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CONTROL FISCAL: Alcance del requisito ser de reconocida solvencia moral.

Quienes desempeñan funciones de control fiscal -y en


la Administración Pública en general- deben desarrollar
su actuación dando preeminencia a la idoneidad
profesional, la oportunidad, la honestidad, la
responsabilidad, la celeridad, la economía y la
eficiencia, con estricta observancia a la normativa legal
y sub legal, adicionalmente, deben adecuar su
comportamiento a los llamados Principios Filosóficos
que inspiran y conforman la acción contralora, que debe
ser conteste con el concepto de Probidad
Administrativa, entendida no sólo en el estricto campo
de subordinación con la Administración Pública, sino
que la misma se extiende aún, a los actos del
funcionario que no guarden relación con las
responsabilidades ligadas a su cargo, debido a que su
estatus funcionarial exige mantener en todo momento
una conducta íntegra y digna, teniendo en
consideración que la conjunción de los elementos
referidos con anterioridad constituyen lo que se conoce
como Solvencia Moral.

Memorando N° 04-00-229 de fecha 07 de junio de 2013

Se emite pronunciamiento en relación con el alcance del concepto


jurídico ser de reconocida solvencia moral, como requisito sine qua non para: i)
participar en concursos públicos para la designación de los titulares de los
órganos de control fiscal, ii) obtener el certificado de inscripción de personas
naturales en el Registro de Auditores, Consultores y Profesionales
Independientes en materia de control que lleva esta Máxima Entidad
Fiscalizadora y, iii) el ingreso o reingreso al Máximo Órgano Contralor y a otros
órganos de control fiscal que integran el Sistema Nacional de Control Fiscal.

Como punto previo, la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela1 establece, en el artículo 141, que la Administración Pública está al
servicio de los ciudadanos y ciudadanas, debiendo fundamentar su actuación en
los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia,
transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la
función pública, con sometimiento pleno a la ley y al derecho; principios

1
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.908 Extraordinario de fecha 19 de febrero de 2009.
1
que además, cumplen una función de orientación de la actividad de los Órganos
y Entes del Poder Público de conformidad con lo establecido en el Decreto con
Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública2, en su
artículo 10 y en la Ley Contra la Corrupción3, en su artículo 6.

En este marco constitucional y legal se inspira el Plan de Desarrollo


Económico y Social de la Nación 2007-2013, al establecer que la refundación de
la Nación venezolana debe hacerse desde lo ético y moral, lo cual permitirá
cimentar la construcción de un Estado donde sus funcionarios sean honestos y
eficientes exhibiendo, más que un altar de valores, una conducta moral en sus
condiciones de vida, en su relación con el pueblo y en la vocación del servicio
que prestan a los demás. Para ello, el Estado deberá ser el espació ético por
excelencia, pues si no lo es, el ciudadano no tendrá motivo para serlo. En este
orden de ideas se orienta el presente Plan de la Patria para el período
2013-2019, cuando propugna que para constituir el Poderío Moral de la Nación
es vital blindar la ética en el ejercicio del poder.

De manera que, resulta de vital importancia asegurar el cumplimiento


permanente y continuo de principios y valores, sobre los cuales deben
fundamentarse las políticas institucionales; en este contexto Tomás de Aquino4
en alusión a la obra de Aristóteles, señala que existen dos clases de virtud en el
hombre: la intelectual y la moral; la primera de ellas se genera y se nutre por el
conocimiento que adquirimos por la enseñanza, en tanto que la virtud moral se
genera por la costumbre, no es algo que surge de manera instintiva o natural,
sino que tiene que ser deseado, por ende, voluntario del ser humano, y en ese
sentido sostiene que:
“…las virtudes morales no están en nosotros por naturaleza ni
contra la naturaleza, sino que tenemos una aptitud natural para
recibirlas, en cuanto la fuerza o potencia apetitiva en nosotros es
naturalmente apta para obedecer a la razón. Pero son perfeccionadas
por la costumbre: si actuamos muchas veces conforme a la razón se
imprime en la potencia apetitiva la forma de la razón. Esa impresión no
es sino la virtud moral…” (Destacado nuestro)

2
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.890 Extraordinario de fecha 31 de julio de 2008.
3
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.637 Extraordinario de fecha 07 de abril de 2003.
4
Comentario a la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Tercera edición, Ediciones Universidad de Navarra, S.A.,
Pamplona-España. (2010). Pp 130-131.
2
En este tenor, García Rosas, Emiro5 sostiene que
“…La ética es, pues, la moral hecha filosofía, la filosofía práctica, la
filosofía moral, que no obstante tal rango intelectual, es accesible a
todo ser pensante y actuante, porque se manifiesta en el deber ser, en
lo que debe realizar todo individuo para mantenerse en la buena
conducta.”

El referido autor destaca la necesidad de que el funcionario utilice las


prerrogativas y facultades inherentes a la jerarquía de su cargo para los
requerimientos que su trabajo, estrictamente, le imponen, en especial aquellos
que se desempeñen en el manejo de recursos públicos, partiendo del supuesto
que “Cada quien debe ser su propio contralor ético y debe aceptar ser controlado y
auditado, no solo en el manejo de bienes y servicios sino en su dedicación al trabajo y
su nivel de solidaridad.”; así sólo aquel capaz de autocontrolarse éticamente
podrá controlar a los demás, y en ese sentido éste deberá ser un aspecto
fundamental para designar a las altas autoridades, pues en la medida en que
esta práctica se amplíe habrá más control ético.

Así, los referidos principios constitucionales, integrados con otros de


similar importancia y transcendencia, aportan contenido a la ética pública y
moral administrativa, ambos conceptos desarrollados en la Ley Orgánica del
Poder Ciudadano6. En este sentido la ley, en su artículo 6, define la ética
pública como el sometimiento de la actividad que desarrollan los servidores
públicos, a los principios de honestidad, equidad, decoro, lealtad, vocación de
servicio, disciplina, eficacia, responsabilidad, transparencia y pulcritud; principios
que a su vez complementan la noción de moral administrativa, entendida, en
la norma mencionada, como la obligación que tienen los funcionarios,
empleados y obreros de los organismos públicos, de actuar dando preeminencia
a los intereses de Estado, dirigidos a la satisfacción de las necesidades
colectivas, por encima de los intereses de naturaleza particular o de grupos.

En estricta observancia a los precitados conceptos, los actos, hechos u


omisiones que sean contrarios a los principios antes referidos, serán
5
Manual de ética socialista bolivariana. Colectivo Gramsci, Caracas-Venezuela. (2010). Pp 13, 38.
6
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 37.310 de fecha 25 de octubre de 2001.
3
sancionados en los términos del artículo 45 eiusdem. Al respecto, la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 274 y, en
desarrollo de ésta, la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y
del Sistema Nacional de Control Fiscal7, en el artículo 23, atribuyen a la
Contraloría General de la República, como órgano integrante del Poder
Ciudadano y rector del Sistema Nacional de Control Fiscal, el deber de prevenir
e investigar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral
administrativa; velar por el cumplimiento del Principio de la Legalidad en toda la
actividad administrativa del Estado, lograr la transparencia, eficiencia en el
manejo de los recursos del sector público y establecer la responsabilidad por la
comisión de irregularidades relacionadas con la gestión de las entidades sujetas
a su control.

Consecuencialmente, los ciudadanos que aspiran su ingreso o están en


el servicio público deben internalizar los principios éticos y morales enunciados
en atención a la naturaleza y fines trascendentales que se persiguen con su
actuación, toda vez que la condición de servidor público no se circunscribe sólo
al fuero interno de éste, va más allá, y comprende todo el conjunto de
comportamientos que la sociedad espera de ese servidor, que no es otra cosa
que una conducta proba y honesta.

En este sentido, quienes desempeñan funciones de control fiscal –y en la


Administración Pública en general- deben desarrollar su actuación dando
preeminencia a la idoneidad profesional, la honestidad, la responsabilidad, la
oportunidad, la celeridad, la economía y la eficiencia, con estricta observancia a
la normativa legal y sub legal, adicionalmente, deben adecuar su
comportamiento a los llamados Principios Filosóficos que inspiran y conforman
la acción contralora, que debe ser conteste con el concepto de Probidad
Administrativa, entendida no sólo en el estricto campo de subordinación con la
Administración Pública, sino que se extiende aún, a los actos del funcionario
que no guarden relación con las responsabilidades ligadas a su cargo, debido a
que su estatus funcionarial exige mantener en todo momento una conducta

7
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 6.013 Extraordinario de fecha 23 de diciembre de 2010.
4
íntegra y digna, teniendo en consideración que la conjunción de los elementos
referidos con anterioridad constituyen lo que se conoce como solvencia moral.

Respecto a la solvencia moral, el autor Silva Cimma, E.8, señaló que el


funcionario que ejerciera estas funciones públicas de control debe reunir
determinadas características, a saber: a) Al funcionario fiscalizador debe
pedírsele una noción definida de la dinámica de la Administración Pública, y que
por lo tanto su función fiscalizadora no puede transformarse en una función
enervante de aquélla, demorando inútilmente sus decisiones; b) Debe reunir
condiciones de objetividad, que la misma sea la materialización de actos
de imparcialidad y de apoliticismo; c) El fiscalizador debe estar imbuido de
una noción de alta moralidad y que desde el punto de vista de la probidad
pública, la misma tiene que ser perfectamente precisada. El autor, en lo que
respecta a la filosofía de control, analiza principios de probidad administrativa y
probidad pública, en los términos siguientes:
"Fundamentos trascendentales de un estado de derecho imponen que
las administraciones públicas determinen su actuar por criterios
esenciales de probidad administrativa o, en su sentido más amplio, de
probidad pública. Esto implica que todos los funcionarios de la
Administración y, dentro de un contexto más absoluto los personeros
de los distintos órganos del Estado, subordinen su gestión a normas
primordiales de probidad. La probidad así entendida, entraña
rectitud y moralidad en el obrar (...) Todas estas normas parten del
supuesto de que la función pública exige sacrificios y que el patrimonio
público no es ni de quien lo administra ni de quien decide en torno a él,
sino de la colectividad entera..." (Destacado nuestro)

Adicionalmente, para Poleo C.9, el patrimonio público no es de quien lo


administra, sino que ese conjunto de recursos y bienes pertenecen a la
colectividad entera, y quienes en un momento determinado tomen decisiones en
torno a él en razón del cargo que desempeñan deben actuar con estricto apego
a la normativa legal, y además cumplir con esa labor de administración, custodia
y manejo con rectitud y moralidad.

8
Control Público. Filosofía. Principios. Publicaciones de la Contraloría General de la República, Caracas-Venezuela.
(1976). Pp 33 y 43.
9
Consideraciones doctrinales acerca del control fiscal. Oficina Coordinadora de las Contralorías Internas de las
Universidades Nacionales, Caracas-Venezuela. (1990). Pp 13-18.
5
Así lo expresa la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia de fecha 11 de mayo de 201110, en la cual se pronuncia
sobre la solvencia moral, como requisito sine qua non para ser titular de un
órgano de control fiscal externo. Se debe acotar que en el caso examinado, la
persona que fue juramentada como Contralor Municipal Interino, fue condenada
a prisión por la comisión del delito de estafa, lo cual motivó a este Máximo
Órgano de Control Fiscal intervenir al órgano de control fiscal local. En la
decisión que recayó sobre la causa, la Sala en referencia se pronunció, respecto
a la solvencia moral, en los términos siguientes:
“… La solvencia moral, a juicio de la Sala, suele aludir a un catálogo o
serie de cualidades que hace que una persona sea digna de confianza,
de crédito, de modo que está relacionada con la buena fama o
reputación, con la honra, con las reglas o principios que determina el
buen comportamiento; pudiendo definirse entonces como el
conjunto de creencias, costumbres, valores y normas de una
persona que funcionan como una pauta para su propio obrar; que
lo orientan acerca de las acciones correctas y las que no lo son…

„El funcionario es un órgano del Estado; el empleado es un agente o


colaborador de la Administración pública, y aunque su vida privada no
entre en la esfera de la disciplina administrativa (…) ello es así cuando
esas acciones de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero. (…) Precisamente, si la mala conducta del
funcionario en la vida privada trasciende o llega a conocimiento
del público, es evidente que al afectar el decoro y la autoridad
moral, eso debilita la autoridad legal…‟

Omissis

De allí que, la Sala estima que corresponde al Contralor General de


la República valorar o ponderar y decidir si la circunstancia en
particular del recurrente [el haber sido condenado por sentencia de
fecha 29 de abril de 1999 a pena de prisión por un (1) año] se traducía
en el cumplimiento o no del requisito de solvencia moral
establecido en el citado Reglamento de Concursos (…) sin que sea
necesaria la evaluación de esa solvencia moral, por tratarse de un
acto de autoridad, resultando suficiente, a juicio de esta Sala, la
acreditación y calificación de los hechos que configuran la
insolvencia moral, tal como se explana en el acto recurrido.”
(Cursivas de la sentencia. Destacado nuestro)

De igual manera, la referida Sala en sentencia de fecha 25 de octubre de


201211, en relación con la revocatoria de un concurso público para la

10
Sentencia N° 00607. Expediente Nº 2008-0423.
11
Sentencia N° 01242. Expediente N° 2011-1334.
6
designación del titular de un órgano de control fiscal interno, con respecto a la
solvencia moral sostuvo lo siguiente:
“… en criterio de esta Máxima Instancia, cuando el Reglamento sobre
Concursos Públicos para la designación de los Contralores Distritales y
Municipales y los Titulares de las Unidades de Auditoría Interna de los
Órganos del Poder Público Nacional, Estadal, Distrital y Municipal, de
manera general erige como requisito el de ser de reconocida
solvencia moral, tal requisito debe ser interpretado como una
condición que releva de los valores que en opinión del Órgano
Máximo de Control, el cual por lo demás, forma parte del Consejo Moral
Republicano, debe reunir una persona para el ejercicio de una
función de tanta importancia y trascendencia para el Estado como
es el control interno (…)
De allí que, la solvencia moral no esté dirigida a alguien en
particular, sino a todas (sic) aquellos interesados en participar en
un concurso público para la selección del titular de la Unidad de
Auditoría Interna de algún órgano o ente de la Administración
Pública, dada la naturaleza misma de las funciones inherentes a
dicho cargo.” (Destacado nuestro)

De la decisión precedente, parcialmente transcrita, se infiere que cuando


se exige el requisito ser de reconocida solvencia moral, el mismo debe ser
interpretado como una condición que debe reunir la persona cuando aspira
cumplir con una función tan importante para la consecución de los fines del
Estado, como es el Control Fiscal. De allí que dicha solvencia no está dirigida a
alguien en particular, sino a todos aquellos interesados en ejercer funciones
relativas al control, vigilancia, fiscalización de ingresos, gastos y bienes
públicos, convirtiéndose ésta en una exigencia de sana administración para
salvaguardar el patrimonio público.

Sobre los particulares expuestos este Organismo Contralor, en diversas


oportunidades ha informado, en el marco de los concursos para la designación
de titulares de órganos de control fiscal, respecto de situaciones que a todas
luces comprometen la solvencia moral de los aspirantes como es el hecho de
consignar documentación fraudulenta para obtener la designación, haber
sido declarados responsables en lo administrativo y/o civil o que se
encuentren incursos en procedimientos de Potestad de Investigación en
calidad de interesados legítimos.

7
Así, mediante Resolución N° 01-00-190 de fecha 21 de junio de 200612,
emanada del Contralor General de la República, fue revocado el concurso, la
designación y consecuente juramentación como Contralor Municipal de un
ciudadano que consignó una constancia de trabajo que le acreditaba una
experiencia en materia de control fiscal por un período de tres (3) años que no
poseía; en el acto administrativo supra mencionado se señaló respecto a la
conducta evidenciada, lo siguiente:
“(…) en criterio de esta Institución Contralora, atentan contra la ética
pública y la moral administrativa; y podría además configurar indicios de
carácter penal; igual situación para los funcionarios que emitieron las
constancias de trabajo…"

En este contexto, se precisa señalar que el Máximo Órgano de Control


Fiscal, conteste con el criterio sostenido en la referida Resolución, parcialmente
citada, ha realizado constantemente las advertencias tanto a los miembros de
los jurados calificadores como a los directamente interesados en casos
análogos al reseñado con anterioridad (presentación de antecedentes de
servicios y acreditación académica no ajustada a la verdad), situación que
evidentemente compromete la solvencia moral de las personas que pretenden
ingresar a órganos de control fiscal valiéndose de documentos cuyo contenido
no se corresponde con la información que reposa en los entes y/o organismos
de dónde se dice habrían emanado; razón por la que, adicionalmente, se ha
solicitado la intervención del Ministerio Público a los fines que sea perseguida la
responsabilidad penal que pudiera derivarse.

De igual manera, es criterio reiterado del Máximo Órgano de Control


Fiscal que la declaratoria de responsabilidad administrativa constituye una
sanción moral imprescriptible, según se evidencia del contenido de la
Resolución N° 01-00-000143 de fecha 14 de agosto de 200813, emanada del
Contralor General de la República, para la época, a través de la cual se ratificó
la decisión de intervención de un órgano de control fiscal externo y practicar una
actuación fiscal orientada a la revisión exhaustiva del concurso convocado para

12
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.466 de fecha 26 de junio de 2006.
13
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.994 de fecha 14 de agosto de 2008.
8
la designación de su titular. En el acto administrativo en comentario se sostuvo,
fundamentalmente, lo siguiente:
"Visto que de conformidad con lo establecido en el artículo 14 numeral
3 [actualmente artículo 16, numeral 3] del Reglamento sobre los
Concursos Públicos para la Designación de los Contralores Distritales y
Municipales y los Titulares de las Unidades de Auditoria interna (sic) de
los Órganos del Poder Público Nacional, Estadal, Distrital y Municipal y
sus Entes Descentralizados, es requisito indispensable para participar
en los concursos públicos para la designación de Contralor o Contralora
Municipal, 'ser de reconocida solvencia moral'; condición ésta que debe
ser valorada tomando en consideración elementos determinantes como
son: los valores éticos y morales; así como atributos de eficiencia y
pericia para velar por la buena gestión y legalidad en el uso del
patrimonio público, que deben tener los aspirantes. No obstante el
jurado calificador del concurso público para la designación del Contralor
o Contralora Municipal… declaró ganador del concurso al ciudadano…
a pesar de que fue objeto de la sanción de responsabilidad
administrativa, tal y como consta en el oficio… dirigido a los miembros
del jurado calificador… y la cual constituye una sanción moral que
no prescribe.
(…) ha sido criterio reiterado de este Máximo Órgano de Control Fiscal
que las funciones de control fiscal que la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y las leyes han atribuido a los órganos que
integran el Sistema Nacional de Control Fiscal, deben ser ejercidas por
un funcionario que entre otras características, debe estar imbuido de
una noción de alta moralidad y que desde el punto de vista de la
probidad pública esta debe estar perfectamente precisada... Toda vez
que la función pública exige sacrificios y que el patrimonio público no es
ni de quien lo administra ni de quien decide entorno (sic) a él, sino de la
colectividad entera…"

En un caso similar, en relación con la revocatoria de un concurso público


para la designación del titular de un órgano de control fiscal interno, la
participante que resultó ganadora declaró no estar incursa en las
inhabilidades previstas en el Reglamento sobre los Concursos Públicos para la
Designación de los Contralores Distritales y Municipales y los Titulares de las
Unidades de Auditoría Interna de los Órganos del Poder Público Nacional. No
obstante, se comprobó con posterioridad que la participante fue declarada
responsable en lo administrativo con anterioridad a la celebración del concurso
en referencia, en contravención a lo establecido en el numeral 1° del artículo 17
del referido Reglamento.

9
Sobre este particular, este Organismo Contralor mediante Resolución
N° 01-00-000001 del 06 de enero de 201114 se expresó en los términos
siguientes:
“(…) es criterio de esta Máxima Institución Contralora que los
aspirantes al cargo de Titular de la Unidad de Auditoría Interna, son
funcionarios que tienen legalmente la competencia para evaluar el
sistema de control interno, implantado por las máximas autoridades de
los entes y organismos, incluyendo el grado de operatividad y eficiencia
de los sistemas de administración y de información gerencial, así como
el examen de los registros y estados financieros, para determinar su
pertinencia y confiabilidad, y la evaluación de la eficiencia, eficacia y
economía en el marco de las operaciones realizadas del ente u
organismo de que se trate, de conformidad con las previsiones
contenidas en la [Ley Orgánica de la Contraloría General de la
República y del Sistema Nacional de Control Fiscal] y su Reglamento,
para lo cual deben reunir condiciones que entrañan un conjunto de
valores éticos, morales; así como de atributos de eficiencia y pericia,
para velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio
público; aspectos estos que únicamente corresponderá evaluar al
Jurado Calificador al momento de verificar el cumplimiento, entre otros
requisitos, el de „Ser de reconocida solvencia moral‟…
(…) Este Organismo Contralor estima pertinente agregar, que si bien es
cierto la ciudadana antes identificada, no estaba incluida en el Registro
de Inhabilitados que lleva esta Contraloría General de la República, en
virtud de que fue declarada responsable en lo administrativo en fecha
28-06-96, antes de la entrada en vigencia de la [Ley Orgánica de la
Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control
Fiscal], no es menos cierto que tenía pleno conocimiento de la
declaratoria de Responsabilidad Administrativa impuesta, toda vez que
fue formalmente notificada de la imposición de la sanción.

(…) Situación que debió ser informada por la ciudadana antes referida,
a los efectos de que los miembros del Jurado Calificador procedieran a
evaluar ese aspecto de suma importancia (Solvencia Moral), por cuanto
la finalidad del concurso público es garantizar la mejor selección entre
los participantes y la objetividad e imparcialidad del proceso, y por ende
condujo a un resultado de concurso público convocado,
manifiestamente distinto al que se habría obtenido de no mediar tal
omisión, por parte de la ciudadana antes mencionada…”

Asimismo, ha advertido este Máximo Órgano Contralor que pudieren


surgir otras circunstancias que atentan contra la ética pública y la moral
administrativa, directamente vinculadas con el ejercicio del cargo público, bien
sea en la administración activa o en órganos de control fiscal, cuya verificación
acarrearía, entre otras, la ruptura del vínculo laboral. Tal es el caso de aquellas
situaciones que han conllevado al rompimiento de la relación laboral, mediante

14
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 39.588 de fecha 06 de enero de 2011.
10
la remoción o destitución de funcionarios adscritos a órganos de control fiscal,
por inobservancia o contravención a los principios, deberes y responsabilidades
inherentes que su condición impone.

De igual manera, es preciso referir que el Contralor o Contralora General


de la República, previa verificación del expediente conformado por el ente u
organismo, ha autorizado la destitución del cargo de titulares de órganos de
control fiscal cuando se verifica la ocurrencia de graves irregularidades que
afectan el normal desenvolvimiento del órgano de control o medie alguna de las
causales previstas en el régimen funcionarial aplicable, lo cual revela una actitud
poco cónsona con los deberes que informan la condición de titular de un órgano
de control fiscal y, consecuencialmente, se ve comprometida la solvencia moral.

En este orden de ideas y de las consideraciones precedentemente


expuestas, se concluye que todo aquel que aspire o esté en “ejercicio de la
función de control fiscal” u otras responsabilidades de naturaleza pública, debe
reunir aptitudes técnicas y profesionales cónsonas con las responsabilidades
que asumirá, aunado a esto, resulta igualmente importante que su
comportamiento sea acorde con los principios éticos y morales supra
mencionados, tanto en la institución en la cual presta sus servicios, como en su
vida diaria y cotidiana, en el entendido que hay comportamientos que
trascienden de su esfera personal y afectan su autoridad legal.

En este sentido los aspirantes al cargo de titular de los órganos de control


fiscal, los cuales tienen legalmente la competencia para verificar la legalidad,
exactitud y sinceridad de las operaciones, así como evaluar el cumplimiento y
los resultados de los planes y las acciones administrativas, la eficacia,
eficiencia, economía, calidad e impacto de la gestión de los órganos y entes
sujetos a su control, deben reunir condiciones que involucran un conjunto de
valores éticos y morales, así como de atributos de eficiencia y pericia, para velar
por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público; aspectos
éstos que corresponderá evaluar al Jurado Calificador al momento de verificar el
cumplimiento, entre otros requisitos, de “Ser de reconocida solvencia moral”.
11
Lo anterior exige además, la obligación de consignar información
oportuna y veraz acorde con los requisitos que apliquen para el caso concreto,
los cuales podrán ser verificados por esta Contraloría General de la República
cuando lo considere conveniente, por cuanto la finalidad del concurso público es
garantizar la mejor selección de quienes reúnan los extremos para desempeñar
los cargos y la objetividad e imparcialidad en el proceso, en el entendido de que
aquellos ciudadanos, se insiste, que omitan información sobre su situación
administrativa o judicial, o se hagan valer de documentación fraudulenta para
obtener la designación, claramente atentan contra la ética pública y la moral
administrativa.

Finalmente, al constatarse éstas u otras circunstancias que comprometan


la ética pública, la moral administrativa, y por ende, la solvencia moral de algún
particular o de funcionarios removidos o destituidos de los órganos de control
fiscal, no podrán participar en los concursos15 para la selección de sus titulares;
formalizar su inscripción en el Registro de Auditores, Consultores y
Profesionales Independientes16, ni plantear su ingreso o reingreso a dichos
órganos, por ser la solvencia moral un requisito fundamental para tales efectos.

15
Numeral 3 artículo 16 del Reglamento sobre los Concursos Públicos para la Designación de los Contralores Distritales
y Municipales y los Titulares de las Unidades de Auditoría Interna de los Órganos del Poder Público Nacional, Estadal,
Distrital y Municipal y sus Entes Descentralizados. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 39.350
de fecha 20 de enero de 2010.
16
Numeral 1 artículos 6 y 7 del Reglamento para el Registro de Auditores, Consultores y Profesionales Independientes
en materia de control. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 39.729 de fecha 05 de agosto de
2011.
12

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