde luego Virgilio y un escritor norteamericano, titulado
los latinos retomarán, pero en el caso The stars look down, que podríamos
de Dante y de Hugo, la rima es muy traducir Desde arriba nos miran las
importante. En cuanto a la metáfora, estrellas. Ahí está la comparación con
Lugones, y en ello los ojos, si no como inolvidablemente
Ahora yo he llegado a sospe- fue imitado por dijo Chesterton: “yo enevejeceré, pero
char que las metáforas nuevas la tardía y para no envejeceré tanto como para no asom-
son meramente verbales, es mí vana secta brarme ante la noche”, y luego dice
decir que las afinidades esen- ultraísta, creía “a cloud  that is larger  than the world
ciales entre las cosas ya han que la metáfora and a monster made of eyes”, una nube
sido descubiertas. era un elemento mayor que el mundo y un monstruo
esencial del verso, hecho de ojos, no lleno de ojos como
y creía también en la posibilidad de las bestias del Apocalipsis, sino más
descubrir metáforas nuevas. Ahora yo terrible, un monstruo hecho de ojos.
he llegado a sospechar que las metá- Hay otra metáfora esencial que es
foras nuevas son meramente verbales, aquella que compara a las mujeres
es decir que las afinidades esenciales y las flores, por ejemplo Swinburne
entre las cosas ya han sido descubiertas. dice “god making roses made her face”
Por ejemplo, parece difícil pensar (Dios, haciendo rosas, hizo su cara).
en el tiempo y no pensarlo como a Lugones creía en la posibilidad de
un río cuando Heráclito dijo hace descubrir metáforas nuevas, yo no sé si
veinticinco siglos “nadie baja dos veces eso es posible. Aunque hay metáforas
al mismo río”. Sentimos enseguida que que realmente no pertenecen a esas
es una definición del tiempo, y además metáforas que ya son como hábitos de
sentimos y creemos que nadie baja dos la mente humana. Vamos a volver a esos
veces al mismo río porque el río fluye, versos de Lugones, él dice: “el jardín
porque las aguas cambian. Pero no, con sus íntimos retiros”, bueno, “con
hay algo más terrible aún, algo que sus íntimos retiros” podemos dejarlo
ya puede producir un principio de de lado no importa, “dará a tu alado
horror, de horror sagrado quizá. Nadie ensueño fácil jaula”. Aquí tenemos la
baja dos veces al mismo río, no sólo metáfora: se compara al ensueño con
porque el río fluye, sino porque noso- un pájaro y luego se dice que la jaula
tros somos tan fluidos como el río. Yo de ese pájaro es el jardín; “el jardín
querría que ustedes anidaran conmigo dará a tu alado ensueño fácil jaula”.
esa imagen de Heráclito, por lo bien Yo creo que en esos versos que leí por
elegida que está. Porque si Heráclito primera vez cuando era chico, y los
hubiera dicho: “nadie abre dos veces la he repetido innumerables veces, creo
misma puerta”, no hubiera dicho nada que lo esencial no es la metáfora. Lo
ya que la puerta es maciza, pero “nadie esencial es la cadencia “dará a tu alado
baja dos veces al mismo río” sugiere ensueño fácil jaula”, esa música es una

10
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

música que no había sido oída antes dola muchas veces y otras con menos
en el idioma castellano. Quevedo, felicidad. Cuando dice, por ejemplo,
Góngora y Saavedra Fajardo (en “el cansancio era fiel a su voz”, sentimos
prosa) hicieron que el castellano fuera que es un modo, quizá rebuscado, de
latín, y Lugones hizo que el castellano decir que hablaba con una voz cansada.
fuera francés o fuera el francés de En cambio en otros casos no, logra la
Verlaine y sus discípulos simbolistas. sencillez. Por ejemplo en este verso un
Luego, en cuanto al metro, en Lunario poco perdido en una de sus mejores
sentimental hay muchos metros que no composiciones:
tienen nombre todavía, y dígase que él “luz de provincia El ultraísmo cometió el error
ha agotado los metros posibles. te recuerdo así, de creer que bastaba renovar
El ultraísmo cometió el error de creer una quietud de la metáfora; por ejemplo
que bastaba renovar la metáfora; por estancia perdida Huidobro, creacionista, dijo
ejemplo Huidobro, creacionista, dijo en la dicha”. Yo –y esto puede asombrarlos
–y esto puede asombrarlos durante un no sé si las estan- durante un instante–: “los
instante–: “los ascensores suben como cias están perdidas ascensores suben como termó-
termómetros”. Es verdad que nadie en la dicha, pero metros”. Es verdad que nadie
había notado la afinidad del ascensor yo diría que “luz había notado la afinidad
y la columna mercurial, pero también de provincia” es del ascensor y la columna
es cierto que no nos emociona eso, es menos un poema mercurial, pero también es
algo que es puramente una metáfora. de Entre Ríos cierto que no nos emociona
Lugones fue, creo yo, un hombre y se refiere más eso, es algo que es puramente
sencillo, un hombre de convicciones a la nostalgia una metáfora. Lugones fue,
y de pasiones sencillas, pero creo que de Entre Ríos creo yo, un hombre sencillo,
un estilo barroco ha sido usado con percibida desde un hombre de convicciones y
toda justicia por discípulos suyos, por Buenos Aires. de pasiones sencillas, pero creo
ejemplo por Ramón López Velarde Creo que Joyce que un estilo barroco ha sido
en México, en la “Suave patria”. dijo que él había usado con toda justicia por
Pero quizás ese estilo de Lugones se elegido tres discípulos suyos, por ejemplo
aviene más a una mente compleja, a armas, una de por Ramón López Velarde en
una mente como la de López Velarde ellas el destierro, México en la “Suave patria”.
que a la suya propia que era sencilla. y creo que
Cuando Lugones habla, como lo hace Mastronardi se desterró voluntaria-
en su espléndido libro El payador, mente en Buenos Aires. Buscó un
habla de la llanura que los literatos barrio triste como la Avenida de Mayo
llaman “la pampa”. Allí se refiere a una para ver mejor, para sentir más a Entre
cosa muy sencilla, y su estilo, el lujoso Ríos. Él sentía que la nostalgia es
estilo de Lugones, no se aviene con esa quizá una posesión más íntima que la
cosa sencilla. En cambio tenemos a inmediatez, es decir poseemos lo que
una mente muy compleja como la de perdemos, cuando perdemos algo es
Ezequiel Martínez Estrada que usa el cuando realmente lo sentimos y ese
estilo barroco de Lugones, pero él era es el encanto que tiene el pasado y
también barroco, entonces está bien. no tiene el presente, ya que el pasado
Ahora, en el caso de Mastronardi, que es una de las formas de lo perdido.
era esencialmente barroco pero no Bueno, ahora voy a recordar una
quería serlo, buscaba la sencillez lográn- estrofa de Luz de provincia. Hay un

11
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

tema que recordé ayer, que ha sido haber dicho: “Troya fue destruida”,
tratado por muchos poetas argen- pero dijo: “Troya fuit”, Troya fue, y
tinos, es el duelo a cuchillo entre los eso tiene más fuerza. Mastronardi no
paisanos. Y recuerdo unos versos, menciona el nombre de Entre Ríos
bueno, no son los mejores desde luego, pero deja que lo descubramos cuando
unos versos de Horacio Molina en los él dice, “un fresco abrazo de agua la
que él describe un duelo a cuchillo y nombra para siempre”; “un fresco
lo dice así: “Ahí se quedaron dos / brava abrazo de agua”, ahí sabemos que se
pareja de alpargata plegada en el tobillo trata del Paraná, ahí ha dicho Entre
/ y de los que se quitan de la ceja el rulo / Ríos sin decirlo; lo que se sugiere
con la punta del cuchillo”. El cuchillo es tiene más fuerza que lo que se dice.
un arma poderosa que no se usa para Yo le debo mucho a Mastronardi, él
peinarse, pero podemos ver el mismo y yo fuimos íntimos amigos, pero yo
tema tratado, para siempre yo diría, sentía que me juzgaba todo el tiempo.
por Mastronardi. Hay un adjetivo que Me juzgaba y me absolvía, general-
no recuerdo en el último verso, pero la mente, y alguna vez me sentenció
estrofa sí, y es así: “Una vez se miraron con toda justicia. Mastronardi tenía
y entendieron dos hombres, los vi salir el don, podía acuñar inmediatamente
borrosos al camino y callados, para expli- frases oportunas. Recuerdo a dos
carse a fierro se midieron de muerte, uno amigas mías, a quienes yo presenté a
quedó; era dulce la tarde, el tiempo claro”. Mastronardi, una de ellas fue Victoria
¡Qué lindos versos! Salvo que dulce no Ocampo. Los presenté y Mastronardi
es la palabra, los invito a ustedes a que le dijo inmediatamente: “ya sabía yo
nos detengamos en ellos: “Una vez se que usted era muy superior a la otra
miraron y entendieron dos hombres”. señora”, y Victoria preguntó: “¿qué
Es decir sabían que tenían que batirse, otra señora?”, “la de Samotracia”, le
sabían que uno dijo Mastronardi. Luego recuerdo
Siempre sugerir es más eficaz mataría al otro también a una escritora montevi-
que decir. Virgilio pudo o que los dos deana, una mujer espléndida que ha
haber dicho: “Troya fue morirían, “Una muerto hace dos meses en París y que
destruida”, pero dijo: “Troya vez se miraron y recorrió el mundo entero, estuvo en
fuit”, Troya fue. entendieron dos Londres, en París, vivió en el Japón, en
hombres. Los vi Praga, yo se la presenté y él se quedó
salir borrosos al camino y callados”. deslumbrado por ella. Mastronardi
“Borrosos” no querían llamar la aten- era fácilmente deslumbrable, y en ese
ción, nadie tenía por qué saber que iban caso tenía toda razón de serlo. Yo la
a matarse, “para explicarse a fierro”, presento: “Emma Risso Platero” y la
una frase criolla y, luego, “se midieron miró y le dijo: “quien pudiera decir
de muerte”, una frase literaria. “Uno Platero y yo”. Esas frases eran inme-
quedó; era dulce la tarde, el tiempo diatas, yo no sé por qué lo malquería
claro”. Un verso lindísimo, una estrofa a Arturo Capdevilla, otro gran poeta,
lindísima, y luego recuerdo ese verso pero siempre lo usaba a Capdevilla
inaugural de Luz de provincia donde no como una medida: “No tengas ni un
se menciona el nombre de Entre Ríos Capdevilla de duda”, como una medida
pero se lo sugiere, y siempre sugerir mínima. Recuerdo otra anécdota que
es más eficaz que decir. Virgilio pudo me contó Wally Zenner: Capdevilla

12
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

y Mastronardi fueron a visitarla, y que es más triste en ese barrio, en


Capdevilla se apoderó de la conver- esa calle de Buenos Aires. Creo que
sación, era no menos ingenioso que él lo hacía deliberadamente, yo lo vi
Mastronardi pero habló durante dos por última vez en un sanatorio de
horas y Mastronardi quedó excluido. la calle Ayacucho, llegamos tarde.
Al rato, Capdevilla miró el reloj, se María Kodama, de quienes ustedes
levantó con alguna premura y dijo: habrán leído un cuento admirable en
“no debemos abusar del tiempo de la La Nación, “El dinosaurio”. Llegamos
hermosa Wally, nuestra visita ha sido ella y yo, Mastronardi nos recibió,
larga”. Y Mastronardi le dijo: “Menos conversamos, él le dijo cosas amables a
que Melpómene, doctor”. Muy injusto María, siempre le decía cosa amables, y
pero gracioso. Tuve siempre la sensa- luego María se dio cuenta que él estaba
ción de que Mastronardi estaba solo cansado por eso la visita duró poco.
y que él cultivaba la soledad como Pero creo que Mastronardi, María y yo
Rafael Cansinos Assens, otro maestro sentimos que era una despedida, ya que
mío que escribió El divino fracaso. él estaba muy enfermo. Nos recibió,
Mastronardi sentía, como algo fuerte, conversó, duró muy poco el diálogo,
que la derrota tiene una dignidad que intercambiamos algunas trivialidades,
no tiene la victoria y que el fracaso es aunque siempre decía cosas memora-
también un éxito, un éxito secreto, y bles pero no dijo ninguna aquella vez,
que hay una vulgaridad en la victoria, y yo sabía que lo veía por última vez.
en el éxito, que no hay en la soledad Yo tengo un poema en el que hablo
y en el fracaso. Yo creo que por eso de eso, en el que digo que llegamos a
buscó el barrio de la Avenida de Mayo una edad donde todas las cosas pueden
en Buenos Aires, el más triste de ser despedidas, quizá ésta sea la última
Buenos Aires y lo buscó como aquel vez que yo esté en Villaguay, quizá
personaje de Poe, Auguste Dupin, el éstas seas mis últimas palabras sobre
primer detective de la literatura, ante- Lugones. Todo acto, cuando uno ha
rior a Sherlock Holmes y al padre cometido la imprudencia de cumplir
Brown ciertamente, del que se dice ochenta y dos años, puede ser el
en aquel cuento The Murders in the último. Todo acto puede ser un adiós.
Rue Morgue (Los crímenes de la calle En este caso yo no quisiese que fuera,
Morgue) que él y su amigo salían de me gustaría irme para volver, ya que
noche a pasear por París y salían a ustedes son tan hospitalarios.
recibir ese estímulo intelectual que sólo
puede dar una gran ciudad silenciosa
en reposo. Es decir que la noche es un (*) Jorge Luis Borges visitó la ciudad
gran estímulo intelectual, y podemos de Villaguay el 7 de noviembre de 1981
decir que Mastronardi abusaba de la invitado por el grupo cultural “Proas”.
noche, como si dijéramos que abusaba El motivo de su visita fue brindar una
del alcohol, nunca abusó del alcohol conferencia sobre Carlos Mastronardi,
pero sí del café. El café, la noche y el con quien había compartido una
insomnio, Mastronardi se pasaba las estrecha amistad.
noches ante una taza vacía de café,
en un café de la Avenida de Mayo, y
solía ver el alba que siempre es triste

13
14

La cruz del fin del mundo (*)


Por León Rozitchner

León Rozitchner forma parte imprescindible de la


vida intelectual argentina y latinoamericana. Su
obra es relevante y extraña al mismo tiempo, como
todas las obras de quienes construyen la singula-
ridad de su lenguaje a partir del mundo cultural
en el que están inmersos. De algún modo, es un
intento por pensar la crisis de la razón, el mundo de
la sensualidad, el modo en que los signos extraen de
esa sensualidad su poder creativo y lo arrebatan a
la fuerza expropiatoria, del terror, que los confisca
hasta convertirlos en otros signos más opacos y sin
significación para la vida amorosa. Una filosofía
que surge del intento de descubrir el momento en
que esas fuerzas ajenas a la vitalidad operan para
mantenerla dispersa, sin reconocimiento.
En el lenguaje de León Rozitchner está esa búsqueda,
en un fraseo que nace del trasfondo de la filosofía
contemporánea pero que le imprime una origi-
nalidad urdida con los utensilios y las armas de la
filosofía hecha en Argentina, que es también un
lugar de encuentros, de genealogías, de familias, de
desarraigos y de grandes corrientes que, sin duda,
son inmigratorias.
El 15 de diciembre de 2004, convocado por la
Biblioteca Nacional, el filósofo ofreció una confe-
rencia en la que trató estos temas incómodos que
hacen a la compleja materia que es nuestra subjeti-
vidad. Y surge, en su tono, una intensa apuesta no
sólo por comprender el siempre inminente desastre de
la experiencia humana, sino la pregunta por un poder
colectivo capaz de enfrentarlo y sostener la vida.
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

Lo primero que cabe es agradecer la ¿qué nos pasó, qué nos ha pasado, qué
generosidad de Horacio (González), nos llevó a no poder pensar anterior-
que la demuestra una vez más con su mente cómo poder prever que esto
amistad y la exageración en las pala- podía pasar, que esto era pensable?
bras con las que se ha referido a mí Yo creo que esto no fue pensado antes;
esta noche. Justamente, conversando sí, quizás, después del término de la
con Horacio apareció el tema de esta segunda guerra mundial, pero apare-
charla: “La cruz del fin del mundo”, cieron expectativas, ilusiones –la revo-
tema que no es extraño a lo que uno lución socialista, los pueblos del tercer
viene pensando últimamente. Después mundo, la aparición de cierto empuje
de haberlo puesto como título me popular en muchas partes del mundo–,
di cuenta de lo que significaba, para todo eso que de alguna manera fue
aproximarse a esta relación entre la configurando teorías, expectativas,
cruz y el fin del mundo. Seguramente, modos de pensamiento, modos de
después de una larga vida, uno piensa retomar el pasado a partir de aquello
que ha llegado ya el tiempo de ponerse que otros pensadores habían elabo-
a pensar en su término; pero el hecho rado en su momento pero que podía
de que la vida termine, o que pueda ser un nuevo aporte al incluirlo en lo
terminar prontamente, coincide que nos estaba sucediendo en nuestra
con lo que uno puede pensar como propia vida.
desastre, es decir, como término del Y sin embargo, al término, lo que uno
mundo, como término de esa tota- de alguna manera tiene que confesar es
lidad en la que estamos viviendo. De que realmente el pensamiento, en el cual
alguna manera sería la culminación de estábamos todos incluidos, no pudo
la propia vida, la culminación de toda pensar esto que uno ve aproximarse
la historia de la propia humanidad. como la posibilidad del desastre final,
Es un poco extraño esto pero es del término del mundo, con el término
el punto de partida. ¿No estamos de la propia vida después de una larga
pensando sobre el fin, sobre el fondo etapa transcurrida en el mundo.
del desastre? Estamos viviendo unos ¿Qué pasó?
momentos en donde se define el ser El primer punto de partida es aquel
o el no ser de la humanidad. Este que les mencioné al principio:
planteo, por exagerado que pueda pienso en el término, en el desastre
parecer, insisto, forma parte del que se aproxima. Y esto no es algún
drama, del modo trágico de enfrentar delirio mío solamente; veo aparecer
las vicisitudes que uno ha vivido a declaraciones de estrategas de los
través de un tiempo que, habiendo Estados Unidos que están señalando la
sido largo, permitió que se fuesen posibilidad de que esto se le haya esca-
desarrollando circunstancias, verifica- pado de las manos al poder político y
ciones de propuestas, que de alguna que de alguna manera esto implique,
manera culminan en esto inesperado quizás, el termino de la civilización. Y
–porque evidentemente cuando uno no lo digo yo. Por otra parte, lo dice
tenía veinte años no iba a sospe- Chomsky (Noam) en algún momento
char que en esta época coincidiera donde aproxima esta idea. Y un perso-
el término de la propia vida con el naje político-militar, que estaría del
término del mundo–. Y sin embargo, otro lado pero que no tendría por qué

15
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

decirlo, sin embargo también anuncia ción y revolución, era algo –y el siglo
esta posibilidad. Fidel Castro, tan pasado lo aceptó como tal– pensable
distante de los estrategas norteameri- para evitar la destrucción del mundo.
canos, también señala que esta posi- Y justamente Marx se proponía en
bilidad tiene que ser tenida en cuenta su obra, aun cuando no escribía del
seriamente; y esto no implica que él socialismo, porque evidentemente del
vea avecinarse el término por la inva- socialismo no hay ciencia, describir la
sión posible de Cuba, sino que real- ciencia del capital como para hacer
mente ve que esto que es monstruoso pensable, –a partir de esa división tan
está ampliándose y multiplicándose en ceñida, tan meticulosa, por decirlo
el mundo y es una posibilidad real. así, tan especiosa– para poder decir
En última instancia, el cristianismo y que a partir de acá podemos pensar
el capitalismo coinciden en el término. un campo de modificación sobre
¿Por qué uno está pensando en el capi- el planteo que la razón occidental
talismo y al mismo tiempo aparece indi- aproximó a su propio devenir.
sociable del cristianismo? Seguramente Y sin embargo hemos visto que no,
porque formo parte de una cultura hemos visto que el planteo marxista
llamada occidental y cristiana, aunque culminó de una manera más bien deplo-
personalmente me tengo que inscribir rable, porque si su verificación está
en una historia mucho más amplia. presente en los socialismos llamados
Entonces pienso –mejor dicho, uno fue reales, o aun en aquellas revoluciones
pensando–, si no habría que ver, frente que de alguna manera contaron con
a la imposibilidad de una verificación un apoyo popular diferente en su desa-
que nos explique rrollo, sin embargo hemos visto que
En la teoría marxista que por qué realmente es un pensamiento que parecería que
aparecía como la formula- no pudimos algo dejó de contener en su aproxima-
ción más acabada en el ámbito prever lo que está ción racional, algo de verdad dejó de
teórico, científico y racional, pasando o lo que tener para no haber podido movilizar,
sobre el fondo del bagaje puede pasar; qué enfrentar el problema de la destruc-
histórico-político del conoci- pasó en el pensa- ción del mundo y la construcción de
miento que tenía Marx como miento universal; otro nuevo, diferente, de una manera
para poder haber pensado que qué pasó con la que fuera más eficaz.
lo que él sostenía, como trans- razón con la cual Entonces, lo que uno piensa –y es lo
formación y revolución, era pensábamos que que me interesa desarrollar después–
algo –y el siglo pasado lo aceptó quedó invalidada, es justamente esto: ¿cuál fue el punto
como tal– pensable para evitar de alguna manera, en el cual Marx no logró culminar su
la destrucción del mundo. para pensar esto pensamiento? Cuando uno lee a Marx
que está pasando. se da cuenta de esto que dijimos al
Pienso, en este caso, en la teoría principio: el cristianismo unido al
marxista que aparecía como la formu- capitalismo, formando una unidad
lación más acabada en el ámbito cuyos dos extremos serían el poder
teórico, científico y racional, sobre económico y el poder mítico religioso
el fondo del bagaje histórico-político como fundamento de lo social hasta un
del conocimiento que tenía Marx extremo límite que quizás estos pensa-
como para poder haber pensado que dores a los cuales me estoy refiriendo
lo que él sostenía, como transforma- –y me voy a referir– no lo pensaron

16
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

adecuadamente. Porque, ¿qué encon- cien años, al origen del cristianismo nos
tramos? Que hasta ahora no aparece separan simplemente veinte abuelas de
un pensamiento en el campo de lo Bayer, veinte vidas de abuelas de Bayer.
político que señale la implicación que Creo que es pensable la aproxima-
tiene la mitología cristiana en la deter- ción a ese fenómeno como para poder
minación del capitalismo. pensarlo no como algo tan distante, sino
Y a pesar de que Marx lo señale, al haciéndolo presente en nuestra propia
señalar que el capitalismo hubiera realidad, dado que las transformaciones
sido impensable si simultáneamente económicas, políticas, tecnológicas, etc.
no hubiera aparecido en un campo parecería que extendieron las distan-
simbólico, y que formaba parte de cias de los hombres con los hombres
este sistema –el carácter abstracto del haciendo que ese
hombre cristiano–, uno se pregunta si fenómeno que Dos mil años del cristianismo
era suficiente aquello que Marx desa- está en el origen para acá, digo también que
rrolló como para poder penetrar en la de nuestra cultura algo se transformó en aquella
profundidad más determinada de la tuviera que ser corriente, de alguna manera
formación de los sujetos que sólo una situado en un cultural, de la cual yo también
concepción religiosa puede producir. lugar de incom- formo parte al término de este
Si nos vamos, entonces, un poco prensión dada siglo que acabó. Porque es en
más allá, encontramos por ejemplo la distancia que ese lugar donde dos culturas se
a Spinoza. No les voy a hablar direc- nos separa de él; separan radicalmente: queda
tamente de Spinoza pero, de alguna es justamente una como el judaísmo y se
manera, es como que si yendo hacia aquella distancia prolonga hasta la actualidad,
atrás fuéramos a un planteo donde la que quiero y otra, el cristianismo, que
vemos lo que está en el origen de esto aproximar. origina –pienso– una raciona-
que está en su término. En realidad Al decir veinte lidad completamente diferente
son dos concepciones míticas que unidades de a aquella que podía haberse
tienen que ver una con el cristianismo abuelas de Bayer, desarrollado a partir de los
y la otra con el judaísmo. dos mil años del supuestos de judaísmo.
Es evidente que la racionalidad de cristianismo para
la que formamos parte viene, Grecia acá, digo también que algo se trans-
mediante, de la reformulación nueva formó en aquella corriente, de alguna
que aparece con el cristianismo desde manera cultural, de la cual yo también
el año número uno –hasta el dos mil formo parte al término de este siglo que
cuatro que estamos viviendo actual- acabó. Porque es en ese lugar donde
mente–. Es decir, dos mil años: dos culturas se separan radicalmente:
“veinte unidades abuelas de Bayer”. Les queda una como el judaísmo y se
voy a decir el por qué de esta medida prolonga hasta la actualidad, y otra, el
de tiempo: yo les estoy contando la cristianismo, que origina –pienso– una
historia de una manera diferente para racionalidad completamente diferente a
justamente aproximarme al pasado y aquella que podía haberse desarrollado
no hacerlo tan distante; Osvaldo Bayer a partir de los supuestos de judaísmo. Y
me contaba que su abuela murió a los en ese sentido creo que es conveniente
cien años, y se me ocurrió que puede ser tener presente que hay dos mitologías
una buena unidad de medida, porque si que están formando parte del origen
contamos que una vida puede ser vivida del pensamiento occidental.

17
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

Lo que me interesa es esto: qué conte- mación real-imaginaria esta propuesta


nido tiene esa mitología para poder, de una nueva familia, una familia
desde allí, organizar el modo de pensar sagrada que no tiene nada que ver con
y de ser de una cultura en su desa- las formas de familias conocidas ante-
rrollo, que se fue ampliando con el riormente? Porque fíjense que hay,
tiempo hasta adquirir las condiciones de pronto, un rotundo corte entre la
que presenta este desarrollo racional mujer y la naturaleza; la mujer ya no
–tecnología mediante– en la actua- necesita del placer gozoso de la rela-
lidad. Entonces pienso, el origen de ción con un hombre, no necesita de
la mitología cristiana está en la figura un hombre a su lado para generar un
de Cristo. ¿Cómo se origina allí la nuevo ser. Y este ser nuevo que genera
aparición de un ser distinto a aquellos no es un ser que está destinado a la
que producía la mitología judía? Este vida, sino que está destinado a pagar,
nuevo profeta, Cristo, aparece sobre el a servir de cambio, en una articula-
fondo de una generación radicalmente ción que va a permitir a los hombres
heterogénea respecto a aquella que era que se salven por su propia muerte
pensable en el campo de la cultura y, al mismo tiempo, entrar en una vida
judía. Aparece la generación, a partir eterna cobijados por este Dios Padre
de una mujer virgen, que relegando la nuevo, que se diferencia radicalmente
relación con el hombre, y por lo tanto del padre judío; un Dios que es pura
negándola, cree concebir –y en el mito abstracción y que cierra y constituye el
así se expresa– su hijo con un Dios contenido de una forma imaginaria de
que genera en ella, en la aparición de familia completamente distinta.
este ser que va Aquí tenemos ciertos elementos
Pienso en la figura de Spinoza, a ser Cristo, su fundamentales que caracterizarían la
en la figura de Marx, en la de transformación incipiente forma de sociabilidad que
Freud, y por último, en la de en maternal- está presente en esta Sagrada Familia.
Lévi-Strauss. Estos cuatro crea- virginal. Y esto Porque, recordemos, todos los mitos de
dores de una crítica racional crea, por lo origen se refieren a la generación de la
muy potente, estos cuatro tanto, una figura familia divina, a todo lo que va a ser la
judíos, no abrieron su campo mitológica muy posteridad humana, junto con la poste-
sobre el fondo del reconoci- importante, que ridad de dioses también; de modo tal
miento de su propio origen es aquello que se que acá encontramos, evidentemente,
sino que lo tuvieron que hacer caracteriza habi- un mito fundador importante que sería
dentro del iluminismo plan- tualmente con preciso tener presente en el desarrollo.
teado por la cultura cristiana. el nombre de Todos los que se han dedicado al
Sagrada Familia. análisis de culturas han mostrado
Esta Sagrada Familia, que está en el que los mitos siguen y permanecen
origen de la mitología cristiana, ¿tiene como fundamento de las relaciones
algo que ver con el desarrollo de las sociales que a partir de ellos se han
familias que se continúan y prolongan constituido. Y permanecen como el
hasta nuestra actualidad? ¿Era pensable enigma fundamental que da sentido y
discriminar el sentido de la razón si vida a todo lo que a partir del mito se
previamente no poníamos en juego y desarrolla después. Entonces, cuando
tratábamos de comprender qué es lo vemos aparecer, primero, a una mujer
que encierra como enigma de transfor- que excluye a la naturaleza de su

18
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

propia corporeidad (la excluye como –pongamos a cuenta al último pensador


para no necesitar del hombre) hay un tradicionalista–, se corresponde a un
corte entre el hombre y la mujer que pensamiento que tiene su arraigo en
es una exclusión; el hombre desapa- la mitología de la Sagrada Familia. Y
rece como padre, la figura del padre esto esta claro tanto en Kant como
real carece de sentido en la Sagrada en Hegel. El odio feroz que presenta
Familia. Lo que adquiere preponde- Hegel cuando analiza la cultura judía,
rancia es la figura de Dios Padre, que en los comienzos de su pensar filosó-
está en el cielo, que no pertenece a fico, en los trabajos de juventud, no
nuestra realidad; una figura abstracta, tiene parangón; o mejor dicho, es muy
sin contenido antropomórfico como semejante con cualquier antijudío que
en la figura judía. Y, al mismo tiempo, uno puede leer en la actualidad o en la
una mujer que perdió, que no tiene época no tan lejana del nazismo.
esa capacidad acogedora, sintiente, Parecería que la figura racional, el racio-
gozosa, que es la que todo hombre y nalismo de la filosofía, que viene de la
toda mujer reconocen en la madre que vertiente cristiana, tiene que comenzar
le dio la vida. Además, se genera un por la negación de lo judío para
hijo que en la medida en que aparece poder afirmarse con una racionalidad
como Hijo Divino, tiene que ir necesa- fundamental, que es aquella que está
riamente al muere para demostrar ese fundamentada en la Sagrada Familia.
carácter de divinidad. Esta familia que Parecería que, por lo tanto, esa Sagrada
se construye está compuesta por unas Familia está presente como funda-
figuras que han tenido una presencia mento en la filigrana de la concepción
continua hasta nuestros días, hasta kantiana. Está presente soberanamente
nosotros. La figuración de Cristo en en Hegel y está presente en Heidegger
la cruz, durante los veinte siglos, la en la medida que él nunca ha mencio-
magnitud de estas figuras de Cristo, nado ni ha hecho referencia al Antiguo
han servido para divulgar su imagen Testamento ni a la cultura judía.
como figura de identificación para Esta es una línea que yo la dejo de lado
los sujetos constituidos en la cultura –como diciendo “esto es ya conocido
cristiana; es decir, en última instancia, por nosotros”–. Pero lo que me inte-
el Cristo entró a formar parte de la resa es la otra línea. Pienso en la figura
propia subjetividad y es esto lo que de Spinoza, en la figura de Marx, en
quiero ir desarrollando. la de Freud, y por último, en la de
¿A qué recurrí para comprender esto Lévi-Strauss. Estos cuatro creadores de
que estamos diciendo? Primeramente, una crítica racional muy potente, estos
al fracaso del marxismo. El marxismo, cuatro judíos, no abrieron su campo
en su desarrollo, no tuvo en cuenta, sobre el fondo del reconocimiento de
no comprendió, qué era la mitología su propio origen sino que lo tuvieron
porque no comprendió qué es lo que que hacer dentro del iluminismo plan-
constituía el fundamento de lo religioso. teado por la cultura cristiana. Porque
Y esto lo digo pensando fundamental- es evidente que la religión judía quedó
mente en Marx. Marx fue judío, estoy congelada en la medida en que no
tratando de hacer una genealogía. tuvo la posibilidad de tener un espacio
La filosofía y el pensamiento racional, propio, un espacio nacional, en el
de Kant y también de Heidegger cual esa cultura, esa religión, hubiera

19
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

podido madurar hasta producir un Spinoza, en los Países Bajos, orga-


pensamiento diferente como lo que niza un pensamiento que tiene su
produjo el cristianismo, a su manera, en fundamento, evidentemente, en el
la cultura de occidente. Es decir, habría pensamiento judío; y no en la religión
por lo tanto una elaboración del pensa- eclesiástica judía sino en el pensa-
miento que se hace cargo del origen miento que tiene su raíz en enfrentar
judío dentro de occidente, que piensa la los enigmas que la mitología judía
racionalidad de occidente, pero que al plantea y que, de alguna manera, él
mismo tiempo no tuvo campo propio, vuelve nuevamente a manifestar en
por así decirlo, en el cual desarrollar su su filosofía cuando escribe que Dios
pensamiento sino que tuvo que hacerlo –y esto es íntegramente antagónico al
asimilando el campo de la cultura cris- cristianismo– es absolutamente igual a
tiana para poder desarrollarse dentro la naturaleza. Escribe nuevamente que
de él. Y pienso que es esta una carac- lo sensible, el fundamento humano
terística importante porque, no por sensible de la vida que está presente en
nada, todavía ninguno de estos cuatro la naturaleza y por lo tanto la corpo-
pensadores pudo señalar –y tampoco reidad gestadora de la mujer y del
los judíos en la actualidad– que el hombre con ella, reside en aquel lugar
causante, aquello sin lo cual no se de inserción fundamental que hace
hubiera producido aquel prerrequisito que la corporeidad esté imbricada en
fundamental de la matanza y la perse- la divinidad formando parte de ella;
cución de judíos en el mundo fue el y dice que es posible desde la sensibi-
tipo de concepción que está inscripta lidad, la sensualidad, la sensorialidad
en la mitología cristiana. y el placer, perseverar en el ser a través
Y este campo de terror que abrió el de un pensamiento que no tiene que
cristianismo no fue superado ahora, negar el origen; y que solamente en el
pienso, ni siquiera por los mismos encuentro entre cuerpos que se multi-
judíos. Los mismos judíos, actual- plican en los encuentros, para formar
mente, son incapaces de poder señalar, un gran cuerpo, puede surgir una situa-
en cualquier ámbito que se encuen- ción democrática –él pone la palabra–,
tren –y estoy hablando tanto de los que pueda elaborar una razón que
de izquierda como de los de derecha– surja de los cuerpos que se entienden
que el cristianismo es el fundamento entre sí.
de la Shoah y es el fundamento, por Acá hay un planteo totalmente dife-
lo tanto, de una destructividad que rente. Y cuando en el Tratado Teológico
abarca dos mil años. Político, Spinoza plantea esta crítica al
¿Qué significa esto? En primer lugar, poder religioso, él señala claramente
que uno debe hacerse cargo un poco que el terror es el fundamento de la reli-
de esto, también, ¿por qué los judíos gión. Pero se refiere sobre todo a aquel
no han podido pensarlo? ¿Por qué terror que tiene que ver más bien con la
Spinoza no lo ha podido pensar? ¿Por cristiandad; porque en el desarrollo que
qué Spinoza, a pesar de todo, no pudo él hace va criticando a la religión judía
pensar que estas figuras de la Sagrada pero señala que ésta, por lo menos, con
Familia eran las que habían determi- la figura de Moisés exigía la devoción a
nado la expulsión de España, la perse- Dios, es decir, no exigía que se creyera
cución de los judíos? en Dios bajo la pena de muerte y, por

20
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

lo tanto, por obligación, sino que era cuando tiene que mostrar las condi-
por devoción, por solicitarle al hombre ciones en las cuales no habría demo-
que crea en Dios. Y, en ese sentido, sí cracia, y tenemos que estar pensando
apoyaban los judíos las tablas de la ley. que es el mismo problema que tenemos
Pero también vemos que los judíos se actualmente. Porque hoy estamos
revelaron contra eso y las rompieron. pensando también en el término

León Rozitchner

De modo tal que cuando Spinoza democracia y sin embargo debemos


desarrolla esto está desplegando algo decir que hasta que no lleguemos al
que está en la vertiente judía en contra fundamento que él plantea, ubicado
de la vertiente cristiana de una manera en el ámbito de la religión, hasta que
muy clara, a pesar de que no se anime la religión no sea el lugar donde se
a decirlo todavía del todo. Porque él impone por el terror –conjunto con el
dice que Cristo fue una figura que, terror en el nivel político– es evidente
evidentemente, estaba en la esencia de que toda posibilidad de relación de los
la verdad revelada por Dios, pero que hombres entre sí va a quedar anulada
luchó, dice, para oponerse al imperio o por lo menos disminuida.
de la ley que venía de afuera. Pero hay algo más: es un pensamiento
Pero señala, al mismo tiempo –y esto que no tiene nada que ver con las
es formidable porque reencuentra algo concepciones actuales de la democracia.
que venimos pensando pero desde otros Cuando habla de formar un único
ángulos– que introdujo la ley mucho cuerpo de todos los cuerpos reunidos,
más profundamente que antes. Es decir, y cuando habla del poder del cuerpo
que con el intento de negar la ley, al que es ignorado –que no se sabe qué
mismo tiempo, el cristianismo mete más poder tiene, y que por lo tanto es un
profundamente la ley en el corazón. poder que de alguna manera requiere
Este es uno de los signos más impor- la experiencia fundante del desarrollo
tantes de la reflexión que hace Spinoza histórico para poder hacer aparecer

21
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

todas las posibilidades de vida que el de cultura, de la cual uno forma


cuerpo del hombre encierra–, y cuando parte, parcialmente, también. Cuando
habla de la separación, de la distancia Spinoza habla del corazón, dice que en
establecida entre los hombres, aparece el corazón del pueblo judío vuelve a
el cristianismo, esa distancia radical existir el alma y la inteligencia. Y pasa
que el cristianismo establece entre la después a describir el corazón cristiano,
mujer gestadora y la naturaleza, entre como el lugar donde se introduce la
la mujer gestadora y el hombre, esa ley, solapadamente, hasta una profun-
distancia –que aparece en el ámbito de didad que nunca alcanzaron los judíos
la cultura cristiana–, aparece yuxtapo- porque nunca se propusieron que la
niéndose de forma feroz y a través del ley aparezca adentro, sino que la ley
terror en el imaginario de la gente. siempre venía de afuera, la ley siempre
Todos hemos nacido de madres, todos venía de un Dios que ordenaba, que
hemos vivido la corporeidad continente solicitaba, pero que de ninguna manera
de una madre, todos hemos vivido la aparecía formando parte constitutiva,
relación continente de un padre que arcaica y primariamente, de nuestra
convivía con ella y subjetividad. Y eso lo dice Spinoza
Las figuras que la mitología de cuyos cuerpos con mucha claridad porque señala –y
había convertido en divinas, unidos nosotros esto lo podemos reafirmar después de
con un poder que tenía una surgimos; y sin Spinoza también– en qué se diferencia
figuración personal, cuando embargo esto, la circuncisión judía de la cristiana.
aparece la ciencia con su verda- que es tan funda- Los judíos circuncidan el pene como
dero poder de pensamiento mental, es lo que un símbolo de la separación del niño
son erradicadas como toda el cristianismo ha con la madre; no es anulada la mujer
mitología preexistente. venido a intro- sino que se marca que “con esta no”,
ducir en la estruc- abriendo, por las relaciones de paren-
tura más elemental, primaria y arcaica, tesco, lo que es prohibido y lo que
en el corazón del hombre, como dice no. En el cristianismo, en cambio,
Spinoza. Entonces, pensamos, es con San Pablo, lo que aparece clara-
posible desarrollar una concepción polí- mente castrado, circuncidado, es el
tica, social, que no llegue a profundizar corazón, es la víscera materna allí
allí hasta donde Spinoza mismo señala donde justamente los judíos –en este
que habría que penetrar para poder, de caso Spinoza– veían aparecer el alma y
alguna manera, constituir una demo- la inteligencia.
cracia que realmente sea tal. Digo esto porque la lectura que hay que
Esto, en términos de Spinoza, quedó hacer es casi por signos: qué significa el
planteado en el campo de la filosofía, corazón en el caso de los judíos y en el
que aún utilizaba un lenguaje eviden- caso de los cristianos, y por lo tanto,
temente escolástico, difícil de abordar. una lectura que propone de la Biblia
Spinoza nunca dice que la persecu- para hacer una lectura histórica que
ción judía es por la concepción cris- descifre el sentido de aquellos enigmas
tiana, pero dice algo muy interesante: que están planteados imaginariamente
diferencia el corazón judío del corazón en la religión para desarrollarla luego
cristiano. Y no estoy acá para hacer como razón.
alarde y defender a los judíos, estoy Pero, volviendo a lo que decía antes,
simplemente describiendo dos tipos si esto parece claro para uno que lo

22
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

lee después, aparece del mismo modo tido en divinas, con un poder que
la necesidad de volver a leer a Marx tenía una figuración personal, cuando
para poder decir qué es lo que fracasó aparece la ciencia con su verdadero
en su propuesta que no pudo calar tan poder de pensamiento son erradicadas
profundamente como para poder deter- como toda mitología preexistente.
minar una transformación, aquella que Esto forma parte también de la mito-
demandaba o pedía para la democracia logía del marxismo –y esto es lo
Spinoza. Vemos aparecer en Marx, que descubre Freud: haber pensado
primeramente, una negación de lo que la ciencia iba a terminar con las
judío desde el comienzo. Cuando en su mitologías–. Lo que Freud dice clara-
primer trabajo, La cuestión judía, dice mente es que el desarrollo del pensa-
una cosa monstruosa; participa comple- miento de ninguna manera inhibe a la
tamente del odio cristiano y de la acusa- mitología. La mitología, lo imaginario,
ción contra los judíos, porque dice que la Sagrada Familia sigue presente pese
el judío es aquel que ama el dinero, es a la aparición del desarrollo de la razón
el tipo práctico que ama el dinero y al nivel del campo de la conciencia.
que, por lo tanto, la única posibilidad Pero Marx va todavía más allá porque
de transformación, el único efecto en El Capital tiene que dar cuenta
histórico del judío fue poder haber de la aparición de la estructura de la
hecho que los cristianos se conviertan economía que sabe que corresponde
en judíos, es decir, que se vuelvan prác- a occidente, al cristianismo. Por eso
ticos y amantes del dinero. dice que el cristianismo es un supuesto
Esta cosa monstruosa que aparece allí, de la forma del capitalismo, pero lo
evidentemente después se transforma dice de una manera muy particular,
en Marx, va señalando un punto de sosteniendo que la religión refleja las
partida respecto de aquella tradición relaciones sociales. Parecería entonces
de la cual de algún modo él formaba que la religión lo que hace es reflejar la
parte aunque solamente su padre tuvo situación del capitalismo y convertirla
que transformarse del judaísmo al meramente en imágenes que se incor-
cristianismo para poder vivir en una porarían a este mundo determinado
sociedad cristiana. Pero esto que se por el capital; como si no pudiera
va desarrollando después, de alguna pensarse también al revés, el capita-
manera va a quedar muy presente en lismo reflejando la religión.
Marx porque él estaba muy atento a la Marx va a terminar mostrando ese
mitología. Conocía la filosofía griega fracaso, en última instancia va a tener
y pensaba que la mitología griega se que demostrar que aquello que él
podía superar con la aparición de la postula como un pensamiento que
ciencia. Y eso aparece planteado en la no requiere de la mitología tiene
Introducción a la crítica de la economía que volver, nuevamente, entrañable-
política, cuando se plantea qué valor mente, a las relaciones primarias de
tienen los dioses creados por la elabora- producción humana, a esas familias
ción mitológica griega cuando Hermes que no correspondían a la Sagrada
es sustituido por el comercio, cuando Familia, para poder abrir un espacio
Vulcano es sustituido por la metalúr- de pensamiento para la revolución.
gica. Es decir, va mostrando cómo las Esto es lo que pasa con Marx maduro.
figuras que la mitología había conver- Cuando aparece el Marx maduro,

23
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

cuando está un poco de vuelta con eso sin desarrollarse pero aparece clara-
de pensar que la racionalidad capita- mente señalado: aquella figura que
lista, el progreso del capitalismo, va pensaba que con la racionalidad se
a terminar contradictoriamente por destruía la mitología se revelaba como
superar, por transformar, todas las imposibilitada de ser desarrollada con
sociedades y llevarlas al progreso, vistas a una revolución real porque
comienza a dudar de esto y a poner implicaba el planteo del lugar que tiene
en juego un nuevo postulado: pensar la mujer, y por lo tanto la familia, en la
que ya no va a aparecer la revolución producción social.
desde el capitalismo sino que la revo- La relación de producción no es, como
lución va a aparecer de las comunas Marx pensaba antes, una relación
rusas, de esas comunidades primarias, donde el fetichismo de la mercancía
esas articulaciones humanas colec- está determinado por el hecho de
tivas donde predomina la familia que los productores aparecían sepa-
tradicional, no la Sagrada Familia. rados, mientras que este aspecto social
Y esto aparece cuando Engels escribe aparecía presente entre las cosas. Pero,
La familia, la sociedad y el Estado; ¿de dónde viene el origen de la sepa-
es decir, cuando Engels descubre a ración en el campo de la economía?
Bachofen –que es un autor formidable. ¿Podemos situar el origen de la sepa-
Bachofen no habla sólo del matriarcado ración en el campo de la economía
sino que lo que hace es volver a recuperar solamente o tenemos que situar la
el fundamento mitológico de la cultura. separación del hombre con el hombre
Y vuelve a mostrar que en el matriar- como una corporeidad que rehúye a
cado hubo también una racionalidad, la corporeidad del otro? Tenemos que
que no eran las pensar, insisto, volviendo a la Sagrada
Tenemos que pensar, insisto, mujeres las locas Familia, que esta mitología que excluía
volviendo a la Sagrada Familia, de la casa sino que a la mujer de la naturaleza, que excluía
que esta mitología que excluía las mujeres tenían al hombre de la mujer y que excluía
a la mujer de la naturaleza, que una racionalidad al hijo de la vida, evidentemente tuvo
excluía al hombre de la mujer que determinó que formar parte de la creación de este
y que excluía al hijo de la un sentido de misticismo de la mercancía donde el
vida, evidentemente tuvo que la sociedad que valor de cambio tiene algo que ver con
formar parte de la creación de luego se quebró; la abstracción presente como estruc-
este misticismo de la mercancía él descubre que en tura en esa Sagrada Familia de la que
donde el valor de cambio tiene el matriarcalismo acabamos de hablar.
algo que ver como la abstrac- regía un derecho Marx no se hizo cargo de denunciar
ción presente como estructura materno, que el fundamento del cristianismo como
en esa Sagrada Familia de la era por lo tanto productor del capitalismo. Más bien
que acabamos de hablar. una organización lo veía como un acompañamiento
legal, donde el reflejo, como dije antes, pero no llegó a
fundamento venía desde la generación formular –como tampoco llegó Engels
en que las madres producían a sus hijos, a hacerlo– este fundamento. Y hasta
y a partir de los hijos, el campo social que no se elabore el fundamento sobre
contenía a todos dentro de sí. el que se desarrolla el campo de la
Es ahí donde aparece en Engels el racionalidad occidental, no podremos
problema de la mujer. Ese tema quedó nunca entrar a comprender qué es lo

24
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

que la mitología sigue determinando familia griega cuando nuestra familia


todavía, y conteniendo en el despliegue realmente corresponde a la Sagrada
de los cuerpos y del pensamiento en la Familia y no a lo que tuvo Edipo
sociedad que vivimos. con su mamá?
Y esto lo vamos a ver aparecer en Y volvemos a pensar lo mismo, ¿ustedes
Freud. Pero Freud tampoco dice que el creen que la figura que está presente
cristianismo es el que produjo la caída, en la mitología judía tiene que ver
la hecatombe monstruosa, la destruc- con la Sagrada Familia cristiana? Lo
ción de los judíos. Él tampoco lo llega más extraordinario es que ni Freud
a decir, y es extraño que para acudir ni ninguno de nosotros tuvo ningún
a la mitología del campo racional del empacho en darse cuenta que esta mito-
cual él forma parte excluye a los judíos; logía estaba eludiendo un momento
como si él no tuviera nada que ver dice fundamental; el momento de enfrentar,
que en los judíos, frente a la aparición justamente, la mitología que forma
de la Virgen María y de Jesús, la reli- parte de nuestra propia racionalidad.
gión queda como un fósil. Entonces Lévi-Strauss también es judío; la linea-
elabora toda una teoría respecto de la lidad que lo incluye dentro de Francia
aparición de Cristo como pagando la no deja, sin embargo, de inscribirse
culpa de la muerte del padre ancestral. en una cultura que, lejana o próxima-
Pero lo que Freud hace es algo que mente, tenía que ver con los judíos.
todavía da que pensar en el occidente Leví es una de las tribus que estuvo al
cristiano actual, y, digámoslo, entre servicio de Moisés y fueron los levitas
nosotros los argentinos tan adictos al los que mataron a cinco mil rebeldes
psicoanálisis; cómo nos hizo pensar que adoraron un becerro de oro
Freud que la figura mitológica que cuando Moisés tuvo que quebrar las
permite desentrañar la neurosis en tablas de la ley.
nuestro país, por ejemplo, tiene que ¿Qué pasa con Lévi-Strauss?
ver con la figura de Edipo, una figura Lévi-Strauss es una figura formidable
de la mitología griega. ¿Cómo es porque creo que realiza la crítica más
posible que en nuestra cultura todos se acabada a los límites de la raciona-
tragaran –como también Lévi-Strauss– lidad cristiana y occidental. Dice algo
que la figura de Edipo perdura como así: “vamos a tratar de demostrar que
mitología de toda la cultura? en el pensamiento salvaje de aque-
Ahí yo veo aparecer nuevamente este llos hombres que son considerados
desplazamiento que vuelve a insistir animales para los santones de la cultura
en relegar la presencia de la mitología occidental, en todas estas poblaciones
cristiana en el seno del pensamiento disminuidas, sometidas, condenadas
racional. Porque si todos todavía a la miserabilidad, vamos a demos-
pensamos, y analizamos, y compren- trar que allí existe una capacidad de
demos a un paciente con la mitología pensamiento racional tan poderosa o
griega es porque estamos todos un poco más que aquella que está presente en
locos. Evidentemente dejamos de ver, el campo de la filosofía racional occi-
no queremos enfrentar la mitología dental”. Entonces nos muestra que
cristiana que nos está determinando solamente los principios varían, que lo
nuestra propia realidad. ¿O vamos que está presente en la conformación
a explicar nuestra actualidad con la del pensamiento que se llamaría salvaje

25
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

es un punto de partida completamente conceptos, pero que son signos; signos


distinto. Parte de lo sensible, toma la que tienen presente en su materialidad
figura sensible como significativa y un sentido múltiple, una condensa-
alrededor de la cual –convertido en ción de significaciones que abre un
operador totémico, el tótem funciona mundo, que hace que toda esta rela-
como un operador racional– se amplía, ción clasificatoria forme parte de la
se va ampliando y abriendo el espacio propia vida del sujeto que lo piensa.
hasta abarcar Es formidable esto porque implica
A partir de allí, es evidente que la totalidad del la imbricación del sujeto que piensa
aparece un claro corte funda- mundo. Y por eso en el orden de lo sensible para abrir
mental de la racionalidad occi- él dice que esta el espacio de un pensamiento que
dental que separa las ciencias concepción no abarca la totalidad, y partiendo de allí,
como pensamiento utilitario, es simplemente, la totalidad presente en las realidades
emancipador, de aquello que como piensan humanas más carnales; y el respeto de
permanece sin ser tocado; es los que se van esta continuidad de la naturaleza en la
decir: nosotros podemos creer aproximando de corporeidad humana.
en la virgen María y ser biólogos occidente a estas A mí me parece que en esas culturas
expertos en la fecundación; y culturas, una el capitalismo no hubiera sido posible,
sin embargo, es como si estos cultura utilitaria la destrucción de la naturaleza no
dos niveles –como lo señalaba que distingue lo hubiera sido posible, no estaríamos
Freud– estuvieran formando que le viene bien planteándonos el desastre final del
simultáneamente partes de para comer o no; mundo, como lo estamos haciendo
una cosa loca, esquizofrénica, es una cultura ahora. Creo que, de alguna manera,
cortante y separadora, que es clasificatoria, es esto lo vio claro Lévi-Strauss. Pero al
lo que constituye la conciencia decir, instruye mismo tiempo dice que estas figuras
fundamental de la cultura cris- un orden dentro plantean un determinismo que no
tiana: esta separación tajante de la realidad que se desarrolla por niveles antagónicos,
y terrible entre lo vivo y lo está basado en el todos estos niveles están imbricados,
muerto, entre la naturaleza y reconocimiento es un determinismo que va siguiendo
el pensamiento, entre el amor minucioso de secuencias en las que todas forman
y la destrucción. los signos leídos parte, y comienzan en este operador
en lo sensible; es totémico al cual se refiere como punto
decir, es un orden global, dice, que al de partida; mientras que el pensa-
mismo tiempo toma lo fundamental. miento occidental trabaja con deter-
Y nos muestra esto hasta el grado minismos por niveles, por estratos.
menudo: ha hecho análisis minuciosos Un determinismo para la física, uno
de todas estas culturas para mostrar para la secuencia biológica, otro para
este pensamiento. Y aparecen ahí las la secuencia de las relaciones sociales; y
figuras, geométricamente planteadas, esto genera, por lo tanto, una disemi-
que van abriéndose como una especie nación de sentidos que no se pueden
de enorme poliedro de múltiples caras sintetizar en ninguna parte.
en donde una imagen central, como Lo que no se pregunta Lévi-Strauss,
un animal, se despliega hasta abarcar y es esto lo que a mí me extraña, lo
el sentido de todo lo existente; todas que no encontramos en él es, una vez
las posibilidades de significaciones que más, el planteo de que el cristianismo
no son preceptos, que no llegan a ser es el fundamento de este término de

26
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

destrucción y de muerte que estamos tura de racionalidad desarrollada,


pensando que se puede producir. después de todas las implicaciones
¿Por qué? Porque es evidente que esta fabulosas que tuvo que hacer y los
racionalidad simultáneamente existe naipes que tuvo que mezclar para abrir
con una mitología. La mitología de el espacio de cotejo, para establecer
la racionalidad occidental, que tiene el sentido de una mitología con otra,
estos distintos estratos, tiene un que termine manifestando una cosa
momento originario. Un momento tan extraordinariamente imaginaria,
originario de corte fundamental con desde lo más infantil...
Galileo. En los escritos dice que al Yo creo que hasta que no pongamos
hablar de la rotación de los astros no de relieve cuán presente está la mito-
está diciendo nada que tenga que ver logía cristiana en la destrucción que
con el ámbito de la verdad, la verdad estamos viviendo, y hasta que no anali-
corresponde a la religión; lo que está cemos esta mitología, no podremos
haciendo es un cálculo exacto. Claro, encontrar el sentido de ninguno de
de esa manera pudo zafar. A partir los niveles de la realidad que estamos
de allí, es evidente que aparece un pensando, ni el económico, ni el polí-
claro corte fundamental de la racio- tico ni tampoco el religioso, aun con
nalidad occidental que separa las las armas que puede darnos la teología
ciencias como pensamiento utilitario, de la liberación.
emancipador, de aquello que perma- Esta mitología creo que está viva
nece sin ser tocado; es decir: nosotros entre nosotros y es el reducto más
podemos creer en la virgen María inasequible, por decirlo de alguna
y ser biólogos expertos en la fecun- manera, porque constituye el lugar
dación; y sin embargo, es como si no solamente del misterio sino el
estos dos niveles –como lo señalaba sitio donde más profundamente caló
Freud– estuvieran formando simul- el terror que se viene desarrollando a
táneamente partes de una cosa loca, través de la amenaza de muerte desde
esquizofrénica, cortante y separadora, hace veinte siglos.
que es lo que constituye la conciencia
fundamental de la cultura cristiana:
esta separación tajante y terrible entre (*) Conferencia ofrecida el 15 de
lo vivo y lo muerto, entre la natura- diciembre de 2004 en el auditorio Jorge
leza y el pensamiento, entre el amor y L. Borges de la Biblioteca Nacional,
la destrucción. en el marco del Ciclo de pensamiento
Entonces, cuando leemos todo esto, contemporáneo.
decimos que Lévi-Strauss hubiera
tenido que señalar necesariamente que
hay un mito, que es el mito del cristia-
nismo, que está presente en la cultura
de la cual él depende y en la que
trabajó. En una entrevista le preguntan
cuál es su deseo, y él contesta que su
deseo más profundo sería poder volar
y cantar como un pajarito. Es formi-
dable esto; después de toda la estruc-

27
28

El teatro como lugar de reciclado


poético de la oralidad (*)
Por Mauricio Kartun

Trabajar con desechos. Juntar los restos de una


lengua modulada por el habla coloquial. Tal es el
oficio del dramaturgo: una suerte de etnografía
en la que, libreta en mano, va tomando nota de
los fragmentos discursivos que serán la materia
prima de la obra teatral. No se trata de una cons-
tatación, un mero realismo que calca y exhibe
los modos expresivos del mundo popular. Por el
contrario, hay en esta labor una práctica inves-
tigativa y una destreza interpretativa. Se trata
de ir tras los signos con el fin de producir una
reelaboración metafórica, de modo tal que esas
pequeñas piezas retóricas se conviertan en pode-
rosos engranajes de la maquinaria escénica.
Así narra Mauricio Kartun el quehacer del drama-
turgo. Invitado recientemente al Museo del libro
y de la lengua para brindar una conferencia,
expuso con detalle las minucias de lo que puede
considerarse la cocina de la experiencia teatral.
El mundo popular es hablado por los medios
de comunicación pero, al mismo tiempo, son
también esos elementos dispersos del lenguaje
los que hacen hablar a los medios. El dramaturgo
se ubica en esa ambivalencia, intentado, con su
insistencia, llevar esas piezas discursivas hacia
una trascendencia que, en la creación literaria,
restituya el aura sagrada extraviada en el uso
común de las palabras.
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

Bueno, comienzo con esta conferencia María Pia (López). Venía pensando
a la que fui invitado tan gentilmente. en ese momento que el tipo, el taxista,
El significado literal de la palabra había escrito el perfecto poema que
conferencia es: “gente que se reúne expresaba su vida y seguramente no
para hablar sobre un negocio”. Me lo sabía.  Que si alguien le pidiese que
gusta la idea de charlar alrededor del escriba sobre su vida sea probable que
“negocio de la palabra”, de su tranza. no hubiera podido hacerlo, es probable
Pero, claro, como hablar es un acto que dijese “no sé qué ni cómo”. Y sin
conversacional que no se cierra en embargo había dicho: “Vivo quemando
un monólogo voy a tratar de hacer lamparita izquierda” y su vida estaba
una introducción, –a mí siempre allí. Una especie de condena a la tris-
me salen largas, paciencia– para que teza, porque ni siquiera se trataba de la
luego podamos abrir el campo de las tragedia de quedarse sin luz, a ciegas.
preguntas; que se vuelva efectivamente Tuerto nomás. En esa espontaneidad
una conferencia y que aportemos entre había creado una foto que de alguna
todos al “negocito”. manera lo representaba y sin embargo
Es muy curioso, porque viniendo para no lo sabía. Yo, que hice ese registro,
acá (“viniendo para acá” es una expre- cuando vuelva a casa voy a anotar esa
sión que entre la gente de teatro tiene frase y va a quedar dando vueltas allí,
su especial sentido: es la frase con la esperando, como un ladrillo que alguna
que suele abrirse el  stand-up comedy, vez va a ir a parar a alguna pared. A
una de las frases clásicas para intro- algún texto que escribiré quizás alguna
ducir ese monólogo cómico, intentaré vez. Y cuando así sea yo estaré reci-
que no resulte un lugar común...). clando, desde el desecho más absoluto,
Lo cierto es que “viniendo para acá”, desde lo más inútil que es la palabra
en la esquina de casa, subí a un taxi. proferida en el sentido coloquial, un
Empezaba a oscurecer y el señor venía material poético. Cuando pienso en lo
con la luz apagada. Arrancamos por que he hecho en los últimos cuarenta
Malabia, doblamos por Vera y el señor años, dedicado a la dramaturgia, llego
prendió las luces del coche. Se detuvo, a la conclusión de no haber hecho
intentó un juego de luces y se quedó otra cosa que este rescate de mate-
preocupado. Me daba la sensación rial poético en el habla coloquial.
de una persona con un gran nivel de Naturalmente, las obras no se hacen
concentración o bien con una enorme exclusivamente de aquello que uno
tristeza. El coche tenía algo de descui- escucha, pero buena parte de eso que
dado y él fumaba por la ventanilla. A uno registra es el material con el que,
la media cuadra paró, bajó y miró los luego de intervenido, se construye un
faros: había quemado una de las luces. texto. Y el resto –aquello que no regis-
Volvió, se sentó, hicimos media cuadra tramos– es la música que va generando
más, y cuando estábamos llegando a forma en cada parlamento.
Scalabrini Ortiz dijo en tono melancó- Vivo descubriendo gente que tiene
lico y como para sí: “Vivo quemando esa capacidad poética y no lo sabe, o
lamparita izquierda”. Hizo silencio. Y al menos no puede darle ese nombre,
eso es todo lo que dijo en el viaje. No aunque de algún modo lo disfruten.
volvió a abrir la boca. Me bajé aquí Esos tipos de los que solemos decir en el
enfrente del Museo y me crucé con barrio: “el loco siempre diciendo cosas

29
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

raras”. Y no es loco, es un poeta espon- fugaz y tan despreciable que nuestro


táneo. Sabe efectivamente que provoca cerebro ha aprendido a no recordarlo.
con lo que dice y le gusta ese lugar El funcionamiento natural del cerebro,
incómodo, contracultural, de decir algo que es un disco rígido perfecto, trabaja
que va a sorprender a la gente, y lo va a con un mecanismo de selección
mirar medio de costado. Viajo mucho a extraordinario que le permite borrar
Tandil, y ahí en el bar Plaza hay un mozo, todo aquello que no tiene una utilidad
Freddy, al que por esa condición poética práctica inmediata. A ese mecanismo se
me gusta escucharlo. Hace poco me dijo, lo conoce como parsimonia, adminis-
por ejemplo: “profesor... los boludos y tración orgánica de los recursos. Para
las liebres no se acaban nunca”. Y claro, optimizar ese disco rígido el cerebro
saqué la libretita y anoté. O de un actor genera nuevos espacios borrando todo
que le gusta mucho en la tele: “es muy aquello que no necesita y, por supuesto,
bueno porque sabe jugar sin pelota. lo coloquial no lo necesita absoluta-
Con pelota juega cualquiera, profe.” Y mente para nada. Por lo tanto no tiene
anoté... Un día caminando por Parque ninguna necesidad de hacer un registro
Los Andes, un puestero armando su de ese campo. El cerebro vive regis-
stand, muy ocupado: “¿cómo andás?”, trando momentáneamente a la palabra
lo saludo. “Por angora... dijo el gato”, proferida, y olvidándola de manera
respondió. Y por supuesto lo anoté, sucesiva e inmediata para poder dejar
y cualquiera lugar a otra cosa. Esa conexión es tan
El cine ha ganado un territorio que haya visto vaga, es tan inapresable que después de
y esto es muy bueno porque le mi última obra tener una conversación con alguien es
ha dejado al teatro todo el resto. Salomé de chacra, muy probable que podamos decir qué
Ha ganado el territorio del verá que ese es dijo, el sentido de lo que dijo, pero
relato, del realismo, el cine ha ahora uno de los seríamos incapaces de decir cómo lo
ganado en contar una historia, textos de la obra. dijo. La forma con lo cual se trans-
y como ahora en el teatro no ¿A qué viene todo mite el sentido en lo coloquial es de un
tenemos que contar historias, esto?: a que de esto carácter pasajero absoluto, es basura,
entramos en un campo extre- vivimos; el trabajo es desecho. Y el teatro se ha dedicado
madamente más placentero, del dramaturgo desde hace 2400 años a trabajar produ-
más libre, más creativo o más es un trabajo de ciendo poesía con esos restos.
provocador, más anti-sistema reciclado poético Más allá de cierta zona lírica, de cierta
al fin y al cabo, el teatro en este del material más zona de procesamiento poético y lite-
momento es una actividad de bastardo, del mate- rario que el dramaturgo hace sobre ese
ruptura para con cualquiera de rial más barato, texto, el texto teatral no deja de ser
las costumbres. del desecho más un desecho procesado, no deja de ser
despreciable que aquello que en términos de plástica
es la palabra en función coloquial. Creo llamamos ready made, aquella ocurrencia
que no hay nada que seamos capaces de duchampiana de tomar objetos encon-
producir con un carácter tan efímero trados, ready made, aquello listo, que ya
e insignificante como la palabra en está y exponerlos de manera tal que, en
función coloquial. su acto de exposición, cobre un nuevo
“Habla porque tiene boca” solía decir sentido en lo expresivo, en lo estético.
mi vieja. Producimos sin parar mate- Aquel famoso mingitorio invertido que
rial de un carácter absolutamente admite en una exposición oficial bajo

30
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

el título de “Fuente”. Por supuesto, cine ha ganado en contar una historia,


la academia escandalizada lo acusa de y como ahora en el teatro no tenemos
provocación y él responde aquello de que contar historias, entramos en un
que “la simple exposición de un objeto campo extremadamente más placen-
es arte”. Y basta mirar efectivamente ese tero, más libre, más creativo o más
objeto para descubrir otra cosa: desde la provocador, más anti-sistema al fin
capucha de un capuchino vacío a una y al cabo, el teatro en este momento
fuente. Ese mecanismo que con el paso es una actividad de ruptura para con
de los años se ha transformado nada más cualquiera de las costumbres. Seguirá
y nada menos que en el más productivo existiendo un teatro convencional,
mecanismo creador en la plástica. En la por supuesto, un teatro burgués que
dramaturgia desde siempre hemos traba- de alguna manera sigue generando
jado con ready made, continuamente modelos parecidos al cine, a la tele y
hemos estado tomando ese material a la realidad. Pero la verdad es que las
de descarte y procesándolo, exponién- grandes obras de teatro, las grandes
dolo, de manera tal de transformarlo obras de arte dentro del teatro son
en otra cosa. Lo que el público no sabe aquellas que han roto con ese modelo.
es que parte del inefable disfrute que El teatro, por fin en el siglo XX, se ha
tiene como espectador frente a la obra liberado de la carga de tener que pare-
de teatro no es solamente la percepción cerse obedientemente a la realidad,
del relato o la identificación y catarsis y por ello puede volver a lo que hizo
con lo que allí está sucediendo, sino durante veintitrés siglos, que es cele-
también ese otro placer del fenómeno brar con la palabra a la realidad poeti-
poético de lo coloquial. Es apasionante zada. Celebrarla tomando las palabras
el fenómeno de la percepción desde de la realidad y procesándolas de tal
este otro campo. manera que se transformen en una
En el siglo veinte al teatro, en cierto masa poética y cumplan la función
estado de competencia casi inevitable natural de lo artístico: tomar una
con el cine, se le empezó a exigir cierto realidad, procesarla a través de figuras,
parecido con la realidad. Y así se desa- de manera tal de que del otro lado, el
rrolló tanto el realismo naturalista receptor vea ahora esa realidad que
que, convengamos, es una especie de tiene frente a sí de otra manera. No hay
invento de este siglo, a mi entender forma de alumbrar la realidad como
absolutamente pasajero. Con el tiempo no sea distorsionándola y esto lo que el
el teatro se dio cuenta de que no podía arte ha hecho tradicionalmente. ¿Cuál
competir con el cine, de que no se es nuestra función como artistas? ¿Para
trataba de hacer lo mismo. Creo que qué estamos? ¿Para qué servimos? Yo,
el cine es el gran creador de historia, bueno, quizá me atribuyo una función
yo veo más cine que teatro, incluso, exagerada, –que no está mal al fin y
y disfruto mucho más del relato en al cabo: si encima que no ganamos
cine que en teatro. Que disfrute más mucho no nos valorizamos...– en fin,
no me hace peor espectador de teatro. a lo mejor es algo excesivo lo que voy a
El cine ha ganado un territorio y esto decir: pero creo que el arte es la respira-
es muy bueno porque le ha dejado ción de los pueblos. No encuentro otra
al teatro todo el resto. Ha ganado el manera de entender el fenómeno artís-
territorio del relato, del realismo, el tico que esa. Respirar en el interior de

31
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

la realidad es agobiante, es un espacio dioso y todos van a encontrar algo para


cerrado, hermético, en donde se nos disfrutar. Es un estudio sobre la impro-
termina muy rápidamente el aire. La visación, y él toma ahí un tópico (yo lo
realidad construye un lugar estanco, he usado mucho en clase y lo he publi-
como si nosotros selláramos esa puerta cado también porque me resulta muy
con cinta y se vaya agotando el aire. claro en relación a esto que estamos
¿Cuánto tiempo podríamos aguantar? charlando), respecto a los violines
La realidad ahoga. Cuando uno visua- Stradivarius. Esos violines considerados
liza una realidad todos los días, la como los mejores que algún taller de
única manera de romper esa mirada luthería haya construido alguna vez en
(“Romper el cristal de la costumbre”, el mundo. No existen en esta considera-
decía Proust) es a través de un modelo ción del registro sonoro, de la vibración,
que se nos presenta como alterna- de todos aquellos valores que hacen a
tivo, desde la sombra, en la pared de un buen violín, otros tan buenos como
la caverna, desde el cine, una poesía, los Stradivarius. Violines que han
una imagen en una obra de teatro. Es creado alrededor suyo toda una mito-
algo que irrumpe haciendo estallar la logía. Vayan a Google, la Enciclopedia
red conceptual y creando una nueva Británica de este siglo, y se van a encon-
hipótesis ¿Cuál es el mecanismo para trar con interminables mitos en rela-
que eso se produzca? ¿Cómo hace? ción al por qué de esa sonoridad. Cosas
Pues distorsionando la realidad, no rarísimas, incomprobables... Uno te
imitándola, y cuanto más grande sea dice, por ejemplo: “lo que pasa es que
el campo posible de distorsión mayor él taller había comprado una partida de
será esa posibilidad de creación que madera de un cedro del norte de Italia
tenemos los artistas. En eso el teatro que había vivido unas heladas atípicas
ha encontrado un mecanismo extraor- y que le habían dado a esa madera un
dinario en esto de tomar el descarte y temple absolutamente diferente a todos
convertirlo en otra cosa. los demás”. Otro te dice: “lo que pasa
Hay un librito que vivo recomen- es que en ese momento el gran despe-
dando, alguna vez me tendrían que lote de los instrumentos musicales era
pagar comisión (risas), Free play, la que se los morfaba la polilla; lo que
improvisación en la vida y en el arte de hizo Stradivarius es inventar unos
Stephen Nachmanovitch, un violinista baños metálicos, unos baños de sales
que hizo algo que deberían hacer todos metálicas que impregnaban la madera
los artistas: reflexionar sobre su propio de tal forma que después la polilla no
hacer y registrarlo. Acá voy a ponerme se la comía. Lo que él no sabía es que
un cacho zurdo, pero creo en la nece- con los años esas sales iban a crear
sidad de que los artistas reflexionemos una tonalidad metálica en el sonido
sobre nuestro hacer y que tengamos, de ese violín que los iba a diferenciar
como parte responsable, el deber de absolutamente del resto”. La verdad
transmitirlo. Me parece que la otra es que nosotros no lo sabemos, lo que
posición, eso de ser artista y vivir de sí sabemos y esto es lo que cuenta
cierta zona de misterio inabordable, es Nachmanovitch, y es de lo que estamos
medio canuta. Nachmanovitch escribió charlando, es que de todas las series de
un libro precioso, se lo podés regalar a esos extraordinarios violines hay dos a
un pibe de dieciséis años o a un estu- los que se les atribuye la condición de

32
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

ser los dos mejores violines que hayan esa madera, en realidad lo que descubre
sonado alguna vez en el mundo. Son es algo muy convencional: descubre que
Stradivarius pero son primus inter pares, ese remo para romperse por desgaste
son muchísimo mejores que cualquier necesito quizá diez años de estar en
otro Stradivarius. Nachmanovitch dice una góndola (pasando de la humedad
que sólo se sabe de estos violines que del agua al secado de la madera al sol y
comparten algo. Por lo tanto su calidad al rocío de la noche). Era una madera
extraordinaria es atribuible a eso que que había vivido un proceso de temple
comparten. Lo que comparten esos artificial involuntario, y no natural
dos violines es que su tastiera, la parte como lo viven todas las maderas, lo
donde se ponen los dedos (los que no que le confirió una condición preciosa.
tocamos violín la llamaríamos la manija Preciosa, entre otras cosas, porque aun
del violín), la tastiera de ambos está en términos de
construida en esos dos ejemplares con producción sería El artista no es otra cosa que
la misma madera y esa madera perte- carísimo encon- un reciclador cultural que
nece a un viejo remo roto que uno trar a un operario vive en estado de búsqueda
de los operarios del taller de luthería que se pase diez continua de aquella materia
encontró tirado al costado de un canal años mojando y con lo cual crear aquello otro.
de Venecia. El tipo iba caminado al secando incesan- Pero esa materia no es algo que
costado del canal, vio tirado un remo temente esa tabla. vaya a encontrar en la joyería,
roto; a quién carajo le sirve, ¿quién Uno podría pensar no la va a encontrar en lugares
recoge un remo roto? Seguramente en un emperador especializados. Cada uno de
el tipo hizo lo que haría alguien que que, así como nosotros trabaja también escu-
labura con madera: lo agarró, golpeó mando hacer chando al taxista, escuchando
un pedazo contra el otro, y escuchó el gran monu- al mozo de la confitería Plaza,
cómo sonaba. Se dio cuenta de que era mento o la gran escuchando al puestero de
una madera de buen temple. Se la llevó, pirámide, podría Parque los Andes.
talló con eso las dos tastieras y creó los poner a unos
dos mejores violines que hayan sonado tipos a que de por vida creen madera
alguna vez. Y aquí entra el dilema, la preciosa metiéndola y sacándola del
paradoja: esa basura ha generado dos agua y poniéndola al sol. No deja de ser
violines que además de ser los de mejor un proceso absolutamente atípico en
sonoridad, es muy probable que sean términos de producción convencional.
los más caros que existan en términos Pues bien, el artista no es otra cosa
de mercado. Si son los dos violines más que un reciclador cultural que vive
caros, esa madera ¿era madera preciosa o en estado de búsqueda continua de
era basura? Naturalmente, en términos aquella materia con lo cual crear
capitalistas, uno diría que era madera aquello otro. Pero esa materia no es
preciosa. Esa madera era un capital pero algo que vaya a encontrar en la joyería,
no deja de ser basura que estaba tirada no la va a encontrar en lugares especia-
allí. ¿Dónde está la diferencia? La dife- lizados. Cada uno de nosotros trabaja
rencia está en la capacidad de recono- también escuchando al taxista, escu-
cerla, la diferencia está en la capacidad chando al mozo de la confitería Plaza,
de un artesano, un artista, un creador escuchando al puestero de Parque los
de descubrir en el desecho su valor tras- Andes. Continuamente estamos en la
cendente. Cuando este tipo descubre búsqueda de esa materia a la que, por

33
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

un proceso bastante convencional le el hacer con la materia... Es como el


otorgamos otro sentido. Estoy lejos alfarero, hay un acto básico en él que es
de ser un filósofo como para hablar el placer de agarrar barro, de tocarlo, de
de ciertas cosas, pero si me permiten apretarlo. Si vas a un taller de alfarería
la puedo chamuyar; nosotros sabemos y te dan un poco de barro para amasar
que en los dos grandes campos, lo y sentís asquito, nunca vas a poder ser
sagrado y lo profano, lo profano es todo un artista en esa materia. En principio
lo que tiene que ver con la produc- en todas las artes y oficios lo que hay
ción y lo sagrado es aquello que nos es un gran placer por el contacto con
saca de ese estado de producción, que la materia.
nos eleva y que, entre otras cosas, nos Todos los artistas tenemos cierto
permite aquella respiración de la que amor por la materia con la que traba-
hablábamos. Para que algo pueda pasar jamos. Si no hay amor por la palabra
al campo de lo sagrado debe perder en estado coloquial es muy difícil que
el carácter de lo profano, su utilidad, puedas escribir teatro, podés escribir
debe dejar de ser útil. Nosotros vivimos otra cosa, pero el teatro se manifiesta
trabajando sobre aquello que ha dejado en estado coloquial. Es allí y por
de ser útil: la palabra proferida en eso donde propongo a los alumnos:
función coloquial deja de ser útil tan “salgan a enamorarse, salgan a buscar”.
rápidamente que es la gran factoría, la Para mucha gente es una sorpresa
gran productora, basta salir a la calle absoluta descubrir que si sale a hacerlo
para encontrarla de la misma manera y empieza a recortar puede encontrar
que este operario del taller de luthería alguna materia con la que trabajar.
sale a la calle en busca de maderas que Y acostumbrar al oído a reconocerla
tengan cierta condición. Nosotros y generarla. Y acá viene el fenómeno
vivimos así, este es nuestro mecanismo. del soporte; soy un apasionado de las
En mis clases, a veces, propongo regis- libretitas. Vivo comprando, vivo reco-
trar el material coloquial, salir a hacer rriendo los mercados de pulgas para
ready made, llamamos así incluso al comprar viejas libretas de almacén,
ejercicio. Concretamente tomamos esa la mayoría están un poquito usadas.
analogía duchampiana y les propongo Siempre les conservo las páginas
que salgan a cazar fragmentos colo- usadas y escribo en el resto. Estas
quiales en los cuales encuentren cierto libretitas –sea como fuese la que elijas–
estado de belleza y de trascendencia. son las máquinas de fotos con las que
A veces es inseparable de su propia laburamos los que vivimos haciendo
condición, a veces “vivo rompiendo este registro que es tan efímero, tan
lamparita izquierda” es inseparable de fugaz, y que si no lo fijamos en el
este taxista triste, un señor que fuma mismo momento, la parsimonia de la
en un taxi viejo. Pero muchas veces no que hablábamos se encarga de borrarla
hace falta la imagen, a veces la palabra inmediatamente. Yo que morfo de eso
crea algo en su propio estado de a diario, lo que les propongo como
pureza. No podemos transformarnos primera cuestión es agarrar la libretita
en dramaturgos hasta que no apren- y registrar. Traje como ejemplo una
demos a disfrutar de la materia ¿Cuál pequeña selección de esos ejercicios.
es la materia con la que laburamos? La Los hay de distintas características,
basura coloquial. Si no podes disfrutar siempre digo que es como ir a pescar.

34
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

Se te escapan del anzuelo. Salís a escu- simplemente como “lo que dicen
char y cuando lo querés registrar te los actores”, se ha aceptado la hipó-
quedó la idea, es horrible, yo sé qué tesis de que ese texto es como una
dijo pero el atractivo estaba en cómo especie de melodía general, una tota-
lo dijo, no en qué. Es como si yo ahora lidad, sin comprender que cuando se
dijese, respecto a nuestro taxista, que él examina un buen texto, digo si vos
dijo que a él “a diario se le quemaban leés a Shakespeare, lo que encontrás
las bombitas de las ópticas del lado no es sólo un total sino que registrás
izquierdo del Chevrolet”. A la mierda en realidad la belleza de fragmento
la belleza, ¿dónde quedó toda ese más fragmento más fragmento. Que
atractivo extraordinario y la concen- hay algo de la pequeña construc-
tración de “vivo quemando lamparita ción que tiene algo fractal, donde lo
izquierda”? Se va al demonio porque pequeño representa lo grande y lo
registro la idea pero pierdo el verda- grande representa lo pequeño. Y hay
dero soporte que es este acto de cons- tanta belleza en
trucción espontánea de sentido y un fragmento Muchas veces, por esa condena
belleza que tiene lo coloquial. de Shakespeare de que al texto teatral se lo
Bien, comparto los ejemplos. Son de como en reconozca simplemente como
ex alumnos de muy distintas camadas. Hamlet, hay una “lo que dicen los actores”, se
Acá tengo un registro muy lindo. Lo hizo frase de Hamlet ha aceptado la hipótesis de que
en su momento Claudia Piñeyro, que que es tan bella de que ese texto es como una
antes de novelista fue guionista y drama- como el Hamlet especie de melodía general,
turga y parte de nuestra clase. Son dos mismo. El teatro una totalidad, sin comprender
viejas que hablan y una le dice a la otra: también se hace que cuando se examina un
de este descu- buen texto, digo si vos lees a
Mujer uno: —Qué cosa, ya tengo brimiento de lo Shakespeare, lo que encontrás
hambre. pequeño, de que no es sólo un total sino que
Mujer dos: —¿Comiste al mediodía? no es simple- registrás en realidad la belleza
Mujer uno: —Pescado comí, por mente un sonido, de fragmento más fragmento
eso, a mí el pescado no me guarda el un suceso, que se más fragmento.
hambre. extiende a través
de toda una escena u obra, sino que
Es una construcción espontánea de cada parlamento puede tener esa
una elocuencia... No sé, como si el condición de belleza. Algo de eso
hambre fuese una especie de bestia a la busca generar este ejercicio.
que la comida copiosa pudiese guardar. Acá hay otro fragmento que me gusta
Como si: “me sale la bestia” voy a los mucho. Guarango y rico. Tengo
tallarines a la bolognesa y el hambre debilidad por las guarangadas. Creo
me lo guarda bien, pero el pescado en que a veces para despertarnos cuando
cambio no, es un guardián debilucho. la sonrisa no alcanza es imprescin-
Y es cierto, comés pescado y a las dos dible la carcajada. En ese sentido
horas decís: “¿no hay fruta?”. Siempre “San Capusotto” ha venido a traer paz
tenés ganas de completar con algo. La a mi espíritu desde hace varios años,
metáfora es perfecta. le tengo una enorme admiración a ese
Muchas veces, por esa condena de tipo. Este fragmento, decía, es de un
que al texto teatral se lo reconozca alumno, Bertrand Crucci:

35
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

En el interior de un bar que está por otro lado estamos hablando de lo


en Plaza Italia, frente a la Feria inefable. Porque si ahora quisiéramos
del Libro, el heladero de la esquina hacer el esfuerzo de descubrir dónde
le habla a un lavacopas que lleva radica el poder de la imagen es muy
pedidos a la Feria: probable que no logremos explicarlo.
Sí, vos seguí así que así te va a ir en Pero hay algo en esa imagen triste “te
la feria del libro: te van a culear en van a coger como a perrito marrón”.
el stand de Emecé. ¿Por qué debería ser marrón? Tiene lo
inexplicable de la poesía y eso es parte
Es de una belleza y de una condición de su atributo, porque la sorpresa es
provocativa tan desmesurada, tan justamente que no sea explicable. Si
graciosa... Si conocés los libros de Emecé no sería simplemente una compara-
entenderás porqué. Que te culeen ción, una obviedad. Y es muy pode-
en Eloísa Cartonera, ponele, vamos, roso esto. El habla popular está llena
cumbia, dale (risas), pero en Emecé... de estas cosas, el problema es que las
Una imagen apocalíptica. Cada vez que mejores se repiten, y como toda metá-
voy a la Feria del Libro y paso por el fora en su propia reiteración empiezan
stand de Emecé, me imagino la escena a perder ese poder provocador.
y no puedo parar de reír. Este otro caso es de Verónica
Esta otra imagen es de una alumna Hernández. En un grupo de cinco
abogada, Mariela Mosnain. Transcurre adolescentes sentados en la vereda
en tribunales, en la mesa de entradas de Palos y Wenceslao Villafañe, en
de un juzgado. Una abogada le habla a La Boca, todos hablan desordenada-
un empleado detrás del mostrador: mente y de pronto hay un silencio y
uno dice:
Cada vez que te piden un expediente
ponés cara de místico ¿dónde está el ¿Vamo’ a buscar un poco de flagelo?
mío, en el purgatorio?
Por un lado es cómico y por otro es
Esto es teatro, este es el verdadero poder absolutamente conmovedor. Porque
del teatro. Esto como texto teatral, van a comprar droga y usan paródi-
como fragmento, tiene un valor, es un camente el lugar común de la prensa
texto de comedia muy poderoso. sobre el tema: la droga es el flagelo de
Esta es otra guasada registrada por la juventud.
Fernanda Pichioni, muy poderosa Éste es de Luciana Dulitzky, se lo
como imagen. Una chica le dice a escuchó a su abuela. La abuela le dijo
otra, en alusión a una situación de un día, y ella lo registró:
riesgo sexual:
¿Luciana sabés qué es lo malo de la
Te van a coger como a perrito vejez?: se me va todo el día en atender
marrón. a la vieja.

Es lamborghiniano: como el niño Fíjense qué construcción poética, para-


proletario, el perrito marrón, es lo que dójica, cuando empezamos a entender
está en condición de ser abusado. Por que hay un momento donde empe-
un lado estamos hablando de poesía y zamos a ser dos. “San Tato Pavlovsky”,

36
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

que es otro de mi santoral, dijo y ha de lo muerto en relación a los globos...


escrito un par de veces: “la edad no tiene algo de Las criadas de Genet, que
se siente tanto en el sexo como en las despliega esa mirada sobre la realidad
rodillas”. El otro día empecé a subir donde lo interesante no está en qué
una escalera y me empezaban a doler dice sino en la combinación extraor-
las rodillas y me decía: “la puta que te dinaria entre qué dice y la forma en
parió Tato” (risas), subía agarrándome que lo dice. Cualquier libro de socio-
de cierta manera para que no duela. logía podría explicar la relación entre
Y recordé esta frase: “estoy ayudando patrona y mucama, pero hay algo en
al viejo” me dije. ¿De dónde sale esa la percepción de esta pequeña forma
frase magnífica? Una vez más: de que es elocuente por sobre encima de
ese desecho, de ese descarte, de ese su sentido científico.
reciclado, en este cartoneo cultural
que han hecho estos alumnos, y que
cuando va a parar a una obra, por estas
cosas del arte se transforma, ahí sí, en
un material trascendente.
Otro ejemplo. Lo recopiló Natalia
Moret. Transcurre en una gran casa, en
un country. Una señora, en sus cuaren-
titantos, dueña de casa, alecciona a la
mucama uniformada, joven y bella:

¿Vos dejarías un pajarito muerto


tirado en el comedor? ¿Entonces por
qué dejás los globos pinchados? Vos
no tenés la culpa de que los globos de
las nenas estén muertos, pero si los ves
muertos, los llevás a la basura. Porque
si no esos globos hablan mal de vos.
Esa zapatilla de Manuel en el medio
del living, ¿vos querés que esa zapa-
tilla también me hable mal de vos?,
¿que me llene la cabeza? Vos a todas
las cosas le buscás un lugar; después
capaz que vengo yo y te cambio todo,
pero vos le encontrás un lugar. Mirá Para ir terminando, éste lo aportó Mauricio Kartun,
por Marcelo Huici
ese florero de plata qué triste está, ¿lo Laura Azcurra:
ves? Mariana esta es tu casa, si esto
brilla, vos también brillás. Dos coches chocan y un conductor
le grita al otro: “¿Qué hacés boludo?
Bien, tomando la hipótesis fractal, si ¿Perdiste la cabeza en el bronceado?”.
yo agarro este cacho y lo desarrollo en
un monólogo, mirá lo que surge de este Esto es recorte de basura coloquial que
desarrollo. “Si esto brilla, vos también ha alcanzado, en este acto de lectura
brillás”. Tomar la hipótesis de lo vivo y un módico valor trascendente, que ha

37
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

producido la risa, esa especie de curiosa nosotros llamamos el ser nacional,


manifestación de lujo, sin utilidad la constitución de ese ser nacional
aparente, no sabemos para qué demo- armado en una mirada inmoral, en
nios sirve. El hecho de que ustedes se esa pulsión ácrata del Discépolo de los
hayan reído ya le da sentido a esto, y veinte. Yo vuelvo mucho a Babilonia,
esto no es otra cosa que recoger remos vuelvo porque en una hora de obra
rotos al costado de un canal. Esto es cada uno de los personajes tienen un
lo que hacemos los dramaturgos. Por aria, tiene su “pasaje de bravura”, su
supuesto cuando uno ve después una momento importante, están equili-
obra armada con estos fragmentos, brados, tiene humor, tiene un buen
encuentra además de estos pequeños argumento y es muy corta. Tiene algo
fragmentos, la enorme totalidad prodigioso. Pero si me la tuviese que
surgida de la improvisación, pero ese imaginar en términos físicos, me la
registro coloquial es el que va creando imaginaría como un enorme monu-
la oreja para que la totalidad sea armó- mento hecho de desechos, trash. El
nica en su polifonía. Para que afine. concepto de garbage, hay algo de lo que
Una obra de la que soy fanático es el arte viene haciendo cuando toma el
Babilonia de Armando Discépolo. desecho y produce algo a partir de eso.
Creo que hay en ella cierta condición Cito un pasaje de memoria que para
iconoclasta, cierta impiedad brutal, mí es el non plus ultra de la conden-
y a la vez cierta perfección formal en sación dramática: dos mucamas, una
hacer una obra madrileña y una cordobesa. Es una
Las digresiones son el espacio de una hora, parte de esa obra que en el oficio
que los dramaturgos solemos en donde hay llamamos “digresión”, no hay acción,
utilizar estratégicamente para quince perso- no está el conflicto ahí. De pronto
colocar el índice, lo que está najes y donde dos personas hablan de algo que
indicado, lo que está afuera, cada uno tiene aparentemente no tiene que ver con
la extraescena y el pasado, el su gran pasaje; el relato central. Las digresiones son el
yeite que tenemos para trans- es una pieza espacio que los dramaturgos solemos
formar un relato en una obra única del teatro utilizar estratégicamente para colocar
de teatro. Una obra de teatro argentino. Jodo el índice, lo que está indicado, lo que
no es otra cosa que una novela bastante con está afuera, la extraescena y el pasado,
de contrabando, la gente no se esto: los argen- el yeite que tenemos para transformar
aviva, pero es una novela de tinos tenemos el un relato en una obra de teatro. Una
civil, digamos. Baile Nacional, obra de teatro no es otra cosa que
tenemos la Flor una novela de contrabando, la gente
Nacional, tenemos el Árbol Nacional, no se aviva, pero es una novela de
hasta la Piedra Nacional que es la civil, digamos. Parte de esa novela
rodocrosita. Es muy curioso que no la podemos desarrollar en acción
nunca, entre la gente de teatro, haya entonces la metemos en digresión.
aparecido la hipótesis de nombrar la Vuelvo a Babilonia: entonces, hay
Obra de Teatro Nacional. Yo haría una pequeña digresión de las dos
campaña por Babilonia. Me parece mucamas, Lola y China. Lola es la
que en pocas obras está tan conden- española y China es la cordobesa, y de
sada cierta hipótesis tan elocuente e pronto están sirviendo una mesa y de
inconformista en relación a eso que la nada Lola le dice:

38
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

¿Qué no has querido? Si has papelito donde anoté los temas de


querido, ¿por qué no contestas? los que quería hablar. Voy a dejarlo
¿Amor verdad? Amor, ¿por qué no de lado, así que ahora abro a las
contestas? ¿Señorito verdad? Seño- preguntas que quieran hacer y los
rito, por qué no contestas? ¿Perro?, comentarios sobre esto.
perro como todos.
Público: ¿Cuál es el lugar de la
Y la cordobesa contesta: crítica y la teoría si el dramaturgo
trabaja con el lenguaje coloquial
Me echaron. como materia?

Y Lola replica: Kartun: El hecho de que busques en


la basura no te exime de la responsa-
Y yo me vine a América. bilidad de leer a Niezstche. Nosotros
estamos hablando de una materia a
Ustedes fíjense la poderosa economía la cual procesamos. No hablamos de
de recursos con la cual alguien, en aquello que de alguna manera acota
una veintena de palabras metidas en y da forma y profundidad al mate-
el medio de un texto consigue relatar rial. Por supuesto que no. Yo también
el destino de esas mucamas: ser carne creo en esa otra necesidad, creo que
de iniciación sexual del niño de la casa, el artista se hace en la búsqueda de
vivir la fascinación por este hombre referencias, en la angustia del intentar
y luego de ser despedidas porque se comprender. Por lo tanto las dos cosas
transforman en un problema. Las dos son absolutamente complementarias.
habían tenido la misma historia. Es Estoy hablando de todo esto en el
una obra dentro de la obra. Se podría Museo de la lengua, de la palabra, justa-
escribir con eso otra obra, a la manera mente porque esto es el que compete a
de aquella Rosencrantz  y  Guildenstern la charla, pero por supuesto no dejaría
han muerto, de Stoppard, ¿Y de dónde afuera ninguna de las otras categorías.
habría salido? De un pequeño frag- No obstante es interesante pensar una
mento hecho de palabras, armado en un cosa. Creo que todo aquello que los
diálogo, algo que a lo mejor si nosotros artistas incorporamos por el campo
escuchamos en la realidad ni siquiera del deseo pasa a ser materia procesable
seríamos capaces de registrar, y que y procesada después en lo artístico.
cuando una vez más separamos y desta- Creo fundamentalmente en esto, en la
camos, se transforma en un argumento búsqueda del y desde el deseo. En lo
teatral posible. Babilonia está hecha en que no creo tanto es en la necesidad,
su totalidad de estos fragmentos tras- creada por la academia, de la incor-
cendentes, los cuales creo que alguna poración forzosa y forzada de ciertos
vez habría que someter a una lectura conocimientos. Me parece que ahí
cabalística. A los que habría que leer en efectivamente existe una distorsión:
su condición de fragmento, como ese pensar que porque la crítica utiliza
cabalista que a veces pasa años leyendo determinadas categorías para analizar
un mismo pasaje de La Biblia. un texto, el dramaturgo debería tener
Bueno, creo que para introducción acceso, conocimiento y utilización de
me fui a la mierda, y ni llegue al los mecanismos y procedimientos de

39
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

esa crítica. Ese es un malentendido. Yo Público: En la exposición hiciste una


creo que el artista incorpora por donde diferencia entre lo vivo y lo muerto
quiere, puede y por donde necesita. en el teatro. ¿Cómo se distinguen?
A mí me gusta lo tribal del artista, ¿Cuál es la vitalidad del teatro, y en
creo que nosotros tenemos una cate- su reverso, su aspecto mórbido?
goría de tradición y saber diferente.
Nosotros siempre jodemos en drama- Kartun: Esta distinción seguramente
turgia, decimos que lo que hacemos la tomé de alguna de las categorías de
es contra natura porque trabajamos Peter Brook, del concepto del teatro
de una manera absolutamente dife- vivo y del teatro muerto. El teatro es
rente a como disfruta el poeta, a como muchas cosas, el teatro es tantas cosas
disfruta el narrador. Nosotros somos que no se lo puede reducir ni a una
coloquiales: siempre jodemos con que finalidad ni a una función. Y entre esas
un día hay que organizar la marcha cosas es una costumbre, un fenómeno
del “orgullo coloquial”; hay algo de lo cultural y social. Hay un teatro al que
tribal. Entre los artistas también hay en realidad le alcanza con provocar el
categorías comunes que nos diferen- hecho social, el fenómeno mismo de la
cian y está bueno pensar esto. gente que va, se sienta, ve algo, acepta
Nosotros funcionamos de una manera que eso es teatro, influenciada por el
muy particular; está muy bueno todo hecho del prestigio que eso tiene, y sale
lo que podamos incorporar siempre sin disfrutarlo pero con la sensación de
que lo hagamos desde el deseo, o haber cumplido la visita higiénica al
la necesidad, nos pasamos la vida escenario. Como quien se va a hacer el
haciéndolo continuamente, buscando Papanicolaou, o el tacto rectal: era una
nuevos materiales, nuevas referencias, cosa que había que hacer. Hay gente
pensamientos y pensadores, nuevas que siente que había que ir al teatro,
gráficas, todo sirve. Pero todo sirve en los teatros oficiales se ve mucho,
en tanto despeje tu camino, no en se ve en todos lados pero hay zonas
tanto cree el donde se nota más. El teatro muerto es
Hay un teatro al que en realidad camino que un teatro que simplemente repite las
le alcanza con provocar el hecho necesita y marca formas del teatro, hay actores, hay un
social, el fenómeno mismo de la institución; el texto, una escenografía, y el público
la gente que va, se sienta, ve camino lo hacés lo acepta resignado porque le dijeron
algo, acepta que eso es teatro, vos. Una vez más que eso está vivo. ¿Por qué lo cree?
influenciada por el hecho del volvemos al viejo Porque los actores desde hace siglos
prestigio que eso tiene, y sale concepto: uno aprendieron a mover el cadáver, como
sin disfrutarlo pero con la es el poeta que una marioneta, de una manera más
sensación de haber cumplido la puede y no el o menos verosímil. Entonces agarran
visita higiénica al escenario. poeta que quiere una pieza que está muerta, en una
y esto es lo puesta que está muerta, sin proponerse
bueno, asegurarse esa hipótesis de otra cosa que moverlo como si fuese un
ser el propio poeta. Y el propio poeta títere y que parezca, más o menos, que
sabe lo que necesita: puede necesitar está vivo. Y la gente sigue yendo, aun
un remo roto o una cuerda de elabo- cuando no es atravesada, ni conmovida
ración industrial sutil. No hay cate- realmente por el rito del teatro. No se
gorías en esto, insisto, no hay. produce el fenómeno contracultural

40
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

que implica siempre la recepción de condición trascendente. No porque


una obra poderosa, siempre contrasis- yo descrea del poder del entreteni-
tema en tanto te muestra la realidad miento, yo creo mucho en el entre-
de una manera diferente a la que uno tenimiento, creo en ese poder que te
ha incorporado en el lugar común de tiene atrapado entre los límites de su
lectura de esa realidad. No se produce, discurso por una fracción de tiempo.
pero uno lo acepta porque es una tradi- Ahora, lo interesante es que eso suceda
ción cultural. Como cantar el himno para inyectarte algo trascendente.
pensando en café con leche. Pero, por Cuando se trata de una cuestión de
el otro lado, está esa situación donde entretenimiento sin trascendencia
sos atravesado por la obra, donde a eso se transforma en un pasatiempo.
veces una actuación te conmueve real- Cosa horrorosa, con lo escaso que
mente. Muy diferente a aquella otra está el tiempo ¿no? A mí me parece
del teatro muerto, donde como dice que es interesante reflexionar porque
un amigo “hay actores que no actúan, todos los artistas, todos, pasamos por
apenas se comportan”. Cuando vos vas el teatro muerto. Todos hemos gene-
a ver ese teatro vivo, una gran actua- rado, a veces, material muerto o nos
ción, una gran obra, un gran texto o han matado una obra en una puesta
una gran puesta, y efectivamente sos o, al revés, a una obra muerta una
atravesado por eso, conmovido en su buena puesta la ha revivido. Es inte-
sentido literal, movido con, el fenó- resante que tengamos percepción de
meno que se produce, lo que te queda eso, porque sino entramos en cierto
adentro, trasciende mucho al mero estado omnipotente de creer que todo
instante de la recepción. El otro día lo que hacemos trasciende o todo lo
en una nota que escribía decía algo así: que hacemos tiene sentido y por cierto
“el teatro que sirve, el teatro vivo, es no es así. Seguramente me refería a
aquel que sobrevuela la milanesa”. Si eso. ¿Qué más? Vamos a hablar de
vas a comer después del teatro y ahí negocitos (risas)...
arriba de la mesa está la obra, si no
podés dejar de evocarla y hablar de Público: En cierto momento desli-
ella el teatro ha cumplido la función. zaste una crítica al realismo natu-
A eso me refería con esto de teatro ralista. Es interesante porque acá
vivo y teatro muerto. En todas las es algo muy frecuente en el campo
artes existen estas categorías pero en actoral. Y cuando vemos los actores
el teatro se ve mucho porque hay algo anunciados, ya nos preparamos para
de creer que el teatro es simplemente saber, de antemano, el tipo de perso-
un mecanismo, entonces yo produzco naje que van a representar...
el mecanismo y estoy haciendo teatro,
pero ¿estoy haciendo teatro?... Sí, pero Nosotros tenemos una tradición que
teatro cadáver, no tiene vida, no tiene por un lado es una bendición y por
ánima, no está animado, no tiene alma, el otro lado una condena, y es que
simplemente es la recepción de algo Argentina es el país de América Latina
que pasa frente a vos y entonces en en el que, a partir de una circunstancia
el mejor de los casos se transforma en azarosa, más y mejor se ha desarrollado
un pasatiempo. Lo artístico tiene otra la actuación realista naturalista: reci-
condición, lo artístico tiene siempre bimos barcos que venían de Europa y

41
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

antes de pasar para otro lado paraban los actores capaces de hacer otra cosa
en Buenos Aires, y muchos inmigrantes que ser “verdaderos”. Sin entender que
se bajaban acá. Entonces nosotros reci- la verdad en la actuación es un medio,
bimos una inmigración muy interesante no un fin. Que el verdadero objetivo
de gente que manejaba Stanislavski es mentir bien, ser lo suficientemente
en primera o segunda generación. verdadero como para que alguien crea
Que lo tenían en el cuerpo. Galina una mentira desmesurada, algo que
Tomacheva, Heddy Crilla, Oscar nada tiene que ver con la realidad. El
Fessler, mi maestro. Tipos que mane- actor que es capaz de hacerte creer esa
jaban mucho el método, que conocían desmesura es un poeta, es un artista
muy bien y fueron a la Argentina o a que deja de trabajar de manera literal,
Estados Unidos. En Estados Unidos se que es lo que te propone el realismo,
transforma en Strasberg, Actors Studio, y empieza a trabajar de manera meta-
acá la Crilla forma a Alezzo, a Durán, fórica, empieza a trabajar desde cierta
a Gandolfo y a Fernández, y ellos a la composición física que no se parece
vez lo forman a Lito Cruz, a Chávez, a la realidad pero la celebra poética-
etc. Y esto, lo que crea es la presencia mente. Yo intento laburar con esos
de un actor que actores poetas. No sabría dirigir si
El actor que es capaz de hacerte maneja muy bien no tengo cuatro poetas, cuatro tipos
creer esa desmesura es un las convenciones a los cuales, por tomar otra cosa que
poeta, es un artista que deja de del realismo. decimos en la jerga, le tirás un hueso
trabajar de manera literal, que Claro que genera y te hacen un perro. Yo trabajo con
es lo que te propone el realismo, entre nosotros un Osqui Guzmán, por ejemplo, porque
y empieza a trabajar de manera malentendido: Osqui hace el truco. Cualquiera que
metafórica, empieza a trabajar creer que el mejor vaya a ver Salomé de chacra saldrá
desde cierta composición física actor es aquel que sorprendido por la capacidad de ese
que no se parece a la realidad es verdadero. En tipo que hace algo con un texto, lo
pero la celebra poéticamente. el realismo natu- desarma, lo rearma, lo combina en un
ralista el obje- movimiento y a la vez produce con su
tivo es ser verdadero y entonces todo cuerpo una figura poética. De pronto
el esfuerzo está puesto en la verdad. en una escena empieza a reproducir
Se santifica la verdad. Acá tenemos la en su brazo el baile sensual de una
preeminencia de este tipo de actor, que odalisca. Un brazo que baila. El otro
a la vez es muy reclamado en la tele y en día vino una amiga odalisca, profesora
el cine, especialmente en otros países de de danzas árabes, y me decía asom-
habla hispana. No es casual que muchos brada: “lo hace mejor que cualquiera
maestros de teatro en España sean de mis alumnas”. ¿Cómo se llama eso?
argentinos, porque manejan bien esa Cómo llamaría el Actor’s Studio a la
convención frente a un teatro en el que capacidad de hacer una odalisca con el
predomina la actuación más clásica del brazo. Ese actor es el actor que cuando
teatro romántico, una actuación más hay que llorar se ríe. Ese es el actor que
lírica, por decirlo de alguna manera. trabaja justamente de sobre pique, no
Eso que a nosotros nos ha creado una apoya la pelota toma distancia y patea:
zona de mucho prestigio, también nos la agarra cuando viene y hace algo que
ha creado una zona de pérdida muy vos decís cómo lo hizo, de dónde la
fuerte y es que hemos ido perdiendo a saco, de dónde la agarro. Ese es el poeta.

42
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

Con esos queremos laburar todos los voseo o neutro? Yo recién este año
directores, porque justamente son aque- hice una adaptación de clásicos en que
llos que, en principio, saben romper la utilizo el voseo, Recordando con ira,
red conceptual del material, percibir en de Osborne, en el San Martín. Tuve
él algo que no está presente en el texto. siempre la sensación de que los textos
Reitero aquello de Proust hablando del de traducción pasados al voceo, en la
arte o de la poesía: “rompe el cristal de medida en que se porteñizan, toman
la costumbre”. El gran actor es el que una forma equívoca. Yo siempre
rompe ese cristal, aquel que es capaz de trabajé en un neutro, un invento
romper el oficio. Se confunde mucho nacional para que el texto sea lo sufi-
arte y oficio. A veces parecería que un cientemente ambiguo como para que
tipo que tiene mucho oficio ya es un nunca sea lo uno ni lo otro, en el
artista y no se entiende que son catego- que no está presente el tú y no está
rías diferentes. El oficio es la capacidad presente el vos. “Tú deberías ir”,
de resolver de manera espontánea, a puede expresarse como “deberías ir”
partir de mecanismos incorporados en y ya es neutro.
el cuerpo, las dificultades que propone Esto es lo que La función de nosotros los
tu tarea. Ese es el oficio. En el arte hay he hecho yo con artistas no es solamente crear
una voluntad trascendente que está por casi todas las una obra de arte para el espec-
sobre encima del oficio, el oficio es un a d a p t a c i o n e s . tador sino crear un espectador
medio por el cual uno puede producir Con el paso del para la obra de arte. Me empecé
arte o simplemente puede producir tiempo empecé a a preguntar si estas obras no
sus procedimientos. El arte es un plus. ver que algunos habían creado un nuevo sujeto
Cuando producís solamente oficio dramaturgos y para el objeto, es decir, si no
estás generando ese teatro muerto del directores hacían estaba pasando que ahora el
que hablábamos. Un muerto en el que sus versiones espectador medio porteño
hay únicamente mecanismos efectivos. voseando y que había producido adentro suyo
Uno puede admirar cuánto oficio hay de a poco yo ya una conversión de norma en la
ahí, qué bueno, qué solvente que es, no la pasaba tan que ya no le molestaba.
no se equivoca nunca la letra o qué mal ahí como
simpático es el tipo que está atrapado espectador. Ustedes saben que hay
en esa vidriera, tras ese cristal. Está el una hipótesis muy poderosa en rela-
otro que es el que lo rompe. ción al sentido del arte, Marx lo
define de una manera muy precisa y
Público: ¿Qué es lo que pasa en muy sintética: “el arte no sólo crea un
referencia al lenguaje cuando se objeto para el sujeto sino que crea un
hacen las adaptaciones de las obras? sujeto para el objeto”. La función de
¿Cómo se trabaja con esa diferencia nosotros los artistas no es solamente
en el habla? crear una obra de arte para el espec-
tador sino crear un espectador para la
Hay muchas hipótesis. Te contesto obra de arte. Me empecé a preguntar
en función de mi propia experiencia. si estas obras no habían creado un
Frente a la adaptación de una obra nuevo sujeto para el objeto, es decir, si
extranjera siempre hay un primer no estaba pasando que ahora el espec-
despelote, primer dilema (otro más tador medio porteño había produ-
de los quilombos argentinos): ¿Tuteo, cido adentro suyo una conversión de

43
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Conferencias

norma en la que ya no le molestaba. viendo no es la realidad sino esa otra


No obstante, y volviendo a lo ante- hipótesis que el personaje arma sobre
rior: cuando hacés neutro, la mejor su realidad. Esto el teatro contempo-
manera de liberarte del despelote es ráneo lo ha hecho muy bien. Chéjov
usar el “usted”, porque siempre es lo ha hecho de una manera extraor-
neutro. Si vos mirás mis Tennessee dinaria, los personajes no son lo que
Williams o mis son sino que son lo que no son. Hay
Si el lenguaje nuestro es S h a k e s p e a r e , una hipótesis que me gusta mucho,
ropaje, si continuamente vas a encontrar esa que dice: “de cerca todos somos
todos estamos actuando, todos mucho usted locos”. Creo que una de las virtudes
construimos un lenguaje que, porque es más del realismo ha sido ver todo con lupa,
de alguna manera, nos da la fácil, porque entender que de lo que se trataba era
pauta no de quiénes somos siempre que de acercar el lente lo suficiente como
sino de quiénes queremos hay un usted para poder descubrir en los detalles los
ser. Yo te diría que es inevi- no tengo que mecanismos de esa locura, lo que uno
table que en el teatro esto esté dar esa vuelta. llamaría el subtexto, la profundidad
presente y que nadie lo maneja Obviamente si del personaje, en la que, viendo la
mejor que el teatro. incluir el usted obra, puedo ver el ropaje y el desnudo
supone virar la sin que me lo explique. Cuando esto se
interlocución a una cosa inverosímil, produce, el teatro es inefable.
es una cagada, ya no tendría sentido, Tomo otro de mis favoritos que
pero en líneas generales sobre todo alguna vez adapté, El zoo de cristal de
cuando hablás de obras que trans- Tennessee Williams, que es una de esas
curren en el pasado, o en un pasado obras que siempre andan dando vuelta
reciente, hay algo de la forma del por los cursos, y como todo lo que está
usted que se sostiene bastante bien. muy repetido suele perder valor, pero
yo considero que es una obra extraor-
Público: Se sabe que toda persona dinaria y no es otra cosa que eso, es una
es una dualidad, que es realidad y lupa por donde vos empezás a mirar, a
apariencia, que a veces es cuerpo y a ver cerca ese universo. El personaje de
veces es ropaje. ¿Es capaz de manejar Tom lo podés ver de veinte maneras
el teatro desde su texto esa dialéctica? diferentes, cada vez que lo ves es otra
cosa y lo que tiene de extraordinario es
Kartun: No es “a veces”. Siempre es que él nunca lo termina de desnudar.
ropaje. Si el lenguaje nuestro es ropaje, Si querés desnudalo vos, parece decir.
si continuamente todos estamos Yo digo, ¿es homosexual Tom? Todos
actuando, todos construimos un los directores se lo preguntan, por
lenguaje que, de alguna manera, nos da qué, porque no hay ninguna informa-
la pauta no de quiénes somos sino de ción expresa. Tennessee Williams no
quiénes queremos ser. Yo te diría que dice esto es así, y sin embargo hay algo
es inevitable que en el teatro esto esté del personaje, de su comportamiento
presente y que nadie lo maneja mejor que hace que yo pueda atribuirle esa
que el teatro. Tal vez lo más interesante condición. ¿Por qué Tom se va de
es la puesta en abismo que produce, su casa? Se va porque no puede vivir
que efectivamente uno vea que cuando con libertad su sexualidad, por eso se
está presenciando una obra, lo que está raja. Su madre le dice a Laura: “vas a

44
LA BIBLIOTECA
Conferencias N° 12 | Primavera 2012

terminar viviendo con la mujer de tu ante todo a la institución por convo-


hermano”. Esta especie de negación y carme. Uno sabe que algunas cosas que
de puesta en deseo de lo que la madre hacemos los artistas calzan muy bien
quiere de Tom, siendo que en realidad con lo que hacen algunas instituciones
Tom es otro tipo diferente. Y de pero no siempre las instituciones
pronto, al final, en un monólogo, dice: tienen el gesto afectuoso de combi-
“ando por los bares, y me encuentro narlo. Así que le agradezco mucho a
con hombres” y nada más, y dice María Pia López por esta invitación.
todo. Yo digo ahí es donde hay ropaje Gracias. Muchas gracias.
y cuerpo, no hay nada explicitado
y puedo imaginármelo. Cuando el
teatro lo puede producir es extraordi- (*) Conferencia ofrecida el 7 de
nario. El buen teatro está hecho de eso. septiembre de 2012 en el auditorio
¿Alguna pregunta más? Bueno, David Viñas del Museo del libro y de
entonces nos vamos. Muchas gracias, la lengua.

45
Viñescas
Viñas era un investigador
que partía de “hipótesis”.
No le temía a esa vieja
palabra griega de la ciencia
y solía usarla en el encabezamiento de muchos de sus artículos,
algunos de ellos convertidos en célebres. Sus papeles están siendo
ordenados por la Biblioteca Nacional; papeles sueltos, cruzados
por nerviosos subrayados e intercalaciones que se van embutiendo
unas en otras, pasando por debajo de otros papeles pegados sobre
el mismo papel, como si fueran puentes donde unas líneas férreas
frenéticas pasan por debajo.
Es conocida su afición por Mansilla, que pasa por varias estaciones
y momentos de su vida. Cuando Viñas decía “Ranqueles” era un
pleno decir. Se refería a una obra, a un asentamiento espectral de
hombres de la pampa, a su propia vida y a su libro inconcluso. La
palabra sonaba plena porque la obra que quería escribir se pres-
taba a una severa inconclusión. Lugones había escrito, a modo de
últimas palabras, “No puedo concluir la historia de Roca”. Viñas
dijo alguna vez “no terminaré el Mansilla”. Con todo, mucho
escribió sobre este raro militar, núcleo vivo de una escritura que
no ha cesado de actuar en las generaciones de lectores argentinos.
Lo que Viñas vio en Mansilla ya lo venía escribiendo desde los
tempranos años 60. Más de medio siglo vivió con ese “Mansilla”
aplazado e interminable. Era su tratado proustiano sobre las
maneras civilizatorias, siempre oscuras y discutibles, que darían
origen a otro tipo de Argentina que tampoco pudo llevarse a cabo.
Mansilla, para Viñas, es la voz de lo pendiente. Circundaba con
él tramos incesantemente reescritos de su obra, hasta que sucede el
abandono, quizás una desilusión, una hipótesis que, insólitamente
científica, se negaba a ser –él diría– corroborada.
Estas páginas contribuyen a recordar un estilo, el del Viñas inaca-
bado y de alguna manera trágico, dos palabras que sin duda no le
hubieran gustado. Publicamos en esta sección un fragmento de su
“Mansilla” que atesora la Biblioteca Nacional.
También en estos folios se recupera un cuento suyo nunca reeditado:
“Un poco de bondad”, publicado en 1957 en la revista Ficción.
Se trata de una curiosa pieza en la que política y sexualidad se ven
frente a frente, cada una con sus prejuicios, pero ambas soportando el
asedio irrespirable del poder. En la prisión, un inesperado encuentro
entre un homosexual y un militante produce una zona de inter-
cambios en los que subyace la crítica inexorable a la doble moral
de la razón liberal y del nacionalismo pacato, viejos temas viñescos
que reaparecen una y otra vez. Estos documentos son comentados
por jóvenes investigadores. Marcos Zangrandi, Andrés Tronquoy y
Juan Pablo Canala repasan las circunstancias de escritura, comparan
textos y versiones, comentan los fondos, papeles y manuscritos de diversa
índole, conservados en el Archivo Viñas, señalando continuidades y
rupturas. También presentamos dos conferencias que fueron parte de
las jornadas “El último argentino del siglo XX. David Viñas”. Allí,
María Pia López y Américo Cristófalo interpretan el lenguaje del
escritor, situándose en los pliegues de una biografía cuya densidad
crítica incomoda al propio ejercicio de conmemoración.
48

Entre la murga de los derrotados y


la perseverancia micropolítica (*)
Por María Pia López
Es difícil pensar la obra de David Viñas como una
pieza única sin tener en cuenta su biografía. Esto,
que podría ser una generalidad de la cartilla del buen
crítico, aplicable a cualquier obra, resulta en Viñas
un punto de vista imprescindible para descifrar
su escritura. Porque en su figura, literatura y vida
no aparecen como estratos separados sino que sus
libros, que son complejos artefactos en estado tran-
sicional, no han cesado de reescribirse en función de
su propio derrotero. En cada escrito pueden verse los
rastros de lo anterior. Puede considerarse que éste
es el estado vivo de un escritor, cuyas obras están
abiertas a las modificaciones que surjan de la investi-
gación siempre en curso. Pero no se trata sólo de un
“perfeccionamiento” en el estilo, ni de un resultado
al que se arriba, sino de los sentidos que adquieren
los problemas en la propia perseverancia y en sus
devenires. Por eso Tartabul, la última novela de
Viñas, puede considerarse como el punto de culmi-
nación de su trayectoria. Y no por razones cronoló-
gicas, sino porque se trata de una osada invención
poética en cuanto esbozo de un nuevo lenguaje que
condensa el drama de la propia vida.
En esta conferencia, María Pia López reexamina la
singularidad de Tartabul a partir del desacople entre
las narraciones y subjetividades forjadas al interior de
una época y la situación contemporánea despojada
de ese horizonte histórico. Y eso que aparece como
lo último, como “un resto inquietante y controver-
sial” que descoloca al presente, es lo que el propio
escritor y su generación –sobrevivientes y siempre
resistentes– experimentaron luego de la derrota de
sus proyectos existenciales.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

El título de estas jornadas proviene, último remite a lo que queda de modo


es claro, de Tartabul o los últimos inquietante y controversial. David
argentinos del siglo XX. Nombrando también reescribe en Tartabul el relato
a su autor, de nuestra parte, como “Sábado de gloria en la capital socia-
el último argentino del siglo XX. lista de América Latina”. Allí aparece
Implica elegir Tartabul como punto otra cuestión que también está en esa
de llegada, como culminación de una teoría sobre lo que queda inadecuado,
obra literaria y, a la vez, aludir a un el resto y lo último, lo irreconciliado
conjunto de reflexiones de Viñas sobre con cualquier presente: el suicidio.
la historia, la política argentina, la Esos textos o literaturas que ponen la
cultura que encuentran en ese libro confrontación, el suicidio y la soledad
una condensación profunda y dramá- como centro, son los que constituyen
tica. La novela escrita en sus últimos el núcleo fundamental de la última
años es, al mismo tiempo, la del mayor novela de Viñas. Tartabul narra una
riesgo con respecto al lenguaje y la que especie de murga de derrotados, de
asume con arrojo la invención poética. sobrevivientes que portan lenguajes
Partir, entonces, de “los últimos” ya dislocados. Están todas las lenguas
y su genealogía. En el comienzo de ideológicas del siglo pero puestas en
Tartabul reescribe un antiguo cuento: la situación del estallido donde sólo
“El último de los martinfierristas”. La pueden ser balbuceadas o surcadas por
última escena es entre Olgar, figura cortes abruptos. Y si esas lenguas se
delineada sobre Oliverio Girondo, y encuentran estalladas es porque cambió
una especie de murga de jóvenes pero- lo que caracterizaba el horizonte histó-
nistas que vienen de saquear iglesias rico en el que esas biografías se habían
disfrazados con lo que han adquirido situado: una historia centrada en la
en esas excursiones. Y se produce perspectiva de una revolución posible.
una tensión con el antiguo vanguar- El agotamiento, la crisis, la derrota de
dista, al que terminan diciéndole: “al ese núcleo que había organizado una
museo papito”. Esos jóvenes díscolos, época entera, la idea, la imagen y la
de otra generación, que desconocen lo fuerza de la revolución, coloca todos
que habían hecho las vanguardias se los discursos, todos los relatos y todas
encuentran con el otrora rebelde para las ideas que se habían articulado sobre
decirle de modo carnavalesco y satí- ese horizonte en esa situación de frag-
rico: “ahora tu hora es la del museo”. mentación, de resquebrajamiento,
La escena reaparece en Tartabul, pero como la condición de balbuceo y tarta-
al viejo Olgar quien lo somete a un mudez de los discursos en Tartabul.
titeo irónico es el Chuengo. Se rees- Viñas vuelve a escribir Los siete locos y
cribe la idea sobre los modos en que Los lanzallamas, las dos novelas de Arlt,
una cultura y los procesos políticos sólo que en un contexto resueltamente
que van transformando la vida social distinto al del 30. Cuando Arlt inventa
hacen que en cada momento las esa murga de conspiradores, sumerge
personas que pertenecían a la situa- en una especie de mezcladora todos los
ción anterior, y que tenían un lugar discursos ideológicos, la cuestión de la
de relevancia, pasen a ser consideradas soledad, la angustia, el suicidio, pero
como restos que es necesario advertir para dar lugar a otra cosa, porque el
polémicamente y descartar. La idea de horizonte de la revolución estaba allí.

49
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

veta de su literatura que va de Hombres


de a caballo a Cuerpo a cuerpo pasando
por el relato de la sordidez de las insti-
tuciones en Un dios cotidiano. Una
literatura sobre los poderes militares y
eclesiales que forjan formas cruentas de
dominio sobre los cuerpos.
Viñas procura un modo materialista
de la escritura, capaz de decir sobre los
cuerpos porque, como decía Américo
Cristófalo, allí se inscriben las violencias
y las formas más extremas de suplicio.
Ahí aparece el segundo escritor central
para el linaje viñesco: Sarmiento.
Autor/tema central de Literatura
argentina y realidad política, David
encuentra en su escritura algo que sus
lectores podríamos decir sobre la suya:
que el ritmo de la escritura obedece a las
acciones que está describiendo. La prosa
se hace jadeante para narrar cuando se
respira abruptamente. La crítica, para
Viñas, es el movimiento de volver a
poner en escena la violencia fundante
que condiciona los modos mismos de
María Pia López, Viñas, cuando narra todas esas situa- cualquier producción literaria. Y así
por Marcelo Huici
ciones, lo hace en el siglo XXI. Y las como encuentra en Sarmiento la fuerza
escribe frente a la imposibilidad de que de una escritura ensayística, advierte la
ese batido funcione. Dije Arlt y vale voracidad del burgués conquistador. El
para una excursión por los modos en estilo de David, hecho de puntuaciones
que David creó sus linajes. Mandar a abruptas y torsión gramatical pone la
pasear a Borges, como hace, implica la lengua en estado de sacudimiento. El
elección por otra tradición, otra veta, lector se encuentra con acortamientos
otro eje de la literatura argentina, que e interrupciones de la argumentación,
va a encontrar en Roberto Arlt. Y la puestas allí para dar cuenta de que todo
encuentra por todas estas razones: lo otro, la argumentación que pretende
porque están la conspiración y la cierta lisura, que construye enlaces para
angustia, la rebelión y la soledad y el convencer, no hace más que enmascarar
suicidio; y un conjunto de formas narra- lo que efectivamente tiene de violento
tivas que sirven para tramar la historia el acto de escribir y el acto de proponer
de las víctimas, de los insurrectos derro- una idea al lector.
tados, de los angustiados que dan fin Sarmiento es la segunda figura en el
a su vida, esas biografías encriptadas linaje también porque se trata de una
en una profunda soledad. Pero Viñas figura intelectual en la que se vinculan
procura escribir también la historia de del modo más intenso posible la inter-
los que resultan victimarios: es la gran vención pública y la escritura. Ese

50
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

pasado es un rescoldo presente en los El ejercicio de ubicar a Martínez


modos en que David va reconstru- Estrada en lugar de Mansilla en la
yendo la propia tradición intelectual en trilogía puede sonar arbitrario, pero
la Argentina, su propia figura de inte- tengo la impresión de que hay más
lectual, donde la idea de un lugar en el martinezestradismo en la obra de Viñas
que se intersectan de modos singulares de la que él quería reconocer. Él temía
y precisos la política, la historia y la lite- la cercanía con lecturas desprovistas de
ratura va a tener una enorme fuerza. motivos interpretativos surgidos de los
Pero enlaza esa figura intelectual con acontecimientos históricos. Buscaba
otra bien distinta: la negatividad crítica. una negatividad situada: decir no en
Esa figura va a tener otro nombre, que determinadas situaciones, a determi-
creo que es el tercero y con eso cons- nados rasgos y a determinadas condi-
tituirá la trilogía. Y vale aclarar antes ciones. Esa idea de negatividad situada
de mencionar ese nombre, que estoy tuvo una enorme productividad, lo
omitiendo el centro de sus pasiones inte- volvió un impugnador tan duro como
lectuales: Lucio V. Mansilla. Pero me sutil, a diferencia de muchos otros
parece que la figura de intelectual que pensamientos críticos que tienden
va constituyendo no tiene como tercero a ver extremadamente localizado el
a Mansilla sino a Martínez Estrada. De poder, ya sea en el plano económico o
quien tomará una línea tan fuerte como en las instituciones políticas. Esta idea
contrapuesta a la sarmientina apropia- de negatividad situada lo llevó a cues-
ción afirmativa del mundo. Porque tionar toda lógica de poder, incluso
Martínez Estrada delinea el movimiento allí donde suele pasar inadvertido.
contrario, la reticencia que permite Entre muchas cosas que me gustaban
tomar una distancia y que posibilita, por mucho de él, estaban los modos en que
la lejanía –que el autor de Radiografía aparecía en televisión. Nunca aparecía
de la pampa llama destierro o proscrip- inocentemente, sino para producir
ción–, el ejercicio crítico más extremo. algo en relación a la propia escena a la
Lo que David solía reiterar con la frase que estaba siendo invitado. A lo mejor
bien conocida: “decir no es empezar algunos quizá recuerden cuando fue
a pensar”. En algún momento de sus entrevistado por Gelblung. Lo exponía
entrevistas siempre decía esta frase. Esa a Gelblung a situaciones en las que
idea de que el “no” es un punto de tenía que terminar hablando del Che
partida alude a Martínez Estrada. De Guevara en escenas muy actuadas,
quién recupera también la atención muy ensayadas, en las que se situaba
por los matices y movimientos de la como dramaturgo pero para violar algo
lengua. Sus estilos ensayísticos son bien frente a lo cual solemos actuar de un
distintos, pero de ambos puede decirse modo bastante menos interesante, con
que piensan que la lengua es a la vez el presupuesto de relativa inocencia de
un conjunto de violencias y un acervo esos métodos. Iba a la televisión con la
de matices, y que el escritor es quien reflexión de que se trataba de la cons-
debe buscar, ahondar en esos hilos finos trucción de una escena; no iba a decir
que permiten separar un matiz de otro. algo, a poner un contenido en juego.
Porque la obra crítica y literaria de David Era una discusión sobre la forma misma
fue, más que ninguna otra cosa, un en que se organizaba la posibilidad de
modo de forjar una lengua, un estilo. emitir esos discursos. En ese sentido es

51
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

ejemplar lo que hizo en Los siete locos todas las formas de la locura que son
de Cristina Mucci: antes de confrontar las que habilitarían otra posibilidad
con los demás invitados, discute la de la política más allá de las formas
escenografía. Llega y dice: “¿Cómo permanentes de la violencia. Eso es
se va a llamar Los siete locos y tener micropolítica o crítica radical.
unos muñecos sin cabeza?”. Hecho Por todas esas razones, hacer acá en
extraordinario: va a un programa de la Biblioteca Nacional, mañana en el
televisión para decir que todo ahí está Museo y con el Departamento de Letras,
mal, incluso el decorado. Viñas pasa estas jornadas, no deja de tener un matiz
de la mirada sobre los grandes fenó- irónico; homenajear a ese David en el
menos históricos a la crítica microscó- seno de las instituciones públicas, y que
pica del poder, esté donde esté, en la seamos nosotros, que una vez pegamos
situación que se dé. Ese salto es bien afiches y seguimos haciéndolo, los que
difícil, bien atípico en nuestras tradi- estemos inaugurando estas jornadas. No
ciones de izquierda, y David tenía una asistimos impertérritos ante la ironía ni
sensibilidad especial para eso. Quiero descocemos los riesgos, pero tampoco
recordar, en ese sentido, otra escena: desconfiamos de nuestro apego a una
en algún momento con algunos de los tradición, a una voluntad, a unos entu-
presentes aquí y él editamos una revista siasmos. Quiero terminar leyendo una
que se llamaba Erdosain, contempo- frase que David escribe a propósito de
ránea a ese programa que mencio- las novelas de Arlt y que me parece que
naba. Para la salida nos hicimos unas uno la puede tener como advertencia a la
remeras muy bonitas, de las cuales hay hora de pensar qué hacemos con Viñas:
fotos, que decían: “rajá, turrito, rajá”.
Y salíamos por la calle Corrientes, “Pero, en fin, y más allá de canoni-
que era el centro vital de Viñas, para zaciones o de reticencias originadas
pegar unos afiches amarillos insó- en el confort intelectual, corresponde
litos, con textos largos como los del evaluar la novelística de Arlt no como
Partido Obrero y fondo amarillo. un fetiche más o como una referencia
Viñas andaba con esa remera, siendo, cosificada en algún museo imagi-
ya, un intelectual central. Algunos nario. Sino como lo que realmente
de nosotros teníamos las razones de representa: un desafío cotidiano a las
nuestra incipiente juventud para andar buenas conciencias y como un núcleo
así vestidos tratando de pegar afiches que suscita hoy una lúcida, perma-
con una cinta scotch mal cortada. nente y agresiva productividad”.
David ya no era joven y sin embargo
cultivaba con alegría ese nuevo acto de Creo que de ese modo podemos
foquismo cultural. pensar a David ahora, en estos días de
En esas escenas está lo que llamo micro- trabajo en común.
política, que es una fuerza mayor en su
obra: que un hombre de setenta años
salga a pegar afiches bajo una consigna (*) Conferencia ofrecida en la aper-
arltiana e ir al programa televisivo que tura de las jornadas “El último argen-
se puso el nombre de la novela de Arlt tino del siglo XX. David Viñas”. Sala
para discutir por qué ahí no hay locura “Juan L. Ortiz”, Biblioteca Nacional,
y por qué decir eso significa reivindicar 3 de octubre de 2012.

52
54

“Un poco de bondad”:


una cárcel, dos prisiones
Por Marcos Zangrandi

David Viñas cultivaba una prosa que no


rehuía a tratar los temas más complejos inter-
viniendo incisivamente, a cada momento,
en aquellos núcleos que condensaban los
dilemas más urgentes de cada época. Y así
lo hacía en sus primeros cuentos y relatos
breves, muchos de los que fueron publicados
en diversas revistas de variadas orientaciones
políticas y perfiles literarios. En esas narra-
ciones trató, con prosa fuerte y delicada a
la vez, cuestiones muy significativas: las
mitologías populares construidas alrededor
del bandidaje social (novelas policiales), la
figura de Eva, el peronismo, la sexualidad,
la militancia y otros tópicos ligados a la
crítica social, política y cultural.
Muchos de estos cuentos fueron reeditados
en Las malas costumbres, en el año 1963.
Sin embargo, hay un cuento –“Un poco de
bondad”– publicado en la revista Ficción
en 1957, que no ha sido reeditado. Se trata
de una pequeña historia que describe dos
modos de estar en la prisión de aquellos
años, el homosexual y el militante, antici-
pando una temática que recorrerá los suce-
sivos períodos, ya sea como discusión en los
grupos políticos o como expresión crítica de
la literatura y el campo cultural.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

Los relatos que David Viñas publicó mujer araña de Manuel Puig (1976).
en los años cincuenta en distintas Uno y otro recurren a la misma escena
revistas (Ficción, Lyra, Contorno, del calabozo y al dueto de personajes
Fichero) estaban destinados a un obligados a interactuar en sus diferen-
volumen llamado ¡Paso a los héroes! y cias, uno ligado a la política y otro a
otros relatos de la década absurda. Sin la disidencia sexual. El texto de Viñas
embargo, a pesar de haber sido anun- guarda la particularidad, además de
ciado repetidas veces, ese libro nunca ser el primero en plantear este esce-
se editó. Algunas de esas piezas fueron, nario (con el pálido antecedente de
finalmente, reunidas en Las malas El juguete rabioso de Arlt), de la nitidez
costumbres (1963), colección en la política con la que está escrito.
que, proscripción y traición Frondizi Efectivamente, en “Un poco de
mediante, se advierte una lectura bondad” no hay rodeos. Sin nombres,
matizada sobre el problema peronista en una celda, un “contrera”, en otra,
–“La señora muerta”, sobre la figura contigua, un peronista; ambos some-
de Evita, y “El avión negro” son señas tidos a la coerción de la cárcel. Uno
de esa revisión–. es un militante, tal vez fubista, que
El relato “Un poco de bondad”, ha sido detenido y encerrado por
sin embargo, quedó afuera de alguna acción refractaria.1 El otro es
Las malas costumbres y no fue recogido un homosexual preso por sus prácticas
en ninguna otra compilación poste- “amorales” –según el término que utili-
rior. Fue publicado por Ficción en su zaba la prensa de la época–. La refe-
número de junio de 1957 (nº 7). Esta rencia tiene sus fundamentos. Donna
revista, dirigida por Juan Goyanarte, Guy señala que
había aparecido en mayo de 1956 con la durante los Sin nombres, en una celda, un
participación de escritores de prestigio últimos días de “contrera”, en otra, contigua,
(Ezequiel Martínez Estrada, Manuel 1954, decenas de un peronista; ambos sometidos
Mujica Láinez, Enrique Anderson varones homo- a la coerción de la cárcel.
Imbert, Juan Carlos Ghiano, Beatriz sexuales fueron
Guido, Ernesto Sábato, entre otros), detenidos y encerrados por la policía,
y bajo un claro signo antiperonista tachados de “desviados sexuales”. El
–la fecha de su primer número no diario La Prensa aplaudió el operativo,
es fortuita–. No fue la única vez que ya que con ello se podía “terminar de
Viñas eligió Ficción para dar a conocer una vez por todas las peligrosas desvia-
sus relatos; más tarde aparecieron en ciones que estas personas representan
sus páginas “Un solo cuerpo mudo” y para la sociedad”.2
“Entre delatores”. En el relato de Viñas el punto de
El argumento de “Un poco de bondad” vista, la medida y el centro (sexual,
no es extraño para la literatura argen- moral, político) están emplazados en
tina: un activista político que tiene un personaje varón, rebelde y hete-
que compartir el mismo espacio carce- rosexual. Ser insumiso al poder, ser
lario con un homosexual. Se trata de guapo, alimentan su masculinidad.
un motivo que, de inmediato, invoca “¿Todo un hombrecito que corre por la
otras dos narraciones conocidas: calle y no se deja agarrar?” lo fustiga el
el relato “La invasión” de Ricardo homosexual. Los otros, los “amorales”
Piglia (1967) y la novela El beso de la satirizan esa postura: “machito” le

55
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

dice Celaya al Renzi de “La invasión”; revelar esas palabras escudriñadas. Los
“guapito sucio”, “mugre valiente”, datos secretos que éste, finalmente, le
ironiza el marica de “Un poco de confiesa a Molina provocan la muerte
bondad”.3 Como si éstos hubiesen de uno y la tortura del otro.
advertido que el género es más una Las descripciones del homosexual
postura que un fundamento. de “Un poco de bondad” son las de
En la primera mitad de “Un poco de un ser carente de condición humana.
bondad” el homosexual hostiga al acti- Mientras éste habla (con una voz
vista, enrostrándole su antiperonismo, tartamuda), deforma sus facciones
y le pide reiteradamente que hable, que entre las rejas; cuando se aleja, el
le cuente. Pero el muchacho perma- narrador advierte, con aversión, que
nece en silencio. En todo el relato “fruncía la cara con disgusto y la boca
no pronuncia más que una palabra se le envejecía. Era por sus dientes,
–o ni siquiera una palabra, un grito: calculé. Con esa mueca los mostraba
“¡Basta!”–; y se arrincona mientras y aparecían carcomidos, bordeados
recibe la mofa del otro preso. El que no como por herrumbre”. Estas caracte-
habla, en los códigos de carcelarios, no rísticas se acentúan en el pasaje en el
delata ni traiciona. El guapo, por eso, que el homosexual orina, desparra-
sabe callar: el acti- mando ese líquido por las celdas y por
Viñas y Guido coinciden en vista y del carce- el pasillo. Son rasgos que no sólo están
construir la homosexualidad lero comparten relacionados con un cuerpo propio de
carcelaria como punición la misma actitud. los márgenes biopolíticos, sino princi-
para el opositor al peronismo; A pesar de los palmente con un cuerpo identificado
de esta manera, se rebaja su ruegos, el mili- con el peronismo. El cuerpo de Perón,
hombría a una condición tante nunca habla en tanto execrable, perverso o mons-
despreciable –un rasgo que directamente con truoso, se encarna en ese homosexual
lleva directamente al unitario el homosexual. que lo fastidia y lo insulta. “En ese
violado de El matadero–. Bien diferente, en momento él estaba con Perón, era su
este sentido, es el aliado y se empeñaba en defenderlo
planteo de “La invasión”. Renzi entra con cualquier argumento. Él y Perón.
en la cárcel preguntando, queriendo Él era Perón”, advierte el muchacho.
saber quiénes son y qué hacen sus Al activista lo han encerrado junto al
compañeros. Éstos, a la inversa del homosexual como forma de castigo.
relato de Viñas, lo hacen callar: “mejor El “contrera” se ve, así humillado,
sentate ahí, quedate piola y no jodás”. reducido a la abyección, rodeado por
Son ellos, los homosexuales y los pero- aquello que desprecia. En este sentido,
nistas perseguidos los que manejan los hay un escarmiento semejante al que
códigos del decir y de la lealtad. En vive Pablo Alcobendas en la novela
cambio, El beso de la mujer araña se El incendio y las vísperas (1964), de
parece más a la situación de Viñas: a Beatriz Guido. En esta narración,
lo largo de la novela, los carceleros y un fubista es apresado, torturado
el homosexual intentan extraerle unas y violado, figuradamente, por el
palabras al militante de izquierda. El que mismo Perón. Luego de ser castrado,
habla incansablemente, sin embargo, lo abandonan en un pabellón de
es Molinita, mientras que Valentín homosexuales de Devoto; “para que
Arregui Paz lo escucha y comenta, sin se diviertan”, les dice un uniformado

56
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

a los reclusos, empujando el cuerpo la batería de escarnios, el homosexual


mutilado de Alcobendas. Sometido nunca hace una alusión a un posible
a esas condiciones, Alcobendas se contacto sexual entre ellos dos; nunca
encuentra entre “rostros deformes, se le insinúa. Por el contrario, lo inco-
dementes, infra-humanos, sonrientes, moda con temas políticos; el marica,
simiescos, grotescamente estáticos” y empujado por el espíritu de transfor-
“dos hombres practicando tierna-
mente los gestos del amor”.4 En otras
palabras, Viñas y Guido coinciden en
construir la homosexualidad carce-
laria como punición para el opositor
al peronismo; de esta manera, se
rebaja su hombría a una condición
despreciable –un rasgo que lleva
directamente al unitario violado de
El matadero–.
En “La invasión”, ambientado en una
época posperonista, el desertor Renzi
está extrañado, acaso curioso, por
esos dos cuerpos unidos en la sombra,
el de Celaya y el del “morochito”;
sus percepciones se parecen al que
espía a través del ojo de una cerra-
dura. “Lo que se hace visible en el
texto de Piglia, a través de los ojos
ciegos de Renzi, es el cuerpo into-
lerable, repulsivo y ‘cautivante’ del
peronismo”, señala Gabriel Giorgi
al respecto.5 Para el Viñas de 1957,
claramente, nada hay de “cautivante”
en el homosexual (por momentos lo
encuentra divertido u ocurrente en
sus insultos). Diez años separan su
texto del de Piglia. En 1967 ya es
posible encontrar en este límite doble,
político y sexual, un efecto de perple-
jidad y, si no de deseo, de inquietante
fascinación por el lazo entre cuerpos
disidentes y movimiento proscrito.
Hay un tercer elemento fundamental
del relato de Viñas: un cabo que vigila mación social, se da aires de humanidad
y que, a la vez, se satisface en el dominio para refregarle el peronismo a quien está
que ejerce sobre los dos prisioneros. encerrado por combatirlo. Es un castigo
Aunque sin decirlo, el carcelero alienta en dos niveles: sin decir una palabra,
al homosexual a hostigar al “contrera”, el Estado escarmienta al opositor a
a fastidiarlo hasta arrinconarlo. En toda través de la palabra, de la intimidación,

57
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

David Viñas, por de la cercanía con todo eso intole- la respuesta de una insubordinación
Ximena Talento
rable que se condensa en el otro reo. hacia el orden que el militar instaura
La paliza del carcelero pone de mani- sobre sus presos. El hecho de que el
fiesto un aspecto que hasta entonces homosexual sea funcional al castigo
permanece oculto: el primer y mayor del disidente político, no lo exime
castigado es el homosexual. El pero- de su propia condición de penado y,
nismo no lo redime, por el contrario, sobre todo, de sujeto al margen de la
lo vigila y lo recluye. El homosexual es sociedad. El resultado del triángulo
el que está ahí antes y seguirá estándolo vigilante/militante/homosexual es
por su deseo, por sus prácticas, por su una complacencia y satisfacción que
cuerpo –la repetición de su figura lite- vincula la coerción de la prisión con
raria tras las rejas es muestra de ello–. el dominio sexual; “me parece que
El cabo ya le ha advertido: “–¡No hagas empezó a chupetearse las muelas”,
eso, eh!”, como contestación frente observa el narrador sobre el gesto de
a las súplicas de la urgencia física del potestad del cabo, cuando vuelve a su
preso. Cuando la orina le ensucia asiento y continúa su tarea de control.
las botas (cuando el cuerpo abyecto Se podría pensar que existe, en rela-
mancha el orden), lo golpea sin piedad, ción con el episodio final, una condi-
repitiendo la frase “—¡Te dije que no ción de similitud entre el activista y el
hicieras eso!”. “Te dije”: la paliza es homosexual. Ambos son, después de

58
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

todo y desde sus distintas defecciones, preso a defenderse o a resistir, se dirige


perseguidos por un mismo Estado al represor a quien ubica como interlo-
y sufren semejantes sujeciones. Por cutor; ambos son varones, son guapos,
el contrario, si hasta el momento el son hombres. “Yo no era como ese tipo”,
militante sentía repugnancia hacia su dice el militante. Transformados los
compañero, la paliza le provoca lástima términos de su relación, el homosexual
(“bondad”, según el título); tanta es, ya no lo molesta, y, en cambio, le ofrece
que quiebra su silencio para detener al su cuerpo, su sexo, para compensarlo.
carcelero. El antiperonista defiende a Todos los aires que le había infundido
ese pobre ser, carente de humanidad, el peronismo se desvanecen. Para qué
no porque sea un par en problemas, el marica habrá levantado la cabeza.
sino porque le provoca un sentimiento Volverá a ser eso que nunca debió
que Viñas no se anima a escribir: desatender: un ser marginal, indefini-
piedad. Cuando grita, no alienta al otro damente vigilado y encerrado.

NOTAS

1. “Un poco de bondad” parece continuar, en este sentido, a la primera narración conocida de Viñas,
“Los desorientados”, en la que, tras una huelga en un banco y una represión sanguinaria de la policía, el
protagonista, un estudiante de Filosofía y Letras, termina arrestado en una comisaría. Ver “Los desorientados.
Jornada III: La jaula (fragmento)”, en Centro. Revista del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, nº 2,
Buenos Aires, abril de 1952, pp. 27-45.
2. Cit. en Donna J. Guy, Sex and danger in Buenos Aires. Prostitution, family, and nation in Argentina,
University of Nebraska Press, 1991, p. 180. Las detenciones y la persecución de la homosexualidad, según lo
estudia Guy, estaban relacionadas con varias medidas de profilaxis social y sexual que se tomaron en los últimos
años del gobierno de Perón. Entre ellas, la reapertura de los burdeles, prohibida desde la década de 1930 en
Buenos Aires, permitiría que los varones, cuyo deseo estaba extinguido dentro del matrimonio, dejaran de
recurrir a esas prácticas de “desviación sexual”. De esta manera, permanecerían dentro de la heteronormativa.
3. Tomo la expresión “marica”, que es la que utiliza el preso para referirse a sí mismo.
4. Beatriz Guido, El incendio y las vísperas, Buenos Aires, Losada, 1985, p. 163.
5. Gabriel Giorgi, Sueños de exterminio. Homosexualidad y representación en la literatura argentina contemporánea,
Rosario, Beatriz Viterbo, 2004, p. 60.

59
60

Un poco de bondad
Por David Viñas

La escena interior de un espacio, el rostro


carcelero del cautiverio, la interlocución
no deseada, son algunos de los elementos
presentes en “Un poco de bondad”, cuento
que David Viñas publica en la revista Ficción
en 1957. Transgresiones políticas y sexuales
articulan las relaciones entre dos innominados
personajes: el narrador, que observa y calla,
frente al homosexual que hace del hablar, del
desboque de su oralidad, una estrategia de
defensa. En este relato, Viñas ejercita su pluma
realista empleando un denuncialismo político
como estrategia de visibilización del ademán
violento –para usar sus propios términos– que
el poder político ejerce por sobre las elecciones
sexuales y políticas de los personajes. Esta pieza
podría verse en serie con el conjunto de textos y
ensayos que Viñas ha escrito en aquellos años.
Una crítica al modo pacato de una sociedad
incapaz de reconocer sus prácticas más habi-
tuales, escondidas en una doble moral; modo
de ser cotidiano en la república liberal pero
también nacionalista.
Nunca recopilado en sus clásicos libros de
cuentos, este texto de Viñas, arrancado del
olvido de las páginas de una revista literaria,
recupera su lugar como precursor de narra-
ciones posteriores, como “La invasión”, de
Ricardo Piglia o El beso de la mujer araña, de
Manuel Puig, escenificaciones de las vincula-
ciones entre ficción y violencia política en la
Argentina del siglo XX.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

Yo sabía que me estaba observando. héroe? Estás que no podés más porque
Desde su celda, él controlaba mis hiciste algo distinto ¿no?” —su voz
movimientos uno por uno. Los medía se volvía más firme, más decidida—
y los iba pesando como para catalo- “Estás encantado con vos mismo,
garlos o para reconocerlos minucio- decí ¿hum? No lo hace cualquiera”
samente. Algo así; no sé muy bien. —siguió— “Y eso es ser distinto ¿no
Pero eso era sentirse espiado, espiado es cierto? Vos no sos como todos ¿no
al revés: un espionaje con descaro. es verdad que pensás eso? ¿Te gusta ser
Eso. Sí. Porque era yo el que no héroe? Confesá que lo hiciste para que
quería dejarse asir, quien tenía que te aplaudieran; que no das más porque
ser cauteloso. Él, en cambio, se esfor- te comenten. Andá, decílo. Yo no se
zaba por resultar evidente, atractivo. lo voy a repetir a nadie” —de vez en
Era imprescindible reparar en él, no cuando tosía apenas para entonar la
había ni un rincón para escamotearse. voz o para reemplazar un chistido o
Por eso miraba así. Y yo me empeñaba para que yo supiera que aunque en ese
en no ceder a esa provocación. Desde momento no me dijese nada, él seguía
que me metieron ahí había sentido su allí. También advertí que se frotaba
mirada sobre mis dedos. Primero me la nariz contra las rejas como si le
los oprimí, después los había hecho picase en ese lugar y lo enervara. O se
sonar dos y tres veces hasta que me dejaba estar apoyado todo el peso del
resultó doloroso apretarlos. Después cuerpo sobre la cara. Y las mejillas se le
me hurgueteé las uñas raspándolas por deformaban. “—Así que un contrera
dentro hasta que quedaron blancas y valiente ¿eh?” —insistía— “¿Todo un
finalmente empecé a bajarme las cutí- hombrecito que corre por la calle y
culas. Y nada. La mirada de ese tipo no se deja agarrar?” —Yo no contes-
seguía sobre mis dedos. Yo la sentía taba; no quería dejarme atrapar por
como incrustada. Entonces me decidí su voz. Había corrido, había gritado
a cruzar los brazos y a esconder las hasta no poder más, ya había hablado
manos en los sobacos. Y me apreté las demasiado. Estaba harto. Apreté
costillas. Hasta las conté, creo. Así me más las manos contra las costillas y
sentí mejor. Es decir, más flojo, menos apenas lo miré. Pero él continuaba
tenso. Pero él empezó: “—¿Qué hacés, con un tono alegre que parecía no
héroe?” —tenía una voz extraña, conte- costarle esfuerzo alguno: “—¿No me
nida, como si constantemente domi- decís si te pegaron? —su voz se hacía
nara una tartamudez o algún defecto más insinuante, más blanda, dema-
por el estilo, pero con tenacidad, siado comprensiva— “Decime si te
con mucha destreza; presentí que ya pegaron ¿qué te cuesta?” —Esperaba
no habría manera de escabullirme. después de cada pregunta, verdade-
“—¿Así que tirás bombitas, héroe?” ramente preocupado, anhelante, y
—prosiguió— “¿Te sentís estupendo estremecía esos silencios con su tose-
ahora, no?” —primero desde el fondo cita— “¿En serio que no me vas a decir
de su celda, porque más adelante se si te pegaron? Hablá, decí algo” —y de
apoyó contra las rejas que la separaban nuevo esos sacudimientos nerviosos.
de la mía y continuó: “—Todo un Yo los hubiera podido contar, porque
hombrecito valiente ¿eh? ¿Cómo se él estaba parado sobre unas hojas de
siente uno cuando los demás lo creen diario que crujían con sus movimientos

61
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

—“Decíme” —insistió— “No te hagás baldeando y frotarme con eso que


el guapo. Andá, decí ¿o te hicieron todavía estaría fresco —“¿No me vas a
creer que para parecer héroe hay que decir nada? —repetía ese tipo enarde-
ser silencioso? No lo creas” ciéndose con su propia voz– “¿No te
—murmuró—“¿O te lo mandaron?” importa hablar con alguien, decir cual-
—y cada pregunta era una culmina- quier cosa?” —después se quedó en
ción de ese silencio que se tendía desde silencio. Cinco o seis minutos. De
la reja (él continuaba apoyado con pronto me di cuenta que había sacado
todo el cuerpo y su único sostén eran la cara de entre los barrotes y se obser-
las mejillas que parecían dos pelotas vaba en un espejito las mejillas
pinchadas). Y el silencio se encuadraba marcadas con esos surcos que tardaban
entre unos baldazos que se oían al en borrarse. Por primera vez lo miré de
fondo –el agua tenía que ser fresca y se frente: fruncía la cara con disgusto y la
iría escurriendo en miles de burbujas–, boca se le envejecía. Era por sus
un teléfono que sonaba y alguien que dientes, calculé. Con esa mueca los
contestaba pero sin que sus palabras se mostraba y aparecían carcomidos,
entendieran muy bien, que tal sección, bordeados como por herrumbre. Él
que fulano no había llegado, o esa me increpó: “—¿Viste? Por vos. Fijáte
tarde o al día siguiente no vendría, que cómo me quedó la cara” —y se palpaba
alguien no estaba jamás, y un letrero desconcertado, pero con apuro, con
que ordenaba o prohibía algo oscilaba un apuro excesivo— “¿No ves? ¿No
colgado del techo y era lo único que se ves?” —y se golpeteaba las mejillas—
movía constantemente. “—¿En serio “Ustedes... por ustedes pasa todo. Si se
que no me vas a decir si te golpearon?” quedaran quietos en vez de hacerse los
—en ese momento parecía resentido héroes, los hombrecitos... pero ¿para
porque se le negaba algo que él creía qué se hacen los hombrecitos?
merecer— “¿O no te gusta que yo lo Quédense en sus casas y todos en paz.
sepa?” —y ya me dolía la cintura de Nadie se va a meter con nadie.” —y
estar ahí doblado oprimiéndome las parecía cada vez más irritado porque
costillas, esforzándome por aislarme y sus mejillas no recuperaban la forma
ordenar todo lo que había pasado: esa normal— “Por ustedes... por vos...
carrera por el medio de la plaza, ese ¿qué tienen que andar haciéndose los
caballo espantado, los gritos de aque- recios? Sacando pecho por ahí para
llas mujeres, una de traje amarillo, la que las nenas los aplaudan ¡sucios!”
voz que manaba de los altoparlantes —alardeaba de una grosería muy
cortajeada de pronto por una música extraña: la exhibía exagerándola, pero
ligera, un pasodoble o algo así, el de pronto parecía avergonzarlo o
zócalo de ese edificio, una bicicleta pesarle demasiado hasta anonadarlo.
destrozada con una rueda que todavía Entonces se sentaba y se toqueteaba las
giraba. “—¿No querés hablar conmigo? piernas desde los tobillos, oprimién-
Pero decíme, decí algo. Es lindo dose los pantalones: sus manos subían
hablar...” —y me hubiera gustado —tenía unas pantorrillas secas,
ponerme de pie y estirar los brazos ágiles— se detenían más arriba,
hasta no dar más o tumbarme sobre el después de vacilar en las rodillas,
resto de agua que debía haber quedado marcaban que eso era un redondel y
en el piso que seguramente estaban luego ascendían por los muslos y

62
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

llegaban a las caderas y allí medían citos como vos no se meten con
algo después de calcular bastante. maricas?” —después siguió gritando
“—Contrera... contrera... contrera... un rato largo, me insultó –inventó
contrera...” —empezó a canturrear— insultos– susurrándolos primero con
“Contrera... contrera... contrera...” rabia y a los gritos más adelante, repi-
—y balanceaba las piernas cuando los tiéndolos con un machaconeo intole-
baldazos frescos ya no se oían. El telé- rable, con la boca abierta hacia el
fono continuaba, pero el tipo que tenía techo, hasta enronquecer, o solamente
que estar no aparecía o no iba a llegar murmuraba una sola palabra, “capón”,
esa noche por algo que no se escuchaba por ejemplo, que parecía fascinarlo
muy bien— “Contrera... contrerita... porque durante unos minutos sólo
guapito sucio...” —y ese moscardoneo pronunció “p ó n p ó n p ó n p ó n ”
iba a ser interminable y yo continuaría hinchando los carrillos. Era algo que
con esa cabalgata desordenada con me tiraba desde un ángulo de su celda
manchones amarillos y rojos que me y que fue subrayando con palmadas.
estallaban detrás de los párpados y se Como si cada insulto fuera una foca
aquietaban apenas para volver a que saltase. Claro, también se reía de sí
hincharse y girar y restallar con vetas mismo. Después bailó al compás de
verdes o como mil lentejas de forma algo que era “capón sin Perón”. Yo no
perfecta pero temblorosa. Y, a veces, oía muy bien. Estaba cansado de estar
todo eso era insoportable. Un sol ahí y harto de ver a ese tipo que se
agudo y rojo que me golpeaba de movía y hablaba sin descanso durante
frente. Mientras tanto, él parecía dos, tres, cinco horas. Qué sé yo.
enternecerse con ciertas palabras y las Después se puso a fumar y entre pitada
mascaba como a un caramelo de goma y pitada me decía con una voz que ya
hasta que no le quedaba nada más que resultaba chirriante: “—Al que te dije
un hilo descolorido que apenas se no lo sacan más... lo van a tener que
estiraba: “—Tirabombas... tirabom- aguantar... al que te dije no lo sacan
bitas...” —iba enunciando— “pillado más... lo van a tener que aguantar
que se hace el que no quiere hablar... hasta que se pudran... ustedes ¿eh?...
que no quiere hablar y se tapa la cara...” aunque les escandalice lo que hace...
—eso era un rulo pesado, que daba aunque se rían de él y de la mujer y de
vueltas sobre sí mismo sin acabar los que están con él… aunque lo
nunca, que se cernía sobre los dos y desprecien” —y en ese momento él
nos iba agobiando, espeso y fasci- estaba con Perón, era su aliado y se
nante— “... cara de tirabombas... cara empeñaba en defenderlo con cualquier
de porquería...” —de pronto, inespe- argumento. Él y Perón. Él era Perón.
radamente, se puso de pie: “—¿Qué?” Y yo, todos los que lo despreciaban—
—gritó— “¿Tenés miedo?” —me “... lo van a tener que aguantar hasta
apuntaba con su cara afilada, entre- que se le ocurra...” —seguía— “aunque
abriendo la boca— “¿Te enseñaron ustedes se sientan muy finos, muy
que con los putos no se habla?” superiores... caballeros desdeñosos,
—jadeaba con el mismo ritmo con macizos... aunque no lo quieran oír...
que antes había tosido— “¿Quién fue: aunque hagan como que no lo escu-
tu papá o tu maestra?” —los diarios chan...” —Eso, media hora. Después
del piso crujieron— “¿O los hombre- venía algo nuevo. Y era evidente que

63
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

buscaba alguna cosa de repuesto. Él por no dormirse ni perderse nada de


también se hastiaba de sus propias ese espectáculo. Y cuando el otro le
palabras. Necesitaba renovarse preguntó si me habían pegado o si yo
constantemente y demostrar que tenía había corrido, apenas cabeceó con
ingenio de sobra y que no se le acababa placidez. Después comimos. Pero él
así nomás. Me irritaba y se divertía, no se detuvo. No. Mascaba, me chis-
pero de a poco, como si fueran plazos. taba esperando un momento para
Él no agredía a nadie de golpe, sino comprobar si lo miraba y, por fin,
que provocaba con cálculo, controlán- soltaba un insulto. Le gustaba mucho
dose. “Tiene su estilo”, pensé. Él acer- “Nenito”, seguido de cualquier cosa.
taba con alguna palabra absurda: Ya no se preocupaba de la rima. A
“Guapitito”, por ejemplo, y eso lo iba veces decía algo en voz alta para que el
rimando con lo que se le antojaba. cabo se lo festejara. Y cuando le
O se volvía a apoyar sobre la reja igual devolvió el plato y el vaso, lo tomó de
que al principio y me largaba las pala- la manga y le secreteó algo mirándome
bras como si fuera su aliento. Boca- de costado y estremeciéndose con
nadas de aliento. “—Se van a morir risitas. Él sería su cómplice y le hubiera
con Perón... se van a tener que podrir encantado prolongar eso que parecía
con él encima... Encima” —repitió una equívoca alianza o algo por el
separando las sílabas— “Él hace lo que estilo contra mí, pero el cabo se lo
quiere con ustedes y ustedes no tienen espantó de un manotazo cuando
nada que hacer... Nada... nada” pareció satisfecho. Era un hombre
—repetía como si se vengara de algo— huesudo, con una frente desmesurada
“Y se van a morir con Perón atragan- que se reducía o se distendía como un
tado... En la garganta y en todas fuelle cuando se le marcaban las arrugas
partes... Sucios, sucios de porquería”. o una cosa le provocaba asombro. Y
Claro, también canturreó todas las mucho más si atendía algo o si parecía
marchas oficiales hasta que se fue oscu- reflexionar dificultosamente. Pero ni
reciendo y una lámpara brotó en la habló ni comentó nada. Solamente se
esquina del corredor. Entonces se puso sonreía como un muñeco de madera;
a marcar el paso con una marcialidad pero eso, muy pocas veces, cuando
grotesca y daba vueltas por la celda o creía oportuno conceder algo. O si el
se detenía frente a donde yo estaba otro inventaba una cosa nueva para
para soltar los insultos. “—¿Te tapás provocarme como cuando se resolvió a
los oídos?” Yo me había cubierto la tirarme bolitas de pan. Mientras las
cabeza con las manos para no oírlo iba redondeando entre los dedos
más. Pero él gritó más fuerte, enarde- canturreaba “lindo y valeroso” con un
cido, sacudiendo los barrotes, no como tono inocente de chico de colegio o de
para arrancarlos ni mucho menos, sino enanito de dibujos animados; después
como si los barrotes fueran yo mismo. tomaba puntería con mucha precau-
Y cuando apareció el cabo a causa de ción y me las tiraba. Entre mis pies se
sus gritos, lo dejó seguir y ni lo chistó habían amontonado unas quince o
ni le dijo nada, sino que se sentó detrás veinte. Pero él proseguía. Ahora, con
de una mesita y se quedó mirándolo. “mugre valiente”. Hasta que se quedó
El policía estaba muy divertido y en silencio. Supuse que estaría
parpadeaba aprobando o pugnando planeando algo nuevo: esperar a que

64
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

me durmiera para gritarme de pronto, le habían acabado las migas y empe-


o escupirme, o algo más o menos. zaba con bolitas de papel. Y yo me
Hubiera sido lo mismo. Ya lo había arrinconé para hacerme un pedazo de
pensado muchas veces: si hablaba con cualquier cosa y dejarme estar. Una
él y le pedía que terminara, era darle cápsula empecinada en recordar por
ventaja al policía: yo hablaba con un qué estaba ahí dentro, en qué casas de
tipo así, yo me confiaba a un tipo así, la ciudad vivían mis camaradas o en
yo tenía que ser igual a ese tipo. Por lo cómo tenían distribuidas las sillas y los
tanto, yo era como ese tipo. Y yo estaba roperos, o en la inexplicable autoridad
contra algo. Los que estaban contra de la mujer de uno de ellos, o en una
algo, eran como ese tipo. El gran argu- pretenciosa reproducción de Chagall
mento: todos los que estaban contra de algún otro. O en dormirme y
algo, eran como ese tipo. O estábamos redondear esa cápsula. Hubo un rato
contra algo únicamente porque éramos de silencio y todo lo que ése cantu-
así. Eso bastaba. (El cabo se iba aflo- rreaba se fue borroneando. Apenas si
jando en la silla y las piernas se le estre- los chispazos de luz de los tranvías que
mecían con su sueño espeso). Y a la pasaban por la calle rayaban la pared
inversa: si yo le pedía al cabo que lo de enfrente. Eso era del otro lado.
hiciera callar, no iba a conseguir nada. Afuera. Iban por esa calle, doblarían
Al contrario, era un aliado que le había por la esquina o seguirían bajo los
salido para irritarme. No había escapa- árboles cruzando Buenos Aires. Esos
toria. Y en ese momento mis argu- tranvías iban a hendir la ciudad
mentos me parecieron bien armados. lanzando chispazos desde el troley.
Hasta me descubrí complacido con mi Toda la ciudad surcada por tranvías
lucidez. Sí. La lucidez siempre es tran- blancos como ballenas que largaban
quilizadora: el mundo aparece como fogonazos. La ciudad era una ballena
una cristalería, todo ordenado y trans- blanca echada sobre una playa roñosa.
parente. Y tan desabrido. Todos mis Y parecía muerta o dormida y tan fofa,
argumentos me parecieron demasiado con su panza blanda. Pero se estre-
serios, confeccionados. “Que si esto o mecía. “—¿Cabo, puedo ir al baño?”
lo otro más aquello necesariamente —inesperadamente el otro se había
tenía que provocar lo de más allá”. puesto de pie y se apoyaba contra las
Demasiada geometría. En realidad mis rejas que daban al pasillo— “¿Cabo,
argumentos me parecieron para los de me permite pasar al baño?” —él
afuera, para la gente devota de las cosas también era blanco y parecía parpa-
claras que pudiera escucharme. Miedo, dear como un payaso— “¿Me dejás ir
de eso se trataba. Más: que todo eso al baño, cabo?” —era una voz distinta,
me resultaba fascinante y me escabu- plañidera, una cosa que seguramente
llía porque temía que me atrajera iba a conmover— “Tengo ganas de ir
demasiado. Y me podía provocar al baño, cabito” —una voz que se
vértigo, y lo que yo andaba buscando desplomaba en medio del pasillo, a los
con todo lo que hacía –hasta dar pies de ese hombre de madera que
puñetazos o romper cosas o hacerlas estaba sentado detrás de una mesita
estallar– era lo que pudiese oprimir minúscula— “No aguanto más,
entre los dedos. Cosas, cosas irrefuta- cabito” —y allí se entreabría con una
bles. Pero en ese momento a ese tipo se cosa anhelante, indefensa, lúcidamente

65
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

indefensa— “Por favor, cabito, dejáme todo, pero sin olvidarse de que los
salir. Un rato, nada más que un ratito” párpados debían sujetarle esos dos
—una voz que iba untando los pies de bolones de vidrio. Y el chorro de orina
madera del policía, que los iba a fue creciendo silenciosamente. Lo
engrasar y a tornar escurridizos y por advertí por su brillo cuando reflejó
supuesto que muy suaves— “Un uno de los chispazos de la calle. Ya iba
poquito de pis, cabito. Andá. Nada pasando la reja que separaba su celda
más que un pisito” —era de aceite y de la mía. Y fue creciendo por el
serpeaba lentamente— “Voy y vuelvo, pasillo, subrepticiamente, con una
cabito. Nada más. Vos me abrís y voy cautela de animal. Y el policía lo había
corriendo y vuelvo enseguida” —algo visto pero dejó que le llegara hasta los
que se afinaba y se escurría por todas botines. Como para cerciorarse del
partes, todo blando, más blando cada todo o para que el otro lo ensuciara un
vez, más flojo, sobre todo eso, algo que poco. Nada más que en el borde. Así
se iba abriendo— “En seguidita” se podría indignar por algo y dejarse
—con pereza, muy poco a poco, con anegar de furia. Una furia justificada,
una fuerza que venía de abajo pero que casi santificada. Pero que antes lo agra-
se contenía para que no saltara y desba- viaran de esa manera. Que le dijeran
ratase todo— “Andá, cabito, andá” que “no”, que él sería cabo y patatín y
—era una valva entreabierta o un patatán y que habría ordenado y para
bostezo insoportable e indeciso— que lo obedecieran, pero ya no se
“Dejáme, cabito. Abrís, voy corriendo aguantaba más. Entonces se levantó
y vuelvo enseguidita. Vos me acom- como si continuara reflexionando,
pañás, cabito. No, no” —se rectificó— porque fue muy lentamente, casi como
“Si no querés, te quedás mirando desde dándose tiempo a cada paso para
tu silla” —el policía recogió las volver atrás, y abrió la puerta de la
piernas— “Dejame ir, cabito. No doy celda mientras el otro titubeaba esfor-
más. En serio que no doy más. En una zándose por creer que le iban a anun-
carrerita, cabito” —todas cosas ciar que fuera al baño, que soltara su
pequeñas y apiladas, diminutas, que pisito de una buena vez, que se diera el
correteaban en puntas de pie, marcando gusto, que no era cuestión de seguir
pequeños puntos, sin apoyarse, conte- aguantándose o de hacer las cosas a
niendo la respiración, sosteniendo eso medias, que él comprendía como todos
que se podría abrir y rebasar, aplastar comprendían. Pero, no. “—¡Te dije
al policía, anegarlo, tirar abajo esa que no hicieras eso!” —gritó el policía
mesa, la silla, también la pared y, claro, y levantó el brazo y lo volvió a bajar
la ciudad tan alineada y erecta— “Me sin pensar en lo que había dicho ni que
voy a hacer aquí, cabito”. “—¡No hagas tenía las punteras de los botines
eso, eh!” —fue lo único que dijo el mojados de orina y que si se hubiese
policía. Él era de madera y había que dejado estar se hubiera empapado del
tenerlo presente. Se tironeó la cara y todo— “¡Te dije que no lo hicieras!”
después se quedó acodado en la mesa, —y eso iba a seguir porque, total, era
sosteniéndose esa cara de caballo de cuestión de levantar y bajar el brazo,
madera, con sus anchas fosas nasales de cualquier manera siempre habría
de caballo de calesita. Con los ojos que debajo del puño una cosa dispuesta a
se esforzaba por tener abiertos del recibir, algo plano sobre lo que los

66
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

puñetazos no resbalarían, algo plano y la celda y se sentó nuevamente delante


más blando que los nudillos y que se de esa mesita demasiado pequeña para
iba a quedar ahí sin moverse hacia la su tamaño, porque siempre había
izquierda o hacia la derecha. Y hasta habido una desproporción, pero en
parecía rebotar y rebotar. Y si se seguía, ese momento se había acentuado.
gustaba y hasta se podía llegar a pensar Después me parece que empezó a
en otra cosa con ecuanimidad: en la chupetearse las muelas.
comida o en la querida esposa e hijos o Y de nuevo otro silencio se nos
en los mismos insultos, mis insultos, desplomó encima: sobre mi celda,
tanto tiempo, los puñetazos burlones sobre la de al lado, encima de ese bulto
o muy divertidos, la moral, la gran que permanecía en el piso, a lo largo
moral que pegaba brincos como un del pasillo, en torno a la lámpara que
canguro sonriente, porque uno es tole- pendía en el fondo, y se acható sobre el
rante pero hasta cierto límite, o en algo policía y sobre la suela de sus botines.
más serio aún como los reglamentos Hasta los chispazos de la calle que
de tapas azules o la gloria imperecedera rayaban la pared se fueron espaciando
del coronel Falcón que en 1910 o los o desapareciendo. Y todos nos conver-
frijoles que no se llaman así pero en el timos en unas bolas cada vez más
cine la boquita de Marilyn Monroe... enroscadas sobre sí mismas. También
—¡Basta! la ciudad sería una bola apretada sobre
El cabo se quedó rígido. Después me su propia masa. Ya ni temblaba ni
miró como si tratara de acordarse de quería respirar. Estaba encogida, bien
quién era: yo estaba preso, yo estaba agazapada, definitivamente descolo-
metido ahí, yo le había gritado. Claro, rida. Y en el medio amasaba, contra
él era un poco torpe y sus ideas se su propio vientre, otra bola de miedo
movían dentro de su cabeza de la redondeada con mucha desconfianza,
misma manera que ese aceite inter- sin animarse a mirar a los costados.
minable y lento de las victrolas auto- Vientre, vientre, nada más que eso.
máticas. El mundo había quedado Para adentro. Era la única forma de
a sus espaldas. Su brazo. Se palpó el conseguir una seguridad tibia.
brazo, la mano y pareció tranquili- —Pibe... —chistaron al rato desde
zarse. Aunque yo me hubiera puesto la otra celda— Pibe... —él tenía que
de pie y estuviera apoyado contra las ser cuidadoso, susurrar, apenas y
rejas y allí, a sus pies, estuviera esa también muy convincente, firme—
cosa blanducha a la que podía patear o ¿Querés algo?... No te molesto más...
palmear como a un camarada vencido. En serio... —pero era una voz torpe,
“Vamos, vamos, viejo, no es nada” o como si tuviera la lengua hinchada y
“No remolonees, hijo”, con toda la no le cupiese en la boca— En serio...
ternura de una madre que sabe su Gracias... No te digo nada más... En
oficio. O bien: “No es nada, mañana serio pibe... ¿No tenés ganas?... Lo que
también amanecerá”. Él era cabo y me quieras, pibe... Pedí... pedíme...
podía invitar a participar de lo suyo.
Pero se movió pesadamente, creo que
dijo varias veces que sí o que estaba
bien y que había concluido o que “por
hoy basta”. Hizo sonar las llaves, cerró

67
68

Un Viñas inédito
Por Andrés Tronquoy

Detrás de cada ficción, escrita por David Viñas


hay cientos de horas de investigación. Así, lo que
suele percibirse en las manos del lector como
un ejercicio estilístico, tiene un trasfondo en el
que el escritor trata con archivos disímiles y se
confronta con ellos fundiendo la materia prima
de lo que luego será su escritura.
En el año 2009, la Biblioteca Nacional adquirió
un conjunto de documentos pertenecientes a la
colección personal de David Viñas. Allí hay piezas
de diversa categoría que el escritor fue reuniendo
con el tiempo: papeles, copias de correspondencia,
recortes de prensa, inéditos, apuntes, etc. Entre
esos materiales se encuentran las 185 carpetas que
componen el proyecto de libro inédito sobre la
figura de Lucio V. Mansilla. Estos papeles están
siendo descifrados, cotejándolos, interpretando
sus tachaduras y notaciones, corroborando su
orden e intentando establecer una unidad.
Todo este voluminoso conjunto de materiales,
que constituyen los folios íntimos de su obra,
nos permiten, de algún modo, acercarnos al
“método Viñas”, un procedimiento subrep-
ticio que acompaña al ensayo, en apariencia
“despojado” de rigor.
Deteniéndonos ante el recorte periodístico o los
garabatos en la servilleta, en la esquela suelta o
en el ticket del café, podemos imaginar su figura
resoplando y anotando lo que luego, segura-
mente, anunciaría una nueva controversia.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

En el Área de archivos y colecciones primer lugar, cómo se presentan estos


particulares de la Biblioteca Nacional documentos en la obra de Viñas, qué
se encuentran alojadas 185 carpetas diálogo mantienen con el conjunto
de un proyecto de libro inédito de de su producción y cómo pensarlos
David Viñas titulado Mansilla entre y ubicarlos en esta relación. Por otro
Rozas y París. Se trata de un impor- lado, cómo componer y establecer un
tante conjunto de documentos que la orden que sea fiel a un libro no termi-
Biblioteca Nacional adquirió en 2009 nado, asumiendo la imposibilidad de
y que Viñas produjo y recopiló a lo continuar con la investigación original
largo de varios años de investigar la tal como se venía desarrollando, pero
figura de Lucio V. Mansilla. con la posibilidad latente de intentar
Los documentos, según ha compro- componer con sus restos, con las
bado el Área, “incluyen tanto apuntes, pistas y bosquejos que nos quedan
borradores, escritos inéditos de diverso –con sus ruinas, incluso– otro texto.
tenor y extensión, como todos aque- Se abren también nuevas posibilidades
llos materiales que fue reuniendo a lo de conocer las
largo del tiempo. Entre estos papeles formas de lectura Los materiales reunidos
cuentan recortes de prensa, publica- de David Viñas, aparecen como disparadores en
ciones, capítulos de libros de y sobre en este caso sobre relación a diversas cuestiones y
Mansilla, copias de correspondencia, Mansilla, pero en diversos niveles: en primer
mapas, planos y otro tipo de docu- desde allí, y por lugar, cómo se presentan estos
mentos consultados por el propio añadidura, sobre documentos en la obra de Viñas,
Viñas en archivos y bibliotecas”. toda la litera- qué diálogo mantienen con el
La aparición de estos materiales repre- tura argentina. conjunto de su producción y
senta para el Área de investigaciones Finalmente, en cómo pensarlos y ubicarlos en
Bibliohemerográficas de la Dirección un sentido más esta relación. Por otro lado,
de Cultura de la Biblioteca Nacional general, el trabajo cómo componer y establecer
un interés doble: por un lado, en con estos mate- un orden que sea fiel a un libro
relación a la investigación en un riales permite no terminado, asumiendo la
sentido general, amplio; por el otro, repensar la inves- imposibilidad de continuar
como muestra de una nueva perspec- tigación literaria con la investigación original
tiva de la obra de Viñas. La investi- y sus métodos. tal como se venía desarro-
gación detenida revela los planos de Se trata, entonces, llando, pero con la posibilidad
producción, los trazos y tachaduras, de un doble movi- latente de intentar componer
estabilizados a la vez que inquietos miento: conocer las con sus restos, con las pistas y
–indómitos– pone a nuestro alcance, lecturas de Viñas y bosquejos que nos quedan –con
bajo nuestra vista, el proceso de inves- su forma de trabajo sus ruinas, incluso– otro texto.
tigación. La posibilidad de trabajar –cuestión que
con esos documentos aparece nece- tiene peso propio por tratarse de una
sariamente mediada por la cuestión figura intelectual de su relieve–, y desde
de cómo leerlos, de cómo descifrar allí poder poner en relación estos docu-
sus diversos niveles y recomponer –o mentos con el resto de su producción
reconocer– su unidad. y trabajar sobre su propia obra, con sus
Los materiales reunidos aparecen como propios –y renovados– ecos.
disparadores en relación a diversas El análisis de este material nos muestra
cuestiones y en diversos niveles: en sus lecturas, hipótesis y razonamientos

69
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

Capítulo de Mansilla entre Rozas y París

70
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

respecto de uno de los escritores argen- mático sobre los indios a la vez que
tinos más importantes del siglo XIX. Y disuelven sus elementos históricos y
compila, además, importantes docu- su costado más heterodoxo, al punto
mentos que pueden ser interesantes de convertirlo en un texto sin potencia
no sólo como método de investigación ni inconveniencia, incluso en un texto
visible, sino también como corpus para reformulado para niños. Se trata de las
otras investigaciones. neutralizaciones del “discurso literario
Mansilla atraviesa fuertemente la obra administrativo”, de las anexiones del
de Viñas en su conjunto, pasando por discurso del Poder. Frente a esto, Viñas
sus libros de ensayo más conocidos: propone otra lectura: “Mansilla es el
Literatura argentina y realidad política, arquetipo de los militares de la genera-
Indios, ejército y frontera, Viajeros ción de 1880 que toman contacto con
argentinos a Estados Unidos, pero con el indio y el Desierto”2.
una presencia que alcanza también En ambos capítulos la relación de
las obras de ficción, como podemos Mansilla con la “ideología oficial”
ver en Un dios cotidiano, donde Ferré es central. Y así también aparece en
reflexiona reiteradamente sobre la el tercer momento, que creemos se
escritura de Mansilla. encuentra en los documentos inéditos e
Podemos distinguir tres momentos inconclusos que conforman el Mansilla
fuertes de análisis de Viñas sobre entre Rozas y París. Allí aparecen dife-
Mansilla y su obra. rencias que reorientan sus análisis, en
El primero, en Literatura argentina un proyecto por otra parte mucho más
y realidad política en el capítulo titu- amplio y ambicioso. En una entrevista a
lado “Mansilla: clase social, público y Viñas, realizada por Américo Cristófalo3
clientela”, presenta a Lucio V. Mansilla –mientras desarrollaba la investiga-
como exponente de la genteel tradition ción–, surge la siguiente reflexión:
y como escritor saliente y representa-
tivo de la oligarquía. Allí aparece la “A.C.: David, me parece que hay
idea de auditorio –o de club–, cons- diferencias fuertes entre lo que
titutiva de la forma oral. Se trata de la escribís acerca de Mansilla en Lite-
comunión de los santos, el cielo de la ratura argentina y realidad política
oligarquía. Hablar entre pares. Viñas y esto que estás armando ahora para
afirma: “Impugnador de la ideología tu libro…
oficial sólo en detalles, paulatina y D.V.: ¿Vos querés decir que allá lo
conjuntamente con el repliegue de condeno?
la clase tradicional llega a conver- A.C.: Y sí…
tirse si no en guardián por lo menos D.V.: Prejuicios ideológicos, viejo,
en mantenedor de la dogmática de prejuicios ideológicos...”
la buena sociedad”1.
En un segundo momento, en el
capítulo “Mansilla, arquetipo del La cuestión de cómo articular docu-
gentleman-militar (1870)” de Indios, mentos dispersos de una obra incon-
ejército y frontera, Viñas discute las clusa es una pregunta continua, que sólo
lecturas que exaltan de forma acrítica puede resolverse –y provisoriamente– a
Una excursión a los indios ranqueles medida que se los trabaja como astillas
y lo configuran en relato paradig- que se juntan, como fragmentos de un

71
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

todo difícil de reconstruir. Teniendo clase, y en ese sentido la presencia de


en cuenta el aporte que pueden hacer documentos como el catálogo de la
al estudio de la literatura argentina y biblioteca o fotografías de la casa de
lo que representan, en tanto expresión Mansilla en el barrio de Belgrano son
de uno de los grandes renovadores de algunos de los detalles que evidencian
la crítica y la teoría literaria argentina, la atención puesta en el contexto y en
con textos e investigaciones que ponen la historicidad de la literatura.
en foco una forma particularmente Tanto la concepción teórica de Viñas
destacable de producir conocimiento como su forma de trabajo aparecen
en el campo de la cultura, trabajamos cristalizadas en los papeles reunidos
con la idea de editarlos. en su investigación: en ese sentido las
La figura del Viñas investigador se carpetas representan un documento
plantea en distintos planos. En primer invaluable. Asistimos allí con el mayor
lugar, podemos hacer foco en su interés a un despliegue plenamente
estilo. El estilo ensayístico de Viñas, visual, donde el ritmo que proponen
en ocasiones ha sido cuestionado por los trazos sobre las hojas, los colores y
presentarse despojado de citas y refe- las diferentes capas de lectura y reescri-
rencias, sobre lo que él mismo afir- tura exponen sus métodos, sus inquie-
maba: “Las citas –y me involucro– son tudes, sus idas y vueltas, sus propias
como los adjetivos: certeras, iluminan; digresiones y profundidades.
excesivas, se convierten en ripios que Podemos mencionar, a modo ilus-
abruman y pontifican”4. En esta cues- trativo, entre muchas otras muestras
tión, el complejo, laborioso y punti- –evidencias– de su forma de trabajo,
lloso entramado de la investigación del la urdimbre manifiesta en los manus-
Mansilla pone en evidencia un fuerte critos llenos de anotaciones, referencias
trabajo de reelaboración de fuentes y de páginas por tópicos, documentos
textos aprehendidos y repensados por mecanografiados corregidos con adver-
su propia escritura. tencias y leyendas que tejen un entra-
Por otra parte su concepción teórica. mado intertextual, incluso páginas
Dice Viñas: “El texto nos reenvía al efectivamente publicadas de alguno de
contexto. Y a la inversa. El ademán los capítulos pero también anotadas,
mutilado de ‘un texto revertido sobre en base a las que se pueden rastrear y
sí mismo’ resultaría tautología. Al descomponer los procedimientos y los
fin de cuentas, la crítica debe ser el cambios textuales.
encuentro de dos historicidades en el Al leer y rebuscar entre los documentos
plano de esa peculiar transhistoricidad –ahora cuidadosamente ordenados
que es la literatura”5. Este enfoque da gracias al trabajo de los archivistas–
cuenta de un trabajo crítico basado en puede entreverse el trabajo de montaje
la idea de que la literatura debe vincu- que se distingue no solamente en la
larse necesariamente con el contexto y aparición reiterada de advertencias sobre
con la clase social, y en las relaciones el montaje mismo, sino también en
ineludibles que mantiene con la polí- diferentes planos de trabajo e índices en
tica y con la historia. Cuestión muy constante variación. A esto se le suman
visible en los documentos del Mansilla: anotaciones en servilletas o tickets de
para Viñas es imposible pensar a Lucio café y notas de diarios que dan cuenta
Mansilla sin atender a su figura de de un modo y un contexto de trabajo.

72
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

Hoja de notas de lectura

73
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

Ante estos papeles uno se entrega a una De hecho Viñas retoma en clases y
forma de descriframiento. La lectura, la discusiones –también en su escritura–
crítica, la investigación se presentan como cierta tradición de oralidad presente
una tarea de descifrado de documentos en Mansilla. También recupera
abiertos, no clau- ciertos usos y formas del lenguaje
Ante estos papeles uno se surados, que vinculados con lo oral que nos reen-
entrega a una forma de descri- proponen seguir vían, por ejemplo, a sus análisis sobre
framiento. La lectura, la crítica, ciertas vetas más o el uso del lunfardo en Armando
la investigación se presentan menos esbozadas Discépolo: “Ya no hay discursos ni
como una tarea de descifrado de o desarrolladas. Al malentendidos ni cuchicheos, sino
documentos abiertos, no clau- revisar las carpetas idioma craquelado, corroído y tele-
surados, que proponen seguir debemos recorrer gráfico por prescindencia total de la
ciertas vetas más o menos esbo- nuevas pistas de norma: el lunfardo no sólo es lenguaje
zadas o desarrolladas. Al revisar lectura, tanto en secreto y el idioma de los rincones,
las carpetas debemos recorrer relación a la litera- sino el síntoma de la rebelión contra
nuevas pistas de lectura, tanto tura argentina en la inercia de los adaptados”. O a su
en relación a la literatura argen- general, como a la temprana reivindicación de la escri-
tina en general, como a la obra obra de Viñas en tura de Roberto Arlt con su uso irre-
de Viñas en particular. particular. verente del lenguaje, el voseo y su
falta de respeto por la lengua oficial.
La figura de Mansilla, decíamos, Y en este sentido Viñas desestima las
es un interés constante en la obra críticas impugnadoras que Ricardo
de Viñas. Y en este sentido puede Rojas o Julio Noé le hicieran a
pensarse como clave de lectura, de Mansilla por considerarlo un escritor
interpretación de su propia obra. Su fragmentarista, digresivo, inorgánico,
presencia casi fantasmal organiza la irrespetuoso, carente de estilo y de
forma de leer y juega como refe- género. Críticas que lo descalifican
rencia para trazar series, relaciones totalmente y que Viñas rechaza e
o bocetos en diferentes direcciones. incluso revierte.
La comparación inesperada que Es interesante poner en paralelo
establece entre Mansilla y Alfonsina también cómo operan estas reflexiones
Storni es, en este sentido, ilustra- sobre el uso del lenguaje en relación a
tiva: “en realidad ella era la prolon- la literatura cada vez más craquelada,
gación intelectual de los grandes corroída y fragmentada del propio
gentleman; y su estilo epistolar Viñas, que a nuestro entender irrumpe
actualiza, en su escritura, la mali- con especial ímpetu en Cuerpo a cuerpo
ciosa desenvoltura de la oralidad de y continúa hasta Tartabul, apartán-
las causeries”6. Así, la idea de que dose de propuestas literarias más
“todo escritor resulta un lugar de clásicas de izquierda, como el caso de
ideas, una encrucijada”7, parece la Boedo, a las que concibe como rígidas,
indicada para describir el lugar que esquemáticas y con propuestas torpe-
ocupa Mansilla en las reflexiones de mente edificantes.
Viñas sobre la literatura, la historia, Mansilla, en este sentido, despierta
y también muy fuertemente en rela- innumerables preguntas y proble-
ción al uso del lenguaje y particu- máticas en relación a las formas de
larmente de la oralidad. estudiar y entender la literatura y

74
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

la historia argentina para David propia escritura de Viñas, a la par de


Viñas. De esta forma, recomponer la de Mansilla: allí, en forma incon-
aunque sea fragmentariamente el clusa pero latente, asoma una nueva
Mansilla entre Rozas y París implica cara de la obra de un Viñas siempre
también historizar y analizar la inconforme.

NOTAS

1. Viñas, David, Literatura argentina y realidad política, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1964, p. 216.
2. Viñas, David, Indios, ejército y frontera, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2003, p. 161.
3. Cristófalo, Américo, (en colaboración con Hugo Savino): “Mansilla: una novela argentina del siglo XIX”.
En El Interpretador; http://www.elinterpretador.net/, nº 37/38.
4. Viñas, David, Viajeros argentinos a Estados Unidos, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2008, p. 230.
5. Viñas, David, Literatura argentina y política II: de Lugones a Walsh, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2005, p. 130.
6. Viñas, David, Viajeros argentinos a Estados Unidos, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2008, p. 320.
7. Viñas, David, Literatura argentina y política II: de Lugones a Walsh, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2005, p. 116.

75
76

Mansilla entre Darío y Proust


Por David Viñas

En su ensayística, David Viñas ha ejercitado


un estilo que supo hacer de la serie la estrata-
gema fundante de su discurso crítico. A este
rasgo no escapan los papeles inéditos que
conforman su libro Mansilla entre Rozas
y París. El capítulo que aquí se presenta es
una breve aproximación a la sección final de
los borradores preliminares de este volumi-
noso ensayo, donde Viñas intenta recons-
truir los nexos entre Mansilla y los circuitos
literarios de aquel París de 1900. Cercado
por algunos personajes que inspiraron la
obra de Proust, o atravesado por las refe-
rencias a Rubén Darío (el gran “Verlaine
latinoamericano”) en Buenos Aires, Viñas
reconstruye ese campo cultural, rearma los
circuitos de información, de padrinazgos y
de reconocimientos entre los más destacados
intelectuales y escritores de la época. Una vez
más Mansilla será la cifra, será la conden-
sación entre París (luminosa y cultural) y
Buenos Aires (tradicional y pujante).
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

“Como lo presentaron en el Jockey Club figura imperial de Charlottenburgo,


y le sirvieron de testigos en duelos, se las sombras definitivas de Rosas y
explicaba que el monóculo del general, Bismarck parecen merodear por los
incrustado entre sus párpados...” marcos de ambos retratos.
Marcel Proust, En Viena –que contradictoriamente
Por el camino de Swann, 1913. en otra de las cartas, oscila en medio
de los frívolos valses de Strauss y los
sombríos pronósticos del Hombre
I. Europa/Argentina sin cualidades de Musil– Francisco
José, con sus pausas y sus patillas en
Tres emperadores aluden con sus chuletas, le recuerda a Mansilla, el
ademanes a la última etapa de fatigado discurso de algún juriscon-
Mansilla en Europa y a los finales sulto de Paraná como Manuel Derqui.
de la Belle Époque: Guillermo II Incluso en ambos márgenes presiente
de Alemania, Francisco José de el agotamiento político y la precariedad
Austria-Hungría y el zar Nicolás II. Y social y financiera. “El imperio central
si con el Kaiser, en un escenario que europeo y las debilidades de la confe-
recuerda Los Buddenbrocks de Thomas deración”, por más de una razón.
Mann, Mansilla se permite exhibir El retratismo del general-diplomático
una mirada sostenida en su monóculo del 1900 participa del sepia de
insolente, en Viena –enmarcada entre algunos daguerrotipos y de los
Freud y las inquietantes pinturas de violentos contrastes en blanco y
Klimt– el autor de los Ranqueles le negro, del aguafuerte expresionista.
comenta con desenvoltura, al último Tanto es así que en esta epístola de
de los Habsburgo, que “acababa de Mansilla, a alguien remite el clima
casarse con una mujer muy joven”. En tolstoniano que rodea al zar poco
cuanto al zar y a la zarina, los seduce antes de la revolución de 1905, es al
con sus ironías presintiendo que “ese Alberdi excesivamente cauteloso de
par de monarcas absolutos” cultivan su último exilio en Europa, del Chile
un tono pequeño burgués muy en el del Progreso y sus obstinadas querellas
estilo del teatro de Chéjov. con D. F. Sarmiento.
En su ansiosa correspondencia con Europa del Art Nouveau y la Argentina
Roca –al que llama “mi padrino” con de la élite victoriana se van convir-
cierta cortesanía al saludarlo como la tiendo así en las dos escenografías que
figura central de la política argentina se le repiten, calcadas, al Mansilla de
hacia el 1900–, Mansilla describe sus últimos tramos. Sobreimpresas, en
a “semejantes soberanos” con los realidad, en revés y derecho, “como
procedimientos de sus medallones, un Jano con doble frente”. En ese
ágiles y suntuosos, que ya había contexto, si el Rozas, simbólicamente,
utilizado en los Retratos y recuerdos recién aparece después de la muerte
publicados en 1894: Guillermo II, de su madre y de las discusiones en
en una de sus cartas, parece recortarse torno a la demolición del “Palacio de
mediatamente sobre el recuerdo de Palermo”, Rubén Darío, “el Verlaine
un Urquiza prepotente pero conte- sudamericano”, se convertirá en el
nido, y si lo provinciano del severo destinatario de la dedicatoria que
cuadillo de San José se convierte en la Mansilla le escribe como homenaje al

77
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

78
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

decadentismo de Buenos Aires. Y Proust, por Huysmans, por D’Annunzio y por


a través del conde de Montesquiou (el Anatole France. Las escépticas ironías
Charlus de la Recherche), se transforma, de los grandes gentleman se han desli-
entretanto aquí, en la divisa mayor zado hacia la neurastenia, primera
de su producción literaria condicio- enfermedad que “ataca” sólo la cabeza
nada por el malestar que, a su vez, le de los más representativos del 1900.
provocan en Francia los descendientes Más aún, en un juego de escenografías
de Bouvard y Pécuchet. concéntricas, Mansilla lo hace aparecer
De un costado y del “otro” (como al Julián Martel de La Bolsa como
Cortázar de)1 Mansilla comprobaba “el joven que le presenta” a Darío. Y
que al final de ellos y aquellos que la los tres –el viejo gentleman y los dos
frontera no es monopolio de ninguna profesionales del oficio de escribir– se
ciudad. Aunque en el revés de la trama quejan en “la calle Florida” y en Plaza
vibren “ciertas ternuras.” Se reabre Mayo de la incapacidad que padece
consiguiente y como blasón el vaivén Buenos Aires de reconocer una literatura
entre París y Buenos Aires dibujando refinada. Y como ni Darío (ni al propio
un viaje fundamental de constantes Mansilla, desde ya) los habitantes de la
idas y vueltas entremezcladas con “Babilonia del Plata” poseen la sutileza
decepciones y renovadas expectativas. para reconocer el refinamiento de las
Prosas profanas y, mucho menos, las
ironías (o las presuntas perversiones) de
II. De Los raros a Madame Verdurin los Verlaine o las Rachilde que recorren,
con descaro, las páginas de Los raros.
“Al conde Robert de Montesquiou- “Nos falta ideal” –confiesa Mansilla–;
Fesenzac, en demostración de estima, “por eso no entienden al poeta”
amistad y simpatía y admiración.” –se burla– “en este glorioso país”.
Lucio V. Mansilla, No a Buenos Aires, entonces, y, de
dedicatoria de Estudios morales, 1896. inmediato, apuesta a París. Antiguo
dilema argentino que es un lugar
común (por lo menos, desde Echeverría
“A Des Esseintes” es la dedicatoria hasta recalar, mucho después, en la
de Mansilla que encabeza su saludo a sarcástica Rayuela). Y París, para el
Darío publicado en La Quincena de Mansilla del 1900, embajador, de
abril de 1895. Se trata de una revista hecho, ante “el monarca del mundo
que puede ser definida como el trán- literario oficial”, se identifica precisa-
sito editorial entre los hombres del 80 mente con Robert de Montesquiou.
que conviven ahí con los amigos y Modelo y contradictorio maestro
discípulos locales del nicaragüense: del joven Proust, el conde Robert
Eduardo Wilde y Cané aparecen de Montesquiou-Fesenzac, no sólo
junto a Roberto Payró y Julio Piquet. aparecía como una suerte de “árbitro de
Y si ese espacio literario se sitúa en la la elegancia” en el París de 1900, sino
secuencia que va desde La Biblioteca que era el personaje a quien el corres-
de Groussac a El Mercurio de América, ponsal de Caras y Caretas, Juan José de
el homenaje de Mansilla se convierte Soiza Reilly, expresamente le solicitaba
jubilosamente en el reconocimiento su opinión sobre la Argentina, junto a
de una generación posterior que jura Jules Lamaitre y Max Nordau, dos de

79
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

los grandes “maestros” de entonces. Porque “el saber argentino” del conde
Montesquiou, autor de Les hortensias llegaba hasta su amante tucumano,
bleus y Cygnes Noris, que le dedica Gabriel de Yturri, al que le dedica
varios poemas a Mansilla, y Mansilla, Transparent, y de quien Groussac, en
entre otros intercambios, le retribuye su rencoroso Viaje intelectual parece
con el explícito homenaje de sus desquitarse entre sus juicios despec-
Estudios morales de 1896. tivos sobre Jaurès y Zola.
Existe, además, una singular correspon- Toda esta colección de figuras, por
dencia entre Mansilla y Montesquiou: cierto, aparecen comentadas malévo-
las invitaciones son recíprocas; y si lamente o con tonos de complicidad
en una de sus cartas, Montesquiou por la pintoresca madame Verdurin en
se excusa por no poder asistir a una la Recherche, y proyectadas en muchos
reunión organizada por Mansilla, en casos a través del monóculo que, en su
otra, expresamente y en medio de sus correspondencia, se ubica explícita-
típicos juegos de palabras de presunto mente, colgando de su cordón, sobre
ingenio, le agradece el presente de una la solapa del general Mansilla.
piel de avestruz “enviada desde los París/Buenos Aires; Buenos Aires/París.
pagos de Leubucó”. Viaje fundamental. Como si el Mansilla
Era un trofeo más o un síntoma del final, fatigado después de sus entre-
exotismo que Montesquiou exhibía en vistas con los tres emperadores,
las “perversas decoraciones de su casa” hubiera dejado de contemplar el
(cuyos interiores inspiraron, precisa- barrio de Saint-Germain de París.
mente, al Des Esseintes de Á rebours “Ahí vive la insoportable señora de
de Hysmans. Incluso, “el pavo real” Verdurin”. Y ya pensase una vez más
del Chantecler de Rostand estaba en el barrio lejano, aldeano y borroso
inspirado en este “Alcibíades del París que iba intentando recuperar en sus
1900”, autor, a su vez, de un libro de Memorias entre la Iglesia de San Juan
poemas titulado Les paons. y el ambiguo Palermo de Rosas.
Y Montesquiou, a renglón seguido,
como nexo entre Mansilla y Proust.

NOTAS

1. El manuscrito se encuentra dañado y ha sido imposible leer ese segmento.

80
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

81
82

Mansilla y Viñas:
desvelos de archivo
Por Juan Pablo Canala (*)

Los grandes pensadores suelen parecer obsesionados


por algo. Basta con repasar rápidamente los nombres
de la historia para encontrar abundantes ejemplos
de biografías que, en su trayectoria, volvieron una
y otra vez sobre los mismos problemas. Sólo que,
al hacerlo, el problema adquiría nuevos contornos,
mayor espesura. Tal parece ser el oficio del intelec-
tual: volver sobre lo mismo, decirlo de manera dife-
rente, agregarle nuevos hallazgos, encontrarle nuevas
conexiones posibles, de modo tal que, en su varia-
ción, el punto de partida deja ya de ser el mismo.
No se trata de considerar que hay un punto de inicio
que está determinado a desenvolverse en un único
sentido, como si se tratase de una teleología en la que
cada paso está inscripto ya en una línea ascendente de
realización del enunciado final. Por el contrario, los
temas del pensamiento suelen proceder por desvíos,
por “traiciones” al plan original, por desencantos
y frustraciones. Y aun así, aquello que sobresaltó al
pensador no deja de acecharlo, como si se tratara de
un proceso sin finalismos y sin garantías.
“La literatura argentina nace con la violencia de una
violación”, decía siempre David Viñas. Y ese ha sido
su dilema: el desafío para la crítica de restituir la lite-
ratura al drama real de la vida, a las condiciones socio-
políticas propias de la producción de los textos. La
biografía intelectual de Viñas puede pensarse como
el desarrollo de su Literatura argentina y realidad
política, un texto que no cesa nunca de ser reescrito.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

A Claudia Roman, Borges. Estos libros, cubiertos por la


por las mañanas soleadas sospecha, por la duda, pero jalonados
entre papeles viejos. por el deseo de ser hallados, transitan
un lugar liminar entre el texto y la
imaginación, entre la materialidad y
Todas las literaturas nacionales tienen la fantasmagoría. La posibilidad de
sus libros clásicos, sus libros olvidados, aniquilar esa dualidad es la efectiva
sus libros incómodos. Autores a los aparición de ese libro, es la invocación
que se persigue con extrema devo- de un archivo que lo contenga y de
ción y otros cuya presencia resulta tan un archivero que lo clasifique. Algo
molesta e incómoda que algún extre- de esa fortuna corrió un libro mítico,
mista trasnochado apelaría a cualquier muy anunciado y prometido que, a lo
ardid para que se extinguieran defini- largo de varios años, David Viñas fue
tivamente. En ciertas circunstancias, pergeñando seducido por la figura del
libros y escritores experimentan una general Lucio V. Mansilla.
fama efímera, un lugar reconocido Quienes durante décadas frecuentaron
que, pasado un lapso de tiempo, tiende charlas con Viñas y compartieron
a diluirse entre referencias volátiles y el cotidiano de su vida íntima, han
comentarios de memorialistas nostál- aludido en cantidad de relatos orales
gicos. Pero las literaturas, además de acerca de ese libro, de ese monumental
héroes y mártires, además de soberbios proyecto que desvelaba la mente del
y sumisos, traen consigo una mitología crítico. Cantidad de cajas, reunión de
fantasmagórica, un reservorio más o documentos, fotocopias de ediciones
menos caudaloso de historias plagadas inhallables y una montaña de papeles
de intrigas y extravíos. con anotaciones e ideas poblaron
El lector detectivesco, el crítico con sus días de trabajo. En su naturaleza
aspiraciones épicas, el bibliotecario inacabada, en esta dispersión de posi-
sigiloso o el periodista infatigable no bilidades, en el rompecabezas que
dudarían en un pacto mefistofélico a constituyen esos fragmentos de pensa-
cambio de alguna pista posible de los miento, esos diálogos congelados,
míticos libros “perdidos” de la litera- se revela una trama que sintetiza un
tura argentina. Libros de los que no itinerario de la crítica. Mansilla como
hay más que constantes referencias desvelo, como excusa fascinante para
diluidas en entrevistas, relatos, sueltos escenificar los funcionamientos de la
periodísticos o promesas de los escri- literatura y de la política y el archivo
tores, y que por algún motivo, jamás como testimonio material para invocar
llegaron a ver la luz. Incertidumbre. esos diálogos interrumpidos.
Todos se preguntan qué fue del Diario
personal de Carlos Correas, o de la
novela que, promediando los años Reescribir: una fábula de comienzo
setenta, Osvaldo Lamborghini hizo
circular entre sus amigos bajo el título Uno de los libros de crítica literaria
de Una novelita triste. Quién no ha fundacionales (y fundamentales,
soñado con hallar finalmente el Diario podría agregarse) tanto en la trayec-
de morfinómano de Roberto Arlt o el toria vital de David Viñas, como en la
poemario Ritmos rojos de Jorge Luis historia de la crítica literaria local fue

83
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

Literatura argentina y realidad política. publica en La Gaceta el capítulo sobre


Publicado por Jorge Álvarez en 1964, Julián Martel y un año más tarde en
la edición de un solo volumen consti- el mismo diario el capítulo dedicado a
tuyó una muestra certera de la forma los criados en Amalia.2 Por último, en
en que Viñas inauguraba, a partir de la Revista de la Universidad de México
la singular escritura y del modo en se da a conocer el capítulo en el que
que los temas analiza a la novela de Gerchunoff.3
La arquitectura de ese texto eran abordados De modo que el texto se fragmenta,
supone un entramado mucho por el libro, una se exhibe en sus formas preliminares y
más complejo, una serie de forma extrema- emerge tanto en el espacio del perio-
versiones preliminares, un damente original dismo como el espacio de las revistas
conjunto de ensayos de escri- de pensar a la lite- que nucleaban a intelectuales, es decir
tura. Literatura argentina y ratura argentina. bajo los ojos de dos públicos diferen-
realidad política es un texto Podría afirmarse, ciados, entre el debate existencialista
surgido de la arena de la revista sin titubeos, que de Contorno y el público curioso de
Contorno: es allí donde Viñas este ensayo es La Gaceta, fueron esos los espacios en
ofrece la primera aproximación, la gran obra de los que el libro de Viñas fue experimen-
el primer texto que se consti- Viñas, pero a la tando sus aproximaciones iniciales.
tuye como el esbozo preliminar vez se constituye Pero la historia editorial de este ensayo
o ante-textual del ensayo. como una bitá- no se agota. En sucesivas apariciones en
cora viva de su libro, a lo largo de la vida de Viñas, es
trayectoria intelectual, de su biografía cuando Literatura argentina y realidad
como crítico y la manera en que las política va circulando, va mutando,
coyunturas políticas fueron alimen- alterando sus formas, convirtién-
tando la factura de las trasformaciones dose en una antología de obsesiones
sufridas por el libro. políticas y literarias del autor. Es esa
Pero la arquitectura de ese texto supone “antología crítica” la que permite
un entramado mucho más complejo, advertir, en su trasfondo, toda una
una serie de versiones preliminares, intensidad de cambios y la construc-
un conjunto de ensayos de escritura. ción del intelectual comprometido:
Literatura argentina y realidad política “Viñas ha combatido tanto la idea de
es un texto surgido de la arena de la sustracción de una obra respecto de la
revista Contorno: es allí donde Viñas condena temporal como la condena
ofrece la primera aproximación, el misma. Por eso, se puede leer su vasta
primer texto que se constituye como trayectoria de ensayista como la mace-
el esbozo preliminar o ante-textual del ración de un único texto que no cesa
ensayo. Es el artículo “Los dos ojos de ser reescrito, corregido, aumentado
del romanticismo” que Viñas, oculto o expurgado.”4
tras el velo de Raquel Weinbaum, El libro tiene tres reediciones (1977,
publica en el número 5-6 de la revista 1995, 2005)5 Y las dos primeras partes
en 19551, que en tanto fragmento, ingresan reformuladas al libro titulado
pasará a integrar la edición de 1964. De Sarmiento a Cortázar, publicado
Pero no solo la revista que Viñas en 1971.6 Si bien existen numerosas
dirigió con su hermano Ismael fue el variantes textuales entre todas estas
espacio en el que otros fragmentos de versiones, algunas de ellas resultan no
ese libro se dieron a conocer. En 1960 menos que sugerentes, por cuanto en

84
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

su inquietante e incidental alteración la propia trayectoria intelectual. Porque


formal, dan cuenta de una obra que en el inicio de los años sesenta, cuando
“está siendo” y que al mismo tiempo se publica por primera vez Literatura
que se amplifica incorporando nuevos argentina y realidad política (título del
textos y nuevas lecturas (particular- que se amputará la palabra “realidad”
mente a partir de la edición de 1977 a partir de la edición de 1995)8, el
cuando el libro pasa a editarse en dos
tomos). De esta forma, se lee retros-
pectivamente como obra y se actualiza.
En la edición de 2005, Viñas afirma:

“La literatura argentina comienza


como una violación”, escribí allá
por 1960. Se trataba, sin duda,
de un ademán provocativo frente a
una crítica inmovilizadora. Pero
que vinculaba al balance de la
revista Contorno y al proyecto, más
o menos explícito, de dramatizar
polémicamente la franja cultural de
ese momento.
El final de El matadero y el de
Amalia me sirvieron de puntos de
partida para esa formulación: el
cuerpo humillado del joven unitario
proyectado por Echeverría y la casa
desbaratada de la joven protago-
nista de Mármol. En ambos casos
los soportes de lo civilizado agredidos
por los símbolos de “la barbarie”; y el
uso privilegiado del francés o de las
fórmulas consagradas como intentos
de conjuro frente a las fuerzas del
afuera sobre los prestigios interiores.
En otra lectura –más mediatizada– la
emergencia de la literatura argentina
se trenzaba así con los inaugurales
conflictos de clase.7
texto es el resultado de una conden-
Esos tres párrafos citados, incorporados sación, de una sumatoria en la que
especialmente en la última edición, convergen fragmentos. Pero en aquellas
podrían pensarse como una reflexión reflexiones no sólo estaba la preocupa-
de vejez, como una suerte de justifica- ción por un modo fundacional o inau-
ción de la trama de los hechos, de la gural de leer a la literatura argentina.
necesidad de actualizar en un libro el Hay allí también, de forma soterrada,
interés por hacer un relato biográfico de la voluntad de plantear un origen, una

85
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

génesis de la propia trayectoria intelec- primeras ediciones: “...hay que quitar


tual, de usar ese inicio como una exhi- a la literatura su aire sacramental y
bición igualmente violenta de la labor librarla de sus tabúes sociales acla-
del crítico. rando el secreto de su poder”. Quebrar
Tomando al texto de Echeverría ese espíritu sacro, violentar los tabúes
como punto de partida, la literatura sociales, proponer esquemas que
argentina comienza con la idea de la tuerzan o contraríen, que siembren
violación, y es en ese origen donde la duda, la polémica, que obliguen al
se ingresa marcadamente la postula- riesgo que implica asumir una lectura
ción de una violencia no sólo verbal, a contrapelo de todas las lecturas espe-
sino eminentemente corporal, pública rables, pero que sostenga en sí misma
y política. Ese comienzo que Viñas una revelación inesperada del texto.
sugiere a principios de los años sesenta, El epígrafe marca esos comienzos
(y que se expone con mayor crudeza que son sustituidos por una cita de
en la edición de 1971) contrariaba la Terry Eagleton (en las ediciones de
idea de armonía, de evolución natural 1995 y 2005), marcando una persis-
y sin conflictos, tal como lo definía la tencia en el factor ideológico,10 más
Historia de la literatura argentina de que en el proyecto del tipo de crítica
Ricardo Rojas. a la que se espera abordar. Del mismo
modo, otro elemento marginal que
La literatura argentina emerge permite dar cuenta de la anatomía
alrededor de una metáfora mayor: de estos cambios, o, por retomar una
la violación. El matadero y Amalia, idea del propio Viñas, una “cons-
en lo fundamental, no son sino tante con variantes”, son los desplaza-
comentarios de una violencia ejer- mientos presentes en las dedicatorias.
cida desde afuera hacia adentro, de Al margen de los eventuales homena-
la “carne” sobre el “espíritu”.9 jeados, en las dos primeras ediciones
(1964, 1977) la dedicatoria pone el
Para Viñas no es posible un comienzo énfasis en el carácter preliminar, inicial
de la literatura sin apelar a un trasfondo de ese modo de lectura que Viñas está
violento, pero a la vez tan violento proponiendo: “Para Adriana: estos
como la escena elegida en tanto hito puntos de partida”. Sin embargo,
fundacional, es el estilo del crítico que las dos ediciones siguientes el móvil
la evoca, que la ilumina. Viñas violentó cambia: “Para Mariú: estas hipótesis,
los modos de leer, de plantear recorridos estas discusiones (1995), y “Para
intelectuales y abordajes que pensaran G.G.C.: estas hipótesis, estas discu-
redes y tramas para leer el tejido textual siones” (2005). Lo que eran “puntos
y literario nacional. Su marca distintiva de partida”, comienzos en la tarea
de imponer otro modo de leer, plan- del crítico que se lanzaba a la arena
tear estrategias que diseñen la organi- de volver a pensar la historia literaria
zación del corpus analizado a partir de nacional, se convierten en hipótesis
pares, de contrastes, de lecturas foca- de lecturas firmes, y en discusiones
lizadas en “el revés de la trama”. Este una vez trascurrida la dictadura, una
manifiesto del nuevo lugar de la crítica vez pasado el exilio. Viñas, a partir
se encuentra en el epígrafe de Robert de la ampliada edición de Literatura
Escarpit que Viñas incluye en las dos argentina y política en 1995, ya ha

86
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

creado un estilo, ya ha revisado sus Este libro se empezó a escribir en


hipótesis preliminares, el tiempo de la época de Contorno, allá por
la experimentación concluyó y el 1953 (esa fecha llevan algunos de
modelo de la crítica que ha desarro- los artículos que aún se incluyen) y
llado alcanzó vigencia plena. se prolongó en Literatura argentina
No obstante, dentro de la trayectoria y realidad política del 64, en
intelectual de Viñas, De Sarmiento a La crisis de la ciudad liberal
Cortázar es un libro distinto, es un del 66 y en artículos y prólogos
libro de intervención, pero que ampli- publicados en Uruguay, Cuba,
fica los límites que ya le había impuesto México y Venezuela.12
el marco del libro publicado en 1964.
En ese texto, Viñas reescribe las dos De modo que este paratexto inaugura
primeras partes de su libro publicado una noción de obra como totalidad,
siete años antes,11 para que actúe de como un conjunto orgánico que cons-
un modo mucho más contundente. La truye un mosaico que no debe ser leído
huellas de esa radicalización a inicios de forma aislada, sino más bien en
de los años setenta, tendió a desar- permanente diálogo. El texto de 1971
ticular el marco crítico, disolver las hace explicito el interés por un modo
referencias bibliográficas diseminadas distinto de la escritura, por articular
a lo largo del texto, y recrudeciendo un pensamiento que organice lecturas
mucho el imperativo de que un libro críticas bajo una serie de presupuestos
debe pensarse como instrumento para concretos:
reflexionar sobre el presente.
De modo que De Sarmiento a Cortázar En una literatura como la argentina,
supone, ya para 1971 cuando se la dimensión longitudinal y diacró-
publica, un modo de polemizar con el nica no es tan extensa como para que
campo cultural de la época, a partir de no se superponga con la trasversal;
la postulación de una serie que atraviesa por eso la sensación permanente
el siglo XIX (que el libro de 1964 ya que asalta en su recorrido: los temas
había desarrollado), pero que expande y (y no hablo ya de los de dimensión
profundiza sus horizontes de lectura con metafísica con la muerte que reen-
el corpus más inmediato, más contem- vían a los universales de la literatura
poráneo de la literatura argentina en el como humus mayor involucrante
contexto de emergencia del libro. Si en y como parámetro posible, aunque
Literatura argentina y realidad política, abstracto, para situar al conjunto
Viñas violenta las periodizaciones, y de nuestra producción literaria y
arrincona el relato de la historiografía evaluarla consiguientemente, sino
literaria iniciada con Rojas, en este de los particulares concretos) son
libro publicado en 1971, radicaliza, los mismos. La plataforma temá-
desde un ethos polémico, las consignas tica que se comprueba en 1840 o
que apuntan a repensar las formas de en 1970 detenta una homogeneidad
la crítica, pero también las formas de la singular. No se trata de amalgamar
escritura. El prólogo que incluye a esta para meter todo en una bolsa o de
edición, será contundente respecto al un reduccionismo que simplifique
modo en debe ser leído el libro que el el trabajo. Se trata de esbozar
eventual lector tiene entre las manos: coordenadas, no de diluir niveles o

87
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

especificidades. Tampoco de sacra- general de la ideología y la visión del


lizarlas. Porque la impregnación mundo de una clase y de la proble-
ideológica de esa zona es indudable: mática de una comunidad.13
es la parte del aisberg que está por
debajo del nivel de las aguas, pero De Sarmiento a Cortázar es el libro más
las aguas no son tan turbias ni esa extremo de Viñas, es la apuesta más
masa temática tan secreta como para aguerrida, la invitación desbordante a
que no se puedan advertir las coin- un programa de escritura que unifique
cidencias y significaciones sumer- un modo de leer literatura y un modo
gidas. Este procedimiento crítico de pensar a la política en relación a
trae aparejadas varias ventajas: ella, con mayor contundencia respecto
1) poder comprobar la continuidad de lo que el propio Viñas había postu-
que existe entre las diversas manchas lado en 1964. Se teje así una red infi-
temáticas; 2) la superposición, el nita de infinitos capilares, a través de
grado de superposición o de simple los que irrigan, de forma cruzada, los
tangencialidad entre los núcleos debates del Salón Literario y los reco-
temáticos; 3) la inserción de los rridos parisinos de Cortázar. Pero a
diversos autores en ese entramado la vez que esa irrigación mantiene
de vasos comunicantes y densifi- alimentada a la “literatura argentina”
caciones; 4) la relación entre los y, a la todavía en 1971, “realidad polí-
autores secundarios y los emergentes; tica”, también constituyen una matriz
5) el valor real de la emergencia de que va desde los primeros borradores
un autor que ha elaborado sobre dados a conocer en el dominio de
una mancha temática común; 6) el las revistas y periódicos, esa suerte
relativo valor de de archivo público exhibido ante la
Literatura argentina y su “excepciona- mirada de todos, y las sucesivas reedi-
realidad política es la confor- lidad” al parti- ciones, construyendo una especie de
mación necesaria de un esce- cipar en un tema genealogía vital que diseña la arquitec-
nario que supo metabolizar común y el recorte tura de un libro, de ese libro funda-
a la literatura nacional y la sobre la exaltación cional que es siempre el mismo, y a la
vida política. De ese escenario de “la creación” y vez siempre distinto. Como su autor,
poblado de los más diversos “la propiedad” siempre el mismo, siempre otro.
nombres, Viñas, casi inspi- de un trabajo;
rado por un primer plano, casi 7) la disolución
seducido por una estratagema del individua- Efectos y afectos de archivo
cinematográfica de la historia, lismo de “héroes”
selecciona de ese conjunto a de la literatura Entre quienes conocieron bastante a
Mansilla. Lo recorta respecto inherente a las David Viñas, solía escuchárseles decir
del resto de los nombres, céle- historias litera- a menudo que: “tenía a toda la litera-
bres e ignotos, del escenario rias tradicionales; tura argentina en la cabeza”. De ese
literario y político nacional. 8) la importancia murmullo repetido de boca de casi
estructural enten- todos los intelectuales y críticos de
dida como valor de coherencia de las generaciones siguientes, se tras-
una producción individual respecto luce un inquietante fenómeno, que
de la significación de una temática es el del libro como investigación, el
insertada y recortada en el humus libro como un conjunto de papeles

88
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

que constituyen un archivo, pero vinculadas a Mansilla y a su familia.


también diseñan los procesos escritu- Este archivo, que alberga entre sus
rales de una obra. No hay rastros, o al fondos los textos de Viñas, es a la vez
menos no quedó nada de los archivos un reservorio documentado de todos
que edificaron la arquitectura de los aspectos de la vida política e inte-
Literatura argentina y realidad política lectual de Mansilla, es la concentra- Ilustración de
Mansilla, por Cao
en sus diversas reformulaciones ción de una vida desde la óptica gris (Caras y Caretas)
onomásticas y formales. Cómo era
ese proceso de investigación, cómo
Viñas fue armando los complejos
entramados de lectura y escritura que
le permitieron diseñar ese dispositivo
crítico tan novedoso. Pero aún más
interesante sería preguntarse cómo
fue ese proceso sostenido de escri-
tura. Sobre eso, nada. Quedan como
testimonio versiones preliminares
en formato impreso, sumado eso a
la facilidad con la que Viñas solía
desprenderse de sus bienes librarios.
En el homenaje que la Biblioteca
Nacional ofreció luego de su muerte,
Eduardo Grüner contó que un día
compró una colección completa de
la revista francesa Poétique, y casual-
mente los ejemplares venían comple-
tamente glosados por David Viñas.
Se desprendía, por necesidad o por
desinterés, quien sabe, de sus textos.
Pero la desaparición real, material de
esos archivos de investigación, perma-
necía en su prodigiosa memoria.
El milagro contrario a este fenó-
meno, son las más de cuarenta cajas
que se conservan en el Archivo de la
Biblioteca Nacional, allí residen todos
los papeles preparatorios, borradores
y versiones de su último y mítico
libro titulado: Mansilla entre Rozas
y París, como aparece rotulado en
todas las carpetas conservadas. En esos
papeles, no sólo se advierten esbozos
preparatorios sino una cuidadosa
selección de documentos de los más
diversos archivos públicos, copias de
diarios, cartas, reseñas, fotografías

89
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

de la burocracia estatal, de los afectos hacer legible, de dar orden a algo que
personales o de las presencias de la se supone tan ajeno como el esquema
vida pública. de una obra que está inconclusa y que
Viñas ya en sus libros anteriores había ya no hay nadie a quien le pertenezca.
abordado aspectos diversos que se
cruzaban con la vida intelectual y polí-
tica de Mansilla. De modo que podría El crítico como ventrílocuo
pensarse que Literatura argentina y
realidad política es la conformación Si algo ha sabido David Viñas –posi-
necesaria de un escenario que supo blemente que sea una deuda de su
metabolizar a la literatura nacional pluma como escritor– es la de poder
y la vida política. De ese escenario hacer hablar a los personajes, cons-
poblado de los más diversos nombres, truir un retrato a partir de un detalle
Viñas, casi inspirado por un primer o de un objeto. En su libro inédito,
plano, casi seducido por una estrata- Mansilla habla, o al menos Viñas hace
gema cinematográfica de la historia, creer a sus lectores que habla, no sólo
selecciona de ese conjunto a Mansilla. a partir de una fusión entre el discurso
Lo recorta respecto del resto de los ensayístico y el documento, donde la
nombres, célebres e ignotos, del esce- cita de la fuente se incorpora con tal
nario literario y político nacional. De sutileza que crea la ilusión de un habla
modo que Mansilla entre Rozas y París próxima, cotidiana y reconocible. Pero
es un libro que de haber existido de a la vez, la insistencia en ciertos objetos,
forma definitiva, se constituye como como el célebre “monóculo” usado
la amplificatio de por Mansilla, y al que Viñas aludirá
El libro final, el libro que no otras zonas de la en varias secciones de sus borradores
se pudo concluir, es la versión obra crítica de manuscritos, es lo que construye una
perfecta y desbocada del libro Viñas. Resultaría imagen tensa que oscila entre la sofis-
que se continuó de forma imposible pensar ticación y la impertinencia durante la
ininterrumpida durante cinco la escritura de estadía de Mansilla en Europa.
décadas. Mansilla, al igual que ese libro, ahora Pero el habla y los objetos entran en
el primer texto sobre el roman- inconcluso, sin una lógica propia del estilo ensayís-
ticismo, está atravesado por la escritura previa tico de Viñas. Lo que supone que en
esos dos ojos, por esa mirada de los libros de cada capítulo se convoque a una serie
estrábica que lo lleva a pasearse ensayos ante- de muertos y en el centro de esa invo-
insidioso con su monóculo por riores. El libro cación esté Mansilla que reúne en sí
los palacios europeos, pero que sobre Mansilla mismo el dandysmo europeizante y
por momentos, evoca el suelo es en todo caso las más arraigadas tradiciones locales
seco de la expedición al sur, o un “efecto de ligadas a los tiempos de Rosas. En
los días del Palermo de Rosas. archivo”, como el fragmento aquí editado conviven
lo hay en tantos los emperadores más importantes
otros casos dentro de la literatura argen- del viejo mundo, con las alusiones a
tina, es un texto inconcluso que existe Freud o Thomas Mann. Viñas entra
por el afán clasificatorio del archivero, y sale de la literatura, puede ingresar
o por la valentía anónima del editor. de la mano de Proust al universo de
Hay algo de fatalidad en eso, hay algo En busca del tiempo perdido y de ahí
de profanación en el hecho de intentar esbozar una reflexión sobre el general

90
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

Urquiza. Los textos que componen pudo concluir, es la versión perfecta y


el entramado de lógicas de este libro desbocada del libro que se continuó
inconcluso apelan a un conjunto de de forma ininterrumpida durante
voces, a una polifonía histórica, en la cinco décadas. Mansilla, al igual que
que conviven escritores y figuras polí- el primer texto sobre el romanticismo,
ticas. Mansilla entre Rozas y París es la está atravesado por esos dos ojos, por
extremación de lo que Viñas postu- esa mirada estrábica que lo lleva a
laba en De Sarmiento a Cortázar, es pasearse insidioso con su monóculo
un modo de leer a partir de una red por los palacios europeos, pero que
de voces que el propio crítico animiza, por momentos, evoca el suelo seco
voces que Viñas manipula siempre de la expedición al sur, o los días del
girando en torno a la central invoca- Palermo de Rosas.
ción de Mansilla, donde el mundo se
arma a partir de fragmentos. En este
sentido el libro final, el libro que no se (*) UBA / BN.

NOTAS

1. Weinbaum, Raquel [David Viñas], “Los dos ojos del romanticismo”, en Contorno, 5-6, 1955, pp. 2-5.
2. Viñas, David, “Los culpables del 90. La Sodoma del Plata”, en La Gaceta, 31 de diciembre de 1960; “‘Niños’
y ‘criados favoritos’. De Amalia a Beatriz Guido, a través de La gran aldea”, en La Gaceta, 31 de diciembre de
1961 y 7 de enero de 1962.
3. Viñas, David, “Gauchos judíos y xenofobia”, en Revista de la Universidad de México, Año XVIII, Número
3, 1963, pp. 14-19.
4. López, María Pia, “Anarquía del estilo”, en Prismas, vol. 14, n° 2, Bernal, 2010.
5. Cronológicamente son: Literatura argentina y realidad política, Buenos Aires, ceal, 1977; Literatura argentina y
política I. De los jacobinos porteños a bohemia anarquista, Buenos Aires, Sudamericana, 1995; Literatura argentina
y política II. De Lugones a Walsh, Buenos Aires, Sudamericana, 1995. Por último, la edición definitiva en vida
de Viñas: Literatura argentina y política I. De los jacobinos porteños a bohemia anarquista, Buenos Aires, Santiago
Arcos, 2005, Literatura argentina y política II. De Lugones a Walsh, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2005.
6. Viñas, David, Literatura argentina y realidad política. De Sarmiento a Cortázar, Buenos Aires, Siglo Veinte, 1971.
7. Viñas, David, Literatura argentina y política I. De los jacobinos porteños a bohemia anarquista, Buenos Aires,
Santiago Arcos, 2005, p. 12.
8. Sobre esto y otras variantes de interés, véase el excelente trabajo de Laera, Alejandra, “Para una historia de la
literatura argentina: orígenes, repeticiones, revanchas”, en Prismas, vol. 14, n° 2, Bernal, 2010.
9. Viñas, David, Literatura argentina y realidad política. De Sarmiento a Cortázar, Buenos Aires, Siglo Veinte,
1971, p. 15.
10. El epígrafe pasa a ser: “Una lectura política empieza por leer el interior de los textos. Es un momento que
se va inscribiendo, a su vez, en la dramática de la ciudad donde intenta globalizar una mayor densidad posible
y hasta el vértigo de sus conflictos. Sin olvidar que siendo una alternativa no impone sino solicita otras pers-
pectivas para cuestionar y cuestionarse.”
11. El libro se organiza en tres partes: I. El itinerario del escritor argentino, que sería en núcleo más innovador
del libro, para luego completarse con reescrituras de diverso nivel en dos partes ya incluidas en la primera
edición: II. El viaje europeo y III. Niños, criados y favoritos.
12. Viñas, David, op. cit., 1971, p. 11.
13. Viñas, David, op. cit., 1971, pp. 142-143.

91
92

La voluptuosidad del lenguaje (*)


Por Américo Cristófalo

Difícilmente, cuando recordamos la figura de


David Viñas o cuando visitamos sus textos,
podamos ignorar el peso de su gestualidad. La
palabra en él iba siempre acompañada de un
“ademán”, de una tonalidad en la voz, de un
rostro singular. Si lo leíamos, sobrevolaba su
presencia física en cada frase. Si lo escuchábamos,
rememorábamos su escritura. Se ha dicho –y lo
reafirma Américo Cristófalo en esta disertación–
que se trata de una escritura materialista. Las
palabras no existen sin el cuerpo y éste tampoco
puede hacerlo sin su lengua y su entonación.
Por eso, Viñas era portador de una prosa volup-
tuosa e imponente; refinada, pero inquietante.
Cada palabra era una exquisita pieza pero, en sus
textos y en su voz, resonaban como electrizantes
ráfagas polémicas. La elegancia y la sobriedad se
nutrían de una energía corporal que las convertía
en finos y precisos estiletes capaces de dañar al
adversario. Pero esta incisiva destreza de esgri-
mista era inseparable de un estilo. Su caballero-
sidad era una suerte de modo de ser en el mundo,
cultivando un refinado anacronismo en el habla
capaz de poner en suspenso el presente. Y es que
en Viñas –sostiene Cristófalo– no había ninguna
expectativa con el futuro, pero tampoco nostalgia
de un pasado idílico. Todo se jugaba ahí, en la
propia situación, donde la palabra se proponía
abrir un surco en la realidad para extraer, a partir
de la labor crítica, las posibilidades reales de una
nueva sensibilidad.
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

Querría comenzar citando un texto muy lo que por su parte define como bona-
lateral de David que está en Menemato partismo de Lugones: “el bonapartismo
y otros suburbios: “Menem y Arlt”. En termina en tragedia con Lugones, pero
ese texto breve, contundente como con Sábato, cuarenta años después,
todos los de ese libro que reúne crónicas termina en farsa”. Las figuras son claras
publicadas en Página/12, Viñas describe y remiten de un modo inmediato a un
el pasaje de los 30, los años arltianos, a texto clásico, El 18 de brumario de Marx,
los 90. Se pasa de la crisis a la peste. La donde efectivamente hay un modo de
crisis en los 30, y la peste, como deri- pensar el movimiento histórico en ese
vación de aquella, en la década mene- sentido descendente, una escatología de
mista. Lo que en los años 30, no era la revolución, por así decir, o del tío al
más que síntoma, en los 90 –el texto en sobrino, que va de la burguesía épica de
cuestión está fechado a comienzos de la 1789 a la parodia del 48. Una corriente
década, en febrero del 91–, se presenta que declina y se descompone. Ahora bien,
como “plaga obscena”. Esa figura, que se el texto de Marx, El 18 de brumario, a la
reitera frecuentemente en Viñas, marca vez que construye esa imagen histórica
un modo de representar el sistema histó- muestra también la expectativa de un
rico, un concepto de la dinámica y movi- futuro en el que irrumpirá una lengua
miento de lo histórico. Para situarnos poética destinada a engendrar un acon-
en un caso característico, ilustrativo de tecimiento nunca antes visto, cuya lógica
este movimiento, se puede tomar Indios, ya no repetirá los espectros del pasado:
ejército y frontera. Por un lado, el ejér- que los muertos entierren a sus muertos.
cito de Roca, todavía percibido por la Esta lógica orientada al futuro, orientada
burguesía liberal argentina como ejér- en sentido de progreso, de armonía o de
cito de conquista, que culmina escrupu- reposo final o inaugural de la historia,
losamente la empresa de conquista de la nunca está en Viñas. Viñas no piensa
Patagonia, que retoma en ese sentido la la historia en sentido teleológico, la
vieja tradición colonial y se autodefine experiencia histórica no se despliega en
como instauración liberal del estado, dirección a síntesis o reposo. La imagen
excluyendo su responsabilidad genocida persistente de Viñas, a propósito del
–a lo sumo, escribe Viñas, reconoce que orden histórico, es más bien la de movi-
hubo “matanza”–. Por el otro, cien años miento perpetuo, siempre en conflicto.
después, el ejército de Videla, figura Quiero decir que no hay en Viñas, o por
de un ejército que no puede ocultar su lo menos no hay hasta donde entiendo,
carácter terminal, servil, que se enuncia una mirada que se oriente en el sentido
no ya como empresa de conquista de una cesación redencionista de la
sino en cuanto doctrina defensiva de historia. Para decirlo de otro modo, no
seguridad nacional. Entre esos dos hay nada en Viñas que permita idea-
momentos, se mueve para Viñas, lizar el futuro. Tampoco hay una valo-
una fuerza activa de envilecimiento, ración especial del pasado, lo que Viñas
de pérdida y degradación. subraya habitualmente, excluye este
En De Sarmiento a Cortázar, hay una tipo de consideraciones o valoraciones
comparación que parece dar la pista morales acerca de la temporalidad histó-
evidente de este sistema de lectura histó- rica. Se hace presente una naturaleza del
rica. Viñas trabaja con Sábato, lo compara tiempo, de lo histórico, un modo muy
–en “Sábato y el bonapartismo”– con propio de Viñas, que desprecia la moral

93
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

del progreso. Despreciar es una palabra ctica que no cierra en síntesis ni tota-
fuerte pero ajustada para pensar a Viñas; lización, una fuertísima mirada crítica
despreciar la doctrina del progreso es lo de las ilusiones de progreso, un modo
que aprendimos leyéndolo, leyendo sus muy intenso de señalar cómo esa lógica
recorridos acerca de la moral burguesa argentina de progreso no desemboca
en el siglo XIX, en el siglo XX. Ya sino en catástrofe, “peste”, obscenidad, y
que nombro el siglo XIX, agrego: sus pareciera introducir, en esta lectura, un
trabajos sobre el XIX argentino y latino- rasgo lejana e involuntariamente benja-
americano, para quienes nos ocupamos miniano en Viñas.
de literatura europea del siglo XIX, son Pero, si bien hay una erosión común
piezas enormes. Porque en los textos de la filosofía de la historia, una crítica
de Viñas hay una intensidad extraordi- común de la perezosa ideología del
naria de las modalidades y fórmulas de progreso, hay un tono benjaminiano
exposición, de la presentación crítica del que está completamente ausente en los
gusto, la moral, la política y el mundo textos de Viñas. Hablo de la melancolía.
cultural de la burguesía, de sus aspi- En Viñas prevalece una potencia vital,
Américo Cristófalo,
raciones modernizadoras y de su ideal una fuerza vitalista que está en íntima
por Marcelo Huici de progreso. Este conjunto, una dialé- conexión con el hecho de que para Viñas
de lo que se trata es siempre del presente,
un presente que, otra vez, tiene la distin-
ción de presentarse bajo la modalidad de
la acción, del movimiento. Aun cuando
Viñas se ocupa del pasado, se ocupa en
tiempo presente. Presente en perpetua
mutación y conflicto. En ese campo
de tensiones, creo, es donde se puede
pensar la lengua de Viñas como lengua
que viene precisamente a indicar que su
cualidad e invención entran de lleno en
la historia material del presente ligán-
dose a la acción, al relieve performativo
de la acción. Estos dos términos, acción
y perfomance se ponen inmediatamente
en relación, es obvio, con lo que atra-
viesa toda la obra de David, de la crítica
a las novelas, de la crónica al guión: la
fuerte preferencia por el teatro, la idea
de que la experiencia de la lengua es una
experiencia dramática. Viñas es teatral,
al menos inmediatamente en dos planos.
Por un lado, en cuanto ciertamente
pueden catalogarse como teatrales sus
reglas de composición, sus procedi-
mientos y alcances retóricos; pero, por
otro lado, entendiendo al teatro como
metáfora mayor, como escenario histó-

94
LA BIBLIOTECA
Viñescas N° 12 | Primavera 2012

rico donde tiene lugar el drama social, la romántica a las fórmulas de vanguardia:
ciudad, el drama histórico y público de “complicidad acrítica hacia adentro,
la escritura. Podría decirse: “el teatro en terrorismo hipercrítico hacia fuera”.
la calle” de Viñas. Esa doble cualidad de Europa es el espíritu y América la materia,
lo teatral, revierte además sobre la propia el deseo común de que Argentina fuera
lengua de Viñas, esa lengua centralmente hablada por Europa, la misma religión
dramática, que apela sistemáticamente a literaria, el mismo universal abstracto.
la técnica, las figuras, tonos y ritmos de El 37 se concibe como vanguardia
la teatralidad, y que dramatiza la propia y “la vanguardia consiste sobre todo
materia de las palabras. en estar al día. Esa es la clave: ser los
En De Sarmiento a Cortázar (el texto que primeros en leer y descifrar lo que viene
antes citaba respecto del artículo sobre de los centros imperiales de cultura”. El
Sábato) –aunque en realidad en todo arte modernista es sagrado, impregnado
el libro, en todo Literatura argentina y de “exquisitez”, la vanguardia es una inci-
realidad política, ese libro que acompañó tación a consumir bienes culturales, que
a Viñas siempre, en sucesivas ediciones se continúa en Sur, y en general en todas
y reediciones, corregidas, aumentadas, las empresas modernizadoras, la misión
modificadas, podría decirse, una obra en ahora es hacerse traducir en Europa.
movimiento, que siempre está movién- Vuelvo sobre el estilo teatral de David.
dose; me interesa particularmente la En “Itinerario”, los escritores y aun las
versión de De Sarmiento a Cortázar, corrientes, inesperadamente, hablan. Los
de 1972–, hay ahí un capítulo nuevo vanguardistas dicen: “Todos escribimos,
que no estaba en la edición clásica de la cosa es que nos paguen bien las notas.
1962, de Jorge Álvarez, y que más tarde En el Olimpo de las letras hay espacio
no estará en las ediciones siguientes: para todos: no empujen más, no me
“Itinerario del escritor argentino”. Viñas codeen, ni me silben, corresponde hablar
reitera en “itinerario” la idea de viaje, despacio porque ahora los consagrados
de movimiento, lo que va del “escritor somos nosotros”. Fuera de la nota de
liberal romántico” a la mitología corta- aplastante ironía, lo notable es la conta-
zariana de París, pasando por el escritor minación, o mejor, la inserción violenta
como hombre blanco, el modernista, de un parlamento propio del teatro en
la culminación y muerte del escritor un texto de valor crítico, un texto de
burgués, o el escritor vanguardista. Se historia literaria. Viñas resuelve con
pueden seguir ahí muy bien esas dos pasmosa plasticidad el uso y los cruces
obsesiones “metodológicas” de Viñas: de la primera persona, pero además,
la mancha temática y las constantes haciendo hablar a sus personajes. Habla
con variaciones. La historia literaria no Lugones, habla Macedonio, hablan Arlt
se precipita en el sentido de un avance y Sábato. El texto sobre Lugones argu-
de rupturas o superaciones, sino más menta en el sentido de un pasaje del
bien de constantes, de invariables con Lugones profeta a un Lugones aislado,
correcciones. Borges corrige a Lugones, que ha perdido público, y repentina-
como el gentleman al escritor blanco; del mente leemos: “El escepticismo sistemá-
romanticismo liberal a Sur hay varia- tico me penetra, estoy solo, no soy nada,
ciones más o menos apreciables. Pero en por detrás de mi papel no hay nadie, sólo
conjunto se trata de un programa relati- me queda suicidarme y lo hago”. Teatro,
vamente común que va de la fundación teatro crítico de Lugones, la crítica no

95
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Viñescas

es esencialmente narrativa para David, arremetidas frente a las vacilaciones


es dramática, y no podría ser de otro metafísicas y morales de los programas
modo. Sábato, por ejemplo, dice: “Yo literarios, ese empeño por el cuerpo.
soy Dostoievski, pero sin alma eslava”. Lo que digo no es nada que no se haya
Viñas teatraliza el concepto de historia dicho ya sobre David, y que no pueda
literaria, dramatiza el escenario de la lite- volver a discutirse, armo un recorrido.
ratura argentina de manera sistemática. Para terminar, un texto extraordina-
Esa mirada teatral en Viñas no es menor, riamente pertinente para el momento,
no responde exclusivamente a un juego un texto sobre el que habría que volver
exterior, a una retórica débil, es una retó- después de haber pasado ya por todas las
rica, sí, pero en el sentido más categórico variantes y acumulaciones críticas que
en que pueda pensarse, en la medida en se han ofrecido sobre Borges, ese breví-
que tiene extensión con la vida, sólo en simo y escueto Borges del “Itinerario”,
esa medida de “sermo corporis”. seis paginitas. “Borges: desacreditar al
En esa línea se puede pensar a Viñas mundo”. Borges se presenta ahí como
como actor, siempre en escena. Incluso el objeto que necesariamente se va a
para los momentos en que no estaba encontrar, en algún momento, con el
en escena tenía una término, extraor- ideal cultural de la burguesía argentina.
dinario, respondía a: “¿Qué tal David? Borges como la consumación burguesa
¿Cómo va?”, con un: “Acá, balconeando”; de la literatura argentina. La torsión
o sea, de espectador, mirando de afuera. mediante la que Borges va a encontrar ese
Este es otro momento de enseñanza espacio requiere previamente la abstrac-
de David, la escena, la vida. Desde ya, ción del cuerpo, la coartada de despojarse
uso deliberadamente este viñismo de del cuerpo para que hable el cielo de la
lenguaje, estar en escena como estaba Cultura, Borges como ángel cultural,
Viñas produce efectos fuertes. Se me huyendo de la historia, la ciudad, la
ocurren inmediatamente: la fascinación, muerte. Borges como culminación de la
aquella que producían las clases entre sus religión de la literatura, en ese despoja-
alumnos, pero también la incomodidad. miento Borges replica la mitología que
Los colegas y discípulos que se incomo- va a dar satisfacción al deseo nacional de
daban, los personajes del mundo literario literatura moderna, burguesa. Ese breví-
que preferían salir corriendo antes que simo Borges del “Itinerario”, que invito
verse tocados por la demoledora ironía a releer, remata con una humorada
de David. Y los que se incomodaban con memorable y que por azar ha recupe-
él en política. Quiero decir con esto que rado estos días alguna actualidad política
la extensión evidente de estos ritmos y en torno a esa Universidad que ha susci-
procedimientos teatrales se contemplan tado alarmas y comentarios de índole
en relación directa con una biografía, diversa: “Hay que pasearlo a Borges, hay
con un modo de estar en acción. Este es a que pasearlo en Harvard, con su mamá,
su vez el campo donde habría que pensar con su mujer”.
la obsesión de David por los lenguajes
encarnados, por los lenguajes que
tienen cualidad, voluptuosidad y forma (*) Conferencia ofrecida en la apertura
corporal, especialmente su insistencia de las jornadas “El último argentino del
contra las debilidades de la idealización, siglo XX. David Viñas”. Sala “Juan L. Ortiz”,
de la mitificación, esas permanentes Biblioteca Nacional, 3 de octubre de 2012.

96
La labor del crítico tiene,
siempre, una relación
ambigua con las imágenes.
Imaginarias Por un lado, las discute, las
desgrana, las somete a su
escrutinio, problematizando
su cristalización como íconos
de la época, representaciones
que, de tan habituales, se
vuelven verdades de su tiempo. Y esta dimensión, en la era de la
reproducción masiva de imágenes y del predominio de los grandes
medios de comunicación, es tan fundamental como dificultosa.
Porque la esfera pública –aquel espacio en disputa donde se confi-
guran las discursividades sociales y las visibilidades– está cada vez
más sometida a una codificación hermética. Se trata –creemos– de
una forma de inteligibilidad que clasifica las palabras y las cosas
en grilletes interpretativos constituidos de antemano. El esforzado
crítico, entonces, deberá crear lenguajes y espacios de discusión e
intercambio en los cuales una idea pueda ser pensada por fuera de
la constitución de los estereotipos. No se trata de impugnar su conte-
nido, sino de suspender, aunque sea momentáneamente, su vigencia
como forma organizativa de la percepción colectiva.
Pero esta obstinación no sólo busca conformarse con descomponer
estas poderosas factorías productoras de imágenes contemporáneas.
También anhela forjar una perspectiva capaz de augurar un
mundo otro por venir. Agrietar las percepciones para poder encon-
trar otras relaciones posibles, resquebrajar las imágenes dominantes
para imaginar otros presentes virtuales, crear conceptos y rehacer
las palabras proponiéndose narrar de otro modo los aconteceres de
la historia. Y, si todo esto no fuera poco, además precisa que su
voz no sea parte del mundo desencarnado de la palabra en el que
ésta circula como equivalencia general, relativizando el contenido,
la mirada y las condiciones mismas de producción intelectual. A
veces debe tomar la palabra, otras tantas sustraerse del mercado de
la opinión pública y mediática, siempre necesita estar incómodo y
sospechar de los mecanismos de consagración y de la propia consis-
tencia como intelectual.
En este espacio presentamos tres artículos en los que se discuten
imágenes, se interrogan mitos y se revisan ideas.
Beatriz Sarlo analiza las fotografías tomadas a Eva Duarte por
Gisèle Freund en 1950, por encargo de la revista Life. Interroga,
describiendo, contextualizando, descomponiendo y reconstruyendo
la escena, la imagen de Eva frente al espejo. Un retrato íntimo,
distendido y al interior de su hogar que logra contraponerse a la
tensa imagen pública de Eva en sus discursos, en su actividad polí-
tica y como mujer de Estado. En este contrapunto, Sarlo reconstruye
cada signo, cada gesto de la foto para señalar ese desdoblamiento.
Dardo Scavino se remonta a la época griega, más específicamente
a Platón, para reconstruir la controversia histórica entre filosofía y
poesía. La primera, a cargo de la producción del saber “válido”, y
la segunda, como poderosa narradora de las mitologías populares.
Esta tensión, que atravesó la modernidad toda, involucró todos los
intentos vanguardistas que replantearon la relación entre el saber
y la escritura. El autor recupera estas discusiones y, lejos de clausu-
rarlas, las abre como dilemas irresueltos.
Por último, Horacio González reconstruye el itinerario intelectual
argentino, con sus estilos, lenguajes y controversias, hilvanando un
mapa de las diferentes situaciones que esta discutida figura, nunca
concebida del mismo modo, tuvo que enfrentar en cada coyun-
tura histórica. Entre “el fantasma del compromiso y la traición”,
el intelectual argentino tuvo que tomar sus decisiones sobre cómo
intervenir, en cada época, vinculando lengua y experiencia.
100

Fuera de campo
o la intimidad de Eva
Por Beatriz Sarlo

Los dichos populares son problemáticos pues condensan


elementos verídicos, pero como sentencia cristalizada.
Podemos inferir de su fraseo, entonces, un rasgo de la
percepción social; una imagen vale (y habla) más que
mil palabras, por ejemplo, designa esa potencia de la
imagen capaz de aprehender dimensiones de la expe-
riencia poco evidentes o que se encuentran por debajo
de los hábitos perceptivos. Y es así, en las imágenes
tomadas en 1950 por Gisèle Freund, especialmente
aquella que muestra a Eva frente al espejo, por encargo
de la revista Life. Se trataba de la producción de un
artículo, cuya prosa irónica estuvo a cargo de Robert
Neville, en el que se abrevaba en la constelación de
preocupaciones comunes a la prensa internacional y
al antiperonismo local. El objetivo de la empresa era
aproximarse a la “verdadera Eva”, aquella que se recor-
taba como trasfondo de la poderosa mujer pública
que, en su alianza con los trabajadores, “gobernaba la
Argentina según los designios de la propia voluntad”.
Y el extraordinario momento que captura la fotógrafa
logra su cometido, pues sustrae a una Eva Perón de
su personaje público (el referente histórico-político),
presentando una mujer joven, íntima y distendida, sin
la dureza corporal inherente a las confrontaciones polí-
ticas y al trato cotidiano de los asuntos de Estado.
Sin embargo, las imágenes no hablan solas. Para escu-
charlas hace falta hacerlas hablar. Y eso es lo que hace,
con sutil minuciosidad, Beatriz Sarlo en este artículo: ir
tras los signos y los gestos para reconstruir el dilema de
la mujer cuya vida se desdoblaba, sin síntesis aparente,
entre la cotidianidad pacífica del hogar y la belige-
rancia política extremada como conflicto de clase.
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

She will never win our hearts, decir, por ejemplo, que la imagen es
She is a woman for a start, un ensayo visual sobre el envejeci-
She holds no elected post, miento de una belleza prerrafaelista.
She is an ornament at most. Pero en esta foto, la operación de
Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, expulsar el referente es posible, porque
Evita el “concepto Eva” funciona más plena-
mente en las imágenes donde su cuerpo
es el del Estado peronista. La foto de
“Veo los ojos que han visto al Freund buscó una intimidad que los
Emperador”, escribe Roland Barthes, cuerpos de Estado no tienen: los reyes
en La chambre claire. Miro la foto se acostaban y se levantaban en público,
de Gisèle Freund y veo los ojos que rodeados de un ceremonial de corte; los
vieron a Perón. Hago un esfuerzo y monarcas modernos, esos políticos que
trato de olvidarlo, como si no pudiera fueron tocados por el carisma, siempre
identificar a Eva y la imagen tuviera viven en función representativa. Eva le
una referencia desconocida por mí. dio cuerpo al Estado, vestida por Dior,
Recién entonces puedo empezar a ver por Balenciaga o por Paco Jaumandreu,
realmente. Finjo que no reconozco cubierta de una capa de zorros cuando
a Eva para poder conocer la foto- Franco la condecora, o llevando su traje
grafía de 1950 tomada por Freund. sastre, como los obreros peronistas eran
Descartada Eva como realidad externa, el Pueblo llevando overol azul o camisas
se desanuda un lazo entre la fotografía sin saco. Algo de esta foto (luego inten-
y su personaje. Después tendré tiempo taré decir qué fue ese algo) permite
de aceptar el peso iconográfico de la prescindir del referente, olvidar que esos
historia y preguntarme qué quiso hacer ojos son los que vieron a Perón, y ver
Freund con sus fotos de Eva. una mujer sin nombre, una burguesa
Entonces, arrojo la referencia “Eva” muy joven, frente al espejo.
fuera del campo de imágenes evocadas,
lo desecho, me niego a establecer un
nexo. No es fácil, porque la imagen La joven esposa
está cargada de todas las Evas que he
visto; sin embargo, es la fotografía más La fotógrafa le ha pedido que se suelte
apropiada para hacerlo. Freund buscó el pelo. Lo suponemos porque la
la verdadera intimidad de su modelo mujer está ya completamente vestida
y, en realidad, la fotografía muestra de calle, foulard al cuello, con sus
también otra cosa. Sería muy difícil zapatos oscuros de pulsera al tobillo
prescindir de “Virginia Woolf” en las y taco alto. Suponemos que la mujer
fotografías que Freund le tomó gracias ya estaba peinada cuando obedeció
a la intervención de Victoria Ocampo. el pedido de la fotógrafa porque su
Sería difícil desechar a Woolf y pelo conserva las marcas del rodete o
conservar sólo ese rostro noble, recon- de la torsada. Habitualmente no usa
centrado y sereno, donde el paso del el pelo suelto, porque ese pelo no fue
tiempo deja ver la perfección futura de cortado para que cayera, libre, sobre la
la calavera en los huesos que sostienen espalda. La mujer trata de apartarlo de
los pómulos y definen el óvalo de la su cara, buscando la imagen que ella
cara. No podría desechar a Woolf y reconoce de sí misma. Sonríe compla-

101
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Retrato de Eva Perón


(Gisèle Freund)

102
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

cida porque siente la pesada voluptuo- una ampliación que será colgada en la
sidad del pelo rubio que ella puede pared de ese departamento burgués,
ver sobre el hombro derecho de su bien amueblado, como lo muestra la
reflejo. Sus ojos miran hacia el costado muy burguesa silla Biedermeier que
izquierdo de la fotografía, exactamente ocupa la modelo, de perfecto respaldo
el punto donde está la cámara, o sea curvo, tapizado en pana.
que también es posible que sonría El marido está orgulloso de su mujer.
porque la fotógrafa le ha dicho algo, Ella lo sabe y esa mirada del hombre le
le ha pedido algún gesto. Es joven, permite ver su reflejo con una felicidad
pero no tiene el aspecto de una soltera sensual y divertida. Es una señora, pero
sino de una esposa; no hay huellas de no una “gran señora”; una burguesa,
tiempo en su rostro ni en sus manos no una aristócrata de cuna. Su pelo
pero tampoco incompletitud adoles- oscuro teñido de rubio es demasiado
cente. Viste formalmente, como una delator para ser refinado. Pero le sienta
señora elegante, que no olvida el toque bien, sin vulgaridad, aunque contrasta
indispensable del foulard. con las cejas oscuras.
La mujer parece feliz, como si le Es de tarde, o lo parece por una
gustara su imagen en el espejo, que luz que da la impresión de entrar
no está mirando ahora pero que segu- por una ventana a la izquierda. El
ramente ha mirado mientras la fotó- momento femenino del día, cuando
grafa preparaba la cámara y hacía los los hombres están en el lejano
ajustes técnicos. Está, por cierto, en planeta de sus trabajos; las mujeres se
su casa, y no en un estudio; disten- encuentran a tomar el té en alguna
dida, porque conoce bien el espacio confitería del centro y regresan luego,
dentro del que la fotógrafa ha elegido tan frescas como salieron. No hay
ubicarla. Parece no temer nada; nadie más en ese departamento; la
captada poco antes de salir, ha acce- mujer de servicio está lejos de la zona
dido a fotografiarse y después seguirá “noble”, en la cocina, seguramente
con sus planes para pasar una tarde escuchando la radio.
agradable. Cuando la sesión de fotos La mujer se ofrece a sí misma su imagen
concluya, va a salir; intuimos que está y le ofrece el reflejo a la fotógrafa, que
libre de obligaciones hogareñas, que la ha sentado así, frente al espejo, una
todavía no tiene hijos y que de su casa más en la serie secular de mujeres
se ocupan otras mujeres de servicio. bellas frente a espejos que las reflejan.
No sabemos quién pidió las fotos: Y una especie particular dentro de
si la mujer que se siente hermosa y esa serie: la de mujeres que se peinan
quiere conservar una prueba de ese o fingen peinarse, que juegan con su
momento; o el marido que ejer- cabello frente al espejo, como la que
cerá un acto de orgullosa posesión en 1876 pintó Manet, también ilumi-
simbólica. Sin duda, la que estamos nada por una ventana, a medio vestir,
viendo, no es la foto principal de la un espalda desnuda cuya sensualidad
serie encargada a la fotógrafa. Por es efecto de la pincelada que “hace
el contrario, será una gentileza (en cuerpo”. No son Venus frente al
tamaño postal, por ejemplo) de la espejo, sino mujeres modernas (para
fotógrafa con la pareja que pidió las usar el término con que Baudelaire
fotos; porque la principal deberá ser definió su época).

103
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

La felicidad tiene algo de sensual pero no amenazada por la vejez, ni por la


nada de perturbador; el desvío de la descomposición. Esto lo muestran los
mirada informa que, más allá del espejo, brillos y reflejos audaces, las manos
está la fotógrafa, y que la mujer no blancas, casi quemadas por la luz; la
está absorta en su reflejo narcisista. El confianza de la modelo en sí misma; la
desvío de los ojos inclina a suponer un confianza de la fotógrafa en que puede
afuera calmo, lujoso y voluptuoso (para tomar riesgos técnicos.
citar otra vez a Baudelaire). La mujer Quien mira la foto, podrá decir: “Esta
está cómoda y confiada en su presente. mujer es feliz”. O también: “La foto-
Ignoramos cómo la fotógrafa alcanzó grafía muestra a una mujer feliz”. Lo
ese instante de confiada entrega, pero que no es exactamente lo mismo. Sin
lo cierto es que nada sugiere un forza- embargo, la mirada interrogativa de
miento entre la cámara y su modelo. la modelo, dirigida hacia la fotógrafa,
La mujer se entrega a su belleza y, a como si le estuviera preguntando si de
través de ella, se abre a la fotógrafa. No esa manera está bien, si ha cumplido
hay agonismo sino delicia. la indicación recibida, es una mirada
La mujer parece segura, como si no tranquila, sin presiones ni apuro.
tuviera dudas sobre su futuro, ni La mujer viste de oscuro porque es
pensara que pueden acecharla contra- invierno y, en la época en que fue
riedades o sinsabores. Está suspendida tomada la fotografía, la moda pres-
en el instante, pero da la impresión de cribía “colores de estación”, acla-
que la luz de media tarde que cae sobre rados por el fulgor de alguna seda o
la mitad de su cara no será pasajera. un vivo de satén. Lo oscuro carece de
En esa habitación burguesa (el rincón todo simbolismo; pertenece al guarda-
de una sala, con espejo de sala, no de rropa de una mujer que, aunque goza
toilette ni de peinador)1, el tiempo cuando su pelo se derrama libre de las
transcurre acompasado. La mujer es horquillas que lo sostienen habitual-
demasiado joven para temer el futuro; mente, cree que el buen gusto para la
pero no es tan joven como para no ropa de calle son los tonos sobrios, la
darse cuenta de que está completa en la discreción. En eso responde un poco
actualidad que la fotógrafa ha captado al dictado de una moda de época y
magníficamente. otro poco (podría suponerse) a una
Se trata de un retrato en la intimidad. inseguridad de origen social, cuya
Quien sólo conozca esta foto de la pesadilla mundana es “caer” en el mal
mujer seguramente pensará que es gusto. Todo lo que esta mujer feliz se
el retrato que prefirió la fotógrafa, permite es una sensualidad hogareña,
aunque su trabajo la obligara a tomar tocarse las sienes y sujetar el pelo en
otras poses y elegir otros encuadres su caída mientras se mira al espejo y
para las fotos principales. Oscila entre comprueba que está bien así. Cuando
la captación del instante: mujer arre- se peine, el pelo será disciplinado más
glándose el pelo suelto frente al espejo; discretamente; la sensualidad de ese
y la composición elaborada: imagen pelo es de entrecasa, una sensualidad
de mujer fotografiada en su reflexión de joven esposa que se guarda antes
en el espejo. Esta bifurcación formal de salir. La fotógrafa ha podido verlo
coincide en un punto: la representa- porque, como todo buen retratista,
ción de una plenitud joven, todavía supo ganar una confianza.

104
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

No sabemos de qué hablaron las dos de la película (lo imagino sin saco,
mujeres, ni cómo la fotógrafa le indicó floja la corbata y con el sombrero
a la fotografiada cuál debía ser la pose echado sobre la nuca) que le está
para ese retrato en la intimidad. No dando instrucciones sobre la escena
puedo imaginar cómo se alcanzó esa que rodarán poco después. Al lado del
entrega sin crispaciones de la modelo director, un fotógrafo de filmación
(la joven esposa estaba quizá dema- está documentando para la prensa.
siado orgullosa de su belleza, quizás La actriz mira confiada y sonríe; quiere
le preguntó si el pelo estaba bien así). caerle bien al director, no tener dificul-
Como sea, la boca entreabierta, que tades en su primera gran oportunidad.
muestra los dientes y la punta de la Muestra su pelo como signo de vitalidad
lengua, es el sello de una satisfacción y juventud, como asegurando que, con
ante el espejo que la mujer quiso ofre- ese pelo, se puede imaginar cualquier
cerle a la fotógrafa: una boca entre- peinado. En pocos minutos más, la
abierta y seductora, ausente todo peinadora convertirá esa masa de pelo
rictus, borrada toda tensión. La fotó- claro en un chignon voluminoso, sin
grafa consiguió una sonrisa soñadora o necesidad de postizos. Su cutis es claro
atenta, no es fácil discernirlo. y transparente; volvería innecesaria la
Esta mujer morirá dos años después, batería de filtros usados en la época
pero ni ella ni Gisèle Freund lo sospe- para nimbar a las estrellas y las damitas
chaban cuando, en 1950, se hicieron jóvenes, aunque, de todos modos,
las fotografías. terminarán usando esos filtros porque
no hay rostro luminoso que irradie con
esa acostumbrada luz de cine.
¿Y si fuera una actriz? La actriz está segura de sí misma, sobre
todo porque viene desde abajo y sabe
La foto registra el back-stage de una medir la suerte que la ha tocado. Su
filmación. La actriz todavía no ha cara, que la foto muestra redondeada
pasado por la peinadora ni por maqui- y sin ángulos, se
llaje. La primera escena de la jornada adapta al gusto Esta mujer fue la más poderosa
transcurrirá en un living burgués de de la época; no y la más odiada de su tiempo,
esos que tanto le gustaban al cine tiene rictus, como su rostro fue el logotipo de
argentino de los cuarenta. La actriz se si la luz hubiera un régimen, su cuerpo fue el
ha soltado el pelo, porque el peinado difuminado toda cuerpo del Estado. La marca
de escena no es el que trae de la calle marca de esfuerzo. de esa referencia no puede
y se mira en el espejo; está contenta. En ese sentido, la borrarse, sino que fue suspen-
Es una actriz de segunda línea en foto miente un dida para ver qué sucede.
ascenso; en este film tiene su primer poco; hay otras,
rol de cartel francés. Una luz intensa de esa misma época, que muestran a
entra desde la izquierda aunque en ese esa mujer de modo distinto. Pero es
estudio la escenografía aún no sido evidente que la luz clara produce ese
iluminada para la filmación. La actriz ablandamiento de los ángulos y borra
está contenta, no ha tenido tiempo las marcas de expresión. Reflejada en
para sentirse cansada, la jornada ese espejo burgués, la actriz se muestra
recién empieza. Mientras se arregla dulcificada y ríe con ojos que no
el pelo, mira por el espejo al director siempre emiten esa mirada risueña,

105
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Antena, febrero de 1945


(foto: Ann Marie Heinrich)

106
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

sino que pueden ser muy duros (la vida respondido a una ocurrencia (¿del
de las actrices de segunda es muy dura). amante, de la fotógrafa?) reveladora
Es una fotografía lujosa (la versión del del carácter privado del encargo, en
lujo del cine argentino). La felicidad de un momento en que la actriz Evita
la actriz la vuelve ligeramente sensual, Duarte comenzaba un difícil camino
una vibración de voluptuosidad física de ascenso que combinaba las influen-
que no es muy suya, si se les cree a otras cias militares con sus propios méritos,
fotografías de esos mismos años. del mismo modo que otros caminos
La foto no da datos sobre el tipo de hacia el estrellato potenciaron las
película en la que la actriz está traba- cualidades personales con la influencia
jando; en realidad, no da información de relaciones masculinas importantes.
sobre esa mujer que ha captado medio Esa serie de Heinrich es un homenaje
en pose, medio como instantánea, a no convencional de la fotógrafa a su
mitad de camino entre lo producido y modelo, muy diferente a las poses
lo encontrado: el uso del espejo prueba obligadas por
la opción formal del fotógrafo, pero la la época para Por un momento que captó la
mirada en diagonal de la modelo y su las carátulas de cámara de Freund, esa mujer
sonrisa muestra uno de esos momentos las revistas del se sintió ella también libre de
en que, después de poner la cámara, el espectáculo. La su referencia pública.
fotógrafo deja pasar unos segundos, joven actriz está
hace una pregunta o una observación reclinada en una chaise-longue de
y obtiene así algo que escapa a la pose. raso a rayas; la luz que llega desde la
Los retratos que conocemos de la derecha resalta el brillo esponjoso
actriz, publicados algunos años antes del pelo suelto. Son fotos de estudio,
en las revistas del espectáculo, son más de iluminación muy elaborada, que
estereotipados, subordinados al ideal no buscan la “naturalidad” sino una
de belleza y a la expresión mignonne y especie de representación: la sensual
dulzona de la época. Responden a un démi-mondaine. Al dorso, algunas de
canon que ha pasado por completo. las copias llevan una fecha temprana,
1937, y otras de la misma serie, 1940.
Todo de puño y letra de Heinrich.
Otras fotos, la misma modelo Por tanto, la fecha es incierta, pero,
en cualquier caso, la actriz todavía no
Hay excepciones a ese canon estética- se había distinguido del montón de
mente cursi y moralmente respetable. damitas jóvenes. Cuando Eva murió,
Por ejemplo, la serie de Eva con un los servicios de inteligencia llegaron
gato que hizo otra mujer de origen de madrugada a casa de Heinrich para
alemán, Annemarie Heinrich, que que se les entregaran todos los nega-
durante décadas fue la fotógrafa del tivos de estas fotos.3 Heinrich logró
mundo del espectáculo, cuya calidad esconder sus copias.
es sólo comparable con su documen- La sugestión del rostro de la actriz
tación exhaustiva de los sucesivos proviene de la iluminación, un excep-
modelos de belleza y glamour. cional trabajo de contraste. La estética
Corrió el rumor de que ese gato fue de las fotos es muy superior a cual-
un regalo del general Pablo Ramírez2, quiera de las que fueron publicadas
y que su inclusión en la serie habría en revistas, incluso las de la misma

107
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Heinrich, como ese primer plano, de Esto hace posible las dos lecturas
febrero de 1945, que muestra a la actriz propuestas más arriba de la misma foto
tan rubia como en la foto de 1950 de de Gisèle Freund. Su modelo se ha
Freund, reconcentrada y seria, algo colocado, por un instante, lejos de lo
melancólica en un tres cuartos perfil que es en realidad; es posible desechar
que dominan los ojos de mirada fija, la referencia (aunque todos sabemos
poco vivaz, donde el blanco del globo que la foto es de Eva Perón en 1950)
prevalece sobre la pupila oscura. La y, ausente esa referencia, intentar otra
actriz está representándose: cubierta lectura. La fotografía se disloca de su
de joyas, aros modelo como figura pública (la mujer
Poder y creencia en el poder de brillantes en más poderosa de la Argentina) y se abre
son inseparables porque no trazo de media- a un sistema de referencias “ingenuo”.
hay rey ni líder si los súbditos lunas, anillo de Como si no supiera quién era Eva en
o los ciudadanos no creen en brillantes en la ese momento, miro lo que la foto me
los signos del poder como se mano izquierda muestra y trato de entender eso que
cree en atributos personales. y de oro en la muestra, no eso que sé que es. Cuando
derecha, donde dejo fuera la referencia conocida, la foto,
también lleva una pulsera ancha, que lejos de volverse enigmática, ofrece un
completa la pulsera de plata en la significado que posiblemente la fotó-
muñeca opuesta. Todo reluciente y grafa no buscó. La foto gana autonomía
espejado: red negra sobre body blanco referencial y pierde carga ideológica:
y hombreras de pailleté.4 es más libre y menos prejuiciosa. El
Dos meses después, otra revista del parti-pris de la fotógrafa se desvanece y
espectáculo afirma que el guarda- surge, en cambio, su arte.
rropa de Evita Duarte es de los “más Me pregunto si es aceptable expulsar
fastuosos del ambiente” e intercala un al referente de una fotografía (y en este
subtítulo de clara intención editorial: caso de una fotografía periodística,
“Todo lo gasta en ropa”. No es una tomada por encargo por una fotó-
declaración muy sorprendente. grafa acostumbrada a los encargos que
Las fotos de dama con gato de Hein- cumple de manera independiente o
rich y la de Freund, en cambio, para la agencia Mágnum) pautada por
muestran a la actriz más libre de un lo que pidieron los editores de la revista
estereotipo profesional. Despejan la Life, como si decidiera prescindir de
referencia para que, por un momento, Baudelaire en la famosa fotografía de
debajo del estereotipo “retrato de Nadar y decir: foto de un dandy de
actriz”, surja otra cosa, el “retrato de mediados del siglo XIX, perfección en
mujer joven”. Para lograrlo, las fotó- el negligé del moño, mirada aguda y,
grafas debieron ganar la confianza de sin embargo, petrificada por el spleen,
su modelo. La actriz dejó de ser actriz rictus. Es más, mi idea del dandy y
al abandonar un momento el estereo- del spleen salen de esa foto de Nadar
tipo de época. Negó así su referencia tanto como extraigo una noción del
más convencional y dejó entrever una rostro de Baudelaire. Desechado el
cierta intimidad. Se abrió a la fotó- referente que tiene nombre propio
grafa o la fotógrafa logró trasmitir (Eva Perón, Baudelaire) queda, otro:
la impresión de que esa mujer se le joven esposa, actriz joven (cuyo
había abierto. nombre también expulso), que dice

108
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

cosas muy diversas de las que tuvo En 1950, Eva ya no tenía sino foto-
como intención la fotografía. grafías de Estado, hierática a veces,
Esta mujer fue la más poderosa y la más en acción mientras trabaja, ataviada
odiada de su tiempo, su rostro fue el como una reina para las ceremonias
logotipo de un régimen, su cuerpo fue públicas, pero siempre como represen-
el cuerpo del Estado. La marca de esa tante de algo que no era ella. En la foto
referencia no puede borrarse, sino que de Freund vuelve a serlo. Y por eso,
fue suspendida para ver qué sucede. porque es sólo Eva la deseché como
Ello no implica una falsa lectura sino referente para ver qué decía la foto sin
un test que examina la foto en relación ese nombre propio.
con otros problemas, no sólo los que
plantea su referente histórico, ni los
que se abren tomando en cuenta la Signos sobre el cuerpo
misión periodística de Freund. Lo que
sucede es un instante desviado (casi La foto de Eva frente al espejo no es
milagroso) de la visión, una origina- la única que tomó Gisèle Freund. De
lidad: salvo en algunas fotos “privadas” esa misma sesión, hay otras: junto a
de Heinrich y algunas instantáneas su colección de sombreros, casi extra-
verdaderas, no existe mayor proxi- vagante, como ordenadas naturalezas
midad con una dimensión subjetiva muertas; sosteniendo, ensimismada,
de la modelo. un cofre con joyas descomunales;
No me refiero a una dimensión psico- de pie frente al armario de sus pieles;
lógica ni al reflejo imposible de una examinando, con su ayudante personal,
interioridad, sino a la captación de un vestido de noche; sentada con un
un momento del sujeto que no se perrito en la falda mientras la peinan,
había presupuesto ni estaba en ningún le arreglan las manos y su secretario lee
cálculo: la alegría que sólo se experi- la agenda del día; en su escritorio de la
menta a cierta edad, cuando los ojos fundación. Todas esas fotos quieren
y la piel son brillantes, cuando el probar algo. Pero, curiosamente, no
pelo soporta cientos de tinturas como entienden ni captan el verdadero valor
si fuera nuevo, cuando ni siquiera de esos abalorios de millonaria con que
un vestido demasiado severo puede presentan a Eva. Quieren presentar una
ocultar la juventud. Esa dimensión intimidad no vista, pero olvidan que se
subjetiva es Eva pero es más que Eva. trata de la intimidad de la mujer políti-
La expulsión (temporaria, mejor camente más poderosa de la Argentina,
entonces decir: la suspensión) del de una figura pública que, en 1950,
referente, en lugar de empobrecer la estaba en el cenit de su fama y de su
fotografía, la embellece. No es la mera fuerza. Los objetos mostrados habían
estrategia periodística de cazar a una sido vistos decenas de veces, incluso en
política en las redes de una opera- fotos de la prensa internacional durante
ción fotográfica. Por un momento el viaje de Eva a España, Italia, Francia,
que captó la cámara de Freund, esa Portugal y el Vaticano en 1947.
mujer se sintió ella también libre de su La política es el juego de la represen-
referencia pública. Por un momento tación. O, según la exacta fórmula
dejó de ser Eva Perón porque Freund de Louis Marin, “representación y
supo buscarla donde ella no estaba. poder son probablemente de la misma

109
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

naturaleza”.5 La representación es pareja presidencial enlazada contra un


posible a través de un conjunto de fondo de cielos rosados y paisajes verdes
signos exteriores, identificados con el (un mural inventado ad hoc como
poder o propuestos como su apariencia, decoración de un espacio vagamente
que se muestran para asegurar que el art déco, entre interior y jardín). El
portador de esos signos está investido vestido de Eva, estilo sirena, cola arre-
no sólo de ellos sino de lo que ellos molinada a sus pies y corsage bordado,
representan. Están allí para producir brillo sobre brillo, piedras sobre seda,
una creencia que el poder necesita es de un luminoso blanco plateado,
tanto como la fuerza. Poder y creencia que juega con el plateado clarísimo de
en el poder son inseparables porque la triple vuelta de perlas, con colgante
no hay rey ni líder si los súbditos o los sobre el hombro, motivo que repite la
ciudadanos no creen en los signos del pulsera; el pelo recogido en la nuca, se
poder como se cree en atributos perso- desborda hacia los costados. Mezcla
nales. Las representaciones, sintetiza de iconografía Erté y musical de Fred
Louis Marin, “son delegaciones de Astaire y Ginger Rogers, el retrato
fuerza en los signos”. oficial quiere ser en primer lugar alegre
Por eso, los vestidos de quien tiene y fastuoso: signos de una represen-
poder no son cuestión privada ni cues- tación que se deslizan, como mágica
tión de modas y estilos, sino cuestión metonimia, sobre toda la Nación. El
de Estado. Eva Perón tuvo la intuición imaginario despliega sus banderas.
más profunda de esta existencia política La Fundación Eva Perón publicaba
de los signos. Su traje sastre, diseñado anualmente almanaques ilustrados
por Paco Jaumandreu, fue el emblema con doce fotografías. Retocadas de
del Estado protector de los pobres, modo ostensible y coloreadas, son una
el traje de trabajo de quien establecía galería donde Eva es ofrecida como
las mediaciones entre el gobierno y el cuerpo del Estado peronista, incluso
pueblo. Los vestidos de Dior, Rochas después de su muerte. Alternan las
y Balenciaga fueron el lado fastuoso fotos “oficiales” (tomadas para que,
del Estado peronista, el momento en de allí en más, fueran enmarcadas y
que su jefe político y su jefa espiritual colgadas en los edificios públicos o
(Juan y Eva Perón) se mostraban con el reproducidas en afiches y estampi-
esplendor que corresponde a la encar- llas) con las de origen periodístico,
nación del poder estatal que residía en captadas por profesionales entrenados
sus cuerpos. en la prensa peronista, y algunas fotos
Por eso, Perón rompe una tradición de firma, como las de Heinrich. Eva
del retrato oficial, retrato pintado y no lleva con frecuencia un claro vestido de
fotografía, vestido de etiqueta y con la verano (que indica una gira por el inte-
banda presidencial cruzando el pecho. rior) o su clásico traje sastre de solapas
Este género de retrato no incorporaba redondeadas, grandes botones y vivos
jamás a la Primera Dama y no existe de terciopelo; pero hay muchas fotos
en el Museo de la Casa de Gobierno producidas para que se luzcan todas
ningún presidente acompañado por su sus joyas: el famoso collar de rubíes y
esposa. Excepto, naturalmente, Juan brillantes; los aros de oro y los pren-
Perón. El óleo sobre tela realizado por dedores llamativos, incluido el gran
Numa Ayrinhac en 1948 muestra a la escudo peronista en piedras preciosas;

110
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

la parure de esmeraldas; el collar de Buenos Aires: Jaumandreu, Thomas


amatistas y perlas; otro, muy hermoso, Haig y Campana. Los tres dan prio-
tipo déco, de rubíes y diamantes; ridad a mis pedidos… ¿Me puede ser
dobles y triples vueltas de perlas. Casi perdonada esta coquetería?... Yo creo
sin excepciones, lleva el pelo recogido, que sí. Lo apunta sonriente. Con
con rodete sobre la nuca. la confiada sonrisa de la actriz que
El fasto de esa reina del Estado pero- sabe cómo en esa lucha permanente
nista toma su sentido no sólo en por la elegancia que mantienen las
las preferencias personales de Eva estrellas de nuestro medio artístico,
Duarte, la ex actriz de segunda línea, ha ocupado un puesto preferente. Y
ex amante de algunos de los coroneles no es mi única pasión. Me encantan
del golpe de 1943 y de empresarios las flores. Y los perfumes. No necesi-
del espectáculo. Subordinarlo a sus taba decirlo. En cada rincón de su
gustos privados hace perder de vista casa hay ramos de los más variados.
la función pública del lujo en el cere- Todos, sin excepción, armonizan en
monial del Estado. El lujo aseguraba la color con el ambiente que embellecen.
representación: era la realización de un Sobre su tocador, además, hay una
sueño arcaico o la construcción visual fantástica variedad de los perfumes
de una alegoría. Respondía al estilo más valiosos. Como una buena
público, no al capricho privado. alquimista, los mezcla, en dosis que
Podrá decirse, sin embargo, que la son algo así como la clave milagrosa
actriz Eva Duarte ya había probado del buen éxito. Y obtiene creaciones
suficiente afición al lujo, sin poseer personales extraordinarias”.6
todavía los medios puestos a su servicio
por el Estado presidido por su esposo Dicho esto pocos meses antes de las
desde 1946. Esta sería una comproba- jornadas del 17 de octubre de 1945, lo
ción perfectamente fundada: “Quizás cual hace pensar
me estoy dando muchos gustos que no cuán poco saben Denunciar el lujo de Eva impli-
pude darme antes, cuando luchaba por los protagonistas caba denunciar una forma de
llegar. Quisiera saber a quién, de mi sobre el futuro manifestación del Estado. No
sexo, no se le ocurriría otro tanto en cercano que los era develar un secreto, porque
mi situación”, declara en pleno ascenso espera. Después fotografías suyas cubiertas por
personal a una revista del show-busi- de octubre, Eva esos signos lujosos se publi-
ness. El periodista le pregunta sobre la se casa con Perón caban cotidianamente en la
fama de su guardarropa fastuoso y Eva y es arrastrada o prensa oficialista. Eva no se
se defiende aunque no retrocede (el elige el remolino escondía para adornarse. Por
guardarropa es un derecho): de la política. el contrario, se adornaba para
Las declaraciones hacer visible una de las caras
“Fastuoso, no. Completo, sí. convencionales, del régimen.
Tapados, vestidos, zapatos, carteras, que podían
alhajas.…Aunque mi pasión, lo resultar indiferentes en cualquier
confieso, son los vestidos y las pieles. actriz cuya superficialidad “femenina”
Las alhajas me gustan, aunque no me es admisible, no le serán perdonadas
conmueven. En materia de vestidos cuando represente el Estado de bienestar
tengo la suerte de contar actualmente a la criolla en centenares de actos
con los tres modistos más en boga en públicos y con un trabajo agotador en

111
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

la Fundación Eva Perón. Sin embargo, La oposición contemporánea al


los signos del lujo han cambiado de gobierno peronista odió a Eva por
cuerpo. Las joyas, pieles y sedas ya no ocupar el Estado con las malas artes
cubren a la actriz cuyo ascenso de la de la actriz de pasado dudoso, usando
segunda a la primera línea se vio faci- joyas y modelos franceses que siempre
litado por su relación, desde 1943, con se juzgaron mal habidos; peor que mal
los militares en el gobierno. Cubren a habidos, usurpados por una parvenue
esa invención que sostuvo simbólica- indigna de Dior o Balenciaga. Pero
mente el Estado peronista: son la ropa esas joyas y pieles no eran acceso-
de una representación política. rios privados sino partes de una
El hecho de que los gustos conven- alegoría pública del poder. No eran
cionales de la joven actriz y las nece- simples concesiones a la codicia de
sidades del Estado coincidieran no esa parvenue, cuyo marido cubría de
debe confundirlos. El dispendio de diamantes adquiridos dudosamente;
una actriz en ascenso puede probar era esa parvenue ofreciendo su cuerpo
la generosidad de sus amantes. La como imagen del régimen.
abundancia material que envuelve el No percibir esta dimensión pública
cuerpo de quien representa el nuevo de su guardarropa es un error que,
Régimen es una construcción que no de todos modos, fue el de la época.
responde a la lógica de los intercam- Denunciar el lujo de Eva implicaba
bios sexuales (aunque muchos de sus denunciar una forma de manifestación
rasgos de estilo se parezcan). Es legí- del Estado. No era develar un secreto,
timo criticar el dispendio material del porque fotografías suyas cubiertas por
Estado peronista; esos signos lujosos se publicaban coti-
La nota de Life se propuso pero conviene no dianamente en la prensa oficialista.
presentar la “intimidad de la confundir el nivel Eva no se escondía para adornarse. Por
primera dama”, como primicia de pertinencia. el contrario, se adornaba para hacer
periodística. Pero esta inti- Eva Duarte era visible una de las caras del régimen.
midad está preconstruida por una sencilla chica El reportaje fotográfico de Life no
un juicio que Life comparte de provincia, entendió esto. La revista promete una
con otras revistas, como Time, bastarda, intui- primicia, un secreto, cuando en realidad
que dedicaba prácticamente tiva, inculta y estaba refrendando una imagen cono-
la mitad de sus menciones a con voluntad cida que los peronistas adoraban y los
la Argentina y a la esposa de de hierro, cuyo antiperonistas execraban con similar
su presidente. Algo de revul- triunfo en intensidad. El gobierno censuró ese
sivo concentra las miradas Buenos Aires se número de Life porque no quería verse
sobre Eva: cumple un mito demostraba con representado por medios sobre los que
de ascenso, el rake’s progress el lujo. Eva Perón no estableciera completo control. El
femenino de la malvada. era el cuerpo del peronismo fue con la prensa primero
Estado. Entre una tendencialmente autoritario y luego
y otra figura hay, obviamente, super- practicó la censura sin remordimientos,
posiciones, pero éstas más bien contri- con exaustividad y entero cinismo. Pero
buyen a explicar la veloz facilidad con eso no excluye el malentendido que el
que Eva Duarte pasó de actriz a polí- reportaje de Life ponía en escena.
tica, transportando de un lugar al otro Las fotos que Life le encargó a Gisèle
las destrezas adquiridas. Freund buscan contradecir el juego de

112
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

la representación política, mostrando El malentendido sociocultural no


una Eva privada, en un momento, hacía sino reduplicar la complejidad
1950, cuando el régimen peronista ya de las relaciones argentino-británicas,
no creía que sus dos grandes mitos, que tenían otros objetos de conflicto
Perón y Eva, fueron seres privados, lejanos al boudoir de la primera dama,
sino incandescentes, infatigables, entre ellos la soberanía sobre Malvinas
figuras públicas. Puros signos. y la discusión acerca del sector antár-
tico reclamado por Argentina, además
del constante descenso del intercambio
Argentina para extranjeros comercial. Los representantes británicos
insistían en trasmitir a Londres una
John Balfour fue el embajador britá- imagen de líderes histéricos y desme-
nico en Argentina entre 1948 y 1951. surados, lo que habilitó “políticas nota-
Educado en Eton y Oxford, proba- blemente reaccionarias que, a su vez,
blemente su cultura fuera un obstá- contribuyeron bien poco a una renego-
culo para moderar el desprecio que ciación de las relaciones anglo argentinas
le causaban Eva y Juan Perón. La en la segunda mitad del siglo XX”.8
ignorancia y la torpeza social de Eva En realidad, para los ojos de un emba-
son temas centrales de su informe al jador educado en el corazón del civil
Foreign Office, enviado después de service y la genteel tradition, los modales
una recepción a bordo de un barco desenfadados y seguramente vulgares
que la Argentina acababa de adquirir de la primera dama, no necesitaban
a Gran Bretaña. explicarse por una leyenda negra cono-
cida antes de llegar a Buenos Aires.
Gastos desmesurados y propaganda El conflicto cultural, la intolerancia,
demagógica a la caza de votos, favores el desprecio de clase potenciaban la
otorgados al azar sin intentar inculcar quiebra de las viejas y buenas rela-
en quienes los reciben alguna idea de ciones argentino-británicas. El tono
responsabilidad cívica, apelaciones del embajador se exacerbaba por una
vengativas al odio de clase, creciente perspectiva aristocrática sobre perso-
corrupción administrativa, enrique- najes que juzgaba no sólo plebeyos
cimiento de quienes ocupan altos sino nefastos para la política de su
cargos a través de métodos dudosos y, gobierno y los intereses históricos de
sobre todo, la proyección sobre el esce- Gran Bretaña que, hasta comienzos de
nario político nacional de las técnicas 1940, había considerado a la Argen-
del vaudeville –para no llamarlas de tina un aliado estratégico, aunque
la pantomima– por parte de una menor, y en todo caso gobernado por
mujer que, antes de su encuentro con élites amigas que justamente habían
Perón, desconocía por completo la sido desplazadas por el presidente,
vida pública, excepto en los aspectos cuya esposa, el embajador juzga con su
concernientes a una actriz de cuarta glacial impiedad de clase.
línea, todo esto teñía los actos de la El desparpajo de Eva asombró también
señora y de sus muchos satélites con al embajador norteamericano James
un matiz de interés y frivolidad Bruce, seguramente educado en una
extravagante, que no anuncia nada tradición política más plebeya. Eva,
bueno para el futuro.7 acompañada por el coronel Mercante,

113
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

irrumpió en una reunión del emba- Por otra parte, la derrota del Eje
jador con el ministro de Economía, daba a las democracias occiden-
a la que no había sido invitada ni se tales una nueva política estratégica
la esperaba, para poner en escena regida por el antisovietismo (lo que
un breve acto de competencia elec- se llamó la “Guerra Fría”). Perón
toral. Todavía no se había reformado insistía, en cambio, en una “Tercera
la Constitución y, en consecuencia, Posición” independiente de ambos
Perón no estaba habilitado para ser polos ideológicos (Estados Unidos y
reelecto. Al parecer el ministro de la Unión Soviética), inaceptable para
Economía presentó a Mercante como los Estados Unidos que estaban impo-
futuro presidente de la Argentina: “La niendo en el continente latinoameri-
señora de Perón corrigió enseguida este cano su nuevo orden internacional.
comentario: ‘No, una de las reservas’. El estilo de gobierno populista y
Y luego añadió con humor que ‘en la plebiscitario, sostenido en la fuerte
calle también se refieren a ella como a interpelación del líder y de su esposa
una reserva’, pero que ella no lo era. a masas de migrantes internos que se
Ella estaba con el pueblo y pretendía habían incorporado al trabajo urbano
permanecer con él”. El embajador y fabril así como a un consumo hecho
presenció atónito este paso de espon- posible por una decidida redistribu-
tánea comedia política e informó de ción del ingreso, recordaba demasiado
inmediato a su país.9 las movilizaciones del fascismo italiano
Pero los Estados Unidos tenían razones en los años treinta. Los rasgos corpora-
más poderosas para desconfiar de tivos de la nueva Constitución argen-
Perón. Es sabido que la Argentina, a tina, promulgada en 1949, evocaban
diferencia de Brasil, entró muy tardía- también de modo demasiado vivaz
mente a la segunda guerra mundial del los ecos de la Carta del Lavoro de
lado de los aliados y que los coroneles Mussolini o, por lo menos, así le
del golpe de 1943 (entre ellos Perón) parecía a la oposición local y a las
tenían afinidades ideológicas con el voces que de ella se escuchaban en la
fascismo. Por otra parte, la Argentina arena internacional.
no había sido nunca una aliada de Estos años del peronismo, que trans-
los Estados Unidos y, en términos de curren durante la primera presidencia,
intercambio internacional, aparecía son también los años de gloria y poder
como su competidora en productos de Eva como dispositivo central del
agropecuarios, aunque los industriales régimen, y están pletóricos de conflictos.
norteamericanos, por su parte, estaban Resultaba incomprensible el lugar
interesados en un comercio con especial, al costado y por encima de las
Argentina que la escasez de dólares en instituciones, que ocupaba esa mujer
Buenos Aires volvía poco importante y recién llegada a la política, anómala
lleno de trabas.10 El discurso naciona- esposa de un primer mandatario que
lista de Perón exacerbaba la vocación había accedido al poder a través de un
decididamente hegemonista de los golpe de estado que se había opuesto,
norteamericanos, aunque después del casi hasta el final de la guerra, a inte-
episodio “Braden o Perón” de 1946, el grar las fuerzas que combatían al Eje,
gobierno argentino fuera en los hechos había desplazado por completo a los
más cauteloso que en sus palabras. interlocutores de las élites conocidas

114
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

por las potencias, había sido llevado en Eso no es digno y jamás aceptaríamos
triunfo por el pueblo en las jornadas que un extranjero lo hiciera con nues-
de octubre de 1945 y resultado victo- tros dirigentes”.12
rioso en unas elecciones (limpias), una No es extraño entonces que la misión
de cuyos recursos de campaña fue la encargada a Gisèle Freund por Life
oposición entre el embajador norte- tuviera algo de la tonalidad de la prensa
americano Spruille Braden y el propio norteamericana que coincidía con el
candidato. La eficacia de esa oposición juicio condenatorio del antiperonismo
les enseñó a los Estados Unidos que no argentino. La
podía esperarse mucho de bueno de un nota de Life se Enviada al principio, para que
gobierno que llegaba al poder despla- propuso presentar algo hiciera, a la Secretaría
zando a las dirigencias tradicionales, la “intimidad de de Trabajo, rápidamente Eva
sobre la base de un discurso nacionalista la primera dama”, construyó una alianza de
e independentista, que muchas veces como primicia hierro con los sindicatos y se
exageraba su contundencia pensando, periodística.13Pero convirtió en su mejor repre-
en primer lugar, en los interlocutores esta intimidad sentante para obtener mejoras
argentinos y no en las repercusiones está preconstruida salariales. A estas relaciones
internacionales. por un juicio que sindicales de Eva, Neville les
Es sabido que el estilo político del Life comparte adjudica un peso significativo,
primer Perón lo conducía a las exage- con otras revistas, porque ella fue no sólo una
raciones verbales cuya agresividad no como Time, que mediadora sino una protago-
siempre era acompañada por hechos dedicaba práctica- nista que impulso a los gremios
igualmente radicales. Pero también mente la mitad de a un lugar político central.
existían los hechos. Y, por otra parte, sus menciones a la
los estilos políticos han demostrado Argentina y a la esposa de su presidente.
ya muchas veces la eficacia que tienen Algo de revulsivo concentra las miradas
para alimentar enconos duraderos.11 sobre Eva: cumple un mito de ascenso, el
La prensa norteamericana encon- rake’s progress femenino de la malvada.
traba en los folletinescos avatares de Como si se tratara de un dato del sentido
la pareja gobernante argentina un común universal, Life caracteriza a
material que reforzaba las reacciones Perón como “dictador-presidente” y
causadas por antipatías ideológicas a Eva como “poderosa y caprichosa”.
e intereses nacionales, al punto que Las fotos encargadas por Life debían
Guy Ray, encargado de negocios de la probarlo, y la dimensión que se eligió
embajada norteamericana en Buenos para hacerlo fue la de la “intimidad”
Aires, evaluó muy críticamente las oculta. Desde esas certezas, el reportaje
campañas antiperonistas de la prensa fotográfico tiene algo de lo que Gisèle
de Estados Unidos, convencido de Freund llamó, críticamente, “prensa
que existían sectores del gobierno sensacionalista”, aunque la fotógrafa
argentino con quienes era posible y no necesitó de los teleobjetivos que
conveniente dialogar. En 1949, Ray ella señaló como las armas de ese tipo
afirmaba: “No comparto la opinión de de prensa.14
un sector de la prensa norteamericana Además del reportaje fotográfico, la
que critica a las personas y que incluso cobertura de Life incluye una nota
hace menciones sobre la vida privada de cinco páginas firmada por Robert
del presidente Perón y de su esposa. Neville (que había sido corresponsal

115
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

en España durante la guerra civil). Enviada, al principio, para que algo


El título, “How Evita helps run hiciera, a la secretaría de Trabajo, rápi-
Argentina”, es irónico y descriptivo al damente Eva construyó una alianza de
mismo tiempo porque, de hecho, Evita hierro con los sindicatos y se convirtió
era una pieza central del gobierno, no en su mejor representante para obtener
sólo en términos simbólicos. La ironía mejoras salariales. A estas relaciones
está en la atenuación: Eva “ayuda”. sindicales de Eva, Neville les adjudica
Con buena prosa irónica, Neville un peso significativo, porque ella fue
instala un tema que devendrá clásico: no sólo una mediadora sino una prota-
las vacilaciones de Perón (“se inquieta gonista que impulso a los gremios a un
por la Constitución”) y la decisión lugar político central. Por otra parte,
de Eva, “que probablemente nunca seguramente sus informantes porteños
leyó la Constitución pero actúa sin le hicieron saber a Neville que con
temblar”. Perón, por ejemplo, se queja periódica frecuencia las organizaciones
de las dilaciones impuestas por la buro- gremiales acudían a la Fundación con
cracia; Eva no tiene esos problemas, cheques por grandes sumas con las que
porque “obedecer crecía el poder de esa agencia elitista del
Todas estas Evas son Eva: la sus órdenes de estado de bienestar a la criolla.
mujer que escucha a su secre- manera instan- La nota suscribe las dos críticas locales
tario mientras la peinan y, tánea es un reflejo más importantes a la fundación: que
como la dama de rojo del ocupacional del su contabilidad no fuera pública y que
Bronzino, tiene a su perrito en mudo oficial su estilo se caracterizó por el reparto
la falda; la mujer cuyo vestido argentino”. errático (“de luxe charity”). La prueba
cae en volados que una asis- Neville informa son algunas anécdotas de las decenas
tente arregla antes de que salga que se han que la oposición conocía y que, segu-
hacia la función de gala; sobre borrado todos los ramente, sucedieron; más que de
todo, la mujer de perfil duro e datos existentes corrupción informan sobre el capricho
insensible que observa hechi- sobre el pasado y la improvisación de quien ha sufrido
zada su cofre de joyas como de Eva, que su y, siendo poderosa, considera que ha
si fueran amuletos, y la mujer artículo recons- llegado el momento de “darse el gusto”.
de traje sastre que extiende su truye echando Revanchas caritativas y caóticas.
brazo, rígido, por encima de la mano a las anéc- De mayor trascendencia que la calesita
mesa de trabajo para entregar dotas más colo- benéfica de la fundación y la ubicación
el don que el Estado peronista ridas: por ejemplo, de miembros de la familia Duarte en el
otorga a sus pobres. su rivalidad con aparato del Estado es la atención que
dos estrellas de Neville depara al conflicto de Eva con
la época, Niní Marshall y Libertad el ministro de Relaciones Exteriores
Lamarque, que fue rápidamente Atilio Bramuglia, cuya renuncia se atri-
resuelta, después de 1946, por el expe- buye a la orden, emitida por la primera
ditivo exilio de una en España y la otra dama, de que su nombre no volviera a
en México. Pero la nota no menciona aparecer en la prensa.15 La anécdota
este cotilleo para convertir a Eva en una tiene tres funciones: señala el papel
“estrellita rubia sin cerebro” en busca de de Eva en un área donde lo desconoce
su revancha. Por el contrario, el mismo todo, como la política internacional;
Perón resultó sorprendido por la capa- muestra, sin subrayarlo, los manejos
cidad de su esposa para la vida pública. de corte que podían encumbrar a un

116
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

funcionario o arrojarlo al abismo; nuestra visión de la foto reconoce


y, finalmente, prueba el control del a Eva. El epígrafe de Life: “Disten-
gobierno sobre la prensa. dida en su boudoir, la primera dama
Inevitablemente, el artículo cierra con argentina peina su abundante cabello
el tema que coincide con el repor- dorado. Habitualmente lo usa reco-
taje fotográfico: “Evita ha cambiado gido en un rodete bajo; y en las galas
mucho desde que es primera dama. se lo arreglan en bucles”, podría, con
Por una parte, viste mucho mejor, lo algunos cambios, responder al estilo
que no es sorprendente gracias a los de la actual revista Hola. Debajo
40.000 pesos anuales, o más, que gasta de la foto, impresa al corte hasta el
en los más famosos modistos pari- borde superior de página, va el título
sinos. A cada uno de los tres o cuatro de toda la producción periodística:
mejores Evita les compra una docena “Eva Perón. Primera visión de la vida
de vestidos por año, según las colec- privada de una controvertida primera
ciones. Sus pieles y joyas compiten en la dama”. La nota nace adjetivada, pero
misma escala. A lo largo del tiempo sus Freund logró que, entre todas las fotos,
peinados cambiaron de un modo que ésta permanezca ajena, intocada por la
dice mucho sobre ella.…Quienes llegan banalidad del concepto periodístico,
a Buenos Aires se sorprenden al ver a como si soportara bien, y creciera, al
Evita a las 8 ó 9 de la mañana asistiendo ser extraída de las páginas de Life.
a un mitin de barrenderos, soberbia- Es muy probable que Freund, cuyos
mente vestida por Dior y adornada con amigos en Buenos Aires eran todos
joyas de Van Cleef...”. Aquí Neville antiperonistas acérrimos, gente del
ensaya la tesis, que recorrerá un largo grupo de la revista Sur y de la élite
camino, de que a los pobres les gusta cultural porteña, compartiera con
ver a Cenicienta en traje de baile. ellos el rechazo a Eva. Freund no tenía
Pero continúa: “Evita está demasiado demasiados motivos para contradecir
comprometida con su trabajo para la opinión de Victoria Ocampo. Como
salir a divertirse. Raramente sale de se verá enseguida, la temía:
noche, y pese a su guardarropa lleva
una vida bastante espartana.…Ha Todas mis relaciones en la Argentina
pasado el tiempo en que deseaba que eran antiperonistas, empezando por
se la aceptara en sociedad. Ya no le Victoria. Yo sabía que tendría un
importa. No busca ni necesita apoyo. disgusto con ella si alguien le decía
Su estatura y su decisión son propias. que yo había regresado especial-
Para bien o para mal, su voluntad mente para retratar a Evita. Llegué
gobierna la Argentina.” a Buenos Aires de incógnito. Esperé
Tal es, en detalle, la producción perio- toda una madrugada con el fin de
dística de Life, de la que la foto de la fotografiar a Eva cuando traba-
mujer frente al espejo forma parte. jaba en el Ministerio. Ella me dijo:
“Usted es la primera periodista inter-
nacional que me ve trabajar con
¿Qué va a decir Victoria? mis pobres”. Había enfermos, había
pobres que le pedían máquinas de
Aceptemos ahora el referente recha- coser, aumentos de salarios o simple-
zado en las dos lecturas anteriores; mente dinero. A todos, como a mí, les

117
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

tendía una mano pequeña, húmeda Aunque la explicación suene a lugar


y ya enferma. Vestía muy senci- común, quizá las cosas hayan funcio-
llamente, con ese tipo de elegancia nado de ese modo. Eva tenía el sentido
despojada de los grandes modistas de de la ceremonia lujosa, como lo había
las décadas del 40 y del 50. Recuerdo demostrado en su viaje a España;
que había un diario que publicaba los objetos que la recubrían en esas
las fotos de quienes habían visitado ocasiones eran, como ella misma,
a “la Señora”, como la llamaban. objetos de Estado. Pero también es
Yo temblaba pensando que podían posible que el recelo y la sospecha
publicar la mía, y que Victoria y con que Eva timoneaba sus relaciones
todos los suyos se enterarían. Pero incluso con los más próximos, los más
después hubo un problema con mis leales o los más adictos, se suspendiera
fotos. Al día siguiente, un ministro en un instante de vanidad. Finalmente,
me llamó para pedirme los negativos. Freund llegaba como extranjera y fotó-
Yo me las arreglé para sacarlos del grafa de una de las revistas más famosas
país y salí, como pude, escapando de la época; para Eva, no formaba
de la Argentina. También retraté a parte de una camarilla local, y es poco
Perón. Era un hombre muy simpá- probable que conociera sus vínculos
tico, hablaba muy bien en francés. con los antiperonistas intelectuales. Lo
Pero era difícil tomarle una buena cierto es que una sesión de fotos que,
foto. Tenía los brazos muy cortos, las según todos los cuidados que ponía el
manos desproporcionadas. Resultaba régimen en su imagen, parecía desti-
un poco ridículo, sobre todo porque nada a no realizarse, tuvo lugar.
se suponía que era un dictador, un Perteneciente a la misma serie de Life
gran hombre que debía parecer (pero no incluida en la revista), una foto
imponente; y, en cambio, uno lo veía magnífica muestra a Eva desde atrás
tratando de ser agradable, con esos y de perfil, con tailleur oscuro, gran
bracitos cortos... Si bien yo sabía que rodete que cae en torsada maciza sobre
era todopoderoso en la Argentina, la espalda, y casquito blanco; no se ven
en ningún momento, tuve temor ni joyas, pero pueden estar ocultas desde
logró intimidarme.16 la perspectiva de la toma. Eva extiende
un sobre a una mujer que sostiene a
Más de veinte años después, Gisèle un chico con su brazo izquierdo; todos
Freund recuerda aquellas sesiones de los demás, chicos, mujeres, empleados,
fotos con Eva, que le mostró la “inti- miran a las protagonistas del don, a
midad” de su guardarropa pronun- quien lo entrega y a quien lo recibe; el
ciando una exclamación desafiante: escritorio las separa, no hay contacto
“¡Que el mundo vea lo que yo poseo!”. físico, ni siquiera un intercambio de
Se refería a sus ropas y pieles y, sobre miradas, porque ambas mujeres están
todo, a un cofre con joyas que la fotó- concentradas en el don, en el sobre
grafa juzgó “dignas de Cleopatra”. Eva que lo transporta de una a otra; nadie
se entregó ella misma a una sesión de sonríe. La escena es nocturna o de un
fotos que confirmaba el juicio de sus atardecer que ha avanzado lo suficiente
enemigos. Freund tiene una expli- como para que los focos de la araña se
cación de esta confianza: una mujer reflejen en el vidrio de un cuadro que es
quiere mostrar a otra sus tesoros. también el punto de fuga.

118
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Freund sacó esa foto en la fundación, síntesis; como el peronismo, Eva es un


que confunde, pertinentemente, con territorio en conflicto, figurado por la
un ministerio: contradicción no entre lo privado y lo
público (eso sería demasiado sencillo
Todos los viernes, Evita recibía gente como resolución de un problema)
muy pobre en su ministerio de Ayuda sino entre líneas que fugan en direc-
Social. Madres de familias nume- ciones diferentes.
rosas, cargadas de chicos, habitantes Eva, una maléfica presencia llena
de los barrios bajos ocupaban bancos de melodrama que (como lo señaló
de madera. Los niños lloraban y los Ezequiel Martínez Estrada) tiene
guardias distribuían mamaderas. mucho de la estética del cine. Eva la
Apoyados a lo largo de las paredes trabajadora infatigable, cuerpo del
estaban las delegaciones obreras. estado social a la criolla que erigió
La gran sala estaba llena de humo. el peronismo. Eva, la del traje sastre
Frente a esta asamblea heteróclita, (“corte impecable”, registra Freund) o
sentada detrás de una inmensa la del traje celeste y blanco, cubierto
mesa de trabajo, rodeada por media de volados diminutos (“Dior lo diseñó
docena de secretarios, una mujer para mí”, registra de nuevo Freund).
joven, Evita.17 Imágenes que se
niegan a fundirse Entre una y otra imagen
Todas estas Evas son Eva: la mujer para producir intervino no el azar sino
que escucha a su secretario mientras una sola iden- la ocurrencia feliz de una
la peinan y, como la dama de rojo tidad. Eva no fotógrafa que documenta
del Bronzino, tiene a su perrito en es ninguna de el instante y, más que con
la falda;18 la mujer cuyo vestido cae ellas enteramente cualquiera otra foto, cumple
en volados que una asistente arregla (a diferencia de el encargo de captar una
antes de que salga hacia la función Virginia Woolf o intimidad. Aunque por el
de gala; sobre todo, la mujer de perfil James Joyce que lado menos pensado. Es el
duro e insensible que observa hechi- son, para noso- repentismo fotográfico de
zada su cofre de joyas como si fueran tros, enteramente Freund lo que produce una
amuletos, y la mujer de traje sastre que las imágenes que Eva desconocida, no el hecho
extiende su brazo, rígido, por encima captó de ellos de halagar su vanidad para
de la mesa de trabajo para entregar el Gisèle Freund). que muestre los emblemas
don que el Estado peronista otorga a Si hay algo de fastuosos de su poder.
sus pobres. tremendamente
En estas dos últimas fotos no hay vibra- realista en la cobertura de Freund
ción subjetiva sino ensimismamiento sobre Eva no está en cada una de las
y rigidez; no vemos los ojos, la cámara imágenes, sino en la imposibilidad de
de Freund no se interesó en la mirada. que esas imágenes se sumen; en cuanto
Son Evas en medio de dos espacios se tocan, se desgarran. Difícil saber si
muy distintos que, entrecruzados, se Freund buscó esto. Creo, más bien,
anulan como si uno u otro fuera un que no lo buscó, sino que sus imágenes
acto de hipocresía o el develamiento lo encontraron, sobre todo cuando se
de un secreto: la caja fuerte del las mira independientemente de los
tesoro, por una parte, y la oficina de epígrafes, exuberantes de clichés, que
los pobres, por la otra. No hay una las acompañaron en Life.

119
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Fuera de campo en una sesión de fotos, pero no que va


a ser fotografiada de improviso, en el
Vuelvo a la foto del espejo. Los ojos de instante que, desde fuera de campo,
Eva son increíblemente vivaces, a dife- Freund le está diciendo algo. Lo que
rencia de las demás fotos de Freund vemos es la reacción de Eva ante lo que
donde la mirada se oculta, congelada le dice Freund (palabras que nunca
y mortecina. La verdadera intimidad conoceremos porque la imagen no
no existe y mucho menos frente a una tiene registro sonoro, pero cuya conse-
cámara de cuya presencia Eva es perfec- cuencia es evidente: el efecto “instan-
tamente conciente ya que está dialo- tánea” de esta fotografía).
gando con ella. Sin embargo, algo de Algo del registro documental inter-
intimidad hay en la mirada de Eva. Esos viene para lograr la ilusión de verdad
ojos que vieron a Perón, ahora acaban de la foto. Un minuto antes, Eva se
de mirarse en un espejo; lo que vieron preparaba para una pose; Freund
fue una mujer joven, distendida, por un buscaba un plano elaborado, de refe-
instante fuera de la política que la ocupó rencias plásticas, que evoca decenas de
hasta la muerte. La foto la ha aislado en cuadros desde el Renacimiento hasta
una aparente felicidad que no parece el siglo XX. Pero algo sucede; algo ve
falsa. Nada es posible saber sobre la feli- la fotógrafa que le sugiere una inter-
cidad sino en sus representaciones. Ese vención por la cual la foto no será
es el caso de la foto de Freund. simplemente un retrato técnicamente
Eva da la impresión de estar alejada de perfecto sino algo más. Freund le habla
las pasiones y las tensiones de su vida a Eva y ella reacciona, deja de posar,
pública (una distancia que no mantuvo desvía la mirada, sonríe, el cuerpo se
nunca, ni siquiera agonizante). No está dispone en una leve tensión diagonal,
peinada como se la ve casi siempre; más dinámica.
transcurren los momentos previos a La intervención desde el fuera de
una jornada de su vida pública que ha campo permite la irrupción de lo
sido provisoria, fugazmente, puesta subjetivo. Esta hipótesis de cómo fue la
al costado. De algún modo, la foto toma explica el aire de espontaneidad
no cumple el encargo: no puede ser de la modelo que rara vez parece
usada para revelar un secreto ni para espontánea en su vasta colección de
mostrar una intimidad objetable. Y, imágenes, excepto, precisamente, en
sin embargo, su fuerza es tanta, que las periodísticas que lograron captar
el editor de Life la usó en la apertura un gesto del momento.
de la nota. La impresión de veracidad La sonrisa y la mirada dirigida hacia el
es muy superior a cualquiera de las fuera de campo es un desvío sólo expli-
otras que integran la producción de la cable porque desde allí la han llamado,
revista. ¿De dónde llega este efecto? le requirieron atención con algunas
Freund lo alcanza por una interven- palabras, dieron indicaciones para la
ción desde fuera de campo. En ese toma futura, o elogiaron la pose que
sentido la foto tiene algo de docu- se ve en el espejo: “Está muy bien así,
mental porque la fotógrafa provoca señora; está perfecta; sus manos están
una reacción en su modelo y dispara bien allí, en las sienes, mientras se
la cámara precisamente para captarla. arregla el cabello”. La consecuencia de
La modelo sabe que está participando ese desvío alcanza lo que parece casi

120
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

imposible de un retrato oficial o del mada, como es habitual en sus retratos.


retrato de una desconocida con quien Es una buena foto, pero menos intere-
se acaba de tomar contacto: la modelo sante ya que el juego de la espalda y
entrega a la fotógrafa un gesto espon- el frente reflejado es previsible (de la
táneo que durará sólo unas décimas espalda sólo se ve el pelo; el rostro en el
de segundo. La cámara saltó sobre ese espejo es su casi exacto contraplano);
gesto y pudo capturarlo. no hay tensiones que conmuevan un
Freund ya había puesto el plano y encuadre elaborado pero inerte pese al
considerado las luces con las que iba a principio barroco que lo sostiene.
tomar esa fotografía, que habría tenido Freund tomó esa primera foto a la
lugar de cualquier manera, aunque el izquierda de la modelo y, desde allí,
gesto no hubiera roto la superficie le habló a Eva, que sacó la mirada
glacial del espejo volviéndola cálida e que tenía fija en el reflejo de su cara
íntima. Freund ya tenía el plano, ya en el espejo, y desvió los ojos hacia
tenía la luz, ya había probado, segu- Freund, sonriendo; cambió, al mismo
ramente, el reflejo de su modelo en tiempo, la posición de las manos. Esos
el espejo; ya tenía la cámara lista y, pequeños movimientos produjeron el
de pronto, todo eso perfectamente momento supremo e imprevisto de la
controlado se movió para ofrecer el instantánea. La perfección formal de
azar de una instantánea. Pero no fue la luz y el encuadre (difíciles de lograr
el azar el que lo produjo, sino la fotó- en una toma rápida) quedan como
grafa. No fue simplemente la rapidez rastros positivos de la foto anterior.
con que Freund se apoderó de una Entre una y otra imagen intervino no
imagen imprevista, sino que fue la el azar sino la ocurrencia feliz de una
intuición genial de producirla. Ese fotógrafa que documenta el instante
instante fortuito y deliberado, contra- y, más que con cualquiera otra foto,
dictorio entonces, no documenta la cumple el encargo de captar una inti-
imposible intimidad de una modelo midad. Aunque por el lado menos
sino la fugacidad de una subjeti- pensado. Es el repentismo fotográfico
vidad que se muestra contra todas las de Freund lo que produce una Eva
predicciones. desconocida, no el hecho de halagar
Se podrá objetar que todas estas son su vanidad para que muestre los
conjeturas. Pero hay una foto que lo emblemas fastuosos de su poder.
prueba: tomada antes y desde una De todo el reportaje que pretendió
posición de cámara casi idéntica pero mostrar una Eva “en la intimidad”,
mucho más convencional.19 En esa esta es la única imagen verdadera-
foto, que forma parte, por supuesto, de mente íntima, y en consecuencia la
la misma serie de Life, Eva está sentada imagen más ambigua, por la movi-
en la misma posición frente al espejo. lidad de la mirada que, gracias a
Se ve, de espaldas, sólo la cascada de su la intervención de la fotógrafa, ha
pelo rubio cayendo sobre la silla y, de dejado de ensimismarse en la ilusión
frente, su cuerpo y rostro reflejados en de un reflejo en el espejo.
el espejo, la mano derecha en el lóbulo En efecto, ni las joyas ni los vestidos
de la oreja, tocando o colocando un en el alineamiento frío de los arma-
aro. Todo mucho más frontal. No rios prueban la intimidad, sino ese
sonríe y la mirada es fija y ensimis- momento cuando la modelo no sabe

121
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

que está entregando algo que pocas casi fortuita de un gesto no calculado. Al
veces da: su juventud, la felicidad de acecho de ese gesto, Freund lo provocó
sentirse bella, la soltura de un cuerpo desde el fuera de campo y pudo docu-
que, durante algunos segundos, se mentarlo. Por eso, esta fotografía es más
sustrae a las funciones del Estado. Eva verdadera (en su captación documental)
era una mujer endurecida por su pasado que las de las joyas y los vestidos, que
y a quien los deberes políticos del parecen pruebas en un juicio por enri-
presente le imponían una exterioridad quecimiento ilícito de la abanderada
de acero. Pero, en este caso, Freund de los humildes, fotos ineludiblemente
se apodera de una Eva casi imposible. destinadas a producir escándalo entre
Como un rarísimo documento de feli- los opositores y respuestas cínicas entre
cidad distendida, de conformidad con los partidarios.
el cuerpo y la imagen, la Eva de esta Los ojos de Eva son los que miraron a
foto se ha alejado un poco de su misión Perón. Pero en esta fotografía ese signi-
representativa (el cuerpo del Estado ficante político desmesurado (Perón)
peronista) para mostrar una identidad retrocede porque esos ojos son también
fugaz diferente de la pública. los que vieron su propia belleza. La
La intimidad pública no existe, pero Eva de esta foto nos resulta todavía
una fotografía puede acercarse a ella. hoy casi una desconocida, porque es
El “método Freund” consistió, en este imposible asimilarla al museo inmóvil
caso, no en buscar la profundidad, sino de los clichés póstumos. Nimbada por
precisamente en lo opuesto: captar los la felicidad, obliga a preguntarse, una
cambios en la superficie, en la emergencia vez más, ¿quién era esa mujer?

NOTAS

1. La revista que publicó esta foto afirma, sin embargo, que es el boudoir de la modelo. Todo esto se discutirá
más adelante.
2. La información me fue dada por Alicia Sanguinetti, hija de Heinrich, también fotógrafa, que además me
informó sobre el supuesto origen del vestido de Eva: una cortina del estudio donde se hicieron las fotos,
tal como lo probarían los gruesos flecos del ruedo. Sanguinetti tuvo la gentileza de mostrarme las copias de
Heinrich que ella conserva. El general Ramírez fue presidente de facto después del golpe de junio de 1943;
integraba, como Perón, el GOU, logia militar responsable del golpe.
3. Heinrich conservó un recibo firmado por el Secretario General de la Subsecretaría de Informaciones, Adolfo
Saravia, enviado por el poderosísimo Raúl Apold, que atestigua haber recibido del Fotoestudio de Annemarie
Heinrich “todos los films existentes en mi archivo de la señora Eva Duarte de Perón”, solicitados “en calidad
de préstamo a la Subsecretaría”. La fecha es agosto 5 de 1952.
4. Antena, número 730, 15 de febrero de 1945, foto de tapa.
5. Louis Marin, “Le pouvoir et ses représentations“, en Politiques de la représentation, París, Éditions Kimé,
2005, p. 73. Marin ha sido probablemente el más notable historiador de las imágenes del poder, sobre todo en
la Francia del Antiguo Régimen.
6. Radiolandia, XIX, 890, 7 de abril de 1945. Es el reportaje central del número.
7. The Telegraph, 3 de enero de 2001. También en The Independent, 3 de enero de 2001 y La Nación,
4 de enero de 2001. Se trata de la repercusión periodística de informes del Foreign Office que acababan de ser
desclasificados.

122
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

8. Véase: Klaus-John Dodds, “Geopolitics in the Foreign Office: British Representations of Argentina 1945-1961”,
en Transactions of the Institute of British Geographers, New Series, Vol. 19, No. 3 (1994), pp. 273-290.
9. Véase Mario Rapoport y Claudio Spiguel, Relaciones tumultuosas. Estados Unidos y el primer peronismo,
Buenos Aires, Emecé, 2009, p. 290.
10. Un descripción sintética de la política exterior argentina la ofrece Roberto Russell en “La política interna-
cional 1945-1983”, en Nueva historia de la nación argentina, tomo VIII, Buenos Aires, Planeta, 2001. Para un
completo panorama de las relaciones en los años cuarenta y hasta la caída de Perón, véase el ya citado trabajo
de Mario Rapoport y Claudio Spiguel.
11. Sobre el peronismo existe una enorme bibliografía. El lector interesado por los temas planteados acá, podrá
consultar: C. Buckrucker, Nacionalismo y peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1955),
Buenos Aires, Sudamericana, 1987; J. C. Torre (comp.) Los años peronistas (1943-1955), tomo VIII de la
Nueva historia argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2002; M. Plotkin, Mañana es San Perón; propaganda.
rituales políticos y educación en el régimen peronista, Buenos Aires, Ariel, 1994; L. Zanatta, Breve historia del
peronismo clásico, Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
12. Citado por Rapoport y Spiguel, op. cit., pp. 283-84.
13. El “ensayo visual” sobre Eva Perón apareció el 11 de diciembre de 1950, con el título de “A First look to the
Private Life of a Controversial First Lady”, cuya foto de apertura, es la que se publica acá de Eva frente al espejo.
El crédito de las fotografías figura, en letra mínima, en la página de índice y dice: “Gisele Freund de Magnum”.
Freund trabajó para la famosa agencia gráfica, pero mantuvo con ella problemáticas relaciones, al punto de que
la información institucional de Magnum no la menciona en absoluto. Life sostiene que es la primera vez que
un material gráfico de este tipo se publica en Estados Unidos, y que son fotos “de la vida privada de la señora
de Perón con su marido”. En realidad, no hay fotos de “vida privada” excepto una secuencia que muestra a la
asistente de Eva arreglando los volados de su vestido antes de una velada de gala; Perón junto a dos caniches
miran, entre divertidos y aburridos, la escena. La nota es anunciada en volanta en la tapa: “Una visión íntima
de Eva Perón”. Life declara una circulación mundial certificada de 5.200.000 ejemplares.
14. Gisèle Freund, La fotografía como documento social, Barcelona, Gustavo Gili, 1976, p. 163.
15. Rapoport y Spiguel dan una versión más matizada de la renuncia de Bramuglia: “Hay diversas interpre-
taciones sobre la renuncia de primer canciller peronista. Una de ellas es que, debido a su prestigio… Perón
lo habría dejado de lado para que no pudiera empañar su imagen y poder personal. Otra, que su caída habría
sido provocada por la conocida distancia y recelo que Evita tenía por Bramuglia desde 1945. Esto coincide
con la visión de Robert Potash, quien señala la oposición a su figura de un sector más nacionalista, vinculado
a Eva Perón, que lo criticaba por conciliador y partidario de negociar con británicos y norteamericanos... Sin
embargo, otra versión indica que, pese a la inquina de Evita, en los últimos meses ésta lo respaldaba” (Rapoport
y Spiguel, op. cit., p. 291).
16. Hugo Beccacece, “Los ojos del siglo; entrevista a Gisèle Freund”, La Nación, Suplemento Cultura,
21 de enero de 1998. Hubo intimidaciones de Raúl Apold, secretario de informaciones del Estado, que llamó a
Freund para exigirle que le entregara sus negativos (como años más tarde se los exigiría a Annemarie Heinrich).
Freund le aseguró que iría al día siguiente y, en lugar de acudir a la oficina de Apold, se tomó el primer avión
que la sacó de la Argentina.
17. G. Freund, Mémoires de l’œil, París, Seuil, 1977, p. 66. Las joyas que no se ven en la foto, pero de las que
Freund informa, son un broche de brillantes y zafiros azules y varios anillos. Evidentemente, el tema de las joyas
era una especie de condensación ideológico-estética y moral que nadie quería perderse. Tanto como signo de
corrupción, avidez y amor al lujo, las joyas son emblemas mitológicos de alta carga mágica, imperdonables, por
otra parte, en una mujer que no las ha recibido como legado de origen.
18. Life no incluye esta foto, sino otra de la misma escena pero con distinto ángulo, donde Eva ya no tiene al
caniche en su falda
19. Fotografía reproducida en Evita; An Intimate Portrait of Eva Perón (Tomás de Elía y Juan Pablo Queiroz,
eds.), Nueva York, Rizzoli, 1997, p. 125.

123
124

Platón, el mito y
la hegemonía política
Por Dardo Scavino

Desde Grecia para aquí hay un viejo diferendo, níti-


damente planteado por Platón, que no ha cesado de
reproducirse en la historia. Se trata de la controversia
entre la filosofía y la poesía en la que, para cada uno
de estos dominios, hay un campo de intervención e
influencia de acuerdo a sus específicas competencias,
pero que una y otra vez resultan objeto de polémica.
Para el autor de La República, la filosofía es la que se
ocupa del saber “válido”, el conocimiento de las esen-
cias, y la poesía trata las cuestiones ligadas a las formas
y las apariencias. Sin embargo, preocupado por el
desarrollo de las técnicas de gobierno, advirtió Platón
el poder de la poesía en la construcción de las narra-
ciones míticas, verdadera argamasa de la memoria de
los pueblos e instrumento privilegiado en la construc-
ción de hegemonía. El poder de la palabra poética –el
propio filósofo utilizaba la poesía en sus alegorías y
mitos– tenía su origen en los relatos maternos y de las
nodrizas e involucraba a los más refinados y célebres
nombres. Platón intenta controlar sus efectos para
impedir la disgregación de la polis bajo el encanta-
miento estético. El problema, antigua preocupación
de las reflexiones filosóficas, seguía siendo el de la
verdad; su producción y su transmisión.
Esta controversia respecto a la valoración de la poesía
llegó hasta los modernistas y tuvo estaciones memora-
bles, como en Nietzsche, artífice de una escritura poética
inigualable. Todas las vanguardias atravesaron, en uno
u otro sentido, el dilema que impone esta distinción
platónica. Dardo Scavino se encarga de comentar, con
esmerada erudición, los litigios que sobrevinieron en
las ciencias sociales a partir del problema y el modo en
que enfrentaron este conflicto.
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Existe un viejo diferendo entre filo- encontramos en conducción, y en el


sofía y poesía, un diferendo que suele italiano duce, es decir, el conductor,
remontarse a Platón, aunque el propio kathêgêsis deriva del sustantivo hêgêsis
Platón ya hubiese dicho que era una que significa conducción. El hêgémôn
discordia antigua. Y este diferendo se era el conductor, el guía, el que camina
perpetuó hasta nuestros días porque a la vanguardia, el que dirige a la tropa,
nuestra manera de practicar la filo- es decir, a la mayoría. Y el arte del
sofía y la poesía resultan inseparables hêgémôn, claro está, es la hêgémonía. Y
de esa antiquísima desavenencia. Alain por eso no era casual que la educación
Badiou volvió a poner en el tapete esta de los ciudadanos
discordia platónica hace apenas unos apareciera como Porque lo importante, para
años, en el marco de una crítica de la una cuestión nosotros, es que a partir de ese
“sutura poética de la filosofía”, como política priori- mismo sustantivo, hêgêsis, se
acostumbra llamarla, o de esa “edad taria para el filó- forma otra palabra que Platón
de los poetas” que se iniciaría, a su sofo ateniense, ni coloca en un lugar central de
juicio, con los románticos alemanes tampoco que esta su crítica de la poesía y que los
y proseguiría con filósofos como educación estu- estudiantes de Letras conocen
Nietzsche y Heidegger. Voy a tratar viera dominada bien: diêgêsis, la narración.
de discutir la posición del francés, en ese entonces, y Vean entonces la serie para-
aunque antes precise referirme a los según él, por los digmática: hêgêsis, diêgêsis,
textos de Platón donde se aborda el poetas. Porque lo kathêgêsis, la conducción, la
problema. Estos textos son varios, a importante, para narración y la educación.
comenzar por un diálogo de juventud, nosotros, es que a
el Ion. Pero la cuestión propiamente partir de ese mismo sustantivo, hêgêsis,
dicha de la discordia entre filosofía y se forma otra palabra que Platón
poesía aparece en los libros II, III y X coloca en un lugar central de su crítica
de La República. de la poesía y que los estudiantes de
Letras conocen bien: diêgêsis, la narra-
ción. Vean entonces la serie paradig-
1 mática: hêgêsis, diêgêsis, kathêgêsis, la
conducción, la narración y la educa-
Es importante saber que Platón intro- ción. Tal vez deberíamos añadirle un
dujo este debate en un diálogo como cuarto vocablo de la misma familia,
La República porque el estatuto de la exêgêsis, la interpretación. Porque una
poesía era, según él, eminentemente narración, al fin de cuentas, es una
político y estaba vinculado con un interpretación de las cosas. Los poetas
aspecto fundamental de la polis: la tienen un poder inmenso en la polis,
educación de los ciudadanos. Entre según Platón, ya que educan a los
las palabras que los griegos tenían ciudadanos, es decir, los conducen en
para hablar de la educación se encon- determinada dirección, y esto a través
traba paideia, por supuesto, que de sus fábulas, diêgêseis que también
concernía sobre todo la formación son otras tantas exêgêseis.
de los niños, pero también kathêgêsis, Como pueden comprobar, la polí-
que era el correlato exacto del sustan- tica griega era, ante todo, el arte
tivo educación. Así como educación de la conducción o la hêgémonía,
se forma a partir de la raíz duc-, que y esto lo confirma el hecho de que

125
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

en La República, pero también en Este es un punto importante, porque


Las Leyes, Platón recurriese frecuente- el comportamiento y el pensamiento
mente a la imagen del timonel o del de los humanos no dependen, para
piloto de un navío cuando se refería Platón, de su naturaleza, de su phúsis,
al gobernante. Pero esta analogía, sino de esta segunda phúsis que no ha
una vez más, no es una invención sido creada, como consecuencia, por
del filósofo. El propio verbo gobernar alguna divinidad sino por esos relatos
proviene, a través del latín gubernare, (diêgêseis, muthoi) que los humanos
de la voz griega kubernan, que signifi- oyeron desde su infancia. Y esto no
caba pilotear o conducir un navío, y si es en modo alguno anodino porque
desde hace unos años “navegamos” por Platón piensa que los hombres no
Internet, se debe a que Norbert Wiener tienen el poder de cambiar la voluntad
acuñó el sustantivo inglés cybernetic, el de los dioses pero sí de transformar los
gobierno de las máquinas, adaptando relatos de los hombres, y una buena
el griego kubernesis. parte de La República está consagrada
Ahora bien, ¿cómo educaba o conducía a eso: a ver cómo, cambiando los
a los ciudadanos las diêgêseis, es decir, relatos humanos, puede cambiarse esa
las narraciones? Gracias a la mímesis. segunda naturaleza humana y, como
La mímesis era, para Platón, el arte consecuencia, la hêgémonía de la polis.
del mimêtês, es decir, del mimo. Sólo Con esta concepción de la mímêsis,
que los mimos griegos no eran como Platón les sugería a sus lectores que
los nuestros: aquellos mimos actuaban los ciudadanos de la polis son, antes
y hablaban cuando imitaban a algún que nada, mimêtai, es decir, actores
personaje. Pero es acá donde hay que que encarnan ciertos personajes,
aclarar un poco el primer uso que aunque ellos digan que se comportan
Platón hace de este vocablo. Digamos así porque está bien hacerlo, o porque
que, para él, los primeros que practi- los dioses así lo quieren, o porque así
caban la mímesis no eran los poetas lo hicieron sus ancestros. El compor-
sino los oyentes. Los poetas guían a tamiento sería una actuación naturali-
los ciudadanos porque éstos toman sus zada, es decir, la interpretación de un
modelos de comportamiento de los papel que no se percibe como tal. Esta
personajes de las historias y los imitan idea de una actuación va a volverse muy
desde la infancia: los poetas son los corriente, más tarde, con Epicteto, y
transmisores de los valores y costum- la mayoría de los autores que hablen
bres de una comunidad, y estos valores de un theatrummundi van a remitirse
y costumbres los transmiten a través a este filósofo estoico. Pero lo intere-
de héroes positivos y negativos, de su sante es que esta idea se encontraba ya
manera de hablar y de actuar. “¿No te en Platón. Los ciudadanos aprenden
has dado cuenta –le pregunta Sócrates a a vivir en sociedad educándose con
Adimanto– que la imitación comienza los poetas e imitando los modelos
en la infancia y al proseguir a lo largo de comportamiento que estos les
de la vida termina por convertirse proponen, sus códigos del honor y de
en un hábito y hasta en una segunda la justicia, su práctica de la virtud y de
naturaleza (phúsinkathístantai) que la prudencia. Como diría Borges más
cambia el cuerpo, la voz y el espíritu?” tarde, antes de Gutiérrez y los Podestá
(La República 395 c). no había duelos criollos. Y recuerden

126
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

que, muy quijotescamente, el Bill Ahora bien, los poetas, según Platón,
Harrigan de Borges va a convertirse también imitaban, sólo que no imitaban
en el temible Billy the Kid después de cuando narraban. Y es importante
asistir con devoción a los melodramas saber esto. Porque unos años después,
de cowboys que se representaban en su en la Poética, su discípulo Aristóteles,
ciudad natal, Nueva York. Pero Platón quien también le atribuía una impor-
no se refería solamente a las narra- tancia social inmensa a la mímêsis, hasta
ciones de tal o cual poeta, aunque le el punto de colo-
reserve una buena parte de sus críticas carla en el centro Para Platón, los sofistas eran
a Homero; el ateniense piensa además, de su teoría de la capaces de hablar de todas las
y sobre todo, en esa miríada de diêgêseis sociabilidad, va a cosas divinas y humanas sin
anónimas que circulaban por la Hélade, decir que el relato saber nada sobre nada, como
es decir, en los mitos. es la mímesis de no fuera, justamente, sobre el
Platón, en este aspecto, no hacía nada las acciones. Para arte de fingir que saben, un
muy diferente de lo que harían hoy Platón, no. Él poco como esos personajes que
muchos críticos literarios. Una crítica oponía, por el llenan las columnas de opinión
feminista, por ejemplo, va a mostrar contrario, mímêsis de los periódicos hablando de
que una narración literaria o cinema- y diêgêsis. Para política internacional hoy,
tográfica propone una imagen de la él hay mímesis de la última novela de Paul
mujer que contribuye a la reproduc- cuando un escritor Auster mañana, de economía
ción de ciertos modelos femeninos y imita la manera la semana que viene y de
de comportamientos en relación con de hablar de un música o pintura si se cuadra
las mujeres, de modo que ella también personaje, como la ocasión.
supone que existe una relación estrecha en el teatro. La
entre diêgêsis, kathêgêsis y hêgêsis, y que mímesis formaba parte de la léxis, de la
una transformación de estas represen- manera de expresarse o del estilo. De
taciones no va a ser ajena a una trans- modo que los mimêtai por excelencia
formación de esas prácticas sociales. Esa son los autores de tragedias y comedias.
crítica feminista entiende, como Platón, Pero Platón piensa que también encon-
que las conductas de los humanos no tramos esta mímêsis en la epopeya y,
dependen de una presunta naturaleza como consecuencia, en Homero, a
humana, y que tampoco hay una natu- quien le gusta alternar, como recuerda
raleza masculina y una naturaleza feme- Sócrates, la mímêsis y la diêgêsis. Y Platón
nina sino, como sostenía el ateniense, pone como ejemplo un episodio que se
segundas naturalezas constituidas por encuentra al inicio de la Ilíada, cuando
las diêgêseis –aunque tal vez ella prefiera Crises va a suplicarles a los Aqueos
decir, como muchos intelectuales que le devuelvan a su hija Criseida.
modernos, por la cultura–, de modo Homero tendría que haber narrado el
que una intervención crítica también episodio, explica Sócrates, sin fingir el
es una intervención política. Y algo discurso de Crises, es decir, sin suscitar
similar podría asegurarse con respecto en el oyente o en el lector la ilusión de
a un crítico marxista cuando pone en que Crises está hablando. Tendría que
evidencia la perspectiva de clase de un haber recurrido a la diêgêsis, prosigue,
escritor, o a un crítico postcolonial en vez de incurrir en la mímesis. Porque
cuando muestra cómo se construyó una cuando optan por la mímesis, los poetas
imagen de ciertas alteridades étnicas. se acercan más a los sofistas.

127
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Para Platón, los sofistas eran capaces decir, al saber de las esencias y no de
de hablar de todas las cosas divinas y las apariencias, al saber que verda-
humanas sin saber nada sobre nada, deramente enseña algo y que no se
como no fuera, justamente, sobre el contenta con engañar a los demás.
arte de fingir que saben, un poco como Porque recordemos que mathésis
esos personajes que llenan las columnas proviene del verbo manthánein que
de opinión de los periódicos hablando también significaba enseñar. Pero
hoy de política internacional, de la esta enseñanza, esta mathésis, aparece
última novela de Paul Auster mañana, ahora opuesta a la educación de los
de economía la semana que viene y poetas, a la kathêgêsis. La filosofía, en
de música o pintura si se cuadra la efecto, se opone a la poesía como el
ocasión. La democracia, para Platón, ser al parecer, la identidad a la seme-
era el régimen político en que los janza o la esencia a la apariencia. Y no
sofistas, es decir, los formadores de hace falta ponernos a repasar ahora los
opinión, los publicitarios y los comu- diálogos de Platón para entender a qué
nicadores tienen más influencia sobre se refería. La ciencia actual, después de
el público que los estudiosos de algún todo, sigue siendo su heredera. Un
tema. Y ya el sofista Protágoras había zoólogo va a explicarnos por qué, a
declarado, en el diálogo homónimo, pesar de las apariencias, la ballena no
que la educación de estos oradores es un pez y los corales no son plantas.
se iniciaba con la poesía. Los poetas O va a demostrar también por qué,
procedían entonces como los sofistas aunque no se parezcan mucho, las
cuando hacían hablar a sus ficciones ballenas son parientes de los ratones, y
de políticos, de militares o de médicos, el coral, de las medusas. Porque cual-
o incluso como el pintor, añade, capaz quiera sabe que si algunos insectos se
de pintar una mesa, un carro o una mimetizan con las hojas de un árbol
embarcación pero incapaz de cons- o algunos peces imitan a la perfección
truirlas. Los políticos, los militares y los las piedras del fondo marino, siguen
médicos tampoco sabían muy bien de siendo, a pesar de su aspecto, insectos
lo que hablaban, como va a pretender y peces. Lo que significa que el pare-
demostrarlo Platón en algunos de sus cido no implica necesariamente un
diálogos. Pero ahí es donde los poetas parentesco, como sucede incluso con
competían con los filósofos: para el las palabras parecerse y parentesco, que
ateniense, los políticos, los militares o no son en modo alguno parientes a
los médicos debían ser educados por pesar de las apariencias.
los filósofos, no por los poetas. Esto Una buena manera de iniciar un curso
no significaba que el filósofo fuese de lingüística, justamente, consis-
capaz de transmitirles a todos estos tiría en mostrar por qué una serie de
personajes un saber válido acerca de vocablos como sanamente, clemente,
todas y cada una de estas cuestiones, fomente y mente no forman parte de la
pero podía enseñarles, sí, cómo llegar misma categoría morfológica a pesar
a elaborar un saber válido acerca de de su notoria semejanza. De la misma
cualquier cuestión. manera, un lingüista puede explicar
Y es en este punto que Platón ya por qué, a pesar de un ingenioso
no opone solamente la mímesis a la desvalijamiento propuesto por Juan
diêgêsis sino también a la mathésis, es Gelman, el adverbio desconsoladamente

128
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

no contiene, en su interior, las expre- en su Curso esas homofonías fortuitas,


siones con sol, hada y mente, sino esas identidades ilusorias, del dominio
apenas tres secuencias fónicas que de los objetos susceptibles de ser estu-
miman, por casualidad, esos signi- diados por la lingüística, de la misma
ficantes. Y aunque Nicanor Parra manera que un zoólogo no pondría
haya escrito, con una pizca de humor en una misma categoría a animales
negro, “ayer / de tumbo en tumbo / meramente similares o, como hubiese
hoy / de tumba en tumba”, nuestro dicho Borges, “que de lejos parecen
lingüista debería explicar que, a pesar moscas”. Esos juegos de palabras, para
de sus semejanzas, tumbo y tumba no el profesor suizo, se convertían en
están tampoco emparentadas, o que el objetos de estudio de la retórica y la
parecido entre ambas palabras es total- poética, dos disciplinas que no tenían,
mente casual. Ya no se trata del mismo y no podrían tener nunca, el estatuto
lexema, digamos, sino de otro, y esta epistemológico de la lingüística porque
confusión entre lo otro y lo mismo era, no se sostienen en una mathésis. El
para Platón, el equívoco poético por problema es que Saussure estaba deste-
excelencia. A través de ejemplos como rrando de la lingüística a un discurso Platón y Aristóteles,
éstos, precisamente, Saussure excluía bastante especial, que juega con las por Rafael

129
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

paronomasias azarosas, como lo sabía así, bastante amable cuando esgrimió


Mallarmé, y que ocupaba una plaza este argumento, porque para Platón, o
central en cualquier lengua desde el para el Saussure del Curso, la poesía ni
momento en que recurre a todos los siquiera hubiese podido ingresar en la
equívocos por homofonía que no universidad como objeto de estudio ya
pueden traducirse. que se trataría más bien de un simu-
Hacia el final de su vida, el Saussure lacro de elefante.
de los anagramas va a regresar a estas Alejada de la mathésis, la poesía, para
homofonías que había expulsado de Platón, no tenía cabida en el reino del
su polis lingüística, pero sin otorgarle saber. Los poetas, a lo sumo, embe-
a sus estudios el estatuto científico de lesan esa parte del alma que se deja
su Curso. En una célebre conferencia seducir por las ilusiones, los equí-
del año 58, Jakobson reivindicaría, vocos, las homofonías o los juegos de
en cambio, el derecho de la lingüís- palabras, pero también por los tropos
tica a estudiar la función poética, que encuentran similitudes entre
aunque nunca supiera muy bien qué cosas esencialmente diferentes, como
estatuto concederle a estas “seme- ocurre cuando Homero comparaba
janzas notorias”, como las llamó, que a los reyes de la Ilíada con “pastores
nos inducían a imaginar una simi- de multitudes”, sin advertir, explica
litud semántica entre las palabras, Sócrates, que estas funciones, aunque
como ocurría con tumbo y tumba en iguales en apariencia, eran, en
el poema de Parra, con odio y Dios en esencia, distintas. A través de versos
“Los heraldos negros” de Vallejo o con encantadores o aforismos presun-
el adjetivo, aleve, convertido en una tamente profundos, los poetas nos
ilusoria contracción de ala y de leve en presentan su mímica del saber y sus
aquel magistral verso de Darío: “bajo pseudo-verdades. Y por eso Platón
el ala aleve del leve abanico”. llama a este tipo de poetas mímêtai
De modo que el problema planteado pero también pseudai, recurriendo
por Platón dos mil trescientos años a ese vocablo griego de donde viene
antes, no había perdido pertinencia: nuestro prefijo seudo- y que aludía a
bajo la pluma de Jakobson volvemos a los embaucadores, los falsificadores
encontrar, a la hora de abordar la poesía, y a todos aquellos que, por decirlo
la misma distinción entre la identidad así, nos cuentan el cuento. Y como
y la semejanza, entre el ser y el parecer Platón pretendía que estos encantos
o entre la esencia y la apariencia. Y del canto dejasen de operar sobre los
basta con recordar la célebre anéc- ciudadanos de su polis ideal, entonces
dota de su oposición a la candidatura no quedaba otra solución que deste-
de Vladimir Nabokov en Harvard, rrar a los poetas después de coronarlos
para advertir que la vieja discordia de flores y rociarlos con perfumes.
seguía viva. Después de reconocer El propio Platón, no obstante, cedió
que Nabokov era un gran escritor, en más de una oportunidad a estos
Jakobson alegó que los elefantes eran juegos de palabras para presentar una
grandes animales y no por eso los idea, como cuando acuño el calambur
pondrían a enseñar zoología en la soma sema (el cuerpo es un sepulcro) o
universidad. Pero hay que reconocer cuando jugó con el pseudo-parentesco
que el lingüista ruso se mostró, aun etimológico entre los sustantivos

130
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

eros y ptéros, para apoyar el argumento oyente. Y a Platón le parece que no


de un amor que le daba alas, ptéroi, es bueno que los ciudadanos imiten
al alma, por no hablar de las fanta- a dioses y héroes que cometen actos
siosas etimologías del Cratilo, prove- execrables o que atenten contra la esta-
nientes muchas veces, como Sócrates bilidad de su república ideal.
lo reconoce, de los juegos de palabras Platón propone entonces que en esta
de los poetas. Y más de un estudioso polis ideal el Estado vigile esos relatos
de Platón señaló que este filósofo que van a educar a los ciudadanos, y
condenaba a los autores de teatro que los adapte, como si se tratase de
a pesar de que él mismo se dedicó a un programa escolar, a los objetivos
escribir diálogos a lo largo de su vida, y que procura conseguir. En resumidas
diálogos en donde multiplicó, además, cuentas, los valores de la república
las alegorías y los mitos. eran, a sus ojos, cosas demasiado
No cabe duda de que Platón incu- importantes como para dejarlas en
rrió en estas contradicciones. Habría manos de los poetas. Esto no signi-
que dejar un punto en claro, no ficaba dejar de narrar historias sino
obstante. Porque Platón no critica en controlar sus contenidos. Y vigilar la
La República a todos los poetas sino a diêgêsis significaba practicarla bajo el
los mimêtai, es decir, a los poetas que control de la filosofía. “Según parece
practican, de diferentes maneras, la –le dice Sócrates a Adimanto–, hay que
mímesis, y ya vimos que la diêgêsis no empezar por vigilar a los inventores de
se confundía, para él, con la mímesis, fábulas: adoptar las buenas y rechazar
porque la mímesis formaba parte de la las malas” (La República 377 c). Y
léxis, de la manera de hablar, del estilo Platón se muestra incluso muy exigente
y de las figuras. Para Platón están los en este dominio, ya que Sócrates
poetas que imitan y los poetas que propone reclutar “nodrizas y madres
cuentan, los mimêtai y los diêgêtai. Y para contarle a los niños las fábulas que
por eso no hay razón de preguntarse hayamos adoptado y modelar (pláttein)
por qué expulsa a los poetas de la polis sus almas con estas historias teniendo
cuando él mismo no cesa de elaborar más cuidado que si fuese el cuerpo con
mitos. Platón no tiene nada que obje- las manos” (Ibid. 377 c).
tarle al diêgêtês por sí mismo, aunque El verbo que emplea Platón para
no esté de acuerdo, es verdad, con referirse a este modelado del alma es
algunos episodios que cuenta Homero pláttein, la acción característica de
sobre los dioses y los héroes. El filósofo los alfareros o de los escultores que
se muestra particularmente severo con trabajaban con arcilla o con cualquier
los relatos que presentan una visión otra sustancia plástica, adjetivo que
desoladora de la vida después de la proviene de ese mismo verbo, pláttein, y
muerte, ya que, a su entender, esto que va a terminar calificando a las artes
hace que los hombres teman algo que homónimas. De modo que el poeta
no deberían, para ser virtuosos, temer. no modela solamente las figuras de sus
Pero Platón no condena la diêgêsis en poemas sino también, diríamos hoy, la
general sino algunas narraciones en subjetividad de sus oyentes y lectores,
particular. Y si lo hace, es porque en modelado que les otorga un gran poder
el caso de la diêgêsis, la mímesis no político. Y si algo lamentaba Platón es
la practica el poeta sino el lector o el que los filósofos no tuvieran, ni por

131
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Alain Badiou

132
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

asomo, ese poder en la polis griega. kathêgêsis; no hay hegemonía polí-


Hay que vigilar a los “inventores de tica, digamos, sin fábulas políticas en
fábulas” porque son también inven- las que tengan fe los ciudadanos. No
tores de pueblos. Hay que vigilar a hay invención de pueblos nuevos sin
los poetas porque, como lo lamentaba invención de nuevas fábulas.
Platón, la memoria de los pueblos está
compuesta por sus historias.
Entonces sí, Platón propone otra 2
oposición entre diêgêsis y dianoia, entre
narrar y demostrar racionalmente. Esto nos permite entender entonces
El poeta ignora la dianoia. Pero el por qué Alain Badiou afirmaba hace
ateniense sabe, a su vez, que la polis no unos años que Platón nos había legado
puede verse privada de mitos, que los una visión “didáctica” del arte que tole-
ciudadanos precisan lo que podríamos raba a los artistas en el seno de la polis
llamar una religión cívica. El propio a condición de que éstos se avinieran
Platón concluye La República hacién- a transmitir las verdades provenientes
dole contar a Sócrates el mito de Er, que de la filosofía o de la ciencia, porque el
anticipa, en ciertos aspectos, algunas arte, por sí mismo, no tenía nada que
escatologías cristianas del Juicio Final. ver con la verdad, e incluso nos desviaba
Según este mito, entonces, los justos de ella (Badiou 1998: 10). Esta visión,
serán salvados y los injustos conde- según Badiou, habría resucitado en los
nados. Y cuando termina de contar su Estados socialistas cuando el Partido les
historia, Sócrates le comenta a Glaucón exigía a los escritores desprenderse de
que si todos estuviésemos conven- sus opiniones personales, dominadas
cidos (peithômetha, escribe Platón, el por la ideología burguesa o pequeño-
mismo verbo que va a utilizarse más burguesa, para abrazar las verdades de
tarde para hablar de la fe cristiana), si una ciencia proletaria, el materialismo
llegáramos a persuadirnos de que ese histórico, o de una filosofía proletaria,
mito es cierto, si lográramos subje- el materialismo dialéctico, aunque el
tivar esa ficción, también podríamos francés concluya que la máxima expre-
salvarnos. Sócrates no cree entonces sión de este esquema didáctico no se
que los justos sean salvados después de hallaría en el realismo socialista sino en
la muerte, pero piensa que si creemos el formidable teatro épico de Bertolt
en esto, vamos a llevar una existencia Brecht (1998:16). Para inventar un
virtuosa y a salvarnos, como conse- pueblo nuevo, había que inventar
cuencia, de una vida esclavizada a los fábulas nuevas, y éstas, a diferencia de
deseos desordenados. Platón reivindica la precedentes, tenían que ser verda-
incluso el derecho del gobernante a deras, lo que significaba sostenerse en
mentir en nombre del bien de la polis, la nueva ciencia de la historia.
y de inventar mitos como aquel de Pero pienso que Badiou no estaría en
los ciudadanos nacidos todos de una desacuerdo conmigo si yo dijese que
misma madre, la tierra, una creencia esta sumisión de la diêgêsis poética a la
necesaria, a sus ojos, para que se consi- filosofía y a la ciencia –a la sutura cien-
deren hermanos. No hay hêgêsis polí- tífica de la filosofía, diría el pensador
tica, para Platón, sin diêgêsis, y sin una francés, porque también eso es plato-
especie de religión cívica que sirva de nismo– era más bien un proyecto

133
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

propio del pensador ateniense. Porque pertenecen a una época en que los
a este filósofo no le quedaba más hombres no escribían todavía sus leyes
remedio que constatar una situación en tablas y las transmitían a través de
muy diferente: el modelado de la subje- sus mitos y sus poemas. Vico publicó la
tividad, la formación de los ciudadanos primera versión de su Ciencia nueva en
y la invención de los pueblos, se encon- 1725, cuando la ciencia galileana estaba
traba en manos de los poetas. Y estaba imponiéndose en Europa llevando a
forzado a reconocer que los valores y cabo el viejo proyecto platónico de un
las prácticas de sus contemporáneos no saber reducido al mathéma. Y el italiano
dependían de la enseñanza de los filó- no negaba que esta ciencia estuviera
sofos sino de los cuentos de nodrizas. ofreciéndonos un conocimiento válido
De modo que estas fábulas consti- acerca de la naturaleza. Este profesor
tuían, aunque Platón lo deplorase, una de retórica dudaba, en cambio, que
buena introducción a la manera de ser pudiera ofrecernos un conocimiento
y de pensar del pueblo ateniense, un válido acerca de las sociedades humanas.
acceso privilegiado, por decirlo así, a su Porque los pensamientos y las conductas
memoria colectiva. de éstas no se explicaban por causas
Cuando Badiou asegura entonces que el naturales sino, como lo reconocía el
“esquema romántico” del arte invierte propio Platón, por esa “segunda natu-
el platonismo del “esquema didáctico” raleza” constituida, en última instancia,
y vuelve a atribuirle una verdad a la por cuentos de madres y de nodrizas, es
poesía, está jugando con dos significa- decir, por la cultura.
ciones diferentes de La división platónica entre mathésis
Un texto asume ahora un la palabra verdad y diêgêsis coincide entonces, en el
estatuto literario cuando su (1998:12). Aunque “esquema romántico”, con la división
dimensión política, moral o debiéramos añadir entre objetividad y subjetividad. Si
religiosa pasa a segundo plano, que, en términos usted quiere conocer un objeto, diría
a tal punto que un ateo puede estrictos, el Vico, siga el camino de la ciencia gali-
admirar la belleza de pinturas “esquema román- leana, pero si usted quiere conocer
y fábulas piadosas. Platón tico” invierte el la subjetividad de un pueblo o una
pensaba en cambio que esta proyecto didáctico época, vaya a leer su poesía. Sólo que el
belleza era el señuelo a través de Platón pero verbo conocer va a significar también
del cual el poeta nos llevaba a no su posición dos cosas diferentes: por un lado, se
aceptar afirmaciones falaces o con respecto al trataría de explicar un fenómeno a
valores condenables. arte de su tiempo. partir de ciertas causas, mientras que,
Porque si algo por el otro, se trataría más bien de
dice el romanticismo es que si alguien comprender ciertas actitudes a partir
quiere comprender una sociedad y una de una interpretación humana de una
época, debe estudiar los relatos que realidad, es decir, a partir de los relatos
acunaban a sus integrantes. Si alguien acerca de los hechos. El fenómeno de
quiere entender el alma de un pueblo las mareas se explica por la masa lunar,
debe remontarse a los poemas que mientras que el fenómeno de la caza de
la modelaron. Y a esto se había refe- brujas se entiende cuando se conoce
rido Giambattista Vico, el verdadero cómo los hombres de aquella época
iniciador de este esquema, cuando interpretaban su mundo, y esta exêgêsis
aseguraba que la Ilíada y la Odisea seguía siendo, para Vico, una diêgêsis.

134
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

No es raro entonces que Nietzsche sino a partir de una interpretación


quisiera “invertir el platonismo” subjetiva. Y Vicente Huidobro lo
poniendo al poeta en el lugar que el resumía a su manera cuando anun-
ateniense le había reservado al filó- ciaba que la creación del hombre por
sofo. Y sin embargo, Nietzsche sigue el hombre volvería a hacerse, porque
pensando como Platón en este punto: siempre se había hecho así, a través de
para él, el nómos de la polis tenía su los poetas.
origen en los mitos poéticos, de modo
que sólo un gran poeta, un poeta
capaz de revolucionar el arte de su 3
tiempo, un poeta que rompiera con
los relatos hegemónicos, lograría revo- Casi un siglo después de Huidobro,
lucionar también el orden social. Basta Badiou constata que los efectos de la
con echarle un vistazo a los primeros vanguardia no rebasaron las fronteras
escritos de un entusiasta lector de del propio arte, de modo que la visión
Nietzsche como José Enrique Rodó, de un arte capaz de cambiar la vida ya
para comprobar hasta qué punto los no tendría, desde su perspectiva, razón
modernistas esperaban a este poeta de ser. Pero el filósofo francés reconoce
revolucionario, a este poeta mesías, el también que este arte autónomo, este
creador de una nueva forma de vida, de arte, digamos, que se limita a repro-
los nuevos valores, de la nueva sensibi- ducir, o eventualmente a transformar,
lidad, en fin, del pueblo nuevo. Que su propio nómos¸ sin que esto tenga
ese poeta fuese un príncipe, es decir, consecuencias sobre el nómos político
un hêgêmôn, o que tuviese, sin aban- o moral de un pueblo, es un fenó-
donar su papel de poeta, una dimen- meno moderno. Y Vico nos ofrecía ya
sión política, lo anunció Darío cuando una pista muy valiosa si pretendemos
lo convirtió en el caballero que llegaría entender qué ocurrió para que el arte
a salvar a la princesa de esa dorada en general, y la poesía en particular,
melancolía tan fin du siècle. dejasen de transmitir los valores y las
Y aunque ya no esperasen a ese costumbres de una sociedad y conquis-
genio individual, las vanguardias no taran esa autonomía. Sucede que la
pensarían nada distinto a la hora de función de reproducción del nómos de
proponer una ruptura radical con las la polis ya no la cumplen, en la Europa
formas esclerosadas del arte burgués. moderna, aquellos relatos que pasaban
El nombre mismo de vanguardia nos de boca en boca sino las instituciones
recuerda, precisamente, al hêgêmôn estatales. La escuela y los medios
griego: el que marcha a la cabeza y de comunicación sustituyeron, por
les muestra el camino a los demás. decirlo así, a las madres y las nodrizas.
Si la revolución era posible, se debía, No es casual entonces que la primera
para las vanguardias, a que no había novela moderna, El Quijote, se burle
una naturaleza humana, o a que lo del lector mimético de epopeyas: la
humano era aquella “segunda natu- novela moderna va a recorrer a conti-
raleza” susceptible, como pensaba nuación las diferentes variantes de ese
Platón, de remodelación radical, a que lector platónico, como ocurre con
los comportamientos humanos no se Madame Bovary o incluso con esa
explican a partir de causas objetivas novela que cuenta esa historia de amor

135
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

entre don Quijote y Emma Bovary, es estatales comiencen a vacilar, o con


decir, con El beso de la mujer araña de que una nueva lucha por la hegemonía
Manuel Puig. Un texto asume ahora se desate, para que la diêgêsis literaria
un estatuto literario cuando su dimen- recobre, como lo había adivinado Vico,
sión política, moral o religiosa pasa a su antigua dignidad platónica, lo que
segundo plano, a tal punto que un ateo explica por qué la crítica sigue estando
puede admirar la belleza de pinturas y más que atenta a las historias que estos
fábulas piadosas. Platón pensaba en relatos nos cuentan.
cambio que esta belleza era el señuelo Pero quisiera confirmar esta hipótesis
a través del cual el poeta nos llevaba a recordándoles el cuarto esquema que
aceptar afirmaciones falaces o valores Badiou presenta en su Pequeño manual
condenables. En varias ocasiones el de inestética: el “esquema clásico”,
ateniense recurre al vocablo goêteia que como lo llama, cuyo fundador habría
alude al encanta- sido Aristóteles (1998:13). Si Platón
El inconsciente, para Lacan, miento o el embrujo desposeía a la poesía de cualquier saber
estaba “estructurado como un a propósito de las válido, explica Badiou, Aristóteles
lenguaje”, y esto era así porque “ilusiones” del desplaza el problema: el destino de la
había tratado de demostrar arte, pero también poesía no es la verdad sino el trata-
que los dos ejes de la lingüís- a un sustantivo miento de las pasiones del alma, es
tica saussureana, el paradigma que los argen- decir, la catarsis. Habría también acá
y el sintagma, que Jakobson tinos conocemos una identificación de los espectadores
ya había llamado ejes metafó- mejor magganeía o de los oyentes con los héroes de una
rico y metonímico en un artí- (manganum, en historia, pero esta identificación ya no
culo sobre la afasia, se parecían latín). Que los sería mimética sino, como dice Badiou,
como dos gotas de agua a las dos humanos se delei- transferencial. De modo que, para el
figuras que Freud había identi- tasen más con el francés, el heredero de este esquema
ficado en el sueño: condensa- arte que con la clásico del arte habría sido el psicoaná-
ción y desplazamiento. filosofía, con las lisis. Tanto Freud como Lacan, explica
“manganetas” que Badiou, piensan el arte “como lo que
con el saber, era, para Platón, la prueba hace que el objeto del deseo, que no
de que preferían el engaño a la verdad, es simbolizable, sobrevenga en sustrac-
y por eso la verdadera belleza, en su ción al colmo mismo de la simboliza-
obra, no era artística sino intelectual. ción” (1998: 17). En efecto, cualquier
Mientras que, para Kant, el gusto artís- lector de Borges sabe que el poeta opera
tico ya no tenía que ver con el temor de como el supersticioso que, por temor
la verdad o del bien. a mencionar un objeto, sustituye su
La modernidad introdujo entonces una nombre por otras tantas metáforas
diferencia entre dos tipos de relatos: o metonimias. Y algo similar decía
aquellos que siguen cumpliendo la Freud con respecto a los neuróticos:
misma función de kathêgêsis social que ellos también obran como los supers-
le atribuía Platón a la diêgêsis, y que ticiosos que evitan nombrar un objeto
provienen de la religión o de las diversas aunque aludan a éste, en sus discursos,
capillas políticas, y aquellos que asumen a través de una serie de condensaciones
un estatuto artístico o literario a condi- y desplazamientos. Y esta similitud
ción de desactivar esa función. Basta entre Borges y Freud no era de ningún
sin embargo con que las instituciones modo casual, ya que ambos se habían

136
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

inspirado en un mismo autor: el antro- homofonías fortuitas a la lingüística,


pólogo inglés James Frazer. Y Frazer, anulando así el ostracismo de la poesía.
de manera muy platónica, también Y estoy de acuerdo con esto. Pero una
había expulsado este pensamiento anécdota vinculada con el psicoaná-
supersticioso, mágico o poético de la lisis nos induce a sospechar que el ruso
polis occidental para encontrarlo en no estaba muy convencido del esta-
los pueblos “primitivos” o “salvajes” tuto científico de estos fenómenos de
que los occidentales habían empezado imitación mutua entre las palabras. En
a dominar desde hacía algunos siglos. el año 1972, Jacques Lacan va a invitar
Tanto Freud como Borges aseguran a Jakobson a su seminario. Lacan
que los occidentales nunca se deshi- tenía una particular admiración por
cieron de ese pensamiento: el primero, el ruso dado que una buena parte de
lo llamó inconsciente, y el segundo, su teoría del inconsciente se inspiraba
arte narrativo. en sus trabajos. El inconsciente, para
Pero lo interesante es que toda esa Lacan, estaba “estructurado como un
dimensión del lenguaje que abarca lenguaje”, y esto era así porque había
las paronomasias, los calambures, las tratado de demostrar que los dos ejes de
agudezas o los anagramas, pero también la lingüística saussureana, el paradigma
los tropos, todos esos aspectos de la y el sintagma, que Jakobson ya había
lengua que el Saussure del Curso expul- llamado ejes metafórico y metonímico
saba de su república lingüística, van a en un artículo sobre la afasia, se pare-
reaparecer en el psicoanálisis como vías cían como dos gotas de agua a las dos
privilegiadas para acceder a la verdad figuras que Freud había identificado
acerca de un sujeto. Para Saussure, en el sueño: condensación y desplaza-
digamos, la paronomasia entre los miento. Y como vimos, el propio Freud
dos sustantivos mimo o los dos verbos analizaba muchos juegos de palabras
mimar del español es una homofonía por homofonía en sus ensayos y que
accidental, y si algo debiera hacer el estas paronomasias y calambures del
lingüista, sería precisamente mostrar inconsciente no tenían nada que envi-
por qué, a pesar de las apariencias, no diarle a las ocurrencias de la poesía.
se trata del mismo lexema. Pero si un Ahora bien, el día en que Jakobson
paciente le contase a su psicoanalista asistió finalmente al seminario de
que, como a Platón, a él no le gustan Lacan, el psicoanalista le explicaría al
“los mimos”, o que anoche soñó “con público que, después de una entrevista
un mimo horrible”, el psicoanalista va con el eminente profesor, se ha dado
a escuchar en ese equívoco una verdad cuenta de que él no hacía lingüística
acerca del sujeto que lo profirió. Al sino, dijo, lingüistería (linguisterie).
igual que Platón, el Saussure del Curso Porque Jakobson, que estaba dispuesto
pensaba que el ideal de la ciencia a incluir estos análisis en el dominio de
consistía en suprimir los equívocos, la lingüística quince años antes, consi-
mientras que, para Freud, esos equí- deraba ahora que existía una retórica
vocos no nos alejan de la verdad sino del inconsciente pero no exactamente
que nos abren el acceso a ella. una lingüística. Que esta retórica se
Ahora bien, alguien podría recor- inspirase en el modelo estructura-
darnos de nuevo que Jakobson hizo lista, lo aceptaba, pero la similitud se
un gran esfuerzo por integrar esas detenía ahí, y por eso Lacan acuña ese

137
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

neologismo con connotaciones peyo- terapéutico de Aristóteles. Entiendo


rativas: linguistería. Y este episodio va a que la cuestión de la verdad sigue
resultar lo suficientemente importante estando ahí aunque ya no se trate
como para que Lacan, que hasta ese ahora de la descripción de un objeto
momento había buscado el modelo sino de la revelación de un sujeto. Y si
de cientificidad de la teoría psicoana- algo muestra el psicoanálisis es que el
lítica en la lingüística estructuralista, lenguaje poético es el reverso mismo de
se torne hacia las matemáticas, para la dianoia, su dimensión desapercibida
abandonarlas a su vez más tarde en un o, en términos estrictos, inaudita.
seminario sobre... James Joyce!
Pero alguien podría alegar que
Jakobson ya estaba haciendo lingüis- 4
tería en su conferencia del año 58 o
en el magistral análisis de “Los gatos” Para concluir, entonces, yo diría que el
de Baudelaire que escribió con su viejo diferendo platónico entre filosofía
amigo Lévi-Strauss en 1964. Y hasta y poesía o, para ser más precisos, entre
podríamos añadir que entre 1958 y mathésis y poiésis, asumió una dimen-
1972, es decir, durante la edad de oro sión que Platón no conocía, o que sólo
del estructuralismo, y sobre todo de había vislumbrado en aquel diálogo
los estudios lingüísticos de la poesía, de juventud: el Ion. Este diferendo se
todos estuvieron haciendo, en cierto tradujo a lo largo el siglo XX en un
modo, lingüistería, o elaborando, con litigio entre dos direcciones de las disci-
mayor o menor felicidad, retóricas o plinas llamadas humanas o sociales:
poéticas inspiradas en el modelo de la por un lado, se encontrarían quienes
lingüística estructural. piensan que los sujetos humanos son
Lo interesante es que este episodio objetos científicos como los demás,
muestra la divergencia entre dos pers- de modo que sus comportamientos
pectivas sobre los estudios poéticos o pueden explicarse por causas igual-
literarios: por un lado, los intentos por mente objetivas, es decir, a partir de los
convertir a la poesía en el objeto de una datos susceptibles de observarse y redu-
ciencia; por el otro, los intentos por cirse a una mathésis; por el otro, quienes
interpretar la poesía como la revelación piensan que los comportamientos
de una verdad acerca de la subjetividad. humanos sólo pueden comprenderse a
Una vez más, pienso que el psicoaná- partir de la manera en que los sujetos
lisis no evacúa la cuestión de la verdad individuales o colectivos interpretan
de la poesía para, como sostiene el mundo, es decir, a partir de sus
Badiou, sustituirla por el esquema fantasmas o sus relatos fundamentales.

BIBLIOGRAFÍA

Badiou, Alain (1998). Petit menuel d’inesthétique.Paris :Seuil.


Frazer, James (1993 [1890]). La rama dorada. México: Fondo de Cultura Económica.
Jacobson, Roman (1981). Essais de linguistique générale. Paris : Minuit.
Lacan, Jacques (1975). Encore. Le séminaire XX. Paris : Seuil.
Platón (1947). Republique/Politeia I, II y II (édiciónbilingüegriego-francés). Paris: Les Belles Lettres.
Saussure, Ferdinand de (1972 [1916]). Cours de linguistique générale. Paris, Payot.
Vico, Giambattista (1911 [1744]). La scienzanuova. Bari : Laterza&figli.

138
140

Intelectuales argentinos:
mitos de ausencia y traición
Por Horacio González

Hay pocas palabras cuya capacidad de designar su


significado sea tan difusa, y a la vez abierta, como lo
es el término “intelectual”. Y, en rigor, sus alcances
siempre fueron objeto de controversias. ¿Qué distingue
la labor intelectual del resto de las prácticas sociales?
Hubo una época en que el concepto praxis intentaba
englobar el trabajo manual e intelectual, la reflexión y
la acción, en una innovadora vocación emancipatoria.
Procedente de los núcleos más radicales, la noción
de praxis convocaba a todas las corrientes del hacer
humano para reunirlas en una síntesis capaz de liberar
la imaginación social respecto a la parcelación del
trabajo y la organización de la vida pública. Aún así, el
quehacer intelectual siempre tuvo significaciones dife-
rentes: la filosofía antigua y el conocimiento teológico,
la ilustración y el pensamiento geopolítico y militar,
el liberalismo y la política revolucionaria, el intelec-
tual de estado y el librepensador. Un desempeño que
hoy debe medirse con la predominancia de los medios
de comunicación y los nuevos instrumentos técnicos,
y que también encuentra ecos en las contemporáneas
teorías del intelectual colectivo de la sociedad en red.
Siempre el mito del intelectual tuvo que cotejarse con
las circunstancias históricas en las que fue solicitado,
y aquellos que eran considerados portadores de esa
denominación debían forjar su propia imagen de lo
que en cada momento era el pensar.
Horacio González repasa en este artículo los dilemas
de aquellos nombres que componen el vasto territorio
del intelectual argentino: sus tradiciones y genealo-
gías, sus decisiones y desvíos que, entre los fantasmas
del compromiso y la traición, forjaron singulares
modos de vincular lenguaje y experiencia.
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

A David Viñas, gación, ofrecen dirigentes de nota a


in memoriam la nación. Y esos dirigentes, aunque
conservan en su carozo moral la veta
intelectual, se asignan un lenguaje
I abierto, fuertemente concesivo a la
“lengua popular”. Lo interesante es
De entrada la palabra mito inquieta. que ese es el destino de fusión de toda
Antepuesta a cualquier frase, tiene la lengua intelectual; a un costo no fácil-
capacidad de arruinarla o embelle- mente observable, triunfa su amal-
cerla, de anunciar un estudio sobre gama con ascendencias preexistentes y
sus lejanos fundamentos o lanzar un expresiones heredadas. En la Argentina
desprecio fulminante. Envuelta en su existe el peronismo.
razonable polivalencia, la palabra mito Mariano Moreno escribió y redactó
tiene un programa de sinónimos a su documentos públicos fundamentales
servicio que envidiaría cualquier ujier con su lengua de abogado recibido
de la Real Academia. Puede sostener en Chuquisaca. Todavía importaba
toda clase de ausencias, como si en el el latín, un latín jurídico que gozaba
aula hubiera que sustituir al mismo de su conversión ritual, y por cierto la
tiempo cuatro o cinco alumnos lengua de nuestro máximo abogado se
faltantes sin causa alguna. Actúa muy deja inscribir en disquisiciones como
bien en el lugar de palabras como la Representación de los hacendados
leyenda, mentira, teoría, utopía, relato, o el escrito sobre el fusilamiento de
acción y varias otras. Su movilidad Liniers. En este último, de asombrosa
dentro de la lengua es total. La lengua factura argumental, conviven raros
tiene palabras de movilidad absoluta, escorzos aleccionadores, como si los
de movilidad relativa y de movilidad fusilados hubieran debido dar sus
nula. La palabra mito es de las del propias órdenes de fusilamiento, con
primer caso. Las palabra cancha, del el esfuerzo de un alegato que desea
segundo; la palabra asado, la ponemos exponer ciertas puntillas jacobinas
en el tercer rango. Se dice asado cuando pero en el idioma que Quintiliano
hay un asado. El valor metafórico de podía recomendarle a los togados del
esa palabra es cero. Por eso, se puede, foro en sus Instituciones oratorias.
simple y profundamente, comer un Hacemos de cuenta que Moreno
asado. Al revés, la palabra mito puede no era un intelectual del Estado,
ponerse delante de cualquier cosa, simplemente porque había un Estado
como un delantal que cubre, protege precario, una secretaría de guerra no
y anuncia cualquier tarea. tan ocasional y lo que hoy llamaríamos
El primer mito que hay que confrontar una inestable secretaría general de
cuando hablamos de intelectuales, gobierno y hacienda. En tiempos de
es el que tiene que ver con el puente guerra, eso se difumina. Pero sí lo era
entre la universidad y los movimientos y salido muy poco tiempo antes de la
sociales. Hay universidades más o Universidad y las Bibliotecas, que hay
menos cerradas al movimiento social. que pensar como formas paralelas y
Hay otras que sin sospecharlo se sitúan consustanciales al Estado surgente y
como promotoras de orientaciones que proteico, como a aquella Iglesia que
buscan y obtienen fórmulas de divul- en parte vive de sus “secretas lecturas

141
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

heréticas”. Como se trataba de intelec- que le es abstracto, sino que estamos


tuales revolucionarios –quién no era también ante alguien que ha actuado
fisiócrata, leía a Volney; quién no se en “representación de hacendados” en
guiaba por los antiguos preceptos jurí- el inmediato período anterior al movi-
dicos de Baldo de Ubaldis emprendía miento de Mayo. El escrito que lleva
la más contemporánea lectura de Adam este título parte de un reclamo de aper-
Smith–, su contacto con el Estado no tura hacia el comercio con Inglaterra
era el de asalariados o escribas oficiales, pero no descuida la facultad de imponer
sino el de fundadores de una escritura gravámenes por parte del Estado, a fin
pública. No hay de no desposeerlo. Pero es un escrito,
Todos aquellos intelec- Estado sin escri- diríamos hoy, que parte de intereses
tuales que acompañaron el tura, aunque si alojados en la “sociedad civil”.
peronismo y muchos otros, toda formación de Sin duda, no careció aquella sociedad
debieron incluirse en una esa índole precisa de estratificadas napas de oradores,
lengua que no era la que espe- de códices, archi- polígrafos y enterados y hacia 1824
cialmente cultivaban, y lo veros, pendo- Monteagudo fue capaz de escribir
hicieron con gallardía. Era el listas, tinterillos que “la opinión, esa nueva potencia que
reconocimiento a los domi- y por que no de hoy preside los destinos de las naciones,
nios de la lengua popular, hermeneutas de estrecharía su alianza con nosotros y la
admitiendo que ella encerraba los papeles del victoria...”, dándole al vocablo opinión
los antiguos significantes Virrey, también un sentido muy cercano al que actual-
revolucionarios pero acep- hay una suerte de mente tiene. Podríamos suponer que
tando, a lo menos, que no era acto supernume- Monteagudo habla de los lectores de
muy maleable a solicitaciones rario que forja la periódicos, esto es, del estrecho círculo
provenientes de otros mundos figura del escritor que ligaba a un sector ilustrado de la
más nítidos, en lo ideológico de decretos, tanto sociedad, detectable en cuanto a argu-
y conceptual. como un estilo mentación, escritura e intereses decla-
de intelectual rados. El liberalismo anglosajón creó
público enraizado en arrebatos litera- el concepto de opinión pública más o
rios. Un documento de esa condición menos por la época en que escribía
es el Decreto de Supresión de Honores, y actuaba Monteagudo. Podría afir-
que retiene el doble rango del idioma marse que esta es la máxima creación
estatal y expresa una teoría eminente- de las difusas teorías políticas luego
mente literaria (y también contradic- del concepto de Príncipe y antes de
toria o desatinada) sobre las formas la irrupción de la radio y la televisión
reales de gobierno. De todos modos, de masas. Este tipo de intelectual con
su decisión sobre lo que se resuelve posesión de conocimientos jurídicos,
en símbolos respecto de la oscura lector de Aristóteles o de Campanella,
materia del poder, toma la manera de actuó dentro de una sociedad que no
una reflexión profunda sobre lo visible reclamaba el uso de lenguajes masivos,
e invisible de los ornamentos de los filtrados por la mediación comuni-
hombres poderosos. cacional. Quizás podamos elegir a
De todos modos no se puede recordar a Deodoro Roca, modelo de intelec-
Mariano Moreno como un “intelectual tual universitario, como uno de los
de Estado”, noción que sería no sólo una últimos exponentes de la lengua culta
imposición al pasado de un concepto de izquierda, de la ilustración popular

142
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Mariano Moreno,
por Pérez D’elias

143
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

pero pensada por los escritores que de trozos dispersos de sabidurías que
poseían una lengua social moderna provienen de diversos ingenios aforís-
y con escorzos de revolución social. ticos y de distintos afluentes morales.
Examinando el duro desprecio de El saber versicular tiene una larga
Deodoro por Yrigoyen, podríamos tradición, no es preciso remontarse
trazar un cuadro de cuánto demoró el a sus arcanos, pues su materia está
sentimiento universal de las izquierdas hecha de la creación de comunidades
universitarias modernas (Deodoro unidas por fuertes lazos de heráldica.
intuye en el cine un arte de masas, Es sabido que el peronismo creó esa
que los soviéticos ya dominaban), lengua abrasiva con cánticos, blasones
para encontrarse con la lengua efectiva y rimas extraídas de un calado social
de las masas sociales. Todavía, hacia emergente, sin demasiadas ataduras
comienzos de los años 60, el ya pero- anteriores con culturas políticas ya
nista de izquierda Hernández Arregui implantadas. Es cierto, como dicen
esbozaba una defensa del mundo reconocidas tesis, que socialistas,
cultural del peronismo con argu- comunistas y anarquistas participaron
mentos de la cultura elevada, y por en distintos grados en los orígenes de
caso, ofrecía el ejemplo de sus propios esa experiencia, reproducida de múlti-
programas en la Radio del Estado de ples maneras en la relación futura que
entonces –década del cincuenta–, asumirán ante el peronismo izquierdas
donde comentaba las grandes obras de rupturistas con la porción más abstracta
la literatura universal. de sus matrices originarias. Los inte-
lectuales del peronismo, sobre todo
los que no provenían del catolicismo
II o el hispanismo, tentaron adecuarse a
la extrañeza idiomática. Un Jauretche,
En el mito de los intelectuales argen- cuyo origen era la neogauchesca yrigo-
tinos –también mito universal sobre la yenista; un Scalabrini, asistido por
interpenetración de las corrientes de la el pensamiento anticolonialista y la
ilustración en la lava de lo popular–, sabida influencia de Macedonio; un
hay que considerar el origen de las Puiggrós, con su pensamiento comu-
alocuciones del peronismo. Notoria- nista ligado a la superación necesaria
mente, surgen de una alta literatura de la fase feudal. Fueron extraños en
alejada de las universidades laicas, lo que les parecía familiar. Echeverría
pero no de las academias militares antecedió a Perón en la creación de un
de la Ilustración. Es sabido el origen credo social, pero no dejó de sentirse
del denso fraseado del peronismo, y defraudado cuando percibió que el
también de las intrincadas operaciones Dogma que principalmente él escri-
lingüísticas que forjaron el idioma de biera, no era la bandera de los ejér-
Perón. Verdaderamente, construyó un citos que de un lado a otro recorrían la
idioma al que llamó doctrina, palabra Confederación Argentina.
ésta en cuyo remoto origen se encuen- Todos aquellos intelectuales que
tran las palabras doxa o dogma, que acompañaron el peronismo y muchos
recibió una masiva acogida. Se plan- otros, debieron incluirse en una
teaba, por supuesto, la cuestión de las lengua que no era la que especialmente
culturas populares, forjadas a través cultivaban, y lo hicieron con gallardía.

144
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Era el reconocimiento a los dominios prácticos para el militante, también


de la lengua popular, admitiendo que llamado “predicador”, a la manera de
ella encerraba los antiguos signifi- una catequesis popular, y un conjunto
cantes revolucionarios pero aceptando, de apreciaciones sobre la historia
a lo menos, que no era muy maleable mundial, sobre todo en los textos que
a solicitaciones provenientes de otros lee Eva Perón, que con pantallazos
mundos más nítidos, en lo ideológico vertiginosos debe ajustar cuentas con
y conceptual. No obstante, los intelec- el marxismo sin reconocerle superio-
tuales del peronismo absorbieron en ridad pero sí una sensibilidad, que en
diversos segmentos las series y simbo- cuanto sea útil para las causas sociales
lismo, proverbiales de ese movimiento, eminentes, ya se la considera apropiada
sus pócimas doctrinarias que hablaban por el peronismo. Podría ser necesario
de traiciones y de lealtades, y por en este caso hacer
cierto, en su juego no siempre desci- una sorprendente El tono helénico-pampeano
frable entre quienes estaban dentro de historia paralela elegido por Marechal se
un hemisferio o de otro. al modo en que situaba muy por afuera de
Comparemos la vida universitaria –la se considera el ser la dicción peronista, que no
Universidad– con los actos pertene- pedagógico en la obstante no rechazaba: antes
cientes a lo que en su momento fue Escuela Superior bien, se incluía en ella con un
la Escuela Superior Peronista. Eso Peronista, y en espíritu resignado y redentor.
facilitará una nueva entrada a nuestra las revistas de En cambio, Borges fue el que
consideración sobre los mitos intelec- espíritu universi- más sintió, de los modernistas
tuales. Si dijimos que hay un “mito” tario cosmopolita argentinos que habían compar-
vinculado a la Universidad –el inte- de los intelec- tido las mismas experiencias
lectual sapiente que traspasa a una tuales antipe- en las revistas de vanguardia
cosmovisión social integral su biblio- ronistas, como de los años 20 y expresiones
grafía selecta: Deodoro dijo luego de lo era en aquel no tan marginales del yrigoye-
los acontecimientos reformistas de entonces Imago nismo, que había un lenguaje
Córdoba que “toda Ciudad debería mundi, nucleada en peligro. Y se consideró uno
ser Universitaria”–, el mito que lo alrededor de la de los custodios de este tesoro
complementa es el de las pedagogías sugerente figura que juzgó en extinción.
enteramente exógenas a las heren- de José Luis
cias universitarias, hechas de jefaturas Romero. O como se presentaba en la
sociales y movilizaciones con consignas serie de conferencias del Colegio Libre
populares sacadas de los emblemas de Estudios Superiores.
plebeyos de redención. La Escuela Es difícil saber hoy entre los intelec-
Superior Peronista, a principios de los tuales del peronismo qué impresión
años 50, brindó dos cursos completos, causaron estas piezas cuasi evangé-
hoy publicados bajo el nombre de licas, obtenidas del deseo de construir
Conducción política, a cargo de Perón, una vulgata donde a la distancia
e Historia del peronismo, a cargo de Eva flotaban los escritos de Clausewitz y
Perón. En ellos recae la transforma- de Von der Goltz, tamizados por una
ción en un cuerpo de enunciaciones, indeclarada astucia que se veía como
acopladas al propósito pedagógico, que cimiento propicio de cualquier acción
provienen del saber militar antiguo política. Muchos admitieron e incor-
y moderno, de una serie de consejos poraron esa lengua, otros, quizás los

145
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

más importantes, siguieron hablando la ordena sobre un grave optimismo: el


la suya mientras acompañaban los de Facundo Galván. Es el optimismo
significados materiales de la nueva de un éxtasis unificador entre la
época. Incluso en el cuerpo de intelec- sangre familiar y el llamado vital de la
tuales cercanos al núcleo fundador de tierra. El sacrificio de Antígona Vélez
la iconografía verbal peronista, había alerta entonces sobre una confluencia
cierta perplejidad. Pero el horizonte espiritual que pondría a la historia
devocional que generaban en amplias argentina sobre otras bases de realiza-
porciones del pueblo, es obvio que no ción y justicia prometidas. Quizás un
podía ser del agrado de las otras elites martirio grecocristiano era la antesala
culturales que –liberales de izquierda, de los frutos justos a obtener, consi-
intelectuales socialistas que buscaban derando que la barbarie podría ser
al sujeto social desde la “ilustración fundadora de la civilización, su mismo
popular”– hasta entonces habían y precioso olvido, o bien su génesis
sentido de otra manera la cuestión de necesaria y después descartada. El
los estratos populares, realzando las tono helénico-pampeano elegido por
figuras del compadrito, el orillero, el Marechal se situaba muy por afuera de
payador o el gaucho malo. O de otra la dicción peronista, que no obstante
manera, al trabajador universal, el no rechazaba: antes bien, se incluía
proletario de los escritos fundadores en ella con un espíritu resignado y
del siglo XIX. Hay que tener en cuenta redentor. En cambio, Borges fue el
que ya a fines de los años 40 está escrito que más sintió, de los modernistas
el cuento La fiesta del monstruo, coau- argentinos que habían compartido las
toría de Borges y Bioy Casares, en el mismas experiencias en las revistas de
que se toma con inmensos objetivos vanguardia de los años 20 y expresiones
paródicos la voz a un hampón caco- no tan marginales del yrigoyenismo,
fónico de suburbio –un manifestante que había un lenguaje en peligro. Y se
peronista–, para otorgarle, además de consideró uno de los custodios de este
una inocencia que bordeaba la crimi- tesoro que juzgó en extinción.
nalidad, la creación de una graciosa Desde luego, en el grupo Forja había
lengua rústica que convive con una una idea diseminadora, un sistema
reciedumbre animal (“a cada bufoso le comunicativo fuertemente influido por
tocó uno de los nuestros”). las revoluciones del siglo XX, lo que
Muy poco tiempo después, un inte- de algún modo era una consecuencia
lectual muy cercano al peronismo, en lógica en la publicística nacionalista
razón de su filiación católica social, y anticolonialista, de las tecnolo-
escribía Antígona Vélez. Se trataba de gías de la gráfica destinada a amplios
Leopoldo Marechal, quien por medio públicos urbanos y de los efectos de
de una teología de índole sacrifi- la radiodifusión que, con perspectivas
cial reinterpreta el drama argentino futuristas y expresionistas, ya habían
proponiendo lo que casi sería una ensayado muchos de los redactores de
fusión mística entre civilización y revistas como Proa y Martín Fierro –y
barbarie. En Antígona Vélez hay un Borges, escritor del diario Crítica, el
concepto sobre la historia nacional primero de ellos.
que primero la pone como ampliación Pero el peronismo no provenía ni de
de un bárbaro destino familiar y luego la gauchesca, ni del hombre colectivo

146
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

scalabriniano, ni de las alegorías cris- aunque la comunión general de los


tianas de Marechal. Sin dejar sus inte- exilados posteriores a 1955 quizás era
lectuales de sentirse influidos por esos la más calificada para comprender que
temas, éstos provenían más bien de un era necesario darle al mito intelectual
ejercicio novedoso sobre los medios de un sesgo de superación de sus ánforas
comunicación con los que se creaban exclusivamente peronistas. En el más
apelaciones masivas a partir de la olvidado que festejado epistolario
industria cultural –en la misma época entre Cooke y Perón, éste aparece
en que ella recibía los máximos recelos no pocas veces
de los intelectuales más refinados de presentado por El Perón exiliado simulaba
la época, los exiliados alemanes del su interlocutor, tranquilidad y hasta atendió
Instituto de Investigación Social de como favorecido un jardincito en Panamá. Su
Frankfurt. Estas opciones propagaron por el aura del casa madrileña fue, con todo,
las figuras centrales del peronismo mito, y no podía el despacho de un desterrado
con un impulso bautismal que en su ser esta expresión incrustado de recuerdos. En
afán denominativo llegó a reemplazar una mera casua- algún momento le escribe a
el nombre de dos territorios nacio- lidad, tenido en Cooke –yo, dale que dale con
nales que poseían aún el sello de la cuenta que este la Remington, cuidando que
vieja notación toponímica del país: concepto comen- no se den cuenta que estamos
Chaco y La Pampa. A propósito de esa zaba a flotar sore- en lucha.
versatilidad para rebautizar el paisaje, lianamente en la
Jauretche le advierte a Perón que política argentina, si es que alguna
esa es práctica mala, históricamente vez había dejado de hacerlo.
onerosa. Para el escritor de Paso de los El exilio de Perón no era el retiro de
libres, los nombres criollos antiguos un Cincinato, que quizás fingía su
eran fundantes y el peronismo correría retraimiento agrario como un aparente
riesgos si consideraba que inauguraba desinterés por la cuestión pública, para
in toto una nueva historia. sorprender luego al tomarla con mayor
Ya en los tiempos de los siempre encarnadura dramática. El Perón
considerados años 70, el cineasta Pino exiliado simulaba tranquilidad y hasta
Solanas replantea un heredado aire atendió un jardincito en Panamá.
martinfierresco con escenas fabriles Su casa madrileña fue, con todo, el
donde la parábola del sargento Cruz despacho de un desterrado incrustado
la personifica el doblemente fusi- de recuerdos. En algún momento le
lado Julio Troxler, con un fondo de escribe a Cooke –yo, dale que dale con
instalaciones industriales vagamente la Remington, cuidando que no se den
ruinosas. Solanas toma del filó- cuenta que estamos en lucha. Precisa-
sofo heideggeriano Carlos Astrada, mente Cooke durante un par de años
fuerte figura, primero del peronismo tuvo aquella célebre correspondencia
y después de su crítica tajante, la con Perón, con un tipo de escritura
expresión “los hijos de Fierro”. Ella elevada, analítica y cautamente entu-
presuponía la incesante incorpora- siasta que recordaba la Carta desde
ción del “mito gaucho” en cada uno lejos leninista, haciendo valer los fila-
de los avatares nacionales. No parecía mentos de una reflexión que apreciaba
difícil, entonces, acarrear la alta filo- las categorías históricas del marxismo.
sofía para el lado nacional-popular, Estas eran notoriamente heterogéneas

147
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

a lo que Perón llamaba doctrina de Salvo, cuando en el destierro de Perón


la conducción, que en cambio partía las primicias de un tercermundismo
de la mirada omniciente lanzada por historicista visitaba las puertas ya entre-
el jefe sobre la dramatis personae de la abiertas del viejo tercerismo a la manera
historia. Después, Cooke se caracte- de Nasser. La idea de que los ciclos de
rizó por ser un tipo de marxista bajo cambio social se regían por etapas que
la influencia de las lecturas de los iban de la prédica a la doctrina, y de
Manuscritos de Marx. Era él, también la doctrina a la institucionalización,
a su manera, un autor de afiebrados que acaso Perón hubiera tomado de
manuscritos conspirativos. Conocía los libros de Cantú que leyera en su
de forma no sumaria las lecturas de juventud –su ejemplo recordable era
Lukacs y de Gramsci. Fue uno de los el de los “enciclopedistas”, que habían
primeros políticos activos a consultar “preparado” la revolución francesa–,
con profundidad esos textos, que hasta hacían de la historia contada por el
el momento eran discusiones de ante- peronismo un modelo de consumación
cámara, aunque las hicieran un Agosti, triunfante que daba por descontada
un León Rozitchner o un Astrada. una sociedad con menos sacudidas y
Llevó más lejos que Hernández Arregui gritos que los que realmente turbaban
la fusión entre la “cuestión nacional” y al país de entonces.
las teorías de la “izquierda hegeliana”, Dijimos que un mito intelectual pasa
tal como se dieron en la argentina. en primer lugar por el dialecto univer-
La condujo hacia el dominio de la sitario que elige ligarse a la corriente
escritura del conspirador desgarrado, social. Y luego, por una vía paralela, se
del intelectual que vivía bajo el soplo expresa en conocimientos que se trans-
entrecortado de la praxis y del indis- miten al mundo social, provenientes
cutible sartreano que cargaba con de las máximas morales al servicio de
aquella grave disyuntiva de aventu- “la preparación para el mando”, típicas
rero o militante, como lo sugiere su de instituciones militares. Este último
foto con uniforme combatiente, un caso es el que venimos analizando, el
tanto inverosímil pero emotiva, en del ethos que fragúa el hombre político.
Bahía de los Cochinos. En medio de El “graduarse de hombre” de Guevara,
todo ello, siguió llamando peronismo el “hombre y el fusil” en la dicción de
a todo lo que hacía, en la medida que los antiguos vietnamitas y la sentencia
lo consideraba –con concepto tomado de que “en momentos de peligro
de aquellas lecturas–, la “conciencia nadie debe hurtarse del compromiso
posible” de las masas populares. patriótico”, tema que recorre toda la
En su momento monacal o falanste- historia del hombre político, desde
rial, el peronismo había cristalizado Auguste Blanqui hasta las frases que
una lengua urdida sobre innumera- escucha Perón en sus tiempos de cadete,
bles citas y adagios que a la par que sin privarse luego de asumirlas plena y
reclamaban un forzado cierre litúrgico frescamente en sus escritos. El pero-
para consagrar una adhesión eficaz, nismo comienza sus primeras letras y
contribuían a biselar su lenguaje en el termina su primer ciclo a mediados de
resguardo de una comunidad lingüís- los 70, bajo el envión de tales frases.
tica escasamente penetrable por otras En el medio, el lenguaje convertido en
novedades del conocimiento político. Estado y el Estado en una madeja de

148
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

eufóricas promociones comunitarias. No obstante, debido a la naturaleza


Obreros venturosos en la contención de ese acontecimiento, escribió que
agradecida de su sus prolijos overoles era en ese único caso que no sentía el
y ciudades educativas para el nuevo incómodo agobio moral de las festivas
ciudadano social, la “ciudad infantil”, muchedumbres callejeras. En cambio,
“la ciudad estudiantil”, la “ciudad el peronismo, que las volcaba a las calles,
Evita”. Sólo podía pensarse en hombres no poseía para el autor de El Jardín de
surgidos de un conglomerado cando- los senderos que se bifurcan –cuento que
roso instruidos por las cartillas de la como el peronismo, posee también
felicidad del pueblo y la grandeza de el trasfondo de la segunda guerra
la nación, consigna que no dejaba de mundial–, el rango moral e histórico
conservar cierto hálito jacobino aún que hiciese noble la movilización de los
en su llamado a una radiante y maciza estratos populares.
unión social. La crítica intelectual hacia las peñas
Opositores conspicuos como Borges y más exaltadas del antiperonismo, en los
los otros hombres de los cenáculos en que rápidamente se demostraría que el
los que participaban los intelectuales propio Borges actuaría como simbólica
disidentes, no vieron necesariamente allí figura central, partió de algunos escri-
el despunte de un nazismo cruel, sino tores del grupo Contorno, en especial
las acciones cómicas de un personaje de Oscar Masotta, súbitamente famoso
vulgar que exhibía una criminalidad por su activa receptividad del pensa-
sin atractivos. Por el contrario, Borges miento francés, primero fenomeno-
vio al nazismo como un régimen de lógico, luego estructuralista y después
horror pero no desprovisto de un signo psicoanalítico lacaniano. Masotta
intelectual heredado de la alta cultura cuestiona a Victoria Ocampo, que
alemana. Cuentos como Deutsches también concen-
Réquiem o La muerte y la brújula, traba el festejo Ese Mal no era sino una suerte
indican que veía el nazismo como un opositor desde de negatividad en la historia,
fenómeno que desgarraba la cultura su revista Sur, donde despojándolas del orna-
alemana, y que si brotaba del clima por su visión de mento estatal que les había
intelectual que proporcionaban obras que el peronismo puesto el propio Perón, podría
como las de Schopenhauer o Nietzsche, era el Mal, pero verse en las masas peronistas
también era necesario disputar esos no con un argu- una productividad dialécti-
grandes nombres para volverlos a fijar mento tomado camente oscura pero que a la
en la tradición liberal occidental, como de las izquierdas postre representaba la comedia
por otra parte se leía en los contem- sociales o del y el martirologio del proleta-
poráneos trabajos de Thomas Mann. peronismo en riado excluido.
Nacionalistas como Ernesto Palacio, resistencia, sino
creía Borges, no estaban en condiciones del existencialismo que veía creati-
de comprender la envergadura trágica vidad social en las bastardías de masas.
del nazismo. Por supuesto, a Borges Entonces, las huérfanas masas pero-
le inquietaban las masas, como lo deja nistas se convertirán en seres parado-
dicho en un artículo escrito en oportu- jales en su problemática quema de las
nidad de la liberación de París, donde Iglesias de Buenos Aires, pues aunque
multitudes que festejaban la derrota practicaban un acto desdichado,
nazi salieron masivamente a las calles. “tenían razón en su manera de estar

149
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

equivocadas”. Ese Mal no era sino una concurso del ejército brasilero. Si tal
suerte de negatividad en la historia, cosa era un crimen –excluye el término
donde despojándolas del ornamento traición– entonces estaba cubierto
estatal que les había puesto el propio de gloria. Alberdi hace tiempo había
Perón, podría verse en las masas pero- aprendido, en su incesante debate con
nistas una productividad dialéctica- Sarmiento, a invertir los términos de
mente oscura pero que a la postre la famosa disyuntiva:
representaba la comedia y el martiro-
logio del proletariado excluido. No Tenga cuidado el señor Sarmiento,
hay que olvidar que Masotta ya había en vista de los ejemplos célebres que
agitado la noción de traición en el acaban de probar ante el mundo
sentido de una alta patología literaria, aterrorizado, que se puede ser bárbaro
para interpretar las vicisitudes enfer- sin dejar de ser instruido, y que hay
mizas de la conciencia de los perso- una barbarie letrada mil veces mas
najes de Roberto Arlt. desastrosa para la civilización verda-
dera, que la de todos los salvajes de
la América desierta. Los que han
III quemado a París, eran más instruidos
que el señor Sarmiento. Había entre
El tema de la traición sobrevuela toda ellos varios profesores, que han hecho
historia, y nos compete acaso decir a la instrucción pública de un gran
que si nos atenemos a la recurrencia y país civilizado reales servicios, de que
modo en que aparece, nunca abandona no es capaz el modesto y honorable
fácilmente la historia argentina. En su pedagogo que gobierna o que sigue los
entremezcla, este persistente y raudo destinos de la República Argentina.
concepto atraviesa etapas y personas, Nada de esto lavará su crimen de
provocando grandes textos en el lugar lesa-civilización. Entre dar a las
y tiempo que fuese. En las Palabras llamas a París, capital del mundo
de un ausente, título de semblante culto, y dejar entregadas al cuchillo
abatido, Alberdi se ocupa de escribir de los indios pampas las campañas
un alegato mayúsculo sobre el tema. pobladas de la República Argentina
Se trata de un balance impresionante al mismo tiempo que se cierra el
que hace de su actuación personal país al acceso de sus hijos culpables
ante otros notorios personajes de su de estudiar sus intereses, la opinión
largo ciclo recorrido. Dice: “Llamarme puede no encontrar diferencia percep-
traidor era acusar a Sarmiento, a Mitre, tible. La Inglaterra hizo su campaña
a Urquiza, del glorioso crimen de pelear de Abisinia para rescatar algunos
unidos con extranjeros en la batalla de cautivos ingleses, y el gobierno civi-
Monte Caseros contra la tiranía que lizado del señor Sarmiento deja
imperaba en Buenos Aires”. Claro cada año caer centenares de familias
que está en cuestión el pasado. El argentinas en manos de los salvajes,
escrito es de 1874, más de veinte años sin salir de su quietud para resca-
después de Caseros y de las polémicas tarlas. En la Republica Argentina
con Sarmiento. Justo da en aquella no hay esclavos, dice su constitución,
herida de Caseros, de la batalla que pero como no dice, no hay cautivos,
hubiera sido difícilmente exitosa sin el infiere de ahí nuestro comentador

150
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

excelentísimo que el cautiverio es son los que cautivan? los indios argen-
compatible con la constitución, sin tinos ¿donde? en el suelo argentino ¿a
embargo de ser la peor esclavitud. quienes? a los argentinos ¿donde están
No es dueño un amo del pudor de los cautivos? en la misma Republica
su esclava. El honor de la cautiva es Argentina. ¡Y el gobierno, que no
pasto de su captor salvaje. ¿Quiénes puede, o no quiere, o no cree de su

Victoria Ocampo

151
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

deber prevenir o reprimir ese crimen, un poco antes. Si critica la guerra


es el que derrama el oro y la sangre llevada contra el Paraguay, país que
de los argentinos en desolar países tiene el derecho de darse los gober-
civilizados, so pretexto de redimirlos nantes que quiere, es para llamar a
de tiranos, que ellos mismos se dan y rescatar cautivas del “cuchillo de los
quieren conservar! indios pampas”, anunciando el clima
intelectual que precede a la cruzada
No es fácil conciliarse con este Alberdi, contra los “indios argentinos”.
pues a la par que impresiona su pode- No es fácil situar a Alberdi en la historia
rosa y sucinta expresión, intranqui- intelectual argentina. Es un pensa-
liza su credo vigoroso en torno a la miento o un espíritu de orden, pero
política en los países sudamericanos: con una escritura y un argumento que
cercenan libertades en nombre de emanan de un exquisito patetismo.
imposturas. Poco antes de Palabras Está el bufete del abogado y el escritorio
de un ausente, escribe Peregrinación de del sociólogo, pero también la traza
Luz del Día, afligida noveleta alegó- del pianista. Que en fin es el calado a
rica, en la que no perdona la manera partir del cual hace composiciones en
quimérica o postiza en que se ejerce la escritura. Si su orientación ideoló-
la política argentina, capaz de diluir gica culmina en una gran reverencia
célebres valores: “Quijote ha empeo- hacia las fuerzas económico-sociales de
rado en América; se ha hecho más loco y cuño universal, ordenadoras indeclina-
menos amable, porque sus aventuras son bles de un mapamundi capitalista, su
en otro terreno que dista mucho de la reflexión comparativa siempre encanta
comedia divertida. En Europa tomaba por su agudeza de selecto observador
los molinos por gigantes, aquí toma los de modas y arquetipos, aunque no
carneros por ciudadanos libres”. evita ser implacable u odioso. “¿Quién
En su afán de atacar a Sarmiento conoce caballero entre nosotros que
como “bárbaro letrado” y uno de haga alarde de ser indio neto? ¿Quién
los culpables de haber empobrecido casaría a su hermana o a su hija con un
legados como el infanzón de la Araucania y no mil veces
Casi es el Alberdi de La Moda de Quijote, lo con un zapatero inglés?” Este tremendo
el que leemos aquí, al llegar a acusa de no hacer dicterio que hace resonar en Bases, sale
identificar y condenar el uso del lo que muy poco de su pluma de figarillo, que quizás no
bigote como uno de los tantos tiempo después alcance a quebrar en su forma inge-
alegorismos de lo militar. se hiciera, la niosa el peso cruel de una injusticia.
El mundo estaba hecho de campaña del Hacía años que ya había escrito el
arados y cables submarinos. Se desierto de Roca. Fragmento preliminar a la filosofía del
acababa de tender el que unía Es audaz la inver- derecho, acaso a la luz que recibe del
Europa y América. No estaba sión que hace del sabio napolitano Pedro de Ángelis,
hecho de fusiles rémington y acople simétrica- con el que toda su generación, sobre
cañones Krupp. mente opuesto todo Echeverría, irían a debatir.
de civilización y Alberdi partía entonces de un histo-
barbarie, pero si ataca la “barbarie de ricismo radical, sobresaltando con su
los hombres cultos” es para asimilar escrito un menguado mundo inte-
a Sarmiento a los jefes revoluciona- lectual. También aquí una escritura
rios de la Comuna de París, ocurrida penetrada por cuidados filosóficos

152
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

notables, se refiere a un Orden auque lo sostiene demasiado atrapado


Nacional donde hace subyacer de en el poder ordenancista del librecam-
manera sagaz a la figura de Rosas, bismo a la manera británica).
pero Alberdi lo desarregla con Sus rituales de estilización polémica,
problemas que excedían la capacidad con todo, introducen un Alberdi refi-
del rosismo de usufructuarlo, incluso nado, observador de los cambios de
de comprenderlo. El propósito alber- época a través de las usanzas, manías y
diano de enlazar la intuición a la talante moral de una sociedad. Pero el
razón, la primera representada por análisis de estas urdimbres furtivas le
Rosas, la segunda por la Filosofía, sirven para ofrecer toda clase de desva-
estaba destinado a un ensordecedor lorizaciones sobre el pueblo preexis-
fracaso. Ni Alberdi podía pretender tente de la pampa. No es fácil ser al
ser la “filosofía” en esa ciudad pacata, mismo tiempo un filósofo del derecho
ni Rosas era tan solo un estanciero y de las fuerzas productivas, que antes
saladeril despojado de lecturas, que nada abandonó sin que se notara
solo que sus postulados federativos un lamento en sus reflexiones, sus
provenían de un bien reconocible grandiosos pero ilusos bosquejos de
ultramontanismo, producido por la superación de las “falsas opciones”,
reacción europea escandalizada ante como lo exhibe la decimoquinta
el proceso que llevaría a la Comuna palabra simbólica de la Asociación de
de París, que luego, ambos –tanto Mayo, de la que es redactor. Su título
Rosas como Alberdi– repudiarían, aun nos impresiona: “Abdicación de las
ambos en Europa. dos grandes facciones que han disputado
En su despojamiento y amargura algo el poderío durante el período de la
enfermiza, Alberdi tiene el rostro revolución”. De un modo que después
intelectual de un aventurero, pero raramente se repetiría, menciona el
siempre deseoso de una hipótesis de joven Alberdi los antecedentes fede-
orden. Los constitucionalistas, los rales y unitarios que había operado
que ven a las sociedades forjándose efectivamente en la realidad argentina.
siempre en su último llamado de lo Sus intervenciones, en aquella misma
real en tanto racional y de lo racional época juvenil, sobre la “emancipa-
en tanto real, suelen no ser audaces en ción del idioma” no llegaron a ser un
el estilo del pensar. Pero Alberdi lo es, elemento constante en su obra, menos
tal vez por la manera que resguarda que en la de su amigo Juan María
en su teoría del orden social, su predi- Gutiérrez. Eran un trío. Echeverría,
lección por analizar estilos sociales, Alberdi, Gutiérrez. Esta es la cues-
modas, comportamientos coreográ- tión que en la decisiva polémica de
ficos, en suma, la teatralidad sigilosa 1852 le recuerda Alberdi a Sarmiento.
del ser social. Es difícil darle nombre Le hacía saber así, en medio de un
a un pensamiento así, quizás sea un dictamen casi avieso, su ajenidad al
realismo crítico repleto de demasiados grupo fundador de la Generación.
matices y contradicciones como para ¿Quién era entonces el traidor?
verlo hoy como antecedente de desa- Sería interesante percibir si sus
rrollistas (podía serlo por su fervor menciones a “Rosas” forman parte
por las fuerzas productivas) o liberales de una oculta madeja en la que se
(podría serlo por su ideal libertario, resolvería secretamente su estima por

153
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

las lógicas del Orden, al que su libe- de forjar un “mundo real” basado en
ralismo primero historicista y luego fuerzas económicas y libertades efec-
economicista apenas traiciona, así tivas. Pero todo ello provenía tanto de
como su defensa de los pueblos del una visión de indudable ingenuidad
interior y no pocas veces de los conglo- ante el veredicto que pronunciaba
merados gauchos, bases del ejército la división de trabajo internacional,
urquicista que derrota a Rosas, que como por un error grave del que
a lo largo de la historia nacional le nunca se desdijo, cual era el de generar
diera ese lugar ambiguo que no le sería una mutación cultural que descaracte-
indiferente a las izquierdas nacionales rizaría incluso los mismos procesos de
de los años 60. En su exilio chileno, modernización que defendía. El héroe
hacia 1847, Alberdi vuelve a referirse de Alberdi es el ingeniero Wheelright,
a Rosas de manera casi amigable, pues forma cruda de la modernidad, cons-
lo comprende como parte de grandes tructor de ferrocarriles y puertos
procesos históricos, aunque repudie su que sustituía una épica agotada,
estilo y comportamientos autocráticos. aquella política del jefe militar, de los
Si el excesivo Sarmiento pensaba la “bárbaros letrados” o de “gauchos de
historia como efecto de símbolos, ejer- la prensa”, como Sarmiento, por un
cicios literarios y sombras retóricas y nuevo sistema simbólico basado en la
tendía a desdeñar “gloria” de los trabajadores técnicos,
Alberdi pone aquí el dedo en el trípode que los poseedores del saber industrial.
la llaga. Su despierta argumen- formaban un jefe La metáfora de los “maquinistas de
tación con reconocible tinte militar, un inte- la libertad”, está cargada de dilemas
tribunalicio, luce menos como lectual y un ejér- y simplificaciones asombrosas, que
crítico de las potencias europeas cito (Urquiza, el liberalismo nacional no se animó
y mucho más como hombre Alberdi y el a adoptar en todos sus asustadores
molesto ante el motete de Ejército Grande, términos, salvo las más torpes adula-
traidor que le adjudican Mitre que en Sarmiento ciones que al promediar el siglo XX se
y Sarmiento. Si él lo era, lo eran no parece ser lanzaron en relación a la relación de
todos y lo era la misma forma- otra cosa que la éxtasis económico con Gran Bretaña,
ción de la Nación, desde sus metáfora de una entendida como potencia universal.
propios tiempos inaugurales. grandiosa escri- Es que Alberdi asustaba al proponer
tura), Alberdi otros conglomerados simbólicos, otros
estaba dispuesto a poner en caja lo que juegos de valoraciones que hoy seña-
parecía un despropósito intelectualista laríamos, con palabra desconocida por
y romántico frente a alguien, como él, Alberdi, como un cántico extasiado a
que no quería apartarse de las configu- la globalización más drástica, de la que
raciones sociales efectivas en nombre no notaba su proyecto de extenuar las
del abstracto “poder del periodismo”. valiosas energías sociales preexistentes
Lo mostrará nuevamente en Bases, pero sin conseguir garantizar tampoco la
allí también de un modo viciado, lleno “paz perpetua” en el mundo.
de hendiduras. En efecto, si Argentina Alberdi como promotor del Orden
no tenía otra posibilidad de recrear su –había un sesgo realista y romántico
población entera, trocada por otra de en su primera visión del tema, cuando
proveniencia inmigratoria, persistía lo trata desde la filosofía del derecho–,
la necesidad –ahora constitucional– se transformará en el Alberdi del

154
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Orden liberal, que en algún momento, a la elite que había conducido y prepa-
a pesar de las conclusiones a las que rado la guerra– y escribe un libro
había llegado en Bases, volverá a perdurable, el máximo alegato paci-
coquetear con el régimen político de fista escrito en la Argentina. Se torna
la monarquía, garantizado por una así fundador de un pensamiento social
visión en la que aún en los años en que que postula la relación creadora entre
escribe sobre el Sistema Rentístico de la naciones envueltas en una división de
Confederación Argentina, dice retomar trabajo económica regida por poderes
las enseñanzas de Adam Smith, a las industriales a los que, saintsimoniana-
que ve paralelas y coetáneas a todos los mente, considera despojados de rapa-
sucesos de la independencia americana. cidad o fraude. Su crítica a las guerras
Pero será precisamente en El crimen de surgen de un profundo tejido moral,
la guerra donde todas estas ideas del pero deja intacta las razones más o
libre juego de las fuerzas económicas menos evidentes que las producen. El
y el poder mercantil, poco atentas al socialismo posterior no dejó de citarlo,
papel reducido en que quedan las así como lo hizo Carlos Astrada, en
naciones de economías primarias, aquel momento filósofo asociado a la
cobran un vuelo inesperado, pues el experiencia peronista en un discurso a
que escribe es también el Alberdi que los marinos dado en 1947. Su visión
retoma temas de su juventud y saca de en última instancia se sostiene en la
su memoria inquieta el concepto de lógica librecambista de la economía
pueblo-mundo. Sería éste el pivote de internacional. Sus conmovedoras
un nuevo derecho de gentes, que se le Palabras de un ausente, su crítica a
ocurre que regularía la relación entre los núcleos condensados del poder
todos los pueblos y legislaría sobre el porteño, su autonomía reflexiva, más
papel de la Argentina en el mundo. allá de su liberalismo historicista y sin
Viendo la guerra como un dispendio duda economicista, pero con grandes
inútil, contrario a las libertades y al implantaciones éticas, lo hacen un
“orden real natural”, ataca todos sus autor de escritos fundamentales que
simbolismos tanto como sus resultados de tanto en tanto convoca para un
destructivos, bajo un aliento huma- nuevo careo con los temas que deben
nista, que sin duda mucho le debe a su seguir enriqueciendo nuestras perspec-
convicción sobre el tejido productivo tivas políticas.
internacional. Casi es el Alberdi de Las Palabras de un ausente resumen su
La Moda el que leemos aquí, al llegar a obra de un modo incisivo, pues si se
identificar y condenar el uso del bigote trataba de considerar en un sentido
como uno de los tantos alegorismos difuso e hiriente la palabra traición,
de lo militar. El mundo estaba hecho a él adjudicada por sus posiciones
de arados y cables submarinos. Se frente a la Guerra de la Triple Alianza,
acababa de tender el que unía Europa podía responder con una crónica de
y América. No estaba hecho de fusiles la historia argentina hecha de renun-
rémington y cañones Krupp. ciamientos a la soberanía nacional en
Se habían librado las guerra nombre de intereses políticos inme-
Franco-Prusiana y la que destruye diatos. No solo Caseros entonces, en
al Paraguay. Alberdi tiene bien en donde todos hubieran sido “traidores”
cuenta esos efectos –cuya crítica enoja sino otra larga enumeración donde, en

155
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

Juan Bautista Alberdi

156
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

definitiva, todos los patriotas resultan de ellas por orden de Bolívar –a éste
traidores, en una pavorosa inversión Alberdi lo compara con Bismarck, al
sintagmática que recuerda muy bien que, evidentemente, poco quería– se
el resumen borgeano de una historia crea el estado actual con su nombre:
circular: el tema del traidor y del Bolivia. ¿Y San Martín? No se priva
héroe. Resulta que hubieran sido tan tampoco Alberdi de incriminarlo.
“traidores” como Alberdi, un Florencio “La República Argentina perdió esa
Varela (que fue “asesinado como traidor, mitad de su suelo, gracias al general
por haber sido mas patriota que sus que salió de Buenos Aires y pasó los
asesinos ocultos. Él hizo mas que yo en Andes para arrebatarlo por retaguardia
ese punto; vino de agente diplomático del a los españoles que lo ocupaban, pero,
Estado Oriental a Europa, en busca de distraído en dar libertad a otros países,
una intervención anglo-francesa contra dejó el suyo propio en poder del enemigo,
el gobierno de su país”) o, asimismo, el hasta y para que Bolívar lo arrancara
general Paz que, con un ejército para- a la vez a España y a la Republica
guayo en 1846, atravesó Corrientes Argentina. Ni esa pérdida valió el
para luchar contra Rosas. O el propio titulo de traidor a su autor involuntario
Lavalle, héroe de Chacabuco, Maipú (que al contrario, tiene una estatua en
y Riobamba que firma el compromiso Buenos Aires), ni los brillantes patriotas
con la flota francesa que bloqueaba la unitarios, que entonces gobernaban el
Buenos Aires de Rosas. país, hicieron guerra a Bolívar por esa
Si se trataba entonces de postular el causa. El honor argentino, sin embargo,
“americanismo europeo a la Rivadavia, se satisfizo con decirse a sí mismo proba-
y no el americanismo indígena a la blemente: al fin todo queda en casa; todo
Rosas”, había que admitir, contrariu queda, es decir, en suelo americano”.
sensu, que no podían ser traiciones ¿Y las Malvinas? “Pocos años después nos
la captura de dos buques de guerra fue arrebatado el territorio de las islas
argentinos en Corrientes y la invasión Malvinas, por un oficial de los Estados
del territorio de esa provincia argen- Unidos, y entregado a la Inglaterra,
tina por fuerzas paraguayas, que si que lo conserva hasta hoy, sin que por
bien configuraban hechos ilegales, no ello el gobierno argentino de ese tiempo
afectaban el “honor argentino”. ¿Por hubiese juzgado necesario al honor de su
qué la guerra entonces? ¿Y por qué la país declarar guerra a los Estados Unidos
elite de Buenos Aires no actuaba con ni a Inglaterra”. ¿Y qué de las zonas
apóstrofes de traición cuando ocurrían sureñas patagónicas? Chile había
hechos como los de 1829, cuando el ocupado el territorio del estrecho de
vizconde de Benancourt, comandante Magallanes, que los argentinos tenían
de la fragata Magicienne estacio- por suyo. ¿Acaso ese hecho hubo de
naba en las radas marítimas sureñas, provocar “una guerra de honor” para
siendo entonces que “no era cuestión cualquier gobierno argentino? Si el
de honor” para el país esa presencia propio Sarmiento no hubiera proce-
militar? Otros casos había. El desmem- dido con tanta pachorra que el propio
bramiento mismo del territorio argen- Rosas, pues fue el primero que “acon-
tino, como el de las ocho intendencias sejó esa ocupación a Chile”, pues con
que hasta 1825 formaban el Virrei- ella presuponía un acto de oposición
nato, en el momento en que la mitad a Rosas. Y si Sarmiento no procedió

157
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

distinto a lo que hubiera hecho mi país tiene mucha competencia para


Rosas, tampoco éste lo hizo distinto ver traición a la patria, en la adhesión
a lo que hubiera hecho Sarmiento en moral que di a la energía con que el
ocasión de la ocupación, en 1850, por Paraguay resistió la influencia que hoy
parte de militares franceses, de la isla pesa como plomo sobre el presidente
Martín García. que no ha podido firmar la paz a pesar
Es que en aquella misma isla Sarmiento de su victoria, sino cediendo un tercio
proponía que no era deshonroso para del territorio que esperó tomar por el
el país que flameara bandera extran- tratado de la alianza”.
jera. “Su Argirópolis sería capital de la Alberdi pone aquí el dedo en la llaga.
República Argentina, mientras y por Su despierta argumentación con reco-
la razón que la ocupaban los franceses; nocible tinte tribunalicio, luce menos
y fue de opinión, en su Argirópolis, que como crítico de las potencias europeas
la bandera extranjera, que suplantaba y mucho más como hombre molesto
a la nuestra en ese territorio argen- ante el motete de traidor que le adju-
tino, lejos de deshonrar el país por su dican Mitre y Sarmiento. Si él lo era,
presencia violenta, podía garantir lo eran todos y lo era la misma forma-
honorablemente al Congreso argentino ción de la Nación, desde sus propios
que se reuniese a su sombra. Cuando la tiempos inaugurales. Superior a la
caída de Rosas dejó sin motivo justifi- misma “máscara de Fernando VII”,
cado la ocupación de la isla de Martín lo sería este juego entre traidores, que
García argentina de quien fue arran- si efectivamente lo fueran por criticar
cada, fue devuelta por el almirante Le una guerra, deberían ser el cuerpo vivo
Predour no a la Argentina sino al Estado sobrante de una nación así forjada,
Oriental, que no la pedía, y prueba de que por su sola existencia declararía
ello es que el gobierno oriental rectificó que el país se hizo entre saqueos impe-
la iniquidad del riales tolerados y alianzas necesarias
Raro el caso de Borges. Sus almirante francés, con organismos militares extranjeros.
opiniones tajantes sobre el devolviendo la Éstos se inmiscuían en la política
peronismo, la vida popular y isla a la República interna nacional, en combinación
los igualitarismos democrá- Argentina. Pero con una u otra de sus facciones, que
ticos, van totalmente a contra- esa desmembra- consideraban que sus propios héroes
mano de los significados ción insultante del militares no dejaban de serlo si con
profundos de su obra. Su territorio, hecha sus acciones propiciaban, por acción
persona pública y civil no coin- sin provocación, o inacción, el desmembramiento del
cide con su persona literaria. por un poder territorio. Alberdi, al escribir estas
amigo, en plena ristras acusatorias, se exponía como un
paz, no motivó una declaración de hombre frágil, un desterrado profundo
guerra contra la Francia por los vence- que, por decirlo de algún modo, estaba
dores de Rosas, entre quienes estaban demás. Era el hombre que rebasaba,
los señores Mitre y Sarmiento, que tan que se incriminaba y sobraba.
duramente han tratado al Paraguay, Para cuestionar al régimen, del que
porque su ejercito estuvo de paso en el a la distancia formaba parte, invi-
territorio argentino de Corrientes. Con taba a todos a considerarse parte
tales antecedentes y tales ideas, no hay del gran cortejo de los traidores. Si
duda de que el actual presidente de él lo sería, todos lo serían. Disentir,

158
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

de esta manera, era estar ausente, IV


pero de una ausencia que permitía
la denuncia de las figuras públicas En algún momento, la expresión
de la época, los “pequeños hombres promocionada por un conocido libro
del Plata”. “El disentimiento –dice–, de Julien Benda, se hizo aceptable para
es a veces una forma de la ausencia, y un nutrido horizonte de conversaciones
las dos cosas han sido más de una vez, que iban más allá de la cuestión que
en la vida de las repúblicas militares, este escritor planteaba inicialmente.
el mejor medio de estar en el país y Se trataba de “la traición de los inte-
con el país, en su manera real de ver lectuales”, título bajo el cual se quería
y entender sus grandes intereses. Pero destacar amargamente el abandono de
ambas situaciones excepcionales tienen las prácticas intelectuales universalistas
y necesitan tener su término natural, en nombre de acentuaciones moralistas
y el de mi ausencia y de mis disenti- o sistemas de escritura moralmente
mientos de patriotismo no puede ser sentenciosos, a lo Nietzsche, siempre
interminable. ¿Ha venido su fin? Este dispuestos a fomentar particularismos
año va a decirlo”. Patriotismo y disen- de clase, nacionalismos o racismos.
sión eran la misma cosa, y el ejercicio Agotadas las perspectivas de sobre-
de una ausencia, su reverso práctico. vuelo político de la vida intelectual,
Es cierto que Alberdi es “una contra- Benda y luego Mannheim pensaron un
dicción andante”. Espera reconci- modelo intelectual capaz de custodiar
liarse, y da pasos él, y otros también los atesoramientos y memorias gene-
los dan para eso. Pero la huella de esta rales de las culturas, para lo cual era
situación se hace perdurable en los necesario desprenderse de la inserción
sucesivos exilios argentinos, y quizás inmediatista en
no por otra razón, un ensayista como la opinión polí- Esa recurrencia un tanto carce-
Oscar Terán le prestara tanta aten- tica de facción, laria, pero de las magníficas
ción a su figura, dedicándole buena para defender cárceles del lenguaje, es nece-
parte de su tarea de investigación. los valores más saria para que se presente lo
La ausencia como el poder del frágil enraizados del dicho en estado de mito. Decir
desterrado y la traición como fuerza vivir común. Sin “estudiantes de la Universidad
que obtiene su elogio también de una embargo, todo el de Buenos Aires” puede no ser
debilidad que acaba siendo construc- siglo XX atendió parte de un mito, pero según
tiva, solo pueden ser mitos de una de manera más como se diga, la herencia que
persistente escritura intelectual. No entusiasta las cargue, el atavismo irresuelto
cuesta demasiado esfuerzo percibir sus notables carac- que nos lleva a escarchar el
apariciones cíclicas, envueltos ahora terizaciones de pasado en el presente, el mito
menos en identidades intelectuales, Sartre sobre el se hace presente.
sino en el modo que ellas se empeñan compromiso o de
en duelos específicos en los medios de Gramsci sobre el intelectual orgánico.
comunicación de masas. En cuanto a La traición de los intelectuales pasó a
esto, no es menos mítica esta forma ser su desentendimiento de las luchas
de la acción, en la era de los grandes sociales y el aislamiento arrogante
conglomerados audiovisuales que en respecto a los imperativos de justicia
la época del Archivo americano de que reclamaban los “condenados de la
De Angelis. tierra”. No alcanzaban obras de esme-

159
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

rado pesimismo, como las Theodor Otro espíritu más juguetón y leve,
Adorno, para desencajar la idea del pondría en esta contradicción andante
“escritor comprometido” de la imagi- un juego filosófico del cual daría
nación pública de la época. cuenta la supuesta pero anhelada
En Argentina, la carrera, los escritos y autonomía relativa de las cuestiones
el trágico fin de Rodolfo Walsh dieron intelectuales. Pero Walsh va más allá
asidero a la máxima interpretación del intelectual orgánico, famoso en
posible de lo que sería el intelectual su época, para llegar a las filigranas
militante, a la vez periodista y escritor más severas del hombre armado, del
capaz de llevar a esos ámbitos expre- escritor combatiente. La escritura del
sivos, estéticas adecuadas a los menes- hombre de acción es un tema formi-
teres del cambio social. Había una dable del siglo XX. Una cuestión a
fascinación por la violencia estetizada la Malraux. Y Sartre colaboró para
en Walsh. La idea de una oscuridad pensarla a través de la ya formulada
en la que se amasaba proféticamente disyuntiva entre el aventurero y el
un acto emancipador; la épica de las militante. Cierto, lo hizo a propósito
pequeñas criaturas cuyo destino se de unos escritos sobre Lawrence de
enredaba con una historia que los Arabia. Pero esta figura había mere-
capturaba con sus mandíbulas exter- cido en la bibliografía argentina una
minadoras; la figura del periodista soli- atención especial, pues temprana-
tario que corre el riesgo de los justos mente traducido en la Argentina el
para develar las tramas criminales del libro del coronel T.E. Lawrence –al
Estado; el escritor de novelas policiales que Victoria Ocampo llamaba cómo-
casi “dublinenses” pero ambientadas damente, “T.E.”, según la usanza que
en líneas ferroviarias argentinas, reve- se desprendía de su propio encandila-
lando cierta inclinación de traducir la miento por su sofisticada desventura
cultura universal al redentismo de un personal–, señalaba una interpretación
aquí y ahora nacional; el responsable sobre la vida militar notoriamente
de dejar aún más ligada al lenguaje alejada de lo que se desprendía de los
público de denuncia ciertas estilísticas textos prusianos invocados por el pero-
borgeanas para narrar los crímenes, en nismo. En estos aparecía la cosmo-
este caso de las fuerzas represivas de visión del “Estado Mayor” mientras
la nación. La versión de Walsh de “la que en Lawrence el ejército era un
traición de los intelectuales” surge de archipiélago de vidas libres y pesarosas
sus muchas veces citada frase, escrita que chocaban microscópicamente en
en uno de los primeros números del medio de las guerras mundiales. Eran
periódico de la CGT de los Argentinos, vidas ansiosas de redención que le
que él dirigía. “El intelectual que no inspiran al aristócrata inglés una frui-
sabe comprometerse con las necesi- ción por la barbarie. El grupo de la
dades de su pueblo es una contradic- revista Sur, por cierto, opuso la figura
ción andante”. Surge aquí otra de las militar de Lawrence, hijo del colegio
maneras insignes del mito intelectual exclusivo de Etton, al soldado que
argentino. La contradicción andante provenía de las páginas de Clausewitz
es una forma vivaz de marchar por el y Von Schlieffen: el mismísimo Perón.
mundo pero desde luego muy poco Dos visiones militares frente a frente
atractiva para Walsh. como culminación radical de la discu-

160
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

sión argentina sobre la relación entre respecto a que “el peronismo es inco-
los intelectuales y las armas. Con el rregible”, se dedicó como un espectro
aristócrata “T.E.” era posible la seduc- a “corregir” el vocabulario peronista
ción de la barbarie, tal como Borges dándole significados más escépticos
la presenta también en escritos como pero también más precisos a las ideas
Historia del guerrero y la cautiva y el de heroísmo y traición.
Informe de Brodie, pero eso mismo no Los mitos literarios que abriga la obra
estaba al alcance del peronismo, que en de Borges –mitos de la invención del
el pensamiento de Perón nada deseó lenguaje y el tiempo–, quisieron ser
más que una actitud civilizatoria, de disimulados por él mismo bajo una
ascenso social y de modernas tecnolo- capa de nominalismo, individua-
gías, de fábricas integradas a escuelas lismo y subordinación exacta de las
y ciudades. El peronismo, plebeyo, emociones a las figuras abstractas del
no se podía dar el lujo de saludar a destino. Pero en la propia elabora-
la barbarie. Dos formas de invocar la ción de su persona pública, no dejó de
traición, en las elites de las aristocra- actuar como gran analizador burlón
cias literarias y en el peronismo. de la jerga hablada por los medios de
Raro el caso de Borges. Sus opiniones comunicación y de protestar inocencia
tajantes sobre el peronismo, la vida por su obra. Pero “los juegos irres-
popular y los igualitarismos democrá- ponsables de un tímido”, desincum-
ticos, van totalmente a contramano de bencia que afectaba irónicamente a su
los significados profundos de su obra. obra, no fueron tenidos en cuenta a
Su persona pública y civil no coincide la hora de sus sucintas y demoledoras
con su persona literaria. Como prota- opiniones sorbe la esfera pública.
gonista del más importante programa Lugones fue su contracara, aunque
de lecturas del siglo XX –un programa manejó los mismos materiales anímicos,
personal fuera de todo itinerario previ- los del “intelectual argentino y la tradi-
sible, que le permitió construir una ción”. Sin duda, invertidos. Opinó con
obra sin par–, buscó en las grandes contundencia y trató de que su figura
leyendas universales la explicación social de intelectual que fusionaba su
del sentido de la existencia. Se hallaba cuerpo místico con la nación irredenta,
habitando enteramente un mito lite- estuviera presente en misma obra; obra
rario arcaico, que implicaba un juego que era enteramente mítica, pero a
con el tiempo circular que al mismo sabiendas. Lugones, al fin, es el más
tiempo que anulaba reponía el yo bajo importante autor de mitos nacionales y
la figura del otro. Si el yrigoyenismo el más importante estudioso del proce-
le suministró la idea de una Argentina dimiento por el cual son solo los mitos
primordial erigida sobre la base de los que generan tipos humanos viables.
una voz genealógica cuya poética se Véase su Prometeo. Tenemos ahí un
encerraba en suburbios atemporales, estudio que establece la superioridad
el peronismo fue hasta tal punto su del mito helénico por sobre la civiliza-
Otro, que sin poder integrarlo a su ción cristiana. Ésta comienza su prédica
obra, dejó que permaneciera como cuando el mundo griego se había disi-
un profundo estertor interno. De pado varios siglos antes. El carácter
tal modo, aunque es probable que asociativo, igualitarista y libertario de
nunca dijera la frase que se le atribuye los mitos se pierde al tornarse motivo

161
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Imaginarias

de festejos de los poderes palaciegos conjunto de criaturas movilizadas por


de Roma. La Argentina, míticamente los evangelios laicos que constituyen
sexuada, proviene del “cántaro de la e interesan a las masas seculares en
doncella”. En Lugones apreciamos la la larga agonía de la historia. Viñas
forma más alta del mito intelectual: da cuenta de las formas de piedad
no se enraíza este mito en la vida social popular a la salida de la votación de
ni histórica, sino en remotos linajes y Eva Perón, en 1951, desde el hospital
genealogías que implican postular una donde estaba internada; Cortázar
transmigración de las almas. Forma admitiendo en 1973, en tono
esotérica final del sánscrito lugoniano. contrito, que había hecho un balance
Las visiones del Mito como fuente injustamente desfavorable de aque-
que encarna en la historia (en sus llos altoparlantes peronistas de 1950,
textos y colectivos sociales) se halla por preferir la música de Alban Berg
también en Gramsci, que las escribe (y en ese contraste entre alto y bajo
un poco después de Lugones, aunque coincidía una autocrítica con toda su
tomadas de fuente soreliana. En el literatura de canales lúdicos y pasajes
italiano, el decurso de sus tesis lo lleva comunicantes), y el propio Martínez
a equiparar mito a moderno príncipe Estrada, en lo que parece ser, y es, el
y moderno príncipe a filosofía de la máximo libro antiperonista, diciendo
praxis. Algo de esto roza Lugones, poco después de la caída “sin embargo
pero su interés es el de un dios helé- Perón poseía el ensalmo...”.
nico redivivo; en cambio, su jefe no En la polémica de Esteban Echeverría
es el “príncipe” sino el “jefe militar”, con Pedro de Angelis, hace más de un
el general Roca, tratado como el siglo y medio, el gran archivista y polí-
personaje de una égloga que puede grafo de Rosas es acusado por el autor
combinar a Hércules con Madison, de La cautiva, entre tantas otras cosas,
Jay y Jefferson. Son los últimos de no poseer ningún arte de carácter
rescoldos de la Argentina anterior a la intelectual para tratar con el inmenso
configuración de los grandes medios papelerío que posee, la eximia docu-
de comunicación. En adelante, los mentación de toda la historia de
mitos intelectuales saldrían de allí y estas provincias desde el siglo XVII
ya reclamarían una desconexión con en adelante. Tendrían que venir para
el factor helénico y los jefes que leían a estudiarlos adecuadamente, y esto
Virgilio en sus horas vagas de campaña cuando el poder rosista sucumbiera,
por el desierto. Y serían mitos inte- los únicos que podrían sopesar el
lectuales envueltos en unos hollejos valor de esos documentos. ¿Quienes?
prosaicos de los que surgían cánticos Los estudiantes de la Universidad de
de redención, los que pondrían a Buenos Aires. Así lo dice Echeverría,
muchos de los grandes escritores que haciendo resonar esta frase, ese
le fueron contemporáneos, ante el nombre. Es como si el tiempo estu-
espejo incómodo de un destino social viera congelado para los mitos. Preci-
que parecía ajeno. Pero ese destino, a samente, este es el carácter que tienen,
muchos los llamaba también porque el de una redundancia involuntaria,
habían sido y de algún modo segui- surgida de las entretelas que atrapan
rían siendo menos los destinos de un el lenguaje y el conocimiento en los
pueblo feliz en la gran nación, que un mismos recodos inesperados.

162
LA BIBLIOTECA
Imaginarias N° 12 | Primavera 2012

Esa recurrencia un tanto carcelaria, la sombra, una equidad que no sea


pero de las magníficas cárceles del remisa ante el recuerdo inexcusable.
lenguaje, es necesaria para que se Contra estas perceptivas se exclamó
presente lo dicho en estado de mito. en tiempos legendarios “dejad que los
Decir “estudiantes de la Universidad muertos entierren a los muertos”, frase
de Buenos Aires” puede no ser parte que retoma Marx en el 18 Brumario.
de un mito, pero según como se diga, Esta parábola es tan aconsejable como
la herencia que cargue, el atavismo imposible si intentamos referirnos a lo
irresuelto que nos lleva a escarchar el que aquí llamamos la forma mítica en
pasado en el presente, el mito se hace el itinerario de los intelectuales argen-
presente. Son los muertos que tiran tinos. Hay tipos de intelectuales gené-
de las lonjas del presente hacia abajo, ricos, voluntariamente expurgados de
exigiendo –como lo dice Lugones mitos, pero ninguno puede omitirse
hacia el final de El payador–, en tanto de ciertas leyendas de ausencia e infide-
largos adobes que hacen su trabajo en lidad en las que toda obra se inscribe.

163
Cotidianamente nos vemos
Mundanas sorprendidos por los fenó-
menos que circundan a la
ciudad. Y es que, en las
actuales metrópolis globales,
el comportamiento de sus
habitantes no responde a
los modelos tradicionales de ser en la urbe. De la ciudad masi-
ficada y moderna a estas geografías múltiples, hay una profunda
transformación en los modos de vida que puede verificarse en la
relación con el trabajo, con el tiempo, con el consumo, con los
recursos y con los otros. Cada quien debe, a su manera, resolver el
hiato abismal entre regla y experiencia. Y en la excepcionalidad
abierta por esa distancia se despliega la apertura a una munda-
nidad incierta en la que todo el tiempo se juega el dilema de si
seremos capaces de ser con otros. La apertura a los demás requiere
de artificios. Lenguajes, instituciones, reglas y mitologías pueden
orientar los instintos inciertos, pero requieren de un trabajo de
constante recreación. Un saber estar en el mundo que rehace su
cotidianeidad a partir de una práctica popular en cuyos fila-
mentos puede rastrearse una vitalidad ambigua que se extravía
entre el anhelo colectivo y la violenta competencia individual.
En esta sección presentamos un conjunto de trabajos que, a su manera,
interpretan, desde distintas perspectivas, los dilemas de las muchedum-
bres en la historia y los imaginarios que pueblan nuestras ciudades.
Damián Tabarosky se pregunta por la rareza del fenómeno de la
edición actual; las editoriales cool y sus diferencias con la antigua
–y prolífera– tradición editorial argentina, las modas litera-
rias y los circuitos de consagración, el papel del editor-gerente de
contenidos y la industria cultural como mercado que oferta varie-
dades globales aptas para el consumo.
Diego Picotto y Emilio Sadier exponen una crítica al mito del multi-
culturalismo urbano que, abstrayendo el campo de las diferencias
reales, postula un ideal –friendly– de realización y felicidad que no
se condice con el nervio urbano y la tensión que nutre su pulso.
María Victoria Pita presenta una investigación acerca de las
distintas percepciones sociales sobre la peligrosidad del mundo
informal y la ilegalidad. Ambas figuras, a menudo asociadas por
la razón mediática, muestran una versatilidad para tratar con el
magma popular, poniendo en juego lenguajes, instituciones y terri-
torios, cuya importancia organizativa y económica dinamizan,
paradójicamente, el crecimiento de la ciudad.
Diego Galeano se remonta a los orígenes de las mitologías urbanas
para revisitar la leyenda del “cuento del tío”, producto de la pica-
rezca social, cuya creatividad encontró resonancias en las desta-
cadas plumas de la época.
Y si de mitologías porteñas hablamos, el tango no podía faltar a esta
cita. Pues su memoria narrativa, como expone Gustavo Varela,
no cesa en brindar imágenes sobre los suburbios y arrabales que
alimentan una imaginación, oscilante entre el fetiche y la lengua
viva de una tradición ritualizada en el rumor de la calle.
Redonditos de Ricota es el nombre de una de las mitologías más
poderosas de la ciudad. Surgida en los suburbios y reescrita en
estadios y recitales, esta poderosa formación logró trastocar todo
el sistema de referencias del mundo del rock y trazó una nueva
cartografía de la sensibilidad juvenil. Agustín Valle e Ignacio Gago
trazan una genealogía que va desde sus primeras leyendas hasta su
codificación en la lengua del poder.
166

Edición y sedición
Por Damián Tabarovsky

Argentina siempre fue un nombre dado a la edición.


Hay abundantes historias que confirman esta tradi-
ción editorial. Basta con enumerar un conjunto de
referencias para abonar esta afirmación. La temprana
publicación de revistas anarquistas y socialistas, las
revistas literarias y políticas como Martín Fierro,
Proa, Contorno, Sur, Pasado y Presente, la editorial
Claridad, Jorge Álvarez, De la Flor, el CEAL y Eudeba,
el recorrido de Orfila Reynal, y también intelec-
tuales que han dirigido colecciones importantes para
América Latina como “Pancho” Aricó o la temprana
traducción de El Capital, realizada por Juan B. Justo.
Estas experiencias estuvieron muy ligadas a contextos
singulares que les dieron sentido: sea vocaciones polí-
ticas y culturales, sea pequeños emprendimientos
comerciales que se proponían introducir y difundir
teorías críticas o socializar el ensayo y la literatura.
¿Qué ha sucedido –se pregunta Damián Tabarovsky–
para que el oficio de editor, tan ligado a situaciones y
exigencias específicas, pase a ser algo tan glamoroso?
¿Tiene que ver con la historia editorial argentina este
fenómeno, tan “palermitano”, de la proliferación
de sellos editoriales independientes? ¿Qué relación
guarda este avatar editorial con las grandes cadenas
trasnacionales y sus “gerentes de contenidos”? ¿Se
trata simplemente de una moda? ¿Es parte del fenó-
meno del “crecimiento argentino” y su correlato
como “industria cultural”? Como sea, iniciativas tan
ligadas a la crisis, como las ediciones independientes,
conquistaron un umbral de reconocimiento que es
pensado críticamente en este artículo.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

En los 90, los hijos de los ministros la editorial. Fogwill, que había tenido
se hacían cantantes de rock; en los, pleitos, juicios y malhumores con casi
2000 editores independientes. ¿En todos sus editores, ahora estaba reco-
qué momento la edición se volvió un mendándome a mí, que estaba sin
oficio glamoroso? Recuerdo a Héctor trabajo (Telerman nos había despe-
Libertella, genial escritor (¡el mejor dido de Ciudad Abierta, a mis amigos
de todos!) y ex editor en Fondo de y a mí, por ser honestos) para pasar del
Cultura Económica, Monte Ávila y otro lado del mostrador, de escritor a
varias empresas más, diciendo: “Un editor. ¿Y por qué? Creo que me dijo
editor es alguien que tiene una calcu- que porque yo iba a tener una deuda
ladora sobre su escritorio”. Ahora la con él y le iba pagar mejores anti-
tienen en la pantalla de Windows. cipos que los que
Libertella nunca se adaptó a los nuevos venía cobrando. En los 90, los hijos de los
tiempos. Especie de vanguardista Eso ocurrió en ministros se hacían cantantes
testarudo, cierta vez le encargaron dos la calle Thames de rock; en los 2000, editores
antologías de cuentos para la editorial donde yo vivía, independientes. ¿En qué
Perfil, cuando todavía editaba libros y a una cuadra de momento la edición se volvió
no diarios. A una la llamó 11 relatos la calle Soler, un oficio glamoroso?
argentinos, e incluía textos de Copi, donde él vivía,
Osvaldo Lamborghini, Wilcock, María a dos cuadres de la calle Paraguay,
Moreno, Néstor Sánchez, entre otros. donde Libertella vivía. No es un dato
Es decir, 11 relatos que, de alguna menor: Palermo se había vuelto el
manera, tenían un dejo experimental centro de operaciones de la edición
o, al menos, poco convencional. A la independiente. Entonces, volviendo a
segunda la tituló 25 cuentos argentinos la pregunta, ¿cómo fue que se volvió
del siglo XX, y contenía relatos de glamoroso ser editor?
Borges, Cortázar, Tizón, Castillo, Saer, En La edición sin editores, André
etc. O sea, una antología levemente Schiffrin narra, con una precisión
canónica, más clásica, por llamarla de impactante, tomando el caso de la venta
algún modo. En esa también estaba de Pantheon Books a Random House,
Fogwill. Fogwill enojado, claro, por el momento en que las pequeñas y
estar al lado de los clásicos y no de medianas editoriales comienzan a ser
los experimentales, puteando contra compradas por otras más grandes, a
Libertella en cada mesa de bar, hasta su vez integrantes de holdings comu-
que el enojo se le pasó, y se olvidó del nicacionales más grandes, a su vez
asunto, como de costumbre en él. De compuestos por accionistas en bolsa o
hecho, Daniel Guebel me contó que fondos de inversión buitres (como el
habló con Fogwill, ya internado, presto fondo Liberty, que acciona en el grupo
a morirse, y que le dijo: “Me parece Prisa, empresa madre del diario El País y
que me estoy yendo a ver a Libertella”, de la editorial Alfaguara, entre muchos
muerto algunos años antes. Yo entré a otros emprendimientos). Publicado en
la edición por Fogwill, precisamente. francés en 1999, traducido al caste-
Él me recomendó a Interzona, donde llano un año después en la editorial
había publicado Runa, y donde se española Destino –perteneciente al
había hecho amigo de Damián Ríos, grupo Planeta, el sexto conglomerado
el editor saliente, y de los dueños de editorial más grande del mundo–, el

167
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

168
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Mapa celeste de editoriales argentinas, realizado por el equipo de trabajo del Museo del libro y de la lengua

169
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

libro alcanzó varias reimpresiones, e lo que rápidamente no funciona se salda


incluso reediciones en otras editoriales o se pica, los costos de las campañas
de España y América Latina. publicitarias de los libros son incorpo-
Relatado con el tono del viejo editor rados en el precio de venta al público
que ve desaparecer su modus operandi, del libro, etc., etc. Nada que no apren-
es decir, el escritorio tapado de origi- damos, caminando sólo unas cuadras
nales (¡que palabra anticuada!), haciendo por la avenida Corrientes. El editor
su trabajo básico: leer (esa es la imagen lector es corrido por el discurso geren-
que tengo de Chitarroni, en su escri- cial, por el proveedor de contenidos
torio en la vieja casita de la desapare- con buen ojo para lo trendy. Recuerdo,
cida Sudamericana). Y publicar libros ahora, a un agente literario argentino
que, bajo la utopía nunca o casi nunca escribiendo un artículo sobre, según
cumplida del best seller, aspiraban en él, su nuevo rol en el mercado. Como
verdad al long seller, a la formación en esas grandes corporaciones edito-
de un catálogo, de un fondo editorial riales los editores tienden a cambiar
como activo económico de una edito- rápidamente (son echados, ascendidos,
rial. La edición sin jubilados), los autores no logran tener
El editor lector es corrido editores marca el una referencia fija para dialogar sobre
por el discurso gerencial, por momento en que su obra. Cuando terminan una novela,
el proveedor de contenidos la figura del editor no saben a quién entregársela, porque
con buen ojo para lo trendy. cae en desgracia, el editor de su novela anterior ya no
Recuerdo, ahora, a un agente y se la reemplaza trabaja más allí. Entonces, el agente
literario argentino escribiendo por la del gerente pasa a ocupar ese lugar. Ya no sólo es
un artículo sobre, según él, su de marketing, quien, como un dealer, consigue mejor
nuevo rol en el mercado. Como por el aparato de precio y condiciones para el producto
en esas grandes corporaciones publicidad, por la que representa sino que, a medio
editoriales los editores tienden búsqueda de un camino entre un editor informal, un
a cambiar rápidamente (son tipo de rentabi- psicólogo conductista y un amigo (no
echados, ascendidos, jubi- lidad (en montos tan) fiel, discute sobre estética, sobre
lados), los autores no logran y tiempos) inade- la resolución de problemas literarios,
tener una referencia fija para cuada para el sobre desenlaces, personajes y tramas.
dialogar sobre su obra. Cuando mercado literario. Si hay algo desatinado en la relación
terminan una novela, no saben Según Schiffrin, entre literatura y mercado, es seguir
a quién entregársela, porque el los criterios histó- pensando que esa conjunción –“y”–
editor de su novela anterior ya ricos de renta- todavía separa dos universos distintos.
no trabaja más allí. Entonces, el bilidad de una En Argentina, los dos conglome-
agente pasa a ocupar ese lugar. editorial, que rados editoriales multinacionales más
rondaban el 4%, grandes, Planeta y Random House
pasan, o deben pasar al 15%. ¿Cómo se Mondadori, tienen como Director
logra semejante operación? Cambiando, Editorial a dos empleados jerárquicos
de raíz, la forma de entender la edición. que nunca fueron, en sentido estricto,
Los productos editoriales se lanzan a editores. Hicieron toda su carrera en
ocupar más y más espacio en las grandes áreas de marketing, prensa, comunica-
superficies y cadenas de librerías ción y diversas gerencias.
(llamados “puntos de venta”), la rota- Es insoportable el discurso de la
ción de los títulos gira a alta velocidad, oposición al gobierno, que dice que

170
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Argentina no está integrada al mundo. Al mismo tiempo que, por un lado,


En términos editoriales, estamos en los grandes holdings desaparece la
perfectamente à la page. figura del editor, esa estampa resurge
Debemos pensar la época bajo la en toda clase de editoriales pequeñas
preeminencia de la industria cultural. y medianas, chicas y más chicas,
La industria cultural es la gran enemiga llamadas, con infinita inmodestia,
del arte. Reemplaza al valor, a la independientes. Independiente, por
crítica, por la sociología (la sociología definición, es un término relacional.
no juzga: considera a los fenómenos Se es independiente de algo, de
“interesantes”, “significativos”). La alguien. ¿Independientes de quién o de
sociología no democratiza: aplana, qué son las editoriales independientes?
achata, enumera; vuelve todo número, Obviamente son independientes en el
quantum. Que los gobiernos progre- sentido de que no pertenecen a ningún
sistas, aquí o allá, lo primero que gran holding. Pero eso no las vuelve
creen sea una Secretaría de Industrias necesariamente más meritorias. ¿Se
Culturales, no es más que un signo dirá entonces que son independientes
anticipado de su fracaso. porque expresan cierta independencia
La industria cultural propone a la de criterio? ¿Que el criterio con el que
figura del enterpreneur, del gerente evalúan un manuscrito (¡palabra aún
de contendidos como emblema de la más anticuada!) no está marcado por el
época. El curador se vuelve más impor- clima de época, por las concesiones al
tante que el artista, el productor más mercado? Si miramos de cerca sus catá-
importante que el músico, el editor logos, veremos que aquí, en el resto de
más importante que el escritor. América Latina, en todas partes, está

171
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

lleno de editoriales independientes como género comercial (¿a quién le


con catálogos espantosos. Y que, a la importa la vida de un escritor?) y de
inversa, aún en crisis, hay zonas de allí, otro paso, a la figura del editor
las grandes editoriales que todavía independiente, al Editor Rey.
publican buena literatura. El catálogo Los grandes holdings multinacionales
de literatura argentina de la Sudameri- son impensables sin el neolibera-
cana de los 90, la de Chitarroni –salvo, lismo. El auge de la edición indepen-
obviamente, Soriano– era muy diente, también.
radical. El del sello Caballo de Troya, Ya lo sabemos: en Argentina, la soja
en España, perteneciente al grupo –ese yuyo, como la llamó la Presidenta–
Random House Mondadori, también. crece fácil. Habría que agregar también
Soy parte interesada de ambos ejem- que en Buenos Aires brotan también
plos, sé de lo que hablo. Las cosas son las editoriales independientes. Las hay
más ambivalentes, más contradictorias buenas, regulares, excelentes, malí-
de lo que parece. simas. Si no se ejerce una reflexión
Entre tanto, en las editoriales indepen- crítica sobre ese florecer, no se logra
dientes, se creó un nuevo monstruo: comprender buena parte de la novedad
el Editor Rey. El que supone que el cultural de la última década.
catálogo es su obra, que cada libro El “sin embargo” es la coartada de
que edita es un capítulo de una gran cualquier escritor, de todo intelectual.
novela, que es su fondo editorial. Los Yo lo soy, y saco provecho de ello.
editores no tienen obra. Obra tienen Sin embargo, entonces, gran parte
los autores. Y si el postestructuralismo –por no decir la inmensa mayoría– de
francés deconstruyó, con elegancia, lo mejor que se publicó en Argentina
erudición y violencia, la propia noción en la última década, fue en editoriales
de autor (y por lo tanto, la de obra) independientes. Ese dato también hay
en el mismo horizonte epistemoló- que incorporarlo al balance.
gico con el que cuestionó el concepto Y después Libertella se murió, y Fogwill
de hombre y, más aún, de sujeto; también se murió, y la calle Thames
es decir, en un movimiento donde quedó vacía como una hojita flotando
el autor era reemplazado, o mejor en el viento. De Fogwill edité un par de
dicho, disuelto en otra categoría –en libros (me tocaba el timbre a las 8 de la
una categoría llamada “texto”–, por mañana para saber si ya estaba la plata
supuesto de maneras diferentes y a del anticipo). Libertella me dio Zettel,
veces antagónicas (como lo que va que no llegué a editar porque Interzona
del rizoma a la página en blanco, de cerró (cuando entré a Mardulce ya era
la comunidad inoperante al grado cero tarde para seguir con ellos: los hijos
de la escritura); evidentemente ese de Fogwill vendían su obra al mejor
esfuerzo descomunal, vanguardista y postor). Me lo dio dedicado y con un
tan cercano a mí, ese esfuerzo, digo, papelito que decía: “A vos que te gusta
esa batalla por sospechar del autor, fue esa frase de Blanchot ‘la literatura marca
en vano. Fue derrotada. Todos estos pero no deja huella’, este libro reescrito:
años de socialdemocracia (neo) liberal el trabajo del editor es encontrar huellas
dieron como resultado, entre muchos allí donde no hay”.
otros aspectos, una vuelta al sujeto, y
de allí al autor, al auge de la biografía

172
174

Indicios sobre la ciudad de


Buenos Aires: mitología
multicultural sobre el territorio vivo
Por Diego Picotto y Emilio Sadier

Hubo un tiempo, recientemente, en que la literatura y


el rock se hicieron cargo, a su modo, del pulso nervioso
de la ciudad que recorre a sus habitantes cuando éstos
deben confrontarse con las diferencias reales. Y es que, en
aquellos años que van de la Ciudad de pobres corazones
a Las islas de Gamerro, de las novelas de Aira a los reci-
tales de los Redonditos de Ricota, toda cotidianidad
debía dar cuenta de la violencia y de una persistente
dificultad en la convivencia. Una ciudad marcada por
el terror heredado, por las conmociones sociales, por
los flujos mercantiles globales, los medios de comuni-
cación y sometida a la destrucción sistemática de las
distintas formas de vida que la pueblan.
Sin embargo, y como contracara de aquellas pulsiones
anímicas beligerantes, en los últimos años y de la mano
del discurso de la “recuperación” del país, apareció
un nuevo imaginario sobre Buenos Aires; un convi-
vencialismo multicultural y plural que da la idea de
una ciudad friendly, respetuosa de los modos de ser
de cada quien y que, recorrida por turistas y consumi-
dores, muestra un tipo de energía, un jovialismo, que
es marca distintiva y fuerza imaginaria del mercado.
Esta ciudad “amigable”, que vive en publicidades y
slogans de campaña y en barrios prefabricados para
alojar el cosmopolitismo, reconoce todas las diferen-
cias pero en forma abstracta. Cuando la verdadera dife-
rencia aparece, saliéndose del casillero pre-asignado,
la violencia que se creía conjurada reaparece conmo-
cionando a sus absortos habitantes. Diego Picotto y
Emilio Sadier dan cuenta de este pasaje de la ciudad
conflictiva a su imagen pacificada que rehúye de los
encuentros verdaderos poniendo a salvo el ideal.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

“La ciudad no ha sido nunca un lugar Ciudad Marca. Ciudad Turística.


armónico, libre de confusión, conflictos, Ciudad Friendly: ¿cuál es la calidad y
violencia (...). La calma y el civismo son la consistencia de estos atributos? La
la excepción, y no la regla, en la historia Buenos Aires contemporánea parece ser
urbana. Lo que de verdad interesa es el producto-fantasía de la superposición
si los resultados son creativos o destruc- arbitraria de adjetivaciones acumuladas
tivos. Normalmente son ambas cosas: durante más de veinte años de muta-
la ciudad es el escenario histórico de la ciones sociales; pinceladas de marketing
destrucción creativa”. que, con una impronta en cierta
David Harvey medida espectacular, pueden servir
para comprender la lógica que signa la
producción del territorio urbano.
La política es, centralmente, un pensa-
miento sobre la ciudad y sobre los •
modos de vida que ésta habilita. Un
pensamiento que interviene sobre la La configuración de la Buenos Aires
ciudad (la polis) y sus formas de vida. actual es en muchos sentidos una
Dicho de otro modo: si nos entregamos continuidad de la shoppinización de los
a los salmos de la política es, precisa- años noventa bajo otras formas. Mejor
mente, porque permite una interven- dicho: la ampliación, sobre el conjunto
ción problematizadora sobre ese punto del territorio, de las reglas y valores
en el que convergen la vida y la ciudad. elaborados en
aquellos laborato- A su imagen y semejanza: una
• rios urbanos que urbe segmentada pensada más
fueron, y que son, como espacio de intercambio de
Pero, por otra parte, si la ciudad es el los shopping center mercancías y espectáculos que
mito fundante de la política, la funda- desde los 90 (una como hábitat, que como lugar
ción mítica de la ciudad remite –en genealogía que se de construcción de comunidad.
nuestro más acá de Buenos Aires– a una remonta a aquel
experiencia singular, en buena medida Alto Palermo inaugurado significati-
intransferible: la borgiana “manzana vamente por el presidente Menem el
pareja que persiste en mi barrio”. 17 de octubre de 1990). En un breve
Entre intimidad y política, la ciudad y lúcido ensayo escrito en aquellos años
se recorta como cuento “tan eterno (“El centro comercial”), Beatriz Sarlo
como el agua y el aire”, como espacio advierte –a la vez que lamenta– una
a interrogar y, al mismo tiempo, como ciudad que se segmenta, que se fractura,
figuración a poblar y disputar. que se desintegra a partir del desplaza-
miento del tradicional “centro” por esa
• “cápsula espacial acondicionada por
la estética del mercado” que son los
¿Qué tipos de vida habilita –y a qué shopping center. Las dinámicas citadinas
tipo de vida nos condena– la ciudad? ligadas al habitar son arrasadas por la velo-
O a la inversa: ¿qué tipo de ciudad es cidad del flujo mercantil: el shopping no
la que irremediablemente nos organiza tributa a tradiciones y carece de memoria
la vida? Ciudad Multicultural. Ciudad urbana. Es un espacio desmarcado
Global. Ciudad Digital. Ciudad Verde. vacante para las marcas y su mundo.

175
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

“El shopping center es un simulacro de A su imagen y semejanza: una urbe


ciudad de servicios en miniatura, donde segmentada pensada más como
todos los extremos de lo urbano han espacio de intercambio de mercan-
sido liquidados”, nos dice Sarlo. Así, en cías y espectáculos que como hábitat,
su capacidad de construir hábitos, de que como lugar de construcción de
convertirse en punto de referencia, de comunidad. En el caso de Buenos
acomodar la ciudad a su presencia, de Aires, el mote de palermización podría
acostumbrar a la gente a vivir en él, es designar a este proceso de subsunción
todo futuro. Mirado en perspectiva, el de todo vínculo, objeto, sujeto, afecto
shopping fue la punta de lanza de una o tradición de uso de la ciudad a la
embestida mucho mayor: al adveni- mercancía. Palermo es la cristaliza-
miento de estos edificios exhibe-marcas ción de una ciudad en la que la vida
le sigue la organización de su entorno cotidiana de sus habituales mora-
–la ciudad– a su imagen y semejanza. dores es mediada completamente por
Con la desaparición de ese espacio el dinero, es decir, por el consumo.
simbólico común, unificador del centro La historia vuelta objeto de mercado
urbano, la ciudad deja de existir más y espectáculo. La preservación del
que como entorno difuso del shopping. pasado ya no supone tradición, ni
base subjetiva de un presente afian-
• zado en un desarrollo nacional:

176
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

deviene atractivo turístico, objeto de global, al igual que en el caso del


consumo cultural. shopping, posee una doble relación con
la ciudad que la rodea: de indiferencia
• (que diferencia), por un lado, en tanto
En cierta medida, Palermo es inapre- el resto de la ciudad aparece como un
hensible: no es la avenida, ni es la espacio exterior con el que hay que
peatonal, ni es una esquina o una evitar mezclarse; de voracidad, por
zona. Es una red de zonas que, para otro, en la medida en que le disputa a
el no habitué, se entretejen de modo la ciudad no solamente espacio físico
indescifrable. No es el centro, bien –así la proliferación de etiquetas paler-
delimitado; tampoco la avenida mitanas (Hollywood, Soho, Rojo, Vip,
Corrientes, o la peatonal Florida o Dead, Queens), donde ciertas subzonas
la avenida 9 de Julio. Palermo es un son ganadas a barrios lindantes– sino
barrio que se vuelve zona y marca, al mismo tiempo la tonalidad cultural
ultravalorizada comercialmente, un de la ciudad en términos generales.
centro/shopping difuso en términos Palermo es, en el caso de Buenos
espaciales que se sirve de su pasado Aires, uno de los modos quizás hoy
barrial para ofrecer a la experiencia más eficaces de volver imagen el slogan
de transitarlo un aire artificiosamente “ciudad multicultural”.
anacrónico. En Palermo, la historia es
usada funcionalmente como decora- •
ción. Un pasado armado a medida del
presente, con los signos que cada quien La ciudad multicultural es la ciudad de
tenga a mano: un barrio semiológico las diferencias en dos sentidos enfren-
y cool, de día y de noche. Hábitat de tados: la ciudad en la que las diferencias
las productoras y de las marcas, de los sociales se acentúan a partir de que la
restó y de las librerías, Palermo es sinó- ultravalorización del precio de la tierra la
nimo de diseño, en donde prima lo arti- vuelve expulsiva, en lugar de integradora;
ficioso por naturaleza. Territorio libre pero, al mismo tiempo, es una ciudad
de rigideces y objeto de deseo inter- de ficción en la que reina la armonía de
generacional y polideológico. Punto lo diferente (y no el racismo acostum-
de convergencia de jóvenes y adultos, brado). O mejor: la mistificación de la
de cualquier sexo, sean macristas o diferencia como correlato de la evidente
camporistas, bolicheros o trotskistas, marginación social y de su capacidad
ecologistas, alternativos, intelectuales, expulsiva y extorsionadora. La ciudad
putañeros, hipsters, rockeros, rastafaris multicultural: una ciudad en la que todo
o merqueros; es decir, cualquiera de el mundo es bienvenido aunque no ya
nosotros, los enamorados de Palermo para habitarla, sino para circular por
y su hálito global. En el Palermo de ella, disfrutarla y ser parte de su utopía
la circulación y el consumo –al igual de participación a través del mercado.
que otros puntos de la ciudad, de San
Telmo a Puerto Madero, aunque cada •
uno con particularidades y derivas
diversas– lo barrial es contraseña de El dinero como equivalente general
una dinámica global impresa sobre también funciona en el caso de la
el territorio urbano. Y en tanto zona amistosidad urbana: sea turism-friendly,

177
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

youth-friendly, gay-friendly o Las marcas y el turismo, el diseño y la


vecino-friendly la ciudad friendly es, moda son inescindibles de dinámicas
siempre, money-friendly. Ocio, juve- de explotación y de precarización de las
nilismo, sexualidad, costumbrismo vidas contemporáneas. El trabajo estalla
barrial: diferentes targets y, a la vez, y se disemina sobre la ciudad y sobre el
expresiones de la diferencia como tiempo de la vida.1 Porque la cuestión
negocio redituable en términos tanto del tiempo siempre fue central en rela-
económicos como políticos. La dife- ción al trabajo. En la ciudad-fábrica lo
rencia amigable es el núcleo y resultante primero que se dispersa es el tiempo
del discurso del orden democrático de –y las relaciones que éste supone, entre
las últimas décadas: orden que hace trabajo y no trabajo, entre producción y
de lo urbano –y sus representaciones ocio–, pero también la propia condición
mediáticas, las imágenes de la ciudad del trabajo, donde una parte importante
en los medios masivos– el ámbito se clandestiniza: del taller textil hasta
principal, cotidiano y excluyente los diversos grados de informalidad que
de la política. afecta a gran parte de la masa laboral.2
La ciudad y la coexistencia de opuestos:
• la villa y los edificios inteligentes, la feria
y el shopping, historia conocida.3
Pero la ciudad amigable tiene sus límites. “Ciudad de infinitos planos, propone
La expansión del shopping al territorio Vecinocracia, escrito colectivo del
no puede ser pensada sino en relación al grupo de investigación Hacer Ciudad.
proceso de gentrificación de la que aquella “Pseudo-ambiente vivo, saturado de
es objeto. El información. Ciudad-drama de los
La ciudad es hoy la más aumento sostenido procesos de lo común y de la guerra civil
intensa y destructora expe- y desmedido del de los modos de vida. Ciudad espejo
riencia común de la especie: precio del suelo –a veces ajustado, casi siempre distor-
en su materialidad semió- dispara un proceso sionado– de las fórmulas de producción
tica no hace sino expresar un de transformación de valor. Ciudad biopolítica cuando es
modo de vida en continua urbana –especial- objeto de mecanismos de apropiación
aceleración, un conjunto de mente en sectores o del valor social, cuando es espacio de
afectos e imágenes –frag- barrios poco valori- resistencias a los mecanismos de control,
mentadas y caóticas– propia- zados en términos cuando es territorio dinámico de nuevas
mente humanos que se inmobiliarios– que percepciones y modos del conocer.
vuelven compartidos. progresivamente Ciudad productiva, fábrica de las formas
desplaza y remplaza de vida que en ella se mezclan, se distin-
a sus moradores “originales” por otros de guen y se entretejen. Ciudad-arcón de
mayor nivel adquisitivo. La ciudad, por memorias, sentidos y conflictos. Bien-
definición convocante, se torna expulsiva. venidos a la fábrica misma de la ciudad,
a la fábrica social”.
• La ciudad del trabajo es, definitiva-
mente, la ciudad de la superviviencia.
La contracara de esta mistificada ciudad Lejos de ser un mero contenedor de
global y multicultural es la ciudad sujetos en busca de su ciudadanía,
de supervivencia, una ciudad otra, el espacio urbano deviene acumu-
aunque también productora de valor. lación y condensación de formas

178
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

contemporáneas de explotación capi- Multicultural. De la “inseguridad” al


talista. Como dispositivo de gestión terrorismo internacional, la ciudad
de la vida, organiza el trabajo sobre aterrorizada es tipificada y segmentada
el tiempo estallado de una ciudad y un juego nada sutil de estigmatiza-
caótica y desbordada, pero que es, al ciones provoca, sobre la crispación de
mismo tiempo, foco de producción las relaciones subjetivo-humanitarias,
de estéticas, de sentidos fluidificados, un modo de control de las vidas y de
de formas de vida, de afectos.4 los territorios. La ciudad multicultural
y global es al mismo tiempo una ciudad
• que ha sido incautada a sus atemori-
zados pobladores. Vidas expropiadas
De los bolivianos de la verdulería a que se disponen, no obstante, sobre un
los congoleños de los relojes en valija, territorio vivo en el que se libra una
hasta los estudiantes –en general guerra de modos de vida.
de posgrado– latinoamericanos
(y europeos), al margen de las domini- •
canas prostituidas, los “súper” chinos
y los albañiles paraguayos: necesario
y a la vez repelido de la polis global,
el migrante se recorta como un sujeto
central y velado de este proceso; por
su capacidad de dejar marcas, de
empujar tendencias, vuelve reactivo
cualquier discurso sobre lo originario
o lo propio. No tiene la más mínima
importancia dónde se haya nacido: los
migrantes son, antes que nada, fuerza
disruptiva, evidencia de la amplitud y
multiplicidad del mundo; flujos que
ni los estados (aun en sus relativas
resurrecciones) ni el mercado (con
su altísima capacidad subjetivante)
terminan de controlar. La migración
es el elemento soslayado del (neo)desa-
rrollismo (trans)nacional.

Elemento soslayado y temido: espe-


cialmente, cuando los migrantes ya
no constituyen colonias aisladas, sino
que expresan la experiencia común
de la vida urbana, incluso de aquellos
que habitan la ciudad desde siempre.
El miedo es la sensibilidad, la pasión
triste desarrollada a la par de la Ciudad

179
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

La ciudad es hoy la más intensa y Una pregunta, sin embargo, persiste:


destructora experiencia común de la ¿cómo reponer un sentido que
especie: en su materialidad semiótica neutralice y reconduzca las pasiones
no hace sino expresar un modo de vida más tristes y reactivas de la ciudad
en continua aceleración, un conjunto –el miedo, el racismo, la (auto)
de afectos e imágenes –fragmentadas explotación– hacia un común que,
y caóticas– propiamente humanos que a diferencia de las tradiciones nacio-
se vuelven compartidos. Es desde todas nales clásicas, no hay que buscarlo
estas fuerzas en juego en tensión que se hacia atrás en el tiempo, sino hacia
puede leer (y hacer) la ciudad: desde adelante? Pero, ¿desde dónde reponer
los procesos de expulsión, desde los este sentido? ¿Es posible hablarle a la
procesos de cierre, desde los procesos ciudad? ¿Es hablarle a la ciudad hacer
de resistencia a estas dos tendencias a ciudad? ¿Es imaginable una política
partir de la producción de dinámicas y del común inmanente a cada situa-
espacios de encuentro. La ciudad como ción, en lugar de una que cree valores
territorio (vivo) de la guerra de los modos morales y juicios genéricos? ¿O ya
de vida, cuyo trasfondo es la tensión en la modulación misma de la idea
entre la tendencia al cierre, al gueto (en de racismo o explotación está sellada
el country, en la villa, en el shopping, su trascendencia, su exterioridad en
sobre el propio living-comedor, en la relación a los cuerpos concretos, a las
configuración de zonas de exclusividad) vidas que los experimentan (y sólo
y la tendencia a la apertura, a la produc- así una experiencia es, precisamente,
ción de dinámicas de relacionamiento política)? Lo común –que no es lo
entre las vidas, los cuerpos que habitan público-estatal– es una construcción
y componen el territorio, la invención de artesanos, una condición vital a
de espacios donde la disponibilidad al asumir. La pregunta por lo común,
encuentro permita vislumbrar hori- por la comunidad, es precisamente
zontes de habitabilidad más felices la pregunta por el modo en que
–aun cuando, a diferencia de hace una deseamos vivir. La discusión sobre
década, sea tan difícil detectar formas la ciudad –sobre esta ciudad mítica y
de vida resistentes como complejo crear real, tan eterna como el agua y como
y sostener espacios de encuentro–. el aire– es la discusión sobre la posibi-
lidad de la vida en común, principal
• disputa política del siglo XXI.

NOTAS

1. Lo que tiene como correlato la invención de profesiones, oficios y dinámicas laborales, o bien replegadas
sobre el espacio hogareño (aprovechando internet), o bien a cielo abierto; es decir, desde los cada vez más
numerosos docentes a distancia, on line, y los miles de microempresarios trabajando desde algún café, o desde
su casa hasta los motoqueros y los pasea-perros.
2. Véase De Chuequistas y Overlockas. Una discusión en torno a los talleres textiles, una coinvestiga-
ción entre Simbiosis Cultural y el Colectivo Situaciones. Se puede disfrutar del texto descargándolo de
http://tintalimon.com.ar/libro/DE-CHUEQUISTAS-Y-OVERLOCKAS
3. Véase en la revista Pampa N° 7 (http://www.pampa.org.ar) o en Lobo Suelto! (anarquiacoronada.blogspot.com.ar)
el texto “Alfa y Omega de nuestra economía nacional”.
4. Disponible gratuitamente en http://www.tintalimon.com.ar/libro/VECINOCRACIA

180
182

Mitologías porteñas en torno al poder


policial. Policía, contravenciones
y gestión de ilegalismos en la
Ciudad de Buenos Aires
Por María Victoria Pita (*)
La cuestión de los mitos urbanos es inseparable de un
“imaginario geográfico” en el que el credo popular
distribuye zonas estableciendo regiones proclives a la
ilegalidad, con su concerniente cuota de peligrosidad,
y otras donde la convivencia resultaría más amistosa.
No puede decirse que estos saberes, ahora reprodu-
cidos por una estética televisiva “folclórica y obscena”
de los lugares de la noche, las zonas oscuras del delito
y la vida periférica, sean falsos. Pues, en cierto modo,
están cimentados por la experiencia en aquellos terri-
torios. Sin embargo, esas verdades, en su amplifica-
ción y cristalización como saber social, consolidan
una serie de supuestos que omiten la pregunta por las
condiciones concretas de funcionamiento del terri-
torio como lugar conflictivo entre prácticas y criterios
normativos. Hay, en todo caso, una reversibilidad
de los actos legales e ilegales, en la que las instancias
formales son reelaboradas y funcionalizadas en un
espacio particular por fuerzas oscilantes (que trafican
ley donde pareciera no haberla e introducen ilegalidad
en las instancias institucionales).
Lejos de la “tierra de nadie”, la idea de que hay zonas
liberadas para la ilegalidad requiere, como afirma la
investigación que aquí presenta María Victoria Pita,
una narración capaz de dar cuenta de las articula-
ciones específicas que regulan la violencia en los terri-
torios: los sujetos concretos que la padecen (jóvenes,
mujeres e inmigrantes), el poder y las jerarquías que
resultan de esta operatoria que incrementa la capa-
cidad de “autogobierno” de las fuerzas policiales.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

1. con un doble mapa. El mapa formal y


el mapa sabido, por así decir. Esto es, el
El antropólogo británico Edward mapa que nos orienta cardinalmente,
Evan Evans-Pritchard estudiando que nos informa de hitos institucio-
entre los años 30 y 40 del siglo pasado nales, que nos indica barrios, comer-
la sociedad Nuer, en el sur del Sudán, cios, mercados, museos, estaciones de
señaló la importancia de atender a la ómnibus entre otros puntos de refe-
relatividad del espacio qua –categoría rencia formales y el mapa construido
instrumental. Así, consiguió demostrar por quienes viven (en) las ciudades,
que el espacio (al igual que el tiempo) esos que nos pueden informar tanto de
no era simplemente una dimensión zonas ideales para la diversión, o para
física y cuantificable. El espacio, la compra de comidas exóticas, u otras
señaló, está afectado por cuestiones de donde pueden comprarse zapatos a
índole ecológica tanto como por otras buen precio y así; tanto como indicar
de orden social. No es lo mismo, nos zonas densas, que se consideran
decía, al hablar del espacio, suponer “peligrosas” por distintas razones.
que nos distancian de nuestro destino Lugares donde es mejor no pasear
dos kilómetros lineales que esa misma porque no se estila, o donde es más
distancia pero advirtiendo que en frecuente ser asaltado, otros donde se
medio tiene bañados, nubes de moscas puede comprar cierto tipo de drogas
tsé-tsé o una serie de cuchillas arenosas sin mayores dificultades; zonas de
que hay que atravesar a pie; tampoco pensiones que no preguntan de donde
el espacio es el mismo si, para llegar venimos ni adonde vamos, otras donde
de un punto a otro, se deben atra- la concentración
vesar zonas densamente pobladas por de prostitución Todos, al contar nuestros
aldeas de parientes, donde seremos callejera casi nos mapas sabidos estamos dando
bien recibidos y podremos quedarnos lleva a llamarlas, cuenta de esa relatividad social
a descansar y reponer energías, que si siguiendo las del espacio a la que aludía
debemos atravesar un área en la que tendencias, zonas Pritchard para los (para noso-
se asientan o donde transitan nues- “rojas”; espa- tros extraños y exóticos) Nuer.
tros inveterados enemigos. El espacio cios en los que Los espacios que nos cuentan
es relativo, está atravesado por una está liberado el estos mapas narrados están
innumerable cantidad de obstáculos punguismo como construidos por nuestros
materiales y/o ecológicos (los bañados, práctica delictiva recorridos; son como diría
las moscas y las cuchillas) y también en connvivencia De Certeau, geografías que
sociales (nuestros enemigos) que lo con la policía a resultan de acciones.
vuelven denso y que relativizan la cambio de un
medida de las distancias. canon por ejercer la actividad, y así.
Algo semejante es lo que puede expe- Con el mismo nivel de levedad vario-
rimentar un viandante en la ciudad, pinta para todas las situaciones.
o un flâneur, o por decir, un investi- Hay idiomas que, para esto, resultan
gador. De hecho de esa relatividad más precisos expresivamente que el
del espacio sabemos, y nos consta por español. En portugués, por ejemplo,
la propia experiencia y también por decir que un lugar es una zona
haber conocido las experiencias de condensa acabadamente denostación,
otros, que todos los espacios cuentan desprecio clasista y evaluación moral.

183
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

En castellano –al menos en el que se algo de misteriosos y ¿por qué no?


habla en Argentina– somos, si se quiere, algo deseados desde su misterio y
no menos despreciativos, clasistas y sus violencias, pueden ser en muchas
moralistas, aunque sí un poco más ocasiones vistos como espacios de alte-
taimados o escondedores. Quienes ridad y por fuera de toda regla. Lugares
vivimos (en) la ciudad de Buenos Aires que, en ocasiones, son vistos con una
sabemos muy bien de qué se tratan las fascinación entre folclórica y obscena.
distintas zonas, y podríamos indicar, Sin embargo la poesía, como siempre,
aún el menos observador y a ojo de ya lo dijo antes: “hay otros mundos,
buen cubero, donde y qué lugar para pero están en este”.
cada cosa. Todos, al contar nuestros Llegados a este punto tal vez cabría
mapas sabidos estamos dando cuenta aquí ser un poco más precisos.
de esa relatividad social del espacio a Michel De Certeau (2000) establece
la que aludía Pritchard para los (para una notable distinción entre lugares y
nosotros extraños y exóticos) Nuer. espacios. A diferencia de un lugar, un
Los espacios que nos cuentan estos espacio implica presencias y prácticas,
mapas narrados están construidos por rutinas aprendidas; un espacio es vivido.
nuestros recorridos; son como diría Mientras que un lugar es una configu-
De Certeau, geografías que resultan ración instantánea de posiciones, el
de acciones. espacio porta con puntos significativos,
Sin embargo, las mitologías porteñas está producido por la práctica del lugar,
suelen –como todo mito– reiterar de un mapa habitado. En este sentido,
aquello que se cree sabido, demos- podría afirmarse que la mitología
trando así una pertinaz insis- urbana habla, sobre todo, de lugares.
tencia en esa “creencia obligatoria” Lugares por los que se pasa, a los que
(Mauss, 2006), ya que si algo tiene un –eventualmente– se va, o lugares que
mito es “su persistencia en decir algo” se eluden. Son hitos de un derrotero,
(Lourido, 2008:9). Así circulan los parte de un recorrido. Pero sobre ellos,
mitos: ahí ni te metás, es territorio de las más de la veces, se presume. Se
la cana. O bien: ahí no hay ley, es tierra postula, se afirma y se cree algo que se
de nadie o están todos “arreglados”. En reitera como verdad sabida cada vez.
cualquier caso, esos mitos, esas historias Pero, ¿qué territorios son esos? ¿Están,
urbanas, dicen tanto como esconden. acaso, tan por fuera de “este mundo”?
Porque a la vez que afirman la exis- ¿Son espacios sin regla, ni ley, lugares de
tencia de zonas bajo dominio policial pura violencia? ¿se trata de áreas de total
(la verdad sabida) las presentan en el y completo dominio policial? ¿Se trata
mismo acto de su nominación como de espacios donde reina la ilegalidad
unos espacios de pura violencia, sin y el caos, algo así como “bolsones” de
ley ni reglas, y cerrados, misteriosos, ilegalidad y violencia? ¿Cuánto, en fin,
casi inescrutables. Otros mundos, de lo que afirman estas mitológicas
otros territorios. Es por cierto muy urbanas es cierto? ¿Cómo y qué ocurre
potente el imaginario sobre los que se en estos espacios, de acuerdo a lo que
suponen submundos y sobre las ilega- narran quienes los habitan? ¿Qué
lidades. Esos otros mundos, territorios nuevos mapas podremos diseñar si,
sabidos (es decir, sabida su existencia), atravesando las historias que se cuentan
desconocidos pero sospechados, con “desde afuera”, conseguimos entrar

184
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

en ellos? Y, ¿para qué hacerlo? ¿Qué En la investigación que llevamos


podríamos traer de allí si es que haber adelante actualmente –enmarcada en ese
ido nos trasladó a otros espacios, a esos programa de largo alcance– buscando
“otros mundos que están en este”? avanzar en esta indagación nos hemos
En este artículo, a través de la expo- propuesto analizar las modalidades
sición de algunas de las coordenadas que asume la administración policial de
que orientan nuestra investigación en determinados grupos sociales: funda-
torno a la gestión y administración mentalmente vendedores ambulantes,
policial de los ilegalismos1 en la Ciudad feriantes, limpiavidrios (y también,
de Buenos Aires, y por medio de la aunque de momento en menor medida,
presentación de algunas historias, se sobre personas que ejercen la prostitu-
busca avanzar en la descripción de esos ción callejera). Ciertamente se trata de
espacios sociales y desarmar así algunos oficios que, en términos de identidades
de los mitos acerca de ellos. Esos otros no son por cierto excluyentes ya que
mundos están en este, mas no sólo eso, no eluden a otras, sino que más bien se
son parte del mapa de esta ciudad. les sobreimprimen: en muchos casos se
trata además de habitantes de los barrios
pobres, algunos también migrantes,
2. muchos de ellos jóvenes provenientes de
los sectores populares; aunque es cierto
Hace ya un tiempo iniciamos una que el ejercicio de una actividad terri-
investigación2 que se propuso indagar torializada y en situación conflictiva o
sobre estos “territorios”, esos espacios ambigua con la legalidad lleva a que sea
urbanos. La historia y las razones acerca esta identidad (de trabajador informal
de por qué y para qué iniciamos un u ocupado en actividades en relación
trabajo de investigación sobre ellos es problemática con la moralidad domi-
algo extensa, pero amerita ser colocada nante), entre las otras, la que prime.
aquí aunque no sea sino de manera esti- Y nos ha interesado analizar este
lizada. Desde hace tiempo, en el marco campo de relaciones por varias
del Equipo de Antropología Política razones. Una de las preocupaciones
y Jurídica3, venimos trabajando en el ha sido poder mostrar que antes que
análisis de las diversas y variadas formas indagar en la legalidad o ilegalidad de
de la violencia policial, de mayor y ciertas prácticas, se trata de describir
menor intensidad represiva, preocu- y analizar por una parte, los modos
pados por dar cuenta de aquellas prác- en que la gestión policial opera la
ticas institucionales que hacen posible la administración de grupos de población,
expansión del estado de policía. Y hemos administración que pocas veces resulta
buscado hacerlo a través de investiga- visibilizada por otras instituciones,
ciones etnográficas para así indagar, de y otras tantas resulta aceptada, y que
manera concreta, sobre las formas en implica la puesta en juego de regula-
que efectivamente se ejerce, de manera ciones de lo más diversas en las que los
local(izada), el poder de policía. Es procedimientos formales y legales son
decir, nos hemos preocupado por las unos de tantos, siendo estos incluso
“formas de hacer” consuetudinarias en ocasiones, elementos de/en una
que organizan y estructuran el ejercicio negociación informal. Y por la otra,
del poder policial. de dar cuenta de que esas formas de

185
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

administración y regulación son las que se administra y gestionan los modos de


hacen posible la configuración de espa- vida de ciertos grupos sociales y que se
cios qua “territorios” que hemos dado da lugar a prácticas de arbitraje y puni-
en llamar territorios sociales y morales ción que la propia policía asume basán-
de control policial y que funcionan dose en esa ética, por cuenta propia,
como espacios sociales capaces tanto en ocasiones más allá de la ley, pero
de propiciar las condiciones de posi- como complemento real del sistema
bilidad para la expansión del estado judicial. Porque debe decirse que, en
de policía, esto es, de espacios sociales ocasiones, este proceder policial, antes
en los que el poder de policía4 rige por que invisibilizado a los ojos del poder
sobre todo otro derecho y es soberano; judicial, es aceptado en virtud de una
como también las condiciones de posi- articulación funcional. Y esto no implica
bilidad para la resistencia y confronta- imputar responsabilidades individuales
ción a esta expansión. de los funcionarios –lo que sin embargo
Desde este encuadre, esos territorios no debería dejarse de lado– sino
definen un espacio social definido por fundamentalmente llamar la atención
una serie de regulaciones e interacciones sobre esa articulación. Porque lo cierto
ad hoc, que no son sino una mixtura es que las policías funcionan, efectiva-
entre prácticas legales, ilegales e ilícitas, mente, como los ojos de la justicia en
acompañadas de diversos niveles de la calle.5 Esto es, existe una delegación
violencia física y moral, que definen de funciones (formales, pero también
antes que zonas de hecho) para el ejercicio de ese poder
Un territorio así pensado de no derecho, administrativo que está en manos poli-
implica un espacio político, zonas sumidas ciales, y ello tiene como consecuencia
un(os) modos de adminis- en un particular abonar a la autonomía policial. La
tración y regulación de la derecho de policía calle es su espacio por excelencia, los
violencia, una serie de reglas (Tiscornia, 2008) funcionarios judiciales comparten esta
y acuerdos. Pero también, por que se dan más convicción con los funcionarios poli-
otra, aludir a la existencia de que bien con una ciales, y fundados en esa creencia y
territorios –en los términos particular ética convencimiento dan lugar (habilitan
señalados y en plural– que policial al decir y legitiman) a ese modo particular de
coexisten al interior de un de Kant de Lima hacer las cosas. Y nos hemos propuesto
ámbito ya claramente definido (1995); es decir, esta línea de investigación porque
como un territorio político, un modo parti- estamos convencidos de que será inda-
esto es la Ciudad Autónoma cular de hacer las gando sobre las formas de administra-
de Buenos Aires, supone cosas, un modo ción y gestión policial de determinados
poner en cuestión la idea de de actuar que grupos o actividades, y sobre los usos
una distribución igualitaria es parte de un de la legalidad qua recurso o mercancía
de la legalidad. conjunto de reglas (Misse, 2007) que podremos dar
y prácticas poli- cuenta de las complejas articulaciones
ciales que permite el ejercicio por parte entre legalidad, ilegalidad e ilicitud.
de ésta de una interpretación autónoma El uso de la noción de territorio es,
de la ley (Kant de Lima, op.cit.), donde claro, deliberado. Y ello así porque,
rige otro derecho que podría definirse por una parte supone aludir a la noción
como un derecho policial. Y es en virtud de soberanía a la que necesariamente
de ese derecho policial que, sostenemos, está ligado el término. Un territorio

186
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

así pensado implica un espacio polí- refieren a “actividades lucrativas” el


tico, un(os) modos de administración artículo 83 –usar indebidamente el
y regulación de la violencia, una serie espacio público–, aunque también
de reglas y acuerdos. Pero también, suele acudirse al artículo 84 –ocupar
por otra, aludir a la existencia de la vía pública–; para las segundas el
territorios –en los términos señalados artículo 81 –oferta y demanda de sexo
y en plural– que coexisten al interior en los espacios público–. Es la policía,
de un ámbito ya claramente definido en su carácter de agente preventor
como un territorio político, esto es la subordinado a la justicia contraven-
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cional quien tiene en sus manos la
supone poner en cuestión la idea persecución de quienes infrinjan estos
de una distribución igualitaria de la artículos, debiendo labrarles un acta
legalidad, y dar cuenta de algunos de que luego será remitida a la Fiscalía de
los procesos a través de los cuales es Cámara dando lugar así a un proceso
posible sostener la idea de expansión judicial. Hasta aquí y en términos
de un estado de policía; lo que por normativos esto resulta más o menos
cierto habilita a explorar cuestiones claro: la policía tiene un papel de
en torno a las formas de segregación agente preventor, debe proceder
social y a las diversas modalidades de labrando actas y luego derivarlas a un
la presencia del Estado –en particular poder judicial que debatirá –a partir
del aparato policial– en esos espacios de pruebas materiales y declaraciones
(Machado Da Silva, 2008). varias– si la acción detectada consti-
Resulta necesario explicar –aunque tuye o no contravención.
sea brevemente– cuáles son las normas Sin embargo, poco avanzaríamos en
que regulan el desempeño policial cualquier indagación si creyéramos
sobre las actividades mencionadas y que la sola modificación normativa
que, desde nuestra perspectiva son ocurrida en 1998 en el ámbito de la
aquellas que hacen posible la admi- Ciudad de Buenos Aires en materia
nistración de grupos sociales. En la contravencional (luego de la deroga-
Ciudad de Buenos Aires las actividades ción de los edictos policiales), a través
y conductas de las personas que se de la limitación de las atribuciones y
dedican a la venta callejera (de quienes funciones de la policía y de la creación
venden objetos de lo más variados en de un poder judicial, ha conseguido
los bares y ómnibus, de aquellos que desarticular una importante serie de
para hacerlo se instalan en la calle de manejos y “arreglos” informales que
manera más o menos precaria), así involucran a funcionarios policiales
como las de quienes tienen por acti- y presuntos contraventores. Por otra
vidad la prostitución callejera son parte, un recorrido por la ciudad
reguladas y/o perseguidas en virtud de permite a cualquier observador,
las contravenciones6 que se agrupan sin necesidad de mayor sagacidad,
bajo el Título III “Protección del detectar una importante cantidad de
uso del espacio público o privado”, lugares y espacios signados por intenso
que cuenta en su capítulo II “Uso del mercadeo informal en lo que se refiere
espacio público y privado” con tres a venta de objetos y de sexo. E incluso,
artículos específicos: para los primeros, la lectura atenta de datos y estadísticas
básicamente los artículos que se oficiales posibilita da cuenta de áreas de

187
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

la ciudad que manifiestan importante subsidiaria: estos territorios sociales


actividad policial y judicial en torno a y morales de control policial ponían
estas actividades tenidas como contra- en evidencia, en la medida en que el
venciones. Es decir, hay persecu- análisis se orientaba hacia los “agencia-
ción y sanción pero también intenso mientos prácticos de la vida cotidiana”
despliegue de las que se supone activi- (Telles e Hirata; 2007:177), la amplia
dades perseguidas. Tal parece que allí porosidad de las fronteras entre lo legal
donde está la actividad está la inter- y lo ilegal, así como de aquellas entre
dicción, pero todo hace presumir que lo formal y lo informal. Hablar de
existen también otro tipo de regula- fronteras porosas o inciertas (Telles e
ciones toda vez que las actividades no Hirata, 2007; Telles, 2009) aún con los
se ven reducidas y tampoco se desarro- complejos desplazamientos de sentido
llan de manera oculta. Las preguntas que puede acarrear la inclusión de
que se imponen entonces son: ¿cuáles metáforas en el análisis socioantropo-
son los usos reales de la norma y la lógico, pone en cuestión la existencia
legalidad? ¿Cuáles son las formas de de una tajante división entre lo legal
administración y gestión o regula- y lo ilegal. Al mismo tiempo, pone de
ción policial real de estas actividades relieve la existencia de esos agencia-
que bien pueden ser tenidas por ilega- mientos prácticos que funcionan en
lismos? ¿Cómo indagar sobre los usos las tramas personales de la vida coti-
formales e informales de la legalidad? diana y que, muchas veces, son tejidas
¿Cómo dar cuenta de la existencia de en los intersticios de una circulación
esos territorios que aparecían en los mercantil donde se ligan actividades
mapas narrados de la ciudad y que nos y prácticas formales e informales, ora
daban pistas para pensar que no eran legales ora ilegales o (i)lícitas.
tan claros los límites entre la legalidad Sin embargo, la porosidad o lo incierto
y la ilegalidad? de esas fronteras no implica necesa-
Fue entonces que consideramos que riamente la existencia de una zona
la mejor estrategia para la indagación gris, si esta es considerada sinónimo
sobre estas cuestiones, de algún modo de una zona de indeterminación, sin
lo que podría llamarse la construcción regla alguna, de pura arbitrariedad
del campo, atendería la indagación y desregulación. Antes bien, la zona
de la vida social en esos territorios, gris que nos avinimos a postular
buscando dar cuenta de los particu- resulta de una intersección donde no
lares y locales modos en que legalidad, es posible trazar una división binaria
ilegalidad, ilegalismos, regulación, entre lo legal/ilegal, porque los poros
administración policial informal, y los puentes que ligan estos dos polos
se ligan dando lugar a territorios extremos dan espacio a una realidad,
morales y sociales que hacen al tejido entre ambos, que alcanza a crear una
urbano. Sólo así pondríamos en juego regulación propia donde la misma
el análisis del mundo de las normas legalidad es mercancía (Misse, 2007),
e instituciones. donde la amenaza y el acatamiento,
Explorar estas cuestiones durante la elusión y la resistencia exhiben
el curso de la investigación posibi- acentuados matices resultantes de las
litó también avanzar en la puesta en diferenciales posiciones de poder que
juego de una hipótesis de trabajo provienen de una mayor expertisse,

188
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

competencia y dominio territorial. siempre reactualizados, que suponen


Una realidad que, por más que se negociación también en torno a
encuentre moldeada por las manos de los niveles tolerables de extorsión
la agencia policial y sus formas arbi- (Telles, 2009; Freire, 2008).
trarias de ejercicio del poder, también Es claro que el “campo” de investiga-
contiene espacios de negociación ción no es sino una resultante de un
donde se alcanzan acuerdos, compro- problema de investigación. Es decir, el
misos y arreglos de los más variados. campo no está allí esperándonos para ser
Es decir, comenzamos a ocuparnos de investigado, no nos antecede ni precede.
describir y analizar las formas de inte- Resulta de una serie de problemas, inte-
racción, las modalidades y moralidades reses y asuntos definidos con mayor o
puestas en juego en ellas, los márgenes menor claridad, y junto con esto, de
de libertad posibles, las autonomías, una serie de desplazamientos del propio
pero también el mundo de regula- investigador que lo lleva a construir
ciones, jerarquías, violencia, discrecio- una trama de relaciones –de la que el
nalidad y arbitrariedad, donde talla y propio investigador es parte– y es esto
se expande el poder policial. en gran medida lo que va configurán-
Así, fuimos buscando dar cuenta de dose como el campo. En este caso, más
la existencia de espacios sociales en allá del conocimiento previo con que
los que si bien las normas instau-
radas (esto es, la ley, los decretos, los
códigos) circunscriben campos de
fuerza, es posible advertir un inmenso
espacio de prácticas, ardides y acciones
que exceden esas normativas. Inicia-
tivas que en ocasiones eluden la ley y
la formalidad, en otras lidian y nego-
cian con diversos grados de libertad
su alcance; en otras la contornean
haciendo de ello rodeos cotidianos,
y donde tienen lugar diversos tipos
de acuerdos y/o consensos inestables
y precarios. Eludiendo perspectivas
binarias en torno a la legalidad e ilega-
lidad, este encuadre nos posibilitó
analizar los tránsitos de los sujetos, sus
habilidades, en fin, los agenciamientos
prácticos en que pueden habitar esta
específica realidad. Los territorios
sociales y morales de control policial
así pensados no son vistos sino como
espacios sociales atravesados por rela-
ciones de violencia física y moral,
resultado de juegos entre tolerancias,
negociaciones difíciles, represión y
acuerdos relativamente inestables y

189
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

se contaba en torno a las modalidades judicial respecto de la intervención


de administración y gestión policial en policial. Pero simultáneamente a ello
materia contravencional, así como sobre desplegamos “derivas” y “situaciones
las dinámicas de la violencia, resultaba conversacionales”. Anduvimos por
necesario reconsiderar el espacio de la zonas de ferias, mercados, áreas de alta
ciudad, volver a mirarlo, identificar esos concentración de venta callejera, así
territorios, conocer a sus habitantes, como zonas de intenso mercadeo de
atravesar los mitos. oferta sexual callejera. Constitución,
Comenzamos entonces la investiga- Liniers, Retiro, Once, el Centro,
ción echando mano a varias estrategias los varios Flores (la zona de la plaza
de manera simultánea. Necesitábamos central y la estación, el sur del barrio).
definir un mapa de la ciudad, o mejor, Y, junto con esto, activamos contactos
varios mapas y para eso era nece- de nuestros anteriores y/o simultá-
sario identificar áreas, observarlas, neos campos de pesquisa, lo cual nos
describirlas, comenzar a generar posibilitó conocer personas dedicadas
contactos en ellas, compilar informa- a las actividades bajo indagación, a
ción pública y sistemática a partir del otras personas que, contando con un
registro de las agencias intervinientes importante conocimiento experiencial
(policía y justicia contravencional). de las zonas objeto de análisis, nos rela-
Y luego, superponer los mapas cons- taron y abrieron, a modo de baqueanos
truidos por medio de nuestra obser- o navegadores expertos en circular por
vación, los resultantes de los registros los distintos espacios, grupos y redes
de datos oficiales y los mapas narrados de relaciones. A través de esas obser-
desde la dimensión experiencial de vaciones y descripciones densas in situ
quienes vivían esos espacios. Así fue fuimos construyendo y compilando
como resolvimos poner en juego una un breve conjunto de relatos que
especie de zoom. De este modo, nos funcionaron como primeras sistemati-
dedicamos por una parte a recopilar zaciones de algunas de las cuestiones
datos generales, información macro que entendemos resultan centrales
por así decir, procurando para ello para la investigación. A esos relatos los
información cuantitativa en materia llamamos “historias mínimas”. Y lo
contravencional que diera cuenta de hicimos por varias razones.
la actividad policial registrada por el En primer lugar, porque al llamarlas
poder judicial de la Ciudad Autónoma así buscamos dejar en claro que se
de Buenos Aires, datos que comple- trata de breves historias que resultan
tamos con otros sociodemográficos de observaciones puntuales, de situa-
de la ciudad (zonas de mayor concen- ciones conversacionales, de derivas
tración de comercio formal, distribu- cual flâneur por la ciudad antes
ción de la población en el territorio que de un trabajo etnográfico en el
conforme niveles de ingresos, de sentido estricto del término. Más
educación y así). bien resultan de una “etnografía expe-
Esto nos posibilitó identificar sobre rimental”7 (Telles e Hirata, 2007).
el territorio de la ciudad áreas de En este sentido hemos procurado que
mayor concentración si no de las acti- cada historia, que cada relato, forme
vidades objeto de nuestro interés, de parte de un trabajo etnográfico que
la actividad registrada por la agencia sea capaz de dar cuenta de la urdimbre

190
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

de la vida urbana y de los múltiples pequeño del poder político”9.


desplazamientos entre la legalidad y Inspirados por esas dos vertientes
la ilegalidad. Estas historias, a modo de sentido, y buscando poner de
de escenas descriptivas, funcionan de relieve los distintos modos en que
algún modo como “puestos de obser- se organizan y definen esos espacios
vación” que permiten seguir a través de que llamamos territorios y que se
ellos, y tal como lo propone Telles, la sobreimprimen en el mapa social y
“constelación de procesos y prácticas, político de la ciudad incluimos en este
sus mediaciones y conexiones a través texto algunas de estas historias. Ellas
de las cuales las ilegalidades (nuevas y dan cuenta de las estrategias y ardides
viejas) van siendo urdidas en las tramas de que está plagada la vida cotidiana
urbanas” (Telles e Hirata, 2007:177). de estos personajes urbanos. Son
Junto con esto, cabe señalar también historias que procuran mostrar que
que la nominación de estas situaciones hay todo un mundo social –sistemas
como historias mínimas se encuentra de normas, jerarquías, violencias y
ligada a aquella expresión que usara autoridades, pero también, saberes
Foucault para hacer referencia al tipo soterrados, luchas y autonomías– que,
de poder que ejerce la policía, un como expresión de fuertes tensiones,
poder que es coextensivo, nos dice, a hace más o menos silenciosamente,
todo el cuerpo social, y lo es “no sólo según el ritmo de sus estallidos, a la
por los límites extremos que alcanza, vida urbana.
sino por la minucia de los detalles de
que se ocupa. El poder policíaco debe
actuar ‘sobre todo’: no es en absoluto, § Historia uno
sin embargo, la totalidad del Estado ni
del reino, como cuerpo visible e invi- Laura, desde niña –hace ya casi
sible del monarca; es el polvo de los treinta años– vive en el mismo
acontecimientos, de las acciones, de barrio. Conocerla fue para nosotros
las conductas, de las opiniones, ‘todo la primera entrada para comenzar a
lo que pasa’; el objeto de la policía son visibilizar un mapa social de uno de
esas ‘cosas de cada instante’, esas ‘cosas los barrios que nos interesaba conocer.
de nada’ (...). Con la policía se está en Su descripción del barrio resulta de su
lo indefinido de un control que trata conocimiento, construido a lo largo de
idealmente de llegar a lo más elemental, los años de vivir allí. Lo primero que
al fenómeno más pasajero del cuerpo llama la atención de su relato es la
social: ‘El ministerio de los magistrados presentación de un mosaico que resulta
y oficiales de policía es de los más de grupos que podrían llamarse seme-
importantes; los objetos que abarca son jantes pero que se encuentran fuerte-
en cierto modo indefinidos; no puede mente segregados. Así, lo que se conoce
percibírselos sino por un examen como “la prostitución” en verdad
sumamente detallado’; es lo infinita- está segmentada en diferentes áreas
mente pequeño del poder político”. del barrio y recibe distintos trata-
(Michel Foucault, 1976:216/217). mientos y establece diferentes tipos de
Así, las historias mínimas8 se enlazan relaciones con la policía, que por su
para nosotros con aquello que Foucault vez no es un único grupo, sino tiene
menciona como “lo infinitamente diferentes pertenencias (el servicio

191
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

de calle que la comisaría de la zona transas, están arregladas con la


asigna a ese espacio, la brigada poli- policía. Hay en el barrio también
cial, que no responde a la comisaría otros lugares cerrados donde, como
sino a la jefatura central, los policías en el resto de la ciudad, se venden
de consigna en la zona asignados por servicios sexuales fuera de la vista
la comisaría). del viandante, sólo conocidos por el
Veamos con detalle. Laura nos cuenta sabedor. Aquí se trata de lugares que
que un grupo de prostitutas de calle son espacio de encuentro y recreación
son las mujeres de nacionalidad de la comunidad boliviana y que en
dominicana, que en otra área están los altos de los locales tienen cuartos
las prostitutas de origen boliviano, y donde trabajan prostitutas de la
que en otra zona otro grupo de prosti- misma nacionalidad. Este lugar es
tutas que no se distingue por su perte- casi exclusivo de la colectividad, pero
nencia nacional sino por la edad: se Laura pudo entrar y pasar allí una

trata de señoras de “edad avanzada”. noche porque, como casi todos los
Y otro grupo, que se distingue por jóvenes de la zona, tuvo sus primeros
su género, que son las travestis, que trabajos en “Avellaneda”, un área
ocupan sólo por la noche la zona concentrada de comercio formal e
donde de día se disponen las pros- informal, donde se vende sobre todo
titutas bolivianas. Las travestis, de ropa y donde también se encuentran
acuerdo con el relato de Laura, son gran parte de los depósitos textiles y
las que venden la droga en el barrio, talleres de costura. Allí, trabajando
por eso, dice, son complicadas, son en un local que vendía ropa se hizo

192
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

amiga de un proveedor de ropa de ellos para explicar donde viven dicen


origen boliviano que la invitó, una “entre el cielo y el infierno”. Pocos
noche, a una fiesta en el local. son los jóvenes que circulan entre una
En la plaza donde esperan a sus y otra plaza, ya que generalmente
clientes las prostitutas que responden forman parte de distintos grupos
al grupo de señoras mayores, también enfrentados. Así, los del “corralito”
“para” un grupo de chicos (jóvenes y no se juntan con los de la plaza “P”,
adolescentes del barrio). Allí, a unos y ninguno de estos dos grupos se junta
y a otros, la brigada que patrulla la con los de la plaza “M”, que es en
zona les “permite parar”. Las señoras la que paran aquellos que se dedican
mayores pueden combinar con sus al “choreo”. Asimismo, dentro de la
clientes y llevarlos al hotel que está plaza “P”, por ejemplo hay distintos
enfrente de la plaza, que cuenta grupos de chicos que se definen en
con protección policial. Los jóvenes función de sus perfiles e intereses: los
pueden fumar, tomar y dedicarse al fisuras, los heavies, los de la murga,
menudeo de drogas sin salirse de los los de la hinchada del club de fútbol
límites de esa plaza a la que varios de ese barrio, aunque muchos de ellos
de los jóvenes por esa razón llaman pese a pertenecer a grupos distintos
“el corralito”: si se quedan ahí se conocen desde niños, incluso con
“está todo bien”, aunque si alguno los que “paran” en las otras plazas,
pretende ampliar sus límites, los poli- porque han ido a las mismas escuelas
cías los extorsionan reactualizando públicas o parroquiales de la zona.
sus funciones de control: les muestran Muchas de las prostitutas ejercen su
sus fotos y las fichas donde los tienen oficio en las calles de su barrio, es
registrados. Laura nos cuenta que decir, son también vecinas y desa-
más de una vez, siendo ella adoles- rrollan su actividad durante el
cente y caminando con su padre por horario diurno, después de llevar
la calle, a él le había llamado la aten- a sus hijos a la escuela, con lo cual
ción que los uniformados le dieran algunos policías, sabiendo eso, apro-
las buenas tardes llamándola por su vechan esas situaciones “domésticas”
nombre. ¿Una sutil reactualización para presionarlas sobre la actuali-
del control? Otra de las plazas, donde zación o puesta al día del pago del
también “para” un nutrido grupo de canon, amenazando revelar su oficio
jóvenes, está en cambio bajo el control frente a sus hijos o ante las madres
del servicio de calle de la comisaría y padres de los compañeros de sus
que se encuentra a cien metros del hijos. ¿Una extorsión por la vía de
lugar. Algunos de los jóvenes que la producción de vergüenza pública?
“paran” en esa plaza –donde también Laura nos cuenta que puede distin-
consumen drogas y tiene lugar la guirse claramente al personal de la
venta en pequeñas cantidades para el Brigada Policial, que se desplaza en
consumo generalmente in situ– viven autos particulares y vestido de civil,
en un hotel-inquilinato donde suelen y que cuando llega a la zona donde
vivir ocasionalmente algunos poli- las mujeres trabajan, descienden
cías. Como el hotel se encuentra en de sus autos, y van con ellas hacia
la zona de la cuadra que está entre un lugar apartado, donde ajustan
la comisaría y la iglesia, muchos de el pago acordado. Por su parte, los

193
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

policías designados como consigna la venta, siempre me ha gustado”.


con un puesto asignado en la calle La navidad pasada vendió fuegos arti-
tienen una relación amistosa con las ficiales en el barrio, en la puerta de su
mujeres que allí ofrecen sexo. Si algo casa (vive en Villa Soldati) eran las
puede decirse que tienen en común diez y media de la noche del 24 y yo
es que, por así decir, comparten el estaba en la puerta de casa vendiendo.
lugar de trabajo: la calle. Es ‘ropera’”, dice. El problema que
tiene es que su hija mayor, que estaría
dispuesta a ayudarla, está en Bolivia
§ Historia dos estudiando y con la menor, que está
en condiciones de ayudarla, se resiste,
Lidia es boliviana, tiene cuarenta a ella no le gusta.
años y vive en Buenos Aires hace dieci- Desde 1995 tiene un puesto en la feria
siete. Hasta hace poco tiempo traba- de Bonorino y Castañares. Compró
jaba como empleada doméstica por el espacio, un lugar de dos metros por
horas. Su marido trabaja en la cons- uno y medio (vacío, sin marcas, ni
trucción y está empleado de manera límites, ni servicios e instalaciones) a
formal. Lidia cuenta que su madre dos mil pesos. Luego, ella compró los
siempre trabajó en el mercado, allá parantes y las lonas para armar el
en Cochabamba, puesto. Cuando no va a vender ella a
Muchas de las prostitutas siempre vendiendo la feria se lo alquila a una señora que
ejercen su oficio en las calles comida. Es especia- le paga veinte pesos por domingo. Le
de su barrio, es decir, son lista en preparar pregunté como hizo para comprarlo
también vecinas y desarro- refresco de moco- y me cuenta: “es así, uno dice me
llan su actividad durante el chinchi. Ella desde gustaría poner un puesto, y otro dice,
horario diurno, después de chica trabajó en el hay un señor que vende, que tiene, o
llevar a sus hijos a la escuela, mercado ayudando que está saliendo, o hay una señora que
con lo cual algunos policías, a su madre. quiere vender uno, así uno se entera”.
sabiendo eso, aprovechan esas En estos últimos Ella se lo compró a un señor que
situaciones “domésticas” para años la mayor estaba desde el principio, y me cuenta
presionarlas sobre la actuali- parte del tiempo que otra señora compró años después
zación o puesta al día del pago la ha dedicado un puesto, más grande, como de tres
del canon, amenazando revelar al cuidado de sus metros de frente a seis mil pesos. Allí ha
su oficio frente a sus hijos o hijos más pequeños sabido vender ropa que compraba en
ante las madres y padres de los y al trabajo domés- “La Salada” 10 y alguna otra ropa que
compañeros de sus hijos. tico pero aún así le compraba a su cuñada que tiene un
no ha abandonado negocio de venta por mayor y menor
su puesto de venta de ropa en la “feria en el barrio de once, en la Ciudad de
boliviana” de Bonorino y Castañares, Buenos Aires que se provee de merca-
en la zona sudoeste de la ciudad. dería en el mismo lugar. Lidia cuenta
Cuenta que aunque su marido se que está yendo poco a la feria porque le
queja y le dice que deje la venta (él quedan pocas cosas, tiene mercadería
debe acompañarla cada fin de semana pero discontinua. Los días que arma el
para armar con parantes de metal y puesto lo divide y en la parte de atrás,
lonas su puesto de venta), ella responde: con el frente hacia la otra pasarela se
“pero yo no puedo, a mí me gusta instala su madre, que es famosa en la

194
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

feria por la calidad de sus refrescos. nunca, tienen ya que la compra de


Lidia cuenta que también ha tenido los productos se realiza de manera
un puesto en otra feria, la de Soldati, informal, tan informal como fabrica-
donde su cuñado es el segundo de la ción de esos productos). Entonces los
“jefa” de esa feria. Según nos cuenta amenazan con secuestrarles la merca-
ella “la jefa” de la feria debería poner dería, cosa que no sabe que alguna
toda la plata que recauda en el barrio, vez haya ocurrido, porque en verdad
pero no lo hace. Y lo sabe porque sabe esa es la forma en que habitualmente
bien lo que hace su cuñado, Robert comienza la negociación: “ellos lo
Rego. Él es el cobrador, y cobra diez que quieren es platita”. Cuenta que
pesos por día a cada puestero. “Robert ella una vez ofreció veinte pesos,
es también quien le paga a la Brigada “pero el policía me dijo, ¡es que somos
policial, lo sé porque él siempre me dos!, como que eso no les alcanzaba.”
dice: ¡es que hay que juntar para darle Y acabó dándoles más dinero: “ahí
a la brigada! Pasa que él anda con tuve que darles cincuenta.” Pero
argentinos, y habla en argentino... A Lidia cuenta también que en otra
mí lo que me da bronca es que él se ocasión en que la policía se les acercó
olvida como eran las cosas antes, el sí cuando estaban llegando a la feria
que ha hecho plata! Ha hecho plata, y le pidieron ver las boletas de la
tiene tres autos (a uno lo usa para ropa que llevaba, ella les dijo: “no
trabajar, porque es fletero). ¡Como él tengo las boletas porque a la ropa
es el que cobra, anda con los billetes nueva la compré el año pasado”
así!” indica dibujando una montaña pero antes de seguir conversando se
en el aire. “¡Y no se pierde un sábado! le ocurrió decir pero mi cuñado es
[que es el día de recaudar]. Su mujer Robert Rego, ustedes le conocen, ¿no?
es peluquera, tiene un puesto ahí en En esa oportunidad la dejaron ir sin
la feria. A ella no le cobra, pero a vos “sacarle” nada. El nombre de Robert
aunque no hayas vendido te cobra.” sirvió de salvoconducto.
Dentro de esas ferias, dice Lidia,
no hay policías. En la de Soldati,
no es necesario, su cuñado recauda § Historias tres y cuatro
para la Brigada. En la de Bonorino,
en cambio, la policía opera modo Conocimos a Baakir, un joven sene-
“depredador”; está apostada en las galés de 25 años que se gana la vida
inmediaciones y cuando los puesteros vendiendo bijouterie en el barrio
están llegando, en la mañana bien de Constitución, en una situación
temprano, a eso de las siete, siete y algo extraordinaria. Junto a otros
media ya se los puede ver por ahí. dos vendedores del mismo origen
Y cuenta que a veces van llegando nacional, presentó una denuncia
con el auto (el marido la lleva antes a la Policía Federal por maltrato y
de ir a trabajar) y ven el patru- hostigamiento basados en prejuicios
llero, lo esquivan, doblan, agarran racistas, xenófobos y discriminato-
otra calle y ahí aparece otro auto rios en una Audiencia Pública ante
policial o policías de a pie. Y ahí, el Tribunal Superior de Justicia de
siempre, según su relato, comienza el la Ciudad de Buenos Aires11. La
asunto: que muestren la boletas (que audiencia había sido conseguida

195
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

merced a las gestiones e impulso de mentación precaria y por esta razón


un grupo de abogados activistas en los aprehenden, más de una vez
Derechos Humanos. Ésta era para llevándolos a la sede policial –y no a
Baakir, así como para sus dos compa- la fiscalía, tal como indica el procedi-
ñeros, la primera ocasión en que miento– donde son demorados hasta
podían exponer in extenso las situa- tanto consigan identificarlos, proce-
ciones vividas a diario. Allí pudo diendo también al secuestro de su
contar –asistido por un traductor mercadería.
oficial, ya que apenas habla español Como resultado de la Audiencia
y su lengua materna es el wolof– que Pública, los “peticionantes” consi-
todos los días viene la policía, mien- guen que se dé lugar a un recurso
tras ellos intentan vender en la vía de apelación en la Cámara de la
pública. La policía dice que el fiscal Justicia Contravencional a raíz de
los manda. “Nos molestan y no nos uno de los casos denunciados, con
dejan trabajar. Se llevan la merca- sentencia condenatoria en primera
dería. A los blancos no se la sacan. instancia. Allí, Baakir volverá a
Estamos muy cansados y somos muy contar que a raíz de las constantes
molestados”, dice. persecuciones y del hostigamiento
Baakir y sus compañeros relataron policial sufrido a diario había conse-
cómo, diariamente, son perseguidos, guido que el carnicero del barrio lo
hostigados y humillados por funcio- dejara instalarse con sus objetos de
narios policiales. Y cuenta que a venta dentro de su local (es decir,
uno de ellos la policía le rompió evitando ocupar la vía pública), pero
frente a sus ojos sus papeles de docu- que, aún así, hasta allí llegaron los
mentación precaria12, No los dejan funcionarios policiales que, prove-
trabajar, les quitan la mercadería, yendo sus propios testigos del procedi-
los insultan, les reclaman mercadería miento (unos conocidos de la policía
para sí como condición para permi- que trabajan como “tarjeteros”,
tirles seguir trabajando, o les exigen es decir, haciendo promoción del
una coima para ello; incluso, en burdel de la zona), lo aprehen-
ocasiones ni siquiera aceptan coimas dieron y secuestraron su mercadería.
a cambio de dejarlos trabajar. Final- Fue en el tiempo que hubo entre la
mente, las situaciones descritas suelen Audiencia y la Apelación que Baakir
acabar con un “no te quiero ver más sufrió un particular incidente. Así
por acá”. Hablando a través de un lo informaba la organización del
traductor, en medio de sus relatos en grupo de abogados que lo patrocinó:
wolof pueden distinguirse en perfecto “A pocos días de la audiencia, en el
español las palabras “comisaría mismo lugar, Constitución, y por
dieciséis”, “policía”, “fiscalía”, “negro funcionarios policiales de la misma
de mierda”, y “no queremos ver un comisaría, un vendedor ambulante
negro en Constitución”. Cuentan senegalés fue baleado en una confusa
también que incluso procediendo al situación. Lo que ha podido saberse
labrado de actas, tal cual indican las hasta ahora es, según lo que informa
normas, los funcionarios policiales el organismo que patrocina a los
no aceptan como suficiente para la senegaleses, de acuerdo a lo que han
acreditación de identidad su docu- informado por la vía de un comuni-

196
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

cado de prensa, es que «Frente a un que habría sido el mismo personal


bar de Constitución, en Av. Garay y del bar quien le pidió, a quien resul-
Lima oeste, un policía de civil, iden- taría un policía, que abandonara el
tificado como personal de la policía lugar. Los hechos quedaron radicados
federal, cuerpo de Alarma, disparó su como “Disparo de arma de fuego
Bersa 9mm. reglamentaria contra un con lesiones” en la comisaría 16 de
vendedor ambulante Senegales que la Policía Federal”». (Gacetilla de
pasaba por allí ofreciendo bijouterie información de COPADI, colectivo
en un maletín. El vendedor, al que por la diversidad).
no identificamos para su seguridad, Tal vez a raíz de la violencia
caminaba por la vereda cuando vio del episodio vivido es que en la
que dos hombres discutían en la Apelación, casi hacia el final, Baakir
puerta de un bar. Ante los gritos se y sus compañeros se ocuparon de
detuvo. Al verlo, uno de los hombres explicitar de manera enfática y
le gritó “que mirás negro de mierda”, reiterada: “No queremos pelear con
y se le tiró encima. Comenzó a nadie ni hacer una cosa contraria
golpearlo furiosamente con sus puños a nadie,queremos que todo termine
y le pegó en la cabeza con su arma hoy y acá. Queremos aceptar la deci-
reglamentaria. Luego le gritó “Negro sión de ustedes, no queremos pelear
de mierda, andate a tu país”, apuntó con la policía, queremos que todo
al pecho y disparó. Milagrosamente el termine hoy acá”. Como Baakir nos
vendedor se movió y el disparo rozó su contó, siguieron temiendo represalias
pierna derecha, dejando un agujero e intimidaciones “como si los poli-
en su pantalón.  Había allí unas cías pensaran: ¡ah! están yendo a la
30 personas, varias de ellas personal justicia, ya verán!”. Sin embargo,
de diversas fuerzas de seguridad. Ante el modesto alcance mediático de los
la denuncia efectuada por un testigo acontecimientos produjo algunos
concurrió personal uniformado de la efectos inesperados. Y aunque Baakir
Comisaría 16, quienes detuvieron a nos contó que piensa irse a Brasil ya
tres hombres que fueron trasladados que allí hay un programa de radi-
a esa Comisaría. Allí se identificó cación más favorable y la cuestión
al autor de la tentativa de homi- racial es menos “dura”, lo cierto es
cidio como personal policial perte- que con posterioridad a la Apelación,
neciente al cuerpo de Alarma de la cuando los policías de Constitución
PFA, quien quedó detenido a cargo ven a alguno de los ciudadanos sene-
de la Jueza Iermini, del Juzgado de galeses que presentaron la demanda
Instrucción Nro. 48 de la Justicia advierten a sus colegas no infor-
Penal nacional. También se secuestró mados: “¡Cuidado con ese porque vas
su arma y el casquete de la bala dispa- a salir en los diarios!”.
rada. En el bar se encontraba otro Conocer a Baakir en esa situación
vendedor senegalés, quien minutos fuera de lo común nos posibilitó
antes había sido hostigado por el acceder al circuito de ciudadanos
mismo hombre que efectuó el disparo africanos residentes en argentina,
cuando se acercó a su mesa: “Negro, muchos de ellos peticionantes de
regalame un reloj”, le gritaba mien- refugio y otros –los menos– que ya
tras tironeaba de su maletín. Tanto refugiados desarrollan tareas de asis-

197
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

tencia, auxilio y asesoramiento a ocho relojes”. El hombre no acreditó


migrantes del continente africano. en los dichos de los policías y volvió
Así fue como durante la Audiencia a insistir, “déjenme hablar con
y la Apelación establecimos contacto él”. Conversando consiguió que el
con César –ciudadano congoleño que hombre abriera el maletín “¿Ven? ¡no
reside en Argentina hace ya varios hay nada!”. “¿Y dónde tiene el docu-
años y que cuenta con status de refu- mento?”, dijeron los policías. “Debe
giado– quien nos relató un episodio tener la precaria”, dijo él. “Bueno,
ocurrido en la estación de ferroca- ¿y dónde está su precaria?”. “‘Acá
rril de Constitución. Cuenta que está’, dije. Y listo. Nos fuimos” relató
él estaba en la estación cuando vio César. Cuando se estaban yendo el
a un hombre negro, que luego supo senegalés le contó que el problema fue
que era ciudadano senegalés, acorra- que los cuatro policías querían que él
lado por cuatro policías. El hombre les diera dos relojes a cada uno, “yo
sostenía con fuerza su maletín contra les dije no, hoy no, mañana. ¿Ven
el pecho. César se acercó para ver que tengo poca mercadería? Hoy
qué estaba ocurriendo “¿Qué está vendo, compro mañana, y les doy.
pasando acá?” preguntó a los policías. Y ellos insistían, hoy, mañana no.
“Sospechamos que tiene droga en el Y él decía hoy no, mañana. Y es ahí
maletín”, le dijeron los policías. “¿Por donde empezó el problema”.
qué sospechan de él y no de cualquier
otro que va con un maletín? ¿Por qué
solamente le pidieron a él que abra el § Historia cinco
maletín, hay otra persona que pasa
ahí con un maletín igual que este, por La calle Florida, una calle peatonal
qué no le dicen a todos que los abran? del centro de la Ciudad de Aires, fue
¿Por qué sólo sospechan de él, acaso objeto entre la primavera de 2011
no ven que se trata acá de un trato y el verano de 2012 de un intenso
diferencial?”, les espetó. “¿Quién sos y sostenido operativo de desalojo de
vos?” le preguntaron los policías. “Acá vendedores callejeros con inusitados
no importa quien soy yo, dijo César, niveles de violencia física, muchos de
importa el caso que estamos tratando. los cuales derivaron no sólo en causas
Pero igual para demostrarle que no contravencionales sino también
tiene nada de raro ahí adentro voy a penales. Junto con ello se sostuvo una
tratar de convencerlo para que abra intensa campaña de desprestigio y
el maletín”, y agregó, “quizás ustedes “criminalización” de los vendedores,
no entienden, pero tal vez acaba de y a la vez fue uno de los escenarios
llegar, tal vez no entiende el idioma, más visibles de los operativos masivos
no entiende la idiosincracia, los ve a con despliegue de la relativamente
ustedes de uniforme, tiene el maletín nueva fuerza policial de la Ciudad
contra su pecho ¿qué implica eso? –la Policía Metropolitana– junto a
¡Está asustado! Déjenme intentar”, un cuerpo civil con poder de policía,
dijo. Los policías lo llevaron aparte el cuerpo de inspectores de Espacio
y le dijeron, “¿Sabés por qué sospe- Público del Gobierno de la Ciudad
chamos que tiene droga? Porque ni de Buenos Aires. La escalada de
bien nos vio nos ofreció treinta pesos y operativos de control y consecuente-

198
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

mente de resistencias más o menos paisanos, la mayoría viene del campo,


organizadas y de creciente visibi- y viven en casas tomadas. Y si estas
lidad pública de los vendedores allí personas se quejan de algo o quieren
nucleados acabaron, finalmente, abrirse empiezan los problemas,
con el desalojo de los vendedores de porque ahí los que tienen el control,
esa zona. Escapa al alcance de este los capitalistas digamos, les retienen el
artículo detenernos aquí en el relato y documento, y ellos no tienen ni otro
análisis pormenorizado de los aconte- lugar donde ir a vivir ni otro modo de
cimientos que finalmente llevaron al vivir. Bueno, y esos tipos son los que
desalojo de los vendedores de la calle pagan, arreglan y pagan, les dicen que
Florida (un proceso muy complejo empiecen a las
que supone la articulación de razones seis y empiezan En estas historias también se
de diverso orden); pero sí nos interesa a las seis. Y hace evidente la existencia de
relatar lo que nos contaron algunos ahí es uno de diversos modos de habitar y
de los vendedores que allí se ganaban los sindicatos actuar en esos espacios sociales
la vida antes de que pasara lo que de venta en la que, aunque signados por la
pasó. Es decir, buscamos exponer lo vía pública y informalidad de sus activi-
que nos relataron acerca de cómo la policía los dades, no están exentos de
eran las cosas antes de la estrategia que cobran”. normas que los organizan y
de intervención del Gobierno de la Es decir, nos regulan, de jerarquías y auto-
Ciudad, que munida de la Policía cuentan que el ridades, de modos lícitos e
Metropolitana y del cuerpo de inspec- argumento de ilícitos de desempeñarse. Y es
tores, optara por la violencia directa las “mafias” es evidente también en algunas
y sin mediaciones puesta en juego un argumento de estas historias, la fuerza de
para el desalojo. para despresti- unos valores y una moralidad
Osvaldo y Justo, dos vendedores que giar y justificar dominante, por veces soste-
devinieron referentes de ese movi- el desalojo, pero nida en la violencia o bien,
miento de vendedores que, durante j u s t a m e n t e y esto resulta especialmente
más de un mes, resistieron los opera- esos son los interesante, en la amenaza de
tivos policiales ostensivos cuentan que en verdad violencia que funciona como
que antes de que pasara lo que pasó no encuen- razón y valor último.
en la calle Florida lo que había era tran difi-
una diferencia entre “los pequeños” cultades con la policía.
y “los grandes”. “Sobre algunos vale Justo cuenta que cada cuadra tenía
decir que más que mafias se trata de un “arreglo” diferente con la policía y
unos tipos que son unos ‘vivos’”. Se también destaca que la Policía Federal
trata de unos tipos que tienen capital manejaba las cosas de modo tal que
y compran grandes cantidades, yo el lugar desbordó. “En otras cuadras
no te digo que los he visto llegar con de Florida, no en la nuestra, era un
camiones como dicen, pero los he visto arreglo que tenían con el Gobierno
con mucha mercadería y se la dan a de la Ciudad, donde el Gobierno les
distintas personas para que trabajen permitía trabajar a partir de las seis
en varios paños, personas que trabajan de la tarde. Y estas personas sí que
por un jornal independientemente eran un desastre, armaban paños
de la venta que hagan. Muchos son gigantes con mercadería de todo tipo
peruanos o ecuatorianos que traen a sus (normalmente ropa) y nadie les decía

199
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

nada. Otra cuadra de Florida tenía movía muchísima gente... ¡Florida,


otra forma de trabajar, estaba copado imaginate! En Florida y Lavalle
de artesanos únicamente, y artistas y pasan un 1.700.000 personas por
músicos y bueno... esos tenían otros día, todos los días”. Ello llevó a
arreglos, más porque siendo artesanos que varios vendedores se fueran
están menos jodidos con la ley, ¿viste? instalando allí, pero –al menos en
Cada cuadra de Florida era muy la cuadra bajo su dominio– los
particular y tenía sus propios arre- vendedores consiguieron establecer
glos, digamos. Pero había muchos ciertas reglas: regular la cantidad de
lugares de Florida controlados por mercadería expuesta, estar dispuestos
las dos comisarías de la zona. Y era a aceptar nuevos vendedores en la
en esos lugares donde pasaba esto medida que cumplieran con las
del desborde de mercadería”. Según condiciones de “ubicarse” y “no exce-
su lectura, el desborde del lugar fue derse” en las cantidades. Así, cuenta
resultado de la política “extractiva” que ellos en Florida, en la cuadra en
de la policía: “de la Policía Federal la que estaban, compartían el espacio
me consta. La Policía Federal de por igual entre los que hacían reventa
la comisaría más cercana a donde y los artesanos o manualistas. Pero
estaba yo, esa comisaría cobraba tenían sus reglas: “Hay dos formas
regularmente, ¡y cómo! Era increíble de trabajar en la vía pública: una es
la impunidad con la que iban al paño trabajar como medio de subsistencia
que vendía, un ejemplo, medias Nike en un pequeño lugar y otra cosa es
y cuando llegaba decía ‘che, tenés hacer un shopping ambulante ¿no?
que levantar’, ‘no, pero ya le pague Poner un paño gigante, llenarlo de
a fulano’, ¡Ah! ¡Bueno! Y se iba, no mercadería hasta el tope y de repente
había más historia. La policía, al tenés el mismo volumen de merca-
menos así es con la Federal, normal- dería que un negocio. Eso está prohi-
mente viene y te dice que te levantes bido por la ley. Entonces nosotros
y cuando se vaya, aguantá media estamos en contra de eso. Vamos en
hora y ponete de vuelta. Si vos ya contra de esa persona. Pero no vamos
arreglaste te dice así, posta, en serio: a decirle ‘andate’. Vamos a decirle:
‘Levantá media hora y después ponete loco ponete en tu lugar. Achicá eso.
de vuelta’. Vos lo hacés, se va, pones Poné esto y se terminó la historia.
de vuelta... ya está, todo bien”. Lo que entendemos nosotros no es
Florida se trataba de un lugar, como simplemente que esta persona ocupe
Justo relata, privilegiado para la mucho lugar sino que esta persona
venta: mucha circulación de personas, que ocupa mucho lugar le quita el
muchos de ellos turistas, y sin grandes lugar de trabajo por lo menos a dos
operativos policiales ostensivos. Había personas más, ¿no? Somos veinte
distintas formas de arreglar, cada uno mil trabajadores en la vía pública
tenía su modalidad. “Florida era un nosotros en Buenos Aires. Entonces,
lugar de privilegio. Donde la gente hay poco lugar físico que se pueda
empezó a ir de a poquito al ver que trabajar y que no te molesten”. Fue
no había un proceder de la policía, su sistema de regulación, tal como
quiero decir no había operativos de lo cuenta Justo, lo que les permitió
los inspectores y estaba todo bien. Se enfrentarse a la policía. Así, con el

200
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

tiempo, en la cuadra que él y sus no tenés ningún problema. Tienen


compañeros vendían, consiguieron que arreglar otra cuestión más, es eso.
dejar de pagar a la policía. “Noso- Tiene que acercarse a la comisaría y
tros lo que entendíamos era que si la pasar el sobre. Que era 150 pesos
ley nos permitía trabajar en la vía por semana aproximadamente. Es
publica no tenía nadie por qué venir lo que pagaba un muchacho que
a cobrarnos o simplemente a decirnos vendía medias ahí cerca mío. Y otro
que no podemos. Entonces, nosotros, muchacho que vendía anteojos tipo
cada vez que había un hecho así Ray Ban pagaba aproximadamente
que los policías venían, todos juntos 400 pesos por semana. Por eso noso-
íbamos y no y no y tomátelas, no tros nos organizamos y empezamos
hay historia. Nosotros lo que cuidá- a formar un grupo que se llama
bamos era el lugar de trabajo para Vendedores Libres. Nos pusimos
todos. Sin distinguir nacionalidad, ese nombre únicamente porque nos
religión, color... Porque en nuestra sentíamos libres, que no teníamos que
cuadra de Florida había desde domi- pagarle a nadie y le pusimos Fran-
nicanos, colombianos, peruanos, cisco Jofre porque era un muchacho
chilenos, bueno, argentinos también, que trabajaba en Florida al 500 en
había brasileños, de todo lo que se te silla de ruedas, siempre se peleó con la
ocurra. Lo que cuidábamos también policía, siempre... pensá en un disca-
era la reventa. Si bien había reventa, pacitado que necesitaba trabajar y
estaba en pocas cantidades. En un no lo dejaban y siempre se peleó con
paño de juguetes, por ejemplo, tenía la policía...”.
que haber pocos juguetes. Porque De acuerdo a lo que relata Justo,
nosotros entendíamos que si bien el desborde de la situación por la
podíamos hacerlo, no había que exce- propia modalidad de gestión policial,
derse porque iba a pasar lo que de sumado a la presión de los comer-
hecho pasó. Muchas veces pasaba que ciantes notables de esa calle asociados
una persona faltaba y si nosotros no con una Cámara Comercial, junto
ocupábamos el lugar, porque noso- con la necesidad del Gobierno de la
tros teníamos un paño, lo dejábamos Ciudad de generar una intervención
vacío, lo dejábamos como pasillo, visible y una “acción ejemplar” sobre
¿viste? Porque había lugares para la venta en la vía pública, a lo que
pasar, ¿no? Y ese lugar que estaba podría sumarse la “inauguración
desocupado lo dejábamos. Y capaz pública” de la Policía Metropoli-
que venía una persona que necesitaba tana en acciones masivas y ostensivas,
trabajar y tiraba paño y no había alteró por completo las modalidades
drama. Ponele que a veces venía una habituales de regulación habitual de
persona con medias, ¿no? y tiraba la zona. El relato de Justo revela la
medias Nike. Y enseguida venía la encrucijada: una fuerza policial con
Federal y muchas veces lo levantaba arreglos históricos pero que dejó crecer
porque no lo conocía. El tema es que el desmadre del área debido a una
los que venden marcas tienen mas actitud “codiciosa” sobre su fuente
problemas y al mismo tiempo menos de ingresos que se vio desplazada por
problemas con la policía. Si no les una nueva fuerza puesta al servicio
pagas tenés más problemas, si les pagas de generar una acción masiva que

201
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

rindiera otros frutos. Así la moda- te caían 10 personas arriba del paño
lidad policial (y la propia agencia y por atrás salía uno con la bolsa
policial interviniente) cambió. Ya no corriendo. Una cosa de locos. Obvia-
hubo posibilidad de acuerdo, arreglo, mente estaban buscando la violencia.
negociación y ni siquiera aplicación Van como inspectores con el chaleco,
de la ley (ni siquiera qua maniobra todo, pero jamás muestran la identi-
extorsiva para regular la ilegalidad) ficación. Jamás. El 21 de septiembre
sino violencia. Así lo cuenta Justo: pasado, del 2011, hubo un enfren-
“Cuando viene la Metropolitana con tamiento Los inspectores sin más,
los inspectores ya es otra cosa, vienen vinieron, trataron de avanzar contra
directo al choque: ni actas ni plata, la calle, contra los vendedores. A mí
directamente venían a la violencia. me pegaron, le pegaron a tres compa-
Nosotros tuvimos unos encontronazos ñeros más, a una mujer. Hubo una
bastante importantes con los inspec- batahola bastante importante donde
tores de la Ciudad de Buenos Aires. intervino la Policía Federal para
¿De qué manera vienen a Florida terminar el conflicto. El resultado de
estas personas? Vienen sin respetar esto fue: tres compañeros nuestros lasti-
su propio proceder. Porque si vos sos mados, golpeados, yo uno de ellos, y
inspector de la Ciudad de Buenos Aires un inspector con la cabeza lastimada.
tenés que hacer lo siguiente: vos llegas El inspector fue el que tiró la primera
al lugar, obviamente debidamente piña, el que generó el conflicto”.
identificado con tu chaleco y con tu Justo y Osvaldo cuentan que desde
identificación en la mano. Llegas al los episodios que culminaron con
lugar, te identificás. Vos pedís, en el el desalojo de la venta en la calle
caso de que no se pueda vender lo que Florida muchos de ellos andan
estás vendiendo que se retire ese paño, “a salto de mata”, buscando lugares
esas cosas de ahí. Entonces vos lo que donde instalarse para vender.
tenés que hacer es una planilla donde Algunos incluso al día de hoy no
con nombre y apellido de la persona, están trabajando. Otros se despla-
pupupu, tal fecha, vos le pedís. Se zaron hacia “nuevos” lugares: la
lo entregás y la persona se va. En la calle Avellaneda “donde tienen que
negativa vos tenés que proceder al pagar a la policía y además eso no
secuestro de la mercadería, ¿no? Esa les garantiza que cuando la policía
hoja donde anotás lo secuestrado se viene ‘en redada’ no tengan que
la entregás a la persona porque eso es salir corriendo aún cuando hayan
un comprobante y tu comprobante de pagado la coima” [el arreglo más
que vos, inspector, pediste que se retire inestable de los arreglos]; la Avenida
toda la mercadería. Entonces anotás Independencia, en San Telmo
lo que vas a incautar, subís las cosas “donde la policía ya está llegando”,
a la bolsa, le entregas el papel donde la Avenida de Mayo, el barrio de
esta persona, pagando una multa Once; Corrientes y Diagonal Norte.
puede ir a retirar su mercadería y te Esta situación obviamente ha afec-
vas. Sencillo. Eso no se hace, jamás. tado de manera sustancial las econo-
Estas personas se robaban las merca- mías de todos.
derías, venían corriendo, agarraban
todo y se iban corriendo. Veías que

202
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

3. violencia física y/o moral, poniendo


en juego como objeto de la negocia-
Estas “historias mínimas”, a modo de ción (y como castigo si no se aviene al
viñetas, nos ofrecen la posibilidad de acuerdo) la aplicación de la ley.
asomarnos a esos otros mundos que Así, los “arreglos” suponen coacción
están en este y así también atravesar esas y a veces la amenaza de la fuerza, es
mitologías e imaginarios urbanos. Es decir extorsiones y/o variadas formas
decir, efectivamente es posible constatar de violencia moral o intimidaciones
que se trata de territorios que, encla- que buscan la construcción (más o
vados en medio del tejido urbano de la menos estable, más o menos precaria)
Ciudad, son “territorio de la cana” como de algún tipo de acuerdo, ya informal,
se postula; pero podemos saber también ya (i)lícito, pero combinado entre las
a partir de lo que cuentan sus habitantes partes –aunque se asuma sus diferen-
–y de lo que experimentamos acompa- ciales cuotas de poder, y por tanto
ñando a quienes nos los narran, quienes la coacción que él implica–, donde
más de una vez han desempeñado para lo que se negocia es el “permiso” o la
nosotros el papel de baqueanos o nave- habilitación que de facto regulan los
gantes expertos– que no se trata de espa- funcionarios policiales con control en
cios sin ley, ni orden ni concierto. la zona, habilitación informal donde
Por el contrario, hay orden, hay usos finalmente lo que en gran medida se
particulares y las más de las veces negocia es la no aplicación o bien la
ilícitos y extorsivos de la legalidad. elusión de la ley13. Es a través de esta
Y sí, están “arreglados”. Pero esos modalidad que no sólo ciertos grupos
“arreglos” construidos con varia- sociales, sino una importante cantidad
bles grados (y muy limitados) de de conductas –algunas de ellas tipifi-
autonomía y libertad, implican una cadas como contravenciones, y muchas
compleja trama de relaciones y una otras, antes que ilegales, informales y/o
serie de normas de comportamiento, reñidas con cierto orden moral– son
y suponen espacios donde la legalidad objeto de control y administración
la mayor parte de las veces es usada policial. Una modalidad que se sostiene
como elemento de una amenaza a través de prácticas que son empleadas
extorsiva. Es la policía (aún mayor- a diario con el fin –se dice– de cumplir
mente en la Ciudad de Buenos Aires, con las tareas de prevención policial, y
la Policía Federal) quien administra que teniendo sus propias lógicas y diná-
a estos grupos sociales, aunque no es micas de control y vigilancia dan lugar
la mayor parte de las veces por la vía a diversas formas de obediencia, sumi-
del imperio de la ley (labrándoles actas sión, acción, negociación y resistencia
aduciendo la comisión de una falta o individual o colectiva por parte de
una contravención), sino poniendo quienes son objeto de control policial.
en juego esa particular ética policial Estas “historias mínimas” ilustran a
que mencionábamos al inicio de este grandes trazos, experiencias más o menos
texto. Aquella que fuerza para llegar fallidas, dan cuenta de saberes cons-
a ciertos “arreglos” –como el precio truidos y acumulados; muestran modos
para trabajar sin ser “molestado”– de saber hacer tanto como de poder o no
y que funcionan en la mayor parte poder lidiar; de resolver o de impugnar.
de las ocasiones, bajo amenaza de Estas situaciones ilustran asimismo sobre

203
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

diversos modos de habitar los espacios, funciona como razón y valor último.
sobre la segmentación de los lugares que Espacios sociales que a su vez no son
se construyen como espacios diferen- un todo homogéneo e indiferenciado,
ciados, y sobre los modos de control y como puede verse en la historia de
administración que son también diversos. Laura o en la de Justo y Osvaldo, sino
En todos los relatos aparece como un altamente segmentados de acuerdo a
actor con centralidad la agencia policial. “zonas” o “áreas” tanto como a cate-
Sin embargo, en algunos de ellos aparece gorías jerarquizadas de sujetos. En las
además la distinción entre diferentes historias de Lidia y Baakir, en las que
grupos de funcionarios policiales que ya se hacen visibles diferentes modos
responden a distintas dependencias de de intervención de la agencia poli-
la fuerza y que parecen operar con auto- cial, aparecen formas variadas de saber
nomía y también, por qué no, dando hacer, tanto como de poder o no poder
cuenta de cierta división del trabajo. Se lidiar; de resolver o de resistir o bien de
trata, en fin, de diversas situaciones expe- rechazar e impugnar activamente a los
rimentadas en el decurso de los agen- mismos. Incluso, como se desprende
ciamientos prácticos y localizados de del relato de Lidia, la policía –al menos
distintos sujetos. En todas estas experien- en las situaciones que ella relata– no
cias –que exponen diversas modalidades actúa sola; el papel de su cuñado es
de intervención de la agencia policial evidencia de ello. De hecho, de las expe-
así como diferentes tipos de acciones y riencias de Lidia en dos ferias distintas
prácticas (unas elusivas, otras de mayores se desprenden dos modos diferentes de
niveles de confrontación), y que denotan intervención policial: uno, que implica
distintos grados de autonomía, diferen- un nivel de organización y centraliza-
ciales niveles de libertad y riesgo– pueden ción más “aceitado”, donde un perso-
vislumbrarse estrategias en las que se naje como Robert, su cuñado, es quien
funda la actividad para la subsistencia y recauda dinero en nombre de una “jefa”
que nos muestran algunas de las formas barrial para entregar a la brigada poli-
que asumen las prácticas económicas de cial; y otro, donde la presencia policial
un mercado informal, y que, por informal se encuentra en las afueras de la feria y
se encuentra también en los bordes de la donde la exacción resulta de un relativo
legalidad o bien en la ilegalidad. acuerdo ante la evidencia de la impo-
En estas historias también se hace sibilidad de acreditar la procedencia
evidente la existencia de diversos legal de la mercadería que se venderá.
modos de habitar y actuar en esos espa- Sin embargo, resulta bien interesante
cios sociales que, aunque signados por observar la estrategia a la que acude
la informalidad de sus actividades, no Lidia en la segunda ocasión que se
están exentos de normas que los orga- encuentra en una situación semejante:
nizan y regulan, de jerarquías y auto- menciona a su cuñado quien ella sabe,
ridades, de modos lícitos e ilícitos de tiene contacto con la policía, y la sola
desempeñarse. Y es evidente también mención de su nombre funciona de
en algunas de estas historias, la fuerza salvoconducto. Muy distinto parece
de unos valores y una moralidad domi- ser el caso del ciudadano senegalés que
nante, por veces sostenida en la violencia relata César: “acorralado” por policías
o bien, y esto resulta especialmente inte- que le reclamaban mercadería y sin red
resante, en la amenaza de violencia que de relaciones alguna buscaba establecer

204
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

algún tipo de negociación para la cual, arreglos y negociaciones de lo más


evidentemente, no parecía haber lugar. variadas y en las que el poder relativo
Puestos en relación, el relato de Lidia de las partes o bien las condiciones de
y el relato en el que César cuenta la mayor o menor ilegalidad de las activi-
situación vivida por el vendedor sene- dades desplegadas en el espacio público
galés, ponen en evidencia la impor- definen las modalidades de negociación,
tancia de contar con conocimiento del y los grados de autonomía en el marco
funcionamiento policial en “terreno”, y de estas. El espacio que describen pone
con la importancia de contar con una en evidencia que allí tanto la gestión de los
clara noción acerca de los márgenes ilegalismos como
de libertad de que se dispone para la propia ilega- Unos territorios sociales y
“negociar”, y a su vez de los recursos lidad está organi- morales de control policial
que pueden ser considerados válidos zada, es decir, se que no son sino espacios
para poner en juego. De hecho, el caso trata de una regu- sociales atravesados por rela-
de Baakir muestra también no sólo lo lación ilegal pero ciones de violencia física y
aceitado del control territorial por parte acordada entre los moral, espacios resultantes de
de la policía, que dispone incluso de sus distintos grupos juegos entre tolerancias, nego-
propios “testigos de procedimiento” que integran ese ciaciones difíciles, represión y
–que a su vez están ligados al burdel espacio (donde acuerdos relativamente inesta-
que cuenta con el permiso policial los hay grandes bles y siempre reactualizados,
para el desarrollo de sus actividades–, y organizados que suponen negociación
sino también la fragilidad de acuerdos –aparentemente también en torno a los niveles
y arreglos entre particulares por fuera con menos difi- tolerables de extorsión.
del control policial. Así es como en el cultades, desde
relato de Baakir, la anuencia del carni- un comienzo, a la hora de negociar–
cero que le había ofrecido lugar en su y pequeños que consiguen cambiar
comercio donde instalarse a vender sin algunas situaciones a partir de su orga-
ser “molestado”, resulta insuficiente nización colectiva). Y muestra también
como salvoconducto o protección. sujetos con una competencia tal que
Un control policial territorial que, por les permite, antes de que pasara lo que
lo que se desprende por los episodios pasó, negociar una administración rela-
sufridos por él y sus colegas, admite tivamente eficaz de sus actividades en
la violencia directa que es puesta en espacios en los que resulta posible, si no
juego al momento de exhibir que lo eludir, al menos limitar el control poli-
que vale es el “argumento de autoridad, cial y sus prácticas extractivas; situación
en perjuicio de la autoridad de los argu- que ante la irrupción de nuevos actores
mentos” (Kant de Lima: 4). se ve desmadrada por la violencia fuera
Los relatos de Justo y Osvaldo, ambos de todo “arreglo”.
con un importante conocimiento terri- A través de algunos de los relatos puede
torial resultado de sus propias experien- vislumbrarse no sólo una importante
cias, describen un espacio densamente cantidad de acuerdos, desacuerdos,
atravesado por negociaciones, violen- instrucciones tácitas y explícitas, prohi-
cias y reglas de lo más diversas, donde biciones y arreglos (donde aparecen
los límites entre la legalidad y la ilega- también particulares oficiando de propie-
lidad se desdibujan dando paso a redes tarios de espacios, como se desprende
de acuerdos, desacuerdos, extorsiones, del relato de Lidia cuando explica cómo

205
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

compró su espacio en una de las ferias), en juego para eludir, acordar –con varia-
sino que estos están ligados a una serie bles márgenes de libertad– o lidiar con
de ilegalismos. Todos estos relatos, a ello parece ser una vía fértil para indagar
su vez, parecen mostrarse muy lejos del en esos territorios. Unos territorios
mundo de las normas (las que, eventual- sociales y morales de control policial
mente resultan aludidas al momento que no son sino espacios sociales atra-
de proponer otro tipo de “arreglo”, por vesados por relaciones de violencia física
ejemplo en el relato de Lidia cuando le y moral, espacios resultantes de juegos
solicitan las boletas de la compra de su entre tolerancias, negociaciones difí-
mercadería; o las que son esgrimidas para ciles, represión y acuerdos relativamente
llevar adelante el procedimiento contra inestables y siempre reactualizados, que
Baakir que estaba vendiendo bijouterie suponen negociación también en torno
en el espacio cedido por el carnicero) a los niveles tolerables de extorsión
y a la vez parecen revelar mundos bien (Telles, 2009; Freire, 2008).
regulados. En estas páginas, y especialmente a través
¿Qué queremos decir con todo esto? de estas “historias mínimas”, hemos
Que si bien el mundo social no se buscado exponer algunas cuestiones que
desenvuelve exclusivamente conforme forman parte de nuestro programa de
a las reglas, las normas (las leyes, los investigación empírico y teórico. Pero
códigos, los decretos, es decir, las regu- también, junto con ello, procuramos
laciones formales), tienen efectos de colocar algunos elementos para poner en
poder y circunscriben campos de fuerza discusión estas mitologías urbanas que
(Telles, 2009). Y es en ellos que, como postulan la existencia de territorios sin
bien lo apunta Telles, se definen juegos ley ni concierto para así poder pensar la
de poder, negociaciones y disputas, y relación entre las normas y las prácticas
junto con ello se producen y reproducen apostando a dar cuenta antes que de su
variadas formas de control de prácticas y divorcio, de su compleja imbricación,
actividades, y “procedimientos y disposi- que pone en cuestión la idea de rígidas
tivos de incriminación de esas prácticas y fronteras entre la legalidad y la ilegalidad
actividades oscilando entre la tolerancia, tornando así más difícil, pero también
la transgresión consentida y la repre- más fructífero, el debate sobre las mitolo-
sión conforme a contextos, microco- gías urbanas en torno al poder policial.
yunturas políticas y relaciones de poder
que se configuran en cada una de éstas”
(Telles, 2009:102). Creemos que la (*) Antropóloga. Doctora de la
fecundidad de estas estrategias de campo Universidad de Buenos Aires.
para discutir las relaciones entre la ilega- Investigadora Adjunta CONICET.
lidad, la legalidad y lo ilícito reside en Equipo de Antropología Política
considerar la dinámica social y el amplio y Jurídica, Instituto de Ciencias
abanico de ilegalismos que forma parte Antropológicas, Sección Antropo-
de ella. Abandonar perspectivas bina- logía Social. Facultad de Filosofía y
rias en torno a la legalidad e ilegalidad, Letras de la Universidad de Buenos
y analizar la porosidad de esta frontera Aires. Docente de grado y posgrado
y los tránsitos de los sujetos en ella, sus de la misma facultad.
habilidades, su expertisse, sus recursos, en
fin, sus agenciamientos prácticos puestos

206
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

NOTAS

1. Al hablar de ilegalismos lo hacemos tomando la noción foucaultiana que con la nominación de “ilegalismos
tolerados”, esto es de actividades que se encuentran legalmente prohibidas pero sobre las cuales se trazan
límites de “tolerancia”, consigue dar cuenta de los usos diferenciales de la penalidad. La gestión diferencial de
los ilegalismos (Foucault, 1976) habilita a pensar sobre aquellas zonas de tolerancia o núcleos de permisibilidad
que habilitan antes que a la represión formal, a la administración y regulación abusiva y discrecional por parte
de agencias del Estado. El campo contravencional resulta especialmente fértil para trabajar en esta línea toda
vez que se trata de faltas antes que de delitos, su menor cuantía los presenta como un campo de mayor indeter-
minación y su control tiene como actor privilegiado a la agencia policial. Esta cuestión puede verse con mayor
detalle en Pita, 2004 y Telles 2009.
2. Me refiero tanto a mi plan de trabajo como investigadora adjunta conicet, como a las investigaciones desarro-
lladas en los proyectos ubacyt (bajo mi dirección) y pip-conicet (bajo mi dirección y codirigido por María Inés
Pacecca) del cual mi plan forma parte. El uso del plural responde a varias razones que exceden las estilísticas, ya
que de esos proyectos financiados por la Universidad de Buenos Aires y por el conicet también forman parte los
doctorandos Joaquín Gómez, María Inés Sánchez, Eugenia Cozzi y el estudiante Mariano Skliar. Así, si bien soy
enteramente responsable por los errores, falencias e incompletudes de este texto, es justo destacar que la investi-
gación es fruto del espacio colectivo de trabajo con los investigadores del proyecto. De hecho, este texto retoma y
amplía asuntos y casos presentados en Pita, Góméz, Sánchez y López, 2011.
3. Equipo de Antropología Política y Jurídica. ica, Seanso, ffyl/uba. http://www.antropojuridica.com.ar
4. Genéricamente, el poder de policía refiere tanto a una técnica de gobierno propia de la modernidad que
alude al poder de intervención administrativa estatal (Foucault, 1976 y 1992), como al poder ejercido por la
institución policial como medio –violento– para fines de derecho, esto es, como razón última (como violencia
fundadora y conservadora de derecho) en que se funda el poder del estado soberano (Benjamin, 1991). Es a
este último sentido al que se está haciendo referencia.
5. Hemos escuchado esta expresión, en ocasiones más y menos formales en repetidas oportunidades, y frecuen-
temente de boca de funcionarios judiciales, para expresar el alcance de las funciones policiales formales como
agente preventor y auxiliar de justicia, al tiempo que como una expresión legitimadora de su hacer. Otros
investigadores han dado cuenta de la misma expresión y con sentidos equivalentes (cfr. Eilbaum, 2008).
6. Se trata de la Ley Contravencional (Ley Nº 1472) de la Ciudad de Buenos Aires. En diciembre de 2011 y a
raíz de los conflictos ocurridos en torno a la vente callejera en la calle Florida (episodio que se narra páginas más
adelante) el artículo 83º fue modificado por la Ley Nº 4121, eliminando la salvedad que portaba ese artículo
donde se establecía que no constituía contravención la venta “de mera subsistencia”.
7. Somos tributarios en este sentido, y es necesario explicitarlo, de la propuesta de Vera Telles (2007, 2010, 2011)
quien desarrolla un importante programa e investigación en el que consigue dar cuenta de las “fronteras inciertas
entre lo informal y lo ilegal, y también lo ilícito” (Telles, 2010). De hecho, a propósito de esta investigación,
venimos sosteniendo con ella y su equipo un valioso y fecundo intercambio.
8. Esta nominación se inspira también en el cine. En 2002 el cineasta Carlos Sorin filmó una película a la que
llamó Historias Mínimas. En ella, relata de manera austera, sintética y no por eso menos sensible, tres historias
independientes una de otra que en algún momento y por cuestiones de azar se ligan en apenas un punto de sus
devenires y caminos para luego seguir cada una su rumbo.
9. Sobre la cuestión contravencional y el análisis del desempeño policial y judicial en la Ciudad de Buenos Aires
pueden verse: Pita, 2004 y Tiscornia, Sarrabayrouse y Eilbaum, 2004.
10. La Salada es un enorme predio de venta informal integrado por tres ferias ubicado en sur del Gran Buenos
Aires. Sobre su origen e historia puede verse el excelente libro de Sebastián Hacher (2011), Sangre Salada.
11. No nos detendremos aquí, ya que excede el objeto de este texto, en la exposición detallada de lo ocurrido en
la Audiencia y en la posterior apelación ante la Cámara de Justicia Contravencional. Para ello puede consultarse
Pita, María Victoria (2011 y 2012).
12. En rigor de verdad se trata de una papeleta que informa su identidad y su condición de peticionante de
refugio. Las solicitudes de refugio son analizadas por el Cepar –el Comité de Elegibilidad para los Refugiados–,
órgano dependiente del gobierno nacional.
13. Sobre la cuestión del “arreglo” en Buenos Aires y sus diferencias con el “arrego” en Río de Janeiro son
particularmente esclarecedores los trabajos de Pires (2008, 2010, y comunicaciones personales con el autor).
A diferencia de las características del arreglo porteño, Pires señala: “En Río de Janeiro, para que se viabilice
la actividad de venta en las calles, lo que se negocia es la no aplicación de la fuerza, del castigo corporal que
puede dejar marcas en aquellos que practican desvíos a los ojos de la Administración Pública. Mientras que
en el arreglo porteño la cuestión es, sobre todo, la aplicación de la ley o, alternativamente, la compra de su no
aplicación, en Rio de Janeiro lo que rige fundamentalmente es el pago para que no se proceda ilegalmente al
castigo. La ilegalidad del constreñimiento físico, ilegal, por parte de agentes públicos que deberían actuar en
conformidad con la ley que preconiza la garantía de integridad física de los ciudadanos” (2010: 344).

207
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

BIBLIOGRAFÍA

Benjamin, Walter. 1991. “Para una crítica de la violencia”. En: Para una crítica de la violencia y otros ensayos.
Iluminaciones IV. Madrid, Taurus.
De Certeau, Michel. 2000. La invención de lo cotidiano. 1. Artes de hacer. México, Universidad Iberoamericana.
Eilbaum, Lucía. 2008. Los ‘casos de policía’ en la Justicia Federal en Buenos Aires. El pez por la boca muere.
Buenos Aires, Antropofagia.
Evans-Pritchard, Edward Evan. 1987 [1940]. Los Nuer. Barcelona, Anagrama.
Foucault, Michel. 1976. Vigilar y castigar.Nacimiento de la prisión. México, Siglo XXI.
—1992. “Omnes et singulatim: hacia una crítica de la razón política”. En: La vida de los hombres infames.
Madrid, Ediciones La Piqueta.
Freire, Carlos. 2008. “Trabalho Informal e Redes de Subcontratação”. San Pablo, Tesis de Maestría, fflch-usp.
Hacher, Sebastián. 2011. Sangre Salada. Buenos Aires, Marea.
Kant de Lima, Roberto. 1995. A polícia da cidade do Rio de Janeiro. Seus dilemas e paradoxos. Rio de Janeiro: Forense.
Lourido, Clara. 2008. En busca de los césares: Un mito oculto en la construcción de una nacionalidad. 2008. Tesis
de Maestría, Universidad Federal Da Bahia, Programa de Pós-GraduaçãoemCiênciasSociais. Mimeo.
Machado Da Silva, Luiz Antonio. 2008. Vida sob cerco. Violência e rotinas nas favelas do Rio de Janeiro. Rio
de Janeiro, Nova Fronteira.
Mauss, Marcel. 2006. Manual de Etnografía. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Misse, Michel. 2007. “Mercados ilegais, redes de proteção e organização local do crime no Rio de Janeiro”.
En: Estudos Avançados, 21 (61).
Pita, María Victoria. 2011. “Territórios sociais e morais de controle policial:Um caso sobre usos do espaço
público e direitos em Buenos Aires”. En: Kant de Lima, Roberto; Pires, Lenin y Eilbaum, Lucia  (orgs.)
“Burocracias, Direitos e Conflitos: pesquisas comparadas emAntropologia do Direito”, Rio de Janeiro:
Editora Garamond.
—2012. “Poder de polícia e administração de grupos sociais: o caso dos vendedores ambulantes senegaleses
na Cidade Autônoma de Buenos Aires” En: Ilegalismos, Cidade e Política. Azaïs, Christian; Kessler, Gabriel y
Telles, Vera da Silva (orgs.). Belo Horizonte, Fino Traço.
—, 2004. Lo infinitamente pequeño del poder político. Policía y justicia contravencional en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. Tesis de Maestría en Administración Pública, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad
de Buenos Aires. Mimeo.
Pita, María Victoria; Gómez, Joaquín Santiago; Sánchez, María Inés y López, Paula. “Formas de sociabilidad
en las fronteras porosas entre lo legal y lo ilegal en la Ciudad de Buenos Aires”. Actas X Congreso Argentino
de Antropología Social (caas). Nacional. 29 de noviembre al 2 de diciembre de 2011. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires.
Pires, Lenin. 2008. “Direitos culturais, desigualdades e discriminações. «Deus ajuda a quem cedo
madruga?». Trabalho, informalidades e direitos civis nos trens da Central do Brasil”. Publicación electrónica:
http://www.uff.br/nufep/Lenin1.pdf
—2010. Arreglar não é pedir arrego. Uma etnografia de processos de administração institucional de conflitos no
âmbito da venda ambulante em Buenos Aires e Rio de Janeiro. Tese de doutoramento, Niterói, mimeo.
Santos, Boaventura de Sousa. 1991. “Una cartografía simbólica de las representaciones sociales: prologómenos
a una concepción moderna del derecho”. En: Estado, Derecho y Luchas Sociales. Bogotá, ilsa.
Telles, Vera da Silva 2009. “Nas dobras do legal e ilegal: ilegalismos e jogos de poder nas tramas da cidade”.
En: DILEMAS: Revista de Estudos de Conflito e Controle Social Vol. 2 - nº 5-6 - JUL/AGO/SET-OUT/
NOV/DEZ 2010 - pp. 97-126.
—2012. “Jogos de poder nas dobras do legal e ilegal: anotações de um percurso de pesquisa”.En: Azaïs,
Christian; Kessler, Gabriel y Telles, Vera da Silva (orgs.). Ilegalismos, Cidade e Política. Belo Horizonte,
Fino Traço.
Telles, Vera da Silva y Veloso Hirata, Daniel. 2007. “Cidade e práticas urbanas: nas fronteiras incertas entre o
ilegal, o informal e o ilícito”. En: Revista Estudos Avançados, São Paulo, 21 (61).
Tiscornia, Sofía. 2008. El activismo de los derechos humanos y burocracias estatales. El caso Walter Bulacio.
Buenos Aires: Editores del Puerto/cels– Colección Antropología Jurídica y Derechos Humanos.
Tiscornia, Sofía; Sarrabayrouse María José y Eilbaum, Lucía. 2004. “De los edictos de policía al Código de
Convivencia Urbana. Las trágicas paradojas de los procesos de construcción de espacios de convivencia”. En
Burocracias y violencia. Ensayos sobre Antropología Jurídica; Tiscornia, Sofía (comp.). Antropofagia, Colección
de Antropología Social. Buenos Aires, Argentina.

208
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Fuentes

LEY N° 1472 (Código contravencional), sancionada el 23/09/2004 (promulgada de hecho del 25/10/2004
y publicada en BOCBA N° 2055 del 28/10/2004), en reemplazo de la Ley N° 10, sancionada el 09/03/98
(promulgada por Decreto N° 265/98 del 12/03/98 y publicada en el bocba N° 405/98 del 15/03/98).
LEY N° 4.121, sancionada el 07/12/2011 (promulgada de hecho del 18/01/2012 y publicada en bocba
N° 3852 del 10/02/2012).

209
210

La invención del cuento del tío


Por Diego Galeano

Si todo cuento reclama un acuerdo implícito de


suspensión de la realidad, “el cuento del tío” es, más
bien, una declaración de males en el que la víctima
y el victimario, “cuentista y otario”, confluyen en
una suerte de ciénaga urbana donde se confronta la
capacidad de supervivencia del más apto. El embuste
de variable originalidad, es una forma refractaria y
hereditaria (el adjetivo es oportuno porque la perte-
nencia del cuento refiere a la herencia de un supuesto
y finado tío) de las tradiciones amistosas rurales que
sugieren discernir entre liebres y gatos o no examinar
odontológicamente a los equinos obsequiados. El
cuento del tío, o la forma práctica y picaresca de
obtener el dinero en la ciudad, implica tanto una rela-
ción abierta y flexible con el lenguaje –encapsulado en
las prácticas de una aldeana Buenos Aires, en soste-
nido declive hacia la segunda mitad del siglo XIX–
como el desarrollo de osadas estrategias existenciales
en el mundo popular, capaces de considerar cada
relación como una oportunidad posible.
Los estudios de estos malabares dialécticos y la simu-
lación que realizaron José Ingenieros, Fray Mocho y
Benigno Lugones, entre muchos otros autores, vieron
en esta literatura policial naciente una fuente nutri-
tiva para la ensayística sociológica o la ficción testi-
monial de su época. Pocas formas de construcción del
relato escapan a las consignas culturales de su entorno.
Sin embargo, Diego Galeano logra filtrarse por los
intersticios de la crítica para renovar la formulación
de la tipología social urbana.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Al entusiasmo y la amistad recibía un nombre particular: cuentero


de Lila Caimari o filo, porque filar era, en lunfardo,
sinónimo de “hacer el cuento” al
otario, “relatar una historia inventada,
El siglo de la estafa con el objeto de engañar a alguien y
sacarle dinero”.4 Era precisamente el
Siglo veinte, siglo nuevo. Faltaban dinero, en sus múltiples formas, mate-
todavía tres décadas para que el tango rialidades y modos de circular, el gran
de Enrique Santos Discépolo dejara protagonista de los cuentos del tío.
su definición sobre estos tiempos: el Basta seguir estos primeros reperto-
siglo XX cambalache, donde todo se rios del “vocabulario lunfardo” (que
mezclaba, sin escalafones, como en las muchos criminólogos, y no pocos
“vidrieras irrespetuosas” de los negocios periodistas, consideraban una jerga
de compraventa de chucherías. Ahora creada por los ladrones rioplatenses)
rodaba el año 1901 y Brocha Gorda, para notar la cantidad de voces que
un cronista del magazine porteño Caras aluden al dinero: guita, blanca, parné,
y Caretas, lanzaba su pronóstico para pulenta, guitarra, amarillo, vento,
los cien años venideros: “tengo para ferros, mangangás, rollo, paco, etc.
mí que este nuevo siglo ha de ser un El vaticinio de Brocha Gorda –que
inmenso cuento del tío”.1 el siglo XX sería un gran cuento del
Desde los últimos años del siglo XIX, tío– prefiguraba una idea que estaría
la expresión “cuento del tío” comenzó presente en la letra de Cambalache
a ser usada como un hiperónimo que (1934) y en una infinidad de textos
envolvía una multiplicidad de guiones de conocidos escritores argentinos.
aplicados al arte de estafar. En El idioma Contemporáneo al tango de Discépolo,
del delito (1894), uno de los primeros el libro Radiografía de la pampa
diccionarios de vocabulario lunfardo, el (1933) de Ezequiel Martínez Estrada,
criminólogo Antonio Dellepiane expli- coincidía con el diagnóstico de una
caba que tomar el cuento era “creer en época nueva signada por la picardía,
la historia del legado del tío, etc.”2 Y el engaño, la simulación, el afán de
en ese “etcétera” venían contenidos los lucro y la pasión por sacar ventaja. La
otros cuentos: el balurdo, que el propio mención a ese tipo de estafa conocida
Dellepiane definía como un “rollo de como “cuento del tío” aparecía aquí
papeles que a simple vista se asemeja a como metonimia del gran imperio
una gran suma de dinero, con que el de la “viveza” que carcomía todas las
grupo engatusa al otario en el trabajo costumbres argentinas.
del cuento”; el baratín o cambiazo, Si según Discépolo en el siglo XX
que consistía en trocar el dinero de la resultaba lo mismo “ser derecho que
víctima por papeles de escaso valor sin traidor”, ignorante que sabio, generoso
que se diera cuenta; o el toco mocho, que estafador, para Martínez Estrada
“estafa por medio de un billete de se habían borrado las diferencias entre
lotería, aparentemente premiado un médico cirujano y un matarife,
con una gruesa cantidad”, que era en un descuartizador o un carnicero.
realidad falsificado para la ocasión.3 En medio de una crítica a la orienta-
El estafador que usaba estas historias ción profesionalista y burguesa de las
para embaucar a las víctimas también universidades nacionales, el ensayista

211
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

agregaba al argumento una compa- con los muebles”,8 Arlt insinuaba que
ración entre el abogado y el cuentero otro detalle –los puños sucios de la
del tío. Aunque no tenían nada que camisa– desenmascaraba al simulador
ver entre sí, “como tipos extremos de escondido detrás del palabrerío veloz y
una serie” estaban “más en línea filo- de la gesticulación rimbombante.
genética que el mecánico y el peón de El charlatán y el cuentero del tío
horno de ladrillos”.5 formaban parte de la fauna que los
¿Dos extremos de qué serie? La serie médicos y criminólogos porteños agluti-
de los “charlatanes” que habitaban el naban en el mundo de la “simulación”.9
centro de Buenos Aires, ese caldo de En Los simuladores de talento (1904),
cultivo de personajes variopintos que José María Ramos Mejía describía así a
obtenían dinero mediante el arte de la los embusteros vernáculos:
retórica: prestamistas, dueños de agen-
cias de remates, usureros, corredores Tienen el instinto del lucro como las
de la bolsa, especuladores y empre- aves el de emigración; su persona-
sarios del juego lidad moral específica está definida
Desde la matriz del darwi- clandestino. Eran en ese rasgo predominante que ha
nismo social, la simulación era los “parásitos de conformado en el sistema nervioso,
vista como parte de una adap- la riqueza” que un pliegue imborrable que fija
tación de la personalidad en el Julián Martel su índole económica. El lucro en
proceso de lucha por la vida. describía en su todos sus dolorosos extremos, es tan
novela La Bolsa normal en el alma como el desa-
(1891), donde el centro de la acti- rrollo de una corola en la planta,
vidad bursátil representaba a la ciudad del ala en el insecto.10
fenicia, a la urbe de los advenedizos, a
ese “mar revuelto en el que se mezclan En las denuncias a la simulación,
y se confunden todas las clases”.6 eran recurrentes las metáforas con el
Eran los mismos grises personajes mundo animal. Y los animales que
que en la década de 1930 Roberto representaban a los simuladores eran
Arlt retrataba en sus “Aguafuertes los bichos rastreros de la pampa. En
porteñas” para el diario El Mundo. Se Vivos, tilingos y locos lindos (1901)
movían al ritmo de la frenética circu- Francisco Grandmontagne compa-
lación monetaria y lo que buscaban raba a la viveza argentina con las aves
era acumular dinero: “como los locos pampeanas de vuelo rastreador, que en
o los pillos, se traen a cuestas negocios lugar de sobrevolar las alturas prefe-
fantásticos, negocios de millares de rían “la carroña tendida en el suelo”.11
pesos, combinaciones que van a hacer Para Grandmontagne la inmigración
temblar la Banca mundial”, escribía italiana y española había producido
Arlt y añadía: “hablan con tanta faci- una “casta de sagaces, de vivos”, que
lidad de los millones que van a ganar llegaban con aspiraciones de ascenso
que, con los movimientos que hacen social, pero no subían volando sino
con el brazo, es difícil verles los puños gateando, arrastrándose. Por eso el
sucios de la camisa”.7 Como Miguel poder del simulador estaba deposi-
Cané, cuando aseguraba reconocer a tado en las uñas: los vivos eran como
los advenedizos porque entraban a los “hurones del utilitarismo fácil, escar-
salones de la alta sociedad “tropezando badores de todo lo mediocre”.12

212
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Grandmontagne, como más tarde mente; hay quien simula la modestia,


Manuel Gálvez en El diario de para que se le confunda con los
Gabriel Quiroga (1910), señalaban a grandes hombres que generalmente
la viveza como un rasgo destacado de procuran no estorbar a los torpes con
la cultura nacional y, a la vez, como el su excesivo ingenio; hay quien simula
síntoma de su más aterradora corrup- la generosidad, y todos conocemos
ción.13 “En la viveza, en esa facultad esos falsos protectores que maniatan
asequible y ramplona”, insistía el a sus protegidos; hay quien simula
escritor franco-argentino, “reside casi la ecuanimidad, para herir mejor a
en absoluto la descomposición corro- las víctimas de su envidia; hay quien
siva de todo el organismo nacional”. simula la caballerosidad, ocultando
Por efecto de “resaca del aluvión” el abajamiento de sus costumbres.
inmigratorio, el argentino se había Toda virtud puede ser simulada,
convertido en un “cultor del engaño desde la caridad por el usurero hasta
admisible” y la viveza en la “facultad la ilustración por el charlatán. En el
individual más aplaudida”.14 “cuento del tío” –cuyas formas son
Para Ramos Mejía, el simulador prac- muchas más de las que persiguen las
ticaba una forma de “delincuencia policías– todo el éxito depende de la
pequeña, subterránea, ejecutada en habilidad con que un “compadre”
dosis infinitesimales”, una transgre- simula la candidez, haciéndose, como
sión de doble faz que podía ser “viveza aquí suele decirse, el “otario”.16
o delito, según el punto de vista o la
filosofía con que se estudie”. Desde la Ramos Mejía también hacía explícita
matriz del darwinismo social, la simu- la conexión existente entre los cuen-
lación era vista como parte de una teros del tío y el vasto universo de los
adaptación de la personalidad en el simuladores. La astucia, que tanto
proceso de lucha por la vida. De este aguzaba la “pasión del lucro”, era
modo, los cuenteros constituían un según él la responsable de la invención
eslabón de una larga cadena de simu- de “verdaderas obras de arte de chan-
ladores que “cambiaban de persona- taje”, un “cuento del tío que se repite
lidad como de vestido, revistiendo diariamente y se repetirá mientras el
alternativamente, y según sus necesi- dolor ande por el mundo repartiendo
dades, la del sincero, la del mentiroso, sus venenos y punzadas”.17 Ese veneno
la del filántropo, el servil o el apático, era el dinero. La guita, la pulenta, el
el entusiasta o el sensible”.15 La misma vento, el vil metal, lo invadía todo con
idea sostenía José Ingenieros en la su paso arrollador en la Buenos Aires
introducción a su tesis doctoral sobre moderna y cosmopolita de comienzos
la simulación de la locura: de siglo. En estos mismos años, Georg
Simmel problematizaba la ligazón
Simulando la bondad y la virtud, entre dinero y vida metropolitana,
medran en la sociedad innumera- mirando al caso de Berlín. El estilo de
bles pícaros y viciosos; de esa manera vida metropolitano, con su “intensifi-
parecen menos temibles y burlan la cación de la estimulación nerviosa”, era
confianza de los que creen en sus para el sociólogo alemán un “terreno
falsas cualidades. Hay quien simula fértil” para los intercambios sociales
la lealtad, para traicionar más eficaz- fríos, calculadores, los encuentros

213
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

mediados por el dinero.18 A través de los primeros testimonios que existen


esas interacciones, la frenética circula- sobre esta práctica es un artículo escrito
ción monetaria de la metrópolis atraía por el periodista Benigno Lugones y
a los estafadores como la luz artificial publicado en la sección de folletines
a los insectos. del diario La Nación, el 6 de abril de
Mientras los médicos y criminólogos 1879. El texto se llamaba “Los caba-
diagnosticaban esta patología de la lleros de la industria” y era el segundo
modernidad urbana, en la prensa de una serie de folletines que llevaba el
popular se reflejaban imágenes seme- título de “Bocetos policiales”, aunque
jantes. En 1898, desde las páginas esta entrega terminó siendo la última.21
de Caras y Caretas, Roberto Payró Estos textos ofrecían una radiografía
construía un imaginario reportaje a del “mundo lunfardo”, ese mundo
Satanás. En el texto, el diablo confe- que unos años más tarde fascinaría
saba al periodista que estaba retirado a Fray Mocho y a otros cronistas del
de su actividad, porque la humanidad bajofondo porteño. Lunfardo, expli-
se dedicaba a producir su propia caba Lugones, era tanto la palabra que
maldad. Los “pactos con el diablo” designaba a los ladrones de Buenos
eran ahora innecesarios y el infierno Aires como a su caló particular, a la
se abastecía por decantación: “los jerga más o menos secreta que usaban
ricos vienen porque tienen dinero; para comunicarse.
los pobres porque quieren tenerlo”.19 El primero de los folletines
Ese potencial nivelador del afán de (“Los beduinos urbanos”) estaba dedi-
lucro, donde ricos avaros y pobres cado a describir el modus operandi de
codiciosos quedaban reducidos a la tres tipos de ladrones: los punguistas,
misma inmoralidad, y destinados al que practicaban hurtos callejeros;
mismo infierno, fue la hipótesis funda- los escruchantes, que entraban a las
mental, el cemento hermenéutico, de casas para robar; y los beabistas,
las primeras interpretaciones sobre el asaltantes nocturnos que atacaban a
cuento del tío. Fue, además, la hipó- sus víctimas en parajes alejados del
tesis que se articuló con una lectura centro de la ciudad, poco iluminados
folclórica de esta forma de estafar, que y mal vigilados.22 En “Los caballeros
remitía su génesis a la viveza nacional: de la industria” Lugones consagraba
“el negocio leonino, yo diría más bien el folletín a las estafas. La expresión
el negocio argentino, la obsesión de la venía del francés chevaliers d’industrie
fortuna, el calor de la extorsión, nacen que, durante el siglo XIX, también
en el espíritu, como en la humedad de había sido usada en otros idiomas
los desvanes los silfos, desesperados para referirse a los embaucadores.
por comer”.20 El consejero de la corona española
Valentín de Foronda, por ejemplo,
escribía en 1801: “los caballeros de
Los caballeros de la industria industria (...) se mantienen a costa de
los incautos, lo que les es muy fácil,
Ahora bien, ¿era el cuento del tío un haciéndoles concebir esperanzas muy
negocio tan argentino como el afán de lisonjeras, proponiéndoles cosas agra-
lucro, tan criollo como la viveza, tan dables, adulándolos, por cuyos medios,
rioplatense como el lunfardo? Uno de y por cierto aire de sinceridad y de

214
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

franqueza, cautivan su confianza”.23 candidato (otario), campaneándolo,


Y en 1857 Herman Melville, en un generalmente, entre los forasteros,
libro de relatos cortos sobre estafa- a veces en las mismas estaciones de
dores que operaban en los puertos ferrocarril, en complicidad con corre-
norteamericanos, utilizaba la expre- dores de hoteles que se valen de este
sión en francés, chevalier d’industrie, oficio para delinquir, actuando como
como sinónimo de confidence-man, entregadores. (...) ¿Cómo efectúan el
timador, embustero.24 shacamento, es decir, cómo estafan a
Los caballeros de la industria de la víctima? Uno de ellos le cuenta que
Benigno Lugones operaban con tiene encargo de entregar una suma
diversas formas de estafa. Por un lado, considerable de dinero a una persona
estaban los que circulaban billetes y a quien no puede encontrar, y que,
monedas falsas, o los que hacían pasar debiendo salir esa misma noche para
unos billetes por otros: los de 500 réis el campo, no puede cumplir la comi-
brasileños por 500 pesos fuertes, el sión. Esa entrega obedece a razones
billete de 40 centavos como si fueran de tal índole que su demora puede
40 patacones, etc. Estas estafas mone- ocasionar perjuicios inestimables, y se
tarias tenían por víctimas “a las gentes lamenta, casi desesperadamente, de
recién llegadas del extranjero o de la no contar con un amigo de confianza
campaña”: “tales personas no conocen que lo sustituya.26
bien la moneda, vienen ávidas de alguna
ganancia y son buenos otarios, porque Según la explicación de Gómez,
son ingenuas, cándidas y sencillas, muy la denominación “cuento del tío”
especialmente nuestros paisanos”.25 provenía de su versión original, donde
Por otro lado, Lugones narraba un esa suma era “la herencia de un tío
conjunto de estafas que eran, precisa- que había que entregar a un niño
mente, las que algunos años más tarde huérfano”.27 En general, la estafa se
quedarían envueltas en el genérico perpetraba cuando uno de los cuen-
“cuentos del tío”. Aunque con otros teros ofrecía al otario que se encargara
nombres, distintos a los que en 1894 de entregar ese dinero de la herencia
difundía Dellepiane, muchas historias a cambio de quedarse con un porcen-
eran las mismas. El toco mocho, el cuento taje, pero ponía como condición que
del billete de lotería, aparecía aquí con el su interlocutor exhibiera una suma de
nombre de escracho, y el balurdo, el falso dinero para garantizar que se trataba
atado de billetes, figuraba como espiante. de una persona respetable. En esa
La que estaba ausente era la historia instancia, ya había entrado en escena
que después le daría nombre a la serie: otro cuentero, que simulaba tomar
el cuento del tío propiamente dicho. conocimiento de la historia y no tener
Aunque el guión tenía muchas variantes, dinero para ofrecerse como fiador en
es posible tomar como referencia el la transacción. Si el otario caía en la
relato del criminólogo Eusebio Gómez, trampa, cedía a los cuenteros su propio
en La mala vida en Buenos Aires (1908): dinero y a cambio recibía un paquete
que resultaba ser un falso atado de
El estafador típico, dentro de la billetes, es decir, un paco o balurdo.
delincuencia bonaerense, es el cuen- Este cuento, sin embargo, no era
tero del tío. (...) Sabe encontrar a su tan típicamente “bonaerense” como

215
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

imaginaba Eusebio Gómez, ni desde España y nació del hecho original de


el punto de vista de la procedencia de tratarse siempre de la historia de una
los estafadores, ni observando el terri- herencia dejada por un tío vicario a un
torio por el que se había expandido el sobrino huérfano”.30
guión. El historiador Pablo Piccato Esta hipótesis sobre los orígenes hispá-
analizó el caso de dos cuenteros del nicos del cuento del tío es difícil de
tío, uno español y otro argentino, que corroborar, pero lo cierto es que las
aplicaron exitosamente esta historia mismas historias circulaban por el
en la ciudad de México. Cuando la mundo, atravesando fronteras de
policía mexicana los detuvo, en 1911, Europa y países del continente ameri-
encontró en el hotel en el que se cano. No solo viajaban los guiones
hospedaban guiones manuscritos con sino también los estafadores: así como
la dramatización del cuento.28 Se trata Piccato detectó cuenteros argentinos
de un indicio, entre muchos otros, y españoles en México, los desplaza-
acerca de la intensa circulación trasna- mientos territoriales de estos sujetos
cional de esta forma de estafa. Es claro en el espacio atlántico sudameri-
que no era un producto exclusivo cano, es decir, en las rutas entre el
de la viveza criolla, ni un “negocio Río de la Plata y los puertos marítimos
argentino”, pero es verdad que allí brasileros, eran también muy intensas.
donde se hizo presente despertó En los archivos y revistas policiales de
una inquietud por atribuirle proce- Brasil y Argentina pueden encontrarse
dencia y nacionalidad. En Colombia los mismos nombres, pseudónimos
era denominado “paquete chileno”, y retratos fotográficos de cuenteros
los norteamericanos miraban al –o vigaristas, en portugués brasilero–
otro lado del Atlántico llamándolo que llevaban sus historias para estafar
“Spanish prisoner game”, mientras que de Buenos Aires y Montevideo a Porto
los franceses le devolvían la mirada con Alegre, San Pablo o Río de Janeiro.31
la expresión “vol à l’américaine”, que ¿Cómo explicar entonces estos conti-
según el gran criminalista de Lyon, nuos desplazamientos? ¿Por qué
Edmond Locard, era un delito antiquí- llevaban sus historias para estafar de
simo devenido en moda en ciudades una ciudad a la otra? Los cronistas
como Chicago y Minneapolis.29 de la prensa gráfica ofrecen algunos
Estas estafas también existían en indicios para responder estos interro-
Brasil, donde eran conocidas en portu- gantes. Bajo el pseudónimo de Fabio
gués como “conto do vigário”, cuento Carrizo, José S. Álvarez (más cono-
del vicario, que, al igual que su vecina cido como Fray Mocho), publicó en
interpretación rioplatense, comenzó Caras y Caretas un reportaje sobre el
como un guión particular y terminó cuento del tío. A este asunto le había
envolviendo una multiplicidad de dedicado, tres años antes, varias páginas
versiones diferentes. En un folleto de las Memorias de un vigilante (1897),
sobre la jerga de los ladrones de Río donde narraba distintos tipos de
de Janeiro, el policía carioca Elysio cuentos. En este nuevo artículo, Fray
de Carvalho arriesgaba una hipótesis Mocho demostraba conocer el carácter
sobre la génesis del conto do vigário, trasnacional de la estafa: decía que el
que lo acercaba mucho al cuento del cuento del tío era la versión criolla
tío: “la denominación proviene de de esta “curiosa especialidad que en

216
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

“El cuento del tío”, Caras y Caretas, n. 85, Buenos Aires, 19 mayo 1900, p. 33.

217
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

Europa se designa con la frase de robo difusión existen innumerables testimo-


a la americana”.32 El texto iba acompa- nios: la Revista de Policía, editada entre
ñado por una serie de cinco fotografías 1897 y 1937, recibía en su correo de
de estudio, que buscaban enseñar a los lectores noticias de este tipo;33 entre los
lectores el modus operandi del cuento años 1911 y 1913, la revista ilustrada
del tío y, de este modo, prevenirlos. Sherlock Holmes, daba asidua publicidad
Esta pedagogía popular dirigida a los a los cuentos del tío;34 y en la década
potenciales otarios pretendía producir de 1920 Magazine Policial difundía
un efecto en los lectores de las crónicas sus retratos fotográficos en una sección
policiales, darles herramientas y llamada “Galería de L.C.”, ladrones
“medios para defenderse”. conocidos, en la jerga policial.
Es probable, entonces, que la publica- En 1932, un cronista de Caras y Caretas,
ción de los guiones, la minuciosa elucida- Ernesto de la Fuente, publicó una serie
ción de los cuentos del tío en magazines de quince artículos sobre los cuentos
populares como Caras y Caretas, haya del tío, en base a las informaciones que
“Galería de L.C.”, afectado el trabajo de los cuenteros, recolectaba de la Sección de Defrau-
Magazine Policial, quienes prefirieron llevar sus estafas daciones y Estafas de la Policía de la
Año V, n. 47,
Buenos Aires, a otras ciudades y otros países donde Capital. Una de esas entregas comen-
agosto 1926 todavía no eran conocidas. Sobre esa zaba así: “Hoy relataremos, breve-

218
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

mente, dos sencillos cuentos del tío, que ya había caído, pisado el palito,
tan sencillos, que hace pocos años se salido de perdedores”.36 Lima aclaraba
repitieron con alarmante frecuencia, que la procedencia de estas estafas
hasta que la explicación de sus deta- dependía de cada guión. “La mater-
lles por los órganos de la prensa hizo nidad del cuento del tío es andaluza.
que la gente quedara sobre aviso y se Al respecto, los historiadores poli-
evitara la repetición de las estafas”.35 ciales están de acuerdo”. En cambio,
Esa mecánica de la circulación de el cuento del paco tendría un origen
informaciones (de la policía a la prensa italiano. Según este texto, todavía en la
y de los periodistas al público lector), década de 1930 los cuenteros seguían
junto al efecto multiplicador de las siendo predominantemente inmi-
conversaciones cotidianas y la difusión grantes europeos. “Ayer, como hoy,
oral de las noticias, tenía un poder de los cuenteros son italianos y españoles,
disuasión considerable sobre los cuen- en su gran mayoría. El criollo prefiere
teros. Mucho más que en el caso de revistar como asaltante”.37
las pungas o los asaltos a las casas, el
cuento del tío dependía directamente
de la opacidad social de su trama. La ciudad y el dinero
Era necesario que los habitantes de
la ciudad, o al menos sus “recién La especulación sobre los orígenes del
llegados”, desconocieran el guión del cuento del tío y, en particular, sobre
cuento y cuando la prensa los publi- el lugar que en esta estafa ocupaban
caba, perdían eficacia. De ahí la nece- criollos y extranjeros, tenía raíces
sidad de hacer las maletas, tomar un culturales profundas, que excedían en
barco y llevar las estafas a otro lado. mucho a las discusiones criminoló-
El mismo año y en la misma revista, gicas. La cuestión del estatuto social y
Félix Lima escribió un reportaje a un político de los inmigrantes europeos,
investigador de la policía porteña, con ese gran debate sobre la nacionalidad
el que conversó sobre los orígenes del y la raza que se instaló en la década de
cuento del tío. Para su informante, era 1880 y se hizo presente en las novelas
“un artículo importado, como las pasas naturalistas, constituye el gran telón de
de Málaga, los higos secos de Nápoles, fondo para comprender los discursos
las sillas de Viena y las navajas de que produjeron una clave interpreta-
Albacete”. ¿Importado desde dónde y tiva sobre el fenómeno del cuento del
en qué momento? El texto apuntaba tío. La relación de los inmigrantes con
a la inmigración europea del último el dinero, desde la fantasía de “hacer
cuarto del siglo XIX, una fecha que la América” hasta los hábitos ahorra-
resulta verosímil si se considera al tivos de los italianos, constituye una
folletín de Benigno Lugones como referencia obligada para las narrativas
una de las primeras noticias sobre su sobre esta forma de estafa.
existencia en Buenos Aires. “El cuento La crisis de 1890 reactivó con gran
del tío atravesó el charco durante la fuerza una serie de imaginarios sociales
presidencia de Sarmiento”, explica el sobre la circulación de dinero, el afán
pesquisante al periodista, “al inten- de lucro y la codicia, que tuvieron una
sificarse la inmigración de italianos síntesis narrativa en aquello que la
y españoles, importado por gente crítica literaria llamó “ciclo de la bolsa”:

219
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

un conjunto de novelas que colocaron como truffa alla americana. Consiste


a la Bolsa de Comercio como epicentro en pedir dinero al recién llegado
simbólico de la bancarrota moral de la mediante todo tipo de pretextos (...).
sociedad argentina.38 Ficciones como Muy a menudo los diarios dan cuenta
Quilito, de Carlos María Ocantos, de estos casos con historias bastante
Horas de fiebre, de Segundo Villafañe ingeniosas, donde muchas veces la
y La Bolsa, de Julián Martel, todas víctima hace la figura del “papa-
ellas publicadas en 1891, situaron a natas” y otras, la de un individuo
la “fiebre del oro”, a la pasión por la de conciencia elástica que no vacila
acumulación de dinero, como desen- en aceptar ganancias ilícitas. La
cadenante de la ruina financiera, moral habilidad de los embusteros consiste
y social de los personajes. en comprometer a su víctima de tal
En el medio siglo transcurrido entre el modo que, dado el golpe, esta no lo
folletín de Benigno Lugones y el texto denuncie por temor a confesar su
de Félix Lima sobre los orígenes del inconsistente complicidad.39
cuento del tío, persiste una misma idea:
la entrada de esta estafa en Buenos Aires La alusión al inmigrante como otario
era un efecto colateral de la inmigra- habitual de los cuentos del tío se lee
ción española e italiana. Sin embargo, también en las referencias sobre los
esta no era la única lectura posible lugares donde operaban los cuenteros.
sobre el vínculo entre los inmigrantes En la topografía porteña del cuento del
europeos y el cuento del tío. Otra, tío abundan las menciones al Puerto,
ampliamente difundida, era aquella al Hotel de Inmigrantes y, en parti-
que mostraba a los recién llegados de cular, al Paseo de Julio. Cuando expli-
Europa como las víctimas predilectas caba el funcionamiento del escracho, el
de los cuenteros. “En guardia contra cuento del billete de lotería, Benigno
los embusteros”, advertía un Manual Lugones decía que “el Paseo de Julio
del inmigrante italiano, publicado en era el punto obligado donde los esta-
1918 para orientar a los compatriotas fadores iban a buscar, para esta clase
en su arribo a la Argentina. El autor de de estafa, los otarios”, el lugar exacto
este folleto apuntaba entre los consejos donde comenzaban el trabajo sobre
a los recién llegados: esos hombres que “no eran de la
ciudad”.40 También en la crónica de
Desconfíe de quien no tenga las ropas Félix Lima aparecía un diálogo entre
ni la autoridad para acercarse, no el investigador de la policía y un
escuche ni historias maravillosas, italiano que llegó a ser considerado
ni casos piadosos y sosténgase por como el “decano de los paqueros”, los
el momento incapaz de prestar la estafadores que usaban el cuento del
mínima ayuda a cualquiera y muy paco o balurdo. El italiano se refería a
especialmente a los que le digan sus primeros encuentros con los cuen-
“haber hecho el viaje con usted”, cosa teros, recién arribado a Buenos Aires:
que no se sabe nunca si es verdad. Sepa “¿Recuerda dónde operaban los
que existe un notable sistema para ‘paqueros’ cuando usted llegó al país?”,
engañar al inmigrante que acaba de preguntaba el pesquisante. “Propio al
desembarcar; es el llamado “cuento Paseo de Julio, cerquita del antiguo
del tío” y que en Italia se lo conoce moeye de pasaquero que salía de la

220
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

vacada de la caye Cangayo”, respondía estafadas pierden algo más que dinero:
el cuentero.41 la humillación, la ofensa al honor,
El Paseo de Julio y sus alrededores fundamentalmente al honor mascu-
era también el escenario de una lino, que se juega en la capacidad de
copla popular recuperada a fines del obtener dinero en la calle a través de
siglo XIX en El payador oriental de la interacción con los demás.43 En
Juan de Nava. El inmigrante como Buenos Aires, la burla a los otarios se
otario estaba también presente en la mezclaba con una condena frente la
letra de la canción: supuesta avaricia de los inmigrantes.
El cuento del tío venía a ser como una
Causa del Cuento del Tío / tengo revancha criolla contra la costumbre
tanto que contar, / que sólo voy a de venir a “hacer la América”.
explicaros / algún caso excepcional, / En ese sentido, la notable presencia de
de los muchos que han pasado / en esta los cuentos del tío en las crónicas poli-
culta ciudad / a causa de la avaricia / ciales de los diarios y en los semanarios
de aumentar un capital. / Los perió- ilustrados, no se explica únicamente
dicos publican, / que a don fulano por la intención de prevenir a los
de tal, / le han estafado mil pesos / lectores de las estafas, esa función peda-
y ha denunciado su mal, / diciendo: gógica y disuasiva de “avivar otarios”.
—No los conozco / mas lo cierto y lo La crónica policial, “manjar predilecto Ilustración de Faber.
formal / es que han dado el cambiazo que agrada principalmente a las gentes Caras y Caretas,
n. 1.736,
/ sin yo poderlo observar. / El Gran del pueblo”, decía un periodista de Buenos Aires,
Paseo de Julio, / foco del estafador, Caras y Caretas, era laboriosamente 9 enero 1932, p. 81
/ o albergue del escruchante, / mina
de todo embrollón / es el sitio predi-
lecto, / causa de la Inmigración, / que
abunda en esos parajes / elegidos del
ladrón. / Allí fue donde una tarde,
/ y sirviendo de irrisión, / vi a un
pobre napolitano / llorando con tal
tesón, / que una punta de curiosos, /
al verlo en tal aflicción, / conociendo
los motivos, / se reían de su dolor.42

Además de situar al inmigrante napo-


litano en el lugar de víctima del cuen-
tero, esta copla muestra otra dimensión
de los relatos sobre el cuento del tío: la
burla. Erving Goffman, el sociólogo
de Chicago que se dedicó a estudiar las
situaciones de interacción en la vida
cotidiana, escribió un texto donde
analizaba el lugar social del otario
(mark) en la versión norteamericana de
los cuentos del tío (confidence game).
Goffman argumenta que las personas

221
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

construida con “los hechos sombríos y lección no tanto sobre los descuidos
pintorescos del día: el crimen horrendo a la hora de establecer vínculos con
y la lesión leve, el valioso robo y el desconocidos, sino sobre los efectos
humilde hurto, la graciosa estafa y el devastadores de la codicia. El propio
calote tonto y ameno del cuento del Manuel del inmigrante italiano reco-
tío”.44 Si las estafas resultaban encanta- nocía que las víctimas de los cuenteros
doras y el cuento del tío era “ameno”, podían ser ingenuos y cándidos “recién
mucho tenía que ver con su pregnancia llegados”, pero también individuos de
la capacidad de “conciencia elástica” que no vacilaban
Si las estafas resultaban multiplicarse en en “aceptar ganancias ilícitas”. La pará-
encantadoras y el cuento del burlas, ridiculi- bola del otario codicioso estaba espe-
tío era “ameno”, mucho tenía zaciones, carca- cialmente presente en los relatos sobre
que ver con su pregnancia la jadas colectivas, dos cuentos del tío famosos en Buenos
capacidad de multiplicarse como la multitud Aires: el toco mocho y el filomisho.
en burlas, ridiculizaciones, de curiosos que El cuento del toco mocho era una de
carcajadas colectivas, como aparecían en la las historias incluidas en el folletín de
la multitud de curiosos que copla riéndose del Benigno Lugones, con el nombre de
aparecían en la copla riéndose otario napolitano. escracho. El cuentero mostraba al otario
del otario napolitano. En la burla al un falso billete premiado de lotería y le
otario inmigrante, explicaba que algún motivo le impedía
las representaciones sociales sobre la ir a cobrarlo. Proponía entonces que
circulación del dinero desempeñaban le adelantara una suma menor al valor
un papel fundamental. En Memorias de del billete y desaparecía con el dinero,
un vigilante, Fray Mocho imaginaba el mientras que el otario se enteraba de
siguiente diálogo con un cuentero: la falsedad del premio cuando iba a
cobrarlo a la agencia de lotería. En este
–¿Yo ladrón?... ¡no he estado preso cuento, escribía Lugones, “el ladrón
jamás por eso, señor!... ¡Yo no hago conmueve profundamente el ánimo
sino estafas! del otario excitando la fibra más
–¿Y la estafa no es robo? sensible de la organización humana: la
–¡No señor; no es robo!... Dígame, codicia, la sed de oro”.46
¿qué va a hacer uno cuando ve a En la década de 1930, el policía Manuel
un tano (napolitano) que a fuerza Barrés daba una versión diferente del
no comer junta unos marengos, y mismo cuento, donde el otario era
lo primero que hace es largarse a su otro y hacía algo más que desplegar su
tierra?... ¡Quitárselos! ingenuo apetito de lucro. Además, el
–¡Pero eso está mal hecho! campo de operaciones de los cuenteros
–Pero señor, ¿y uno va a tener la se había desplazado desde el Paseo de
sangre fría de dejar que se lleve la Julio a las “grandes estaciones termi-
plata del país? nales de ferrocarriles, donde diaria-
–¿Y acaso la plata es tuya? mente se desbordan, por sus calles
–¡Claro que es mía!..., ¿cree que no adyacentes, gran cantidad de viajeros
soy argentino? 45 que se renuevan sin cesar”.47 De este
modo, el escenario del cuento del tío
Muchas veces, la narración de un se corría desde el puerto de ultramar
cuento del tío adquiría la forma de una hacia la extendida red ferroviaria y la

222
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

víctima buscada ya no era el inmigrante acepta la propuesta. Se sientan en


europeo sino el proveniente del inte- un bar y el otario ofrece ir hasta una
rior del país. El cuentero, por su parte, agencia a cambiar el billete por el
se disfrazaba también de paisano, de premio. En ese momento, aparece
“tipo de hombre de campo, sencillo en el relato un elemento que forma
y asustadizo en la ciudad, que denota parte de la economía de las interac-
visitar por vez primera”. En general, ciones entre extraños en las grandes
elegía al otario entre los sujetos que ciudades, donde la confianza en el
detenidos en las vidrieras de las agen- otro se construye a través de la exhi-
cias de lotería y simulaba haber llegado bición de capacidad adquisitiva. Para
a Buenos Aires para cobrar un billete demostrar que su interlocutor era
premiado, no saber leer y no tener idea una “persona de trabajo”, el cuentero
de la forma de cobrarlo. pedía que le dejara como garantía
El cuentero pedía ayuda al otario y una suma de dinero o un objeto de
éste, animado por la posibilidad de valor.48 Según Barrés, algunos otarios
sacar una buena tajada de la transac- llegaban a realizar extracciones de sus
ción engañando al supuesto paisano, ahorros en los Bancos, sin presumir

Eusebio Gómez.
La mala vida en
Buenos Aires,
1908, p. 96

223
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

que los tocomocheros huirían inmedia- sación y construir cierto marco de


tamente con el dinero y que el billete confianza, los cuenteros se presentan
premiado era falso.49 ante el otario como integrantes de una
En la versión de Manuel Barrés, el banda de falsificadores de monedas.
otario había adquirido un estatuto “El delincuente –explica Manuel
diferente, una suerte de embaucador Barrés– debe representar al hombre
que acababa siendo embaucado. Esa de inteligencia descollante, experto en
cualidad era todavía más clara en el química, grabación y arte fotográfico,
cuento del filo misho, también cono- o algo concerniente a la impresión de
cido como el trun-trun o la guitarra, billetes”.53 Aunque destacado por sus
en referencia a la máquina usada por conocimientos científicos, el cuentero
los estafadores para ponerlo en prác- debía mostrarse como una persona de
tica.50 Benigno Lugones escribía que escasos recursos, que había invertido
la guitarra era “la más grave, la más todo su dinero en construir el trun-trun.
formal estafa”, porque el cuentero Advertía al otario que si intentaba
urdía “una trama tal que el estafado recuperar su dinero poco a poco, con
no puede reclamar contra él, porque falsificaciones graduales cuyo producto
se vería envuelto en un proceso era preciso hacer circular, el riesgo de
criminal”.51 La guitarra o trun-trun era ser descubierto era más alto. La falsi-
una falsa máquina de falsificar dinero ficación debía hacerse de una vez y a
que el cuentero usaba para involucrar gran escala, por eso necesitaba socios
al otario en una –también ilusoria– para financiar el gasto en las materias
banda de estafadores que fabricaban primas. Si el otario se mostraba inte-
libras esterlinas y otras monedas. resado, los cuenteros le vendaban los
De esta máquina quedaron registros ojos y lo llevaban a una buhardilla
narrativos y fotográficos. Lugones la donde estaba guardado el trun-trun.
describe como “una especie de cajón de Así describía Barrés la puesta en escena
bronce muy amarillo, con un mango del filo misho y el funcionamiento de la
semejante al de los secadores de escri- máquina:
torio”; mientras que Ernesto de la
Fuente detalla un ejemplar de los años Si se enchufa una ficha en ella con
30 que medía “ochenta centímetros de el toma corriente eléctrico, funciona
base, en sus dos frentes, y sesenta centí- haciendo un ruido ensordecedor.
metros de alto”, y que tenía el aspecto Luego, si se hace el experimento, se
de “una caja de chapa gruesa de cobre vierte en la máquina un líquido o
reluciente”, a un costado “un orificio bien se colocan trozos de papel, de
para la salida de monedas”, arriba tamaño semejante al que se quiere
“dos ruedas de níquel, que coronan imitar y en seguida sale por la otra
un grueso tornillo sinfín” y, final- abertura, si es líquido, una moneda
mente, “una cavidad para meter las aún caliente, y si son billetes, uno
materias primas”.52 En La mala vida en perfectamente nuevo y algo mojado,
Buenos Aires, Eusebio Gómez incluye que da la impresión de estar aún con
una fotografía de este curioso artefacto: la tinta fresca. En ambos casos se echa
¿Cómo funcionaba esta máquina? mano de una moneda nueva o de un
¿En qué consistía el cuento del filo billete de reciente impresión.54
misho? Luego de entablar una conver-

224
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Es decir, la supuesta moneda que aprovecharse de un paisano desorien-


acaba de ser falsificada era, en realidad, tado y arrancarle una porción del
dinero auténtico colocado previa- premio de lotería que venía a cobrar a
mente en la máquina. Para despertar Buenos Aires, en el filo misho esa pará-
la confianza del otario, el cuentero le bola del estafador estafado se hacía
sugiere llevar el dinero a una casa de presente con mucha más fuerza. Entre
cambio, donde es aceptado sin obje- un grupo de cuenteros que simulaban
ciones. Los relatos disponibles sobre ser falsificadores de dinero y un rico
el filo misho coinciden en señalar ambicioso que aceptaba formar parte
que las víctimas llegaban a perder de una estafa al tesoro público, ¿quién
sumas de dinero asombrosas. “La era más o menos ladrón?, ¿cuál era la
guitarra funcionando –decía Benigno víctima y cuál el victimario?
Lugones–, produce en el ánimo del Este dilema estaba presente en otras
otario tal impresión que un propie- historias diferentes. El propio Barré
tario de la ciudad de Córdoba vendió escribía, en otro de sus libros, acerca
dos casas y una estancia”.55 “Vende sus del cuento del tío stricto sensu. Lo hacía
fincas y comercios, si es que no tiene a través de la dramatización de una
depósitos bancarios”, acota Barrés. Y escena en el calabozo de una comisaría.
en un ejemplo concreto reproducido Un preso insultaba a los gritos a todos
en una publicación de la Policía de la los agentes y el oficial de guardia pide al
Capital, se narra el caso de un comer- cabo que lo llevara hasta su despacho.
ciante de Rosario estafado por una El oficial le pide explicaciones por el
“banda de cuenteros con fama interna- griterío y el preso responde que consi-
cional y cuyas actividades eran cono- dera injusta su detención, porque los
cidas por las policías de otros países mismos policías habían dejado salir
del continente”, que le sacaron 45.000 “a la tía que me ha acusado, que ustedes
pesos con la historia del filo misho.56 llaman la víctima”.59 El argumento del
Los diccionarios de lunfardo explican cuentero giraba en torno a la imposi-
que misho (al igual que mistongo), en el bilidad de victimizar a la otaria, inmi-
vocabulario de los ladrones porteños, grante europea llegada al país hacía
era sinónimo de algo pobre y despre- cuatro años:
ciable; antónimo de a la gurda, locu-
ción usada para los robos de cosas A mí me encierran porque esa tía
valiosas.57 La interpretación que Barrés dice que yo le estafé cuatro mil pesos,
hacía de la expresión filo misho era que que supongamos sea cierto, dicho
se trataba de un cuento donde se simu- en conversación pero no firmado; lo
laba pobreza para estafar a una persona que la ley silencia es cómo la consi-
adinerada y codiciosa, que no dudaba dera víctima. Si me dio los cuatro
en orillar la transgresión a la ley, finan- mil pesos fue porque yo le dije que
ciando a una banda de falsificadores, tenía que entregar a los pobres cien
para obtener un porcentaje del botín. mil que mi tío al morir me dio para
“Dar el filo”, en este caso, significaba ellos y que ella convino en hacerlo.
“herir con los mismos filos”, “valerse Si en vez de papeles sucios, como su
de las mismas razones del otro para alma, hubiera sido dinero lo que le
herirle”.58 Si en una de las versiones entregué, cualquier día lo verían los
del toco mocho el otario pretendía pobres. ¿No es ella más delincuente

225
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

al pretender violar una resolución del mostrato lo estrato e risultó con un


moribundo y ajenarse dinero desti- premio de cinquecentopesi.
nado a los pobres? 60 —Comisario: Y usted, por servirlo, le
dio ciento o doscientos. Eso se llama
La pregunta interpelaba a la ley, que el toco mocho.
parecía reñida con la ética, ya que un —Gamberoni: ¿Cosa dite?
acto socialmente condenable quedaba —Comisario: Toco Mocho.
impune frente a una transgresión —Gamberoni: Non capisco. ¡Maío-
considerada más leve, aunque fuera sonoarrubinato!...
punible como estafa. Esta no era, sin —Comisario: Porque quería esta-
embargo, la única respuesta posible farlo al otro. [Timbre. Al cabo].
en los relatos de la época. El drama- Acompañe al señor a la oficina de
turgo oriental Florencio Sánchez, guardia a que haga la denuncia.
por ejemplo, resolvía de otra manera —Gamberoni: ¿Cosa dite?
el dilema en el sainete Moneda falsa —Comisario: Que usted es tan pillo
(1907). La trama de la obra transcurría como el otro. Siga nomás.61
en los suburbios de Buenos Aires y su
personaje principal, Moneda, era un Tanto la escena de Manuel Barrés como
circulador de dinero falso perseguido la de Florencio Sánchez transcurren en
por la policía. En la primera escena una comisaría, pero en el sainete es la
un grupo de italianos conversan y autoridad policial, y no el preso, el que
juegan a las cartas en un despacho asume la voz condenatoria del otario
de bebidas. Uno codicioso, que no por acaso en ambos
La falsificación de dinero tuvo, de ellos estafa relatos eran inmigrantes. En la obra de
a comienzos del siglo XX, un a otro, recién Sánchez, la reprimenda a Gamberoni
lugar metafórico en la litera- llegado a Buenos no estaba desconectada de la historia
tura, el teatro y las letras de Aires, usando el del protagonista, Moneda, y del delito
tango. No era tanto sus fabri- cuento del toco al que se dedicaba. La falsificación de
cantes sino la mecánica de mocho. Moneda dinero tuvo, a comienzos del siglo XX,
su circulación social lo que observa la escena un lugar metafórico en la literatura,
aparecía tematizado. En estas sentado en un el teatro y las letras de tango. No era
representaciones culturales, la cajón, indife- tanto sus fabricantes sino la mecánica
moneda falsa irrumpe como rente. Hacia el de su circulación social lo que aparecía
metáfora de la ciudad moderna, final del sainete, tematizado. En estas representaciones
escenario del engaño perpetuo, cuando Moneda culturales, la moneda falsa irrumpe
de lo simulado devenido real y había caído preso como metáfora de la ciudad moderna,
del imperio de las apariencias. por posesión escenario del engaño perpetuo, de lo
de un fajo de simulado devenido real y del imperio
billetes falsos, en la misma comisaría de las apariencias.
aparece el otario italiano para hacer El irrefrenable movimiento del dinero
la denuncia. Allí se desata un diálogo falsificado era un síntoma de la confu-
con el comisario: sión fatal entre víctimas y victimarios
o, quizá, de la debacle de la víctima
—Gamberoni: (...) Entonces si ha absoluta. Siempre se repetía el mismo
presentato un golono da Gálvez con gesto, el mismo efecto multiplicador de
uno biglieto de lotería; mi hano- la cultura ilegal: el engañado recibía el

226
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

dinero creyendo que era lícito, pero al Lugones sugería en 1879 un dato
descubrir su falsedad trataba de desha- fundamental: las historias para estafar
cerse de él engañando a otra persona. que poco tiempo después entrarían en
Arrojada al mercado como un pedazo de el campo semántico de los cuentos del
carbón ardiente, la moneda falsa pasaba tío existían con nombre propio y auto-
de mano en mano, convirtiendo a todos nomía, sin otro común denominador
sus usuarios en eventuales cómplices. que el mero hecho de ser estafas.
“¿Qué más da que esta moneda sea Los “bocetos policiales” de Lugones
falsa? Todo es falso en este mundo. inauguraban, además, una serie de
Falsa la amistad, falso el cariño. Falso textos sobre el vocabulario lunfardo
el oro que brilla en los falsos oropeles. que, en su conjunto, ofrecen otra pista:
Y si no, ¿quién puede arrojar la primera “cuento del tío” no era lo que la antro-
piedra?”.62 Moneda falsa era también pología llama una “categoría nativa”
el título de esta novela popular que de los propios estafadores. Los diccio-
la editorial Tor publicó en 1921, narios de lunfardo basados en etnogra-
aunque no hablaba de la falsificación fías policiales y carcelarias –como El
monetaria sino de la hipocresía de los idioma del delito (1894) del criminó-
vínculos familiares y las amistades. El logo Antonio Dellepiane o El lenguaje
paralelo entre la falsedad del dinero y del bajofondo (1915) del comisario
del amor se tejía bajo el trasfondo del Luis Villamayor–, muestran que los
gran simulacro urbano: Moneda falsa lunfardos utilizaban una amplia gama
era asimismo el título de un tango de palabras para referirse a las estafas,
de Francisco Brancatti, que hablaba, a las víctimas y a los adminículos
en 1929, de una mujer tramposa, de empleados para los ardides: otario,
un abandono y de la desconfianza en angelitos, balurdo, baratín, cambiazo,
las cosas que brillaban como oropel. guitarra, paco, filo misho, toco mocho,
Al igual que estas narrativas sobre el etc. Es probable que las expresiones
dinero falso, el cuento del tío, y su “hacer el cuento” y “cuentero” hayan
parábola del otario culpable, era repre- sido agregadas al vocabulario lunfardo,
sentado como un síntoma de un mal como se incorporaron, en definitiva, al
mayor, que crecía al ritmo de las inmi- habla popular de Buenos Aires.
graciones masivas: el descalabro moral Sin embargo, el genérico “cuento
de la ciudad babélica y el destino del tío” irrumpe en las crónicas de
incierto de una nación fenicia. la prensa y en la literatura popular,
hacia la década de 1890, no tanto
para auscultar una expresión secreta
Avivando otarios: una de la jerga de los ladrones porteños,
pedagogía policial sino para ordenar un universo caótico
y multiforme de estafas, otorgándole
El cuento del tío, como hiperónimo de así un marco general de compresión.
una multiplicidad de estafas interper- Cuando Luis Villamayor incorpo-
sonales, fue inventado en los últimos raba a su diccionario de lunfardo las
años del siglo XIX, instituyendo una voces “cuento” y “cuentero”, las defi-
mirada particular sobre el mundo de niciones hacían uso de una clave de
los ladrones urbanos. El folletín “Los lectura que a comienzos del siglo XX
caballeros de la industria” de Benigno estaba bien consolidada. El cuentero

227
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

era un “profesional del delito” y los herederos y productores de una larga


cuentos una “modalidad de delito que tradición de publicaciones iniciada en
determina la categoría a que perte- la década de 1870 con las primeras
necen ciertos malvivientes”.63 Esas revistas policiales.65 Desde finales del
categorías, esas especialidades profe- siglo XIX, los agentes de investiga-
sionales, se definían dentro de un ciones y comisarios estaban presen-
campo de saberes sobre la “cuestión tesen las crónicas policiales sobre las
criminal”, cuya estructura era deter- estafas, en calidad de informantes de
minada por debates entre criminó- los periodistas. En las primeras décadas
logos, policías y periodistas. del XX comenzaron a producir los
En efecto, el mundo coherente del catálogos más exhaustivos sobre los
cuento del tío nació junto a la presenta- cuentos del tío, como los que aparecen
ción en sociedad de sus más eminentes en El hampa y sus secretos (1934) y Sea
hermeneutas. En primer lugar se desta- usted un policía (1940) de Manuel
caban los expertos de la criminología Barrés, y en Cuentos del tío (1940) y
académica. Los cuentos del tío fueron Cómo nos roban (1943) de Ramón
material de análisis en textos funda- Cortés Conde.
mentales para la consolidación de esta Todos estos escritores compartían
disciplina en la Argentina: el propio algunos puntos de vista. Entendían
libro de Antonio Dellepiane, La mala que el delito urbano y moderno se
vida en Buenos había convertido en un oficio como
Aires (1908) de cualquier otro, con sus especialidades,
Todos estos escritores compar- Eusebio Gómez herramientas y jerga específica. Sin
tían algunos puntos de vista. y Los lunfardos embargo, había matices, énfasis y
Entendían que el delito urbano (1910) de Fran- opiniones enfrentadas. Los cronistas
y moderno se había convertido cisco de Veyga.64 de la prensa, por ejemplo, destacaban
en un oficio como cualquier En segundo lugar la astucia de los cuenteros y muchas
otro, con sus especialidades, aparecían los veces exageraban su capacidad de
herramientas y jerga específica. cronistas de la inventiva. “Los que hacen el scrucho
Sin embargo, había matices, prensa gráfica y o cuentan el cuento son, simplemente,
énfasis y opiniones enfrentadas. de los magazines en buen romance, los estafadores”,
Los cronistas de la prensa, por populares, desde escribía Fray Mocho, viéndolos como
ejemplo, destacaban la astucia Benigno Lugones “los más inteligentes astutos y de más
de los cuenteros y muchas y Fray Mocho en buen tono en el mundo lunfardo; son,
veces exageraban su capacidad el último cuarto como si dijéramos, su aristocracia”.66
de inventiva. del siglo XIX, Esto contrastaba con la visión de
hasta Félix Lima algunos criminólogos como Francisco
y Ernesto de la Fuente en las primeras de Veyga. A partir de sus observaciones
décadas del novecientos. El interés en el Depósito de Contraventores de
de los lectores por los estafadores, la policía porteña, donde impartía sus
por los detalles del mundo lunfardo cursos de la Universidad de Buenos
y por la jerga de los ladrones, otorgó Aires, consideraba al lunfardo un “tipo
al cuento del tío un lugar significativo profesional” dividido en diferentes
en la polifónica industria impresa del especialidades. Aunque reconocía que
entretenimiento. Por último, estaban el cuentero ocupaba “el primer grado”,
los escritores de la policía porteña, el nivel más elevado del mundo

228
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

lunfardo, no dejaba de estudiarlo como se jactaban de ser los únicos capaces


parte de una runfla de degenerados y de articular una fenomenología del
anormales que no manifestaban sino mundo delictivo y también de la
inferioridad mental. Por eso de los propia ciudad, sus rincones menos
cuenteros decía: “su mentira es tan conocidos, su bajofondo. Los textos
infantil, tan burda, que la mayor parte que los emisarios de esta voz publi-
de las veces los que quieren realmente caron sobre los cuentos del tío, instau-
hacer valer este recurso supremo, les raban una visión intermedia entre el
resulta ineficaz”; y concluía: “la mayor enaltecimiento de la viveza cuentera,
parte de los cuentos fracasan precisa- que hacían los cronistas de la prensa,
mente por efecto de la grosería con y la devaluación de su inteligencia, en
que presentan los hechos”.67 la que incurrían algunos criminólogos.
Fray Mocho y Francisco de Veyga Reivindicar la complejidad de ciertos
representaban, como se percibe en cuentos del tío abría, a los policías, una
estas citas, miradas contrastantes sobre oportunidad para posicionarse como
los cuenteros del tío. No estaban pole- intérpretes, mediadores de sentido
mizando abiertamente, porque sus entre el opaco mundo lunfardo y las
discursos se legitimaban en ámbitos potenciales víctimas de los cuentos.
diferentes, pero se conocían mutua- Si en el campo periodístico la exhi-
mente, se leían y, en ocasiones, llegaron bición del carácter sofisticado de los
a elogiarse. Luego de la publicación de cuentos del tío se comprende como
las Memorias de un vigilante, de Veyga una búsqueda de despertar interés en
envió una lisonjeracarta al autor, las noticias y crónicas, para los policías
luego reproducida como prólogo en era una forma de legitimar su cono-
la edición de 1920 de la colección cimiento y su métier. Al igual que la
de libros La Cultura Argentina, que criminología, el saber policial mostraba
dirigía otro criminólogo ilustre, José una tendencia a ordenar el mundo de
Ingenieros. “Se ve que no odia a los los cuenteros, catalogarlo, clasificar sus
ladrones; al contrario, parece sentir guiones, lo que en definitiva contri-
por ellos una cierta ternura, un amor buía a ir mermando su capacidad de
acaso nacido del contacto”, le decía sorpresa, aunque no necesariamente
de Veyga en la epístola, recordando su encanto. En definitiva, se trataba
que Fray Mocho, antes de ser Fray de avivar otarios, a través de una peda-
Mocho, había dirigido la Comisaría de gogía policial que traducía esa expe-
Pesquisas de la policía porteña y que riencia en un lenguaje accesible para
“sabía bien lo que son los ladrones”.68 los profanos.
No era casual que los elogios a un Desde los mismos títulos se manifes-
saber basado en la “experiencia”, y a taba esa intención de enseñar y trans-
una escritura que emanaba de la proxi- mitir los pormenores de un mundo
midad con el mundo delictivo, fueran desconocido. El hampa y sus secretos,
de la mano con una evocación del de Barrés, abundaba en explicaciones
pasado policial de Fray Mocho. Los sobre el lunfardo como caló de los
escritores de la policía apelaban todo el ladrones; prevenía sobre los abusos de
tiempo a esa experiencia, a ese “saber las adivinadoras, los curanderos y los
bien lo que son los ladrones”, en sus espiritistas; describía las trampas del
propias publicaciones. Los policías mundillo del juego, de los quinieleros,

229
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

comisionistas, redobloneros y fulleros; Miguel Denovi adivinaba los posibles


aconsejaba sobre los peligros vinculados lectores del libro:
a la trata de blancas y el trabajo de los
rufianes; y finalmente narraba la trama Para los padres de familia y los maes-
de cerca de treinta cuentos del tío. tros, lo estimo indispensable, desde
Siete años después de su publicación, que a ellos les incumbe la sagrada
fue reeditado con título nuevo, Sea misión de velar por sus hijos y discí-
usted un policía, y los editores hacían pulos, previniéndoles los peligros a
explícita su orientación: el autor –decía que están expuestos en el curso de la
un suelto agregado al libro–“en su larga vida, a fin de evitarlos, y, ajustán-
labor ha expurgado del ambiente social dose a la máxima evangélica, sean
los males que lo minan”, exponién- puros como la paloma y cautos como
dolos al público “escuetamente y sin la serpiente.72
mayor ropaje”, y haciendo una “obra
social al comentarlos”.69 Los guiones radiofónicos de Cortés
En 1940 también se publicó el libro Conde sobre los cuentos del tío comen-
Cuentos del tío del comisario Ramón zaban con una breve entradilla donde
Cortés Conde, que reproducía muchos se introducía la escena. “Alguna vez,
de los sketchs de radioteatro escritos transitando por las calles de nuestra
por el autor.70 Desde la década anterior, gran ciudad, (...) ¿no se le acercó una
Cortés Conde había creado programas persona, hombre o mujer que, con
radiales como Ronda Policial y Charlas rostro y palabras compungidas...?”,
de Policía Preventiva, donde fueron debía decir el locutor al iniciar el
frecuentes las dramatizaciones de segmento del “cuento del cambiazo”.73
los cuentos del tío. Estos programas “¿No le ocurrió a usted nunca un
formaron parte de un menú más caso así, señora dueña de casa? ¿No le
amplio de radiodifusión policial que sucedió que, una mañana cualquiera, y
buscaba, a través de los consejos para cuando usted se encontraba dedicada a
evitar robos y accidentes de tránsito, sus ocupaciones, oyó sentir el timbre de
la consolidación de un medio inédito la calle, y al acudir...?”, era la apertura
de propaganda en la misión de “recon- del “cuento del inspector”.74 Luego de
ciliar a la policía con la comunidad”.71 los puntos suspensivos, empezaba el
Tres años después, en Cómo nos roban, diálogo del sketch. Las dramatizaciones
vuelve sobre los cuentos del tío en de Cortés Conde dejaban de lado a
formato de guiones radiales. El subtí- los otarios inescrupulosos, casi delic-
tulo del libro enumeraba su contenido tivos, de los cuentos del toco mocho y
y sus intenciones: “Los secretos del del filo misho. En la mayor parte de
mundo delincuente. Los más famosos los casos, las víctimas eran comer-
cuentos del tío. Ardides engaños, ciantes honestos, amas de casa despre-
sistemas y métodos que utilizan los venidas, jóvenes que cándidamente
malhechores para estafarnos”. El uso buscaban un empleo.
del nosotros (“estafarnos”) revelaba ese Si por acaso, en algún cuento, la
anhelo de comunión entre la policía y pureza del otario sufría un traspié por
el pueblo, enfrentados juntos contra querer sacar ventaja trasgrediendo
las fuerzas del mal. En el prólogo, las normas, la moraleja final adquiría
escrito por un antiguo jefe de policía, un tono admonitorio, pero siempre

230
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

desde un lugar de cierta clemencia neutas y sus didactas. El catálogo de


paternal. “¿Y esto? ¡Ay mi Dios! ¡Pero estafas que lo componían era el resul-
si es un pedazo de género y de lo tado de una operación selectiva, en la
más ordinario! ¡Cómo me embromó que prevalecían las historias donde el
el muy pillo!”, exclamaba el otario otario caía en desgracia como resul-
al abrir un paquete. “Pero el pícaro, tado de su propia codicia. El cuentero,
en verdad, no fue sólo el vendedor”, por su parte, adquiría un perfil y un
aclaraba Cortés Conde en el cierre linaje: eran ladrones internacionales
del sketch. “Por eso, amigo lector, no provenientes de Italia y España, preci-
acepte usted nunca el ofrecimiento de samente aquellos países que reunían
ninguna mercadería que, dolosamente el grueso del aluvión inmigratorio y
y protegiéndose en las sombras y el que una fracción de las elites porteñas
misterio, quieran hacerle”.75 Para los comenzaba a apuntar como la prin-
demás, había todo tipo de consejos. cipal fuente de degradación de la
“¡Prevéngase usted!”. “Ayude al nece- sociedad argentina.
sitado siempre que pueda hacerlo, A medida que avanza el siglo XX, los
pero trate de hacerlo con quien nece- policías escritores suspenden gradual-
sita de verdad”. “¡Esté alerta contra mente la pregunta sobre los orígenes
estos delincuentes, amigo lector! ¡No el cuento del tío. Instalan una visión
se deje sorprender en su buena fe!”. maniquea que distingue, cada vez con
De esta manera, el otario de las mayor nitidez, el oscuro mundo del
escenas de Cortés Conde era resti- crimen –donde entran los cuenteros
tuido al lugar de víctima pura de una como ladrones profesionales– de una
estafa. A comienzos de la década de sociedad mayoritariamente honesta
1940, cuando se habían desacele- y trabajadora, de la que la policía se
rado las inmigraciones europeas y declara parte y protectora. Poco a
se consolidaba el proceso de migra- poco, balurdo, cambiazo, toco mocho y
ciones internas, aparece un nuevo filo misho, junto a guita, paco, guitarra,
perfil de otario (el paisano correntino cuentero y otario, irán perdiendo su
o santiagueño), víctima de los efectos condición de piezas léxicas del rompe-
depredadores de las grandes ciudades cabezas lunfardo de los cuentos del tío.
del litoral. Barrés y Cortés Conde Algunos términos, como guita, encon-
se dirigían también a ese público trarán alojamiento en el hablar popular.
y a esos oyentes. La profecía del Otros irán quedando como piezas de
siglo XX como un gran cuento del museo, reliquias para los cultores de la
tío, la confusión entre víctimas y poesía arrabalera, las letras de tango y
victimarios propia del desconcierto la lunfardología. Y aquella palabrita,
general de la ciudad babélica, perdían otario, que tantas mutaciones semán-
fuerza al ritmo de profundos cambios ticas atravesó a lo largo de esta historia,
sociales y políticos. tuvo un destino singular: el fútil honor
Desde fines del siglo XIX, el cuento de ser incorporada al diccionario de la
del tío había conquistado un espacio Real Academia Española.
en la cultura escrita como una inven-
ción que recortaba un conjunto de
estafas para situarlas en un universo
coherente, cuya trama tenía sus herme-

231
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

NOTAS

1. Brocha Gorda, “A fardo cerrado”, Caras y Caretas, nº 118, Buenos Aires, 5 ene. 1901, p. 35.
2. Dellepiane, Antonio, El idioma del delito. Contribución al estudio de la psicología criminal, Buenos Aires,
Arnoldo Moen, 1894, p. 66.
3. Ídem, p. 60, 64 y 103.
4. Ídem, p. 76.
5. Martínez Estrada, Ezequiel, Radiografía de la pampa, Buenos Aires, Losada, 1953, pp. 366-367.
6. Martel, Julián, La Bolsa (estudio social),Buenos Aires, Imprenta Artística Buenos Aires, 1898, p. 11.
7. Arlt, Roberto, “El cuentero que no es cuentero”, El Mundo, Buenos Aires, 13 dic. 1928.
8. Cané, Miguel, “De cepa criolla” (1884), en Prosa ligera,Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1919, p. 124.
9. Sobre la simulación y el delito Cf. Salessi, Jorge, Médicos, maleantes y maricas. Higiene, criminología y
homosexualidad en la construcción de la nación argentina, Buenos Aires, Beatriz Viterbo, 1995; y Terán, Oscar,
Vida Intelectual en el Buenos Aires en el fin-de-siglo, 1880-1910. Derivas de la cultura científica, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica, 2000.
10. Ramos Mejía, José M., Los simuladores de talento en las luchas por la personalidad y la vida, Buenos Aires,
Félix Lajouane, 1904, p. 228.
11. Grandmontagne, Francisco,Vivos, tilingos y locos lindos, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2005, p. 65.
12. Ídem, pp. 66-68.
13. Gálvez, Manuel, El diario de Gabriel Quiroga. Opiniones sobre la vida argentina, Buenos Aires, Moen, 1910.
14. Grandmontagne, Francisco,Vivos, tilingos y locos lindos, op. cit., pp. 67-69.
15. Ramos Mejía, José M., Los simuladores de talento, op. cit., pp. 212-213.
16. Ingenieros, José, La simulación en la lucha por la vida, Buenos Aires, Talleres Gráficos Schenone Hnos.,
1920, pp. 139-140.
17. Ramos Mejía, José M., Los simuladores de talento, op. cit., pp. 251-252.
18. Simmel, Georg, “Las grandes ciudades y la vida del espíritu”, Cuadernos Políticos, nº 45, México,
enero-marzo de 1986, pp. 5-10. Simmel, Georg, Filosofía del dinero, Madrid, Instituto de Estudios
Políticos, 1977. Sobre la sociología del dinero de Simmel y su ligazón con la vida metropolitana Cf. Frisby,
David, Paisajes urbanos de la modernidad: exploraciones críticas, Bernal, Universidad Nacional de Quilmes,
2007, pp. 119-177.
19. Payró, Roberto, “Reportaje endiablado”, Caras y Caretas, nº 5, Buenos Aires, 5 nov. 1898, p. 14.
20. Ramos Mejía, José M., Los simuladores de talento. op. cit., p. 230.
21. Galeano, Diego, “Exhumación de una obra inconclusa”, en Lugones, Benigno B. Crónicas, folletines y otros
escritos (1879-1884), Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2012, pp. 31-39.
22. Lugones, Benigno B., “Los beduinos urbanos”, Crónicas, folletines y otros escritos. op. cit., pp. 99-112.
23. Foronda, Valentín de, Cartas sobre la policía, Madrid, Imprenta del Cano, 1801, p. 115.
24. Melville, Herman, The confidence-man: his masquerade, Londres, Longman, 1857, p. 2.
25. Lugones, Benigno B., “Los caballeros de la industria”, Crónicas, folletines y otros escritos, op. cit., p. 115.
26. Gómez, Eusebio, La mala vida en Buenos Aires. (Prólogo del Doctor José Ingenieros), Buenos Aires,
Juan Roldán, 1908, pp. 90-92.
27. Ídem, p. 95.
28. Piccato, Pablo,“Guión para un engrupe: engaños y lunfardo en la ciudad de México”, en Caimari, Lila
(comp.), La ley de los profanos. Delito, justicia y cultura en Buenos Aires (1870-1940), Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2007, pp. 135-172.
29. Locard, Edmond, Le Crime et les Criminels, Paris, La Renaissance du Livre, 1925, pp. 151-155.
30. Carvalho, Elysio de, Gíria dos gatunos cariocas. Vocabulário organizado para os alunos da Escola de Polícia,
Rio de Janeiro, Imprensa Nacional, 1912, p. 16.
31. Analicé esta cuestión en: Galeano, Diego, “A aristocracia do roubo”, en Criminosos viajantes, vigilantes
modernos. Circulações policiais entre Rio de Janeiro e Buenos Aires, 1890-1930, Tese de Doutorado em História
Social, Universidade Federal do Rio de Janeiro, 2012, pp. 285-328.
32. Carrizo, Fabio, “El cuento del tío”, Caras y Caretas, nº 85, Buenos Aires, 19 may. 1900, p. 33.
33. Cf. “Correo. Un caso de defraudación”, Revista de Policía, Año III, nº 63, Buenos Aires, 1 ene. 1900,
p. 239; y “Correo. Estafa”, Revista de Policía, Año XXIII, nº 523, Buenos Aires, 1 abr. 1920, p. 200.
34. Por ejemplo, “Una forma nueva en un cuento viejo”, Sherlock Holmes, Año II, nº 78, Buenos Aires,
24 dic. 1912, pp. 23-24. “De cómo fracasó un cuento”, Sherlock Holmes, Año III, nº 80, Buenos Aires,
9 ene. 1913, pp. 25-26. “El cuento del empleo. Un ilustre cuentista que rinde cuentas”, Sherlock Holmes,
Año III, nº 82, Buenos Aires, 23 ene. 1913, pp. 34-35.
35. De la Fuente, Ernesto E., “Los cuentos del tío. La cartera perdida y el repartidor de remedios”, Caras y Caretas,
nº 1.755, Buenos Aires, 21 may. 1932, p. 89.
36. Lima, Félix, “El cuento del tío también tiene su historia”, Caras y Caretas, nº 1.736, Buenos Aires,
9 ene. 1932, p. 81.
37. Ídem, p. 81.
38. Cf. Larea, Alejandra, “Danza de millones: inflexiones literarias de la crisis de 1890 en Argentina”,

232
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Entrepasados, nº 24-25, Buenos Aires, 2003, pp. 135-147; y Bibbó, Federico, “Dinero, especulación y pobreza:
las novelas de la crisis en los límites de la modernización”, en Laera, Alejandra (dir.), El brote de los géneros.
Historia crítica de la literatura argentina, Vol. III, Buenos Aires,Emecé, 2010, pp. 535-553.
39. Manual del inmigrante italiano, Traducción, selección y prólogo de Diego Armus, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina, 1983, pp. 52-53.
40. Lugones, Benigno B., “Los caballeros de la industria”, Crónicas, folletines y otros escritos. op. cit., p. 120.
41. Lima, Félix, “El cuento del tío también tiene su historia”, op. cit., p. 81. En la serie de artículos de Ernesto
de la Fuente para Caras y Caretas también aparecían constantes referencias al Paseo de Julio, Cf. De la Fuente,
Ernesto E., “Los cuentos del tío. La herencia del tío filántropo. Una treta que conquistó un sinfín de cultores”,
Caras y Caretas, nº 1.740, Buenos Aires, 6 feb. 1932, p. 80; y De la Fuente, Ernesto E., “Los cuentos del tío.
El caballeresco capitán del buque de pasajeros”, Caras y Caretas, nº 1.753, Buenos Aires, 7 may. 1932, p. 81.
42. Nava, Juan de, “El cuento del tío y los billetes de lotería”, en El payador oriental con las nuevas inspiraciones
de Juan de Nava, Buenos Aires, s/d, 1898, pp. 25-26.
43. Goffman, Erving, “On cooling the mark out: some aspects of adaptation to failure”, Psychiatry, vol. 15,
nº 4, 1952, pp. 451-463.
44. González Cadavid, Eligio, “Los cronistas pintorescos”, Caras y Caretas, nº 891, Buenos Aires, 30 oct.
1915, p. 37.
45. Fray Mocho, “El panal en la lengua”, en Memorias de un vigilante, Buenos Aires, La Cultura Argentina,
1920, pp. 116-117.
46. Lugones, Benigno B., “Los caballeros de la industria”, Crónicas, folletines y otros escritos, op. cit., p. 121.
47. Barrés, Manuel, “Billete premiado”, en El hampa y sus secretos, Buenos Aires, Imprenta López, 1934, p. 147.
48. La construcción de confianza en las interacciones entre “extraños”, propias de la convivencia en las grandes
ciudades, fue estudiada por sociólogos como Erving Goffman y Richard Sennet. Goffman, Erving, Encounters,
Harmondsworth, Penguin, 1972, pp. 17-72; y Sennet, Richard, El declive del hombre público, Barcelona,
Península, 2001, pp. 113-150.
49. Una versión muy simular del cuento del toco mocho aparece en el libro del comisario Cortés Conde,
Ramón,Cómo nos roban, Buenos Aires, Olivé, 1943, pp. 38-44.
50. También sobre este cuento del tío Cf. Caimari, Lila. La ciudad y el crimen. Delito y vida cotidiana en
Buenos Aires, 1880-1940, Buenos Aires, Sudamericana, 2009, pp. 80-84. En Brasil existía el mismo cuento,
también conocido como guitarra: Dias Junior, José Augusto, Os contos e os vigários: uma história da trapaça no
Brasil, São Paulo, Leya, 2010, pp. 144-151.
51. Lugones, Benigno B., “Los caballeros de la industria”, Crónicas, folletines y otros escritos, op. cit., p. 124.
52. De la Fuente, Ernesto E., “Los cuentos del tío. El hábil fabricante de monedas de veinte cts.”, Caras y Caretas,
nº 1.764, Buenos Aires, 23 jul. 1932, p. 3.
53. Barrés, Manuel, “Filo Misho”, en El hampa y sus secretos, op. cit., pp. 139-140.
54. Ídem, pp. 140-141.
55. Lugones, Benigno B., “Los caballeros de la industria”, Crónicas, folletines y otros escritos, op. cit., p. 126.
56. Montenegro, Rafael, “Uno de los más sensacionales cuentos del tío realizados”, en Historia de la Policía de
la Capital Federal, Buenos Aires, Policía de la Capital, 1934, pp. 195-196.
57. Villamayor, Luis C., El lenguaje del bajo fondo: vocabulario lunfardo, Buenos Aires, Establecimiento Gráfico
La Bonaerense, 1915.
58. Barrés, Manuel, “Filo Misho”, en El hampa y sus secretos, op. cit., p. 139.
59. Barrés, Manuel, Males sociales, Buenos Aires, Imprenta López, 1939, p. 26.
60. Ídem, p. 27.
61. Sánchez, Florencio, “Moneda Falsa”, en Teatro Completo, Buenos Aires, Claridad, 1941.
62. Aliaga Sarmiento, Rosalba, Moneda falsa, Buenos Aires, Tor, 1921, p. 15.
63. Villamayor, Luis C., El lenguaje del bajo fondo, op. cit., p. 27.
64. De Veyga, Francisco, Los lunfardos. Psicología de los delincuentes profesionales, Buenos Aires, Talleres Gráficos
de la Penitenciaría Nacional, 1910.
65. Sobre las revistas policiales y los escritores de la policía porteña, Cf. Galeano, Diego, Escritores, detectives y
archivistas. La cultura policial en Buenos Aires, 1821-1910, Buenos Aires, Biblioteca Nacional/Teseo, 2009.
66. Fray Mocho, “El panal en la lengua”, en Memorias de un vigilante, op. cit., p. 115.
67. De Veyga, Francisco, Los lunfardos, op. cit., pp. 23-24.
68. Carta de Francisco de Veyga en: Fray Mocho, Memorias de un vigilante, op. cit., p. 9.
69. Barrés, Manuel, Sea usted un policía, Buenos Aires, Imprenta López, 1940.
70. Cortés Conde, Ramón, Cuentos del tío. Episodios, sketchs, anécdotas, relatos, historietas y glosas, Buenos Aires,
Verbum, 1940.
71. Caimari, Lila, Mientras la ciudad duerme Pistoleros, policías y periodistas, 1920-1945, Buenos Aires,
Siglo XXI, 2012, pp. 142-145.
72. Cortés Conde, Ramón, Cómo nos roban, op. cit., p. 10.
73. Ídem, p. 93.
74. Ídem, p. 159.
75. Ídem, p. 89.

233
236

Cuando ladran los fantasmas


(Mitología incompleta del tango)
Por Gustavo Varela

Las historias míticas del tango nunca cesan de proli-


ferar. Son un florilegio de situaciones reunidas bajo
narraciones difusas y fantásticas. Pero siempre hay,
en esas oscilaciones de una memoria improbable, una
productividad en la creación de imágenes que hacen
perdurar aquellos episodios de arrabales y compa-
dritos, de malevos y taqueros, de minas y bailes, de
orquestas y empedrados. Todos estos sucesos, enri-
quecidos por el argot de una poética que no cesa de
brindar metáforas, están poblados por un conjunto
de nombres que componen una genealogía, a veces
pretendidamente identitaria. No pueden faltar las refe-
rencias a Gardel, a Troilo, a Discépolo, a Contursi o al
“Polaco” Goyeneche. Pero tampoco las anécdotas que,
en sus detalles pormenorizados que varían de boca en
boca, murmuran la lengua viva de una tradición.
Y así se constituyó su historiografía, entre reco-
nocimientos y complicidades clandestinas, entre
prohibiciones y vindicaciones. Fue objeto de asedios
ensayísticos y prosas destacadas. Las más imponentes
plumas del país, por decir un Lugones o un Borges,
han dedicado sus reflexiones e invenciones literarias,
entregándose al poderoso encanto de los misterios
de esta música criolla.
De esta manera, el tango sobrevive como “ritual de
pueblo” –escribe con énfasis Gustavo Varela–; un relato
fabulado que también debe enfrentar sus dilemas: su
consagración como destino turístico global, con sus
concursos y sus paquetes promocionales, y sus códigos
herméticos que dificultan su diálogo con otras expe-
riencias culturales contemporáneas.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

El mito es, de alguna manera, la infi- fuera de la cuadrícula. Lo sostienen los


delidad de la memoria. Infidelidad que ya lo tenían, los que venían cami-
creadora allí donde no hay explica- nando desde la década del cuarenta.
ción; infidelidad inflacionaria, cuando Más un modo de vida que una música:
la pasión hace magnífico lo que era cuerpos enlazados en el baile, poesía
apenas una anécdota; infidelidad rizo- compartida; las grandes orquestas eran
mática, porque enlaza experiencias formas de celebración de una iden-
para componer un relato apologético o tidad común. En los bailes del club
fabuloso. El tango es ritual de pueblo. Huracán, ellas con sus madres, ellos de
Oscila entre el afecto y la verdad, saco y corbata, el cabeceo, la autoriza-
entre el sentimiento íntimo y la iden- ción con la mirada. Código legitimado,
tidad colectiva. Su historia, como toda mediado por una cultura conocida, sin
historia, está hecha también de olvido. sorpresas. Un ritual amoroso que venía
Humedad de cimientos para la historia, aún de más atrás.
más cuando aquello que la escribe es la A mediados de los 50 el cristal se
música o la poesía. Porque en el tango rompe. Rock, nueva ola, Elvis,
no hay argumento sino arrebato de Bill Halley y sus cometas. La juventud
artista conjugado en miles que bailan se hace visible en la diferencia. Ocupan
o en miles que cantan a coro. un cine y bailan rock encima de las
Entonces el mito se impone como butacas y a tiempo con las imágenes de
necesidad. Son surcos de desplaza- “Rock alrededor del reloj”. Importa el
miento creados a la par del arte del presente, lo que sucede, lo que llega de
tango. Innumerables: la risa de Gardel afuera, la novedad. Otros conceptos
y toda su vida; el eterno sueño del para habitar el mundo, otra inten-
gordo Troilo; el vértigo Discépolo; sidad. El tango es lo viejo.
Piazzolla. El prostíbulo del origen, Tulio Carella escribe su libro sobre
el secreto de una orquesta, las conso- tango en el comienzo de una manía
nantes del polaco Goyeneche. El barro, rockera imparable. Al prólogo lo titula
cuando se subleva entre los adoquines, “Introito en el año 5956”. Una ficción
los fantasmas que ladran o el adiós del a futuro situada cuatro mil años
tren que provoca misterio. después. Se va hasta allí para ver hacia
La mitología del tango no se completa atrás. ¿Qué queda? Buenos Aires son
nunca. Nadie quiere olvidar. La infide- restos arqueológicos. Se hundió bajo el
lidad de la memoria se mantiene siempre. agua, posiblemente por la cantidad de
cemento que esterilizó el territorio y la
posterior inundación efecto del derre-
1. Esencia timiento de los glaciares. “Laboriosas
excavaciones en lo pasado propor-
En el año 1956, Tulio Carella publica cionan detalles desconcertantes”, dice:
el libro Tango, mito y esencia1. Años una mitología extravagante, “tres
difíciles para el tango. La cultura idolillos fabricados en serie”; se lee la
popular era una estampida en múlti- palabra Gardel en ellos. Los arqueó-
ples direcciones. ¿Hacia dónde? Hay logos suponen que es un ángel de la
polleras muy cortas y pelos más largos. Guarda (el vocablo Gardel es una
Hay volumen, distorsión y guitarras variante deformada de Guarda). Y un
rabiosas. El tango parece quedarse libro, Antología, mezcla de castellano y

237
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

de “un idioma ignorado”, [el lunfardo]. Leopoldo Lugones y Ricardo Rojas.


Suponen que son versos cantables, Allí la “invasión” cosmopolita de
como los poemas griegos. Por el tono comienzos del siglo XX degradaba
lastimero que tienen deducen la exis- las raíces. El tango era su expresión
tencia de un matriarcado. Por último: funesta y guaranga más acabada.
“El grupo de Omnipotentes se trasla- Para Gálvez, de un modo crítico en
dará todo un ‘Quinquenio Voluntario El diario de Gabriel Quiroga (1910)
al Ángulo Sur’, para analizar los –“En cambio tenemos ahora al tango,
conocimientos en el propio terreno. producto del cosmopolitismo (...)
Se sabrá entonces con certeza si música fea y antiartística, prodigiosa
existió Buenos Aires, y qué signi- de guaranguería y lamentable síntoma
fica la palabra “tango” que prodiga de nuestra desnacionalización”4–;
asiduamente la Antología”2. y más tarde, en su novela Historia
A partir de 1956 el tango escribe de arrabal (1922), dispuesto como
profusamente su propia historia. Más fondo de un argumento de derrumbe
un signo de los peligros de extravío moral. En Lugones, para desplazarlo
a los que estaba críticamente de la verdadera música
El tango y el ser nacional expuesto que por popular criolla, el folclore del gaucho,
se hilvanaban en un mismo la necesidad de aquel que revela el alma del pueblo y
discurso. Comienzo crítico verse a sí mismo que es necesario mantener incólume5;
para un mito que ha de repe- en el tiempo. en Rojas, para situar al tango como
tirse, de un modo afirma- Carella habla de “un símbolo estético de nuestra vida
tivo, como una verdad en las la “tanguidad” cosmopolita”, una danza que, a dife-
distintas historias. como una idea rencia de la zamba, no ha de conju-
platónica tras- garse con el espíritu nacional6.
cendente, ajena al devenir. Similar a lo El tango y el ser nacional se hilvanaban
que escribe Borges en su “Historia del en un mismo discurso. Comienzo
tango”, un agregado en la reedición de crítico para un mito que ha de repe-
Evaristo Carriego de 1955. tirse, de un modo afirmativo, como
Diríase que sin atardeceres y noches una verdad en las distintas historias. A
de Buenos Aires no puede hacerse un partir de 1916 el despliegue del tango
tango y que en el cielo nos espera a canción será tan vertiginoso como la
los argentinos la idea platónica del desaparición del inmigrante como
tango, su forma universal (esa forma problema político. Su genealogía de
que apenas deletrean “La Tablada” o extranjerismo y diversidad quedará
“El Choclo”), y que esa especie ventu- sepultada bajo un nuevo orden discur-
rosa tiene, aunque humilde, un lugar sivo con el que el tango se incorpora
en el universo.3 de un modo definitivo a la cultura
La amenaza de extinción de los nacional. ¿Conversión? No, tan sólo
años 50 y 60 sella para siempre un los efectos de una educación primaria
murmullo que el tango arrastraba universal y obligatoria durante más
casi desde sus orígenes. La pregunta de treinta años. Desde entonces se
por la argentinidad del tango, su hablará de él, no para describirlo críti-
identificación con el “ser nacional”, camente como una expresión cosmo-
surge como problema en la litera- polita, sino para situarlo en el mapa
tura nacionalista de Manuel Gálvez, de la argentinidad.

238
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

En la primera historia del tango, nacional se derrumba; la comedia


escrita por H. y L. Bates y publicada musical porteña se extingue; el tango
en 1936, la razón de su escritura canción vive su crisis terminal con
responde a enfrentar la “corriente la llegada del tango de vanguardia.
de extranjerismo [que] amenazaba al Cambia la geografía nocturna, del
tango en su misma patria”: “¿Quiénes cabaret al sótano, de las grandes
somos?: sencillamente dos de ustedes, orquestas a los dúos o cuartetos. El
dos del montón, dos argentinos que refugio en Julio Sosa no alcanza. Un
se levantan airadamente frente a la año antes de su muerte, en 1963, el
injusticia que se está cometiendo tango es “algo exótico en la Argentina:
contra el tango (...) dos enamorados ¿Ha muerto el tango? Las apariencias
de las cosas nuestras”7. Nuevamente dicen que sí: En un baile de carnaval
el peligro, en esta ocasión por la inva- la enfurecida multitud de adolescentes
sión de la música “yanqui”, el jazz, el (el mayor tenía 16 años) quiso linchar
blues y el fox-trot. Los extranjeros son al encargado de la música porque puso
otros, los del pueblo del “tío Sam”, un disco de tango”8.
dicen los Bates. La cara visible de la crisis es la de
La historiografía del tango se escribe Astor Piazzolla. Su Octeto de 1956
bajo amenaza. En 1936 y después de es importuno, fastidioso, irritante.
la caída de Perón, cuando el puerto Va en contra de la tradición, es
se abre a la cultura extranjera. El cine “antiargentino”, “tango informe”,

Aníbal Troilo

239
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

“negación del arte”. En sus manos, juego, el barrio, la amistad o el tango


el tango puede volverse estéril9. Ante mismo como tema, de un modo u otro
tanto peligro de aridez, ante tanta estarán delineados a partir de un orden
muerte rondando, se hace historia. valorativo común.
La ficción de Tulio Carella es defini- La noche forma parte de este entra-
tiva: lo póstumo de la identidad argen- mado. Porque es el tiempo de la
tina, cuando todo haya desparecido, lo confesión, y entonces el dolor o el
que va a quedar es el tango. arrepentimiento ante el desengaño
amoroso; porque es la tentación inevi-
table de una vida ligera, de cabaret,
2. Mujer mujeres y champagne; o bien porque
se ofrece como un signo inequívoco de
En 1916, Pascual Contursi escribe un amor pleno y sin rencor. El farol,
“Mi noche triste”. Es el inicio del la luna, la madrugada y las estrellas se
tango canción. El mismo año asume componen con la noche en un mismo
como presidente de la nación Hipólito ámbito poético.
Yrigoyen. Así como es el hijo de un En 1923, Manuel Romero escribe
inmigrante quien gobierna, son los la primera letra de tango dedicada a
hijos de los inmigrantes quienes van a Buenos Aires. Allí habla de la noche
componer un tango diferente al ante- porteña como un manto que reúne la
rior, ya no como una música desti- risa y el llanto, la farra y el olvido que
nada a reunir produce el champagne. Buenos Aires
La noche forma parte de este los cuerpos en el es una querida y su noche, tristeza y
entramado. Porque es el tiempo baile, sino como placer, confesión y vida ligera.
de la confesión, y entonces el una narración que Confesión: “Mi noche triste” es una
dolor o el arrepentimiento ante enuncia verdades. noche adjetivada. Ya no “Una noche
el desengaño amoroso; porque “Mi noche triste” de garufa” de Arolas, sino triste, de
es la tentación inevitable de es el inicio de insomnio amoroso y espera. La noche
una vida ligera, de cabaret, esta nueva forma es propiedad del dolor de uno solo,
mujeres y champagne; o bien expresiva. Desde un padecimiento en primera persona.
porque se ofrece como un signo entonces el tango Movimiento y quietud: ella se va y
inequívoco de un amor pleno se reconcentra él se queda detenido. Recuerda, se
y sin rencor. El farol, la luna, sobre sí mismo, encurdela, tuerce el mundo entero
la madrugada y las estrellas se se hace íntimo, al abandono que vive: la cama que
componen con la noche en un pensativo; aban- se pone cabrera, el espejo que llora y
mismo ámbito poético. dona el carácter la lámpara que no alumbra porque
festivo de sus siente la misma pena que él. Entonces
orígenes y edifica un discurso de fuerte la noche es triste porque el hombre
contenido moral. Bueno y malo, queda amurado y no puede olvidar.
rencor, mala conciencia, voluntad El contenido de este tango traza un
de verdad, ideal, culpa, venganza, recorrido que va a repetirse en otras
memoria, resentimiento: los conceptos letras: soledad, confesión, el alcohol
con los que Nietzsche define a la moral como una pócima para el olvido
moderna se hilvanan en los temas del o como un modo de ampliar aún
tango canción como condición de posi- más los recuerdos. Y la noche como
bilidad. Entonces el amor, la mujer, el cómplice del dolor.

240
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

La noche que te fuiste “En los últimos treinta años se ha


iniciado un cambio radical en la situa-
La noche que te fuiste, ción de la mujer”, afirma José Ingenieros
(más triste que ninguna), en su Tratado del amor en 1925:
palideció la luna
y se tornó más gris la soledad...10 Las costumbres comenzaron a modi-
ficarse desde que la mujer fue admi-
Otra noche tida a gozar de los beneficios de la
instrucción pública y el trabajo.
Otra noche que estoy solo, (...) La potestad marital, intangible
llorando mi mala estrella. todavía en los códigos, ha perdido su
Otra noche de amargura, eficiencia en las costumbres. (...) La
otra noche de tortura. mujer que se basta a sí misma quiere
¡Otra noche más sin ella! 11 ser una asociada y no una protegida;
la opinión de la mayoría, que marca El chivilcoyano
En estos tangos la decepción amorosa el tono de la moralidad, está decidi- Pascual Contursi
del hombre tiene como contracara el
deseo de la mujer. Inquietud mascu-
lina que excede los límites del tango
y que se escribe también en la novela
semanal, en el sainete, en revistas cien-
tíficas y en ensayos:

Cuando contemplamos la vertiginosa


carrera en que se precipita nuestra
juventud femenina, cuando vemos
la enormidad de muchachas que
concurren solas a reuniones sociales,
beben, fuman, bailan en forma
sensualmente llamativa, flirtean
descaradamente con cualquier cosa
que lleva pantalones y regresan
después, en semiconciencia a todas
horas de la madrugada a sus hogares,
comprendemos por qué el matri-
monio contemporáneo lleva envuelto
el germen de la infidelidad.12

Una nueva moral femenina comienza


a desplegarse a fines del siglo XIX. La
mujer empieza a formar parte activa
en la producción económica a la vez
que, desde distintos programas, se
fomenta una identidad autónoma
del hombre y, con ello, el reclamo
de sus derechos.

241
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

damente a favor de una progresiva La cheno


liberación de la mujer (...).13
Me la paso faseando
La noche en las letras del tango enchabonao por tus ojos brujos.
canción es, en una de sus formas, No puedo ni pensar.
el momento en el que el hombre se ¡Qué querés que haga!
muestra débil. Confiesa en voz alta Una cheno cualunque
su amargura, su fragilidad, a la vez me engrilló bien polenta,
que legitima de un modo indirecto me enruidó la sabiola,
el deseo de la mujer. En momentos piantó de esta podrida
en que esta es considerada menor y, al carajo con todo14.
de edad, que no puede comerciar,
ni firmar cheques, ni votar; en
momentos en que se edifican los 3. Sinestesia
parámetros de la familia burguesa
asignándole a la mujer un rol Por ser inadecuado para el público,
pasivo y de sometimiento, el tango ninguna compañía discográfica grabó
afirma que la mujer quiere, desea, se el sexteto de Elvino Vardaro. Era
mueve más allá de los dominios del el año 1933, el tango agonizaba un
hombre. La noche, como el tiempo poco –otra vez, tantas veces, repe-
de la confesión, anuncia en cierto tida esta agonía desde su origen hasta
modo, “la progresiva liberación de la hoy–. Vardaro era una hemorragia
mujer” y el desconcierto del hombre interna (aunque evidente, según dicen
ante su deseo. del sexteto: lucimiento de solistas,

Astor Piazzolla

242
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

síncopas y rubattos), continuación de Astor Piazzolla. Otra vez Piazzolla,


lo hecho por Julio De Caro. cumpliendo la función de drenaje
No lo grabaron porque no era comer- histórico, de abrirle al tango los
cial, un criterio que de tan cierto para la rincones musicales que fue dejando a
cultura popular, se vuelve dogmático. lo largo del tiempo. Lo plano se vuelve
Entonces su sonido queda como una sinuoso, la historia musical del tango
entelequia, se despliega en la memoria adquiere relieve: De Caro, Cobián,
de los que alguna vez lo escucharon Arolas, Joaquín Mora, se abren con
y después lo escribieron. Un sonido toda su complejidad compositiva
póstumo, hecho de palabras y no de bajo los dedos de Piazzolla. (Justa-
notas; no hay registro auditivo sino mente en él, acusado de ser homicida
escritura que describe. Así de imposible, del tango).
una restricción histórica para el tiempo En 1938, en Mar del Plata, Piazzolla
posterior, el signo de un límite que escucha la orquesta de Vardaro en la
despierta envidias, deseos, espejismos. radio (tal vez la que formó con Lucio
(La música, con la posibilidad de Demare, que tampoco grabó nunca).
ser grabada, se vuelve extensiva y de Enseguida Piazzolla se reconoce a sí
una temporalidad incierta: el disco es mismo, lo que él veía a pesar de sus
anónimo, va de mano en mano. Sobre diecisiete años, uno de su manada,
una placa, los músicos son una abstrac- arreglos, fraseos, un tango de cepa
ción; la música ya no es de quien la múltiple. Entonces le escribe una
interpreta sino del oyente). carta de admiración que es el anticipo
El sexteto de Elvino Vardaro, excelso, de otra carta posterior, escrita casi un
superior, brillante, no grabó nunca. Sin cuarto de siglo después, en 1961, en
embargo su música suena en la historia la que Piazzolla le ofrece integrar el
del tango. Acaso se hace más grande primero de sus quintetos. Vardaro
porque no queda expuesto a la apropia- tenía más de cincuenta años y todavía
ción sensible de los oyentes sino a una no era Vardaro sino un violín de
descripción adjetivada y necesaria de línea. Piazzolla comenzaba lo mejor
apenas algunos de ellos, historiadores, de sí, dificultoso, brutal, de camino
curiosos, apologistas, hagiógrafos del complicado y sin ninguna ortopedia
tango. Entonces la palabra dicha, la conocida. Graban, esta vez sí: lo que
historia escrita, se hace parte real, suena es el Quinteto Nuevo Tango de
adquiere una dimensión que obliga al Astor Piazzolla, y también el sexteto
lector a que realice ejercicios de sines- de Elvino Vardaro, aquel que no
tesia: Vardaro suena con su forma- grabó nunca. Todo a la vez, porque
ción en una frase, en una oración, en están la realidad Piazzolla y la posi-
medio de un verbo compuesto. Fisuras bilidad Vardaro, en un solo surco
del lenguaje, pliegues de silencio que el mismo gesto de incomodidad
se forman entre cada palabra; allí, el reunidos, la misma hemorragia que
sexteto se hace imposiblemente sonoro, drena años después. Al fin sonoro, en
imposiblemente excelso, superior y la reconstrucción musical que hace
brillante. Al sexteto de Elvino Vardaro Piazzolla del tango, Vardaro es mito
sólo se lo puede escuchar en los libros. fundacional para una cosmogonía
Las huellas mnémicas de aquel hecha de atrevimiento, incompren-
sexteto de 1933 son recuperadas por sión, aprendizaje y mucha disciplina.

243
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

NOTAS

1. Carella, Tulio, Tango, mito y esencia, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1966.
2. Carella, Tango, pp. 5-10.
3. Borges, Jorge Luis, Evaristo Carriego, Buenos Aires, Emecé, 1984, Tomo I, p. 166.
4. Gálvez. Manuel, El diario de Gabriel Quiroga [1910], Buenos Aires, Taurus, 2001, pp. 134-135.
5. Lugones, Leopoldo. El payador, Buenos Aires, Otero & Co impresores, 1916, Tomo I, p.91.
6. Rojas, Ricardo, Eurindia. [1922-24], Buenos Aires, Losada, 1951, Tomo XXIV, pp. 176-177.
7. Bates, Héctor y Luis, La historia del tango, Buenos Aires, Tall. Graf. de la Cía. General Fabril Financiera,
Tomo I, 1936, p.11.
8. Tango: Algo exótico en la Argentina. Revista Primera Plana. 19 de marzo de 1963. P. 32.
9. ¿El tango en estado de asamblea? Revista Qué, Año II, nº 105, 16-10-1956, p. 31. En el copete de la nota,
ilustrada con la foto de Astor Piazzolla, dice: “La experimentación permanente puede llevar a la esterilidad”.
10. “La noche que te fuiste”, Música: Osmar Maderna. Letra: José María Contursi.
11. “Otra noche”, Música y letra: Rodolfo Sciammarella.
12. W. Cuttis [1927], El adulterio. Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, Buenos Aires.
Citado en D. Barrancos, Moral sexual, sexualidad y mujeres trabajadoras en el período de entre guerras. Historia
de la vida privada, Buenos Aires, Taurus, 1999.
13. J. Ingenieros. Tratado del amor. En Obras completas, Tomo II. Buenos Aires, Ediciones Mar Océano,
(1962) [1919-1925], p. 324.
14. Una cheno. Poema lunfardo. Julián Centeya.

244
246

Un verdadero mito
Por Agustín Valle e Ignacio Gago

Es difícil interpretar el mito de Patricio Rey y sus


Redonditos de Ricota. Hay en este fenómeno histó-
rico algo de excesivo que impide construir una mirada
definitiva sobre lo implicado en él. Por un lado, si
quisiéramos ordenarnos, deberíamos referirnos a la
poderosa poética de los músicos: frases enigmáticas,
metáforas difícilmente clasificables e historias de un
mundo que va del under a la periferia sin por ello
disminuir sus exigencias estéticas. Hay un aura en el
hermetismo. Tanto en su lenguaje como en sus apari-
ciones públicas, estás últimas dosificadas por su reti-
cencia a hablar por fuera de sus enunciados musicales,
salvo excepcionales intervenciones que, por lo general,
escapaban a lo que se espera de un clásico rock star.
Sus recitales –desde sus primeros ensayos en espacios
contraculturales en la época de la dictadura hasta las
masivas concentraciones de los años 90– conmocio-
naban los órdenes estatales y las disposiciones territo-
riales. La presencia de esas “almas ricoteras”, en barrios
y pueblos estremecidos por el temblor juvenil, exaspe-
raba el clima. Nadie sabía bien cómo actuar frente a
ello, ni las fuerzas de seguridad ni los medios de comu-
nicación. También, el exceso ricotero tuvo sus dificul-
tades para administrar la violencia que se generaba
a su alrededor. La compleja tensión del mundo que
congregaba distaba de las imágenes más remotas de
un comunitarismo experimental. Y este devenir, desde
aquellos primeros movimientos hasta el momento en
el que el poder se hace cargo de sus potencias simbó-
licas, es abordado en su complejidad por Ignacio Gago
y Agustín Valle como un modo, también, de lidiar con
el hechizo de la alquimia ricotera.
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

Patricio Rey es un verdadero mito, no que cada ricotero hace de la vida...–,


un personaje mitificado. Ensoñado va acrecentando la figura de un Rey
inicialmente por jóvenes no tan que, desde algún lugar lejano, permite,
jóvenes en la ciudad de La Plata en habilita, una experiencia heterogénea,
los años 1976/77, Patricio Rey es el un “mecanismo diferente de organiza-
mito de que alguien puede apadrinar ción de las voluntades” (Solari).
los berretines de una libertad grupal, Patricio Rey no es una interpretación
que se basta pequeña y efímera pero mitificadora de un personaje histórica-
cuya intensidad puede crecer con tras- mente efectivo, el uso de una empiria
cendencia inconmensurable. Alguien cristalizada para el apuntalamiento
excelso, de jerarquía redoblada –patricia de un esquema conductal: es la crea-
y monárquica–, para atizar encuen- ción de una figura imaginaria que
tros en torno al principio ordenador no determina, que alienta a algo sin
del placer, con el mandato de perder la predicar exactamente qué es, incluso
forma humana y un concepto regente sin encapsular la experiencia exclusiva-
de fiesta. Un personaje exento de acto mente en los encuentros entre los rico-
inaugural; un mito que no es ejemplar teros y la banda o a la escucha de los
sino más bien efectivo en tanto ausente, discos. Patricio Rey es un verdadero
y que, lejos de prescribir conductas mito, no una realidad mitificada; y un
modélicamente, deja, con la presencia mito verdadero: existe, hace sentido,
de su distancia, un espectro de sentido estimula la organización de prácticas
que debe ser adivinado arriesgando. específicas, enhebra la simbología de
Los Redonditos de Ricota, pupilos de una disidencia social. Es verdadero por
Patricio Rey en estas pampas, consi- prepotencia de verdad, mito instau-
guieron su padrinazgo vía coacción: la rado y que se reproduce por contagio;
única vez que Patricio dio su palabra un virus del placer libertario y comunal
personalmente, en el único texto que contra el virus del control2.
se le atribuye a su voz1, declara que La producción de verdad de PR no
el grupo “no pidió ni imploró padri- procede por adecuación, sino por crea-
nazgo, sino que lo exigió a través de ción, por emanación libidinal. Más
una amenaza”. La amenaza de terror que adecuarse a una forma de ser y
si el Rey no apadrinaba la fiesta –y esa modelizarla para
tensión, de sinergia entre calamidad su reproducción Patricio Rey es el mito de
y júbilo, motorizó desde entonces el continua, Patricio que alguien puede apadrinar
espacio redondo–. A partir de allí, cada es el presupuesto los berretines de una libertad
acto realizado en nombre de la estela p e r f o r m a t i v o grupal, que se basta pequeña
amparadora de Patricio –cada presen- de una clave de y efimera pero cuya inten-
tación de la banda, cada disco y cada encuentro: clave sidad puede crecer con tras-
tema, cada declaración y cada acto de encuentro que cendencia inconmensurable.
organizativo del grupo, pero también fue laboratorio,
las vidas mismas de sus miembros, y fábrica y campo de entrenamiento de
después también cada encuentro de saberes y formas subjetivas que sacu-
millares o de a pocos en una esquina dieron la cultura argentina de fin de
o un bar o en las mil situaciones de milenio; saberes y formas subjetivas que,
intercambio de guiños de una “forma enjambrados, conectados con otros,
de ser ricotera”, o en el mismo mapa tuvieron efectos políticos concretos

247
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

también (en las jornadas de diciembre ción sensible que portaba la expe-
de 2001, sobre todo la del día 20). riencia de Los Redondos. Exceso vital
Pero no nos adelantemos. que desbordaba la formación de banda
Estábamos en que Patricio Rey no es de rock, un recital, discos y canciones,
un mito hecho netamente de la miti- arte de tapa; exceso que es el ánimo no
ficación de un segmento de empiria, reducible a ninguno de sus órganos. Si
tornado modelo para prescribir la orde- la estructura mítica en general tiene
nación de las conductas (no es un mito algo de pedagógico (inteligibilizador,
que trae implicada su conclusión), sino develador, sintetizador, orientador),
que se instaura para amparar una expe- el mito ricotero es un presentimiento,
riencia que es donde se alimenta, de la una intuición cuya forma se busca
que nace. Entre el desarrollo mítico y bailando, un mito nunca lleno, sino
la producción de realidad tangible hay que exige una adivinación creadora
un paralelismo de retroalimentación. (adivinación que te vuelve partícipe
Porque las diversas condiciones mate- activo del mito).
riales de la presencia ricotera también La traducción del exceso de informa-
van constituyendo halo mítico. Es ción sensible (exceso respecto de los
conmovedor, por ejemplo, escuchar códigos de expresión y comunicación)
a un ricotero que por joven nunca no redunda en una inteligibilidad de
estuvo en un show de la banda hablar ese trasfondo insondable. No: Patricio
sobre lo que imagina de esas fiestas; hay es un mito opaco, porque es el mito
muchos comentarios así debajo de los propio de una frecuencia clandes-
videos de los shows en YouTube. Pero tina, de una dimensión clandestina
hace rato que los primeros tiempos de las vidas. Clandestinidad no sólo
de la banda, entre 1976 y 1982, con signada por el “boca en boca” de
su memoria de yuntas jolgoriosas, sus recitales, el “hermetismo” de sus
carnavalescas y circenses, lleno el letras (a la par de los enormes efectos,
escenario de personajes disfrazados reinterpretaciones, usos...), la poca
y delirantes, una euforia desatada o nula difusión de Los Redondos en
en reductos mugrientos del under los medios de comunicación, la nula
platense (luego también porteño)3 “bajada de línea” de la banda en letras
donde los pupilos-misiles de Patricio o en declaraciones; sino en tanto que
demostraban, en los años más feroces la potencia desbordante de la expe-
del Terror estatal en Argentina, “que riencia ricotera se mueve en un nivel
había vida antes de la muerte”4. El mito “escondido”: politicidad clandestina
de una resistencia –a las formas de vida de unos cuerpos, unos encuentros,
de la dictadura– que no competía con unas miradas...
el Estado, no aspiraba a conquistar el La materialidad de esa “frecuencia”
poder, sino a ejercer ahora ya un tras- clandestina sin embargo está a la vista
tocamiento de lo posible, del sentido de todos: pieles tatuadas, paredes
de las cosas, de las imágenes de la vida grafiteadas, cantos de tribu. El mito
(pero no viviendo la vida como imagen, de Patricio Rey pasa a ser el código
sino las imágenes como vida). (contraseña, llave) de esa clandestinidad
Lo mítico de Patricio es elaborado –masiva, con los años–. Mito como
entonces mediante una especie de interfaz entre la politicidad de la expe-
traducción de un exceso de informa- riencia y su dimensión masiva, pública,

248
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

accesible, transversal (a públicos ánimos de una ciudad, incluido su


variados, a extensas zonas del país). orden callejero? ¿Qué pasa ahí?
Otro rasgo de la opacidad, suciedad o El mito de Patricio Rey se explica por
impureza de la mitología ricotera es la el devenir de las experimentaciones
profusa galería de personajes que hay que en él se amparan (contrariamente
en las canciones. El mundo cantado a la habitual explicación de los sucesos
por los Redondos es un mundo habi- por la matriz del mito). Es un mito
tado por seres marginales, a veces que viene del futuro, concibiendo al
vistos en su patetismo (sus tics de acer- futuro como dimensión del presente
carse al modelo del centro), a veces (“toda historia es
vistos como excéntricos (fundantes contemporánea”: Ni dramáticas ni románticas;
precarios de su nuevo propio centro también la del trágicas y ambiguas. Estos
universal). El pibe de los astilleros, futuro). Su adve- personajes y secuencias opacas
Pierre “el vitricida”, el Botija Rapado, nimiento consiste que pueblan las letras de los
el Morta punto com, la murga de la en advertir que Redondos también son otra
Virgencita o los prometidos de carne... ya llegó, ya está arista del mito como interfaz
También en el arte gráfico de la banda, acá: hay que sacar entre las vidas ricoteras y su
desde el disco Oktubre hasta Momo las conclusiones simbología, imágenes y relatos;
Sampler –segundo y último, editados últimas, que son personajes borders, entre lo
en 1986 y 2000 respectivamente–, la las que advienen mundano y lo mítico.
mirada se posa en gentes sufridas y a cuando logramos
la vez peligrosas: existencias en cuya los ojos para verlo –y esa operación
explotación se apoya el orden del perceptiva es una organización colec-
mundo, existencias que si se afirman tiva concreta–.
son en lucha. Ni dramáticas ni román- El socavamiento de toda fijación siste-
ticas; trágicas y ambiguas. Estos perso- mática hizo a la larga duración del
najes y secuencias opacas que pueblan derrotero de Patricio y sus Redondos;
las letras de los Redondos también son la banda vivió, estable en su dispo-
otra arista del mito como interfaz entre sición mutante, veinticinco años:
las vidas ricoteras y su simbología, de 1976 a 2001.
imágenes y relatos; personajes borders, Veinticinco años en donde los rituales
entre lo mundano y lo mítico. ricoteros fueron la celosía de Patricio
Rey y en donde el sentido se daba en
el raje. Un mito que raja de y lo que
Mito celoso y filoso hay. Gulp! (1985) es el primer disco y
una de sus líneas principales ya es, en
¿Por qué los Redondos son los sus letras, la crítica al rock (a la boutique
Redondos? Esa es la pregunta del rock, al rock del rico Luna Park:
elemental sobre la experiencia rico- el rock espectáculo). Los Redondos
tera: todos los testigos de su exis- entran al rock demarcándose del Rock,
tencia coinciden (con o sin festejo) ejercen un “estar rajando”. Una huida
en lo palmario de su diferencia, de su que huye golpeando, fuga y atentado
especialidad –es único en su especie–. en un mismo movimiento. Un instinto
¿Por qué tanta historia con una banda de negación como procedimiento para
de rock? ¿Cómo es que un grupo de abrirle paso a las propias afirmaciones.
música hace saltar por el aire los Ya no le alcanza (no lo arregla) pensar

249
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

Composición realizada
por Rodrigo Noya

250
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

que no hay futuro: tiene que armar algo, Estado, de arengas contra el gobierno
que sea un abandono de lo que hay, menemista, también de recelo activo
pero que sea acá mismo y constituyendo hacia la representación mediática5
mundo. No puede no ser conflictivo. (la banda tuvo una relación estraté-
Para situar la conflictividad inherente gica de distancia y uso esporádico de
de Patricio con sus épocas no hace falta los canales mediáticos, lejos del auto-
pensar solamente en la gráfica de sus matismo ansioso de la maximización
discos Oktubre, Un baión para el ojo ilimitada de visibilidad).
idiota o Bang! Bang! estás liquidado, ni El mito de Patricio organizó una
en los incidentados recitales en esta- presencia que habitó el agotamiento de
dios de fútbol desde los noventa (esas la representación sin apatía ni nihilismo;
imágenes de tierra liberada a la ambi- sino rajándolo,
valencia creativa, solidaria y –auto– a bordo de un La inmanencia del encuentro,
destructiva a la vez). Cuenta Poli en el gigantesco bondi así, arma un ídolo propio,
libro de Gloria Guerrero, que el primer que avanzaba como si se dijera, de barro,
show de Los Redondos en Capital fue como bólido moldeable. Darse su propio
un viernes 18 de agosto de 1978, y el para ver qué ídolo trascendental es el gesto
que estaba programado para el sábado había más allá de mayor fortaleza para la
fue el primer show que les suspendieron, de lo evidente. propia afirmación. (Ese Rey
temeroso el dueño del Centro de Artes y Frágil, aun si manda obedeciendo...). Con
Música, no porque se hubiera roto algo, capaz de ser uno esa voluntad de constituirse
sino más ampliamente por las pasiones de los (¿tres, según sus efectos, Patricio llega
que vio desatadas en esa primera noche cuatro?) cauces a ser la corona más multitu-
de ricota en Buenos Aires. No era más intensos dinal de toda nuestra historia.
exactamente un espectáculo. de la sensibi- La “multitud” descarriada
Veinte años después, el intendente lidad disidente (primero muy pequeña y luego
de Olavarría suspende, un día antes, que estalló en inconmensurable) lo corona.
el show que iba a dar la banda en esa dosmiluno. La
ciudad. Y en el 2001, es la propia banda del agite, la apropiación de la calle y
la que suspende un recital programado el enfrentamiento con la cana; la de la
para octubre en el estadio de Unión, instauración de nuevos posibles y nuevas
en Santa Fe, diciendo que no estaban necesidades (progresivamente asumidas y
dadas las condiciones de sociabilidad reinterpretadas por las administraciones
para un congreso ricotero. de gobierno); la sensibilidad que impug-
Los Redondos chorrearon en todas naba la fiesta oficial de los noventa –con
las épocas. Encontraron siempre piedras y con fiesta de otra clase– y la
una suerte de envés de sombra de la estética gobernante del fin de la historia.
verdades de la época, de cada una, las
habitaron rajando(las); por supuesto,
la banda de Patricio no podía sino ser Un mito Real
frágil. Aun potentísima; aun filoso el
vidrio es frágil. Como en general lo Es un mito monárquico el que atizaba
arrojado. Arrojo hecho de desconfianza un raje de la representación (y de la
de piel y entrañas y seso (aquí, gracias pura “pobreza” de su agotamiento).
a Dios, uno no cree en lo que oye…), de Un mito monárquico que raja primero
combates con las fuerzas represivas del de la lógica del despotismo asesino,

251
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

después de la primavera apocada (en propio ídolo trascendental es el gesto


1984 los Redondos graban su primera de mayor fortaleza para la propia
frase: “esta vez, por fin, la prisión te va afirmación. (Ese Rey manda obede-
a gustar”); luego esquiva la desilusión ciendo...). Con esa voluntad de cons-
alfonsinal (“ahora tiro yo porque me tituirse según sus efectos, Patricio
toca...”), finalmente arma una gigan- llega a ser la corona más multitu-
tesca trinchera de aguante y jolgorio dinal de toda nuestra historia. La
en la intemperie neoliberal. Un mito “multitud” descarriada (primero muy
monárquico para la autonomía; un pequeña y luego inconmensurable)
mito Real para rajar –de– la realidad. lo corona. Esa multitud coronando
¿Qué clase de Rey es Patricio? vía irrupción y amenaza de bardo es
Una realeza guillotinada que sigue el diferencial de potencia que habi-
bailando, lúcido espasmo que provee lita todo el rito, la liturgia profana
signos alusivos a la grandeza y motivo de Patricio Rey. Todavía hoy (2012),
para que los súbditos busquemos la cuando toca su exfrontman, es llegar
mejor versión de nosotros mismos. a un pueblo o ciudad argentina y
Esa realeza nuestra es un puro cuerpo encontrar un paisaje conmovedor.
animoso, que se da a sí mismo una Pueblos argentinos transformados en
cabeza, un sitio-cabeza cuyo ocupante una superficie inundada por los auto-
vive ausente y pretende siempre ser instituidos discípulos de Patricio.
adivinado. Un monarca absoluto y Miles, miles y miles de pibas y pibes,
disoluto, inventado para ir más allá y señores y señoras, provenientes
de nosotros mismos. Un pasadizo, de todos los rincones del país, y la
contraseña y acertijo. corona de Patricio tatuada en tantas
Patricio Rey (y sus redonditos de ricota) pieles como no es posible contar. Una
–aquel dispositivo musical: productor, inundación de alegría porque llegar
organizativo, simbólico–, nació en ahí es encontrar la increíble exten-
diálogo analógico con su época pero su sión de nuestra intensidad. Feste-
derrotero tuvo efectos y consecuencias jando que nos une algo mucho más
inesperadas, que la experiencia atendió, grande que nosotros, que a la vez no
y así fue mutando, poniéndose al existe nunca sino en estas expresiones
servicio (oh Rey leal) de sus efectos.6 (recitales como éstos pero también
Patricio Rey, tutor-excusa, espectro en otros encuentros y momentos más
pagano, tercero invisible común a todos fugaces); Patricio Rey, monarca por
los que estamos en su fiesta, es el nombre invocación, sobrevive desbordando al
en clave de una trascendencia que no conjunto de músicos integrantes de
era previa a los sujetos, sino histórica, Los Redonditos de Ricota. Nunca los
efecto del encuentro, invención de unos Redondos se confunden con el Rey.
nosotros autoinstituidos, de una zona y A pesar de las poderosas fuerzas que
una red de contrabando de los signos pugnan y casi llevan a ungir al Indio
de otro mundo que existe acá, semies- Solari, inscriptas en la milenaria fasci-
condido en éste. Unas condiciones para nación por la voz cantante y por las
mirar el mundo de frente y rugir. singularísimas características del calvo
La inmanencia del encuentro, así, argentino, ningún redondo encarna
arma un ídolo propio, como si se nunca a Patricio, sino que todos
dijera, de barro, moldeable. Darse su hacen su mundo, participando en su

252
LA BIBLIOTECA
Mundanas N° 12 | Primavera 2012

invocación. Por eso, también entre sociales, música con efectos políticos,
los que tocan su música y los que la música con efectos gubernamentales.
bailan hay roles diferentes, pero son En los últimos años, el mito de Patricio
ante todo iguales: carnes celebrando ha sido apropiado por un relato de
que existe Patricio. “Somos todos sentido determinista; Patricio es un
redonditos, redonditos de ricota.” mito tan potente que ha resultado
¿Se recuerda alguna otra banda o objeto del armado de la nueva legiti-
formación que tenga un mismo midad construida desde el Gobierno.
nombre para nombrar a los “líderes Despojado de misterio, es usado
emergentes” y a “los muchos en el como mito predicativo, despojado así
llano”? Soy redondo; de los redondos de su naturaleza experimental. Difícil
para los redondos. Porque redondo no saber si esto signa la muerte del mito
designa una posición de privilegio del o si la apropiación –¿qué es o no es
ídolo, sino una condición de perte- mutación?– sintomatiza la potencia
nencia, por participación, en la fiesta. que todavía guarda (va de suyo que
Todos somos súbditos de Patricio. sintomatiza la potencia que tuvo).
De todas formas, tampoco es posible
cerrar la operación al determinarla
Patricio secularizado, como “apropiación”; porque también
¿corona expropiada? hay “traducción”, incluso “entrega”
(cual “Plan desarme”) de imágenes,
La pregunta por la herencia de símbolos, estéticas, para un “uso”
los Redondos puede ser una falsa otro, a una lógica no compatible, en
pregunta. Aquella afirmación de principio, con los axiomas del mito
autosuficiencia, desesperadamente y de la producción mítica que hemos
jubilosa, se contagia atravesando descrito. Es evidente el uso que subor-
la cultura mediante vasos comuni- dina la corona a otra corona... Pero
cantes complejos. El contagio opera no es tan fácil sentenciar si la corona
por apropiación, por resignificación, ricotera es apropiada, secuestrada,
por digestión. En tanto los efectos de entregada, si estaba disponible, si la
la banda son fértiles, no se remiten usan como puro anzuelo... Simul-
a su terreno de origen. No recon- taneidad de operaciones, comple-
firman lo que la banda ya era; por jidad habilitada, de vuelta, por la
eso muta el circo de Patricio. Así las potencia del mito.
cosas, en cuanto a la “herencia” de los En todo caso, al situar los fragmentos
Redondos, hay que buscar sus efectos redonditos –los mitemas– en enun-
no sólo en el rock sino en la música ciados que cierran su sentido, como
en general; no sólo en la música sino mínimo se le despoja el misterio, es
en el arte en general; no sólo en el arte decir su potencia de generar nuevos
sino en el amplio mapa actitudinal de posibles. Los misterios no pueden
la vida común. La música no conecta resolverse –sí pueden transformarse
sólo con la música; la obra de Patricio en misterios mejores–; un mito sin
Rey y sus redonditos nutre sensibi- misterio es un mito poco interesante,
lidades extra musicales; música con y las verdades que dejan de ser intere-
efectos urbanos, música con efectos santes se convierten en mentira. Qué
lingüísticos, música con efectos podría ser peor, eso no me arregla...

253
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Mundanas

NOTAS

1. Se trata de un texto, publicado en la revista Expreso Imaginario, escrito por el Indio Solari y Guillermo
Beilinson (hermano de Skay, guitarrista de la banda) donde un periodista –Norman Olliermo Indigi– logra
entrevistar al mismísimo Patricio Rey en su búnker de Bruselas.
2. No es casual que la banda congénere y conciudadana de los Redonditos sea precisamente Virus; el Indio
Solari incluso escribió la letra de un tema de la anterior banda de Federico Moura, líder de Virus. Con un
hermano mayor secuestrado y desaparecido, y su propia muerte de sida, Moura muestra polos de proyectos y
riesgos muy cercanos a los de los Redondos.
3. Para adentrarse en el paisaje de aquellos años donde la banda ejercía la resistencia de las capacidades
festivas en plena dictadura, puede leerse el recientemente publicado libro Los pasajeros del Rey Patricio, de
Jorge Martín Ocaña.
4. Declaración de Sergio Martínez, alias Mufercho, a Gloria Guerrero, en El hombre ilustrado, biografía de
Carlos Indio Solari.
5. El recital de los Redondos en Villa María, Córdoba, en mayo del 98, fue claro en ese doble enfrentamiento:
no sólo fue una de las poquísimas veces de toda la década del 90 en que la Policía se dio orden de retirada en un
enfrentamiento callejero (otra fue en el cutralcazo del otoño del 96), sino que en la batahola las hordas ricoteras
levantaron en peso un móvil de Crónica: la Traffic blanca quedó volteada en el suelo.
6. No sometió, Patricio, sus efectos a su plan. Sólo hay experiencia cuando una entidad se constituye en rela-
ción con los efectos de su existencia (y no guardando la esencia en un sentido de origen, degradando los efectos
de su existencia a meros sucesos).

254
La memoria cultural del país
es inabordable sin aquellos
esfuerzos literarios por narrar
sus derroteros. Los dilemas
universales fueron tratados
con la máxima imaginación
por las plumas argentinas.
Prosas En un universo trazado
por sugestivas ficciones,
potentes alegorías y especu-
laciones paradojales, la lite-
ratura no estuvo exenta de
formulaciones mitológicas.
Ellas condensan elementos de la cultura popular entreverados con
reflexiones de prosapia ilustrada. Hay muchos nombres en esta
tradición que no es, siquiera, pensable sin sus estilos singulares.
De Borges a Juan L. Ortiz, de Cortázar a Echeverría, de Fogwill a
Sarmiento y de Martínez Estrada a Macedonio Fernández. En este
racimo arbitrario podemos ver un conjunto mucho más vasto que
llega a las jóvenes vocaciones de la narrativa contemporánea.
En este espacio proponemos recorrer algunos escritos de diversa
índole que refieren a nombres, estilos y mitos literarios. Carlos
Gamerro propone un ejercicio comparativo en el que se entre-
cruzan la vida de Borges y Homero, donde la ceguera y los
personajes mitológicos de uno y otro se aproximan franqueando
umbrales geográficos y temporales.
Marcelo Percia también parte de Jorge Luis Borges, más específi-
camente de su cuento “La lotería en Babilonia”, para rastrear un
cúmulo de imágenes condensadas en su escritura. Frases y para-
dojas en las que Percia logra entrecruzar la filosofía y el psicoaná-
lisis, deduciendo de la apelación a la deriva azarosa de la lotería
las posibilidades de afirmar el devenir, en el caos del universo, por
fuera de las determinaciones de la identidad.
Fermín Rodríguez plantea una sucesión de escenas, como si se tratase
de actos teatrales de la vida nacional de principios de siglo XX,
en los que diversos autores –de Lugones a Macedonio Fernández–
recrean los imaginarios en torno a la espacialidad de la ciudad y
el campo, entre el cosmopolitismo y las tradiciones heredadas del
siglo XIX, en las que siempre sobrevoló la idea de un vacío territo-
rial al que sólo se lo enfrentaría a partir de imaginar su ocupación
a través del pensamiento y la palabra.
Tania Diz propone repensar la mitología de la mujer escritora
en los años 20 y 30, época en que a la mujer le estaba reservado
el espacio “privado” de la familia nuclear y en que las activi-
dades desarrolladas por fuera de esas prescripciones sociales eran
consideradas impropias del modelo dominante. Así, abrevando
en muy diversas fuentes, reconstruye el mito de las escritoras a
través de artículos periodísticos que van del elogio al escarnio, y
de la escritura de Alfonsina Storni, Salvadora Medina Onrubia
y Victoria Ocampo.
Graciela Goldchluk interpreta el estilo de Puig a partir de su
propensión cinematográfica. Esta condición lo acerca a aspectos
poco abordados por la literatura, encontrando en los signos del
habla popular, en sus temas de superficie, en su cotidianeidad,
una desmitificación del prestigio que “la profundidad” tenía en las
letras argentinas. Un Puig que ingresó a la literatura por fuera de
su canon, con sus reglas y normativas, para producir reverberancias
en las letras latinoamericanas.
Valentín Díaz recupera la figura de Néstor Perlongher, que se
inscribe en la corriente barroca del siglo XX, produciendo modifi-
caciones en dicha tradición literaria, a las que el autor, con gracia,
denominó “Neobarroso”. Y este estilo, digamos materialista, es
esbozado sobre el fondo de una vida tramada de compromisos mili-
tantes, de una activa experiencia en Brasil, de una relación con las
vanguardias estéticas, con la vida nocturna y sus personajes y con
las más refinadas teorías de la época.
Por último, Horacio González explora las relaciones entre
narración literaria y lengua, a partir del análisis de dos novelas
contemporáneas: Habla Clara de María Pia López y El amparo
de Gustavo Ferreyra.
258

Borges, Homero
y el inicio de la escritura
Por Carlos Gamerro

La convergencia de las tradiciones narrativas griegas y


pampeanas ha sido objeto de preocupación en la escri-
tura de diversos autores; recordamos a Lugones entre
los más notables. Carlos Gamerro entrecruza las vidas
de Borges, nuestro narrador de épicas gauchescas y
terminales, con Homero, el hacedor de las agonías
clásicas y hagiográficas. No sólo la fuerza asimiladora
de los devenires borgeanos y homéricos surge como un
gran ejercicio del anacronismo literario, sino también
el recuerdo que subyace de aquellos seres oscuros y
enaltecidos que eran los griegos micénicos.
Irónicamente, el gentilicio “griego” no reconocía a los
micénicos en su era: nombres como aqueos, argivos
o danaos eran más consecuentes con su estirpe.
Algunos autores sostienen –tal como lo hubiese dicho
Borges– que los micénicos eran los vikingos de la
Edad de Bronce, con un abstruso y poco lírico sistema
de escritura, sustraído a la civilización cretense que
tal vez destruyeron. La bendición homérica los trans-
formó en héroes. La similitud con la tragedia del
gaucho –más bien, un lancero pampa en su consti-
tución espiritual– que fue combatido desde la razón
oligárquica civilizada, elevado a la categoría de ícono
por la misma clase, emerge inexorable.
En Borges y Homero, una vez más la barbarie y
la ceguera justifican, encauzan y limitan vidas
trazadas para la escritura. Ulises y Aquiles, Tadeo
Isidoro Cruz y Juan Muraña no podrían imaginar,
desde la especificidad de sus universos inmediatos,
que se erigirían, a partir de Borges y Homero, en
monumentos literarios.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

I una ficción o un constructo, cuando


escribe una ficción sobre Homero
En su conferencia titulada “La ceguera”, imagina un individuo verdadero.
incluida en Siete noches (1980), Borges “El hacedor” (1960) es la recreación
traza un linaje de escritores ciegos que imaginaria de la vida del poeta griego,
incluye a Joyce, Groussac, Milton y aunque no de toda la vida sino de
Homero, aunque admite que la inclu- un momento en ella: aquel en que
sión de este último importa una peti- descubre su destino de poeta. Y éste
ción de principio: está ligado a su ceguera: el Homero de
Borges no es, como Borges, un poeta
No sabemos sí Homero existió.  El que se queda ciego: es un hombre al
hecho de que siete ciudades se que la ceguera hace poeta.
disputaran su nombre basta para En trance de acercarse imaginaria y
hacernos dudar de su historicidad. emotivamente a su personaje, Borges
Quizá no hubo un Homero, hubo hace lo que todo buen escritor de
muchos griegos que ocultamos bajo el ficciones, busca una vivencia común
nombre de Homero. Las tradiciones que haga de puente, y modela sobre
son unánimes en mostrarnos un la propia la ceguera de Homero.
poeta ciego; sin embargo, la poesía Así describe el proceso de la suya en
de Homero es visual, muchas veces “La ceguera”:
espléndidamente visual...
Yo vivo en ese mundo de colores
Es verdad que la existencia del indi- y quiero contar, ante todo, que si
viduo Homero no es históricamente he hablado de mi modesta ceguera
comprobable: no hay documentos personal, lo hice porque no es esa
ni testimonios que la demuestren. ceguera perfecta en que piensa la
Sabemos que La Ilíada y La Odisea gente; y en segundo lugar porque se
fueron compuestos oralmente, por trata de mí. Mi caso no es especial-
generaciones de rapsodas, hasta que mente dramático. Es dramático el caso
en algún momento –alrededor del de aquellos que pierden bruscamente
siglo VIII a.C.–, la escritura los fijó la vista: se trata de una fulminación,
en la forma que hoy conocemos. Las de un eclipse; pero en el caso mío, ese
muchas historias que se cuentan y las lento crepúsculo empezó (esa lenta
innumerables que se dan por sabidas pérdida de la vista) cuando empecé
en los poemas homéricos no fueron a ver. Se ha extendido desde 1899
inventadas por ningún individuo en sin momentos dramáticos, un lento
particular, son una constelación de crepúsculo que duró más de medio siglo.
mitos organizada narrativamente alre- Para los propósitos de esta conferencia
dedor de la famosa guerra entre griegos debo buscar un momento patético.
y troyanos. Si Homero existió, fue a lo Digamos, aquel en que supe que ya
sumo el último o tal vez el más impor- había perdido mi vista, mi vista de
tante de estos rapsodas, el que los repre- lector y de escritor. Por qué no fijar
senta metonímicamente a todos. la fecha, tan digna de recordación,
Si en un género de verdad como la de 1955. No me refiero a las épicas
conferencia Borges admite la posibi- lluvias de septiembre; me refiero a
lidad de un Homero que puede ser una circunstancia personal.

259
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Esta circunstancia es su nombramiento A diferencia de Borges, el Homero de


como director de la Biblioteca Nacional. “El hacedor” no es un poeta, sino un
La ironía de que lo nombraran director hombre que vive en la actualidad del
de una biblioteca de novecientos mil instante, en el mundo primariamente
volúmenes cuando ya no era capaz de físico de la acción y de las sensa-
leerlos dio origen a su “Poema de los ciones, hasta que ese mundo comienza
dones”, que comienza “Nadie rebaje a gradualmente a abandonarlo:
lágrima o reproche / esta declaración de
la maestría / de Dios, que con magní- Nunca se había demorado en los
fica ironía / me dio a la vez los libros goces de la memoria. Las impresiones
y la noche.” Hacia el final del poema, resbalaban por él, momentáneas y
Borges se siente unido en “un yo plural” vívidas; el bermellón de un alfarero,
y “una sola sombra” con Paul Groussac, la bóveda cargada de estrellas que
también director de la biblioteca y también eran dioses, la luna, de la
también ciego. Esta noción de la ceguera que había caído un león, la lisura
como un don se desarrolla y explicita en del mármol bajo las lentas yemas
la ya mencionada conferencia: sensibles, el calor de la carne de
jabalí, que le gustaba desgarrar con
Un escritor, o dentelladas blancas y bruscas, una
Los poemas homéricos, siendo todo hombre, palabra fenicia, la sombra negra que
las epopeyas más antiguas, debe pensar que una lanza proyecta sobre la arena
son las más modernas, en el cuanto le ocurre amarilla, la cercanía del mar o de las
sentido de que son las únicas es un instrumento; mujeres, el pesado vino cuya aspereza
–sin exceptuar La Eneida– todas las cosas le mitigaba la miel, podían abarcar por
que puede leer con placer un han sido dadas entero el ámbito de su alma. Conocía
lector de hoy, formado como para un fin y esto el terror pero también la cólera y el
lector de novelas. Y como tiene que ser más coraje, y una vez fue el primero en
esto es tanto más cierto de fuerte en el caso de escalar el muro enemigo. Ávido,
La Odisea que de La Ilíada, un artista. Todo lo curioso, casual, sin otra ley que la
no sorprende que Joyce haya que le pasa, incluso fruición y la indiferencia inmediata,
elegido a aquélla como el las humillaciones, anduvo por la variada tierra y miró,
cimiento de su fundación de la los bochornos, las en una u otra margen del mar, las
novela moderna en su Ulises. desventuras, todo ciudades de los hombres y sus pala-
eso le ha sido dado cios. En los mercados populosos o
como arcilla, como material para su al pie de una montaña de cumbre
arte; tiene que aprovecharlo. incierta, en la que bien podía haber
sátiros, había escuchado complicadas
En su caso, al saberse ciego, se dedicó historias, que recibió como recibía la
a estudiar el idioma anglosajón: “La realidad, sin indagar si eran verda-
ceguera es un don. (...) Me dio el anglo- deras o falsas.
sajón, me dio parcialmente el escandi- Gradualmente, el hermoso universo
navo, me dio el conocimiento de una fue abandonándolo; una terca
literatura medieval que yo habría igno- neblina le borró las líneas de la
rado, me dio el haber escrito varios libros, mano, la noche se despobló de estre-
buenos o malos, pero que justifican el llas, la tierra era insegura bajo sus
momento en que se escribieron”. pies. Todo se alejaba y confundía.

260
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

A diferencia de otros poetas, filósofos cosas más cercanas ya se alejan de


o santos que se retiran del mundo para nuestros ojos, así como el mundo
que éste no los distraiga de su trabajo visible se ha alejado de mis ojos, quizá
verbal, intelectual y espiritual (en “La definitivamente”.
ceguera” Borges cita dos: “Demócrito Homero, como Ireneo Funes, empieza
de Abdera se arrancó los ojos en un a recordar porque ya no puede vivir en
jardín para que el espectáculo de el mero presente. Los recuerdos que
la realidad exterior no lo distrajera, Homero recupera son dos: uno de un
Orígenes se castró”) es el mundo el muchacho que lo ofende, del padre
que se aleja y los deja, a Homero y que escucha su queja y del puñal de
a Borges, solos. “Todo lo cercano se bronce que él siempre había codi-
aleja” cita Borges a Göethe en “La ciado y que su padre le da con las
ceguera”, y agrega: “Al atardecer, las palabras: “que alguien sepa que eres

Homero,
por Rafael

261
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

un hombre”. Entendemos, porque el Paso aquí a hacer una apreciación


texto es elíptico en este punto, que de índole personal. A diferencia de
el joven Homero hirió, probable- la mayoría de las epopeyas de autor
mente mató, al otro muchacho. Luego anónimo, como La Chanson de Roland,
recuerda a una mujer, la primera que Beowulf, El Cantar de Mio Cid, cuyos
le depararon los dioses. Y se pregunta: héroes son menos personas que haces
de rasgos heroicos, los de los poemas
¿Por qué le llegaban esas memorias homéricos, Aquiles, Héctor, Patroclo,
y por qué le llegaban sin amar- Agamenón, Helena, Paris, son indivi-
gura, como una mera prefiguración duos de presencia tan viva en nuestra
del presente? Con grave asombro imaginación como los de cualquier
comprendió. En esta noche de sus ojos novela contemporánea. Más aun: los
mortales, a la que ahora descendía, poemas homéricos, siendo las epopeyas
lo aguardaban también el amor y más antiguas, son las más modernas,
el riesgo, Ares y Afrodita, porque ya en el sentido de que son las únicas –sin
adivinaba (porque exceptuar La Eneida– que puede leer
La historia nos ofrece un ya lo cercaba) un con placer un lector de hoy, formado
Homero fantasmal; a partir de rumor de gloria y como lector de novelas. Y como esto es
la ficción de Borges, en cambio, de hexámetros, un tanto más cierto de La Odisea que de
nos es imposible pensar en rumor de hombres La Ilíada, no sorprende que Joyce haya
Homero sino como un indi- que defienden un elegido a aquélla como el cimiento de
viduo de carne y hueso. templo que los su fundación de la novela moderna
dioses no salvarán en su Ulises.
y de bajeles negros que buscan por el “El hacedor” destaca, a mi parecer, este
mar una isla querida, el rumor de las rasgo diferencial de los poemas homé-
Odiseas e Ilíadas que era su destino ricos dentro del canon de la epopeya
cantar y dejar resonando cóncava- europea. Lo hace asumiendo que
mente en la memoria humana. quien logró tal grado de individuación
de sus personajes debió ser él también
Más que pérdida, hay transformación: un individuo, que una creación colec-
el amor y el riesgo son ahora recreados tiva nunca podría llegar a tal grado de
en la escritura, o quizás, el amor y el creación individuada de personajes,
riesgo son la escritura misma, ella es su y a la vez está diciendo que ningún
nuevo objeto. creador, trabajando únicamente con
Pero Homero no escribe sus recuerdos las leyendas, las historias que le fueron
personales, sino que recrea la memoria legadas, con el acervo de toda su comu-
mítica de su pueblo, en la que éstos nidad, podría escribir un poema de
no tienen lugar alguno. ¿Para qué estas características. La particularidad
entonces los menciona Borges, si de Homero, es que recurrió primero
lo autobiográfico está excluido de –en un orden que es más lógico que
La Ilíada y La Odisea? (De Homero lo cronológico– a sus recuerdos perso-
ignoramos todo, salvo que no estuvo nales, que entró al mito a través de
en la guerra de Troya) ¿Y por qué debe su experiencia personal. El joven
éste descender a su memoria personal Homero será Aquiles y ese muchacho
para cantar una historia que todos los que mereció el puñal será Héctor; la
griegos ya se sabían de memoria? primera mujer que lo amó será Helena

262
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

de Troya en La Ilíada, y en La Odisea, lluvia, acaso porque nunca lo había


Penélope, Náusica o Circe. mirado, salvo, quizás, en un sueño.
El poeta Homero, y con él sus dos
grandes poemas, nacen del cruce entre Este recurso al momento privilegiado
el legado de historias colectivas y de vincula a “El hacedor” con otros textos
las vivencias del individuo Homero. de Borges como el “Poema conje-
Borges responde a la pregunta sobre tural” o “Biografía de Tadeo Isidoro
la historicidad de Homero no como Cruz (1829-1874)”; su formulación
la deben responder los historiadores canónica corresponde a este último:
de la literatura, sino como la puede “Cualquier destino, por largo y compli-
responder un autor de ficciones: escri- cado que sea, consta en realidad de un
biendo la historia personal de Homero solo momento: el momento en que el
y convenciéndonos de que solamente hombre sabe para siempre quién es”.
de esta manera pudieron ser escritas La identidad es, aquí, menos esencia
La Ilíada y La Odisea. No sabemos que acción: el hombre sabe quién
si esto es verdad pero sentimos que, es cuando descubre qué es lo que
de todas las hipótesis conocidas, es la tiene que hacer: Cruz, pelear junto
más interesante. La historia nos ofrece al desertor Martín Fierro; Laprida,
un Homero fantasmal; a partir de la aceptar la muerte bajo las lanzas de la
ficción de Borges, en cambio, nos es montonera; Homero, ser poeta.
imposible pensar en Homero sino La homologación entre tomar el
como un individuo de carne y hueso. cuchillo y tomar la pluma es menos
forzada de lo que pueda parecer en un
primer momento, como lo revela un
II texto escrito en 1950, es decir, entre
“Biografía de Tadeo Isidoro Cruz” y
En el momento en que Homero “El hacedor” que se convertirá en el
comprende que su ceguera ha sido capítulo IX de Evaristo Carriego. En él,
un don, comprende (elige) también Borges imagina el momento en que
su destino y el sentido de su vida. En Carriego descubre su mundo, su voz y
“El hacedor” este momento se dice así: su tema como poeta:

Días y noches pasaron sobre esa ¿Cómo se produjeron los hechos,


desesperación de su carne, pero una cómo pudo ese pobre muchacho
mañana se despertó, miró (ya sin Carriego llegar a ser el que ahora
asombro) las borrosas cosas que lo será para siempre? Quizás el mismo
rodeaban e inexplicablemente sintió, Carriego, interrogado, no podría
como quien reconoce una música o decírnoslo. Sin otro argumento que
una voz, que ya le había ocurrido mi incapacidad de imaginar de
todo eso y que lo había encarado con otra manera las cosas, propongo esta
temor, pero también con júbilo, espe- versión al lector.
ranza y curiosidad.
Entonces descendió a su memoria, que Borges imagina a Carriego, en 1904,
le pareció interminable, y logró sacar leyendo “con pesar y avidez” una
de aquel vértigo el recuerdo perdido novela de Alejandro Dumas, acon-
que relució como una moneda bajo la gojado ante la certeza de que “la vida

263
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

estaba en Francia” mientras que a él talones. Luego se planta, lo enfrenta


le había tocado “el tardío siglo XX y y muere peleando valientemente. Los
un mediocre arrabal sudamericano”. antiguos griegos no creían que un
Entonces sucede algo: hombre valiente debía serlo siempre,
sabían que el coraje físico va y viene;
Un rasguido de laboriosa guitarra, los dioses lo dan un momento y lo
la despareja hilera de casas bajas, quitan al siguiente, según sus intereses
Juan Muraña tocándose el cham- o sus divinos caprichos. En esta breví-
bergo para contestar un saludo (Juan sima referencia a Héctor, Borges no
Muraña que anteanoche marcó a sólo propone que un hombre valiente
Suárez el Chileno) […] algo cuyo puede a veces tener miedo y que eso
sentido sabemos pero no cuya forma, no disminuye en nada su valor, sino
algo cotidiano y trivial y no percibido que dice algo todavía más interesante:
hasta entonces, que reveló a Carriego que sistemas de valoración, posturas
que el universo (que se da entero en éticas, juicios morales que creemos
cada instante, en cualquier lugar, connaturales al hombre, que creemos
y no sólo en las obras de Dumas) vienen del fondo de los tiempos,
también estaba ahí, en el mero fueron inventados en algún momento.
presente, en Palermo, en 1904. Y Borges no sólo historiza el ‘valor
Yo he sospechado alguna vez que cual- atemporal’ del estoicismo, también lo
quier vida humana, por intrincada y matiza. Hablar de ‘pudor’ estoico es
populosa que sea, consta en realidad definirlo menos como entereza indi-
de un momento: el momento en que ferente que como una hipersensibi-
el hombre sabe para siempre quién lidad al decir de la gente. La corrida
es. Desde la imprecisable revelación de Héctor, el grito de Homero no son
que he tratado de intuir, Carriego aflojadas sino expresiones vitales de
es Carriego. hombres libres y fuertes. Los gauchos
y los orilleros de Borges “redescubren”
(propone Borges en el capítulo XI de
Evaristo Carriego) este antiguo culto
III del coraje celebrado por la epopeya
europea, redescubren también
Dice Borges de Homero en ‘el pudor estoico’ (lo siente sin duda
“El hacedor”: “Cuando supo que se el Corralero de “Hombre de la esquina
estaba quedando ciego, gritó; el pudor rosada” que muere “sin queja” el rostro
estoico no había sido aún inventado oculto bajo el chambergo, porque
y Héctor podía huir sin desmedro.” “sólo le quedaba el orgullo y no iba a
Héctor ha pasado a la historia como consentir que lo curiosearan los visajes
paradigma del coraje guerrero, y en de la agonía”). “El hacedor” parecería
ese sentido se usa –aunque cada vez en principio ser un texto muy alejado
menos– la expresión “es un Héctor”. de la vertiente criollista de Borges y,
Y sin embargo, cuando Héctor lo sin embargo, con un cambio de vesti-
ve a Aquiles venírsele encima, pega menta y escenografía, la mínima anéc-
media vuelta y sale corriendo, y da dota de Homero y el cuchillo podría
cuatro vueltas alrededor de los muros figurar en cualquiera de los cuentos de
de Troya con Aquiles pisándole los ambientación orillera. Al imaginar un

264
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Homero cuchillero, Borges nos da un fuera?” es la pregunta que se hace y


Homero vivo, cercano, creíble, y de responde Borges en “El hacedor”.
yapa otorga un aura de epopeya clásica Lo que Homero, según Borges, hace
a la literatura menor de la pampa y con Héctor, Helena, Aquiles, reima-
los arrabales de Buenos Aires. Borges ginarlos a partir de su experiencia
no sólo imagina al individuo Homero personal, es lo mismo que Borges hace
desde su propia vida personal, también con Homero.
imagina las circunstancias de Homero
a partir de las de su mundo –aunque
a la manera propiamente borgeana–. IV
Se trata de un mundo más ficcional
que verdadero, el que responde a la El mito de los orígenes de la escritura
pregunta que se hace en el prólogo de es, en Borges, específico a cada escritor.
Evaristo Carriego: “¿Cómo fue aquel En “Everything and Nothing” Borges
Palermo o cómo hubiera sido hermoso imagina los inicios de Shakespeare
que fuera?”. “¿Cómo fue Homero, como poeta y allí no hay revelación
o cómo hubiera sido hermoso que alguna; no hay, siquiera, escena: Jorge Luis Borges

265
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

partiendo de un vacío inicial (“Nadie llas, dio en buscar proezas y encan-


hubo en él”), el Shakespeare de tamientos en lugares prosaicos que se
Borges intentó llenarlo con la lectura, llamaban “El Toboso o Montiel”.
la actuación y, eventualmente, la
escritura, pero tarde o temprano “el Escribe Borges en “Parábola de
odiado sabor de la irrealidad recaía Cervantes y del Quijote”.
sobre él”. La revelación le llega, Cervantes y Shakespeare ofrecen
como al Narciso Laprida del “Poema modelos complementarios de la rela-
conjetural”, en trance de muerte: “La ción entre escritura y experiencia:
historia agrega que, antes o después Shakespeare es el hombre de vida
de morir, se supo frente a Dios y le apacible y sedentaria que escribe histo-
dijo: “Yo, que tantos hombres he rias de romances, batallas y aventuras;
sido en vano, quiero ser uno y yo”. Cervantes, hombre de vida aventu-
La voz de Dios le contestó desde un rera, en trance de pensar una ficción,
torbellino: “Yo tampoco soy; yo soñé imagina un héroe lector, un viejo que
el mundo como tú soñaste tu obra, nunca ha salido de su biblioteca.
mi Shakespeare, y entre las formas de Está claro que tampoco son homologa-
mi sueño estás tú, que como yo eres bles las biografías de Borges y Homero:
mucho y nadie”. para Borges la ceguera no marca el
Shakespeare se hace escritor para inicio de la escritura, es apenas un
escapar de la irrealidad, o más bien, para episodio que tuerce su rumbo: cuando
tratar de poblarla con sus creaciones. empieza a quedarse ciego comienza
Cervantes, en cambio (el Cervantes de a escribir poesía medida y rimada,
Borges), se hace escritor para huir de la principalmente sonetos; sus cuentos
realidad que lo abruma: se vuelven más breves, su sintaxis se
simplifica, aparece la temática germá-
Harto de la realidad de España, un nica y anglosajona. Las biografías no
viejo soldado del rey buscó solaz en serán homologables en los hechos, pero
las vastas geografías de Ariosto, en los hechos a esta altura ya han quedado
aquel valle de la luna donde está el muy lejos: en la de este Homero que,
tiempo que malgastan los sueños y en ciego, deja la espada y toma la pluma,
el ídolo de oro de Mahoma que robó ese Borges que tantas veces expresó la
Montalbán. En mansa burla de sí nostalgia por el pasado militar de sus
mismo, ideó un hombre crédulo que, mayores escribe su biografía ideal, la
perturbado por la lectura de maravi- del recuerdo imposible.

266
268

El Azar como figura de


emancipación en
“La lotería en Babilonia” (*)
Por Marcelo Percia

La vitalidad de una literatura puede medirse por


la profusión de interpretaciones diferentes que
suscita. Así sucede con Borges, autor de para-
dojas que involucran la circularidad y el infinito
como recursos que convocan a un incesante ejer-
cicio hermenéutico. No sólo por una propensión
a la exégesis textual, como si se tratara de un
culto a las letras, sino porque en esos pasajes, en
los que también el intérprete se pone en juego,
hay condensadas y poderosas alegorías para
descifrar lo incierto que nos acecha. Y así lo hace
Marcelo Percia con ‘La lotería en Babilonia”,
creyendo encontrar allí un cúmulo de imágenes
filosóficas y psicoanalíticas, capaces de interceder
sobre el fondo polémico de nuestro tiempo. Cada
frase del texto en cuestión destila una imaginación
filosófica, interviniendo en la vieja y nunca del
todo saldada tensión entre lo Uno y lo Múltiple,
entre Identidad y Diferencia o, por decirlo así,
entre lo Mismo y lo Otro.
Percia imagina un Borges pluralista que abreva
en las aguas de Silesius, Leibniz, Spinoza y
Shopenhauer para afirmar el azar del devenir.
La fortuna, como un artilugio humano para
habitar el secreto orden de un caos inmanente
que no cesa de proliferar, acaso inclasificable, en
el vasto, contingente e inabordable mundo de las
potencias infinitas.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Los metafísicos de Tlön no buscan la en la literatura borgeana, es el disfraz


verdad ni siquiera la verosimilitud: de un orden secreto, una protesta que
buscan el asombro. Juzgan que la recuerda que toda representación de
metafísica es una rama de la unidad debe su forzada adherencia a la
literatura fantástica. prepotencia de la razón.

Persevera, siendo otro Desencanto, irónico

El relato presenta la existencia indivi-


“La lotería en Babilonia”, que Borges dual como albur. La civilización como
escribe alrededor de 1940, comienza un conjugado irregular de acciones
insinuando que en cada vida son posi- recíprocas, como entramado deficiente
bles todas las vidas. que escupe, a la vez, consecuencias
La expresión todas las vidas no inte- queridas e indeseadas. La civilización
resa como vicio de multitud, sino –si no se piensa como generoso abrazo
como curación de la enfermedad de que abriga, protege, ama– desluce
lo uno. El enunciado en cada vida son como amontonamiento de miedosos
posibles todas las vidas objeta la inmo- que se odian y necesitan.
vilidad y la fijeza. La de Borges es una narrativa afligida
Una ficción que cuestiona la idea de por las sociedades humanas.
sujeto como sustancia. Ilusión de una Si la figura de la ironía no se reduce
esencia en la que uno es el que es, juego a una burla encubierta que simula
íntimo y secreto, garantía del ser; exis- afirmar algo que, al mismo tiempo
tencia no accidental que permanece desmiente, se podría pensar que trans-
igual a sí misma mientras todo cambia. porta un dolor: en la ironía se destruye
Un relato que ayuda a entrever cómo una imagen querida para luego recons-
la supuesta identidad personal acon- truirla dejando a la vista las marcas de su
tece como salto inesperado, contin- anhelada perfección llena de rajaduras.
gencia, mudanza de sí. Una historia Borges presenta el Azar como
que imagina una civilización gober- ironía desencantada de la ilustra-
nada por el Azar. ción moderna en los tiempos de un
mundo en guerra.2
Respira en la flor de un naranjo
La Suerte ordena a la Esperanza:
“La lotería en Babilonia” parece decir: ¡Sé mi esclava! 3
“vida, una posibilidad en espera; deseo,
potencia de esa espera”.1 “La lotería en Babilonia” ofrece una
Borges imagina un mundo sin dios en versión de la historia humana como
el que reina un caos preciso e imper- juego imperfecto.
fecto. Vislumbra la vida humana como No sabemos, no podemos saber qué
existencia infusionada de azar. Caos nos depara el destino: la vida –en el
no como confusión y desorden, sino cuento de Borges– se vive arrojada (sin
como memoria de lo vasto e inabor- otra ley que la del Azar) a la dicha, al
dable. Proyecta una civilización que disgusto, a la nada.
inventa causas como si fueran fantasías Sin esperanzas en el paraíso después
desprendidas de lo infinito. Pero caos, de la muerte, en el buen rey que

269
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

represente a dios en la tierra, en el muchas y diferentes lenguas compone


gobierno de la ley y razón para todos la felicidad de la literatura.
por igual, en la sociedad sin propie- Esta sugerencia motiva diferentes
tarios, patrones ni estados, los babi- versiones de la historia sagrada.
lonios del relato se entregan a una La primera relata que los hombres
cosmología utópica del Azar.4 proyectan construir una torre para
alcanzar el cielo, y Dios reacciona
Vida anónima ante la irreverencia condenándolos a
vivir dispersos, incomunicados, divi-
El relato comienza así: “Como todos didos en distintas lenguas. La segunda
los hombres de Babilonia, he sido (barthesiana) dice que aquella empresa
procónsul; como todos, esclavo; no fracasó: la desmesurada utopía
también he conocido la omnipotencia, colectiva tuvo éxito, la humanidad
el oprobio, las cárceles.” alcanzó la diversidad de lenguas. La
Todo ocurre en la ciudad de los tercera es igual a la segunda pero con
jardines colgantes ubicada en la orilla una réplica: los hombres toman el
izquierda del río cielo por asalto porque intuyen que
Los hombres toman el cielo Éufrates, mencio- en la multiplicidad de lenguas anida
por asalto porque intuyen que nada –veintitrés la secreta potencia divina; entonces
en la multiplicidad de lenguas siglos antes de el Creador desacredita la conquista
anida la secreta potencia divina; nuestra era– por humana: divulga que esa abundancia
entonces el Creador desacre- su aglomeración, innecesaria debilita el interés común,
dita la conquista humana: riquezas, mura- difunde el miedo a lo extranjero,
divulga que esa abundancia llas gigantescas. propaga el ideal de una lengua única
innecesaria debilita el interés Un hombre narra como nostalgia de fuerza y unidad. La
común, difunde el miedo a lo vicisitudes de su cuarta dice que Dios deja que las cria-
extranjero, propaga el ideal vida, sus muchas turas que hablan hagan y deshagan sus
de una lengua única como existencias, las historias. El Creador conoce la condi-
nostalgia de fuerza y unidad. circunstancias de ción paradojal de lo humano; piensa:
sus noches: han “Desean emanciparse de una lengua
sido en su cuerpo las caricias de todas única que reduce y limita sus vidas,
las manos y los interminables ultrajes. pero no soportarán el infinito movi-
Babilonia relata todas las ciudades, miento de lo disperso”.
todas las lenguas, todas las experien- En su relato, Borges imagina el Azar
cias. Babilonia cuenta la sociedad como astucia humana para habitar la
como anonimato: anonimato que multiplicidad: ese punto impensado
recuerda que lo que persevera en vivir en el que todas las lenguas hablan en
no pertenece a nadie. una lengua, en el que todas las vidas
viven en una vida, en el que la eter-
Sentidos embotados nidad acontece en un instante.

En El placer del texto, Roland Barthes Nada personal


(1977) hace otra lectura del mito
bíblico de la Torre de Babel, sugiere Borges presenta la idea de que un
que “la confusión de lenguas deja de hombre puede vivir muchas y dife-
ser un castigo”: saberse habitada por rentes vidas. Pero, ¿cómo desasirse

270
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

de la reducida y compacta identidad abrazo desfallecía Matilde Urbach”.


personal? Vivimos en la tensión de Sugiere lo singular evocando lo ausente
estar apresados en una unidad o dise- entre infinitas ausencias. Singularidad
minados en la posibilidad. La propo- que no se explica por lo que nunca seré
sición muchas y diferentes vidas no se o tendré, como vacancia o frustración.
traduce como ser muchos ni ser el Lo singular no se explica, se vive como
otro, ocupar su lugar o ejercitar la tendencia y misterio.
empatía con el semejante, se trata de En “La flor de Coleridge” (1952)
no impedir que lo desconocido nos menciona a Angelus Silesius, a quien
traspase. No significa cambiar de vida, designa como panteísta del siglo XVII,
sino saberse afectado por las extrañezas quien afirma que
de una mismidad porosa. “todos los bien- Borges resuelve sus ambigüe-
Visión que Borges (1956) reitera aventurados son dades cuando piensa en la lite-
cuando cita este fragmento de uno y que todo ratura. La figura que ocupa el
Empédocles: “Ha sido un niño, una cristiano debe ser lugar de sujeto en la escritura
muchacha, una planta, un pájaro Cristo”. Borges no es el autor ni la inspira-
y un mudo pez que surge del mar”. transforma la ción personal, sino la litera-
Interesa devenir lo otro, pero no como proposición que tura. La literatura es potencia
reencarnación en otros cuerpos, sino dice “todos los que busca decirse a través de
como abandono en la ajenidad. Se bienaventurados escribas (copistas, intérpretes,
trata de dejarse poseer por el sentido son uno...” en médiums) que, a veces, le
(por su desconcierto, su suavidad, su “todos los autores permiten brillar extraordinaria
secreto) sin entregarse a una significa- son un autor”. y bella o chisporrotear ridí-
ción como pertenencia. Entre Silesius, cula y olvidable. Sugiere una
Idea que insinúa cuando sugiere Leibniz, Spinoza, teoría impersonal de la escri-
(1941) que “todos los hombres, en el Schopenhauer, tura, escribe: “para las mentes
vertiginoso instante del coito, son el por momentos clásicas, la literatura es lo esen-
mismo hombre”. Momento fuera del Borges vacila. Su cial, no los individuos”.
tiempo, éxtasis pero no como misti- indecisión narra
cismo de la mismidad, sino como fuga el difícil tránsito desde la idea de unidad
de sí. Serena intensidad más allá de los a la de multiplicidad.
cuerpos, de la memoria, de los días. Ni Todos los hombres no son un mismo
el mismo hombre, ni la misma mujer, hombre, ni todos los autores un
ni la mismidad andrógina. Lo mismo mismo autor, ni todos los libros un
es una mueca rígida de la representa- único libro.5 Tampoco es la historia
ción (sólo el amor, a veces, abraza esa de un único soñante que sueña a un
soledad desrepresentada). hombre que a su vez sueña a otro que
Pensamiento que vuelve con una sueña a otro que sueña a otro. Se trata
pequeña variante (1944): “Acaso de algo diferente: potencias imperso-
Schopenhauer tiene razón: yo soy los nales que, a veces, acontecen como
otros, cualquier hombre es todos los hombres, como autores, como libros,
hombres...”. Evocación de lo plural como sueños.6
como terapéutica del yo personal. No es lo mismo decir que “todos
En “Le regret d’Heraclite” (1960) los hombres son uno” que afirmar
escribe: “Yo, que tantos hombre he que en “cada hombre habitan todos
sido, no he sido nunca aquel en cuyo los hombres” o que en “cada autor

271
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

escriben todos los autores”. El primer Ghimel, pero me subordina a los de


caso desemboca en el uno; en el Aleph, que en las noches sin luna deben
segundo, el uno es zona de pasaje de la obediencia a los Ghimel.
multiplicidad. Multiplicidad no como
partición de la unidad, sino como Borges ostenta su rechazo al marxismo:
flujos de vida que nunca se completan. desdeña la idea de lucha de clases tanto
En el primer caso, el argumento lleva a como los argumentos que objetan
la idea de un Dios único de cuya inspi- la injusticia y desigualdad de la civi-
ración o división proviene toda disper- lización fundados en el imperio de
sión viviente; en la razón. Presenta, en Babilonia, las
En “La lotería en Babilonia” el segundo, late la relaciones de poder entre los hombres
la perseverancia es confiada al idea de que cada como un juego de subordinaciones
Azar antes que a la identidad: vida puede alojar recíprocas de grupos que se rigen
perseverar en su ser no signi- todas las poten- por la combinación de tres letras y la
fica mantenerse uno constante cias posibles. presencia o no de la luna llena.7
tal como es, proseguir con su Borges resuelve Explica: “Debo esa variedad casi atroz
identidad, sino perseverar en sus ambigüedades a una institución que otras repúblicas
existir. Entre conservar una cuando piensa en ignoran o que obra en ellas de un modo
identidad (permanecer idén- la literatura. La imperfecto y secreto: la lotería”.
ticos a sí mismos) o perseverar figura que ocupa La caprichosa variación de sí puede
en sus existencias sin iden- el lugar de sujeto vivirse como crueldad y como libe-
tidades fijas, los babilonios en la escritura ración: como crueldad porque la no
eligen lo último. (...) No es la no es el autor ni permanencia y continuo desarraigo
persona la que persevera en su la inspiración no permitirían que nadie supiera
ser, sino la potencia. personal, sino la quién es y liberación porque no sería
literatura. La lite- necesario dedicar la vida a una única
ratura es potencia que busca decirse a y reducida historia
través de escribas (copistas, intérpretes, Si el alma se pensara como lo invariante
médiums) que, a veces, le permiten de un cuerpo, la vida de un hombre
brillar extraordinaria y bella o chispo- estaría atravesada por diferentes estados
rrotear ridícula y olvidable. Sugiere una del alma dictados por la suerte.
teoría impersonal de la escritura, escribe: Persuade el Azar: ¡Elígeme, lealtad
“para las mentes clásicas, la literatura es o traición, riqueza o pobreza, vida o
lo esencial, no los individuos”. muerte: para todos por igual!
Una singularidad no personal se
extiende a las fragancias, al movi- Perduran pasajeras
miento de las nubes, a los modos de
revolver el café. Identidades que mudan en cada
jugada. La imagen propia (la
Consortes del Azar conciencia de una persona de ser ella
misma y diferente a las demás) como
Miren: por este desgarrón de la capa se gracia o desgracia de lo accidental.
ve en mi estómago un tatuaje bermejo: Cada ser vivo, una presencia conde-
es el segundo símbolo, Beth. Esta letra, nada a la alteración programada.
en las noches de luna llena, me confiere En “La lotería en Babilonia”, la expe-
poder sobre los hombres cuya marca es riencia de sí (esa ficción de la mismidad

272
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

confiada a la memoria) se revela como La expresión “conducta de los dioses


flujo laberíntico de ajenidades y extra- indescifrables” evoca una idea de
ñezas. Acontece la humanidad como los griegos según la cual los dioses
defecto calculado del azar. desatan sus pasiones en el corazón de
Afirma el Azar: ¡Ninguna imperfección los hombres. La lotería golpea en lo
más justa que la de la Suerte! destinado a permanecer.8 Babilonia,
un territorio en el que sus habitantes
Las cosas perduran, conocen la incertidumbre no sólo
las potencias perseveran como angustia dudosa por lo que
vendrá, sino como experiencia de
En “Borges y yo” (1960), se lee: desposesión de sí, como exceso de
“Spinoza entendió que todas las cosas otredad. Lo otro en lo mismo es una de
quieren perseverar en su ser; la piedra las proposiciones que el psicoanálisis
eternamente quiere ser piedra y el hereda de la descomposición de la
tigre un tigre”. cultura moderna. ¿Por qué la demasía
En “La lotería en Babilonia” la perse- de la otredad parece más terrible
verancia es confiada al Azar antes que que la demasía de la mismidad?
a la identidad: perseverar en su ser no Sólo falta una cosa en la soledad:
significa mantenerse uno constante la cópula; sólo falta una cosa en la
tal como es, proseguir con su iden- cópula: la soledad.
tidad, sino perseverar en existir. Entre
conservar una identidad (permanecer Cambiando, reposa;
idénticos a sí mismos) o perseverar en descansa transformándose 9
sus existencias sin identidades fijas, los
babilonios eligen lo último. En “La lotería en Babilonia” asistimos
La potencia desea perseverar en su a la metamorfosis incesante de la civi-
contento. No es la persona la que lización del Azar.
persevera en su ser, sino la potencia. Perseverancia no se confunde con
La figura que habita el lugar de sujeto conservación. La fijeza de una iden-
en la ética de Spinoza es la potencia. tidad no es perseverancia, sino conti-
No somos, habitamos potencias. La nuidad y firmeza de una privación. Las
potencia no es exterior ni interior al criaturas vivas mueren, las potencias
cuerpo. No nos habita, la habitamos en que habitan no. La inmensidad que
el modo del deseo, el amor, la alegría. se trata de capturar con un nombre,
El mar persevera en su ser, pero no lo perseverará más allá de que el poder
hace como ejercicio de una voluntad que la nombra haya cesado. Perseve-
de las aguas oceánicas, sino como rancia: existencia desentendida del
plenitud que obra porque sí. temor a la muerte.
Si repetición no se reduce a la repro-
No se posee la vida, se vive sin tenerla ducción de lo mismo o al reiterado
intento de alcanzar lo que no se tiene
Soy de un país vertiginoso donde la o al retorno de lo que se rehúsa al
lotería es parte principal de la realidad: olvido, si se piensa repetición como
hasta el día de hoy, he pensado tan poco apertura ante lo que estalla (cada vez)
en ella como en la conducta de los dioses como diferencia inesperada; entonces:
indescifrables o de mi corazón. repetir dice lo que dice perseverar. La

273
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

potencia persevera mientras cambia, ensayó una reforma: la interpolación de


mientras cambia persevera.10 unas pocas suertes adversas en el censo
de números favorables. Mediante esa
El Azar dice al Deseo: reforma, los compradores de rectángulos
amamos la inminencia numerados corrían el doble albur de
ganar una suma y de pagar una multa
Una nave está por zarpar, el relator a veces cuantiosa. Ese leve peligro (por
tiene prisa, su padre refería que, en los cada treinta números favorables había
comienzos, “los barberos despachaban un número aciago) despertó, como es
por monedas de cobre rectángulos natural, el interés del público.
de hueso o pergaminos adornados de
símbolos. En pleno día se verificaba Una lotería no puede perder dinero.
un sorteo: los agraciados recibían, sin Hay que renovar el interés. La adver-
otra corroboración del azar, monedas sidad es un artificio que doblega la
acuñadas de plata. El procedimiento indiferencia de la gente. A la desdicha
era elemental, como ven ustedes. de comprar un número sin ganar nada,
Naturalmente, esas loterías fracasaron. se agrega la pena de tener que pagar.
Su virtud moral era nula. No se diri- El deseo, sofocado, sin más riesgo que
gían a todas las facultades del hombre: la no correspondencia, ¿se enciende
únicamente a su esperanza”. con el revés, la tensión, el infortunio?
Al principio vivían confiados a la El leve peligro ¿arranca la costra de
suerte de dos lugares fijos: la fortuna tedio que envuelve al alma? La proba-
como decisión elemental de algo que bilidad de una desgracia anima a la
se afirma o se niega. Un mecanismo pasión. La desventura es una fuente
sencillo regido según dos consecuencias existencial. Pero ¿cuánta borrasca
básicas: ganar o perder monedas. La soporta un cuerpo? ¿Qué peso el de la
decepción de lo simple. El entusiasmo levedad? ¿Qué brisa de inminencia la
derrotado por las alternativas previ- del deseo?
sibles. El azar como consumación de Lo que nos libera de la correspon-
una opción restringida no hace zozo- dencia no es su fracaso (la no corres-
brar. El acaso pierde su fuerza hipo- pondencia) sino lo contingente.
tética, su visión no intencionada de
lo inesperado. La anticipación reduc- Azar, desafío al coraje
tora de los posibles disuelve el estado
de ventura: la indecisión de las cosas Los babilonios se entregaron al juego.
que han de venir. El deseo languidece El que no adquiría suertes era consi-
sin contrariedad. derado un pusilánime, un apocado.
El acaso late en la inminencia, el Con el tiempo ese desdén justificado
ocaso en la suerte echada, en la se duplicó. Era despreciado el que no
meta prevista. jugaba, pero también eran despreciados
los perdedores que abonaban la
Desear desenfocado multa. La Compañía (así empezó a
llamársela entonces) tuvo que velar por
Ante la indiferencia pública, los merca- los ganadores, que no podían cobrar
deres que fundaron esas loterías venales, los premios si faltaba en las cajas
comenzaron a perder dinero. Alguien el importe casi total de las multas.

274
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Entabló una demanda a los perde- sidad de perfección. El fracaso como


dores: el juez los condenó a pagar la una de las cualidades de ese orden
multa original y las costas o a unos imperioso. La imposibilidad de Dios
días de cárcel. Todos optaron por la no sólo como reticencia o defecto de
cárcel, para defraudar a la Compañía. la razón, sino como entonación de la
De esa bravata de unos pocos nace tragedia humana.
el todopoder de la Compañía: Foucault observó que, desde un
su valor eclesiástico, metafísico. comienzo, el deseo es convicto del poder.
El poder viene a gobernar sus potencias
Se abandonan, otra vez, a las suertes. descontroladas. Dice el Azar al Deseo:
Muchos juegan porque tienen ganas, “¡Sé mi sirviente, mi poder no tiene
otros bajo presión, sospechados de preferencias morales!”. El Azar persuade
un espíritu encogido, cobarde, poco a la Metafísica: “Aliados, somos el trazo
emprendedor. El desaire colectivo concebible de lo ilimitado”.
se impone sobre el deseo. El some-
timiento, a veces, es preferible al Dicha efímera
rechazo, la humillación, la vergüenza.
Esa presión intangible impone Poco después, los informes de los sorteos
conductas no esperadas. Sabemos omitieron las enumeraciones de multas
de ciertos escándalos humanos: los y se limitaron a publicar los días de
desvíos de las conveniencias sociales, prisión que designaba cada número
las travesuras que amenazan el estado adverso. Ese laconismo, casi inadver-
de las cosas, la arrogancia de los que tido en su tiempo, fue de importancia
desconocen lo pactado. Entonces, capital. Fue la primera aparición en la
emerge una Autoridad que asegura el lotería de elementos no pecuniarios.
cumplimiento de los compromisos,
circunstancia que hace necesario un La costumbre se compone de olvidos,
poder total, sagrado, sutil. distracciones, descuidos. Una pequeña
Muchos siglos de cultura rodearon al inclinación a la brevedad modifica la
deseo de imprudencia y de miedo. El historia. Irrumpe una circunstancia
psicoanálisis aloja a ese cobarde. inesperada: se establece un sistema
de cambio no regido sólo por piezas
Encanto, sin dios de plata. La previsibilidad calculada
en monedas queda contaminada
Asistimos a la naturalización irónica de la por un castigo que no se mide en
Compañía. El comienzo de un nombre dinero: ausentar una vida, encadenar
mayúsculo que vela por los ganadores. un cuerpo, encerrar un movimiento,
A través de la evolución de ese fetiche de recluir una mirada.
acatamiento colectivo, Borges esboza El juego se desliza hacia un sistema
el destino probable de un todopoder: el de correspondencias que escapa de la
control que cuanto más extendido más exclusiva regulación de la moneda.
evanescente, el absoluto que cuanto más Cuestiona, sin buscarlo, la función
abarca más se descompleta, la devoción de ese significante como equivalente
que, cuanta más reverencia exige, más universal. El dinero deja de ser la única
se ridiculiza. Conjetura desenlaces para referencia de intercambio, se inicia
ese fundamento que proclama la nece- –diría Marx– la disolución de un

275
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Jorge Luis Borges

276
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

mundo hasta el momento sometido indique el norte, pero Borges


a ese nivelador radical que ahorra el intuye que ningún orden sobrevive
vértigo de las diferencias: desvío que si no conquista para sí el encanto
esparce combinaciones caprichosas. de un laberinto.
Si el sistema económico se rige por la
escasez y el sistema de la lengua por la El amor que mueve al
significación, el Azar no rehúsa la abun- Sol y las demás estrellas
dancia de lo que prolifera sin sentido.
Dante, antes de la posición moderna,
No hace la felicidad, pero la representa presentía que el amor participaba de la
fuente de todo movimiento. El último
Nadie ignora que el pueblo de verso de la Divina Comedia dice:
Babilonia es muy devoto de la lógica, “L‘Amor che moveil Sole e l’altrestele”.
y aun de la simetría. Era incoherente
que los números faustos se computaran El Azar promete:
en redondas monedas y los infaustos ¡Te haré creer que no todo es accidental!
en días y noches de cárcel. Algunos
moralistas razonaron que la posesión El relato de Borges anticipa un
de monedas no siempre determina la problema que desvela a psicoanalistas:
felicidad y que otras formas de la dicha sin un significante regulador, ¿qué vale
son quizá más directas. la felicidad o el infortunio para cada
cual? Lacan sabe leer en Marx que la
El dinero subordina la multiplicidad espesa potencia del deseo vive confi-
de la existencia, impone una gramá- nada en los engaños y virtudes del
tica para las diferencias, tutela la dinero. Entiende que esa condición
ficción de un beneficio justo para el fetiche afecta a todos los objetos que
conjunto: se ofrece como medida de cautivan a los vivientes que hablan.
dicha y desdicha. El Dinero profetiza: “La lotería en Babilonia” permite
Sólo Yo podré tutelar las vidas humanas. pensar el exceso de sentido que se
Si el dinero es una forma indirecta de libera cuando se rompen los muros de
felicidad susceptible de intercambio, la equivalencia monetaria. La hetero-
entonces, ¿qué curso posible para una geneidad desprendida de ese objeto
alegría igual para todos, sin ese orde- unificador. Los babilonios advierten
nador mayor, sin ese rodeo purifi- que las pasiones de las suertes se
cador, sin esa brújula universal? mueven por algo que (mucho después)
La moneda es un símbolo de conten- los psicoanalistas llamarán objeto de la
ción y restricción metafísica. Si la cosa pequeña a: la inminencia de lo otro
escapa de esas fauces estrechas, la vida que ninguna jugada cancela.
estalla como infinito posible de un
mundo imprevisible. Amantes de las Delicias del jardín
correspondencias exactas, las simetrías
de los espejos, las proporciones justas, en Otra inquietud cundía en los barrios
Babilonia se inventa (más allá del dinero) bajos. Los miembros del colegio sacer-
la cosmología existencial del Azar. dotal multiplicaban las puestas y
No se podría vivir sin un patrón, gozaban de todas las vicisitudes del
medida, calle principal: algo que terror y de la esperanza; los pobres

277
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

(con envidia razonable e inevitable) se Llega, entonces, la abolición de la suerte


sabían excluidos de ese vaivén, notoria- mercenaria. La igualdad de todos ante
mente delicioso. El justo anhelo de que la ley del Azar como plenitud posible
todos, pobres y ricos, participasen por de la frágil existencia humana. Como
igual en la lotería, inspiró una indig- conquista civilizadora sobre las guerras
nada agitación, cuya memoria no han de clases. El nuevo orden del Azar como
desdibujado los años. Algunos obsti- una historia sin identidades seguras, sin
nados no comprendieron (o simularon posiciones definitivas. La existencia
no comprender) que se trataba de un como repentina desposesión que iguala
orden nuevo, de una etapa histórica a todas las criaturas vivientes.12
necesaria (...). Hubo disturbios, hubo
efusiones lamentables de sangre: pero Te deseo
la gente babilónica impuso finalmente
su voluntad, contra la oposición de los El deseo está enredado con la posesión,
ricos. El pueblo consiguió con plenitud en ese sentido: el deseo es gozado por
sus fines generosos. En primer término el capitalismo.
logró que la Compañía aceptara la La potencia del deseo (el deseo desea
suma del poder público. (Esa unifica- desear) queda embrollada con el tener o
ción era necesaria, dada la vastedad y el poseer. El deseo desea poseer al otro,
complejidad de las nuevas operaciones). desea poseer lo que el otro tiene, desea
En segundo término, logró que la lotería poseer lo que el otro no tiene pero desea
fuera secreta, gratuita y general. Quedó poseer. Cuando desea poseer lo que
abolida la venta mercenaria de suertes. tiene el otro, desea poseer el contento
Ya iniciado en los misterios de Bel, que imagina en el otro: desea poseer
todo hombre libre automáticamente su alegría, su placer, su satisfacción.
participaba en los sorteos sagrados, que Desea poseer la potencia que imagina
se efectuaban en los laberintos del dios en el otro. No anhela una propiedad
cada sesenta noches y que determinaban sino una potencia. Pero las poten-
su destino hasta el otro ejercicio. cias no se pueden poseer, se habitan
o no. ¿Cómo se habitan potencias si
La lotería no sería posible sin no se está disponible? Los babilonios
la Compañía.11 comprenden que sólo la igualdad de
El poder del Azar se extiende, respira en las suertes vuelve a todos los hablantes
el espacio, se propaga en las conciencias, igualmente disponibles para las poten-
sortea las fronteras sociales. La intensa cias de la vida.
vida no disimulada de los tocados por la
lotería provoca envidia en los excluidos, Moby Dick, lo incapturable
justificado enojo por la desigualdad,
inevitable agitación de los condenados La triste carga de querer adueñarse de
a una fatalidad sin azar. Comienza la una potencia: el capitán Ahab, en la
revuelta de los que se saben fuera del novela de Melville, delira por dominar
juego: el grito de los exceptuados de ese a la caprichosa ballena blanca. En
delicioso vaivén, los desaparecidos de esa locura de poder reside su impo-
las sacudidas de la suerte, los privados tencia. Si pudiera protegerse del ansia
de ese punto en que cada cuerpo se sabe de conquista que lo goza, si pudiera
razón de peso de una oscilación incierta. abandonarse sereno en su impoder,

278
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

el cuerpo mutilado en el que vive la moneda? ¿Cómo medir las íntimas


se alegraría de sentir la irreductible esperanzas o los terrores secretos de
potencia que habita en la maravillosa cada cual, sin el soporte unificador del
bestia de sal. dinero o la uniformidad que ofrece
un mercado? La felicidad desbarata,
Quiero más, otra cosa, con sus caprichos, cualquier orden.
ya no quiero nada La dicha es para unos reconocimiento
o confirmación de superioridad, para
Las consecuencias eran incalculables. otros una competencia mínima con
Una jugada feliz podía motivar su el vecino, para el resto un amor en
elevación al concilio de magos o la los comienzos, para los de más allá el
prisión de un enemigo (notorio o guiño secreto de dios. O la infelicidad
íntimo) o el encontrar, en la pací- es el desprecio de un semejante, la
fica tiniebla del cuarto, la mujer enfermedad, la ausencia, la muerte.
que empieza a inquietarnos o que Lo único no se alcanza como propiedad
no esperábamos rever; una jugada ni como originalidad, sino como relación
adversa: la mutilación, la variada de intimidad con
infamia, la muerte. A veces, un solo lo que nos toca. ¿Cómo calcular consecuencias
hecho –el tabernario asesinato de C, la Lo singular trama de una jugada feliz o una suerte
apoteosis misteriosa de B– era la solu- intimidad con adversa sin la ilusión de equi-
ción genial de treinta o cuarenta sorteos. lo impropio, lo valencia que ofrece la moneda?
Combinar las jugadas era difícil; pero ajeno, lo insignifi- ¿Cómo medir las íntimas espe-
hay que recordar que los individuos de cante, lo mínimo, ranzas o los terrores secretos de
la Compañía eran (y son) todopoderosos lo que queda cada cual, sin el soporte unifi-
y astutos. En muchos casos el conoci- fuera del orden cador del dinero o la unifor-
miento de que ciertas felicidades eran general y común. midad que ofrece un mercado?
simple fábrica del azar, hubiera amino- La intimidad La felicidad desbarata, con sus
rado su virtud; para eludir ese incon- narra amoríos del caprichos, cualquier orden.
veniente, los agentes de la Compañía deseo más allá de
usaban de las sugestiones y de la magia. la ineludible intimidación de las insti-
Sus pasos, sus manejos, eran secretos. tuciones y discursos que siempre entran
Para indagar las íntimas esperanzas y en juego.
los íntimos terrores de cada cual, dispo-
nían de astrólogos y de espías. Había Encanto, sin cautiverio
ciertos leones de piedra, había una
letrina sagrada llamada Qaphqa, había Estar no es lo mismo que estar dispo-
una grieta en un polvoriento acueducto nible: receptor de potencias. Las poten-
que, según opinión general, daban a cias nos tocan o no. Nos tocan como
la Compañía; las personas malignas o asignadas o destinadas por la sociedad,
benévolas depositaban delaciones en esos la moral, el deseo del Otro o nos tocan
sitios. Un archivo alfabético recogía esas como contacto o intimidad nunca
noticias de variable veracidad. del todo libre de lo anterior. Tocado
nombra lo que Deleuze llamaría
¿Cómo calcular consecuencias de una –citando a Spinoza– afectado. Nece-
jugada feliz o una suerte adversa sin sitamos distinguir entre estar afectado
la ilusión de equivalencia que ofrece por potencias que potencian la vida y

279
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

estar cautivos de imperativos que se El Goce dice al Deseo:


apropian de la vida que vivimos. ¡Gozo en tus astucias!
A propósito, el psicoanálisis trata de
decir algo del imperativo del goce. El La omisión del dinero como meta
psicoanálisis dice: el Goce es la inven- exclusiva del juego, pone a la vista las
ción de un lado narcisista del Deseo, su fantasías de placer entre los babilonios.
claudicación neurótica. La variedad de lo que gusta o disgusta
en esa aglomeración. Se advierte un
El Goce dice a la libertad: nudo que discuten psicoanalistas: que
¡Sin mí no tendría gracia! los afectos, emociones, sentimientos,
que componen formas de dicha y
Borges no olvida que la vida acontece desdicha, no son sin la afectación de eso
como caída: gravitación de potencias que Lacan llama goce. La promesa de
que atraen, conjugación de lo innu- felicidad como consecuencia pura del
merable. Sabe que un mundo no azar ofende al deseo, igual que lo ofusca
podría existir sin refinados poderes la idea de satisfacción como voluntad
o sin astucias maestras. Advierte que de descarga o disminución de tensiones.
la dicha como La Compañía comprende que el deseo
Cada vez que una criatura simple fábrica del clama por un enredo de sentido.
que habla declara que le gusta azar o emprendi- Cada vez que una criatura que habla
algo, el universo estalla en miento solitario declara que le gusta algo, el universo
carcajadas: ríe de ese prota- de la voluntad estalla en carcajadas: ríe de ese prota-
gonismo de las preferencias. es inconveniente gonismo de las preferencias. No hay
No hay dicha humana sin para la felicidad. dicha humana sin fantasía dichosa.
fantasía dichosa. La felicidad no Melanie Klein acierta cuando piensa
quiere mirarse que la fantasía, es por momentos, más
sólo en el espejo del azar o en el de fuerte que la ausencia y la muerte.
la voluntad. Con el puro azar ocurre Fantasía que también hace posible el
lo mismo que con la pura voluntad: lenguaje y la locura.
el deseo se aburre. El abuso de lo
imponderable debilita al deseo Las caras de lo dado,
que necesita creer, también, en la en el perfume de una flor de naranjo
influencia de un espíritu propio. Sin
cierta omnipotencia de la identidad ¿La Compañía como memoria social
no se agrandarían nunca los pequeños acumulada? ¿Catálogo imposible de
e inútiles actos humanos. Una reserva un archivo de sueños y pesadillas?
mágica de la que se nutre el amor, ¿Burocracia de la felicidad y el horror?
pero también el odio. ¿Manual estadístico personalizado de
La obra del Azar se completa con actos dichas, desvíos, malestares?
de sugestión y de magia, con predic- La magnitud de la idea hizo necesarias
ciones de los astros y trabajo de espías. Se piezas doctrinarias, multitud de reglas,
practica la delación de intimidades, pero una teoría de los juegos. Veamos una
no como cacería de existencias acusadas de las conjeturas:
de delitos, sino como chisme necesario
de una vida asediada por las muchas Si la lotería es una intensificación del
formas que adquiere la falta de sentido. azar, una periódica infusión del caos

280
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

en el cosmos, ¿no convendría que el más hermosos de la vida seguirá siendo


azar interviniera en todas las etapas el del instante. Los psicoanalistas saben
del sorteo y no en una sola? ¿No es que el goce hace todo lo posible por
irrisorio que el azar dicte la muerte entronarse allí. El Goce dice al Deseo:
de alguien y que las circunstancias de “Gozo de lo que es, de lo que será,
esa muerte –la reserva, la publicidad, nada existe que no pueda gozar”.
el plazo de una hora o de un siglo–
no estén sujetas al azar? Esos escrú- A veces dice el Deseo: ¡Basta!
pulos tan justos provocaron al fin una
considerable reforma, cuyas comple- Imaginemos un primer sorteo, que
jidades (agravadas por un ejercicio dicta la muerte de un hombre. Para
de siglos) no entienden sino algunos su cumplimiento se procede a un otro
especialistas pero intentaré resumir, sorteo, que propone (digamos) nueve
siquiera de modo simbólico. ejecutores posibles. De esos ejecutores,
cuatro pueden iniciar un tercer sorteo
¿Aumentar el azar? Decisión de alterar que dirá el nombre del verdugo, dos
todos los ritmos de las cosas. ¿Despe- pueden reemplazar la orden adversa
dida obligada tras cada intervalo por una orden feliz (el encuentro de
regular en una vida? Llamado de lo un tesoro, digamos), otro exacerbará
incidental. ¿Clamor de ocurrencias? la muerte (es decir la hará infame o la
Más desarreglo líquido en el mundo. enriquecerá de torturas), otros pueden
¿Agregado de fluido accidental en su negarse a cumplirla... Tal es el esquema
mecánica tediosa? Caos, no como simbólico. En la realidad el número de
desorden o confusión, sino como sorteos es infinito. Ninguna decisión es
renovado impulso hacia lo otro, deseo final, todas se ramifican en otras.
no acontecido. ¿Crimen de lo estable-
cido? Lapsus del universo. Se comienza con una primera jugada,
Azar estremecido en todas partes. azarosa, cuyas consecuencias se descom-
Avance de su contravención inten- ponen tras el movimiento inicial:
cionada no sólo como beneficio o numerosos fallos
percance de una jugada, sino como se disputan una La idea de infinito sirve a Borges
presencia insidiosa en detalles, en acción. Una para inyectar flujos posibles
movimientos mínimos, en suspiros sentencia de en las vacilantes líneas de la
inadvertidos. La suerte abarcando muerte, para obrar determinación y la causalidad:
cada acto. Potencia plena y minuciosa de acuerdo a la estallido de estados, maneras,
de sus trabajos invisibles. inspiración total modos, formas; desacato de la
de la suerte, realiza acción única, frenesí de elec-
Dice el Azar: ¡Estoy en todas partes, nuevos llamados ciones probables, audacia que
incluso en los detalles! que desencadenan, desborda la opción.
a su vez, diferentes
La suerte abarcando cada acto anuncia posibilidades: cada acción vive dislocada
que se inicia una lotería del instante. en un precipitado de otras muchas solu-
Una lotería que se adelanta a la ciones alternativas.
apuesta, que anticipa al deseo, que se La vida como interludio que desplaza
apresura a los hechos, que llega antes infinitamente el momento en que se
que las causas. Uno de los misterios cumple la sentencia inicial. La idea de

281
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

infinito sirve a Borges para inyectar desde la opción más conveniente


flujos posibles en las vacilantes líneas hasta la más dislocada. En “La lotería
de la determinación y la causalidad: de Babilonia”, la Compañía parece
estallido de estados, maneras, modos, proclamar: “El del Azar, el mejor de
formas; desacato de la acción única, los mundos posibles”.13
frenesí de elecciones probables, audacia
que desborda la opción. En lo mínimo late lo infinito
En esa sociedad pacificada por el Azar,
los otros advienen como conexiones Los ignorantes suponen que infinitos
disyuntivas, pluralidad contaminante sorteos requieren un tiempo infinito;
de muchas conductas, concurrencia de en realidad basta que el tiempo sea
lo incompatible, variaciones llamadoras infinitamente subdivisible, como
de diferencias. Los otros como desvíos, lo enseña la famosa parábola del
torceduras, exageraciones, negativas; Certamen con la Tortuga.
cómplices de un esquema regulador
de reacciones, avatares, circunstan- Este párrafo cautiva a Deleuze (1969).
cias, que gobiernan el desquicio En la décima serie “Del juego ideal”
humano. Diver- escribe: “La pregunta fundamental
Lo mínimo guarda el secreto sidad que nada ni que nos propone este texto es: ¿cuál
de lo extensivo: en lo mínimo nadie completa o es este tiempo que no precisa ser infi-
se refugia el instante, es decir domina. El sorteo nito, sino solamente ‘infinitamente
la intensidad. como fuga del subdivisible’?”.
cálculo previsto, Borges (1934), que alguna vez imagina
habilidad que posterga lo definitivo, enhebrar una biografía del infinito,
final que no se suspende sino que se se refiere en diferentes ocasiones a
extiende ilimitado, deriva, rumbo de la paradoja de la perpetua carrera
viento, sentido de agua. Abatimiento de Aquiles y la tortuga, inventada
del acto solitario. Soledad visitada por por Zenón de Elea, discípulo de
innumerables acciones ajenas. Parménides. Tras mencionar reite-
radas visitas al argumento y sus muchas
El Azar delira en todas partes, refutaciones, recuerda la historia así:
indivisible “Aquiles corre diez veces más ligero que
la tortuga y le da una ventaja de diez
La Compañía decide añadir inteli- metros. Aquiles corre esos diez metros,
gencia al Azar: su intervención en la tortuga corre uno; Aquiles corre ese
detalles mínimos, su dedicada aten- metro, la tortuga corre un centímetro;
ción a lo que parece insignificante. Aquiles corre ese centímetro, la tortuga
La vida entera como mónada de la un milímetro; Aquiles Piesligeros el
suerte: en una mínima jugada acon- milímetro, la tortuga un décimo de
tece todo el universo. En Leibniz, milímetro y así infinitamente, sin
Dios elige entre el infinito de posi- alcanzarla...”. La idea de que un ilimi-
bilidades la mejor o la más conve- tado número de subdivisiones, cada
niente: el mejor orden posible (entre vez más minúsculas le interesa como
las posibilidades infinitas) es el orden disolución metódica. Borges elogia
composible. En la cosmología del Azar el infinito como concepto corruptor,
lo posible acontece en simultaneidad: inquietante, desatinador.

282
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Lo mínimo guarda el secreto de lo desencadenado, trama de un lenguaje


extensivo: en lo mínimo se refugia el consistente. Azar como eternidad
instante, es decir la intensidad. conjugada en el presente. La suerte
echada es suerte arrojada, lanzada, en
La Representación dice: espera decidida de lo venidero. Pero
¡Transformo el infinito en algo! también es suerte que retorna tras la
expulsión de las capturas causales.
En “Vindicación de Bouvard et Incluso suerte en posición horizontal
Pécuchet”, Borges (1932) anota: “La tumbada en condiciones de soñarse
ciencia es una esfera finita que crece como línea infinita.14
en el espacio infinito, cada nueva En vilo ante lo inconcebible de cada
expansión le hace comprender una sorteo, los babilónicos viven insomnes
zona mayor de lo desconocido, pero en el presente. No persiguen la inmor-
lo desconocido es inagotable”. En una talidad: están embriagados de Azar, no
conferencia sobre Spinoza, Borges embargados por el temor a morir.
explica que, para él, infinito no quiere
decir indefinido ni innumerable, sino No se posee el instante
flujo que no tiene principio ni fin.
El Azar comprende que su encanto
Dice la Probabilidad: reside en la soberanía del instante.
¡Volveré y seré cuántica! Sólo así el deseo vive eso que, a veces,
el goce le da: la vivencia de lo eterno.
Pero, ¿qué dice este infinito de azar? Tal vez el error consista en pensar
¿Tiempo sin límites? ¿Golpeteo del la eternidad como futuro intermi-
reloj eterno? ¿Signo matemático que nable, como promesa de un porvenir
tiene la forma de un ocho acostado? perpetuo. El secreto de lo eterno está
Infinito, también, como dominio de en el instante. No conviene pensar
lo infinitivo. Potencia impersonal eternidad como posesión de tiempo.
que expresa todas las acciones. El El precio del mañana (2011) de
presente, instante ilimitado, porvenir Andrew Niccol (una película olvi-
que no cesa, pasado que retorna. La dable) presenta la idea del tiempo
muerte no como meta que se alcanza acumulado como especie de inmorta-
sino como borde que nos arroja a las lidad. En el año 2161, la humanidad
suertes del tiempo. se encuentra genéticamente progra-
La idea de Borges hace recordar a la mada para detener el envejecimiento a
proposición 6.4311 de Wittgenstein los veinticinco años, momento a partir
que dice: “La muerte no es un acon- del cual todos tienen sólo un año más
tecimiento de la vida. No se vive la de vida. Inscripciones en el antebrazo
muerte. Si por eternidad se entiende, (como los condenados de los campos)
no una duración temporal infinita, sino marcan, como en un reloj digital fosfo-
intemporalidad, entonces vive eterna- rescente los años, los meses, los días,
mente quien vive en el presente...”. los minutos, los segundos que le restan
Muerte como acontecimiento que de vida. Así, se trabaja para ganar
funda temporalidad. El morir como tiempo o se paga lo que se consume
límite de la representación que vuelve con tiempo. Pueden acumular o gastar
infinito el instante. Tiempo, signo tiempo como si fuera dinero. Un

283
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

poderoso personaje guarda en el tesoro Bajo el influjo bienhechor de la


de un banco un millón de años. Compañía, nuestras costumbres están
saturadas de azar. El comprador
Una cosa bella es una de una docena de ánforas de vino
alegría para siempre15 damasceno no se maravillará si una
de ellas encierra un talismán o una
El maravilloso poder del Azar no se víbora; el escribano que redacta un
explica por la creciente complejidad contrato no deja casi nunca de intro-
de los sorteos, sino por su inventiva ducir algún dato erróneo; yo mismo,
para resguardar la magia del instante: en esta apresurada declaración, he
la perplejidad de su inminencia sin fin. falseado algún esplendor, alguna
La Compañía comprende que no se atrocidad. Quizá, también, alguna
debe ultrajar ese misterio: no hay otra misteriosa monotonía...
eternidad para la forma humana.
La Compañía actúa como Estado
Los dados todavía en el aire Benefactor para los babilonios. Intro-
duce en la historia el fluido bondadoso
También hay sorteos impersonales, de de la suerte. El movimiento de su marea
propósito indefinido: uno decreta que se protectora atiende todos los detalles:
arroje a las aguas del Éufrates un zafiro la segregación del bien como abrigo,
de Taprobana; otro que desde el techo amparo, condena, el llenado azaroso
de una torre se suelte un pájaro; otro como establecido triunfante, la plena
que cada siglo se retire (o se añada) un incertidumbre como rutina automá-
grano de arena de los innumerables que tica, el prodigio del asombro absor-
hay en la playa. Las consecuencias son, bido por los arraigos de la costumbre,
a veces, terribles. la extrañeza aquerenciada como tradi-
ción viciosa. Hasta los notarios intro-
Introducción de lo aleatorio, suertes ducen datos adulterados.
diseminadas para nadie: acciones La paradoja de esa vida completada
arrojadas sin destino. Disponibilidad por el Azar es que también incluye
de una causa, un efecto no evocado, secretas zonas de monotonía causal,
una potencia sin meta. Aspiraciones insondables dominios de la necesidad,
que vagan indeterminadas: cristal primitivas suspensiones de lo aleatorio,
de color azul, gorrión que se suelta, místicos desprecios de la variación. La
partícula que no puede ser mirada. El Compañía introduce incluso bromas
Azar tiende amarras en los aires del del Azar, no trampas maliciosas, sino
sentido. Tibieza y espanto de una signos que simulan recuperar eso que
erótica de lo inútil, innecesario, pres- enseña la vida: la sorpresa y perplejidad
cindible. Las potencias existen sin de lo que acontece sin ser visto. Lo que
necesidad. La Compañía acentúa lo pasa fuera de toda conciencia.
que acontece porque sí como afirma-
ción incausada del Azar Erra y perdona, La Compañía

La Compañía dice al Azar: Por lo demás, nada tan contami-


Sin mí te volverías previsible nado de ficción como la historia
de la Compañía... Un documento

284
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

paleográfico, exhumado en un templo, como ajenas? Sus manos estrechan el


puede ser obra del sorteo de ayer o de un paso del aire en otro cuerpo dormido.
sorteo secular. No se publica un libro El que ahoga a la mujer que duerme
sin alguna divergencia entre cada uno a su lado no gobierna del todo en el
de los ejemplares. Los escribas prestan conglomerado de su libertad. El asunto
juramento secreto de omitir, de inter- del sentido irrumpe cuando cunde la
poner, de variar. También se ejerce fatiga causal.
la mentira indirecta. La Compañía, Fatiga que no evita la pregunta por la
con modestia divina elude toda publi- responsabilidad: la vida como utopía de
cidad. Sus agentes, como es natural, son una decisión. Decimos “la decisión de
secretos; las órdenes que imparte conti- mi vida fue irme o quedarme, decir no,
nuamente (quizás incesantemente) no decir sí o no decir nada”. Decisiones de
difieren de las que prodigan los impos- una vida son decisiones que cambian
tores. Además, ¿quién podrá jactarse esa vida. Momentos únicos en los que
de ser un mero impostor? El ebrio la vida arrastra con sus potencias y nos
que improvisa un mandato absurdo, hacemos responsables de estar o no
el soñador que se despierta de golpe y estar. Las decisiones son de la vida antes
ahoga con las manos a la mujer que que personales: estamos o no en la cita.
duerme a su lado, ¿no ejecutan, acaso, Se toma la decisión en medio de un
una secreta decisión de la Compañía? griterío, se la toma entre muchas, sin
saber del todo qué gobierna en ese acto:
Pasaje de la lotería como un mínimo la decisión se decide sin ese saber.
juego de azar localizado, confinado a Vivir, entre muchas otras cosas, supone
una estrecha zona de la esperanza, a la que, llegado el momento, es necesario
vida como juego metafísico de combi- estar en la cita. Lo singular se podría
naciones infinitas: el juego como pensar como esa citación con la vida:
metástasis ficcional.16 posibilidad que no demanda nada. Hay
El conjunto de los actos atribuidos a que hacer algo, sin embargo, para estar
la Compañía infectados de versiones (a tiempo) en donde se está: ese algo
fantasiosas, los testimonios de su exis- que se hace o no se hace es la decisión.
tencia certificados por fuentes arbitra-
rias, volúmenes sagrados adulterados. La decisión inconsciente,
Una gramática histórica de mentiras, ¿es esa decisión?
omisiones, intercalaciones absurdas,
variaciones molestas, imposturas Ese funcionamiento silencioso, compa-
indemostrables. El engaño como rable al de Dios, provoca toda suerte de
secreto público. conjeturas. Alguna abominablemente
Una existencia precipitada en el Azar insinúa que hace ya siglos que no existe
vive indecisa. No puede concluir razones la Compañía y que el sacro desorden
sobre la consistencia, la voluntad, la de nuestras vidas es puramente heredi-
responsabilidad de cada conducta babi- tario, tradicional; otra la juzga eterna
lónica. El hombre que ahoga con sus y enseña que perdurará hasta la última
manos a la mujer que duerme a su lado, noche, cuando el último dios anonade el
¿ejecuta infinitos mandatos? ¿Ese acto mundo. Otra, declara que la Compañía
personal es consecuencia de indetermi- es omnipotente, pero que sólo influye
naciones y determinaciones tan propias en cosas minúsculas: en el grito de un

285
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

pájaro, en los matices de la herrumbre Las conjeturas borgeanas son formas


y del polvo, en los entresueños del alba. de su ensayismo. Escritura hospitalaria
Otra, por boca de heresiarcas enmasca- con argumentos probables, horro-
rados, que no ha existido nunca y que rosos, audaces; irreverencia con lo que
no existirá. Otra, menos vil, razona se considera sagrado: risa insinuada
que es indiferente afirmar o negar la como asilo de la razón perpleja. La
realidad de la tenebrosa corporación, contextura conjetural no presenta
porque Babilonia no es otra cosa que un sólo una opción por la literatura, sino,
infinito juego de azares. también, una forma de ficción meta-
física, un combate contra la tentación
Al final, lo de siempre: no es el Azar dogmática. “La lotería en Babilonia”
lo que gobierna la civilización, sino la no invoca, otra vez, el pesimismo
Compañía que goza a la civilización oscuro de un perverso poder como se
porque gobierna el Azar. narra en otras literaturas.17
En “La lotería en Babilonia” asistimos
al relato de muchas astucias humanas: Dice la Injusticia: Soy el mal menor
el juego infinito del Azar como astucia
humana para habitar un multiplicidad “La lotería en Babilonia” es una utopía
sin la garantía de Dios, perseverar en la lograda porque no esconde su máscara
intensidad del instante como astucia argumental. No se priva de decir que
para escapar del espanto de la muerte, su relato no alcanza a capturar poten-
todas las vidas en cada vida como astucia cias que lo exceden. No presenta un
para vivir sin la fatalidad de la posesión, proyecto institucional, pero no carece
la imperfecta justicia de la suerte que de la convicción aguerrida de argu-
iguala a todos como astucia de la revolu- mentos que luchan. El cuento de
ción social, la Compañía ficcional como Borges es, también, un relato sobre las
astucia que vuelve tolerable el desamparo. políticas de poder.
Entre otras muchas astucias presentes La paradoja de una Corporación del
en el relato, sin embargo, falta la Azar transporta un potencial crítico
astucia política: deseo de una potencia que se derrama fuera de toda premura
no doblegada al goce del poder. conclusiva. La utopía de las suertes
sugiere la idea de poder como aparato
Dice el Verbo: ¡Conjuga potencias! dudoso, irresuelto, tal vez inexistente.
Poder como memoria de conflicti-
La lotería no se presenta como cualidad vidad, tensión, misterio.
o complemento congelado de un El relato sugiere que si no fuéramos
juego, sino como acción que conjuga esclavos de mandatos morales,
modos de existencia. Se podría, tras sirvientes de la posesión, criaturas
el relato de Borges, formar el verbo insatisfechas adheridas a un goce, si
babiloniar, convirtiendo la idea misma una sociedad cuidara de que todos los
de Babilonia en una acción. Babiloniar cuerpos estuvieran por igual disponibles
como infinitivo receptivo de multipli- para las potencias del vivir, entonces
cidad. Babiloniar como movimiento las personas que hablan podrían
ensamblador de sorpresas. Babiloniar apostar a la belleza de un instante.
como modo de descomprimir la diver- Los explotados en sus trabajos, los
sidad de lo posible. expulsados de la potencias de la

286
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

vida, los que no saben cómo defen- vivos. Dice: “Por ejemplo, de todos
derse, dicen: ¡No podemos más! Repite los empresarios de pompas fúnebres,
el Azar: ¡Mi mundo sería el mejor de todos los carteros, de todos los
mundo posible! Dice el Goce: ¡No se buzos, de todos los que viven en la
librarán de mí! Agrega el Capitalismo: acera de los números pares, de todos
¡De ninguno de los dos! los afónicos, etcétera. Me dijo que su
libro se refería a la gran masa de los
Dice La lucha de Clases: oprimidos y parias”.
¡No te dejarán tomar la palabra! Borges emplea una ocurrente enume-
ración (arte que, dice, aprendió de
La pregunta por la existencia de la Whitman) para narrar lo irrepre-
Compañía, precipita una ficción que se sentable. Como no considera rele-
anima a imaginar cómo sería el mundo vante los intereses de clase, prefiere
sin un lenguaje que lo piense, cómo mencionar individuos que considera
sería un colectivo sin ese infinitivo reales, uno por uno.
decir que provoca vidas innumerables. Conviene deslizar una intención: suje-
Especula con una omnipotencia que tados a la lengua que nos habla, a veces
no se ejerce, confinada en lo mínimo, pensamos o nos fugamos de la nada a
insignificante, inexpresable. través de las palabras (las pocas o únicas
En “La lotería de Babilonia” se omite que alguna vez decidimos). Un sentido
la política porque la Compañía no cree ético de la política es crear condiciones
en formas de representación posible para el encuentro entre los cuerpos y
para todos y cada uno de los vivientes. las palabras que liberan.18
Piensa que las masas sin voz o las
mayorías son abstracciones abusivas e Dice la Política:
inútiles a la hora de las suertes. ¡Soy la palabra todavía sin decir!
En “El Congreso” (1975) se cuenta
la historia de un hombre de mucha De todos los Amos concebidos por la
riqueza que se propone organizar imaginación del hombre, tal vez sea el
un Congreso del Mundo que repre- Azar el más razonable: sólo la muerte
sente a todos los hombres de todas y el azar son creíbles cuando dicen que
las naciones. Escribe Borges: “Planear no actúan por algo personal. Incluso
una asamblea que representara a el Azar suaviza la muerte: introduce la
todos los hombres era como fijar el única vacilación posible en lo defini-
número exacto de los arquetipos tivamente cierto. Antes de nacer está
platónicos, enigma que ha atareado decidido que habremos de morir, pero
durante siglos la perplejidad de los ¿cuándo? Esa precisión es accidental
pensadores”. En “El otro”(1975) se (el azar interviene hasta en los secretos
relata un encuentro entre Borges y cosmológicos y genéticos).
él mismo; el otro, que “no llega a los Borges parece pensar que estar a
veinte años, prepara un libro de versos merced de la ficción de la Compañía
que titulará ‘Los himnos rojos’”, es menos dañino que esperar algo
poemas que cantarán a la fraternidad del Estado Moderno, de las demo-
de todos los hombres. El Borges cracias burguesas o de las proletarias.
mayor pregunta si es verdad que se Sospecha por igual de Dios, del Rey,
siente hermano de todos los seres del Patrón, de la Ley: sólo el Azar

287
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

puede concentrar una vocación bene- (*) Este artículo duplica un relato de
factora confiable, sólo el Azar esparce Borges que se cita casi completo. No es
lo bueno y lo malo, la sumisión y la una glosa que supone que todo lo que
libertad, la dicha y la desdicha, sin otra se debería pensar ya está dicho en esa
condición que la de la suerte. narración maravillosa. Ni pretende la
Dice el Azar al Deseo: ¡Cásate intercalación de explicaciones que hagan
conmigo, seré tu mejor consorte, gozaré inteligible esa escritura. “La lotería en
de ti sólo cada sesenta días! Babilonia” no interesa como asunto
que transporta oscuridades, secretos o
Eppur si muove claves a interpretar, aunque intertextua-
lidades, sugerencias, ambigüedades, son
El caminante que recorre arrogante pulsos de su arquitectura. La pasión y
extensiones terrestres, prefiere creer el gusto por el lugar del “comentador”
que deja sus huellas sobre una super- forman parte de un ejercicio de espera:
ficie quieta, sin embargo anda sobre la obstinada demora en una voz ajena
un movimiento que sus sentidos como ocasión para el desliz de una idea.
no comprenden. A veces, pensamientos se emancipan por
fricciones repentinas que se producen al
pasar de un texto a otro.

NOTAS

1. En las proposiciones “la vida, una posibilidad en espera; deseo, potencia de esa espera”, la coma está en
lugar del verbo copulativo que exigiría el cumplimiento de lo predicado o demandaría una obligación argu-
mental (lo copulativo –no podría ser de otro modo– está destinado a ligar, atar, juntar, adherir, fusionar).
En lugar del verbo ser, que tendería a clausurar, la coma (pausa, suspensión de la conclusión, separación de
lo que puja por unirse) indica una mera posibilidad. Mera no por insignificante, sino como una posibilidad
más, entre otras.
2. Si ironía es la figura retórica que da a entender lo contrario de lo que dice, en Borges expresa también la
frontera artificial que separa ensayo de ficción. “La ironía no es gesto de superioridad, sino una forma de lucha”,
gustaba decir a Musil.
3. No se trata de una estricta prosopopeya, no está en juego tanto el empleo de una figura retórica como la
puesta en escena de figuras que hablan aposentándose en lugar de sujeto. La diferencia se acentúa con otra
figura a la que suele referirse Borges (1982), la hipálage (“el oro ávido”, “estudiosas lámparas”, “árido camello”,
“biblioteca ciega”).
4. En el prólogo para la edición de Ficciones, Borges describe este relato como una pieza fantástica no del todo
inocente de simbolismo. ¿Alude a la sociedad argentina? Se podrá decir que Borges exagera la circunstancia de
la suerte para expresar su admiración por el cosmos europeo o que participa de la serie discepoliana que se dice
en Cambalache (“Que el mundo fue y será una porquería [lotería]...”): esa protesta moral contra las mezclas,
el desorden, las presencias irrespetuosas de las vidrieras. Puede leerse el texto como ficción utópica que vuelve
risible el ideal de orden omnipotente, perfecto, completo; a la vez que evita el regodeo quejoso de la razón que
se siente atropellada.
5. Escribe Borges (1951): “El mundo, según Mallarmé existe para un libro; según Bloy, somos versículos o
palabras o letras de un libro mágico; y ese libro incesante es la única cosa que hay en el mundo: es, mejor dicho,
el mundo”.
6. Utilizo la palabra potencias en plural, podría emplear energías, fuerzas, vibraciones, intensidades, movi-
mientos, soplidos, ansias, deseos, inminencias, burbujeos, tensiones, inquietudes, corridas. Todos términos
que sugieren algo que nunca se captura.

288
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

7. En “Del culto de los libros” (1951), en Otras Inquisiciones, Borges escribe que para los cabalistas Dios creó
el universo mediante los números cardinales que van del uno al diez y las veintidós letras del alfabeto. Escribe:
“Que los números sean instrumentos o elementos de la Creación es dogma de Pitágoras y de Jámblico; que
las letras lo sean es claro indicio del nuevo culto de la escritura. (...) ‘Veintidós letras fundamentales: Dios las
dibujó, las grabó, las combinó, las pesó, las permutó, y con ellas produjo todo lo que es y todo lo que será’.
(...) Luego se revela qué letra tiene poder sobre el aire, y cuál sobre el agua, y cuál sobre el fuego, y cuál sobre
la sabiduría, y cuál sobre la paz y cuál sobre la gracia, y cuál sobre el sueño, y cuál sobre la cólera, y cómo (por
ejemplo) la letra kaf, que tiene poder sobre la vida, sirvió para formar el sol en el mundo, el miércoles en el año
y la oreja izquierda en el cuerpo”.
8. En la historia de la palabra lotería laten en una misma voz herencia (lotes que les tocaban como legado a los
familiares del muerto) y suerte.
9. Versión libre de uno de los fragmentos de Heráclito.
10. La idea de cambio desespera al poder. Alcanza con pensar las aprobaciones y sospechas que recibe la idea de
metamorfosis que expande sentidos próximos de transformación, revolución, emancipación, corrupción, descompo-
sición, perversión, mutación, deformidad.
11. Las derivas que llevan a la creación de la Compañía en la “Lotería en Babilonia” se encuentra en otros
relatos de Borges. En “Tlon, Uqbar, Orbis, Tertius” se conjetura la existencia de una sociedad secreta de
artistas, científicos y notables. Supone un planeta no creado por Dios, sino inventado y diseñado por personas
geniales (“una sociedad secreta y benévola”). Se trata de demostrar que los mortales son capaces de concebir
un mundo como obra mayor: “Tlon será un laberinto, pero un laberinto urdido por hombres, un laberinto
destinado a que lo descifren los hombres”. Borges explica que el orden de Tlon, su exquisita lógica, su pleno
rigor “es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles”. Borges suaviza, así, la misma idea de una sociedad secreta que
Arlt, en Los siete locos, emplea para denunciar manipulaciones que minorías poderosas hacen de las ilusiones
de pobres y condenados.
12. El relato presenta una de las invenciones utópicas más logradas del pensamiento. Borges más inclinado por
las perspectivas irónicas de Macedonio Fernández (El zapallo que se hizo cosmos) y de Xul Solar (el panjuego),
proyecta un mundo que recuerda ideas de Fourier, Blanqui, Swift, Marx.
13. Dos relatos de Borges (1949) hacen referencia a la cuestión de la mónada de Leibniz sin mencionarla:
uno, es El Zahir en el que atribuye a Tennyson la idea de que “si pudiéramos comprender una sola flor
sabríamos quiénes somos y qué es el mundo”: la otra, en El Aleph, “uno de los puntos del espacio que
contiene todos los puntos”.
14. Borges, en “Avatares de la tortuga” (1932) apunta que Nicolás de Cusa en “la circunferencia vio un polí-
gono de un número infinito de ángulos y dejó escrito que una línea infinita sería una recta, sería un triángulo,
sería un círculo, sería una esfera...”.
15. Así comienza el poema de Keats, Endymion.
16. Baudrillard (1982) encuentra en el relato de Borges lo que llama “la más formidable ironía del simulacro social”.
17. Pienso en 1984 de Orwell o en la novela del ruso EvgenijZamyatin, Nosotros, escrita en 1920. En esta
última, hombres y mujeres son identificados con números. El libro de las horas prescribe qué debe hacerse en
cada circunstancia. Viven en casas de vidrio, se levantan simultáneamente, se lavan los dientes y comienzan a
tomar el desayuno en el mismo momento. Hacen el amor cuando está indicado. La sociedad, por fin, alcanza
un Estado Unificado. Un Benefactor protege a todos por igual. Los Guardianes se encargan de resolver cual-
quier problema. Un mundo casi perfecto.
18. Tal vez la idea de libertad sea una reserva de lo humano o de lo que queda tras el fracaso de los humanismos.
Dicen los Dioses: “¡No somos libres, estamos atrapados en la inmortalidad!”.

BIBLIOGRAFÍA

Baudrillard, Jean (1981), De la seducción, Ediciones Cátedra, Madrid, 1981.


Barthes, Roland (1977), El placer del texto, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2008.
Borges, Jorge Luis (1932), “La perpetua carrera de Aquiles y la tortuga”, en Discusiones, Editorial Alianza.
Madrid, 1976.
Borges, Jorge Luis (1932), “Avatares de la tortuga”, en Discusiones, Editorial Alianza, Madrid, 1976.
— (1932), “Vindicación de Bouvard et Pécuchet”, en Discusiones, Editorial Alianza, Madrid, 1976.
— (1941), “La lotería en Babilonia”, en Ficciones, Editorial Alianza, Madrid, 1974.
— (1941), “Tlon, Uqbar, Orbis, Tertius”, en Ficciones, Editorial Alianza, Madrid, 1974.
— (1941), “Las ruinas circulares”, en Ficciones, Editorial Alianza, Madrid, 1974.
— (1944), “La forma de la espada”, en Ficciones, Editorial Alianza, Madrid, 1974.
— (1949), “El Aleph”, en El Aleph, Editorial Alianza, Madrid, 1971.

289
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

— (1949), “El Zahir”, en El Aleph, Editorial Alianza, Madrid, 1971.


— (1951), “Del culto de los libros”, en Otras Inquisiciones, Editorial Alianza, Madrid, 1976.
— (1952), “La flor de Coleridge”, en Otras Inquisiciones, Editorial Alianza, Madrid, 1976.
— (1952), “Quevedo”, en Otras Inquisiciones, Editorial Alianza, Madrid, 1976.
— (1960) “Borges y yo”, en El Hacedor, Editorial Alianza, Madrid, 1975.
— (1960), “Le regret d’Heraclite”, en El Hacedor, Editorial Alianza, Madrid, 1975.
— (1975), “El otro”, en El libro de arena, Editorial Alianza, Madrid, 1998.
— (1975), “El Congreso”, en El libro de arena, Editorial Alianza, Madrid, 1998.
— (1982), “Borges el memorioso”, Conversaciones con Antonio Carrizo, Fondo de Cultura Económica,
Argentina, 1982.
Casullo, Nicolás (1996), La sureña lucidez, en Borges, en La invención y la herencia, Cuadernos Arcis-Lom, nº 3:
Filosofía y literatura en la obra de Borges, Arcis-Lom. Chile, 2000.
De Brasi, Juan Carlos (2010), Ensayo sobre el pensamiento sutil. La cuestión de la causalidad. La causalidad en
cuestión, EPBCN Ediciones y Mesa Editorial, Buenos Aires, 2010.
— (2008), La explosión del sujeto. Acontecer de las masas y desfondamiento subjetivo en Freud (Tercera edición
corregida y ampliada), EPBCN Ediciones y Mesa Editorial, Buenos Aires, 2008.
— (2007), La problemática de la subjetividad. Un ensayo, una conversación, EPBCN Ediciones y Mesa Editorial,
Buenos Aires, 2007.
Deleuze, Gilles (1969), Lógica del sentido, Editorial Paidós, Barcelona, 2001.
Fernández, Macedonio, El zapallo que se hizo Cosmos, en Papeles de Recienvenido / Poemas. Relatos, Cuentos,
Miscelánea, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1966.
Ferrer, Christian (2002), Copartícipessecretos: Benjamin, Blanqui, Borges, en Blanqui, Auguste, La eternidad por
los astros, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2002.
González, Horacio (1996), “Irrisoria ética borgeana”, en La invención y la herencia, Cuadernos Arcis-Lom,
nº 3: Filosofía y literatura en la obra de Borges, Arcis-Lom, Chile, 2000.
Lacan, Jacques (1957-1958), Seminario V. Las formaciones del inconsciente, Inédito.
— (1958-59). Seminario VI. El deseo y su interpretación. Inédito.
Leibniz, G.W., Monadología, Hyspamérica Ediciones, Buenos Aires, 1983.
Marechal, Leopoldo, El panjuego de Xul Solar, un acto de amor, en Cuadernos de Mr. Crusoe nº 1 (artes, ciencias,
ideas) O’Donnell, Mezza y Asociados S.A. Editores, Buenos Aires, 1967.
Marx, Carlos, El Capital (Crítica de la economía política), Tomo 1, Fondo de Cultura Económica, México, 1973.
Ritvo, Juan Bautista (1985), El filósofo sublime, Revista Sitio, nº 4/5, Buenos Aires, Mayo de 1985.
Rorty, Richard (1991), Contingencia, ironía y solidaridad, Editorial Paidós, Barcelona, 1991.
Rubel, Maximilien (1970), Páginas escogidas de Marx para una ética socialista 1 y 2, Amorrortu Editores,
Buenos Aires, 1974.
Spinoza, Baruch, Etica demostrada según el orden geométrico.
Viñas, David (1996), Borges y Perón (1) y (2), en La invención y la herencia, Cuadernos Arcis-Lom, nº 3:
Filosofía y literatura en la obra de Borges, Arcis-Lom, Chile, 2000.
Wittgenstein, Ludwig (1918), Tractatuslogico-philosophicus, Traducción Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera,
Alianza Editorial, Madrid, 1993.

290
292

El teatro del espíritu nacional:


comedia en cuatro actos
Por Fermín Rodríguez

Es habitual la expresión –y Fermín Rodríguez


la retoma– “Un espectro recorre la ciudad de
Buenos Aires”. Es a partir de ese enunciado enig-
mático, de esa consiga entre categórica y amena-
zante, que el autor de este artículo ha postulado
el montaje de un escenario de la vida nacional
donde se articulan diferentes momentos de la
ficción y el ensayo porteños de las primeras
décadas del siglo XX. En cada uno de estos actos
se intenta dilucidar las estrategias de construc-
ción de un espíritu nacional propio.
El arco propuesto, que recupera en su factura
el término griego théatron en tanto “lugar de
observación”, inicia la escena –una suerte de
obertura– con Lugones, y cierra con un epílogo
que tiene a Macedonio Fernández como final de
una trayectoria posible. En los cuatro momentos
analizados, la pregunta que subyace es aquella
que postula el modo en que los escritores e inte-
lectuales de las primeras décadas observaron,
desde los lugares más disímiles, la fabricación
de un espacio entre el campo y la ciudad, entre
la ciudad moderna cosmopolita y las tradi-
ciones heredadas del siglo XIX. Un lugar, un
espacio aparentemente vacío, pero que puede
ser llenado por la prédica del pensamiento y la
prepotencia reflexiva de la palabra.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Abstraer es quitar materia y poner Son los años en que se trazan las coor-
espíritu, o mejor dicho libertarlo. denadas sentimentales de lo argentino,
Leopoldo Lugones, los años en que se define la nacionalidad
El tamaño del espacio y el acceso a la ciudadanía de masas
de inmigrantes, cuando “el hábito de
estrofas del Martín Fierro” comienza a
Primer acto. Transmisiones: permitirle a hombres de ciudad como
El payador de Leopoldo Lugones Juan Dahlmann, el bibliotecario de
(1914) “El Sur”, volverse argentinos practi-
cando el criollismo y el culto foráneo
En las primeras décadas del siglo XX, de la tierra con distinto grado de
un espectro recorre Buenos Aires. ostentación. Reencarnado como héroe
Invocado para ahuyentar la vitalidad legendario, espectralizado, vestido con
de las masas de inmigrantes, el “espí- los atuendos y los tonos del gaucho,
ritu nacional” o el “espíritu de la el “espíritu de la raza” puede ahora
tierra” sobrevuela calles donde se agita aparecer cuando sea necesario como
el cuerpo multiforme de las multi- modelo tangible de identificación de
tudes urbanas. Especialistas en asuntos lo nacional.
del espíritu, las minorías intelectuales En el año 1913, desde uno de los
responden al llamado de una joven púlpitos del estado liberal –el escenario
nación que, repleta de inmigrantes y del teatro Odeón–, el espíritu nacional
vacía de tradiciones, pretende contener fue invocado por uno de sus más
los desbordes demográficos del presente ascendentes médiums –un poeta “a
por un recurso al pasado, un pasado quien nunca habían tentado las luju-
demasiado cercano en el tiempo como rias del sufragio universal” (p. 23). Con
para abastecer a la nación de la ilusión fervor filológico, Leopoldo Lugones
de eternidad. lee los textos de El payador, una serie
“No hay leyendas en esta tierra y ni un de conferencias que encuentran en el
sólo fantasma camina por nuestras calles” Martín Fierro el pasado épico que los
–se lamenta el joven Borges, que en las sectores oficiales de la Argentina del
páginas de El tamaño de mi esperanza Centenario estaban buscando. Situado a
escribía “Pampa” y “Suburbio” con una distancia épica absoluta, el gaucho,
mayúscula “para señalar mejor su ayer enemigo del estado liberal, retorna
carácter de cosas arquetípicas”. La como una suerte de espectro cultural,
pampa y el suburbio eran los dioses de internalizado y convertido en esencia
un nuevo credo, los mitos de la nación de lo argentino. “No lamentamos
como religión laica que exigía de sus demasiado su desaparición”, reconoce
sacerdotes la construcción de modelos Lugones (p. 82), antes de pronunciar su
de identificación que la personificaran.1 elegía del gaucho: “Y sobre su sepultura
Había que fundar el pasado y poblarlo que es todo el suelo argentino donde
de mitos, fijar los valores, los espacios y se combatió por la patria, la civiliza-
los tonos de lo argentino por medio de ción, la libertad, podemos comentar su
ficciones de identidad que encarnaran destino, a manera de epitafio, con su
la nación y conjurarán una demografía propio elogio homérico a la memoria
monstruosa que armaba escándalo en el de los bravos: ‘Ha muerto bien. Era un
zaguán de la casa vacía del ser nacional. hombre’” (pp. 83-84).

293
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Entre el lamento fúnebre (que se que las fantasmagorías del capital


despide) y la evocación religiosa (que rondaban la tierra bajo la forma de
llama y anuncia una venida), entre la especulación y la explotación lati-
un acta de defunción (que entierra y fundista, había que poblar el país de
clausura) y un testamento (que lega y tiempo, dotarlo de un pasado, fundar
transmite), El payador es un teatro del sus tradiciones.
espíritu donde una vez más en la tradi- Como en el siglo XIX, cuando las élites
ción de la gauchesca la poesía separa, políticas y culturales hacían ondular
por abstracción, la voz del gaucho sobre el desierto espejismos de una
de su alguna vez indómito cuerpo nación por venir, la llanura que la brutal
viviente. Las palabras son un asunto campaña de exterminio del general
del espíritu letrado, que se alzan por Roca puso a disposición de la explota-
sobre la muerte –el asesinato– de la ción agropecuaria vuelve a espejear y a
cosa: la desaparición del gaucho “es un cargarse de imágenes virtuales, aunque
bien para el país” (p. 51), que puede esta vez sea el pasado –no el futuro–
volver con tal que no tome realidad. lo que se invoca desde el presente. La
Hay algo de estremecimiento metafí- identidad que postula Lugones yace
sico en la entonación de Lugones, de enterrada en el paisaje, según una
plegaria en juego, de llamado que hace narrativa nostálgica y evolucionista
venir por medio de la voz al gaucho para la que perder es paradójicamente
que “ha muerto bien” y que en 1914 un don (“No lamentamos demasiado
bien muerto está. En efecto, la elimi- su desaparición”). Reserva de los valores
nación del desierto y de la tempora- puros y naturales de un pueblo, incon-
lidad anacrónica taminada por la inmigración, la tierra
Entre el lamento fúnebre (que –esto es, pre- que la elegía de Lugones remueve, la
se despide) y la evocación reli- capitalista– del tierra que define la identidad como
giosa (que llama y anuncia gaucho y del lugar de nacimiento y de pertenencia,
una venida), entre un acta de indio fueron la es una tumba del tamaño de la patria.
defunción (que entierra y clau- condición para el Según la narrativa naturalizada del
sura) y un testamento (que lega “salto moderni- progreso, la pampa es el cementerio
y transmite) El payador es un zador” de fin de prehistórico de las razas inferiores exter-
teatro del espíritu donde una siglo por el que minadas en la lucha por la vida, donde
vez más en la tradición de la el país ingresó Lugones, como los profanadores de
gauchesca la poesía separa, por al orden econó- cementerios indígenas del siglo pasado,
abstracción, la voz del gaucho mico mundial localiza restos e identifica sus despojos.
de su alguna vez indómito capitalista como (En cuanto a los indios, ni siquiera
cuerpo viviente. exportador de merecieron sepultura: o bien “se extin-
materias primas. guen dulcemente” como le gusta decir a
Ahora que la ley de un estado nacional José Ingenieros –Terán, 1986–, o bien
unificado política y territorialmente sus huesos, si es que no se hicieron
regía sobre lo que durante el siglo XIX polvo en el desierto, fueron arqueo-
había sido su afuera, ahora que la logizados en las vitrinas del Museo de
geografía se poblaba de inmigrantes y Ciencias Naturales de La Plata).
que la llanura pacificada, alambrada, Espiritualizado y purificado racialmente,
cultivada y cruzada por ferrocarriles desencarnado de un cadáver político que
había dejado de ser un desierto, ahora para la arqueología de El payador está

294
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

enterrado en una capa lejana de pasado energía racional” (p. 19). Liberando las
no contaminado por la inmigración, el fuerzas del espíritu nacional de cuerpos
gaucho deja obedientemente su tumba hoy ausentes de la vida política, la poesía
y retorna con mansedumbre a la escena realiza el mismo trabajo de abstracción
separado de lo que su cuerpo puede. que la ciencia contemporánea (y que la
No es casual que la obra de Lugones economía monetaria). La civilización es
haya sido montada en un teatro, en una abstracción hecha espectro, encar-
el campo mismo de la representación nada en un lenguaje (y “toda la cultura
(literaria y política: los representantes es asunto del lenguaje”) donde la
del Estado asisten a la sesión), allí donde materia vital y caótica del gaucho, tran-
ser gaucho, en 1914, ya se volvió una sustancializada por la inteligencia del
cuestión de performance y de disfraz.2 poeta, desaparece en la “luz” del ideal.
A la vista de un público encantado por Estamos rodeados de fuerzas invisibles;
los trucos escénicos, el poeta le presta al junto a la luz, a los rayos, al sonido,
espíritu un armazón que lo artefactua- al calor, al magnetismo, a los gases, a
liza3 –el cuerpo técnico-institucional los fenómenos olfatorios o gustativos,
de un poema épico, transmitido espec- la palabra poética representa un grado
tralmente por los aparatos estatales de más en una escala de desintegración
producción y difusión de la palabra. de la realidad que conduce a un orden
En el orden sobrenatural de la civiliza- metafísico superior.
ción fundado por El payador, el gaucho A la manera de las fuerzas secretas que
“viril, sin amo en su pampa” (p. 23) se escapan del control de los científicos-
retorna como civilizador del desierto, locos de los cuentos de Las fuerzas
como personificación de lo puramente extrañas, lo que se agita en el teatro
argentino que se manifiesta a través del Odeón son consignas. Como “toda la
poeta. La poesía nacional es un campo cultura es asunto del lenguaje”, para
de valores espirituales, una “espiritua- Lugones “ciencia, arte, política, guerra,
lización de la materia” (p. 37) donde comercio, dependen de la ejecución
el poeta, habitado por el espíritu de de fórmulas y de órdenes que no son
la raza, es el último eslabón de una sino palabras” (p. 47). Las palabras
cadena de personificaciones heroicas que calibra Lugones funcionan como
a través de la que el pasado épico se consignas –fuerzas extrañas dominadas
comunica con el presente. filológicamente que rondan los cuerpos
“Ser animado” o “nueva entidad espiri- y se incrustan en la carne, produciendo
tual” (p. 19), la patria de Lugones es un transformaciones y cambios de estado–.
sustituto laico de la religión que cobra Autoritaria y homogeneizante, la litera-
vida, como tantas otras cosas inani- tura de Lugones da la orden a las masas
madas en una sociedad que se expande de volverse argentinas.
aceleradamente bajo los efectos de
flujos de trabajo, de dinero, de créditos
y de mercancías. Las palabras que emite Segundo acto. Una necromancia:
Lugones desde el Teatro Odeón son Don Segundo Sombra de Ricardo
cosas del espíritu –el espíritu del pueblo Güiraldes (1926)
hecho cosa, captado y retransmitido
por una literatura donde tiene lugar una Entre las ficciones que ocultan el
transformación “de la fuerza bruta en cuerpo mal sepultado de la barbarie,

295
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

hay que contar a Don Segundo Sombra, los conflictos ni las tensiones sociales,
la novela de Ricardo Güiraldes políticas y culturales que escinden el
de 1926. Leída por Borges como “una campo de lo argentino–. “Es que a los
evocación ritual de los muertos, una hombres de la ciudad” –sostiene Borges
necromancia (“Sobre Don Segundo en “La poesía gauchesca”– “la llanura
Sombra”, 46), Don Segundo Sombra sólo nos puede ser presentada como
narra la historia de una doble toma de un descubrimiento gradual, como una
posesión: poseído por la voz fantasmá- serie de experiencias posibles” (p. 33).
tica de la tradición rural, que se trans- En este sentido, la novela de Güiraldes
mite oralmente en las enseñanzas de hace con sus lectores lo que dice: cuenta
un viejo domador, el joven huérfano la historia de Fabio Cáceres, un huér-
Fabio Cáceres entra en posesión de fano que se hace hombre siguiendo
una inesperada herencia que lo vuelve las enseñanzas de un experimentado
propietario de un nombre y de grandes domador, Don Segundo Sombra, que
extensiones de campo. lo inicia pacientemente en los saberes
En una década de modernización y de la llanura. Se trata de un tipo de
urbanización rural, donde el alambre experiencia y de sabiduría transmitida
de púa desgarra el chiripá de los oracularmente que los lectores mencio-
gauchos y entierra en el pasado su nados por Borges nunca tuvieron, pero
libertad de movimiento,4 novelas que gracias al ejemplo, los refranes, los
como Don Segundo Sombra enseñan dichos, las analogías y las anécdotas
el ser (enseñan a ser) argentino –esto de Don Segundo, recordarán, con
es, a acriollarse o a agaucharse gozando nostalgia y precisión, como propias.
nostálgicamente de obedecer a los Pero el narrador de Don Segundo no es el
mandatos de una tradición que sobre- chico que va agauchándose a la sombra
vive como repetición de consignas–. de Don Segundo, sino “el nostál-
Tal es la felicidad que una novela de gico hombre de letras que recupera,
aprendizaje promete: ser parte de una o sueña recuperar, en un lenguaje en
totalidad orgánica, internalizar jubi- que conviven lo francés y lo cimarrón,
losamente un conjunto de normas. los días y las noches elementales que
Agotada en unas pocas semanas, la aquél no hizo más que vivir” –escribe
novela tuvo un acatamiento masivo Borges en 1952 para el 25° aniversario
entre miles de lectores que encon- de la muerte de Güiraldes (p. 48)–.
traban en ella lo que querían escuchar: Borges reconoce el tono nostálgico
una serie de lecciones y representa- de la memoria del adulto mediando
ciones sobre una identidad nacional hechos que ocurrieron muchos años
perdida que, paradójicamente, nunca antes de 1926, hacia 1900, cuando
existió por fuera de los enunciados Fabio no era todavía patrón de estancia
que, en cada descripción, la procla- y recorría el norte de la provincia
maban con exaltación. de Buenos Aires como un aprendiz
Novela de aprendizaje pampeano, de tropero. “La chacra y el gringo
Don Segundo Sombra muestra a un estaban ahí, pero Güiraldes los ignora”
personaje que va identificándose –recuerda Borges, que lee en aquello
progresivamente con la llanura –un que la novela no dice una operación
paraíso rural perdido donde se puede nacionalista que vuelve a un pasado
ser gaucho y estanciero a la vez, sin utópico en busca del criollo puro, el

296
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

gaucho platónico representante autén- sobre el cuerpo animal del resero,


tico de una identidad nacional perdida deshumanizado por la aplicación de
(citado por Sarlo, p. 36). la misma fuerza que empuja hacia
adelante al ganado que transporta
Obediencia bovina. Sin nombre y de por la pampa.
paternidad incierta, Fabio se trans- Ya en Raucho, un texto de 1917 que
forma de “guacho” en “gaucho”. Pero anticipa algunos núcleos de Don
ambos términos significan lo mismo Segundo Sombra, un tal Fabián Cáceres,
–a saber, “ser hijo de Dios, del campo caudillo infantil, escapa del colegio a
y de uno mismo” (p. 291)–. El gaucho través de un devenir animal. Criado en
es un hijo natural, un producto el campo y apasionado por los caba-
orgánico de la naturaleza adaptado llos, Cáceres “tenía por costumbre
armónicamente a su medio. Su desa- ponerse en la boca un lápiz, atravesado
rrollo es un auto-desarrollo, una a guisa de freno; palmeábase las nalgas,
auto-determinación, una emanación caracoleando como caballo impaciente
natural de la tierra. ¿Pero cómo es que y haciendo ademán de ceder rienda,
Fabio, no determinado por nadie más disparaba por el
que por sí mismo, termina queriendo patio, pechando A diferencia de este Fabián
ser lo que de cualquier modo hubiera como en rodeo, Cáceres, el Fabio Cáceres de
tenido que ser como parte de un dando en tierra Don Segundo Sombra deviene
todo social? ¿Por qué siendo hijo de con los que no un potro domado o un animal
sí mismo termina deseando lo que se esquivaban a arriado por la pampa –cuerpos
todos tienen que obedecer? tiempo, riendo direccionados, cuya libertad
Fabio goza obedeciendo mansamente a jeta floja” de movimiento se halla
instrucciones, “orgulloso de dar cumpli- (p. 77). Un día, restringida–. Compárese el
miento al más macho de los oficios”, Cáceres pretexta ligero y vivificante cabalgar de
el de resero (p. 183). Si un caballo una enfermedad, los gauchos, indios y viajeros
pudiera imaginarse a Dios –escribió sale de clase y, europeos del siglo XIX con el
alguna vez Augusto Monterroso–, lo “desprovisto de pesado y embrutecedor avance
haría bajo la forma de un jinete. Algo toda ropa, dio del resero, fundido progresiva-
parecido podría decirse del reserito a saltar por los mente con la masa palpitante y
de Güiraldes, intensidad suelta y sin patios, dándose ciega de su tropa.
nombre de la llanura que va a ser suje- palmadas en el
tado por el lazo de Don Segundo al anca izquierda, donde se había pintado
orden patriarcal de la sociedad pastoral la marca de su estancia”. Poseído por
que representa. Don Segundo Sombra su papel, atropellando profesores,
es un domador profesional, que ejerce Cáceres traza una línea de devenir-
su arte de amansar un animal salvaje potro que le permite escaparse del
“gradualmente y sin brusquedad” colegio para siempre.
(p. 176). “¡Hacete duro, muchacho!” A diferencia de este Fabián Cáceres, el
(p. 192), dice Don Segundo mientras Fabio Cáceres de Don Segundo Sombra
deja caer un rebencazo blando sobre deviene un potro domado o un animal
la espalda exhausta del protagonista, arriado por la pampa –cuerpos direc-
agotado después de una durísima cionados, cuya libertad de movimiento
jornada de marcha. Entre el rigor y la se halla restringida–. Compárese el
invitación a seguir, el rebencazo recae ligero y vivificante cabalgar de los

297
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Manuscrito de El payador de Leopoldo Lugones

298
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

gauchos, indios y viajeros europeos del proceso. La tropa de animales


del siglo XIX con el pesado y embru- que, vigilados y castigados por el rigor
tecedor avance del resero, fundido disciplinario de los arrieros, “querían
progresivamente con la masa palpi- ser uno” es, antes que nada, la tropa
tante y ciega de su tropa: “Influido de animales de uno –de un propietario
por el colectivo balanceo de aquella para quien el gaucho trabaja–. Como
marcha, me dejé andar al ritmo general la tierra por la que se desplaza, cruzada
y quedé en una semi-inconciencia por alambrados y caminos rurales, el
que era sopor, a pesar de mis ojos ganado de Don Segundo Sombra es una
abiertos. Así me parecía posible andar mercancía que tiene dueño, espoleado
indefinidamente, sin pensamiento, por la pampa por la mano invisible del
sin esfuerzo, arrullado por el vaivén mercado agropecuario.
mecedor del tranco” (p. 188). La pasi-
vidad, la desvitalización, la pérdida de Posesiones. La propiedad, la pose-
energía que experimenta este aprendiz sión, la herencia, constituyen el argu-
de gaucho es de signo opuesto al mento “invisible”, como diría Borges,
aumento de poder que se juega en el de Don Segundo Sombra, paralelo al
devenir animal. Se trata de un cuerpo aprendizaje de gaucho que recibe el
que se va volviendo dócil, educado en protagonista. Hay una novela fami-
la obediencia y en la monotonía de la liar trabajando subterráneamente el
repetición; un cuerpo que, orientado argumento principal, que se revela
productivamente hacia fines útiles, sobre el final cuando don Fabio
resigna su libertad de movimientos. Cáceres reconoce a su protegido,
La vida del resero es una vida “hecha como su hijo y heredero. Después de
de movimientos y espacio” (p. 162), se haberse vuelto un resero y domador,
imagina Cáceres de niño, pero se trata Fabio Cáceres debe dejar de ser un
de movimientos regulados a través de gaucho (“Yo había dejado de ser un
un espacio estriado. Se trate de ganado, gaucho. Esa idea dejó mi pensamiento
de caballos o de un joven, lo que está en inmóvil” [p. 289]) para convertirse,
juego es canalizar, entre los límites de conciliadoramente, en un patrón de
una autoridad, lo que de otro modo se estancia: el equilibrio está restable-
expandiría por la llanura en diferentes cido; el aprendizaje, completado.
direcciones. La tropa, por ejemplo, es En una tierra donde peones obedientes
un cuerpo proteico, maleable, en equi- y patrones que mandan paternalmente
librio entre la dispersión nómade y son semejantes que se reconocen como
la unidad sedentaria, lo múltiple y lo en un espejo, los antagonismos se
uno: “No sabía ya si nuestra tropa era disuelven en el espacio de la identidad
un animal que quería ser muchos, o nacional. Allí, ‘agaucharse’ como el
muchos animales que querían ser uno”, personaje de Raucho y ‘acajetillarse’
comenta el resero (p. 192). Un disci- como Fabio son dos viajes sociales
plinamiento impone una unidad a una posibles, sin conflicto, de un extremo
multiplicidad –la unidad de la especie, al otro del campo social. Raucho, el
del concepto, de la nacionalidad, de la hijo de un estanciero vecino, es para
herencia, etc.–. Pero es la propiedad Fabio “un cajetilla agauchao” (p. 293);
el elemento que en última instancia pero Fabio, por su parte, se convertirá
gobierna la serie entera y se apropia pronto en “un gaucho acajetillao”,

299
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

cuando ocupe el lugar de clase que propio deseo de independencia: “Dejá


le corresponde. Por cualquiera de no más, que al correr del tiempo todo
los dos caminos se llega a una misma eso será tuyo” (p. 276).
posición: el lugar desde el que una
clase se apropia de las multiplicidades La internalización de una norma social,
libres de la llanura. que pasa a ser percibida como propia,
“Dejá no más, que al correr del tiempo tiene lugar en momentos en los que
todo eso será tuyo”. La frase es de el ideal de autodeterminación coin-
Fabio Cáceres, futuro estanciero, que cide con la demanda de socialización
en un momento (Moretti, p. 15). La obediencia bovina
Cáceres se convierte en de autorreflexión (“sentía mi pasividad”), con el tiempo,
escritor de una novela que propio de un se va transformando en libertad (“mi
Don Segundo nunca va a aprendizaje, se la propio deseo de independencia”), en
poder leer. En los días de dirige a sí mismo adopción feliz de límites, en ley intro-
duro aprendizaje en la pampa (p. 276). ¿Qué yectada: más que una idea (“Aquello
de Fabio Cáceres, lo que tuvo es eso que Fabio que se alejaba era más una idea que un
lugar fue una acumulación Cáceres, con el hombre” [p. 297]), Don Segundo es
primitiva de una literatura correr del tiempo, un imperativo categórico, en posesión
que, por medio de una firma, va a recibir? Lo del cual se encuentra Fabio Cáceres.
se apropia retrospectivamente que está en juego ¿Pero qué significa, en este contexto,
de un trabajo de producción es la posesión, la “estar en posesión”? Estar en posesión es,
–de vida, de sentidos– ajeno. transmisión, la en primer lugar, estar poseído. Cáceres
apropiación de está poseído por una voz fantasma que
un objeto precioso, cuyo sentido se apropia de su cuerpo y sus ideas –una
está en discusión. ¿De qué se trata? voz que se repite hasta volverse suya.
En principio se trata del tesoro de la Capitalizar la experiencia es entonces
experiencia, de la incorporación de tomar posesión de una herencia trans-
una tradición rural dictada por la voz mitida oralmente, responder por los
de Don Segundo Sombra, que con el muertos, soportar el peso de la tradi-
tiempo será la suya. Escindido subje- ción. Como bien observa borges, no en
tivamente por la tradición, Fabio vano el protagonista se llama Sombra
Cáceres se habla a sí mismo con la voz (“Sobre Don Segundo Sombra”, p. 46).
categórica de Don Segundo, soporte Resero y estanciero tienen ambos “alma
de una ley consuetudinaria: de horizonte” (p. 182), pero el sentido
del espacio se modifica. De resero a
Ideas fijas me perseguían como un patrón de estancia, el cambio de posi-
deber. Las oía en la voz de mi padrino. ción de Fabio arrastra un aconteci-
Frases imperativas representaban miento de sentido: la transformación
hechos menudos, en que yo debía del sentido de la palabra “posesión”.
seguir por mía aquella voz. Hasta
en horas de descanso, las enseñanzas Tres años habían transcurrido desde
me zumbaban en la cabeza, como que llegué, como un simple resero,
un avispero demasiado grande para a trocarme en patrón de mis here-
el nido en que buscaban acomodarse. dades. ¡Mis heredades! Podía mirar
Sentía mi pasividad y me hubiese alrededor, en redondo, y decirme que
molestado, de no haberme dicho mi todo era mío. Esas palabras nada

300
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

querían decir. ¿Cuándo, en mi vida sentidos– ajeno. Pasada la experiencia,


de gaucho, pensé andar por campos traumática según Güiraldes, de capi-
ajenos? ¿Quién es más dueño de la talizarse, es tiempo de capitalizar la
pampa que un resero? (p. 294). experiencia, de recuperar lo invertido
en los días de resero. La propiedad del
¿La tierra es de quien la trabaja, circu- recuerdo, en el doble sentido de pose-
lando por ella y transportando merca- sión y de adecuación a los hechos, es el
derías de una punta a la otra? De la último de los bienes recuperados junto
posesión de la experiencia a la posesión con el linaje de terrateniente.
de la tierra hay un deslizamiento de
sentido que transforma la mirada del
paisaje. El cambio arrastra la percep- Tercer acto. Las fuerzas ocultas:
ción, un acontecimiento frecuente entre Radiografía de la Pampa de
los viajeros por la pampa: “El campo, Ezequiel Martínez Estrada (1933)
todo me parecía distinto. Miraba desde
adentro de otro individuo” (p. 287). El En 1930, en el medio del golpe militar
paisaje se transforma bajo la mirada de que derroca al gobierno de Hipólito
propietario en posesión de la tierra, Yrigoyen, alguien con el recuerdo aún
sujeto de una mirada reactiva sobre un fresco de las fiestas del Centenario
campo entero de producción y repro- recorre las calles del centro:
ducción de la vida.
¿Apropiarse de la pampa por medio Y de súbito tuve la impresión de que
de la experiencia o experimentar la me encontraba retrotraído a veinte
propiedad, transmitida jurídicamente años atrás, como si ni yo ni lo que
bajo la forma de una firma en un nos rodeaba hubiesen cambiado.
testamento? ¿Por qué muerto debe El tiempo era un sueño. Este shock
responder, por la voz de Don Segundo o trauma, me reveló una clave de
o por la letra/firma de su padre natural, interpretación, válida para la relec-
de quien recibe el nombre y la herencia? tura del Facundo y para el texto
Hay una última letra que recibe Fabio en relieve y para el tacto, sistema
Cáceres al convertirse en propietario. Braille, que estaba presenciando. Mi
Lecturas, libros, viajes a Buenos Aires impresión fue la de que recibía una
en compañía de Raucho, transforman revelación, como dicen los místicos,
al rústico resero en “hombre culto” y que se me mostraba iluminado un
(p. 296). Desde ese lugar, en posesión pasado cubierto de una mortaja pero
tanto de la memoria de sus días de no muerto ni sepultado.
tropero como de una formación lite-
raria, Cáceres se convierte en escritor El que recuerda, el que relee y, como
de una novela que Don Segundo en un sueño, retrocede de los días del
nunca va a poder leer. En los días de golpe de estado de Uriburu a los días del
duro aprendizaje en la pampa de Fabio Centenario, es Ezequiel Martínez Estrada,
Cáceres, lo que tuvo lugar fue una mientras reconstruye la génesis de lo que
acumulación primitiva de una lite- iba a ser Radiografía de la Pampa. Eso
ratura que, por medio de una firma, que Lugones, uno de los intelectuales
se apropia retrospectivamente de un orgánicos del golpe, había sepultado
trabajo de producción –de vida, de veinte años atrás bajo el peso de la épica

301
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

del Centenario; eso que en la cultura explotación de los inmigrantes, los


argentina, a la manera de los muertos instintos arcaicos insepultos, la resis-
vivos, vive de volver, sube otra vez hasta tencia a la modernización, son restos
la superficie de la realidad “como inun- abyectos no integrados al proceso
dación de aguas turbias y agitadas”, civilizatorio que mientras no se
separando el presente de sí mismo. incorporen a la experiencia vivida,
Ocupados por multitudes de inmi- seguirán siendo fuente de perturba-
grantes que ocupan las calles y se ción y malestar. Tenaz e irreductible,
agolpan ruidosamente en sus zaguanes, la “realidad profunda” de la barbarie
“los baluartes de la civilización” custo- vuelve traumáticamente como retorna
lo reprimido. Tenemos entonces que
“aceptarla con valor, para que deje de
perturbarnos, traerla a la conciencia,
para que se esfume y podamos vivir
unidos en la salud” (p. 342). Así
termina Radiografía de la Pampa, con
un llamado a la conciencia donde lo
reprimido encuentre su lugar en la
memoria y la experiencia histórica.
Para Martínez Estrada el malestar
de la cultura argentina sigue siendo
la extensión, porque el tamaño del
espacio dio siempre la medida de
los sueños. La dilatada superficie de
la llanura atrajo la ambición de los
conquistadores, que poblaron de espe-
jismos de futura grandeza la pobre
realidad de una tierra estéril. El deseo
de conquista, insatisfecho por una
realidad decepcionante, introdujo un
excedente, un valor agregado a la tierra
por una incesante producción imagi-
naria de ciudades futuras, de hectáreas
y cabezas de ganado multiplicándose
al infinito por latifundios mentales.
“Plusvalía psicológica” es la imagen
que encuentra Martínez Estrada para
dar cuenta de esta economía deseante
donde la frustración económica de
diados por los sacerdotes-intelectuales los conquistadores es productora de
del Centenario “habían sido invadidos fantasías compensatorias que recubren
por espectros que se creían aniqui- bajo capas de ficción, la decepción
lados”, muy diferentes del ideal del y el desencanto.
criollo mítico evocado por los médiums Y fue con el proyecto modernizador de
nacionalistas. La masacre de los indios, Sarmiento que el trabajo resentido de
la humillación de los gauchos, la las fantasías recrudece:

302
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Los creadores de ficciones eran los entra en la ciudad, en los pueblos, en


promotores de la civilización (...) la conciencia, en la lengua, hasta en el
El más perjudicial de esos soña- aspecto físico de los habitantes, impo-
dores, el constructor de imágenes, fue niéndole sus contornos inestables,
Sarmiento. rompiendo el equilibrio, dislocando
las coordenadas que organizan nuestra
Su ideal de civilización, superpuesto a la experiencia. Instituciones imperfectas,
realidad, tomó el aspecto de un delirio. a medio hacer, satisfacen en forma
Todas las conquistas de su generación inadecuada este elemento turbulento
–concluye Martínez Estrada– fueron a y fluido, que desmorona cualquier
fin de cuenta “las conmociones ideo- aparato institucional. El conquistador,
lógicas de veinte hombres ansiosos del que vino a conquistar la naturaleza,
engrandecimiento de la Nación. Un terminó como una simple “herramienta
trastorno imaginativo” (p. 337). del ganado y del cereal” (p. 23), “pasto
Un trastorno que se prolonga con de las fuerzas ocultas” o “fuerzas telú-
la canonización del Martín Fierro, ricas” que encierran a los hombres entre
elevado por Lugones a la condición de paredes de campo (p. 143).
mito fundador de la raza e identidad ¿Cómo articular este sustrato metafí-
nacional en la misma medida que sico, en exceso respecto de cualquier
convierte en letra muerta las denun- orden, suerte de fatalismo telúrico
cias del texto de Hernández. “que absorbe y comunica su sustancia
agreste al individuo” (p. 143), que
Las fuerzas ocultas. Pero lo repri- “sube por su cabello, entra en sus
mido retorna para socavar el ideal. entrañas, domina su voz, aplasta su
Alimentadas por la negación y el vacío, mirada” (p. 146) y deja al hombre de
ninguna de las instituciones hechas la pampa en posición de desierto, “sin
con la materia de la ficción (formas de límites, sin vallas, sin forma” (p. 143)?
propiedad, de gobierno, de autoridad, ¿Cuál es la relación entre el lenguaje y
de agrupación, de cultura) pueden esas estructuras profundas no siempre
durar sobre “esa llanura destructora de vividas en forma consciente, pura
ilusiones”, que se resiste a su asimila- potencia de extrañamiento que trabaja
ción teórica (p. 10). Se trata de fuerzas por afuera de las representaciones de la
internas no representadas, instintos conciencia, rondando la historia y el
arcaicos mal sepultados bajo capas de sentido de la experiencia? Hay que saber
ficción que viven de volver y doblegar captar, mediante trances radiográficos
la obra imaginaria de la civilización. de alguien que mira el mundo a través
Freud llamó “pulsión de muerte” a este de sus fallas, el “en-sí” de ese mundo
elemento heterogéneo rechazado por viviente, inseparable de las figuras que
la sociedad organizada, que mina cual- lo expresan. Una estructura oculta bajo
quier elevación o idealización y fisura la superficie vacía de la pampa, en lugar
el campo de las ficciones simbólicas. de un ideal flotando sobre la línea del
La historia de la patria es la historia horizonte: sólo una radiografía, obte-
de la represión de esta realidad hete- nida mediante un tipo particular de
rogénea, baja e innoble, sublimada percepción, permite revelar esa confi-
en empresas heroicas, comerciales y guración interior, que determina toda
jurídicas. Cosa traumática, la pampa forma de acceso al sentido.

303
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Literatura y catarsis. La metafísica forma parte de una todo orgánico que


de Martínez Estrada es inseparable de le da sentido. No hay entonces “hecho
una metafórica, porque está obligada a insignificante”, porque “la significa-
recurrir a figuras para moverse entre lo ción de cualquier hecho es un rompe-
sensible y lo inteligible, la parte y el todo, cabezas que es preciso saber descifrar”
lo esencial y lo aparente. A contrapelo de (El mundo maravilloso, p. 182). Todo
las evasiones imaginarias, obras como la hecho u objeto se vuelve así teoría que
de Kafka o las de W.H. Hudson, van hay que traer al lenguaje; toda expe-
al encuentro del “mundo real, y sólo riencia depende de un saber prerre-
puede ser expresado por el mito, por flexivo como condición de acceso al
la metáfora, por el lenguaje de la intui- mundo. El “mundo maravilloso” que
ción que hablamos cuando estamos descubrió Hudson consiste en descu-
dormidos, es decir, cuando nos reinte- brir un mundo ya descubierto y que
gramos al sentido nocturno y orgánico había quedado sepultado, como las
de la vida” (“Acepción literal del mito ruinas de alguna ciudad bajo la tierra
en Kafka”, p. 35). o la lava” (1951, p. 125). Conocer es
Nuestras letras padecen de un “complejo reconocer, descubrir es redescubrir lo
de ocultación” que explica por qué “los que quedó olvidado o reprimido por
grandes traumas” de nuestra historia (la la conquista, que es simplemente lo
violación original no reconocido aún como propio, lo no
Macedonio ve multiplicarse en de la india por incorporado a la experiencia.
la sociedad fuerzas de impro- parte del conquis- Antes de llamarse “Las Acacias” la
ducción y de destrucción tador, la violencia estancia donde creció Hudson y donde
mental y material, con sede en política sobre el transcurre la mayor parte de Allá lejos
la ciudad, que actúan autóno- gaucho, la injus- y hace tiempo, el lugar llevaba por
mamente borrando las huellas ticia social) están nombre “Estancia Vital”.5 Tachado,
del trabajo real. El proyecto de borrados de sus leído bajo borradura, “Estancia Vital”
la Ciudad-Campo permitiría la páginas. La lite- es el nombre del lugar al que Hudson,
reparación política de esta situa- ratura debe ser andando en círculos hermenéuticos,
ción, por un recurso a la produc- cura, salud, no dejó de volver durante toda su
ción y a la comunidad que haga “catarsis pública” vida. Parodia involuntaria de una
del ciudadano un sujeto de (p. 20), no fuente traducción española de Heidegger, la
deseo, en plena posesión de sus de síntomas y Estancia donde creció Hudson es el
poderes de crear, de asociarse, desequilibrios. lugar del ser, el lugar de la apertura
de cooperar sin coerción. Aliada de las originaria del mundo que, en la inter-
fuerzas extrañas, pretación de Martínez Estrada, condi-
obras como la de Hudson tienen la ciona su acceso al sentido.
función de canalizar traumas históricos.
Para esta hermenéutica, las cosas son
símbolos de una configuración secreta, Cuarto acto. Estancia La Novela:
un saber prereflexivo inscripto en toda Museo de la novela de la Eterna de
forma. Cada fragmento aislado, cada Macedonio Fernández (1967)
radiografía de la pampa tomada por la
mirada de rayos X de Martínez Estrada Hacia 1948, el espíritu de la
(el caudillo, el ferrocarril, el puñal, el tierra vuelve como farsa. En
ombú, los yuyos, las vidrieras de Florida) Adán Buenosayres, la novela de

304
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Leopoldo Marechal, el fantasma de de la Eterna, el lugar donde la amada


la tradición retorna paleontologizado muerta renacería. Asentada sobre un
bajo la forma de un gigantesco glip- suelo precario de tierras aluvionales y
todonte, conjurado por los gritos de en eterno litigio judicial que mina su
una ruidosa vanguardia de criollistas, estatuto realista, la Estancia La Novela
poetas y filósofos de barrio que se es el lugar ficcional desde donde el
internan en los años 20 en la mitología Presidente y sus amigos planean la
de las orillas, siguiendo las huellas del conquista de Buenos Aires.
ser nacional. La pampa de la novela es Macedonio quiere un lector cons-
un cementerio literario, poblado de ciente del artificio novelesco, que “sepa
murmullos de debates, restos de saberes siempre que está leyendo una novela
desaparecidos y especies discursivas y no (...) presenciando ‘vida’”. Pero al
extinguidas, desgastadas por el tiempo mismo tiempo, necesita de un lector
y desparramadas por el viento de la desprevenido, capaz de recibir un
historia. Contemporáneo del aluvión efecto de irrealidad que desmorone sus
de bestiarios y zoologías fantásticas estructuras de reconocimiento. Con
de mitades de siglo, el gliptodonte “personajes” hacer “personaje” al lector
de Marechal es una especie arqueo- (Epistolario, p. 96): tal es el programa
logizada en el museo de los procedi- de acción de una poética que, más que
mientos de la novela, un monstruo imágenes y contenidos de conciencia,
político-literario que parodia tanto debe transmitir “la emoción de inexis-
a las ficciones de los “sabios” natura- tencia en el lector” (“Para una teoría del
listas de fines del siglo XIX como al estado”, p. 246). No importa lo que la
nacionalismo popular de las primeras novela es, sino lo que hace: liberar al yo
décadas del siglo XX, cifrado en el del ser, desencializar el mundo, enseñar
“peludo” Yrigoyen. a ser sin ser (sin ser nacional).
La novela ya no es la casa del ser: nadie Al igual que Martínez Estrada,
vive en ella. La “Estancia Vital” que Macedonio rechaza las fugas de lo imagi-
Martínez Estrada pobló de experien- nario: “Todos podemos cultivar un
cias originales y de intuiciones empí- ensueño constante y fuerte que embote
ricas, quedó abandonada. En su lugar, mucho de la acuidad de una realidad
otro escritor que podría perfectamente adversa. Las religiones, el patriotismo,
ser parte del grupo de aventureros de el humanismo, son algo de eso” (Museo,
Marechal, va a construir la “Estancia p. 282). Las religiones, sean estéticas,
La Novela”, un espacio literario trazado filosóficas o políticas, están enfermas
sobre llanuras en blanco. “El anhelo de negación; rechazan la vida, pero es
que me animó en la construcción la muerte lo que el Presidente pretende
de mi novela –escribe Macedonio negar. Su problema no es la produc-
Fernández– fue crear un hogar, ción de un objeto de representación
hacerla un hogar para la no-existencia” imaginario, sino la producción de un
(Museo, p. 22). Fundado en el “como objeto real. La Eterna resulta ser “lo
si”, se trata de un mundo posible, el real de mi Espíritu” (Museo, p. 21). Y
mejor de los mundos posibles, que para lo real, a fin de cuentas, es el deseo o la
Macedonio fue el mundo de la novela Pasión, un estado de certeza absoluto en
que comenzó en 1925 y escribió a lo el que deseo y poder son equivalentes.
largo de toda su vida: Museo de la novela No es casual entonces que la metafísica

305
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Manuscrito de Macedonio Fernández

306
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

y la política se anuden en la figura del primera a vista estéticas: la fealdad de


Presidente, sujeto de un pensamiento- la ciudad excluye la belleza de la natu-
pasión, que por encima de todas las raleza. Una Ciudad-Campo rectificaría
cosas, escribe una novela –esto es, un el error: suprimiría las guerras (porque
campo de efectos de irrealidad donde no la dispersión impide cualquier tipo de
deja de tener lugar lo imposible (porque sitio), impediría la constitución y las
para lo posible, está el realismo lite- intromisiones del gobierno central en
rario y político)–. El punto de partida la vida del individuo y eliminaría toda
no es un estado de cosas incompleto forma de improducción, propia de las
que precipita un deseo, sino un deseo grandes ciudades. La perspectiva de una
anterior a cualquier orden de cosas, que Ciudad-Campo “extendiéndose desde
trabaja sobre lo imposible, “que no es lo las márgenes del Plata hasta las faldas
que falta, pues todo lo hay en el mundo, de la cordillera” también aparece en los
sino lo que nos falta cuando lo deseamos, escritos políticos de Macedonio, como
aunque venga o exista antes o después una ficción de “una suprema belleza civil”
de desearlo” (Museo, p. 57). La inver- (“Para una teoría del Estado”, p. 185).
sión es sutil: no deseo algo porque me Se trata de una multiplicidad de pose-
falta, sino que me falta porque lo deseo siones proporcionales a la producción,
y mientras lo deseo; por eso se escribe donde la palabra “productividad” reem-
y rescribe sin parar, para prolongar el plazaría a “propiedad”. En este mapa
presente eterno de la escritura-pasión. pleno, sin desierto, falta la falta, que
en la economía argentina se identifica
La Ciudad-Campo. Desde la pampa, con el latifundio. “Yo admito que las
el Presidente y sus amigos planean la soberanías nacionales a veces son meros
histerización de Buenos Aires gracias a latifundios del ‘dominio eminente’:
“bromas conquistadoras” que desestabi- (...) deben merecer la soberanía como los
lizan el sentido de lo real. La conquista latifundistas hacer producir sus tierras y
en masa de Buenos Aires es, antes que pagar alto precio al trabajo o distribuir
nada, una conquista del público de las ganancias”, escribe Macedonio en
masas. El lector de novelas, solitario por una de sus cartas (Epistolario, p. 32). La
definición, es ahora un público colectivo Ciudad-Campo responde a un diseño
sobre el que impacta un efecto de irrea- político-económico que otorga un
lidad disparado a mansalva. Un nuevo contenido real a la idea de soberanía y
público de lectores salteados es asaltado de producción.
por maniobras de extrañamiento que El Estado ubicuo es sustituido por una
contaminan lo real de ficciones. Según dispersión horizontal de núcleos relati-
este plan, “el público miraría nuestros vamente autónomos de producción o de
‘jirones de arte’, escenas de novela “deseabilidad” –término que Macedonio
ejecutándose en las calles, entreverán- toma del economista Charles Gide, tío
dose a ‘jirones de vida’, en veredas, de André, como sustituto de “utilidad”–.
puertas, domicilios, bares y creería ver Macedonio ve multiplicarse en la
‘vida’” (Museo, p. 14). sociedad fuerzas de improducción y de
Pero el Presidente abandona el plan destrucción mental y material, con sede
de conquista de la ciudad cuando en la ciudad, que actúan autónoma-
comienza a sospechar que la ciudad mente borrando las huellas del trabajo
no debe existir. Las razones son a real. El proyecto de la Ciudad-Campo

307
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

permitiría la reparación política de esta de las series externas; la predilección


situación, por un recurso a la producción por las ciudades y por su ambiente
y a la comunidad que haga del ciuda- psicológico no desaparecerá sino por
dano un sujeto de deseo, en plena pose- larga incomodidad de las ciudades,
sión de sus poderes de crear, de asociarse, del capitalismo, del estatalismo, y
de cooperar sin coerción esta larga incomodidad puede abre-
La ciudad es básicamente una estructura viarse por un cambio forzado a la
de la experiencia, que la novela, como vida de gran campo y de procedi-
máquina de producir efectos de irrea- mientos naturales no estatales (“Para
lidad, es capaz de interferir. Desde la una teoría del Estado”, p. 170).
perspectiva pragmática de Macedonio,
tal estructura, lejos de ser un contenido Artificio antiestatal por excelencia, la
vital innato, constituye un entramado novela se encuentra a la vanguardia
de series psicofisiológicas reguladas de estos procedimientos, alterando
por el medio que la experiencia de la las series subjetivas e infectándolas de
Ciudad-Campo podría desautomatizar ficción. Trabajando en contra de la
y reconfigurar. Explica Macedonio que: ciudad, en fuga constante hacia lo real
del deseo, la novela para Macedonio
Las series subjetivas (psicofisioló- prepara las condiciones de posibilidad
gicas) no cambian sino por cambio de una experiencia imposible.

NOTAS

1. Acerca de la relación entre subjetividad, nación y técnica, ver Jorge Panesi, “Borges nacionalista”
(pp. 135-136).
2. Sobre el uso del artificio como crítica al modelo naturalizado de literatura nacional, ver Graciela
Montaldo (p. 143).
3. La fotografía de fantasmas del siglo XIX es uno de los campos de “producción del espíritu” donde la subje-
tividad se encadena con la reproducción técnica. Ver Paola Cortés-Rocca (pp. 151-168).
4. Ver Enrique Larreta, Zogoibi. El dolor de la tierra (p. 97).
5. “‘Las Acacias’, antes ‘Estancia Vital’, es un paraíso de árboles, pájaros y acontecimientos insólitos”.
Martínez Estrada, El mundo maravilloso de Guillermo Enrique Hudson (p. 11).

BIBLIOGRAFÍA

Borges, Jorge Luis, “Sobre The Purple Land”, “Funes el memorioso”, “El Sur”, Obras completas. 2 vols.,
Buenos Aires, Emecé, 1989.
— “La pampa y el suburbio son dioses”, “La tierra cárdena”, El tamaño de mi esperanza, Buenos Aires,
Seix Barral, 1993.
— “Sobre Don Segundo Sombra”, Borges en Sur. 1931-1980, Buenos Aires, Emecé, 1999.
Cortés-Rocca, Paola, “Ghost in the Machine: Photographs of Specters in the XIX Century”, Mosaic: A Journal for
the Interdisciplinary Study of Literature (marzo 2005), pp. 151-168.
Derrida, Jacques, Espectros de Marx. El Estado de la deuda, el trabajo del duelo y la Nueva Internacional,
José Miguel Alarcón y Cristina de Peretti, trads. Madrid, Trotta, 1995.
Foucault, Michel, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, trad. de Aurelio Garzón del Camino, Buenos Aires,
Siglo XXI, 1989.
Güiraldes, Ricardo, Don Segundo Sombra. Prosas y poemas, Buenos Aires, Biblioteca Ayacucho, 1986.
Jitrik, Noé, “Don Segundo Sombra and the Argentine Tradition”, Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes,
Ed. Paul Verdevoye, Nanterre, France, Colección Archivos, 1996.
Larreta, Enrique, Zogoibi. El dolor de la tierra, Buenos Aires, Roldán, 1926.

308
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Ludmer, Josefina, El cuerpo del delito. Un manual, Buenos Aires, Perfil, 1999.
Lugones, Leopoldo, El tamaño del espacio, Buenos Aires, El Ateneo, 1921.
— El payador, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1979.
— Las fuerzas extrañas, Buenos Aires, Ediciones del 80, 1984.
Fernández, Macedonio, Epistolario. Obras Completas Vol. II, Buenos Aires, Corregidor, 1976.
— “Para una teoría del Estado”, “Para una teoría del arte”, “Para una teoría de la novela”, “Para una teoría de
la humorística”, en Teorías. Obras completas Vol. III, Buenos Aires, Corregidor, 1990.
— Museo de la novela de la Eterna, Madrid, Archivos, 1993.
Marechal, Leopoldo, Adán Buenosayres, Buenos Aires, Sudamericana, 1986.
Martínez Estrada, Ezequiel, El mundo maravilloso de Guillermo Enrique Hudson, FCE, México, 1951.
— “Acepción literal del mito en Kafka”, en En torno a Kafka y otros ensayos, Barcelona, Seix Barral, 1967.
— Para una revisión de las letras argentinas, Buenos Aires, Losada, 1967b.
— Cuentos completos, Madrid, Alianza, 1975.
— Radiografía de la pampa, Buenos Aires, Losada, 1991.
Montaldo, Graciela, “Identidades inseguras: la naturaleza bajo sospecha”, La naturaleza en disputa: retóricas del
cuerpo y el paisaje en América Latina, Gabriela Nouzeilles, comp., Buenos Aires, Paidós, 2002.
Monterroso, Augusto, “Caballo imaginando a Dios”, La oveja negra y demás fábulas, México, J. Mortiz, 1973.
Moretti, Franco, The Way of the World. The Bildungsroman in European Culture, London-New York, Verso, 2000.
Panesi, Jorge. “Borges nacionalista”. Críticas. Buenos Aires: Norma, 2001.
Piglia, Ricardo, “Lugones y Las fuerzas extrañas”, La Argentina en pedazos, Buenos Aires, Ediciones
de la Urraca, 1993.
— La ciudad ausente, Buenos Aires, Sudamericana, 1992.
Sarlo, Beatriz, Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930, Buenos Aires, Nueva Visión, 1988.
Terán, Óscar, José Ingenieros: pensar la nación, Buenos Aires, Alianza, 1986.

309
310

Del elogio a la injuria:


la escritora como mito en el
imaginario cultural de los 20 y 30
Por Tania Diz

Hasta el advenimiento de la fase actual


–el capitalismo multicultural que reco-
noce y suscita las diferencias como estilos
a ser alojados en el mercado– lo femenino
siempre estuvo rodeado por un halo de
misterio. La mujer, sujeta a las prescrip-
ciones sociales de un poder patriarcal,
fue confinada al espacio de “lo privado”,
produciendo en esta operación una idea de
familia nuclear como modelo de la sociedad
disciplinaria. En los años 20 y 30 comienza
a elaborarse el mito de la mujer “escritora”
capaz de sustraerse al estereotipo de las
percepciones dominantes que reservaban
el espacio público para los hombres o para
aquellas mujeres que se dedicaran a la tarea
de satisfacerlos en los territorios de la clan-
destinidad nocturna de la urbe.
En el artículo que aquí presentamos, Tania
Diz reconstruye la mitología de la mujer
que escribe a través de las referencias críticas
y literarias que se ocuparon de examinar la
cuestión, indagando los relatos periodísticos
–que transitaron entre el elogio y el escarnio–
y las obras de Alfonsina Storni, Salvadora
Medina Onrubia y Victoria Ocampo.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

No queríamos declarar que éramos encauzar la capacidad intelectual de las


mujeres, porque, aunque nos imaginá- mujeres, justo cuando se produce un
bamos entonces que nuestro modo de ingreso masivo de éstas a la escolariza-
escribir y pensar no era lo que se llama ción. En este sentido, la conclusión a la
“femenino”, teníamos una vaga sospecha que arriba Marcela Nari (1995) resulta
de que las escritoras están expuestas a ser clarísima: las relaciones entre varones y
miradas con prejuicio; notábamos cómo mujeres eran leídas como complemen-
los críticos usaban a veces para tarias y unívocas, entonces, “educar al
castigarlas el arma de la personalidad, varón era, ante todo, formar al ciuda-
y para premiarlas, unas alabanzas dano; educar a la mujer era construir
que no son el verdadero elogio. a la madre/esposa del ciudadano”.2
Charlotte Brontë citado por En la misma sintonía, la economía
Victoria Ocampo (1941). doméstica, como ciencia, tenía una
difusión masiva debido al aumento
de manuales, charlas, conferencias y
Saturando un significante cursos sobre el tema. Incluso, entre
1915 y 1930, se publicaron numerosos
Para abordar la idea de la escritora textos instructivos para las mujeres. La
como mito, es necesario tener en cuenta ciencia doméstica estaba orientada a la
que ésta es una figura atrapada por los invención de cierto tipo de relaciones
significados atribuidos a lo femenino familiares que organizaran la vida
en las décadas del 20 y del 30. En familiar de los obreros después de la
este sentido, recordemos que el marco jornada laboral. En síntesis, la reacción
ideológico que aporta sentido sobre lo de los sectores dominantes consistió
femenino y lo masculino, es el de la fundamentalmente en la afirmación de
domesticidad1 ya que a partir de este, las diferencias sexuales, con el objetivo
se promociona un modelo de familia de controlar a las mujeres y sujetarlas al
y se estereotipan los roles de género. reglamento de género.
Como dice Isabella Cosse (2006), los De lo anterior, podemos deducir qué
ideales de la domesticidad son propios era lo femenino: básicamente, cobra
de una clase, la clase media, pero se sentido en el espacio privado –hogar–,
difunden e imponen a toda la sociedad lugar desde el que se ocupa del soste-
y es desde esta ideología que se hace nimiento físico y psíquico de las
hincapié en la división sexual de las personas con las que habita. Por eso
esferas públicas y privadas, a la vez que es que el estereotipo femenino que se
la ciencia y la pedagogía pasan a ser los desprende de este marco ideológico es
dos ámbitos de producción de discursos el de la mujer doméstica, quien halla su
hegemónicos acerca de las identidades poder en el dominio del hogar, mien-
sexo-genéricas. Una de las consecuen- tras el varón es la principal autoridad
cias de ello es que, como explica Dora en lo que respecta a decisiones econó-
Barrancos (2007), la mujer deviene micas no domésticas –compra y venta
objeto de investigación, señal inequí- de casas, administración de bienes de
voca de emergencia del dispositivo de ambos, negocios– y es el que tiene
sexualidad. Además, el discurso cien- acceso a la vida pública, o sea, que
tífico encontró, en el sistema educa- puede circular por todos los ámbitos de
tivo, un espacio de divulgación para la vida urbana. A su vez –recordemos

311
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

que la identidad femenina hegemó- Y ambas identidades, a su vez, están


nica es parásita de la masculina–, sujetas a sendas instituciones: matri-
la buena esposa tiene su contracara monio/prostíbulo, más aún, cada una
indeseada en la prostituta, cuya carac- librará sus conflictos con una misma
terización común de mujer pública se ambición, el dinero. Esta dicotomía
torna significativa ya que, justamente, identitaria no hace más que describir
al contrario de aquella, la prostituta es una identidad masculina sedimentada
la que conoce y circula por la ciudad, sobre el control de la reproducción
más allá de los numerosos matices –el matrimonio– y el deseo –el pros-
que puedan agregarse. En la litera- tíbulo–. Entonces, mientras el deseo
tura nacional de los primeros años del queda entrampado por el sistema pros-
siglo XX abundan los personajes que tibular, el Estado argentino se ocupa
se mueven entre de legitimar las uniones heterosexuales
Mientras el deseo queda estos estereo- a través de la imposición de los ideales
entrampado por el sistema pros- tipos. Por citar de la doméstica familia burguesa.
tibular, el Estado argentino se sólo un ejemplo, En este marco introductorio, es
ocupa de legitimar las uniones recordemos uno importante no perder de vista que,
heterosexuales a través de la emblemático: la en 1920, las mujeres no tenían dere-
imposición de los ideales de la costurerita que chos sociales, civiles –los obtienen
doméstica familia burguesa. dio aquel mal en 1926– ni políticos –en 1946–; con
paso, personaje lo que las representaciones infantili-
creado por Evaristo Carriego y muy zadas de éstas tenían una legitimidad
recurrente en la ficción de la época bastante precisa, siendo que eran
(Armus, 2002). Ella no es más que una consideradas igual que los menores
muchacha que sale de su hogar/barrio de edad. De todos modos, las mujeres
hacia la calle/centro, es decir, pasa del reales recorren la ciudad, forman parte
ámbito doméstico a la esfera pública de organizaciones sociales –desde
o, en otras palabras, pasa de ser una sindicatos hasta sociedades de benefi-
mujer doméstica a ser una prostituta. cencia–, crean distintas agrupaciones
Digo prostituta en un sentido amplio, feministas, luchan por el derecho al
ya que, en el imaginario social de la sufragio, ingresan significativamente al
época, una mujer joven que se movía mundo laboral (Lobato, 2000) a partir
por la ciudad, por ejemplo, para ir al de 1910 y, en particular, al periodismo
trabajo o al cine, siempre estaba bajo y a la escritura de ficción. El ingreso
la sospecha de vida liviana o era una de las mujeres al mundo laboral trajo
posible víctima del acecho masculino. como consecuencia el cuestionamiento
Desde las novelas semanales hasta de la diferencia sexo-genérica debido a
la prosa de Roberto Arlt, pasando la salida del ámbito privado de ésta en
por las glosas de Enrique González una época en la que carecía de derechos
Tuñón, las crónicas de Alfonsina civiles y políticos. Es más, la presencia
Storni o los cuentos de Salvadora de la mujer que trabaja, escribe o lucha
Medina Onrubia, es posible hallar es, ante todo, una excepción, es decir,
variaciones de este tipo femenino. se la caracteriza como una alteridad
Además, ambos modos de asunción infranqueable y como consecuencia
identitaria suponen al varón en los dos de ello, se desarrolla toda una retórica
roles intercambiables: cliente/esposo. sexual, mayormente misógina, en la

312
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

escritura que la toma como referente, cionamientos feministas más o menos


cuestión que ejemplificaré en breve. velados, como las columnas femeninas
En este contexto, como dice Salomone de la revista La Nota o la columna que
(2006), la escritura de mujeres se ve escribe Alicia Moreau de Justo, “Juana
teñida de enormes contradicciones y Pueblo”, en Claridad y Vida femenina.
tensiones respecto de la experiencia En conclusión, el feminismo argentino,
vivida. Además, se suma otro fenó- si bien no tuvo una gran masividad, sí
meno que es la ampliación del lecto- se configuró en un espacio de construc-
rado lo que supone el desarrollo de ción identitaria para las escritoras que
nuevas empresas culturales –radios, percibían las operaciones de exclusión e
revistas, teatros, editoriales de libros a inclusión, que afectaban el desarrollo de
bajo costo–; y la mujer cobra protago- sus carreras profesionales y literarias.
nismo como lectora porque proliferan
géneros discursivos que le están desti-
nados.3 En general, estas escrituras, Acerca de cómo una dulce y
ficticias o no, formen parte de otra sensible poetisa devino en rata
publicación o de una revista feme- de albañal
nina, eran absolutamente funcionales
a la ideología de la domesticidad y, de La mujer doméstica, la buena esposa, es
hecho, se sostenían en los discursos de decir, el ideal femenino hegemónico,
la ciencia y de la pedagogía mencio- ante la mujer que escribe, deviene en
nados anteriormente. Más específica- un mito: la poetisa, quien concentra
mente, en las revistas culturales y/o valores conservadores tanto desde una
literarias de la década del 20 abundan perspectiva de género como de clase.
los artículos que toman por referente Ella contiene lo femenino de la ideo-
y/o destinataria a la mujer y, más allá logía de la domesticidad y, en cohe-
de la heterogeneidad discursiva de rencia con ello, eleva las banderas de la
estos relatos, una característica que los burguesía porteña. Entonces, ¿cómo es
atraviesa es la ineludible teorización el mito? ¿En qué medida éste pretende
acerca de los sexos. En su mayoría, son conjurar los miedos de una sociedad
relatos que reproducen las versiones de que teme, entre otros terrores, que
la femineidad hegemónica, la que, a su ella devenga varón? Para responder a
vez, refuerza una lógica binaria en la estas preguntas, parto de la hipótesis
que la femineidad es complementaria de que, en el imaginario socio-sexual
y subsidiaria de la masculinidad. de la época, subsiste un velo de género
En cierta manera, un espacio de resis- por el que casi cualquier relato sobre
tencia fue el movimiento feminista, en una escritora es, en primer lugar, un
el que se destaca la participación política discurso sobre la diferencia sexual y,
de Julieta Lanteri y Elvira Rawson, entre luego, quizás, sobre literatura. Digo
otras. Desde el feminismo,4 se proponía esto porque es significativo el hecho
la lucha por la conquista de derechos, de que en entrevistas, notas, reseñas,
sobre todo políticos, aunque también biografías cuyo referente sea una escri-
se incluyen otro tipo de demandas más tora siempre se deja constancia acerca
profundas, ligadas a la construcción de la de qué tiene de mujer, o bien, se usan
subjetividad femenina. Incluso, surgen las características de la identidad de
algunos espacios discursivos de posi- género para descalificar o elogiar la

313
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

escritura. A continuación, quisiera Por ejemplo: un hombre culto es aquél


recorrer algunos ejemplos con el fin de que se forma en el plano intelectual y
analizar las representaciones de género desarrolla una vida pública. Una mujer
que se actualizan y, así, explicar esa es culta porque posee un saber innato:
extraña tecnología de género que se la maternidad, a la que se le suma la
pone a funcionar cada vez que alguien belleza y la moral. He aquí dos supuestos
se refiere a una mujer que escribe. básicos del imaginario socio-sexual: en
Sería muy extenso dar cuenta de todas primer lugar que la diferencia sexual
las significaciones de lo femenino que es un absoluto que genera dos identi-
se desprenden de las revistas cultu- dades fijas y dicotómicas; en segundo
rales y/o literarias de la época; sin lugar, la mujer, como ser complemen-
embargo, me atrevo a afirmar que, a tario a la masculinidad, está vinculada
pesar de las diferencias ideológicas y al mundo de los afectos, a la belleza, a
estéticas e, incluso temporales, que la debilidad y a la sensibilidad. Dicen
existen desde Nosotros, a principios de los redactores de Nosotros6 que, como
la década del 10, a Claridad, avanzando consecuencia de la repercusión de
sobre los 30, el mito de la poetisa se la encuesta en los lectores, surgió la
mantiene sin modificaciones sustan- necesidad de una columna femenina
ciales. Veamos un ejemplo: en 1912, la firmada por Fanny Pouchan en la que
revista Nosotros propone una encuesta la autora describirá a las jóvenes de su
cuya pregunta es: “¿Es la mujer más ambiente, entre las que figuran aquellas
culta que el hombre?”.5 El planteo de la que tienen inquietudes intelectuales
encuesta y sus respuestas son un buen y disimulan sus lecturas, opiniones y
ejemplo de que el ambiente literario pensamientos en función de adecuarse
recibe la presencia femenina y ésta lo al ideal femenino.
lleva a cuestio- Cabe aclarar, aún a riesgo de genera-
Un hombre culto es aquél narse acerca de lizar demasiado, que la presencia de
que se forma en el plano inte- qué es o debiera escritoras o de ensayos sobre ellas en
lectual y desarrolla una vida ser una mujer, las revistas dedicadas a la literatura en
pública. Una mujer es culta ya que subyace la década del 20 y 30 es notablemente
porque posee un saber innato: el temor de que escasa, por razones entre las que no
la maternidad a la que se le éstas, en la esfera podemos descartar ciertos prejuicios
suma la belleza y la moral. pública, pierdan de género. Al contrario, en revistas de
su femineidad. interés cultural, como Caras y Caretas
Las fundamentaciones son intuitivas y sí es más frecuente encontrar relatos
contradictorias, pero coinciden en dos que tienen por objeto a escritoras,
aspectos: por un lado, el sujeto de la sean reseñas, reportajes o notas de
enunciación se posiciona en la iden- color. Como es sabido, la revista tenía
tidad masculina, lo que le da derecho una sección en la que se reseñaban los
a decir qué es una mujer y qué lugar libros que se iban publicando; veamos
deben ocupar en la sociedad. Y, por cómo se refieren a lo publicado por
otro, sea que se considere que la mujer escritoras. En una reseña sobre un
es inferior o superior al varón, siempre libro de Alcira Bonazzola se la nombra
se reafirma la diferencia sexual como como una “poetisa sentimental pero
origen desde el que una misma adje- sin complicaciones inquietantes”;7
tivación adquiere sentidos diferentes. en otro número de 1922, se publica

314
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Manuscrito
de Alfonsina Storni

un artículo titulado “Intelectuales enunciados que, sin importar el refe-


argentinas”8 con el objetivo de demos- rente, refuerzan los sentidos de la
trar cuánto han avanzado las mujeres femineidad hegemónica:
en el periodismo y en las letras. En
el epígrafe de la nota se afirma que Delicada poetisa de espíritu fino
ellas “obedecen a la necesidad de y amplio; poetisa gentil, enamo-
manifestar sus sentimientos”; tienen rada del bien; cuya prosa está hecha
una “vocación natural” y “los deste- de bondad, de gentileza y de tole-
llos de su inteligencia, palpitaciones rancia, que tiende a hacer mejor a
de bondad de aquellas almas suaves, todos; escritora valiente y sincera,
para las cuales la vida interior es toda de conciencia recta, de sentimiento
la vida: un sueño de pureza y de profundo, de imaginación ardiente;
idealidad”. La nota está compuesta poetisa llena de delicadeza y senti-
por una foto de la escritora y un mientos nobles y puros; escritora
epígrafe en el que se comenta su sentimental que dirige su atención a
obra. Citaré a continuación algunos lo que la vida tiene de más noble y de

315
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

más profundo: el hogar, los niños; ella por carácter transitivo, es decir que la
es toda delicada y gentil; suavidad, razón reside en la conducta imitativa
dulzura, gracia, belleza, dolor, todo de las mujeres. Ellas hacen lo mismo
se encuentra en los relatos escritos en que los hombres; entonces, como
forma impecable; evocadora de flores muchos hombres escriben poesías,
y de niños, de cosas bellas y gentiles ellas también:
que parecen germinar debajo de una
sapiente caricia de terciopelo. Cada día se hacen más numerosos los
indicios de que buena parte de nues-
Estas caracterizaciones constituyen el tras contemporáneas se sienten insen-
núcleo mítico de la poetisa y, como siblemente inclinadas a expresar
puede deducirse, son frases que sus sentimientos en verso. Es posible
apuntan más a afirmar la adecua- que una de las causas del fenómeno
ción hacia la femineidad –gentil, sea la circunstancia de que entre los
buena, tolerante, obediente, sensible, hombres se advierte también, y en
pendiente del hogar y de los niños, mayor grado, esa inclinación, pues
suave, dulce– que a explicar o juzgar las mujeres casi siempre tienden a
la obra en cuestión. Podemos decir imitar lo que los hombres hacen, mas,
que, en la construcción del mito, se en todo caso, es profundamente satis-
destacan dos operaciones discursivas factorio que la cara mitad femenina
por su recurrencia: una es la descrip- de la literatura nacional, por decirlo
ción sobresaturada de femineidad ante así, pueda presentar a la crítica tales
el referente y la otra es la preocupa- libros de versos, porque ello implica
ción ante la proliferación indiscrimi- que la poetisa, especie más rara aún
nada de poetisas por Buenos Aires, en que el poeta, en todas partes, es abun-
una suerte de turba lírica que amenaza dante entre nosotros.10
con ocupar todo el espacio geográfico
e intelectual. Varios ejemplos dan Por último, una reseña, escrita
cuenta de este fenómeno con matices a propósito de la publicación de
positivos o negativos. Sin ir más La rueca milagrosa de Salvadora
lejos, Juan José de Soiza Reilly, en el Medina Onrubia, parece completar
artículo “Hay doscientas mujeres de el androcéntrico argumento, antes
talento que escriben en nuestro país”9 mencionado. Dice el reseñista, para-
considera que la numerosa cantidad fraseando a otro, que si bien las
de escritoras abona en función de que poetisas pueden escribir como los
la nación sea más civilizada y menos poetas, ellas no son tan talentosas
criolla. Es decir que, para él, lo rele- como ellos, razón por la cual sería
vante no es que estas mujeres repre- mejor que no publicaran tanto.
senten el ideal femenino sino que sean
muchas, ya que el número cumple la Un crítico inglés famoso, Edmundo
función de colocar a la Argentina a Gosse, hablando de los versos de
la altura de las más cultas naciones, Cristina Rossetti, observa que las
con lo cual tiene una visión positiva poetisas son capaces, como los poetas,
del hecho. En otro caso, ante una de elevarse a las más altas regiones
reseña, se intenta explicar el por qué de la poesía; pero no pueden repetir
del prolífico fenómeno y se lo justifica la hazaña con la misma frecuencia

316
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

que los poetas, por lo cual, aconseja contentas, según dicen las crónicas de
a aquellas que no publiquen muchos la época. Este acontecimiento merece
versos. De la autora de este libro puede una nota12 de tinte únicamente social en
decirse que es aplicable, en cierto Caras y Caretas; es decir, en una página
grado, la observación de Glose.11 aparecen las cuatro poetas fotogra-
fiadas en Mar del Plata y con epígrafes
Sólo una firma, la de Adelia Di Carlo, que tranquilizan al lector acerca de la
se distingue, ya que puede pensarse esencia femenina de las poetas. Por
como un discurso resistente, que ejemplo, sobre Abella Caprile se dice
elude la retórica sexista y, al contrario, que es “Frágil, suavemente hermosa,
describe a las mujeres intelectuales en es una poesía toda ella”. Luego, de las
función de lo que hacen o de lo que otras poetas se sigue afirmando la femi-
han producido. Además, la periodista neidad hegemónica tras frases como
manifiesta cierta intención de dar “¡Beatriz Eguía Muñoz y Mary Rega
cuenta de la actividad de las mujeres Molina se impu-
en la esfera pública; a lo largo de las sieron también “A los que conocemos el
décadas del 20 y del 30, escribe en por su talento ambiente periodístico, con el
Caras y Caretas dos columnas más suave y firme y en cúmulo de sus vanidades, nos
o menos constantes que se titulan: sus espíritus feme- resulta un poco feo ese abuso
“Mujeres de acción destacada” y ninos, tan llenos de la fotografía al que aludís,
“Los grandes valores femeninos de de poesías, tenían jóvenes; pero no por eso debéis
América”. En ellas se retrata no sólo que germinar las embestir como fieras contra
a escritoras, sino también médicas, más bellas inspi- las poetisas (que para nosotros
periodistas, maestras, sociólogas. En raciones!”. Y, al no son argentinas ni suizas
este sentido, la escritura de Di Carlo llegar a Storni, sino talentosas o mediocres),
retoma otra tradición en la escritura surge el contraste: llegando hasta el insulto. (...)
periodística sobre mujeres en la que “¡Tal vez en ella ¿No tienen derecho ellas a
podemos incluir a las que escriben en la vibra más la carne vender sus libros?”.
revista La Nota, que, a su vez, es cohe- que el alma, pero
rente con la figura de la descentrada es, sin embargo, una vibración magní-
que analizaremos más adelante y que, fica, varonil a veces, pero siempre inspi-
en cierta medida, puede relacionarse rada, siempre hermosa!”. Entonces,
con escritoras del siglo anterior como si Storni tiene atributos que no son
Juana Manso o las anarquistas de femeninos, es porque son masculinos,
La voz de la mujer, por ejemplo. es decir, la mirada no puede escapar
Alfonsina Storni, en los 20, era bastante del binarismo que sugiere la vibración
conocida y, por ello, es el mejor caso masculina en oposición a la inspira-
para analizar las variaciones del mito. ción-hermosa. Y que, como veremos
Tomemos un hecho y sus repercu- más adelante, será capaz de producir
siones. En el verano del año 1925, un monstruo: el andrógino.
Storni organiza un recital de poesía A pesar de la impronta más social
en Mar del Plata, para ello convoca a que literaria de la nota, esta tuvo una
Beatriz Eguía Muñoz, Margarita Abella pequeña pero significativa repercusión
Caprile y Mary Rega Molina. Resulta en el ambiente literario: en la revista
ser que cada escritora lee sus poesías Martín Fierro aparece un comentario,
ante unas 1700 personas que aplauden firmado por Espinillo, que, a su vez,

317
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Alfonsina Storni

318
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

alude a un artículo escrito por algún que para unas es elogio y virtud, para
escritor de Boedo, probablemente la otra es motivo de injuria y escarnio.
Elías Castelnuovo, en el que se burla Sin ir más lejos, a inicios de 1930 se
de las poetas que aparecen en la publican dos artículos, uno dedicado a
nota mencionada. El comentario de hacer un balance de lo editado durante
Espinillo, en Martín Fierro, apunta a el año anterior, escrito por Ramón
criticar el tono con el que los jóvenes Doll14 y otro dedicado por entero a
realistas se refieren a las poetas: las mujeres que escriben, firmado por
Norberto Lavagnino.15 En el balance
Los jóvenes realistas (?) han encontrado de Ramón Doll, conocido crítico de la
una nueva aplicación a su literatura: época, predomina una visión pesimista
atacan con ella a las poetisas. En una de la producción literaria, excepto por
revista de ideas... ajenas (Malatesta, la aparición de Los siete locos de Arlt, a
Conan Doyle, etc.,) he leído últi- la que considera como la mejor novela
mamente un sueltito de un realismo argentina de entonces. Cuando aborda
sorprendente, escrito al parecer, por la poesía, más allá de sus opiniones
un italiano (‘el’) ‘Caras y Caretas’, acerca del pésimo nivel de la poesía
‘la Alfonsina’, etc.). (...) en general, la retórica sexual se hace
A los que conocemos el ambiente presente de una manera realmente
periodístico, con el cúmulo de sus sugestiva. En primer lugar, retoma el
vanidades, nos resulta un poco feo problema de la proliferación: “Escan-
ese abuso de la fotografía al que dalosa es ya la producción poética
aludís, jóvenes; pero no por eso nacional. De un sólo sexo se calcula
debéis embestir como fieras contra que hay diez millones de cabezas que
las poetisas (que para nosotros no se dejan acariciar por las musas”. A
son argentinas ni suizas sino talen- partir de esta frase, ironiza acerca del
tosas o mediocres), llegando hasta el crecimiento progresivo de la pobla-
insulto. (...) ¿No tienen derecho ellas ción poeta y luego continúa: “En
a vender sus libros? 13 cuanto a los poetas y poetisas de sexo
indefinido, de inspiración andrógina,
Así, en Martín Fierro destacan la su peligro entra en los dominios de la
mirada prejuiciosa que pesaba sobre higiene social y fuera de este trabajo
las poetas, por parte de los escritores crítico”, y afirma: “si bien tenemos
de Boedo, lo cual invita a pensar en que atravesar todavía la zona cenagosa
una cierta conciencia ideológica de de la poesía femenina, de raigambre
lo que se dice. Cabe aclarar que en ostensiblemente genital”. Es decir, que
Martín Fierro ni se elogia ni se vitu- casi veinte años después de las valora-
pera a las escritoras, más bien, podría ciones de la revista Nosotros y, desde
decirse, repasando la revista que casi una posición ideológica de izquierda,
no las hay, a excepción de Norah se sigue reproduciendo una lógica
Lange, por ejemplo. Al contrario, falogocéntrica que devalúa la produc-
tanto en Nosotros, Caras y Caretas, ción poética por ser femenina. Así, al
como ya vimos, como en Claridad, el mito se incorporan dos características
mito de la poetisa se despliega en todo más: la del erotismo femenino y la de
su esplendor. La única diferencia entre la androginia. Es decir, con un tinte
las dos primeras y Claridad es que lo claramente conservador, el crítico

319
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

manifiesta su rechazo ante un yo lírico la condición humana. Así, las rebaja


femenino que despliegue su deseo a la animalidad más despreciable: la
sexual y, a la vez, su temor a que se rata. Las poetas, entonces, son bestias
devenga en la androginia, quebrando capaces de propagar la peste de la
la lógica del binarismo sexual. mala literatura. ¿Por qué tanta saña
El otro artículo que querría mencionar, con las poetisas? Retomando la cita
“Literatas”, continúa esta línea argu- de Martín Fierro, podemos suponer
mental e, incluso, aporta una defini- que hay una crítica que viene a actua-
ción que no tiene desperdicio: lizar cuestiones de clase social, ya que
son burguesas o que probablemente
Literata es la mujer que desenten- para los escritores de Boedo, ellas
diéndose de la cocina y de las labores detentan los intereses de la burguesía.
propias de su sexo se dedica a gara- Sin embargo, no se menciona el tema,
batear cuartillas, suponiendo en ella sino el hecho de que su producción
misma la materialización del Verbo. es de pésima calidad estética. Uno de
Valbuena jugaría con el vocablo los argumentos en el que se basa el
partiéndolo en dos trozos iguales: lite- reseñista es el exceso de erotismo, al
ratas, aplicando la última partícula punto tal que se pregunta, actuali-
a la generalidad de las mujeres que en zando la dicotomía esposa/prostituta:
nuestro país se dedican a la literatura “¿Debemos entonces, considerar a
para desdicha de sus parientes y alle- tales poetisas más despreciables que
gados. Puras ratas, y pobres ratas de las citadas mujerzuelas?”. La respuesta
albañal suburbano, nos resultan las es sí, porque las prostitutas comercian
tales. Ratas conscientes de su misión con su cuerpo, pero al menos se aver-
de propagadoras de la mala peste que güenzan de ello; en cambio, las poetas
es la literatura ora ramplona, y cursi, están orgullosas de su diatriba sexual.
ora obscena y pornográfica. Me parece que queda claro, más allá
de la injuria, que el reseñista no puede
De la cita se desprende que la retórica salir de las versiones hegemónicas de
sexista abandonó el elogio, definitiva- la femineidad y el problema es que
mente, para centrarse en el escarnio, la poetisa, en esta reseña, fusiona las
comenzando con dos identidades: es una mujer que
La irritación que causa la un argumento puede, a la vez, adecuarse al rol de
escritura femenina no tiene que reenvía a la la domesticidad pero también ser
argumentos estéticos ni d o m e s t i c i d a d : deseante, más que deseada. Entre
clasistas, sino, más bien, de la mujer aban- las poetas que menciona aparece
género. Expresa el rechazo dona la atención Salvadora Medina Onrubia a la que
hacia una subjetividad feme- de su casa, para le sugiere que es mejor que se dedique
nina que ha transgredido invadir un terri- a la militancia política, en lugar de
alguno de sus límites. torio que, por escribir obras teatrales; y Alfonsina
exclusión lógica, Storni, ante quien se pregunta: “¿Por
es masculino. Ahora bien, Lavagnino qué Alfonsina Storni, en lugar de
se atreve a ir más allá de la diferencia contarnos sus hallazgos de buenos
sexual ya que una escritura cursi y mozos en los trenes y en los paseos,
pornográfica, trae como consecuencia no se procura uno para su parti-
la expulsión del paraíso, es decir, de cular regalo?”. Como se puede leer,

320
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

la irritación que causa la escritura Nosotras, las descentradas


femenina no tiene argumentos esté-
ticos ni clasistas, sino, más bien, de Ante esta situación me pregunto acerca
género. Expresa el rechazo hacia una de la propia reflexión de las escri-
subjetividad femenina que ha trans- toras, en particular, Alfonsina Storni
gredido alguno de sus límites. y Salvadora Medina Onrubia; ambas
A modo de coda, ya que es una se caracterizan por no adecuarse al
cuestión que merece mucho más mito y por tener cierta lucidez ideoló-
desarrollo, Claridad y los escri- gica con respecto a los límites que les
tores de Boedo creyeron encontrar imponía el contexto socio-sexual en el
a su poetisa en lo que fue una de las que estaban inmersas. Antes de ello,
mayores estafas del ambiente literario no podemos dejar de hacer mención
nacional. Me refiero a Clara Beter, a lo siguiente: ambas, Storni y Medina
poeta inventada por César Tiempo, Onrubia, están significadas por sendos
con una mística más boediana: ella, mitos que, por un lado comentaron
una inmigrante rusa que cayó víctima quienes lo rodeaban, pero que también
de las redes prostibulares de Rosario, ellas se ocuparon de atizar.
alza su voz para contar sus pesares de Ante el mito, el
esclava sexual. Sus poesías se publican caso emblemá- Medina Onrubia formaba
en la revista, acompañadas de notas tico es, sin duda, parte del campo intelectual
elogiosas, ya que sentían que habían el de Alfonsina de la época debido a sus amis-
encontrado una “verdadera” voz Storni, básica- tades y a sus publicaciones.
femenina. Más allá de que no haya mente por dos Como Storni, fue consciente
sido más que el producto de la imagi- razones: en primer de las limitaciones impuestas a
nación masculina –lo que nos lleva a lugar, porque es las mujeres, participó de agru-
pensar que, quizás, también la poetisa una escritora muy paciones feministas y anar-
lo sea– configura otro mito que no conocida y reco- quistas, así como también de
transgrede la femineidad hegemónica. nocida en los 20, sociedades teosóficas.
Es la contracara de la mujer domés- tiene cierta fama
tica, la prostituta en tanto cuerpo incluso más allá del ambiente intelec-
también saturado de erotismo pero tual. Y, en segundo lugar, porque había
velado por su condición de víctima algo en la personalidad y en la escritura
del deseo masculino. poética de Storni que no se adecuaba
En conclusión, sea mediante elogios totalmente a lo femenino, a pesar de
que pretenden conjurar los desvíos los notables esfuerzos discursivos que
identitarios, o sea mediante la pueden leerse en reportajes, reseñas
denuncia injuriosa que explicita y críticas de su obra. Sin ir más lejos,
aquello que molesta, la escritora se Roberto Giusti, amigo personal de la
veía encorsetada en los moldes de la autora, intenta explicar la inadecuación
femineidad hegemónica, y cualquier de Storni mediante la descripción de su
diferencia o atisbo de transgresión evolución desde ser una poetisa que prac-
sólo podía ser leída como masculina tica subliteratura a ser un auténtico poeta,
–si imperaba el elogio– o por fuera es decir, en coherencia con la retórica
de la humanidad, sea la caída en la sexista, define lo femenino como una
animalidad o en la monstruosidad –si alteridad absoluta e inferior, por eso es
imperaba el escarnio–. que, cuando se la nombra en masculino,

321
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

se la está elogiando, sólo por el hecho ligente pero fea, suicida desamo-
de que se la coloca en el terreno de los rada. Éstos acentúan la figura de una
iguales. De todas maneras, el crítico Alfonsina aniñada, sumisa, siempre
no es el único en masculinizar a Storni víctima de su fealdad, de las pasiones,
ya que en numerosas oportunidades se de los tiempos, de las injusticias o de
afirma que sus versos son viriles, que no los hombres. Y, a su vez, esta enume-
deben ser leídos por mujeres, sino por ración más o menos constante que se
los hombres que han mordido la vida;16 inicia en la década del 20 y continúa
o que es una poeta que tiene la agudez y hasta bien avanzado el siglo, funciona
la inteligencia de un hombre y, cuando como un modo de velar sus opiniones
se dice eso, no se está apelando a una políticas, su obra no poética e, incluso
estética queer sino que se la está legiti- la más humana y menos ideológica de
mando en el campo intelectual, es decir, sus transgresiones: el suicidio.17 Para
portar marcas masculinas, ser un igual, comprender lo antedicho basta con leer
es la llave para entrar al mundo de los las repercusiones que tuvo su muerte
escritores y, también, a la injuria. en 1938, más algunas representaciones
Si recorremos los enunciados con los emblemáticas como, por ejemplo, la
que la crítica se refirió a ella, encon- de la película, Alfonsina, dirigida por
tramos que, en su mayoría, refuerzan Kurt Land, protagonizada por Amelia
Salvadora el mito: poetisa del amor, maestrita Bence y estrenada el 15 de agosto
Medina Onrubia cordial, madre soltera, mujer inte- de 1957. El film comienza con el
suicidio, en tanto clave que permite
justificar toda una vida atravesada
por la soledad amorosa y la fealdad.
Es el mismo recurso que se elije en
la canción Alfonsina y el mar de Félix
Luna y Ariel Ramírez, conocida en los
años setenta, cuya letra ratifica el mito
de la poeta que muere de amor.
La lectura de la crítica y de las biogra-
fías de Salvadora Medina Onrubia,
nos deja la sensación de que es más un
personaje que una escritora; abundan
las anécdotas de ella en relación inver-
samente proporcional a la merma de la
recepción lectora de su producción.18
Ella, a través de Crítica, se halla en
el centro emergente de la vanguardia
y la escritura de izquierda, junto con
los hermanos González Tuñón, Arlt
y Borges, entre otros. Con respecto
a su militancia anarquista, se destacó
por su compromiso no sólo con
Simón Radowitzky, sino, también,
con Severino Di Giovanni. Además,
dio un discurso ante los asesinatos de

322
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

obreros durante la Semana Trágica, en ciones de género actualizaron, con


1919. Incluso, en 1930, su accionar qué modelos de femineidad discuten
político la lleva a la Cárcel del Buen y qué proponen. Para responder estas
Pastor, por orden de Uriburu. En preguntas, recorreré, algunas zonas de
tanto mujer inserta en el ambiente sus obras protagonizadas por escri-
intelectual y político, es cierto lo que toras. La primera es la menos ficticia
afirma Saítta (2006) respecto de que y la más temprana, que se remonta a
Medina Onrubia hace de sí misma cuando Storni tenía apenas 23 años.
una imagen que la aleja completa- Ella se integra en 1919 a una columna
mente del paradigma femenino social femenina en la que ya habían escrito
y culturalmente aceptado en la época. Esther Walter y Lola Pita de Martínez
Saítta afirma que en la ficción, Medina y que se publica en la revista La Nota.
Onrubia cuestiona la tradición literaria Leamos su crónica de inauguración:
por el hecho de que no se identifica
con la representación de la femineidad El día es gris... una lluvia persistente
y demuestra que tanto en la escritura golpea los cristales, además he venido
como en su propia experiencia de leyendo en el camino cosas de la vida
vida, Medina Onrubia construye una de Verlaine... A la pregunta ¿es usted
identidad alternativa. pobre? Que me han dirigido, siento
Un recorrido atento por las principales deseos de contestar: Emir [Emir
revistas literarias que giran en torno a Emin Arslan], hago versos..., pero
los grupos Boedo y Florida, llevan a la en ese preciso momento miro la luz
conclusión de que la obra de Medina eléctrica y me sugiere una cantidad
Onrubia tuvo una escasa o nula recep- de cosas: la época moderna, el siglo
ción. Y cuando la tuvo, como se puede en que nos movemos, la higiene, la
leer anteriormente, la condición feme- guerra al alcohol, las teorías vegeta-
nina sigue siendo una alteridad que vela rianas, etc.
la valoración estética. Aparentemente, En un instante he comprendido que
Medina Onrubia no formó parte de debo vivir en mi siglo; mato, pues el
la polémica Boedo-Florida, pero su romanticismo que me han contagiado
anclaje ideológico, su lugar central en el día lluvioso y Verlaine y escogiendo
el ambiente literario a través de Crítica, mi más despreocupada sonrisa (tengo
la publicación de poemas y ensayos muchas), contesto: Regular Emir...
en Claridad, son indicios del lugar voy viviendo.
que ocupaba entre los escritores de Entonces, el Emir me propone: ¿Por
izquierda. En síntesis, Medina Onrubia qué no toma usted a su cargo en
formaba parte del campo intelectual La Nota la sección ‘Femineidades’?
de la época debido a sus amistades y He dirigido al Emir la más rabiosa
a sus publicaciones. Como Storni, fue mirada que poseo (tengo muchas),
conciente de las limitaciones impuestas también, de un golpe he recordado:
a las mujeres, participó de agrupaciones Charlas femeninas, Conversación
feministas y anarquistas, así como entre ellas, Femeninas, La señora
también de sociedades teosóficas. Misterio... todas esas respetables
Ante sendos mitos, me pregunto secciones se ofrecen a la amiga reco-
cómo las autoras se imaginaron en mendada, que no se sabe dónde
tanto escritoras, qué representa- ubicar. Emir –protesto– la cocina

323
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

me agrada en mi casa, en los abril de 1926. En verdad, es un texto


días elegidos, cuando espero a mi extraño, porque el cuento no es un
novio y yo misma quiero preparar género que ella haya practicado dema-
cosas exquisitas.19 siado, menos aún, el cuento fantás-
tico, como es este caso. En el cuento,
Surgen de esta presentación dos escri- la narradora, en primera persona,
toras: por un lado, la que siente más relata la breve historia de su amistad
cerca de sí misma, la que lee y admira con Cuca, una joven a la que ve en
a los románticos, es decir que se iden- la calle y que encuentra tan atractiva,
tifica con los poetas y, por otro, la que que no puede vencer la tentación de
le impone, a través de la voz de Emir acercársele y entrar en diálogo con
Emin Arslan, el contexto socio-sexual ella. La fascinación de la narradora es
con su marca de clase –“¿Es usted ambigua, ya que podría ser el relato de
pobre?”– y de género –“¿Por qué no un varón que cae preso ante una bella
toma usted a su cargo en La nota la mujer o, incluso, hasta nos permite
sección ‘Femineidades’?”–. Son las imaginar una atracción lésbica. Estas
preguntas que se transforman, ante la posibilidades, a medida que avanza la
necesidad, en órdenes, ya que sabe que trama, van perdiendo peso, ya que la
le están imponiendo un género discur- atracción desmesurada halla su expli-
sivo, la crónica femenina, que ella cación en el artificio que se comprueba,
misma rechaza y que la instala en el al final, cuando se descubre que su piel
centro de la femineidad hegemónica. era de porcelana y estaba rellena de
En otras palabras, Storni hace explícita estopa, es decir, que era una muñeca.
esta operación al mencionar ejemplos La voz narrativa tiene una sensibilidad
–“Charlas femeninas”, “Conversación que justifica su impulso y su mirada
entre ellas”– y ubicar estos relatos en desviada, capaz de percibir la esencia
la esfera privada al decir “la cocina me artificial. Ella misma dice, al inter-
agrada en mi casa, en los días elegidos, pelar a la joven: “De más está decir
cuando espero a mi novio”. No me que hube de explicar a Cuca mi manía
detendré en la crítica a la subjetividad literaria y la anormalidad impulsiva
que explaya en las crónicas20 pero sólo de mi carácter, que me aparta un
vale aclarar que la operación de Storni, tanto de las maneras convenidas en el
en ellas, es la de deconstruir los ideales comercio social de los hombres”.21 En
de la femineidad hegemónica, resal- este sentido, es la mirada de escritora
tando su condición artificial, lo que, la que le permite percibir algo que
a su vez, es coherente con la escritura nadie ve: la artificialidad de la subje-
periodística de las otras columnistas e, tividad femenina. Entonces, es desde
incluso, con la de Di Carlo mencio- este lugar que la narradora halla un
nada anteriormente. espacio para repensar su propia iden-
La poeta que lee a Verlaine y que, con tidad. Esta operación que la distancia
una mirada de socióloga, es capaz de de la domesticidad, es recurrente en
describir ácidamente a las mujeres Storni y se torna en el conflicto por
de la ciudad, es la narradora de un excelencia de “Dos mujeres/El amo
cuento extraño en la producción de del mundo”22 (1927), una obra de
Storni. Me refiero a “Cuca”, que fue teatro en la que Storni problematiza
publicado en el diario La Nación, en la cuestión del lugar social que tiene

324
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

una mujer que no se adecúa al deber Elvira es que no tienen amores posi-
ser femenino.23 Como en el cuento, bles y tampoco tienen cabida en la
la protagonista, Márgara, es la mujer sociedad porteña, razón por la que, en
descentrada descrita por Storni del ambas obras, la resolución es irse a vivir
siguiente modo: a Europa, que es más un viaje hacia el
futuro que un cambio de espacio.
Bella, de porte orgulloso. Peinado En Las descentradas aparece otro perso-
sobrio y señorial. No lleva joyas. naje que, si bien es secundario en la
Mirada penetrante, inteligente, de trama, se torna más que significativo
ser hecha al ejercicio de la lectura y a en este artículo, ya que una escritora
la observación de la vida desde puntos que reflexiona sobre su propia condi-
de vista superiores. En el primer acto ción. Me refiero a Gloria, amiga de
viste de negro, traje con mangas. En Elvira, quien la hospeda en la casa
el segundo de color, traje sin aquellas. cuando se desencadenan los conflictos
Ella es, en el conflicto, la mujer que que la atrapan. Gloria es periodista y
escapa a su ambiente y lo supera.24 escritora, en cierto modo es un perso-
naje que parece responder a la pregunta
Sin los atributos de la femineidad acerca de qué fue de Nora (me refiero
–joyas–, Márgara se identifica con a la protagonista de Casa de muñecas
cualidades intelectuales –inteligencia, de Ibsen),26 luego de abandonar a su
ejercicio de la lectura, manía literaria– familia. Gloria vive sola debido a que
que son las que le dan la sensibilidad le pidió el divorcio a su marido; la
suficiente para sostener una iden- justicia se lo concedió pero le prohibió
tidad alterna y criticar con dureza la volver a ver a sus hijos. En conse-
identidad hegemónica. Este mismo cuencia, se separó de ellos también,
conflicto, con algunas variaciones en y pasó a ser una oveja negra en el
la trama, es planteado con pocos años ambiente social pero, como contrapar-
de diferencia, por Salvadora Medina tida, pudo mantener su trabajo como
Onrubia en Las descentradas25 (1929). periodista y, en el momento de la obra,
Es decir, ambas autoras proponen, está escribiendo una novela llamada
para pensar en una identidad femenina Las descentradas.
antihegemónica, la contraposición con En cierta medida, este personaje
el deber ser femenino. Además, ambos propone una imagen de escritora
personajes construyen su identidad no que se distancia del mito: escribe
sólo desde los contraargumentos hacia una novela, sabiendo que este género
la identidad hegemónica sino que esta supone un trabajo arduo y constante y,
lucidez crítica parece desprenderse de además, ésta, antes de Las descentradas,
otro factor identitario: la intelectua- se llamó Las cerebrales, como un modo
lidad. Ambas se han nutrido de lite- de destacar la inteligencia como la
ratura, de teatro, y están al tanto de lo cualidad por excelencia de este tipo
que sucede en el país y en el mundo. femenino, en contraposición con la
Podríamos decir que son modernas, sensibilidad o el sentimentalismo
inteligentes y autónomas en contrapo- propio de lo femenino. Entre los dos
sición a las mujeres domésticas que se nombres no hay mucha distancia, sólo
encarnan en Zarcillo y en Gracia. El que uno destaca a las mujeres por su
conflicto que atraviesa a Márgara y a capacidad de razonar y el otro pone

325
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

el acento en el hecho, más trágico, objeto que fue construido por múlti-
de estar fuera de lugar. Al igual que ples dispositivos discursivos. Es más,
Storni, hallamos una descripción del considero que tanto la poetisa como su
universo femenino en el que está la versión grotesca tras la rata, se fusionan,
mujer doméstica –la del crochet simbó- para estas escritoras, en la muñeca.
lico–, la sufragista –esas feas marima- Entonces, Elvira, en tanto lectora
chos– y la excluida de la sociedad –las y Gloria, en tanto escritora, están
caídas–. Ante esta descripción, Gloria hermanadas porque se resisten a some-
propone una tercera que no tiene lugar terse a la identidad femenina hegemó-
en el imaginario de la época y a la que nica y esto a su vez, trae consecuencias,
describe así: también en el ambiente literario. Elvira
reflexiona acerca de que en la literatura
Pero no te has fijado, ni nadie se ha no hay personajes con los que pueda
fijado en la tercera categoría, de la identificarse: “Cómo he buscado en
que nosotras somos dignas represen- toda nuestra literatura un tipo nuevo,
tantes... aquí no hay gradaciones, un ser vivo, una mujer... ¡Y qué infruc-
no... somos muy pocas las descen- tuosa búsqueda! ¡Muñecos, muñecos,
tradas. Y lo ocultamos como un muñecos!”. Esta frase manifiesta el
pecado... Y somos tan descentradas, deseo imperioso de la lectora por que
que caemos en cualquiera de las aparezca otro tipo de personaje feme-
otras categorías. (...) Somos las que nino, lo que resulta comprensible en
sufrimos, las rebeldes a nuestra condi- virtud de las limitaciones falogocén-
ción estúpida de muñecas de bazar... tricas del imaginario cultural, además,
Entiéndeme bien. No de mujer. No como afirma Saítta (2006); esta es
queremos los derechos de los hombres. una pregunta que Medina Onrubia
Que se los guarden... Saber ser intentó responder en toda su obra:
mujer es admirable. Y nosotras sólo “cómo construir literariamente la
queremos ser mujeres en toda nuestra figura de una mujer diferente”, y que
espléndida femineidad. Los derechos –agrego yo– también fue planteada
que queremos son sólo los que nos dé por Storni, y hallará su desarrollo
nuestro talento.27 teórico en los ensayos de Victoria
Ocampo. Por último, no se nos escapa
En esta definición surgen otras cuali- que esta escena es una puesta en
dades en la búsqueda de una identidad abismo en la que Elvira –personaje–
que alude a una esencia de la mujer en dialoga y reflexiona sobre literatura
contraposición a la subjetividad que con su propia autora, sospecha que se
es un puro efecto de las tecnologías deja traslucir al inicio del encuentro
de género, un artificio que se actua- cuando, ante el argumento de la novela,
liza en la muñeca. En este sentido, la Elvira le advierte: “Supongo que no
descentrada es la que no quiere trans- te habrás metido conmigo”. Es decir
formarse en Cuca. La muñeca, en este que en el diálogo entre Elvira y Gloria
sentido, concentra varias cuestiones: la se suspende la acción y pareciera que
remisión a lo infantil, a lo que no tiene estuvieran teorizando juntas perso-
voluntad propia y, por eso mismo, naje y autora. Con lo cual, el inevi-
satisface las fantasías de quien la posee, table guiño hacia Medina Onrubia
a lo artificial en el sentido de que es un nos hace pensar también que es una

326
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

operación mediante la que la autora maníaca del ejemplo, quisiera citar


busca un lugar en el ambiente literario uno más, que creo que es el indicio
a sabiendas de que no será sencillo: de otra continuidad mítica. En 1939,
en Caras y Caretas, Eduardo del Saz
Ya ves, nosotras... si nos “litera- escribe una reseña28 sobre un ensayo
tizaran”, por ejemplo, mi caso, de Victoria Ocampo, “Emily Brontë
el tuyo... todos los críticos en coro (Terra incógnita)”, y comienza con
unánime se burlarían del autor, lo dos citas, una de Emily Brontë y la
insultarían. Dirían que no había otra de Victoria Ocampo, ambas
lógica en el asunto, que eran arbi- con la misma temática: la prejuiciosa
trarios los personajes, inverosímil su mirada masculina sobre la escritura
psicología, folletinescos los recursos. femenina. El crítico, sin ningún
Sabe Dios lo que dirían. Ya verás lo atisbo revisionista, celebra la publica-
que me dicen a mí de mi libro. Y me ción y elogia a la autora con adjetivos
tendrá sin cuidado. Yo escribo para –ensayo potente, primorosa autora–,
mí misma, no para los demás. que ya no reenvían al mito, y, lo que
es más llamativo aún, al referirse a
Así, Gloria, ya indudable alter ego de Brontë, la denomina “poetisa-poeta”.
Medina Onrubia, como bien observó ¿Por qué? ¿Será porque ella está en
Saítta (1995), también es consciente mutación, como Storni pasó de
de los prejuicios con que se lee algo escribir como poetisa a hacerlo como
escrito por mujeres, al punto tal que poeta? ¿Será porque si ella es una genial
parece estar contestando a las críticas escritora no puede ser una poetisa? Es
publicadas en las reseñas que mencio- probable, quizá le estamos pidiendo
namos al inicio del artículo. demasiado a esta reseña pero me
parece que da cuenta de un punto
de inflexión que provoca el ingreso
Conjeturas para un final de Victoria Ocampo29 en el campo
intelectual. Recordemos que, en un
En este recorrido he mezclado, sin sentido más general, como es sabido,
intención de marear al lector, cues- a través de Sur, Victoria Ocampo
tiones de metacrítica con análisis difunde y le da visibilidad a la cues-
literario con el objeto de abordar un tión de la mujer en la sociedad y, en
tema no sé si muy relevante, pero sí particular, a la relación de la mujer
poco profundizado, que es el de la con la escritura, no sólo por este libro
imagen de la escritora en la litera- sino también por el impulso que le da
tura nacional. Entonces, me detuve a otra escritora inglesa clave en esta
en ejemplos que pretenden funda- cuestión como es Virginia Woolf.
mentar mis ideas acerca de la mirada Además, Ocampo, en 1936, había
androcéntrica que pesa sobre las publicado La mujer y su expresión,
mujeres que escriben, sin perder de en el que se extiende en la cuestión
vista que son cuestiones enraizadas en de la sordera masculina ante la voz
una época, una nación e innumera- femenina y se pregunta qué signi-
bles variables culturales que hacen al fica escribir como mujer. Es decir, la
imaginario socio-sexual. Para cerrar, pluma de Ocampo, en cierta manera,
a riesgo de transformarme en una viene a darle forma y consistencia a

327
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

la voz de la descentrada y, así, abona rante. En síntesis, podemos decir que


en función de otro mito que cobra Ocampo construye, pule y hasta se
fuerza avanzada la década del 30: la inviste un mito que estaba en germen
mujer que reflexiona acerca de su en las reflexiones de Storni y de
propia condición y que es consciente Medina Onrubia pero que no llegaba
de los límites del patriarcalismo impe- a consolidarse: la escritora feminista.

NOTAS

1. Joan Scott (1993) plantea que una de las causas de la emergencia de la domesticidad en la modernidad es la
aparición de la mujer trabajadora en la etapa de industrialización. Esto significaba un problema, debido a que,
la mujer, al estar tantas horas en las fábricas, descuidaba sus deberes maternales/domésticos, y esto ponía en
peligro la salud de los hijos, y, a futuro, de la especie. Entonces, a partir de la separación moderna del hogar y
el trabajo, surgen numerosos discursos destinados a sostener lo que Scott denomina como la “ideología de la
domesticidad”, desde la cual se separan las esferas en función de una división sexual del trabajo. En esta relación
entre lo social y lo sexual, Armstrong (1987) arriesga una hipótesis mediante la que ubica en el centro de la
cuestión a la ficción doméstica, ya que ésta se desarrolla en el momento en que se empiezan a comprender las
relaciones sociales en términos de sociedad de clases, y, en el que las afiliaciones políticas estaban en relación
con los medios económicos de vida. Con respecto a la escritura literaria, Armstrong afirma que la ficción
doméstica, en este caso se refiere puntualmente a la novela inglesa, presenta un discurso aparentemente fuera
de lo político, y, en consecuencia, ligado a las relaciones intergenéricas. Y es justamente ésta la razón por la
que puede leerse, paradójicamente, su poder de subversión del discurso político hegemónico, que la autora
identifica con el contrato social. En verdad, es en la ficción doméstica donde el contrato social se expresa como
un contrato sexual, al problematizar la cuestión de la relación entre los sexos, y lo demuestra en ciertos casos de
la novela inglesa moderna. Así, el conflicto político es representado en términos de las diferencias sexuales que,
a su vez, respaldan un concepto del amor, propio de las clases medias. Para más desarrollo, puede consultarse
Scott, 1993; Armstrong, 1987; Amorós, 1994; Cosse, 2006; Arendt, 1996.
2. Nari, Marcela “La educación de la mujer (o acerca de cómo cocinar y cambiar pañales a su bebé de manera
científica)”, Rev. Mora, nº 1, IIEGE-UBA, 1995, p. 36.
3. Me refiero a las novelas semanales, a las columnas femeninas que abarcan todos los tópicos de la domesticidad
–belleza, cuidado del cuerpo, comportamientos sociales, consejos, recetas de cocina– e incluso a las columnas
sobre mujeres que se publican en revistas literarias. Para darnos una idea, las siguientes son las columnas fijas,
para mujeres, que podemos encontrar en cualquier número de Caras y Caretas, en la década del 20: “Notas
sociales” de La Dama Duende, “La mujer y la casa” o “El tocador y la mesa. Consejos de belleza” de Ivonne,
“Cómo una dama del mundo social explica el secreto de su belleza” de Mlle. Alice Delysia, “La moda al día”
por Luz y Sombra. Estas escrituras de la domesticidad, coherentes y funcionales a las tecnologías de género,
son las que le indican a la joven cómo ser, es decir: como vestirse, moverse, gesticular y hablar. El efecto que
provoca es, justamente, el de una joven perfecta, irresistible y siniestra a la vez. Para más desarrollo sobre el
tema puede consultarse: Diz, 2006; Muschietti, 1986.
4. Acerca de la historia del feminismo en Argentina, consultar: Barrancos (2001, 2007), Lobato (2000).
5. AA.VV. “Primer encuesta de Nosotros: ¿Es más culta la mujer que el hombre en nuestra sociedad?”,
en Nosotros, Nº 43- 46, 1912-1913.
6. Un análisis más detallado de la encuesta puede leerse en Diz, 2006.
7. S/A “Los libros. Horas de Sosiego por Alcira Bonazzola” en Caras y Caretas, n° 1203, 22-10-1921, p. 8.
8. S/A “Intelectuales argentinas” en Caras y Caretas, n° 1234, 27-05-1922, pp. 71-2.
9. Soiza Reilly, Juan José de, “Hay doscientas mujeres de talento que escriben en nuestro país” en Caras y Caretas,
n° 1874, 01-09-1934, p. 19.
10. S/A “Los libros. Brasa secreta por Susana Montiel” en Caras y Caretas, n° 1324, 16-02-1924, p. 34.
11. S/A “Los libros. La rueca milagrosa por Salvadora Medina Onrubia” en Caras y Caretas, n° 1213,
31-12-1921, p. 8.
12. S/A, “Cuatro poetisas en Mar del Plata”, Caras y Caretas, nº 1375, 07-02-1925, p. 76.
13. Espinillo, “Pero... ¡Jóvenes realistas!” en Martín Fierro, año II, nº 17, 17-05-1925, Edición facsimilar 1995,
Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires.

328
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

14. Doll, Ramón, “La producción literaria hoy”, Claridad nº 198, 11-01-1930.
15. Lavagnino, Norberto, “Literatas” Claridad, nº 199, 25-01-1930.
16. Jordán, Luis María, “A propósito de Irremediablemente”, Rev. Nosotros, nº 121, 1919.
17. Como es sabido, al igual que Horacio Quiroga, Storni padece cáncer y, ante el pronóstico de una agonía dolorosa y larga,
decide, como él, matarse.
18. La vida de Medina Onrubia ha sido relatada varias veces, desde las memorias de su hijo, Helvio Botana (1977), y de su
secretaria, Emma Barrandeguy (1997) hasta el trabajo de Josefina Delgado (2004) que reconstruye su vida privada y pública.
19. Storni, Alfonsina, Obras completas. Poesía, ensayo, periodismo, teatro, Tomo I-II, Buenos Aires, Losada, 1999, p. 801.
20. Para más desarrollo sobre las columnas femeninas en la revista La Nota y las crónicas que escribe Storni en La Nota y en
La Nación, consultar Diz, 2006 y Salomone, 2006.
21. Storni, Alfonsina, Obras completas. Poesía, ensayo, periodismo, teatro, Tomo I-II, Buenos Aires, Losada, 1999, p. 768.
22. El 10 de marzo de 1927, la compañía de Fanny Brena estrena, en el teatro Cervantes de la ciudad de Buenos Aires, “Dos
mujeres/El amo del mundo”, la que, además, fue publicada en la revista Bambalinas Nº 470. Por decisión del director de la
obra, en lugar de titularse “Dos mujeres”, se la denominó “El amo del mundo”. El cambio es un indicio del punto de vista
desde el que se leyó la obra, ya que Storni la tituló así, porque consideraba que el conflicto central de la misma era el enfren-
tamiento entre dos tipos femeninos opuestos y, al cambiarlo por “El amo del mundo”, se ubica en el centro del conflicto al
varón. La razón que adujo el director es que se iba a estrenar otra obra con ese título, pero, más allá de ello, es significativo el
cambio del referente principal, porque en él reside el diálogo de sordos en que derivó la polémica generada a partir del estreno
de la obra. Para más desarrollo acerca de la polémica que generó el estreno de la obra consultar: Diz, 2012.
23. En “El amo del mundo/Dos mujeres” la protagonista es Márgara quien tiene 30 años y vive con Zarcillo y Carlitos. Los
tres forman una familia poco tradicional: Zarcillo es una muchacha de 18 años que fue abandonada por su madre, razón por
la que Márgara le da cobijo y la quiere como una hermana menor. Carlitos es un adolescente, al que ella crió de pequeño,
sin que él supiera que, en verdad, era su hijo. El otro protagonista, fuera del ámbito familiar, y que desencadena el conflicto,
es Claudio, de unos 40 años, amigo de la casa. Sintéticamente, al inicio de la obra, él le propone casamiento a Márgara, ella
le confiesa que Carlitos es hijo suyo y él se horroriza ante la confesión y decide casarse con Zarcillo. Finalmente, Márgara le
dice a Carlitos que es su hijo, él la acepta emocionado y, luego de la boda entre Claudio y Zarcillo, madre e hijo emprenden
un largo viaje a Europa.
24. Storni, Alfonsina, Obras completas. Poesía, ensayo, periodismo, teatro, Tomo I-II, Buenos Aires, Losada, 1999, p. 1119.
25. En Las descentradas, de Medina Onrubia, la trama es la siguiente: Elvira es una mujer de treinta años, amiga de Gracia, que
tiene veinte. Elvira está casada con un ministro, López Torres, con quien tiene una pésima relación. Por otro lado, Gracia está
de novia con un joven que es periodista y, justamente, la historia comienza con la escena del compromiso entre ellos, en la casa
de la joven. En ese acontecimiento, Elvira conoce a Juan Carlos, prometido de Gracia, que, además, resulta ser el periodista
que recibía la información que Elvira le pasaba sobre los negociados de López Torres. Juan Carlos, entonces, se encuentra con
estos dos estereotipos femeninos opuestos: la niña a la que debe proteger y cortejar, y la mujer emancipada con la que puede
compartir opiniones y experiencias de vida, de igual a igual. Ambos, Juan Carlos y Elvira, se enamoran. Así, Elvira se halla ante
el dilema de defender su amor por Juan Carlos o su fidelidad por Gracia. Se decide por esta última, le miente a Juan Carlos
sobre sus sentimientos y, al igual que Márgara, se va a Europa.
26. Para más desarrollo acerca de la relación entre el drama de Ibsen y el de Medina Onrubia, consultar Diz, 2012.
27. Medina Onrubia, Salvadora, Las descentradas, Buenos Aires, Tantalia, 2006, p. 61.
28. Del Saz, Eduardo, “Los libros y sus autores. ‘Emily Brontë (Terra incógnita)’” en Caras y Caretas, n° 2120, 27-05-1939, p. 81.
29. La incorporación de Victoria Ocampo, en este artículo no tiene otra razón de ser que la de marcar el inicio de otra
etapa en la figura de la mujer escritora, cuestión ya bastante trabajada por la crítica literaria. Para más desarrollo consultar:
Salomone 1999, 2004; Vázquez, 2006; Louise Pratt, 2000.

BIBLIOGRAFÍA

Amorós, Celia, “Espacio público, espacio privado y definiciones ideológicas de ‘lo masculino’ y ‘lo femenino’”, en Feminismo,
igualdad y diferencia, UNAM, México, PUEG, 1994.
Arendt, Hannah, La condición humana, Buenos Aires, Paidós, 1996 (1958).
Armstrong, Nancy, Deseo y ficción doméstica, Barcelona, Ed. Cátedra, 1987.
Armus, Diego, “ ‘Milonguitas’ en Buenos Aires (1910-1940): tango, ascenso social y tuberculosis”, Swartmore College (USA)
en http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-59702002000400009. Fecha de consulta: 28-05-2008.
Barrancos, Dora, Inclusión y exclusión, Buenos Aires, FCE, 2001.
—, Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos, Buenos Aires, Sudamericana, 2007.
Barrandeguy, Emma, Salvadora: una mujer de Crítica, Buenos Aires, Vinciguerra, 1997.
Botana, Helvio I., Memorias. Tras los dientes del perro, Buenos Aires, A. Peña Lillo Editor, 1977.
Cosse, Isabella, Estigmas de nacimiento. Peronismo y orden militar 1946-1955, Buenos Aires, FCE, 2006.
Delgado, Josefina, Salvadora. La dueña del diario Crítica, Buenos Aires, Sudamericana, 2004.

329
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Diz, Tania, “Las desventuras de Nora en el Río de la Plata” en Revista chilena de literatura, n° 81, 2012.
—, Alfonsina Storni. Ironía y sexualidad en el periodismo (1915-1925), Buenos Aires, Libros del Rojas, 2006.
Giusti, Roberto, “Alfonsina Storni”, Ensayos, Buenos Aires, Ed. Artes Gráficas, 1955.
Lobato, Mirta “Lenguaje laboral y de género en el trabajo industrial. Primera mitad del siglo XX” en
Gil Lozano, Fernanda- Pita, Valeria- Ini, María Gabriela Historia de las mujeres en Argentina 2, Buenos Aires,
Taurus, 2000.
Louise Pratt, Mary, “‘No me interrumpas’: las mujeres y el ensayo latinoamericano” en Debate feminista,
Año 11, Vol. 21, 2000.
Medina Onrubia, Salvadora, Las descentradas, Buenos Aires, Tantalia, 2006.
Muschietti, Delfina, “Mujeres, feminismo y literatura” en AA.VV. Historia social de la literatura argentina,
Tomo VII: Irigoyen entre Borges y Arlt (1916-1930), Buenos Aires, Contrapunto, 1986.
Nari, Marcela “La educación de la mujer (o acerca de cómo cocinar y cambiar pañales a su bebé de manera
científica)”, Mora, nº 1, IIEGE-UBA, 1995.
—, Las políticas de la maternidad y el maternalismo político, Buenos Aires, Biblos, 2004.
Ocampo, Victoria, “Emily Brontë (terra incógnita)” (1938) en Testimonios, 2da. Serie, Buenos Aires, Sur, 1941.
Saítta, Sylvia, “Prólogo” en Medina Onrubia, Salvadora, Las descentradas, Buenos Aires, Tantalia, 2006.
—, “Anarquismo, teosofía y sexualidad: Salvadora Medina Onrubia”, Mora, nº 1, 1995.
Salomone, Alicia, Alfonsina Storni. Mujeres, modernidad y literatura, Buenos Aires, Corregidor, 2006.
—, “Subjetividades e identidades. Diálogos entre Gabriela Mistral y Victoria Ocampo”, en Alicia Salomone,
Gilda Luongo, Natalia Cisterna, Darcie Doll y Graciela Queirolo, Modernidad en otro tono. Escritura de mujeres
latinoamericanas: 1920-1950, Santiago de Chile, Cuarto Propio, 2004.
—, “Testimonios de una búsqueda de expresión: la escritura de Victoria Ocampo” en Universum 14, 1999.
Scott, Joan, “La mujer trabajadora en el siglo XIX” en Duby, Georges –Perrot, Michelle (Dirs.) Historia de
las mujeres en Occidente. El siglo XIX, Madrid, Taurus, 1993.
Storni, Alfonsina, Obras completas. Poesía, ensayo, periodismo, teatro. Tomo I-II, Buenos Aires, Losada, 1999.
Vázquez, Ma. Celia, “Literatura y vida. Una lectura de Victoria Ocampo” en Orbis Tertius: revista de teoría y
crítica literaria, n° 12, 2006.

Fuentes primarias mencionadas

AA.VV., “Primer encuesta de Nosotros: ¿Es más culta la mujer que el hombre en nuestra sociedad?”, en Nosotros,
N° 43- 46, 1912-1913.
Del Saz, Eduardo, “Los libros y sus autores. Emily Brontë (Terra incógnita)” en Caras y Caretas, n° 2120,
27-05-1939, p. 81.
Doll, Ramón, “La producción literaria hoy” Claridad nº 198, 11-01-1930.
Espinillo, “Pero... ¡Jóvenes realistas!” en Martín Fierro, año II, nº 17, 17-05-1925, Edición facsimilar 1995,
Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires.
Jordán, Luis María, “A propósito de Irremediablemente” en Nosotros, nº 121, 1919.
Lavagnino, Norberto, “Literatas” Claridad nº 199, 25-01-1930.
S/A “Intelectuales argentinas” en Caras y Caretas, n° 1234, 27-05-1922, pp. 71-2.
S/A “Los libros. Brasa secreta por Susana Montiel” en Caras y Caretas, n°1324, 16-02-1924, p. 34.
S/A “Los libros. Horas de Sosiego por Alcira Bonazzola” en Caras y Caretas, n°1203, 22-10-1921, p. 8.
S/A “Los libros. La rueca milagrosa por Salvadora Medina Onrubia” en Caras y Caretas, n°1213, 31-12-1921, p. 8.
S/A “Cuatro poetisas en Mar del Plata”, Caras y Caretas, nº 1375, 07-02-1925, p. 76.
Soiza Reilly, Juan José de, “Hay doscientas mujeres de talento que escriben en nuestro país” en Caras y Caretas,
n° 1874, 01-09-1934, p. 19.

330
332

Manuel Puig:
el suceso de la escritura
Por Graciela Goldchluk (*)

La mirada de cinematógrafo está en el origen de las


escrituras de Puig. Su obsesiva rigurosidad para los
detalles en la aprehensión del mundo popular, satu-
rado de banalidades, lo convierten en un escritor
anómalo. Manuel Puig produjo un shock cuando
su obra apareció por primera vez en la escena lite-
raria argentina. En el presente trabajo, Graciela
Goldchluk piensa la obra de Manuel Puig como un
suceso de escritura, en su doble dimensión de acon-
tecimiento y comunicación. Fiel a la indetermina-
ción murmurante de sus inicios, su prosa irrumpe
para desmentir el santificado prestigio de la profun-
didad. Escribir sobre aquello mundano, sobre lo
más cotidiano, y en apariencia insustancial, puede
dejar profundas marcas cuando cada gesto del
habla popular es considerado como un signo vital
de aquello que suele ser rechazado por el sistema
de consagraciones. Una literatura que rechaza la
normatividad del canon, para ingresar en su campo
por los resquicios laterales, como un extranjero que
no comprende las reglas del juego.
Lejos de explicarse por la incorporación de “discursos
sociales”, su literatura se afirma como aquello no
social del discurso que pasa a la literatura. Por otra
parte, el gesto de comienzo, que implica la adopción
de un título y de una firma de autor, provoca que
Manuel Puig y Rita Hayworth entren en un mismo
sistema nominativo por una operación que no es
de identificación sino de afectación y que, como
tal, moviliza, por reverberación, el sistema literario
latinoamericano.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

El nombre de Manuel Puig convoca, literatura autorreferencial. De los que


para sus lectores y también para escribieron antes, ya no podemos dejar
muchos que no lo han leído, toda de ver el sentimiento que no se nombra
una mitología de pueblo, de chicas de pero modula los tonos, o el autori-
provincia y de sexualidades clandes- tarismo monológico de las buenas
tinas puestas a circular, entreveradas intenciones santificadoras del pueblo.
con tangos, boleros y radioteatros. De sus hermanos a la distancia (Arlt,
Manuel Puig es también la evidencia Copi, Walsh, Perlongher, Ocampo,
de que el cine puede afectar a la lite- Aira, por nombrar algunos argentinos)
ratura con la misma eficacia con que incorporamos los desarrollos heterogé-
la literatura se convirtió en cine sin neos de un impulso y reconocemos su
perder su elegancia.1 Experto en desar- gravitación. De quienes no se parecen
ticular totalidades (la vida en el pueblo vemos los devenires divergentes que
como un lugar donde se refugia en el no rozan el astro Puig; mientras otras
siglo XX la pureza que el XIX atri- literaturas, y en particular las escritas
buyó al campo), tampoco circula en a comienzos del siglo XXI, atraviesan
esta literatura un cine que pudiera en su desarrollo un momento en que
funcionar como contraseña de cultura se miden en relación con el proyecto
o mirada de especialista, sino precisa- Puig, él llevó a cabo su obra durante la
mente un cine que, desprestigiado, sin segunda mitad del siglo XX con pres-
enterarse de ese mote, no circula, sino cindencia de la bolsa de valores litera-
que se hace presente con la pasión del rios vigentes en la época.
cinéfilo que podría decirse cinépata: Con deliberada conciencia, Puig cons-
la desviación de una filia que esquiva truyó un espacio inalcanzable desde
al padre, una filiación por contagio. donde poder articular una pregunta
Como se trata de una afectación insistente que rodea los mecanismos
por contagio, conmociona el cuerpo de poder, los acecha, como lo hace la
textual y aparece en todas partes, no pregunta de un niño que no se resigna
es necesario hablar de ello sino que se sino que permanece inconmovible
habla desde ahí. Desde ese lugar inde- frente a los intentos de significar esa
terminado y trasnacional Puig cons- pregunta con una respuesta que viene
truye un espacio de enunciación único, del discurso social, de la sintaxis de
definido reiteradamente por su singu- lo cotidiano. Para no ceder frente a
laridad, que sin embargo se identifica la sintaxis del discurso literario, Puig
de alguna manera con “lo argentino”, cede su lugar de sujeto, pone en duda
donde esa nominación aglutinante la propia signatura, y es ahí donde
se caracteriza paradójicamente por comienza a construir su espacio. La
su heterogeneidad constitutiva; esto desaparición de la firma como garantía
es, por espacios de exclusión que se de lo dicho se conjuga en Manuel Puig
resuelven en exilio, clase social, género, con el surgimiento de su nombre y es
por la exclusión de algo que aparece en también por eso que se lo ha relacionado
su literatura y que obliga a la literatura con el pop art. Narrador convencido en
a volver a decirse.2 Después de él, los una época en que había que desconfiar
que vinieron tuvieron que dar cuenta de la narración, nos contó cómo se hace
de qué pasaba con esos hablas, de cómo un autor y, paso por paso, qué cosas no
circulaban los discursos excluidos de la son necesarias para escribir.

333
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Primer paso: escritor por accidente En sus cartas, siempre encabezadas


con la frase “Querida familia”, Puig
Puig ha contado varias veces sus reconoce que está escribiendo algo
comienzos en la literatura como el “muy importante”, y si confiando en la
fracaso de un guión en proceso que se memoria prodigiosa de Puig aceptamos
convirtió en novela: que el “accidente de las treinta páginas”
había sucedido apenas un mes o un
Yo no decidí pasar del cine a la mes y medio antes de la carta, vemos
novela. Estaba planeando una escena que ya tiene escritos cinco capítulos y
del guión en que la voz de una tía observamos además dos cosas: por un
mía, en off, introducía la acción en lado, que el impulso que desbordó el
el lavadero de una casa de pueblo. guión para convertirlo en novela fue
Esa voz tenía que abarcar no más de real y queda, por lo tanto, en el terreno
tres líneas de guión, pero siguió sin de la indeterminación (cuenta en un
parar unas treinta páginas. No hubo “ahora” lo que ya empezó y habrá suce-
modo de hacerla callar. Ella sólo dido, “no sé qué pasará”, “me servirá
tenía banalidades para contar; pero como ejercicio”); por otro, vemos que
me pareció que la acumulación de el trabajo de escritura que siguió a ese
las banalidades daba un significado impulso también está implicado en
especial a la exposición. el suceso (como algo que aconteció,
El accidente de las treinta páginas de pero también como “algo muy impor-
banalidades sucedió un día de marzo tante”) que Puig invoca cuando se
de 1962.3 presenta como escritor involuntario.
Para corroborarlo basta con ver una
Este relato contenido en el único libro de las hojas que componen aquellos
de guiones que Puig publicó en vida, “primeros cinco capítulos”, ni siquiera
tiene un antecedente en la correspon- la más corregida (Fig. 1).5 La fidelidad
dencia familiar, donde se narra de a ese acontecimiento está  en la lucha
manera prospectiva: por hacerlo comunicable sin asumir
la distribución social del discurso. Si
Veo que no hago más que quejarme, la novela que comenzó  en 1962 se
cuando debería estar muy contento... terminó  de escribir en 1965, pero se
porque estoy escribiendo algo que siguió  corrigiendo hasta su publica-
puede resultar muy importante para ción en 1968, y aún después con una
mí. (...) Empecé a hacer una especie edición que incorpora importantes
de bosquejo de los personajes antes de cambios en 1972, diez años después
empezar el guión propiamente dicho y del  “accidente”, vemos que la  “deci-
me entusiasmé y seguí... y está creciendo sión plena, el rigor del  comienzo”6 es
día a día... y puede salir una especie lo que prevalece en un trabajo de rees-
de novela ¿? No sé qué pasará, pero la critura permanente que sin embargo
gente que vio los primeros cinco capí- nunca se aleja de ese impulso primero,
tulos pegó saltos de entusiasmo, lo que de esa fuerza emancipadora que Puig
nunca me había pasado con los argu- encuentra en las voces de sus tías y en
mentos ¿¿¿¿???? En el peor de los casos las películas de su infancia recreadas
me servirá como ejercicio para centrar veinticinco años después, en Roma.
los personajes del guión posterior.4 Esa dialéctica entre origen y comienzo,

334
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

(Fig. 1): carta familiar

335
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

que lejos de resolverse despliega un lugar de otra cosa, sino que ocurre una
discurrir insospechable, perdura en y otra vez con el fulgor de su presencia
la poética de Puig sosteniendo una desprestigiada hasta cuestionar los
tensión, una dirección, que lo singula- fundamentos del prestigio. Lejos de
riza entre los escritores de su tiempo, lo explicarse por la incorporación de
aparta de las vanguardias en pos de una “discursos sociales”, su literatura se
búsqueda de encuentro con el otro.7 afirma como aquello no social del
La relación entre las voces de las tías y discurso que pasa a la literatura, que
las películas no se debe a que sus tías, en no se digiere ni se borra, persiste.
particular la que habla en el monólogo
llamado provisionalmente “Pájaros en
la cabeza”, hablen de películas.8 De Segundo paso: el sistema
hecho la “tía Clara” asienta su opinión de consagración
sobre Lo que el viento se llevó, película
cuya referencia La singularidad de Puig no debe enten-
La literatura de Puig irrumpe explícita se reem- derse como aislamiento del medio lite-
de ese modo, como por acci- plaza en el manus- rario; junto con la sinceridad del impulso
dente, para desmentir el pres- crito por “esa hay una astucia que evade las reglas de
tigio de la profundidad. Nada película de cuatro esa institución para entrar como por
aparece en sus textos en lugar horas”; dice la tía accidente, como si viniera del cine. La
de otra cosa, sino que ocurre “A mí tampoco primera novela de Puig, la que siguió a
una y otra vez con el fulgor me gustó tanto las veinte páginas de banalidades, llevaba
de su presencia desprestigiada como decían”, y por título “Encuentro”, inspirado en
hasta cuestionar los funda- comienza una de ese tango de Discépolo que habla del
mentos del prestigio. Lejos de sus disquisiciones, “total fracaso de vivir” y anuncia que
explicarse por la incorporación que tampoco “ni el tiro del final te va a salir”. Era un
de “discursos sociales”, su lite- será la definitiva. título provisorio, más para contener la
ratura se afirma como aquello Entre esas voces escritura que para presentar el escrito, y
no social del discurso que pasa y las películas fue Juan Goytisolo, por entonces lector
a la literatura, que no se digiere que vienen de la de Gallimard, quien sugirió La traición
ni se borra, persiste. infancia existe de Rita Hayworth para su publicación.10
una relación que El título estaba tomado de una carta
no es de representación sino de afec- enviada por el joven autor desconocido,
tación. En un trabajo anterior,9 me que había escrito toda la novela y no
ocupé de ese “legado banal” que pasa podía nombrarla, y que ofrecía una lista
del guión a la novela y que aparece de nombres poco satisfactorios. Esta
en ciertas comedias bajo la forma de decisión del editor fue un verdadero
un sombrerito ridículo, inapropiado, bautismo para el escritor, quien junto
del que es imposible deshacerse y que con la incorporación del título asumió
desbarata, por su persistente presencia, el nombre Manuel Puig, un apócope de
los discursos establecidos sobre el poder Juan Manuel Puig, nombre que había
político, moral y económico. usado hasta ese momento, no como
La literatura de Puig irrumpe de ese firma sino para llenar formularios.11
modo, como por accidente, para De este modo, Manuel Puig y Rita
desmentir el prestigio de la profun- Hayworth entran en el mismo sistema
didad. Nada aparece en sus textos en nominativo por una operación que no

336
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

es de identificación sino, una vez más, En esta anécdota, a la que nos asomamos
de afectaciones que en este caso no cuando ya el escritor cubano ha transi-
provocan un devenir-diva del escritor, tado un recorrido que va desde el apoyo a
sino que movilizan, por reverberación, la Revolución Cubana como director del
el sistema literario latinoamericano. suplemento cultural Lunes de Revolución
Sirve para pensar esto la anécdota que (en los años de escritura de su novela) a
cuenta Cabrera Infante en un artículo la ruptura (durante el paseo con Barral)
periodístico de 2001: llegando a una oposición intransigente
(en tiempos del artículo), encontramos
Yo vivía en Madrid pero había un núcleo que habla de las condiciones
viajado a Barcelona a entregar el de escritura, circulación y publicación
manuscrito de Tres tristes tigres a durante los años sesenta; años que dieron
Carlos Barral, el director literario en llamarse del boom. Esta relación con
de la editorial Seix-Barral y jefe del el boom importa porque nos pone en un
jurado que me había otorgado el contexto de incomprensión que Puig
primer premio dos años antes. Invité retomaría transformado en la pareja
–mas bien forcé– a Carlos a venir al de El beso de la mujer araña. Cabrera
cine conmigo a ver Dr. Strangelove. Infante deja el episodio en el terreno
Carlos era famoso por detestar el cine de lo personal (al negarse a publicar la
y llamar al inglés idioma de bárbaros. novela, Barral habría sobreactuado la
(...) Fue entonces (...) que le pregunté defensa del jurado que no dio el premio
a Carlos por el posible ganador del a Puig), mientras Manuel Puig, invitado
Premio Biblioteca Breve ese año. en 1985 a escribir sobre sus experiencias
Carlos me dijo que había dos novelas con la censura, lo ubica en el terreno de
favoritas, una de ellas se llamaba lo político: “He was rich and a bon vivant
La traición de Rita Hayworth. and a Communist; I was poor, of frugal
Hoy hasta Stephen King, el rey del habits and only a socialist” (Él era un
horror, tiene una novelita que se comunista rico y bon vivant; yo era pobre,
llama Rita Hayworth y la reden- de hábitos sencillos y apenas un socialista).13
ción de Shawshank, pero entonces el La novela se publicó recién en 1968,
título de La traición era tan inusi- tres años después de resultar finalista del
tado, inaudito, que salté ante su premio Biblioteca Breve, gracias a Jorge
mera mención y dije –vehemente– Álvarez, quien decidió arriesgarse por
que debía ganar el premio solamente este libro y este escritor.14 Durante los
por su título. El remordimiento (o la tres años de peripecias, el agenciamiento
culpa o las dos cosas juntas) hizo que Puig-Rita operó en el campo literario
Barral detestara la novela de Puig y distribuyendo lealtades e irritando
así se ganó un puesto de honor en el percepciones. Cuando Puig publica la
diccionario de las malas decisiones novela en Editorial Jorge Álvarez, algo
el mismo editor que en quince meses de eso queda en la tapa, donde el rostro
había rechazado tres novelas inéditas: de Manuel Puig nos mira de frente
La traición de Rita Hayworth, en desde atrás de un proyector (Fig. 2). El
primer término, De dónde son los escritor no es aquí una star sino alguien
cantantes, de Severo Sarduy y Cien que está a punto de pasar una película:
años de soledad, de García Márquez se sugiere que es el hacedor (su nombre
(¿es éste un récord?).12 aparece como firma del título), pero se

337
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

da a conocer a su vez como protago- matográfico y el editorial) que trabajan


nista, el rostro sombreado por el rollo con personalidades. Es la cámara
de película que estamos a punto de que en su acercamiento permite ver
leer, y no en el pliegue de la solapa con la personalidad del actor a través del
biblioteca de fondo. Si prestamos aten- rostro y es la industria cinematográ-
ción a la observación de Walker acerca fica la que produce una star que pasa
de que “la estrella del cine no pudo dife- a ser propiedad de las productoras. A
renciarse del grupo del escenario hasta su vez, esas personalidades garantizan
que la cámara no se acercó lo suficiente la superviviencia de la industria y su
como para reproducir la propia perso- internacionalización con rostros que
nalidad del intérprete”,15 podemos apre- son reconocidos en los más diversos
ciar que el primer plano apunta a que rincones del mundo. Entre el cine
un escritor es también una figura, forma mudo, que no necesitaba traduc-
parte de una serie ciones, y el cine sonoro preocupado
Entre el cine mudo, que no y está inmerso en por romper las barreras de lo local, el
necesitaba traducciones, y el una industria que rostro irrepetible de la diva garantiza
cine sonoro preocupado por vende ilusiones. un reconocimiento inmediato. Del
romper las barreras de lo local, No se trata de que mismo modo, el boom se basaba en
el rostro irrepetible de la diva Puig se presente una serie de firmas que Puig identi-
garantiza un reconocimiento como una diva, fica con sus rostros, y sin dudas estaba
inmediato. Del mismo modo, sino de que todo produciendo una internacionaliza-
el boom se basaba en una serie escritor (en espe- ción de la literatura latinoamericana
de firmas que Puig identifica cial, hacia los que facilitaba, ante todo, la circula-
con sus rostros, y sin dudas años sesenta, todo ción en América de libros publicados
estaba produciendo una inter- escritor latino- muchas veces en España. La idea
nacionalización de la literatura americano) ocupa de serie estaba presente en la prác-
latinoamericana que facilitaba, un sitio en las tica de las listas de escritores, como
ante todo, la circulación en marquesinas lite- nos cuenta Ángel Rama:
América de libros publicados rarias. En las antí-
muchas veces en España. podas de Adorno, Ello explica la pluralidad de listas
Puig entiende la confeccionadas, que correspondería
industria cultural como un lugar donde a equivalentes percepciones artísticas.
el arte puede existir; precisamente, como (...) A esta peculiaridad se agrega
la condición de existencia del arte. En que frecuentemente la selección (...)
este sistema, parece decirnos la sonrisa no va acompañada de firma respon-
enigmática del rostro de Puig desde sable sino que se cumple dentro de
la tapa de la Colección Narradores de la tarea divulgativa y semianónima
Editorial Jorge Álvarez, Seix-Barral de las revistas ilustradas, utilizando
es la Metro-Goldwyn-Mayer; así lo sus habituales cánones, entre los que
presenta Puig hacia 1968 en una carta cuenta el impacto de la nota llama-
enviada a su amigo Guillermo Cabrera tiva. Quizás eso explique que dentro
Infante que el escritor cubano incluye de las listas usuales de integrantes del
en su artículo de 2001. boom no figuren narradores de la
La homografía entre Seix-Barral y la calidad de Juan Rulfo o Juan Carlos
Metro-Goldwyn-Mayer16 equipara Onetti, quienes pertenecen a un tipo
dos sistemas de producción (el cine- de escritores, reticentes al estrépito

338
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

público. Y por lo mismo Jorge Luis


Borges (...) en esas listas es relegado a
la ingrata posición de antecesor.17

Si “cada uno tenía su propia lista” según


declaraciones de los protagonistas, la de
Manuel Puig (incluida al final de este
artículo) es reveladora. Enviada en una
carta navideña en 1969, muestra las
tensiones del momento; difundida por
el destinatario en enero de 2001, le sirve
a Cabrera Infante para destacar “al gran
crítico literario que siempre fue Manuel”.
Confrontada con las observaciones de
Rama, la mirada de Puig parece tenderse
desde el futuro. En su lista, Borges tiene
el número uno, Onetti el cinco y Rulfo
el siete, pero más importantes que su
lugar en el ranking (donde la edad inter-
viene, pero no ordena) son las estrellas
que los contienen, los aluden y abrigan
entre paréntesis. Con cada una hay una
relación, que puede ser irónica en el caso
de Miguel Ángel Asturias, ganador del
Premio Nobel en 1967 y por eso coin-
cidente con Greta Garbo en su paso por
Estocolmo, o referida a la situación del
momento, como el caso de Donoso que
acababa de presentar El obsceno pájaro a los escritores, pero al mismo tiempo (Fig. 2)
de la noche al mismo Premio Biblioteca muestra los efectos de ese título que
Breve, y por eso “Nunca consiguió un estuvo en el gesto de comienzo de la
Oscar, pero espera, espera”. El contexto escritura de Manuel Puig. Este nuevo
se debe afinar para entender el comen- autor no está dispuesto a medirse por los
tario sobre Liz Taylor/García Márquez, cánones de una ciudad letrada patriarcal
que podría tomarse como una predic- y amurallada, sino que imagina (al modo
ción literaria si no tuviéramos en cuenta de John Lennon) a todos esos señores de
una serie de fotos del Archivo Puig (sin la literatura mostrando la verdad de su
fecha escrita, pero que por el aspecto estrellato, que es también la verdad de
de los personajes muy probablemente su escritura. Es el destello de una diva, la
pertenezcan a los años sesenta), en las singularidad irrepetible de su estro, y no
que aparecen Manuel Puig y García la acumulación de méritos culturales, lo
Márquez caminando juntos.18 que deja una huella en los lectores.
En todo caso y más allá de las circuns-
tancias de cada comentario, esta lista
muestra una autoconciencia irónica (*) CriGAE en el CTCL - IdIHCS
sobre los lugares que la industria asigna (UNLP-CONICET)

339
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Metro Goldwyn Mayer Presenta a


Sus Estrellas Favoritas
por Manuel Puig

1. Norma Shearer (Borges) ¡Tan refinada!


2. Joan Crawford (Carpentier) ¡Tan fiera y esquinada!
3. Greta Garbo (Asturias) ¡Todo lo que tienen en común es ese Nobel!
4. Jeanette MacDonald (Marechal) ¡Tan lírica y aburrida!
5. Luise Rainer (Onetti) ¡Tan, tan triste!
6. Hedy Lamarr (Cortázar) Bella pero fría y remota.
7. Greer Garson (Rulfo) ¡Oh qué cálida!
8. Lana Turner (Lezama) Tiene rizos por todas partes.
9. Vivien Leigh (Sábato) Temperamental y enferma, enferma.
10. Ava Gardner (Fuentes) El glamour la rodea, pero ¿puede actuar?
11. Esther Williams (Vargas Llosa) Tan disciplinada (y aburrida).
12. Deborah Kerr (Donoso) Nunca consiguió un Oscar pero espera, espera.
13. Liz Taylor (García Márquez) Bella pero con las patas cortas.
14. Kay Kendall (Cabrera Infante) Vivaz, ingeniosa y con glamour. Espero
grandes cosas de ella.
15. Vanessa Redgrave (Sarduy) ¡Es divina!
16. Julie Christie (Puig) Una gran actriz pero al encontrar el hombre de sus
sueños (Warren Beatty) no actúa más. Su suerte en el amor ¡es la envidia de
todas las estrellas de la Metro!
17. Connie Francis (Néstor Sánchez) Los contratos de la Metro no admiten a
estrellitas de menos de treinta años firmar contratos.
18. Paula Prentiss (Gustavo Sainz) ¡No más estrellitas de menos de treinta!!!

NOTAS

1. Me refiero a que la literatura fue alimento del cine casi desde sus comienzos, como ha sido analizado en rela-
ción con el cine de Griffith; señala Hafter: “Griffith logra asentar, profundizar y sistematizar el uso de recursos
narrativos que ya habían sido experimentados para formar una sintaxis propia del lenguaje cinematográfico”.
En ese pasaje (Griffith declaró que filmaba a la manera en que escribía Dickens) la literatura permanece incon-
movible en cuanto a su prestigio y sus maneras. De forma simultánea, algunas literaturas recibieron la novedad
del cine como una conmoción, como sucede en una zona de la literatura de Horacio Quiroga: ni el cine ni la
literatura quedan enteros en este encuentro, ya que se trata del pasaje de partículas asignificantes que operan
por reverberación en los universos artísticos que entran en contacto. Estas zonas, sin embargo, permanecieron
en la periferia de la obra de cada escritor, a la espera de que una reconfiguración crítica las haga visibles. En el
caso de Manuel Puig, esta conmoción alcanza toda su obra, no con el sentido de un origen (como sería una
literatura “nacida del cine”) sino como una experiencia múltiple que se redefine en el contacto con lo literario.
El cine por sí mismo no pudo funcionar para Puig, porque sólo en el contacto con la literatura fue posible
el salto que analizo en el apartado siguiente. (Estas observaciones nacen de la lectura de la tesis doctoral de
Evelyn Hafter, y pretenden aprovechar sus ideas. Hafter, Evelyn, La presencia del cine en la literatura hispánica
del siglo XX. Confluencias y cruces de lenguajes, tesis doctoral defendida en la Universidad Nacional de La Plata,
2012. Disponible en Memoria académica: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/).

340
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

2. Miguel Dalmaroni (2004; 47) lo resume en el apartado “Todo argentino es héroe de Boquitas”: “No leen
del mismo modo, pero leen lo mismo en Boquitas pintadas, responden por sí o por no a la misma pregunta: una
lectura dice que Boquitas... nos pinta, que Boquitas... nos representa, que la única verdad es la realidad y que,
luego, la única verdad estética es el realismo; Ludmer y Los libros responden, en cambio, que leer bien a Puig
es leer que, tras la máscara de la afirmación, Boquitas... nos niega y niega nuestra representación (...), como
silencio o hueco donde se cifra, por ausencia, la verdad de un vació de representación nacional y social que el
orden de los discursos útiles se empeña en colmar”.
3. Puig, Manuel, Recuerdo de Tijuana, Barcelona, Seix Barral, 1985, p. 7.
4. La carta es del 25 de abril de 1962 y se está publicada en Puig, Manuel, Querida familia. Tomo 1: Cartas
europeas, Buenos Aires, Entropía, 2005, p. 325.
5. La imagen que mostramos pertenece al Archivo Digital Manuel Puig, que puede consultarse en parte en
http://www.fahce.unlp.edu.ar/biblioteca/labiblioteca/archivo-digital-manuel-puig. Las imágenes se encuen-
tran disponibles en su totalidad, para investigadores que lo soliciten, en el Área de investigación en Crítica
Genética y Archivos de Escritores (CriGAE), del CTCL-IdIHCS (UNLP-CONICET). El trabajo de digi-
talización, catalogación y comentario fue realizado por Mara Puig y Graciela Goldchluk y coordinado por
Carlos Puig, contó con la colaboración de Pedro Ghergo y de Giselle Rodas.
6. Blanchot, Maurice, El espacio literario, Barcelona, Paidós, 1992, p. 192.
7. Alberto Giordano despliega un análisis muy pertinente de esta singularidad en el apartado “Una literatura
fuera de la literatura”, en Giordano, Alberto, Manuel Puig: La conversación infinita, Rosario, Beatriz Viterbo,
2001, pp.31-50.
8. Materiales iniciales para La traición de Rita Hayworth. Compilación José Amícola, Colaboradoras: Graciela
Goldchluk, Julia Romero, Roxana Páez, Publicación especial Orbis Tertius, Universidad Nacional de La Plata,
1996, pp. 233-265.
9. Goldchluk, Graciela, “El legado banal. Una lectura geneticista de la relación entre cine y literatura en
los textos de Manuel Puig”, en Onaindia, José Miguel, Manuel Puig Presenta, Buenos Aires, Fundación
Internacional Argentina, 2006, pp. 73-87.
10. Cf. Goytisolo, Juan, “On being morally correct”, publicado en El País, 27 de julio de 1990. Disponible en
http://manuelpuig.blogspot.com.ar/2007_12_16_archive.html (consultado el 9 de octubre de 2012).
11. Antes de publicar La traición de Rita Hayworth, Puig había escrito tres guiones, sin contar otros dos en
colaboración con su amigo Mario Fenelli, pero no tenía todavía un nombre de autor. Los guiones con Fenelli
eran firmados con los seudónimos Stuart & Rafferti y los originales de los guiones propios que se conservan en
el Archivo Puig, manuscritos y mecanografiados, no tienen firma. Sólo encontramos la firma en un resumen
del guión Summer Indoors, mecanografiado en italiano con el título en inglés, que incluye al final el nombre
Juan Manuel Puig, seguido de dos teléfonos. Al revisar la correspondencia enviada a la familia a partir de 1956,
publicada en Querida familia, que Puig firmaba invariablemente Coco, advierto que muchas veces los sobres no
tienen remitente, y cuando lo tienen aparece sólo el apellido Puig seguido de una dirección. Finalmente, en el
Archivo Puig se conserva un Curriculum Vitae mecanografiado, que llega hasta 1958 y firmado Juan Manuel
Puig. En Archivo digital Manuel Puig, cit.
12. Cabrera Infante, Guillermo, “Sueños de cine. Historias de novela”, publicado en el suplemento literario
del diario Clarín, el 1 de julio de 2001.
13. Puig, Manuel, “Losing Readers in Argentina”, en Index on Censorship, Londres, vol. 14, N° 55, 1985.
(Disponible en http://ioc.sagepub.com/content/14/5/55, consultado el 16 de octubre de 2012). Por otra parte,
la correspondencia familiar atestigua lo avanzadas que estuvieron las negociaciones para la publicación, que
incluyeron la firma de un contrato y varias reuniones: “Para la tapa de atrás le mostré a Barral las fotos de
Fenelli, elegimos esa en que estoy con la vista baja leyendo, con manga corta. Una camisa de color. Bueno,
ya esta vez vi las cosas tan cerca de la realidad que me volví más tranquilo. Le escribí a Rita para el permiso,
en estos días espero la respuesta” (carta del 19 de abril de 1966), en Puig, Manuel, Querida familia. Tomo 2:
Cartas americanas, Buenos Aires, Entropía, 2006, p. 223.
14. Giselle Rodas lo resume: “De acuerdo con el proyecto inicial, La traición de Rita Hayworth (1968) sería
publicada por Sudamericana, sin embargo, ese plan debió interrumpirse, ya que el impresor leyó obscenidades
en la obra y lo comunicó a los directivos. La empresa, que ya había sufrido la censura durante el gobierno
de Onganía, dio marcha atrás con la idea y fue la editorial Jorge Álvarez la que asumió los riesgos de la
publicación”, en Rodas, Giselle, “Boquitas pintadas. Folletín: un recorrido por las publicaciones de la novela en
Argentina y España”, en Actas del II Congreso Internacional “Cuestiones críticas”, Rosario, 2009. (Disponible en
http://www.celarg.org/int/arch_publi/rodas.pdf, consultado el 16 de octubre de 2012).
15. Walker, Alexander (1974). El estrellato. El fenómeno de Hollywood. Barcelona, Anagrama, 1974, p. 17.
16. Ambas empresas son producto de socios cuyos apellidos se convierten en marcas: Víctor Seix y Carlos
Barral en la editorial y Samuel Goldwyn y Louis B. Mayer, junto con la Metro Motion Picture, para la
productora del león.

341
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

17. Rama, Ángel, “El boom en perspectiva”, en Signos Literarios, N° 1, enero-junio de 2005, p. 185. (Disponible
en http://148.206.53.230/revistasuam/signosliterarios/include/getdoc.php?id=16&article=18&mode=pdf,
consultado el 17 de octubre de 2012).
18. Pensando en los escritores que faltan en las otras listas y ocupan un lugar importante en esta, vemos que
Puig elige para caracterizar a Borges a una de las estrellas que admiró de niño: Norma Shearer, la que triunfaba
por buena. Con ese gesto se desentiende, Borges es ¡Tan refinada! como la estrella que lo fascinó en su infancia
y es, además, la número uno “¡La reina!”, como caracteriza Puig a Louis Rainer en “Sublime obsesión”, artículo
publicado en la revista Claudia, en abril de 1973. Por su parte, Onetti, ¡Tan, tan triste!, es Louise Rainer, a
quien Puig siguió admirando toda su vida, al punto de escribir para ella en 1987 la obra de teatro Misterio del
ramo de rosas. En cuanto a Rulfo envuelto en la calidez de Greer Garson, no podemos imaginar una lectura
más comprensiva de esa literatura vista a menudo como descarnada, pero que abriga el mismo cariño por sus
murmurantes que encontramos en los textos de Puig. Juan Rulfo y Manuel Puig compartieron una amistad
que quedó documentada, entre otros datos, a través de un ejemplar de Pedro Páramo, en edición especial ilus-
trada de 1980, que el mexicano dedica “Para el gran escritor Manuel Puig. Con la sincera admiración y larga
amistad de Rulfo”. Analizo esta relación en: “Vida privada de las bibliotecas de escritores: el caso Manuel Puig”,
leído en el IV Congreso CELEHIS de Literatura, organizado por la Universidad Nacional de Mar del Plata,
7 al 9 de noviembre de 2011.

342
344

Mapa del Imperio.


Néstor Perlongher y el Barroco
Por Valentín Díaz (*)

La obra de Perlongher puede inscribirse en la tradición


del Barroco del siglo XX. Sin embargo, su afiliación no
debe tomarse como un acoplamiento pasivo de lo que
hasta entonces fue formulado como corriente estética.
Por el contrario, su propio recorrido, definido por él
mismo como “Neobarroso”, está influido por la expe-
riencia brasileña; sus implicancias culturales, sus aven-
turas por los bajos fondos de la nocturnidad paulista y
sus compromisos militantes. Esa inflexión del Barroco
que propone Perlongher, con una fuerte vocación de
fundar una impronta rioplatense en el género, puede
concebirse –señala en este trabajo Valentín Díaz–
como la invención de un modo de vivir una época. Y
vivir, en este caso, significa hacer vivible, sobrevivir,
pero también escribir, trabajar, transitar e incluso
dejar de vivir. Y así, entre la prosa y la poesía, entre el
ensayo y la teoría, Perlongher fue tallando los trazos
de algo que alguna vez fue llamado literatura lumpen,
enraizada en los devenires minoritarios que formaban
parte de una cartografía del mundo popular, desa-
fiando las estratificaciones del poder.
Se trata de una singular trama de textos que nunca
descuidó el diálogo con la filosofía francesa, con el
psicoanálisis experimental y el postestructuralismo que
viajaba de la mano de Deleuze y Guattari y era recibido
por un clima político y estético efervescente en Brasil.
Su obra fue muy difícil de asimilar en la Argentina
de los 80, tan proclive al consensualismo democrá-
tico. Pero esta dificultad debe advertirnos sobre los
riesgos de una recepción esteticista y pacificada de
sus afirmaciones en un campo cultural tan proclive
a desvincular estilo de implicancias existenciales.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

1. Transplante de un problema que como colocación


natural, excesivamente cómoda.
El lugar de Néstor Perlongher en rela- Esta dimensión doble de la “obra” de
ción con el Barroco está definido por Perlongher mereció, ya, miradas de
una participación doble: el poema y el sospecha. Por ejemplo, escribe Nicolás
ensayo. Esta situación conduce muchas Rosa: “Los ensayos de Perlongher no
veces a una lectura de sus ensayos como son su poesía, son la página de enfrente
mera definición de una poética, y en del libro que intentó escribir en su
otros, a una lectura de sustento mutuo vida”.1 Escribir durante su vida y en
entre ambos espacios genéricos. su vida; en efecto, los ensayos son un
Su reflexión teórica sobre el Barroco, espacio privilegiado de indagación del
sin embargo, admite ser interrogada alcance vital de los conceptos. Pero si
independientemente, por tres motivos la presión de los protocolos (ejemplar-
fundamentales: en primer lugar mente, el universitario o el filosófico
porque esa reflexión excede el espacio tradicional), permiten colocar esos
de su propia obra poética y funciona textos a distancia
como postulación de un modo de leer; (en la página Perlongher hace de la teoría una
luego, porque su uso de lo barroco de enfrente), al práctica singular, un modo de
excede lo estético; finalmente, porque mismo tiempo no intervención tensionado entre
temáticamente se inscribe en una larga sólo la experiencia el rigor y lo panfletario, entre
tradición teórica con recorrido propio, (por ejemplo, el la participación universitaria y
la del Barroco del siglo XX. Y aun, singular trabajo la circulación subterránea.
porque esa separación permite sostener de campo o
una sospecha con respecto a la cohe- la militancia) que los soporta, sino
rencia de la “obra” (coherencia, eviden- fundamentalmente la escritura,
temente, definida en primer lugar por permiten hablar de una máxima proxi-
el propio Perlongher, a partir de un midad (reservada habitualmente para
sistema de reenvíos ostensibles entre la poesía) –que es siempre proyecto,
su poesía y sus ensayos): si lo barroco Libro futuro–.
está acosado, desde el comienzo, por Inscripto en la tradición teórica del
la vacilación y la incertidumbre, si Barroco, Perlongher sigue con fide-
las Historias (de las artes plásticas, la lidad la lógica de esa tradición: crea
literatura, la música, la arquitectura, conceptos, hace proliferar categorías.
la filosofía, las ciencias, etc.) no han Su invención, leve, es el “Neobarroso”.
hecho más que suspender, voluntaria Y esa invención, probablemente, no
o involuntariamente, una definición constituya un momento de gran rele-
acabada del concepto, si el Barroco vancia en la historia del Barroco; no
–y allí reside, probablemente, su hay en Perlongher una gran innova-
resistencia en el tiempo– no logra nunca ción conceptual (aunque sí bibliográ-
coincidir consigo mismo (al punto fica) en esa elaboración. Es casi un
de que el hiato entre la palabra y el chiste, un estiramiento, que se deriva
concepto se vuelve un auténtico pozo de un pasaje de Severo Sarduy y que
sin fondo), entonces, la serie Barroco, Perlongher concibe como apelativo
Neobarroco, Neobarroso, Neoborroso, paródico. Sin embargo, en torno a
Transbarroco, Hiperbarroco, debería esa postulación se despliega una obra
funcionar antes como delimitación teórica que resiste aún hoy relecturas.

345
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Lo barroco, allí, crece, en la medida Perlongher como auténtica apertura:


en que desborda el espacio estético y el cubano, desde fines de los 60 estaba
funciona como experiencia. Perlongher ocupado en una tarea también doble o
hace de la teoría una práctica singular, triple (poesía, novela y ensayo) y había
un modo de intervención tensionado lanzado, en 1972, el “Neobarroco”,
entre el rigor y lo panfletario, entre la a través de una articulación singular
participación universitaria y la circula- entre las búsquedas teóricas funda-
ción subterránea y mentalmente francesas y el problema
Lo que Perlongher se propone que, como señala de lo latinoamericano. Sarduy había
es hacer de lo barroco el presente Christian Ferrer, encontrado un lugar desde el que
posible de una literatura argen- fue tan necesario producir una obra teórica en París y
tina organizada siempre en como indeseable en diálogo con algunos de los nombres
torno a una violencia funda- en la Argentina fundamentales de la época.
cional. Se trata por lo tanto de alfonsinista.2 La operación de Perlongher, a partir de
una disputa en el corazón de la De este modo, allí, consiste en pensar la posibilidad
Historia literaria, historia en la es posible de un Barroco rioplatense concebido
que lo barroco no habría sido sostener que el como transplante de la versión cubana.
“secuestrado” (como en el caso Neobarroso es, Su intervención más significativa en este
de Brasil, según Haroldo de para Perlongher, sentido es la preparación en 1991 de la
Campos), pero que bien puede antes que nada, antología poética Caribe transplantino.
funcionar como reinvención un modo de vivir Poesía neobarroca cubana y rioplatense3
de precursores y de ese modo, una época (los (que tendrá por cierto una larga descen-
hacer posible otra colocación años 80). Es decir, dencia) en cuyo prólogo esa lectura de
de la literatura argentina en el “Neobarroso” es Sarduy germina y, como aclimatación
mapa de América Latina. el nombre que, forzosa de una especie extraña, o como
promediando contagio de un virus inesperado, se
esa década, Perlongher encuentra para desparrama. El gesto fundamental de
vivir. Y vivir, en este caso, significa Sarduy, al que Perlongher permanece
hacer vivible, sobrevivir, pero también fiel, es hacer de la matriz barroca no
escribir, trabajar, transitar e incluso tanto una poética, sino más bien un
dejar de vivir. En el Neobarroso se modo de relectura de la tradición.
integran, coagulan todas las búsquedas Los lectores de Perlongher han agotado
y los temas anteriores y posteriores de ya el comentario de las operaciones
Perlongher. El punto de articulación específicas que llevan del Neobarroco
es, siempre, el deseo, la pregunta es, al Neobarroso. Vale la pena detenerse,
siempre, por los modos de negatividad sin embargo, en uno de los desliza-
que es posible sostener y el horizonte es, mientos sobre los que Perlongher
de un modo u otro, la guerra, el presente insiste para recorrer ese camino: aquel
como guerra (Barroco de trinchera). que va del tatuaje al tajo. Escribe
En los ensayos específicamente dedi- Perlongher:
cados al problema del Barroco,
Perlongher es, antes que nada, En (...) Sarduy (...) la inscripción
lector de Sarduy. En función de toma la forma de un tatuaje (...).
la búsqueda conceptual en la que El autor es (...) un tatuador; la lite-
Perlongher se encontraba, la obra de ratura, el arte del tatuaje (...). En
Sarduy funcionó, seguramente, para cambio, para Osvaldo Lamborghini,

346
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

más que de un tatuaje, se trata de por lo tanto en otro modo de negati-


un tajo, que corta la carne, rasura vidad (es decir, de articulación entre
el hueso (...). Entre estos dos grandes literatura y política).
polos de la tensión tajo/tatuaje, se Pero algo de esa violencia se vuelve
desenvuelve, grosso modo, una multi- intolerable y, como Manuel Puig,
plicidad de escrituras neobarrocas.4 para recorrer ese camino, Perlongher
necesitó, a comienzos de los 80,
¿Qué supone este pasaje? En primer mudarse a Brasil.
lugar, evidentemente, una ilusión de
profundidad. Ilusión que, por cierto,
el propio Perlongher denuncia como 2. Mapa del Imperio
superstición de la literatura argen-
tina. Esta versión rioplatense del El antecedente literario argentino
barroco calaría más hondo en el inmediato invocado por Perlongher
cuerpo. Tanto en Sarduy como en para definir su lectura del Barroco es
Perlongher el interés por la corpora- Literal. Allí una nueva versión de lo
lidad es permanente. En el cubano se barroco irrumpe en el país por la vía
trata de la piel (por eso el tatuaje, o de Lacan (en el número 4/5 –1977–
el body art, o el maquillaje dicen la de la revista, se publica la sesión del
verdad sobre el cuerpo como espacio Seminario de 1973 en la que Lacan
de simulación). Pasar al tajo supone se había colocado “más bien del lado
superar ese límite a causa de la del barroco”). Por su parte, al mismo
violencia (que siempre es política). El tiempo se formula la única teoría inte-
punto neutro de esa polaridad (lugar gral del neobarroco (la obra de Severo
de suspensión de la oposición) figura Sarduy), cuyo cómplice mayor en el
en Sarduy: la cicatriz. espacio de la teoría es Roland Barthes.
Lo que Perlongher se propone es El deslizamiento de Perlongher hacia
hacer de lo barroco el presente el Neobarroso se realiza también a
posible de una literatura argentina través de una tercera obra, que para
organizada siempre en torno a una Perlongher seguramente funcionó
violencia fundacional. Se trata por como descubrimiento fundamental:
lo tanto de una disputa en el corazón Deleuze y Guattari. La fidelidad con
de la Historia literaria, historia en respecto a esa obra es casi total y
la que lo barroco no habría sido recorre todas las etapas de Perlongher.
“secuestrado” (como en el caso de Deleuze y Guattari funcionan como
Brasil, según Haroldo de Campos), fuente casi exclusiva de conceptos.
pero que bien puede funcionar como Ahora bien, ese recurso a Deleuze y
reinvención de precursores y de ese Guattari no parece haber sido posible
modo, hacer posible otra colocación sin otro condimento: la experiencia
de la literatura argentina en el mapa brasileña. Brasil, que por diversos
de América Latina. Sólo así, pareciera motivos, fue desde el comienzo un
decir Perlongher, es posible encon- terreno fértil para la filosofía de estos
trar una salida literaria y política para autores y que, a su vez, en la obra de
la Argentina. Sobre todo porque esa Haroldo de Campos, fue escenario de
barroquización supone la participa- la postulación original, en América
ción en otro modo de modernidad y Latina, del “Neo-barroco” en 1955.

347
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Instalado en Brasil, Perlongher entra letras barrocas argentinas”.)7 Su centro


en contacto con Suely Rolnik (discí- (no nombrado, inaccesible: Viena) es,
pula de Guattari), forma parte del por cierto, origen de una modernidad
contacto brasileño de este último del ornamento en el siglo XX y de la
y lo entrevista en uno de sus siete que Perlongher se reclama, de algún
viajes al vecino país en 1982.5 Del modo, heredero. Ese Imperio, por la
posible interés por parte de Guattari vía de su casa reinante, los Habsburgo,
en los trabajos de Perlongher queda se remonta directamente al Siglo de
como testimonio la publicación de un Oro español y, así, llega a América.
artículo sobre la prostitución mascu- Pero el mapa de Perlongher se resiste a
lina en la revista Chimeres (que codi- la fijeza. Es, antes, un mapa-recorrido.
rigía junto a Deleuze). ¿Por dónde pasa ese mapa-recorrido
A través de esa articulación entre la del Imperio, pensando sobre todo en
lectura de Deleuze y Guattari y la su extensión americana? Por nombrar
experiencia brasilera, Perlongher da solamente algunos de sus puntos,
forma al proyecto general que aquí parte del conurbano bonaerense y
se intenta describir y que permite a partir de allí explora otras zonas
inscribir al Neobarroso en el campo argentinas barrosas. A través del río
de una búsqueda vital: lo que llega a Uruguay. Con Eva Perón, al
Perlongher plantea como “creación y Bajo porteño y los hoteles. De Cuba,
expansión de territorios que vuelvan uno de los puntos de mayor inten-
vivible la existencia”.6 sidad, llega no sólo la matriz neoba-
La obra teórica de Perlongher puede rroca que lo abarca todo, sino incluso
concebirse, de este modo, como cons- una pasión por la insularidad que se
trucción de mapas, o más bien como extiende luego a las Malvinas. Se evita,
invención de un único mapa. ¿En qué luego, París (aceptar una beca allí fue,
unidad política se reconoce ese mapa? dice Perlongher, un error). Final-
No se trata, es claro, de un país mente, hace una larga escala en el San
–Argentina o Brasil–, pero tampoco Pablo lumpen de los prostitutos, punks
sería suficiente decir un continente y drogadictos y, a través del sincretismo
–América Latina–. Supongamos, religioso brasilero, todos los territo-
por fidelidad a una idea que atrajo rios indios de América. Por cierto, un
al propio Perlongher y que viene de factor relevante para Perlongher es la
Schérer y Hocquenghem, que se trata lengua de ese Imperio, lengua de todas
de un mapa del Imperio, un mapa las conexiones: el portuñol;8 y su fe: el
por definición incompleto, ilimi- Santo Daime.9
tado. ¿Y qué imperio? Supongamos,
también por fidelidad al primer libro
de poemas de Perlongher, que se 3. Mapa de espacios intermedios
trata del Imperio Austro-Húngaro; en San Pablo
un imperio Austro-Húngaro que
en su laxitud territorial, cultural y En efecto, instalado en Brasil,
lingüística incluye determinados Perlongher continúa la investigación
puntos americanos. (No es casual que sobre la prostitución masculina que
Nicolás Rosa haya dicho: “El Imperio había comenzado en Argentina, la
Austro-Húngaro es el Imperio de las defiende en 1986 en la Universidad de

348
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Campinas y la publica como libro en El análisis de Perlongher articula prác-


1987 con el título O negocio do Michê. ticas, territorios y discursos. De allí se
Prostitução viril em São Paulo (tradu- deriva un sistema clasificatorio en el
cido al español como La prostitución que se incluyen “56 nomenclaturas”
masculina en 1993). Allí, piensa la a partir del cruce de tres variables
experiencia urbana a partir de la básicas (género, edad, estrato social).
idea de mapas de deseo, mapas de Pero esas categorías, al mismo tiempo,
intensidades y se concibe, tal como se superponen y varían. El resul-
plantea algunos años después, como tado es un sistema clasificatorio que
“cartógrafo deseante”.10 sólo sirve para comprender un modo
¿Cuál es la función que el Barroco específico del desajuste, la prolife-
(como matriz de sentidos) cumple en ración de esas mismas categorías.
el libro? Para comenzar, el interés por Escribe Perlongher:
el michê funciona de un modo similar
al interés tradicional por el Barroco. La proliferación categorial –nomen-
Se trata, en ambos casos, de la atrac- claturas que se deslizan y se entre-
ción (filológica y a la vez poética) chocan, se mezclan y se incrustan
generada por una noción cuyo origen entre sí– tiene que ver, por un lado,
se desconoce: “el origen etimológico con el choque entre dos modelos clasi-
del término [michê] es oscuro”.11 En ficatorios diversos, uno jerárquico
el michê, igual que en el Barroco, a (marica/macho) y otro igualitario
partir de ese “origen” se organiza una (gay/gay). Por el otro, el multimor-
inestabilidad categorial que nunca fismo de las representaciones y las
es superada. Se ama, de ellos, la zona prácticas que en ella transparece,
que se desconoce. Al mismo tiempo, hace pensar, antes, en una carnava-
en relación con el michê y con el lización a la manera de Bakhtine,
Barroco, el amante parece vacilar: que en la presunta construcción de la
se trata del concepto incierto o de la identidad de la minoría en el desvío.
porción también incierta del mundo
que designa. Lo que se pone en juego De este modo, el Barroco aparece
es una tensión metodológica que como noción clave que, en primera
recorre todo el libro: los conceptos no instancia, permitiría explicar el fenó-
son utilizados con una mera función meno. Continúa Perlongher:
descriptiva (encontrar las palabras
justas para representar un mundo); por El fenómeno se presenta, literal-
el contrario, son el punto de partida mente, como barroco: por un lado,
de una tensión irresoluble que define una proliferación de significantes que
la verdad de ese mundo. Por lo tanto, capturan el movimiento pulsional,
el trabajo antropológico se sostiene bajo una multiplicidad de perspec-
en una semiología, una economía, tivas, sofisticando las codificaciones
incluso, como señala Jorge Panesi, una y haciendo cada vez más oscuro,
crítica literaria,12 pero también en una hermético, obsesivo, el sistema.
filología singular a partir de la que la Simultáneamente, la proliferación
interpretación no conduce a un signi- en el nivel de los códigos posibilita, en
ficado primero, sino más bien a una su indecible superposición, la emer-
repetición (amor y espera de la palabra). gencia de puntos de fuga libidinales,

349
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Néstor Perlongher

350
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

“hiancia” de los significantes que se Como puede verse, Perlongher


entrechocan. Digamos que el sujeto, ensambla, al menos, tres maquina-
en el pasaje –difuso y esfumado– de rias: “la maquinaria de la prostitución
un criterio de clasificación –que es viril”, la del Barroco y la de Deleuze y
básicamente un módulo de atribu- Guattari, y el alcance de ese ensamblaje
ción de valor en el mercado sexual– a es relevante en todas las direcciones.
otro, en la transición de un aparato En este sentido, su intervención debe
de captura más “tradicional” hacia pensarse en relación no sólo de su
otro más “moderno”, podría “huir” objeto de estudio, sino también en
con más facilidad que si estuviese relación con el Barroco y con la filo-
sometido al imperio de un único sofía de Deleuze y Guattari.
sistema significante despótico.13 Con respecto al primero de los movi-
mientos, la operación es la más evidente:
La condición barroca de ese espacio el Barroco, como maquinaria puesta en
coincide con su potencialidad de relación con otra, funciona no tanto
mundo vivible, un mundo, al mismo como término de comparación o de
tiempo, decididamente deleuziano que predicación, sino más bien como posi-
hace posible el tránsito a la deriva, la bilidad de existencia (sólo vivido de ese
multiplicidad de los flujos deseantes, modo, en esas categorías, ese mundo
las movilizaciones moleculares, etc. es eso). Si bien el procedimiento no es
En ese marco, gracias a la superpo- idéntico, lo mismo podría decirse con
sición de territorialidad e identidad, respecto a Deleuze y Guattari. Es decir,
es posible evitar la afirmación de una Perlongher
“identidad homosexual” (una línea despliega los Si bien toda ciudad es siempre
bloqueada). Y Brasil aparece como “sistemas de potencialmente barroca, no en
espacio privilegiado para el desarrollo e n u n c i a d o s su fijeza estriada, sino como
de esa estrategia no identitaria: a dife- clasificatorios” espacio que, al ser recorrido, se
rencia de Europa Occidental, Estados propios de ese altera, pliega su superficie, o se
Unidos o Argentina, es ambivalente espacio y señala alisa y agujerea, esa diferencia
y funciona como escenario de una que esos enun- brasileña (en este caso paulista)
“complicidad subterránea, secreta y ciados “no se radicaliza la potencialidad.
elástica” y por lo tanto la irrupción limitarían a ‘dar
del modelo gay/gay, propio de la sentido’ o sea, a significar las prácticas
gay liberation (un auténtico límite, de los cuerpos, sino que los tajearían,
principio de desaparición de la se inscribirían como un profundo corte
homosexualidad) convive con formas (antes el tajo de Osvaldo Lamborghini
“arcaicas”. La explicación de esa dife- que el tatuaje de Severo Sarduy)”.15
rencia podría ser, señala Perlongher, En la misma dirección, plantea que,
el “gusto barroco por el exceso”.14 Si como tipo de deriva, la del michê,
bien toda ciudad es siempre poten- funciona como escritura, inscripción
cialmente barroca, no en su fijeza en el territorio: “las circunvoluciones
estriada, sino como espacio que, al ser deseantes se estampan en el plano real
recorrido, se altera, pliega su super- del paisaje urbano en movimiento”.16
ficie, o se alisa y agujerea, esa dife- Esa definición de principios (que evita
rencia brasileña (en este caso paulista) la representación)17 obliga a pensar
radicaliza la potencialidad. que cuando Perlongher superpone a

351
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

esos enunciados o conceptos los del con respecto a ambas es una sola.
Barroco y los deleuzianos, el efecto es el ¿Qué Barroco, cabría preguntar,
mismo. El Barroco, Deleuze y Guattari, invoca o define Perlongher? Se trata,
pensados como vocabulario, organizan sí, del Neobarroso que por esos años
un complejo de sinonimias y al mismo comienza a desarrollar, en el que lo
tiempo forzamientos que arrastran ese primero que se pone en juego, tal
mundo: antes que explicarlo lo trans- como quedó planteado, es (no sin
forman, o más bien lo inventan. antecedentes relevantes) una lectura
El problema que está en juego es el de Sarduy. Pero si bien esa fidelidad
del lugar específico de la teoría en se mantiene, a partir de la insis-
Perlongher. Panesi lo piensa como tencia sobre la diferencia tatuaje/tajo,
diferencia entre Perlongher también toma distancia.
Perlongher y Deleuze releen “cantar” poético y Algo de la neutralidad barthesiana de la
al mismo tiempo la obra de “contar” teórico: que Sarduy participa, podría pensarse,
Deleuze y asumen la variable “Cantar o contar. resulta incompatible con sus indaga-
barroca-neobarroca como La teoría sirve para ciones. Deleuze, en cambio, parece
necesidad contemporánea. contar. Y al antro- ofrecer otra salida. Una respuesta en
El Barroco, prácticamente pólogo Perlongher esta dirección señalaría que el Barroco
ausente en las obras anteriores, las Mil Mesetas de de Perlongher es, entonces, el de
aparece así como factor que la Deleuze-Guattari Deleuze. Pero el problema no es tan
filosofía de Deleuze reclamaba. le sirven para simple. Lo notable es que en textos
La versión de Perlongher es, contar, en otro como éste, Perlongher barroquiza a
probablemente, más deleu- lado, el mapa de Deleuze antes de que éste hubiese
ziana que la de Deleuze. los encuentros barroquizado su propia filosofía.
homosexuales”. 18 Antes, o al mismo tiempo. En efecto,
Panesi lee el espacio entre los géneros de las dos series de cursos que Deleuze
como repetición (decir lo mismo, dicta en Vincennes sobre Leibniz
pero de otro modo), o como explica- (1980 y 1986), sólo en la segunda
ción. Pero al mismo tiempo desplaza el Barroco aparece como problema
el eje y esa explicación (la definición fundamental. El pliegue. Leibniz
de una poética) no aparece en los y el Barroco es publicado en 1988. Más
ensayos decididamente estéticos, sino allá de la posible noticia que el argen-
en textos como el de la prostitución: tino pudiera tener entonces de esas
“Los ensayos del sociólogo muestran novedades (cuestión, al fin y al cabo,
que la teoría, al formar rizoma con la de importancia menor), Perlongher
textualidad barroca, permite leerlos y Deleuze releen al mismo tiempo la
como poética del Neobarroso, como obra de Deleuze y asumen la variable
una inadvertida poética de la poesía barroca-neobarroca como necesidad
de Perlongher (...) La teoría sirve para contemporánea. El Barroco, práctica-
narrarse desde otro lugar las “leyes” de mente ausente en las obras anteriores,
la propia poética”.19 aparece así como factor que la filosofía
Pero pensado como intervención con de Deleuze reclamaba. La versión de
respecto al Barroco y a la filosofía de Perlongher es, probablemente, más
Deleuze y Guattari, La prostitución deleuziana que la de Deleuze.
masculina no deja a esas maquina- El interés de ese Barroco de Perlongher
rias salir indemnes y la operación es el modo en que redefine el alcance

352
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

ético heredado, entre otros, de Sarduy. religión del Santo Daime) que podría
Ese Barroco es condición (gracias a pensarse desde la idea de autenticidad
la proliferación paradójica propia de (incluido, en ella, el simulacro como
la “codificación intensa”) de que el verdad íntima del yo que sale de sí).24
“campo empírico” se vuelva “lugar En este sentido, al poner en correlación
de experimentación conceptual”20 y, una de las consignas más atractivas del
por lo tanto, haga de la teoría el mejor último Perlongher (“la homosexua-
de los mundos posibles. Sólo allí, en lidad desaparece”)25 con su pasión final
la teoría transformada en mapa, es por la religión del Santo Daime, lo que
posible vivir la “tensión entre el nivel aparece es un deslizamiento (a partir
de los actos y el nivel de las designa- de una certeza: lo contracultural es una
ciones”,21 pues la actuación no necesa- línea que se bloquea) hacia la prolifera-
riamente precede a la clasificación y no ción verdaderamente alocada que sólo
hay, por lo tanto, representación, sino el sincretismo religioso hace posible y
“entrelazamiento inextricable”.22 que Perlongher concibe como producto
barroco. Allí, el éxtasis de la Ayahuasca
reedita la experiencia de los místicos y
4. La fundación del Imperio reemplaza a una sexualidad que visibili-
zada y medicalizada a causa del fantasma
Ahora bien, en la construcción de del sida pierde todo misterio.
este mapa, el hallazgo mayor de Pero el interés de Perlongher por el
Perlongher es, probablemente, la Santo Daime depende, entre otras
invención de un punto de vista. Un cosas, de que allí encuentra una
punto de vista que depende, a su vez, voluntad de “creación de una nueva
de la versión del Barroco que produce cultura”. Dice Perlongher:
su experiencia brasileña. Desde allí,
lo latinoamericano coincide con la Un mesianismo irredentista presente
afirmación de maneras (de leer, de tanto en el discurso (a veces con algo
inventar mundos posibles) que niegan de militar) de expansión y extensión
los derechos de una identidad latinoa- (aunque no haya en verdad prácticas
mericana concebida como ratificación de predicación pública) como en la
de lo mismo: Perlongher no deja de fundación de aldeas en cumplimiento
insistir en “la extenuación de la estra- de un programa de construcción
tegia identitaria”.23 Se trata, más bien, terrenal del paraíso de connotaciones
de la postulación de una apertura a místicas y utópicas. Baste mencionar
la excentricidad en el espacio de la la configuración de Imperio (se trata
subjetivación (tanto en el nivel indivi- del Imperio Juramidam) que asume
dual como en el cultural). Sólo de ese el culto.26
modo parece posible aquella “creación
y expansión de territorios que vuelvan Ahora sí, el mapa crece hasta abar-
vivible la existencia”. Y si es posible carlo todo: el Imperio. En nota al pie,
hacer vivible la existencia a partir de Perlongher envía a una “interesante
la invención de un punto de vista reivindicación de la idea de Imperio,
es porque Perlongher logra un tipo que podría llegar a iluminar el uso de
de participación en los mundos que la figura por parte del Santo Daime”
descubre (la prostitución masculina, la (p. 169), en Schérer y Hocquenghem.

353
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Allí, en efecto, se afirman cosas como mesiánica en nuestra contempo-


las siguientes: raneidad amorfa. El Imperio es
un eón, ser a la vez histórico y
Contra la dominación imperialista transhistórico que no corresponde
del Estado, la lógica utópica del exclusivamente a la gnosis alejan-
Imperio propone la gran alternativa drina sino a una exigencia interna
de una administración identificada del movimiento social. Entre la
con la autorregula- naturaleza universal y las sociedades
Al imaginar, fiel al Santo ción de la sociedad. humanas, el eón establece el torbe-
Daime, el mundo como No se trata de una llino de las correspondencias. No es
Imperio, Perlongher encuen- extensión del Estado una visión del espíritu planificador
tra un resquicio para la pervi- a escala mundial, sino la sustancia misma de la actua-
vencia de lo molecular. Lo sino de su brusca lidad, su fin, su objetivo.28
auténticamente múltiple explosión o de su
parece sólo posible en el implosión interna, El Imperio Austro-Húngaro, tal es
espacio de lo Uno ilimitado a falta de un objeto la imagen que cautiva a Perlongher
(no otra es la enseñanza de a su escala (...). en 1980. En el Santo Daime, proba-
Kafka, Deleuze y Guattari), Hemos perdido blemente, se activen otras memorias
cuyo centro es siempre inal- la pasión por la imperiales: la del Imperio del Brasil
canzable y cuya territorialidad, unidad, es decir, (1822-1889) o la de los inventores
si bien es siempre interior, por el verdadero de la Ayahuasca, el Imperio incaico
nunca llega a completarse. respeto a lo local. (1438-1533), o cualquier otra. Pero
Aceptamos que se desde el punto de vista de Perlongher
dirijan a nosotros como conjuntos esas imágenes son una: “territorio
políticos: es el “nosotros”, pueblo o imaginario de la cultura”.29 Como
familia, del discurso político. Los eón, el Imperio supone una partici-
Estados sólo conocen los conjuntos pación “anacrónica” en lo moderno
provinciales, sindicales, familiares, –experiencia temporal que Perlongher
etcétera. En cambio, el Imperio se detectaba ya en la convivencia entre
limita a la menor unidad admi- formas “arcaicas” y “modernas”
nistrativa, molecular, a la vez que de individuación en la sexualidad
realiza la mayor unidad cósmica de paulista–. En ese sentido, el Imperio
los individuos que se haya conocido. funciona como salida temporal,
Es la pluralidad de los Estados lo que como forma de extemporaneidad del
garantiza su totalitarismo.27 presente. El Barroco, en la misma
dirección (también siguiendo, entre
El Imperio, a su vez, es concebido por tantos otros, a d’Ors) es pensado por
Schérer y Hocquenghem, como “sueño Perlongher como “estado de sensi-
barroco”, en tanto eón –según el uso bilidad’ (o de ‘espíritu’) epocal, y al
que Eugenio d’Ors hace de la noción–: mismo tiempo transhistórico”.30 Lo
anacrónico, en este sentido, aparece
Proponer la reconciliación del movi- como (ante)última forma de absten-
miento social con el movimiento ción o como modo de hacer del límite
pasional como alternativa al atora- histórico (la reivindicación identitaria,
miento de los destinos mundiales el fantasma del sida y la desaparición
y las pasiones es clavar una astilla de la homosexualidad, la muerte) un

354
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

umbral de transformación, hacia la el propio cuerpo, sino la convicción, la


invasión imperial. Al imaginar, fiel fe, de que esas categorías pueden ser
al Santo Daime, el mundo como vividas y así convertirse en un espacio
Imperio, Perlongher encuentra un de comunión y eso sólo es posible a
resquicio para la pervivencia de lo partir de la asunción de la no coinci-
molecular. Lo auténticamente múltiple dencia del yo consigo mismo. “Aban-
parece sólo posible en el espacio de lo donamos el cuerpo personal. Se trata
Uno ilimitado (no otra es la enseñanza ahora de salir de sí”,31 dice Perlongher
de Kafka, Deleuze y Guattari), cuyo poco antes de morir, con la certeza de
centro es siempre inalcanzable y cuya estar participando junto a otros (los
territorialidad, si bien es siempre inte- campesinos amazónicos que invaden
rior, nunca llega a completarse. las ciudades brasileñas, “aspirando a
Este deseo de Imperio aparece como ‘cantar el mundo’ –o a invadir todo el
última inflexión de un proyecto en mundo con su canto”,32 para fundar el
el que Perlongher hace de las catego- Imperio) de un intento de “inventar
rías (las deleuzianas, las barrocas) no un nuevo sentido de la vida”.33
un marco teórico, sino un modo de
presencia (una ética, el Bien). La auto-
ridad no la da el mero hecho de ofrecer (*) UBA / CONICET.

NOTAS

1. Rosa, Nicolás, Tratados sobre Néstor Perlongher, Buenos Aires, Ars, 1997, p. 115.
2. Cf. Ferrer, Christian, “Escamas de un ensayista” incluido en Adrián Cangi y Paula Siganevich (comps.),
Lúmpenes peregrinaciones. Ensayos sobre Néstor Perlongher, Rosario, Beatriz Viterbo, 1996.
3. Además del ensayo “Caribe transplantino” de Perlongher, la antología incluye poemas de J. Lezama Lima,
Severo Sarduy, José Kozer, O. Lamborghini, N. Perlongher, Roberto Echavarren, A. Carrera, Eduardo Milán
y Tamara Kamenszain.
4. Perlongher, Néstor, “Caribe transplantino” incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, Buenos Aires,
Colihue, 1997, p. 100.
5. Cf. Perlongher, Néstor, “¿A qué vino de París, Mr. Félix Guattari?”, incluido en Papeles insumisos,
Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
6. Perlongher, Néstor, “Los devenires minoritários” incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, p. 69.
7. Rosa, Nicolás, “Osvaldo Lamborghini y Néstor Perlongher. Política y Literatura. Grandeza y decadencia del
imperio”, incluido en Usos de la literatura, Valencia, Tirant lo Blanch, 1999.
8. Cf. Perlongher, Néstor, “Sopa paraguaya”, prólogo a Wilson Bueno, Mar paraguayo, San Pablo, Iluminuras, 1992.
9. Cf., entre otros, Perlongher, Néstor, “La religión de la Ayahuasca”, incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992.
10. Perlongher, Néstor, “Los devenires minoritarios”, incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, p. 72.
11. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, Buenos Aires, La Urraca, 1993, p. 10.
12. Panesi, Jorge, “Marginales en la noche”, incluido en Críticas, Buenos Aires, Norma, 2000, p. 345. En
otro pasaje del mismo artículo se lee: “La literatura o la poesía en el libro de Perlongher es una anterioridad
no discutida, ni siquiera controvertida del mismo modo como se enjuician las teorías sociológicas: si el deseo
cabe en la formulación barroca, es porque su red formal posee un principio descriptivo que es colocado en
paridad con el poder de la ‘historia de vida’ o la entrevista antropológica. Una novela de Tulio Carella, citada
abundantemente, resulta tan útil para describir el ‘yiro’ como lo es la palabra de los clientes o de los michês”
(pp. 346-347). En este sentido, no debería perderse de vista el antecedente que constituye el breve texto de
Carella, Picaresca porteña (1966). Perlongher no lo cita, aunque sí, como señala Panesi, la novela posterior,
producto de la experiencia brasileña de Carella, Orgia (1968). Otro texto que podría formar parte de esa cons-
telación es “Noches de París”, de Roland Barthes, cuya primera traducción (parcial) al español (de Alan Pauls)
aparece en 1987 en la revista El porteño, espacio de publicación frecuente de Perlongher.

355
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

13. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, pp. 71-72.


14. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 99.
15. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 108.
16. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 128.
17. Escribe Perlongher: “Para un buen órgano explicativo hacen falta dos cosas: una topología, es decir, el
dibujo en general de lo que se quiera explicar en un espacio determinado, y por otra parte, la energética que
circula en el grafo en cuestión, en cuyo caso ya no se tiene simplemente una representación estática de la
explicación, sino que también se ve lo que circula y lo que sucede dinámicamente en dicho estado de cosas... la
topología y la energética a la vez”. (La prostitución masculina, p 133).
18. Panesi, Jorge, “Detritus”, incluido en Críticas, p. 308.
19. Panesi, Jorge, “Detritus”, incluido en Críticas, p. 309.
20. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 16.
21. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 106.
22. Perlongher, Néstor, La prostitución masculina, p. 106.
23. Perlongher, Néstor, “Los devenires minoritarios”, p. 73.
24. Esa posición debería ser contrastada con la que adopta un antecedente en el interés por el yagé citado
por el propio Perlongher, la de William Burroughs en las Cartas del yagé, posición que si bien inicialmente es
antagónica (desprecio, violencia), conduce a conclusiones similares sobre la “potencialidad latinoamericana”.
25. Perlongher, Néstor. “La desaparición de la homosexualidad” incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992,
p. 85. La afirmación, menos desarrollada, aparece ya en el “Post scriptum” de El negocio del deseo.
26. Perlongher, Néstor, “La religión de la ayahuasca”, p. 158.
27. Schérer, René y Guy Hocquenghem, El alma atómica, Barcelona, Gedisa, 1987, pp. 207-208.
28. Schérer, René y Guy Hocquenghem, El alma atómica, p. 209.
29. Schérer, René y Guy Hocquenghem, El alma atómica, p. 215.
30. Perlongher, Néstor, “Poética urbana”, incluido en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, p. 145.
31. Perlongher, Néstor. “La desaparición de la homosexualidad”, p. 90.
32. Perlongher, Néstor, “La religión de la ayahuasca”, pp. 166-167.
33. Perlongher, Néstor, “La religión de la ayahuasca”, p. 168.

BIBLIOGRAFÍA

Ferrer, Christian, “Escamas de un ensayista”, incluido en Adrián Cangi y Paula Siganevich (comps), Lúmpenes
peregrinaciones. Ensayos sobre Néstor Perlongher, Rosario, Beatriz Viterbo, 1996.
Panesi, Jorge, Críticas, Buenos Aires, Norma, 2000.
Perlongher, Nestor, La prostitución masculina, Buenos Aires, La Urraca, 1993.
—, Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992. Buenos Aires, Colihue, 1997.
—, Papeles insumisos, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
Rosa, Nicolás, Tratados sobre Néstor Perlongher, Buenos Aires, Ars, 1997.
—, “Osvaldo Lamborghini y Néstor Perlongher. Política y Literatura. Grandeza y decadencia del imperio”,
incluido en Usos de la literatura, Valencia, Tirant lo Blanch, 1999.
Schérer, René y Guy Hocquenghem, El alma atómica, Barcelona, Gedisa, 1987.

356
358

María Pia López y


Gustavo Ferreyra, novelistas
Por Horacio González

Es bien conocida la propensión de Gustav Flaubert


por la identificación entre el narrador y el perso-
naje. “Madame Bovary soy yo” era el punto máximo
de mímesis en el que el yo del autor se disolvía en su
personaje, estableciendo una armonía que daba inicio,
para el célebre escritor, a la novela moderna. Pero esta
utopía literaria no está exenta de problemas. Pues si el
oficio del narrador consiste en ensayar la posibilidad
de pensar una vida diferente a la suya, en la cual debe
creer asumiendo imaginariamente sus identidades y
lenguajes, el personaje impone al autor un desafío: o
adherir a él a punto tal de fundirse en una misma exis-
tencia imaginaria, o un desdoblamiento “ontológico”
entre estos dos seres heterogéneos. Y ese es el drama de
la escritura ficcional que en cada nombre de la literatura
universal fue tratado de modo singular. En Cervantes,
con una adhesión irónica al personaje como manera de
tratar solapadamente con la sospecha de este vínculo;
en Macedonio Fernández, con la imaginación de una
“metafísica extrasensorial” para salvar la imposibilidad
de creer; en Borges, con la formulación en la que el otro
era él mismo, juego paradojal en el que se disolvían
identidades y consistencias, dando lugar a una plura-
lidad de posibilidades de existencia.
En este artículo, Horacio González se propone explorar
este dilema, la posibilidad de creer del narrador y su
horizonte idiomático, a través de los hilos del lenguaje
que pone en juego en sus ficciones. Y para ello analiza e
interpreta las novelas Habla Clara de María Pia López
y El amparo de Gustavo Alejandro Ferreyra como dos
modalidades de tratar con esta persistente dificultad
constitutiva de la literatura.
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

Meditando un poco nomás sobre las pero es posible imaginar que podría
condiciones bajo las que se escribe una serla, en un acto de trasmigración del
novela, me encuentro con un obstáculo lenguaje parecido al venerable mito de
profundo, al que le pondré nombre. la trasmigración de las almas.
El obstáculo Flaubert. La perturba- La creencia tiene varios planos, que
ción que acarrea este nombre proviene van desde la adhesión candorosa de
de algunas de sus opiniones sobre su quien escribe hacia lo que escribe
novela Madame Bovary, que figuran en –como fantasmagorías dóciles de
su correspondencia y papeles sueltos, y nuestra conciencia– a un tipo de desdo-
que en nuestra memoria –no pudimos blamiento dramático o por lo menos
revisar ningún documento, pues escri- irónico, por el que se abre una fisura
bimos esto a vuelapluma– suena así: ontológica radical. Fisura entre yo y lo
Flaubert consideraba que una novela que escribo, entre mi vida y mis perso-
verdadera, el inicio mismo de la najes, entre mi lengua y la lengua que
novela, estaba relacionado con la posi- brota de la conciencia que he inventado.
bilidad del escritor de pensar otra vida Flaubert, si es que lo cito bien, dijo que
distinta a la suya, darle verosimilitud, le parecía que este acto de despoja-
conciencia, un tejido de palabras, un miento y escisión del yo escribiente con
alma actuante, en suma, una vida creíble la lengua hablante de un personaje de
aunque heterogénea a la suya. La cues- ficción, daba curso al inicio de la novela
tión es si el novelista cree realmente en moderna. Sin embargo, no sería exacto
los personajes que crea, en la forma en este pensamiento, en caso que lo esté
que hablan, en la manera en que cons- reproduciendo bien, porque es evidente
tituyen sus –llamémoslas así– identi- que siempre hubo conciencia de que el
dades. Identidades que son una voz, yo lírico o alegórico del escritor siempre
que debe tener un sabor autogenerado, mantenía distancia con sus criaturas.
un grado de autopoiesis, como se suele No se le atribuye a Cervantes haber
decir, que establezca la presencia de una dicho “Quijote soy yo”. La mención
cuestión tremenda. O si queremos bajar en la novela del fantasmal escritor
la estridencia del adjetivo, digamos que Cide Hamete Benengeli, como supuesto
importante para la crítica literaria. autor de algunos capítulos, enrarece las
Es la cuestión de si cree el novelista relaciones entre autor y personaje, pues
en sus personajes, especialmente aparece un tercero ficticio al que se le
en el caso de que sean alejados muy atribuye también una suerte de autoría,
claramente de su propio lenguaje, sus por lo menos parcial. La creencia de
creencias, motivaciones. Se diría que Cervantes surge de un fondo irónico
es fácil resolver la cuestión: cree en su permanente, y desprende su personaje
creación, alejada de su conciencia de sí, de un delirio cuya fuerza consiste en ver
porque para eso se erige en novelista. la realidad como pretexto para forjar
Pero me refiero a un tipo de creencia diversas fantasmagorías. En general,
que no sea irónica, que acerque más al son inversiones de la relación alucina-
novelista a su personaje, y que llegue ción- realidad, produciendo efectos aun
a mimetizarse con él. “El senador más graves en la realidad en la que desea
Martín Fierro”. Esta expresión nos intervenir en términos de una justicia
confunde, pues la identificación viene ilusa, o de un espejismo ingenuo de
por una vía exterior. La lengua que justicia. Al hacerlo, provoca más daños
crea Hernández no era la suya propia, que los que quería evitar.

359
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

El tema de la creencia y descreencia Sin embargo, el hecho de que a Flaubert


persiste en la tradición que va de Mace- se le atribuyera el célebre dictum
donio Fernández a Borges. Para el “Madame Bovary soy yo” –ignoro dónde
primero, la “imposibilidad de creer” es y si fue alguna vez escrito o dicho–, nos
un encuentro con un puente extrasen- pone frente a la realidad del problema.
sorio y metafísico que podría superar Flaubert precisaba decir o precisaba que
dicha imposibilidad. Lo único en lo brotase esta deducción conjetural desde el
que no puede creer es que no haya un interior mismo de su obra, pues ya había
último minuto luego de la muerte para admitido que la novela efectiva nacía de
decir lo que no pudo ser dicho antes de un hiato irrecobrable. Se trataba de que
que esa fatalidad ocurriera. El problema el personaje actuaba de un modo total-
tiene una gran dignidad filosófica. Toda mente ajeno a la vida del escritor. Obser-
creencia trivial puede ser sometida a la vación banal, en apariencia, pues el que
prueba de la “descreencia”, siendo así escribe está siempre en otro plano onto-
que el mundo queda en suspenso y esa lógico respecto a lo que suelen llamarse
suspensión es la detención voluntaria “los productos de su imaginación”. Pero
de la credulidad. en este caso, esta situación de escisión
Pero lo que “no se piensa como una discontinuidad de
Ante la muerte, ¿no sería impo- se puede creer” la propia conciencia del escritor. Esta
sible que quede un segmento es que no haya discontinuidad, cercana a la disolución
sobrante en que podamos decir una postergación de su yo en un mundo imaginario que
lo que nunca pudo decirse? He aunque sea en no sólo puede calificarse como emanado
allí el problema de la tradición ínfimos minutos de su “frondosa imaginación” sino del
macedoniana que hereda el de la muerte, fenómeno mismo de una imaginación
novelista. Querría creer, pero para que apenas heterogénea y extraviada, presupone
algo le impide entregarse a sus se pueda decir, a que deja hablar a otra conciencia con
personajes. Sus personajes no un hijo, que no lo palabras ajenas que sin embargo hacen
son él. Ese es el hiato novelístico habíamos aban- espectral su conciencia. Madame Bovary
por excelencia, obra del extraña- donado. Pero la no puede ser “yo”, pero en otro plano
miento fundamental que hiere muerte, desdicha- fantasmal, Madame Bovary soy yo.
el alma de la escritura. damente, ocurre Entonces surge el doble movimiento de
justamente para ser otro en lo que se escribe y volver a
obturar ese proyecto de creencia que ser el mismo luego de lo escrito, reapro-
sería una justicia póstuma que el tiempo piándose de sus figuras espectrales esca-
real, lógicamente, no entrega. padas del recinto conocido de su tejido
Ante la muerte, ¿no sería imposible de palabras; de su ritual archiconocido
que quede un segmento sobrante del hablar que tarde o temprano se
en que podamos decir lo que nunca reconoce preso a tributos mayores de
pudo decirse? He allí el problema de los que se supone que poseen los arque-
la tradición macedoniana que hereda tipos subyacentes de nuestra enciclo-
el novelista. Querría creer, pero algo le pedia personal y secreta. Se dirá que la
impide entregarse a sus personajes. Sus acción ficcional siempre presupone un
personajes no son él. Ese es el hiato desdoblamiento espiritual y escritural,
novelístico por excelencia, obra del acatar sordamente la antropología del
extrañamiento fundamental que hiere otro. ¿No es siempre lo que se hace?
el alma de la escritura. Aquí no rige la Repondría de buena gana que sí. Pero...
sentencia borgeana de el Otro era él. Pero.... Pero... ¿Proust no es el ejemplo

360
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

de que ese desdoblamiento trascen- uno en uno, para cada personaje, pero se
dental no se produce? ¿De que todo debe a idiosincrasias sumamente irreduc-
pervive en el hilo tremebundo de una tibles. Cada habla es clara para sí y obtusa
memoria que a la vez es una reflexión para los demás. Estos son los ejemplos de
inmanente a cómo “el narrador” se tres personajes de esta novela:
comporta en los salones mientras narra,
bebe una taza de té mientras narra, Salteando se aguanta un poco más.
escucha el ruido de un ascensor que Si no: el tedio tedioso
resulta arcaico pues trae la rememo- tediante tedístico que se viene.
ración de otros ruidos iguales, etc.? Siempre voces cuentan,
¿Y todo ello mientras narra? la misma mano que escribe. Y yo
Todo de modo tal que no supo- copiando. La copista descolocada
nemos que hay distancia revocada que no es lo mismo que la solicitante
entre el narrar y el vivir, pues preci- criminal. O
samente se narra a partir de un shock sí. Una y otra. Antes y ahora.
de conciencia donde las capas del yo Umbrales siempre hay. Saltear
civil son atravesadas por convulsiones para no tediarse. Intercambiar las
que parten del medio ambiente pero voces, un ratito de
se alojan en el pecho del traidor y del cada una. Y sin embargo no resulta.
héroe: es la misma figura, el escritor Vuelve el aburrimiento,
y el personaje del escritor, bajo su el sopor, el odio. Qué trabajo del
mismo nombre o el de otro. orto. No hay derecho.
Mi interés en la ocasión es el de explorar Qué soy. Unos dedos, acaso, sobre el
algunas posibilidades de la relación entre teclado. Qué soy. Acaso
la creencia personal del narrador sobre unos oídos prestos a la escucha. Qué
su horizonte idiomático y la que pone soy. Puro vacío instrumento.
en práctica cuando mueve los hilos del Reticente no soy. Le digo que no sé,
lenguaje que habitan sus personajes. Veo no me pueden llamar
una manifestación de gran importancia a testificar. ¿Y si la gente piensa cual-
en la reciente novela de María Pia López, quier cosa, que
una anda en algo raro, quién repara
Habla clara. Manifestación, digo, de lo
el daño? A usted no le
que podría ser la máxima expresión de una
importa pero a mí sí. Está bien, pero
bifurcación absoluta entre la conciencia
no me citen. Se lo pido
del novelista y la de los personajes.
encarecidamente. Los veía pasar.
Como en esta novela su estructura, por
Pero no hablaban con
así decirlo, se compone de una trama de nadie. Juntos. Siempre. ¡Quién se iba
monólogos cuyas características pueden a imaginar algo así!
ser identificadas por el lector (y el trabajo ¡En un barrio tan tranquilo! Porque
de esa identificación corresponde a lo vea... gente toda decente,
que conformaría la condición misma del de trabajo. De dónde no sé. Escuché
lector de esta novela), no es difícil poner que el abuelo y
a prueba nuestra más que obvia teoría. la nieta habían viajado por un trata-
Veamos primero algunos fragmentos de miento médico para el
esta novela, cuyo título ya declaramos, señor. Lo acompañaba para que no
Habla Clara, un notorio juego de pala- estuviera solo. No, médicos
bras con el nombre del personaje, para no venían. La enfermedad sería algo
decir que el habla es clara si es tomada de malo.

361
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

Claro que tengo, tenía, mamá, papá, y duele y tengo que mirar las baldosas.
hermanos. Y a veces Las cuento. Cuántas
era para contento, aunque toda insti- se acurrucan ante el sol y cuántas se
tución es opresiente, la alivian en la sombra.
familia es encadenamiento. No lo
sabía por eso uno se hundía Quienes hablan son los otros, con una
ahí. Más cuando era pequeña voz y peculiaridad lingüística que la autora se
mis hermanos poca encarga de hacer irreductible, pues se
molestia. Tenía más mundo que inventan palabras o se usan modismos de
rincón, más alegría que fuerte impregnación coloquial, algunos
preocupación. Jugaba. Sufría. Atenta tan idiosincrásicos que atraviesan en
distracción, fragilidad forma ahistórica a las capas populares.
descubridora, todo era. Me gusta Hablan otros, entonces, en su pureza
acordarme. A veces se radical lingüística. La distancia es drás-
me agujerea la panza. El recuerdo es tica con la lengua de donde emerge el
un animalito que escarba saber de la novelista. Su trabajo fue el
de pensar en un extrañamiento abismal
respecto a los signos del habla, dejando
en la incógnita las situaciones de lugar
y los hechos reales acontecidos. Se
habla del modo en que cada ser habla,
de manera inmanente, extraída de su
circunstancias vitales. El ser real que
connota cada existencia, habla en su
espesura efectiva. El lenguaje así es una
forma vital, enraizada en los últimos
tramos de nuestra existencia, el que dice
realmente quién se es. En la frase “el
tedio tedioso tediante tedístico que se
viene”, dicho por una especie de funcio-
naria copista, ya está anunciando que
esa forma de la lengua que se retuerce,
indica que hay un habla artificial, que
siempre lo sería por más que no llame la
atención con fórmulas enroscadas que
sólo quieren decir: se habla.
Se habla con recursos etéreos, que sobre
la base de palabras reales, las vuelve
como una plegaria recurrente sobre
sí mismas, haciéndolas propias de un
mantra infantil o de un ritornello que
desrealiza toda la lengua, mostrando
su cimiento irreal. Como lo es todo
cimiento lingüístico aunque haya olvi-
dado las convenciones metafóricas
oscuras que se hallan en su origen.
El mantra es un absurdo tropiezo del

362
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

lenguaje sobre sí mismo, pero encarna, sible sea capaz de evocarlo. Otras veces,
en última instancia, una fórmula sacra- para trabajar con un hecho cercano,
lizada de suscitación de estados de que ofusca con su carácter inmediato,
ánimo. De eso trata toda lengua. Su es necesario proyectarlo en una lejanía
repetición boba nos lleva a los orígenes nebulosa a fin de “intuirlo mejor”. Así
disparatados del habla. Eso asume la decía Borges, cuya insospechada teoría
novela de María Pia López. Habla no de la intuición nos sirve aquí para
como se habla realmente, en el uso del tratar nuestro problema. La palabra
buen hablar, sino como se habla con las intuición está allí en el lugar donde se
metáforas olvidadas de la lengua chaba- encuentra la imposibilidad de resolver
cana, infantil y al borde del asesinato. el foso de incredulidad y credulidad,
Se lo pido encarecidamente. Eso dice una que alternativamente se abre cuando
vecina. Es lo contrario del mantra. La sabemos que hacemos a hablar a otros
fórmula del lenguaje tiene una estúpida que no somos nosotros, pero algo de lo
rareza que se encuentra divinamente nuestro yace incómodamente allí.
implantada en la lengua popular. Hay Anselmo, personaje de El amparo, novela
un arrebato culto y respetuoso aquí, de Gustavo Alejandro Ferreyra, puede
que es lo cursi por naturaleza. Lo cursi darnos algunas referencias adicionales en
es probablemente lo que se presenta esta breve exploración de nuestro tema:
como delicado y fino y emana de una ¿en qué cree un novelista respecto al
cándida rusticidad. Pero se trata de lenguaje de los otros? Gustavo Ferreyra
un rito que suicida a la lengua con un escribió esta novela en 1994, luego
protocolo que tapona los poros del vendría El desamparo, en 1999, y sus dos
lenguaje. ¿Cree la novelista en esa forma últimas novelas son Piquito de oro, de
de hablar, la ha dicho muchas veces, o 2010, Doberman, del mismo año.
actúa desde es su total extrañamiento En El amparo Adolfo está mirándose
respecto al lenguaje del que trata, con en el espejo:
el goce de saber que es otra lengua muy
parecida a la que se habla, pero inven- Y la imagen que vio fue la del hombre
tada, otra? ¿Creer o no creer en ella? alerta que sabe que va a ser mirado,
Como novelista se cree, aunque como por lo que de ninguna manera puede
persona social que escribe una novela, engañársele. Adolfo se mesó los cabe-
se siente una insalvable distancia. Se cree llos, amargado por la ingenuidad de
y no se cree. Esa distancia es el germen de ese intento, negando con la cabeza
la novela y al mismo tiempo su culpa. como si quisiese convencerse de que
El personaje central, Clara, habla ese ser de tan ridículas astucias no era
así: “Atenta distracción, fragilidad él, o que, en todo caso, el momento
descubridora, todo era”. ¿De dónde que vivía lo había llevado a un rapto
sale este modo de expresión? Desde de estupidez ajeno absolutamente a
luego, del detritus de la mezcla de su naturaleza, y lo había aparatado
todos los idiolectos posibles. Pero la de su sensato proceder de otrora.
cuestión es si el novelista cree nece-
sario hacer algo con la enorme fisura Y en otro pasaje:
que abre al componer lo que dicen sus
personajes. A veces, para percibir un Ya no tenía por qué cubrirse para
hecho lejano, se lo debe comparar con arriesgar una frase con la encargada.
una situación cuya inmediatez irrever- Había cumplido consigo mismo y

363
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Prosas

ahora podía tomarse serenamente normal de relacionarse, en tanto se


las cosas. Sentado ya en uno de los trata del verdadero horror que mora en
rincones que le placían, observando el habla y en el pensar, atrapado por su
difusamente los movimientos de celda personal. La celda de la autoper-
cubiertos de quien tenía enfrente, cepción obsesiva, el tiempo convertido
se dijo que en dos o tres meses podía en una suma de detalles irracionales y
empezar a pensar en la frase que diría, por eso mismo, milimetrados con la
y que otorgándose el tiempo nece- pasión de un pensamiento servil. El
sario, casi podía agotar las respuestas servilismo está creado por el novelista
posibles y a cada una de ellas él como una suma de acciones analíticas
prepararía también la contestación, de carácter persecutorio. La conciencia
con lo que, minimizando hasta un y el entorno aparecen como un rompe-
punto cercano a su desaparición cabezas amenazante, donde toda rela-
de lo imprevisible, habría de poder ción surge como una humillación
enfrentar sin sobresaltos, aunque que anula el lenguaje como reflexión
más no sea, el inicio de un diálogo; y y lo coloca como una piel que cubre
este feliz comienzo lo alentaría para de manera inane todo lo hablado. El
desempeñarse con propiedad cuando habla es miedo, vindicta, intimidad
se viese liberado, sin más remedio, a de una mente que sacrificó su libertad
la inspiración del momento. y por eso se hace más agudamente
contemplativa de cómo el mundo es
La novela El amparo trata también un montaje de plaquetas aviesas, ensi-
de una mente que conocemos por su mismadas en su pavor.
meditación interior, donde el escritor Andrés Neuman es un novelista que
se ausenta de modo a dejar libre un posee un instrumental ágil y fértil, que
pensamiento persecutorio, una infi- se mueve en configuraciones novelís-
nitesimal para- ticas clásicas, en una actividad intere-
La novela de Gustavo Ferreyra noia que procede sante que pareciera la imitación de una
presenta también a un perso- a través de una novelística del siglo XIX, con sus miste-
naje que tropieza con su reflexión suma- rios y oscuras celosías y amores, pero
propia ajenidad. Pero es una mente cosificada. que disloca levemente el estereotipo,
conciencia desterrada de sí, Convierte en para manejar mejor aun ciertos climas
que ha sido creada por un objetos todos los sórdidos, espiritualmente enredados
escritor cuya tercera persona movimientos de y conspirativos. No es motivo de este
desprende una primera persona su pensamiento, breve y acaso infundado trabajo. Lo
irreal, como si estuviera en los tanto cuando se mencionamos porque en una entrevista
comienzos de la creación del ve su rostro en reciente, trató el mismo tema sobre el
lenguaje, que se corresponde imagen como que estamos tentando redondear unas
con las minucias de una humi- cuando calcula pocas palabras que sean viables. Consi-
llación insondable. obsesivamente el deró que “si hay algo que detesto en
modo de compor- la literatura es presumir del dolor. Yo
tamiento que tendrá a propósito de las busqué reciclar mi daño personal en un
cuestiones más irrelevantes. Pero en ese personaje femenino que pudiera comu-
incesante movimiento que ocasionan nicar otros dolores en los que no tengo
las microscópicas agitaciones opre- nada que ver”. Quizás se traduce de este
sivas del medio, con su trama coac- modo, con una opinión salida en un
tiva narrada como si fuera un modo diario, lo que deseábamos decir hasta el

364
LA BIBLIOTECA
Prosas N° 12 | Primavera 2012

momento. El escritor posee elementos


anímicos previos y luego sobre esa base
procede a un distanciamiento que tiene
diversas gradaciones. La escisión funda-
mental del alma del narrador es un
hecho irresoluble que lleva a ser lo que
no es, y no ser lo que es.
La novela de María Pia López
–su segunda novela: Habla Clara–
omite totalmente la figura de la narra-
dora, y presenta cuerpos de habla
sumamente extraños a su propia
voz. La ha retorcido y estrujado al
punto de hacerla irreconocible para
ella misma, colocándose en el punto
culminante de decir, “pero esa voz soy
yo”, punto culminante que volvería
al dominio del autor la enajenación
creativa, de modo que no sea una
balsa navegando etéreamente fuera de
sí. Pero ya sabemos que este gambito
flaubertiano ni siempre acude a la
conciencia, ni es necesario come-
terlo. La novela de Gustavo Ferreyra
presenta también a un personaje que
tropieza con su propia ajenidad. Pero
es una conciencia desterrada de sí, que
ha sido creada por un escritor cuya
tercera persona desprende una primera
persona irreal, como si estuviera en los
comienzos de la creación del lenguaje,
que se corresponde con las minucias con un punto de vista basado en otra Gustavo Ferreyra
de una humillación insondable. En lengua, hecho con los retazos de la
ninguno de estos dos casos, el nove- real, pero con un lirismo que trope-
lista cree en sus personajes, si es que la zaba consigo mismo y podía conver-
creencia brota del pliegue más íntimo tirse por el absurdo en una nueva
del modo en que hablamos. No creer lengua popular. María Pia López
en lo que se escribe, llegar al fondo arriba a este último punto, y Gustavo
de un extrañamiento, como decían Ferreyra hace recaer la lengua en el
los formalistas rusos, la ostranenie, si ensimismamiento meditativo de un
es que lo escribo bien, postulaba que sirviente, como si hablar fuera prote-
entre lo conocido y lo extraño había gerse del conocimiento efectivo que
un correlato donde se jugaba el ser del toda lengua, aunque parcialmente,
lenguaje. A literatura debía descubrir nos proporciona. Ignoro la validez
el momento en que lo extraño parecía de estas reflexiones. En todo caso,
ser una pérdida de las raíces de la vida se corresponden con el gusto que he
lingüística pero en verdad la recreaba tenido en leerlas.

365
Pocas veces, quizás, la
historia ha sido tan solici-
tada como en estos días. Y
esta propensión a rediscutir
el pasado puede tener raíces
muy diversas. Por un lado,
se ha dicho, casi como cliché,
Historiográficas que la crisis de comienzos de
siglo ha puesto en cuestión la
“identidad argentina”. Y eso
ha provocado que muchas
miradas se dirigieran hacia
la historia para encontrar
allí pistas de cómo se había llegado a esa situación. Así lo interpre-
taron los medios de comunicación, los periodistas y algunos histo-
riadores, muy concesivos con los lenguajes y estereotipos televisivos;
hechos y personajes eran escrutados con la pretensión de demostrar
la “verdadera” historia detrás de los mitos edificados. Por otro lado,
la cuestión del Bicentenario: la proximidad de las celebraciones
abría un espacio para el debate y la interpretación historiográfica.
Pero, tal vez, aquello que con más énfasis ha puesto a la historia
en el corazón mismo de la discusión pública sea la disputa abierta
a partir de la polarización política de estos años, en los que unos y
otros contendientes apelan a la historia –con la prisa del político y
el oportunismo de quien lleva agua para su molino–, viendo cada
episodio como cúmulo de razones y discursos. Y es que la historia se
ha vuelto un campo conflictivo: siempre lo ha sido, pero lo es más
aún cuando ésta se vuelve fuente de legitimidades en una escena de
disputas sociales y políticas polarizadas.
Científicos y ensayistas, académicos y revisionistas, culturalistas y
objetivistas, liberales y nacionalistas han sido los diversos nombres
que siempre poblaron esta discusión. Unos procuraban mantener
la historia como campo del conocimiento, con sus reglas, métodos y
formas de validación; otros procuraban contestar la historiografía
oficial oponiendo mitos, cotejando datos, discutiendo hechos. Así,
la lejana controversia que nace con la historia misma, abonada
en los últimos tiempos por nuevos ímpetus, es materia de especula-
ciones que inciden en la vida política cotidiana.
En estas páginas, el lector encontrará algunos ensayos que exponen
argumentos e investigaciones. Todas ellas expresan, en cierto
modo, una mirada crítica, esbozada desde el fuego mismo de este
clamor por la historia.
Claudio Martyniuk presenta un agudo e incómodo ensayo filosó-
fico sobre la memoria como una fijación que distrae la atención
sobre el presente.
La socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui escribe acerca de
las mitologías populares indígenas –entre la guerra y la festividad–
que, evitando quedar atrapadas en las trampas del tradicionalismo,
han sido –y lo siguen siendo– materia y soporte de enfrentamientos
con el mundo colonial.
Pablo Stefanoni presenta una curiosa investigación acerca del mito
del Tiwanaku como fuente y sitio del renacimiento de una nueva
civilización, capaz de rescatar a occidente del decadentismo.
Omar Acha interviene en el centro mismo de la actual polémica
sobre la historia, entendiendo que todas las posiciones en juego no
cuestionan “el mito más grande de la historiografía”: la existencia
de la historia como fundamento de lo real.
Ezequiel Adamovsky explora la historia de las clases medias argen-
tinas y su constitución identitaria a partir de ciertos procesos polí-
ticos, poniendo énfasis en aquellos episodios esporádicos en los que
desarrolló vínculos solidarios con los sectores subalternos, abrién-
dose así a nuevos horizontes políticos.
Lara Segade repasa la constitución del imaginario sobre Malvinas
y las distintas miradas que colocaban a la ocupación inglesa como
fenómeno temporal. Esta construcción narrativa opera un viraje
radical a partir de la guerra.
Finalmente, Norberto Pablo Cirio explora el mundo afrodescen-
diente, ignorado en las retóricas sobre los orígenes del pueblo argentino;
y lo hace a partir de sus experiencias musicales en la ciudad y sus
suburbios y en festividades populares en el interior del país.
368

La memoria como tótem


Por Claudio Martyniuk

El buen ensayo filosófico se ofrece como tal si es capaz


de no quedar atrapado en el mundo de la opinión.
De esta manera, el escritor no adhiere ni rechaza lo
que aparece como dado. Tampoco lo describe, pues
eso implicaría intervenir sólo a partir del campo de
visibilidades. El ensayista, entonces, construirá su
propia mirada intentando sumergirse en una profun-
didad, buscando lo invisible en lo que se ve. Sólo así
consigue escapar de la polaridad para analizar las
consecuencias y las implicancias de ciertas formas de
ser. Y lo hace, fundamentalmente, metiéndose con
los temas más complejos de cada época. Esto hace
Claudio Martyniuk con la memoria. Analiza, esla-
bona razonamientos, bordea los contornos de lo
posible y lo pensable y, transitando por ese desfila-
dero, desafía aquello que, a través de sus rituales, se
convierte en verdad incuestionable.
Si la indiferencia social, verdadero anestesiamiento
de los cuerpos, es la precondición para toda prác-
tica de genocidio, la espectacularización de los dere-
chos humanos como cliché apto para el consumo
concentra la atención en lo acontecido y distrae la
preocupación por el presente y por las formas en
que el “pasado puede hacerse futuro”. No se trata de
una crítica sencilla sino de una punzante pregunta
por las posibilidades de una memoria que pueda
sustraerse de sus usos escolarizados y del deber
oficial de recordar; una memoria experimental que
recuerda aquello que abre el presente y no que cierra
el pasado como una imagen cristalizada que moldea
nuestra sensibilidad.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Hay, en todas las épocas, Si no son indiferentes, la comunidad,


nuevos errores que rectificar las personas, las instituciones, ¿cuánta
y nuevos prejuicios a los que oponerse. entrega deben brindar ante cada viola-
Samuel Johnson ción grave de los derechos humanos
perpetrada? ¿Cada uno “debe dejarlo
todo” hasta la reparación, la sanción,
Cultura de la indiferencia la verdad, u algún otro fin evaluado
como apropiado? “Toda” esa concen-
Bajo la cultura de la indiferencia se tración de atención provoca, por
concretaron los exterminios contem- acción intencional o por omisión,
poráneos. Se promovieron y dejaron desatención de otras violaciones y
que prosiguieran. No se buscó liberar de otras dimensiones de la sociedad.
Auschwitz. La Escuela de Mecánica Puede, además, ser retórica, banal la
de la Armada (esma) funcionó, con invocación de los derechos humanos.
mucha visibilidad, hasta 1983 como Y una política de defensa de un registro
campo de desaparición en pleno de los derechos humanos podría encu-
Buenos Aires. El silencio de la indife- brir la comisión de violaciones en otra
rencia social, el desinterés de los otros serie de registros también compren-
estados, la letra de declaraciones de dida como derechos humanos.
derechos quedaron reducidos a tinta
inerte. Y después, siempre después, los
derechos humanos en la retórica. Hay Asistiendo sin sentir,
excepciones, heroicas a veces, pero asintiendo sin actuar
sobre un fondo de indiferencia. El
derecho a la indiferencia es polivalente Sentir con otro, sentir la afectación, el
en la cultura democrática. En cambio, dolor que grita un ser humano es un
la indiferencia a la interpelación polí- fenómeno esté-
tica suele ser desafiada por regímenes tico, apunta a la La sociedad civil argentina
totalitarios que no admiten la prescin- sensibilidad y los durante la dictadura fue espe-
dencia ante un partido o un líder, y poros de la piel cialmente sensible a la infla-
la conciben dentro de las formas ilegí- son conmovidos. ción, a la cotización del dólar,
timas de existencia de la oposición. El Pero la educación al fútbol. No fue muy diferente
gesto mudo ante los otros es también sentimental se la sensibilidad dominante
libertad para mostrar y contemplar encuentra bajo el durante la crisis argentina de
sin condena. Indiferencia es, además, signo del empo- 2001/2. Mientras tanto, se
sensibilidad anestesiada, pasividad. brecimiento de consume (se consumen también
La indiferencia puede adquirir la la experiencia, discursos sobre los derechos
forma de humillación institucional. entre los barrotes humanos). Y no hay inocencia,
La desaparición, también el abandono del espectáculo y sólo indiferencia. Ante lo
de chicos y ancianos, de aquellos que el consumo. Y las terrible, crece la indiferencia.
deambulan reducidos a meros seres violaciones a los
vivos, privados de otras dimensiones, derechos humanos se suceden, ocupan
masa corporal sobre la que cae el peso el espacio público, pueblan campos en
de acciones del estado. Si no es indi- los márgenes, extienden archipiélagos,
ferente, el estado controla, disciplina, expanden la excepcionalidad. ¿Cómo
barre, encierra, aniquila. no sentirlas? ¿Cómo no reaccionar?

369
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

Y sin embargo todo sigue. La sociedad montan la coraza de la indiferencia y


civil argentina durante la dictadura fue erigen estados de negación.
especialmente sensible a la inflación, En la construcción de la sensibilidad
a la cotización del dólar, al fútbol. –y de la indiferencia– la insegu-
No fue muy diferente la sensibilidad ridad ha pasado a primer plano. Esta
dominante durante la crisis argentina sensibilidad a la inseguridad tiene un
de 2001/2. Mientras tanto, se consume acento ansioso –hay hipersensibilidad
(se consumen también discursos sobre a la inseguridad, hay ansiedad de segu-
los derechos humanos). Y no hay ridad–, que provoca una creciente
inocencia, sólo indiferencia. Ante lo intervención estatal en el control y
terrible, crece la indiferencia. penalización de personas que aparecen
Las emociones pueden provocarse. Los como excedentes, superfluas y son
medios de comunicación imponen una localizadas en campos o dejadas a la
retórica que manipula las pasiones. deriva, sin hogar donde regresar. La
Acercan, olvidan, resaltan, construyen Declaración de los Derechos Humanos
lo extraño y cultivan la envidia por lo demanda un estado que se compro-
más familiar. Esta meta en su realización. El estado poli-
La sociedad argentina, los geometría inter- cial, en cambio, navega en una bruma
responsables del pasado reciente viene en la mode- de miedo, emplea un decisionismo
y también de este presente, los lación del espacio que expulsa, traza excepciones y priva
medios de comunicación, los de la sensibilidad, de derechos, condena a la mera vida a
partidos políticos, las asocia- construye espec- una masa gigantesca de personas.
ciones sindicales y empresarias, táculo y especta- Crecen los campos de refugiados, de
deben todavía responder, en dores, incentiva migrantes, de expulsados, de indo-
tanto toleraron y obedecieron la conmoción en cumentados, de marginales. Pueden
un régimen dictatorial. la representación, concebirse como laboratorios de una
objetiviza, natu- vida total. No en los márgenes, no
raliza. La imaginación moral tiene en afuera: en las veredas, en los parques
los medios de comunicación a su prin- cuando no están enrejados, en las villas
cipal fuente y escollo: hacen testigos miseria, adentro, en el interior de una
pasivos del espectáculo social, agotados ciudad, la vida expuesta de una masa de
en la indignación efímera. seres excedentes también es un labora-
¿Cómo es posible restituir el gesto de torio, y a veces produce una forma de
humanidad ante el dolor de la injus- organización que aprovecha intersti-
ticia? Se puede alcanzar una visión cios y genera esperanza y felicidad. No
que singularice, que capte el grito de importan, crecen en esas formas bajo
la injusticia, que aumente la duración el desprecio. Y es tan débil la imagina-
de la percepción. Concebir al acto de ción moral, es tan frágil la sensibilidad
percepción como un fin, experimentar a los padecimientos de los otros, que
aquello que se encuentra delante de hasta omite evaluar cualquier nivel de
nosotros pero no lo vemos, esa libera- responsabilidad.
ción del objeto es la atención. Atención “Esta es vuestra culpa”, se le podría
que persigue que el gesto no enmu- señalar a la sociedad argentina, respon-
dezca. Y enmudece bajo la imposición sable de los actos de la dictadura. Más
de los dispositivos que automatizan el allá de la culpa jurídica, políticamente
sentir, que fortifican la sensibilidad, todas las personas son corresponsables

370
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

de los actos cometidos por el Estado el resultado de la actuación de una


al que pertenecen. La sociedad argen- maquinaria racionalizada y burocrá-
tina, los responsables del pasado tica, o de factores singulares. La nece-
reciente y también de este presente, sidad de expresar, interrogar, evaluar,
los medios de comunicación, los discutir y hacer es abierta, crítica, histó-
partidos políticos, las asociaciones rica, política, también ética y estética,
sindicales y empresarias, deben todavía debe abrir los poros de la sensibilidad,
responder, en tanto toleraron y obede- cuestionar los dispositivos institucio-
cieron un régimen dictatorial. Cada nales y las metas y valores dominantes.
persona es corresponsable de cómo La justicia política deja al desnudo su
sea gobernada. Además, hay culpa impureza, pero la justicia impartida
por haber apoyado y colaborado con por los funcionarios judiciales también
ese gobierno: en estas acciones reside tiene vetas impuras, que suelen reafir-
la culpa moral, en la lealtad, en los marse a través de imposiciones de, en
juramentos, también en muchas tran- algún sentido, los vencedores. El sello
sacciones y divertimentos, en formas a la posibilidad de que intervenga
de autoengaño y aun de turismo. Más esta justicia, con todos sus trastornos,
también: hay culpa por quedarse sin tampoco cuenta con garantías, como
hacer nada cuando se cometían los se observa en los recurrentes debates
crímenes. La carencia de solidaridad, españoles sobre los crímenes del fran-
el presenciar y no hacer nada, funda quismo. Las purgas y reparaciones,
una culpa que debe ser sentida por propias del ámbito administrativo,
cada uno y que no se le puede imputar todavía no terminaron de definirse
a un tercero. Hay responsabilidad ante la última dictadura argentina. La
imborrable ante la injusticia y se pone justicia privada –como ejecuciones
en juego la comprensión de la propia extralegales, que fueron salvajes en
sociedad, la perspectiva de los sucesos. Italia al final de la Segunda Guerra–
La comprensión personal también se desconoce
requiere un tratamiento evaluativo. en Argentina, La opinión pública deviene
Los descendientes, las nuevas gene- donde sólo se espectadora pasiva o selectiva
raciones tienen a su cargo el examen desarrolló el uso del dolor de los demás. La
crítico de los mayores, repartiendo de la vergüenza indiferencia, funcional, limita
responsabilidades. El riesgo de evadirse a través de los el contagio de emociones,
en un pesimismo antropológico, en un “escraches” a distancia, impide que opere una
fatalismo historicista, olvida la llegada los represores. intuición que salve la distancia
a un límite en el que hay que elegir Pero aun así, la (¿infranqueable?) para la iden-
–y en la preferencia de conservar la emoción retri- tificación (empatía).
vida los errores cognitivos se invocan butiva, la ira, la
como justificaciones, pero son parte de indignación, el odio, el desprecio,
la producción de estados de negación–. hoy se dirigen hacia la inseguridad y
Es necesario, entonces, interrogar la aquellos que encarnan “lo peligroso”.
posibilidad de la barbarie, su persis- No se necesitaron ni la venganza ni
tencia y extensión en la sociedad, en las la reconciliación ante los crímenes de
artes, en el saber, en las instituciones. la dictadura argentina. Se sanciona
Es necesario concebir las cimas de esa y encierra a los genocidas. Mientras
barbarie, los genocidios, no sólo como tanto, no se cesa de arrojar personas

371
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

a una vida sin formas. La opinión humanidad, la indiferencia es compli-


pública deviene espectadora pasiva cidad. La indiferencia silencia, oculta,
o selectiva del dolor de los demás. invisibiliza, da vuelta el rostro ante
La indiferencia, funcional, limita el aquello que se vuelve innombrable. Y
contagio de emociones, distancia, ese otro que se rechaza y se excluye,
impide que opere una intuición que se encierra y somete, no es concebido
salve la distancia (¿infranqueable?) como del mismo mundo. Ante él,
para la identificación (empatía). la ausencia de responsabilidad: esta
Los espectadores y consumidores sensibilidad desinvolucra, construye
se preservan y cultivan el amor una zona de indiferenciación que es
a sí mismos. parte de los dispositivos de control
¿Cómo, en la cadena de expecta- social. La edificación de la subjeti-
tivas que constituye la acción social, vidad se afirma en esta separación,
edificar sensibilidad de ayuda al otro que condena a la imitación snob, al
sin contrapartida? En el campo jurí- consumo por envidia, a la estética
dico está penalizada la omisión de de la indiferencia. ¿Cómo no vivir
ayuda. Pero en el proceso civilizatorio en la intranquilidad por la omisión?
de autocontrol de las emociones, de ¿Cómo despertar de la reificación que
transformación de las pasiones en hace perder la multiplicidad de signi-
intereses, el individualismo propie- ficaciones existenciales de las personas
tario, la sensibilidad embotada y el que nos rodean y hasta de nosotros
Juicio a las Juntas,
cansancio acallan el ímpetu cues- mismos, y que hace invisibles o peli-
1985 tionador. En los crímenes contra la grosos a los otros?

372
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Desaparición en el Bicentenario banqueros, periodistas y artistas) y


de ciudadanos ordinarios durante los
Sin la bonanza de hace un siglo y años de la dictadura, hacen prever que
con una persistente desigualdad, por muchos años más proseguirán los
Argentina celebró los doscientos años juicios y se extenderá la evaluación de
de la Revolución del 25 de mayo las conductas de civiles y militares que
de 1810. El primer centenario esta- participaron de la dictadura. De cómo
bleció narrativas constitutivas del se practique la memoria y se juzgue,
imaginario nacional sobre costum- de cómo se represente y narre, de las
bres y logros, potencias, promesas y formas que adquieran las distancias e
riquezas. Esos relatos ejercieron un identificaciones dependerán la expe-
gran influjo cultural. Más fragmenta- riencia y el aprendizaje colectivo de esa
rios aparecen los relatos del segundo modalidad extrema de aniquilación
centenario, y en ellos la desaparición que es la desaparición.
de personas no puede omitirse. Se enjuició y condenó a los miembros
Falta poco para que se cumplan tres de la junta militar (1985); también,
décadas de democracia en Argentina, y y en general por impulso de orga-
también de las decisiones de revisar el nismos de dere-
pasado a través de una comisión admi- chos humanos, Los lazos familiares se demos-
nistrativa (conadep) y de enjuiciar a diversos fiscales y traron básicos: las madres
los responsables de las miles de desapa- juzgados comen- fueron las primeras –y durante
riciones de personas (juicio a las juntas zaron a investigar mucho tiempo las únicas– en
militares). Lo realizado desde 1983, la responsabilidad reaccionar ante las desapa-
entonces, forma parte de una secuencia de otros mili- riciones; los hijos fueron los
desarticulada, con interrupciones y tares por graví- promotores de una forma de
avances muchas veces no previstos simas violaciones justicia social: el “escarche”
por las estrategias jurídico-políticas. a los derechos –un modo de producción social
A pesar de los resultados alcan- humanos. Las de vergüenza que denuncia lo
zados, la envergadura de los delitos, presiones de las hecho por un represor en las
las lagunas de conocimiento acerca Fuerzas Armadas inmediaciones de su domi-
de: (1) la extensión de los crímenes, por el aparente cilio–, que ha sido la única
(2) la localización del conjunto de desborde de la reacción registrada durante
campos de desaparición, (3) el destino estrategia legal la democracia, en particular
de los cuerpos y (4) la identificación inicial del presi- cuando la vía judicial fue
de los menores apropiados, así como dente Alfonsín clausurada por las leyes de
la ausencia de reflexiones públicas derivaron en la obediencia debida y punto
intensas, referidas a cómo evaluar en las sanción de las final y los indultos.
dimensiones política, moral y judicial leyes de Punto
las diversas responsabilidades por las Final (1986) y Obediencia Debida
acciones y omisiones de funcionarios (1987) y, después, en el dictado de los
y personalidades (incluidos –además indultos a represores y miembros de la
de quienes ocuparon cargos en el junta que recibieron condena, de parte
gobierno dictatorial, comprendiendo del presidente Menem (1989-90), y
miembros de las fuerzas de seguridad esto pareció clausurar el trabajo de la
y de inteligencia, jueces, fiscales y justicia. Sin embargo, se logró mantener
defensores– académicos, empresarios, viva la acción judicial centrándola en

373
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

la búsqueda de la verdad (Juicios de la Simón”, 2005) y la inconstituciona-


Verdad, 1998). Mientras tanto, se cues- lidad de los indultos dispuestos por
tionó en sede judicial y también en el Menem (“caso Riveros”, 2007). Así
poder legislativo, la constitucionalidad prosiguen centenares de causas por
de las leyes que impedían la prosecu- violaciones a los derechos humanos
ción de los juicios. También la justicia cometidas durante la dictadura, con
tramitó la impugnación a la legitimidad más de mil ochocientas personas impu-
de los indultos. Luego, entonces, de tadas. A marzo de 2012, sólo 9 de los
(1) una gestión política que se orientó 244 condenados por crímenes de lesa
a juzgar a la máxima cúpula militar por humanidad tienen sentencia firme.
las violaciones a los derechos humanos, La jurisprudencia referida a la desapa-
tratando de impedir procesos judiciales rición de personas, la estrategia jurí-
que involucren a otros represores; y dica, política y administrativa del
de (2) indultos estado –si existiera un programa
La cultura dirigida al pasado, destinados tanto institucional articulado– en materia
lejos de un culto, devino rutina, a perdonar de revisión, difusión y consideración
recorrido obvio. El dedo penas como a de la participación de civiles y mili-
acusa. Fácil y cómodo lo hace. “cerrar heridas” tares en la dictadura, en especial para
Sin escándalo, sin involucra- y alcanzar una acceder a cargos públicos, y los modos
miento colectivo, sin responsa- “reconciliación oficiales de abordar ese pasado trau-
bilidad compartida. Apartada nacional” –esta mático, considerando los contenidos
y desvinculada, fragmentada medida se educativos en los distintos niveles de
y deshilachada, semejante al c o m p l e m e n t ó escolaridad y la concepción de los
hurgar desechos, al acostum- con indemniza- espacios destinados a la memoria,
bramiento a una supervivencia ciones econó- sumados al distanciamiento temporal
a partir de materias descar- micas a familiares que permitió conformar una narra-
tadas, ideología de diario y víctimas de la ción con rasgos definidos –así, se ha
caduco que gana la supervi- represión ilegal–; receptado el carácter imprescriptible e
vencia al envolver la fugacidad y mientras no cesó imperdonable de crímenes calificados
del presente, esta memoria (3) la protesta de lesa humanidad, terrorismo de
instituida es consagrada como de los orga- estado y genocidio–, han tenido escasa
hostia, celebrada como espec- nismos de dere- incidencia en las prácticas sociales y en
táculo, peregrinada como chos humanos el tejido de la sensibilidad.
virgen, adorada como dogma, y la búsqueda, Los lazos familiares se demostraron
mistificada, momificada, a través de la básicos: las madres fueron las primeras
fantasmal, pero masiva sólo en justicia y el poder –y durante mucho tiempo las únicas–
su general aceptación pasiva. legislativo, de en reaccionar ante las desapariciones;
mantener abiertos los hijos fueron los promotores de una
los procesos judiciales, persiguiendo forma de justicia social: el “escrache”
el esclarecimiento de los hechos y la –un modo de producción social de
sanción de los responsables, se abrió vergüenza que denuncia lo hecho por
una nueva etapa (4) en la cual se decla- un represor en las inmediaciones de
raron nulas las leyes de obediencia su domicilio–, que ha sido la única
debida y de punto final (2003), y reacción registrada durante la demo-
también la Corte Suprema dispuso cracia, en particular cuando la vía
la invalidez de esas normas (“caso judicial fue clausurada por las leyes

374
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

de Obediencia Debida y Punto Final que se encapsula, que suele darse


y los indultos. Las organizaciones de por sentado que se ha superado, sin
derechos humanos no se limitaron proyecciones en las miserias y violen-
sólo a los familiares –ni en el caso de cias del presente. La idolatría en la
Madres de Plaza de Mayo ni tampoco condena de las violaciones a los dere-
en el de hijos–, pero ese lazo, que chos humanos ocurridas en el pasado
representa la mayor cercanía y conti- es contemporánea a la indiferencia a
nuidad temporal, ha sido indispen- violaciones graves a derechos humanos
sable para mantener viva la pretensión en el presente. La prescindencia de la
de justicia. Muchos hijos de desapa- sociedad civil se mantiene, dejando a
recidos también fueron apropiados, su suerte a los chicos de la calle, a los
se les hizo desaparecer su identidad sin techo, a los desamparados y humi-
y se les impuso otra. El torbellino de llados por las instituciones. Se carece
narrativas fraguadas y de verdades de una reflexión sobre los futuros posi-
por conquistar tiene aristas judiciales, bles del pasado, una problemática en
políticas, sociales y personales, con el la que se hallan incluidas la vitalidad,
dolor en su núcleo. cristalización, abuso y reavivación de
Fuera del espacio de los allegados, la la memoria, el castigo y compensación
distancia con la práctica de desapa- de los crímenes, su posible reparación
riciones ha dado lugar a un doble y comprensión y los espacios y formas
movimiento. Uno ha llevado a gene- plurales de ejercitar el reproche, el
ralizar el repudio a la represión de la perdón, la crítica, la representación y
dictadura, permitiendo la actual acti- la búsqueda de justicia. Y la falta se
vidad judicial. Otro ha desconectado muestra en la frialdad de la sensibi-
responsabilidades y sucesos históricos lidad, en la indiferencia de acero salvaje
Ronda de los jueves,
y contemporáneos, lo que significa visible en basurales, villas miseria de las Madres de
que se mantiene presente un pasado y cárceles. Esa humillación estructural Plaza de Mayo

375
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

y su imposición institucional, así como inocentes, curas inocentes, policías


el par indiferencia-indignación del inocentes, ideas y prédicas inocentes,
espectador, par delegativo de respon- embrutecedora inocencia.
sabilidad, marcan a fuego la sociedad La cultura dirigida al pasado, lejos
del bicentenario. de un culto, devino rutina, recorrido
obvio. El dedo acusa. Fácil y cómodo
lo hace. Sin escándalo, sin involucra-
Memoria y atención miento colectivo, sin responsabilidad
compartida. Apartada y desvinculada,
¿Cómo se ha transformado la visión fragmentada y deshilachada, seme-
de uno mismo como persona que lleva jante al hurgar desechos, al acostum-
adelante su vida y debe dar cuenta de bramiento a una supervivencia a partir
sus actos desde la desaparición siste- de materias descartadas, ideología
mática de miles de semejantes, desde la de diario caduco que gana la super-
pasividad ante todas las capas sucesivas vivencia al envolver la fugacidad del
de aniquilación que se fueron suce- presente, esta memoria instituida
diendo, y que pesan sobre ancianos es consagrada como hostia, cele-
y chicos, salud, política y economía, brada como espectáculo, peregrinada
cultura, derecho, educación y ciencia? como virgen, adorada como dogma,
La transformación de nuestra visión mistificada, momificada, fantasmal,
normativa ha sido atroz. La certeza pero masiva sólo en su general acep-
de lo que somos capaces de hacer, así tación pasiva. Desvela y no devela,
como del valor de nuestras propias mantiene la mirada, fascina, inclina,
razones, están heridas de muerte. Pero disuelve, agota y persuade del agota-
la negación, la misma negación de las miento, cansa y resigna al cansancio.
responsabilidades ante la desaparición, Bandera de remiendos y burocracia,
prosiguen alimentando aniquilaciones. becas y subsidios, en su vaguedad forja
Sin un abrirse cruzados. Más que defensa de las bases
El cultivo de la atención como al mundo, en la expresivas de una época, integra una
modo de detención, como inmanencia, sin estructura que empobrece y mantiene
forma de intensificación la atención que la influencia de la constelación de la
de la sensibilidad, es capaz vuelve la percep- desaparición. En la retención de la
de sumergir el fondo de la ción más intensa, sensibilidad que hundió en la catás-
memoria, advertir el contorno sin más que trofe se advierte un hilo que recorre un
de la representación y vivenciar y u x t a p o s i c i ó n largo proceso que aún se proyecta sobre
la descripción, encarnando y pasiva de sensa- el porvenir. Collage de indiferencia y
practicando la entrega. ciones acom- arrogancia, retórica y superficialidad,
pañadas de una política cómoda, estética cosmética,
reacción maquinal. Siempre la desapa- un cono de sombras que reduce la
rición como sostén, pero sin adoptar declamación de derechos humanos al
lo real de esta realidad. Persistiendo, juzgamiento de los crímenes del terro-
entonces, en la inocencia: ahorristas rismo de estado.
inocentes, turistas inocentes, empre- ¿Cómo romper ese mar congelado?
sarios inocentes, banqueros inocentes, Normas y prácticas inciden en la
políticos inocentes, empleados y configuración de la atención y de su
gremialistas inocentes, docentes fondo indiferenciado. La educación y

376
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

los hábitos son pilares de la economía de igualdad que sacude servidumbres.


de la atención. Los estilos de pensa- El testimonio es una forma de atención.
miento, la hermenéutica íntima del El cultivo de la atención como modo
gusto, la manera de exponerse, la afec- de detención, como forma de inten-
ción del espectáculo público, la piel, el sificación de la sensibilidad, es capaz
tejido, la transpiración, esto y mucho de sumergir el fondo de la memoria,
más al esquivar y rozar, ante una advertir el contorno de la representa-
pisada, un líquido derramado, la inter- ción y vivenciar la descripción, encar-
pelación de un sonido que es voz que nando y practicando la entrega. Un
altera y despierta, un silbato que frena acento en la piel, en los pliegues de la
y ya se obedece, como si fuera natural. sensibilidad, un paso que une ética y
La sensibilidad, el contorno estético estética. Un tono, un acorde íntimo,
de las personas, ese pliegue de piel y una interpelación poética, una entrega
cultura, de animalidad, vergüenza y radical para recuperar la apertura de la
orgullo, voracidad refinada que hace vida, la dación del mundo, la potencia
al azúcar blanco, las camas de realeza de sentir plegada a la expresión y la
y las corbatas de seda, que hace mirar y acción. De aquí, políticas estéticas de
limpia la mirada de estorbos. La esté- la atención, rebasando las políticas
tica oftalmológica gobierna al estado éticas de la memoria. El arte, testi-
policial, depura, comprime, encesta, monio, entonces, de la atención. Aten-
entierra, y lo hace sanitariamente. ción a la crueldad y la explotación, a
Como impureza marginal y residuo la humillación y el cansancio, aten-
contaminante es excluido, tachado, ción que expone su piel cultivada en
desaparecido. Lo es, pero nunca del la calidez. Atender, alcanzar el fin de
todo. La ecología de la desaparición lo percibido, captación perspicua que
provoca una implosión. desenreda el embrujo, las tramas del
En la imposible plenitud de la atención, cautiverio en la superficie aplanada.
ella, collage de discursos, prácticas, El control externo de la atención afecta
artefactos, complejo de representa- la autonomía, muestra la imposición
ciones, poéticas y políticas, relaciones técnica e institucional. Los relatos
de poder y hermenéuticas singulares. de la memoria se concentran en el
Inestable, la atención puede alcanzar pasado y brindan un modelo atrin-
una intensidad que evada las condi- cherado del presente y el futuro. Esa
ciones ordinarias, esa unidimensio- pauta desatiende. La humanidad de
nalidad que superpone imposiciones. los derechos humanos no debe ser el
Capaz de tomar direcciones opuestas fruto de imposiciones políticas, mani-
a la memoria, estira, carga de tensión pulaciones de la memoria, estrategias
y espesor, genera estupor y pone al narrativas que se oficializan, cristalizan
borde de la estupidez: acción atenta y musealizan, consagrando la desaten-
que reconceptualiza al observador y ción, dejando al sufrimiento en el
puede tornar espectral a la memoria. campo del espectáculo, blindando la
Una atención que tense las imposi- sensibilidad y despejando la indife-
ciones, que espere y devele los puntos rencia. La atención, interpelación esté-
ciegos de la cultura de la memoria. tica, política y ética, piel que siente sin
Atención, de otro modo, que se pierde fanatismos y cegueras. Atención que
con los perdidos. Atención, manantial rebasa criterios, un sentir que vea la no

377
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

visión teórica, las exclusiones, asedios, en construcción ante el dolor y las


catástrofes y bombardeos de la santa ruinas de la memoria, en el papel, los
iglesia del humanismo de los derechos rituales, la eficacia de la técnica y los
humanos y su congregación de la fe en anhelos, en los márgenes plegados de
la cultura de la memoria. la subjetividad y la sociedad, la natu-
raleza y la cultura, desbordando la
autonomía, la historia y la memoria,
Más allá de reducir derechos también la homogeneidad, la estabi-
humanos a juzgar genocidas lidad y la certeza.
La ideología de los derechos humanos
La memoria, discurso oficial, relato carga con varios escepticismos. Uno
fosilizado, puede convertirse en una derivado del hecho de la persistencia
trampa. Memoria, control de la aten- de opresiones, que ha sido también
ción a través de formas de linealidad, el trasfondo de su surgimiento. Otro
retóricas solemnes, mitologías y cari- de su flaqueza teórica, de la endeble
caturas. No hay suelo para la atención. manera de puntuar y usar cuestiones
La memoria, escorzo, reductor de pers- como qué es el hombre y qué es la
pectivas, resistencia a la deriva, intento humanidad, respondidas a partir
de anclaje, gesto envolvente, roca dura, de visiones cambiantes. Un tercero
estabilización pesada. Los efectos terri- consiste en la imposición externa de
torializadores de la memoria, el peso soluciones. Idolatría y etiqueta que
de sus fijaciones, su monumentalidad, participan de la construcción de la
un bloque autocom- igualdad y que nunca acaba de empezar
Embebido en su autismo, la placiente, conserva- ni se concluye.
conmemoración se desva- ción resistente, fuerza La opresión como memoria, el
nece. Liturgia privada, que el presente ata al recuerdo impuesto como un continuo
ocasión de turismo, sinsen- pasado para proyec- apilar piedras, opresión que borronea
tido como superficialidad, tarse al futuro. Y la el tiempo, participa de una destruc-
recuerdo sin semantiza- desterritorialización de ción cotidiana, vacía la experiencia,
ción, banalización de la la atención, flotante, preserva la desatención. Cierta asime-
memoria, autocelebración, evanescente, abierta y tría hay entre atención y memoria,
autoarqueologización. musical, mutante torbe- persuasión y retórica. Nada está a salvo
llino, flujo y disyun- del olvido, ni aquello que es objeto
ción, juzgada como desorientación de obsesivo recuerdo, menos aún los
desde la mirada de la tradición. El recuerdos rutinarios –memoria sepul-
mundo, para la atención, una rela- tada por momentos conmemorativos
ción de fuerzas, intensidades vitales, instituidos, acciones que fortalecen
vibraciones y escalofríos, inmersiones, aquello que se quiere cambiar, cultivo
movimientos, actividad turbulenta, paradójico de la indiferencia.
más allá del criterio y el relato que Ante el presentismo, el espejismo del
consagran la cultura de una memoria, presente en el pasado, la propaganda
reproducción técnica lineal y plana, política y la fabricación estatal de
espectáculo que reestructura y puede ficciones; distancia crítica ante la vene-
capturar la atención tornándola seca e ración del “pasado” que es presente
impotente. Atención propia e imper- de contrabando. Atender, sondear
sonal, el todo infinito de la atención límites, resistir. Reconocer que el

378
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

ser humano que desata la tortura, la zando emociones, fosilización retórica


desaparición y el asesinato no está sólo de la memoria, el congelamiento de la
en un bando contrario ni presenta sensibilidad se extiende. Las imágenes
una naturaleza excepcional. Reco- se vuelven menos reales, repetidas. No
nocer las cristalizaciones académicas y basta la observación pasiva, no bastan
subsidiadas del “deber de memoria”: las imágenes. Un resto de insatisfac-
Memory Studies, Holocausto Studies, ción acompaña, entonces, el persistir
Desaparecidos Studies. La memoria de la persuasión y la atención.
puede no ser la luz, sino la oscuridad
visible. La Shoá, como paradigma de
la memoria occidental, ha incidido De Funes el memorioso
para concebir a los muertos como a Pierre Menard
víctimas, víctimas sacralizadas. De
ese paradigma se deriva una muta- Recordar todo, el estado como mate-
ción en el régimen institucional de la rialización de “Funes el memorioso”,
memoria. Las escuelas y los manuales, alienado y encerrado en oficinas, sin
las conmemoraciones y fechas patrias capacidad de pensar y de conocer Néstor Kirchner
suman crímenes a las batallas y victo- qué pasa fuera de sí, sin capacidad ordena descolgar
el cuadro de Videla
rias, víctimas y testigos a la nómina de abstraerse y de atender, impo- del Colegio Militar.
de héroes combatientes. Aun movili- tente concentración en detalles. Esa 25 de marzo de 2004

379
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

inflación, esa emisión descontrolada, el cidad de “Funes el memorioso”. Dice:


afán memorístico quiebra la economía “Funes, justamente, perdió la capa-
de la atención, la intensidad del movi- cidad de abstraer. Está tan embebido
miento de pensar, atender y actuar. Ese en los detalles que no puede pensar,
estado, que autorreproduce su conme- no puede asociar cosas. Si yo le digo a
moración, no atiende la temporalidad usted que me compare el libro que está
en su afán por fijarla. Embebido en sobre la mesa con este otro que tengo
su interés, cercenó una capacidad yo, lo más probable es que usted haya
condicionante sacado una idea general de ambos y
El testimonio, viviendo ya para incidir en la me los pueda comparar en líneas gene-
como letra muerta, esa exis- memoria a largo rales. Si le pidiera eso a Funes, él no
tencia de periodismo, expe- plazo, mantener podría hacerlo. Tendría que empezar a
diente, archivo, libro y su apertura, su comparar letra por letra. Y ni siquiera
biblioteca, en un mundo de capacidad de eso: tendría que comparar todas las
abejas que difieren lo no expe- sentir y pensar, de palabras de un libro con todas las pala-
rimentado: tal la rueda textual abstraerse de una bras del otro. Y ni siquiera eso: debería
de la experiencia, oscilante verdad que abso- decidir, primero, qué palabra tiene
entre la tradición (traslado del lutizada deviene que comparar: si tiene que comparar
culto) y el nihilismo (nada de en tótem pronto la palabra ‘testigo’ cuando le dio el
la indiferencia como facticidad de la indife- sol del mediodía, o cuando la vio de
de la cultura). rencia. Embebido noche, o esa misma palabra cuando
en su autismo, la estaba cansado, y así sucesivamente.
conmemoración se desvanece. Liturgia Porque para Funes es un escándalo del
privada, ocasión de turismo, sinsen- lenguaje que haya una misma palabra,
tido como superficialidad, recuerdo por ejemplo, para el perro visto de
sin semantización, banalización de la frente a las 3 y 14 y el perro visto
memoria, autocelebración, autoar- de perfil a las 3 y 15. El trabajo que
queologización. Los detalles por los usted haría, si yo le preguntara eso, es
que navega la historia, extravían a las contarme las ideas generales, abstraer.
políticas de la memoria, que también Sacar conceptos, extraer las ideas gene-
resguarda al testimonio de las pertur- rales y, a partir de eso, comparar ambos
baciones que provocan las metáforas. libros. (...) Hay un caso muy intere-
En ese ejercitar la literalidad se desva- sante, el más parecido en la vida real
nece el reconocimiento de lo relevante, al caso de Funes, que es el de Salomón
se opaca el dolor, la miseria, se colorea Shereshevsky (conocido como paciente
con sus propios colores, se ilumina con S), y el que lo estudió fue un psicólogo
su luz. Esa precisión de la memoria, genial ruso: Alexander Luria. (...) Era
capaz de alcanzar la infinitud, es periodista en un diario, y no presen-
incapaz de atender el sufrimiento y la taba ninguna patología. El editor,
angustia en su epopeya autocelebra- cuando comenzaba el día de trabajo,
toria, en su compulsión obsesiva, en sentaba a todos los redactores y les
el trazo que va del mandato al goce al daba instrucciones sobre lo que debían
imperativo de memoria. hacer: los lugares a los que tenían que
Rodrigo Quian Quiroga, en el diario ir, las direcciones, las personas a las
Página/12 del 2 de agosto de 2010,1 que tenían que entrevistar, etc. Era
reflexiona sobre la excepcional capa- una cantidad de información lo sufi-

380
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

cientemente sustanciosa (y nueva) namiento lógico. (...) Leía un libro y


como para que hiciera falta anotarla podía repetirlo palabra por palabra,
si se quería recordarla. Pero resulta pero no entendía de qué se trataba.
que mientras todos tomaban nota, Y lo que más le costaba era la poesía:
Shereshevsky simplemente lo miraba. Shereshevsky no podía sino entender
Un día el editor lo aparta y, pensando el sentido literal de las palabras y, por
que se está tomando en chiste su eso, no comprendía ninguna metáfora.
trabajo, le pregunta por qué no anota. Ese problema es más o menos el que
Y Shereshevsky le repite palabra por tiene un autista: se queda en detalles,
palabra lo que el editor le había indi- pero no puede generalizar y determinar
cado. Lo manda, entonces, al Instituto cuáles son las cosas importantes para
de Psicología de Moscú, donde el joven el resto de la gente. Por ahí se atasca
Luria comenzaba a desarrollar sus en el detalle de que mi boca se está
trabajos. Luria comienza a probarlo: moviendo de determinada manera,
hace un listado de treinta números, se pero no entiende que esos detalles de
los hace leer y le pide que se los repita. mi boca expresan alegría o tristeza. El
Se los repite perfecto. Aumenta a autista es como Funes (...). Pero la
cincuenta: vuelve a repetirlo perfecto. primera vez que Borges lo menciona
Prueba con letras, hasta setenta letras es en un obituario que le hace a James
sin ningún tipo de orden: Shereshevsky Joyce, en el que dice, más o menos,
responde perfecto. (...) Luria se dio esto: ‘La lectura del Ulises de Joyce,
cuenta de que allí había algo especial un monstruo en el que se describe en
y se dedicó a estudiarlo por treinta 400 mil palabras lo que pasa en un día
años. Un día, 16 años después de los en Dublín, requiere de otro monstruo
primeros estudios, Luria le pregunta con una memoria infinita, capaz de
a su paciente si recuerda las letras y recordar todos los detalles de ese día. Y
los números que le dio en su primera allí mismo dice que está escribiendo la
entrevista. Shereshevsky contesta que historia de Ireneo Funes, un peón de
sí, y comienza a repetirlos íntegros. Fray Bentos poseedor de esa memoria
El hombre tenía una memoria prodi- infinita. El Ulises de Joyce sería el libro
giosa. Luria le leyó las cuatro primeras ideal para Funes. O Funes, el lector
estrofas de la Divina Comedia, en ideal de Joyce”.
italiano (idioma que desconocía): El estado –sus prácticas conmemo-
Shereshevsky las repitió exactamente rativas discursas y sus expedientes
igual, en ese momento y seis años y archivos– escribe el Ulises, pero
después. Parecía tener una memoria no como Echeverría El matadero y
ilimitada. Entonces Luria hace un Sarmiento Facundo: es la escritura
experimento genial: le da un listado de radicalmente kafkiana de Funes. Y
números consecutivos (por ejemplo, como el periodista Shereshevsky se
2345678 y al lado 34567 y al lado 456) atasca en el sentido, mal positivista,
y Salomón se lo aprendió, pero a fuerza virus que afecta al nominalista y que el
bruta, sin darse cuenta de que había espíritu de cuerpo cree que remite con
una clave conceptual para recordarlos. dieta y gimnasia apriorística.
Lo repitió a la perfección, pero sin Las abejas padecen otra rara forma
poder razonar lógicamente. Era como de extravío positivista. Son formas de
Funes: no tenía capacidad de razo- existencia capaces de comunicar lo que

381
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

han experimentado, pero sin la capa- For Art and Science cannot exist but in
cidad de comunicar la comunicación minutely organized particles...
recibida. Testimonio empirista, posi- William Blake
tivismo que deja en el silencio lo no
percibido directamente: eso no puede
trasmitirse, de eso no puede hablarse. Víctor Basterra se juró, dentro del
El testimonio, viviendo ya como letra campo de desaparecidos de la esma,
muerta, esa existencia de periodismo, que no olvidará a sus compañeros
expediente, archivo, libro y biblioteca, asesinados. Luego de realizar trabajos
en un mundo de abejas que difieren lo esclavos en el área fotográfica y de
no experimentado: tal la rueda textual lograr salidas transitorias del campo
de la experiencia, oscilante entre la –las amenazas a su familia eran garantía
tradición (traslado del culto) y el nihi- de su regreso al campo, para los repre-
lismo (nada de la indiferencia como sores–, escondía en su cuerpo fotos
facticidad de la cultura). de victimarios y también de víctimas.
Funes y abejas, especímenes que Formó un álbum de fotografías.
cumplen estrictamente las pautas sobre
el testimoniar de los códigos procesales
modernos, que tiene como criterio a Para Donne, un pensamiento era una
priori la distinción entre lenguaje fisi- experiencia: modificaba su sensibilidad.
calista, al cual debe limitarse el testi- (...) Cuando la mente de un poeta está
monio, y lenguaje teórico, monopolio adecuadamente pertrechada para el
de los juristas y otros peritos que saben trabajo, a menudo amalgama experien-
del sentido de lo experimentado por cias dispares: la experiencia humana es,
terceros, monopolizando la capacidad por lo común, caótica, irregular, frag-
legítima de decir desde fuera de la mentaria: tan pronto uno se enamora
experiencia referenciada por el testi- como lee a Spinoza, aunque estas
monio, sobre esa experiencia testimo- experiencias no tengan nada que ver
niada, vale decir desde la experiencia entre sí ni con el ruido de la máquina
de asistencia, presencia ante el acto de escribir o el olor de la comida, en la
de testimoniar y, sobre todo, desde mente del poeta están siempre confor-
la experiencia de lectura de actas –esa mando nuevas unidades.
forma, el modo ideal de constitución T. S. Eliot
del juez, abogados y peritos como
testigos en los documentos expedidos
(expedientes)–. Una lágrima, un mundo. Un pensa-
Simpatizante socialista de veinte años miento, una experiencia. En “El viaje”,
recién cumplido, desde hacía un tiempo Baudelaire iguala el universo a la
Jack Fuchs sabía qué significaba el tras- avidez del niño, pero finalmente
lado a un campo nazi, sabía también señala: “¡Qué pequeño es el mundo
de Auschwitz, pero aun así, cuando cuando mira el recuerdo!”. La poética
se dispuso el traslado de los judíos del del ensayo, el aventurarse a lugares
gueto de Lodz, en agosto de 1944, más profundos que el corazón, más
recordó su posesión más preciada para remotos que la infancia, más enormes
el viaje. Llegó a Auschwitz con su que los mapas y las estampas, más
álbum de estampillas. luminosos que la luz de una vela, esa

382
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

exploración sin brújula a veces cuenta monios, sentencias, comentarios–.


con un adecuado andamiaje, pero la Esa existencia textual del testimo-
mayoría de las veces deviene industria, niar interpela la libertad dentro de la
reverberan en las líneas que se trazan forma, es exploración forzada acerca
los dispositivos capaces de capturar de cómo hablar, cómo expresar, y a
toda experiencia, de amoldarla por la medida que esa libertad se esfuerza y
fuerza, dislocarla si fuera necesario. Y trabaja, a cada paso de forzamiento
la metamorfosis en el texto, la inter- de obstáculos, se va forjando la escri-
pelación acerca de cómo transformar tura. Tras el modo propio de testi-
sensaciones en ideas, experiencias moniar, tras la palabra exacta, las
en testimonios y teorías en técnicas, modulaciones lumínicas, se inscribe
choca con pliegues y escisiones: un habla del dolor y la emoción. Esa
¿cómo las observaciones devendrán singularidad logra en el testimoniar,
ánimo atento? ¿Cómo, si la sensibi- y aquí radica su performatividad,
lidad se halla disociada y, mientras se un transhumanar, para emplear el
refina el lenguaje, la sensibilidad se neologismo de Dante que expresa
hace más tosca? su emoción al ascender con Beatriz
a las esferas celestes (en el Paraíso de
su Divina Comedia escribe sobre lo
Rain, wind and fire! que no se puede decir y sí mostrar:
The secret, bestial peace! Transhumanar significar hablando /
Philip Larkin no se podría; y el ejemplo baste / a quien
lo esté la gracia demostrando.) Así, ese
testimoniar persiste como modo de
La cultura del testimonio se sostiene salvataje, pero si el testimonio tiene
en la escritura. En el texto se confía linaje religioso y es prosa dramática,
la descripción e interrogación, en él con estilo y ritmo personal, la reli-
se muestra la ruptura civilizatoria giosidad astillada en el nihilismo se
condensada en Auschwitz, esa cifra muestra en este testimonio seculari-
–como cifra, Auschwitz se haría zado, que se traza bajo una atmósfera
literalmente equivalente a signifi- de negatividad radical (Auschwitz
cado vacío, a vacío a partir del cual o esma, otra cifra, desocultan en el
se hacen ceros–. Quizás también en testimoniar una ejemplaridad nihi-
el declarar y escribir se busque una lista; el nihilismo se muestra en ellos
forma de paz. La recepción de los de una manera paradigmática). De
testimonios conmueve el campo ella, de esa negatividad son las pala-
simbólico fundamentalmente a partir bras destiladas del testimoniar, las
de la década de 1960 y provoca una proposiciones reconcentradas en las
expansión industrial de obras acadé- que lo real se manifiesta y donde, sin
micas y también films y series tele- embargo, no se alcanza el sentido de
visivas. En cualquier sentido que la aniquilación, no se comprende la
tenga esta expresión, el testimonio, desaparición. Presentificación de esas
la prosa testimonial ha debido y debe negatividades, el testimonio brinda
estar bien escrita para provocar a los una percepción del mundo, ayuda
lectores y convocar al pensamiento, a tocarlo, hace rozar la hendidura
para generar más textos –otros testi- del exterminio.

383
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

I had not thought death de ser nuestro pasado, se convertirá en


had undone so many. el pasado de una sociedad muerta, se
T. S. Eliot testimoniará para archivos y biblio-
tecas, el testimonio será de museos.

Tres voces presenta el testigo. La


primera es la voz del testigo que habla El temporal y el fuego eterno / has visto;
consigo mismo o con nadie. La segunda y has llegado hasta esta parte / en la que
es la voz del testigo que se dirige a por mí mismo no discierno.
una audiencia, sea judicial o escolar, Dante
grande o pequeña. La tercera es la
voz del testigo buscando un personaje
dramático; en esta voz, aún realista, Guerras y aniquilaciones sin fín.
explícitamente la imaginación colorea, ¿Acaso alguna de ellas ha finalizado?
ennegrece, salva los tramos oscuros de Prosiguen. De eso trata el testimonio.
la memoria, los velos de la experiencia; Ese hace el texto testimonial. Se hacen
esta voz salta todo aquello sin salida, espectrales, intervienen en las imposi-
responde al agotamiento, al no tener ciones diversas escenificaciones de la
más qué decir; puede ganar un premio imaginación. Y el presente atraviesa las
Nobel. Sobre esas voces se articula la flechas del tiempo con espectros, hipós-
constancia testimonial de la presencia, tasis que duplica el presente para una
ya ella como silueta que encarna múlti- salvación que también es su pérdida: es
ples reminiscencias, figura que más allá el oscilar entre memoria y atención.
del testimoniar puede permanecer sin La disociación de la sensibilidad,
más explicitaciones: si la supervivencia como una flecha astillada, provoca que
permitió y potenció el decir testimo- memoria y atención entrecrucen indi-
nial, esa existencia que sigue viniendo ferencias y desprecios. Cada parte de
de lo más oscuro ya ha devenido tejido, la flecha de la sensibilidad se mantiene
sentido que no requiere más develación incompleta pero pretende su comple-
porque justamente su presencia, la del titud, como pulpo o ángel, y tensando
que se halló en el vórtice del nihilismo, sus polaridades entre la imposición y el
implica la necesidad de interpelar el develamiento, entre un convivir apenas
sentido que llevó de la ocultación a la tolerante y el combatir militante. Los
aniquilación. Ahogado en ese líquido idearios de la disociación persiguen
del liquidar, el testimoniar reduce las lo propio, lo hallan y amurallan. En
distancias; se hace una liquidación de ese acorazamiento, se persiste en el
distancias en el testimoniar, se logra un naufragio. Bajo el peso de la memoria,
contacto crítico. El afirmar y firmar, el existir con los muertos que oprimen
el reafirmar a veces con terquedad el cerebro, el trazar informes del abis-
tosca, es la siembra, el riego de actos marse en la oscuridad. Desde esa
pequeños, como mirar los despojos, profundidad se debe sacar un iluminar,
las aleaciones de las contingencias pero no ese que encandila la atención,
que interrogan: ¿el testigo sólo presta que puebla lo fantasmagórico con
sentido del pasado? Testimoniar, verbo consistencia obsesiva, sea para teñir de
que se deja de conjugar al dejar de infierno o paraíso el presente. La imagi-
creerse en el futuro. Si el pasado deja nería, el poderío visual así montado

384
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

todo lo asimila, y deviene un presente del mundo, todos de similares temá-


poblado de espectros. Presentificación ticas y análogos, clones de Disney en
de Hamlets y Don Quijotes, mundo el distraer, un “distraer a la gente de
de paraísos perdidos, de golpes infer- bien” (así Molière y Racine concebían
nales solidificados en imágenes. En el la función de sus escritos). La fábrica
infierno pasado el tormento surgía de de víctimas, la industria del dolor,
la naturaleza de los condenados en el la humillación consentida como
presente, aquellos a quienes, su misma moneda de curso legal, el dolor redu-
naturaleza radical los llevó a imponer cido a mercancía, en esta desatención
el fuego de tormentos a sus víctimas. en la que la memoria ha devenido
El paraíso, entonces, tiene este perfil tótem y tabú, remedio y anestesia, un
mínimo de óptimo: los torturadores Pierre Menard emerge de cada testi-
condenados y encarcelados, aunque no monio: del testimoniar inconcluso,
se retuerzan de dolor en el tormento, paradójica y asombrosamente impar
aunque la retribución no sea propor- y contingente, se contrae el anacro-
cional a su propia naturaleza perpetua- nismo del misterioso deber de recons-
mente pervertida. Obliterado, en un truir literalmente ese obrar. El Menard
purgatorio que los hace abstractos, el que rinde culto a la memoria testimo-
dolor, la humillación que se imprime nial proyecta las ficciones del pasado
sobre las existencias, las presencias a la pobreza –nihilista– del presente,
presentes en la sociedad de los espec- barbarie que desatiende con desdén y
tros. La cultura de la memoria se sustituye por un pasado sin caducidad.
alimenta de desatención, abona un La soledad del testigo, los hechos de
pueblo desierto. La espera kafkiana, inexplicable extrañeza, la perspectiva
presente del purgatorio, se manifiesta temporal de su existencia, la enor-
como habla con nadie, invocación de midad de la ignorancia, el expresar
lo que no puede definirse, entrega a lo emociones insatisfechas, esa poética del
que se desvanece. Mientras, entonces, testimonio, su sonoridad que debiera
un modo de ejercitar la memoria se ser como la de un tambor tocado en
disocia de la atención, reconfigurando la selva, la perturbación del testimo-
la apertura al mundo, modelando el niar, la perturbación existencial de un
mobiliario del mundo, ante ese mundo sentimiento compartido, cavando en
de presentificación del pasado, se rete- la hondura que fermenta lo propio y
rritorializa la crítica como poética lo inauténtico.
rebelde a esa tradición, a ese imponer
que insiste en un traer hasta que lo
consume en montajes devaluados. Los labios cantan
Aquello que nos queda, la memoria, cuando no pueden besar.
expuesto a la inflación, a la distracción James Thomson
del valor, a la corrosión de sentido.
¿Acaso la Shoá no se ha convertido,
bajo la cultura de la memoria y el testi- ¿Cómo seguir siendo Pierre Menard y
monio, en un fenómeno autoinmune, llegar al Quijote a través de las expe-
en una representación hollywoodense riencias de Pierre Menard? En otros
más? Los Shoá world y Shoá land de términos, la cuestión borgeana hilvana
distintos nombres, en distintos puntos delicadamente retórica y persuasión,

385
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

memoria y atención. El canto de la palimpsestos, se multiplican los borra-


memoria, la posible desventura del eco dores, se refina el arte de la lectura:
que se besa en el espejo, en el mien- es el testimoniar como tenue, a veces
tras tanto del proyecto político, filosó- lánguida inscripción de la violencia
fico, poético, existencial de Menard. aniquiladora, es el testimoniar que
Sin poder besar ni cantar, aunque también nos insta a recorrer El proceso
preferiría hacerlo, prosigue la empresa de Kafka como si fuera posterior a
fragmentaria, casi imposible y por Si esto es un hombre de Primo Levi,
momentos insoportable y asfixiante el informe Nunca más como previo
del pasado en el presente, perturbada a Más allá de la culpa y la expiación
por el tráfico mercantil de tradición e de Jean Améry, y nos advierte de la
innovación, las inercias del lenguaje, confusión de leer La especie humana
las simplificaciones del olvido y la indi- de Robert Antelme como si fuera obra
ferencia. De ese emprender se hacen de Robert Antelme.

NOTAS

1. Moledo, Leonardo, “Funes, el hipocampo y la incomprensible memoria. Diálogo con RQQ”, Página/12,
2 de agosto de 2010.

386
388

Mito, olvido y trauma colonial.


Formas elementales de resistencia
cultural en la región andina de Bolivia
Por Silvia Rivera Cusicanqui (*)

Silvia Rivera Cusicanqui es una destacada socióloga


boliviana, descendiente de aymaras, que ha dedicado
buena parte de sus estudios y sus intervenciones mili-
tantes a los dilemas del mundo indígena, al rescate
de la historia de los pueblos colonizados, a la recu-
peración de las artesanías y la economía popular de
Bolivia y también de la cultura de la coca. Paralela-
mente, ha problematizado el tema del trabajo feme-
nino y las formas de explotación de las mujeres y
sus saberes comunitarios. Además de haber parti-
cipado en distintas experiencias políticas a lo largo
de su vida, una de sus intervenciones más originales
fue haber fundado, junto a otros intelectuales y acti-
vistas, el Taller de Historia Oral Andina (THOA)
que ha dedicado sus esfuerzos a la reconstrucción de
la identidad indígena a través de métodos singulares
de escucha y reelaboración de las culturas populares a
partir de los saberes comunitarios. Ha sido decisiva en
la formulación de conceptos teóricos que orientaron
lo que hoy se conoce como “poscolonialismo”. Estos
aportes, sin embargo, no festejaron la “recepción”
que estas críticas al racionalismo occidental tuvieron
en las universidades, especialmente norteamericanas.
En este artículo, la autora analiza el modo en que las
resistencias históricas de los indígenas, entre el inter-
cambio, la fiesta, la danza y la guerra, reorganizaron el
mundo en conflicto con los poderes coloniales en algo
que persiste como memoria viva y popular sin dejarse
“encapsular” en el slogan de la “tradición”.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

En este trabajo, quiero analizar cómo encarna a la vez una fuerza maligna y
se reelabora la memoria colectiva benigna, y sus tres caras simulan los
de un pueblo colonizado, el pueblo tres picos del Illimani, el principal
aymara, en una situación (post)colo- Achachila de la región. A través de esta
nial: los Andes centrales en el siglo XX, danza procesional (hoy convertida en
a partir de un trasfondo histórico más entrada folklórica), el escenario urbano
amplio, las luchas anticoloniales desde es reapropiado por comerciantes de
el siglo XVI. La vitalidad de la resis- coca y alcohol, contrabandistas y abas-
tencia aymara, la permanente reelabo- tecedores de alimentos básicos, que
ración de sus expresiones culturales y marcan los rangos, prestigios y valores
proyectos políticos autónomos, suele “nacionales” de la mayoría de la gente
ser visto por las ciencias sociales hege- de La Paz. Testimonios recientes
mónicas, bien como un enigma, o e iconografías de los emblemas de
una anómala “supervivencia” cultural. la Diablada, colocan lado a lado la
Tal parece que anida en las elites imagen del Señor del Gran Poder
mestizo criollas la misma esperanza con su opuesto ctónico, el diablo, e
decimonónica acerca de la inminente incluso representan al propio Cristo
“extinción de la raza indígena”, otrora con cara roja y cuernos negros (Pinaya
por violencia y enfermedades, hoy por y Vaca 2010, Barragán et. al., 2010).
medios más sutiles de colonización El nexo entre danza y rebelión se nutre
de las almas. de estas reversiones y potencialidades
En este largo proceso histórico, dialécticas. La imposibilidad de una
podemos distinguir varios ciclos entre- síntesis aclara por qué se yuxtaponen
lazados de insurgencia étnica, con los momentos épicos con los largos
secuencias que alternan el triunfo y la período de trauma colectivo, en los que
derrota –ésta casi siempre sangrienta la resistencia asume formas codificadas
y dolorosa–. En el siglo XVI surge de resistencia simbólica y ritual. Una
el movimiento del Takiy Unquy (la trama de mitos y relatos orales entreteje
enfermedad de la danza), una movili- un discurso y una praxis, que a la vez
zación mítica de danzas y cultos a las que nombra la realidad, la transforma
wak’as, que exhortaba a lxs danzantes y la abre a sus propias potencialidades.
a renegar de los dioses impuestos o a En ellos se encapsula la memoria del
reinstaurarlos de manera heterodoxa.1 2 significado de las luchas que adopta
Este ciclo fue seguido por un período formas crípticas y “tradicionales”
de reflujo y lucha solapada, en respuesta desde las cuales puede estallar en sus
a la “extirpación de idolatrías”, a través múltiples sentidos cuando llega la hora
de la práctica clandestina de una serie de la rebelión abierta.
de ritos y “brujerías”3. La forma codifi- La identidad indígena no es una
cada de resistencia cultural también se continuación estática y repetitiva de
expresa, de modo regular, en el baile algunos signos “puros” u “origina-
religioso o devocional, hecho que rios” que marcarían la indianidad. Es
podemos observar hoy en día en las más bien un proceso complejo, diná-
entradas folklóricas de ciudades y mico y ambivalente que reproduce en
pueblos andino-aymaras, por ejemplo forma paradójica, al propio colonia-
en la del Señor del Gran Poder. Este lismo en su dinámica4.” Las formas de
cristo trifacie, pintado en el siglo XVII, resistencia ritual y el recurso al mito

389
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

como codificador de la memoria histó- Auto Sacramental del siglo XVIII,


rica posibilitan el desmontaje de esta reelaborado desde hace siglos por
matriz fundante. Aflora en ellas una copistas y transcriptores de una remota
“conciencia anticipatoria”, una polí- versión original. La obra, de más de
tica del deseo colectivo que revierte ese cuatro horas de duración, narra el
mundo al revés y transforma las posi- encuentro entre Pizarro y los Inkas,
bilidades de la historia. marcado por la mutua incompren-
En la coyuntura rebelde de 1771-1781 sión de lenguas (qhichwa y castellano).
puede observarse similar entramado En lo formal, la representación del
de estrategias de sublevación abierta y Relato de la Conquista de Yarwiquya
lucha cultural solapada, así como de también resiste la imposición de formas
una verdadera “guerra simbólica” con coloniales, recuperando el escenario
los españoles, a circular, la alternancia entre la obra y
La Masacre de Todos los Santos, través de acciones la fiesta, y los modos de presentación
del 2 de noviembre de 1979, es colectivas en las de personajes propios del teatro prehis-
la respuesta del estado colonial que se teatraliza pánico. Cristóbal Condorena, en un
a la ruptura del Pacto Militar- la revuelta, se video producido por el thoa (El sueño
Campesino, y un castigo al hacen grandes de Wayllawisa, 1993) pone en relieve la
perfil político independiente demostraciones reelaboración histórica del mito de la
que asumieron las comuni- de fuerza y se Conquista, echando luz sobre las formas
dades andinas durante las elec- obliga a los espa- metafóricas de la acción colectiva en las
ciones de 1978 y 1979. Este ñoles a participar poblaciones del altiplano andino.
brutal hecho represivo revela el de los rituales del Otro tanto puede decirse de las
núcleo duro colonial del estado poder indígena. sublevaciones y estrategias legales
republicano: se castiga preven- La inversión de que caracterizaron a los apoderados
tivamente al mundo aymara las relaciones indígenas de 1881-1900, y a los
de El Alto y las laderas de La de dominación caciques-apoderados de 1910-1940.
Paz, por haberse atrevido a en los pueblos Las formas racionales de la delibera-
comportarse como ciudadanos tomados por los ción y la lucha legal se yuxtaponían
autónomos y libres. rebeldes indí- con ceremonias y peregrinajes rituales
genas, se traduce que realizaban comunarios y caciques,
en la oferta que éstos hacen a los espa- elaborando memorias míticas con las
ñoles vencidos, de integrarse en la polis que conjuraban el trauma colonial.
indígena como un “machaq común” Tanto los rebeldes del ciclo de los
(comunidad nueva), una condición Katari-Amaru en el siglo XVIII, como
de minoría de edad que los subordina los caciques-apoderados del siglo XX
a los vencedores y los obliga a trans- usaron la propia legislación de Indias
culturarse, aprendiendo sus modos de en sus edictos y peticiones, pero a la vez
trabajar, vestir y comer.5 conjuraron “la maldad del enemigo”
El teatro como política de la resistencia invocando a las deidades ancestrales y
ha sido puesto en relieve en el trabajo utilizando poderosos símbolos como
de Orlando Huanca,6 a través de una el de la serpiente (katari). En tiempos
aguda reflexión sobre el “Relato de la de paz, fueron los y las especialistas
Conquista”, que se pone en escena rituales (yatiris, qulliris, ch’amakanis)
cada 5 de octubre en Yarwiquya. Allí, quienes, junto a los escribanos y qilqiris
una comparsa de Inkas representa un indígenas, organizaron la estrategia

390
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

legal y hermenéutica que permitió indianista es resultado de una diná-


rebatir legalmente la expansión lati- mica ideológica proveniente del
fundista desatada por las reformas horizonte estatal-civilizador de 1952
liberales de los años 1870-1880. Las –que he llamado la memoria corta de
mujeres fueron un eslabón vital en esta la democracia plebeya revolucionaria–,
cadena de fuerzas organizadas celu- articulada con la memoria larga de la
larmente. Su memoria mítica es coti- rebelión de los Amaru-Katari en el
diana: los cuentos, siw-sawis y relatos siglo XVIII.8 Esta memoria se recons-
testimoniales son a la vez narraciones truye en el discurso y las prácticas de los
históricas y enjuiciamientos éticos al kataristas-indianistas de los años 1970,
orden establecido. cuya expresión pública más contun-
La moraleja de estos cuentos alude dente fueron los bloqueos de caminos
muchas veces a la esperanza milenarista de noviembre de 1979. René Zavaleta,
de una renovación social libertaria. En en Las masas en noviembre, señala el
este trabajo, me centraré en el análisis largo proceso de acumulación histórica
de uno de estos mitos, que surge una que culmina en esta inédita acción de
y otra vez en distintos momentos de masas, capaz de seducir a cientos de
la historia, en boca de diversos prota- miles de indígenas y campesinos de
gonistas del mundo indio y cholo de todas las regiones del país para levan-
La Paz y El Alto. En el thoa se ha tarse abiertamente contra las estructuras
registrado la historia de Chuqil Qamir de subordinación pasiva encarnadas
Bernita en testimonios de un descen- en el Pacto Militar-Campesino de
diente de los caciques-apoderados, 1964, y contra la herencia degradante
una militante de la FOL y varios parti- de décadas de sindicalismo clientelar9
cipantes en el bloqueo de caminos de (Zavaleta 1983). Aunque hubo antes
noviembre-diciembre 1979.7 otras sublevaciones importantes, como
la de Laureano Machaqa en 1958 y
la de los mineros de Milluni contra
Telón de fondo el dictador Barrientos (1964-1969),
puede decirse que la masacre de Tolata
He señalado en otros trabajos que la (enero 1974) marca un quiebre en la
emergencia del movimiento katarista- historia contemporánea de Bolivia: es

Masacre de
Todos los Santos
(Bolivia)

391
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

el comienzo del fin del Estado del 52 violencia estatal. ¿Cómo responden en
(Zavaleta 1983, 1990). He discutido el plano ideológico/político las pobla-
en otra parte por qué este hecho no ciones rebeldes al trauma de la derrota
tuvo los mismos efectos ideológicos y la subordinación? ¿Cómo funciona
para el campesinado parcelario de este núcleo de violencia irreducible
Cochabamba, víctima del hecho repre- en tanto propulsor de una “retirada
sivo, que para los comunarios del alti- simbólica” al ámbito del mito? ¿Qué
plano, que lo vieron como una brutal dispositivos permiten la remodifica-
agresión colonial. El molde organi- ción de sus significados en términos de
zativo sindical se había articulado de las urgencias políticas del presente?
modo distinto entre estas dos regiones,
pero en el altiplano las formas comu-
nales habían sobrevivido a su amparo, Protagonistas y versiones
y pudieron expresar a través suyo las
demandas étnicas y anticoloniales Aunque no menciona a la Masacre de
surgidas de su experiencia histórica más Todos los Santos, el trabajo de Carlos
profunda. La Masacre de Todos los Mamani Condori plantea una relación
Santos, del 2 de noviembre de 1979, directa entre el mito de Chuqil Qamir
es la respuesta del estado colonial a la Wirnita y el bloqueo de caminos de
ruptura del Pacto Militar-Campesino, noviembre de 1979, que paralizó las
y un castigo al perfil político indepen- principales ciudades del occidente del
diente que asumieron las comunidades país y reactualizó la táctica del “cerco
andinas durante las elecciones de 1978 aymara” de 1781.10 Citaré extensa-
y 1979. Este brutal hecho represivo mente su versión, en la que se alterna el
revela el núcleo duro colonial del relato y la interpretación, para después
estado republicano: se castiga preventi- entrelazar mi propia interpretación
vamente al mundo aymara de El Alto y sobre los sentidos que podría asumir
las laderas de La Paz, por haberse atre- el mito, si tomamos en cuenta la
vido a comportarse como ciudadanos huella carnal y subjetiva que imprime
autónomos y libres. en los cuerpos rebeldes la Masacre
Los bloqueos de caminos que se inician de Todos los Santos.
a pocos días de la masacre, incorporan
asimismo elementos de una memoria El mito de Chuqil Qamir Wirnita
más larga. El liderazgo katarista asume relata una situación ocurrida en
explícitamente el legado de los rebeldes tiempos coloniales, que se reproduce
del siglo XVIII y condena a la sociedad permanentemente a lo largo de la
racista que se proclama democrática, historia contemporánea. Wirnita
en lo que será la formulación más era hija del más influyente vecino
coherente de la propuesta anticolonial de una ciudad española [de la
aymara. Comenzando por el estudio región andina, SRC], que como
de esta coyuntura histórica, para luego toda ciudad colonial era un enclave
explorar otros momentos y contextos, dentro de un espacio todavía no
intentaré aquí develar la potencialidad dominado. A pesar de los varios
del pensamiento mítico como codifi- pretendientes que la merodeaban,
cador metafórico de la memoria indí- Chuqil Qamir Wirnita es seducida
gena, para enfrentar los dolores de la y acepta a sólo uno de ellos: Katari

392
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

(serpiente). Un ser que, como en el la ciudad de La Paz, se tiene la idea


tiempo del sunsupacha,11 se convierte –o la esperanza– de que el día menos
en humano y adopta la fisonomía pensado también ha de ser encantada
hispana: es rubio, de piel blanca y por los kataris, o sea que la civiliza-
lleno de joyas; vestido con elegancia. ción ha de ser invadida y ocupada por
Sólo aparece por las noches, porque la oscuridad y el salvajismo. La recrea-
de día retorna sigilosamente, después ción del mito es permanente. Entre los
de visitarla, y recupera su figura meses de agosto y octubre de 1979, se
animal para ir a dormir a su cueva supo que había una nueva Wirnita
(chinkana). Los padres de la joven se en la ciudad de Wiyacha y que sus
dan cuenta de que su hija es preten- críos habían nacido en el hospital
dida por un extraño y buscan identi- general de La Paz. Esto llegó incluso
ficarlo. Mediante un ardid dan con a las radios, donde se señaló que por
su morada, que se encuentra en lo
más tupido del monte, y descubren
que es una serpiente. Para el cris-
tiano, como sabemos, la serpiente es
la personificación del demonio.
Pero los amoríos de Katari con la
joven española habían ya llegado
muy lejos: ella estaba preñada. Sus
hijos también nacieron serpientes, y
los padres decidieron quemar a esos
engendros demoníacos y exorcizar a la
mujer. Cuando estaban procediendo
a ello, sucedió el encantamiento: el
espacio conquistado por los españoles ser una “superstición” no valía la pena Ejército guerrillero
Tupac Katari
fue invadido por los kataris, que en ocuparse del asunto. Pero mucha gente
ese momento hicieron oscurecer el fue en su busca, y varios afirmaron
día. Desde entonces la ciudad se halla haberla encontrado. La gente creía
encantada, y cuando uno de los nues- que la ciudad de La Paz pronto sería
tros llega allí sin malas intenciones, encantada por los kataris. Lo cierto es
es atendido por la misma Wirnita. que en noviembre del mismo año, el
Pero la gente que va a buscar oro o país se vio sacudido por una oleada
que quiere desencantar a la ciudad de movilizaciones campesinas, cuyo
sufre penurias. La ciudad encantada eje más radical eran los aymaras del
está resguardada por serpientes, y altiplano. El bloqueo de caminos, que
los españoles y criollos apuntan con duró más de 15 días (y reprodujo, en
sus carabinas a las campanas de la cierta medida, el cerco de Katari a la
iglesia principal, para desencantarla ciudad de La Paz en el siglo XVIII),
y devolverla a la civilización. paralizó por completo el abasteci-
Otras variantes del mito señalan que miento de productos agrícolas y suscitó
los kataris, hijos de Wirnita, viven en la ciudad profundos temores de
aún en las torres de algunas iglesias, una invasión india. Estos sucesos nos
como ser la de Sika Sika y la de San permiten nuevamente señalar al mito
Francisco en La Paz. En el caso de como una fuerza histórica: el clima

393
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

ideológico de resistencia anticolonial y Fuerza Aérea Boliviana. El Gral. Doria


de esperanza en un triunfo sobre los Medina, que condujo el operativo, fue
opresores, alimentó una movilización apodado el Mariscal de la Muerte. La
histórica del campesinado-aymara, Comisión de Justicia y Paz contabi-
y fue una fuerza importante en su lizó más de 300 víctimas fatales (entre
acción “espontánea”.12 muertos y desaparecidos), además
de varios centenares de heridos. La
Pero veamos más a fondo lo que conexión urbano-rural funciona de
ocurrió ese 2 de noviembre, quince modo electrizante.
días antes de los bloqueos de caminos.
El 1 de noviembre, el coronel Alberto ...La prueba de fuego para la
Natush Busch da un golpe contra csutcb fue su participación en la
el gobierno provisional de Walter resistencia contra el golpe del Cnl.
Guevara Arce Natusch Busch (1/XI/79-16/XI/79)
La reactualización del mito en (sostenido por atendiendo a la consigna de la cob
los meses previos a la masacre su partido, de “huelga general y bloqueo de
de Todos Santos y al bloqueo el mnr y una caminos”. Acosados por una intensa
de caminos de noviembre- precaria alianza presión popular, los golpistas sólo
diciembre de 1979 indica un parlamentaria), pudieron mantenerse dos semanas
proceso similar de condensa- provocando una en el gobierno, desatando una feroz
ción histórica y conocimiento reacción popular represión contra la población de
del presente como conciencia (marchas, barri- [El Alto y] La Paz, con un saldo de
anticipatoria del futuro. cadas) en el centenares de muertos. Una devalua-
centro de La ción del 25% en el peso boliviano,
Paz. Pero paralelamente, el mediodía decretada por Natusch poco antes de
del 1 de noviembre, en los barrios de su caída y confirmada por el gobierno
migrantes de las laderas y El Alto, provisional de Lidia Gueiler hizo
comienza la festividad del retorno de que se pasara de la resistencia anti-
los difuntos: Todos los Santos. En golpista a la huelga reivindicativa en
las casas se arman grandes mesas con las áreas rurales, mediante un masivo
cañas, panes, dulces, trago y comida, y movimiento de bloqueo de caminos a
las familias y vecinos visitan a quienes escala nacional.13
tienen difunto “fresco”, de 1 a 3 años.
Al día siguiente, 2 de noviembre a El bloqueo se suspende sólo después
mediodía, los deudos y sus invitados de que el gobierno de Gueiler revierte
van a los principales cementerios esa medida, aunque la crisis política
llevando pan, comida, trago y coca, desatada por la movilización autó-
para festejar toda la tarde comiendo, noma del campesinado indígena no
bebiendo y tocando música para los se resolverá (provisionalmente) sino
difuntos. Esas multitudes ebrias, de hasta fines de 1982, con el retorno de
luto, que se arremolinaban en la zona la democracia y el reconocimiento a la
del Cementerio de La Paz (corazón udp como gobierno constitucional al
de la ladera oeste) y en los cemen- haber sido el frente ganador de las tres
terios de Villa Ingenio, Santiago II últimas elecciones.
y Alto Lima, fueron ametralladas Las condiciones ideológicas de la movi-
desde el aire por helicópteros de la lización de 1979 se habían ido creando

394
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

desde fines de los años 1960, a través tera con Chile. En cuanto al Hospital
de una sutil penetración del discurso General... allí fueron a dar muchos
y del liderazgo katarista-indianista heridos y muertos por las balas del
en las estructuras del sindicalismo Mariscal de la Muerte. La inminencia
para-estatal controlado por el Pacto del “encantamiento” de la ciudad y de
Militar-Campesino. La culminación la invasión de kataris al mundo civi-
de este proceso fue la elección, en lizado de la urbe se localiza en estos
junio de 1971 (pocos días antes del espacios como condensando los verti-
golpe del Gral. Bánzer) de Genaro ginosos años de la historia reciente.
Flores Santos como Secretario General En Ocobaya, Alison Spedding ha
de la cntcb. La resistencia clandestina recogido otra versión que tiene un
de los kataristas durante la dictadura desenlace similar pero varía en signi-
de Bánzer, la expansión de su influjo ficativos detalles. Wirnita no sería una
a todos los departamentos y la combi- joven española, sino una mestiza, hija
nación de estrategias de resistencia de un vecino español con una india o
material y simbólica, dan la tónica a la chola yungueña. Además, su visitante
década de los 70 y marcan el “retorno nocturno no es un gringo sino un indio
del indio” de un modo ineluctable. aymara elegantemente vestido y con
El influjo katarista no es ajeno al chalina de vicuña. El encantamiento
renacer del mito de Chuqil Qamir de la ciudad y la invasión de serpientes
Wirnita: la protagonista principal de figuran también en la versión de
ambas esferas de la imaginación colec- Spedding, con el añadido de que sólo
tiva es una serpiente. La densidad una niña o un niño suxtallu (con seis
interpretativa de este símbolo parece dedos en la mano o pie) podría desen-
conectar ambos procesos. Así se cantarla. En este caso, el desencan-
gesta una segunda condición ideo- tamiento de la ciudad no implicaría
lógica para una movilización rural el retorno de la
de largo aliento: el mito de Chuqil dominación colo- Cuando lxs yungueñxs asustan
Qamir Wirnita anuncia la llegada de nial; más bien a los soldados del ejército con
una nueva era, en la que los centros parece encarnar sus cuentos de churisik’is,
de poder colonial quedarían para- una esperanza de vuelcan la imagen de lo salvaje
lizados por el “encanto” y volverían libertad, la recu- en contra de sus perseguidores,
a reinar los kataris. El templo de peración de la que es como revertir y proyectar
San Francisco, la ciudad intermedia historia propia y el espejo de sí mismos, acuñado
de Viacha y el Hospital General de la superación del en la ideología dominante
La Paz son epicentros de la resistencia tiempo histórico del indio rebelde, irracional e
contra el golpe. El primero preside colonizado. La imprevisible.
la amplia plaza del mismo nombre, reactualización
el lugar por excelencia de las masivas del mito en los meses previos a la
concentraciones de la udp, donde el masacre de Todos Santos y al bloqueo
1 de noviembre los tanques barrerían de caminos de noviembre-diciembre
a sangre y fuego las barricadas de los de 1979 indica un proceso similar
estudiantes y trabajadores de La Paz. de condensación histórica y conoci-
La ciudad de Viacha es el eje fabril- miento del presente como conciencia
campesino de una vasta red de rutas anticipatoria del futuro (qhipnayra
hacia el altiplano, las minas y la fron- uñtasis sarnaqapxañani).

395
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

Otra actualización del mito de Chuqil de la memoria histórica y relatado


Qamir Wirnita se produjo en la región de algunos eventos en los que la reacti-
Chulumani después del levantamiento vación del cuento popular de Chuqil
cocalero del 1 de octubre de 1980.14 En Qamir Bernita, en un contexto de
esa ocasión, la política antidrogas del crisis social y política, logra generar
gobierno de Estados Unidos, ejecu- un clima ideológico propicio para
tada por un cuerpo de policía de elite la acción insurgente indígena, y se
entrenada por asesores yankis, iba proyecta a su vez sobre sus opresores.
produciendo un cúmulo de abusos, la Así, cuando lxs yungueñxs asustan a los
confiscación de bienes y la obligación soldados del ejército con sus cuentos
de vender al acopio estatal la totalidad de churisik’is, vuelcan la imagen de
de la cosecha de coca15 de los Yungas lo salvaje en contra de sus persegui-
de La Paz. El último día de septiembre, dores, que es como revertir y proyectar
una patrulla allanó la casa de un coca- el espejo de sí mismos, acuñado en la
lero de Villa Remedios, violó a su ideología dominante del indio rebelde,
mujer delante suyo y saqueó sus perte- irracional e imprevisible.
nencias. Por la noche, una multitud Otra versión de este mismo mito
enfurecida se dirigió al pueblo y dio nos fue relatada en 1985 por Petro-
muerte a seis de los siete agentes que nila Infantes, dirigente anarquista
estaban en su puesto de control y en fundadora de la Unión Sindical
una cantina del pueblo de chulumano. de Culinarias en 1936. Según ella,
El mito de Chuqil Qamir Wirnita se cuando vivió de adolescente en la
combina en los Yungas con la versión población de Eucaliptus, ayudaba a su
de que la serpiente churisik’i trae mala madre a atender a los gringos de una
suerte a quien se topa con ella entre la empresa que había llegado a buscar
maleza. Cuando las fuerzas militares el tesoro escondido de los Jesuitas en
invadieron la región para vengar la la región de Choquetanga (provincia
muerte de los seis agentes de narcó- Inquisivi del departamento de La Paz),
ticos, los cocaleros huyeron a las cimas cuya puerta de ingreso era la población
de los montes y se esparció la versión orureña de Eucaliptus. El relato de
de que habían muchas churisik’is en doña Peta es como sigue:
el monte. La idea de un “castigo de
Chuqil Qamir Bernita” contra los Eran cuarenta gringos, gringa la
soldados que perseguían a los diri- señora, hablaba bien el castellano,
gentes cocaleros comienza a difundirse pero el caballero no hablaba, sólo
y logra crear una atmósfera de pánico nos reñía en inglés como sea. Esos
que rodea sus incursiones por las densas gringos habían llegado porque por
laderas e intrincados senderos de los el lado de quime hay un tesoro, el
montes. Más de uno se topa con una tesoro de choquetanga. Ellos llegaron
serpiente churisik’i y huye despavorido. con su plano para buscar ese tesoro,
cuarenta gringos con sus rifles. Dice
que por ese lado de choquetanga a
La versión de Eucaliptus mediodía, cuando hacía sol, dice que
las víboras se cruzaban de todo color,
En este trabajo hemos explorado las unas con otras, bichos de toda clase,
funciones del mito como codificador mortíferos. Se han ido los gringos

396
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

porque la mayoría ha muerto, las memoria de doña Peta como testi-


víboras grandes los trituraban en las monio de las fuerzas del monte, a través
palmeras.16 de la figura de una mujer mestiza, que
como ella misma, está imbuida de un
Años más tarde, Gunnar Mendoza poder moral y cultural.
me envió la fotocopia de un recorte
de periódico en el cual se confirma
la llegada de la expedición en estos Cierre de telón
términos: “Ha llegado a la ciudad de
La Paz la comisión de arqueólogos y El análisis de estas versiones del mito
exploradores británicos enviada por de Chuqil Qamir Bernita, en su arti-
‘The Sacambaya Exploration Limited’ culación con diversas formas de resis-
de Londres, para continuar las exca- tencia cultural y política ocurridas
vaciones en la provincia de Inquisivi, en la historia reciente de Bolivia, nos
buscando el tesoro escondido por los muestra dos registros en los que se
jesuitas en el año 1767” (en Lehm y hace visible la eficacia del mito en su
Rivera 1988: 17).17 articulación con la historicidad de la
Doña Peta explica el fracaso de la acción colectiva indígena:
expedición aludiendo a la presencia
de Chuqil Qamir Wirnita y su control a. En el primer registro, el mito ilumina
mágico sobre el territorio y sus riquezas: la experiencia de la sociedad opri-
“Han fracasado pues, en su intento de mida; crea la atmósfera de la expec-
conseguir ese tesoro: recorre el oro tativa de un tiempo aciago por venir,
más allá, por donde sea recorre. La que tiene también otra cara: la de
Wirnita de Chuqil qamir, eso es pues posibilidad de subvertir el “mundo
en choquetanga, un lugar mortífero al revés” instaurado por el colonia-
(en Lehm y Rivera 1988: 17). lismo. La idea de un posible encan-
Aquí el mito de Chuqil Qamir Wirnita tamiento de la ciudad de La Paz por Golpe de estado
revierte sobre los terrores de la sociedad las serpientes de Wirnita, nacidas en en Bolivia
dominante, y parece contribuir a crear
la atmósfera que rodea a la expedición
y finalmente conduce a su fracaso. Lo
irónico del caso es que los ingleses no
habían venido sólo en pos del tesoro,
sino que estaban imbuidos de una
misión científica y civilizadora: la de
destruir la “superstición” de la maldi-
ción jesuita sobre esas riquezas. El
mapa de los jesuitas que trajeron decía
amenazadoramente: “Tú que llegas a
este lugar, retírate. ¡Las riquezas que
pertenecen a Dios nuestro señor no
son para los humanos!” (ibíd.). El fin
catastrófico de la expedición, si bien
no parece haber sido registrado en la
prensa de la época, permanece en la

397
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

el hospital, precede y prepara el clima los ritos y rezos de los yatiris en las
para el bloqueo de caminos, pero apachetas de Waraquni, la Cumbre
además anticipa la masacre, un hecho y otras que rodean a la ciudad de La
brutal que segó más de trescientas Paz. En agosto, cuando “se abren las
vidas de aymaras urbanos y rurales bocas de la tierra” las invocaciones a
habitantes de El Alto y la ladera esa fuerza femenina dotada de poder
oeste, entre el 1 y el 3 de noviembre sobre el oro y la plata hace de ella una
de 1979. Esta violencia colonial, suerte de código mínimo del mito: es
brutalmente ejecutada por helicóp- la forma más críptica de la memoria,
teros desde el aire, rompe la linea- una suerte de talismán ritual que
lidad del tiempo histórico y reedita el sólo adquiere sentido para ciertos
trauma de la conquista del siglo XVI. grupos de personas y en determinados
Como entonces, surge la posibilidad contextos históricos.
de restauración de un tiempo antiguo,
el tiempo de los kataris, como expec-
tativa de libera- b. En la segunda forma, el mito revierte
Una lectura del mito como ción y reversión en contra de la sociedad opresora y se
memoria encarnada, ritua- del trauma de proyecta en imágenes amenazadoras
lizada y codificada, a través la historia. En de serpientes que devoran a los gringos
de la que se apela al pasado cierto modo, el que se atreven a codiciar las riquezas
para resistir la opresión del mito invoca las de Chuqil Qamir Wirnita, o asustan
presente y para devolver el almas de los ante- a los soldados encargados de la repre-
imaginario colonial en contra pasados muertos sión a lxs cocalerxs de Chulumani en
del opresor. No hay pues un –que yacen en el 1980. En estas versiones, el fantasma
acto de olvido o de amnesia mundo ctónico del del otro, convertido en realidad,
como reacción ante el trauma manqhapacha– 18 opera sobre la conciencia de los inva-
colonial (masacre, invasión quienes se unen sores (fuerzas represivas o científicos
territorial), sino una codifica- a los vivos en su europeos) y se internaliza en su expe-
ción de la memoria y su super- rebelión contra riencia subjetiva. El espacio habi-
vivencia cotidiana como mito la sociedad domi- tado por los kataris de Wirnita es un
o relato oral popularizado en nante. Así se territorio salvaje, que en la versión
versiones familiares que pasan produce un nexo de Eucaliptus sirve de escondite a
de boca en boca y de genera- entre la acción un codiciado tesoro enterrado por los
ción en generación. colectiva presente jesuitas en la época colonial. En el
y la memoria larga desenlace de la historia, lo salvaje se
de la lucha anticolonial indígena: los apodera de lo civilizado, destruyendo
bloqueos de caminos de noviembre su misión civilizadora y de paso
de 1979 reactualizan el cerco de las devorando a algunos expedicionarios.
tropas de Tupak Katari en 1781. Se En la versión yungueña, las fuerzas
forja así la identidad katarista, invo- represivas sufren una suerte pare-
cando el símbolo de la serpiente, que cida, aunque esta vez el fantasma del
el propio cuento de Chuqil Qamir indio rebelde se vuelve una amenaza
Wirnita invoca en los relatos coti- de la naturaleza y de los animales
dianos de cada hogar aymara en vastas del monte. Los soldados que incur-
y diversas regiones del país. También sionan en busca de cocaleros por las
se invoca a Chuqil Qamir Bernita en densas laderas, comparten los mismos

398
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

patrones culturales con sus presas, y ción de la memoria y su supervivencia


esta suerte de complicidad está a la cotidiana como mito o relato oral
base de la eficacia del mito. Al entrar popularizado en versiones familiares
en un territorio desconocido, plagado que pasan de boca en boca y de gene-
de peligros reales o imaginados –los ración en generación. En este estado, el
soldados provenían de regiones mito es un código cultural que permite
altiplánicas desprovistas de árboles– reinterpretar la opresión y la libera-
el monte se volvía un espacio fantas- ción como movimientos pendulares
magórico y peligroso. en un tiempo histórico en espiral. En
un nuevo ciclo de insurgencia indígena
Hay una última versión del mito de y popular urbana, el mito rearticula
Chuqil Qamir Wirnita, que a manera los sentidos de la memoria histórica
de epílogo desearía esbozar. Se trata de y los proyecta en acciones, materiales
la novela El Festejo del Deseo, de Juan y simbólicas en contra de sus nuevos
Claudio Lechín, en la que Wirnita acaba o antiguos opresores. Así, en La Paz
convertida en seducida (o violada) por circula desde tiempos inmemoriales
un cura. Esta lectura coloniza al mito el cuento de que hay serpientes en el
y lo inscribe en el imaginario mestizo- campanario del templo de San Fran-
criollo de posesión de la mujer indí- cisco, que se reactiva con el rumor sobre
gena, sexualmente apetecible en una el nacimientos de los hijos-serpiente
relación de dominación que favorece en el hospital general de La Paz, que
al macho conquistador. Asimismo, se anticipa la masacre y prepara las condi-
hace eco de la versión cristiana sobre ciones subjetivas para el estallido de su
el carácter “tentador” de la mujer momento opuesto, el “encantamiento”
demonio, que incita al pecado y a la de la ciudad opresora, como promesa
trasgresión, fruto de la que nacerían de libertad para el mundo indígena,
los hijos-serpientes. No podía darse que insufla energía en la movilización
una interpretación más retorcida el masiva del bloqueo de caminos y del
mito de Chuqil Qamir Wirnita que cerco indio sobre La Paz.
este grotesco ejercicio de la imagina- La articulación entre mito e historia
ción colonial y patriarcal de la “clase a es fundamental para la comprensión
medias” boliviana.19 de la rebeldía indígena en lo que hoy
A contrapelo de esta figuración, las es Bolivia. Este nexo tiene una larga
versiones anteriores, cuyo nexo con historia, que comienza con el Takiy
la acción colectiva de las poblaciones Unquy del siglo XVI, se reactualiza
indígenas o urbano-populares se ha en la movilización de Tupak Katari en
explorado en este trabajo, muestran 1781, en el movimiento de caciques-
una lectura del mito como memoria apoderados de los años 1920-1930,
encarnada, ritualizada y codificada, así como en la movilización katarista-
a través de la que se apela al pasado indianista de los años 1970-1980, en
para resistir la opresión del presente cuyo contexto se produce la Masacre
y para devolver el imaginario colonial de Todos los Santos y la revitalización
en contra del opresor. No hay pues un del mito de Chuqil Qamir Wirnita. Se
acto de olvido o de amnesia como reac- ha explorado otras versiones del mito
ción ante el trauma colonial (masacre, –la de Eucaliptus y la de los yungas,
invasión territorial), sino una codifica- que comparten el gesto de devolver al

399
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

enemigo las imágenes que él mismo y desalojadas por una masiva movi-
ha creado transformadas en una lización cocalera, en la que se evocó
amenaza de lo salvaje–. Cabe resaltar explícitamente la memoria de la rebe-
la duración de la victoria cocalera de lión de 1980.20
1980: desde ese año las fuerzas erra-
dicadoras de coca no se han atrevido
a entrar en los Yungas sino hasta el (*) Universidad Mayor de San Andrés,
año 2001, cuando fueron derrotadas La Paz.

NOTAS

1. Lugares sagrados y poderosos que se distribuyen en la geografía de los Andes, señalando los espa-
cios de las deidades de la oscuridad y el interior de la tierra. Según disposiciones del Segundo Concilio
Limense (1567-1568), sobre estos sitios sagrados nativos debían erigirse iglesias, capillas o plantarse cruces
http://www.educared.edu.pe/estudiantes/historia3/evangelizacion.htm, consulta del 16/10/2010.
2. Millones, Luis (1990), (comp.) El retorno de las huacas. Estudios y documentos del siglo XVI, Lima.
3. Spedding, Alison (1997) Manuel y Fortunato. Una picaresca andina, La Paz, Aruwiyiri.
4. Esta paradoja fue destacada por Gramsci, al señalar que “los grupos subalternos están siempre sujetos a
la actividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y se sublevan” citado en Guha, Ranajit
(1997), “La prosa de contrainsurgencia”, en Silvia Rivera y Rossana Barragán, Debates Postcoloniales. Una
introducción a los estudios de la subalternidad, La Paz, Historias-sephis-Aruwiyiri. Por su parte, Gayatri Spivak
plantea, en torno a esta paradoja, un radical desafío a la posibilidad misma de que el subalterno pueda ser
un sujeto autónomo de habla. Cfr. Spivak, Gayatri C., (1988) “Can the subaltern speak?”, en Cary Nelson y
Lawrence Frossberg (eds.), Marxism and the interpretation of culture, Urbana, Illinois, pp. 271-313.
5. Thomson, Sinclair (2007), “Cuando solo reinasen los indios”. Política aymara en la era de la insurgencia,
La Paz, Muela del Diablo-Aruwiyiri.
6. Alvarado, Hugo y Orlando Huanca (1992), La Conquista. Obra de teatro, Huanca, Orlando (s/f) “¿Es
posible un teatro andino?” (Mimeo).
7. Ver al respecto: El Indio Santos Marka T’ula, del Taller de Historia Oral Andina, Mamani Condori, Carlos
(1991ª), Los aymaras frente a la historia, La Paz, Aruwiyiri, y Lehm, Zulema y Silvia Rivera Cusicanqui
(1988), Los artesanos libertarios y la ética del trabajo, La Paz, Taller de Historia oral andina, pp. 178-179.
Se ha consultado también la versión de Spedding (s.f.), grabada en los Yungas y el libreto de la radionovela
inédita del thoa, Chuqil Qamir Bernita.
8. Rivera Cusicanqui, Silvia, (1984) “Oprimidos pero no vencidos”. Luchas del Campesinado aymara y
qhichwa, 1900-1980, La Paz, hisbol-csutcb.
9. Rivera Cusicanqui (1984), op. cit.
10. Mamani Condori, Carlos, (1991ª) y Rivera Cusicanqui (1984), op. cit.
11. Tiempo de la semioscuridad, tiempo nuboso de la humanidad aún no plenamente racional. En los mitos
de las edades de la tradición oral indígena, esta era una edad primigenia en la que los animales se comuni-
caban como los humanos e interactuaban con ellos en el plano moral y del conocimiento. Ver al respecto
“¿Podemos a través de los cuentos conocer nuestra historia?”, en Mamani (1991ª), op. cit., pp. 17-24.
12. Mamani, (1991ª), op. cit., pp. 10-11.
13. Rivera Cusicanqui (1984), op. cit., p. 173.
14. La información fue recogida en los Yungas por la autora, como parte de una investigación preparatoria
para el guión “Chuqil Qamir Bernita o la Serpiente que Quiso ser Dios”, un largometraje de ficción que
nunca se pudo realizar.
15. La hoja de coca acopiada por el Estado era luego convertida en pasta base y exportada por los generales

400
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

del “narco golpe” de García Mesa (1980-1982).


16. Lehm, Zulema y Silvia Rivera (1988), op. cit.
17. Lehm, Zulema y Silvia Rivera (1988), op. cit., p. 15.
18. La cosmología andina reconoce la existencia de tres pachas o tiempo-espacios.
19. Lechín, Juan Claudio (1993), El festejo del deseo, Cochabamba-La Paz, Los Amigos del Libro.
20. Rivera Cusicanqui, Silvia (2003), Las fronteras de la coca. Epistemologías coloniales y circuitos alternativos de
la hoja de coca. El caso de la frontera boliviano-argentina, La Paz, idis-Aruwiyiri.

BIBLIOGRAFÍA

Albó, Xavier y Matías Preiswerk (1986), Los señores del Gran Poder, La Paz, Centro de Teología Popular, Taller
de Observaciones Culturales.
Mamani Condori, Carlos (1991b), Taraqwu 1866-1935. Masacre, guerra y “renovación” en la biografía de
Eduardo L. Nina Qhispi, La Paz, Aruwiyiri.
Poma de Ayala, Guamán (Waman Puma), (1992) [1613] El primer nueva coronica y buen gobierno, Edición
crítica de John V. Murra y Rolena Adorno, México, Siglo XXI.
Rivera Cusicanqui, Silvia (1993), “Pachakuti: Los horizontes históricos del colonialismo interno”, en Rivera y
Raúl Barrios, Violencias encubiertas en Bolivia, vol. I. Cultura y Política, La Paz, cipca-Aruwiyiri.
Taller de Historia Oral Andina (thoa) (1984), El indio Santos Marka T’ula, Cacique principal de los ayllus de
Qallapa y apoderado general de las comunidades originarias de la república, La Paz, thoa-umsa.
— (1986), Mujer y lucha comunaria. Historia y memoria, La Paz, hisbol.
Thomson, Sinclair (2002) “We alone will rule”. Native Andean politics in the age of insurgency, Madison, The
Universitiy of Wisconsin Press.

FILMOGRAFÍA

Condorena, Cristóbal (1993), El sueño de Waylla Wisa, Video docuficción, 35 min.

401
402

Ernesto Quesada, el indianismo


arqueológico y las mitologías
sobre Tiwanaku
Por Pablo Stefanoni (*)

A la hora de repensar los sucesos latinoamericanos


contemporáneos, la cuestión indígena tiene una rele-
vancia preponderante. Tanto por su protagonismo
en las luchas contra el neoliberalismo como por sus
intervenciones en las discusiones sobre la actual
matriz de desarrollo que predomina en la región,
el mundo indígena –sus cosmovisiones y formas de
vida–, resulta imprescindible a la hora de interpretar
lo que acontece en estas geografías.
Muchas veces, como reacción a los discursos coloniales,
se ha intensificado una retórica que rescata la “pureza”
de lo originario en contraposición con las mezclas
o una posible imaginación que sintetice lenguas y
percepciones heterogéneas. Ahora bien, ¿qué suce-
dería si nos encontráramos frente a la evidencia de que
buena parte de los mitos de la pureza y la superioridad
racial indígena tienen sus orígenes en interpretaciones
intelectuales ligadas a interpretaciones provenientes
de Europa? Pablo Stefanoni presenta aquí una inves-
tigación que revela aspectos sumamente curiosos y
poco conocidos de los años 20 y 30 en Bolivia, en los
que un grupo intelectual intentó fundar una mitología
acerca del renacimiento de la humanidad de la mano
de la superioridad de los habitantes andinos. De estas
especulaciones, que fueron retomadas por distintos
proyectos políticos, nace un indigenismo mitológico
e integral, paradójicamente de cuño organicista y con
rasgos de eugenismo, proveniente de las entrañas de
las ruinas del Tiwanaku. Poderosa narración que ha
convocado la atención de muchos visitantes, entre los
que se encontró Ernesto Quesada en su búsqueda de
alternativas frente al “decadentismo” occidental.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

“Después de un penoso viaje, interrum- cana, que tuvo evidentemente esa


pido por los recientes derrumbes de la secular y propia cultura ha rehecho
línea Atocha-Villazón, ha llegado a esta esa virginidad después de 5 siglos de
ciudad el ilustre sociólogo y profesor barbecho. En el fondo, el alma indí-
universitario argentino Ernesto gena americana es tan virgen como el
Quesada”. Pocas líneas después, El alma eslava, porque vive en contacto
Diario de La Paz (12-1-26), anunciaba directo con la naturaleza y es refrac-
que Quesada daría una conferencia taria a la civilización urbana, con
en la Universidad Mayor San Andrés todas sus lacras físicas y morales
sobre su tema predilecto en esos años: (Quesada, 1926, p. 44).
la sociología relativista spengleriana,
materia que ya dictaba en Argentina De este modo, el jurista argentino se
aún antes de que La decadencia de sumaba a las elucubraciones de un
Occidente fuera traducida al caste- indianismo arqueológico que por esos
llano. Pero el objetivo del viaje no se años buscaba en Tiwanaku la cuna
limitaba a la conferencia, de la que mítica de la nación (Quisbert, 2004),
participó el presidente Hernando en un país con una autoestima seria-
Siles: invitado por Arthur Posnansky, mente afectada por las derrotas mili-
la meta final del largo periplo eran las tares y un colonialismo interno que
míticas ruinas de Tiwanaku,1 sobre las hacía de las mayorías nacionales (los
que el polémico arqueólogo austríaco indios) una raza agotada y/o dege-
tenía una ostentosa autoridad, que nerada. Un “pueblo enfermo”, diría
conservaría durante la primera mitad Alcides Arguedas en un libro con ese
del siglo XX. Es más, en esta “etapa nombre donde diseccionaba las pato-
indianista” de su madurez, Quesada logías de cada grupo social. Tres años
incluso polemizó con Spengler acerca después de Quesada visitaría Bolivia el
de dónde vendría la renovación de excéntrico conde Keyserling, invitado
Occidente y en la citada conferencia a Buenos Aires por Victoria Ocampo
universitaria apuntó: (Ocampo, 1951), quien fascinado por
la “potencia telúrica” andina creyó ver
Spengler sostiene que [el próximo en el Altiplano hombres propiamente
ciclo cultural] vendrá de Asia, por “mineraloides” (Keyserling, 1975). El
conducto del elemento eslavo, porque factótum del mito Tiwanaku y quien
la población rusa es, en su inmensa lo difundía por el mundo era siempre
mayoría, incontaminada con los Arthur Posnansky.
gérmenes de la decadencia de un
ciclo cultural al cual, en realidad,
ha sido ajena, desde que la europei- Don Arturo y la gloria de la raza
zación petrínica fue siempre artifi-
cial y sólo de una reducida minoría. La vida de Posnansky (1873-1946)
[Pero] si el alma rusa es ajena a la o Don Arturo (como era llamado en
cultura occidental, también lo es el La Paz) quedó definitivamente ligada a
alma indígena americana [...] Y si es las ruinas a las que consagró la mayor
cierto que el alma rusa es virgen, por parte de sus energías vitales desde que a
no haber tenido hasta ahora cultura sus 24 años llegó a Bolivia desde Austria.
propia, en cambio el alma ameri- Poco después terminó enrolándose en

403
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

el ejército boliviano en la Guerra del Europa y se estableció en la amazónica


Acre (1899-1902) contra Brasil (Ponce Manaos, en el auge de la fiebre del
Sanginés, 1994:11-20), una suma de caucho. Con su barco Anni –traído de
escaramuzas entre el crónicamente Hamburgo y luego rebautizado Iris–
débil Estado boliviano y los secesio- hizo fortuna comprando caucho boli-
nistas de origen brasileño –dedicados al viano y vendiéndolo en Brasil. Pero esa
negocio del caucho– en las que Bolivia nave tendría un devenir sorprendente:
perdió parte de al comenzar la guerra Posnansky, que
Posnansky buscó explicar el su territorio a había tomado partido por la causa
hiato entre la gloria de la raza manos de Brasil. boliviana utilizó su barco para trans-
constructora de las impo- Como recuerda portar armas y tropas, lo que fue de
nentes ruinas tiwanakotas Schávelzon, la gran ayuda para las misérrimas fuerzas
y el “miserable indio” que vida de Posnansky dirigidas desde La Paz (ibíd). Su vida
en ese entonces habitaba en fue “una perma- de arqueólogo –que lo haría conocido
Altiplano. En esas ruinas nente aventura: en gran parte del mundo– comen-
estaban condensadas, según él, capitán de barco, zaría en 1904, ya como “benemérito
las energías para el renacer de combatiente en de guerra” instalado en la sede de
la raza y de la nación. el Amazonas, gobierno de Bolivia. Pero dos años
cauchero, cartó- después pasaría a la historia por otro
grafo, etnólogo, náufrago y sobre- acto de emprendedorismo: conducir
viviente. Su apetito intelectual no el primer automóvil que se conoció en
reconocía límites. Idolatrado y odiado, Bolivia. Trajo un Mercedes en 1906,
acumuló grandes hallazgos, pero que quedó registrado, en medio de
también grandes errores que jamás recti- miradas asombradas de un grupo de
ficó” (Schávelzon, 1993). Un “amateur” indígenas, en una fotografía en el libro
que supo ganar tanto prestigio en su Bolivia que la estadounidense Marie
momento como descalificaciones de la Robinson Wright publicó en 1907
arqueología académica, inclusive, más (Ponce Sanginés, 1994: 30). Más allá
tarde, la nacionalista. Sin embargo, de la verosimilitud de sus aseveraciones
muchas de las cosas que dice el india- sobre Tiwanaku –en ese entonces
nismo actual sobre estas ruinas no son y más tarde refutadas en varios de
ajenas a la mezcla de trabajo entu- sus aspectos, como la antigüedad de
siasta, polemista activo e “imaginación más de 12 mil años– la construcción
exaltada” de este austríaco –de familia posnanskiana del pasado de los indios
polaca y formación germánica– nacio- altiplánicos brinda una plataforma
nalizado boliviano, que terminó sus conceptual y emotiva para pensar en
días en el Altiplano. un renacimiento glorioso de una raza
Su monografía de graduación en que se encontraba en apariencia en el
la ciudad de Pola (hoy Pula) como límite de sus fuerzas pero que tenía la
marino-ingeniero pareció anticipar su energía para resurgir.
futuro de arqueólogo. Con el título La principal peculiaridad del arqueó-
“La isla de Pascua y sus monumentos logo fue considerar que la herencia
prehistóricos”, y sin haber pisado jamás tiwanakota, aunque oculta, estaba
Sudamérica, trazó una comparación inscrita en los aymaras del Altiplano,
entre esa isla hoy chilena y las ruinas de incorporando así una visión optimista
Tiwanaku (ibíd). En 1897 abandonó sobre su futuro cuando muchos se

404
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

esforzaban en mostrar lo contrario, de energías del incólume austriaco. En


para justificar, entre otras cosas, su los años 20 incursionó además en el
minoría de edad política (no hay que mundo de la producción cinematográ-
olvidar que en 1900 aún la elite se entu- fica, con su sello Cóndor Mayku Films
siasmaba con la desaparición bioló- de donde salió, en 1926, el largome-
gica de los indios). Para defender sus traje La gloria de la raza, estrenado en
ideas, Posnansky escribió abundantes cines. Su guión se estructura a partir
artículos y libros, sacó fotos, llevó a del diálogo de un arqueólogo con un
las ruinas a grupos de visitantes de venerable anciano uru (cultura del lago
diversos países, participó en congresos Titikaka), “quien revela la historia de
internacionales, dibujó planos, fue sus antepasados, previa consulta tradi-
concejal de La Paz, presidió la Sociedad cional con las hojas de coca, y le habla
Geográfica Boliviana, construyó su sobre la desaparición de la civilización
propia casa-museo... (Ponce Sanginés, de Tiahuanacu”.
1994; Schávelzon, 1993). Si grandes Posnansky buscó explicar el hiato
proyectos como la Plaza del Hombre entre la gloria de la raza constructora
Americano –frente al estadio de de las imponentes ruinas tiwanakotas
Miraflores en La Paz– quedaron incon- y el “miserable indio” que en ese
clusas es posiblemente por la debilidad entonces habitaba en Altiplano.
crónica del Estado boliviano para En esas ruinas estaban conden- Alfred Metraux con
“construir la nación” más que por falta sadas, según él, las energías para el poblaciones indígenas

405
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

renacer de la raza y de la nación. El Todos los viajeros y la mayor parte de


arqueólogo austríaco encontró en la gente del país, suponen al indio un
la civilización tiwanakota al Estado ser imbécil y de inteligencia un poco
centralizado que proponía en esos superior a la de los seres irracionales,
años como modelo de avance civili- y que por esto debe ser tratado como
zatorio, pero su apuesta iba más allá menor de edad y sin la garantía de
aunque nunca fue propiamente nazi: los derechos civiles que le da la cons-
en el momento de optimismo sobre titución de su país. Los viajeros escri-
los triunfos de la Alemania de Hitler, tores lo hacen porque en su superficial
elaboró sus tesis sobre la construcción estudio del país y desconociendo el
de Tiwanaku por una raza superior idioma autóctono, no pueden introdu-
(herrenvolk) –los kollas– que había cirse en la confianza del indio, como
invadido la región (Quisbert, 2004). tampoco pueden observar su índole,
Eso no era muy extraño, la reivindica- sus verdaderas costumbres, para poder
ción de las razas de bronce era común apreciar el gran tesoro intelectual que
en Perú y Bolivia pero bajo la lógica duerme en esta desgraciada raza.
que la historiadora peruana Cecilia (Posnansky, 1939: 237)
Méndez sintetizó en la fórmula:
“incas sí, indios no”, lo que en Bolivia Así, Posnansky jugó un papel paradó-
operaba simplemente cambiando jico: contribuir al desarrollo del indi-
incas por tiwanakotas. Lo interesante genismo desde posiciones eugenistas,
de Posnansky fue su convicción de antiigualitarias y organicistas. El india-
que los aymaras contemporáneos, de nismo de Posnansky iba en paralelo con
carne y hueso, eran quienes habían la mestizofobia, especialmente la produ-
heredado esas potencialidades, lo cida entre indígenas y blancos; los mesti-
que construía un nuevo horizonte de zajes entre indígenas los consideraba a
sentido para pensar el siempre vili- menudo como positivos para el mejo-
pendiado vínculo entre los indios y la ramiento racial (Quisbert, 2004:199).
civilización (no hay que olvidar que No obstante, estas imágenes del indio
a menudo se consideraba a los indí- puro frente a los mestizos degenerados
genas una raza degenerada y vencida iba a ser cuestionada por intelectuales
poco apta para el progreso). que comenzaban a ver en el mestizaje
Es esta relación entre la gloria de Tiwa- la sustancia y el cemento necesario
naku y el futuro del indio boliviano para unir a la nación. Algunos, como
lo que nos interesa retener acá: como Carlos Medinaceli, como queda retra-
señala Quisbert, “para Posnansky, el tado en su novela La Chaskañawi
legado de la raza estaba ahí intacto, (1947), verán en la chola a la verda-
a pesar de todas las desgracias por las dera entrepreneur boliviana, llena de
que habían pasado los indios; para vitalidad e incluso de sensualidad.2
volver a retomar el camino de una
nueva edad dorada sólo hacía falta
mover los resortes íntimos para que el Alberto de Villegas y la
‘poder de la raza’ se manifestara expre- “semana indianista”
samente” (Quisbert, 2004:196). Eso
queda claro en uno de los párrafos de Uno de las iniciativas de estos
un texto de 1939: “indianistas intensos” de los años 20 y 30

406
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

fue la organización de la semana india- evolucionar hacia un entusiasta india-


nista a fines de 1931, cuando comen- nismo, condimentado con un repaso
zaban a sonar los cañones de la Guerra del de sus viejos apuntes de arqueología
Chaco que enfrentó a Bolivia y Paraguay y craneometría. En una de sus cartas
(1932-35). La Semana Indianista y la reproducida por La Gaceta de Bolivia
Cruzada pro-arte indio fue organizada tras su trágica muerte en la guerra del
por un personaje singular: el “elegante Chaco, el escritor boliviano apuntaba:
croniqueur” Alberto de Villegas –como “Mi viaje a Cuzco [...] me ha propor-
lo llamó sin ironía un periodista de la cionado algunas
época–. Sus actividades se desarro- emociones que Cada proyecto nacional-
llaron entre el 19 y el 27 de diciembre fermentándose y popular en Bolivia iría en
de 1931. De Villegas (1897-1934) sedimentándose busca de legitimación a esas
nació en La Paz donde se tituló de en el espíritu, ruinas precolombinas. La
abogado y posteriormente viajó a París aliadas a evoca- Revolución Nacional de 1952
como parte de la misión diplomática dores de lecturas desarrolló una arqueología al
boliviana ante la Liga de las Naciones. más o menos servicio del nacionalismo y
Allí estudió Ciencias Políticas y adquirió recientes van un nacionalismo al servicio
cierto aspecto de dandy –“falso francés formando lenta- de la arqueología que tuvo su
y auténtico parisino” (Rocha, 2002:33), mente la obra”. centro en Tiwanaku.
al decir de Roberto Prudencio– y al Y la forma en que
terminar sus estudios regresó a La Paz, continúa una de las misivas de invita-
donde abrió el café Mala-Bar. ción a la Semana indianista (La Gaceta
El café era, sin dudas, un lugar exótico, no menciona al destinatario ni las
donde podía escucharse fox trot o tango fechas de las cartas extractadas) dan
arrabalero; donde convivía Buda con cuenta de la cantidad de símbolos que
esculturas tiwanakotas (Ibíd:34). Al toma del mundo aymara como marca
cruzar su puerta, según un periódico, de autenticidad de su indianismo
“uno tiene la sensación de haber dado –por momentos sobreabundantes e
un salto prodigioso de La Paz a París” hiperbólicos– al tiempo que su florido
(Flores, ¿1929?). Duró un tiempo, en lenguaje deja ver parte de los conte-
medio de comentarios sobre la mala nidos de la actividad:
reputación del private bar. Al momento
del cierre, De Villegas escribe un breve Habría deseado enviarle un Chaski,
opúsculo, Memorias del Mala-Bar, con este mensaje de Tambo en Tambo,
donde luego de lanzar odas al cocktail hasta la ciudad. Quisiera coronar de
y el flirt, escribe: “Sí, amiga mía, fuego las serranías, en la tibieza de estas
decepciónese usted; [el bar] no es nada noches de diciembre o hacer resonar en
más que un observatorio de almas la puna áspera el clamor insistente del
de mujer” (De Villegas, 1983:79). Y pututo, para convocarlos a la celebra-
prosigue: “Esta tarde cerraré las puerta ción del próximo intip raymi [fiesta
del Mala-Bar, que ya nada puede ense- del sol, en el solsticio de invierno] a
ñarme, e inventaré mañana una nueva orillas del Chekheyapu. Proclamado
pirueta... ¡para seguir estudiando a yo, por la fuerza de las circunstan-
Freud!” (ibíd: 80). cias, gonfalonero del indianismo en
Con todo, ese “afrancesamiento” La Paz, estoy agitando la wiphala,
no le impidió –o quizás lo ayudó a– vieja bandera de los Aymaras, desde

407
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

el aislamiento ahora roto de mi habrá finalmente una velada en teatro


pukara. Habrán ceremonias únicas, donde se cogiera en Europa [sic]”.
para nosotros los iniciados. Asistiremos (La Gaceta de Bolivia, 1934).
fervorosamente a las cumbres de la
superstición. Iremos a buscar el más De Villegas acompañó a Posnansky en
recóndito fondo de la vieja Raza de sus aventuras arqueológicas. De hecho,
Indios Guerreros. El público tendrá formó parte de la fundación de la
una romería a Tiahuanacu, donde se Sociedad Arqueológica Boliviana creada
hará la ‘Fiesta de la Kantuta’, allí se por Posnansky en 1930 con un sorpren-
verán bailes indígenas y se premiará a dente ritual iniciático en las propias
los maestros rurales. En el salón india- ruinas de Tiwanaku: en el amanecer del
nista estará presente la Farmacopea 23 de septiembre de 1930 (equinoccio
Kallawaya. El cine representará pelí- primaveral austral) en el precinto inte-
culas de argumento indio. La Radio rior del Templo de Kalasasaya el arqueó-
difundirá discursos en Aymará y logo austríaco tomó el nombre aymara
Quechua. Melodías de la cordillera en de Apu-Willca (sumo sacerdote) e inició
kenas y pinkillos. Se realizarán varias a los otros 11 miembros del grupo,
conferencias sobre arte indianista entre los que se encontraba De Villegas
Puerta del Sol
(tejidos, cerámica, folklore, etc.). (Browman, 2007:32). Sus 12 miembros
Tiahuanaco Los diarios consagrarán sus páginas, –uno por cada mes del año– sólo podían

408
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

ser reemplazados por fallecimiento o Revolución Nacional de 1952 desarrolló


renuncia (este número no podía ser una arqueología al servicio del nacio-
ampliado), y de acuerdo a los estatutos de nalismo y un nacionalismo al servicio
la sociedad debían reunirse por lo menos de la arqueología (Quisbert, 2004)
cuatro veces al año en Tiwanaku, durante que tuvo su centro en Tiwanaku. El
los dos solsticios y los dos equinoccios partido “cholo” Conciencia de Patria
(Laguna Meave, 2007). Posnansky era el fue fundado en la década del noventa
presidente vitalicio de la Sociedad. Más entre esos templos milenarios, al igual
tarde se sumó el maestro Max Bairon, que varios de los grupos indianistas
con fuerte incidencia en los debates combativos de los 70. Y finalmente, Evo
educativos de esos años y editor de la Morales decidió asumir la presidencia
revista Altiplano, del magisterio orureño. allí, vestido de “tiwanakota” un día antes
Entre marzo y septiembre de 1932 de hacerlo frente a las instituciones de
De Villegas y Posnansky participaron la “democracia liberal”. Con todo, hoy
de las emblemáticas excavaciones de el gobierno no muestra un particular
Wendell Benett en Tiwanaku, al tiempo interés por la arqueología, y la ritualiza-
que en el plano de las hipótesis ejercían ción de la política en esas ruinas no va
una antropología bastante “creativa”. acompañada de un impulso a la arqueo-
Estos núcleos intelectuales que creyeron logía desde el Estado, dejando en claro la
encontrar en Tiwanaku la materializa- matriz plebeya/campesinista –indios de
ción del “poder de la raza” no carecieron carne y hueso, y no “de bronce”– que
de vinculaciones. Posnansky parti- domina el actual proceso de cambio
cipó de infinidad de eventos, como el boliviano. No obstante, algunos podrían
congreso internacional de americanistas repetir varias de las afirmaciones de
reunido en La Plata en 1932. Allí fue Quesada. El malestar actual en la globa-
acompañado por la joven maestra María lización, junto a la crisis de los viejos
Frontaura Argandoña, autora de un proyectos emancipatorios, potenció el
vívido libro titulado Hacia el futuro indio desarrollo de nuevas búsquedas, en las
(1931), elogiado por Alfred Metraux que la llamada emergencia indígena de
director del Instituto de Etnología de los últimos años ocupa un lugar central,
Tucumán. Otro de sus libros, Mitología en algún sentido con la misma expec-
aymara-quechua (1935) fue prologado tativa en que el pasado ancestral podrá
por el influyente Paul Rivet, presidente de darnos algunas claves para enfrentar un
la Asociación de Americanistas de París. futuro incierto, con amenazas de diversos
En opinión de Frontaura Argandoña, tipos de crisis: económica, financiera,
influida por las ideas mestizofóbicas ecológica... e incluso civilizatoria.
posnanskianas, los indios eran la única
raza pura de Bolivia, por eso debían
ser la base del renacimiento nacional. (*) Periodista e investigador. Coautor con
Y Tiwanaku era la prueba de que esos Maristella Svampa y Bruno Fornillo de
indios fueron capaz de construir algo Debatir Bolivia, Buenos Aires, Taurus,
excepcional, que aún los arqueólogos 2010. Ex director de la edición boliviana
no han develado en toda su magnitud. de Le Monde Diplomatique, actual jefe de
Cada proyecto nacional-popular en redacción de la revista Nueva Sociedad.
Bolivia iría en busca de legitima- Prepara una tesis sobre historia intelec-
ción a esas ruinas precolombinas. La tual en Bolivia entre los años 20 y 40.

409
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

BIBLIOGRAFÍA

Browman, David L., “La Sociedad Arqueológica de Bolivia y su influencia en el desarrollo de la práctica
arqueológica en Bolivia”, Nuevos aportes, N° 4, 2007.
El Diario, La Paz, 12 de enero de 1926.
Flores, Mario, “París en La Paz”, ¿1929?, recorte de prensa, Archivo de La paz (ALP/A de V), caja 1.
Frontaura Argandoña, María, Hacia el futuro indio, La Paz, Imprenta de la Intendencia General de Guerra,
1932 [1931].
—, Mitología aymara-quechua, La Paz, editorial América, 1935.
Keyserling, Hermann, “La potencia telúrica andina”, en Raúl Bothelo Gosálvez (comp.), El hombre y el paisaje
de Bolivia, La Paz, Biblioteca del sesquicentenario de la República, Dirección General de Asuntos Culturales
del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1975.
Laguna Meave, A., Tiwanaku: enigma de enigmas, Obra Póstuma, Hisbol impresión & Diseño, La Paz, 2002.
En Browman, David L., “La Sociedad Arqueológica de Bolivia y su influencia en el desarrollo de la práctica
arqueológica en Bolivia”, Nuevos aportes, N° 4, 2007.
Ocampo, Victoria, El viajero y una de sus sombras. Keyserling en mis memorias, Buenos Aires, Sudamericana, 1951.
“Pensamientos inéditos de Villegas que extractamos de sus cartas”, La Gaceta de Bolivia, año 1, Nº 20, 18-11-34.
Ponce Sanginés, Carlos, Arthur Posnansky y su obsesión milenaria. Biografía intelectual de un pionero, La Paz,
Cima, 1994.
Posnansky, Arthur, “Tihuanacu y la civilización prehistórica en el altiplano andino”, en Tihuanacu: Antología de
los principales escritos de los cronistas coloniales, americanistas e historiadores bolivianos, Ministerio de Educación,
Bellas Artes y Asuntos Indígenas, Biblioteca Boliviana N° 2, La Paz, pp. 195-239, en Quisbert, Pablo. “‘La gloria
de la raza’, Historia prehispánica, imaginarios e identidades entre 1930-1950”, Estudios Bolivianos 12,
“El discurso del pre-52”, IEB-Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Mayor
San Andrés, 2004, p. 194.
Quesada, Ernesto, “Spengler en el movimiento intelectual contemporáneo (Conferencia dada en la
Universidad Mayor San Andrés, en la ciudad de La Paz, capital de Bolivia, el viernes 15 de enero de 1926)”,
en Humanidades. Publicación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional
de La Plata, 1926.
Quisbert, Pablo, “‘La gloria de la raza’. Historia prehispánica, imaginarios e identidades entre 1930-1950”,
Estudios Bolivianos 12, “El discurso del pre-52”, IEB-Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,
Universidad Mayor San Andrés, 2004.
Rocha, Omar, “Alberto de Villegas, el inactual”, en Alba María Paz Soldán, Blanca Wiethücher, Rodolfo
Ortíz, Omar Rocha, Hacia una lectura crítica de la literatura en Bolivia, La Paz: PIEB, 2002. Tomo 2.
Schávelzon, Daniel, “La arqueología como ciencia o como ficción: Arthur Posnansky en
Tiahuanaku”, Todo es Historia, Nº309, Buenos Aires, abril 1993. pp. 32-49. (Consultada on line en:
http://www.danielschavelzon.com.ar/?p=1825 el 1/5/2012).
Villegas, Alberto de, Memorias del Mala-Bar, La Paz, Publicaciones Antonio Paredes-Candia, 1983 [1928].

NOTAS

1. Salvo cuando se trata de citas textuales, optamos por escribir Tiwanaku, frente a otras formas de denominarlo.
2. Pese a la fecha de publicación, la novela fue escrita mucho antes junto con artículos en el mismo sentido.

410
412

El más grande mito


de la historiografía
Por Omar Acha
Suele decirse de esta época que su característica prin-
cipal es el hecho de que todo está sometido a análisis y
discusión. Es decir, nada de lo que a simple vista tiene
su consistencia estructurada permanece a salvo de la
controversia. Y pocas cuestiones han sido tan exami-
nadas por el escrutinio colectivo como la Historia. En
parte, porque ella ha sido transformada en una alforja
capaz de proveer imágenes para los distintos proyectos
políticos que emergieron de la gran crisis de principios
de siglo; la historia fue objeto, también, de las disputas
que se dan en el contexto de una polarización polí-
tica muy marcada. Podemos decir, con todo, que hay
algo que interroga la veracidad historiográfica que es
común a la revisión contemporánea de todas las discur-
sividades y disciplinas. Las imágenes que provee para
la discusión pública no están exentas de la reproduc-
ción de los estereotipos que, académicos o revisionistas,
mantienen sobre los acontecimientos del pasado. Hay
un academicismo, con pretensiones científicas, que
resguarda el legado historiográfico de sus impugna-
ciones para conservar su legitimidad de disciplinar,
y un revisionismo que, a menudo concesivo con los
lenguajes mediáticos, discute los supuestos de la histo-
riografía tradicional.
En este trabajo Omar Acha sostiene que, en la oposi-
ción entre mito y ciencia, hay un verdadero mito, un
supuesto que no ha sido lo suficientemente cuestio-
nado: la historia como fundamento de lo real. No
se trata, según esta perspectiva, de discutir cuál es la
verdadera historia sino en ir más a fondo aún de lo
que lo hizo el discurso deconstruccionista, para poner
en suspenso la noción misma de historia y todas las
narrativas que de ella se nutren.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

El proyecto de un revisionismo histó- archivo como repositorio de verdad


rico está a la orden del día, a la vez para discutir sus credenciales. El fondo
que también es inactual. Su posibi- archival es más bien el instrumento de
lidad está subordinada a la elabora- la “crítica”. El documento, su vera-
ción de un concepto de historia bien cidad, su pertinencia, son juzgados
distinto del que se nos aparece como de acuerdo a un consenso de pares,
noción evidente: hay una historia real de una medida institucionalizada en
y tenemos que narrarla. ¿Qué suce- comités y referatos. De allí que se
dería si no hay historia como proceso destaque respecto de los avances de la
colectivo objetivo? ¿Cómo aborda- ideología sobre el proceder historio-
ríamos la tarea de constituir represen- gráfico: la universidad se preserva del
taciones del pasado? Esas preguntas impulso revisionista que mancilla la
elementales son las que debe encarar investigación con las prevenciones de
el proyecto revisionista. Es insuficiente la pasión política.
proclamar interpretaciones o burlar los No obstante lo otro regresa e impor-
relatos con preferencias disgregadas. tuna el plácido sueño de la historio-
Tampoco es útil disolver el problema grafía académica (aquí voy a desoír los
apelando a un construccionismo radi- reclamos de prestigio del mercado, no
calizado. Quiero aportar en este texto por irrelevancia sino por tratarse de
algunas ideas primarias sobre el zócalo otra cosa, anhelante de otras masti-
mítico que subyace en la historio- caciones). Vuelve como política,
grafía. Pensando más estrechamente como pugna de límites, como patrulla
en el panorama argentino me interesa disciplinar cuando se avanza sobre las
destacar, aunque sea rápidamente, dos incumbencias presuntamente exclu-
nociones decisivas que se han consoli- sivas de la historiografía universitaria.
dado en las últimas décadas: la moder- Cada vez que una palabra se enerva
nización problemática y el campo sobre el territorio de la historiografía
cultural. Cuestionarlas en el seno del académica, la de rango científico alza
entendimiento histórico que refractan indignada su gendarmería del saber
es apenas una fisura en la política de la legítimo. Las razones no son menores
historia por venir. en la prosa exasperada que amojana las
fronteras de la profesión. En verdad
hay una acumulación de “disposi-
El problema del sentido común tivos” en los últimos treinta años que
historiográfico justifican, al menos técnicamente, las
prebendas defendidas por el espíritu
La historiografía argentina –como universitario. Podrá pensarse lo que se
experiencia específica de una tendencia quiera de los saberes sedimentados en
occidental– presume de haber alcan- la maquinaria académica, pero hay una
zado su “Ilustración”. Quiere pensar evidencia que no quisiera olvidar: la
como Kant y Habermas lo propug- laboriosa indagación de datos concretos
naron, con el “propio entendimiento”. sin los cuales es inviable conducir una
Prescinde entonces de prótesis para investigación historiográfica de valía
desplegar su pensamiento. Cuestiona (y tampoco una revisión de la historia).
la tradición, somete los saberes here- Doy un ejemplo banal pero profunda-
dados a escrutinio. Desconfía del mente significativo: un relevamiento

413
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

de los presupuestos educativos en las en la historiografía. Este pasaje de


provincias durante la primera mitad mi argumentación es, por así decirlo,
del siglo veinte es decisivo para captar “hegeliano”. La crítica no puede
las mutaciones características de la provenir desde el exterior, sino del
difusión de la alfabetización y evaluar despliegue de una tensión irreso-
ese capítulo central del “progreso luble en lo real. No quisiera entonces
argentino”. Por supuesto que todavía oponerle a la historiografía universi-
se requiere de mayores detalles: ¿cómo taria una razón radicalmente diversa,
fueron empleados esos recursos, si es incomunicable. Desde esa actitud sólo
que llegaron a mentaría lenguajes incomprensibles.
La crítica no puede provenir implementarse? Se sabe qué sucede entonces: cada cual
desde el exterior, sino del O bien: ¿cuáles se preserva en sus convicciones. Y ello
despliegue de una tensión irre- fueron las conse- no conduce a algo nuevo; más bien
soluble en lo real. No quisiera cuencias en el procrea una “diferencia” perfecta-
entonces oponerle a la historio- mediano plazo de mente metabolizable. No es la guerra
grafía universitaria una razón esas inversiones porque hoy hay un suelo naturalizado
radicalmente diversa, incomu- educativas? Visto de la sociedad capitalista –el reino
nicable. Desde esa actitud sólo desde otro punto aparente de la particularidad– ante la
mentaría lenguajes incom- de vista, ¿quiénes que usualmente nos postramos como
prensibles. Se sabe qué sucede ingresaron al lo inexorable. Asumimos esa domi-
entonces: cada cual se preserva sistema educa- nación como destino y vemos qué
en sus convicciones. tivo? ¿Cuál fue la podemos adecuar en sus esquinas.
permanencia en Pasa otra cosa, decía, que la guerra: la
la escuela? De ninguna manera se me indiferencia de una institucionalidad
ocurre pensar que trabajos sobre esos compleja en la que pueden convivir
temas de los que ignoramos casi todo diversas tribus polémicas, o más proba-
sean irrelevantes. Por el contrario, blemente, la convivencia en territorios
son de valor extraordinario. Ante la de validez heterogénea.
inflación de “papers” que refritan por Voy al grano dialéctico para reventar
enésima vez los textos de Rancière desde adentro, parasitándolo en su
o Lacan, de Agamben o Derrida, verdad imposible, la maquinaria
creo que una buena monografía que historiográfica universitaria: la que se
encare los vacíos indicados es de un pertrecha en la paciente y minuciosa
valor superior. Me importa destacar reconstrucción de los acontecimientos
que la visita a los archivos es también del pasado. De acuerdo con ese ideal
ella misma teórica. ascético repelente de las fabulaciones
En tal sentido no pretendo apelar a ideológicas diseñadas de antemano con
una defensa del ingenuo empirismo imágenes arbitrarias y proezas antoja-
que subyace, por razones de estructura dizas, la historiografía se encorva sobre
ideológica, en la pretensión historia- los documentos para auscultar, entre
dora (académica) de hacer “ciencia”. la hojarasca de las opiniones de toda
Y es que si me niego a seguir indo- época, entre la multiplicidad de los
lente las modas intelectuales en la puntos de vista, para hallar las difíciles
valoración de las fatigas archivales es pepitas de las certidumbres sostenibles,
porque me interesa atenazar mejor el argumentables con razones. Si no hay
alcance de un debate teórico acallado entonces una Verdad, vale entonces la

414
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

laboriosidad de las verdades falsables, tras identidades?), estamos bordeando


temporales y susceptibles de contraste lo que la historiografía universitaria es
“empírico”. Ante ellas las facundias funcionalmente incapaz de reconocer,
de la imaginación se revelan como a saber, que no hay algo así como una
torneos imaginarios que se disuelven historia objetiva ante la que la investi-
con el tiempo. No hay mayor encanto gación deba inclinarse laboriosamente.
que el de una buena documenta- Esta nota no pretende disolverse en un
ción. Esa timidez historiográfica tiene relativismo radical una vez que he dete-
sus propias máculas. nido mi rumia en
Doy un ejemplo. Hoy sabemos que los valores de la La historiografía suele deba-
el “éxodo jujeño” de 1812 no fue tal, investigación, o tirse entre opciones de cómo
al menos si lo pensamos como un en lo que resiste explicar la historia. Las
pueblo que incinera todas las perte- al encanto de la variantes annalistes prefieren
nencias imposibles de acarrear en su labia. Y es que se la larga duración, las menta-
fuga del invasor realista. En aquellos habrá adivinado lidades o los procesos milena-
años inclementes y de castigos inape- lo que aquí está rios; las marxistas británicas
lables la ciudad capital de la actual en cuestión: la cambian el enfoque y lo miran
Jujuy fue abandonada al menos en inoperancia de desde abajo y desde las resis-
tres oportunidades por la amenaza una dicotomía tencias; las indias subalternas
española. Sin embargo, la orden de sencilla en la las sitúan en matrices relati-
la tierra arrasada nunca existió como oposición entre vistas y en tácticas resistentes,
tal. Eso lo comprueba el examen de la ciencia y mito, gramscianas; en fin, hay
documentación de la época. Más allá entre conoci- todavía otras que pueden inte-
de ello podemos debatir (lo han hecho miento y sentido, resarnos. Pero lo que ninguna
historiadoras e historiadores jujeños) entre verdad y ha puesto realmente en cues-
qué hacemos con esa verdad. Algunas pasión, en fin, tión, lo que es el límite insupe-
voces historiadoras afirmaron el deber entre realidad y rable de la historiografía como
profesional consistente en derribar sujeto. Lo que figura “científica” de nuestra
los mitos consolidados y presentar la está en juego es era en lo relativo al pasado, es
realidad objetiva: lo que efectivamente algo infinitamente la propia historia.
ocurrió. Otras voces, sin abandonar los más complicado
créditos del saber archival, reclamaron que esas alternativas sosas, tan reso-
la utilidad de algunas narraciones útiles nantes de la tensión constitutiva del
a la vez que de raigambre emancipa- dominio de la mercancía: entre el valor
dora: que el mito del Éxodo Jujeño de uso y el valor, o entre lo concreto
no es, como el del Día de la Raza, una del consumo y lo abstracto del inter-
celebración de la desigualdad sino, por cambio. Menciono las raíces sociales de
el contrario, un canto de cuánto puede la escisión entre lo real y lo ideal por
hacer un pueblo mancomunado por su razones que explicaré más adelante.
liberación. Mientras la Raza celebra la
imposición de una cultura sobre otra,
el Éxodo Jujeño reitera el aliento de la El más grande mito
lucha contra el opresor.
En esta tesitura, que pareciera cobijar La historiografía suele debatirse entre
los debates de nuestro tiempo (¿qué opciones de cómo explicar la historia.
hacer con la naturaleza mítica de nues- Las variantes annalistes prefieren la

415
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

larga duración, las mentalidades o supone y se atribula en la maneras de


los procesos milenarios; las marxistas contarla, de narrarla, de explicar, de
británicas cambian el enfoque y lo afirmarla o de criticar lo que sobre ella
miran desde abajo y desde las resisten- se ha dicho.
cias; las indias subalternas las sitúan Así las cosas, hay una historia argentina
en matrices relativistas y en tácticas que tuvo un inicio (sea en 1516, en
resistentes, gramscianas; en fin, hay 1776, en 1810, en 1853, o en 1880),
todavía otras que pueden interesarnos. momentos decisivos (la Constitución
Pero lo que ninguna ha puesto real- de 1853, el roquismo, el peronismo,
mente en cuestión, lo que es el límite la dictadura militar) y un presente en
insuperable de la historiografía como el vivimos. A partir de esa cronología,
figura “científica” de nuestra era en lo todo se discute. Pero partir de una
relativo al pasado, es la propia historia. cronología desde la cual se organiza la
La historia como tal, esto es, en tanto encuesta historiadora es una decisión
proceso masivo que transcurre en el enorme, es un paso que define todo lo
tiempo, es para nuestra inteligencia un que partiendo de allí se constituye. El
dato indiscutible. tiempo es, entonces, el complemento de
Lo que la historiografía no se pregunta ese gran mito que es la propia historia.
Bicentenario del es qué es la historia. O más radical- Hay diversas teorías sobre cómo
Éxodo Jujeño mente, si hay algo llamado historia. La se constituyó la noción de historia.

416
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Algunos autores nos hablan del pasaje inmanente. ¿Qué historiografías


del Antiguo Régimen a la Modernidad, podemos edificar si prescindimos de
de la fractura entre el pasado (lo reci- ese supuesto? Esta ha sido la pregunta
bido, el espacio de la experiencia) y implícita de todos los proyectos polí-
el porvenir, entre lo dado y lo nuevo. ticos significativos. Mas hoy en este
Otros, en cambio, exceden la muta- mundo sin alternativas radicales,
ción de las categorías lingüísticas donde las modifi-
para destacar cuánto debe la historia caciones minutas La historiografía universitaria
a la formación del mercado mundial parecen satisfacer rechaza la idea del revisio-
capitalista. Naturalmente, no son las las pasiones “polí- nismo. En algún caso atina a
únicas opciones y es innecesario hacer ticas”, no hay domesticar el revisionismo a
aquí un mapeo de esas variantes. Su interrogaciones través de la postulación de un
mención sucinta me basta para situar realmente histó- gesto constitutivo del quehacer
esta proposición: que no hay una ricas. Finalmente historiador. Así las cosas, mien-
historia objetiva como fundamento nos hallamos tras el sentido común mítico
real en torno a la cual revolotean dili- en la pesadilla se recuesta en sus conven-
gentes las cuadrillas historiográficas. nietzscheana en ciones indiscutidas (es decir,
En otras palabras, que la gran desmi- que una “cultura en sus creencias), la historio-
tificadora de los mitos que nublan histórica” nos grafía se renovaría constan-
los entendimientos es, ella misma, un ahoga. Desde temente. Cada tesis doctoral
efecto mitológico: la historiografía se luego que no en debe aportar un nuevo punto
pierde balbuceante si pone en suspenso los términos en de vista, requiere exhumar
la validez incuestionada de la historia. que Nietzsche fuentes hasta entonces intactas;
Y esa puesta en suspenso es lo que la increpaba en los congresos especializados
demanda el pensamiento crítico. Su los confines del devastan las imágenes simplifi-
avance en la desmitificación que funda siglo diecinueve. cadas de las síntesis apresuradas
la divergencia con los relatos estable- Su imperio tiene a través de debates específicos;
cidos, la prevención ante el pliegue una vigencia que en fin, la auténtica revisión la
satisfecho en los muellos brazos de las el autor de La provee la propia historiografía
complaciencias colectivas, alcanza su genealogía de la en su funcionamiento normal.
propio abismo. moral no imaginó.
Eso es algo más grave que la facundia Mientras su polémica en la Segunda
deconstruccionista actual que se Intempestiva constituyó una discusión
demora en hostigar las pretensiones sobre la cultura, sobre cómo las viejas
de un fundamento para revelar las generaciones se imponían sobre las
inconsistencias de todo lo humano. nuevas oprimiendo la fuerza de la vida,
Debo confesar que las elocuencias hoy es categoría “trascendental” del
en destacar las vacilaciones de lo real sujeto generada por la hegemonía del
tienen a mi juicio un alcance limitado. orden mercantil. Desde luego que suele
¿Qué se obtiene con mostrar la contin- haber proyectos estatales en el encuadre
gencia inexorable de todo concepto? de esa hegemonía.
Por cierto que ese es un primer movi- En nuestra época todo puede deba-
miento quizá necesario, siempre bien- tirse, incluso las minucias de batallas y
venido. ¿Y qué más? guerras, pero no el sentido de la historia.
La historiografía supone una historia en Ese no es tampoco un privilegio de las
movimiento temporal, una tendencia narrativas simplistas que, según el saber

417
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

académico, parasitan a las mercaderías Lo que se ha modificado es el régimen


de la industria cultural intituladas “revi- de sus respuestas. La imposición de un
sionistas”. Son constitutivas también, y modelo dual se ha mostrado improce-
de manera eminente, de la imaginación dente para dar paso a una pluralidad
historiadora universitaria. en la que se dirimió el problema de la
Quiero llamar la atención aquí sobre modernización. Por eso deberíamos
dos categorías campeantes en la inves- mentar modernidades, en plural, enfa-
tigación académica: la modernidad/ tizando las diversidades en las expe-
modernización y el riencias históricas.
Necesitamos pensar la produc- campo intelectual. Con esa matriz se lee la inserción de
ción de la categoría de la Ambas confi- la Argentina post-rosista en el orden
historia como efecto “trascen- guran una trama capitalista, su orientación agro-expor-
dental” en la configuración de conceptual que se tadora, la Ley Sáenz Peña y la reforma
los sujetos contemporáneos. ha impuesto como estatal del 1900, se mensuran las nove-
Dicho de otro modo, no la grilla de compren- dades del radicalismo yrigoyenista y
historia en tanto equivoca- sión de lo histó- las rupturas institucionales de 1930
ción o desvío de una realidad rico, es decir, son y 1943, la innovación peronista hasta
objetiva, sino como alambique datos de lo real 1955, los intríngulis del desarrollismo
teórico-material de la expe- y operan desde y la atormentada experiencia del pero-
riencia de nuestro tiempo. Sólo el inconsciente nismo del 73-76, así como las peripe-
entonces podremos avanzar en universitario. No cias de la “transición democrática”.
un revisionismo histórico algo quiero allanar todo Las interrogaciones se moldean dentro
más despierto que el amagado el disímil espacio de ese enigma de la modernización
en fechas recientes y tan torpe- académico bajo y la modernidad.
mente hostigado por sereni- ambas nociones. No es por azar que en tales preguntas
dades universitarias. Sólo digo que la ciudad de Buenos Aires posea una
demarcan su inte- relevancia fundamental. Todavía
ligibilidad predominante al devenir tenemos que debatir la concepción
en su vocabulario. de lo histórico implica el emplaza-
La pregunta sobre cómo se dio, por miento de Buenos Aires como vector
qué fue atribulada, cuáles fueron sus progresista de la historia nacional.
estaciones, demarca el horizonte de Es insuficiente al respecto postular
interpretación asociado a la proble- tradicionalismos del “Interior” bajo
mática de la modernización. Natural- la fórmula romántica de una ruptura
mente, aquí es de rigor plantear que del tiempo porteño. Por que en verdad
la fórmula germaniana de un pasaje Buenos Aires en tanto proa de la pampa
de la sociedad tradicional a la sociedad húmeda impuso su ritmo beligerante
de masas es inadecuada. Cualquier durante casi todo el tiempo histórico
tesista sabe que la dicotomía es simpli- argentino, incluso desde antes de
ficadora. Lo que tiene que hacer es 1810. En otras palabras, necesitamos
complejizarla, delimitar sus varia- una revisión de la historiografía que
ciones geográficas, establecer sus dife- exceda la diatriba antiporteñista para
rencias temporales, relevar cuánto de la entender la primacía agro-exportadora
propia dinámica modernizante estuvo en la historia nacional.
transida por restricciones internas. En Una faena derivada del entendimiento
otras palabras, la pregunta sigue viva. progresista de la historia es la encar-

418
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

nada por la naturalidad con la que el campo como efecto, consolidando


se ha difundido en lenguaje aparen- así las posiciones objetivas. Por lo
temente bourdieuiano del “campo tanto, la potencia configuradora del
intelectual” o sus diversas variantes. campo deriva de su efectividad en la
Digo “aparentemente” porque Pierre constitución inconciente del sujeto.
Bourdieu nunca olvidó señalar que En cambio, en el idioma historiográ-
la eficacia de los campos (artístico, fico actual se menciona a los campos
periodístico, político, cultural, etc.) como si se hablara de los caminos o
opera como coagulación de posiciones de las manzanas, olvidando la dimen-
objetivas entre individuos dentro del sión crítica del planteo de Bourdieu.
marco dado por la relación de fuerza Se pierde también en el camino cómo
entre las clases sociales. Los campos y cuándo la categoría de campo se
no son entidades objetivas en las que implantó en los anaqueles historiográ-
los individuos participan con sus dife- ficos, qué proyectos ideológicos portó,
rentes “capitales”. Por el contrario, es qué decisiones intelectuales representó.
en la inscripción del individuo que Lo que me interesa destacar aquí es la
reconoce las jerarquías relativas de las apostura natural que alcanzó como
distintas trayectorias individuales y los tendencia histórica, como aspecto de
sistemas de relaciones que se configura una historia argentina en devenir. Roque Sáenz Peña

419
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

La proyección de una estético que disciplina las aspiraciones


revisión de la historia revisionistas a hacer la historia, otra
historia. En mi opinión el concepto de
La historiografía universitaria rechaza historia no es meramente un engaño,
la idea del revisionismo. En algún caso sino la derivación de otro concepto, el
atina a domesticar el revisionismo a de capital. Voy a resistirme a avanzar en
través de la postulación de un gesto una explicación al respecto. Lo dicho
constitutivo del quehacer historiador. es suficiente para pensar una crítica
Así las cosas, mientras el sentido de la historia diferente a la disolución
común mítico se recuesta en sus discursiva de la misma. Necesitamos
convenciones indiscutidas (es decir, pensar la producción de la categoría de
en sus creencias), la historiografía la historia como efecto “trascendental”
se renovaría constantemente. Cada en la configuración de los sujetos
tesis doctoral debe aportar un nuevo contemporáneos. Dicho de otro modo,
punto de vista, requiere exhumar no la historia en tanto equivocación o
fuentes hasta entonces intactas; los desvío de una realidad objetiva, sino
congresos especializados devastan las como alambique teórico-material de
imágenes simplificadas de las síntesis la experiencia de nuestro tiempo. Sólo
apresuradas a través de debates espe- entonces podremos avanzar en un revi-
cíficos; en fin, la auténtica revisión sionismo histórico algo más despierto
la provee la propia historiografía en que el amagado en fechas recientes y
su funcionamiento normal. Pero lo tan torpemente hostigado por sereni-
que la historiografía universitaria no dades universitarias.
puede tolerar es un cuestionamiento
del fundamento, del mismo concepto
de historia, de la historia como tal. Y
es eso precisamente lo que un revisio-
nismo histórico discute.
Revisar la historiografía requiere atra-
vesar de otro modo ese término sedi-
mentado que es la historia. Necesita
considerarla un término “nativo”, rela-
tivo a los usos en una cultura. Poner en
cuestión las valencias conceptuales de
la modernización y del campo son sólo
ejemplos de una tarea más amplia, que
no se detiene en analizar con ironía las
vacilaciones de las nociones heredadas.
Requiere también trabajos construc-
ción de conceptos alternativos.
El más grande mito de la historio-
grafía es que hay una historia objetiva
que debemos conocer mejor para saber
lo que efectivamente ocurrió. Si se la
pone en cuestión se derrumba todo
el sistema científico, epistemológico y

420
422

La clase media en la historia


argentina: mitos y realidades
Por Ezequiel Adamovsky

En los últimos días, mucho se discute acerca de la clase


media, sus características, su impronta cultural, sus
alineamientos políticos y sus imaginarios. Y se lo hace
al calor de una fuerte polarización en la escena política
del presente. Estas controversias, a menudo teñidas por
las disputas e intereses de cada uno de los interlocutores,
muchas veces reafirma los estereotipos dominantes sobre
esta incierta denominación. Se la acusa de individua-
lista, de racista, de identificarse con los intereses de las
clases dominantes, etc. Sin embargo, cuando decimos
“clase media”, rasgo primordial de la cultura argen-
tina, solemos nombrar cosas diferentes reunidas en un
concepto que comprime sus significaciones posibles.
Ezequiel Adamosky rastrea los orígenes y oscilaciones
de esta clase social desde las primeras invocaciones en
Joaquín V. González, pioneras en forjar su identidad
en los años 20, hasta sus sucesivas transformaciones
durante el peronismo, su reconversión en la dicta-
dura y el neoliberalismo, su papel en la gran crisis de
comienzo de siglo y en los últimos años. Lejos de ser
un fenómeno lineal, la clase media fue variando y, en
esas variaciones, también adoptó distintos posiciona-
mientos políticos: generalmente, del lado de las clases
pudientes pero, en ocasiones, con manifiestas mues-
tras de solidaridad con las clases populares, llegando a
efímeros momentos de “desclasificación”.
Ésta es una discusión relevante. Cabría preguntarse,
como lo propone implícitamente este ensayo, si aún es
posible mantener las distinciones de clase, tal y como
se las conoció en el siglo XX, y si el mediatizado mundo
de los “consumidores” no genera subjetividades trans-
versales que requieren de nuevas interpretaciones.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

El surgimiento de la clase media chadas por los blancos (muchos de ellos


argentina inmigrantes europeos) que vivían en
las regiones más “civilizadas” del país,
La elite dirigente que construyó el especialmente en la pampeana.
Estado argentino desde mediados Los cambios fueron muy rápidos y la
del siglo XIX lo hizo animada por cultura tradicional resultó insuficiente
el proyecto de incorporar al país al para “ordenar” las nuevas jerarquías. Ya
mercado internacional como proveedor no estuvo claro, como hasta entonces,
de materias primas. La implemen- quiénes formaban parte de la sociedad
tación de este proyecto significó una “respetable” y quiénes no. La escuela, los
rápida profundización del capitalismo: intelectuales, la publicidad y en general
el mercado pasó a definir aspectos la cultura dominante se esforzaron por
cada vez más profundos de la vida de transmitir nuevas pautas de compor-
las personas, al tiempo que se erigió tamiento “decente” o por reforzar las
un Estado con el poder de moldear antiguas. Además del tipo de ocupa-
y regular las relaciones sociales. Las ción y el nivel educativo adquirido, la
nuevas actividades económicas y las “urbanidad” en los modales, la “buena
nuevas funciones del Estado multi- presencia”, el lugar de residencia, el
plicaron las oportunidades de trabajo. comportamiento de las mujeres de la
Comerciantes, cuentapropistas, agri- familia y el consumo de las vestimentas
cultores, empleados, supervisores, y accesorios “adecuados” se hicieron
profesionales, técnicos, docentes: estos indispensables para indicar el nivel
sectores adquirieron un peso mucho social que cada cual tenía o aspiraba a
mayor que el que tenían, haciendo tener (y para diferenciarse de los que
más compleja la estructura social. eran socialmente “inferiores”).
Al mismo tiempo, el desarrollo econó- En el desordenado mundo urbano de la
mico y político destruyó actividades y Argentina de fines del siglo XIX y prin-
ocupaciones independientes que habían cipios del XX, para muchos era funda-
existido hasta entonces y produjo un mental demostrar que eran merecedores
aumento sin precedentes de la propor- de respetabilidad. Fue en el fértil suelo
ción de personas que debían trabajar que ofrecía esa sociedad compleja y
para otros a cambio de un salario. Los cambiante que fue arraigando lenta-
cambios sociales, económicos y polí- mente, a partir de los años veinte, la
ticos alteraron profundamente las rela- identidad de “clase media”. Imaginarse
ciones entre los habitantes. Como el como “clase media” ofrecía a muchos la
proyecto de la elite se presentó como posibilidad de reclamar para sí la respe-
un proyecto de “civilización”, la discri- tabilidad tan ansiada: aunque no perte-
minación social y racial que existía necieran a la elite, podían de ese modo
desde tiempos coloniales se vio apun- dejar en claro que tampoco eran parte
talada. Las personas de pieles oscuras de la chusma, de clase baja.
y los criollos con modales “no euro-
peos” fueron inferiorizados y culpados
de poner obstáculos al progreso con Los usos políticos de la clase media
su “barbarie”. En consecuencia, buena
parte de las mejores oportunidades que Contrariamente al mito extendido, la
ofrecía el capitalismo fueron aprove- clase media no surgió hacia fines del

423
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

siglo XIX por el mero aumento numé- habían arribado a la Argentina con sus
rico de las categorías ocupacionales que “rencores” y sus “teorías extremas”.
habitualmente suelen asociarse a ella: González era uno de los políticos
docentes, comerciantes, empleados, más importantes y probablemente el
profesionales, pequeños productores, intelectual más lúcido de la elite que
etc. La llegada masiva de inmigrantes conducía el país antes de la apertura
tampoco supuso democrática. Desde la década de 1880
Sin embargo, la opera- en sí misma la ocupó diversos cargos: fue gober-
ción “clase media” tuvo por formación de una nador, diputado y senador nacional y
entonces éxitos limitados. A clase media. No ministro de varias carteras. González
pesar de los esfuerzos de estos hay una relación acompañó la función pública con una
políticos e intelectuales, no se directa entre intensa tarea de reflexión política. Su
desarrolló entonces una verda- “modernización” obra está marcada por la inquietud por
dera identidad de clase media. y aparición de el problema de las revoluciones y las
Es decir, la idea de que existía una clase media, “pasiones desenfrenadas de las masas”.
una clase media diferente del tal como la Pero sólo comenzó a prestar aten-
bajo pueblo no consiguió que postuló Gino ción a la clase media en 1919, hacia
hacerse carne en un amplio Germani hace el final de su vida. Le preocupaba
sector de la población. más de medio por entonces la oleada de activismo
siglo. Tampoco obrero y las simpatías que cosechaba la
existen evidencias de que la ucr Revolución rusa en Argentina. Recor-
haya sido el partido que canalizó el demos que la Semana Trágica –una
ascenso de esa clase, como lo quiere insurrección obrera que mantuvo
un sentido común que también abreva en vilo a la ciudad de Buenos Aires
en la narrativa del pasado nacional que durante una semana, hasta que fue
postuló Germani. Ni los dirigentes que reprimida al costo de varios cente-
crearon ese partido, ni sus medidas de nares de muertos– había sacudido al
gobierno, ni su base votante, ni sus país en enero de 1919. A ella le siguió
discursos públicos apuntaron particu- una inédita oleada de huelgas de
larmente a la clase media. empleados de “cuello blanco” (banca-
La identidad de esta clase no surgió de rios, oficinistas, etc.) e incluso de estu-
modo casual ni espontáneo. La expre- diantes, causando gran impresión en
sión “clase media” comenzó a ser utili- toda la sociedad “decente”. Atento
zada por ciertos intelectuales a partir de a las noticias que venían de Europa,
1920 con fines políticos precisos. En González concibió entonces la idea de
enero de 1920, Joaquín V. González replicar en Argentina lo que sus colegas
pronunció un discurso en la Cámara de europeos venían haciendo con cierto
Senadores que provocaría polémicas. éxito. Se propuso instigar un orgullo
Allí llamó a sus colegas a ocuparse de “clase media”, como para separar
de la “clase media”, “la clase más el reclamo de unos y otros, conven-
general de la república, la que no hace ciendo a un sector de la población
huelgas ni puede imponer su razón”. –especialmente a los empleados– de
En su discurso, González contrapuso que pertenecían a una clase diferente
a esta benéfica “clase media” una a la de los obreros, más “respetable”, y
clase obrera compuesta en su mayoría que, por ello, no debían mezclarse en
por “extranjeros no deseables”, que la calle con aquellos.

424
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

El de González probablemente haya evidente. González se proponía modi-


sido el primer discurso en el que se ficar la percepción que los argentinos
habló públicamente sobre la clase tenían acerca de la sociedad y, por ende,
media. Hasta entonces, la misma expre- acerca de sí mismos. Pretendía quebrar
sión era poco conocida. Predominaba las fuertes solidaridades que se venían
en la sociedad argentina una imagen tejiendo entre obreros y empleados,
binaria de la estructura social. Estaba convenciendo a estos últimos de que
la gente “bien” por un lado y el pueblo no eran parte del pueblo trabajador,
por el otro. No se reconocía entonces sino de una “clase media” más respe-
que hubiera ninguna clase intermedia table, que por ello debía adoptar un
entre esos dos agrupamientos. Buena papel de fuerza moderadora y alejarse
parte de los empleados de comercio, de los disturbios callejeros y de las
docentes, telefonistas y chacareros ideologías anticapitalistas. Buscaba
que ese año marcharon a la huelga se cambiar la imagen de una sociedad
sentían parte del pueblo trabajador. dividida en sólo dos clases –alta y baja–,
No existía por entonces ninguna iden- ya que esa imagen de alguna manera
tidad de clase media. parecía confirmar lo que anarquistas
De hecho, la prensa obrera recibió el y socialistas venían predicando: que
discurso de González con una mezcla la nación estaba partida en dos y que
de repudio y extrañeza. Se desató la parte inferior no necesitaba seguir
entonces lo que debe haber sido sufriendo la opresión de la superior.
la primera polémica pública sobre González se proponía, en fin, meter
la clase media argentina. El diario una cuña entre ambas, buscar aliados
socialista La Vanguardia acusó al políticos en alguna parte de lo que
“viejo oligarca” de preocuparse por hoy llamamos los sectores medios para
las penurias de la “clase media” sola- contrarrestar el avance de las luchas
mente con fines de “propaganda elec- obreras y anticapitalistas.
toral”. Además, impugnó “los falsos Otros políticos e intelectuales de
distingos de ‘ciertos sociólogos’, derecha colaboraron por entonces
como González, que pretendían con la operación político-cultural de
dividir en clases diferentes a obreros González. Quizás el más famoso e insis-
y empleados, siendo que había “una tente fuera Manuel Carlés, el fundador
perfecta solidaridad y una suerte en de la Liga Patriótica Argentina, el
común entre unos y otros”. Los anar- primer grupo parapolicial de extrema
quistas de La Protesta fueron aún más derecha que funcionó en nuestro país.
lejos en la impugnación de la socio- Carlés intentó organizar a los sectores
logía del senador, argumentando que medios y, a comienzos de los años 20,
en realidad las clases sociales eran sólo dirigió varios llamamientos públicos
dos: “la clase que él defiende no existe; a la “clase media” para tratar de
y si existe, no tiene derecho a la vida”, convocarla a la acción.
ya que se trataría de un grupo impro- Sin embargo, la operación “clase
ductivo y parasitario. media” tuvo por entonces éxitos
En fin, para los anarquistas y socia- limitados. A pesar de los esfuerzos
listas de entonces la maniobra polí- de estos políticos e intelectuales, no
tico-cultural que pretendía realizar se desarrolló entonces una verdadera
González resultaba perfectamente identidad de clase media. Es decir, la

425
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

idea de que existía una clase media jadores y la constante intromisión de


diferente del bajo pueblo no consi- sus delegados y sus sindicatos en todas
guió hacerse carne en un amplio las cuestiones.
sector de la población. Durante los Pero no fueron sólo las jerarquías
años 20 y 30, otros políticos –liberales, del ámbito laboral las que se vieron
conservadores, católicos, nacionalistas alteradas: el vendaval del peronismo
y algunos de la Unión Cívica Radical– sacudió varios de los pilares que defi-
comenzaron a aludir públicamente nían el lugar de cada cual en la sociedad.
a la “clase media” y a interesarse por De pronto, todo aquello que había sido
su suerte, con finalidades similares. A invisibilizado, silenciado o reprimido
partir de entonces, muy lentamente, por la cultura dominante se había hecho
se evidenciaron signos de que la “clase presente y, para colmo, se había vuelto
media” comenzó a arraigar como una político. Los hombres y mujeres pobres
identidad entre personas comunes, que vivían en los márgenes de la coqueta
dejando de ser así un mero concepto Buenos Aires invadieron la ciudad:
utilizado por los intelectuales. el 17 de octubre de 1945 los obreros
marcharon sobre el centro reclamando
el regreso de Perón, en lo que fue el
La clase media y el peronismo primer gran hito del peronismo. Aquel
día los trabajadores habían conquis-
Pero la identidad de clase media sólo tado esa ciudadela blanca y de “buena
se haría carne en un amplio sector presencia” que de mil maneras les hacía
social varios años después, con el sentir que no era suya. Llegaron con sus
surgimiento del movimiento pero- ropas pobres y sus modales groseros y,
nista. La presencia y el protagonismo contra todas las reglas de urbanidad,
que la parte más retozaron en las plazas con sus cuerpos
El mero hecho de ocupar la plebeya de la sudorosos a la vista y refrescaron sus
Plaza de Mayo y otras zonas sociedad argen- pies en el agua de las fuentes. Y como
céntricas con sus humani- tina adquirió a ese día la victoria fue suya, en adelante
dades pobres y despreciadas partir de 1945 ya nunca más pidieron permiso. El
se convirtió para ellos en un generó una reac- mero hecho de ocupar la Plaza de
gesto político, un ritual que ción de rechazo a Mayo y otras zonas céntricas con sus
repitieron una y otra vez en los la que se sumaron humanidades pobres y despreciadas se
años siguientes. tanto personas convirtió para ellos en un gesto político,
de clase alta un ritual que repitieron una y otra vez
como muchas personas de lo que hoy en los años siguientes.
llamamos sectores medios. Lo que La misma actitud desafiante se reiteró
más irritaba a unos y a otros no eran entones con todas y cada una de las
tanto las mejoras salariales que rápi- normas de respetabilidad y “decencia”
damente comenzaron a obtener los que venía inculcando desde hacía
trabajadores, como el hecho de que décadas la cultura dominante. La
las jerarquías sociales tradicionales plebe las puso en cuestión una por
se vieron profundamente alteradas. una, haciendo de cada desafío un gesto
A los patrones, tanto de la indus- político. Durante años, los pobres
tria como del comercio y el agro, les habían tenido que escuchar sermones
molestaba la indisciplina de los traba- sobre la limpieza y la forma correcta

426
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

de vestirse, y ahora resulta que ser un origen étnico y el color de piel, desa-
“descamisado” y un “grasita” tenían fiando el mito de la Argentina blanca
un valor positivo. y europea. De pronto, allí estaban
Durante años se había venido ellos, exhibiendo sus pieles oscuras o
moldeando un ideal de la conducta atreviéndose a hablar en quechua o
culta y “educada”, y ahora se había guaraní en la ciudad porteña, como
llenado el Congreso de “brutos” sin reseñaba asombrado el diario Clarín,
educación. Los ideales de decencia y o trayendo una inédita caravana de
de jerarquía familiar también fueron kollas que venían desde el Noroeste
en alguna medida puestos en cuestión con la esperanza de que Perón hiciera
por la multitud. Los jóvenes pero- algo para que sus tierras les fueran
nistas colmaron el movimiento de ese devueltas, durante el famoso “Malón
espíritu festivo, irreverente y soez que de la paz” de 1946. En fin, se había
desde entonces le es tan típico. Las hecho presente la plebe en la alta polí-
mujeres peronistas se presentaban sin tica, sin pedido de disculpas.
ningún recato cantando “Sin corpiño Fue el rechazo de las políticas de Perón,
y sin calzón / Somos todas de Perón”. pero por sobre todo a ese nuevo prota-
Evita, una hija ilegítima, llegaba a gonismo que había adquirido el grupo
primera dama. La plebe también al que la “gente decente” llamaba
politizó con sus gestos la cuestión del “cabecitas negras” en obvia referencia

427
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

a su color, lo que terminó de aglutinar De los años 60 a la democracia


socialmente a un vasto sector de la
sociedad que, finalmente, adquirió una La fractura social que el surgimiento
identidad de “clase media”. En efecto, de la identidad de clase media había
es recién en los años 40 que aparecen colaborado en crear, marcó de mil
indicios de que un grupo social impor- maneras la política nacional desde
tante hizo propia la identidad de clase aquel entonces. El enorme apoyo
media. Nunca había habido hasta social que acompañó a la Revolución
entonces una coalición tan amplia y Libertadora que derrocó a Perón en
una coincidencia de reclamos tal entre 1955 (incluso cuando en 1956 fusiló a
los diversos sectores de lo que desde decenas de personas) es impensable sin
entonces se llamó la clase media. Sólo considerar el apoyo de sector.
el horror a las políticas de Perón y a la Pero la imagen de la clase media
indisciplina social y su lugar en la nación sufrirían
En los años 60, un creciente había conseguido severos cuestionamientos desde aquel
giro hacia la izquierda, prota- juntarlos. Esta entonces. En los años 60, un creciente
gonizado tanto por los pero- identidad nació giro hacia la izquierda, protagonizado
nistas como por diversas así marcada a tanto por los peronistas como por
agrupaciones marxistas, afectó fuego por las diversas agrupaciones marxistas, afectó
a todas las áreas de la vida condiciones de su a todas las áreas de la vida nacional,
nacional, incluyendo las iden- alumbramiento. incluyendo las identidades. Las ideas
tidades. Las ideas que se vieron Por omisión, la que se vieron fortalecidas con este giro
fortalecidas con este giro clase media fue izquierdista buscaron volver a colocar
izquierdista buscaron volver antiperonista. Y al trabajador en el lugar de personaje
a colocar al trabajador en el buena parte de su central del desarrollo argentino y de la
lugar de personaje central del identidad quedó nación socialista que se intentaba cons-
desarrollo argentino y de la constituida por truir. Aunque una gran proporción de
nación socialista que se inten- el mito de la los militantes de izquierda pertenecía
taba construir. Argentina blanca a los sectores medios, la clase media
y europea, la fue atacada por su incomprensión
Argentina de los abuelos inmigrantes, de los problemas nacionales, por su
por contraposición implícita o explí- desprecio a los más humildes y por su
cita con el mundo criollo y mestizo de alineamiento con los poderosos, entre
la clase baja. Por un camino inesperado otros males.
–tan inesperado como la irrupción del Por supuesto, esto no significó la
peronismo– finalmente la identidad desaparición de la identidad de clase,
de clase media terminó desempeñando que resistió los embates perma-
la función que Joaquín V. González neciendo firme en su arraigo. De
había soñado para ella muchos años hecho, sus efectos políticos volvieron
antes: la de dividir y enfrentar profun- a hacerse sentir en el apoyo que
damente a dos sectores de la sociedad una buena porción de la población
y convencer a uno de ellos que su lugar prestó al Proceso de Reorganización
y sus intereses políticos estaban más Nacional, la dictadura que puso fin
cerca de los de la clase dominante que al tercer gobierno peronista en 1976.
de los del pueblo trabajador. El “Proceso” acabó no sólo con la
vida de decenas de miles de militantes

428
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

y con sus organizaciones: sus polí- fueron desmantelados y los trabaja-


ticas económicas también redujeron dores fueron despojados de muchos
el peso social de los trabajadores. La de los derechos sociales y las garantías
represión y la estigmatización de todas laborales que habían conseguido a
las ideas y proyectos de cambio social través de décadas de lucha. A partir de
que los habían colocado en un lugar 1975, y todavía más claramente a partir
central del futuro nacional dejaron el de la asunción de Carlos Menem en
terreno libre para la victoria final de 1989, la riqueza se concentró en pocas
la “clase media” como encarnación manos a medida que la gran mayoría
indiscutida de la argentinidad. de la población se
El Proceso desplazó no sólo a las vio empobrecida. Buscando la manera de resistir
organizaciones populares del centro La identidad de y enfrentar las políticas
de la escena nacional, sino al propio clase media prestó menemistas, una parte de los
“pueblo” como sujeto central de la un gran servicio a sectores medios fue reconstru-
historia nacional. Su reemplazo por este proceso en yendo lazos de solidaridad con
la clase media (la “gente”) se hizo sus años iniciales. las clases más bajas (aunque
evidente con el resultado de las elec- Para implementar muchos, por supuesto, persis-
ciones de 1983, por las que la dicta- las medidas neoli- tieron en su desprecio).
dura emprendió la retirada luego de berales era preciso
ver cumplidos sus objetivos centrales. terminar de quebrar las solidaridades
En aquellos comicios, por primera sociales amplias que se habían forjado
vez el peronismo –que hasta entonces en los años 70. El orgullo de clase
había sido la expresión política de media, con su tradicional componente
las clases plebeyas y, por ello, de la antiplebeyo, podía ser utilizado para
mayoría de la nación– perdió una dividir y enfrentar al cuerpo social, y
elección sin que mediara el fraude o así lo hicieron algunos de los propa-
la proscripción. Raúl Alfonsín, de la gandistas del nuevo modelo.
ucr, resultó elegido presidente. Leído Pero la victoria neoliberal significó
como un triunfo de esa clase, el alfon- a la vez una profunda ruptura en
sinismo contribuyó a reforzar aun más el universo mental y en la cohesión
el orgullo de la “clase media”, que de los sectores medios. En la década
reclamó para sí el lugar de garante de del 90 hubo ganadores y perdedores.
la democracia recobrada. Mientras una parte de la clase media
festejó los cambios (fuera porque
había logrado salir beneficiada o
Neoliberalismo y crisis porque imaginaba que podría mejorar
su condición), otra parte, cada vez más
Sin embargo, para entonces ya estaba amplia, se vio empobrecida. Buscando
en marcha el drástico programa de la manera de resistir y enfrentar las
reforma de la sociedad que impulsaron políticas menemistas, una parte de los
los sectores económicos más poderosos. sectores medios fue reconstruyendo
El neoliberalismo significó un cambio lazos de solidaridad con las clases más
dramático en diversos aspectos de la bajas (aunque muchos, por supuesto,
vida social, desde la economía hasta persistieron en su desprecio).
la cultura. Los mecanismos de regula- Durante estos años, la identidad
ción económica en manos del Estado de “clase media” se vio modificada

429
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

o incluso debilitada, a medida que En busca de la “normalidad”


muchas personas comenzaban a perci-
birse como miembros de una “clase La definición de lo “normal”, luego
media empobrecida” o incluso se resig- de la rebelión de 2001, fue y sigue
naban a aceptarse como parte de los siendo disputada. Inicialmente,
“nuevos pobres” que nutrían la clase pareció que alcanzar la normalidad
baja. La magnitud de la crisis de 2001, requería cerrar el ciclo histórico que
cuando el modelo económico de la se había abierto en 1945 o, dicho de
convertibilidad finalmente estalló, fue otro modo, restaurar la unidad de la
tal que la cercanía entre los sectores nación argentina. Y para ello resultaba
medios y los más pobres y los lazos de evidente que había que trascender el
solidaridad entre ambos se hicieron horizonte político del peronismo.
más fuertes que nunca. Aunque tími- El énfasis que Kirchner puso en la
damente, se pudo percibir, durante un “transversalidad” en sus primeros
breve lapso, un incipiente proceso de años formaba parte de este clima,
“desclasificación”. que por entonces compartía una gran
Por supuesto, no es que las dife- porción de los argentinos. El propio
rencias de clase hubieran desapare- reencuentro de los más pobres y los
cido, pero sí se vieron erosionados sectores medios empobrecidos, unidos
algunos de los muros que tradicio- en la resistencia callejera, parecía
nalmente separan unas de otras. anunciar tiempos nuevos. Tanto, que
No casualmente Eduardo Duhalde en esas jornadas algunos intelectuales,
–el presidente provisional elegido artistas y periodistas progresistas
por el Congreso luego del estallido, –entre otros Mario Wainfeld, Rep y
quien se propuso poner fin a la crisis, José Pablo Feinman– se imaginaron
recuperar la legitimidad del Estado y en presencia de un “17 de Octubre
encauzar nuevamente el capitalismo de la clase media”. La curiosa imagen
argentino– fue uno de los que más evocaba la promesa de restaurar la
halagó, pública y unidad de la nación que aquél otro
Sólo un nuevo 17 de Octubre explícitamente, a 17 de Octubre (el del 45) había
podía deshacer el hechizo la “clase media”. mostrado fracturada. Sólo un nuevo
plebeyo que había surgido en Buscaba reforzar 17 de Octubre podía deshacer el
1945. El reencuentro de la clase de ese modo una hechizo plebeyo que había surgido
media con la acción reivindica- identidad que se en 1945. El reencuentro de la clase
toria colectiva y con los justos hallaba en crisis media con la acción reivindicatoria
reclamos de la clase baja parecía y evitar que colectiva y con los justos reclamos
anunciar la reconciliación de siguieran erosio- de la clase baja parecía anunciar la
dos porciones de la nación que nándose los reconciliación de dos porciones de
habían permanecido enfren- muros que la la nación que habían permanecido
tadas hasta entonces. separan de la enfrentadas hasta entonces. La fantasía
clase baja. Su de este reencuentro se sostenía no
sucesor, Néstor Kirchner, también sólo en el hecho concreto y empírico
hizo de la recuperación del orgullo de las luchas en común que ambos
de clase media una piedra central del sectores habían librado en los tiempos
ansiado regreso a lo que él llamó un previos a la rebelión (y que seguirían
“país normal”. librando todavía durante un tiempo),

430
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

sino también en la base subjetiva de la “civilización”, por oposición a un


la nueva autopercepción de vastos gobierno que consideraba inmoral e,
sectores medios, que se veían como implícitamente, bárbaro. En las elec-
una clase media pero empobrecida ciones previas se había proclamado “la
(es decir, simbólicamente más cerca más clara representante de las clases
de los pobres). Debe notarse, sin medias argentinas”. Al perder por un
embargo, que esta restauración de la amplio margen
unidad nacional se daba bajo la égida en 2007, mini- El piquetero oficialista Luis
de la clase media y no en plano de mizó su derrota D’Elía, retomó los insultos en
igualdad. En la rebelión imaginada diciendo que su sentido positivo y se presentó
como “un nuevo 17 de Octubre” el partido había como líder de los “negros” en
legado del peronismo (y la presencia captado un apoyo lucha contra la “oligarquía”
plebeya que él expresó) quedaba mayoritario en y el país “blanco”. El propio
reconocido y aceptado. Pero no Buenos Aires y gobierno abundó en evoca-
por ello dejaba de tratarse de una otros grandes ciones a la Unión Democrática
rebelión de la clase media. centros urbanos que enfrentó a Perón en
La fantasía de un “17 de Octubre de la y que obtenía así 1945 y también comparó el
clase media” como promesa de regreso la “representa- movimiento opositor con la
a la “normalidad” volvió a movilizarse ción clara de las Revolución Libertadora.
algunos años después, en un contexto clases medias y
muy diferente. A medida que avanzó medias altas del país, con sus valores”.
en su gobierno, Kirchner fue olvi- Con tal resultado, Carrió sostuvo que
dándose de la “transversalidad” para la ciudadanía la había puesto en la
recostarse cada vez más en la segu- misión de “ser la fuerza de rescate de
ridad que le brindaban las poderosas nuestros hermanos pobres” que, atra-
estructuras del Partido Justicialista. pados en la dependencia que supone la
Su estilo y su discurso político pobreza, no podían ejercer racional y
volvieron a emplear progresivamente libremente su derecho al voto. En sus
la liturgia típicamente peronista que palabras todavía resonaban las viejas
había evitado cuidadosamente hasta explicaciones del fenómeno peronista,
entonces. Así, con el rencor propio que lo adjudicaban a la gravitación
del reproche por una promesa incum- indebida de un resto todavía “poco
plida, en las elecciones presidenciales civilizado” de la vida nacional: el de
de octubre de 2007 volvieron a escu- las clases bajas (especialmente las del
charse algunos conceptos que se creían interior “atrasado”). Era la clase media
de otros tiempos. El escenario por la urbana, especialmente la de la región
posible reelección de un gobierno pampeana, la convocada a la heroica
peronista fue de tal polarización, que misión del rescate.
volvió a hablarse de un “gorilismo de Poco después, la distancia simbólica
la clase media”, en referencia al modo entre la “clase media” y la baja reapa-
en que se llamó a los antiperonistas recería de una manera menos paterna-
más furiosos en la década del 50. La lista y más agresiva. En marzo de 2008,
candidata Elisa Carrió, que resultó en medio de uno de los momentos
segunda en votos, se presentó en la de mayor prosperidad del campo de
campaña como abanderada de la ética, todos los tiempos, las principales enti-
la moralidad de “nuestros abuelos” y dades agrarias iniciaron un lock out

431
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

exigiendo una reducción en la alícuota “los gringos” (una sutil manera de


de las retenciones a las exportaciones. dejar en claro que no se trataba de
El 25 de marzo cientos de personas acciones como las de “los negros”). El
opuestas al gobierno peronista, ligadas gobierno, por su parte, hizo todo lo
al campo y/o de origen social más posible por presentarse como adalid
bien acomodado, salieron a golpear de las clases bajas, aunque no dejó por
cacerolas en varias ciudades en apoyo ello de hablarle a los sectores medios.
a los empresa- La presidente Cristina Fernández y su
Las personas progresistas o rios rurales. Los esposo, Néstor Kirchner, le advirtieron
de izquierda y los kirchne- medios de comu- a la “clase media” que sus “prejuicios
ristas suelen tener una serie de nicación lo descri- culturales” la estaban conduciendo,
estereotipos sobre ese sector bieron como un otra vez, a apoyar a la “oligarquía”
social, que replican aquellos nuevo “cacero- y a olvidar que sus verdaderos inte-
que difundieron los polí- lazo” protago- reses están del lado del pueblo. La
ticos e intelectuales liberales nizado por la clase media “fue hija del peronismo”,
y de derecha, sólo que valo- “clase media” o le recordó la presidenta. Durante el
rándolos de manera inversa. simplemente por conflicto y desde entonces volvieron
De alguna manera, estamos “la gente”. Pero a hacerse presentes voces que, de un
siempre demasiado predis- en verdad, faltó modo que recuerda el ensayismo de los
puestos a, como señaló una el espíritu de años cincuenta y sesenta, denigraban
vez el ex vicepresidente Carlos unidad que hubo a la clase media por su tendencia a
“Chacho” Álvarez, “sacar el en las jornadas asociarse siempre con las clases altas
librito de Jauretche”. de 2001. Como contra los intereses populares.
los propios diarios El lock out estuvo acompañado de
reconocieron, en esa manifestación intensas medidas de fuerza prota-
y en las varias que le siguieron abun- gonizadas por agricultores en varias
daron los insultos racistas contra “los provincias y también por algunos actos
negros” que apoyaban al gobierno. verdaderamente multitudinarios en las
A medida que el conflicto se fue ciudades de Rosario y Buenos Aires
profundizando, las partes en disputa y otros menores en zonas rurales. En
apelaron a todo un repertorio de refe- uno de ellos cerca de Gualeguaychú
rencias al pasado. El piquetero oficia- el 14 de junio el dirigente de la
lista Luis D’Elía, retomó los insultos Federación Agraria Alfredo De Angeli
en sentido positivo y se presentó como –estrella mediática de la protesta–
líder de los “negros” en lucha contra fue arrestado por la Gendarmería
la “oligarquía” y el país “blanco”. El por negarse a liberar una ruta. Horas
propio gobierno abundó en evoca- después fue liberado y regresó al corte,
ciones a la Unión Democrática que donde lo esperaban sus compañeros.
enfrentó a Perón en 1945 y también La prensa opositora presentó explícita-
comparó el movimiento opositor mente este episodio comparándolo con
con la Revolución Libertadora. Pero el encarcelamiento de Perón y su libera-
el otro bando no se quedó atrás. ción el 17 de octubre de 1945. La gran
Como para que quedara claro que manifestación que había reunido cerca
sus cortes de ruta no eran iguales a de 200.000 personas en Rosario pocos
los de los piqueteros, los empresarios días antes, el 25 de mayo –emblemá-
rurales eligieron presentarse como tico “día de la Patria” en las efemérides

432
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

argentinas– también fue presen- progresistas. Estaba claro que la


tada como un nuevo 17 de Octubre. “normalidad” que buscaban los oposi-
“A riesgo de exagerar, creo que la tores no pasaba por incluir y superar el
última vez que hubo una aparición legado del peronismo, sino en volver a
pública de un nuevo actor social con (intentar) erradicarlo.
tanta fuerza fue el 17 de octubre
de 1945”, sintetizó Sergio Berensztein
para La Nación; “la revolución silen- Clase media y después...
ciosa que hace años se produce en el
campo podría compararse a la de los Varias veces durante la historia
sindicatos y la clase obrera que dio argentina se intentó fortalecer una
nacimiento al peronismo.” “¿Es una identidad de clase media con fines
herejía comparar el 17 de octubre “contrainsurgentes”, es decir, para
de 1945 con el 25 de mayo de 2008?”, dividir y debilitar momentos de
coincidió Alfredo Leuco desde Perfil. intensa movilización social que
Con posterioridad, también Elisa tendían hacia la unificación entre las
Carrió consideró las movilizaciones clases más bajas y aquellas situadas en
favorables a los empresarios rurales en una posición un poco mejor, algo que
la Capital como un “17 de Octubre”. obviamente amenazaba los intereses
A diferencia de 2001, esta vez no de los poderosos y/o la autoridad del
hubo una utilización del símbolo del Estado. Al menos en tres contextos
17 de Octubre por parte de los medios precisos –el derrocamiento de Perón

433
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

en 1955, la aceptación del modelo los años de la Revolución Libertadora


neoliberal en los 90 y la salida de la y la resistencia peronista. En ese
crisis de 2001–, la identidad de “clase entonces los convirtieron en sentido
media” desempeñó un papel clave. común Arturo Jauretche y otros de los
En los tres casos sirvió para dividir y grandes ensayistas de los años 50 y 60,
enfrentar al cuerpo social, generando como Juan José Sebreli, Jorge Abelardo
corrientes de opinión favorables a los Ramos, Jorge Enea Spilimbergo, entre
proyectos de la elite y debilitando otros. Esos estereotipos –reavivados
posibles resistencias. por el kirchnerismo luego de 2008–
En el actual momento de la política todavía condicionan fuertemente el
argentina, no casualmente comienza modo en que pensamos el papel polí-
a someterse a una crítica profunda a tico de la clase media.
las identidades en las que nos hemos Pero son estereotipos porque, aunque
formado, y en particular al mito del indudablemente tienen mucho de
país blanco, europeo y de clase media, verdad, oscurecen el hecho de que
el mito del “país normal” que supone en muchos momentos de la historia
que el bajo pueblo es siempre una nacional se tejieron fuertes lazos de
piedra en el camino del progreso, un solidaridad entre la clase trabajadora
obstáculo que es necesario erradicar y amplios sectores medios. Esos lazos
de algún modo. Esto no puede sino existieron en el contexto de 1919, en
ser saludable. los años 30, por supuesto en la radica-
Pero, dicho esto, existe un cierto modo lización de los sectores medios (espe-
de pensar la cuestión del papel político cialmente los jóvenes) en las décadas
de la clase media que resulta hoy para- del 60 y 70 y, más recientemente,
lizante. Las personas progresistas o de en las extraordinarias experiencias de
izquierda y los kirchneristas suelen solidaridad que marcaron la crisis de
tener una serie de estereotipos sobre 2001 y el “año extraordinario” que
ese sector social, que replican aquellos le siguió, para retomar la expresión
que difundieron los políticos e inte- de Maristella Svampa. La clase media
lectuales liberales y de derecha, sólo no es necesaria e inevitablemente un
que valorándolos de manera inversa. conglomerado social con las caracte-
De alguna manera, estamos siempre rísticas que le atribuyeron los ensa-
demasiado predispuestos a, como yistas de los años 50 y 60 y que hoy
señaló una vez el ex vicepresidente se repiten acríticamente. El desafío
Carlos “Chacho” Álvarez, “sacar el político del momento pasa por volver
librito de Jauretche”. En muchos a pensar, sin prejuicios ni estereotipos,
sectores progresistas se repite que la el modo de construir lazos de solida-
clase media nunca comprende los ridad entre todos los que no formamos
problemas nacionales, que imita servil- parte de la clase dominante. Porque
mente las costumbres de la burguesía, sin fortalecer esos lazos es impen-
que oscila entre la clase alta y la baja sable cualquier cambio más o menos
pero termina siempre apoyando a la profundo, cualquier política capaz de
primera, que tiene siempre puesta la limitar el avance criminal del capital
mirada en Europa, que desprecia a los sobre nuestras vidas.
pobres y que es racista y discrimina-
toria, etc. Estos estereotipos vienen de

434
436

Las islas Malvinas como frontera


de la nación (1833-2000)
Por Lara Segade

Desde la ocupación inglesa de las Islas Malvinas


en 1833, la cuestión insular formó parte de los
distintos discursos que procuraron propagandizar
la existencia de un cuerpo nacional unificado. La
curiosidad de los viajeros a lo largo del tiempo, las
descripciones que surgían de sus crónicas y relatos,
los discursos oficiales e, incluso, las tentativas
de reflexiones críticas siempre incluyeron a Las
Malvinas como parte constituyente de la Nación,
considerando su ocupación como un fenómeno de
carácter temporal. Así lo manifestaron también
las épicas de los aventureros y expedicionarios
que abordaron las islas, como parte de propuestas
políticas antiimperialistas. Estas percepciones se
ven trastocadas por el acontecer de la guerra en
1982. A partir de la tragedia que sobrevino, no
fue posible sostener, sin más, el imaginario de la
recuperación heroica o la reconquista belicista.
Apenas si pudo sortearse el silencio y elaborar lo
ocurrido. Y para ello fueron tan imprescindibles
las intervenciones polémicas de Rozitchner, como
las novelas de Fogwill y Gamerro.
En este trabajo, Lara Segade propone un recorrido
por tres momentos ineludibles del relato histórico,
en los que se entraman las Malvinas y la Nación,
con el objeto de analizar de qué modo la guerra es
incluida en él y, a la vez, lo modifica: el siglo XIX,
1910 y las postrimerías del siglo XX. Tres momentos,
tres coyunturas que revisan, de manera epocal, el
conflicto de un territorio desbordado por sus signi-
ficados históricos y los imaginarios nacionales.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Introducción acción popular que recibió múltiples


apoyos, pues respondía a un reclamo
Desde que en 1833 las Malvinas fueron histórico de soberanía. Esto llevó a
ocupadas por Inglaterra, algunos de que incluso las acciones en Malvinas
los relatos que durante el siglo XIX fuesen esgrimidas como argumentos
contribuyeron a la conformación de la defensivos o atenuantes por parte
nación como una “comunidad imagi- de las Fuerzas Armadas durante los
nada”,1 incluyeron algún tipo de refe- Juicios a las Juntas Militares. Por otro
rencia a las islas. Las Malvinas son lado, la derrota precipitó el adveni-
vistas y, por lo infrecuente de los viajes, miento de la democracia. Suerte de
sobre todo imaginadas, como una parte puente entre dictadura y democracia,
constitutiva de la Argentina usurpada supuso un obstáculo para los relatos
temporariamente. En este sentido, del nuevo orden institucional, que
muy temprano se establece el vínculo respondió con un conjunto de políticas
entre las representaciones de Malvinas conocidas como “desmalvinización”.
y las de la nación a las que las Malvinas Hechos que significaron un olvido
pertenecen o deberían pertenecer. generalizado que afectó, sobre todo,
A partir de la guerra de 1982, Malvinas a los soldados conscriptos, en algunos
comienza a significar “guerra” antes casos con dieciocho o diecinueve años
que “islas”:2 el paisaje se vuelve cada vez y sin haber completado la instruc-
más un paisaje bélico y la cuestión de la ción, habían peleado por la patria. Es
soberanía ya no puede pensarse separa- por eso que, desde el 14 de junio de
damente. En este marco, se producen 1982, se vuelve necesario reformular
un conjunto de relatos que buscan ambos relatos y también la conexión
otorgar un sentido al conflicto, ya sea entre ellos: los de la nación, para hacer
desde la experiencia o desde la imagi- lugar en ellos a la dictadura militar y a
nación. Para eso, muchos vuelven a las su corolario bélico y los de Malvinas,
representaciones existentes de las islas, para hacer lugar en ellos a la guerra.
que son ahora reformuladas en rela- En las páginas que siguen se trazará
ción con la guerra y, en este sentido, un recorrido por tres momentos de ese
pueden asociarse con los relatos que, relato en que se entraman las Malvinas
durante la posdictadura, intervienen y la nación, para ver de qué modo la
en el presente reescribiendo el pasado, guerra es incluida en él y, a la vez, lo
en especial “los orígenes de la funda- modifica: el siglo XIX, el comienzo
ción nacional.”3 y el fin del siglo XX. De este último
Si pensar Malvinas ya era pensar la momento se abordarán dos obras que
nación y pensar, también, en una falta, recuperan de modos más o menos
ahora además será pensar en una guerra evidentes los relatos preexistentes de
que, por las múltiples complejidades la nacionalidad en su relación con
que entraña, se resiste a ser insertada Malvinas, ya sea para reproducirlos
en el relato más amplio de la nación. o cuestionarlos. En primer lugar, la
En efecto, la guerra de Malvinas novela Las islas, de Carlos Gamerro
constituye un hecho incómodo. (1998), cuya historia, con un argu-
Fue llevada a cabo por la dictadura mento policial, transcurre en 1992,
más sangrienta de la historia argen- durante el décimo aniversario de la
tina pero fue, al mismo tiempo, una guerra. En segundo lugar, la película

437
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

Fuckland, de José Luis Marques extensión vacía / Con el recuerdo de su


(2000), donde se cuenta la historia de amor ausente”, llamándola Falkland en
un argentino que se propone enamorar vez de Malvina; y hacia ella se dirigen
y embarazar kelpers hasta repoblar, por “las ondas del Platino río / Con la
esa vía, de argentinos las islas.4 caricia de la patria inquieta”. Se trata de
una suerte de “drama geográfico”. En
cuanto al héroe, su llegada se enuncia
El siglo XIX: las dos cautivas en tiempo futuro: “La Proa del navío /
Por el laurel se sentirá sujeta”, la dama
En 1879, el mismo año en que se en apuros tiembla con “el sueño del
publica La vuelta de Martín Fierro, el rescate”. En este drama histórico que
poeta y dramaturgo Martín Coronado se superpone al geográfico, al poeta
escribe el poema “La cautiva”,5 en el que le cabe un rol fundamental: “Pero el
se retoman y reconfiguran, en función secreto de la mar ceñuda / En cada
de un contexto diferente, muchos de oído lo dirá el poeta. / De su lira sonora
los tópicos y recursos de su antecesor / Saldrá perenne la canción guerrera /
de 1837, el célebre poema de Esteban Que marcha voladora, / Como la luz, a
Echeverría. En ambas composiciones se despertar la aurora, / Como la chispa, a
cuenta la historia reventar la hoguera”.
Mientras la pérdida se inter- de una doncella Que el océano reemplace al desierto no
preta como una consecuencia que es tomada es más que una inversión de la equi-
de los desórdenes internos, prisionera y de paración entre pampa y océano que la
la recuperación promete la un héroe, carac- literatura nacional, entramada con los
unidad y el orden. Así, muy terizado román- relatos de viajeros ingleses, realizó a lo
tempranamente las Malvinas ticamente, que va largo del siglo XIX.6 En ese sentido,
se convierten en ese borde que, a rescatarla. En podría pensarse que Martín Coronado
visto desde afuera, completa, ambas, también, también recupera algo del espíritu
pero visto desde adentro, los captores de Echeverría cuando busca en ese
falta: como señala al inicio son en realidad paisaje “no sólo riqueza para nuestro
de su carta Augusto Laserre, dos: los indios engrandecimiento y bienestar sino
el interés de su descripción primero y el también poesía para nuestro deleite
reside en “la doble razón de desierto después, moral y fomento de nuestra literatura
ser ellas [las islas] propiedad en Echeverría; nacional”.7 En un caso y en el otro,
de los argentinos y de perma- los ingleses y la poesía se posa sobre los territorios
necer, sin embargo, poco o el océano en “vacíos” de la nación y produce en
nada conocidas por la mayoría Coronado. Pero ellos un sentido; es más, los performa.
de sus legítimos dueños”. Coronado va Y es que “no hay espacios vacíos: fue
un poco más la continua superación de la frontera
lejos en la personificación del paisaje. lo que convirtió un espacio en vacío,
Pues si en Echeverría el desierto era abierto a la conquista y a la represen-
uno de los protagonistas junto con tación por ficciones territoriales que,
María, la cautiva, y Brián, su amado y saltando por encima del límite entre
salvador, en la nueva versión todos los las palabras y las cosas, hicieron lo que
protagonistas son paisajes. El océano sus enunciados decían”.8 La imagi-
mantiene cautiva a esa “tierra que nación vacía el espacio y, a la vez, lo
nació argentina”, “Perdida y sola en la convierte en esa “geografía vacante

438
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

abierta a la imaginación”9 que es el de los argentinos y de permanecer, sin


desierto. En efecto, “los proyectos de embargo, poco o nada conocidas por
lo que Tulio Halperín Donghi llamó la mayoría de sus legítimos dueños”.13
una nación para el desierto argentino
hubieran sido imposibles si previa-
mente la imaginación pública no Paul Groussac: la ciencia contra los
hubiera hecho el acopio de un desierto extravíos de la imaginación
para la nación: un bien territorial y
textual”.10 Las grandes extensiones En el primer centenario de la
vacías de Malvinas y las pampeanas, Revolución de Mayo, un punto de
en este punto, se parecen; en tanto inflexión en el que la Argentina se
zonas liminares, de borde o en disputa, piensa a sí misma desde el pasado
llevan “consigo el peso simbólico de y para el futuro, el francés Paul
completar a la nación misma”.11 Groussac elabora, como regalo para
También José Hernández se interesó su patria adoptiva, un texto que se
por esos bordes, buscó conocerlos e propone proveer de fundamentos
integrarlos. Tres años antes de la apari- científicos a los reclamos argentinos
ción de Martín Fierro, tres años antes, de soberanía sobre el archipiélago. La
también, de que Martín Coronado monumental obra Les Îles Malouines,
escribiera “La cautiva”, publicó, en recién es traducida al español en 1934,
su diario El Río de la Plata una carta por iniciativa del diputado socialista
descriptiva del viaje a las Malvinas del Alfredo Palacios, otro promotor de la
Jefe de la Marina Nacional, Augusto causa Malvinas.
Laserre. En el texto que acompaña Groussac inicia su trabajo sosteniendo
la carta, Hernández define a las islas que tanto la geología como la botánica
Malvinas como “una parte muy “hacen de las islas Malvinas una depen-
importante del territorio nacional, dencia natural de la Patagonia”,14 lo
usurpada a merced de circunstancias cual se vuelve especialmente visible
desfavorables, en una época indecisa, en una definición de ambos paisajes
en que la nacionalidad luchaba aún por lo que les falta, es decir, por su
con los escollos opuestos a su defini- cualidad desértica:
tiva organización”. Esa usurpación,
dice más adelante, afecta la existencia Todos, desde Darwin, han descrito el
futura de la nación ya que es “como si carácter desolado de este melancólico
se nos arrebatara un pedazo de nuestra paisaje antártico, donde la tristeza de
carne”.12 Mientras la pérdida se inter- un cielo grávido y lluvioso se une a la
preta como una consecuencia de los desnudez de las cosas. Alternando con
desórdenes internos, la recuperación colinas de cuarcita y arenisca, extién-
promete la unidad y el orden. Así, dense vastos eriales, sembrados de
muy tempranamente las Malvinas se pantanos y turberas, sin otra vegeta-
convierten en ese borde que, visto desde ción que rudos herbajes (...) La fauna,
afuera, completa, pero visto desde tan pobre como la flora, también se
adentro, falta: como señala al inicio relaciona con la Patagonia.15
de su carta Augusto Laserre, el interés
de su descripción reside en “la doble Si bien Groussac reconoce que los
razón de ser ellas [las islas] propiedad ingleses han conseguido establecer una

439
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

colonia productiva, a pesar de la mala Al escaso interés económico, viene a


predisposición del terreno, sostiene a sumarse, con la cita de Darwin, una
continuación que “la ocupación de las devaluación de las islas en términos
Malvinas consideradas como puesto científicos, de modo que, se concluye,
estratégico, ha perdido –por el derrum- las islas deben pertenecer a la Argen-
bamiento del imperio colonial español tina, no sólo por contigüidad y por
y las transformaciones profundas de semejanza, sino también porque son
la marina– la poca utilidad que podía tierras inhóspitas e inútiles que, en
ofrecer antes” y que, por otra parte, definitiva, no valen la pena.
“como puerto de abastecimiento y Una vez zanjada la cuestión geográfica,
carena, Stanley no parece tampoco el objetivo es examinar “si los hechos
estar llamado a un muy grande de la historia coinciden con los de la
porvenir...”.16 La lejanía, además, hace geografía”.19 Esto es, a qué país asisten
que la posesión de las islas resulte más los derechos en cuanto a dos aspectos:
costosa para los ingleses. el descubrimiento y la ocupación efec-
En este punto, Groussac cita las obser- tiva. La primera ocupación efectiva,
vaciones que hizo Darwin a raíz de sus sostendrá Groussac, fue la del francés
visitas a las islas en 1833 y 1834 a bordo Bouganville,20 quien en 1767 cedió la
del Beagle. En Viaje de un naturalista posesión a la corona española para que
alrededor del mundo, Darwin afirmaba formara parte del Virreinato del Río de
por un lado los derechos de Inglaterra la Plata junto con las tierras continen-
sobre las islas, pero, por otro lado, las tales. De ese modo, con la indepen-
describía como “una tierra ondulada, dencia, las Malvinas pasan a formar
de aspecto desolado y triste, cubierta parte de las posesiones argentinas y
por todas partes de verdaderas turberas de ellas Inglaterra se apropió por la
y de hierbas bastas: por doquiera el violencia en 1833. Por lo tanto, si por
mismo color pardo monótono. Acá y geografía y por derechos de ocupa-
allá un pico o una cadena de rocas grises ción la soberanía sobre las islas debiera
cuarzosas accidentan la superficie”.17 ser argentina, queda por evaluar la
Y en cuanto a su excursión por la isla compleja cuestión del descubrimiento,
oriental, escribió Darwin: a la cual dedica Groussac el segundo
capítulo de su obra. Para ello, y con el
... Aparte el punto de vista geológico, objeto de no tomar partido anticipa-
nada menos interesante que este viaje: damente y mantener la imparcialidad,
siempre la misma llanura ondulada; emplea el método científico, esto es, el
siempre el suelo cubierto de hierbas examen de los documentos históricos.
pardas agostadas y de arbustillos Groussac se ubica a sí mismo y a su
insignificantes; todo saliendo de un obra, fundamento jurídico de sobe-
suelo turboso elástico. En algunos ranía, del lado de la ciencia entendida
puntos se ven, en los valles, pequeñas como verdad. Del otro lado, se ubican
bandadas de pájaros salvajes, y es los errores y falsedades que el autor
tan blando el suelo, que la gallineta se dedica a rastrear en el corpus docu-
ciega encuentra con facilidad allí el mental, constituido sobre todo por
alimento. Fuera de éstos hay muy relatos de viajeros de diversas nacio-
pocos pájaros.18 nalidades que afirman haber sido los
primeros en avistar las Malvinas.

440
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

La conclusión de este pormenori- que jamás ha hecho la navegación que


zado análisis es que el descubrimiento describe, o bien Amerigo Vespucci
real de las Malvinas es el que realiza, era ese hombre”.23 En cuanto a las
en el año 1600, el holandés Sebald anotaciones de Magallanes, el otro
de Weert.21 En cuanto a los viajeros explorador invocado por España para
anteriores, Groussac considera, por argumentar su prioridad por descu-
ejemplo, que la autenticidad de los brimiento, “no se registra el descubri-
viajes de Amerigo Vespucci es muy miento, ni siquiera fortuito, de las islas
sospechosa: del tercer viaje del floren- Malvinas”.24 Pero tampoco Inglaterra
tino, en el que supuestamente se consigue, entre los relatos de corsarios
produce el descubrimiento, no quedan y piratas que recorrieron los mares del
huellas escritas en los archivos, sino sur, alguno que resista un cotejo cien-
únicamente su propio testimonio que, tífico con la verdad. El primer caso es
además incurre en “errores groseros, el de John Davis, quien abandona a
que chocan jocosamente con las Cavendish para recorrer los mares por
pretensiones científicas del personaje su cuenta y, según el testimonio de
[Vespucci]”.22 Por lo tanto, quedan John Jane, uno de sus acompañantes,
dos opciones: “o la carta es obra de un descubrió las Malvinas el 14 de agosto
falsario, cosmógrafo y piloto de salón, de 1502. El relato, sin embargo,

441
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

mueve a la desconfianza pues relata causa de que no fuéramos más lejos


un episodio en que los vientos de una en el conocimiento del país... Tiene
tormenta, ponen al maltrecho barco en grandes ríos de agua dulce; no es
su camino como por arte de magia, “la montañoso; por el aspecto y el clima
proeza más asombrosa –o la mentira templado, recuerda a Inglaterra.29
más ingenua– de que los relatos de viaje
hagan mención”, una “fábula absurda” A los errores acerca de la latitud de la
que, por otra parte, “no es la única tierra entrevista, se suman “las falsas
del relato”.25 Esto lleva a Groussac a apreciaciones materiales”, tan inexpli-
concluir que “tenemos allí un docu- cables que llevan a Groussac a plan-
mento fabricado, falsificado, elabo- tearse las siguientes preguntas:
rado a posteriori por alguien –Jane o
algún otro– que no había participado ¿Por qué extraña ilusión un inglés
del viaje que ha trabajado sobre notas habría podido reconocer en las
o atento al dictado de Davis”.26 La Falkland el aspecto y el clima
hipótesis que se aventura aquí es que templado de Inglaterra? ¿Qué “grandes
un descubrimiento como este podía ríos de agua dulce” ha podido
justificar la deserción de Davis; si “la advertir allí desde el mar? (...) ¿Cómo,
expectativa crea su objeto… Es ella, sobre todo, hablar de habitantes y de
quizás, la que hizo surgir de la mar muchos fuegos (we saw many fires)
brumosa estas ‘islas desconocidas’...”.27 encendidos en la costa? 30
Finalmente, se analiza el caso de
Richard Hawkins, hijo del pirata y Groussac postula, entonces, una
negrero Sir John Hawkins, compa- alternativa: o se trata de una ilusión
ñero de Drake, quien emprendió un –Hawkins confundió las Malvinas
viaje al Mar del Sur en 1593 y, según con la costa Sur de la Patagonia– o se
su propio relato, el 2 de febrero de trata de una mentira –Hawkins se atri-
1594 descubrió una tierra de la que buye el “descubrimiento” de Davis–.
no había mención. Sin embargo, su Sin embargo, la ilusión se descarta
descripción “tanto del objeto como de porque Hawkins estaba rodeado de
las circunstancias del descubrimiento, gente que observaba con él. La mentira,
encierra rasgos tan contradictorios resulta extraña en tanto a lo largo de
que ningún lector advertido (...) ha veinte años, Hawkins “habría tenido
dejado de subrayar”28. Dice el relato todo el tiempo necesario para hacerla
de Hawkins, citado por Groussac: verosímil y quitar las contradicciones
groseras”.31 Aquí también Groussac
La tierra es una llanura de buen aventura una hipótesis de lectura:
aspecto y poblada; vimos muchas
fogatas, pero no pudimos hablar a Es muy probable, en efecto, que
los habitantes; la época propicia para Hawkins haya tenido ante los ojos la
enfilar el estrecho estaba avanzada y, redacción de Jane, el escriba de Davis,
faltando la chalupa para aterrizar, y también que, reuniendo sus recuerdos
hubiera sido imprudente acercarse un cuarto de siglo después de los sucesos,
demasiado a la costa con un navío de haya mezclado sus impresiones un
carga. Esto, con el cambio de viento poco turbias de la Patagonia con los
(bueno para pasar el estrecho), fue datos, no muy claros, de esta lectura.32

442
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Así como Davis había creído ver las grados al norte de estas últimas su
islas como consecuencia de la expec- tierra Utopía, inventando estas
tativa de un descubrimiento que lo Pepys inhallables, más conocidas en
salvara, el relato de Hawkins tiene el siglo XVIII y mejor descritas que si
un origen doble: es, a la vez, ilusión hubieran sido reales. ¡Mucho tiempo
y copia. Lo que Groussac descubre al aún, ante la proa de los navíos en
someter a estos textos a un examen marcha, los acciones del ensueño
científico es que en realidad se escapan irán revoloteando sobre la cima de
del universo de la comprobación las olas, jalones de argentada espuma
empírica. Son otra cosa: ilusiones, que conducen a islas de niebla! 34
falsificaciones, errores, más o menos
verosímiles. No se originan en lo real
sino, casi siempre, en otros textos o
en las sugestiones generadas por otros Las islas: el relato disléxico
textos; son, ellas mismas, productivas
imaginaciones, generadoras de nuevas Casi un siglo después de que Groussac
percepciones ilusorias. En efecto, escribiera Les Îles Malouines, el histo-
no sólo nacen de aquí relatos falsos riador Federico Lorenz publica
sobre supuestos descubrimientos de Fantasmas de Malvinas, mezcla de
Malvinas, sino también una tierra relato de viaje y libro de historia. En los
enteramente imaginaria: las islas capítulos sobre la
Pepys, producto de “los extravíos de visita al Monte En efecto, Las islas no es
imaginación, mentiras o errores de Longdon donde tanto un relato sobre la guerra
estos viajeros que, ‘procedentes de se produjeron como una reflexión sobre las
lejos’, han poblado el océano de tierras algunos de los posibilidades de recordarla,
e islas fantásticas”, “cuya existencia enfrentamientos de nombrarla, de narrarla,
irreal ha sido tan tenaz que el excelente más feroces bastante después del 82,
Angelis, en 1839, esforzábase aún en durante junio cuando ya ha corrido agua
prolongarla con documentos y cartas de 1982, Lorenz bajo el puente. A diferencia
probatorias”.33 La red textual que cuenta que una de lo que pasaba, por ejemplo,
Groussac encuentra como alternativa serie de cruces con Los pichiciegos, donde no
ficcional a los descubrimientos cientí- adornadas con sólo se nombraba por primera
ficamente comprobables se superpone flores señalan los vez la guerra sino también sus
así al mapa del archipiélago, duplicán- lugares en los que relaciones con la dictadura
dolo fantasmáticamente: cayeron soldados militar y con “lo ocurrido en
británicos; en las catacumbas del régimen”,
He aquí cómo, sin duda, Davis y cambio, “no hay aquí lo que aparece como clave
Hawkins han podido descubrir las recordatorios que de lectura es un “saber sobre
“Malvinas” allí donde no existían. indiquen el lugar las distintas –inadecuadas,
Y, para estos solitarios del océano, donde murieron inconclusas– representaciones
se mantiene la eterna obsesión de los argentinos, sobre el pasado”.
misterio, tan potente, tan invencible, salvo las voces
que, más tarde, la imaginación, de sus compañeros que relatan esas
desalojada a la vez de las Martin Vaz muertes veinticinco años después”.35
y de las Falklands por los descubri- Durante la recorrida por el Monte
mientos positivos, transportará unos Longdon, las voces de los que contaron

443
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

la guerra también producen un En 1998, Carlos Gamerro publica


encuentro entre el pasado y el presente. Las islas, una de las novelas más
Ahí, parado entre las marcas oscuras importantes sobre Malvinas.39 La
que la guerra dejó en el terreno, Lorenz historia comienza en 1992, cuando el
recuerda a “dos poetas que jamás se multimillonario Tamerlán contrata a
conocieron: Wilfred Owen, el britá- Felipe Félix, ex combatiente y hacker,
nico muerto en el Frente Occidental para que lo ayude a encontrar la lista
en 1818, y Gustavo Caso Rosendi,36 de testigos de un crimen cometido por
platense, ex soldado combatiente de su hijo. A medida que la investiga-
Malvinas”.37 Los dos poetas compa- ción avanza, se va entrelazando con la
raron los cráteres en el terreno con guerra de Malvinas que Félix se resiste
heridas en el cuerpo humano; es decir, a recordar hasta que, sobre el final,
hablaron del daño de la guerra que, tal tiene lugar la siguiente escena:
como comprueba Lorenz en Malvinas,
se disfraza de “hermoso paisaje”. Las Era el fin de la comedia. En ese
palabras trazan puentes entre las momento una mano gigante bajó del
épocas, entre las guerras, entre los cielo y levantándola de una punta,
muertos y los vivos; los relatos se sobre- como quien se prepara para sacar una
imprimen en el paisaje, lo envuelven curita, arrancó de un tirón la piel de la
como una niebla, lo pueblan de ciudad, para revelar debajo el páramo
fantasmas: son ese paisaje invisible que desolado, los pastizales barridos por el
Las islas. Dirección de
condiciona el visible según reza uno de viento, los ríos de piedra, las rocas y
Alejandro Tantanián los epígrafes del libro.38 el barro y los turbales de Malvinas.40

444
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

En efecto, Las islas no es tanto un del medio con barquitos a pedal; una
relato sobre la guerra como una lucha de Titanes en el Ring entre
reflexión sobre las posibilidades de un paracaidista inglés y un soldado
recordarla, de nombrarla, de narrarla, argentino; una maqueta de Puerto
bastante después del 82, cuando Argentino que quedará detenida en
ya ha corrido agua bajo el puente. el 30 de abril, el día previo al inicio
A diferencia de lo que pasaba, por de los ataques ingleses, hasta que le
ejemplo, con Los pichiciegos, donde hayan sido agregados todos los deta-
no sólo se nombraba por primera lles. Sergio, ex compañero de Félix,
vez la guerra sino también sus rela- “tenía pasión por la historia alterna-
ciones con la dictadura militar y con tiva. Revisaba cada acontecimiento
“lo ocurrido en las catacumbas del progresivamente, con minuciosidad
régimen”, aquí lo que aparece como obsesiva, buscando siempre el nudo
clave de lectura es un “saber sobre a partir del cual las cosas podrían
las distintas –inadecuadas, incon- haber sido de otra manera, en cada
clusas– representaciones sobre el bifurcación siguiendo siempre un
pasado”.41 En Las islas, las metáforas camino distinto al que la historia
de Malvinas, las simulaciones de la había elegido. Afirmaba estar traba-
guerra y las versiones de la historia jando en un libro que se llamaría
nacional proliferan, se repiten, se ‘Mil finales posibles distintos para la
traducen y se renuevan. guerra de Malvinas’”.42
La Asociación Virreinal Argentina Durante toda la novela y en relación
propone interpretar la invasión inglesa con el caso policial que lo ocupa,
de 1833 como un paso del sionismo Felipe Félix busca el diario escrito
internacional en su carrera por la en Malvinas por el Mayor X quien,
conquista del universo. El plan era según cuenta la leyenda, todavía no
que en 1982 los ingleses se retiraran de se rindió. Quien obtenga ese diario
Malvinas para que la poblaran colonos “conocerá el secreto de la guerra.
chilenos e israelíes. De modo que, Todas las respuestas están en él.
al impedirlo, Argentina en realidad Contiene la clave del futuro de las
ganó la guerra. En esta explicación, Islas, que es el futuro de la patria”.43
Chile es una serpiente y las dos islas Pero sólo se conserva el fragmento
señalan el fracaso de los huevos que referido a la historia del tatú cordobés
intentó poner sobre nuestras costas. en el que viajó a las islas el tesoro
Otras explicaciones sitúan la causa virreinal y en cuya búsqueda llegaron
de la guerra en relación con el tesoro no sólo los ingleses en 1833, sino
virreinal que Sobremonte se llevó en también Charles Darwin:
1806 ante la posibilidad de una inva-
sión inglesa y que, tras una serie de Desde entonces los intentos por recu-
peripecias, llegó a las Malvinas escon- perar el tesoro han sido tan frecuentes
dido en un tatú carreta. como infructuosos. El interés por él ha
La historia de la guerra, además, trascendido lo meramente material:
se reescribe a través del simulacro: se dice que quien recupere el tatú y
un combate naval en los lagos de su contenido tendrá legítimos dere-
Palermo donde un grupo de ex chos sobre las islas y hasta entonces
combatientes intenta invadir la isla la cuestión de la soberanía no podrá

445
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

resolverse definitivamente. Como “los hombres”. ¡Hasta nuestra llegada


toda leyenda, esta última no deja de pensaban que eran los únicos sobre la
tener su parte de verdad: en base a tierra! Y no puede culpárselos, consi-
los cálculos que se han hecho sobre su derando el aislamiento del terri-
valor –un cargamento incalculable torio y la precariedad de sus medios
que acababa de llegar de Perú fue de navegación. La palabra kelp la
lo que desencadenó la invasión de aplican también a cierta especie de
1806– el tesoro por sí solo bastará larga alga correosa, muy abundante
para inclinar la balanza de la guerra en esta agua, con lo cual conjeturé
en dirección al poseedor.44 que se ven a sí mismos como hechos
de algas...46
La versión completa del diario la tiene
Emilio, único integrante del pelotón El encuentro con el habitante de las
del Mayor X que regresó al continente, tierras desconocidas en las que se incur-
pero su memoria está perturbada y no siona constituye uno de los momentos
puede reproducirla. Como parte de su fundamentales de los relatos de viaje que
trabajo para Tamerlán, Félix va a verlo el diario del Mayor X a la vez emula y
al hospital psiquiátrico donde está parodia. En el caso de la guerra del 82,
internado: “En interminables visitas, el encuentro con los isleños también
antes de darnos por vencidos, resca- es un momento importante, y pertur-
tamos vagas y dudosas referencias a (...) bador. Pues el lugar al que se llega no
un misterioso ente que pasó de tanque parece Argentina y sus pobladores son
inglés a tutú con arnés a ta-te-tí otra vez completos extraños: no sólo hablan
hasta estabilizarse en tatú cordobés.”45 otro idioma, tienen otras costumbres
En la traducción delirante de Emilio y otra apariencia; además reciben con
la guerra del 82 se convierte progresi- hostilidad y rechazo a los argentinos,
vamente en la historia del siglo XIX y cuya llegada interpretan como una
los orígenes de la nación. Finalmente, invasión y no como una liberación.47
Félix conseguirá recuperar el texto Muchos testimonios de soldados
completo del diario, que emula el tono hacen referencia a esta disonancia
y los tópicos de los relatos de viajeros que provocan los isleños en relación
de siglos pasados, en los que se entre- con lo que se esperaba encontrar: “Es
lazaban el interés científico y el afán una sensación bastante extraña: uno
de dominación. La primera entrada sabía que esa tierra era nuestra, pero
del diario es del 21 de mayo de 1982 veía gente que ni siquiera hablaba
y corresponde a la llegada a las islas. nuestro idioma”;48 “Los tratábamos
El Mayor no consigue comunicarse como si fuesen nuestros aliados pero
con los nativos, hasta que consigue en realidad nunca lo fueron. Las direc-
un traductor: tivas eran: ‘Son argentinos’, pero no lo
eran y nunca lo van a ser”.49 Mientras
22 de mayo de 1982. Gracias al algunos, buscaron remedar la dife-
lenguaraz, mi conocimiento de los rencia por medio del recurso a una
nativos y sus costumbres se ha acele- tierna tolerancia paternalista, otros,
rado notablemente. Se denominan a en cambio, la aceptaron e intentaron,
sí mismos kelpers, que en su idioma dentro de sus posibilidades, conocer y
significa algo así como “el hombre” o comprender a los isleños. El médico

446
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

del ejército Juan Carlos Adjigogovich, a una casa, los soldados quedaban
por ejemplo, relata cómo, al llegar apostados afuera, muy tensos, con las
a la zona donde desempeñaría sus armas listas.52
funciones, se encargó de hacer un
acta con el estado médico de todos Así, en la llegada a Malvinas se
los kelpers que había en la zona. En produce una suerte de cortocircuito
el acta se consignaron tanto los miem- entre lo que se esperaba encontrar y lo
bros de cada familia como sus estados que efectivamente se encuentra. Tanto
generales de salud.50 Pero los médicos los isleños como el paisaje malvinense
no fueron los únicos que observaron se revelan a la vez como extraños y
a los isleños con interés científico. El como familiares, como argentinos
subteniente Gómez Centurión, por y extranjeros. Pero el chispazo del
ejemplo, incluye en su relato algunas cortocircuito ilumina por un instante
observaciones de tinte antropológico: el paisaje invisible que condiciona el
visible –o: el mapa fantasmático que
Aprendí en el contacto con ellos que se superpone a la tierra–: esas imagi-
se trata de gente sin ningún tipo de naciones de la nación a la que las islas
intereses comunitarios, sin ninguna pertenecen y completan, y a partir de
preocupación por el nucleamiento las cuales se percibe. En Las islas, el
social. Sus vínculos son meramente 14 de junio de 1982, el Mayor X llega
económicos. “Kelper” es un alga a la “Argentina invisible”, donde todos
de las costas de Malvinas y, real- los próceres argentinos lo invitan con
mente, el kelper tiene una psico- una fastuosa parrillada, a cargo de
logía de alga...51 Leopoldo Lugones:

En este testimonio, el conocimiento La comunidad argentina ideal, le


surge como una vía de acercamiento contó el poeta mientras comían a
a ese otro que a primera vista –en su mano y facón, entre sorbo y sorbo de
diferencia– resultaba inaprehensible y vino purpúreo servido en astas de toro
permite, en cierta medida, recuperar recamadas en plata exquisitamente
a los isleños para la argentinidad, al labrada, había sido fundada por los
asignarles unas cualidades compren- argentinos residentes en Malvinas
sibles –aunque despreciables–. Así tras la ocupación de las Islas en
sean como algas, el colocarlos en un 1830. En su forzado exilio hacia el
universo significante conocido los interior de la Isla Grande habían
acerca y aplaca el terror que provoca el encontrado el tesoro del tatú cordobés
desconocimiento total. Dice el mismo [...] y comprendiendo que la patria
Gómez Centurión en otra parte: grande se vería siempre acosada por
las corruptas corrientes de la historia
Los soldados desconfiaban de esa y el mundo exterior, habían deci-
gente que hablaba en otro idioma, dido fundar esa ciudadela inexpug-
todo les era ajeno, agresivo. Yo nable en el corazón de las Islas, para
intentaba tener una actitud más mantener pura la esencia patria...53
relajada, un poco más contemporiza-
dora. Hablaba inglés y podía enten- Según Félipe Félix, el diario en realidad
derme con ellos. Cuando entraba fue escrito por el Mayor X en el campo

447
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

de prisioneros de San Carlos y consti- en los simulacros de Las islas las copias
tuye una versión alternativa del final de son más bien versiones alternativas,
la guerra, por lo que vendría a sumarse que al mismo tiempo que aluden al
a los muchos relatos alternativos que original, a la experiencia material de la
componen Las islas. Las proliferantes guerra, se desplazan; al mismo tiempo
metáforas malvinenses y las múlti- cubren y descubren. Son, podría
ples modalidades de simulación de la decirse, reversiones disléxicas de los
guerra no son, discursos que configuran a la nación, a
Fuckland propone comuni- en realidad, otra las Malvinas y la relación entre ambas,
dades cerradas, sin posibilidad cosa. En rela- reversiones que consiguen situarse en
de mezcla, de mestizaje, de ción con esta esa zona fronteriza que está, a la vez,
devenir; sólo cabe que una sea cuestión, Martín adentro y afuera, original y copia.
invadida por la otra. El engaño Kohan sostuvo El mismo Gamerro sostuvo que los
y la violación se realizan sobre que Las islas ex combatientes volvían del campo de
la base de una construcción consigue superar batalla “no mudos sino lacónicos”.55
peyorativa del otro que termina el reparto gené- En ese marco, la prodigalidad de la
por invisibilizarlo, por volverlo rico que existía imaginación y la proliferación de las
nada y por una reafirmación, hasta entonces metáforas en Las islas se convierten
por exceso, de lo propio. entre los relatos en vías para encontrar un sentido a la
testimoniales que experiencia y el trastrocamiento del
contaban la guerra como drama serio relato de la nación permite incluir en
y las novelas y cuentos que la contaban él no sólo a la guerra sino también todo
en su versión de farsa. Kohan analiza lo que esta trae: su estrechos vínculos
el episodio de la “ingesta de Malvinas” con la dictadura militar,56 la derrota,
en el que en un festejo los ex comba- los ex combatientes:
tientes comen una torta con la forma
de Malvinas y al hacerlo descubren que Dejamos un espacio preciso cuando
algo del gusto o la textura del bizco- nos fuimos, pero allá cambiamos de
chuelo recuerda a la turba malvinense. forma, y al volver ya no encajábamos,
por más vueltas que nos dieran, en
El contorno de las islas, como ícono, el rompecabezas; volvimos diez mil
interpela a cualquiera; la semejanza iluminados, locos, profetas malditos,
en el sabor, en cambio, sólo es signifi- y ahí andamos, sueltos por las cuatro
cativa para el que estuvo en la guerra puntas del país, hablando un idioma
y pasó hambre. La imitación, en que nadie entiende, haciendo como
superficie, es banal y aun farsesca: sólo que trabajamos, jugamos al fútbol,
que, en un corte transversal (y para cogemos, pero nunca del todo, en
que haya ingesta, es necesario hacer algún lugar siempre sabiendo que algo
ese corte), hay otra imitación, igual nuestro valioso e indefinible quedó
de falsa, pero que en su falsedad llega enterrado allá. En sueños, al menos,
a tocar cierta verdad: una verdad que todos volvemos a buscarlo. ¿Entendés?
sólo se advierte desde la experiencia No es el criminal el que vuelve al
del que estuvo en la guerra.54 lugar del crimen. Es la víctima, bajo
la tiránica esperanza de cambiar ese
No es posible concluir que copia y resultado injusto que la dañó. Andá
original sean lo mismo. Por el contrario, preguntále a los ingleses. ¿Cuántos te

448
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

creés que quieren volver? Somos noso- pensada una historia, una “pantalla”
tros, los perdedores, los triturados, que justificara su presencia en las islas.
los que gritamos volveremos volve- Así, “las islas fueron el escenario de tres
remos cada vez que alguien quiera historias simultáneas: la que fuimos a
escuchar. ¿Qué puede interesarle la filmar, la de nuestras pantallas y la de
revancha al ganador? 57 la realidad en sí”.60 Los siete miem-
bros del equipo, entonces, entran
en Malvinas en secreto, clandestina-
mente, con historias falsas.
Fuckland: make war/not love Según Marqués, Fuckland es una
versión libre de la famosa frase usada
Fuckland es una película filmada de durante la guerra de Vietnam: “Make
incógnito en las Malvinas cuyo argu- Love/Not War”. Pero el doble engaño
mento consiste en que un argentino, que traza la película, el del equipo
Fabián Stratas, se propone seducir ante las autoridades migratorias y el de
isleñas y embarazarlas con el objetivo Stratas ante las isleñas, tiñe el amor con
de ir poblando las islas de argentinos. los tonos de la violencia. En efecto, no
El proyecto fue el único en recibir, es amor lo que siente el protagonista
en Argentina, el certificado de auten- por Camilla sino más bien todo lo
ticidad de Dogma 95 firmado, entre contrario: es un odio mal disimulado
otros, por Lars von Trier.58 En relación con cenas románticas y paseos por los
con esto, la película se presenta a sí campos de batalla, un odio acumulado
misma como un documental filmado durante más de un siglo ante esos seres
con una cámara de mano oculta por doblemente rebajados –son kelpers y
Fabián Stratas. En realidad, Stratas es mujeres–. Como consecuencia, no
un actor, igual que la coprotagonista nacerá un niño fruto del amor, nacerá
femenina, Camilla Heaney. De aquí un argentino idéntico a su padre, lleno
resulta una tensión entre los elementos de odio hacia todo lo que no es argen-
ficcionales y documentales que sirve de tino. Más verosímiles resultan, en todo
base para una redefinición del género caso, otras formulaciones de Marqués:
de la película como “ficción/verdad”, “El objetivo del personaje es ‘sembrar
según el cual el mismo proceso de semen argentino’ (...) Algo así como
filmación suponía para el director, ‘Haga patria, embarace una kelper’”.61
José Luis Marqués, averiguar “cómo Embarazar una kelper supone entrar
la realidad iba a modificar lo que yo a su cuerpo y poseerlo, hacer en él
proponía como ficción, y cómo, para- la patria como quien utiliza un reci-
lelamente, la ficción iba a intervenir piente. Antes de tener relaciones con
sobre la realidad transformando esa Camilla, Stratas pincha los preserva-
relación de ida y vuelta en un montaje tivos con un alfiler.
cinematográfico”.59 Esa “realidad” En su reescritura de la frase de Vietnam,
es, principalmente, la de las circuns- Marqués separa al amor de la guerra
tancias de clandestinidad en que se con la misma barra que aparece antes
realiza la filmación. En total, viajaron en la definición genérica; aquí también,
siete personas, en tres grupos de dos y más que separar, la barra supone
Fabián Stratas solo. Cada grupo fingió una zona de frontera, de contacto
no conocerse con los otros y llevó siempre violento, intromisorio, bélico,

449
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

aunque, al mismo tiempo, Fuckland quienes, nuevamente, la argentinidad


parece olvidar la guerra y eludir así se connota positivamente y se convierte
la posibilidad de darle un lugar en en lo único racionalmente deseable.
la historia argentina.62 En una de las Entre las primeras imágenes de las
primeras escenas de la película, se nos islas aparecen las de un sinnúmero
muestra a un militar que, subido a de bares, pubs, tabernas, hombres y
la cinta que transporta los equipajes, mujeres bebiendo, tachos de basura
advierte a los recién llegados sobre el rebosantes de botellas vacías. Los
peligro de las minas antipersonales que kelpers son, entonces también, borra-
quedan en el territorio. En la escena chos y piratas, según colige Stratas a
siguiente, mientras Stratas sale del partir de los elevados precios de las
aeropuerto y toma un taxi, su voz en cosas. El relato que emerge, entonces,
off dice: “Linda bienvenida. La culpa es el de un rechazo absurdo que tanto
es nuestra, los que pusimos las minas Stratas con su misión como la película
fuimos nosotros”. En la misma línea, al mostrarlo se proponen corregir.
el reclamo que más adelante le hace Al visitar un bar, en lo que él deno-
Stratas a Camilla: los kelpers, pese a mina “fase de exploración”, previa a la
ser cordiales, son cerrados. Desde su “temporada de caza”, Stratas imagina
actitud belicosa y soberbia, Stratas conversaciones con los parroquianos
alternativamente se burla y se enoja que, desde su punto de vista, sólo
frente al rechazo kelper que, tal como conseguirían eludir la violencia si él
es presentado en la película, no tiene negara ser argentino: “Qué aburrido
relación con la guerra sino que es la que está esto... Acá el ‘Te veo cara
Las islas. Dirección de prueba más fehaciente de la maldad conocida’ no va a funcionar... Hi, my
Alejandro Tantanián y la estupidez de los isleños frente a name is Fabian. I’m from Argentina. Y

450
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

me cagan a trompadas. Hola, ¿qué tal?, aparece como reverso, como sombra,
¿cómo estás? ¿Hablás español? No, no, como grieta, una imagen del otro que,
yo soy uruguayo, ¿tá? No, a los argen- a la larga, puede corroer las sólidas
tinos no los bancamos, se creen que imaginaciones de la nacionalidad.
son no sé qué”. En Fuckland, una resistencia puede
En este sentido, Fuckland propone percibirse, en efecto, sobre la barra que
comunidades cerradas, sin posibilidad busca separar la ficción de la realidad,
de mezcla, de mestizaje, de devenir; el amor de la guerra, las buenas inten-
sólo cabe que una sea invadida por ciones o la ironía de la violencia. Y
la otra. El engaño y la violación se es allí donde las cosas pueden salirse
realizan sobre la base de una construc- de control. Dice Marqués que lo más
ción peyorativa del otro que termina complicado de
por invisibilizarlo, por volverlo nada y la ficción/verdad A partir de la guerra se
por una reafirmación, por exceso, de lo era resistirse a producen una serie de
propio. Aquí, a diferencia de los testi- la voluntad de desajustes entre las imagina-
monios que mencionamos antes, no control. No sólo ciones previas de Malvinas y
llega a producirse el cortocircuito entre porque el género la experiencia de los soldados:
lo que se espera encontrar y lo que se exige la intro- la guerra, en definitiva,
encuentra. Las imaginaciones previas misión del azar confirma la configuración de
se superponen con violencia al paisaje en el armado de las Malvinas como tierra de
y a los isleños, pretendiendo abarcarlo la trama, sino frontera que, en un sentido
todo y volviendo muy difícil que algo también porque más acotado –sin la dimen-
externo permee la propia mirada. una vez en las sión bélica– ya aparecía en el
Sin embargo, las fronteras, en tanto islas se torna ries- siglo XIX.
zonas de contacto, terminan por reve- goso hablar con
larse más vulnerables o al menos más los actores que se convierten así en
problemáticas de lo que se quisiera. La sus propios directores, mientras que
idea misma de embarazar kelpers como la identidad del director permanece
forma de hacer patria que se enuncia en invisibilizada por la “pantalla” creada
el libro configura las Malvinas como para entrar a las islas. Y eso que avanza
una tierra fronteriza donde la patria sobre todo destruyendo las barreras
aún no está hecha, donde hay un vacío, de contención creadas, eso que elude
que el hombre argentino llenará. Pero el control, es precisamente el exceso
al vaciarse, las Malvinas se convierten de argentinidad de Stratas y, como
en una “geografía vacante abierta a la contrapartida, la molestia de Camilla:
imaginación” donde puede aparecer
lo heterogéneo, lo nuevo. En efecto, Camilla llegó a sentirse verdade-
es en las fronteras donde se producen ramente una traidora a su patria,
las migraciones, los movimientos, lo Fabián empezó a resentirse con los
que escapa al control. Las fronteras ingleses. Estos estados de ánimo empe-
tienen dos caras y por eso son, ante zaron a invadir el territorio de la
todo, la zona ambigua de la nación.63 ficción (...) Por momentos me parecía
En ese sentido, el otro no viene nunca que esa idiosincrasia argentina sobre
totalmente de afuera, no es nunca un la cual yo me proponía ironizar se
completo extranjero. En la afirmación exacerbaba demasiado en el perso-
excesiva y totalizante de la argentinidad naje de Fabián y adquiría un

451
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

protagonismo en la historia que Camilla finalmente queda o no emba-


iba más allá de lo que yo me había razada nunca se despeja, cabe suponer,
propuesto. Me invadía el deseo de a partir de este final, que en todo caso
controlar esta situación, de aplacar su hijo no sentirá por la Argentina
las ‘argentinadas’. Hubo días en los ni por su padre el amor que Stratas
que me rebelaba contra mis propias supone inevitable. La madre opone su
promesas de no-control (...) Pero me cuerpo, se resiste a ser un recipiente y
aferré a la esencia del proyecto; sola- reivindica la posibilidad y la potencia-
mente debía controlar mis ansias de lidad de la mezcla, el resultado azaroso
control. Era la realidad, en defini- del encuentro entre los cuerpos que
tiva, la que estaba actuando y poten- la película niega. De modo que, esté
ciando la ficción.64 embarazada o no, el exceso de soberbia
de Fabián termina por arruinar los
Difícilmente pueda sostenerse, sin planes. Y no sólo en el plano de la
embargo, que las “argentinadas” de historia, también en el plano de la
Fabián estén potenciando la ironía película, allí donde la reacción más
de la película. Por el contrario, son natural de los espectadores es irritarse
tan extremas que no dejan lugar para con Fabián, identificarse con Camilla
un punto de vista diferente que posi- y celebrar su breve pero contundente
bilite el contrapunto de la ironía y resistencia final. De este modo, no
despiertan, además, el malestar de sólo se repiten los términos de la inva-
Camilla. La complicidad con la “argen- sión de 1982, también se repite, inevi-
tinada” extrema no puede menos que tablemente, su resultado. Es necesario
hacerla sentir una traidora y es preci- agregar una escena para reparar el
samente a partir de esta incomodidad daño moral infligido a Camilla, las
que la noción cerrada y ubicua de islas vuelven a quedar en manos de los
“lo argentino” que propone la película ingleses y el odio se reactualiza.
comienza a revelar, en sus bordes, la
presencia de algo ajeno. El resultado, es
una ficción que comienza a resquebra- Consideraciones finales
jarse. En efecto, de esta situación entre
Camilla y Fabián nace la principal En el siglo XIX, José Hernández
modificación del guión de la película: requirió una descripción efectiva del
“Yo me sentía un poco responsable paisaje como punto de partida para
del conflicto entre ellos, así que trans- elaborar sus propias reflexiones sobre
formé la idea original del ‘cazador’ en las Malvinas y sus vínculos con la
una situación de ‘cazador cazado’. De nación argentina. Pero, por la misma
ahí surgió la idea del monólogo final época, la cuestión apareció en un
de Camilla que cierra la película.”65 En poema, una producción literaria, de
ese monólogo, que Fabián encuentra Martín Coronado. A comienzos del
grabado en su cámara al volver a siglo XX, Paul Groussac buscaba dotar
Buenos Aires, Camilla revela que lejos a las Malvinas de una discursividad
de ser una pobre víctima engañada por fundada exclusivamente en el método
las irresistibles dotes seductoras del científico, esto es, despojada de todo
argentino, nunca le creyó e incluso, se contenido falso; pero se encontró en
aburrió con él. Aunque la duda de si cambio con una superposición entre

452
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

la dimensión imaginaria y la realidad definitiva, confirma la configuración


comprobable empíricamente. de las Malvinas como tierra de frontera
Después de la experiencia traumá- que, en un sentido más acotado –sin
tica guerra, algunas lecturas pondrán la dimensión bélica– ya aparecía en el
el énfasis del lado de la imaginación. siglo XIX. Así, en Fuckland, la “verdad”
María Isabel Menéndez66 define las hace renacer el odio entre los protago-
Malvinas como una “tierra de sueños”, nistas de la “ficción”; en algunos relatos
en el sentido de que su incorpora- testimoniales los isleños se desencajan
ción al territorio nacional se realiza permanentemente de la idea de que
sobre una base imaginaria, un anhelo son argentinos o de que tal vez un día
que a lo largo de la historia ha adop- quieran serlo; el Mayor X incursiona,
tado la forma de una tradición. Esta como los viajeros de la conquista, en una
tierra de sueños es más significativa tierra desconocida pero se encuentra allí
para la construcción de una identidad con la “Argentina invisible”, por otra
nacional que el territorio que efectiva- parte, su diario tal vez sea en realidad
mente se posee, en tanto representa un una reescritura fantasiosa del final trau-
espacio vacío, desconocido, susceptible mático de la guerra. Malvinas se confi-
de ser llenado con las propias aspira- gura, desde el siglo XIX pero sobre
ciones. En la misma línea, Gamerro todo después de 1982 como una tierra
postula que las Malvinas son como un de frontera: a la vez bella e inhóspita;
“Test de Rorschach”, “esas manchas un desierto lleno de imaginaciones, una
en las cuales el paciente puede reco- tierra nuestra y en parte extranjera.
nocer las formas del delirio o el deseo, En su libro sobre los relatos de guerra
y el médico estudiar las de su locura.”67 modernos, Samuel Hynes69 postula
Para la mayoría de los argentinos, que que, genéricamente, estos relatos
no han visto imágenes de ellas antes de guardan relación, previsiblemente,
la guerra, las Malvinas son dos siluetas con la historia y con la autobiografía.
vacías en el mapa. Incluso, el ex comba- Pero, agrega, también con los relatos
tiente Roberto Herrscher, sostiene de viaje. Pues las guerras, sostiene,
que las Malvinas son “lo que creen y suelen pelearse en lugares extraños,
piensan los millones que nunca pisaron ajenos, unfamiliar, es decir, que no
la turba porosa ni sintieron ese ende- se parecen en nada a lo conocido.
moniado viento, siempre del mismo Por eso, el narrador va a tener que
lado, ni respiraron esa mezcla de olor a dar cuenta de esos lugares y describir
pólvora de afuera, suciedad del propio su propia incursión en esa exis-
cuerpo y miedo más adentro.”68 tencia “otra”. Sin embargo, al mismo
Sin embargo, en una suerte de movi- tiempo, los relatos de guerra se dife-
miento circular, ese vaciamiento de rencian de los relatos de viaje, en
realidad que supone el énfasis en lo tanto, aunque logren volver la guerra
imaginario posibilita la aparición de vívida, no logran volverla familiar. Por
lo inesperado, de que se escapa a las el contrario, muestran cuán “unfami-
nociones preconstruidas y al control. liar” es, qué extrañas y desoladas son
A partir de la guerra se producen una sus escenas, de cuántas maneras la
serie de desajustes entre las imagina- guerra es la antítesis del mundo que el
ciones previas de Malvinas y la expe- autor y sus lectores habitan. La guerra,
riencia de los soldados: la guerra, en sostiene Hynes, convierte al paisaje en

453
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

un “anti-paisaje”. En ese sentido, la principales. Unas, intentan forzar


tensión que aparece, en las represen- la realidad para hacerla encajar en sí
taciones de Malvinas, entre la perte- mismas y en los relatos de la nación
nencia y la ajenidad, el adentro y el que las sostienen; cuando algo escapa
afuera, puede tal vez repensarse en el al control, logra filtrarse y ejercer
marco de una tensión propia de todo alguna resistencia, hacen todavía más
relato de guerra entre lo familiar y lo fuerza. El resultado son unas ficciones
“unfamiliar”, que es, además, el equi- que no corroen la verdad ni la multi-
valente del “unheimlich” freudiano, lo plican sino que se enfrentan, bélica-
que alguna vez fue familiar y se volvió mente, a ella. Otras imaginaciones, en
extraño y que se torna siniestro por la cambio, reformulan los imaginarios
dificultad de nombrarlo en esa nueva, para darle lugar a ese desajuste que
recientemente adquirida, extrañeza. la guerra siempre trae; es decir, reela-
En cualquier caso, frente a esa múltiple boran esa superposición del territorio
dimensión fronteriza de las Malvinas con el mapa fantasmático, brumoso,
después de 1982, hay distintas reac- de la guerra y producen así una proli-
ciones. Más allá de los relatos testi- feración de los mundos posibles. Estas
moniales, que presentan sus propias ficciones repiensan la historia para
problemáticas, las nuevas imagina- darle lugar a lo nuevo, a lo extraño, a
ciones de Malvinas toman dos caminos lo que no encaja, a lo siniestro.

NOTAS

1. Benedict Anderson define la nación como “una comunidad política imaginada como inherentemente limi-
tada y soberana. Es imaginada porque aun los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la
mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siguiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la
imagen de su comunión”. Es decir, las comunidades nacionales conllevan un proceso de creación, de produc-
ción de imaginarios que no se equipara a una invención en el sentido de “falsedad”. Cf. Anderson, Benedict,
Comunidades imaginadas, México D.F., FCE, 2007, p. 23.
2. Cf. Guber, Rosana, ¿Por qué Malvinas?, Buenos Aires, FCE, 2001.
3. Garibotto, Verónica, Contornos en negativo: reescrituras posdictatoriales del siglo XIX (Argentina, Chile y
Uruguay), University of Pittburgh, 2008, p. 7; disponible en http://etd.library.pitt.edu/ETD/available/
etd-04132008-155147/unrestricted/VeronicaGaribotto2008.pdf .
4. Fuckland, Dir. José Luis Marqués, Atomic Films, 2000.
5. En 1982, “La cautiva”, de Martín Coronado, fue incluido en el ciclo “Los poetas cantan a las Malvinas”,
transmitido por Radio Nacional y Radio Municipal de Buenos Aires, el cual un año después dio origen a un
libro: Müller, Agueda (selec.), Nuestros poetas y las Malvinas, Buenos Aires, Corregidor, 1983, pp. 67-71. Todas
las citas del poema pertenecen a esta edición.
6. Cf. Prieto, Adolfo, Los viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina 1820-1850, Buenos Aires,
FCE, 2003.
7. Echeverría, Esteban, La cautiva/ El matadero, Buenos Aires, Colihue, 2002.
8. Rodríguez, Fermín, Un desierto para la nación, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2010, p. 14.
9. Rodríguez, op. cit., p. 13.
10. Rodríguez, op. cit., p. 15.
11. Masotta, Carlos, “Escatologías del confín y nostalgias del último ona en Tierra del Fuego”, en Actas del
X Congreso de Antropología Social, Buenos Aires, 2011; disponible en http://www.xcaas.org.ar
12. Hernández, José, Las Islas Malvinas, Buenos Aires, Corregidor, 2006, p. 25.
13. Laserre, Augusto, “Descripción de un viaje a Malvinas”, en Hernández, op. cit. p. 35.
14. Groussac, Paul, Las islas Malvinas, Buenos Aires, Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, 1936, p. 12.
15. Groussac, op. cit., p. 13.
16. Groussac, op. cit., p.15.

454
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

17. Darwin, Charles, Viaje de un naturalista alrededor del mundo, Madrid, Akal, 2009, p. 256.
18. Darwin, op. cit., p. 256.
19. Groussac, Paul, Las islas Malvinas, Buenos Aires, Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, 1936, p. 12.
20. Bouganville llegó a las islas con otros marinos franceses provenientes de Saint-Malo. De allí, el nombre de
Malouines, castellanizado “Malvinas”, que Groussac reivindica, contraponiéndolo al de Falklands.
21. Aquí se encuentra el origen de la denominación de Malvinas como Islas Sebaldinas.
22. Groussac, Paul, Las islas Malvinas, Buenos Aires, Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, 1936, p. 73.
23. Groussac, op. cit., p. 73.
24. Groussac, op. cit., p. 77.
25. Groussac, op. cit., p. 81.
26. Groussac, op. cit., p. 81.
27. Groussac, op. cit., p. 81.
28. Groussac, op. cit., p. 83.
29. Groussac, op. cit., p. 84.
30. Groussac, op. cit., p. 87.
31. Groussac, op. cit., p. 87.
32. Groussac, op. cit., p. 88.
33. Groussac, op. cit., p. 81.
34. Groussac, op. cit., p. 91.
35. Lorenz, Federico, Fantasmas de Malvinas, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2008, p. 106.
36. Gustavo Caso Rosendi nació en La Plata en 1962 y durante la guerra de Malvinas estuvo emplazado
con su Regimiento precisamente en el Monte Longdon. Cf. Caso Rosendi, Gustavo, Soldados, Buenos Aires,
Ministerio de Educación, 2009.
37. Lorenz, Federico, Fantasmas de Malvinas, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2008, p. 157.
38. El epígrafe dice: “Un paisaje invisible condiciona el visible” y pertenece al libro Las ciudades invisibles,
de Ítalo Calvino.
39. La otra es, sin dudas, Los pichiciegos, escrita en junio de 1982. Cf. Fogwill, Rodolfo, Los pichiciegos,
Buenos Aires, Interzona, 2006.
40. Gamerro, Carlos, Las islas, Buenos Aires, Simurg, 1998, p. 541.
41. López, María Pía, “Soldados, testigos y escritores” en Carbone, Rocco y Ojeda, Ana (comps.), De Alfonsín
al menemato (1983-2001), Buenos Aires, Paradiso, 2010, p.158.
42. Gamerro, Carlos, Las islas, Buenos Aires, Simurg, 1998, p. 61.
43. Gamerro, op. cit., p. 70.
44. Gamerro, op. cit., p. 69.
45. Gamerro, op. cit., p. 64.
46. Gamerro, op. cit., p. 444.
47. A los soldados se les pedía que trataran a los isleños como a compatriotas y los mismos mandos militares
tendieron a mostrar una consideración hacia ellos que no mostraron con su propia tropa. Cf. Gamerro, Carlos,
“14 de junio, 1982” en El nacimiento de la literatura argentina y otros ensayos, Buenos Aires, Norma, 2006.
Sobre los maltratos infligidos por los militares a los soldados: Cf. Kon, Daniel, Los chicos de la guerra,
Buenos Aires, Galerna, 1983; Ayala, Juan, Malvinas, la primera línea, Buenos Aires, Libros del Náufrago,
2012; Niebieskikwiat, Natasha, Lágrimas de hielo, Buenos Aires, Norma, 2012.
48. Cittadini, Fernando y Graciela Speranza, Partes de guerra, Buenos Aires, Edhasa, 2007, p. 36.
49. Cittadini y Speranza, op. cit., p. 41.
50. Cf. Cittadini y Speranza, op. cit.
51. Cittadini y Speranza, op. cit., p. 37.
52. Cittadini y Speranza, op. cit., p. 41.
53. Gamerro, Carlos, Las islas, Buenos Aires, Simurg, 1998, p. 468.
54. Kohan, Martín, “El fin de una épica”, en Punto de vista, N° 64, 1999, p. 9.
55. “Mi descubrimiento personal fue que los soldados volvían de Malvinas no mudos sino lacónicos. Me
miraban como si supieran de antemano que yo no iba a entender, que las mismas palabras significarían, para
nosotros, cosas diferentes. Entre ellos, en cambio, se entendían perfectamente. Cada palabra que usaban, como
‘frío’, ‘pozo de zorro’, ‘balas trazadoras’, ‘bombardeo naval’, desbordaba de paisajes, situaciones y vivencias
definidas y precisas, infinitamente ricas y sugerentes, aterradoras, intolerablemente vívidas. Uno de ellos las
pronunciaba; los otros asentían, generalmente mudos. Para hablar conmigo, todas las palabras parecían insu-
ficientes; para comunicarse entre ellos, las palabras eran casi innecesarias: lo mismo valían los silencios y los
gestos”. Gamerro, Carlos, “Tierra de la memoria”, en Radar, Página/12, Buenos Aires, 11 de abril, 2010.
56. En efecto, uno de los rasgos fundamentales de la guerra que Felipe Félix conseguirá ir recordando a medida
que avanza la historia es su vinculación con la dictadura; esto es, concretamente, que fueron los mismos

455
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

hombres los que las llevaron a cabo, los cuales muchas veces emplearon en el frente los mismos métodos de
tortura que empleaban en lo que para ellos constituyó “la guerra” contra la subversión (Cf. Lorenz, Federico,
Las guerras por Malvinas, Buenos Aires, Edhasa, 2006). De hecho, la revelación de la identidad del misterioso
Mayor X tendrá mucho que ver con su pasado de torturador.
57. Gamerro, Carlos, Las islas, Buenos Aires, Simurg, 1998, p. 404.
58. Sin embargo, durante el rodaje y la edición posterior se cometen una serie de violaciones al manifiesto del
dogma, como por ejemplo, en la escena final, se viola la segunda máxima del Dogma que prohíbe la superposi-
ción de sonido e imagen. Cf. Vitullo, Julieta, Islas imaginadas, Buenos Aires, Corregidor, 2012.
59. Marqués, José Luis, Fuckland. Cine ficción/verdad, Buenos Aires, Atomic Films, 2000, p. 9.
60. Marqués, op. cit., p. 33.
61. Marqués, op. cit., p. 12.
62. Cf. Vitullo, Julieta, Islas imaginadas, Buenos Aires, Corregidor, 2012.
63. Cf. Bhabha, Homi (comp.), Nación y narración, Buenos Aires, Siglo XXI, 2010.
64. Marqués, José Luis, Fuckland. Cine ficción/verdad, Buenos Aires, Atomic Films, 2000, p. 71.
65. Marqués, op. cit., 71.
66. Cf. Menéndez, María Isabel, La “comunidad imaginada” en la guerra de Malvinas, Buenos Aires, eudeba,
1998.
67. Gamerro, Carlos, “14 de junio, 1982” en El nacimiento de la literatura argentina y otros ensayos, Buenos Aires,
Norma, 2006, p. 64.
68. Menéndez, María Isabel, La “comunidad imaginada” en la guerra de Malvinas, Buenos Aires, eudeba,
1998, p. 11.
69. Cf. Hynes, Samuel, The soldiers’ tale, New York, The penguin press, 2001.

456
458

Del sueño de la Argentina blancaeuropea


a la realidad de la Argentina americana: la
asunción del componente étnico-cultural
afro y su (nuestro) patrimonio musical (*)
Por Norberto Pablo Cirio (**)

Las distintas perspectivas historiográficas coinciden


en señalar la existencia de población afrodescendiente
en la Argentina del siglo XIX, a partir de los flujos
mercantiles y migratorios que tenían como epicentro
el puerto del Río de la Plata. Sin embargo, la percep-
ción dominante se ha construido sobre la idea de que
la singularidad de nuestro país consiste en la compo-
sición blanco-europea de su población, en contrapo-
sición a los rasgos étnicos de las demás naciones de
América Latina. Esta mirada, marcadamente euro-
peísta, ha descuidado en su abstracción genérica los
procesos de mestizaje que componen nuestras pobla-
ciones y la influencia cultural que la heterogeneidad
étnico-lingüística despliega sobre las manifestaciones
artísticas y las expresiones de la cultura popular. Valses,
candombes, canciones de cuna, milongas, habaneras
y canciones de comparsa forman parte, junto a sus
manifestaciones corporales, del amplio repertorio de
melodías que perduran en el tiempo mixturando los
diferentes estilos musicales.
En este artículo, Norberto Pablo Cirio presenta
dos “casos” que dan cuenta de la música de matriz
africana: el culto a san Baltasar, celebrado los días
6 de enero en Corrientes, el noreste de Santa Fe,
el este de Chaco y Formosa; y la persistencia de la
música afro en la ciudad de Buenos Aires a lo largo de
la historia, donde paradójicamente su invisibilización
producida por el imaginario “blanquista” dominante
ha contribuido a reforzar y resguardar su tradición.
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

Si bien el conocimiento de la pobla- foco de mi investigación se centra, de


ción afro en la Argentina durante el manera exclusiva, en el primer grupo,
siglo XIX y la dominación española definido émicamente como “afroargen-
es bastante amplio, hoy en día se lo tinos del tronco colonial”.
tiene como un país excepcionalmente En este artículo deseo dar cuenta de
blancoeuropeo, diferenciándose así del la música de matriz afro a través de
mosaico multiétnico que caracteriza dos estudios de caso en los que trabajo
al resto de América Latina. La gravi- desde 1991: las prácticas musicales
tación del Viejo Mundo en nuestra afro en el culto a san Baltazar y la
identidad pareciera ser el despertar música afro en la Ciudad Autónoma
de aquel sueño de país forjado a fines de Buenos Aires y alrededores. El
del siglo XIX, cuando se delineó su ensayo de su definición redundará en
moderna conformación de estado- un mejor posicionamiento de nuestras
nación. A la mesa de negociaciones de coordenadas musicológicas, haciendo
ese proyecto no estuvieron invitados, lugar a una cultura musical hasta
por razones obvias, ni los aborígenes, ahora considerada intrascendente y
ni los negros. En esta ponencia deseo dada por desaparecida hace más de
dar cuenta de la raíz afro de nuestra un siglo. Como toda investigación en
identidad a través de la vigencia de sus curso, lo que aquí se pueda decir será
prácticas musicales y de cómo su asun- provisorio. Dado que apenas he traba-
ción y comprensión ayudará a trans- jado en algunas localidades de algunas
formar aquel sueño en una realidad: provincias, lo de “argentina” para esta
la de un país étnica y culturalmente música debe entenderse como parte de
plural. Asimismo, esta apertura de una totalidad aún desconocida.1
juego contribuirá a una comprensión
integral de la diáspora africana a partir
de la puesta en conocimiento de tradi- Las prácticas musicales afro en el
ciones hasta ahora desconocidas. culto a san Baltazar (Corrientes,
Actualmente, la población de ascen- noreste de Santa Fe y este del
dencia afro en nuestro país puede Chaco y Formosa)
dividirse en cuatro grupos. En cadena
cronológica son: 1) Los descendientes Este culto celebra su día el 6 de enero,
de los negros esclavizados durante la aunque se entronca menos con la fiesta
época colonial y la abolición, en 1861, católica de la Epifanía del Señor o
de ese sistema de explotación; 2) Los “Santos Reyes”, que con la advocación
inmigrantes portugueses de Cabo de Baltazar, tercero de esa terna regia.
Verde arribados en el contexto general Esta bifurcación devocional (Cirio y
de las inmigraciones masivas a fines Rey 1997 y Cirio 2000-2002) comenzó
del siglo XIX y, fundamentalmente, en la Cofradía de San Baltazar y Ánimas
comienzos del XX; 3) Las diversas inmi- (1772-1856), creada en Buenos Aires
graciones de afrodescendientes de otros por el clero para instituir en la fe cató-
países de América a partir de las últimas lica a los negros esclavizados, además
décadas del siglo XX; y 4) Los inmi- de servir como sitio de deculturación
grantes negroafricanos actuales, arri- y herramienta de dominación. Lejos
bados desde los 90 fundamentalmente de enculturarlos, los cofrades pronto
desde Senegal, Gambia y Nigeria. El introdujeron patrones devocionales

459
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

propios, como venerar al santo a través y para influir sobre fenómenos natu-
de la música y la danza. Numerosos rales, como detener o provocar una
documentos de época dan cuenta de los tormenta. Para esta última finalidad
pleitos que por ese motivo se desataban basta la ejecución musical. La coreo-
entre los negros y el capellán. Prueba de grafía actual se realiza con parejas enla-
que ellos tuvieron éxito en la manten- zadas independientes, integradas por
ción de sus prácticas ancestrales es que una mujer y un hombre que se colocan
están vigentes en el culto litoraleño uno al lado del otro tomados entre sí de
(Cirio 2000 y 2002a).2 A diferencia la cintura y van describiendo círculos
del de la Cofradía, el culto actual se en cuatro pasos para luego volver de
desenvuelve básicamente en capillas o igual forma sobre lo andado. Toman
altares familiares pequeños trazos rectos y es casi impo-
A diferencia del de la Cofradía, y entre criollos. sible que las parejas no se choquen
el culto actual se desenvuelve Este cambio a entre sí, ya que no hay sincronización
básicamente en capillas o altares nivel etnicitario más allá de cada una. También, reali-
familiares y entre criollos. Este es más aparente zando los mismos pasos, se baila de a
cambio a nivel etnicitario es que real, ya que tres (un hombre al centro y dos mujeres
más aparente que real, ya que el eje gravita- a sus costados), o en grupo (hombres y
el eje gravitacional del mismo cional del mismo mujeres intercalados). Cuando se hace
continúa siendo la negritud. continúa siendo para agradecer o solicitar un milagro
la negritud. Ello para un hijo pequeño, éste suele ser
se manifiesta en el saber nativo de que la llevado en brazos. La ejecución musical
génesis de esa devoción fue el contexto es vocal-instrumental. La parte vocal se
afroargentino, en las reflexiones que les compone de siete cantos cuya externa-
suscita los rasgos fenotípicos del santo ción es semi-independiente uno de otro.
y de algunos fieles con ascendencia Ellos son: Mango-Mango, No quiero
afro, y porque el modo más preciado de caricias, Gallo cantor, La charanda,
festejar el día del santo es con música Carpincho no tiene gente, Yacaré
y danza, estimando a las de matriz marimbote y Cambá San Lorenzo
afro como epítomes religiosos de la (las que se encuentran aún vigentes
negritud. Si bien el modo devocional se señalan en negrita). Las letras son
por excelencia es la música y el baile, breves, en español, con algunos voca-
cada capilla es autárquica respecto a blos en guaraní y otros de origen y
cuáles realiza, lo que genera una amplia significado dudoso o desconocido. En
gama de variabilidad performativa. No general no poseen metro fijo ni rima.
pudiendo dar cuenta de todas, entre En la parte instrumental intervienen
las prácticas de matriz afro vigentes una o dos guitarras, un triángulo y un
durante el contexto del ciclo festivo del “bombo” ambipercusivo, los que inva-
santo (25 de diciembre al 6 de enero) riable e ininterrumpidamente acom-
trataré la danza de la charanda o zemba pañan al canto con una única célula
y el baile de los cambara’angá. binaria al tempo = 100. La
La charanda o zemba se da sólo en la ejecución comienza con el parche chico
localidad correntina de Empedrado. del “bombo”, al que inmediatamente se
Es una danza religiosa que se hace para suman el parche grande, el triángulo y
agradecer y/o solicitar favores al santo, la/s guitarra/s. El conjunto instrumental
para que su espíritu “baje” a su imagen realiza un ciclo de ocho compases de

460
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

ostinato y en el noveno (debido a que es bailar mientras haya música, sea


ningún canto es tético), comienza el chamamé, “valseado” o cumbia, los tres
canto por una o varias voces, siempre géneros danzarios de las capillas donde
al unísono. Todos los cantos se encuen- están presentes. Sus movimientos son
tran en modo mayor, en 2x4, y sus histriónicos, les está prohibido ingerir
líneas melódicas describen una curva bebidas alcohólicas y hablar con las
que, a rasgos generales, comienza alto damas. Según sus dotes musicales,
y desciende paulatina pero constante- también participan en los conjuntos de
mente hasta finalizar en la tónica. Es chamamé que se forman ad hoc. Durante
de resaltar el “bombo” en cuanto a su la procesión algunos montan a caballo
vinculación con lo afro. Es el único y simulan luchas ecuestres con jinetes
membranófono en la música tradi- no enmascarados, donde siempre éstos
cional de nuestro país que se percute resultan perseguidos y alcanzados. Este
con las manos y su único ejemplar es rol es preponderantemente masculino
el de Empedrado. Mide 1,13 metros de y por lo general participan jóvenes y
largo, está realizado en una sola pieza niños. Para adquirir tal condición, los
de tronco ahuecado de forma tronco- postulantes deben participar en un
cónica abarrilada y sus dos bocas se rito de pasaje –“El nombramiento”– al
hallan cubiertas con parches de perro o inicio del ciclo festivo, es decir el primer
chivo, sin pelo. Cada parche está sujeto día de la Novena. Cambara’angá es
al cuerpo por un aro de metal y corre voz guaraní. Este idioma dispone de
entre ellos una soga en zigzag. Para su dos palabras para “negro”, jhü para
ejecución se lo coloca sobre una tarima objetos, y cambá para personas; ra’angá,
de madera de unos 80 cm de alto y dos por su parte, es “imagen, sombra,
hombres se sientan a horcajadas sobre figura, careta”. Según los informantes,
él, percutiendo un parche cada uno cambara’angá puede traducirse como
(Cirio 2000, 2002b y 2003a). “disfrazado de negro” o “negro de
Los cambara’angá son devotos que en mentira”. Más allá de su traducción, lo
cumplimiento de favores realizados a importante es que subraya el carácter
ellos o a familiares, para el ciclo festivo no real del disfrazado, enfatizando su
visten trajes ceremoniales que ocultan cualidad de simulador. El atuendo
su identidad. Su presencia se da en consiste en máscara de cabeza, capa,
cuatro capillas del sudoeste correntino: delantal y polainas, con predominio de
El Batel (Dto. Goya), Ifran; Yataity los colores rojo y amarillo. Todas las
Calle y Cruz de los Milagros y, según prendas están atiborradas de apliques
referencias de terceros, en Mercedes de diverso tipo: lentejuelas, juguetes
(Corrientes) y General Obligado (Santa de plástico, adornos de Navidad, espe-
Fe). Su presencia conforma un resorte jitos, afeitadoras descartables, relojes de
lúdico clave en la fiesta, pues su deber juguete, pequeñas luces accionadas a
es animarla con gritos y peleas panto- pila, etc. Para las peleas pantomímicas
mímicas, incitar a los concurrentes al usan revólveres de cebita y boleadoras
baile danzando solos, entre ellos y/o de lana, cuchillos y espadas de madera.
armando parejas, así como ayudar Dada la importancia del ocultamiento
en los menesteres necesarios para el de su identidad, también falsean la voz
decurso de la celebración. No tienen y niegan sus nombres, debiéndoseles
un baile o una música propia, su deber llamar sólo cambara’angá, cambacito,

461
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

cambá o, más raramente, payaso. Son a preservar tradiciones vernáculas que,


ante todo actores alegres, aunque su de haber sido mayor su grado de aper-
hilaridad no desplaza la manifiesta tura, quizás hubieran desaparecido.4
violencia de sus peleas pantomímicas En la vida de este grupo la música
(Cirio 2003a y b). desempeña un rol destacado. Hasta
aproximadamente 1978 tenía un
lugar destacado en el Shimmy Club,
La música afro en la Ciudad Autónoma una entidad fundada en 1882 por un
de Buenos Aires y alrededores afroporteño llamado Alfredo Núñez,
cuya finalidad era organizar bailes.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires Si bien eran públicos, estaban fuer-
y las localidades bonaerenses aledañas temente orientados a integrantes de
es conocida como Gran Buenos Aires. la comunidad. El Shimmy Club no
Se trata de una extensa y populosa disponía de un espacio propio sino
zona, eje gravitacional de buena parte que, de acuerdo sus disponibilidades
del país y sede del gobierno federal en económicas, alquilaba el salón de
la que habita, desde el comienzo mismo El Fantasio, del Club de Cerveceros
de la colonización española,3 uno de y, sobre todo, el de la céntrica Casa
los enclaves afro Suiza. Los bailes se hacían en ciertas
Si algo se sabe de los afroar- más antiguos del fechas del año, siendo las ocho noches
gentinos proviene básicamente, país. Además de de carnaval las más esperados. Cuando
de aquí, aunque, paradójica- este antecedente, tenían lugar en la Casa Suiza existían
mente, es donde más se niega su si algo se sabe de dos pistas, en el salón de la planta baja
contemporaneidad y donde el los afroargentinos se bailaba tango, jazz y tropical, y en el
proceso de invisibilización caló proviene básica- subsuelo candombe y rumba abierta.
con más fuerza en el imaginario mente, de aquí, Si bien ambas pistas funcionaban a un
colectivo. En la actualidad es aunque, paradóji- tiempo, la del subsuelo incrementaba
un grupo pequeño, tiene una camente, es donde su concurrencia cuando las orquestas
fuerte cohesión interna que, más se niega su de la planta baja hacían sus intervalos
sumada a su interés por ocultar c o n t e m p o r a - (que duraban unos 45 minutos). Lo
a la sociedad envolvente sus neidad y donde el que diferenciaba a la pista grande de
rasgos distintivos, ha gene- proceso de invi- la del subsuelo era que, mientras en la
rado resultados opuestos: por sibilización caló primera actuaban orquestas especial-
un lado, reforzó el discurso con más fuerza mente contratadas, en la segunda la
blanquista sobre su desapa- en el imaginario ejecución musical era espontánea, por
rición pero, por el otro, los colectivo. En la los propios concurrentes de la comu-
ayudó a preservar tradiciones actualidad es un nidad. Otra diferenciación, esta vez de
vernáculas que, de haber sido grupo pequeño, clase, es que a la pista grande mayorita-
mayor su grado de apertura, tiene una fuerte riamente concurrían aquellas personas
quizás hubieran desaparecido. cohesión interna pertenecientes a los sectores medios y
que, sumada a su medios-alto del grupo (émicamente,
interés por ocultar a la sociedad envol- “negros usted”), mientras que a la pista
vente sus rasgos distintivos, ha gene- del subsuelo los de los sectores medio
rado resultados opuestos: por un lado, y bajo (émicamente, “negros che”).
reforzó el discurso blanquista sobre su Desde el cese de actividades del Club,
desaparición pero, por el otro, los ayudó el candombe quedó circunscripto

462
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

al ámbito endogrupal. Así, eventos los ancestrales. Los toques instru-


sociales como cumpleaños, casa- mentales se realizan con tambores
mientos y –siguiendo tradiciones afro– y son la zemba (en 2 x 4, = 90),
velorios, continúan siendo espacios la makumba (en 12 x 8, = 80) y
propicios para su práctica. la sangre negra (en 2 x 4, = 140),
Si bien el candombe es por antono- todos binarios. Algunos de los cantos,
masia la música vernácula entre los así como los toques instrumentales,
afroporteños, estos reconocen como pueden ser bailados por ambos sexos
propios a otros géneros. Ordenado su de manera individual o en grupo (en
repertorio vigente desde una perspec- este caso, se baila suelto), aunque
tiva cronológica, obtuve cuatro grupos hay predominio de participación
que denominé, tentativamente y sólo a femenina. El desarrollo coreográfico
los fines analíticos: 1) Ancestral africano; se basa en gran medida en la impro-
2) Tradicional afroporteño; 3) Tradi- visación, variando notablemente el
cionalizaciones modernas; y 4) Contem- estilo según el performer.
poráneo afroporteño (Cirio 2007):

1) Ancestral africano. Es el reper- 2) Tradicional afroporteño. Se


torio más antiguo pues los infor- trata del repertorio más amplio
mantes coinciden en vincularlo al (40 obras documentadas) y el género
comienzo del período esclavista en predominante es el candombe,
el país o, inclusive, que fue gestado aunque también hay canciones de
en África. Está integrado por una cuna, valses, milongas, habaneras y
docena de cantos y tres toques instru- canciones de comparsa, entre otros.
mentales. Los rasgos de los cantos Los textos están en español y, ocasio-
son: compás binario, estructuración nalmente, con alguna palabra afro.
melódica en base la fórmula 3:3:2, Están estructurados en cuartetas
ámbito reducido, melodía neumática octosilábicas con rima consonante,
y aparición de la forma responsorial. aunque no es extraño encontrar
Sus textos son más bien breves y en otros metros y versificación libre. Las
lenguas africanas hoy desconocidas temáticas recurrentes son la amatoria
por los afroporteños, por lo que los y la lúdica, en tono jocoso y cándido.
cantan (a capella o con acompaña- Las obras son breves y suelen exter-
miento de tambores) de acuerdo a narse en encadenamientos ad hoc.
una fonética comunalmente consen- Melorítmicamente acusan gran
suada. Según estudios comparativos parecido con el tango y la milonga
con otros trabajos la más usual es el de la Guardia Vieja (de hecho
kikongo, lengua de la rama bantú algunas obras modulan de sección a
(Cirio 2009c). Aunque hay un par sección a la tonalidad paralela), lo
de canciones infantiles y de otro par que invita a repensar las génesis de
se desconoce su función, este reper- esos géneros. Así, la fórmula 3:3:2
torio estuvo asociado a prácticas reli- y célula o sus variantes,
giosas de matriz afro como “bailar el condicionan en gran parte el discurso
Santo”, esto es entrar en un estado melódico. El candombe es tanto
alterado de conciencia a través de una práctica instrumental como
la danza para la comunicación con vocal-instrumental, el tempo ronda

463
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

464
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

la = 95, lo que demanda figuras merengue Por un maní (Francisco


coreográficas cadenciosas, bailadas Simó Damirón y José Ernesto
por personas de ambos sexos, de Chapuseaux). Dada la diversidad
manera suelta, con gran dosis de de fuentes, se trata de un repertorio
improvisación. La interpretación ecléctico, aunque en general las obras
instrumental responde a la organi- son en compás binario, de tempo
zación de matriz afro en términos vivaz ( = 120 a 140), silábicas y
melodiosas, ideal para cantarlas en
de funciones (clave, base e impro-
grupo –siempre al unísono–, acom-
visación), los tambores –en juego
pañándolas con tambores tocados con
de dos (tambor mayor, tumba base,
las manos, bongó y, ocasionalmente,
llamador o quinto y repicador, repi-
clave y otros instrumentos de percu-
queteador o requinto), uno más
sión, a modo de pequeña batería.
pequeño que el otro– son tocados
con las manos y la parte vocal suele
estructurarse como un diálogo entre
4) Contemporáneo afroporteño.
dos personas.
Lo integra sólo canciones (unas diez),
sus textos están en español en patrones
poéticos españoles o con versificación
3) Tradicionalizaciones modernas.
libre y sin rima. Son de creación
Se trata de un repertorio esencial-
reciente (del 2000 en adelante), sus
mente bailable, en pareja suelta, del
letras tienen fuerte carácter autorefe-
cual se conoce una veintena de obras.
rencial, reivin-
Salvo excepciones, está integrado
dicatorio de En el imaginario popular y, lo
por obras caribeñas que estuvieron
lo afroargen- que es más peligroso y cuestio-
de moda a partir de los años 30 y
tino e, inclu- nable, en el imaginario cientí-
los afroporteños las aprendieron de
sive, crítico fico, las dos adjetivaciones a las
los medios masivos de comunica-
de la sociedad que pueden resumirse su cono-
ción u otros músicos en los espacios
blanca. Instru- cimiento sobre los afroargen-
de sociabilización donde interac-
mentalmente tinos y su cultura es infertilidad
tuaban. El proceso de tradicionali-
algunas obras e intrascendencia. Infertilidad
zación se activó, entre otros motivos,
se interpretan como grupo biológico, ya que no
por sentirse identificados al ser el
a capella, otras pudieron reproducirse y por ello
autor de ascendencia afro, porque
suscribiendo desaparecieron o se diluyeron
el texto versaba sobre lo negro y/o
a la dinámica en la sociedad mayor a través de
porque advertían empatía estruc-
interpretativa la miscegenación. Infertilidad
tural con el repertorio tradicional.
del repertorio como grupo cultural, pues todo
De este modo, dicho proceso termina
T r a d i c i o n a l su patrimonio desapareció para
situando a las obras resultantes en un
afroporteño y siempre conforme su desapari-
género único, propio y sui géneris,
otras a la de ción física.
la rumba abierta, término con el
las Tradicio-
que también llaman a una manera
nalizaciones modernas. Mayormente
instrumental de tocar, emulando
tienen amplia libertad melorítmica,
a la rumba cubana. Tómese por
lo que coarta su externación en grupo,
ejemplos la conga La comparsa de
excepto en el estribillo (cuando lo hay)
los negros (Don Contreras) y el
pues por su función es más sencillo.

465
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

La obliteración de lo negro en el los ojos sin luz del último negro autén-
discurso hegemónico tico clausuraron la visión envejecida y
remota de los panoramas africanos. Ese
En el imaginario popular y, lo que es día dejó de existir el África en el Plata”
más peligroso y cuestionable, en el (Vega 1932). Una breve nota titulada
imaginario científico, las dos adjetiva- “Inmigración selectiva” publicada por
ciones a las que pueden resumirse su el diario porteño Clarín durante la
conocimiento sobre los afroargentinos última dictadura militar, dice:
y su cultura es infertilidad e intras-
cendencia. Infertilidad como grupo Al abordar el problema migratorio,
biológico, ya que no pudieron repro- el general Harguindeguy dijo que era
ducirse y por ello desaparecieron o se necesario crear condiciones atractivas
diluyeron en la sociedad mayor a través para captar los contingentes migra-
de la miscegenación. Infertilidad como torios africanos, aunque de cuño
grupo cultural, pues todo su patrimonio europeo, “siempre y cuando preten-
desapareció para damos seguir siendo uno de los tres
Debido a intereses corporativos siempre conforme países más blancos del mundo”.
por un proyecto de país que su desaparición Preguntó si podríamos abandonar la
tomó a Europa como vector física. Inferti- pretensión de seguir siendo “un país
de progreso y digno ejemplo lidad porque no blanco” que es “una gran ventaja en
a imitar, se falseó nuestra pudieron influir calidad humana, que tenemos incluso
historia inhibiendo a vastos en ninguna medida sobre las naciones industrializadas”
sectores poblacionales –entre en la sociedad y aceptar “lo que sí está disponible,
ellos el negro– y su cultura a mayor (o, lo que que son contingentes masivos migra-
través de distintas operaciones es lo mismo, esta torios de raza amarilla”. Insistió en
discursivas y simbólicas no ha sido refractaria que se mantiene la política destinada
exentas de violencia. de sus saberes). a “favorecer la inmigración blanca”.
Intrascendencia (Anónimo, 1978)5
porque no han contribuido en nada
a la cultura nacional. Intrascendencia No me extenderé en estas citas más que
porque nada de lo que fueron reunió para recordar que si el último párrafo
méritos para pasar a integrar las repre- de la segunda pretendemos justifi-
sentaciones colectivas de la argen- carlo dentro del pensamiento militar
tinidad. Intrascendencia porque el de entonces, lejos estamos de conocer
capital simbólico argentino rechaza de nuestra Constitución Nacional, cuyo
plano toda asunción extraeuropea en Artículo 25 brega por fomentar la
su construcción. Citaré dos ejemplos inmigración europea y se mantiene
–disímiles tanto por sus autores como incólume desde 1853.
por el ámbito en que se movían– que Yendo a nuestro campo, cuando se
ilustran estas aseveraciones, mas dicha pregunta a musicólogos locales sobre
disimilitud queda subsumida a un tipo la música afroargentina, con acabado
esencial: son emergentes discursivos conocimiento suelen expedirse breve-
del imaginario blanco. El padre de la mente con frases como “Ah, sí... no hay
musicología argentina, Carlos Vega, nada”, “En la época colonial hubo, sí...
expresó sobre la música afroargentina pero hoy no... si no hay más negros”,
que “todo se fue para siempre cuando o se crispan amargamente con un

466
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

“¡De ninguna manera!”, cuando se toca proyecto de país que tomó a Europa
el tema de su incidencia en el tango, como vector de progreso y digno
como si el abolengo de (ahora) nuestra ejemplo a imitar, se falseó nuestra
música nacional tuviera una mancha historia inhibiendo a vastos sectores
congénita. En realidad, la coincidencia poblacionales –entre ellos el negro– y
en la negativa no hace sino alertarnos su cultura a través de distintas opera-
sobre una reiterada sensación de ciones discursivas y simbólicas no
desprecio, ninguneo y subvaloración exentas de violencia. Basándome en el
sobre un tema que nadie sabe pero material etnográfico expuesto, es mi
todos aciertan en repetir, a pie junti- interés retomar la búsqueda de aquellos
llas, aquel falso certificado de defun- orígenes y modos en que llegó a nuestro
ción que, de manera demasiado rápida territorio la música de los negros afri-
y demasiado superficial se comenzó canos esclavizados y cómo ha perdu-
a expedir ya desde la Generación del rado hasta el presente. Para ello trataré,
80 sobre la desaparición biológica y en primer lugar, qué apelativo sería más
cultural de los afroargentinos. Por lo atinado conferirle. En segundo lugar,
visto, resulta más fácil suscribir a ello ensayaré una posible definición de esta
que pensar por sí mismo qué ha pasado nueva (sic) música que llegó al presente
o, más humildemente, decir que sobre de manera casi inadvertida para el
el tema poco se sabe y todo es probable. cuerpo de especialistas en el tema. Por
Más que probable –a la luz del material último, expondré cómo su lectura en
etnográfico expuesto–, es posible; más clave antropológica puede enriquecer el
que posible, real. Aquí están, siempre nuevo pool de conocimiento logrado.
estuvieron y con ellos su música. Tentativamente defino, pues, a la
Con el actual estado de la cuestión, música afroargentina como el conjunto
ya no es sostenible, ni permisible, de saberes y prácticas musicales que,
ninguna argumentación que desplace sean cultivados por los descendientes
a lo afroargentino del presente. Aportes de aquellos africanos esclavizados o por
de las ciencias exactas (Stubbs y Reyes otros grupos del país, como los crio-
2006), biológicas (Carnese, Avena, llos, contiene elementos concretos y/o
Goicoechea et al. 2001 y 2006), huma- estructurales que permiten asociarlos
nistas (Andrews 1980; Cámara 1991; –con relativo grado de certeza– a los
Frigerio 1993; y Solomianski 2003), y propios de los sistemas musicales del
de otras disciplinas como la arqueología denominado Atlántico Negro.
(Schávelzon 2003), sitúan a un grupo El concepto de Atlántico Negro fue
que se reconoce afrodescendiente y propuesto por el sociólogo británico
posee una cultura propia y distintiva Paul Gilroy (1993) para especificar, en
la cual integra, define y participa en el marco general de los estudios atlan-
una identidad mayor que convenimos tistas (Armitage 2004), la triangulación
denominar argentina. comercial que Europa efectuó con África
y América entre los siglos XVI y XIX, y
que desangró al África subsahariana en
Hacia una definición de la música unos 60 millones de habitantes. Este
afroargentina comercio tuvo a la esclavitud como eje
dinámico y reconfiguró de manera total
Debido a intereses corporativos por un la historia de la conquista, colonización y

467
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

explotación de América. Para Gilroy, el varía con el tiempo, pero que demuestra
Atlántico constituyó el crisol formador continuidades históricas reales que
de la criollización, el mestizaje y la hibri- son relevantes para la construcción de
dación americana, catalizando configu- identidades relacionales” (Gilroy, 1993,
raciones socioculturales sui géneris, cuya en Frigerio 2000: 33).
perdurabilidad continúa. En ese marco En esta línea de pensamiento se sitúa la
es posible establecer la africanía de ciertas actual perspectiva de los estudios africa-
prácticas culturales vigentes en América nistas de corte sociocultural en Argentina.
menos por sus rasgos concretos en sí, El análisis de la compleja formación de
que por lo que él denomina a changing la identidad afro, encuadrada en la pers-
same, o sea “un complejo cultural que pectiva mayor de las identidades nacio-

468
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

nales, debe ser efectuado de manera el mismo ámbito). Ello no hace sino
paralela a “una recuperación sólida y tender una línea de continuidad entre el
extensa del corpus discursivo afroar- África de sus ancestros esclavizados y el
gentino” (Solomianski, 2003: 185). contexto social contemporáneo, demos-
La ausencia generalizada de material trando así que es un repertorio temporal
documental nativo es, como vimos, y situacionalmente muy amplio, que se
consecuencia de la falta de interés en las mantiene, crea y recrea constantemente,
políticas estatales, por lo que la orfandad como todo fenómeno vivo. Es difícil deli-
de fuentes primarias es grande. Mi mitar las características de esta música. La
investigación pretende ser un humilde premura de su demarcación seguramente
aporte respecto a los saberes musicales se verá injustifi-
de este grupo, para lo cual conjugo la cada en un futuro Las prácticas musicales afroar-
documentación procurada a través de próximo dado gentinas se enmarcan tanto en
fuentes vivas (por medio del trabajo de que, excepto en lo la esfera de lo sagrado como
campo) y de fuentes secas (exhumando vinculado al culto de lo secular. En la primera se
manuscritos y publicaciones propiedad a san Baltazar, la encuentran aquellas propias
de la comunidad y de bibliotecas y investigación está del culto a san Baltazar y el
archivos públicos). El reestablecimiento en sus comienzos y recuerdo de las que en el pasado
del diálogo intercultural es el comienzo la constante apari- se ejecutaban en un contexto
de una reparación histórica a una comu- ción de material religioso de matriz afro; en la
nidad que, si bien estuvo presente en empírico obliga a segunda, el candombe porteño
casi todos los momentos fundacionales su reconfiguración y el santafecino.
de la patria y de nuestras expresiones periódica.6
populares, se los ha relegado a la cate- Las prácticas musicales afroargen-
goría de convidados de piedra. tinas se enmarcan tanto en la esfera de
Desde el punto de vista de la sintaxis lo sagrado como de lo secular. En la
musical, ¿cuáles son las características primera se encuentran aquellas propias
de esta música afroargentina?, ¿qué del culto a san Baltazar y el recuerdo de
elementos constitutivos denotan su las que en el pasado se ejecutaban en
africanía?, ¿por qué esta, y no otra/s, es un contexto religioso de matriz afro;
considerada por sus cultores como de en la segunda, el candombe porteño y
raíz afro? En vista a los dos estudios de el santafecino. Desde su contexto de
caso, advertimos que sus cultores reco- ejecución, las hay públicas –en fiestas
nocen a estas músicas como propias. En y procesiones– y privadas, tanto de
el caso de las del culto a san Baltazar, la manera vocal, instrumental como
pertenencia étnica de los mismos excede vocal-instrumental. La línea melódica
al grupo originario, mas ello no hace sino se configura de manera neumática y,
recordarles la ancestralidad de la misma sobre todo en los repertorios cuya crea-
a un pasado afroargentino. Respecto a ción no es contemporánea, formando
la dinámica creacional, existen cantos un arco que comienza alto y va descen-
de antigua raigambre (como los de la diendo de manera gradual hasta la
charanda o zemba y los de los reper- tónica. Cuando los cantos son a más
torios ancestral africano y tradicional de una voz, siempre es en homofonía.
afroporteño en el ámbito porteño) y de Rítmicamente es música de compás
reciente factura (como en los del reper- binario simple, la célula , o sus
torio contemporáneo afroargentino en variantes, condiciona en gran medida

469
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

el discurso melódico, aunque la reite- en clave antropológica pretende resti-


rada aparición de síncopas y hemiolas tuirla como patrimonio identitario
crean un contrapunto rítmico de argentino. En segundo lugar, es reco-
gran riqueza, sobre todo en los cantos mendable que, en pos de un fortale-
que son acompañados con tambores. cimiento disciplinar, sus verdaderos
Respecto a uso de membranófonos, creadores y cultores –a la sazón,
excepto en el caso de la tambora del también negados o confundidos con
culto a san Baltazar, siempre son otros grupos–, sean convocados al
tocados directamente con las manos. diálogo intercultural que cimienta
Tanto para el candombe porteño como nuestra vida democrática, pasado a
para la charanda o zemba, el tempo más conformar la “tercera raíz” que otorga
común es el que ronda a la = 95. distintividad a nuestro ser nacional en
Respeto las obras con texto, este suele el marco de una cultura genuinamente
expresarse tanto en kikongo, es español americana, esto es, mestiza. Final-
o en español con algunas palabras en mente, sería oportuno que quienes
kikongo. La estructura en diálogo es fuera del grupo originario la practi-
una característica predominante en quen por moda, gusto o porque por
su traza argumental, incluso con las diversos motivos pasó a formar parte
formas responsorial y antifonal, tan de su patrimonio cultural (como las
singular de la estética negroafricana. del culto a san Baltazar), reconozcan
Las temáticas tocantes son lo religioso la procedencia de su tradición, lo cual
en las obras más arcaicas, la lírica en no tiene porqué restarle sentido de
el candombe y la reivindicatoria y pertenencia. Conjugado todo lo ante-
autoreferencial en las de creación puesto, será un acto de justicia para
reciente. Hay obras que sólo cumplen con uno de los grupos que jalonaron
funciones de canción y otras de danza. nuestro país, al tiempo que veremos
En este último grupo se encuentra el enriquecido nuestro acervo clarifi-
candombe y la rumba abierta en el cando aspectos de nuestra memoria
ámbito porteño y la charanda o zemba histórica que fueron tendenciosa-
en el Litoral. Respecto a las obras de mente manipulados por concepciones
creación contemporánea, la hetero- etnocentristas de qué debe conside-
geneidad de sus formas y contenidos rarse propio y, por descarte, aquello
no hace sino recordarnos lo ecléctico que pretendíamos no ser.
de la oferta cultural al momento de
hallar recursos compositivos. Así, las
versiones estilizadas de candombes (*) Este artículo es una versión lige-
y zembas, canciones en verso libre ramente corregida y actualizada de la
y el hip hop son apenas una muestra ponencia homónima leída en la 6ª edición
del amplio abanico que los afroar- del Festival Panafricain de Musique
gentinos actuales han empleado para (fespam), “Musiques d’émancipation et
manifestarse musicalmente. mouvements de libération en Afrique
La demarcación de esta “nueva” et dans la diaspora”. Brazzaville
música demandará una serie de (República del Congo).
cambios que articularán mejor su
reposicionamiento en el nuevo pool (**) Instituto Nacional de Musicología
de conocimiento logrado. Su análisis “Carlos Vega”.

470
LA BIBLIOTECA
Historiográficas N° 12 | Primavera 2012

NOTAS

1. Al momento de redacción de este artículo, mis trabajos de campo comprendieron la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires; las provincias de Buenos Aires (Chascomús, General Madariaga, Moreno, San Antonio
de Padua, Villa Celina y Wilde); Chaco (Barranqueras, Lapachito y Resistencia), Corrientes (Arroyo Vega,
Bella Vista, Chavarría, Concepción, Corrientes, Cruz de los Milagros, Curuzú Cuatiá, El Batel –Dto. Goya–,
El Batel –Dto. San Roque–, El Chañaral, Empedrado, Esquina, Felipe Yofre, Goya, Ibicuy, Ifran, Lavalle,
Manuel Derqui, Mariano I. Loza, Mercedes, Pago de los Deseos, Parada Coco, Paso López, Perugorría, Saladas,
San Lorenzo, San Roque, Santa Lucía y Yataity Calle); Formosa (Clorinda); y Santa Fe (El Sombrerito, Las
Garcitas, Las Garzas, Las Toscas, San Antonio de Obligado, Santa Fe, Villa Guillermina y Villa Ocampo).
2. Aún no está claro el proceso por el cual apareció el culto en esta zona, ya que no hay indicios históricos que
lo testimonien ni lazos probados con la antigua cofradía porteña (ver Cirio, 2000 y 2002).
3. La población afro en esta zona del Río de la Plata antecede, paradójicamente, a la primera fundación de
Buenos Aires (1536), ya que el otorgamiento del primer permiso real para el comercio de esclavos data de 1534
(Andrews, 1989: 31).
4. Esta particularidad es, hasta donde conozco, propia de los afroporteños, ya que en los grupos afro del resto
del país con que he tratado no hallé esta barrera que, debo comentar, resultó especialmente infranqueable al
comienzo de mi trato con ellos.
5. Las negritas corresponden al original.
6. Para la ampliación de esta investigación a otras geografías del país, dispongo de indicios de que aún se prac-
tica música de matriz afro en Chascomús (Buenos Aires) y Gualeguaychú y Paraná (Entre Ríos). Asimismo,
la murga en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y “el baile de chinos” en San Juan, aunque hoy practicadas
desde una concepción que va más allá de la marca etnicitaria afro, reúnen suficientes indicios para reestablecer
su procedencia negra.

BIBLIOGRAFÍA

Andrews, George Reid, 1989 [1980], Los afroargentinos de Buenos Aires, Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
Anónimo, 1978 “Inmigración selectiva”, Clarín, Buenos Aires, 20 de septiembre.
Armitage, David, 2004, “Tres conceptos de historia atlántica”, Revista de Occidente 281: 7-28, Madrid:
Fundación José Ortega y Gasset.
Cámara, Enrique, 1991, CD, Charanda y chamamé. Canti e danze della provincia di Corrientes, Folklore 1,
Musiche dal Nuovo Mondo, Argentina, Roma: Cicrocevia Sudnord Records, SNCD0020.
Carnese, Francisco R., Sergio A. Avena, Alicia S. Goicoechea et al., 2001, “Análisis antropogenético
de los aportes indígena y africano en muestras hospitalarias de la Ciudad de Buenos Aires”, Revista
Argentina de Antropología Biológica 3: 79-99, Buenos Aires, Asociación de Antropología Biológica de la
República Argentina.
Carnese, Francisco R., Sergio A. Avena, Alicia S. Goicoechea et al., 2006, “Mezcla génica en una muestra
poblaciones de la ciudad de Buenos Aires”, Medicina 66: 113-118, Buenos Aires: Fundación Revista Medicina.
Cirio, Norberto Pablo, 2000, “Antecedentes históricos del culto a San Baltazar en la Argentina: La Cofradía
de san Baltazar y Animas (1772-1856)”, Latin American Music Review 21 (2): 190-214, Austin: University
of Texas.
— 2000-2002, “Rey Mago Baltazar y san Baltazar. Dos devociones en la tradición religiosa afroargentina”.
Cuadernos 19: 167-185, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Buenos Aires.
— 2002a, “¿Rezan o bailan? Disputas en torno a la devoción a san Baltazar por los negros en el Buenos Aires
colonial”, en: Rondón, Víctor (Ed.), Actas de la IV Reunión Científica : “Mujeres, negros y niños en la música y
sociedad colonial iberoamericana”, Santa Cruz de la Sierra, Asociación Pro Arte y Cultura, pp. 88-100.
— 2002b, “Prácticas musicales de procedencia afro en el culto a San Baltazar, La ‘charanda’ de Empedrado
(provincia de Corrientes, Argentina)”, Revista Musical Chilena 197: 9-38, Santiago, Universidad de Chile.
— 2003a, “Perspectivas de estudio de la música afroargentina: el caso de las prácticas musicales vigentes en el
culto a san Baltazar”, Resonancias 13: 67-91, Santiago, Instituto de Música, Facultad de Artes de la Pontificia
Universidad Católica de Chile.
— 2003b, “‘Vistiendo las ropas del santo’. Atributos afro en la personalidad de san Baltazar a través de
algunos cargos devocionales en su culto en la Argentina”, Memoria & Sociedad 15: 125-131, Bogotá, Pontificia
Universidad Javeriana.
— 2007, “¿Cómo suena la música afroporteña hoy? Hacia una genealogía del patrimonio musical negro de
Buenos Aires”, Revista del Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega” 21: 84-120, Buenos Aires,
Facultad de Artes y Ciencias Musicales, Universidad Católica Argentina.

471
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Historiográficas

Cirio, Norberto Pablo y Gustavo Horacio Rey, 1997, “Vida y milagros de San Baltazar en Empedrado,
Pcia. de Corrientes: reinterpretación y elaboración hagiográfica”, en Actas de las IV Jornadas de Estudio de la
Narrativa Folklórica: 97-115, Santa Rosa.
Frigerio, Alejandro, 1993, “El candombe argentino: crónica de una muerte anunciada”, Revista de
Investigaciones Folklóricas 8: 50-60, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
— 2000, Cultura negra en el Cono Sur: Representaciones en Conflicto, Buenos Aires, Facultad de Ciencias
Sociales y Económicas de la Universidad Católica Argentina.
Gilroy, Paul, 1993, The Black Atlantic: Modernity and Double Consciousness, Cambridge, Harvard University Press.
Megenney, William W., “Lengua” en la literatura neoafronegroide: Cuba y Brasil, Buenos Aires,
Ediciones deldragón.
Pessoa de Castro, Yeda, Os falares africanos na anteração social no Brasil colônia, Salvador, Universidade Federal
da Bahía.
Schávelzon, Daniel, 2003, Buenos Aires negra: Arqueología histórica de una ciudad silenciada, Buenos Aires,
Emecé.
Solomianski, Alejandro, 2003, Identidades secretas: la negritud argentina, Buenos Aires, Beatriz Viterbo.
Stubbs, Josefina y Hiska N. Reyes (Eds.), 2006, Más allá de los promedios: Afrodescendientes en América
Latina: Resultados de la Prueba Piloto de Captación en la Argentina, Buenos Aires, Universidad Nacional de
Tres de Febrero.
Vega, Carlos, 1932, “La influencia de la música africana en el cancionero argentino”, La Prensa, 14 de agosto,
Buenos Aires.

472
Las relaciones entre arte y
política nunca fueron senci-
llas. Por un lado, porque a
Estéticas menudo los artistas produ-
cían sus obras por fuera de
las luchas sociales y políticas;
por otro, porque las prácticas
políticas exigían una subor-
dinación estética que inhibía
las posibilidades de experi-
mentación en el campo del arte. Hubo sí, momentos fugaces en los
que estas dimensiones de la creación pudieron componer un terri-
torio común. Y para ello precisaron reinventar sus sentidos y proce-
dimientos. Ya no se trataba de pensar cómo el arte “acompañaba”
la política ni cómo la política se dejaba estetizar por el arte. Sino
que, en dichas ocasiones, una fuerza colectiva e impersonal lograba
deshacer las especificidades disciplinarias e imaginaba una nueva
relación entre las prácticas y los enunciados, entre los hechos y las
simbolizaciones. Y de allí han surgido, en esas conmociones, expre-
siones que pretendían escapar a las formas de abstracción represen-
tativa. En esos bloques de palabras, figuras y formas organizativas
surgían los desafíos más potentes al poder establecido.
Claro que, en el contexto actual de un cosmopolitismo cultural,
surge un problema: aquello que –más lejano o más cercano– fue
experimentación, hoy es sometido a un proceso de recordación y
recuperación que frecuentemente expropia las significaciones origi-
nales en las que tales eventos tuvieron lugar. Así proceden, común-
mente, las disciplinas y su campo normativo e institucional. Las
relaciones entre arte, política e instituciones, muchas veces inevi-
tables, no son menos sencillas que las vinculaciones entre luchas y
prácticas estéticas. Y así lo testimonian los tantos discursos que dan
cuenta de esta complejidad. Estas dificultades nos colocan inmedia-
tamente frente a la pregunta por las posibilidades de una perspec-
tiva que sea capaz de sustraerse, tanto a los relatos historicistas que
enumeran episodios en los que arte y política se encontraron, casi de
forma mítica, como a las formas de consagración que despolitizan
los sucesos administrando su reconocimiento y difusión.
En esta sección presentamos tres ensayos que, a su modo, lidian
con estas problemáticas. Ellos abordan experiencias ocurridas en el
pasado que involucraron la experimentación artística con las prác-
ticas políticas, y que hoy solicitan una mirada que las rescate de su
celebración desproblematizada.
En este sentido, Ana Longoni se pregunta qué hacer con
Tucumán Arde. Cómo evitar su canonización romántica y resti-
tuir el universo de problemas que estos acontecimientos plantearon
al tejido vivo de los dilemas contemporáneos, evitando así su pres-
cripción como modelo para el activismo artístico.
Ezequiel Gatto recupera la obra de teatro Futura, que se estrenó
en el Instituto Di Tella y ligaba vanguardias estéticas y arquitectó-
nicas capaces de pensar no sólo las consecuencias de la sociedad y el
consumo de masas en las ciudades de la segunda mitad del siglo XX,
sino también de imaginar las utopías de una nueva convivencia
que fuese capaz de proponer otras formas de imaginar la raciona-
lidad urbana.
Finalmente, Guillermo Giampietro recuerda las intervenciones del
grupo Cucaño, a fines de los años 70 en Rosario, cuyas performances
o “interposiciones” –como la intervención en la misa del domingo
en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen– buscaban desviar
el sentido común de aquellos años dictatoriales, proponiendo otras
significaciones críticas.
Bajo las huellas de los hitos que recordamos en esta sección, reno-
vamos la apuesta por pensar las vinculaciones entre arte y política.
476

Qué hacer con


Tucumán Arde (*)
Por Ana Longoni (**)
Hay un antiguo dilema que se vuelve cada vez más
actual. Se trata de los modos de referirse a sucesos
pretéritos, los lenguajes con los que hacerlo y los sitios
desde donde enunciar esas referencias. Y hay un tipo
de intervención, bastante tradicional pero no por ello
poco vigente, que suele producir complejos efectos a
la hora de visibilizar lo acontecido. Nos referimos a la
manera en que los discursos académicos y los sistemas
de consagración de las instituciones del arte, pero no
exclusivamente ellas, se hacen cargo de diversas expre-
siones artísticas. La canonización, la romantización
y otras formas de captura de aquello que construyó
su sentido en situaciones concretas, están a la orden
del día en el gran mercado global de las diferencias,
espacio en el que toda producción es traducida a un
sistema de equivalencias que neutraliza la singula-
ridad histórica de aquello de lo que se habla. El exceso
de palabras, la catalogación con criterios abstractos o
exteriores a las prácticas que se denominan, suelen ser
procedimientos frecuentes a través de los que el objeto
en cuestión llega a las instituciones o a otras formas
de visibilidad pública, domesticado y sin el filo crítico
que lo constituyó originalmente.
Tucumán Arde es el nombre de una experiencia que
buscó difuminar los límites entre vanguardias artís-
ticas y políticas, dándose a la dificultosa tarea de arti-
cular sensibilidades que se desconfían mutuamente. Su
peculiaridad –nos dice Ana Longoni en este artículo–
no debiera tomarse ni como modelo para el activismo
artístico ni como tópico de becas y exposiciones que
nieguen sus condiciones de producción. Evitar tales
derivaciones posibles, nos lleva a la pregunta por las
formas mismas de la rememoración.
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

1. y se desmarca de la trama en la que es


producido y disputa su conflictividad
Parto de la inquietud que me y sus efectos de sentido (trama que
produce la insistente recuperación de involucra otras muchas experiencias de
Tucumán Arde –entre un conjunto las que Tucumán Arde es claramente
sumamente acotado de experiencias de “deudora”, como por ejemplo el grupo
la vanguardia latinoamericana de los Arte de los Medios), subraya su excep-
años 60, que incluyen también ciertas cionalidad radical en el radicalicalizado
zonas de la producción de los brasi- 68, contribuyendo a fijarla como mito.
leños Lygia Clark y Hélio Oiticica– en Así, se vacía de su contingencia, ajena a
una serie de importantes exposiciones, su “cualidad histórica”, al “recuerdo de
libros, coloquios y otras instancias rele- su construcción”, como señala Roland
vantes del circuito artístico internacional Barthes al referirse al mito como
en los últimos diez o quince años.1 “habla despolitizada”, en un texto que
Esta obra colectiva de investigación, fue clave para las elaboraciones de la
acción política y comunicacional, que vanguardia argentina del período.5
pretendió incidir en el proceso revo- A grandes rasgos, el ingreso de
lucionario que se vislumbraba como Tucumán Arde al canon se inscribe
inminente en 1968, es probablemente en un doble proceso de legitimación:
la experiencia del arte argentino sobre aparece, por un lado, como episodio
la que más páginas se han escrito. Pero fundante del “conceptualismo ideoló-
no solo eso. Ha llegado a convertirse gico” latinoamericano y, por otro, como
en una suerte de significante vacío “madre” de todas las obras de arte polí-
que logra inscribirse en las cadenas tico. La primera asignación de sentido
argumentales más disímiles y asumir devuelve aquella realización al campo
formas camaleónicas: un antecedente del arte, desacti-
literario, el símbolo del compromiso vando el voltaje Me pregunto si –a pesar del
militante, un graffiti, una exposición, revulsivo de una mito– es aún posible reactivar
un nombre adecuado para un bar.2 experiencia cuya la densidad crítica de esta expe-
Tucumán Arde no incomoda: su voltaje apuesta crítica riencia, interpelar (y, a la vez,
revulsivo parece ser parte del pasado. implicó salirse de dejarnos interpelar) por ella
Los indicios de canonización lo son los límites de la para volverla incisiva en nuestro
también de su domesticación y paci- institución artís- presente. Eso u olvidarnos por
ficación al interior de un relato que tica para intervenir fin de Tucumán Arde.
conviene a la lógica fetichizadora y sus en las dinámicas
recortes unidimensionales de sentido, su de transformación social; la segunda la
devenir mercancía, su reducción como rodea de un aura épica que la ubica por
imagen, mera superficie (aplanada en su fuera de la historia y fija su movilidad
espesor disidente), fácilmente reprodu- disruptiva en el mito heroico.
cible, intercambiable, digerible. Muchos de los discursos (se trate de
Este proceso es indisociable de su sobre- investigaciones, publicaciones, expo-
dimensión respecto de otros episodios siciones, intervenciones en la prensa,
de la vanguardia de los 60, de los que etc.) que en los últimos años otorgaron
escinde nítidamente como hito soli- tan extrema visibilidad a Tucumán Arde
tario. La operación mediante la que se han contribuido a alimentar una
presenta como acontecimiento inédito lógica que tiende a ocluir lo singular

477
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

de su problematicidad histórica irrumpir con un mitin en medio de


mediante su conversión en ícono.4 Sin una inauguración para apedrear y rayar
embargo, hay que decir que no se trata la imagen de Kennedy; boicotear con
de un proceso unidireccional sino de una revuelta una entrega de premios
una compleja trama tensionada por en el Museo Nacional de Bellas Artes,
conflictos donde se dirimen discursos, en medio de volantes, gritos y bombas
posicionamientos y proyectos políticos de estruendo; secuestrar durante una
no solo diferentes entre sí, sino incluso conferencia al director del Centro
antagónicos dentro de distintos espa- de Artes Visuales del Di Tella, Jorge
cios: el campo artístico, el académico y Romero Brest, en lo que definen como
también el activismo. “un simulacro de atentado”, cortando
Me pregunto si –a pesar del mito– la luz y leyendo en alta voz una
es aún posible reactivar la densidad proclama; actuar clandestinamente a
crítica de esta experiencia, interpelar la noche para teñir de rojo las aguas de
(y, a la vez, dejarnos interpelar) por las fuentes más importantes del centro
ella para volverla incisiva en nuestro de Buenos Aires. La realización final
presente. Eso u olvidarnos por fin de de esta seguidilla fue Tucumán Arde,
Tucumán Arde.5 y consistió en el mayor intento colec-
tivo de sostener este arriesgado camino
de articulación entre experimentación
2. artística y acción política, es decir
de encontrar un modo de contribuir
Pero, ¿qué fue en su tiempo Tucumán eficazmente desde el arte experimental
Arde? A lo largo del año 1968, un a la revolución. Asumieron como eje
significativo grupo de artistas de uno de los puntos del programa de
vanguardia de Buenos Aires y Rosario urgencia de la cgt de los Argentinos:
protagoniza una tajante ruptura con las la denuncia de la gravedad de la crisis
instituciones artísticas a las que habían que asolaba a buena parte de la pobla-
estado vinculados hasta entonces (en ción tucumana a causa del cierre de los
especial, el Instituto Di Tella), cuando ingenios azucareros y la falsedad de la
buscan integrar su aporte específico al propaganda oficial de la dictadura de
proceso revolucionario en marcha. La Onganía sobre el paliativo lanzado
“nueva estética” que postulan implica en 1966, el “Operativo Tucumán”.
–en sus ideas y en sus prácticas– la Para concretar la obra colectiva, que
progresiva disolución de las fronteras inicialmente fue anónima, se planifi-
entre acción artística y acción política: caron cuatro etapas discontinuas en
la violencia política se vuelve mate- el tiempo y en el espacio. La primera
rial estético (no solo como metáfora etapa fue de investigación. Los artistas
o invocación, sino apropiándose de devinieron en “investigadores” y cola-
retóricas, recursos, modalidades y boraron con sociólogos, economistas,
procedimientos propios del ámbito de periodistas y dirigentes sindicales para
la política o –mejor– de las organiza- recabar in situ información sobre las
ciones de izquierda más radicalizadas, causas y consecuencias de la crisis. Para
en una suerte de “foquismo artístico”. ello viajaron en dos oportunidades a la
Junto a Mariano Mestman, llamamos provincia norteña, y allí entrevistaron,
a ese proceso el itinerario del 68 6: encuestaron, fotografiaron, filmaron y

478
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

recurrieron a otros modos de registro documentos generados a lo largo de


para documentar lo que allí sucedía, y todo el proceso. La abrupta interrup-
era invisible o negado en los medios ción de Tucumán Arde precipitó la
de prensa. La segunda etapa consistió crisis que atravesaban los colectivos de
en una campaña masiva de incógnita, artistas llevando a su disolución y, en
que recurrió a medios de agitación y la mayoría de sus integrantes, al aban-
técnicas publicitarias en las calles de dono del arte. Se habían hecho palpa-
Rosario (y en menor medida de Buenos bles los límites del intento más cabal
Aires y Santa Fe). Buscaba incitar la de formular un programa colectivo
expectativa en amplios sectores de para continuar
población a través de afiches (con una haciendo arte por Desde 1968 en adelante,
única palabra: Tucumán) y graffitis fuera del arte, Tucumán Arde ha sido leído
con la consigna “Tucumán Arde” –que entender y prac- en claves muy diversas. A
mantenían abierta la incertidumbre: ticar la experi- pesar de haber sido la acción
podía aludir a un viaje turístico o una mentación como culminante de un proceso
nueva película, a poco del estreno de herramienta de consciente de romper definiti-
“Arde París”–. Apostaron también intervención y vamente con el circuito artís-
a lograr repercusiones en los medios proponer “una tico e inscribir la potencia de
masivos, convocando a conferencias acción directa la “nueva estética” para alterar
de prensa al arribar a –y al partir de- para producir un “las fuerzas de la historia”, muy
Tucumán–. La tercera etapa –que suele hecho político”.7 pronto hubo claros intentos de
confundirse con la obra– consistió en Entre otros, devolverla al redil y aquietarla
las exposiciones de los resultados de esos límites que como “arte”. Ya a comienzos
la investigación y la campaña, que el mito no deja de los años 70 se inicia su
tuvieron lugar en las sedes de la cgt pensar son: circulación internacional.
de los Argentinos en Rosario y más las diferencias
tarde en Buenos Aires. Lejos de una políticas que emergieron dentro del
muestra convencional, se trató más colectivo y entre artistas y sindica-
bien de una toma u ocupación de la listas, los riesgos del trabajo legal en
sede sindical, afectando drásticamente medio de una dictadura, el deterioro
su funcionamiento cotidiano. A pesar de la dimensión estética del proyecto
de estar prohibidos los actos públicos, al privilegiar la dimensión comunica-
miles de personas se reunieron en las cional y masiva, y los alcances reales
dos semanas que duró el hecho en de su acción de socavamiento de la
Rosario, resultando a todas luces un propaganda oficial.
contundente acto político. Estaban
planeadas otras dos exposiciones en
Santa Fe y Córdoba pero la clausura 3.
inmediata de la muestra en Buenos
Aires, a pocas horas de inaugurarse con Desde 1968 en adelante, Tucumán Arde
la presencia de Raimundo Ongaro, ha sido leído en claves muy diversas.
dejó manifiestos los límites del “trabajo A pesar de haber sido la acción
legal” en tiempos de dictadura, y el culminante de un proceso consciente
proyecto se vio truncado. Nunca se de romper definitivamente con el
concretó la cuarta etapa planificada: circuito artístico e inscribir la potencia
la reunión en una publicación de los de la “nueva estética” para alterar

479
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

“las fuerzas de la historia”,8 muy pronto de Rosario. Y tanto ella como el


hubo claros intentos de devolverla al español incluyen a Tucumán Arde
redil y aquietarla como “arte”. Ya a dentro de la variante “política” del
comienzos de los años 70 se inicia su naciente arte conceptual.
circulación internacional. Fue incluido Contra esa inclusión reaccionaron
en dos importantes dossiers: “Argentine muy pronto algunos de los protago-
Subversive Art” en la revista neoyor- nistas del itinerario del 68. Juan Pablo
quina de teatro The Drama Review Renzi la identificó con una “nueva
(1970), e “Hijos de Marx y Mondrian” moda” de la crítica, y así tituló su
(1971) en la revista parisina Robho, diri- Panfleto nº 3, presentado en la muestra
gida por Jean Clay. Es mencionado poco Arte de sistemas, organizada por el
después en el libro de Lucy Lippard Six cayc en 1971. Allí, Renzi identifica al
years: The Dematerialization of the Art arte conceptual con una de las tantas
Object from 1966 to 1972 (1973), y un etiquetas historiográficas que permiten
año más tarde, en apenas una escueta a la institución artística “renovar el
nota al pie de página en la segunda stock periódicamente para incentivar la
edición de su libro Del arte objetual venta de su mercancía”. Las reticencias
al arte de concepto, el teórico español a la neutralización historiográfica que
Simón Marchán Fiz acuña la categoría pudiera ejercer sobre modos de hacer
“conceptualismo ideológico” para carac- y de pensar el arte (y a los artistas) que
terizar la tendencia en la que inscribe se definían por sus aspiraciones de
a Tucumán Arde.9 De alguna manera incidir en el curso revolucionario en
esos tempranos rescates fundaron marcha y por su tajante abandono de
modos de lectura que aún hoy tienen los circuitos artísticos convencionales,
reverberaciones e también son explícitas en la posición
Lo que Camnitzer encuentra implicancias. Por de León Ferrari, cuando lamenta
en común entre las acciones de un lado, ambas que Tucumán Arde:
Tupamaros y Tucumán Arde revistas traducen
(vínculo que Pablo Thiago y difunden un A pesar de ser (...) una manifesta-
Rocca sintetizó con ironía conjunto de mani- ción contra el sistema y desde afuera
como “Tupamán Arde”) es fiestos y tomas de del sistema, de la “vanguardia” y
su pretensión de disolver o posición de los de los circuitos internacionales del
superar la frontera que divide artistas argentinos arte de elite, haya sido usado como
el arte de la política. que permiten leer parte de la plataforma de lanza-
Tucumán Arde miento de una nueva moda de la
como corolario de la radicalización “vanguardia”: el arte conceptual. En
“subversiva” que transitan los artistas efecto, algunas publicaciones señalan
que los lleva a desbordar las fronteras a Tucumán Arde como uno de los
del arte, e inscriben el episodio dentro antecedentes de aquella escuela dado
del legado de las vanguardias no solo que puso el acento en la significación
artísticas sino claramente políticas. Por de la obra. Pero quienes lo vinculan
su parte, Lippard –importante teórica al arte conceptual, que es una nueva
del conceptualismo en Estados Unidos– «vanguardia» para la misma elite
instala la versión equívoca de que la de siempre, olvidan que la gente de
obra fue realizada exclusivamente Tucumán Arde comenzó por aban-
por el Grupo de Arte de Vanguardia donar el campo de la elite.10

480
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Pese a estas manifiestas resisten- ejemplo que, viniendo del arte, llegó a
cias, Tucumán Arde continúa siendo tocar el borde político de la línea”. En
rememorado como hito fundante del una entrevista, el uruguayo añade:
conceptualismo en América Latina.
En la mucho más reciente lectura del “Tucumán Arde sale del arte y
artista uruguayo Luis Camnitzer,11 cruza la frontera para convertirse
juega un papel fundamental en la defi- en un instrumento político. La
nición de la identidad de las prácticas guerrilla tupamara sale de la política
“conceptualistas latinoamericanas”, y (sin proponérselo manifiestamente)
cuya genealogía funda en las acciones ingresa en el campo del arte dando
simbólicas de la guerrilla tupamara en una dimensión estética a la actividad
Uruguay e incluso remonta a la peda- del combate removedor”.13
gogía decimonónica del venezolano
Simón Rodríguez. Lo que Camnitzer Este tipo de enfoques corre el riesgo de
encuentra en común entre las acciones contribuir a la consagración mitológica
de Tupamaros y Tucumán Arde de Tucumán Arde (así como a la esteti-
(vínculo que Pablo Thiago Rocca zación deshistorizada de la experiencia
sintetizó con ironía como “Tupamán guerrillera): convertida en emblema
Arde”12) es su pretensión de disolver o internacional fundante del concep-
superar la frontera que divide el arte tualismo político latinoamericano,
de la política: “Si existe una línea que Tucumán Arde parece invulnerable
separa al arte de la política, hay dos a cualquier aproximación crítica que
eventos en América Latina que tocan desbloquee ciertos lugares comunes en
esta línea desde sus zonas respectivas. torno a la relación entre arte y política.
Los Tupamaros ejemplifican a la Su catalogación dentro de un saber
política acercándose todo lo posible específico, una disciplina, un género
al borde artístico de la línea. (...) El o corriente artística le reserva un lugar
grupo argentino Tucumán Arde fue un preferente y asible dentro de la historia

481
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

del arte. Esta paradoja fue subrayada manifestación artística que pusiera
por León Ferrari, cuando afirmó, a en cuestión su status de autonomía o
propósito de Tucumán Arde, que (lo) pretendiera una relación crítica en su
“hicimos para salir definitivamente de entorno) podría convencernos de la
la Historia del Arte, y ahora estamos en inutilidad de nuestra intención, en la
la Historia del Arte por su causa”.14 medida en que nuestro trabajo terminó
–de alguna manera imprevista e invo-
luntaria– contribuyendo a alimentar la
4. versátil maquinaria de canonización.
Sin embargo, aquello que puede perci-
Luego de la pesada losa de silencio y birse con la apariencia de un recono-
desconexión que implicó la última cimiento monolítico y coincidente
dictadura sobre la memoria de estos en los relatos historiográficos, curato-
episodios, y de las acotadas y marginales riales, institucionales, dista mucho de
reivindicaciones de su legado ocurridas ser un bloque homogéneo y trasunta
durante los primeros años de posdicta- un cúmulo de conflictos explícitos y
dura,15 cuando a comienzos de la década tensiones implícitas, versiones en coli-
del 90 Mariano sión, sentidos en pugna, posiciones
Hay que decir que la condi- Mestman y yo muy distintas e incluso contrapuestas.
ción mítica que adquirió empezamos a La aparición de relatos anticanónicos o
Tucumán Arde no fue coto investigar sobre alternativos interviene entonces en un
exclusivo del circuito artís- Tucumán Arde, mapa complejo en el que se dirimen
tico institucional, en la medida siendo becarios modos de apropiación e hipótesis de
en que también viene funcio- de la Universidad interpretación que no son de ninguna
nando como una referencia de Buenos Aires, manera equiparables. No se trata de
ineludible para una serie de la cuestión estaba matices en las interpretaciones, o en
colectivos de activismo artís- ausente tanto de la los problemas o puntos de partida, ni
tico surgidos desde mediados agenda académica de diferentes lecturas de las fuentes; se
de los años 90. El riesgo en este como del reper- trata de entender nuestros proyectos
ámbito es otro: redundar en torio curatorial. de investigación inscriptos en distintas
una suerte de escena primigenia La situación había trayectorias político-intelectuales,
(e igualmente anquilosada) cambiado cuando vectores de fuerza que ocupan hoy por
del cruce entre arte y política, publicamos en hoy posiciones a veces inconciliables.
Tucumán Arde como “símbolo 2000 el libro Es un hecho incontrastable la
y modelo del arte activista”. Del Di Tella a tendencia contemporánea a la legiti-
Tucumán Arde, mación institucional de prácticas que
un relato documental del itinerario cruzan arte y política. Si desemboca
del 68. Entonces queríamos intervenir en la incorporación y domesticación
en un incipiente espacio de luchas por de legados críticos y asume el signo de
definir el sentido y el impacto de aque- una neutralización o, al contrario, el de
llas experiencias, aspirando al rescate una reactivación crítica es algo que no
de un desafío vigente no solo en su está predeterminado sino que se define
tiempo sino en el nuestro. El interés en cada situación en concreto. Señalar
desatado en curadores, críticos y espa- únicamente que estos legados radicales
cios institucionales (muchos de ellos, corren el riesgo de aplacarse porque
históricamente reactivos a cualquier ingresan al museo, a la academia y a los

482
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

relatos oficiales sería sesgar el ángulo tiva teoría de la vanguardia en clave de


de visión ante un proceso que resulta Peter Bürger,16 que define exclusiva-
en verdad mucho más complejo y mente a la vanguardia por su condición
contradictorio. Sobre todo porque antiinstitucional. En cambio, antes que
esta tendencia institucional se nutre de sostener una posición purista, prefiero
la genuina aparición de movimientos la tensión entre qué recaudos tomamos
activistas que desde mediados de los y qué riesgos nos animamos a correr
años 90 –no solamente en Argentina para amplificar nuestras posiciones y
sino en muchas partes del mundo– se articular nuestras perspectivas con las
proponen reiventar la acción política. de otros. Porque se trata de pensar
Sospecho que, en medio de la pugna también qué nos pueden legar esas
por definir el sentido del legado de poéticas políticas al formular nuevas
experiencias como Tucumán Arde, formas emancipatorias dentro y fuera
sostener una posición antiinstitucional del territorio del arte.
unívoca como reaseguro principista Lo cierto es que, para no obviar la
ante los riesgos de incorporación o fago- responsabilidad que tenemos en tanto
citación supone una suerte de corset en sujetos involucrados en la recuperación
nuestra capacidad de pensamiento y de de aquellas experiencias, no puedo dejar
movimiento. Quizá funcionen como de interrogarnos ante las condiciones de
lastre perspectivas tales como la restric- visibilidad, los riesgos de fetichización

483
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

o de mitificación, e incluso recientes Pero también hay que decir que


fiebres de mercado por incorporar a sus la condición mítica que adquirió
fueros esas experiencias hasta ahora invi- Tucumán Arde no fue coto exclusivo
sibles o marginales, que nuestro mismo del circuito artístico institucional,
trabajo ha generado o puede contribuir en la medida en que también viene
a generar. Porque a veces ocurre que funcionando como una referencia
ponemos en marcha procesos cuyas ineludible para una serie de colectivos
derivas escapan de nuestras manos. de activismo artístico surgidos desde

Roberto Jacoby.
1968, El culo te abrocho

484
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

mediados de los años 90. El riesgo en 5.


este ámbito es otro: redundar en una
suerte de escena primigenia (e igual-
mente anquilosada) del cruce entre “Cada vez que conocemos algo nuevo,
arte y política, Tucumán Arde como tenemos conciencia de relaciones
“símbolo y modelo del arte activista”. causales o formales antes ocultas o
La insistencia en fijar como mito de una simple alteración no justificada,
origen a Tucumán Arde puede además se produce una deshabituación”.17
terminar desdibujando diálogos con
otros acontecimientos de la compleja “Remontar la historia, en los dos
historia de cruces entre arte y política sentidos que admite de nuevo esta
en la Argentina, como el Siluetazo u expresión: remontar, es decir nadar
otras políticas visuales del movimiento contra la corriente del río por el que
de derechos humanos desde la última actualmente nos quiere llevar la
dictadura en adelante, o el activismo historia política; remontar, es decir
gráfico de colectivos como Gas-Tar y redisponer todas las cosas traba-
Capataco a lo largo de los años 80, tan jando en las divisiones del tiempo,
o más pertinentes que Tucumán Arde deconstruyéndolo”.18
en relación con las prácticas recientes
en cuanto a su conexión histórica ¿Cómo provocar –recurriendo al
precisa, su afinidad en la acción gráfica concepto acuñado por el artista
y el involucramiento del cuerpo Ricardo Carreira en los 60– que nos
(del artista, del manifestante) como deshabituemos a Tucumán Arde? ¿Puede
soporte elegido. dejar de ser parte de un paisaje previsible,
Lo que no puede perderse de vista al ya visto? El desafío quizá sea volver sobre
emparentar estas prácticas situadas su condición mítica actual, su capacidad
en épocas y coyunturas históricas otrora desmi-
tan distintas es su esfuerzo común t i f i c a d o r a . Los textos que aparecen sobre-
por poner en cuestión los límites del Ello quizá impresos, breves y potentes,
arte, su pretensión de expandir sus implique un son rastros de la intensidad
fronteras o directamente de aban- movimiento de un deseo inquieto, versátil.
donar sus territorios. Más allá de las similar al que Son otras las formas que asume
evidentes diferencias de contexto propone Hal la política, muy distintas a
entre los 60, los 80 y el 2001, los Foster en la las postuladas en tiempos de
hermana también esa voluntad mani- actualización Tucumán Arde. Una vía posible
fiesta de incidir sobre su entorno. Los sesentista del –no la única, por supuesto–
riesgos de pensar un arte activo en los proyecto de de conmover al mausoleo y
procesos de movilización, un arte que la vanguardia: hacerlo decir algo inesperado.
se quiere útil o eficaz, no sólo chocan comprender
con la consolidada ideología del arte y no completar.19 ¿Será ese el camino
autónomo, sino también con el lugar para reactivar su sustrato utópico, su
decorativo o meramente ilustrativo capacidad crítica en nuestro tiempo?
habitualmente asignado al arte por Definitivamente, el desafío hoy no
la convención política. Desde este parece ser el mismo que en los años 90
conjunto de prácticas, repensar el arte –reconstruir un episodio olvidado o
implica a su vez repensar la política. silenciado, reunir sus escasos restos

485
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

materiales y asignarles alguna legi- menos, una múltiple operación desmi-


bilidad–. Ahora se trata de terciar tificadora. Desde su título, acude a una
en medio del clamor glamoroso por irreverente rima escolar para ajustar
insistir en la condición radicalmente cuentas con un año mítico y repele la
política de esta herencia, lograr que no solemnidad que recubre toda circuns-
quede reducida a formas pacificadas, tancia de homenaje. Quien fuera uno
estilos renovados y clasificaciones de los protagonistas indudables del 68
tranquilizadoras, obligándonos a argentino vuelve desprejuiciado e inso-
preguntar –una y otra vez– por lo que lente sobre su historia para inquirir
aún no entendemos ni resignamos. por aquel que fue él mismo (y sus
Como señala el investigador rosa- compañeros) en aquella circunstancia
rino Guillermo Fantoni: “no se trata histórica y personal.
simplemente de emular los estilos de Retorna así sobre los pocos docu-
las vanguardias, sino de encontrar allí mentos que quedan de aquel tiempo:
una reserva de sentido que contribuya encendidos manifiestos o declaraciones
a una crítica del presente y potencie de barricada, proclamas llamando a
la construcción de un futuro; en otras abandonar los espacios institucionales
palabras, de un mundo más habitable del arte o denunciando la censura
y comprensivo”.20 dictatorial; fotos en las que se ve cómo
¿Se puede remontar la historia de los artistas destrozan sus propias obras
Tucumán Arde, en la doble acepción como medida de protesta; registros
que propone Didi-Huberman de ir de prensa de la detención policial de
a contracorriente y extraer del (des) Jacoby, Carreira, Favario y varios otros
montaje un nuevo sentido entre las durante los incidentes de protesta en el
partes? El intento de invertir la lógica Premio Braque; algunos de los muchos
fetichizadora, su fijación en un relato materiales que contenía la publicación
único, clausurado y autoexplicativo, semiclandestina Sobre; el crucial libro
no debería llevarnos a postular un del teórico e impulsor de la vanguardia
nuevo relato que se pretenda superador Oscar Masotta, Conciencia y estructura,
de los anteriores sino a explicitar la etc., etc. El archivo sufre incisiones
imposibilidad de todo relato único. Volver políticas, poéticas y filosóficas, como
sobre esta historia de manera fragmen- capas de tiempo superpuestas.
taria, en sus efectos, en los destellos y Jacoby propone sobre estos restos
las sombras que la hacen palpitar y la varias vueltas de tuerca. La primera: en
desmarcan permanentemente de su un contexto en el que los documentos
fijación en un pasado “ya sido”. y archivos han devenido en botín
¿Se puede remontar esta historia sin de guerra, elige exponerlos senci-
recaer en el mito? ¿Se puede escapar a llamente escaneados (bien sabemos
la mera conmemoración? En la insta- desde la lucidez del ensayo de Walter
lación “1968, el culo te abrocho”, Benjamin como la reproductibilidad
exhibida por primera vez en 2008 técnica atenta contra la condición
en Apetite, un espacio de arte emer- aurática y distante de la obra única,
gente de Buenos Aires, en medio de y posibilita una condición potencial-
las celebraciones mediáticas por el 40° mente democratizadora). Segunda
aniversario del mítico año, el artista y vuelta de tuerca: los documentos
sociólogo Roberto Jacoby arriesga, al del 68 aparecen interferidos, pertur-

486
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

bados, a veces parcialmente ilegibles tica, muy distintas a las postuladas en


o irreconocibles, por la superposi- tiempos de Tucumán Arde. Una vía
ción de citas propias y ajenas, que posible –no la única, por supuesto–
remiten a distintos capítulos de las de conmover al mausoleo y hacerlo
múltiples y sucesivas vidas de Jacoby. decir algo inesperado.
Desde fragmentos de sus letras de
rock hasta traducciones de literatura
oriental, poemas eróticos o un pasaje (*) Agradezco a Fernando Davis y
de La ideología alemana, los discursos Jaime Vindel por su sostenido y afec-
amorosos, místicos y utópicos inter- tuoso intercambio de ideas conmigo.
fieren a la vez que transparentan los Este texto les debe mucho aunque por
envejecidos documentos. Los textos supuesto no son responsables en nada
que aparecen sobreimpresos, breves y de su formulación.
potentes, son rastros de la intensidad
de un deseo inquieto, versátil. Son (**) Escritora, profesora de la UBA,
otras las formas que asume la polí- investigadora de CONICET.

NOTAS

2. Tucumán Arde viene siendo incluido en decenas de exposiciones internacionales desde Global Conceptualism
(Museo Queens, Nueva York, 1999) hasta la Documenta XII (Kassel, 2007) o la 29º Bienal de Sao Paulo (2010).
3. Cfr. Roberto Jacoby, “Tutucu mama nana arara dede dada”, en revista ramona n° 55, Buenos Aires, pp. 86-91.
4. Roland Barthes, Mitologías, México, Siglo XXI, 1991 (1° ed.: 1956).
5. Aquí retomo la idea de íconos en tanto «imágenes hipertrofiadas», condenadas a la inatención que propone
Georges Didi-Huberman, en Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto. Barcelona, Paidós, 2004. pp. 60-65.
6. En un sentido semejante, la teórica y psicoanalista brasileña Suely Rolnik viene advirtiendo con insistencia
acerca de la incorporación despolitizada al circuito institucional de los sencillos objetos que empleaba la artista
Lygia Clark en sus terapias con sujetos traumatizados por la dictadura. Por ejemplo, una bolsa de plástico llena
de aire que Lygia podía colocar sobre el cuerpo de su “cliente” durante sus sesiones termina ahora encima de
una tarima y bajo una cúpula de vidrio en medio de una sala de museo o es “valorizada” como objeto de arte
dentro de una colección, cuando en su origen eran dispositivos de acción para producir efectos reparadores.
Ante este paradojal revival, Rolnik viene inventando nuevos dispositivos para generar otras posibilidades de
aproximación sensible no reductiva.
7. Ana Longoni y Mariano Mestman, Del Di Tella a Tucumán Arde, Buenos Aires, El cielo por asalto, 2000.
(2° ed.: Eudeba, 2008).
8. Comité coordinador por la imaginación revolucionaria, “La nueva vanguardia cultural argentina”,
marzo de 1969, incluida en Sobre, n° 1, Buenos Aires, mayo de 1969.
9. Clemente Padín, Revista Ovum, n° 10, Montevideo, 1971.
10. Marchán Fiz incluye n esta línea algunas exposiciones colectivas realizadas a principios de los años 70 bajo
el amparo del cayc (Centro de Arte y Comunicación), dirigido por Jorge Glusberg -con quien tuvo la ocasión
de encontrarse durante la celebración de los Encuentros de Pamplona-, y los desarrollos más explícitamente
políticos de Juan Pablo Renzi y el Equipo de Contrainformación. Simón Marchán Fiz, Del arte objetual al arte
del concepto, Madrid, Akal, 1986, p. 269 (2° ed.: 1974).
11. León Ferrari, «Respuestas a un cuestionario de la Escuela de Letras de la Universidad de la Habana sobre la
exposición Tucumán Arde», 1973, incluido en León Ferrari. Prosa política. Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, p. 38.
12. Luis Camnitzer, Didáctica de la liberación. Arte conceptualista latinoamericano. Murcia, Cendeac, 2009.
Publicado inicialmente como Conceptualism in Latin American Art: Didactics of Liberation. Austin, University
of Texas Press, 2007.
13. Pablo Thiago Rocca, “Tupamán Arde”, en Semanario Brecha, Montevideo, 5 de diciembre de 2008.
N° 1202, pp. 21-23.

487
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

14. Entrevista de Fernando Davis, Buenos Aires, Ramona. Revista de artes visuales, Buenos Aires, 86,
noviembre 2008, p. 27.
15. Cit. en Adrián Gorelik, “Preguntas sobre la eficacia: vanguardias, arte y política”, Punto de vista, n° 82,
agosto de 2005, p. 6.
16. En Rosario, jóvenes artistas agrupados en apa (Artistas Plásticos Asociados), entre los que estaban Graciela
Sacco, Daniel García y Gabriel González Suárez, organizan en 1984 en el Museo Castagnino una muestra que
contó con la curaduría de Guillermo Fantoni sobre la vanguardia de esa ciudad en el período 1966-1968. Al
mismo tiempo, los integrantes de CAPaTaCo rescatan explícitamente a Tucumán Arde en tanto parte de una
genealogía de la que aspiran a ser parte, “unida a la tradición latinoamericana de arte mural de masas realizado
en las revoluciones mexicana y cubana, con las Brigadas Ramona Parra e Inti Peredo durante el gobierno de
Salvador Allende y en experiencias similares llevadas a cabo en Perú y Brasil”. Cfr. “Madres de Plaza de Mayo.
Un espacio alternativo para los artistas plásticos”, Dossier aparecido en La Bizca año I núm. 1, Buenos Aires,
nov./dic. 1985.
17. Peter Bürger, Teoría de la vanguardia, Buenos Aires, Las Cuarenta, 2011. (1° ed.: 1974).
18. Ricardo Carreira, “La deshabituación”, manuscrito inédito, s/f., Archivo Ricardo Carreira.
19. Georges Didi-Huberman. Cuando las imágenes toman posición, Madrid, A. Machado Libros, 2008, pp. 224-5.
20. Hal Foster, El retorno de lo real. La vanguardia a finales de siglo, Madrid, Akal, 2001.
21. Guillermo Fantoni, s/t, en revista Faro, Rosario, 2007, p. 40.

488
490

“Podría ser así, o quizá todo lo


contrario, o nunca existió”. Futura:
diseñando una utopía sensible
Por Ezequiel Gatto (*)
La década del 60 no sólo fue notoria por las resis-
tencias. Del Mayo Francés a las rebeliones negras
en Estados Unidos, del feminismo a las luchas anti-
coloniales, de las insurrecciones obreras a la expe-
rimentación artística; existe un elemento común y
transversal a situaciones tan disímiles: el rechazo al
modo de vida que la ciudad disciplinaria, con sus
patrones de comportamiento y consumo, imponía
sobre sus habitantes. Pero, en la moderna ciudad
de masas no sólo se generaron estas luchas, que
abrieron otra forma de vivir las realidades hetero-
géneas de las nacientes metrópolis, sino también
un conjunto de utopías futuristas.
En 1968, se presentó una obra de teatro experi-
mental en el Instituto Di Tella, laboratorio artís-
tico de las nuevas vanguardias estéticas urbanas.
La peculiaridad de esta obra, dirigida por Alfredo
Rodríguez Arias, extraía su fuerza escénica del
conjunto de problemas planteados por el urba-
nismo. Mezcla de diagnóstico sobre las condiciones
sociopolíticas de la vida en la ciudad y, apuesta hacia
el porvenir un conjunto de reconocidas voluntades
arquitectónicas, formularon ciertos tópicos que
luego se vieron expresados en la obra Futura. Un
cruce que daba cuenta de la fluida comunicación,
en aquel período, entre arquitectura y prácticas
estéticas imaginando, en este caso, un tiempo por
venir en el que la convivencia amistosa y recíproca
reformularía las instituciones formales y las condi-
ciones mismas de la vida en común.
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

1. Condiciones pasaje, cuya ventana temporal Romero


sitúa entre mediados de los años treinta
Futura fue una obra de teatro expe- y fines de los sesenta, trajo aparejado
rimental presentada en el Instituto la emergencia de un modo de vida
Torcuato Di Tella de Buenos Aires en asociado a la irrupción de las masas
1968 y dirigida por Alfredo Rodríguez como sujeto económico, político y
Arias. A partir de un artículo del cultural, con profundas novedades en
arquitecto Eduardo Polledo, titu- materia de redistribución, construc-
lado “El ambiente de la vivienda” y ción, disputa y usos de los espacios
aparecido en la revista de arquitectura urbanos y las experiencias vinculadas
Summa en 1967, Javier Arroyuelo y a ellos. La masificación de ciertas
Rafael López Sánchez elaboraron el ciudades latinoamericanas (entre ellas
guión de Futura, cuyo programa decía Buenos Aires, San Pablo, Medellín,
que se trataba de una “ejemplificación Lima, México D.F., Río de Janeiro,
escenificada de un trabajo teórico” Santiago de Chile, Bogotá y Caracas)
mientras que Roberto Villanueva forzó a sus habitantes a experimentar
(por entonces director del Centro nuevas relaciones sociales, nuevas
de Experimentación Audiovisual del emociones, alegrías y angustias,
Di Tella) comentaba: “el texto no es obstáculos y posibilidades, ideas e
siquiera narrativo; y es dicho neutral, imaginarios. Transformó lo que se
informativamente”1. comprendía por vivir juntos, reorde-
Partiendo de aquél, Futura consistió nando las tramas urbanas, los despla-
en una puesta en escena poblada de zamientos, las formas del encuentro
sujetos cuyos vestuarios y maquillajes y los contactos, las relaciones con el
evocaban lo andrógeno, durante la que resto del país y las internacionales3.
una voz en off leía el escrito. Cinco Sea por la vía del éxodo rural como por
páginas condensaron, en 59 hipótesis la llegada de inmigrantes y migrantes o
y anticipaciones, elementos referidos a través del crecimiento demográfico,
al cuerpo, la comunicación, la arqui- las ciudades se convirtieron, hacia los
tectura residencial, los objetos y la años 60, en un conjunto de espacios
familia, basculando entre el diagnós- yuxtapuestos no siempre interco-
tico sobre las condiciones sociales en nectados. Complejas dinámicas de
que se vivía y el pronóstico de diversos exclusión e integración colectiva e
imaginarios de futuro. individual marcaron los rasgos de los
Para comenzar, me parece impor- procesos sociales, económicos, polí-
tante historizar esta obra teniendo en ticos y culturales que, en América
cuenta, brevemente, algunos datos Latina, dieron forma a las ciudades
que hacen a la coyuntura en que tuvo y metrópolis. Así, éstas se modifi-
lugar, referidos específicamente a la caron cuantitativa y cualitativamente:
cuestión urbana y al arte. cambiaron las maneras de transitarlas
En cuanto al primer punto, vale (con la ampliación, por ejemplo,
recordar que los años sesenta son defi- del parque automotor y las redes de
nitorios de lo que el historiador José transporte público), los espacios de
Luis Romero denominó “el pasaje de reunión e intimidad, los lugares de
las ciudades burguesas a las ciudades residencia y vecindad (con la prolife-
de masas en Latinoamérica”2. Dicho ración de edificios de departamentos y

491
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

el crecimiento acelerado de los barrios En la experiencia argentina, durante


precarios), su infraestructura de servi- los gobiernos de Perón, Frondizi y
cios (casi siempre inadecuada) y su Onganía se produjeron importantes
entramado económico-productivo transformaciones urbanas. Tanto por la
(anclado en las industria sustitutiva construcción de complejos habitacio-
de importaciones). Estos años, que nales (en la ciudades de Buenos Aires,
protagonizaron una intensificación Rosario, La Plata, Tucumán y Bahía
del pensamiento técnico y urbanista a Blanca, entre otras), vacacionales,
gran escala de las ciudades latinoame- monumentos, edificios públicos,
ricanas, fueron también momentos aeropuertos, bancos, terminales de
de cambio en las dinámicas de los transporte (como la Nueva Estación
conflictos sociales: surgieron nuevos Terminal de Ómnibus de Córdoba),
énfasis políticos (desarrollismos, auto- puentes, túneles (como el Hernandarias,
ritarismos de nuevo perfil, discursos que une Santa Fe y Paraná), centrales
revolucionarios, nuevas prácticas nucleares (Atucha I) e hidroeléctricas
militantes; en Argentina, el escenario (El Chocón), entre otros, como por
abierto a partir de la proscripción del el vaciamiento de ciudades pequeñas,
peronismo), nuevas prácticas socio- planes de erradicación de villas
culturales (impulsos modernizadores, miseria y la reconfiguración de zonas
innovaciones estéticas, revisionismos, residenciales y económicas.
cultura joven, Fruto de diversas políticas econó-
Como nunca antes o después, medios masivos micas y coyunturas internacionales,
el encuentro entre la arquitec- de comunica- las migraciones internas y las prove-
tura y el Estado (nacional o ción, etc). Y, nientes del extranjero a las ciudades
provincial), entendido como en la medida en grandes o medianas durante las presi-
protagonista activo y animador que esas articu- dencias de Perón, el estímulo a las
del cambio, fue tan intenso. laciones impri- inversiones en industria automotriz,
mían novedades siderurgia, petroquímica y metal-
en los modos de pensar la propia mecánica tanto en el conurbano
condición histórica, transformaron bonaerense como en el interior del
también las expectativas, los anhelos país (especialmente en las provincias
y las proyecciones. de Tucumán y Córdoba) durante el
Hacia mediados de la década de 1960, gobierno de Arturo Frondizi y el cierre
la población rural en América Latina de importantes ingenios azucareros
rondaba el 50% de su población en Tucumán así como el progresivo
total y, para muchos imaginarios de desmantelamiento de la red ferroviaria
transformaciones políticas y sociales, y el Plan de Erradicación de Villas
intensificados luego del proceso revo- de Emergencia (peve) y programas
lucionario cubano, las zonas rurales de vivienda social que dispararon la
emanaban un atractivo particular4. De densidad poblacional en las zonas
ese conjunto, no obstante, Argentina elegidas (por ejemplo, el conjunto
se destacaba como uno de los países Ciudadela I) en el marco del gobierno
con mayor porcentaje de población militar autodenominado “Revolución
urbana: hacia 1970 casi el 80% de Argentina” (1966-1973), tuvieron
los residentes en territorio argentino importantes efectos en la configura-
vivían en ciudades5. ción urbana del país.

492
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Estas diferentes novedades infraestruc- exigencia de subordinación a un


turales tuvieron lugar en simultáneo principio político-social de decisión,
con un crecimiento moderado de la pasando por argumentos funcio-
población argentina. Buenos Aires nales y técnicos, razones de imagen
(en este caso, Capital Federal y conur- empresarial y publicitaria, ordena-
bano) había pasado vertiginosamente mientos jerárquicos del territorio y
de algo más de un millón de habitantes optimización de las posibilidades de
hacia 1940 a más de ocho millones control social hasta llegar a ensayos
hacia fines de la década de 1960;6 que combinaran y compatibilizaran
mientras que, en el mismo lapso, especificidades, demandas y partici-
Rosario saltó de 475.000 a 806.000; pación sociales8.
Córdoba, de 380.000 a 792.000 y En una maraña de firmas indi-
Mendoza de 212.000 a 477.000. viduales (como los de Amancio
Como dijimos, la población urbana Williams, Clorindo Testa, Mario
en Argentina pasó de constituir un Roberto Álvarez y Antonio Bonet) y
62% a un 79% del total7. de estudios y obras colectivas (sepra;
Paralelamente, en un arco temporal Catalano, Caminos, Scriste; Mante-
abierto a finales de los 50 y exten- nola, Petchersky, Sánchez Gómez,
dido hasta los primeros años de la Santos, Solsona, Viñoly; staff) existía
década de los ochenta, la ciudad fue el Estudio oam (Organización de
escenario de experimentaciones arqui- Arquitectura Moderna) que agrupaba
tectónicas, imaginarios urbanísticos a Francisco Bullrich, Juan Manuel
de residencias y espacios públicos en Borthagaray, Horacio Baliero, Alberto
los que, como nunca antes o después, Casares Campos, Carmen Córdova,
el encuentro entre la arquitectura Jorge Grisetti, Gerardo Clusellas, Jorge
y el Estado (nacional o provincial), Goldenberg y Eduardo Polledo9.
entendido como protagonista activo y
animador del cambio, fue tan intenso. En un texto de 1967, éste último había
Paralelamente, la inversión privada escrito: “el siglo XXI iniciará una era
extranjera –consecuencia de las polí- en la que el hombre podrá dominar
ticas desarrollistas y los incipientes todo lo referente a su condición bioló-
pasos del neoliberalismo en el país– gica y formular las condiciones de
tuvo efectos en las tramas urbanas y habitabilidad de la misma”.10
los paisajes al traducirse en plantas
industriales (por lo general, en las Vivir el cuerpo, vivir la residencia y vivir
periferias de la ciudades) y edificios de la ciudad aparecían como problemas y
oficinas en los centros urbanos. diagnósticos que podían ser puestos
Por dentro y fuera de ese Estado y sus en común para alcanzar resoluciones
cristalizaciones de poder y discursivas, satisfactorias y eficaces. Para Arias,
las tensiones entre forma, técnica Arroyuelo y Sánchez las ideas del texto
y política no pasaron inadvertidas de Polledo se convirtieron en elementos
para la imaginación sobre la ciudad para una obra posible.
y sus componentes. El problema del Futura se estrenaría en 1968 en el
vínculo entre obra, territorio y condi- Di Tella. El mismo Di Tella que
ciones sociales se presentó insistente Bullrich, colega de Polledo, había
y de modos heterogéneos: desde la proyectado junto a Clorindo Testa.

493
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

Esos cruces de lugares, ideas y personas cular de las preocupaciones estéticas:


pueden ser pensados como puntos fue así que brotaron experiencias de
donde ciertas preguntas de la arquitec- vida comunitaria y reflexiones sobre
tura resonaban en el arte, y viceversa. lo colectivo; que se prestó atención a
Futura, como veremos más adelante, la irrupción de las minorías sexuales y
se inscribirá en la intersección que étnicas así como al protagonismo polí-
produjo esa inquietud. tico de zonas del planeta conocidas
La frontera entre las décadas como Tercer Mundo. Miles de artistas
de 1960 y 1970 estuvo signada, a nivel aseguraban presenciar –y ser parte– de
mundial, por profundos cambios que una profunda mutación civilizacional,
afectaron a las prácticas artísticas en comparable al cristianismo o a la
diversos planos: las incorporaciones Revolución Francesa.
temáticas, las rupturas formales y las Estos aspectos, entre otros, entraron
experimentaciones transdisciplinarias en relaciones combinatorias y de
se combinaron con una politización contaminación recíproca que llevaron
no limitada a a que los múltiples efectos de “la
Fue así que brotaron expe- expresiones clási- politización del arte y la estetización
riencias de vida comunitaria y camente realistas de la vida cotidiana” fueran, en gran
reflexiones sobre lo colectivo; sino encarnadas medida, protagonistas principales de
que se prestó atención a la en propuestas esté- aquello que conocemos como década
irrupción de las minorías ticas y vivenciales. de los sesentas y setentas11.
sexuales y étnicas así como Fue un momento En Argentina, fundamentalmente en
al protagonismo político de de invención Buenos Aires pero también en Rosario,
zonas del planeta conocidas de obras, ideas La Plata y Córdoba, esos años fueron
como Tercer Mundo. Miles de y prácticas que momentos de invención y difusión
artistas aseguraban presenciar e n t r e l a z a r o n de prácticas culturales críticas y expe-
–y ser parte– de una profunda arte y política en rimentales. La literatura no se limitó
mutación civilizacional, modos renova- al boom y los consagrados (Cortázar,
comparable al cristianismo o dores respecto a Borges, Sábato, Lynch, Guido, Walsh)
a la Revolución Francesa. las figuras propias y se multiplicó en infinidad de autores
del modernismo y estrategias entre los que estaban, por
y las vanguardias, proponiendo nuevos nombrar algunos, Héctor Libertella,
escenarios institucionales, campos de Néstor Sánchez, Alicia Steimberg, Luisa
intervención, definiciones, objetos y, Valenzuela, Antonio Di Benedetto.
en consecuencia, nuevos problemas. Junto a una importantísima cantidad
Las prácticas artísticas orientadas a de revistas en las que convivían poesía,
“cambiar la vida” se expresaron en la narrativa, crítica cultural y política (entre
emergencia de nuevas teorías y estra- ellas, El escarabajo de oro, Contorno,
tegias que recuperaban elementos de Los Libros, Eco contemporáneo) existía
las vanguardias artísticas de princi- un mercado editorial en expansión12,
pios del siglo XX poniendo en cues- así como nuevas realizaciones y apuestas
tión las divisiones entre lo racional cinematográficas (apuntaladas muchas
y lo sensible tal como habían sido veces en las “enseñanzas” formales
formuladas por cierto pensamiento de la Nouvelle Vague francesa o en el
moderno. Pero el campo artístico no New American Cinema estadounidense)
fue límite para una expansión reti- y teatrales.

494
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Algunos años después se sumaría a el cuestionamiento de ciertas condi-


esta constelación el rock como una ciones del presente y la proyección de
experiencia que, desde la música, se un futuro deseable que incluyera el
proponía cambiar la vida. cuerpo, la comunicación, la residencia
Fueron también los años del ya mencio- y el diseño. En ese sentido, la obra es
nado Instituto Di Tella, espacio de una declinación de la pregunta por
expresión de las tensiones entre insti- cómo vivir juntos.
tución y vanguardia, sus conflictos, Las masas urbanas, en un sentido más
sus tensiones, sus éxodos y los diversos bien sociológico que político, cultural
caminos radicalizadores de sus prota- o económico (si
gonistas.13 Fue también el momento fuera posible una Futura fue el espacio donde
histórico de aparición en Argentina distinción de esas se depositaron ciertos imagi-
de intervenciones en y con los medios características) narios de futuro y utopías y,
masivos de comunicación: lo que fueron el terri- en tanto tal, es investigable
se dio en llamar Arte en los medios torio que Futura como la oportunidad de poner
(1966), llevada a cabo por Roberto pretendió proble- en escena un cierto discurso
Jacoby, Eduardo Costa y Raúl Escari matizar recu- utópico en la Argentina de la
o Simultaneidad en simultaneidad perando tal vez época, donde se entrelazaron
(1966), el experimento tecnológico- aquella idea del pensamientos sobre el contacto
comunicacional de Marta Minujín. biólogo escocés físico, la palabra, la informa-
El período también estuvo signado Patrick Geddes, ción, las relaciones familiares y
por el hecho de que esos mismos contemporáneo generacionales, la arquitectura
medios participaron en un fenómeno de Simmel y que y el diseño.
de banalización o condenaron abier- dedicó, como el
tamente al hippismo y ciertas tenden- alemán, parte de sus investigaciones al
cias del pop y su diseño, así como urbanismo emergente, cuando afirmó
nuevas tendencias y prácticas entre que “las enfermedades de civilización
las generaciones jóvenes subrayán- son enfermedades de ciudades”.14
dolo como una estética más escan- Asimismo, Futura fue el espacio
dalosa que disruptiva, que, al tiempo donde se depositaron ciertos imagi-
que limaba sus aristas contestatarias, narios de futuro y utopías y, en tanto
traducía esos gestos culturales en una tal, es investigable como la oportu-
red de mercancías (ropa, accesorios, nidad de poner en escena un cierto
música, revistas, programas de tele- discurso utópico en la Argentina de la
visión, películas, etc.) que, probable- época, donde se entrelazaron pensa-
mente, sea posible comprender como mientos sobre el contacto físico, la
una incipiente y novedosa ocupación palabra, la información, las relaciones
del centro del mercado por tenden- familiares y generacionales, la arqui-
cias marginales. tectura y el diseño.
Dicho esto, la hipótesis que organiza Si bien el abanico es amplio, Futura,
este trabajo es que Futura funcionó como veremos, estableció la resi-
como un artefacto artístico-cultural a dencia, la casa, como la referencia
través del que quiso ser problemati- espacial desde la que irradian el resto
zada la vida en una sociedad de masas, de las preocupaciones. Rasgo carac-
en sus conglomerados urbanos y sus terístico de la imaginación utópica
metrópolis, y que para ello focalizó desde la república platónica, pasando

495
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

por el cristianismo y las utopías litera- El área No. 1 contiene imágenes


rias y políticas, la casa es un lugar para del Paraíso, es decir, imágenes del
poner a prueba lógicas de distancia- concepto histórico-cultural del placer,
miento y lógicas de acercamiento. En bienestar y satisfacción de los sentidos.
Futura deja de ser la unidad mínima En esta área, una pareja de actores
–la base– de la sociedad para conver- representa a la pareja original.

El área No. 2 contiene imágenes de


las familias y de las viviendas actuales,
las cuales son un obstáculo para la
búsqueda del placer y del bienestar,
la satisfacción de los sentidos y la
plenitud del individuo. En esta área
cinco actores representan a los miem-
bros de la familia, quienes pueden
ser reconocidos por su vestimenta: LA
MADRE, EL PADRE, LA ABUELA,
EL ABUELO, EL HIJO.

El área No. 3 contiene imágenes


de objetos creados por el hombre,
Futura tirse en un territorio de desarrollos que permiten la aparición en el
transversales, que la fuerzan a ofrecer presente de una imagen del placer,
siempre una cara hacia el exterior, al de bienestar y de la satisfacción de los
tiempo que las posibilidades de expe- sentidos. Estos objetos son: 1) aque-
rimentación que tienen lugar en ella llos que ubican el cuerpo humano en
habilitan la imaginación de nuevas contacto con el agua; 2) aquellos que
formas de sensibilidad y encuentro. envuelven el cuerpo; 3) aquellos que
De ese modo, la relación entre inti- transportan al hombre; 4) cápsulas
midad y vida pública aparece traba- espaciales. Dos actores ilustran las
jada en la vivienda como uno de sus características de estos objetos.
núcleos y superficies de contacto.
En ese sentido, en el contexto socio- El área No. 4 contiene imágenes de
lógico y urbano que esbozamos al un concepto utópico de futuro. El
comienzo, Futura pretende ofrecer futuro aparece en ésta como una esfera
recursos para proyectar formas no ideal para la búsqueda del placer y el
masivas y homogeneizantes de resi- bienestar, para la satisfacción de los
dencia en contextos urbanos. sentidos y la plenitud del individuo.
Dos actores toman parte en esta área.15

2. Futura y la distancia

Casi un manifiesto, Futura, como esce- ¿Por dónde entrar a la obra?


nario de exposición de un futuro deseable,
se organizó en cuatro áreas, que incluían La primera definición de masa que
tiempos, espacios, cosas y sujetos: Canetti da en su maravilloso libro

496
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Masa y poder es la de constituir una de distancias: la casa en que encierra


experiencia de suspensión del temor, su propiedad y su persona, el puesto
que experimenta el individuo –más que ocupa, el rango al que aspira, todo
aún el moderno–, a ser tocado por lo sirve para crear, afianzar y aumentar las
extraño. Por su parte, el primer pronós- distancias”,19 que se montan, a su vez,
tico en Futura afirma: “En el futuro sobre unas condiciones sociales más
nuestras percepciones físicas alcanzarán amplias, que Ritvo define como de
su punto máximo, el que hoy en día “generalidades anónimas y profunda-
nos resulta incalculable. El contacto mente inestables”.20
y la comunicación serán inmediatos e Estas condiciones producen ciertas
instantáneos”. Empecemos, entonces, disposiciones, de las que habla Richard
por esto, que parece ser compartido: la Sennett en su libro Carne y piedra,
distancia como clave de lectura. dedicado al cuerpo y la ciudad en
Sucede que son dos registros diversos, Occidente: “El miedo a tocar (...) se ha
que deben ser aclarados. Mientras visto reforzado en la sociedad moderna
la masa de Canetti es un concepto cuando los individuos crean algo similar
que da cuenta de una experiencia de a los guetos en su propia experiencia
cercanía o de acercamiento, que Ritvo corporal al enfrentarse a la diversidad.
define como “masa en acto”,16 la masa Rapidez, evasión, pasividad: es la
a que refiere cierta sociología es una tríada del nuevo entorno”.21 Distancias
condición social. La primera suspende –y distanciamientos– que, a su vez,
el temor a ser tocado, la segunda es el regulan la manera de acercarse, como
“espacio masivo” donde aquel temor puede suceder en lo que Canetti deno-
o estas tensiones se generan. Y si la minó “masas cerradas” (un batallón, un
descarga es, en la masa de Canetti, monasterio o una oficina de adminis-
“el fenómeno más importante que se trativos, por ejemplo). A esos modos de
produce en [su] interior (...) el instante la distancia y el acercamiento pretendía
en que todos los que forman parte de disolver Futura, en un futuro cuyo rasgo
ella se deshacen de sus diferencias y se fuera la instantaneidad del encuentro;
siente iguales”,17 la sociedad de masas recitando, casi como un mantra, varias
que Futura cuestiona es el escenario veces en el texto, que “en el futuro,
donde lo intenso está imposibilitado. el contacto y la comunicación serán
El mismo Canetti insinúa, sin quizá inmediatos e instantáneos”, algo que
sacar mayores conclusiones o explicitar recuerda los elogios que, más de cuatro-
este aspecto, la relación que las nuevas cientos años antes, el joven Étienne de
aglomeraciones tienen en la confor- La Boétie dedicaba a las sociedades de
mación de (sus) masas cuando escribe: la recién bautizada América, a las que
“(...) el enorme incremento de la pobla- llamaba anteriores al “desencuentro”,
ción en todas partes y el acelerado es decir, previas a la expansión de la
crecimiento de las ciudades, que carac- división que el deseo de poder y la servi-
terizan nuestra época moderna (...) le dumbre voluntaria habían convertido
[han] proporcionado ocasiones cada vez en el modus vivendi europeo.22
más frecuentes para constituirse”18. Ese Resulta interesante la indicación sobre
espacio masivo es el ambiente donde la comunicación inmediata, que recibe
emerge un tipo de sujeto para quien “la un énfasis cuando se llega a leer que “La
vida, tal como él la conoce, está hecha información volverá a ser algo natural,

497
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

lo cual contribuirá al equilibrio entre es parte constitutiva de la vida urbana


las personas”. Dicha expectativa de moderna. Así, la tendencia al distan-
naturalidad recuerda un texto lejano ciamiento se combina con, y se da en el
en el tiempo, pero envuelto igualmente contexto de, una mayor disponibilidad
en un período de intensa producción de intercambios e informaciones. Para
de imaginario de futuro y utopías. el sociólogo, esas condiciones tienden
Me refiero a las Bases constitucionales a expandir la indolencia e incluso la
de la República del género humano del aversión como modos de relación
prusiano radicado en París hacia 1789, entre los habitantes de las ciudades; no
Jean-Baptiste Cloots (conocido como se trata de un juicio moral, o no sola-
Anacharsis Cloots), jacobino, defenes- mente: para Simmel, de ser respon-
trado luego por Robespierre y Marat, didas todas y cada una de las partículas
en las que pueden leerse unas líneas que componen la multiplicidad de estí-
que quizá aclaren lo que se entiende mulos y convocatorias que pueblan un
por naturalidad de la información23: día de la vida de un hombre moderno,
“Imitemos a la naturaleza (...). Del éstas pondrían al sujeto en una situa-
mismo modo que los arroyos, los ríos ción tal que: “(...) se atomizaría inter-
y los mares comunican naturalmente namente y caería en una constitución
al mismo tiempo, nos corresponde a anímica completamente inimagi-
nosotros multiplicar estas comunica- nable”.26 Diciendo esto, Simmel
ciones, por caminos y canales, y no inte- parece dar algunas de las razones
rrumpirlas con por las que tiene lugar el temor y la
En un contexto como el de los Constituciones, distancia que Canetti explora. A su
años 60, de ciudades en creci- fronteras, forta- vez, lo que Simmel ve como saturación
miento, donde la expansión de lezas, escuadras”24 de los emisores y los receptores por la
las tecnologías de la comunica- y, agregaría, con multiplicidad de medios emitiendo
ción (en particular las audio- i n s t i t u c i o n e s y la consecuente aceleración y creci-
visuales) cumple un papel obstaculizantes. miento de la información, en Futura
fundamental, en Futura no hay, Por otro carril, se ve, desde una perspectiva tecnoló-
podría decirse, un rechazo de el aspecto es gica, como el máximo de la media-
dicha expansión o una llamada también vincu- ción. Si los escritos de Simmel sobre
nostálgica al aislamiento y a un lable a lo que ya el dinero muestran que era conciente
silencio pacífico; tampoco un Simmel indi- de los dispositivos que producían esa
reclamo a favor de la institu- caba como otra mediación, los de Futura pronostican
ción hobbesiana de una cierta novedad propia que “el hombre adquirirá medios hasta
voz como la legítima. de la “vida de las ahora desconocidos para comunicarse
grandes ciudades” con sus congéneres”. Medios, para-
cuando escribió que: “El fundamento dójicamente, que habiliten un futuro
psicológico sobre el que se alza el tipo donde la inmediatez de los contactos y,
de individualidades urbanitas es el como dijimos, la información, “vuelva
acrecentamiento de la vida nerviosa, a ser natural” donde “la distribución y
que tiene en su origen en el rápido recepción de información serán simul-
e ininterrumpido intercambio de táneas”. En un contexto como el de los
impresiones internas y externas”.25 años 60, de ciudades en crecimiento,
Mientras en Futura la inmediatez es donde la expansión de las tecnologías
un horizonte de futuro, para el alemán de la comunicación (en particular las

498
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

audiovisuales) cumple un papel funda- total de los conflictos contemporá-


mental, en Futura no hay, podría neos implicará un incremento de la
decirse, un rechazo de dicha expansión tensión que aumentará, aumentará,
o una llamada nostálgica al aislamiento aumentará hasta sobrepasar la capa-
y a un silencio pacífico; tampoco cidad humana para contenerla”. Ese
un reclamo a favor de la institución desborde de malestares, sin embargo,
hobbesiana de una cierta voz como la y sorprendentemente, no se percibe
legítima27 sino un impulso a imaginar como intensidad mayor, puesto que
un escenario donde la simultaneidad enseguida se lee: “En el futuro nues-
que permitirá la tecnología eliminará tras percepciones físicas alcanzarán su
las diferencias jerárquicas sostenidas punto máximo –el cual resulta hoy
en tecnologías unidireccionales como, incalculable”.
por ejemplo, la radio o la televisión. Una historización posible de ese “punto
Dicha simultaneidad se combina, a su máximo” podría decir que el mismo
vez, con un imaginario de compren- constituyó la utopía sensible que
sión y entendimiento, de forma tal caracterizó a parte de la generación de
que la pluralidad de voces y estímulos los 60 y 70, tanto en Argentina como
urbanos deja de ser represivo para en otros sitios del planeta. Mientras
convertir al mundo del futuro en un las experiencias guerrilleras y las mili-
lugar sin malentendidos. tancias herederas del jacobinismo y el
Ahora bien, si confrontamos lo dicho leninismo tendían decididamente a
hasta recién con la idea de Ritvo despreciar el lugar del cuerpo en los
según la que: “un sujeto no capta ni procesos de emancipación (con excep-
puede captar directamente a otro si ción de una cierta loa al sufrimiento
no que capta significantes que repre- del combatiente y el Pueblo y a la
sentan al otro en el campo del Otro”,28 proletarización como la posibilidad de
podríamos decir que, en este aspecto, “emparejar” lo sensible-político que
Futura imagina un mundo caro a lo la sociedad de clases instalaba como
más profundo de las modalidades división), ciertos discursos denomi-
utópicas, es decir, a la transparenti- nados contraculturales29, nutriéndose
zación de las opacidades propias del de teorías psicológicas, ecológicas,
sujeto. El equilibrio anhelado en la feministas y recuperando tradiciones
obra es aquel constitutivamente impo- religiosas orientales (en particular el
sible, del que brotan conjeturas, anti- budismo y el taoísmo) comenzaron a
cipaciones y previsiones; en Futura se prestarle atención a ese aspecto que
trataría de reponer una intersubjeti- enlazaba la política y la estética y que
vidad que cancele nuestra condición consideraban olvidado, al menos en
de ser “descifradores de signos a perpe- un sentido liberador, desde el roman-
tuidad”; en otros términos, una utopía ticismo. También fueron estos los
de la comunicación. años en que el mercado de bienes de
Otro aspecto interesante, y estre- consumo y la publicidad que le es
chamente vinculado con lo ante- consustancial comenzaron a masificar
rior, tiene que ver con la intensidad estrategias personalizadas y a producir
sensible. Progresiva, la línea histórica enunciados donde el consumo se
de Futura iba del malestar al bien- ligaría fuertemente a lo sensible,
estar en un tono profético: “La suma en lo que se conocería luego como

499
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

un desplazamiento del comprador aquél “punto máximo” equivaldrá a


racional al consumidor emotivo30. la ausencia de “coerción a nuestros
Esa intensidad deseada, en conso- sentidos. Reconoceremos el sonido, el
nancia con profundos procesos socio- gusto, el olfato, el tacto y la vista. Apare-
culturales y políticos de la época, cerá una imagen del hombre descu-
tenía en el joven a su ideal, del que briendo su cuerpo por primera vez: la
Futura pronosticaba: “El hombre cabeza, las orejas, la nariz, la boca, los
se mantendrá joven. Su cuerpo no ojos, el corazón, las entrañas, los geni-
declinará. Al contrario, se mantendrá tales”. En el tono de las utopías como
con toda la plenitud de sus poderes”. horizontes programáticos de plenitud
Más todavía “el hombre vivirá eterna- de los que hablan Paul Gilroy y Fredric
mente”. De hecho, el porte y la vesti- Jameson33, se proyecta en Futura una
menta de los actores de Futura nos imagen de hipersensibilidad y, nueva-
hablan de una suerte de juego donde mente, transparencia en la experiencia
la juventud entra en combinación con de lo sentido, donde no hay necesaria-
lo andrógino y lo pulcro. mente temor a ser tocado por lo desco-
Son estos también los años de la emer- nocido: hay en cambio problemas y
gencia del uso político de una expresión malestares, tensiones presentes y difi-
cara al psicoanálisis: represión. Fuerte- cultades. En un juego que redefine
mente influenciados por los escritos cuerpos, figuras, texturas y contornos,
de autores como Herbert Marcuse, el mundo habrá de ser el escenario de
Norman Brown, Erich Fromm y, más un acontecimiento perceptivo a través
en general, lecturas difusas alrededor del cual deje ser experimentado tal
de la escuela de Frankfurt, innume- como era. Un cuerpo virgen, un cuerpo
rable cantidad de grupos, colectivos, para empezar de cero.
artistas, escritores y organizaciones de La utopía de la comunicación se entre-
lo más variado recurrieron a la cate- laza así con una utopía sensible, en un
goría “represión” como clave de lectura juego de producción recíproca entre la
que organizaba obstáculos, potencias, emoción y los discursos.
diagnósticos e imágenes de felicidad. Dicho acontecimiento, se deduce de
Para muchos importaba más lo que Futura, afectaría planos muy diversos
el poder pretendía no dejar pensar o de la existencia individual y colectiva,
hacer que lo que hacía hacer y pensar31. en la medida en que la represión no
Importaba resaltar lo que Fredric opera sólo en el plano inmediato del
Jameson denomina el “componente cuerpo sino en el territorio en que este
subjetivo” del pensamiento utópico: es existe. Se configura así una clave de
decir, no aquel que se dedica a imaginar lectura que, incorporando la problemá-
instituciones locales y globales, estruc- tica de los modos del distanciamiento
turas económicas y una “mecánica” y el acercamiento, de la comunicación
minuciosa de funcionamiento de la y las sensibilidades, resulta en una
totalidad, sino “la especulación y el reflexión de los modos residenciales
entusiasmo conceptual y lingüístico dominantes, los objetos y las figuras
junto a una visión de la purificación y de la familia, en tanto las tres resultan
acción subjetiva”.32 ser agentes activos en la repetición de
Resuenan en el futuro de Futura estos “la experiencia del cuerpo y la mente
temas cuando se lee que, entonces, como separación”. Futura se propone,

500
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

así, reordenar lo cercano y lo lejano, lo lias que no tienen hijos y, sin embargo,
familiar y lo sorpresivo, los cuerpos y no muestran la menor disposición a
los objetos. Lo extraño no es sinónimo compartir su comida con otros. La
de lo peligroso, sino de lo posible. familia de dos personas es la formación
Veamos ahora qué tiene Futura para más despreciable que ha producido
decir de cada uno de esos planos. la humanidad”. De seguir el razona-
miento de Canetti habría que decir
que la “despreciabilidad” de la pareja
3. Futura y la familia –es decir, la familia de dos– radica en
ser, a la vez, el agrupamiento humano
La distancia como clave de lectura más pequeño y reactivo posible. Es el
sirvió a Canetti para describir y juzgar colmo del distanciamiento y la rigidez.
una inmensa cantidad de expresiones Y, nada casual, una de las formas
de masa. Más aún, esa clave le permitió dominantes en nuestras sociedades de
inventar como masa y sus declinaciones millones de seres humanos circulando
(los cristales de masa, las mutas, las en simultáneo.35 Futura
masas cerradas, las abiertas, las fluidas,
las lentas, las rápidas, los momentos de
descarga y de disolución, los liderazgos
y las subordinaciones, etc.) una serie
amplia de configuraciones sociales.
Entre ellas, claro, la familia. Tal como
afirma Ritvo tanto de la infundada
distinción entre una psicología indivi-
dual y una social como cuando escribe
que “ni el psicoanálisis es una psicología
de la familia ni la familia es generadora
de lo social; más bien es una instancia
subordinada a las varias cuya trama
la constituyen”,34 lo mismo puede
decirse aquí de la noción de familia de
Canetti, que no es tomada como base
o núcleo o configuración primigenia,
sino como una modalidad posible de
articulación bajo determinadas condi-
ciones sociales, atravesada por lógicas
diversas. Pocas veces Canetti dispara
munición gruesa con evidente inten-
ción destructiva como cuando le toca
hablar de la familia actual: “La familia
se endurece y vuelve rígida cuando
excluye a los demás de su mesa; aque-
llos por los que uno debe velar cons-
tituyen un pretexto natural para
dicha exclusión. La vacuidad de este
pretexto se hace evidente en las fami-

501
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

Esa familia recibe, en Futura, dardos el de notables y numerosas revueltas


tan venenosos como los que el húngaro de jóvenes –mayoritariamente– en
le había dedicado algunos años antes.36 diversas ciudades del planeta (París,
Es, primeramente, un obstáculo al México D.F., Praga, Chicago, Torino,
placer y al bienestar, “guardián de la Moscú) que, sin dudas, constituyen
división entre el cuerpo y la mente”; una de las grandes notaciones polí-
además, tiende a obliterar bajo la ticas de la época. En un plano diverso
dominación de la pareja conyugal, las y de escala reducida, ese mismo año
diferencias que la pueblan, homogeni- se editó en Argentina la novela de
zando así la convivencia. Adolfo Bioy Casares Diario de la
Teniendo en cuenta estos dos guerra del cerdo, cuyo protagonista,
aspectos –división cuerpo/mente; un hombre mayor, ve cómo sus
homogenización– como rasgos obsta- amigos coetáneos van cayendo uno
culizantes, Futura llama la atención a uno (y cómo esa misma amenaza
sobre dos sujetos, dos posiciones fami- de muerte pende sobre él) a manos
liares más bien, capaces de perforar la de organizaciones juveniles, en un
guardia ejercida. El joven y el anciano: proceso de aniquilamiento que opone
las generaciones anteriores y poste- a jóvenes y viejos, y donde se entre-
riores a la adulta que tiende a gobernar mezcla lo absurdo y lo socialmente
los intercambios familiares. Sorprende legitimado. Al año siguiente ve la luz
la ausencia de niños en el esquema, Invasión, una película dirigida por
y da que pensar que, en la obra, son Hugo Santiago con guión de Borges,
pensados como periferia invisible del en el que puede verse el choque entre
núcleo familiar, impotentes y con escasa dos organizaciones de jóvenes, unas
capacidad de alterar condiciones. de las que es dirigida por un anciano.
Frente a los intentos de discipli- En el plano de la representación polí-
namiento y los requerimientos de tica, estos son los años en que el ya
obediencia, “el hombre joven consi- anciano Perón festeja la existencia de
dera la conducta pasada y presente de la “juventud maravillosa”, la cual, a su
la familia sin nunca formar parte de vez, se identifica fuertemente con el
su rutina. Confrontando a la familia líder del peronismo.
el hombre joven ensaya gestos para Volviendo a Futura, a los ancianos no
liberar la relación entre cuerpo y se les pide obediencia tal como se les
mente”. El joven se convierte así, en la exige a los jóvenes. Tampoco se trata
posibilidad de lo nuevo, la tendencia de disciplinar su sexualidad. Al menos
que dará forma al futuro, al punto tal no es lo prioritario; quizá se dan por
que lo joven y el futuro se volverán tareas cumplidas o innecesarias. A dife-
difícilmente distinguibles. rencia del joven, el anciano representa,
El otro protagonista de este desborde, para la familia moderna, lo inútil. Lo
los ancianos, es algo más sorpren- que carece de valor de productivo, lo
dente para un contexto de fuerte que no puede trabajar. Frente a esa
diferenciación –y polémica– gene- condición inútil, la familia exige resig-
racional en campos muy diversos, nación y procura ubicar a sus ante-
donde lo joven había devenido equi- cesores en un lugar donde, al menos,
valente de ruptura, novedad, futuro. no molesten, donde no se conviertan
Ese año, por poner un ejemplo, será en obstáculos. Pero “a pesar del

502
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

rechazo que la familia impone sobre habitantes]”. Todos hemos experi-


los ancianos, ellos intentan continuar mentado eso. Sin embargo, se podría
participando en las experiencias de la argumentar que ése no es el único fenó-
vida. En su aislamiento, los ancianos meno que produce la aglomeración de
nunca cesan de afirmar su capacidad seres humanos en espacios urbanos.
de vivir”. Afirmar esa potencia joven y A veces ese acercamiento puede
anciana constituye una clave que abre funcionar como una de las condiciones
un futuro diverso37. para experimentar cierta condición
La separación familiar se corresponde genérica del hombre; o, al contrario,
con la separación cuerpo/mente cuyo recordar que fue en metrópolis como
ideal lo constituye la pareja adulta: Berlín o Roma donde tuvieron lugar
mientras que el joven es cuerpo sin fenómenos de masas,39 vistos desde
mente y el anciano mente sin cuerpo, ahora, sorprendentemente estables
sólo en la pareja se da la reunión, pero (el nazismo se mantuvo durante casi
no la unificación, de lo separado. una década, mientras que el fascismo
Atacar a la familia, atacar a la pareja duró casi dos). Se podría argumentar,
es procurar anular la división de la que también, que son ciertas maneras del
ella misma ha brotado y que no cesa acercamiento y la estrechez las que
de dificultar las relaciones. Si la suce- agrandan las distancias; y que, por
sión efímera y anónima era el signo el contrario, otras maneras podrían
–y el problema– del espacio público, resultar en encuentros y contactos que
la regularidad y rigidez doméstica es las acorten. A mi criterio, esta última
su contracara, no menos problemá- expectativa conecta en gran medida
tica. Recordando levemente la utopía con lo que el sociólogo Richard
de Fourier, y lo que Fredric Jameson Sennett escribió a propósito del tema:
llama sus “extraordinarios detalles “los espacios urbanos cobran forma en
libidinales”38 Futura nos dice que el buena medida a partir de la manera
mundo del futuro, si quiere intensi- en que las personas experimentan su
ficar los sentidos y fluidificar las rela- cuerpo. Para que las personas (...) se
ciones de los espacios residenciales con interesen por los demás, creo que
la ciudad, deberá eliminar la familia. tenemos que cambiar la forma en que
percibimos nuestros cuerpos”40 y en
sus alrededores circula Futura, como
4. Futura y la casa una suerte de programa para socie-
dades multitudinarias, en los que la
De la constelación de territorios ética y las movimientos posibles entran
posibles, Futura toma algunos como en conexión.
puntos de intervención: hemos visto, A las dos “actitudes” con que Simmel
hasta aquí, lo que pensó de la comuni- caracterizó el paisaje emotivo de los
cación, lo sensible, la familia. Toca el encuentros metropolitanos, la indo-
turno ahora a la residencia y el “orden lencia y la aversión, Futura permite
invariable de la casa”. pensar una tercera: el hábito, enten-
Simmel escribió que en las grandes dido como “restricción de los movi-
ciudades “la cercanía y la estrechez mientos espontáneos”. Digamos que si
corporal hacen tanto más visible la indolencia es un intento por evitar
la distancia espiritual [entre sus la escena y la aversión por rechazarla o

503
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

salir rápidamente de ella, el hábito es que existirán en escenarios de recepción


un modo de permanecer. Y en pocos y distribución simultanea de informa-
lugares uno se ve forzado a permanecer ción, y no serán ya uno de los términos
como en la casa. en una división que tiene a la mente
Si imaginar la casa y su habitabi- en el otro extremo. Se diría que en el
lidad es también imaginar el mundo futuro de Futura se habrán extinguido
y las formas de circularlo entonces las esperas, los ruidos, los displaceres, la
la crítica de la residencia actual, por decadencia y hasta la muerte. La arqui-
social, resuena más allá de las paredes. tectura parece tener algo que decir, en
Pensado desde un punto de vista urba- la medida en que su nueva visión de
nista, el hábito es también hijo de una lo que puede ser un ambiente forma
cierta arquitectura que encuentra en parte estructural de la posibilidad de
la residencia un lugar de concreción: los sujetos de ingresar en una renova-
“Existe un orden invariable caracte- ción de sus experiencias sensibles bajo
rístico de las casas que contradicen el signo de un cierto éxtasis que no iría
las necesidades variables de sus habi- ligado a la experiencia religiosa sino a
tantes” que “los obliga a repetir gestos una transformación profunda de sus
rígidos en contradicción con el movi- condiciones materiales –inmanentes–
miento espontáneo”. La función de las de existencia.
distintas partes de la casa, los movi-
mientos en su interior, los rituales
de alimentación, las acciones para 5. Futura y los objetos
su mantenimiento, al tiempo que
emergen como un territorio más de Sin embargo, no todo presente es
compartimentación urbana y regu- obstaculizador. Las menciones a los
lación estricta de los movimientos, objetos en Futura son fundamentales.
confluyen en su mínima variabilidad No se trata sólo de ciertos objetos
para producir en su interior que “dos mencionados sino también de cómo
personas conviviendo sucumban a se imaginan y conciben los objetos.
la dependencia en gestos lo cual crea Sucede que el diseño es una de las disci-
un lazo que impide la espontaneidad plinas o de los saberes que, se podría
individual”. especular, abrirá el camino a ese futuro
Poner en evidencia esa tensión con lo deseado. Algo que la literatura utópica
familiar, que no es, ni mucho menos, transitó desde Moro y que, siglos más
una simple rémora premoderna en un tarde, con la emergencia de la ciencia
contexto de transformaciones, y pronos- ficción no haría sino especificarse,
ticar un tiempo venidero en que las casas volviéndose obsesivamente sobre las
sean ambientes propensos a la novedad: cosas, sus funciones y sus detalles.
tal es lo que parece querer Futura. Dato no menor, si se tiene en cuenta
Entonces, como ahora, habrá resi- que estos son los años de crecimiento
dencias, ¿qué haremos con ello? de carreras, empresas y organismos
¿qué queremos de ellas? “Nuestras estatales vinculados al diseño gráfico e
viviendas satisfarán constantemente industrial, de transformaciones de las
las necesidades de nuestros cuerpos”; técnicas, discursos y estrategias publi-
cuerpos que, como vimos, anhelaran el citarias, así como de una mayor visibi-
encuentro intenso con otros cuerpos, lidad pública de sus practicantes, tanto

504
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

en organizaciones profesionales como poráneos de este imaginario de diseño,


en calidad de “autores”.41 La moderni- Futura encuentra un objeto-medio de
zación de los años 60 quedó vitalmente transporte que, sin dudas, se dotará
ligada a la renovación del diseño. Y de atributos que lo harán uno de los
basta recodar que Futura se exhibió emblemas tecnológicos de la época:
en una de las instituciones más impor- la cápsula espacial. Posibilidad única,
tantes de la historia de la experimen- inaugural, de ver el planeta Tierra
tación gráfica, audiovisual y artística desde el espacio exterior, la cápsula
en Argentina al servicio de empresas y espacial “es el ejemplo de una imagen
mercancías: el Instituto Di Tella. de futuro existiendo en el presente”,
Ese mundo de intensidades y bien- su forma y funciones la vuelven un
estar, dotado de una nueva arquitec- poco paradigmática de lo que debería
tura, exigía también nuevos objetos ser un entorno en el futuro, y también
(entre los cuales se debe incluir la vesti- una cierta manera de comprender el
menta), cosas que no fueran “mero” cuerpo, el movimiento, los pequeños
entorno (si es que algo así puede grupos operando en su interior. Exac-
existir) o acumulación insensata sino tamente ciento cuatro años antes, a
que contribuyeran a la construcción de propósito de la creación en Francia
nuevas espacios y sensibilidades, como de la Sociedad de navegación área,
las sillas de H.G. Wells en su novela Victor Hugo le escribía a Felix Nadar,
de 1895, La máquina del tiempo, en el fundador de la sociedad en cues-
la cual el narrador relata que “nues- tión, en señal de apoyo: “Liberemos
tras sillas nos abrazan y nos acarician al hombre. ¿De quién? De su tirano.
más que sencillamente someterse a ¿Qué tirano? La gravedad. Sondead
que estemos sentados sobre ellas”.42 En esta palabra, la gravedad, y veréis en
Futura también hay algo de esa conjun- ella la causa de
ción entre diseño y placer inscripta en los prejuicios, y Ese futuro, el de la hipersensi-
ciertos principios o rasgos que hoy –el también de los bilidad o intensidad sensible,
hoy de la obra, no el nuestro– apenas hábitos rutina- aparece en el horizonte de los
resaltan pero que en el día de mañana rios... ¿Qué es el años 60 y 70 como aquel espacio
deberían definir la cualidad de las cosas. aeróscafo diri- en que cuerpo y comunicación
Cosas que “hacen posible una disminu- gido? Es la supre- habrían de redimirse, puliendo
ción de la tensiones cotidianas”; o bien sión inmediata, y desquitándose, finalmente,
que “ubican al cuerpo en contacto con absoluta, instan- de lo que en su actualidad
el agua y garantizan su uso placentero”; tánea, universal, hay de obstáculo. El futuro, la
así como “otros, por su forma y textura, en todas partes condición de un “buen” futuro,
al cubrir y rodear el cuerpo garantizan a la vez, para implica que sea capaz de darle
un profundo bienestar”. En resumen, siempre de la lugar –definitivo– a una utopía
“los gestos que identifican estos objetos f r o n t e r a . . . ” . 4 3 de lo sensible.
son acuáticos y resbaladizos”. Algo de esa libe-
Pero hay todavía un tercer gesto, “una ración radical atravesaba también el
tercera categoría: objetos que trans- imaginario de la cápsula. No obstante,
portan al hombre (...) El usuario realiza Futura iba algo más allá, o más acá,
gestos físicos por los cuales se fusiona de la relación del cuerpo con la Tierra
profundamente con la máquina por él para involucrar también la relación del
creada”. Rastreando indicios contem- cuerpo con un entorno inmediato, en

505
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

tanto la cápsula “nos sugiere que en anímica de muchos seres humanos,


el futuro habrá una tendencia a crear debe considerárselo como una contra-
objetos contenedores”. posición del sentimiento yoico adulto,
cuyos límites son más precisos y
restringidos. De esta suerte, los conte-
6. Finalmente, la contención nidos ideativos que le corresponden
serían precisamente los de infinitud y
Es interesante detenerse sobre la idea de de comunión con el Todo, los mismo
contención, porque atraviesa la obra y, que mi amigo emplea para ejempli-
a mi entender, es una de las claves que ficar el sentimiento oceánico”.45
permiten comprender el sentido de las
críticas y las propuestas y pronósticos En cuanto a los objetos, la cápsula espa-
que hemos presentado hasta aquí. De cial remitiría al vientre materno y, en
allí que hayamos reservado un elemento ese sentido, “es una imagen contene-
tan importante para el final. dora”. Y para los cuerpos y los encuen-
En Futura, lo contenedor se explica, tros Futura reclamaba que se rescatase
primeramente, en términos filogené- e intensificaran las posibilidades de
ticos: remite a la vida intrauterina y al contactos físicos que hicieran factible
trauma del nacimiento, luego del cual “situaciones recíprocamente contene-
“la vida fetal persiste intensamente doras”, que no se agotaran en la geni-
dentro nuestro como una perfecta talidad. Tutto sommato, este “gesto
imagen de completud”. De allí que el contenedor” de Futura, intersectado
ser humano “en su vida ansíe recrear por nuestra intuición del lugar que
las condiciones de completud de la tiene la experiencia urbana metropoli-
vida fetal. Fracasa y se da cuenta de que tana en la obra, nos hace pensar en que
toda la actividad del hombre conduce no se trataría de diluirse en las masas ni
a la rigidez y la privación, mientras que de devenir autista en la fuga, ni de repe-
la vida fetal era flexibilidad y gozo”. tirse. Ante la posibilidad de contactos
Histórica y culturalmente, esa tensión tácticos, esporádicos, no irrelevantes
y su deseada resolución se condensan pero efímeros, Futura se ofrece como
en la idea de “Paraíso (...) que aparece un experimento de cercanía y duración
como una imagen contenedora -que que haga posible encuentros. ¿Es impo-
uno reconoce en la imagen contenedora sible conocernos? Hay algo cierto en eso.
del futuro”. Algo que va en la línea de Pero el choque instantáneo no resuelve
“El Malestar en la cultura”,44 cuando el dilema; tampoco la regularidad de las
Freud afirma (citaré largamente): formas. Ni siquiera lo evitan. Futura
quiere hacer durar la posibilidad (no el
“Nuestro actual sentido yoico no hecho) de conocernos a través de una
es, por consiguiente, más que el intimidad que no se presenta como un
residuo atrofiado de un sentimiento secreto sino como un movimiento.
más amplio, aun de envergadura
universal, que correspondía a una
comunión más íntima entre el yo y el 7. Una imagen de conjunto
mundo circundante. Si cabe aceptar
que ese sentido yoico primario subsiste Inscripta en una época de profundas
–en mayor o menor grado– e la vida transformaciones culturales, en Futura

506
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

se deja ver, a mi entender, una cierta por alcanzarla en un futuro donde,


comprensión y construcción de la quizá, se haya extinguido. Su camino
propia historicidad, en el sentido es, específicamente, el de las sensibili-
de dotarse de una articulación entre dades y los modos de encontrarse, de
pasado, presente y futuro. En un juego acercarse: un camino estético. Su pers-
de condicionamiento recíproco entre pectiva, podría decirse, es ambiental.
la percepción analítica y los proyectos, Su intención: crear condiciones para
Futura se deja pensar como un ejer- una sensibilidad más intensa, una
cicio de identificación de problemas, comunicación menos distorsionada,
oportunidades y tendencias que un cuerpo con mayores posibilidades
permitieran significar e intervenir en de distensión, bienestar y placer.
la transformación social. Ese futuro, el de la hipersensibilidad o
Se trató de un objeto artístico y intensidad sensible, aparece en el hori-
cultural que dialogó con su coyuntura zonte de los años 60 y 70 como aquel
y en el cual es posible ver atravesados espacio en que cuerpo y comunica-
una multitud de procesos sociales y ción habrían de redimirse, puliendo y
culturales: la masificación urbana, desquitándose, finalmente, de lo que
la crisis de los modelos familiares, el en su actualidad hay de obstáculo.
desarrollo tecnológico, la exploración El futuro, la condición de un “buen”
estética, entre otros. Historizar, en este futuro, implica que sea capaz de darle
sentido, tiene que ver con comprender lugar –definitivo– a una utopía de
aquello que se percibía o remarcaba de lo sensible. Es el mito de un futuro
la maraña de tiempos que constituye intenso y regenerativo, compuesto del
una cierta condición histórica.46 origen de la vida humana y del mito
Dicho esto, Futura fue el espacio del Paraíso como, repetimos, “imagen
de despliegue de una esperanza, del concepto histórico-cultural del
de una mirada hacia el futuro. Esa placer, bienestar y satisfacción de los
tendencia, que marcó claramente sentidos”, como vivencia de satis-
el período 60/70, no se componía facción cuya huella no hacemos sino
siempre de los mismos elementos. En buscar una y otra vez. De allí que en
la obra que hemos analizado, el futuro el futuro Futura quiera encontrar el
se recorta en un campo que no inter- comienzo, liberado de su traumá-
pela lo político en sus figuras macroins- tica continuación y, en ese sentido,
titucionales. Ni siquiera interpela los la suposición de aquel comienzo se
problemas económicos, materiales, espeja con la suposición de una reso-
desde un punto de vista de los modos, lución definitiva.
formas y criterios para su producción, La imagen de futuro de Futura es la
distribución y circulación. de una sensibilización general de los
No puede decirse que en Futura se intercambios. El futuro habrá de ser
piense políticamente. Ese problema no un lugar más intenso o, mejor, más
entra en el cuadro analítico, ni como placentero. En Futura se puede hablar
obstáculo explícito ni como herra- de un horizonte de éxtasis en el que
mienta para las tendencias actuales, bienestar e intensidad se confunden.
ni como presencia futura. Su devenir En otros términos, su imagen de futuro,
pretende tomar otros caminos, que habitada por medios acuosos, cápsulas
alejados de ella al comienzo acaben como vientres, cuerpos moviéndose

507
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

entre formas cóncavas y convexas, en la nostalgia rousseauniana por la dicha


ausencia de ángulos rectos, es la de una precivilizatoria; en cambio, el presente,
existencia fluida despojada del dolor. plagado de obstáculos, fue también el
En términos de insinuaciones que territorio donde tenían lugar aperturas
pulsaban contra las dinámicas masivas y trabajos hacia lo nuevo. Y el fracaso, se
de la sociedad argentina de la década podría especular, bien lo valía. Futura
de 1960, al tiempo que daban cuenta puede ser leída, como toda previsión,
de discursos minoritarios que tendrían en lo que tenía de imposible realización
en las décadas posteriores notables o bien en lo que producía el hecho de
capacidades de impregnación cultural, prever; en otros términos, como utopía
encontramos esta obra, Futura, latiendo programática o como impulso utópico.
como una crítica y un proyecto que Aquí hemos intentando oscilar entre
se nutría de imaginarios de fluidez, ambas lecturas.
simultaneidad y erotismo para abrir el
cuestionamiento de su presente. No se
trató de una especie de llegada tardía de (*) UBA/CONICET.

NOTAS

1. Intentando dinamizar la lectura, evitaremos las notas al pie toda vez que hagamos referencia al texto de
Futura. Simplemente, irá entrecomillado en el cuerpo del texto.
2. Romero, José Luis. Latinoamérica. Las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005; p. 328.
3. Simmel, George. “Las grandes ciudades y la vida del espíritu”. Revista Cuadernos Políticos; nº 45, 1986.
México D.F., enero-marzo de 1986; [pp. 5-10]. Y Sennett, Richard. Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la
civilización occidental. Madrid, Alianza Editorial, 1997.
4. Fuente: América Latina y el Caribe: evolución de la población urbana, de la población rural y del grado de
urbanización, 1950-2000. United Nations, 2001.
5. Fuente: indec. Censos Nacionales de población (1869-2001) en www.indec.mecon.ar/
Vale aclarar que la definición de “población rural” operativa en los censos realizados en Argentina a partir de
1960 es la siguiente: “Población empadronada el día del censo en centros poblados con menos de 2000 habi-
tantes, además de la población diseminada (población empadronada fuera de localidades)” en “América Latina:
proyecciones de poblaciones urbano-rural” en Boletín Demográfico, nº 63, de enero de 1999.
6. Romero, José Luis. Latinoamérica. Las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005; p. 328.
7. Fuente: INDEC. Censos Nacionales de población (1869-2001) en www.indec.mecon.ar/
8. Liernur, Jorge Francisco. Arquitectura en la Argentina del siglo XX: la construcción de la modernidad.
Buenos Aires, Fondo nacional de las Artes, 2001.
9. Liernur, Jorge y Shmidt, Claudia: “Francisco Bullrich (1929-2011). Adiós a un teórico y crítico brillante”
en Suplemento ARQ, Diario Clarín, 23 de agosto de 2011.
10. Polledo, Eduardo: “El Ambiente de la vivienda”, Revista de Arquitectura Summa, nº 66, Buenos Aires, 1967.
11. Link, Daniel. Clases. Literatura y disidencia. Buenos Aires, Norma, 2005; p. 34.
12. Gilman, Claudia. Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina.
Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2003.
13. King, John. El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la década del sesenta. Buenos Aires, Asunto Impreso,
2007. Y Longoni, Ana y Metsman, Mariano. Del Di Tella a “Tucumán arde”: vanguardia artística y política en
el 68 argentino. Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000.
14. Citado en Mattelart, Armand. Historia de la utopía planetaria. Barcelona, Paidós, 2000; p. 263.
15. Arroyuelo, Javier y López Sánchez, Rafael. “Futura”; en Katzenstein, Inés (comp.). Escritos de vanguardia.
Arte argentino de los años 60, Buenos Aires, Fundación Proa, 2006; pp. 71-75.
16. Ritvo, Juan. Sujeto, Masa, Comunidad. La razón conjetural y la economía del resto. Santa Fe, Mar por
medio Editores, 2011; p. 19.
17. Canetti, Elias. Masa y poder. Barcelona, Random House Mondadori, 2005; p. 73.

508
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

18. Canetti, Elias. Masa y poder. Barcelona, Random House Mondadori, 2005; p. 77.
19. Canetti, Elias. Masa y poder. Barcelona, Random House Mondadori, 2005; p. 73.
20. Ritvo, Juan. Sujeto, Masa, Comunidad. La razón conjetural y la economía del resto. Santa Fe, Mar por
medio Editores, 2011; p. 23.
21. Sennett, Richard. Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid, Alianza Editorial,
1997; p. 241.
22. La Boétie, Étienne de. El discurso sobre la servidumbre voluntaria. México, Sexto piso, 2003; p. 23.
23. Más adelante, cuando hagamos referencia a la politizacón del término “represión”, intentaremos precisar
un poco más este asunto.
24. Citado en Mattelart, Armand. Historia de la utopía planetaria. Barcelona, Paidós, 2000; p. 113.
25. Simmel, George. “Las grandes ciudades y la vida del espíritu”. Revista Cuadernos Políticos; nº 45, 1986.
México D.F., enero-marzo de 1986; p. 1.
26. Simmel, George. “Las grandes ciudades y la vida del espíritu”. Revista Cuadernos Políticos; nº 45, 1986.
México D.F., enero-marzo de 1986; p. 3.
27. No deberíamos olvidar un dato de política nacional: son los años el gobierno de Onganía que avanzó sobre
algunos campos, espacios e instituciones con decisiones autoritarias y prácticas de censura. La vorágine geno-
cida que comenzó en el 1976 suele hacernos ver estos gestos con cierta piedad. Más bien habría que pensarlos
como tímidos pioneros.
28. Ritvo, Juan. Sujeto, Masa, Comunidad. La razón conjetural y la economía del resto. Santa Fe, Mar por
medio Editores, 2011; p. 9.
29. Para una lectura compleja del concepto de contracultura, no reducida al mero rechazo o a la marginalidad
y el aislamiento, es útil leer Filosofía del underground, de Luis Racionero.
30. Sin embargo, estas prácticas y técnicas no eran nuevas. Se remontaban a fines de los años 20, cuando en
Estados Unidos comenzó a desarrollarse el marketing.
31. Algo que caracterizará a parte de la crítica y la teoría posterior de matriz foucaultiana.
32. Jameson, Fredric. Archaeologies of the Future. The Desire Called Utopia and Other Science Fictions. Londres,
Verso, 2005; p. 80.
33. Este aspecto es trabajado, por Paul Gilroy, en sus investigaciones sobre cultura y política en relación a las
experiencias afroamericanas. Por su parte, el ya citado Jameson, dedica su último libro a pensar sobre lo que él
llama “un deseo llamado utopía”.
34. Ritvo, Juan. Sujeto, Masa, Comunidad. La razón conjetural y la economía del resto. Santa Fe, Mar por
medio Editores, 2011; p. 31.
35. Aún si, vale aclarar, la pareja ha dejado de ser una forma que incluya a las mismas personas durante mucho
tiempo, la estructura como tal goza de buena salud.
36. No sabemos exactamente cuándo, porque Masa y poder le llevó a Canetti treinta años terminarlo, habiendo
comenzado en 1930.
37. Es interesante notar aquí la interpretación en términos de valorización capitalista que habilita Futura si se
tiene en cuenta que esa noción de inutilidad ha sido arrinconada y condenada socialmente, al punto que para
nuestra actualidad puede decirse que el mercado procura exprimir esa potencia anciana, al menos fragmentaria-
mente, hasta el final. Ya no basta con hacer a un lado a los viejos. Diríamos que porque ya no hay “al lado”.
38. Jameson, Fredric. Archaeologies of the Future. The Desire Called Utopia and Other Science Fictions. Londres,
Verso, 2005; p. 67.
39. Vale aclarar que Simmel murió en 1918, por lo que no llegó a ver nada de esto.
40. Sennett, Richard. Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid, Alianza Editorial,
1997; p. 394.
41. Blanco, Ricardo. Crónicas del diseño industrial en la Argentina Editorial. Buenos Aires, Ediciones FADU,
Universidad de Buenos Aires, 2005.
42. Jameson, Fredric. Archaeologies of the Future. The Desire Called Utopia and Other Science Fictions. Londres,
Verso, 2005; p. 65.
43. En Mattelart, Armand. Historia de la utopía planetaria. Barcelona, Paidós, 2000; p. 199.
44. El año anterior a Futura, su director, Rodríguez Arias, había expuesto un retrato de Freud gigante en
una exposición en el Di Tella. Si bien podría ser completamente infundado, podríamos especular que alguna
lectura freudiana se filtró en la elaboración de la obra que aquí investigamos. El registro de esa exposición se
puede consultar en King, John: El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la década del sesenta; Buenos
Aires, Asunto Impreso, 2007.
45. Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. Madrid, Alianza editorial, 2006.
46. Para una profundización de la noción de historicidad en el sentido aquí planteado puede consultarse:
Hartog, Francois. Regímenes de historicidad: presentismo y experiencias del tiempo, UI, México D.F., 2007.

509
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

BILIOGRAFÍA

Fuente primaria:
Arroyuelo, Javier y López Sánchez, Rafael. “Futura”; en Katzenstein, Inés (comp.). Escritos de vanguardia. Arte
argentino de los años 60, Buenos Aires, Fundación Proa, 2006.
Polledo, Eduardo: “El Ambiente de la vivienda”, Revista de Arquitectura Summa 66, Buenos Aires, 1967.

De consulta:
AA.VV. “América Latina: proyecciones de poblaciones urbano-rural” en Boletín Demográfico, Nº 63, de enero de 1999.
Bertolo, Amedeo. “El imaginario subversivo”; en Colombo, Eduardo. El imaginario social. Montevideo,
Tupac-Nordan Ediciones, 1989.
Blanco, Ricardo. Crónicas del diseño industrial en la Argentina Editorial. Buenos Aires, Ediciones FADU,
Universidad de Buenos Aires, 2005.
Canetti, Elias. Masa y poder. Barcelona, Random House Mondadori, 2005.
Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. Madrid, Alianza editorial, 2006.
Gilman, Claudia. Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina.
Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2003.
Gilroy, Paul. The Black Atlantic. Modernity and double consciousness. Cambridge, Harvard University Press, 1993.
Hartog, Francois. Regímenes de historicidad: presentismo y experiencias del tiempo, UI, México D.F., 2007.
INDEC: Censos Nacionales de Población (1869-2001) en www.indec.mecon.ar (última consulta: 29-06-2011).
Jameson, Fredric. Archaeologies of the Future. The Desire Called Utopia and Other Science Fictions. Londres,
Verso, 2005.
Kafka, Franz. Cuentos completos. Volumen 1. Buenos Aires, Losada, 2000.
King, John. El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la década del sesenta. Buenos Aires, Asunto Impreso, 2007.
La Boétie, Étienne de. El discurso sobre la servidumbre voluntaria. México, Sexto piso, 2003.
Liernur, Jorge Francisco. Arquitectura en la Argentina del siglo XX: la construcción de la modernidad. Buenos Aires,
Fondo nacional de las Artes, 2001.
Liernur, Jorge y Shmidt, Claudia: “Francisco Bullrich (1929-2011). Adiós a un teórico y crítico brillante” en
“Suplemento ARQ”, Diario Clarín, 23 de agosto de 2011.
Link, Daniel. Clases. Literatura y disidencia. Buenos Aires, Norma, 2005.
Longoni, Ana y Metsman, Mariano. Del Di Tella a “Tucumán arde”: vanguardia artística y política en el 68
argentino. Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000.
Marcuse, Herbert. El final de la utopía. Barcelona, Ariel, 1981.
Mattelart, Armand. Historia de la utopía planetaria. Barcelona, Paidós, 2000.
Racionero, Luis. Filosofías del underground. Barcelona, Editorial Anagrama, 1977.
Ritvo, Juan. Sujeto, Masa, Comunidad. La razón conjetural y la economía del resto. Santa Fe, Mar por
medio Editores, 2011.
Romero, José Luis. Latinoamérica. Las ciudades y las ideas. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005.
Sennett, Richard. Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid, Alianza Editorial, 1997.
Simmel, George. “Las grandes ciudades y la vida del espíritu”. Revista Cuadernos Políticos; nº 45, 1986.
México D.F., enero-marzo de 1986.

510
512

Cucaño y la
Intervención en la Iglesia
Por Guillermo Giampietro (*)

Las imágenes que nos hemos formado acerca de la


última dictadura suelen venir acompañadas por la
idea de que allí sólo se vivía en condiciones de pade-
cimiento colectivo. Esa imagen, que hace justicia,
de algún modo a la tragedia que se intenta narrar,
nos impide encontrar pequeñas resistencias, actos de
sabotaje, en este caso dentro del campo artístico, que
bien pasan inadvertidos o bien forman parte de las
mitologías épicas.
Cucaño fue un colectivo de arte experimental que se
desempeñó entre los años 1979 y 1983 en la ciudad
de Rosario. Sus intervenciones proponían acciones
dramáticas, pequeños actos sin postular un sentido
a priori ni tampoco denunciar su carácter de artificio.
Eran formas de afirmación de las potencias, sin consti-
tuir mediaciones representativas. Su temporalidad no
estaba marcada por ningún tipo de requisito formal,
sino por las propias condiciones de producción,
pudiendo ser efímeras “interposiciones” o extenderse
sin límites precisos. Su evento más resonante y mítico
se llevó a cabo en la Parroquia Nuestra Señora del
Carmen, un domingo por la mañana durante la misa.
La rareza del episodio consistió en que se propuso
no dejar marcas para posibles registros posteriores.
Una acción que tenía como propósito despojar el
cuerpo de los fieles de las raíces históricas de la sumi-
sión teológica que convierte la vivencia corporal en
culpa interiorizada, para liberar las potencialidades
de “mendigos, santos y locos”, víctimas de la “corrup-
ción divina”. La leyenda de estos episodios, narrada
aquí por Guillermo Giampietro –partícipe de la expe-
riencia–, sigue exudando un halo de misterio.
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Cucaño es el nombre que identificaba a ligado al escándalo, que por vías indi-
un grupo de jóvenes que entre 1979 y rectas pudiese ser difundido a través
1983 llevaron a cabo una intensa acti- de la prensa. La pregunta inevitable,
vidad artística y política, que se desple- ante semejante punto de partida, es
gaba fundamentalmente en la ciudad de la que abre las posibilidades de su
Rosario (Argentina) durante el gobierno reconstrucción: ¿Para qué correr los
de la última dictadura militar. riesgos fìsicos reales (en aquel período,
Cucaño llevaba a cabo un tipo singular por mucho menos, alguien podía ser
de eventos que llamaban “interven- encarcelado, torturado o desaparecer)
ciones” (posteriormente lo sustitui- si no se pretendía, aparentemente,
rían por el término más apropiado dejar ninguna marca?
y original de “interposiciones”). Las
intervenciones, a grandes rasgos, In primis, la confianza absoluta en sus
consistían en la realización en un ingenuos presupuestos, los separaba de
espacio y un tiempo determinados, de los cálculos preventivos de conveniencia
una acción dramática, sin que el grupo suministrados por el sentido común. La
se declarase como el agente provocador certeza en la propia eficacia, los llevaba
de la misma y sin denunciar tampoco a creer que la fuerza pura del evento
la naturaleza “artificial” del acto en sí. generaría un desdoblamiento concep-
Una intervención podía dilatarse en tual, que proyectaría sus efectos más allá
el tiempo y el espacio, durando meses de la determinación espacio-temporal,
o segundos, no dejar la huella de un en los cuales se realizaban. Serían actua-
inicio ni de un fin, abordar la simul- lizados en las narraciones singulares y
taneidad de las experiencias singulares, divergentes de otros, como un veneno
así como los espacios y el movimiento que emerge de los agujeros olvidados en
de las ritualidades sociales colectivas. la trama de la historia, reinventados en
Cucaño realizó en la Parroquia Nuestra emplazamientos discontinuos y simul-
Señora Del Carmen, de Rosario, un táneos. El riesgo “inútil” era el resul-
domingo por la mañana del mes de tado de la fricción entre las fuerzas en
junio de 1982, la intervención que juego: la represión, el poder milenario
conduciría al extremo, la práctica de del clero, su Dios, y la acción creativa
sus presupuestos ideológicos. “revolucionaria”. El riesgo pasaba como
La sola introducción a la lectura de las la condición fundamental sobre la cual
argumentaciones que intentan enfocar se apoyaba la absurda dramaticidad de
la experiencia singular, nos lleva a la intervención/interposición. Sin él,
tropezar con una larga serie de dificul- el arte revolucionario era un vacío de
tades. Dificultades ya inscritas a priori, energía. Era estética asegurada en los
en la planificación genética del evento. límites de la representación.
Veamos por qué: ¿Pero qué cosa entendía Cucaño como
“arte revolucionario”?
La Intervención en la Iglesia, no
debía ser anunciada ni dirigida a
los espectadores, no debía realizarse Arte revolucionario
ningún tipo de registro, ni de docu-
mentación. El evento no pretendía ni A Cucaño los lenguajes habituales del
siquiera un posible efecto posterior, arte le resultaban ajenos. Las formas

513
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

consensuadas para constituirse como ser, aquello que lo lleva a interiorizar


artistas, el modo habitual de presen- el límite como propio. La individua-
tarse ante el mundo como tales, expre- lidad sería barrida por el efecto de
saba, según ellos, la obediencia pasiva estos desplazamientos tumultuosos.
del artista a los diagramas del poder Su revolución no consistía en colocar
burgués. Adaptarse a un mercado o a un mundo en oposición o negación
un anti-mercado, seguir una carrera, de otro. “La única función del artista
consolidar una forma en un esquema revolucionario es la de hacer detonar
de representación como sujetos sepa- la fuerza que irradia en la superficie
rados, colocarse de la realidad, el germen multidimen-
Cucaño extraía de las profun- entre los modos sional de la transformación perma-
didades y ponía en acto, una en los cuales se nente”. La acción no era direccionada
mezcla de simulacros que se distribuyen las a transformar el mundo según un
interponían con un espacio ocasiones, no eran sueño, sino a mezclarse en la realidad
y una duración “local” de siquiera posibi- de la que era exceptuada. “A despertar
realidad. No se “mostraba” a lidades tomadas en el seno de los seres que se buscan y
otro que no fuera él, una obra, ni en consideración. se mezclan, la realidad de la laceración
algún supuesto “espíritu libre” Cucaño creía que entre el posible y el imposible, para
de determinaciones formales. el arte revolucio- afirmarse en la continuidad del salto.
nario se jugaba Imposible, que no será ya salvación
sin mediaciones en la acción continua espiritual, sino subversión concreta y
sobre lo existente, en el tumulto de en acto del Posible.”
su devenir. El arte revolucionario ¿Por qué entonces la práctica de la
se proclamaba como un simulacro intervención/interposición se imponía
de doctrina puesto al servicio de la como el instrumento concretizador de
transformación del mundo y de la este supuesto arte revolucionario?
vida. La Revolución que pretendían,
tenía que ser llevada a cabo mediante
la deconstrucción de las categorías La intervención/interposición
(Ser, Dios, Yo) que fijan la realidad,
como un espectáculo inmutable, al La acción dramática de la interven-
servicio de la clase dominante. ción no se materializaba a través de los
El arte revolucionario actuaba sobre modos de la representación, se afirmaba
las conexiones entre las fuerzas activas en la tensión entre las fuerzas en estado
de la vida, desplegando su voluntad puro (despojadas de la apariencia y
de potencia, intoxicando la gramá- de lo verosímil). Ninguna mediación
tica de la metafísica que distribuye las formal la acomodaba dentro de los
fuerzas, en los modos de un mundo esquemas de la identificación burguesa:
determinado por ella. La novedad no eran actores, eran los fieles de un
en la impostación de este modo de simulacro de doctrina revolucionaria,
creencia, era que su fuerza revolucio- fieles entre los fieles, combatientes sin
naria, pretendía ejercitar una torsión máscaras ni rostro, cuerpos lanzados
que hiciese saltar la imagen que entre los cuerpos. No eran especta-
separa lo incorpóreo de lo existente, dores, eran los actuantes involuntarios
rompiendo el dominio infinito que de una experiencia lacerante. Cucaño
parece asegurarle al yo la instancia del extraía de las profundidades y ponía

514
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

en acto, una mezcla de simulacros que la estructura narrativa era la misma


se interponían con un espacio y una estructura de la misa (por otro lado
duración “local” de realidad. No se nada más sedimentado y repetido que
“mostraba” a otro que no fuera él, una ésta). Se servían más bien de instruc-
obra, ni algún supuesto “espíritu libre” ciones; Los Cantos de Maldoror eran la
de determinaciones formales. guía, el vaso comunicante que multi-
La interposición tenía que destituir los plicaba las acciones y la intensidad de
poderes del negativo que interrumpe el las fuerzas que
flujo de las potencias actuantes, sepa- penetraban en En la Intervención de la Iglesia
rándolas como apariencias. El simu- el fluido magné- “el encuentro entre estos
lacro se interponía (no irrumpía) en la tico que hacía entes fantasmales” no podía
superficie en la cual se mezclan las exis- posible la “misa no ser trágico, exagerado,
tencias, era la afirmación de un evento interpuesta”. No sublime, porque las fuerzas
puro, vaciado de toda intencionalidad se trataba de una en juego se presentaban en el
representativa. Su irradiación multidi- protesta o de una puro esplendor del simulacro.
mensional desarticulaba las conexiones escena separada Arrastraban siglos de delirio,
de esa realidad local, desplegando la de la misa misma, legiones de muertos, espíritus
potencia de afirmación del caos. que la negara. No enloquecidos, inquisiciones,
La intervención/interposición se era tampoco el herejías, abismos que se reve-
lanzaba en el amotinamiento del resultado de una laban, posiciones desenfre-
posible, en su realización actual, como oposición dialéc- nadas, crueldad, horror.
acto revolucionario que deconstruye el tica que proponía
sistema de identidades y semejanzas, como resultado “otra” misa. Era la misa
las categorías gramaticales de la meta- llevada al límite de lo posible como salto
física de las que se sirve la representa- en el abismo de su propio imposible.
ción. En la intervención/interposición Pero ¿por qué tenían que intervenir/
no existía un distanciamiento escénico, interponer la Misa?
ni una percepción separada sobre la
que se asentara un poder de sugestión
o de interpretación. La Misa verdadera
¿Qué es lo que sucede entonces en
ella? ¿Qué es lo que se despliega en Porque “en la Misa se anuda el destino
la mezcla de los cuerpos interpuestos? masivo de los hombres, el ritmo de la
“Se despliega un abismo y se llama a vida y de la muerte se acelera, el vértigo
saltarlo. Pero no es alguien o algunos, o de la ruptura acecha bajo las reglas
un ausente a llamar, es la misma presión eclesiásticas que intentan garantizar la
que resulta de la inferencia de la masa estabilidad de lo profundo. La misa es
de aire de la interposición, al mezclarse la máquina perceptiva donde los simu-
con la masa de aire de la realidad. El lacros se debaten entre la ritualidad
salto introduce en el abismo del impo- y el paroxismo”. La tensión dramá-
sible, el posible que se lanza siempre y tica que se irradia en su estructura
sin reservas al imposible, no aspira a un debía expurgar, vomitar el peso mile-
resultado, sino a su permanente afir- nario que condena a los cuerpos a los
mación como salto”. tormentos de la interioridad. La misa
En el caso particular de la Intervención intervenida/interpuesta venía afirmada
de la Iglesia, no se seguía un guión, hacia atrás, atravesando los estratos de

515
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

la historia, hacia sus orígenes paganos, barre la individualidad humana”.


hacia lo inmanente que sobrevive Un paso más allá, ya que tales reve-
bajo la estructura reactiva modelada laciones, quedaron atrapadas en la
por siglos de jerarquías eclesiásticas. trampa de la escena y por lo tanto,
Siguiendo las instrucciones de Lautréa- de la representación que vuelve a
mont, “este atravesamiento se juega hurtadillas por la puerta trasera del
como una lucha entre personajes fabu- espectáculo burgués.
losos, ángeles, guardianes, cangrejos En la estructura misma de la misa,
paguros, torturadores, mecheros, coexistían las intensidades que la
lámparas, tiburones”. elevaban más allá de la representación,
En la Intervención de la Iglesia “el la interposición debía sólo desple-
encuentro entre estos entes fantas- garlas. El clero y sus secuaces, los mili-
males” no podía no ser trágico, exage- tares, se veían envueltos sin saberlo,
rado, sublime, porque las fuerzas en una batalla revolucionaria en el
en juego se presentaban en el puro territorio que mejor creían dominar.
esplendor del simulacro. Arrastraban Eran sobrepasados por el contexto de
siglos de delirio, legiones de muertos, sinrazón que los involucraba, como
espíritus enloquecidos, inquisiciones, actuantes involuntarios en una trama
herejías, abismos que se revelaban, de tensiones ingobernables. La misa
posiciones desenfrenadas, crueldad, deconstruída a través de la intensifica-
horror. Lo divino fue corrupto por el ción de su propia ritualidad, abría la
único Dios y sus leyes. voracidad de sus abismos a un sueño
En la intervención, lo sacro destituía vivido en plena luz.
lo teológico. La irradiación del campo
perceptivo interpuesto disolvía las
prisiones de la interioridad. Cucaño El simulacro
decía dar así, un paso más allá en las
Intervención
revelaciones de Artaud, sobre “un En el seno de estos grandilocuentes
en la Iglesia teatro igual a una vida liberada, que paisajes teóricos, convivía su propio
escarnio, su reducción al absurdo y el
retorno de una continuidad de fluencia
con la que hoy, de algún modo, nos
involucramos. No es por lo tanto un
análisis del fenómeno (la Interven-
ción) el camino a seguir. Seguimos más
bien, las vibraciones de un fantasma
vengador que desconoce la usura del
tiempo, que irrumpe en la pasividad
del pensamiento absorbiéndolo en su
ridícula magnificencia.
No podemos no volver a entrar en
la intensidad y en los riesgos de un
pensamiento fundido con sus premisas
de incidencia y devenir. El evento nos
coloca en un emplazamiento inestable,
que exige una elección: acompañamos

516
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

el tumulto reinventándolo, reacti- confesaban a los gritos, fanáticos de la


vando su intensidad, actualizándolo, o Secta del Cangrejo Paguro (devotos de
nos retiramos en la indiferencia. la medición y la inspección del ritmo
Volvamos entonces a la intervención, a litúrgico) y en las naves superiores, por
la genética del simulacro, reiventando perversos adoradores del arte sacro,
los valores, pensamientos y creencias que se contorsionaban a los pies de las
que colmaban sus personajes y sus vírgenes y los santos.
actuantes naturales. La narración de lo Veamos a cada uno de ellos por
sucedido se encuentra conceptualmente separado.
comprometida con esas premisas que
nos lanzan como organismos de trans-
misión e reinvención. La reconstruc- Dios y el Vómito
ción de lo accidental se hace entonces
necesaria, para ubicarnos ante ciertas Como en Los Cantos de Maldoror,
características formales del evento. de Lautréamont, Dios era uno de los
Para Cucaño, la misa era el escenario de personajes fundamentales de la inter-
la gran batalla maldororiana. La iglesia, vención/interposición. Su masa invi-
el espacio en el cual un “jabato coro- sible oprimía el
nado” distribuía las fuerzas invisibles espacio sacro. Tal Para Cucaño, la misa era el
de la sumisión universal. Era todo esto como Maldoror, escenario de la gran batalla
y aún más, ya que para la dictadura, el el simulacro tenía maldororiana. La iglesia, el
sistema clerical constituía uno de los que enfrentarlo espacio en el cual un “jabato
pilares fundamentales de la represión y en el extremo coronado” distribuía las
de los valores que la sostenían. El plan de su grandio- fuerzas invisibles de la sumi-
consistía en combatirla con sus propias sidad, porque... sión universal. Era todo esto
armas, infectarla desde dentro, incen- “El cuerpo putre- y aún más, ya que para la
diarla a través de una maravillosa expe- facto de Dios es la dictadura, el sistema clerical
riencia de combustión interna. gran enfermedad constituía uno de los pilares
El grupo prepara la intervención de la vida, el nega- fundamentales de la repre-
siguiendo un detallado plan de asalto, tivo que gobierna sión y de los valores que la
cada uno por separado sabía perfecta- el pensamiento, sostenían. El plan consistía
mente lo que tenía que hacer. La misa nuestros modos en combatirla con sus propias
no debía ser interrumpida. En ningún de sentir, percibir armas, infectarla desde dentro,
momento se los podía identificar y fijar valores. incendiarla a través de una
como un grupo de personas haciendo Dios exige el maravillosa experiencia de
algo ajeno a la devoción litúrgica o a triunfo de la combustión interna.
la servil distracción del rumiar reli- enfermedad en el
gioso. Las acciones se daban en modo rebaño humano para poder Ser, de allí
simultáneo en los distintos espacios de extrae su energía. Es la única posibilidad
la ritualidad, ocupando la entera dura- que tiene para perpetuarse y perpetuar
ción de la liturgia. El ritual de la misa el poder de sus aliados. Cada uno de
venía arrastrado hacia su autoexaspe- sus pasos en la historia es acompañado
ración por los mismos agentes que la por un ejército de asesinos que ponen
hacían posible. La iglesia era invadida en práctica todos sus instrumentos de
por mendigos amenazantes, lloronas tortura. Se nutre del sufrimiento de
con bebés autómatas, fieles que se sus víctimas y de la obediencia de los

517
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

que le entregan sus vidas”. La divina más fácilmente identificables. Esta


putrefacción del Dios muerto (porque misma condición que los conformaba
insatisfecho de la inmutabilidad de su como tales, debía ser deconstruída
sustancia) es concentrada en la unidad siguiendo el modo de su operar.
de la ostia. Cucaño veía en el vómito Tenían la misión de medir, limitar,
del cuerpo de Dios, el ritual excluso fragmentar el espacio sacro, y el
de la misa, el acto de afirmación de tiempo de la liturgia. “Así como Dios
la vida, la libera- (el Gran Todo) determina, contiene,
Los mendigos, las mendigas, ción de la dicta- limita, condena y castiga a las cria-
los locos, eran los santos dura milenaria turas de su creación, los agentes
desafortunados, las víctimas que tuvo prisio- daban un paso fuera de ese perímetro
privilegiadas de la corrup- nero al cuerpo para poder operar sobre él y decons-
ción del Dios, que deambu- y su alma, recu- truirlo científicamente. Meticulosa-
laban entre las llagas de su rriendo al chan- mente lo separaban de sus poderes, lo
cuerpo dorado y putrefacto. taje y a la culpa. devolvían como personaje, simulacro
Obedecían a las miasmas de Era la liberación gramatical encarnado en las pasiones
su profundidad descompuesta, de la esclavitud humanas. Con paciencia y rigor clasi-
revelándolas a través de sus y el sacrificio, ficaban y ordenaban los diagramas
cuerpos, en el éxtasis extremo el acto sublime de poder a través de los cuales Dios
de la luz divina. que restituye la intentaba perpetuarse. Estos indife-
nada a la vida. El rentes agrimensores del metalenguaje,
Gran Todo comprimido en la ostia, desvitalizaban sus fuerzas milenarias,
al irradiar las partículas de su poder reconstruyéndolas sobre una plata-
infinito en las vísceras del cuerpo que forma aérea, separada, inofensiva y
lo deglutía, no podía esperar otra sin sentido”.
cosa, más que una gloriosa expulsión. Los Agentes medían los objetos,
El vómito era la señal reveladora de los deseos, las conexiones entre las
la fuerza creadora que despliega su dimensiones temporales, las causas,
voluntad de potencia. El vómito como los efectos, las percepciones, las
pasaje trascendental, “omitido” en la ausencias. “Todo aquello en lo que
estructura del ceremonial, a través del Dios intenta restringir lo posible,
cual, la misa no venía negada por el imponiendo la mole de su estructura
acto “blasfemo”, sino elevada a la pura moribunda”. No eran sus enemigos,
afirmación de las fuerzas subterráneas su labor se desenvolvía en un modo
que en ella estaban prisioneras. En el exclusivamente técnico. “El Gran
vómito, la farsa escatológica estallaba. Todo se exprime en la obligatoriedad
Era la huella, el signo de la apertura, la de un perímetro, hace de la separa-
expulsión de la teología reaccionaria de ción entre lo posible y lo imposible
la misa verdadera. el límite de su imperio y la justifica-
ción de su política de chantaje”. Los
Agentes tomaban aquello como el
Los Agentes de la Secta del objeto de sus investigaciones, empe-
Cangrejo Paguro ñaban sus cuerpos en dicha tarea,
indiferentes a toda emoción e indife-
Los Agentes de la Secta del Cangrejo rentes a las reacciones provocadas por
Paguro aparecían como los personajes su trabajo.

518
LA BIBLIOTECA
Estéticas N° 12 | Primavera 2012

Mendigos, mendigas, santos y locos locura contiene el germen de la rebe-


lión. El mendigo se diferencia del
Los mendigos, las mendigas, los locos, fiel obediente. Éste ha sido vaciado,
eran los santos desafortunados, las es sólo resultado de clase, hipocresía,
víctimas privilegiadas de la corrupción obediencia, disciplina, indiferencia.
del Dios, que deambulaban entre las Es la masa que no cree, sino que
llagas de su cuerpo dorado y putre- participa de un conjunto de vene-
facto. Obedecían a las miasmas de raciones inducidas por sugestión.
su profundidad descompuesta, reve- El mendigo no puede ser vaciado,
lándolas a través de sus cuerpos, en porque en él, Dios se afirma en su
el éxtasis extremo de la luz divina. radiante crueldad. Necesita de él, en
Eran la herida de donde borbotaba él el delirio de su poder se regenera.
la vida mezclada con el horror. “Son En la obediencia pasiva de los fieles su
los esclavos que han construido su mole invisible se adormenta, dismi-
imperio (el imperio de Dios) a cambio nuye, deja sólo en evidencia la tela-
de una salvación que jamás les será raña del poder político, las reglas del
otorgada; ese imperio que le permite comportamiento, las leyes impuestas
demostrarse a si mismo todo su poder, por el clero, el sistema por el cual el
haciéndolos sufrir en lo indecible de amo ejerce tranquilo sus poderes y el
todos sus tormentos, para su propio esclavo goza de su impotencia”.
beneficio y placer”. Los fieles, los mendigos, los santos,
Gemían, balbuceaban, proferían comandados por los todopoderosos
horrendos lamentos, se contorsio- constructores (la jerarquía eclesiástica,
naban ante las estatuas de los santos los ricos, los militares) habían levan-
como si fuesen prolongaciones de sus tado la mole invisible de un espectro
mismos cuerpos, vagaban perdidos tan cruel como moribundo. “El artista
por los pasillos y las naves. “Fueron revolucionario forma parte de ese
usados para presentarse como el agregado, mas su acción es la de una
emblema de la gran condena, en la gloriosa deconstrucción de los mundos Intervención
jaula del tiempo. Mas la fuerza de su que lo han determinado como tal”. en la Iglesia

519
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Estéticas

El desenlace, el salto brazos abiertos en cruz, los ojos fijos


en un incomprensible vacío celeste.
Durante la misa, cada actuación parti- Incapaz de reaccionar. Coronaba así
cular de estos personajes hacía subir una performance, tan inconsciente,
la tensión ambiental al extremo, un como inigualable.
extraño magnetismo que mantenía Ahorraré al lector el relato de los efectos
unidas la obediencia divina y el inmediatamente posteriores al evento,
asombro, impedía la ruptura de la cere- ya que pertenecen a la crónica poli-
monia. El salto en el abismo llegaba cial y a las “leyendas” que envuelven
a su máxima extensión, la gran farsa la historia de Cucaño. Dejemos, más
estaba por estallar, el imposible por bien, abiertas las puertas a todas las
revelarse. El desenlace es el momento nuevas reinvenciones que puedan
de la entrega de la ostia, es allí donde actualizarlos.
se verificaba la ruptura: uno de los
mendigos, al contacto con el cuerpo
de Dios, comenzaba a vomitar un (*) Con la inestimable colaboración de
líquido verde, y enloquecido escapaba Eduardo Magoo Nico.
lanzando alaridos y derrumbando los Los fragmentos de texto entre comi-
bancos. Los fieles paralizados por el llas (o citaciones) que no han sido ya
asombro y por el pánico, lanzaban al identificadas, provienen de apuntes o
unísono un: ¡Oh...! Interminable que comentarios realizados en la época de
resonaba en las membranas del éter. referencia por el autor, y pertenecen a
El sacerdote quedaba inmóvil, con los su archivo personal.

520
Paideias
Es sabido que los orígenes
del mito educativo pueden
rastrearse en las prácticas
griegas de formación de los
ciudadanos. La pedagogía era el método para procurar el cuidado
de los miembros de la polis. Los saberes filosóficos, el conocimiento
de las matemáticas, el ejercicio de la retórica, el gusto por la poética
y la estilización de los cuerpos eran los tópicos del adiestramiento
cívico. El humanismo será, a partir de allí, el signo distintivo de la
educación moderna. La ilustración confió siempre en su capacidad
de formar las conciencias libres. Y mucho se ha discutido sobre el
modo en que el conocimiento es producido y gestionado. Hubo pensa-
mientos críticos que propusieron tempranamente una democratiza-
ción de las formas del saber y también de los métodos de aprendizaje.
Esta incomodidad se sintió con fuerza en las décadas del 60 y 70,
muy particularmente en América Latina. La llamada “educación
popular” propuso retirar la enseñanza de las instituciones, conside-
radas piezas de la jerarquía del sistema a transformar, y adherirla
al entusiasta espíritu de las luchas y sus disposiciones militantes. Se
trataba, en definitiva, de una discusión al interior de la idea de que
la educación libera los pueblos, sea a través de un saber dominante
que hay que transmitir para igualar a la sociedad, sea por medio de
una construcción colectiva de la idea misma de emancipación.
La noción de pedagogía supone un vínculo, siempre problemá-
tico, entre quien educa y quien aprende. Y esa relación comportó
históricamente algún tipo de jerarquía y distancia. Las imágenes
más tradicionales buscaron mantener esa brecha, mientras que las
pedagogías contemporáneas procuran acortar esa separación. Unas
y otras, constatan la irreductibilidad de ambas posiciones en la
escena educativa. Más recientemente, también, se han formulado
críticas a la idea de pedagogía en sí, que parten del supuesto de que
hay una igualdad de base entre los individuos y es la educación
la que produce el distanciamiento entre los que saben y los que
aprenden, los que conocen y los ignorantes.
De Sarmiento a Luca Prodan, de Olga Cosettini a los dilemas
actuales de la escuela pública, la educación fue siempre un campo
en el que se dirimieron los proyectos de país. Entre la voluntad
ilustrada, el nacionalismo patriótico escolarizado y la percepción
crítica pedagógica se cifraron los avatares de un humanismo educa-
tivo que precisa reinventarse.
En esta sección presentamos dos artículos que dan cuenta de estos
recorridos. María Belén Janjetic e Isabelino Siede parten de la
etimología del verbo enseñar para preguntarse por la crisis de la
educación formal y narrar la experiencia de los bachilleratos popu-
lares ligados a prácticas autogestivas, laborales y educativas, en las
que se recrea la posibilidad del vínculo con los jóvenes.
María López García retoma las polémicas de la lengua del siglo XIX
para encontrar entre los defensores del orden lingüístico hispá-
nico y los cultores de una práctica idiomática heterodoxa la clave
para pensar un nacionalismo que se fundó en la idea de “pureza”
lingüística. Es en las escuelas donde se libró esta lucha por controlar
los desvíos en el habla popular.
524

Miradas sobre el enseñar


y el aprender hoy
Por María Belén Janjetic e Isabelino Siede

Buena parte de la literatura crítica de la educación


moderna ha compartido el horizonte de sentido
de aquello mismo que criticaba. Ambas, educación
formal y pedagogías populares, partían del supuesto
de que el fin de la educación consistía en la eman-
cipación. Unos a través de la enseñanza impartida
desde el Saber, atesorado en las instituciones, y los
otros desarrollando pedagogías constructivistas en
las que la verdad del proceso no radicaba en el resul-
tado sino en el camino de la conquista del conoci-
miento. Pero estas dos maneras del conocimiento
enfrentan serios dilemas derivados de las transfor-
maciones sociales en curso en las que algo parece
haberse quebrado entre la promesa de la educación y
la experiencia real de los niños. Y es que ellos poseen
un saber hacer sobre y en el mundo, en constante
mutación, que el universo adulto no siempre está en
condiciones de alojar. Y, a la vez, son los adultos los
que pueden señalar algún aspecto del mundo preté-
rito, indispensable para enriquecer el presente frag-
mentario. Hay en estos dilemas una posibilidad. Y
es que el encuentro entre estas sensibilidades puede
arrojar formas de aprendizaje inéditas que partan de
la incertidumbre del propio vínculo que se establece
entre generaciones.
María Belén Janjetic e Isabelino Siede esbozan en
este artículo una perspectiva educativa que parte de
la misma etimología del verbo enseñar y llega hasta
las experiencias de los bachilleratos populares, prác-
ticas que intentan responder, a su modo, a la crisis
del mito educativo.
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

Enseñar y aprender son procesos que cipal de insignare, remite al sentido de


relacionan a los seres humanos entre ‘señal’, ‘signo’, ‘marca’ que es preciso
sí y con el mundo en el que viven. seguir para alcanzar algo. El ‘signo’ es
Si bien frecuentemente se analizan entonces, ‘lo que se sigue’ y ‘enseñar’ es
sus rasgos apelando a formulaciones colocar señales para que otros puedan
supuestamente eternas y univer- orientarse.”1 Esta es, nos parece, una
sales, preferimos enfatizar su carácter versión bastante más potente y suges-
de prácticas sociales. Así como van tiva del enseñar, porque vincula las
cambiando el lugar de los jóvenes, las enseñanzas sociales con los proyectos
relaciones de género, las formas de lo personales, los legados del mundo con
político o el rol de las tecnologías en la emergencia de cada nueva libertad.
la economía y en la vida cotidiana, Ahora bien, ¿por qué y para qué nece-
entre otras múltiples transforma- sitamos buscar señales? A diferencia de
ciones, también cambian las formas de muchos animales, que tienen instintos
enseñar y aprender, atravesadas por los congénitos para desenvolverse en el
rasgos de cada época y los desafíos de ambiente, la cria-
cada contexto. Una breve exploración tura humana es Enseñar puede entenderse
por algunas etimologías y experiencias débil al nacer, y como la práctica de dejar
estudiantiles nos permitirá reflexionar necesita de una señales en el camino, a fin
sobre las modalidades, los sentidos y comunidad que lo de que otros puedan armar
los matices actuales de la enseñanza y reciba, un grupo su propio recorrido con las
del aprendizaje. que le dé cobijo. orientaciones que han recibido.
La palabra “enseñar” viene del término Depende de la Según el diccionario etimo-
latino insignare, que podríamos sociedad para lógico, “signum, el formante
traducir como “colocar un signo” o terminar de cons- principal de insignare, remite
“poner una señal”. Podríamos entender truir la batería de al sentido de ‘señal’, ‘signo’,
esa referencia etimológica como la recursos que le ‘marca’ que es preciso seguir
marca que se pone en el lomo del permitirán dar para alcanzar algo. El ‘signo’
ganado o el estigma que permitía reco- respuestas a las es entonces, ‘lo que se sigue’ y
nocer a los esclavos. En ambos casos, necesidades de su ‘enseñar’ es colocar señales para
se alude a poner una marca indeleble vida. De alguna que otros puedan orientarse.”
de sujeción, una insignia perdurable e manera por eso
inamovible. Esta imagen podría servir aprendemos y por eso no dejamos
para caracterizar una enseñanza auto- de aprender, porque nunca lo que
ritaria, que buscara imprimir en cada aprendemos nos resulta suficiente.
sujeto las marcas de la sociedad en Paulo Freire, expresa esta misma idea
que vive o, más específicamente, de hablando de la conciencia de inacaba-
quienes han tenido la responsabilidad miento del ser humano,2 que nunca se
de educarlo. Hay, sin embargo, otras clausura con una enseñanza determi-
lecturas posibles de esa etimología. nada. El enseñante debe ser consciente
Enseñar puede entenderse como la de que sus señales, sus aportes, no
práctica de dejar señales en el camino, completan ni acaban a nadie, sino que
a fin de que otros puedan armar su forman parte de una lista interminable
propio recorrido con las orientaciones de señales que ese ser humano reci-
que han recibido. Según el diccionario birá. En este sentido, la enseñanza es
etimológico, “signum, el formante prin- una práctica social extendida y de larga

525
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

data: existe desde mucho antes de que ocurrir dentro de ella. Según esta defi-
se pensara críticamente sobre ella. Ha nición, aprender significa ir resolviendo
existido desde que hay humanidad, bastante mal lo que propone la escuela
desde que la generación adulta ha hasta que empiece a salir más o menos
tenido que comunicarle un conjunto bien, tal como aprendemos a andar en
de señales a las criaturas recién nacidas bicicleta a los porrazos y aprendemos
y esas prácticas sociales se han ido a nadar tragando agua. Del mismo
modificando a lo largo del tiempo y modo, aprendemos a hacer matemá-
han ido construyendo también moda- tica haciendo matemática, aprendemos
lidades y estilos diferentes del enseñar. ciencias sociales haciendo lo que hace
Hay enseñanza fuera y dentro de las un cientista social. Hay aquí una
escuelas, fuera y dentro de los hogares, primera advertencia hacia el enseñante:
desde que aprendemos a nacer hasta no se puede aprender y luego hacer, sino
que aprendemos a morir. que se trata de sumergir al aprendiz en
Las formas de enseñar y de aprender se los problemas y los quehaceres de cada
relacionan entre sí, pero no necesaria- disciplina, para que patalee en ellos
mente como un espejo o de modo mecá- hasta flotar con cierta autonomía. Uno
nico. Philipe Meirieu, un pedagogo de los problemas que, como veremos,
francés contemporáneo, plantea una son frecuentes en la enseñanza, es que
definición provo- el temor al error de los aprendices
Enseñar es generar las condi- cativa de aprendi- lleva a dejarlos dando brazadas fuera
ciones de seguridad para que zaje: “aprender es de la pileta de la ciencia, del arte o de
otro sujeto pueda aprender sin hacer algo que no cada disciplina. Por el contrario, ese
temor a equivocarse, porque se sabe hacer para primer chapuzón es indispensable. No
sabe que alguien lo está acom- poder hacerlo”.3 podemos evitar los errores en el apren-
pañando, cuidando y orien- Cuando uno quiere dizaje, porque ellos son herramientas
tando desde esos errores. Si aprender a andar de las que el aprendiz toma informa-
apenas empezamos a hacer en bicicleta, la ción para seguir avanzando.
algo, el enseñante nos juzga, manera de hacerlo Desde esta concepción de aprendi-
nos evalúa sin dar tiempo a ese es andar en bici- zaje, podríamos pensar que la ense-
proceso, su intervención impide cleta. Y cuando ñanza convive con la expectativa de
que podamos aprender. uno quiere que los aprendices se equivoquen y,
aprender a nadar, en este punto, se torna crucial la nego-
la manera de aprender es nadando. En ciación emocional que da soporte a
ambos casos, hacemos algo mediana- estos procesos. Enseñar es generar las
mente mal hasta que empieza a salir condiciones de seguridad para que
medianamente bien. Aprendemos a otro sujeto pueda aprender sin temor
cocinar produciendo comidas poco a equivocarse, porque sabe que alguien
apetecibles, hasta que logramos algo lo está acompañando, cuidando y
más o menos decoroso. Aprender orientando desde esos errores. Si
siempre incluye el error, porque el error apenas empezamos a hacer algo, el
no es una disfunción evitable o algo enseñante nos juzga, nos evalúa sin
ajeno al aprendizaje, sino una parte dar tiempo a ese proceso, su interven-
constitutiva del camino. Es interesante ción impide que podamos aprender.
comparar esto que ocurre fuera de Por ejemplo, cuando uno aprende
la escuela con lo que ocurre o podría a andar en bicicleta necesita detrás

526
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

a alguien que sostenga y diga: “vos Yo sentía, que estaba haciendo las
podés, yo te acompaño, yo te cuido”. cosas bien y que, ponele... termino un
Habrá un momento en que quien está trabajo, lo entrego y aprobaba. Para
detrás percibirá que es hora de soltar mí aprobar era como ‘¡Aprobé!’ ¿Me
la bicicleta para que uno pueda seguir entendés? No lo puedo creer, y entonces
solo. Pero este aprendizaje es muy me sentí como motivada y sentí que
diferente si el que está detrás nos dice: sí, que puedo llegar. Puedo llegar y
“¿no ves que te vas a caer? ¿Por qué ahí fue cuando me puse las pilas con
lo hacés tan mal? Ya te caíste y no vas el grupo que tenía. Mi mamá también
a lograrlo nunca”. Aprender se torna se sorprendió de mí, ¿entendés? Yo era
bastante más difícil en esas condi- ‘requete-súper-vaga’, no hacía nada, y
ciones. ¿Quién de nosotros disfrutaría ahora era todo el tiempo haciendo cada
de aprender con alguien evaluándonos cosita. Me pongo todo el día y es el lugar,
apenas iniciamos ese proceso? Lo es la gente que lo conforma y los profe-
mismo ocurre con la cocina, alguien sores también: ‘no te cuelgues, dale que
podría probar esas primeras recetas vas a poder’. ¿Viste? Siempre te están
y decir: “no lo intentes nunca más”. alentando a seguir y es por eso que a mí
De hecho, lo que ocurre en buena me motivó. Si no, yendo a un colegio
parte de las historias personales, es común, creo que no lo hubiese termi-
que cada uno de nosotros puede reco- nado...” (Entrevista con Jesica, 2011)5.
nocer aquellas cosas a las que hemos Jesica expresa claramente qué necesitó
renunciado hace muchos años, porque y en experiencias escolares anteriores
alguna vez nos dijeron “vos nunca vas no había encontrado: alguien que la
a servir para esto”. Cortaron nuestras sostuviera, que le dijera “vos podés”.
alas cuando lo que necesitábamos para No alguien que sospechara de su capa-
poder aprender era una palabra que cidad ni, mucho menos, alguien que le
diera seguridad. negara enseñanza o le ahorrara desafíos.
¿Qué pasa cuando esta ausencia de Si revisamos nuestra trayectoria educa-
seguridad se da en la escuela? El relato tiva, todos encontraremos que, en cada
de una estudiante puede ayudarnos a momento, alguien obró de sostén, de
pensar las implicancias subjetivas de acompañamiento para que podamos
esta condición externa. Jesica tiene equivocarnos y aprender, porque cada
veinte años y pasó sin éxito por varias aprendizaje requiere de un contexto
escuelas secundarias, sin poder, en que lo posibilite. En otras palabras, “los
alguna de ellas, aproximarse a la meta: espacios educativos deben construirse
recibirse. Cuando se iba a cambiar como ‘espacios de seguridad’. (...) Un
(una vez más) de escuela, una amiga le espacio de seguridad es, ante todo, un
mencionó la opción de ingresar a un espacio en el que queda en suspenso la
bachillerato popular.4 Según cuenta presión de la evaluación, en el que se
Jesica: “me anoté y dije ‘bueno, va a desactiva el juego de las expectativas
pasar otro año más, seguro voy a seguir recíprocas y se posibilitan asunciones
faltando, seguro que...’ Y bueno, no. de roles y riesgos inéditos.”6 Incluso
Cuando vine acá fue como te contaba. cuando podemos reconocer que hemos
(...) Fue el mismo lugar que me motivó aprendido algo en contextos adversos,
a seguir adelante porque, o sea, fue así a contrapelo de las circunstancias, a
como pude adaptarme al lugar. (...) veces bajo la mirada inquisitoria de

527
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

Philipe Meirieu un enseñante que no nos brindaba proyectan su experiencia acotada al


ninguna seguridad, lo hicimos porque conjunto de su generación. Enseñar
había algún punto de apoyo en otro requiere, hoy más que nunca, brindar
lado. En las familias, en el grupo de seguridades en un contexto social y
pares o en alguna voz interiorizada en familiar que no siempre acompaña, en
el pasado, había un soporte emocional un proyecto político pedagógico que
que nos permitía librar cada combate quiere extender la obligatoriedad de
escolar. Pocas décadas atrás, se decía años de estudio, en una época plagada
comúnmente que “la letra con sangre de señales en el camino de los apren-
entra” y algunos veteranos hoy revin- dices, que no siempre tienen margen
dican aquellos modos: “¿Por qué no para reconocer las buenas enseñanzas y
aprenden hoy los jóvenes si yo lo logré diferenciarlas de otras.
en aquel tiempo?” La falacia radica en Podemos continuar nuestra reflexión
la estrechez de miradas: muchos fraca- indagando las condiciones subjetivas
saban también en aquella escuela selec- del aprender. Es decir, ¿por qué cada
tiva y expulsiva, pero los sobrevivientes uno de nosotros decide aprender?

528
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

Meirieu propone otra definición en este despotricando contra los programa-


sentido: “Aprender es siempre tomar dores. Ante cada problema, los amigos
información del entorno en función y parientes han recibido nuestras dudas
de un proyecto personal.”7 Nueva- y demandas acerca de cómo podemos
mente el autor nos provoca. Cada vez resolverlo. Lo mismo suele ocurrirnos
que emprendemos un aprendizaje, lo con el manejo de cajeros automá-
hacemos pensando en su relación con ticos y teléfonos
el recorrido propio, vislumbrando que celulares. Es Estos ejemplos pueden
nos puede resultar útil o pertinente poco probable ayudarnos a pensar que
en función de lo que pretendemos o que alguien haya aprender es buscar informa-
queremos realizar. Consideremos estas hecho un curso ción cuando uno tiene una
palabras en ejemplos concretos de sistemático para pregunta en la cabeza, un
nuestras vidas, contrastando esta defi- aprender a utilizar motivo abierto, un problema
nición con escenas de nuestra historia los celulares. Sin irresuelto. El aspecto más
como aprendices. ¿Cómo aprendimos embargo, poco a inquietante de la definición
a seducir? No es común, ni habitual poco, porque nos de Meirieu es que él dice
que a la hora del despertar sexual nos importa lograrlo, que aprender es siempre esa
hayamos anotado en cursos de seduc- vamos adqui- búsqueda en función de un
ción o en “talleres de levante” y, sin riendo herra- proyecto personal. Eso signi-
embargo, hemos logrado aprender mientas que nos fica que, en la escuela, sólo
algunos de sus trucos. Generalmente permiten dominar habría aprendizajes cuando
uno aprendía a seducir mirando a sus funciones. En las señales que la enseñanza
su alrededor, prestando atención algunos casos ofrece tienen alguna relación
a los compañeros, preguntándose estos aprendizajes con los proyectos personales
“¿qué hace, en los bailes, el que logra parecen dificul- de los estudiantes.
su objetivo?” El hecho de tener un tosos y nos resulta
proyecto personal claro, nos ayudaba y tedioso volver a aprender cada nueva
nos daba el empuje necesario para que versión que ofrece la tecnología, pues
exploráramos activamente, para pensar preferiríamos detener los avances y
lo que observábamos y buscar criterios conservar la seguridad de lo ya sabido.
de generalización. Atentos a nuestro Estos ejemplos pueden ayudarnos
entorno, nos dábamos estrategias muy a pensar que aprender es buscar
ricas de aprendizaje, para tratar de averi- información cuando uno tiene una
guar cómo convenía vestirnos, cómo pregunta en la cabeza, un motivo
bailar, cómo hablar, cómo mirar, qué abierto, un problema irresuelto. El
decir o qué callar. Otro ejemplo coti- aspecto más inquietante de la defi-
diano, otro aprendizaje que muchos de nición de Meirieu es que él dice que
nosotros hemos tenido que atravesar aprender es siempre esa búsqueda en
en la adultez, es el uso de herramientas función de un proyecto personal. Eso
informáticas. Si recordamos nuestros significa que, en la escuela, sólo habría
derroteros en ese campo, es probable aprendizajes cuando las señales que la
que a muchos nos hayan sucedido enseñanza ofrece tienen alguna rela-
situaciones semejantes. En general, ción con los proyectos personales de
enfrentados a una computadora, apren- los estudiantes. Es decir, cuando ellos
dimos probando y fracasando, pregun- tienen preguntas e intereses que quizás
tándole a gente de nuestro entorno y encuentren respuesta en eso que la

529
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

escuela propone. Esto podría llevarnos tudes, y sólo cuando es interesante pasa
a reducir nuestro abanico de conte- a formar parte de sus proyectos, de sus
nidos, buscando sólo lo que les interese aprendizajes. Es muy común que los
a los estudiantes. Sin embargo, esa vía estudiantes en las escuelas pregunten
empobrece las trayectorias educativas “¿y esto para qué me sirve?” “¿Por qué
en la inmanencia de lo que cada cual tengo que aprender esto?” Cuando
aporta desde su experiencia previa. Por la escuela no tiene ninguna respuesta
el contrario, se trata de incluir entre para estas preguntas, se torna costoso
los procesos de enseñanza el desafío seguirle el ritmo. Sebastián, al igual
de generar inquietudes. Enseñar es que Jesica, es estudiante de un bachi-
abrir preguntas llerato popular, y su biografía educa-
La escuela es –y hoy más que que generen un tiva ilustra estos planteos: “Cuarto año
nunca necesita ser– un espacio proyecto, ya que lo viví como más con las bolas llenas
de provocación cultural, un no necesariamente y toda mi vagabundante esencia me
lugar en el cual enseñar es los chicos llegan tiraba a pasar más tiempo con la banda
abrir preguntas que generen a la escuela con que poseía el atractivo más cautivador
proyectos, una experiencia los intereses que que había en mi vida en aquel entonces.
colectiva que invita a esforzarse a nosotros nos Así que abandoné. Me harté” (Relato
por aprender porque aprender agrada que tengan. de Sebastián, 2010). La escuela secun-
tiene sentido. La escuela Y no se trata de daria no pudo, en varios años, lograr
reduce mucho su potencia si enseñarles sólo un enlace entre lo que tenía para ense-
limita su enseñanza a lo que aquello que les inte- ñarle y su proyecto personal. No pudo
ella pretende, sin considerar resa, sino de intere- provocar preguntas y desafíos para
la necesidad de dialogar con lo sarlos por aquello que Sebastián sintiera que algo de esa
que importa a los estudiantes. que es relevante. La institución valía la pena. El resultado
¿Por qué queremos que lean escuela se estanca y fue irse repetidas veces, abandonar los
a Cervantes, estudien mate- se deprecia cuando estudios sintiendo que ese espacio no
mática e indaguen la historia trata de ofrecer lo tiene nada para ofrecerle.
romana? Porque, desde nuestra que sus alumnos La escuela es –y hoy más que nunca
experiencia de adultos hemos quieren, ya que a necesita ser– un espacio de provocación
advertido que hay en algo los chicos sólo les cultural, un lugar en el cual enseñar es
valioso en esos contenidos, interesa lo que ya abrir preguntas que generen proyectos,
pero necesitamos advertir a conocen, aquello una experiencia colectiva que invita a
otros que no lo saben. que su experiencia esforzarse por aprender porque aprender
social les ha presen- tiene sentido. La escuela reduce mucho
tado con anterioridad. La función de la su potencia si limita su enseñanza a lo
escuela es, en cambio, abrir el abanico que ella pretende, sin considerar la nece-
de los intereses, para evitar que cada sidad de dialogar con lo que importa a los
uno quede atrapado en la estrechez de estudiantes. ¿Por qué queremos que lean
su medio social y cultural. La escuela a Cervantes, estudien matemática e inda-
tiene que presentar aquello que a sus guen la historia romana? Porque, desde
estudiantes les resulta ajeno, lejano y nuestra experiencia de adultos hemos
distinto, aquello que pareciera, preci- advertido que hay en algo valioso en esos
samente por desconocido, no inte- contenidos, pero necesitamos advertir a
resarlos. Pero una vez que se lo han otros que no lo saben. Lo que tenemos
presentado, puede despertar inquie- que enseñar no sólo es valioso porque

530
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

lo han producido las generaciones ante- llano y carente de rigores, pues estudiar
riores en respuesta a sus propias inquie- requiere disciplina y esfuerzo, tanto en la
tudes y necesidades, sino porque aún es ciencia como en el arte o en el deporte.
pertinente para satisfacer las expectativas Pero todo obstáculo se puede enfrentar
y demandas de la vida actual, pero hay cuando el aprendiz sabe qué busca y está
que lograr que ambos se ensamblen. dispuesto a hacerlo, cuando encuentra un
Una vez que se enlaza la enseñanza con entorno que lo empuja y acompaña. Sin
los proyectos personales, el aprendi- embargo, la escuela es, con demasiada
zaje no necesariamente es un camino frecuencia, un espacio de limitaciones

531
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

y mezquindades. Muchos estudiantes recibe la escuela es una vía importante


transitan las aulas porque necesitan el para revisar la orientación de las ense-
título, porque esperan terminar el año ñanzas que tenemos para ofrecer.
o porque reciben presiones de su grupo En este sentido, Paulo Freire nos
familiar. Por pequeño que sea, hay allí aporta su mirada sobre el carácter polí-
proyectos, pero demasiado acotados. No tico de la enseñanza:
hay proyección significativa y potente,
que muestre el despliegue de un proceso Enseñar no es transferir conocimiento,
de subjetivación. Es trabajo de cada sino crear las posibilidades para su
enseñante lograr que lo relevante atraiga, propia producción o construcción.
que los contenidos escolares inquieten Cuando entro en un salón de clases
el deseo y la debo actuar como un ser abierto a
Cuando cambia el mundo, búsqueda de cada indagaciones, a la curiosidad y a las
cuando se transforman los uno. Dar cabida preguntas de los alumnos, a sus inhi-
sujetos y las relaciones sociales, a las búsquedas biciones; un ser crítico e indagador,
suelen producirse desacoples y personales implica inquieto ante la tarea que tengo -la
desencuentros entre enseñanzas que se generarán de enseñar y no la de transferir cono-
y aprendizajes. Muchos apren- diferentes juicios cimientos (2003: 47).
dizajes se producen sin ense- de valor y compro-
ñanza o a contramano de la que misos de variada Podríamos pensar, entonces, que
ofrecen las escuelas. Muchas intensidad. Las enseñar es un arma de doble filo:
enseñanzas se derraman en el señales que ofrece apta para esclavizar o para promover
camino sin llegar a producir la enseñanza son emancipación. Transferir sin proble-
aprendizajes. Reconstruir ese leídas y valoradas matizar ni reconstruir el conoci-
lazo requiere explorar alter- según paráme- miento heredado es detener el rumbo
nativas, revisar los modos tros diversos. de las nuevas generaciones, sin que
Lola (estudiante haya posibilidad de escape o de corri-
heredados y ensayar algunas
innovaciones. Porque también del bachillerato miento. Esa enseñanza sólo sería una
cada época nos ofrece oportu- popular) nos manera de mostrar y decir lo que el
cuenta su expe- mundo ha sido, de naturalizar lo que
nidades de aprender a enseñar
riencia: “El año nuestra sociedad es, en lugar de cons-
y vale la pena aprovecharlas.
pasado tuve la tituirse en un espacio para pensar lo
experiencia de ir a un colegio privado. No que podríamos llegar a ser o hacer.
me gustó mucho porque era muy estricto, La enseñanza puede tener carácter
había temas que ni se nombraban como emancipatorio, en cambio, cuando
por ejemplo las drogas o el aborto. [...] los docentes brindan condiciones y
Ahora estoy en el bachillerato donde me herramientas para pensar y construir
siento re-cómoda, en quince años es la el conocimiento, cuando el legado
primera vez que me gusta venir al colegio de generaciones anteriores se recrea
ya que acá puedo expresarme, se hablan y se imbrica con preguntas y desafíos
temas de la realidad y es lo que más me del presente.
gusta” (Relato de Lola, 2011). Lo que Decíamos, al inicio, que enseñar y
Lola llama “la realidad” es fruto de su aprender son procesos que relacionan
experiencia vital y el contexto en el cual a los seres humanos entre sí y con el
se inserta. Leer e interpretar cabalmente mundo en que viven. Cuando cambia
esa “realidad” de los estudiantes que el mundo, cuando se transforman los

532
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

sujetos y las relaciones sociales, suelen llegar a producir aprendizajes. Recons-


producirse desacoples y desencuen- truir ese lazo requiere explorar alterna-
tros entre enseñanzas y aprendizajes. tivas, revisar los modos heredados y
Muchos aprendizajes se producen sin ensayar algunas innovaciones. Porque
enseñanza o a contramano de la que también cada época nos ofrece oportu-
ofrecen las escuelas. Muchas ense- nidades de aprender a enseñar y vale la
ñanzas se derraman en el camino sin pena aprovecharlas.

NOTAS

1. Castello, Luis A. y Mársico, Claudia T. (2005). Diccionario etimológico de términos usuales en la praxis
docente. Buenos Aires, Altamira, p. 35.
2. Freire, Paulo (2003). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Buenos Aires,
Siglo Veintiuno Editores, p. 49.
3. Meirieu, Philippe (1998). Frankenstein educador. Barcelona, Alertes, p. 78.
4. Los bachilleratos populares constituyen una propuesta político-pedagógica alternativa al sistema educativo
formal. Nacidos tras la crisis de 2001 para cubrir uno de los espacios que el Estado dejaba vacíos, son gestio-
nados por organizaciones sociales, generalmente al amparo de empresas recuperadas por sus trabajadores o en
centros sociales y culturales.
5. La entrevista a Jesica y los relatos de Sebastián y Lola fueron producidos en el marco de la materia
“Fundamentos de la educación” del Bachillerato Popular Maderera Córdoba.
6. Meirieu, Philippe, op. cit., p. 81.
7. Meirieu, Philippe, op. cit., p. 76.

533
534

Tú me quieres blanca.
El mito de la pureza lingüística
en la escuela argentina
Por María López García (*)

Las polémicas sobre la lengua libradas en el siglo XIX,


bajo el impulso de la incipiente estatalidad en ciernes,
se han proyectado sobre el siglo venidero. La propen-
sión hacia la construcción de una nacionalidad hizo
del lenguaje un objeto de disputa entre el orden
lingüístico hispánico, y su aspiración de pureza,
vindicado en estas tierras por numerosos cultores de
la patria, y aquellos, no menos patriotas, que procla-
maban la soberanía del idioma de los argentinos.
En el proyecto escolarizador todo se encuentra bajo
el influjo de esta tensión convirtiendo a la escuela,
determinada por la impronta sarmientina, en el
territorio inexplorado y fértil para la imposición de
regulaciones filológicas. Y esa voluntad preservacio-
nista respecto de las máculas corrosivas, aún resuena
en las matrículas educativas moldeadas bajo las
representaciones decimonónicas. Sin embargo, tales
propósitos, y ésta es la fatalidad de la lengua, están
siempre condenados al fracaso pues la lengua es, en
tanto facultad del hablante, una materia viva puesta
en variación. No hay posibilidades de desconocer la
heterogeneidad lingüística que trae la globalización
cultural, la discursividad mediática, la revolución
tecnológica y los flujos migratorios.
María López García repasa estas discusiones, coteja
sus efectos con las leyes educativas y propone la supe-
ración de los anacronismos normativos que impiden
alojar en las instituciones la pluralidad semiótica que
recorre la vida popular.
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

Las discusiones sobre la lengua originales inafectados por el contacto


nacional suscitadas desde los inicios representa una cualidad positiva en
de la nación entre intelectuales y las operaciones atinentes a la lengua
aficionados discurrieron entre el polo y es evocada frecuentemente para
de la descripción dialectológica, con contrarrestar el natural discurrir de la
mayor o menor aplicación a métodos lengua española en nuestro territorio.
científicos, y una diletancia amparada La pureza funciona como idealiza-
en argumentos estéticos que calificaba ción de una lengua limpia de influen-
la variedad lingüística argentina (si cias extranjeras y, por lo tanto, capaz
pudiéramos afirmar que hay sólo una) de mantener la homogeneidad y la
como: “bellezas que adornan la tierra”, cohesión, así como resistir el paso del
“viruela”, “mancha del lenguaje”, tiempo y la extensión en el territorio.
“ignominiosa fealdad”, “bella pronun- La pureza entonces es la propiedad que
ciación castellana”, “lenguaje original garantizaría la unidad en el ámbito
y pintoresco”, “desbarajuste lingüís- hispánico y la pervivencia del español.
tico”, entre muchas otras aprecia-
ciones; y el polo de los argumentos
políticos, en general vinculados con 1. La lengua escolar
el temor por la fragmentación lingüís-
tica del español. La escuela argentina fue la encar-
El repaso de las querellas de la lengua gada de hacer de los habitantes del
en Argentina ha cobrado auge en los suelo ciudadanos argentinos. Lo hizo
últimos tiempos acompañando el formalmente desde 1884, año de
llamado “giro lingüístico” y las inves- promulgación de la Ley de Educación
tigaciones que, desde la historiografía, Común Nº 1420 que sumió a los
analizan la construcción del ciudadano habitantes bajo el discurso histórico,
argentino a partir de discursos sobre geográfico, científico y lingüístico del
la nacionalidad. En la actualidad, Estado-Nación argentino, todos ellos
estos discursos, generados desde los componentes centrales de la unidad
comienzos de la nación independiente nacional, es decir, conformadores
con las discusiones de la generación modernos del sentimiento de comu-
del 37, conforman un conglomerado nidad. En los discursos iniciales sobre
de ideas sobre la lengua nacional que la construcción de la nación argen-
conviven en las representaciones de tina se solaparon distintas tradiciones
los hablantes. En este contexto, la nacionalistas2; y, aunque en la escuela
unidad, la pureza, la homogeneidad y primó la preocupación por enseñar
la defensa frente al contacto, por un aquellas pautas de comportamiento
lado, coexisten con la independencia y común, subsistía la mirada espiritua-
la defensa de las variedades, por otro, lista de la lengua.
en un bloque discursivo tensionado. Ernesto Quesada, representante de
El curriculum escolar expresa estas la tradición hispanizante finisecular,
tensiones y las traslada a la escuela.1 señala en la Revista Nacional.
Un atributo engarza los diversos mitos
asociados con la construcción escolar Afortunadamente, todas las naciones
de la lengua (nacional): la pureza. La de América hispana no solo hablan
preocupación por preservar los rasgos sino que cultivan y defienden su

535
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

hermosa lengua común. Pero, de hoy samente de enseñarlo con propósitos


en adelante es preciso que se preste patrióticos (Pablo Pizzurno, 1908).
mayor atención, si cabe, a cuestiones
tan interesantes, porque no se trata El proyecto normalista implementado
de una mera con la primera ley de educación se situó
El proyecto normalista imple- tendencia lite- en una tensión que definió al campo
mentado con la primera ley raria, sino de un educativo desde los inicios de la nación
de educación se situó en una problema socioló- como el resultado de las pujas de los
tensión que definió al campo gico: de mantener diferentes sectores sociales. La tensión
educativo desde los inicios de la la unidad suprema ocurría entre un impulso expansivo del
nación como el resultado de las de la raza en programa ilustrador, al que subyacía
pujas de los diferentes sectores países inundados la intención de ajustar a derecho a los
sociales. La tensión ocurría por inmigración habitantes del territorio, y una retrac-
entre un impulso expansivo de todas proceden- ción de ese impulso, motivado en el
del programa ilustrador, al que cias, que principia temor que infundió la realidad del
subyacía la intención de ajustar por corromper, proceso inmigratorio (1870-1930)
a derecho a los habitantes del y concluirá por de una intensificación de la lucha de
territorio, y una retracción de modificar el clases, alentada en parte por las herra-
ese impulso, motivado en el idioma nacional mientas civilizatorias. Ese temor se vio
temor que infundió la realidad y, por ende, el reflejado, por ejemplo, en el diseño
del proceso inmigratorio alma misma de la curricular: las ciencias se enmarcaban
(1870-1930) de una intensi- patria (Quesada, a rajatabla en el paradigma positivista
ficación de la lucha de clases, 1899: 257). (con ello, la clase patricia consolidaba
alentada en parte por las herra- las bases de una sociedad estamentada),
mientas civilizatorias. Mientras que el mientras que la lengua se centró en el
educador Pablo estudio de la gramática como estrategia
Pizzurno, entonces Inspector Técnico de ordenamiento del comportamiento
General del Ministerio de Educación, lingüístico, y la práctica de la pronun-
preocupado por alentar el compro- ciación hispanizante.
miso de los docentes en su labor En el siglo XXI esta escuela portadora
de conformar al ciudadano desde de una concepción normalizadora y
la escuela, confía en las bondades originalmente destinada a formar al
del normalismo. ciudadano del Estado-Nación, dejó
paso a la aparición de un discurso
La educación patriótica. Instruc- pluralista y se adaptó a la metodología
ciones al personal docente. imperante, en las últimas décadas,
Es sabido que el conocimiento en el ámbito de la teoría de la educa-
perfecto de la lengua que se habla ción. La Ley de Educación Nacional
en un pueblo puede ser un medio N° 26.206 (2006) es un ejemplo de la
de hacer que este sea amado y de coexistencia entre las representaciones
vincular entre sí a los hombres que de la escuela ligadas al origen de esa
lo habitan. (...) Implícitamente, institución y las representaciones
digo, que cuanto mejor se enseñe provenientes de los diversos sectores
en la escuela nuestro idioma, más políticos involucrados en el diseño de
vincularemos al niño con su tierra, la nueva legislación. Así, en algunos de
aún cuando no nos ocupemos expre- sus artículos señala.

536
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

Art. 3 - La educación es una prio- de su evolución a lo largo de la historia


ridad nacional y se constituye en nacional. Las representaciones actuales
política de Estado para construir una de la lengua, por lo tanto, estarán ligadas
sociedad justa, reafirmar la soberanía a los procesos decimonónicos de cons-
e identidad nacional, profundizar el trucción de la identidad lingüística.
ejercicio de la ciudadanía democrá-
tica, respetar los derechos humanos y
libertades fundamentales y fortalecer La enseñanza de la lengua en la
el desarrollo económico-social de la construcción de la ciudadanía
Nación (Ministerio de Educación,
2008, p. 9). La persecución de un ideal común y
la encarnación del deseo de lograr la
Art. 11 - Los fines y objetivos de la homogeneidad como estrategia de
política educativa nacional son: (...) adaptación al medio es el sino de la
d) Fortalecer la identidad nacional, enseñanza de la lengua en Argentina.
basada en el respeto a la diversidad El ideal de lengua común se concibió
cultural y a las particularidades únicamente como el ejercicio de
locales, abierta a los valores univer- desprendimiento conciente de las
sales y a la integración regional y marcas regionales y sociales. Para ese
latinoamericana (Ministerio de propósito, la pureza lingüística fue el
Educación, 2008, p. 10). mito unificador, el ideal deseado por la
comunidad, la garantía de la igualdad.
La independencia nacional, la unión El decreto de creación de la Academia
americana y la justicia social son idearios Argentina de Letras (en adelante, aal)
correspondientes a períodos en los que se compromete en su artículo I° a:
la formación de una representación de
la identidad nacional unificadora era el a) Dar unidad y expresión al estudio
cometido central del aparato educativo. de la lengua y de las producciones
Las nociones de regionalización e inser- nacionales, para conservar y acre-
ción internacional, así como la mención centar el tesoro del idioma y las formas
del desarrollo económico dentro de la vivientes de nuestra cultura. (...)
política educativa, corresponden en d) Velar por la corrección y pureza del
cambio a las nuevas concepciones de idioma, interviniendo por sí o aseso-
los estados nacionales participantes rando a todas las reparticiones nacio-
del proceso globalizador del mercado. nales, provinciales o particulares que
El artículo 3o  expresa una mixtura lo soliciten” (aal, 1933, p. 71).
de plataformas de construcción de la
nación y fija, junto con las propuestas El programa político lingüístico del
político-económico-educativas actuales, primer peronismo, anclado en la dico-
las representaciones de la escuela confi- tomía de la defensa de la tradición
guradas a lo largo de todo el siglo XX. hispánica, y la valoración de las lenguas
Esto es evidencia de que en la actualidad originarias y las marcas de lo popular,
existe una tensión entre la propuesta del acude al mismo mito unificador.
sistema educativo de fines del siglo XIX,
todavía vigente en las representaciones Se fomentará el conocimiento amplio
de la población escolar, y los resultados del idioma que nos fuera legado por

537
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

la Madre Patria y de los elementos la lengua, desprovista de marcas de


de milenaria civilización que inter- la diferencia, esa diferencia poten-
vinieron en su formación: el conoci- cialmente aniquiladora de la lengua
miento también de sus deformaciones misma y del orden social.
a fin de poder mantener la pureza de
la lengua. Incluso en lo que tiene
de evolución propia y formación Pureza y silencio
nacional (Plan de Gobierno “Primer
Plan Quinquenal”, 1947, p. 166).3 “Speak, that I may see thee”

En efecto, desde fines del XIX y El concepto de impureza o mancha


hasta el primer cuarto del siglo XX deviene necesariamente de un orde-
los acuerdos por forjar un destino namiento. Varios autores, entre ellos
común peligraban ante el indio hacia Elvira Arnoux (1999), Mercedes
adentro y el inmigrante hacia afuera. Blanco (1985) y Ángela Di Tullio
En ese marco la presencia del otro (1999) sostienen en relación con los
entrañó el riesgo de “desnaturalizar al incipientes estados del siglo XIX que
cuerpo nacional”. (Floria, 1998: 19) la gramatización de la lengua fue
Aquello que quedara por fuera del funcional para crear una variedad
alcance disciplinador de la nación, estándar que unificara las prácticas
aquel individuo que no se sometiera a borrando las diferencias y les permi-
su acción punitiva, quedaría relegado tiera a los ciudadanos reconocerse en
como parte de la barbarie, del extra- ese rasgo común.5  Como mencio-
muro, “la superficie lisa aún no estig- namos antes, en ese contexto la lengua
matizada por los signos de la escritura nacional subordinó las marcas de lo
disciplinaria”. (González Stephan, popular configurando los estratos
1995:35) Estetizar la lengua popular sociales a través de la regulación
contribuyó entonces a configurar un lingüística. González Stephan lo
imaginario para la nación. Ese mismo expone de un modo crudo: “Es más
proyecto supuso civilizar al bárbaro, fácil normar lo que se ha homologado
movimiento que colaboró con la o controlar conjuntos previamente
oposición entre la lengua de la tierra, expurgados de cualquier contamina-
del ámbito doméstico, que debía/e ción étnica, lingüística, sexual o social”
ser “valorada” frente a la lengua (González Stephan, 1995, p. 38).
promotora de las ideas, organizadora Otra forma de resolver la existencia de
de la sociedad, la lengua que debía/e lo impuro, de lo deforme, fue negarlo.
ser enseñada en la escuela, la lengua Los habitantes no eran argentinos hasta
nacional4. De este modo se circuns- tanto adoptaran las formas lingüís-
cribió el espacio lingüístico a la letra ticas de lo nacional. En la metáfora
escrita (por la clase dominante) de que vincula la pureza lingüística con
la Ley. El discurso de la gramática la higiene, la podredumbre, la pulve-
representó la frontera, el límite, la rización es el destino ineludible de la
forma que debía adoptar lo dicho. La suciedad, de las hablas extranjeras. Es
lengua nacional se acotó a esa forma en la podredumbre o la pulverización
homogeneizante en la que la pureza donde la suciedad, lo contaminado,
representó un atributo idealizado de pierde el lazo con aquello de lo que

538
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

provenía, pierde identidad y pasa a ser rizados. La universidad de Tucumán6,


otra cosa, se funde en el crisol. por ejemplo,  ha comprobado a partir
En relación a las nuevas lenguas de de observaciones y encuestas que los
contacto, el tiempo, la exposición alumnos de la universidad procuran
y adopción de las pautas lingüís- callar hasta haberse asegurado de
ticas nacionales y los discursos sobre participar eficazmente del lenguaje
los nuevos extranjeros darán paso académico. El “proceso de acultura-
del melting pot al crisol. ción” (concepto que Bourdieu, 2000,
El control escolar de la lengua (y del toma de la antropología) de las clases
territorio y del relato histórico) como bajas supone allí desprenderse de las
garantía de homogeneidad nacional marcas de la coloquialidad tucumana
coarta la manifestación, silencia la voz; para adquirir el lenguaje de la univer-
la gramática opera como símbolo del sidad, que las
límite de lo correcto e impacta directa- autoras filian a La escuela argentina da
mente sobre el cuerpo, silenciándolo. la variedad de igualdad de oportunidades
Buenos Aires.7 En e igualdad en la obligación
En los Colegios Nacionales y Escuelas otras palabras, los de acatar la ley. Esa igualdad
Normales no será promovido ningún alumnos perma- deseada por las clases bajas y
alumno que no revele dicción, orto- necen en silencio la inmigración es una igualdad
grafía y expresión correcta. porque la lengua que, por definición, excluye
Todo buen profesor dedica espe- hace visibles las marcas de la diferencia,
cial atención al ejercicio oral para sus marcas de las fuerza hacia la homoge-
corregir vicios de expresión (...) El no-pertenencia neidad. En otras palabras, la
comentario razonado de lecturas; la al grupo deseado. igualdad se logra violentando
expresión del valor ideológico de las El control grama- las marcas del yo.
palabras y locuciones y el análisis de tical (desempe-
las ideas expuestas en trozos leídos ñado por la escuela) instaurado para
por el estudiante (...) pueden ser favorecer la sobreadaptación de los
motivos (...) de real eficacia para extranjeros, los indios, los rurales a
que estos ejercicios orales limpien fines del XIX impacta todavía en la
el habla del alumno (Ministerio de práctica escolar.
Justicia e Instrucción Pública, 1933,
pp. 10-11). Cada una en su especie, constitu-
ciones, gramáticas y manuales son
Actualmente, y aun en el marco de discursos fundacionales de fronteras.
políticas lingüísticas que valorizan Su propio lenguaje está forjado
las variedades regionales, la lengua a partir de la prohibición. Una
estándar delimita lo que es posible cadena de compuertas que permiten
decir fuera del ámbito familiar, aprecia y prohíben el ser o no ciudadano, el
o deprecia las formas del español que tener un cuerpo y ocultarlo, tener una
se hablan en la escuela. Las distintas lengua para modificarla o silenciarla
regiones argentinas muestran sobrados (González Stephan, 1995, p. 34).
ejemplos de esta idea y no sólo entre las
comunidades aborígenes o extranjeras, La escuela argentina da igualdad de
sino entre los hablantes nativos del oportunidades e igualdad en la obli-
español, e incluso los altamente escola- gación de acatar la ley. Esa igualdad

539
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

deseada por las clases bajas y la inmi- las producciones de los alumnos y
gración es una igualdad que, por “corregir los regionalismos”.
definición, excluye las marcas de la
diferencia, las fuerza hacia la homoge- En toda biblioteca debe haber
neidad. En otras palabras, la igualdad un ejemplar del diccionario de la
se logra violentando las marcas del Real Academia Española. (...) [los
yo. La violencia en la lengua y en el maestros deben] Imponer, en todo
relato histórico es necesaria e, incluso, el país, el uso del  tú, y desechar
deseada, en el camino hacia un futuro el  vos  que es una de las peculiari-
común e idealmente no-conflictivo dades más vulgares del habla de
a partir de una construcción común los argentinos, y de las más censu-
heroica y homogénea. La aplicación de rables, como lo hacen las naciones
esta norma al medio escolar es lo que más cultas de Hispanoamérica y lo
según Arnoux y Bein (2004), generó, a usaron nuestros antepasados hasta
comienzos del XX, inseguridad lingüís- después de nuestra independencia
tica en los hijos de inmigrantes “que la política; sólo la escuela podrá impo-
contrastaban con la norma socialmente nerlo, formando el hábito de su uso
dominante, la variedad rioplatense (Vidal de Battini, 1964, p. 197).
culta, que reconocían fuera de la escuela
pero que no adquirían en la familia.”
(Cf. Arnoux y Bein, 2004) Más avan-
zado el siglo XX, en la obra de Vidal Escritura y homogeneidad
de Battini (financiada por el Ministerio
de Educación y desarrollada bajo la La escuela enseña la lengua escrita y
dirección del Instituto de Filología de le otorga valor simbólico, jerarquizán-
la UBA, señera en los estudios dialec- dola por sobre la oralidad. La escritura
tológicos argentinos y en la enseñanza de la lengua es, en efecto, la más eficaz
de la lengua) la norma peninsular es operación de fijación y homogeneiza-
considerada referente obligado al que ción (las manifestaciones actuales de
los maestros deben atender para guiar las discusiones decimonónicas sobre

540
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

la actualización de la ortografía del la variedad oral del maestro argentino


español son resabios de la misma polí- fue (y en algunos casos continúa sién-
tica unificadora). La mutabilidad del dolo) una variedad capaz de distinguir
signo es la amenaza constante contra cuidadosamente la pronunciación
la que la escuela opone la escritura. En (en el dictado) de la  v  y la  b, la  z  y
ese sentido, la escritura elude no sólo la  s, de los grupos cultos y las  s  de
la instantaneidad del signo hablado, final de palabra.
sino que también conjura la muerte Desde fines del XIX, el maestro sostenía
de la lengua misma, la disolución de una variedad ideal pura, que construía
una lengua a partir del contacto con los futuros compuestos, procuraba
otra, que podría oradarla hasta trans- la pronunciación castellana, tuteaba
formarla en otra. El mito de la preser- (en lugar de vosear). El maestro del
vación de la pureza funciona así como siglo XX callaba sus marcas lingüís-
conjuro contra la muerte. La Real ticas en favor de
Academia Española insiste con este sostener la repre- El maestro del siglo XX callaba
tópico, ridículo en un contexto de 500 sentación de un sus marcas lingüísticas en
millones de hablantes, 22 naciones y todo deseable, favor de sostener la represen-
multiplicidad de medios de comuni- puro, correcto. tación de un todo deseable,
cación ocupados por cohesionar la vía Los maestros puro, correcto. Los maestros
central de contacto entre todos ellos. fraguaban un fraguaban un español inexis-
español inexis- tente que permitiera al Estado
8. Es una obra criteriosa y coherente, tente que permi- sostener el mito de la igualdad
en el sentido de que ha buscado, tiera al Estado lingüística a través de la adqui-
inicialmente, parámetros y crite- sostener el mito sición de los rasgos puros.
rios generales para el enfoque de los de la igualdad
problemas (neologismos, extranje- lingüística a través de la adquisición
rismos, topónimos, acentuación) y se de los rasgos puros.8
ha esforzado por mantenerlos en su En efecto, entre las recomenda-
aplicación a casos particulares, en ciones que se hacía a los maestros
tanto lo permita la vitalidad de la desde comienzo de siglo XX se pres-
lengua y los diferentes usos regionales taba especial atención a la potencial
firmes y autorizados por la escritura influencia de las lenguas de inmigra-
(aal, Decálogo del  Diccionario ción en la pronunciación del caste-
panhispánico de dudas, consulta llano: “convendría que los maestros
online octubre 2012). procurasen que la lectura en alta voz
se ajustara a la recta pronunciación.”
La escuela fue (y en la actualidad lo es (Quesada, 1899, p. 127).
también, en menor medida, y coar-
tada por la fuerte acción del mercado) [Convendría] que las corporaciones
el aparato del Estado por antonomasia docentes de América recomendaran
que recompensa la conformidad con el á sus gobiernos y á las personas que
proyecto común y rechaza los desvíos. en las repúblicas hispano americanas
El maestro, en ese caso, ocupa el rol se dedican al profesorado normal,
ejemplar y la función del castigo. Por que se enviara á los alumnos distin-
un lado, se garantiza la unidad y la guidos, por vía de recompensa, á las
pureza mediante la escritura. Por otro, escuelas normales de España, á fin de

541
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

que sigan algunos cursos de nuestra dades regionales argentinas. A través


lengua (Quesada, 1899, p. 128). de estas operaciones se generó desde la
práctica escolar una representación de
Entre los escasos ejemplos de prescrip- las variedades argentinas del español
ción explícita de los usos lingüísticos como desvíos del español correcto, y se
escolares de prin- fomentó la conciencia de los hablantes
Los discursos sobre la lengua cipio de siglo, el argentinos (nativos y por opción) de
española provenientes de las más atendible es que hablamos mal.
academias alientan la valora- la recomendación
ción de los rasgos de la dife- que la Academia
rencia, pero legislan a través Argentina de 2. Pureza como atributo de la
de sus gramáticas, dicciona- Letras hace en su homogeneidad
rios, manuales y ortografías Boletín, desta-
un español global, un español cable no sólo El “nosotros” de quienes hablamos
común, presuntamente despro- por el prestigio español (con diferentes grados de perte-
visto de peculiaridades. Bajo el y el alcance que nencia a esa lengua y a esa comunidad)
argumento de la comunicación lo reviste, sino supone un sentido de solidaridad, esto
infalible y la proyección hispa- porque muestra es, una representación de la existencia
noamericana (y la amortiza- la influencia que de un nosotros a partir de determi-
ción eficaz de los instrumentos la rae, a través nadas características constituyentes. En
globales de comunicación que de las academias ese sentido, se torna central conocer en
la RAE diseña y vende), las americanas, tenía qué consiste el “nosotros” al que perte-
academias insisten en la exis- en la generación necemos (o al que creemos/deseamos
tencia de una base común, de de representa- pertenecer) los que hablamos el
un molde único. ciones sobre el español de la Argentina. Encuestas
español. lingüísticas recientes tomadas en
Buenos Aires9  indican que la actitud
1° RECOMENDAR al personal de los hablantes porteños frente a las
docente de todas las escuelas depten- variedades americanas y las lenguas
dientes del H. Consejo [Nacional de contacto sigue vinculada con la
de Educación], que procure empe- necesidad de controlar el ingreso de
ñosamente impedir el voseo y toda palabras extranjeras y mantener la
inflexión verbal incorrecta. homogeneidad. La penetración de este
2° RECOMENDAR a los Inspectores punto de vista aparece en respuestas a
Seccionales y a los Visitadores que al una pregunta de la encuesta (“¿por qué
calificar al personal hagan especial hablan mal [los que hablan mal]?”):
referencia al dominio del habla “mezclan palabras del guaraní y el
que muestren directores y maestros español”, “por bolivianos y paraguayos”,
(baal 5/6, 1934, p. 319). “no tienen nacionalidad”, “interferen-
cias lingüísticas”, “no utilizan frases
Los maestros, ejemplo vivo del habla propias del lugar”. En ese sentido, las
deseada por el Estado, debían hacer cuestiones vinculadas con el (des)pres-
propia la lengua modelo para así trans- tigio asociado con ciertas variedades
mitir la lengua pura. El Estado silen- como fenómeno relacionado con la
ciaba así no sólo las marcas lingüísticas corrección tallan fuertemente en las
de los inmigrantes, sino de las varie- representaciones del buen hablar.

542
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

Como hemos dicho, la pertenencia a en el marco base de la unidad


una comunidad lingüística se define (aal, “Decálogo...” online consulta
por la adopción de ciertos rasgos y octubre 2012).
el deprecio de otros. Por lo tanto, el
deseo o la necesidad de pertenecer Desde esta mirada, es lógico que
al conjunto va a condicionar cuáles la escuela argentina deje de lado la
serán las marcas del yo (o del nosotros enseñanza y la reflexión sobre parti-
menos abarcador o menos legitimado) cularidades específicas de las distintas
que deberán ocultarse. Los discursos regiones lingüísticas (enseñanza pres-
sobre la lengua española provenientes cripta por el curriculum nacional), e
de las academias alientan la valora- incluso marcas lingüísticas que abarcan
ción de los rasgos de la diferencia, buena parte de nuestro territorio, tales
pero legislan a través de sus gramá- como el voseo, la acentuación de los
ticas, diccionarios, manuales y orto- imperativos voseantes y subjuntivos,
grafías un español global, un español la formación de futuros sintéticos, la
común, presuntamente desprovisto pronunciación de consonantes pala-
de peculiaridades. Bajo el argu- tales, deleción de  s  y oclusivas de
mento de la comunicación infalible los grupos cultos, reflexión sobre el
y la proyección hispanoamericana (y léxico proveniente del lunfardo, de las
la amortización eficaz de los instru- lenguas originarias, de lenguas extran-
mentos globales de comunicación que jeras vecinas y lejanas, etc.
la RAE diseña y vende), las academias La ausencia de estos (y otros) temas
insisten en la existencia de una base propios de la(s) variedad(es) de la
común, de un molde único. Argentina se explican en el contexto
de un “nosotros” mayor, ese nosotros
[Se echaba de menos una obra] donde hablante de un español común, cuya
las Academias pudiesen, al mismo homogeneidad estaría garantizada por
tiempo, adelantarse a ofrecer reco- la limpieza de las marcas del otro.10 La
mendaciones sobre los procesos que pureza, entonces, existe y está garanti-
está experimentando el español en este zada por el cuidado que ejercen las auto-
mismo momento, en especial en lo que ridades de la lengua. Actualmente se
atañe a la adopción de neologismos llama “base común”, “español estándar”,
y extranjerismos, para que todo ello “código compartido” a la sección de
ocurra dentro de los moldes propios de la lengua española no afectada por los
nuestra lengua y, sobre todo, de forma “particularismos regionales”.
unitaria en todo el ámbito hispánico
(rae,  Diccionario panhispánico de El español, por su carácter de lengua
dudas, p. xi-xii). supranacional, constituye en realidad
un conjunto de normas diversas que,
b) [el  dpd]Se ocupa de las dudas y no obstante, comparten una amplia
problemas principales de todas las base común (rae,  Nueva política
regiones lingüísticas del mundo de lingüística panhispánica, p. 9). 
habla hispana, en busca de la unidad
de criterios, preservando el respeto a No resulta siempre fácil determinar
las diferencias dialectales y modali- cuál es la base común, pues a la doble
dades lingüísticas diversas, siempre variedad, española y americana, se

543
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

de la pureza como garantía de interco-


municación iberoamericana y de pervi-
vencia de la lengua común. Los tutores
de la lengua se apoyan en el discurso
de la pureza como paso previo al de
la homogeneidad, pero, básicamente,
instauran la idea de que la pureza se
protege y de que hay custodios más
calificados para llevar a cabo la tarea
de limpieza.13 Generar consenso sobre
la autoridad legítima va de la mano
de diseñar estrategias de selección y
privilegio de unas marcas dialectales
por sobre otras. La variedad seleccio-
nada será el parámetro de lo correcto,
más cercano a la “base común”.

Pureza como cercanía del origen

La corrupción, el peligro del contacto


con la impureza es sustento de
cantidad de metáforas hacia el peligro
inmigrante. A tal punto las represen-
José María Ramos Mejía añaden los particularismos regionales taciones de la lengua nacional invo-
(RAE, NPLP, p. 9). lucran la tópica del inmigrante que,
no siendo tan acuciantemente repre-
Es por ello la expresión culta formal sentativos los números como en el
la que constituye el español estándar: cambio de siglo, en las encuestas se
la lengua que todos empleamos, retoman los discursos sobre el cuidado
o aspiramos a emplear, cuando por la deformación.14  Los prejuicios
sentimos la necesidad de expresarnos señaladores de inmigraciones pasadas
con corrección11. (...) Es, en defini- alcanzan a las nuevas oleadas casi
tiva, la que configura la norma, el sin modificación. Las declaraciones
código compartido que hace posible actuales de la Academia Argentina de
que hispanohablantes de muy Letras confirman esta preocupación
distintas procedencias se entiendan
sin dificultad (rae,  dpd, p.  xiv. La 9. Es una  obra de avanzada  pues
cursiva es del original). aborda cuestiones problemáticas
no resueltas en otras fuentes, con
Los discursos legitimantes de la rae, propuestas de posibles soluciones; a la
acompañados por la escuela argentina vez, avanza en terrenos conflictivos y
(que no menciona, ni enseña, ni en debate como es el caso de los topó-
reflexiona sobre la variedad y sí nimos o los extranjerismos, jugando
menciona a la rae como agente autori- su opinión (aal, “Decálogo...” online
zado de control12), instalan el discurso consulta octubre 2012).

544
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

El problema que representa el extran- Higiene y moral


jero proviene de la incapacidad para
evitar el contacto/contagio. El “otro” En las primeras décadas del XX, los
expuso y expone al cuerpo nacional ampliamente revisitados enfoques
a la corrupción lingüística, moral, de Américo Castro y Amado Alonso
social, física. partían de la idea de que en Argentina
Ha recibido las bendiciones de la se habla y se escribe defectuosamente.
instrucción en la forma habitual de Atribuían los motivos a “la actitud
inyecciones universitarias; pero es un recelosa de la masa ante los elementos
mendicante de la cultura. cultos del habla” (Alonso, 1935: 69),
al “aflojamiento de toda norma”
(...) Por eso, aun cuando lo veáis (Alonso, 1935: 92) y al “descontento
médico, abogado, ingeniero o perio- íntimo, encrespamiento del alma al
dista, le sentiréis a la lengua ese pensar en someterse a cualquier norma
olorcillo picante al establo y al asilo medianamente trabajosa, escapada,
del guarango cuadrado, de los pies espantada vital so cualquier pretexto”
a la cabeza. Le veréis insinuarse (Castro, 1941: 92). Américo Castro,
en la mejor sociedad, ser socio de por ejemplo, entendió que la margina-
los mejores centros, miembro de lidad geográfica argentina era causante
asociaciones selectas y resistir como de la marginalidad social y que la
un héroe el cepillo” (José Ramos caída del imperio hispánico unifi-
Mejía,  Las multitudes argentinas, cador llevaría a la descomposición de
citado en Carricaburo, 1994, p. 5). la lengua en América. Incluso arriesgó
que la falta de guía (y la conciencia de
La cita de Ramos Mejía podría tras- desorientación que tenían los mismos
ladarse al presente (con pocas modi- hablantes) era
ficaciones vinculadas con las nuevas un rasgo deses- Para el Estado, la lengua
tópicas que asume el prejuicio) a la tructurante pero, nacional es lengua española
inmigración china, coreana, para- a la vez, cons- desprovista de manchas: del
guaya, peruana o boliviana. Erra- titutivo del ser indio, primero, luego del
dicar, limpiar lo impuro entraña la argentino. Acaso gaucho, del extranjero, y
idea de que el ser lingüístico puede la metáfora a la finalmente (cuando la escuela
no modificarse en la historia social que más se acude fue receptáculo de quienes la
de la comunidad, sino que debe en relación a la industrialización dejaba fuera
permanecer inalterable.15  En ese pureza lingüís- del mundo del trabajo y la
caso, la pureza se asocia a una repre- tica proviene alfabetización crecía exponen-
sentación de la identidad lingüística de la higiene. cialmente), del “grasa”.
como ahistórica, ageográfica. La idea El concepto de
de nación como espíritu se plasma higiene, en tanto preservación de un
en el ideal de lengua incorruptible. orden físico (¿moral?), protege a la
Un ejemplo de esta concepción es el sociedad de un peligro.
peculiar hecho de que la historia del
español sea la misma para todos los (...) El comentario razonado de
hispanohablantes. Esa representación lecturas; la expresión del valor ideo-
(ocultadamente) imperante proviene lógico de las palabras y locuciones y
de la Península.16 el análisis de las ideas expuestas en

545
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

la conveniencia preferente de una


forma sobre otra, desaconseja voces y
construcciones viciosas o incorrectas,
de acuerdo con las normas más gene-
ralizadas, sindica impropiedades,
vulgarismos, inadecuaciones, etc.
(aal, “Decálogo...” online consulta
octubre 2012).

El buen español, que recreamos cada


día, no es sólo el que responde a los
cánones de lo correcto, sino también el
que revela preocupación de claridad y
de concisión por respeto a los demás,
ese olvidado respeto a los demás, que es
falta de amor, pues –como bien decía
Juan Ramón Jiménez– sólo pensamos
cuando amamos. (...) Escribió Pedro
Henríquez Ureña que “nuestros
enemigos, (...), son la falta de esfuerzo
y la ausencia de disciplina, hijos de
la pereza y la incultura, o la vida
en perpetuo disturbio y mudanza”.
Esfuerzo, respeto, disciplina, en fin,
belleza. (...) Y aunque todos hablamos
un español igual y, al mismo tiempo,
diferente, a veces, creemos que, para
Pedro Henríquez Ureña trozos leídos por el estudiante (...) muchas personas, esa mañana no
pueden ser motivos que, bien apro- existe por desidia o por impasibi-
vechados y dirigidos por el docente lidad, pues se comunican tristemente
produzcan efectos de real eficacia mediante despojos sintácticos y burdas
para que estos ejercicios orales limpien invenciones léxicas (Alicia Zorrilla
el habla del alumno y lo habitúen a –miembro de número de la aal–,
ocuparse con seriedad de nobles cues- 2004, p. 6).
tiones de vida espiritual. (Ministerio
de Justicia e Instrucción Pública,  
1933, pp. 10-11). El mito de Babel sintetiza el temor de
la disolución proveniente de las rela-
Es una obra normativa que aspira ciones impuras, del contacto con el
a acercar el uso del español a un ideal otro. Puesto que la idea de contamina-
de la mayor corrección y decoro posi- ción sólo puede surgir en el contexto
bles. Es normativa porque propone social, basta con señalar al otro como
normas, es decir que no solo describe portador de un valor indeseable para
los fenómenos y casos que incluye, transformar al otro en peligroso. Ese
sino que adopta frente a ellos crite- movimiento de demarcación entre
rios de tratamiento, orienta sobre el adentro y el afuera contribuye a

546
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

constituir un orden social. Ese orden invocando la lengua española, desta-


social llevará un nombre y será aquella cando su poder unificador a partir
homogeneidad identificadora del del cuidado de su pureza. Ese atri-
adentro, del yo soy. El español puro, buto guió y guía las pautas de control
incorrupto, limpio será la marca del lingüístico y las representaciones de
“nosotros”. La posesión de la gramá- los hablantes.
tica del español será el trabajo que Una forma de resolver la amenaza
deberá asumir quien pretenda fundirse de la deformación de la lengua es
en el crisol. El inmigrante, el pobre, poner un tutor que la guíe, o refor-
el no escolarizado deberá aculturarse, marla. La escuela (la gramática), como
deberá negar las marcas del yo que lo mostramos más arriba, se ocupó y,
designan como el otro.17 en menor medida, en la actualidad se
ocupa de ambas tareas.18 A lo largo de
la historia Argentina la lengua espa-
Para finalizar ñola fue el instrumento que delimitó
el espacio del otro, del indeseable.
Aceptar las categorías lingüís- El modelo lingüístico contribuyó a
ticas impuestas como forma del ser moldear al ciudadano deseado. Para
nacional es uno de los ritos de perte- el Estado, la lengua nacional es lengua
nencia a la comunidad. Estas categori- española desprovista de manchas: del
zaciones son arbitrarias e impuestas a indio, primero, luego del gaucho,
través diversos instrumentos estatales del extranjero, y finalmente (cuando
y paraestatales (como libros de texto, la escuela fue receptáculo de quienes
gramáticas, diccionarios, doblajes, la industrialización dejaba fuera del
traducciones, artículos en medios de mundo del trabajo y la alfabetización
comunicación, etc.) por agentes que crecía exponencialmente), del “grasa”.
ejercen su poder discursivamente. La
ciudadanización argentina y la comu-
nión americana fueron concretadas (*) UBA/CONICET.

NOTAS

1. Aunque los maestros no tienen herramientas para resolver o contextualizar esas tensiones, Cf. López García,
2010 y 2011.
2. La definición clásica de Herder asocia la idea de nación a una comunidad que se mantiene cohesionada por
medio de una lengua. Ese “sentimiento” (al que, con Moscovici, 1994, llamamos “representación”) determina la
pertenencia a una comunidad lingüística y cultural. Para Herder, y para la tradición alemana del XVIII, la defi-
nición de nación se apoya en la existencia de genio, un espíritu del conjunto que tiene expresión en la lengua y
en la cultura, que se representa en la raza, es decir, se transmite con la sangre. Por otro lado, la tradición francesa
expresada en el programa iluminista entiende la nación como la comunidad espiritual generada por la voluntad
de hombres libres de vivir de acuerdo con reglas acordadas. La libre posibilidad de participar en el destino de un
mismo grupo humano es lo que transforma el presente de los individuos en un presente común.
3. Agradezco la referencia a la licenciada Micaela Difalcis.

547
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

4. Lengua que en ese entonces, y aún hoy, sigue sin definición en el sistema educativo. En efecto, rastreamos
esta oposición en el curriculum actual: los contenidos indicados para la enseñanza primaria de todo el país
promueven: “La valoración de la diversidad lingüística como una de las expresiones de la riqueza cultural de
la región y del país” y “El reconocimiento de las lenguas y variedades lingüísticas que se hablan en la comu-
nidad”. En nota al pie se aclara “Para la secuenciación en el área se han tenido en cuenta los siguientes criterios:
–El grado de reflexión sobre la lengua y los textos (desde procedimientos que sólo tienen en cuenta la intuición
lingüística hasta aquéllos en los que se involucran conceptos sobre la lengua y los textos para la resolución de las
tareas).” Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, 2005. En el curriculum escolar, las expresiones que
incluyen la noción de lengua se apoyan en un presupuesto centenario: la lengua es la lengua española y por
“diversidad lingüística” debe entenderse “lenguas aborígenes”. Las segundas, aunque deben ser valoradas, no
cuentan en los contenidos como lenguas sobre las que se debe reflexionar. La lengua sobre y en la que se debe
reflexionar es una sola, suponemos, la española. Cf. el artículo de Roberto Bein, 2004 donde el autor advierte
en la Constitución Nacional de 1853 y la reforma de 1994 la oficialidad, por defecto, del castellano.
5.  La lengua vista desde la metáfora del cuerpo es análoga del orificio de entrada de las impurezas. En esa
analogía, la gramática opera como profilaxis.
6. Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre Política y Planificación Lingüísticas, Cátedra de Lingüística
General (Letras), Facultad de Filosofía y Letras de la unt.
7. Uno de los encuestados por el proyecto confirma las representaciones acerca de la variedad tucumana y de la
transmisión escolar de la lengua correcta: “Terrible! [hablan los tucumanos]. Yo calculo que en la parte literaria
en el secundario no la aplica como debería, la da bien ligth. Es por la lectura y también por el acento de los
tucumanos. (34 años, técnico en electrónica, nivel secundario).
8. Algunas veces la pretensión de una pureza superior se basa en el fraude. Los hombres adultos de la tribu
chagga solían pretender que durante su iniciación se les había obstruido el ano para siempre. Se suponía que
los hombres iniciados no tenían jamás necesidad de defecar, a diferencia de las mujeres y de los niños quienes
permanecían sujetos a la exigencia de sus propios cuerpos. Podemos figurarnos las complicaciones a las que esta
ficción inducía a los hombres chagga. La moraleja de todo ello consiste en que los hechos de la existencia son
un caos. Si seleccionamos, entre todos los aspectos del cuerpo, unos cuantos aspectos que no causan ofensa,
hemos de disponernos a sufrir por esta distorsión. (Douglas, 1966, p. 218).
9. La encuesta (tomada en 1996) fue diseñada y dirigida por José Luis Moure y Leonor Acuña, investigadores
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es de tipo cara a cara sobre un cues-
tionario semiestructurado. La selección de la población se basó en un muestreo aleatorio por conglomerados
correspondientes a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a cinco municipios del conurbano bonaerense. En
este momento estamos llevando a cabo el análisis de las 355 encuestas completas recavadas. El interés de este
estudio está centrado en caracterizar, a través del procesamiento de las encuestas, las representaciones que los
hablantes del Río de la Plata generan sobre la lengua que hablan, así como determinar los vínculos entre estas
representaciones y los diferentes discursos circulantes sobre la lengua española. (Cf. Acuña y Moure, 1999).
10. Así, la enseñanza de la gramática en la escuela se limita a reproducir reglas abstractas de descripción de
una lengua ideal y no alienta la reflexión sobre la lengua que se habla. Los alumnos, entonces, hablantes
nativos del español, fracasan en la conjugación de los verbos que conjugan desde los 4 años, fallan en la atri-
bución del género en palabras que ya conocen, memorizan reglas de formación sintáctica que aplican desde
su más tierna infancia. Por medio de infinidad de pequeñas estrategias la gramática en la escuela no cumple
la función de alentar la reflexión, sino de generar la representación de sumisión a una autoridad lingüística
mayor, que conoce la lengua y la protege de las peligrosas influencias del contacto (y del uso). De este modo,
la sprachtbewusstsein (seguridad, orgullo lingüístico) del argentino se forja dialécticamente por oposición a las
lenguas expulsadas y por autoincriminación hacia la lengua ideal.
11.  Este argumento registra, para componer la norma, los usos considerados correctos. Ahora, el concepto de
corrección es impuesto por la autoridad lingüística; por tanto, atender a lo que es considerado correcto es volver
sobre las propias instancias de normalización y regulación de los usos lingüísticos. En otras palabras, regular
apoyándose en el uso culto, supone una regulación previa que determinó cuáles eran los usos cultos. Por medio
de este procedimiento circular, se convalida el ejercicio prescriptivo de las academias.
12.  Entre los muchos ejemplos que podemos citar de la difusión que la escuela argentina hace de la rae,
citamos tres manuales escolares de amplia difusión en la escuela primaria: “Hay instituciones creadas para fijar
las normas de la lengua española. Además, por medio de los diccionarios, esas instituciones determinan los
significados de las palabras aceptadas dentro del idioma o dialecto. En el caso de la Real Academia Española
(rae), comprende todos los países donde se habla español, mientras que la Academia Argentina de Letras (aal)
se dedica a nuestro país.” (Tinta Fresca, 2005, Lengua 7: margen de página 24); “La unidad del castellano está
asegurada en la medida en que la lengua escrita, regulada por la Real Academia Española y las Academias de
los distintos países americanos, mantenga una ortografía unitaria, común. “Pluralidad de normas en la lengua
hablada y unidad fundamental en la lengua escrita”: así sintetizó Ángel Rosenblat esa posición que es la que

548
LA BIBLIOTECA
Paideias N° 12 | Primavera 2012

resulta en la actualidad más razonable y enriquecedora. ”(Colihue, 2001, Tomo la palabra egb 9: 31); “Apenas
surgen, los neologismos circulan en el lenguaje, pero no están aceptados oficialmente. Sin embargo, a medida
que su uso se extiende y se normaliza entre los hablantes, la Real Academia Española, que es considerada la
máxima autoridad en nuestra lengua, los acepta y los incluye en el Diccionario de la Lengua Española.” (Aique,
2008, Lengua y prácticas del lenguaje 7: 144).
13. El viejo (y continuamente renovado) discurso colonialista sobre el que se quiere montar la interpretación
de la insistencia en la homogeneidad y, con ella, la extensión del español distrae el análisis de la ideología de
mercado, que en la actualidad homologa y expande determinadas variedades de la lengua. La ideología de
mercado oculta, en su calidad de “sentido común”, su condición de discurso “ideológico” y se instaura como
una mera “idea” sobre la lengua (en tanto que representación desprovista de tendencia ideológica). Es común
en la discusión sobre las políticas de la lengua la pretensión de establecer un distingo teórico entre idea e ideo-
logía. Este recurso responde a la estrategia de ocultamiento, de “hacerse anónimo”, propia de los discursos del
poder. Desproveer las prácticas de planificación lingüística de un propósito y explicarlas a partir del discurrir
natural de los intereses espontáneos de los hablantes es un modo de construir una especie de sentido común
que opaca la planificación lingüística.
14. Hacia 1895, la población argentina que vivía en centros urbanos alcanzaba el 42% y para 1914 había supe-
rado la mitad de la población, llegando al 58%, una tasa superior a la de cualquier país Europeo con la excep-
ción del Reino Unido y los Países Bajos. Esta relación se debía en buena medida a los inmigrantes; frente a su
participación de un 30% en la población del país, en Buenos Aires eran el 50% –un millón de los dos con que
contaba la Capital– y en otros núcleos urbanos llegaban a ser cuatro de cada cinco. Entre estos predominaban
los italianos (68,5% de los cuales se afincó en Buenos Aires) y españoles (78%). Mientras que los inmigrantes
con residencia en la Argentina sumaban al comenzar 2009, al menos 5,2 millones de personas, equivalente al
13,9% de la población. Cf. Fontanella de Weinberg, 1987.
15. La higiene lingüística (Cf. Paffey, 2007) (empleada tradicionalmente en las políticas lingüísticas implemen-
tadas por la rae) puede ser considerada como ritual en el sentido de que no responde a razones “naturales”, sino
que cumple la función social de frenar cierto desborde o evolución hacia lugares indeseados, de unificar a la
comunidad en función de cierto tabú. En ese sentido, observar el “rito” de la pureza determina la pertenencia
de un individuo a la comunidad en tanto es capaz de acatar las prohibiciones y la autoridad que las delimita. “El
rito no necesariamente muestra creencia en la magia en el sentido de que bailar la danza de la lluvia hace llover,
sino que es marca de deseo de, es confluir en la mostración de un deseo común de una comunidad. (...) Más
aún, Radcliffe-Brown se negó a separar el rito religioso del rito secular -otro adelanto. El brujo de Malinowski
no era tan diferente de cualquier patriota que agita su bandera ni de cualquier echador de sal, y todos ellos
fueron tratados del mismo modo que un católico romano que se abstiene de carne y un chino que ofrece arroz
en una tumba.” (Douglas, 1966: 219).
16. No es un hecho menor que en el Museo de la Lengua en Buenos Aires la historia del español –representada
en forma de dibujo animado– termine, precisamente, cuando los españoles llegan a América, que es, justa-
mente, cuando comienza la historia del español americano.
17. Negar en la lengua la pertenencia al grupo tiene en el evangelio de san Marcos (26:69) el ejemplo más
conspicuo: la tercera negación de Pedro responde a la acusación de hablar galileo.
18. El crisol que funde a fuego también es metáfora, como lo es el alimento cocido, del paso por los ritos civi-
lizatorios. La cocción es la purificación de las extranjerías (crudas). El crisol es el recipiente donde van a parar
las diversidades que, fundidas, conformarán una identidad nueva. En la actualidad parecería que se tiende a la
otra analogía, la de del melting pot. El crisol es, en tal caso, el relato póstumo que armoniza la puja por preservar
identidades y renunciar a otras.

BIBLIOGRAFÍA

Acuña, María Leonor y José Luis Moure, “La gramática en una encuesta sobre actitudes lingüísticas”, ponencia
inédita presentada al Congreso Internacional La Gramática: modelos, enseñanza, historia. Homenaje a Ofelia
Kovacci, Instituto de Lingüística, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1999.
Alonso, Amado, El problema de la lengua en América. Madrid, Espasa Calpe, 1935.
Arnoux, Elvira, “Disciplinar la lengua. La Gramática Castellana de Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña”,
en E. Arnoux y Á. Di Tullio (edit.), Homenaje a Ofelia Kovacci, Buenos Aires, Eudeba, 2001.
Arnoux, Elvira, “El discurso normativo en los textos gramaticales de Andrés Bello”, en E. Arnoux y R. Bein
(comps.) Prácticas y Representaciones del Lenguaje. Buenos Aires, Eudeba, 1999.
Bein, Roberto, “Los idiomas del mercosur”, en Revista Todavía, nº 1, 2002. www.revistatodavia.com.ar
Bein, Roberto, “La legislación político-lingüística en la Argentina”, en G. Kremnitz y J. Born  Lenguas,
literaturas y sociedad en la Argentina. Viena, Praesens, 2004.

549
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Paideias

Blanco, María Imelda, “Tras las huellas del pensamiento ilustrado: La Gramática Argentina de Rufino y Pedro
Sánchez”, en E. Arnoux y C. Luis (comps.) El pensamiento ilustrado y el lenguaje. Buenos Aires, Eudeba, 2003.
Blanco, Mercedes Isabel, “Actitudes lingüísticas en la primera mitad del siglo XIX en la Argentina”, en Cuadernos
del Sur, 18, dic., 1985.
Bourdieu, Pierre y Jean-Claude Passeron, La reproducción. México, Fontamara, 1996.
Carricaburo, Norma, “Los clasificadores léxicos y la clase alta argentina”, en Letras, nº 29-30, 1994.
Castro, Américo, La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico. Buenos Aires, Losada, 1941.
Di Tullio, Ángela, Políticas Lingüísticas e Inmigración: el caso argentino. Tesis doctoral inédita, 1999.
Douglas, Mary, Pureza y peligro. Madrid. Siglo XXI, 1966.
Floria, Carlos, Pasiones nacionalistas. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998.
Fontanella de Weinberg, María Beatriz, El español bonaerense: cuatro siglos de evolución lingüística (1580-1980).
Buenos Aires, Hachette, 1987.
González Stephan, Beatriz, “Disciplinas escriturarias de la patria: constituciones, gramáticas y manuales”,
en Revista de Investigaciones Literarias, Año 3, nº 5, 1995.
López García, María “A rey muerto, rey puesto. El rol del docente en el manual escolar”, en  Revista
Iberoamericana de Educación, 54 (setiembre-diciembre). OEI, 2010. http://www.rieoei.org/rie54a10.pdf
López García, María “Implicancias glotopolíticas del estilo dialógico en los manuales escolares”, en Páginas de
Guarda. Revista de Lenguaje, Edición y Cultura Escrita, nº 11, 2011.
Moscovici, Serge,“Des représentations collectives aux représentations sociales: éléments pour une histoire”,
en Pratiques sociales et Représentations, París, Presses Universitaires de France, 1994.
Paffey, Darren, “Policing the Spanish language debate: verbal hygiene and the Spanish language academy
(Real Academia Española)”. Language Policy, 6, (3-4), 2007.
Sztrum, Marcelo, “Esta debe ser, es, deseo que sea otra lengua: evolución de la idea del idioma nacional argentino”,
en Augustin Redondo (dir.) Les représentations de l’autre dans l’espace ibérique et ibéro-américain (II). Actes du
colloque organisé à la Sorbonne par le grimesrep, mars 1992. Paris, Presses de la Sorbonne Nouvelle, 1993.
Taboada, María Stella, “Representaciones sociales en torno a la lectoescritura en Tucumán e
identidad sociolingüística”. Centro Interdisciplinario de Política y Planificación Lingüísticas,
2008. http://www.filo.unt.edu.ar/jorn_unesco/cd/PO%2079%20TABOADA.pdf
Woolard, Kathryn, “La autoridad lingüística del español y las ideologías de la autenticidad y el anonimato”,
en J. Del Valle (ed.) La lengua ¿patria común? Madrid/Frankfurt,Iberoamericana/Vervuert, 2007.
Zorrilla, Alicia, Normativa lingüística española y corrección de textos. Buenos Aires, Fundación Instituto Superior
de Estudios Lingüísticos y Literarios Litterae, 2004.

Fuentes

Academia Argentina de Letras,  Boletín de la Academia Argentina de Letras  [2ª ed.1943] Tomo II, 5/6,
enero-junio, 1934.
Academia Argentina de Letras “Decálogo del  Diccionario panhispánico de dudas”.  http://www.aal.edu.ar/
?q=node/195 consulta online octubre 2012.
Academia Argentina de Letras. Decreto de creación (13 de agosto de 1931)  http://www.letras.edu.ar/
institucional_decreto.html consulta online octubre 2012.
Asociación de Academias de la Lengua Española y Real Academia Española,  La nueva política lingüística
panhispánica. III cile, Rosario, República Argentina, 2004.
Consejo Nacional de Educación, Ley 1420 de Educación Común. 8 de julio, 1884. http://www.bnm.me.gov.ar/
giga1/normas/5421.pdf
Consejo Nacional del Educación, Textos de Lectura para la Escuela Primaria (condiciones que debe reunir).
Informe de la Comisión Especial. Concurso para 1907-1908-1909). Buenos Aires, 1907.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, 2do. y 3er. Ciclos Nivel
Primario, 2005.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Ley de Educación Nacional nº 26.206, 2007. http://www.me.gov.ar/
doc_pdf/ley_de_educ_nac.pdf (consulta 27/04/2007).
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, “Conclusiones aprobadas en la Asamblea de profesores de
castellano, historia y geografía argentinas e instrucción cívica”. Colegio Mariano Moreno, 1934.
Presidencia de la Nación, Secretaría Técnica. Plan de Gobierno 1947-1951, Tomo I, Buenos Aires, 1946.
Quesada, Ernesto, “El problema de la lengua en la América española”, en Revista Nacional, Tomos XXVIII y
XXIX, 1899.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Diccionario panhispánico de dudas.
Bogotá, Santillana, 2005.

550
Filípicas
Alberto Filippi es un inte-
lectual italiano, discípulo
de Norberto Bobbio y
atesorador de la obra de
Antonio Gramsci –la que suele exponer con entusiasmo singular,
haciendo énfasis en las bases lingüísticas que son el tejido interno
de la obra gramsciana–. El drama idiomático del gran teórico y
encarcelado italiano, hablante de una variante del dialecto sardo
es, en su encuentro con los idiomas preponderantes en Europa y su
lúcido interés por el estudio de la formación histórica de la lengua
italiana, un foco principal en las preocupaciones de Filippi.
En el estudio que publicamos en esta sección podemos leer un tema cuya
afinidad con las cavilaciones del autor de los Quaderni del carcere
es notoria. Se trata de las múltiples formas en que el pensamiento
español del siglo XX tomó a su cargo la interpretación de las circuns-
tancias argentinas, mostrando de manera explícita que “pensar la
Argentina” por parte de intelectuales españoles como Ortega y Gasset
y Unamuno, no era otra cosa que preguntarse también sobre las
supremas derivas del idioma castellano.
Las opiniones de historiadores, filósofos, políticos, lingüistas,
cineastas y tantos otros se suman, divergen y se entremezclan
durante el recorrido de la relación entre estos países, poniendo de
relieve la multiplicidad de visiones a que dieron lugar determi-
nados acontecimientos y circunstancias de trascendencia histórica.
No obstante, la destacable importancia que, más allá de diferencias
y posiciones encontradas, se construyeron entre España y Argentina,
permitieron la emergencia de lazos de solidaridad perdurables. Si
España, su pasado y su presente, está indisolublemente unida a
Latinoamérica, la España que es hoy también plenamente europea
se reconoce como tal en las identidades compartidas por europeos
y latinoamericanos. Sin duda, Argentina es un claro exponente de
esa realidad compleja, pero también fructífera.
El escenario de debates y polémicas inaugurado por los festejos
del Bicentenario supone renovadas apuestas tendientes a volver a
reflexionar sobre ciertas trayectorias historiográficas clásicas que ponen
en su centro la candente indagación acerca de los “revisionismos” en
torno a la historia argentina. En este contexto, es esperable que el
pensamiento crítico vuelva sus ojos y su atención cuidadosa hacia
la realidad material que los textos y documentos, considerados en
su conjunto, ofrecen al infatigable investigador. Es a partir de ese
contacto con ellos que se puede realizar una adecuada contextualiza-
ción histórica y su consecuente paráfrasis interpretativa.
Textos y documentos, en fin, son la base y la consecuencia, la causa y el
efecto de toda filosofía de la historia o ideología política que se quiera,
o se deba, estudiar desde una perspectiva de crítica historiográfica.
En este comienzo de siglo, marcado por perseverancia en la recu-
peración de las identidades, propias y compartidas, que componen
la Unión de Naciones Sudamericanas, la lectura de los textos y
documentos aludidos en la presente sección constituyen un ejercicio
crucial e imprescindible en la imaginación de las posibilidades
futuras del vínculo que, necesariamente, tendrá que renovar los
tópicos que obraron como fundamento de sus derroteros.
554

Argentina y Europa.
Visiones españolas: ensayos y
documentos (1910-2010)
Por Alberto Filippi

Sería muy dificultoso trazar las coordenadas de una


historiografía nacional, si tal cosa fuera posible, desco-
nociendo los lazos que vinculan el devenir argentino
con respecto a España. No sólo por el más resonante
de los acontecimientos, la colonización de América y
las guerras independentistas, sino también porque el
hecho de compartir una lengua vuelve esta relación
problemática desde sus albores. Las polémicas lingüís-
ticas, varias veces reseñadas, acerca del tutelaje idio-
mático o los usos heterodoxos de la lengua, fueron
una constante presente en todas las estaciones de esta
conflictiva relación. Incluso, habría que considerar que
estas polémicas, que varias veces se dieron por saldadas,
han vuelto a cobrar impulso a partir de la creciente
importancia del idioma como factor clave en la valori-
zación económica contemporánea. Las políticas hacia
el habla castellana, englobadas bajo la difusa, y a veces
abstracta, identidad iberoamericana, que trae consigo
una política de financiamentos y vinculaciones institu-
cionales, es el correlato de lo que ha ocurrido con otro
conjunto de recursos, como ser el petróleo o las teleco-
municaciones, de que no han permanecido a salvo de
incidentes de distinta intensidad.
Por todo esto, es inseparable la historia del país de
lo acontecido en esta ligazón. Y en cada época que
tomemos como referencia –lo demuestran los episo-
dios narrados por Alberto Filipi– encontraremos una
nueva posibilidad examinar a fondo los hilos profundos
que mantienen viva la querella pero también la mutua
identificación entre ambos lados del océano.
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

De la “pérdida del imperio” al diálogo La participación española en el primer


con los hispanoamericanos durante el Centenario de Argentina –después de
primer Centenario tales acontecimientos– debe entenderse
y colocarse en este esfuerzo por volver a
España y Argentina ingresan en el América con una mentalidad nueva al
siglo XX desde posiciones relativamente querer superar las ideologías de la época
marginales respecto de las grandes poten- del imperio y conscientes como estaba el
cias del imperialismo colonial europeo rey y la clase dirigente de que las poten-
y frente a las profundas mutaciones cias europeas tenían absoluta preponde-
generadas por los procesos de industria- rancia y dominio en las colonias asiáticas y
lización que se habían extendido a la africanas. En una delicadísima coyuntura
América anglosajona, vanguardia capita- –escriben llamando la atención los orga-
lista del continente, que estaba iniciando nizadores de los “Pabellones de España”
el ejercicio de su hegemonía. para el Centenario en Buenos Aires– en
En las tres décadas finales del siglo anterior, la cual “la atención pública de España ha
los Estados Unidos habían multiplicado estado absorbida con las preocupaciones
sus índices de producción de hierro, carbón de los sucesos políticos y militares en ella
y acero, ya mayor que la de Inglaterra y ocurridos durante el año último [1909]”
Francia juntas; tenía fuentes energéticas es, para nosotros, indispensable participar
en su propio territorio y dos veces más activamente “a dichos Certámenes” al lado
kilómetros construidos de ferrocarril que de “Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y
toda Europa en su conjunto. Con la toma de Norteamérica”.
las viejas posesiones españolas en el Caribe Tanto más necesario es asistir en cuanto
bajo la presidencia de William McKinley –observan con perspicacia y preocupación
se iniciaba la era de las cañoneras con la los promotores españoles– “España no
intervención de la infantería de marina en disfruta” de manera conveniente y como
México, Haití, Honduras y Nicaragua. El le debería corresponder de “los grandes
presidente Theodore Roosevelt segregaba y ricos mercados de esta República (...)
a Panamá del territorio de Colombia para desde que a su tráfico internacional de
construir el canal interoceánico que se seiscientos millones de pesos oro a España
inauguró en 1914. corresponden sólo nueve, mientras que
En semejante panorama desolador, para Inglaterra lo hace por noventa y ocho,
la política americana de España, se añade, Alemania por cuarenta y seis, Francia
en vísperas del Centenario, el hecho de por veintiséis e Italia por veinticuatro, no
que venía de sufrir una nueva humillación obstante que de las tres primeras naciones
militar en la “campaña de Melilla” en el no cuenta aquí con un millón de sus hijos,
Protectorado colonial que tenía al norte de como los cuenta España, que conservan
Marruecos, adonde los guerrilleros bérberos acrecentando su amor á la Patria, y
atacaron la Compañía Española de Minas. un país imperecederamente vinculado
Los primeros choques militares terminaron por su común origen, su idioma y sus
con el “desastre del Barranco del Lobo” costumbres” (énfasis en el original)[La
del 27 de julio de 1909, con miles y miles correspondencia entre los representantes
de bajas españolas, que evidenció todas las de la Cámara de Comercio, Industria y
carencias logísticas y técnicas de las acciones Navegación de Buenos Aires y de Madrid
dirigidas por el general José Marina, coman- para organizar las actividades previstas
dante de la plaza. En los mismos días estalló para el Centenario y de los Pabellones de
en Barcelona la huelga general reprimida con España en Buenos Aires. (Comunicaciones
enorme violencia. Ambos episodios marcaron del 2/XII/1909; 29/XII/1909; 17/I/1910;
la caída del gobierno de Antonio Maura. 24/I/1910; 31/I/1910 y 15/III/1910)].

555
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

Publicamos, por vez primera, los docu- Por el informe reservado que el ministro
mentos que atestiguan la especial atención plenipotenciario de la Legación de
que el rey don Alfonso XIII le dedicó a España en Buenos Aires, Pedro Careaga
la participación española a los “Festejos de la Quintana a Manuel García Prieto,
y Certámenes” que fue acompañada por podemos conocer los logros obtenidos por
una intensa campaña de promoción del España respecto de los objetivos que se
Centenario en todos los ambientes de las habían fijado tanto los políticos como los
élites culturales y políticas de la época, si industriales y comerciantes peninsulares
bien haya que esperar hasta el año 1917 para [Pedro Careaga de la Quintana, Conde
la elevación de la representación española de Cadagua Ministro Plenipotenciario de
en Buenos Aires a la categoría de embajada la Legación de España en Buenos Aires.
que, por cierto, será también la primera de Copia del Informe reservado al Ministro
toda la América hispana [Don Alfonso XIII de Estado en Madrid, Buenos Aires 3 de
al Presidente de la República Argentina. junio de 1910].
Carta nombrando a la Señora Infanta Doña A través de Careaga, también sabemos de
Isabel Francisca “para que marche a Buenos los temores que muchos tenían en Buenos
Aires en representación del rey en la cere- Aires por “los propósitos y planes que
monia del primer centenario”, 12 de abril nada bueno prometían” urdidos por “los
de 1910], [Don Alfonso XIII. Carta al elementos anárquicos” así como por “los
Presidente de la República Argentina que núcleos más avanzados del proletariado
entregará Infanta Doña Isabel Francisca, bonaerense”. De cuyas actividades de
12 de abril de 1910]; [Don Alfonso XIII. protesta y “subversivas” de unos y otros
Carta credencial de Don Juan Pérez tenemos noticia además por el testimonio
Caballero y Ferrer Senador del Reino para directo de Ramón Valle-Inclán y las pinto-
asistir a las fiestas que se celebran en la Repú- rescas crónicas aparecidas en la revista
blica Argentina con motivo del Centenario Ideas y figuras de Alberto Ghiraldo que
de su independencia, 12 de abril de 1910]; nos permite observar en la cotidianeidad
Don Alfonso XIII. Minuta de la carta de los eventos cómo se vivieron en Buenos
al Presidente de la República Argentina Aires esos días de celebraciones, polémicas
presentando a Don Juan Pérez Caballero y y represión policial [Ideas y figuras. Revista
Ferrer acreditado para asistir a las fiestas que semanal de crítica y arte.
se celebran en la República Argentina con Crónica y comentarios de los anarquistas
motivo del Centenario de su independencia, en la selección de textos aparecidos en
como Embajador Extraordinario y la revista dirigida por Alberto Ghiraldo,
Plenipotenciario, 12 de abril de 1910]. Año II, Buenos Aires, 1 de octubre 1910].
Desde el 9 de febrero de 1909 el presidente El año anterior, caracterizado por conflictos
del Consejo de Ministros José Canalejas sociales muy agudos, cuando una manifes-
Méndez, jurista e intelectual de prestigio tación de trabajadores de Buenos Aires en
que logra unificar –al lado de su ministro ocasión de la fecha del Primero de Mayo
de Estado, Manuel García Prieto– las terminó en una masacre a causa de la
corrientes del reformismo de la época de represión dirigida por el coronel Ramón
los partidos “demócrata”, “progresista” Falcón, se desataron en la ciudad una serie
y “liberal” en el que resultó ser el último de protestas y de choques violentos con la
intento “regeneracionista” en el ámbito policía que se denominaron la “Semana
del sistema político de la Restauración, en Roja”, cuyo recuerdo muy cercano se
cuyo seno, por otra parte, ese mismo año proyectó hasta los días de mayo del año
Pablo Iglesias logra ser el primer diputado siguiente. A las celebraciones, que se reali-
socialista electo por Madrid a las Cortes en zaron bajo estado de sitio, no participaron
representación del Partido Socialista Obrero las fuerzas políticas de oposición, la Unión
Español que había fundado en 1879. Cívica Radical, el Partido Socialista y el

556
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

futuro Partido Demócrata Progresista que sobre Agricultura, Comercio e Industria de


años después presidió Lisandro de la Torre. la Argentina de comienzo de siglo. Viaje a
Precisamente, a comienzos del siglo, además la Argentina. Obras Públicas. Agricultura.
de la influencia inglesa y francesa, se abre Industria. Comercio. Conclusiones. La inmi-
camino la española (y más tarde la italiana), gración á América. Importancia para España
integrada por pensadores, políticos y escri- del turismo argentino. Procedimientos:
tores que participaban como protagonistas España, entre Argentina y Europa].
en la renovación de las revistas, en los El efecto negativo combinado de la aplica-
partidos y movimientos como el radica- ción mecánica de la teoría ortodoxa de las
lismo, el socialismo y el anarquismo.1 ventajas comparativas en el comercio inter-
La descripción de la ciudad centenaria nacional y el predominio en los mercados
hecha por el escritor Eugenio Sellés y mundiales del imperialismo del librecambio,
Ángel es uno de los primeros antecedentes volvía imposible realizar lo que algunos
literarios del parangón, que se volverá un dirigentes como Carlos Pellegrini auspi-
tópico repetido hasta nuestros días, entre ciaban para industrializar a la Argentina
la París de finales del siglo XIX que había y que dejara de ser “la inmensa granja de
sido reformada por el barón Hussmann y Europa”. Industrialización negada hasta
la Buenos Aires de entonces que aparecía el punto de que el ministro de Economía
como “una París en construcción” (del nuevo presidente Roque Sáenz Peña)
[Eugenio Selles y Ángel, “Cartas de viaje”. José María Rosa, en su discurso sobre el
La Ilustración Española y Americana, XXV, presupuesto nacional –del 4 de noviembre
Madrid 8 de julio de 1910]. Como de 1910–, habla enfáticamente, haciendo
sabemos, otro español, Enrique Vera y recurso a una falacia nominal que oculta
González, escribió una de las mayores el enorme problema, “de nuestras dos
utopías literarias sobre Argentina proyec- grandes industrias”, cuando en realidad
tada, curiosamente, hasta el año 2010, que se refería a una economía evidentemente
se publicó en 1904 con el título: A través pre-industrial: fundada en la “ganadería y
del porvenir. La Estrella del Sur (editada la agricultura”.2
por LaSin Bombo, que era a la vez fábrica El decidido impulso al diálogo con el fin
de cigarros e imprenta). de establecer nuevas relaciones culturales y
Datos muy relevantes para conocer la científicas tuvo uno de sus momentos más
compleja realidad de la época –no sólo significativos para el futuro en la fundación
de Buenos Aires, sino del conjunto de las de la Biblioteca América en la Universidad
provincias– son los que fueron relevados de Santiago de Compostela, aconteci-
por la Misión española a Argentina guiada miento que destaca y analiza Pilar Caciago
por el ingeniero jefe de Caminos, Canales y Vila, en su ensayo para este volumen.
Puentes, Eugenio Ribera, sobre Agricultura, Las expectativas crecientes generadas por el
Comercio e Industria a comienzos del siglo Centenario y la positiva reinserción de la
pasado, cuando ya puede observarse la América hispana y de la Argentina en los
tendencia a concederle una preferencia, casi intereses prioritarios de España, se mani-
monopólica, a la producción agropecuaria fiesta de manera original y constructiva en el
en detrimento de la vocación y capacidad diálogo con los argentinos de algunos de los
de los muy pocos empresarios, huérfanos de mayores protagonistas de la cultura liberal
protección del Estado al desarrollo industria y democrática de la época como es el caso
[J. Eugenio Ribera. Texto del Informe de la de Miguel de Unamuno y de los primeros
Misión argentina aparecido en los números viajes a la Argentina de Rafael Altamira en
1821,1822 y 1823 de la Revistade Obras 1909 y de José Ortega y Gasset en 1916,
Públicas (Fundada y sostenida por el cuerpo sobre los cuales se volverá más adelante.
nacional de ingenieros de caminos, canales Las consideraciones de Unamuno sobre la
y puertos), Madrid 18 de agosto de 1910, “argentinidad” en el diálogo con Ricardo Rojas.

557
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

El caso de Miguel de Unamuno y la Reflexiones en diálogo con Ricardo


Argentina es de enorme interés tanto Rojas sobre el sentido y los alcances de la
–como veremos– respecto de la idea impe- “Argentinidad”, (1912)].
rial francesa de latinité que rechaza, como Rojas, en esta perspectiva de identificación
de la naciente preponderancia, también de lo que caracteriza a la Argentina respecto
imperialista, de los Estados Unidos sobre a otras identidades étnicas, mentales o
el continente hispanoamericano después culturales, trata de responder –explica
de la “pérdida del Imperio”. Es por ello Unamuno– a la pregunta que ya había
que el diálogo con los argentinos y los formulado Domingo Sarmiento: “¿Somos
hispanoamericanos fue para él tan impor- Nación? ¿Nación sin amalgama de mate-
tante, porque le permitía medir, poner en riales acumulados, sin ajustes, ni cimiento?
foco, su visión de España desde afuera, ¿Argentinos? ¿Hasta dónde y desde cuándo,
tanto desde América como desde la rela- bueno es darse cuenta de ello?”.
ción conflictiva con Europa. “¿Somos Nación?”, he allí el problema
Unamuno considera a Francia, “la peor que delimita los “espacios” y el tiempo,
maestra”, prefiriendo el proceso unificador en qué “lugares” y “desde cuándo”, somos
de Alemania, que había buscado bajo la Nación argentina, es decir, desde cuándo
enseñanza de Johan Gottfried Herder, su y dónde existe un Estado que la contenga
peculiar Volksgeist, así como España debía y la represente.
comprender históricamente su propia ¿Cuál era, en 1810, el “territorio” de la
“hispanidad”. Lo que ante todo necesi- Argentina? La Junta de Mayo aspiró a
taba España, escribe Unamuno a partir ejercer un poder sobre el espacio inmenso
de 1904, era la recuperación de sí misma del Virreinato del Río de la Plata, con más
(y de la América con el “genio” de todas de cinco millones de kilómetros cuadrados
sus “naciones”), la búsqueda programática de extensión. Sin embargo, semejante
de “la mística de mi pueblo”.3 ambición de poder no tenía un pasado
El 11 de marzo de 1910 Unamuno publica remoto y consolidado en el cual fundarse.
un artículo en el diario La Nación dedicado La gestación del proyecto político de los
a reflexionar “Sobre la Argentinidad” que Borbones de reordenamiento territorial de
introduce al recordar: “En mi correspon- sus dominios de ultramar (que sería, una de
dencia anterior, primera de las que dedico las concausas de la crisis del vínculo colo-
al libro de Ricardo Rojas La restauración nial) mediante la creación del Virreinato en
nacionalista, libro henchido de suges- 1776 tampoco perseguía para esa época el
tiones, usé de dos palabras que ignoro si nacimiento de un Estado-nación, la cons-
han sido o no usadas ya, pero que cier- trucción de una base institucional o de
tamente no corren mucho. Son las pala- “amalgama de materiales acumulados” de
bras americanidad y argentinidad. Ya la nación argentina. Lo perseguido, empero,
otras veces he usado la de españolidad y no era poco: la organización de una unidad
la de hispanidad. Y los italianos emplean administrativa que tuviese una cierta concu-
bastante la voz “italianita”. rrencia desde el punto de vista de la explo-
“Al hablar, pues, de americanidad o de tación colonial, cuyo objetivo medular era
argentinidad, quiero hablar de aquellas la confluencia de todos los territorios que
cualidades espirituales, de aquella fiso- los integraban en la salida medular hacia
nomía moral, mental, ética, estética reli- Europa a través de la desembocadura del
giosa, que hace al americano, al argentino. Río de la Plata. Esquema, a su vez, que tenía
Y si no me engaña a eso tiende la labor de en cuenta el eje fluvial hacia el interior de
Rojas: a sacar a flor de conciencia colectiva esos dominios (cuenca del Río de la Plata)
la argentinidad, para que se robustezca y conformado por el Paraná y el Uruguay, los
defina y acreciente al aire de la vida civil dos grandes afluentes del Plata que funcio-
y de la historia” [Miguel de Unamuno. naba como elemento unificador.

558
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

Si nos referimos a una definición territorial


de la “Nación”, la Argentina actual, al igual
que la del Centenario, no procedía de las
delimitaciones de 1810. Tampoco lo era
–tal como lo subraya Fernando Devoto– la
territorialidad establecida por el Pacto de
San José de Flores (1859), de la reforma
constitucional de 1860 o de la asunción
del presidente Mitre, dos años después,
que son hitos de un proceso más largo, que
tampoco culmina con la “federalización”
de la ciudad de Buenos Aires en 1880, sino
en 1884, con la promulgación de la Ley de
Territorios Nacionales que organiza jurídi-
camente “los espacios” de la totalidad de la
actual Nación Argentina.4
A finales del siglo XVIII tampoco existía
el “mito del desierto”, el lugar de la “nega-
ción” de la sociabilidad, como pensaba
Sarmiento, tan utilizado después por las
oligarquías republicanas del siglo XIX. La
imagen fantasmal del desierto lo configura
como una “fuerza acechante de influjo, que
supone un ‘problema’ y un desafío para el
proyecto ‘civilizador’. 5 Recuérdese que la
geografía imaginaria del desierto fue cons-
truida –entre otros– por viajeros europeos
que retrataron a “las pampas” en los años inferiores o marginales respecto a los rasgos Ricardo Rojas
en que se gestaba la ideología criolla de comunes y a las identidades compartidas
la “nacionalización” como lo evidencian que aúnan a los unos y los otros a los dos
muchos textos literarios de la época.6 lados del Atlántico.
Cumplido un siglo de aquella experiencia Confiesa Unamuno a los lectores argen-
de “transformar en Nación” esos enormes tinos: “Os diré que la argentinidad me
espacios identificándolos con el Estado interesa porque mi batalla es que cada
delimitado dentro de los confines “nacio- cual, hombre o pueblo, sea él y no otro,
nales”, se trata ahora a comienzo del siglo y me interesa además como español recal-
xx, razona Unamuno, de entender las citrante y preocupado de mantener aquí
nuevas dimensiones que son comunes a [en España respecto al resto de Europa] la
nuestros pueblos y a nuestras culturas una españolidad”.
vez superado el trauma de la lucha anti- Sin embargo, debe subrayarse que la gran
colonial y de la inevitablemente violenta novedad que surge estimulada por el diálogo
separación de la España imperial. El filó- con Unamuno en la identificación de las
sofo vasco razonando desde la perspectiva bases históricas de las identidades de los
del “género próximo” de la “españolidad” unos y los otros, es que Rojas haya añadido
quiere entender y respetar todas las “dife- a su visión “restauradora” del “naciona-
rencias específicas” de la “argentinidad”, lismo argentino” la esencial componente
en la cual también reconoce –a la par que indígena, propia de las comunidades y
Sarmiento y Rojas– que los elementos culturas de los habitantes originarios.
constitutivos de las diferencias, en lo En el precursor ensayo El país de la selva,
concerniente a la “fisonomía moral”, son publicado en París (en 1907 por Granier),

559
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

Rojas recupera el pasado de las culturas lengua hablada y escrita en Suramérica,


populares y el sincretismo mestizo de como lo destaca en su esclarecedor ensayo
lo criollo.7 Razonamiento de ruptura para este volumen Armando Minguzzi, que
abierta contra el etnocentrismo blanco me ha sugerido, justamente, llamar la aten-
de las ideologías criollas de la época, que ción sobre un artículo de lingüística compa-
conduce a Rojas a realizar en sus libros rativa de Unamuno “Contra el Purismo”,
fundamentales referencias explícitas a que publicamos [Miguel de Unamuno,
los procesos históricos de construcción “Contra el Purismo”, Fragmentos de la carta
multiétnica y multicultural de las iden- publicada en la revista El Sol, Buenos Aires,
tidades americanas, en la que confluyen 24 de octubre de 1899].
los pueblos originarios y los europeos, así En la configuración histórica de las iden-
como los pobladores africanos. tidades culturales hispanoamericana y
Se trata de Eurindia: ensayo de la estética argentina la superación de las teorías del
fundado en laexperiencia de las culturas “purismo” lingüístico, “instrumento de
americanas (Librería “La Facultad de Juan todo género de estancamiento espiritual,
Roldán”, Buenos Aires, 1924) obra silen- y lo que es aún peor, de reacción entera
ciada por las élites académicas y políticas y verdadera”, resultó ser determinante. Le
empeñadas en edificar el “mito de la raza escribía como lingüista español Unamuno
blanca argentina”. La dicotomía etnocén- a los argentinos en vísperas del Centenario:
trica que opone “civilización” a “barbarie”, “Tenemos el deber de luchar por nuestra
viene superada en Rojas para la “integra- emancipación, porque el ambiente social
ción” de dos poderosos factores culturales sea atmósfera de nuestro último ambiente,
y estéticos que constituyen la contempo- y el deber de despertar en los incipientes
raneidad americana “exotismo/indige- esclavos la dormida conciencia de la escla-
nismo”, generadora de nuevas síntesis. vitud en que vegetan. Para esta obra es
Contra las degeneraciones del nacionalismo uno de los indispensables instrumentos la
etnocéntrico y excluyente, el de Rojas es un lengua. El verbo hace la idea. Y he aquí
ideal nacionalista democrático, multiétnico como el trabajar sobre la lengua, trabajo
y precursor de la concepción que ahora de libertad, puede ser obra de emanci-
denominamos de la “alianza de civiliza- pación intelectual”. El reconocimiento
ciones”; en el mismo sentido que se había clarividente de Unamuno hacia esa eman-
entendido en su diálogo con Unamuno, cipación, necesaria y generadora, era
incansable animador de ideas –el mayor inequívoco: “Hacen muy bien los hispa-
conocedor español y más talentoso de “las noamericanos que reivindican los fueros
cosas de toda América” de su tiempo– con de sus hablas y sostienen sus neologismos,
los colegas y correspondientes del conti- y hacen bien los que en la Argentina
nente.8 En este sentido se puede afirmar que hablan de lengua nacional. Mientras no
una obra tan singular como estimulante del internacionalicemos el viejo castellano,
Rojas de esos años es también el fruto de haciéndolo español, no podremos vitupe-
su diálogo con Unamuno. Se trata de: La rarles los hispano-españoles y menos aún
argentinidad. Ensayo histórico sobre nuestra podrán hacerlo los hispano-castellanos”.
conciencia nacional en la gestade la eman- Unamuno había entendido la fuerza
cipación (1810-1816), publicada en 1916 creadora de los “fueros de sus hablas” y
(con una segunda edición de 1922), en la carga transformadora de la fonémica
ambos casos a cargo de la Librería La y la polisemia de sus lenguas habladas,
Facultad de Juan Roldán. indisciplinadas y revolucionarias en el
Debe observarse, además, que en todo tránsito continuo desde el “habla” a la
ello, es decir en las miradas españolas sobre “escritura”: según el mandato, y el don, de
la Argentina, jugó un rol primordial la poder escribir como se habla. Nos encon-
reflexión sobre las transformaciones de la tramos frente a una genial intuición acerca

560
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

del futuro –que de tal manera Unamuno de todos los pueblos y “razas” del mundo.
invoca y auspicia–, de las formidables En efecto, explicaba Unamuno en el
variantes lingüísticas del español en artículo “Sobre la Argentinidad”: “Tiene
las Américas: la lengua de los Vallejo y razón Rojas cuando acusa a los europeos de
Neruda, Borges, Cortázar, José Lezama poca curiosidad cosmopolita, y cuando, no
Lima o Juan Gelman. “El futuro lenguaje sin cierto dejo de molestia, se queja de que
español no puede ni debe –sostenía sin por acá, por Europa, haya gentes que pasan
vacilación– ser tan sólo una expresión del por cultas, que apenas si saben dónde cae
castizo castellano, sino una integración Buenos Aires. Esto es muy cierto, y es tanto
de hablas regionales y nacionales diferen- más cierto, cuanto el país europeo sea más
ciadas sobre la base del castellano, respe- adelantado. Puede asegurarse que en ciertos
tando la índole de éste, o sin respetarla, si respectos el máximo de ignorancia alcanzan
viene el caso”. las clases medias, la burguesía de la cultura
A su vez, Rojas en evidente sintonía con en París, Londres y Berlín. La insipiencia
Unamuno comentaba así la visión de su del parisiense de buena cepa, respecto a lo
nacionalismo histórico y cultural, que se que pasa más allá de Batignolles, es prover-
fundamenta en la intersección entre lengua bial. Lo reconocen ellos mismos y se jactan
lingüística y literatura, en el prólogo a de semejante cosa. Creo ser una excepción
Eurindia: “parto del idioma como índice de esta incuriosidad europea. No sólo me
de nuestra conciencia social, y de ésta me han interesado y me interesan las cosas de
elevo a las varias formas del arte, consi- América, sino que soy una de las excep-
deradas como otros tantos símbolos de la ciones a la profunda ignorancia que aquí
cultura. Así este libro contiene un ensayo reina respecto a la historia, literatura y arte
de estética fundado en la experiencia histó- de Portugal”.
rica de los pueblos americanos”.9 Este declarado afecto por Portugal y las
Secular construcción, social y cultural de múltiples etnias y “linajes” que poblaron
las identidades lingüísticas de los “pueblos la Península, lo llevará (a partir del año
americanos” cuyos análisis Minguzzi ha 1927 en un artículo en el nº 6 de la revista
rastreado en varios autores, de los cuales Síntesis que se publicaba en Buenos Aires)
publicamos algunos fragmentos selectos, a preferir el uso de la palabra “hispanidad”
Ciro Bayo y Segurola [Ciro Bayo y a la que había usado hasta entonces de
Segurola. Fragmentos seleccionados del “españolidad”. “Digo Hispanidad y no
Vocabulario criollo-español sudamericano, Españolidad –comentaba Unamuno al
Librería de los Sucesores de Hernando, lector argentino– para atenerme al viejo
Madrid 1910] Teijeiro Martínez[Benigno concepto histórico-geográfico de Hispania
Teijeiro Martínez. Extractos de los Apuntes que abarcaba toda la península ibérica,
para un diccionario de americanismos e para incluir todos los linajes, a todas las
indigenismos. Selección de argentinismos razas espirituales, a las que han hecho el
que comienzan con la letra “A”], Daniel alma terrena –terrosa sería acaso mejor– y
Granada [Daniel Granada. Fragmentos a la vez celeste de Hispania.”
seleccionados del Vocabulario rioplatense Obsérvese que entre los rasgos que distin-
razonado (1890) y Enrique Molina Nadal guen ahora (1927) la hispanidad –como
[Enrique Molina Nadal. Fragmentos selec- síntesis de la “argentinidad” o de la “espa-
cionados del Vocabulario argentino español ñolidad”– no están identificados con los
y español argentino, Madrid, Imprenta de Estados encerrados en sus “fronteras” sino
Antonio Marzo, 1912]. con “cualidades espirituales”, con menta-
En síntesis, y para concluir, españolidad lidades, con un ethos. Porque todos esos
y argentinidad no se excluyen sino que rasgos van más allá de las fronteras y son
deben ser integrables. Como las otras factores que trascienden y unen a los unos y
culturas americanas, europeas y africanas, a los otros pueblos, linajes, culturas o etnias.

561
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

Y más todavía: se puede considerar que, al circunstancias que transcurren en Europa


ser ilimitados en los espacios americanos, y entre los tres viajes argentinos de José
los trascienden, es decir no pueden ser Ortega y Gasset, que constituyen una pará-
asimilados a territorio específico alguno. bola existencial que va desde la euforia de
“Y esto os lo digo yo, yo –confesaba las expectativas en el año 1916 al realismo
Unamuno– que por lo que hace a mi del desengaño entre 1939 y 1942. Diver-
pluma vivo más de la América que de sidad de actitudes, en el transcurso de
España (...)”, concluyendo con una cita esos años hacia un país, la Argentina, que
del propio Rojas que resaltaba la creati- si bien “había sido España”, al comienzo
vidad del diálogo que los animaba: “Cree el de la experiencia americana del joven filó-
señor Unamuno que cuando los argentinos sofo se presentaba como el lugar en el cual
veamos nuestra propia historia en argen- los ideales liberales se hubieran podido
tino concluiremos por verla en español, y realizar, superando en perspectiva una
yo creo que cuando los españoles la vean España en la cual todavía no se habían
con esa clarividencia terminarán por verla podido instalar.
en argentino, coincidiendo unos y otros en Ortega, en la espera de su primer viaje al
sus apreciaciones”. Río de la Plata enlaza, incluso sentimen-
De la ilusión al derrumbe de las expec- talmente, el pasado español y el futuro
tativas liberales en los tres viajes de José americano; meditando desde una desola-
Ortega y Gasset a la Argentina dora situación dominada por el impacto
Dos guerras mundiales, la Guerra Civil de la Primera Guerra Mundial que eviden-
Miguel de Unamuno y el franquismo marcan los tiempos y las ciaba la agonía del liberalismo europeo.
El contraste entre el viejo mundo y las
“esperanzas desesperadas” hacia el nuevo,
no podía ser más claro y promisorio:
Ortega lo había intuido e invocado aun
antes de partir. Escribe, en vísperas de
tomar el barco hacia Sudamérica en el
preámbulo al artículo “Azorín: primores
de lo vulgar”: “(...) Está decidido mi viaje
a la Argentina, y quiero despedirme de esta
España nuestra –tan agria, tan paralítica,
tan inerte– hundiéndome de nuevo en El
Escorial. Es un día de junio... (...). Unos
oscuros aviones, borrachos de luz, pasan
como saetillas gritadoras en tanto pienso:
¿Qué será la Argentina? ¡El Río de la Plata,
el Paraná, el Chaco, Tucumán, la Pampa,
Buenos Aires! Rumor de nombres frater-
nales. Sobre todo la Pampa... ¿Qué será la
Pampa? Poco más o menos ya sé lo que es
geográficamente; pero ¿qué será la Pampa
sentimentalmente? A los treinta años el
corazón de un hombre melancólico se
desinteresa por la geografía, y si es sincero
consigo mismo, advierte que, ante todo,
le preocupan las cosas como entidades
sentimentales. ¡La Pampa, Buenos Aires!
–exclama ansioso Ortega–. Del fondo del
ánimo toman su vuelo bandadas de espe-

562
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

ranzas confusas, que van rectas a clavarse cual. No se trata del futurismo genérico de
en un horizonte infinito, como esos aviones un ideal común, de una utopía colectiva,
oscuros parecen clavetearse en lo azul. La sino que cada cual vive desde sus ilusiones
vida de un español que ha pulido sus sensa- como si ellas fuesen ya la realidad”. Y agrega
ciones es tan áspera, sórdida, miserable, que Ortega, recordando precisamente el primer
casi en él viven sólo esperanzas, esperanzas viaje, “en rigor el alma criolla está llena de
que no tienen dónde alimentarse, espe- promesas-heridas, sufre radicalmente de un
ranzas escuálidas y vagabundas, esperanzas divino descontento –ya lo dije en 1916–,
desesperadas. Y cuando en la periferia del siente dolor en miembros que le faltan y
alma se abre un poro de claror, a él acuden que, sin embargo no ha tenido nunca. [...]
en tropel las pobres esperanzas sedientas, Si yo pudiese asomarme al alma de cual-
y se ponen a beber afanosas en el rayo de quier viejo criollo creo que sorprendería su
luz. ¿Qué será la Pampa vista desde la cima secreta impresión de que se le ha ido la vida
sensitiva de mi corazón?”.10 toda en vano por el arco de la esperanza, es
Es “la Pampa”, vista y pensada desde el decir, de que se le ha ido sin haber pasado...
fondo de la crisis europea como espacio El criollo no asiste a su vida efectiva, sino
de la futura vitalidad –suya y de España– que se la ha pasado fuera de sí, instalado en
como lo confirmará al volver a Madrid, la otra, en la vida prometida”.11
como conclusión de su entusiasmante viaje, Muchos años después, en la conferencia de
durante el cual vislumbra la existencia de 1939 en la Institución Cultural Española,
una invocada “España mayor, de quien la visión de Ortega es decididamente más
nuestra Península solo es una provincia”. compleja y hasta podríamos decir, ator-
Visión del joven Ortega que se confirma mentada. Por un lado, insiste con formi-
en ocasión de su segundo viaje, cuando en dable coherencia en sostener y defender que
1928 cruza en tren la Pampa para ir vía “la forma de comunidad existente entre las
Mendoza a dar conferencias en Chile. naciones Centro y Sudamericanas y España
El agudo comentario de su discípulo Julián es una realidad que subsiste más allá de toda
Marías, que recorrió años después los voluntad o de todo capricho que quiera
mismos lugares pampeanos, permite esta- negarla o destruirla”. Por otro lado, sin
blecer, en el imaginario de los dos filósofos, embargo, la constatación de las “promesas
una analogía entre el paisaje y la sociedad, incumplidas”, del anunciado progreso
entre los espacios y la razón vital. liberal en las instituciones y en la economía
La estructura de la Pampa le sirve a Ortega no se ha verificado y, con ello cambia su
para imaginar la perspectiva de la vida percepción. En suma, se trata del desengaño
argentina. Todo paisaje tiene primero y respecto a las expectativas de un siglo que se
último término, y la mirada se fija ante había anunciado como promisor de grandes
todo en lo próximo; pero la Pampa vive de cambios, en la espera de la realización de un
su confín; el primer término es indiferente, liberalismo enclenque que no pudo evitar
no hay en él nada interesante; la vista es el advenimiento del nazifasismo y el fran-
despedida hasta los confines remotos donde quismo. Promesas incumplidas y dramática-
todo se envaguece. Esos boscajes de la mente frustradas también en esa Argentina
lejanía pueden ser todo. Son la omnímoda en la cual se había instaurado desde 1930
y constante promesa. El hombre vive con la dictadura iniciada con el golpe militar de
los ojos puestos en el horizonte, y desde ahí José Félix Uriburu.
se retraen hacia lo inmediato. La Pampa se Ante todo, Ortega recuerda la “trayectoria
mira comenzando por su fin, por su órgano de 25 años, ahora cumplidos, de la obra
de promesas. “Acaso lo esencial de la vida “Institución Cultural Española [que] es
argentina es eso: ser promesa”. “La forma un capítulo de las relaciones entre España
de existencia del hombre argentino es lo que y América”. Para agregar, “la precisión de
yo llamaría el futurismo concreto de cada lo que significa ese capítulo sólo podría

563
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

lograrse plenamente si se pudiera contar podría enseñarle [a los argentinos] algo


entera la historia de esas relaciones desde que más sobre su forma de vida republicana
España crea pueblos transatlánticos hasta [antes del advenimiento de las dictaduras
la fecha. Porque bien, bien no podemos y del sistema imperial], donde la libertad
entender nada histórico –y todo lo humano –recuerda Marta Campomar– no era
es histórico, y el hombre no es en sustancia por cierto patrimonio solamente del libre
más que historia– si lo situamos y lo colo- comercio de carnes y de trigo”.
camos con todo rigor en su sitio, dentro de Con rigor y paciencia, Ortega retoma
esa cadena enorme que es la historia [José con los argentinos su “docencia formativa
Ortega y Gasset, Discurso en la Institu- para encarar ciertas falencias que preva-
ción Cultural Española en presencia del lecían dentro de este pueblo joven, en el
Presidente de la Nación Roberto M. Ortiz cual las palabras ‘Libertad’, ‘Democracia’,
y del Vicepresidente Ramón Castillo en ‘Progreso’, ‘Capitalismo’ y “Liberalismo’
el Palacio Errázuriz, Buenos Aires, 16 de eran moneda corriente en la retórica de
noviembre de 1939]12 la mayoría, sin conocer a fondo los subs-
Ortega se había planteado más de una tratos históricos de las palabras. Las traían
vez el sentido del proyecto político que y llevaban jóvenes y viejos, historiadores
querían perseguir los argentinos “de ser y sociólogos, alardeando ciertas glorias
gran Nación” y el papel que habría jugado antimonárquicas laicistas, confundiendo
en la realización de ese proyecto el libe- conceptos tan complejos en medio de peli-
ralismo político, mucho más importante grosas corrientes nacionalistas que se apro-
y decisivo del económico, como había piaban del destino de la humanidad”.14
enseñado a los españoles la experiencia del Para ejercer esa “docencia formativa”,
liberalismo inglés y francés. Ortega recurre al análisis de la historia de
La observación de Ortega, su “libera- los conceptos (y las palabras) desde la expe-
lismo escéptico” y defraudado, nacía de riencia institucional y política de Roma
la constatación de que en Europa, pero y escribirá a partir de junio de 1940 sus
ahora también en Sudamérica, se habían últimos cuatro artículos para La Nación
demostrado los límites históricos tanto del titulados “Del Imperio Romano”.15
“liberalismo individualista” (que se había Mientras Ortega escribe los artículos, ya
afirmado pero también “muerto” –como había ocurrido, en septiembre de 1939
decía Ortega– con la Revolución Francesa) la invasión nazi de Polonia que desenca-
como las degeneraciones del “socialismo dena la Segunda Guerra Mundial; con lo
colectivista” y de las dictaduras estatalistas cual, inevitablemente, llegan también a
y antiliberales.13 la Argentina, que transitaba los estertores
Reflexiones profundas de Ortega que decide de la denominada “década infame”, los
con evidente prudencia no referirlas al efectos de la “tormenta del mundo”.
presente inmediato de España y Argentina, El enorme cambio político y jurídico entre
sino que recurre al análisis del pasado, de los quinientos años de la Roma republi-
la Roma antigua en la ejemplar experiencia cana, la “Roma ascendente” de la libertas
institucional de su tránsito negativo después y de la equitas y el otro medio milenio de
de los siglos de la República hacia las dicta- la Roma del Imperio y de la decadencia,
duras y al Imperio. esa mutación formidable del más grande
Respecto de Argentina, Ortega denunciaba cuerpo político hasta entonces conocido, es
“el confusionismo de una Nación que se el escenario a partir del cual Ortega hace sus
declaraba con orgullo como una república reflexiones sobre el papel que han asumido
progresista y liberal dominada como estaba en ese momento –argentino y mundial– las
bajo un gobierno de facto”. Es por ello que formas del Estado, la libertas y el imperium.
el parangón con Roma podía ser aleccio- El punto crucial de esta mutación histó-
nador: “El cóncavo espejo de la antigüedad rica, observa Ortega, acaece en torno a los

564
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

años cincuenta y restantes antes de Cristo, ciones– en muchos de sus seguidores libe-
cuando se agota la institucionalidad repu- rales más o menos herejes de la cultura del
blicana al proclamarse Julio César dictator franquismo que lo consideraba “un filósofo
perpetuus (dictador vitalicio) quien será maldito”, aunque influyó en muchos inte-
asesinado en el año 44. Cayo Octavio lectuales de la derecha oficial, los llamados
Augusto y Marco Antonio iniciaron la “falangistas liberales”, sin pretenderlo:
persecución de los republicanos entre los Dionisio Ridruejo, Pedro Entralgo Laín,
cuales estaba Marco Tulio Cicerón (pros- Antonio Tovar y Joaquín Ruiz-Giménez.
crito y asesinado junto al hermano Quinto A Ortega, liberal y republicano, naciona-
Tulio y su hijo en diciembre del año 43), lista y europeísta, al celebrarse en 1983 el
persecución que culmina con la batalla de centenario de su nacimiento, se le reco-
Filippi, en Macedonia en el año 42. noció como uno de los intelectuales más
Justamente, recuerda Ortega, es en torno influyentes –junto con Unamuno– de
al año cincuenta que “comienzan preci- la tradición liberal española que había
samente los quejidos de Cicerón por la comenzado a conjugarse institucional-
libertas que le estrangulan”. Y tampoco mente durante la transición democrática,
es casual que Cicerón haya escrito el con la tradición socialista procedente de
De Republica mientras observaba los Pablo Iglesias y Fernando de los Ríos.
hechos contundentes e irreversibles que Ambas tenían entre sus prioridades estra-
presagiaban el derrumbe de la república tégicas la europeización de España, de tal
y determinaban el futuro político de la suerte que desde la dimensión europea
Roma antirrepublicana. España podía ejercer su rol de puente
De manera análoga, el filósofo español se cultural y político con Argentina y la
pregunta. “¿Fue ese cambio radical y defini- América ibérica.
tivo en la vida pública romana mera contin- Desde la perspectiva ahora de la integración
gencia que hubiera podido evitarse, o hay comunitaria, como lo había intuido el
motivos para sospechar que a toda sociedad propio Ortega ya en este discurso del 39
‘libre’ le llega un momento de su historia, en el cual, literalmente, habla de “comu-
en que no le queda más forma de vida que nidad europea o americana”.
el mecanismo de la adaptación” –al poder “Porque es sumamente insólito que la
creciente y totalitario del Estado–. nación, que la sociedad nacional –aún
Además, Ortega precisa cómo, no sólo siendo como es, la sociedad más intensa
en los diálogos del De Republica, Cicerón que existe– viva aislada y reclusa dentro de
constata “que sucumbe la libertas”, sino sí misma; lo normal es que la nación forme
que en “otros escritos y cartas de la última parte de otra sociedad más tenue, pero
época, la palabra libertas nos sale al paso más amplia y no menos real o efectiva. Un
cuando doblamos la esquina de cualquier ejemplo de ello es la comunidad europea
párrafo, con aire de fantasma tenaz, y o americana, en la cual un conjunto de
nos suena a suspiro y nostalgia. Con ella pueblos convive ejercitando ciertas formas
Cicerón, dice elegíacamente ¡adios! a toda de vida; y otro ejemplo de esta comunidad
una forma de vida, no sólo de su vida de hecho– no sólo de deseo ni vana propa-
personal, sino de la vida de su pueblo”. ganda– que constituyen los pueblos de
En esos meses porteños, también Ortega habla, sangre y de otro determinado reper-
había observado de qué manera el pueblo torio de formas de vida”.
español y el argentino estaban sufriendo la Visión superadora del “nacionalismo” y de
agonía de la “libertad liberal”, y padecido la colocación de España respecto a Europa
con angustia y “claramente, la frivolidad e sobre la cual volverá a insistir Ortega
insustancialidad del liberalismo”.16 después de la Segunda Guerra Mundial en
La compleja visión que tuvo Ortega de la su conferencia, dictada en Berlín en 1949
Argentina se prolongó –con sus tantas varia- titulada “Meditación de Europa” en cuyos

565
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

razonamientos se evidenciaba que así Si hasta entonces la pretensión de impo-


como los siglos XVIII y XIX habían sido nerle el nombre de “latina” a la América
los siglos de la construcción y el auge de que había sido “española y portuguesa” fue
los nacionalismos, la enseñanza de lo que uno de los ejes de la política exterior fran-
iba del siglo XX ya anunciaba la inevitable cesa, con la llegada del fascismo al poder
“era posnacionalista” y de las “integra- en Italia se introdujo el uso ideológico
ciones comunitarias”. de “lo latino” y “la Latinidad” aplicado a
Los sorprendentes impactos ideológicos la América no anglosajona, y comienza a
y políticos de la “Hispanidad” y de la desarrollarse así una política cultural que
“Latinidad” en las interpretaciones de la entrará en conflicto con la otra interpreta-
historia argentina. ción, la de la “Hispanidad”.
En la configuración histórica de las iden- Por otra parte –y el hecho es fundamental–,
tidades que constituyen la peculiaridad la imposición del nombre de “Latina” a la
argentina tuvo un incuestionable impacto América (que hasta entonces se habían
después de la independencia, en la edad conocido como española o portuguesa o, a
republicana, el vastísimo debate acerca lo sumo, ibérica) favoreció cultural y polí-
del reconocimiento, o la negación, de su ticamente la manipulación, y la ulterior
“Hispanidad” primero y de su “Latinidad” degradación, de las identidades indígenas
después. Los usos políticos de ambas y neoafricanas así como se habían configu-
denominaciones estuvieron especialmente rado y sobrevivido en los siglos precedentes.
determinados, no sólo por la relación con El hecho fue tanto más traumático en
España, sino también –aunque el hecho es cuanto vino acompañado de una campaña
menos conocido– a la influencia cultural de opinión pública mundial justificatoria
y política de la Francia imperial de Napo- de ese intento (fallido gracias a la resis-
león III y a la que tuvo el fascismo italiano. tencia heroica del pueblo mexicano guiado
Comencemos con el análisis de esa etapa de por el indio zapateco Benito Juárez) de
la historia de Italia y del intento de mani- “reconquista” monárquica de la América.
pulación del pasado (tanto italiano como En efecto, Napoleón III en el apogeo de su
argentino) concebida por Mussolini. expansionismo económico-militar invade
Gracias a los muy buenos oficios del emba- México entre los años 1862 y 1866 para
jador del presidente Hipólito Yrigoyen en demostrar y ejercer una imaginada “voca-
Italia, Ángel Gallardo, durante los meses de ción imperial de la raza latina”, defensa que
la Marcia su Roma y la toma del poder por intentará retomar y desarrollar durante el
parte del Duce, la Argentina fue uno de los siglo pasado el Dux Mussolini.
primeros estados americanos en establecer Desde un comienzo, al manipular el
vínculos estrechos –y determinantes en los origen y el uso lingüístico de la denomi-
años por venir– con el naciente régimen nación referida a los idiomas neolatinos,
fascista. Gallardo, al año siguiente (a partir español y portugués (que en realidad
del 12 de octubre de 1922) sería designado deben llamarse, como correcta y final-
ministro de Relaciones Exteriores, por deci- mente se ha impuesto en los últimos años,
sión del nuevo presidente (radical, como “Lenguas Romances”), se le asignó a la idea
Yrigoyen, de quien pronto se distanciaría), de “latina” –y a la “ficción de la latinidad”
el aristocratizante, Marcelo T. de Alvear. El como la denominaba José Carlos Mariá-
nuevo ministro –introduce en la Argentina tegui– una connotación “civilizadora”
una interpretación que se volverá un lugar supuestamente capaz de “latinizar” lo
común– consideraba que el movimiento que todavía quedaba de “barbarie” en los
revolucionario del Duce debía apreciarse pueblos al sur del Río Bravo cuya “euro-
como “una reacción nacionalista contra el peización” había quedado inconclusa. 18
comunismo” y pensaba que “el fascismo Es necesario insistir sobre una invención
[era] beneficioso para Italia”.17 que fue decisiva para la ideología criolla

566
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

europeizante de ocultamiento y combate a de etnias y lenguas que se fueron estable-


las etnias indias y afroamericanas y relativos ciendo en la península ibérica hasta 1492
descendientes en los mestizajes y es haber y en la América hispanolusitana en los
concebido el mito de lejano origen europeo cinco siglos siguientes.
de la existencia de un “hombre blanco” Lo cierto es que las relaciones entre el impe-
y que, incluso, el latín fuera una de sus rialismo de la latinidad y el imperialismo
remotas lenguas originarias. El latín resul- anglosajón encuentran su punto de forzada
taría ser la lengua de una “raza” que hace convivencia de intereses en la interven-
devenir “latinos” quienes la hablan. Por una ción francesa contra México que se realiza
suerte de ósmosis entre lenguaje y biología, con el apoyo tanto de Inglaterra como de
quienes hablan latín se “latinizan”, se España. “La Latinité: la plus belle pensée
vuelven eso: latinos. La ecuación resulta ser de mon Regne” como se jactaba en deno-
tan simple como infundada: son (o habrán minarla Napoleón III, encerraba e impli-
sido) latinos quienes hablaban el latín. caba, en lo que a América refiere, por lo
Cuando, en realidad sabemos que menos dos intenciones geopolíticas de
tampoco el latín en cuanto lengua corres- largo alcance: por un lado, restaurar la
pondió, en ningún momento de la historia institucionalidad monárquica, por el otro,
antigua a una “raza” que fuera y pudiera exportar el bonapartismo y el cesarismo
denominarse con ese nombre. Lengua como formas de gobierno –autoritarias
de complejo origen indoeuropeo, el latín y demagógicas a la vez– concebidas, no
se fue forjando durante siglos a través de sólo para ser aplicadas a los franceses sino
infinitos cruces etnoculturales entre los también para ser exportadas e impuestas a
pueblos/lenguas de etruscos, umbros, los (futuros) pueblos latinizados.
sabinos, itálicos, griegos, picenos y otras En una política internacional entonces
formaciones lingüísticas que se hablaban dominada por el imperialismo inglés
en la península. Ese “latín” se fue estabi- y el novedoso expansionismo de los
lizando sólo a partir de los siglos VIII-VII Estados Unidos hacia el Sur que podía
antes de Cristo (cuando deja de ser lengua contar con el apoyo de Francia a la sece-
hablada y se convierte también en escrita) sión de los esclavistas de los Estados del
para culminar con la obra literaria de Sur (en contra de Lincoln y la Unión) el
Virgilio (nacido en la romanizada ciudad recurso estratégico al uso de la “latinidad”
etrusca de Mantua, vivió entre el año 70 y la catolicidad jugaba una función
y el 19 a.C.), quien en la Eneida inventa, cardinal. El inventor de semejante mito-
con una genial transfiguración poética, el logía en clave imperial fue el saint-
“mito del origen” de Roma, de la epopeya simoniano Michel Chevalier, que en el
de los “latinos” y de su lengua como “Manifiesto” de ese tan auspiciado destino
anunciación y destino manifiesto de un pan-latino resumía en estos términos el
proyecto que iba a ser el de la gloria impe- lanzamiento de la política americana del
rial de Roma, que comienza a realizarse Emperador: “Francia, heredera de las
precisamente en los años de Virgilio con naciones católicas europeas, ha llevado a
la política de Octavio Augusto emperador, América, y al resto del mundo, la bandera
su protector y admirador.19 de las razas latinas, es decir de los fran-
En síntesis: ni siquiera en la Península ceses, de los españoles, de los italianos, de
Itálica, la lengua latina pudo tener corres- los portugueses”, y es por ello que se debía
pondencia o identidad alguna con una defender e imponer semejante política
raza. A mayor razón, resulta del todo de la “latinidad” (...) “protectora natural
impensable que haya podido existir corres- de las naciones latinas”. [Latinidad] que
pondencia alguna entre “raza” y “lengua debe resplandecer [también] en toda la
latina” dos mil años después, con todos América española, desde México hasta
los entrecruzamientos y trasformaciones la Patagonia, suplantando la perniciosa

567
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

influencia anglosajona, expandiendo así, las actividades económicas grandes masas


al mismo tiempo, tanto el catolicismo de italianos, condenados a perder en un
como los capitales franceses”.20 futuro la lengua y las costumbres de la
Digamos, en síntesis que después de la Madre Patria”.
versión francesa la “latinité” vendrá la El antihispanismo de Bruers y la visión
etapa fascista que también tendrá sus italocéntrica de una América por venir
influencias en las distintas reinterpreta- lo lleva a suponer que Bolívar no pudo
ciones de la historia de las Américas y de detener o extirpar “el divisionismo político
la Argentina en particular. El tema será que devoraba a América” porque las tradi-
objeto de análisis en la futura sección ciones hispánicas se lo impidieron. “Desde
italiana de esta misma investigación ahora este punto de vista –exclama Bruers–
dedicada a España, pero vale la pena hacer considero que la tragedia de Bolívar, que
aquí una breve referencia. muere camino del exilio circundado por
Una de las manipulaciones del fascismo la discordia y la impotencia de sus mismos
para intentar asignarle una supuesta lati- conciudadanos, nadie puede entenderla
nidad al Nuevo Mundo se remonta nada mejor que el pueblo italiano”.
menos que al “genio latino” del descu- Un Mundos Novus plenamente reincor-
bridor mismo de las Indias occidentales: porado a la “latinidad” hubiera sido, en
Cristóforo Colombo, para llegar hasta cambio, la colonización histórica ideal
la hiperbólica reivindicación de Simón para que echaran raíces y fructificaran
Bolívar que representaba la “encarnación realmente los proyectos bolivarianos. La
del genio latino, continuador de Julio misión de Italia en el mundo, relanzada
César y precursor del Duce Mussolini”.21 por Mussolini, conduce a Bruers a inte-
Además de Colón, “descubridor”, también rrogarse: “¿Cuál hubiera sido la historia de
el inventor (casual) del nombre del conti- América Latina (y en consecuencia de la
nente, Americo Vespucio, resultó ser misma Italia) si en ella hubiese dominado
de igual “estirpe itálica”; todo lo cual en la lengua italiana, la civilización italiana?
virtud de las herencias de un patrimonio (...) Problema formidable –declara
que desciende del pasado de Roma “madre Bruers– al cual los pueblos de la América
de la latinidad”, permite “reclamar” como meridional deben dar una respuesta [en la
“epopeya latina” –según los fascistas medida] en que entiendan la grandeza de la
italianos– la incorporación del continente tarea que la historia los exige, respecto a la
al Occidente europeo. situación del pasado [...]; que ellos sientan
Así es, por ejemplo, el razonamiento de con responsabilidad plena cuál debe ser la
Antonio Bruers, colaborador de Gabriele misión de la América latina en los años en
D’Annunzio y conocido escritor del los cuales parece perfilarse para Europa la
régimen fascista, era el siguiente: “Frente amenaza de una crisis mortal, mientras la
al espectáculo de la historia de la América América anglosajona avanza amenazante a
española se vuelve aún más agudo e inso- la conquista del mundo”.22
portable el drama de la fracasada unidad En 1927, tres años antes de los escritos
política de la península [italiana] que se de Bruers, durante el epílogo de la presi-
remonta al comienzo de la edad Moderna dencia de Marcelo de Alvear, Francesco
cuando Colón tuvo que exiliarse y prestar Ciarlantini, miembro del Gran Consejo
sus servicios a España. Hecho fatal que Fascista y enviado especial de Mussolini
condujo de manera irreparable a transmitir a la Argentina, participa de la inaugura-
la mentalidad española y portuguesa a un ción de la Feria del Libro de Buenos Aires
continente descubierto en cambio por los (provincia gobernada entonces por el
italianos, llamado con el nombre de otro radical-yrigoyenista, Valentín Vergara),
italiano, explorado fundamentalmente evento considerado: la “feria funda-
por italianos y en el cual están presentes en dora” de la Feria misma. También visitó

568
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

Córdoba, Rosario y Bahía Blanca, encan- fascismo por la “raza latina” los argentinos
dilándose con lo que iba conociendo: la podrían llegar a ser –suponía Ciarlantini–
Pampa ilimitada, la sensualidad del tango los mejores “italófilos” del continente. 23
y, en especial, la de las mujeres porteñas. Como podemos leer en los documentos
Le pareció que si el fascismo hubiese anexos que corresponden a los años entre
actuado con la debida habilidad podían la dictadura de Primo de Rivera hasta el
haberse dado las condiciones para que la apogeo del franquismo, la política y la
nación “enorme”, pero estructuralmente retórica de la “Hispanidad” dominaron
débil como Estado, se pusiera bajo la en las relaciones con la Argentina, que
influencia y la “protección” de la promi- incluyen el primer período peronista.
soria política internacional del Duce. La Como es el caso de la que teorizaron los
Argentina imaginaba Ciarlantini, entraba profesores españoles Agustín Bermejo
en un ciclo histórico –gracias también a la de la Rica y Demetrio Ramos en la obra
creciente inmigración italiana– en el cual Los ideales del Imperio español, publi-
realizaría lo que los propios argentinos le cado en Madrid en 1943, pp. 177 y 187
contaban, había sido también el auspicio de [Agustín Bermejo de la Rica y Demetrio
los “civilizadores” republicanos, de tal suerte Ramos Perez. Fragmentos de Los ideales
que en pocos años el país se podía volver del Imperio español, editorial Lepanto,
“el centro de la latinidad en la América del Madrid 1943].
Sur. Sólo la Argentina podía darle a Italia En efecto, sobre la visión que la cultura
una entrada en la América meridional”. española ha tenido de la Argentina, y del
De haber tenido en cuenta el interés del proceso histórico de configuración de los Plaza del Congreso

569
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

estados de la América “antes española”, la Maetzu, obra que luego se editó en 1945
ideología y la práctica de la “Hispanidad” en la Argentina, por la editorial Poblet de
tuvo enorme relevancia hasta mediados Buenos Aires cuyo hispanismo “imperial y
del siglo pasado. católico” sistematizado por el franquismo
Recordemos que el 12 de octubre de 1935 después de la muerte de su autor en 1936
comenzó a publicarse Hispanidad, revista tuvo gran repercusión en el pensamiento
quincenal hispanoamericana. Se trataba de político de las oligarquías en la Argentina
la primera publicación de extrema derecha y Suramérica.
del partido Acción Española, actualiza- En el capítulo final explicaba De Maeztu
ción ibérica de aquella Action Française de que: “para los españoles no hay otro camino
Charles Maurras que tanta influencia tuvo que el de la antigua Monarquía Católica
de Sudamérica al proclamar la “latinite (...) y los pueblos criollos [de América]
catholique” como fuerza y privilegio de empeñados en una lucha de vida o muerte
los pueblos colonizados por el “Trono con el bolchevismo, de una parte, y con el
y el Altar” salvados y dignificados por el imperialismo económico extranjero, de la
Concilio de Trento.24 otra, y que si han de salir victoriosos han
Por supuesto, “raza”, “hispanidad” y de volver por los principios comunes de
“lengua” venían, desde años atrás y sobre la Hispanidad, para vivir bajo autoridades
todo con el franquismo, deliberadamente que tengan conciencia de haber recibido
confundidas. El 12 de octubre se volvió el de Dios sus poderes (...)”.27
emblema de semejantes usos ideológicos El análisis que el lector podrá hacer de
implícitos o exhibidos en los calificativos muchos de los documentos que presen-
aplicados a ese día: Fiesta de la Raza, Día tamos confirma que la ideología y la prác-
de la Hispanidad, Fiesta de Cristóbal tica de la hispanidad fueron concebidas
Colón, Fiesta de la Guardia Civil o Fiesta como uno de los ejes de la política interna-
de la Virgen del Pilar. En el año 1918 se cional del franquismo hacia la Argentina y
propone que el 12 de octubre, día aniver- la América hispana en evidente oposición a
sario del bautizo de Cervantes en Alcalá una supuesta América latina o “latinizada”
de Henares se declare Fiesta del Idioma, como lo propone la retórica de uno de
para subrayar la invocada identidad entre los ideólogos del pan-hispanismo fran-
“raza” y “lengua”.25 quista, José María Mendoza Guinea [José
Acción Española se afirma en la editorial María Mendoza Guinea. La ideología de la
de presentación de Hispanidad defiende la Hispanidad en la política del franquismo
tradición según la cual nos proclamamos como eje de las relaciones con Argentina
católicos y aceptamos todo un modo de y América según fragmentos del Manual
civilización cuya defensa frente a las nega- para el curso Formacióndel espíritu nacional
ciones revolucionarias ha sido nuestro (curso VI) Editorial Xalco, Madrid 1957].
destino. (...) “Firmemente creemos que Punto culminante, por tantas razones,
hispanidad es la ‘luz de lo alto’, es el de semejante proyección en las relaciones
espíritu de que está impregnada nuestra argentino-españolas lo constituye el proto-
Historia, es la esencia misma de esa historia colo “Franco-Perón”, de 1948, firmado
(...) Son muchas las voces que se levantan después de la visita de Eva Duarte a España
para exaltar las excelencias del espíritu de [Embajada de España en Argentina. Ante-
nuestra raza y forman legión de conven- proyecto del programa para los actos que
cidos de que están listos para empeñarse se celebraran en España con motivo de
en esta cruzada de idealismo, base de la la visita de la Señora del Presidente de
reconstrucción del imperio hispánico en la República Argentina, Buenos Aires,
el mundo”.26 junio de 1947]en tiempos durante los
El año anterior, en 1934 se había editado cuales el presidente argentino era consi-
Defensa de la Hispanidad, de Ramiro de derado un “paladín de la Hispanidad” y

570
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

la Argentina un aliado privilegiado para la contra España y la política de la hispa-


política americana de Franco [José María nidad se referían al desinterés eviden-
de Areilza, Embajador de España en la ciado por los españoles en cuanto a lo que
Argentina. Memoria de las actividades de sucedía en la Argentina; la ignorancia de
la representación de España en la Argen- la historia argentina y de sus características
tina durante el año 1948, enviada al propias. El año 1950, centenario de la
Ministro de Asuntos Exteriores, Buenos muerte de José de San Martín, fue decla-
Aires 4 de enero de 1949]. rado en la Argentina “Año del Libertador”
Sin embargo, esas relaciones muy espe- y el gobierno invirtió grandes esfuerzos
ciales fueron rápidamente cambiando por para despertar una conciencia tan amplia
distintas razones económicas y políticas, como fuera posible en todas las fuerzas
determinadas por la coyuntura interna- políticas con respecto a la figura del héroe
cional impuesta por la Guerra Fría como lo nacional. El que la prensa española no se
estudian los trabajos de Mónica Quijada, refiriese a San Martín dio lugar a una gran
“El comercio hispano-argentino y el proto- insatisfacción en Buenos Aires, a pesar
colo Franco-Perón: una complementa- de que era natural, como lo expresó el
riedad frustrada (1939-1949)”28 [Mónica embajador de Madrid, Manuel Aznar (en
Quijada. “El comercio hispano-argentino Buenos Aires desde 1952), que “los espa-
y el protocolo Franco-Perón: una comple- ñoles no pueden olvidar que don José de
mentariedad frustrada (1939-1949)”] y el San Martín, Emancipador de América, fue
inédito de Lorenzo Delgado, “La España uno de los brazos ejecutores de la sentencia
franquista y la Argentina peronista: una de muerte recaída sobre la hegemonía
relación singular en una época agitada” española en el mundo”.
(capítulo 6 de los ensayos), incluidos en Sabemos además que la oposición política
este volumen.29 a la dictadura de Franco tenía una notable
De tal suerte que, con el progresivo distan- presencia en la Argentina y dentro y
ciamiento entre Perón y el régimen fran- fuera del peronismo, especialmente entre
quista y anticipando los posteriores ataques aquellas fuerzas que habían apoyado a los
de la prensa peronista a Franco, reapa- republicanos en la Guerra Civil y habían
recen discursos y artículos que retoman la acogido a los exiliados en la Argentina.
ideología de la “latinidad” para asignarle Lo cierto es que los diarios Crítica,
la alcurnia de un pasado más remoto y Noticias Gráficas, La Época y El Laborista
primigenio a la Argentina. condenaron, lo que denominaron la
Como sabemos, al comienzo de los años oculta aspiración de tutelaje de América
cincuenta el eje Madrid-Buenos Aires entra latina, y destacaron que “[la] Argentina
en un proceso de crisis abriéndose una etapa era un crisol de razas y de influencias
que conduce, con el pasar de los meses, culturales. Somos adultos, libres y sobe-
desde la desconfianza hasta la ruptura recí- ranos y nada de íberos, sino latinos”.
procas. No hay que olvidar que España Por lo tanto, también rechazaron los
extendía y profundizaba sus relaciones con términos América “Hispánica” utilizado
los Estados Unidos en el marco de la geopo- por los españoles, prefiriendo el concepto
lítica de la Guerra Fría y del anticomunismo de América “Latina”. Los peronistas
atlántico (con la firma el 20 de septiembre recomendaron a Madrid que se concen-
de 1953 del Pacto de Madrid, para instalar trara en el pasado reciente, es decir en
en España las bases militares) mientras se la deuda para con la Argentina en razón
reducían las que había con la Argentina, de los envíos de alimentos realizados por
adonde se intensifican las inquietudes y las esta última a España durante la segunda
críticas hacia la política franquista. mitad de los años cuarenta, en lugar de
Las primeras quejas públicas que se escu- exaltar el pasado remoto del descubri-
charon en el mismo campo peronista miento, conquista y colonización.

571
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

Con lo cual llegó el turno de los españoles con Franco. Este paso hubiera asestado un
de responder atacando en esta guerra a duro golpe a la posición de la dictadura
distancia. En un artículo cuyo título era franquista en Suramérica. Pero, a último
“Hipertrofia nacionalista en la Argentina”, momento, la entrevista no se realizó.
el diario ABC (del 11 de abril de 1954), Los festejos del 12 de octubre de 1954
el periódico condenó el “nacionalismo preparados por los integrantes de la comu-
irrestricto, injusto y fútil demostrado por nidad española de Buenos Aires durante
los argentinos”. Fue la primera vez que largos meses, y que prometieron ser un
lo más prestigioso de la prensa española acontecimiento en pro de España y de la
de este período atacó a la Argentina y al Hispanidad, fueron suspendidos por las
peronismo. En los meses siguientes, en autoridades argentinas. La policía, con
el ABC aparecieron, cada vez con mayor aprobación del ministro Borlenghi, lo
frecuencia, críticas sobre lo que hacía el recomendó así al intendente de la Capital
gobierno de Perón, así como reportajes Federal. También la recepción para más
sobre las dificultades económicas y sociales de mil personas programada por la Emba-
con las que se enfrentaba la República. jada de España para ese mismo día en los
La ofensiva del franquismo contra Perón jardines del Museo Hispanoamericano fue
fue in crescendo. En el marco de la cele- cancelada a última hora.
bración del “Día de la Hispanidad” en Sobre el trasfondo de estas reacciones
España se aprovechó la ocasión para atacar antiespañolas, a fines de 1954 se dio el
de nuevo a Perón. El punto culminante estrechamiento de las relaciones argentino-
de los festejos fue la ceremonia realizada italianas, en medio de profusos elogios de
en Zaragoza, antigua residencia de los la “Latinidad” por parte de Perón.30
Reyes Católicos, con la participación del Observadores extranjeros y españoles coin-
Caudillo y los más altos funcionarios del cidieron en la consideración de que la nueva
régimen, y en la que el discurso de orden “Latinidad” sostenida por el propio Perón
del acto fue pronunciado nada menos se esgrimía frente a la todavía dominante
que por Mario Amadeo, uno de los jefes ideología de “Hispanidad” franquista. Y,
reconocidos del antiperonismo (y futuro efectivamente, volvemos a ser testigos de
ministro de relaciones exteriores de los un nuevo, aunque muy breve, proceso de
militares golpistas). Todo el cuerpo diplo- difusión y propagación de la Latinidad. La
mático hispanoamericano participó en el visita de numerosas delegaciones italianas,
acontecimiento de Zaragoza, excepto el tanto de representantes del gobierno como
representante del gobierno argentino. artistas e intelectuales tuvieron una amplia
La respuesta de Perón no se hizo esperar. cobertura periodística y fueron recibidos
Una semana después del discurso de por el propio presidente Perón.
Amadeo en Zaragoza, el embajador A finales de octubre de 1954 tuvo lugar
Aznar informó urgentemente al ministro en Buenos Aires el Congreso de la
de Asuntos Exteriores español, Alberto Agrupación Argentina Amigos de Italia
Martín Artajo, que el ministro del Interior al que asistió Perón con varios ministros,
del gobierno argentino, Ángel Borlenghi, oportunidad en la que pronunció un
se encontraría con los dirigentes de las discurso que ponía de relieve los vínculos
organizaciones de exiliados republicanos con Italia y los italianos subrayando la
españoles, entre ellos Augusto Barcia ayuda prestada (durante los años 1951
y Luis Jiménez de Asúa, con quienes a y 1952) cuando la Argentina atravesaba
su vez, también se reuniría el presidente una situación difícil: “Italia fue el único
argentino, en presencia de periodistas. En país que salió en nuestra ayuda”, ponderó.
Buenos Aires corrieron rumores de que se “Especificando, con énfasis, Italia repre-
iba a reconocer al gobierno republicano en senta para nosotros la única heredera de
el exilio y romper relaciones diplomáticas la única civilización según la cual vivimos

572
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

actualmente. El renunciar a la ‘latinidad’ esta próxima etapa por una superficie tan
para intercambiarla por otro rótulo cual- lisa y sin obstáculos como la que pudiese
quiera, sería –explicaba Perón– como trai- ofrecer una mesa de billar dispuesta para
cionarnos a nosotros mismos. No omitiré la partida de carambolas de un famoso
esfuerzos para que cada día nuestra unidad monarca español” [Fernando VII].
con Italia sea más fuerte y más profunda, Interpretación de Viturro que forma parte
porque sé que con ello estoy cumpliendo de los distintos estereotipos que se gene-
el mandato de la historia”.31 raron en torno al golpe militar y a la caída
El mes siguiente se realiza en Buenos Aires de Perón junto con muchos otros que han
el Congreso de las Sociedades Italianas en ido formando la que se considera como la
la República Argentina, bajo la insignia de ideología del antiperonismo.33
una frase del propio Perón: “Todos hemos Lo cierto es que cuando durante el año
bebido en esa fuente eterna que fue Roma 1955 Perón hace referencia a Italia, ya
y seguimos bebiendo en esa eterna fuente no existía una política internacional de
que es la Latinidad”. El presidente en esta la “latinidad” la cual se había hundido
ocasión habló en italiano, tributándosele clamorosamente junto con Mussolini.
una ovación y sostuvo además: “La historia Entre 1946 y 1953 se habían sucedido
de las luchas y de los sufrimientos de Italia es ocho gobiernos presididos por el diri-
parte de nuestra historia, puesto que estamos gente de la Democracia Cristiana, Alcide
íntimamente vinculados a ella por indiscuti- De Gasperi durante los cuales se había
bles vínculos de estirpe y cultura”.32 perfeccionado la integración activa del
Sin embargo, el intento tardío de Perón gobierno de Roma en la Alianza Atlántica
de sustituir o de alternar hispanidad” por que imponía a todo Occidente el liderazgo
“latinidad” resultó ser más ideológico que hegemónico, militar y económico de los
práctico. Aunque también debe registrarse Estados Unidos de Norteamérica, desde
el hecho de que, precisamente, el encar- el Mediterráneo, más allá de que fuera
gado de negocios de la embajada de España “latino” o “hispano”, hasta las Américas
en la Argentina, Manuel Viturro, en su desde México a la Argentina.
informe al ministro de Asuntos Exteriores En 1955 el golpe cívico-militar que derribó
(del 27/9/1955), que sorprende por el al gobierno constitucional de Perón (que
conocimiento detallado de los aconteci- acabó de plano con la confusa polémica
mientos del golpe hacia el cual manifieste su entre “hispanidad” y latinidad”, que
complacida adhesión, sostiene que una de ocultaba la cuestión de fondo en las rela-
las razones de la caída en desgracia de Perón ciones con España e Italia) dará inicio a la
con el franquismo había sido el hecho que segunda etapa de los exilios y migraciones
en los meses precedentes: “La prensa pero- que había comenzado después de la caída
nista había dado comienzo a una campaña de la segunda República, con la llegada a
agria, destemplada, injuriosa y soez contra la Argentina de los antifranquistas.
nuestro régimen, contra el Jefe del Estado Presencia, en los años ’30, que dio vida
Español, contra la Hispanidad”. a una formidable circulación de las ideas
En cambio, el golpe, “el movimiento en universidades, revistas y centros cultu-
triunfante –explica Viturro a su Ministro rales, que determinaron las más diferentes
en Madrid– se hizo bajo el signo de visiones españolas de la realidad argentina
‘La Cruz vencerá’ y ‘La Virgen Capitana’; de la época (desde Luis Jiménez de Asúa
[con lo cual ahora] los elementos católicos a Diego Abad de Santillán, desde Rafael
e hispanistas son llamados a las más altas Alberti y María Teresa León a Francisco
funciones gubernativas”. De tal suerte, que Ayala o Claudio Sánchez Albornoz), a la
en la visión apologética de Viturro las rela- que seguirá ahora, después de 1955 –pero
ciones entre el nuevo gobierno militar y el a la inversa– la etapa de los argentinos en
franquismo, “están llamadas a deslizarse en España, que también contribuyeron a la

573
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

elaboración de las interpretaciones espa- López en el capítulo siete de los ensayos


ñolas sobre la Argentina. Etapa sobre la dedicado a la “Prensa y opinión pública: la
cual Esmeralda Broullon Acuña analiza dictadura militar y el exilio argentino en la
–en el capítulo octavo de los ensayos– el prensa española (1976-1983)”.35
caso, tan desconocido como interesante de Ciclo de los exilios y las migraciones, en fin,
Luis César Amadori y la cultura cinemato- que conocerá, su reciente y última etapa
gráfica durante el franquismo.34 a partir de diciembre de 2001, y sobre la
Exilio, de argentinos en la península, cuya cual falta mucho todavía por investigar, de
segunda y compleja realidad analizan bajo acuerdo con las pautas y los resultados ya
algunos aspectos –pero queda por hacer en adquiridos por Elda González Martínez y
otros ámbitos– Patricia Marenghi y Laura Asunción Merino Hernando.36

NOTAS

1. Remito a los análisis de Biagini, Hugo E.: Intelectuales y políticos españoles a comienzos de la inmigración
masiva, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1995.
2. Sobre el debate por un cambio, frustrado, del modelo económico agroexportador que rigió hasta los años 40,
remito a Gallo, Ezequiel: Carlos Pellegrini. Orden y reforma, fce, Buenos Aires, 1997, y Botana, Natalio, y
Gallo, Ezequiel: De la República posible a la verdadera (1880-1910), Ariel Historia, Buenos Aires, 1997.
3. Para esta interpretación remito a Roberts, Stephen G. H.: “El nacimiento de un prejuicio: 1898, América
Latina y la galofobia de Unamuno”, en Flórez, Cirilo (ed.): Tu mano es mi destino. Actas del Congreso
Internacional Miguel de Unamuno, Ediciones de la Universidad de Salamanca, Salamanca, 2001, pp. 417/423,
e ídem, “Hispanidad: el desarrollo de una polémica noción en la obra de Unamuno”, en Cuadernos de la
Cátedra Miguel de Unamuno, Salamanca, 2004, pp. 61/80.
4. Devoto, Fernando: “Reflexiones en torno a la nación y el nacionalismo argentino”, en Gallo, Ezequiel, y
Viñales, Inés (coords.): Las dos veredas de la historia. Argentina y España 1810-2010, Edhasa, Buenos Aires,
2010, p. 150.
5. Como lo indica Arias Saravia, Leonor: “Desterritorialización/ reterritorialización, parámetro identitario de
la argentinidad”, en Biagini, Hugo E., y Roig, Arturo A. (dirs.): El pensamiento alternativo en la Argentina del
siglo XX, t. I, “Identidad, utopía, integración (1900-1930)”, Biblos, Buenos Aires, 2004, p. 262.
6. Textos que culminan con el Facundo que se publicó por entregas en El Progreso de Santiago de Chile, entre
mayo y junio de 1845. Pero véase Rodríguez, Fermín A.: Un desierto para la nación. La escritura del vacío,
Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2010.
7. Rojas, Ricardo: El país de la selva (1907), última edición con prólogo de Graciela Montaldo en la colección
dirigida por Weinberg, Gregorio: Nueva dimensión argentina, Taurus, Buenos Aires, 2001.
8. Un inventario parcial de los contemporáneos americanos (incluidos los argentinos) con los que Unamuno
mantenía correspondencia en los trabajos de García Blanco, Manuel: América y Unamuno, Gresod, Madrid,
1964, y Chaves, Julio C.: Unamuno y América, Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, 1964.
9. Pero sobre la obra de Rojas véanse las observaciones de Heredia, Pablo: “Diseños regionales y macroregio-
nales de Nación”, en Biagini-Roig: El pensamiento alternativo..., cit., pp. 289-301 y Lojo, María Rosa: “La raíz
aborigen como imaginario alternativo”, en la misma obra colectiva dirigida por Biagini y Roig, pp. 316-327.
10. José Ortega y Gasset preámbulo al ensayo “Azorín: primores de lo vulgar” (1916) en El Espectador, ahora en
Obras Completas, vol. II (cursiva mía), Editorial Fundación Ortega y Gasset y Taurus, Madrid, 2003, p. 79.

574
LA BIBLIOTECA
Filípicas N° 12 | Primavera 2012

11. Ortega y Gasset, José: “La Pampa... promesas” (1929), recogida en El Espectador (1930), en Obras Completas,
t. IV, pp. 635-663 (las cursivas son de Ortega). Pero véase Marías, Julián: Ortega. Las trayectorias, Alianza, Madrid,
1983, p. 83 y las consideraciones autobiográficas de su relación con la Argentina y los argentinos en el artículo
de Marías, Julián: “La Argentina: cincuenta años”, en ABC, Madrid, 11/4/2002. Otra perspectiva en las observa-
ciones de Campomar, Marta: “Ortega y Gasset, un viajero imaginario por la Argentina”, en Circunstancia, revista
editada por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, Año III, nº 6, Madrid, enero, 2005.
12. Sobre “ese capítulo” central en las relaciones entre España y la Argentina ha realizado una investigación
documentada y exhaustiva, Camp omar, Marta: Ortega y Gasset en la curva histórica de la Institución Cultural
Española, Ediciones de la Fundación Josdé Ortega y Gasset, Madrid, 2010.
13. Sobre la peculiaridad del liberalismo de Ortega y a sus críticas a las distintas experiencias europeas remito al
ensayo de Pallotini, Michele: “Liberalismo y democracia en Ortega y Gasset”, en Revista de Filosofía, vol. VIII,
nº 13, Universidad Complutense, Madrid, 1995.
14. Campomar, Marta M.: Ortega y Gasset en La Nación, El Elefante Blanco, Buenos Aires, 2003,
pp. 352-353.
15. La referencia a las instituciones de la Roma antigua debe entenderse como el recurso a un ejemplo contun-
dente que, si bien lejano en el tiempo, permitía hacer un parangón crítico entre las dictaduras y el imperium
de los antiguos y las dictaduras y los gobiernos de facto a él contemporáneos, sin nombrar ni a Franco ni a los
gobernantes argentinos. No debe olvidarse que para el estupor, y hasta la indignación, de los exiliados republi-
canos en Buenos Aires, Ortega sobre el régimen franquista guardó un estricto silencio. Sus hijos, Miguel y José,
se había incorporado al ejército español y Ortega en la Argentina se encontraba en la impotente situación de
quien “está atado de pies y manos por la presencia de sus hijos en España”, comenta Medin, Tzvi: Ortega y Gasset
en la cultura Hispanoamericana, fce, México, 1994, p. 125. Debe además reconocerse la convicción de Ortega
sobre los intelectuales que debían mantenerse al margen de la política, y eso era lo que volvió a repetir –con
algún sentimiento de autojustificación– en 1945: “Yo también he callado, y muy radicalmente, durante todo
ese tiempo, porque en España no podía hablar y fuera de España no quería hablar”, en “Llevo doce años de
silencio”, Obras Completas, t. IX (1933-1948), Madrid, 2009, pp. 103-104.
16. Ortega y Gasset, José: “Del Imperio Romano” en Obras Completas, t. VI (1941-1955), Fundación Ortega
y Gasset y Taurus, Madrid, 2006, pp. 87, 92-93, 69 y 107. Sobre el pensamiento político y el republicanismo
de Cicerón, véanse los recientes ensayos compilados por Franco Salerno (Cicerone e la política, Satura editrice,
Nápoles, 2004) que actualizan y refuerzan la opinión de Ortega. Además, sobre el análisis comparativo de las
formas jurídico-políticas de gobierno en el pensamiento de Cicerón y en la Roma republicana como opuestas
a las del Imperio, hubo múltiples interpretaciones antes y después de Ortega, que es útil conocer para colocar
la suya en un contexto más amplio. Para una síntesis remito a Filippi, Alberto: “Para una periodización de
las recepciones y proyecciones de la tradición romanista (y de la idea de Roma) en América Hispana” en
Cascione, Cosimo, y Masi Doria, Carla: Fides, Humanitas, Ius, Studi in onore di Luigi Labruna, vol. III,
Editoriale Científica, Nápoles, 2007, pp. 1873-1905.
17. La declarada simpatía hacia la política fascista fue duradera en Gallardo: incluso conservó una foto de
Mussolini sobre el escritorio de su estudio hasta su muerte en 1934. (Conf. Gallardo, Ángel: Memorias para
mis hijos y nietos, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1982). Sobre las relaciones intensas entre la
Argentina e Italia hasta la caída del Duce en julio de 1943 (porque recuérdese que la Argentina no estableció
relaciones con el nuevo gobierno de la República de Saló que duró hasta la muerte del Cavaliere, el 28/4/1945)
remito al enjundioso estudio de Finchelstein, Federico: Fascismo trasatlántico. Ideología, violencia y sacralidad
en Argentina y en Italia, 1919-1945, fce, Buenos Aires, 2010 (esp. cap. II).
18. Mariátegui, José C.: “Divagaciones sobre el tema de la latinidad” (1925) ahora en El alma matinal,
Minerva, Lima, 1950.
19. Sobre la reconstrucción crítica de los dialectos y lenguas que originaron el latín (y no a los “latinos”) conf.
Boscherini, Silvano: “La costruzione del latino”, y Camp anile, Enrico: “Le lingue del’Impero”, en Gabba,
Emilio, y Schiavone, Aldo (dirs.): Storia di Roma, Einaudi, Turín, 1989.
20. Chevalier, Michel: Le Mexique ancien et moderne, Hachette, París, 1863 (Prólogo) Pero conf. Moreau,
Henry: La politique française en Amérique 1861-1864, Dentu, París, 1864, y Salomón, Noel: Juárez en la
conciencia francesa, 1861-1867, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 1975. Sobre los diferentes
contextos políticos iberoamericanos de la recepción y el uso del “nombre”, remito a mi ensayo: “Las metamor-
fosis americanas de la latinidad: avatares históricos y políticos de un concepto ideológico” en Ardao, Arturo;
Zea, Leopoldo, et al.: La latinidad y su sentido en América latina, Ccydel, Unam, México, 1986.
21. Sobre el despropósito de convertir al vasco-criollo Bolívar (que además tenía “gotas de sangre negra” como
le endilgaban los godos reaccionarios), en antecedente y símbolo de la “latinidad fascista” véase Filippi, Alberto:
“Bolívar entre Cesarismo y Fascismo (1850-1930)”, en Anuario de Estudios Bolivarianos, Universidad Simón Bolívar,
Año III, nº 3, Caracas, 1994, e ídem “Interpretaciones europeas de Bolívar”, en Viñas, David, y García Cedro,
Gabriela (comps.): Bolívar. Antología polémica, Fundación Crónica General de América, Buenos Aires, 2007.

575
LA BIBLIOTECA
N° 12 | Primavera 2012 Filípicas

22. Bruers, Antonio: Simone Bolivar (1930), ahora en Scritti Storici, Zanichelli, Bolonia, 1942, pp. 101 y 104.
23. Ciarlantini, Franco: Viaggio in Argentina, Alpes, Milán, 1928, pp. 82-97, 179, 249-281. No es casual que
Ciarlantini, además de miembro del Directorio del Partido Nacional Fascista, fuera el máximo responsable de
la Oficina de Propaganda del partido, fundador de la revista cultural fascista Augustea y de la editorial Alpes
que dedicó varios libros al “descubrimiento latino” de la América considerada tal. Pero conf. Gentile, Emilio:
“L’emigrazione italiana in Argentina nella politica di espansione del nazionalismo e del fascismo, 1900-1930”,
en Storia Contemporanea, Año 17, nº 3, Roma, 1986.
24. Action Française fue un movimiento monárquico y católico a ultranza fundado en 1898 a raíz del llamado
caso Dreyfus, invocando el nacionalismo francés en contra de los republicanos y la “conspiración judía inter-
nacional”. Un análisis comparativo de las influencias de Maurras en España y Suramérica en Filippi, Alberto:
“Action Française y Acción Española y el apogeo de la historiografía antiliberal y antidemocrática sobre la
Independencia”, en Bolívar y Europa, en las crónicas, el pensamiento político y la historiografía, Ediciones de la
Presidencia de la República de Venezuela, Barcelona-Caracas, vol. III, 1995, pp. 917-945.
25. En Argentina, el “Día de la Raza” fue consagrado por el presidente Hipólito Yrigoyen por decreto del
4/10/1917. Conf. González Calleja, Alfredo, y Limón Nevado, Fredes: La Hispanidad como instrumento
de combate. Raza e Imperioen la prensa franquista durante la Guerra Civil española, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Madrid, 1988.
26. Hispanidad, nº 1, Año 1, Madrid, 1935.
27. De Maetzu, Ramiro: Defensa de la Hispanidad, Poblet, Buenos Aires, 1945, p. 300.
28. Cuya primera versión apareció en “Ciclos en la historia, la economía y la sociedad”, Instituto de Investigaciones
de Historia Económica y Social, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires, Año I, vol. I,
nº 1, segundo semestre, 1991.
29. Para una visión general de la bibliografía sobre la tan debatida cuestión remito a Barbero, María I., y
Rougier, Marcelo: “La producción historiográfica respecto de la Argentina del período 1930-1955. Temas,
problemas y enfoques recientes” en Klich, Ignacio (comp.): Sobre nazis y nazismo en la cultura argentina,
Hispanoamérica/Latin American Studies Center, University of Maryland, Maryland, 2002.
30. Sobre el contexto de las relaciones con España y con Italia en los años analizados en este capítulo, remito a
la visión general de Cisneros, Andrés, y Escudé, Carlos (dirs.): Historia General de las Relaciones Exteriores de la
República Argentina, t. XI, “Las relaciones económicas externas (1943-1989)”, Grupo Editor Latinoamericano,
Buenos Aires 1999, y a los ensayos que proponen un análisis de los cambios en la política exterior, compilados
por Simonoff , Alejandro: La Argentina y el mundo frente al Bicentenario de la Revolución de Mayo. Las rela-
ciones exteriores argentinas desde la secesión de España hasta la actualidad, edulp, La Plata, 2010. Acerca de las
relaciones internacionales de España en los diferentes períodos véase Cardona, Gabriel: El poder político en el
franquismo, Ediciones Flor del Viento, Barcelona, 2008.
31. Según las reseñas del acto aparecidas en Crítica (31/10/1954), La Prensa y Democracia (1/11/1954).
32. Conf. las reseñas del acto en La Prensa y Democracia del 12/11/1954. Para una visión de conjunto remito
al artículo de Rein, Raan: “Hispanidad y oportunismo político: el caso peronista”, en la revista de Estudios
Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, vol. 2, nº 2, Tel Aviv, 1991, y a González Calleja, Eduardo:
“El hispanismo autoritario español y el movimiento nacionalista argentino: balance de medio siglo de rela-
ciones políticas e intelectuales (1898-1946)”, en Hispania, nº 67, Madrid, 2007.
33. Sobre la cual remito al documentado ensayo de Beraza, Luis F.: Antiperonismo. Los que trajeron otra mirada,
Javier Vergara, Buenos Aires, 2010.
34. A pesar de lo que se ha estudiado, todavía falta investigar más sobre la cultura de los exiliados españoles como
generadora de interpretaciones y opiniones sobre el país receptor, como en este caso la Argentina; para lo cual
sigue siendo útil consultar los trabajos de Ossorio y Gallardo, Ángel: La España de mi vida. Autobiografía (1941),
reeditado en 1977 por Grijalbo, Barcelona; Quijada, Mónica: Aires de República, aires de cruzada: la Guerra
Civil Española en Argentina, Sendai ediciones, Barcelona, 1991; Sánchez Albornoz, Nicolás: El destierro español
en América, un trasvase cultural, Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1992; Schwarzstein, Dora:
“Migración, refugio y exilio: categorías, prácticas y representaciones”, en Estudios Migratorios Latinoamericanos,
nº 48, Buenos Aires, agosto de 2001; Casas, Julio M., y Carvajal Urquijo, Pedro: El exilio español (1936-1978),
prólogo de Alfonso Guerra, Planeta, Barcelona, 2002; Bocanegra, Lidia: “La República Argentina: el debate
sobre la Guerra Civil y la Inmigración”, en Mateos, Abdón (comp.): ¡Ay de los vencidos! el exilio y los países de
acogida, Eneida, Madrid, 2009 y Scarano, Laura: “Elocuencia de una ausencia: Pedro Salinas en Argentina”,
en Emiliozzi, Irma: El 27: Ayala,Bautista, Diego, Lorca... en Buenos Aires. Estudios y documentación inédita,
Pre-textos, Valencia 2009.
35. Del cual apareció una precedente versión en América Latina hoy, Universidad de Salamanca, nº 34,
Salamanca, 2003.
36. Publicados en el volumen Historias de acá. Trayectoria migratoria de los argentinos en España (con introducción
de Rubén Berenblum), Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Colección América, Madrid, 2007.

576

You might also like