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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DEL ESTADO

DE COAHUILA

HISTORIA DE LA PEDAGOGIA
Y LA EDUCACION I

ALUMNA: NORMA EDITH CURIEL MARTINEZ


EL APRENDIZAJE EN LAS COORPORACIONES
Después del año 1000 empezaron a surgir los maestros libres y las
universidades. Surgen nuevos modos de producción, en los que la relación
entre la ciencia y el trabajo manual está más desarrollada. Por ello se
requería de un proceso formativo en el que la simple observación e
imitación ya era insuficiente.

El campo pierde los oficios que todavía sobrevivían, ejercidos antes por los
serviministeriales de las cortes señoriales. Estos siervos se transfieren a la
ciudad y los grupos que ejercen un mismo oficio se consolidan y se expanden,
se empiezan a elaborar a partir de las antiguas costumbres unos estatutos
que llegaran a tener la aprobación del poder público.

En estos estatutos, hay rigurosas normas que regulan no solo las relaciones
externas del oficio o corporación con el poder público y con el mercado, sino
también las relaciones internas entre los trabajadores, del numero y de la
edad de los discípulos, de la duración del aprendizaje, del pago por el
aprendizaje, del mantenimiento cotidiano del aprendiz y de las pruebas
finales, en la cuales a través de la ejecución de la obra maestra, el aprendiz
era aceptado entre los maestros y podía ofrecer el oficio por su cuenta.

Los aprendices, a diferencia de los jornaleros asalariados, son para todos los
efectos unos discípulos, distinguen a los ancianos y patrones de los jóvenes,

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teniendo estrechamente una relación educativa. Los discípulos participan en
el trabajo, pero en vista a la adquisición del conocimiento y habilidades de la
profesión. No existe un lugar separado del lugar de trabajo de los adultos,
donde los adolecentes aprendan, no existe una escuela del trabajo ya que el
trabajo es la escuela, pero van creciendo los aspectos intelectuales, en
general no hay una pedagogía del trabajo.

El ingreso al trabajo se hacia abajo la forma de un verdadero y propio


contrato, al cual asistían como testimonios dos expertos de aquel arte. El
aprendiz debía pagar por la enseñanza que recibía, además del rendimiento
progresivo en su trabajo. E ocasiones si el aprendiz no tenía dinero el
maestro lo podía tomar por un determinado número de años. Según el
contrato, el aprendiz se convertía en una especie de propiedad temporal del
maestro, el cual podía incluso venderlo o alquilarlo a otros maestros, por
causas de fuerza mayor.

A menudo se prevé el caso de que el aprendiz huya; considerando que esto


puede suceder por su poca voluntad a trabajar o también por algún error del
maestro. Si el aprendiz se aleja del maestro sin despedirse, el maestro no lo
debe aceptar a la tercera vez, ni ningún otro del mismo oficio, porque cuando
el aprendiz es aceptado para aprender el oficio y huye por un mes o dos,
olvida lo que ha aprendido.

Finalmente, es interesante decir algo respecto a las mujeres, presentes en


algunos estatutos como eventuales viudas de maestros. Los fabricantes de
rosarios les permiten trabajar, pero sin aprendices cuando se hayan casado
en segundas nupcias con un hombre de otro oficio.

Pero en estas viejas estructuras se esconde un problema nuevo: en este


aprendizaje del oficio, del cual se entre ven apenas los procedimientos
didácticos, hay sin duda, junto a un aspecto meramente ejecutivo, también
un aspecto científico, el conocimiento de las materias primas, de los criterios
de elaboración, de los instrumento.

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