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Título:

Consumo de tabaco y ansiedad en trabajadores de servicio al cliente, en relación al

cumplimiento de metas laborales, de una empresa en Bucaramanga, Santander

Introducción

En el contexto histórico del consumo de tabaco (Monardes citado por Becoña, 2010) nos

muestra que desde la antigüedad los Indios de nuestras Indias Occidentales (América)

usaban el tabaco para así quitar el cansancio y aliviar un poco la carga del trabajo, entonces

recurrieron a dicha sustancia y realizaban el siguiente ejercicio, tomaban por las narices y

boca el humo del tabaco y quedan como muertos, estando así, descansan de tal manera, que

cuando recuerdan, quedan tan descansados que pueden retornar a trabajar otro tanto y así lo

hacen siempre que sea necesario: porque con aquel sueño recuperan las fuerzas y se

alientan mucho.

El científico alemán Franz Müller en 1939 detecto la relación entre el hábito de fumar y

el cáncer del pulmón. En 1941 Hitler fundo el instituto de estudios sobre los daños del

tabaco en la universidad de Jena. Dos años más tarde los doctores Eberhard Schairer y

Erich Schoniger comprobaron la hipótesis de Müller: fumar tabaco es causante directa de

cáncer de pulmón además los estudiosos se dieron cuenta de que no solo resultaba afectado

aquel que inhalaba directamente el resultado de la combustión de las hojas de tabaco, sino

también quien respiraba dichos humos “de segunda mano”, y acuñaron el termino

Passivrauchen – que paso a nuestra lengua como fumador pasivo- para describir a tal

sujeto. (Proctor citado por Masse, 2015, pág. 2).

Colombia presenta un 5,3% de personas discapacitadas por trastornos de ansiedad; de

acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2018, pág. 16). En


la Encuesta Nacional de Salud Mental realizada en 2015 en los adultos de 18 a 44 años

de edad se encontró que el 52,9% tiene uno o más síntomas de ansiedad. (Ministerio de

Salud y Protección Social, 2017, pág. 18-21).

Según la OMS, el tabaco constituye una de las mayores amenazas para la salud pública

que ha tenido que afrontar el mundo. Es la causa de más de 7 millones de muertes al año,

de las cuales más de 6 millones son consumidores directos y alrededor de 890.000 son

fumadores expuestos al humo ajeno; aproximadamente el 80% de los más de mil millones

de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es

mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco (OMS, 2018c).

Las personas no fumaban por casualidad, sino que esto era producido por una

sustancia psicoactiva como la nicotina, que para los fumadores es una droga. Cuando el

humo del tabaco es inhalado este atraviesa la barrera hematoencefálica y es ahí cuando

se activa su reacción adictiva y su acción se manifiesta en los sistemas nerviosos

centrales y periféricos, cardiovasculares, endocrinos, gastrointestinales y

neuromusculares (…) El consumo de tabaco va incrementándose poco a poco, una vez

que se prueban los primeros cigarrillos, desde la niñez y adolescencia, hasta la juventud

y la edad adulta, que es cuando se consolida la adicción y dependencia de la nicotina. La

consolidación del consumo viene determinada por varios factores: de tipo biológico,

psicológico y social. (Becoña, 2014, pág 8-9)

La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones

que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se

pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la

ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es por esto que la ansiedad es

considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba toda


una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común, extrema de carácter

patológico, que se manifiesta en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo,

conductual y psicofisiológico. Estos factores son expresados en diferentes ámbitos como

el familiar, social o bien el laboral. (Virues, 2005, pág, 1)

Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social (2012) 21.765 personas

mueren anualmente en Colombia por enfermedades atribuibles al consumo del tabaco.

21.765 personas mueren por enfermedades atribuibles al consumo del tabaco. De las 21.765

muertes, 3.076 son causadas por los cánceres de tráquea, bronquios y pulmón; 8.595

muertes causadas por las enfermedades isquémicas de corazón; 4.337 muertes causadas por

enfermedades cerebrovasculares; 4.584 muertes causadas por las enfermedades crónicas de

las vías respiratorias inferiores.

Para este trabajo de investigación se eligió un rango de edad de 18 a 25 años teniendo en

cuenta que en el reporte del estudio nacional de consumo de sustancias psicoactivas en

población escolar Colombia 2016 (Observatorio de Drogas de Colombia, 2016, pág. 20) se

observa que entre los 12-15 años de edad hay una prevalencia del consumo de 4,7%, esta

cifra aumenta a 13,5% para las edades entre 17-18 años, tal magnitud de prevalencia indica

que la tendencia va hacia el aumento del consumo de tabaco con el aumento de la edad.

Teniendo en cuenta que la vida laboral en Colombia inicia a temprana edad como lo

demuestra el estudio del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE),

sobre los indicadores y comportamientos del mercado laboral de la juventud (14-28 años)

reporta que durante el trimestre móvil, 2018 a febrero de 2019 la tasa global de

participación de la población joven en el total nacional fue 58,3%. Para las mujeres fue

49,7% y para los hombres de 66,9% (DANE, 2019, pág. 3).


En la Encuesta Nacional de Salud Mental realizada en 2015 con una muestra de

15,351 personas de los 32 departamentos de Colombia, la población se dividió en cuatro

grupos: de 7 a 11 años de edad (20%), de 12 a 17 años de edad (27,3%), de 18 a 44 años

(16%) y de 45 o más (16%). En los adultos de 18 a 44 años de edad se encontró que el

9,6% presenta síntomas sugestivos de algún trastorno mental, el 52,9% tiene uno o más

síntomas de ansiedad. El 15,9% de esta población ha consumido cigarrillo u otro derivado

del tabaco alguna vez en su vida (Ministerio de Salud y Protección Social, 2017, pág. 18-

21).

Esta investigación pretende aportar información pertinente al departamento de

Recursos Humanos que sirva para conocer cuál es la prevalencia del tabaquismo y la

ansiedad en los trabajadores de servicio al cliente. Esto permitirá orientar estrategias de

sensibilización y prevención que sean útiles no solo para preservar la salud física y mental

de los trabajadores, sino también su productividad dentro de la organización.

Los resultados esperados en esta población buscan plantear recomendaciones

que ayuden al departamento de recursos humanos a orientar estrategias de sensibilización y

prevención frente al consumo de tabaco y la ansiedad.

Objetivos específicos

Describir la situación que desencadena mayormente la ansiedad en los trabajadores de

servicio al cliente, con relación al rendimiento laboral del mes, a través del Inventario de

Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA).


Determinar la respuesta predominante de la ansiedad en los trabajadores de servicio al

cliente al finalizar el mes, teniendo en cuenta los resultados del ISRA.

Recomendar al departamento de Recursos Humanos, el Proceso de Adopción de

Prevención (PAP) que ha sido un modelo de prevención aplicado con éxito para la

mitigación y prevención de problemas de salud pública.

Marco teórico

Ansiedad. Desde un punto de vista etimológico, la palabra “ansiedad” tiene un

antepasado directo en latín, anxietas. Este término latino proviene, a su vez, de la raíz

indoeuropea angh de la cual se deriva no sólo —y aquí está lo interesante— el vocablo

anxietas, sino también la palabra ango, angustia. Ambos términos, como lo señalara

Pichot (1999), eran utilizados de manera indistinta para hacer referencia a diferentes

significados, tal como puede rastrearse en textos de autores clásicos como Cicerón o

Virgilio: constricción —angostamiento, achicamiento— y sufrimiento. Y es justamente

esta ambigüedad de significados y de términos (ansiedad/ angustia;

constricción/sufrimiento) la que atravesará toda la historia del concepto y que llegará

hasta nuestros días. La distinción ansiedad/angustia, especialmente cuando nos referimos

a terminología técnica psicológico-psiquiátrica, guarda especial interés para la lengua

castellana, puesto que ambos términos hacen referencia a trastornos, cuadros o

sintomatología propias de estas disciplinas. Por su lado, Hardy, Hardy y Kerneis (1985)

remiten a la distinción propuesta por Brissaud en 1890, quien definía a la angustia como

un trastorno físico caracterizado por una sensación de constricción, mientras que la

ansiedad se correspondía con un trastorno psíquico que contiene sentimientos de

inseguridad. (Sarudiansky, 2013, pág. 20)


Dependencia Física. Estado de adaptación que se manifiesta por la aparición de

intensos trastornos físicos cuando se interrumpe la administración de la droga o se

influye en su acción por la administración de un antagonista especifico. Esos trastornos,

esto es, los síndromes de retirada o abstinencia, están constituidos por series específicas

de síntomas y signos de carácter psíquico y físico peculiares de cada tipo de droga. Se

alivian por la administración de la misma droga o de otra de análoga acción

farmacológica perteneciente al mismo tipo genérico. No aparecen manifestaciones

patentes de dependencia física cuando se mantiene la administración de una dosis

adecuada. La dependencia física es un potente factor de refuerzo de la influencia de la

dependencia psíquica en la que se refiere a la continuación del uso de la droga o a la

recaída en el consumo después de un intento de retirada. (OMS, 1975, pág. 15)

Tabaquismo. Para Schuckit la nicotina es la sustancia causante del proceso de

dependencia física del tabaco, primero porque las personas que empiezan a utilizarla

sienten que no pueden abandonarla en cualquier momento y segundo porque perciben

que pueden controlar la dosis consumida negando los problemas que esta sustancia les

puede provocar aunque estos sean obvios. Su uso desmesurado, frente a los riesgos

conocidos, el bajo coste de la nicotina para los que la consumen, la fácil aceptación

social y sus efectos colaterales inmediatos y leves que no molestan son otros factores

que deben ser considerados (…) Con el paso del tiempo el fumador pasa a recibir

estímulos sociales, comportamentales o culturales que refuerzan su hábito que

probablemente serán los elementos causantes del establecimiento de la dependencia

psicológica. Tanto el componente psicológico como el físico de la dependencia al tabaco

tienen un papel fundamental en el mantenimiento del hábito. Después de inhalada la


nicotina tarda aproximadamente siete segundos para atravesar la superficie alveolar de

los pulmones, entrar en la corriente sanguínea y alcanzar el cerebro. Este es el tiempo

necesario para que se manifiesten los efectos del tabaco a nivel cerebral, entre ellos la

sensación de placer experimentada por el fumador, el supuesto aumento de la capacidad

mental, el incremento de la concentración, la estabilidad del estado de ánimo y la

reducción de la ansiedad. (Texeira, Pueyo y Álvarez, 2005, pág. 1001)

Internacional Sanchez, Conde, De la Torre y Pulido (2008) investigaron el nivel de

ansiedad en 256 trabajadoras de salud de distintos ámbitos asistenciales de la Universidad

de Salamanca en España. Los resultados indican que las personas afectadas por niveles

significativos de ansiedad tienen menor satisfacción laboral en los factores analizados de

satisfacción: el estilo de supervisión, la participación, la remuneración-promoción

intrínseca y el ambiente físico en el lugar de trabajo.

En la investigación realizada en Medellín sobre las manifestaciones patológicas del

estrés ocupacional, reconocidas por la legislación colombiana, específicamente por el

Ministerio de trabajo y seguridad social en 1997, expone las siguientes repercusiones en la

salud mental de acuerdo al DSM IV:

Trastorno depresivo mayor, episodio único (296.2x) Episodio depresivo mayor.

Trastorno de ansiedad generalizada (300.02)

Trastorno por estrés pos traumático (309.81)

Estado de ánimo depresivo (309.0) Mixto con ansiedad y estado de ánimo depresivo

(309.20). (Sosa, 2011, pág. 62)

En Santander se investigó los riesgos psicosociales intralaborales en personal de

instituciones de salud nivel III, la muestra estuvo compuesta por 260 profesionales de la

salud, entre jefes de enfermería, auxiliares de enfermería, camilleros, fisioterapeutas,


instrumentadores quirúrgicos y terapistas respiratorios. El instrumento que se utilizo fue el

Cuestionario de factores de riesgo psicosocial intralaboral forma A y B. Los resultados

obtenidos en cuanto al dominio de control sobre el trabajo, el nivel ocupacional de los jefes

profesionales o técnicos presentaron un nivel de riesgo alto de igual manera el grupo de

auxiliares u operarios por el desconocimiento del rol de los auxiliares y operarios, lo que

puede resultar en un factor estresante para el trabajador, ocasionando deterioro de la salud

mental, fatiga y síntomas cognitivos de estrés. En lo referente a las demandas emocionales,

el nivel de riesgo muy alto se encuentra asociado con mayor frecuencia en los profesionales

de la salud con el alto grado de responsabilidad que asumen al hacerse cargo de una vida, lo

cual los lleva a estados de incertidumbre, al estar en contacto permanente con el

sufrimiento manteniendo altas posibilidades de muerte del paciente y al transmitir malas

noticias a familiares. (Uribe y Martínez, 2013, pág. 64)

Marco legal

La legislación colombiana estipula en la ley 1335 de 2009, disposiciones por medio de

las cuales se previenen daños a la salud de los menores de edad, la población no fumadora y

se estipulan políticas públicas para la prevención del consumo del tabaco y el abandono de

la dependencia del tabaco del fumador y sus derivados en la población. El articulo 10

decreta que el objeto de la presente ley es contribuir a garantizar los derechos a la salud de

los habitantes del territorio nacional, especialmente la de los menores de 18 años de edad y

la población no fumadora, regulando el consumo, venta, publicidad y promoción de los

cigarrillos, tabaco y sus derivados, así como la creación de programas de salud y educación

tendientes a contribuir a la disminución de su consumo, abandono de la dependencia del

tabaco del fumador y se establecen las sanciones correspondientes a quienes contravengan

las disposiciones de esta ley.


Se establece en el artículo 20 la prohibición de vender productos de tabaco a menores de

edad. El parágrafo 10 especifica que es obligación de los vendedores y expendedores de

productos de tabaco y sus derivados indicar bajo un anuncio claro y destacado al interior de

su local, establecimiento o punto de venta la prohibición de la venta de productos de tabaco

a menores de edad. Para garantizar su cumplimiento el parágrafo 20 exhorta a las

autoridades competentes para realizar procedimientos de inspección, vigilancia y control a

los puntos de venta, local, o establecimientos.

El artículo 50 establece políticas de salud pública antitabaquismo, donde el Ministerios

de la Protección Social y de Educación Nacional formularán, aplicarán, actualizarán

periódicamente y revisarán estrategias, planes y programas nacionales multisectoriales

integrales de control del tabaquismo en los menores de edad y a la población en general,

fumadora o no fumadora, correspondientes a la política de salud pública que se haya

estipulado e implementarán estrategias para propender por el abandono del consumo de

tabaco. El Ministerio de la Protección Social diseñará e incorporará dentro del Plan

Nacional de Salud Pública, las estrategias y acciones para identificar y promover la

atención y demanda de servicios de rehabilitación, cesación y curación de la población

fumadora enferma por causas asociadas al tabaquismo.

El artículo 13 determina disposiciones relativas al empaquetado y etiquetado de

productos de tabaco dictando que no podrán ser dirigidos a menores de edad o ser

especialmente atractivos para estos; sugerir que fumar contribuye al éxito atlético o

deportivo, la popularidad, al éxito profesional o al éxito sexual; contener publicidad falsa o

engañosa. Además el parágrafo 10 indica que todos los productos de cigarrillo, tabaco y sus

derivados, se deberá expresar clara e inequívocamente, en la imagen o en el texto, según

sea el caso y de manera rotativa y concurrente frases de advertencia y pictogramas, cuya


rotación se hará como mínimo anualmente, según la reglamentación que expida el

Ministerio de la Protección Social. El artículo 14 estipula que ninguna persona natural o

jurídica, de hecho o de derecho podrá promocionar productos de tabaco en radio, televisión,

cine, medios escritos como boletines, periódicos, revistas o cualquier documento de

difusión masiva, producciones teatrales u otras funciones en vivo, funciones musicales en

vivo o grabadas, video o filmes comerciales, discos compactos, discos de video digital o

medios similares.

El artículo 18 establece los derechos de las personas no fumadoras:

1. Respirar aire puro libre de humo de tabaco y sus derivados.

2. Protestar cuando se enciendan cigarrillos, tabaco y sus derivados en sitios en donde su

consumo se encuentre prohibido por la presente ley, así como exigir del propietario,

representante legal, gerente, administrador o responsable a cualquier título del respectivo

negocio o establecimiento, se conmine al o a los autores de tales conductas a suspender de

inmediato el consumo de los mismos.

3. Acudir ante la autoridad competente en defensa de sus derechos como no fumadora y

a exigir la protección de los mismos.

4. Exigir la publicidad masiva de los efectos nocivos y mortales que produce el tabaco y

la exposición al humo del tabaco.

5. Informar a la autoridad competente el incumplimiento de lo previsto en la presente

ley.

El artículo 19 prohíbe el consumo de productos de tabaco en las áreas cerradas de los

lugares de trabajo y/o de los lugares públicos, tales como: bares, restaurantes, centros
comerciales, tiendas, ferias, festivales, parques, estadios, cafeterías, discotecas, cibercafés,

hoteles, ferias, pubs, casinos, zonas comunales y áreas de espera, donde se realicen eventos

de manera masiva, entre otras (República de Colombia. Ley 1335 de 2009).

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