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Durante las últimas décadas, los pesticidas le han permitido al hombre controlar las plagas
que afectan a los cultivos y de esta manera, potenciar la productividad agrícola. Actualmente, el
herbicida más distribuido en el mundo es el Round-Up elaborado por Monsanto, cuyo principio
activo es el glifosato. Dicho químico es relevante en Colombia, ya que además de serle útil en la
agricultura –sector de gran importancia en su economía- también le es provechoso en la
erradicación de plantíos de cocaína y amapola. Sin embargo, en marzo del presente año, el
compuesto fue clasificado como “probablemente cancerígeno para el ser humano” por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y una vez publicada esta información, el Consejo
Nacional de Estupefacientes suspendió su uso en la fumigación de plantaciones ilícitas. Después
de la abolición, persiste la duda de lo que significa esta decisión para el gobierno y para el país.
Este escrito busca estudiar la causa y las implicaciones de la anulación parcial del glifosato en
Colombia para concientizar al lector acerca de la importancia de esta determinación. A
continuación, se expone brevemente la historia de la sustancia en Colombia, se ofrece una
explicación al dictamen del Consejo y un análisis del efecto que tiene en la lucha contra el
narcotráfico y el sector agrícola.
Colombia ha combatido los cultivos de coca con glifosato desde 1984; en este año, se
legaliza el producto a pesar de que un informe había sugerido no implementarlo debido a la
dificultad de establecer las consecuencias de su uso. En la siguiente década, se llevan a cabo
marchas de campesinos e indígenas en contra de la aspersión con el herbicida, generando
enfrentamientos con el Estado. En el 2005, se pide un estudio a la Comisión Interamericana para
el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos en el que se declaró
que el químico no representaba peligro alguno. Esta investigación crea una disputa con Ecuador,
quien reclamaba por las fumigaciones en la frontera. Dicho conflicto es solucionado en el 2013
cuando el presidente Juan Manuel Santos promete indemnizar al país vecino por los daños
causados. Un año después, el Consejo de Estado le pide al Gobierno aplicar el “principio de
precaución” en caso de que el compuesto presentara un riesgo para la salud de las comunidades
campesinas (Redacción política, 2015). El 20 de marzo del 2015 la Agencia Internacional para el
Estudio del Cáncer (IARC), agencia especializada de la OMS, publica los resultados obtenidos en
la investigación de la carcinogenicidad de cinco pesticidas, entre ellos el glifosato:
“Estudios de casos de exposición en los EE.UU (14), Canadá (6) y Suecia (7) reportaron el linfoma
no Hodgkin (…) En varones ratones CD-1, el glifosato indujo una tendencia positiva en la
incidencia de un tumor poco frecuente (…) El glifosato se ha detectado en la sangre y orina de los
trabajadores agrícolas, lo que indica absorción. Los microbios del suelo degradan glifosato a ácido
aminometilfosfórico (AMPA). Detección de AMPA en la sangre después de intoxicaciones sugiere
un metabolismo microbiano intestinal en los humanos. Las formulaciones de glifosato indujeron
daños en el ADN de animales in vitro. (…) El glifosato, formulaciones de glifosato y AMPA
inducen estrés oxidativo y genotoxicidad en los roedores in vitro. El grupo de trabajo clasifica el
glifosato como "probablemente cancerígeno para los seres humanos" (Grupo 2A)” (Guyton et al.,
2015)
Sus 3
Por una parte, se argumenta que el herbicida no es dañino con base en investigaciones
realizadas en 1991 por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), en el 2002
por la Dirección General de Protección a la Salud y el Consumidor de la Comisión Europea y en
el 2015 por el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania, en las que se afirma que
el glifosato no es tóxico, poniendo en entredicho la publicación de la OMS (Monsanto, 2015).
Además, se refuta que los resultados de la OMS no son suficientes para asegurar que el químico
sea cancerígeno para el hombre, pues en el volumen 112 de monografías de la IARC se dice que
“para el herbicida glifosato hubo pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos”
(Organización Mundial de la Salud, 2015) En primer lugar, se debe tener en cuenta que EPA
también había clasificado el compuesto como cancerígeno en 1985 (Organización Mundial de la
Salud, 2015), que las evaluaciones de EPA y de la Comisión europea no son actualizadas y que el
examen de la IARC se realizó por 17 expertos de diferentes países lo que, como expresado por
Ph.D. Kate Z. Guyton, no los vincula con agencias regulatorias gubernamentales (Corzo, 2015).
En segundo lugar, en las monografías también se expone que “hay suficiente evidencia de
carcinogenicidad en animales” para considerar la sustancia como “probablemente cancerígena
para seres humanos” (Organización Mundial de la Salud, 2015)
herramientas y leyes eficientes para luchar contra el tema. Esto significa que el gobierno deberá
reestructurar su lucha contra el comercio de narcóticos, proceso que ya ha iniciado con la creación
de un comité técnico que deberá entregar nuevos lineamientos en la política antidrogas. (Justicia
2015),
Finalmente, se cuestiona el hecho de que el uso del glifosato haya sido suspendido para
combatir los narcocultivos pero no como herbicida para los cultivos legales. Se debe tener en
cuenta que la manera en que se utiliza el químico para erradicar las plantas de coca difiere al
manejo que realiza el agricultor para controlar las plagas de su plantío. Por ejemplo, en los ilícitos
se usan aproximadamente 10 litros del compuesto por hectárea, mientras que en los lícitos
máximo 3. Además, en los lícitos (a excepción de los cultivos de caña y arroz) la sustancia se
aplica manualmente o con tractores, mientras que en los ilícitos la aspersión se hace a 50 metros
de altura, lo que aumenta la probabilidad de que la operación sea imprecisa (Redacción negocios
y judicial, 2015). Debido a la cantidad de producto que se utiliza y a la inexactitud del proceso, la
fumigación de las plantaciones de coca representa un mayor peligro para la salud de los
colombianos, por lo que su abolición es más urgente. Además, la anulación total del uso del Round
Up no solo afectaría la lucha contra el narcotráfico, sino la economía del país que es muy
dependiente de la producción del sector agrícola; por lo que serían dos temas difíciles de abordar
al mismo tiempo. Aun así, se debe tener en cuenta que el glifosato en la agricultura afecta los
alimentos que se consumen diariamente y si lo que se intenta es proteger la salud pública, su uso
en cultivos legales debe desaparecer
Referencias
Agencia Internacional para el Estudio del Cáncer (2015). IARC Monographs Volume 112:
evaluation of five organophosphate insecticides and herbicides. Lyon, Francia: OMS.
Recuperado de: http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd
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2Fwww.iarc.fr%2Fen%2Fmediacentre%2Fiarcnews%2Fpdf%2FMonographVolume112.
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IkA
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Monsanto (2015). Monsanto no está de acuerdo con la clasificación del IARC sobre el glifosato.
Desconocido: Monsanto. Recuperado de: http://www.monsanto.com/global/ar/noticias-y-
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