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3.3.

3 La audiencia de instalación y determinación de puntos controvertidos


Los árbitros ratifican la aceptación de sus cargos y pueden resolver sobre las
oposiciones al arbitraje u objeciones a su competencia, también pueden
reservar estas decisiones hasta la expedición del laudo, dejan constancia de
que han sido designados debidamente conforme a las reglas respectivas y se
obligan a desempeñar con imparcialidad y probidad la labor encomendada. Las
partes asistentes deben manifestar su conformidad con tal designación
señalando la sede del arbitraje y el idioma aplicable, de ser el caso.
Para la participación del contratista en la audiencia de instalación de que
pueden concurrir personalmente o a través de su apoderado debidamente
acreditado, si se trata de una persona natural y si es persona jurídica o
consorcio a través de su representante legal o apoderado, con copia del
documento registral vigente que acredite tal condición. La parte contratista
puede estar acompañado por el abogado de su libre elección.
En cuanto a la representación de la entidad, estarán a cargo de los
procuradores públicos o de los abogados que cuenten con la delegación de
facultades otorgadas por la procuraduría asignada a su defensa jurídica; para
tal fin acreditaran su condición con copia de la resolución que lo autoriza a
participar en la audiencia; también pueden participar otros representantes del
entidad, si cuentan con la autorización respectiva.
Luego el tribunal arbitral o arbitro único proceden a determinar los puntos
controvertidos o controvertibles que vendrían a ser el resultado dela
confrontación de las posiciones de las partes o de los fundamentos de la
demanda y de la contestación y en su caso de la reconvención y su
contestación que deben resolverse en el laudo. Asimismo se fijan las reglas
para las actuaciones arbitrales, gastos y costos del arbitraje y la normatividad
aplicable al proceso arbitral.
Los árbitros pueden señalar el derecho de analizar los puntos controvertidos
individual o conjuntamente, y no necesariamente en el orden que fueron
señalados en la audiencia. Si al pronunciarse sobre algún punto controvertido,
se determina que carecía de objeto pronunciarse sobre otros puntos con los
que guarda vinculación se puede omitir el pronunciamiento sobre ellos
expresando las razones de la omisión. Estas reglas deben ser fijadas con la
conformidad de las partes.
También admitirán los medios probatorios ofrecidos por las partes y precisaran
el monto de la cuantía de las materias controvertidas estableciendo las reglas
especiales del proceso, si hubiere lugar; así como ratificar la liquidación de
honorarios efectuados por la secretaria arbitral. La fijación de los puntos
controvertidos permitirá que solo se admitan y actúen los medios probatorios
que sean pertinentes y útiles para el proceso arbitral.
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El tribunal arbitral debe invitar a las partes a proponer los puntos controvertidos
que serán materia del arbitraje y actúa como moderador. De mediar acuerdo
los puntos controvertidos que serán materia de del arbitraje y actúa como
moderador. De mediar acuerdo, los puntos controvertidos quedan fijados y, si
no hay acuerdo los fija el tribunal. Por lo general la conciliación queda frustrada
al no llegar a ningún acuerdo las partes intervinientes, que se ratifican en sus
pretensiones.
En estas audiencias resolverán las oposiciones al arbitraje u objeciones a su
competencia, lo que debe constar en el acata que se extiende, disponiéndose
la actuación de medios probatorios, sin perjuicio de hacerlo en cualquier etapa
del proceso y fijarse un cronograma de las actuaciones arbitrales. En el acta de
instalación también se debe indicar el tipo de arbitraje (de derecho) la
normativa aplicable (ley de contrataciones del estado) y otros aspectos
relativos al arbitraje.
Realizada la instalación, se trate o no de un arbitraje institucional las entidades
deben reportar al SEACE, en función del principio de publicidad los nombres y
apellidos completos del árbitro único o de los árbitros que conforman el
tribunal arbitral así como de aquellos que eventualmente sustituyan a estos. La
audiencia se celebra normalmente en la sede del arbitraje aunque esto no es
obligatorio, ya que las partes o el propio tribunal si lo estima necesario en razón
a costos, seguridad o posibilidades logísticas puede disponer que se lleve a
acabo en otro lugar.
En algunos procesos se señala de que el tribunal arbitral se reserva el derecho
de analizar los puntos controvertidos, no necesariamente en el orden en el que
estaban señalados en el acta de fijación y que al pronunciarse en algún punto
controvertido con los que guarda vinculación con la secuencia lógica del
razonamiento podría omitir su pronunciamiento expresando las razones de
dicha omisión.
Entre los principales aspectos que se deben en cuenta para la instalación del
arbitraje se encuentran: la dirección de la sede arbitral y la designación de la
secretaria arbitral, las reglas de notificación a las partes, los plazos y reglas del
procedimiento, la fijación de los honorarios de los árbitros y del secretario
arbitral entre otros puntos a fijar.
El tribunal arbitral puede dejar constancia que, una vez fijados los puntos
controvertidos, estos constituyen una pauta de referencia y se puede reservar
el derecho a modificarlos, ampliarlos o analizarlos en el orden que considere
más conveniente. Asimismo, puede precisar que, en caso de llegar a la

NAVAS RONDON, C. (2017). El Arbitraje en las Contrataciones del Estado. Lima: Ediciones
Generales.
conclusión que, a los efectos de resolver las controversias, careciera de objeto
pronunciarse sobre alguno de los puntos controvertidos previamente
establecidos, podrá prescindir de tal pronunciamiento sobre el fondo de la
controversia motivando las razones de tal decisión.
También se puede reservar el derecho de modificar, con conocimiento de las
partes, los puntos controvertidos de surgir nuevos hechos. Al presentarse tal
situación, se concederá a las partes un plazo razonable para ajustar sus
posiciones o cualquier cambio que sea necesario, a fin de garantizar un pleno y
adecuado derecho de defensa.
Algunos contratistas recurren maliciosamente al arbitraje para evitar que se
ejecute las inhabilitaciones para contratar con el estado que debe sancionar el
tribunal del OSCE, incluso pagan los honorarios para que se instale el tribunal
arbitral o arbitro único; y de esta manera se tenga que suspender el
procedimiento sancionador por las infracciones que han cometido.
3.3.4 La audiencia de pruebas
Esta audiencia de ilustración se debe realizar en un solo acto, salvo que sean
necesarias la realización de otras audiencias para la actuación de
determinados medios de prueba. Los árbitros dirigen la audiencia y tienen
facultad para determinar de manera exclusiva la admisibilidad pertinencia y
valor de los medios probatorios, pueden prescindir de ellos y dar por concluida
esta etapa; si lo consideran conveniente o alguna de las partes lo ha solicitado.
La actividad probatoria busca encontrar la verdad que desaparezcan las
incertidumbres.
Los medios probatorios que se pueden actuar son los siguientes:
declaraciones, exhibiciones, pericias, documentos, testimoniales, informes e
inspecciones; los costos que signifique sus actuaciones serán asumidas por la
parte que solicito su actuación; si fuera de oficio, los gastos serán asumidas por
ambas partes, sin perjuicio de que lo resuelva en el laudo arbitral sobre los
gastos y costos que se hayan irrogado.
La celebración de una audiencia no debería ser un requisito indispensable para
que las partes vean satisfecho su derecho a un debido proceso pero la
normativa permite a las partes o al árbitro a acordar que el procedimiento se
celebren base a la aportación de pruebas documentales e informes escritos; sin
embargo la regla general imperante es que la audiencia se debe llevar a cabo
si una de las partes lo solicita o el árbitro lo estima conveniente en base al
derecho de exposición oral que debe ser respetado.
El tribunal arbitral tiene la facultad para determinar de manera exclusiva la
admisión, pertinencia, actuación, y valoración de las pruebas; así como para
ordenar en cualquier momento la presentación o actuación de las pruebas que
estime necesarias. También puede prescindir motivadamente de las pruebas
ofrecidas y no actuadas, según las circunstancias del caso y teniendo en
cuenta que no hay proceso, sin prueba (nullum iuditio, sine probatione)
Las partes pueden aportar dictámenes periciales por peritos libremente
designados para que dictaminen sobre materias concretas; el mismo que
puede ser convocado a una audiencia en la que las partes directamente o
asistidas por otros peritos pueden formular sus observaciones o solicitar que se
sustente la labor que ha desarrollado, salvo acuerdo en contrario.
También se puede presentar como pruebas las inspecciones al inmueble o a la
obra ejecutada, con asistencia de las partes, dejándose constancia en el acta
respectiva la presencia de los miembros del tribunal, determinándose los
hechos y circunstancias que han apreciado los árbitros con las observaciones
que pueden dejarse constancia en el acta que debe ser suscrita por las
personas intervinientes.
Las pruebas ofrecidas por las partes, desde el momento en que fueron
presentadas y admitidas como medios probatorios, no pertenecen a quien las
realiza, pasan a pertenecer al arbitraje y pueden ser utilizadas para acreditar
hechos que incluso vayan en contra de los intereses de la parte que la ofreció.
La prueba pertenece al proceso y no a la parte que la propuso o proporciono,
conforme al principio de comunidad o adquisición de la prueba.
En el proceso arbitral se pueden dar casos de presentación de documentos
falsos cuando no están de acuerdo o no corresponde con la realidad; esta falta
de conformidad se presentan con la apariencia o en el contenido del
documento que puede ser apreciado desde el aspecto extrínseco por el objeto
material y desde el aspecto intrínseco por las afirmaciones que contiene. Por lo
que existen dos clase o modalidades de falsedad: material y otra ideológica,
ambas sancionadas administrativa y penalmente.
Para determinar la falsedad de un documento, constituyen méritos suficientes
la manifestación efectuada por el propio órgano emisor a través de una
comunicación oficial, en la que se acredite que el documento cuestionado no
ha sido expedido por el mismo ente emisor. Cuando se trata de imputaciones
de la falsedad de documentos; quien hace el cuestionamiento debe adjuntar las
pruebas correspondientes.
El hecho objetivo de la presentación del documento falso no significa imputar la
falsificación en si a aquel que lo presento, debido a que la norma de carácter
administrativo solo sanciona la presentación de documento apócrifo sin indagar
en la autoría de la falsificación obligando a los proveedores postores y
contratistas a ser diligentes en cuanto a la veracidad de los documentos
presentados, más todavía si los une la responsabilidad vicaria también llamada
in vigilando, con la persona a la que le imputa la comisión de los hechos, pues
debe tenerse en cuenta que la documentación que incluyo en su propuesta se
encuentra amparada por la presunción de veracidad.
Un documento es falso cuando no es conforme con la realidad esta falta de
conformidad se presenta con la apariencia o el contenido del documento: el
documento puede ser apreciado desde el aspecto extrínseco por el objeto
material y desde el aspecto intrínseco por las afirmaciones que contiene: de
esta manera existe dos tipos de falsedad, a saber la material y la ideológica. En
el documento público la tacha se funda en la falsedad material por no haber
sido otorgado por el funcionario público que aparece suscribiéndolo por
haberse alterado la copia a través de supresiones, modificaciones o agregados
de uno o más enunciados que contiene. En el documento privado solo se funda
en su adulteración material no siendo admisible acreditar la falsedad de los
hechos relatados por las partes en el documento privado, ya que en tales
supuestos es suficiente la prueba en contrario Ledesma Narváez Mariela
“comentarios al código procesal civil” edit. gaceta jurídica lima 2011,p.547.
El procedimiento arbitral admite pruebas periciales el informe pericial es un
medio probatorio diferente a la prueba documental, por su objetividad y
contenido, es considerado como un valioso instrumento muchas veces decisivo
para demostrar la validez y veracidad de una pretensión, que debe ser
sustentada y valorada por el tribunal o arbitro único para emitir su laudo. Por lo
que existe la necesidad de recurrir al aporte de personas con conocimientos
especiales en ciencias, técnicas o arte para que intervengan en el proceso y
emitan una mejor apreciación de los hechos.
La prueba pericial es un examen técnico especializado, realizado por una
persona autorizada para opinar en aspectos relacionados con el hecho
investigado y cuyas conclusiones pueden constituir evidencia probatoria de la
controversia o de la participación de los implicados. Procede cuando sea
necesario tener una mejor explicación o comprensión delos hechos a través de
un experto versado en conocimientos especializados de naturaleza científica,
técnica , o de experiencia calificada con el fin de solucionar problemas y
orientar la opinión de los árbitros dentro de los plazos y características
dispuestas.
La pericia explica e ilustra sobre ciertos conocimientos especiales que no nos
pueden guiar al descubrimiento de la verdad; por lo que se debe precisar los
puntos sobre los cuales incidirá la pericia; por consiguiente el perito debe
limitarse a comprobar lo pertinente a los fines de la apreciación que se solicita y
se necesita. La pericia se realiza para esclarecer puntos de las controversias
que deben probarse, no para confundir o tergiversar los conocimientos que se
intuyen, con una actuación negativa que puede determinar la responsabilidad
del perito.
El peritaje es una actividad procesal desarrollado a través de un encargo, por
personas calificadas por sus conocimientos técnicos o científicos mediante la
cual se suministra argumentos o razones para la formación de un conocimiento
necesario respecto de ciertos hechos cuya percepción o entendimiento no
podría darse sin este valioso apoyo que permite una mejor apreciación de las
partes y principalmente del árbitro para decidir en forma correcta.
Siendo una actividad humana puede estar sujeta también a equivocaciones o
planteamientos que no coinciden con la realidad de los hechos, por lo que este
medio de prueba debe ser valorado conforme a las circunstancias en que se
presentan y la idoneidad del perito en concordancia con otros medios actuados.
En muchos casos se puede cuestionar o tachar el valor probatorio del informe
pericial, que como toda prueba esta sujeta a reglas de apreciación para
determinar su validez.
Las partes pueden formular tachas, oposiciones o cualquier otro
cuestionamiento a las pruebas presentadas por su contraparte con la finalidad
de desvirtuar la pretensión contraria, dentro del plazo que se ha fijado en el
acta de instalación; de no ser así los medios probatorios adquieren plena
validez. En base al principio de casualidad la responsabilidad debe recaer en
quienes sostienen sus pretensiones a través de las pruebas. Se debe tener en
cuenta que la actividad probatoria en el proceso arbitral es eminentemente
documental lo que no implica que puede ofrecerse admitirse actuarse y
valorarse otros medios probatorios.
La carga de la prueba corresponde a quien alega un determinado hecho para
sustentar o justificar un determinado posición de modo que logre crear certeza
en el árbitro respecto de tales hechos; es el deber o conducta que deben
asumir las partes para acreditar la verdad de los hechos que sostienen y
convencen al arbitro de que tienen la razón; es una situación de riesgo a sus
propios intereses porque la parte que no prueba los hechos que debe probar,
pierde el arbitraje igualmente si no logra sustentar o justificar una determinada
posición y logre crear certeza respecto de tales hechos. Es lo mismo no probar
que no existir.
La responsabilidad de la carga de la prueba es la obligación procesal del deber
de demostrar los hechos que son materia de las controversias; quien tiene la
carga de la prueba tiene que demostrar el incumplimiento de la ley es el
denominado Omus probando que se fundamenta en que aquellas personas
que involucran a otras en al autoría de un determinado incumplimiento legal
deben demostrarlo adecuada y fehacientemente considerando además que lo
normal se presume, lo anormal se prueba.
En la medida en que la prueba orienta a comprobar la verdad o falsedad de las
afirmaciones y de los hechos relevantes que comprometen a los responsables
de la controversia, su concepción y desarrollo debe vincularse al conocimiento
empírico y jurídico de los hechos y sus circunstancias que deben ser
demostradas y fundamentada en el laudo. La carga de la prueba recae
básicamente en la parte que sostiene una pretensión porque asume un rol
decisorio en los casos de planteados desempeñando además de parte
interesada en virtud de los intereses generales que se deben tutelar y en virtud
del principio de verdad material que le obliga a verificar y probar los hechos
para que se tengan por ciertos.
El derecho a la prueba constituye un derecho básico de los sujetos procesales
de producir la prueba relacionada con los hechos que configuran su pretensión
o su defensa permitiendo a las partes o a un tercero legitimado en un
procedimiento, tener el derecho de ofrecer la prueba necesaria con la finalidad
de acreditar los hechos que configuran su punto de vista, por lo que deben ser
admitidos y actuados con las formalidades previstas además estos medios de
prueba presentados deben ser valorados y conservados para que tengan
eficacia y validez dentro del procedimiento.
Las actuaciones arbitrales deben estar orientadas a la identificación y
esclarecimiento de los hechos reales producidos y a constatar la realidad de las
pretensiones determinadas independientemente de como hayan sido alegadas
o presentadas por las partes en conflicto, lo que se busca es encontrar la
verdad a través de la búsqueda del conocimiento para acreditar o desacreditar
los hechos y lograr que la incertidumbre desaparezca.
Las controversias presentadas se encuentran en muchos casos, vinculados a
grandes pérdidas económicas ocasionadas supuestamente por las partes que
intervienen por lo que resulta necesario cuantificar los daños sufridos y que en
muchos casos deben ser señalados mediante pericias que deben efectuarse a
través de análisis objetivos y críticos de la evidencia fáctica disponible
formuladas para un perito experto e independiente.
La actividad probatoria no pertenece a quien lo realiza, si no por el contrario se
considera propia del proceso; por lo que debe tenerse en cuenta para
determinar la existencia o inexistencia del hecho a que se refiere
independientemente de que beneficie o perjudique los intereses de la parte que
suministro los medios de prueba o aun favoreciendo a la parte contraria, la
prueba pertenece al proceso y no a la parte que la propuso o la proporciono.
Tarazona Hermandez, Jose “Medios probatorios en el proceso civil” Editorial
Rodhas, Lima 1994,p.35.
“la etapa de saneamiento probatorio puede realizarse en audiencias para oir a
las partes y declararse mediante una resolución, la misma que puede llevarse a
cabo en el acto de la audiencia o posteriormente, siendo aquí precisamente
donde se determinara la admisión de los medios probatorios que guardan
pertinencia con los puntos controvertidos, pues implica que queden expedidos
para su actuación, si es requerida o su valoración para los efectos del laudo.
De esa forma fijado los puntos controvertidos el tribunal arbitral deberán
resolver las cuestiones probatorias para producir el saneamiento probatorio,
esto es, la determinación de la pertinencia e idoneidad de los medios de prueba
que habrán de ser valoradas en relación precisamente de los puntos
controvertidos que han sido fijados.
La prueba practicada por los árbitros debe limitarse a los hechos controvertidos
o discutidos por las partes en mérito de las principios de pertinencia y
aportación de las partes siendo necesario de que conste en le proceso las
fuentes que han ingresado al proceso y permitido la actividad probatoria;
asimismo se respete el principio de contradicción en la presentación de nuevas
pruebas y participación en la práctica de toda actividad probatoria.
La actividad probatoria que se desarrolla en el proceso arbitral debe
encontrarse sujeta a determinados condiciones como son: que su ejercicio se
realicen de conformidad con los principios de pertinencia, utilidad conclucencia,
idoneidad, oportunidad, preclusión y licitud que constituyen limites o
restricciones a su ejercicio derivados de la propia naturaleza del derecho que
tienen las partes para que se les admita y actué los medios de prueba
ofrecidos.
Los costos que irroguen la actuación de los medios probatorios serán asumidos
por la parte que solicita su actuación por lo que es conveniente disponer el
apercibimiento de tenerla por desistida si no la cumple. Si fueron de oficio, los
costos serán asumidos por ambas partes en proporciones iguales, sin perjuicio
de que le tribunal arbitral las considere al momento de resolver el laudo en
materia de costos arbitrales.
El tribunal arbitral tiene el deber de conducirse en búsqueda de la verdad
material más allá de la simple verdad formal y superar de manera oficiosa las
restricciones que las propias partes pudieron plantear deliberadamente o no;
para tal fin debe solicitar los informes necesarios y suficientes para el
esclarecimiento de los hechos y requerir la documentación pertinente que le
permita asumir la decisión más adecuada y razonable. También debe tener en
cuenta la pertinencia e idoneidad del medio probatorio que debe estar
orientado a demostrar el hecho alegado en los fundamentos de las
pretensiones de las partes.
Debe considerarse que la actividad probatoria no pertenece a quien la realiza,
si no por el contrario se considera parte del proceso y no de quien lo
suministre; independientemente de que beneficie o perjudique los intereses de
la parte que lo propuso o proporción de los medios de prueba; en aplicación del
principio de adquisición o comunidad de la prueba, por lo que todo medio o
elemento de prueba es bienvenido, siempre y cuando se refieran a los hechos
que se investigan.
“la valoración probática es el juicio de aceptabilidad de los resultados
probatorios, el cual consiste en evaluar la veracidad de las informaciones
aportadas al proceso a través de los medios de prueba, atribuyendo a los
mismos un determinado valor en la convicción del árbitro sobre los hechos
pasados y controvertidos” Matheus Lopez, Carlos, “Introducción al derecho de
arbitraje”. Semper veritas edición SAC, Lima 2006,p.159
Los árbitros son los directores del procedimiento y a ellos les corresponderá
decidir, salvo pacto en contrario de las partes si se requiera la celebración de
audiencias para la presentación de pruebas o si las actuaciones se
substanciaran sobre la base de escritos y demás pruebas; además están
facultados para prescindir motivadamente de las pruebas ofrecidas y no
actuadas según las circunstancias del caso” Cantuarias Salaverry, Fernando,
Arbitraje comercial y de las inversiones” Editorial UPC,Lima 2007,p.132.
3.3.5 Los alegatos e informes orales
Se debe producir luego de concluida la etapa de actuación de medios
probatorios y dentro del plazo de cinco días que le concede el tribunal arbitral
para que las partes puedan presentar sus alegatos escritos, asimismo se le
citara a la audiencia de informes orales para escuchar a ambas partes.
Por lo general se producen los informes orales ante el tribunal por las partes
interesadas, reiterando sus posiciones y puntos de vista expresados durante el
proceso. Una vez llevado la audiencia de informes orales se debe pedir
resolución para fijar el plazo para laudar que no puede ser mayor a veinte días
que se presenten circunstancias particulares y la institución arbitral amplié el
plazo.
El objetivo de toda defensa es la comunicación persuasiva de las pretensiones
que debe ser transmitido al tribunal arbitral, por lo que se requiere de
alegaciones que contengan un razonamiento lógico y una estructura adecuada
al tema probandum, del caso concreto; utilizándose un lenguaje claro y preciso
con la explicación pertinente y detallada de los hechos y cuestiones de derecho
más importantes. Toda narración jurídica debe ser breve clara y verosímil
evitando la acumulación de detalles innecesarios mediante un relato
cronológico en concordancia lógica con las conclusiones que se establezcan.
Cada parte debe tener las mismas oportunidades suficientes y razonables para
exponer su caso; por consiguiente las alegaciones escritas y argumentaciones
validas deben ser perfeccionadas dentro del calendario aprobado, después de
que se haya permitido presentar pruebas y medios de defensa asi como haber
tenido previamente acceso a toda la información presentado por la
contraparte.
Una vez presentado los alegatos o llevado a cabo la audiencia de informes
orales, el tribunal arbitral expedirá la resolución que fija el plazo para laudar, el
que no podrá exceder a los veinte días pero se pueden prorrogar a quince días
adicionales, salvo que las circunstancias particulares del caso requiera una
extensión del plazo a solicitud del tribunal ante el SNA DEL OSCE.
El desarrollo a la prueba constituye un derecho básico de los sujetos
procesales de producir la prueba relacionada con los hechos que configuran su
pretensión o su defensa, permitiendo a las partes o a un tercero legitimado en
un procedimiento tener el derecho de ofrecer la prueba necesaria con la
finalidad de acreditar los hechos que configuran su punto de vista; por lo que
deben ser admitidos y actuados con las formalidades previstas; además estos
medios de `prueba presentados deben ser valorados y conservados para que
tengan su eficacia y validez dentro del procedimiento.
Las actuaciones arbitrales deben estar orientadas a la identificación y
esclarecimiento de los hechos reales producidos y a constar la realidad de las
pretensiones determinadas; independientemente de cómo hayan sido alegadas
o presentadas por las partes en conflicto; lo que se busca es encontrara en la
verdad a través de la búsqueda del conocimiento yo para acreditar o
desacreditar los hechos y lograr que la incertidumbre desaparezca.
Las controversias presentadas se encuentran en muchos casos, vinculados a
grandes pérdidas económicas ocasionadas supuestamente por las partes que
intervienen por lo que resulta necesario cuantificar los daños sufridos y que en
muchos casos deben ser señalados mediante pericias que deben efectuarse a
través de análisis y críticos de la evidencia fáctica disponible formuladas por un
perito experto e independiente.
3.3.5 La emisión del laudo arbitral
El laudo arbitral es el documento que contiene la decisión que pone fin al litigio,
es definitivo e inapelable y contra el solo procede el recurso de anulación ante
el poder judicial por las causales expresamente establecidas en la ley general
del arbitraje, que se refieren a cuestiones formales, en ningún caso supone una
revisión del fondo de la controversia; siendo la última y la más importante etapa
del proceso laboral.
El laudo arbitral constituye la más importante decisión que emite el árbitro para
resolver la controversia sometida a su conocimiento; toda la institución arbitral
se encuentra estructurada para arribar a esta etapa que subsume todas las
etapas anteriores y pone fin al conflicto, por cuanto equivale a una sentencia
judicial y se puede ejecutar como tal. Luego de una cuidadosa deliberación y
sin permitir que ninguna presión extrema afecte la decisión, el árbitro debe
resolver todas las materias controversiales sometidas a su competencia no
pudiendo delegar dicha obligación a persona distinta, sus fallos deben estar
debidamente motivados y comunicados a las partes.
El laudo arbitral debe estar debidamente confeccionado en forma íntegra y
completa motivado con la fundamenta ion probatoria suficiente conforme a los
medios idóneos de prueba ofrecidos y actuados. Esta operación intelectual está
destinada al análisis lógico crítico y jurídico de los medios de prueba actuados
en el proceso necesario y determinante para resolver el caso.
Los árbitros deben pronunciarse respecto a cada uno de los puntos
controvertidos establecidos en el proceso teniendo en cuenta la prueba
aportada por las partes para determinar en base a la valoración conjunta de
ellas las consecuencias jurídicas que de acuerdo a derecho se derivan para
sostener las pretensiones de las partes en función de lo que haya sido
aprobado o desaprobado en el marco del proceso arbitral.
El laudo es la resolución pronunciada por el tribunal arbitral que determina
definitivamente las cuestiones sometidas a su competencia por lo general
comprende todas las pretensiones planteadas pero también se permite a los
árbitros en forma excepcional dictar un laudo final, en los casos de cuestiones
controvertidos de carácter previo que de resolverse evitarían un dispendio o
actuaciones innecesarias de la actividad procesal.
Para Mantilla Serrano laudo es toda decisión tomada por los árbitros, después
de haber considerado los argumentos de las partes y analizando
minuciosamente los fundamentos invocados por ellas que de manera definitiva
pongan fin a una cuestión litigiosas que las partes les han sometido relacionada
con el fondo del asunto.
Este medio alternativo de justicia que es la expresión de los árbitros resuelve
las controversias y pretensiones de las partes a las que se someten las partes
en forma expresa, a través de una clausula arbitral. Toda institución arbitral
está estructurada para llegar a esta etapa definitiva que equivale a una
sentencia judicial en última instancia teniendo la calidad de cosa juzgada, y
puede ejecutarse como tal.
Si antes de expedición del laudo las partes concilian sus pretensiones mediante
un acuerdo o transacción que resuelva la controversia, el árbitro único o
tribunal arbitral, dictara una resolución de la conclusión de sus actuaciones
adquiriendo lo acordado la autoridad de cosa juzgada. Si lo solicitan ambas
partes y la autoridad arbitral lo acepta, la conciliación constara en forma de
laudo en los términos convenidos por las partes, sin necesidad de motivación
teniendo tal laudo la misma eficacia que cualquier otro laudo dictado sobre el
fondo de la controversia, en cuyo caso se ejecutara como tal.
El tribunal arbitral está facultado para emitir laudos parciales sobre cualquier
cuestión que se haya determinado como materia sujeta a pronunciamiento así
lo estime conveniente, continuándose con el arbitraje respecto al resto de ella;
estos laudos de ser el caso podrán ser recurridos en anulación luego de haber
sido emitido el laudo final y sus rectificaciones, interpretaciones, integraciones
o exclusiones de ser el caso.
Los laudos parciales o provisionales pueden resolver las siguientes cuestiones:
conflictos sobre la competencia del arbitraje, la validez de los convenios
arbitrales, el derecho aplicable al fondo de la controversia, cuestiones de
responsabilidad contractual, antes de decidir sobre el importe de la
indemnización por daños y perjuicios; entre otros asuntos que se pueden
solucionar anticipadamente si las circunstancias del caso, así lo exigen.
El laudo arbitral es la decisión fina o veredicto que resuelve todos los asuntos
conocidos y sometidos al tribunal arbitral o árbitro único en virtud del poder de
resolución que le ha otorgado la cláusula compromisoria después de haber
considerado los argumentos de las partes y analizado minuciosamente los
fundamentos invocados y medios probatorios presentados, que de manera
definitiva pone termino a cuestiones litigiosas surgidas de la contratación
estatal.
El laudo puede ser corregido, integrado y aclarado, si las partes lo solicitan;
debe ser remitido al OSCE dentro del plazo legal para su registro. En
cumplimiento del principio de trasparencia el OSCE dispone la publicación del
laudo; lo que puede ser utilizado para estudios especializados en arbitraje
administrativo; como lo haremos en la presente investigación, contrastando
nuestras hipótesis y plantear nuestras conclusiones.
Según lo establece la ley modelo de UNCITRAL se puede entender por laudo
lo siguiente “la uso hace referencia a un laudo final que decide cada uno de los
puntos sometidos a consideración del tribunal arbitral y a cualquier otra
decisión del tribunal arbitral que determine una cuestión de fondo, en definitiva
solo se tratara de un la uso si el tribunal denomina de tal manera a la decisión
que adopte” (comisión de las naciones unidas para el derecho mercantil)
“de esta manera la solución de las controversias surgidas entre las partes, que
le da carácter definitivo en inapelable y se debe ejecutar como una sentencia
judicial. El laudo se dicta por mayoría de votos de los árbitros siendo por lo
general la decisión de carácter unánime. Los árbitros que no pueden
abstenerse o inhibirse de votar y si hubiera discordia están obligados a
sustentar su voto. Las condiciones para laudar se presentan cuando se
considere que los medios probatorios actuados permiten la formación de
criterios para resolver el conflicto y se hayan cumplido los requisitos previstos
en el reglamento”. Cantuarias Salaverry, Fernando. “los laudos parciales en la
nueva ley de arbitraje: características y efectos”. Revista peruana de arbitraje.
Magna ediciones,p.71.
Conforme a la ley del arbitraje, el tribunal arbitral debe resolver a partir de los
medios probatorios ofrecidos y admitidos, meritando todas las pruebas
actuadas, aun cuando estas no hayan sido mencionadas en forma expresa,
analizando lo que se a pretendido demostrar con cada una de dichas pruebas,
otorgándole un valor probatorio y verificando si respaldan los hechos y
pretensiones descritos por las partes.
Contra las resoluciones distintas al laudo solo procede la interposición sl
recurso de reconsideración ante el propio tribunal o arbitro único; quienes
pueden a su entera discreción resolverlas de plano o ponerlos en conocimiento
de la otra parte, para que puedan manifestar lo conveniente a sus derechos;
también pueden ser consideradas y resueltas al momento de emitirse el laudo.
Según Dohring “la apreciación de la prueba tiene por finalidad poner en claro
hasta que punto merecen fe diversos elementos probatorios y si estos
proporcionan una base suficiente para dar por sentados lo hechos que
constituyen el verdadero objeto del saber; el valor de la prueba está en el grado
en que contribuye para que el objeto de la prueba se refleje por el
pensamiento”. Chocano Nuñez. Teoria de la prueba” Edit IDEMSA,Lima
1997,p.399.
Las pruebas deben ser valoradas y apreciadas por los árbitros con criterio de
conciencia por lo que deben observarse las reglas de la sana critica la lógica la
ciencia y las máximas de la experiencia; asimismo evaluando y relacionando la
prueba con los demás actuados y con la realidad de los hechos; lo cual debe
ser considerado y sustentado con todos los elementos de juicio posible y la
indicación del razonamiento para emitir el laudo correspondiente.
3.4 Las medidas cautelares en el arbitraje
Son medidas temporales o provisionales que permiten cumplirlos fines del
arbitraje y que son dictadas por el tribunal arbitral en cualquier momento previo
a la emisión del laudo. El tribunal arbitral o el árbitro único están facultados a
dictar esta medida de manera inaudita parte es decir sin escuchar a la otra
parte siempre que sea necesaria para su eficacia y por la urgencia ante
situaciones irremediables.
La medida cautelar es una institución procesal mediante el cual el árbitro único
o tribunal arbitral puede asegurar la eficacia o cumplimiento de la decisión final
que debe darse en el proceso que está conduciendo y anticipándose a
determinados efectos perjudiciales del fallo; por existir verosimilitud en el
derecho invocado y peligro en que la demora en el trámite procesal no pueda
ser eficaz la resolución emitida por el cumplimiento del laudo.
Las medidas que se podrían adoptar deben ajustarse a la intensidad
proporcionalidad y necesidad de los objetivos que se pretenden garantizaren
cada caso concreto asimismo podrían ser modificadas o levantadas por ser
temporales, en virtud de las circunstancias que sobrevengan o que no pudieran
ser consideradas al momento de su imposición, el cumplimiento o ejecución de
la medida de carácter provisional que se hubiera estableciendo se compensara
en cuanto sea posible con la emisión del laudo.
Toda medida cautelar y coercitiva se sustenta en dos condiciones básicas para
su aplicación y que han sido desarrolladas desde el derecho romano como son:
el fumus bonis jure y la periculum in mora; el primero significa que debe existir
una razonable atribución de hechos infractores a una determinada persona y
exista una prueba suficiente que justifique el empleo de la medida; y la
segunda que es el peligro en la demora trata de prevenir un daño jurídico en la
obtención de medios de prueba o en el retardo del procedimiento que pueden
ocasionar peligros de ocultamiento y perturbación en la actividad probatoria.
3.5 La acumulación del arbitraje
La ley de contrataciones del estado en la solución de controversias señala que
cuando se encuentre tramitando un arbitraje y surja una nueva controversia
derivada del mismo contrato, cualquiera de las partes puede solicitar a los
árbitros la acumulación de las pretensiones de dicho arbitraje debiendo hacerlo
dentro del plazo de caducidad establecido. El árbitro único o tribunal arbitral
acumula las nuevas pretensiones que se sometan a su conocimiento siempre
que esta sea solicitada antes de la conclusión de la etapa probatoria.
No obstante en el convenio arbitral se puede determinar que solo procede la
acumulación de pretensiones cuando ambas partes están de acuerdo y se
cumplan con las formalidades establecidas en el propio convenio arbitral de no
mediar dicho acuerdo, no procede la acumulación. Tampoco se puede dar la
figura de la desacumulacion en otro proceso arbitral por más complejos que
sean los casos o materias del arbitraje.
La acumulación o consolidación permite a los árbitros unir en un solo proceso
aquellas pretensiones que pueden darse en forma paralela y tienen como
sustento común el mismo conflicto generado por la ejecución contractual y en
la que deben darse requisitos concurrentes como de que se deriven de las
mismas cuestiones fácticas circunstanciales y jurídicas del contrato suscrito.
La ley 30225 no solo prescribe la posibilidad de que encontrándose un arbitraje
en curso las partes puedan solicitar la acumulación de nuevas pretensiones
derivadas del contrato así como el plazo de caducidad en que dicha
acumulación debe solicitarse, sino que también menciona los elementos en que
el árbitro debe considerar para denegar dicha acumulación; aunque no prevé
las presupuestos de admisibilidad de la acumulación de pretensiones
sucesivas, así como la posibilidad de acumular procesos arbitrales. Sánchez
Morales, Gustavo. “La acumulación en el arbitraje de las contrataciones del
estado”. Revista Administración publica & Control, Lima 20014

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