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ESTUDIO FUNDADO DE RIESGOS

Diagnóstico de Peligros Naturales en la Comuna de Coronel,


VIII Región del Bío-Bío
PLAN REGULADOR COMUNAL DE CORONEL
Etapa II Entrega Final
11 de abril de 2011.

Rodrigo Rauld Plott, Geólogo


Felipe Leyton Flores- Ingieniero Civil, MSc Geofísica, PhD Sismología
Constanza Urresty Vargas, Geóloga

ESTUDIO FUNDADO DE RIESGOS- Modificación Plan Regulador Comunal de Coronel.


MODIFICACION PLAN REGULADOR COMUNAL DE CORONEL

Resumen

En el marco de la actualización del Plan Regulador Comunal de Coronel, se ha revisado una serie de
antecedentes proporcionados por el mandante y otros estudios científicos, incorporando información posterior
al sismo del 27/02/2010 y complementando con observaciones de terreno. Todo esto fue enfocado a la zona
interior del límite urbano propuesto para la zona costera de Coronel, para la Isla Santa María y para las
localidades ubicadas en la ribera del río Bío-Bío (Palco, Mitrihue y Patagual).

Este estudio contiene una caracterización de los peligros geológicos que constituyen un riesgo de catástrofe
permanente o potencial para la población. Se evaluaron peligros geológicos asociados a procesos internos de
la Tierra (sismicidad y volcanismo) y a procesos externos (remociones en masa e inundaciones). Se
zonificaron las áreas susceptibles de ser afectadas por estos peligros a una escala de 1:10.000.

Con respecto al peligro sísmico, no se espera que se produzca un terremoto de magnitud Mw > 8 frente a las
costas de Coronel en los próximos 100 años. Sin embargo, la zona puede encontrarse dentro del área de
influencia de terremotos cuyas zonas de ruptura se ubiquen más al norte o más al sur, o verse afectada por
sismos superficiales asociados a zonas de falla no mapeadas o reconocidas. Además, los datos sísmicos
recopilados hasta la fecha en la zona muestran una intensa actividad sísmica de profundidad intermedia e
indican que es un factor a considerar dentro de los componentes ambientales del área.

Por otro lado, el área de estudio, ubicada a más de 200 km de distancia del arco volcánico actual, no está
influenciada directamente por el peligro volcánico. Sin embargo, las nacientes del río Bío-Bío si, por lo que en
caso de una erupción, especialmente los sectores de Palco-Mitrihue y Patagual, pueden verse afectados por
estos procesos. Los principales efectos de una erupción volcánica aguas arriba pueden ser la contaminación
de las aguas, inundaciones y crecidas provocadas por deshielos y problemas de transporte y comunicaciones.

Se reconocieron además, los peligros de Deslizamientos y Caída de bloques. Se determinó que estos peligros
se ubican en zonas de altas pendientes, asociados principalmente a los intensos procesos de meteorización
que presentan los materiales geológicos del área. Esta situación se ve intensificada producto de la acelerada
intervención antrópica presente en las laderas.

Los peligros de inundación por desborde de cauce y de flujos de detrito y/o barro se asocian a los cauces
principales y llanuras de inundación de los esteros que atraviesan la ciudad (Maule, Lagunillas y La Posada) y
a las quebradas menores que drenan los cerros de la comuna. En el sector ribereño del río Bío-Bío, estos
peligros también se concentran en la llanura de inundación más antigua, la que actualmente se encuentra
atravesada por la carretera. Para el peligro de inundación costera por tsunamis, se realizó una zonificación de
áreas susceptibles, delimitando como zona de alta susceptibilidad el área ubicada bajo la cota 5 m s.n.m..

Las principales recomendaciones de este estudio son: implementar un sistema de alerta temprana y planes
de evacuación ante eventos de precipitaciones intensas que puedan generar remociones en masa; controlar
el escurrimiento de aguas superficiales, su intercepción, captación, conducción y descarga controlada hacia
cauces establecidos; realizar un catastro de las zonas donde existen rellenos superficiales, además de
prohibir construcciones sobre este tipo de materiales; elaborar una cartografía geológica de detalle (escala
1:5.000). Se recomienda además, zonificar como no edificables los sectores ubicados sobre zonas de
susceptibilidad muy alta de ser afectadas por deslizamientos y caída de bloques, y las zonas de
susceptibilidad alta de inundación por tsunami, además de capacitar a la población con respecto a los peligros
geológicos.

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Índice
1. Introducción ..................................................................................................................................... 4
1.1 Peligros Geológicos en Chile........................................................................................................ 4
1.2 Objetivos ..................................................................................................................................... 5
1.3 Conceptos Básicos y definiciones..................................................................................................... 5
1.4 Metodología................................................................................................................................. 6
1.5 Alcance y limitaciones.................................................................................................................. 7
1.6 Marco Jurídico ............................................................................................................................. 7
2. Antecedentes Generales Regionales ................................................................................................ 9
2.1 Marco Geodinámico y Morfoestructural......................................................................................... 9
2.2 Marco Geológico........................................................................................................................ 11
2.2.1 Área continental de la comuna de Coronel ......................................................................... 11
2.2.2 Isla Santa María ................................................................................................................ 12
2.3 Marco Geomorfológico ............................................................................................................... 13
3. Peligros Reconocidos..................................................................................................................... 17
3.1 Procesos Internos o Endógenos de la Tierra............................................................................... 17
3.1.1 Sismicidad......................................................................................................................... 17
3.1.2 Volcanismo........................................................................................................................ 23
3.2 Procesos Exógenos o Externos de la Tierra................................................................................ 26
3.2.1 Inundaciones..................................................................................................................... 26
3.2.2 Procesos de Remoción en Masa........................................................................................ 29
4. Diagnóstico y Zonificación de Peligros Geológicos de la Comuna de Coronel .................................. 33
4.1 Sismicidad ................................................................................................................................. 33
4.1.1 Antecedentes Históricos de Terremotos en Chile entre los 33° y 40° S. .............................. 34
4.1.2. Antecedentes Actuales de Sismicidad en el área de estudio ............................................... 39
4.1.2 Fallas inactivas, potencialmente activas y activas ............................................................... 40
4.1.3 Peligro Sísmico.................................................................................................................. 42
4.2 Volcanismo ................................................................................................................................ 43
4.3 Deslizamientos y Caída de Bloques o Desprendimientos ............................................................ 44
4.4 Inundaciones por Desborde de Cauce, Flujos de detritos y/o barro.............................................. 52
4.4.1 Características Hidrológicas............................................................................................... 52
4.4.2 Antecedentes históricos de Inundaciones y anegamientos.................................................. 53
4.4.3 Zonificación ....................................................................................................................... 55
4.5 Inundación por Tsunami............................................................................................................. 61
4.6 Peligro por mala respuesta de sitio y problemas geotécnicos ...................................................... 66
5. Diagnóstico por localidades ............................................................................................................ 71
6. Recomendaciones ......................................................................................................................... 73
7. Conclusiones ................................................................................................................................. 74
8. ANEXO MATRICES DE EVALUACION DE RIESGOS .................................................................... 76
9. Referencias.................................................................................................................................... 80

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1. Introducción

Dentro del proceso de actualización del Plan Regulador Comunal de la comuna de Coronel se ha solicitado
incluir un estudio de peligros naturales, o riesgos, que permita delimitar zonas de restricción o de desarrollo
condicionado, con el fin de minimizar los efectos negativos de estos procesos sobre la población y la
infraestructura.

A raíz del sismo de 27 de febrero de 2010 fue posible determinar una serie de fenómenos asociados a la
ocurrencia de un sismo de magnitud mayor a 8; como tsunami, remociones en masa, licuefacción entre otros.
La identificación y estudio de los efectos de estos fenómenos permiten recopilar antecedentes, y sobre todo
reconocer, áreas que tienen las condiciones para generar o ser afectadas por dichos fenómenos.

En el marco del análisis e incorporación de la información posterior al sismo del 27 febrero de 2010 dentro de
una nueva zonificación para el Plan Regulador Comunal de Coronel, se ha revisado una serie de
antecedentes proporcionados por el mandante y que han sido contrastados con observaciones de terreno,
enfocándose a la zona interior del límite urbano propuesto para la zona costera de Coronel, para la Isla Santa
María y para las localidades ubicadas en la ribera del río Bío-Bío (Palco - Mitrihue y Patagual).

El siguiente diagnóstico contiene una caracterización de los peligros geológicos que constituyen un riesgo de
catástrofe permanente o potencial, amenazando el emplazamiento de población. Se evaluaron diversos
peligros, tales como peligro sísmico, volcánico, remociones en masa e inundaciones. Particularmente, se
identifican zonas susceptibles a ser inundables y zonas propensas a ser afectadas por procesos de remoción
en masa. A lo anterior se suman los procesos inducidos por estos fenómenos (por ejemplo: licuefacción,
deslizamientos, etc.). En el presente estudio, se zonifican las áreas susceptibles de ser afectadas por un
peligro natural y que afecten a la población en el área de estudio a una escala de 1:10.000.

La secuencia metodológica parte de la formulación de los objetivos del estudio, analizándose luego los
parámetros conceptuales e históricos de los riesgos naturales en el área de estudio. Finalmente, se presenta
la cartografía de susceptibilidad frente a un peligro geológico dado, proponiendo zonas de restricción y
medidas que eviten catástrofes asociadas a estos fenómenos.

1.1 Peligros Geológicos en Chile

Chile, a lo largo de su historia, ha sido afectado por las más diversas catástrofes naturales. Prueba de ello son
los numerosos mitos y leyendas aborígenes, donde se describen fenómenos naturales violentos. Estos
desastres han impactado negativamente en la economía del país causando severos trastornos durante su
desarrollo (Urrutia y Lanza, 1993).

Chile se caracteriza por una geografía diversa y dinámica producto de la subducción de las placas Nazca y
Antártica por debajo de la Sudamericana frente a nuestras costas, lo que conlleva una gran actividad sísmica
y volcánica (Uyeda y Kanamori, 1979, Mpodozis y Ramos, 1989, González-Ferrán, 1995). El resultado directo
de la subducción son áreas montañosas que componen un 80% del paisaje. Esto reviste especial importancia
pues las características orográficas constituyen factores de base de la mayoría de las amenazas naturales de
nuestro país.

Por otra parte, la diferencia latitudinal, la exposición de las grandes vertientes estructurales de la cordillera de
Los Andes y de La Costa, el Fenómeno del Niño, la corriente de Humboldt y el anticiclón del Pacífico

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determinan una complejidad climática que, de una u otra forma, tiene una incidencia significativa en la
generación de las catástrofes naturales que ocurren en Chile.

Desde el punto de vista humano, la localización de centros poblados bajo una escasa o nula planificación
territorial estratégica que considere los riesgos naturales es una problemática vigente. Desde el punto de vista
del potencial de organización para enfrentar los riesgos naturales, son escasas las oportunidades en que por
iniciativa propia se hayan constituido Comités de Emergencia de pobladores, más bien, es el gobierno local el
que ha motivado su constitución. La población misma debiera ser la más importante gestora de su seguridad
(Larraín y Simpson-Housley, 1994).

Año tras año y a través de todo el territorio nacional se producen desastres naturales en Chile. Esta historia
marcada por sucesivas catástrofes llevó a la creación en Marzo de 1974 de la Oficina Nacional de
Emergencia del Ministerio del Interior, ONEMI, que corresponde a un organismo técnico del Estado a cargo
de la protección civil. Desde su inicio, la ONEMI tuvo una labor más bien reactiva, accionando y coordinando
mecanismos de emergencia y ayuda luego de la ocurrencia de algún desastre. Sin embargo, por la falta de
directrices frente a las necesidades actuales, en Marzo del año 2002 se aprobó el nuevo Plan Nacional de
Emergencia que, aunque avanza en materia de metodologías, conceptualización y manejo de las situaciones
antes, durante y después de un evento, sigue delegando a las Intendencias, Gobernaciones y
Municipalidades (a través de sus comités de emergencia) la elaboración de estudios sobre riesgo.

1.2 Objetivos

Objetivo general

Analizar la dimensión de peligros geológicos en la zona Comuna de Coronel, específicamente en las áreas
urbanas definidas por la propuesta de Plan Regulador Comuna, correspondientes a la ciudad de Coronel, y
las localidades de Palco – Mitrinhue, Patagual y en la Isla Santa María Puerto Norte y Puerto Sur.

Objetivos específicos

- Determinar los peligros geológicos en el área de estudio, aquellos asociados a procesos internos de la
Tierra: Sismicidad y Volcanismo, y los asociados a procesos externos de la Tierra: Inundaciones y
remociones en masa.
- Zonificar las áreas susceptibles de ser afectadas por un peligro geológico en la zona dentro del área
urbana de la comuna.

1.3 Conceptos Básicos y definiciones

Los procesos geodinámicos que afectan la superficie terrestre dan lugar a movimientos de terreno de
diferente magnitud que pueden constituir peligros geológicos que afecten de forma directa o indirecta las
actividades humanas. Asociados a los peligros geológicos se reconocen cuatro conceptos principales:
susceptibilidad, vulnerabilidad, amenaza o peligrosidad (hazard) y riesgo (risk).

La susceptibilidad se define como la posibilidad de que una zona sea afectada por un determinado
proceso, y se expresa a través de distintos grados cualitativos y relativos. Depende directamente de los
factores que controlan o condicionan la ocurrencia de los procesos, que pueden ser intrínsecos de los
materiales geológicos o controlados por un factor externo (precipitación, sismos, etc.). Para la construcción de
mapas de susceptibilidad se utilizan los mapas de inventario, correspondientes a áreas que sufren o han

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sufrido determinados procesos, y mapas de factores condicionantes que favorecen o entorpecen el desarrollo
estos procesos.

Los distintos elementos expuestos (personas, infraestructura, actividades económicas) en zonas


susceptibles son agrupados dentro del concepto de vulnerabilidad, que se define como el grado de daños o
pérdidas potenciales como consecuencia de un fenómeno de una intensidad determinada.

El concepto de amenaza o peligrosidad (hazard*) corresponde a la probabilidad de ocurrencia de un


proceso, con un nivel de intensidad determinado dentro de cierto período de tiempo y en un área específica.
Finalmente, el concepto de riesgo (risk) se define como las potenciales pérdidas económicas ante la
ocurrencia de un determinado fenómeno.

1.4 Metodología

Los peligros geológicos fueron reconocidos a partir de visitas a terreno, revisión bibliográfica de publicaciones
científicas, gubernamentales, de prensa e históricas, junto con la interpretación de imágenes satelitales,
fotografías aéreas, y de información topográfica. A partir de este reconocimiento, se realizó una zonificación
considerando todos los factores condicionantes (información geológica, morfológica, catastros de peligros
geológicos) en conjunto con la interpretación de imágenes satelitales de Google Earth, fotografías áereas y
Landsat a una escala 1:10.000. El resultado de este estudio corresponde a mapas de factores condicionantes
y de inventario, de cuyo análisis se obtuvo como producto mapas de susceptibilidad de un determinado
peligro geológico.

Los peligros geológicos estudiados y las metodologías utilizadas en cada caso se detallan a continuación.

Se estudiaron los siguientes peligros geológicos:

• Procesos Externos o Exógenos de la Tierra.

1. Áreas propensas a ser afectadas por desbordes de cauce, flujos de detritos y/o barro.

Para el diagnóstico y zonificación del peligro de desborde de cauce, flujos de detritos y/o barro, no fue
posible analizar parámetros hidrológicos ni el período de retorno de inundaciones, debido a la falta de
series de precipitación y caudales. Sí se tomaron en cuenta los antecedentes disponibles sobre los
principales rasgos del clima de la zona (Zelada y Mac-Guire, 2002; Universidad del Bío-Bío, 2010 ). Para
determinar las zonas susceptibles a inundaciones y flujos se identificaron las principales cuencas
hidrográficas y las unidades geológicas asociadas a procesos fluviales y aluviales.

Las cuencas hidrográficas fueron identificadas a partir de las coberturas entregadas por Habiterra S.A., de
escala 1:5.000 y 1:10.000. Las unidades geológicas asociadas a procesos fluviales y aluviales fueron
identificadas a partir del mapeo geológico del área.

* La traducción literal corresponde a peligro, pero para evitar confusiones se le denominará peligrosidad o amenaza,

indistintamente.

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2. Áreas propensas a ser afectadas por deslizamientos y caída de bloques o desprendimientos.

Para el diagnóstico y zonificación del peligro de deslizamientos y caídas de bloques o desprendimientos,


se realizó un análisis de fotografías aéreas, se realizaron visitas a terreno, se utilizó la cobertura
topográfica disponible (1:5.000 y 1:10.000) y se revisaron estudios previos que documentan la ocurrencia
de este tipo de procesos en la comuna de Coronel y comunas aledañas (Naranjo et al., 2006; Marin y
Derch, 2010; Espinoza y Ortiz, 2010; Constanzo, 2010; Blanco y Creixell, 2010). Para determinar las
pendientes más susceptibles de generar este tipo de procesos se utilizaron datos de catastros de
deslizamientos ocurridos en diferentes lugares del mundo (ej. Esaki et al., 2005; Giraud y Shaw, 2007).

• Procesos Internos o endógenos de la Tierra.

1. Áreas con peligro de ser afectadas por actividad volcánica.

Para el diagnóstico del peligro volcánico se realizó una identificación y clasificación de los centros
volcánicos presentes en el área a partir del catálogo de SERNAGEOMIN (2002) y del trabajo de
González-Ferrán (1995).

2. Áreas con peligro de ser afectadas por sismicidad: terremotos y sismos asociados a procesos de
subducción o fallas geológicas.

Para el diagnóstico y zonificación del peligro sísmico se consideró el contexto geotectónico del área y se
tomaron en cuenta antecedentes históricos. En efecto, se realizó una revisión de los terremotos ocurridos
entre los 33º y 40º S en base al catálogo sísmico del USGS (ver capítulo 4.1 “Sismicidad”) y la cartografía
geológica disponible relacionada en particular con fallas geológicas.

1.5 Alcance y limitaciones

Para este trabajo se realizó una compilación de referencias bibliográficas (Las que se encuentran listadas en
el punto 9 Bibliografía), antecedentes históricos, revisión de fotografías aéreas, visitas a terreno y la
evaluación de los distintos factores condicionantes para zonificar las áreas susceptibles a ser afectadas por
un peligro geológico, a una escala 1:10.000 (considerando que la gran mayoría de la información geológica
está a una escala mayor a 1:100.000). Se debe destacar que los resultados de este trabajo no deberían ser
utilizados a una escala más detallada que la de referencia, ya que esto podría llevar a errores en la
planificación territorial.

El resultado de este estudio corresponde a mapas de factores condicionantes, principalmente morfológicos y


geológicos, y mapas inventarios, de cuyo análisis se obtuvo como producto final los mapas de susceptibilidad
de determinados peligros geológicos. Sin embargo, no se llevó a cabo ningún análisis de períodos de retorno
(peligrosidad) o de consideraciones socio-económicas (riesgo), principalmente debido a la falta de información
histórica disponible, y que dentro del proyecto los plazos no permiten hacer estudios de más detalle.

1.6 Marco Jurídico

De acuerdo a la Ley General de Urbanismo y Construcción (LGUC), artículo 60: “El Plan Regulador señalará
los terrenos que por su especial naturaleza y ubicación no sean edificables. Estos terrenos no podrán
subdividirse y sólo se aceptará en ellos la ubicación de actividades transitorias, manteniéndose las
características rústicas del predio. Entre ellos se incluirán, cuando corresponda, las áreas de restricción de los
aeropuertos. Igualmente, el Plan Regulador señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica, en

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cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o refaccionados sin previa autorización de la
Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente”.

La Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (OGUC), en su apartado 2.1.17 “Disposiciones


complementarias” indica que: “En los planes reguladores podrán definirse áreas restringidas al desarrollo
urbano, por constituir un riesgo potencial para los asentamientos humanos. Dichas áreas, se denominarán
“zonas no edificables” o bien, “áreas de riesgo”, según sea el caso, como se indica a continuación:

Por “zonas no edificables”, se entenderán aquéllas que por su especial naturaleza y ubicación no son
susceptibles de edificación, en virtud de lo preceptuado en el inciso primero del artículo 60° de la Ley General
de Urbanismo y Construcciones. En estas áreas sólo se aceptará la ubicación de actividades transitorias.

Por “áreas de riesgo”, se entenderán aquellos territorios en los cuales, previo estudio fundado, se limite
determinado tipo de construcciones por razones de seguridad contra desastres naturales u otros semejantes,
que requieran para su utilización la incorporación de obras de ingeniería o de otra índole, suficientes para
subsanar o mitigar tales efectos. En el marco de este informe, “áreas de riesgo” son definidas como las zonas
susceptibles a ser afectadas por un peligro geológico.

Para autorizar proyectos a emplazarse en áreas de riesgo, se requerirá que se acompañe a la respectiva
solicitud de permiso de edificación un estudio fundado, elaborado por profesional especialista y aprobado por
el organismo competente, que determine las acciones que deberán ejecutarse para su utilización, incluida la
Evaluación de Impacto Ambiental correspondiente conforme a la Ley 19.300 sobre Bases Generales del
Medio Ambiente, cuando corresponda.

Este tipo de proyectos podrán recibirse parcial o totalmente en la medida que se hubieren ejecutado las
acciones indicadas en el referido estudio. En estas áreas, el plan regulador establecerá las normas
urbanísticas aplicables a los proyectos una vez que cumplan con los requisitos establecidos en este inciso.

Las “zonas no edificables” corresponderán a aquellas franjas o radios de protección de obras de


infraestructura riesgosa, tales como aeropuertos, helipuertos, torres de alta tensión, embalses, acueductos,
oleoductos, gaseoductos, u otras similares, establecidas por el ordenamiento jurídico vigente.

De acuerdo a la OGUC, las “áreas de riesgo” se determinarán en base a las siguientes características:

1. Zonas inundables o potencialmente inundables, debido entre otras causas a la proximidad de lagos, ríos,
esteros, quebradas, cursos de agua no canalizados, napas freáticas o pantanos. De acuerdo a las
definiciones utilizadas en este informe, corresponde a los peligros geológicos de inundación, ya sea
continental o costera. Este tópico que se explica conceptualmente en el capítulo 3.2.1 “Inundaciones”, y el
diagnóstico y zonificación de estos peligros en el área de estudio se presenta en el capítulo 4.4 “Inundaciones
por Desborde de Cauce, Flujos de detritos y/o barro”.

2. Zonas propensas a avalanchas, rodados, aluviones o erosiones acentuadas. Corresponde a los peligros
geológicos de remociones en masa, caída de bloques y flujos de barro y detritos. Estos se explican
conceptualmente en el capítulo 3.2.2 “Procesos de Remoción en Masa”. El diagnóstico y zonificación de estos
peligros en el área de estudio se presenta en los capítulos 4.3 “Deslizamientos y Caída de Bloques o
Desprendimientos”, y 4.4 “Inundaciones por Desborde de Cauce, Flujos de detritos y/o barro”

3. Zonas con riesgo de ser afectadas por actividad volcánica, ríos de lava o fallas geológicas. Dentro de este
apartado definido por la OGUC se analizan conceptualmente los procesos endógenos internos de la tierra,

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descritos en los capítulos 3.1.1 “Sismicidad” y 3.1.2 “Volcanismo”. El diagnóstico y zonificación de estos
peligros en el área de estudio se presenta en los capítulos 4.1 “Sismicidad”. “

2. Antecedentes Generales Regionales

2.1 Marco Geodinámico y Morfoestructural

Chile se ubica en un margen convergente de placas tipo océano-continente, donde la Placa Oceánica de
Nazca subducta a la placa Continental Sudamericana bajo su margen occidental (Figura 2.1 y 2.2) (Uyeda,
1979). Esta subducción, cuya tasa actual de convergencia se estima en 8 cm/año (Demets et al., 1994), se
reconoce activa desde, al menos, el Jurásico (Mpodozis y Ramos, 1989) y ha tenido variaciones en la tasa de
convergencia durante el Eoceno – Mioceno que van desde 5 a 15 cm/año (Somoza, 1998).

El segmento ubicado entre los 33º y los 46º S corresponde, dentro del esquema de segmentación andina de
Mpodozis y Ramos (1989), como una zona de subducción tipo chilena, que se caracteriza por un ángulo de
subducción entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana de aproximadamente 30°. Este segmento se
encuentra ubicado al sur del segmento ubicado entre los 27° S y los 33°, que se caracteriza por una
subducción plana (~10°) y se encuentra aparentemente controlado por la subducción de la dorsal asísmica de
Juan Fernández (Figura 2.1 y 2.2). Si se comparan ambos segmentos, se destacan las siguientes
características:

 La costa Oeste de la placa Sudamericana tiene un rumbo aproximado NS en el tramo de subducción


plana, mientras que al sur de los 33º la costa posee un rumbo aproximado N20ºE
 En el tramo norte, no se aprecia el desarrollo de una depresión central, en cambio se presentan valles
transversales en el antearco. En cambio, en el segmento sur, se desarrolla claramente la Depresión
Central, con una Cordillera de la Costa y Cordillera Principal bien definidas.
 En el sector de subducción plana no hay registro de volcanismo Holoceno en la Cordillera Principal,
mientras que en el área de estudio, el arco volcánico Holoceno se encuentra plenamente desarrollado a
la latitud del área de estudio.

Figura. 2.1: Vista en 3D donde se representa el marco geodinámico, se aprecia la Dorsal de Juan Fernández y el
lugar donde es subductada frente a los 33º S. La línea verde señala la fosa, lugar donde subducta la placa de
Nazca bajo la placa sudamericana, las flechas muestran las direcciones y velocidades de convergencia entre
ambas placas.

FUENTE: Elaboración propia.

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Figura. 2.2: Distribución de las principales unidades morfoestructurales y centros volcánicos activos de los
Andes entre 1°N y 46°S

Zona
Volcánica de
los Andes

 Volcanes activos

Área de estudio

Fuente: Mapa de estructuras morfo-tectónicas tomado de Lavenu (2005)

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La acumulación y posterior relajación de los esfuerzos producto del régimen de subducción es la causa de
que en prácticamente todo Chile (Desde Arica hasta la península de Taitao), sea afectado frecuentemente por
terremotos. La gran mayoría de estos sismos y los eventos de magnitud, se originan en la zona del contacto
entre placas y corresponden a la liberación súbita de la mayor parte de la energía acumulada durante el
proceso de subducción (Ej. Sismos del 6 de abril de 1943 que afectó a la IV Región, 3 de Marzo de 1985 de la
V región, sismos de Mayo de 1960 en Valdivia). Los esfuerzos causados por la subducción también se
propagan hacia el interior de la placa continental, y se liberan mediante sismos superficiales, normalmente de
menor magnitud pero más destructivos localmente. (Ej. Sismo de Las Melosas de 1958, Sismo de Chuzmisa
de 2001). Otros sismos son provocados por la relajación de esfuerzos en la Placa de Nazca una vez
subductada, estos sismos pueden ser muy destructivos a pesar de no tener las mayores magnitudes (Ej.
Sismo de Chillán de 1939, sismo de Punitaqui de 1997 y sismo de Tarapacá 2005).

2.2 Marco Geológico

En la Comuna de Coronel afloran una serie de unidades geológicas, cuyas edades van desde el Paleozoico al
Holoceno. Las características de cada una de estas unidades geológicas se detallan a continuación.

2.2.1 Área continental de la comuna de Coronel

La geología del área continental de la comuna de Coronel está compuesta por las siguientes unidades
geológicas (ver Figura 2.3 y Figura 2.4).

a) Basamento Metamórfico (Paleozoico) (Aguirre et al., 1972)

Esta unidad está constituida por metapelitas y metagrauwackas afectadas por metamorfismo de baja presión
y alta temperatura. Según Hervé (1977), los esquistos de esta unidad presentan una transformación
progresiva a gneises, hornfels y migmatitas. Este mismo autor señala que gran parte de los procesos de
metamorfismo que afectaron al basamento ocurrieron durante el Paleozoico Superior.

b) Formación Santa Juana (Triásico Superior) (Ferraris, 1981)

Esta unidad corresponde a un conjunto de secuencias sedimentarias continentales y marinas, las cuales se
encuentran en contacto por falla o sobreyaciendo a la Serie Oriental del Basamento Metamórfico.

En el área de estudio la Formación Santa Juana se encuentra representada por una secuencia continental
compuesta por areniscas conglomerádicas, areniscas finas y lutitas, además de pequeños niveles de carbón y
restos fósiles vegetales y de invertebrados de agua dulce. En forma concordante sobre esta secuencia
continental, aflora una secuencia marina constituida por areniscas gruesas y arcillolitas, con escasos restos
vegetales.

De acuerdo a su contenido fosilífero, a la Formación Santa Juana se le asigna una edad Triásico Superior
(Tavera, 1960)

c) Formación Curanilahue (Eoceno) (Muñoz Cristi, 1956)

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Corresponde a una secuencia de areniscas, limolitas y arcillolitas. Esta unidad ha sido subdividida en tres
miembros, los cuales de base a techo corresponden a: Miembro Lota, Miembro Intercalación y Miembro
Colico. Los miembros superior e inferior son de origen continental y presentan mantos carboníferos, mientras
que el miembro intermedio está constituido por areniscas de origen marino.

A esta unidad geológica pertenecen los mantos carboníferos que permitieron el desarrollo de la minería del
carbón en la zona.

d) Sedimentos de Terrazas Marinas (Pleisto-Holoceno) (Ferraris, 1981)

Estos sedimentos están constituidos fundamentalmente por arenas laminadas de ambientes costeros y
dunas, con escasa compactación y se disponen sub-horizontalmente.

Su techo corresponde a la actual superficie de erosión y se encuentran sobreyaciendo a unidades de edad


Plioceno. Lo anterior, sumado a que se considera que los eventos marinos y costeros del área aparentemente
son continuos, permite asignarle a estos sedimentos una edad pleisto-holocena.

e) Depósitos Fluviales de Terrazas del Bío-Bío y de Fondos de Quebradas (Pleisto-Holoceno) (Ferraris,


1981)

Estos depósitos corresponden a niveles aterrazados constituidos por gravas y arenas. Se ubican en la ribera
del río Biobio y en el fondo de las quebradas principales que desembocan en él.

f) Depósitos Fluviales de Terrazas Actuales (Bonilla et al., 2003)

Se componen de arenas grises no consolidadas que han sido depositadas en el lecho actual del río Biobio.

2.2.2 Isla Santa María

La geología de la Isla Santa María está compuesta por tres unidades principales, las que se describen a
continuación y se presentan en la Figura 2.5.

a) Formación Millongue (Eoceno Superior) (Muñoz Cristi, 1956)

Esta unidad está conformada por lutitas y limolitas con impresiones de flora fósil que afloran en el sector
occidental de la Isla Santa María. De acuerdo a su posición estratigráfica y a su contenido fósil se le asigna
una edad Eoceno Superior (Ferraris y Bonilla, 1981).

b) Depósitos de Areniscas y Arcillolitas Marinas (Plioceno?) (Ferraris y Bonilla, 1981)

Corresponde a un conjunto de areniscas y arcillolitas que afloran en la Isla Santa María como una franja
central elongada en dirección N-S. Por su posición estratigráfica se le asigna una edad probable Plioceno.

c) Depósitos de Dunas y Playas (Pleisto-Holoceno) (Ferraris y Bonilla, 1981)

Estos depósitos están constituidos principalmente por arenas poco cementadas y afloran en la porción
oriental de la Isla Santa María.

Por sus características sedimentológicas y su posición estratigráfica, además de su correlación con los
sedimentos de terrazas marinas que afloran en el continente, se les asigna una edad Pleisto-Holoceno.

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2.3 Marco Geomorfológico

La Comuna de Coronel abarca dos grandes unidades geomorfológicas, las que corresponden de oeste a este
a la Planicie Litoral y la Cordillera de Nahuelbuta (Figura 2.6).

La Planicie Litoral corresponde a una zona relativamente plana, en la que es posible distinguir cuatro niveles
diferentes de terrazas marinas, las cuales han sido designadas como Terrazas Altas, Terrazas Medias,
Terrazas Bajas y Depósitos Holocenos (Moreno et al. 2003). Gran parte del área urbana de Coronel se
encuentra emplazada sobre estas terrazas marinas.

La Cordillera de Nahuelbuta es el nombre que recibe la Cordillera de la Costa entre los ríos Bío-Bío e Imperial
(36º35’ y 38º S). Este cordón montañoso alcanza alturas entre 400 y 500 m s.n.m. en el área de la Comuna
de Coronel (Figura 2.7), al este de la ciudad.

Los datos utilizados para hacer el análisis de los parámetros morfométricos fueron tomados de las curvas de
nivel de escala 1:250.000, 1:10.000 y 1:5.000, proporcionadas por Habiterra S.A.

Figura 2.3: Mapa Geológico del área costera de la comuna de Coronel

Fuente: Modificado de Bonilla et al. (2003)

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Figura 2.4: Mapa Geológico del sector Palco-Mitrihue y Patagual Figura 2.5: Mapa Geológico de la Isla Santa María

Fuente: Modificado de Bonilla et al. (2003)


Fuente: Modificado de Ferraris (1981)

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Figura. 2.6: Distribución de las principales unidades morfoestructurales del área de estudio.

Fuente: Elaboración Propia.

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Figura 2.7: Mapa de Elevaciones del área de estudio.

Fuente: Elaboración Propia, a partir de curvas de nivel escala 1:250.000.

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3. Peligros Reconocidos

A continuación se detallan los peligros geológicos evaluados en el área de estudio y se describe en qué
consiste el peligro, cuáles son sus factores condicionantes y cuáles son los efectos para la población y sus
actividades. El análisis se realiza dividiendo los peligros geológicos en 2 grupos, procesos internos o
endógenos de la tierra, y los procesos externos o exógenos.

Posteriormente en el capítulo 4 “Diagnóstico y Zonificación de Peligros Geológicos de la Comuna de Coronel”


se presenta la zonificación y diagnóstico específico de la evaluación de estos peligros en el área de estudio.

3.1 Procesos Internos o Endógenos de la Tierra


3.1.1 Sismicidad

La costa Oeste de Sudamérica está delineada por el borde oriental de la placa Sudamericana y se caracteriza
por una intensa sismicidad debido a su convergencia con la placa de Nazca. En planta se aprecia una banda
sísmica activa muy angosta (100-150 km) y de profundidad variable (~5-200 km) entre el cordón montañoso
de los Andes y la fosa Perú-Chile. La Figura 3.1 ilustra la sismicidad mundial que resalta los márgenes de las
placas tectónicas y muestra además cómo Chile se encuentra en un ambiente de gran producción sísmica.

Figura 3.1: Sismicidad mundial entre los años 1980 y 1990, se representan en puntos rojos los epicentros con
magnitud >5. Nótese de la forma que la sismicidad “ilumina” los límites de las places tectónicas, dibujados en
amarillo.

Fuente: Washington University.

El margen de subducción donde se ubica Chile está caracterizado por una convergencia del orden de 8
cm/año (De Mets et al., 1994). Una serie de fuerzas que actúan sobre la Placa de Nazca, como por ejemplo el
flujo convectivo de material del manto, que “mueve” a la placa en dirección al este generando la convergencia,
o el mismo peso de la placa oceánica que “tira hacia abajo” esta placa, favoreciendo la subducción (Figura
3.2). Debido a sus distintas composiciones, la placa oceánica que es comparativamente más densa (de
composición basáltica) tiende a introducirse bajo la corteza continental menos densa (de composición

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granítica). Las fuerzas que actúan tanto sobre la interfase interplaca como sobre las placas que interaccionan
con el manto generan el llamado acoplamiento sísmico interplaca, el que puede entenderse cómo la
resistencia al deslizamiento en la zona de contacto entre ambas. A mayor acoplamiento interplaca la
capacidad de generar terremotos de gran magnitud aumenta (Scholz, 1990).

Figura 3.2: Contexto geodinámico y margen de subducción de Chile. Modificado de Enciclopedia Britannica

Fuente: Modificado de Enciclopedia Britannica (2008)

El sistema de subducción, además de acumular energía que se libera por sismos de interplaca, genera
campos de esfuerzos tanto en la placa continental como oceánica, así como también en la zona en que se
acoplan ambas. El método para descargar la energía acumulada es a través de diferentes tipos de sismos,
ejemplificados en la Figura 3.3, que corresponde a:

A) Sismos “Costa afuera”, que se producen por los esfuerzos extensivos por abombamiento en la placa
subductante antes de la zona de contacto. A pesar de tener magnitudes cercanas a MW = 6, prácticamente no
causan efectos significativos en zonas pobladas, dada la distancia de su ocurrencia en zonas mar adentro.

B) Sismos asociados al contacto interplaca, como los ocurridos en Antofagasta 1995, Chile Central 1985,
Mejillones 2005 y Constitución-Concepción en el 2010. Estos son producto de la liberación de energía
acumulada por la convergencia de placas.

C) Sismos intraplaca de profundidad intermedia, como los sismos de Punitaqui 1997, Copiapó 2002,
Calama 1950, Tarapacá 2005 y Chillán 1939. Se producen por el fracturamiento tensional de la placa de
Nazca (la placa se quiebra por su propio peso).

D) Sismos superficiales intraplaca, cómo los sismos de Las Melosas en 1958, Aroma en 2001 y Curicó en
2004. Son producto del esfuerzo intraplaca inducido por la subducción, que a la vez contribuye a la
generación de relieve. En general, los sismos superficiales intraplaca se encuentran asociados a fallas
superficiales que pueden tener movimientos normales, inversos y de rumbo, que responden a campos de
esfuerzos compresivos o extensivos.

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Figura 3.3: Tipos de sismos que ocurren en un margen de subducción. Explicación en el texto.

FUENTE: Elaboración Propia.

Independientemente de la ubicación particular de uno u otro sismo, todos ellos corresponden a un


desplazamiento violento paralelo al plano de falla que libera la energía acumulada en la interfaz. La energía
que se acumula producto de la convergencia de placas, tanto en el contacto interplaca como en la corteza, en
algún momento supera la resistencia de las rocas. En dicho instante se produce una ruptura que se propaga a
través de un plano de falla, el que, de acuerdo a su geometría, generará diferentes tipos de movimientos
(Figura 3.4). A su vez, esta ruptura conlleva una liberación de energía que se propaga por medio de ondas
sísmicas.

Las ondas que transmiten la energía sísmica se agrupan en dos tipos principales: ondas de cuerpo y ondas
de superficie. Las primeras se dividen en ondas P (compresivas) y ondas S (ondas de corte o de cizalle),
mientras que las segundas se dividen en ondas Rayleigh y Love (Figura 3.5). En las ondas P el movimiento
de partículas se produce en forma paralela al de la propagación de la onda y en las ondas S es en dirección
perpendicular a la dirección de propagación de la onda. Las ondas Rayleigh tienen un movimiento oscilatorio
elíptico y las ondas Love tienen un movimiento oscilatorio horizontal. Con respecto a su impacto en superficie,
debido a que las ondas S transportan la mayor cantidad de energía y a que las ondas superficiales tienden a
tener movimientos de mayor frecuencia, ambos tipos corresponden a los de carácter más destructivo del
movimiento sísmico. Aún así, a medida que las ondas se alejan de la fuente van perdiendo o disipando
energía, siendo cada vez menos destructivas, fenómeno que se conoce como atenuación.

Para medir los sismos se utilizan, principalmente, dos escalas: magnitud e intensidad. La magnitud es una
medida única y objetiva, que normalmente se relaciona con la escala de RICHTER (MS). Actualmente para
grandes sismos se utiliza la escala de magnitud de momento (MW) que se calcula a partir del tamaño de la
zona de ruptura y el desplazamiento medido para un sismo ocurrido, y da cuenta de la energía total liberada
por el evento. La intensidad es una medida subjetiva del impacto de un sismo sobre la población, en términos

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de percepción humana del evento y sus efectos en la infraestructura. Este parámetro se mide en la escala de
MERCALLI-CANCANI, denominada también como Modificada de Mercalli (M.M.).

Finalmente, debe destacarse el llamado “efecto sitio”, que indica un condicionamiento de carácter local bajo el
cual para un mismo terremoto y dependiendo del tipo de terreno donde uno se encuentra ubicado, las ondas
sísmicas pueden amplificarse durante el desarrollo del terremoto (Figura 3.6).

Figura 3.4: Tipos de Falla y esfuerzos asociados.

Fuente: Keller y Blodgett (2004).

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Figura 3.5: Tipos de ondas sísmicas.

Fuente: Modificado de Enciclopedia Britannica (2008)

Figura 3.6: Amplificación de la vibración generada por un terremoto.

Fuente: Keller y Blodgett, 2004.

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El principal efecto asociado a la ocurrencia de sismos son fuertes movimientos del terreno, que originan un
peligro directo sobre las estructuras y sobre las personas, debido a las fuertes aceleraciones generadas por
las ondas sísmicas. Sumado a lo anterior, la ocurrencia de estos fenómenos es generalmente sin previo
aviso, por lo que la única manera de mitigar el riesgo es con campañas de educación y estrictas normas de
construcción. Muchos de estos fenómenos son acompañados por asentamientos en las superficies,
normalmente irregulares, dañando construcciones, infraestructura y cañerías. Esto implica en una alta
vulnerabilidad estructural, económica y social. Particularmente con respecto a esta última se deben mencionar
las potenciales pérdidas de vidas humanas y heridos por el derrumbe de estructuras, además de la
vulnerabilidad a enfermedades gastrointestinales y epidemias por el colapso de los sistemas sanitarios y de
conectividad, entre los innumerable efectos adversos para la sociedad que provocan este tipo de fenómenos.

Más allá de los efectos directos mencionados anteriormente, los sismos pueden también inducir la ocurrencia
de otros fenómenos, como es el caso de procesos de remoción en masa (caídas de bloques y
deslizamientos), tsunamis y licuefacción.

Los deslizamientos y derrumbes: se dan en diversos tipos de suelos y bajo variadas condiciones
sismotectónicas, incluso se han detectado en sismos de grado Mw = 4.0. La cantidad y severidad de estos
están en directa relación con la cercanía al epicentro y la magnitud del evento causante (Keefer, 1984,
Sepúlveda et al., 2006, 2010). Sea cual sea su origen, los deslizamientos y derrumbes están asociados
principalmente a tres factores: las pendientes del terreno, la resistencia mecánica de los materiales
involucrados y antecedentes de eventos anteriores (Centeno et al., 1994; Sancho, 1997). Para más detalle
acerca de estos procesos, ver el Capitulo 3.2.2 “Procesos de Remoción en Masa”.

Los tsunamis corresponden a una ola o un grupo de olas de gran energía y tamaño que se producen cuando
algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua y en aproximadamente un
90% de los casos, estos fenómenos son provocados por terremotos. La energía de un tsunami depende de su
altura (amplitud de la onda) y de su velocidad, y estará asociada a la magnitud del evento que lo generó.

Otro proceso que se da comúnmente es la licuefacción del terreno, que corresponde al fenómeno donde un
material sólido se comporta como líquido bajo solicitaciones sísmicas. Las ondas sísmicas hacen aumentar la
presión de agua presente en sedimentos, de forma que los granos de arena o limo pierden el contacto entre
ellos, esto causa una pérdida de resistencia del sólido y lo lleva a comportarse como un líquido. Bajo estas
condiciones, el suelo puede perder su capacidad de soporte de estructuras, producir deslizamientos (incluso
en superficies con muy bajas pendientes) y formar volcanes de arena. Muchos de estos fenómenos son
acompañados por asentamientos en las superficies, normalmente irregulares, dañando construcciones,
infraestructura y cañerías.

Para la ocurrencia de licuefacción se requiere de tres factores:

1. Depósitos o suelos, granulares poco consolidados (sueltos y no cementados) de tamaño fino a medio
(limo a arena, aunque en algunos casos se ha presentado en arcillas y en gravas). Típicamente pueden ser
rellenos artificiales, especialmente aquellos creados por relleno hidráulico (ej. puertos y tranques de relaves),
depósitos eólicos (dunas), depósitos de playas, o de cursos de agua lo suficientemente jóvenes para estar
sueltos. Los suelos con partículas de diferentes tamaños son menos propensos a sufrir licuefacción, debido a
que las partículas menores tienden a rellenar los espacios entre las mayores, reduciendo así la tendencia a
densificación del suelo y evitando los efectos del aumento de presión de agua. También influye la forma de
las partículas que conforman el suelo, siendo un depósito de partículas redondeadas más susceptible de sufrir
licuefacción.

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2. Saturación de los depósitos por aguas subterráneas, el agua debe rellenar los espacios entre los granos
de limo o arena. Puede producirse en zonas donde el nivel de agua subterránea es somero como en
desembocadura de cursos de agua, humedales, pantanos, vegas y zonas costeras.

3. Fuertes movimientos sísmicos, durante los cuales las ondas sísmicas aumentan la presión del agua
contenida en los depósitos. Cabe destacar, que todo Chile, en especial desde la península de Taitao al norte,
tiene el potencial de ser afectado por grandes terremotos.

3.1.2 Volcanismo

El peligro volcánico deriva de los procesos asociados a la erupción de un volcán. En Chile el volcanismo
activo se distribuye a los largo de de la Cordillera de los Andes, pero de forma discontinua. La zona entre los
18º y 27ºS y aquella al sur de los 33ºS se ubica el volcanismo activo, mientras que entre los 27º-33ºS éste
está ausente.

Los principales peligros asociados a una erupción volcánica se detallan en la Tabla 3-1

La lluvia de ceniza y tefra (Figura 3.7) se produce durante erupciones explosivas en las que una gran cantidad
de material volcánico se inyecta en la atmósfera a gran altura, generando columnas de tefra, compuestas por
piroclastos y gases. Estas columnas, ascienden velozmente alcanzando en pocos minutos alturas
estratosféricas, siendo dispersadas por el viento y esparcidas las cenizas y piroclastos alrededor de una gran
área. En caso de colapso de esta columna se producen flujos y oleadas piroclásticas que pueden alcanzar
centenares de kilómetros, en función de la altura de la columna de tefra (energía potencial transformada en
energía cinética) y la dirección del viento, generando grandes depósitos de ceniza y piroclastos
incandescentes. Adicionalmente, es común que se produzca contaminación de aguas superficiales en todo el
sector afectado por la caída de cenizas, así como también de los acuíferos en los alrededores del volcán por
la inyección de aguas hidrotermales, además del envenenamiento por dispersión de gases tóxicos hacía la
atmósfera.

Los flujos de lava (Figura 3.7) se producen cuando material magmático se desplaza aguas abajo del centro de
emisión. El alcance que tendrán estos flujos está determinado por la tasa de efusión (emisión del centro
volcánico), la pendiente del terreno sobre el cual la lava escurre y la viscosidad de la lava. Además, en las
cercanías del centro de emisión se producen comúnmente temblores de magnitud inferior a 6º en la escala de
Richter (Mw), pero a poca profundidad (entre 1 y 20 km), los que están asociados a intensidades mayores a
VI en las cercanías del epicentro. Estos sismos provienen de diversos procesos, tales como ascenso del
magma y fracturamiento de la corteza, explosiones volcánicas y esfuerzos tectónicos compresivos y
expansivos asociados al ciclo eruptivo (González-Ferrán, 1995).

Los procesos de remoción en masa asociados a una erupción volcánica (Figura 3.7) se pueden clasificar en
tres grandes grupos: lahares, colapso parcial o total del edificio volcánico y deslizamientos de laderas
(González-Ferrán, 1995). Los lahares se producen por el brusco derretimiento de hielos y nieve durante una
erupción volcánica. Corresponden a una mezcla de rocas fragmentadas preexistentes en las laderas de un
volcán con materiales efusivos frescos y una gran cantidad de agua. Esta mezcla desciende aguas abajo a
gran velocidad y de manera turbulenta, arrasando e incorporando a su flujo todo lo que encuentra en su
trayecto (árboles, casas, etc.). Reportes históricos reportan que las velocidades que alcanzan estos flujos van
desde los 1,3 m/s hasta los 40 m/s, recorriendo decenas de kilómetros aguas abajo del valle, y en casos que
la velocidad sea mayor a 150 Km/h pueden remontar barreras topográficas. El colapso, total o parcial, del
edificio volcánico puede producirse como consecuencia de una gran cantidad de energía liberada durante la
erupción. Este proceso puede provocar tsunamis si ocurre en la cercanía de lagos o embalses, ya que puede

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producir el desplazamiento de volúmenes importantes de agua en pocos minutos generando olas destructivas
de gran energía. Finalmente, asociado a la sismicidad producida por la erupción, pueden producirse
deslizamientos de terreno en la cercanía del centro eruptivo, lo que puede dar paso a flujos de barro y/o
detritos aguas abajo.

Los efectos en la población y sus actividades son muy altos en las cercanías de los centros volcánicos, ya
que los procesos asociados a una erupción (caída de ceniza, flujos piroclásticos, contaminación de aguas
superficiales), pueden generar grandes catástrofes en la vida diaria y la infraestructura de las personas. Los
efectos más directos para la población, aunque la erupción se encuentre a distancia, son:

-Perdida de tierras cultivables

- Colapso de Techos y obras civiles

- Pérdidas de vidas humanas y forraje

- Contaminación de aguas y problemas sanitarios derivados.

Se debe destacar que, la duración de una catástrofe por actividad volcánica puede ser considerable dado que
un ciclo eruptivo puede extenderse por meses o años (por ejemplo, el ciclo eruptivo del volcán Chaitén aún
activo desde el 2008).

Figura 3.7: Peligros volcánicos asociados a la erupción de un

volcán.

Fuente: Myers y Brantley (1995)

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Tabla 3-1 Peligros Asociados al Volcanismo


Peligro
Factores de Peligro Tipo de Daño Alcance Condicionantes

Lluvia de Proyección de Bombas Daños por impacto, Alrededores del volcán Tamaño de
Tefra y y Escorias Incendios (<10 km) proyectiles. Mayor
Proyectiles incandescentes tamaño, menor
Balísticos alcance; menor
tamaño, mayor
alcance
Caída de Piroclastos y Recubrimiento de Cenizas, Centenares de Dirección del Viento
Dispersión de Cenizas colapso de estructuras, Kilómetros
daños a la agricultura,
Daños a instalaciones
industriales y viviendas,
Problemas de tráfico aéreo,
falta de visibilidad,
Contaminación de aguas
Flujos y Oleadas Daños a estructuras, Decenas a Centenares Dirección del Viento y
piroclásticas incendios, recubrimiento por de Kilómetros Hacia donde colapsa
cenizas Columna de Tefra
Gases Envenenamiento, Decenas a Centenares Dirección del Viento y
contaminación aire y agua. de Kilómetros Hacia donde colapsa
Columna de Tefra
Inyección de aerosoles Impacto en el clima, Efecto a Dirección del viento
a la Estratosfera largo plazo y/o a distancia
Lavas y Lavas y Domos Daño a estructuras, Alrededores del volcán
Edificio incendios, recubrimiento por (<10 km)
Volcánico lavas.
Deformación del Fallas, Daños a estructuras alrededores del volcán
Terreno (<10 km), Puede ser de
cientos de Kilómetros
Terremotos y Colapso del edificio alrededores del volcán Geomorfología
Temblores Volcánicos volcánico, Remociones en (<10 km), Puede ser de
Masa, Daños a estructuras. cientos de Kilómetros
Remociones Lahares Daños a estructuras, Decenas a Centenares Red de Drenaje
en masa arrastres de materiales, de Kilómetros
recubrimiento por barros
Colapso Parcial o total Daños estructuras, alrededores del volcán Geomorfología y
del Edificio volcánico recubrimiento por detritos, (<10 km), Puede ser de Cuerpos de Agua
avalanchas, tsunami cientos de Kilómetros Cercanos
inducido.
Deslizamiento de Arrastre de materiales, alrededores del volcán Geomorfología y
Laderas recubrimiento por detritos, (<10 km), Puede ser de Cuerpos de Agua
daños a estructuras. cientos de Kilómetros Cercanos
Otros Ondas de Choque rotura de cristales y paneles Decenas de Kilómetros Dirección del Viento y
Geomorfología
Variaciones en el Cambios de temperatura y alrededores del volcán Red de Drenaje
sistema geotérmico de calidad del agua (<10 km), Puede ser de
Acuíferos cientos de Kilómetros

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3.2 Procesos Exógenos o Externos de la Tierra


3.2.1 Inundaciones

Las inundaciones, sin considerar aquellas generadas por causas antrópicas, pueden ser de dos tipos (Figura
3.8): (1) terrestres, en el sentido de “tierra adentro”, en las que aguas dulces anegan territorios al interior de
los continentes, y (2) litorales o costeras, en las que aguas marinas o lacustres-palustres invaden los sectores
limítrofes con el dominio terrestre.

Las inundaciones pueden originarse por varios factores, uno de los principales, obviamente, es la presencia
de lluvias intensas durante temporales. Sin embargo, también pueden originarse por colapso o
desbordamiento de represas y canales, marejadas en zonas costeras, o como afloramiento de aguas
subterráneas en zonas pantanosas.

Cabe notar que existe una estrecha relación entre los fenómenos pluviométricos estacionales y los
fenómenos de avalanchas, rodados, aluviones o erosiones. Estos fenómenos se ven acentuados por el
aumento de la capacidad de arrastre de material, por inundación y por desborde de cauces, todos ellos
asociados a la activación de quebradas por lluvias ocasionales y que ponen en riesgo a la población en los
alrededores.

A continuación se presenta una breve descripción de los distintos tipos de inundaciones.

3.2.1.1 Inundación por Desborde de Cauces

Como su nombre lo indica, estos tipos de fenómenos ocurren cuando ríos o esteros desbordan su cauce
natural anegando las terrazas fluviales laterales o adyacentes, debido a la ocurrencia de caudales extremos.
Estos fenómenos se producen generalmente debido a eventos de precipitaciones líquidas intensas y/o
prolongadas en el tiempo. Los valores que pueden alcanzar los caudales, así como el tamaño del cauce,
dependen también de otros factores como del área de la cuenca correspondiente, su forma, la diferencia de
cota, la presencia de rocas o sedimentos permeables, etc.

En la zona de estudio se pueden distinguir dos tipos de cauces:

- Perennes: ríos o esteros con cuencas que abarcan grandes áreas y que tienen sus cabeceras en zonas
cordilleranas. Aunque no presenten necesariamente una escorrentía superficial continua, se consideran
como perennes dado que la mayoría del flujo escurre en el acuífero ubicado bajo la superficie. Estos
presentan cauces de gran extensión, bien definidos, con diferentes niveles de terrazas fluviales, y
fácilmente identificables a partir del análisis estereoscópico de fotos aéreas. Las terrazas más altas
generalmente están ocupadas por actividades agrícolas o asentamientos humanos.

- Intermitentes: Esteros y quebradas de escurrimiento temporal como consecuencia directa de


precipitaciones intensas. En general, algunas de estas quebradas pueden presentar amenaza por
fenómenos de remociones en masa del tipo flujos de detritos, existiendo una estrecha relación entre estos
fenómenos e inundaciones por escorrentía torrencial de gran velocidad. Como se explicará
posteriormente, los flujos de detritos, al perder su carga sólida, van transformándose paulatinamente en
inundaciones torrenciales. Normalmente existen estaciones fluviométricas en estos cauces, por lo que la
estimación de caudales máximos se debe hacer con modelos matemáticos y estadísticas de
precipitaciones máximas de gran intensidad.

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Los efectos en la población y sus actividades estarán dados por:

- Tiempo de Aviso: En general, las inundaciones por desborde de cauce tienen un tiempo de aviso
suficiente, ya que los procesos de inundación son paulatinos y permiten evacuar a la población.

- La intensidad y velocidad con que ocurre el fenómeno

- Densidad de Población: En caso de que la población se encuentre directamente en la zona de


inundación y no sea evacuada oportunamente, pueden ocurrir muertes, heridos, enfermedades,
daños estructurales, etc. Si la inundación no afecta directamente a la población, puede producir
cortes de camino, daños a la infraestructura sanitaria (por ejemplo, destruir captaciones de agua
para el consumo humano) con un costo económico en reparaciones y medidas de mitigación.

Figura 3.8: Clasificación de los tipos de inundaciones.

Fuente: Modificado de Diez-Herrero et al. (2008)

3.2.1.2 Inundación por Acumulación de Aguas Lluvias en Zonas Llanas, o anegamiento.

Este tipo de inundaciones se producen en zonas deprimidas, de baja permeabilidad, con niveles freáticos
someros y deficiente drenaje del terreno, frecuentemente inundadas debido a lluvias intensas y/o
prolongadas. Este tipo de inundaciones se asocia a la zona de desembocadura de algunas quebradas, las
que son “embalsadas” por caminos y obstrucciones antrópicas. Estas barreras no permiten que el río escurra

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fácilmente hacia el mar, sino solo de forma subterránea, provocando el ascenso de los niveles freáticos y la
formación de zonas pantanosas y humedales. Sólo en eventos de pluviosidades extremas, el caudal
transportado por las quebradas tiene la suficiente fuerza para romper esta barrera, atravesándola y
provocando inundaciones por desborde de cauces.

En las zonas urbanas consolidadas, las acumulaciones de aguas lluvia ocurren especialmente en cruces
viales, donde la evacuación de las aguas lluvias es insuficiente, ya sea por el colapso de los sistemas de
colección, acumulación de basuras que obstruyen los desagües, la no existencia de redes de evacuación y
vialidad pavimentada, por la diferencia de nivel de las carpetas de rodado en las intersecciones de las calles
existentes, o por diseñar las obras de mitigación para un período de retorno no adecuado.

El grado de daño producido por una inundación, dependerá de varios factores:

1) Tiempo de Aviso: Los sistemas de emergencia y aviso a la población disminuyen considerablemente


la vulnerabilidad social. Por lo demás, en general los procesos de inundación son paulatinos y
permiten evacuar a la población.

2) La intensidad y velocidad con que ocurre el fenómeno

3) Densidad de Población: En caso de que la población se encuentre directamente en la zona de


inundación, pueden ocurrir muertes, heridos, enfermedades, daños estructurales, etc. Si la
inundación no afecta directamente a la población, puede producir cortes de camino, daños a la
infraestructura sanitaria (por ejemplo, destruir captaciones de agua para el consumo humano) o un
costo económico en reparaciones y medidas de mitigación.

3.2.1.3 Inundaciones Costeras asociadas a fenómenos meteorológicos.

Las causas pueden relacionarse con aumentos del nivel del agua de mares y lagos durante fenómenos
meteorológicos. Ejemplos de ello son las tormentas y temporales, así como fenómenos ciclónicos atípicos
(huracanes, tifones, tormentas tropicales, ciclones, etc.) que pueden generar fuertes marejadas que afectan al
litoral, así como variaciones en el nivel freático aguas adentro produciendo anegamientos.

3.2.1.4 Inundaciones Costeras asociadas a maremotos.

Los tsunamis o maremotos corresponden a una ola o un grupo de olas de gran energía y tamaño que se
producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua. Se conocen
tres orígenes posibles:

i) Maremotos generados producto de un sismo mayor.

ii) Maremotos generados por erupción volcánica submarina.

iii) Maremotos generados por deslizamientos.

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3.2.2 Procesos de Remoción en Masa

3.2.2.1 Flujos de Detritos y Barro

Los flujos de detritos, referidos comúnmente como ’aluviones’, son remociones en masa que ocurren cuando
una masa de sedimentos con mala clasificación, agitados y saturados con agua, se movilizan pendiente abajo
como flujos viscosos de sedimentos concentrados (Antinao et al. 2002). Los flujos de detritos usualmente son
descritos como fluidos no-newtonianos o plásticos de Bingham, donde la fracción sólida varía generalmente
entre 50 a 90% en volumen (Costa, 1984). En los casos en que la granulometría del material transportado sea
predominantemente fina estos flujos se conocen como flujos de barro.

Las partículas sueltas que cubren pendientes denudadas y otros depósitos detríticos no consolidados,
disponibles dentro de la cuenca de recepción, son transportadas hacia el cauce principal donde continúa su
movimiento. Se remueven así depósitos de gravas y arenas sueltas del lecho, hasta alcanzar el área de
depositación, que corresponde al sitio de salida de dichas quebradas a zonas más llanas donde se forman
abanicos aluviales. Con la disminución de la pendiente, a medida que aumenta la distancia desde su fuente,
los flujos van perdiendo su carga sólida de mayor granulometría, por lo que van pasando paulatinamente a
flujos de barro y finalmente a inundaciones o flujos hiperconcentrados donde la fracción sólida varía
generalmente entre 1 a 25% en volumen (Pierson y Scott, 1985).

Para la ocurrencia de flujos de detritos es necesario que exista una cuenca donde se colecten los aportes de
lluvia y una zona de acumulación de material donde los detritos se acopien para ser posteriormente
transportados en el caso de que se cumpla alguna condición desencadenante.

En Chile, el factor desencadenante más común de flujos de detritos son las lluvias esporádicas, de corta
duración y de intensidad excepcional. Por otro lado, en nuestro país existen muy pocos estudios que
relacionen las intensidades de precipitaciones y este tipo de fenómenos, debido, principalmente, a los
escasos registros de intensidad de precipitaciones y de flujos de detritos históricos. Sólo durante las últimas
décadas se han instalados pluviógrafos que miden la intensidad instantánea u horaria de precipitaciones (mm
por hora). Sólo se disponen de registros más sostenidos en el tiempo de precipitaciones diarias (mm en 24
horas). Esto dificulta los análisis de relación de estas variables ya que a veces basta una lluvia “corta” pero
extremadamente intensa para generar un flujo de detritos.

Los flujos o “aluviones” del 18 de Junio de 1991 en Antofagasta y del 3 de Mayo de 1993 en la Quebrada de
Macul en Santiago Oriente son ejemplo de eventos que han suscitado el interés nacional tanto por el alto
grado de daños materiales como el costo de vidas humanas. Estos eventos han sido, por otra parte, un aporte
para el conocimiento de los umbrales de intensidad de precipitaciones mínimas para la generación de flujos
de detritos en Chile. En el caso de Antofagasta, en una de las zonas más secas del país, se estimaron
precipitaciones mínimas de 30 mm en 24 horas para la generación de flujos de detritos (Hauser, 1997). En el
caso de Santiago Oriente, se contó con datos pluviográficos más precisos, donde se registraron casi 10 mm
en una sola hora (Naranjo y Varela, 1996). Anteriormente, para la Región Metropolitana se estimó un mínimo
de 60 mm en 24 horas para la generación de flujos de detritos (Hauser, 1985).

Si bien los casos anteriores se encuentran fuera del área de estudio, cabe destacar que corresponden a los
pocos eventos donde se ha relacionado cuantitativamente la ocurrencia de estos fenómenos y la intensidad
de precipitaciones. Sin embargo, estos constituyen datos valiosos en cuanto a los umbrales de intensidad de
precipitaciones en las que se podrían generar flujos de características catastróficas.

El grado de daño producido por un flujo, dependerá de varios factores:

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1) Tiempo de Aviso: Los sistemas de emergencia y alerta a la población disminuyen considerablemente


la vulnerabilidad social. Si se tienen mediciones continuas de la intensidad de precipitación, será
posible alertar a la población de que existe la posibilidad de que se genere un flujo, entregando
quizás minutos valiosos que podrían salvar vidas.

2) Distancia al origen del fenómeno: Mientras más alejado sea el origen, y si se cuenta con sistemas de
emergencia y alerta a la población, se puede disminuir la vulnerabilidad social.

3) La intensidad y velocidad con que ocurre el fenómeno (tamaño del flujo): Un flujo de mayor tamaño y
rápido tiene mayor capacidad de afectar a una población que uno más pequeño y lento.

4) Densidad de Población en la zona susceptible a ser afectada: En caso de que la población se


encuentre directamente en el cauce del flujo, los daños pueden ser catastróficos, ya que pueden
producirse muertes, heridos, enfermedades, daños estructurales mayores, etc., como se observó en
los casos de Antofagasta (1991) y Quebrada de Macul (1993). Si el cauce no afecta directamente a
la población, puede producir cortes de camino, daños a la infraestructura sanitaria (por ejemplo,
destruir captaciones de agua para el consumo humano) o un consto económico en reparaciones y
medidas de mitigación.

Este peligro geológico será tratado en conjunto con el peligro de inundación por desborde de cauce, ya que
estos dos peligros comparten una serie de características comunes que permiten estudiarlos cómo un mismo
proceso.

3.2.2.2 Deslizamientos

Los deslizamientos son remociones en masa en las cuales las masas de suelo o roca se deslizan
principalmente a lo largo de superficies de ruptura, al superarse la resistencia al corte, generando el
movimiento del material en su conjunto (Hauser, 2000). Los volúmenes incluidos en estas remociones varían
desde algunas decenas hasta varios millones de metros cúbicos y pueden adquirir magnitud catastrófica.

Estos fenómenos pueden ocurrir de varias formas dependiendo de las propiedades del material y las
características geológicas y geomorfológicas del entorno, siendo principalmente divididos en rotacionales y
traslacionales (

Figura 3.9). Esto implica que las superficies de ruptura son ya sea curvas y cóncavas o a lo largo de un plano
o superficie ondulada, respectivamente.

Estos fenómenos incluyen los deslizamientos que ocurren durante el retroceso de los acantilados costeros por
erosión marina basal, en especial al desarrollo de terrazas de abrasión. Este proceso se produce por la fuerza
de las olas, las que cavan cavernas y desestabilizan el bloque superior, provocando que éste caiga por su
propio peso (Figura 3.10). Ello produce además que el acantilado costero se encuentre en constante
retroceso, lo que permite definir como zona de alta susceptibilidad todas las áreas cercanas al acantilado
costero. Los mismos procesos de erosión ocurren en valles con erosión fluvial activa.

Los factores condicionantes de un deslizamiento corresponden principalmente a: los factores intrínsecos del
suelo y la roca, las características geológicas (litología, estructuras, grado de alteración y meteorización, etc.),
los factores geomorfológicos (pendiente, aspecto, curvatura, elevación, entre otros), la cantidad y tipo de
vegetación, y el grado de humedad y posición del agua subterránea.

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Figura 3.9: Ejemplos de deslizamientos. A. Deslizamiento Rotacional, B. Deslizamiento traslacional.

Fuente: Modificado de Landslide Types and Process, USGS. Fact Sheet 2004-3072. Disponible en

http://pubs.usgs.gov/fs/2004/3072/images/Fig3grouping-2LG.jpg

Figura 3.10: Generación de deslizamientos en el borde costero por desarrollo de terrazas de abrasión marina.

Fuente: Elaboración Propia.

Por otro lado, estos fenómenos pueden ser generados por factores externos, denominados factores
desencadenantes o gatillantes, tales como eventos hidrometeorológicos, sísmicos y actividad antrópica
(excavaciones para caminos, canales, terraplenes, etc.).

Los daños en el medio antrópico producto de un deslizamiento que afecta a un área determinada, estarán
dados por el volumen de material desplazado durante el proceso. El grado en que un deslizamiento afecta a
la población está dado por:

1) Distancia al origen del fenómeno: Por lo general, los deslizamientos son procesos que afectan un
área limitada (radios menores a 1 km., incluso menores a 500 m.) Hay que considerar que este punto
depende directamente del tamaño de volumen desplazado.

2) La intensidad y velocidad con que ocurre el fenómeno: En general, dado que estos procesos son de
alta velocidad los daños potenciales son altos.

3) Densidad de Población: A mayor densidad de población y área expuesta susceptible de ser afectada,
mayores serán los daños esperados. Si la población se encuentra directamente en el área de
alcance de un deslizamiento, la vulnerabilidad, estructural y económica es muy alta ya que la pérdida

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de vidas, viviendas y productividad son efectos típicos de este peligro geológico. Por otro lado, si un
deslizamiento afecta a caminos, acueductos o líneas eléctricas puede producir aislamiento,
enfermedades gastrointestinales y pérdidas económicas en general para la población.

4) Tiempo de Aviso: En este proceso, sin estudios de detalle, el tiempo de aviso es casi nulo.

3.2.2.3 Desprendimientos o Caída de Rocas

Los desprendimiento o caída de rocas son remociones en masa en las cuales bloques de rocas o suelo se
desprenden a partir de laderas de fuertes pendientes, como cornisas o acantilados rocosos, para luego
desplazarse en caída libre, al menos en parte de su trayectoria (Hauser, 2000). Normalmente, las superficies
de rotura corresponden a planos de estratificación, cuya inclinación es superior a su ángulo de fricción interna,
con proyección libre a la cara del talud. Entre las zonas susceptibles a sufrir desprendimientos o caídas de
rocas destacan los flancos de quebradas profundas, labradas en secuencias estratificadas con niveles más
duros hacia el techo, expuestas a erosión fluvial, o acantilados costeros expuestos a erosión marina.

La gravedad es el principal motor del peligro de caída de rocas. Como éste es un proceso gravitacional
depende de leyes de fricción y es, por consiguiente, caótico. Dentro de los factores desencadenantes
destacan los grandes sismos que pueden generar numerosos desprendimientos a partir de laderas con fuerte
inclinación y con condiciones geológicas y estructurales favorables.

La caída de bloques o desprendimientos, puede producir una serie de efectos en personas, desde
contusiones menores hasta la muerte, dependiendo del tamaño del bloque y la fuerza con que éste cae. En el
caso de estructuras, por lo general los daños son casi nulos, pero puede producirse la rotura de vidrios o
daños a muros en función del tamaño del bloque y la distancia recorrida por éste. Además, al caer un bloque
en el camino puede producirse un accidente debido a maniobras de conducción para evitarlo.

En general, este peligro presenta una vulnerabilidad social, económica y estructural menor que otros peligros
geológicos. Además, afecta a escala local, pero tiene una mayor incidencia debido a que su recurrencia es
mucho mayor. En este peligro, el tiempo de aviso es mínimo, pero se puede mitigar indicando que la zona es
susceptible a ser afectada por caída de bloques.

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4. Diagnóstico y Zonificación de Peligros Geológicos de la Comuna de Coronel

A continuación se presenta el diagnóstico del área de estudio a una escala 1:10.000. Para esto se analizaron
estudios anteriores, los antecedentes históricos y los factores condicionantes para luego generar, a partir de
ello, mapas de susceptibilidad.

4.1 Sismicidad

La amenaza sísmica está relacionada a la fuente sísmica, es decir, son las características de origen del sismo
las que finalmente incidirán en su magnitud y en las características de las ondas generadas. De acuerdo a la
caracterización de tipos de terremotos llevada a cabo en el capitulo 3.1.1, se puede realizar la siguiente
caracterización del peligro sísmico:

Los sismos interplaca son los sismos que ocurren más frecuentemente en Chile, estimándose para cada
segmento sísmico una recurrencia de aproximadamente 100 años para un segmento (Figura 4.1). El área de
estudio se encuentra aledaña al margen continental, lo que la hace especialmente vulnerable ante este tipo
de sismos. Estos terremotos son los que alcanzan mayores magnitudes y afectan áreas más extendidas,
como es el caso de Valdivia de 1960 (MW = 9.5), Arica 1877 (MW ~ 8.7) y Constitución 2010 (MW =8.8)

Aunque el último sismo mayor interplaca ocurrió a comienzos del presente año, afectando desde la V región
de Valparaíso hasta la IX región, liberando la energía acumulada desde el terremoto de Concepción (1835),
no deberían ocurrir eventos de magnitud Mw > 8 en los próximos 100 años. Sin embargo, es necesario
destacar que la zona puede encontrarse en la zona de influencia de terremotos cuyas zonas de ruptura se
ubiquen más al norte o más al sur (por ejemplo, el área fue afectada fuertemente para el terremoto de Valdivia
de 1960), o por sismos superficiales asociados a zonas de falla no mapeadas o reconocidas.

Los sismos intraplaca de profundidad intermedia son sismos menos frecuentes que los de subducción, sin
embargo, dadas las características de propagación de ondas, hacen que estos sean muy destructivos, como
es el caso del terremoto de Chillán de 1939 y el sismo de Calama de 1950 (Kausel y Campos, 1992). En
estos sismos el contenido de alta frecuencia en las ondas es mayor, junto con el patrón de dispersión de las
ondas a partir de la fuente hace que la zona epicentral típicamente sufra grandes intensidades. Los datos
sísmicos recopilados hasta la fecha en la zona, muestran una intensa actividad sísmica de profundidad
intermedia y que indican que es un factor a considerar dentro de los componentes ambientales del área.
Hasta la fecha, estos sismos no se conocen lo suficientemente bien como para poder estimar recurrencias ni
magnitudes esperables asociados a estos eventos.

Los sismos corticales son sismos poco frecuentes que generalmente tienen magnitudes bajas a medias (rara
vez superan una magnitud de Richter de 7). Aún así, al ser de fuente muy superficial la propagación de la
ruptura genera efectos no lineales en la dispersión de las ondas, lo que se traduce en altas aceleraciones
pero con una muy rápida atenuación (ej. Sepúlveda et al., 2008). Con estos antecedentes es posible
determinar que la amenaza que representan las fallas corticales está circunscrita a unos pocos kilómetros
alrededor de una falla activa, aunque el sismo será percibido en un radio mayor. Ejemplos de los daños de
fallas corticales activas se ven en el Terremoto de Haití (2010) y los registrados asociados al sistema de fallas
de San Andrés en California (por ejemplo, el terremoto de Loma Prieta, 1989). En el área no hay más
evidencia de la ya expuesta, que permita estimar zonas de ocurrencia de este tipo de sismos.

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Como ya ha sido detallado en el capítulo 3.1.1 anterior, de manera asociada a la sismicidad pueden
producirse fenómenos de licuefacción, tal como ocurrió en la Comuna de Coronel durante el terremoto del 27
de febrero del 2010. Por ejemplo, en el sector de Caleta Lo Rojas, se registró este fenómeno en terrenos
originados por embancamiento y con mala compactación del suelo, lo que generó daños estructurales
severos en algunas viviendas y en la infraestructura de transporte portuaria (muelle).

Otro factor a considerar para la evaluación del peligro sísmico está relacionado con la respuesta de los suelos
de fundación, ya que debido a las características del terreno puede generarse una amplificación de las ondas
sísmicas y otros efectos geotécnicos. Este aspecto es detallado en el capítulo 4.6 “Peligro por mala respuesta
de sitio y problemas geotécnicos”.

4.1.1 Antecedentes Históricos de Terremotos en Chile entre los 33° y 40° S.

La costa de Chile históricamente ha sido afectada por grandes terremotos, varios acompañados de tsunamis
destructivos. En la Figura 4.1 se grafican los más importantes sismos de subducción que han ocurrido en el
período histórico.

La zona del Centro – Sur de Chile (33° - 46° S), se caracteriza por una sismicidad intensa, como los
sucesivos terremotos que han afectado a la ciudad de Valparaíso, Concepción y Valdivia desde los tiempos
de la conquista. A continuación se detalla el catastro realizado de sismos reportados entre los 33° y 40° S.
Los mayores sismos son destacados en la Figura 4.1, donde se muestran las zonas de ruptura asociadas a
estos terremotos.

SIGLO XVI

Terremoto de Lebu, 28 de Octubre de 1562, Un sismo de intensidad X en la escala de Mercalli produjo daños
significativos en la ciudad de Lebu. El epicentro parece estar ubicado en el sur de la península de Arauco. El
sismo provocó la destrucción completa de Ciudad Imperial y un tsunami que siguió al terremoto afectó la
costa por una distancia de 1.200 kilómetros y causó numerosas víctimas entre los aborígenes.

Epicentro del terremoto: latitud 38,0° S; longitud 73,5° W


Magnitud estimada: 8,0 Richter

Terremoto de Concepción (actualmente Penco), 8 de Febrero de 1570, de acuerdo a registros el mar


retrocedió alrededor de diez kilómetros para posteriormente inundar completamente la ciudad, dejando
algunas embarcaciones encalladas y terminando de destruir lo poco que se había salvado del terremoto.

Epicentro del terremoto: latitud 36,5° S; longitud 74° W


Magnitud estimada: 8 – 8,5 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 4 metros en La Concepción

Terremoto de Valdivia, 16 de Diciembre de 1575, con tsunami asociado que destruyó las ciudades de Valdivia
y Toltén.

Epicentro del terremoto: latitud 38,5° S; longitud 74,5° W


Magnitud estimada: 8,5 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 4 metros en Corral

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Figura 4.1: Terremotos de subducción históricos con magnitud estimada y calculada mayor a 7.2, y sus áreas de
ruptura. En línea continua las zonas de ruptura bien identificadas, en línea discontinua las zonas de ruptura
inferidas a partir de datos históricos

FUENTE: Elaboración Propia a partir de: Nishenko (1985), Comte et al. (1986), Comte y Pardo (1991), Comte et al.,
(2002), Lara y Rauld (2003).

SIGLO XVII

Temblor de Santiago, 13 de Mayo de 1647. Terremoto en Santiago y sus alrededores. Hay informes de
fuertes movimientos del mar a lo largo de toda la costa, cuyas ondas fueron lo suficientemente altas para
sumergir los cerros costeros.

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Epicentro del terremoto: latitud 33,0° S; longitud 71,5° W


Magnitud estimada: 8,5 Richter

Terremoto de Concepción, 15 de Marzo de 1657, fuerte terremoto ocurrió entre las provincias de Maule y
Cautín, aproximadamente entre las latitudes 36° S y 39° S, alrededor de las 20:00 horas. El terremoto, en la
ciudad de Concepción, destruyó completamente la mayoría de las casas, permaneciendo de pié solo una
iglesia. Dos horas más tarde arribó el tsunami cubriendo la parte baja de la ciudad y alcanzó hasta el centro
de la plaza. Más personas murieron ahogadas por el tsunami que por el efecto mismo del terremoto.

Epicentro del terremoto: latitud 37° S; longitud 72,8° W


Magnitud estimada: 8,0 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 4 metros en Concepción (Penco)

SIGLO XVIII

Terremoto de Valparaíso, 8 de julio de 1730. Sismo que afecto a toda el área central, causando daños en
Valparaíso, La Serena, Coquimbo, Illapel, Petorca y Tiltil. El tsunami resultante fue muy grande y afectó
alrededor de 1.000 kilómetros de costa, desde Callao a Valdivia, dañando las ciudades de Concepción y se
reportaron efectos en la ciudad de Honshu, Japón. Al llegar a la Bahía de Concepción desde el norte el
fenómeno se manifestó de manera similar a los anteriores, el mar se retiró aproximadamente un kilómetro de
la playa y cuatro olas gigantescas seguidas destruyeron los 2/3 de Concepción, arrastrando los objetos al
mar. La ciudad de Concepción fue una de las más afectadas por el tsunami. En Valparaíso, el tsunami sólo
inundó las partes bajas y arrasó las bodegas más inmediatas a la playa.

Epicentro del terremoto: latitud 32,5° S; longitud 71,5° W


Magnitud estimada: 8,7 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 16 metros en La Concepción

Terremoto de Concepción, 25 de mayo de 1751. Tercer terremoto y tsunami destructores en La Concepción.


La mayor parte de los daños causados por el sismo ocurrieron desde Curicó a La Concepción, e incluso se
reportaron daños en Santiago, destruyéndose además Chillán y Talca. El tsunami arribó a La Concepción
alrededor de media hora después del terremoto, con un retiro inicial del mar seguido por tres grandes ondas
de tsunami. Las oscilaciones del mar continuaron con menores amplitudes hasta por lo menos el mediodía. El
tsunami fue el más grande experimentado en la ciudad y al poco tiempo se planteó su traslado tierra adentro
hasta su ubicación actual. El tsunami también fue destructor en Juan Fernández, donde perecieron 35
personas incluyendo el Gobernador.

Epicentro del terremoto: latitud 36,5° S; longitud 74,0° W


Magnitud estimada: 8,5 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 3,5 metros en La Concepción

Terremoto de Valdivia, 24 de Diciembre de 1737. Desde Valdivia hasta Chiloé se sintió el terremoto del 24 de
diciembre, el cual según fuentes de la época sobrepasó los 8,5 grados en la escala de Mercalli. El sismo en
Valdivia produjo el derrumbe de casas, hundimiento de terreno y el desborde de ríos. El movimiento telúrico
fue acompañado de tres grandes réplicas y por la erupción del volcán Osorno.

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SIGLO XIX

Terremoto de Concepción, 20 de Enero de 1816, Un sismo produce significativos daños en Concepción


provocando muchas trizaduras en edificios. Es el primero que afecta a la ciudad en su nueva ubicación. Tuvo
una intensidad de VIII en la escala de Mercalli en esa ciudad.

Terremoto de Valparaíso, 19 de noviembre de 1822. Terremoto en Valparaíso precedido por varios sismos
precursores que ocurrieron desde el día 14 al 17 y con numerosas réplicas durante los tres días posteriores al
terremoto. En Valparaíso se destruyeron la mayor parte de los edificios públicos y alrededor de 700 casas
particulares. También hubo gran destrucción en Casablanca y Quillota. El tsunami arribó a la costa de
Valparaíso 15 minutos después de ocurrido el terremoto con un retiro de las aguas y un posterior alzamiento
del nivel del mar que arrojó algunas embarcaciones menores a las puertas de la Aduana, localizada 3,5
metros sobre el nivel de las altas mareas. Se registraron un total de 3 ondas de tsunami.

Epicentro del terremoto: latitud 33,0° S; longitud 72,5° W


Magnitud estimada: 8,3 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 3,5 metros en Valparaíso

Terremotos de Concepción, 1831 y 1832, El 24 de Diciembre de 1831 se reportó un sismo con una intensidad
de VIII en la escala de Mercalli. Un mes más tarde, el 21 de Enero de 1832, se produjo un remezón similar.

Terremoto de Concepción, 20 de febrero de 1835. Por cuarta vez en su historia, la zona de Concepción fue
impactada por un fuerte terremoto y posterior tsunami. Hubo 50 muertos y 30 desaparecidos en la ciudad de
Concepción, pero también hubo víctimas en Talcahuano, Chillán, Constitución, Cauquenes y Talca. Todas las
ciudades al sur de Rancagua sufrieron daños. No hubo estragos en los edificios de Santiago, pero se
observaron ondulaciones periódicas del agua en numerosas zanjas de irrigación. La ciudad de Chillán fue
destruida en su totalidad. Se decidió reconstruirla en un lugar más seguro unos 3 km del sitio anterior. No
todos los vecinos se cambiaron al nuevo lugar, por lo que la ciudad quedó dividida en Chillán Viejo y Chillán
Nuevo.

El tsunami comenzó con una gran retirada del mar que, media hora después de ocurrido el terremoto, dejó
casi seca la bahía de Talcahuano dejando varadas a numerosas embarcaciones. La primera onda llegó en la
bahía a alturas de 9 metros sobre el nivel de la marea alta, seguidas en un corto lapso por dos ondas más de
alturas superiores. Las casas ubicadas en isla Quiriquina a alturas de 13 metros sobre el nivel del mar fueron
destruidas por el tsunami que inundó completamente a Talcahuano y también a las instalaciones portuarias
ubicadas en Juan Fernández. En Valparaíso las amplitudes fueron bajas y en Castro produjo estragos.

Se estima una magnitud de 8 para este terremoto cuyo epicentro estaría a menos de 30 km de la ciudad de
Concepción. Se generó además un tsunami de proporciones que agregó más destrucción. Dentro de la
historia de Chile, el terremoto del 20 de Febrero de 1835 se conoce como "La Ruina"

Epicentro del terremoto: latitud 36,8° S; longitud 73,0° W


Magnitud estimada: 8-8,2 Richter
Largo estimado de la dislocación: 210 kilómetros
Variación máxima del nivel del mar: 13 metros en isla Quiriquina

Terremoto de Valdivia, 7 de Noviembre de 1837. De acuerdo a los escritos dejados por Claudio Gay, el
terremoto de Valdivia afecto a las ciudades de Talca, Concepción, Valdivia y Osorno, y reporta un gran daño a
los edificios fiscales. De acuerdo a las crónicas, este terremoto no produjo un tsunami con grandes efectos en

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Chile, si se propagó por el océano Pacífico, siendo registrado en Samoa, Archipiélago Tuamotu, islas Tonga,
Hilo, Hawai, donde murieron alrededor de 50 personas y en Honshu, Japón.

Epicentro del terremoto: latitud 42,5° S; longitud 74,0° W


Magnitud estimada: >8,0 Richter
Largo estimado de la dislocación:
Variación máxima del nivel del mar: 2 metros en Ancud

SIGLO XX

Terremoto de Valparaíso del 16 de Agosto de 1906, Gran terremoto en la zona de Valparaíso con
intensidades IX en la escala Mercalli desde Papudo a la desembocadura del río Rapel. El tsunami generado
fue relativamente menor con alturas máximas de poco más de 1 metro sobre el nivel de la marea alta. No
hubo daños en la bahía de Valparaíso causados por este tsunami. El tsunami fue registrado en Hawai, Japón,
Estados Unidos e islas Marquesas donde produjo daños a una iglesia.

Epicentro del terremoto: latitud 33,0° S; longitud 72,0° W


Magnitud calculada: 8,3 Richter
Largo estimado de la dislocación: 340 kilómetros
Variación máxima del nivel del mar: 1,5 metros en Valparaíso

Terremoto de Talca y Constitución, 1 de Diciembre de 1928, Terremoto que provoca destrucción desde
Valparaíso a Concepción, ocurrido a las 00:07 horas. Hubo 108 muertos en Talca, 67 en Constitución y
alrededor de 50 en los pueblos aledaños y 500 heridos. Durante toda la mañana del 1 de diciembre se
observaron inundaciones inusuales a lo largo de la costa de Chile central. En Constitución el agua se elevó
1,5 metros sobre el nivel de la alta marea.

Epicentro del terremoto: latitud 35,0° S; longitud 72,0° W


Magnitud calculada: 7,9 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 1,5 metros en Constitución

Terremoto de Chillán, 24 de Enero de 1939. Sismo que sacudió a Chillán y a todas las ciudades colindantes,
con una intensidad registrada de 7,8º en la Escala Richter. Ostenta el record de la mayor cantidad de muertos
en un sismo en la historia de Chile, con alrededor de 30.000 víctimas fatales. A diferencia de los otros sismos
nombrados, corresponde a un terremoto de intraplaca, asociado al quiebre de la placa de Nazca en
profundidad. En la escala de Mercalli Modificada, el terremoto tuvo las siguientes intensidades: Arica III,
Iquique y Antofagasta IV, La Serena VI, Valparaíso, Santiago y Rancagua VII, Talca VIII, Parral IX,
Cauquenes, Quirihue, Bulnes y Concepción, X; Chillán XI, Arauco IX, Los Ángeles y Angol VIII, Temuco VIII,
Valdivia VI, Puerto Montt V y Aysén IV.

Terremoto de Lebu e Isla Mocha, 20 de Abril de 1949. Diez años después del Terremoto de Chillán,
un terremoto de magnitud 7,3, destruye el 80% de la ciudad de Angol provocando un ambiente de
pánico y confusión en la población. Tuvo una intensidad de IX en la escala de Mercalli Modificada,
VIII en Concepción, Temuco y Los Ángeles y VII en Chillán, Valdivia y Talca. En Lebu también
produjo algunos daños a los que se sumó un tsunami. En Concepción se sintió el sismo sin provocar
daños materiales ni personales. El epicentro parece estar ubicado cerca de la Isla Mocha a 70 km de
profundidad. Un sismo de magnitud 7.3 se produjo a las 11:32 hrs. El epicentro se localizó 25 km al

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sur de Lebu. Se generó un tsunami que inundó parte de la ciudad hasta la plaza de armas. La
resaca siguiente fue brusca y rápida, arrastrando numerosos objetos al mar.

Terremoto de Tomé, 6 de Mayo de 1953. Terremoto frente a las costas de Tomé, alcanzando una
magnitud de 7,6 en la escala de Richter y provocando 12 muertes. La zona más afectada, fue la
misma del terremoto de 1939, es decir, Concepción y Chillán. En Concepción el 15% de las
edificaciones resultaron dañadas y en Chillán, el daño fue mayor aún, donde tuvo una intensidad de
X (MM). En la ciudad de Tomé, la violencia del movimiento hizo que las casas habitación de la gente
modesta, sufrieran considerables daños, quedando muchas familias a la intemperie. Los daños se
remitieron al agrietamiento de murallas, techos hundidos, etc. Las industrias textiles de la localidad y
Bellavista no sufrieron daños materiales de consideración. Hubo quebrazón de vidrios y pedazos de
murallas desprendidas. La gente se aglutinó en la Plaza de Armas y lanzaban gritos histéricos lo que
hizo más confusa la situación. En Cauquenes se cayeron murallas de casas viejas. En Coronel la
mayoría de los edificios resultaron con grietas en muros y techos y se cortó la luz y agua. En Bulnes
el sismo provocó grietas en las murallas y destrozos totales o parciales en las techumbres. Dos
heridos graves y 25 casas derrumbadas y parcialmente destruidas, fue el balance en la localidad de
Florida.

Terremotos del 21 y 22 de Mayo de 1960 en Valdivia y en otras ciudades del sur de Chile, Terremotos que
causaron gravísimos daños en las provincias comprendidas entre Concepción y Chiloé, siendo las ciudades
más afectadas las de Valdivia, Puerto Montt, Ancud, Castro y Corral. Este terremoto originó un tsunami de
tales proporciones que asoló todos los puertos de esa zona produciendo enormes daños y alrededor de 1.000
víctimas. De acuerdo a la crónica, en Curanipe se sintió suave y largamente, el tsunami afecto al sector del
Mariscadero en Pelluhue. En Curanipe el mar entró por el río Curanipe hasta llegar al puente y sucedió similar
en el río El Parrón al extremo sur del pueblo. El tsunami se propagó por toda la cuenca del océano Pacífico
causando daños y víctimas en Hawai, Oceanía y Japón.

Epicentro del terremoto: latitud 38,5° S; longitud 74,5° W


Magnitud calculada: 9,5 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 15 metros en Ancud

Terremoto del 3 de Marzo de 1985. Terremoto en Valparaíso. Extenso daño en Valparaíso y pueblos
aledaños. Hubo 177 muertos y miles de heridos. Se produjo un pequeño tsunami que no produjo daños, pero
fue registrado a lo largo de la costa de Chile.

Epicentro del terremoto: latitud 33,11° S; longitud 71,61° W


Magnitud calculada: 8,0 Richter
Variación máxima del nivel del mar: 1,2 metros en Valparaíso

4.1.2. Antecedentes Actuales de Sismicidad en el área de estudio

En la Figura 4.2 se muestran los sismos de magnitud > 4 ocurridos entre 1973 y diciembre de 2010 en el área
de estudio, recopilados a partir del Catálogo NEIC del Servicio Geológico Estadounidense (USGS). Los
sismos de mayor magnitud corresponden al terremoto del 27 de febrero del presente año y las réplicas
asociadas a este sismo. A partir de la Figura 4.3 se infiere que en la zona de estudio y la región aledaña se
registra una intensa actividad sísmica de profundidad somera a intermedia, asociada a la subducción de la
placa de Nazca bajo la placa sudamericana.

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4.1.2 Fallas inactivas, potencialmente activas y activas

El margen continental donde se encuentra ubicado Chile corresponde un margen activo de subducción, donde
la convergencia entre las placas de Nazca y Sudamericana produce una larga historia de deformación de la
corteza continental. Diversas estructuras geológicas como fallas, pliegues y fracturas afectan a gran parte de
las unidades de roca del margen continental y son responsables en gran medida de la creación y evolución
del relieve, tales como la Cordillera de los Andes, y en el área de estudio, la Cordillera de Nahuelbuta.

Las fallas en la corteza continental son producto de los campos de esfuerzos predominantes en esta, que
están principalmente modulados por la subducción activa. Cuando los esfuerzos acumulados superan la
resistencia de la roca estos se liberan como deformación frágil por medio de propagación de una ruptura con
desplazamiento en el plano de falla, generando así ondas sísmicas. Cuando una falla está orientada de forma
favorable a los esfuerzos predominantes, la resistencia que opone es menor que la que presenta la roca sin
fracturar, por esta razón se concentra la deformación frágil en las fallas, lo que se traduce en sismos
generados en las mismas con una cierta recurrencia en el tiempo. Como resultado se puede considerar a
estas estructuras como fuentes sísmicas, la identificación de fuentes sísmicas en cierta área es el primer paso
en la evaluación del peligro sísmico.

Figura 4.2: Sismos de magnitud > 4 ocurridos en la Región del Bío-Bío entre 1973 y Diciembre de 2010

Fuente: Elaboración propia en base a Catálogo NEIC 1973-2010 (USGS) (disponible en


http://earthquake.usgs.gov/regional/neic/)

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La actividad de una falla es una categorización relacionada a su potencial de generar un sismo. Las fallas
activas son aquellas que presentan evidencias de desplazamiento durante el Holoceno (los últimos 12.000
años); las fallas potencialmente activas son aquellas que tienen evidencia de desplazamiento durante el
Pleistoceno (2,5 Ma1 a 12 ka2); y las fallas se consideran inactivas si no caen dentro de alguna de estas
categorías (movimiento más antiguo que 2,5 Ma, lo que incluye el Plioceno 2,5 Ma a 5 Ma, Mioceno a partir
de 5 Ma y períodos más antiguos).

De acuerdo a la información geológica disponible (SERNAGEOMIN, 2002 y ver capítulo 2), en el área de
estudio no se han reconocido fallas geológicas en superficie que presenten evidencias de actividad reciente

Figura 4.3: Profundidad de los sismos de magnitud > 4 ocurridos en la Región del Bío-Bío entre 1973 y Diciembre
de 2010

Fuente: Elaboración propia en base a Catálogo NEIC 1973-2010 (USGS) (disponible en


http://earthquake.usgs.gov/regional/neic/)

1 Millones de años.
2 Miles de años.

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4.1.3 Peligro Sísmico

La amenaza sísmica está relacionada a la fuente sísmica, es decir, son las características de origen del sismo
las que finalmente incidirán en su magnitud y en las características de las ondas generadas. De acuerdo a la
caracterización de tipos de terremotos llevada a cabo en el capitulo 3.1.1, se puede realizar la siguiente
caracterización del peligro sísmico:

Los sismos interplaca son los sismos que ocurren más frecuentemente en Chile, estimándose para cada
segmento sísmico una recurrencia de aproximadamente 100 años para un segmento ( Figura 4.1). El área de
estudio se encuentra aledaña al margen continental, lo que la hace especialmente vulnerable ante este tipo
de sismos. Estos terremotos son los que alcanzan mayores magnitudes y afectan áreas más extendidas,
como es el caso de Valdivia de 1960 (MW = 9.5), Arica 1877 (MW ~ 8.7) y Constitución 2010 (MW =8.8)

Aunque el último sismo mayor interplaca ocurrió a comienzos del presente año, afectando desde la V región
de Valparaíso hasta la IX región, liberando la energía acumulada desde el terremoto de Concepción (1835),
no deberían ocurrir eventos de magnitud Mw > 8 en los próximos 100 años. Sin embargo, es necesario
destacar que la zona puede encontrarse en la zona de influencia de terremotos cuyas zonas de ruptura se
ubiquen más al norte o más al sur (por ejemplo, el área fue afectada fuertemente para el terremoto de Valdivia
de 1960), o por sismos superficiales asociados a zonas de falla no mapeadas o reconocidas.

Los sismos intraplaca de profundidad intermedia son sismos menos frecuentes que los de subducción, sin
embargo, dadas las características de propagación de ondas, hacen que estos sean muy destructivos, como
es el caso del terremoto de Chillán de 1939 y el sismo de Calama de 1950 (Kausel y Campos, 1992). En
estos sismos el contenido de alta frecuencia en las ondas es mayor, junto con el patrón de dispersión de las
ondas a partir de la fuente hace que la zona epicentral típicamente sufra grandes intensidades. Los datos
sísmicos recopilados hasta la fecha en la zona, muestran una intensa actividad sísmica de profundidad
intermedia y que indican que es un factor a considerar dentro de los componentes ambientales del área.
Hasta la fecha, estos sismos no se conocen lo suficientemente bien como para poder estimar recurrencias ni
magnitudes esperables asociados a estos eventos.

Los sismos corticales son sismos poco frecuentes que generalmente tienen magnitudes bajas a medias (rara
vez superan una magnitud de Richter de 7). Aún así, al ser de fuente muy superficial la propagación de la
ruptura genera efectos no lineales en la dispersión de las ondas, lo que se traduce en altas aceleraciones
pero con una muy rápida atenuación (ej. Sepúlveda et al., 2008). Con estos antecedentes es posible
determinar que la amenaza que representan las fallas corticales está circunscrita a unos pocos kilómetros
alrededor de una falla activa, aunque el sismo será percibido en un radio mayor. Ejemplos de los daños de
fallas corticales activas se ven en el Terremoto de Haití (2010) y los registrados asociados al sistema de fallas
de San Andrés en California (por ejemplo, el terremoto de Loma Prieta, 1989). En el área no hay más
evidencia de la ya discutida en el punto anterior, que permita estimar zonas de ocurrencia de este tipo de
sismos.

Como ya ha sido detallado en el capítulo 3.1.1, de manera asociada a la sismicidad pueden producirse
fenómenos de licuefacción, tal como ocurrió en la Comuna de Coronel durante el terremoto del 27 de febrero
del 2010. Por ejemplo, en el sector de Caleta Lo Rojas, se registró este fenómeno en terrenos originados por
embancamiento y con mala compactación del suelo, lo que generó daños estructurales severos en algunas
viviendas y en la infraestructura de transporte portuaria (muelle).

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Otro factor a considerar para la evaluación del peligro sísmico está relacionado con la respuesta de los suelos
de fundación, ya que debido a las características del terreno puede generarse una amplificación de las ondas
sísmicas y otros efectos geotécnicos. Este aspecto es detallado en el capítulo 4.6 “Peligro por mala respuesta
de sitio y problemas geotécnicos”.

4.2 Volcanismo

El área de estudio se encuentra ubicada a más de 200 km de distancia del arco volcánico actual (Figura 4.4),
por lo que se considera que no está influenciada directamente por el peligro volcánico. Sin embargo, las
nacientes del río Bio Bio están ubicadas directamente en el arco volcánico, por lo que en caso de una
erupción, especialmente los sectores de Palco-Mitrihue y Patagual de la comuna de Coronel, pueden verse
afectados por estos procesos.

Los principales efectos de una erupción volcánica aguas arriba pueden ser la contaminación de las aguas (por
ejemplo, turbidez, cambio de temperatura y calidad química del agua), inundaciones y crecidas provocadas
por deshielos y problemas de transporte y comunicaciones (por ejemplo, cierre de aeropuertos).

Para la escala de este trabajo, y en consideración de la distancia, el peligro de inundaciones por procesos
volcánicos es tratado como una inundación más, en el capítulo 4.4 “Inundaciones por Desborde de Cauce,
Flujos de detritos y/o barro”.

Fig. 4.4: Ubicación de Volcanes Activos con respecto al área de estudio.

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Fuente: Elaboración Propia, A partir de SERNAGEOMIN (2002)

4.3 Deslizamientos y Caída de Bloques o Desprendimientos

En el presente estudio se identificaron las zonas susceptibles de generar deslizamientos y caídas de bloques,
y todas aquellas zonas susceptibles de ser alcanzadas por estos procesos generados inmediatamente
pendiente arriba.

Para la zonificación de los sectores susceptibles de ser afectados por deslizamientos y caídas de bloques se
realizó un análisis de fotografías aéreas, se realizaron visitas a terreno, se utilizó la cobertura topográfica
disponible (1:5.000 y 1:10.000) y se revisaron estudios previos que documentan la ocurrencia de este tipo de
procesos en la comuna de Coronel y comunas aledañas (Naranjo et al., 2006; Marin y Derch, 2010; Espinoza
y Ortiz, 2010; Constanzo, 2010; Blanco y Creixell, 2010).

En el área de estudio afloran diversos materiales geológicos, los cuales producto de un intenso proceso de
meteorización, se han transformado en suelos con un potente manto de material con poca cohesión. Esta
situación provoca que todos los sectores con pendientes elevadas (laderas de cerros y escarpes) constituyen
factores condicionantes para la generación de remociones en masa de diversas magnitudes (Naranjo et al.,
2006). Considerando además la acelerada intervención antrópica en las laderas (excavaciones,
modificaciones del drenaje natural, construcción de caminos sin sistemas de drenaje de aguas adecuados y
una intensa y permanente deforestación por parte de la industria forestal), se tienen las condiciones ideales
para la generación de remociones en masa. Los eventos sísmicos y los eventos de precipitaciones intensas, y
ocasionalmente con precipitaciones antecedentes abundantes que han saturado los suelos del terreno (e.g.,
Naranjo et al., 2006), constituyen los factores desencadenantes de este tipo de remociones en masa.

Para diferenciar que pendientes son las más susceptibles, se utilizó la información compilada a partir de
diversas fuentes que han generado catastros de deslizamientos en distintos lugares del mundo. Esaki et al
(2005) y Giraud y Shaw (2007), así como varios catálogos de deslizamientos, indican que la mayor frecuencia
de deslizamientos se observa sobre pendientes de 25° a 35° de inclinación (Figura 4.5).

Considerando lo anterior y los antecedentes recopilados, se zonificó la susceptibilidad de generación de


deslizamientos y caída de bloques de acuerdo a los siguientes criterios:

Zonas de Moderada Susceptibilidad de Generación: Corresponde a sectores donde la pendiente se


encuentra entre 15° y 25°.

Zonas de Alta Susceptibilidad de Generación: En sectores de alta pendiente (de 25° a 35°).

Zonas de Muy Alta Susceptibilidad de Generación: En sectores de muy alta pendiente (escarpes), es
decir, zonas de pendientes sobre 35°, sectores de depósitos coluviales no consolidados y sectores en los
cuales se han generado deslizamientos y caídas de bloques durante los últimos años según observaciones de
terreno y trabajos anteriores (zonas de peligro declarado de deslizamientos y caídas de bloques).

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Figura 4.5: Frecuencia de deslizamientos en función de la pendiente del terreno.

Fuente: Esaki et al., 2005.

Para identificar las zonas susceptibles de ser alcanzadas por deslizamientos o caídas de bloques generados
pendiente arriba, se tomó como referencia el estudio realizado por Naranjo et al. (2006). Estos autores
señalan que asociadas a las zonas de generación de remociones en masa, se debe implementar una franja
de protección de 50 m pendiente debajo del lugar de generación del fenómeno. A partir de lo anterior y de la
zonificación de áreas susceptibles de generar deslizamientos o caídas de bloques, se determinaron las zonas
susceptibles de ser alcanzadas por estos fenómenos de la siguiente manera:

Zonas de moderada susceptibilidad de ser alcanzadas por deslizamientos o caídas de bloques


generados pendiente arriba: Corresponden a todas aquellas zonas ubicadas en un rango de 50 m
pendiente abajo de una zona de moderada susceptibilidad de generación de deslizamientos o caídas de
bloques.

Zonas de alta susceptibilidad de ser alcanzadas por deslizamientos o caídas de bloques generados
pendiente arriba: Corresponden a todas aquellas zonas ubicadas en un rango de 50 m pendiente abajo de
una zona de alta susceptibilidad de generación de deslizamientos o caídas de bloques.

Zonas de muy alta susceptibilidad de ser alcanzadas por deslizamientos o caídas de bloques
generados pendiente arriba: Corresponden a todas aquellas zonas ubicadas en un rango de 50 m
pendiente abajo de una zona de muy alta susceptibilidad de generación de deslizamientos o caídas de
bloques.

Los resultados de la zonificación de las áreas susceptibles de generar y ser alcanzadas por deslizamientos y
caídas de bloques se muestran en la Figura 4.9 a la 4.12, para los sectores de Coronel, Palco-Mitrihue,
Patagual e Isla Santa María, respectivamente.

A partir de los mapas generados, se deduce que las zonas susceptibles de ser afectadas por deslizamientos y
caídas de bloques se encuentran ubicadas principalmente en las zonas de pendientes altas, como por
ejemplo:

- En las laderas de quebradas y valles, como procesos asociados a la incisión y erosión

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- En los escarpes generados en las laderas de la Cordillera de Nahuelbuta, especialmente en el sector


occidental de este cordón montañoso, donde limita con la Planicie Litoral (Figura 4.6) y en el sector
oriental de la comuna, donde la Cordillera de Nahuelbuta se encuentra atravesada por el río Bío-Bío
(Figura 4.7).

Fig. 4.6:A. Escarpe generado donde la Cordillera de Nahuelbuta limita con la Planicie Litoral. B. Caída de bloques
contigua a una vivienda ubicada en una ladera de alta pendiente..

A)

B)

Fuente: A: Elaboración propia, B: Tomado de Blanco y Creixell (2010).

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Fig. 4.7: Caída de bloques generada una ladera de la Cordillera de Nahuelbuta contigua a la carretera
del sector de Palco-Mitrihue.

Fuente: Elaboración propia.

Además, se debe poner especial cuidado a los casos en que la ocurrencia de estos procesos está
determinada por condiciones locales. Por ejemplo, como en el caso de un pequeño deslizamiento ocurrido
en el área de expansión urbana de Coronel, que ocurre en un sector con un talud pequeño (~2 m) compuesto
por arcillas y que afecta un área pequeña, pero fuera del talud (Figura 4.8).

Figura 4.8: Deslizamiento local ocurrido en área de propuesta de expansión urbana.

Fuente: Elaboración propia

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Fig. 4.9: Mapa de Susceptibilidad de Deslizamientos y Caídas de Bloques para el área urbana costera de Coronel

Fuente: Elaboración propia

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Figura 4.10: Mapa de Susceptibilidad de Deslizamientos y Caídas de Bloques para el sector de Palco-Mitrihue

Fuente: Elaboración propia

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Figura 4.11: Mapa de Susceptibilidad de Deslizamientos y Caídas de Bloques para el sector de Patagual

Fuente: Elaboración propia

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Figura 4.12: Mapa de Susceptibilidad de Deslizamientos y Caídas de Bloques para la Isla Santa María

Fuente: Elaboración propia

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4.4 Inundaciones por Desborde de Cauce, Flujos de detritos y/o barro


4.4.1 Características Hidrológicas

La comuna de Coronel drena hacia dos cuencas principales y tiene como divisoria de aguas a La Cordillera
de Nahuelbuta. La zona urbana de Coronel se ve afectada por una serie de escurrimientos originados en la
Cordillera de la Costa de régimen pluvial, que se agrupan en una serie de cuencas costeras al sur del río
Biobío y limitadas por el río Carampangue. El río Boca Maule drena una cuenca de 79,1 km2 (Tabla 4.1),
cruzando sector del mismo nombre. Este escurrimiento está parcialmente canalizado, mientras que el estero
Escuadrón drena una cuenca de 50 km2, cruzando sector del mismo nombre. Este escurrimiento está
parcialmente canalizado y desagua la Laguna La Posada.

Los sectores de Palco, Patagual y Mitrihue pertenencen a la cuenca del río Biobío, que corresponde a una de
las cuencas más extensas de Chile, con 24.260 km2 y una longitud de 380 km (Tabla 4.1). Su régimen es
pluvionival con crecidas en invierno y primavera.

Las precipitaciones máximas en 24 horas para un período de retorno de 10 años fue realizado por la
Universidad del Bío-Bío (2010), utilizando la estación pluviométrica Las Pataguas. Para estas cuencas se
estimó una precipitación máxima de 125,6 mm en 24 horas.

Tabla 4.1: Áreas de las principales cuencas abarcadas dentro de la Comuna de Coronel y las longitudes de sus
cauces.

Cuenca Área (km2) Longitud cauce (km)


Río Biobío 24.260 380
Estero Escuadrón 50 19
Río Boca Maule 79,1 16,1
Estero Manco 12,8 4,4

Fuente: Universidad del Bío-Bío (2010)

Los Caudales máximos instantáneos fueron estimados por el estudio de la Universidad del Bío-Bío (2010)
(Tabla 4.2) utilizando la metodología propuesta por la Dirección General de Aguas para cuencas no
controladas.

Tabla 4.2: Caudales máximos instantáneos para las cuencas de la Comuna de Coronel y los métodos de cálculo
utilizados en cada caso.

Cuenca Caudal máximo instantáneo (m3/s) Método de cálculo


2 años 10 años 50 años
Estero Los Batros 16,8 29,6 40,8 DGA-AC
Estero Escuadrón 28,5 50,0 69,1 DGA-AC
Río Boca Maule 44,6 78,2 107,9 DGA-AC
Estero Manco 7,6 13,3 18,3 DGA-AC

Fuente: Universidad del Bío-Bío (2010).

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4.4.2 Antecedentes históricos de Inundaciones y anegamientos

Los anegamientos por acumulación de aguas lluvias y las inundaciones por crecidas de esteros y ríos se
concentran en las áreas bajas como las llanuras de Escuadrón, Calabozo y El Manco. Zelada y Mac-Guire
(2002), identificaron sectores puntuales donde ocurren normalmente desbordes de cauce, estos son:

1. Estero Lagunillas, en unidad vecinal escuadrón, cercanías al By-Pass, Población Eduardo Frei,
Gabriela Mistral y Población Graciela.
2. Estero Maule; En cruce con avenida Central Manuel Montt.
3. Estero La Posada; Sector Villa Verde.
4. Sectores aledaños a lagunas, debido a la topografía plana del terreno. Destaca el sector ribereño de
la Laguna La Posada en Sector Stadio Italiano.

Por otro lado, en el sector de Patagual, Palco y Mitrihue, las zonas más susceptibles a ser afectadas por
inundaciones de desborde de cauce son las cercanías al río Bio Bio. Destacan las inundaciones ocurridas en
el invierno del año 2006 (Figura 4.13 y 4.14)

De acuerdo a la Universidad del Biobío (2010), el 10 de julio de 2006, en la estación pluviométrica de Dichato
se registraron 100 mm de agua caída en 24 horas; 122 mm en 48 horas y 142,3 mm en 72 horas, que
corresponden a los máximos registrados ese año. La precipitación registrada en 24 horas fue mayor a la
estimada para 10 años de periodo de retorno (95,6 mm), pero menor a 50 años (126,6 mm). Durante estos
eventos se produjeron inundaciones por desborde de cauce (Figura 4.13) y una serie de flujos de barro y
detritos que cortaron el camino Santa Juana (Figura 4.14)

Con respecto a las zonas con historial de anegamientos por acumulación de aguas lluvias, Zelada y Mac-
Guire (2002) destacan zonas acotadas y puntuales, principalmente los cruces viales en:

1. Barrio Hospital y Población Laurie


2. Población Boye y CIA.
3. Sector Centro
4. Población Yobilo
5. Población Pablo Neruda 1 y 2
6. Población Camilo Olavaria
7. Población Bernardo O’Higgins
8. Población Lagunillas en Av. El Roble y M. Montt
9. Población Eduardo Frei 3, 4 y 5
10. Av. Pedro Aguirre Cerda en Sector Central Bocamina y sector pesqueras.
11. Humedales sector camino a Schwager, Ruinas Hospital.

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Figura 4.13: Inundaciones del año 2006 en el sector de Patagual.

Fuente: Foto de Didier Rousset, 12 de Julio de 2006

Figura 4.14: Flujos de Detrito generados por precipitaciones de Julio 2006 cortando el camino Santa Juana

Fuente: Foto de Didier Rousset, 12 de Julio de 2006

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4.4.3 Zonificación

Los Flujos de Barro y Detritos, además de las inundaciones por desborde de cauce, se encuentran
concentrados en los cauces de ríos principales y quebradas mayores, y en menor medida asociados a
quebradas pequeñas de escorrentía esporádica.

Normalmente la evaluación de la susceptibilidad de inundaciones y aluviones necesita un enfoque desde la


óptica de dos áreas de las ciencias básicas:

Hidrología: Permite estimar los caudales máximos y tiempos de concentración de la cuenca, a partir de datos
de precipitación históricos y análisis de hidrogramas.

Geomorfología: Se enfoca al análisis geomorfológico de formas del terreno y sistema fluvial. El relieve de la
red de drenaje controlará el flujo de agua, ya que la actual configuración de formas del terreno y el patrón de
distribución de los sedimentos fluviales han sido formados por los mismos ríos que provocarán inundaciones
en el futuro.

Un parámetro importante para el mapeo de las zonas susceptibles es el “período de retorno” o “intervalo de
recurrencia”, que básicamente es la probabilidad de ocurrencia de un evento de una magnitud dada en un
período de tiempo. Por ejemplo, en la Figura 4. se muestra el perfil transversal de un río, destacando el cauce
principal y los distintos niveles de terrazas fluviales. Las líneas discontinuas azules muestran la altura de
inundación con su período de retorno en años. Un período de retorno de un año significa que
estadísticamente cada año se inundará ese sector, un período de retorno de 5 años, significa que la zona en
esta área de influencia debería inundarse una vez cada 5 años (es decir, una probabilidad de 1/5 o 20%
anual). Las áreas bajo un período de retorno de 100 años, implica que deberían inundarse una vez cada 100
años (probabilidad 1/100 o 1% anual).

En este estudio no se realizaron estudios hidrológicos debido a la falta de series de precipitación y caudales.
Por ello, no se realizaron mapas de peligrosidad o amenaza de inundaciones, esto es considerar el período
de retorno y analizar el alcance máximo lateral del área de inundación. Sin embargo, se consideraron los
antecedentes previos revisados por Zelada y Mac-Guire (2002) y la Universidad del Biobío (2010).

Figura 4.15: Áreas de Inundación y Período de Retorno (PR). Las líneas discontinuas azules muestran la cota de
inundación, las flechas verdes y rojas son referenciales para indicar el ancho del área de inundación y los
límites.

Fuente: Elaboración Propia

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La modelación de las inundaciones por desborde del cauce realizada por el informe de la Universidad del
Biobío (2010) mediante el modelo HecRas es muy general, especialmente en cuanto a la representación
adecuada de la morfología de los cauces a la escala del Plan Regulador Comunal.

Los perfiles transversales considerados para representar los cauces en toda su extensión, son muy escasos y
no permiten reconocer numerosas singularidades que pueden alterar las condiciones de escurrimiento: en
una zona costera y urbana como la que se estudia, la baja pendiente y espacio reducido en torno a los cauces
de esteros, un pequeño aumento de caudal en zonas de singularidades tales como puentes, angostamientos,
cruces de alcantarillas, etc., pueden generar un aumento no despreciable en la altura de escurrimiento hacia
aguas arriba. Más aún, en una zona de baja pendiente, el aumento en el nivel de agua generado por alguna
obstrucción o punto de reducción de la capacidad de un estero tiene una influencia hacia aguas arriba que se
extiende una distancia mucho mayor que lo que se observaría en una zona de mayor pendiente.

Por otra parte, la generación de perfiles transversales que fueron ingresados al modelo no fue detallada en la
metodología. Parece haber suficiente información como para representar correctamente los distintos tramos
de los esteros, sin embargo, se habla de la interpolación de información topográfica, la cual, a falta de
detalles, no se distingue si ha sido pertinente o criteriosa.

Aunque el resultado final buscado no sea de tanto detalle, se debe distinguir entre el nivel de detalle requerido
para el mapa de peligro en sí, versus el nivel de detalle requerido a nivel de modelo hidráulico para obtener el
detalle deseado en el mapa de peligro: incluir detalles de la morfología de los esteros que pudiesen parecer
innecesarios, puede llevar a variaciones significativas en las zonas de inundación obtenidas. Luego,
independientemente de la resolución requerida para el mapa de inundación, hay singularidades que no se
deben dejar de representar en un estudio de este tipo, como lo son puentes, cambios en el área de
escurrimiento (ya sea por cambios en ancho o profundidad), cambios en rugosidad (ya sea por cambios en la
granulometría del lecho, densidad de vegetación en las riberas, etc.), variaciones en el caudal (extracciones,
descargas o confluencias), entre otras.

Si bien la modelación realizada entrega una buena aproximación de las potenciales zonas de inundación a
nivel regional, su utilidad como antecedente para el presente estudio es limitada y sólo se puede considerar
como una primera aproximación a la estimación de zonas de peligro de inundación a nivel comunal que debe
ser ajustada de acuerdo a observaciones más restringidas a la localidad y escala del Plan Regulador de
Coronel.

En consideración que no se analizaron parámetros hidrológicos ni el período de retorno de inundaciones, para


determinar las zonas susceptibles se realizó un mapeo de Unidades Geológicas y geomorfológicas asociadas
a procesos fluviales y aluviales.

Esto se realizó considerando que los depósitos fluvio-aluviales son las huellas de procesos de inundaciones o
flujos pasados. Estos depósitos marcan en la morfología actual cual es la llanura de inundación natural de un
cauce y, por lo tanto, cuáles son las áreas susceptibles a ser afectadas por una inundación por desborde de
cauce o flujo de barro/detritos.

La principal ventaja de realizar el mapeo de unidades geológicas es que se identifica fácilmente cuáles son
los sectores que son afectados frecuentemente por flujos o inundaciones. Como esta metodología no
considera el período de retorno, además cubre sectores que no han sido registrados históricamente, o que se
encuentran en áreas antiguamente deshabitadas.

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Las unidades geológicas mapeadas son:

1. Barras punta del río Bío-Bío: Gravas y arenas sub-redondeadas a redondeadas depositadas por el río Bío-
Bío. Cambian de ubicación frecuentemente por los procesos de transporte y erosión del río Bío-Bío. Es un
sector altamente susceptible a ser afectado por inundaciones anuales en período de altas precipitaciones.

2. Depósitos Aluviales de Quebradas: Corresponde a depósitos aluviales ubicados a las salidas de


quebradas, así como pequeñas quebradas en la Isla Santa María. La litología predominante son gravas,
arenas, limos y arcillas. Corresponden a depósitos mal seleccionados con clastos sub-angulosos a sub-
redondeados. Durante períodos de precipitación intensa, pueden producirse pequeños flujos de detritos como
los que afectaron al Camino Santa Juana el año 2006 (Figura 4.14)

3. Depósitos fluvio-aluviales de valle: Corresponde a los cauces principales y llanuras de inundación de los
esteros Maule, Lagunillas y La Posada y de los principales valles del sector Palco, Mitrihue y Patagual que
desembocan en el río Bío-Bío. En los cauces principales, se observa escorrentía superficial durante gran
parte del año, mientras que las llanuras de inundación se caracterizan por tener niveles freáticos muy
próximos a la superficie, por lo que tienden a formarse humedales y pequeñas lagunas.

4. Depósitos Fluviales Antiguos del río Biobío: Corresponde a la llanura de inundación del río Biobío en los
sectores de Palco, Mitrihue y Patagual. Esta llanura se encuentra cortada por el camino a Santa Juana, y fue
afectada por las inundaciones que afectaron a la comuna el año 2006 (Figura 4.13). De acuerdo al estudio
realizado por la Universidad del Bío-Bío (2010), el período de retorno de estas inundaciones es de entre 10 y
50 años.

5. Ejes de Quebradas menores. Para las quebradas donde el largo del cauce sea menor a 5 km, se considera
una zona de restricción de 10 metros alrededor del eje de la quebrada.

Este mapeo permitió reconocer los cauces actuales (activos) y principales vías de evacuación de agua y
sedimentos, así como también los abanicos aluviales que se consideran activos y que podrían sufrir flujos de
detritos y/o de barro en su superficie. Además, se reconocieron los depósitos aluviales antiguos, que son
fuentes de material disponible a ser movilizado durante fuertes precipitaciones.

En consideración de lo anterior, se definen estos sectores como zonas altamente susceptibles a ser afectadas
por flujos de barro y/o detritos y por inundaciones por desbordes de cauce (Figuras 4.16 a 4.19), dado que
existen antecedentes históricos que avalan esta zonificación. Por lo anterior, se declaran como zonas de
restricción, y para ser levantada esta restricción son necesarios estudios hidrológicos donde se evalúe los
caudales máximos pasantes por la quebrada y el período de retorno para inundaciones de 5, 10, 50 y 100
años.

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Figura 4.16: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Desborde de Cauces, Flujos de Barro y /o Detritos para
la ciudad de Coronel.

Fuente: Elaboración propia

Figura 4.17: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Desborde de Cauces, Flujos de Barro y /o Detritos para
el sector Palco-Mitrihue

Fuente: Elaboración propia

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Figura 4.18: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Desborde de Cauces, Flujos de Barro y /o Detritos para
el sector de Patagual

Fuente: Elaboración propia

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Figura 4.19: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Desborde de Cauces, Flujos de Barro y /o Detritos para
el sector de Puerto Sur en Isla Santa María.

Fuente: Elaboración propia

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4.5 Inundación por Tsunami

Los antecedentes disponibles señalan que Coronel se encuentra en una situación vulnerable frente a la
ocurrencia de Tsunamis. La carta de Inundación por Tsunami generada por el SHOA3 (2002) (Figura 4.21),
señala que gran parte del área urbana costera de Coronel se encuentra en peligro de ser afectada por un
eventual tsunami. Este estudio realiza una simulación de tsunami basándose en información histórica del
terremoto tsunamigénico de 1835, ya que este es el evento extremo mejor documentado hasta el año 2002.
La carta señala que la cota de inundación por tsunami está entre los 5 y los 10 m s.n.m.

Esta cota de inundación resulta bastante coherente al contrastarla con lo ocurrido en el tsunami de 1960,
donde la cota máxima de inundación fue de 2 m (Río Grande S.A., 2010), y con el reciente tsunami del 27 de
febrero del 2010, en el cual la inundación afectó hasta alturas menores a los 3 m. Por ejemplo, en el sector de
la Caleta Lo Rojas (Figura 4.22), la inundación producto del tsunami no superó los 2 m y causó daños
menores a las obras ubicadas en ese sector.

En el informe realizado por la Universidad del Biobío (2010) se presentan una serie de resultados de una
modelación que intenta determinar el área potencialmente inundable en caso de la ocurrencia de un tsunami,
asumiendo tres escenarios posibles.

Para el sector de Playa Blanca y Coronel se utiliza una modelación numérica utilizando un modelo
denominado COMCOT4. Si bien este modelo ha sido aplicado en la simulación de tsunamis ocurridos en Chile
(1960), Asia (1992), Argelia (2003) y en el Océano Índico (2004), y conceptualmente ha dado resultado, aún
no se ha validado como un modelo predictivo de inundación dentro de la comunidad científica internacional
por medio de publicaciones científicas que lo avalen. Por lo tanto, se recomienda no considerar el resultado
del modelo para zonificación.

Además de lo anterior, en el informe de la Universidad del Biobío se reconoce una serie de limitaciones en la
resolución de los datos topográficos y batimétricos que aumentan la incertidumbre del resultado de la
modelación. Por otra parte, dicho estudio considera una cartografía desactualizada que no se condice a la
situación urbana actual de Coronel, en donde no se reconoce el emplazamiento de zonas urbanizadas y las
defensas antrópicas que se conforman en el cordón industrial, tales como urbanizaciones, caminos y
edificaciones industriales. Conforme a esto se puede apreciar en los mapas producto de la modelación que
las áreas que se presentan como potencialmente inundables son inconsistentes con el comportamiento
hidráulico de un tsunami, en el sentido que se produce un ingreso de masa de agua desproporcionadamente
grande por el estero la Posada hacia la zona oriente de la Ruta 160 en el sector de escuadrón, contrastado
con el alcance de la inundación en la costa frente a los parques industriales.

Con todos los antecedentes anteriormente expuestos, el presente estudio consideró para el área urbana de
Coronel la siguiente zonificación de susceptibilidad de inundación en caso de tsunami:

3 Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada.

4 Cornell Multi-grid Coupled Tsunami Model, http://ceeserver.cee.cornell.edu/pll-group/comcot.htm

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Figura 4.21: Carta de Inundación por Tsunami para la Bahía de Coronel.

Fuente: SHOA (2002).

- Zona de Susceptibilidad Alta: áreas costeras ubicadas bajo la cota 5 m

- Zona de Susceptibilidad Moderada: áreas costeras ubicadas sobre la cota 5 m y bajo la cota 10 m,
o una cota menor, en caso de que la morfología, distancia a la costa y/o influencia de cursos de agua
impida un avance de la inundación.

- Zona de Susceptibilidad Baja: áreas costeras ubicadas entre la zona de susceptibilidad moderada
y la cota 15 m.

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Los datos topográficos utilizados son los de las coberturas de escala 1:5.000 proporcionados por Habiterra
S.A. Es muy importante mencionar que estas coberturas en algunos casos difieren con las utilizadas en la
carta del SHOA (2002), lo que conlleva a que, aunque se hayan utilizado criterios similares, se tengan
diferencias en la zonificación resultante entre ambos estudios. Por lo tanto, resulta extremadamente necesario
revisar estas coberturas topográficas, ya que puede ser necesario volver a realizar la delimitación de las
zonas susceptibles, pero basándose en los mismos criterios de zonificación expuestos en este estudio, es
decir, utilizando las mismas cotas y rasgos morfológicos para delimitar las zonas de peligro.

En el caso de la Isla Santa María, se utilizó un criterio similar, tomando como antecedente la cota de
inundación de 6 m registrada en el reciente tsunami del 27 de febrero del 2010 (COPRI, 2010). Con esto, la
zonificación de las áreas de inundación en caso de tsunami fue la misma que la utilizada para la zona urbana
de Coronel, con la diferencia que la zona de alta susceptibilidad se extendió hasta los 6 m. En este caso, los
datos topográficos utilizados también fueron los de las coberturas proporcionados por Habiterra S.A, de
escala 1:10.000, por lo que fue necesario realizar una interpolación para obtener la cota 6 m.

Los resultados de la zonificación de susceptibilidad de inundación por tsunami para el área de estudio se
muestran en la Figura 4.23 y Figura 4.24.

Tal como fue expuesto en el capítulo 3, los efectos de un tsunami a lo largo de la línea costera dependerán de
la magnitud del sismo o manifestación que lo origina, pero también de condiciones geográficas locales, como
la topografía del suelo marino a lo largo y ancho de la zona de propagación del tsunami (existencia de
arrecifes, malecones, etc.), la distancia de la costa al epicentro, y la orientación y forma de la bahía afectada
respecto al epicentro. Por lo tanto, debe quedar muy claro que las zonificaciones de susceptibilidad de
inundación en caso de tsunami sólo tienen validez local. No deben utilizarse los mismos criterios para
establecer zonificaciones en localidades o ciudades aledañas, ya que los efectos de un tsunami pueden variar
mucho de un lugar a otro, independiente de la proximidad geográfica que exista.

Figura 4.22: Caleta Lo Rojas. El Tsunami de febrero de 2010 alcanzó a afectar el área donde se ubica el muro que
se aprecia en la imagen (el de la imagen se encuentra reconstruído). En este sector la altura de la inundación no
superó los 2 metros.

Fuente: Elaboración Propia.

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Figura 4.23: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Tsunami para el área urbana costera de Coronel

Fuente: Elaboración propia en base a SHOA (2002) y las coberturas topográficas escala 1:5.000 proporcionadas por
Habiterra S.A.

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Figura 4.24: Mapa de Susceptibilidad de Inundación por Tsunami para el área urbana de la Isla Santa María

Fuente: Elaboración Propia en base a las coberturas topográficas escala 1:10.000 proporcionadas por Habiterra S.A.

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4.6 Peligro por mala respuesta de sitio y problemas geotécnicos

En la ciudad de Coronel se realizaron mediciones de microvibraciones de manera de estimar la frecuencia


fundamental de vibración de los suelos de fundación en los cuales se halla emplazada la ciudad. Debido los
plazos involucrados en el proyecto, el número de mediciones fue muy limitado, permitiendo una
caracterización muy básica de las unidades geológicas presentes en el área de estudio. Sin embargo, los
resultados presentados a continuación permiten definir, en una primera aproximación, las zonas más
susceptibles frente a grandes terremotos.

La metodología utilizada es la descrita por Nakamura (1989, 2000) que, brevemente, consiste en la razón
espectral de las componentes horizontales sobre la vertical (HVR). Bonnefoy-Claudet et al. (2008a)
demostraron que, independiente del tipo de onda considerado, esta razón posee un máximo valor para la
frecuencia fundamental del suelo, pero no permite hacer una estimación de las amplificaciones máximas que
puede sufrir el sitio. Esta metodología ha sido utilizada exitosamente en Chile para estimar las frecuencias
fundamentales de vibración en Santiago (Pasten, 2007; Bonnefoy-Calduet et al., 2008b) y en estudios de
microzonificación (Leyton et al., 2010). Además se ha visto una clara correlación entre los daños producidos
por grandes terremotos, la geología superficial y las frecuencias fundamentales del suelo. Ello permite
estimar, en forma preliminar, aquellas zonas más susceptibles a daño producto de grandes terremotos. Los
resultados se presentan en la Figura 4.28 y se detallan a continuación.

Las rocas terciarias (Formación Curanilahue, ver capítulo 2) se caracterizan por presentar una frecuencia
fundamental superior a 2 Hz, equivalente a periodos bajo 0.5 s (Figura 4.25). Estos suelos presentan niveles
de daño moderado, teniendo amplificaciones de 0.5 a 1.0 grados de la intensidad MSK (Leyton et al., 2010).

Figura 4.25: Resultado de la razón espectral HVR para un punto en el Terciario. La frecuencia fundamental es de
3 Hz (equivalente a un periodo de 0.3 s), donde se aprecia el máximo de la razón HVR.

Fuente: Elaboración Propia

A continuación se presentan los resultados para los puntos medidos en los Sedimentos de Terrazas Marinas
(ver capítulo 3), los cuales se caracterizan por poseer diferentes niveles de cementación. Ello se aprecia en la
variación de las frecuencias fundamentales, partiendo de 0.7 Hz hasta menos de 2 Hz (Figura 4.26). En todo

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caso, pese a esta variación, es posible apreciar que las frecuencias son levemente menores a las
encontradas en las rocas terciarias, indicando suelos de menor calidad. Se estima una amplificación entre 1.0
a 1.5 puntos de intensidad MSK (Leyton et al., 2010). En todo caso, no es posible descartar a priori la
existencia de suelos en las terrazas marinas con un mayor nivel de compactación y/o cementación, lo cual
disminuiría la respuesta sísmica a niveles de amplificaciones menores.

Figura 4.26: Resultados de las razones espectrales HVR para 3 puntos en las terrazas marinas (Qt) donde se
aprecian frecuencias fundamentales entre 0.7 a 2 Hz.

Fuente: Elaboración Propia

Se presenta el resultado de una medición hecha en una zona de transición entre los Sedimentos de Terrazas
Marinas y rocas del Paleozoico Superior (Basamento Metamórfico, ver capítulo 3) (Figura 4.27). Esta zona se
caracteriza por presentar frecuencias fundamentales superiores a 5 Hz, mostrando suelos competentes. Estos
suelos poseen una amplificación nula o muy baja, presentando, generalmente, los niveles de daño más bajos
(Leyton et al., 2010).

En base a los resultados anteriores se realizó una clasificación y zonificación preliminar de los diferentes tipos
de suelos, de acuerdo a su calidad geotécnica. Para ello fue necesario hacer una extrapolación de las
mediciones, en base al mapa geológico escala 1:50.000 (ver capítulo 3). Con esto, se obtuvieron 3 grupos de
suelos (ver Figura 4.28), los que se describen a continuación:

a) Grupo 1: Suelos de Mala Respuesta Sísmica. Corresponden a los Sedimentos de Terrazas


Marinas. Tal como ya fue expuesto, en algunas zonas estos suelos pueden presentar un mayor
nivel de cementación y/o compactación, lo que reduciría la respuesta sísmica a niveles de
menores amplificaciones, y por lo tanto, aumentaría su calidad geotécnica. Sin embargo, no fue
posible delimitar estas zonas, ya que el número de mediciones de microvibraciones realizadas fue
bastante limitado, debido a los plazos involucrados en el presente proyecto.

b) Grupo 2: Suelos de Regular Respuesta Sísmica. Corresponden a las rocas sedimentarias de la


Formación Curanilahue. Presentan frecuencias fundamentales de vibración levemente mayores a
las del Grupo 1, indicando una menor amplificación de ondas sísmicas.

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c) Grupo 3: Suelos de Buena Respuesta Sísmica. Zona de transición entre los Sedimentos de
Terrazas Marinas y rocas del Basamento Metamórfico. Presentan amplificación de ondas sísmicas
baja a nula.

Figura 4.27: Resultados de las razones espectrales HVR para un punto en la transición de las terrazas marinas
del Cuaternario (Qt) a rocas del Paleozoico Superior, con frecuencias fundamentales superior a 5 Hz.

Fuente: Elaboración Propia

Finalmente, es muy importante señalar que en esta clasificación no se consideró el peligro de subsidencia
asociado a la existencia de piques mineros en el subsuelo, ni tampoco la presencia de zonas con rellenos
artificiales, los que pueden modificar fuertemente las condiciones locales, produciendo grandes
amplificaciones de la señal sísmica (Figura 4.29 a 4.31).

Además, debe considerarse que esta zonificación es de carácter preliminar, debido al bajo número de
mediciones y a que sólo se cuenta con un mapa geológico escala 1:50.000 y no con un mapeo de detalle que
se ajuste a la escala de zonificación del PRC de Coronel.

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Figura 4.28: Zonificación preliminar de calidad de suelos en base a sus frecuencias fundamentales. El Grupo 1:
Suelos de Mala Respuesta Sísmica; Grupo 2: Suelos de Regular Respuesta Sísmica; Grupo 3: Suelos de Buena
Respuesta Sísmica. No se consideró en esta clasificación el peligro de subsidencia asociado a la presencia de
piques mineros en el subsuelo ni la presencia de rellenos artificiales, los cuales pueden modificar fuertemente
las condiciones locales y la calidad geotécnica de los suelos. Ver texto para mayor detalle.

Fuente: Elaboración Propia

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Figura 4.29: Destrucción de viviendas en sector Gendarme Elías Aguilera, producto de una mala respuesta de
sitio, causada por un relleno artificial de arcilla que deslizó durante el sismo.

Fuente: Elaboración Propia


Figura 4.30: Destrucción de viviendas producto de mala respuesta de relleno artificial ubicado sobre depósitos
finos con nivel freático somero en sector Gabriela Mistral.

Fuente: Elaboración Propia

Figura 4.31: Vivienda destruída en sector Gabriel Mistral por mala respuesta de relleno artificial.

Fuente: Elaboración Propia

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5. Diagnóstico por localidades

5.1. Ciudad de Coronel

En la ciudad de Coronel los peligros identificados corresponden a deslizamientos y caídas de bloques,


inundación por tsunami, inundación por desborde de cauce y peligro por mala respuesta de sitio. Las
principales características de cada uno se describen a continuación.

- Deslizamientos y Caídas de Bloques: Tal como fue descrito en el capítulo 4, estos peligros se
concentran especialmente en las laderas de altas pendientes presentes dentro de la ciudad, como
aquellas existentes en el sector oriental de la urbe, donde comienza a elevarse la Cordillera de
Nahuelbuta. Un claro ejemplo de lo anterior son los deslizamientos y caídas de bloques ocurridos en
la Población Gendarme Aguilera y en la Población Nuevo Horizonte, desencadenados por el reciente
terremoto del 27 de febrero de 2010 (Blanco y Creixell, 2010). Algo similar ocurre en el Cerro La
Virgen y en la Población La Colonia, donde también hay registros de peligros declarados de
deslizamientos y caída de bloques (Marin y Derch, 2010; Constanzo, 2010).

- Inundación por Tsunami: La ciudad de Coronel es un asentamiento costero y con una gran
superficie construida sobre una antigua terraza marina, lo que determina que exista una amplia
superficie plana contigua a la costa. El peligro de inundación por tsunami es especialmente relevante
bajo la cota de los 5 m, lo que abarca un área a lo largo de toda la zona costera y que en algunos
sectores, como por ejemplo la desembocadura de esteros como el Maule y La Posada, se extiende
continente adentro.

- Inundación por Desborde de Cauce y Flujos de Barro y/o Detritos: Este peligro se asocia a los
cauces principales y llanuras de inundación de los esteros que atraviesan la ciudad (Maule,
Lagunillas y La Posada) y a las quebradas menores que drenan los cerros de la urbe.

- Mala Respuesta de Sitio: Este peligro se concentra especialmente en las zonas donde existen
rellenos artificiales, pero también se asocia a las zonas más bajas y planas de la ciudad, donde los
suelos corresponden a Sedimentos de Terrazas Marinas. Es importante destacar que para este
análisis no se consideró la existencia de piques mineros en el subsuelo, lo que también puede
desencadenar una mala respuesta frente a sismos, dando origen a subsidencia del terreno.

5.2. Sector Palco-Mitrihue y Patagual

En estos sectores los peligros identificados corresponden a deslizamientos y caídas de bloques e inundación
por desborde de cauce y se describen a continuación.

- Deslizamientos y Caídas de Bloques: Al igual que en la ciudad de Coronel, estos peligros se


concentran en las laderas de altas pendientes, las que en este sector se asocian principalmente a las
laderas de quebradas y los sectores donde la Cordillera de Nahuelbuta se encuentra atravesada por
el río Bío-Bío. Este peligro puede verse intensificado producto de la constante deforestación
asociada a la actividad forestal que se desarrolla en el área.

- Inundación por Desborde de Cauce y Flujos de Barro y/o Detritos: Este peligro se asocia a los
depósitos fluviales activos del río Bío-Bío y a la llanura de inundación más antigua, que corresponde
a la planicie ubicada al oeste del río y que actualmente se encuentra atravesada por la carretera que

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conduce a la localidad de Santa Juana. Este peligro también se concentra en los principales valles
del sector y las quebradas menores que drenan en ellos y en el río Bío-Bío.

5.3. Isla Santa María, Puerto Norte

En este sector los peligros identificados corresponden a deslizamientos y caídas de bloques e inundación por
tsunami. A continuación se describen sus principales aspectos.

- Deslizamientos y Caídas de Bloques: Estos peligros se concentran en las zonas de altas


pendientes asociadas a los acantilados costeros, especialmente en el sector occidental (Playa La
Pulga), en el sector norte y en menor medida en el sector oriental (Caleta Hernández y Puerto
Inglés).

- Inundación por Tsunami: Para la Isla Santa María el peligro de inundación por tsunami es
especialmente relevante bajo la cota de los 6 m, lo que hace que los sectores de Playa La Pulga y el
sector suroriental del área urbana sean zonas peligrosas.

5.4. Isla Santa María, Puerto Sur

Salvo una pequeña zona susceptible de inundación por desborde de cauce asociada a una quebrada menor,
en este sector no se identificaron zonas de alta peligrosidad. Sólo se delimitaron zonas de moderada y baja
susceptibilidad de inundación por tsunami para el área nororiental del límite urbano y algunas zonas aisladas
de baja susceptibilidad de ser afectadas por deslizamientos y caídas de bloques. En la Tabla 5.1 se presenta
un resumen de los peligros geológicos asociados a las principales localidades del área.

Tabla 5-1: Resumen de Peligros Geológicos en principales localidades de la comuna

Localidad Deslizamientos y Caída de Inundación por Tsunami Inundaciones por


Bloques Desborde de Cauce,
Flujos de detritos y/o barro
Ciudad de Coronel Si Si Si
Palco-Mitrihue Si No Si
Patagual Si No Si
Isla Santa María, Puerto Norte Si Si No
Isla Santa María, Puerto Sur No Si Si

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6. Recomendaciones

Con respecto a las remociones en masa, tal como ya fue propuesto por Naranjo et al. (2006) luego de la gran
cantidad de remociones en masa que afectaron a la región del Bío-.Bío en el año 2006, se debe contemplar la
posibilidad de erradicar las viviendas que se encuentran en zonas de peligro y prohibir en estas áreas futuras
construcciones con fines habitacionales. En terrenos susceptibles de ser afectados por estos peligros se
deberá proponer usos sólo con fines recreativos.

Tomando las recomendaciones de estos mismos autores, para la comuna de Coronel también resulta
necesario implementar un sistema de alerta temprana y planes de evacuación para salvar vidas ante eventos
de precipitaciones intensas que puedan generar fenómenos de remoción en masa. Estos autores proponen
un sistema que contemple un plan de emergencia, el cual debe ser comunicado adecuadamente a la
comunidad y debe ser periódicamente practicado, bajo la responsabilidad y coordinación de encargados
comunales y provinciales de protección civil, con la participación de las comunidades.

Para mitigar los riesgos asociados a remociones en masa e inundaciones, se recomienda controlar el
escurrimiento de aguas superficiales, su intercepción, captación, conducción y descarga controlada hacia
cauces establecidos. Todo esto con una asesoría técnica-profesional apropiada.

En cuanto al peligro asociado a una mala respuesta de sitio frente a terremotos, se recomienda realizar un
catastro de las zonas donde existen rellenos superficiales, además de prohibir construcciones sobre este tipo
de materiales. Por otra parte, se sugiere elaborar una cartografía geológica de detalle (escala 1:5.000),
acompañada de sondajes de exploración (testigos de suelo) y la realización de campañas de caracterización
geofísica. Estos estudios permitirían extrapolar de manera más adecuada las mediciones de
microvibraciones, con el fin de poder contar con una zonificación más detallada de la calidad de suelos según
su respuesta sísmica.

Se recomienda zonificar como no edificables restringir el uso de los sectores ubicados sobre zonas de
susceptibilidad alta de ser afectadas por deslizamientos y caída de bloques, y las zonas de susceptibilidad
alta de inundación por tsunami.

Con respecto a las inundaciones y flujos de detritos, se recomienda generar una cartografía de detalle con el
objetivo de identificar de mejor manera las zonas susceptibles a ser afectadas por inundaciones, por lo que se
definen como zonas de riesgo. Además, se propone realizar estudios de detalle, que incluyan la instalación de
piezómetros para medir cómo se comportan los suelos frente a períodos de precipitación intensos con el
objetivo de poder determinar el comportamiento geomécanico del suelo y poder generar alertas tempranas a
la población.

Finalmente, se recomienda realizar capacitaciones a la población con respecto a los peligros geológicos. En
caso que la autoridad no pueda dar una alerta oportuna, la educación y conocimiento acerca de los diferentes
peligros y riesgos geológicos puede salvar vidas, tal como quedó demostrado para el reciente terremoto y
tsunami ocurrido el 27 Febrero de 2010.

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7. Conclusiones

En el marco del estudio de peligros geológicos de la actualización del Plan Regulador de la Comuna de
Coronel, VIII Región del Bío-Bío, se identificaron los siguientes peligros geológicos.

• Peligro Sísmico:
Considerando las condiciones geodinámicas del área de estudio, los antecedentes históricos y el reciente
terremoto del 27 de febrero del 2010, no se espera que se produzca un terremoto de magnitud Mw > 8 frente
a las costas de Coronel en los próximos 100 años. Sin embargo, es necesario destacar que la zona puede
encontrarse en la zona de influencia de terremotos cuyas zonas de ruptura se ubiquen más al norte o más al
sur (por ejemplo, el área fue afectada fuertemente para el terremoto de Valdivia de 1960), o por sismos
superficiales asociados a zonas de falla no mapeadas o reconocidas. Además, los datos sísmicos recopilados
hasta la fecha en la zona muestran una intensa actividad sísmica de profundidad intermedia e indican que es
un factor a considerar dentro de los componentes ambientales del área. Hasta la fecha, estos sismos no se
conocen lo suficientemente bien como para poder estimar recurrencias ni magnitudes esperables asociados a
estos eventos.

• Peligro Volcánico
El área de estudio se encuentra ubicada a más de 200 km de distancia del arco volcánico actual, por lo que
se considera que no está influenciada directamente por el peligro volcánico. Sin embargo, las nacientes del
río Bio Bio están ubicadas directamente en el arco volcánico, por lo que en caso de una erupción,
especialmente los sectores de Palco-Mitrihue y Patagual de la comuna de Coronel, pueden verse afectados
por estos procesos.

Los principales efectos de una erupción volcánica aguas arriba pueden ser la contaminación de las aguas (por
ejemplo, turbidez, cambio de temperatura y calidad química del agua), inundaciones y crecidas provocadas
por deshielos y problemas de transporte y comunicaciones (por ejemplo, cierre de aeropuertos).

• Peligro asociado a Remociones en Masa


Se reconocieron los peligros de Deslizamientos y Caída de bloques, los que fueron caracterizados a partir del
análisis de fotografías aéreas, coberturas topográficas (1:5.000 y 1:10.000) y la revisión de estudios previos
que documentan la ocurrencia de este tipo de procesos en la comuna de Coronel y comunas aledañas. Se
determinó que estos peligros se encuentran ubicados en zonas de altas pendientes, asociados principalmente
a los intensos procesos de meteorización que presentan los materiales geológicos del área de estudio, lo que
los ha transformado en suelos con un potente manto de material con poca cohesión. Esta situación se ve
intensificada producto de la acelerada intervención antrópica en las laderas (excavaciones, modificaciones del
drenaje natural, construcción de caminos sin sistemas de drenaje de aguas adecuados y una intensa y
permanente deforestación por parte de la industria forestal).

A pesar de que los mecanismos de generación son distintos, los mapas de susceptibilidad de estos peligros
fueron tratados como uno solo, en función de la pendiente del terreno y de la existencia de peligros
declarados.

Los peligros asociados a flujos de detrito y barro fueron trabajados en conjunto con el peligro de inundación
por desborde de cauce.

• Peligro de Inundaciones
Se estudiaron los siguientes peligros asociados a inundaciones: Inundaciones por desborde de cauce y flujos
de detrito y/o barro e inundaciones por tsunami.

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Los peligros de inundación por desborde de cauce y flujos de detrito o barro fueron tratados como uno solo.
Para ello se realizó un mapeo de las principales unidades fluviales y aluviales recientes y una caracterización
de las cuencas hidrográficas. A partir de esta metodología se generó un mapa de susceptibilidad para el área
de estudio. Estos peligros se asocian a los cauces principales y llanuras de inundación de los esteros que
atraviesan la ciudad (Maule, Lagunillas y La Posada) y a las quebradas menores que drenan los cerros de la
urbe y del sector aledaño a la ribera del río Bío-Bío. En esta última zona, estos peligros también se
concentran en la llanura de inundación más antigua, la que corresponde a la planicie ubicada al oeste del río y
que actualmente se encuentra atravesada por la carretera que conduce a la localidad de Santa Juana.

Para el peligro de inundación costera por tsunamis se analizó la información reportada por el SHOA, la que se
contrastó con otros estudios que registran la ocurrencia de este tipo de fenómenos en la comuna de Coronel.
Con todos estos antecedentes se realizó una zonificación de áreas susceptibles de ser inundadas en caso de
tsunami.

• Peligro por Mala Respuesta de Sitio


Este peligro fue estudiado dentro de la ciudad de Coronel, a partir de mediciones de microvibraciones que
permiten estimar la calidad de la respuesta sísmica de los suelos. Con estos datos y la cobertura geológica
disponible (escala 1:50.000), se realizó una clasificación y zonificación preliminar de la calidad de los suelos
de la ciudad. A partir de ello se determinó que este peligro se concentra especialmente en las zonas donde
existen rellenos artificiales, pero también se asocia a las zonas más bajas y planas de la ciudad, donde los
suelos corresponden a Sedimentos de Terrazas Marinas. Es importante destacar que para este análisis no se
consideró la existencia de piques mineros en el subsuelo, lo que también puede desencadenar una mala
respuesta frente a sismos, dando origen a subsidencia del terreno. Además, debe considerarse que esta
zonificación es de carácter preliminar, debido al bajo número de mediciones y a que sólo se cuenta con un
mapa geológico escala 1:50.000 y no con un mapeo de detalle que se ajuste a la escala de zonificación del
PRC de Coronel.

Finalmente, y en virtud de lo que establece la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, fueron


ajustados a los 4 tipos de riesgos que pueden afectar a un área urbana, es decir:

1. Áreas inundables o potencialmente inundables, debido entre otras causas a la proximidad de lagos, ríos,
esteros, quebradas, cursos de agua no canalizados, napas freáticas o pantanos: En el área de estudio se
estudió y reconoció riesgo de inundación por tsunami y áreas inundables por quebradas, esteros y
proximidad a ríos.
2. Áreas propensas a avalanchas, rodadas, aluviones o erosiones acentuadas: El estudio contempla el
análisis y reconocimiento de peligro geológicos asociados a procesos de remoción en masa
(deslizamientos, caída de bloques) y de flujos de barro y detritos.
3. Áreas con peligro de ser afectadas por actividad volcánica, ríos de lava o fallas geológicas: Estos peligros
fueron estudiados, no encontrándose zonas susceptibles de ser afectadas directamente por
erupciones volcánicas, y descartándose la posibilidad de ocurrencia de un sismo asociado a la subducción
de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana que sea de magnitud mayor a 8 dentro de los próximos
100 años. Sin embargo, debe considerarse que la zona puede encontrarse en la zona de influencia de
terremotos cuyas zonas de ruptura se ubiquen más al norte o más al sur o puede verse afectada por
sismos superficiales asociados a zonas de falla no mapeadas o reconocidas. Además, los datos sísmicos
recopilados hasta la fecha en la zona muestran una intensa actividad sísmica de profundidad intermedia e
indican que es un factor a considerar dentro de los componentes ambientales del área.
4. Áreas o terrenos con riesgos generados por la actividad o intervención humana: Estas materias no fueron
parte de este estudio, por no tratarse de materias que involucran o se desencadenan los peligros
geológicos estudiados.

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8. ANEXO MATRICES DE EVALUACION DE RIESGOS

8.1 Áreas de Riesgos evaluadas

Las Áreas de Riesgos que se verifican conforme a los resultados del estudio de riesgos, a la revisión de la
ordenanza y la jurisprudencia actual en esta materia, son las que se indican a continuación:

ZR- 1 ZONAS CON RIESGO GENERADOS POR LA INTERVENCION HUMANA que genera remoción en
masa por pirquenes, y probables hundimientos por acción de origen antrópico, con efecto en la superficie.

ZR- 2 ZONAS PROPENSAS A REMOCION EN MASA, que generan avalanchas, rodados, aluviones o
erosiones.

ZR- 3 ZONAS INUNDABLES POR CURSOS AGUA NATURAL

Se reconocen las áreas potencialmente inundables por desbordes de cauces de los esteros Maule,
Escuadrón y Manco, correspondientes a terrenos de baja pendiente que alteran la condición de escurrimiento
por cambios en el área ya sea por ancho o profundidad, cambios en rugosidad ya sea por granulometría del
lecho, densidad de vegetación o por variaciones en el caudal ya sea por extracciones, descargas o
confluencias. Los proyectos que realicen estudios fundados y que ejecuten las obras de ingeniería o de otra
índole suficiente para subsanar o mitigar el riesgo, conforme a lo establecido en la OGUC, podrán acceder a
normas urbanísticas que se indiquen en la ordenanza propuesta, según los criterios establecidos en el estudio
fundado de riesgos. No obstante en particular para esta zona, y en conformidad con la jurisprudencia actual
en esta materia se establece el siguiente alcance de las normas urbanísticas:

En estas zonas queda prohibido el desarrollo de actividades urbanas vinculadas a alguno de los tipos de
usos de suelo, permitiéndose sólo la habilitación de áreas verdes y edificaciones con destino complementario
al área verde definido en el Artículo 1.1.2 de la OGUC. Una vez que se cumpla con lo dispuesto en el Artículo
2.1.17 de la OGUC , referente a la presentación de estudios fundados que determinen las acciones que
deberán ejecutarse para su utilización , solo se permitirá el uso de área verde y los usos complementarios a
este definidos en el Artículo 2.1.31 de la OGUC, prohibiéndose todo tipo de edificaciones e instalaciones que
implique la permanencia de personas.

ZR- 4 ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLES CON ANEGAMIENTO Y EFECTOS DE LICUEFACCION

Las zonas inundables por anegamiento y específicamente las con efectos de licuefacción, refieren a las áreas
de Riesgo por fallas geotécnicas del suelo adyacentes a áreas de riesgo de inundación por cauces de estero,
corresponden a suelo de rellenos artificiales o taludes poco estables. En estas zonas en particular existen
probabilidades de ocurrencia de peligros por mala respuesta propia de terrenos blandos frente a
amplificaciones sísmicas con efectos de daños en estructuras de 1 y 2 pisos.

Estas son propensas a anegamiento por niveles freáticos someros, en la zona de planicie costera,
corresponden a aquellos territorios con mala respuesta sísmica por presencia de agua, y consecuentes
efectos probables de ocurrencia de licuefacción.

ZR- 5 ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLE POR TSUNAMI

En consideración que la carta de Inundación por Tsunami generada por el SHOA, 2002, señala que gran
parte del área urbana se encuentra en peligro de ser afectada por un eventual tsunami, para las zonas

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potencialmente inundables, se plantea la definición una cota probable de inundación fundamentada conforme
a los antecedentes de registros de eventos anteriores de este tipo, cuales son:

- Entre los 5 y los 10 m s.n.m., terremoto de 1835.


- Terremoto de 1960, se presume 20 m s.n.m., en algunos sectores (SHOA, 2000).
- Terremoto 27/2/2010, 2 m s.n.m. en Caleta Lo Rojas.

Para el área urbana de desarrollo consolidado cubierta por la cota de inundación por efectos de tsunami que
se fundamente en el estudio de riesgos, se establecerán condicionamientos de uso de suelo conforme al tipo
de uso y clases de equipamientos en particular. Así como una gradiente de condicionantes de edificación
según densidades habitacionales.

Específicamente se recomienda para las zonas afectas por inundación de tsunami una norma urbanística
restrictiva respecto a uso de suelo de equipamiento crítico, el que corresponde a clases educación, salud, y
seguridad. Se establece como criterio que este tipo de equipamientos se tiene que establecer en zonas
seguras a interior del área urbana.

Tabla 8-1: Propuesta de Áreas de Riesgo a evaluar

Nombre ZONA Ajustes Fuente

ZONAS CON RIESGO ZR- 1 Zona de Restricción por Pirquenes ZPR - 6R, ZPR - 6P, ZPR – PRC CORONEL 2005
GENERADOS POR LA 6
INTERVENCION

ZONAS PROPENSAS A ZR- 2 Zona de Restricción por Remoción de Masa PRC CORONEL 2005
REMOCION EN MASA ZPR- 1

Alta amenaza de Remoción en Masa (síntesis: Estudio UBB


desencadenante sismo+ lluvia)

Deslizamientos y caída de bloques, y alcance potencial de Consultor


dichos deslizamientos, según complemento zonas Buffer
(refinamiento partes altas y bajas con fotos aéreas y
topografía)

ZONAS INUNDABLES POR ZR-3 Zona de Protección de Recursos Naturales ZPRN PRC CORONEL 2005
CURSOS AGUA NATURAL

Alta amenaza de inundación por cauce Estudio UBB Consultor

ZONAS POTENCIALMENTE ZR- 4 Zonas con riesgo de anegamientos, o potencialmente Consultor


INUNDABLES CON inundables por mal comportamiento geotécnico medido con
ANEGAMIENTOS Y EFECTOS riesgo de por licuefacción.
DE LICUEFACCION

ZONAS POTENCIALMENTE ZR- 5 Análisis del nivel de susceptibilidad de inundación por tsunami Estudio UBB
INUNDABLE POR TSUNAMI (alta, moderada y baja)

Fuente: Elaboración propia sobre la base del informe Fase 2 3/11/2010 y reunión contraparte técnica 4/11/2010, SEREMI MINVU Bio
Bio.

A continuación se aplica una evaluación para cada una de las zonas verificadas como Áreas de Riesgos,
conforme a la siguiente matriz tanto para riesgos naturales como antrópicos.

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Tabla 8-2:MATRIZ DE RIESGOS DE LAS AREAS URBANAS EN COMUNA DE CORONEL

RIESGOS NATURALES RIESGOS


ANTRÓPICOS
ZONIFICACIÓN OTROS RIESGOS

(derrumbes y deslizamientos)
DE LOS POR ACTIVIDAD

estero, quebrada, cursos de

TSUNAMIS – MAREJADAS
INUNDACIONES (lago, río,
RIESGOS HUMANA

ANEGAMIENTOS (napa
Cortes de terreno

REMOCIÓN EN MASA
Socavones

FALLA GEOLOGICA
(inundación marina)
Intervención de

freática, pantano)

LICUEFACCION
cauces, de

SUBSIDENCIA
riberas, entre

agua, napa)
otros.

EROSION
MEDIDAS DE MITIGACIÓN
ZR-1 A 0 X 0 X X 0 0 X X Normas Urbanísticas que se encuentran facultado para definir los IPT respecto a:
B B B B M B B B A A - Usos de suelo, según restricciones / riesgos o aptitud para la localización y/o
emplazamiento de edificaciones.
C (1) - Disposiciones específicas de condicionantes de edificación.
ZR-2 A 0 0 X X X 0 X X X(2) Obras de tratamiento de laderas, taludes, terraplenes con fines de contención,
modificación en las pendientes naturales de los terrenos, otras.
B B A A M M A
Obras de construcción de encause de quebradas
C (3)
ZR-3 A X X X 0 X 0 X 0 (4) Obras de encauzamiento o canalización de cursos de agua que mitigan el riesgo de
B A A A B M B M B A (5) inundación. Ej: Entubamientos, construcción de canales, acueductos,
abovedamiento, entre otras. Obras de Arte y drenajes.
C
ZR-4 A X X 0 0 0 0 X X X Obras de tratamiento de coberturas del suelo para mitigación de riesgo de
inundación en riberas como para riesgos de remoción en masa del tipo:
B A A B B B B A A M
-Coberturas vegetaciones, plantaciones de especies arbóreas.
C (6) - Proyectos de Paisajismo, transformaciones de paisajes de borde.
- Ejecución de Áreas Verdes, Parques, Espacios Públicos, otros.
ZR-5 A X X X 0 X 0 0 X X (7) Obras de Ingeniería Tipo: Defensas , Muros, contenciones, diques, pretiles y
B A A A B M B B M A zócalos. Obras portuarias, construcción espigones, molos, y otros.
C

A : VERIFICACIÓN B : EVALUACION C : MITIGACION


Existencia: X / Ausencia: 0 Magnitud A-M-B Medidas de mitigación

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Notas explicativas de la Matriz:

Considerando los conceptos de riesgos naturales enunciados en la matriz, se aclara que existe una
interrelación entre ellos, dificultando la evaluación en forma independiente de cada uno de ellos respecto a la
identificación de las zonas. Un ejemplo de ello, señala que el riesgo de subsidencia refiere más a la
respuesta del terreno, que se puede dar igualmente por un proceso de remoción en masa; así como la
erosión refiere a elementos externos del material, en cambio la licuefacción refiere a las características
mismas del material.

(1).Regular la acción humana para seguir desarrollando la actividad de perforaciones bajo tierra afectando la
estabilidad del terreno natural. Es decir las medidas apuntas a restringir las actividades similares, orientadas a
evitar la extensión de dichos piques o la generación de nuevos pirquenes en el área urbana.

(2) Recomendar técnicamente los cortes de talud conforme a la variable pendiente (angulo de corte ) y
composición geológica del suelo. Generar antecedentes de estabilidad de cortes de talud de terreno con los
fines de prever su estabilidad y con ello el tratamiento superficial, así como atender procesos de deforestación
de las zonas que se intervengan.

(3) Realización de estudios geotécnicos para conocer la resistencia del talud, el material como referente del
ángulo que se debe proyectar para los cortes de talud

(4) Medidas de prevención respecto a alteraciones y/o intervenciones de cauces naturales, mediante el
adecuado diseño y control de ejecución de obras de ingeniería, de artes, badenes y/o puentes entre otros.

(5) No obstante respecto a la nota anterior, no aplica el criterio de intervención de cauces, sino de
entubamiento, canalización o encauzamiento de cursos de agua superficial, mediante la realización de obras
de ingeniería.

(6) En las medidas que se formulen de mitigación, se considera necesario priorizar por el criterio de restringir.
No obstante, cualquier mitigación del riesgo por licuefacción debe realizarse mediante la ejecución de estudio
de geología de detalle.

(7) Medidas de mitigación respecto al hecho de establecer actividades humanas en los terrenos amenazados
por tsunami, por lo que aplican en este caso planes de contingencia, de educación respecto a cómo enfrentar
un desastre natural de este tipo, medidas de emergencia, entre otras.

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ESTUDIO FUNDADO DE RIESGOS-

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