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Permite que el docente tenga un tiempo para pensar la práctica, teniendo en mente un
esquema donde pueda pensar los elementos que organizan la actividad, y secuenciar
actividades.
Algunos conceptos:
La planificación es un proceso mental: Este proceso mental se pone de manifiesto, se
explicita, mediante una diagramación o diseño que se vuelca en el papel, que es al que
comúnmente se denomina planificación.
Entonces podemos definir a la planificación como el proceso mental que orienta la acción
en una dirección determinada y que contempla los medios necesarios para alcanzar un fin.
Este proceso mental puede ser representado a través de un diseño capaz de informarnos a
nosotros mismos y también a los otros sobre los alcances del plan o del proyecto trazado.
Consideramos que la planificación didáctica es simultáneamente un proceso mental
realizado por un docente y un producto de ese proceso, producto comunicable, analizable,
modificable.
La planificación didáctica es una clase especial de planificación: la planificación
didáctica se refiere al ámbito pedagógico - didáctico, lo cual determina cuáles serán sus
componentes. Es el "objeto" de la planificación el que determina cuáles serán los
componentes que se deberán tomar en consideración.
La planificación didáctica aúlica no es "aislable", sino que se debe considerar el lugar que
ocupa en relación con los diferentes niveles de especificación de las decisiones educativas.
La planificación del docente se pone en relación con las decisiones de política educativa,
nacionales y jurisdiccionales, y con la contextualización institucional, permitiendo de este
modo que el diseño y programación de su práctica docente no sea un elemento aislado,
pero respetando al mismo tiempo la independencia y autonomía profesional, necesarias
para el desarrollo de su actividad.
Planificación: aportes desde concepciones afines al paradigma de la simplificación:
La planificación no "es" la realidad, sino una simplificación de la misma; por lo tanto, al
planificar se tienen en cuenta algunas de las variables concernientes a la realidad, las
cuales se van "moldeando" de acuerdo a necesidades de un actor esencial: el docente.
Pero no se puede dejar de considerar que lo que sucede en la clase es siempre más
complejo e imprevisible que lo que se pueda planificar.
Planificación como proceso:posibilidad y lugar de error: nos parece útil entender a la
planificación como un proceso constante, que a la par que intenta anticipar y prever, nos
garantiza la aparición de lo previsto y anticipado; por lo tanto, más que a errores que
deberían haber sido evitados, haremos referencia a la incidencia que la realidad compleja
tiene en nuestras programaciones llevándonos, constantemente a repensar lo planificado, a
reorganizar lo previsto, en un trayecto en el cual los "errores" permiten la reconstrucción
activa de nuestros planes, considerando variables siempre novedosas en la realidad
compleja, sin que ello implique ausencia de previsión ni sumisión a los imprevistos.
La planificación como producto y como herramienta para la toma de decisiones del
docente: a partir del momento en que el docente comienza a planificar, tanto en la
dimensión de proceso mental como en la dimensión referida a la explicitación gráfica, se
pone de manifiesto la utilidad de la planificación como herramienta para la tomo de
decisiones; a su vez, la planificación es también producto de decisiones previas y continuas
del docente y de la institución.
El docente, a partir de estudios indagatorios realizados en función del grupo concreto de
niños, comienza un interrumpido proceso de toma de decisiones, en las cuales radica
justamente la intencionalidad pedagógica que deberá imprimir a sus acciones.
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Ejemplos de decisiones que deberá afrontar o abordar:
1. ¿Qué objetivos puede proponer para ser alcanzados por el grupo?
2. ¿Cuáles son los contenidos que considera importante enseñar en este período de
tiempo?
3. ¿Cómo secuenciar y complejizar el abordaje de los contenidos?
4. ¿Qué tipo de actividades son las más adecuadas, en función de los contenidos, del
contexto, del grupo, etc.?
5. ¿Cómo organizar las experiencias directas para aprovechar mejor los recursos
disponibles?
6. ¿Qué rol asigna a los padres en la organización y concreción de las salidas?
Se podría continuar enumerando las variables o aspectos de la realidad educativa sobre las
cuales se ejerce cotidianamente el proceso de toma de decisiones de los docentes.
Lo que nos parece importante es destacar que la planificación didáctica permite al docente
ejercer un control pedagógico - didáctico, una evaluación crítica, de esta multiplicidad y
complejidad de decisiones que le competen; como así también, ir definiendo y redefiniendo
sus caminos decisivos, a medida que la realidad, con su complejidad y con sus zonas de
incertidumbre, lo lleva a replantear y eventualmente modificar rumbos previstos.
LA PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
1) El sentido de la planificación: por qué y para qué planificar.
Llamamos planificación al instrumento con el que los docentes organizan su práctica
educativa, articulando el conjunto de contenidos, opciones metodológicas, estrategias
educativas, textos y materiales para secuenciar las actividades que han de realizar[1].
Toda situación de enseñanza está condicionada por la inmediatez y la
imprevisibilidad[2], por lo que la planificación permite: por un lado, reducir el nivel de
incertidumbre y, por otro, anticipar lo que sucederá en el desarrollo de la clase,
otorgando rigurosidad y coherencia a la tarea pedagógica en el marco de un
programa.
Habitualmente, la planificación funciona como una exigencia formal. En este sentido
se la reduce a un mero instrumento burocrático, y se la despoja de su función
primordial, que es la de guía organizadora y estructuradora de la práctica.
2) Componentes de una planificación.
Cuando un docente diseña una clase necesita reflexionar y tomar decisiones sobre
aspectos que le permitan estructurar y organizar su propuesta: fundamentos,
objetivos, contenidos, materiales, metodología, evaluación y bibliografía.
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La fundamentación:
Justifica la selección de contenidos y objetivos y explica brevemente el sentido de lo
que se hará. En ella se definen claramente los alcances del curso, se delimitan los
contenidos y su nivel de profundidad y se explicita la posible articulación con otros
cursos.
La fundamentación de una propuesta explicita su marco de referencia organizador[3].
Los objetivos:
Explicitan la intencionalidad de las acciones que se proponen; las guían, las orientan y
expresan los logros que se pretenden. Son las aspiraciones concretas y puntuales de
la tarea cotidiana del docente.
En su hacer diario el profesor propone situaciones de enseñanza que el estudiante
deberá resolver con los contenidos que se han desarrollado. El objetivo de una clase
indica claramente el problema que se quiere plantear al alumno[4].
Hay diferentes formas de enunciar los objetivos y diferentes niveles de generalidad de
los mismos.
¿Cómo es conveniente formular los objetivos?
· Expresar con claridad los aprendizajes que se pretende alcanzar.
· Dar cuenta de el/los temas que se van a estudiar y de las competencias que debe
desarrollar el alumno.
· Utilizar verbos en infinitivo en su elaboración, que designen las acciones esperadas.
· Diferenciar los objetivos orientados hacia el alumno de los objetivos que el docente
platea para su clase.
Por ejemplo, se pueden formular objetivos de la siguiente manera:
Que el alumno sea capaz de:
-Integrar los conocimientos desarrollados en el curso para la resolución de problemas
planteados
-Reconocer las características de un preparado
-Describir la morfología de un hueso
-Profundizar en la importancia de un tema en el marco de la asignatura
Objetivos de clase:
-Profundizar en la importancia de un tema en el marco de la asignatura
-Promover el trabajo en equipo a partir del uso de estrategias de trabajo grupal
-Proporcionar materiales para la indagación sobre el tema desde distintas fuentes de
información.
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Cabe aclarar que, durante una clase, siempre se persiguen y logran objetivos, aunque
no se los haya formulado. Lo importante de su explicitación es dar coherencia y
seriedad a la propuesta y su puesta en práctica.
Lo central de un objetivo es que dé claridad sobre lo que se hará como también lo que
será posible de resolver con el desarrollo de la práctica.
Los contenidos:
Son un conjunto de saberes, un recorte arbitrario de conocimientos de un campo
disciplinar, que se considera esencial para la formación del alumno.
Los contenidos se seleccionan en función de la propuesta formativa en la que se
insertan, ya que la misma orienta su desarrollo y articulación con otros contenidos (de
cursos correlativos y posteriores, por ejemplo).
La organización y distribución de contenidos en el tiempo debería tener en cuanta el
peso de los mismos, su importancia y prioridad en el aprendizaje del alumno.
En el nivel universitario lo más frecuente es que los contenidos se organicen por
disciplinas[5], y se ordenen priorizando las articulaciones y la lógica interna de los
conocimientos de un campo específico.
Existen varias formas posibles de organizar y secuenciar los contenidos en el marco
de un programa: en unidades didácticas, en bolillas por temas, en ejes temáticos más
generales o alrededor de problemas, entre otros.
Es importante recordar que los contenidos de la enseñanza representan una selección
intencionada que se hace a la luz de un proceso de formación que se desea para el
alumno. Su adecuada presentación requiere organizarlos, distribuirlos y secuenciarlos
en función de los objetivos planteados y de los tiempos disponibles.
Los materiales:
Como materiales o recursos didácticos se entiende la selección de textos para los
estudiantes, la elaboración de fichas o guías de trabajo, la presentación de
diapositivas o filminas con esquemas, dibujos o explicaciones, el uso de preparados y
material fresco, la formulación de problemas o casos clínicos, etc.
Todos ellos sirven como apoyo o soporte intelectual de lo que enseña el docente y
proporcionan información para la enseñanza de la disciplina.
La metodología:
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Es el momento de la planificación en el que el docente piensa cómo enseñar los
contenidos que se propuso, en función de los logros formativos que busca.
Al pensar la resolución metodológica de una propuesta, se intenta dar respuesta a
preguntas como: ¿cuál es la forma más adecuada para desarrollar un tema?, ¿cuál es
la estrategia para movilizar y motivar a los estudiantes, a fin de que puedan aprender
mejor?
Es importante tener en cuenta que en una clase se pueden pautar momentos
diferentes:
· uno dedicado a la presentación del tema y de la forma de trabajo,
· otro dedicado al desarrollo de tareas por parte de los alumnos y del docente,
· otro a la sistematización de información y elaboración de conclusiones y
· otro orientado al relevamiento de información que permita analizar el desarrollo de la
clase y, con posterioridad, introducir ajustes si fuese necesario.
En la resolución metodológica de una clase se ponen en juego dimensiones
relacionadas con el tipo de conocimiento, con los estilos del docente y con las
diferentes formas de aprender y tipos de aprendizaje de los alumnos.
Entre las estrategias más frecuentes podemos mencionar la clase magistral, el uso de
técnicas grupales, talleres, seminarios, trabajos prácticos, aula laboratorio, etc.
La propuesta metodológica es el conjunto de estrategias y tareas que se propondrán
para llevar adelante la práctica educativa.
La evaluación:
Para pensar la evaluación es propicio preguntarse ¿qué entendemos por evaluación?,
¿por qué es importante evaluar?, ¿qué aspectos evaluar y qué hay que tener en
cuenta?, ¿qué tipos de evaluación podemos proponer?. Estas, entre otras, son algunas
cuestiones sobre las deberían reflexionar los docentes.
La evaluación educativa es una herramienta generadora de información útil respecto
de la calidad de la propuesta de enseñanza y del proceso formativo que se busca
desarrollar en los alumnos. Es decir que da cuenta de los logros y dificultades de la
práctica educativa para analizarla, comprenderla, y mejorarla.
Implica:
· Describir y recoger datos a través de diversos procedimientos.
· Comprender y explicar su objeto.
· Valorar y emitir un juicio de valor.
· Ayudar a la toma de decisiones.
La evaluación no puede ser acotada ni a un sistema de acreditación, ni a un sistema
de calificación, ya que es un proceso amplio, complejo y profundo.
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Es frecuente que se confunda evaluación con acreditación. Esta última, debe ser
entendida como un proceso paralelo y estrechamente vinculado a la evaluación, que
procura constatar, a través de evidencias, el aprendizaje de los estudiantes.
Asimismo es habitual que la evaluación sea identificada con la medición o
cuantificación de los aprendizajes. Esto resulta problemático porque el
comportamiento humano es difícil de cuantificar; por ello se hace necesario definir
criterios de estandarización. Ejemplo de esto es la utilización de calificaciones
numéricas, lo que significa poner en un código arbitrario y establecido las
evaluaciones realizadas.
La evaluación es entonces una acción que se ejerce diariamente y consiste en la
emisión de un juicio de valor según parámetros de verdad considerados correctos. No
es neutral, sino que supone una lectura orientada7. Es decir que el docente evalúa
desde un marco conceptual propio, que sustenta una concepción de evaluación
determinada.
Es importante tener claro:
¿Qué queremos evaluar y para qué?, aquí estamos mirando los objetivos que nos
propusimos, como también la dimensión axiológica.
¿Cómo vamos a evaluar?, alude a los instrumentos más adecuados para obtener la
información que se está buscando.
¿En qué momento evaluar? Aquí es importante articular con los contenidos planteados
y la metodología propuesta.
¿A quién se evalúa? ser conciente del aspecto que se quiere evaluar (propuesta,
aprendizaje de los estudiantes, materiales utilizados, etc.)
Cuando se piensa la evaluación es muy importante no perder de vista la coherencia
interna de la propuesta pedagógica, ya que la información proporcionada permite
tomar decisiones encaminadas a la mejora de la misma. Los objetivos, los contenidos,
la metodología y la evaluación constituyen una totalidad con sentido, orientada hacia
la formación de los estudiantes.
Según sea el objeto a evaluar, se emplean diferentes instrumentos: observaciones,
registros, entrevistas, encuestas, memorias de clase, son apropiados para evaluar las
propuestas pedagógicas; mientras que, pruebas escritas, trabajos, preguntas orales,
resolución de problemas, son frecuentes para evaluar a los estudiantes.
La bibliografía:
Son los textos que dan apoyo teórico tanto a la planificación, como al desarrollo de la
propuesta.
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Es importante que se defina qué textos/libros son considerados básicos, y cuáles son
considerados complementarios. Esta información debe estar al alcance de los
estudiantes.
[1] Ander Egg, E. (s/f): La Planificación Educativa. Ed. Magisterio del Río de La Plata.
[2] “Como ocurre con todas las prácticas sociales, la práctica docente no es ajena a
los signos que la definen como una práctica compleja. Complejidad que deviene, en
este caso, del hecho de que se desarrolla en escenarios singulares, bordeados y
surcados por el contexto. La multiplicidad de dimensiones que operan en ella y la
simultaneidad desde la que éstas se expresan tendrían como efecto que sus
resultados sean en gran medida imprevisibles” (Edelstein, G y Coria, A (1995):
Imágenes e imaginación. Iniciación a la docencia. Kapeluz, pág. 17). Según se
desprende del planteo de la autora, el desarrollo de la práctica obliga a tomar
decisiones en forma inmediata, que muchas veces superan los marcos contemplados
en la planificación.
[3] Ander Egg, E. Op. Cit.
[4] Gvirtz, S. y Palamidessi, M. (s/f): El ABC de la tarea docente: curriculum y
enseñanza. Aique primera edición, pág. 188.
[5] Gvirtz, S. y Palamidesi, M. Op. Cit, pág.194.
7 Bertoni, Teobaldo y Poggi (1997): pág 20.
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UNA NUEVA FORMA DE PLANIFICACIÓN EN EL AULA: EL MODELO T
Martiniano Román Pérez, Catedrático de E. U. de la Facultad de Educación,
Departamento de Didáctica y Organización Escolar, de la Universidad Complutense de
Madrid mroman@edu.ucm.es
La calidad de las Reformas Educativas actuales radica en su capacidad de llegada a
las aulas. Su discurso teórico, si no se convierte en práctico, resulta un fracaso. En la
actualidad muchos profesores y maestros se encuentran incómodos e insatisfechos
con las actuales Reformas Educativas por sus fuertes contradicciones teóricas y su
imposibilidad práctica para ser aplicadas. Cambian el discurso y mantienen sus
prácticas. Más aún, el discurso es cognitivo y sus diseños curriculares aplicados son
conductistas, lo que produce una importante “esquizofrenia curricular”.
Nuestra propuesta de planificación resumida y global (Modelo T) pretende ser una
aportación práctica al Diseño Curricular aplicado. Pero conviene recordar que forma
parte de un planteamiento más amplio que denominamos Diseño Curricular de Aula y
que se compone de una planificación larga (anual ) y de tres a seis planificaciones
cortas por año. La planificación larga consta de los siguientes pasos: Evaluación
inicial o diagnóstica, Modelo T de asignatura o área, Modelos T de unidad de
aprendizaje o bloque de contenido (de tres a seis por año escolar) y evaluación de
objetivos (capacidades y valores). Las planificaciones cortas de unidades de
aprendizaje desarrolladas constan de: objetivos fundamentales y complementarios,
contenidos significativos (arquitectura del conocimiento), actividades como
estrategias de aprendizaje y evaluación por objetivos (por capacidades) de contenidos
y métodos / procedimientos.
No obstante diremos que el Modelo T como forma de planificación puede ser
suficiente para muchos profesores y es el punto de partida en la elaboración del
Diseño Curricular de Aula, que se puede completar con el resto de los elementos antes
indicados, si se considera oportuno. El Modelo T se enmarca y se fundamenta en el
paradigma socio – cognitivo y en los nuevos modelos de aprender a aprender como
desarrollo de capacidades y valores, tal como aparecen recogidos en nuestra obra
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más amplia que es Aprendizaje y Currículum: Diseños Curriculares Aplicados
(Novedades Educativas, Buenos Aires, 2000).
Para elaborar el Modelo T es necesario tener muy claras una serie de breves
definiciones que recogemos a continuación y que son imprescindibles para no
cometer errores graves de diseño y aplicación.
Diseño Curricular: Implica la selección de dichos elementos y una planificación
adecuada de los mismos para llevarlos a las aulas.
Capacidad: Habilidad general que utiliza o puede utilizar un aprendiz para aprender,
cuyo componente fundamental es cognitivo Destreza: Habilidad específica que utiliza
o puede utilizar un aprendiz para aprender, cuyo componente fundamental es
cognitivo. Un conjunto de destrezas constituye una capacidad.
Valor: Se estructura y se desarrolla por medio de actitudes. Una constelación de
actitudes asociadas entre sí constituye un valor. El componente fundamental de un
valor es afectivo.
Contenido: Es una forma de saber. Existen dos tipos fundamentales de contenidos:
saber sobre conceptos (contenidos conceptuales) y saber sobre hechos (contenidos
factuales)
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b.- Modelo T de área o asignatura: Planificación larga o anual.
Sentido: Trata de integrar los elementos básicos del currículum (capacidades -
destrezas y valores - actitudes como objetivos y contenidos y métodos /
procedimientos como medios), en una sola hoja para que sea percibido de una
manera global y desde ella el profesor pueda construir una imagen mental útil para su
actuación profesional en un año escolar. Una vez identificados los elementos básicos
del currículum, pretende facilitar su desarrollo. Se apoya en tres teorías fundamentales
que son: teoría del procesamiento de la información (trata de facilitar el
procesamiento y la organización mental de todos los elementos básicos del
currículum antes indicados), teoría del interaccionismo social (pretende ser una "foto"
de la cultura social e institucional) y teoría de la gestalt (percepción global de la
información curricular).
El Modelo T se lee de arriba - abajo y de izquierda a derecha con este criterio: los
contenidos y los métodos / procedimientos son medios para desarrollar capacidades
– destrezas (objetivos cognitivos) y valores – actitudes (objetivos afectivos). De este
modo se facilita la recuperación real de los objetivos (expectativas de logro).
Se denomina Modelo T, porque tiene forma de doble T: la T de medios (contenidos y
métodos / procedimientos) y la T de objetivos (capacidades - destrezas y valores -
actitudes).
Pasos a dar: Se seleccionan del Proyecto Curricular de Establecimiento o de la Matriz
Curricular oficial o Contenidos Básicos Comunes (Programas oficiales) o del texto a
utilizar:
Tres valores y cuatro actitudes por valor, como objetivos fundamentales (valores) y
complementarios (actitudes). Identifican los objetivos afectivos.
Se eligen entre tres y seis bloques de contenidos (unidades de aprendizaje) y cada
bloque – unidad de aprendizaje se divide entre tres y seis apartados (temas). Estos
contenidos actúan como formas de saber. Los contenidos así organizados son
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presignificativos y posteriormente se pueden transformar en significativos por medio
de la arquitectura del conocimiento.
Utilización en el aula: Pretende dar una visión global y panorámica de los
aprendizajes básicos de un curso escolar, que se desarrollarán de una manera más
detallada en modelos T de unidad de aprendizaje. Facilita la educación integral y el
desarrollo armónico de la personalidad. A partir del modelo T el profesor construye
una imagen visual - mental de un modelo didáctico, disponible para ser utilizada, pues
resulta muy fácil de recordar y memorizar.
Como tal el Modelo T de área o asignatura identifica los aspectos relevantes de la
cultura institucional (Proyecto Educativo y Proyecto Curricular) y también de la oficial
(Programas oficiales) y de este modo cultura social, cultura institucional y currículum
poseen los mismos elementos. En este contexto las capacidades y los valores una vez
identificados se desarrollarán sobre todo por métodos o formas de hacer, aunque
también por contenidos, entendidos como formas de saber. Pero si los objetivos no
están identificados correctamente es imposible desarrollarlos de una manera
adecuada. Como tal el Modelo T trata de explicitar todos los elementos básicos del
currículum, para posteriormente facilitar su desarrollo en las aulas.
c.- Modelos T de unidad de aprendizaje o bloque de contenido (Planificaciones
cortas):
Sentido: Poseen el mismo sentido que el Modelo T de área o asignatura, aplicados a
las diversas unidades de aprendizaje. Tratan de dar una visión global de cada unidad
de aprendizaje con los elementos básicos del currículum. Los modelos T de unidad de
aprendizaje son tantos, cuantas unidades de aprendizaje (entre tres y seis por año)
hayamos incluido en el Modelo T de área o asignatura.
Pasos a dar: Se seleccionan del Modelo T de área o asignatura los elementos
necesarios y se procede del modo siguiente:
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Titular y temporalizar el Modelo T de unidad de aprendizaje seleccionado (mínimo
seis semanas y máximo doce).
De las tres capacidades y cuatro destrezas por capacidad existentes en el Modelo T
de área o asignatura, se seleccionan dos capacidades y tres destrezas por capacidad.
Constituyen dos objetivos fundamentales (por capacidades) y seis objetivos
complementarios (por destrezas). Son los objetivos cognitivos.
De los tres valores y cuatro actitudes por valor, se seleccionan dos valores y tres
actitudes por valor. Forman dos objetivos fundamentales (por valores) y seis objetivos
complementarios (por destrezas). Identifican los objetivos afectivos.
De los diversas unidades de aprendizaje (bloques de contenido) se selecciona una de
ellas y sus diversos apartados (temas). Cada apartado se amplía entre tres y seis
subapartados (subtemas). De este modo los contenidos se convierten en
presignificativos, al constituir una red conceptual potencial de unidad de aprendizaje.
De los diversos métodos / procedimientos como formas de hacer, se seleccionan
algunos (entre tres o cuatro) y cada uno de ellos se amplía y concreta en técnicas
metodológicas o procedimientos más detallados. Se seleccionan los métodos más
adecuados para el desarrollo de la unidad de aprendizaje elegida.
Utilización en el aula: Nos da una visión global y panorámica del trabajo a realizar en
el aula durante un tiempo determinado, favoreciendo la educación integral y el
desarrollo armónico de la personalidad. Se pretende conseguir los objetivos
(capacidades y valores) por medio de contenidos y métodos / procedimientos en
tiempos determinados. De este Modelo T surgen las actividades entendidas como
estrategias de aprendizaje orientadas a la consecución de los objetivos, por lo cual se
puede dar una doble evaluación: de objetivos (capacidades – destrezas y valores –
actitudes) y por objetivos (por capacidades) de contenidos y métodos /
procedimientos.
El Modelo T es una herramienta de trabajo orientada al desarrollo de la inteligencia
potencial afectiva, entendida como un conjunto de capacidades y valores potenciales
que pueden convertirse en reales a partir de la adecuada mediación del profesor. Este
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como mediador del aprendizaje interviene de una manera clara y precisa en el
aprendizaje del aprendiz (recordar que éste aprende con sus capacidades y valores),
pero además el profesor actúa como mediador de la cultura social (programas
oficiales) y de la cultura institucional (programas propios). Este doble cultura aparece
reflejada en el Modelo T de área y también en los Modelos T de unidad de aprendizaje.
De este modo el Modelo T facilita el desarrollo de una enseñanza centrada en
procesos cognitivos y afectivos y ayuda a la evaluación de los mismos.
Desde estos supuestos afirmamos que el Modelo T actúa como la cesta de la
compra curricular, identificando los productos básicos de la cultura social e
institucional, para posteriormente desarrollarlos en el aula por medio de las
actividades adecuadas, orientadas a la consecución de los objetivos cognitivos y
afectivos. Y esto implica, en la práctica, el desarrollo de un nuevo modelo de aprender
a aprender, enseñando a aprender por medio de estrategias de aprendizaje cognitivas
y metacognitivas. Como tal el Modelo T actúa como una carta de navegación
curricular al constituirse en una representación (mapa) mental profesional del
profesor en su aula.
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Novedades Educativas
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