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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
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3. Praxiología y Praxiología motriz
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.1.- INTRODUCCIÓN
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3. Praxiología y Praxiología motriz
En suma, con los capítulos que siguen intentaremos completar los objetivos
planteados en el capítulo introductorio, los cuales fueron expresados de este modo:
3º) También respecto del objeto y del campo de estudio de la Praxiología motriz,
identificar: las formas en que toman sentido, los estados en que se presentan, los
entornos que incluyen, sus componentes, los niveles, orientaciones, dimensiones y
vectores de análisis, sus clasificaciones y algunas líneas metodológicas.
Con la intención de concluir con éxito los objetivos que nos proponemos, planteamos
dos tesis como ejes-guía del desarrollo del trabajo, tesis que evidentemente tendremos que
defender.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
1.1.1.- El proyecto está explicitado como disciplina científica en sus propuestas generales.
1.2.- Que de entre los diversos elementos que constituyen los fundamentos de una ciencia,
sólo el objeto (y su campo) de estudio se pretenden presentar como invariantes en la
Praxiología motriz.
1.2.1.- Elementos componentes del fundamento interno de una ciencia son, entre otros: el
objeto y campo, los objetivos, las clasificaciones, orientaciones e ideologías, conceptos y
terminología, metodología y la forma de acumulación y organización del conocimiento.
1.3.- Que el criterio de pertinencia del objeto de estudio de la Praxiología Motriz procede de
la aplicación al mismo del bicondicional extraído de la Lógica proposicional.
1.3.1.- Los rasgos definidores del objeto de estudio lo identifican (le dan especificidad), así
como también identifican a su campo, pero ambos no quedan acotados por esos rasgos.
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Praxiología motriz.
Por otro lado, estudios aparentemente orientados de formas divergentes pensamos que
tienen un trasfondo común dentro de la Praxiología motriz. Por ello deseamos defender en
una segunda tesis que
2.2.- Que el signo praxiomotor (como objeto de estudio) puede ser abordado (total o
parcialmente) con esas tendencias.
2.2.1.- Es posible entender la praxis motriz como signo (formando parte de un código).
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J. Mosterín (1987: 176) nos recuerda que “... la acción es una entidad teórica
formada por el hecho espacio-temporal observable y una intención inobservable”. Toda
acción conlleva un sentido interno (García Selgas, 1994: 493-497), que el agente utiliza como
orientación o como significado, y que el mismo protagonista, sus semejantes o el estudioso de
la acción tratará de identificar. Además la acción considera ineludiblemente el contexto real
que el agente construye (P. Navarro, 1994: 175) y sus posibilidades de modificarlo.
Esa idea de separación entre teoría y práctica se mantiene durante la Edad Media,
1
La praxis política es la práctica política mediante la
especulación, de ahí su importancia para Platón, a diferencia
de la praxis material. Esta idea procede de su Política y su
Metafísica -en Sánchez Vázquez, A. (1967)-.
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tendencia que dará marcha atrás con un intento de unificación en el Renacimiento. En este
momento, la interacción con la Naturaleza y su dominio, es una pieza clave en la
construcción del conocimiento Occidental. Esta unificación, reforzada con la Ilustración,
quedará completamente superada con la asunción de la ideología propuesta por Marx2.
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En su diccionario J. Ferrater (1980: 2661) escribe que: “En
efecto, en el marxismo la llamada <<praxis humana>> consiste
el fundamento de toda posible teorización”. “... en rigor, la
praxis es en el marxismo la unión de la teoría con la
práctica”. “... Sartre llega a declarar que <<la comprensión
no es otra cosa sino la traslucidad de la praxis a sí misma,
sea que produzca, al constituirse, sus propias luces, o sea
que se encuentre en la praxis del otro”.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
realización en la sociedad.
Para T. Parsons la acción es una globalidad contextualizada (G. Rocher, 1990: 366),
desde cuyo amplio contexto pueden distinguirse (seccionarse), artificialmente y para su
estudio, algunos contextos específicos: el biológico, el psicológico, el sociológico y el
cultural. De ellos se ocuparían, respectivamente, la Biología, la Psicología, la Sociología y la
Antropología3.
Para P. Navarro (1994: 175) una acción no es aquello que un actor (agente) le hace a
la realidad sino más bien se entiende como la realidad que el agente hace. Esta realización de
la persona contiene los siguientes elementos que la vuelven comprensible (J. Toharia, 1978:
120):
1.- Un actor-persona individual (un colectivo entendido como grupo también podrá
ser estudiado como un actor individual).
3
Esas cuatro disciplinas ya utilizan el concepto <<acción>>.
Habrá que plantearse que, puesto que lo que se propone es una
división no natural del contexto, para la investigación será
posible analizar otros contextos (aspectos de la acción):
acción verbal, acción estética, acción motriz, etc. Con ello
se da pié a fundamentar nuevos objetos de estudio para
disciplinas clásicas o para otras nuevas: Lingüística y
Semiótica, Arte, y, por supuesto, Praxiología Motriz.
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5.- Valores, normas, ideas, etc., influyen al actor en la elección de medios para
alcanzar los fines.
- Intención del actor, el querer perseguir ese fin a través de ciertos medios (García
Selgas, F., 1994).
Hay varios debates que deseamos destacar en el uso que se efectúa de la <<acción>>
en las investigaciones actuales.
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Para el funcionalismo sociológico, la acción parte del actor individual. Son los
agentes típicos que actúan en situaciones típicas, y, por tanto, desde ese marco de referencia
es posible encontrar sentido a acciones aisladas.
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G. von Wright (1980: 111) cree que el aspecto interno aparece en “... la
intencionalidad de la acción o en la voluntad que “están detrás de” sus manifestaciones
externas”. Por contra, el aspecto externo:
“... puede dividirse a su vez en dos partes o fases. Las calificaré de aspecto
externo inmediato y aspecto externo remoto de la acción. El aspecto externo
inmediato es una actividad muscular -p.e girar la muñeca o levantar el brazo-
. El aspecto externo remoto es algún acontecimiento del que esa actividad
muscular resulta causalmente responsable -p.e. el giro de una manija o el
abrir una ventana o, mejor aún, el hecho de que una manija en particular gire
o una ventana particular se abra. El aspecto remoto no tiene que representar
necesariamente cambio en la situación; también puede consistir en el hecho
de que tal cambio no tenga lugar, como por ejemplo cuando evito que se
vuelque un vaso sujetándolo con la mano”. “Por último, el aspecto inmediato
tampoco consiste necesariamente en un movimiento. También puede consistir
en una tensión muscular, como es típicamente el caso de una acción
“preventiva” en cuanto que distinta de una acción “productiva” (o
“destructiva”)”.
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Fenomenólogos como P. Ricoeur (1982: 197) critican esta opción, porque “... si se
explica la acción humana en términos de normas, es muy posible considerar la explicación
como una forma de la explicación causal”. El origen de esta concepción habría que
encontrarlo en “... el sistema de las normas, interpretado como un sistema a la búsqueda de
su propio equilibrio”.
Tampoco se podría aceptar el carácter de causa que se atribuye a la acción -esta vez la
crítica es de Luhmann (Izuzquiza, 1990: 241)-, porque hay que comprenderla “... como
ámbito que puede dar lugar a muchas posibilidades diferentes y crea alternativas
constantes”, cosa que es fácil de constatar en toda realidad social.
3.2.2.- Praxiología
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Para J. Ferrater (1980: 2659) “Puede darse el nombre de
“praxiología” a la ciencia que estudia sistemáticamente las
condiciones y normas de la acción o praxis humanas”. (2660)
“En un sentido muy general, pues, pueden considerarse como
praxiólogos todos los autores que se han ocupado de problemas
relativos a la acción humana y al trabajo”. (2661) “En una
acepción más restringida pueden considerarse como praxiólogos
sólo los que han elaborado la praxiología como una disciplina
especial”.
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. Dunoyer, C., que en una publicación de 1845 trata de determinar las condiciones de
optimización de la acción.
. Bordeau, L., que utiliza el término praxéologíe para la “ciencia de las funciones, es
decir, de las acciones”.
En la misma línea de los anteriores (Ferrater, 1980: 2660), otro precursor que se
dedicó al tema fue A. Bogdanov, con su “tectología” (1913-1915), que desde la perspectiva
marxista pretendía una filosofía constructiva y no sólo explicativa. Asimismo, le prestó su
atención M. Petrovich (“Mechanismes communs aux phénomènes disparâtes” de 1921).
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3. Praxiología y Praxiología motriz
por cuestiones de lógica de la ciencia y del lenguaje), define la Praxiología como la “ciencia
de la acción eficaz” o la ciencia que “investiga las condiciones de las cuales depende la
máxima eficacia”.
Kotarbinski (Ferrater, 1980: 2660) cree posible estudiar toda actividad en términos de
actos simples9. “Implica asimismo estudiar las nociones de agente y de resultado, de
producto, instrumento y medio, de condiciones de la acción, de acto complejo, acción
colectiva, economización u optimización de acciones, valor de las acciones y cooperación”.
En este sentido las <<proposiciones praxiológicas>> son aquellas “recomendaciones que
tienden a aumentar la eficacia de las acciones”, siempre que esas normas estén incluidas en
un sistema.
También pertenecen al sistema las actividades mentales, puesto que “todo acto
incluye elementos que son de naturaleza mental”. Las propuestas de este teórico (ya desde
1910) se encuentran en su obra Tratado sobre el buen trabajo (1955) y en la revista “Estudios
praxiológicos” (publicada en Varsovia, desde 1962).
Desde otra perspectiva del marxismo, la filosofía de la praxis de Sánchez Vázquez, es,
según T. Villasante (1994), una Praxeología o forma de intervención en el mundo natural y
social10. Para J. Ferrater (1980: 2927) la concepción de la praxis de Sánchez Vázquez “... le
permite tomar la práctica como el gozne en que se articula en su triple dimensión de crítica,
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Otro estructuralista que utiliza el concepto (F. Amador, 1994a: 185) en el ámbito
epistemológico de las ciencias sociales es J. Piaget. También en teoría de la ciencia 12, M.
Bunge (1980: 227) referencia que:
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Sánchez Vázquez es (Ferrater, 1980: 2926) un gaditano
exiliado, y actual profesor de ética y estética de la Univ.
Nal. Autónoma de México. Según este filósofo (1973, 16) es
necesario revisar el concepto de la praxis instrumental como
separada de lo teórico para “... elevarse a un punto de vista
objetivo, científico, sobre la actividad práctica del hombre.
Sólo así pueden unirse conscientemente el pensamiento y la
acción”.
12
A. Dávila (1994: 69) introduce la idea de <<implicaciones
praxeológicas>> en metodología de la ciencia, como las
consecuencias para la actividad del investigador, a partir de
sus elecciones metodológicas.
13
Según J. Ferrater (1980: 1661) L. von Mises adopta la
praxiología como una teoría general de la acción humana
(“Human action: a treatise on economics”, 1949).
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J. Ferrater (1980: 1661) indica que R. Aron (“Paix et guerre
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La Teoría de la decisión tiene un apoyo praxiológico. B. Lara (1991: 58) entiende que
“ ... el que pretenda descubrir la decisión en su naturaleza íntima, ha de comenzar echando
una ojeada por el lado de la praxeología, ese capítulo de la sociología que se ocupa de la
acción”.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
pragmatismo”.
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Esta propuesta no formalizada de una “Praxiología de las
conductas motrices” aparece en una pequeña reseña al final de
su artículo “Jeux sportifs et sociomotricité” de 1971,
recogido en Parlebas (1986). P. Parlebas es matemático y
sociólogo. Fue profesor en el INSEP (París) y actualmente en
la Sorbona. Sus primeras publicaciones en esta línea datan de
finales de los 60. Leyó su tesis en 1985. Su propuesta formal
de una “Teoría de la acción motriz” o “Praxiología motriz”,
conceptual y metodológicamente sistematizada, es de 1981.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.1.2.- Objetivos
El objetivo del estudio se corresponde con una parte del primer objetivo explicitado
en la introducción (capítulo 1) del trabajo. Desglosando esa parte del primer objetivo, y en
base a los documentos-muestra seleccionados, concretemente vamos a:
3.3.1.3.- Metodología
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3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.1.3.1.- Muestra
Pueden considerarse como “praxiólogos” los que hacen Praxiología, o, de forma más
amplia, todos los que se dedican a las cuestiones relacionadas con la acción19.
Para la revisión del universo de los trabajos susceptibles de ser identificados como
praxiológicos, se tomará una muestra, seleccionándola del universo, siguiendo un criterio de
proximidad. Con “próximo” nos queremos referir a lo que afecta a ese universo, desde tres
dimensiones: espacial, temporal y nominal. Es decir:
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3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.1.3.2.- Procedimiento
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Nuestro universo, desde donde se ha extraído la muestra de
documentos, se encuentra, claramente identificado en el anexo
2 Bibliografía en la Praxiología motriz de esta tesis.
Concretamente el universo se corresponde con la relación de
documentos que aparecen en el apartado “epistemología de la
Praxiología motriz” del bloque 1 -”Praxiosofía motriz”- y todo
el bloque 2 - “Propuestas en Praxiología motriz. Estudios e
investigaciones. Praxiografía motriz”.
21
Se refieren a textos filosóficos sobre las ciencias
sociales. Las sugerencias las dividen en cuatro apartados:
“preguntas o cuestiones generales para leer un texto”, “una
forma práctica de aplicar el cuestionario anterior”,
“cuestiones para la lectura de varios textos y autores sobre
un tema” y “para el análisis de algunas cuestiones especiales
de un texto” (aportación específica de un autor, crítica de un
autor y análisis lógico-lingüístico de un texto).
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I. Lakatos (1985) entiende que no podemos disponer actualmente de reglas fijas para
resolver problemas en el marco de la ciencia. Según este autor (206) hay una “lógica del
descubrimiento” que consiste “... tan sólo en un conjunto de reglas (acaso ni siquiera
estrechamente entretejidas, ya no digamos mecánicas) para la evaluación de teorías ya
formadas y articuladas”. Dice que este ámbito legislativo es un marco normativo para definir
una ciencia, pero que, en todo caso debe complementarse con una empírica sociopsicológica
del descubrimiento. Esta distinción -lo normativo interno y lo empírico externo- implica
entonces a dos formas de reconstrucción y de evaluación de una teoría.
Este es el criterio que seguiremos para abordar algunos de los fundamentos internos
de la Praxiología motriz, desestimando, por el momento los externos22.
22
P. Parlebas (1981: XXII) también habla de una epistemología
interna (los conceptos, la metodología) y otra externa
(contexto socio-institucional que condiciona el trabajo
investigador). Los fundamentos externos -tal como Lakatos
(1985) defiende- serán únicamente un complemento a los
fundamentos internos.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
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Es en España donde más amplia difusión han tenido las
aportaciones de P. Parlebas, a partir de mediados de los años
80, y, especialmente, en los 90.
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Aunque no todos son de esas dos nacionalidades, sí son
considerados (traducidos) en esos países.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
Lo relacionado con cada uno de estos dos aspectos marcan dos vías de análisis de ese
objeto de estudio: la persona actuante, por un lado, y la acción-fenómeno (las condiciones
“sistémicas”, que parten desde un contexto exterior al sujeto), por otro.
P. Parlebas (1981: 1) dice que el concepto de <<acción motriz>> está todavía poco
explorado. Efectivamente creemos que necesita de una mayor profundización
(fundamentación filosófica, metodológica, ...), y, ante todo, de un mayor “uso” (muchas más
investigaciones). A lo largo de los años y con el intercambio de información entre
investigadores y tecnólogos que utilizan las consecuencias de esas investigaciones, se podrá
ir redefiniendo y adecuando este concepto, sin menoscabo de que en este momento ya pueda
ser oportuna una redefinición.
25
Parlebas (1981: 1) dice que la acción motriz “... se
manifiesta por comportamientos motores observables unidos a un
contexto objetivo, comportamientos que se ponen de manifiesto
sobre la trama crepitante de datos subjetivos: emoción,
relación, anticipación, decisión”.
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Sostiene Parlebas (1981: 2) que “... cada dominante es a su
vez compatible considerando el otro polo complementario.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
nociones parecen estar en el mismo “paquete”): es posible que haya que partir de la teoría
de la acción27 para tal identificación.
No obstante, será lícito proponer una salida a este atolladero conceptual invirtiendo la
relación: podemos intentar una definición del objeto de estudio, que nos identifica como
disciplina científica, sin llegar a supeditarnos a otro término, evitando confusiones 29. En
todo caso, la “conducta motriz” debería estar en función de la definición de “acción motriz” -
o de otro concepto análogo-, que es lo disciplinarmente nuestro, y no al revés. Se insiste, por
tanto, en la necesidad de construir el objeto de estudio a partir de la enumeración de sus
propios rasgos identificadores.
27
Siempre que se entienda que la Praxiología motriz es una
teoría de la acción referida al ámbito motriz de la persona.
28
Acción motriz es (Parlebas, 1981: 1) el “Proceso de
cumplimiento de conductas motrices de uno o varios sujetos
activos en una situación motriz determinada”. La negrita está
puesta por nosotros. Nos centraremos en la noción de
<<situación motriz>>. Tal es definida (idem, 220) como el
“Conjunto de datos objetivos y subjetivos que caracterizan la
acción motriz de una o varias personas que en un medio físico
determinado desarrollan o realizan una tarea motriz...”. El
término <<tarea motriz>> es el último eslabón de la cadena de
definiciones. Se entiende <<tarea motriz>> (idem, 276) a el
“Conjunto objetivamente organizado de condiciones materiales y
de limitaciones que definen un objetivo cuya realización
precisa la puesta en acción de conductas motrices de uno o
varios participantes”. Por tanto, volvemos al punto de
partida.
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Ver por ejemplo algunas reflexiones en Hernández Moreno
(1993a) y en F. Amador (1994a).
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3. Praxiología y Praxiología motriz
de las acciones motrices30. Este campo incluye al conjunto de las situaciones motrices 31 y
al contexto que las rodea. Por ser transdisciplinar, la Praxiología motriz deberá reinterpretar
los datos del contexto amplio 32, sin embargo intradisciplinarmente atenderá a las situaciones
motrices. En palabras de P. Parlebas (1981: 175) los deportes sólo son:
La “tarea motriz” parece conformarse como uno de los motores -nunca mejor
empleado este término- de toda situación. P. Parlebas (1981: 226) la define como el
“Conjunto objetivamente organizado de condiciones materiales y de limitaciones que definen
un objetivo cuya realización precisa la puesta en acción de conductas motrices de uno o
varios participantes”.
30
La Praxiología motriz (Parlebas, 1981: 175-176) “Intenta
desarrollar una problemática común y una inteligibilidad
propia de situaciones de puesta en juego corporal definiendo
la acción motriz”.
31
Considera Parlebas (1981: 175) que para la Praxilogía motriz
“Si el campo es amplio -situaciones motrices de juego, de ocio
y de trabajo- hay sus límites”.
32
En Parlebas (1985a, 18) dice que “Corresponde al praxiólogo
interpretar los datos de estas disciplinas e integrarlos en su
propia problemática de la acción motriz”. Se refiere a datos
(17) como los procedentes de la fisiología, la neurociencias,
la psicología o la sociología.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
Para estudiar la situación (ese lugar y momento donde se encuentran las acciones
motrices) se precisa analizar previamente los rasgos pertinentes (diferenciadores) de la tarea
(Parlebas, 1981): las limitaciones espaciales, temporales, de los objetos y máquinas; la
manera de utilizar todos esos elementos, las condiciones de ejecución corporal, número de
participantes y tipos de relaciones entre ellos; y, por fin, las formas de éxito y fracaso.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
ejemplo, las que se ofertan en una sesión de entrenamiento deportivo o una clase de
Educación física, o es un juego motor improvisado por una pandilla de chiquillos,
cuyas consignas probablemente no se vuelvan a repetir para otra ocasión.
Si bien en la obra de Parlebas se esboza una pertinencia por oposición a otros objetos
de estudio36, sin embargo no queda claramente explicitado un criterio de pertinencia, con
cuya aplicación se llegue a limitar el campo de estudio (aquel en el que aparece la acción
motriz) que es exclusivo de la Praxiología motriz, es decir aquel subcampo no compartido
con otras disciplinas del saber.
Habría que proponer un criterio de pertinencia tal que con su simple aplicación
discriminase todo lo que se engloba bajo el conjunto denominado <<situaciones
motrices>>. Si ello es posible, entonces daríamos un gran paso adelante en la Praxiología
motriz, por cuanto se identificaría no sólo su especificidad, sino también la exclusividad de
36
Partiendo de la <<conducta motriz>>, Parlebas (1981: 28)
expone ejemplificaciones de lo que no es conducta motriz pero
sí es intervención corporal: lo que no es verbal, como en una
retransmisión radiofónica, o lo que no es combinatorio, como
en el Bridge. También lo explica algo en Parlebas, 1988a: 42-
43.
29
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
los estudios de la Praxiología motriz (de aquellos conocimientos que son totalmente
intradisciplinares).
Parlebas a lo largo de sus propuestas y análisis parece que reúne en el mismo “saco”
del campo de estudio cuestiones de diferente naturaleza:
- La tarea motriz sería lo estático, con frecuencia lo previo. La situación sería lo dinámico, e
implica necesariamente a uno o varios sujetos que produce(n) las acciones. Tarea y situación
no están, sin embargo, en el mismo nivel de análisis.
- La puntuación (el score, el sistema de puntuación) y los gestemas son sobreañadidos, pero
no son acción motriz presente en la situación, por mucho que ellas la condicionen. Es
evidente que no se puede reunir bajo una misma lógica lo que se muestra imprescindible
junto a lo que es innecesario, cuando nos referimos al desarrollo de una situación motriz, por
mucho que lo innecesario aparezca cerca de la situación y la llegue a condicionar.
Los dos aspectos reseñados -lo estático y lo innecesario- deberían abordarse en otros
niveles de estudio diferentes al nivel que se constituye exclusivamente con la situación en la
que la acción motriz aparece con todos sus caracteres mínimos y básicos. Esos niveles
extra habrán de identificarse.
3.3.2.2.- Clasificaciones
La clasificación más manejada de Parlebas parte del criterio (Parlebas, 1981: 221)
“presencia de comunicación práxica”. Su presencia caracteriza a las <<situaciones
sociomotrices>>, y su ausencia a las <<situaciones psicomotrices>>. La <<comunicación
práxica>> es (Parlebas, 1981: 22) la “interacción motriz esencial”. La interacción motriz
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
37
En teoría de conjuntos, el complementario de un subconjunto
es el subconjunto formado por lo que no se incluye en el
primer suconjunto (lo que le sobra), completando entre ambos
subconjuntos el conjunto global que los contiene.
38
Un <<gestema>> es (Parlebas, 1981: 74) aquella “Clase de
actitudes, mimos, gestos de comportamientos motores,
realizados con la finalidad de transmitir, ya sea por
petición, indicación, ya sea una inducción táctica o
relacional, por simple sustitución de la palabra”. Un
<<praxema>> es (Parlebas, 1981: 169) una “Conducta motriz de
un jugador interpretado como un signo, donde el significante
es el comportamiento observable y el significado el proyecto
táctico correspondiente tal como ha sido percibido”.
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3. Praxiología y Praxiología motriz
Más adelante (Parlebas, 1985a: 3-6) dividirá con el mismo criterio y más
afinadamente entre: situaciones con un espacio domesticado, con uno semidomesticado, y
con un espacio salvaje40.
39
Que mezclado con los criterios “presencia de interaccion
motriz esencial” y “forma de interacción motriz esencial y
directa” (cuatro clases de situaciones), originan ocho
categorías. Ver el cuadro en árbol o en forma de símplex 3, en
Parlebas, 1981: 9-10.
40
Como bien indica (Parlebas, 1988a: 73) la binarización “Es
el tributo que hay que pagar para obtener un número
restringido de clases claras y manejables. Queda para los
análisis posteriores el profundizar la diversidad de formas de
interacción práxica y matizar los grados de incertidumbre
según el entorno”.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Espacio de interacción:
a.- Distancia de enfrentamiento, que regula el contacto entre oponentes. Este contiene
dos aspectos que son dos criterios que dividen a las situaciones según la <<distancia
de guardia>> (en los duelos de oposición: casi nula (judo), reducida (boxeo), media
(esgrima) y grande (tenis)), y según la <<distancia de carga>> (en los deportes
colectivos: casi nula (rugby), reducida (fútbol), media y larga (voleibol)).
41
La <<interacción de marca>> (Parlebas, 1981: 100) es “La
comunicación o contracomunicación motriz que permiten el logro
de los objetivos codificados en un juego deportivo y dotadas
de un estatuto lúdico valorizado: modificación del tanteo o
cambio de estatuto sociomotor”.
33
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Podemos concluir, sin lugar a dudas, en el gran esfuerzo clasificador que efectúa P.
Parlebas, para el campo de estudio de la Praxiología motriz. He aquí algunas de sus
virtudes:
- Las clasificaciones son coherentes con el objeto y campo de estudio, pues señalan
algunos rasgos propios de la acción motriz: la forma de interacción entre co-
participantes, y las características físicas e interaccionales y de uso del espacio y del
medio físico.
42
Aquel que denominamos “los comportamientos motores desde la
interacción entre jugadores y desde el uso del espacio en los
juegos deportivos sociomotores”.
43
Por ejemplo, en su famosa clasificación de ocho categorías
distribuidas en un gráfico en forma de árbol. Ver en Parlebas,
1981: 9.
44
“Presentación estética” como criterio de cientificidad, en
términos de M. Martínez (1989).
34
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Este gran esfuerzo y rigor en las clasificaciones presentan, sin embargo, algunos
problemas:
- Considera algunos de los rasgos del entorno humano y del entorno físico, para
clasificar, pero obvia rasgos del entorno corporal, tan específicos y pertinentes de la
acción motriz como los que proceden de los otros dos entornos. Hay actividades como
el Yoga, gimnasias suaves, el Tai-chí, etc., cuyo estudio debe partir del -y
probablemente restringirse al- entorno corporal, antes que del ambiental (físico) o el
relacional (social).
45
Gran “potencia heurística” como criterio de cientificidad,
en términos de M. Martínez (1989).
46
Ver en su definición de tarea motriz (Parlebas, 1981: 276)
que resalta los dos aspectos: condiciones y objetivos. Como
objetivos de la tarea sólo descubrimos que ha propuesto
(Parlebas, 1988a): “espacio como distancia métrica a
franquear”, y “espacio como blanco a alcanzar”.
47
Si el jugador no se “ve” superando los pequeños objetivos
para el logro del objetivo mayor -por muy inconscientes que
estos puedan apreciarse-, entonces no hay juego.
35
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- La “incertidumbre respecto del medio físico” también es difícil de valorar desde los
comportamientos motores: para algunas personas lo que contiene gran incertidumbre,
en otras con gran experiencia específica es un medio físico prácticamente
48
Parlebas (1981: 28) pone el ejemplo de una emisión
radiofónica y a continuación afirma que “La pertinencia de la
conducta se refiere aquí a lo lingúístico”.
49
Según Parlebas, 1981: 74) el gestema no es un acto
constitutivo de la tarea motriz misma.
50
En su léxico Parlebas (1981: 105) dice que “la interacción
directa puede siempre ser interpretada en un segundo grado
como un praxema”.
36
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Son un aspecto muy trabajado por P. Parlebas, hasta el punto de haber publicado un
diccionario comentado (1981). Este vocabulario es el fundamento y referencia primera de los
interesados en introducirse en la Praxiología motriz. No obstante, antes (sobre todo en los
artículos recogidos en 1986) y después (en Elementos de sociología del deporte, de 1988)
realiza un gran esfuerzo por convertir en comprensible toda la terminología que él utiliza.
51
Las “situaciones motrices” es un conjunto más amplio que el
de “los comportamientos motores desde la interacción entre
jugadores y desde el uso del espacio en los juegos deportivos
sociomotores”, aspectos de las situaciones motrices sobre los
que Parlebas se centra.
52
Por ello él mismo insistió (Parlebas, 1988a) que su
propuesta de binarización (presencia o ausencia, si-no, 1-0:
definiendo una categoría y su complementaria) no es tan
“fuerte” epistemológicamente en las clasificaciones, como para
diferenciar claramente las prácticas físicas. Una excepción
que sí cumple el factor de la complementariedad sería, claro
está, en el caso de los juegos deportivos sociomotores, puesto
que parten de un reglamento que define claramente el tipo de
interacción directa.
37
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
En segundo lugar será necesario buscar unas desinencias adecuadas para lo que
concierne a la acción motriz (“praxis motriz” = “praxiomotor”, y no solamente <<práxico>>
o <<motriz>> (Parlebas, 1981: 177). También buscar nuevos términos para palabras
compuestas (<<Praxiomotricidad ...>>, o <<... praxiomotor>>).
Ya dijimos que las investigaciones de P. Parlebas han ido por delante de su propuesta
53
M. Delaunay (1985) considera que Parlebas utiliza la
“creación de neologismos” como técnica de investigación.
54
Excepto en el caso de la <<interacción motriz indirecta>>,
pero que se justifica por que se define por complementariedad
con la directa.
55
P. Parlebas (1981) no define la acción motriz por sí misma,
con sus rasgos descriptores, sino en referencia final a la
<<conducta motriz>>.
38
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
56
Según G. Rocher (1990), los estudios lógico-experimentales
implican la elaboración de modelos (lógicamente formalizados
y/o matematizados) con cierto nivel de abstracción para sus
interpretaciones. Para Parlebas (1988a: 65-66) “... los
esquemas lógicos así construidos no se dan para la realidad,
sino para modelos, es decir, para representaciones abstractas
y simplificadas que destacan los isomorfismos de
funcionamiento; los modelos son el mapa del territorio y no el
territorio mismo”.
57
Son pertinentes porque hace distinguir una situación de otra
en base a ciertas características, que Parlebas las encuentra
casi siempre en aspectos de los reglamentos (1988a: 106):
relación con el espacio, relación con los otros, imperativos
39
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
A fin de evitar excesos “literarios” y “metafóricos”, Parlebas (1981: 293) dice que
seleccionará sólo aquellos universales cuyo sistema “... pueda ofrecer una representación
matemática precisa y manejable”. Algunos universales proceden del estudio de las
modalidades de interacción motriz (<<red de comunicación motriz>> y <<red de interacción
de marca>>), o de las <<praxias>>60 de resolución en la tarea (<<red de roles y de subroles
sociomotores>>). Estos se completan con el <<sistema de “tanteos”>> y los <<códigos
semiotores>> (el gestémico y el praxémico); en total, siete. Todos, excepto la red de cambio
de subroles sociomotores y los códigos semiotores, se pueden deducir del reglamento de cada
juego deportivo.
Por las características de las redes de comunicación motriz, P. Parlebas (1981: 302) le
otorga el grado de <<meta-universal>>, es decir el universal de los universales (estos últimos
40
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
de primer orden).
41
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Las unidades de análisis que selecciona son las “interacciones motrices”, y las
“praxias”. Las primeras las deduce de los reglamentos. Ello no tiene mayor problema.
Las segundas, que sirven para construir el sistema categorial de la red de cambio de
subroles sociomotores, el código gestémico y el praxémico, sí presentan problemas.
Puesto que, como él bien entiende (Parlebas, 1981: 176) “Según el punto de vista y el
marco de investigación adoptados, el flujo comportamental podría ser descompuesto
en unidades de naturaleza y de importancia bien diferentes”, nos podríamos encontrar
con múltiples modelos de universales denominados <<red de cambio de subroles
sociomotores>> o <<códigos semiotores>>. Como ya se ha dado el caso para un
mismo grupo de situaciones61, quizás habría que buscar otras denominaciones para
cada modelo diseñado por cada investigador.
- Tenemos nuestras dudas de si la “red de comunicación motriz” es el meta-universal
por excelencia o puede que haya incluso un meta-meta-universal de tercer orden.
61
Ver la propuesta de roles comportamentales de Hernández
Moreno (1994a) y de roles estatutarios de Parlebas (1981) para
los deportes de equipo.
62
Cierto es que la organización de la puntuación aparece en el
reglamento y los gestemas se muestran yuxtapuestos a la
situación de juego. Pero también se constata que en los
reglamentos, o paralelamente al desarrollo de la situación,
aparecen otras cosas que no contienen los caracteres de las
42
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
de la situación.
Es una pretensión muy loable, y parece consecuente con sus propuestas. Sin embargo,
nuevos tiempos corren en las ciencias sociales, y eso hay que considerarlo. La tradición
puede mantenerse, pero también puede complementarse63 para lograr ofertar una mayor
comprensión del hecho praxiomotor. De esta manera el “potencial heurístico” en la
Praxiología motriz podría incrementarse notablemente.
- Se propone como positivista, sin quedar claro su grado de rigidez 64, pero insiste
43
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Por último, Parlebas utiliza distintas teorías específicas, algunas para sus
concepciones epistemológicas y filosóficas y otras para sus investigaciones. Se centra
en la teoría de sistemas -su Praxiología motriz es eminentemente sistémica-, con
fundamento en la teoría de la información y cibernética, y en la teoría de la
comunicación. Propone, pero no desarrolla, las posibilidades de la teoría del signo y la
teoría de la acción, para el estudio de las acciones motrices. Como instrumentos
operativos maneja la teoría de conjuntos (Parlebas, 1988a: cáp 7 y 8), la teoría de
grafos (es el eje de sus “universales ludomotores”) y la teoría de juegos, que apenas
desarrolla (Parlebas, 1981: 265-269).
Siendo consecuentes con lo que el mismo Parlebas (1981) sugiere, será necesario
reorientar la Praxiología motriz poniendo un mayor énfasis en la teoría de la acción (apenas
presente) y del signo (sobre todo en el aspecto semántico: el de los significados) para estudiar
44
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
la acción motriz. En este sentido no habría que desechar complementos bien asentados de
Fenomenología y Hermenéutica.
También habrían de incluirse las perspectivas actuales que dirigen la ciencia, sobre
todo las ciencias sociales. En último lugar será de gran interés el anticiparse: será conveniente
revisar periódicamente las posibilidades de las vías que comienzan a estar presentes en las
ciencias sociales.
Nuevas teorías de análisis en el nivel operacional serán siempre bienvenidas si, como
condición, se adaptan al objeto y campo de estudio y a sus perspectivas metodológicas de
referencia.
Parlebas asume la idea de R.Daval (1981: 173) de una ciencia del actor y una ciencia
para el actor, es decir una Praxiología de los fenómenos práxicos y una Praxiología de la
eficacia de las praxis 67. La cuestión de una Praxiología motriz que aborde investigaciones
básicas e investigaciones aplicadas está entonces propuesto.
Quedaría por resolver la cuestión de los niveles de uso del conocimiento en la teoría y
las investigaciones. En función de su grado de abstracción, no se encuentran en el mismo
nivel de gestión:
67
Le correspondería en el ámbito de la actividad física
(Parlebas, 1981: 173) “... las reglas de entrenamiento
deportivo y del comportamiento práxico unidas a la eficacia de
una intervención concreta; es también tanto para el
practicante como para el entrenador o motricista”.
45
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.1.1.- F. Mahlo
Sus estudios son cronológicamente anteriores a los de P. Parlebas. Puesto que además
es alemán, no creemos que se haya basado en conceptos o fundamentos de la Praxiología
motriz de P. Parlebas. Su obra más conocida y citada por los praxiólogos, L’acte tactique en
jeu de 1969 (traducción al castellano de 1985), tiene dos objetivos: demostrar la existencia de
un modelo de producción táctica en el juego deportivo, y aplicar las consecuencias de ese
46
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Su objeto de estudio explícito (1985: 22) es la acción68 en el deporte. Señala que (22)
“La acción representa la unidad de la actividad y, en su esencia, la solución del problema”.
Por ello se quiere centrar (22) en una “... acción táctica general, individual y colectiva”.
68
F. Mahlo (1985) parte de una teoría de la acción desde la
perspectiva psicológica. Otros autores que también utilizan la
“acción psicológica”, pero sin salirse de una psicología del
deporte son Rioux y Chappuis (1978) y A. Thomas (1981).
69
Para Mahlo (1985: 27) “La acción táctica representa, desde
el punto de vista de la cibernética, un sistema investigador
que no se contenta con elegir el mejor objetivo de mucho
posibles, sino que se autoperfecciona al mismo tiempo que
resuelve el problema planteado”.
47
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
los componentes de la acción táctica son: amplitud de la vista, cálculos óptico motores,
pensamiento táctico, conocimientos, velocidad de reacción, cualidades físicas de base,
habilidad (técnica), concentración, voluntad, motivación y espíritu colectivo.
Puesto que considera que (60) la acción táctica en el juego, osea, “el hecho de
resolver correctamente los problemas particulares que se presenta en cada una de las
situaciones”, puede tener un mayor o menor grado de conciencia, se llegan a diferenciar tres
tipos de “formas de acción”:
- Las acciones que resultan de una actividad mental creadora (que implica (67) “... la
elaboración de conocimientos nuevos que supere sus condiciones subjetivas
iniciales”).
48
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- El interés que dedica en algunos de los pasajes de su obra al problema de las fintas 70.
- La reseña del punto de partida de todo juego deportivo (21): “La motivación
principal, en el juego deportivo, es el objetivo fijado en la actividad: superar al
adversario y cumplir buenas performances”.
3.3.3.1.2.- M. Delaunay
Piensa que (1980: 24) a Parlebas, siendo más estructuralista que funcionalista, le
interesa orientarse por el concepto de <<acción motriz>>, porque ello le permite descubrir las
regularidades “universalistas” de la forma de las situaciones motrices. Ello no elimina el
estudio de la conducta (motriz), más particularista, que, desde una perspectiva más funcional
70
Por ejemplo, en la p. 104 (Mahlo, 1985): “En un simulacro,
debe haber entre el inicio del gesto o su anticipación visible
y su previsión mental la mayor diferencia posible desde el
punto de vista de sus objetivos respectivos”.
49
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
que estructuralista, permite descubrir las estructuras de la persona, es decir, sus contenidos de
participación en las situaciones motrices.
Centrándose en esta línea (1976: 6), intenta descubrir las relaciones entre las
estructuras operatorias del pensamiento de la persona y las acciones tácticas que se
encuentran en las situaciones características de los deportes colectivos. Parte de la idea de
que (1976: 6) las conductas tácticas en deportes colectivos representan una formulación
particular de la unidad fundamental de la acción y la inteligencia, guiadas bajo el aspecto
operatorio. Utiliza, por tanto, la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget para demostrar (345)
que las estructuras operatorias del niño le posibilitan resolver problemas en deportes de
equipo sólo si en ellas ya muestra cierto nivel de desarrollo.
c. La intencionalidad 71.
71
Delaunay (1976) no explica si la “intención” se refiere a un
contenido de actuación llamado <<intención>>, o que la
conducta se comprende porque es <<intencionada>>.
50
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
. Es portadora de significaciones.
- Espacio-tiempo deportivo.
72
Para sus investigaciones se centra en uno de los aspectos.
Delaunay opta por (1976: 5) situarse “... en la perspectiva
del individuo incluido en el equipo, como agente creador de la
conducta táctica”, y concretando sus <<mecanismos de
tratamiento intrapersonal>>.
73
Delaunay (1976) apenas añade nada nuevo respecto a lo
propuesto por Parlebas, excepto algunas matizaciones en lo
espacial y la adición de lo temporal.
51
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Las normas como código reglamentario con las normas como guías de juego del
equipo.
74
Delaunay (1976: 68) destaca con un subrayado “Le propre des
objetifs stratégiques individuels en sports collectifs est
qu’ils passent par l’atteinte des objetifs stratégiques de
l’équipe”.
75
Queriendo emular a la famosa frase de Watzlawick (“es
imposible no comunicar”), Delaunay (1980) dice que “es
imposible no transaccionar”.
76
Así podemos hablar de (Delaunay, 1980: 128 y 1985)
<<transacción sociomotriz>> o de (1980: 129) <<conductas
sociomotrices transaccionales>>.
52
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
77
En el sentido que para ambas lógicas anuncia Parlebas (1981
y 1988a).
78
Principios que serán “adecuados al objeto específico” que es
la <<acción motriz>>, una verdadera declaración de intenciones
disciplinares, que se manifiestan como una ideología, como una
propuesta de paradigma (en el sentido de “matriz
disciplinar”).
79
Una comprensión respecto a lo que el sujeto comprende,
observar las observaciones del observador, decidir sobre las
decisiones del agente, etc. Actualmente se conoce en teoría de
la ciencia como “cibernética o teoría de sistemas de segundo
orden”.
53
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.1.3.- B. During
80
Fundamentando lo que entonces se conoció como “Educación
física estructural”. Siendo fiel a esta propuesta, a B. During
le interesa hablar sobre Educación física y sobre <<conducta
motriz>>.
54
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
“una semiología de la acción motriz”, que él entiende sustentado por la comunicación que se
aprecia entre participantes. Es por ello que destaca los universales de P. Parlebas, como
estructuras clave para la comprensión de los juegos deportivos: “la red de comunicación”, “la
red de puntuaciones”, “el sistema de roles y sub-roles” y “el código praxémico” (también
menciona el gestémico: p. 186).
3.3.3.1.4.- A. Menaut.
55
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Ello queda justificado, desde el instante en que dice demostrar que en este tipo de
juegos -el mismo campo sobre el que Parlebas centra su interés- el desarrollo de la acción no
depende tanto de los condicionantes previos que representan las reglas, como, sobre todo, de
la interacción jugador-juego. Este binomio está hasta tal punto unido que demuestra que
(233) “... la estructura común subyacente al conjunto de juegos deportivos colectivos es
isomorfa a la estructura operatoria del sujeto”.
- No hay una lógica de las conductas psicomotrices y otra de las sociomotrices. Es una
única lógica (233): la del jugador que interviene en situaciones variadas.
81
Mejor cabría decir “duelística”, de “duelo”, tal como se
entiende en la teoría de juegos.
56
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- El uso del espacio y del tiempo en la dinámica del juego son dos de los elementos
que guían la acción-estrategia (258-260). El gesto es también de interés, pero, a
diferencia de otros tipos de análisis, debe interpretarse en función del contexto del
juego (279).
57
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Hay dos cuestiones que regulan la acción, a parte del sistema interaccionista juego-
jugador: una es la energética83, la otra es la material84.
- Una forma de conocer los niveles de juego (233) “Consiste en determinar las
condiciones necesarias y suficientes a su análisis epistemológico ...”. Para cualquier
aspecto de un tema a estudiar, lo suficiente y necesario supone una elección
metodológica que distingue a un centro de interés: lo discrimina respecto a lo que es
insuficiente o innecesario.
3.3.3.1.5.- C. Bayer
Para ello afirma que se orienta en una ideología estructural y fenomenológica. Esta
orientación la explica comentando que (Bayer, 1986: 62):
83
Para Menaut (1982: 230) “El carácter “construido” de la
acción colectiva en el juego necesita la elaboración de una
problemática que se refiera... al bucle de regulación de la
acción: energética/racionalidad”.
84
Menaut (1982: 240) destaca de Vernes que reconoce como uno
de los mecanismos que soportan relaciones abstractas en el
juego a los que “... fijan la utilización objetiva de los
instrumentos de juego. Ello hace que podamos apelar al aspecto
material de juego ...”.
85
Parlebas (1986), P. Irlinger (1973), B. During (1981), como
C. Bayer (1986), también parten del concepto de
“transferencia”.
58
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
86
Bayer (1986: 34) dice que esos denominadores comunes se dan
en todos los juegos deportivos colectivos, sea cual sea la
época o la cultura de que se trate.
87
Respecto del terreno de juego, y referenciando a J. Tissié,
distingue (Bayer, 1986: 42-47) entre zonas fijas (prohibidas
para algunos o todos los jugadores, a alcanzar
obligatoriamente para realizar ciertas acciones y las
sometidas a ciertas reglas) y zonas variables (prohibidas como
el fuera de juego, las utilizadas por los atacantes y las
utilizadas por los defensores).
88
Dice (C. Bayer, 1986: 48) que las reglas examinan todas las
posibilidades mediante autorizaciones y prohibiciones,
provocando una motricidad especializada. Insiste en que se
provoca también un enfrentamiento con estricta igualdad de
posibilidades para los dos equipos, aunque “... el resultado
se mantiene indeterminado desde un buen principio”.
89
C. Bayer (1986: 50) señala que “... un partido debe
analizarse y comprenderse en términos de la relación de fuerza
entre dos equipos ...”.
59
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Para los atacantes: conservar el balón, progresión de jugadores y balón hacia la meta
contraria, y marcar punto en la meta contraria.
- Para los defensores -en oposición equilibrada a los atacantes-: recuperar el balón,
impedir la progresión del balón y jugadores hacia la portería que se defiende, y
proteger la puerta o campo.
90
En la p. 52 señala (Bayer, 1986) que “Dos situaciones clave
suscitan estos principios relativos a los objetivos del juego,
capaces de facilitar, al ser aplicados y aceptados, la
intervención de cada uno...”.
60
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
No podemos decir que, según lo aparecido en esta obra, sea consecuente con sus
posturas de partida. C. Bayer no utiliza una metodología fenomenológica en su estudio, a
pesar de que nos alerta de su importancia desde la misma introducción de la publicación91.
- P. Irlinger
91
En la p. 8 dice (C. Bayer, 1986) que considera que “Cada
especialidad posee su literatura, casi siempre descriptiva
porque es realizada a partir de racionalizaciones y
sistematizaciones de lo que es visto únicamente desde el
exterior, sin tener en cuenta las intenciones y los proyectos
personales del jugador...”.
92
En términos de P. Parlebas (1981), este cuadro de C. Bayer
(1986: 144) no sería sino una <<red de cambio de subroles
sociomotores>>, dado lo amplio del concepto de <<subrol>>, tal
como Parlebas lo planteó.
61
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Igual que P. Parlebas, parte del concepto de transferencia, para, centrándose en los
deportes de equipo, fundamentar el estudio de este ámbito desde una Semiología93, es decir,
desde una teoría del signo y de la comunicación en base a signos.
Concluye (1973: 39-42) que los mensajes verbales se refieren a cuatro aspectos:
transmisión del balón, organización del juego, transmisión de reacciones emotivas y los
referidos al reglamento del juego. Respecto de lo gestual, resume los mensajes en dos
categorías (79-98): los relacionados con la transmisión del balón, y los mensajes
organizadores del juego 95.
A partir de este último descubrimiento propone una clasificación con dos criterios de
los mensajes gestuales (100-102). El primer criterio se refiere a la “relación jugador-balón”:
93
Un año antes, en 1972 (ver en Parlebas, 1986: 116-124), ya
P. Parlebas había propuesto su <<semántica sociomotriz>> y una
<<semiología de los juegos deportivos>>, en base a un “código
de praxemas”. Parlebas distingue a éstos -interacciones
indirectas- que son anticipadores, de las interacciones
directas (las operatorias -instrumentales- previstas por el
modelo de juego: roles sociomotores).
94
Dice que (1974) al acelerarse el ritmo de las secuencias de
juego, el ritmo de la palabra no se adapta a las necesarias
comunicaciones del juego colectivizado porque es lento, además
de que será escuchado por los adversarios. Los jugadores de
mayor nivel se orientan comunicativamente por un “código de
recepción visual”.
95
Al final constatará (Irlinger, 1974) que lo que se produce
es una transferencia del sentido, de lo que se da a entender,
entre las dos formas exteriores del mensaje: la verbal y la
gestual.
62
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
directa si la hay (pedirla, tirar, ...), e indirecta en los demás casos (organización del juego). El
segundo criterio es la “modalidad del mensaje”: imperativa (orden) u optativa (demanda). El
resultado son cuatro categorías.
A continuación define dos conceptos (104): el <<gesto-acto>>, es “toda acción motriz
directa sobre el mundo”, que se refiere a los gestos de los que detentan el balón, y el <<gesto-
signo>>, que son “los que sirven en un proceso de comunicación”, osea, las acciones de los
que no tienen el balón, y, por tanto, son indirectas, porque no implican intervención directa
sobre el mundo (material, suponemos). Considerando estas dos posibilidades, explica (110)
que toda acción puede llegarse a considerar como gesto-acto o como gesto-signo, es decir,
cumpliendo una doble función.
P. Irlinger (1973: 140-142) afirma que el mensaje -que contiene gestos-signo- debe
96
A semejanza de los monemas de la Lingüística (que son las
unidades verbales mínimas que poseen un sentido), los
<<gestemas>> (Irlinger, 1973: 137) son las unidades mínimas de
significación gestual, que son reducidas en número. La primera
articulación es la unión entre lo exterior o su imagen o su
evocación y el sentido. En la segunda articulación del gesto-
acto se apela, como en los fonemas, a la biomecánica. Pero
tanto los fonemas (unión de sonidos) como esta segmentación de
los gestemas, no contienen un sentido.
63
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
ponerse en relación con las circunstancias del juego, que son (tomando la terminología de L.
Prieto) “Todos los hechos conocidos por el receptor en el momento en que tiene lugar el acto
sémico”. Esta puesta en relación es la que determina la preferencia por una producción e
interpretación de un mensaje u otro.
Apelando a que las circunstancias varían de un deporte a otro, se deduce que cada
deporte de equipo posee su propio código sémico de juego, puesto que el reglamento de cada
uno determina mayormente los gestos-acto y los gestos-signo se derivan parcialmente de
aquellos. No obstante, dadas las características comunes entre los deportes, dice (144) que
podemos hablar de “un código gestual de los deportes colectivos y de sus variantes”.
- J. Caron y C. Pelchat
La obra que se cita de estos autores es Apprentissage des sports collectifs. Hockey,
basket, de 1975. A pesar de que se publica en Canadá, atendiendo a sus citas, conocen la obra
de P. Parlebas producida hasta 1971. Parten de una concepción estructuralista de las
situaciones de juego (Caron y Pelchat, 1975: introducción, VIII), para poder aplicarlo luego a
la enseñanza de esos dos deportes.
64
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
La <<sintaxis>> de esa legua en el juego viene dada (72) por los principios de
utilización de las posibilidades tácticas en un partido. Para describirla definen los conceptos
(74) de <<ataque>> y <<defensa>> (idénticas definiciones a las de C. Bayer, 1986), los
componentes (74-76) de ataque y de defensa, 97 los <<principios de acción>> 98 (76-79)
ofensivo y defensivo, y las <<reglas de funcionamiento>> (79) que permiten al jugador
articularse entre los principios de acción.
- L. Téodorescu
En 1977 se publica la obra de este autor rumano Théorie et méthodologie des jeux
sportifs. Piensa en una disciplina organizada de forma autónoma, teórica y aplicada al
entrenamiento del juego deportivo. Este área de conocimiento sería una síntesis inter e
intradisciplinar (13) motivada por una diversificación en el seno de la ciencia (15). Dice que
las consecuencias de la práctica de los juegos deportivos (aparte de las físicas y motrices) son
la conformación de un pensamiento práctico (23) en el jugador, que le conduce a un análisis
de situaciones por comparación y su rápida transformación en acciones, que en fases más
desarrolladas provoca una capacidad de anticipación de acciones.
97
Para estos autores (Caron y Pelchat, 1975) los componentes
son, para el ataque: contraatacar, ataque organizado, tiro y
recuperación. Para la defensa los componentes son: repliegue
defensivo, defensa organizada, contra y recuperación. Como se
aprecia, se definen en términos de equilibrio en oposición,
igual modelo seguido por C. Bayer (1986) para enunciar sus
principios.
98
Los “principios de acción” son (Caron y Pelchat, 1975:76) el
“quehacer” de los jugadores en las situaciones de juego para
sacarle el máximo provecho a su intervención.
65
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Por la participación segmentaria corporal: con la mano (con o sin instrumentos), con
los pies, mixtos.
- Por el modo de lucha por el balón: directa o indirecta (tenis, por ejemplo).
El caso particular de los juegos deportivos colectivos implica a dos equipos que
colaboran y se oponen, mediante acciones de juego individuales y colectivas en
combinaciones tácticas, mediante la circulación de jugadores y balón. En resumen, (32) “... el
juego deportivo colectivo se compone tanto de acciones como de interacciones desplegadas
en el marco del ataque y la defensa”, donde el equipo es (33) “... un microsistema social,
complejo, dinámico, con una funcionalidad general y una funcionalidad específica”. Ese
sistema dinámico tiene las capacidades de (33) “autorregulación” y de “adaptación” a las
situaciones de “perturbación”.
66
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- J. Conquet
Así Conquet analiza uno de los fenómenos del proceso de decodificación en duelos
de equipos deportivos. Ese fenómeno se refiere a la capacidad que permite pre-actuar a un
jugador, por medio de la emisión de datos ambiguos al adversario que, si los decodifica,
podría actuar en consecuencia.
Esta actuación buscada por el primer jugador es la que pretendía para su adversario,
obteniendo entonces, respecto a su adversario, una ventaja (difícil de compensar por el
adversario). Esta ventaja es la que le permitirá al jugador el intentar el logro de sus propias
intenciones en el juego, con un menor “grado” de oposición respecto de ese rival directo 100.
- J. Vankersschaver
Parte de las ideas de M. Delaunay (1980) en su artículo (1987) “La formación del
99
Este documento de J. Conquet no lo poseemos. Algunas de sus
conclusiones aparecen referenciadas en P. Parlebas (1985a) y
en B. During (1991).
100
Con ello J. Conquet (B. During, 1991) demostraría
empíricamente (al igual que J. Ody en Tennis, la préaction du
joueur, de 1981, referenciado en Parlebas (1985a)) lo que
Parlebas (1986: 122-123) ya planteó teóricamente en 1971.
67
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Publican en 1984 Las cuatro esquinas de los juegos (traducción castellana de 1988),
donde, desde una exposición muy didáctica, aplican los instrumentos metodológicos de P.
Parlebas para analizar diferentes juegos deportivos tradicionales. Los juegos estudiados
101
Estas dos categorías Vankersschaver (1987) las recupera de
Pailmous, que las expuso en un artículo de 1980.
68
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- B. Grosgeorge
Este autor piensa (69-70) que las observaciones de comportamientos pueden ayudar al
entrenamiento, mejorando las tácticas de los jugadores que anticipan sus intervenciones. Sin
embargo, también señala la posibilidad de comprender el juego (164) desde análisis
cualitativos (relaciones entre jugadores, su implicación en las tareas parciales de juego...).
Claro está que (164) no debe perderse de vista que “La lógica de los jugadores y la lógica del
102
La categoría sociomotriz del deporte se reduciría, segun
estos autores (Guillemard y otros, 1988: 12), apenas al modelo
de “duelo simétrico de equipos”.
69
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
70
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
105
Es una clasificación planteada en Hernández Moreno (1983),
junto a D. Blázquez, según indica Hernández Moreno (1994a:
27), para los deportes de equipo, en conjunción a la
clasificación de P. Parlebas (1981: 5-15).
71
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
pertinentes de los juegos deportivos previstos en el reglamento, como las características del
desarrollo de las situaciones de juego pueden deducirse atendiendo a ciertas
DIMENSIONES (1994a: 48): espacial, temporal, de ejecución de modelos, comunicacional
y estratégica. Referidas a los deportes, esas cinco dimensiones, junto con el reglamento,
serán los <<parámetros>> que configuran la estructura de los deportes.
- Hay dos aspectos del reglamento que definen las situaciones (54): los aspectos
formales (características del espacio y del tiempo de juego, número de jugadores y sus
maneras de intervenir, forma de puntuar, etc.) y los aspectos desarrollo de la acción de
juego (formas de usar los materiales y el espacio, formas de relación entre jugadores,
penalizaciones...).
- El espacio de juego es uno de los aspectos que estudia con más profundidad. Aporta
que el espacio estandarizado en los deportes de equipo puede tener subdivisiones
(zonas fijas prohibidas, variables prohibidas, fijas semiprohibidas y de marca) y que
en el desarrollo del juego se aprecian zonas colectivas (de organización de jugada, y
más o menos favorables para lograr tantos o defender) y zonas individuales. También
han de considerarse los espacios y distancias relativas entre jugadores (espacios de
interacción o distancias de guardia o de carga de Parlebas).
72
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Por otro lado, la estructura de opciones estratégicas en ataque y defensa (1994a: 141)
la presenta como una revisión de la propuesta por C. Bayer (1986: 144).
106
Otra cuestión aparte será el tipo de variables, indicadores
73
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Lo prescrito está ahora dinamizado. Esto implica un nivel diferente de análisis, que es
el de la propia situación. Por otro lado también habrá que identificar circunstancias de
relación entre lo prescrito como válido en el reglamento para hacer avanzar la situación y las
acciones concretas del juego (por ejemplo, una estructura que contenga las acciones o los
aspectos de las acciones que impliquen puntuar o sancionar las transgresiones en los
deportes). Considerar, además, que hay muchas prácticas físicas espontáneas que no
contienen un reglamento o siquiera una mínima normativización.
74
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Acciones técnicas en baloncesto (1987): botes del balón, pases del balón,
lanzamientos, tiros, palmeos y rebotes, intercepciones.
75
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
grupos de deportes (en 1985 y 1994a). Otros son cuantitativos, estudiando estadísticamente
los aspectos externos de las acciones de juego en deportes concretos (1987 y 1988a) o por
grupos de deportes (1994c o en 1996b).
3.3.3.2.2.- F. Lagardera
F. Lagardera (1989, 1993a, 1994a y 1994c) repasa las nociones de “physis”, “praxis”,
“corporalidad”, “motricidad”, “movimiento”, “acción”, “acto” y “actividad”. En lo que a
nosotros respecta -“acción motriz” como objeto de estudio- concluiremos que asigna a
“acción” los siguientes caracteres (1994c: 24-26):
76
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Pertenece a una situación, a una realidad o contexto, del cual no puede ser separado
para su inteligibilidad.
107
Insiste Lagardera (1994c: 26), suponemos que a partir de la
definición de “acción motriz” de Parlebas (1981: 1), que es
ésta, la de movilidad aparente, la “acción motriz” a la que P.
Parlebas se refiere. Eso podría inferirse si se siguiese la
concatenación de términos (Parlebas: 1981): <<acción motriz>>-
<<conducta motriz>>-<<comportamiento motor>>-<<movimiento>>.
En ningún caso será deducido cuando se sigue la concatenación
de términos: <<acción motriz>>-<<situación motriz>>-<<tarea
motriz>>-<<función práxica>>-“performance” de tipo motor, que
entonces sí incluiría a lo que no implica sólo el “movimiento
perceptible” (Lagardera, 1994c: 23) con desplazamiento. La
Motricidad como disciplina científica, también atiende a los
no desplazamientos y al movimiento no aparente o perceptible
(Ver Rigal, R. y otros, 1979).
77
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
máquinas...).
Tendríamos que poner una objeción a este proceso de especificación del tipo de
acción que interesa a los estudiosos de las actividades físicas. Una acción intencional,
consciente, con significación práxica y conteniendo un espacio-tiempo-protagonistas-objetos
extracorpóreos pertinentes puede ser encontrada en muy diversos ámbitos fuera de las
actividades físicas. Menciona el ejemplo (Lagardera, 1994c: 27) de que cada una de las
acciones que suceden al leer un periódico, incluso levantándose a beber agua, carecen de
significación práxica, puesto que no explican la situación contextualizada por sí mismas.
Insistimos en que estos criterios podrán ser válidos siempre que se especifique aún
más el tipo de acciones que son de nuestro interés. Mientras tanto podemos encontrar,
utilizando sus criterios y denominaciones, por ejemplo:
108
Lagardera (1994c: 28) entiende el <<estatuto práxico>> como
la cierta estabilidad en la reglamentación de las relaciones
“esenciales” para la aparición de la acción. La <<comunicación
directa>> es una noción equivalente a la cooperación y/o
oposición de P. Parlebas (1981). Lagardera (1994c: 29) también
distingue en la comunicación indirecta a la oposición y/o la
cooperación (29). En ella incluye a todo lo que Parlebas se
refiere como interacción no directa, es decir, la indirecta o
la inesencial, pero ceñidas exclusivamente a los
participantes. Indirectas serían para Lagardera las relaciones
de oposición entre corredores de 100 mts en atletismo, o entre
gimnastas en competición individual, o la cooperación entre
participantes en actividades de expresión en grupo.
78
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
109
Lagardera (1994c) parece que simplemente las escoge dentro
de la amplia multiplicidad de contextos de significación
práxica. Selecciona sólo cinco tipos de acciones: deportivas,
lúdico-recreativas, expresivas, aprehensivas y las físico-
recreativas de carácter autotélico. No somos capaces de
identificar el criterio para diferenciar unas de otras, ni
tampoco el criterio para diferenciar a estas que nos interesan
respecto de otras que no.
110
Un conjunto definido “extensionalmente” es aquel que se
elabora seleccionando un número finito de elementos, pero sin
referencia a un identificador común para todos sus elementos.
Una definición “intensional” o por “comprensión” establece un
conjunto, no necesariamente finito, cuyos elementos tengan en
común un mismo rasgo que los identifique a todos. Por ejemplo
la definición de deporte de P. Parlebas (1981) es intensional.
Sincrónicamente un conjunto definido por comprensión tiene un
número identificado de elementos (por ejemplo, tantas
disciplinas deportivas de tantas federaciones, en el día tal
del año en curso).
79
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Probablemente sea este énfasis en incluir las prácticas físicas que implican
exclusivamente un trabajo sobre sí mismo, introyectivamente, una de las mayores
aportaciones para dibujar el campo de estudio de la Praxiología motriz.
111
En teoría de la acción, como veremos en próximos apartados,
toda acción se dirige por algún tipo de finalidad; es ésta una
80
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
“... una propiedad emergente del sistema, aquello que ve el observador, toda
una secuencia de acciones de juego producto de una compleja trama de
relaciones estructurales, por lo tanto se trata de una unidad de significación
elemental si concebimos, como es el caso de la praxiología, a los juegos
deportivos como sistemas praxiológicos”.
81
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Ahora bien, la Praxiología tiene sus preferencias y Lagardera (1995a: 44) también las
manifiesta:
Es esta una postura que compartimos sin reservas, al igual que las opiniones
metodológicas de Lagardera sobre los universales de P. Parlebas. Entiende que (45) el vector
informacional se ha convertido en la pieza clave taxonomizadora y operativa de Parlebas. La
información que el agente gestiona sobre el entorno físico será la “incertidumbre” y sobre el
entorno humano será la “interacción”. A su vez, los modelos operativos de estudio,
“universales” de P. Parlebas, desvelan las constantes estructurales del sistema en su vertiente
informacional.
82
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
estatuto se descubren desde los códigos (45): sistema de roles, de subroles, código gestémico
y praxémico. A pesar de los avances (que tampoco son tantos en opinión de F. Lagardera
(1995a: 46 y 48), a tenor del retraso en la propuesta de modelos válidos y comprobables de
registro de roles y subroles en los juegos deportivos), los universales de Parlebas presentan
sus limitaciones, sobre todo en la imposibilidad de aplicarlos al extenso campo de estudio,
que entiende forma parte de la Praxiología motriz.
Lagardera (1995a: 47) destaca la imposibilidad, tal como están planteados los
“universales” por el momento, de ser aplicados a la comprensión de las prácticas físicas
psicomotrices y a las que carecen de estatuto práxico, aunque se conciban como sistemas. Por
ello (48), ante sistemas con distintas estructuras dinámicas, metodologías disímiles. Las
alternativas innovadoras que propone son (48-51):
- Comprobar los supuestos funcionales previos sobre los que cada investigador edifica
su sistema de roles y subroles.
83
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.2.3.- J. Riera
No se define él mismo como praxiólogo, pero trata cuestiones que pueden afectar a la
Praxiología motriz. En 1989 publica Fundamentos del aprendizaje de la técnica y la táctica
deportivas. En este libro destaca:
- Las ventajas de clasificar las tareas deportivas (que también son tareas motrices,
aunque no todas) según el criterio del entorno humano “existencia o no de
colaboración y/o oposición”. Esas ventajas serían (40-42):
D. Permite analizar y descomponer las tareas según las relaciones que contienen (43-
84
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
A J. Riera (1995a) le interesa, como ya vimos, definir conceptos que serán aplicados
al estudio de las situaciones de juego en el deporte. Como formas diferentes de contemplar
una misma acción define: <<táctica>>, cuyos rasgos son (50) competición (esto existe en
todos los deportes), oposición (sólo en algunos deportes) y objetivos parciales (driblar,
marcar gol, ...), y <<técnica>>, que existe en todos los deportes y está caracterizada por (54)
la ejecución (moverse, desplazarse, mirar ...), la interacción con la dimensión física del
entorno (incluyendo también el físico de los jugadores) y la eficacia.
- Los principios que deben regir los estudios deben considerar (48-49): la
imprevisibilidad de las acciones, la interdependencia de factores (temporales,
espaciales, técnica de los jugadores, etc.), la jerarquía (la táctica individual se analiza
supeditada a la colectiva), la globalidad de aconteceres en la suma de instantes, la
adaptación de los análisis a cada situación particular (caracterizada por su estructura
espacial, relacional, ...), la simplicidad (explicando secuencias, o ciertos aspectos,
dado que es imposible comprenderlo todo simultáneamente), la intencionalidad de las
acciones (su objetivo), la relevancia de los indicadores, la temporalidad de las
secuencias, arbitrariedad de la selección de aspectos (son elecciones para la
investigación), objetividad y validez. Un criterio para aplicar esos principios de
estudio es (49) “Situarse en la posición del deportista o el equipo con independencia
del resultado”.
85
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.3.4.5- J. Antón
Este autor dice que su concepción del balonmano (Antón, 1992: 22) se adapta a la
perspectiva “kinesemiológica” de P. Irlinger y a la “semiopraxiológica” de P. Parlebas112. Sin
embargo, profundiza en las orientaciones ideológicas en las que basa su tesis (Los efectos del
entrenamiento táctico-estratégico individual sobre la optimización del lanzamiento de siete
metros en balonmano, en función del análisis de las conductas de la interacción en
competición, de 1992) y sus publicaciones (1990, 1994a)).
Antón muestra gran habilidad al sintetizar con éxito una diversidad de nociones
teóricas aplicadas al estudio de las situaciones de juego.
Efectivamente, sus fuentes son:
- P. Parlebas, que le sirve para entender el juego como una superposición de códigos
(1992: 11, 73-78) (biomecánico, reglamentario y estratégico) en base a una
comunicación “motriz” (1992: 9).
- Hernández Moreno, del que asume el criterio de distinción de los roles sociomotores
(1990: 32) (jugador poseedor del balón, compañero del poseedor y adversario del
112
Aquí J. Antón (1992) se refiere a varios términos de M.
Bouet (1978), que divide las concepciones semiológicas del
hecho deportivo entre “teorías orientadas hacia la
interpretación del contenido del significado” (por ejemplo la
“interacción simbólica” o la “forma simbólica”) y “teorías
orientadas hacia la estructura de la significación”,
encontrándose la de Irlinger y la de Parlebas en esta última
división.
86
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
poseedor).
- F. Mahlo, que le sirve para diferenciar las tres fases de la acción táctica individual de
juego (1992: 43-58) siguiendo una línea cognitivista-cibernética (percepción y
análisis de la situación, solución “mental” del problema y solución motriz).
A parte del intento de síntesis teórica y de los estudios prácticos con diferentes
diseños con el objetivo de dirigirlos específicamente hacia la iniciación y el entrenamiento
deportivos, de Antón se destaca la formulación de “objetivos” y de “principios” (1990: 30) o
de “intenciones” (1994c) en diferentes niveles (generales, específicos) para el desarrollo del
juego.
Ello nos sirve para mostrar que si bien la estructura del juego mediatiza las decisiones
de los jugadores en un nivel más superficial, recíprocamente, la estructura en niveles
profundos del juego se refieren a las estructuras decisionales de los propios jugadores, sean
87
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.2.5.- S. Olaso
Ello supone que por decisiones extrasistémicas (1993b: 84) se origina un sistema -
abierto-, compuesto por relaciones entre elementos. Su objeto de estudio es el conjunto de los
elementos esenciales del “Joc de pilota valenciana”, que contiene varias modalidades.
De entre los elementos esenciales, resalta que la acción motriz es el principal (1993b:
85), y que contiene los siguientes rasgos (1993b: 85-86): posee un sentido, implica un
procedimiento, de carácter dinámico y supone la búsqueda de un resultado. También señala
88
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
que la acción motriz se relaciona con los restantes elementos esenciales (1993b: 85), los
cuales son necesarios. Propone estudiar la acción motriz desde la teoría de grafos y la teoría
de conjuntos.
89
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
3.3.3.2.6.- M. Lloret
- De Menaut (1982) toma la relación que establece entre el fenómeno jugador inserto
en el juego y su posibilidad de estudio disciplinar.
90
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
virtual o teórica) conformada por los roles y subroles del juego, y una vertiente explícita
(funcional, real o práxica), ambas bañadas por el tipo de comunicación motriz que se da en el
juego.
M. Lloret (1994a) defiende que una “lógica interna” “explícita” o “práxica” se puede
instrumentalizar a través del “praxiograma”, siendo adecuado para explicar lo que los
ludogramas no explican. Los praxiogramas permitirían cuantificar comportamientos motores
referidos a la táctica (sistemas de juego), la técnica y la estrategia del jugador (uso del
reglamento, del espacio y del tiempo de juego, códigos gestémicos y praxémicos, otras
decisiones del jugador, comunicación).
Aplicando todos los universales de P. Parlebas (dado que en uno u otro lado de las dos
vertientes metodológicas de Lloret (1994a) aparecen los universales) analiza estructuralmente
(“estructural” en el sentido de Parlebas (1981), y no tanto en el sentido que el mismo Lloret
(1994a) ha explicado) el waterpolo desde su red de comunicación y contracomunicación
motriz, desde la red de interacción de marca, desde la red de cambio de roles y de cambio de
subroles sociomotores, y describe el código gestémico de los árbitros y unos modelos de
“jugadas” estándar que reconoce como “praxemas”.
91
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Realiza en esta tesis un estudio cuantitativo tomando como muestra los partidos de
waterpolo de la olimpiada de Barcelona’92. Registra las frecuencias de subroles sociomotores
y la efectividad desde la frecuencia de acciones o de aspectos de acciones en ataque y en
defensa, siguiendo criterios semejantes a los que Hernández Moreno (1987) utilizó en su tesis
doctoral.
3.3.3.2.7.- F. Amador
113
Piensa F. Amador (1994a: 200) que la “pertinencia motriz”
92
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
En resumen (208):
lo cual, pensamos, no significa que la Praxiología motriz no deba ocuparse de los contenidos
internos de las decisiones. Fundamentando con este argumento, un criterio de clasificación de
conductas motrices en juegos deportivos que F. Amador (1994a) introduce lo describe como
(206) “la propia iniciativa personal”, por el que (207) “El jugador “iniciador” o “activo” es
el que genera o hace generar acciones de máxima significación y pertinencia de la situación
motriz dada”. Por otro lado, cuando caracteriza lo “motriz” de las conductas se refiere a (204)
“... una parte de la actividad del sujeto, aquella cuyo sentido es motor”, siguiendo a B.
During (1989).
93
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
De todas formas, la elección del campo de estudio por el que Amador se interesa es
bastante precisa (262-263):
Refiriéndose a los deportes de lucha, y tomando sus rasgos pertinentes (aquellos que
los diferencian del resto de prácticas físicas), los describe (258) como que:
Anotamos que para comprender la lógica interna de cada práctica (261) sugiere que
los rasgos se deduzcan de lo que Parlebas (1981) propone (relación del jugador con el espacio
y sus elementos, relación entre jugadores y condicionantes temporales), además de (Amador,
1994a: 261) “... todos los elementos que imponen caracterizaciones singulares a la acción
motriz: la forma de ganar o perder, las acciones penalizadas, las acciones de significación
estratégica manifestadas...”.
F. Amador elabora dos clasificaciones que destacamos por su interés. La primera, que
antes introdujimos, tiene por objeto el diferenciar las distintas conductas motrices en los
juegos deportivos. Sus criterios son (206-207): la mencionada “iniciativa personal respecto a
la del compañero ó a la del adversario” (categorías: “iniciador”, ó “seguidor” si no lleva la
iniciativa), “la presencia -ó no presencia- de implemento o móvil mediatizador” y “la
presencia -ó no- de compañeros y/o adversarios”, resultando diez categorías.
94
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
95
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Entre otros, esos elementos son los universales de Parlebas, distribuidos entre (F.
Amador, 1994a: 259): sistemas, redes y códigos. El gran reto sería (268) su interrelación.
Además, añade F. Amador (1994a: 279), las redes de comunicación motriz de los
deportes de cooperación-oposición son todas “semejantes”. Es éste un argumento largamente
defendido por Parlebas, y que en varias publicaciones utiliza para mostrar la no
“superioridad” del deporte frente a los juegos tradicionales (ver en la introducción a
Guillemard y otros, 1988). Las instituciones deportivas sólo seleccionan aquellos juegos
deportivos que pueden ser “controlables”. En el caso de los de cooperación-oposición se
reducen a dos de las nueve categorías de los modelos posibles, según criterios de
“estabilidad”, “exclusividad” y “simetría” (Parlebas, 1988a: 215). A pesar de la diversidad de
redes de comunicación motriz en el juego deportivo (ver también Parlebas, 1986: 100-105),
el isomorfismo que Amador (1994a) observa en las redes de comunicación aplicadas al
deporte (279) “... nos lleva a sostener la hipótesis de que las redes son en realidad
proposiciones tautológicas...”.
F. Amador (1994a) está en lo cierto sobre que las redes de comunicación en el deporte
son tautologías pero no porque ellas “no añaden nada” (279), cosa que no es verdad, sino
porque todo modelo sobre una realidad seleccionada puede ser representado según un
particular punto de vista.
96
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Puesto que es una representación, sea cual sea el formato de transcripción, no añade
nada nuevo a la misma realidad: en todo caso propone “otra realidad”. La misión de un
modelo será la de servir para la comprensión de la realidad que acapara (una de tantas formas
de comprenderla), y funciona de manera semejante a una metáfora (sobre el proceso de
generación de modelos, ver Blas, H. y otros, 1994: 63).
Las redes de comunicación motriz -modelo formalizador- fueron creadas por Parlebas
probablemente para comparar una enorme diversidad de juegos deportivos, y no tanto para
comparar deportes, que son todos iguales -los de cooperación-oposición- respecto a este
factor.
Eso es un <<suprajuego>> (lo que sucede a consecuencia del juego, pero ya fuera de
la situación): gana quien suma más puntos en el combate, o en la serie de combates, o
sumando los del resto de luchadores del equipo, o en la suma para la competición local, o
para la liga anual, etc.
97
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Los subroles sociomotores y los praxemas son unidades que caen bajo el conjunto
“partes de un rol, que presentan un carácter estratégico”. Son estratégicos en base a que su
intención última es (303) puntuar o impedirlo 115. Todos ellos se pueden determinar (306) “...
mediante un proceso de observación, codificación y discriminación de acciones que se
integran en una unidad estratégica mínima, con significación diversa según su
interpretación”. Por ejemplo (Amador, 1994a: 306) “amagar para...” puede ser “con variadas
intenciones”, pero “la intención sustantiva” no se modifica.
Esta deducción no es, sin embargo, consecuente con las explicaciones que sobre los
115
Recordemos que para F. Amador (1994a) la acción motriz en
las luchas es estratégica (6) y que su emergencia se plasma en
subroles, praxemas y gestemas (224). La acción motriz es ante
todo comportamiento motor, y como tal puede ser (201):
observable, codificable, descomponible y operativizable.
98
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
praxemas asume de varios autores (319): “Es la conducta motriz de un jugador interpretada
como un signo...” (Parlebas, 1981: 169); “Es una secuencia motriz que funciona como un
signo ... Es a la vez acción y signo” (Delaunay (1980: 15); “Se presenta como característica
definidora el requerir siempre la realización de un acto práxico que encierre un sentido
táctico” (Hernández Moreno, 1988: 36).
No estamos en absoluto de acuerdo con que este modelo no puede entenderse desde
una tendencia sistémica, máxime cuando el parámetro “estrategia motriz” (ese que “baña” el
resto de parámetros) es visto desde una perspectiva “estructural-sistémica” (Hernández
Moreno, 1994a: 92-97). Si realmente F. Amador (1994a: 325) afirma que una estructura “...
es resultado de los componentes, de su proceso interactivo y de su producto”, ¿encontraremos
esquema más revelador respecto a las posibles interacciones entre elementos que el gráfico
99
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Cuestión aparte será si tomamos como elementos del sistema (que hacen surgir
propiedades emergentes que se resumen en la acción motriz) a los “sistemas, redes y
códigos” de Parlebas con ciertas modificaciones, o a los “parámetros” de Hernández Moreno
con ciertas modificaciones, o si, en el fondo, ambos autores no están considerando lo mismo,
pero no hemos sido capaces todavía de encontrar sus puntos de conexión (repasar al respecto
nuestra posición en el apartado que dedicamos a la metodología de Hernández Moreno).
- Mantiene que la lógica interna de los juegos parte fundamentalmente del reglamento
de cada práctica (261). Considera que el reglamento no es un “parámetro” (328)
puesto que él configura las características de los componentes de cada juego. En este
punto estamos de acuerdo: el reglamento es previo y caracterizador de las acciones
que sucederán en las situaciones de juego. Reúne las normas en tres bloques:
A. <<óntico-formal>> (334) que incluye a las reglas “... que definen las
características y funciones de los sujetos y elementos que conjuntamente asignan
especificidad a cada deporte de lucha”.
100
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
El campo de estudio de este teórico e investigador son los juegos motores (en lo que
le afecta a la Praxiología motriz), y su objeto de estudio las conductas que en ellos se
registran en función de la estructura del juego y de otros condicionantes externos al mismo
(fundamentalmente psicológicos, sociales y culturales). Por tanto, plantea pormenorizados
análisis interdisciplinares entre lo que es propio de la Praxiología motriz y otras ciencias.
Navarro Adelantado es crítico con las carencias que muestra la todavía joven
disciplina praxiológica, cosa que manifiesta en su tesis (1995a) Estudio de conductas
infantiles en un juego motor de reglas. Análisis de la estructura de juego, edad y género y en
el artículo conjunto con Serrano Sánchez, de 1995 “Revisión crítica y epistemológica de la
Praxiología motriz”.
Respecto del objeto de estudio de la Praxiología motriz, diferencia con gran lucidez
tres niveles (1995a):
101
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Sin embargo, dos páginas más adelante (1995a: 160) defiende la idea de que la
conducta motriz puede entenderse como aquellos comportamientos “... ajenos a la lógica
del juego, de su estatuto práxico...”. Efectivamente la “conducta motriz” abre una de las
puertas de conexión entre lo que es interno en el contexto de un juego y lo que ya se sale de
él (lo biológico, lo físico o lo afectivo y sociocultural). Esa es una postura idéntica a la
defendida por Delaunay (1985) y B. During (1989 y 1991). Por nuestra parte tendríamos que
matizar que, en todo caso, la significación de lo que se manifiesta en una situación se
completará con otros aspectos de la lógica externa a la situación, pero nunca se entenderá si
no se asocia la conducta a la situación en donde surge. Si la conducta motriz se separa de la
situación motriz, entonces hablaríamos de los otros aspectos de la conducta: conducta social,
conducta estética, conducta verbal, etc.
Desde luego si este es el criterio para distinguir los juegos motores de los no motores
(para Navarro Adelantado (1995a: 105) “... el juego motor es una organización lúdica que se
caracteriza por el empleo significativo de la motricidad...”), estamos en total desacuerdo, por
cuanto es difícil establecer el “grado” de motricidad. Incluso si una situación tiene un gran
componente de motricidad, sin embargo puede que no sea motriz (Delaunay, 1980 y 1985).
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
la motricidad, de manera que ésta sea el fundamento principal sobre el que se desarrolla el
juego” (la negrita es nuestra). Aquí <<fundamento>> habría que entenderlo como que “este
sea el fin principal sobre el que se desarrolla el juego”.
Señala que las CNEJ (Navarro Adelantado, 1995a: 167) “... son un conjunto de
conductas integrado por conductas expresivas, prosociales, de aparente no-juego, y de
evasión o de pseudotrampa” de naturaleza “extrasistémica”. Lo que queremos entender con
esta apreciación es que si bien estas conductas no son del sistema “juego” (se las separa de la
situación motriz), en todo caso están muy cercanas al mismo sistema. Este problema de las
“distancias” entre sistemas y subsistemas es un interesante aspecto de reflexión.
103
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Si tal como lo ha definido el juego implicase una situación motriz, según el concepto
que vertimos atrás sobre el rasgo “motor” del juego, nos encontraríamos con sólo dos
elementos propios de la lógica interna: “actividad” e “incertidumbre”. Los tres restantes -
“recreativa”, “natural” y “contexto sociocultural”- tal como los explica Navarro Adelantado
(74) se asociarían a la lógica externa. Este problema nos lo encontrábamos también con
Parlebas (1981) cuando define <<deporte>> (ver el apartado correspondiente en esta tesis): lo
“institucional” y lo “competitivo” no son de la propia situación de juego, aunque influyan
mucho y aparezcan “cerca” de ella.
Navarro Adelantado (1994: 106) clasifica el juego motor como incluido en cualquiera
de las tres formas de juego de Piaget: juego sensoriomotor, juego simbólico y juego de reglas.
Esta aportación es interesante, por cuanto los juegos con situación motriz conforman un
conjunto más amplio que el de los juegos deportivos (reglados y con competición: los
estudiados por P. Parlebas, Hernández Moreno y la mayoría de investigadores en Praxiología
motriz). Justificados también para los dos primeros, nos encontraríamos con un campo más
extenso para la Praxiología motriz.
Asimismo, distingue las formas que adoptan la definición de las reglas del juego en
base a su variabilidad: las reglas pueden estar poco formalizadas (son los “acuerdos”), o muy
formalizadas por convención y aceptadas sin modificaciones (“reglas”), e incluso con
posibilidad de sanción (“normas”). En un sentido amplio, todo juego sería juego con reglas
(81), pero no un juego de reglas. Respecto de las reglas indica una de sus funciones: las reglas
sirven (147) para repetir el juego.
104
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
indicadores de estudio.
Sin embargo, él anota la falta de una mayor fuerza explicativa y predictiva (Navarro
Adelantado 1995a: 209 y Serrano Sánchez y Navarro Adelantado, 1995) para la Praxiología
motriz, factor que, piensa, se corregiría a partir de un mayor volumen de estudios
praxiológicos basados en la correlación estadística y en los experimentos.
De todas formas, incluso para su propio estudio echa de menos el sentido profundo de
las acciones de juego (1995a: 303), aunque manifiesta no saber cómo instrumentalizarlo en el
análisis de secuencias (230-231) de juego. En definitiva, defiende diversidad de opciones, de
las que naturalmente sólo puede eligir algunas para investigar, indicando las ciertas
limitaciones que presenta todo análisis.
105
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
106
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
la praxiología ecológica”.
En otra parte (Navarro Adelantado, 1993a: 37) toma un criterio “metafísico” para
confirmar que “Pertenece al ser de juego todo aquello que le es necesario para ser lo que
es...”, de modo que los elementos que no le son necesarios “... pueden darse o no, mientras
107
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
que las decisiones y acciones propias de la convención son las que definen en sí mismo el
juego-deporte”. Esta formulación a partir de una “lógica de proposiciones” tiene la
ventaja de establecer con mayor claridad las fronteras científicas intradisciplinares, del
campo de estudio de la Praxiología motriz.
“En general casi todas las estructuras identificadas en los juegos deportivos
deberán tener un tratamiento de variables independientes, a excepción de los
roles y subroles, que al ser en realidad variables de conductas que se generan
durante el juego, deberían tratarse como variables dependientes”.
3.3.3.2.9.- P. Lavega
De este investigador destacaremos su tesis doctoral Del joc a l’esport. Estudi de les
Bitlles al Pla d’Urgell (Lleida) (Lavega, 1995a), en donde, en base al análisis de la <<praxis
lúdicro-física reglamentada>> como objeto de estudio, intenta fundamentar una nueva
<<Praxiología>>. Las consecuencias de este amplio objeto suponen una difusa propuesta
respecto al campo de aparición de las praxis físicas específicas, factor que afectará al resto de
elementos epistemológicos internos (clasificaciones, ideología, y metodología,
fundamentalmente), ejemplificados al campo de estudio de su interés: el juego deportivo
tradicional.
108
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
El concepto clave parece ser <<praxis>>. Para lo que pueda afectar al conjunto
amplio de prácticas físicas, es decir, incluyendo a las situaciones que no son juegos,
eludiremos expresamente el término <<lúdicro>> y analizaremos las consecuencias
disciplinares en la Praxiología motriz del resto de términos a los que Lavega (1995a) se
refiere. <<Physis>> alude a una “globalidad” de la persona (560), manifestable en su
vertiente perceptual. <<Praxis>> incluye a lo “corporal” y a la “motricidad” de las personas,
pero su identificador semántico es (560) “Toda acción que desencadena una practicidad”,
distinguida de la “actividad teórica, reflexiva, contemplativa o especulativa”.
Sobre el particular tendremos que plantearnos si tal como él entiende la praxis, juegos
práxicos no son también los de azar, o los jugables a distancia, puesto que indiscutiblemente
ambas categorías siempre implican una “práctica” (algunas incluso con carácter
reglamentado). En definitiva, la <<práctica>> sería el punto débil del objeto de estudio,
factor que incidirá en la concepción del campo, clasificaciones y metodología.
109
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
La conclusión de Lavega (1995a: 571) es que una práctica física, como pueda serlo el
juego de Bitlles, es una praxis física constituida por acciones intencionadas y conscientes con
significación práxica. La triple mención a la “praxis” y la “acción” en una única definición,
quizás hubiese requerido de una mayor profundización en teoría de la acción.
Sobre la ideología, para el estudio de los juegos tradicionales, nuestro autor adopta,
además, una orientación sistémica (572), evolucionista (introducción y 558), materialista -
dialéctica-, ecológica (320) -en referencia a lo contextual- y fenomenológica (562) -en
referencia a las interpretaciones de los propios protagonistas-.
El campo de estudio desde esta Praxiología es amplio. Así, y siendo consecuentes con
el objeto, por ejemplo las acciones del colocador de las bitlles -“plantador”- durante el
desarrollo del juego merecen ser analizadas en idéntico nivel disciplinar que las acciones del
lanzador, puesto que según el colocador distribuyese las bitlles podría condicionar las
acciones del lanzador, estando el “plantador” considerado, sin embargo, como un
“participante” neutral (581).
Pero desde una Praxiología motriz esto se correspondería con dos situaciones
motrices bien diferenciadas: las acciones motrices de los participantes que tienen como
objetivo el derribar las bitlles, y las acciones motrices de otras personas que tienen como
objetivo disponer espacialmente esas bitlles.
En Praxiología motriz, esas serían dos facetas del juego que se analizarían como
separadas, cada una conformando un (sub)sistema praxiológico aparte. Como ejemplificación
en el deporte, un sistema será la situación que es juego para los jugadores de balonmano, que
no tiene relación con la situación -quizá motriz- en que los mozos secan mejor o peor el
parquet mojado por el sudor de los jugadores. Otro ejemplo del mismo tipo es la distribución
de las pelotas -más o menos gastadas- a los jugadores que efectúan los recogepelotas en un
partido de tenis, como conjunto de acciones bien diferenciadas a las que realizan los propios
110
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Dentro del campo, entendido como sistema específico, Lavega (1995a), en idéntica
línea a Navarro Adelantado (1995a), distingue entre los elementos necesarios e
imprescindibles de carácter cualitativo (voluntariedad, placer, distensión, incertidumbre,
fantasía...) y de carácter cuantitativo (espacio, imperativos temporales, objetos
extracorpóreos, jugadores y apuesta).
La necesidad de distinguir claramente entre las acciones del sistema práxico de los
jugadores y del resto de las acciones de otras personas que no son jugadores, no se acompaña
en este trabajo, sin embargo, de un criterio de pertinencia efectivo. Por ello, por ejemplo,
los roles del derribador de bitlles, del colocador de bitlles, del recogedor de los bitllots (móvil
que derriba las bitlles) y de los apostadores, sin estar ellos metidos en el mismo “saco”, no
quedan definidas con precisión por qué muestran esas diferencias en referencia a la
significación práxica que manifiestan.
111
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
juego, tal como lo es la evolución de las puntuaciones en un deporte de equipo. Por otro lado,
entendida como la especial manera de explicitar las condiciones de la situación (número de
lanzamientos, distribución espacial y número de bitlles derribadas), entonces podríamos
afirmar que cada tipo de apuesta configura una situación diferente. En otras palabras, para
cada modalidad de apuesta-definición de las condiciones del juego, quedaría conformado un
“sistema praxiológico” diferente (en el sentido de Parlebas), puesto que los rasgos pertinentes
se modifican para cada caso.
Indica que la unidad de análisis factible para los juegos deportivos es la acción de
juego (665-669) o “conjunto de secuencias”, varias de las cuales, conjuntadas en vistas a la
consecución de el resultado previsto, forman una “jugada” (o “golpe de juego” en la
112
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Cada elemento cuantitativo sistémico que analiza la estructura interna de los juegos
tradicionales, es abordado en su doble vertiente de condiciones iniciales en vistas a ser
utilizados por los participantes (características del espacio físico, estatuto práxico, morfología
del material) y las condiciones dinámicas de uso de tales elementos (sistema de roles y
subroles, ubicación de los participantes (lanzadores), características procedimentales del
material...).
Los resultados a los que llega Lavega en sus estudios son epistemológicos (necesidad
de revisar la metodología de los universales ludomotores de Parlebas, propuesta de análisis
transversales para el estudio de los juegos tradicionales) y praxiológicos (la organización-
explicitación-definición de los componentes internos cuantitativos de la estructura interna de
los juegos deportivos tradicionales está en relación inversa a la de sus componentes
cualitativos).
- Algunos elementos estructurales (al estilo de los utilizados por C. Bayer (1986):
espacio, material, tiempo, participación y objetivo (que es de tipo espacial: el móvil
hay que colocarlo en una zona del terreno y evitar que sea devuelta).
113
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
“Consideramos como jugador con bola el que golpea la pelota y jugador sin
bola el que ya la golpeó y espera a que ésta vuelva a su campo después de que
el otro jugador realice su golpe”.
114
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
tiene de jugar golpes ganadores...”, teoría que en el entrenamiento sólo se aceptaba en hierba
y en superficie sintética. La muestra tomada fueron jugadores de la ATP.
- G. Lasierra
Lasierra (1990) plantea que podemos llegar a descubrir una estructura superior de
intenciones (tácticas) (60) incluso generalizables para los deportes de equipo, que atiendan a
los objetivos de juego (61). Es decir, al igual que piensan Navarro Adelantado (1995a) o
Vankersschaver (1987), habría que indicar (Lasierra, 1990: 60) el “para...” de la acción: botar
para progresar, botar para superar al oponente...
117
Sobre conceptos clásicos en deportes de equipo como
<<técnica>>, <<táctica>> y <<estrategia>>, ver Lasierra 1990 y
1995. Sobre las carencias en la investigación en deportes de
equipo ver Lasierra y Escudero (1993). Sobre la aplicación: en
la iniciación ver Lasierra (1990) y para el entrenamiento ver
referencias continuas en Lasierra (1995).
115
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Destaca entre sus propuestas la evidencia de que son posibles tres niveles de
concreción diferenciados de estudio sobre una misma secuencia de acciones de juego:
- El de las “conductas de decisión” (Lasierra y Escudero, 1993: 91), que son (Lasierra,
1993: 48) “Subfunciones. Conductas dotadas de significación e intencionalidad”.
Son, aproximadamente, los “subroles sociomotores” de P. Parlebas (1981). Lasierra
(1993: 48) entiende que un subrol “Es una categoría que surge de la reagrupación de
todas las sucesiones de comportamientos que revelan la misma intención estratégica
inmediata, y que corresponde a la misma significación práxica” (a continuación en el
mismo texto expone su idea como semejante a la definición de Parlebas de “subrol
sociomotor”).
- El de las “acciones de juego” (48), que son “Acciones observables y medibles en una
situación motriz determinada”, y (Lasierra y Escudero, 1993: 91) “... susceptibles de
ser sistematizadas para cada uno de los deportes de cooperación-oposición (acciones
técnico-tácticas de juego)”.
Lasierra (1993: 49) deduce de su planteamiento que a una misma “acción de juego”
pueden corresponderle varias “conductas de decisión” (subfunciones), a una conducta le
pueden corresponder varias acciones, y que toda subfunción o acción de juego “... podrá ser
solucionada mediante unas determinadas modalidades de ejecución”. Creemos que este es un
planteamiento tremendamente acertado.
116
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Por otro lado, no está claro que las secuencias de juego con idéntica marca estratégica,
que es un “subrol” para Parlebas (1981: 227) sean las “conductas” a las que Lasierra (1993)
se refiere.
118
En su tesis doctoral, Hernández Moreno (1987) entendía que
en algunos deportes de equipo con portero (balonmano, fútbol)
los roles son cuatro: el portero y los tres restantes de
jugador con balón, jugador compañero del que tiene el balón y
adversario del que tiene el balón. Lasierra (1993: 43-44) nos
descubre las posibilidades de concepción del rol como “puesto
específico”, como “ataque o defensa”, como deducido del
reglamento de juego (Parlebas) o según la perspectiva de
Hernández Moreno (1987). Él opta por esta última, en
consecuencia a sus mayores posibilidades explicativas, dada su
concreción a los deportes de equipo, y porque además integra a
la concepción de Parlebas.
117
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Hay que hacer notar que lo “verbal” y lo “gestémico” mencionado por Lasierra (1993:
40 y 53) al no ser acciones y ser un añadido a las acciones motrices, entonces no son de la
situación motriz. Los gestemas o la palabra no son “acciones motrices”, por tanto no son
parte del sistema práxico “juego deportivo” (ni de cualquier situación motriz).
118
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Pensamos como ellos (Castarlenas y otros, 1993a: 20), que la clasificación de las
situaciones motrices de Parlebas (1981) utilizando los dos criterios (Castarlenas y otros,
1993a: 20) que él propone (el “tipo de incertidumbre en el medio físico” y “tipo de
interacción con otros participantes”) es “franqueada” con frecuencia por la gran
heterogeneidad de prácticas físicas, y, sin embargo, las situaciones “franqueadoras” contienen
las “acciones motrices” de las que Parlebas habla.
Creo entender que con <<franquear>> quieren significar que la relajación, el Yoga o
el Tai-chí no son suficientemente estudiables con esos dos criterios. Efectivamente esos dos
criterios de Parlebas (1981) explican poco para ese tipo de prácticas físicas.
119
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
con total objetividad”. Para mantener las ocho categorías con tres criterios dicotómicos,
sustituyen ese criterio de Parlebas (1981) por el de “presencia (o no) de competición”,
entendiendo <<competición>> como (28) “... la existencia de enfrentamiento de forma
convencional y que permite, en función de los resultados, situar a los participantes en una
jerarquía de éxitos”.
Pensamos que el concepto <<competición>> está bastante logrado, pero quizás mal
ubicado en la clasificación. Tal como lo plantean, este factor se presenta en un nivel diferente
respecto a la oposición o la colaboración. La oposición y cooperación son componentes
(partes integrantes) de la acción (motriz), mientras que la competición pertenece a una forma
de condicionamiento de la acción de juego, aunque sin ser parte de ella.
120
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
oposición también. Sólo que las condiciones varían: en la colaboración todos los participantes
se ayudan para intentar el objetivo, mientras que en la oposición, que implican bandos, unos
impiden que otros logren el objetivo. Es muy acertado el énfasis que ponen en que existen
metas a lograr en cada despliegue de acciones. Pero de ahí no podemos deducir que el
objetivo de la oposición sea el “establecer una relación de confrontación”, tal como el GEP
define (Castarlenas y otros, 1993b). Esta forma de relación interpersonal “negativa” es una
condición para el logro de la meta, nunca la meta misma.
La metodología parece ser el elemento impulsor de los trabajos del GEP (Castarlenas
y otros, 1993a: 21): “... nuestro objetivo prioritario era en un principio encontrar modelos
operativos para analizar y estudiar la enorme diversidad de prácticas físicas...”. Lacasa y
Comes (1995) -también miembros del GEP- parten de identificar lo estudiable bajo los
conceptos “lógica interna” y “lógica externa” de P. Parlebas (1981 y 1988a).
Destacan como analizables los dos mismos aspectos incluidos por P. Parlebas en la
lógica interna: los rasgos pertinentes y las consecuencias práxicas. Estas últimas son las que
se derivan de una situación motriz junto a las prescripciones establecidas, conformando una
“lógica intrínseca” que en perfecto equilibrio vehiculizan un “código de comportamiento”, un
“código de uso del cuerpo” y un “código de relaciones humanas”.
Lacasa y Comes (1995) sostienen que la lógica interna no reúne todas las posibles
consecuencias práxicas. Lacasa y Comes (1995) ponen el ejemplo de las consecuencias
práxicas derivadas de la modificación de las condiciones previas de una práctica física.
Tendríamos que introducir, por nuestra parte, dos matizaciones:
121
Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Según Parlebas (1986, 1988a) los condicionantes externos a la situación (lo que se
incluye en la lógica externa) son efectivamente de índole individual (variables psicológicas,
biofísicas...) y de índole social (con variables espaciales -distintos lugares-, temporales -otras
épocas- y de estratificación -distintas clases, distintas subculturas-). Creemos deducir que
Lacasa y Comes (1995) no aciertan con la manera de distinguir los límites de las
interpretaciones que se dan de la situación: las interpretaciones internas en la propia situación
(lo que es acción motriz) y lo ajeno a la situación (lo que no es acción motriz).
No es el investigador quien con antelación dice lo que es interno o externo para una
disciplina. Los rasgos, características o variables de la lógica interna o externa deberían
mostrarse bastante claros desde un criterio de pertinencia consensuado para una comunidad
de investigadores.
Los miembros del GEP intentan aplicar los universales de P. Parlebas (Castarlenas y
otros 1993b: 30-36) para estudiar grupos de actividades físicas tal como las clasificaron.
Como no siempre les es posible, introducen ciertas novedades:
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Defienden que (32) la “interacción de marca” se ideó para las prácticas competitivas.
Efectivamente, todos los universales los elaboró Parlebas para explicar los juegos
deportivos -juegos competitivos-, especialmente los sociomotores. Ello no implica,
como se desprende del texto del GEP, que pueda existir alguna situación motriz sin
acciones que supongan “objetivos motores” (sean o no competitivas; cuestión aparte
es si tales objetivos motores son observables o no): toda situación motriz siempre se
identificará precisamente por la presencia de los objetivos motores perseguidos.
119
El GEP (Castarlenas y otros, 1993b: 36) incluye aquí lo
verbal, y los gestemas y praxemas de Parlebas (1981). No
obstante tendremos que distinguir, en esta globalidad, entre
lo que es necesario para la situación -los praxemas-, y lo que
no es constitutivo de la acción motriz -osea, lo verbal y lo
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
gestémico-.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Algunos autores como Delaunay proponen una lista de rasgos que pueden identificar
al objeto <<acción motriz>>. Otros autores como Parlebas, B. During o Hernández Moreno
desvían su atención hacia otro concepto -<<conducta motriz>>- del que el objeto de estudio
sería deudor. Por último, otros como Lagardera o el GEP parten del concepto de <<acción>>
y lo especifican según los intereses que afectan a un praxiólogo.
- Se procura definirlo en términos operacionales, es decir, que sirva para operar: para
clasificar, para investigar, para relacionarlo con otros conceptos y relacionarlo con las
ideologías que lo soportan.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
contenidos procedentes de otras disciplinas. Habrá que resaltar, entonces, en una nueva
redefinición de acción motriz qué es lo propio y sus límites, y, a partir de esos límites, qué es
lo compartido.
Este intento permitirá una visión más holística en las explicaciones del campo al cual
se aplica nuestro objeto. Pero para ello no cabrá otra opción que encontrar un criterio que
marque de forma aproximada dónde se encuentran esos límites diferenciadores de la
Praxiología motriz como perspectiva de estudio exclusiva. En otras palabras, deberemos
establecer y comprobar un criterio de pertinencia aplicado al objeto de estudio y su campo.
Ese criterio se ha sugerido (Menaut, Olaso, Navarro Adelantado, GEP), pero no se ha
aplicado en profundidad para deducir sus consecuencias.
Entre las prácticas físicas interesaría atender tanto a las más estables (los juegos
tradicionales, los deportes, la danza o prácticas en gimnasios) como a las más esporádicas
(se proponen, se realizan y de ellas jamás se volvió a saber: las situaciones que se programan
en las sesiones de Educación física, en el entrenamiento deportivo, en el acondicionamiento
físico, en la formación laboral, en la terapia o en actividades de tiempo libre, y asimismo las
que surgen en ciertas actividades del trabajo y de la vida cotidiana). Estas prácticas pueden
tener unas prescripciones fuertes para la forma de actuar de sus practicantes (un reglamento
reconocido) ó apenas tenerlas (mínimas reglas), incluso pueden introducirse condiciones
improvisadas sobre la marcha.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
posibilidades del campo de estudio de la Praxiología motriz se hacen eco, de una u otra
forma, los miembros del GEP, y, sobre todo F. Lagardera.
Pero el problema que se nos presenta es la definición del campo con criterios de
comprensión. Habría que encontrar una caracterización que destaque lo que de común tienen
esta diversa amplitud de prácticas físicas. Sabemos que el concepto “situación motriz” de P.
Parlebas es muy oportuno por cuanto siendo genérico incluye a todo el conjunto de
actividades físicas. Pero también desde su globalidad pueden lograrse especificidades
mediante el añadido de distintos rasgos. Es entonces cuando nos aproximaríamos a las
particularidades de las distintas prácticas.
No obstante la gran variedad, todas las situaciones motrices contienen una “esencia
interna”. Esta es resaltada por los distintos autores: significación, sentido, contenido
aprehensible, consecuencias (práxicas)...
También coinciden muchos autores en otros puntos: hay una organización inherente
en esa esencia, en la cual surgen las acciones motrices, y en esa esencia se aprecian
componentes más o menos diferenciados que mantienen ciertas relaciones. En este punto se
sugieren algunos otros conceptos como <<estructura interna>>, <<estructura funcional>>,
<<estructura sistémica>>, <<lógica interna>>, <<significación práxica>>, <<universo de la
acción de juego>>, <<estructura dinámica>>...
Estos conceptos son los que abren la vía directa a las investigaciones. A pesar de ese
común punto de partida, no hay consenso entre los investigadores en cuáles son los
componentes del sistema-estructura ni sobre el tipo de relaciones que se establecen entre
ellos. Con este disenso, la vía de acceso a los estudios es diversa. El condicionante principal
de las divergencias metodológicas procede de las múltiples ideologías o perspectivas
asumidas para la construcción del conocimiento (que veremos después en el siguiente
capítulo), y también de las variadas opciones de instrumentación.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
con los criterios anteriores no se alcanza a la globalidad de situaciones y porque los criterios
anteriores no son suficientemente informadores de situaciones concretas.
Sin embargo apenas encontramos clasificaciones que atiendan a los objetivos previos
marcados para el desarrollo de la situación (uno de los escasos ejemplos sería el de las
“finalidades luctatorias” de F. Amador, 1994a). También se perciben algunos apuntes a que
se consideren las clasificaciones de las situaciones desde su propia dinámica, es decir,
partiendo desde lo que sucede en el juego (el “tener la iniciativa” de F. Amador (1994a), los
“roles estratégicos” de Hernández Moreno (1994a), las “distancias de enfrentamiento motor”
de P. Parlebas (1988a)...).
. Sobre la terminología.
En los términos empleados por los praxiólogos hay gran variedad y cierta falta de
acuerdos. La tendencia es semejante a la dirección del proceso de clasificación. Con unos
términos se pretenden reflejar conceptos que contengan una realidad amplia de aspectos. Por
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
otro lado se busca también que reflejen particularidades. El resultado (esperemos que
provisional) es el mismo que Timasheff (1961) señalaba para la sociología de finales de los
50: polisemia, términos solapados, duplicidades, y en muchos casos confusión e incapacidad
de poder aplicarlos. La solución a ello no es precisamente la propuesta de infinidad de
términos nuevos, sino, en todo caso, los acuerdos y la integración de los conceptos que los
actuales términos encierran.
Siendo consecuentes con los términos de una “teoría de la acción motriz”, sólo en lo
referente a las formas, cabe realizarse algunas consideraciones:
- No parece del todo correcto redefinir un término anterior ya existente que contenga
una idea significativamente distinta a la original. Vale más la pena crear un
neologismo, aunque aparentemente sea próximo en su significado.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
- Una vez asumida una nomenclatura (“... praxiomotor”, “Praxiomotricidad ...”, etc.),
ésta se trataría de mantener en la terminología específica, tal como en cualquier
materia científica. La consecuencia es que irremediablemente surgirán neologismos
por combinación, caracterización y reformulación de términos.
. Sobre la metodología.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Con respecto a los medios para lograr esos objetivos hay ciertas diferencias entre los
anteriores autores. Mientras para Serrano Sánchez y Navarro Adelantado (1995) o Navarro
Adelantado (1995a) los diseños coherentes con un modelo de ciencia hipotético-deductivo
que implican los objetivos superiores (explicación y predicción) son la correlación y la
experimentación, operativizados fundamentalmente con métodos observacionales, ni
Lagardera (1995a y 1995b) ni nosotros mismos asentimos al respecto. Los diseños son muy
variados y en principio todo vale, dentro de un rigor y un sistemático trabajo (Lagardera,
1995a, Rodríguez-Ribas, 1994a), para el logro de esos objetivos.
En los estudios de la Praxiología motriz, como ciencia social que es, el vector
informativo ha sido el privilegiado para descubrir los fenómenos de ese contenido, sentido o
significación de las situaciones motrices. Pero ya se hace notar la necesidad de profundizar en
este vector, e incluso introducir otros.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
como observador externo, o si, además, es la que nos facilitaría el mismo participante
generador de las acciones motrices, complicándose entonces la fiabilidad y validez de las
investigaciones en esta última opción. Sobre la interpretación del contenido de la información
hay varias propuestas: intenciones, objetivos, fines o metas del juego-jugador durante el
juego, signos (praxemas) y códigos, sentidos, percepciones de los datos de la situación...
Lo informativo se toma de las relaciones del agente con el entorno físico y con el
entorno humano (interacciones) (Parlebas, 1981). Pero también se propone (Lagardera,
1995a, 1994c) analizar lo que procede estrictamente de los límites del entorno corpóreo. Otra
opción (Parlebas, 1985a) consistiría en integrar más aspectos, como el riesgo, el “vértigo”, el
grado de concentración o el vector energético (y su versión materializada).
Para los estudios praxiomotores hasta el mismo Parlebas (1985a) utilizó el “gasto
energético”. Sobre el flujo material los investigadores aceptan que una producción motriz
conlleva en la mayoría de los casos ciertos movimientos y percepciones externas -
“comportamientos motores”- de los propios agentes o de los elementos no propios del
participante, y que este usa (móviles, máquinas, implementos...). Estos desplazamientos o
posturas son analizados (kinegramas, locogramas, estudios mecánicos) y en ciertos casos
estandarizados (técnicas, modelos de ejecución, gesto-formas).
Muchos de los autores parecen distinguir dos estados de las situaciones motrices, uno
estático y otro dinámico: Parlebas (rasgos pertinentes y consecuencias práxicas), Hernández
Moreno (estructura formal y reglamento, y estructura funcional y acción de juego), Lagardera
(estatuto, y estructura dinámica y funciones derivadas). Parece que la tendencia en los
estudios es hacia la centración en el estado dinámico de la situación, previo descubrimiento
de todas las opciones que plantean los condicionantes estáticos de partida (la tarea motriz, los
acuerdos previos, las reglas). Es decir, se está pasando desde el desvelamiento de una lógica
interna a partir del reglamento y de las condiciones de partida, hacia una lógica interna del
desarrollo de la situación.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Estas dimensiones son las que nos sirven para determinar indicadores en las
investigaciones, sea del signo que sea el estudio. Como propuesta, la de Hernández Moreno
es muy válida, pero siempre que se modifiquen algunos conceptos tendentes hacia una mayor
posibilidad de ser adecuados al conjunto de situaciones motrices (la totalidad del campo
de estudio de la Praxiología motriz).
Por ello habrá sido interesante descubrir qué es lo que los universales contienen,
puesto que su gran interés se refiere a que dan cuenta de la organización de las acciones
motrices. Obviando los aspectos formales (grafos) y la procedencia de su deducción
(reglamento-estático o situación de juego-dinámica) nos damos cuenta que las acciones
motrices en su situación pueden ser analizadas desde varias ORIENTACIONES
metodológicas.
Son precisamente esas orientaciones en las que queda plasmada cada acción motriz,
las que le otorgan su sentido en su contexto. Esas orientaciones pensamos que pueden ser
válidas para el estudio de la totalidad de las situaciones motrices. En los universales de
Parlebas hemos encontrado cuatro orientaciones, tomando la acción motriz: como
comportamiento motor, como interacción, como función (rol, subrol) y como signo. El reto
de los praxiólogos será el sacarle el máximo partido a esas posibilidades en los análisis de la
gran diversidad de prácticas físicas, y también el intentar proponer nuevas orientaciones.
Parece claro que se necesitan más recursos metodológicos. P. Parlebas (1981, 1986),
M. Delaunay (1985), Grosgeorge (1990), Riera (1995b) y nosotros (Rodríguez Ribas, 1994b)
planteamos opciones metodológicas, pero que todavía necesitan desarrollarse. Aun así, esta
instrumentación sería insuficiente, a tenor de las sugerencias de Lagardera (1995a). La
introducción de toda esa diversidad de situaciones motrices en el campo de estudio de la
Praxiología motriz, las diferentes perspectivas ideológicas, las orientaciones metodológicas,
las dimensiones de análisis, los distintos entornos en que se desarrollan las acciones motrices
de la situación, la centración en el estado dinámico de la situación, la necesidad de estudios
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
inabordados en Semiotricidad, etc., parecen ser sólo algunas de las circunstancias que pueden
explicar esta escasez de recursos.
Nos damos cuenta de que casi todo está por hacer y que esos recursos metodológicos
irán apareciendo a medida de que un mayor número de investigadores se atrevan con
diferentes aspectos alternativos a los actuales. El debate conviene entonces a las técnicas
cualitativas (Lasierra-Escudero, 1993), a los diseños no observacional-empíricos (de Serrano
Sánchez y Navarro Adelantado, 1995), a lo diacrónico (Menaut, 1982), a lo interno y
subjetivo (Parlebas, 1981), a lo fenomenológico y comprensivo (Lagardera, 1995a), etc.
Son varios los autores -Lloret, Amador, Navarro Adelantado, Ruiz Llamas, Lasierra-
que yuxtaponen los dos modelos metodológicos más difundidos en Praxiología motriz: el de
los “universales” de P. Parlebas y el de los “parámetros” de la estructura funcional de
Hernández Moreno. Ello no quita que incluso aquellos mismos autores planteen sus
objeciones y alternativas, como hemos podido comprobar.
En una carta del Grup d’Estudi Praxiológic (GEP) organizador del I Seminario
Praxiológico en el INEFC-Lleida (celebrado el 17-18 de Octubre de 1995), con fecha de 17
de Noviembre de 1995, se da un toque de atención al respecto: “... tendríamos que aprender a
contrastar, tanto los principios epistemológicos como los recursos metodológicos de la
Praxiología, con la crítica de personas formadas en otras disciplinas...”.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Es probablemente casi el único punto de acuerdo inicial, porque desde aquí surgen
gran cantidad de variantes. Lo estructural es sólo estructural o también funcional, puede tener
o no conformación sistémica, puede tenderse hacia concepciones fenomenológicas, o
evolucionistas o epistémico-cognitivas (Piaget). En relación a la concepción sistémica pasa
otro tanto: manifiesta una estructura o sólo es interrelación de componentes en funciones, es
abierto y/o cerrado y según qué aspectos (organización, flujo informativo, operaciones, ...), es
puramente cibernético ó también incluye al sujeto (sistema de segundo orden), la información
es comunicable ó hay aspectos que no, introduce ó no lo energético, a parte de lo informativo,
se destaca lo formal (teoría clásica de la información) ó también el contenido, el contenido es
interpretado exteriormente (investigador) ó también reinterpretado por el agente que está en
el sistema (el jugador).
Será interesante descubrir (lo haremos más adelante) que en esta disciplina se muestra
entre los praxiólogos bastante diversidad, desde la concepción misma de ciencia (positiva,
comprensiva...), o desde la concepción del contenido a investigar como ciencia social
(estructural, funcional, evolutivo), y específicamente como comportamiento (cognitivo,
contextual, ecológico), o ya aplicando teorías concretas (grafos, conjuntos, sistemas, juegos,
cibernética...).
Por nuestra parte pensamos que está por desarrollar toda una fundamentación de la
Praxiología (motriz) partiendo de una teoría de la acción, y en consonancia con ella, de una
acción entendida desde una teoría del signo (para fomentar estudios en Semiotricidad).
Asimismo habría que partir de que las acciones motrices enmarcadas en sus
situaciones no son fenómenos dados, sino producidos por un agente y asumidos
conceptualmente por un investigador. Sería conveniente, entonces, dirigirse hacia posiciones
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Para García Ferrando (1990: 16) las propuestas tales como las de la Praxiología
motriz se corresponderían con estudios sociales en el deporte que él denomina de carácter
“fenomenológico”. Lo fenomenológico analiza la situación como una microcultura, como un
proceso en el que los actores o los observadores otorgan sentido a ese proceso. García
Ferrando sostiene que tales investigaciones (16) pecan de carecer de forma estructural, ya que
él encuentra frecuentes estudios que “...carecen de análisis contextual (texto sin contexto) o
que contienen generalizaciones sin apoyatura factual (contexto sin texto)”.
Parece oportuno señalar que todavía queda pendiente poner el “texto” en relación al
contexto mayor (lo sociológico, lo cultural, lo biofísico, lo psicológico...), pero eso ya no es
objetivo predilecto de la Praxiología motriz actual, y tampoco creemos que lo sea en un
futuro próximo.
La cuestión sobre los límites disciplinares han sido perfectamente expuestos por
Lagardera (1995a), diferenciando lo que aporta el conocimiento de la lógica externa, la lógica
interna y lo conjunto a ambas lógicas. Pero ya hemos hecho notar, no obstante estas
excelentes aclaraciones, la ausencia de un criterio efectivo que establezca los límites de
exclusividad disciplinar, aunque se han dado algunos apuntes (p. e. Olaso, Navarro
Adelantado, Menaut o el GEP).
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Estas conclusiones no nos deberían sorprender, si las explicamos como motivadas por
el proceso de una ciencia en gestación. Según T. S. Kuhn (1971: 41) “A falta de un
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
paradigma o de algún candidato a paradigma, todos los hechos que pudieran ser pertinentes
para el desarrollo de una ciencia dada tienen probabilidades de parecer igualmente
importantes”. Esta es la necesidad que se aprecia en la Praxiología motriz de la integración de
fenómenos, subcampos, perspectivas y metodologías poco o nada atendidos desde sus
primeras propuestas. Para Kuhn (1971: 43) “... no es extraño que, en las primeras etapas del
desarrollo de cualquier ciencia, diferentes hombres, ante la misma gama de fenómenos -
pero, habitualmente, no los mismos fenómenos particulares- los describan y los interpreten
de modos diferentes”.
Fourez (1994: 86) nos pone en evidencia: “El periodo durante el cual una ciencia está
naciendo, el momento en que aún está relativamente desdibujada, se llama ... la fase
preparadigmática”. Sostenemos, por tanto, que la Praxiología motriz actualmente es “una
propuesta teórica con pretensiones científicas”, refiriéndose <<científicas>> al formato y
proceder interno de las investigaciones y de los fundamentos asentados. A mediados de los
noventa, la Praxiología motriz es un proyecto de ciencia, es una protociencia.
Con el escaso tiempo que lleva la Praxiología motriz como propuesta científica formal
-15 años-, lejos de estar implantada carece todavía de un mínimo de investigaciones
(Lagardera, 1995a). También para el GEP (en la carta del 17-11-95 dirigida a los
participantes en el I Seminario praxiológico) “... siguen faltando investigaciones básicas y
rigurosas”. Estas y otras críticas semejantes dirigidas al corpus praxiológico están
sobradamente justificadas.
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
1/ Para que quepan todos los distintos aspectos del objeto, pero estableciendo límites a su
campo de actuación, habremos de:
2/ Para que quepan todas las actividades físicas, todas las situaciones que nos interesan en
base al objeto y a los límites de su campo, pero organizadas según propiedades comunes y
diversas, deberemos:
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
. Aplicar esos criterios al campo, observando si abarcan a todo el campo, con una
doble función: a) integrar desde sus diferencias (inductivamente), b) diferenciar desde
sus aparentes semejanzas.
3/ Para que quepan todas las ideologías y metodologías de interés praxiomotor, tendremos
que encontrar su amplia gama de posibilidades, sin llegar a perder una coherencia, de modo
que se tomen en consideración:
. Los grandes vectores o flujos sobre los que se asienta la aparición del objeto dentro
del campo de estudio, desde una perspectiva sistémica.
Veamos cómo vamos avanzando en los objetivos que nos planteamos. La primera
parte del primer objetivo de la tesis era:
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
Por tanto, respecto de los objetivos del trabajo todavía nos queda:
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Juan Pedro Rodríguez Ribas. Fundamentos teóricos y metodológicos de la Praxiología motriz
3. Praxiología y Praxiología motriz
identificar: las formas en que toman sentido, los estados en que se presentan, los
entornos que incluyen, sus componentes, los niveles, orientaciones, dimensiones y
vectores de análisis, sus clasificaciones y algunas líneas metodológicas”.
1.1.1.- El proyecto está explicitado como disciplina científica en sus propuestas generales.
1.2.- Que de entre los diversos elementos que constituyen los fundamentos de una ciencia,
sólo el objeto (y su campo) de estudio se pretenden presentar como invariantes en la
Praxiología motriz.
1.2.1.- Elementos componentes del fundamento interno de una ciencia son, entre otros: el
objeto y campo, los objetivos, las clasificaciones, orientaciones e ideologías, conceptos y
terminología, metodología y la forma de acumulación y organización del conocimiento (esto
se mostró en el capítulo 2).
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