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Los consorcios.- Tienen un carácter formal y de una duración mayor, la mayoría están
conformados por instituciones con los mismos fines que se organizan alrededor de
objetivos y metas comunes. Normalmente, estos consorcios están constituidos por
empresas y entidades privadas.
A pesar que la Ley General de Sociedades no plantea o regula a un consorcio como una
persona jurídica, las empresas participantes podrían optar por establecer una persona
jurídica que funja como operador del consorcio. El Consorcio de Productores de Frutas
SA (CPF) es un ejemplo en el que sus cerca de 50 asociados (medianos y grandes
agricultores) decidieron establecer CPF como el operador exportador de los
productores, que en términos prácticos personifica un consorcio de exportación.
Mediante contratos de colaboración empresarial sin contabilidad independiente; los
productores le dan la fruta a CPF, quien la consolida y exporta, y todos los ingresos de
la exportación son trasladados a los productores, dándoles además la posibilidad de
recuperar el IGV.
Cabe mencionar que existen sociedades que optan por incluir dentro de su
denominación social la palabra “consorcio”, pero en algunos casos esto únicamente se
realiza para fines meramente comerciales. Para efectos legales, dichas entidades
constituyen una persona jurídica (sociedad) y, por ello, se sujetan exclusivamente a la
regulación aplicable a las sociedades.
Asociación Civil.- Es una persona jurídica de derecho privado, sin fines de lucro. Al
crearse la Asociación se establece su fin, el cual no es obtener lucro. El fin de una
Asociación Civil puede ser: gremial, cultural, educativo, beneficencia, asistencia social,
científico, artístico, literario, deportivo, político y de vivienda. Todas las actividades que
realiza la Asociación obedecen al fin estipulado. No hay límite en el número de
asociados, salvo disposición en contrario del estatuto.
Cooperativa.- Es una persona jurídica de derecho privado, con un régimen legal propio.
La tierra de los productores pasa a ser propiedad de la Cooperativa y los excedentes
provenientes de las venta realizadas por la Cooperativa se reparten entre los asociados,
pudiendo preverse diversas formas para ejecutar esto.
En el caso de la sociedad anónima cualquier apoyo financiero que consiga tiene que
pagar el 30 % de impuesto a la renta.
En los casos de la asociación civil y la cooperativa, cualquier apoyo financiero que
consiga no está gravado con impuestos; siempre y cuando su finalidad se halla
establecido como exonerada del impuesto a la renta, para lo cual deberá de tenerse en
cuanta la Ley tributaria.
En el caso de la sociedad anónima cualquier donación que reciba tiene que pagar el 30
% de impuesto a la renta.
En los casos de la asociación civil y la cooperativa, las donaciones no están gravadas
con el impuesto a la renta.
¿Permitiría a los productores una gestión legal sencilla y comprensible para todos
sus miembros?
En los tres casos, sociedad anónima, asociación civil y cooperativa, la gestión y manejo
son un poco complejos, se requiere de personal especializado.
¿Permitiría a los productores tomar decisiones de manera democrática dentro de
su organización empresarial?
La asociación civil no paga impuesto a la renta, sólo lo declara. Está exonerada del pago
al impuesto a la renta mientras que las actividades que realiza sean para el fin
establecido (lo normal es que todas las actividades que realiza la asociación civil son
para el fin establecido). Las exoneraciones siempre debe renovarlas el gobierno
anualmente, lo ideal sería que el gobierno declare la inafectación del impuesto a la renta
para las asociaciones civiles, con ello se evitaría la preocupación de que el gobierno
decida no renovar la exoneración.
¿ La actitud de los productores sería proclive a optar por este tipo de asociación ?
Partimos del diagnóstico que sigue siendo hasta hoy válido, respecto a los pequeños
productores (Unidades Agropecuarias) y es la de su baja competitividad tanto a nivel
nacional como internacional. En el cuadro 1(slide Pro Asocio) se detallan las diversas
causas que explican esta baja competitividad.
Aunque en los casos de limón, mango, miel de abeja y ajíes y pimientos existen varias
asociaciones de productores, no todas saneadas formalmente, son aún muy débiles.
El objetivo del presente estudio será plantear diversos modelos de asociatividad, con sus
pros y sus contras; y la elección del modelo definitivo lo dejamos para ser validado por
los mismos productores. Ello pasa por una propuesta que lanzamos para la
sostenibilidad de los productores, a partir de una capacitación que fortalecerá sus
capacidades y en la cual ellos podrán ver los beneficios de asociarse, porque los
capacitadores los acompañarán en una campaña y los prepararán para la siguiente
enseñándoles a organizarse y hacer su plan de negocios para la campaña.
En el caso del limón, es uno de los productos que aún no ha salido al mercado externo,
exportándolo en forma fresca, y en el mercado interno es afectado por los precios
relativamente bajos que se pagan en Lima, su principal mercado de destino.