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1– INTRODUCCIÓN.
2– RASGOS GENERALES DE LA RUSIA ZARISTA.
3– EL PROCESO REVOLUCIONARIO.
3.1– LA REVOLUCION DE 1905.
3.2– SOCIEDAD Y PARTIDOS POLITICOS.
3.3– REPERCUSIÓN DE LA GUERRA
3.4–LA REVOLUCION DE 1917. FASES.
4– LA UNIÓN SOVIÉTICA: DE LENIN A STALIN.
4.1– GUERRA CIVIL
4.2– LA SITUACION TRAS LA REVOLUCION.
4.3– LA CONSTITUCION DE 1918
4.4- NUEVA ECONOMIA POLITICA
4.5– LA ETAPA STALINISTA
5– LA ECONOMÍA PLANIFICADA Y EL ORDENAMIENTO
POLÍTICO.
6– EL MODELO SOVIÉTICO.
7– LAS DEMOCRACIAS POPULARES.
8– EL MODELO CHINO.
9– LA CAÍDA DEL SOCIALISMO.
9.1– LA TRANSICIÓN DE LA URSS A LA CEI.
9.2– YUSGOSLAVIA: EL CAOS DE LOS BALCANES.
9.3– CHECOSLOVAQUIA Y LA CREACIÓN DE DOS ESTADOS INDEPENDIENTES.
10– BIBLIOGRAFÍA.
1– Introducción.
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todos estos totalitarismos, como el fascismo y nazismo, en España del primorriverismo al
nacional catolicismo de Franco tienen como fondo común una filosofía vitalista que exalta
la violencia más que la razón, cuya aplicación desde la Ilustración no había sido capaz de
resolver muchos de los problemas sociales vigentes. Surge, frente a la racionalidad en que
se inspiran los regímenes democráticos, la figura del dictador, tentación a la que se someten
incluso en países con tradición democrática como EEUU, con el New Deal y centrada en la
asunción de poderes excepcionales por su presidente Roosevelt (quien asume medidas de
gobierno que no son consultadas con el pueblo), fenómenos como el control del pueblo con
medios de represión (Checas, campos de trabajo, policías políticas). Podríamos señalar
varios factores que operan de fondo:
Rusia vive bajo una autocracia o absolutismo hasta prácticamente 1917. Es decir, al
igual que toda Europa oriental, ha quedado al margen de las oleadas revolucionarias
propias del régimen contemporáneo. En el siglo XIX existe una concentración de todos los
poderes en la figura del zar, también cabeza de la Iglesia ortodoxa. Los zares de la dinastía
de los Romanov habían conseguido desde el siglo XVII una gran extensión territorial
gobernando de forma despótica. Mientras en Europa se ha alcanzado la democracia y se ha
producido un gran desarrollo industrial, resultaban anacrónicas las formas económicas, aún
señoriales, y políticas del Imperio Ruso.
Más de 120 millones de personas, 100 de ellos campesinos, componen a finales del
siglo XIX Rusia. La tierra no había sido todavía completamente liberalizada, perviviendo
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formas señoriales en el cultivo agrario. De hecho, uno de los problemas más importantes es
el de la distribución de la tierra, unido a un régimen social muy atrasado: hasta 1861 no se
abolió la esclavitud, la servidumbre. Difícilmente se puede alimentar así a una población
que crecía a un ritmo superior al de las demás potencias europeas: los cambios no
mejorarán la capacidad de alimentar a la población. El decreto de 1861 reparte también
tierras entre los campesinos, como medio para la modernización del país. Pero los
campesinos debían pagar su propia liberación, así como la tierra recibida, y quedaban
vinculados a la propia comunidad agraria, volost y mir (distritos y aldeas) , que legalmente
se hacía responsable de la deuda por la "venta" del Estado de las tierras de todos los
campesinos adscritas a él: el campesino debe residir obligatoriamente en la comunidad, y
pagar grandes impuestos al Estado, por lo que su situación apenas varía (¿en qué se
diferencia ésta de la que viven cuando está vigente el sistema señorial?). Además, al Estado
le resulta imposible renunciar a estos impuestos colectivos, ya que mantiene un elevada
Deuda Pública. Los campesinos, empobrecidos, no tienen capacidad para consumir
productos manufacturados, debiendo sostener una economía de autoconsumo. Por otra
parte, las tierras eran de dimensiones escasas, 2 hectáreas, vendidas a precios abusivos,
financiados en 4/5 partes por el Estado con intereses excesivos.
Los Estados generales, único órgano de poder junto al rey, fueron creados por la
familia real, los Romanov, a principios del XVII, y se constituyen en agentes regios, en
órganos del poder real sumisos ante el rey.
Pero el atentado anarquista que acaba con la vida del zar va a provocar que su
sucesor se vuelva atrás en sus medidas liberalizadoras: vuelta a la censura, prisión de los
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miembros de los zemstvos más conflictivos, etc. Con Alejandro III, su sucesor, se crea un
"estado de seguridad reforzada", una brutal represión, rusificación (imposición del idioma,
mentalidad, religión, etc. rusa sobre el resto de las múltiples etnias que pueblan los
territorios dominados por Rusia, como Polonia), persecución de judíos, etc.
Tradicionalmente había existido, dirigido por los intelectuales rusos, una reacción
contra la autocracia zarista y contra el anquilosamiento de la sociedad rusa. Este
movimiento ha sido conocido como la Intelligentsia. Desde Pushkin a León Tolstoi, la
Intelligentsia denunció constantemente la situación social y económica, declarando la
necesidad de cambios radicales. Sus logros no son muchos, pero al menos sirven como
precedente de los futuros movimientos socializantes rusos.
Dentro de estos autores, existen dos líneas claras: la "occidentalista", pretende
imitar los logros que el liberalismo había introducido en los países occidentales, basado en
el desarrollo del capitalismo occidental; la segunda, "eslavófila", destaca las virtudes
propias del campesinado ruso pretendiendo llegar a una sistema socializante basado en la
implantación del socialismo en el mayoritario mundo del campo ruso y al margen de los
"corrompidos" modelos occidentales. De esta segunda tendencia partieron el Populismo y
el Nihilismo. La consigna máxima del Populismo era "acercaros al pueblo", mientras que el
término "nihilismo" fue empleado por Turguéniev en el libro Padres e Hijos, como actitud
de pesimismo ruso tras la derrota de Crimea. Pero posteriormente es usado para referirse a
que la única vía de progreso ruso debía ser la destrucción del orden social existente en el
estado de los zares, absolutista. Uno de los autores que asume el nihilismo es Bakunin.
Hasta tal punto los zares rusos son anacrónicos que Nicolás II cree gobernar por
derecho divino (al respecto constituirá una mala influencia su tiránica esposa Alejandra y el
sacerdote ortodoxo visionario e intransigente Rasputín –finalmente sería asesinado por un
complot de la nobleza en 1916–).
En definitiva, en Rusia falta una modernización a todos los niveles. El estado trata
de suplir la falta de iniciativa privada en la vida económica (en parte por la casi
inexistencia de burguesía y clases medias), lo que conlleva un endeudamiento que en 1913
será de 9 billones de rublos. La situación económica es la misma de los países que no se
han incorporado a la revolución industrial: coexistencia de la manufactura tradicional
(peletería, producto básico por el duro clima invernal, etc.), pese a que surgen reducidos
focos industriales, como la metalurgia del Ural, etc.
Con todo, los recursos naturales propios del país son muy importantes:
descubrimiento de hierro y carbón en Ucrania y Crimea, de petróleo en Bakú. Lo que
necesita es capacidad de explotar esta riqueza económica.
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Lo que sí es cierto es que al amparo de estos pequeños enclaves industriales irá
surgiendo una burguesía que mandará a sus hijos a estudiar a Europa occidental, lo que
supone la llegada de ideas liberales nuevas, sin lo cual resultaría más difícil de explicar la
revolución marxista en un país tan atrasado socialmente.
3– El proceso revolucionario.
Guarda gran paralelismo con la de 1917. Como telón de fondo, existe una crisis
económica, por la contracción del mercado petrolífero, las malas cosechas, la falta de
inversión del Estado tras la terminación del Transiberiano (era la única salida de los
productos industriales de la siderurgia rusa). Ello conduce al crack de la Bolsa de San
Petersburgo en 1899 (desencadenado por la guerra holandesa–británica en Sudáfrica), con
una superproducción industrial que recorta inversión extranjera, generando un desempleo
masivo. Por otra parte, los mir se encontraban gravemente endeudados. Desde el punto de
vista de la moral del pueblo, las derrotas en la guerra ruso–japonesa de 1905 (se busca
dominar Manchuria, contrarrestando el peso de Japón) ponen al descubierto la debilidad
del régimen zarista, y el escaso sentido político del zar al embarcarse en una contienda en
inferioridad de condiciones: se acaba con la ocupación de Japón de Manchuria, Port Arthur
y estrecho de Corea (tras la batalla de Mukcten, los rusos renuncian a esas posesiones,
firmando el tratado de Poustmont).
A ello siguió una represión muy fuerte, hasta que en el "domingo rojo" del 7 enero,
220.000 trabajadores se manifiestan, provocando los cosacos de 200 a 300 muertos, bajo
órdenes de Nicolás II. Occidente reacciona en contra de esta represión: Francia retira el
crédito a Rusia. En Odessa se sublevan los marinos del acorazado Potemkin, los de la base
naval de Kronstadt, en tanto que las peticiones se radicalizan: la burguesía pide una
constitución, la reunión de las asambleas locales y regionales (zemstvos), reivindicaciones
laborales, etc. En octubre, se produce una huelga general de ferrocarriles que provocó
escasez de comida, lo que motiva el triunfo de los soviets. El gobierno pierde el control en
Odessa.
Con todo, al zar las concesiones le parecen excesivas, sustituyendo a Witte por
Gorenkim, zarista a ultranza, quien rearma la autocracia zarista.
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desvincular a los campesinos de los mirs, y crear una clase de campesinos propietarios que
socialmente apoyasen al régimen establecido. Los campesinos podrían poseer tierras y se
les perdonaban las deudas con el Estado. Pero muchos campesinos no podrán mantener sus
tierras y finalmente las venderán y habrán de emigrar a las ciudades (a Siberia van más de
4 millones de personas entre 1906–13). Surge, sin embargo, una nueva clase de campesinos
acomodados, los kulaks, que compraron las tierras en venta, de modo que la propiedad
siguió estando concentrada y persistió la existencia miserable de las masas campesinas:
30.000 propietarios poseen la mitad de las tierras rusas. Además, hay 240 millones de
hectáreas en manos improductivas. La producción se orientó a cultivos fáciles y rentables,
sobre todo al cereal para la exportación, a costa de reducir el consumo interior.
En 1917, Rusia sigue siendo prácticamente un Estado feudal, con una camarilla de
nobles que rodea al zar, al que también influye el clero ortodoxo. Existe una división de los
nobles en aristocracia de sangre (muy vinculados a la camarilla real, príncipes y títulos,
pero con un reducido poder político); los boyardos, cuyo título noble fue dado por
recompensa a sus servicios guerreros, etc. Ambas noblezas monopolizan la tierra.
Los campesinos pobres constituyen 4/5 partes de la población: el 83% de los 170
millones de rusos en 1914, con el único recurso de ir al oeste por el Transiberiano
(tradicionalmente los señores feudales no se lo permiten). Se trata de una nación
inmovilista.
Bakunin será el líder de los campesinos, del PSR o eseritas, anarquistas, que
reclaman la socialización de la tierra. Inició el movimiento Herzen, secundado por
estudiantes con influencias de Blanqui o Prouhdon, "nihilistas". Cuentan con el apoyo de
organizaciones terroristas como "Tierra y Libertad".
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dirigirán el gobierno en la fase burguesa.
El zar pretende dimitir, pero su hermano Miguel no acepta el cargo. Al frente del
gobierno se sitúa LUOV, con Kerensky como ministro de guerra. Se trata de la fase
burguesa, con la creación de cuadernos de quejas, que apuntan a conseguir reformas
laborales no revolucionarias en su mayoría: se centran en la amnistía y la abolición de la
pena de muerte. Ante el peso del independentismo de varias minorías étnicas, se promete
otorgar a varias regiones autonomías. Hasta julio se atraviesa una "fase jacobina", tipo
burgués, con contradicciones en sus pretensiones, desde luego no revolucionarias: los
soviets tienen por ahora papel secundario, sin saber cómo actuar. Lenin llega a la capital en
abril, pide el salto a la tercera fase de la revolución, la desvinculación de la guerra para que
no triunfen los reaccionarios.
2– De julio a octubre, una segunda fase, con Kerensky, fase más moderada: convoca una
conferencia de Estado en Moscú para organizar elecciones a constituyentes. Decreta el
cierre de muchas fábricas por las continuas oleadas de los obreros, lo que conlleva un
incremento de la oposición bolchevique. Según Marc Ferro, en Rusia en estos momentos
no se sabe qué rumbo tomar: los bolcheviques piden la paz inmediata, los mencheviques la
paz sin anexiones y con consentimiento de los aliados. Se producen muchos motines, que
Lenin quiere encauzar en beneficio de los bolcheviques.
Kerensky quiere aislar a los bolcheviques del ejército, expulsando a los oficiales
con dicha ideología. Ante la insatisfacción por el clima social de la burguesía, Kerensky
toma medidas consideradas por las clases dominantes como avanzadas, por lo que
Kornilov intenta un golpe reaccionario que fracasa.
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por 7 hombres, con Trostky y Stalin. El 24 domina las comunicaciones y se instala en el
Soviet Supremo; el 25 se produce el levantamiento, con la toma del Palacio de los zares,
haciendo prisionero al gobierno salvo a Kerensky (“La toma del palacio de invierno”).
La URSS vuelve a reconocer la deuda externa para que las potencias extranjeras
tengan menos motivos de lucha en contra de los comunistas. En 1920 Trostky cuenta con
un ejército de 3 millones de hombres, con una disciplina atroz, controlando Rusia entera en
1921.
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también se les unen los viejos oficiales zaristas.
Lo cierto es que las promesas de eliminar la burocracia y de igualdad social que
Lenin había prometido se habían evaporado en los tres duros años de dictadura
bolchevique. Muchos piensan que la revolución ha sido traicionada, pero que eligiendo
nuevos soviets libremente se podría dejar paso a la construcción del verdadero socialismo.
Los miembros del P. Comunista pasan de 730.000 en 1921 a medio millón en 1922
por la "depuración" llevada a cabo. La dirección del mismo estaba reservaba a una minoría
(para se miembro del Comité Central había que haberse afiliado antes de febrero).
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Los campesinos se irán resistiendo a las confiscaciones, por lo que se acude al
ejército (para Trostky: "es echar aceite para apagar fuego"). Lenin quiere buscar una
fórmula de equilibrio entre radicales que piden la socialización "ahora" y el ala derecha que
quiere autorizar la propiedad privada: la gran propiedad es abolida. Marc Ferro habla de
una auténtica guerra civil moral campo–ciudad.
La nueva consigna será "Todo para la producción". Los comunistas dicen que el
capitalismo es un mal solamente con relación al capitalismo, no en relación a la Edad
Media de la que todavía no ha salido Rusia, por lo que adoptan medidas capitalistas
(admitir propiedad privada en ciertos sectores).
A finales de 1920, el partido se había lanzado a una política de acercamiento a los
países capitalistas a fin de revitalizar con capital exterior la agotada industria.
La situación es precaria desde el 20, con una gran pobreza: la solución será la NEP
o "nueva política económica", para algunos socialistas una claudicación ante el capitalismo
(eso piensa Trostky, mientras que para Lenin, si se controla la banca, transportes, comercio
exterior, etc., el Estado es quien controla la economía.)
Pero el XII Congreso había permitido a Stalin mostrarse como discípulo de Lenin
(en el tema de las nacionalidades). Lenin muere el 21 de I de 1924: en lo sucesivo habría
división de funciones de dirección en la URSS.
Se crea una troica: Stalin, Zinoviev y Kamenev (estos dos opuestos a Stalin en su
intento de creación de un líder único).
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trascendencia especial la profunda crisis económica y política–social que se produjo en la
URSS en el momento culminante de la NEP.
Los dirigentes confían en que con ayuda de las relaciones de mercado (crédito
alemán en 1926) y con concesiones a los campesinos fuese posible conseguir un rápido
aumento de la producción agraria: pero el asunto de China traerá consecuencias
insospechadas. El apoyo al Kuomintang supuso la ruptura con Gran Bretaña, el más
cercano e importante socio comercial de la URSS. Se generó una confusión, pánico, asaltos
a tiendas, aunque se trata de un descontento no articulado (espontáneo), pese a la creencia
de los líderes que piensan en un complot.
Stalin se decidió por una solución que prescindía del factor humano: para salvar la
situación afrontaría cualquier resistencia social. Su primer paso será deshacerse de los
moderados, yendo también contra los trostkistas. La posición de los moderados fue
calificada como "desviacionismo" de derechas, y son depurados de sus cargos.
Entre 1945 y 1948 se produce la toma de poder de los comunistas en los distintos
países del Este, y se promueven las primeras medidas económicas tendentes a una nueva
colectivización. Al modo soviético, un Gabinete de Planificación ponía en marcha la
realización de los primeros planes. En el sector agrícola, la tierra fue colectivizada, a veces
mediante indemnizaciones como en Checoslovaquia y la RDA, permitiendo la existencia
de pequeñas y medianas propiedades. Las empresas industriales fueron estatalizadas,
aunque no totalmente, permitiéndose la existencia del sector privado, pero sometido a un
fuerte control estatal. En muchas de ellas se establecieron Consejos Obreros que asumieron
el papel director. La producción, el abastecimiento de materias primas, el nivel de precios y
salarios estaban controlados por el Estado.
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Tras 1949 se produce una aceleración del proceso de socialización durante el cual la
URSS afirmó su posición hegemónica dentro del bloque. Sus relaciones económicas con
los Estados miembros del COMECON nunca se desarrollaron en un plano de igualdad,
sino más bien de dependencia.
Dentro del sector agrícola, los intentos de socialización fueron constantes, aunque
no siempre bien acogidos por el campesinado. Las propiedades medias fueron eliminadas y
la creación de cooperativas socialistas cobró mayor importancia.
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urgentemente; una agricultura con falta de medios y de canales de comercialización; una
sociedad desilusionada con el sistema y que espera el cambio que la acerque al "ideal
sistema de vida" de vida de la sociedad de consumo occidental; pero tras varios años de
transformaciones del sistema está empezando a darse cuenta de lo penoso del camino:
aparición del paro (hasta entonces inexistente), deficiencias en los sistemas sanitarios y
educativos (antes garantizados por el Estado), encarecimiento de los precios de alimentos y
combustibles (antes fijados obligatoriamente por el Estado), desabastecimiento de los
productos básicos, acentuada escasez de viviendas, etc.
Uno de los problemas planteados por esta parte de Europa no integrada plenamente
en el "primer mundo" es la emigración de gentes provenientes de Europa del Este a la
Europa rica, desengañados por la lentitud e ineficacia de los cambios en sus respectivos
países. La cuestión se convirtió en un problema para los países desarrollados de Europa
durante la década de los ochenta y noventa, que recibieron una gran cantidad de emigrantes
procedentes del Sur y del Este. De momento, Alemania propuso como solución una masiva
inversión financiera y empresarial en estos países del Este, incluida la CEI. Sin embargo,
los actuales problemas internos de los países europeos, y sobre todo el aumento del déficit
público y los desajustes monetarios han frenado hasta el presente esta posible ayuda, pese
al interés que manifiestó Clinton por ayudar a las reformas emprendidas en Rusia por Boris
Yeltsin. Se paliaría así el problema de la emigración, y se abriría un inmenso mercado y
zona de posible inversión industrial, con una mano de obra barata y sobre todo
disciplinada.
6– El modelo soviético.
En la posguerra, hasta 1953, la principal tarea fue reconstruir un país destruido por
la SGM. Los alimentos fueron racionados durante los dos primeros años; las cooperativas
de producción tuvieron que realizar entregas obligatorias de cereales (pagadas con bajos
precios por el Estado) y otras cargas para financiar la reconstrucción industrial prevista en
el 4º y 5º Plan Quinquenal. En consecuencia, el bajo nivel de vida fue constante, y los
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sacrificios de la población incontables: especialmente penosos fueron los desplazamientos
obligatorios de la población (en condiciones muy precarias) para procurar ocupar más
homogéneamente el espacio, en concreto industrializando la inhóspita Siberia Occidental
(ciudades como Kuzbass nacen en meses).
No conviene olvidar que la URSS exigió y consiguió obtener gran parte de las
reparaciones de guerra de los países vencidos, especialmente de Alemania, lo que ayudó
parcialmente a superar la crisis de posguerra, al menos en lo que a la industria se refiere.
Kruschev inició una política de desestalinización (fin del "culto personal" a Stalin),
descentralizando la economía para hacerla más ágil y democratizar la sociedad. Sin
embargo, el PCUS no perdía poder.
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"fracaso" que supuso la necesidad de importar trigo, por los traspiés como la crisis de los
misiles en Cuba, la ruptura de relaciones con China en 1963, etc.), Leónidas Breznev
(1964– 82) intentó reorganizar la economía y la sociedad soviéticas con fórmulas que
permiten hablar de un neoestalinismo. La planificación económica se fortaleció; los cargos
del PCUS se harán casi vitalicios, la llamada “gerontocracia” (lo que aumenta la
posibilidad de corrupción). Sin embargo, las empresas gozan de mayor autonomía,
recibiendo una parte de los beneficios que crean. Los consejos obreros se ven fortalecidos
para la dirección de las empresas. Pero subsisten las grandes diferencias entre campo y
ciudad.
Tras un breve gobierno de Chernenko (1984–85), con maneras que hacían pensar en
una vuelta al sistema de Bresnev, Mijail Gorbachov tomaba el país, iniciando una serie de
reformas que iban a cambiar el mundo.
El bloque estaba formado por ocho naciones (R. Democrática Alemana, Polonia,
Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Rumania, Yugoslavia y Albania) que ocupaban un total
de 1.275.000 Km2, con más 100 millones de habitantes. A pesar de que se les dio una
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homogeneidad política sustentada en gobiernos formados por partidos comunistas o por
alianzas de partidos con predominio comunista, en realidad eran Estados con características
distintas. Desde la diversa variedad y riqueza de sus economías, con naciones
industrializadas y otras apenas en vías de desarrollo, hasta las peculiaridades étnicas,
culturales y religiosas (razas balcánicas, Polonia católica, importancia de la religión
musulmana, etc.) el bloque era un conjunto de pueblos de difícil armonización y precario
compromiso político.
En el corto espacio de tres años, 1945–48, en la mayoría de estos países se produjo
un vertiginoso ascenso de los partidos comunistas aprovechando la presencia del ejército
soviético o el gran prestigio de los militares comunistas, arropados por la que empezaba a
mostrarse como superpotencia, la URSS. La particular posición geopolítica del bloque,
formando una barrera natural entre Centroeuropa y la URSS, sería determinante para
señalar el futuro inmediato de los regímenes constituidos al terminar la guerra. Los
argumentos defendidos en Yalta y Postdam por Stalin y Malenkov, en el sentido de la
necesidad de impedir un nuevo ataque alemán sobre Rusia, fueron suficientes para que
Roosevelt y Churchill otorguen su beneplácito a la formación del bloque socialista.
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Con la separación de las dos Alemanias en 1949, las líneas política y social de la
zona oriental no estuvieron exentas de dificultades, entre las cuales las de mayor relevancia
fueron las protestas sociales de 1953, cortadas de raíz con la intervención militar de las
tropas soviéticas acantonadas en el país. En 1951 se puso en marcha un plan quinquenal de
inspiración soviética, según el cual en 1955 se habrían superado los resultados productivos
de la preguerra. El plan contaría con la ayuda de la URSS en forma de maquinaria y
asesoramiento técnico. En 1953 la exigencia de una mayor productividad impuesta por una
normativa laboral endurecida provocó la huelga de los obreros. Muchas poblaciones
siguieron el ejemplo iniciado por el sector de la construcción de Berlín Este. La inmediata
intervención del ejército soviético, que contuvo la revuelta y obligó al gobierno a suavizar
sus pretensiones, redujo el conflicto en los días siguientes. Los líderes sindicales y los
dirigentes del partido establecieron un cambio en la programación política con el fin de
elevar el bienestar social, de suerte que a finales de los años 50 este Estado socialista
figuraba entre los más industrializados.
Como sucede en casos similares, florecen los denunciantes, entra en juego el afán
de hacer carrera y la policía secreta actúa con excesivo celo. Las víctimas condenadas en
procesos secretos o públicos, fueron ejecutadas o enviadas a campos de trabajo. Tampoco
se libraron los cosmopolitas que pensaban que los países no debían permanecer aislados
del resto del mundo.
Estas depuraciones, entrelazadas con la lucha por el poder, tuvieron lugar con el
telón de fondo de una remodelación profunda de toda la estructura política, social y
económica de los países del Este, a la que se puede aplicar el término de "sovietización"
por cuanto el objetivo era la total orientación hacia la dirección central de Moscú, mediante
un trasplante del modelo soviético a los distintos países. La medida más urgente era la
reestructuración de los partidos comunistas según el modelo del PCUS. La eliminación de
adversarios en política interior dejó libre el camino para librarse de los oportunistas
infiltrados en las propias filas y de los seguidores inseguros y poder formar un partido
auténticamente filial del PCUS. Pero dado que la pertenencia al partido de cada país era un
privilegio en la práctica, las exclusiones y controles tuvieron también un valor educativo
porque hicieron que cada militante tomara conciencia de que se exigía de él un
compromiso y una parcialidad constante en favor de Moscú.
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miembros comunistas. Todos los Estados se dan nuevas constituciones copiadas de la de
Stalin de 1936. Se aplicó una fuerte represión contra quienes van en contra de la
"dictadura del proletariado".
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autogestionaria; pero a finales de1951 esta fórmula fue reemplazada por un nuevo sistema
de dirección que aumentaba considerablemente las funciones de los directores, quienes
tenían derecho a tomar medidas disciplinarias. Con ello se aumentó el control del Partido
sobre la producción agrícola.
8– El modelo chino.
En 1950 se puso en marcha el primer plan industrial, calcado de los soviéticos. Las
instalaciones industriales se expandieron por zonas antes despobladas del centro y
noroeste.La población se desplazó hacia estos nuevos núcleos industriales, sobre todo
desde las regiones costeras. Fue necesaria la construcción de ferrocarriles para
intercomunicar estas regiones, y los resultados iniciales fueron esperanzadores: entre 1949
y 1954 la producción se duplicó.
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fuerza la colectivización y especialización económica por medio de un proceso de
militarización ("Revolución Cultural") y a través de un rígido control y represión. Tres
fueron los objetivos:
Tras 1961, las comunas sólo subsisten como órganos de coordinación agrícola. Las
aldeas, hábitat campesino tradicional, fueron potenciadas: en su marco se realiza una
actividad agrícola llevada a cabo por equipos de producción (80 a 200 trabajadores)
integrados en brigadas formadas por dos a cuatro mil personas. Cada familia recibe una
pequeña parcela, que suele rodear su vivienda, y se permitió que la producción de la
parcela individual fuera vendida de forma libre. Muchos de los antiguos cuadros dirigentes
de las comunas fueron destruidos y una mayor liberalización presidió las relaciones de
producción agrícolas. Se trata, en suma, de una adaptación agrícola al tradicional
individualismo chino, pero sin que se deshaga la estructura de producción socialista.
La Revolución Cultural parece que ha tenido su ocaso definitivo, sobre todo cuando
en 1976 muera Mao, a la vez que se produce una apertura hacia Occidente, dirigida por el
líder Deng Xiao Ping. A partir de 1982 se aceleraron los cambios económicos,
abandonando la rígida planificación estatal, la corrupción y la falta de incentivos. Se
potenciaba la industria de bienes de uso y consumo, aparecen mercados libres de productos
agrícolas en las ciudades, se reforzó el sistema de precios y salarios, entró capital
extranjero.
Sin duda estas medidas habrían podido ser el paso previo de un cambio político.
Pero la matanza de estudiantes (que reclaman una democratización de la vida política) en la
plaza de Tiananmen en junio de 1989 vino a demostrar que los dirigentes chinos no estaban
dispuestos a dejar el poder.
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El año 1991 fue crítico para la "Perestroika" o reestructuración. A nivel económico,
siendo el país más grande del mundo y el tercero en población, ocupa el lugar 51 en la
renta per cápita, situándose entre el primer y el tercer mundo. A partir de 1975 se observó
un estacamiento en la producción: si entonces producía más o menos el mismo trigo que
China, en 1982 solo se recoge la mitad que en dicho país. Eran datos que apuntaban a la
necesidad de sustituir la economía centralizada.
A nivel tecnológico, pese a ser una potencia pionera en la aeronáutica desde el
lanzamiento del Sputnik en 1957, el excesivo control de la investigación se traduce en que
haya campos en los que existan enormes lagunas: ordenadores personales,
superconductores, etc.
Las desigualdades regionales también eran evidentes: la URSS tenía su "sur", las
repúblicas islámicas, en las que la renta per cápita es inferior a los 500 rublos. Lo mismo
sucede con los hospitales, escuelas, etc. con gran diferencias entre los de las privilegiadas
repúblicas bálticas y las deprimidas del sur.
Por otro lado, la cosecha de 1991 quedó sin recoger, por los problemas derivados de
la desorganización.
Existían tres fuerzas hostiles a la perestroika: los comunistas ortodoxos, que ven
peligrar sus privilegios, y que en 1990 se hacen con el control de la KGB; demócratas
radicales (que se apoyarán en Yeltsin): creen que la reforma va demasiado lenta, y piden
una Rusia democrática; nacionalistas: las tres repúblicas bálticas (Lituania, Letonia,
Estonia) creen que la independencia puede recuperarse si se aceleran los cambios (no les
importa lo que suceda en el resto de la URSS)
Gorbachov reemprende las reformas sin apoyo suficiente, a un ritmo lento. En 1991
ya tiene claro el camino a seguir: convoca elecciones, un nuevo Tratado de la Unión,
aceptación de la independencia de las repúblicas bálticas. Al hacer balance de la historia de
la URSS, denunciará los errores del estalinismo.
a– Gorbachov asiste en Londres a una reunión de los siete grandes pidiendo ayuda.
b– Se reúne el Pleno del Comité Central del PCUS renunciando a la ideología
marxista
c– Se firma un nuevo Tratado de la Unión.
– Nacionalismo: existen 100 etnias, 150 idiomas, repartidas por todo el territorio.
Así, en Kazajstan los rusos y ucranianos son el 60% de la población, mientras el 40% de
kazasjtanos piden la independencia de la república.
– Bancarrota: existe un intento de liberalización total de la economía, demasiado
brusca e inconscientemente llevado a cabo por Yelstin: se crean más de 30 millones de
parados, una inflación del 500 % en 1991, una economía imposible de sujetar. Cuando
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Yeltsin duplicó el salario de los militares, el precio de los alimentos se había triplicado
mientras tanto.
– Desmontaje del PCUS y del ejército: deja un vacío de poder, pues no hay partidos
políticos creados. El ejército, aún con el "síndrome de Afganistán" (similar al de Vietnam
en los americanos) supone una masa difícil de recolocar en la vida civil. Los gastos
simplemente de traer los soldados de la RDA a Rusia son enormes. Muchos de estos
soldados se dedican a su regreso a actividades delictivas, controlando violentamente las
mafias que acaparan algunos sectores económicos del mercado negro.
– Transformación de la industria armamentística en industria de paz: hasta entonces
el sector industrial punta había sido el bélico, mientras el civil había sido su siervo.
– Existe una sensación de cansancio en la población, que deja de creer en los
políticos, sometido a la dictadura de las colas.
– Problemas sanitarios: falta de medicinas, con una mortalidad superior a muchos
países tercermundistas, problemas de alcoholismo, ecológicos (lo de Chernobil no fue
excepcional: las centrales nucleares son ruinosas; el mar de Aral decreció un 60% por culpa
de la desertización).
El paso brusco a una economía de mercado conlleva la pobreza del 35% de los
habitantes. Por otro lado, resurge el fundamentalismo islámico (piden leyes civiles sacadas
del Corán, y reciben el apoyo de los países árabes: Irán, Afganistán, etc.)
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todas las religiones se muestran al respecto combativas, beligerantes. Los patriarcas
ortodoxos se reunieron en Estambul decidiendo casi la guerra religiosa. Juan Pablo II
tampoco se ha decantado precisamente por una solución mediante el diálogo, alentando a
los católicos a que no cedan a las presiones de las otras religiones. Por su parte, Irán,
Arabia Saudita y Turquía se entrometen en los asuntos religiosos yugoslavos apoyando a
los fundamentalistas, como si se tratara de una cruzada.
c– desde el punto de vista social, las oligarquías nacionalistas oculta bajo la supuesta
solidaridad entre etnias sus aspiraciones de poder personal: si la población está pendiente
de la idea nacional, no se fijará en las diferencias de clases.
Los estados surgidos en Yugoslavia tienen tendencia a ser "puros", de una sola
etnia, lo que conlleva a episodios racistas: si durante el dominio de Hitler se produce la
depuración de serbios en Croacia, hoy se repite al revés el fratricidio.
En Serbia queda el problema de los albaneses, más de un millón y de religión
musulmana. En Bosnia existen importantes grupos de croatas (17%), musulmanes en
mayoría (43%) y serbios (39%).
Como peligro externo está la creación de una Alemania fuerte y militarizada. Los
cancilleres alemanes han impulsado los nacionalismos yugoslavos por todos los medios, en
su intento de apoderarse del centro de Europa, de ser el país dominante. Por otro lado,
Alemania ha implicado a toda la CEE en la supuesta "defensa" de los nacionalismos, con la
creación de "instrumentos de intervención de urgencia": ¿hasta qué punto son conscientes
Francia, Inglaterra y España de esta nueva política agresiva en la que se están embarcando?
Alemania va a lograr "satelizar" los antiguos países comunistas.
Por otro lado, Italia, Bulgaria y otros países tienen ambiciones territoriales, obtener
nuevas conquistas.
Lo cierto es que las repúblicas yugoslavas tienen casi imposible el subsistir como
estados independientes, dadas sus economías complementarias: en Eslovenia no hay
electricidad, materias primas y trigo, mientras Serbia ha de exportar electricidad para
subsistir.
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organizadora de Centroeuropa, tomando el relevo Francia: pero la creación de estados
nuevos cuenta con el problema de las minorías étnicas, que en cualquier país de nueva
creación suponen una cuarta o una tercera parte de la población total.
Tras la caída del comunismo existe un deseo de recobrar la identidad nacional por
parte de los eslovacos (Estado más pobre y desfavorecido respecto a los checos). El
problema se complica con la sustitución del anterior aparato de Estado: existe un vacío
político, una incapacidad para tomar las riendas de la situación. Así, por ejemplo, ¿quién
podría sustituir al Jefe Mayor del ejército, si éste pertenece a los dos Estados?
Por otro lado, existe una falta de consenso respecto a la vía de transición: ¿entrar
directamente al capitalismo y libertad comercial?; ¿pasar momentáneamente por un sistema
mixto capitalista–socialista, como en Suecia?; ¿una transición desde la legalidad, como la
española? Lo cierto es que aceptar ya una economía de mercado no es fácil, por los rasgos
negativos que, según se ve en el caso ruso, conlleva, por lo que se apuesta por mantener el
papel social del mercado. La vida política aparece confusa, con la creación de más de un
centenar de partidos (algunos tan poco serios como "El Partido de los Amigos de la
Cerveza", el "Partido de la Iniciativa Erótica", etc.). La fuerza que inició la lucha contra el
comunismo, en el momento en que éste cae se dividió. Mientras, la población no
renunciaba al concepto deformar una nación única, una nueva Checoslovaquia, los
políticos sí han tenido claro la separación en dos Estados independientes, interponiendo su
búsqueda de protagonismo en cada uno de ellos a los intereses de los 10 millones de checos
y 5 de eslavos. En parte el problema es que se identificaba "centralismo" o unidad con el
excesivo control por parte del Estado. Pero la creación de dos Estados no soluciona el
problema étnico: perviven muchos grupos minoritarios en cada Estado, existen multitud de
matrimonios mixtos, familias separadas por las nuevas fronteras, etc.
10– BIBLIOGRAFÍA.
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FERNÁNDEZ, A. (1990): La revolución rusa. Akal, Madrid.
FERRO, M.: La revolución rusa. Historia Universal Siglo XX, Hª 16– 6, Madrid.
HOLLIDAY, F. et al.: El sistema soviético hoy. Fundación Pablo Iglesias, Madrid.
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TAIBO, C (1993): La Unión Soviética (1917–1991). Síntesis, Madrid.
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