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POR QUÉ FRACASAN LOS PAÍSES

Juan Carlos Canchos Huamani

Para esta breve ensayo crítica se propone como apertura un proyecto general por los
planteamientos claves del autor, seguido de las confrontaciones críticas que abran apertura
hacia reflexiones más amplias en la generación de pautas para acercamientos más
precisos al fenómeno de la pobreza, en la búsqueda de sociedades más satisfactorias.

La prosperidad y la pobreza, dos elementos que serán contrapuestos a propósito del


fracaso de los países, toman su cause a partir de la visión institucional de la pobreza como
factor causal, mediante lo que Acemoglu ha llamado una sencilla teoría que plantea líneas
generales de desarrollo económico y político. Los orígenes históricos de la relatividad de
los niveles de vida alrededor del mundo van a tener punto de partida durante los últimos
doscientos años a partir de la diferenciación económica apoyada en el planteamiento de la
aparición y flujo de las trayectorias institucionales en los países, que trajo consigo una
distinción entre aquellas cuya identificación se apellida como instituciones inclusivas o como
instituciones extractivas, diferenciación en función de la extracción de recursos, quien
deciden sobre esos recursos para su uso, distribución y utilidad, y a quién beneficia.

De igual modo, la diferenciación de ambas formas de institucionalidad son correspondientes


a las formas de participación política ya sea democrática versus la implantación de
regímenes autoritarios, excluyentes respecto de la sociedad; lo que respectivamente traerá
consigo la generación de un desarrollo económico sostenido para el primer caso, y un
crecimiento económico limitado, temporal, para el segundo caso, cuyo auge económico la
mayoría de veces tiende a ser confundido con la eficacia de la institucionalidad en
correspondencia con la rigidez del direccionamiento político. Frente a ello el autor será
reiterativo a la hora de asegurar que durante los últimos trescientos años son las
instituciones inclusivas las que han crecido.

Clave es entonces entender el papel de las instituciones como las encargadas de la


adopción de políticas en la reducción del fracaso de los mercados y la fomentación del
crecimiento económico; fracaso que por mucho tiempo organizaciones internacionales han
atribuido a las ignorancia de los políticos y no al reconocimiento del papel determinante de
las instituciones. En este sentido, la implementación de cualesquiera cambios significativos
para la erradicación de la pobreza y el fomento de la prosperidad serán inocuos sino hay
cambios estructurales, es decir, sino se aborda la raíz del problema, si las instituciones en
sí son la causa del problema.

“Un ejemplo de ello es la ineficacia de las instituciones a las hora de controlar los flujos
existentes de ayuda cuando se generan grandes inyecciones económicas por parte de
ayudas externas ONGs, programas internacionales siendo poco probable que los recursos
lleguen a donde deben llegar”. (estay,
1077)http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160823041702/La_economia_mundial.pdf

Se requiere entonces romper el molde pasando de instituciones extractoras a instituciones


incluyentes, lo que supone recrear la democracia en donde la cesión de poderes llegue a
un amplio sector de la sociedad y no un simple cambio de administración que mantenga el
circulo vicioso de “status quo” en la monopolización de recursos y decisiones. Se reconoce
la existencia de factores de ruptura que están predeterminados históricamente y cambian
despacio, también la existencia de coyunturas críticas, acontecimientos no esperados que
abre la posibilidad de cambios a nuevos procesos a partir de movilizaciones sociales que
lejos de intereses particulares y sectorizados conllevan a reformas políticas duraderas.

Con la apertura de los mercados y la preponderancia del capitalismo, el debate acerca del
papel del Estado como institucionalidad máxima legitimada por las particularidades de cada
sociedad entró en debate; se defendía por un lado la minimización del estado para la
apertura del mercado como el mejor asignador de recursos que se entendía como el paso
hacia la vía libre de las libertades individuales, todo se resumió con la ida de que (el estado
hasta donde sea posible y el mercado hasta donde sea necesario) Por el contrario, el estado
máximo, promulgaba el papel fundamental de dicha institución como el garante de los
derechos y deberes de los individuos, el (padre) que estaría a cargo del bienestar de sus
pueblos y ello significaba el control de las de los mercados. Ambas visiones determinarían
un riesgo, por un lado, la pérdida del control sobre los bienes de las sociedades y por otro
lado, el monopolio del poder por parte de los gobiernos a partir de la implantación de
regímenes autoritarios, antidemocráticos y cerrados a la apertura de otros mundos. De esta
manera la institucionalidad paso a ser la mejor opción para la garantía de las sociedades,
sin embargo, la misma institucionalidad llegó a convertirse en lo que podría llamarse una
amenaza contraproducente; pues bien podían llegar a ser tan inclusivas como se lo
propusieran, como extractivas en el acaparamiento de recursos y la monopolización de los
mismos. De esta manera la existencia de políticas para el bienestar y las libertades de las
sociedades, no llega muchas veces a corresponderse con el cumplimiento de las mismas.
Los planteamientos de Acemoglu tratados anteriormente determina proporcionalmente el
crecimiento económico de los países a la dinámica incluyente de las instituciones. Tal teoría
entonces demanda hacer una diferenciación elemental entre la categoría de progreso,
frente a la categoría de desarrollo. En palabras de Max Neef (El desarrollo no está en los
objetos, sino en las personas) de acuerdo con ello el desarrollo no está condicionado al
crecimiento económico de un país, lo que si puede ser comprendido como progreso, y
segundo, el desarrollo entendido en oposición a la categoría de pobreza, obliga a la
conceptualización de lo que se entiende por pobreza. El planteamiento de Acemoglu hace
una relación directa entre pobreza con la falta de renta o distribución de los recursos de un
país, acceso a ellos; concepto que históricamente ha sido complementado a partir de los
programas de subsistencia o satisfacción de necesidades básicas, que buscan que los
recursos lleguen a los más pobres. Empero esta visión nos permite remitirnos a Amartya
Sen y su diferenciación conceptual de pobreza entendida como falta de capacidades, en
donde pobre es quien (No puede llevar el tipo de vida que tiene razones para valorar) en
este sentido pobreza y desarrollo no se limita a la carencia de renta -sin llegar a confundirlo
con su no necesariedad, pero si nos permite entender, que la prosperidad de un país no
debe llegar a confundir los fines con los medios, es decir, el crecimiento económico como
finalidad última, y no el ser humano como dignificador de todo hacer.

Podemos decir que Acemolgu piensa en las instituciones inclusivas para abrir paso de la
cesión del poder a un amplio sector de la sociedad a propósito de las libertades humanas,
empero Acemolgu erra en el momento de ver la variables infinitas.

Como medio para la generación de crecimiento económico y por tanto prosperidad social,
pues la inclusión no es un medio sino un fin en sí mismo como elemento dignificador de las
libertades de todo hombre. “Si bien ambas posturas colocan al ser humano en el centro,
mientras el primero lo hace para aumentar las posibilidades de crecimiento económico, el
segundo para aumentar las opciones reales entre las que los individuos puede elegir en
palabras del presidente Pepe Mojica en su discurso de Rio, pobre no es el que tiene poco,
sino el que necesita infinitamente mucho y desea y desea más”. (mujica, 2009)
https://actualidad.rt.com/Mujica-hombre-cambio-forma-politica

Comparto con Acemolgu el papel fundamental de las instituciones en la ejecución de la


justicia social, pero difiero en tanto dicha justicia es entendida a partir de los elementos
económicos y políticos en tanto inclusión y crecimiento económico, si finalmente se
desconoce que economía es mucho más que riquezas e inclusión mucho más que un medio
para alcanzarlas

Sin embargo, Acemoglu y Robinson reconocen la posibilidad de que un país pueda alcanzar
un buen nivel de prosperidad bajo instituciones extractivas. Esto es porque las élites pueden
designar temporalmente los recursos hacia actividades altamente productivas bajo su
control por ejemplo, de la agricultura a la industria.

Pero este crecimiento económico no será sostenible a largo plazo. Así, cuando la economía
se contraiga, el crecimiento parará y el país estará en peligro de crisis económica y política.
Este es el destino que prevén para la economía china dado que el crecimiento de la nación
no está empujado por la innovación, sino por el control estatal. Elementos como la censura
de los medios de comunicación, el crecimiento tecnológico basado en la adopción de
tecnologías pero no en la innovación, y la política antiempresarial nos demuestran cómo el
sistema político y económico chino está formado por instituciones extractivas y por eso el
crecimiento económico del país no será sostenible a no ser que lleve a cabo una reforma
política que abra el camino para la instauración de instituciones inclusivas, asegurando más
libertad individual y política.

La obra sigue con un análisis de lo que los autores definen como el “círculo vicioso” y “el
círculo virtuoso” de la prosperidad. Cuando en un país las instituciones son inclusivas se
generará un círculo virtuoso. Las instituciones seguirán expandiéndose, se harán más
fuertes y para las élites será más difícil pararlas. Las instituciones inclusivas también
eliminan el peligro de que las élites exploten al pueblo, dado que ganarían muy poco con
ello y, en cambio, perderían mucho si tuviesen que reprimir y constreñir la democracia.
Elementos clave para que este círculo virtuoso funcione son el pluralismo político y los
medios de comunicación libres, que proporcionan información sobre los peligros y las
amenazas a las instituciones inclusivas. Esta idea del círculo vicioso nos explica, por
ejemplo, “por qué las reformas de los sistemas políticos en Inglaterra y en Estados Unidos
son irreversibles, dado que los ciudadanos han estado ganando más y más derechos y las
élites en el poder saben que cambiar el sistema podría poner en riesgo su mismo poder”.
(economista, 1789)https://www.eleconomista.es/especiales/elecciones-estados-
unidos/sistema-politico.php

La expectativa es que los Estados Unidos y los países de Europa Occidental sigan siendo
más ricos que los países del África subsahariana, del Oriente Medio, de los de América
central y del sureste asiático en los próximos cincuenta - cien años. A pesar de todo, sin
embargo, habrá algunos países que tendrán más suerte. Para naciones como Burundi,
Etiopía y Ruanda, gracias a su gobierno centralizado, los autores prevén un futuro mejor
que para países como Somalia, Haití o Afghanistán, en los que el gobierno es muy débil o
inexistente. En América Latina, países como Chile, Brasil y México, parecen prometer una
mejora en su situación, dado que han logrado la centralización y pluralismo político,
mientras que el panorama sigue siendo poco prometedor para Colombia, debido a su
crónica inestabilidad política, económica y su integración en el proceso político para
alcanzar la prosperidad.
En el caso peruano, la relación entre lo político y económico “no es algo que perturba a la
economía, sino más bien son dos elementos inseparables en la ecuación del desarrollo
económico”. Las mayores transformaciones en la economía peruana se presentan entre los
años 1980 y 1990, y constituye un inicio de reformas que el Estado inicia para sobrellevar
la crisis.

En consecuencia, como menciona Acemoglu y Robinson esta relación entre instituciones


políticas y económicas extractivas responden a intereses particulares de los grupos. En el
Perú, el problema de fondo es el orden económico donde los empresarios y la
gobernabilidad neoliberal son respaldados por los medios de comunicación. Protagonizan
una presunta conspiración neoliberal para que la economía y la política respondan solo a
sus intereses y no a los del ciudadano.

Un ejemplo es el caso de Lava Jato, “Odebrecht reconoció el pagó en Perú de sobornos


por 29 millones de dólares entre 2005 y 2014, comprometiendo los gobiernos de Alan
García, Toledo y Ollanta Humala”. (El Comercio: 2018) Las obras realizadas por la empresa
y en el periodo de los gobiernos en mención fueron Gasoducto Sur, Metro 1 de Lima y la
carretera Interoceánica. Además, aportes económicos en las campañas de diversos
candidatos entre ellos Keiko Fujimori y Susana Villarán.
Bibliografía

 Recuperado Junio 22,


https://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2013/11/04/resena-por-que-
fracasan-los-paises-daron-acemoglu-y-james-a-robinson/
 Recuperado Junio 22,https://www.elespectador.com/opinion/por-que-fracasa-
colombia-columna-509239
 Recuperado Junio 22, https://www.colombia.com/colombia-info/historia-de-
colombia/independencia-y-republica/1810-1815/
 Recuperado Junio 22
https://www.usfq.edu.ec/publicaciones/koyuntura/Documents/koyuntura_2014-
41.pdf
 Recuperado Junio 23http://exfera.org/es/resumen-del-libro-por-que-fracasan-los-
paises/

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