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TASAS RETRIBUTIVAS

Las actividades humanas productivas y no productivas contaminan el medio


ambiente. Esta relación entre el hombre y el medio natural no se rige por el
mercado, así que, sin la intervención del gobierno, el uso del medio ambiente
como vertedero puede sobrepasar su capacidad de asimilación, produciendo
efectos negativos sobre el bienestar de las comunidades, generando costos a
los productores y a los consumido- res, y deteriorando los ecosistemas. Dado
que la contaminación afecta el bienestar y reduce la productividad, los agentes
que la generan deben asumir los costos que implica eliminar o mitigar los
impactos negativos que causan sus vertimientos.

La tasa retributiva es un pago que cobra la autoridad ambiental competente en


Colombia, a quienes utilizan el recurso hídrico como receptor de vertimientos
puntuales directos o indirectos.

Pero lo primero que nos preguntamos es que, si estas son un instrumento eficaz
para el control de la contaminación de los cuerpos de agua en Colombia.
Para esto se destacan dos aspectos equívocos para el análisis económico:
 Que el valor de la tasa sea calculado a partir de los costos asociados a la
eliminación o control de las consecuencias de la contaminación
producida.
 Que el cobro de la tasa se condiciona al hecho de que la contaminación
sea producida a partir de una actividad lucrativa.

Hay ciertos puntos que implican que se presenta una tasa por unidad de
contaminación, que necesariamente es inferior al daño marginal total ya que no
se tienen en cuenta los costos generados por la pérdida de valor de la tierra, el
aumento de enfermedades, disminución en actividades turísticas, etc. lo que
origina una mayor cantidad de contaminación a la socialmente aceptada, con la
respectiva pérdida de bienestar que esta conlleva.

Existen distintas legislaciones sobre las tasas retributivas pero la mayoría de


estas traen ciertos “vacíos” uno de ellos es en torno a la propiedad privada que
no genera una ganancia muy representativa, debido a que en la medida que las
personas que están vertiendo contaminantes a los cuerpos de agua o a los
alcantarillados están haciendo un uso “privado” de un bien común, sin pagar por
ello y están imponiendo costos superiores a la sociedad. Esto genera un gran
daño debido a que están generando un gran impacto ambiental debido a estos
vertimientos lo cuales no están siendo vigilados ya que están “dentro de la ley”.
En 1984 aparece el decreto 1594 que en sus capítulos IV, VI y XII reglamentó
todo lo relacionado con los usos del agua, límites de vertimientos y el cobro de
las tasas retributivas respectivamente. Este decreto, al fijar los límites máximos
de vertimientos implementó políticas de comando y control en conjunto con las
tasas retributivas. Por lo tanto, los usuarios pagarán el valor de la tasa por los
vertimientos que van de cero hasta los límites establecidos, y si el usuario excede
estos estándares será sancionado. Al implementar políticas de comando y
control se está incurriendo en un elevado costo para la sociedad.

Adicionalmente los límites establecidos por el Decreto 1594 envían señales


económicas perversas a los agentes ya que para alcanzar los mismos
porcentajes de remoción, aquellas firmas que generen menos contaminantes
puedan verse enfrentados a una norma que les exige niveles de remoción
técnicamente imposibles de cumplir o inviables desde el punto de vista
económico, debido a que los costos marginales y la viabilidad técnica de
remoción varían de forma inversamente proporcional a la concentración inicial
de la sustancia contaminante.

De este modo, para alcanzar un mismo porcentaje de remoción las firmas con
procesos productivos “sucios”, incurrirán en menores costos marginales para la
remoción de contaminación. Por lo tanto, este tipo de norma donde se controla
los porcentajes de remoción independientemente del nivel de contaminación
inicial, desincentiva la adopción de procesos productivos y tecnologías más
limpias.

Una vez es expedida la Ley 99 de 1993, se hace evidente un enfoque más directo
de la tasa retributiva al concepto de óptimo Pirovano, pues en este caso cualquier
persona que vierta residuos o desechos tendrá que pagar la tasa retributiva,
independientemente si desempeña una actividad lucrativa o no.

Para la fijación de los precios de la tasa retributiva se fijaría la tasa teniendo en


cuenta los costos sociales, ambientales y la tasa de depreciación del recurso
afectado, previa autorización del poder legislativo, ya que por norma
constitucional dicho poder es quien tiene la potestad de fijar la tasa, pero puede
permitir que las autoridades, en este caso ambientales, fijen estos valores.

En el 2003 se expidió el Decreto 3100, Mediante este acto administrativo se


implementa el esquema de priorización de cuencas de acuerdo a lo establecido
en los planes de ordenamiento territorial (POT) y se sujeta el cobro de la tasa a
aquellas cuencas que las autoridades ambientales competentes consideren
prioritarias, lo cual generaría pérdida de uno de los principios de los instrumentos
económicos “El que contamina paga”, haciendo referencia a que la utilización del
recurso como receptor de contaminación implica un servicio, el cual genera un
costo a la sociedad y el contaminador lo debe asumir.

El enfoque de cuenca tiene como ventaja que permite establecer metas que
tengan en cuenta características físicas, químicas, económicas, etc., específicas
de cada cuenca logrando armonizar, en teoría, los estándares de calidad del
recurso con los usos actuales y prospectivos. Otro de los aspectos importantes
que incluye este decreto es que obliga a los operadores de sistemas de
alcantarillado a presentar un Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos
(PSMV) en el cual los prestadores del servicio establecen las metas de reducción
de contaminación, con lo cual se trata de mejorar el pobre desempeño en cuanto
a reducción de contaminación que han evidenciado los prestadores del servicio
de alcantarillado, ya que, aunque estos están sujetos al cobro de las tasas
retributivas, no hay incentivos para la reducción de la contaminación, pues los
costos generados por la tasa retributiva son mucho menores que los requeridos
para la implementación de plantas de tratamiento.

De manera explícita se establece que los recaudos provenientes de tasas


retributivas deben tener destinación específica a proyectos de descontaminación
hídrica y monitoreo de la calidad. Estas medidas, aunque pueden generar ciertas
restricciones administrativas al interior de las autoridades ambientales, han
demostrado a nivel mundial tener ventajas para el control de contaminación
hídrica

En términos generales la legislación ambiental en cuanto a tasas retributivas ha


tratado de evolucionar para crear un marco jurídico consistente, que permita una
adecuada implementación de las tasas, Sin embargo, persisten algunos
problemas serios como los límites de algunos contaminantes y las plantas de
tratamiento a final de tubo ya que no se permite que las empresas tomen
decisiones minimizadoras de costo.
Para hacer un seguimiento de la implementación de las Tasas Retributivas en
las diferentes Autoridades Ambientales, se adoptó un formato denominado
“Formulario de información relacionado con el cobro de la tasa retributiva y el
estado de los recursos". Desgraciadamente este ha contado con numerosos
problemas
Por ejemplo:

 El diligenciamiento es efectuado por las autoridades de forma distinta,


omitiendo información importante
 El diseño del formato no está acorde con la información que se requiere
suministrar.
 El formato puede ser fácilmente manipulable y cambiado por el usuario.
Esto propicia que al Ministerio llegue, por cada autoridad ambiental, un
diseño de formato distinto.
 no existe un proceso de retroalimentación que permitiera hacer los ajustes
necesarios.
 No todos los reportes han sido enviados al Ministerio por parte de las
Autoridades Ambientales.

La falta de un sistema de información unificado y un seguimiento activo por parte


del Ministerio, ha generado que no se tenga disponible información muy valiosa
a la hora de evaluar los resultados de la implementación de las tasas retributivas
a nivel Nacional.
Nuestro país comenzara a vivir una crisis en la que los problemas del ambiente
y desarrollo recíprocamente relacionados podrán causar daños irreparables.
Esta crisis tiene su origen en la dinámica de un modelo de desarrollo económico
que centra su importancia más a la obtención de ganancias que al bienestar de
las personas y el ambiente. Nuestros ríos se van convertido en los basureros de
los seres humanos, son utilizados para recibir y transportar los deshechos de
todos los productores y los consumidores.
Es deshonroso que un país como Colombia conocido mundialmente por su mega
diversidad se observe que el Río Bogotá y la Bahía de Cartagena se hayan
convertido en símbolos del desastre de la contaminación hídrica. Hace algunos
años, los ríos eran capaces de asimilar las basuras de la sociedad colombiana,
porque éramos una población pequeña, con limitada producción industrial, y las
aguas del país eran abundantes y caudalosas. Hoy estamos ante una realidad
muy diferente. El volumen de las aguas en los ríos se disminuye, y la
competencia por su uso se incrementa. La población y la economía han crecido
rápidamente durante los últimos años y con ellos la cantidad de las aguas
negras, basuras municipales, desechos industriales entre otros que se arrojan
a los ríos. Debido a un mal manejo o plan de uso de los PGRIS (plan de gestión
integral de residuos sólidos)
La contaminación hídrica se ha incrementado exponencialmente, y con ella, los
costos del daño ambiental. Para mitigar este tipo de daño o externalidad
negativa, Colombia cuenta con instrumentos de tipo comando y control (normas
de intervención directa). Un ejemplo de ello es la expedición del Decreto 901 de
1997, Colombia reglamenta el uso del instrumento económico, Tasas Retributiva
por Vertimientos Hídricos, el cual haciendo uso del principio “el que contamina
paga”. Busca incentivar a los agentes económicos que causan contaminación a
disminuir sus desechos de forma efectiva.
Esa frase expuesta anteriormente “el que contamina paga” se considera un arma
de doble filo ya que la mayoría de las industrias acentuadas en Colombia
prefieren pagar el llámese impuesto, demanda, multa etc. que resarcir el daño
que ha causado con su actividad económica un ejemplo más específico de ello
es en nuestro departamento ( cesar) el cual cuenta con dos multinacionales
dedicadas a la extracción de minerales, dichas empresas que llevan más de 20
años han causado muchos daño a nuestro departamento en el ámbito ambiental
pero como estos están pagando sus tasas retributivas y están generando
empleo, ignorando que los daños que estas multinacionales causan en el
ambiente en el que viven.
Una posible forma de solucionar estos problemas es generar espacios de
acercamiento con las diferentes Autoridades, donde se discuta, elabore y se
apruebe un formato para el seguimiento de la implementación de las tasas. El
formato tendría la ventaja de ser elaborado por quienes realmente lo van a usar,
generando sentido de pertenencia y adecuándose a las necesidades
identificadas. Una vez se cuente con este formato, las Autoridades Ambientales
harían el reporte a través del portal web del Ministerio.
En conclusión, para que la aplicación de las tasas retributivas en Colombia pueda
ser más efectiva es necesario trabajar en el fortalecimiento institucional de las
CAR‟s, haciendo énfasis en sus roles como facilitador, prestando apoyo técnico
en los aspectos que le competen, y como garante de que la norma se cumpla.
De igual forma es necesario definir un marco legal que no se preste para
ambigüedades y confusiones de manera que genere aversión en los regulados
y En cuanto a la instauración de la tasa como tal se deben atacar especialmente
dos frentes, el primero es el relacionado con el precio de las tasas, ya que en los
niveles actuales en la mayoría de corporaciones no se presenta como un
incentivo real para la disminución de la contaminación y segundo es necesario
que la tasa que se cobra este directamente relacionada con el nivel de
contaminante emitido para que la señal económica no se tergiverse y cumpla
con su función, es decir que no se quede con la frase el que contamina paga si
no que se vaya más allá, inclusive a llegar a instancias penales para los
representantes legales de dichas empresas vinculadas a los vertimientos.
TASAS RETRIBUTIVAS

KEINER MIGUEL RAMOS COLPAS


FANNY LORENA VASQUEZ ROSADO
PEDRO PABLO ZULETA PEREZ

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR


FACULTAD DE INGENIERÍAS Y TECNOLOGÍAS
INGENIERÍA AMBIENTAL Y SANITARIA
VALLEDUPAR- CESAR
2018

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