You are on page 1of 2

LA SOLEDAD EN TIEMPOS DE MACODO

Ese dolor en el pecho, que ningún cardiólogo puede curar. Ese vacío en el corazón, la falta del deseo
de sonreír cada mañana cuando te levantas porque sabes que te espera un buen día; ese dolor, esa
ausencia, real o percibida de relaciones satisfactoria, es la soledad. Este estado circunstancial o
inalterable, es el temor más grande de la humanidad. El solo hecho de ser excluidos de esta manera,
de no pertenecer a un grupo, nos provoca ansiedad, depresión, insomnio, y hasta las ganas de dejar
de vivir.

La soledad, no es más que un tema hipotético de nuestros cerebros, una jugada silenciosa para
flagelar cada sentir en la medianoche, o quizá, es la extraña forma de conjugar una serie de
elementos externos e internalizarlos para nuestro propio beneficio o destrucción. La filosofía define
a la soledad con un concepto grecolatino: “Voy a la soledad, para encontrarme a mí mismo.” Y en
este sentido, la filosofía abarca un sistema común y poco profundo de la soledad, no solo nos
encontramos a nosotros mismos, sino la esencia de los terceros o lo que en su definición creemos
conocer como personas honestas. Pero ¿qué hacer cuando uno está predestinado a padecer la
soledad.?

Este que no solo es experimentado por cada nueva generación de la familia protagonista, sino que
de cierto modo caracteriza a todo el pueblo. Por un lado, se encuentra la incapacidad de expresar
amor o confiar en la persona, mientras que, en el caso de la comunidad, está más relacionado con
el escaso contacto que tienen con el mundo moderno, cayendo finalmente en el olvido.

José Arcadio Buendía en un principio es un hombre “equilibrado”; de carácter fuerte, de voluntad


inamovible, de gran fortaleza física, con ilusiones extravagantes, muy idealista y aventurero. Al
matar a Prudencio Aguilar se desequilibra de personalidad, tiene un sentimiento de culpa,
irracionalidad, descontrol de emociones. El asesinato, lo martiriza toda su vida. Trata de aislarse,
ocupando su tiempo en un taller. Pero, al vivir en soledad, acentúa sus síntomas, y se convierte
completamente introvertido. Su conducta sociópata lo aísla de su entorno, la soledad le trae
consecuencias como alucinaciones, distorsiones de la percepción y el tiempo.

Úrsula Iguarán, posee un comportamiento fuerte y busca el bienestar de todos. Permaneció


“acompañada” gracias a la crianza de los hijos de sus familiares. Esto le dio una falsa sensación de
compañía. Los niños al crecer reiteradas veces la abandonan o la decepcionan de alguna manera,
eso logra desgastar su salud mental. Poco a poco sucumbe a la demencia senil y pierde
completamente la vista. Todos se olvidan de ella, experimenta una soledad lenta y prolongada,
deprimida, cae enferma, y se deja morir.

Arcadio, experimenta un tipo de soledad en la que el individuo se siente despreciado o rechazado


al sentirse vacío. A pesar de tener características de una persona narcisista e histriónica, la soledad
interior y la marginación familiar y social lo consume, y nunca deja de afectarlo, aunque aparente
dureza y frialdad.

Aureliano tiene la mentalidad y naturaleza filosófica de su padre, posee una manera extraña de ser
solitario y retraído, pues siendo aún un niño, es abandonado por su madre y hermano, con los cuales
tenía un apego muy grande. Su mejor cualidad es su carácter implacable, aunque también es lo que
lo lleva a su perdición. En el momento que Remedios, su esposa una niña de 9 años muere este
entra en una depresión muy aguda. Tuvo 17 hijos con 17 mujeres distintas durante la guerra, esto
denota su incapacidad de amar, su frialdad, su desconfianza y su conformismo al buscar solo placer
momentáneo. Aureliano pierde todas sus guerras y con esto pierde también su fe, su esperanza y
sus ganas de vivir. Durante su vejez pierde toda capacidad de emoción y de memoria. Un guerrero
cuando sufre una injusticia generalmente busca la soledad, para no mostrar su dolor a los demás.
Aureliano medita profundamente el resto de su vida por su miedo a parecer débil, es por lo que
dedica sus últimos días a la elaboración de pescaditos de oro, solo y abatido.

Amaranta, la hija menor que desde pequeña es abandonada crece con un grado alto de inseguridad
y baja autoestima. Cuando Pietro Crespi elige a Rebeca para desposarla siendo que Amaranta lo
amaba; la envidia, los celos y la inseguridad de la joven salen a flote, trata de destruir la relación a
toda costa. pero su ira y odio destruyen toda capacidad de dar y recibir amor. Pietro Crespi corteja
a Amaranta, pero ella lo rechaza con maldad. Es un ejemplo claro de una mujer que rechaza el amor
y da paso a la soledad, porque tiene miedo de enfrentarse a su propio corazón.

Fernanda del Carpio, tiene un carácter oscuro, triste, afectado, caprichoso, con ínfulas de grandeza
y de pertenecer a la realeza. Siendo un infante pierde a su madre, es tratada con frialdad, pues es
educada para ser reina, y se establece en un hogar muy pobre siendo que ella es criada para vivir
con muchas comodidades. Su carácter es además dominante, neurótico y perfeccionista. Hace todo
lo posible para ocultar al mundo sus defectos, pues no soporta ser imperfecta, es por esto que vive
en soledad, a pesar de necesitar amor y cariño de terceros como toda persona en este mundo.

A pesar de que todos vivían dentro de un mismo hogar, y acompañados, entre la gran numerosa
familia, terminaban estando solos en algún cuarto encerrados, o simplemente encerrados en su
propia cabeza, sin prestar atención o interés de lo que está pasando a unos metros de la puerta de
su casa.

Vivimos en una época en que el mal no se basa ni en el hambre, ni la pobreza, violencia, agresión,
la incomunicación, enfermedades, plagas… vivimos en una época donde el verdadero mal es la
soledad. La soledad es mala consejera. Te vuelve débil y frágil.

Todos estamos condenados a "Cien Años de Soledad" a sentirnos solos, aislados, de ya no tener cura
y llegar al punto de volvernos locos, era una condena de la que ni la familia Buendía ni nosotros nos
salvamos. A pesar de todos los episodios de idas y vueltas, donde la familia se dispersaba, las
enfermedades, las muertes, las costumbres, enseñanzas, sentimientos de amor y de todo tipo no se
podía hacer nada ya que estaban condenados a morir pero al mismo tiempo darse cuenta que
cuando a punto de agonizar pensaban en que no habían hecho nada de su vida, que no habían
resaltado en la familia y no hicieron nada distinto, pero era tarde porque todo lo escrito en ellos era
irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no
tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

You might also like