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Educación Vial

La educación vial se define como una serie de medidas y recomendaciones que


todo individuo debe conocer al momento de transitar por la vía pública, ya sea
como conductor de cualquier tipo de vehículo (automóvil, motocicleta, bicicleta) o
como peatón. La educación vial es una parte importante dentro de lo que es la
formación ciudadana, ya que fomenta la cultura de respeto hacia la vida propia y la
de las demás personas.

La educación vial tiene como finalidad: guiar a los individuos, mediante los
reglamentos y señales de tránsito, para que así disminuyan los accidentes y se
pueda disfrutar de los espacios públicos con mayor seguridad. Fomentar el
respeto por las señales de tránsito, ejerciendo un compromiso ciudadano frente a
la educación vial. Saber utilizar de manera correcta las vías y tener un
comportamiento apropiado como conductor, pasajero o peatón.

Este tipo de educación recibe el apoyo de los entes gubernamentales, siendo uno
de los requisitos antes de otorgar las licencias de conducir. La educación vial
comprende muchos aspectos relacionados con la conducción, que van desde el
debido conocimiento acerca de las señalizaciones, pasando por los diferentes
elementos que garantizan la protección propia y la de los demás, hasta los
diversos aspectos que en materia legal, debe tomarse en consideración frente a
las llamadas infracciones.

Una de las reglas primordiales que un conductor de tener presente, es el uso del
cinturón de seguridad, que ante cualquier impacto evita que la persona salga
expelida del auto. En el caso de los motociclistas la norma principal es el uso del
casco, además de no llevar más de una persona ya que la motocicleta ha sido
diseñada para el transporte de una (máximo dos) personas.

En cuanto a las señales de tránsito, todo conductor y peatón debe saber identificar
las diferentes señales, como por ejemplo la de los semáforos y de aquellas que
indican si puede o no estacionarse en ciertos lugares.

Es importante que este tipo de educación se desarrolle desde el seno familiar y se


fortalezca en las escuelas, de esta manera se estarán formando ciudadanos de
bien, que cumplan y respeten las normas establecidas para el buen
desplazamiento en las vías.

Conjunto de conocimientos, reglas y normas de comportamiento que toda persona


debe poseer a la hora de transitar en la vía como peatón o como conductor de
bicicletas, ciclomotores o automóviles. Se puede considerar parte de la Educación
Social, siendo una eficaz base de actuación ciudadana, dado que trata de crear

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hábitos y actitudes positivas de convivencia, de calidad de vida, calidad
medioambiental y la Seguridad Vial.

Conocer las normas de tránsito permite evitar accidentes y pérdida de vidas que
son consecuencia de situaciones fatales. Los gobiernos promueven la difusión de
estas normas y exigen como condición para circular la licencia o permiso para
conducir.

El conocimiento que pretende transmitir la educación vial, se refiere a los tipos,


partes y características de la vía pública, las normas de circulación, señales de
tránsito, las causas y factores de riesgo de los accidentes de tránsito, sus
consecuencias y los primeros auxilios.

Entre otros aspectos, se hace hincapié en los elementos indispensables para


garantizar la propia protección y la de terceros, incluyendo los aspectos legales a
tener en cuenta ante determinadas infracciones.

Uno de los principales elementos que debe conocer un conductor es el cinturón de


seguridad, que ante un impacto evita la colisión del conductor dentro el habitáculo,
restringiendo todo movimiento.

También son exigibles los apoya cabezas, espejos retrovisores, matafuegos,


balisas entre otros. Del mismo modo se exigen los cascos para los motociclistas y
sus acompañantes.

La educación vial es un tema de mucha sensibilidad social, con respecto a la


conducta vial a desarrollar para fomentar la convivencia, el respeto, la tolerancia,
la responsabilidad y solidaridad que beneficien las relaciones humanas en la
comunidad.

Como todo proceso educativo, la educación vial se inicia en el seno familiar, se


imparte de padres a hijos, en las escuelas y todo centro docente.

También las entidades públicas apoyan desde los ministerios públicos,


ayuntamientos y dirección general de tránsito con campañas de promoción y
prevención.

Y las entidades privadas aportan recursos económicos para sustentar talleres,


conferencias, libros y campañas publicitarias, entendiendo que la mejor
prevención es una buena educación.

Importancia de la educación vial en Guatemala

En Guatemala, los accidentes de tránsito han generado costos económicos, miles


de muertos y heridos con traumatismos permanentes. En un marco de

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concienciación el gobierno guatemalteco, y la Policía Municipal de Tránsito (PMT)
promovieron diferentes actividades para responsabilizar a los vecinos acerca de la
importancia de la educación vial en la metrópoli.

Por otro lado, con este objetivo, la Municipalidad de Guatemala diseño operativos
de prevención para automovilistas, talleres educativos en escuelas y colegios,
videos y artículos en Internet, así como la instalación de pantallas gigantes para la
orientación y difusión de información acerca de la seguridad y educación vial.

Radica en la generación de hábitos positivos en cada persona, con respecto al


comportamiento, primero hacia sí mismo, después hacia las demás personas,
peatones o no, conductores de cualquier tipo de vehículo, así mismo, las reglas
que deben de observar al conducir, como ponerse el cinturón de seguridad,
asegurar a los niños pequeños, evitar el celular cuando se conduce y cualquier
otro tipo de distracciones, que pongan en riesgo la vida.

La educación vial también incluye, aprender los elementos esenciales que debe
portar el equipo de protección de un motociclista y de un ciclista, a que señales
debe de estar atento y que áreas deben de evitar para no ser arrollados por los
automóviles.

Por otro lado, la comuna promueve que entre los transeúntes o peatones utilicen
las pasarelas, que conozcan y respeten las señales de tránsito, incluidos los
límites de velocidad. Otro punto importante, es el uso de los puentes peatonales y
de las cebras para cruzar las calles transitadas y con alta densidad vehicular. Sin
duda, los programas creados por el gobierno serán adecuados, no obstante, la
población civil también menciona la deficiente infraestructura carretera, que influye
en forma determinante para que se produzcan los accidentes de tránsito.

Objeto

La Educación vial tiene por objeto desarrollar en el ciudadano; en su condición de


conductor, pasajero o peatón; las aptitudes, destrezas, hábitos y el interés
necesario para que disponga de mayor pericia, conocimiento, equilibrio mental;
actúe de manera inteligente y razonable; comprenda y respete las leyes,
reglamentos y normas vigentes de tránsito y transporte terrestre y así contribuya a
prevenir y evitar accidentes viales.

Objetivos

 Lograr seguridad en el tránsito y la disminución de daños a personas y


bienes.
 Dar fluidez al tránsito, teniendo la óptima utilización de las vías públicas.

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 Educar y capacitar a los usuarios para el uso correcto de las vías de uso
público.
 Preservar el patrimonio vial y el parque automotor.
 Disminuir la contaminación del medio ambiente por los vehículos auto
motorizados.
 Desarrollar y fortalecer comportamientos y actitudes en los miembros de la
comunidad, para que minimicen los riesgos en sus desplazamientos y
disfruten de espacios públicos seguros.
 Promover la práctica de acciones significativas fomentando el respeto a las
normas de tránsito y asumiendo responsabilidades ciudadanas frente a la
seguridad vial.
 Contribuir al desarrollo de una conciencia ciudadana que permita compartir
en espacio público donde se privilegie el respeto por los demás y la
seguridad vial como un bien común.
 Adoptar conductas, actitudes y hábitos relacionados con la protección de la
salud y la seguridad, en el marco de la cultura de tránsito y la seguridad
vial. Adoptar medidas de seguridad ante el tránsito.
 Observar distintas conductas, actitudes y hábitos, para elaborar criterios de
actuación adecuados en situaciones de tránsito, con el fin de generar una
cultura de prevención para los más vulnerables.
 Observar y explorar el entorno para conocer e interpretar los fenómenos y
hechos más significativos.
 Descubrir los elementos fundamentales del tránsito (persona, vehículos y
vía) e identificar zonas seguras para los peatones.
 Conocer las formas de viajar y, consecuentemente, la importancia del
tránsito.
 Saber utilizar correctamente las vías y comportarse adecuadamente como
pasajero, peatón o conductor.

Importancia

La educación vial se concibe como parte fundamental de la formación y educación


ciudadana, en la promoción de una cultura de valoración y respeto por la propia
vida y la de los demás. La educación vial cobra mayor relevancia cuando se
observa la alta tasa de accidentes de tránsito que se producen diariamente.

Cómo debe estar la educación vial

Debe ser más actualizado y de acuerdo al crecimiento del parque automotor, debe
orientar a las personas desde las escuelas de lo que significa educación vial y cuál
es la importancia, enseñar cuales son y que significan los diversos dispositivos de

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señalización, así como respetar los reglamentos vigentes de tránsito y la vida
humana.

Debe existir también, paralelamente un control mucho más estricto por parte de
las autoridades respectivas, la educación vial debe buscar lograr la seguridad en
el tránsito y así disminuir los daños a personas y bienes materiales, dar fluidez
teniendo óptimas condiciones las vías especialmente públicas, preservar el
patrimonio vial y el parque automotor, educar y capacitar al usuario para el uso
correcto de la vía pública y otros, así como difundir la contaminación del medio
ambiente por los vehículos motorizados.

Reglamento Nacional de Tránsito

Sirve para normar la convivencia de conductores, pasajeros y peatones; es decir,


de todas las personas, niños, niñas, jóvenes, adultos, adultos mayores, tanto en
pleno uso de sus capacidades como discapacitados, que cotidianamente hacen
uso de las vías. De esta manera, la ciudadanía es una identidad que se va
construyendo desde que el niño o la niña nacen. La familia, la escuela, la
comunidad, y en las últimas décadas, los medios de comunicación, son agentes
importantes en la formación de ciudadanos y ciudadanas. Es clave reconocer que
la ciudadanía se ejerce en diferentes situaciones de la vida social. El cumplimiento
de esta norma constituye la obligación que se tiene como ciudadanos para
contribuir a la seguridad vial (propia y de los demás) y al bien común.

Autoridades de tránsito

 El Ministerio de Transportes y Comunicaciones:

Es el órgano rector, a nivel Nacional, en material de utilización y señalización de


las vías terrestres, correspondiéndoles, igualmente, observar las consultas que se
someta el gobierno y presentar las iniciativas que juzgue conveniente.

 Las Municipalidades Provinciales:

Regulan el tránsito en sus respectivas jurisdicciones, de acuerdo con sus propias


características y necesidades, ciñéndolos a las disposiciones contenidas en
este código, a sus reglamentos y la normatividad de orden general que dicte
la autoridad correspondiente, así mismo absolverá las consultas que sean
sometidas y le presentarán las iniciativas que juzguen convenientes sobre los
asuntos de su competencia.

 La Policía de Tránsito:

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Ejerce las funciones de control, dirigiendo y vigilando el normal desarrollo del
tránsito de las vías públicas. De igual manera denunciará ante las autoridades que
correspondan las infracciones previstas en el código y accidentes que se suceda.

Qué promueve la Educación Vial

La educación vial promueve el aprendizaje y cumplimiento de normas y


reglamentos. Esta se vincula al desarrollo de la autoestima, al respeto por los
otros y a los principios de convivencia social y democrática; así como al desarrollo
y consolidación de una cultura ciudadana, que involucra el reconocimiento de
derechos y deberes, y el respeto por las instituciones y autoridades. En este
marco se asume la educación vial como: el conocimiento por parte de los
ciudadanos y ciudadanas de las normas y señales que regulan la circulación de
vehículos y personas, por las calzadas (pistas) y aceras (veredas), así como la
adquisición de valores, hábitos y actitudes que nos permitan dar una respuesta
segura en las distintas situaciones de tránsito en las que se ven inmersos los
ciudadanos, sea como peatones, pasajeros o conductores. La educación vial, a la
luz de las políticas, principios y objetivos de la educación, contribuye a la
formación integral del educando; fortaleciendo el desarrollo de los aspectos físico,
afectivo y cognitivo, y promoviendo capacidades, valores y actitudes; que le
permiten aprender a proteger su integridad y a participar en la construcción de su
ciudadanía, asumiendo sus derechos y responsabilidades frente a las situaciones
de riesgo que atenten contra su vida.

Seguridad Vial

La seguridad vial consiste en la prevención de accidentes de tránsito o la


minimización de sus efectos, especialmente para la vida y la salud de las
personas, cuando tuviera lugar un hecho no deseado de tránsito. También se
refiere a las tecnologías empleadas para dicho fin en cualquier vehículo de
transporte terrestre (ómnibus, camión, automóvil, motocicleta y bicicleta). Las
normas reguladoras de tránsito y la responsabilidad de los usuarios de la vía
pública componen el principal punto en la seguridad vial. Sin una organización por
parte del estado y sin la moderación de las conductas humanas (particulares o
colectivas) no es posible lograr un óptimo resultado.

Las personas

Cada persona, en forma individual o colectiva, es el elemento más importante que


interviene en forma directa y activa en el tránsito; a las personas se les denomina
también usuarios de las vías, y de acuerdo al rol que desempeñan son: los
peatones, los pasajeros, los ciclistas, así como los conductores que transitan por

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la vía pública en vehículos, sea que se desplacen en forma individual o que
trasladen a otras personas o transporten objetos.

Enseñanza de hábitos saludables en la circulación por la vía pública y que


tiene como finalidad evitar accidentes fatales

A instancias de la educación vial se enseñan las normas que regulan el correcto


tránsito por las vías de una ciudad, caminos y las rutas, y el comportamiento
responsable que deben desarrollar cada uno de sus actores principales,
automovilistas, peatones, ciclistas, entre otros.

El objetivo primordial es ordenar el tránsito y evitar la sucesión de accidentes que


se cobren víctimas fatales.

Lamentablemente, los accidentes viales han ido in crescendo en la mayor parte


del mundo como consecuencia de la falta de educación y de responsabilidad en la
circulación.

La educación vial, por caso, debe ser promovida y enseñada por los gobiernos a
través de la supervisión de cursos de manejo, exámenes de conducir y campañas
de concientización en los medios de comunicación masiva.

Promover la seguridad de todos los actores que transitan por las calles a
través del conocimiento certero de infracciones, señalización y herramientas
seguras

La misma abarca varios aspectos como ser la conducción de automóviles, el


conocimiento de las señales viales, los elementos y dispositivos usados para
proteger la vida, conocimiento de las infracciones que puede cometer y las
sanciones previstas para las mismas, y lo que está prohibido hacer en la
circulación por la vía pública, entre otras cuestiones.

La educación vial cuenta con un acervo teórico desarrollado a partir de los


accidentes y siniestros que suceden a diario en las calles

Esta teoría se relaciona principalmente con la convivencia adecuada de los


diferentes vehículos, del manejo de los mismos frente a la presencia de
fenómenos específicos y del cuidado primordial del bienestar del transeúnte.

La educación vial tiene como principal objetivo organizar y ordenar no sólo el


tránsito vehicular si no aportar las herramientas para que las muertes a causa de
accidentes que involucran vehículos disminuyan, asegurando así bienestar a toda
la población. Algunos elementos de la educación vial pueden, sin embargo,
cambiar de país en país aunque la base es la misma.

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Se basa en conocimientos teóricos que hacen al manejo de estos vehículos, por
ejemplo el modo de actuar en determinadas situaciones o las reglas a seguir en
casos específicos (por ejemplo, utilizar el cinturón de seguridad, respetar los
semáforos, dar paso a los peatones en los cruces donde existe la senda peatonal,
etc.). Estas reglas están por lo general asentadas de manera ordenada y escrita
de modo que no quede lugar a la especulación o a la decisión particular de cada
individuo.

Al mismo tiempo, la educación vial cuenta con herramientas prácticas que sirven
para agregar mayor información. Aquí es cuando hablamos de carteles, signos y
símbolos que son dispuestos a lo largo de las calles, carreteras o vías de
transporte y que implican determinadas informaciones tales como avisos,
prohibiciones o advertencias.

Hay una gran variedad de símbolos y carteles que se utilizan en este tipo de
educación y la mayoría de ellos está realizado con colores llamativos como el rojo,
el amarillo, el azul.

Por otra parte, el conocimiento de los elementos que dispone un conductor para
su seguridad debe ser uno de los contenidos básicos de la educación vial. Entre
ellos se distingue especialmente el cinturón de seguridad, aquel elemento
presente en todos los vehículos, tanto en los asientos del conductor como sus
acompañantes.

El objetivo del cinturón es restringir los movimientos de los ocupantes del vehículo
y ante una eventual colisión evitar que sufran heridas al golpearse con otros
objetos dentro del automóvil, e impedir que sean despedidos fuera del auto.

Otros elementos que revisten importancia para la seguridad de los conductores


son los apoyacabezas, los espejos retrovisores y los matafuegos.

Y por el lado de los ciclistas y motociclistas, la educación vial, debe hacer hincapié
en la utilización de cascos protectores

Prevención de accidentes de tránsito

El concepto de seguridad vial se utiliza para referirse a todo el conjunto de


medidas, disposiciones, normas, entre otras, que existen en torno a la circulación
de personas y automóviles por las calles y autovías, y que tiene la clara misión de
prevenir accidentes de tránsito que involucren a los sujetos mencionados.

Todas las personas, especialmente, las que vivimos en las grandes ciudades,
debemos convivir con el tránsito, que en los horarios llamados pico, por la enorme
circulación de personas y de autos que se trasladan de sus casas al trabajo, a la

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escuela, entre otros lugares, es ciertamente intenso y además peligroso, porque
todos quieren circular, llegar rápido y en ese afán muchas veces se generan
tremendos accidentes viales que hasta le cuestan la vida a peatones y a
automovilistas.

Políticas que previenen, normas que castigan

Entonces, la seguridad vial, implementada y regulada por supuesto desde el


mismo estado, se propone combatir esta problemática a través de la
implementación de normas tendientes a ordenar el tránsito y la circulación y por
supuesto promoviendo el castigo contra aquellos que contravienen alguna de
estas medidas.

El compromiso de los peatones y automovilistas

Pero más allá de la responsabilidad del estado a la hora de promover políticas en


este sentido y de ejercer el rol de contralor de las mismas, también debe haber un
compromiso de peatones, de ciclistas y de automovilistas, regulares sujetos de
circulación por las vías, en lo que respecta al respeto de las normas y su
compromiso absoluto para generar un tránsito más seguro.

Parte de ese compromiso que mencionamos tienen que ver con que por ejemplo
los automovilistas respeten las zonas exclusivas de cruce de peatones, y las ciclo
vías, por las cuales transitan los ciclistas, con el respeto de las velocidades
máximas y mínimas de circulación por rutas, calles, entre otros.

Por su parte, los peatones también tienen que cumplir normas cuando circulan por
las calles, especialmente cruzando por donde corresponde y respetando su turno
de cruce. Muchos accidentes de tránsito están vinculados a esto, a que los
peatones no cruzan por donde deben y entonces los automovilistas desprevenidos
los atropellan.

Elementos que suman a la seguridad

También dentro de la seguridad vial debemos incluir todos aquellos elementos que
influyen en el aumento de la misma, tales como carteles indicadores que anticipan
los cruces o curvas peligrosas y los componentes que disponen en esta materia
los automóviles como ser: frenos, luces, airbag, cinturón de seguridad, entre los
más importantes.

No al uso de teléfonos celulares porque distraen

Y no debemos soslayar la importancia de la atención tanto por parte de peatones


como de automovilistas. La ausencia de esta, especialmente respondiendo

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mensajes y atendiendo llamados telefónicos, ha sido la causa de muchos
accidentes viales.

Principio de la responsabilidad

Todos los usuarios de la vía pública que se comporten siguiendo el principio de


responsabilidad y, por tanto, cumplan las normas de tráfico, tienen el derecho a
esperar que los demás usuarios también las cumplan y, por lo tanto, hagan uso
adecuado de ellas. Este principio nos diría: «Ten confianza, que en general todos
van a cumplir lo establecido». No obstante, a pesar de lo establecido por este
principio, los usuarios deben prever los comportamientos defectuosos de los
demás, como veremos en el principio siguiente.

Todos los conductores y demás usuarios de la vía pública asumen la


responsabilidad de cumplir la normativa existente, evitando ser un peligro u
obstáculo para los demás usuarios, adoptando un comportamiento adecuado en
cada momento y asumiendo las consecuencias de sus actos. Aunque todos los
principios que vamos a tratar son importantes, éste lo es posiblemente más, ya
que si no somos conscientes de la responsabilidad que asumimos cuando usamos
las vías públicas y efectivamente la asumimos, la circulación sería un caos y
supondría un gran peligro para todos.

En determinadas circunstancias, el principio de seguridad o de la defensa se


antepone al de confianza. Nadie debe confiar ilimitadamente en que los demás
usuarios cumplan al pie de la letra las normas reglamentarias; en casos
excepcionales algún usuario puede tener un inesperado cambio de actitud y un
comportamiento contrario a las normas. Este principio, por lo tanto, nos obliga a
prever un comportamiento contrario a las normas de circulación para evitar daños
y a circular por las vías públicas defensivamente, es decir, contando con la
eventual imprudencia de los demás partícipes en el tráfico. Este principio es, pues,
el complemento del «de confianza» y de él se deriva una de las normas esenciales
de la circulación: la prudencia.

Principio de la circulación dirigida

Este principio nos dice que los conductores deben ser dueños del movimiento de
su vehículo en todo momento. Nos obliga, pues, a concentrar toda nuestra
atención y nuestra conciencia a la actividad de conducir, sin distracciones que nos
hagan perder el dominio sobre nuestro vehículo y, por lo tanto, provocar daños a
los demás usuarios.

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La norma general de circulación indica que se debe circular por la derecha. Este
principio dice que si existe un obstáculo que impida el paso, altere o limite esta
regla, debe estar convenientemente señalizado.

Como se ve, este principio es complementario al de la confianza, ya que si no


existe ninguna señal que indique alguna alteración de la normal circulación, el
conductor circulará con la confianza de que no hay ningún obstáculo, y si lo
hubiera, estaría señalizado.

Pensamientos erróneos sobre la educación vial

En muchas ocasiones se piensa que la Educación Vial es algo propio de la edad


escolar y que los adultos sólo se educan vialmente cuando van a la autoescuela y
nada más lejos de la realidad. En cada edad afrontamos nuestra relación con el
tráfico de una manera diferente y por lo tanto, en cada edad nuestro
comportamiento es distinto: por limitaciones físicas, por ejemplo las personas
mayores, por motivos profesionales, por ejemplo repartidores, transportistas, etc.,
y por motivos familiares o educativos, por ejemplo padres, madres, profesores,
para los que la Educación Vial no sólo es algo necesario para ellos mismos sino
que se convierte en una asignatura que deben enseñar a sus hijos/as y
alumnos/as.

Por todo ello la Educación Vial debe llegar a todos los ciudadanos ya sean
menores, jóvenes o adultos; a través de la escuela, de centros educativos para
adultos, asociaciones de vecinos/as, culturales, de consumidores, etc. Por este
motivo este taller pretende introducir a todos los/las interesados/as en contenidos
de Educación Vial que afectan de una forma general a la mayoría de los/las
ciudadanos/as.

La educación vial, es fundamentalmente un tema social y por consiguiente nos


implica a todos (niños/as, jóvenes, adultos). No basta con marcar en las leyes los
derechos y deberes de unos y otros. Las normas habrá que interiorizarlas en unos
hábitos y actitudes de comportamiento, respetarlas, apreciarlas y considerarlas
como un bien social como un respeto propio y respeto a los demás en la defensa
de la vida.

La educación vial pretende transmitir determinados comportamientos y reglas


dirigidos a adquirir o mejorar el sentido vial, y que se comprenda que la educación
vial no es sólo un mero repertorio de normas y consejos destinados a mejorar loa
seguridad en el uso de las vías públicas, sino que su verdadera importancia radica
en los contenidos referidos a valores y actitudes. Estos valores pueden ser entre
otros, los siguientes:

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- Percepción del riesgo.
- Respeto a las señales y normas.
- Solidaridad.
- Tolerancia.
- Responsabilidad.
- Autonomía personal.
- Salud y vida.
- Orden.

Las bases fundamentales sobre las que debe asentarse la educación vial son;
Aprender a vivir en comunidad, desarrollar hábitos de convivencia ciudadana, de
autonomía y de respeto a las normas básicas de convivencia, así como el
desarrollo del sentido de la responsabilidad. Cabe destacar a la familia como el
primer ecosistema social y base esencial del desarrollo del niño/a.

Recursos didácticos para la educación vial

Los recursos didácticos en la Educación Vial son elementos que forman parte de
la programación educativa e intentan una adecuación de los aprendizajes viales
teóricos a una realidad vial personalizada. El diseño de los recursos didácticos de
Educación Vial en distintos soportes (impresos, audiovisuales, informáticos...)
permiten ser empleados según las realidades concretas de los destinatarios. La
palabra clave en cuanto a la seguridad vial, es la prevención. La prevención se
logra promoviendo una cultura social, como elemento motivador e impulsor de
cambios sociales

Un ejemplo claro de recurso didáctico para promover la prevención al volante, son


las campañas publicitarias que se ponen en marcha desde diferentes ámbitos
(Gobierno, Dirección General de Tráfico…).

Desarrollo

La seguridad vial puede dividirse en primaria (o activa), secundaria (o pasiva) y


terciaria. La seguridad primaria es la asistencia al conductor/a para evitar posibles
accidentes (por ejemplo, las luces de freno y de giro). La seguridad secundaria
busca minimizar las consecuencias de un accidente al momento en éste que
ocurre (el airbag, el cinturón de seguridad y las sillas de seguridad). Por último, la
seguridad terciaria intenta minimizar las consecuencias después de que ocurre el
accidente (como el corte del suministro de combustible para evitar incendios).

Los especialistas reconocen diversos factores que atentan contra la seguridad vial,
como el exceso de confianza a la hora de conducir, la comodidad que brindan los

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vehículos actuales (que permiten alcanzar grandes velocidades casi sin que el
conductor lo note) y el consumo de alcohol.

Los accidentes de tráfico suelen ocurrir principalmente por los siguientes


factores:

Factor humano: Los factores humanos son la causa del mayor porcentaje de
accidentes de tránsito.

• Conducir bajo los efectos del alcohol (mayor causalidad de accidentes),


medicinas y estupefacientes.

• Realizar maniobras imprudentes y de omisión por parte del conductor/a:


(conducción temeraria/peligrosa)

• Salud física y mental del conductor/a o peatón no aptas. (Ceguera,


daltonismo, sordera, etc.).

• Peatones que cruzan por lugares inadecuados, juegan en carreteras,


lanzan objetos resbaladizos al carril de circulación (aceites, piedras).

Factor mecánico:

• Vehículo en condiciones no adecuadas para su operación (sistemas


averiados de frenos, dirección o suspensión).

• Mantenimiento inadecuado del vehículo.

Factor climatológico y otros:

• Niebla, humedad, derrumbes, zonas inestables, hundimientos.

• Semáforo que funciona incorrectamente.

De acuerdo con lo expuesto hasta ahora, consideramos importante que todos los
ciudadanos/as tengan conocimiento de los principios, códigos y normas que
regulan la seguridad vial para evitar posibles daños a uno mismo y a los demás.

A pesar de que hay otras muchas señales, indicaciones, reglas…vemos oportuno


centrarnos sobre todo en las siguientes:

El peatón:

Un peatón es la persona que, sin ser conductor/a, transita a pie por las vías
públicas. También se consideran peatones los que empujan cualquier otro
vehículo sin motor de pequeñas dimensiones o los minusválidos que circulan al
paso con una silla de ruedas con motor o sin él.
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Normas generales de circulación de peatones por la vía pública:

Los peatones deberán circular siempre por el centro de las aceras, ni muy
pegados al borde de la calzada, para evitar ser atropellados por algún vehículo, ni
muy pegados a las casas, por si hubiera entradas o salidas de garajes. Tampoco
caminarán por el bordillo ni invadirán nunca la calzada, salvo para cruzarla.

Si la calle por la que se camina no tuviera acera o existiese algún obstáculo y


fuera totalmente imprescindible pasar por ese tramo, se circulará lo más pegado
posible a la pared y a ser posible de cara al tráfico, de esta forma se podrá ver de
frente a los vehículos que se aproximan.

Los niños/as pequeños/as deben ir siempre de la mano de los adultos, procurando


que jueguen o conduzcan triciclos o bicicletas en lugares cerrados al tráfico y
nunca en la calzada. Los adultos deben tener especial cuidado cuando los
niños/as jueguen a la pelota ya que ésta se le puede ir a la calzada y la natural
tendencia de los niños/as a correr detrás de ella, hace que esta situación sea muy
peligrosa. Se les debe insistir en que no vayan a por ella y que esperen a que un
agente del tráfico o una persona mayor se la recoja. No se deben llevar animales
sueltos, pueden escaparse y producir situaciones de peligro para otros usuarios de
la vía pública.

Los peatones deben circular por los lugares reservados para ellos y no hacerlo
por los prohibidos; por ejemplo, circularán por zonas peatonales y no lo harán
por autopistas y autovías.

Sistemas de seguridad
El uso del cinturón de seguridad:

Cuando se produce una brusca frenada los pasajeros del vehículo son impulsados
hacia delante con una gran fuerza que será mayor cuando la velocidad y la
intensidad de la detención sean mayores. Las consecuencias son claras, si el
cuerpo no está sujeto al asiento, la fuerza de la inercia hace que salga disparado
como un proyectil contra los cristales, salpicadero, volante, etc.

Se ha demostrado que el uso del cinturón de seguridad reduce considerablemente


el número y gravedad de las lesiones. Se calcula que su utilización disminuye en
más de un 40% el número de muertos y heridos, en caso de velocidad elevada, y
un 60% en caso de velocidades más reducidas. Modernos estudios dividen por
nueve el riesgo de fallecimiento o de heridas graves en la cabeza y reducen a la
cuarta parte el riesgo de lesiones de otro tipo.

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En caso de choque trasero o vuelco, el cinturón de seguridad es igualmente eficaz
ya que evita el desplazamiento de los ocupantes dentro de los vehículos o su
salida brusca al exterior del mismo.

Normas básicas de utilización

Para que el cinturón de seguridad cumpla con su misión se deben respetar las
siguientes normas:

1. La banda horizontal debe estar colocada lo más bajo posible, es decir, entre la
pelvis y los muslos, nunca sobre el abdomen.

2. La banda diagonal debe sujetar el hombro, apoyándose en la clavícula, a la


mitad de camino entre ésta y el cuello

3. Se debe comprobar que ninguna de las bandas estén retorcidas o


enganchadas.

4. El asiento y el apoyacabezas también complementan el cinturón. El llamado


“efecto submarino” que se produce cuando el cuerpo del ocupante se desliza por
debajo de las bandas del cinturón, puede evitarse si el respaldo del asiento no
está demasiado reclinado. El apoyacabezas debe estar colocado correctamente.

5. No utilizar pinzas u otros utensilios que den holgura al cinturón, pues haría que
éste fuera ineficaz

6. Utilice el cinturón cuando se viaje en las plazas traseras por su seguridad y por
la de los pasajeros que viajan en los asientos delanteros, pues si no se hace
podrían ser aplastados, ya que una persona con un peso normal podría llegar a
pesar lo que un elefante en una colisión.

Las drogas y los medicamentos

La legislación sobre el tráfico prohíbe circular por la vía pública a todo conductor
que haya ingerido drogas tóxicas o estupefacientes o se encuentren bajo los
efectos de medicamentos u otras sustancias que alteren el estado físico o mental
que le permita conducir con seguridad y sin peligro. Las drogas producen efectos
muy negativos para la conducción ya que modifican el comportamiento normal del
conductor, dificultando o impidiendo la realización de las complejas tareas de la
conducción. El síndrome de abstinencia, que algunas drogas producen cuando se
dejan de tomar, añade peligros y puede acarrear consecuencias fatales.

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1. El café

El café y otras infusiones excitantes también producen efectos no deseables para


una conducción segura. La cafeína es un excitante psíquico y psicomotor. Es
estimulante del sistema nervioso afectando al ritmo y frecuencia cardiaca. En
general el café espabila, disminuye la fatiga, aumenta la rapidez de pensamiento,
etc. pero, si se toma en exceso, puede influir negativamente en la conducción ya
que puede producir intranquilidad, nerviosismo, excitación, agitación psicomotriz,
etc.

2. El tabaco

En contra de la opinión generalizada, debemos decir que no se debe fumar


mientras se conduce ya que el consumo de tabaco puede disminuir los reflejos y la
capacidad de reacción. El humo de los cigarrillos irrita los ojos y contribuye al
cansancio ocular del conductor. Por otro lado, el fumar y algunas operaciones en
torno a ello, como encender el cigarrillo, tirar la ceniza, etc. pueden distraer la
atención.

3. Los medicamentos

Aunque la toma de medicamentos es necesaria para la salud, en algunas


ocasiones puede producir alteraciones en las aptitudes para la conducción. Como
norma general los medicamentos tienen efectos beneficiosos sobre la
enfermedad, pero pueden producir depresión, decaimiento, sueño, fatiga, etc. Los
efectos de algunos medicamentos aumentan si se mezclan con alcohol. Entre los
medicamentos se pueden citar:

Los analgésicos

Que se utilizan para combatir el dolor. Algunos de estos medicamentos producen


una primera base de bienestar y tranquilidad y una segunda fase que
puede producir falta de concentración.

Los antihistamínicos

Se suelen usar para el tratamiento de las alergias. Pueden producir ansiedad,


sedación, insomnio, alteraciones de la visión, etc. Existen antihistamínicos más
recientes que afectan menos a la capacidad de conducir.

Los estimulantes

Como otros medicamentos producen, en una primera fase, euforia, retrasan la


aparición de la fatiga, producen una gran agilidad mental, pero en una segunda
fase producen depresión, decaimiento, sueño, fatiga, etc.

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Los tranquilizantes

Son los típicos medicamentos que se toman para relajar los nervios. Pueden
producir sueño, relajamiento muscular y dificultad para moverse. En general se
debe tener en cuenta que si se está tomando algún medicamento y se tiene dudas
sobre si puede tener efectos negativos para la conducción, se deberá leer los
prospectos para comprobar si se puede conducir o no. Si queda alguna duda se
debe consultar al médico.

4. El alcohol

El alcohol es una droga que, incluso en pequeñas dosis, tiene una influencia muy
negativa en la conducción, ya que pasa a la sangre y en ella es transportado a
todo el organismo, afectando negativamente al cerebro, a la vista y a otros
órganos, lo que hace que se perturben las aptitudes del conductor. Los efectos del
alcohol dependen de factores personales y de la modalidad de ingestión:
Personales: el peso, la edad, el hábito o costumbre, la sensibilidad y
características del organismo, las circunstancia del momento, etc.

De la modalidad de ingestión: la cantidad de bebida tomada, de la mayor o menor


concentración del alcohol que contenga la bebida, de que se tome en ayunas, de
que se tome rápidamente o a intervalos, de que se esté tomando algún
medicamento, etc.

1. Efectos que produce el alcohol en la conducción.

El alcohol produce los siguientes efectos:

– Un falso estado de euforia, seguridad, optimismo y confianza en sí mismo, lo


que le lleva a sobrevalorar sus propias capacidades.

– Disminuye los reflejos y aumenta el tiempo de reacción, lo que hace que


aumente la distancia recorrida desde que el conductor percibe un peligro hasta
que acciona los mandos del vehículo.

– Produce importantes alteraciones en la visión, altera la capacidad de


acomodación y de seguir objetos con la vista. Se reduce el campo visual,
disminuyéndose el ángulo de visión.

– Provoca una incorrecta apreciación de las distancias, la velocidad, modificación


de la percepción y valoración del riesgo, etc.

– Modifica ciertas capacidades necesarias para una correcta conducción, como:


juicio, razonamiento, atención y concentración, estado de ánimo, etc., produciendo
sueño y fatiga.

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2. La alcoholemia

Es la concentración de alcohol en la sangre. La tasa de alcoholemia se mide en


gramos por litro de sangre, aunque también se puede medir en mlg/ en aire
inspirado. En España la tasa máxima de alcohol en sangre permitida es de 0,5
gramos/litro, para los conductores de turismos, motocicletas y vehículos similares.
Para los conductores de vehículos de transporte de mercancías de más de 3.500
kilogramos de peso máximo autorizado y para los de transporte de viajeros de
más de nueve plazas, la tasa máxima permitida es de 0,3. Para los conductores
de cualquier vehículo, durante los dos años siguientes a la obtención del permiso
de conducción, la tasa máxima permitida es de 0,3. La tasa de alcoholemia
alcanza su punto máximo, según las personas, entre los 30 y 90 minutos después
de haber tomado la última copa, se irá disminuyendo, aproximadamente, 0,2
gramos/litro por cada hora transcurrida.

Los agentes de la circulación podrán someter a la prueba de alcoholemia a


cualquier usuario de la vía pública que se vea implicado en un accidente de
circulación, así como a todos los conductores que presenten síntomas evidentes
de que conducen bajo los efectos del alcohol, o aquellos que sean requeridos por
los agentes por cometer alguna infracción o en los controles de prevención de la
alcoholemia. Si el conductor conduce con una tasa de alcohol superior a la
permitida, la autoridad puede inmovilizar el vehículo hasta que el conductor
reduzca la tasa de alcohol que le permita conducir con seguridad, o retire el
vehículo otro conductor que esté en condiciones de conducir.

3. Recomendaciones para circular con más seguridad

– Si bebes no conduzcas es algo más que un eslogan publicitario, es una norma


que todos deben cumplir.

– Si se está en un acto social y no se tiene más remedio que beber, se debe


procurar ingerir bebidas sin alcohol o con menor grado, como por ejemplo:
refrescos, colas, cervezas sin alcohol, etc.

– Y si no se ha podido evitar una ingesta excesiva de alcohol, se debe dejar el


vehículo, o solicitar que sea conducido por otra persona (familiar o amigo) que
esté en óptimas condiciones para conducir.

– Si no se es conductor, hay que negarse a montar en un vehículo que pretenda


ser conducido por un conductor que esté bajo la influencia del alcohol.

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Conducción económica:

El estilo de conducción incide en gran medida en el consumo de cualquier


automóvil, ya que los conductores tienen determinadas costumbres que aumentan
el gasto en combustible y que, en ocasiones, aceleran el envejecimiento del
vehículo. Estos malos hábitos pueden corregirse siguiendo unos sencillos
consejos al volante y en el mantenimiento del vehículo.

Poner el coche en funcionamiento ya consume energía, pero, a diferencia de lo


que la gente suele creer, lo hace de forma muy controlada poniendo en marcha el
motor con el mínimo esfuerzo posible, por lo que siempre debemos arrancar sin
acelerar. La manera de comenzar la marcha será distinta dependiendo de la clase
de motor, por ejemplo, si el motor es de gasolina nos pondremos en marcha
inmediatamente después del arranque. Sin embargo, si se trata de un motor diesel
tendremos que esperar aproximadamente tres segundos antes de empezar a
circular para permitir que la bomba de aceite engrase el motor.

La forma más eficiente de conducir es hacerlo en las marchas más largas posibles
manteniendo el motor a bajas revoluciones puesto que el vehículo avanza más
con un menor esfuerzo energético. Así, el correcto empleo de la caja de cambios
es vital para el ahorro, por lo que debemos prestar atención al cuentarrevoluciones
o guiarnos por el marcador de velocidad. Por regla general, en los motores de
gasolina la aceleración y el cambio de marcha debe realizarse cuando se han
alcanzado las 2.000 o 2.500 rpm. En cuanto a los diesel, lo haremos entre las
1.500 y 2.000 rpm.

Si preferimos orientarnos mediante la velocidad utilizaremos la primera velocidad


únicamente para iniciar el movimiento cambiando a segunda velocidad una vez
recorridos seis metros desde la puesta en marcha; de segunda a tercera a partir
de los 30 km/h; circularemos en cuarta a partir de los 40 km/h e insertaremos la
quinta velocidad si conducimos por encima de los 50 km/h.

Durante la conducción es conveniente mantener la velocidad de circulación lo más


uniforme posible evitando frenazos bruscos. Para ello, en las reducciones es
aconsejable ir parando el vehículo con el freno y reducir en el último momento.
Mediante esta técnica no sólo se reduce el consumo, sino que ayuda a disminuir la
contaminación acústica.

Por otra parte, también es importante intentar mantener el motor al ralentí el


menor tiempo posible puesto que, en contra de la creencia popular, en punto
muerto el vehículo tiene un consumo fijo de aproximadamente medio litro de
carburante por hora. Si pretendemos ahorrar combustible es más aconsejable
poner una marcha larga y dejar que el automóvil ruede con ella sin acelerar. De

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esta forma el movimiento de las ruedas mantendrá el motor en marcha y, a más
de 20 km/h, el consumo de gasolina será nulo.

También ayuda a ahorrar energía hacer un uso racional de los accesorios del
vehículo. En consecuencia, se recomienda utilizar los elementos del sistema
eléctrico como el aire acondicionado sólo cuando sean imprescindibles y a
temperaturas moderadas de forma que el gasto sea menor.

De la misma manera, hay que evitar situaciones desfavorables para una


conducción económica como viajar con las ventanillas abiertas y llevar elementos
exteriores (la baca o cajones) si no se están utilizando porque estos añadidos
modifican la aerodinámica del automóvil provocando que el consumo aumente.

Al margen de estos aspectos a tener en cuenta a la hora de conducir, hay otro


factor importante que interviene de forma decisiva en la reducción del consumo
como es el mantenimiento mecánico. Evitar averías siempre es una fuente de
ahorro y por eso es conveniente realizar revisiones del motor, no retrasar los
cambios de aceite y filtros y controlar al menos una vez al mes que la presión de
los neumáticos sea la correcta.

La ventaja principal de la conducción económica, además de ahorrar dinero, es


que gracias a estas técnicas se contribuye rebajar la contaminación tanto
ambiental como acústica reduciendo al menos en un 15% las emisiones de CO2 a
la atmósfera. Al estar estas emisiones relacionadas con el consumo de gasolina o
gasóleo si disminuimos este consumo conseguiremos limitar en parte la
contaminación.

Conclusiones

Toda esta información expuesta no es simplemente una enumeración de los


sistemas más importantes, sino una explicación del concepto de seguridad en el
automóvil. Éste concepto se apoya en que el responsable es el conductor, el
vehículo es una mera ayuda en la conducción y, llegado el caso, paliador de los
posibles daños físicos causados por un accidente.

Los accidentes ocurren porque los conductores no ven el peligro que supone estar
conduciendo a 150Km/h. Esta velocidad puede ser considerada normal en muchas
autopistas aunque el límite esté en 120Km/h. Es cierto que a esa velocidad si el
conductor usa correctamente la seguridad de su coche, el peligro es menor, el
airbag junto a los cinturones de seguridad (bien colocados) pueden salvarle la
vida. Los sistemas de seguridad son buenos pero está dicho que son un arma de
doble filo: cuanta más seguridad más confianza.

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Concienciar sobre los riesgos de la circulación, formar e informar sobre las normas
de tráfico o sobre la responsabilidad que supone llevar un coche, así como un
comportamiento adecuado de todos los usuarios de la vía (peatones, pasajeros y
conductores), son algunos de los objetivos que buscamos con este seminario.

La educación vial juega un papel muy importante para evitar los accidentes de
tráfico y reducir así las altas tasas de siniestralidad. Y es que aprender desde
pequeños cómo evitar conductas temerarias o insolidarias en la carretera o el
fundamento de las normas de tráfico contribuye a crear una conciencia colectiva
para eliminar la lacra de la alta tasa de accidentes en las carreteras.

Además, los jóvenes son precisamente el colectivo más afectado por los
accidentes de tráfico, que es la primera causa de muerte en personas de entre 18
y 25 años, mientras que el conductor que más provoca accidentes es el varón de
entre 25 y 29 años, a lo que hay que añadir que los menores de 25 años
representan el 50% de los afectados por tetraplejias y paraplejias.

Es importante el diseño de recursos y material didáctico que facilite el aprendizaje


significativo de los individuos para poder afianzar una cultura de seguridad vial. La
seguridad vial requiere de la prevención, de la educación y formación y de la
promoción, para que las personas estén bien informadas y asimilen la cultura vial.

Para finalizar nuestra exposición, queremos resaltar la importancia de ser


personas responsables a la hora de usar las vías públicas, ya sea en calidad de
peatón, conductor o pasajero. Uno de los principales problemas de la sociedad
actual es que cuando buscamos la diversión, olvidamos ciertos aspectos vitales
que aumentan el riesgo de accidentes. Debemos pensar que cuando conducimos
no estamos solos en la carretera, y que conduciendo bajo los efectos de alcohol o
sustancias estupefacientes podemos provocar un accidente. ¿Quién nos dice que
no podemos cruzarnos con un familiar o amigo? Detrás de cada vida, hay una
familia y una historia que acaba de forma trágica.

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