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PROFESORA:
MAG. SILVIA MALDONADO ALVAREZ
ALUMNA:
2018
INTRODUCCION
Médicos griegos y romanos asociados a la vejez con la demencia, pero no fue hasta
1901 cuando el neuropsiquiatra alemán Alois Alzheimer identificó el primer caso de lo
que se conoce hoy como enfermedad de Alzheimer, en una mujer de cincuenta años de
edad, a quien llamó «Auguste D». El investigador hizo un seguimiento de su paciente
hasta su muerte en 1906, momento en que reportó el primer caso de la enfermedad que
lleva su nombre. Se trata de una mujer con deterioro cognitivo, alucinaciones, delirios y
problemas en el habla, cuyo estudio cerebral post mortem reveló la existencia de atrofia
y cambios en la estructura del mismo.
El diagnóstico de la enfermedad del Alzheimer se reservaba para personas de entre 45
y 65 años con demencia, lo que cambió en 1977, en una conferencia sobre el
Alzheimer, donde se llegó a la conclusión de que el diagnóstico de la enfermedad del
Alzheimer era independiente de la edad.
Desde entonces, el interés por este grupo de enfermedades ha crecido
considerablemente, cuando antes solo se podía consumir una mínima parte de los
tratamientos de Psiquiatría y Neurología. Entre los factores que han contribuido a
aumentar su esperanza de vida en todo el mundo, incrementando el número de
ancianos.
DESCRIPCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER:
Alteración de memoria
Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas:
Afasia
Apraxia
Agnosia
Alteración de las funciones ejecutivas
- Intoxicaciones.
A nivel anatomopatológico
se producen primero la
lesión y después la
destrucción de la neurona
cerebral, en relación con la
aparición de depósitos
insolubles extracelulares
cuyo elemento fundamental
es la proteína β-amiloide, y
depósitos intracelulares
cuyo principal componente
es la proteína tau.
Los depósitos intracelulares forman los ovillos neurofibrilares, y con ellos la llamada
degeneración neurofibrilar.
Los cambios que se producen en el cerebro comienzan a nivel microscópico mucho antes
de los primeros síntomas de pérdida de memoria.
Lo que va mal en el cerebro El cerebro tiene 100 mil millones de células nerviosas
(neuronas). Cada célula nerviosa se conecta con muchas otras para formar redes de
comunicación. Además de las células nerviosas, el cerebro incluye células especializadas
para apoyar y nutrir a otras células. Los grupos de células nerviosas tienen trabajos
especiales. Algunos participan en el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Otros nos
ayudan a ver, oír y oler. Otros ordenan a nuestros músculos cuándo moverse. Las células
del cerebro funcionan como pequeñas fábricas. Ellas reciben suministros, generan
energía, construyen equipos y se deshacen de los residuos. Las células también procesan
y almacenan información y se comunican con otras células. Mantener todo funcionando
requiere coordinación, así como grandes cantidades de combustible y oxígeno.
Los científicos creen que la enfermedad de Alzheimer impide que algunas partes de la
fábrica de una célula funcionen bien. No están seguros dónde empiezan los problemas.
Pero, al igual que una verdadera fábrica, los atascos y las averías en un sistema causan
problemas en otras áreas. A medida que se extiende el daño, las células pierden su
capacidad de hacer sus trabajos y, eventualmente, mueren.
El cerebro de las personas con el Alzheimer tiene una gran cantidad de placas y enredos.
Las placas son depósitos de un fragmento de proteína. Llamado beta amiloide que se
acumula en los espacios ubicados entre las células nerviosas. Los enredos son fibras
retorcidas de otra proteína llamada tau que se acumula dentro de las células. Aunque los
estudios de autopsias muestran que la mayoría de las personas desarrollan algunas
placas y enredos a medida que envejecen, las personas con Alzheimer tienden a
desarrollar muchos más. Para personas que padecen del Alzheimer, las placas y los
enredos tienden a desarrollarse en un patrón predecible, a partir de las áreas importantes
para la memoria, antes de extenderse a otras regiones.
PROPAGACION DE LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER
El mal de Alzheimer se propagaría de una zona del cerebro a otra a lo largo de los
circuitos cerebrales, según investigaciones en ratones efectuadas en Estados Unidos y
publicadas el miércoles, que podrían abrir la vía a tratamientos para los humanos.
ETAPAS DE ALZHEIMER
PRIMERA ETAPA:
(Función normal)
SEGUNDA ETAPA:
(Pueden ser los cambios normales provocados por el envejecimiento o pueden ser
las primeras señales del Alzheimer)
El individuo nota ciertas fallas de memoria como olvidar palabras conocidas o el lugar
donde se colocan objetos de uso diario. Sin embargo, estos problemas no son evidentes
durante los exámenes médicos, ni tampoco resultan aparentes para los amigos, familiares
o compañeros de trabajo.
TERCERA ETAPA:
(La etapa temprana del Alzheimer puede ser diagnosticada en algunos individuos
que presentan estos síntomas, pero no en todos)
A este punto, una entrevista médica cuidadosa debería poder detectar deficiencias claras
en las siguientes áreas:
QUINTA ETAPA:
En esta etapa, los individuos necesitan ayuda con la mayoría de su cuidado personal
diario, incluyendo comer y hacer sus necesidades. Pueden perder la capacidad de
sonreír, sentarse sin apoyo y sostenerse la cabeza. Los reflejos se vuelven anormales y
los músculos rígidos. También se ve afectada la capacidad de tragar.
EVOLUCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER:
FASES
Saber cómo es la evolución de la enfermedad puede resultar útil a los familiares que se encargan
del cuidado de la persona, puesto que conocer a qué se van a enfrentar en un futuro no muy
lejano, disminuye su angustia e incertidumbre y ayuda a afrontar mejor los cambios. Al margen
de las diferencias individuales de cada caso, la enfermedad evoluciona de forma lenta ya que
desde el inicio de los síntomas hasta el final de la enfermedad pueden transcurrir entre 7 y 15
años, llegando en algunos casos hasta 20 años. Se pueden delimitar diferentes fases, en las
que la sintomatología va cambiando y el enfermo se va haciendo gradualmente más
dependiente con el paso del tiempo.
Las fases mencionadas son 3: inicial o leve; intermedia o moderada y avanzada o grave
aunque algunos textos distinguen una cuarta, la fase terminal.
Pérdida completa del lenguaje: pueden decir alguna palabra suelta o emitir gritos
o gruñidos.
La fase terminal
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Como es frecuente que en el inicio de la enfermedad los síntomas no sean detectados, pasen
desapercibidos o se les reste importancia por asociarse a problemas normales del
envejecimiento, la detección y el diagnóstico precoz se hacen más difíciles.
SÍNTOMAS COGNITIVOS:
Apraxia: pueden perder la capacidad para ejecutar distintos actos motores como
decir adiós con la mano (apraxia ideomotora), vestirse correctamente (apraxia de
vestido) o incapacidad para realizar acciones complejas compuestas de acciones
simples que se suceden.
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA:
IMAGENOLOGÍA:
Los fármacos más usados y aprobados para el tratamiento del Alzheimer son
los:
INHIBIDORES DE LA ACETILCOLINESTERASA.
Previenen la ruptura de la acetilcolina, un químico importante del cerebro que
tiene que ver con el aprendizaje y la memoria y permite que los niveles de esta
sustancia permanezcan altos.
Generalmente son bien tolerados. Los efectos colaterales más comunes son:
náuseas, vómitos, pérdida de apetito y diarrea.
Cuidados en la Fase I
Memoria:
Cuando oculta sus olvidos:
- No intente razonarle.
- Recurra a ejercicios de memoria.
¿Qué se pretende con esta terapéutica?
- Buscar otras áreas cerebrales que no estén deterioradas por la enfermedad.
- Favorecer el interés del enfermo por las cosas.
- Contribuir a mantener los procesos de percepción,
atención, aprendizaje, observación, etc.
Tipos de ejercicios:
- Leer revista o periódico, 5 líneas, dos veces seguidas e instarle a que resuma
por escrito o de palabra lo que ha leído.
- Hacer puzzles simples de organizar.
- Escuchar canciones que él o ella conozca.
- Intentar dibujar de memoria los muebles de una habitación conocida.
- Recordarle sistemáticamente donde están los objetos que se utilizan varias
veces al día: libro, bolso, gafas, ropa, etc.; poniéndolos siempre en el mismo
sitio
Nombre de personas:
Ayudarle a recordarlos valiéndose de fotografías de su familia, de amistades,
compañeros de trabajo; ya que su memoria visual puede tenerla conservada.
Cuidados en la Fase II
En esta fase y con respecto a la Memoria existen una serie de ejercicios que
también son aplicables durante la Fase I .
Debemos recordarles, con frecuencia, el día en el que se encuentra (de la
semana y del mes). Para ello es aconsejable poner en la casa y a su vista:
calendarios, así como relojes. Aprovechando cualquier conversación, es
conveniente decirles si es por la mañana, tarde o noche. De este modo le
ayudamos a orientarse en el tiempo.
Cuando deambule por la casa, ya en esta fase con ayuda, váyale diciendo:
vamos a la cocina. Vamos al salón, vamos al cuarto de baño, vamos al
dormitorio. Así le ayudamos a orientarse respecto al espacio. Cuando
decidamos acostarle, debemos recordarle que es de noche y que hay que
dormir. Hacer que orine antes de acostarse, así evitamos que lo haga en la
cama. Podemos inducirle al sueño, intentando sofronizarle, repitiéndole: está
muy cansado, le pesan mucho los párpados, le pesan mucho los brazos, etc.
Se pueden combinar una serie de ejercicios de memoria y de motilidad. La
finalidad de éstos es desarrollar la memoria al aprender y recordar una
información durante un período de tiempo.
Ejemplos:
1. Ejercicio de memoria:
Recuerde el número 33.
Recuerde el refrán: A quien madruga Dios le ayuda.
2. Ejercicio de motilidad:
Inspirar-espirar.
Levantarse-sentarse.
Palmada por encima de la cabeza.
Levantar alternativamente los pies.
Tocar las puntas de los dedos delante de los ojos,
Cada uno de estos movimientos deben repetirlo al menos cinco veces.
3. Le preguntamos:
¿Qué número le he dicho al principio que recuerde?, ¿Qué refrán le
he dicho que debe recordar?.
En cuanto a sus gestos y movimientos en esta fase (remítanse al
cuadro sinóptico de las fases), es necesario que le acompañemos en su
deambulación para evitar sus caídas y ayudarle por si pierde el
equilibrio; pudiéndose también ayudar él mismo con un andador.
Como puede perderse en trayectos habituales es conveniente que le
pongamos un identificador, bien en una pulsera, un colgante o cadena y
para que no pueda sentirse ofendido, lo haremos de modo que parezca
un regalo por algún motivo especial.