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PARTIDOS POLÍTICOS Y “JUNTOS POR EL PERU”: UN EQULIBRIO

PROBLEMÁTICO

Luis F. Vilcatoma Salas

La relación entre el partido político y Juntos por el Perú tiene un relieve creciente
en la medida en que este último avanza a su institucionalización no sólo formal y
legal sino sobre todo organizacional y social participativa en las diferentes
Regiones, provincias y distritos del país.
El tema de los partidos políticos y su integración en una mancomunidad más
amplia en experiencias históricas como fue el caso emblemático de Izquierda
Unida, fue una experiencia que advino en crisis y ruptura que no ha sido, a mi
modo de ver, suficientemente analizada y explicada hasta el momento. ¿Cuál fue
la causa efectivamente determinante de la frustración de esta experiencia de
izquierda, más allá del sectarismo y caudillismo tantas veces señalados? ¿Fue en
realidad un asunto solamente de ideología y pasiones personales como
innumerables veces se ha repetido? Veamos una reflexión alternativa al respecto:
Los partidos políticos mono-ideológicos, como así es su naturaleza ideológica
primigenia orientada a la representación de franjas, clases sociales o categorías
sociales diferentes, han venido teniendo por lo general un sentido de
representación concreta sesgada (focalizada, unilateralizada) hacia los grupos
sociales representados para buscar, a partir de ello, cierta universalidad (totalidad)
como, ejemplo, en el caso de la universalidad: pueblo, nación, etc. sin entenderse
completamente la relación entre lo particular y lo general.
En relación a lo general los partidos políticos vienen a ser lo particular. Si la
relación entre lo particular y lo general, en este caso, es una relación mecánica y
no orgánica, la totalidad política (ej. Juntos por el Perú) se resiente
indefectiblemente porque lo que prima es lo particular sobre lo general. Lo
particular (cada partido) se sobrepone a lo general (integración en un nivel más
general), y la lógica de la totalidad se revierte en el dominio de lo particular y no de
lo general. Los partidos, en esta circunstancia, tratan, por todos los medios, de
imponer en lo general su lógica particular produciéndose la confrontación inter-
unidades de la generalidad, por buscar el control y la hegemonía de lo general
para someterlo a su propia particularidad con lo cual, de paso, la política en su
sentido genuino se transfigura en una “política” sujeta a la racionalidad
instrumental que es la racionalidad del costo-beneficio: calcular cada acción en la
generalidad organizativa según el interés ganancial de cada grupo partidario.
Presentadas así las cosas, la generalidad política se vuelve abstractas, pierde
efectividad y de diluye como representación general de una comunidad inter-
subjetiva de representados. ¿Cómo salvar esta situación?
Lo particular (partidos) y lo general (Juntos por el Perú) debe ser objeto de un
tratamiento equilibrado bajo una racionalidad donde el discurso de los partidos se
escenifique en lo general representacional a través del discurso de lo general
(visión de futuro, programa, tácticas, acciones operativas, valores) y no de los
discursos de cada particularidad con márgenes, por cierto, para la creatividad, la
diversificación y el enriquecimiento de lo general en un proceso que, al mismo
tiempo, se enriquecen los partidos políticos. Situación ésta que no niega a los
partidos políticos. Por el contrario, la generalidad al necesitar de sus
particularidades para ser generalidad requiere del funcionamiento lo más óptimo
posible de sus particularidades (partidos políticos) en el rol y funciones que les
corresponde en el sentido de la generalidad, siempre en el sentido de la
generalidad donde se acumulan las fuerzas ideológicas, simbólicas y políticas
para el desenvolvimiento en la totalidad social.
Los partidos, en consecuencia, en el escenario de la generalidad Junto por el
Perú, en esta forma de entender las cosas, ya no podrían explicitarse fácticamente
como divisiones circunscritas de la particularidad sino como sujetos personales
(militantes individualizados) o agentes políticos en igualdad de condiciones de
todos los militantes de la generalidad, asumiendo el discurso de la generalidad y
todos sus instrumentos políticos en un marco de democracia interna deliberante y
participativa, sin cortapisas de ninguna naturaleza. Los partidos están permanecen
en la generalidad no desde la lógica de lo particular sino de la lógica de lo general
que es explicada, analizada, enriquecida y diversificada con la lógica de lo
particular manifestada en el decir y razonar de cada uno de sus militantes
reconvertidos en militantes de Juntos por el Perú. Si las cuestiones funcionan de
esta manera entonces lo particular y lo general se benefician mutuamente con el
resultado de un general (Juntos por el Perú) más denso, fortalecido y con fuerza
suficiente para la disputa por la hegemonía en el Perú. En síntesis, en lo general
(Junto por el Perú) el militante en lo general no podría denotar su particular (¡hablo
a nombre del partido tal) sino su particular transfigurado en lo general (¡hablo
como militante de Juntos por el Perú!).

Puno-Perú/20/05/2019

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