SOLUCIONES LABORALES PARA EL

SECTOR PRIVADO

LA CARGA PROBATORIA EN MATERIA

DE SEGURIDAD Y SALUD OCUPACIONAL
Luis Álvaro GONZALES RAMÍREZ(*)

El autor del presente informe expone los criterios que corresponden aplicar
para la acreditación de un accidente de trabajo y/o enfermedad profesional
EJECUTIVO
RESUMEN

con la finalidad de acceder a una pensión de invalidez o a una reparación

civil por daños y perjuicios. Para tal efecto, destaca algunas consideraciones
importantes que definen la inversión de la carga probatoria dada la alta
volatilidad de los hechos en el ejercicio de una relación laboral.

Hoy en día, no cabe duda, la seguridad y sa-

 PALABRAS CLAVES
Seguridad social / Accidente de trabajo / Enfermedad
profesional / Reparación / Indemnización
SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
lud en el trabajo es un elemento trascenden-
tal en las relaciones laborales, por el cual to-
dos los empleadores, independientemente de
la actividad que realizan, se encuentran en

Recibido: 10/08/2016 la impostergable obligación de implementar

Aprobado: 07/09/2016
Introducción
Tanto los accidentes como enfermedades pro-
fesionales son un riesgo latente desde que el
hombre desarrolla actividades de trabajo. Na-
turalmente, la atención de tales contingencias
ha variado de forma notable, dado que al ser
originalmente las relaciones laborales regula-
das por las disposiciones civiles, las obligacio-
nes que pudieran derivarse no fueron atendi-
das adecuadamente. Debieron pasar muchos
años para que se reconozca la obligación del
sistema de seguridad social de atender acci-
dentes y enfermedades derivadas de una pres-
tación de servicio laboral por cuenta ajena y,
asimismo, la responsabilidad de los emplea-
dores que se incumplan las medidas de segu-
ridad y salud necesaria para el desarrollo de la
actividad.
un sistema de gestión destinado a mitigar y/o
eliminar los riesgos de accidentes de traba-
jo y enfermedades profesionales. La inobser-
vancia de dicha obligación expone a los tra-
bajadores a factores de riesgos más elevados
e innecesarios que, en muchos casos, medra
su salud y los facultan a acceder a pensio-
nes de invalidez e indemnizaciones a cargo
de los empleadores por el incumplimiento de
sus obligaciones.
En efecto, a partir del reconocimiento de que
las actividades laborales pueden eventualmen-
te incidir en la salud del trabajador y, en con-
secuencia, en la continuidad de la prestación
del trabajo por cuenta ajena, corresponde que
dicha contingencia sea cubierta por la seguri-
dad social, con la finalidad de que el trabaja-
dor afectado goce de una pensión que pueda
cubrir su incapacidad total y/o parcial para el
trabajo; siendo posible en aquellos casos que
el accidente de trabajo o enfermedad profesio-
nal sea producto de algún incumplimiento del

(*) Abogado graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres. Asesor laboral de Soluciones Labo-
rales y Contadores & Empresas.

SOLUCIONES LABORALES | Nº 105•SETIEMBRE 2016•ISSN 1996-3076•pp. 69-75

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LABORALES
empleador en materia de seguridad y
salud ocupacional, acceder al pago
de una reparación civil (indemniza-
ción). En ambos casos, es indispen-
sable que el trabajador afectado cum-
pla con acreditar el daño ocasionado,
que exigirá que la enfermedad esté
vinculada directamente a las activi-
dades laborales desarrolladas por el
trabajador afectado.
I. Definición y alcances ge-
nerales
Con la finalidad de contribuir a la
mejor comprensión del presente tra-
bajo, resulta indispensable brin-
dar un acercamiento de lo que se
entiende por accidente de traba-
jo y enfermedad profesional u ocu-
pacional dentro de nuestro sistema
normativo.
1. Accidente de trabajo
Este cuenta con una definición nor-
mativa establecida en el artículo 2,
literal k), del Reglamento de la Ley
de Modernización de la Seguridad
Social en Salud, aprobado por De-
creto Supremo N° 009-97-SA. De
acuerdo a dicho proposición, se con-
sidera accidente de trabajo a toda le-
sión corporal producida en el cen-
tro de trabajo o con ocasión de las
labores para las cuales ha sido con-
tratado el trabajador, causadas por
acción imprevista fortuita u ocasio-
nal de una fuerza externa, repentina
y violenta que obra súbitamente so-
bre la persona, independientemente
de su voluntad y que pueda ser de-
terminada por los médicos de mane-
ra cierta.
Ahora, las Normas técnicas del Se-
guro Complementario de Trabajo
de Riesgo, aprobado por Decreto
Supremo N° 003-98-SA, ha listado
–de manera enunciativa– un listado
de aquellas actividades que podrán
ser consideradas como accidente de
trabajo y aquellas que no. El detalle
de tales actividades se precisa en el
cuadro N° 1.
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CUADRO N° 1
Actividades que representan
accidentes de trabajo
a) El que sobrevenga al trabajador asegurado
durante la ejecución de órdenes de la Entidad
Empleadora o bajo su autoridad, aun cuando
se produzca fuera del centro y de las horas de
trabajo.
b) El que se produce antes, durante después de la
jornada laboral o en las interrupciones del traba-
jo; si el trabajador Asegurado se hallara por ra-
zón de sus obligaciones laborales, en cualquier
centro de trabajo de la Entidad Empleadora,
aunque no se trate de un centro de trabajo de
riesgo ni se encuentre realizando las actividades
propias del riesgo contratado.
c) El que sobrevenga por acción de la Entidad
Empleadora o sus representantes o de tercera
persona, durante la ejecución del trabajo.
2. Enfermedades profesionales
El artículo 2, literal n), del Regla-
mento de la Ley de Modernización
de la Seguridad Social en Salud es-
tablece como enfermedad profesio-
nal a todo estado patológico que
ocasione incapacidad temporal, per-
manente o muerte y que sobreven-
ga como consecuencia directa de la
clase de trabajo que desempeña el
trabajador.
De esa manera, no basta que el tra-
bajador sea afectado por una enfer-
medad que lo incapacite, sino que
esta debe estar directamente vincu-
lada con la actividad laboral que de-
sempeña; en otras palabras, para el
goce de una pensión de invalidez o el
(1) Cfr. STC Exp. N° 04187-2011-PA/TC.
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Actividades que no representan
accidentes de trabajo
a) El que se produce en el trayecto de ida y retor-
no a centro de trabajo, aunque el transporte sea
realizado por cuenta de la Entidad Empleadora en
vehículos propios contratados para el efecto.
b) El provocado intencionalmente por el propio tra-
bajador o por su participación en riñas o peleas
u otra acción ilegal.
c) El que se produzca como consecuencia del in-
cumplimiento del trabajador de una orden escrita
específica impartida por el empleador.
d) El que se produzca con ocasión de actividades
recreativas, deportivas o culturales, aunque se
produzcan dentro de la jornada laboral o en el
centro de trabajo.
e) El que sobrevenga durante los permisos, licen-
cias, vacaciones o cualquier otra forma de sus-
pensión del contrato de trabajo.
f) Los que se produzcan como consecuencia del
uso de sustancias alcohólicas o estupefacientes
por parte de el Asegurado.
g) Los que se produzcan en caso de guerra civil o
internacional, declarada o no, dentro o fuera del
Perú; motín conmoción contra el orden público o
terrorismo.
h) Los que se produzcan por efecto de terremoto,
maremoto, erupción volcánica o cualquier otra
convulsión de la naturaleza.
i) Los que se produzcan como consecuencia de
fusión o fisión nuclear por efecto de la combus-
tión de cualquier combustible nuclear, salvo co-
bertura especial expresa.
reconocimiento de una reparación ci-
vil, es necesario acreditar la relación
de causalidad entre las condiciones
de trabajo y la enfermedad.
El Tribunal Constitucional se ha pro-
nunciado en el mismo sentido ante
un cuestionamiento en el que se de-
manda el reconocimiento de una pen-
sión de invalidez a causa de una en-
fermedad profesional, agregando que
para acreditar el nexo causal entre la
enfermedad y la actividad laboral de-
berá tenerse en cuenta las funciones
que desempeñaba el demandante, el
tiempo transcurrido entre la fecha de
cese y la fecha de determinación de
la enfermedad, además de las condi-
ciones inherentes al propio lugar de
trabajo(1).

Según Jorge Machicado(2), existen
tres clases diferentes de enfermeda-
des que pueden presentarse en el de-
sarrollo de una relación laboral:
• Enfermedades profesionales:
incapacidad que adquiere el tra-
bajador en los años de servicio
en su unidad de trabajo por con-
taminación continua y diaria por
sustancias tóxicas que manipu-
la. Así, se presume que el satur-
nismo ha sido adquirido en el tra-
bajo en que se maneja plomo; el
hidrargirismo, en el que se ma-
neja fósforo. Basta, pues, que la
víctima pruebe su enfermedad y
su trabajo para que nazca la res-
ponsabilidad del patrono, y será
a este, si quiere eximirse de ella,
a quien corresponda la difícil de-
mostración de que la enfermedad
fue adquirida fuera del trabajo.
• Enfermedades accidentales:
aquellas en que la enfermedad se
desencadena o se agrava como
consecuencia de un suceso sú-
bito cuya producción puede ser
determinada. En ese sentido, se-
ría enfermedad accidental una
tuberculosis manifestada como
consecuencia de un golpe en el
pecho sufrido por el trabajador.
• Enfermedades comunes o incul-
pables: aquellas que no obede-
cen a un hecho súbito y en las que
tampoco la relación de causalidad
se encuentra preestablecida por la
norma legal, porque lo mismo pue-
de haberse adquirido en el trabajo
que fuera de él. Tal ocurriría en el
caso de que un trabajador sufrie-
se una bronquitis, una disminución
visual, una alteración nerviosa, un
reumatismo, una lesión cardiaca,
originadas en las condiciones en
las que el trabajo se realizaba.
II. Carga probatoria
1. Régimen común y especial
En el régimen de contratación ci-
vil la regla general que rige la carga
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SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
de la prueba implica que sea el de-
mandante quien tenga la obligación
de acreditar los hechos que invoca
en su demanda. Para ello, el artículo
196 del Código Procesal Civil prevé
lo siguiente: “Salvo disposición le-
gal diferente, la carga de probar co-
rresponde a quien afirma hechos que
configura su pretensión, o a quien los
contradice alegando nuevos hechos”.
En la actualidad, el nuevo régimen
procesal de trabajo, regulado por la
Ley N° 29497, ha desarrollado su-
puestos más específicos sobre la car-
ga probatoria, detallando al respecto:
“Artículo 23.- Carga de la
prueba:
(…)
23.3. Cuando corresponda, si el
demandante invoca la calidad de
trabajador o ex trabajador, tiene
la carga de la prueba de:
(…)
d) La existencia del daño alegado.
(…)
23.4. De modo paralelo, cuando
corresponda, incumbe al deman-
dado que sea señalado como em-
pleador la carga de la prueba de:
a) El pago, el cumplimiento
de las normas legales, el cum-
plimiento de sus obligaciones
contractuales, su extinción o
inexigibilidad”.
Por otro lado, en el ámbito procesal
constitucional es importante tomar
en cuenta que corresponde contar
con pruebas más directas y asertivas,
atendiendo a que el proceso consti-
tucional de amparo, ante el cual po-
dría tramitarse la demanda de una
pensión de invalidez, no cuenta con
(2) Cfr. MACHICADO, Jorge. “Accidentes y enfermedades del trabajo”. Universidad San Francisco
Xavier, Sucre, Bolivia, 2010, pp. 4 y 5. En: <http://jorgemachicado.blogspt.com/2010/01/aet.html>.
(3) Ibídem, p. 7.
etapa probatoria en la cual puede ac-
tuarse los medios probatorios orien-
tados a la acreditación de la enferme-
dad profesional.
Por su parte, el régimen procesal de
trabajo exige interpretarse en concor-
dancia con la espacial naturaleza de
las relaciones de trabajo, en las cua-
les la prestación del servicio no faci-
lita la actividad probatoria, más aún
en aquellas actividades que se pres-
tan sin la supervisión de la Autoridad
de Trabajo, sea por su lejanía o fal-
ta de un adecuado sistema inspectivo
en la localidad. Por lo tanto, resulta-
ría razonable la aplicación de la in-
versión de la carga probatoria, con la
finalidad de facilitar la tarea del tra-
bajador de acreditar el daño causado.
No obstante, tal proposición corres-
ponde atender consideraciones espe-
ciales en materia de seguridad y sa-
lud ocupacional.
2. Inversión de la carga de la
prueba
Una interpretación rígida de esta for-
ma de determinación de la carga pro-
batoria hace posible sostener que “la
responsabilidad por accidente [o en-
fermedad profesional] del trabaja-
dor es totalmente del patrón. Si el
empleador no se considera respon-
sable debe destruir legalmente y en
juicio legal lo afirmado por el traba-
jador, debe probar la culpa grave del
trabajador (…). Este principio con-
siste en que es el demandado –em-
pleador– quien debe probar en proce-
so la culpa grave del trabajador como
causa de su accidente o enfermedad
profesional”(3).
Si bien es cierto, el principio descrito
tiene como finalidad ayudar al traba-
jador en su actividad probatoria, de-
bido a la alta volatilidad de los he-
chos en el desarrollo de las relaciones
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 SOLUCIONES
LABORALES
laborales, corresponde que el mismo
sea matizado con las disposiciones
procesales vigentes, así como con
los pronunciamientos de los órganos
de la justicia constitucional y ordina-
ria que han emitido sobre la materia.
Ahora, es importante tener en cuen-
ta –tal como se ha indicado con an-
terioridad– que tanto los accidentes
de trabajo como las enfermedades
profesionales pueden generar tan-
to el derecho al pago de una pensión
de invalidez a cargo de la seguridad
social, así como de una indemniza-
ción como reparación civil a cargo de
aquellos empleadores que hayan in-
cumplido medidas de seguridad y sa-
lud en el trabajador acordes a la acti-
vidad laboral desarrollada.
En lo que respecta al acceso a una
pensión derivada de una enfermedad
profesional, El Tribunal Constitu-
cional(4) ha desarrollado importantes
precedentes para dicho efecto, aten-
diendo para ello a diversos elemen-
tos según la oportunidad en que se
declara la enfermedad y, asimismo,
la actividad que realizó el trabajador,
tal y conforme pasamos a detallar:
• Acreditación de la enfermedad
profesional según el momento
de su declaración
Las enfermedades profesionales
son producto de un proceso pa-
tológico, por lo que los síntomas
que impidan al trabajador con-
tinuar laborando pueden apare-
cer en distintos momentos: en el
transcurso de la relación laboral,
al término de la misma, e incluso
muchos años después.
Ciertamente, cuando la enferme-
dad profesional es declarada du-
rante la vigencia de la relación
laboral, se presume que la con-
figuración de la invalidez no es
un hecho controvertido, pues se
tiene la certeza de que esta se
encuentra cubierta por la póli-
za del contrato del Seguro Com-
plementario de Trabajo de Ries-
go - SCTR. En cambio, si la
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enfermedad profesional se decla-
ra luego de que la relación labo-
ral termina, la configuración de la
invalidez y la responsabilidad de
la parte demandada se convierten
en hechos controvertidos, pues
se tiene que determinar si esta se
produjo dentro de la vigencia de
la póliza.
Así pues, en los procesos de am-
paro cuya pretensión sea el otor-
gamiento de una pensión de inva-
lidez conforme la Ley N° 26790,
los emplazados tienen la carga
de presentar los exámenes médi-
cos de control anual y de retiro,
para poder demostrar que la de-
negación del otorgamiento no es
una decisión manifiestamente ar-
bitraria e injustificada. Es más,
en aquellos procesos de amparo
en los que el demandante sea un
extrabajador, los emplazados de-
berán presentar el examen médi-
co de retiro, pues si no lo hacen
se presumirá que el demandante
a la fecha de su cese se encontra-
ba enfermo y bajo la cobertura de
invalidez de la emplazada (enti-
dad aseguradora).
• Acreditación de la enferme-
dad profesional en actividades
mineras
El Colegiado Constitucional sos-
tiene que en el caso de la neumo-
coniosis (silicosis), la antraco-
sis y la asbestosis –enfermedades
pulmonares causadas por la inha-
lación de substancias tóxicas–,
se presume el nexo o relación de
causalidad entre la enfermedad
profesional y la actividad laboral
de los trabajadores mineros que
laboren en minas subterráneas o a
tajo abierto, siempre y cuando el
demandante haya desempeñado
las actividades de trabajo de ries-
go señaladas en el artículo 5 del
(4) Cfr. STC Exp. N° 02513-2007-TC/AA.
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Decreto Supremo N° 009-97-SA,
ya que son enfermedad irreversi-
bles y degenerativas causadas por
la exposición a polvos minerales
esclerógenos.
Resulta lógica la posición asumi-
da por el Colegiado Constitucio-
nal, dado que la actividad laboral
minera se desarrolla diariamente
en centros que contienen alta to-
xicidad (el centro minero), por lo
cual resulta razonable el hecho de
que el motivo exclusivo de la en-
fermedad se deba a la propia ac-
tividad de trabajo. Es casi seguro
que un trabajador no contraería
la referida enfermedad profesio-
nal en caso de que haya desarro-
llado una actividad laboral dife-
rente, debido a que no se habría
expuesto a niveles de contami-
nación que causan ese tipo de
enfermedad.
Si bien es cierto que el Tribunal
no ha determinado la calidad de
la presunción establecida (es de-
cir, si es de “pleno derecho” o,
en su defecto, “admite prueba
en contrario”), en su aplicación
práctica resultaría excesivamen-
te difícil aportar elementos para
desvincular tales enfermedades
de la actividad minera, dado que
el factor de riesgo que las produ-
ce solo se encuentra en centros
mineros y, en consecuencia, sería
improbable establecer que el tra-
bajador se expuso a dicho riesgo
en un lugar distinto a su centro de
trabajo.
• Acreditación de la enfermedad
profesional cuando es de origen
común
En este caso, no procede la pre-
sunción descrita en el acápi-
te anterior, por lo que es preci-
so cumplir con acreditar el nexo

o relación causal entre la enfer-
medad y la actividad laboral
desempeñada.
En el mismo sentido se ha pro-
nunciado el Tribunal Constitu-
cional al indicar que en caso de
enfermedades de origen común,
para determinar una enfermedad
de origen ocupacional es necesa-
rio acreditar la relación de causa-
lidad entre las condiciones de tra-
bajo y la enfermedad. A tal efecto,
se tendrá en cuenta las funciones
que desempeñaba el demandante
en su puesto de trabajo, el tiem-
po transcurrido entre la fecha de
cese y la fecha de determinación
de la enfermedad, además de las
condiciones inherentes al propio
lugar de trabajo.
En el supuesto en comentario, la
relación de causalidad no se pre-
sume, sino que se tiene que pro-
bar, dado que el elemento que las
produce no es exclusivo de la ac-
tividad laboral. Un claro ejemplo
de este caso es la hipoacusia que
se produce por la exposición re-
petida y prolongada al ruido, ele-
mento que no solo se presenta en
el centro de trabajo.
3. Carga de la prueba para soli-
citar una reparación civil con-
tractual
El I Pleno Jurisdiccional Supremo
en materia Laboral - 2012 acordó
que los jueces que ejercen competen-
cia en el marco de la Ley N° 26636,
Ley Procesal del Trabajo, y la Ley
N° 29497, Nueva Ley Procesal del
Trabajo, conocerán las demandas de
daños y perjuicios por responsabili-
dad contractual por daño patrimonial
(daño emergente y lucro cesante),
como daño moral, especialmente en
el caso de enfermedades profesiona-
les (situación que podrá extrapolar-
se al caso de accidentes de trabajo).
Obviamente, al ser la enfermedad
profesional la consecuencia de una
prestación de servicio por cuenta
SOLUCIONES LABORALES | Nº 105•SETIEMBRE 2016•ISSN 1996-3076•pp. 69-75
SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
ajena, sujeta a un contrato de tra-
bajo, resulta razonable que el órga-
no jurisdiccional competente para la
atención de las controversias que se
susciten sobre la materia (responsa-
bilidad civil contractual) sea el juez
de trabajo.
Así pues, con la finalidad de que el
juez de trabajo declare fundada la de-
manda de reparación civil por moti-
vo de una enfermedad profesional, el
Pleno acordó “que el trabajador debe
cumplir con probar la existencia de
la enfermedad profesional (…)”. A
tal efecto, es indispensable acreditar,
principalmente, el elemento de cau-
salidad, es decir, el nexo causal entre
el daño y la conducta del demandado
(que motivó la enfermedad profesio-
nal), lo cual se materializa median-
te el desarrollo de la actividad de tra-
bajo y las órdenes brindadas por el
empleador.
Adicionalmente, también correspon-
de acreditar el dolo, la culpa inexcu-
sable o la culpa leve, lo cual es po-
sible mediante la comprobación del
incumplimiento de las obligaciones
de seguridad y salud en el trabajo, de
acuerdo a las actividades desarrolla-
das por el empleador.
Por su parte, con la finalidad de ata-
car la pretensión del trabajador, al
empleador le corresponde probar el
cumplimiento de las normas bási-
cas de seguridad en el trabajo, tales
como la Ley N° 29783, Ley de Se-
guridad y Salud en el Trabajo, y su
Reglamento, aprobado por Decreto
Supremo N° 005-2012-TR (que exi-
gen la implementación de un adecua-
do sistema de gestión de seguridad y
salud en el trabajo conforme la na-
turaleza de la actividad), así como
las normas mínimas sectoriales en
materia de protección de la salud y
la integridad de los trabajadores, ta-
les como el caso de los sectores mi-
nero, construcción, eléctrico, etc. A
partir del cumplimiento de las referi-
das obligaciones, el empleador podrá
acreditar una diligencia ordinaria que
lo eximiría de cualquier tipo de res-
ponsabilidad civil.
Es importante precisar que el régi-
men de seguridad y salud en el traba-
jo exige la implementación de un sis-
tema de gestión de seguridad y salud
en función de las especiales caracte-
rísticas de cada empresa y la activi-
dad que desempeñan, lo que impli-
ca que cada empleador cuente con
un sistema particular. Al no estable-
cer el régimen de seguridad y salud
en el trabajado con certeza el total de
obligaciones específicas de los em-
pleadores, es posible sostener que
estamos ante un régimen bastante
discrecional. En efecto, estamos ante
obligaciones generales que garanti-
zan la vida y la salud de los traba-
jadores, mediante obligaciones am-
plias y generales que pueden incidir
de distintas maneras al momento de-
determinar el cumplimiento de las
obligaciones del empleador en la ma-
teria y, en consecuencia, en la deter-
minación del dolo o la culpa.
Ciertamente, la Ley de Seguridad y
Salud en el Trabajo ha regulado una
serie de principios inspirados en la
seguridad laboral, los cuales pasa-
mos a citar:
“I. Principio de prevención
El empleador garantiza, en el
centro de trabajo, el estableci-
miento de los medios y condicio-
nes que protejan la vida, la salud
y el bienestar de los trabajadores,
(…)
II. Principio de responsabilidad
El empleador asume las impli-
cancias económicas, legales y
de cualquier índole a consecuen-
cia de un accidente o enferme-
dad que sufra el trabajador en el
desempeño de sus funciones o a
consecuencia de él, conforme a
las leyes vigentes (…)
(…)
IX. Principio de protección
Los trabajadores tienen derecho a
que el Estado y los empleadores
aseguren condiciones de trabajo
73
SOLUCIONES
LABORALES
dignas que les garanticen un esta-
do de vida saludable, física, men-
tal y socialmente, en forma con-
tinua. Dichas condiciones deben
propender a:
a) Que el ambiente se desarro-
lle en un ambiente seguro y
saludable.
b) Que las condiciones de tra-
bajo sean compatibles con el
bienestar y la dignidad de los
trabajadores y ofrezcan posi-
bilidades reales para el logro
de los objetivos personales de
los trabajadores”.
De esa manera, las obligaciones en
el régimen de seguridad y salud en
el trabajador son tan amplias –y no
podría esperarse menos, dado que es-
tán orientas a asegurar al fin supremo
del Estado: la persona humana– que
el sistema de gestión de seguridad y
salud en el trabajo implementado por
un empleador pueda ser considerado
en ocasiones insuficiente y, en con-
secuencia, sea posible para el traba-
jador determinar la falta de diligen-
cia ordinaria en la seguridad y salud
en el trabajo.
Por lo antes descrito, es recomenda-
ble que los sistemas de seguridad y
salud en el trabajo sean implementa-
dos por especialistas en función de
cada centro de trabajo, atendiendo a
todas las aristas que permitan elimi-
nar y/o reducir al máximo los riesgos
laborales.
III. Curioso pronunciamiento
de la Corte Suprema:
accidente de trabajo y
reparación civil
El pasado 30 de junio fue publica-
da, en el diario oficial El Peruano,
la Casación N° 12060-2015-La Li-
bertad, mediante la cual la Corte Su-
prema declaró infundado el recurso
extraordinario de casación presen-
tado, por la ex empresa empleado-
ra, contra la sentencia de vista que
declaró fundada la demanda de un
74
trabajador para el pago de una in-
demnización por daños y perjuicios.
El caso es como sigue.
Un trabajador (demandante) que
prestaba servicios como repartidor
de bebidas se encontraba transpor-
tando los productos de su emplea-
dor cuando sufrió un asalto a mano
armada y recibió un impacto de bala
en una de sus piernas, generando en
él una incapacidad permanente. Al
respecto, la Corte Suprema del Po-
der Judicial concluyó que este hecho
constituía un accidente de trabajo.
El Colegiado Supremo llegó a dicha
desenlace debido a que el deman-
dante se encontraba transportando
los productos de la empresa dentro
de un vehículo de su propiedad en
el horario habitual de trabajo, lo que
significaba que el accidente ocurrió
con ocasión del cumplimiento de las
obligaciones derivadas de la relación
laboral, lo cual es suficiente para ca-
lificarlo como un accidente de traba-
jo. Agrega, además, que resulta inne-
gable que el traslado en el vehículo
del empleador, para realizar acciones
de estiba en los puntos correspon-
dientes de distribución de mercancía,
formaba parte de las obligaciones del
trabajador, por lo que, al haber acon-
tecido el asalto durante el horario de
labores, se configura el accidente de
trabajo.
No hay mucho que discutir sobre la
calificación del accidente de trabajo,
ya que, sobre dicho aspecto, la Cor-
te Suprema aplicó lo que la legisla-
ción laboral establece. No obstante,
nos llama poderosamente la atención
que haya admitido el acceso a una re-
paración civil por daños y perjuicios
sin determinar con claridad el nexo
causal entre el perjuicio y la respon-
sabilidad del empleador.
En el fundamento sétimo de su de-
cisión, el Colegiado sostiene que
“la obligación esencial de todo em-
pleador es cumplir con las obliga-
ciones establecidas en la normativa
sobre prevención de riesgos labo-
rales, garantizando la protección, la
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seguridad y la salud de los trabajado-
res a su servicio en todo lo relaciona-
do con el trabajo, lo que comprende
evaluar, evitar y combatir los ries-
gos; caso contrario el incumplimien-
to de estas obligaciones lo hará suje-
to a indemnizar los daños que para el
trabajador deriven de su dolo o negli-
gencia (…)”.
Nada más cierto que lo antes refe-
rido; sin embargo, dicha proposi-
ción no encuentra una conexión lógi-
ca con el caso concreto. Atendiendo
a la actividad a la que se dedicó el
demandante y las características del
accidente de trabajo, la Corte Supre-
ma no determinó –o al menos dio un
alcance– de cuáles deberían ser las
medidas de seguridad asumidas por
el empleador para exonerarse de res-
ponsabilidad por el accidente del de-
mandante. El principal argumento de
la Corte se limitó a lo siguiente:
“(…), [el demandante] no rompe
la relación de causalidad entre la
labor no realizada y daño ocasio-
nado, pues es indiscutible que por
razón del contrato de trabajo que
le unía a la demandada, es que el
demandante se encontraba trans-
portando los productos de esta
para ser comercializados, siendo
en dicha circunstancia en que se
produjo el asalto al vehículo en el
cual se encontraba el demandan-
te, siendo impactado en la pier-
na derecha por una bala produc-
to del forcejeo con el asaltante,
lesión que a la postre le ha oca-
sionado una incapacidad perma-
nente conforme se verifica (…),
daño sufrido que califica como
accidente de trabajo (…)”.
La sencilla interpretación del Co-
legiado Supremo podría implicar
nuevas responsabilidades empresa-
riales ante un escenario de inseguri-
dad generalizada (por ejemplo: pro-
tocolos de seguridad, blindaje de la
movilidad, resguardo de seguridad;
entre otras cosas), y, aun asumien-
do dicha medios de protección, en
la medida en que se configure el

accidente de trabajo producto de
un acto delictivo, el empleador se-
guiría siendo responsable según se
desprende de los fundamentos ma-
teria de análisis.
Conclusiones
Los accidentes de trabajo y enfer-
medades profesionales al ser pro-
ducto de la exposición del trabaja-
dor a factores de riesgo en el centro
de trabajo u operaciones, exigen
que su acreditación se rija por dis-
posiciones especiales, dada la alta
SOLUCIONES LABORALES | Nº 105•SETIEMBRE 2016•ISSN 1996-3076•pp. 69-75
SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
volatilidad de los hechos en el de-
sarrollo de la actividad laboral. Para
ello, es imprescindible acudir a los
precedentes emitidos por el máxi-
mo intérprete de la Constitución
Política, así como por la justicia
ordinaria.
En función del principio protec-
tor de naturaleza constitucional se
han contemplado reglas procesales
de inversión de la carga de la prue-
ba, presunciones legales e indicios,
que deben ser interpretados en con-
cordancia con la normativa legal es-
pecífica del sector productivo en el
cual laboró el trabajador afectado
con la enfermedad profesional o ac-
cidente de trabajo, y con los princi-
pios de prevención, responsabilidad
y protección contenidos en la Ley
de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Referencia bibliográfica
• MACHICADO, Jorge. “Acciden-
tes y enfermedades del trabajo”.
Universidad San Francisco Xa-
vier, Sucre, Bolivia, 2010. En:
<http://jorgemachicado.blogspt.
com/2010/01/aet.html>.
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