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En algunos casos, los trastornos del desarrollo (TEA) se pueden detectar a los 18 meses
o antes. Pero el momento crítico es hacia los 2 años de edad del niño, cuando ya
aparecen varios de los síntomas que definen al trastorno.
Sin embargo, hay muchos pequeños que reciben un diagnóstico mucho tiempo después,
lo que significa que hay niños con TEA que no reciben la ayuda que necesitan.
Etapa 1.
La evaluación del desarrollo es una prueba corta para saber si el niño está aprendiendo
las destrezas básicas propias de su edad o si presenta retrasos. A lo largo de esta
evaluación, el médico puede hacerles algunas preguntas a los padres o hablar y jugar
con el niño para examinar la manera en que aprende, habla, se comporta y se mueve. Un
retraso en cualquiera de estas áreas podría ser signo de un problema.
Todos los niños deben ser examinados para detectar retrasos del desarrollo y
discapacidades durante las visitas regulares al pediatra a los: 9, 18, 24 y 30 meses.
Además, todos los niños deben ser examinados para detectar específicamente los TEA
durante las visitas regulares al pediatra a los: 18 y 24 meses.
Etapa 2.
La segunda etapa del diagnóstico es una evaluación integral. Este examen completo
puede incluir un examen de la conducta y el desarrollo del niño y una entrevista a los
padres. También puede comprender pruebas de audición y de la vista, pruebas
genéticas, pruebas neurológicas y otro tipo de pruebas médicas.
La lista de indicadores del desarrollo define cada acción, conducta, etc. que los niños
deberían hacer de acuerdo a su edad. Los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) impulsa la campaña "Aprenda los signos.
Reacciones pronto", que ayuda a los padres a entender y detectar si el hijo est'a
desarrollándose correctamente.
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diagn%C3%B3stico