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ENSAYO: PARADIGMAS DE LIDERAZGO

Autor Luis María Turbí Pirón

En la actualidad existen personas que realizan determinadas labores o


actividades de índole social, político, económico, cultural educativa o
religiosa, y se le ha etiquetado como líder o como persona con liderazgo.
Dichas palabras Líder y Liderazgo, han sido empleadas como sinónimas
de poder, control, mando, dirección, autoridad, guía, etc. por personas que en
realidad muchas veces ni siquiera saben el verdadero significado de estos
importantes términos de la vida social de los seres humanos. De hecho, en
muchas ocasiones, dichos términos se han colocado a personas que por el
simple hecho de pertenecer a clases sociales de poder lo exhiben como un
título fruto de la realidad histórica y política que les favorece.

Y es que sin duda alguna, estos términos no son una herencia que se deban
lucir frente a los más desposeídos como un aporte de la naturaleza con la
que se nace, ni como un título que se traslada o se hereda y que las masas
subordinadas de menor jerarquía tienen que reconocer en el ente de mayor
poder.

Cuando se habla de liderazgo, lo primero que debemos entender es que este


término de manera literal se deprende de la palabra líder, que no es más
que la persona capaz de guiar e influir en otras personas, para que
estas ejerzan determinadas acciones o funciones encomendadas,
pero que también reconozcan la autoridad del mismo como tal en
todo los momentos. De ahí que se entienda entonces al Liderazgo como
una labor o función en la que una persona sobresale de las demás,
siendo capaz de tomar decisiones precisas y correctas a favor de un
grupo de una manera organizada.

El líder es un asunto de elección, no se nace siéndolo, pues son las


personas que de manera libre y voluntaria deciden lo que quieren y van a
ser. Esto no quiere decir, que la genética no influya en lo físico y psicológico
de la persona.

Para ser líder hay que portar o tener una serie de comportamientos y
actuaciones que nos hagan ver como tal. Un líder debe ser paciente, tener
afabilidad, ser humilde en todo momento, generoso con los más necesitados,
respetuoso como norma principal, ser indulgente cuando se necesite y sobre
todo ser honrado y comprometido con las mejores causas.

El poder de elegir lo que queremos ser, es lo que nos ha llevado a tener


diferentes tipos de líderes y paradigmas de liderazgos. Hemos tenido
desde un líder positivo hasta uno de características negativas, aunque en
nuestros tiempos preferimos identificarnos con el primero debido a que su
tendencia y características se acercan más al tipo de líder que se aprecia en
estos tiempos.

En cuanto a los tipos de paradigmas podemos decir que pueden ser de


diferentes utilidades, aunque no sean del todo verdad. Existen viejos
paradigmas, que ya están desfasados, debido a que ya existen otros nuevos
debido a que nuestra realidad mundial día a día va en cambio constante. Lo
aconsejable es revisar estos, y tomar lo mejor de ellos, para así realizar una
mejor y efectiva labor en nuestras funciones. Asumir un liderazgo implica
ponerse acorde con lo moderno, asumir un nuevo patrón que nos lleve a
soluciones mejores.

Para convertimos en verdaderos líderes y asumir nuevos patrones


(paradigmas), existe una condición que debe darse en los centros educativos,
y esta es, que sus directores deben convertirse en elementos
motivados, cuando hablamos de motivación, no hago referencia
primordialmente a lo económico, sino a una series de condiciones que deben
presentarse para que esto suceda.

La primera condición es la de darnos cuenta que tanto los directores como


los maestros somos especiales. Tenemos una serie de elementos que nos
privilegian los cuales otra clase profesional no posee. Lo segundo es que
debemos descubrir todas las habilidades para la vida que poseemos, y para
esto debemos quitarnos todas las cosas que puedan provocarnos
limitaciones.

El director tanto como el docente debe tener autoconocimiento. Saber


quién soy provocará la apertura del camino a la felicidad. Estas habilidades
para la vida, son las que llevan a los maestros a encantar a los demás, a ser
amante de la investigación y a tener confianza en sí mismo. Estas
habilidades se necesitan entrenar, pues ellas nos transforman y motivan
para que se dé un desarrollo personal, profesional y ético.

El director motivado deberá también poseer habilidades de reconocimiento


de sus propias emociones, habilidades para reconocer los pensamientos y
sentimientos, habilidades para construir y mantener relaciones armoniosas
interpersonales, habilidades de comunicación, habilidades para resolver
conflictos de manera pacífica, habilidades de razonamiento moral, capacidad
de análisis y de reflexión, habilidad para tomar decisiones de manera
responsable y acorde a valores, habilidad para la reflexión en torno al
sentido y la manera de vivir los valores día a día. Un docente con todos
estos elementos, será sin duda ente de motivación, y por lo tanto tendrá un
mejor espacio de liderazgo entre y junto aquellos que él dirige.
Tanto los docentes como los directores de centro educativos son los
responsables de convertirse en verdaderos escultores del desarrollo de los
niños y niñas en las escuelas, pero para esto, ellos deben comprender que
tienen una gama de oportunidades para entender que para moldear ese
desarrollo deben convertirse en verdaderos líderes pedagógicos en
sus centros. Los maestros deben entender que están llamados a ser los
transformadores de la sociedad, por eso deben convertirse mediante su
práctica, en verdaderos ejemplos en los diferentes aspectos de su vida, tanto
familiar como profesional.

El director y el docente deben ser por principio trasformadores sociales,


dando significado absoluto a su enseñanza, y convirtiéndose en el líder que
lleve las riendas en todo momento. El líder pedagógico tiene un
compromiso, y es el de luchar contra todos los antivalores que destruyen la
sociedad de manera social y moral.

El director no debe ser un simple docente o funcionario, sino que debe en su


práctica tener autoridad, liderazgo en los procesos, conocimiento y dominio
de lo que enseña, valorar su trabajo, dominio de la organización, capacidad
técnica, manejo de sus emociones para que se convierta así en líder
pedagógico.

Debe existir el liderazgo necesario en los centros educativos, debido


a que esto le dará carácter al centro como institución. El director tanto como
el maestro, deben tener la capacidad de ser gestores, promotores, verdaderos
evaluadores, motivadores de buenos procesos, capaces de trabajar en equipo,
tener arte para influir, poder ayudar en la organización de la escuela,
asumir liderazgo frente a la comunidad.

Los que deseen construir un liderazgo educativo en las escuelas


deberán aprender a desempeñar y cumplir su rol de líder, provocando
cambios de conductas y asumiendo nuevos comportamientos.

Existen diferentes tipos de líderes, muchos de ellos presente en nuestros


centros educativos, algunos con prácticas y características que no se ajustan
a la realidad, ni a los nuevos tiempos. De todos ellos en nuestras escuelas se
asumen dos tipos o modelo de liderazgo el liberal y el paternalista, pero han
sido muy dañinos a lo largo de la historia de nuestro Sistema educativo. En
una escuela con un verdadero liderazgo educativo el modelo ideal no existe,
pero el que más se acerca a lo que podríamos desear es aquella en donde se
asume un liderazgo participativo.

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