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Amanda:

Amanda tuvo una educación impecable, estudio en escuelas de monjas hasta los quince
años, contó con distinguidas institutrices que le enseñaron que los buenos modales
caracterizaban a una señorita de buena sociedad y que naturalmente atraería a un sinfín
de caballeros de la más alta alcurnia de la ciudad caraqueña, un joven prospecto que
compartiera con ella la vida entera.

Cuando conoció a Agustín en la Universidad notó la delicadeza de los movimientos de sus


dedos, la pulcritud de sus cabellos largos y castaños, la blancura casi perfecta de su cutis y
el excesivo cuidado de su barba y aunque no fuera el caballero que deseaban sus padres,
Agustín era el prospecto perfecto para Amanda, para compartir los buenos modales y
costumbres juntos, porque solo eso compartían una vez casados, eso, un hijo y su casa
que jamás lograron convertirla en un hogar.

A pesar de que Amanda vive en la populosa parroquia Caricuao, ella siente desdén y

repulsión ´por los ciudadanos comunes que caminan felices por la calles de la vida, es por

ello que Amanda es hermética y obliga a su familia a que lo sean también. Siempre

recordaba aquellas sabias palabras de las hermanas concepcionistas donde estudió “dime

con quién andas y te diré quién eres”, es por eso que trataba de confluir con sus vecinos.

Amanda es una madre que copia conductas, arrastra karmas y desgracias desde mucho

antes de su procreación, naturalmente copia los extremos cuidados que tuvo bajo la

protección de sus padres y los implementa casi enfermizamente con su único hijo Sony.
Cuando era niña, de unos 10 años aproximadamente, se enteró que tendría un hermanito,

así pasaron los meses y veía emocionada como crecía poco a poco la barriga de su mama.

Pero un día no vio la barriga hinchada, ni tampoco al pequeño muñequito real que tanto

esperaba, su papa le explicó que su hermanito era un bonito ángel en el cielo.

Al volverse mujer supo que genéticamente tenia desviaciones y problemáticas en el

sistema reproductivo y por ello su madre había perdido aquel bebe que ella tan

emocionada esperaba. Al casarse experimentó junto a su marido las naturales ganas de

traer al mundo el fruto de su amor, pero tenía ovarios poli quísticos una probabilidad de

un 12% de quedar embarazada. Hundida en un autismo inútil decidió tirarse al abandono,

hasta que un día se enteró que tendría un bebe.

Lo tuvo, blanco como su padre, con manos largas y delgadas, y Amanda experimentó la

felicidad más dulce de su vida, se dedicó en cuerpo y alma al bebe que llamaron Ismael.

Caminaban por el parque los esposos con el niño en brazos, sonreían mirando por largos

ratos, la noche entera para verificar que respiraban con normalidad.

Un día una fiebre abrasiva se apoderó del bebe que tenía apenas 7 meses de nacido, sus

mejillas se pintaron del rojo más intenso y sus labios titirantes apenas lanzaban gemidos

ahogados. Amanda visualizo como una película el horror que había pasado con su

hermanito y enloquecida lloraba y caminaba sin control por toda la casa, sostenía al niño

en brazos mientras rogaba a todos los santos. Desesperada llamó a Agustín, le contó entre

gritos e insultos lo que estaba sucediendo, el intento tranquilizarla prometiéndole que


llegaría temprano a casa para llevar al pequeño Ismael al médico. Pasaron las horas y

Agustín no llegaba, Amanda velaba el moribundo sueño de su pequeño hijo delirante,

hasta que dejo de ver los movimientos aparatosos de su pequeño cuerpecito y

desaparecieron por siempre los gritos ahogados, ella solo lloró sobre el cadáver de su hijo

desapareciendo por siempre la felicidad que tenía.

Meses después Amanda se empeñó en tener hijos y probó todos los tratamientos para

quedar embarazada hasta que logro tener a Sony, es por ello que la pobre Amanda cuida

tato a su hijo y su familia, ella solo no quiere que la muerte le lleve la poca felicidad que la

vida le devolvió al nacer Sony.

Amanda es celosa, terriblemente celosa y posesiva con su marido y su hijo. Cuando su

primer bebe murió en su casa, Agustín había prometido llegar temprano y no fue así,

luego se enteró que Agustín cenaba con una alegre muchacha de su trabajo, mientras su

hijo moría en brazos de Amanda que se ahogaba en llantos y miedos. Amanda jamás lo

puedo perdonar, por su culpa había muerto Ismael, siguió su matrimonio porque Agustín

la lleno de promesas y disculpas y aunque jamás le creyó, siguió con el matrimonio porque

lo amaba demasiado como para dejarlo ir, a él y a la vida que juntos habían construido.

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