You are on page 1of 5

La nave New Horizons sobrevoló a comienzos de año Ultima

Thule, un objeto celeste en el extremo del Sistema Solar que es


"una antigua reliquia", la cual ha permanecido casi intacta desde
su formación hace 4.500 millones de años, según un estudio
que publica este jueves Science.

Ultima Thule -MU69 es su nombre oficial- está en el cinturón


de Kuiper a unos 6.500 millones de kilómetros del Sol, hasta
donde llegó la misión New Horizons de la NASA, para tomar
datos de ese lejano objeto de poco más de 30 kilómetros de
diámetro.

Un nuevo estudio que publica este jueves Science recoge el


análisis de los datos que New Horizont envió a la Tierra durante
las primeras semanas tras sobrevolar el objeto celeste más
lejano que ha visitado una nave espacial.

MU69 es un objeto clásico frío del cinturón de Kuiper, de los


que se cree que han permanecido casi intactos desde la
formación del Sistema Solar, debido a su órbita estable y a que
su calentamiento es escaso porque el Sol está muy alejado,
indica el estudio cuyo primer autor es Alan Stern, investigador
principal de la misión New Horizons.

Este tipo de objetos, según Stern y su equipo, conservan pistas


sobre de la historia temprana del Sistema Solar.

Las primeras imágenes llegadas a la Tierra el mismo uno de


enero sugerían que Ultima Thule estaba formado por dos
lóbulos unidos por un estrecho cuello y su forma se asemejaba
a un muñeco de nieve, tal y como lo describió en aquel
momento Stern en una rueda de prensa.

Sin embargo, los nuevos análisis detallados han establecido que


su forma es bilobada (formada por dos lóbulos) pero aplastada,
probablemente debido a un choque suave de dos objetos más
pequeños que acabaron formando un solo objeto celeste.

El lóbulo más grande ha sido bautizado como Ultima, cuya


forma es lenticular -convexa por ambos lados- y aplanada,
mientras el más pequeño se ha llamado Thule.

La sonda New Horizons, que inspeccionó Plutón en 2015, tomó


fotografías de alta resolución de Ultima Thule durante 72 horas
desde 3.500 kilómetros de distancia para reconocer su
superficie y composición.

Ahora se sabe que no hay evidencias de que Ultima


Thule tenga una atmósfera, hay poca variación en el color y
composición y no se han encontrado lunas, anillos ni nubes de
polvo orbitando a su alrededor

Estas nuevas evidencias se basan en un 10 % de los datos


recabados durante el sobrevuelo de New Horizons y se prevé
que la transmisión desde la sonda a la Tierra se complete a
mediados de 2020.

Así, aún quedan mucho por descubrir de Ultima Thule, que fue
descubierto en 2014 por el telescopio espacial Hubble y cuyo
nombre proviene de un término de origen griego usado por
geógrafos romanos y medievales para indicar un lugar "situado
más allá del mundo conocido".

You might also like