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CROMOTERAPIA
Qué es la Cromoterapia
La Cromoterapia reúne aportaciones de la psicología, metafísica, física, arte y medicina para crear
un patrón de actuación frente a alteraciones físicas, psíquicas y/o energéticas, mediante el uso del
espectro cromático en el que se divide la luz solar.
Todo en este mundo está formado por moléculas que se mueven, que vibran en una determinada
frecuencia. Usted no lee este texto, sus ojos no pueden verlo, lo que en realidad ve no es otra cosa
que luz, combinaciones de fotones de luz vibrando en distintas longitudes de ondas que su cerebro
interpreta como colores y/o texto. Basándonos en este principio el cuerpo humano tiene una
vibración concreta al estar sano y otra distinta al enfermar por lo que aplicando luz de colores
específicos (vibraciones específicas), ayudamos al cuerpo a recuperar su estado de salud.Cromoter
Luz coloreada: Consiste en baños de luz mediante el uso de bombillas coloreadas o filtros
para aplicar el color adecuado. Como ejemplo es común el uso de luces rojizas con neonatos
prematuros pues se ha comprobado cómo se desarrollan mejor.
Telas coloreadas: Cubriendo el cuerpo con telas naturales del color adecuado, recibiríamos
baños de luz solar que llegaría a nosotros filtrada por la tela. Este uso abarca también la
ropa diaria.
Alimentación cromática: Los alimentos no solo tienen un color específico, sino que todo el
se encuentra cargado con las propiedades del color mostrado, la alimentación cromática
consiste en incorporar a la dieta una mayor cantidad de alimentos con el pigmento de color
deseado.
Características de la Cromoterapia
La Cromoterapia es una terapia natural muy suave y sin efectos secundarios, que puede aplicarse a
cualquier persona. Los efectos de la Cromoterapia suelen notarse tras 15 días de tratamiento.
Es necesario conocer ampliamente las características de cada color y las necesidades de la persona,
para saber exactamente que aplicar en cada caso. Por la facilidad de aplicación de la Cromoterapia
resulta sencillo y muy efectivo combinar Cromoterapia con otras terapias, potenciando el en
proceso la aplicación de ambas terapias.
Naranja: Favorece la acción de los chakras sacro y bazo. También se utiliza para tratar
desequilibrios energéticos en los riñones.
Turquesa: En combinación con rojo, ayuda a erradicar infecciones agudas del flujo de
energía.
Azul: Es calmante, por lo que reduce el dolor, puede favorecer el crecimiento espiritual y
equilibra los patrones del sueño.
Violeta: Resulta adecuada para los ojos y la energía estancada que causa problemas
nerviosos, favorece la inspiración, revelación y el desarrollo del ser superior, aunque
también puede aludir al logro espiritual.
Magenta: Solo es posible formarla con combinaciones de luces. Exactamente por debajo de
la frecuencia del ultravioleta, la luz magenta activa los chakras más superiores. A nivel
bioenergético actúa sobre los desequilibrios que pueden derivar en enfermedades graves,
y a nivel emocional permite dejar atrás antiguas relaciones. También ayuda a eliminar el
desorden de nuestra vida.
Los colores poseen diferentes propiedades:
Rojo: estimulante
Naranja: energía, optimismo
Amarillo: concentración, antifatiga mental
Turquesa: antiinflamatorio, calmante
Verde: regenerativo, sedante, fortificante
Azul: tranquilizante, antiséptico, refrescante
Violeta: relajante emocional, disminuye fobias y angustias
Magenta: activador espiritual
AROMATERAPIA
Características de la aromaterapia
Para su aplicación, los aceites deben ser diluidos en agua caliente; por el alto nivel de concentración
de esencias, no pueden entrar en contacto directo con la piel. Los vasos capilares absorben los
aceites, que son transportados por todo el organismo. Este proceso tarda alrededor de veinte
minutos, siendo la absorción bastante rápida.
Todo lo que debes saber sobre la aromaterapia parte de la idea de que el sentido del olfato, se
encuentra estrechamente ligado con nuestras emociones, debido a la conexión que mantiene con
el cerebro. Los aromas no deben oponerse ente sí, y la mezcla debe resultar agradable y
reconfortante para el paciente.
Aunque el uso de los aceites no tiene porqué generar ninguna reacción negativa, se recomienda
tener en cuenta el no exceder de las 3 o 4 fragancias ni tomar el sol, después de aplicarlos sobre la
piel.
Beneficios de la aromaterapia
Si lo que se busca es la
estimulación, vitalidad o
recuperar energías, se requerirá
de aceites derivados del alcanfor, el anís, el comino, el limón o el romero. Para las personas que
sufren de trastornos típicos del estrés, como la ansiedad o el insomnio, se pueden aplicar una serie
de fragancias relajantes tales como el cedro, el ciprés, el jazmín, la manzanilla o el pachuli.
Sus beneficios también pueden verse reflejados en aspectos más orgánicos, como la descongestión
(eucalipto, hisopo y savia) y la digestión (jengibre, nuez moscada e hinojo). Con el correr de las
sesiones, el paciente notará cambios concretos en su estilo de vida. Algunos de esos cambios,
dependiendo de los aceites que utilice y la frecuencia, serán la reducción de la fatiga, control de la
sudoración excesiva y sensación de tranquilidad.
Por inhalación: es el método básico, puede ser directa o no (mezclando con agua, por
ejemplo). También pueden emplearse difusores o vapor. Se usa para problemas en el
aparato respiratorio o algunas condiciones en la piel.
Por masaje: se diluyen en alguna loción o agua y se realiza el masaje de forma enérgica o
suave, según la dolencia. Ideal para contracturas.
Como baños aromáticos: se llena la tina de agua caliente y se echan algunas gotas de
aceites. Luego se alterna con agua tibia. Para la circulación y la relajación.
Uso interno: sólo indicado en algunos casos y con ciertos aceites. No se debe consumir sin
aval de un profesional.
El siguiente listado te ofrece los principales aceites que se utilizan en las técnicas de aromaterapia y
cuáles son sus propiedades curativas:
Bergamota: es estimulante, revitalizador, energético y refrescante. Se usa para aliviar el
estrés, la depresión y la ansiedad y restablecer el apetito.
Ciprés: sedante, vigorizante y purificador. Calma el sistema nervioso, reduce los síntomas
de la menopausia, el estrés y las alergias.
Romero: es estimulante. Alivia dolores reumáticos y musculares, ayuda a los que padecen
presión arterial baja. También aumenta la circulación de la sangre hacia el cerebro.
Ylang Ylang: afrodisíaco, vigorizador, purificante, euforizante y calmante. Es eficaz para
problemas del aparato reproductor (sobre todo masculino), calma la ansiedad, regula el
pulso, alivia la depresión y previene ataques de pánico.
Antes de asistir a una sesión de esta técnica debes saber que no se trata de un “simple masaje”.
Durante todo el proceso solo tienes que concentrarte en tus sentimientos en ese momento, en las
sensaciones que te producen los aceites y aromas, en los masajes, en el calor de la sala, etc.
Reserva un tiempo para ti una vez que termine y no salgas corriendo a la oficina porque no tendrá
buenos resultados.
Es probable que se coloquen cinco aceites diferentes durante la sesión, que puede durar
aproximadamente una hora (hay desde los 30 minutos hasta la hora y media, según las partes del
cuerpo que se tratan). Seguramente debas regresar a una nueva cita para que los resultados sean
más duraderos o realmente desaparezca el problema.
CHOCOLATERAPIA
La chocolaterapia consiste en la mezcla de chocolate con un aceite esencial que facilite su aplicación
en la piel, como puede ser el caso del aceite de almendras dulces. Y, como de buen seguro sabrás,
el chocolate se obtiene del maravilloso cacao; o más concretamente, de sus delicados y grandes
granos.
Esta mezcla se calienta, y cuando se encuentre tibio se aplica sobre la piel mediante un masaje
relajante. Una vez aplicado, la persona es envuelta en papel transparente durante unos minutos.
Y, finalmente, la técnica o terapia finaliza con una ducha tonificante que, además de activar a la
persona, la ayuda a eliminar los restos del chocolate.
¿A que habéis quedado de los más sorprendidos con lo que os acabamos de contar? Aunque los
beneficios del chocolate no residen únicamente en su sabor. A lo largo de los últimos años está
teniendo mucha acogida lo que se conoce como “chocolaterapia”, una tendencia que consiste en
aplicar este dulce alrededor de todo nuestro cuerpo.
Para ello, hay que hacer una mezcla con un aceite especial de almendras que calentaremos después
con el cacao hasta que quede bien tibio. Finalmente, habrá que aplicarlo por todas las zonas del
cuerpo para así beneficiarnos de todas las ventajas que aporta la chocolaterapia.
El cacao posee unos potentes oligoelementos que pueden llegar a ser de lo más beneficiosos para
nuestra piel. Por esta razón, desde el preciso instante en el que apliquemos sobre nuestro rostro o
extremidades, podremos disfrutar de todas las ventajas del chocolate una forma mucho más directa
y natural que si lo tomamos de forma oral.
También destacar que el cacao también tiene una alta concentración en antioxidantes que nos
ayudarán en definitiva a disfrutar de una tez mucho más tersa y joven gracias a su alto contenido
en polifenoles, taninos y teobromina.
La chocolaterapia no solo ofrece ventajas para nuestro cuerpo. También puede ayudarnos a llevar
una vida mucho más tranquila y sosegada, algo a tener muy en cuenta ahora que después
del verano hemos vuelto a nuestra rutina de trabajo.
En este sentido, si sentís que necesitáis desconectar un poco de vuestros problemas os vamos a
recomendar que os deis una buena sesión de chocolaterapia en un ambiente de lo más
sosegado. Seguro que vuestra salud mental os lo agradecerá.
Combate la celulitis
La celulitis es una afección que consiste en la inflamación de los tejidos celulares por toda la zona
interior de la piel. Esto provoca un efecto de lo más antiestético en los abdominales y glúteos sobre
todo a mujeres de cualquier edad.
Cualidades de la chocolaterapia
Son varios los beneficios de la chocolaterapia, que principalmente no sólo aporta a la piel, sino
también a la salud en general:
Mejora la circulación.
Elementos tan simples como la tierra y el agua nos pueden brindar beneficios tanto para la salud
como para la belleza. Las envolturas de barro tienen cualidades purificantes y remineralizantes,
regulan la temperatura corporal y estimulan la circulación, entre otras virtudes.
Le llamemos fango, barro, arcilla o lodo, lo primero que hay que decir de él es que aporta gran
cantidad de minerales necesarios para el organismo, como el hierro, el calcio, el potasio o el azufre.
Entre sus componentes se encuentran también el magnesio, que ataca los radicales libres
otorgando mayor firmeza y elasticidad; el silicio, el cobre y el zinc, que son los encargados de la
producción de colágeno y elastina; el cobalto, que barre las células muertas; el azufre, que mantiene
la pigmentación de la piel; el selenio, antioxidante, que previene la degeneración celular y activa la
circulación, y muchos más.
El fango además de ser exfoliante y permitir posteriormente una mayor entrada de oxígeno, tiene
la propiedad de absorber tanto el exceso de calor como de toxinas, así resulta ser desinflamante y
descongestionante, calmante, refrescante, y purificador. Los tejidos liberados recuperan una
circulación sanguínea más fluida. También es desinfectante y bactericida.
Para el sistema digestivo: aplicado sobre el abdomen ayuda en los problemas de indigestión,
reduce la temperatura visceral y ayuda en la peristalsis intestinal. Asimismo puede rebajar
la inflamación de algunos órganos internos como el hígado, el útero o los ovarios.
Para el sistema nervioso: aparte de algunas neuralgias, muchas personas han mejorado
también los estados de insomnio, angustia y ansiedad al utilizar la fangoterapia como
tratamiento de relajación.
Como complemento en los programas de pérdida de peso, ya que atrae los líquidos a la
superficie, mejora el funcionamiento de los órganos de eliminación y mitiga la celulitis.
Pero no hace falta sufrir de ninguna dolencia para darse unas envolturas o baños de fango, ya que
es revitalizante y vigorizante de por sí.
Contraindicaciones de la fangoterapia
Cuando la aplicación del barro en la superficie corporal es mayor del 50%, se pueden manifestar
cambios en la frecuencia cardíaca y respiratoria por la estimulación provocada. Está pues
desaconsejada para los enfermos del corazón o de la circulación arterial y en casos de insuficiencias
respiratorias, enfisemas o tuberculosis pulmonar.
Asimismo lo está en problemas circulatorios graves, debido al calor que desprende el lodo, aunque
se puede aplicar en frío con moderación sobre las varices. En ningún caso donde haya habido
tromboflebitis o cualquier tipo de hemorragia, incluidas las úlceras gástricas y duodenales e incluso
durante la fase menstrual.
También deben abstenerse los epilépticos, las embarazadas y las personas afectadas de tumores
malignos.
Las mismas propiedades antes mencionadas son las que hacen de él un buen aliado para la belleza.
Está recomendado para todo tipo de pieles, ya que no posee agentes agresivos, aunque es excelente
para las mixtas y las grasas. Todos sus minerales aseguran un buen funcionamiento de la piel, eso
significa que la salud y la belleza van a menudo de la mano.
Ya hemos mencionado que al limpiar los poros hace que la piel respire mejor, y que algunos de sus
nutrientes ayudan a la elaboración del colágeno, principal ingrediente para la tersura del cutis. Junto
a su capacidad de absorción de toxinas, es apto para varios problemas estéticos relacionados con la
piel, pues hidrata y ayuda a hacer desaparecer las pequeñas imperfecciones, incluidos muchos tipos
de manchas. Al estimular la circulación mejora la coloración general de la piel, además de dejarla
muy suave y rejuvenecida.
Cuando actúa como tensor al secarse, ayuda a mejorar el tono de la piel, habiéndola sometido a un
pequeño esfuerzo a modo de estiramiento: da buenos resultados en el acné, erupciones como
el sarampión o la varicela, los eczemas o algunas formas leves de psoriasis.
La apariencia de la celulitis, las estrías y la flaccidez, también en el busto, se puede ver muy
mejorada con unos cuantos tratamientos seguidos. En estos casos las aplicaciones se complementan
o realizan con masajes.
Tipos de barro
Existen diferentes tipos, pero el más común es la arcilla, que a su vez se encuentra en las variedades
blanca, roja, verde y gris, cada una especializada en distintos tratamientos. El barro es más
antiséptico porque se extrae a cierta profundidad y es filtrado y secado a temperaturas que no
permiten el desarrollo de la vida microscópica, además contiene ácido silícico, elemento refractario
para ella.
La variedad blanca es la única que puede ingerirse disuelta en agua para problemas digestivos.
La arcilla debe mezclarse con agua mineral para su uso. Pero otros fangos y barros son extraídos y
transportados con la propia humedad y se aplican directamente, aunque por regla general se suelen
usar en el mismo lugar de donde proceden.
Lodo marino, muy rico en sales y algas microscópicas, resulta muy buen drenante.
Lodos de río y pantanos: están provistos de ácidos y azufre, muy indicados para activar la
circulación y para problemas articulares, también muy sedantes. En este grupo entrarían los
barros provenientes de aguas ferruginosas, muy utilizadas para fracturas y todo tipo de
inflamaciones.
Barros termales, situados cerca de zonas volcánicas. Son muy ricos en oligoelementos y
restos orgánicos, los más remineralizantes y regeneradores. A veces se mezcla la arcilla con
las aguas termales para tratamientos faciales.
Hay muchas maneras de aplicar el barro: baños, envolturas, cataplasmas, compresas, masajes,...
Los baños pueden tomarse en una bañera o en piscinas llenas del lodo donde se puede estar
sentado.
Las envolturas, más típicas de los tratamientos de spa, se realizan sobre una camilla y con el barro
cubierto por plástico o mantas.
Dependiendo del efecto deseado, se puede recibir a temperatura ambiente o ligeramente superior
a la del cuerpo, entre 30 y 50 grados. Esto último para que abra los poros, dilate los vasos sanguíneos
y se absorba más rápidamente, facilitando así su acción.
Tras la aplicación, la persona reposará entre 20 y 30 minutos hasta que empiece a secarse o esté
seco del todo. Hay que tener en cuenta que el barro es activo cuando está húmedo, así que no es
conveniente dejarlo más tiempo del necesario.
Después de retirarlo es mejor continuar con el reposo, ya que se remueve todo el metabolismo.
Fango potenciado
En vez de mezclarlo con agua, el efecto del barro o arcilla se puede ver potenciado si se hace con
infusiones o jugos. Aquí tenemos algunos ejemplos:
Con infusión de lavanda, mejora la regeneración celular y seda las terminaciones nerviosas
Con clavo de olor para las cistitis, aplicado sobre el bajo vientre
También se puede mezclar con un poco sal marina aumentando así sus minerales, pero en este caso
la proporción no debería pasar de un 10%, ya que entonces resultaría demasiado astringente.
NUTRICIÓN
Los alimentos que contienen fundamentalmente carbohidratos o lípidos son fuente de calorías, con
una función energética; los alimentos fundamentalmente protéicos, aunque pueden aportar
energía, tienen como misión principal el aportar materiales para la construcción o renovación de
estructuras, es decir, una función plástica o formadora; los alimentos que por su riqueza en
vitaminas o minerales controlan diversos sistemas del metabolismo se les conoce como alimentos
reguladores.
Alimentos energéticos. Son los que proveen la energía para realizar distintas actividades físicas
(caminar, correr, hacer deportes, etc.), como pastas, arroz, productos de panificación (pan, galletas,
etc.), dulces, miel, aceites, frutas secas (almendras, nueces, castañas, etc.).
Alimentos Constructores. Son los que forman la piel, músculos y otros tejidos, y que favorecen la
cicatrización de heridas. Estos son la leche y todos sus derivados, carnes rojas y blancas, huevos y
legumbres.
Alimentos reguladores o Protectores. Son los que proveen los nutrientes necesarios para que los
energéticos y reguladores se complementen y mantengan el cuerpo funcionando. Dentro de estos
figuran las frutas, verduras y hortalizas y el agua.
La leche de vaca es uno de los alimentos más completos ya que en su composición entran
prácticamente todos los nutrientes.
Los alimentos de este grupo están constituidos mayoritariamente por grasas, llevan mucha energía
y son indicados para las personas que realizan trabajos físicamente duros. Tomarlos en exceso
puede ser peligroso para el cuerpo.
Los frutos secos como las avellanas, las almendras, las nueces, etc... tienen un alto contenido en
aceites, es decir, en lípidos, y a la vez de proteínas.
6º.- BEBIDAS.
El agua es la única bebida necesaria para el organismo. Sin el agua no podemos vivir; sin alimentos
podemos vivir unos días, pero sin agua, no. Tres cuartas partes de nuestro cuerpo es agua. Es
necesario beber por tanto litro y medio cada día; el resto nos llega a través de los alimentos. El agua
realiza estas funciones:
Sirve para filtrar la sangre en los riñones (A través del sudor, respiración y heces se pierde
al día dos litros diarios.).
Las personas adultas pueden beber vino, con moderación, durante las comidas. Las bebidas
estimulantes como el café, el té, la cola contienen xantinas que pueden producir insomnios y
alteraciones en el crecimiento y en la utilización nutritiva de algunos nutrientes ( proteínas, calcio).
Las bebidas refrescantes tomadas en grandes cantidades pueden ser perjudiciales debido a que
contienen mucho azúcar o edulcorantes.
Vitaminas.
Son substancias presentes en los alimentos absolutamente necesarias, en cantidades mínimas, para
el correcto funcionamiento del organismo. La carencia de alguna de ellas puede ocasionar graves
trastornos e incluso la muerte.
Hervir excesivamente los alimentos. Se pierde por el calor y por su contacto intenso con el
oxígeno o pasando al agua en su calidad de hidrosoluble.
Los minerales.
Las sales minerales son muy importantes ya que el 4% de los tejidos humanos es material mineral.
Pueden ser:
Las proteínas son moléculas formadas por aminoácidos que están unidos por un tipo de enlaces
conocidos como enlaces peptídicos. El orden y la disposición de los aminoácidos dependen del
código genético de cada persona. Todas las proteínas están compuestas por:
Carbono
Hidrógeno
Oxígeno
Nitrógeno
Las proteínas suponen aproximadamente la mitad del peso de los tejidos del organismo, y están
presentes en todas las células del cuerpo, además de participar en prácticamente todos los procesos
biológicos que se producen.
De entre todas las biomoléculas, las proteínas desempeñan un papel fundamental en el organismo.
Son esenciales para el crecimiento, gracias a su contenido de nitrógeno, que no está presente en
otras moléculas como grasas o hidratos de carbono. También lo son para las síntesis y
mantenimiento de diversos tejidos o componentes del cuerpo, como los jugos gástricos, la
hemoglobina, las vitaminas, las hormonas y las enzimas (estas últimas actúan como catalizadores
biológicos haciendo que aumente la velocidad a la que se producen las reacciones químicas del
metabolismo). Asimismo, ayudan a transportar determinados gases a través de la sangre, como el
oxígeno y el dióxido de carbono, y funcionan a modo de amortiguadores para mantener el equilibrio
ácido-base y la presión oncótica del plasma.
Otras funciones más específicas son, por ejemplo, las de los anticuerpos, un tipo de proteínas que
actúan como defensa natural frente a posibles infecciones o agentes externos; el colágeno, cuya
función de resistencia lo hace imprescindible en los tejidos de sostén o la miosina y la actina, dos
proteínas musculares que hacen posible el movimiento, entre muchas otras.
Propiedades
Las dos propiedades principales de las proteínas, que permiten su existencia y el correcto
desempeño de sus funciones son la estabilidad y la solubilidad.
La primera hace referencia a que las proteínas deben ser estables en el medio en el que estén
almacenadas o en el que desarrollan su función, de manera que su vida media sea lo más larga
posible y no genere contratiempos en el organismo.
En cuanto a la solubilidad, se refiere a que cada proteína tiene una temperatura y un pH que se
deben mantener para que los enlaces sean estables.
Las proteínas tienen también algunas otras propiedades secundarias, que dependen de las
características químicas que poseen. Es el caso de la especificidad (su estructura hace que cada
proteína desempeñe una función específica y concreta diferente de las demás y de la función que
pueden tener otras moléculas), la amortiguación de pH (pueden comportarse como ácidos o como
básicos, en función de si pierden o ganan electrones, y hacen que el pH de un tejido o compuesto
del organismo se mantenga a los niveles adecuados) o la capacidad electrolítica que les permite
trasladarse de los polos positivos a los negativos y viceversa.
Tipos
Dependiendo de la composición química que posean hay proteínas simples y proteínas conjugadas,
también conocidas como heteroproteínas. Las simples se dividen a su vez en escleroproteínas y
esferoproteínas.
Nutrición
Las proteínas son esenciales en la dieta. Los aminoácidos que las forman pueden ser esenciales o no
esenciales. En el caso de los primeros, no los puede producir el cuerpo por sí mismo, por lo que
tienen que adquirirse a través de la alimentación. Son especialmente necesarias en personas que se
encuentran en edad de crecimiento como niños y adolescentes y también en mujeres embarazadas,
ya que hacen posible la producción de células nuevas.
Alimentos ricos en proteínas
Están presentes sobre todo en los alimentos de origen animal como la carne, el pescado, los huevos
y la leche. Pero también lo están en alimentos vegetales, como la soja, las legumbres y los cereales,
aunque en menor proporción. Su ingesta aporta al organismo 4 kilocalorías por cada gramo de
proteína.
CARBOHIDRATOS
Los carbohidratos son unas biomoléculas que también toman los nombres de hidratos de carbono,
glúcidos, azúcares o sacáridos; aunque los dos primeros nombres, los más comunes y empleados,
no son del todo precisos, ya que no se tratan estrictamente de átomos de carbono hidratados, pero
los intentos por sustituir estos términos por otros más precisos no han tenido éxito. Estas moléculas
están formadas por tres elementos fundamentales: el carbono, el hidrógeno y el oxígeno, este
último en una proporción algo más baja. Su principal función en el organismo de los seres vivos es
la de contribuir en el almacenamiento y en la obtención de energía de forma inmediata, sobre todo
al cerebro y al sistema nervioso.
Esto se cumple gracias a una enzima, la amilasa, que ayuda a descomponer esta molécula
en glucosa o azúcar en sangre, que hace posible que el cuerpo utilice la energía para realizar sus
funciones.
Tipos de carbohidratos
Existen cuatro tipos, en función de su estructura química: los monosacáridos, los disacáridos, los
oligosacáridos y los polisacáridos.
Monosacáridos
Son los más simples, ya que están formados por una sola molécula. Esto los convierte en la principal
fuente de combustible para el organismo y hace posible que sean usados como una fuente de
energía y también en biosíntesis o anabolismo, el conjunto de procesos del metabolismo destinados
a formar los componentes celulares. También hay algunos tipos de monosacáridos, como la ribosa o
la desoxirribosa, que forman parte del material genético del ADN. Cuando estos monosacáridos no
son necesarios en ninguna de las funciones que les son propias, se convierten en otra forma
diferente como por ejemplo los polisacáridos.
Disacáridos
Son otro tipo de hidratos de carbono que, como indica su nombre, están formados por dos
moléculas de monosacáridos. Estas pueden hidrolizarse y dar lugar a dos monosacáridos libres.
Entre los disacáridos más comunes están la sacarosa (el más abundante, que constituye la principal
forma de transporte de los glúcidos en las plantas y organismos vegetales), la lactosa o azúcar de la
leche, la maltosa (que proviene de la hidrólisis del almidón) y la celobiosa (obtenida de la hidrólisis
de la celulosa).
Oligosacáridos
La estructura de estos carbohidratos es variable y pueden estar formados por entre tres y nueve
moléculas de monosacáridos, unidas por enlaces y que se liberan cuando se lleva a cabo un proceso
de hidrólisis, al igual que ocurre con los disacáridos. En muchos casos, los oligosacáridos pueden
aparecer unidos a proteínas, dando lugar a lo que se conoce como glucoproteínas.
Polisacáridos
Son cadenas de más de diez monosacáridos cuya función en el organismo se relaciona normalmente
con labores de estructura o de almacenamiento. Ejemplos de polisacáridos comunes son el almidón,
la amilosa, el glucógeno, la celulosa y la quitina.
Aunque su función principal es la energética, también hay ciertos hidratos de carbono cuya función
está relacionada con la estructura de las células o aparatos del organismo, sobre todo en el caso de
los polisacáridos. Estos pueden dar lugar a estructuras esqueléticas muy resistentes y también
pueden formar parte de la estructura propia de otras biomoléculas como proteínas, grasas y ácidos
nucleicos. Gracias a su resistencia, es posible sintetizarlos en el exterior del cuerpo y utilizarlos para
fabricar diversos tejidos, plásticos y otros productos artificiales.
Nutrición
Así, los carbohidratos simples que provienen de los alimentos incluyen la fructosa (que se
encuentra en las frutas) y la galactosa (en los productos lácteos); y los carbohidratos
complejos abarcan la lactosa (también presente en productos lácteos), la maltosa (que aparece en
ciertas verduras, así como en la cerveza en cuya elaboración se emplea el cereal de la malta), y la
sacarosa (que se encuentra en el azúcar de mesa o azúcar común).
Son también combustibles, como los hidratos de carbono, pero mucho más poderosos. Nos
protegen del frío y nos dan energía para que nuestro organismo funcione. Ayudan a transportar y
absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y a incorporar los ácidos grasos esenciales que no
producimos.
Son una fuente concentrada de calor y energía a la que el cuerpo recurre cuando lo necesita. Cada
gramo de grasa provee al organismo 9 calorías, que representan más del doble de las que aportan
los hidratos de carbono y las proteínas.
Una vez que el organismo la obtiene, el exceso es utilizado por diferentes tipos de tejidos, pero en
su mayoría se deposita en las células adiposas. Estos depósitos sirven como protección y aislamiento
de diferentes órganos.
La recomendación saludable es que en la alimentación diaria no haya más de un 30% de grasas. Por
lo general el consumo es superior al 40% y está dado principalmente por las grasas que aumentan
el colesterol malo y el colesterol total.
Hay que distinguir los distintos tipos de grasas. Existen algunas imprescindibles, que tienen efectos
benéficos para la salud, y otras perjudiciales.
Grasas útiles
Son las que protegen las arterias. Se trata de las grasas insaturadas, que se dividen en:
Monoinstaruradas. Están presentes en los aceites de oliva, de canola (en crudo) y de soja, en las
frutas secas (sobre todo el maní), las semillas de sésamo, la palta, las aceitunas y, dentro del reino
animal, en la yema de huevo.
El aceite de canola se obtiene de la semilla de colza, que pertenece a la familia de las crucíferas y se
cultiva principalmente en las regiones occidentales de Canadá y en la zona central de los Estados
Unidos.
Estas grasas actúan favorablemente en el organismo al disminuir el colesterol malo sin reducir el
bueno.
Omega-6: Se hallan en particular en los aceites de canola, uva, maíz, oliva y soja (en crudo), en la
mayoría de las semillas (fundamentalmente las de sésamo), en los granos y sus derivados y en el
germen de trigo. Reducen el nivel de ambos tipos de colesterol.
Omega-3: Las de origen vegetal se encuentran en las legumbres (principalmente la soja), las semillas
de lino y las frutas secas. Las de origen animal provienen de los pescados y mariscos. Tanto los
crustáceos como los moluscos son bajos en grasas totales y ricos en omega-3; los moluscos, además,
tienen un bajo contenido de colesterol, por lo que resultan un excelente sustituto de las carnes para
incorporar en la alimentación semanal.
Los omega-3 han adquirido tal relevancia que la industria los emplea para enriquecer alimentos de
consumo masivo, como la leche y los huevos. Evitan que las arterias se tapen y no disminuyen el
colesterol bueno; por eso es muy importante que su ingesta sea superior a la de omega-6. Entre sus
beneficios se destacan la reducción del riesgo de padecerinfarto y cáncer y el descenso de
la presión arterial.
Caballa 2500
Arenque 1600
Salmón 1200
Camarón 300
VITAMINA
Cada uno de estos componentes posee funciones concretas y específicas, que son irremplazables.
Por este motivo, si se produce un desajuste en sus niveles (hipo o hipervitaminosis) o existe una
ausencia de las mismas (avitaminosis) el organismo no trabaja bien y se producirán alteraciones. La
mayoría de las vitaminas funcionan, entre otras cosas, como cofactores o co-enzimas de reacciones
químicas. Es decir, son elementos imprescindibles para que esa transformación, minúscula pero
constante, tenga lugar en nuestros órganos. Por ejemplo, sin vitaminas no se puede obtener energía
a partir de los alimentos o no funciona bien el sistema defensivo frente a infecciones o las
conexiones neuronales de nuestro sistema nervioso se ven alteradas.
Las vitaminas no aportan energía al organismo, es decir, son nutrientes acalóricos. Por este motivo,
en una dieta hipocalórica o adelgazante, no hay que reducir el aporte vitamínico.
Cada una de ellas posee una recomendación de consumo específica que suele ser bastante pequeña
y está ajustada a características y situaciones como sexo, edad, embarazo o lactancia. Sin embargo,
y a pesar de necesitar mínimas cantidades vitamínicas, si no mantenemos una alimentación
completa y muy variada tomando de todos los grupos de alimentos, desarrollar carencias con
algunas vitaminas no es tan infrecuente.
Además de todo esto, algunas vitaminas son muy sensibles a las condiciones ambientales y pueden
inactivarse dejando de ser útiles. La incidencia directa de la luz solar, el calor o incluso la propia
solubilidad de algunas, hace que se puedan degradar antes o durante su ingesta.
Existen diferentes etapas en la vida como la infancia, el embarazo o la lactancia, donde nuestro
cuerpo requiere un incremento de estas vitaminas, este suplemento deberá ser prescrito por un
médico, ya que como decíamos, su ingesta abusiva (hipervitaminosis) también puede ser perjudicial
para la salud.
El consumo de alcohol, tabaco o diferentes drogas pueden generar un elevado gasto vitamínico, lo
que conviene tener en cuenta a la hora de elaborar la dieta diaria.
Tipos de Vitaminas
Las hidrosolubles se disuelven en agua. Esta característica hace que el consumo diario sea más
estricto, ya que el lavado y la cocción de los alimentos produce la pérdida de las vitaminas, siendo
inferior la cantidad consumida de lo que popularmente se cree.
Vitamina C
Vitamina B1
Vitamina B2
Vitamina B3
Vitamina B5
Vitamina B6
Vitamina B8
Vitamina B9
Vitamina B12
Las liposolubles se disuelven en grasas y aceites. Suelen encontrarse en alimentos grasos y son
almacenados en los tejidos adiposos del cuerpo. También se acumulan en el hígado, es decir que
existe una reserva vitamínica corporal que permite periodos de tiempo sin ingreso de las vitaminas.
Vitamina A
Vitamina D
Vitamina E
Vitamina K
La vitamina B6 forma los glóbulos rojos indispensables para el transporte de oxígeno por el
cuerpo.
La vitamina B12 interviene en la síntesis de ADN y ARN, por lo que se relaciona con el
sistema nervioso y la genética.
La vitamina A es antioxidante y participa en la formación de hormonas entre las que se
encuentran las segregadas por las glándulas suprarrenales.
Las vitaminas hidrosolubles suelen estar en verduras, frutas, panes, huevos, carnes, pescados,
lácteos, cereales y vísceras. Las vitaminas B suelen encontrarse en la mayoría de los alimentos, lo
cual brinda una satisfacción constante de esta necesidad vitamínica.
Las vitaminas liposolubles se encuentran en aceites, mantequillas, vísceras, verduras, lácteos grasos,
chocolates, cereales grasos y alimentos de soja.
Carencia de vitaminas
Es importante consultar a un especialista que determine cuál es la vitamina faltante y que recete la
cantidad justa necesario para no cometer el error de pasar de la carencia al exceso. El estudio
principal que se realiza es un chequeo sanguíneo para ver qué componentes orgánicos están
alterados.
Exceso de vitaminas
Las vitaminas liposolubles se convierten en sustancias tóxicas cuando están en cantidades excesivas
acumuladas en los tejidos adiposos y en el hígado.
MINERALES
Los minerales son los elementos naturales no orgánicos que representan entre el 4 y el 5 por ciento
del peso corporal del organismo y que están clasificados en macrominerales y oligoelementos. El
ser humano los necesita para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y garantizar, entre
otros, la formación de los huesos, la regulación del ritmo cardiaco y la producción de las hormonas.
Tipos de minerales
Macrominerales
En la dieta normal, los macrominerales son aquellos que el organismo necesita en cantidades más
grandes. En este grupo se incluyen el calcio, fósforo, magnesio, potasio, azufre, cloro y sodio.
Las funciones de cada uno de los macrominerales son muy amplias y algunas aún se desconocen.
Sin embargo, son necesarios para que las funciones del organismo se desarrollen con normalidad.
Los especialistas señalan que la mejor forma de obtenerlos es a través de la dieta. Los alimentos que
contienen macrominerales son muchos. Podemos encontrarlos en:
Los minerales que aportan calcio, uno de los responsables en la formación de los dientes y
de los huesos, están presentes fundamentalmente en los lácteos y los derivados lácteos.
Además, también podemos encontrar el calcio en hortalizas de hojas verdes, como el
repollo, el brócoli, la col rizada, los nabos o la berza común, el salmón, las sardinas, frutos
secos como las almendras o las semillas de girasol y legumbres secas, entre otros productos.
El fósforo es otro de los macroelementos que participa en la formación de los dientes y los
huesos junto con el calcio. Se puede obtener principalmente en productos proteícos como
la carne y la leche. Otros alimentos que lo contiene son los cereales y el pan integral.
Al igual que el potasio, el sodio ayuda en las funciones de los nervios y los músculos y junto
con el cloro, en el mantenimiento del equilibrio de los líquidos corporales. La mayor fuente
de sodio es el cloruro de sodio, más conocido como sal común.
Oligoelementos
Respecto a los oligoelementos, estos son los minerales que el organismo sólo requiere en pequeñas
cantidades. Los principales oligoelementos son: hierro, manganeso, cobre, selenio, yodo, cobalto,
cinc y flúor. Tanto la falta de estos minerales, como su exceso pueden tener consecuencias muy
graves para la salud.
La formación de los glóbulos rojos está vinculada con el cobre. Este mineral se puede
obtener del marisco, las legumbres, las nueces, las patatas, las verduras de hoja verde y las
frutas deshidratadas, entre otros.
El cobalto actúa para estimular y conseguir el buen funcionamiento de los glóbulos rojos.
Se encuentra fundamentalmente en almejas, pescados, quesos, carne roja, en cereales
integrales, en frutas como las peras, las cerezas, las legumbres y en frutos secos como las
avellanas y las nueces, entre otros.
El cinc es uno de los oligoelementos que ayuda a que el sistema autoinmune funcione de
forma adecuada. Se encuentra principalmente en la carne del cerdo y del cordero, en
legumbres, levadura y las nueces. Las frutas y las verduras no contienen tasas elevadas de
este mineral.