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© 2010, Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”

ISBN: 978-959-7138-04-4

Compiladora:
MSc. Milagros de la C. Milera Rodríguez

Revisión técnica :
Milagros de la C. Milera Rodríguez, Giraldo Martín Martín, Gertrudis Pentón Fernández,
Yolai Noda Leyva, Osmel Alonso Amaro, Onel López Vigoa, Javier Arece García, Juan C.
Lazcano Fleires, Jesús Iglesias Gómez, Rey Machado Castro

Revisión de estilo:
Alicia Ojeda González

Traducción:
Nidia Amador Domínguez

Diseño y diagramación:
Dayron Tortoló Betancourt
Tania Sánchez Santana

Reservados todos los derechos. Se prohíbe la reproducción parcial o total de esta obra en cualquier tipo de soporte, sea mecánico, fotocopiado o
electrónico, sin la respectiva autorización.
Índice

Prólogo……………………………………………………………………………………………….. VI

Introducción………………………………………………………………………………………...... VII

CAPÍTULO I. ORIGEN, DISTRIBUCIÓN, ADAPTACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DEL GERMOPLASMA… 8

Origen, distribución, adaptación y características botánicas, especies y variedades…………... 9

Comportamiento de nueve variedades de Morus alba (L.) durante la fase de vivero…………. 20

Supervivencia de la morera (Morus alba) en una asociación sometida a pastoreo y corte……. 27


Comportamiento del estrato herbáceo de una asociación de Morus alba con Panicum
maximum…………………………………………………………...................................... 33
Comportamiento inicial de dos especies de morera en fase de establecimiento……………….. 40

Estudios de comportamiento agronómico de la morera (Morus alba, Linn) en Cuba…………. 45

CAPÍTULO II. ESTUDIOS AEROTÉCNICOS………………………………………………………… 66


Efecto de la edad al primer corte en el comportamiento productivo de tres variedades de
morera (Morus sp)……………………………………………………………………….... 67
Efecto de la altura y la frecuencia de defoliación en la producción y la calidad de la biomasa
de Morus alba (Linn)…………………………………………………………………...… 72
Influencia de la aplicación de azotobacter chroococcum y diferentes fuentes de materia
orgánica en el desarrollo de esquejes de Morus alba L…………………………………... 80
Efecto del intercalamiento de leguminosas temporales en el establecimiento de morera
(Morus alba)……………………………………………………………............................ 86
Estudio de la macrofauna edáfica en una asociación de Morus alba y leguminosas arbóreas… 90

Nota técnica: un patógeno foliar en variedades de morera introducidas en Cuba……………... 95

Efecto del Liplant en el rendimiento de materia seca de Morus alba………………………….. 100


Influencia de la frecuencia de poda y la época sobre los rendimientos de biomasa de la
morera (Morus alba)……………………………………………………………………… 107
Capítulo III. Composición química y valor nutritivo…………………………………………. 115
Predicción de la composición química del forraje de morera (Morus alba var. Tigreada)
mediante la técnica de espectroscopia de reflectancia en el infrarrojo cercano (NIRS)….. 116
Composición nutritiva del forraje de morera (Morus alba var. Tigreada) ante diferentes
frecuencias de corte y niveles de fertilización. I. Contenido celular……………………… 119
Composición nutritiva del forraje de morera (Morus alba var. Tigreada) ante diferentes
frecuencias de corte y niveles de fertilización. II. Pared celular………………………….. 122
Calidad y degradabilidad ruminal de los principales nutrientes en el forraje de morera (Morus
alba)……………………………………………………………......................................... 129
Características fermentativas in vitro de raciones forrajeras típicas de sistemas agroforestales. 136

Carbohidratos solubles en cuatro variedades de morera (Morus alba Linn.)………………….. 142


Conservación de la morera (Morus alba) como ensilaje. I. Efecto sobre los compuestos
nitrogenados………………………………………………………………………………. 149
Valor nutritivo de árboles, arbustos y otras plantas forrajeras para los rumiantes…………….. 157

Evaluación de diferentes materiales absorbentes para ensilar hollejo de cítrico………………. 164

Harina de morera: un concentrado tropical…………………………………………………….. 170


Capítulo IV. Metabolitos secundarios………………………………………………………...... 175

Los metabolitos secundarios de las especies vegetales…………………………….................... 176


Evaluación de los principales factores que influyen en la composición fitoquímica de Morus
alba (Linn.). I. Análisis cualitativo de metabolitos secundarios………………………….. 187
Evaluación de los principales factores que influyen en la composición fitoquímica de Morus
alba (Linn.). II. Polifenoles totales………………………………………………………... 199
Evaluación de los principales factores que influyen en la composición fitoquímica de Morus
alba (Linn.). III. Flavonoides totales……………………………………………………… 205
Evaluación de los principales factores que influyen en la composición fitoquímica de Morus
alba (Linn.). IV. Cumarinas totales……………………………………………………….. 211
Efecto de la fertilización orgánica, la variedad y la época en el perfil polifenólico de Morus
alba (Linn.)………………………………………………………………………………... 216
Efecto de los niveles de fertilización, la variedad y la época en los contenidos de saponinas
esteroidales en morera (Morus alba L.)…………………………………………………... 227
Efecto de la fertilización en las variaciones fitoquímicas y su repercusión antinutricional en
cuatro variedades de morera………………………………................................................. 233
Capítulo V. Evaluación con monogástricos…………………………………………………… 241
Evaluación de indicadores productivos en conejas mestizas alimentadas con morera y otros
forrajes…………………………………………………………………………………….. 242
Harina de Morera (Morus alba) como sustituto del alimento convencional para cerdos en
crecimiento………………………………………………………………………………... 249
Hojas de morera (Morus alba) como fuente de proteina para cerdos jóvenes alimentados con
dietas de arroz: Estudios de digestibilidad………………………………………………... 253
Algunos aspectos del valor nutritivo de harinas de hojas de Trichanthera gigantea y Morus
alba para cerdos Mong Cai……………………………………………………………….. 262
Evaluación del consumo de morera fresca en cerdos Large white en el módulo investigación-
producción porcina………………………………………………………………………... 271
Uso de follaje de morera (Morus alba) en la ceba de cerdos alimentados con mieles de caña
de azúcar…………………………………………………………………………………... 276
Capítulo VI. Utilización en rumiantes………………………………………...……………… 281
Utilización de los hollejos de cítrico ensilados o deshidratados como suplemento de ovinos
en crecimiento alimentados con morera (Morus alba)……………………………………. 282
Efecto de diferentes niveles de morera en el consumo y crecimiento de cabritas destetadas en
confinamiento total………………………………………………………………………... 287
Distintas proporciones concentrado-morera (Morus alba) como suplemento a terneras en
pastoreo…………………………………………………………………………………… 293
Nota técnica: Efecto de la inclusión de morera (Morus alba) en la producción de leche……... 299
Sumplementación de vacas lecheras en pastoreo con morera (Morus spp) en la zona alta del
valle central de Costa Rica………………………………………………………………... 304
Resultados preliminares del forraje de Morus alba en la alimentación de vacas lecheras.......... 309

Morus sp. para la alimentación de bovinos en desarrollo (Nota técnica)……………………… 317

Consideraciones sobre el potencial productivo de una hectárea de morera……………………. 322

Capítulo VII. Otros usos de Morus spp……………………………………………….……… 325

El desarrollo de la sericultura………………………………………………………………….. 326

Usos medicinales de la Morera………………………………………………………………… 331

Principales avances en la utilización de Morus alba como una planta antihelmíntica………… 338
Prólogo
Este libro es el resultado de la visión, entrega y pasión de muchos técnicos, productores y
especialistas, quienes se han esforzado, desde hace muchos años, por hacer propuestas que
promuevan la disminución del uso de los concentrados a base de granos, por alimentos con
potenciales nutricionales capaces de sustituirlos en la nutrición animal en determinadas
proporciones.
Dentro de este contexto, el uso de los árboles y arbustos en los sistemas de producción y
en los bancos de forraje en sistemas de corte y acarreo ha desempeñado un papel importante,
aunque algo ignorado o subvalorado, tanto en Cuba como en países latinoamericanos y
tropicales en general, donde ocurren variaciones estacionales en la producción de los pastos,
los forrajes y otras fuentes de alimentación ganadera.
Las primeras investigaciones para la alimentación del ganado a partir de especies arbóreas
en Cuba, han estado centradas en el uso de Leucaena leucocephala, Albizia lebbeck (L.)
Benth., Gliricidia sepium (Jacq.) y Bauhinia purpurea, entre otras especies arbóreas
leguminosas.
La morera (Morus alba Linn.) es una leñosa forrajera, no leguminosa, utilizada en
sistemas de corte y acarreo por más de 5 000 años para alimentar el gusano de seda (Bombyx
mori), y a través de los estudios realizados en diferentes países se conoce que posee
excelentes características para la alimentación animal, por sus elevados valores de proteína y
energía.
Las primeras introducciones de la morera en Cuba datan del siglo XIX y con más énfasis
en la década de los años 30 del siglo pasado, cuando se realizaron esfuerzos para desarrollar
un programa para producir seda, el cual por causas aún no esclarecidas, no tuvo un feliz
término y las áreas establecidas desaparecieron.
En el año 1994, durante el Primer Taller Internacional sobre Sistemas Silvopastoriles
realizado en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, el MSc. Jorge
Evelio Benavides Grütter, investigador del Centro Agronómico Tropical para la Investigación
y la Enseñanza (CATIE) de Costa Rica, presentó un trabajo sobre las potencialidades de esta
planta como alimento animal, el cual llamó la atención y estimuló a los investigadores
cubanos a trabajar con esta especie en aquellos años de gran crisis alimentaria para nuestra
ganadería. Desde ese momento diversos investigadores comenzaron un programa de
investigación y transferencia de tecnologías, liderado por la Estación Experimental de Pastos
y Forrajes “Indio Hatuey”.
Fue así que en el marco de la colaboración desarrollada con el CATIE y mediante la
contribución del MV. Leopoldo Fernández de Costa Rica, se introdujeron las primeras cuatro
variedades de morera con el objetivo de validar en nuestras condiciones los promisorios
resultados que se habían alcanzado en el trópico húmedo de Costa Rica.
Con el decursar del tiempo, los trabajos experimentales fueron despejando
satisfactoriamente incógnitas acerca de cómo aplicar métodos agrotécnicos sin una máxima
dependencia de fertilizantes sintéticos ni otros agrotóxicos, distancias, métodos de siembra,
manejo de la cosecha, elaboración de dietas para diferentes especies de animales y otros
aspectos.
En la actualidad los resultados de numerosas investigaciones en rumiantes y
monogástricos, han conllevado que esta planta se pueda recomendar para sustituir
parcialmente los suplementos concentrados.
El libro consta de siete capítulos; en los tres primeros se recoge la distribución,
adaptación y caracterización del germoplasma, los resultados de los estudios agronómicos, la
composición química y el valor nutritivo de la morera.
En el cuarto capítulo aparece la evaluación de los principales factores que influyen en la
composición fitoquímica, seguido de los efectos de la alimentación con el forraje en
monogástricos y rumiantes; y por último una síntesis de los usos en la sericultura, en la
medicina y como larvicida en el control de parásitos.
La compilación de los principales resultados del pasado milenio y el inicio del tercero, en
sus diferentes capítulos, tiene el objetivo de suministrar de manera directa toda la información
generada en Cuba sobre la morera.
Esta obra constituye un documento de gran importancia, pues aborda de forma integral las
potencialidades de esta planta para su utilización en la ganadería y constituye un valioso
material de estudio y de consulta para los especialistas, estudiantes y productores interesados
en buscar posibles alternativas viables para la alimentación animal de manera eficiente y
económica, sin dañar el ambiente ni la salud humana.
Dr.C. Fernando Funes Aguilar
Coo rdinad or Prog rama d e Ag ro ecolo gía
Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF)
Introducción
Los árboles en los sistemas de producción ganadera en el trópico, y en particular en Cuba,
constituyeron un componente en los potreros como sombra, cercas vivas y maderables, e
incluso era muy frecuente encontrar árboles frutales —mango, tamarindo, marañón y otros—
en las fincas campesinas, pero en general eran solo elementos del entorno agroecológico,
aislados dentro del sistema de producción ganadera.
Gracias al potencial de las instituciones científicas creadas y al personal académico
formado por la Revolución, varias instituciones iniciaron trabajos de investigación dentro del
contexto de una ganadería intensiva, pero sin el enfoque sistémico integrador y sostenible,
pues en esos momentos no existía. En este período los estudios estaban encaminados a
introducir nuevas especies en la alimentación del ganado.
De esa manera, se comenzaron los estudios con árboles en la especie Leucaena
leucocephala (Lam.); para ello se introdujeron primeramente los bancos de proteína y más
tarde la asociación de árboles en todo el potrero, seguida por el enfoque agroforestal que
comenzó con el nombre de asociación arboles-pastos, a la cual se le denominó después
sistemas silvopastoriles o silvopastoreo.
Con estos sistemas se demostró que, en condiciones de producción, es posible obtener más
de 4 000 kg de leche/ha/año y hasta 800 kg/ha/año de carne vacuna, sin suplementación con
cereales y utilizando la melaza en el período seco como único insumo externo a la unidad.
La morera tiene su origen en el continente asiático, proveniente de China o de la India, y
existen evidencias de que la sericultura se inició hace mas de 4 500 años y con ella la
domesticación de la morera.
Por el hecho de ser una especie cosmopolita ha sido extremadamente difícil situar con
seguridad el origen de esta planta y muchos afirman que es el Himalaya. Se adapta a un gran
espectro de altitud, suelos y régimen de precipitación y temperatura.
En Cuba se dispone de una vasta información sobre la agrotecnia y se han realizado hasta
la fecha un conjunto de investigaciones sobre aspectos relacionados con la composición
bromatológica, el valor nutritivo, los metabolitos secundarios, la conservación como harina y
el ensilado solo y con gramíneas, así como la respuesta animal en rumiantes y monogástricos,
entre otros.
Este libro es una recopilación de dichas investigaciones sobre Morus alba Linn.,
publicadas en revistas, eventos internacionales, tesis o informes de proyectos, que se
desarrollaron en el último quinquenio del siglo pasado y en los años transcurridos del presente
siglo, y tiene como objetivo que el material compilado sirva para la consulta de
investigadores, docentes, técnicos y estudiantes de cualquier país a través de su inserción en
internet.
Dr.C. Giraldo Martín Martín
Director de la Estación de Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”
CAPÍTULO I.
Origen, distribución, adaptación
y caracterización del germoplasma
Origen, distribución, adaptación, características botánicas,
especies y variedades
Yuseika Olivera y Yolai Noda 1

1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes Indio Hatu ey.

Resumen
En este artículo se abordan aspectos esenciales sobre los conocimientos existentes de los
atributos morfobotánicos y agroecológicos de la especie Morus alba, que está siendo utilizada
en el sector ganadero como forraje y de la cual se tiene conocimientos milenarios en la
alimentación del gusano de seda en las zonas tropicales y subtropicales del nuevo y el viejo
mundo. Para ello, se presentan temas relacionados con el origen, la distribución, la
adaptación, la ecología, las características botánicas y las diferentes especies y variedades que
existen. Además, se abordan temáticas relacionadas con el mejoramiento genético de estas
especies y las nuevas variedades que se han logrado a través de la genética clásica y/o la
biotecnología.
Palabras claves: Origen, botánica, distribución, adaptación.

Abstract
This article presents essential aspects about the existing knowledge on the morpho-
botanical and agroecological attributes of the Morus alba species, which is being used in the
livestock production sector as forage and of which there is millenarian knowledge regarding
silkworm feeding in the tropical and subtropical zones of the new and the old world. For that,
themes related to the origin, distribution, adaptation, ecology, botanical characteristics and
the different existing species and varieties are presented. In addition, the work introduces
topics related to the genetic improvement of these species and the new varieties obtained
through classic genetics and/or biotechnology.
Key words: Origin, botany, distribution, adaptation.

Origen
Desde tiempos ancestrales los árboles de morera han crecido de forma individual y
silvestre (Cifuentes y Sohn, 1998) y comenzó a sembrarse para la sericultura hace alrededor
de 4500 años (Kitahara, 2001). Los dos reportes más ancestrales que incluyen a la morera en
la historia de la humanidad provienen del año 1 123 antes de Cristo; 3 126 años atrás en Korea
(Ho-Zoom y Won-Chu, 2001), y de la dinastía Ming en China (Xiangrui y Hongsheng, 2001).
De ahí que se considere uno de los cultivos más antiguos del mundo.
La morera tiene su origen en el continente asiático, al parecer proviene de China o de la
India; hay evidencias de que en este continente, desde hace alrededor de 5 000 años, tuvo sus
inicios la sericultura y con ella la domesticación de la morera (Ye, 2001). Sin embargo, el
hecho de ser una especie cosmopolita ha sido extremadamente difícil situar con seguridad el
origen de esta planta; no obstante, varios autores señalan al Himalaya como el lugar más
probable de origen (Benavides, 2000; Sánchez, 2001; Datta, 2002). Por su parte Li (2001),
clasificó los lugares de origen de M. alba en cinco regiones: 1) Este del continente asiático, 2)
archipiélago de Malasia, 3) Suroeste de Asia, 4) Oeste de África y 5) Norte, Centro y Sur de
América.

9
Distribución y Adaptación
El género Morus se ha distribuido en casi todo el mundo, tanto en áreas templadas como
tropicales. Solo la especie M. rubra es oriunda de América y el continente australiano es el
único que no cuenta con ninguna de las especies de morera en la actualidad (Sánchez, 2002).
China, la India y Brasil son los países más representativos en cantidades de este cultivo
por unidad de área, aunque en este último país la mayor cantidad de variedades se han
obtenido por cruzamientos genéticos (Almeida y Fonseca, 2002).
Además, con el desarrollo de proyectos de sericultura en diferentes regiones del mundo
hace que hoy en día la morera esté presente en muchos países de diferentes continentes. En
Asia existe el mayor desarrollo y expansión de esta planta, al estar presente en países como
China, la India y Japón con más de un millón de hectáreas; en Europa está siendo utilizada en
países como Italia, Francia, España y otros no menos importantes; en América se extiende
desde Estados Unidos de Norteamérica hasta Argentina, incluyendo Méjico, varios países de 1
Centroamérica y el Caribe, Brasil y Colombia. En el norte y este de África hay también un
desarrollo en el uso de la morera (Sánchez, 2002).
El amplio rango de distribución de la morera permite que la planta presente una gran
capacidad de adaptación a diversas condiciones climáticas. Lim, Young-Taek y Sang Poon
(1990) reportan temperaturas entre 13 y 38 ºC, con un rango optimo entre 24 y 28 ºC y Datta
(2002) informa niveles de precipitaciones entre 600 y 2500 mm. Requiere de una humedad
relativa de 65 a 80 % y un brillo solar alrededor de 9-13 horas/día (Cifuentes y Ham-Kim,
1998) y se cultiva desde el nivel del mar hasta 4 000 m de altitud (Ting-Zing et al., citados
por Benavides, 2000), aunque crece mejor entre los 800 y 1500 msnm (FAO, 1990).
M. alba se adapta a diversos tipos de suelos, principalmente en aquellos que presentan
mayor fertilidad, buen contenido de materia orgánica (Cifuentes y Ham-Kim, 1998). En
general crece muy bien, tanto en suelos porosos y profundos como en aquellos de topografía
plana con pendientes inferiores al 40 % (Domínguez, Pérez, Soto, Díaz, Fernández,
Rodríguez, Blanco y Revilla; 2002). Prefiere un pH entre 6,5 y 6,8, aunque es tolerante a la
acidez y la salinidad (Datta, 2002). Vegeta mejor en los suelos bien drenados, con un nivel
freático mínimo a 1 m (Ho-Zoom y Won-Chu, 2001), de textura media de arcillo-arenosas o
areno-arcillosas, estructuras granulares y blocosas (Cifuentes y Ham-Kim, 1998).

Influencia de los factores ecológicos en el crecimiento y desarrollo de la morera


El crecimiento y desarrollo de la morera está muy influenciado por los factores
ecológicos. La estrecha interacción que se manifiesta entre ellos determina el comportamiento
de esta planta en los diferentes ambientes. Cifuentes y Sohn (1998) describieron el efecto de
los mismos en el comportamiento de la planta. A continuación se relacionan los más
importantes.

Luz
Esta planta crece bien en ambientes de suficiente luminosidad; es eminentemente
heliófila. La iluminación adecuada contribuye a una buena producción de biomasa y calidad
en sus hojas. Los gusanos de seda que se alimenten con hojas que no recibieron suficiente luz
no crecen saludables.

Temperatura
En días soleados con temperaturas de 30ºC la tasa fotosintética es de 2 mg de MS/100
cm 2 /hora, en un día nublado es la mitad y en uno lluvioso el 30% (Zheng et al., citados por
Cifuentes y Sohn, 1998).
La temperatura es un factor de mucha influencia en el normal crecimiento de la planta,
aunque este género es muy cosmopolita; cuando las temperaturas son inferiores a los 12ºC, la
planta reduce su crecimiento y en países muy fríos con nevadas se produce un período de
latencia en las yemas.
Si las temperaturas son muy altas (mayores que 40ºC) se produce un desbalance negativo
entre fotosíntesis y respiración, lo cual detiene el crecimiento de las plantas.

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Agua
El agua es también un factor muy importante en esta planta, esencial en los procesos de
transporte de nutrientes, regulación de la turgencia de las células y todos los procesos
fisiológicos en general.
La planta integral de morera puede contener hasta un 60% de agua; las hojas poseen el
mayor contenido, con tenores entre 70 y 80%. Se requieren 280-400 mL de agua para
sintetizar 1 gramo de materia seca.
El contenido de agua en el suelo debe ser entre un 70 y 80% de su capacidad de retención
de agua para lograr un buen crecimiento de la morera, lo cual puede variar según el tipo de
suelo. Si hay presencia de estrés hídrico en el suelo, las plantas pueden detener su crecimiento
y las yemas y hojas terminales se marchitan o se secan.
El exceso de agua en el suelo y en el ambiente de forma prolongada (por días nublados y
lluviosos) y los suelos pesados, pueden afectar la absorción de nutrientes y, por tanto, la
calidad nutricional de las hojas.

Suelo
La textura, la estructura, el pH y el contenido de elementos mayores y menores en el
suelo, influyen en el normal crecimiento de la morera. No son adecuados los suelos muy
arcillosos y pesados, ni los muy arenosos y ligeros. La composición areno arcillosa o la
arcillo arenosa (textura media) son adecuadas para el normal crecimiento de esta planta.
La morera tolera niveles de pH muy variados entre 4,5 y 9, pero crece mejor en suelos
neutros con pH de 6,5 a 7. Desde el punto de vista químico, la relación C-N debe ser inferior
a 10, lo cual facilita la disponibilidad de nitrógeno, fósforo y azufre. El buen contenido de
fósforo en el suelo facilita el crecimiento del sistema radical y la absorción de los nutrientes.
Son deseables los altos contenidos de calcio (mayores que 6 meq/100 g de suelo), de magnesio
(superiores a 2,5 meq/100 g de suelo) y de potasio (mayores que 0,35 meq/100 g de suelo). La
capacidad de intercambio catiónico debe ser superior a 20 meq/100 g de suelo, lo cual
facilitará retener los nutrientes y liberarlos lentamente para el cultivo.

Taxonomía y descripción botánica


Varios autores han estudiado su taxonomía, pero al parecer solo ha existido un criterio
común en cuanto al orden, la familia y el género, no sucediendo lo mismo con las especies y
variedades.
La morera pertenece a la división Spermatophyta, clase Magnoliatae, subclase
Dicotiledónea, orden Urticales, familia Moraceae, género Morus (Diccionario Enciclopédico
Espasa, 1984). Las plantas pertenecientes a esta familia pueden ser clasificadas en cuatro
subfamilias, 55 géneros y alrededor de 950 especies. El género Morus posee 950 especies y
miles de variedades (Sibuya-Ku, 1975).
En la clasificación taxonómica propuesta por Yongkang (2002), M. alba se diferencia del
resto de las especies del género Morus por presentar pistilos con estilos largos distintivos,
protuberancia dentro del estigma, hojas pequeñas desprovistas de vellos o con protuberancia
en la etapa joven, venas en la superficie inferior y sorosis violácea obloide de 1,0 a 2,5 cm.
Nombres comunes: “Amoreira” (Brasil); “Mallbeerbaum” (Alemania); “Mullberry” (países
de habla inglesa); “Kurva” y “Tut” (África).
Debido a la variabilidad de nombres de la especie, la sistematización de M. alba se ha
hecho engorrosa, lo que no ayuda al ordenamiento taxonómico y dificulta la homogeneidad en
la clasificación a nivel mundial (Cappellozza, 2002).
Este mismo autor, describe a la morera como un árbol leñoso, perenne, desciduo de porte
bajo a medio, semicaducifolia en las condiciones de Cuba, de rápido crecimiento, monoica o
dioica, con un sistema radical profundo. Presenta una copa aproximadamente redondeada y
ramificada, con tronco de corteza grisácea que llega a medir 60 cm de diámetro.
A continuación se sintetizan las características morfológicas de la planta (raíz, tallo y
hoja); que fueron tomadas de Cifuentes y Wook (1998).

11
La Raíz
La principal función de la raíz es la absorción y almacenamiento de los nutrientes, síntesis
y anclaje de la planta en el suelo.
Las partes ubicadas por debajo del suelo (raíces) y las ubicadas por encima (tallos y
hojas) actúan conjuntamente y dependen incondicionalmente las unas de las otras para su
supervivencia. Un sistema de raíces desarrollado con una fuerte capacidad de absorción,
prometerá un crecimiento exitoso de las ramas y hojas el cual se tornará a su vez en beneficio
para el sistema radicular.

Forma de las raíces


El sistema radicular de la morera consiste de una raíz principal, raíces laterales y raíces
fibrosas o absorbentes. La forma del sistema radicular varia con el método de propagación
utilizado (fig. 1).
Cuando la propagación se realiza por semilla sexual, la radícula de la semilla desarrolla
una raíz principal, esta es llamada raíz de anclaje o raíz pivotante. De la raíz principal se
desarrollan otras raíces laterales que crecen hacia afuera las cuales son conocidas como raíces
laterales de primer orden, raíces laterales de segundo orden y así sucesivamente. Las raíces
más delgadas (con un diámetro menor a 1 mm.) son llamadas raíces fibrosas ó pelos
absorbentes. El borde entre la superficie del suelo y las partes aéreas de la planta es llamado
cuello de la raíz. Generalmente hablando, el sistema radicular se desarrolla por sí mismo y
asume una posición radial.

Fig. 1. Formas de las raíces de la morera.


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

La raíz que se desarrolla por el sistema de injertos, acodos o estacas forma unas raíces
llamadas raíces adventicias. En este caso no existe una raíz principal y el arreglo del sistema
radicular es irregular.
La raíz de la morera tiene un color amarillo brillante, especialmente cuando esta joven y
las raíces viejas tienen un color amarillo oscuro. Su superficie esta cubierta con lenticelas que
sirven de apertura y cierre para el intercambio gaseoso.
La morera es una planta con un sistema radicular profundo. El esparcimiento de las raíces
dentro del suelo depende de las condiciones mismas del suelo, tenido de materia orgánica,
sistema de cultivo y manejo.
Generalmente hablando, se puede decir que el área que cubre el sistema radicular es de
1,5 veces el radio de su corona. La raíz que está cerca de la superficie del suelo y que es más
o menos horizontal, es llamada raíz horizontal y puede absorber y utilizar los nutrientes y el
agua de la superficie del suelo. Las raíces laterales que crecen diagonalmente o verticalmente
son llamadas raíces verticales y pueden utilizar los nutrientes y el agua disponibles a parte
más profunda del suelo y en forma más efectiva.
La profundidad de las raíces está relacionada con la forma de la planta. Si la planta es
pequeña sus raíces profundas serán menores y viceversa. Las raíces profundizarán de acuerdo
con el tipo de suelo, el manejo y especialmente base en la aplicación de materia orgánica, de
allí la importancia de adicionar buenas cantidades de material orgánico (fig. 2).

12
Fig. 2. Distribución de las raices de acuerdo con la profundidad (Fuente: Hanada y Watanabe, 1986).
Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

Las Yemas
La yema es el cuerpo inicial de la rama, la hoja y la flor. Dependiendo de la variedad, las
características y estructura morfológica de las yemas son de gran importancia para su cultivo,
selección y mejoramiento.

Clases de yemas y sus características


Las yemas están divididas en yemas terminales y yemas laterales de acuerdo con el punto
de crecimiento en las ramas. Las que están ubicadas en los puntos de crecimiento en las ramas
terminales se llaman yemas terminales. Las yemas ubicadas en los axis de las hojas son
llamadas yemas laterales o yemas auxiliares. Si las yemas terminales se mueren, los puntos de
crecimiento terminal paran de crecer y las yemas laterales tomarán esta posición en su
reemplazo.
De acuerdo con su fisiología, las yernas pueden ser yernas activas y yemas de dormancia.
Las yernas auxiliares aparecen de color verde al principio, con el nuevo crecimiento, éstas
gradualmente toman nueva forma y se incrementan en número. En este momento, las yemas
auxiliares presentarán colores inherentes a la variedad de morera. En países de estaciones
éstas son llamadas yemas de invierno y usualmente brotan al año siguiente, pero algunas
variedades pueden brotar en el mismo año llamándose entonces yemas activas. Las yemas de
invierno que no brotan en la siguiente primavera son llamadas yemas de dormancia y tienen
un período de vida muy largo (Zheng et al., 1988).
Otra división de las yemas son yemas de hojas, yemas de flores o yemas mixtas. Las
yemas de hojas son aquellas que desarrollarán una hoja, las yemas de flores solamente
producirán una o varias flores y las yemas mixtas pueden producir tanto hojas como flores.

Forma y estructura de la yema


Lo mismo que las ramas, las yemas pueden tomar sus colores inherentes como café, café
violáceo, café amarilloso, verde grisáceo, etc. Además el tamaño de las yemas varía
dependiendo de la variedad.
Muchas de las yemas aparecen adheridas a los tallos o ramas, pero unas pocas sobresalen
sin adherirse al tallo por uno de sus lados y otras en su punta presentan una ligera inclinación
hacia un lado. Pueden tener forma un triángulo regular, triángulo acutángulo, un óvalo u otras
formas. Su forma es una base importante para la identificación de las variedades (fig. 3).

13
Fig. 3. Apariencia de las yemas.
Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

En un corte vertical de la yema, un eje puede ser visto en el centro. Este es tallo en
miniatura, en cuya punta se observa el punto de crecimiento o un cono de crecimiento cuyas
células están en estado de división activa y de crecimiento. En el centro del eje, existen capas
alternas de pequeñas prominencias primarias llamadas el primordio de la hoja, los cuales más
tarde se desarrollarán como las verdaderas hojas (fig. 4).

Fig. 4. Sección Vertical de una yema (Fuente: Cifuentes y Sohn, 1998).


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

El Tallo
El tronco, tallos y ramas de la morera suelen llamarse en su conjunto tallos. Su principal
función es transportar el agua y las sales minerales hacia arriba y enviar hacia abajo los
productos de la fotosíntesis y otros materiales orgánicos.
La planta de morera puede ser cultivada y entrenada para mostrar un tronco principal, con
varias ramas laterales, las cuales se dividen de nuevo y se categorizan en primarias,
secundarias, etc.
En el cultivo de morera se debe procurar tener la mayor cantidad de tallos y ramas con el
ánimo de buscar la mayor producción posible de hojas.

Forma de tallos y ramas


Bajo condiciones normales, la longitud, tamaño y color de las ramas de morera, así como
también la longitud de los entrenudos son estables y lo suficientemente básicos para
identificar variedades de morera. Los tallos y ramas en la morera tienen tres posiciones de
crecimiento: erectas, abiertas o esparcidas y colgadas o pendulantes. Las variedades erectas
tienen concentrada la corona de la planta permitiendo una buena ventilación. Por lo tanto son
adecuadas para siembras más densas y cultivos mecanizados. Aunque con las variedades de
ramas abiertas se puede lograr un buen uso del espacio, estas no se pueden utilizar en altas
densidades de siembra. La longitud y tamaño de las ramas de morera dependen de la variedad,
la edad la planta, las condiciones del suelo, cambios de clima, métodos de poda, cantidades
aplicadas de materia orgánica y manejo (Zheng et al., 1988).

14
Como las ramas de la morera son la base de la producción, la cosecha de las hojas se debe
hacer en forma racional y las plantas deben ser bien cuidadas para promover así un
crecimiento vigoroso. De esta forma los lotes pueden ofrecer altas productividades de hojas.
La morera es una planta que puede sobrevivir cortando y podando permanentemente sus
ramas. Su habilidad de recuperación depende de la variedad, la edad, el método de
fertilización y el manejo general de la plantación.

Forma de las Hojas:


La hoja de la morera está compuesta de tres partes: El pecíolo, la estipula y la lámina
foliar o limbo. Su forma y estructura cambia de acuerdo con la variedad y las condiciones
ambientales.
El pecíolo es el órgano que une la lámina foliar con el tallo ó rama y sirve de puente al
paso de agua y nutrientes. La estipula crece a ambos lados de la base del pecíolo. Esta cae de
la planta en forma temprana y desaparece a medida que la hoja va madurando. No puede ser
vista cuando la hoja está vieja (Zheng et al., 1988). El limbo o lámina foliar es la principal
parte de la hoja. Puede tener una o dos formas básicas, llamadas hojas enteras y hojas
lobuladas. Las hojas enteras pueden a su vez clasificarse en cordadas, elípticas, ovales, etc.
(fig. 5).

Fig. 5. Forma de las hojas.


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

Las hojas lobuladas pueden ser clasificadas de acuerdo con el número de lóbulos en bi,
tri, tetra, etc. lobuladas. Las características morfológicas de la punta, los bordes, la base y las
venas de la lámina foliar varía con las variedades de morera (fig. 6). Su talla, grosor y color
cambia y depende mucho de los factores externos.

Fig. 6. Tipo de hojas, base de la hoja y tipo de borde.


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

15
Flor, Fruto y Semilla
La mayoría de las flores de la morera son monosexuales; algunas son bisexuales. Ellas son
pequeñas y sésciles y forman un racimo alrededor de un eje, así formadas se llaman el amento.
El sexo de las flores depende de la variedad, algunas variedades son monoicas, otras dioicas y
algunas son andrógenas. Tanto las flores estaminadas (masculinas) como las pistiladas
(femeninas) se encuentran en racimos separados (Zheng et al., 1988).
La flor estaminada (masculina) está compuesta de cuatro sépalos y cuatro estambres (fig.
7). El estambre está compuesto de un filamento y una antera. Cuando la flor está en una
inflorescencia, el filamento se extiende hacia afuera y las anteras se explayan mostrando una
cantidad de bolitas de polen de color amarillo, el que se esparce a lo largo y ancho a merced
del viento. Es por esto que la flor de la morera es anemófila.

Fig. 7. Flor estaminada (Masculina).


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

El pistilo de la flor consiste de cuatro sépalos, el ovario, el estilo y el estigma (fig. 8).
Los sépalos envuelven el ovario en forma cerrada. El ovario aparenta como una bola verde el
cual contiene el óvulo, en el centro del cual encuentra el saco embrionario. La longitud del
estilo, el cual cambia con variedad, es una de las más importantes bases para la clasificación
de antas de morera.
En la punta del estilo está el estigma, el cual se abre y toma la forma de cuernos de vaca.
Sobre él crecen unas proyecciones densas y blanquecinas las cuales pueden secretar un jugo
azucarado el cual está habilitado para que se adhiera el polen.

Fig. 8. Flor pistilada (femenina) y sección vertical de un ovario.


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

Cuando el estigma se estrecha y presenta un color blanco, significa que el saco


embrionario está maduro y es tiempo de la polinización. Cuando los anos de polen caen dentro
del estigma, absorben la mucosa secretada por el estigma y éste los envía hacia el saco
embrionario completándose así la doble inseminación. Después de la inseminación el estigma
se marchita y el ovario y sépalos gradualmente se desarrollan. Luego se caen y se transforman
en frutos, los cuales inician en conjunto una floración central denominada sorosis.

16
La sorosis (fig. 9) es verde al principio, pero gradualmente se torna roja y eventualmente
se torna negro violeta significando que ya están maduras. Los frutos maduros de algunas
pocas variedades se tornan rojos o blancos, en lugar de negro violeta.

Fig. 9. Sorosis y semilla.


Fuente: Cifu en tes y Kee Wo ok (1998 ).

Las semillas de la morera son café amarillentas ó amarillo brillantes en color y carnosas y
ovaladas en forma. Ellas están compuestas de una cubierta, el embrión y el endosperma. El
endosperma almacena gran cantidad de grasa, cenizas y proteínas, las cuales se unen para
satisfacer las necesidades de la semilla y su desarrollo.
El principal agente polinizador de la morera es el viento. La mayoría de las especies son
diploides con 28 cromosomas (2n=28); sin embargo, las triploides se cultivan también
extensivamente por su adaptabilidad, crecimiento, vigor y calidad de las hojas (Cappellozza,
2002). Coincidiendo con lo anterior, Machii, Koyama y Yamanouchii (2002), plantearon que
esta especie, es rica en los niveles de ploidía, ya que se han encontrado variedades triploides
en M. bombycis y M. cathyana Hemsl tiene variedades tetraploides, pentaploides y
hexaploides.
En los siglos XIX y XX se realizaron varias divisiones del género Morus, las que
estuvieron fundamentalmente basadas en la presencia o ausencia de estilo en la flor, la
protuberancia y vellosidad del estigma, la inflorescencia, la sorosis, la base del estilo
bilobulado y la morfología de la hoja, principalmente la forma de la base.

Reservas de germoplasma
Existen alrededor de 68 especies del género Morus y la mayoría de ellas se encuentran en
Asia, especialmente en China (24 especies) y en Japón (19). El continente americano es
también rico en especies de este género. Está pobremente representado en África y Europa y
no está presente en Australia (Datta, 2002).
En China existen más de 1 000 variedades que son cultivadas y provienen principalmente
de cuatro especies: Morus alba, Morus multicaulis, Morus bombycis y Morus atropurpurea.
Los científicos de China clasificaron el género Morus en 14 especies y una variedad. Esta
clasificación fue realizada sobre la base de las características de la flor femenina relacionada
con la longitud de los estilos (Huo, 2002).
En la India hay muchas especies de morera y en los montes Himalaya, crecen de forma
silvestre, M. alba, Morus indica, Morus serrata y Morus laevigata. Han sido introducidas al
país variedades de M. multicaulis, M. alba, Morus tartarica y Morus nigra. La mayoría de las
variedades de morera en la India pertenecen a M. indica (Datta, 2002).
En Japón, Koidzumi (citado por Machii, Koyama y Yamanouchi, 2002) clasificó el género
Morus en 24 especies y una subespecie. La mayoría de las variedades pertenecen a las
especies M. bombycis Koidz, M. alba L. y Morus latifolia Poiret. El Instituto Nacional de
Ciencias Agrobiológicas de Japón tiene un banco de germoplasma con más de 1 300
accesiones procedentes de Japón y otros países, mantenidas en campo e invernadero (Machii,
citado por Machii, 2001). En este país, Macchi, Koyama, Yamanouchi, Matsumoto, Kobayashi
y Katagiri (2001), estudiaron 260 genotipos que forman parte de la colección del Instituto
Nacional de Ciencia de Sericultura y Entomología del Japón (Datta, 2002).
En Indonesia hay seis especies de este género: M. alba (variedades tartanica y
macrophyla), M. nigra, M. multicaulis, Morus australis, Morus cathyana y Morus mierovra.
En Vietnam hay más de 100 variedades de M. alba, M. nigra y M. laevigata (Katsumata,
citado por Sánchez, 2002).

17
Sin embargo, a pesar del creciente interés por esta planta en los países asiáticos, fuera de
Asia, la disponibilidad de germoplasma de morera es mucho más limitada. Por ejemplo:
En Brasil la morera fue introducida desde Asia en la época de la colonia; es una planta
conocida y presente en jardines y otros lugares de campos y ciudades, que comercialmente
está asociada con la sericultura. La mayoría de las variedades cultivadas pertenecen a M. alba.
En el estado de Sao Paulo hay un activo banco de germoplasma en la Estación Experimental
de Zootecnia en Galia, perteneciente al Instituto de Zootecnia, y otras colecciones en la
Universidad de Sao Paulo y en el Instituto Agronómico de Paraná. En la Estación
Experimental de Galia existe un banco de germoplasma con 88 clones y variedades
pertenecientes a tres colecciones. Hay poca información sobre los clones que se utilizan
comercialmente; las compañías han diseminado los clones Miura y Korin que, junto a la
variedad Calabreza, abarcan la gran mayoría del área cultivada (Almeida y Fonseca, 2002).
En Italia y en países de Europa como Grecia, Francia y España, aunque no está muy claro
el origen y el momento de la primera Introducción de morera, es evidente que su desarrollo
estuvo relacionado con la sericultura (Cappellozza, 2002). Según este mismo autor la morera
no ha sido muy estudiada en Italia, aunque hay una larga experiencia de usarla para alimentar
el gusano de seda (B. mori); la especie más utilizada a escala comercial es M. alba, con
muchas variedades e híbridos espontáneos. Frecuentemente la misma variedad tiene nombres
locales diferentes, lo cual afecta su verdadera taxonomía. La mayor colección de morera se
encuentra en la sección de sericultura del Instituto de Investigaciones de Producción Animal
de Padova con una colección con 51 accesiones.
En Cuba existe hasta el presente un escaso germoplasma no superior a 10 variedades
(Martín, 2004), que forman parte del banco de recursos genéticos de la Estación Experimental
de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, las que fueron introducidas principalmente desde Costa
Rica y Brasil a finales de la década de los 90 del siglo pasado. Este germoplasma cuenta con 4
variedades introducidas de Costa Rica, en el año 1996 (Indonesia, Criolla, Acorazonada y
Tigreada); una variedad naturalizada que fue introducida de Etiopía (Cubana) en la década de
los ochenta y 2 selecciones (IZ-40, IZ-64) y 3 híbridos (IZ-15/7, IZ-13/6, IZ-56/4), de
reciente Introducción, provenientes del Instituto de Zootecnia de Brasil, todos de la especie
Morus alba. Aunque con anterioridad habían existido algunos cultivos de morera desde el
siglo XIX (Fernández, 1935), no es muy fácil encontrar plantas naturalizadas en toda la isla.
Como se puede apreciar, se han realizado varios estudios y se conservan grandes
colecciones de especies y variedades de este género, pero debido a la difusión que ha tenido
en diferentes países por el desarrollo de la industria de la sericultura, muchas variedades se
han extendido con nombres diferentes e incluso han sido clasificadas como especies
diferentes.
Un estudio realizado por Sharma et al. (citado por Machii, 2001) demuestra que genotipos
provenientes de orígenes geográficos diferentes y que supuestamente pertenecen a variedades
o a especies diferentes, pueden tener altos índices de relación genética.
Existe un amplio germoplasma de especies y variedades del género Morus, con algunos
errores en la clasificación taxonómica debido a su difusión en diversos países, por tanto, en
Cuba sería necesario profundizar los estudios sobre taxonomía en las variedades existentes y
en las que en el futuro se puedan introducir, para evitar errores que puedan afectar los
Resultados de las investigaciones y de la utilización de esta planta.

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19
Comportamiento de nueve variedades de Morus alba (L.) durante
la fase de vivero*
Yolai Noda, Gertrudis Pentón y G. Martín 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 27 , No . 2 , 2004 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”

Resumen
Se realizaron dos experimentos con el fin de estudiar el comportamiento de nueve
variedades de morera durante la fase de vivero En el primero se estudiaron las variedades
Indonesia, Tigreada, Acorazonada y Criolla, y en el segundo los híbridos IZ-64, IZ-13/6, IZ-
40, IZ-15/7 e IZ-56/4. Se utilizó un diseño totalmente aleatorizado, con 10 réplicas por
variedad. Los propágulos empleados se inocularon con una mezcla 1:1 de dos fitohormonas:
ácido índol butírico (AIB) y ácido naftílacético (ANA) a una concentración de 4 000 ppm y se
plantaron a una distancia de 10 x 20 cm. En el experimento 1 la variedad Indonesia difirió
significativamente (p<0,05) del resto de las variedades en términos de: supervivencia (98% a
los 21 días de plantada); número de brotes/estaca (3,1 a los 49 días); longitud de las ramas
(32,02 cm a los 49 días) y cantidad de hojas desarrolladas por planta (3,1 brotes/planta a los
42 y 49 días). En el experimento 2 no se encontraron diferencias significativas entre los
híbridos para los indicadores estudiados. De acuerdo con los Resultados, se observó un fuerte
efecto varietal para cada uno de los indicadores estudiados y se destacó la variedad Indonesia
como la de mejor comportamiento en cada período evaluado; además, las fitohormonas de
enraizamiento pudieron haber desempeñado un importante papel en el desarrollo varietal. Se
recomienda prolongar el período de evaluación y utilizar propágulos que tengan la misma
edad, así como realizar trabajos que prueben la influencia particular de las fitohormonas en el
desarrollo de las raíces, sobre la base de distintas concentraciones y un testigo.
Palabras clave: Morus alba, variedades, viveros.

Abstract
Two trials were carried out with the objective of studying the performance of nine
mulberry varieties during nursery stage. In the first trial the varieties Indonesia, Tigreada,
Acorazonada and Criolla were studied, and in the second one the hybrids IZ-64, IZ-13/6, IZ-
40, IZ-15/7 and IZ-56/4 were tested. A completely randomized design was used with 10
replications per variety. The propagules used were inoculated with a 1:1 mixture of two
phytohormones: indolebutyric acid (IBA) and naphdthylacetic acid (NAA) with a
concentration of 4 000 ppm and they were planted distance of 10 x 20 cm. In trial 1 the
variety Indonesia significantly differed (p<0,05) from the rest of the varieties regarding
survival (98 % 21 days after being planted), number of buds/cutting (3,1 49 days after being 1
planted); branch length (32,02 cm 49 days after being sown) and number of leaves developed
per plant (3,1 2 buds/plant 42 and 49 days after being planted). In trial 2 no significant
differences were found among the hybrids for the indicators studied. According to the results,
a strong variety effect was observed for each of the indicators studied and the variety
Indonesia had the best performance in each period evaluated; furthermore, the rooting
phytohormones may have played an important role in variety development. To extend the
evaluation period and to use propagules of the same age is recommended, as well as to
perform trials that study the particular influence of phytohormones on root development, with
different concentrations and a control.
Key words: Morus alba, varieties, nurseries.

20
Introducción
La morera (Morus alba) pertenece al orden Urticales, familia Moraceae, género Morus y
ha sido tradicionalmente utilizada para la alimentación del gusano de seda. Aunque es nativa
de Asia, se ha adaptado de manera excelente al trópico (Benavides; 1994), por lo que se le
considera cosmopolita.
En cultivo para la producción de forraje la morera ha demostrado excelentes
características de palatabilidad y, en consecuencia, un alto consumo por el ganado
(Benavides, 1994; Pizarro, Ramos y Almeida, 1997; Sánchez, 2001). Boschini, Dormond y
Castro (1998) plantearon que el contenido proteico de la planta entera varió de 14 a 22% de
proteína cruda en base seca y que la digestibilidad in vitro osciló entre 70 y 80%.
Según Boschini y Rodríguez (2002), el método fundamental de propagación de esta
especie es asexual, con material vegetativo estandarizado en estacas de 25 a 30 cm de largo y
al menos tres yemas en buen estado, de 1 a 1,5 cm de grosor, extraídas de ramas maduras con
más de 120 días de edad. Esta vía de propagación es la más utilizada, ya que es una forma
fácil y rápida de conservar las características de la planta madre. Dentro de este sistema existe
la plantación de cultivos por siembra directa y por medio del transplante del material
enraizado al campo.
En la siembra directa las estacas extraídas de las ramas de la morera se plantan
directamente en el sitio definitivo, después de realizar las labores de preparación del terreno;
mientras que la siembra por transplante consiste en plantar los propágulos en el sitio
definitivo, pero realizándoles previamente un proceso de enraizado, en áreas provistas para
ejecutar este proceso, denominados “enraizadores” (Cifuentes y Kee-Wook, 1998).
Por otra parte, en una evaluación realizada por Cruz (1997) se encontró que la producción
de hojas por planta estuvo relacionada con las variedades de morera utilizadas en la
plantación.
De igual manera, Boschini y Rodríguez (2002) plantearon que la eficiencia del
enraizamiento está vinculada a la variedad, las condiciones ambientales prevalecientes, la
nutrición de la planta madre, la edad del árbol generador y la parte de la planta seleccionada.
El presente estudio tuvo como objetivo evaluar el comportamiento inicial de nueve
variedades de morera durante la fase de vivero.

Materiales y métodos
Clima y suelo. El experimento se realizó en la EEPF “Indio Hatuey”, ubicada en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, durante los meses de abril a junio del 2003; en
ese período se registraron 383,3 mm de precipitación y 24,7ºC de temperatura media. El suelo
se clasificó como Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández et al., 1999).
Diseño y tratamientos. Se utilizó un diseño totalmente aleatorizado, con 10 réplicas por
variedad. Se estudiaron las variedades: Indonesia, Criolla, Tigreada y Acorazonada, cuyos
propágulos provenían de plantaciones con 5 ½ años de establecidas (experimento 1) y los
híbridos IZ-64, IZ-13/6, IZ-40, IZ-7 e IZ-56/4 que provenían de plantaciones con 2 años
establecidas (experimento 2).
Procedimiento experimental. Los canteros fueron preparados y fertilizados con cachaza
a razón de 10 kg/m². La plantación se realizó por estacas y con el fin de mantener la humedad
necesaria se aplicó riego por aspersión durante todo el período de aviveramiento. Los
propágulos empleados medían de 30-40 cm de largo y todos fueron inoculados con una mezcla
1:1 de dos fitohormonas de enraizamiento; ácido índol butírico (AIB) y ácido naftílacético
(ANA) a una concentración de 4 000 ppm, disuelta en etanol al 70%, y se utilizó talco
industrial como vehículo para la mezcla. La parte basal de las estacas (2-3 cm) se sumergió en
agua y posteriormente se puso en contacto con el polvo enraizador. Los propágulos fueron
sembrados de forma vertical, utilizando un marco de siembra de 20 cm entre hileras y 10 cm
entre propágulos, a una profundidad de 8-10 cm.
Se realizaron observaciones semanales a partir de los 14 días hasta la octava semana
posterior a la siembra. Se evaluó la supervivencia de las plantas por variedad en cada período
de observación, el número de brotes por estaca (se tomó como brote aquella yema desarrollada
que alcanzara 1 cm o más de largo), la longitud de las ramas y el número de hojas por planta.

21
Análisis estadístico. Para la interpretación de los Resultados se empleó el análisis
descriptivo en el indicador supervivencia de las plantas por variedad; mientras que en los
indicadores número de brotes por estaca, longitud de las ramas y número de hojas por brote
para cada variedad, se utilizó un modelo lineal y las medias se compararon a través de la
dócima de rango simple Student-Newman-Keuls (SNK), para un 5 % de significación. Para
ello se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 10,0.

Resultados y discusión
Los Resultados del experimento 1 se muestran en la fig. 1 y en las tablas 1, 2 y 3.
El porcentaje de supervivencia en cada una de las variedades estuvo entre 90 y 100% a los
35 días de la plantación (fig. 1). En este sentido, la variedad Indonesia alcanzó el mayor
porcentaje en menor tiempo (98% a los 21 días) y a los 35 días germinó el 100% de las
plantas de esta variedad, lo que proporcionó una mayor supervivencia en un menor tiempo. El
resto de las variedades tuvieron un comportamiento similar entre ellas y a los 35 días de
plantadas se detectó un 98% de germinación.

Fig. 1. Dinámica de la brotación de las plantas.

En el número de brotes por estaca (tabla 1) hubo diferencias significativas entre las
variedades (p<0,05) y la Indonesia se comportó mejor durante todo el período experimental
(con 3,1), aunque no difirió de la Criolla a partir de los 35 días, la cual promedió valores de
2,5 a los 49 días posteriores a la siembra y mejoró su respuesta con respecto a las restantes.
Estos Resultados concuerdan con los obtenidos por Vargas, Franco, Lago, Padrón, Suárez,
Hernández, Hernández y Ricardo (2002) y por Fernández, González y Diez (2002), al
caracterizar el comportamiento agronómico de estas variedades de morera en la fase de
establecimiento, ya que demostraron que no sólo durante la etapa inicial de la brotación la
Indonesia alcanzó los mejores Resultados, sino también en el rebrote después de cada corte.

Tabla 1. Número de brotes por estaca para cada variedad

Días posteriores a la plantación


14 21 28 35 42 49
Acorazonada 0,2b 0,7b
1,1b
1,6 b
1,7b 2,1b
Criolla 0,3b 0,7b 1,8b 2,1ab 2,4ª 2,5a
Indonesia 1,6a 2,6ª 2,7 a
3 a
3,1a 3,1
b
Tigreada 0 0,1 1,1b 1,7 1,9ab 2b
ES ± 0,15* 0,23* 0,28* 0,28* 0,23* 0,25*

a,b Medias en cada columna seguidas por diferentes letras difieren significativamente (p<0,05)
*p<0,05

22
De acuerdo con los Resultados que se indican en la tabla 2, las ramas de la variedad
Indonesia alcanzaron la mayor longitud durante todo el período experimental (32,02 cm a los
49 días de plantada). Estos valores difirieron significativamente (p<0,05) de los obtenidos en
las restantes variedades en los diferentes momentos posteriores a la plantación, excepto en la
Acorazonada y la Criolla, que a los 42 días promediaron valores de 23,51 y 20,77 cm,
respectivamente.

Tabla 2. Longitud de las ramas (cm)

Días posteriores a la plantación


Variedad 14 21 28 35 42 49
Acorazonada 0,23b 2,22 b
7,17 b
17,07 b
23,51ab 28,48ab
Criolla 0,28b 1,4b
8,53 b
18,83 b
20,77ab 27,2ab
Indonesia 1,04a 6,73a 17,31a 25,64a 27,55a 32,02a
Tigreada 0b 0,3b
3,16 c
8,92 c
14,3b 21,44b
ES± 0,075* 0,68* 1,53* 2,23* 2,6* 2,58*

a,b,c Medias en cada columna seguidas por diferentes letras difieren significativamente (p<0,05)
* p<0,05

En contraste con estos Resultados, se observó que la Tigreada tuvo un menor desarrollo de
las ramas durante todo el período experimental (particularmente a los 28 y 35 días, aunque
mejoró a partir de los 42 días); es decir, su incremento en la longitud de las ramas fue muy
lento con respecto a las restantes variedades. Es interesante destacar que en estudios de
evaluación varietal realizados por Martín, Yepes, Hernández y Benavides (1998) con estas
variedades, se encontró que después de 4 meses de plantadas los brotes de la Acorazonada
alcanzaron la mayor altura, comportamiento que se mantuvo hasta los 8 meses. Sin embargo,
después de este período la variedad Indonesia demostró ser la de mejor comportamiento.
En el indicador hojas abiertas por planta (tabla 3) también se encontró un patrón de
comportamiento similar a los analizados con anterioridad, ya que en este indicador la variedad
Indonesia nuevamente resultó ser significativamente superior (p<0,05) al compararse con el
resto de los tratamientos, los cuales no difirieron entre sí. El mayor número de hojas en esta
variedad pudo estar relacionado con una menor distancia entre los nudos y una mayor
producción de yemas. Estos Resultados corroboran los obtenidos por García (2003) al estudiar
estas mismas variedades en una plantación de 4 años de establecida, quien demostró que la
Indonesia alcanzó la mayor producción de hojas en todos los períodos evaluados, lo que
motivó que esta variedad se destacara en la producción de proteína verdadera y proteína bruta
por hectárea.
Como se pudo observar, en los Resultados del experimento 1 la Indonesia se destacó, en
comparación con las restantes variedades, en todos los indicadores estudiados; ello pudo estar
relacionado con un mejor estado fisiológico de las semillas, lo que garantiza mejores
condiciones para el posterior transplante de las posturas. También se observó la fuerte
relación existente entre las características morfológicas de cada variedad, ya que en estudios
realizados por Espinoza y Benavides (1998) se planteó que la brotación de las yemas, la
longitud de las ramas y el porcentaje de brotación de las plantas son fenómenos fisiológicos
altamente relacionados con el estatus nutricional de las semillas y las propias características
genéticas de la variedad. Ellos señalaron además que existen importantes variaciones
varietales en la morfología de M. alba, L. En este sentido, cada una de las variedades presenta
características distintivas y algunas de esas diferencias están relacionadas con su
comportamiento. Por ejemplo, la Tigreada tiene puntos bien definidos sobre la cutícula del
tallo y sus hojas son grandes y lobuladas; la Indonesia ramifica mucho y tiene hojas pequeñas
y poco lobuladas; mientras que la Criolla ramifica poco y posee hojas muy grandes y con poca
lobulación, que al madurar se tornan convexas; por cuanto estos aspectos, particularmente los
dos últimos, pueden incidir en las respuestas obtenidas.

23
Tabla 3. Cantidad de hojas por brote para cada variedad

Días posteriores a la plantación


Variedad 14 21 28 35 42 49
Acorazonada 0,2b 0,7b
1,1 b
1,6b
1,7b 2,1b
Criolla 0,3b 0,7b
1,8 b
2,1b
2,4b 2,5b
Indonesia 1,6a 2,6a 3a 2,7a 3,1a 3,1a
b b b
Tigreada 0 0,1 1,1 1,7 1,9b 2b
ES± 0,23* 1,4* 1,03* 1,23* 1,33* 1,5*

a,b Medias en cada columna seguidas por diferentes letras difieren significativamente (p<0,05)
* p<0,05

Los Resultados del experimento 2 se muestran en las figuras 2, 3 y 4 y en la tabla 4. Con


respecto al porcentaje de supervivencia de las plantas por variedad (fig. 2), estos híbridos no
alcanzaron niveles tan elevados como las variedades analizadas con anterioridad. Sólo el
híbrido IZ 56/4 logró 85% de supervivencia a los 49 días de evaluación; mientras que el IZ-64
se comportó como el de menor porcentaje de supervivencia, al mostrar valores sólo de 42% a
los 49 días de plantado (valor que se mantuvo por debajo de la media poblacional durante todo
el período evaluado).

Fig. 2. Dinámica de brotación de las plantas.

Fig. 3. Número de brotes desarrollados por planta.

24
Fig. 4. Longitud media de las ramas por variedad.

En los indicadores número de brotes por estaca y longitud media de las ramas, no se
encontraron diferencias significativas entre estos híbridos (figs. 3 y 4) y sólo a los 14 días
hubo diferencias marcadas en el número de hojas por planta (tabla 4). En este último
indicador el híbrido IZ-64 fue el más sobresaliente, ya que alcanzó valores medios de 1,5
hojas abiertas por planta y difirió significativamente del resto (p<0,05). Los híbridos IZ-13/6
e IZ-40 tuvieron un comportamiento similar, mientras que los restantes (IZ-15/7 e IZ-56/4)
desarrollaron el menor número de hojas por planta.
Aunque después de los 14 días no se encontraron diferencias significativas entre los
tratamientos, al concluir el período de observación los mayores valores medios se hallaron en
los clones IZ-13/6 e IZ-40 (ambos con 11,3 hojas abiertas/planta) y particularmente el híbrido
IZ-15/7 alcanzó el mayor valor.
En términos generales estos híbridos, introducidos de Brasil, no mostraron un
comportamiento favorable para ninguno de los indicadores estudiados en este experimento.
Ello pudiera deberse a la respuesta específica de las plantas en determinados ambientes, los
cuales puede que no sean los más favorables para expresar su posible techo genético, ya que
en estudios realizados por Almeida y Canto (citados por Sánchez, 2000) en el Instituto de
Zootecnia de Brasil, se encontraron respuestas favorables al medir el número de hojas, el peso
de las hojas y el peso de las ramas. Además, dichos autores destacaron que estos clones,
genéticamente modificados, son muy productivos y sus hojas presentan un elevado valor
nutritivo.

Tabla 4. Cantidad de hojas por brote para cada variedad

Días posteriores a la plantación


Variedad 14 21 28 35 42 49
IZ-64 1,5a 3,7 6,2 8,7 10,1 9,5
IZ-13/6 0,9b 3,7 5,4 6,8 6,6 11,3
IZ-40 0,4b 1,9 2,7 7,3 7,5 11,3
IZ-15/7 0c 1,4 5,5 8,3 12,8 13
IZ-56/4 0c 0,9 2,8 4 6,4 9,9
ES± 0,3* 0,84 1,44 2,34 2,84 4,3

Medias en cada columna seguidas por diferentes letras difieren significativamente (p<0,05)
*p<0,05

Por otra parte, estos autores encontraron que al cosechar con una frecuencia de 90 días, la
relación hoja-tallo fue de 1:1, aunque señalaron que con otras frecuencias de corte esta
relación puede variar.
Al analizar el comportamiento de los nueve tratamientos estudiados, es preciso destacar
que las variedades Indonesia, Tigreada, Acorazonada y Criolla, a pesar de tener 5 ½ años de
establecidas, respondieron de forma más eficiente en todos los indicadores estudiados, con
respecto a los híbridos IZ-64, IZ-13/6, IZ-40, IZ-15/7 e IZ-56/4 (2 años de establecidos).
Tales Resultados contrastan con los obtenidos por Martín, G. (comunicación personal) al
estudiar el porcentaje de germinación en semillas de diferentes edades (6-12 meses). Este
autor encontró que la semilla de 6 meses de edad presentaba un mayor porcentaje de
germinación, aspecto que tiene su explicación en que a mayor edad de la semilla, existe una
mayor lignificación y una mayor tuberización de los tejidos.

25
Por tales razones, es posible aseverar que el comportamiento mostrado por los híbridos
pudo estar relacionado con el efecto de los progenitores en la expresión cuantitativa de este
indicador y los aspectos ambientales discutidos con anterioridad.
Es importante destacar que aunque el objetivo del trabajo no fue comparar la utilización o
no de las fitohormonas, pudo haber existido un efecto de estos estimulantes, ya que otros
autores como Boschini y Rodríguez (2002), al estudiar la estimulación producida por el AIB
en estacas de morera sobre la brotación total de yemas y raíces, encontraron diferencias
apreciables entre la aplicación y la no aplicación de este estimulante y su uso produjo un
incremento entre 11 y 15% en la brotación total de las estacas.

Conclusiones
De acuerdo con los Resultados, se concluye que hubo un fuerte efecto varietal en cada uno
de los indicadores estudiados y se destacó la variedad Indonesia; además, las fitohormonas de
enraizamiento pudieron haber desempeñado un importante papel en el desarrollo varietal.
Se recomienda prolongar la evaluación de estas variedades de morera en un período de
tiempo mayor y utilizar propágulos que tengan la misma edad, así como realizar trabajos que
prueben la influencia particular de las fitohormonas en el desarrollo de las raíces, sobre la
base de distintas concentraciones y un testigo.

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Internacional Silvopastoril “Los árboles y arbustos en la ganadería tropical” y II Reunión
regional de Morera. EEPF “Indio Hatuey”. Matanzas, Cuba

26
Supervivencia de la morera (Morus alba)
en una asociación sometida a pastoreo y corte*
María G. Medina 1 , L. Lamela 2 y D.E. García 2

* Pasto s y Fo rrajes, Vol. 27 , No. 3 , 2004 .


1
In stitu to Nacion al de Inv estig acion es Ag ríco las (INIA), Estad o Tru jillo , Venezu ela.
2
EEPF “ Ind io Hatu ey”, Matan zas , Cub a.

Resumen
Con el objetivo de evaluar la supervivencia de la morera (Morus alba) asociada con
Panicum maximum cv. Likoni en condiciones de pastoreo con bovinos y corte, se llevó a cabo
una investigación en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, en un
diseño de bloques al azar con arreglo factorial 3 x 3 y tres repeticiones. En la distancia entre
surcos de 1 m se observó una disminución altamente significativa de la supervivencia hasta un
66% con respecto al inicio de la evaluación, en comparación con las distancias de 2 m (81%)
y 3 m (86%), en las cuales no hubo diferencias. La altura de poda de 10 cm ocasionó pérdidas
significativas en la plantación, en la cual la supervivencia disminuyó hasta un 66%, mientras
que los cortes a 100 cm (85%) y 200 cm (82%) no causaron afectaciones importantes. Los
Resultados permiten afirmar que la distancia entre surcos de 1 m y la altura de poda de 10 cm
influyen significativamente en la disminución de la supervivencia de M. alba en condiciones
de pastoreo simulado, y se necesitan arreglos espaciales amplios para el uso de la especie en
sistemas asociados de pastoreo-ramoneo.
Palabras clave: Morus alba, pastoreo, supervivencia

Abstract
With the objective of evaluating the survival of mulberry (Morus alba) associated to
Panicum maximum cv. Likoni under grazing conditions with cattle and cutting, a research was
carried out at the Experimental Station of Pastures and Forages “Indio Hatuey”, in a
randomized block design with 3 x 3 factorial arrangement and three repetitions. In the 1 m
distance between rows a highly significant decrease of survival to 66% was observed with
regards to the beginning of the evaluation, as compared to 2 m (81%) and 3 m (86%)
distances, in which there were no differences. The 10 cm pruning height caused significant
losses in the plantation, in which survival decreased to 66%, while the cuttings at 100 cm
(85%) and 200 cm (82%) did not produce important effects. The results allow to state that the
1 m distance between rows and the 10 cm pruning height significantly influence the survival
decrease of M. alba under simulated grazing conditions, and wide spatial arrangements are
needed for the use of the species in grazing-browsing associated systems.
Key words: Morus alba, grazing, survival

Introducción
La especie Morus alba pertenece a la familia Moraceae y el uso más difundido a nivel
mundial es en la sericultura como alimento del gusano de seda (Bombix mori), aunque en
algunos países se utiliza como árbol frutal y ornamental (Sánchez, 2002), árbol de sombra
(Zepeda, 1991), en la medicina natural (Ye, 2001) y en la elaboración de papel (Machii,
Koyama y Yamanouchi, 2002).
Por otra parte, su uso como forraje ha demostrado un gran potencial, por la calidad y la
producción de follaje, las características organolépticas y el alto consumo animal (Benavides,
1996).
A partir de la década del 90 ha surgido un creciente interés por el estudio de su potencial
alimenticio, el manejo agronómico y las formas de utilización en los sistemas de producción
animal, no solo en Centroamérica y el Caribe, sino en otros países de Europa, África y Asia.
Recientemente, se ha estado evaluando su potencial como planta de ramoneo y algunos
Resultados, aunque preliminares, son promisorios.

27
Los primeros intentos de incorporar a la morera en los sistemas de pastoreo se iniciaron
en Italia (Talamucci y Pardini, 1993; Talamucci, Pardini y Argenti, 2002), a partir del
establecimiento de una asociación de morera con trébol subterraneo (Trifolium subterraneum)
con el fin de comparar el efecto del pastoreo de ovinos y bovinos.
En Japón se han obtenido Resultados interesantes con la morera en asociación con
pasturas durante cuatro años de evaluación (Kitahara, Shibata, Kawano, Takahashi y Nishida,
2002). Sin embargo, estos autores informaron una fuerte disminución de la población por el
efecto del impacto físico del animal al pastorear, por lo que fue necesario utilizar cercas
eléctricas para aumentar su persistencia en el sistema.
Debido a la importancia que tiene este aspecto en los sistemas de pastoreo y a que hasta el
momento se carece de investigaciones que diluciden dicha problemática en las condiciones de
Cuba con la especie M. alba, el presente trabajo tuvo como objetivo evaluar su supervivencia
de con tres alturas de poda y tres distancias entre surcos en condiciones de pastoreo simulado.

Materiales y métodos
Área experimental. El estudio se realizó en un área de la EEPF “Indio Hatuey”, provincia
de Matanzas, Cuba, ubicada geográficamente en los 20° 50´ de latitud norte y los 79°32´ de
longitud oeste, con una altitud sobre el nivel del mar de 19,9 m.
Características del suelo. El suelo donde se llevó a cabo la investigación presenta
topografía plana y se clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández et al. (1999).
Diseño experimental y tratamientos. En esta investigación se utilizó un diseño de
bloques al azar con arreglo factorial 3 x 3 y tres repeticiones, lo que representó un total de
nueve tratamientos/bloque.
Los factores estudiados fueron: distancia entre surcos (1, 2 y 3 m) y altura de poda (10,
100 y 200 cm).
Unidad experimental y manejo agronómico. El experimento, de un año de evaluación, se
desarrolló en un área de M. alba var. Indonesia asociada a Panicum maximum cv. Likoni con
dos años de establecida, y una superficie de 3 780 m 2 , formada por 27 parcelas de 140 m 2 , con
tres réplicas por tratamiento.
Las parcelas contaron con una densidad inicial de 22 000, 12 500 y 8 325 plantas/há para
las distancias entre surco de 1, 2 y 3 m, respectivamente. La separación entre plantas fue de
0,40 m en todas las distancias.
En octubre del 2002 se realizó una poda de homogeneización al pasto a 20 cm de altura y
se fijaron las alturas de poda de la arbórea. Se aplicaron 12 g de urea/planta en octubre del
2002 y junio del 2003.
En la etapa de evaluación el área experimental se sometió, en condiciones de pastoreo
simulado, a una carga animal de 105 UGM de la raza Cebú (machos en crecimiento), con un
peso promedio de 240 kg. El tiempo de ocupación del área fue de 3 días, lo que garantizó
períodos de reposo de 90 y 120 días para las épocas lluviosa y poco lluviosa, respectivamente.
Métodos estadísticos. Para el análisis estadístico se utilizó el paquete SPSS versión 10,0
y para la comparación de las medias la dócima de Duncan (1955).

Resultados y discusión
La supervivencia de M. alba al inicio y al final dentro de cada distancia entre surcos se
muestra en la fig. 1. Las mayores afectaciones en la población se observaron en la distancia
entre surcos de 1 m, donde hubo una disminución altamente significativa (p<0,001) de la
supervivencia de la arbórea al final del período experimental, en comparación con el inicio
(69,01%). En cuanto a las distancias de 2 y 3 m no se presentaron variaciones desde el punto
de vista estadístico y la supervivencia se mantuvo por encima del 80%.

28
a,b Valores con diferentes letras dentro de cada distancia difieren estadísticamente a p<0,05

Fig. 1. Comportamiento de la supervivencia de M. alba dentro de cada distancia de siembra.

Al evaluar el comportamiento de la supervivencia de la planta en cada distancia entre


surcos al inicio y al final del experimento (fig. 2), en la etapa final se encontraron diferencias
estadísticas entre las distancias evaluadas; hubo variaciones medianamente significativas
(p<0,01) entre la distancia de 1 m con respecto a las de 2 y 3 m, las cuales no difirieron entre
sí.

a,b Valores con diferentes letras entre cada distancia difieren estadísticamente a p<0,05

Fig. 2. Comportamiento de la supervivencia de M. alba entre las distancias entre surcos.

El índice de supervivencia en la distancia de 1 m fue de 66,01%, mientras que para las


distancias entre surcos de 2 y 3 m los valores estuvieron entre 81,3 y 86,0%, respectivamente.
El comportamiento decreciente y altamente significativo del índice de supervivencia en la
población de M. alba puede constituir una limitante en el uso de esta especie en los sistemas
silvopastoriles de pastoreo-ramoneo. Dicho criterio coincide con lo expresado por Kitahara et
al. (2002) al evaluar este indicador en plantaciones de morera sometidas a pastoreo durante
cuatro años, donde la arbórea presentó una drástica disminución en la etapa final, debido al
elevado consumo de los bovinos y al impacto físico de los animales, al ocasionar la muerte de
las raíces por el pisoteo, quiebre y tumba del tronco por su desplazamiento dentro del área.
En el presente estudio, aunque el resultado abarcó solamente un año de evaluación, se
observó una tendencia similar. No obstante, para establecer un criterio fidedigno al respecto
sería necesario evaluar la persistencia de esta planta a largo plazo, debido a que la capacidad
de respuesta de las especies arbóreas, en sentido general, no es inmediata, y se requiere un
mayor período de tiempo para realizar una afirmación convincente.
En los sistemas asociados en que los animales tienen acceso directo a las áreas donde se
encuentran leñosas perennes palatables, estos son fuentes potenciales de daño para las
leñosas, lo que ocasiona una mayor mortalidad de los árboles, la pérdida en la calidad del
fuste y un menor crecimiento por defoliación debido al ramoneo, el pisoteo, el volcamiento y
el descortezamiento en el pastoreo (Pezo e Ibrahim, 1999).
La disminución de la supervivencia de la morera pudo estar relacionada con diversos
factores, entre los que se puede destacar la edad de la plantación y la densidad, la variedad, la
arquitectura de la planta, así como aspectos del manejo animal como la talla y la categoría,
los días de ocupación, los tiempos de reposo y la carga.

29
En el caso particular de M. alba, la consistencia quebradiza de su tallo (poca flexibilidad),
el engrosamiento lento del tronco y la presencia de raíces adventicias que no le permiten un
anclaje consistente, a pesar de que la plantación tenía tres años de establecida, son limitantes
que pudieron perjudicar la persistencia de esta especie en pastoreo. En este sentido, Libreros
(1995) señala que la leñosa perenne asociada con gramínea debe tener como característica la
resistencia al pisoteo, la flexibilidad del tallo y la capacidad de rebrotar.
En el presente estudio la plantación de morera no desarrolló un fuste lo suficientemente
grueso ni un anclaje de las raíces fuerte y profundo que permitiera soportar el impacto de los
animales. Por ello la edad de inicio del pastoreo para esta especie puede constituir una
herramienta de manejo importante para aminorar el daño directo causado por los animales,
aun cuando esto podría ser una limitante para su uso en sistemas intensivos.
La disminución altamente significativa de la supervivencia de la arbórea en la distancia
entre surcos de un metro al final de la evaluación, se debió principalmente al pastoreo de los
animales. Este arreglo espacial de 1 m x 0,40 m (comúnmente utilizado en sistemas de corte y
acarreo) implica una mayor densidad de plantas, lo cual limitó el desplazamiento cómodo de
los animales por el área, pereciendo muchas de ellas por el impacto físico.
Las distancias de 2 y 3 m no presentaron variaciones en el comportamiento de la
supervivencia de la arbórea al inicio y al final del experimento; este resultado sugiere que
para el uso de la morera en pastoreo es necesario hacer arreglos espaciales amplios para
reducir el daño producido por los animales al pastorear dentro de la plantación.
La supervivencia de M. alba fue también significativamente afectada por la altura de poda
(fig. 3). Al evaluar el comportamiento de este indicador dentro de cada altura a la que se
sometió la arbórea después del pastoreo, se encontró diferencias significativas para la altura
de 10 cm.

a,b Valores con diferentes letras difieren estadísticamente dentro de cada altura

Fig. 3. Comportamiento de la supervivencia de M. alba dentro de cada altura de poda.

El índice de supervivencia entre cada altura de poda mostró que a los 10 cm se obtuvieron
los valores más bajos al final de la evaluación, con respecto a la de 100 y 200 cm (fig. 4).

a,b Valores con diferentes letras difieren estadísticamente entre de cada altura

Fig. 4. Comportamiento de la supervivencia de M. alba en cada altura de poda.

30
Al analizar el comportamiento de la supervivencia de M. alba dentro y entre cada altura al
inicio y el final del experimento se encontró que este factor, al igual que la distancia entre
surcos, fue determinante en este indicador. Las mayores pérdidas en aquellas plantaciones
podadas a 10 cm se debieron, posiblemente, a su menor porte, las cuales estuvieron totalmente
sometidas al ramoneo intensivo de los animales.
En este sentido, cuando los animales tienen acceso directo y los árboles son pequeños o de
poco crecimiento, puede ocurrir una drástica disminución en la población por el daño causado
al ramonear las plantas y por el pisoteo (Giraldo, 1995; Hernández, Simón y Duquesne, 2001),
debido a que por encontrarse en la etapa de crecimiento, contienen hojas y tallos tiernos
apetecibles por el animal.
A través de la poda realizada después de salir los animales se eliminó toda el área foliar
remanente, por lo que las plantas estuvieron sometidas a una fuerte intensidad de defoliación;
esto también pudo ocasionar pérdidas de plantas, por el uso intenso de las sustancias de
reserva para la emisión de un rebrote fuerte (Stür, Shelton y Gutteridge, 1994). Es por ello
que al podar a esta altura sería necesario alargar el intervalo entre ciclos de uso, para permitir
que se restituyan las reservas utilizadas durante el rebrote.
Otro factor que probablemente influyó en la disminución de la población de las plantas de
morera podadas a 10 cm, fue el abundante desarrollo del estrato herbáceo. En estas plantas,
por ser de menor porte y por encontrarse en la etapa de pleno crecimiento, ante la presencia de
P. maximum (una especie agresiva que en las condiciones experimentales cubrió el 89% del
área y se extendió a una altura de 112 cm) se pudo haber limitado la utilización de la
radiación solar y, por ende, la actividad fotosintética de la arbórea.
Un comportamiento diferente se obtuvo en las plantas podadas a 100 y 200 cm, las cuales
se encontraron en una posición favorable por encima de la gramínea, lo que minimizó el nivel
de competencia entre ambos estratos; además, se favoreció el engrosamiento del tallo, la
acumulación de reservas y un desarrollo radical vigoroso, lo que evidentemente les confirió
una mayor capacidad de persistencia en estos tratamientos.

Conclusiones
La distancia entre surcos de 1 m ocasionó una disminución significativa en la
supervivencia de M. alba, tanto en condiciones de pastoreo con bovinos en desarrollo como
bajo corte.
El corte de la arbórea a 10 cm proporcionó la mayor cantidad de plantas muertas en el
sistema asociado con gramínea.
Tanto las distancias entre surcos de 2 y 3 m como las alturas de poda de 100 y 200 cm,
mantuvieron la supervivencia de la arbórea por encima del 80%.

Recomendaciones
En investigaciones futuras se deben evaluar las alturas de poda de 100 y 200 cm con otros
marcos de plantación.

Agradecimientos
A los técnicos Ernesto Fernández, Guadalupe Pérez y Yosleidis Rodríguez, así como a los
obreros que participaron en esta investigación.

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32
Comportamiento del estrato herbáceo de una asociación de
Morus alba con Panicum maximum*
María G. Medina 1 , L. Lamela 2 y D.E. García 2

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 28 , No . 4 , 2005


1
Institu to Nacion al de Inv estig acion es Ag ríco las (INIA), Estad o Tru jillo , Venezu ela
2
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”

Resumen
Con el objetivo de describir el comportamiento del estrato herbáceo de una asociación de
Morus alba (Linn.) y Panicum maximum cv. Likoni, con diferentes distancias entre los surcos
(1, 2 y 3 m) y alturas de corte (10, 100 y 200 cm) en condiciones de pastoreo con bovinos, se
llevó a cabo una investigación en la EEPF “Indio Hatuey” de Cuba; se empleó un diseño de
bloques al azar con arreglo factorial 3 x 3 y tres repeticiones. Se midieron los porcentajes de
dispersión del pasto base (guinea), los pastos naturales, las leguminosas herbáceas, las
malezas y la despoblación. Se observó un aumento en la frecuencia de aparición de la guinea
con respecto a la rotación inicial (85,0 vs 69,0%); mientras que la distancia entre los surcos y
la altura de poda en la arbórea ocasionaron variaciones numéricas discretas. Los pastos
naturales, las leguminosas volubles y las malezas, en su totalidad, no sobrepasaron el 11% del
área cubierta y solamente las segundas mostraron ligeros incrementos con las distancias
crecientes entre los surcos (0,64; 2,23 y 2,54%). Al concluir el experimento la despoblación
fue inferior al 1%. Los Resultados permiten concluir que el pastizal evolucionó positivamente
debido al aumento de la población del pasto base, la disminución de la superficie despoblada
y la variabilidad discreta en los porcentajes de aparición de las especies arvenses. La
distancia entre los surcos y la altura de corte en la morera ocasionan variaciones numéricas de
poca importancia en el estrato herbáceo. Se recomienda prolongar el tiempo de evaluación
para dilucidar el efecto de las variables estudiadas en la evolución de la composición botánica
del sistema.
Palabras clave: Morus alba, Panicum maximum, sistemas silvopascícolas

Abstract
With the objective of describing the performance of the herbaceous stratum o fan
association of Morus alba (Linn.) and Panicum maximum cv. Likoni, with different distances
between rows (1, 2 and 3 m) and cutting heights (10, 100 and 200 cm) under grazing
conditions with cattle, a research was carried out at the EEPF “Indio Hatuey”, in Cuba, using
a randomized block design with 3 x 3 factorial arrangement and three repetitions. The
dispersion percentages of the base pasture (P. maximum), natural pastures, herbaceous
legumes, weeds and the depopulation were measured. An increase in the occurrence frequency
1 of P. maximum was observed with regards to the initial rotation (85,0 vs 69,0%); while the
distance between rows and cutting height in the tree caused discreet numerical variations.
Natural pastures, creeping legumes and weeds, in total did not exceed 11% of the covered area
and only the second ones showed slight increases with the increasing distances between rows
(0,64; 2,23 and 2,54%). Towards the conclusion of the experiment, depopulation was lower
than 1%. The results allow to conclude that the grassland evolved positively due to the
increase of the base pasture population, the decrease of depopulated area and the discreet
variability in the occurrence percentages of the pasture species. The distance between rows
and cutting height cause numerical variations of little importance in the herbaceous stratum.
To increase the evaluation period is recommended in order to elucidate the effect of the
studied variables on the evolution of the botanical composition of the system.
Key words: Morus alba, Panicum maximum, silvopastoral systems. 2

33
Introducción
La especie Morus alba (Linn.), oriunda de la zona asiática, pertenece a la familia
Moraceae y presenta excelentes características forrajeras. Con el objetivo de estudiar sus
particularidades en los sistemas de pastoreo-ramoneo recientemente se han desarrollado
numerosas investigaciones para conocer su persistencia en las asociaciones, su capacidad de
adaptación y su producción de biomasa (Kitahara, Shibata, Kawano, Takahashi y Nishida,
2002; Talamucci, Pardini y Argenti, 2002; Medina, 2004). No obstante, se desconocen los
aspectos relacionados con la evolución del pastizal y el comportamiento de sus componentes
florísticos, cuando esta especie arbórea es plantada en diferentes arreglos espaciales y
sometida a variantes de manejo agronómico, particularmente cuando se encuentra en
asociación con las gramíneas.
Debido a la importancia que tiene esta planta en la alimentación animal y que hasta el
momento se carece de investigaciones en Cuba sobre los sistemas silvopastoriles que incluyan
la especie, el trabajo tuvo como objetivo describir el comportamiento del estrato herbáceo de
una asociación de M. alba con Panicum maximum cv. Likoni cuando se plantó con diferentes
distancias entre los surcos y alturas de corte en condiciones de pastoreo simulado.

Materiales y métodos
Área experimental. El estudio se realizó en terrenos de la EEPF “Indio Hatuey”,
provincia de Matanzas, Cuba, ubicada geográficamente en los 20°50´ de latitud norte y los
79°32´ de longitud oeste, y con una altitud sobre el nivel del mar de 19,9 m.
Características climáticas en el año de evaluación. Los indicadores climatológicos más
relevantes en los meses que formaron parte del período experimental se muestran en la tabla1.

Tabla 1. Indicadores climatológicos más relevantes durante la fase experimental

Rotación Precipitación Temperatura Humedad


acumulada (mm) media (ºC) relativa (%)
Octubre/2002 (rotación inicial) 114,2 25,2 85
Noviembre/2002 34,0 23,0 83
Diciembre/2002 63,0 21,4 85
Enero/2003 19,3 18,0 83
Febrero/2003 32,3 22,1 83
Marzo/2003 83,8 24,5 80
Abril/2003 198,9 33,6 76
Mayo/2003 202,7 26,0 80
Junio/2003 389,9 26,1 83
Julio/2003 133,0 26,8 81
Agosto/2003 204,6 26,3 84
Septiembre/2003 (rotación final) 121,6 26,1 85

Características del suelo. El suelo donde se llevó a cabo la investigación presenta una
topografía plana; este se clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández et al.
(1999).
Diseño experimental y tratamientos. En esta investigación se utilizó un diseño de
bloques al azar con arreglo factorial 3 x 3 y tres repeticiones, lo que hizo un total de nueve
tratamientos por bloque.
Los factores estudiados fueron: la distancia entre surcos (1, 2 y 3 m) y la altura de poda
(10, 100 y 200 cm).
Unidad experimental, manejo agronómico y mediciones. El experimento se desarrolló
en una superficie de 3 780 m 2 , formada por 27 parcelas de 140 m 2 ocupadas por M. alba var.
Indonesia (2 años de establecida) asociada a P. maximum cv. Likoni; este último se consideró
como el cultivo base del estrato herbáceo de la asociación.

34
El área había permanecido en reposo por un período de 2 años y las parcelas contaron con
una densidad inicial de 300 (1 m), 150 (2 m) y 100 (3 m) plantas por parcela, equivalentes a
22 000, 12 500 y 8 325 plantas/há, respectivamente. La separación entre plantas fue de 0,40 m
en todas las distancias evaluadas.
En octubre de 2002 se realizó una poda de homogenización al pasto a una altura de 20 cm
y además se fijaron las alturas de poda de la arbórea.
En la etapa de evaluación, que se prolongó desde octubre del 2002 hasta septiembre del
2003, el área experimental fue sometida a condiciones de pastoreo simulado. Para ello se
utilizó una carga instantánea de 105 UGM/há con animales de la raza Cebú (machos en
crecimiento), los cuales alcanzaban un peso promedio de 240 kg.
El tiempo de ocupación del área total en cada rotación fue de 3 días; mientras que los
períodos de reposo fueron de 90 y 120 días para las épocas lluviosa y poco lluviosa,
respectivamente.
La composición botánica de las gramíneas, las leguminosas y el resto de las especies
presentes en el estrato herbáceo se estimó mediante la metodología de los pasos descrita por
Anon (1980), realizando 850 observaciones por hectárea. En dichas evaluaciones no se
consideró el área ocupada por la arbórea.

Resultados y discusión
La evolución de la composición botánica del estrato herbáceo durante el año de
evaluación se presenta en la fig. 1. La especie que predominó en el sistema fue el pasto
guinea, el cual se incrementó numéricamente en términos de porcentaje de aparición (85%), en
comparación con el inicio del experimento (69%).

Fig. 1. Dinámica de la composición botánica del estrato herbáceo durante el año de evaluación.

Los pastos naturales, las leguminosas herbáceas y las malezas se mantuvieron con
variaciones numéricas pequeñas, las que representaron el 6,0; 2,0 y 3,0% de la composición
botánica, respectivamente. La frecuencia de aparición de las especies en el sistema mostró un
incremento, debido a que al inicio existió un 9,3% de despoblación, y al concluir el año de
evaluación prácticamente el 100% del área se encontraba cubierta por pastos.
En sentido general, el pastizal evolucionó de forma positiva, ya que la guinea (gramínea
más importante del sistema) aumentó numéricamente su población; mientras que el porcentaje
de las malezas se mantuvo en ligeras proporciones en presencia de los árboles de M. alba. En
este sentido, P. maximum manifestó un desarrollo denso con una disminución en la distancia
intermacollas, lo cual limitó el crecimiento del resto de los componentes florísticos, que
mantuvieron su población estable sin variaciones importantes desde el punto de vista
biológico. Este comportamiento pone de manifiesto la posible adaptabilidad y persistencia de
la especie P. maximum en asociación con la morera, aspecto que ha sido señalado
clásicamente en numerosas asociaciones donde la guinea cv. Likoni ha constituido la principal
gramínea en el sistema (Pentón, 1999; Iglesias, 2003; Iglesias, Matías y Pérez, 2003).

35
El porcentaje de aparición de la guinea al inicio del experimento puede considerarse
intermedio y se debió, posiblemente, al tiempo prolongado de reposo (2 años) y al bajo nivel
de explotación a que estuvo sometido el sistema antes de comenzar las evaluaciones.
Durante la fase inicial de evaluación los árboles de morera establecidos con anterioridad
habían aumentado considerablemente su altura y con ello impidieron la total penetración de
los rayos solares a los estratos inferiores del sistema, sobre todo en aquellas parcelas que
estaban densamente pobladas. Ello quizás permitió una amplia proyección de la sombra, que
pudo limitar el crecimiento de la guinea en la etapa inicial, la cual estaba formada por
macollas generalmente vigorosas, pero con una mediana población.
Las pocas variaciones encontradas en las proporciones de los pastos naturales, en las
leguminosas herbáceas y en las restantes plantas arvenses, pudieron estar influenciadas por la
acción de la sombra propiciada por la arbórea (Pentón, 2000a) y por la invasión y competencia
de la guinea (Williams y Black, 1994) en las condiciones experimentales.
Adicionalmente, el pasto guinea se desarrolló en forma de grandes plantones con una
densa cobertura, cuya arquitectura de la porción aérea quizás permitió la intercepción de la
luz, y probablemente inhibió el crecimiento acelerado de las leguminosas presentes que son de
menor porte y, en general, poco tolerantes a la sombra (Acosta, Díaz, Menghi y Cabido,
1992).
En ese sentido, el aumento en el porcentaje de aparición de la guinea y las pocas
variaciones en el resto de la población de los componentes de la vegetación herbácea
coinciden, en alguna medida, con lo expresado por Tilman (1997) con relación a que las áreas
de pastoreo pueden ser invadidas por algunas plantas sin provocar un “desplazamiento
destacable” de los demás componentes de la vegetación.
Otros factores que pudieron contrarrestar la proliferación de las leguminosas,
especialmente las herbáceas, fue el efecto del pastoreo realizado por los animales, en función
de la carga instantánea empleada y el tiempo de estancia en cada rotación. Al respecto,
algunos Resultados de otros autores en sistemas silvopastoriles corroboran la importancia de
los aspectos del manejo en el comportamiento y la evolución de las asociaciones (Simón y
Batista, 1998; Hernández, 2000).
Contrariamente, en los sistemas donde no se utilizaban las arbóreas, Machado (2002)
encontró un aumento de las leguminosas cuando la carga y el tiempo de reposo fueron
racionalmente variables, con estancias cortas.
También es conocido que las leguminosas volubles tienden a aumentar en el pastizal
(Sánchez, 2002; Machado, 2002), cuando se manejan adecuadamente y se emplean pocos días
de estancias (un día). En ese sentido, las leguminosas herbáceas estaban representadas, en su
mayoría, por glycine (Neonotonia wightii), teramnus (Teramnus labialis) y centrosema
(Centrosema molle), las cuales son muy consumidas por el ganado (Lamela, García-Trujillo,
Rodríguez y Fung, 1995), aspecto que pudo atentar contra la proliferación de su estatus
poblacional. No obstante, su persistencia en el sistema, aun en bajas proporciones, se debió
precisamente a su hábito trepador, ya que los árboles de morera les sirvieron de tutores a
muchas de ellas, protegiéndolas del consumo de los animales (Hernández, Carballo, Reyes y
Mendoza, 1998).
Con relación a las restantes especies adventicias, en los sistemas silvopastoriles con
suficientes árboles y pastos mejorados altamente resistentes a la competencia, como la guinea,
las malezas no tienen la posibilidad de crecer lo suficiente y se expanden muy poco,
convirtiéndose este sistema en una forma muy eficiente de controlar las gramíneas de bajo
valor nutritivo para el animal (Paretas y González, 1990).
Por otra parte, la marcada disminución del área despoblada indica que, de cierta forma, el
manejo empleado en la etapa experimental en interacción con el estatus competitivo creado, y
el resto de las variables ambientales, propició un desarrollo denso de la población de guinea
y, a la vez, contribuyó al control sobre el área colonizada por los pastos naturales, las
leguminosas herbáceas y las malezas. Ese aceptable equilibrio entre los componentes
florísticos del estrato herbáceo indica que el pastizal presentó un comportamiento estable en
el año de evaluación.
En cuanto a las variaciones ocasionadas por la distancia entre los surcos de la arbórea en
la evolución de la composición botánica del pastizal (fig. 2), con excepción de las
leguminosas herbáceas (las cuales aumentaron numéricamente su población en las distancias
entre surcos de 2 m y 3 m), el resto de los componentes florísticos presentaron variaciones
poco importantes.

36
Fig. 2. Comportamiento de la composición botánica del estrato herbáceo según la distancia entre los
surcos.

Por otra parte, al analizar las fluctuaciones numéricas entre los tratamientos con las
diferentes alturas de poda (fig.3), se observaron variaciones discretas para todos los
componentes de la vegetación acompañante de la arbórea. La guinea mantuvo su población por
encima del 75%, mientras que el área despoblada fue inferior al 1%.

Fig. 3. Comportamiento de la composición botánica del estrato herbáceo según la altura de poda de la
arbórea.

La ligera influencia numérica de la distancia entre los surcos y la altura de corte de la


arbórea en la composición botánica, quizás estuvo relacionada con la poca interacción
competitiva entre la especie M. alba y los diferentes componentes del estrato por ganar acceso
preferencial a la luz, o con que el tiempo de evaluación no fue lo suficientemente prolongado
como para observar variaciones sustanciales de las poblaciones de las especies herbáceas,
dichos aspectos han sido señalados por Pentón (2000b) y Machado (2002) en estudios
relacionados con la arquitectura de la copa de las arbóreas y la dinámica de los sistemas
biodiversos en pastoreo intensivo a más largo plazo, respectivamente.
Las plantas de M. alba, por el efecto de las podas continuas realizadas después de cada
pastoreo, presentaron poca dimensión de la copa, lo que quizás produjo una mayor incidencia
de los rayos solares en el suelo, incluso en las áreas más densas, y creó las condiciones
favorables para que el estrato herbáceo se desarrollara bien en los diferentes arreglos
espaciales.
Este comportamiento corrobora la versatilidad de la hierba guinea tanto en condiciones de
arbolado como de sol, fenómeno clásicamente planteado por Blanco, Simón y Pentón (1994).

37
Conclusiones
Se concluye que cuando el pasto base de una asociación con morera está representado por
una especie adecuada, como P. maximum cv. Likoni, deben esperarse incrementos en su
dispersión, cambios discretos en los porcentajes de aparición de las especies arvenses y
disminución de la despoblación, cuando se emplean las distancias entre los surcos de 1, 2 y 3
m y alturas de podas de 10, 100 y 200 cm.

Recomendaciones
Continuar las evaluaciones en un tiempo prolongado para alcanzar criterios más
fidedignos en cuanto a la evolución de los componentes florísticos de la asociación por el
efecto de las variables estudiadas.

Referencias bibliográficas
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38
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seminatural. Tesis presentada en opción al título de Master en Pastos y Forrajes. EEPF “Indio
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39
Comportamiento inicial de dos especies de morera
en fase de establecimiento*
A. Domínguez 1 , Enidia Telles 1 y J. Revilla 2

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 24; No . 3 , 2001 .


1
Centro para el Desarrollo de la Montaña. Sancti Spíritu s.
2
Departamento Agropecuario . Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.

Resumen
Se investigó el comportamiento inicial de la mora blanca (Morus alba, Lin) y la mora
negra (Morus nigra Lin) en el macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa durante la fase de
establecimiento. Para ello se trabajó en una plantación en condiciones de secano y sin
fertilización, ubicada a 475 msnm. Se muestreó a los 60 días posplantación y se determinó el
número de ramas, la longitud de las ramas, el número de hojas y la supervivencia. Además, se
cuantificaron los porcentajes de materia seca residual (MSR), proteína bruta (PB), fibra bruta
(FB) y minerales (ceniza, Ca, P y Mg), y se identificó la presencia de elementos
antinutricionales. Los Resultados evidenciaron que M. alba presentó un comportamiento
superior a M. nigra durante el período evaluado. Se observaron además variaciones, en rangos
estrechos, entre ambas especies en todos los indicadores químicos analizados y una gran
variedad de sustancias químicas comunes de amplia actividad biológica y toxicológica.
Palabras clave: Composición química, establecimiento, Morus alba, Morus nigra

Abstract
The initial performance of Morus alba Lin. and Morus nigra Lin. was studied on the
mountains of Nipe-Sagua-Baracoa during establishment stage. With this objective, the works
were carried out on a plantation without irrigation and fertilization, located at 475 m above
the sea level. Samples were taken 60 days after planting and the 1 number and length of
branches, the number of leaves and survival were determined. Besides the percentages of
residual dry matter (RDM), crude protein (CP), crude fiber (CF) and minerals (ash, Ca, P and
Mg), were quantified, and the presence of antinutritional elements was identified. The results
showed that M. alba had a higher performance than M. nigra during the evaluated period.
Variations were also observed, in narrow ranges, between both species in all the chemical
indicators analyzed and there was a great variety of common chemical substances of wide
biological and toxicological activity.
Key words: Chemical composition, establishment, Morus alba, Morus nigra 2

Introducción
Debido a su valor nutritivo y capacidad de producción de biomasa, muchas especies
leñosas pueden contribuir a mejorar la calidad de la dieta de los animales, satisfacer la
demanda de alimentos en la época de sequía y estimular la aplicación de técnicas de
producción animal compatibles con el medio ambiente y los recursos naturales. Entre ellas se
destaca la morera por los altos niveles de proteína (19-25 %) y digestibilidad de su follaje
(80-90 %), así como por su elevada capacidad de producción de biomasa (Espinosa y Bena-
vides, 1998; Talamucci y Pardini, 1999).
Actualmente existen diversas especies botánicas de morera, entre las que se destacan
Morus rubra Lin, Morus multicaulis Loud, Morus kagayamae Koidz, Morus alba Lin y Morus
nigra Lin, pero solo estas dos últimas han alcanzado notoriedad, no solo por su utilidad en la
alimentación animal, fundamentalmente en cabras (Rojas, Bena-vides y Fuentes, 1994) y en
bovinos (Talamucci, Pardini y Argenti, 1997), sino además por el uso dado a sus frutos, los
cuales son consumidos en formas diferentes o empleados como colorantes de los alimentos
(Roger, 1999).

40
A pesar de que en diversos países se emplean variedades de morera, se conoce poco sobre
su comportamiento en diferentes condiciones ambientales. En tal sentido, el trabajo tuvo como
objetivo evaluar el comportamiento inicial de la mora blanca (M. alba Lin) y de la mora negra
(M. nigra Lin) durante la fase de establecimiento en condiciones de montaña.

Materiales y métodos
El trabajo se realizó en una plantación establecida con un año de anterioridad en
condiciones de secano y sin fertilización, ubicada en el macizo montañoso Nipe-Sagua-
Baracoa a 475 msnm. Las características climáticas más importantes que prevalecieron
durante el experimento se presentan en la fig. 1a y 1b.
Diseño experimental. El experimento en fase de campo se desarrolló mediante un diseño
de bloques al azar con cuatros réplicas por tratamiento y un total de 800 plantas.

Fig. 1a. Temperatura y humedad relativa en 1998 y 1999.

Fig. 1b. Precipitaciones en 1998 y 1999.

Procedimiento experimental. La preparación del suelo en el área de plantación consistió


en un laboreo mínimo antes de la siembra, la cual se efectuó el 29 de octubre de 1999
mediante ramas lignificadas de un año de edad (entre 20 y 40 cm de largo y no menos de tres
yemas), con un marco de plantación de 0,40 x 1,0 m en un suelo Pardo de montaña
(Hernández, 1994). Durante la fase de establecimiento solo se realizaron labores de limpieza a
las parcelas de forma manual. Se determinó además la composición bromatológica y la
presencia de factores antinutricionales en el primer corte, como elementos iniciales para
estimar algunas características nutricionales en estas condiciones. Para ello se cosecharon las
hojas a una altura de 0,5 m.
Muestreo y evaluación. A los 60 días posplantación se evaluó el número de ramas, la
longitud de las ramas (cm), el número de hojas y la supervivencia (%); esta última se
cuantificó al eliminar del área de experimentación todas las ramas con necrosis o infección
fúngica en más de un 50 % de su superficie. Para los porcentajes de materia seca residual
(MSR), proteína bruta (PB), fibra bruta (FB) y minerales (ceniza, Ca, P y Mg) se utilizó la

41
técnica descrita por Herrera, González, Hardy, Pedroso, García, Senra, Ríos, García, Ojeda,
Irigoyen y Cuesta (1980) y las normas ISO 5725 (1986). Se identificó además, cuali-
tativamente, la presencia de elementos antinutricionales según la metodología para la
investigación en plantas medicinales (MINSAP, 1997). Cada muestreo se replicó tres veces.

Resultados y discusión
El comportamiento en campo de M. alba y M. nigra durante la fase de estable-cimiento
mostró una respuesta desigual, ya que se encontró diferencia significativa entre ambas
especies (tabla 1). Los mejores Resultados se hallaron en M. alba, lo que puede interpretarse
como una mayor tolerancia a las condiciones edafoclimáticas que prevalecieron durante el
desarrollo del experimento.
Esta tendencia de superioridad mostrada desde los primeros momentos puede atribuirse a
la influencia de los mecanismos genéticos que posee cada especie de planta (Khan, 1982). Sin
embargo, los niveles de supervivencia en M. alba fueron inferiores a los reportados por
Benavides, Fuentes y Esquivel (1992), quienes obtuvieron un 90 % debido posiblemente a las
condiciones excepcionales para su cultivo. En el caso de M. nigra, al evaluar su propagación
otros autores encontraron dificultades similares, por lo que se empleó el cultivo de tejidos in
vitro para el mejoramiento de este indicador a corto plazo (Angrish y Dhir, 1986; Ivanicka,
1987).

Tabla 1. Comportamiento de M. alba y M. nigra a los 60 días de edad en


condiciones de montaña
Número Longitud de Número Supervivencia
Especies de ramas las ramas (cm) de hojas (%)
a a a
M. alba 4,17 25,90 34,50 60,2
M. nigra 2,50b 13,57b 18,33b 48,6
ES ± 0,23* 0,06* 1,12*

a,b Medias con superíndices no comunes difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)


*p<0,05

El análisis de la composición química (tabla 2) mostró variaciones, en rangos estrechos,


entre ambas especies en todos los indicadores analizados. Al comparar estos Resultados con
los obtenidos en la provincia de Matanzas (González, Delgado y Cáceres, 1999), en el caso de
M. alba la PB y la FB presentaron valores medios supe-riores (26,5 y 14,9 %); mientras que
los niveles de calcio fueron inferiores. En este sentido, otros trabajos informan además
valores de la porción fibrosa superiores a los estimados en el presente trabajo (Göhl, 1982).

Tabla 2. Composición química de M. alba y M. nigra en condiciones de montaña (%)

Especies MSR PB FB Ceniza Ca P Mg


M. alba 90,26 20,84 11,33 12,48 2,18 0,27 0,56
M. nigra 90,53 18,70 10,93 12,71 2,40 0,23 0,51
Promedio 90,39 19,77 11,13 12,59 2,29 0,25 0,53

Algo similar ocurrió en M. nigra, cuyo contenido de minerales fue inferior al repor-tado
por Omura e Ito (1990). En relación con esta variabilidad se ha evidenciado lo multicausal de
este fenómeno; la diferencia de edad del material, la posición de las hojas en la rama y los
niveles de fertilización son factores que pueden considerarse como elementos primarios para
explicar las variaciones de la composición química en M. alba (Benavides, 1995), lo cual
puede hacerse extensivo a otras especies del mismo género.
Las características antinutricionales de las especies en estudio se muestran en la tabla 3;
se evidenció la presencia de una gran variedad de sustancias químicas comunes, excepto
saponinas, compuestos lactónicos y quinonas, lo cual coincide con lo reportado por Ferrari y
Monacelli (1999).

42
Tabla 3. Composición fitoquímica preliminar por planta en
condiciones de montaña

Principios activos M. alba M. nigra


Saponinas + -
Flavonoides + +
Cumarinas + +
Taninos + +
Triterpenos y esteroides + +
Alcaloides + +
Aminas - -
Compuestos lactónicos + -
Leucoantocianinas - -
Quinonas - +

De acuerdo con la composición fito-química del follaje se observó una gama importante
de sustancias de amplia acti-vidad biológica, lo que permite sugerir que muchas poseen no
solo propiedades terapéuticas (Duke, 1983; Hosseinzadeh y Sadeghi, 1999), sino además
tóxicas, que pueden ejercer efectos detrimentales en el animal (Kass, 1992; Torres, Toral y
Laurrari, 1998); este es el caso de los flavonoides y los taninos, los cuales se comportan como
promutagénicos, ya que se activan por una hidrólisis microsomal hepática después de
absorbidos y de esta forma producen lesiones oxidativas al material genético (Vera, Regis y
Henriques, 1991). Las cumarinas, otro elemento presente, poseen de igual forma efectos
tóxicos, pero solo cuando son biotransformadas por la acción bacteriana (Mochiutti, 1995);
mientras que los alcaloides son agentes de reconocida toxicidad cardio-respiratoria (Alice,
Vargas, Silvia, Siqueira, Schapoval, Gleye, Henriques y Henriques, 1991).

Conclusión
Durante la fase de establecimiento la especie M. alba presenta un comportamiento
superior al de M. nigra y una composición química y antinutricional similar en condiciones de
montaña. No obstante, sería beneficioso validar y enriquecer estos Resultados en futuros
trabajos experimentales.

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44
Estudios de comportamiento agronómico de la morera (Morus
alba, linn) en Cuba*
G. J. Martín 1

* Tesis p resentad a en op ción al Grado Científico d e Do cto r en Ciencias Ag ríco las.


1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.

Resumen
El objetivo de este trabajo fue evaluar los factores agronómicos y sus efectos en el
rendimiento y la composición bromatológica de la biomasa de la morera, así como a
determinar, mediante ecuaciones de regresión, las relaciones entre el rendimiento en materia
seca de la biomasa de la morera y el peso verde total de plantas. Los mismos fueron
realizados en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey». Para el montaje
del experimento se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial; se incluyeron
tres factores (variedad, fertilización y frecuencia de corte), los que originaron un total de 36
tratamientos replicados cuatro veces. Las variedades estudiadas fueron: Indonesia, Cubana,
Acorazonada y Tigreada. Se emplearon tres niveles de fertilización con gallinaza en base al
nitrógeno (100, 300 y 500 kg de N/ha/año) y tres frecuencias de corte (60, 90 y 120 días). Se
utilizaron como variables agronómicas los rendimientos de materia seca de: hojas, tallos
tiernos, biomasa comestible, tallos leñosos y biomasa total. Como indicadores de la
composición bromatológica se estudiaron, en las hojas y los tallos tiernos, los porcentajes de:
materia seca, fibra bruta, proteína bruta, calcio, fósforo, potasio y ceniza. Además, se
determinó el rendimiento de proteína bruta en las hojas, los tallos tiernos y la biomasa
comestible. Los Resultados experimentales demostraron que el rendimiento de materia seca de
la biomasa total y el de sus componentes estuvo influido principalmente por la frecuencia de
corte y la época del año. Los mayores rendimientos de materia seca de hojas, biomasa
comestible y biomasa total se lograron con la frecuencia de corte de 60 días en el período
lluvioso en las variedades Indonesia, Acorazonada y Tigreada, y con la de 90 días en el poco
lluvioso en la variedad Indonesia. El incremento de la fertilización estimuló la producción de
materia seca de hojas, de tallos tiernos, de biomasa comestible y de biomasa total, pero con
una disminución de la eficiencia en el aprovechamiento del nitrógeno presente en la gallinaza.
Los factores frecuencia de corte y época del año tuvieron efectos significativos en los
contenidos de fibra bruta y proteína bruta en las hojas y los tallos tiernos. Los contenidos de
calcio, potasio y ceniza hallados en la morera fueron elevados y superiores a los de los
forrajes convencionales en el trópico. Los rendimientos de proteína bruta de hojas, tallos
tiernos y biomasa comestible en el período lluvioso, fueron superiores para la frecuencia de
corte de 60 días. Las ecuaciones de regresión lineal y cuadráticas obtenidas para el conjunto
de las frecuencias de corte, indican que el peso verde total de plantas de morera es una
variable estimativa para determinar los rendimientos de materia seca de hojas, de biomasa
comestible y de biomasa total de la morera, en condiciones similares a las utilizadas en este
ensayo.
Palabras claves: factores agronómicos, Morera.

Abstract
The objective of this work was to evaluate the agronomic factors and their effects on the
yield and bromatological composition of the mulberry biomass, as well as to determine, by
means of regression equations, the relationships between the dry matter yield of the biomass
of mulberry and the total green weight of the plants. The trial was carried out at the
Experimental Station of Pastures and Forages «Indio Hatuey». For setting up the experiment a
randomized block design was used with factorial arrangement, including three factors
(variety, fertilization and cutting frequency), which gave origin to a total of 36 treatments
replicated four times. The varieties studied were: Indonesia, Cubana, Acorazonada and
Tigreada. Three fertilization rates with chicken dung based on nitrogen were used (100, 300
and 500 kg N/ha/year) and three cutting frequencies (60, 90 and 120 days). As agronomic

45
variables the dry matter yields of leaves, fresh stems, edible biomass, ligneous stems and total
biomass were used. As indicators of the bromatological composition the following
percentages were studied, in the leaves and fresh stems: dry matter, crude fiber, crude protein,
calcium, phosphorus, potassium and ash. In addition, the yield of crude protein was
determined in the leaves, fresh stems and edible biomass. The experimental results showed
that the yield of dry matter of the total biomass and its components was influenced mainly by
the cutting frequency and the season. The highest dry matter yields of leaves, edible biomass
and total biomass were achieved with the cutting frequency of 60 days in the rainy season in
the varieties Indonesia, Acorazonada and Tigreada, and with the frequency of 90 days in the
dry season in the variety Indonesia. The increase of fertilization stimulated the dry matter
production of leaves, fresh stems, edible biomass and total biomass, but with a decrease of the
efficiency in the utilization of the nitrogen present in the chicken dung. The factors cutting
frequency and season had significant effects on the contents of crude fiber and crude protein
in leaves and fresh stems. The contents of calcium, potassium and ash found in mulberry were
high and superior to those of conventional forages in the tropics. The crude protein yields of
leaves, fresh stems and edible biomass in the rainy season were higher for the cutting
frequency of 60 days. The lineal regression and quadratic equations obtained for the set of
cutting frequencies indicate that the total green weight of mulberry plants is an estimative
variable for determining the dry matter yields of leaves, edible biomass and total biomass of
mulberry, under similar conditions to the ones used in this essay.
Key words: Agronomic factors, Mulberry.

Introducción
La morera (M. alba, L.) es una especie forrajera con muy buenas cualidades para la
alimentación de diferentes especies de animales; se puede propagar por semillas, estacas,
acodos e injertos.
Es posible utilizar pequeñas microestacas con una o dos yemas, que se colocan en
germinadores y cuando las plántulas alcancen una altura de alrededor de 30-50 cm y el
sistema radical esté bien formado, se pueden transplantar a campo (Romero, R., comunicación
personal); este método puede ser utilizado también con estacas iguales a las que se utilizan
para la siembra directa.
Se han realizado con éxito estudios sobre métodos de propagación in vitro, los cuales han
creado las bases para la multiplicación acelerada de variedades y ecotipos, así como para el
intercambio de germoplasma (Prieto, Mesa y Cepero, 1999; Salas y Agramonte, 2002). No
obstante, el principal método de propagación es el vegetativo por medio de estacas
(Benavides, Borel y Esnaola, 1986).
Para realizar las plantaciones de morera las distancias de siembra o plantación varían
según el sistema de utilización del forraje, es decir, corte y acarreo o pastoreo-ramoneo. Las
áreas destinadas a corte generalmente tienen una mayor densidad; en este sentido, las
distancias más utilizadas entre plantas y surcos son de 60 x 60 cm, 90 x 90 cm y 120 x 120 cm
(Boschini, Dormond y Castro, 1998; Boschini, Dormond y Castro, 1999). Uribe (2002) utilizó
distancias de plantación en hileras dobles separadas a 0,50 m, con calles de 1,0 m.
En Cuba, siguiendo las experiencias desarrolladas en Costa Rica por Benavides, Borel y
Esnaola (1986), se ha recomendado para la siembra de este cultivo, distancias entre hileras de
1 m y 0,40-0,50 m entre plantas. A partir de la experiencia práctica obtenida mediante los
estudios agronómicos realizados por Martín (2004), se considera que deben ser estudiadas
otras densidades de plantación que permitan un mayor número de plantas por área, con vistas
a evaluar sus efectos en el incremento de la producción de biomasa total y comestible.
En sistemas de pastoreo-ramoneo las distancias de plantación son mayores con vistas a
lograr la asociación de esta planta con otras especies, como las gramíneas de pastoreo. En
Japón, Kitahara (2001) utilizó distancias entre hileras de 3 m y entre plantas de 0,70 m para
una densidad de 4 762 plantas/há. En Cuba, en estudios recientes, se han utilizado diferentes
espaciamientos entre plantas en pastoreo: 1,0 x 0,40; 2,0 x 0,40 y 3,0 x 0,40 (Medina, 2004).
La fertilización es la base del crecimiento de M. alba, siempre y cuando los demás
factores, como el clima y el suelo, sean favorables. La morera es muy exigente al N, P y K,
por lo que su fertilización es imprescindible. En la sericultura cuando se usa fertilización
química, se recomiendan dosis de fertilizantes nitrogenados de 350 kg/há/año, entre 100 y 150
kg de P y 250 kg de K (Cifuentes y Sohn, 1998).

46
En estudios realizados en América Central por Rodríguez, Arias y Quiñones (1994) se
emplearon varias frecuencias de corte y fertilizaciones desde 160 hasta 640 kg N/há/año a
partir de la urea. Los autores encontraron un incremento de la biomasa total en la medida que
aumentaron ambos factores.
Lim, Young-Taek y Sang-Poong (1990) señalaron el incremento significativo en la
producción de hojas con la combinación de abonos orgánicos y químicos. La combinación de
fertilizantes químicos (NPK, 150-50-50 kg/há/año) con abonos orgánicos incrementó los
rendimientos de hojas de morera en un 11,6% (Kabir, Roy y Ray, 1991). Takahashi y Kronka
(1989) evaluaron tres fertilizantes: gallinaza, 2 kg/planta (29N:3P:3K), fertilizante químico
(20 g de N: 10 g de P 2 O 5 : 15 g de K 2 O) y fertilizante foliar solución 1% (14N:4P:7K), y
obtuvieron la mayor producción de biomasa con la gallinaza.
En Indonesia, al aplicar dosis de N y K en diferentes momentos, Siswanto (1994) encontró
que las aplicaciones anuales de 450 kg de N/há a partir de la urea y 150 kg de K/há utilizando
cloruro de potasio, produjeron los mejores Resultados en cantidad y calidad de las hojas con
las dosis más altas de N y K 2 O (400 y 200 kg/há/año, respectivamente).
En la India, al estudiar diferentes fuentes de fertilizante nitrogenado (urea, sulfato de
amonio y nitrato de amonio solos y con cal, nitrato de amonio cálcico y un control),
Subbaaraayappa, Gowda, Muniyappa y Manjunatha (1995) obtuvieron los mejores
rendimientos con las aplicaciones de nitrato de amonio con calcio y los mayores contenidos de
N en las hojas con sulfato de amonio; mientras que el nitrato de amonio cálcico incrementó
los contenidos de FB, P, K y de minerales.
Sannappa, Devaiah, Govindan y Krishna Prasad (2002) estudiaron también el efecto de
diferentes fuentes de N (urea, nitrato de amonio cálcico, cloruro de amonio y sulfato de
amonio) en el rendimiento y la composición química de las hojas en una variedad de morera
(M 5 ); el tratamiento con nitrato de amonio cálcico produjo los rendimientos más altos (2,4 kg
MV por cinco plantas) y la mejor composición química de las hojas (20,4% de PB).
La aplicación de biofertilizantes, como el Azospirillum brasilense, puede reducir los
requerimientos de fertilizantes nitrogenados como la urea, lo cual contribuye a disminuir los
costos en la morera (Das, Choudhury, Ghosh, Katiyar, Rao, Mathur, Mazamder y Madhava
Rao, 1994). Las micorrizas vesículo arbusculares pueden colonizar las raíces de la morera
cuando estas son inoculadas con fertilizantes fosfóricos en bajas dosis (30 kg/há/año); sin
embargo, en presencia de altas dosis de fósforo sucede todo lo contrario (Fathima, Das y
Katiyar, 2000). La asociación de micorrizas vesículo arbusculares con diferentes genotipos de
morera puede facilitar la absorción de nitrógeno y fósforo por la planta (Ambika, Das, Katiyar
y Choudhury, 1994).
En condiciones de vivero, las plántulas de morera inoculadas con cepas de micorrizas
vesículo arbusculares crecen más saludables y tienen más contenido de N, P y K en las hojas y
tallos que las no inoculadas (Das, Katiyar, Gowda, Fathima y Choudhury, 1995). Estos
Resultados presuponen la posibilidad de usar dichos biofertilizantes en la morera, lo cual
podría contribuir a disminuir los costos de fertilización y lograr producciones de este forraje
más cercanas a la agricultura ecológica.
Al igual que en los demás árboles forrajeros, el tiempo mínimo de recuperación de M.
alba después de la poda es aproximadamente de dos meses (Rodríguez, Arias y Quiñones,
1994; Francisco, 2002). Benavides, Borel y Esnaola (1986) estudiaron el efecto de diferentes
frecuencias de corte (60, 120 y 180 días) en el rendimiento de materia seca de la biomasa total
y sus componentes; en este ensayo no se encontraron diferencias significativas entre 60 y 120
días, pero sí entre estas y 180 días para los diferentes componentes de la biomasa total.
En Cuba, las principales investigaciones relacionadas con el manejo de la poda se han
llevado a cabo utilizando frecuencias de corte de 45, 60, 75 y 90 días (Martín, Reyes,
Hernández y Milera, 2002) y frecuencias de 60, 90 y 120 días (Martín, 2004). Estos autores
encontraron que la frecuencia de corte de 90 días fue la de mayores rendimientos de MS de
biomasa comestible.
Como se puede apreciar, la producción de biomasa de morera está determinada por la
influencia de diferentes factores agronómicos; en el presente trabajo se realizó un estudio,
durante cuatro años, para conocer los efectos de los factores variedad, fertilización,
frecuencia de corte y época del año en la producción y calidad de la biomasa de esta especie
forrajera.

47
Resultados
Comportamiento de las variables agronómicas según los efectos de los factores variedad,
fertilización, frecuencia de corte y época, durante cuatro años.
Los ensayos experimentales que se exponen fueron realizados en la Estación Experimental
de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, situada entre los 22°, 48' y 7" de latitud Norte y los 81°
y 2' de longitud Oeste, a 19,01 msnm, en el municipio de Perico, provincia de Matanzas,
Cuba. El suelo del área experimental está clasificado como Ferralítico Rojo lixiviado
(Hernández et al., 1999).
Para el análisis de los Resultados se consideraron, en cada una de las variables
agronómicas, las interacciones de mayor orden que fueron significativas.

Rendimiento de materia seca de las hojas


Al analizar las interacciones entre los factores y su influencia en el comportamiento del
RMSH, se encontró que fue significativa (p<0,001) la interacción CxExA.
En esta interacción (fig. 1) se observan las diferencias entre las épocas lluviosas y poco
lluviosas en el RMSH. En ambas épocas, en los años 2, 3 y 4 hubo un comportamiento inferior
en esta variable con respecto al primer año, lo cual puede ser explicado por el vigor juvenil de
las plantas forrajeras al inicio del período de explotación (Machado y Seguí, 1997).
En el período lluvioso las frecuencias de corte de 60 y 90 días presentaron similares
Resultados en el RMSH en todos los años estudiados. En el período poco lluvioso, la
producción de hojas en esta interacción fue algo superior en la frecuencia de 90 días. Esto
hace suponer que en el período lluvioso puede emplearse la frecuencia de 60 días, la cual
aporta RMSH similares a la de 90 días pero con una calidad superior, ya que el follaje posee
un mayor contenido de PB (tabla 3), lo cual sería una opción para la elaboración de harinas
con alto valor proteico. En el período poco lluvioso lo adecuado es usar 90 días como
frecuencia de corte, ya que el RMSH es mayor y el contenido de PB para esta frecuencia de
corte en esta época es mayor que en la lluviosa (tabla 3).

Fig. 1. Influencia de la interacción frecuencia de corte-época-año en el rendimiento de materia seca de


hojas de morera.

En esta variable fue también significativa (p<0,001) la interacción V x C, por la


importancia que tiene conocer el comportamiento de las variedades estudiadas ante las
diferentes frecuencias de corte, se consideró importante valorar esta interacción.
Todas las variedades, según las frecuencias de corte utilizadas, contribuyeron a lograr las
mayores producciones de hojas. Indonesia con la frecuencia de 90 días obtuvo el valor
numérico más alto (7,45 t de MS/há/año), Cubana y Tigreada con las de 90 y 120 días
lograron RMSH desde 6,94 hasta 7,34 t de MS/há/año y Acorazonada a los 120 días produjo
7,06 t de MS/há/año, aunque en esta variedad no hubo diferencias para esta variable entre las
frecuencias de corte utilizadas. Los rendimientos más bajos se obtuvieron en la variedad
Cubana en la frecuencia de 60 días (5,74 t de MS/há/año), pero estos no difirieron de los
obtenidos por Indonesia y Tigreada en la misma frecuencia de corte (6,29 y 6,08 t de
MS/há/año, respectivamente).
Este resultado indica que existen diferencias en el comportamiento de las variedades ante
las frecuencias de corte utilizadas, lo cual puede ser explicado por las características de cada
variedad, entre otros factores. En la literatura consultada no hay estudios donde se reflejen
estas interacciones, pero sí el efecto de los factores principales por separado.

48
Benavides, Borel y Esnaola (1986), en condiciones de trópico húmedo, no encontraron
diferencias significativas en el rendimiento de materia seca de hojas entre las frecuencias de
corte de 60 y 120 días, pero sí entre estas y 180 días, el cual fue menor en esta última.
Benavides, Lachaux y Fuentes (1994) no hallaron diferencias significativas en el RMSH entre
las frecuencias de corte de 90 y 120 días. Sobre un suelo volcánico a 1 542 msnm, con una
precipitación de 2 050 mm y temperatura promedio de 19,5ºC, Boschini (2002b) encontró
mayores rendimientos de hojas con el incremento de la frecuencia de corte de 56 a 112 días.
Los Resultados de este ensayo durante cuatro años indican que para obtener la mayor
producción de materia seca de hojas anualmente, pueden ser utilizadas todas las variedades
pero con diferentes frecuencias de corte; por lo que es posible utilizar la variedad Indonesia
con 90 días de frecuencia de corte, Acorazonada con cualquiera de las tres frecuencias
estudiadas, y Cubana y Tigreada con 90 y 120 días de intervalos entre cortes.

Rendimiento de materia seca de los tallos tiernos


El rendimiento de materia seca de tallos tiernos tuvo diferencias significativas (p<0,001),
en la interacción CxExA. Al analizar esta interacción (fig. 2) se puede apreciar que la
producción de tallos tiernos (RMSTT) disminuyó en la frecuencia de 60 días (época lluviosa)
hasta el tercer año, pero en el cuarto año tuvo rendimientos superiores a los años 2 y 3; sin
embargo, en la frecuencia de 90 días esta variable incrementó su valor todos los años.

Fig. 2. Influencia de la interacción frecuencia de corte-época-año en el rendimiento de materia seca de


tallos tiernos de morera.

En el período poco lluvioso en ambas frecuencias (60 y 90 días) disminuyeron los valores
de esta variable hasta el tercer año; no obstante, mostraron cierta recuperación en el cuarto
año.
Como se puede apreciar, el RMSTT fue determinado por la interacción de los factores
frecuencia de corte, época y año. Los mayores rendimientos se lograron en la época lluviosa.
Aparentemente el período lluvioso estimula la producción de tallos tiernos, debido a que los
procesos de crecimiento vegetativo están más favorecidos en ese momento del año. El
comportamiento inestable del RMSTT en los diferentes años fue originado, probablemente,
por las características climáticas tan variables que ocurrieron en el período experimental.

Rendimiento de materia seca de la biomasa comestible


La producción de biomasa comestible de la morera estuvo determinada por las
interacciones VxCxE y CxExA. En esta variable resultó significativo (p<0,01) el efecto de
esta interacción, lo cual permitió conocer el comportamiento de cada variedad con diferentes
frecuencias de corte en las diferentes épocas del año. En la fig. 3a se muestra que la variedad
Acorazonada tuvo el mejor comportamiento en la época lluviosa con la frecuencia de 60 días
(6,35 t de MS/há) y fue muy similar a la Indonesia en la misma época, pero en la frecuencia
de 90 días (6,45 t de MS/há). La variedad Tigreada produjo Resultados muy parecidos en el
período lluvioso con las frecuencias de 60 (6,02 t de MS/há) y 90 días (6,19 t de MS/há).
Los efectos de la interacción CxExA (fig.4b) fueron muy similares a los obtenidos en el
RMSH, ya que las hojas son el principal componente de la biomasa comestible. Se aprecia que
en ambas épocas, esta variable tuvo Resultados diferentes entre el primer año y los tres

49
restantes; sin embargo, hubo pocas diferencias entre las frecuencias de corte en cada uno de
los años, sobre todo en el período lluvioso. En el período poco lluvioso de todos los años, la
frecuencia de 90 días produjo la mayor cantidad de materia seca de biomasa comestible,
Resultados que coinciden con los obtenidos por Martín, Reyes, Hernández y Milera (2002).
En la literatura revisada no aparecen Resultados publicados en los que puedan apreciarse
los efectos de estas interacciones en la producción de biomasa comestible (hojas y tallos
tiernos).
Este resultado corrobora lo planteado anteriormente acerca de utilizar diferentes
frecuencias de corte en cada época del año para las condiciones del occidente de Cuba; es
decir, la variedad Acorazonada puede ser utilizada en el período lluvioso con la frecuencia de
corte de 60 días sin que se produzcan afectaciones en la población de plantas en el campo y en
la época poco lluviosa la variedad Indonesia con la frecuencia de 90 días.
Ello permitiría obtener en cada época las mayores producciones y con la mayor calidad,
pues en el período lluvioso la frecuencia de 60 días aportó un mayor contenido de PB en las
hojas y los tallos tiernos que la de 90 días, y en el período poco lluvioso la de 90 días mostró
un resultado similar a la de 60 días en lluvia. Se deben realizar estudios a más largo plazo
(más de cuatro años) para conocer la persistencia de las plantas de morera ante los cortes
frecuentes.

a) Vx Cx E

b) Cx ExA
Fig. 3. Influencia de la interacción: a) variedad-frecuencia de corte-época; y b) frecuencia de corte-época-
año, en el rendimiento de materia seca de la biomasa comestible de la morera.

En las condiciones experimentales esta variable tuvo un comportamiento muy diferente


entre los períodos lluviosos y poco lluviosos, lo cual demuestra la estacionalidad de la
producción de la biomasa comestible de la morera; por tanto, es recomendable realizar un uso
eficiente de esta en el período lluvioso. Para ello puede conservarse en forma de ensilaje
(Ojeda, Montejo y Pérez, 2000) o en forma de harinas proteicas de alta calidad (García,
Mederos, Salinas y Reyes, 2002), con vistas a ser utilizadas en la época de mayor escasez de
alimentos.

50
Estos Resultados permiten conocer que la producción de biomasa comestible de la morera
está determinada por la interacción de factores como la variedad, la frecuencia de corte y la
época del año, estos son de gran novedad, pues nunca antes han sido publicados y demuestran
que aunque esta especie tiene una gran plasticidad ecológica (Benavides, 2002), en los
diferentes sitios que se pretenda establecer sería necesario conocer el comportamiento de
estos factores y sus interacciones, para poder determinar las mejores opciones con vistas a su
utilización.

Rendimiento de materia seca del tallo leñoso


El RMSTL fue diferente (p<0,001) en la interacción de segundo orden VxCxE. En la fig. 4
se puede apreciar que tanto los factores frecuencia de corte como época tuvieron un gran
efecto en el comportamiento de esta variable. En la época poco lluviosa hubo muy poca
producción de tallos leñosos, resultado muy similar al obtenido con la frecuencia de corte de
60 días. Los mayores rendimientos de esta variable se obtuvieron en la época lluviosa con la
frecuencia de corte de 90 días y con la variedad Indonesia.
La producción de tallos leñosos puede contribuir a la producción de energía, aspecto muy
importante para lograr la sostenibilidad en los sistemas de producción agropecuarios. En este
sentido, Satiya, Mira, Sharma y Madan (1994) señalaron que la morera puede insertarse dentro
de los sistemas integrados de producción, ya que las hojas son usadas como alimento y los
tallos leñosos para la producción de hongos comestibles. Los residuos no utilizados pueden
ser llevados a biodigestores para la producción de biogás y usar los efluentes como
fertilizantes. Los tallos leñosos de mayor grosor son empleados como leña para proporcionar
energía (Preston, T.R., comunicación personal).

Fig. 4. Influencia de la interacción variedad-frecuencia de corte-época en el rendimiento de materia seca de


tallos leñosos de morera.

La corteza de los tallos leñosos es una fuente importante de alimento para algunas
especies de animales. Albert y Contreras (2002) señalaron que los cuyes hacen un alto
consumo de la corteza de los tallos de esta planta. Shayo (1997) dio a conocer que la corteza
de la morera tiene 7,8% de PB; 6,1% de cenizas, 46,8% de fibra neutra detergente y 36,9% de
fibra ácido detergente. Las determinaciones sobre biomasa comestible, donde se incluye solo
el tallo tierno considerado por el evaluador como única fracción comestible, son un tanto
subjetivas, pues en evaluaciones en que se suministró la planta entera de morera como forraje
integral se logró un 80% de consumo, cifra muy superior al porcentaje de biomasa comestible
encontrado en la morera (Benavides, 2002).
Lo anteriormente planteado demuestra el posible valor forrajero y energético de la
fracción tallo leñoso en esta especie, por lo que en el futuro se debieran realizar estudios que
evidencien con mayor claridad los señalamientos antes expuestos.

51
Rendimiento de materia seca de la biomasa total
El RMSBT fue significativamente diferente en las interacciones VxCxE (p<0,001) y
VxExA (p<0,01). La interacción VxCxE (fig. 5a) muestra que la variedad Indonesia con la
frecuencia de 90 días en el período lluvioso, aportó los RMSBT más elevados. Este resultado
permite suponer que la producción de biomasa de la morera en Cuba tiene una marcada
estacionalidad, determinada por la época del año, similar a lo que sucede con los géneros
forrajeros tradicionales en el trópico, como Pennisetum, Panicum y otros (Machado y Seguí,
1997).
La interacción VxExA (fig. 5b) permitió determinar los efectos de las características
climáticas de cada año en el comportamiento de esta variable. Como se aprecia en esta figura,
la época lluviosa del año dos fue la menos productiva, debido a que las precipitaciones de esa
época (841 mm) fueron muy inferiores al promedio para el período lluvioso (1 035,47 mm) en
los últimos 15 años anteriores al período experimental y mucho más bajas que el promedio de
las épocas lluviosas de los cuatro años (1 216,6 mm) en que se desarrolló el experimento.
Es considerado por varios autores que los factores genéticos y climáticos pueden tener
una marcada influencia en la producción de los diferentes componentes de la biomasa total de
la morera; en el continente asiático se destacan los trabajos realizados en China (Chen, 2001),
la India (Datta, 2002) y Japón (Machii, 2001), así como en Italia (Cappellozza, 2002) y en
Brasil (Almeida y Fonseca, 2002a), los que han evaluado grandes colecciones de germoplasma
y han seleccionado genotipos adaptados a diferentes condiciones edafoclimáticas.

a) Vx Cx E

b) Vx Ex A
Fig. 5. Influencia de la interacción: a) variedad-frecuencia de corte-época; y b) variedad-época-año, en el
rendimiento de materia seca de la biomasa total de morera.

La producción de biomasa total varió según las interacciones de los factores variedad,
frecuencia de corte y época del año. Se pudo conocer que con la variedad Indonesia, la
frecuencia de corte de 120 días y en la época lluviosa, se alcanzaron los mayores rendimientos
de materia seca de la biomasa total. La variedad Indonesia en el período poco lluvioso se
destacó sobre las restantes en el comportamiento de esta variable, lo cual demuestra su
resistencia superior a las condiciones estresantes de la sequía.

52
Efecto de la fertilización con gallinaza en el rendimiento de materia seca de hojas, tallos
tiernos y biomasa comestible
La fertilización con gallinaza tuvo efectos significativos (p<0,001) en la producción de
materia seca de todas las variables agronómicas evaluadas. Por la importancia de este factor
para lograr una adecuada producción de biomasa total y comestible en la morera, a
continuación se analiza su efecto en el comportamiento de las variables agronómicas de mayor
importancia para la alimentación animal (tabla 1).

Tabla 1. Efecto de diferentes niveles de fertilización (kg/há/año) en el rendimiento de materia


seca (t/há/año) de hojas, biomasa comestible y biomasa total de la morera

Fertilización RMSH kg de MS/kg N RMSBC kg de MS/kg N RMSBT kg de MS/kg N

100 6,1c 61,0 7,5c 73,9 13,48c 134,80


b b b
300 6,8 22,7 8,2 27,4 15,58 51,93
a a a
500 7,3 14,6 8,8 17,5 16,84 33,68
ES 0,06*** 0,07*** 0,14***
a,b,c Valo res con diferente superíndice en column as difieren a p<0,05 (Duncan, 1955 )
*** p<0,001

El rendimiento promedio de materia seca de hojas (RMSH) durante cuatro años, fue
significativamente diferente (p<0,001) entre los niveles de fertilización utilizados. El
incremento de la fertilización aumentó de forma significativa el RMSH; el nivel de 500 kg de
N/há/año aportó los Resultados más altos (7,3 t de MS/há/año). Un comportamiento similar se
obtuvo en el rendimiento de materia seca de la biomasa comestible (RMSBC), al producir 8,8
t de MS/há/año, y en el rendimiento de materia seca de la biomasa total (RMSBT), con 16,84 t
de MS/há/año.
Aunque las dosis mayores de N incrementaron significativamente la producción de
biomasa, se produjo una disminución de la eficiencia en el aprovechamiento del N por la
planta en la medida que se incrementó la fertilización nitrogenada; se pudo comprobar que la
dosis de 100 kg de N no fue la de mayor rendimiento en las tres variables, pero sí la que logró
los mejores índices de conversión; es decir; 61,0; 73,9 y 134,80 kg de MS/kg de N en hojas,
biomasa comestible y biomasa total respectivamente.
Los Resultados demuestran la potencialidad de este estiércol como fertilizante para la
morera; ello coincide con lo obtenido por Takahashi y Kronka (1989), quienes demostraron la
efectividad de la gallinaza como fertilizante en la morera al ser comparada con varios
fertilizantes químicos.
Utilizando otras fuentes de fertilización, Benavides, Lachaux y Fuentes (1994)
encontraron una respuesta creciente en la producción de biomasa de la morera con el
incremento de las dosis de N a partir del estiércol de cabra; la mayor dosis de fertilizante
nitrogenado utilizada en este ensayo (480 kg de N/há/año) fue superior a una dosis de
nitrógeno equivalente en que se utilizó como fuente de N el nitrato de amonio.
La fertilización ha sido muy estudiada en la morera tanto a partir de fuentes orgánicas
como químicas, e incluso la combinación de ambas (Lim, Young-Taek y Sang-Poong, 1990;
Kabir, Roy y Ray, 1991). También se reporta con mucho éxito el uso de biofertilizantes
(Ambika, Das, Katiyar y Choudhury, 1994; Das, Katiyar, Gowda, Fathima y Choudhury, 1995;
Fathima, Das y Katiyar, 2000).
Siswanto (1994) y Shankar y Rangaswamy (1999) encontraron que las dosis de N de 400 y
450 kg/há/año aportaron los mayores rendimientos de biomasa en la morera, al ser combinados
con 200 y 150 kg de K/há/año.
En Cuba, donde existe cierta cultura entre los productores sobre el uso de los abonos
orgánicos y algunos biofertilizantes, es posible utilizar otras fuentes de fertilización, para lo
cual sería necesario estudiar el comportamiento de estas y su combinación con los
fertilizantes químicos.
Comportamiento de los indicadores de la composición bromatológica según los efectos de
los factores variedad, fertilización, frecuencia de corte y época, en el primer año y en el
cuarto año del período experimental.

53
Los Resultados de cada uno de los indicadores de la composición bromatológica
estudiados, aparecen reflejados en las tablas y gráficos preparados tanto para los efectos de
los factores principales, como para las interacciones significativas. Para su mejor
comprensión se describirá por separado el comportamiento de cada indicador en cada una de
las partes de la planta (hojas y tallos tiernos) tomadas para realizar las mediciones de la
composición bromatológica y se realizarán valoraciones que integren los Resultados de los
porcentajes de FB y PB, así como de los minerales en su conjunto.

Contenido de fibra bruta de las hojas


Las variaciones en el contenido de FB de las hojas en el primer año y en el cuarto año del
período experimental se muestran en la tabla 2.
En el porcentaje de fibra bruta de las hojas (FBH) del primer año, se encontraron
diferencias significativas (p<0,05) entre los factores variedad (V), frecuencia de corte (C) y
época (E), no así entre los niveles de fertilización.
En la tabla 2 se aprecia que las variedades Cubana, Acorazonada y Tigreada difirieron significativamente
de la variedad Indonesia, la cual mostró los porcentajes más bajos.
Las frecuencias de corte de 60 y 120 días difirieron de la de 90 días y a esta última le
correspondieron los tenores más pequeños. En la época de lluvia esta variable tuvo un valor
superior al de la poco lluviosa.
En el cuarto año del período experimental se mantuvo el mismo comportamiento, con diferencias
significativas (p<0,05) entre las variedades, las frecuencias de corte y las épocas del año, y no hubo incidencia
de los niveles de fertilización en este indicador. Sin embargo, en todos los tratamientos los porcentajes fueron
inferiores a los del primer año.

Tabla 2. Efecto de la variedad, la fertilización (kg N/há/año), la frecuencia de corte


(días) y la época del año, en el contenido de fibra bruta (%) de las hojas
y de los tallos tiernos de la morera en el primer año y en el cuarto año
del período experimental

FBH FBTT
Factores Primer Año Cuarto Año Primer Año Cuarto Año
Variedad
Indonesia 12,21b 10,87b 37,03 34,09
Cubana 13,44a 10,94b 37,8 33,94
Acorazonada 13,07a 11,42a 37,34 33,83
Tigreada 13,42a 10,53b 37,87 33,91
ES ± 0,17 *** 0,16** 0,39ns 0,15ns
Fertilización
100 12,99 10,87 37,31b 33,94
300 13,07 10,96 36,79b 33,89
500 13,05 10,99 38,43a 33,99
ES ± 0,15ns 0,14ns 0,34** 0,13ns
Frecuencia de Corte
60 13,15a 9,29c 35,77b 32,53c
90 12,69b 11,02b 38,18a 34,11b
120 13,26a 12,51a 38,57a 35,19a
ES ± 0,15* 0,14*** 0,34*** 0,13***
Época
PLL 14,48a 9,66b 41,4a 32,70b
PPLL 11,35b 10,65a 32,55b 33,94a
ES ± 0,13*** 0,09*** 0,35*** 0,13***
a,b Med ias con d iferente su períndice en cada v ariable d ifieren a p <0 ,05 (Dun can , 1955 )
* p <0 ,05 ** p <0 ,01 *** p <0 ,001 ns: no sign ificativo

Cuando se comparan estos Resultados con los obtenidos en otras plantas arbóreas, se pone
de manifiesto que ellos son más bajos que los informados normalmente en la literatura. Smith

54
(1992) señala rangos para la FB entre 22 y 36% en siete árboles considerados como adecuados
para el consumo animal.
González y Cáceres (2002), al evaluar 10 plantas arbóreas y arbustivas, encontraron que
la morera era una de las de menor contenido de FB, lo que ratifica una de las principales
características de esta especie.
Por otra parte, los valores de FBH obtenidos en este experimento resultaron similares a
los señalados por otros autores en condiciones climáticas y edáficas diferentes a las de esta
investigación (Uribe, 2002; Singh y Makkar, 2002), lo que permite suponer que este indicador
puede estar regido principalmente por factores genéticos.
Araya, Benavides, Arias y Ruiz (1994), al comparar los valores del fraccionamiento
celular encontrados en las hojas de varias leñosas forrajeras con los valores promedio de
nueve pastos tropicales, encontraron que los contenidos de pared celular, hemicelulosa y
celulosa fueron más bajos en las hojas de los árboles que en las de los pastos.
Los estudios realizados por González, Martín, Albanell, Caja y Rosas (2002) con muestras
de la variedad Tigreada provenientes de esta investigación, mostraron Resultados similares en
la composición de la FB para los diferentes factores evaluados. En el caso de la FND y la
FAD en el período lluvioso, los valores tendieron a disminuir a medida que aumentaba la edad
de la planta, no así en el período poco lluvioso, donde le correspondieron a la frecuencia de
90 días los porcentajes más elevados.
En el caso de la lignina ácido detergente (LAD), los contenidos en ambos períodos se
incrementaron en la medida que la frecuencia de corte fue mayor, como respuesta al
envejecimiento de la planta.
Los estudios realizados por García (2003) indican que la frecuencia de 90 días presentó un
comportamiento atípico de los compuestos antinutricionales, resultado similar al hallado en
esta investigación en cuanto a la composición fibrosa; en estudios posteriores deberá buscarse
una respuesta más precisa a estos Resultados.

Contenido de fibra bruta de los tallos tiernos


En el porcentaje de fibra bruta de tallos tiernos (FBTT) del primer año, se encontraron
diferencias significativas en los factores fertilización (F), frecuencia de corte (C) y época (E)
(p<0,05), no así entre las variedades (tabla 2).
De los niveles de fertilización estudiados el valor más alto de este indicador se alcanzó en
500 kg de N/há/año (38,4%), el cual fue significativamente diferente de 100 y 300 kg de
N/há/año .
La frecuencia de corte de 120 días originó los mayores valores en el porcentaje de FBTT,
aunque no fue diferente significativamente de la frecuencia de 90 días.
En el factor época, el período lluvioso tuvo los valores más altos y fue significativamente
diferente del poco lluvioso.
En el cuarto año hubo diferencias significativas (p<0,05) entre la frecuencia de corte y la
época del año, no así entre las variedades y los niveles de fertilización.
Al igual que en las hojas, los porcentajes de FBTT en el cuarto año tuvieron una
disminución apreciable, aproximadamente de un 4%. En los factores fertilización y frecuencia
de corte hubo igualmente una disminución de alrededor de 4% entre ambos años. En la época
lluviosa la disminución de esta variable entre el primer año y el cuarto año fue de casi 8%,
pero en la poco lluviosa fueron muy similares.
El contenido de fibra bruta de la morera es muy bajo si se compara con el de los pastos
tropicales. Iglesias (2003) encontró contenidos de FB en P. maximum Jacq. cv. Likoni de 33,9
y 33,1% para los períodos lluvioso y poco lluvioso, respectivamente. Solo los tallos tiernos de
la morera tienen contenidos parecidos a estos, pero en su biomasa comestible las hojas tienen
la mayor proporción, lo cual hace de esta planta un forraje de calidad superior a los forrajes
convencionales.

55
Contenido de proteína bruta de las hojas
Los valores del contenido de proteína bruta de las hojas aparecen en la tabla 3.

Tabla 3. Efecto de la variedad, la fertilización (kg N/há/año), la frecuencia de


corte (días) y la época del año, en el contenido de proteína bruta (%)
de las hojas y de los tallos tiernos de la morera en el primer año y en
el cuarto año del período experimental

FBH FBTT
Factores Primer Año Cuarto Año Primer Año Cuarto Año
Variedad
Indonesia 18,86a 19,89 9,15 9,66
Cubana 17,57b 19,22 9,26 9,44
Acorazonada 18,82a 19,12 9,42 9,39
Tigreada 18,32a 19,84 9,18 9,58
ES ± 0,26 ** 0,27ns 0,18ns 0,17ns
Fertilización
100 17,54c 19,65 9,12 9,54
300 18,26b 19,4 9,12 9,5
500 19,23a 19,5 9,52 9,51
ES ± 0,22*** 0,23ns 0,15ns 0,15ns
Frecuencia de Corte
60 19,87a 22,12a 9,19ab 10,01a
90 16,90c 17,92b 9,62a 9,56b
120 18,27b 18,31b 8,95b 9,94c
ES ± 0,22*** 0,23*** 0,15** 0,15***
Época
PLL 16,95b 19,77 8,94b 9,56
PPLL 19,81a 20,38 9,87a 10
ES ± 0,18*** 0,24ns 0,17*** 0,12ns
a,b,c Medias con diferente superíndice en cad a variable difieren a p<0,05 (Dun can, 1955 )
*p <0 ,05 **p <0 ,01 ***p <0 ,0 01 ns: no sign ificativo

Todos los factores estudiados tuvieron un efecto significativo (p<0,05) en el contenido de


proteína bruta de las hojas (PBH) de la morera en el primer año.
Los niveles de fertilización y las frecuencias de corte fueron significativamente diferentes
entre sí. Los valores más altos de PBH se lograron con la fertilización de 500 kg de N/há/año
(19,2%) y con la frecuencia de corte de 60 días (19,9%).
Benavides, Lachaux y Fuentes (1994) reportaron Resultados similares, al encontrar
diferencias significativas entre diferentes niveles de fertilización orgánica (estiércol de
cabras) a favor de la dosis más alta y entre las frecuencias de corte, donde los mejores
Resultados fueron para los cortes con las edades más tempranas.
Entre las épocas hubo diferencias de aproximadamente 3% y al período poco lluvioso le
correspondieron los mayores porcentajes. De las variedades estudiadas la Indonesia tuvo los
valores más altos, pero no difirió de Acorazonada y Tigreada; mientras que la variedad
Cubana tuvo los porcentajes más bajos.
Espinoza y Benavides (1996) no encontraron diferencias significativas para la PB de hojas
en las variedades evaluadas en tres sitios de ambientes contrastantes de Costa Rica, entre las
que se encontraban dos de las evaluadas en este experimento (Indonesia y Tigreada). Hubo
diferencias significativas entre los sitios; el valor más alto le correspondió a Coronado
(24,8%) y el más bajo a Paquera (15,1%), este último con condiciones climáticas muy
parecidas a las de Cuba.
En el cuarto año solo el factor frecuencia de corte tuvo efectos significativos (p<0,05) en
el contenido de PB de las hojas. Los cortes cada 60 días alcanzaron los mayores porcentajes
de PB y fueron diferentes de forma significativa de los de 90 y 120 días. En este año la
frecuencia de 90 días también tuvo los valores más bajos de PB, pero estos no difirieron de la
de 120 días.

56
Es de destacar que los contenidos de PBH en todos los factores fueron superiores a los
alcanzados en el primer año en aproximadamente 1%; esta variación coincide con las
disminuciones halladas en los contenidos de FB entre estos años, lo que hace inferir que
existió una relación entre ambos indicadores, comportamiento similar al de los pastos.
Los porcentajes de PB hallados en las hojas por Boschini (2002a) cuando fertilizó con 150
kg de N/há/año (nitrato de amonio), pero en condiciones climáticas diferentes, son superiores
a los alcanzados en esta investigación y con una marcada tendencia a disminuir en la medida
que la edad de la planta avanza.
Con respecto a los porcentajes de PB, en la literatura se encuentra un amplio rango de
valores que oscilan desde 18,6% (Shayo, 2002) hasta 25,6% (Almeida y Fonseca, 2002a) como
respuesta a las disímiles condiciones en las cuales se han desarrollado las plantaciones, razón
por la cual no resulta adecuado presuponer valores, sino conocer el comportamiento de esta
planta en los diferentes ecosistemas.
No se esperaba el comportamiento del contenido de PB de las hojas en la frecuencia de 90
días en ambos años; en el primer año fue significativamente menor que el de 60 y 120 días, y
en el cuarto año, aunque no mostró diferencias significativas con la frecuencia de 120 días,
tuvo un valor numérico promedio inferior a esta.
En este sentido Boschini, Dormond y Castro (1998; 1999) y García (2003) han señalado
que la frecuencia de 90 días es un punto de inflexión en los procesos fisiológicos de esta
especie; en las plantas, las cadenas carbonadas se transforman para la síntesis de material
leñoso y esos procesos necesitan una elevada cantidad de compuestos endógenos, razón por la
cual pudiera disminuir el contenido de nitrógeno en las hojas. Con el aumento de la edad de la
planta disminuye la relación hoja-tallo, lo cual indica que se favorece más la formación de
compuestos estructurales.
El contenido de PB de un alimento es muy importante para la alimentación animal; en el
caso de la morera, puede añadirse la adecuada composición aminoacídica de sus hojas (Yan,
Liu y Yao, 2001). Los contenidos de aminoácidos son más bajos que los de la harina de soya,
pero la proporción de cada uno de ellos con respecto al total es similar en ambos alimentos
(Ye y Ye, 2001), lo que significa que desde el punto de vista nutricional las hojas de la
morera podrían sustituir a la harina de soya como alimento animal y es necesario determinar
las proporciones adecuadas.
Contenido de proteína bruta de los tallos tiernos
El contenido de proteína bruta de tallos tiernos (PBTT) difirió significativamente (p<0,05) para las
diferentes frecuencias de corte y entre las épocas del primer año (tabla 3).
Con respecto a la frecuencia de corte, en la de 90 días se logró el valor absoluto más alto,
el cual difirió significativamente de la de 120 días, pero no de la de 60 días. El período poco
lluvioso presentó los mayores valores y difirió significativamente del lluvioso. Entre las
variedades y los niveles de fertilización no hubo diferencias significativas.
En el cuarto año solo hubo diferencias significativas entre las frecuencias de corte y el
valor más alto fue para 60 días, el cual difirió de 90 y 120 días. Los porcentajes de PBTT en
ambos años para todos los factores fueron muy similares en este indicador.
Espinoza y Benavides (1996) obtuvieron diferencias en los contenidos de PBTT entre las
variedades estudiadas y los sitios, con Resultados a favor de la variedad Indonesia (12,4%) y
de la localidad de Coronado (13,9%).
En este trabajo se comprobó que la morera es una leñosa forrajera con bajos contenidos de
FB y altos tenores de PB, principalmente en las hojas, que constituyen la parte más importante
de la biomasa comestible de esta planta.
González, Delgado y Cáceres (1998) demostraron la alta degradabilidad ruminal de las
hojas y los tallos tiernos de esta especie, que alcanzó más del 80% a las 48 horas; otros
autores han informado su alto valor nutritivo, determinado in vitro (Rodríguez, Arias y
Quiñones, 1994; Benavides, 2002) e in vivo (Jegou, Waelput y Brunschwig, 1994).
Estos Resultados demuestran la alta digestibilidad de la biomasa comestible de esta planta
y ratifican su potencial como alimento para diferentes especies de animales.

57
Rendimiento de proteína bruta de las hojas, de los tallos tiernos
y de la biomasa comestible
El rendimiento de proteína bruta de las hojas (RPBH) de la morera en el primer año tuvo
diferencias significativas en los factores fertilización, frecuencia de corte y época; mientras
que entre las variedades no hubo diferencias (tabla 4). En el cuarto año esta variable solo
mostró diferencias significativas entre las épocas.
Los Resultados muestran una disminución de los RPBH entre el primer año y el cuarto
año, ya que aunque el porcentaje de PB de las hojas fue mayor en el cuarto año, la
disminución de los rendimientos de materia seca en ese año hizo que los rendimientos de
proteína bruta fueran menores.
Los rendimientos de proteína bruta de los tallos tiernos (RPBTT) mostraron en el primer
año diferencias significativas (p<0,05) entre todos los factores en el orden estadístico, pero
estas diferencias no deben considerarse como importantes desde el punto de vista biológico,
por ser numéricamente muy pequeñas. Solo en el factor frecuencia de corte se pudo apreciar
un efecto mayor en la frecuencia de 60 días con respecto a los demás niveles utilizados en el
primer año.
Tabla 4. Efecto de la variedad, la fertilización (kg N/há/año), la frecuencia de corte (días) y la
época del año, en el rendimiento de proteína bruta (t/há/año) de las hojas, los tallos
tiernos y la biomasa comestible de la morera en el primer año y en el cuarto año del
período experimental

RPBH RPBTT RPBBC


Factor Primer Año Cuarto Año Primer Año Cuarto Año Primer Año Cuarto Año
Variedad
Indonesia 1,48 1,13 0,15a 0,17 1,64 1,29
Cubana 1,41 1,04 0,12b 0,15 1,53 1,18
Acorazonada 1,42 1,15 0,15a 0,15 1,57 1,3
Tigreada 1,5 1,2 0,13b 0,14 1,62 1,34
ES ± 0,04ns 0,06ns 0,01*** 0,01ns 0,04ns 0,06ns
Fertilización
100 1,21c 1,11 0,12b 0,16 1,33c 1,27
300 1,48b 1,09 0,13b 0,14 1,61b 1,24
500 1,67a 1,18 0,15a 0,15 1,82a 1,33
ES ± 0,04*** 0,05ns 0,01*** 0,01ns 0,04*** 0,05ns
Frecuencia de Corte
60 1,50a 1,14 0,18a 0,15 1,68a 1,3
90 1,38b 1,11 0,12b 0,15 1,50b 1,26
120 1,48a 1,13 0,11c 0,15 1,59ab 1,28
ES ± 0,04* 0,05ns 0,01*** 0,01ns 0,04** 0,05ns
Época
PLL 1,03a 0,97a 0,09a 0,11a 1,11a 1,08a
PPLL 0,41b 0,26b 0,06b 0,06b 0,48b 0,32b
ES ± 0,02*** 0,02*** 0,002*** 0,002*** 0,02*** 0,02***
a,b,c Medias con diferente superíndice en cad a variable difieren a p<0,05 (Dun can, 1955 )
*p <0 ,05 **p <0 ,01 ***p <0 ,0 01 ns: no sign ificativo

En la biomasa comestible el rendimiento de proteína bruta (RPBBC) tuvo diferencias


significativas (p<0,05) entre los factores fertilización, frecuencia de corte y época para el
primer año. En el cuarto año solo hubo diferencias entre las épocas.
Entre el primer año y el cuarto año hubo una tendencia a la disminución del RPBBC, lo
que pudo estar motivado por la disminución de los rendimientos de materia seca de la biomasa
comestible.
Las variaciones entre los contenidos y rendimientos de PB encontradas entre el primer año
y el cuarto año del período experimental, sugieren la necesidad de prestar atención al
comportamiento de estos indicadores, con vistas a determinar con mayor precisión los factores
genéticos, agronómicos o climáticos que originaron estos Resultados.

58
El RPB de hojas, tallos tiernos y de biomasa comestible tuvo interacciones significativas
(p<0,01; p<0,001) entre la frecuencia de corte y la época del año (CxE).
En esta interacción quedó demostrada la posibilidad de producir mayor cantidad de PB
con la frecuencia de corte de 60 días en las hojas, los tallos tiernos y en la biomasa
comestible en el período lluvioso.
En el poco lluvioso las diferencias de rendimiento entre las frecuencias de corte de 60 y
90 días fueron muy pequeñas, aunque la de 90 días favoreció ligeramente la producción de PB
en las hojas y en la biomasa comestible; mientras que la de 60 días favoreció la de tallos
tiernos.
Las investigaciones realizadas por varios autores con diferentes variedades de morera
(Almeida y Fonseca, 2002c) y en distintos países (Huo, 2002), indican que los rendimientos
de materia seca de biomasa comestible pueden variar según el efecto de diferentes factores, lo
cual determina los rendimientos de proteína bruta. Los estudios de esta investigación han
aportado criterios por primera vez en Cuba, sobre los rendimientos de MS y de PB de esta
especie.

a) Cx E RPBH

b ) Cx E RPBTT

c) CXE RPBBC

Fig. 6. Influencia de la interacción frecuencia de corte-época en el rendimiento de proteína bruta de: a) las
hojas de morera; b) los tallos tiernos; y c) la biomasa comestible.

59
Composición mineral de la morera
Conocer la composición mineral de una planta destinada a la alimentación animal es
fundamental, por la implicación nutricional que significa satisfacer los requerimientos de
mantenimiento y producción a través de una dieta donde el forraje constituye la base principal
de la ración.
En ese sentido, si se considera que la morera es utilizada preferentemente como un
suplemento, entonces ello reviste una mayor importancia.
McDowell, Conrad y Ellis (1988) señalaron que en el trópico se debe garantizar un
adecuado balance mineral en la dieta, y demostraron que cuando existen factores carenciales,
el crecimiento, la gestación, la producción de leche y el engorde de los animales se ven
seriamente comprometidos, sin descartar un incremento en las enfermedades oportunistas.

Contenido de calcio
El contenido de calcio en las hojas (CaH) fue significativamente diferente (p<0,05) entre
las variedades, las frecuencias de corte y las épocas en el primer año y en el cuarto año. No
hubo interacciones significativas entre los factores en ambos años.
Las variedades Indonesia y Tigreada no difirieron entre sí en el primer año (2,71 y 2,68%)
ni en el cuarto año (2,34 y 2,20%), pero sí de la Acorazonada y la Cubana en el primer año
(2,52 y 2,53%) y de la Acorazonada en el cuarto año (1,86%).
En el primer año las frecuencias de 90 y 120 días no difirieron entre ellas, pero sí de la de
60 días, donde el porcentaje de CaH aumentó con el incremento de las frecuencias de corte.
En el cuarto año la frecuencia de 90 días alcanzó el valor más alto (2,44%) y fue
significativamente diferente de 60 (2,00%) y 120 días (2,14%).
En ambos años el período poco lluvioso mostró el valor más alto (2,73 y 2,43%) y fue
significativamente diferente del lluvioso (2,32 y 2,02%).
El incremento de la fertilización favoreció un ligero aumento del CaH, pero no de forma
significativa.
En los tallos tiernos el contenido de calcio (CaTT) fue significativamente diferente
(p<0,05) entre las variedades y las épocas del primer año y del cuarto año. El período poco
lluvioso fue significativamente superior al lluvioso (1,85-1,67 y 1,21-1,38% para cada año,
respectivamente).

Contenido de fósforo
El porcentaje de fósforo en las hojas (PH) tuvo diferencias significativas entre las
diferentes frecuencias de corte y las épocas en el primer año, y solo entre las épocas en el
cuarto año.
Las frecuencias de 60 (0,23%) y 90 días (0,22%) no difirieron entre sí, pero ambas fueron
significativamente diferentes de la de 120 días (0,16%) en el primer año.
Entre las épocas hubo diferencias significativas en los dos años, pero desde el punto de
vista biológico no se les confiere una gran importancia por ser muy pequeñas las diferencias
entre los valores numéricos.
En los tallos tiernos el contenido de fósforo (PTT) fue similar para todos los factores en
los dos años; solo se encontraron diferencias significativas entre las épocas (p<0,05), a favor
del período lluvioso (0,25 vs 0,14%) en el primer año.

Contenido de potasio
El contenido de potasio en las hojas (KH) fue significativamente diferente (p<0,05) entre
las épocas para el primer año, entre las variedades para el cuarto año, y en ambos años en la
fertilización y las frecuencias de corte. La variedad Cubana obtuvo el valor numérico más alto
en ambos años (2,53 y 2,25%). El incremento de la fertilización favoreció el contenido de
potasio en las hojas; estos incrementos fueron significativos solo en el primer año. No hubo
diferencias significativas entre 300 y 500 kg de N/há/año (2,53 y 2,59%, respectivamente),
pero estas difirieron de 100 kg de N/há/año (2,29%).

60
En la frecuencia de corte los Resultados fueron significativos en los dos años, pero no se
mantuvo la misma tendencia en ellos. En el primer año fue 90 días la frecuencia de mejores
Resultados (2,67%), pero en el cuarto año a los 60 días se alcanzó el valor numérico mayor
(2,24%).
En los tallos tiernos el contenido de potasio (KTT) tuvo diferencias significativas
(p<0,05) entre los niveles de fertilización y las frecuencias de corte del primer año y entre las
épocas del cuarto año.
Los niveles de fertilización más altos (300 y 500 kg de N/há/año) no difirieron entre sí
(2,21 y 2,23%), pero fueron diferentes de 100 kg de N/há/año (1,82%). El incremento de los
niveles de fertilización favoreció el aumento del KTT, al igual que en las hojas.
En las frecuencias de corte, la de 60 días en el primer año tuvo el mayor contenido de esta
variable (2,33%), la que fue significativamente diferente de 90 y 120 días. Entre las épocas
del cuarto año, la lluviosa obtuvo el resultado más alto (1,89 vs 1,49%).

Contenido de cenizas
El contenido de ceniza de las hojas de morera (CenH) fue significativamente diferente
(p<0,05) para todos los niveles de los factores en estudio en el primer año. En el cuarto año
tuvieron diferencias significativas (p<0,05) las variedades y las épocas del año.
Entre las variedades la Tigreada fue superior en valores numéricos en los dos años (11,91
y 12,31%), pero no difirió de la Indonesia (11,76%) en el primer año ni de la Acorazonada en
el cuarto año (11,66%). La variedad Cubana obtuvo el valor más bajo (11,38 y 10,41%) de
este indicador en ambos años.
El incremento de la fertilización posibilitó un aumento del contenido de CenH, lo cual
hizo que 300 (11,71%) y 500 kg de N/há/año (11,92%) fueran similares entre sí, pero
significativamente superiores a 100 kg de N/há/año (11,29%) en el primer año.
En el cuarto año se mantuvo la misma tendencia, pero sin diferencias significativas entre
los diferentes niveles de este factor.
Las frecuencias de corte ejercieron efectos muy parecidos en esta variable en ambos años.
La época lluviosa alcanzó el porcentaje de ceniza en hojas más alto (12,43 y 11,91%) en los
dos años.
En los tallos tiernos todos los factores influyeron de forma significativa (p<0,05) en el
contenido de ceniza (CenTT) en el primer año (anexo 11).
En el cuarto año solo tuvieron efectos significativos las variedades Indonesia y
Acorazonada, las cuales presentaron los mejores Resultados de este indicador en ambos años y
fueron significativamente diferentes de las restantes, con excepción de la variedad Tigreada
en el primer año.
La fertilización tuvo un efecto similar al producido en las hojas en ambos años, pero en la
frecuencia de corte el efecto fue inverso, al aumentar el intervalo entre cortes disminuyó el
porcentaje de CenTT. El efecto de las épocas fue similar al producido en las hojas; el período
lluvioso alcanzó los contenidos más altos de esta variable (7,91 y 7,49% para ambos años,
respectivamente).
Como se puede apreciar, la morera tiene un adecuado contenido de minerales en las hojas
y los tallos tiernos, entre los que se destacan sus altos contenidos de calcio, potasio y ceniza.
Estos Resultados coinciden con los reportados por otros autores (Benavides, Lachaux y
Fuentes, 1994; Espinoza y Benavides, 1996; Singh y Makkar, 2002; Datta, Sarkar, Rama
Mohan Rao y Singhui, 2002; Uribe, 2002; Benavides, 2002).
Entre los factores estudiados, la variedad, la frecuencia de corte y la época del año fueron
los que tuvieron los mayores efectos; ello explica la influencia de factores genéticos, de
manejo agronómico y climático en el comportamiento de estos indicadores.
Schmidek, Takahashi, Nuñes Medeiros y Resende (2002) encontraron diferencias en el
contenido de minerales de diferentes clones de morera.
Almeida y Fonseca (2002b) hallaron diferencias en la composición bromatológica, debido
al efecto de diferentes frecuencias de corte; de la misma manera, estos autores señalaron
diferencias apreciables en el contenido de minerales en varios clones de morera por el efecto
de las épocas del año.

61
Los contenidos de calcio y fósforo hallados por Devendra (1992) y Smith (1992) en
árboles utilizados como alimento animal, son inferiores a los de la morera, lo cual significa
que esta planta presenta ventajas nutricionales con respecto a otras empleadas con iguales
fines.
En igual sentido, por la importancia que tienen los minerales para la producción de leche
(Gutiérrez, 1991), es posible avizorar que la morera sea un forraje con buenas aptitudes para
la alimentación de vacas lecheras.
El alto contenido de minerales en las hojas y en los tallos tiernos, y el elevado porcentaje
de proteína y bajo contenido de fibra bruta principalmente en sus hojas, convierten a esta
planta en un forraje con características muy adecuadas y con posibilidades de sustituir total o
parcialmente el uso de concentrados a partir de cereales para la alimentación de diferentes
especies de animales.

Conclusiones
Los rendimientos de materia seca de la biomasa total y comestible de las variedades
fueron diferentes, debido a los efectos de la frecuencia de corte y la época del año.
La fertilización con gallinaza es una alternativa que contribuye a incrementar la
producción de forraje y propicia el desarrollo de producciones ganaderas más amigables con
el ambiente.
Los bajos contenidos de fibra bruta, altos contenidos de proteína bruta, de calcio, de
potasio y de cenizas encontrados en la biomasa comestible de las variedades de morera
evaluadas, demuestran que es un forraje de alta calidad para la alimentación animal en Cuba.

Recomendaciones
Emplear la frecuencia de corte de 60 días en el período lluvioso con la variedad
Acorazonada y la de 90 días en el poco lluvioso con la variedad Indonesia, para optimizar la
utilización y la conservación de la biomasa comestible de la morera.
Realizar estudios a más largo plazo (más de cuatro años) para conocer la persistencia de
las plantas de morera ante los cortes frecuentes.
Realizar investigaciones con biofertilizantes, fertilizantes orgánicos y químicos, solos o
combinados, para lograr un uso más eficiente de los nutrientes, así como estudiar la
factibilidad de realizar riegos en momentos de intensas sequías.
Extender la morera a escala comercial, lo cual permitirá utilizar sus potencialidades
productivas y mejorar la base alimentaria de las unidades pecuarias.

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65
CAPÍTULO II.
Estudios agrotécnicos
Efecto de la edad al primer corte
en el comportamiento productivo de tres variedades
de morera (Morus sp)*
J. Alonso 1 , G. Febles 1 , F. Fernandez 2 ,
V. Rivera , Miriam Ribas 1 , J.C. Gutiérrez 1 y M. Gutiérrez 1
1

* R ev ista cub an a d e Cien cia ag ríco la. Vo l. 34 , No . 4 , 2000


1
Institu to d e Cien cia Ani mal.
2
Empresa Genética Lo s Naranjos, La Habana.

Resumen
Con el objetivo de estudiar el efecto del momento de realizar el primer corte en algunos
aspectos del comportamiento de tres variedades de la morera (Morus sp) en un sistema de
corte y acarreo se desarrolló un experimento con un diseño de parcelas divididas 3x3 con 4
réplicas donde la parcela principal fue ocupada por las variedades (Tigreada, Acorazonada y
Betty) y la subparcela por los distintos momentos de comenzar la explotación (90,180 y 270
días). No se encontró interacción (p<0,05) entre los factores estudiados para la altura de la
planta, diámetro del tallo y el rendimiento de biomasa total. Dentro de los componentes
principales las variedades mostraron un comportamiento similar sin diferencias entre ellas y
la edad al primer corte mostró diferencias (p<0,001) para estos indicadores con los mejores
rendimientos (2,84, 2,90 y 9,32 t MS/há) en el corte a los 270 días. El número de hojas por
planta y el número de rebrotes por encima de la altura de corte mostraron interacción entre las
variedades y las edades al primer corte. Al año de la plantación el mayor rendimiento de
biomasa total (13,3 t MS/há) se encontró cuando el primer corte se realizó a los 270 días
después de la plantación que difirió (p<0,001) de las demás edades. Los Resultados indican
que el momento de comenzar la explotación en los sistemas de cortes y acarreos en las
condiciones en que se realizaron estos estudios es a partir de los 270 días después de la
plantación.
Palabras clave: Morera (Morus alba), corte, acarreo, rendimiento.

Abstract
With the objective of studying the effect of the moment of carrying out the first cutting on
some aspects of the performance of three varieties of mulberry (Morus sp) in a out and carry
system, an experiment was carried out with a design of 3x3 divided plots with 4 replications,
where the main plot was occupied by the varieties (Tigreada, Acorazonada and Betty) and the
subplot by the different moments of beginning the utilization (90, 180 and 270 days).No
interaction (P<0,05) was found between the factors studied for plant height, stem diameter
and total biomass yield. Within the main components, the varieties showed a similar
performance without differences among themselves and the age at first cutting showed
differences (P<0,001) for these indicators with the best yields (2,84-, 2,90 and 9,32 t DM/ha)
in the cutting at 270 days. The number of leaves per plant and the number of regrowths above
the cutting height showed interaction among the varieties and the ages at first cutting. A year
after planting the highest total biomass yield (13,3 t DM/ha) was found when the first cutting
was done 270 days after sowing which differed (P<0,001) from the other ages. The results
indicate that the moment of starting utilization in the cut and carry systems under the
conditions of these studies is from 270 days after planting.
Key words: Mulberry (Morus alba), cutting, carrying, yield.

67
Introducción
En la actualidad, la utilización de árboles y arbustos forrajeros en sistemas de
alimentación para rumiantes constituye una vía económica para sustituir en gran medida los
concentrados comerciales. Las especies arbóreas sometidas a manejos adecuados son capaces
de producir altos rendimientos de forrajes con muy buena calidad. La morera (Morus sp) es
una de las especies que se trata de introducir en Cuba con este objetivo y que
tradicionalmente se ha utilizado para la alimentación del gusano de seda.
El crecimiento de esta especie en climas mediterráneos con cambios bruscos de
temperatura ha sido satisfactorio, tolerando valores por debajo de 0°C (González 1951). Otros
autores dan los siguientes rangos climáticos para su cultivo: temperatura de 18 a 33°C,
precipitación de 600 a 2500 mm, fotoperíodos de 9 a 13 hr/día y humedad relativa de 65 a
80% (Ting-Zing et al., 1995). Actualmente, se informa su cultivo desde el nivel del mar hasta
4000 m de altitud (Soo-Ho et al., 1990).
Los trabajos realizados en países tropicales como Guatemala reflejan un pobre
crecimiento de la planta en la época de seca, sin riego, aunque con una buena recuperación
durante la lluvia (Blanco 1992) lo que hace pensar la necesidad de regar la siembra durante la
época seca en estos países.
A pesar de esto, en Cuba el comportamiento de las variedades de Morera es un aspecto
que ha sido poco abordado y hay muy pocos estudios comparativos en cuanto a las
posibilidades de cada una que permita hacer recomendaciones para su uso en determinadas
tecnologías.
En este sentido, el objetivo de este trabajo fue estudiar el efecto de la edad en el primer
corte en algunos aspectos del comportamiento de tres variedades de Morera introducidas de
Costa Rica en la Empresa Genética Los Naranjos.

Materiales y métodos
Tratamiento y Diseño. Se utilizó un diseño de parcelas divididas (3 x 3) con cuatro
réplicas donde la parcela principal’ fue ocupada por las variedades Acorazonada, Tigreada y
Betty y las subparcelas por los distintos momentos de comenzar la explotación después de la
siembra (90,180 y 270 días). El área neta de la subparcela fue de 5,6 con seis plantas como
muestra por tratamiento y réplica.
Procedimiento. El estudio se desarrolló en condiciones de producción en la granja El
Dagame de la Empresa Genética Pecuaria Los Naranjos en un suelo poco profundo que fue
preparado convencionalmente y la distancia de siembra utilizada fue de 1 x 0,40 m para una
densidad de 250 000 plantas/há.
Las estacas procedentes de Costa Rica fueron cortadas en el mes de julio con una longitud
de 25 a 30 cm y alrededor de 3 a 4 yemas visibles y plantadas de forma vertical. Para el
traslado de las estacas se realizaron todos los controles fitosanitarios establecidos por las
aduanas estatales pertinentes.
En cada tratamiento se determinó la altura de la planta, el diámetro del tallo, el número de
hojas por planta, el número de rebrotes por planta por encima de 0,50 m (altura de corte) y el
rendimiento total. Al año de comenzado el experimento se determinó nuevamente el
rendimiento de biomasa total en todas las parcelas. La frecuencia de corte utilizada para todos
los tratamientos fue de 3 meses por lo que al finalizar el experimento, un año después de la
siembra, las parcelas no tenían igual número de cortes por el efecto de los tratamientos.
Durante los seis primeros meses después de la siembra el área fue regada a razón de 250 m/há
con una frecuencia de 60 días y se mantuvo libre de malas hierbas durante todo el período
experimental.
Los datos obtenidos para cada una de las variables fueron analizada estadísticamente y se
utilizó la décima Duncan (1955) para la comparación múltiple de medias en los casos
necesarios. El número de hojas/planta y el número de rebrotes por encima de la altura de
fueron transformados según Vx.

68
Resultados y discusión
No se encontró interacción significativa entre los factores estudiados para la altura de la
planta, diámetro del tallo y el rendimiento de biomasa total en el momento del primer corte
después de la siembra. En la tabla 1 se observa que los valores promedios de estos indicadores
para las distintas variedades no mostraron diferencias significativas entre ellas. Esto coincide
con lo informado por otro autores (Espinosa 1996, Benavides 1998, Martín et al., 1998) que
refieren la poca diferencia que hay en el comportamiento entre las distintas variedades de esta
especie, bajo las mismas condiciones ambientales.
Por otro lado, para el momento de realizar el primer corte se encontró diferencia
(p<0,001) en los tres indicadores. La altura de la planta fue mayor (2,84 m) cuando el primer
corte se realizó a los 270 días después de la siembra, sin diferir de cuando se realizó a los 180
días (2,17 m). La menor altura se encontró cuando la planta se cortó a los 90 días.
El inicio de los cortes a los 90 días después de la siembra mostró el peor comportamiento
para el diámetro del tallo (1,07 cm) y el rendimiento de biomasa total 2,0" t MS/há que difirió
del resto de los tratamientos. Los mayores valores del rendimiento y el diámetro del tallo se
alcanzaron en el tratamiento de 270 días.
En un estudio comparativo entre las variedades Betty, Acorazonada y Tigreada realizado
por Martín, et al., (1998) en la Estación Experimental Indio Hatuey, Matanzas, Cuba
informaron que estas variedades en agosto, sin riego ni fertilización tuvieron una altura,
diámetro del tallo y rendimiento total de biomasa de 2,84, 2,80 y 2,48 m, 2,20, 2,13 y 2,05 cm
y 7,9, 7,0 y 5,7 t MS/há, respectivamente. Estos Resultados fueron muy similares a los
encontrados en este estudio a los 270 días después de la siembra.

Tabla 1. Comportamiento de la altura, el diámetro y el rendimiento de variedades


de morera en distintos momentos del 1 e r corte

Altura Diámetro Rendimiento biomasa


de la planta, m del tallo, cm total, t MS/há
Variedades
Tigreada Acorazonada 2,06 2.28 1,93 2.14 5,38 5.79
Betty ES± 2,22 0.09 1,85 0.04 5,88 0.76
er
Momento de realizar el 1 corte, días
90 1,50b W 2,07'
180 2,17a 2.27'' 5,581'
270 2,84a 2,90a 9,32a
ES± 0,05* •• 0,04*** 0,66* *•

Medias en columna con diferentes superíndices dentro del factor difieren p<0,05 (Duncan 1955)
**p<0,001

Este comportamiento indica que en el desarrollo de la planta un aspecto que se debe tener
en cuenta durante el establecimiento está estrechamente relacionado con la disponibilidad de
agua durante los primeros meses después de la siembra para así lograr un establecimiento
satisfactorio y un crecimiento adecuado de la planta.
Otros factores que pueden señalar el mejor comportamiento encontrado en este trabajo son
las condiciones edafoclimáticas de cada lugar como pueden ser los tipos de suelo, humedad,
temperatura, luminosidad ele ya que los estudios se realizaron en lugares con características
diferentes. En la empresa Los Naranjos solamente el 25,8% de los días del año como promedio
son nublados, muy inferior al 30,85% que se refleja en la zona de la Estación Experimental
Indio Hatuey. Esto indica que en esta localidad hay menos luminosidad durante el ano.
En un estudio realizado por Espinosa (1996) donde comparaba tres zonas de Costa Rica
atribuyó los mejores Resultados a la zona de Paquera con características muy similares a la
zona más occidental de Cuba debido a una mayor luminosidad y temperatura y una menor
nubosidad, independientemente de sufrir un largo período de sequía. En la zona de Coronado,
a pesar de su mejor régimen de lluvia, los rendimientos fueron dos veces más bajos a los
alcanzados en Paquera.

69
El número de hojas por planta (tabla 2) mostró interacción (p<0,01) entre las variedades y
los momentos de comenzar el corte y se encontraron los mejores Resultados en la variedad
Betty cortada a los 270 días que difirió del resto de los tratamientos. Para este indicador la
variedad Acorazonada que se comenzó a cortar a los 180 días mostró el peor comportamiento
sin diferir de la Acorazonada que se comenzó a cortar a los 90 y 270 días y la Tigreada a los
90 días.
En la tabla 2 también se observó interacción (p<0,05) entre las variedades y la edad al
primer corte para el número de rebrotes por encima de la altura de corte y se encontró los
valores más bajos para los tratamientos Acorazonada cortada a los 90 días, Tigreada cortada a
los 90 días y Acorazonada a los 180 y 270 días sin diferencias significativas entre ellas. El
mayor número de rebrotes por encima de la altura de corte se encontró para la variedad Betty
cortada a los 270 días, sin diferir de esta misma variedad cortada a los 180 días. El resto de
los tratamientos tuvieron un comportamiento intermedio.

Tabla 2. Comportamiento del número de hojas/planta y el número de rebrote por encima de la


altura de corte de variedades de morera en distintos momentos de realizar el 1 e r corte

Número de hojas/planta Rebrotes > 0.50 cm2


Variedades 90 180 270 90 180 270
Tigreada 9,46cd (90) 11,18c (130) 11,81c (144) 1,77d (13) 3,67c (13) 3,70c (14)

Acorazonada 8,12d (66) 7,9d (63) 9,90cd (99) 1,12d (1) 1,81d (4) 1,83d (5)
Betty 9,46b (260) 14,92b (224) 19,91a (397) 4,41bc (19) 5,40ab (29) 5,95a (35)

ES± 0,89** 0,39*

abc Medias con letras no comunes en la misma columna para cada indicador difieren p<0,05 (Duncan 1995)
1 Datos transformados según Öx
( ) Valores reales
* p<0,05 **p<0,01

Aunque no se descarta la influencia que botánicamente pueden tener las distintas


variedades en el comportamiento de estos indicadores, el resultado de este trabajo es
atribuible a las diferencias entre los momentos de realizar el primer corte, sin ser igual en
todas las variedades ya que a medida que este tiempo se prolonga se logra un mayor desarrollo
morfofisiológico de la planta. Además, también es de esperar que al aumentar la edad al
primer corte, la planta tenga un sistema radicular mucho más desarrollado, capaz de garantizar
su mejor desarrollo.
El mayor número de hojas/planta encontrado en los tratamientos donde se relacionó la
variedad Betty no coincidió con lo planteado por Benavides (1998) en Costa Rica cuando
informa que es normal que la morera con un año de sembrada tenga pocas hojas debido a que
la vida promedio de las hojas en esta especie oscila entre 90 y 120 días. A pesar de
encontrarse interacción para los factores estudiados en este trabajo, una explicación posible a
este comportamiento puede estar directamente relacionado con las características botánicas de
las variedades, independientemente del período de inicio de la aparición de las hojas hasta su
senescencia.
El efecto del momento de comenzar el corte en el rendimiento de biomasa total, al ano de
explotación, mostró diferencia altamente significativa, independientemente de la variedad
(figura 1) y alcanzó los mayores rendimientos (13,31 t MS/há) como promedio de las tres
variedades en estudio cuando el corte se comenzó a realizar a los 270 días.

70
Fig. 1. Efecto del momento de comenzar la explotación en el rendimiento total (t MS/há) al año de
explotación.

Para explicar estos Resultados, es preciso analizar primeramente cómo se comportaron


algunos componentes del rendimiento en el momento de realizar el primer corte. Aquí se
observa, independientemente de haber interacción o no, que la planta mostró un mejor
comportamiento a los 270 días (tablas 1 y 2). Por otro lado, es oportuno señalar que en los
cortes sucesivos para los tratamientos donde el primer corte se realizó a los 90 y 180 días se
observó un decrecimiento en el rendimiento lo que afectó el rendimiento de biomasa total
acumulado al año de la siembra.
De forma general, el momento de comenzar la explotación en los sistemas de cortes y
acarreos, en las condiciones en que se realizó este estudio, es a partir de los 270 días después
de la siembra y nunca antes, ya que todos los indicadores biológicos que se midieron
mostraron el mejor comportamiento con este tratamiento. Se recomienda continuar realizando
estudios en este sentido que permita determinar en el tiempo el efecto que puede provocar el
momento de comenzar la explotación sobre la estabilidad y productividad de esta planta.

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71
Efecto de la altura y la frecuencia de defoliación
en la producción y la calidad de la biomasa
de Morus alba (Linn)*
Yolai Noda, G. Martín y D.E. García 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 28 , No . 2 , 2005 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Con el objetivo de determinar el potencial de rendimiento y la calidad de la biomasa de la
morera variedad Tigreada, se estudiaron dos alturas (50 y 100 cm) y dos frecuencias de corte
(60 y 120 días), en un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 2 x 2 y 4 réplicas. En
cada tratamiento se utilizaron siete plantas escogidas al azar para evaluar la producción de:
biomasa total, biomasa comestible, hojas, tallos tiernos y leña. La altura de corte influyó
significativamente (p<0,05) en la producción de tallos tiernos durante el período poco
lluvioso; se encontró una mayor producción (6,98 g de MS/planta) al podar a 50 cm con
respecto a las plantas podadas a 100 cm (5,3 g de MS/planta). El factor frecuencia mostró
diferencias significativas (p<0,05) para casi todas las variables agronómicas; se destacó la de
120 días con los mayores valores en la producción de biomasa total, comestible y de hojas, y
la de 60 días con los mayores valores de tallos tiernos en ambos períodos del año. La
composición química en las hojas difirió significativamente para ambas épocas en los de
contenidos de calcio, fósforo y ceniza; mientras que para los tallos tiernos las diferencias se
encontraron en los porcentajes de fibra bruta y proteína bruta, y en los contenidos de ceniza
para la época de lluvia. Se concluye que no hubo interacción entre la altura y la frecuencia de
corte para las variables estudiadas, excepto para la producción de leña. Las variables
agronómicas y químicas estuvieron mayormente influidas por la frecuencia de corte. La altura
de corte sólo influyó significativamente en la producción de tallos tiernos, en especial durante
el período poco lluvioso. Se recomienda realizar estudios utilizando otras alturas y
frecuencias de defoliación, así como extender por más de un año el período evaluativo.
Palabras clave: Calidad, Morus alba, poda.
Abstract
A randomized block design with factorial arrangement 2 x 2 and four replications was
used with the objective of evaluating the yield and biomass quality of mulberry var. Tigreada.
For this, two treatments were used which consisted in two pruning heights (50 and 100 cm)
and two pruning frequencies (60 and 120 days), in which the following indicators were
determined: total biomass production, edible biomass production, leaf production, fresh stems
production and woody production. The pruning height significative affected (p<0,05) the fresh
stems production during the dry season and it was higher with 50 cm (6,98 g DM/plant) than
100 cm (5,39 g DM/plant). The best results in total biomass production, edible biomass and
leaf production were found with the 120 day treatment and the higher value of fresh stem in
both seasons of year was obtained with 60 days. Significant differences were found in the Ca,
P and ash leaves content in both seasons whilist for the fresh stems were found differences in
CF, CP and ash percentages during wet season. It is concluded that the interaction between
pruning frequency and pruning height studied was no significative, except for woody
production. The agronomic and chemical indicators were more influenced by the pruning
frequency. Pruning height only significantly affected the fresh stems production, especially
during the dry season. To continue studies with others pruning heights and defoliation
frequency and to extend the evaluation period is recommended.
Key words: Quality, Morus alba, pruning.

Introducción

72
La morera (Morus alba Linn) es un arbusto con altas potencialidades para la
suplementación de la dieta, tanto en rumiantes como en monogástricos; se plantea que sus
niveles de PB oscilan entre 20-24% y la DIVMS es superior al 80%; además, es muy palatable
y se considera una especie cosmopolita por su fácil adaptación a diferentes climas (Benavides,
1996).
Esta planta es altamente productora de forraje y es capaz de producir más de 20 t de
MS/há/año (Benavides, 1996). Sin embargo, en las condiciones edafoclimáticas de Cuba se
desconoce la altura de defoliación óptima para su explotación, así como la frecuencia que
permita disminuir la edad del tejido acumulado y con ello aumentar la digestibilidad del
material vegetal, aspecto confirmado con anterioridad por Higuera, Castillo, García, Soto,
Sandoval y Lobo (1998); Ruiz, Febles, Untoria, Díaz y Díaz (2000) y por Hernández,
Benavides y Martín (2000).
El presente estudio tuvo como objetivo determinar el potencial de rendimiento y la
calidad de la biomasa de la morera con dos variantes definidas de altura y frecuencia de poda.

Materiales y métodos
Clima y suelo. El experimento se realizó en la EEPF “Indio Hatuey”, ubicada en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, durante un año. Se registraron 1 076,9 mm de
precipitación y 25,9°C de temperatura media en el período lluvioso (PLL) de mayo a octubre,
y 323,9 mm de precipitación y 21,27°C de temperatura media en el período poco lluvioso
(PPLL) de noviembre a abril. El suelo se clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández
et al., 1999); este se caracteriza por ser de textura arcillosa, profundo, de topografía llana y
de buen drenaje externo e interno. Sus características químicas se observan en la tabla 1.

Tabla 1. Características químicas del suelo donde se desarrolló el experimento

Profundidad MO (%) pH P205 Cationes cmol(+)/kg


(cm) (KCl) (mg/100g)

Ca Mg K Na
0-20 cm
2,90 5,7 14,2 26,2 3,6 0,30 0,20

Preparación del suelo y plantación. El suelo se preparó mediante pase de arado, grada,
cruce y grada. Para la siembra se utilizaron propágulos de 20-30 cm de longitud, los cuales
provenían de ramas de seis meses de edad con un grosor de 8-10 mm. Durante la plantación
las estacas se colocaron de forma vertical con respecto al suelo, dejando al menos una yema
bajo tierra a una distancia de 1,0 m entre surcos y 0,40 m entre plantas. En el momento de la
plantación se garantizó la humedad necesaria, con el fin de lograr la eficiencia en el
enraizamiento y la posterior germinación de los propágulos.
Fertilización orgánica. Se empleó gallinaza como fertilizante orgánico y su composición
química se muestra en la tabla 2. Las aplicaciones se hicieron solamente en los cortes del
período lluvioso y la dosis utilizada fue de 150 kg de N/há/año.

Tabla 2. Composición química del fertilizante orgánico utilizado en


el experimento (%)
MS N Ca P K
82 3,76 7,2 1,41 3,21

Diseño y tratamientos. Se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 2 x 2.


Se estudiaron dos alturas (50 y 100 cm) y dos frecuencias de corte (60 y 120 días), las que
originaron un total de cuatro tratamientos, replicados cuatro veces, para un total de 16
parcelas.
Procedimiento experimental. El experimento se llevó a cabo en un área experimental que
abarcó 16 parcelas de 7,0 x 3,0 m sin separación entre ellas. Se plantaron un total de 96
plantas por parcela, de la variedad Tigreada. Se realizaron seis y tres cortes en las frecuencias
de 60 y 120 días, respectivamente. Cada tratamiento estuvo representado por siete plantas

73
distribuidas aleatoriamente en el campo. El corte de cada planta se realizó con la tijera de
podar.
Mediciones realizadas. Entre las variables agronómicas se tomaron en consideración la
producción de biomasa total (PBT), la producción de biomasa comestible (PBC), la
producción de hojas (PH), la producción de tallos tiernos (PTT) y la producción de leña (PL),
las cuales fueron estimadas por el peso seco individual promedio por planta, teniendo en
cuenta la densidad de plantación (25 000 plantas/há).
Para el análisis químico se homogeneizaron los componentes de la biomasa comestible
(hojas y tallos tiernos) de las siete plantas y se tomaron tres muestras con un peso entre 200 y
300 g cada una. Se estimaron los indicadores fibra bruta (FB), proteína bruta (PB), calcio
(Ca), fósforo (P), potasio (K) y ceniza (Cen.).
Análisis estadístico. Para el procesamiento de los datos se realizó un análisis factorial,
mediante la opción GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SSPS
versión 10,0. Se empleó la dócima de comparación múltiple de Duncan y las medias fueron
comparadas para un nivel de significación a p<0,05.

Resultados y discusión
Para las variables agronómicas PBT, PBC, PH y PTT, la interacción altura por frecuencia
no fue significativa (tabla 3); mientras que para la producción de leña (tabla 4) existió
interacción entre estos factores (p<0,05).
Para la PBT, la PBC y la PH no se encontraron diferencias significativas entre ambas
alturas en ninguno de los períodos (tabla 3); sin embargo, en la PTT durante el PPLL, al
cortar a 50 cm hubo una mayor producción (6,98 g de MS/planta) con respecto a las plantas
podadas a 100 cm (5,3 g de MS/planta), Resultados que contrastan con los obtenidos por
Martín, García, Reyes, Hernández, González y Milera (2000), quienes al estudiar las mismas
alturas de corte y tres frecuencias de poda (45, 60 y 90 días) no hallaron diferencias
significativas en estas variables por efecto de la altura.
Se conoce a través de varias investigaciones (Benavides, 1996; Boschini, 2002) que la
morera presenta un elevado nivel de respuesta ante la poda y una gran cantidad de
carbohidratos solubles en forma de almidón, almacenados a nivel de la raíz, que funcionan
como compuestos de reserva (Medina, 2004), por lo que estas razones pudieran justificar la
mayor cantidad de biomasa que aportó la altura de 50 cm, debido a la posibilidad de
traslocación directa y el transporte de estos metabolitos de manera más efectiva desde la raíz
hacia el tallo.
En cuanto a la frecuencia de poda, se observaron diferencias significativas (p<0,05) para
las variables PBT, PBC y PH durante ambos períodos del año; el corte a los 120 días mostró
las mayores producciones de biomasa. Estos Resultados coinciden con los informados por
Martín et al. (2000), quienes señalaron que a medida que se incrementa la frecuencia de corte,
la producción de biomasa en estas variables tiende a disminuir. Un comportamiento similar
presentan todas las especies arbóreas y arbustivas cuando aumentan los intervalos de poda,
según lo informado por Francisco (2002) en Albizia lebbeck, Hernández (1996) en Leucaena
leucocephala, Razz (1991) en Gliricidia sepium y Boschini, Dormond y Castro (1999) en
morera; en estas plantas la capacidad de almacenaje de los compuestos de reserva, tales como
los carbohidratos solubles, los lípidos y las grasas, así como las hormonas de crecimiento,
desempeñan un papel fundamental en la recuperación ante las podas variables y la producción
de biomasa.
Por otra parte, como elemento adicional a estos Resultados se debe señalar que la PBC
estuvo fuertemente influida por la mayor producción de hojas que de tallos tiernos, ya que la
relación hoja-tallo fue mucho mejor para la frecuencia de 60 días (2:1) comparada con la
frecuencia máxima (1,5:1), lo que nutricionalmente tiene una repercusión importante en la
formulación de las dietas tanto para los rumiantes como para los monogástricos.
En cuanto a la PTT, los mayores valores se produjeron en los cortes cada 60 días,
resultado que coincide con los hallados por Martín et al. (2000) para esta variable. La
respuesta obtenida en este estudio pudo deberse a que la planta no había expresado su máximo
desarrollo morfológico, por efecto de las frecuencias de poda más intensas y la poca
posibilidad de lignificación de los tallos tiernos en un período relativamente corto (dos
meses).

74
En este sentido, si se tiene en cuenta la producción de MS de la biomasa total y
comestible en el PPLL para la frecuencia de 120 días, se demuestra que existió una elevada
respuesta de la planta a las condiciones estresantes de sequía y un alto potencial de adaptación
a las condiciones climáticas existentes.

Tabla 3. Influencia de la altura y la frecuencia de corte en el rendimiento de la biomasa total


y en sus componentes (g de MS/planta)

Variable Época Altura (cm) ES ± Frecuencia (días) ES ±


50 100 60 120
PBT PLL 118,63 105,97 7,37s 64,57 b
157,36a 9,57**
PPLL 54,36 50,93 3,79s 32,13 b
69,68a 5,93**
PBC PLL 66,61 62,79 3,79 47,83b 74,38a 4,92**
PPLL 41,8 40,43 3,13s 28,50 b
43,79a 4,90**
PH PLL 58,71 54,43 3,26 39,17b 71,36a 4,23**
PPLL 34,82 35,12 2,60 23,90b 41,54a 4,06**
a
PTT PLL 7,89 8,35 0,67 8,65 3,01b 0,87**
a
PPLL 6,98 5,3b 0,60* 4,59a 2,24b 0,94**

a,b Valores con diferentes superíndices para una misma época difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)
*p<0,05 **p<0,01

Debido a la gran diversidad de usos de la morera, es importante conocer las exigencias


agrotécnicas de la especie. Teniendo en cuenta que además de sus excelentes características
bromatológicas, esta planta puede servir como fuente energética y su leña puede ser usada con
diferentes fines, resulta importante el manejo de las podas con este propósito.
En la tabla 4 se puede observar que hubo interacción significativa de los factores
estudiados para ambos períodos. En este sentido se debe señalar que, independientemente, de
que en cada época la producción de leña dependió de las diferentes alturas, la frecuencia de
corte de 120 días proporcionó los mayores valores.
De manera inversa al comportamiento de los tallos tiernos, la producción de leña es
máxima cuando los espaciamientos entre cortes también lo son, ya que las ramas alcanzan su
máxima madurez y su grado de lignificación se incrementa proporcionalmente con su senectud
(García, 2003).

Tabla 4. Comportamiento de la producción de leña en M. alba por


efecto de la interacción A x F en las dos épocas

Factores Leña
(g de MS/planta)
Altura (cm) Frecuencia (días) PLL PPLL
c
50 60 16,32 2,64c
120 81,29b 29,32a
100 60 17,16c 4,61c
120 84,69a 22,46b
ES ± de la interacción 7,65* 1,86*

a,b Valores con diferentes superíndices para una misma época difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)
*p<0,05

En la composición química no se encontró interacción significativa para las hojas y los


tallos tiernos. Entre las alturas de corte hubo un comportamiento similar para los contenidos
de FB, PB, Ca, P, K y Cen. en las hojas (tabla 5), lo que demuestra que para estas condiciones
dichos indicadores pueden manifestarse de forma independiente a la altura de corte utilizada.

75
Sin embargo, al analizar los Resultados para las distintas frecuencias de corte no
existieron diferencias significativas entre los niveles de FB y de PB. Además, en el caso de
los contenidos de P y de Cen., se encontraron diferencias en ambos períodos, y en el corte de
60 días hubo mayores contenidos de P en las hojas (0,29 %) con respecto al de 120 días
(0,22%). Estos Resultados son lógicos, ya que es conocido que en el caso de M. alba,
aproximadamente a los 90 días, ocurren una serie de cambios bioquímicos que traen consigo
una menor actividad metabólica en la planta después de ese tiempo, comprobado
fundamentalmente en mediciones in situ de la energía metabólica y los compuestos
nitrogenados de naturaleza proteica (García, 2003). Por tales motivos, las plantas requieren
algunos elementos minerales en diferentes cuantías para su funcionamiento metabólico, y en
este sentido el P tiene un papel primordial en la catálisis de reacciones metabólicas, la
formación de ATP (portador de energía), la captación de energía lumínica, la formación de
fosfolípidos (en la etapa de desarrollo) y la formación de yemas, por lo que en la etapa de
crecimiento más acelerada de la morera (propiciada por cortes cada 60 días), los niveles de P
deben ser superiores (Fundora, Arzola y Machado, 1992).
Por otra parte, según García (2003) en la determinación de la Cen. se acumulan todos los
minerales de las plantas, tanto macroelementos como microelementos, en forma de óxidos y
sales inorgánicas formadas después de la combustión, por lo que esta respuesta con la
frecuencia de corte menor está dada, fundamentalmente, por la acumulación neta de estos
elementos en el proceso periódico de absorción que realiza la planta.
También es importante destacar que en varias investigaciones se ha demostrado que con
las frecuencias más espaciadas los porcentajes de Cen. se incrementan en la biomasa, en
relación con los cortes periódicos intensos, ya que la morera tiene la posibilidad de absorber
mayor cantidad de elementos en mayores intervalos de tiempo (Shayo, 1997).
En este sentido, se observaron diferencias significativas entre las frecuencias en el PPLL
para el elemento Ca (tabla 5), el cual se acumuló de forma cuantitativa con el corte más
espaciado (3,26%), resultado que coincide con lo obtenido por García (2003). Es probable que
ello pudiera ocurrir en función de esta frecuencia, ya que el Ca es un elemento poco móvil en
la planta y se fija en las hojas y en los tallos tiernos de forma paulatina, fundamentalmente en
la pared celular y en los ideoblastos, por cuanto a medida que la planta tiene una mayor edad
las concentraciones de este macroelemento son mayores, debido a un efecto acumulativo
(García, 2003).

Tabla 5. Efecto de la altura y la frecuencia de poda en la composición química de las hojas de


M. alba

Indicador Epóca Altura (cm) ES(±) Frecuencia (días) ES(±)


(% MS) 50 100 60 120
FB PLL 12,93 13,84 0,61 13,23 13,74 0,74
PPLL 10,73 10,77 0,75 11,69 9,84 1,12
PB PLL 14,49 15,14 0,65 17,50 16,71 0,80
PPLL 17,10 15,87 1,31 18,93 17,63 1,96
Ca PLL 2,60 2,34 0,15 2,35 2,96 0,18
PPLL 3,16 3,11 0,11 2,51b 3,26a 0,16**
P PLL 0,26 0,26 0,009 0,29a 0,22b 0,02**
PPLL 0,12 0,15 0,02 0,19a 0,08b 0,02**
K PLL 2,06 1,78 0,10 2,10 2,12 0,12
PPLL 1,20 1,32 0,20 1,40 1,12 0,30
Cen. PLL 12,36 12,04 0,26 11,18b 13,26a 0,32**
PPLL 11,03 11,55 0,48 10,54b 11,01a 0,71*

a,b Valores con diferentes superíndices para una misma época difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)
*p<0,05 **p<0,01

76
La composición química de los tallos tiernos se muestra en la tabla 6. Como se puede
observar, tampoco se encontraron diferencias significativas para las alturas de corte
estudiadas en ninguno de los indicadores; sin embargo, de forma contraria a lo que sucedió en
las hojas, hubo diferencias entre las dos frecuencias para la FB y la PB en ambos períodos del
año. El contenido de FB fue mayor con el corte de 120 días tanto en el PLL como en el PPLL
(42,67 y 35,81%, respectivamente), con diferencias marcadas respecto a los cortes cada 60
días (25,83% para el PLL y 28,02% en el PPLL). Ello ocurre debido a que este elemento está
compuesto principalmente por carbohidratos estructurales (lignina, celulosa y hemicelulosa)
que se forman con el aumento de la edad de los tallos (García, 2003).
Estos Resultados coinciden con los obtenidos por Hernández (1996) al estudiar el efecto
de los cortes en los meses de sequía (febrero, marzo, abril y mayo) en la composición química
de los tallos tiernos, en una plantación de L. leucocephala.
En cuanto al contenido de PB se observó que con la frecuencia de corte de 60 días los
Resultados fueron superiores comparados con los de la menor frecuencia (120 días), lo cual
pudo estar relacionado con las elevadas concentraciones de compuestos nitrogenados que se
encuentran en la biomasa joven de las especies forrajeras, incluyendo la morera. Tal respuesta
radica, fundamentalmente, en la posibilidad que tienen las hojas y los tallos inmaduros de
concentrar el nitrógeno en un área que no está completamente desarrollada desde el punto de
vista morfoestructural. Ello se debe a que el contenido de nitrógeno por unidad de volumen
disminuye progresivamente a medida que la planta se desarrolla. Estos Resultados coinciden
con los obtenidos por Razz (1991), Boschini et al. (1999) y García (2003) al realizar
investigaciones acerca de la composición nitrogenada y su variación con la edad del rebrote
en la morera y en G. sepium.
También existieron diferencias significativas (p<0,05) entre los porcentajes de Cen. en el
PLL a favor de la frecuencia de 120 días (tabla 6); el resto de los componentes no mostraron
diferencias estadísticas entre las frecuencias utilizadas, Resultados similares a los obtenidos
en el análisis fitoquímico de las hojas.
Si se comparan los Resultados de la composición química de las hojas y la de los tallos
tiernos en cuanto a los porcentajes de Ca y P, se puede observar que en el caso del Ca los
valores de las hojas fueron superiores a los de los tallos tiernos. Resultados similares fueron
encontrados por Hernández (1996) en plantaciones de L. leucocephala; este autor señaló que
el contenido de Ca es 50% mayor en las hojas que en los tallos tiernos.
En el caso del P no hubo marcados contrastes entre los porcentajes en las hojas y en los
tallos tiernos. El valor para este elemento osciló en un rango de 0,08 a 0,43% de MS, aunque
estos pueden variar en dependencia del tipo de suelo (localidad), la parte de la planta, la edad
de las ramas y la estación del año.
Según Norton (1994), los requerimientos mínimos de P en los rumiantes fluctúan entre 1,2
y 2,4 g/kg de MS de alimento, dependiendo de la función ruminal. Se plantea que la biomasa
comestible del forraje de los árboles es generalmente alta en P. El Ca está relacionado con el
metabolismo del P en la formación de los huesos y una relación Ca:P de 2:1 es recomendada
para la dieta de rumiantes, por lo que el Ca raramente es una limitante en el forraje de los
árboles. Con estos elementos se puede aseverar que las dietas formuladas a partir de la
biomasa comestible de la morera contienen suficientes cantidades de Ca y P, capaces de suplir
las necesidades de los monogástricos y los rumiantes.
Al tomar en consideración los Resultados de la generalidad de los indicadores de la
composición bromatológica de la morera, principalmente en el PPLL, se demostró la alta
potencialidad de esta planta para ser utilizada en la dieta de los animales, además de ser una
alternativa de alimentación para el ganado, ya que los valores son comparables a los de los
concentrados comerciales utilizados en la alimentación de las vacas lecheras (Benavides,
Lachaux y Fuentes, 1994; Boschini et al., 1999; Benavides, 2000), productos que se tornan
muy costosos y de difícil adquisición en el mercado mundial. No obstante, es importante
realizar investigaciones encaminadas a determinar el grado de utilización de este potencial por
los animales.

77
Tabla 6. Efecto de la altura y la frecuencia de poda en la composición química de los tallos
tiernos de M. alba

Componente Epóca Altura (cm) ES ± Frecuencia (días) ES ±


(%) 50 100 60 120
b
FB PLL 37,97 35,13 0,81 25,83 42,67a 0,99**
b
PPLL 34,85 34,42 1,05 28,02 35,81a 0,57**
PB PLL 8,97 9,40 0,66 12,11a 8,24b 0,82**
PPLL 8,90 9,69 0,59 12,11a 8,42b 0,88**
Ca PLL 1,84 2,32 0,32 1,37 2,56 0,39
PPLL 2,22 2,52 0,27 1,71 2,56 0,40
P PLL 0,28 0,31 0,18 0,24 0,13 0,21
PPLL 0,43 0,27 0,12 0,43 0,13 0,17
K PLL 1,42 1,49 0,23 1,56 1,53 0,28
PPLL 1,37 1,45 0,21 1,48 1,53 0,30
Cen. PLL 6,59 7,29 0,31 5,57b 8,22a 0,37**
PPLL 6,78 7,36 0,41 6,29 8,22 0,62

a,b Valores con diferentes superíndices para una misma época difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)
**p<0,01

De acuerdo con los Resultados se concluye que en la especie M. alba variedad Tigreada
no hubo interacción entre la altura y la frecuencia de corte para las variables estudiadas,
excepto para la producción de leña. Las variables agronómicas y químicas estuvieron
mayormente influidas por la frecuencia de corte. La altura de corte sólo influyó
significativamente en la producción de tallos tiernos, en especial durante el período poco
lluvioso.
Se recomienda realizar estudios utilizando otras alturas y frecuencias de defoliación, así
como extender por más de un año el período evaluativo.

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79
Influencia de la aplicación de azotobacter chroococcum y
diferentes fuentes de materia orgánica
en el desarrollo de esquejes de Morus alba L.*
A. Domínguez, A. Pérez, Yaline Soto,
A. Días, Illovis Fernández,
R. Rodríguez, A. Blanco y J. Revilla 1

* R ev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l.25 , No .2 , 2002 .


1
Departamento Agropecuario . Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.

Resumen
La investigación se desarrolló en el Centro de Desarrollo de la Montaña bajo condiciones
controladas de casa de vegetación, con el objetivo de determinar el efecto de dos formas de
aplicación de Azotobacter chroococcum (inmersión y aspersión foliar) combinado con
diferentes fuentes de materia orgánica (estiércol de cuy, pulpa de café y humus de lombriz) en
el desarrollo de esquejes de Morus alba. Se evaluó, a los 14, 21 y 28 días, el porcentaje de
esquejes con yemas en brotación (EY) y el número de yemas por esqueje en brotación (NYB);
mientras que a los 60 días posplantación se determinó la longitud de las ramas (LR), el
número de hojas (NH), la longitud de la raíz (LRa) y el peso seco de la raíz (PRa). Los
tratamientos donde se utilizó el humus de lombriz como sustrato solo y combinado con la
inoculación de azotobacter por inmersión incrementaron el NYB en 58 y 47 %,
respectivamente, con relación al control. Se encontró un efecto positivo de ambos
tratamientos desde la primera etapa del desarrollo de los esquejes. El humus de lombriz
incrementó la LR en 147 %, el NH en 96 %, la LRa en 41 % y el PRa en 170 % con relación al
control, sin diferencia con el tratamiento de azotobacter que incrementó estos indicadores en
144, 93, 50 y 169 %, respectivamente. Se concluye que la inoculación con azotobacter solo no
presentó un efecto positivo, mientras que el humus de lombriz solo o combinado con
azotobacter (inmersión) influyó marcadamente en el crecimiento y desarrollo de los esquejes.
Palabras clave: Abonos orgánicos, Azotobacter chroococcum, humus, Morus alba, pulpa
de café

Abstract
The research was carried out at the Development Center of the Mountain under controlled
conditions of vegetation house, with the objective of determining the effect of two application
forms of Azotobacter chroococcum (immersion and foliar spraying), combined with different
sources of organic matter (guinea pig manure, coffee pulp and earthworm humus), on the
development of cuttings from Morus alba. The percentage of cuttings with bud break (CB)
and the number of bud breaks per cutting (NBB) were evaluated after 145, 21 and 28 days;
while branch length (BL), leaf number (LN), root length (RL) and root dry weight (RW) were
determined 60 days postplanting. The treatments in which earthworm humus was used as
substratum alone and combined with the inoculation of azotobacter by immersion increased
the NBB in 58 and 47 %, respectively, in relation to the control. A positive effect of both
treatments was found in the first stage of cutting development. The earthworm humus
increased the BL in 147 %, the LN in 96 %, the RL in 41 % and the RW in 170 % in relation
to the control with no difference with the azotobacter treatment, which increased these
indicators in 144, 93, 50 and 169 %, respectively. It is concluded that the inoculation with
azotobacter alone did not show a positive effect, while the earthworm humus alone or
combined with azotobacter (immersion) markedly influenced the growth and development of
the cuttings.
Key words: Organic manures, Azotobacter chroococcum, humus, Morus alba, coffee pulp.

80
Introducción
Ante el déficit de materias primas para piensos y en un contexto donde es imprescindible
desarrollar una agricultura sostenible, se hace necesario potenciar el uso de los árboles y
arbustos forrajeros debido a su alto valor nutricional para los animales (Suárez y Milera,
1996).
La morera es un arbusto que tradicionalmente se utiliza para la alimentación del gusano
de seda, aunque se ha incorporado con éxito en la alimentación de pequeños rumiantes,
aspecto en el cual radica su verdadera importancia para la nutrición animal. Pertenece al
orden Urticales, familia Moraceae y género Morus; las especies más conocidas son Morus
alba, L. y Morus nigra, L. (Benavides, Esquivel y Lozano, 1995).
La propagación de estas especies es efectiva por estacas, de las cuales prende hasta un 90
% (Benavides, Fuentes y Esquivel, 1993); crecen bien tanto en suelos planos como en
elevadas pendientes y se adaptan a diferentes condiciones ecológicas. No toleran suelos de
mal drenaje o compactados y necesitan fertilización de forma permanente por poseer altos
requerimientos nutricionales; no obstante, responden a la fertilización orgánica (Benavides,
Lachaux y Fuentes, 1994) y a la aplicación de bacterias fijadoras de nitrógeno (Das,
Choudhury, Ghosh, Katiyar, Rao, Mathur, Mazumder y Madhava, 1994).
Dentro de este grupo de bacterias fijadoras de nitrógeno se encuentra Azotobacter
chroococcum, capaz de producir además sustancias estimuladoras del crecimiento vegetal
(Swarupa y Reddy, 1995). Tomando como base lo anterior, dicho microorganismo combinado
con suelo Pardo y estiércol vacuno se ha empleado con éxito en la obtención de posturas de
cafeto que se caracterizan por incrementos significativos del área foliar, la masa seca y la
extracción de nutrientes (Bustamante, Pérez y Rodríguez, 2000).
Otro de los aspectos importantes dentro de una agricultura sostenible, además de
potencializar la utilización de los microorganismos con fines benéficos y el uso de árboles y
arbustos forrajeros, es el empleo de fuentes orgánicas de origen vegetal y animal, entre las
que se encuentran el humus de lombriz, el compost, los estiércoles, la pulpa de café y los
abonos verdes.
Sin embargo, los estudios relacionados con el uso de biofertilizantes en el desarrollo de
esquejes provenientes de plantas forrajeras son escasos; de ahí la importancia del presente
trabajo, cuyo objetivo fue evaluar la influencia de la aplicación de azotobacter y diferentes
fuentes orgánicas en el crecimiento y desarrollo de esquejes de M. alba.

Materiales y métodos
El trabajo se desarrolló en el Centro para el Desarrollo de la Montaña ubicado a 457
msnm, en el municipio El Salvador, provincia Guantánamo, bajo condiciones controladas de
casa de vegetación; se empleó un diseño completamente aleatorizado con arreglo factorial,
donde las causas de variación fueron: formas de aplicación de A. chroococcum (inmersión y
aspersión) y diferentes fuentes de materia orgánica (estiércol de cuy, pulpa de café y humus
de lombriz). Se utilizaron 15 repeticiones por tratamiento, cada una de ellas estuvo formada
por tres esquejes. La descripción de los tratamientos se muestra en la tabla 1.
Procedimiento experimental. Se seleccionaron ramas lignificadas de M. alba, con una
longitud de 20-40 cm y no menos de tres yemas por estaca; se emplearon bolsas de polietileno
negro de 14 cm de diámetro por 22 cm de alto, las cuales se llenaron con cada uno de los
sustratos estudiados.
La cepa de A. chroococcum se aisló de un suelo Pardo de montaña (Hernández, 1994). El
inóculo se obtuvo en el medio Dimargon (Dibut, Martínez y González, 1994) con titulación de
10 1 0 ufc/mL. Se emplearon las técnicas de inmersión de los esquejes en concentración 1/20
durante 10 minutos en el momento de la siembra y la aspersión foliar en dosis de 50 mL/bolsa.

Tabla 1. Tratamientos utilizados en la investigación

Código Tratamientos
1 Control
81
2 Azotobacter por inmersión sin materia orgánica
3 Azotobacter por aspersión sin materia orgánica
4 Estiércol de cuy
5 Pulpa de café
6 Humus de lombriz
7 Azotobacter por inmersión + estiércol de cuy
8 Azotobacter por inmersión + pulpa de café
9 Azotobacter por inmersión + humus
10 Azotobacter por aspersión + estiércol de cuy
11 Azotobacter por aspersión + pulpa de café
12 Azotobacter por aspersión + humus

Los sustratos empleados estuvieron compuestos por suelo combinado con materia orgánica
(estiércol de cuy, pulpa de café y humus de lombriz) en proporción de 3:1. Las características
físico-químicas de los sustratos se muestran en la tabla 2.

Tabla 2. Características físico-químicas de los sustratos empleados en el estudio

Densidad Porosidad Capacidad Materia P2O5


Muestras aparente total de campo orgánica (mg/100 g)
(%) (%) (%) (%)
Suelo 0,73 68,39 32,01 2,15 0,32
Suelo + estiércol de cuy 0,70 70,36 37,84 2,50 2,07
Suelo + pulpa de café 0,48 81,55 34,00 3,10 1,77
Suelo + humus de lombriz 0,44 79,78 39,54 4,30 2,12

Suelo: Pardo con carbonatos


Densidad aparente: Se determinó por el método del cilindro
Porosidad total: Por cálculo
Capacidad de campo: Por el método de la Prensa Richard
Materia orgánica: Por el método colorimétrico, oxidación con H2SO4.CrO3
pH: Por el método potenciométrico con relación sustrato:solución 1:2,5

La pulpa de café y el estiércol de cuy se recogieron después de 4 meses de estar sometidos


a un proceso de meteorización.
Muestreo y evaluación. Los muestreos se realizaron a los 14, 21 y 28 días para
determinar el por ciento de esquejes con yemas en brotación (EY) y el número de yemas por
esqueje en brotación (NYB); mientras que a los 60 días posplantación se determinó la longitud
de las ramas (LR), el número de hojas (NH), la longitud de la raíz (LRa) y el peso seco de la
raíz (PRa).
Análisis estadístico. Los datos obtenidos fueron procesados mediante análisis de varianza
de clasificación doble con arreglo factorial; las medias se compararon mediante la prueba de
rangos múltiples de Duncan (1955).

Resultados y discusión
En la tabla 3 se muestran los Resultados desde los 14 hasta los 28 días. El por ciento de
yemas en brotación entre los 14 y 21 días de plantados los esquejes se incrementó en los
tratamientos 3, 4, 5, 9, 10 y 11; mientras que en el resto se mantuvo constante. A los 28 días
solo los tratamientos 4, 7, 8 y 9 no alcanzaron el 100 % de EY, aunque los valores obtenidos
se consideran como aceptables. En lo referente al número de yemas brotadas se evidenciaron
los mejores Resultados en el tratamiento donde se utilizó el humus de lombriz como sustrato,
al incrementar este indicador en un 58 % a los 28 días con respecto al control; mientras que su
combinación con la inmersión de los esquejes en azotobacter solo lo incrementó a partir de los
21 días hasta los 28 días (47-53 %). Resultados igualmente positivos fueron informados en
café por Bustamente et al. (2000), quienes observaron que al inocular azotobacter por
inmersión al 20 % en esquejes de Coffea canephora, en un sustrato a base de suelo Pardo más
estiércol vacuno (relación 3:1), se incrementó significativamente el área foliar, la masa seca y
la extracción de nutrientes.
82
Tabla 3. Influencia del azotobacter y diferentes fuentes de materia orgánica en la dinámica de
brotación de yemas en esquejes de M. alba

14 días 21 días 28 días


Tratamientos EY NYB ES± EY NYB ES± EY NYB ES±
(%) (%) (%)
1 100 2,10cd 0,12* 100 2,10cd 0,13* 100 2,10cde 0,13*
2 90 1,78de 0,13* 90 2,33bc 0,14* 100 2,30bcd 0,13*
3 90 2,00cde 0,13* 100 2,00cd 0,13* 100 2,00de 0,13*
4 50 1,60e 0,18* 80 2,00cd 0,14* 90 2,00de 0,13*
5 70 2,86a 0,15* 90 2,50b 0,14* 100 2,56de 0,13*
6 90 2,67ab 0,13* 90 3,20a 0,14* 100 3,33a 0,13*
7 70 2,00cde 0,15* 70 2,00cd 0,15* 90 1,78e 0,13*
8 80 2,25be 0,14* 80 2,25bc 0,14* 80 2,25bcd 0,14*
9 60 2,00cde 0,16* 80 3,10a 0,14* 80 3,23a 0,14*
10 70 2,29bc 0,15* 100 2,30de 0,13* 100 2,30bcd 0,13*
11 80 2,39abc 0,14* 100 2,40bc 0,13* 100 2,60b 0,13*
12 70 2,57ab 0,15* 70 2,57b 0,15* 100 2,30bcd 0,13*

a,b,c,d,e Medias con letras no comunes difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)


* p<0,05

El NYB para la pulpa de café a los 14 días de plantados los esquejes fue superior al de la
mayoría de los tratamientos; a partir de ese momento se observó una disminución de este
indicador hasta los 21 y 28 días. Sin embargo, al combinarla con azotobacter (aspersión) se
incrementó ligeramente el NYB; ello indica la presencia de cierto factor estimulante, debido
probablemente a la acción directa del microorganismo estudiado.
La respuesta encontrada con el empleo del humus de lombriz como sustrato solo y
combinado con azotobacter puede atribuirse al contenido de enzimas, hormonas activas,
nutrientes y microorganismos presentes en el humus, que estimulan el crecimiento de la planta
y su posterior absorción de nutrimentos (Ceccanti y García, 1994), unido a un aporte extra de
nitrógeno por el efecto de la fijación biológica y el incremento de las sustancias estimuladoras
del crecimiento sintetizadas por el azotobacter (Swarupa y Reddy, 1995); todo ello hace que
estos tratamientos constituyan una alternativa para la obtención de posturas vigorosas con una
mayor supervivencia en el campo.
La inoculación con azotobacter sin fuente de materia orgánica como sustrato, no tuvo un
efecto positivo en los indicadores analizados. Esto corrobora lo reportado por Mayea, Novo y
Valiño (1982) y Martínez (1986), quienes plantearon que azotobacter es una bacteria
heterótrofa que requiere de una fuente de carbono para su mayor eficiencia en el proceso de
fijación, aunque la aplicación más eficaz de esta bacteria está ligada al establecimiento de una
estrecha relación entre la cepa y el cultivo en cuestión (Tang y González, 1996). Ello quizás
pueda considerarse como un factor primario para explicar la ausencia de Resultados
significativos en el crecimiento y desarrollo de algunas leguminosas y gramíneas inoculadas
con cepas de azotobacter (Tang, 1995).
El efecto positivo hallado con la utilización del humus de lombriz solo y combinado con
azotobacter desde la primera etapa del desarrollo de los esquejes, se mantuvo durante todo el
proceso de crecimiento. De hecho, el tratamiento con humus de lombriz incrementó la LR en
147 %, el NH en 96 %, la LRa en 41 % y el PRa en 170 % con respecto al control; mientras
que con la inmersión de los esquejes en azotobacter antes de la siembra en un sustrato de
humus de lombriz, la LR se incrementó en 144 %, el NH en 93 %, la LRa en 50 % y el PRa en
169,6 % (tabla 4).

Tabla 4. Influencia del azotobacter y diferentes fuentes de materia orgánica en algunas


características morfológicas y la biomasa radical de M. alba

83
Tratamientos LR NH LRa PRa
1 12,40e 82,740de 14,60de 1,22l
2 18,67d 13,60b 16,60bcde 1,34ef
3 10,48f 6,20f 7,20g 1,17f
4 3,72g 3,40g 11,70f 0,26g
5 25,95b 13,70b 17,70bc 2,88b
6 30,70a 17,10a 20,70a 3,25a
7 12,20e 8,50e 14,30e 1,21f
8 12,46e 10,20d 16,70bcd 1,80d
9 30,27a 16,80a 21,90a 3,29a
10 22,54c 13,0bc 15,49cde 1,32ef
11 18,43d 11,90c 18,20b 2,50c
12 18,45d 10,30d 15,10de 1,60de
ES ± 0,56*** 0,56*** 0,75*** 0,10***

a,b,c,d,e,f,g Medias con letras no comunes difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)


*** p<0,001

Este comportamiento puede explicarse no solo por los elevados porcentajes de nitrógeno,
potasio, fósforo y materia orgánica presentes en el humus de lombriz (Dell, Masciandro,
Ganni, Ceccanti, García, Hernández y Costa, 1994), que fueron superiores a lo reportado para
la pulpa de café por Traba, Marañón, Bermúdez, Verdecia, Santana y Fernández (1994) y
Arango, García y Chavez (1995) y a los del presente trabajo para el estiércol de cuy, sino
además por el inicio más rápido de la actividad radicular, manifestado en este caso en un
mayor número de raíces fisiológicamente activas, las cuales hacen un mejor uso del agua y de
los nutrientes disponibles en el sustrato, tan necesarios para las actividades metabólicas de la
planta (Clavero, 1998).
De acuerdo con los Resultados del presente trabajo, se puede concluir que la inoculación
con azotobacter (por inmersión o por aspersión) sin fuente de materia orgánica como sustrato
no presentó un efecto positivo en los indicadores analizados; mientras que el humus de
lombriz solo o combinado con azotobacter por inmersión influyó marcadamente en el
crecimiento y desarrollo de los esquejes de M. alba.

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85
Efecto del intercalamiento de leguminosas temporales
en el establecimiento de morera (Morus alba)*
F. Reyes, Milagros Milera y C. Matías 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 23 , No . 2 , 2000 .


1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.

Resumen
Se realizó un experimento sobre un suelo Ferralítico Rojo en la EEPF “Indio Hatuey”, con
el objetivo de evaluar el establecimiento de la morera (Morus alba) con leguminosas
temporales intercaladas. Se empleó un sistema de bloques al azar con cuatros réplicas. Los
tratamientos analizados fueron: A) morera (control); B) morera + 50 kg de N; C) morera +
dolichos (Lablab purpureus); D) morera + canavalia (Canavalia ensiformis). La plantación de
la morera (variedad Tigreada) se realizó en el mes de septiembre con un marco de 1 x 0,40 m;
seguidamente se sembraron las diferentes especies de leguminosas. No se encontró diferencia
significativa entre los tratamientos A, B y C para el rendimiento total; el valor más bajo de
biomasa comestible (2,5 t/há) y biomasa total (5,3 t/há) se observó con el intercalamiento de
la canavalia, que difirió significativamente (p<0,01) de los demás tratamientos. Se concluye
que el intercalamiento del dolichos puede ser una alternativa para el establecimiento de la
morera; se recomienda continuar estudios sobre las relaciones de competencia de los cultivos
intercalados.
Palabras clave: Canavalia ensiformis, establecimiento de plantas, Lablab purpureus,
Morus alba

Abstract
An experiment was performed, at the EEPF “Indio Hatuey”, on a Red Ferralitic soil, with
the objective of evaluating the establishment of mulberry (Morus alba) with intercropped
temporary legumes. A system of randomized blocks and four replications was used. The
analyzed treatments were: A) mulberry (control); B) mulberry + 50 kg N; C) mulberry +
Lablab purpureus; D) mulberry + Canavalia ensiformis. Planting of mulberry (cultivar
Tigreada) was carried out in September with a frame of 1 x 0,40 m; the different legume
species were sown next. No significant difference was found among the treatments A, B and C
regarding total yield; the lowest values of edible biomass (2,5 t/há) and total biomass (5,3
t/há) were observed with the intercropping of C. ensiformis, which diffrered significantly
(p<0,01) from the other treatments. The intercropping of L. purpureus is concluded to be an
alternative for the establishment of mulberry; studies on the competition relationships of
intercropping are recommended to be continued.
Additional index words: Canavalia ensiformis, plant establishment, Lablab purpureus,
Morus alba

Introducción
Tradicionalmente la ganadería se ha considerado como un sistema de producción aislado y
separado del resto de las actividades agrarias, lo que ha provocado una baja productividad en
la rama pecuaria; por lo tanto debe buscarse una mayor productividad en los sistemas
agrícolas, con el fin de maximizar la producción de biomasa, así como la conservación del
recurso suelo y del medio ambiente (Gómez, Murgueitio, Molina, Molina, Molina y Molina,
1995; Altieri, 1997).
Bajo esta estrategia la integración de leguminosas con la morera (Morus alba) suele ser
una alternativa adecuada (Benavides, Rodríguez y Borel, 1994). Según los estudios realizados
se ha señalado que M. alba necesita altas aplicaciones de N, P y K para alcanzar rendimientos
elevados; cuando no se suministran estos elementos se observan síntomas de carencia y
disminuyen los rendimientos. Otra limitante de esta especie está relacionada con el tiempo de
establecimiento (un año como promedio).

86
Esta asociación puede facilitar el incremento de la calidad y la cantidad de biomasa
comestible para la producción animal, así como contribuir a mejorar la fertilidad del suelo y
la conservación del medio ambiente (Razz y Clavero, 1997); además, el intercalamiento de
cultivos temporales en el momento de la plantación constituye una vía para la disminución de
los costos de establecimiento.
Este trabajo tuvo como objetivo evaluar el establecimiento de la morera con leguminosas
temporales intercaladas.

Materiales y métodos
El estudio se realizó sobre un suelo Ferralítico Rojo (Academia de Ciencias de Cuba,
1979), de buen drenaje superficial e interno, que se encuentra situado en la EEPF “Indio
Hatuey” (22048’7’’ de latitud norte y 8102’ de longitud oeste, a 19,01 msnm).
Se utilizó un diseño de bloques al azar en parcelas de 10 x 10 m con cuatro réplicas; los
tratamientos analizados fueron: A) morera; B) morera + 50 kg de N; C) morera + dolichos
(Lablab purpureus); D) morera + canavalia (Canavalia insiformis).
Procedimiento. La plantación de la morera (variedad Tigreada) se realizó en el mes de
septiembre con estacas de 25 cm y un marco de 1 x 0,40 m; seguidamente se sembraron las
diferentes especies de leguminosas entre los surcos de la morera. La cosecha de estas
(semillas y forrajes) se realizó cuando hubo un cambio de coloración en las legumbres del
verde al carmelita (dolichos 6/1/99 y canavalia 5/4/99). El fertilizante nitrogenado se aplicó a
los 60 días después de la siembra.
Se realizaron dos limpiezas manuales y el corte de la morera se efectuó al año de
sembrada para evaluar la producción de biomasa total (RMS total) y biomasa comestible
(RMSBC), la altura y el número de ramas, el rendimiento en grano y el residuo vegetal de las
diferentes especies de leguminosas.
Se utilizó para la interpretación de los Resultados la dócima de Duncan (1955).

Resultados y discusión
Se ha enfatizado que las técnicas de cultivos temporales asociadas al momento de la
siembra de plantas arbóreas pueden constituir una alternativa para mejorar el establecimiento;
no obstante, los Resultados sobre las especies son diversos (Reyes, Iglesias, Ojeda, Fernández
y Rodríguez, 1994), lo que provoca modificaciones de mayor o menor intensidad en
determinadas características agronómicas de los cultivos.
En la tabla 1 se presenta la producción de biomasa total y la biomasa comestible; en estos
componentes no se encontraron diferencias significativas entre los tratamientos A, B y C. El
valor más bajo de biomasa comestible (2,5 t/há) y biomasa total (5,3 t/há) se observó con el
intercalamiento de la canavalia (D), que difirió significativamente (p<0,01) de los demás
tratamientos. Esto pudo deberse a que la canavalia tuvo un crecimiento muy desarrollado y
agresivo y cubrió con sus ramas a la morera, lo que interfirió el paso de la luz. Los cultivos de
cobertura pueden actuar como malezas, ya que sombrean los cultivos y compiten por el agua y
los nutrientes si no se manejan adecuadamente (Colectivo de autores, 1997). Una de las
condiciones de mayor importancia en estas asociaciones está relacionada con la afectación que
puede producir el cultivo de cobertura sobre el principal, lo cual puede ser resuelto utilizando
diferentes manejos agrotécnicos como podas, orientación espacial, etc.
Los Resultados alcanzados en el rendimiento durante el período de establecimiento
coinciden con los hallados por Martín, Yepes, Hernández y Benavides (1998) para esta
especie, aunque estos autores reportaron un rendimiento total ligeramente superior; ello pudo
deberse a que las condiciones del experimento permitieron un mejor desarrollo de la morera.

Tabla 1. Efecto del intercalamiento de leguminosas en el


rendimiento de la morera. (t/há)

87
RMSBC RMS Total
Morera 3,4a 8,5a
Morera + 50 kg de N 3,8a 9,8a
Morera + dolichos 3,5a 9,4a
Morera + canavalia 2,5b 5,3b
ES ± 1,8 3,3

a,b Med ias con d iferentes superínd ices dif ieren a p <0 ,05 (Dun can , 1955 )
En los cultivos intercalados se produce una competencia por la luz, los nutrientes o el
agua (Kolmans y Vázquez, 1996); sin embargo, las afectaciones que ocurren por dicha
competencia pueden desaparecer y lograr en ocasiones la compensación de las plantas.
En la tabla 2 se muestra la altura y el número de ramas en el corte de establecimiento; no
hubo diferencias significativas entre los tratamientos en estudio, lo cual pudo estar
relacionado con una mayor emisión individual de ramas en las plantas.

Tabla 2. Efecto del cultivo intercalado en la altura y el número


de ramas en la morera (corte de establecimiento)

Altura
Número de ramas
(m)
Morera 3,1 3,05
Morera + 50 kg de N 2,7 2,75
Morera + dolichos 3,1 2,87
Morera + canavalia 2,8 2,85
ES ± 0,16 0,11

Una de las contribuciones más importantes que pueden proporcionar los cultivos
intercalados se relaciona con los productos que puedan ser vendidos o utilizados para el
consumo tanto animal como humano.
El intercalamiento de leguminosas temporales en la morera (fig. 1) determinó una
producción adicional de granos y se alcanzaron rendimientos de 0,87 y 0,92 t/há para el
dolichos y la canavalia, respectivamente; además, se generó un residuo de cosecha que puede
ayudar a mantener la fertilidad del suelo mediante el reciclaje de nutrientes.
La práctica de dejar los rastrojos de cultivos anteriores en la superficie del suelo es uno
de los recursos tecnológicos importantes para la agricultura ecológica y esto puede permitir
un máximo reciclaje de los nutrientes disponibles. El aprovechamiento de estos cultivos puede
maximizarse al cosechar las semillas e incorporar todo el material vegetativo al suelo.

Fig. 1. Rendimiento de semilla y residuo vegetal de las diferentes especies de leguminosas (t/há).

Otro elemento interesante está relacionado con los costos de establecimiento del sistema,
que fueron de $4 827,3; sin embargo, con el empleo de leguminosas asociadas se hizo un
88
mejor uso de la tierra y se cubrió el 74% de los gastos mediante el retorno económico de la
producción de granos, que logró un capital adicional de $3 600,0 si se tiene en cuenta el
precio del grano de dolichos a 4 pesos/kg. Este resultado puede considerarse favorable, ya que
el establecimiento de la morera en monocultivo no proporciona un retorno inmediato.
De acuerdo con los Resultados se concluye que el intercalamiento del dolichos en áreas
forrajeras de morera permitió altos rendimientos de esta planta y una producción adicional de
semillas.

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17:137

89
Estudio de la macrofauna edáfica en una asociación
de Morus alba y leguminosas arbóreas*
Saray Sánchez y F. Reyes 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l.26 , No .4 , 2003


1
Estación Experimental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”

Resumen
Con el objetivo de determinar la comunidad de invertebrados en un sistema de asociación
de Morus alba con plantas arbóreas leguminosas se realizó un estudio en la EEPF “Indio
Hatuey”, sobre un suelo Ferralítico Rojo. Se empleó un diseño de bloques al azar y cuatro
réplicas en parcelas de 16 x 8 m2. Los tratamientos fueron: A) morera en monocultivo, B)
morera + gliricidia, C) morera + albizia, D) morera + albizia (100% de adición del follaje al
suelo), E) morera + gliricidia (100% de adición del follaje al suelo). Se realizó una
caracterización de la macrofauna al inicio del experimento (antes de la siembra) y otra a los 2
años. Para ello se seleccionó un punto de muestreo al azar en cada parcela y de acuerdo con la
metodología TSBF se excavaron calicatas de 30 x 30 x 30 cm y el suelo fue separado en
hojarasca (si la había), 0-10, 10-20 y 20-30 cm. Los Resultados mostraron una respuesta
altamente significativa entre los tratamientos al final de la etapa experimental con relación a
la inicial, tanto para la densidad como para la biomasa. En la diversidad de grupos presentes
se pudo apreciar al inicio tres phylum (Artropoda, Annelida y Mollusca), cuatro clases y
cuatro órdenes. En la caracterización final se mantuvieron los tres phylum, pero existió un
incremento de clases (6) y órdenes (9). Se concluye que la alternativa de asociar M. alba con
leguminosas arbóreas, especialmente cuando se deposita el follaje de estas últimas sobre el
suelo, constituye una alternativa para lograr una mayor densidad y diversidad de invertebrados
en el sistema, lo cual resulta de gran importancia si se tiene en consideración que dichos
organismos intervienen en la descomposición vegetal en varias formas, al producir la
desintegración física de los tejidos y el incremento de la superficie disponible para la acción
de las bacterias y los hongos; la descomposición selectiva de materiales como azúcares,
celulosa y lignina; la transformación de los residuos de plantas en material húmico y la
mezcla de materia orgánica descompuesta con la parte mineral del suelo.
Palabras clave: Árboles, Morus alba, organismos del suelo.

Abstract
With the objective of determining the community of invertebrates in an association system
of Morus alba with legume trees, a study was carried out at the EEPF “Indio Hatuey”, on a
Ferralitic Red soil. A randomized block design and four replications in 16 x 8 m2 plots were
used. The treatments were: A) mulberry as monocrop, B) mulberry + gliricidia, C) mulberry +
albizia, D) mulberry + albizia (100% addition of the foliage to the soil), E) mulberry +
gliricidia (100% addition of the foliage to the soil). A characterization of the macrofauna was
done at the beginning of the trial (before planting) and another was performed 2 years after
the start of the trial. For this, a sampling spot was randomly selected in each plot and
according to the TSBF methodology 30 x 30 x 30 cm trial pits were dug and the soil was
separated into litter (if there was any), 0-10, 10-20 and 20-30 cm. The results showed a highly
significant response among the treatments at the end of the experimental stage as compared to
the initial stage, for density as well as for biomass. In the diversity of the present groups three
phyla (Arthropoda, Annelida and Mollusca), four classes and four orders could be appreciated
at the beginning. In the final characterization of three phyla were maintained, but there was an
increase in classes (6) and orders (9). The alternative of associating M. alba with legume
trees, specially when the foliage of the latter is laid on the soil, is concluded to be a choice
for achieving higher density and diversity of invertebrates in the system, which is very
important taking into account that such organisms are involved in plant decomposition in
several ways, by producing the physical disintegration of tissues and the increase of the
surface available for the action of bacteria and fungi; the selective decomposition of materials
like sugars, cellulose and lignin; the transformation of plant residues into humic substance
and the mixture of decomposed organic matter with the mineral part of the soil.
Key words: Trees, Morus alba, soil organisms.
90
Introducción
La morera (Morus alba) es un árbol o arbusto que ha demostrado poseer excelentes
cualidades para ser utilizado en la alimentación de los rumiantes, debido a que los elevados
niveles de proteína cruda y digestibilidad que presenta, superan en gran medida a los de los
forrajes más empleados en el trópico y solo son comparables con los reportados en los
alimentos concentrados (Benavides, 2002; Sánchez, 2002).
Sin embargo, su elevada dependencia de los nutrientes del suelo constituye una limitante
y aunque pueden esperarse elevados rendimientos con el uso de los abonos químicos, su
aplicación es restringida por el costo y el efecto ambiental que pueden tener. En este sentido,
se han realizado varios estudios relacionados con el empleo de diferentes abonos orgánicos,
cuyos Resultados son alentadores (Martín, 2000; Negrín y Pérez, 2002).
La asociación con leguminosas arbóreas o herbáceas para utilizar el follaje como abono
verde es una alternativa que se debe considerar en la implementación de sistemas sostenibles
de producción de forraje de morera, especialmente en el caso de los árboles por su papel en la
circulación de nutrientes y en la retención del suelo (Oviedo, 1995).
El empleo de alternativas sostenibles para la producción agrícola puede basarse en el
estudio de las comunidades de invertebrados como indicadores sensibles de la estabilidad de
los agroecosistemas. La identificación de sistemas alternativos conservadores de la
macrofauna debe sostenerse en la comprensión de la respuesta de la macrofauna a las
perturbaciones inducidas por el hombre (Jiménez, 2001).
Teniendo en cuenta lo antes expuesto el presente trabajo se realizó con el objetivo de
determinar la comunidad de invertebrados en un sistema de asociación de M. alba con plantas
arbóreas leguminosas, donde se utilizó el follaje de estas últimas como abono verde.

Materiales y métodos
El estudio se realizó en la EEPF “Indio Hatuey” sobre un suelo Ferralítico Rojo
(Hernández et al., 1999).
Tratamientos y diseño experimental. Se empleó un diseño de bloques al azar con cuatro
réplicas en parcelas de 16 x 8 m2. Los tratamientos fueron los siguientes:
A) Morera en monocultivo
B) Morera + Gliricidia sepium
C) Morera + Albizia lebbeck
D) Morera + A. lebbeck (100% de adición del follaje)
E) Morera + G. sepium (100% de adición del follaje)
Procedimiento experimental. Después de un año de establecimiento de los árboles se
hizo un corte para homogeneizar el área, a partir de lo cual se realizó el primer corte de
evaluación a los 3 meses a una altura de 1,50 m. El material se depositó en hilera alrededor de
la planta de morera.
Mediciones. Se realizó una caracterización de la macrofauna al inicio del experimento
(antes de la siembra) y otra a los 2 años. Para ello se seleccionó un punto de muestreo al azar
en cada parcela y de acuerdo con la metodología TSBF (Anderson e Ingram, 1993) se
excavaron calicatas de 30 x 30 x 30 cm y el suelo fue separado en hojarasca, 0-10, 10-20 y 20-
30 cm. La macrofauna fue contada y clasificada hasta el nivel de orden.
Para el procesamiento estadístico de los datos se realizó la transformación del número de
individuos según la formula “x+0,357 y se utilizó el paquete estadístico SPSS-10.

Resultados y discusión
El comportamiento de la densidad de individuos se muestra en la fig. 1; se obtuvo una
respuesta altamente significativa (p<0,001) de los tratamientos con respecto al inicial. Los
valores superiores se alcanzaron en las parcelas asociadas con árboles; incluso en el
monocultivo de morera se apreció un incremento notable al compararlo con los Resultados
obtenidos antes de realizar la siembra, sin diferencias significativas con respecto al resto de
los tratamientos.
Con respecto a la biomasa de los organismos se apreció una respuesta similar y se
obtuvieron diferencias significativas (p<0,05) entre los tratamientos con respecto al inicial
(fig. 2).

91
I: In icial
A: Mo rera mo no cu ltivo B: Mo rera + gliricidia C: Mo rera + alb izia
D: Mo rera +albizia 1 00% E: Morera + g liricidia 100 %
a, b Valores con superínd ices no co mu n es difieren a p <0 ,05 (Dun can, 1 995 )
Fig. 1. Densidad de individuos/m 2 .

I: In icial
A: Mo rera mo no cu ltivo B: Mo rera + gliricidia C: Mo rera + alb izia
D: Mo rera +albizia 1 00% E: Morera + g liricidia 100 %
a, b Valores con superínd ices no co mu n es difieren a p <0 ,05 (Dun can, 1 995 )
Fig. 2. Biomasa de los organismos.

Estos Resultados parecen estar relacionados con el efecto que ejercen los árboles y
arbustos en el suelo, al regular factores como la temperatura y la humedad y crear, por lo
tanto, un microclima con características edafoclimáticas acordes con la exigencia de una gran
cantidad de organismos vivos que desarrollan su vida o una gran parte de ella en o sobre el
suelo. En este sentido existen Resultados que evidencian que la sombra proyectada por el
follaje de los árboles puede regular ambos factores, especialmente la temperatura del suelo, la
cual puede llegar a ser inferior en 10oC a la alcanzada en terreno abierto (Wilson y Wild,
1991; Rodríguez, Crespo, Sánchez y Fraga, 2000).
Por otra parte los árboles, especialmente los leguminosos, presentan una biomasa con un
alto contenido de proteína, la cual al depositarse sobre el suelo es una fuente de alimentación
para los organismos edáficos, ya que se conoce que la hojarasca es su principal vía de
alimentación, además de constituir un nicho ideal para refugiarse (Kolmans y Vásquez, 1996).
El hecho de que la presencia de los árboles en el sistema y la adición creciente de su
follaje al suelo posibilitara una mayor presencia de individuos es de vital importancia, pues la
biota o fauna edáfica desempeña un papel importante en los procesos biogeoquímicos del
suelo; según Palm, Swift y Barois (2001), esta constituye una fracción primordial de la
biodiversidad terrestre y la mayoría de la energía capturada por la vegetación es utilizada por
ella para una serie de funciones esenciales de la integridad y productividad del sistema. Estas
funciones incluyen la descomposición, el reciclaje de nutrientes, la síntesis y mineralización
de la materia orgánica y la modificación de la estructura del suelo, entre otras.
En la diversidad de grupos presentes se pudo apreciar (tabla 1) que al inicio se
encontraron cuatro órdenes pertenecientes a tres phyllum (Artropoda, Annelida y Mollusca).
En la medida que se introdujo en el sistema un arbusto (morera) se observó una respuesta
positiva en la colonización de los organismos en el suelo, lo cual se fue incrementando al
estar presente en asociación con los árboles leguminosos y especialmente cuando se depositó
el follaje.

92
Entre los grupos presentes los moluscos ocuparon la mayor densidad y biomasa al inicio.
Sin embargo, en todos los tratamientos se observó la colonización de otros grupos, lo cual
posibilitó el aumento de la diversidad de la fauna. En los tratamientos D y E predominaron los
diplópodos y los isópodos. Stork y Eggleton (1992); Lavelle, Dangerfield, Fragoso,
Eschenbrenner, López-Hernández, Pashanasi y Brussaard (1994); Senapati, Panigrahi y
Lavelle (1994) y Socarrás (1998) señalaron que la diversidad y abundancia de la macrofauna
edáfica, así como la presencia de determinados grupos en un sistema, pueden ser usados como
indicadores de la calidad de los suelos; por lo tanto, los Resultados de este estudio permiten
inferir que, de cierto modo, el sistema de asociar árboles con morera pudiera constituir una
alternativa sostenible, al incrementar la diversidad de órdenes y especialmente el predominio
de algunos considerados de vital importancia, como los diplópodos e isópodos.

Tabla 1. Diversidad de órdenes presentes en cada tratamiento

Cantidad de individuos/m2
Morera + Morera + Morera + Morera +
Órdenes Inicio Morera gliricidia albizia Albizia Gliricidia
(100 %) (100 %)
Coleoptera 16,3 16,63 30,51 34,63 13,86 27,8
Dermaptera - - - 2,77 4,16 9,7
Orthoptera - 9,66 2,76 5,5 8,31 6,93
Lepidoptera - 8,31 2,76 11,09 11,09 6,91
Diplopoda 4 30 23,56 36,12 108,23 91,6
Isopoda - 39 31,91 37,46 90,51 115,1
Araneae - 2,77 5,54 2,76 - 4,16
Stylommathophora 53,6 92,8 199,86 144,37 87,42 74,93
Haplotaxida 6,8 13,93 34,63 31,91 16,64 18,02

Verhoeff (citado por Burges y Raw, 1971) consideró que los diplópodos representaban una
reliquia de la fauna del bosque. Según Lavelle et al. (1994), el consumo de hojarasca por estos
ejemplares trae como consecuencia una desintegración; alguna hidrólisis de la celulosa,
hemicelulosa y pectina y la activación de microorganismos en los peles fecales, los cuales
pueden ser reingeridos después de días o semanas. Dicha estrategia alimentaria permite
considerar a este grupo dentro de los de mayor impacto en la descomposición de la hojarasca.
(Scheu y Poser,1996; Setälä, Marshall y Trofymow, 1996; Reinés, 1998).
Este beneficio de la fauna edáfica influyó positivamente en los indicadores productivos de
las plantas, lo cual se evidenció en el estudio comparativo de los efectos de la asociación y la
aplicación del follaje de albizia y gliricidia como abono verde en el área experimental, en el
que se apreció un mayor rendimiento de biomasa comestible de morera cuando se aplicó el
100% del follaje de la albizia (Reyes, Sánchez y Pentón, 2002).
De acuerdo con los Resultados se concluye que la alternativa de asociar M. alba con
leguminosas arbóreas, especialmente cuando se deposita el follaje de estas últimas sobre el
suelo, constituye una alternativa para lograr una mayor densidad y diversidad de invertebrados
en el sistema, lo cual resulta de gran importancia si se tiene en consideración que dichos
organismos intervienen en la descomposición vegetal en varias formas: producen la
desintegración física de los tejidos y el incremento de la superficie disponible para la acción
de las bacterias y los hongos; la descomposición selectiva de materiales como los azúcares, la
celulosa y la lignina; la transformación de los residuos de las plantas en material húmico y la
mezcla de la materia orgánica descompuesta con la parte mineral.

93
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94
Nota técnica: un patógeno foliar en variedades
de morera introducidas en Cuba*
J.C. Lezcano y O. Alonso 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l.25 , No .4 , 2002 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Se evaluó, desde el punto de vista fitopatológico, un campo experimental de Morus alba
sembrado con las variedades Acorazonada, Cubana, Indonesia y Tigreada durante 15 meses,
las cuales presentaron síntomas de una enfermedad parasitaria. Se empleó un diseño de
bloques al azar con cuatro réplicas y los tratamientos se basaron en la combinación de cada
variedad con tres frecuencias de defoliación (60, 90 y 120 días) y tres niveles de fertilización
orgánica (100, 300 y 500 kg de gallinaza/há). Para evaluar los síntomas foliares detectados, se
diseñó una escala con siete grados (de 0 a 100% del área foliar afectada) y el índice de
infección por el patógeno se calculó a través de la función de Towsend y Heuberger. El hongo
identificado se corresponde con la especie Cercosporella mori. Durante el establecimiento de
la plantación la afectación por el patógeno fue ligera, pues no alcanzó el grado 2 de la escala
utilizada (5% del área foliar afectada). La variedad menos afectada por el agente fungoso,
antes y después de las tres podas, resultó ser la Tigreada. Aunque la afectación por C. mori
fue ligera, los tratamientos donde se combinaron las variedades con la frecuencia de
defoliación cada 120 días y los tres niveles de fertilización, posiblemente sean los más
propicios para que el patógeno aparezca y complete todo su ciclo de vida, por lo que es
evidente que las defoliaciones más frecuentes pueden ser un método cultural con grandes
perspectivas para el control de C. mori.
Palabras clave: Cercosporella mori, Morus alba.

Abstract
An experimental field of Morus alba sown with the Acorazonada, Cubana, Indonesia and
Tigreada varieties, which presented symptoms of a parasitic disease, was evaluated from the
phytopathological point of view. A randomized block design with four replications was used
and the treatments were based on the combination of each variety with three defoliation
frequencies (60, 90 and 120 days) and three levels of organic fertilization (100, 300 and 500
kg of poultry dung/há). In order to evaluate the foliar symptoms detected, a scale with seven
degrees (0-100% of the foliar area affected) was designed and the infection index by the
pathogen was calculated through the function of Towsend and Heuberger. The fungus
identified corresponds to the species Cercosporella mori. During the establishment of the
plantation, the incidence of the pathogen was slight because it did not reach degree 2 of the
scale used (5% of the foliar area affected). The least affected variety by the fungal agent,
before and after the three prunings was Tigreada. Although the incidence of C. mori was
slight, the treatments in which the varieties were combined with the defoliation frequency
every 120 days and the three levels of fertilization, will be possibly the most appropriate for
the pathogen to appear and complete its life cycle, for which it is evident that the most
frequent defoliations may be a cultural method with great perspective for the control of C.
mori.
Key words: Cercosporella mori, Morus alba.

95
Introducción
La morera (Morus alba), planta tradicionalmente utilizada para la alimentación del gusano
de seda, en la actualidad también se emplea como forraje de alto valor nutricional para los
rumiantes (Benavides, 2000), pues posee excelentes características bromatológicas (28,7% de
MS; 23,0% de PC y 80,0% de DIVMS).
Por otra parte, Ting-Zing, Yun-Fang, Guang-Xian, Huaizhong y Ben (1988) señalan que
dicha forrajera, destinada principalmente para corte y acarreo, puede ser cultivada en un
amplio rango climático, pero a su vez informan que existen más de 30 tipos de enfermedades
que la afectan, muchas de las cuales se encuentran dispersas en la mayoría de los países donde
se siembra y son originadas por hongos, bacterias, microplasmas, virus y nemátodos, como
por ejemplo: Pseudomonas mori, Phyllactinia moricola y Aecidium mori, entre otros. Además,
Soo-Ho, Young-Taek, Sang-Poong, In-Jun, Jung-Sung y Byung-Ho (1990) también citan a
Gibberella moricola, Diaporthe nomurai, Rosellinia necatrix y Helicobasidium mumpa;
mientras que Yoshida, Hiradate, Fujii y Shirata (2000) informan a Colletotrichum dematium.
Muchos de estos patógenos dañan severamente a la morera y perjudican su producción, por lo
que la importancia económica de sus enfermedades no debe ser subestimada.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y la necesidad de estudiar los diferentes
factores de manejo agronómico de M. alba en Cuba, este trabajo tuvo como objetivo aislar e
identificar un patógeno foliar asociado a cuatro variedades de morera sometidas a defoliación
y fertilizadas con materia orgánica, así como conocer su comportamiento después de tres
podas bajo las condiciones de la EEPF “Indio Hatuey”.

Materiales y métodos
En Cuba, al comenzar la realización de los estudios multidisciplinarios de M. alba
liderados por la EEPF “Indio Hatuey”, los cuales tienen como objetivo conocer y profundizar
fundamentalmente en los aspectos agronómicos y el valor nutricional de esta planta, se
decidió evaluar desde el punto de vista fitopatológico el campo experimental donde se estudia
el efecto de la defoliación y la fertilización orgánica en la producción de biomasa durante su
establecimiento (específicamente a los 6 meses de sembrada), pues aparecieron síntomas de
una enfermedad de origen parasitario en sus hojas.
El suelo del área experimental es Ferralítico Rojo (Academia de Ciencias de Cuba, 1979).
Tratamientos y diseño. Las variedades estudiadas fueron: Acorazonada (A), Cubana (C),
Indonesia (I) y Tigreada (T), y los tratamientos consistieron en la combinación de cada
variedad (V) con la frecuencia de defoliación cada 60, 90 y 120 días (FD) y el nivel de
fertilización (NF), de 100, 300 y 500 kg de gallinaza/há.
Se empleó un diseño de bloques al azar y cuatro réplicas. La fertilización orgánica con las
dosis mencionadas se aplicó dos veces después de la defoliación que se hizo para
homogeneizar el campo y posteriormente a cada frecuencia de poda durante los tres cortes
evaluados.

Metodología empleada para la evaluación fitopatológica


Primeramente se diseñó una escala con siete grados, teniendo en cuenta el número de
manchas presentes en las hojas (fig. 1).

Fig. 1. Escala de valores utilizada para evaluar el índice de infección por el patógeno.

96
Después las hojas de cada variedad que tenían los síntomas se trasladaron al laboratorio
de Protección de Plantas de la Estación para proceder al aislamiento del patógeno, la
obtención del cultivo puro y el montaje de las preparaciones fijas, para finalmente identificar
el patógeno con la ayuda de la clave taxonómica de Barnett y Hunter (1972).
Evaluación de los síntomas. Para ello se examinaron tres plantas fijas en sus puntos
cardinales, en la diagonal de cada una de las parcelas que forman el campo (lo que representa
9/tratamiento, 36/réplica y 108 en total). En cada caso se estimó visualmente el grado de
afectación que expresaban dichos síntomas mediante la escala.
Para el cálculo del índice de infección se empleó la función de Towsend y Heuberger
(CIBA-GEIGY, 1981).
Frecuencia de muestreo para medir el índice de infección. Se muestreó cada 7 días
durante el establecimiento y cada 15 días después de cada frecuencia de corte hasta que se
hizo el próximo. En los tratamientos con una frecuencia de defoliación de 60 días se
realizaron 12 muestreos, 18 en los de 90 días y 24 en los de 120 días.
La evaluación se realizó en los meses de mayo, junio y julio durante el establecimiento, y
posteriormente en cada corte (un año).

Resultados y discusión
En la revisión bibliográfica se pudo constatar que las referencias sobre las enfermedades
de la morera en Cuba son escasas, a diferencia de China y la República de Corea donde Ting-
Zing et al. (1988) y Soo-Ho et al. (1990) citan un grupo numeroso de patógenos que afectan
dicha planta. A esto se le adiciona que, hasta el momento, solo se ha detectado en la EEPF
“Indio Hatuey” la presencia de los siguientes síntomas: inicialmente son manchas más bien
redondeadas (en forma de punto) de color pardo oscuro-anaranjado-rojizo, con un diámetro de
2-3 mm aproximadamente. A medida que avanza la enfermedad las manchas aumentan en
tamaño, su centro se torna pardo claro, se mantienen con un borde oscuro y están rodeadas por
un halo clorótico. En el centro de las manchas aparecen puntos negros, los cuales se
corresponden con las estructuras fructíferas del patógeno; en muchas ocasiones la zona central
se seca y cae, quedando un orificio. Por otra parte, también ocurre que dichas manchas, al
unirse, forman un área necrótica en el ápice y borde de las hojas fundamentalmente, lo que
ocasiona su secamiento.
Los síntomas descritos pueden ser causados potencialmente por el hongo Cercosporella
mori, según el diagnóstico preliminar realizado, el cual consistió en la observación al
microscopio de preparaciones fijas, cuyo resultado fue la detección de conidioforos hialinos,
pequeños, simples y ramificados, que soportan en su extremo apical o en sus ramas cortas los
conidios, los cuales son hialinos, con varias células, de cilíndricos a filiformes, rectos o
curvados, características que coinciden con las descritas para los microorganismos de este
género fungoso en la clave de identificación y con lo señalado por Günter (1986).
Con respecto a la afectación del patógeno fungoso en cada variedad durante las
evaluaciones realizadas en el establecimiento, se obtuvieron índices de infección que no
sobrepasaron el grado 2 de la escala empleada, por lo que el ataque fue ligero. En el caso de
las variedades Tigreada e Indosenia, manifestaron una infección de 0,50 y 0,54% como
promedio, respectivamente; por el contrario, la Acorazonada y la Cubana presentaron 1,17 y
1,07% de infección como promedio para cada una de ellas (fig. 2).

Fig. 2. Indice de infección por C. mori en cada variedad durante el período de establecimiento.

97
En los muestreos realizados después de cada corte, según las frecuencias planificadas, se
obtuvo que los índices de infección por el hongo en estudio no sobrepasaron el grado 1 (1%
del área foliar afectada) en las variedades evaluadas, por lo que el ataque se considera ligero
(tabla 1). Este resultado coincide con el obtenido por Lezcano, Alonso y Docazal (1999).

Tabla 1. Por ciento de infección por C. mori en cada variedad

Variedad
Acorazonada Cubana Indonesia Tigreada
FD NF 1C 2C 3C 1C 2C 3C 1C 2C 3C 1C 2C 3C
60 100 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
300 0 0 0,005 0 0 0 0 0 0 0 0 0
500 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
90 100 0 0,12 0,17 0 0,006 0,09 0 0,03 0,13 0 0 0
300 0 0 0,13 0 0,01 0,26 0 0,02 0,13 0 0 0,17
500 0 0,01 0,18 0 0 0 0 0,03 0 0 0 0
120 100 0 0,52 0 0 0,81 0,002 0,005 0,93 0,01 0 0,49 0,005
300 0 0,55 0 0 0,73 0 0 0,14 0 0 0,49 0
500 0 0,50 0 0 0,96 0,05 0 0,75 0 0 0,31 0,01

1 C- Pri mer co rte 2 C- Segundo co rte 3 C- Tercer co rte

Después de la defoliación de las cuatro variedades, la menos afectada por C. mori fue la
Tigreada, que prácticamente se mantuvo sana durante el año de evaluación.
No obstante, es válido señalar que hubo una tendencia a incrementarse el por ciento de
afectación por C. mori en los tratamientos que combinaron la frecuencia de defoliación cada
120 días y los diferentes niveles de fertilización, especialmente con la dosis de 500 kg de
gallinaza/há, con la cual se alcanzó el máximo índice de infección (0,96%) en la variedad
Cubana durante el segundo corte (tabla 1). Ello indica que estos tratamientos pueden ser
considerados los más propicios para que se desarrolle el patógeno en estudio, pues las plantas
permanecen un mayor tiempo sin ser podadas; de ahí que el hongo pueda completar todo su
ciclo de vida, además de ser estimulado su crecimiento por la fertilización nitrogenada y, por
ende, provocar mayor infección dada por la presencia de una fuente de inóculo abundante. Por
otra parte, es posible que las condiciones del medio hayan favorecido el desarrollo de la
epifitia en el segundo corte (julio-enero).

Consideraciones finales
El patógeno causante de los síntomas encontrados se corresponde con la especie C. mori;
la infección causada por dicho hongo durante el establecimiento no alcanzó el grado 2 de la
escala utilizada (5% de área foliar afectada) y después de las tres defoliaciones no sobrepasó
el grado 1 (1% de área foliar afectada); la variedad de morera menos afectada por el agente
fungoso, antes y después de las podas, fue la Tigreada; los tratamientos que combinaron la
frecuencia de defoliación cada 120 días y los tres niveles de fertilización posiblemente sean
los más propicios para que aparezca el patógeno evaluado, por lo que es evidente que las
defoliaciones más frecuentes pueden ser un método cultural con grandes perspectivas para el
control de C. mori.

Recomendaciones
Continuar el estudio cultural de C. mori para corroborar con mayor exactitud su
comportamiento y evolución, pues este patógeno afecta las hojas, que constituyen la fuente
principal de alimento para los rumiantes y la de mayor valor nutricional.
Por otra parte, debe continuarse el diagnóstico de otras enfermedades que puedan aparecer
en las plantaciones de esta forrajera en Cuba, ya que se detectaron otros síntomas.

98
Agradecimientos
Se agradece la esmerada atención prestada en la realización de los muestreos en el campo
experimental al técnico Jaime Docazal Hernández y al Ing. Miguel Martínez García.

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99
Efecto del Liplant en el rendimiento
de materia seca de Morus alba*
A.R. Mesa, S. Hussein y D. García 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 28 , No . 2 , 2005 .


1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.

Resumen
El Liplant es un bioestimulante de origen orgánico producido por la Universidad Agraria
de La Habana y ha tenido una amplia repercusión en muchos cultivos de interés agrícola. Por
otra parte, la morera (Morus alba) es una planta multipropósito de gran importancia para la
ganadería, por lo que el objetivo de este trabajo fue determinar la influencia de las dosis en el
rendimiento de MS y en algunos de sus componentes. Para ello se utilizaron tres tratamientos:
0, 1/20 y 1/40 (v/v), con fertilización y sin ella; se empleó un diseño factorial y 10 réplicas en
condiciones semicontroladas, en un suelo Ferralítico Cuarcítico amarillo lixiviado con pH
ácido (4,2) Sólo hubo interacción fertilización por dilución altamente significativa (p<0,001)
para el número de hojas, por lo que se pudo apreciar el efecto benéfico de la fertilización y de
las diluciones empleadas. Para el número de tallos y la altura de las plantas y el rendimiento
de MS no hubo interacción entre los factores. El análisis de los factores principales permite
concluir que la dilución 1/20 favoreció la mayoría de los indicadores, aunque es necesario
comprobar estos Resultados en condiciones de campo.
Palabras clave: Morus alba, rendimiento, sustancias de crecimiento vegetal.

Abstract
Liplant is an organic bioestimulant produced by Agrarian University of Havana which has
a great repercussion in many crops of agricultural interest. On the other hand, mulberry
(Morus alba) is a multipurpose plant of great importance for animal feeding. An experiment in
semicontrol conditions was carried out with the objective of determining the effect of Liplant
doses on the DM yield and some its components. For this purpose 3 treatments were used: 0,
1/20 and 1/40 (v/v) combined with fertilization or not and distributed in a factorial design
with 10 replications. For the number of leaves dilution x fertilization interaction was
significant (p<0,001) and the interaction for the rest of the components showed no significant
differences. It is concluded that dilution 1/20 favoring the most of indicators, though it is
necessary further studies under field conditions.
Key words: Morus alba, yield, plant growth substances.

Introducción
El Liplant es un bioestimulante del crecimiento vegetal obtenido por la Universidad
Agraria de la Habana “Fructuoso Rodríguez”, a partir del vermicompost. Es un producto
natural que se encuentra en equilibrio con el medio ambiente, por lo que resulta una solución
viable en la agricultura sostenible (Garcés, 2000), ya que posibilita el reciclaje de nutrientes y
energía al medio agrícola.
En su composición se ha informado la presencia de hormonas vegetales, aminoácidos
libres, polisacáridos y carbohidratos, elementos inorgánicos y sustancias humificadas; cada
una de estas fracciones puede ejercer, individualmente, un efecto de estimulación en las
plantas, y en su conjunto refuerzan su actividad, lo que posibilita una marcada respuesta en el
crecimiento y desarrollo de los cultivos (Garcés, Arteaga, Huelva, Caro, Díaz, Gurudi, Ramos
y Mesa, 2004).
Por otra parte, la morera (Morus alba L.), según Sánchez (2002), tiene un alto potencial
de rendimiento y un buen nivel nutritivo, por lo que ha cobrado un creciente interés en
diversas partes del mundo el estudio del manejo agronómico y las formas de su utilización en
los sistemas de producción animal. Es una planta exigente a los nutrimentos N, P y K,

100
fundamentalmente (Cifuentes y Kee-Wook, 1998), por lo que se hace necesario investigar
alternativas para atenuar estas altas demandas.
El objetivo de este trabajo consistió en estudiar el efecto del Liplant en el crecimiento y
la composición bromatológica de la morera.

Materiales y métodos
El experimento se realizó en condiciones semicontroladas en la Isla de la Juventud en un
suelo Ferralítico Cuarcítico amarillo lixiviado (Hernández et al., 1999) con pH ácido y de
muy baja fertilidad (tabla 1).

Tabla 1. Composición química del suelo utilizado

pH 4,2
MO (%) 2,6
P (mg/100 g) 2,6
K (mg/100 g) 2,4
Ca (cmol/kg) 0,38
Mg (cmol/kg) 0,42

pH MO % P mg/100g K mg/100g Ca cmol/kg Mg cmol/kg


4,2 2,6 2,6 2,4 0,38 0,42

Tratamientos y diseño. Los tratamientos fueron: 0, 1/20 y 1/40 (v/v) de Liplant,


fertilizados con 400, l00 y 150 kg de N, P y K/há, respectivamente y no fertilizados; se
empleó un diseño factorial y 10 réplicas.
Procedimiento. Se tomó el suelo a 0-20 cm de profundidad, se secó al aire y
posteriormente se tamizó con una malla de 0,6 cm; en cada bolsa de polietileno se
introdujeron 6 kg de suelo. Antes de la siembra, se regó diariamente con agua corriente
durante tres días a un 85% de la capacidad de campo.
Las estacas de morera var. Acorazonada procedían de una plantación destinada a la
producción de semillas agrícolas, con una edad de 12 meses. De cada vástago de la planta se
tomaron, de la parte basal, dos o tres porciones de 20 cm de longitud y cada una de estas tenía
cuatro o cinco yemas.
Antes de la siembra las estacas se sumergieron en una disolución de 1/40 de Liplant
durante 24 horas; posteriormente se sembró una estaca por bolsa. La fertilización se aplicó en
forma líquida sobre la superficie de cada bolsa a las dos semanas de plantadas (50%) y a las
dos semanas siguientes, y se calculó tomando como base el peso de una hectárea surco.
El Liplant (0, 1/20 y 1/40 v/v) se preparó en las concentraciones indicadas y se aplicó
foliarmente a las cuatro semanas de sembradas las estacas, coincidiendo con la última
fertilización. El riego se efectuó diariamente, con agua corriente. El corte se realizó cuando
las plantas tenían nueve semanas de edad.
Mediciones. Antes del corte se midió el número de hojas por planta, la altura de las
plantas, el número de tallos, el rendimiento de materia seca (gramos por bolsa) y la
composición bromatológica (N, P, K, Ca y Mg) expresada en porcentaje.
Para el procesamiento de los datos se realizó un análisis factorial mediante la opción
GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS versión 10,0. Se
utilizó la dócima de comparación múltiple SNK (Student-Newman-Keuls).

Resultados
Para el número de hojas hubo una interacción altamente significativa (p<0,001) entre las
diluciones del Liplant y la fertilización. En la fig. 1 se puede observar que sin fertilización,
esta variable se incrementó a medida que se concentraba más el Liplant; mientras que con
fertilización la mejor respuesta se obtuvo con la dilución 1/40.

101
Fig. 1. Efecto del Liplant en el número de hojas en la morera.

Con respecto a la altura que alcanzaron las plantas, no hubo interacción entre la
fertilización y el bioestimulante. Al analizar los factores principales se pudo observar (Figs. 2
y 3) que con la fertilización la altura de las plantas se incrementó significativamente
(p<0,001) y que la dilución 1/20 produjo un mayor efecto.

Fig. 2. Efecto de la fertilización en la altura antes del corte en la morera.

Fig. 3. Efecto del Liplant en la altura de las plantas antes del corte de morera.

El número de tallos comestibles no presentó interacción con la fertilización, pero esta


incrementó significativamente (p<0,001) dicho indicador (Figs. 4 y 5). De igual forma la
concentración de Liplant que más efecto tuvo fue la de 1/20.

102
Fig. 4. Efecto de la fertilización en el número de tallos con la aplicación de Liplant.

Fig. 5. Efecto de la dilución en el número de tallos con la aplicación de Liplant.

En cuanto al rendimiento de MS, no hubo interacción entre los factores principales. En las
Figuras 6 y 7 se pueden observar los efectos principales sobre este indicador, donde se
apreciaron diferencias altamente significativas (p<0,001). Las concentraciones de Liplant no
difirieron significativamente entre sí.

Fig. 6. Efecto de la fertilización en el rendimiento de MS con la aplicación de Liplant.

Fig. 7. Efecto de la dilución en el rendimiento de MS con la aplicación de Liplant.

103
En la tabla 2 se muestra el rendimiento relativo de MS con respecto al control fertilizado
y sin aplicación del producto (A), y al tratamiento no fertilizado y sin aplicación del producto
(B). El bioestimulante Liplant desempeñó un papel importante en la acumulación de materia
seca en las dos condiciones de fertilidad del suelo, aunque fue más notable cuando este se
fertilizó. En todos los casos el rendimiento relativo fue superior en más de un 70%.

Tabla 2. Rendimiento relativo de MS (%)

Tratamientos Con Con


respecto a A respecto a B
Fertilizado y sin producto (A) 100 -
No fertilizado y sin producto (B) - 100
Fertilizado y 1/20 de Liplant 193,21 276,14
Fertilizado y 1/40 de Liplant 193,68 276,83
No fertilizado y 1/20 de Liplant 129,20 184,66
No fertilizado y 1/40 de Liplant 123,83 177,00

El contenido mineral fue influido por la fertilización aplicada al suelo (fig. 8) y por la
concentración de Liplant (fig. 9), y no hubo interacción entre estos dos factores. Solamente el
contenido de N y de Ca se incrementó significativamente (p<0,001) con la aplicación del
fertilizante. Por otra parte, el bioestimulante incrementó significativamente el contenido de N
y entre las diluciones 1/40 y 1/20 no hubo diferencias; de igual forma sucedió con el potasio.
El resto de los macronutrientes no se afectaron por la aplicación de este producto.

Fig. 8. Efecto de la fertilización en el contenido de minerales.

Fig. 9. Efecto de la dilución de Liplant en el contenido de minerales.

104
Discusión
Es bien conocido que la morera es una especie vegetal que requiere un suministro
adecuado de nutrientes al suelo para poder expresar su alto potencial productivo. En tal
sentido, se han realizado numerosas investigaciones que demuestran lo planteado
anteriormente, como por ejemplo, los Resultados informados por Rodríguez, Arias y Quiñones
(1994) en Guatemala cuando emplearon 80 kg de N/há/corte. Cifuentes y Kee-Wook (1998)
plantearon que la aplicación de fertilizantes es la base del crecimiento en esta especie
forrajera y multipropósito, siempre y cuando los factores edafoclimáticos sean favorables.
Los Resultados de esta investigación confirman lo planteado anteriormente. Así, el
número de hojas se incrementó significativamente con la fertilización aplicada al suelo y,
además, con la aplicación del bioestimulante. Estos Resultados coinciden con lo planteado por
Lim, Young-Taek y Sang-Poong (1990), quienes observaron un incremento significativo de
este indicador al aplicar fertilizantes químicos y orgánicos.
Garcés et al. (2004) afirman que la fracción de los ácidos húmicos y fúlvicos presentes en
este bioestimulante, tiene la propiedad de ser asimilable por las plantas, a través de su sistema
radical o por el tejido foliar, y participa en el metabolismo al activar el proceso fotosintético,
por lo que debe esperarse una respuesta favorable.
Las propiedades que posee esta sustancia, además de tener hormonas vegetales,
aminoácidos libres, polisacáridos y elementos inorgánicos, posibilitan una marcada respuesta
en el crecimiento y desarrollo de los cultivos. A ello se debió el efecto obtenido en cada uno
de los componentes del rendimiento de la morera, tales como la altura de las plantas y otros
indicadores. También Huelva, Garcés, Ramos y León (2004) obtuvieron una mayor masa foliar
y un incremento de la fotosíntesis en la soya, lo que posibilitó una mayor captación de la
energía radiante y una mayor acumulación de fotosintatos.
En este sentido Figueroa, Delgado, Berúmen, Salazar y Vázquez (2001) informaron que
los ácidos húmicos aplicados al suelo y al follaje permiten un aumento de la fertilidad del
suelo, mejoran sus propiedades físicas y hacen un mejor aprovechamiento de algunos
macronutrientes, lo que incide en el rendimiento de las cosechas.
Todos estos aspectos repercutieron en la acumulación de materia seca de la morera.
Resultados similares se han obtenido en otros cultivos de importancia agrícola, tales como
plátano macho, lechuga, piña, cebolla, maíz, frijol, habichuela, tomate (Garcés et al., 2004),
arroz (Izquierdo, Marrero, Díaz, Garcés, García, Hernández y Urra, 2004) y soya (Huelva et
al., 2004), entre otros; aunque en especies arbóreas o arbustivas los Resultados son muy
escasos.
En cuanto a la acumulación de minerales, fue notorio el incremento del contenido de N y
de Ca por efecto de la fertilización, lo cual no ocurrió en el P, el K y el Mg. Varios
investigadores han planteado que el N es uno de los elementos que más influyen en el
rendimiento de materia seca y, por ende, en la acumulación de estos minerales (Rodríguez et
al., 1994; Shankar y Sriharsha, 1999), así como también en el número de hojas y en el
rendimiento foliar (Murarkar, Tayade, Bodhade y Ulemale, 1998).
Otro aspecto importante en la fertilización, el cual tiene una influencia marcada tanto en
el rendimiento como en la composición química, es el incremento en la razón rubisco/proteína
soluble (Yamashita, 1998) y en el contenido de clorofila a partir de la aplicación de N y K2O,
lo que hace que aumente la tasa de fijación del CO2.
Aunque al suelo se le aplicó P, no hubo una respuesta en la acumulación de este elemento
en las plantas, debido quizás a la inmovilización como producto del pH ácido que posee este
suelo, Resultados que coinciden con los hallados por Gallardo, Vistoso, Pino y Birie (2001).
Sin embargo, fue notorio el efecto del Liplant, sobre todo en el contenido de N y K.
Huelva et al. (2004) obtuvieron Resultados similares en la soya, con un aumento en el
contenido de proteína.
La composición química de este bioestimulante (Garcés et al., 2004) pudo favorecer la
acumulación de K, aspecto muy importante en la regulación del régimen hídrico en especies
forrajeras. Aunque este no se considera un constituyente importante en la estructura de las
plantas, tiene funciones tales como: intensificar el metabolismo del nitrógeno y la síntesis de
proteína, influir en el intercambio de carbohidratos y regular el régimen hídrico del vegetal.
Se concluye que la aplicación de este producto diluido 1/20 favoreció la altura de la
planta, el número de tallos y la composición bromatológica, aunque se hace necesario estudiar
estas concentraciones en las condiciones de campo, así como la frecuencia de su aplicación.

105
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106
Influencia de la frecuencia de poda y la época
sobre los rendimientos de biomasa de la morera
(Morus alba)*
F. García y R. Fernández 1

* Rev ista Co mpu tado rizad a de Prod ucción Po rcin a Vol: 11 No . 1, 2 004 .
1
Unid ad de Investig acio nes Instituto Politécnico Ag ropecu ario “Villena-Revolució n”.

Resumen
Se hicieron estudios de frecuencia de cortes (45, 60, 75 y 90 días de poda), de morera
(Morus alba), en un diseño de bloque al azar con 4 bloques y 4 réplicas por tratamiento, para
estudiar el rendimiento de follaje y su valor nutritivo. No se encontró efecto significativo
(p<0,05) en ninguno de los índices examinados para la interacción época x frecuencia de
corte. Se halló que las proporciones de las distintas fracciones de la planta (hojas, tallos
comestibles y no comestibles) fueron significativamente diferentes (p<0,01) entre sí,
disminuyendo de la menor a la mayor frecuencia de las hojas y los tallos comestibles, con
valores entre 49,95 a 66,55 y 9,50 a 32,89% respectivamente. Los tallos no comestibles
crecieron considerablemente de la menor a la mayor frecuencia en ambas épocas desde 0,59
hasta 40,54% respectivamente. Lo rendimientos de biomasa total fueron significativamente
diferentes (p<0,01) entre las frecuencias de poda, pero no lo fueron así en el período lluvioso
(18,18 y 20,93t MS/há anual). Como resultado, los rendimientos anuales fueron de 25,12 y
32,34 t MS/há anual respectivamente para 75 y 90 días de poda. La misma tendencia se obtuvo
con los rendimientos de biomasa comestible: 70 contra 60, producto del rendimiento total para
75 y 90 días de poda. De acuerdo con los Resultados del presente estudio, se sugiere que la
frecuencia de mejor comportamiento en condiciones como las aquí descrits sean de 75 y 90
días de poda para seca y lluvia respectivamente. Por otra parte, se obtiene un follaje con 20 %
de proteína y 70% de digestibilidad de la MS, con un 70% de biomasa comestible como
promedio. Es de sugerir también avanzar en otros estudios agronómicos de este árbol forrajero
en Cuba.
Palabras clave: morera, Morus alba, frecuencia de corte, rendimiento

Abstract
A random block design with four blocks and four replications per block was empioyed to
study cutting frequency (45, 60, 75 and 90 days) and season of íhe year (dry and rainy) effects
on foliage yield and nutritive valué. There was noí significant interaction season x cutting
frequency in any of the examined Índices. It was found that proportion of different plañí
fractions (leaves, edible and non edible stems) were significantly (p<0,01) among them.
Leaves and edible stems decreased its valué with increasing cutting frequency, with means
ranging from 49,95 to 66,55, and from 9,50 to 32,89 respectively. Non edible stems increased
considerably from íhe shortest to íhe highest cutting frequency, from 0,59 to 40,54%
respectively. Biomass yield were significantly different (p<0,01) among frequency of cutting,
which in turn were no different amongst then during the rainy season (18,18 and 20,93 Vha
respectively) thereby determining annual yields of 25,12 and 32,34 respectively for 75 and 90
days of cutting intervals. The same trend was observed for yields of edible biomass (70 and 60
of total yield for 75 and 90 days of cutting intervais. According to the present results, it is
suggested a cutting frequency or 75 and 90 days for dry and rainy season, respectively. On the
other hand, protein contení and DM digestibility in mulberry foliage may be 20% and 70%
respectively. Edible biomass in mulberry may be 70%. It is aiso suggested the conduction of
further agronomic investigations of this fodder tree in Cuba.
Key words: mulberry, Morus alba, cutting frequency, yield Short tille: Agronomy of
mulberry (Morus alba)

107
Introducción
Es bien sabido que lo que limita la producción de leche y carne en los trópicos son los
bajos niveles de proteína y energía de los pastos tropicales, lo que se agrava en el período
seco, por los bajos rendimientos de los mismos que solo alcanzan 20-30 % del total anual.
Para cubrir este déficit, se utiliza la suplementación con concentrados, pero el costo es muy
elevado y en ocasiones no están disponibles. Este panorama obliga a buscar formas
alternativas para cubrir los déficit con alimentos de bajo costo y de mejor balance de
proteínas y energía. La Introducción de los árboles forrajeros en la alimentación animal abre
un capítulo en el logro de cubrir los déficit nutricionales en los trópicos.
En reiterados momentos, se ha recomendado el uso de árboles forrajeros como fuente
proteica abundante y localmente disponible en ambiente tropical (ver por ejemplo, Botero,
1988; Murgueitio 1990; D’Mello 1992). En este sentido, la morera (Morus alba) es uno de los
árboles forrajeros que aparentemente es de los más prometedores.
El cultivo de la morera fue inciado hace cientos de años en Asia oriental con vistas a la
alimentación del gusano de seda con hojas de morera (ver por ejemplo, Tingzung et ai 1988),
y desde entonces, ha sido práctica usual utilizar los órganos de sostén, tales como los tallos,
en la alimentación de rumiantes, efectuando de tacto un sistema de producción morera-
sericultura-ganado vacuno (ver Sánchez 2000; Benavides 1999).
Estudios hechos en América han sugerido que tanto tallos como hojas de morera ueden ser
utilizados exitosamente en la producción de animales rumiantes (Benavides 1999). Sin
embargo, es probable que una solución empírica milenaria haya conducido a obtener
ejemplares de morera con características foliares cada vez más adecuadas para la nutrición de
Bombyx mori, que obviamente es una especie animal con un sistema digestivo relativamente
simple y sin mucha simbiosis con microorganismos celulósicos, y donde la estrategia
digestiva inicial probablemente fue el aprovechamiento de la proteína foliar durante un rápido
tránsito de digesta. En este sentido, observaciones iniciales hechas en Camboya, sobre el valor
nutritivo del follaje de morera en cerdos (Ly et al., 2001; Chiev Phiny et al., 2003) y en
Mesoamérica y México sobre el uso exitoso de morera en cerdos en engorde (Trigueros y
Villalta 1997) y cerdas gestantes (Muñoz 2003), permiten suponer que la morera es también
un alimento muy promisorio en nutrición porcina.
De hecho, Sánchez (1999) y Benavides (1999) han hecho hincapié en el potencial de la
morera como una fuente proteica integrable a cualquier sistema de producción animal. Esto
parece ser así, tal comose ha obserado en estudios hechos con cabras (Jegou et al., 1994),
vacas (Yao et al., 2000), conejos (García-Soldevilla 2001) y cerdos (Trigueros y Villalta
1997; Ly et al., 2001; Chiev Phiny et al., 2003; Christian 2003).
El propósito de integrar el cultivo de la morera como especie perenne con cortes
periódicos en ambiente tropical, a la producción en finca de especies animales de variadas
especies, merece un examen concienzudo de las alternativas agronómicas de la morera.
Existen algunas experiencias al respecto, relacionadas con la fertilización de la plantación
(Benavides et al., 1994; Espinoza y Benavides 1996), la edad al primer corte (Alonso et al.,
2000), frecuencias y alturas de corte (Benavides et al., 1986), distancia de siembra y altura de
corte (Blanco 1992) y alturas de corte y tipo de variedad cultivada (Alonso et al., 2000;
Nguyen Xuan Ba y Le Duc Ngoan 2003), entre otras.
El objetivo de este presente trabajo es informar sobre un estudio cubano relativo a la
influencia de la época del año sobre características del rendimiento del follaje de morera y su
valor nutritivo. Un informe preliminar fue hecho ya (Martín et al., 1999).

Materiales y métodos
Este trabajo se realizó en una plantación de morera de 3,5 años de establecida, sobre un
suelo ferralítico rojo típico con 4,08 % de materia orgánica, un valor de pH mayor o igual a
7,5. El contenido de PgOs fue 1,23, y el de KgO, 3,20 meq/100 g de suelo, respectivamente.
Se utilizó un diseño experimental de bloques al azar completamente aleatorizado para
estudiar 4 frecuencias de corte 45; 60; 75 y 90 días de poda con 4 bloques y 4 réplicas por
tratamientos. La parcela experimental fue de 5 m 2 con un total de diez plantas sembradas en
hilera, en la que se muestrearon 8 plantas/tratamiento, al eliminarse la primera y la última
para neutralizar el efecto de borde. El experimento se condujo en condiciones de secano, y se
aplicó entre 1,5 y 3 kg de materia orgánica procesada como compost. Se efectuaron labores
para el control de maleza, tales como escardado manual alrededor de las estacas plantadas,
108
hasta que las plantas alcanzaron una altura promedio de 1,0-1,5 m. La poda de establecimiento
que se había hecho en la plantación experimental se realizó al año de efectuarse la siembra, y
se hizo mediante un corte de la planta a 40 cm del suelo.
La cosecha se efectuó de manera manual. El corte de las plantas se hizo a una altura entre
35 y 45 cm del suelo. En el momento de la cosecha se seleccionaron se tomaron las ocho
plantas por parcela para las determinaciones de la proporción de hojas, tallo comestible y tallo
no comestible.
Para el análisis bromatológico, se tomaron muestras representativas de las distintas partes
del follaje así como del mismo sin fraccionar, para determinar el contenido de MS y proteína
bruta (Nx6,25) por procedimientos reconocidos correspondientes a secado en estufa hasta peso
constante y uso del procedimiento Kjeldahí respectivamente (AOAC 1995). En muestras secas
y apropiadamente molidas se efectuó la solubilidad en KOH, como índice representativo de la
digestibilidad de la materia orgánica de los distintos materiales examinados (Kesíing 1977).
Todos los análisis de laboratorio se llevaron a cabo por duplicado.
Los datos fueron evaluados mediante un modelo lineal general estándar en el que se
determinó el efecto de época del año (lluvia o seca), la frecuencia de poda, y la interacción
épocaxfrecuencia de poda. Las medias fueron contrastadas mediante la técnica de análisis de
varianza convencional (Steel y Torrie 1980), y cuando se encontró efecto significativo
(p<0,05), estas medias se separaron mediante la aplicación de la décima de Duncan (1955).

Resultados
No se halló efecto significativo (p<0,05) en la interacción épocaxfrecuencia de corte en
las medidas evaluadas. Se apreció que los por cientos de hojas disminuyeron en la medida que
aumentaba la frecuencia de corte (tabla 1), con mayor intensidad en el período lluvioso. En
ambos períodos del año esta disminución fue significativa (p<0,01), al disminuir desde 66,40
hasta 55,93%, y desde 66,55 hasta 49,95 % para las temporadas de seca y lluvia
respectivamente.
La influencia de la época del año en el porcentaje de tallos comestibles mantuvo la misma
tendencia significativa (p<0,01) que el de las hojas, desde 32,89 hasta 16,82 %, y desde 29,60
a 9,50% en momentos de seca y lluvia respectivamente, cuando se pasó de una frecuencia de
corte de 45 a 90 días. El por ciento de tallo no comestible creció con la edad de poda desde
0,59 hasta 27,72 % y desde 4,85 hasta 40,54 % en ambas temporadas de seca y lluvia.

Tabla 1. Frecuencia de corte y proporción de hojas y tallos en follaje de morera

Frecuencia de corte, días


Época 45 60 75 90 EE ±
Hojas, % Seca 66,40a 63,33d 63,09a 55,93b 0,894
Lluvia 66,55a 58,64" 54,30° 49,95° 0,976***
Tallos
Comestibles, % Seca 32,89a 21,71b 19,85bc 16,82c 1,053***
Lluvia 29,60a 22,51° 15,91° 9,50d 0,826*
No comestibles, Seca 0,59° 16,64° 16,80° 27,72a 1,825*
%
Lluvia 4,85a 18,84° 29,78" 40,54a 1,440*

*** p<0,001
Medias sin letra en común en la misma fila difieren significativamente entre sí (p<0,05)

En el período de seca (tabla 2) se obtuvieron los más bajos rendimientos (p<0,001) de


biomasa para las dos frecuencias de corte más bajas, con respecto a los cortes de 75 y 90 día.
En este último tratamiento se cosechó la mayor cantidad de follaje (11,41 t MS/há anuales).
En el período lluvioso se observó la misma tendencia que en el período de seca, pero no
fueron diferentes entre sí la frecuencias de 75 y 90 días. Los rendimientos anuales mayores se
produjeron con 75 y 90 días de poda con (25,12 y 32,34 t MS/há/año). El efecto general fue el
de un rendimiento significativamente (p<0,001) mayor con una frecuencia de corte de 90 días.

Tabla 2. Influencia de la época del año en el rendimiento de biomasa


total defollaje de morera (t MS/há por año)

109
Frecuencia de corte, días
Época 45 60 75 90 EE±
b c
Seca 4,47ª 4,53ª 6,93 11,41 0,41***
a b c c
Lluvia 6,36 9,99 18,18 20,93 1,12***
a a b c
Total anual 10,84 14,52 25,12 32,34 1,23***

*** p<0,001 abc Medias sin letra en común en la misma fila difieren significativamente entre sí (p<0,05)

En la tabla 3 se presentan los Resultados de rendimiento de biomasa comestible


significativos. Este índice se halló una tendencia a que fuera significativamente mejor
(p<0,01) en las dos épocas evaluadas, a favor de la frecuencia de corte de 90 días. Los valores
hallados fueron de 7,58 t MS/há en seca y en período lluvioso, 11,70 t MS/há. No obstante, no
se apreciaron diferencias significativas (p>0,05) para 75 y 90 días de poda con 11,88 y 11,701
MS/há en la época de lluvia.
En lo referente al rendimiento total anual, los Resultados fueron similares para 75 y 90
días de poda, y evidentemente diferentes con respecto a 60 y 45 días entre cortes en la
plantación examinada.

Tabla 3. Influencia de la época del año en el rendimiento de biomasa


comestible de follaje de morera (t MS/há por año)

Frecuencia de corte, días


Época 45 60 75 90 EE±
Seca 4,41a 4,15a 5,61° 7,580 0,35***
Lluvia 6,03a 7,76" 11 ,SSb n/zob 0,72***
Total anual 10,45a 11,92a 17,506 19,281' 0,76***

*** p<0,001 abc Medias sin letra en común en la misma tifa difieren significativamente entre sí (p<0,05)

En la tabla 4 se presentan los valores de concentración de proteína bruta influenciada por


la época y la frecuencia de corte de la planta entera y sus fracciones.

Tabla 4. Influencia de ia frecuencia de corte y la época del año en el contenido


de proteína del follaje de morera

Frecuencia de corte, días


45 60 75 90 EE±
Época de seca
Planta entera 24,07a 16,00" 14,740 15,63cb 0,280*
Hojas 26,91a 24,36" 23,62'3 21,39° 0,360*
Tallos comestibles 11,49a 10,83a 11,19a 8,94" 0,420*
Tallos no comestibles 11,77a 9,24" 7,560 0,040*
Época de lluvia
Planta entera 19,53a 17,38a 13,76" 12,32" 0,133**
Hojas 27,02a 26,63a 20,07" 21,89" 0,088**
Tallos comestibles 8,86 8,36 8,14 8,55 0,348
Tallos no comestibles 5,94a 6,90a 4,88" 5,30a 4,22

* p<0,05; ** p<0,01
Elbc
Medias sin letra en común en la misma linea difieren significativamente entre sí (p<0,05)

Se notó una influencia significativa tanto en la época de seca (p<0,05) como de lluvia
(p<0,01) en el contenido de proteína bruta de la planta entera, con los valores más altos para
45 días de poda y con una disminución notabla en la medida que aumentaba la frecuencia de
poda. Se observó el mismo efecto significativo para las fracciones de hojas y tallos
comestibles, más acentuadamente en los meses de lluvia (p<0,01) que en los de sequía
110
(p<0,05). En el período lluvioso no hubo diferencias significativas para la concentración de
proteína bruta en los tallos no comestibles por influencia de la frecuencia de corte. En
contraste, en los meses de la temporada seca la concentración proteica también disminuyó
significativamente (p<0,05) cuando la poda se hizo con un mayor intervalo de tiempo.
Como aspecto digno de ser resaltado, el contenido proteico de las hojas de morera fue
sostenidamente muy alto, con independencia de los factores estudiados en el presente
experimentó.
En la tabla 5 se presentan los datos referentes a la influencia de la frecuencia de poda y de
época en la digestibilidad de la MS. No se halló efecto significativo (p>0,05) de tratamiento
para la digestibilidad de la MS cuando se determinó esta medida en la planta entera. En lo
referente a la muestra foliar, en el período seco hubo diferencias significativas (p<0,05) a
favor de las dos frecuencias menores de poda, con valores superiores a los de la frecuencia de
poda de 75 y 90 días. En el período lluvioso, no existió diferencia significativa entre las
frecuencias de poda destacándose valores de 72,16 y 70,19 para las frecuencias de 60 y 90
días de poda; para 45 y 60 de 68,02 y 66,68 respectivamente. Tanto en seca como en lluvia la
digestibilidad de los tallos comestibles fue significativamente (p<0,05) diferente, con valores
en el período seco entre 49,70 y 55,57% y en el período lluvioso entre 40,80 y 45,52%
respectivamente.

Tabla 5. Influencia de la frecuencia de corte y la época del año en la digestibilidad in


vitro (solubilidad en KOH, en %) del follaje de morera

Frecuencia de corte, días


45 60 75 90 EE±
Época de seca
Planta entera 63,80 62,27 67,83 65,45 1,080
Hojas 73,68a 73,12a 70,17b 70,18b 0,660*
Tallos comestibles 51,57b 55,57a 53,71ab 49,70b 0,750*
Tallos no comestibles 55,35a 52,12ab 48,02b 0,08*
Época de lluvia
Planta entera 54,83 56,42 51,15 52,79 1,987
Hojas 68,02 72,16 66,68 70,19 0,089
Tallos comestibles 40,80b 44,29a 43,50ab 45,52a 0,933*
Tallos no comestibles 33,32 39,24 38,03 43,26 2,13
* p<0,05
ab
Medias sin letra en común en la misma línea difieren significativamente entre sí
(p<0,05)

Discusión

Rendimiento de biomasa
Los Resultados que se hallaron en el presente estudio para el rendimiento total de biomasa
de morera fueron similares a los obtenidos por otros investigadores en el continente americano
(Benavides et al., 1994; Sougines 1999). Como ilustración, Benavides et al., (1994)
estudiaron los rendimientos de follaje con frecuencias de corte de 60, 90 y 120 días, y
encontraron que el mayor rendimiento de MS fue con 120 días como intervalo entre corte. En
oposición a estos Resultados, en otro experimento hecho en el trópico seco guatemalteco,
Rodríguez et al., (1994) hallaron que la producción de biomasa aumentó acortando la
frecuencia de poda desde 84 hasta 42 días, pero al unísono se halló que estos Resultados
fueron influidos por el nivel de fertilización. Por otra parte, Martens (1999) informó niveles
inferiores de rendimiento a los obtenidos en el presente trabajo, para 45, 60, 90 y 120 días de
poda.
Nguyen Xuan Ba y Le Duc Ngoan (2003) encontraron en Vietnam que la producción
estimada anual de biomasa de morera de variedades locales, pudiera ser de 40-45 t/há, con
cinco cortes por año, cuando hicieron evaluaciones de rendimiento a dos alturas de corte y una
frecuencia de nueve semanas entre corte. En este trabajo, el espacio ínter árboles fue de
111
0,2x0,5 m (Nguyen Xuan Ban y Le Duc Ngoan 2003), y la cosecha se efectuó tres veces
después del primer corte de establecimiento (ocho meses).

Valor nutritivo
Nguyen Xuan Ba y Le Duc Ngoan (2003) encontraron que tanto la degradabilidad ruminal
de la MS como la producción de gas fueron altas en el follaje y las hojas de morera.
Igualmente se halló por estos investigadores vietnamitas que como promedio, el contenido de
proteína bruta de hojas u hojas y tallos jóvenes fue más bien alto (24,3 y 22,6% en base seca,
respectivamente), mientras que el de fibra cruda fue francamente bajo para estas dos
fracciones vegetales (9,5 y 9,6% en base seca, respectivamente). Los datos de Nguyen Xuan
Ba y Le Duc Ngoan (2003), así como los de otros estudios (Ly eí al 2001; Chiev Phiny et al.,
2003), en cuanto al contenido proteico foliar, tienden a ser similares a los encontrados en ei
presente estudio cubano, a pesar de fas evidentes condiciones experimentales diferentes.
La disminución que se halló en el presente trabajo para la disminución en el contenido de
proteína con el aumento del intervalo entre corte pudo indicar una mayor lignificación y un
mayor contenido de fibra.
Por otra parte, si se toma en cuenta que la producción de follaje de morera puede alcanzar
9,5 t MS/há durante el período de seca, con una biomasa que contenga 15,6% de proteína
cruda como lo que aquí se halló, es posible que con estas condiciones, que no son las más
favorables, se pueda obtener un estimado de 1,5 t proteína/há. Si se calcula la producción
anual de proteína a partir de la morera, esto pudiera indicar que en las mejores condiciones de
cultivo de soya, que no es perenne y eminentemente estacional, solamente se pudiera cosechar
anualmente grano de esta leguminosa ascedente a un tercio de la proteína que se puede lograr
a partir de árboles como la morera, en términos de una hectárea.
De acuerdo con los Resultados del presente estudio, se sugiere que la frecuencia de mejor
comportamiento en condiciones como las aquí descritas sean de 75 y 90 días de poda para seca
y lluvia respectivamente. Por otra parte, se obtiene un follaje con 20 % y 70% de
digestibilidad de la MS, con un 70% de biomasa comestible como promedio. Es de sugerir
también avanzar en otros estudios agronómicos de este árbol forrajero en Cuba.

Agradecimientos
Los autores están sumamente agradecidos a todo el personal del Instituto por la
colaboración entusiasta brindada durante el transcurso del presente estudio. Igualmente
expresan su agradecimiento a los colegas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes
“Indio Haíuey”, por su abnegada participación en la preparación y evaluación de los
Resultados. Por último, se agradece la ayuda desinteresada del Instituto de Investigaciones
Porcinas, en particular de sus bibliotecarias, en la redacción y revisión del manuscrito.

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113
CAPÍTULO III.
Composición química
y valor nutritivo
Predicción de la composición química del forraje
de morera (Morus alba var. Tigreada) mediante
la técnica de espectroscopia de reflectancia
en el infrarrojo cercano (NIRS)*
E. Albanell 1 , E. Gonzalez 2 , G. Caja 1 , G. J. Martín 2 y N. Rosas 1

* V Taller Internacional Silvopastoril “Los árboles y arbustos en la ganadería”, Indio Hatuey, Cuba. 2002
1
Dpto. Cien cia Ani mal y de los Alimentos, Fac. Veterinaria, UAB, Barcelona, España.
2
EEPF “Indio Hatu ey”, Matanzas, Cuba.

Resumen
Este trabajo forma parte de un amplio estudio realizado en EEPF «Indio Hatuey» en el que
se estudia la composición nutritiva del forraje de morera en diferentes condiciones de cultivo
y momentos de aprovechamiento. El objetivo principal es utilizar el NIRS para realizar
predicciones de la composición química y del valor energético de forrajes de morera,
reduciendo notablemente los costos de realización de los análisis. Se utilizaron 31 muestras
de forrajes procedentes de distintas épocas del año (lluviosa y seca), distintos niveles de
fertilización, diferentes frecuencias de corte, y fracciones distintas (hoja y tallo tierno),
intentando conseguir un amplio rango de variabilidad para la realización de las calibraciones.
Los parámetros que se determinaron fueron: materia seca (MS), proteína bruta (PB), fibra
bruta (FB), extracto etéreo (EE), materia orgánica (MO), fibra neutro detergente (FND), fibra
ácido detergente (FAD), lignina ácido detergente (LAD) y energía bruta (EB). Se utilizó un
InfraAlyzer 450 (Bran+Luebbe), dotado con 19 filtros. Las calibraciones se realizaron con 25
muestras y se utilizaron 6 muestras para validar las calibraciones obtenidas. El software
utilizado en el proceso matemático y análisis estadístico fue el suministrado con el aparato
(IACAL P01) y las calibraciones fueron realizadas por Regresión Linear Múltiple (MLR). Los
Resultados obtenidos en el análisis químico indican que las muestras utilizadas para la
calibración y la validación cubrieron rangos similares. Las mejores calibraciones se
obtuvieron utilizando 3 filtros. Todas las calibraciones obtenidas presentaron unos
coeficientes de determinación (R 2 ) satisfactorios y que variaron de 0,907 para la energía bruta
a 0,995 para la proteína bruta. Se consideran buenas calibraciones las que presentan
CVC#10%. En nuestras calibraciones los valores obtenidos han sido en todos los casos
inferiores a 6,7%. Otro criterio que determina la validez de las calibraciones es SEC/SD#0,3,
en las 9 calibraciones desarrolladas para el forraje de morera, los valores obtenidos en la
realización de este índice oscilaron entre un 0,03 en la calibración de la EB a un 0,32 en la de
la MS. Los Resultados obtenidos en este estudio muestran la posibilidad de calibraciones
NIRS para la predicción de la composición química y del valor nutritivo del forraje de morera,
aunque sería conveniente ampliar el número de muestras de las distintas calibraciones con la
finalidad de conseguir una mayor robustez
Palabras clave: composición química del forraje, morus, espectroscopia de reflectancia.

Abstract
This work is part of a wide study carried out at the EEPF «Indio Hatuey» in which the
nutritive composition of mulberry forage is studied under different cultivation conditions and
utilization moments. The main objective is to use the NIRS for carrying out predictions of the
chemical composition and the energetic value of mulberry forages, remarkably reducing the
costs of the analyses. Thirty-one samples of forages from different seasons (rainy and dry),
different fertilization rates, and different fractions (leaf and fresh stem) were used, attempting
to get a wide range of variability for performing the calibrations. The parameters determined
were: dry matter (DM), crude protein (CP), crude fiber (CF), ethereal extract (EE), organic
matter (OM), neutral detergent fiber (NDF), acid detergent fiber (ADF), acid detergent lignin
(ADL) and crude energy (CE). An InfraAlyzer 450 (Bran+Luebbe), with 19 filters was used.
The calibrations were carried out with 25 samples and six samples were used for validating
the calibrations obtained. The software used in the mathematical processing and statistical
115
analysis was the one supplied with the equipment (IACAL P01) and the calibrations were
carried out by means of Multiple Linear Regression (MLR). The results obtained in the
chemical analysis indicate that the samples used for the calibration and the validation covered
similar ranges. The best calibrations were obtained using three filters. All the calibrations
obtained showed satisfactory determination coefficients (R 2 ) and which varied from 0,907 to
0,995 for crude protein. The calibrations that show CVCd»10% are considered to be good. In
our calibrations the values obtained have been in all cases lower than 6,7%. Another criterion
that determines the validity of the calibrations is SEC/SDd»0,3, in the nine calibrations
developed for the mulberry forage, the values obtained in the performance of this index
oscillated between 0,03 in the calibration of the CE to 0,32 in that of DM. The results
obtained in this study show the possibility of NIRS calibrations for the prediction of the
chemical composition and the nutritive value of the mulberry forage, although it would be
convenient to widen the number of samples of the different calibrations with the objective of
obtaining higher hardiness.
Key words: chemical composition of forage, morus, reflectance spectroscopy.

Introducción
El potencial real de la técnica de espectroscopia de reflectancia en el infrarrojo cercano
(NIRS) surgió en los años 60 a partir de los trabajos realizados por Norris y colaboradores,
pero no fue aplicada a forrajes hasta 1976. Desde entonces dicha técnica ha sido utilizada
ampliamente en la predicción y en la valoración nutritiva de diversos tipos de forrajes.
Las principales ventajas que presenta la técnica NIRS son: velocidad de análisis, facilidad
de operación, no destructiva, no necesita reactivos químicos y no es contaminante. Siendo por
tanto una técnica muy adecuada para ser utilizada en programas en los que se deben manejar
un gran numero de muestras.
Este trabajo forma parte de un amplio estudio realizado en EEPF “Indio Hatuey” en el que
se estudia la composición nutritiva del forraje de morera en diferentes condiciones de cultivo
y momentos de aprovechamiento. El objetivo principal es utilizar el NIRS para realizar
predicciones de la composición química y del valor energético de forrajes de morera,
reduciendo notablemente los costos de realización de los análisis.

Materiales y métodos
Colección de muestras y preparación: Se utilizaron 31 muestras de forrajes procedentes
de distintas épocas del año (lluviosa y seca), distintos niveles de fertilización, diferentes
frecuencias de corte, y fracciones distintas (hoja y tallo tierno), intentando conseguir un
amplio rango de variabilidad para la realización de las calibraciones.
Análisis químico: Las muestras secadas y molidas a 1mm de malla, se analizaron por
duplicado utilizando los métodos oficiales (AOAC, 1991). Los parámetros que se
determinaron fueron: materia seca (MS), proteína bruta (PB), fibra bruta (FB), extracto etéreo
(EE), materia orgánica (MO), fibra neutro detergente (FND), fibra ácido detergente (FAD),
lignina ácido detergente (LAD) y energía bruta (EB).
Análisis NIRS: Se utilizó un InfraAlyzer 450 (Bran+Luebbe), dotado con 19 filtros. Cada
muestra fue medida por duplicado. Las calibraciones se realizaron con 25 muestras y se
utilizaron 6 muestras para validar las calibraciones obtenidas. El software utilizado en el
proceso matemático y análisis estadístico fue el suministrado con el aparato (IACAL P01) y
las calibraciones fueron realizadas por Regresión Linear Múltiple (MLR).

Resultados y discusión
Los Resultados obtenidos en el análisis químico (tabla 1) indican que las muestras
utilizadas para la calibración y la validación cubrieron rangos similares. Puede observarse
también amplios rangos de variación para cada uno de los componentes, representando la
variabilidad que debe esperarse en la práctica en los parámetros a predecir.

116
Tabla 1. Composición de las muestras de morera utilizadas en el análisis NIRS (Resultados
expresados en %MS)

Componente Calibración Validación


N Rango Media SD n Rango Media SD
Weende (%)
MS 25 84,64-93.13 90,87 1,20 6 89,27-91.01 90,32 0,59
MO 25 84,50-95.78 89,73 3,56 6 86,31-92.91 89,61 2,60
EE 25 1,54-6.10 3,26 1,32 6 1,62-6.35 3,21 1,82
PB 25 6,24-22.21 13,36 4,97 6 8,97-19.27 14,03 4,85
FB 25 9,49-46.06 26,00 13,05 6 11,02-42.17 25,10 13,26
Van Soest (%)
FND 25 19,72-62.32 39,60 15,83 6 21,20-54.98 39,07 15,94
FAD 25 11,93-48.39 26,82 14,09 6 11,89-40.91 26,14 14,05
LAD 25 2,37-11.02 6,15 3,07 6 3,19-13.89 7,86 3,95
EB (Mcal/kg) 25 3,89-4.24 4,04 0,10 6 3,83-4.21 4,05 0,14

Las mejores calibraciones se obtuvieron utilizando 3 filtros (tabla 2). Todas las
calibraciones obtenidas presentaron unos coeficientes de determinación (R2) satisfactorios y
que variaron de 0,907 para la energía bruta a 0,995 para la proteína bruta.

Tabla 2. Estadísticos de calibración para la predicción de la composición química


de forraje de morera

Componente R2 SEC CVC Filtros, nm*


(%) 1 2 3
Weende (%)
MS 0,913 0,389 0,43 1982 2310 1680
MO 0,970 0,615 0,69 2180 2270 2348
EE 0,980 0,199 6,10 1818 1759 1778
PB 0,995 0,357 2,67 2139 2190 1759
FB 0,984 1,738 6,68 2208 2230 1940
Van Soest (%)
FND 0,990 1,641 4,14 1778 1759 1722
FAD 0,994 1,192 4,44 1778 1759 1722
LAD 0,975 0,507 8,24 1778 1759 1722
EB (Mcal/kg) 0,907 0,032 0,79 1734 1722 1445

SEC=Error estándar de calibración; CVC=Coeficiente de variación de la calibración, * Filtros en orden de importancia.

Los valores obtenidos de SEC varían de 0,032 a 1,738. El SEC indica el error estándar de
la diferencia entre el método de referencia (laboratorio) y los valores obtenidos por NIRS.
Podemos observar en nuestros Resultados que los mayores valores de SEC se obtuvieron en
las calibraciones de las fibras, especialmente para la FB, FND y FAD.
Se consideran buenas calibraciones las que presentan CVC#10%. En nuestras
calibraciones los valores obtenidos han sido en todos los casos inferiores a 6,7%. Otro criterio
que determina la validez de las calibraciones es SEC/SD#0,3, en las 9 calibraciones
desarrolladas para el forraje de morera, los valores obtenidos en la realización de este índice
oscilaron entre un 0,03 en la calibración de la EB a un 0,32 en la de la MS.
Las longitudes de onda de los filtros utilizados en cada una de las calibraciones
desarrolladas se corresponden con el parámetro a predecir: las bandas de absorción alrededor
de 1600-1800 nm están relacionadas con la fracción de grasa; la región 2050-2300 nm es
usada frecuentemente en las determinaciones de proteína y las bandas de absorción a 1759 nm
y 1778 nm están relacionadas con la fracción de fibra.

117
La validación tiene como finalidad comparar los Resultados obtenidos en el laboratorio
con los predichos por la técnica NIRS (tabla 3). Los Resultados obtenidos también fueron en
general satisfactorios, mostrando coeficiente de determinación (r 2 ) que varían de 0,960 para la
EB a 0,999 para la PB. Puede observarse que los valores del error estándar de predicción
(SEP) se encuentran entre 0,056 para la EB y 2,521 para la FB. En todas las calibraciones los
valores obtenidos de SEP fueron superiores a los valores de SEC.

Tabla 3. Estadísticos de validación para predecir la composición química


de forraje de morera

Componente r2 SEP Sesgo Pendiente


Weende (%)
MS 0,989 0,457 0,172 0,686
MO 0,970 0,669 -0,256 0,925
EE 0,988 0,249 0,101 0,968
PB 0,999 0,576 -0,109 1,001
FB 0,972 2,521 -0,992 1,044
Van Soest (%)
FND 0,995 2,124 -1,417 0,944
FAD 0,994 1,645 -0,808 1,065
LAD 0,987 0,607 -0,435 1,053
EB (Mcal/kg) 0,960 0,056 -0,042 1,065

SEP=Error estándar de predicción.

Conclusiones
Los Resultados obtenidos en este estudio muestran la posibilidad de calibraciones NIRS
para la predicción de la composición química y del valor nutritivo del forraje de morera,
aunque sería conveniente ampliar el número de muestras de las distintas calibraciones con la
finalidad de conseguir una mayor robustez.

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118
Composición nutritiva del forraje de morera
(Morus alba var. Tigreada) ante diferentes frecuencias de
corte y niveles de fertilización. I. Contenido celular*
E. González 1 , G. J. Martín 1 , E. Albanell 2 , G. Caja 2 y N. Rosas 2

*V Taller Internacional Silvopastoril “Los árboles y arbustos en la ganadería”, Indio Hatuey, Cuba. 2002
1
EEPF “ Indio Hatu ey”, Matan zas, Cub a.
2
Dpto. Cien cia Ani mal y de los Alimentos, Fac. Veterinaria, UAB, Barcelona, España.

Resumen
El trabajo se realizó con muestras de forraje obtenidas en una plantación de morera
después de establecida (condiciones edafoclimáticas de la EEPF»Indio Hatuey») durante dos
años consecutivos. El objetivo fue evaluar los efectos de diferentes frecuencias de corte y
niveles de fertilización sobre la la variación en los componentes del contenido celular del
forraje de morera (Morus alba var. Tigreada) en las dos épocas del año en Cuba. El manejo
agronómico se efectuó en condiciones de secano y con fertilización nitrogenada mediante la
aplicación de gallinaza (subproducto explotaciones avícolas) en cada corte durante el período
lluvioso (LL) y en un corte del período seco (S) de manera que se alcanzaran los niveles (N)
de 100, 300, y 500 kg de nitrógeno/ha/año. Se aplicaron tres frecuencias de corte (FC) (60, 90
y 120 días). Los tratamientos experimentales (18) correspondieron a la combinación de las
frecuencias de corte (FC, 3), los niveles de fertilización (N, 3) y las épocas del año (LL. y S.,
2). Los porcentajes de los nutrientes presentes en el contenido celular resultaron más altos en
el forraje cosechado en la época lluviosa que en la seca, con excepción de la concentración
energética que mantuvo valores muy similares. El incremento de la frecuencia de corte,
contrario a lo que pudiera esperarse, elevó el contenido de PB y EE en el forraje, al parecer
por una mejora en la capacidad metabólica y fotosintética de la planta con el aumento de la
edad. Los niveles de fertilización nitrogenada presentaron correlaciones positivas con los
valores de PB y EB del forraje, y negativa con los de EE.
Palabras claves: morera, contenido celular, frecuencia de corte.

Abstract
The work was carried out with forage simples obtained in a mulberry plantation after
established (edaphoclimatic conditions of the EEPF «Indio Hatuey») for two consecutive
years. The objective was to evaluate the effects of different cutting frequencies and
fertilization rates on the variation in the components of the cell content of the forage of
mulberry (Morus alba var. Tigreada) in the two seasons of the year in Cuba. The agronomic
management was done without irrigation and with nitrogen fertilization by means of the
application of chicken dung (by-product of poultry exploitations) in each cutting during the
rainy season (RS) and in one cutting of the dry season (DS) so that rates (N) of 100, 300 and
500 kg of nitrogen/ha/year were reached. Three cutting frequencies (CF) (60, 90 and 120
days) were applied. The experimental treatments (18) corresponded to the combination of the
cutting frequencies (CF, 3), the fertilization rates (N, 3) and the seasons of the year (RS and
DS, 2). The percentages of the nutrients present in the cell content turned out to be higher in
the forage harvested in the rainy season than in the dry period, with the exception of the
energy concentration which maintained very similar values. The increase of the cutting
frequency, contrary to what could be expected, increased the content of CP and EE in the
forage, seemingly due to an improvement in the metabolic and photosynthetic capacity of the
plant with aging. The rates of nitrogen fertilization showed positive correlations with the
values of CP and CE of the forage, and negative with those of EE.
Key words: mulberry, cell content, cutting frequency.

119
Introducción
En los sistemas de corte y acarreo, es muy importante conocer, o estar en posibilidades de
llegar a estimar, la magnitud en que las prácticas agrotécnicas pueden afectar el valor
nutritivo de los bancos forrajeros; en el caso de las plantaciones de morera, esta información
resulta aún más estratégica si se tiene en cuenta que es una especie claramente extractora cuyo
rendimiento y calidad varían significativamente con la edad del rebrote y el manejo
agronómico en general (suelo, disponibilidad de riego, nivel de fertilización, etc.). Este
trabajo pretende contribuir a abundar en el conocimiento de dos de dichos factores (frecuencia
de poda y fertilización) en su posible relación con la variación de las concentraciones de
nutrientes en la porción comestible del follaje de esta especie. El objetivo del presente trabajo
fu evaluar los efectos de diferentes frecuencias de corte y niveles de fertilización sobre la la
variación en los componentes del contenido celular del forraje de morera (Morus alba var.
Tigreada) en las dos épocas del año en Cuba.

Materiales y métodos
Procedencia de las muestras, manejo agronómico y diseño
El trabajo se realizó con muestras de forraje obtenidas en una plantación de morera
después de establecida (condiciones edafoclimáticas de la EEPF”Indio Hatuey”) durante dos
años consecutivos (1999-2000) con sus respectivas épocas (Lluvia: mayo, 1999-noviembre,
1999 y mayo, 2000-noviembre, 2000; Seca: diciembre, 1999-abril, 2000 y diciembre, 2000-
abril, 2001).
El diseño experimental fue en bloques al azar con 4 réplicas y 144 parcelas (64 plantas/
parcela) en los que se evaluaban las cuatro variedades de morera (Tigreada, Indonesia, Criolla
y Acorazonada). Las muestras analizadas en esta investigación correspondieron a las de la
variedad Tigreada, teniendo en cuenta su mayor rendimiento forrajero con relación a las tres
variedades restantes.
El manejo agronómico se efectuó en condiciones de secano y con fertilización nitrogenada
mediante la aplicación de gallinaza (subproducto explotaciones avícolas) en cada corte
durante el período lluvioso (LL) y en un corte del período seco (S) de manera que se
alcanzaran los niveles (N) de 100, 300, y 500 kg de nitrógeno/há/año. Se aplicaron tres
frecuencias de corte (FC) (60, 90 y 120 días). Los tratamientos experimentales (18)
correspondieron a la combinación de las frecuencias de corte (FC, 3), los niveles de
fertilización (N, 3) y las épocas del año (LL. y S., 2).
Los muestreos se realizaron en correspondencia con las fechas programadas para cada
corte y teniendo en cuenta la biomasa producida por cinco plantas seleccionadas previamente
al azar en cada parcela desde el mismo comienzo del experimento y hasta el final.
Al momento del corte se pesaron por separado las fracciones de hoja (H), tallo tierno (TT)
y tallo leñoso (TL) por tratamiento para determinar sus respectivos rendimientos en materia
verde (MV) y, una vez conocidos sus porcentajes de materia seca (MS), sus rendimientos en
MS. Conociéndose estos datos se calcularon las proporciones de H:TT por tratamiento,
considerándose como fracción comestible y teniéndose en cuenta para la posterior mezcla y
análisis químico del forraje total:

Tratamiento (FC-N) Lluvia (H:TT) Seca (H:TT)


60-100 88,5-11,5 78,8-21,2
60-300 88,8-11,2 80,0-20,0
60-500 82,3-17,7 73,0-27,0
90-100 86,6-13,4 79,6-20,4
90-300 88,5-11,5 82,7-17,3
90-500 86,6-13,4 83,8-16,2
120-100 91,3-8,3 82,8-17,2
120-300 91,5-8,5 83,8-16,2
120-500 89,9-10,1 86,6-13,4

120
Se determinaron además los índices de maduración fisiológica por tratamiento (relaciones
FAD/FND, LAD/FAD y LAD/FND) y los rendimientos en los nutrientes más relevantes por
tratamiento (MS, MO, PB, FND y EB).

Análisis químico y estadístico


Las muestras de forraje se secaron en estufa de aire forzado a 70ºC y se molieron a
tamaño de partícula de 1mm para su posterior análisis químico, el cual se realizó de dos
maneras: 1) por los métodos oficiales del AOAC (1990) para un grupo representativo y
homogéneo de las muestras y, 2) mediante el empleo de un equipo de espectroscopía de
reflectancia en el infrarrojo cercano para el resto de las muestras (NIRS; InfraAlyzer 450,
Bran+Luebbe) cuyas lecturas se hicieron por duplicado, utilizando cápsula de aluminio con un
paso óptico de 0,3 mm, siguiendo la metodología descrita por Albanell et al. (1999).

Materia Seca
El contenido en materia seca de las muestras fue determinado mediante secado a 105 o C en
estufa de ventilación forzada durante 24 h.

Materia Orgánica
La materia orgánica se obtuvo mediante la incineración total de las muestras utilizadas
para la determinación de la materia seca en un horno mufla a 550 °C durante 4 h de acuerdo
con los métodos de AOAC (1990).

Proteína Bruta
Los contenidos de proteína bruta se calcularon a partir de la determinación del nitrógeno
total por el método de Kjehdahl (1883), y corrigiéndose el resultado por el factor 6,25. La
digestión se llevó a cabo en un digestor “Digestion System 20, 1015 Digester” (Tecator) y la
destilación y valoración de las muestras digeridas se realizó en un aparato de destilación-
valoración automática “Kjeltec Auto 1030 Analyzer” (Tecator).
Para el análisis estadístico se empleó el procedimiento PROC REG de SAS (v. 8,1, 1996)
para evaluar los efectos de la frecuencia de corte y el nivel de fertilización nitrogenada sobre
los indicadores de la composición química.

Resultados
En sentido general, para el análisis de la frecuencia de corte, los coeficientes de
determinación (R 2 ) obtenidos en la estación seca resultaron contrastantes con relación a los
obtenidos en la época lluviosa donde se presentan ajustes confiables en las regresiones
lineales estudiadas para los efectos de esta variable sobre la concentración de nutrientes del
forraje comestible integral de la morera. Sin embargo, cuando se realiza un razonamiento
similar para el estudio de los efectos del nivel de fertilización con nitrógeno orgánico sobre
los propios indicadores, se comprueba que los ajustes lineales resultaron mucho más
homogéneos entre épocas del año en los parámetros de los constituyentes del contenido
celular (PB, EE, EB), no así para los de la pared celular (FB, FND, FAD) con excepción de la
LAD que fue más fiable en lluvia (ver ecuaciones de regresión en figs.).

121
Tabla 1. Composición química del forraje comestible integral de la morera (Morus alba var.
Tigreada) por tratamiento y época del año

Época Tratamiento MS (%) MO (%) PB (%) EE (%) EB (kcal/kgMS)


Lluvia 60-100 23,21 86,43 11,34 3,45 3,87
60-300 21,29 86,35 12,41 3,28 3,88
60-500 20,69 86,8 12,01 3,10 3,87
90-100 26,44 87,07 10,44 3,97 3,93
90-300 25,45 87,61 13,48 3,32 3,93
90-500 23,82 86,76 13,78 3,36 3,99
120-100 25,88 86,13 15,54 4,27 4,00
120-300 27,09 86,57 15,43 4,54 4,04
120-500 25,53 86,46 16,55 4,31 4,00
Seca 60-100 22,49 92,49 8,66 2,45 4,08
60-300 21,04 89,92 9,68 2,21 3,96
60-500 20,61 89,41 11,04 2,13 3,91
90-100 28,13 92,3 8,12 2,82 4,11
90-300 27,33 93,36 8,29 2,27 4,16
90-500 24,24 92,75 8,09 2,22 4,18
120-100 27,32 90,34 9,94 2,41 4,05
120-300 26,06 90,31 10,81 2,26 4,07
120-500 25,46 90,01 11,49 2,28 4,12

Frecuencia de corte. Contenido celular


Como se observa en la tabla 1 el contenido de proteína bruta (en lluvia (13,44%) y seca
(9,57%), paradójicamente a lo que se pudiera esperar con el incremento de la edad, aumentó
en la época lluviosa con la prolongación del intervalo entre cortes, resultando mayor el
promedio para este período del año con relación a la seca donde se mantuvo más o menos
constante entre tratamientos. La causa de elevarse la PB del forraje comestible con la
frecuencia de corte se debió al también significativo incremento desarrollado por las hojas
(González y Martín, 2002). Aunque puede inferirse que con las edades de rebrote evaluadas en
este estudio no se llega a obtener el punto de declive de los compuestos nitrogenados con el
aumento de la edad y si una estimulación a su síntesis (lluvia), o a mantenerse constante
(seca) cuando la disponibilidad de agua en el suelo constituye o no una limitante, hasta el
momento se desconocen las reales determinantes fisiológicas o bioquímicas que originan estos
Resultados; una potenciación de la capacidad metabólica y fotosintética de la planta en este
intervalo de edades ante adecuadas condiciones agrotécnicas, pudiera ser otra de las
interesantes hipótesis a tener en cuenta para futuras investigaciones básicas de este tipo.
Los tenores de extracto etéreo (en lluvia (3,73%) y seca (2,34%), mostraron una tendencia
estadística muy similar a la descrita por la PB, resultando de igual manera superior y
ascendente en la época lluviosa y más o menos constante en seca. Este indicador, al
contemplar las sustancias de reserva en forma de grasa, pudiera verse estimulado con la
posible mejora de la capacidad fisiológica y tisular abundada anteriormente.
En sentido contrapuesto a la PB y el EE entre épocas, se manifestó la concentración de
energía bruta (compuestos grasos + azúcares y no azúcares) (en lluvia (3,95%) y seca (4,07%),
resultando mayor en seca que en lluvia quizás por un posible efecto de dilución en la época
con más precipitaciones; no obstante, la tendencia lineal resultó nuevamente similar aunque
no se explica el brusco incremento obtenido en el tratamiento de los 90 días en seca.

Fertilización nitrogenada. Contenido celular


Como era de esperar, la PB del forraje aumentó con el nivel de fertilización nitrogenada
en ambas épocas del año y fue superior en lluvia con respecto a la seca, esta vez, como
explicamos anteriormente, con ajustes lineales más confiables y homogéneos en los nutrientes
del contenido celular (ver ecuaciones de regresión en figs.).

122
Para el caso del EE, en la medida que se elevó la disponibilidad de nitrógeno se
experimentó una ligera tendencia a disminuir la concentración de las sustancias de reservas
clasificadas en este grupo, aunque en términos generales pudiera interpretarse como un
comportamiento constante y poco afectado por esta variable; los porcentajes resultaron
igualmente superiores en lluvia.
El incremento de la fertilización nitrogenada potenció el aumento de la concentración
energética del forraje (EB), como consecuencia quizás de una elevación del contenido en
carbohidratos solubles que en el orden práctico ha sido comprobado al mejorarse el valor
nutritivo del material comestible de esta leñosa forrajera y que ha sido decisivo en el
comportamiento de su capacidad fermentativa y potencial de ensilabilidad (Ojeda, Benavides
y Cáceres, 1998, comunicación personal).

Conclusiones
Los porcentajes de los nutrientes presentes en el contenido celular resultaron más altos en
el forraje cosechado en la época lluviosa que en la seca, con excepción de la concentración
energética que mantuvo valores muy similares
El incremento de la frecuencia de corte, contrario a lo que pudiera esperarse, elevó el
contenido de PB y EE en el forraje, al parecer por una mejora en la capacidad metabólica y
fotosintética de la planta con el aumento de la edad
Los niveles de fertilización nitrogenada presentaron correlaciones positivas con los
valores de PB y EB del forraje, y negativa con los de EE.

Referencias bibliográficas
A L B A N E L L , E., P. C Á CE R ES , G. C AJ A , E. M O LI N A , A. G AR G O U RI . 1999. Determination of fat, proteins,
and total solids in ovin milk by nearInfrared Spectroscopy. Journal of AOAC International, 82:
753-758.
A S S O CI A TI O N O F O FFI CI AL A N A L YT I CA L C H E MIS TS . 1991. Official methods of analysis. 15th Edit.
Washington D. C, USA.
K J E LD A H L , J. 1883. Neue Methode zur Bestimmung des stickstoffs in organischen Körpern. Z. Anal.
Chem. 22:366-382.
SAS I NS TI TUT E , I NC . 1999. SAS Ò User´s Guide: Statistics. SAS Institute Inc., Cary, NC.

123
Composición nutritiva del forraje de morera
(Morus alba var. Tigreada) ante diferentes frecuencias
de corte y niveles de fertilización. II. Pared celular*
E. González 1 , G. Martín 1 , E. Albanell 2 , G. Caja 2 y N. Rosas 2

*V Taller Internacional Silvopastoril “Los árboles y arbustos en la ganadería”, Indio Hatuey, Cuba. 2002
1
EEPF”Ind io Hatu ey”, Matanzas, Cub a.
2
Dpto. Cien cia Ani mal y de los Alimentos, Fac. Veterinaria, UAB, Barcelona, España.

Resumen
Con el objetivo de evaluar los efectos de diferentes frecuencias de corte y niveles de
fertilización sobre la variación de los componentes de la pared celular del forraje de morera
(Morus alba var. Tigreada) en las dos épocas del año, se desarrolló el presente experimento en
la Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey en Matanzas Cuba. El manejo
agronómico se efectuó en condiciones de secano y con fertilización nitrogenada mediante la
aplicación de gallinaza (subproducto explotaciones avícolas) en cada corte durante el período
lluvioso (LL) y en un corte del período seco (S) de manera que se alcanzaran los niveles (N)
de 100, 300, y 500 kg de nitrógeno/ha/año. Se aplicaron tres frecuencias de corte (FC) (60, 90
y 120 días). Los tratamientos experimentales (18) correspondieron a la combinación de las
frecuencias de corte (FC, 3), los niveles de fertilización (N, 3) y las épocas del año (LL. y S.,
2). La proporción de los componentes de la pared celular en el forraje comestible integral de
la morera estuvo determinada por los efectos de la época del año (mayor concentración en
seca que en lluvia) y por la frecuencia de corte. Los niveles de fertilización nitrogenada no
parecen determinar una variación o efecto importante sobre los componentes estructurales del
forraje evaluado. Nuevos estudios serán necesarios para profundizar en aspectos relacionados
con la fisiología de esta leñosa forrajera, si se desean conocer los argumentos más próximos a
algunas de las tendencias encontradas en este estudio.
Palabras clave: morera, pared celular, frecuencia de corte.

Abstract
With the objective of evaluating the effects of different cutting frequencies and
fertilization rates on the variation of the components of the cell wall of the mulberry (Morus
alba var. Tigreada) forage in both seasons of the year, this trial was carried out at the
Experimental Station of Pastures and Forages «Indio Hatuey» in Matanzas, Cuba. The
agronomic management was carried out without irrigation and with nitrogen fertilization by
means of the application of chicken dung (by-product of poultry exploitations) in each cutting
during the rainy season (RS) and in one cutting of the dry season (DS) so that the rates (N) of
100, 300 and 500 kg of nitrogen/ha/year were reached. Three cutting frequencies (CF) (60, 90
and 120 days) were applied. The experimental treatments (18) corresponded to the
combination of the cutting frequencies (CF, 3), the fertilization rates (N, 3) and the seasons of
the year (RS and DS, 2). The proportion of the components of the cell wall in the integral
edible forage of mulberry was determined by the effects of the season (higher concentration in
the dry season than in the rainy season) and by the cutting frequency. The rates of nitrogen
fertilization do not seem to determine a variation or an important effect on the structural
components of the forage evaluated. New studies will be necessary in order to learn further
about aspects related to the physiology of this forage ligneous plant, if we want to know the
arguments closer to some of the trends found in this study.
Key words: Mulberry, cell wall, cutting frequency.

124
Introducción
Como complemento a la primera parte de este trabajo (ver Parte I: Contenido Celular),
presentamos aquí la influencia de las mismas variables agronómicas sobre la variación de las
concentraciones de la porción ‘fibra’ del forraje (FND, FAD y LAD), lo cual resulta de
notable importancia para los criterios de alimentación de los rumiantes, sobre todo los jóvenes
y en estadíos fisiológicos de baja capacidad de ingestión (p.ej. gestación), y en las estrategias
de utilización del forraje de morera para monogástricos (cerdos, conejos, cuyes, caballos)
donde la especie ha demostrado un significativo potencial. Esta información la consideramos
útil también para la definición de los criterios de óptima cosecha de los campos en función de
las necesidades del rebaño. El objetivo del trabajo fue evaluar los efectos de diferentes
frecuencias de corte y niveles de fertilización sobre la variación de los componentes de la
pared celular del forraje de morera (Morus alba var. Tigreada) en las dos épocas del año en
Cuba.

Materiales y métodos
Procedencia de las muestras, manejo agronómico y diseño.
El trabajo se realizó con muestras de forraje obtenidas en una plantación de morera
después de establecida (condiciones edafoclimáticas de la EEPF”Indio Hatuey”) durante dos
años consecutivos (1999-2000) con sus respectivas épocas (Lluvia: mayo, 1999-noviembre,
1999 y mayo, 2000-noviembre, 2000; Seca: diciembre, 1999-abril, 2000 y diciembre, 2000-
abril, 2001).
El diseño experimental fue en bloques al azar con 4 réplicas y 144 parcelas (64 plantas/
parcela) en los que se evaluaban las cuatro variedades de morera (Tigreada, Indonesia, Criolla
y Acorazonada). Las muestras analizadas en esta investigación correspondieron a las de la
variedad Tigreada, teniendo en cuenta su mayor rendimiento forrajero con relación a las tres
variedades restantes.
El manejo agronómico se efectuó en condiciones de secano y con fertilización nitrogenada
mediante la aplicación de gallinaza (subproducto explotaciones avícolas) en cada corte
durante el período lluvioso (LL) y en un corte del período seco (S) de manera que se
alcanzaran los niveles (N) de 100, 300, y 500 kg de nitrógeno/há/año. Se aplicaron tres
frecuencias de corte (FC) (60, 90 y 120 días). Los tratamientos experimentales (18)
correspondieron a la combinación de las frecuencias de corte (FC, 3), los niveles de
fertilización (N, 3) y las épocas del año (LL. y S., 2).
Los muestreos se realizaron en correspondencia con las fechas programadas para cada
corte y teniendo en cuenta la biomasa producida por cinco plantas seleccionadas previamente
al azar en cada parcela desde el mismo comienzo del experimento y hasta el final.
Al momento del corte se pesaron por separado las fracciones de hoja (H), tallo tierno
(TT) y tallo leñoso (TL) por tratamiento para determinar sus respectivos rendimientos en
materia verde (MV) y, una vez conocidos sus porcentajes de materia seca (MS), sus
rendimientos en MS. Conociéndose estos datos se calcularon las proporciones de H:TT por
tratamiento, considerándose como fracción comestible y teniéndose en cuenta para la posterior
mezcla y análisis químico del forraje total:

Tratamiento (FC-N) Lluvia (H:TT) Seca (H:TT)


60-100 88,5-11,5 78,8-21,2
60-300 88,8-11,2 80,0-20,0
60-500 82,3-17,7 73,0-27,0
90-100 86,6-13,4 79,6-20,4
90-300 88,5-11,5 82,7-17,3
90-500 86,6-13,4 83,8-16,2
120-100 91,3-8,3 82,8-17,2
120-300 91,.5-8,5 83,8-16,2
120-500 89,9-10,1 86,6-13,4

Se determinaron además los índices de maduración fisiológica por tratamiento (relaciones


FAD/FND, LAD/FAD y LAD/FND) y los rendimientos en los nutrientes más relevantes por
tratamiento (MS, MO, PB, FND y EB).
125
Análisis químico y estadístico
Las muestras se secaron en estufa de aire forzado a 70ºC y se molieron a tamaño de
partícula de 1mm para su posterior análisis químico, el cual se realizó de dos maneras: 1) por
los métodos oficiales del AOAC (1990) para un grupo representativo y homogéneo de las
muestras y, 2) mediante el empleo de un equipo de espectroscopía de reflectancia en el
infrarrojo cercano para el resto de las muestras (NIRS; InfraAlyzer 450, Bran+Luebbe) cuyas
lecturas se hicieron por duplicado, utilizando cápsula de aluminio con un paso óptico de 0,3
mm, siguiendo la metodología descrita por Albanell et al. (1999).

Fibra Bruta
La determinación de fibra bruta se realizó mediante hidrólisis sucesivas (una ácida y otra
alcalina), de las muestras según el método Weende de Henneberg y Stohmann (1860),
modificado por el AOAC (1990). Para ello se utilizó un aparato incubador ANKOM 2 0 0 Fiber
Analyser (ANKOM Technology, Fainport, NY).

Fibra Neutro y Acido Detergente


Para las determinaciones de la fibra neutro detergente y la fibra ácido detergente se
procedió de acuerdo con los métodos de Van Soest et al. (1991).El análisis se realizó de forma
secuencial utilizando un incubador ANKOM 2 0 0 Fiber Analyser (ANKOM Technology,
Fainport, NY).
Para el análisis estadístico se empleó el procedimiento PROC REG de SAS (v. 8,1, 1996)
para evaluar los efectos de la frecuencia de corte y el nivel de fertilización nitrogenada sobre
los indicadores de la composición química.

Resultados
Frecuencia de corte. Pared celular. En la tabla 1 se observa la composición química del
forraje comestible de la morera por tratamiento.
Tabla 1. Composición química del forraje comestible integral de la morera (Morus alba var.
Tigreada) por tratamiento y por época del año

MS MO FB FND FAD LAD FAD/ LAD/ LAD/


Época Tratam.
(%) (%) (%) (%) (%) (%) FND FAD FND
Lluvia 60-100 23,21 86,43 16,50 32,05 15,25 2,59 47,57 17,00 8,09
60-300 21,29 86,35 18,21 32,59 16,47 2,85 50,53 17,33 8,76
60-500 20,69 86,48 17,34 32,52 15,53 2,69 47,75 17,35 8,29
90-100 26,44 87,07 13,92 32,74 15,82 3,29 48,33 20,77 10,04
90-300 25,45 87,61 15,14 32,02 17,26 3,55 53,89 20,59 11,10
90-500 23,82 86,76 15,04 32,59 17,60 4,79 54,00 27,20 14,69
120-100 25,88 86,13 12,90 28,02 14,17 3,38 50,58 23,84 12,06
120-300 27,09 86,57 17,36 29,67 16,76 4,03 56,48 24,07 13,59
120-500 25,53 86,46 12,68 27,05 13,56 3,23 50,12 23,82 11,94
Media 24,38 86,65 15,45 31,03 15,82 3,38 51,03 21,33 10,95
Seca 60-100 22,49 92,49 33,14 49,47 33,75 7,13 68,22 21,13 14,41
60-300 21,04 89,92 31,65 46,47 30,08 6,35 64,72 21,12 13,67
60-500 20,61 89,41 30,24 42,41 26,72 5,42 63,00 20,29 12,79
90-100 28,13 92,3 36,12 48,68 35,06 7,75 72.01 22,11 15,92
90-300 27,33 93,36 36,35 55,08 40,14 9,08 72,88 22,61 16,48
90-500 24,24 92,75 32,46 54,28 38,00 8,91 70,01 23,45 16,41
120-100 27,32 90,34 30,81 48,37 34,16 7,97 70,62 23,32 16,47
120-300 26,06 90,31 34,38 49,42 36,10 8,69 73,05 24,06 17,58
120-500 25,46 90,01 32,73 51,52 37,52 8,43 72,82 22,47 16,36
Media 24,74 91,21 33,10 49,52 34,61 7,75 69,70 22,28 15,57

126
Los porcentajes de fibra bruta (24,28) resultaron marcadamente mayores para la época
seca (33,1) con relación a la lluviosa (15,45), describiendo una tendencia a mantenerse de
manera relativamente constante en la primera y a disminuir ligeramente en la medida que
aumentaba la frecuencia de corte en lluvia (fig. 1.a).

1b

1c

127
1d
Fig. 1. Efecto de la frecuencia de corte sobre la concentración de nutrientes en el forraje comestible de
morera.

Un comportamiento similar se obtuvo con el análisis de la FND (LL, 31,03; S, 49,52) y la


FAD (LL, 15,82; S, 34,61) (fig. 1.b y 1.c) aunque en el caso de la FAD en la época seca la
tendencia fue a incrementarse en el mismo sentido de la frecuencia de corte, lo cual está en
correspondencia con las esperadas concentraciones de este indicador en los procesos de
envejecimiento de la planta y como consecuencia de la estimulación de la lignificación; la
FND, si bien es cierto que representa fracciones como la celulosa y la lignina insoluble o
alcali-soluble, incluye también elementos como la hemicelulosa de más solubilidad y, al
parecer en este caso, de menor sensibilidad a la variación con el aumento de la edad que los
representados por la FAD (celulosa, lignina); esta hipótesis se corrobora con la similar y
también esperada tendencia manifestada por los valores obtenidos en la determinación de la
lignina (LAD), en este caso para ambas épocas del año.

Fertilización nitrogenada. Pared celular


En sentido general, los componentes de la pared celular (FB, FND, FAD y LAD) no
sufrieron variación como resultado del incremento de los niveles de fertilización nitrogenada,
siendo para todos los casos superiores en la época seca y de una tendencia casi constante entre
tratamientos. De esta manera, se puede haber evidenciado un efecto compensatorio del
aumento en la terneza del material vegetal contrarrestante de un posible incremento de la
síntesis de tejidos estructurales como consecuencia de una mayor disponibilidad de nitrógeno.
Sólo la lignina mostró una elevación de su proporción cuando se suministró un mayor nivel de
fertilización (R 2 =0,88) (fig. 2.).

128
Fig. 2. Efecto de la fertilización nitrogenada sobre la concentración de nutrientes en el forraje comestible
de la morera.

129
Conclusiones
La proporción de los componentes de la pared celular en el forraje comestible integral de
la morera estuvo determinada por los efectos de la época del año (mayor concentración en
seca que en lluvia) y por la frecuencia de corte
Los niveles de fertilización nitrogenada no parecen determinar una variación o efecto
importante sobre los componentes estructurales del forraje evaluado.
Nuevos estudios serán necesarios para profundizar en aspectos relacionados con la
fisiología de esta leñosa forrajera, si se desean conocer los argumentos más próximos a
algunas de las tendencias encontradas en este estudio

Referencias bibliográficas
A L B A N E L L , E., P. C Á CE R ES , G. C AJ A , E. M O LI N A , A. G AR G O U RI . 1999. Determination of fat, proteins,
and total solids in ovin milk by nearInfrared Spectroscopy. Journal of AOAC International, 82:
753-758.
A S S O CI A TI O N O F O FFI CI AL A N A L YT I CA L C H E MIS TS . 1991. Official methods of analysis. 15th Edit.
Washington D. C, USA.
SAS I NS TI TUT E , I NC . 1999. SAS Ò User´s Guide: Statistics. SAS Institute Inc., Cary, NC.
V A N S O ES T , P.J., J.B. R OB E R TS O N , AND B.A. L EWIS . 1991. Methods for dietary fiber, neutral detergent
fiber and non starch polysaccharides in relation to animal nutrition. J. Dairy. Sci. 74:3883-3597.

130
Calidad y degradabilidad ruminal de los principales
nutrientes en el forraje de morera (Morus alba)*
E. González 1 , Denia Delgado 2
y O. Cáceres 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 22 , No . 4 , 1999 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.
2
Institu to de Ciencia Animal.

Resumen
Se desarrollaron estudios de calidad nutritiva y degradabilidad ruminal en el forraje de
morera (Morus alba) cosechado en áreas experimentales de la EEPF “Indio Hatuey” en
condiciones de secano y sin fertilización. Las cuatro variedades plantadas (Tigreada,
Indonesia, Criolla y Acorazonada) fueron evaluadas comparativamente en cuanto a la
composición bromatológica de su porción comestible en punto óptimo de corte, además de
calcularse la cinética de degradación ruminal en la variedad Acorazonada. Los valores de
proteína bruta resultaron altos en todos los casos (26 % como promedio); las proporciones de
fibra bruta fueron bajas (15 %) y se correspondieron con el estado óptimo de cosecha de la
planta. La degradabilidad efectiva de la materia orgánica fue del 48 %, superior a la reportada
para la leucaena. La fibra neutral detergente (FND) se degradó en un 80 % hasta las 72 horas
de incubación; mientras que aproximadamente un 90 % de todo el material fue digerido al
término de 48 horas. Los Resultados permitieron inferir que existió una alta velocidad de
pasaje, con un efectivo vaciado ruminal y el consiguiente estímulo del consumo voluntario, lo
que demuestra las amplias posibilidades de empleo de esta especie como suplemento en la
alimentación de rumiantes.
Palabras clave: Degradabilidad, Morus alba, nutrientes, rumen

Abstract
Studies were developed on nutritive quality and ruminal degradation of forage of Morus
alba harvested in experimental areas of the EEPF “Indio Hatuey”. The experiment was carried
out in dry conditions without fertilizers. All the varieties planted (Tigreada, Indonesia,
Criolla and Acorazonada) were comparatively asseased according to the bromatological
composition of its edible parts during the optimum harvesting stage. The cinetic of
Acorazonada ruminal degradation was also calculated. Crude protein values were high in all
cases (26 % average). Crude fibre proportions were low (15 %) and corresponded to the plants
optimum harvesting stage. Organic matter effective degradability was of 48 % higher than that
reported for leucaena. The neutral detergent fibre (NDF) was degradated in 80 % after 72 h
incubation, while at about 90 % of all material was digested at term of 48 h. The results
permit to infer that existed a high passage speed with an effective ruminal vaccum and
voluntary intake stimulus which show the wide possibilities of this species to be used as food
supplements for ruminants feeding.
Additional index words: Degradability, Morus alba, nutrients, rumen.

Introducción
La morera es un árbol forrajero adaptado a las condiciones del trópico, que ha mostrado
vastas posibilidades de empleo en la dieta de los rumiantes. Su follaje se caracteriza por una
elevada digestibilidad y un excelente nivel de proteína (de 20 a 24%), comparables con los de
cualquier concentrado comercial. Las variaciones en su composición bromatológica son
producto de la edad del material, la posición de las hojas en la rama y el nivel de fertilización
(Benavides, 1995).
En cabras lecheras, Rojas, Benavides y Fuentes (1994) encontraron que la producción de
leche se incrementó de 2,0 a 2,5 kg/animal/día cuando la suplementación con morera aumentó
del 1,0 al 2,6% del peso vivo en base seca, con ligeros incrementos en los contenidos de
grasa, proteína y sólidos totales de la leche.

131
Sin embargo, son escasos los Resultados que explican el efecto de los mecanismos de
acción de la población microbiana ruminal en los diferentes nutrientes presentes en los
árboles y arbustos forrajeros, su velocidad de degradación, la digestión de los elementos de la
pared celular y de los compuestos nitrogenados, así como la proporción de proteína pasante de
las especies más promisorias, a pesar que el conocimiento del ritmo de fermentación y el
ritmo fraccional de pasaje con relación al volumen ruminal son factores importantes en la
regulación física del consumo voluntario (Dulphy y Demarquilly, 1994; Madsen, Stensig,
Weisbjerg y Hvelplund, 1994).
El presente trabajo tuvo como objetivo determinar la composición bromatológica de
cuatro variedades de morera, así como estimar la cinética de degradación de la materia seca y
la fibra neutral detergente en la variedad Acorazonada a nivel ruminal cuando se empleó como
suplemento en su punto óptimo de utilización por el animal (90 días de edad).

Materiales y métodos
En condiciones de secano y sin fertilización se cosechó el forraje de las variedades
Tigreada, Indonesia, Criolla y Acorazonada a los 90 días de edad después del establecimiento
y a 0,5 m de altura de la planta, con vistas a determinar la composición bromatológica y la
digestión ruminal; esta última solo se determinó en la Acorazonada, ya que no existieron
diferencias notables en la composición química entre las variedades.
La degradabilidad in situ se determinó mediante el método de las bolsas de nailon descrito
por Orskov, Hovell y Mould (1980); se emplearon 2 toros Holstein Frisian de 5 años de edad,
fistulados y con un peso promedio de 550 kg, los cuales se alimentaron con una dieta estándar
compuesta por forraje verde de king grass troceado y ofertado ad libitum, además de un
suplemento proteico a base de soya con el fin de mantener los niveles adecuados de
metabolismo ruminal para la digestión del forraje de morera.
Las bolsas de nailon, cuyo tamaño de poro era de 50 µm, contenían muestras de 5 g de
forraje molido y fueron incubadas en el rumen a razón de tres por cada período de tiempo y
réplica animal. Dichas muestras se extrajeron a las 0, 2, 4, 6, 8, 12, 24, 48 y 72 horas después
del comienzo de la incubación, se lavaron tres veces durante 5 min. con agua clara corriente y
finalmente fueron secadas hasta peso constante en una estufa de aire forzado a 60ºC de
temperatura.
En cada bolsa se determinaron los contenidos de materia seca, materia orgánica, proteína
bruta y fibra neutral detergente (FND) en los residuos, expresados como porcentajes de las
muestras originales.
Los diferentes parámetros que caracterizan la extensión y el ritmo de degradación
ruminal, tales como: fracción eliminada rápidamente por el lavado (a), fracción degradable
lentamente (b) y constante del ritmo de degradación de b (c), fueron calculados según el
método de Orskov et al. (1980); la degradabilidad efectiva (P) se estimó mediante la ecuación
propuesta por McDonald (1981). El ritmo fraccional de pasaje desde el rumen (k) fue asumido
como una constante a una velocidad de 0,04 por hora (proporción en base 1), valor
seleccionado de acuerdo con la retención promedio en este tipo de dieta.
Ecuación para el cálculo de la degradabilidad efectiva:

Donde:
P= Degradabilidad efectiva
a= Fracción eliminada rápidamente por el lavado
b= Fracción degradable lentamente
c= Constante del ritmo de degradación de b
k= Ritmo fraccional de pasaje desde el rumen

Resultados y discusión
En la tabla 1 se presenta la composición química de las variedades estudiadas, entre las
que se destacó la Tigreada (27,60%) aunque sin diferencias notables con las restantes. Estos
valores son similares a los obtenidos por otros autores en especies de amplio uso en la
alimentación animal de los géneros Leucaena, Sesbania, Calliandra, Gliricidia, Albizia, etc.
(Kamatalit, Teller y Varbelle, 1992; Cáceres y González, 1998), evaluadas en diferentes

132
condiciones. La fibra bruta (15% como promedio) se mantuvo en los rangos aceptables para la
porción comestible de especies leñosas forrajeras. Por otra parte, los contenidos de materia
orgánica y minerales se comportaron de manera similar y en los rangos esperados.

Tabla 1. Composición bromatológica de la morera por variedad en punto


óptimo de corte (%)

Variedad MO PB FB Ceniza Ca P
Tigreada 89,60 27,60 13,2 10,41 0,14 0,20
Indonesia 88,76 24,32 15,3 11,24 0,17 0,19
Criolla 88,20 27,06 16,9 11,80 0,18 0,26
Acorazonada 86,63 25,22 14,1 13,40 0,20 0,15
Promedio 88,30 26,05 14,9 11,71 0,17 0,20

Las características de la degradabilidad de la materia orgánica se muestran en la tabla 2.


Al comparar los Resultados de este trabajo con los reportados por Kamatalit et al. (1992) en
Leucaena leucocephala, se observó una degradabilidad efectiva superior en la morera (48,8 vs
47,2%), determinada fundamentalmente por una mayor fracción lentamente degradable (b);
solo la fracción soluble (a) fue superior en leucaena.

Tabla 2. Características de la degradabilidad de la materia


orgánica de la morera en comparación con la leucaena

Morera Leucaena
a (%) 27,83 30,7
b (%) 48,95 45,4
a + b (%) 76,77 76,1
c (por hora) 0,03 0,03
P (%) k= 0,04 48,81 47,2

La cinética de degradación se corrigió de acuerdo con las ecuaciones de regresión lineal


calculadas con respecto al tiempo de incubación, al considerarse la tendencia evidenciada
durante el período experimental.
Las ecuaciones estimadas fueron:
y= 3,723+0,0125(x) (R 2 =0,955) para el caso de la materia seca (MS) (Fig. 1) y
y= 3,61+0,0251(x) (R 2 =0,927) para la fibra neutral detergente (FND) (Fig. 2), donde:
y = Valor corregido de degradabilidad
x = Tiempo de incubación ruminal
Puede apreciarse que existió un incremento sustancial en la velocidad de digestión del
forraje en su totalidad a partir de las 24 horas de reacción con el licor ruminal y sus máximos
valores se estabilizaron entre las 48 y 72 horas de incubación.

Fig. 1. Cinética de degradación de la MS.

133
Fig. 2. Cinética de degradación de la FND.

Las figs. 3 y 4 muestran la evolución de la degradabilidad de la materia seca y de la fibra


neutral detergente, respectivamente. Este punto de despegue de la degradación del material
desde el primer día de incubado es justificado quizás por una dependencia de la
degradabilidad total (Fig. 1) con la de la fibra neutral detergente, en este caso en que se
estimó una proporción mínima del resto de los compuestos estructurales de la pared celular
(fibra ácido detergente), es decir, una vez que se digieren los componentes más fibrosos se
presupone una actividad fermentativa mucho más rápida de los elementos que estarían aún sin
descomponer.

Fig. 3. Degradabilidad de la materia seca de la morera a nivel ruminal.

La calidad nutricional de esta especie forrajera se evidenció a través del alto índice de
degradabilidad (aproximadamente 90%), lo cual coincide con los coeficientes de
digestibilidad reportados por varios autores en esta planta cuando se utilizó como suplemento
(Rojas et al., 1994; Benavides, 1995).
Se demostró también que cuando se cosecha el forraje en punto óptimo de corte, los
niveles de elementos lignocelulósicos presentes en los compuestos de la pared celular no
impiden que las bacterias y los demás microorganismos celulolíticos de la flora ruminal
efectúen una eficiente digestión de estos, a pesar de tratarse de una especie leñosa; se
desarrolla entonces en ese estadio una degradación preferencial casi perfecta de la pared
celular primaria y sus azúcares neutrales: glucosa, xylosa y arabinosa (Sijtsma y Tan, 1993;
Flachowsky, Grun, Polzin y Kronemann, 1994).

134
Fig. 4. Degradabilidad de la fibra neutral detergente de la morera a nivel ruminal.

Conclusiones
La calidad de la morera en condiciones de secano en Cuba resulta similar a la reportada
por la literatura en los países del área centroamericana y es comparable con la de los árboles
forrajeros más empleados en la ganadería del trópico.
La degradabilidad de la materia seca fue de 87,75% hasta las 72 horas de incubación;
mientras que la fibra neutral detergente se digirió a un ritmo de 78,63% en el mismo intervalo
Es necesario realizar investigaciones para determinar qué sucede en los demás
compartimentos con la parte no degradable en el rumen, así como la degradabilidad específica
de los compuestos nitrogenados; debe evaluarse también el potencial de proteína pasante en la
morera cuando se ofrece fresca, conservada o con otros alimentos acompañantes en la dieta.

Referencias bibliográficas
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135
Características fermentativas in vitro de raciones forrajeras
típicas de sistemas agroforestales*
E. González 1 , E. Albanell 2 , G. Caja 2

*V Taller In tern acion al Silvo pasto ril “Lo s árbo les y arb ustos en la g an adería”, Indio Hatuey, Cub a. 2002
1
EEPF “ Indio Hatu ey”, Matan zas, Cub a.
2
Dpto. Cien cia Ani mal y de los Alimentos, Fac. Veterinaria, UAB, Barcelona, España.

Resumen
El estudio se realizó mediante la técnica de producción de gas in vitro descrita por
Theodorou et al. (1994). Para ello se utlizaron los forrajes: Pennisetum purpureum cv. CT-
115, PP; Panicum maximum cv. Likoni, PM; Leucaena leucocephala, LL; Gliricidia sepium,
GS; Morus alba cv. Tigreada, MA y Trichantera gigantea, TG. Las mezclas de estas especies
estaban en proporciones 60:40 (gramínea: suplemento). Cada combinación = tratamiento
experimental (8): 1) PM-LL; 2) PM-GS; 3) PM-TG; 4) PM-MA; 5) PP-LL; 6) PP-GS; 7)
PP-TG; 8) PP-MA. Los donantes del inóculo fueron dos vacas Holstein Friesian, con cánulas
ruminales, adaptadas a ración 50:50. La producción de gas in vitro a las 3, 6, 9, 12, 15, 24,
36, 48, 60, 72 y 96 h post-inoculación. Las gramíneas mostraron un potencial de producción
de gas mayor que las arbóreas o arbustivas, aunque, con excepción de LL, la primera fase de
fermentación (hasta las 12 h) presentó tendencias similares. Potencial fermentativo: PP > PM
y especies no leguminosas (MA y GS) > arbóreas leguminosas (LL y GS). Cuando se
combinaron en una relación 60:40 (gramíneas: árboles forrajeros), se disminuyeron
considerablemente las diferencias observadas durante las incubaciones de los forrajes solos,
posiblemente por efectos complementarios. En las raciones con PM, la combinación con GS
fue superior, seguida de MA, TG y LL. En los tratamientos con PP, la suplementación con
todas las especies presentó valores de producción de gas similar e inferior a la gramínea sola.
Palabras clave: fermentación in vitro, arbóreas, trópico.

Abstract
The study was carried out by means of the in vitro gas production technique described by
Theodorou et al. (1994). For that the forages Pennisetum purpureum cv. CT-115, PP; Panicum
maximum cv. Likoni, PM; Leucaena leucocephala, LL; Gliricidia sepium, GS; Morus alba cv.
Tigreada, MA and Trichantera gigantea, TG were used. The mixtures of these were in
proportions 60:40 (grass: supplement). Eoch combination = experimental treatment (8): 1)
PM-LL; 2) PM-GS; 3) PM-TG; 4) PM-MA; 5) PP-LL; 6) PP-GS; 7) PP-TG; 8) PP-MA. The
suppliers of the inoculum were two Holstein Friesian cows, with ruminal cannulae, adapted to
a 50:50 ration. The in vitro gas production was determined 3, 6, 9, 12, 15, 24, 36, 48, 60, 72
and 96 h post-inoculation. The grasses showed a higher gas production potential than the trees
or shrubs, although with exception of LL the first stage of fermentation (until 12 hours)
showed similar trends. Fermentative potential: PP>PM and non leguminous species (MA and
GS) > leguminous trees (LL and GS). When they were combined in a 60:40 relationship
(grasses: forage trees), the differences observed during the incubations of the forages alone
decreased considerably, possibly due to complementary effects. In the rations with PM, the
combination with GS was higher, followed by MA, TG and LL. In the treatments with PP, the
supplementation with all the species showed gas production values similar to and lower than
the grass alone.
Key words: In vitro fermentation, trees, tropics.

136
Introducción
La suplementación del ganado con follaje de árboles y/o arbustos como fuente de proteína
de alto valor biológico, es una de las estrategias que más justifican la expansión,
intensificación y desarrollo de los sistemas agroforestales y silvopastoriles en el contexto de
las explotaciones ganaderas a nivel internacional. La técnica de producción de gas in vitro
constituye una herramienta práctica, económica y orientativa para el cauce de nuevos
proyectos y enfoques a partir del análisis de sus Resultados. Este trabajo se desarrolló con el
ánimo de contribuir con nuevos datos al gran cúmulo de información que existe, muchas veces
dispersa, relativas a las características fermentativas de dichas especies en sus disímiles
combinaciones y proporciones posibles para la gran diversidad de agroecosistemas del trópico
y subtrópico. El objetivo del trabajo fue evaluar en condiciones in vitro, los potenciales
fermentativos de 4 especies de árboles y/o arbustos forrajeros utilizadas como suplementos en
raciones típicas para rumiantes.

Materiales y métodos
El estudio se realizó en el Departament de Ciéncia Animal i dels Aliments, Universitat
Autónoma de Barcelona, España, mediante la técnica de producción de gas in vitro descrita
por Theodorou et al. (1994).

Muestras de forrajes
Los forrajes utilizados se encuentran dentro de los más promisorios para la alimentación
del ganado en el trópico, y son: dos especies de gramíneas (Pennisetum purpureum cv. CT-
115, PP; y Panicum maximum cv. likoni, PM), comúnmente usadas como fuentes voluminosas
en raciones para rumiantes, y cuatro especies de árboles o arbustos forrajeros (dos
leguminosas: Leucaena leucocephala, LL; y Gliricidia sepium, GS; y dos no leguminosas:
Morus alba var. tigreada, MA;, y Trichantera gigantea, (TG), representativas de las más
empleadas actualmente en los sistemas de alimentación con enfoque agroforestal en el trópico.
Las muestras de los forrajes comestibles (hojas y tallos tiernos) se colectaron de forma
aleatoria y al final de la época lluviosa, en los campos experimentales de los sistemas
silvopastoriles de la EEPF “Indio Hatuey” (Matanzas, Cuba; 22º48’ N, 81º2’ W; 60 msnm;
suelo Ferralítico Rojo).
El corte se realizó en el punto óptimo de consumo por los animales y simulando el
ramoneo de los rumiantes (gramíneas, PP y PM; y arbóreas leguminosas; LL y GS) o mediante
la cosecha directa en los bancos forrajeros para el caso de las especies de corte y acarreo
(arbustivas no leguminosas; TG y MA). Las muestras de forraje se secaron en estufa de aire
forzado (60ºC, 48 h), se molieron a tamaño de partícula de 1 mm, y se mezclaron
posteriormente para conformar un solo ‘pool’ por especie forrajera, independientemente del
punto de cosecha en el campo experimental.

Diseño y tratamientos
En un diseño con arreglo factorial (2 × 4) se comparó el efecto de la suplementación de
las gramíneas (n = 2) con el forraje de árboles o arbustos (n = 4) sobre la producción de gas in
vitro, los parámetros de fermentación y la degradabilidad in vitro de la materia seca (DIVMS)
y la FND (DIVFND).
Las mezclas de las raciones se realizaron en proporciones 60:40 (gramínea: suplemento).
Cada combinación constituyó uno de los 8 tratamientos experimentales: 1) PM-LL; 2) PM-
GS; 3) PM-TG; 4) PM-MA; 5) PP-LL; 6) PP-GS; 7) PP-TG; 8) PP-MA, los cuales fueron
replicados con 6 frascos cada uno en dos incubaciones consecutivas. Paralelamente, se
evaluaron y consideraron como ‘Controles’ los perfiles de fermentación de las gramíneas y
árboles o arbustos forrajeros incubados individualmente.

137
Preparación del inóculo, inoculación e incubación
Como donantes de inóculo se utilizaron dos vacas lecheras Holstein Friesian, dispuestas
con cánulas ruminales, que fueron adaptadas previamente con una ración forrajera diaria (50%
en pastoreo y 50% en confinamiento). Al inicio de cada período de incubación y antes de la
alimentación de la mañana (7:00 am), se obtuvieron cantidades iguales del líquido ruminal de
cada animal, las cuales se homogeneizaron, filtraron a través de dos capas de “cheesecloth” y
conservaron en termo para su traslado inmediato al laboratorio.
Para las incubaciones se utilizaron frascos de 125 ml de volumen a los cuales se añadieron
cantidades aproximadas de 800 mg de muestras de forraje seco molido, mezcladas de acuerdo
a las proporciones de los tratamientos experimentales y disueltas en 100 ml de la solución de
incubación (90 ml de medio anaeróbico, añadidos 12 h antes de la inoculación, y 10 ml de
líquido ruminal filtrado).
Los frascos se lavaron previamente con agua destilada, se secaron en estufa y, antes de la
adición del sustrato o del inóculo, se infundieron directamente con CO 2 para eliminar los
restos de O 2 . Para cada tanda de incubación se adicionaron cuatro frascos, dos sin sustrato y
dos con heno de alfalfa con patrón de producción de gas conocido, para utilizarlos con
propósitos de corrección como ‘blancos’ y estándares, respectivamente.

Medición de la producción de gas, y sustrato residual


Se utilizaron cuatro réplicas por tratamiento y tanda de incubación para medir la
producción de gas in vitro a las 3, 6, 9, 12, 15, 24, 36, 48, 60, 72 y 96 h post-inoculación. La
medida del gas se efectuó mediante un transductor manual de presión HD 8804 (Delta Ohm,
Caselle Di Selvazzano, PD, Italia).
Al final del período de incubación (96 h), se colectó el material residual de cada frasco, el
cual fue filtrado, secado en estufa a 60ºC durante 48 h, y homogeneizado por tratamiento para
estimar la degradabilidad de la MS y la fibra neutral detergente (FND).
La materia seca del material original y residual se determinó mediante los métodos del
AOAC (1995); para el análisis de la FND y la FAD se utilizaron los métodos de Van Soest et
al. (1991) con el uso de un incubador ANKOM 2 0 0 Fibre Analyser (Ankom Technology,
Fainport, NY, USA). Todos los análisis se realizaron por duplicado, y los valores promedio se
utilizaron para los cálculos.
Los volúmenes de producción de gas obtenidos se corrigieron de acuerdo a la cantidad
exacta de MS incubada y a la producción de gas de los ‘blancos’. Para cada tiempo de lectura,
el valor medio obtenido por tratamiento se utilizó para generar la cinética de producción de
gas.

Ajuste de las curvas y análisis estadístico


Los datos originales de producción de gas acumulada se ajustaron a la ecuación propuesta
por France et al. (1993) para estimar la evolución de la fermentación microbiana:
Y = A [1 – exp{ – b(t – T) – c (“t – “ T)}], t e” T
Donde: Y, es la producción de gas acumulada (ml); t, el tiempo de incubación (h); A, el
potencial de producción de gas o asíntota (gas total; ml); b y c, las constantes de ritmo de
fermentación (h - 1 y h - 1 / 2 , respectivamente); y L, es el ‘lag time’ (h).
Para el cálculo de los parámetros se utilizó el programa Curve Expert v 1,37 (Hyams,
2001), mientras que el análisis estadístico se efectuó utilizando los procedimientos
PROCMIXED de SAS v 8,1 (1999) con medidas repetidas.

Resultados
La composición química y los Resultados de la cinética de producción de gas in vitro de
las muestras originales de los forrajes utilizados, se presentan en la tabla 1 y fig. 1,
respectivamente.

138
Tabla 1. Composición química de las muestras de forrajes

Especie
Componente PM PP LL GS MA TG
MS (muestra seca), % 90,83 92,08 89,57 91,45 90,89 90,51
Composición, % MS
MO 90,12 89,39 91,35 89,75 90,23 90,55
PB 5,87 7,56 18,56 21,11 18,35 13,18
FND 52,14 53,04 22,66 24,95 32,94 30,08
FAD 37,65 33,74 16,73 17,74 21,07 23,98

Fig. 1. Cinética de producción de gas in vitro individual por especie de forraje.

Las gramíneas en punto óptimo de cosecha mostraron un potencial de producción de gas


mayor que las especies arbóreas o arbustivas, aunque, con excepción de la Leucaena
leucocephala, la primera fase de fermentación (hasta las 12 h) presentó tendencias similares
para este indicador.
El potencial fermentativo resultó mayor en el king grass que en la guinea y en las especies
no leguminosas (MA y GS) con relación a las arbóreas leguminosas (LL y GS); la menor
producción de gas se obtuvo con el forraje de leucaena, posiblemente debido a los niveles de
factores antinutricionales presentes en esta especie, que afectan la fermentación microbiana
ruminal; de manera similar se pudiera explicar el perfil obtenido con GS, aunque en esta
especie durante las primeras 15 horas se generó aproximadamente el 90% de los productos
finales de toda la incubación.
Cuando se combinaron en una relación 60:40 (gramíneas: árboles forrajeros), se
disminuyeron considerablemente las diferencias observadas durante las incubaciones de los
forrajes solos (Fig. 2). En las raciones con PM, la combinación con GS resultó ser superior
seguida de la mezcla con MA, TG y LL, respectivamente. En los tratamientos con PP, la
suplementación con todas las especies presentó valores de producción de gas similares, e
inferiores a la gramínea sola.

Fig. 2. Cinética de producción de gas in vitro por tratamiento experimental.


139
Los valores ajustados de los parámetros de fermentación y los porcentajes de
degradabilidad in vitro de la MS y la FND por tratamiento se muestran en las tablas 2 y 3,
respectivamente. Como se observa, con excepción de la combinación PM-GS, la
suplementación con las leñosas forrajeras disminuyó el potencial teórico de producción de gas
(A) con relación a la gramínea ‘control’, a pesar de manifestarse un aumento promedio de las
constantes de ritmo de fermentación (b y c) y de observarse una tendencia a la disminución
del ‘lag time’ (L) en todas las raciones, excepto en las que se suplementó con las leguminosas
arbóreas (LL y GS).

Tabla 2. Parámetros fermentativos estimados a partir de la ecuación de France et al. (1993)

A b c T μ12 μ24 μ48


Panicum max. cv. likoni 200 0,019 0,090 2,18 0,188 0,267 0,377
+ Morus alba 176 0,020 0,198 1,89 0,377 0,533 0,754
+Trichantera gigantea 150 0,050 -0,004 1,68 0,080 0,113 0,160
+Leucaena leucocephala 172 0,001 0,234 2,07 0,407 0,576 0,815
+Gliricidia sepium -0,005 0,230 1,99 0,388 0,549 0,777
275
Pennisetum purpureum cv. CT-115 0,024 0,087 1,81 0,192 0,271 0,383
212 0,040 0,089 1,46 0,223 0,316 0,447
+Morus alba
170 0,046 0,049 1,76 0,165 0,233 0,330
+Trichantera gigantea
157 0,021 0,136 2,13 0,271 0,383 0,541
+Leucaena leucocephala
171 0,010 0,237 2,21 0,428 0,606 0,857
+Gliricidia sepium
163

A: Asíntota o potencial de producción de gas a 96 h de incubación (ml/ mg MS); b, c: constantes de ritmo de fermentación (h-1 y h-1/2,
respectivamente); : ritmo fraccional de degradación (h-1).

Tabla 3. Digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS) y FND


(DIVFND) de las raciones experimentales

Tratamiento DIVMS (%) DIVFND (%)


Panicum max. cv. likoni 55,94 48,10
+ Morus alba 66,47 48,32
+Trichantera gigantea 62,20 55,46
+Leucaena leucocephala 60,76 45,44
+Gliricidia sepium 59,93 46,40
Pennisetum purpureum cv. CT-115 62,92 56,04
+Morus alba 68,10 53,30
+Trichantera gigantea 64,63 58,40
+Leucaena leucocephala 62,10 61,90
+Gliricidia sepium 61,83 63,40
Morus alba 71,72 -
Trichantera gigantea 77,36 -
Leucaena leucocephala 70,61 -
Gliricidia sepium 73,46 -

Conclusión
La suplementación con AF tendió a aumentar las constantes de ritmo y DIVMS, a pesar de
disminuir la producción de gas in vitro.

140
Referencias bibliográficas
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141
Carbohidratos solubles en cuatro variedades
de morera (Morus alba Linn.)*
D.E. García 1 , María G. Medina 2 y F. Ojeda 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 28 , No . 3 , 2005 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.
2
In stitu to Nacion al de Inv estig acion es Ag ríco las (INIA), Edo . Trujillo , Ven ezuela.

Resumen
Con el objetivo de cuantificar el contenido de carbohidratos solubles totales (CHS) en
cuatro variedades de morera, sometidas a cortes continuos cada 90 días, se llevó a cabo una
investigación en un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y cinco repeticiones.
Los CHS se encontraron en las hojas en un rango de 11,78 a 19,85% MS y en los tallos tiernos
las concentraciones oscilaron entre 3,86 y 10,92% MS. En todos los casos la interacción
variedad por fertilización fue significativa (p<0,05). En el período poco lluvioso los niveles
de CHS en las hojas y los tallos tiernos de todas las variedades fueron máximos con 300 kg de
N/há/año y las menores concentraciones correspondieron a las variedades Indonesia y
Acorazonada. En la época de lluvia no se observó una tendencia definida entre las variedades
en ambas partes de la planta y las variedades Acorazonada y Cubana exhibieron la mayor
variabilidad entre los niveles de fertilización. En todos los casos, del total de glúcidos
presentes en Morus alba la mayor cantidad de CHS se encontró en forma de compuestos de
considerable peso molecular (polisacáridos) solubles en etanol (>70%), los cuales presentaron
una dinámica adecuada con la fertilización. Se concluye que las concentraciones de CHS en
M. alba mostraron diferencias sustanciales entre las hojas y los tallos tiernos.
Palabras clave: Carbohidratos, metabolitos, Morus alba

Abstract
A research was carried out in a randomized block design with 4 x 4 factorial arrangement
and five repetitions in four varieties of mulberry subject to continuous cutting every 90 days.
The objective of this work was to quantify the content of total soluble carbohydrate (TSC).
TSC were found in leaves in arrange of 11,78-19,85% DM and in fresh stems the
concentrations varied between 3,86-10,92% DM. In all cases the variety x fertilization
interaction was significant (p<0,05). In the dry season the TSC levels of leaves and fresh
stems of all varieties were higher with 300 kg of N/há/year and the lower concentrations
corresponded to Indonesia and Acorazonada. In the rainy season it was not observed a definite
tendency among varieties in both parts of plant and Acorazonada and Cubana varieties showed
the great variability among fertilization levels. In all cases, of the total of glucides presents in
Morus alba the highest amount of TSC was found as compounds of considerable molecular
weight (polysacharides) soluble in ethanol (>70%), and its showed an adequate dynamic with
fertilization. It is concluded that levels of TSC in M. alba showed marked differences between
the leaves and the fresh stems.
Key words: Carbohydrates, metabolites, Morus alba

Introducción
De todas las sustancias de reserva presentes en algunas especies del géne-ro Morus, los
carbohidratos solubles constituyen el grupo de metabolitos de mayor importancia (García,
Ojeda y Montejo, 2003). Estos compuestos, en todas las especies de morera, desempeñan un
papel importante en la recuperación ante la poda (Medina, 2004).
Adicionalmente, en estudios farmacológicos recientes se ha determinado que la Fagomina,
un seudoazúcar aislado de las hojas de la morera, potencia la secreción de insulina
(Taniguchi, Asano, Tomino y Miwa, 1998; Sun-Yeou, Kang- Sun, Won-Chu, Hyun-Ok, Hoi-
Seon y Kang-Ro, 1999), y los polisacáridos solubles, derivados de las pectinas y las
hemicelulosas de Morus alba, presentan una actividad hipoglicemiante más fuerte que las
extraídas a partir de Morus nigra y Morus rubra (Sanavova y Rakhimov, 1997).
142
Con el fin de conocer las concentraciones de los metabolitos mayoritarios en esta planta
se ha desarrollado un considerable número de investigaciones fitoquímicas (García, Ojeda y
Pérez, 2002; García et al., 2003; García y Ojeda, 2004a;2004b), por lo que los objetivos de
este trabajo fueron: cuantificar los contenidos de carbohidratos solubles totales y determinar
la influencia de la fertilización orgánica y la variedad.

Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud norte y 81º 2’ de longitud oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba.
Los muestreos se realizaron en dos períodos correspondientes al año 2002, enmarcados
entre los meses de enero-abril como período poco lluvioso (PPLL) y mayo-septiembre como
período lluvioso (PLL).
El suelo donde se llevó a cabo la investigación presenta una topografía plana y se
clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández et al. (1999).
En esta investigación se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y
tres repeticiones para las dos épocas. Los factores estudiados fueron:
• Fertilización orgánica (gallinaza) equivalente a: 100, 300 y 500 kg de N/há/año,
además de los tratamientos donde no se fertilizó (parcelas control)
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada
La evaluación de ambos factores se realizó para las dos épocas y en las dos partes de la
fracción comestible. Las características de las unidades experimentales y el manejo
agronómico fueron descritos por García et al. (2003) en la detección de los metabolitos
secundarios.
La biomasa de 90 días de edad, dividida en hojas-pecíolos y tallos tiernos, fue recolectada
de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar, después de ser
eliminado el efecto de borde de las unidades experimentales.
Las muestras se secaron a temperatura ambiente, en un local ventilado y oscuro, durante
12 días. Posteriormente fueron molinadas hasta un tamaño de partícula de 1 mm y se
almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del análisis.
La cuantificación de los CHS se realizó mediante el método de la Antrona descrito por
Lezcano y González (2000), utilizando D(+) Glucosa como patrón en las determinaciones.
El fraccionamiento por peso molecular excluyente estuvo determinado por la solubilidad
de los CHS del extracto crudo en solventes de polaridades diferentes (García, 2003).
Para el procesamiento de los datos se utilizó un análisis factorial, mediante la opción
GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS versión 10,0. Se
usó la dócima de comparación múltiple de SNK (Student-Newman-Keuls) y las medias fueron
comparadas según p<0,05.

Resultados y discusión
En esta investigación se debe señalar que en los tratamientos no fertilizados la especie M.
alba no respondió al corte, por lo que la biomasa comestible para la evaluación fue nula. Este
comportamiento apoya lo expresado por Benavides (2002) en cuanto a la necesidad de
fertilización que tiene la morera en su condición de especie no leguminosa.

Hojas
El contenido de CHS en el PPLL presentó una interacción variedad por fertilización
significativa, con valores que oscilaron entre 10,40 y 16,45% MS; Resultados numéricos
similares fueron informados por Ojeda, Montejo y Pérez (2000) en muestras de morera fresca,
empleadas como control en la fabricación de ensilajes con aditivos.
Las cuatro variedades estudiadas presentaron el mismo comportamiento en la interacción
(Tabla 1); la variedad Indonesia se caracterizó por presentar las concentraciones más bajas de
CHS para los tres niveles de fertilización, quizás por tener menor posibilidad de síntesis de
CHS en el período seco, o por poseer una menor área foliar en comparación con el resto de las
variedades.

143
Los CHS aumentaron marcadamente con la aplicación de 300 kg de N/há/año para todas
las variedades. El incremento en el contenido energético con esta dosis de N, basado en
mediciones de la energía bruta (EB Kcal/kg de MS) en el PPLL, fue también informado por
González, Martín, Albanell, Cajas y Rosas (2002); ello puede estar relacionado con una mayor
asimilación de potasio como agente importante en el metabolismo y el transporte de los CHS.
En este sentido, dichos autores también observaron mayores niveles energéticos en la
época de lluvia comparada con el PPLL, así como un comportamiento diferenciado de las
hojas y los tallos tiernos en el PLL, lo cual apoya lo obtenido en las presentes
cuantificaciones.
En el PLL el rango de CHS osciló entre 12,63 y 18,79% MS (Tabla 1), valores que
coinciden en buena medida con los obtenidos en las principales variedades de M. alba
cultivadas para la sericultura en China (Yongkang, 2002), e inferiores en un 5% MS a los
informados por Xiangrui y Hongsheng (2001) en otros ecotipos asiáticos.
El efecto de los grupos variedad y fertilización en el PPLL en la concentración de CHS,
mostró una mayor heterogeneidad en los niveles de fertilización en comparación con el PLL.
La variedad Acorazonada presentó valores extremos, con una tendencia similar a la observada
en el PPLL.

Tabla 1. Interacción variedad por fertilización en el contenido


de CHS en las hojas de M. alba

Factor CHS (% MS)


Variedad Fertilización PPLL PLL
Cubana 100 13,71b 16,60ab
300 16,45ª 14,79c
500 15,26ª 16,39ab
Indonesia 100 10,40c 14,63c
b
300 12,24 17,50ª
c
500 11,78 18,26ª
Tigreada 100 12,93b 16,63ab
300 15,84ª 16,01ab
b
500 12,58 17,35ª
c
Acorazonada 100 11,54 18,79ª
300 16,70ª 19,85ª
b
500 12,29 12,64d
ES ± de la interacción 0,33* 0,85*

a,b,c,d Valores con superíndices desiguales en cada época difieren estadísticamente a p<0,05 mediante la dócima de Student-Newman-Keuls
* p<0,05

Asimismo, las cantidades de CHS en las hojas de la morera fueron superiores a las
concentraciones encontradas en algunas especies de árboles, arbustos y plantas rastreras en la
zona tropical y subtropical (García, 2003).

Tallos tiernos
El contenido de CHS en los tallos tiernos en el PPLL fluctuó entre 3,86 y 10,92% MS; se
observó una tendencia homogénea en la interacción de todas las variedades, con un
comportamiento similar al de las hojas en ese mismo período, relacionado quizás también con
una mayor cantidad de potasio foliar cuando se aplicó 300 kg de N/há/año. En este sentido
sobresalió la variedad Cubana por el máximo contenido de CHS (Tabla 2).

144
Tabla 2. Interacción variedad por fertilización en el contenido de
CHS en los tallos tiernos de M. alba

Factor CHS (% MS)


Variedad Fertilización PPLL PLL
c
Cubana 100 5,57 5,98a
300 10,92ª 5,44b
500 7,54b 4,51c
b
Indonesia 100 8,24 5,47b
300 9,25ab 4,25d
b
500 7,42 5,62ab
Tigreada 100 7,86b 4,75b
b
300 8,06 4,99bc
500 8,13b 5,79ª
c
Acorazonada 100 5,92 5,39ª
300 7,17b 5,73ª
d
500 3,86 5,41b
ES ± de la interacción 0,45* 0,19*

a,b,c,d Valores con superíndices desiguales en cada época difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a p<0,05
* p<0,05

Rangos similares de CHS (<6% MS) fueron informados por García, Nygren y Desfontaines
(2001) en los tallos tiernos de la leguminosa Gliricidia sepium para el PLL. Clavero (1998)
obtuvo concentraciones similares en Acacia mangium (5,01% MS).
En el PPLL se encontró un rango de CHS similar al obtenido en el PLL en las hojas; un
comportamiento contrario con relación a la época mostraron los tallos tiernos, donde el rango
más amplio se observó en el PPLL. Ello demuestra los contrastes que existen en las
concentraciones de estas sustancias de reserva en los tallos de esta planta.
En el PPLL, cuando las radiaciones solares fueron elevadas pero la cantidad de agua
disponible fue un factor limitante, es posible que M. alba haya utilizado más rápidamente los
glúcidos o haya sintetizado una menor cantidad que en el PLL.
En este sentido Das, Sengupta, Chattopadhyay, Setua, Das y Saratchandra (2002)
encontraron una reducción del crecimiento y el rendimiento foliar, unido al aumento
sextuplicado de cantidades de Prolina, lo que evidentemente conllevó una disminución
energética considerable. Reducciones en las concentraciones de CHS y almidones con el
aumento de cantidades apreciables de Prolina, han sido también reportadas por Singhal y
Roopa (1998).
En el PLL también se observó un efecto significativo de los grupos fertilización y
variedad, en un intervalo más estrecho de valores que el obtenido para los tallos tiernos en el
PPLL.
Por otra parte, Ramanjulu, Screenivasalu, Kumar y Sudhakar (1998) y Ramanjulu y
Sudhakar (2000), al evaluar el efecto del estrés por supresión de agua en plantas adultas de
morera, demostraron que el potencial hídrico de las hojas, los valores de área foliar, el
contenido total de clorofila, la tasa fotosintética, la conductancia estomática y la transpiración
fueron disminuyendo, lo que trajo consigo la disminución de los CHS disponibles para llevar a
cabo las funciones metabólicas en la planta.
Desde el punto de vista descriptivo, de los CHS determinados en las hojas de las
variedades entre el 85 y 94% fueron carbohidratos solubles en etanol al 95% en el PPLL, sin
variaciones apreciables con la fertilización, por lo que la cantidad de fertilizante orgánico
aplicado al suelo no produjo efecto en los porcentajes de carbohidratos de mayor peso
molecular en la época poco lluviosa.
Por su parte, en el PLL los valores oscilaron entre 74 y 87% y los Resultados pusieron de
manifiesto la elevada fracción de carbohidratos no estructurales complejos, al parecer en
forma de polisacáridos solubles de tipo almidón. En las hojas, durante el PLL los menores
porcentajes de CHS solubles en alcohol se observaron con la fertilización de 300 kg de
N/há/año, excepto para la variedad Cubana, la cual mostró un incremento con la fertilización
(Fig. 1).
145
Fig. 1. Comportamiento de los CHS solubles en etanol con la fertilización en las hojas de cuatro variedades
de M. alba en el PLL.

Estos Resultados demuestran la mayor síntesis de almidones en el PPLL y la traslocación


evidente de los CHS de menor peso molecular al tallo con la fertilización de 300 kg de
N/há/año, excepto en la variedad Cubana.
Los tallos tiernos en el PPLL se caracterizaron por presentar porcentajes de CHS solubles
en alcohol entre 62 y 90%, con una tendencia al incremento de estos tipos de sacáridos con la
fertilización, debido quizás a la mayor acumulación de estas sustancias en vías de ser
almacenadas como reserva a nivel del tallo y la raíz (Fig. 2a).
En el PLL los tallos tiernos presentaron entre 81 y 89%, con una tendencia a la
disminución de los CHS solubles en etanol con el aumento de la fertilización (Fig. 2b), quizás
por hacer un mayor uso de los CHS en la producción de tejido vegetativo a medida que la
disponibilidad de nutrientes aumentó y las condiciones fueron más propicias para una mayor
producción de biomasa.

Fig. 2. Comportamiento de los CHS solubles en alcohol con la fertilización en los tallos tiernos de cuatro
variedades de M. alba. a) PPLL, b) PLL

La dinámica inversa observada demostró el protagonismo que tienen los tallos en la


acumulación y traslocación de estas sustancias de reserva en la planta.
Cantidades apreciables de polisacáridos no estructurales solubles en alcohol, como
Peptinas (12% MS), Arabanos (7,4% MS), Pentosanos (3,8% MS) y Amilosa (1% MS), han
sido encontradas por Xiangrui y Hongsheng (2001).

146
Conclusiones
Las variedades Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada contienen en las hojas
concentraciones de CHS que oscilan entre 11,54 y 18,26% MS, y en los tallos tiernos entre
3,82 y 10,92% MS.
De todas las variables estudiadas, la mayor influencia en la variación de las
concentraciones de CHS la ocasionan la parte de la fracción comestible (hojas y tallos tiernos)
y la combinación de los factores variedad y fertilización para las dos épocas.
Tanto en las hojas como en los tallos tiernos, más del 60% de los CHS de las variedades se
encuentran en forma de sacáridos de considerable peso molecular (polisacáridos), los que
muestran una clara variación con la fertilización y la época del año.

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148
Conservación de la morera (Morus alba) como ensilaje. I.
Efecto sobre los compuestos nitrogenados*
F. Ojeda e I. Montejo 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 24 , No . 2 , 2001 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Mediante dos experimentos se analizó el comportamiento de los compues-tos nitrogenados
en los ensilajes de Morus alba (morera). En el primero se evaluaron sin conservantes desde los
2 hasta los 180 días y en el segundo se estudió la interacción que ejercen el presecado (40%
MS) y diferentes dosis de miel final (2, 4 y 6%) y ácido fórmico (0,1; 0,2 y 0,3%). Como
unidades experimentales se utilizaron bolsas de nailon de 3 kg de capacidad a razón de cinco
réplicas por tratamiento. Los indicadores medidos fueron: materia seca (MS), proteína bruta
total (PBt) y soluble (PBs/PBt %), nitrógeno amoniacal (N-NH3/Nt %) y pH. La dinámica
fermentativa se analizó a través de ecuaciones múltiples lineales y el efecto de los
conservantes mediante un diseño completamente aleatorizado. La MS mostró una tendencia a
disminuir según el tiempo de conservación (38% a 0 día y 32% a 180 días), aunque con la
adición de miel final (x=34,7) y ácido fórmico (x=33,9) y mediante el presecado (x=40,2)
hubo una disminución menor de este indicador en relación con los ensilajes sin conservante
(x=31,8). El presecado fue el tratamiento que mejor control ejerció sobre la PBs/PBt %
(x=12,3); mientras que el ácido fórmico no resultó efectivo (x=62,5). El empleo de la miel
final proporcionó Resultados intermedios (x=40,3). El N-NH3/Nt % presentó los valores más
adecuados con el presecado (x=6,2), la miel final al 6% (x=7,0) y el ácido fórmico al 0,1%
(x=9,3); el resto de los tratamientos no difirieron entre sí (x=12,2). Se concluye que el
presecado es la tecnología más adecuada para minimizar las acciones degradativas que ocurren
en los compuestos nitrogenados de la morera durante el proceso de conservación.
Palabras clave: Aditivos, amoniaco, ensilaje, Morus alba, proteína bruta

Abstract
The performance of nitrogenous compounds in silages of Morus alba (mulberry) was
analyzed by means of two trials. In the first one they were evaluated without preservatives,
from 2 to 180 days, and in the second trial, the interaction exerted by pre-drying (40% DM)
and different doses of final molasses (2,4 and 6%) and formic acid (0,1; 0,2 and 0,3%) was
studied. Nylon bags with a capacity of 3 kg were used as trial units, with 5 replications per
treatment. The indicators measured were: dry matter (DM), total crude protein (CPt) and
soluble crude protein (CPs/CPt %), ammoniacal nitrogen (N-NH 3 /Nt %) and pH. Fermentative
dynamics was analyzed through multiple linear equations and the effect of preservatives,
thorugh a completely randomized design. DM showed a tendency to decrease according to the
time of conservation (38% at 9 day and 32% at 180 days), although with the addition of final
molasses (x=34,7) and formic acid (x = 33,9) and by means of pre-drying (x=40,2), there was
a lower decrease of this indicator as compared to the silages without preservative (x=31,8).
Pre-drying was the treatment that exerted better control on CPs/CPt % (x=12,3); while formic
acid was not effective (x=62,5). The use of final molasses provided medium results (x=40,3).
N-NH 3 /Nt % presented the most adequate values with pre-drying (x=6,2), final molasses at 6%
(x=7,0) and formic acid at 0,1% (x=9,3); the rest of the treatments did not differ among
themselves (x=12,2). Pre-drying is concluded to be the most adequate technology for
minimizing the degradating actions that occur in the nitrogenous compounds of mulberry
during the process of conservation.
Key words: Additives, ammonia, silage, Morus alba, crude protein

149
Introducción
Los altos rendimientos en biomasa comestible (16-18 t MS/há/año), los elevados por
cientos de proteína bruta (15-25%) y digestibilidad in vitro de la materia seca (75-85%),
unidos a la perennidad ante el corte y la adaptabilidad a los distintos tipos de suelo que
presenta la morera (Morus alba) (CATIE, 1986), hacen que esta planta comience a tener una
amplia difusión en las áreas ganaderas y que esté llamada a convertirse en el forraje por
excelencia para la alimentación y suplementación de los rumiantes.
Si bien es cierto que con el empleo de los árboles la estacionalidad productiva de las
plantas se atenúa, en la realidad para garantizar la alimentación en la época menos lluviosa es
imprescindible que la proporción producción forrajera/área sea establecida sobre la base de
los períodos de menor rendimiento.
Esta situación se hace evidente en el caso de la morera, cuya frecuencia de corte para
obtener forraje está determinada alrededor de los 3 meses, lo que proporciona excedentes en el
período lluvioso, que si no se cortan ocasionan desbalances en la calidad nutricional de los
rebrotes por envejecimiento, una disminución en la biomasa comestible y el
desaprovechamiento del potencial productivo (Martín, Reyes, Hernández y Milera, 2000).
Una de las formas de evitar esta situación es la conservación de todo el material verde no utilizado como
ensilaje; sin embargo, se conoce que las plantas arbóreas constituyen una particularidad dentro de las
tecnologías de conservación establecidas hasta el presente (Vallejo, Benavides, Kass, Jiménez y Ruiz, 1994).
De hecho los contenidos de proteína bruta son muy superiores a los hallados en los
forrajes de gramíneas (Oviedo, Kass y Torres, 1994), pero si se degrada durante la
conservación, los Resultados productivos disminuyen de manera apreciable con respecto a su
utilización como forraje fresco (González, Benavides, Kass, Olivo y Esperance, 1997)
Hasta el presente se han efectuado pocos estudios sobre la conservación de la morera, la
mayoría con tiempos de apertura prefijados (Vallejo, 1995), lo cual dificulta conocer cómo
evoluciona este importante indicador durante la preservación
Además, las investigaciones realizadas con forrajes templados han demostrado que existen
comportamientos diferentes en la hidrólisis de las proteínas según el tipo de forraje,
independientemente de que los ensilajes sean confeccionados de forma directa o presecados
(Messman, Weiss y Koch, 1994); ello explica por qué solo mediante estudios individuales en
los forrajes de interés, es posible dilucidar el comportamiento de los compuestos nitrogenados
en la conservación.
Es por eso que el objetivo de esta investigación fue estudiar la evolución de los
compuestos nitrogenados en los ensilajes de la morera y sus transformaciones en el tiempo, a
través de los principales indicadores, y la interacción de diferentes dosis de conservantes y el
premarchitamiento.

Materiales y métodos
Experimento 1. Dinámica de la fermentación de los ensilajes de morera
El forraje de morera para este experimento se tomó de una plantación que tenía 3 años de
establecida, con una densidad de 25 000 plantas/há la cual recibió un corte de
homogeneización y una fertilización de 60 kg de N/há en el mes de mayo, al inicio del período
lluvioso.
A los 90 días de rebrote, en el mes de agosto, se procedió a recolectar de forma manual el
forraje para su conservación. El forraje verde fue picado en una troceadora estacionaria a
dimensiones de 1-2 cm y mezclado cuidadosamente para darle uniformidad.
Como unidades experimentales se utilizaron bolsas de nailon dobles, de 3 kg de
capacidad, las cuales fueron llenadas y hermetizadas en el menor tiempo posible
(2 horas), a razón de cinco bolsas por tratamiento. Los tiempos de apertura (tratamientos) se
prefijaron a los 2, 8, 14, 30, 60, 90, 120 y 180 días de conservación.
Los indicadores medidos fueron: la materia seca (MS), determinada en estufa con
ventilación forzada por 48 horas a 70ºC; la proteína bruta total (PBt), según AOAC (1965), y
la proteína bruta soluble (PBs) y el amoniaco N-NH3/Nt % a partir de la extracción del jugo
de los ensilajes mediante una prensa hidráulica, según la metodología propuesta por Dulphy y
Demarquilly (1981).
Los Resultados se analizaron mediante ecuaciones de regresión múltiple lineal, utilizando
los análisis estadísticos de EXCEL.
150
Experimento 2. Efecto de los conservantes y el presecado
La morera utilizada en este estudio se obtuvo de la misma plantación del experimento
anterior y también recibió 60 kg de N/há inmediatamente después del corte (agosto), pero se
recolectó a los 60 días de rebrote (octubre).
El procedimiento experimental fue similar al del experimento 1, pero en este caso los
tratamientos evaluados fueron: sin conservante; presecado; miel final al 2, 4 y 6%; y ácido
fórmico al 0,1; 0,2 y 0,3%. El tiempo de apertura se prefijó a los 60 días de conservación.
Para evaluar los Resultados se empleó un diseño experimental completamente aleatorizado
y las diferencias entre medias se determinaron a través de la dócima de Duncan (1955).
Debido a la complejidad de los diferentes indicadores estudiados y sus interacciones, fue
necesario efectuar una ponderación de cada uno de ellos, con la finalidad de obtener un
criterio integral y así, mediante la suma alcanzada, discernir la superioridad de un tratamiento
sobre otro.
La metodología adoptada fue la de utilizar los superíndices de las medias como elemento
definitorio de las diferencias entre los tratamientos como base para otorgar la puntuación. En
los casos que coexistieran dos superíndices se tomó la media de los valores correspondientes.
El sistema establecido para los indicadores se presenta en la tabla 1.

Tabla 1. Puntuación ponderada de los indicadores según las diferencias significativas


expresadas por los superíndices

MS PB PBs/PBt % N-NH3/Nt % pH Puntuación máxima


a-3 a-3 d-3 c-3 c-3 15
b-2 b-2 c-2 b-2 b-2
c-1 c-1 b-1 a-1 a-1
a-0

Resultados
Experimento 1
La materia seca mostró una tendencia a disminuir durante todo el período de tiempo
medido y presentó un buen ajuste a la regresión cuadrática propuesta (Fig. 1).

Fig. 1. Evolución de la materia seca en los ensilajes de morera.

La proteína bruta total (PBt) se mantuvo sin grandes variaciones en los diferentes tiempos
de apertura, que no presentaron diferencias significativas entre sí (Tabla 2).

Tabla 2. Evolución de la proteína bruta total de los ensilajes de morera a diferentes


tiempos de apertura

Tiempo (días)
ES±
0 2 8 14 20 30 60 90 120 180
% PBt 18,9 18,4 18,4 19,3 18,9 18,0 19,9 18,0 18,5 19,1 4,6

151
La relación proteína bruta soluble/ proteína bruta total (PBs/PBt %) presentó un
comportamiento variable, pero siempre fue superior a la inicial que poseía el forraje, con
notables incrementos al final del período medido. La mejor modelación se obtuvo con una
ecuación polinomial de grado 4 (Fig. 2).

Fig. 2. Evolución de la proteína soluble/proteína total [%] en los ensilajes de morera.

El nitrógeno amoniacal con relación al nitrógeno total (N-NH 3 /Nt %) mostró un


incremento sostenido a partir de 14 días de conservación, hasta alcanzar valores máximos a
los 180 días. La ecuación de mejor ajuste a los Resultados fue una polinomial cúbica (Fig. 3).

Fig. 3. Evolución N-NH 3 /Nt [%] en los ensilajes de morera.

El pH de los ensilajes, después de un descenso rápido en los primeros 8 días de iniciado el


proceso de conservación, comenzó a ascender de forma gradual hasta los 30 días y presentó un
ligero descenso a los 60 días, con estabilización de los valores alcanzados durante el período
de tiempo restante. La ecuación con mejor R 2 fue una polinomial de grado 4 (Fig. 4).

152
Fig. 4. Evolución del pH en los ensilajes de morera.

Experimento 2
Los Resultados de los indicadores evaluados se muestran en la tabla 3; el mayor por
ciento de materia seca se halló en el ensilaje presecado.

Tabla 3. Efecto de los conservantes y el presecado sobre la calidad fermentativa


de los ensilajes de morera

MS PB PBs/PBt N-NH3/Nt
Tratamientos pH
(%) (%) (%) (%)
Control 31,82c 22,5c 39,9c 5,0b 11,2a
Presecado 40,20a 24,7b 12,3d 5,4ª 6,2c
Miel final 2 % 33,68bc 21,8c 38,6c 4,9b 12,1ª
Miel final 4 % 34,76b 24,2b 38,6c 4,8bc 10,5ª
Miel final 6 % 35,67b 23,0bc 43,7b 4,6c 7,5bc
Ácido fórmico 0,1 % 32,67c 26,4ª 63,8ª 5,0b 9,3b
Acido fórmico 0,2 % 34,67b 27,3ª 61,6ª 5,0b 13,0a
Acido fórmico 0,3 % 34,60b 26,7ª 62,2ª 5,3ª 14,0a
ES ± 1,36* 2,4* 0,8*** 0,1*** 2,6*

a,b ,c,d Valo res con sup eríndices no co mu n es d ifieren a p <0 ,05 (Dun can , 1955 )
* p <0 ,05 *** p <0 ,001

La adición de 4 y 6% de miel final y de 0,2 y 0,3% de ácido fórmico propiciaron mayores


contenidos de MS que los hallados en el ensilaje control; en las dosis más bajas de ambos
conservantes no hubo diferencias significativas con este tratamiento.
La inclusión del ácido fórmico favoreció una mejor conservación de la proteína bruta
total, al igual que el presecado y la incorporación de 4% de miel final, con respecto al control;
el resto de los tratamientos no difirieron.
El tratamiento con mejor valor de PBs/PBt (%) fue el presecado, seguido de los
preservados con 2 y 4% de miel final y el control. El tratamiento con 6% de miel final mostró
valores intermedios y los ensilajes con ácido fórmico resultaron los más deficientes.
Los menores por cientos de N-NH 3 /Nt se obtuvieron en los ensilajes presecados y con 6%
de miel final, aunque este último no difirió del tratamiento con 0,1% de ácido fórmico. El
resto de los tratamientos, además de presentar valores más elevados, no difirieron entre sí.
Los pH más bajos se lograron con la adición de 6 y 4% de miel final, aunque este último
no difirió de los ensilajes donde se utilizó 2% de miel final y ácido fórmico al 0,1 y 0,2%, ni
del tratamiento sin conservantes. Los Resultados más elevados se hallaron con la inclusión de
0,3% de ácido fórmico y el presecado. Un análisis de la puntuación relativa de los Resultados,
teniendo en cuenta sus índices de significación (Tabla 4), muestra que los ensilajes presecados
alcanzaron el 80% de los puntos factibles, seguidos del tratamiento con 6% de miel final, pero
con una diferencia de 13 puntos porcentuales entre ellos. A continuación se situaron los
tratamientos con 4 y 2% de miel final.
153
Tabla 4. Puntuación ponderada de los indicadores en los ensilajes de morera

Tratamientos MS PB PBs/PBt pH N-NH3/Nt % total


Total
(%) (%) (%) (%) de puntos
Control 1 1 2 2 1 7 47
Presecado 3 2 3 1 3 12 80
Miel final al 2 % 1,5 2 2 2 1 8,5 57
Miel final al 4 % 2 2 2 2,5 1 9,5 63
Miel final al 6 % 2 1,5 1 3 2,5 10 67
Ácido fórmico 0,1 % 1 3 0 2 2 8 53
Ácido fórmico 0,2 % 2 3 0 2 1 8 53
Ácido fórmico 0,3 % 2 3 0 1 1 7 47

Los ensilajes a los cuales se les incorporó ácido fórmico a razón de 0,1 y 0,2% resultaron
de más calidad que los obtenidos con 0,3%. Este a su vez resultó similar en puntuación total a
los ensilajes sin conservantes.

Discusión
En el experimento 1 las pérdidas de materia seca fueron altas, aproximadamente un 10,5%
del contenido original. Esta situación debe analizarse desde dos puntos de vista; en una
primera aproximación, es conocido que durante el secado de los ensilajes en estufa se
producen pérdidas de componentes volátiles, que si no se tienen en cuenta los valores
obtenidos resultan subestimados, por lo que estos Resultados deben ser considerados con
precaución (Dulphy y Demarquilly, 1981). El otro factor fue el tiempo prolongado que duró la
investigación. En condiciones reales un ensilaje no permanece 6 meses sin ser consumido, por
lo que estas pérdidas constituyen un límite extremo.
Aunque Vallejo (1995) encontró que algunas plantas arbóreas al ser conservadas
presentaban pérdidas de materia seca similares a las halladas en este experimento, las
obtenidas para la morera fueron más bajas, lo cual se atribuye a la buena calidad fermentativa
de los ensilajes. Es por ello que el empleo de conservantes favorece la conservación de la
materia seca y en el caso de la miel final, además, realiza un aporte de sólidos adicionales
(Fuente, 1990).
Quedó evidenciado, bajo las condiciones en que se realizaron los ensilajes de morera, que
existió una evolución degradativa permanente, sin que se encontraran signos de estabilización,
Resultados que tipifican el comportamiento de este forraje ante la conservación.
Aunque los contenidos iniciales de proteína bruta total se mantuvieron en todos los
tratamientos del experimento 1, también se pudo apreciar que con el empleo del ácido fórmico
la PBt se preserva mejor desde el punto de vista cuantitativo, lo cual constituye una de las
principales ventajas de utilizar dicho ácido en los ensilajes (Ready y Murphy, 1996).
En esta investigación también se pudo apreciar que las proteínas de la morera sufrieron
transformaciones cualitativas, que tienen implicaciones fermentativas y nutricionales. La
solubilización de las proteínas originales del forraje es un proceso inherente a la preservación
como ensilaje (Ohshima y McDonald, 1978).
En el experimento 1 se constató que la fermentación sin pretratamientos no es capaz de
controlar este proceso, ya que nunca se logró el pH de 4,3, considerado como el mínimo
necesario para detener la acción solubilizadora de las proteasas (McDonald, Henderson y
Heron, 1991); de ahí el aumento constante del indicador PBs/PBt (%).
La magnitud de este proceso quedó reflejada en las variaciones ocurridas entre los 30 y
120 días de conservación, las cuales indican procesos de condensación y reordenamiento en
los compuestos nitrogenados solubilizados. De hecho, en este período casi todo el nitrógeno
soluble se encontró en forma de amoniaco.
Un estudio de la acción de los conservantes y del presecado permite explicar lo referente a
los factores que inciden en estos cambios.
La disminución artificial del pH a través de la adición de ácido fórmico indujo los
mayores por cientos de PBs/PBt. Este mismo efecto fue encontrado por Carpintero, Henderson
y McDonald (1979) cuando estudiaron dosis crecientes de los ácidos fórmico y sulfúrico en un
ensilaje mixto de gramíneas y leguminosas templadas, donde la acidificación promovió
154
contenidos más elevados de nitrógeno soluble, lo cual fue interpretado como el resultado de
una mayor hidrólisis no enzimática; sin embargo, en la presente investigación no se logró una
reducción en los valores de N-NH 3 /Nt (%) similar a la hallada por estos autores.
Esta contradicción debe interpretarse como el resultado de la acción de los
microorganismos que hayan predominado durante la conservación de los ensilajes en estudio,
pues ellos son los principales responsables de la deaminación. El indicador que más elementos
aporta sobre este particular es el pH.
En una dinámica fermentativa realizada en microsilos de morera por González et al.
(1997), se halló una vinculación directa entre el pH de los ensilajes y las concentraciones de
ácido láctico, lo que permitió obtener, a su vez, valores adecuados de N-NH 3 /Nt (%).
A partir de estos Resultados se deduce que la dosis de ácido fórmico de 0,3% no controló
las fermentaciones indeseables, al mostrar los Resultados más elevados (Luis, Esperance y
Ramírez, 1991), lo cual coincide con la pobre puntuación alcanzada en el índice de calidad.
Esta no es la situación de los ensilajes presecados, en los cuales el aumento del pH se debe a
una fermentación menos intensa, pero de mejor calidad (Marsh, 1979).
Esta línea de razonamiento también es válida para los Resultados aportados por la miel
final. La adición de carbohidratos solubles facilita el aumento de la acidez del medio, al
promover fermentaciones lácticas más vigorosas (Ojeda, 1993).
En el experimento 2 dicha acción se detectó en los ensilajes con 6% de miel final. Sin
embargo, con las otras dosis la respuesta fue un incremento de los por cientos de PBs/PBt, lo
que ratifica que la acidificación promueve la presencia de compuestos nitrogenados solubles,
aunque mejora de forma apreciable los por cientos de N-NH 3 /Nt. Vallejo (1995) también
encontró disminuciones en el pH y el N-NH 3 /Nt (%) en los ensilajes de morera cuando incluyó
5,0% de miel final, efecto que atribuyó a una mejor calidad fermentativa; esta acción, a su
vez, le permitió casi duplicar las concentraciones de ácido láctico con respecto a los ensilajes
sin conservantes.
En este estudio el tratamiento más efectivo fue el presecado, por presentar los mejores
indicadores y contenidos de N-NH 3 /Nt (%). Aunque Marsh (1979) solo encontró efectos
positivos en las concentraciones de amoniaco en ensilajes premarchitados, Ojeda, Martí,
Martínez y Lajonchere (1998) hallaron que durante el secado de la morera al sol, las hojas son
el componente de la planta que más rápidamente pierde agua, por lo que es de esperar que
ocurra una inactivación rápida de las proteasas por deshidratación, con la consecuente
restricción en la solubilización de las proteínas durante la conservación
De los Resultados de esta investigación se puede concluir que en los ensilajes de morera
se le debe prestar atención no solo al contenido inicial de proteína bruta, sino también a las
formas en que se transforma este nitrógeno; el presecado se perfila como la tecnología de
fabricación más ajustada para minimizar las acciones degradativas que ocurren en los
compuestos nitrogenados durante el proceso de conservación.

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calidad y el consumo de ensilajes de leñosas forrajeras. Resúmenes. Taller Internacional
“Sistemas silvopastoriles en la producción ganadera”. EEPF “Indio Hatuey”. Matanzas, Cuba. p.
25

156
Valor nutritivo de árboles, arbustos y otras plantas
forrajeras para los rumiantes*
E. González y O. Cáceres 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 25 , No . 1 , 2002 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Para la evaluación del valor nutritivo se desarrollaron experimentos en condiciones de
secano y sin fertilización en ambas épocas del año. Las especies evaluadas fueron: kenaf
(Hibiscus cannabinus), yuca (Manihot sculenta), aralia (Polyscias guilfoylei bailey), morera
(Morus alba), marpacífico (Hibiscus rosa-sinensis), amapola (Malvaviscus arbo-reous),
leucaena (Leucaena leucocephala cvs. Cunningham y CNIA-250), bauhinia (Bauhinia
purpurea), albizia (Albizia lebbeck), gliricidia (Gliricidia sepium), y erythrina (Erythrina
berteroana y Erythrina poeppi-giana). El follaje utilizado se cosechó en todos los casos en
áreas previamente establecidas y se suministró como único alimento ad libitum (15-20 % del
residuo) dos veces al día a grupos de 6 ovinos en cada evalua-ción; los animales contaban con
un peso vivo promedio de 35-40 kg y se alojaron en jaulas de metabolismo de manera
individual. Los contenidos de materia seca se comportaron en un rango de 18-33 %, con los
valores más bajos para el kenaf (18 %) y los más altos para la bauhinia (33 %); la materia
orgánica estuvo entre 89 y 94 %, con los Resultados más bajos para la bauhinia (89 %) y los
más altos para la albizia (93 %); la bahuinia también mostró la peor tendencia en cuanto a la
proteína bruta de su follaje (11-12 %), mientras que E. berteroana evidenció el mejor
porcentaje (25,6 %). La concentración de los componentes estructurales (fibra bruta) se
comportó, para la totalidad de las especies estudiadas, entre el 14 y 35 %; de todos los follajes
anali-zados, el menos fibroso resultó el del marpacífico (14 %), mientras que la erythrina
mostró el peor valor (35 %). La diges-tibilidad de la materia seca se comportó entre 45 y 77
%, la digestibilidad de la materia orgánica, por su parte, estuvo en el rango de 49-81 %, La
digestibilidad de la proteína bruta varió entre 53 y 85 %, Los contenidos de energía
metabolizable (EM) estuvieron en el rango de 7,9-11,7 MJ/kg de MS. los mas altos valores del
consumo se obtuvieron en el marpacífico y la morera; mientras que los más bajos fueron para
el kenaf. Se hallaron valores de 37,3-86,1 g de MS/kg de peso metabólico en los ovinos,
mientras que en los bovinos variaron de 94,9 a 168,9 g/kg P 0 , 7 5 . A diferencia de lo que ocurre
con las plantas forrajeras herbáceas, los indicadores tuvieron muy poca variación en sus
valores por efecto de la época y las mayores variaciones correspondieron a las especies.
Palabras cable: valor nutritivo, arboles, arbustos

Abstract
For the evaluation of the nutritive value, experiments were carried out with neither
irrigation nor fertilization in both seasons of the year. The species evaluated were: kenaf
(Hibiscus cannabinus), cassava (Manihot sculenta), rice paper plant (Polyscias guilfoylei
bailey), mulberry (Morus alba), hibiscus (Hibiscus rosa-sinensis), poppy (Malvaviscus
arboreous), leucaena (Leucaena leucocephala cvs. Cunningham and CNIA-250), bauhinia
(Bauhinia purpurea), albizia (Albizia lebbeck), gliricidia (Gliricidia sepium), and erythrina
(Erythrina berteroana and Erythrina poeppigiana). The foliage used was harvested in all
cases in previously established areas and it was supplied ad libitum as only feedstuff (15-20%
of the residue) twice a day to groups of 6 sheep in each evaluation, the animals had an
average live weight of 35-40 kg and were placed in metabolism cages individually. The dry
matter contents were in a range of 18-33%, with the lowest values for kenaf (18%) and the
highest ones for bauhinia (33%); organic matter ranged between 89 and 94%, with the lowest
results for bauhinia (89%) and the highest ones for albizia (93%); bauhinia also showed the
worst trend regarding crude protein in its foliage (11-12%), while E. berteroana showed the
best percentage (25,6%). The concentration of the structural components (crude fiber)
oscillated, for all the species studied, between 14 and 35%; from all the foliages analyzed, the
least fibrous was that of hibiscus (14%), while erythrina presented the worst value (35%). Dry
157
matter digestibility varied between 45 and 77%, on the other hand organic matter digestibility
was 49-81%. The digestibility of crude protein ranged between 53 and 85%. The contents of
metabolizable energy (ME) were 7,9-11,7 MJ/kg DM. The highest intake values were obtained
in hibiscus and mulberry; while the lowest ones were for kenaf. Values of 37,3-86,1 g DM/kg
of metabolic weight were found in sheep, while in cattle they varied from 94,9 to 168,9 g/kg
W 0 , 7 5 . Unlike what happens with herbaceous forage plants, the indicators had little variation in
their values due to the season and the highest variations corresponded to species.
Key words: nutritive value, trees, shrubs

Introducción
En los países tropicales, que no son productores por excelencia de granos y cereales, la
búsqueda de estrategias de suplementación del ganado con los recursos propios que se generen
en el área, constituye uno de los rasgos esenciales en la piedra angular de su panorama
pecuario y en el grado de independencia y competitividad que este pueda alcanzar.
Las limitadas cantidades de materias primas ricas en energía metabolizable y proteína, así
como su uso competitivo, no dejan otro camino para el futuro que acentuar los esfuerzos en la
producción local de las fuentes alimenticias alternas (Escobar, 1996), de manera que se
asegure la manifestación del potencial productivo de los animales en el trópico (Clavero,
1996; Murgueitio, Rosales y Gómez, 2001).
El follaje de los árboles y los arbustos ha sido usado como alimento animal desde tiempos
remotos, y parece ser el forraje preferido por las cabras y algunas razas ovinas,
particularmente en las sabanas áridas. En tiempos recientes estas plantas han sido introducidas
en sistemas de cultivo y pastoreo para suministrar forraje verde con alta concentración en
proteína suplementaria para dietas de baja calidad; se cultivan en bancos o cercas, entre
cultivos (cultivo de callejón) o como componentes de los pastizales y también como árboles
para sombra, y se ha demostrado con Resultados palpables en la práctica su potencial de
contribución para los sistemas de producción animal en los trópicos (Leng, 1997; Sánchez,
1999).
Con relativa frecuencia los programas de Introducción y selección de germoplasma
forrajero cometen el error de recomendar variedades seleccionadas, tomando solo en cuenta el
rendimiento y algunos análisis rutinarios de la composición química como una forma indirecta
de medir la adaptación y la calidad nutritiva (Urriola, 1994), sin tener presente que el valor
alimenticio y el rendimiento animal que se pueden obtener de los forrajes, se determinan
además a partir del conocimiento de la digestibilidad de las sustancias nutritivas y la
ingestión por los animales cuando el alimento se ofrece a voluntad (Cáceres, 1985).
Dentro de las multifacéticas formas que pueden conducir a una mayor estabilidad y, por lo
tanto, a una menor fragilidad de los ecosistemas agrícolas o agroecosistemas, se encuentra la
Introducción de los sistemas agroforestales en la práctica agropecuaria (Simón, 1996).
A pesar de que el follaje de los árboles ha sido un suplemento tradicional en la dieta de
los rumiantes y que son mayoritariamente reconocidos por su palatabilidad, digestibilidad y
contenido de proteína, el conocimiento profundo del papel de estos forrajes como fuente de
nutrientes en las dietas forrajeras y las investigaciones en esta temática son todavía
incipientes (Benavides, 1994; Leng, 1997).
El forraje de los árboles y arbustos, especialmente de especies leguminosas, está siendo
ampliamente usado como fuente de suplemento dietético para los rumiantes; en tal sentido, en
el presente trabajo se exponen los Resultados de la EEPF “Indio Hatuey” referentes al
comportamiento del valor nutritivo de especies de interés ganadero.

Materiales y métodos
Para la evaluación del valor nutritivo se desarrollaron experimentos en condiciones de
secano y sin fertilización en ambas épocas del año.
Las especies evaluadas fueron: kenaf (Hibiscus cannabinus), yuca (Manihot sculenta),
aralia (Polyscias guilfoylei bailey), morera (Morus alba), marpacífico (Hibiscus rosasinensis),
amapola (Malvaviscus arboreous), leucaena (Leucaena leucocephala cvs. Cunningham y
CNIA-250), bauhinia (Bauhinia purpurea), albizia (Albizia lebbeck), gliricidia (Gliricidia
sepium), y erythrina (Erythrina berteroana y Erythrina poeppigiana).

158
El follaje utilizado se cosechó en todos los casos en áreas previamente establecidas y se
suministró como único alimento ad libitum (15-20% del residuo) dos veces al día a grupos de
6 ovinos en cada evaluación; los animales contaban con un peso vivo promedio de 35-40 kg y
se alojaron en jaulas de metabolismo de manera individual.
En todos los casos se emplearon de 12 a 15 días de adaptación y 6 días de medición, según
el método de colecta total de heces y la metodología establecida en la EEPF “Indio Hatuey”
descrita por Cáceres y González (2000).

Resultados
En la tabla 1 se exponen los Resultados de los análisis de la composición bromatológica
en las épocas lluviosa y poco lluviosa. Como se puede observar, a diferencia de lo que en
general ocurre con otras plantas forrajeras como las gramíneas y las leguminosas herbáceas en
similares condiciones agrotécnicas, ninguno de los indicadores sufrió variación en sus valores
por el efecto de la época, tendencia que se comprobó también para el resto de los indicadores
del valor nutritivo, que se analizarán posteriormente. Esta característica posiblemente se deba
a la menor dependencia de los nutrientes y el agua disponibles en las capas más superficiales
del suelo, que presentan las plantas arbustivas y sobre todo las arbóreas, lo que les permite
manifestar un comportamiento más estable a través de todo el año en cuanto a la composición
química de su biomasa.

Tabla 1. Composición bromatológica en las especies evaluadas (%)

Época lluviosa Época poco lluviosa


Especies
MS MO PB FB MS MO PB FB
Kenaf 18,8 92,9 13,0 18,3 17,1 91,9 16,8 19,4
Yuca 23,3 93,7 9,5 17,7 21,1 92,5 16,8 21,1
Aralia 23,8 93,1 24,9 16,1 18,5 92,1 15,0 14,3
Morera 26,2 92,1 22,7 15,3 28,1 91,8 23,1 14,2
Marpacífico 21,3 91,5 19,9 14,5 23,4 91,8 20,3 15,4
Amapola 19,5 91,3 21,2 15,4 21,3 90,9 22,4 16,1
Leucaena Cunningham 30,8 91,2 17,8 19,0 30,1 91,1 24,9 16,8
Leucaena CNIA-250 29,6 90,8 22,8 18,5 32,1 90,6 23,4 20,3
Bauhinia sp. 28,3 89,0 11,1 29,4 33,2 89,7 12,1 28,1
Albizia 25,1 92,9 25,0 32,1 29,3 93,3 23,5 32,7
Gliricidia 27,3 91,1 25,2 29,0 28,1 91,4 24,1 28,0
Erythrina poeppigiana 22,1 89,8 24,9 34,2 25,3 90,5 25,3 32,1
Erythrina berteroana 22,5 90,1 24,3 34,6 23,1 91,1 25,6 32,1

En tal sentido, los contenidos de materia seca se comportaron en un rango de 18-33%, con
los valores más bajos para el kenaf (18%) y los más altos para la bauhinia (33%); la materia
orgánica estuvo entre 89 y 94%, con los Resultados más bajos para la bauhinia (89%) y los
más altos para la albizia (93%); la bahuinia también mostró la peor tendencia en cuanto a la
proteína bruta de su follaje (11-12%), mientras que E. berteroana evidenció el mejor
porcentaje (25,6%).
La concentración de los componentes estructurales (fibra bruta) se comportó, para la
totalidad de las especies estudiadas, entre el 14 y 35%; de todos los follajes analizados, el
menos fibroso resultó el del marpacífico (14 %), mientras que la erythrina mostró el peor
valor (35%).
En la tabla 2 se muestran los Resultados de las diversas pruebas de metabolismo
efectuadas para cada especie; la digestibilidad de la materia seca se comportó entre 45 y 77%,
con los valores más bajos para E. poepigiana (45%) y los más altos para el kenaf (77%).

159
Tabla 2. Digestibilidad aparente en las especies evaluadas (%)

Época lluviosa Época poco lluviosa


Especies
MS MO PB FB MS MO PB FB
Kenaf 75,7 78,3 78,1 63,9 76,8 79,2 83,4 54,3
Yuca 56,2 58,1 81,3 32,2 54,2 56,5 84,9 34,8
Aralia 70,1 71,5 73,1 59,1 63,1 65,3 76,3 45,4
Morera 69,9 79,2 71,1 68,1 71,3 75,1 75,1 67,2
Marpacífico 67,2 76,2 59,5 65,2 68,4 71,3 60,3 66,1
Amapola 64,8 64,2 64,9 63,1 66,4 66,9 65,1 64,9
Leucaena Cunningham 56,9 58,9 60,6 66,2 61,3 62,5 68,6 56,9
Leucaena CNIA-250 55,2 63,2 66,9 65,7 58,8 64,2 62,6 53,3
Bauhinia sp. 51,7 55,9 55,3 46,2 51,1 55,7 55,1 45,0
Albizia 59,7 61,7 76,4 57,4 59,9 61,7 79,4 52,3
Gliricidia 57,5 63,5 53,5 53,1 58,5 61,4 55,3 54,5
Erythrina poeppigiana 45,3 48,4 56,1 49,2 49,3 52,5 59,1 50,1
Erythrina berteroana 46,8 49,6 58,1 48,2 49,1 53,5 58,1 50,9

La digestibilidad de la materia orgánica, por su parte, estuvo en el rango de 49-81%, con


el peor resultado para E. poeppigiana (49%) y el mejor para el kenaf (79%); es válido tener en
cuenta el comportamiento de este importante indicador en el momento de seleccionar
determinada especie para un propósito productivo dado, debido fundamentalmente a su
significado desde el punto de vista nutricional, ya que los altos niveles de digestibilidad de la
materia orgánica representan, por lo general, un mejor uso de los constituyentes más
nutritivos del forraje en cuestión.
La digestibilidad de la proteína bruta varió entre 53 y 85%, con la gliricidia (53%) y la
yuca y el kenaf (>82%) en los dos extremos; mientras que la fibra bruta se comportó entre 32
y 68%, con la peor digestibilidad para la yuca (32%) y la más alta para la morera (68%).
En la tabla 3 se muestran los valores de proteína bruta digestible (PBD) y proteína
digestible en el intestino a partir de la energía (PDIE) y del nitrógeno (PDIN) obtenidos para
cada caso; el rango varió entre 63 y 174; 44-131 y 58-137 g/kg de MS para la PBD, PDIE y
PDIN, respectivamente. Los máximos valores de PBD se encontraron en la morera (160-174);
los de PDIE en la morera, la albizia, la gliricidia y la aralia (126-133) en la época lluviosa y
los de PDIN para la gliricidia en esa misma época (150); mientras que los más bajos
correspondieron a la bauhinia (63,6 y 66,7) en PBD y a nivel intestinal el follaje de la yuca
mostró las menores potencialidades en PDIE.

Tabla 3. Contenido de proteína digestible en las especies evaluadas (g/kg de MS)

Época lluviosa Época poco lluviosa


Especies
PBD PDIE PDIN PBD PDIE PDIN
Kenaf 101,5 59,2 78,4 140,1 60,5 100,6
Yuca 77,2 44,1 57,9 92,2 45,0 100,8
Aralia 192,0 133,5 148,7 114,2 94,2 90,3
Morera 161,2 130,7 135,7 173,8 129,1 138,0
Marpacífico 118,4 118,5 119,2 122,4 116,7 121,5
Amapola 137,6 114,6 72,6 145,8 122,5 96,7
Leucaena Cunningham 107,9 46,4 106,7 170,8 51,4 148,4
Leucaena CNIA-250 152,4 119,3 136,3 146,4 122,0 139,8
Bauhinia sp. 63,6 72,8 67,2 66,7 76,5 73,1
Albizia 191,1 126,8 149,3 186,6 121,9 140,4
Gliricidia 134,8 128,0 150,4 133,3 122,8 143,9
Erythrina poeppigiana 139,7 116,1 148,7 149,5 120,4 151,0
Erythrina berteroana 135,7 114,1 145,1 148,7 121,8 152,8

160
En sentido general existieron variaciones importantes en los contenidos de proteína
digestible (PBD, PDIE y PDIN) entre las especies y las épocas, aunque en todos los casos
presentaron valores superiores a los de las gramíneas, lo cual demuestra la importancia de las
especies evaluadas como aportadoras de este nutriente en la alimentación de los rumiantes.
En la tabla 4 aparecen los valores de energía digestible (ED), los cuales estuvieron en el
rango de 9,4-15,5 MJ/kg de MS, con el máximo valor para el caso de la morera (15,5) y el
kenaf (15,2) y el más bajo para E. berteroana (9,4).
Los contenidos de energía metabolizable (EM) estuvieron en el rango de 7,9-11,7 MJ/kg
de MS; el valor más alto fue para el kenaf y el más bajo para la bauhinia.
La energía neta para el propósito lechero (ENL) estuvo entre 3,42 y 7,21 MJ/kg de MS;
los valores más altos se presentaron en la morera y el kenaf y el más bajo en E. berteroana.
Por otra parte, la energía neta para engorde (ENE) se mantuvo en el rango de 3,27 a 7,46
MJ/kg de MS, con el máximo valor para el caso de la morera y el kenaf (7,4 y 7,29,
respectivamente) y el más bajo para la erythrina.

Tabla 4. Contenido de energía en las especies evaluadas (MJ/kg de MS)

Época lluviosa Época poco lluviosa


Especies
ED EM ENL ENE ED EM ENL ENE
Kenaf 14,9 11,6 7,02 7,17 15,2 11,7 7,12 7,29
Yuca 10,9 8,5 4,82 4,46 10,9 8,2 4,65 4,25
Aralia 12,9 10,6 6,36 6,41 12,4 9,6 5,68 5,57
Morera 15,5 10,2 7,21 7,46 14,7 10,1 6,76 6,90
Mar Pacífico 14,6 9,9 6,88 7,05 13,8 10,2 6,34 6,38
Amapola 12,4 9,8 5,59 5,42 13,5 10,3 6,19 6,19
Leucaena Cunningham 11,3 8,6 4,91 4,57 12,4 9,2 5,30 5,05
Leucaena CNIA 250 12,2 9,3 5,45 5,28 12,4 8,6 5,56 5,42
Bauhinia sp. 10,2 7,9 4,64 4,29 10,1 8,1 4,62 4,26
Albizia 12,3 8,9 5,28 5,08 12,3 9,0 5,28 5,08
Gliricidia 13,7 9,4 5,48 5,32 12,0 9,1 5,25 5,84
Erythrina poeppigiana 10,4 8,4 3,82 3,27 11,3 8,9 4,27 3,83
Erythrina berteroana 9,4 8,2 3,42 3,58 11,4 8,9 4,59 3,98

De acuerdo con estos Resultados, los valores energéticos pueden considerarse de medios a
bajos, particularmente en las especies leguminosas, lo cual debe tenerse en cuenta para su
utilización en la alimentación de los rumiantes.
En la tabla 5 se presenta el consumo voluntario de materia seca registrado para la especie
ovina y estimado para los bovinos. Los mayores valores se obtuvieron en el marpacífico y la
morera; mientras que los más bajos fueron para el kenaf. Se hallaron valores de 37,3-86,1 g de
MS/kg de peso metabólico en los ovinos, mientras que en los bovinos variaron de 94,9 a 168,9
g/kg P0,75; las variaciones principales se presentaron entre las especies evaluadas y, en
menor medida, entre las épocas.

161
Tabla 5. Consumo de materia seca en las especies evaluadas (g/kg de P0,75)

Especies Época lluviosa Época poco lluviosa


Ovinos Bovinos Ovinos Bovinos
Kenaf 44,6 105,1 37,3 94,9
Yuca 56,8 124,1 50,7 115,3
Aralia 69,4 143,4 75,6 152,8
Morera 83,5 164,9 81,9 162,5
Marpacífico 84,5 166,5 86,1 168,9
Amapola 60,0 129,0 65,1 136,8
Leucaena Cunningham 54,2 121,2 57,5 128,0
Leucaena CNIA 250 59,1 127,6 58,1 126,1
Bauhinia sp. 62,8 133,3 72,8 148,6
Albizia 58,7 127,0 47,0 109,1
Gliricidia 57,9 125,8 61,5 131,3
Erythrina poeppigiana 66,7 139,2 70,4 144,9
Erythrina berteroana 65,1 136,8 66,2 138,5

En general los consumos fueron muy variables, ya que se encontraron valores desde bajos
hasta altos, aunque si se tiene en cuenta que los forrajes de estas especies nunca deben ser
utilizados como único alimento, sino como suplemento, pueden considerarse adecuados.

Conclusiones
A diferencia de lo que ocurre con las plantas forrajeras herbáceas, los indicadores tuvieron
muy poca variación en sus valores por efecto de la época y las mayores variaciones
correspondieron a las especies.
Aunque existen diferencias apreciables en el valor nutritivo de las especies evaluadas,
estas pueden representar una importante fuente alternativa para la alimentación de los
rumiantes, en especial por su alto contenido de proteína.
El forraje de las especies evaluadas presenta un desbalance energía/proteína, por lo que no
debe utilizarse como único alimento, sino más bien como suplemento en dietas cuyos
alimentos base posean un mayor contenido energético.

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163
Evaluación de diferentes materiales absorbentes
para ensilar hollejo de cítrico*
F. Ojeda, O. Cáceres e I. Montejo 1

* R ev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 26 , No . 4 , 2003 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Con el fin de eliminar las dificultades fermentativas que presentan los hollejos de cítrico
durante su conservación y la contaminación que generan sus efluentes, se realizó un estudio
para evaluar el efecto que ejerce la inclusión de materiales absorbentes en la fermentación y
en el valor nutritivo. Los tratamientos consistieron en: a) hollejo de cítrico; b) hollejo de
cítrico más 10 % de bagazo de caña; c) hollejo de cítrico más 20 % de morera premarchitada;
y d) hollejo de cítrico más 10 % de paja de frijol. Los ensilajes se confeccionaron mediante la
tecnología de capas sucesivas. Las mediciones fueron: MS, MO, PB, pH y N-NH 3 /Nt (%). El
valor nutritivo se determinó en jaulas de metabolismo utilizando seis carneros por tratamiento
y los Resultados se analizaron mediante un diseño completamente aleatorizado. Los consumos
fueron: a) 47,4 b c ; b) 44,1 c ; c) 50,9 b y d) 59,3ª g de MS/kg P 0 , 7 5 . La DMO (x = 77,1 %) indicó
que son buenos portadores de energía. La inclusión de la morera favoreció la DPB (78,1 %),
ya que presentó valores superiores a los del resto de los ensilajes (x = 72,0 %). La DFB más
baja se encontró en los ensilajes con bagazo de caña (63,9 %), a causa de su bajo valor
nutricional. Esta investigación demostró la factibilidad de lograr ensilajes de calidad donde el
hollejo de cítrico sea el componente principal, así como la importancia de incluir materiales
absorbentes en ellos.
Palabras clave: Ensilaje, valor nutritivo.

Abstract
With the objective of eliminating the fermentative dificulties presented by citrus husks
during their conservation and the contamination generated by their effluents, a study was
carried out in order to evaluate the effect of the inclusion of absorbing materials on
fermentation and nutritive value. The treatments consisted in: a) citrus husk; b) citrus husk
plus 10 % sugarcane bagasse; c) citrus husk plus 20 % pre-dried mulberry; and d) citrus husk
plus 10 % bean straw. The silages were made through the successive layer technology. The
measurements were: DM, OM, CP, pH and N-NH 3 /Nt (%). The nutritive value was determined
in metabolism cages using six sheep per treatment and the results were analyzed through a
completely randomized design. The intakes were: a) 47,4 b c ; b) 44,1 c ; c) 50,9 b and d) 59,3ª g
DM/kg P 0 , 7 5 . OMD (X = 77,1 %) indicated that they are good energly carriers. The inclusion
of mulberry favored CPD (78,1 %), as it presented higher values than the rst of the silages (X
= 72,0 %). The lowest CFD was found in the silages with sugarcane bagasse (63,9 %) because
of its low nutritive value. This research showed the feasibility of achieving high quality
silages in which the citrus husk is the main component, as well as the importance of including
absorbing materials in them.
Key words: Silage, nutritive value.

Introducción
Durante el procesamiento de las frutas frescas de cítrico para obtener jugo, se estima que
el 50% es zumo y el resto es residuo sólido no aprovechable por la industria (Ashbell y
Donahaye, 1986). Por eso, una región citrícola como la existente en la provincia de Matanzas,
Cuba, puede generar cada año, en el período comprendido desde septiembre hasta abril, un
total de 240 000 t de hollejo de cítrico.
Estos desechos agroindustriales son, en principio, una fuente contaminante del medio
cuando se vierten a la naturaleza; sin embargo, por sus características intrínsecas pueden ser
utilizados en la alimentación de los rumiantes, pues poseen valores nutricionales adecuados
164
(7,6% de PB y 9,96 MJ/kg MS), de acuerdo con lo informado por Rodríguez, Ruiz, Mesa,
Díaz, Pruneda, Cuzán, Mederos y Ramírez (1988).
La mayor problemática radica en cómo transportarlos hasta las áreas ganaderas, ya que al
concluir el proceso dicho subproducto presenta, como promedio, un alto porcentaje de
humedad (87%), lo cual encarece su distribución en forma directa.
La mayoría de las industrias, en su concepción tecnológica, disponen de una planta
auxiliar que les permite deshidratar todos los desechos, pero sobre la base de un alto costo
energético, aspecto que gravita contra la rentabilidad de la empresa.
Una de las posibles soluciones es conservar los hollejos de cítrico en forma de ensilajes,
tecnología que, además de disminuir el uso del combustible fósil, permite ofertar un producto
terminado, estable en el tiempo y disponible según las necesidades alimentarias de la
ganadería en períodos en que escasean otras fuentes de alimentos.
Sin embargo, no resulta conveniente ensilar los hollejos de cítrico en forma directa debido
a que, por su alto contenido de humedad promueven grandes pérdidas de efluentes y no
garantizan un buen desarrollo fermentativo (Woolford, 1984).
El objetivo de esta investigación fue encontrar soluciones a dicha problemática mediante
la incorporación de materiales absorbentes, cuya repercusión se evaluó a través de los
indicadores del valor nutritivo.

Materiales y métodos
Para la confección de los ensilajes se utilizaron hollejos de cítrico húmedos extraídos
directamente de la fábrica.
Las unidades experimentales fueron silos de concreto cilíndricos, de 1,5 m de diámetro y
2 m3 de capacidad, con dispositivos adecuados para el drenaje en la parte inferior. El llenado
de estos se efectuó por la tecnología de capas sucesivas, consistente en depositar el material
absorbente y el hollejo de cítrico de forma alterna en capas no mayores de 10 cm; la
compactación se realizó con los pies hasta el llenado total de los silos. El tiempo de
conservación fue prefijado a los 60 días.
Los tratamientos estudiados fueron: a) hollejo de cítrico; b) hollejo de cítrico + 10% de
bagazo de caña de azúcar (90% de MS); c) hollejo de cítrico + 20% de morera premarchitada
(40% de MS); y d) hollejo de cítrico + 10% de paja de frijol (90% de MS).
Se emplearon seis ovinos machos por tratamiento similares en edad, con un peso vivo
promedio de 30 kg, alojados al azar en jaulas de metabolismo. Las dietas recibidas
consistieron en ensilaje a voluntad con un 10% por encima del consumo diario, más un
kilogramo de forraje de morera (Morus alba).
Los animales tuvieron un período de adaptación de dos semanas y una semana de
medición; se empleó la metodología de colecta total de heces fecales y los cálculos se
realizaron a partir de los métodos establecidos para los forrajes y ensilajes en la EEPF “Indio
Hatuey” (Cáceres y González, 2000).
A la morera y a los ensilajes se les determinó la MS, la PB, la FB, la MO, el pH y el N-
NH3/Nt %, según la metodología propuesta por Ojeda, Cáceres y Esperance (1991).
Se utilizó un diseño completamente aleatorizado y las diferencias entre medias se
determinaron por Duncan (1955).

Resultados y discusión
Características organolépticas de los ensilajes
En el momento de la apertura de los silos se hallaron diferencias en la calidad de la
conservación de los ensilajes, según el tratamiento utilizado.
Los silos confeccionados con hollejo de cítrico, sin la inclusión de materiales absorbentes,
se caracterizaron por presentar una gran cantidad de efluentes a partir del tercer día de
conservación, acción que se mantuvo de forma permanente.
Estos ensilajes presentaron una capa de color oscuro que cubría la parte superior y los
bordes de los silos; dicho material, por su textura jabonosa y olor pútrido, resultó
inconsumible por los animales, por lo que fue necesario retirarlo hasta llegar a zonas
intermedias donde se apreciaba un cambio de color próximo al amarillo crema y el hollejo de

165
cítrico mantenía su textura y un olor acético no muy pronunciado, además de la fragancia
natural de los aceites esenciales de los cítricos.
Las primeras capas se evaluaron como de mala calidad, según la metodología propuesta
por Ojeda et al. (1991), y de regular las intermedias.
El balance final entre el material introducido y el ensilaje consumido indicó pérdidas del
50%, por lo que se requirió una selección permanente del alimento que se ofrecería.
En los silos donde se empleó bagazo de caña se hallaron mohos y hongos en la parte
superficial, pero a partir del hollejo de cítrico conservado se encontró un ensilaje de buena
calidad, de color amarillo intenso, con fragancia a cítrico, y el hollejo mantenía su textura
original. No se detectaron efluentes y el ensilaje se clasificó como bueno; el nivel de pérdidas
no sobrepasó el 5%.
Durante las pruebas de metabolismo los animales seleccionaban el hollejo y hacían poco
consumo del bagazo.
La utilización de la morera premarchitada garantizó ensilajes de muy buena calidad,
prácticamente sin pérdidas ni producción de efluentes.
Aunque la morera y los hollejos fermentaron de forma independiente, ambos presentaron
coloraciones adecuadas, con texturas y olores a fruta madura, por lo que este ensilaje se
clasificó como bueno y tuvo una adecuada aceptación por parte de los ovinos. Las partes no
consumibles fueron menores que el 8%.
La incorporación de la paja de frijol a los hollejos de cítrico constituyó, desde el punto de
vista fermentativo, la mejor opción, ya que se logró una armonía perfecta entre ambos
subproductos, sin pérdidas de ensilaje consumible ni efluentes.
Los hollejos mantuvieron su color amarillo intenso y la textura original, mientras que la
paja de frijol, al embeberse con los líquidos exudados, se tornó más flexible y menos áspera al
tacto. El ensilaje presentó un olor a tabaco curado y a fragancia de fruta y fue clasificado
como excelente, con una buena aceptación por los animales durante la prueba.
Estos Resultados confirman la importancia de introducir materiales absorbentes en la
conservación de los hollejos de cítrico, al evitar, por una parte, que se produzcan o se
acumulen efluentes dentro de la masa ensilada, y al permitir, por otra parte, que las
fermentaciones se desarrollen en las mejores condiciones de humedad sin pérdidas de
materiales consumibles, aspecto señalado por McGechan (1996) como una de las principales
causas del deterioro en los ensilajes durante el período de almacenaje.

Composición química y bioquímica


La composición bromatológica de las materias primas utilizadas para la confección de los
ensilajes varió de acuerdo con las características de cada uno (Tabla 1).

Tabla 1. Composición química de los alimentos (%)

MS PB FB
Hollejo de cítrico 14,8 7,6 14,3
Bagazo de caña de azúcar 89,0 1,6 58,1
Morera premarchitada 40,0 22,1 18,5
Paja de frijol 87,0 7,2 39,7
Morera fresca 26,4 22,8 14,2

Los hollejos de cítrico presentaron un alto porcentaje de humedad; en el bagazo de caña y


la paja de frijol el contenido fue bajo, e intermedio en el caso de la morera, pues a esta se le
disminuyó la humedad mediante la exposición al sol durante 4 horas, con el objetivo de
aumentar su capacidad de absorción.
La proteína bruta estuvo en concordancia con el material absorbente empleado. Se destacó
la morera por sus valores altos; los hollejos de cítrico y la paja de frijol presentaron
contenidos intermedios; mientras que el bagazo prácticamente no aportó nada de este
nutrimento.
La fibra bruta resultó elevada en el bagazo, intermedia en la paja de frijol y adecuada en
el resto de las materias primas.

166
Los valores iniciales de los materiales absorbentes son muy importantes, porque ellos son
la base de la calidad de los ensilajes que se obtendrá posteriormente.
Así, se halló un incremento notable en los contenidos de materia seca de los ensilajes
mixtos (Tabla 2), superiores a los propuestos por Savoir (1992) para evitar la presencia de
efluentes. La proteína bruta presentó una disminución con respecto a los hollejos de cítrico
cuando se incorporó el bagazo de caña a los ensilajes, un aumento con el empleo de la morera
e igual valor con la paja de frijol.
Estos Resultados, a excepción de los del tratamiento con morera, indican que si los
ensilajes se ofrecen como único alimento se corre el riesgo de que su consumo sea limitado
debido a la falta de nitrógeno, y máxime cuando se conocen las transformaciones que ocurren
en los compuestos nitrogenados durante la conservación (Ojeda, Montejo y Pérez, 2002).
La fibra bruta se incrementó en todos los ensilajes donde se utilizaron materiales
absorbentes, aunque dentro de rangos adecuados, si se comparan con los presentes en el caso
de los ensilajes confeccionados con gramíneas (González, Rolo y Cáceres, 1995).

Tabla 2. Composición química y bioquímica de los ensilajes de hollejos de cítrico


conservados con diferentes materiales absorbentes

Tratamiento MS (%) PB (%) FB (%) pH N-NH3/Nt %


Hollejo de cítrico 15,2 7,0 15,9 3,5 10,8
Hollejo de cítrico + 10 % de bagazo 35,4 6,5 22,3 3,7 8,3
Hollejo de cítrico +20 % de morera 30,6 9,8 20,8 3,4 7,9
Hollejo de cítrico + 10 % de paja de 37,8 7,2 23,1 3,3 7,2
frijol

El pH alcanzado en todos los tratamientos fue lo suficientemente bajo como para


garantizar una adecuada estabilización fermentativa, de acuerdo con la relación MS-pH
establecida en la evaluación de los ensilajes, al igual que los porcentajes de N-NH3/Nt, donde
se puso de manifiesto que el proceso de deaminación fue bajo y que hubo poca degradación de
los aminoácidos presentes en las proteínas (Ojeda et al., 1991).

Valor nutritivo
La evaluación realizada en los ensilajes tuvo como principio garantizar un plano
nutricional óptimo, donde la proteína bruta no constituyera una limitante para expresar el
nivel de aceptación de los alimentos ofrecidos, y que existiera dentro del rumen un forraje
capaz de atenuar la elevada acidez de los ensilajes, tal y como debe ocurrir en condiciones de
producción, donde estos no se ofrecen como único alimento.
Teniendo en cuenta ese concepto se incluyó en la dieta la morera fresca a razón de 250 g
de MS/animal/día para que permitiera estudiar las respuestas de cada material absorbente por
separado, y así mantener la homogeneidad del proceso experimental.
El consumo de la ración total (Tabla 3) indica que se logró una ingestión máxima para
esta categoría de rumiantes, al obtenerse niveles similares, iguales o mayores que 71 g de
MS/kg P0,75, considerado por García-Trujillo y Cáceres (1984) como adecuado, lo cual
permitió cumplir la hipótesis inicial de alcanzar una dieta balanceada.

Tabla 3. Valor nutritivo de los ensilajes de hollejo de cítrico utilizando o no diferentes


materiales absorbentes

CMS Ensilaje Dieta total


Tratamiento total CMS CMOD CPBD CFBD DMO DPB DFB
g/kg P0,75 g/kg P0,75 % % %
A 68,8b 47,4bc 35,6b 2,6c 5,2c 80,0a 72,2b 68,9ª
B 68,0b 44,1c 30,3 c
2,1c 6,3b 75,3b 73,2b 63,9b
C 71,9b 50,9b 35,2 b
3,6ª 6,4b 73,6b 78,1ª 69,0a
D 80,3ª 59,3ª 44,4ª 3,0b 9,5ª 79,6ª 70,5b 69,5a
ES ± 1,4* 1,7* 1,5* 0,4* 1,8* 2,3* 1,8* 3,6*

a,b,c Valores con diferentes superíndices difieren a p<0,05 (Duncan, 1955)


* p<0,05
167
Sin embargo, de acuerdo con el análisis estadístico la ración total que incluyó el ensilaje
con paja de frijol fue la más ingerida.
A su vez, al individualizar el consumo de los ensilajes propiamente dicho, se encontraron
diferencias de acuerdo con el tipo de material absorbente utilizado; el mejor tratamiento fue el
de paja de frijol, el cual resultó superior al resto de los evaluados, y en importancia le
siguieron los ensilajes mixtos con morera.
Los ensilajes de hollejos de cítrico solos presentaron valores intermedios; mientras que
los confeccionados con bagazo de caña fueron los de más bajo consumo, debido al rechazo
que hicieron los animales a la ingestión de este material absorbente.
Chedly y Lee (2000) informaron que hubo cambios en los niveles de consumo de los
hollejos de cítrico ensilados cuando se utilizó gallinaza, rastrojo de maíz o heno de gramínea,
vinculados a la naturaleza de estos subproductos y, sobre todo, a la velocidad de pasaje que
induce cada uno en particular, acción que también se hizo evidente en este estudio.
La digestibilidad de la materia orgánica de los ensilajes fue alta. Se obtuvieron los
mayores porcentajes en el hollejo de cítrico solo y en la paja de frijol; mientras que en el
bagazo de caña y en la morera los porcentajes de DMO fueron inferiores. Sin embargo, los
valores alcanzados indican que estos ensilajes son buenos portadores de energía, dado el
vínculo que existe entre este indicador y la energía metabolizable de los alimentos (García-
Trujillo y Pedroso, 1989).
El bagazo de caña y la morera mostraron un efecto de dilución energética del ensilaje
como un todo, el primero por su bajo valor nutricional y la segunda por las transformaciones
que lleva implícita la conservación de los componentes más fermentables (Ojeda et al., 2002).
En estudios realizados con ensilajes mixtos de hollejos de limón que incluían caña de
maíz, entre otros subproductos, se informó que la Introducción de alimentos fácilmente
fermentables, como la urea y la miel final, favoreció una mejor digestibilidad por ser
activadores de la fermentación ruminal (Aguilera, Pérez-Gil, Grande, de la Cruz y Suárez,
1997); ello permite deducir que existe una interacción entre los componentes del ensilaje y su
respuesta, lo que se manifestó en los Resultados de esta investigación.
El efecto del uso de los materiales evaluados en la digestibilidad de la proteína bruta se
halló únicamente en los ensilajes con morera, lo cual estuvo determinado por el incremento de
este nutriente, pero también, dado el nivel energético de los hollejos de cítrico, es de suponer
que existieron mejores condiciones a nivel ruminal para aprovechar los compuestos
nitrogenados presentes en la ración.
Migwi, Gallagher y Barneveld (2001) también encontraron que para obtener balances
positivos de nitrógeno en ovinos que consumían ensilajes mixtos de paja de trigo, gallinaza y
pulpa de cítrico, era necesario que esta última no sobrepasara el 15% con el fin de lograr los
mayores porcentajes de nitrógeno en forma de NNP en la dieta.
La digestibilidad de la fibra bruta presentó los mayores porcentajes de aprovechamiento
en los ensilajes de hollejos de cítrico solos y con la incorporación de la paja de frijol y la
morera; mientras que en los ensilajes con bagazo de caña ocurrieron disminuciones
significativas, respuesta que se atribuye al bajo valor digestible que posee este subproducto,
lo cual provoca que el ensilaje como un todo presente una menor utilización de la fibra bruta.
Rodrigues-Neto, Bergamaschine, Isepon, Alves, Hernández y Macedo (2001) plantearon la
importancia del material absorbente en la digestibilidad de la fibra bruta en el caso de los
ensilajes a base de subproductos y concluyeron que solo se logra mejorar este indicador
cuando se alcanza un adecuado equilibrio en el aporte de nutrientes ruminales en la dieta.
El efecto de los materiales absorbentes en la calidad nutricional de los ensilajes se apreció
mejor en los Resultados de los consumos de nutrientes digestibles.
Según el indicador evaluado, los ensilajes con paja de frijol presentaron los mejores
valores de consumo de materia orgánica digestible (CMOD) y de fibra bruta digestible
(CFBD); mientras que los ensilajes con morera mostraron un consumo superior de proteína
bruta digestible (CPBD). Los ensilajes menos eficientes resultaron los de hollejo solo y con
bagazo de caña, y los valores intermedios correspondieron a los ensilajes con morera.
No obstante, los consumos en su conjunto resultaron superiores a los obtenidos con
ensilaje de gramínea: CMOD 23,5; CPBD 2,3 y CFBD 10,2 g/kg P 0 , 7 5 (Ojeda, Esperance y
Díaz, 1990), e incluso a otros hallados con forraje verde: CPBD 2,4 (Santana, Cáceres, Roche,
Delgado, Rivero y Zayas, 1991).
Con esta investigación quedó demostrada la factibilidad de lograr ensilajes de calidad
donde el hollejo de cítrico sea el principal componente, así como la importancia de incluir
materiales absorbentes para optimizar su aprovechamiento, sin producciones de efluentes
168
contaminantes ni fermentaciones indeseables. En igual sentido, se pusieron de manifiesto las
características individuales de cada material utilizado, lo que proporciona nuevos criterios
para su inclusión.
Estos estudios deberán continuarse, dada la importancia que tienen los hollejos de cítrico
como alimento animal, y también evaluar las respuestas productivas cuando se ofrezcan a
diferentes categorías de bovinos.

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169
Harina de morera: un concentrado tropical*
Félix Ojeda 1

* III Taller Silvop asto ril “ Los árboles y arbu st os en la ganadería, Indio Hatu ey, Cub a. 1998
1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Los experimentos se desarrollaron en la EEPF «Indio Hatuey provincia de Matanzas, sobre
un suelo ferralítico rojo. Se utilizaron parcelas de Morera con más de 2 años de establecidas,
que recibieron como fertilizante materia orgánica a razón de 10 t/ha/corte. En todos los
ensayos (3) la edad de rebrote fue de 90 días. En el primer experimento se determinó la curva
de deshidratación al sol; para ello se tomaron ocho bolsas plásticas de malla fina, con
capacidad de hasta 2 kg de masa verde. Todas fueron expuestas al sol y pesadas a intervalos
regulares hasta que alcanzaron el peso constante. Con posterioridad fueron introducidas
durante 24 horas a 105ºC en una estufa de circulación de aire forzado para determinar la
humedad residual. En un segundo experimento, la Morera como planta entera se deshidrató al
sol o bajo sombra en una nave abierta a la circulación del aire, con techo de cinc. En el tercer
experimento la planta entera, una vez deshidratada al sol, fue sometida a un proceso de
deshoje de forma manual, eliminando los tallos, para posteriormente confeccionar harina de
hojas. De los métodos de secado evaluados se concluyó que la deshidratación de la planta
entera al sol es el más apropiado, ya que bajo estas condiciones la Morera manifiesta una baja
resistencia a la deshidratación y que la harina de las hojas de Morera posee indicadores
nutricionales (91,2% de MS, 26,4% de PB, 10,1 % de FB, 9O,7 % de MO, 2,1 % de Ca y
0,15% de P) que le permiten competir desde el punto de vista bromatológico con los
concentrados convencionales y con algunas harinas de oleaginosas. La harina de Morera
también se perfila como una buena opción para ser incluida en la fabricación de concentrados
para monogástricos, especialmente cuando se obtiene a partir de las hojas, no obstante, es
necesario realizar evaluaciones en dietas con ambas categoría de animales.
Palabras clave: morera, deshidratación, harinas.

Abstract
The trials were carried out at the EEPF «Indio Hatuey», Matanzas province on a ferralitic
red soil. Mulberry plots with more than two years of establishment, which received as
fertilizer organic matter at a rate of 10 t/ha/cutting, were used. In all the essays (3) the
regrowth age was 90 days. In the first experiment the dehydration curve under sunlight was
determined; for that, eight fine-meshed plastic bags, with capacity up to 2 kg of green mass,
were used. All of them were exposed to the sun and weighed at regular intervals until they
reached constant weight. Afterwards, they were introduced for 24 hours at 105 ºC in a forced-
air circulation stove to determine residual moisture. In a second experiment, the mulberry as
whole plant was dehydrated under sunlight or shade in a shed open to air circulation, with
zinc roof. In the third trial the whole plant, once dehydrated under sunlight, was subject to a
process of manual defoliation, eliminating the stems, in order to make leaf meal later. Of the
drying methods evaluated, the dehydration of the whole plant under sunlight was concluded to
be the most appropriate, because under these conditions mulberry shows low resistance to
dehydration, and the meal of mulberry leaves has nutritional indicators (91,2% DM, 26,4%
CP, 10,1% CF, 90,7% OM, 2,1% Ca and 0,15% P), which allow it to compete, from the
bromatological point of view, with conventional concentrates and some oily seeds. The
mulberry meal also appears as a good choice to be included in the preparation of concentrates
for monogastric animals, especially when it is obtained from the leaves; however, it is
necessary to perform evaluations in diets with both animal categories.
Key words: Mulberry, dehydration, meals.

170
Introducción
Aprovechar al máximo todo el potencial nutritivo de las especies arbóreas y arbustivas,
constituye un reto no resuelto por los investigadores y productores.
Una opción poco explotada es convertir en harina los excedentes que se producen durante
la primavera o cuando es de interés evitar la caducidad de las hojas por efecto de la época del
año o la floración (Francisco, Simón y Soca, 1996; Hernández, Benavides, Camero, Finnegan
y Ferreira, 1996).
Los estudios comparativos realizados con follajes frescos o deshidratados han demostrado
que las cabras alcanzan mayores ganancias de peso vivo cuando se les ofertan en forma de
harina. Esta variación en la respuesta se debe a que durante el secado ocurren cambios en la
solubilidad de la proteína, a favor de por cientos más elevados de proteína pasante, y a la
destrucción o inactivación de algunos compuestos antinutricionales como los taninos (Leng,
1996).
En el caso de la Morera, dado sus altos contenidos nutricionales: energía Metabolizable
(2,44 Mcal/kg de MS), digestibilidad de la materia seca (entre 75 y 90 %) y proteína bruta
(entre 20 y 25 %, de la cual el 90 % es digestible) (Jegou, Waelput y Brunschwig, 1994;
Benavides, 1996), se perfila como una de las plantas con mayores potencialidades para
proporcionar un alimento deshidratado capaz de constituir un suplemento animal de primera
línea.
Teniendo en cuenta que no existen antecedentes de cómo se comporta la Morera ante la
deshidratación al sol, se consideró necesario determinar las mejores tecnologías de secado
para fabricar harina de esta planta. Y evaluar su composición bromatológica.

Materiales y métodos
Para obtener el material verde necesario, se utilizaron parcelas de Morera con más de 2
años de establecidas en suelo Ferralítico Rojo, que recibieron como fertilizante materia
orgánica a razón de 10 t/há/corte. En todos los ensayos (3) la edad de rebrote fue de 90 días.
En el primer experimento se determinó la curva de deshidratación al sol; para ello se
tomaron ocho bolsas plásticas de malla fina, con capacidad de hasta 2 kg de masa verde.
En cuatro bolsas se introdujo Morera troceada a 2 cm y en las restantes la planta entera
dividida en trozos de 30 cm.
Todas fueron expuestas al sol y pesadas a intervalos regulares hasta que alcanzaron el
peso constante. Con posterioridad fueron introducidas durante 24 horas a 105ºC en una estufa
de circulación de aire forzado para determinar la humedad residual.
En un segundo experimento, la Morera como planta entera se deshidrató al sol o bajo
sombra en una nave abierta a la circulación del aire, con techo de cinc.
En el tercer experimento la planta entera, una vez deshidratada al sol, fue sometida a un
proceso de deshoje de forma manual, eliminando los tallos, para posteriormente confeccionar
harina de hojas.

Resultados y discusión
En la figura 1 se muestra que la pérdida de agua en la planta entera de Morera sigue un
patrón muy parecido al de los forrajes, con un descenso rápido en las primeras 8 horas, el cual
se mantiene durante todo el tiempo de exposición (Esperance, 1981). Sin embargo, cuando la
Morera es troceada este descenso es menos abrupto y más lenta la deshidratación.

171
Fig. 1. Velocidad de deshidratación de la Morera al sol.

Durante el estudio se pudo apreciar que en el tratamiento sin trocear, las hojas de la
planta adquirían rápidamente un estado quebradizo y el agua permanecía retenida en los
tallos; mientras que en el otro la ruptura mecánica de las hojas y los tallos provocaba la
aparición de un mucílago que apelmazaba el material verde y además, contrariamente a lo
esperado, no contribuía al secado.
La composición bromatológica no presentó diferencias entre los tratamientos, aunque sí en
la materia seca residual (Tabla 1), respuesta atribuida a la presencia del mucílago antes
señalado.

Tabla 1. Composición bromatológica de la Morera deshidratada al sol

Tiempo MS MS PB FB MO Ca P
de secado residual final (%) (%) (%) (%) (%)
(horas de (%) (%)
sol)
Planta de Morera entera 18,0 29,0 25,6 24,9 13,06 89,5 1,2 0,20
Morera troceada (2 cm) 26 37,6 28,4 25,6 14,86 89,3 1,7 0,18

Los valores de proteína bruta estuvieron dentro de los límites máximos señalados para
esta planta. Es de señalar que los por cientos de fibra bruta de la Morera son más bajos que
los hallados en los pastos tropicales y mucho más digestibles, por lo que tales características
nutricionales favorecen a esta planta como alimento animal.
Cuando la Morera es secada sin la acción directa del sol, el proceso de deshidratación es
más lento (Tabla 2), aunque no pierde valor nutricional.

Tabla 2. Comparación de dos métodos de secado para la deshidratación de la Morera

Tiempo de secado MS PB FB MO Ca P
(Horas sol) Residual (%) (%) (%) (%)
Morera secada al sol 16,0 90,2 15,50 12,9 90,6 1,9 0,12
Morera secada a la sombra 22,0 89,4 15,12 13,4 87,8 27 0,10

172
De acuerdo con lo observado, el factor que acelera la pérdida de agua es la elevada
temperatura que alcanza el plato de secado expuesto al sol, acción que no ocurre cuando el
proceso se desenvuelve a la sombra.
En el caso de la fabricación de la harina de Morera utilizando solo las hojas, se halló
como principal ventaja una disminución importante en el contenido de fibra bruta,
acompañada de un ligero incremento en la proteína bruta, por la no inclusión de la parte
leñosa de la planta; sin embargo, los rendimientos disminuyen desde un 20 hasta 40 % (Tabla
3).
Según los valores nutricionales señalados en la literatura para los concentrados y tortas de
oleaginosas, la harina de Morera posee indicadores bromatológicos muy próximos e incluso
superiores, en algunos casos, a los de estos alimentos tradicionalmente utilizados como
suplementos para los rumiantes (Tabla 4).

Tabla 3. Composición bromatológica de la harina de hojas de Morera

Tiempo de secado MS PB FB MO Ca P
(Horas de sol) (%) (%) (%) (%) (%) (%)

16 91,2 26,4 10,1 90,7 2,1 0,15

Tabla 4. Composición bromatológica de concentrados y tortas de oleaginosas

MS PB FB Ca P EM
(%) (%) (%) (%) (Mcal/kg MS)
Concentrado
Vacas genéticas 89,5 18,6 6,9 0,40 0,51 2,78
Vacas comerciales 86,2 18,2 5,6 0,59 0,47 2,772,77
Tortas
Copra 93,8 25,1 19,1 0,41 0,61 2,67
Girasol 89,5 37,8 19,9 0,53 1,42 2,38

(García-Trujillo y Pedroso 1989)

De los métodos de secado evaluados se concluyeron que la deshidratación de la planta


entera al sol es el más apropiado, ya que bajo estas condiciones la Morera manifiesta una baja
resistencia a la deshidratación y que la harina de Morera posee indicadores nutricionales que
le permiten competir desde el punto de vista bromatológico con los concentrados
convencionales y con algunas harinas de oleaginosas.
La harina de Morera también se perfila como una buena opción para ser incluida en la
fabricación de concentrados para monogástricos, especialmente cuando se obtiene a partir de
las hojas, no obstante, es necesario realizar evaluaciones en dietas con ambas categoría de
animales.

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Taller Internacional “Los Arboles en los Sistemas de Producción Ganadera”. EEPF “Indio
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Department of Animal Sciences, University of New England. Armidale, Australia.

174
CAPÍTULO IV.
Metabolitos secundarios
Los metabolitos secundarios de las especies vegetales
D.E. García*

*Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes «Indio Hatu ey» Central España Repub licana, CP 442 80 , Matanzas, Cuba.

Introducción
El metabolismo secundario se puede definir como la biosíntesis, la transformación y la
degradación de los compuestos endógenos mediante proteínas de especialización, las cuales se
han formado como resultado de los procesos de diferenciación y se clasifican según su
significación biológica y función en la célula productora (Valdés y Balbín, 2000).
Según la definición en el marco ecológico propuesta por Stransburger, Noll, Schenk y
Schimper (1994), estos compuestos son sustancias ecológicamente eficaces, frente a
compuestos primarios que serían sustancias fisiológicamente eficaces. Los compuestos que
derivan de este tipo de metabolismo se pueden clasificar de varias formas.
El ordenamiento estrictamente químico, basado en los principales grupos funcionales, es
la forma más secuenciada de organización (Ikan, 1991). Desde el punto de vista de su
incidencia negativa en la nutrición, se pueden clasificar según el tipo de metabolito con que
interactúan (Delgado, 1998); los factores antinutricionales se definen como aquellas
sustancias generadas por el metabolismo natural de las especies vegetales y que, por
diferentes mecanismos, ejercen efectos contrarios a la nutrición óptima de los animales por la
disminución del metabolismo digestivo (Ojeda, 1996).
La tabla 1 muestra la complejidad ascendente de las cadenas carbonadas, basado en el
fraccionamiento estructural para el caso particular de los compuestos fenólicos (Harborne,
1990).
Para un mismo grupo funcional, además de la clasificación por las cadenas carbonadas
presentes, la separación de los metabolitos secundarios también se realiza teniendo en cuenta
la prioridad de organización de cada tipo de compuesto, la posición del grupo funcional, su
configuración y la naturaleza de los residuos terminales (Thomsen, 1997).

Distribución natural y función


Una de las principales diferencias que presentan los metabolitos secundarios con relación
a los primarios es su distribución limitada en el reino vegetal; mientras que los compuestos
primarios se encuentran en todo el reino y las diferencias entre especies solo son de índole
cuantitativa (Ramos, Frutos, Giráldes y Mantecón, 1998).

Tabla 1. Ordenamiento de las especies fenólicas, basado en la cantidad de átomos


de carbono (Harborne, 1990)
Número de Esqueleto carbonado
Clases
átomos básico
6 C6 Fenoles simples y Benzoquinonas
7 C6 – C1 Ácidos fenólicos
8 C6 – C2 Acetofenonas y Ácidos fenilacéticos
9 C6 – C3 Ácidos hidroxicinámicos, fenilpropanoides
Cumarinas, Isocumarinas y Cromonas
10 C6 – C4 Naftoquinonas
13 C6 – C1 – C6 Xantonas
14 C6 – C2 – C6 Estilbenos y Antraquinonas
15 C6 – C3 – C6 Flavonoides e Isoflavonoides
18 (C6 – C3) 2 Lignanos y Neolignanos
30 Biflavonoides
n (C6 – C3) n Ligninas, Melaninas de catecol
(C6) 6, (C6 – C3 – C6) n y Flavolanos

176
Estos compuestos químicos se presentan típicamente en sólo una especie o un grupo de
plantas taxonómicamente relacionadas (Grabiela-Anca, Dean y Wiley, 1997), por lo que
muchos de ellos se consideran marcadores taxonómicos de familias y géneros (Garbarino,
2003).
Los metabolitos secundarios se encuentran principalmente en las plantas, pero cada
estructura básica varía considerablemente acorde con el Phylum.
La tabla 2 muestra la distribución de los principales compuestos fenólicos en el reino
vegetal, especialmente sustancias fenólicas, las que pueden ser coloreadas; estos organismos
se caracterizan por tener dépsidos o depsidonas, pero pueden ser sintetizadas otras clases de
mayor distribución como las Xantonas y Antraquinonas (Markham, 1988).
En las plantas vasculares se encuentra la mayor cantidad de polifenoles (Kumar, 1992);
los helechos, Gymnospermas y Angiospermas contienen ligninas en la pared celular. Los
Ácidos hidroxibenzóico e hidroxicinámico, además de en los flavonoides, están
universalmente presentes en todas las plantas. Otras clases tienen una distribución más
discreta, como el caso de los isoflavonoides, ampliamente reportados en la familia
Leguminosae (Keh-Feng y Yuh-Fang, 1996); mientras que las Antraquinonas (comunes en seis
familias botánicas) y las Xantonas abundan en Gentianaceae, Guttiferae, Moraceae y
Polygalaceae (Harborne, 1990).
Por otra parte, en cada planta las yemas en crecimiento, las hojas jóvenes, los órganos
reproductores y de dispersión, y en general todas.

Tabla 2. Distribución de los principales compuestos fenólicos en el reino vegetal según


el Phylum (Harborne, 1990)

Phylum Patrones estructurales


Bacteria Fenoles derivados de policétidos y quinonas (ocasionalmente presentes)
Hongos Fenoles simples, fenilpropanoides y quinonas (regularmente reportadas)
Algas Fenoles iodados y bromados, derivados del floroglucinol en la pared celular
Líquenes Antraquinonas, dépsidos, depsidonas y xantonas
Bryofitas Fenoles en la pared celular, fenilpropanoides, estilbenos y algunos flavonoides
Helechos, coníferas y
Ligninas en la pared celular, amplio rango de fenoles de todo tipo
plantas que florecen

Los compuestos fenólicos no son comunes en las bacterias, los hongos y las algas, donde
las clases de esqueletos hidroxilados son escasos, comparados con el resto de las plantas
(Harborne, 1990); los flavonoides también están casi ausentes; sin embargo, los derivados
clorinados solamente son producidos por el hongo Aspergillus candidus.
Los hongos y las algas no sintetizan fenoles en asociación simbiótica; los líquenes
producen las partes en crecimiento anual, muestran una mayor concentración, reactividad y
diversidad de metabolitos secundarios (Makkar, Dawra y Singh, 1991).
Desde el punto de vista ultraestructural, los metabolitos secundarios se encuentran
principalmente en las vacuolas, la periferia adyacente interna o el centro de los orgánulos
citoplasmáticos (Lees, Suttill y Gruber, 1993), además de que sus concentraciones se
diferencian en las distintas partes de la planta (Harborne, 1990).
Desde el punto de vista botánico, las plantas rastreras contienen menores concentraciones
de metabolitos secundarios que las plantas arbóreas. Esta diferenciación se ha hecho evidente
en las especies de la familia Leguminosae (García, 2003).
El término secundario implicaba, al principio de las investigaciones, que estas sustancias
tenían una menor importancia y muchas veces se les atribuyó la propiedad de productos de
desecho del metabolismo primario. Esta idea ha sido gradualmente cambiada, ya que los
compuestos secundarios desempeñan un papel protagónico en la fisiología de la planta, la
regulación del crecimiento, su desarrollo y la interacción con otros organismos (Raskin,
1992), por lo que a partir de 1960 se han realizado investigaciones que han hecho evidente la
importante función ecológica de muchos de ellos (Valdés y Balbín, 2000).
Cada tipo de compuesto secundario está estrechamente relacionado con una o varias
funciones específicas en la planta que lo contiene.
177
Son innumerables los reportes que describen el papel que desempeñan estos compuestos
en el reino vegetal, aunque hasta la fecha, en la mayoría de ellos, no se conoce con exactitud
cada función particular.
En algunos casos intervienen en las relaciones de competencia con otras plantas, actuando
como agentes alelopáticos y contra invasiones de hongos, bacterias y virus (Harborne, 1993);
en relaciones de mutualismo en la atracción de polinizadores y dispersores de semillas (Ramos
et al., 1998); en funciones defensivas causando toxicidad (Foo, Lu, Mc Nabb, Waghorn y
Ulyatt, 1997); como protección contra la radiación ultravioleta y la desecación (Ghasempour,
Anderson, Gianello y Gaff, 1998); como reserva de material nitrogenado (Poulton, 1990); así
como en la fijación del N2 atmosférico, la formación de nódulos y la relación simbiótica en
las raíces de las leguminosas (Stafford, 1997).
Uno de los metabolitos secundarios mejor estudiados en cuanto a su distribución natural y
función es el Ácido salicílico (Raskin, 1992). Este fenol simple está presente en las
estructuras reproductivas y las hojas de 34 importantes especies botánicas empleadas en la
agricultura, lo que confirma su distribución extensiva (Raskin, Skubatz, Tang y Meeuse,
1990). Este ácido induce la floración, participa en la regulación del potencial de las
membranas celulares y la resistencia de enfermedades, induce cambios de temperatura en las
plantas termogénicas, interviene en la expresión de algunos genes y actúa como atrayente de
parásitos del género Striga.

Biosíntesis
Las rutas biosintéticas que forman parte del metabolismo secundario es un tema que en los
últimos años ha llamado poderosamente la atención. La síntesis específica de cada compuesto
suele estar restringida a estados específicos del desarrollo respectivo de cada tipo de
organismo, células especializadas y períodos de estrés causados por la deficiencia de
nutrientes o por el ataque de microorganismos. Este fenómeno se debe a la formación,
dependiente de fase, de la correspondiente enzima, lo que significa que la expresión del
metabolismo secundario se basa en un proceso de diferenciación (Azcón-Bieto y Talón, 2000).
Muchos factores afectan la síntesis de los metabolitos secundarios; la concentración de
CHS, el estado acuífero y la temperatura ambiental son algunos de los más importantes.
Atendiendo a las vías biosintéticas que les dan origen, los compuestos secundarios se
dividen en tres grandes grupos: los terpenos, las sustancias fenólicas y los compuestos que
contienen nitrógeno en su estructura (Valdés y Balbín, 2000).
El metabolismo primario proporciona un gran número de moléculas simples, como el
ácido shiquímico, el acetato y los aminoácidos, los cuales constituyen los materiales de
partida para las rutas biosintéticas del metabolismo secundario. El ácido shiquímico, por la
ruta metabólica que lleva su nombre, da origen a muchos compuestos aromáticos, entre ellos
los aminoácidos, los ácidos cinámicos y algunas estructuras polifenólicas. El acetato es el
precursor de los ácidos grasos y de los policétidos en la ruta del acetato-malonato, y los
terpenos o isoprenoides son sintetizados en la ruta del acetato-mevalonato. Los aminoácidos
son precursores de los alcaloides y de los antibióticos peptídicos.
Todos los terpenos naturales proceden de unidades de acetato activo (acetil-CoenzimaA),
que se condensan y transforman para originar ácido mevalónico, unidad de cinco átomos de
carbono, específica de la biosíntesis de terpenos.
La fig. 1 describe la interconexión de los principales grupos de metabolitos secundarios y
su relación con la fotosíntesis.
La biosíntesis de las estructuras fenólicas se efectúa por dos rutas metabólicas esenciales:
la del ácido shiquímico y la del ácido malónico (coel L-triptófano y otros. Ocasionalmente
derivan de la L-prolina, el ácido antranílico (precursor y producto de degradación del L-
triptófano), el ácido nicotínico (formado a partir del ácido aspártico), raras veces del L-
triptófano, restos de isopentenilo, isopentenil pirofosfato, acetilo proveniente del acetil-
CoenzimaA y de grupos metilo de S-adenosilmetionina.
Según Valdés y Balbín (2000), en la biosíntesis de los alcaloides se han reconocido tres
tipos generales de reacción que determinan su estructura principal: la formación de bases de
Schiff, la renocida como la de los policétidos); la primera es mayoritaria en las plantas
superiores y la segunda es favorecida en los microorganismos.

178
Fig. 1. Vías de síntesis de los principales grupos de metabolitos secundarios y su relación con la
fotosíntesis (Azcón-Bieto y Talón, 2000).

La fenilalanina y la tirosina son intermediarios metabólicos en la biosíntesis de numerosos


compuestos fenólicos, y el triptófano es el precursor de hormonas como el ácido indolacético.
Los alcaloides se forman por rutas biosintéticas muy diversas, a partir de muchos
aminoácidos como la L-arginina, la L-lisina, la L-fenilalanina, acción de Mannich y el
acoplamiento oxidativo de fenoles.

Métodos de cuantificación
Existen numerosos métodos para cuantificar los contenidos de metabolitos secundarios de
interés en la nutrición animal. No obstante, cada técnica analítica presenta limitaciones
intrínsecas, por lo que no son aplicables de manera general en todos los casos.
Las diferentes coloraciones y la cantidad de color producidas por unidad de masa en los
métodos colorimétricos (Schofield, Mbugua y Pell, 2001), la variabilidad en los resultados
con la utilización de diferentes patrones y los diferentes mecanismos en las técnicas de
precipitación (Krueger, Carter Dopke, Treichel, Folts y Reed, 2000), son las mayores
limitantes en las marchas analíticas más utilizadas en la actualidad.
El grupo de metabolitos que más se ha cuantificado en el campo de la nutrición animal son
los compuestos fenólicos, como producto de su amplia distribución en las plantas de interés
agrícola y su repercusión en la fisiología digestiva de los rumiantes y los monogástricos
(Mueller-Harvey, 2001).
Los métodos colorimétricos de Folin-Dennis y Folin-Ciocalteau (propuestos en los
trabajos realizados por estos autores entre los años 1912 y 1927), que se basan en la reducción
del ácido fosfomolíbdico hasta óxidos azules de molibdeno con estados de oxidación
inferiores a 7+, se han convertido en técnicas universales en la determinación de fenoles
totales (Singleton, Orthofer y Lamuela-Raventós, 1999; Mueller-Harvey, 2001); sin embargo,
Schofield et al. (2001) plantean que el método del Azul de Prusia (FeCl3/ K3Fe(CN)6), en
sentido general, propicia mejores lecturas.
Con el desarrollo vertiginoso de la química analítica ha sido validado un gran grupo de
procedimientos modernos, que abarcan desde las más simples técnicas hasta la utilización de
los instrumentos más sofisticados (Harborne, 1998; Makkar, 1999).
Según la recopilación realizada por Schofield et al. (2001), los métodos para la
cuantificación de compuestos fenólicos se pueden clasificar en: 1) colorimétricos, 2)
cromatográficos, 3) gravimétricos, 4) de inhibición enzimática, 5) por precipitación, 6)
toxicológicos.

179
Las lecturas mediante el desarrollo de color son las más empleadas mundialmente, porque
requieren menor complejidad de instrumentos y son más accesibles.
El ensayo del Butanol-HCl es específico para taninos condensados, pero requiere de
patrones internos fidedignos a la naturaleza de la muestra analizada, ya que el color varía con
la estructura tánica. Aunque es un método clásico, no es totalmente confiable para la
determinación si no se conoce el tipo de tanino presente (Dallzell y Kerven, 1998).
La utilización de la Vainillina-HCl es específica para meta difenoles y se pueden
cuantificar los monómeros de taninos condensados obtenidos después de la hidrólisis del
material; no obstante, si están presentes unidades de flavonoides se pueden obtener
sobreestimaciones de los contenidos de estos tipos de taninos (Sun, Ricardo da Silva y
Spranger, 1998).
El método de azul de Prusia es muy utilizado por presentar buena correlación con la
actividad biológica. Aunque mediante este reactivo reaccionan todos los fenoles, las
transformaciones dependen mucho de las condiciones del análisis y pueden interferir otros
agentes reductores. Las cuantificaciones de diferentes estructuras hidroxiladas mediante el
procedimiento de tiólisis y el empleo de floroglucinol, requieren de cromatografía líquida de
alta resolución (HPLC) y son excelentes para determinaciones estructurales.
Mediante la tiólisis se requieren taninos puros y con la utilización de floroglucinol los
rendimientos tienden a disminuir, además de que los bencil mercantanos formados presentan
olores desagradables y las rupturas de los enlaces, en algunos casos, no son cuantitativas
(Schofield et al., 2001).
La utilización de iterbio trivalente (Yb3+) como agente precipitante de fenoles no
requiere de patrones, pero los rendimientos pueden variar con la relación Yb/fenol, además de
que la muestra necesita ser incinerada (Mueller-Harvey, 2001).
Los ensayos enzimáticos precisan de manera adicional otras técnicas biológicas y la
susceptibilidad de la enzima puede ser variable (Adams y Harbertson, 1999), por lo que estas
técnicas por sí solas no permiten llegar a conclusiones sólidas (Hagerman, 1998; Fickel, Pitra,
Joest y Hofmann, 1999).
Los procedimientos de precipitación con proteínas reflejan una importante repercusión
biológica, pero los resultados son diferentes en dependencia de la proteína seleccionada para
el análisis (Hagerman, Zhao y Jonson, 1997).
El empleo de polietilenglicol (PEG) para la obtención de resultados totalmente
concluyentes requiere de carbono marcado (14C-PEG).
Los procedimientos que emplean HPLC son factibles para las determinaciones de
estructuras complejas (Hedqvist, Mueller-Harvey, Reed, Krueger y Murphy, 2000), pero
algunos solo son aplicables para taninos condensados de 7 a 8 unidades, y en ocasiones se
observan uniones irreversibles con la matriz utilizada (Lazarus, Adamson, Hammerstone y
Schmitz, 1999; Hammerstone, Lazarus, Mitchell, Rucker y Schmitz, 1999; Labarbe, Cheynier,
Broussard, Bouguet y Moutounet, 1999).
Las pruebas de inhibición del crecimiento microbiano constituyen uno de los mejores
ensayos biológicos en la actualidad, aunque la selección de la bacteria y el medio de cultivo
pueden afectar los resultados. Por otra parte, se requiere de niveles relativamente elevados de
polifenoles porque se presentan inconvenientes relacionados con la competencia del agente
enlazante (Nelson, Pell, Doane, Giner-Chávez y Schofield, 1997).
Otros métodos significativamente importantes son el empleo de la rodanina para la
cuantificación de taninos hidrolizables del tipo galotaninos (Mueller-Harvey, 2001), el empleo
de KIO3 en las determinaciones de galo y elagitaninos (Willis y Allen, 1998), las
determinaciones de peso molecular (Guyot, Doco, Bouguet, Moutounet y Driliau, 1997) y el
apoyo que propicia la cromatografía de fase normal (Cheynier, Bouguet, Le Roux, Guyot y
Rigaud, 1999) y de fase reversa en las separaciones cuantitativas de las diferentes especies
fenólicas (Waterhouse, Price y McCord, 1999).
Los procedimientos analíticos más factibles para la determinación de cumarinas y
flavonoides se basan en las propiedades estructurales de estos compuestos de tener patrones
conformacionales rígidos, que les permiten una absorción muy intensa en el espectro
ultravioleta, después de separaciones y fraccionamientos previos que evitan un gran número
de interferencias analíticas (Mochiutti, 1995; Méndez, 1996; Gutiérrez, Miranda, Varona y
Rodríguez, 2000); no obstante, se debe conocer aproximadamente las estructuras que se
cuantificarán con vistas a realizar una óptima selección del patrón en el análisis (Mueller-
Harvey, 2001).

180
Otros metabolitos secundarios, como los triterpenos y esteroles, se determinan
fundamentalmente por diversos métodos cromatográficos (AOAC, 1990) o mediante la
extensión de la prueba cualitativa de Liebermam y Buchard, basado en la formación de
compuestos coloreados, como producto de la reacción en medio ácido del anhídrido acético
con el doble enlace presente en los anillos B y C de los esteroides y triterpenos,
respectivamente; estas instauraciones resultan típicas en ambas agrupaciones (Galindo,
Rosales, Murgueitio y Larrahondo, 1989).

Efecto en los sistemas biológicos


A lo largo de la evolución, la refinada especialización del metabolismo secundario ha
constituido una de las adaptaciones más sorprendentes en las plantas superiores, con el
objetivo de lograr mantener el equilibrio interespecífico en la naturaleza.
El propósito fundamental de esta diferenciación enzimática estuvo encaminado, en primer
lugar, a que estos compuestos cumplieran funciones específicas en el metabolismo vegetal,
además de actuar como defensas importantes frente a los herbívoros, por la imposibilidad de
huir ante estos (Harborne, 1993; Cheecke, 1995; Ramos et al., 1998).
Es evidente que la amplia diversidad de estructuras generadas por estas proteínas
especializadas produce efectos extremadamente diversos en la biología de los organismos
vivos.
Indistintamente, en la literatura se reportan efectos negativos relacionados con problemas
de toxicidad en los insectos herbívoros, las aves, los pequeños mamíferos, los cerdos, los
rumiantes y el hombre (Mueller-Harvey y Mc Allan, 1992); así como efectos beneficiosos en
la producción industrial de fármacos (Mateos, 2003), la terapia contra el cáncer y la
biotecnología (Anon, 2003a), en la domesticación y la diversificación de las plantas de interés
agrícola (Anon, 2003b), en los estudios biológicos y moleculares (Torpoco y Garbarino, 2003)
y en las ciencias médicas (Anon, 2003c). Otro efecto polémico es la acción defaunante que
causan en la microbiología ruminal (Galindo, Castillo, Aldama, Marrero, García y Martínez,
1998; Colectivo de autores, 2003).
La concentración de los metabolitos secundarios en el tejido vegetal es uno de los
principales elementos que diferencian la acción positiva o detrimental en la nutrición animal
(Aerts, Barry, Warren y Mc Nabb, 1999), aunque la variabilidad estructural dentro de un
mismo grupo funcional, la isomería de posición y los alargamientos de los radicales
carbonados, también diferencian la accción particular de cada compuesto en los diferentes
animales (Baker, Medlock y Sheehan, 1998; Cassidy, Hanley y Lamuela-Raventós, 2000).
En el campo de la nutrición animal a nivel mundial, los taninos condensados han sido el
grupo de compuestos mejor estudiados en cuanto a su repercusión fisiológica y su amplia
distribución (Wolfgang y Shelton, 1995; Ben Salem, Nefzaoui, Ben Salem y Tisserand, 1999a,
1999b; Ben Salem, Nefzaoui, Ben Salem y Tisserand, 2000); otros metabolitos inhiben la
digestión, al afectar la actividad catalítica de algunas enzimas (Delgado, 1998), y pueden
restringir la absorción de los alimentos (Liener, 1997).
De las 1 200 clases de compuestos secundarios que contienen las plantas (Kumar, 1992)
no todos se encuentran bien estudiados, debido a su elevada diversidad; algunos grupos como
los triterpenoides, las cumarinas, las anticarbohidratasas, las tioxalidonas, los tiocianatos e
isotiocianatos, las antibiotinas y las sustancias que aumentan de forma particular las pérdidas
catabólicas, han recibido tratamientos más discretos en cuanto a su repercusión en el campo
de la fisiología y la nutrición (Midjavila, 1990).
No obstante, existen algunas funciones químicas, como los glucósidos cianogénicos y
alcaloides (Sotelo, Contrera y Flores, 1995; Sotelo, Sousa y Sánchez, 1995), así como las
fitohemoaglutininas (Le Guen y Birk, 1993; Goodbole, Krishna y Brata, 1994), que se han
investigado con mayor sistematicidad.
A modo de resumen, en la tabla 3 se presentan algunos de los disímiles efectos que causan
los metabolitos secundarios en los sistemas biológicos.

181
Conclusiones
El metabolismo secundario constituye una de las adaptaciones más sorprendentes en el
reino vegetal y para su diferenciación las especies de plantas superiores han necesitado miles
de años de evolución continua y perfeccionamiento, a través de la interacción con el medio
ambiente circundante y las relaciones ínterespecíficas. A medida que la ciencia se ha
desarrollado progresivamente, el hombre ha empleado con fines prácticos diversos los
compuestos secundarios que derivan de estas rutas biosintéticas para su bienestar y
mejoramiento. Estas estructuras pueden ocasionar efectos detrimentales o beneficiosos en la
alimentación animal, fundamentalmente en dependencia de la concentración y la naturaleza
del compuesto específico. El conocimiento de este tema de la bioquímica vegetal por los
profesionales de las ciencias agropecuarias, específicamente los que investigan en la nutrición
animal, ayudará a realizar un uso más eficaz de los recursos forrajeros y los dotará de una
visión sólida en el campo de la alimentación integrada y de la bioquímica de las plantas, con
el fin de incrementar la producción ganadera actual basada en esta fuente de alimento.

Tabla 3. Efecto de algunos metabolitos secundarios en los sistemas biológicos

Metabolito secundario Medio que lo contiene Efecto Referencia


Negativo
Taninos condensados Foliolos de Lotus Reduce el consumo de MS y la Aerts et al (1999).
corniculatus y Acacia digestión de los aminoácidos en el
aneura intestino delgado (5-6% MS)
p-hidroxiacetofenona y Humus de Athyrium filix Actividad alelopática, inhibe la Pellissier (1994)
ácido p-hidroxibenzoico femina y Vaccinium germinación y la longitud de la
myrtillus plántula de Picea abies
Isoflavonoides Ensilaje de Trifolium Efecto estrogénico Nwannenna, Madej,
(Fosmononetina, subterraneum Lundh y Frediksson
Biocantina -A y (1994)
Genisteina)
Lectinas Semilla de Bractis Aglutina eritrocitos humanos de Gómez, Quesada y
gasipaes tipo A, B, O, y de caprinos, ovinos Nanne (1998)
y conejos
Tetrámero de Hojas de Acacia Inhibe la actividad de la enzima Polya y Foo (1994)
Procianidina melanoxylon proteína-quinasa en el cerebro de
ratas
Positivo
Taninos condensados Foliolos de L. Incrementa la velocidad de Min, McNabb, Barry
corniculatus crecimiento y acelera la ovulación y Kemp (1999)
en cabras (2-4% MS)
Incrementa la producción de Aerts et al. (1999)
lactosa en la leche (4-5% MS)
Taninos Dichrostachys cinerea Inhibe los biomarcadores en la Perchellet (1996)
Cassia sieberiana aparición de tumores en la piel de
ratones in vivo
Hojas de M. alba Actividad larvicida frente a Suck-Joon, Sang-
Lymantria dispar, Acantholyda Gil, Sang-Cheol,
posticalis, Hyphantria spectabilis y Boum-Young y
H. cunea Young-Joon (1997)
Semillas de Albizia Propiedades biosorbentes para Fernández, Chacín,
lebbeck eliminar Sulfonatos de Alquil- García, Alastre, Leal
bencenos de soluciones acuosas y Forster (1996)

182
Conclusions
Secondary metabolites are one of the most amazing adaptations in the vegetable kingdom,
and for their differentiation higher plant species have required thousands of years of
continuous evolution and improvement, through interaction with the surrounding environment
and interspecific relations. As science has been progressively developing, men have used,
with various practical aims, the secondary compounds that are derived from these biosynthetic
routes for their welfare and improvement. These structures may cause detrimental or
beneficial effects on animal feeding, mainly depending on the concentration and nature of the
specific compound. The knowledge of this topic of plant biochemistry by the professionals of
agricultural sciences, specifically those doing research on animal nutrition, will contribute to
perform a more efficacious use of forage resources and will provide these researchers with a
solid vision in the field of integrated feeding and plant biochemistry, with the objective of
increasing the current livestock production based on this source of feedstuffs.

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186
Evaluación de los principales factores que influyen
en la composición fitoquímica de Morus alba (Linn.).
I. Análisis cualitativo de metabolitos secundarios*
D.E. García, F. Ojeda e I. Montejo 1

* Pasto s y Fo rrajes, Vol. 26 , No . 4 , 2003


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”

Resumen
Con el objetivo de detectar la presencia de metabolitos secundarios en cuatro variedades
de morera mediante la utilización del tamizaje fitoquímico, se llevó a cabo una investigación
en un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 3 x 3 y tres repeticiones. En el
conjunto hojas-pecíolo-tallos tiernos se investigaron 15 grupos de compuestos y se detectaron
los fenoles, los flavonoides, las cumarinas, los carbohidratos solubles, los esteroles, los
alcaloides y las saponinas. Estas funciones químicas estuvieron presentes en las cuatro
variedades, las tres edades de la biomasa comestible, los tres niveles de fertilización orgánica
y las dos épocas. Las menores variaciones se observaron en los fenoles, los esteroides y los
carbohidratos solubles; en cambio, los flavonoides, las cumarinas y los alcaloides presentaron
fluctuaciones apreciables. Mediante el análisis de conglomerados se pudo comprobar que la
frecuencia de corte fue la variable de mayor influencia. En el período poco lluvioso (PPLL) la
agrupación por la edad de rebrote fue más marcada que en el período lluvioso (PLL), a
excepción de los 60 días. Los porcentajes de miembros de cada conglomerado agrupados en la
frecuencia más poblada fueron de 57, 78 y 85% en el PPLL, y de 67, 62 y 80 % en el PLL.
Palabras clave: Antimetabolitos, Morus alba

Abstract
With the objective of detecting the presence of secondary metabolites in four mulberry
varieties through the use of phytochemical sieving, a research was carried out in a randomized
block design with a 4 x 3 x 3 factorial arrangement and three repetitions. In the leaves-
petioles-fresh stems set 15 compound groups were investigated and phenols, flavonoids,
cumarins, soluble carbohydrates, sterols, alkaloids and saponins were detected. These
chemical functions were present in the four varieties, the three ages of edible biomass, the
three organic fertilization rates and the two seasons. The lowest variations were observed in
phenols, steroids and soluble carbohydrates; however, flavonoids, cumarins and alkaloids
showed noticeable fluctuations. Through the conglomerate analysis cutting frequency was
proved to be the variable of higher influence. In the dry season (DS) the grouping by regrowth
age was more remarkable than in the rainy season (RS), with the exception of the 60 days. The
percentages of members of each conglomerate grouped in the most populated frequency were
57, 78 and 85% in the DS, and 67, 62 and 80% in the RS.
Key words: Antimetabolites, Morus alba

Introducción
La ganadería cubana está precisada a producir alimento durante todo el año con la menor
cantidad de recursos externos. Teniendo en cuenta que los pastos por sí solos no cubren los
requerimientos nutricionales de los rumiantes para una adecuada producción de leche y carne,
los árboles son una buena fuente alternativa para su utilización como alimento suplementario.
Estos se caracterizan por presentar elevados contenidos de proteína y una alta digestibilidad
comparada con la de los pastos (Simón, Hernández y Ojeda, 1998; Simón, 1998).
No obstante, la mayoría de estas plantas contienen elevados niveles de metabolitos
secundarios, compuestos que bajo determinadas circunstancias pueden causar efectos diversos
y hasta contrastantes en la fisiología animal (Ojeda, 1996).

187
Existen muchas especies de árboles y arbustos con buenas características forrajeras; en
este sentido, la especie Morus alba sobresale como fuente de forraje en Cuba por su excelente
capacidad de producción de biomasa, composición química (Duke, 2001), alta digestibilidad
(González, Delgado y Cáceres, 1998), adaptabilidad a diversas condiciones de clima y suelo
(Datta, 2002), perennidad ante el corte (Martín, Reyes, Hernández y Milera, 2002) y
disponibilidad (Benavides, 1994). Su forraje fresco o ensilado se utiliza como suplemento
proteico para los rumiantes y puede estimular altos niveles de producción de leche y
ganancias de peso (Benavides, 1999). Dadas estas características, esta planta se proyecta
como una alternativa alimenticia con alto potencial en el futuro.
El estudio del metabolismo secundario de forma integral, en las principales especies
arbóreas utilizadas en la alimentación animal, resulta de vital importancia en aras de realizar
un mejor manejo de la biomasa que aportan y un óptimo aprovechamiento de esta fuente de
alimento.
Según Duke (2001), las hojas de M. alba contienen constituyentes volátiles tales como
alcoholes (n-butanol y β-γ-hexenol), aldehídos (Metil-etil-acetaldehído, n-butil-aldehído,
isobutil-aldehído, valeraldehido, hexaldehido, α-β-hexenal), cetonas alifáticas (acetona,
metil-etil-cetona, metil-hexil-cetona), butil-amina y ácidos grasos volátiles (acético,
propiónico y butírico). Además contienen malato de calcio, ácido succínico y tartárico,
xantofilas, carotenoides, fitatos (forman el 18% del fósforo total), isoflavonoides (Quercetina
3-glucósido), bases nitrogenadas (adenina, colina y trigonellina), atrayentes del gusano de
seda (Citral, acetato de linalilo, linalol, acetato de terpenilo, hexenol) y terpenoides, los
cuales controlan las mordidas que realizan los gusanos a las hojas. La madera contiene Morina
(0,3-0,4% MS), Dihidromorina, Dihidrokaenferol, 2,4,4´,6-Tetra-hidroxi-benzofenona,
Maclurina y 2% MS del estilbeno Hidroxi-resveratrol.
El uso principal de la morera a nivel mundial ha sido como alimento del gusano de seda;
de ahí que la mayoría de las investigaciones realizadas en esta planta hayan sido orientadas a
su producción en la sericultura.
A partir de la década de los ochenta en América Central comenzó a evaluarse su potencial
forrajero y se recomendó su uso en los sistemas de corte y acarreo para los ovinos, los
caprinos y los bovinos, así como en la alimentación de los monogástricos. No obstante, en la
actualidad se carece de estudios encaminados a la dilucidación de su metabolismo secundario.
Si bien la composición química de esta planta ha sido ampliamente estudiada, se conoce
muy poco sobre los metabolitos secundarios presentes en la parte comestible, sus
concentraciones, la repercusión nutricional, así como el efecto de los principales factores que
influyen en sus variaciones.
El objetivo de este trabajo fue detectar los principales metabolitos secundarios presentes
en la fracción comestible de cuatro variedades de M. alba, así como la influencia de los
principales factores.

Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba.
Los muestreos se realizaron en dos períodos correspondientes al año 2002; enmarcados
entre los meses de enero, febrero, marzo, abril y mayo como PPLL; y mayo, junio, julio,
agosto y septiembre como PLL.

Características del suelo


El suelo donde se llevó a cabo la investigación presenta una topografía plana y se
clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández y col., 1999).

Diseño experimental y tratamientos


Se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 3 x 3 y tres repeticiones,
lo que hizo un total de 36 tratamientos/bloque.
Los factores estudiados fueron:
Fertilización orgánica equivalente a: 100, 300 y 500 kg de N/há/año y un tratamiento
control (sin fertilización)
188
Frecuencia de corte (60, 90 y 120 días)
Variedad Cubana (C), Indonesia (I), Tigriada (T) y Acorazonada (A)
Unidad experimental y manejo agronómico
Las mediciones se realizaron en el tercer año de evaluación agronómica de una plantación
de morera de 4 años de edad y densidad de 25 000 plantas/há. El área experimental abarcó 108
parcelas de 7 x 3 m, sin separación entre ellas. Cada parcela estuvo integrada por 64 plantas,
separadas a 0,4 m y 1 m entre los surcos orientados de este a oeste.
El corte de cada planta se realizó de manera manual con tijera de poda, a la altura fija de
0,5 m sobre el nivel del suelo.
La fertilización orgánica (gallinaza) se aplicó directamente en el tronco de cada planta y
el control de malezas se realizó de forma manual, ambos después de cada corte.
Los cortes correspondientes a las frecuencias de 60, 90 y 120 días para cada período
muestreado, se realizaron de forma tal que su distribución fuera equitativa en cada etapa, para
lograr que se reflejara de forma directa el efecto de las condiciones ambientales en todo el
proceso de evaluación.

Prueba exploratoria
Con el objetivo de conocer si los grupos de metabolitos secundarios en M. alba se
encontraban presentes de manera común en las dos partes de la planta, se realizó un análisis
cualitativo inicial de manera independiente al conjunto hojas-pecíolo y a los tallos tiernos,
donde se pudo observar que ambas partes presentaban los mismos grupos de compuestos
secundarios.

Procedimiento de muestreo
El material vegetal formado por la fracción comestible de M. alba (hojas-pecíolos-tallos
tiernos) fue recolectado de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al
azar, luego de ser eliminado el efecto de borde de las unidades experimentales.
Las muestras provenientes de cada réplica se llevaron de forma inmediata al laboratorio,
se pesaron 5 g, se trituraron hasta tamaño homogéneo y, finalmente, fueron maceradas con 50
mL de etanol al 98% durante 48 horas.

Pesquisaje fitoquímico
A los extractos alcohólicos provenientes de los diferentes tratamientos se les aplicó el
tamizaje fitoquímico propuesto por Rondina y Cassio, descrito por Alfonso, Fernández,
González y Avilés (2000); los análisis se realizaron por triplicado.
Las pruebas cualitativas para la detección de cumarinas se hicieron a partir de
modificaciones realizadas al extracto crudo. La solución alcohólica fue tratada previamente
con Pb(AcO) 2 al 4%, el que contenía 0,5% de AcOH con el objetivo de eliminar las clorofilas,
para después centrifugar por 10 minutos a 2 500 repeticiones por minuto, filtrar con papel y
realizar una extracción con dos porciones de 20 mL de CHCl 3 al filtrado. Del extracto
clorofórmico, se evaporaron 2 mL de la solución en una placa de porcelana y se le adicionó 1
mL del reactivo de Baljet.

Metabolitos investigados
Se investigaron un total de 15 grupos de metabolitos, estos fueron: los fenoles, los
taninos, los grupos ±-aminos, los triterpenos y los esteroides, las fitoquinonas, los
flavonoides, las proantocianidinas y las catequinas, los carbohidratos reductores solubles, los
cardenólidos, las saponinas, las cumarinas, los alcaloides y los cianógenos.
Para la descripción de los ensayos se utilizó el sistema de cruces para especificar la
presencia o ausencia de los metabolitos en los tratamientos. En todos los análisis se siguieron
los criterios que se muestran en la tabla 1.

189
Tabla 1. Criterios seguidos en las detecciones cualitativas
para el pesquisaje fotoquímico

Criterio Nomenclatura
Presencia cuantiosa +++
Presencia notable ++
Presencia leve +
Ausencia -

En el caso del ensayo empleado para la detección de saponinas se partió del criterio
siguiente: contenido abundante = altura de la espuma >14 mm; contenido moderado entre 10-
14 mm y contenido bajo <10 mm.
Previamente para el control de los reactivos se utilizaron soluciones de compuestos
patrones (Tabla 2).

Tabla 2. Soluciones utilizadas para el control de los reactivos

Metabolito Ensayo Soluciones Control


Fenoles FeCl3 1-10 % Fenol 1 %
Taninos Gelatina 1 % Ácido tánico 1 %
Grupos α-aminos Ninhidrina 0,2 % L- Ácido aspártico 1 %
Triterpenos/Esteroides Lieberman-Burchard Colesterol 2 %
Fitoquinonas Borntrager Quinol 2 %
Flavonoides Shinoda Quercetina 2 %
Proantocianidinas/Catequinas Roseheim D(+) Catequina 1 %
Carbohidratos reductores Fehling D(+)Glucosa 5%
Benedict
Cardenólidos Kedde Digitalis 2 % (masa/volumen)
Saponinas Prueba de espuma *
Cianógenos Guignard *
Cumarinas Baljet Cumarina 2 %
Alcaloides Wagner, Hager, Gramina 2 %
Dragendorff Efedrina 2 %

* No utilizadas

Los datos obtenidos a partir de los ensayos cualitativos se llevaron a una escala numérica
(1-ausencia y 2, 3, 4-presencia) y el análisis de conglomerados se realizó mediante el método
de Ward, utilizando la distancia euclidiana como criterio de diferencia entre los casos.

Resultados y discusión
La biomasa proveniente de M. alba, que serviría como material vegetal de partida para los
análisis de los experimentos que forman esta investigación, fue nula para los tratamientos
donde no se fertilizó (parcelas control), como producto de que ninguna de las variedades
aportó cantidades considerables de hojas ni de tallos tiernos para poder ser incluidos en los
resultados; este comportamiento fue común para los dos períodos evaluados, así como para las
tres frecuencias de defoliación empleadas.
La necesidad que tiene la morera de ser fertilizada es un consenso generalizado, al cual
han arribado los principales autores que investigan sobre este tópico en diferentes partes del
mundo, como Costa Rica (Benavides, 2002), Japón (Machii, 2002) y Cuba (Martín et al.,
2002).
Mediante el empleo del tamizaje fitoquímico, de los 15 grupos de metabolitos
investigados en el conjunto hojas-pecíolos-tallos tiernos, se detectaron los fenoles, los
flavonoides, las cumarinas, los carbohidratos solubles, los esteroides, los alcaloides y las
saponinas; estos aparecieron en todas las variedades, por lo que la presencia de los mismos
compuestos en cada caso es una de las evidencias de la marcada componente genética del
metabolismo secundario en el género Morus.
190
Fenoles
Las Tablas 3 y 4 muestran el comportamiento de los compuestos fenólicos desde el punto
de vista cualitativo mediante la utilización de FeCl 3 al 1%. En ambas épocas estos compuestos
se detectaron de forma abundante.

Tabla 3. Comportamiento cualitativo de los fenoles en el PPLL

60 días 90 días 120 días


Variedad 100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Tabla 4. Comportamiento cualitativo de los fenoles en el PLL

60 días 90 días 120 días


Variedad 100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ ++ ++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ ++ +++ +++ ++ +++ +++ ++
Tigriada +++ ++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ ++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Todos los ensayos se caracterizaron por presentar una coloración negra, la cual es una de
las propiedades de los extractos que contienen una amplia diversidad de estructuras
hidroxiladas.
No se encontraron diferencias apreciables entre las épocas. En el PLL hubo una mayor
variabilidad con respecto al PPLL, aunque fue poco marcada; también se observó una
tendencia similar entre las variedades.
La presencia de fenoles en la especie ha sido reportada por Chunlian, Donsheng y Erjun
(1999) y por Domínguez, Telles y Revilla (2001).
Estos tipos de metabolitos se encuentran ampliamente distribuidos en el reino vegetal,
formando parte de todas las plantas vasculares, y su presencia ha sido detectada en algunas de
las principales plantas con interés forrajero en diferentes latitudes, como Leucaena
leucocephala (Pedraza, García y Pacheco, 1997), Calliandra calothyrsus (Salawu, Acamovic,
Stewart y Maasdorp, 1997), Acacia cyanophylla (Ben Salem, Nefzaoui, Ben Salem y
Tisserand, 2000) y en Macroptilium atropurpureum y Lablab purpureus (Mupangwa,
Acamovic, Topps, Ngongoni y Hamudikuwanda, 2000).

Flavonoides
En las Tablas 5 y 6 se presenta el resultado correspondiente al análisis de los flavonoides.
Las pruebas cualitativas mostraron una mayor variabilidad entre las variedades y las épocas.
Los ensayos oscilaron desde coloraciones rosadas tenues hasta tonos rojos intensos.

Tabla 5. Comportamiento cualitativo de los flavonoides en el PPLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ + + +++ +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ ++ + +++ ++ + + +++ +++
Tigriada + +++ + +++ +++ ++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ ++ + +++ ++ ++ +++ +++ +++
* kg N/há/año
191
Tabla 6. Comportamiento cualitativo de los flavonoides en el PLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana + ++ ++ ++ ++ ++ +++ ++ ++
Indonesia ++ ++ ++ ++ ++ ++ +++ +++ ++
Tigriada ++ ++ ++ ++ ++ ++ +++ +++ ++
Acorazonada ++ ++ ++ ++ ++ ++ +++ +++ +++
*kg N/há/año

Rangos de variabilidades en escalas numéricas han sido encontrados por Mengcheng,


Zhishen y Xiangrui (1996) y Zhishen, Jianming y Mengsheng (1996) en M. alba. En igual
sentido, Chuanbu (2000) señala ensayos positivos en el contenido de Rutina y detecciones
generales.
Detecciones similares se han realizado en Gliricidia sepium, Albizia lebbeck y
leguminosas rastreras (Martínez, Hernández y Guevara, 1996).

Cumarinas
Las cumarinas presentaron diferencias menos marcadas que los flavonoides (Tablas 7 y 8).
La coloración naranja desarrollada por el reactivo de Baljet fue común para todos los ensayos
realizados, aunque con diversos grados de intensidad, según la concentración inherente a cada
tratamiento.

Tabla 7. Comportamiento cualitativo de las cumarinas en el PPLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ ++ ++ ++ +++ +++ +++
Indonesia + +++ +++ ++ ++ ++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ ++ ++ ++ +++ +++ +++
Acorazonada ++ +++ +++ ++ ++ ++ +++ +++ +++

* kg N/há/año

Tabla 8. Comportamiento cualitativo de las cumarinas en el PLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana ++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Indonesia ++ +++ ++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Tigriada ++ +++ ++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Acorazonada ++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Las cumarinas en M. alba han sido detectadas por Domínguez et al. (2001), la Esculetina
por Marles y Farnsworth (1995) y la Umbeliferona por Ho-Zoo y Won-Chu (2001). Estos
compuestos se han encontrado en G. sepium (Ahn, Elliott y Norton, 1997) y en familias de
especies templadas tales como Umbelíferas y Rutáceas (Berenbaum, 1991).

Carbohidratos reductores solubles


Las Tablas 9 y 10 muestran el comportamiento de los carbohidratos solubles en ambos
períodos; estos intermediarios del metabolismo fueron detectados en forma cuantiosa, de
acuerdo con el contenido energético reportado en la especie y la elevada concentración de
sacáridos en sus extractos alcohólicos (Fujun, Nakashima y Kimura, 1995; Jun, Rong y
Hongzhang, 2000).
192
En este caso no se encontraron diferencias muy marcadas entre las épocas, las variedades
y las frecuencias de defoliación.

Tabla 9. Comportamiento cualitativo de los carbohidratos en el PPLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++

* kg N/há/año

Tabla 10. Comportamiento cualitativo de los carbohidratos en el PLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana + +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ + +++ +++ +++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++

* kg N/há/año

Esteroides
El análisis cualitativo en la detección de triterpenos y esteroides (Tablas 11 y 12) reveló
una elevada similitud entre los tratamientos. Los esteroides fueron detectados de manera
abundante y el ensayo aplicado se caracterizó por una coloración azul verdosa intensa, lo que
evidencia la presencia de varios esteroles en el tejido vegetal (Galindo, Rosales, Murgueitio y
Larrahondo, 1989).

Tabla 11. Comportamiento cualitativo de los esteroides en el PPLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++

* kg N/há/año

La presencia de ²-Sitosterol y Estigmasterol ha sido señalada por Mengzhao (1989) y


trazas de colesterina por Xiangrui y Hongsheng (2001).
Los resultados generales obtenidos para este grupo de metabolitos en la especie están
acordes con lo reportado por Mengzhao (1989).

193
Tabla 12. Comportamiento cualitativo de los esteroides en el PLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Alcaloides
Los alcaloides se investigaron mediante el empleo de tres reactivos de grupo; las Tablas
13 y 14 se observaron algunas variaciones en el PPLL cuando se compara con el PLL.

Tabla 13. Comportamiento cualitativo de los alcaloides en el PPLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ ++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ + +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Tabla 14. Comportamiento cualitativo de los alcaloides en el PLL

Variedad 60 días 90 días 120 días


100* 300* 500* 100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana ++ ++ +++ + +++ +++ +++ +++ +++
Indonesia +++ +++ + ++ ++ +++ +++ +++ +++
Tigriada +++ +++ + + +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada ++ + + + ++ +++ +++ +++ +++
* kg N/há/año

Estos metabolitos, conjuntamente con los flavonoides, expresaron la mayor variabilidad


en las pruebas de detección.
La presencia de alcaloides y compuestos aminados en el tejido vegetal de la morera ha
sido reportada por Ho-Zoo y Won-Chu (2001).
Los alcaloides se han encontrado en árboles de uso forrajero, especialmente en plantas
dicotiledóneas (Ramos, Frutos, Giráldez y Mantecón, 1998), y de forma particular en las
leguminosas forrajeras del género Erythrina (Sotelo, Soto y Lucas, 1996).

Saponinas
Todos los extractos ensayados mostraron alturas relativas de la espuma entre 10-14 mm,
equivalente a contenidos moderados de estos metabolitos (Galindo et al., 1989).
La prueba no resultó concluyente para poder aseverar la presencia de estos compuestos, ya
que el principio del método consiste solamente en la disminución de la tensión superficial del
medio, por lo que otros compuestos con propiedades estructurales similares en la planta, como
mucílagos y glicósidos esteroidales, pudieron crear falsos positivos al respecto.
Detecciones positivas en M. alba han sido realizadas por Domínguez et al. (2001), y
negativas por Maldonado, Grande, Aranda y Pérez-Gil (2000).

194
Metabolitos no detectados
El resto de los compuestos investigados mostraron resultados negativos en todos los
tratamientos; el conjunto estuvo formado por: grupos α-aminos, taninos que precipitan
proteínas, proantocianidinas/catequinas, cardenólidos, fitoquinonas y cianógenos.
La no presencia de grupos α-aminos, proantocianidinas/catequinas y fitoquinonas también
ha sido reportada por Domínguez et al. (2001).
La ausencia de taninos que precipitan proteínas, corroborada en este experimento y que
apoya lo expresado por García, Ojeda y Pérez (2002) con la utilización de gelatina como
proteína para inducir la precipitación, coincide con los resultados de pruebas realizadas por
Makkar, Singh y Negi (1989) y Makkar y Becker (1998) al emplear BSA como proteína
precipitante.
Aunque las pruebas desarrolladas con el reactivo de Roseheim demuestran la inexistencia
evidente de taninos condensados, no se puede expresar con certeza absoluta que no exista
ningún tipo de tanoide en la especie, en primer lugar por lo controvertida que resulta la
definición de estos metabolitos, y teniendo en cuenta también que en el ensayo de
precipitación solo resultan positivos los taninos que presenten un peso molecular
considerable, capaces de unirse a la proteína e insolubilizarse (Leinmueller, Steingass y
Menke, 1993).
De todos los metabolitos detectados, los fenoles, los esteroides y los carbohidratos
solubles presentaron una menor variabilidad con los factores estudiados; en cambio, las
cumarinas, los flavonoides y los alcaloides mostraron mayores diferencias entre los
tratamientos.

Análisis de agrupación en las pruebas cualitativas


Para determinar la tendencia de agrupación de los tratamientos dentro de los factores en
estudio, se empleó el análisis de conglomerados mediante el método de Ward (Rossi, Pereira y
González, 2000; Navarro, 2002).
Las Tablas 15 y 16 muestran la agrupación en el PPLL y en el PLL. En ambas épocas se
observó un marcado efecto de la frecuencia de corte en comparación con los factores variedad
y fertilización; la importancia de la edad de rebrote y su repercusión en el metabolismo
secundario ha sido señalada por Brooks y Owen-Smith (1994).

Tabla 15. Agrupación en el análisis cualitativo para el PPLL

Conglomerados PPLL
Frecuen Fertiliza 1 2 3
cia ción C I T A C I T A C I T A
100 X X X X
60 300 X X X X
500 X X X X
100 X X X X
90 300 X X X X
500 X X X X
100 X X X X
120 300 X X X X
500 X X X X

195
Tabla 16. Agrupación en el análisis cualitativo para el PLL

Conglomerados PLL
Frecuen Fertiliza 1 2 3
cia ción C I T A C I T A C I T A
100 X X X X
60 300 X X X X
500 X X X X
100 X X X X
90 300 X X X X
500 X X X X
100 X X X X
120 300 X X X X
500 X X X X

El agrupamiento por edad de rebrote se hizo más marcado en el PPLL, excepto para la
frecuencia de 60 días, en comparación con el PLL. En el PPLL el porcentaje de miembros de
cada conglomerado, agrupados en la frecuencia más poblada, fue de 57, 78 y 85% para los
conglomerados 1, 2 y 3, respectivamente; en cambio, para el PLL fue de 67, 62 y 80%,
respectivamente.
Basado en el análisis de las distancias euclidianas, se pudo comprobar que para el PPLL la
frecuencia de 60 días mostró diferencias con respecto a las de 90 y 120 días; este resultado
concuerda con las diferencias encontradas por Mochiutti (1995) en las frecuencias de
defoliación mayores (50 días), en comparación con las más bajas (75 y 100 días) para algunos
metabolitos secundarios en G. sepium. En el PLL la frecuencia que mostró características
diferentes al resto fue la de 120 días; la tendencia a la diferenciación de las frecuencias
mayores, así como la menor repercusión fisiológica de los metabolitos secundarios en la
nutrición animal para estas edades de rebrote, ha sido reportada por Steward, Allison y
Simons (1996).

Conclusiones
La especie M. alba contiene, tanto en las hojas como en los tallos tiernos, fenoles,
flavonoides, cumarinas, carbohidratos solubles, esteroles, alcaloides y saponinas, los cuales
estuvieron presentes en los tres niveles de fertilización, las tres frecuencias de corte y las dos
épocas. La mayor variabilidad se observó en el caso de los flavonoides, las cumarinas y los
alcaloides; mientras que los fenoles, los carbohidratos solubles y los esteroles no presentaron
diferencias marcadas entre los tratamientos. La edad de rebrote fue la variable de mayor
influencia en el metabolismo secundario de las cuatro variedades de M. alba.

Recomendaciones
Emplear técnicas analíticas con vistas a cuantificar los grupos de compuestos detectados
en el análisis cualitativo y dilucidar numéricamente, en otras investigaciones, la influencia de
cada factor en las concentraciones de los metabolitos secundarios.

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198
Evaluación de los principales factores que influyen
en la composición fitoquímica de Morus alba (Linn.).
II. Polifenoles totales*
D.E. García y F. Ojeda 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 27 , No . 1 , 2004 .


1 Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
Con el objetivo de cuantificar el contenido de polifenoles totales (FT) mediante la
utilización del método de Folin-Dennis en las hojas y los tallos tiernos de cuatro variedades
de morera, se llevó a cabo una investigación en un diseño de bloques al azar con arreglo
factorial 4 x 4 y tres repeticiones, en una plantación de cuatro años de edad sometida a cortes
continuos cada 90 días. Los FT se encontraron en las hojas en un rango de 2,18-3,20% MS en
el período poco lluvioso (PPLL) y entre 1,26-3,26% MS en el período lluvioso (PLL). En los
tallos tiernos las concentraciones oscilaron entre 0,77-2,50% MS en el PPLL y 0,69-1,43%
MS en el PLL; en ambas partes de la fracción comestible la interacción variedad x
fertilización fue significativa para los dos períodos (p<0,05). Se observó una diferencia
marcada entre los niveles de las hojas y los tallos tiernos; la época presentó una menor
influencia. Las interacciones entre los factores fertilización y variedad, en todos los casos,
determinaron el comportamiento diferenciado de las variedades.
Palabras clave: Antimetabolitos, Morus alba, polifenoles

Abstract
A research was carried out in a randomized block design with a 4 x 4 factorial
arrangement and three repetitions, in a tour-year-old mulberry plantation subject to
continuous cuttings every 90 days. The objective of this work was to quantify the content of
total polyphenols (TP) by means of the Folin-Dennis method in the leaves and fresh stems of
four mulberry varieties. TP were found in leaves in arrange of 2,18-3,20% DM in the dry
season (DS) and 1,26-3,26% DM in the rainy season (RS). In fresh stems the concentrations
varied between 0,77-2,50% DM in the DS and 0,69-1,43% DM in the RS; in both parts of the
edible fraction the variety x fertilization interaction was significant for both seasons (p<0,05).
A remarkable difference was observed between the levels of leaves and fresh stems; the
season showed a lower influence. The interactions between the factors fertilization and
variety, in all cases, determined the different performance of the varieties.
Key words: Antimetabolites, Morus alba, polyphenols

Introducción
El uso principal de la morera ha sido como alimento del gusano de seda y con el comienzo
de las investigaciones en esta planta, a partir de su introducción en 1996, en la Estación
Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey” se han estudiado varios aspectos
relacionados con su composición fitoquímica.
Existen muchas especies de árboles y arbustos con buenas características forrajeras; en
este sentido, la especie Morus alba sobresale como fuente de forraje por las características
que la diferencian de la mayoría de las fuentes forrajeras tradicionales (González, Delgado y
Cáceres, 1998; Benavides, 2002).
En la investigación realizada por García, Ojeda y Montejo (2003), se detectó en la
fracción comestible de las cuatro variedades estudiadas contenidos apreciables de polifenoles
totales (FT), por lo que se pretendió cuantificar sus concentraciones.
Según el resumen realizado por Duke (2001) sobre estos tipos de compuestos, las hojas de
la especie contienen una amplia diversidad de polifenoles, entre los que se destacan los
flavonoides, los isoflavonoides, la Morina (0,3-0,4% MS), la Dihidromorina, el

199
Dihidrokaenferol, la Maclurina y 2% MS de Hidroxi-resveratrol, unido a otros derivados
estilbénicos.
A M. alba se le ha dado una gran importancia como alimento suplementario; no obstante,
se carece de estudios encaminados a la cuantificación de este grupo de compuestos, no se
conoce su repercusión nutricional, ni tampoco el efecto de los principales factores que
influyen en sus variaciones.
Por ello, este trabajo se propuso cuantificar los contenidos de FT en M. alba y determinar
la influencia de la fertilización orgánica, la variedad, la época y la parte de la fracción
comestible.

Materiales y Métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba.
Los muestreos se realizaron en dos períodos correspondientes al año 2002; enmarcados
entre los meses de enero, febrero, marzo, abril y mayo como PPLL; y mayo, junio, julio,
agosto y septiembre como PLL.
El suelo donde se llevó a cabo la investigación presentó una topografía plana y se
clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández y col. (1999).
En esta investigación se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y
tres repeticiones para las dos épocas.
Los factores estudiados fueron:
• Fertilización orgánica (gallinaza) equivalente a: 100, 300 y 500 kg N/há/año, además de
los tratamientos donde no se fertilizó (parcelas control)
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada
La evaluación de ambos factores se realizó para las dos épocas y en las dos partes de la
fracción comestible.
Las características de las unidades experimentales y el manejo agronómico fueron
descritos por García et al. (2003) en la investigación que antecedió este experimento.
La biomasa de 90 días de edad, dividida en hojas-pecíolos y tallos tiernos, fue recolectada
de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar, después de ser
eliminado el efecto de borde de las unidades experimentales.
Las muestras se secaron a temperatura ambiente, en un local ventilado y oscuro, durante
12 días. Posteriormente fueron molinadas hasta un tamaño de partícula de 1 mm y se
almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del análisis.
La cuantificación de FT se realizó mediante el método de Folin-Dennis descrito por
Gutiérrez, Miranda, Varona y Rodríguez (2000), utilizando ácido tánico como patrón para las
determinaciones.
Para el procesamiento de los datos se utilizó un análisis factorial, para lo cual se empleó
la opción GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS versión
10,0. Se usó la dócima de comparación múltiple de SNK (Student-Newman-Keuls) y las
medias fueron comparadas según p<0,05.

Resultados y Discusión
La biomasa de 90 días necesaria para la evaluación en este experimento fue nula en los
tratamientos donde no se fertilizó; este comportamiento se repitió en las dos épocas.
La necesidad que tiene la morera de ser fertilizada, debido a su elevada característica
extractiva, ha sido una conclusión común a la que han arribado diferentes autores (Benavides,
2002; Machii, 2002; Martín, Reyes, Hernández y Milera, 2002).

Hojas
El contenido de FT osciló entre 2,18-3,20% MS en el PPLL, valores numéricos que
coinciden con los obtenidos en M. alba por Maldonado, Grande, Aranda y Pérez-Gil (2000).
El análisis estadístico mostró una interacción significativa (p<0,05) entre los factores
variedad y fertilización (Tabla 1); la respuesta de los metabolitos fenólicos con variables tales
como la defoliación, el estrés hídrico y la fertilización ha sido demostrada por Anuraga,
Duraza, Hill y Lovett (1993).
200
La tendencia de este efecto de grupo se caracterizó por presentar una disminución en la
concentración de los FT con el incremento de la dosis de fertilización nitrogenada, para las
variedades Tigreada, Indonesia y Acorazonada. La disminución de los FT y los taninos
condensados con el aumento de la fertilización ha sido probada sobre la base de la teoría del
balance carbono-nitrógeno en estudios realizados en leguminosas templadas del género Lotus
(Ruohomaki, Chaping, Haukioja, Neuvonen y Suomeka, 1996; Caygil y Mueller-Harvey,
1999).
La variedad Cubana tuvo un comportamiento diferente en comparación con el resto,
además de caracterizarse por una mayor concentración de FT para los niveles de 300 y 500 kg
de N/há/año. En el nivel de 300 kg de N/há/año el contenido de FT mostró las menores
variaciones entre las variedades, que presentaron una tendencia similar.

Tabla 1. Interacción variedad x fertilización en el contenido de FT


en las hojas

Factores FT (% MS)
Variedad Fertilización PPLL PLL
Cubana 100 2,59b 1,60bc
300 3,20a 3,26a
500 2,91a 1,51c
Indonesia 100 2,98a 3,03a
300 2,62b 2,26b
500 2,47c 1,26d
Tigreada 100 3,20a 1,80c
300 2,61b 2,93a
500 2,61b 2,34b
Acorazonada 100 2,69b 2,56b
300 2,69b 3,24a
500 2,18c 1,43d
ES ± de la interacción 0,10* 0,22*

a,b,c,d Valores con superíndices desiguales dentro de cada época difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a
p<0,05

El contenido de FT en el PLL osciló entre 1,26 y 3,26% MS; en esta época la interacción
variedad x fertilización también fue significativa (Tabla 1) y estuvo determinada por un
comportamiento similar de las variedades Acorazonada, Cubana y Tigreada en comparación
con la variedad Indonesia, la cual se comportó de manera similar al PPLL.
La concentración de FT, en las condiciones edafoclimáticas de este experimento, fue
superior a la informada por Singh y Makkar (2002) en hojas de morera cultivadas en la India
(1,80% MS), y a la obtenida por Datta, Sarka, Rama Mohan Rao y Singhvi (2002), quienes
refieren una concentración relativa de 0,85% MS en la misma zona.
El conjunto de resultados recopilados por diferentes autores, en la cuantificación de FT
por un método común de análisis en M. alba, denota variaciones probablemente ocasionadas
por las diferentes variedades estudiadas, el estado fisiológico y de conservación del material
de análisis, los diferentes climas, tipos de suelo y ubicaciones geográficas de cada
experimento.
En las hojas, las concentraciones de FT entre épocas resultaron similares (2,18-3,20 vs
1,26-3,26% MS), aunque se observó una mayor variabilidad en el PLL, lo cual quedó
evidenciado por el mayor valor del ES de la interacción.
La mayor respuesta con la fertilización, descrita por las interacciones variedad x
fertilización en las hojas para ambos períodos, evidencia la elevada actividad metabólica de
los compuestos fenólicos en esta parte de la planta (Raskin, 1992).

201
Tallos tiernos
En el PPLL los contenidos de FT se encontraron en el rango de 0,77-2,50% MS y hubo
una interacción significativa entre las variedades y la fertilización, con una tendencia no
definida, aunque casi estable y cercana al 2% entre las variedades (Tabla 2).
En el caso del nivel intermedio de fertilización se observó la menor variabilidad dentro de
las variedades, igualmente que para las hojas en el mismo período.
En el PLL el rango de concentraciones obtenidas fue más estrecho (0,69-1,43% MS) en
comparación con el PPLL (Tabla 2); la variedad Tigreada tuvo un comportamiento totalmente
atípico con relación al resto de las variedades.
En sentido general, en los tallos tiernos se observó una respuesta baja de los FT con la
fertilización, con poca variabilidad en la dosis intermedia de N, al igual que en las hojas.
Caygil y Mueller-Harvey (1999) encontraron pocas afectaciones en el contenido de los FT en
plantas de interés agrícola.

Tabla 2. Interacción variedad x fertilización en el contenido de FT


en los tallos tiernos

Factores FT (% MS)
Variedad Fertilización PPLL PLL
100 1,45d 0,98b
Cubana 300 1,73b 1,00ab
500 2,12a 0,89b
100 0,77e 0,89b
Indonesia 300 2,12a 1,09ab
500 2,50a 0,93b
100 1,97b 1,43a
Tigreada 300 1,88b 0,60c
500 1,69c 0,93b
100 2,14a 0,90b
Acorazonada 300 2,02a 0,94b
500 1,34d 0,89b
ES± de la interacción 0,14* 0,08*

a,b,c,d,e Valores con superíndices desiguales dentro de cada época difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a
p<0,05

Por su parte, los tallos tiernos en el PPLL presentaron una mayor concentración de FT con
respecto al PLL, aunque con una mayor dispersión en los valores obtenidos.
Al compararla con otras especies forrajeras de interés, los resultados sitúan a la morera
como una planta cuyos contenidos de FT son comparables con los de algunas de las
principales especies de leguminosas arbóreas y rastreras más usadas en Cuba y en el trópico
para la producción animal, y en algunos casos superiores a estas últimas (Pinto, Ramírez-
Avilés, Ku-Vera, Hernández, Sánchez y Saucedo, 2000), aunque sus concentraciones son
inferiores a las de la mayoría de las especies del género Acacia, típicas de climas áridos, con
niveles de metabolitos secundarios muy elevados (Abdulrazak, Fujihara, Ondiek y Ørskov,
2000).
En algunos casos se observaron particularidades entre el comportamiento de las
variedades con la fertilización. Aunque las diferencias numéricas fueron discretas, las
tendencias se diferenciaron en al menos una variedad por época.
De todas las cuantificaciones realizadas, los niveles diferenciados entre las hojas y los
tallos tiernos resultaron ser los más determinantes (Fig. 1). La combinación de los factores
fertilización y variedad creó la mayor cantidad de diferencias en el comportamiento de las
variedades. La época generó variaciones numéricas, aunque más ligeras en las concentraciones
de los FT.

202
Fig. 1. Comportamiento de los FT con la parte de la fracción comestible y la época del año empleando la
media Grand.

Conclusiones
Las variedades Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada contienen en las hojas
concentraciones de FT que oscilan entre 1,26 y 3,26% MS y en los tallos tiernos entre 0,69-
2,5% MS.
La interacción fertilización x variedad proporcionó las características más distintivas en el
comportamiento de las variedades; en este sentido la variedad Cubana tuvo un
comportamiento diferente en las hojas, fundamentalmente en el PPLL.
La parte de la fracción comestible es el factor más importante en la diferenciación de las
concentraciones de los FT en M. alba; la época mostró una menor influencia.

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203
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204
Evaluación de los principales factores que influyen
en la composición fitoquímica de Morus alba (Linn.).
III. Flavonoides totales*
D.E. García y F. Ojeda 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 27 , No . 3 , 2004 .


1 Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
En una plantación de cuatro años de edad sometida a cortes continuos cada 90 días, se
llevó a cabo una investigación en un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y
tres repeticiones, con el objetivo de cuantificar el contenido de flavonoides totales (Flav) en
las hojas y los tallos tiernos de cuatro variedades de morera. Los Flav se encontraron en las
hojas en un rango de 1,50 a 1,76% MS y en los tallos tiernos las concentraciones oscilaron
entre 0,75 y 1,72% MS. Se observó una diferencia marcada entre los niveles de las hojas y los
tallos tiernos, con una mayor variabilidad en los últimos. La época presentó una menor
influencia y no se observaron diferencias significativas, en cuanto a la concentración, entre
los niveles de fertilización y las variedades. Debido a las pocas variaciones en los niveles de
Flav en las diferentes variedades estudiadas, estos metabolitos secundarios se pueden
considerar marcadores quimiotaxonómicos de la especie.
Palabras clave: Flavonoides, metabolitos, Morus alba

Abstract
In a tour-year-old plantation subject to continuous cuttings every 90 days, a research was
carried out in a radomized block design with 4 x 4 factorial arrangement and three repetitions,
with the objective of quantifying the content of total flavonoids (Flav) un the leaves and fresh
stems of four mulberry varieties. Flavs were found in the leaves ranging from 1,50 to 1,76%
DM and in the fresh stems concentrations varied between 0,75 and 1,72% DM. A marked
difference was observed between the rates of leaves and fresh stems, with a higher variability
in the latter. Season showed a lower influence and no significant differences were observed,
regarding concentration, among fertilization rates and varieties. Due to the few variations in
Flav rates in the different varieties studied, these secondary metabolites may be considered
chemotaxonomic markers of the species.
Key words: Flavonoids, metabolites, Morus alba

Introducción
Los dos informes más ancestrales que incluyen a la morera (Morus alba) como alimento
del gusano de seda en la historia de la humanidad, provienen del año 1123 antes de Cristo y de
la dinastía Ming en China (Xiangrui y Hongsheng, 2001).
Desde el comienzo de las investigaciones en esta planta se ha cuantificado una gran
variedad de metabolitos secundarios, con mayor énfasis en aquellos que han presentado una
probada actividad biológica.
En este sentido, Ho-Zoo y Won-Chu (2001) han afirmado que las propiedades
antioncogénicas y antisenecentes de la morera son atribuidas, en parte, a los flavonoides
Isoquercetrina y Iuetina. La actividad diurética y la reacción antialérgica son causadas por los
flavonoides Rutina, Quercetina, Astragalina, Quercetina 3,7-diglucósido y Quercetina 3-
glucósido; mientras que la acción antibacteriana es provocada, en buena medida, por la
Chalcomoracina, otro derivado de esta familia de metabolitos secundarios.
En las investigaciones realizadas por García, Ojeda y Pérez (2002) y García, Ojeda y
Montejo (2003), se detectaron apreciables contenidos de flavonoides en la fracción comestible
de cuatro variedades forrajeras, aunque no se cuantificaron las concentraciones de estos.

205
Por ello, este trabajo se propuso cuantificar los contenidos de flavonoides totales en M.
alba y determinar la influencia de la fertilización orgánica, la variedad, la época y la parte de
la fracción comestible.

Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba. El suelo donde se llevó a cabo la
investigación presenta una topografía plana y se clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado
según Hernández y col. (1999).
Los muestreos se realizaron en dos períodos correspondientes al año 2002, enmarcados
entre los meses de enero-abril como período poco lluvioso (PPLL) y de mayo-septiembre
como período lluvioso (PLL).
En esta investigación se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y
tres repeticiones para las dos épocas. Los factores estudiados fueron:
• Fertilización orgánica (gallinaza) equivalente a: 100, 300 y 500 kg de N/há/año, además
de los tratamientos donde no se fertilizó (parcelas control).
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada.
La evaluación de ambos factores se realizó para las dos épocas y en las dos partes de la
fracción comestible: hojas y tallos tiernos.
Las características de las unidades experimentales y el manejo agronómico fueron
descritos por García et al. (2003), en la investigación sobre la detección de los metabolitos
secundarios.
La biomasa (de 90 días de edad), dividida en hojas-pecíolos y tallos tiernos se recolectó
de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar, luego de ser
eliminado el efecto de borde de las unidades experimentales.
Las muestras se secaron a temperatura ambiente, en un local ventilado y oscuro, durante
12 días. Posteriormente fueron molinadas hasta un tamaño de partícula de 1 mm y se
almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del análisis.
La cuantificación de Flav se realizó mediante el método descrito por Gutiérrez, Miranda,
Varona y Rodríguez (2000), utilizando Quercetina como patrón en las determinaciones.
Para el procesamiento de los datos se utilizó un análisis factorial, para lo cual se empleó
la opción GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS versión
10,0. Se usó la dócima de comparación múltiple de SNK (Student-Newman-Keuls) y las
medias se compararon según p<0,05.

Resultados y Discusión
La necesidad que tiene la morera de ser fertilizada, debido a su elevado poder extractivo,
se reafirma en los resultados de este experimento, en el cual la biomasa de 90 días necesaria
para la evaluación, en los tratamientos donde no se fertilizó fue nula. Este comportamiento se
repitió en las dos épocas.
La necesidad de fertilizar la morera con alguna fuente nitrogenada ha sido también
señalada por Benavides (2002), Machii (2002) y Martín, Reyes, Hernández y Milera (2002).

Hojas
El contenido de flavonoides en las hojas no mostró diferencias significativas con los
niveles crecientes de nitrógeno aplicado al suelo para ninguno de los dos períodos evaluados,
con valores muy similares entre las épocas y cercanos a 1,60% MS (Fig. 1).

206
Fig. 1. Comportamiento de los flavonoides con la fertilización en las hojas de M. alba.

La estabilidad en las concentraciones de algunas fracciones fenólicas específicas ante


factores de manejo como la fertilización, ha sido señalada por Caygil y Mueller-Harvey
(1999) en leguminosas templadas. No obstante, quizás en el caso particular de M. alba la
síntesis de los flavonoides, como fenil propanoides, sea totalmente independiente del nivel
nitrogenado de la biomasa y del suelo.
En este sentido, Zhishen, Jianming y Mengsheng (1996) informaron la concentración de
algunos compuestos específicos dentro del contenido de flavonoides totales, como la Rutina
(0,34% MS) y la Quercetina (0,11 mg/g MS), además de las cuantificaciones particularmente
realizadas por Chunlian, Donsheng y Erjun (1999) para los Rutósidos (0,44% MS).
Las concentraciones de Flav de las variedades en estudio tampoco presentaron diferencias
significativas entre ellas en ambos períodos (Fig. 2).

Fig. 2. Comportamiento de los flavonoides en las hojas de cuatro variedades de M. alba.

Estos contenidos de flavonoides en la morera son superiores a los informados por Rusong,
Jinyi y Yiping (2000) en la variedad “Lungiao” (1,17% MS) e inferiores a los de la variedad
“Tong Xiang Ping” (2,66% MS).
La poca variación en los niveles de Flav en las hojas, tanto con el incremento de las dosis
de fertilizante como entre diferentes variedades, evidencia la singularidad específica de las
concentraciones de los Flav de la morera, ya que en la literatura científica se ha llegado al
consenso generalizado que los contenidos de un gran número de compuestos polifenólicos
presentan variaciones drásticas tanto con factores ambientales como de manejo.
Dichos elementos permiten afirmar que los flavonoides que contiene la morera
desempeñan un papel protagónico en la ecofisiología de la planta y que se desempeñan como
marcadores quimiotaxonómicos en el metabolismo secundario del género Morus, aspecto
señalado anteriormente por Ashok, Vincent y Nessler (2000) en el caso particular de los
isoprenoides de crecimiento.

207
Tallos tiernos
La concentración de flavonoides en el PPLL osciló entre 0,81 y 1,72% MS, caracterizados
por una interacción significativa entre los factores variedad y fertilización (p<0,05) (Tabla 1).
Se observó un incremento en el contenido de Flav con el aumento de las dosis de
fertilizante orgánico para las variedades Acorazonada y Tigreada; mientras que la variedad
Indonesia mostró un comportamiento atípico en ese sentido, con el mayor valor para 300 kg de
N/há/año, aunque no significativo.

Tabla 1. Interacción variedad x fertilización en el contenido de


Flav en las tallos tiernos

Variedad Fertilización Flav (% MS)


100 1,00b
Cubana 300 1,00b
500 1,10b
100 1,38a
Indonesia 300 1,72a
500 1,32a
100 0,81c
Tigreada 300 0,93c
500 1,54a
100 1.04b
Acorazonada 300 1,11b
500 1,33a
ES± de la interacción 0,07*

a,b,c Valores con superíndices desiguales difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a p<0,05

Variaciones atípicas entre los contenidos de diferentes grupos de compuestos


hidroxilados, con diferentes variables, también han sido descritas por Lindroth, Roth,
Krueger, Volin y Koss (1997).
Los resultados numéricos obtenidos en este experimento coinciden con los informados por
Zhishen, Mencheng y Jianming (1999) al estudiar estos metabolitos en cuatro especies del
género Morus.
En el PLL no se observaron diferencias significativas en el contenido de flavonoides con
el incremento de la fertilización, ni tampoco entre las variedades, de manera similar a lo
obtenido en el caso de las hojas (Figuras 3 y 4).

Fig. 3. Comportamiento de los flavonoides con la fertilización en los tallos tiernos de M. alba en el PLL.

208
Fig. 4. Comportamiento de los flavonoides en los tallos tiernos de cuatro variedades de M. alba en el PLL.

La ausencia de variación en las concentraciones de los Flav en los tallos tiernos con el
aumento de la fertilización en el PLL, fue un comportamiento totalmente independiente del
obtenido por García et al. (2003) en el estudio de los niveles de polifenoles totales con estos
mismos factores, en el cual se observó una respuesta clara de los polifenoles totales con el
incremento de las dosis nitrogenadas en el suelo.
Este comportamiento permite afirmar que las variaciones en los niveles de polifenoles, en
su conjunto, se deben a la oscilación de las concentraciones de las cumarinas o los
compuestos estilbénicos, fenólidos que también se encuentran presentes en la fracción
comestible de la especie (Duke, 2001; García, 2003).
Las concentraciones encontradas en el PLL fueron inferiores a las obtenidas en el PPLL,
aunque las diferencias entre las concentraciones de las hojas y los tallos tiernos fueron más
notables en el PLL.
El estrecho rango obtenido en las concentraciones de los Flav en las cuatro variedades
permite inferir que la marcada componente genética de los flavonoides quedó expresada en las
variedades estudiadas.
La extensión y reproducibilidad de la ruta biosintética de los Flav en diferentes partes de
la planta de morera también ha sido demostrada biotecnológicamente por Ferrari, Monacelli y
Messana (1999) y El-Kazzaz y Nazif (2000).
El factor de mayor influencia en los niveles de flavonoides en M. alba fue la parte de la
fracción comestible, seguido por la época (Fig. 5).

Fig. 5. Comportamiento de los flavonoides con los factores parte de la planta y época del año empleando la
media Grand.

Los factores variedad y fertilización, de forma independiente, no crearon variaciones


significativas en ninguno de los casos y solamente su combinación resultó importante en los
tallos tiernos en el PPLL.

Conclusiones
Las variedades Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada contienen en las hojas
concentraciones de flavonoides totales que oscilan entre 1,50 y 1,76% MS y en los tallos
tiernos entre 0,75 y 1,72% MS.

209
La gallinaza como fertilizante orgánico, en dosis equivalentes a 100, 300 y 500 kg de
N/há/año, no provoca cambios en la concentración de los flavonoides totales en las hojas de
M. alba en ninguna de las dos épocas del año.
Las variedades de morera estudiadas presentan, en las hojas y los tallos tiernos, niveles de
flavonoides totales similares en las dos épocas.
La parte de la fracción comestible es el factor más importante en la diferenciación de las
concentraciones de los Flav en M. alba.

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210
Evaluación de los principales factores que influyen
en la composición fitoquímica de Morus alba (Linn.)
IV. Cumarinas totales*
D.E. García y F. Ojeda 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 27 , No . 4 , 2004 .


1 Estación Exp eri men tal d e Pastos y Fo rrajes “Ind io Hatu ey”

Resumen
Con el objetivo de cuantificar el contenido de cumarinas totales (Cum) en las hojas y los
tallos tiernos de cuatro variedades de morera, se llevó a cabo una investigación en un diseño
de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y tres repeticiones, en una plantación sembrada
en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey” y sometida a cortes
continuos cada 90 días. Las Cum se encontraron en las hojas en un rango de 0,40-0,79% MS y
en los tallos tiernos las concentraciones oscilaron entre 0,42 y 0,81% MS. En todos los casos
la interacción variedad x fertilización fue significativa (p<0,05). No se observaron diferencias
entre los niveles de las hojas y los tallos tiernos, y la época tampoco presentó una influencia
importante. La combinación de los factores variedad y fertilización proporcionó diferencias
marcadas entre las tendencias de las variedades. Debido a la prioridad relativa que tuvieron
los factores evaluados, en cuanto al efecto en las concentraciones, las cumarinas presentes en
M. alba quizás se relacionen con la posible acción de defensa frente a patógenos e insectos
herbívoros, o actúen como protección interespecífica.
Palabras clave: Cumarinas, metabolitos, Morus alba

Abtract
With the objective of quantifying the content of total coumarins (Coum) in the leaves and
fresh stems of four mulberry varieties, a research was carried out in a randomized block
design with 4 x 4 factorial arrangement and three repetitions, in a plantation sown at the
Experimental Station of Pastures and Forages “Indio Hatuey” and subject to continuous
cutting every 90 days. Coum were found in the leaves ranging from 0,40 to 0,79% DM and in
fresh stems the concentrations varied between 0,42 and 0,81% DM. In all cases the variety x
fertilization interaction was significant (p<0,05). No differences were observed between the
concentrations of leaves and fresh stems, and the season did not show an important influence
either. The combination of the factors variety and fertilization provided remarkable
differences among the trends of the varieties. Due to the relative priority of the factors
evaluated, regarding the effect on concentrations, the coumarins present in M. alba may be
related to the possible defense action against pathogens and herbivore insects, or may act as
interspecific protection.
Key words: Coumarins, metabolites, Morus alba 1 .

Introducción
Independientemente de las potencialidades probadas de la morera como alimento de
elevada calidad en el área tropical y sus características distintivas en cuanto a producción de
biomasa, adaptabilidad y respuesta animal, esta interesante especie se distingue de las
leguminosas más comunes utilizadas en la alimentación ganadera en Cuba, por presentar una
amplia diversidad de metabolitos secundarios con una potente actividad biológica, en la cual
las cumarinas constituyen uno de los grupos químicos de mayor interés en la actualidad por
sus características antinutricionales en monogástricos y sus propiedades en la biomedicina
(García, 2003).
En estudios realizados por investigadores asiáticos se ha confirmado que la propiedad
antiflogística de la morera es atribuida a la Umbeliferona (Ho-Zoo y Won-Chu, 2001), una
cumarina ampliamente distribuida en el reino vegetal, que constituye un marcador taxonómico
de varias familias botánicas.
211
Por su parte, Marles y Farworth (1995) han informado la presencia de la cumarina
Escopoletina y sus derivados glicosilados, los cuales presentan acción antidiabética en
animales de laboratorio.
En las investigaciones realizadas por García y Ojeda (2004 a; 2004 b) se han cuantificado,
en la fracción comestible de las cuatro variedades, los contenidos de polifenoles y de
flavonoides, por lo que en este trabajo el objetivo fue cuantificar los contenidos de cumarinas
totales y determinar la influencia de la fertilización orgánica, la variedad, la época y la parte
de la fracción comestible.

Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba. El suelo presenta una topografía plana y se
clasifica como Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández et al. (1999).
Los muestreos se realizaron en dos períodos correspondientes al año 2002, enmarcados
entre los meses de enero a abril como período poco lluvioso (PPLL) y mayo a septiembre
como período lluvioso (PLL).
Se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 y tres repeticiones para
las dos épocas. Los factores estudiados fueron:
• Fertilización orgánica (gallinaza) equivalente a: 100, 300 y 500 kg de N/há/año, además
de los tratamientos donde no se fertilizó (parcelas control).
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada.
La evaluación de ambos factores se realizó para las dos épocas y en las dos partes de la
fracción comestible.
Las características de las unidades experimentales y el manejo agronómico fueron
descritos por García, Ojeda y Montejo (2003) en la detección de los metabolitos secundarios.
La biomasa de 90 días de edad, dividida en hojas-pecíolos y tallos tiernos, fue recolectada
de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar, luego de ser
eliminado el efecto de borde de las unidades experimentales.
Las muestras se secaron a temperatura ambiente, en un local ventilado y oscuro, durante
12 días. Posteriormente fueron molinadas hasta un tamaño de partícula de 1 mm y se
almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del análisis.
La cuantificación de cumarinas se realizó mediante el método descrito por Mochiutti
(1995), utilizando 4-Metil-Umbeliferona como patrón en las determinaciones.
Para el procesamiento de los datos se utilizó un análisis factorial, mediante la opción
GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS versión 10,0. Se
usó la dócima de comparación múltiple de SNK (Student-Newman-Keuls) y las medias fueron
comparadas según p<0,05.

Resultados y discusión
Los resultados correspondientes a los tratamientos no fertilizados fueron descritos por
García y Ojeda (2004a) y coinciden con lo reportado por Benavides (2002), Machii (2002) y
Martín, Reyes, Hernández y Milera (2002).

Hojas
En el PPLL el contenido de cumarinas osciló entre 0,43 y 0,68%; se observó una
interacción significativa entre los factores variedad y fertilización, la cual estuvo descrita por
las mayores concentraciones para el nivel de 100 kg de N/há/año y los tenores más elevados
se observaron en la variedad Cubana (Tabla 1).
A modo de comparación con otra especie, que constituye una fuente clásica de cumarinas,
los resultados de este experimento son similares a las informados por Urriola (1994), quien
evaluó las concentraciones de estos compuestos en el follaje de cinco ecotipos de Gliricidia
sepium de Costa Rica (0,55-0,66% MS) mediante el mismo método analítico empleado en esta
evaluación.

212
En el PLL la interacción variedad x fertilización presentó valores similares a los del
PPLL; hubo una tendencia al incremento de las concentraciones para el nivel de 500 kg de
N/há/año, con excepción de la variedad Cubana (Tabla 1).
Estos valores numéricos también son similares a los obtenidos por López (1994), quien
evaluó el contenido de cumarinas en dos procedencias de G. sepium de Guatemala establecidas
en el trópico húmedo de Costa Rica, aunque este autor no comparó la concentración
encontrada entre las procedencias, ni evaluó la influencia de ningún otro factor.

Tabla 1. Interacción variedad x fertilización en el contenido de Cum en las hojas

Factor Cum (%MS)


Variedad Fertilización PPLL PLL
100 0,68a 0,60b
300 0,62a 0,47d
Cubana
500 0,52b 0,62b
100 0,64a 0,66b
Indonesia 300 0,49c 0,54c
500 0,43c 0,71a
100 0,62a 0,55c
300 0,43c 0,54c
Tigreada
500 0,49c 0,62b
100 0,56b 0,57c
300 0,40d 0,63b
Acorazonada
500 0,53b 0,79a
ES± de la interacción 0,01* 0,01*
a,b,c,d Valores con superíndices desiguales dentro de cada época difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a
p<0,05
* p<0,01

Tallos tiernos
En el PPLL los valores oscilaron entre 0,43 y 0,81%, con las mayores concentraciones
para el nivel de 500 kg de N/há/año, excepto en la variedad Cubana (Tabla 2).

Tabla 2. Interacción variedad x fertilización en el contenido de Cum en los tallos tiernos

Factor Cum (%MS)


Variedad Fertilización PPLL PLL
100 0,55b 0,42d
300 0,47d 0,44d
Cubana
500 0,50c 0,47c
100 0,44d 0,48c
Indonesia 300 0,51c 0,52b
500 0,81a 0,50b
100 0,45d 0,54b
300 0,43d 0,42d
Tigreada
500 0,53c 0,54b
100 0,50c 0,65a
300 0,43d 0,50b
Acorazonada
500 0,59b 0,47c
ES± de la interacción 0,01* 0,01*
a,b,c,d Valores con superíndices desiguales dentro de cada época difieren estadísticamente mediante la dócima de Student-Newman-Keuls a
p<0,05
* p<0,01

213
El rango de valores obtenido en el PPLL coincide con el encontrado por Mochiutti (1995),
al determinar las concentraciones de cumarinas en G. sepium sometida a pastoreo en Costa
Rica.
En el PLL la interacción variedad x fertilización mostró tendencias variables entre las
variedades; la concentración más elevada la aportó la variedad Acorazonada con 100 kg de
N/há/año y el menor contenido correspondió a la Tigreada con 300 kg de N/há/año y a la
Cubana con 100 y 300 kg de N/há/año. La heterogeneidad en los contenidos de cumarinas
totales en el tejido vegetal también ha sido señalada por López (1995).
Por otra parte, la combinación de los factores variedad y fertilización presentó el mayor
efecto de grupo, y las variables parte de la fracción comestible y período del año no crearon
diferencias marcadas.
Contrariamente a la tendencia clásica de los fenoles en la mayoría de las especies
vegetales, la parte de la planta en la morera no presentó una influencia marcada en las
concentraciones de Cum, al igual que la época.
Como producto de estos resultados, las cumarinas presentes en M. alba hipotéticamente
quizás se desempeñen como defensa frente a los patógenos fungosos o como protección ante
los depredadores herbívoros.
La fig. 1 muestra el comportamiento de las cumarinas en las partes de la fracción
comestible y las épocas del año, empleando la media Grand.

Fig. 1. Comportamiento de las cumarinas en las partes de la fracción comestible y las épocas del año.

Conclusiones
Las variedades Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada contienen, en las hojas,
concentraciones de cumarinas totales que oscilan entre 0,40 y 0,79% MS y en los tallos
tiernos entre 0,42 y 0,81% MS.
En el caso de las cumarinas, la fertilización orgánica nitrogenada proporciona
características distintivas en el comportamiento de las variedades de morera.

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214
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215
Efecto de la fertilización orgánica, la variedad
y la época en el perfil polifenólico de Morus alba (L.)
D. E. García 1 , María G. Medina 2 y F. Ojeda 1

1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.
2 Institu to de Investigaciones Agríco las (INIA). Ed o. Trujillo. Venezuela.

Resumen
Con el objetivo de detectar los principales grupos de fenoles en la biomasa de la morera y
determinar el efecto del abonado (O, 100,300 y 500 kg N/há/año), la variedad (Cubana,
Indonesia, Tigreada y Acorazonada) y la época (periodo lluvioso y poco lluvioso), en el perfil
polifenólico, se llevó a cabo una investigación con un I diseño de bloques (al azar) con
arreglo factorial 4 x 4 x 2 y cinco repeticiones. Mediante el tamizaje fitoquímico se evaluó la
presencia de siete grupos de compuestos, para posteriormente, determinar sus
concentraciones. Únicamente se detectaron fenoles (FT), flavonoides (Flav) y cumarinas
(Cum), con presencia leve, notable o cuantiosa. Sólo se encontraron interacciones
significativas entre los factores fertilización y variedad para los FT y las Cum (p<0,05). Los
niveles máximos de FT y Cum encontrados en las hojas fueron de 2,86% MS (Tigreada
abonada con 100 kg N/há/año) y 0,65% MS (Cubana e Indonesia fertilizadas con 100 kg
N/há/año), respectivamente. Las mayores concentraciones de FT y Cum en los tallos tiernos se
observaron en la variedad Acorazonada con 100 kg N/há/año (1,55% MS) e Indonesia, con la
aplicación de 500 kg N/há/año (0,60% MS). En las hojas de las variedades (los contenidos de
FT y Cum) tendieron a disminuir con el incremento de los niveles de fertilización, a
excepción de las concentraciones de FT, en la variedad Cubana. En el caso de los Flav, no se
observó un efecto significativo de los factores fertilización, variedad y época. Solamente en
los FT de las hojas, se observó un efecto representativo de la época a favor del PLL. Los
resultados permiten concluir que las concentraciones de los FT se ven afectadas por los
niveles de fertilización, la variedad y la época. Los contenidos de Cum presentan variaciones
significativas entre los niveles de abonado orgánico y las variedades. Los niveles de Flav no
muestran fluctuaciones cuantiosas con ninguna de las variables estudiadas.
Palabras clave: Fenoles, fitoquímica, flavonoides, camarinas, morera.

Abstract
With the objective to detect the principal poliphenolic groups of mulberry edible biomass
and to determine the effect oforganic fertilization (0, 100, 300 and 500 kg N/há/year), variety
(Cubana, Indonesia, Tigreada and Acorazonada), and season high rainy and low rainy period
in the phenolic profile, a research was carried out using a randomized block design with
4x4x2 factorial arrangement and five repetitions. Through the use of phytochemical sieving,
the presence of seven compound groups was evaluated, later to determine theirconcentrarions.
Phenols (FT), flavonoids (Flav) and coumarins (Cum), were detected solely, with slight
presence, remarkable or numerous. Significant interactions between the factors fertilization
and variety for the FT and the Cum were observed (p<0,05). The maximum levels ofFT and
Cum in the leaves were 2,86% DM (Tigreada fertilized with 100 kg N/há/year), and 0,65%
DM (Cubana and Indonesia fertilized with 100 kg N/há/year), respectively. The greater
concentrations of FT and Cum in the fresh stems were observed in the Acorazonada variety
with 100 kg N/há/year (1,55% DM) and Indo nesia with application of 500 kg N/há/year
(0,60% DM). In the leaves of the varieties, the contents of FT and Cum tended to diminish
with the increase of the fertilization levels with the exception of the concentrations of FT in
the Cubana variety. In the Flav case, a significant effect of the factors was not observed
(fertilization, variety nor season). Only, in the FT of the leaves, a significant effect of season
was observed. The concentrations of the FT were affected by the levels of fertilization, the
variety and the season. The Cum contents showed significant variations between the levels of
organic fertilization and the varieties. The levels of FIav did not show numerous fluctuations
with any of the variables studied.
Key words: Phenols, phytochemistry, flavonoids, couma-, rins, mulberry.
216
Introducción
Existen muchas plantas con buenas características forrajeras; en este sentido, la especie
Moras alba (L.) sobresale como fuente de forraje por su excelente producción de biomasa,
adaptabilidad a diversas condiciones de clima y suelo, perennidad ante el corte, contenidos de
PC superiores al 20% MS y elevadas concentraciones de minerales [Martín et al., 2002].
Dadas estas propiedades, la especie se N proyecta como una alternativa alimentaria con
elevado potencial en los sistemas ganaderos actuales.
Después de su inclusión (en América Central) como arbusto forrajero, varios estudios se
han llevado a cabo para determinar su valor nutritivo. No obstante, se ha investigado poco
sobre las características de los principales metabolitos secundarios presentes en su biomasa,
su repercusión en la fisiología digestiva, así como el efecto de los principales factores que
pudieran influir en las variaciones de las concentraciones.
Al respecto, estudios sobre las características químicas de la morera, hacen alusión a la
gran diversidad de estructuras polifenólicas que contiene la especie [Duke, 2001]; se tiene en
cuenta que estos metabolitos, clásicamente, constituyen factores antinutritivos, o también
pueden presentar propiedades beneficiosas como activadores del sistema inmune, aumentar el
flujo de nitrógeno al tracto posruminal y controlar, de manera efectiva, las infecciones por
parásitos gastrointestinales [García, 2003].
Por tales motivos, este trabajo tuvo como objetivos fundamentales, detectar los grupos
mayoritarios de polifenoles presentes en la fracción comestible de M. alba y determinar el
efecto de los niveles de fertilización orgánica, la variedad y la época en las concentraciones
de dichos compuestos.

Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22° 48’7" de latitud Norte y 81° 2' de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba. Los muestreos se realizaron en dos
periodos correspondientes a los años 2002 y 2003, enmarcados entre los meses de noviembre-
abril como periodo poco lluvioso (PPLL) y entre mayo-octubre como período lluvioso (PLL).
Características del suelo. El suelo donde se llevó a cabo la investigación presentó
topografía plana; éste se clasifica como Suelo Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández
(1999).
Diseño experimental y tratamientos. En esta investigación se utilizó un diseño de
bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 x 2 y cinco repeticiones. Los factores estudiados
fueron:
• Fertilización orgánica con gallinaza equivalente a: O, 100, 300 y 500 kg N/há/año
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada
• Época: PPLL y PLL
Unidad experimental y manejo agronómico. Las mediciones se realizaron en el tercer y
cuarto año de evaluación agronómica de una plantación de morera con 4 años de edad y una
densidad de 25,000 plantas/há. Cada parcela estuvo integrada por 64 plantas, separadas a 0,4
m y 1 m entre los surcos; los cuales se orientaron de Este a Oeste. La fertilización orgánica se
aplicó directamente en el tronco de cada planta y el control de malezas se realizó de forma
manual, ambos después de cada corte.

Análisis cualitativo
Muestreo. El material vegetal de noventa días de edad formado por la fracción comestible
(hojas-pecíolos-tallos tiernos) fue recolectado de forma manual a partir de 10 plantas por
parcela seleccionadas al azar; luego de ser eliminado el efecto borde de las unidades
experimentales, se llevaron de forma inmediata al laboratorio, se pesaron 25g del material
fresco, fueron trituradas hasta tamaño homogéneo y, finalmente, maceradas con 250 mi de
etanol (98%) durante 48 horas.
Tamizaje fitoquímico. A los extractos alcohólicos, provenientes de los diferentes
tratamientos, se les aplicó el tamizaje fitoquímico descrito por García [2003]. En esencia, el
extracto crudo inicial fue fraccionado mediante la utilización de mezclas de solventes

217
selectivos (cloroformo, éter de petróleo, HCL [1%], cloroformo: etanol [3:2], cloroformo
saturado con sulfato de sodio anhidro, H 2 O), para la obtención de seis fracciones análogas, a
las cuales se les aplicaron las pruebas cualitativas para la detección de cada grupo de
compuestos.
Metabolitos investigados. Se investigaron siete grupos de metabolitos; éstos fueron: los
FT, los taninos que precipitan las proteínas (TPP), las fitoquinonas, los Flav, las
proantocianidinas/catequinas (monómeros de taninos condensados [TC]), los cardenólidos de
tipo fenólico y las Cum.
Para la descripción de los ensayos se utilizó el sistema de cruces para especificar la
presencia o ausencia de los metabolitos en los tratamientos. En todos los análisis se siguieron
los criterios: presencia cuantiosa +++, presencia notable ++, presencia leve +.
Control de reactivos. Previamente, para el control de los reactivos, se utilizaron
soluciones de compuestos patrones en cada ensayo, con el fin de comprobar el estado de las
soluciones a utilizar (Tabla 1).

Tabla 1. Disoluciones utilizadas para el control de los reactivos en el


análisis cualitativo

Grupos de metabolitos Ensayo* Soluciones Control*


FT FeCL31% Fenol 1%
TPP Gelatina 1% Ácido tánico 1%
Fitoquinonas Bomtrager Quinol 2%
Flav Shinoda Quercetina 2%
TC Roseheim D(+) Catequina 3%
Cardenólidos de tipo fenólico Kedde Digitalis 2%
Cum Baljet Cumanna 2%

* Porcentajes expresados en relación masa/volumen FT: fenoles TPP: taninos precipitantes Flav: flavonoides TC: taninos condensados Cum:
cumarinas

Análisis cuantitativo
Muestreo, secado y conservación del material. El material vegetal, dividido en el
conjunto hoja-pecíolo y tallos tiernos, fue tomado a partir de las muestras iniciales
recolectadas para el análisis cualitativo. Estas fueron secadas a temperatura ambiente, en un
local ventilado y oscuro por espacio de 12 días. Posteriormente, fueron molinadas hasta un
tamaño de partícula de 1 mm, y se almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del
análisis.
Instrumentación y mediciones analíticas. Las lecturas se llevaron a cabo en un
espectrofotómetro U/V ULTROSPEC-2000 de doble haz, con cubetas de cuarzo. La
cuantificación de FT se realizó mediante el método de Folin-Ciocalteu descrito por Makkar
[2003]. En este procedimiento 0,5g de la muestra fueron extraídos con acetona (70%), para
posteriormente, desarrollar color y realizar las lecturas a 720 nanómetros (nm). La
concentración de Flav se determinó mediante la metodología de Kostennikova descrita por
Gutiérrez et al. [2000], en la cual los fenilpropanoides son hidrolizados con calefacción en
solución de etanol/H 2 SO 4 y cuantificados en la región ultravioleta del espectro (258 nm).
La determinación de las Cum se realizó mediante el protocolo de Quirós descrito por
Mochiutti [1995]. Los metabolitos libres fueron extraídos, sucesivamente, con diclorometano
y la absorbancia de la solución se leyó a 273 nm.
Patrones. Para la obtención de las curvas de calibración de cada grupo de polifenoles, se
prepararon soluciones madres a partir de los patrones comerciales siguientes: FT (Ácido
tánico, Merck), Flav (Quercetina, BDH) y Cum (4-metil Umbeliferona, BDH).
Métodos estadísticos. Para el procesamiento de los datos del análisis cuantitativo se
empleó la opción GLM (General Lineal Model) correspondiente al paquete estadístico SPSS,
versión 10,0. Fue usada la dócima de comparación múltiple de Student-Newman-Keuls (SNK)
y las medias fueron comparadas para p<0,05. A los resultados, provenientes de los ensayos
cualitativos, no se le realizó análisis estadístico.

218
Resultados
La biomasa, que serviría como material vegetal de partida en los tratamientos donde no se
fertilizó (parcelas control), fue nula, por lo que se prescindió de las muestras correspondientes
para las determinaciones posteriores.

Análisis cualitativo
De los siete grupos de metabolitos fenólicos, en el conjunto hojas-pecíolos-tallos, tiernos,
se detectaron FT, Flav y Cum; éstos aparecieron en todos los tratamientos. El resto de los
compuestos investigados mostraron resultados negativos en todos los casos. La presencia de
los FT fue abundante en todas las combinaciones estudiadas., sin variaciones entre los
tratamientos.
Las Cum presentaron una mayor variabilidad cualitativa y se encontraron en forma más
cuantiosa en el PLL.
Por su parte, los Flav sólo presentaron variaciones importantes de presencia en el PPLL.
En ese sentido, el tabla 2 muestra el comportamiento de los FT, las Cum y los Flav, desde
el punto de vista cualitativo, con los factores en estudio.

Análisis cuantitativo
Solamente los FT y las Cum presentaron interacción Fertilización x Variedad significativa
(p<0,05). En el caso de los Flav no se observó interacción, de ningún orden, entre los factores
evaluados.
• Efecto de los niveles de fertilización y la variedad en los contenidos de FT y Cum.

Tabla 2. Comportamiento cualitativo de los compuestos fenólicos presentes en la biomasa


comestible de M. alba

Época
Fenólidos Variedad PPLL PLL
100* 300* 500* 100* 300* 500*
Cubana +++ +++ +++ +++ +++ +++
FT Indonesia +++ +++ +++ +++ +++ +++
Tigreada , +++ +++ +++ +++ +++ +++
Acorazonada +++ +++ +++ +++ +++ +++
Cubana ++ ++ ++ +++ +++ ++
Indonesia ++ ++ ++ +++ +++ ++
Cum
Tigreada ++ ++ ++ +++ +++ ++
Acorazonada ++ ++ ++ +++ +++ +++
Cubana +++ +++ +++ ++ ++ ++
Indonesia +++ ++ + ++ ++ ++
Flav
Tigreada +++ +++ ++ ++ ++ ++
Acorazonada +++ ++ ++ ++ ++ ++

FT: fenoles Cum: cumarinas Flav: flavonoides *kg N/há/año


PPLL: periodo poco lluvioso PLL: periodo lluvioso.

Los niveles máximos de FT, en las hojas y los tallos tiernos, correspondieron a las
variedades Tigreada y Acorazonada, fertilizadas con 100 kg N/há/año, respectivamente. En las
hojas, los contenidos de FT más bajos se observaron en la Indonesia y la Acorazonada,
abonadas con 500 kg N/há/año, y en los tallos tiernos correspondió con la Acorazonada, con
500 kg N/há/año.
En las hojas, las variedades Cubana e Indonesia, con la aplicación de 100 kg N/ ha/año,
presentaron las mayores concentraciones de Cum; mientras que en los tallos liemos fue la
Indonesia fertilizada con 500 kg N/há/año.
Los niveles más bajos de Cum, en las hojas y los tallos tiernos, correspondieron a la
Tigreada con dosis de 300 y 500 kg N/há/año y a la Cubana, Indonesia y Tigreada, con 300 kg
N/há/año, respectivamente.

219
En las hojas de las variedades, las tendencias de los niveles de FT y Cum con el aumento
de la fertilización fueron homogéneas. En ese sentido, se observó una disminución de las
concentraciones con el incremento de las dosis aplicadas al suelo. La variedad Cubana
presentó un comportamiento diferente al resto.
En los tallos tiernos, los contenidos de FT presentaron la misma tendencia que en el caso
de las hojas, y los niveles más bajos de Cum se observaron con la aplicación de 300 kg
N/há/año en todas las variedades.
El tabla 3 muestra el efecto de los grupos Variedad y Fertilización en la concentración de
los FT y las Cum.
• Efecto de los niveles de fertilización y la Variedad en los contenidos de Flav
No se observó un efecto significativo de los factores fertilización y variedad en las
concentraciones de Flav de las hojas y los tallos demos. En ese sentido, el tabla 4 muestra los
niveles de Flav con las variables en estudio.

Tabla 3. Efecto de los factores variedad y fertilización en el contenido de FT y Cum en


M. alba

Fenólidos (%MS)
Factores
FT Cum
Variedad Fertilización* Hojas Tallos Hojas Tallos
100 2,09e 1,32c 0,65a 0,55b
Cubana 300 2,69b 1,35c 0,56bc 0,45e
500 2,22d 1,49b 0,57bc 0,49d
100 2,51C 1,37c 0,65a 0,51cd
Indonesia 300 2,44d 1,26a 0,54c 0,42e
500 1,88f 1,26a 0,54c 0,60a
100 2,86a 1,48b 0,59b 0,51cd
Tigreada 300 2,71b 1,32c 0,49d 0,43e
500 2,47c 1,32c 0,46d 0,51cd
100 2,62d 1,55a 0,59b 0,54bc
Acorazonada 300 2,47c 1,48b 0,54c 0,50d
500 1,82f 1,12e 0,54c 0,53bc
EE± 0,10* 0,06* 0,04* 0,03*

(a,b,c,d,e,f) Valores con supeíndices desiguales, en cada columna, difieren estadísticamente mediante la dócima de SNK a p<0,05*
FT: fenoles Cum: cumarinas *kg N/há/año EE± error estándar

Tabla 4. Efecto de la fertilización y la variedad en el contenido de Flav en M. alba

Factor Flav (%MS)


Fertilización* Hojas Tallos
100 1,68 0,98
300 1,65 1,02
500 1,68 1,08
EE± - 0,12 0,10
Variedad
Cubana 1,65 0,95
Indonesia 1,64 1,06
Tigreada 1,64 0,93
Acorazonada 1,68 0,98
EE± 0,04 0,14

Rav: flavonoides *kg N/há/año


EE± error estándar

220
• Efecto de la época en los contenidos de FT, Cum y Flav
Solamente en el caso de los FT en las hojas, se observó un efecto significativo entre los
periodos del año. La mayor concentración de FT coincidió con el PLL.
El resto de los metabolitos fenólicos, no presentaron variaciones sustanciales con la
época. El tabla 5 muestra el comportamiento de los grupos de polifenoles con los periodos
estacionales.

Tabla 5. Comportamiento de los compuestos polifenólidos de


M. alba con el factor época

Fenólidos Época
(% MS) PPLL PLL EE±
Hojas
a
FT 2,71 2,11b 0,36*
Cum 0,60 0,52 0,10
Flav 1,68 1,64 0,29
Tallos tiernos
FT 1,40 1,32 0,26
Cum 0,58 0,55 0,07
Flav 1,12 0,88 0,25

(a,b) Valores con supeíndices desiguales, entre épocas, difieren estadísticamente mediante la décima de SNK a p<0,05*
FT: fenoles Cum: cumarinas Flav: flavonoides PPLL: periodo poco lluvioso
PLL: periodo lluvioso EE± error estándar

Discusión
La necesidad que tiene la morera de ser fertilizada, es un consenso generalizado al cual
han arribado los principales autores que investigan sobre este tema en diferentes partes del
mundo.
Esta especie, en su condición de no leguminosa, presenta una gran dependencia a la
fertilización química u orgánica cuando su biomasa es usada intensivamente en lo” sistemas
de alimentación. Con relación a esto, en investigaciones realizadas con diferentes grados de
fertilidad del suelo, se han obtenido resultados similares a los descritos en este experimento
[Boschini et al., 1999; Martín et al., 2002; Benavides, 2002]. Por tales motivos, esta
particularidad constituye la mayor limitante de la especie para ser utilizada de manera
continua en los sistemas silvopastoriles, donde la fertilización (de manera manual) es
engorrosa y poco práctica.

Análisis cualitativo
La abundante presencia de metabolitos polifenólicos en especies de morera, cultivadas en
diferentes condiciones edafoclimáticas, ha sido señalada también por otros autores en la zona
asiática [Chunlian et al., 1999]. En este sentido, algunos de los metabolitos fenólicos
presentes en plantas del género Moras, constituyen marcadores quimiotaxonómicos
importantes, con probadas funciones metabólicas [Marles y Farnsworth, 1995].
Los compuestos polifenólicos se encuentran ampliamente distribuidos en el reino vegetal
formando parte, en mayor o menor cuantía, de todas las plantas vasculares y su presencia
comúnmente ha sido señalada tanto en leguminosas de uso forrajero clásico [Pedraza et al.,
1997; Mupangwa et al., 2000], como en especies no convencionales [Galindo et al., 1991].
La mayor abundancia de FT en todos los tratamientos, con respecto a las Cum y los Flav,
en algunos casos, se debe a que las Cum y los FIav son fenilpropanoides que contienen,
también por definición, grupos hidroxilos (OH) que reaccionan, igualmente, con el reactivo de
FeCl3 (ensayo general para la detección de cualquier FT).
Las mayores variaciones cualitativas se observaron en el caso de los Flav y las Cum,
relacionado, evidentemente, con las fluctuaciones de las concentraciones intrínsecas de cada
tratamiento y la mayor sensibilidad de los ensayos cualitativos aplicados, comparados con el
reactivo férrico (Fe 3 + )
221
En ese sentido, una variabilidad marcada, en el caso de los Flav, también ha sido
informada por Mengcheng et al. [1996], en variedades de morera en China. La presencia de
Flav en M. alba es ventajosa, fundamentalmente para la alimentación de los animales
monogástricos, ya que presentan propiedades antioxidantes, antisenescentes, tienen acción
antiparasitaria y presentan una elevada capacidad de prevenir infecciones microbianas en el
tracto gastrointestinal [García, 2003].
Asimismo, se ha señalado, en la biomasa comestible de M. alba, cantidades apreciables de
Flav comunes, tales como Quercetina, Isoquercetina, Quercitrina, Rutina, Rutósidos y
Kaenferol [Duke, 2001].
Estos metabolitos secundarios no constituyen factores antinutricionales tampoco los
rumiantes, porque se ha demostrado su degradación cuantitativa a moléculas más imples por la
acción de microorganismos ruminales y su posterior eliminación en la orina [García y López,
2004].
Por otra parte, en el marco de la alimentación animal, no se conoce ninguna propiedad
beneficiosa de las Cum más comunes presentes en los forrajes. En sentido general, estos
fenólidos volátiles son inhibidores del consumo voluntario, provocan alteraciones
irreversibles en los sistemas nervioso y cardiovascular, presentan propiedades
anticoagulantes, inducen fotosensibilidad y ocasionan trastornos digestivos severos por su
elevado potencial tóxico [Ramos et al., 1998]. No obstante, algunos estudios realizados en la
morera señalan a las Cum polihidroxiladas en el anillo aromático como el subgrupo
mayoritario [Xiangrui y Hongsheng, 2001]; estas diferencias estructurales no le confieren
propiedades deletéreas, como sí ocurre en el caso de Cum con radicales en los núcleos
lactónicos, típicas en Gliricidia sepium y en especies de la familia Rutaceae [Mochiutti,
1995].
De esa manera, la presencia en M. alba de Cum con grupos OH adicionales ha sido
informada por Marles y Farnsworth [1995], en estudios de actividad biológica en
Norteamérica (Esculetina/monohidroxisustituida) y por Ho-Zoo y Won-Chu (2001), en
genotipos coreanos (Umbeliferona/dihidroxisustituida).
Con relación a los grupos de fenoles que no se detectaron, la ausencia de
proantocianidinas/catequinas y fitoquinonas también ha sido informada por Domínguez et al.
[2001] en plantaciones cubanas, lo que corrobora la inexistencia evidente de TC mediante las
pruebas con el reactivo de Roseheim.
La ausencia de TPP coincide con los resultados de pruebas realizadas por Makkar y
Becker [1998], al emplear Albúmina de suero bovino como proteína precipitante.
Estos resultados no constituyen un hecho totalmente positivo —para el caso de la
alimentación de poligástricos— ya que los metabolitos polifenólicos más comunes (taninos),
en determinados rangos de concentración, favorecen el flujo de proteína (by pass) al
compartimento posruminal, mediante acomplejamientos macromoleculares a pH neutro. Este
fenómeno reversible, ocasionalmente, se traduce en una mayor respuesta animal en pequeños y
grandes rumiantes.
No obstante, cuando las concentraciones sobrepasan el límite crítico señalado por algunos
autores (4-6% MS), afectan el buen funcionamiento de los procesos digestivos e interfieren en
la asimilación de otros nutrimentos esenciales [Kumar, 1992].
Por otra parte, la inexistencia de cardenólidos y fitoquinonas es muy positiva, ya que
ocasionan trastornos nutricionales, baja palatabilidad de los forrajes, parálisis o aceleración
del ritmo cardíaco y desbalance electroquímico en las reacciones de oxidación reducción de
los sistemas enzimáticos [García, 2004].

Análisis cuantitativo
• Efecto de los niveles de fertilización y la variedad en los contenidos de FT y Cum.
En el caso de los FT y las Cum, el análisis estadístico mostró una interacción significativa
entre los factores variedad y fertilización; lo que demuestra la fuerte influencia de los
patrones genotípicos con el metabolismo y transporte de las moléculas nitrogenadas en las
especies de morera.
Las variaciones homogéneas en los niveles de FT y Cum, fundamentalmente en las hojas,
con el incremento de los niveles de fertilización se relacionan directamente con la biosíntesis
de las entidades fenólicas y su dependencia clásica con las moléculas que forman parte en las
reacciones anabólicas del nitrógeno en la planta [Valdés y Balbín, 2000].

222
En este sentido, basado en la teoría del balance carbono/nitrógeno (C/N), se ha
demostrado que las variaciones en las concentraciones de los fenólidos más comunes (fenoles
simples, Cum y taninos), dependen solamente de factores químicos imprescindibles en la
biosíntesis de sus estructuras [Azcón-Bieto y Talón, 2000].
Al respecto, cuando aumenta la disponibilidad de nitrógeno en el suelo, y por ende, la
adsorción radicular, la creciente necesidad de biotransformación metabólica hace que las rutas
del metabolismo primario movilicen las cadenas carbonadas básicas (precursoras de algunos
grupos de compuestos fenólicos), los carbohidratos solubles y una parte del agua remanente
de la célula para la transformación de moléculas nitrogenadas sencillas a otras de mayor
complejidad. Por tales motivos, quizá las concentraciones de FT y Cum hayan disminuido con
el aumento del nitrógeno foliar.
La disminución en los contenidos de metabolitos polifenólicos con el aumento de la
fertilización, específicamente FT y TC, también ha sido observada por Caygil y Mueller-
Harvey [1999], en especies de leguminosas templadas del género Lotus, resultados que
también son consistentes con esta postulación.
No obstante, este patrón no se observa en todas las especies que contienen apreciables
fracciones fenólicas, ni tampoco con todas las dosis y tipos de fertilizantes; por lo que, sin
duda, los mecanismos por los cuales ocurre la disminución en las cantidades de fenoles, no
son comunes en todos las condiciones.
Estas inconsistencias de la teoría C/N, también se manifiesta por el hecho de que los
niveles de Cum en los tallos tiernos y los Flav no hayan presentado dicho comportamiento.
Con relación a la tendencia de los contenidos de fenoles con el incremento del abonado
orgánico, la variedad Cubana presentó una tendencia diferente en comparación con el resto. Es
evidente que dicha atipicidad se encuentra relacionada con las particularidades genotípicas de
la variedad, ya que ésta no proviene del programa de mejoramiento genético del resto de las
variedades, sino de la región africana (Angola), en donde las condiciones edafoclimáticas son
diferentes y pudieron influir, de manera determinante, en sus características fitoquímicas.
A su vez, los contenidos de FT coinciden con los obtenidos en M. alba por Maldonado et
al. [2000], y las concentraciones de las hojas son superiores a las informadas por Singh y
Makkar [2002], y Datta et al. [2002], en plantas de morera cultivadas en varias regiones de la
India.
El conjunto de resultados, recopilados por diferentes autores, en la cuantíficación de FT
por un método común de análisis en M. alba, denota variaciones probablemente ocasionadas
por las diferentes variedades y ecotipos estudiados, el estado fisiológico y de conservación del
material vegetal, las variaciones climáticas, los diferentes tipos de suelo y las ubicaciones
geográficas de cada experimento.
Al compararla con otras especies forrajeras de interés, los resultados sitúan a la morera
como una planta cuyos contenidos de FT son comparables con los cuantificados en especies de
leguminosas tropicales, tales como: Albizia lebbeck, Cratylia argentea, Arachi pintoi y
Centrocema sp. [Valerio, 1994].
En el caso de las Cum, los resultados cuantitativos de este experimento, son similares a
las obtenidos por Urriola [1994], el cual evaluó los niveles de estos compuestos en el follaje
de cinco ecotípos de G. septum de Costa Rica (0,55-0,66% MS), mediante el mismo método
analítico empleado en esta investigación. Además, coincide con el rango de concentraciones
reportado por Mochiutti (1995), cuando la arbórea fue sometida a pastoreo.
• Efecto de los niveles de fertilización y la variedad en los contenidos de Flav
El contenido de Flav en las hojas y los tallos tiernos no mostró diferencias significativas
con los niveles crecientes de nitrógeno ni entre las variedades estudiadas; resultados similares
han sido obtenidos por García y Ojeda [2004], en la cuantificación de estos compuestos en un
sistema intensivo de corte y acarreo, en dos periodos de evaluación.
La estabilidad en los niveles de la fracción de Flav con factores externos y entre
variedades, quizá esté relacionada con la posibilidad de que estos polifenoles constituyan
marcadores quimiotaxonómicos específicos y sus características cuantitativas sean invariantes
en los miembros de la familia Moraceae [De Marcano y Hasegawa, 1991].
Los contenidos de Flav, en los cuatro tipos de morera evaluados, son superiores a los
informados por Rusong et al. [2000], en la variedad “Lungiao” (1,17% MS), e inferiores al
ecotipo “Tong Xiang Ping” (2,66% MS), comúnmente empleadas como forrajes en Asia. La
concentración de Flav en los tallos tiernos coincide con la informado por Zhishen et al.
[1999], al estudiar estos metabolitos en cuatro especies del género Morus.

223
• Efecto de la época en los contenidos de FT, Cum y Flav
El hecho que únicamente los FT hayan presentado variaciones significativas con la época,
quizá también esté relacionado con la disponibilidad del nitrógeno en vía de ser adsorbido por
la planta.
En investigaciones relacionadas con la fisiología de la morera, se ha demostrado que en el
periodo de estrés hídrico (PPLL), la actividad de su metabolismo primario disminuye
considerablemente [Ramanjulu et al., 1998; Ramanjulu y Sudhakar, 2000]; quizá por ese
motivo los compuestos precursores de fenoles, relacionados, a su vez, con el metabolismo del
nitrógeno, hayan podido ser cuantitativamente biotransformados en cadenas polifenólicas en
la ruta del metabolismo secundario.

Consideraciones finales
Analizando el efecto de las variables en estudio, en el caso de los FT, todos los factores
influyeron de forma determinante. En las Cum, el periodo del año no creó diferencias
marcadas, mientras que la combinación de los factores variedad y fertilización propiciaron
variaciones cuantiosas. En tanto, los Flav no presentaron variaciones sustanciales con los
niveles de fertilización, la variedad ni la época.
Por otra parte, la concentración de los FT fue inferior al 4,2% MS, por lo que no debe
existir una repercusión negativa en la alimentación de los rumiantes; ya que, investigaciones
recientes, mediante estudios de actividad biológica, han señalado que niveles inferiores no
causan problemas digestivos ni acción detrimental a corto y largo plazo [Makkar, 2003].
Por el elevado contenido de Flav (compuestos beneficiosos), los relativamente bajos
niveles de Cum y la ausencia de polifenoles estructuralmente complejos (TPP y TC), las
variedades evaluadas pueden también ser utilizadas sin dificultad en la alimentación de
monogástricos; aunque se deben realizar estudios de profundización sobre los niveles de otros
metabolitos presentes en la biomasa, tales como alcaloides, lectinas, mucílagos y terpenoides,
para poder aseverar con total solidez este planteamiento.

Conclusiones
Las concentraciones de los FT presentes en M. alba se ven afectadas significativamente
por las dosis de fertilización orgánica, la variedad y la época del año. Los mayores niveles, en
las hojas y los tallos tiernos, corresponden a las variedad Tigreada y Acorazonada abonadas
con 100 kg N/há/año, respectivamente.
En las hojas y los tallos tiernos de la morera, los factores fertilización y variedad
influyen, marcadamente, en los contenidos de Cum. Las máximas concentraciones en las hojas
se observan en las variedades Cubana e Indonesia, fertilizadas con 1100 kg N/há/año;
mientras que en los tallos tiernos, la Indonesia abonada con 500 kg N/há/año, presenta el
valor más elevado.
Los niveles de Flav en la biomasa comestible de M. alba fluctúan entre 0,93-1,68% MS y
ninguno de los factores en estudio presenta un efecto marcado en la variación de sus
concentraciones.

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226
Efecto de los niveles de fertilización, la variedad
y la época en los contenidos de saponinas esteroidales
en morera (Morus alba Linn.)
D. E. García 1 , María G. Medina 2 y F. Ojeda 1

1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.
2 In stitu to de Inv estigacion es Ag ríco las (INIA), Estado Tru jillo , Ven ezuela.

Resumen
Con el objetivo de determinar el efecto de la fertilización orgánica (0, 100, 300 y 500 kg
N/há/año), la variedad (Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada) y la época (período
lluvioso y poco lluvioso) en el contenido total de saponinas esteroidales (SE) de la fracción
comestible de la morera, se llevó a cabo una investigación con un diseño de bloques al azar
con arreglo factorial 4 x 4 x 2 (n=5). No se observaron interacciones significativas de ningún
orden entre los factores en estudio (p<0,05) y, tanto en las hojas como en los tallos tiernos,
los niveles de abonado no afectaron significativamente las concentraciones. La variedad
Acorazonada presentó el máximo contenido de SE en las hojas (11,57a mg/gMS), mientras que
la Indonesia, Cubana y Tigreada mostraron niveles más bajos (11,00ab; 10,65b y 9,30c
mg/gMS, respectivamente). En los tallos tiernos no se observaron diferencias significativas
entre las variedades. La mayor concentración de SE –en las hojas– se observó en el período
lluvioso (14,38 mg/gMS), mientras que en los tallos tiernos el nivel más elevado correspondió
con el período poco lluvioso (2,52 mg/gMS). Los resultados permiten concluir que, entre los
factores evaluados en las hojas, la época y la variedad, mostraron la mayor importancia. En
los tallos tiernos sólo la época ocasionó variaciones marcadas. En ambas partes de la planta,
los niveles de fertilización no produjeron efecto en las concentraciones de las SE.
Palabras clave: Esteroides, fitoquímica, hormonas reguladoras, metabolitos.

Abstract
With the objective to determine the effects of the organic fertilization (0, 100, 300 and
500 kg N/há/year), the variety (Cubana, Indonesia, Tigreada and Acorazonada) and the season
(rainy and little rainy period) in the esteroidal saponins (SE) contents of mullberry, a research
was carried out using a randomized block design with 4 x 4 x 2 factorial arrangement (n=5).
Significant interactions of any order between the factors were not observed (p<0,05) and, as
much in the leaves as in the stems, the fertilization levels did not affect the concentrations
significantly. The variety Acorazonada showed the maximum content in the leaves (11,57a
mg/gDM) whereas Indonesia, Cubana and Tigreada showed lower levels (11,00ab; 10,65b and
9,30c mg/gDM, respectively). The greater concentration in the leaves were observed in rainy
period (14,38 mg/gDM); whereas in the fresh stems the highest level corresponded with the
little rainy period (2,52 mg/gDM). The results allow concluding that, between the factors
evaluated in the leaves, the season and the variety showed the greater importance. In fresh
stems the season factor caused noticeable variations. In both parts of the plant, the
fertilization levels did not produce effect in SE concentrations.
Key words: Steroids, phytochemistry, hormones, metabolites.

Introducción
La morera (Morus alba L.), dentro de un numeroso grupo de plantas, se distingue por
presentar una rápida recuperación ante la poda, brotes abundantes y rápido desarrollo. Por
tales motivos, en la última década, se han llevado a cabo numerosas investigaciones para
conocer con profundidad la composición química de la especie, debido a su uso extensivo
como forraje en países de América Central.
Estas particularidades se deben, en buena medida, a los esteroides reguladores del
crecimiento, que, en su forma glicosilada, constituyen saponinas esteroidales (SE), las cuales
presentan una elevada distribución en las especies del género (Ashok et al., 2000).

227
En dependencia de las concentraciones y las estructuras químicas específicas, los
compuestos saponínicos pueden constituir factores antinutricionles en rumiantes y
monogástricos, por conferirles a los forrajes un sabor amargo, provocar espumas consistentes
e interferir en la absorción de los alimentos (Kumar, 1992). No obstante, también pueden
producir efectos positivos en el metabolismo digestivo, al acomplejar otros metabolitos
secundarios con características tóxicas (Makkar et al., 1995).
En condiciones tropicales, la caracterización de las SE presentes en la biomasa comestible
de M. alba, la determinación de su potencial anti o pro nutricionales, así como las variaciones
asociadas con factores ambientales, genéticos y de manejo agronómico, no han sido
realizadas. Por tales motivos, la investigación tuvo como objetivo fundamental determinar el
efecto de los niveles de fertilización orgánica, la variedad y la época en el contenido de SE
presentes en la biomasa comestible de la morera.

Materiales y métodos
Ubicación y características del área
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situada a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia de Matanzas, Cuba. Los muestreos se realizaron en dos
períodos correspondientes a los años 2002 y 2003; enmarcados entre los meses de enero-abril
como período poco lluvioso (PPLL) y mayo-septiembre como período lluvioso (PLL). El suelo
donde se llevó a cabo la investigación presentó una topografía plana y se clasifica como Suelo
Ferralítico Rojo lixiviado, según Hernández (1999).

Diseño experimental, factores y niveles


En esta investigación se utilizó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial 4 x 4 x
2 con cinco repeticiones. Los factores estudiados fueron:
• Fertilización orgánica (gallinaza) equivalente a: 0, 100, 300 y 500 kg N/há/año.
• Variedad: Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada
• Época (PPLL y PLL)

Manejo agronómico de las unidades experimentales


Las mediciones se realizaron en el tercer año de evaluación agronómica de una plantación
de morera con 4 años de edad y una densidad de 25,000 plantas/há.
• El experimento se llevó a cabo en un área que abarcó 108 parcelas de 7 x 3 m, sin
separación entre ellas y 12 parcelas control.
• Cada parcela estuvo integrada por 64 plantas, separadas a 0,4 m y
1 m entre los surcos, los cuales se orientaron de Este a Oeste.
• El corte de cada planta se realizó de manera manual (con tijera de poda), a la altura
fija de 0,5 m sobre el nivel del suelo.
• La fertilización orgánica se aplicó directamente en el tronco de cada planta y el control
de malezas se realizó de forma manual, ambos después de cada corte.

Muestreo, mediciones analíticas y procesamiento de datos


La biomasa de 90 días de edad, dividida en hojas-pecíolos y tallos tiernos, fue recolectada
de forma manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar, luego de ser
eliminado el efecto borde de las unidades experimentales.
Las muestras se secaron a temperatura ambiente, en un local ventilado y oscuro por
espacio de 12 días. Posteriormente, fueron molinadas hasta un tamaño de partícula de 1 mm, y
se almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del análisis.
La cuantificación de las SE se realizó mediante el método de Liebermann y Buchard
descrito por Galindo et al. (1989), utilizando colesterol como patrón en las determinaciones y
éter de petróleo como solvente de extracción.

228
Para el procesamiento de los datos se utilizó un análisis factorial, para lo cual se empleó
la opción GLM (General Lineal Model), correspondiente al paquete estadístico SPSS versión
10,0. Fue usada la dócima de comparación múltiple de Student-Newman-Keuls (SNK) y las
medias fueron comparadas para p<0,05.

Resultados
Se debe señalar que las parcelas no fertilizadas carecieron de biomasa comestible para
llevar a cabo la evaluación. Este comportamiento fue común en las dos épocas y en todas las
variedades estudiadas. Por otra parte, los niveles de SE, en ninguno de los casos, presentaron
interacciones significativas (dobles y triples) para p<0,05.
Efecto de los niveles de fertilización orgánica en los contenidos de SE de las hojas y los
tallos tiernos.
La fig. 1 muestra el comportamiento de las SE con los niveles nitrogenados aplicados al
suelo. Tanto en las hojas como en los tallos tiernos no se observó efecto significativo de los
niveles de fertilización (p<0,05).

Fig. 1. Comportamiento de las SE con los niveles de fertilización orgánica en M. alba. SE: saponinas
esteroidales.

Efecto de la variedad en los contenidos de SE de las hojas y los tallos tiernos


En las hojas, los máximos niveles de SE, se encontraron en las variedades Acorazonada e
Indonesia; la Cubana presentó una concentración intermedia (sin diferencias estadísticas con
la anterior) y la más baja correspondió a la Tigreada.
En los tallos tiernos no se encontraron diferencias significativas entre ninguna de las
variedades (p<0,05). En este sentido, la fig. 2 muestra el comportamiento de las SE con el
factor variedad.

Fig. 2. Niveles de SE en cuatro variedades de M. alba.


(a,b,c) Valores con superíndices desiguales difieren estadísticamente mediante la dócima de SNK a p<0,05
* SE: saponinas esteroidales C: Cubana I: Indonesia T: Tigreada A: Acorazonada

229
Efecto de la época en los contenidos de SE de las hojas y los tallos tiernos
La época proporcionó diferencias cuantitativas en los niveles de SE, tanto en las hojas
como en los tallos tiernos. La mayor concentración en las hojas se observó en el PLL,
mientras que un efecto contrario, con relación a la época, se observó en los tallos tiernos. La
fig. 3 muestra el comportamiento de las SE con el factor época.

Fig. 3. Efecto época en los contenidos de SE en M. alba


(a,b) Valores con superíndices desiguales entre períodos difieren estadísticamente mediante la dócima de
SNK a p<0,05* SE: saponinas esteroidales PPLL: período poco lluvioso PLL: período lluvioso

Discusión
Que las variedades de morera sin fertilizar, en las condiciones experimentales descritas
con anterioridad, no hayan producido follaje con cortes cada 90 días, demuestra las
características particularmente extractivas que tiene la especie y su dependencia a las fuentes
de nutrientes minerales y de materia orgánica; estos criterios coinciden con los resultados de
evaluaciones agronómicas, con niveles crecientes de fertilización, donde se han demostrado
incrementos cuantiosos en la producción de biomasa y en algunos indicadores de su calidad
nutritiva (Benavides, 2002).

Efecto de los niveles de fertilización orgánica


Las pocas variaciones en los niveles de SE con el incremento de la fertilización, quizás se
relacione con el hecho de que la síntesis de los esteroides en algunas especies, es
independiente de las necesidades de nitrógeno de la planta, así como de su disponibilidad en
el suelo (Valdés y Balbín, 2000).
En este sentido, se ha demostrado que las variaciones en las concentraciones de los
metabolitos secundarios solamente dependen de factores químicos específicos que forman
parte de los procesos enzimáticos a nivel celular (Azcón-Bieto y Talón, 2000). Al respecto,
muchas investigaciones relacionadas con la biosíntesis de SE (isoprenoides glicosilados) en el
reino vegetal, señalan al ácido mevalónico como principal precursor de sus estructuras. Este
compuesto, a nivel celular, se forma por condensación de tres unidades de ácido acético y
mediante transformaciones en cadena, genera las estructuras básicas de los triterpenos;
reacciones que en la planta sólo dependen de los niveles energéticos, los esqueletos
carbonados básicos, la concentración de fósforo (P) y los equivalentes de reducción (de
Marcano y Hasegawa, 1991). Por tales motivos, quizás en M. alba, la síntesis de los SE no
dependan, como en otras especies, de los niveles de nitrógeno aplicados al suelo y, por ende,
de su concentración foliar.

Efecto de la variedad
Los contenidos de SE, en las hojas de las variedades, fueron muy variables, lo que
demuestra el posible dinamismo de transporte, síntesis y/o degradación de estos compuestos
como activadores del crecimiento vegetal y las diferencias específicas en los patrones
isoenzimáticos y la actividad del metabolismo secundario de cada variedad (Chappell et al.,
1991).

230
Es evidente que dichas variaciones se encuentren asociadas con las particularidades
genotípicas, ya que las variedades Indonesia, Tigreada y Acorazonada, proceden de programas
independientes de mejoramiento genético de la sericultura y, fenotípicamente, también
presentan características muy diferenciadas.
Adicionalmente, las mismas variedades también muestran concentraciones diferentes de
otros compuestos, tales como los polifenoles, las cumarinas y los carbohidratos solubles
(García, 2003).
En sentido comparativo, los contenidos de SE cuantificados en estas plantas denotan
resultados superiores al compararlas con las arbóreas forrajeras Trichantera gigantea, Inga
spectabilis y Gliricidia sepium, investigadas por Galindo et al. (1989).
Con relación a los niveles de SE en los tallos tiernos de las variedades, las
concentraciones encontradas fueron mucho menores que en las hojas. Este comportamiento se
debe, probablemente, a que las SE en los tallos se sinteticen en menor cuantía porque quizás
no presenten funciones directas como activadores del crecimiento vegetal (Chappell, 1995).
Por otra parte, las diferencias numéricas encontradas entre los niveles de SE de las hojas y
los tallos en morera, apoyan los resultados obtenidos por numerosos autores sobre las
diferencias que existen entre las concentraciones de los compuestos primarios (grasa,
proteínas y sacáridos) y los metabolitos secundarios, entre las partes de la planta (Boschini,
2002).
Asimismo, la cantidad de SE, en los tallos tiernos de las variedades, son superiores a las
obtenidas por Mengzhao (1989), quien reportó contenidos de 0,03 y 0,04 mg/gMS de
glicósidos de Estigmasterol y ²-Sitosterol, respectivamente.

Efecto época
En investigaciones realizadas en morera, se ha demostrado que en el PLL, las
concentraciones de carbohidratos solubles son superiores a las del PPLL (González et al.,
2002). Estos niveles energéticos condicionan una mayor actividad y metabolismo de los
compuestos reguladores del crecimiento, que, a su vez, se encuentran estrechamente
correlacionados con la activación y la síntesis de las SE.
Por tales motivos, la duplicación de las concentraciones de SE en el PLL, con respecto al
PPLL, posiblemente se encuentra debido al aumento de la actividad y la síntesis hormonal en
las hojas, por el mayor protagonismo que tienen los esteroides en el metabolismo, cuando el
crecimiento vegetativo es más rápido (Chappell, 1995).
En ese sentido, las condiciones climáticas favorables en el PLL proporcionaron una mayor
disponibilidad de nutrientes, lo que trajo consigo la aceleración del crecimiento. Un aumento
significativo en el desarrollo de la región aérea de M. alba en el PLL ha sido observado, en
las mismas condiciones experimentales, mediante mediciones de respuesta al corte (García,
2003).
Por otra parte, el comportamiento inverso de las concentraciones de SE en los tallos
tiernos con relación a la época, quizás se deba a que las saponinas se sinteticen,
específicamente, en mayor cuantía en las hojas, o sean transportadas desde los tallos tiernos
hacia éstas en el PLL.
El nivel máximo de SE cuantificado en este experimento fue de 14,38 mg/gMS, valor que
dista numéricamente de las concentraciones encontradas en géneros de leguminosas forrajeras,
tales como Albizia y Cassia, donde, empíricamente, se ha demostrado que causan disminución
en el consumo voluntario y problemas digestivos severos en rumiantes (García, 2004).
Los resultados de esta investigación señalan que, debido al contenido de SE encontrado,
este grupo de metabolitos no debe constituir un factor antinutricional en la especie,
independientemente de que, en nuestras condiciones, las concentraciones hayan sido
superiores a las informadas en la sericultura (Duke, 2001), e inferiores al límite crítico en que
una saponina causa efectos adversos (39 mg/g MS), reportado por Makkar et al.(1997).
Por otra parte, las saponinas presentes en la fracción comestible de la morera son de tipo
esteroidal y no triterpénicas (García et al., 2002); estas últimas se caracterizan por tener los
mayores índices de toxicidad en la alimentación animal. Por tales motivos, desde el punto de
vista químico-estructural, las saponinas de M. alba no presentan potencial deletéreo para
rumiantes y monogástricos.

231
Conclusiones
Tanto en las hojas como en los tallos tiernos, la fertilización orgánica con gallinaza en
dosis equivalentes a 100, 300 y 500 kgN/há/año, no provoca variaciones en los contenidos de
SE en M. alba.
Solamente en las hojas de las variedades estudiadas, las concentraciones de SE son
diferenciadas. En ese sentido, la variedad Acorazonada presenta el máximo valor numérico.
Las mayores niveles de SE en las hojas de la morera se observan en el PLL.

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232
Efecto de la fertilización en las variaciones fitoquímicas y su
repercusión antinutricional
en cuatro variedades de morera*
D.E. García 1 , María G. Medina 2 y F. Ojeda 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 29 , No . 1 , 2006 .


1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.
2
Instituto Nacion al de Investig aciones Ag ríco las (INIA), Edo. Trujillo , Venezuela .

Resumen
Se investigó el efecto de la fertilización orgánica a partir de gallinaza (100, 300 y 500 kg
N/há/año) en las variaciones cuantitativas de los principales metabolitos secundarios presentes
en cuatro variedades de Morus alba Linn. (Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada). Se
cuantificaron los concentraciones totales de polifenoles (TP), flavonoides (Flav), cumarinas
(Cum), saponinas esteroidales (Sap) y carbohidratos primarios y seudoazúcares (CHS). Para la
interpretación de los resultados se empleó el análisis de componentes principales (ACP) y de
clasificación automática (ACA). Mediante el ACP se detectó una alta variabilidad en las
primeras tres componentes (82,35%). El ACA separó los tratamientos en cuatro grupos con
características distintivas. Las dosis de 100 y 300 kg N/há/año ocasionaron, de forma
independiente, variaciones homogéneas en el patrón fitoquímico de las cuatro variedades;
mientras que con la aplicación de 500 kg N/há/año la variedad Acorazonada se diferenció
cuantitativamente del resto. Desde el punto de vista jerárquico, la contribución positiva a la
formación de los grupos aumentó a medida que las dosis de fertilizante aplicadas fueron
mayores. Los resultados permiten concluir, de manera integral, que las cantidades crecientes
de abono orgánico disminuyeron progresivamente el comportamiento cuantitativo de los
metabolitos secundarios (FT, Cum y Sap) presentes en las variedades y aumentaron las
concentraciones de los compuestos beneficiosos (Flav). Desde el punto de vista nutricional,
basado en las cuantificaciones realizadas, las cuatro variedades de morera abonadas con
gallinaza en dosis equivalentes a 100, 300 y 500 kg N/há/año, presentaron una excelente
calidad nutritiva para ser empleadas intensivamente en la alimentación de rumiantes y
monogástricos, debido a las bajas concentraciones de compuestos con potencialidades tóxicas.
Palabras clave: Composición química, metabolitos, Morus alba

Abstract
The effect of organic fertilization from poultry dung (100, 300 and 500 kg N/há/year) on
the quantitative variations of the main secondary metabolites present in four Morus alba Linn.
varieties (Cubana, Indonesia, Tigreada and Acorazonada) was studied. The total
concentrations of polyphenols (FT), flavonoids (Flav), coumarins (Cum), steroidal saponins
(Sap) and primary carbohydrates and pseudosugars (CHS), were quantified. For the
interpretation of the results the main component analysis (MCA) and the automatic
classification analysis (ACA) were used. Through the MCA a high variability was detected in
the first three components ((82,35%). The ACA separated the treatments in four groups with
distinctive characteristics. The doses of 100 and 300 kg N/há/year caused, independently,
homogeneous variations in the phytochemical pattern of the four varieties; while with the
application fo 500 kg N/há/year the variety Acorazonada was quantitatively differentiated
from the rest. From the hierarchical point of view, the positive contribution to group
formation increased as the fertilizer doses applied were higher. The results allow to conclude,
integrally, that the increasing amounts of organic manure progressively decreased the
quantitative performance of the secondary metabolites (FT, Cum and Sap) present in the
varieties and increased the concentrations of beneficial compounds (Flav). From the
nutritional point of view, based on the quantifications performed, the four mulberry varieties
fertilized with poultry dung in doses equivalent to 100, 300 and 500 kg N/há/year, showed
excellent nutritive quality for being used intensively to feed ruminants and monogastric
animals, due to the low concentrations of potentially toxic compounds.
Key words: Chemical compositions, metabolites, Morus alba
233
Introducción
La morera (Morus alba Linn.) constituye una de las fuentes de forraje más promisorias
para los sistemas actuales de producción animal en las condiciones tropicales. Por tal motivo
varias líneas de las ciencias agrícolas han realizado estudios encaminados a determinar su
verdadero potencial y caracterizar su composición fitoquímica (Medina, 2004; García y Ojeda,
2004 a,b). En este sentido, se han llevado a cabo investigaciones para detectar y cuantificar
los metabolitos secundarios presentes en su biomasa comestible (García, 2003) y conocer el
efecto ocasionado por los principales factores de manejo agronómico en las concentraciones
individuales de los grupos mayoritarios (García, Ojeda y Montejo, 2003). No obstante, de
manera integral, no se conoce el comportamiento de los patrones fitoquímicos de las
variedades que han mostrado un mejor comportamiento forrajero en Cuba cuando son
fertilizadas con las dosis más comunes, ni la posible repercusión antinutricional.
Los objetivos de esta investigación fueron: determinar, sobre la base de las variaciones
cuantitativas de los principales metabolitos secundarios, la influencia de las dosis de
fertilización orgánica en los patrones fitoquímicos; y estimar el posible potencial antinutritivo
de cuatro variedades de morera.

Materiales y Métodos
Ubicación y características del área experimental
El experimento se llevó a cabo en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, situado a los 22º 48’7’’ de latitud Norte y 81º 2’ de longitud Oeste, a 19 msnm, en el
municipio de Perico, provincia Matanzas, Cuba.
Las mediciones fitoquímicas, para la obtención de la matriz de datos, se realizaron en el
tercer y cuarto año de evaluación agronómica de una plantación de morera con cuatro años de
edad, dividida en 108 parcelas de 7 x 3 m sin separación y una densidad de 25 000 plantas/há.

Características del fertilizante


La fertilización, a partir de gallinaza, se aplicó directamente en el tronco de cada planta
cada 90 días en la época de mayor precipitación. La composición química del fertilizante
orgánico se muestra en la tabla 1.

Recolección y preparación de las muestras


El material vegetal de las cuatro variedades (hojas de 90 días) fue recolectado de forma
manual a partir de 10 plantas por parcela seleccionadas al azar y dividido en cinco porciones
iguales, después de eliminar el efecto de borde de las unidades experimentales.

Tabla 1. Composición química promedio (%) del fertilizante


aplicado en el período experimental.

MS N P K Ca
88,0 1,87 0,37 1,53 7,97

Las muestras provenientes de cada réplica se llevaron de forma inmediata al Laboratorio


de Evaluación de Alimentos de la EEPF “Indio Hatuey” y fueron secadas a temperatura
ambiente en un local ventilado y oscuro durante 12 días. Posteriormente fueron molidas hasta
un tamaño de partícula de 1 mm y se almacenaron en frascos ámbar hasta el momento del
análisis.

Fertilización y variedades
Se estudiaron las variedades Cubana, Indonesia, Tigreada y Acorazonada, fertilizadas con
dosis equivalentes a 100, 300 y 500 kg N/há/año. La nomenclatura correspondiente a cada
combinación se muestra en la tabla 2.

234
Tabla 2. Simbología establecida para la diferenciación
de los tratamientos.

Variedad Fertilización* Simbología


100 C100
Cubana 300 C300
500 C500
100 I100
Indonesia 300 I300
500 I500
100 T100
Tigreada 300 T300
500 T500
100 A100
Acorazonada 300 A300
500 A500

* kg N/há/año

Instrumentación y mediciones
Las lecturas de la señal analítica fueron realizadas en un espectrofotómetro U/V
ULTROSPEC-2000 de doble haz con cubetas de cuarzo.
La determinación de los contenidos de carbohidratos primarios y seudoazúcares (CHS) se
realizó mediante la metodología de la Antrona propuesta por Lezcano y González (2000); los
niveles de polifenoles totales (FT) mediante el ensayo de Folin-Ciocalteu (Makkar, 2003); las
cumarinas (Cum) por el método de Quirós (lectura en el espectro ultravioleta) descrito por
Mochiutti (1995); los contenidos de flavonoides (Flav) mediante hidrólisis ácida y posterior
medición a 258 nanómetros (García, 2003); y las concentraciones de saponinas esteroidales
(Sap) por el protocolo de la Vainillina/H2SO4 descrito por Hiai, Oura y Nakajima (1976).

Estimación del potencial antinutricional grupal sobre la base de las concentraciones


Con el objetivo de establecer la posible repercusión antinutricional de los grupos
formados en el análisis de clasificación automática (ACA), la media grupal fue comparada con
las concentraciones máximas permisibles de FT, Cum y Sap informadas en ensayos in vitro e
in vivo a partir de numerosas muestras de diferente naturaleza y procedencia.
Las comparaciones, en cuanto a los contenidos permisibles de cada grupo de metabolitos,
solo se realizaron con aquellas investigaciones en las cuales fueron utilizados los mismos
métodos analíticos empleados en esta investigación.
En cuanto a los niveles de FT, las comparaciones se efectuaron a partir de la recopilación
de resultados informada por Makkar (2003), en ensayos por producción de gases y técnicas
enzimáticas, a partir de especies de África, Asia y Europa; en el caso de las Cum, por las
concentraciones y su correlación con las pruebas de nutrición y consumo voluntario con
Gliricidia sepium informadas por Urriola (1994), López (1994), López (1995) y Mochiutti
(1995); y las Sap por los criterios semicuantitativos establecidos por Hiai et al. (1976) y las
comparaciones realizadas por Makkar, Becker, Abel y Pawelzik (1997) en muestras de
leguminosas tropicales y subtropicales de amplia distribución.

Métodos estadísticos
Para el procesamiento de la información se empleó el paquete estadístico SPSS versión
10,0. El procedimiento para llevar a cabo el análisis de componente principal (ACP) y ACA
coincidió con la descripción realizada por Olivera y Machado (2004a).

235
Resultados y Discusión
La tabla 3 muestra los resultados del ACP en las variables del análisis fitoquímico. En ese
sentido la varianza total acumulada fue alta (82,35%), aspecto que coincide con las clásicas
variaciones observadas en indicadores cualitativos y cuantitativos en experimentos de ciencias
biológicas, y específicamente con la varianza extraída en la selección de especies de
Brachiaria mediante la evaluación de algunos indicadores morfoestructurales (Olivera y
Machado, 2004b). No obstante, la varianza total extraída en la primera componente (CP1)
difiere del porcentaje informado por Navarro y González (2001) en el estudio de la capacidad
germinativa de Albizia lebbeck, en la cual la alta variabilidad de los indicadores medidos trajo
consigo una extracción superior al 60% en la CP1.

Tabla 3. Relación entre las variables fitoquímicas e indicadores que explican la varianza

Indicador CP1 CP2 CP3


Polifenoles totales1 0,26 0,81 0,05
Flavonoides2 0,23 -0,52 -0,30
Cumarinas3 0,85 0,33 0,18
Saponinas4 0,75 0,44 0,33
Carbohidratos solubles y seudoazúcares5 -0,43 0,45 0,73
Valor propio 1,66 1,51 1,09
Varianza acumulada (%) 35,23 26,91 20,21
1
co mo equivalente de ácido tánico, 2 co mo equivalente de quercetin a, 3 co mo equivalente de u mb elif erota, 4 como
e qu ival ente d e d iosg en in a, 5 como equivalente de D(+) glucosa

En ese sentido, los indicadores que explicaron mejor la variabilidad en la CP1 fueron los
contenidos de Cum (r=0,85) y Sap (r=0,75), relacionados positivamente entre sí.
Esta fuerte relación positiva quizás se deba, en términos biosintéticos del metabolismo
secundario, a que la formación de los esteroides se encuentra conectada estrechamente con
algunas estructuras derivadas del Acetil CoA, en una de las vías del metabolismo de los
compuestos fenólicos (vía de los policétidos) (Azcón-Bieto y Talón, 2000).
En este sentido, se ha demostrado que las variaciones en las concentraciones de los
principales grupos de compuestos secundarios, solamente dependen de moléculas y cofactores
enzimáticos específicos que se interrelacionan en algunas rutas metabólicas (De Marcano y
Hasegawa, 1991).
Al respecto, muchas investigaciones relacionadas con la biosíntesis de los esteroides
(isoprenoides) señalan al ácido mevalónico como único precursor del esqueleto hidrofóbico de
las Sap. Esta molécula se forma por condensación de tres unidades de ácido acético, sustrato
bioquímico común para la síntesis paralela de Cum y Sap. Por tal motivo, la formación de las
Cum por la vía del acetato-malato se origina a partir de compuestos que también favorecen las
reacciones primarias de acoplamiento para la formación de las estructuras esteroidales.
Por otra parte, la fuerte relación positiva entre estos dos grupos de metabolitos
secundarios describe la mayor importancia de la molécula de acetato, comparado con la de
fosfoenol-piruvato, en la síntesis de los isoprenoides (Cum) presentes en las cuatro variedades
de morera.
La segunda componente (CP2) extrajo el 26,91% de la varianza total y los contenidos de
FT y Flav aportaron las mayores contribuciones (r=0,81 y r=0,52, respectivamente).
Asimismo, ambos grupos de metabolitos polifenólicos se relacionaron negativamente. Al
respecto, los fenoles de las especies vegetales, en dependencia de su estructura y función
metabólica, son sintetizados mediante reacciones derivadas del ácido shiquímico (típico en
Flav y Cum) o por condensación molecular de acetato-malato (común en fenoles
condensados). Por ello la relación inversa entre el contenido total de compuestos hidroxilados
y los niveles de Flav posiblemente se deba a que la síntesis de otros polifenoles presentes en
M. alba (estilbenos, fenoles alquilados y ácidos fenólicos) se lleve a cabo, de forma
independiente, mediante la vía del shiquimato o por la formación inicial de ácido málico
(Butler y Bailey, 1973).

236
Por otra parte, de todos los metabolitos secundarios los Flav presentaron el coeficiente (r)
más bajo en CP1 (componente que agrupó la mayor variabilidad). Estos resultados permiten
afirmar que las dosis de fertilizante, así como las características genotípicas de las variedades,
no provocan un efecto marcado en el patrón cuantitativo de este grupo de metabolitos y, que a
su vez, constituyen uno de los indicadores fitoquímicos de menor importancia comparativa.
Dichos resultados coinciden con las aseveraciones realizadas por García y Ojeda (2004b) en la
cuantificación, por un período de un año, de los fenilpropanoides (Flav) presentes en las
variedades estudiadas en esta investigación.
La tercera componente (CP3) también extrajo un importante porcentaje de varianza
(20,21%) y las concentraciones de CHS fueron la variable de mayor representación en el eje.
Por su parte, el ACA separó las especies estudiadas en cuatro grupos definidos con
características químicas distintivas entre sí. La fig. 1 muestra la distribución de los
tratamientos en dependencia de las características fitoquímicas.
Teniendo en cuenta las particularidades de cada conglomerado, los grupos 1 y 2 (G I y G
II) integraron todas las variedades fertilizadas con 100 y 300 kg/há/año, respectivamente;
mientras que los grupos 3 y 4 (G III y G IV) estuvieron formados por las variedades
abonadas con 500 kg/há/año.

Fig. 1. Representación de los grupos formados en el plano (CP1, CP2).

Considerando los resultados de la tabla 4, las variedades pertenecientes al G I se


caracterizan por presentar mayores contenidos de FT, Cum y Sap; mientras que las del G II,
de forma comparativa, presentaron solamente contenidos sobresalientes de FT y CHS. Por su
parte, los G III y G IV estuvieron formados por las variedades con las menores
concentraciones de todos los metabolitos secundarios y la mayor proporción de agentes
pronutricionales (Flav). No obstante, la Acorazonada fertilizada con 500 kg/há/año presentó
mayores contenidos de Sap y Cum, y menos proporción de FT y CHS, comparada con el resto
de las variedades fertilizadas con la misma dosis.

237
Tabla 4. Media grupal de los conglomerados formados en el ACA y su contribución a la
formación de los grupos.

Grupo Indicador Flav* Cum Sap CHS* Contribu- - Calidad - Monogástrico -


fitoquímico ción (%) nutricional s
(%) Grupal estimada +
FT + Rumiantes
+
I 2,62 1,66 0,62 1,17 14,23 0 100 100 0 80 20
II 2,52 1,65 0,53 1,16 16,18 40 60 100 0 100 0
III 1,82 1,69 0,54 1,13 12,42 80 20 100 0 100 0
IV 2,19 1,68 0,52 1,08 15,43 100 0 100 0 100 0
Χ 2,29 1,67 0,55 1,14 14,57

concentraciones críticas para ru miantes (%): FT=4 ,2 ; Cu m=1,0 y Sap=2,5


concentraciones críticas para monogástricos (%): FT=3 ,0 ; Cum=0,6 y Sap=1,5
* ag entes p ronutricio nales

Teniendo en consideración la jerarquía estrictamente estadística de las agrupaciones


formadas, los G III y IV presentaron las mayores contribuciones positivas, el G II un
porcentaje intermedio y el G I el menor valor; lo cual indica que las variedades fertilizadas
con 500 kg/há/año integralmente presentaron la mayor calidad nutricional.
Respecto a los valores de la media grupal y su relación con las concentraciones críticas de
FT, Cum y Sap informadas para los rumiantes y los monogástricos, estos resultados presentan
una gran significación. En el caso de los poligástricos se observó un 100% de contribución
positiva, debido a que las concentraciones de los metabolitos con potencialidades tóxicas en
los grupos fueron inferiores a los contenidos máximos permisibles.
Con relación a los animales con estómago simple, se observó que solamente el G I no
presentó la máxima calidad nutricional debido al nivel superior de Cum, además de exhibir la
mayor concentración de Sap.
Teniendo en cuenta que clásicamente las Cum son tóxicos inhibidores del consumo y que
las Sap presentan propiedades espumantes y defaunantes, además de constituir fuertes
interferencias en la absorción intestinal (Kumar, 1992), este aspecto constituye un factor que
debe considerarse en la alimentación con altas proporciones de morera. No obstante, en
estudios realizados con algunas especies monogástricas se han obtenido resultados
promisorios (Albert y Contreras, 2002) y mundialmente se informa su uso intensivo en la
alimentación de las aves, los moluscos y los peces (Sánchez, 2002).
Estos resultados empíricos, en parte contradictorios, quizás se expliquen porque las Cum
presentes en M. alba presentan grupos hidroxilos en el anillo B (núcleo bencénico) que
estructuralmente difieren de aquellas que tradicionalmente causan efectos detrimentales
severos, tales como las encontradas en G. sepium y Melilotus alba (García, Medina y Ojeda,
2005).
Por otra parte, en investigaciones de ecología, fisiología digestiva, bioensayos in vitro y
pruebas de valor nutritivo, se han descrito ventajas importantes en la alimentación ganadera
con materiales que contienen Sap como metabolitos mayoritarios (Makkar, Aregheore, y
Becker, 1999), y se conoce además que también inhiben la acción detrimental de otros
compuestos potencialmente tóxicos (Makkar, Blummel y Becker, 1995).

Conclusiones
La fertilización con gallinaza en dosis de 100, 300 y 500 kg N/há/año afectó
homogéneamente las características fitoquímicas de las variedades Cubana, Indonesia,
Tigreada y Acorazonada.
En las cuatro variedades de M. alba, las cantidades crecientes de abono orgánico
disminuyeron progresivamente las concentraciones de los polifenoles (FT y Cum) y las Sap,
pero aumentaron las proporciones de los compuestos pronutricionales (Flav).

238
Las variedades Indonesia, Tigreada y Acorazonada, fertilizadas con 100, 300 y 500 kg
N/há/año, no presentaron propiedades antinutricionales potenciales en la alimentación de los
rumiantes y los monogástricos, por exhibir bajos contenidos de metabolitos secundarios
protóxicos.

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240
CAPÍTULO V.
Evaluación con monogástricos
Evaluación de indicadores productivos en conejas mestizas
alimentadas con morera y otros forrajes*
O. López, I. L. Montejo 1

* Pastos y Fo rrajes, Vo l. 28 , No . 2 , 2005 .


1 Estación Experimental de Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.

Resumen
Se realizó un experimento en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio
Hatuey”, con el objetivo de conocer el comportamiento productivo de conejas mestizas con un
sistema de alimentación basado en la utilización de morera y otros productos locales. Para
ello se utilizaron un total de 30 reproductoras clínicamente sanas con un peso superior a los
3,6 Kg. La alimentación estuvo compuesta por forraje de morera (Morus alba) ad libitum,
caña (Saccharum officinarum), bejuco de boniato (Ipomea batata) y pienso criollo. A partir de
los registros individuales de las reproductoras se determinaron los siguientes indicadores:
promedio de crías nacidas vivas por parto, crías destetadas por parto, índice de mortalidad por
etapas durante la lactancia, peso promedio al nacer, a los 20 días y al destete (45 días),
ganancia media diaria (gmd) por etapas y durante toda la lactancia. El promedio de gazapos
nacidos vivos por parto fue de 7, mientras que el promedio de destetados fue de 5,2 con un
peso de 874 g/animal. La ganancia media diaria durante el período de lactación fue de 18
g/día. El porcentaje de mortalidad estuvo en un 25,7%, la mayor parte del cual se produjo en
la primera etapa de la lactancia (0-20días) con 20,7%. Los resultados indican que con la
utilización de recursos locales de una moderada calidad nutricional se obtienen resultados
productivos satisfactorios en conejos mestizos.
Palabras clave: comportamiento, conejo, Morus alba.

Abtract
An experiment was carried out at the Experimental Station of Pastures and Forages “Indio
Hatuey”, with the objective of studying the productive performance of half-breed rabbits with
a feeding system based on the use of mulberry (Morus alba) and other local products. A total
of 30 clinically healthy does with a weight higher than 3,6 kg were used. Feeding was
composed by mulberry forage, ad libitum, sugarcane (Saccharum officinarum), sweet potato
(Ipomea batata) creeping stems and domestic feed. From the individual records of the does,
the following indicators were determined: average of born-alive offspring per parturition,
weaned offspring per parturition, mortality per stages during lactation, average weight at
birth, 20 days after being born and at weaning (45 days), average daily gain (adg) per stages
and during the whole lactation. The average of young rabbits born alive per parturition was 7,
while the average of weaned young rabbits was 5,2 with a weight of 874 g/animal. Average
daily gain during lactation was 18 g. Mortality rate was 25,7%, most of which took place
during the first lactation stage (0-20 days) with 20,7%. The results show that with the use of
local resources of moderate nutritional quality, satisfactory productive results are obtained in
half-breed rabbits.1
Key words: Behaviour, rabbits, Morus alba.

Introducción
Uno de los principales inconvenientes que enfrentan los productores cunículas en el
trópico es la falta de una fuente constante de alimentos de buena calidad nutricional, durante
todo el año, y a un precio aceptable que les permita obtener adecuados beneficios productivos
y económicos (Bautista, Ramos y Barrueta, 2002).
Sin embargo, a pesar de que hay varios centros de investigación, en Cuba y otros países,
dedicados a la búsqueda de nuevas alternativas de alimentación, existe poca información sobre
la utilización de recursos locales disponibles en la nutrición cunícula. Dentro de estos, los
árboles juegan un importante papel no solo por la disponibilidad de alimentos que representan
en la época de mayor escasez, sino también por la elevada calidad nutricional de su forraje.
Sin embargo, algunos de ellos, como la morera, presentan compuestos anti-nutricionales, entre
242
los que se destacan los flavonoides y las cumarinas (García, 2003), que pueden afectar la
salud y/o el fisiologismo de los conejos. El objetivo de este trabajo fue conocer el
comportamiento productivo de conejas mestizas con un sistema de alimentación basado en la
utilización de esta arbórea forrajera y otros productos locales.

Materiales y Métodos
El trabajo se realizó en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, del
municipio Perico, provincia Matanzas, entre los meses de septiembre del 2003 y febrero del
2004, lo que coincide con el período poco lluvioso y la época invernal de esta región. Se
evaluaron un total de 30 reproductoras mestizas entre 10 y 18 meses de edad, clínicamente
sanas, que se encontraban entre el segundo y el cuarto parto y con un peso promedio superior
a los 3,6 Kg.
Alojamiento: los animales estaban alojados individualmente en jaulas de alambre
galvanizado, de 75 cm de largo por 75 cm de ancho, provistas con comederos y bebederos de
barro. La nave era de techo de fibrocemento con paredes de malla peeller y piso de cemento
con fosos debajo de las jaulas, con una profundidad de 50 cm y donde se producen lombrices
utilizando como alimento las excretas de los conejos. Los laterales de la nave (a la altura de
las jaulas) fueron tapados con mantas de nylon tejido para proteger a los animales de la
incidencia directa del viento.
Alimentación: Las hembras consumieron una dieta basada en forraje de morera (Morus
alba) ad libitum que se le ofertó en el horario de la mañana (7:30-8:00 am) y la tarde (5:30-
6:00 pm), caña (Saccharum officinarum) troceada (400 g por reproductora), bejuco de boniato
(Ipomea batata) (500 g por reproductora) y pienso criollo (70 g por reproductora).
Análisis de laboratorio: Se tomaron muestras representativas de cada uno de los
alimentos, en el mes de noviembre, y se enviaron al laboratorio para determinar su
composición química. Los indicadores medidos fueron: materia seca, proteína bruta, fibra
bruta y calcio, que se determinaron por las técnicas descritas por la AOAC (1965); y el
fósforo por espectro-fotometría de absorción atómica.
En la Tabla 1 aparece la composición nutritiva de cada uno de los alimentos ofertados
durante el estudio.

Tabla 1. Composición nutritiva de los alimentos ofertados durante el período de evaluación


(%)

Alimentos Materia Seca Proteína Bruta Fibra Bruta Calcio (%) Fósforo
Morera (Morus alba) 26,1 15 14,1 2,68 0,2
Caña
26 5,8 24 0,6 0,1
(Saccharum officinarum)
Bejuco (Ipomea batata) 18 16 30 2,6 0,35
Pienso criollo 89 11 2,9 2,3 1,0

Manejo zootécnico: Se utilizó un sistema de manejo en el cual las reproductoras se


presentaron a los sementales a partir de los 20 días posparto, empleándose la monta dirigida,
para lo cual se trasladaron las conejas a las jaulas de los sementales, previa detección del celo
mediante inspección de los genitales externos y comprobación de la tumefacción vulvar y
cambio de coloración de la mucosa según la metodología descrita por Ponce de León (1994).
Los apareamientos se observaron por el personal técnico encargado de esta actividad, y se
realizaron dos servicios por celo en el horario de la mañana (7:00-7:30 am) y la tarde (5:00-
5:30 pm).
La fertilidad de los sementales se comprobó mediante el análisis de su historia
reproductiva, teniendo en cuenta el porcentaje de hembras gestadas del total de cubiertas, así
como la prolificidad de dichas hembras.
Los nidales se colocaron a los 27 días post-monta. Estos contenían heno de bermuda para
evitar la humedad. Los partos se realizaron de forma espontánea y sin atención veterinaria.
Inmediatamente después del mismo se procedió al conteo y pesaje individual de las crías, que
se repitió a los 20 y 45 días post-nacimiento. Se cuantificó la mortalidad de las crías en cada
una de las etapas de la lactancia y se procedió al destete radical a los 45 días posparto.
243
Los gazapos se desparasitaron a los 20 y 45 días de edad con un producto homeopático
(Cina 30 ch-Teucrinum 200 ch) a razón de 10 gotas por litro de agua de bebida durante 5 días.
De igual forma se desparasitaron las reproductoras a los 20 días de edad de los gazapos y
después del destete, en la misma dosis y por igual período de tiempo.
Procesamiento de los datos: a partir de los registros individuales de las reproductoras se
controlaron los siguientes datos: identificación, fecha de monta, diagnóstico de gestación,
fecha de parto, crías nacidas vivas y destetados por reproductora. Los datos fueron incluidos
en una hoja de cálculo de Microsoft Excel para facilitar el procesamiento de la información,
con lo cual se calcularon los siguientes indicadores: promedio de crías nacidas vivas por
parto, crías destetadas por parto, índice de mortalidad por etapas durante la lactancia, peso
promedio al nacer, a los 20 días y al destete (45 días), ganancia media diaria (gmd) por etapas
y durante toda la lactancia.

Resultados y discusión
En la fig. 1 se presenta el total de partos y abortos que se produjeron durante el período
de evaluación. Como se puede observar hubo 60 partos y 4 abortos que representan el 93,75 y
6,25% del total de gestaciones respectivamente. La causa de los abortos pudo estar motivada
por el consumo ad libitum de forraje fresco de morera, al inicio del período de evaluación, el
cual según García (2004), presenta elevadas concentraciones de cumarina (0,6% de la MS
comestible) y otros factores anti-nutricionales como los flavonoides (1,3% de la MS
comestible), los cuales pueden afectar el mantenimiento de la gestación en conejas cuando son
consumidos en grandes cantidades en la dieta.

Fig. 1. Total de partos y abortos durante el período.

En la fig. 2 se presenta el total de nacidos vivos y destetados (45 días) durante el período.
En este caso es de significar que de 420 nacidos vivos se destetaron 312 gazapos, lo que
representa el 74,3% de supervivencia durante la lactación, superior a lo encontrado por
Reynaldo, Capote y Soca (2002) en un sistema tradicional a base de concentrado comercial,
pero con destete a los 35 días de edad, donde se encontró un 70% de supervivencia en los
gazapos. Esta superioridad en los índices de supervivencia de nuestro estudio pudo estar
relacionado con la época del año, ya que en los meses entre junio y diciembre (período en que
se realizó el trabajo de Capote y colaboradores) tiende a existir un ascenso de la mortalidad
por el aumento de la temperatura y la humedad, factores climáticos que no solo potencian el
estado de estrés en los animales sino que también condicionan el desarrollo de los
microorganismos dentro de las instalaciones cunículas y con ello la aparición de enfermedades
infecciosas.
En la fig. 3 se representa el promedio de crías nacidas vivas y destetadas por parto. Es
significativo que, utilizando animales mestizos y bajo estas condiciones de manejo y
alimentación se obtuvieron como promedio 7 gazapos nacidos vivos por parto, un resultado
superior al encontrado por Cándida, Forte y Castillo (2002) en un sistema de reproducción
tradicional, utilizando conejas mestizas y alimentación a base de concentrado comercial
(pellets), donde se obtuvieron 5,64 nacidos vivos por parto. Además, estos resultados fueron
similares a los reportados por Pascual, Cervera y Fernández (2002) en hembras de primer
parto del cruce Neozelandés x California y con una alimentación basada en concentrado con
96% de alfalfa.

244
Fig. 2. Total de nacidos vivos y destetados durante el período de evaluación.

En el caso del comportamiento de las crías destetadas por parto, se puede observar que fue
de 5,2 como promedio durante todo el período de evaluación, un resultado similar al
encontrado por Reynaldo y col. (2002) utilizando alimentación a base de concentrado
comercial y un sistema de reproducción tradicional, y fue similar también a lo reportado por
García (2002) en hembras de la raza Chinchilla.

Fig. 3. Promedio de crías nacidas vivas y destetadas por parto.

El comportamiento de la mortalidad en las crías durante las diferentes etapas de la


lactancia se presenta en la figura 4. El mayor porcentaje de mortalidad se encontró durante la
primera fase de la lactancia (0-20 días), con un 20,7% de muertes durante este período, lo cual
coincide con lo planteado por Szendro (1989) quién cataloga esta fase como la más crítica
durante la lactación. Esto se debió fundamentalmente a que en esta primera etapa murieron los
gazapos más débiles y pequeños de la camada, además se produjeron muertes por
aplastamiento que no se presentan en los gazapos entre 21 y 45 días de edad.
En la segunda etapa de la lactancia (entre los 21 y 45 días de edad) el porcentaje de
mortalidad fue solo de un 5%, siendo en este caso la principal causa las diarreas de origen
alimentario debido quizás al consumo de forraje fresco de morera, el cual presenta una buena
palatabilidad, alta concentración proteica y alta digestibilidad de su fibra (González, Martín,
Albanell, Caja y Rosas, 2002 y Dihigo, Savón, Dormignych, Orta, Oramas, Sarduy y Rosabal,
2002), todo lo cual pudo propiciar el desarrollo de procesos entéricos en los animales jóvenes.
También el forraje de bejuco, fresco, puede estimular el desencadenamiento de diarreas, sobre
todo en los gazapos que consumen alimento, por lo que muchos productores recomiendan
marchitarlo antes de ofertarlo a los animales debido a su bajo contenido en materia seca.

245
Fig. 4. Porcentaje de mortalidad en las crías en las diferentes etapas analizadas durante la lactancia.

Los datos productivos expuestos anteriormente evidencian los efectos positivos de la dieta
de morera como forraje, complementada con otros alimentos locales, sin embargo también
indican que cuando esta se ofrece ad libitum en la alimentación cunícula provoca no solo
trastornos reproductivos en las conejas, sino también problemas digestivos en los animales
jóvenes. Por tanto, para evitar estos efectos indeseables sería conveniente usar el forraje de
morera de forma restringida entre un 25 y un 40% en la dieta, en dependencia de la naturaleza
y el nivel de fibra de las otras fuentes forrajeras de la ración.
El peso promedio de las crías al nacimiento, a los 20 días de edad y al destete se presenta
en la figura 5. Como es de notar, los gazapos nacieron con 64 g, un peso relativamente alto
teniendo en cuenta el peso promedio de las reproductoras (3,6 Kg). Sin embargo, estos
resultados fueron superiores a los reportados por Cándida y col. (2002) en hembras mestizas
en un sistema de reproducción tradicional y alimentadas con concentrado comercial, quienes
encontraron un peso al nacer de 57,6 g por gazapo.

Fig. 5. Peso promedio de las crías en las diferentes etapas analizadas durante la lactancia.

A los 20 días de edad los gazapos presentaron un peso de 324 g lo que representa un
incremento de 260 g en los primeros 20 días de vida de los animales. Mientras que al destete
pesaron 874 g, un valor inferior al encontrado por Cándida y col. (2002) en hembras mestizas
con destete a los 42 días (1033,5 g), pero con un sistema de alimentación basado en
concentrado comercial.
En la figura 6 se presenta la ganancia media diaria de los gazapos durante todo el período
de lactación y en cada una de las etapas analizadas. Como se puede apreciar durante los
primeros 20 días la gmd fue de 13 g/día. Entre los 21 y 45 días la gmd se incrementó con
respecto a la etapa anterior y fue de 22 g/día.

246
Fig. 6. Ganancia media diaria de los gazapos en cada una de las etapas de la lactancia.

Durante toda la etapa de lactancia la ganancia media diaria fue de 18 g/día, similar a lo
reportado por Reynaldo y col. (2002) quienes obtuvieron ganancias de 18,3 g/día en gazapos
destetados a los 35 días. Por otra parte, estos resultados fueron inferiores a los informados por
Cándida y col. (2002) en animales mestizos destetados a los 42 días (23,2 g/día).

Conclusiones
Los resultados evidencian que con la utilización de forraje de morera y otros recursos
locales se obtienen índices productivos alentadores en conejos mestizos al lograrse 7 gazapos
vivos por parto y de estos destetar más de 5 con un peso de 874 g a los 45 días de edad, lo
cual permite ganancias de peso de 18 g/día durante la etapa de lactación. Sin embargo, se
sugiere no exceder de un 40% la inclusión de la morera en las dietas para conejos.

Recomendaciones
Continuar estudios para determinar el mejor nivel de inclusión de la morera en la dieta
para conejos.

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248
Harina de Morera (Morus alba) como sustituto
del alimento convencional para cerdos en crecimiento*
Liliam Leiva; J. L. López y Yoilán Quiñones 1

* VI Taller Internacional Silvopasto ril “ Los árboles y arbu stos en la Gan adería”. Ho lguín. Cu ba. 200 4
1
Centro de in vestigaciones en Bioalimentos. Ministerio de la Cien cia Tecnología y Medio Ambien te. Carretera a
Patria Km 1 1 / 2 Mo rón, Ciego de Áv ila.

Resumen
Se utilizaron 24 cerdos de 27,9 kg y 76 días de edad promedio, distribuidos en un diseño
de bloques al azar en igual proporción de hembras y machos, con el objetivo de evaluar el
comportamiento productivo y económico durante el crecimiento al incluir diferentes niveles
(%) de harina de Morera (0, 7, 14 y 21) en sus dietas. Los principales indicadores estudiados
fueron: peso final (52,01, 50,46, 46,21 y 40,91kg), ganancia media diaria (744, 691, 544 y 362
g), consumo de materia seca (1,82, 1,67, 1,32 y 0,98 kg), consumo de proteína bruta (0,32,
0,29, 0,22 y 0,15 kg) los que difirieron significativamente para p<0,001. La conversión de
materia seca (2,46, 2,42, 2,43 y 2,69 kg/kg de PV) y de proteína bruta (0,43, 0,42, 0,40 y 0,41
k/kg pv), no mostraron diferencias significativas. De acuerdo con los resultados de
comportamiento obtenido; así como el balance económico realizado, se recomienda la
inclusión de hasta un 14% de harina de morera como forma alternativa para la alimentación de
cerdos en crecimiento, lográndose un ahorro de $ 82,43, $ 150.31 y $162,20, para el 7%, 14%
y 21% de inclusión respectivamente.
Palabras clave: harina de morera, cerdos en crecimiento.

Abstract
Twenty-four 76 day-old pigs of 27,9 kg each as average, distributed in a randomized block
design in equal proportion of males and females, were used with the objective of evaluating
the productive and economic performance during growth when including different levels (%)
of mulberry meal (0, 7, 14 and 21) in their diets. The main indicators were: final weight
(52,01, 50,46, 46,21 and 40,91kg), mean daily gain (744, 691, 544 and 362 g), dry matter
intake (1,82, 1,67, 1,32 and 0,98 kg), crude protein intake (0,32, 0,29, 0,22 and 0,15 kg),
which differed significantly for p<0,001. Dry matter conversion (2,46, 2,42, 2,43 and
2,69kg/kg LW) and crude protein conversion (0,43, 0,42, 0,40 and 0,41k/kg LW) did not show
significant differences. According to the performance results obtained, as well as the
economic balance carried out, the inclusion of up to 14% of mulberry meal is recommended as
alternative for feeding growing pigs, saving $ 82.43, $ 150.31 and $162,20, for 7%, 14% y
21% of inclusion, respectively.
Key words: mulberry meal, growing pigs

Introducción
La Morera es un árbol que tiene su origen al pie del Himalaya, tradicionalmente se ha
utilizado para la alimentación del gusano de seda; presenta una gran capacidad para adaptarse
a diferentes climas y altitudes, ha mostrado vastas posibilidades de empleo en las dietas de los
animales. Su follaje se caracteriza por una elevada digestibilidad (75% - 85%) y un excelente
nivel de proteína (de 15 a 28%) comparables a los de cualquier concentrado comercial.
(Benavides, 1995)
Con respecto a la utilización de este cultivo en la alimentación animal, se encuentran
referencias fundamentalmente en rumiantes, donde varios autores (Rojas et al., 1994; Oviedo
et al., 1994; Benavides, 1999) coinciden en señalar que es una planta muy palatable y con una
alta digestibilidad de la materia seca; en monogástricos se ha utilizado con muy buenos
resultados en conejo (Lara y Lara et al., 1998); en cerdos hay pocas referencias sobre su uso
(Trigueros y Villalta, 1997; Sarrias et al., 1999 y Ly, 2001).

249
Teniendo en consideración los aspectos señalados se tuvo como objetivo estudiar la
inclusión de la harina de morera en dietas para cerdos en ceba, así como su impacto
productivo y económico.

Materiales y métodos
Se utilizaron 24 cerdos comerciales (Y-LxD) de ambos sexos (hembras y machos
castrados), con 76 días de edad y un peso vivo promedio inicial de 27,9 kg. Se alojaron
individualmente para conformar cuatro tratamientos de 6 animales cada uno, organizados en
un diseño de bloques al azar.
Se sustituyó parcialmente el pienso convencional (tabla 1 y 2) por harina de hojas de
Morera (0, 7, 14 y 21%) con previa adaptación a este alimento. Para confeccionar la harina de
hojas de Morera, la cual se cosechó a los 90 días, se prepararon las hojas de los tallos para
facilitar el secado, y se tendió en un lugar plano de forma homogénea, en un lugar techado.
Este material se movió y volteó periódicamente hasta que su textura indicó visualmente que
estaba seco, luego se molió en un molino de martillo y posteriormente se mezcló con las
demás materias primas del pienso disponible.
El suministro de pienso se realizó dos veces al día (8:00 am y 3:00 pm), según la norma
de alimentación para esta categoría (NRC, 1988). El agua se suministró a voluntad en
bebederos automáticos tipo tetinas.
Los animales se pesaron al inicio del experimento, cada 15 días y al final de la etapa, en
horas de la mañana y en ayuna.
Durante la prueba se determinó: composición química de la harina de Morera y los piensos
(AOAC, 1990); peso vivo al inicio (kg), al finalizar (kg), consumo diario de alimento, (kg);
ganancia diaria de peso (g/d); conversión alimentaria de la materia seca y la proteína bruta
(kg/kg de peso vivo). Estos índices fueron analizados a través del programa estadístico SPSS
(1995) mediante un análisis de covarianza y se determinaron las medias de cada uno y su error
estándar. Donde fue significativa la diferencia se aplicó Duncan (1955), para determinar el
posible efecto de la sustitución del pienso por harina de Morera sobre cada uno de los
indicadores de comportamiento y eficiencia alimentaria estudiados. Además se estudió el
costo del alimento y de la producción de carne (MN).

Tabla 1. Dietas utilizadas durante la investigación (%Bf)

Harina de Morera
Materias primas
0 7 14 21
Levadura torula 29,90 22,9 15,9 8,9
Harina de Maíz 67,3 67,3 67,3 67,3
Premezcla Minero-Vitamínica 0,5 0,5 0,5 0,5
Fosfato di cálcico 0,8 0,8 0,8 0,8
Carbonato di cálcico 1,0 1,0 1,0 1,0
Sal común 0,5 0,5 0,5 0,5

Tabla 2. Composición bromatológica de las dietas y la harina de Morera (%BS)

Harina de Morera
Análisis Morera
0 7 14 21
Materia seca 89,28 89,64 89,70 90,17 91,43
Proteína bruta 17,59 17,39 16,43 15,05 17,60
Fibra bruta 2,93 4,55 5,74 6,46 16,90
Ceniza 5,07 5,63 7,42 8,03 16,86
Ca 0,69 0,88 0,78 1,12 2,68
P 0,80 0,98 0,88 0,59 0,22

250
Resultados y discusión
La tabla 3 muestra el estudio de los rasgos de comportamiento de los cerdos en esta etapa.
El peso final mostró diferencias altamente significativas (p<0,001), disminuyendo a medida
que aumenta la harina de morera en las dietas. La ganancia media diaria, se comportó
semejante al peso final, aunque, con la inclusión de 0 y 7% de este material, no hay
diferencias estadísticas. El tratamiento de 14%, difiere de los demás, pero, los valores
obtenidos se encuentran dentro de los rangos permisibles para esta categoría (NRC, 1988).
Sarria et al., (1999) al sustituir el 15% y 25% del concentrado (torta de soya) por forraje
fresco de morera para cerdos en crecimiento donde encontraron ganancias diarias de 397,6 y
417,8 g de peso vivo, respectivamente.

Tabla 3. Rasgos de comportamiento de los cerdos

Tratamientos, %
Rasgos + ES Sign.
0 7 14 21
Peso inicial, kg 28,58b 27,87a 28,98a 26,25a 1,09 *
Peso final, kg 52,01d 50,46c 46,21b 40,91a 1,73 ***
GMD, g/d 744c 691 c
544b 362a 3 ***
Consumo MS, g/d 1,82d 1,67c 1,32b 0,98a 0,07 ***
Consumo Pb, g/d 0,32d 0,29 c
0,22b 0,15a 0,01 ***
Conversión, kg/kg PV
MS 2,46 2,42 2,43 2,69 0,05 ns
PB 0,43 0,42 0,40 0,41 0,01 ns

El comportamiento de los cerdos pudo estar influenciado por los por cientos de fibra de
las dietas; esta se hizo mayor a medida que aumentó la inclusión de la Morera y esto trajo
consigo efectos desfavorables para el comportamiento productivo del cerdo (Rodríguez et al.,
1988 y Ly y Macías, 1995). La disminución en los contenidos de proteína bruta también pudo
influir en estos resultados productivos.
Los consumos de materia seca y proteína bruta tuvieron tendencias semejantes,
disminuyendo en la misma proporción que los indicadores analizados anteriormente,
difiriendo significativamente entre sí (p<0,001). Este efecto depresivo del consumo, se
reportó también por Santos y Abreu (1995) como el resultado de la baja densidad de la fibra y
del llenado físico del aparato gastrointestinal.
Para la eficiencia alimentaria de materia seca y proteína bruta no se encontró diferencias
estadísticas, los valores de conversión son semejantes en los cuatro tratamientos. En la tabla 4
aparecen los resultados del estudio económico de las dietas.

Tabla 4. Estudio económico de las dietas estudiadas (MN)

Harina de morera, %
Costo de:
0 7 14 21
t de alimento 312,30 283,40 254,30 225,30
t de carne en pie 768,26 685,83 617,95 606,06
Dif. respecto al control --- 82,43 150,31 162,20

El costo de la tonelada de alimento disminuyó en la misma medida que se incluyó la


harina de Morera, al igual que el costo de la tonelada de carne en pie, encontrándose ahorros
de $82.43; $ 150.31 y $162.20, respectivamente en cada tratamiento. Se corrobora por tanto lo
planteado por Figueroa (1995), cuando al referirse a la necesidad de utilizar dietas no
convencionales, plantea que es factible alcanzar ganancias de peso a menor costo aunque no
se logre el máximo crecimiento biológico.

251
Conclusiones
Al comparar los tratamientos con harina de morera, los mejores resultados del
comportamiento de los cerdos se encontraron al incluir el 7% de esta en la dieta, no obstante,
con el 14% se obtienen ganancias aceptables, sin deterioro en la conversión alimentaria.
Al incluir la harina de Morera en las dietas se obtienen ahorros de $82.43; $ 150.31 y
$162.20, para 7, 14 y 21% respectivamente, aunque en este ultimo, en detrimento del
crecimiento biológico de los animales.

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252
Hojas de morera (Morus alba) como fuente
de proteina para cerdos jovenes alimentados
con dietas de arroz: Estudios de digestibilidad*
Chiv Phiny 1 , T. R. Preston and J Ly 2

* Livestock Research fo r Ru ral Dev elop men t 15 (1 ) 200 3.


1
University of Trop ical Ag ricu ltu re Found ation Cha mcar Daung .
2
Institu to d e Inv estig aciones Po rcin as.

Resumen
Se realizaron dos experimentos para estudiar el efecto de la inclusión de hojas de morera
(Morus alba) en dietas para cerdos en los índices de digestibilidad y el balance de N. En el
experimento 1, se utilizó doble cuadrado latino 4 x 4 en un arreglo factorial 2 x 4 para
estudiar el efecto de niveles determinados de harina de hoja de morera (0, 15, 30 y 50% sobre
base seca, respectivamente) en dietas sobre la base de productos de arroz en el balance de N
de ocho cerdos machos jóvenes Mong Cai o Large White castrados, con un peso promedio de
14,2 kg. La harina de hojas de morera (HHM) contenía 30,4% de MS y en la materia seca:
Ceniza 16,9; Fibra Bruta 20,1 y Proteína Bruta (N x 6,25) 25,4% respectivamente. El consumo
de alimento calculado fue 50 g MS/kh peso corporal. Aunque no de manera significativa, la
digestibilidad de MS y materia orgánica aumentó con el incremento de los niveles de HHM en
la dieta. La materia orgánica fue significativamente (p < 0,05) mejor digerida en los cerdos
White que en los Mong Cai. Los índices de balance de N mejoraron con la inclusión de HHM
en la dieta y este efecto fue significativo para la retención de N (p < 0,05) cuando se expresó
como proporción del N digerido. Los cerdos Mong Cai tuvieron menor digestión y retención
de N en comparación con los de la raza Large White. En el experimento 2, seis cerdos jóvenes
Mong Cai x Large White castrados, con un peso promedio de 15 kg recibieron según un diseño
de cambio balanceado, dos dietas donde las hojas de morera molidas, secadas al sol o
troceadas frescas, contribuyeron alrededor de 45% del consumo total diario de N en dietas iso-
nitrogenadas (N x 6,25; 13,7% sobre base seca). No hubo efectos significativos del
tratamiento en la digestibilidad de la MS, la materia orgánica o el N pero las hojas secas
estuvieron asociadas a valores de digestibilidad ligeramente inferiores. El balance de N fue
mejor en los cerdos alimentados con hojas frescas de morera en comparación con los que
recibieron harina de hojas de morera. Puede incluirse que es posible utilizar hojas de morera
como la principal fuente de proteínas en dietas sobre la base de arroz para cerdos.
Palabras clave: Digestibilidad, hojas, morera, cerdos, proteína.

Abstract
Two experiments were conducted to study the effect of the inclusion of mulberry (Morus
alba) leaves in diets for pigs on digestibility indices and N balance. In experiment 1, a double
4x4 Latin square design in a 2x4 factorial arrangement was used to study the effect of graded
levels of mulberry leaf meal (0, 15, 30 and 50% on a dry basis, respectively) in diets based on
rice products on the N balance of eight young castrate male Mong Cai or Large White pigs
with a mean weight of 14,2 kg. Mulberry leaf meal (MLM) contained DM 30,4% and in the
dry matter: ash 16,9, crude fibre 20,1 and crude protein (Nx6,25) 25,4%, respectively. Feed
intake was calculated to be 50 g DM/kg body weight. Although not significant, DM and
organic matter digestibility appeared to increase with increasing levels of dietary MLM.
Organic matter was significantly (p<0,05) better digested in Large White than in Mong Cai
pigs. N balance indices improved with the inclusion of MLM in the diet, and this effect was
significant for N retention (p<0,05) when expressed as proportion of N digested. Mong Cai
pigs appeared to have lower N digestion and retention as compared to the Large White. In
experiment 2, six young Mong Cai x Large White castrate male pigs, weighing on average15
kg, were allocated according to a balanced change over design, to two diets where mulberry
leaves, either in milled, sun-dried or chopped, fresh, contributed about 45% of the total daily
N intake in iso-nitrogenous diets (Nx6,25, 13,7% on a dry basis). There were no significant
effects of treatment on DM, organic matter and N digestibility but dry leaves were associated

253
with slightly lower digestibility values. N balance tended to be better in pigs fed fresh
mulberry leaves compared to mulberry leaf meal. It can be concluded that in rice-based diets
for, it is possible to use mulberry leaves as the main protein source.
Key words: Digestibilidad, hojas, morera, cerdos, proteína.

Introducción
Aunque los árboles de morera han sido utilizados por muchos siglos para alimentar a los
gusanos de seda (Tingzing y col.; 1988), se conoce muy poco sobre su valor nutritivo para
animales no rumiantes (vea Benavides, 1999; Sánchez, 1999). Esto parece ser real, ya que
desde uno de los primeros experimentos modernos realizados para evaluar la digestión en los
mamíferos en comparación con la de los gusanos de seda (Maymone y col, 1959), hasta uno de
los estudios mas recientes y detallados (Yao y col., 2000), el objetivo principal de las
investigaciones ha sido evaluar las hojas de morera para ovinos y bovinos. En el caso
particular del cerdo, se conoce muy poco sobre el potencial nutritivo y el valor alimenticio de
las hojas de morera, excepto algunos informes sobre el tema (Trigueros y Villalta, 1997, Ly y
col., 2001).
Los arboles de morera se han utilizado en Cambodia como sustrato para los gusanos de
seda, pero estas actividades han sido desarrolladas solo a pequeña escala (Delrurt, 1961) y,
además, no hay información disponible acerca del valor potencial de las hojas de morera como
una fuente de proteína para la producción animal.
En este informe se han considerado dos métodos para determinar el valor nutritivo de las
hojas de morera para los cerdos, como los principales objetivos del estudio.

Materiales y métodos
Generales
Las hojas de morera (Morus alba) se obtuvieron de una plantación en la Granja Ecológica
de la Universidad de Agricultura Tropical en Chamear Daung que fue cosechada
periódicamente (cada dos meses). Las hojas y los pecíolos de morera se utilizaron como
material fresco o después de secarse al sol. En casa caso las hojas fueron troceadas o molidas.
El cultivar de morera fue de una variedad desconocida. En la Tabla 1 se muestran algunas
características de las hojas de morera.

Tabla 1. Características de las hojas de morera (por ciento sobre base seca)

Hojas de Morera
Análisis Secadas al
Frescas
sol
Materia seca 26,07 89,68
Ceniza 17,18 18.50
Materia orgánica 82,82 81,50
Fibra bruta 17,20 20,12
N x 6,25 21,56 18,50
Solubilidad de MS, % 40,42 30,33
Capacidad de retención de agua, g agua/g MS* 6,15 6,45

* Vea el testo

Se realizaron dos experimentos para estudiar el efecto de la inclusión de hojas de morera


en el valor nutritivo de dietas sobre la base de arroz proporcionales a cerdos en crecimiento.

Experimento 1
Se utilizó un diseño de doble cuadrado latino 4 x 4 en un arreglo factorial 2 x 4 para
estudiar el efecto de incluir determinados niveles de harina de hojas de morera para remplazar
el polvo de arroz y la harina de pescado en dietas sobre la base de cabecilla de arroz (Tabla

254
2). Se distribuyeron ocho cerdos jóvenes castrados Mong Cai o Large White con peso
promedio de 14,2 kg, al azar en cuatro tratamientos que contenían diferentes niveles de hojas
de morera. Estas fueron secadas al sol, después molidas y mezcladas con los otros
componentes de las dietas.
Los cerdos fueron estabulados en jaulas de metabolismo (Chier Phiny y Rodríguez, 2001)
en un establo abierto. El periodo de adaptación fue de cinco días. Seguido por otros cinco días
para la recolección total de las heces y la orina. El alimento suministrado se fijó en 50 g
MS/kg de peso corporal. Los ingredientes del alimento, el alimento rechazado y las heces
fueron estudiados para conocer el contenido de MS mediante el método de Undersander y col
(1993) en el cual las muestras son expuestas a la radiación de horno microondas hasta
alcanzar un peso constante. El contenido de Ceniza y N de las muestras, y de la orina, se
determinó según los procedimientos de la ADAC (1990).

Tabla 2. Ingredientes y composición química de las dietas

Harina de hojas de morera %


Análisis 0 15 30 50
Ingredientes % sobre base seca
Cabecilla de arroz 49,45 49,45 49,45 49,45
Polvo de arroz 17,57 12,30 7,03 -
Harina de pescado 32,43 22,70 12,97 -
Harina de hojas de morera - 15,00 30,00 50,00
NaCl 0,50 0,50 0,50 0,50
Vitaminas y minerales 0,05 0,05 0,05 0,05
Análisis, % sobre base seca (excepto la materia seca que es sobre base
de secado al aire)
Materia seca 89,67 89,57 89,45 89,81
Ceniza 12,59 11,44 8,82 7,11
Materia orgánica 87,41 88,56 91,18 92,89
Fibra bruta 5,09 6,58 8,08 10,06
Nx6.25 17,19 16,77 16,34 15,78
Capacidad de retención de agua, g
0,50 1,32 2,14 3,23
agua/g MS*

*Según las reco mendaciones de NRC (1998)


Las medias de los tratamientos fueron comparadas por el análisis de varianza
convencional, y cuando se encontró alguna diferencia significativa (p < 0,05); se utilizó la
prueba de rango múltiple de Duncan (Steel y Torrie, 1980). Se empleó un modelo lineal
general a través del softruarc Minitab (Ryan y col., 1985).

Experimento 2
Se emplearon seis cerdos jóvenes castrados Mong Cai x Large White con peso promedio
de 15 kg, lo que recibieron, según un diseño de cambio balanceado de dos periodos (Gill,
1978: Gill y Magee, 1976), dos dietas sobre la base de productos de arroz y trigo (Tabla 3)
donde las hojas de morera, secadas al sol y después molidas o frescas y cortadas
contribuyeron 45% del consumo diario total de N en dietas isonitrogenadas.
Se utilizaron los mismos procedimientos descritos en el Experimento 1 para la
estabulación y alimentación de los animales y la recolección de los productos de la excreción.
En el caso del tratamiento con hojas frescas de morera la cantidad de follaje necesaria fue
cosechada cada día y suministrada a los animales después de ser troceada y antes de darles el
suplementa que contenía los componentes secos de la dieta. El alimento suministrado fue 40 g
MS/kg de peso corporal.

255
Tabla 3. Ingredientes y composición química de las dietas

Hojas de morera
Análisis Frescas Secadas al sol
Ingredientes % sobre base seca
Salvado de trigo 35,0 35,0
Cabecilla de arroz 39,8 34,8
Hojas de morera troceadas 25,0 -
Harina de hojas de morera - 30,0
Vitaminas y minerales* 0,2 0,2
Análisis, % sobre base seca
Materia seca 87,84 88,37
Ceniza 5,38 6,75
Materia orgánica 94,62 93,25
Fibra bruta 11,30 13,04
Nx6.25 13,70 13,70
CRA, g agua/g MS 4,05 4,60

*Según las reco mendaciones de NRC (1998)


Se emplearon los mismos métodos analíticos que en el Experimento 1 para la
determinación de las cantidades de alimentos ofrecidos y el alimento realizado, y las heces y
la orina. Se analizaron nuestras representativas de hojas frescas y secadas de morera para
conocer la solubilidad de la MS según describieron Ly y Preston (2001) y la capacidad de
retención de agua (CRA por un método de tallado en otro trabajo (Ly y col, 2002) y basado en
el de Tsaras y col. (1998).
El procedimiento consistió en la filtración de muestras después de ser suspendidas en agua
durante 16 horas. Las muestras frescas de hojas fueron mezcladas por cinco minutos antes de
añadirles agua, y las hojas secas fueron tratadas con agua después de ser secadas al sol. Otras
determinaciones fueron las mediciones del pH de las heces utilizando un electrodo de cristal
conectado a un pehachimetro digital de precisión.
Se siguieron las recomendaciones de Gil (1978) y Gill y Magee (1976) para realizar el
análisis de varianza. Se aplicaron procedimientos estándar como en el Experimento 1,
utilizando el Software Minitab.

Resultados y discusión
Experimento 1
Los cerdos a los que se les suministró la mayor proposición (50%) de harina de hojas de
morera en la dieta tuvieron valores significativos (p < 0,01) de alimento rechazado (Tabla 4),
y el consumo voluntario estuvo solo ligeramente por encima del 80% de la cantidad ofrecida;
mientras que el alimento rechazado en las raciones que contenían hasta 30% de harina de
hojas de morera fue mínimo. No hubo un efecto significativo de la raza ni ninguna interacción
entre los principales efectos de la raza y la dieta en el consumo del alimento.

Tabla 4. Consumo de cerdos jóvenes alimentados con harina de hojas de morera

Harina de hojas de morera, % Genotipo


Ración, g MS/kg P 0 15 30 50 SEM Mong Cai Large White SEM
Oferta 50,0 50,0 50,0 50,0 - 50,0 50,0 -
Consumo 49,9 48,4 47,3 41,3 3,3 46,7 46,7 2,0
Consumo, % de la oferta 99,8a 96,7a 94,5a 82,6b 6,6** 93,4 93,4 4,0

p < 0,01; de valores sin superínd ices co munes en la mis ma fila difieren a (p < 0,05 )

256
A pesar de que se ofrecieron dietas con diferente capacidad de retención de agua (CRA),
los animales soo rehusaron consumir la ración completa cuando la harina de hojas de morera
constituyó el 50% de la formula dietética. Se ha sugerido que la CRA está estrechamente
relacionada con la capacidad de los cerdos de consumir voluntariamente alimentos fibrosos
(Kyriazakis y Emmans, 1995; Tparas y col., 1998). Según este estudio, dicha interdependencia
no puede ocurrir de manera lineal, quizás debido a las variaciones en otras características de
los alimentos, como la digestibilidad de los nutrientes.
La concentración de MS en las heces estuvo influida de forma negativa (p < 0,01) por la
inclusión de harina de hojas de morera en la ración (Tabla 5). Se observó una variabilidad
considerable en la respuesta de los animales en el producto fecal de materia fresco y agua
cuando la harina de hojas de morera constituyó el 30 ó 50% de la dieta. Como consecuencia,
el análisis de varianza no reveló ninguna diferencia entre tratamientos. Sin embargo, el
incremento en los niveles de hojas de morera en la dieta causó un aumento significativo (p <
0,05) en la producción de agua en las heces y se encontró la misma tendencia (p < 0,10) para
la excreción de material fresco (fig. 1).
El aumento en el material fresco y el agua de las heces ha sido asociado con un aumento
en la fracción fibrosa de la dieta, como resultado de sus características fibrosas (Bach
Krudsen y Hansen, 1991). Por tanto, se ha asumido que la CRA puede utilizarse para predecir
incrementos en el producto fecal de los cerdos, ya que se ha afirmado que la CRA es una
propiedad físico-química de las paredes celulares con implicaciones fisiológicas directas en el
tracto gastrointestinal de los cerdos (Meterme y col., 1998). En relación con esto, una mayor
cantidad de material fresco y agua fue excretada con una concentración de MS fecal constante
del intestino grueso en cerdos Mong Cai en comparación con Large White.

Fig. 1. Efecto del aumento de los niveles de hojas de morera en la dieta en la excreción de heces frescas de
cerdos en crecimiento.

Tabla 5. Digestibilidad de los nutrientes de dietas que contienen harina de hojas de morera en
cerdos jóvenes

Harina de hojas de morera, % Genotipo


Mong Large
0 15 30 50 SEM SEM
Cai White
MS fecal % 52,2a 36,5b 33,6bc 27,3c 3.09** 36,3 40,0 3,38
Producto fecal, g/kg consumo MS
Material fresco 479 564 618 680 139+ 620 500 73
MS 253 204 208 176 44 225 201 23
Agua 226a 360 ab
410 b
504 b
122* 395 299 71
Digestibilidad, %
Materia seca 75,0 79,5 79.3 82,3 4,3 77,5 79.9 2,2
Materia orgánica 82,5 84,2 82,8 85,1 3,9 81,7 85,5 1,8*

(p < 0,10 ); (p < 0 ,05 ); (p < 0 ,01 ); a, b Valo res en la mis ma f ila sin superíndices co munes difieren signif icativ amente
(p < 0,05 )

257
La digestibilidad de la materia seca y la materia orgánica aumentó con el incremento de
los niveles de hojas de morera en la dieta (Tabla 5) y al mismo tiempo ambos índices
digestivos parecieron estar negativamente influidos por el contenido de Ceniza de las dietas
(vea Tabla 2). No hubo diferencias significativas entre los genotipos para la digestibilidad de
MS, pero los cerdos Mong Cai tuvieron una digestibilidad de la materia orgánica (p < 0,05)
que fue casi cuatro unidades de por ciento menor que para los cerdos Large White.
No hubo influencia significativa del tratamiento en la digestibilidad o la retención de N
(Tabla 6). Sin embargo, la retención de N fue mejorada por el aumento de los niveles de
harina de hoja de morera en la dieta. Expresada como un porcentaje de N ingerido o N
digerido. De hecho, la dieta en la cual la harina de hojas de morera fue la única fuente de
proteínas tuvo el mayor balance de N, cuando la retención de N se expresó como por ciento
del N digerido. Ly y col, (2001) también encontraron que los cerdos Mong Cai tuvieron un
alta retención de N cuando la harina de hojas de morera constituyó el 30% de la dieta.
Aunque no de manera significativa, los cerdos Mong Cai tuvieron menor digestibilidad y
retención de N que los cerdos Large White. Estos resultados conforman la tendencia hacia una
menor digestión de los compuestos de N por cerdos Mong Cai previamente observada por
Nguyen Thi Tuy Ly (2002).

Tabla 6. Efecto de la harina de hojas de morera en el balance de N en cerdos jóvenes

Harina de hojas de morera, % Genotipo


Mong Large
0 15 30 50 SEM SEM
Cai White
Digestibilidad de N, % 73,5 72,6 69,3 71,1 6,1 68,4 74,9 3,9
Retención de N
En g/día 8,10 7,55 8,05 9,95 3,34 7,14 9,68 1,58
Como % reconsumo 41,0 39,8 42,9 54,1 9,8 40,9 48,0 5,0
Como % de lo digerido 55,5a 54,8 61,2 80,5b
a a
10,2 59,4 63,6 5,7

* p < 0,05; a, b Valo res en la mis ma f ila sin superínd ices comu n es dif ieren (p <0 ,05 )

Experimento 2
Aunque la cantidad de alimento ofrecida se redujo de 50 g MD/kg PV (Experimento1) a40
g MS/kg PV, se registró alimento rechazado para las dietas que contenían hojas frescas y
secadas al sol (Tabla 7). De hecho, el consumo fue algo inferior que para los animales a los
que se les suministraron dietas que contenían 30% de harina de hojas de morera (47,3 g MS/kg
P) en el Experimento 1. Es probable que la introducción de salvado de trigo en la dieta tuviera
una influencia negativa adicional en el consumo voluntario del alimento. La CRA del polvote
arroz utilizado en el Experimento 1 (2,85 ± 0,38 g agua/g MS), fue considerablemente menor
que la del salvado de trigo empleado en el Experimento 2 (7,59 ± 0,13 g agua/g MS), y como
resultado la CRA de las dietas del Experimento 2 (4,13 y 4,60 g agua/g MS) fue mayor que la
de las dietas del Experimento 1 (0,50 a 3,23 g agua/g MS, vea Tabla 2). Tsaras y col. (1998)
también encontraron altos valores de CRA para el salvado de trigo utilizado en sus estudios.
Se observó que los cerdos prefirieron las hojas de morera frescas a las secadas al sol, pero
esta preferencia no fue significativa.

Tabla 7. Efecto del secado al sol de hojas de morera en el consumo de cerdos jóvenes

Hojas de morera
Ración, g MS/kgP SEM
Frescas Secadas al sol
Oferta 40,0 40,0 -
Consumo 38,2 36,2 2,4
Consumo, % de la oferta 95,6 90,5 5,8

258
La excreción en las heces de material fresco y agua fue similar para los cerdos
alimentados con hojas secas de morera (Tabla 8), y estos índices fueron algo inferiores que
los mismos parámetros para cerdos alimentados con dietas sobre la base de productos de arroz
con 30% de harina de hojas de morera en el Experimento 1. Sin embargo, se encontró una
interdependencia exponencial significativa (p < 0,01) entre el producto fecal fresco y la CRA
cuando se compararon los datos de ambos experimentos (fig. 2). La relación entre el
contenido de fibra bruta de las dietas y el producto de las heces frescas fue relativamente
débil (R 2 = 0,54; p < 0,10), lo que apoya la teoría de que ciertas propiedades físico-químicas
del material fibroso en las dietas son responsables por las características fibrosas de las heces
en los cerdos.

Fig. 2. Influencia de la capacidad de retención de agua de la dieta en el producto de las heces frescas en
cerdos alimentados con hojas de morera como suplemento proteico.

Los índices de digestibilidad en cerdos alimentados con hojas de morera fueron


relativamente altos. No hubo efectos significativos del tratamiento en la digestibilidad de la
MS y la Materia Orgánica, aunque las hojas secas estuvieron asociadas con índices de
digestibilidad ligeramente inferior (promedios generales, 83,2 y 84,5%, respectivamente). De
hecho, las hojas secas mostraron una menor solubilidad de MS en agua que las hojas frescas,
según los valores de lavado obtenidos en este estudio (vea Tabla 1), lo que sugiere una baja
digestibilidad de la MS presecal in vivo.
El balance de N fue mayor en los cerdos alimentados con hojas frescas de morera en
comparación con la harina de hojas de morera (Tabla 9), pero la diferencias no fue
significativa (p < 0,30).

Tabla 8. Efecto del secado al sol en los índices de digestibilidad de cerdos


jóvenes cruzados

Hojas de morera
SEM
Frescas Secadas al sol
Índices fecales
pH 5,85 5,95 0,46
Materia seca, % 26,4 29,1 1,73
Producto fecal, g/kg Consumo de MS
Material fresco 618 617 85
MS 161 176 24
Agua 457 441 66
Digestibilidad. %
Materia seca 83,9 82,4 1,7

259
Materia orgánica 85,1 83,9 1,7
Según los resultados de estos estudios, parece ser posible reemplazar las fuentes de
proteína convencionales por las hojas de morera en dietas para cerdos en crecimiento sobre la
base de productos de arroz sin efectos perjudiciales en el balance de N. Se necesitan más
investigaciones para estudiar más profundamente el patrón de digestión de las hojas de morera
en cerdos y determinar la proporción óptima de aminoácidos en dietas para cerdos sobre la
base de productos de arroz y hojas de morera. Además, se precisan estudios para determinar el
valor alimenticio de las hojas de morera para cerdos y cerdos en crecimiento en ambientes
tropicales.

Tabla 9. Balance de N en cerdos jóvenes alimentados con hojas de morera

Hojas de morera
SEM
(Experimento 2) Frescas Secadas al sol
Digestibilidad. de N, % 75,0 74,7 3,9
Balance de N, g/día
Consumo 13,21 13,49 2,39
Producto fecal 3,30 3,41 0,77
Digerido 9,91 10,08 1,95
Producto de la orina 2,45 2,85 0,55
Producto total 5,75 6,26 1,08
Retención de N
g/día 7,46 7,23 1,61
% de consumo de N 56,6 47,4 4,7
% de N digerido 75,3 71,7 4,1

Agradecimientos
Los autores agradecen el apoyo financiero del proyecto MEKARN (financiado por Sida-
SAREC) para esta investigación. También damos las gracias al Sr. Keo Sarth y al Sr. Son Ron
por su ayuda técnica en los Experimentos 1 y2, respectivamente. De igual forma, los autores
expresan su gratitud al Sr. Pok Samkol por su ayuda analítica.

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261
Algunos aspectos del valor nutritivo de harinas
de hojas de Trichanthera gigantea y Morus alba
para cerdos Mong Cai*
J. Ly 1 , Chhay Ty 2 , Chiev Phiny 2 and T. R. Preston

*Livestock Research for Rura l Develo pmen t (13 ) 3 20 01 .


1
Institu to d e Inv estig aciones Po rcin as.
2
University of Trop ical Ag ricu ltu re Found ation Cha mcar Daung .

Resumen
Se evaluó el valor nutritivo para los cerdos de hojas secadas al sol de trichantera
(Trichanthera gigantea) y morera (Morus alba) en dos experimentos. En el experimento 1 se
determinaron los índices de digestibilidad y el balance de N en ocho cerdos Mong Cai
castrados (peso vivo promedio 14,5 kg) alimentados con 30% de hojas de trichantera o morera
secadas al sol según un diseñó de cambio balanceado. En el experimento 2, se comparó la
digestibilidad de N in Vitro (pepsina/pancreatina) de ambos grupos de harinas de hojas. La
sustitución de 20% de la dieta basal implicó que la trichantera y la morera proporcionaron
como promedio 31,3 y 37,1% del N total en la dieta. La digestibilidad total in virio de la
materia orgánica y del N estimada por diferencia fue mayor (p < 0,01) en la harina de hojas de
morera que de trichanthera (trichanthera, 71,5 y 66,2; morera, 84,6 y 81,1%,
respectivamente). La dieta que contenía 30% de harina de hojas de morera exhibió una mayor
retención de N (p < 0,05) que la que contenía harina de hojas de trichantheras. La solubilidad
in Vitro de la materia orgánica y de N, simulando la digestión ileal en los cerdos, fue mayor
((p < 0,001) para la harina de hojas de morera en comparación con la de trichanteraón
trichantera 35,9 y 37,5; morera 56,7 y 47,7, respectivamente). Se recomiendan estudios más
profundos en cuanto a los factores que afectan la utilización del N de la trichantera por los
cerdos. El alto valor nutritivo de las hojas de morera empleadas en el presente experimento
indica su potencial como una fuente de proteínas en la alimentación de los cerdos.
Palabras clave: Cerdos Mong Cai, Morus alba, trichantera girantea, valor nutritivo.

Abstract
The nutritive value for pigs of sun-dried leaves from trichanthera (Trichanthera gigantea)
and mulberry (Morus alba) was assessed in two experiments. In experiment 1, digestibility
indices and N balance were determined in eight Mong Cai castrated male pigs (mean
liveweight 14,5 kg) fed 30% of sun-dried trichanthera or mulberry leaves according to a
balanced change over design. In experiment 2, the in vitro (pepsin/pancreatin) N digestibility
of both sets of leaf meals was compared. The substitution of 30% of the basal diet implied
that both trichanthera and mulberry provided on average 31,3 and 37,1% of the total N in the
diet. In vivo organic matter and N total digestibility as estimated by difference were higher
(p<0,01) in mulberry than in trichanthera leaf meal (trichanthera, 71,5 and 66,2; mulberry
84,6 and 81,1%, respectively). The diet containing 30% of mulberry leaf meal exhibited a
higher N retention (p<0,05) than that containing trichanthera leaf meal. In vitro organic
matter and N solubility, simulating ileal digestion in pigs, were higher (p<0,001) for mulberry
as compared to trichanthera leaf meal (trichanthera 35,9 and 37,5; mulberry 56,7 and 47,7%,
respectively). Further studies concerning factors affecting N utilization of trichanthera by
pigs are recommended. The high nutritive value of the mulberry leaves employed in the
present experiments indicates its potential as a protein source in pig feeding.
Key words: Trichanthera gigantea, Morus alba, Mong Cai pigs, nutritive value 1

262
Introducción
En los animales omnívoros como los cerdos, la adición de cantidades sustanciales de
forrajes al alimento se ha pasado por alto en gran medida en el contexto del suministro de
proteína a partir de estos recursos. En relación con esto, las hojas de los árboles pueden
utilizarse para proporcionar proteína vegetal a los cerdos en el trópico, en un sistema de corte
y acarreo, ya que es bastante común suministrar hojas de plantas acuáticas flotantes y otros
productos agrícolas fibrosos a las razas locales de cerdos en áreas rurales de varios países del
Lejano Oriente (ver por ejemplo, Le Mare, 1952; Moore, 1969).
En contraste con el bien conocido efecto perjudicial de las hojas de las leguminosas
arbóreas en los procesos digestivo y metabólico en los animales monogástricos (D’Mello,
1992), los árboles no leguminosos parecen tener ventajas desde el punto de vista de la
fisiología digestiva. En relación con ello, la trichantera (Trichanthera gigantea, Humboldt et
Bonpland, Nees) y la morera (Morus alba) pueden ser incluidas en la lista de árboles no
leguminosos con un alto potencial como suplementos de alimentos para los cerdos (Rosales,
1997; Sánchez, 1999), entre otras especies monogástricas.
La trichantera es un árbol, nativo de América del Sur, cuyas hojas se han utilizado en la
alimentación de cerdos con resultados controvertibles, quizás debido a que su valor nutritivo
es desconocido aún (Rosales, 1997; Nguyen Thi Mong Nhan y Nguyen Van Mon, 1999). Por
otra parte, se ha sugerido que el uso de las hojas del árbol de morera puede transferirse de la
tradicional producción del gusano de seda en el Lejano Oriente (ver Tingzing y col., 1988) a
los cerdos en el trópico (Sánchez, 1999).
Se han realizado varios estudios en diferentes aspectos vinculados con la agronomía y la
producción de la trichanthera y la morera (Tingzing y col. 1988) y su utilización en
rumiantes) ver Benavides, 1999; Rosales y Ríos, 1999; Yao y col. 2000). Sin embargo, se
conoce muy poco sobre el valor nutricional de las hojas de estos árboles en cerdos.
El objetivo de esta comunicación es reportar algunos estudios iniciales relacionados con
la evaluación de las hojas de trichanthera y morera para los cerdos.

Materiales y métodos
Generales
Se prepararon dos harinas de hojas a partir de trichatehera (Trichanthera gigantea) y
morera (Morus alba) cosechadas entre febrero y marzo de 2001, después de un período de
rebrote de aproximadamente 90 días, en la plantación de la Granja Ecológica, en el Campus
Chamcar Daung de la Real Universidad de Agricultura. Como regla general, los cultivos de
arboles en la granja se fertilizan periódicamente con efluentes que se originan a partir de
biodigestores cargados con estiércol de cerdo. Los árboles de morera eran de una variedad
desconocida de origen vetnamita. Los árboles de trichanthera también eran de Viet Nam,
donde habían sido introducidas como estacas desde Colombia en 1992.
Después de la cosecha, las hojas y los pecíolos fueron separadas de las ramas y secadas al
sol antes de ser molidos en un molino de martillos para producir la harina. La composición
química de cada harina de hojas se presenta en la Tabla 1.

Tabla 1. Composición química de la harina de hojas de trichanthera


y morera

Trichanthera Morera
Materia seca (%) 26,30 31,8
Concentración en materia seca (%) 14,6 11,8
Ceniza 85,4 88,2
Materia orgánica 30,8 24,1
FND 2,72 3,52
N

263
Se evaluó el valor nutritivo para los cerdos de hojas de trichanthera y morera secadas al
sol. En el Experimento 1 se estudió la digestibilidad total de los nutrientes y el balance de N
in vivo en los cerdos, mientras que en el Experimento 2, se determinó la digestibilidad ileal de
la MS, la materia orgánica y el N mediante la incubación in Vitro de las muestras.

Experimento 1. Tratamiento y diseño experimental


El experimento se realizó en Chamear Daung, utilizando 8 cerdos Mong Cai castrados con
peso corporal promedio de 14,5 kg. Los animales fueron estabulados en jaulas de metabolismo
en los cuales podían moverse libremente (Chévere Phiny y Rodríguez, 2001). Los cerdos
recibieron alternativamente una dieta basal que incluía salvado de yuca, salvado de trigo y
pescado de agua dulce secado, formulada para que contuviera 16% de proteína bruta (N x 6,25
en base seca) o la misma dieta en la cual el 30% se sustituyó por harina de hojas de
trichanthera o de morera. El aporte de N al N dietético total fue 31,3 y 37,1% para harina de
hojas de trichanthera y morera, respectivamente.
El salvado de yuca es un subproducto de la extracción del almidón de las raíces de yuca.
Se obtuvo de los pequeños productores artesanos en la provincia Kompong Cham. Se encontró
que el salvado de yuca tenia alto contenido de FND y muy bajo de N (28,1 y 0,18% en base
seca, respectivamente). El pescado de agua dulce se obtuvo en el mercado de Phnom Penk y
después se molió hasta obtener una harina para mezclarla con los otros ingredientes de las
dietas. El pescado seco tenia alto contenido de Ceniza, grasa bruta y N (20,5; 18,0 y 6,68% en
base seca, respectivamente). El salvado de trigo era de origen desconocido y tenia FND 36,4 y
N 2,79% en base seca. Las dietas fueron suministradas como una comida seca en una
proporción de 35 g MS/kg de peso corporal por día a aproximadamente las 7.00 a.m cada
mañana y se recogió el alimento rechazado a las 6,30 a.m del día siguiente. El agua estuvo
disponible al limitum mediante bebederos de boquilla.
Los ingredientes que se utilizaron y la composición química de cada dieta se presentan en
la Tabla 2.

Tabla 2. Características de la dieta basal y la dieta basal más las harinas de


hojas (% en base seca)

Basal Trichanthera Morera


Componentes del alimento
Salvado de yuca 40,0 28,0 28,0
Salvado de trigo 42,9 30,0 30,0
Harina de pescado 14,6 10,2 10,2
Harina de hojas de trichanthera - 30,0 -
Harina de hojas de morera - - 30,0
NaCl 0,5 0,4 0,4
Pre-mezcla1 2,0 1,4 1,4
Análisis, % en materia seca
Materia seca 86,3 88,1 89,2
Ceniza 7,05 9,31 8,48
Materia orgánica 93,0 90,7 91,5
FND 27,2 28,2 26,3
Proteína bruta2 16,0 16,3 17,8
1
Seg ún lo s requerimie n to s N RC (19 98 ) de v ita min a s y min e ral es
2
N x 6,25

Los cuatro tratamientos dietéticos fueron impuestos en un arreglo de cambio balanceado


(Gil y Magee, 1976; Gill, 1978) y fueron ofrecidos a los cerdos durante cuatro periodos de
diez días cada uno. Las mediciones se hicieron durante los últimos cinco días de cada periodo.
Se suministró la dieta basal a los animales en los periodos 1 y 3; mientras que la dieta basal
que contenía harina de hojas de trichanthera o morera fue proporcional a los cerdos en los
periodos 2 y 4.

264
Los detalles del muestreo de las heces y la orina fueron según lo descrito por Ly y col.
(2001). Los coeficientes de la digestibilidad de los nutrientes y el balance de N fueron
estimados por el método convencional y después el valor nutritivo de cada harina de hojas fue
calculado por diferencia (Crampton y Morris, 1969).

Análisis químicos de la muestras


Para determinar el contenido de materia orgánica se secaron las muestras de heces frescas
y alimentos a 100ºC, después se quemaron en un horno a 500ºC. el contenido de MS fue
determinado utilizando el método del horno microondas de Undersander y col. (1993). Las
muestras de los alimentos y las heces fueron analizadas en busca de FND (Van Soest y col.,
1991) y N total por el método de Kjeldahl (AOAC, 1990). Las heces frescas fueron analizadas
para determinar el pH según un procedimiento descrito por Ly y col. (2001).

Experimento 2. Análisis in Vitro de las muestras


Las muestras secads y molidas de hojas de trichanthera y morera fueron incubadas in
Vitro según el metodo de Dierick y col. (1994). Las muestras fueron sometidas a una digestión
con pepsina/HCl a 30ºC durante 4 h, seguida por otra digestión de 4 h con pancreatina disuelta
en solución tampon fosfato (PH 6,5). El peso total del sustrato en cada frasco de incubación
fue de aproximadamente 0,3 g MS y cada incubación se realizó por cuadruplicado. Las
muestras secadas y molidas de salvado de yuca, salvado de trigo, pescado de agua dulce y
caseína fueron incubadas de manera similar. Los procedimientos analíticos aplicados a los
residuos después de la incubación fueron los mismos utilizados en el experimento in vivo.

Análisis de datos
Los datos fueron procesados utilizando el paquete de software de MINITAB (Ryan y col.;
1985) y el análisis de varianza se realizó mediante las técnicas recomendadas, y las variables
fueron: tratamiento, periodos y error (Stul y Torries, 1980). En el experimento 1, el valor
nutritivo de las dos harinas de hojas fue comparado mediante el test de student de dos colas;
mientras que en el experimento 2, las medias de cada tratamiento fueron contratados por un
procedimiento de clasificación simple. En los casos que lo requerían, se empleó la nueva
prueba de rango múltiple de Duncan (Stul y Torroe, 1980) para discriminar las diferencias
significativas entre las medias.

Resultados
Experimento 1
En general, todos los animales ganaron peso durante el estudio y no hubo síntomas de
malestar en los cerdos estudiados. Al final del experimento, el peso vivo promedio fue 23,3
kg. El alimento rechazado fue muy poco y fue mas evidente durante el periodo de adaptación.
Esto se relacionó probablemente con el incremento de la característica fibrosa de las dietas y
la necesidad de los animales de adaptarse a esta circunstancia. La temperatura promedio del
aire fue 36,5 ± 2,5ºC durante el estudio de balance.
El análisis de varianza no mostró efecto significativo (p<0,05) del periodo. Por otra parte,
no se observaron diferencias significativas en ninguna medición de los períodos en que se
ofreció la dieta basal a los animales. Por tanto, los datos relacionados con la dieta basal
fueron combinados y las medias son de 16 observaciones. La Tabla 3 muestra los datos
correspondientes a los índices de digestibilidad total y balance de N.
No hubo efecto del tratamiento en el pH fecal, que fue alcalino en todos los casos. Los
cerdos que consumieron dietas que contenían harina de hojas de trichanthera o morera
tuvieron (p<0,10) menos MS fecal que cuando recibieron la dieta basal.

265
Tabla 3. Índices de digestibilidad y balance de N en cerdos alimentados con la dieta
basal do la dieta basal con harina de hojas de trichanthera o morera

Basal Trichanthera Morera ES


Índices fecales
PH 7,53 7,64 7,07 0,39
MS, % 30,8 26,2 27,2 2,5+
Digestibilidad, %
MS 85,4a 80,6b 85,1a 2,7*
MO 88,2a 82,5b 87,1a 2,4*
FND 75,5 68,1 79,6 5,6
Nitrógeno
Digestibilidad, % 84,7 79,2 83,6 4,9+
Retención
Como % de consumo 58,4ab 50,4a 64,5b 6,2*
Como % digerido 67,6ab 6,8a 75,7b 6,0*
+
p<0,10; * p <0,05
ab
valores sin superíndices comunes en la mi s ma hilera difieren a p<0,05

Se encontró que la dieta que contenía harina de hojas de morera tuvo una mayor (p<0,05)
digestibilidad de MS y materia orgánica que la dieta que contenía harina de hojas de
trichanthera. No hubo diferencias entre la dieta basal y las dietas de morera para estos
parámetros. De hecho, la tendencia general fue hacia mayores coeficientes de digestibilidad
en los cerdos alimentados con la dieta con harina de hojas de morera. Esto fue evidente en la
digestibilidad de N, y fue mas pronunciado (p<0,05) en los datos para la retención de N
dietético, expresado como por ciento de consumo de N o N digerido. Lo contrario ocurrió con
los cerdos que recibieron la dieta con harina de hojas de trichanthera. La Tabla 4 y la fig. 1
muestran la comparación del valor nutritivo de la harina de hojas de trichanthera y morera por
sí solas.
La harina de hojas de morera tuvo mayores valores (p<0,01) para todos los índices de
digestibilidad que la harina de hojas de trichanthera. Los índices de digestibilidad de FND
fueron muy variables, sin embargo, las diferencias entre las dos harinas de hojas fueron
significativas.

Tabla 4. Índices de digestibilidad en harinas de hojas de trichanthera y de morera

Trichanthera Morera SE
No. De observaciones 8 8 -
Digestibilidad, %
Materia seca 69,3 84,4 7,3**
Materia orgánica 71,5 84,6 6,5**
FND 50,7 89,3 13,2**
N 66,2 81,1 6,9**
1
Calcu lados p or dif erencia a partir de experimentos in vivo con cerdos
** p <0 ,01

266
Fig. 1. Índices de digestibilidad para las fracciones de hojas de las dietas (calculados por diferencia)

Experimento 2
Los datos correspondientes a la evaluación in Vitro de las harinas de hojas y otros
ingredientes de las dietas aparecen en la Tabla 5.
La materia orgánica y la solubilidad de N in Vitro, simulando la digestión ileal en los
cerdos fueron mayores (p<0,05) para las hojas de morera que as de trichanthera, fueron
mayores (p<0,05) para las hojas de morera que las de trichanthera (Trichancheta 35,9 y 37,5;
morrea 56,7 y 47,7, respectivamente). Como se esperaba, el pescado seco tuvo el mayor valor
(p<0,001) para la materia orgánica y la digestibilidad de N in Vitro. El salvado de yuca tuvo
una digestibilidad in Vitro de la materia orgánica similar a la harina de hojas de trichanthera,
pero mostró valores inferiores (p<0,001) para la digestibilidad in Vitro de N en comparación
con los otros ingredientes de la dieta.

Tabla 5. Índice de digestibilidad in Vitro (Pepsina/pancreatina) en harinas de hojas


de trichanthera y morera y otros ingredientes de la dieta1

Digestibilidad in Vitro, %
MS MO N
Ingredientes de la dieta
Pescado de agua dulce seca 62,2a 72,6a 78,5a
Salvado de trigo 42,9bc 44,4c 67,8b
Salvado de yuca 41,0c 43,5c 7,1e
Harina de hojas
Trichanthera 30,9c 35,9c 37,5d
Morera 57,9ab 56,7b 47,7c
ES ± 4,5** 2,9*** 2,7***
1
La dig estibilidad in Vitro d e la caseína pu ra fu e 100 %, según se estimó p or cuadruplicad o
** (p <0 ,01 *** p<0 ,0 01 )
a,b,c,d,e Valo res en la mis ma fila con superíndices dif erentes difieren a p<0,05

267
Discusión
Harina de hojas de trichanthera
Según los resultados de estos experimentos, existen algunos factores inherentes a las
hojas de trichanthera que impiden su digestión eficiente por los cerdos. Hasta donde
conocemos, no existen reportes anteriores sobre estudios de la digestión de hojas de
trichanthera en animales monogástricos, aunque hay varios informes disponibles en relación
con pruebas de comportamiento en cerdos de crecimiento-engorde o reproducción (Sarría y
col., 1991; Sarría, 1994; Nguyen Thi Mong Nhan y Nguyen Van Mon, 1999). En Viet Nam
trichanthera ha demostrado ser popular entre los campesinos de todo el pais ya que alimentan
con las hojas a todas as clases de ganado (Nguyen Thi Mong Nhan y Nguyen Van Mon, 1999).
Esta alta tasa de adopción por los campesinos contrasta con los índices digestivos
relativamente pobres especialmente la fracción nitrogenada. Es posible que una cierta fracción
de las hojas de trichanthera puede ser digerida en el intestino grueso de los cerdos. Sin
embargo, desde el punto de vista de la economía de N, se producirá poca ganancia en ese
sentido, debido a que la desaparición de N del intestino grueso de los cerdos es excretada en
gran medida en la orina (Zebrousha, 1973).
Gonzalno y col. (2001) examinaron varias muestras de hojas de Venezuela y encontraron
que la digestibilidad in Vitro (Pepsina/pancreatina) de la materia orgánica y el N fue menor
para las hojas de trichanthera (28,8 y 30,2%) que las de morera (39,2 y 50,7%), lo cual sigue
el mismo patrón que el presente estudio Gonzelno y col. (2001) observaron una alta
dependencia de los valores de digestibilidad in Vitro con respecto al contenido de la pared
celular de las muestras. Rosales (1997) encontró que las hojas de trichanthera contienen muy
poco N soluble en agua, y que la capacidad de precipitación de las proteinas era relativamente
alta en comparación con las hojas de otros árboles. Es posible que ambos factores contribuyan
en gran medida a los bajos valores de digestibilidad de la harina de hojas de trichanthera en
los cerdos, ya que Morigome y col. (1988) observaron una notable influencia negativa de los
compuestos polifenolicos en la digestibilidad in Vitro e in vivo en ratas.

Harina de hojas de morera


Como predijo Sánchez (1999), la harina de hojas de morera parece ser una fuente de
proteína muy prometedora para los cerdos en el trópico. Sobre la base de los datos que
surgieron de este estudio, parece que en los cerdos ocurre la digestión procesal de cantidades
sustanciales de N de hojas de morera. Hasta donde conocemos, no existen reportes anteriores
sobre la digestión de la harina de hojas de morera en los cerdos, y por tanto es muy difícil
establecer cualquier tipo de comparación con los datos de otros experimentos.
Existe deficiencia de metionina en la proteína de las hojas de morera según Machii (1989)
y Yao y col. (2000). Parece, a partir de los resultados del presente estudio, que la adición del
pescado de agua dulce seco a una dieta para cerdos que contiene harina de hojas de morera
puede ser una forma de proporcionar los aminoácidos con contenido de sulfuro necesarios. En
relación con esto, los países tropicales como Cambodia, donde hay gran disponibilidad de
pescado seco y los árboles de morera pueden ser cultivados con altos rendimientos de
biomasa, tienen potencial considerable para desarrollar sistemas sostenibles de producción de
cerdos adecuados para pequeños agricultores. Se necesitan estudios más profundos para
establecer las cantidades mínimas de proteína de pescado necesarias para un aprovechamiento
óptimo de la harina de hojas de morera.

Conclusiones
Se necesitan estudios más profundos para identificar los factores que afectan el
aprovechamiento del N de las hojas de trichanthera por los cerdos.
El valor nutritivo aparentemente alto de la harina de hojas de morera utilizada en nuestro
estudio indica que este recurso alimentario tiene considerable potencial como una fuente
proteica alternativa en dietas para cerdos.

268
Agradecimiento
Esta publicación es un resultado de un proyecto colaborativo de investigación financiado
por al FAO, Roma (Funcionario certificador, Dr. Manuel Sánchez, AGAP).

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270
Evaluación del consumo de morera fresca
en cerdos Large white en el módulo
investigación-producción porcina*
Y. Contino 1 y F. Ojeda 1

* Se min ario Internacion al Po rcicu ltu ra Trop ical 20 06 . La Hab an a


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
La utilización de nuevas fuentes de alimentos no convencionales, arbustivos y arbóreos,
con el propósito de alcanzar una producción porcina sostenible, mediante el aprovechamiento
de los recursos locales, se convierte en la actualidad en una alternativa promisoria para la
producción de carne porcina como respuesta a la limitada disponibilidad de fuentes
convencionales de alimentación, que constituyen una limitante para el mantenimiento y
desarrollo de nuestros sistemas de explotación. A partir de estos antecedentes el objetivo del
presente trabajo fue evaluar el consumo de follaje de morera fresca (hojas y tallos tiernos) en
cerdos Large white, así como su influencia en los indicadores productivos, reproductivos y de
salud de las crías. Para ello se trabajó en el módulo de investigación-producción porcina de la
Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”. Inicialmente se hizo un primer
experimento con cerdos en crecimiento, en un ambiente controlado, con una muestra e de ocho
animales. El pesaje se realizó desde el inicio del experimento cada 15 días hasta su
culminación, siempre en horas frescas de la mañana, y se determinaron los siguientes
indicadores: peso vivo promedio (kg) ganancia diaria (g PV/cerdo/día), conversión alimentaria
por morera y conversión alimentaria total. A partir de los resultados se realizó un segundo
experimento con reproductoras porcinas de igual raza para evaluar el consumo, a voluntad,
con 10 animales en estudio por cada categoría reproductiva (cubiertas y vacías); estas en el
posparto se insertaron al tercer experimento para comparar sus indicadores productivos,
reproductivos y de salud de las crías con un grupo control que no consumió follaje de morera
fresca durante la gestación. En este experimento se determinaron los siguientes indicadores:
cantidad de cerdos nacidos, vivos a las 48 horas, muertos a las 48 horas, peso al nacimiento
(kg), peso a los 10 días posparto (kg), peso total de la camada al nacimiento (kg), peso total
de la camada a los 10 días posparto (kg), porcentaje de viabilidad a las 48 horas, % de
mortalidad a las 48 horas, número de cerditos con diarreas a las 48 horas y porcentaje de
cerditos con diarreas a las 48 horas. El procesamiento de la información se realizó mediante la
base de datos elaborada en Microsoft Excel perteneciente al paquete de Office. En el
procesamiento estadístico se empleó el análisis de varianza (ANOVA). Se obtuvo un
incremento de las ganancias medias diarias, con un aumento del peso vivo, una mejor
eficiencia de utilización de la morera y de la dieta total en el primer experimento. Sin
embargo, en el segundo se comprobó que no existieron diferencias en los índices de consumo,
con mejores 1 resultados al incorporar el follaje de morera fresca en las dietas respecto al
grupo control, dado por el incremento en la cantidad de cerditos nacidos y vivos a las 48 horas
posparto, el peso promedio de la camada (kg)y, el porcentaje de viabilidad, con una
disminución en la presentación de las diarreas en las crías porcinas. Estos resultados se
mantuvieron a los diez días posparto, con diferencias significativas entre ambos grupos de
tratamiento. En este sentido, los resultados demuestran la factibilidad de emplear el follaje de
morera como sustituto parcial de los concentrados comerciales, con una mejora en la respuesta
productiva y reproductiva porcina.
Palabras clave: morera fresca, cerdos, consumo.

271
Abtract
The objective of this work was to evaluate the intake of fresh mulberry foliage (leaves
and fresh stems) in Large white pigs, as well as its influence on the productive, reproductive
and offspring health indicators. For that the work was done in the pig research-production
facility of the Experimental Station of Pastures and Forages «Indio Hatuey». A first trial was
carried out with growing pigs, in a controlled environment, with a sample of eight animals.
The weighing was performed since the beginning of the experiment every 15 days until its
end, always in the fresh hours of the morning, and the following indicators were determined:
average live weight (kg), daily gain (g LW/pig/day), feed conversion for mulberry and total
feed conversion. From the results a second trial was carried out with sows of the same breed
to evaluate the intake, at will, with 10 animals under study for each reproductive category
(covered and empty); they were inserted post-partum in the third experiment to compare their
productive, reproductive and offspring health indicators with a control group that did not eat
fresh mulberry foliage during pregnancy. In this trial the following indicators were
determined: quantity of piglets born, alive after 48 hours, dead after 48 hours, weight at birth
(kg), weight 10 days postpartum (kg), total weight of the litter at birth (kg), total weight of
the litter 10 days postpartum (kg) percentage of viability after 48 hours (%), percentage of
mortality after 48 hours (%), number of piglets with diarrhea after 48 hours and percentage of
piglets with diarrhea after 48 hours (%). The information was processed by the database
elaborated in Microsoft Excel belonging to the Office pack. In the statistical processing the
variance analysis (ANOVA) was used. An increase of the mean daily gains was obtained, with
an increase of the live weight, a higher efficiency of utilization of mulberry and the total diet
in the first trial. Nevertheless, in the second no differences were found in the intake values,
with better results when incorporating the fresh mulberry foliage in the diets with regards to
the control group, given by the increase in the quantity of piglets born and alive 48 hours
postpartum, the average weight of the litter (kg), the viability percentage, with a decrease in
the occurrence of diarrhea in the offspring. These results were maintained ten days after
parturition with significant differences between both groups. In this sense, the results show
the feasibility of using mulberry foliage as partial substitute of commercial concentrates, with
an improvement in the pig productive and reproductive response.
Palabras claves: fresh mulberry, pigs, intake.

Introducción
La utilización de nuevas fuentes de alimentos no convencionales, arbustivos y arbóreos,
con el propósito de alcanzar una producción porcina sostenible mediante el aprovechamiento
de los recursos locales, se convierte en la actualidad en una alternativa promisoria y
responsable para la producción de carne porcina como respuesta a la limitada disponibilidad
de fuentes convencionales de alimentación (concentrados comerciales), que por sus elevados
costos constituyen una limitante para el mantenimiento y desarrollo de nuestros sistemas de
explotación, dirigidos a cubrir las demandas de proteína de la población.
Por otra parte, la dependencia de insumos externos, además de elevar los costos de la
crianza, convierte a estas tecnologías en no aplicables para los productores locales.
El incluir especies arbustivas o arbóreas en las dietas de los cerdos ha constituido uno de
los retos más importantes en los últimos 25 años; en la actualidad existe un buen número de
opciones y mayores conocimientos zootécnicos que permiten dirigir cómo se deben emplear
(Savón, Gutiérrez, Ojeda y Scull, 2005).
Ly (2005), al recapitular sobre los avances logrados sobre este tema, señala que el mayor
interés se ha centrado en sustituir al menos una parte de la proteína requerida para el buen
desarrollo de los cerdos, buscando abaratamiento de los costos y la independencia en las
fuentes de abastecimiento.
Particular atención ha presentado la morera (Morus alba Linn) por sus reconocidos valores
bromatológicos, su adaptación a los cortes frecuentes y su productividad (Benavides, 2000).
El empleo de la morera en la alimentación de cerdos ha estado dirigido en dos vertientes:
en forma de harina o como follaje verde, según las posibilidades de los evaluadores o de sus
criterios de uso. Chiv, Preston y Ly (2003) encontraron ventajas de la harina de esta planta en
los índices de digestibilidad y en el balance nitrogenado con respecto al nacedero
(Trichanthera gigantea) por lo que han promovido su empleo. En un estudio realizado por
Muñoz (2003) enn cerdas gestantes con suministro de follaje de morera, se encontró que era
272
factible sustituir hasta un 25% del alimento comercial sin que ocurrieran efectos negativos en
el comportamiento zootécnico.
En Cuba los resultados hallados por Leiva, López y Quiñones (2002) señalan que cuando
se sustituye el 14% del concentrado comercial de inicio en lechones de preceba por harina de
morera, ocurre una disminución en la digestibilidad de la materia seca, la materia orgánica, la
proteína cruda y la ceniza, sin que se detectaran afectaciones en la digestibilidad de la fibra
cruda, lo cual demostró la posibilidad de utilizar la morera en las dietas de cerdos en
crecimiento.
Sin embargo, todavía en Cuba las investigaciones que conduzcan a emplear de manera
sistemática las plantas arbóreas y arbustivas en la alimentación de los cerdos están en proceso
de ejecución; exisien todavía incógnitas por resolver antes de proceder a su utilización a gran
escala, por lo que el objetivo del presente trabajo es: evaluar el consumo de follaje de morera
frescas en cerdos Large white, y su influencia en los indicadores productivos, reproductivos y
de salud de las crías.

Materiales y métodos
La morera (Morus alba Linn. var. Acorazonada) se obtuvo de las áreas de producción de la
Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”. El follaje (hoja y tallos tiernos)
utilizado tuvo como promedio 90 días de rebrote. La plantación fue fertilizada con 300 kg de
N/há/año, incorporado mediante el empleo de gallinaza meteorizada.

Experimento con cerdos en crecimiento


Para evaluar el comportamiento de los indicadores productivos de cerdos de la raza Large
white cuando se incluyó el follaje de morera en la dieta se estudiaron un total de ocho
animales, con un peso promedio inicial de 29,5 kg, los que estuvieron en estudio durante
cuatro meses en dos cubículos de las instalaciones del módulo de producción porcina. La dieta
utilizada fue concentrado comercial según la norma de alimentación para esta categoría (NRC,
1988), sustituyendo el 26% de materia seca del consumo total en forma follaje de morera
fresca y el 27% de la proteína. El suministro de follaje fue siempre en horas de la tarde (14:00
horas) y controlado para mantener la proporción prevista. El agua se suministró a voluntad en
bebederos automáticos de tipo tetinas. El pesaje se realizó desde el inicio del experimento
cada 15 días hasta su culminación en horas de la mañana.
Durante la investigación se calcularon los siguientes indicadores: peso vivo promedio,
ganancia media diaria (g PV/cerdo/día), conversión alimentaria por morera y conversión
alimentaria total.

Experimento con reproductoras


Para evaluar el consumo del follaje de morera fresca (hojas y tallos tiernos) cuando se
ofertaba a voluntad en reproductoras porcinas de la raza Large white con diferentes estados
reproductivos (vacías y cubiertas), se estudió una muestra de 10 animales por categoría
reproductiva, las cuales tenían un peso promedio de 112,7 kg/reproductora.
Las cerdas fueron alojadas en cubículos independientes 45 días antes de la fecha de parto
prevista, para poder evaluar el consumo de morera de manera individual. El suministro de
follaje siempre fue en horas de la tarde (14:00 horas). El agua se suministró a voluntad en
bebederos automáticos de tipo tetinas. La dieta utilizada fue concentrado comercial según la
norma de alimentación para esta categoría (NRC, 1988) más la cantidad de materia seca
adicional que en forma de follaje de morera fresca fuesen capaces de ingerir.
Durante la investigación se determinó el indicador consumo por animal de follaje de
morera fresca ofrecida.
Comparación de los indicadores productivos y de salud de las crías de cerdas que
consumieron o no morera fresca durante el período de gestación.
Para estudiar que ventajas y/o desventajas trajo consigo la alimentación con morera
durante el período de gestación sobre los indicadores productivos y de salud de las crías, se
conformaron dos grupos de cerdas de 10 animales cada uno, las que formaron parte del
experimento que midió el consumo en relación con el estado reproductivo. De igual manera se
tuvo en cuenta que el grupo control consumió el concentrado comercial según las normas
273
(NRC, 1988) durante todo el período de gestación; mientras que el grupo experimental recibió
morera fresca a voluntad a partir de los últimos 45 días antes de la fecha prevista para el
parto, la cual llegó a sustituir el 34% del consumo total de materia seca.
Durante la investigación se determinaron los siguientes indicadores: cantidad de cerdos
nacidos, vivos a las 48 horas, muertos a las 48 horas, peso al nacimiento, peso a los 10 días
posparto, peso total de la camada al nacimiento, peso total de la camada a los 10 días
posparto, viabilidad a las 48 horas (%), mortalidad a las 48 horas (%), número de cerdos con
diarreas a las 48 horas, así como el porcentaje de cerdos con diarreas a las 48 horas. El
procesamiento estadístico de los datos se realizó mediante ANOVA, para determinar las
diferencias entre las varianzas de las variables en estudio.

Resultados y discusión
En la porcinocultura existe el criterio de que en esta categoría animal ocurren limitaciones
digestivas cuando se incorporan altos niveles de alimentos voluminosos en las dietas; sin
embargo, en las crianzas tradicionales se ha demostrado que en realidad son los propios
animales quienes determinan hasta dónde pueden llegar las limitaciones físicas en este sentido
y que más importante que los contenidos bromatológicos de los alimentos la limitante mayor
radica en la estructura del alimento ofrecido.
Los estudios realizados por Leiva, López y Quiñones (2003) en cerdos de inicio, indican
disminuciones en las ganancias de peso vivo cuando la sustitución del concentrado por harina
de morera es superior al 7%.
En la evaluación desarrollada bajo la concepción de incluir el follaje de morera en
porcentajes mayores, se encontró que la ganancias diarias se incrementaron con el aumento
del peso vivo de los cerdos, lo que indica que se mejora la eficiencia de utilización de la
morera en la medida que aumenta el tamaño de los animales; de igual manera, la eficiencia de
la dieta total con valores que pueden considerarse como adecuados (Ly, 2005).
Tal respuesta fisiológica coincide con lo descrito por Bocourt (2006), quien señala que en
animales adaptados a consumir dietas altas en alimentos voluminosos el peso vivo desempeña
un papel fundamental, con las ventajas que tiene el consumir la fibra, necesaria para el
mantenimiento de la microflora del tracto gastrointestinal.
Durante el período experimental no se detectaron afectaciones en la salud animal ni en su
comportamiento, lo que alentó a estudiar niveles mayores de inclusión del follaje de morera
en las dietas.
En el ensayo donde se ofreció la morera fresca (hojas y tallos tiernos) a voluntad en
reproductoras Large white en diferentes estados reproductivos, se comprobó que no existieron
diferencias en el consumo entre ambas categorías reproductivas
El consumo de MS de morera representó el 37% del consumo total de MS de la dieta.
Estos valores, de acuerdo con la literatura, no son recomendados cuando se emplea Gliricidia
sepium en cerdos en crecimiento (Osorto, 2003); sin embargo de acuerdo con los resultados
alcanzados con la morera y por la categoría animal utilizada, no se presentaron afectaciones
en la salud ni el rendimiento productivo de los cerdos en estudio.
Al analizar los indicadores productivos, reproductivos y zootécnicos (de salud de las
crías) de las reproductoras en experimentación que consumieron morera, con respecto a otras
reproductoras que no tuvieron acceso a este follaje, se apreció que hubo una ventaja al
incorporar la morera fresca en las dietas, ya que se incrementó la cantidad de nacidos, los
vivos a las 48 horas posparto, el peso promedio de la camada y el porcentaje de viabilidad,
con la disminución en la presentación de diarreas en las crías porcinas. Estos mejores
resultados se mantuvieron a los diez días posparto, apreciándose diferencias significativas
entre el grupo que consumió follaje fresco de morera y el grupo control.
Este beneficio en las cerdas que consumieron follaje fresco de morera, es el resultado de
un mejor comportamiento productivo y reproductivo, lo cual coincide con los indicadores
hallados por Muñoz (2003) cuando alimentó las cerdas con follaje fresco de morera, pero
sustituyendo solo un 25% del alimento comercial (concentrado).

274
Conclusiones
Las investigaciones realizadas confirman la factibilidad de emplear el follaje de morera
como sustituto parcial de los concentrados comerciales, sin que ocurran afectaciones en la
salud animal ni en la capacidad reproductiva.

Referencias bibliográficas
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275
Uso de follaje de morera (Morus alba) en la ceba
de cerdos alimentados con mieles de caña de azúcar*
R.E. Almaguel 1 , J. Ly 1 , Carmen M. Mederos 1 y G. Martín 2

* IV C ong reso Latino americano , Ag rofo restería 20 06 pa ra la Produ cción Pecu aria Sosten ib le. Varadero . Cub a
1
In stitu to d e Inv es tig aciones Po rcin as Gav eta Pos tal No . 1, Pun ta B rava, La Haban a, Cu ba.
2
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”, Perico, Matanzas, Cuba.

Resumen
Se hizo una prueba de alimentación en condiciones de producción para autoconsumo de
carne de cerdo. Se usaron 16 cerdos de cruce comercial y aproximadamente 28 kg de peso
vivo inicial, distribuidos al azar en dos tratamientos que consistieron en suministrar una dieta
de miel B y harina de soya como tal, o sustituida en un 20% en base seca por follaje de morera
obtenida in situ. No hubo diferencias significativas en cuanto a consumo de MS (2,86 y 2,67
kg/día), ganancia media diaria (639 y 575 g) y peso final (104,8 y 99,0 kg). Se considera que
con la inclusión de un 20% de follaje de morera en dietas de miel B de caña de azúcar y
NUPROVIM 10 se obtienen resultados productivos en los cerdos similares a los observados en
animales donde se utiliza esta misma dieta sin incluir follaje de morera. Asimismo, se puede
reducir la importación de la harina de soya utilizada en la formulación de este núcleo proteico
vitaminado, abaratando el costo del alimento para producir una tonelada de carne de cerdo. Se
demostró que la utilización de hasta un 20% de forraje de morera en la dieta de los cerdos en
crecimiento-ceba es una alternativa interesante para mejorar la seguridad alimentaria del
ganado porcino.
Palabras clave: cerdos, morera, miel, caña, soya.

Abstract
A feeding test was carried out under pig meat production conditions. Sixteen pigs of
commercial cross and approximately 28 kg of initial live weight were used, randomly
distributed in two treatments, which consisted in supplying a diet of molasses B and soybean
meal as such, or substituted in 20% on dry base by mulberry foliage obtained in situ. There
were no significant differences regarding DM intake (2,86 and 2,67 kg/day), mean daily gain
(639 and 575 g) and final weight (104,8 and 99,0 kg). It is considered that with the inclusion
of 20% mulberry foliage in diets of molasses B from sugarcane and NUPROVIM 10
productive results are obtained in the pigs similar to the ones observed in animals fed with the
same diet without including mulberry foliage. Likewise, the import of soybean meal used in
the formulation of this protein-vitamin nucleus can be reduced, lowering the cost of the feed
to produce a ton of pig meat. The utilization of up to 20% mulberry forage in the diet of
growing-fattening pigs was proven to be an interesting alternative for improving the feed
security of the pig stock.
Key words: pigs, mulberry, molasses, sugarcane, soybean.

Introducción
La búsqueda de fuentes proteicas de bajo costo en el trópico ha incluído el examen de los
follajes arbóreos por su gran disponibilidad (Hutagalung 1981; Preston y Murgueitio, 1996;
Ly, 2005), lo cual puede facilitar su inclusión en las dietas de cerdos, particularmente como
una fuente de N (Limcango-López, 1990; Sánchez y Rosales, 1999). Entre los principales
problemas que afrontan los sistemas de producción basados en el confinamiento de animales,
está el del suministro de alimentos, tanto en cantidad como en su calidad, así como también
por la utilización exclusiva de alimento balanceado elaborado a partir de granos y pastas de
oleaginosas, lo cual origina que su costo sea elevado (Magaña, 2001) Así, una reducción en
dichos costos resultará en una mayor utilidad para los productores.
Una de las alternativas más viables para reducir los citados costos de producción en las
regiones tropicales del país, es la inclusión parcial del follaje de arbustivas en la dieta de los
276
cerdos, entre las que se encuentra la morera (Morus alba). Este trabajo tuvo como objetivo
hacer una prueba de alimentación en condiciones de producción para autoconsumo de carne de
cerdo, utilizando el follaje de morera y comparando los resultados con los obtenidos en dietas
de NUPROVIM 10 y miel B de caña de azúcar.

Materiales y métodos
Se utilizaron 16 cerdos machos de cruce comercial y aproximadamente 28 kg de peso vivo
inicial, distribuidos al azar en dos tratamientos. Se hizo una prueba de alimentación en
condiciones de producción para autoconsumo de carne de cerdo. Los tratamientos
experimentales (tabla 1) consistieron en suministrar una dieta de miel B y harina de soya
como tal, o sustituida en un 20% en base seca por follaje de morera obtenida in situ.

Tabla 1. Características de las dietas en prueba

Follaje de morera, %
- 20
Ingredientes, %
Miel B 69,65 60,19
NUPROVIM 10 30,35 19,13
Follaje de morera - 20,68
Análisis, %
Materia seca 81,91 71,61

El NUPROVIM 10 se ofertó a los animales a primera hora de la mañana en forma de


papilla en una proporción de una parte de NUPROVIM 10 por cada 1,5 partes de agua. En la
tabla 2 se expone la fórmula del NUPROVIM que se utilizó en la prueba de alimentación.

Tabla 2. Fórmula del NUPROVIM 10 (% BH)

Ingredientes
Harina de soya 88,85
Cloruro de sodio 2,26
Fosfato dicálcico 7,21
Premezcla1 1,43
Cloruro de colina 0,25
NX6.25, % 35,54

1
Vitaminas y minerales según NRC (1998).

Los animales estuvieron alojados en corrales colectivos de estructura metálica y piso de


cemento, en una nave abierta y techada, con ocho animales por cada corral. Los cerdos se
pesaron al inicio y al final de la prueba y dispusieron de agua ad libitum mediante bebederos
automáticos del tipo tetinas. Durante la fase experimental la temperatura ambiente media fue
de 23,5°C (9:00 a.m.).
Cuando los cerdos consumieron totalmente el núcleo de proteínas, minerales y vitaminas,
se brindó a los animales del tratamiento control toda la miel B de caña de azúcar como única
fuente de energía, y a los cerdos del tratamiento experimental, una mezcla de material
comestible de follaje de morera troceado más la miel B. El follaje de morera tenía la siguiente
composición química en base seca (MS, 35,41%): proteína bruta (Nx6,25), 15,43; ceniza,
13,26; fibra bruta, 26,44 y materia orgánica 87,47%. La cantidad de miel B y del material
comestible de follaje de morera troceado y mezclado con miel B ofrecida a los cerdos,
dependió del consumo que hicieron los animales, ya que deben amanecer los comederos con
un residuo de miel B para que este alimento se considere realmente como dado ad libitum.
Diariamente se pesó el sobrante de miel B temprano en la mañana, para poder controlar el
consumo de este ingrediente en la dieta.

277
Las medidas de los rasgos de comportamiento se analizaron mediante un modelo
matemático de clasificación simple, por la prueba t de Student (Steel et al., 1997). Se usó el
paquete estadístico de Minitab 13,2 para el procesamiento de los datos en una computadora.

Resultados y discusión
En la tabla 3 se presentan los datos referentes a la evolución del peso de los cerdos
durante la prueba. Se encontró que no hubo efecto significativo de tratamiento sobre el peso
final y el cambio de peso en los rasgos de comportamiento de los cerdos, aunque pareció
existir cierto movimiento de las cifras hacia valores mayores en los cerdos que no
consumieron el follaje de morera. Únicamente se encontraron diferencias significativas
(p<0,05) para el peso inicial, aunque esto no influyó en los resultados finales, cuando se
efectuó el análisis de covarianza para ajustar el resto de las medidas. En este sentido, la
información que se brinda no fue ajustada al peso inicial.

Tabla 3. Rasgos de comportamiento en cerdos cebados con


dietas de mieles de caña y follaje fresco de morera 1

Follaje de morera, %
- 20 EE ±
No. de animales 8 8 -
Peso inicial, kg 27,63 29,38 0,73*
Peso final, kg 104,87 99,00 5,13
Cambio de peso, kg 77,24 69,62 5,26

1
Días en prueba, 121
*
p<0,05

Otros rasgos de comportamiento de interés económico (tabla 4) no revelaron efecto


significativo por el hecho de incluir 20% de follaje fresco de morera en la comida de los
cerdos.

Tabla 4. Rasgos de comportamiento en cerdos cebados con


dietas de mieles de caña y follaje de morera 1

Follaje de morera, %
- 20 EE ±
No. de animales 8 8 -
Consumo, kg MS/día 2,86 2,67 -
Ganancia diaria, g 6,39 575 43
Conversión2
Materia seca 4,60 4,67 0,38
Proteína 0,686 0,721 0,057

1
Días en prueba, 121
2
Estimado

Estos resultados concuerdan con los de Osorto (2003), quien encontró que es factible
incluir hasta 15% de follaje de morera en la ración de cerdos en etapa de crecimiento y 20%
en la etapa de engorde o ceba, así como alimentar a cerdos de 50 hasta 90 kg de peso con
hojas frescas y picadas de morera a libertad más concentrado, equivalente al 2,5% del peso del
animal; se formuló por encima del requerimiento de energía, con lo cual se obtienen mejores
resultados. De hecho, los cerdos de 50 a 99 kg a los que se les incluyó en la dieta el forraje de
morera, al compararlos con los que consumieron dietas a base de NUPROVIM y miel B
solamente, obtuvieron ganancias y pesos finales similares.
Los rasgos de comportamiento de los cerdos alcanzados en esta prueba son característicos
de un sistema de alimentación con eficiencia y comparables a los que se obtienen con el
sistema convencional basado en cereales y harina de soya. Se probó que el follaje de morera
278
incluido en un 20% en la dieta es un alimento de calidad aceptable que puede ser incorporado
en las raciones basadas en harina de soya y miel B de caña de azúcar sin afectar los rasgos
productivos de los cerdos.
El costo de producción del kilogramo de follaje de morera fue de 0,05 pesos cubanos. Este
costo se calculó considerando todos los rubros correspondientes para su producción, tales
como son el costo variable y el fijo. Se tuvo en cuenta que el costo de una tonelada de miel B
de caña de azúcar fue 60.00 pesos cubanos, y por otra parte el costo de la tonelada de harina
de soya y el de la premezcla de vitaminas y minerales (materias primas utilizadas para la
elaboración del NUPROVIM 10) fueron de 285.16 y 2.46 pesos cubanos, respectivamente; se
pudo estimar el costo de alimentación de los cerdos, lo cual se presenta en la tabla 5.

Tabla 5. Costo de alimentación de los cerdos alimentados


con mieles de caña de azúcar y follaje fresco de
morera (en pesos cubanos)

Follaje de morera, %
- 20
Harina de soya 627,36 456,26
Premezcla 69,62 41,82
Miel B de caña 81,60 23,40
Follaje de morera - 60,00
Total 778,58 581,48

El costo de la alimentación correspondiente al tratamiento con 20% de follaje de morera


más harina de soya y miel B de caña de azúcar fue el de menor magnitud y se halló un ahorro
de 25,3% con respecto al costo de la alimentación del grupo alimentado con harina de soya y
miel B solamente. Así, el uso de forraje de morera en la alimentación de cerdos en
crecimiento-ceba, es una alternativa real para reducir los costos de producción en las regiones
tropicales.
Se demostró que la utilización de forrajes de morera en la alimentación de los cerdos en
crecimiento-ceba es una alternativa interesante para mejorar la seguridad alimentaria de estos
animales; además, su cultivo tiene ventajas económicas al reducir los costos de producción de
especies monogástricas y a su vez la importación de fuentes proteicas. Aunque la proteína del
follaje fresco de morera no reemplace toda la proteína de la soya, sí disminuye su dependencia
y proporciona ventajas ambientales que no son generadas por la soya.

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STEEL, R.G.D.; TORRIE, J.H. & DICKEY, D.A. 1997. Principles and procedures of statistics. A Biometrical
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280
CAPÍTULO VI.
Utilización en rumiantes
Utilización de los hollejos de cítrico ensilados
o deshidratados como suplemento de ovinos
en crecimiento alimentados con morera (Morus alba)*
F. Ojeda, J. Arece y O. Cáceres 1

* R ev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 26 . No . 2 , 2003 .


1
Estación Experimen tal d e Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.

Resumen
Se realizó una investigación con ovinos en crecimiento para evaluar el efecto de la
suplementación con hollejos de cítrico en una dieta a base de morera a voluntad; los
tratamientos fueron: A) forraje de morera; B) forraje de morera + 200 g de cascarilla de
cítrico deshidratada; y C) forraje de morera + 700 g de ensilaje de hollejo de cítrico. Los
ensilajes se confeccionaron a partir de hollejos de cítrico obtenidos de la prensa hidráulica
que antecede a la deshidratación, y fueron introducidos y compactados de forma manual en
bolsas de nailon hermetizadas. El tiempo de conservación se prefijó en 60 días. La cascarilla
de cítrico se obtuvo directamente de las tolvas de almacenaje. Las mediciones realizadas
fueron: composición bromatológica de los alimentos (MS, PB y FB) y a los ensilajes se les
midió además el pH y el N-NH3/Nt (%). A los animales se les evaluó el consumo de MS y de
PB y la ganancia de peso vivo. Se alcanzó una mayor ganancia de peso con la suplementación
(118 vs 99 g/animal/día) y un menor consumo de MS: A) 0,76; B) 0,72; C) 0,66 g, y de PB: A)
0,16; B) 0,13; C) 0,12 g, por cada gramo de peso vivo alcanzado. El balance alimentario
mostró un exceso de proteína en las dietas, aunque el equilibrio energía/proteína mejoró con
la suplementación, lo cual se manifestó en los resultados alcanzados. Se concluye que la
suplementación con hollejo de cítrico permite un mejor aprovechamiento del potencial
nutricional de la morera.
Palabras clave: Ovinos, Morus alba, suplementos.

Abstract
A research was carried out with growing sheep for evaluating the effect of
supplementation with citrus husks on a diet based on mulberry ad libitum; the treatments
were: A) mulberry forage; B) mulberry forage + 200 g of dehydrated citrus peel; and C)
mulberry forage + 700 g of citrus husk silage. Silages were made from citrus husks obtained
from the hydraulic press that precedes dehydration, and they were introduced and compacted
manually in hermetic nylon bags. Conservation time was pre-fixed in 60 days. Citrus peel was
obtained directly from the storage bins. The measurements performed were: bromatological
composition of feedstuffs (DM, CP and CF), and pH and N-NH3/Nt (%) were also measured in
the silages. DM and CP intake and live weight gain were evaluated in the animals. A higher
weight gain was reached with supplementation (118 vs 99 g/animal/day) and a lower intake of
DM: A) 0,76; B) 0,72; C) 0,66 g, and CP: A) 0,16; B) 0,13; C) 0,12 g, per each gram of live
weight gained. The feeding balance showed an excess of protein in the diets, although the
energy/protein equilibrium improved with supplementation, which was shown in the results
obtained. Supplementation with citrus husks is concluded to allow a better utilization of the
nutritional potential of mulberry.
Key words: Sheep, Morus alba, supplements.

Introducción
La morera (Morus alba) está considerada como una planta arbórea de buenas perspectivas
para la alimentación de los rumiantes y ha mostrado resultados alentadores (Martín et al.,
2002). Las investigaciones realizadas con morera como principal componente de la dieta
indican adecuadas respuestas productivas en la producción de leche y carne, aunque se tiene la
certeza de que por sus elevados contenidos de proteína, con el empleo de un suplemento

282
energético, los resultados pueden ser aún mejores, aspecto que todavía no se ha estudiado a
profundidad (Benavides, 2002).
Esta aseveración concuerda con los estudios realizados por González y Cáceres (2002),
quienes encontraron que este forraje presenta una alta digestibilidad de la materia seca y de la
proteína, lo que significa una velocidad de pasaje elevada y un desdoblamiento significativo
de todos los nutrientes presentes, pero también es un indicativo de que las bacterias ruminales
realizan los procesos de fermentación con rapidez.
Por otra parte, los hollejos de cítrico, por sus características energéticas, se preconizan
como un suplemento apropiado para las dietas que posean elevados contenidos de proteína
bruta, y su inclusión en la mayoría de los casos tiene como objetivo garantizar un adecuado
equilibrio en la relación proteína/energía de la ración; además, presentan la ventaja de que su
degradación se efectúa de forma más lenta que la de la miel final, lo que permite una mejor
sincronización con la síntesis de proteína microbiana.
La manera más difundida de suministrar los hollejos de cítrico es en forma de cascarilla
deshidratada y con menor frecuencia como ensilaje, a pesar de que esta última tecnología
requiere de menos gastos de energía para realizar la conservación del potencial nutritivo de
este subproducto.
Dada la poca información que existe sobre los efectos que induce la suplementación y las
formas de preservación de los hollejos de cítrico en los resultados zootécnicos cuando se
utiliza una dieta a base de morera, se consideró necesario realizar un estudio dirigido a
dilucidar estas incógnitas, lo cual constituyó el objetivo de esta investigación.

Materiales y métodos
Animales. Se emplearon 15 ovinos machos en crecimiento de la raza Pelibuey criollo, con
6 meses de edad como promedio, los cuales se dividieron en tres grupos homogéneos en peso
(x= 21,4 kg). Todos fueron estabulados en corraletas separadas, las cuales tenían piso de
madera ranurada y estaban situadas a una altura que evitaba el contacto de los animales con la
tierra. Cada una de ellas disponía de comederos y bebederos colectivos para el consumo de los
alimentos, las sales minerales completas y el agua a voluntad. Los animales fueron
desparasitados dos semanas antes del inicio del experimento.
Forraje. Este experimento se efectuó durante la época de lluvia (junio del 2002) y se
utilizó forraje verde de morera (M. alba), con 90 días de rebrote, obtenido de una parcela que
recibió una fertilización orgánica a base de gallinaza equivalente a 150 kg de N/há/año.
Dietas. La ración establecida consistió en forraje verde de morera troceado, ofertado a
voluntad, y según el tratamiento una suplementación con hollejo de cítrico en dos formas de
presentación (ensilado o deshidratado), de acuerdo con el esquema siguiente:
A) Forraje de morera
B) Forraje de morera + 200 g de cascarilla de cítrico deshidratada.
C) Forraje de morera + 700 g de ensilaje de hollejo de cítrico.
Como criterio de evaluación se adoptó que la suplementación no sobrepasara el 20% de la
materia seca total consumida y que los aportes proteicos de los suplementos fueran similares.

Obtención de los suplementos


Ensilajes. Los ensilajes se confeccionaron a partir de los hollejos de cítrico obtenidos de
la prensa hidráulica que antecede a la deshidratación. Este material se depositó en bolsas de
nailon de 35 kg de capacidad y su compactación se realizó de forma manual, hasta lograr una
total extracción del aire intersticial. Después de llenada la bolsa, se hermetizó y se colocó
dentro de otra, hermetizada también. El tiempo de conservación se prefijó en 60 días.
Cascarilla de cítrico deshidratada. La cascarilla de cítrico deshidratada se tomó
directamente de la tolva de almacenaje de la fábrica y se guardó en bolsas hasta su utilización.
Mediciones. A los alimentos ofertados se les determinó la MS, la PB y la FB, y a los
ensilajes además se les evaluó el pH y el N-NH 3 /Nt (%).
A los animales se les midió el consumo de alimentos diariamente de forma colectiva y el
peso vivo individual cada semana. El tiempo experimental se prefijó en 7 semanas.
Análisis estadístico. Se utilizó un diseño completamente aleatorizado para evaluar los
cambios de peso vivo y las diferencias entre medias se analizaron según la dócima de Duncan
(1955).
283
Resultados y discusión
El forraje de morera suministrado mostró los indicadores bromatológicos característicos
de esta arbórea; se destacó su elevado valor de proteína bruta y su bajo nivel de fibra bruta, lo
cual le confiere un valor nutricional superior al de cualquier gramínea tropical (González y
Cáceres, 2002) y garantiza una dieta base de calidad (tabla 1).

Tabla 1. Composición química y bioquímica de los alimentos

MS PB FB N-NH3/Nt
Alimentos pH
(%) (%) (%) (%)
Forraje de morera 21,7 21,4 14,8
Cascarilla de cítrico deshidratada 90,0 6,3 19,5
Ensilaje de hollejo de cítrico 22,3 7,2 18,3 3,2 5,18
prensado

La cascarilla de cítrico deshidratada presentó un ligero descenso en el contenido de


proteína bruta con respecto a su similar en forma de ensilaje. Esta variación es atribuida al
proceso de secado, en el cual pudieron ocurrir pérdidas de los componentes volátiles que
contenían nitrógeno por efecto de la elevación de la temperatura.
El ensilaje de los hollejos de cítrico prensados resultó de excelente calidad, de acuerdo
con los valores de pH y N-NH 3 /Nt (%), los cuales fueron similares a los obtenidos por Itavo,
Santos, Jobim, Voltolini, Bortolassi y Ferreira (2000). La calidad de este ensilaje también fue
ratificada por sus características organolépticas y la aceptación por los animales.
La respuesta zootécnica de los ovinos indica que la inclusión de un suplemento con
potencial energético en una dieta de morera, permitió a los animales balancear mejor los
nutrientes, al incorporar un elemento deficitario para un correcto funcionamiento de la
actividad ruminal y, en conjunto, propiciar un nivel superior de consumo total de la ración
(tabla 2).

Tabla 2. Indicadores productivos de los ovinos en crecimiento

Dieta
Morera + Morera + ES ±
Morera cascarilla ensilaje de
deshidratada hollejo de cítrico
Peso vivo inicial (kg) 21,5 21,3 21,4
Peso vivo final (kg) 26,4 26,9 27,3
Peso metabólico (PV0,75) 11,36 11,68 11,93
Consumo de morera (g MS/kg P0,75) 75,2 66,8 64,5
Consumo de suplemento (g MS/kg P0,75) 0 15,9 13,8
Consumo total 75,2 82,7 78,3
Consumo de proteína bruta (g PB/kg P0,75) 16,1 15,1 14,7
Ganancia (g/animal/día) 99,0b 114,5a 119,5a 10,2*
Consumo (g MS total/ganancia de peso 0,76 0,72 0,66
vivo)
Consumo (g PB total/ganancia de peso vivo) 0,16 0,13 0,12

a,b Valo res con su perínd ices no co mu n es d ifieren a p <0 ,05 (Dun can, 1 955 )
*p <0 ,05
La apreciación más directa de esta respuesta se evidenció con la incorporación del hollejo
de cítrico como suplemento en cualquiera de sus formas de conservación, con el cual se
alcanzaron las mayores ganancias de peso. Estas sobrepasaron estadísticamente a las
encontradas para la morera como único alimento, lo cual indica un mejor aprovechamiento del
potencial nutritivo de la morera.

284
Benavides (1986) halló ganancias similares para la raza Black Belly, pero con una
concepción diferente a la empleada en este experimento, ya que utilizó como dieta base un
forraje energético (king grass) y la morera como suplemento al 1,5% del peso vivo, con lo
cual logró un adecuado equilibrio en la relación energía/proteína de la ración.
En igual sentido se pudo constatar que en las relaciones del consumo de MS y de PB con
las ganancias de peso vivo, estas resultaron favorables a la suplementación.
Un balance nutricional retrospectivo de las dietas evaluadas demostró que, de acuerdo con
los requerimientos propuestos por Cáceres y González (1988), en todos los casos se cubrieron
las necesidades energéticas, mientras que el aporte de proteína resultó en exceso (tablas 3 y
4).
Los resultados mostraron que se suministró 2,5 veces más proteína digestible que la
necesaria en el caso de la dieta con morera sola; mientras que con la suplementación esta
proporción disminuyó a 1,8, aunque el exceso se mantuvo. Ello se reflejó en la relación
EM/PBD, la cual fue desproporcionada con respecto a las óptimas propuestas.
Es por eso que la morera, en sentido general, no se recomienda como único alimento y se
prefiere su empleo como suplemento, e incluso se propone como sustituto de los concentrados
a base de cereales que se utilizan de forma tradicional en los rumiantes (Sánchez, 2002).

Tabla 3. Requerimientos de los ovinos según las ganancias de peso obtenidas


en cada tratamiento

EM PBD Relación
Tratamiento
(kcal) (g) EM/PBD
Morera 1 961 55,3 35,5
Morera +cascarilla deshidratada 2 236 66,1 35,5
Morera +ensilaje de hollejo de cítrico 2 343 63,0 35,5

Tabla 4. Balance nutricional retrospectivo de los tratamientos

EM (kcal) PBD (g) Relación


Tratamiento Total Total
Morera Suplemento Morera Suplemento EM/PBD
Morera 2 066 0 2 066 130 0 130 15,9
Morera
+cascarilla 1 830 509 2 339 115 8 123 19,0
deshidratada
Morera +ensilaje
de hollejo de 1 890 444 2 334 112 8 120 19,5
cítrico

En esta investigación se concluye que con el empleo de los hollejos de cítrico


conservados, ya sea en forma deshidratada o ensilada, se mejora la respuesta zootécnica de los
ovinos en crecimiento, aunque la utilización de la morera como alimento principal en una
dieta para ovinos no contribuye al aprovechamiento del potencial nutritivo de esta arbórea.

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286
Efecto de diferentes niveles de morera
en el consumo y crecimiento de cabritas destetadas
en confinamiento total*
E. González 1 , Marianela Ortega 2 , J. Arece 1 y O. Cáceres 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 24 , No . 4 , 2001 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.
2
Granja Central d el MININT, Jagü ey Grand e, Matan zas, Cuba.

Resumen
Con el objetivo de evaluar los niveles óptimos de inclusión del forraje de morera (Morus
alba) como suplemento en la ración de cabritas destetadas, se desarrolló un experimento con
20 crías caprinas F 1 de 10,2 kg de peso vivo y 3 meses de edad como promedio. Los animales
se distribuyeron en cuatro grupos en un diseño completamente aleatorizado de acuerdo con los
tratamientos: A) control (forraje de guinea + cascarilla de cítrico deshidratada); B) forraje de
guinea+ morera al 0,5% del PV); C) forraje de guinea+ morera al 1,5% del PV); y D) forraje
de guinea + morera al 2,5% del PV). El consumo voluntario fue significativamente afectado
(p<0,001) por el nivel de oferta de la arbórea; en la medida que se incrementó el nivel de
morera, aumentó a su vez la ingestión de todos los nutrientes hasta la inclusión del 1,5%, con
la cual se obtuvo la mayor ingestión de materia seca (544,7 g), proteína bruta (54,47 g) y
energía metabolizable (1,17 Mcal/animal/día). Los mejores ritmos de crecimiento se
obtuvieron con los tratamientos C y D, aunque sin diferencias significativas entre ellos.
Palabras clave: Cabrito, consumo, crecimiento, Morus alba.

Abstract
With the objective of evaluating the good levels of inclusion of the mulberry forage
(Morus alba) as supplement in the ration of weaned kids, an experiment was conducted with
20 weaned kids F 1 of 10,2 kg of live weight (LW) and 3 months of age as average. The
animals were distributed in a totally randomized design with 4 groups, according to the
treatments: A) control (Panicum maximum forage + dehydrated citrus husk), B) 0,5% (P.
maximum+ mulberry to 0,5% of the LW), C) 1,5% (P. maximum+ mulberry to 1,5% of the LW)
and D) 2,5% (P. maximum+ mulberry to 2,5% of the LW). The voluntary feed intake was
significantly affected (p<0,001) by the level of mulberry offered; with the increase of
mulberry level the ingestion of all the nutrients increased until the inclusion of 1,5%, with
which highest the ingestion of dry matter (544,7 g), crude protein (54,47 g) and metabolisable
energy (1,17 Mcal per animal/day) was obtained. The highest growth rate was obtained with
treatments C and D, although there were no significant differences among them.
Key words: Kids, voluntary intake, growth, Morus alba.

Introducción
El ritmo de crecimiento de un caprino depende, principalmente, de la cantidad y calidad de
alimento disponible además de la salud, potencial genético y sexo del animal.
En la mayoría de las situaciones tropicales las cabras reciben una dieta pobre en calidad e
insuficiente en cantidad; debido a estos factores, esta especie tiende a crecer muy lentamente,
además de que sus ritmos de crecimiento son afectados también por enfermedades, infecciones
y parasitismo así como condiciones ambientales determinadas por la combinación de alta
humedad y altas temperaturas lo cual deprime el apetito y, por consiguiente, el consumo de
alimento.
La garantía entonces de raciones con fuentes nutricionales capaces de cubrir íntegramente
los requerimientos nutricionales con el mínimo costo y máximo dividendo constituye una
premisa de gran peso a la hora de considerar nuestros sistemas de alimentación.

287
La Morera (Morus alba) es un arbusto forrajero despierta cada vez más interés en los
propósitos de especialistas y productores encargados de promover vías de producción y
explotación sostenibles, lo más independiente posible de insumos externos y con las
respuestas productivas que necesita la creciente demanda de los productos básicos de la
canasta familiar.
El presente trabajo tiene como objetivo principal evaluar los niveles óptimos de inclusión
del forraje de Morera (Morus alba) en la ración de cabritas mestizas destetadas en un sistema
de confinamiento total y al mismo tiempo trazar pautas en las combinaciones más efectivas
gramínea-Morera en la dieta de estos rumiantes.

Materiales y Métodos
Se utilizaron 20 cabritas destetadas de genotipo F 1 (Criollo-Saanen, Criollo-Nubia,
Criollo-Alpina) de 10,2 kg de peso vivo y tres meses de edad como promedio confinadas en un
módulo agroforestal rústico para producción de leche en la Granja Integral Agropecuaria de
Jagüey Grande, provincia Matanzas, Cuba.
Dichos animales fueron distribuidos al azar en 4 grupos de 5 individuos cada uno; los
grupos representaron los tratamientos y cada animal constituyó una repetición en cada caso.
La conformación de los tratamientos fue de la siguiente manera:
Tratamiento A: Control: Forraje de Guinea (Panicum maximum)+ Cascarilla de cítrico
deshidratada y mejorada
Tratamiento B: Forraje de Guinea + Morera en base seca al 0,5% del peso vivo
Tratamiento C: Forraje de Guinea + Morera en base seca al 1,5% del peso vivo
Tratamiento D: Forraje de Guinea + Morera en base seca al 2,5% del peso vivo
El trabajo se inició el 1 0 de Julio de 1999 y concluyó en agosto del mismo año con un
período de adaptación de 7 días y 4 semanas de colecta de datos (29 días).
Los animales fueron pesados individualmente cada 7 días para calcular incrementos de
peso vivo; los consumos de alimentos por tratamiento se estimaron diariamente mediante el
pesaje del alimento ofrecido menos el rechazado. La conversión alimenticia se calculó
considerando el consumo de alimento o nutriente en cuestión sobre el incremento del peso.

Resultados y Discusión
La tabla 1 ofrece los valores promedios en las variables de peso vivo inicial, peso vivo
final, ganancia media diaria y ganancia bruta para cada tratamiento. Como se observa, en la
medida en que se incrementaron los niveles del forraje de Morera en la dieta se experimentó
una mayor tasa de crecimiento obteniéndose el mayor aumento en el tratamiento D; cuando la
inclusión sobrepasó el 50% de suplementación en la ración total (más del 2,0% del peso vivo
en base seca) dejó de ser significativo el efecto sobre la velocidad de crecimiento evidenciada
por los animales (Figura 1).

Tabla 1. Ganancia media diaria por tratamiento

Tratamiento P.V. inicial (kg) P.V. final (kg) G.M.D. (g/día) G. Bruta (kg)
Control 9,30 10,40 38,00b 1,10b
0.5 % Morera 9,80 11,10 44,82b 1,30b
1.5 % Morera 9,30 11,50 76,20a 2,20a
2.5 % Morera 12,50 15,00 86,20a 2,50a

288
Figura 1. Relación establecida entre el nivel de oferta de Morera y la ganancia media diaria.

En la tabla 2 se muestran los consumos de materia seca, proteína bruta y energía


metabolizable por animal diarios para cada uno de los tratamientos en la con el desglose de lo
que representó cada componente básico de la ración.
En la medida en que se incrementó el nivel de Morera aumentó a su vez el consumo
voluntario de todos los nutrientes hasta la inclusión del 1,5% donde se obtiene la mayor
ingestión de materia seca (438 g), proteína bruta (43,8 g) y de energía metabolizable (0,94
mcal) por animal/día.
El aumento de la inclusión de Morera en la dieta (2,5%), significó un ligero descenso en
el volúmen total a consumir toda vez que se infiere una satisfacción de los requerimientos
desde el punto de vista quimiostático con la respectiva disminución del consumo de la
gramínea y por tanto del efecto de esta en la retención ruminal del bolo alimenticio por la
proporción más fibrosa en su composición.
A este nivel, se observó además una significativa variación en la consistencia de las heces
fecales explicada tal vez por una mayor velocidad de pasaje de la dieta ingerida lo que
implicaría también una utilización poco eficiente del forraje de la Morera.
En términos de eficiencia la tabla 3 expone los gramos de materia seca, de proteína bruta
y las megacalorías de energía metabolizable consumidos para lograr incrementar un gramo de
peso vivo en cada variante del experimento, mientras los gráficos 2,3 y 4 representan tales
indicadores por separado para cada uno de los nutrientes.

Tabla 2. Consumo de nutrientes de acuerdo al nivel de inclusión


de Morera en la dieta

Tratamiento Total Morera Guinea


Consumo de Materia Seca (g/animal/día)
Control 350 - 280
0,5 % Morera 401 65 336
1,5 % Morera 438 78 360
2,5 % Morera 315 104 211,2
Consumo de Proteína Bruta (g/animal/día)
Control 20,72 - 20,72
0,5 % Morera 39,2 14,3 24,87
1,5 % Morera 43,8 17,16 26,64
2,5 % Morera 39 23 15,63
Consumo de Energía Metabolizable (Mcal/animal/día)
Control 0,58 - 0,58
0,5 % Morera 0,86 0,16 0,7
1,5 % Morera 0,94 0,19 0,75
2,5 % Morera 0,69 0,25 0,44

289
Tabla 3. Niveles de conversión alimenticia por tratamiento

Tratamiento M.S. (g/g. GMD) P.B. (g/g. GMD) E.M. (Mcal/g.GMD)

Control 9,21 0,545 0,0153


0.5 % Morera 8,95 0,875 0,0192
1.5 % Morera 5,76 0,576 0,0123
2.5 % Morera 3,65 0,452 0,0080

Es evidente que el tratamiento D (2,5%) resultó ser el de mejor conversión alimenticia, al


parecer por las favorables características de la proteína de la Morera y su relación con la
energía.
Aunque la ganancia media diaria en este tratamiento no fue significativamente mayor
(86,2 vs. 76,2 en el tratamiento C) se necesitó prácticamente la mitad de la materia seca y
proteina bruta con respecto al tratamiento B (0,5%) para ganar 1 gramo de peso (3,65 vs.
8,95) y (0,452 vs. 0,875, respectivamente) y mucho menos de la energía (0,0080 vs. 0,0192).

Figura 2. Niveles de conversión de la materia seca.

Figura 3. Niveles de conversión de la proteína bruta.

290
Figura 4. Niveles de conversión de la energía metabolizante.

Conclusiones
El mayor ritmo de crecimiento se logró con el tratamiento del 1,5% de inclusión de la
Morera (96,00 g/día) mientras que el rango para este indicador se comportó entre 38,00 y
96,00 gramos diarios de ganancia en el experimento
El análisis del parámetro conversión alimenticia dejó entrever que la presencia de niveles
ascendentes del forraje de Morera en la ración de cabras en crecimiento implica un incremento
en el consumo de la gramínea hasta el 1,5% así como una mayor eficiencia en la utilización a
nivel corporal de los nutrientes ingeridos.

Referencias bibliográficas
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292
Distintas proporciones concentrado-morera
(Morus alba) como suplemento a terneras en pastoreo
F. García Soldevilla 1 , L. R. Valdés 1 y F. Oroceno 2 .

1
In stitu to de Ganadería Trop ical (IGAT). Ministerio de la Ag ricu ltura Cuba.
2
IPA Villena Revo lución . Av en id a Van -Troi y F in a , R an cho Bo yero s , Ciudad d e La Hab ana

Resumen
Se compararon tres sistemas de alimentación, que incluyeron diferentes relaciones en la
cantidad de follaje de morera (Morus alba var Cubana) con un concentrado comercial,
mediante un diseño completamente aleatorizado con cuatro terneras de seis meses de edad y
117 kg de peso vivo, las que se mantuvieron en los tratamientos hasta su incorporación a la
reproducción. Todos los animales tuvieron acceso al pastoreo rotacional de Guinea cv. Likoni
(Panicum maximun), con una carga de cuatro cabezas por hectárea. Los sistemas de
alimentación consistieron en la oferta diaria de:1,5 kg/cabeza de concentrado y forraje de
guinea likoni a razón de 1,8% del peso vivo (1,5C - 1,8G); 1 kg/cabeza de concentrado más
follaje de morera a razón de 1,8% del peso vivo (1C - 1,8M). y 0,5 kg/cabeza de concentrado
y follaje de morera a razón de 2,8% del peso vivo (0,5C - 2,8M. El pasto disponible mantuvo
un promedio de 7,9% de proteína y 54,2% de MS digerible; el follaje de morera registró
19,9% de proteína con 73% de digestibilidad; el concentrado promedió 18,4% de PB y 78,4%
de digestibilidad. Durante los 420 días de evaluación de las raciones los animales que
consumieron morera (1C - 1,8M y 0,5C - 2,8M), mostraron ganancias de 0,557 y 0,585
g/cabeza/día, las que no difirieron entre sí, pero fueron superiores (P>0,001) que las de los
animales que no consumieron morera (1,5C - 1,8G). Se evidenció la posibilidad de reducir la
oferta de concentrado cuando se incluye la morera en ambos niveles de oferta evaluados; el
incremento del suministro de morera de 1,8 a 2,8% de peso corporal permitió reducir el
consumo de concentrado en 50%; con la disminución del concentrado y el suministro de
forraje de morera disminuyó linealmente el costo de la alimentación.
Palabras clave: terneras, pastoreo, morera.

Abstract
Three feeding systems were compared, including different relationships in the quantity of
mulberry (Morus alba var. Cubana) foliage with a commercial concentrate, by means of a
completely randomized design with four heifer calves six months old and with 117 kg of live
weight, which were maintained in the treatments until their incorporation to reproduction. All
the animals had access to the rotational grazing of Guinea grass cv. Likoni (Panicum
maximum), with a stocking rate of four animals per hectare. The feeding systems consisted in
the daily offer of 1,5 kg/animal of concentrate and guinea Likoni forage at a rate of 1,8% of
the live weight (1,5 C – 1,8 G); 1 kg/animal of concentrate plus mulberry foliage at a rate of
1,8% of the live weight (1 C – 1,8 M) and 0,5 kg/animal and mulberry foliage at a rate of
2,8% of the live weight (0,5 C – 2,8 M). The available pasture maintained an average of 7,9%
protein with 7,3% digestibility; the concentrate averaged 18,4% CP and 78,4% digestibility.
During the 420 days of evaluation of the rations the animals that consumed mulberry (1 C –
1,8 M and 0,5 C – 2,8 M), showed gains of 0,557 and 0,585 g/animal/day, which did not differ
between themselves, but were higher (P>0,001) than those of the animals that did not eat
mulberry (1,5 C – 1,8 G). The possibility of reducing the supply of concentrate when
mulberry is included in both of the levels evaluated, was shown; the increase of the mulberry
supply from 1,8 to 2,8% of the live weight allowed to reduce the consumption of concentrate
in 50%; with the decrease of concentrate and the supply of mulberry forage the cost of feeding
decreased linearly.
Palabras claves: heifer calves, grazing, mulberry.

293
Introducción
Los sistemas alternativos de producción ganadera están basados en la utilización de
cultivos perennes de rápido crecimiento, que generan grandes cantidades de biomasa y
nutrientes. Entre las especies recomendadas, los árboles y arbustos desempeñan un papel
fundamental (Benavides, 1995), y se destaca la morera por su excelente valor nutritivo y alta
palatabilidad (García Soldevilla, et al, 2002), que la convierten en una opción real a la
sustitución de concentrados en la dieta de los bovinos en crecimiento.
Este trabajo tuvo como objetivo estudiar la respuesta productiva a la sustitución del
concentrado por follaje de morera de terneros en pastoreo y su influencia en la edad de
incorporación a la reproducción.

Materiales y métodos
Los tres tratamientos evaluados consistieron en la combinación de cantidades decrecientes
de un concentrado comercial con un nivel de forraje de guinea likoni (Panicum maximum) o
dos niveles crecientes de follaje de morera (Morus alba) cultivar Cubana, todos utilizados en
forma fresca como suplementos a terneros en pastoreo.
En el primer tratamiento o sistema de suplementación se suministró 1,5 kg/cabeza/día de
concentrado combinado con forraje de guinea efectuado en la cantidad estimada para alcanzar
su consumo de materia seca del 1,8% del peso vivo (1,5-1,8 G) En el segundo tratamiento el
suministro de concentrado fue de 1,0 kg/cab/día junto con follaje de morera en igual cantidad
que el anterior tratamiento (1 C-1,8 M), mientras que el tercer sistema de suplementación sólo
incluyó 0,5 kg/cab/día de concentrado, pero el suministro de morera se hizo sobre la base de
alcanzar el 2,8% del peso vivo en el consumo de materia seca de este forraje (0,5 C-2,8 M).
Se utilizaron cuatro terneras mestizas (Holstein x Cebú) de los tipos Siboney y Mambí
para cada tratamiento, las cuales tenían 6 ±1 meses y un peso vivo promedio de 110 ± 9 kg.
Las doce terneras pastaron en un solo grupo durante siete horas diarias en un área de 3 ha,
sembrada con guinea likoni dividida 12 cuartones, la cual no fue fertilizada ni regada. Al
finalizar la tarde, las terneras eran alijadas separadamente según el tratamiento, en naves de
sombra donde se les suministró los suplementos y agua. Las terneras permanecieron en cada
tratamiento desde el inicio de la estación seca (noviembre) hasta alcanzar el peso vivo
previsto necesario para incorporarlas a la reproducción, lo que ocurrió al final del período
lluvioso posterior e inicio del nuevo período seco.
Para la producción de los forrajes se utilizaron áreas aledañas al pastoreo, donde el suelo
del tipo Ferralítico Rojo típico se caracterizó por tener un alto contenido de materia orgánica,
bajo contenido de fósforo y potasio, con pH ligeramente alcalino (Tabla 1).

Tabla 1. Características del suelo del área experimental

MO (%) pH P2 O5 (meq/100 g) K2O (meq/100 g)


4,08 7,5 1,23 3,20

Para la morera se dispuso de 1 há y fue sembrada a un metro entre surcos y 0,5 metros
entre plantas. Durante el período lluvioso precedente a la investigación y el siguiente, esta
área se fertilizó a razón de 40 t/há de materia orgánica (compost) en dos ocasiones en ambos
períodos lluviosos. El corte para forraje se realizó con machete a 35-45 cm sobre el nivel del
suelo; no se utilizó regadío en ningún período. Para el forraje de guinea se dispuso de 0,5 ha
de un área previamente establecida y rehabilitada, la cual fue fertilizada con el mismo
compost y en las mismas ocasiones, pero con menor cantidad (20/há). También fue cortada
manualmente a 10-15 cm sobre el suelo. Las características del fertilizante se muestran en la
Tabla 2.

Tabla 2. Composición química del abono orgánico (% en base seca)

Agua pH MO Relación. Fracción total (%)


(%) (%) C:N N P K Ca Mg
43,0 6,6 42,0 15,0 2,0 0,5 1,3 2,0 0,2
294
El peso vivo individual de los animales se midió mensualmente antes del pastoreo; la
disponibilidad de pasto en seis cuartones seleccionados, representativos de todo el pastizal en
cada ocasión que fueron pastados, así como la cantidad de pasto sobrante o rechazado, y se
tomaron muestras de estos cortes para realizar los análisis químicos y determinar el contenido
de materia seca. El consumo de forraje se midió tres veces por semana y en cada ocasión se
tomaron muestras para determinar contenido de materia seca, proteína, fibra bruta y cenizas,
así como evaluar la digestibilidad in vitro de la materia seca por KOH (Kesting, 1977).

Resultados y discusión
De acuerdo con NRC (1976), la disponibilidad de materia seca del pastizal (Tabla 3) fue
tres y nueve veces superior a los requerimientos para esta categoría de animales en los
períodos seco y lluvioso, respectivamente; por tanto, este aspecto no fue limitante. Sin
embargo, el tiempo de pastoreo utilizado limito el consumo y utilización del pastizal. Por otra
parte, la baja concentración de proteína bruta del pasto disponible (Tabla 4), unido al bajo
consumo, justifica los altos consumos de forraje cortado que realizaron los animales en ambos
períodos (Tabla 5); al mismo tiempo, el alto consumo de forrajes de mayor calidad, unido al
concentrado suministrado, pueden haber determinado en los bajos índices de utilización del
pasto.

Tabla 3. Disponibilidad y utilización del pasto

Periodo
Disponibilidad Seco Lluvioso
t/há 2,53 8,28
kg/cabeza/día 17,6 57,5
Utilización, % 38,3 15,3

Tabla 4. Valor bromatologíco de los alimentos

Alimentos % Seca Lluvia ES


MS 37,03 37,36 3,16
b a
Guinea likoni PB 6,19 11,09 1,24
(pasto) FB 41,19 41,15 4,87
DMS 52,44 53,68 3,48
MS 26,73 27,89 2,98
a b
Guinea likoni PB 10,22 7,72 2,07
(Forraje) a b
FB 42,33 45,79 3,03
DMS 54,87 58,10 6,08
MS 24,37 24,66 4,32
Morera PB 21,43 19,54 1,73
a b
(forraje) FB 33,28 24,05 6,33
DMS 68,85 69,44 4,02
MS 91,33 91,88 1,46
b a
Concentrado PB 14,74 21,68 9,86
(pienso de ternero) FB 13,01 13,66 3,27
DMS 77,67 82,70 5,37

a, b...valores con diferentes superíndices difieren a p< 0,05

295
El menor contenido de PB del forraje de guinea en el período lluvioso con respecto al
seco se debió a la peor relación hoja tallo durante la estación de mayor velocidad de
crecimiento, a pesar de haberse cortado con una edad de rebrote menor. Contrariamente, el
contenido de PB de la morera fue alto y estable en ambas estaciones, lo que ha sido
frecuentemente reportado para esta especie (Resende et al., 1994a; Sugohara et al., 1994; Luí
et al., 2002; Shayo, 1997; García Soldevilla, 2004). La mayoría de los autores en el trópico
lluvioso reportan digestibilidad in situ de la materia seca mayor que 70% (Shayo, 2002) y
altas tasas de degradación de todos los componentes de la hoja (Schmidek et al., 2002). Los
valores de digestibilidad encontrados en el presente trabajo confirman dichos reportes, a pesar
de haber evaluado la planta entera. Otro aspecto interesante de los resultados fue el hecho de
que esta planta no redujera su digestibilidad durante el período seco, a pesar de que en esta
época las precipitaciones solo acumularon 325,6 mm en seis meses, no se empleó riego y los
cortes se realizaron a intervalos de 90 días.

Tabla 5. Consumo diario de forraje

Tratamiento
1,5C-1,8G 1,0C-1,8M 0,5C- 2,8M
Período seco
kg MS/ cabeza 3,94 ± 0,2 3,7 ± 0,5 5,72 ± 0,6
% del peso vivo 2,3 2,1 3,1
Período lluvioso
kg MS/ cabeza 5,40 ± 0.3 4,8 ± 0,8 7,72 ± 0,3
% del peso vivo 2,08 1,68 2,69

Aunque son relativamente escasos los datos acerca de la utilización de la morera en


raciones de bovinos, algunos autores han evaluado la posibilidad de sustituir todo el
concentrado o una parte con forraje de morera fresca en distintas categorías de vacunos. En
este sentido Oviedo (1995), al trabajar con vacas alimentadas en pastoreo de estrella (C.
nlemfuensis), encontraron que la morera o el concentrado (suministrados a razón de 1% del
peso vivo) expresaron igual producción de leche, las que fueron superiores en 2 kg diarios al
testigo no suplementado. Resultados similares hallaron Esquivel et al.,(1996) cuando
sustituyeron el 75% del concentrado por forraje de morera; sin embargo, cuando el nivel de
sustitución fue del 40% ocurrió una reducción de 1 litro/vaca/día en terneras entre 0 y 4 meses
de edad y que se amamantaban de forma restringida, González (1994) sustituyó el 25 ó 50%
del concentrado (16% PB) con hojas frescas de morera y encontró que no se afectaron las
ganancias de peso (406 - 437 g/día), aunque se registró un mayor consumo total de materia
seca por los terneras que recibieron morera.
En el presente experimento también las terneras que recibieron el mayor suministro de
morera y menos concentrados, registraron iguales ganancias (Tabla 6) que las terneras que
recibieron más concentrado y menos morera, lo que corrobora el valor equivalente de la
morera a un concentrado (18% PB) a base de trigo y soya. Por otra parte, las terneras que
consumieron morera ganaron significativamente (p < 0,001) más peso que las que recibieron
forraje de guinea combinado con el mayor suministro de concentrado.

Tabla 6. Peso vivo y ganancia de terneras suplementadas con diferentes proporciones


de concentrado y forraje de morera o guinea
Tratamiento
1,5C-1,8G 1,0C-1,8M 0,5C- 2,8M ES
Peso vivo, kg
Inicial 118,4 116,1 116,1 7,4
Final 300,0 319,0 329,0 15,6
Ganancia diaria, kg/cabeza
Período seco 0,479 b 0,622 a 0,607 a 0,012
Período lluvioso 0,525ab 0,468 b 0,562 a 0,036
Total 0,498 b 0,557 a 0,585 a 0,024
a, b Valores con diferentes superíndices difieren a p < 0,001

296
El costo estimado de 1 kg de MS de forraje fresco de morera, basado en una vida útil de la
plantación de 10 años y considerando los gastos de mantenimiento de la plantación y el corte
y acarreo manual, fue de 0,124 pesos por kg de MS mientras que con este mismo criterio de
cálculo, el costo de forraje de guinea fue de 0,016 pesos/kg MS. El precio subvencionado del
concentrado fue de 0,205 pesos/ kg MS. De acuerdo con estos valores, se calculó el costo
diario de la alimentación suplementaria por cada ternero y los resultados se muestran en la
Tabla 7.

Tabla 7. Costo diario por ternero de la alimentación suplementaria, peso MN

1,5C – 1,8G 1,0C – 1,8M 0,5C – 2,8M


Forraje 0,074 0,102 0,161
Concentrado 0,307 0,205 0,102
$/cab. /día 0,381 0,307 0,263
Total
% 100 80,6 69

0,765 0,551 0,449


Costo/kg ganancia PV

% 100 72 58

Tanto el costo de la alimentación por ternero como el costo por kilogramo de ganancia se
redujeron linealmente con la reducción del consumo de concentrado y el incremento del
suministro de morera en la ración.
De acuerdo con estos resultados, la decisión de adoptar uno u otro sistema de suministro
de morera depende del valor relativo del concentrado, la producción de morera y el precio
final de los terneros

Conclusiones
La ración de morera suplementada con 1 kg de pienso permite ganancias de peso vivo
significativamente mayores y más rentables que la ración de forraje de guinea suplementada
con 50% más de concentrado.
El incremento del suministro de morera de 1,8 a 2,8% del peso corporal permite reducir el
consumo de concentrado en 50%
Con la disminución del concentrado y el suministro de follaje de morera disminuyó
linealmente el costo de la alimentación, lográndose incorporaciones tempranas de las novillas
Para alimentar una ternera desde los seis meses de edad y alcanzar el peso de
incorporación a la reproducción (320 kg) a los 18 meses, se requiere disponer de un área de
750 m2 sembrados de morera sin regadío por cada ternera alojada cuando se suministra
además 1 kg de concentrado, o un área de 1 200 m2/ternera cuando se suministra 0,5 kg de
concentrado.

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298
Nota técnica: Efecto de la inclusión de morera
(Morus alba) en la producción de leche*
E. Casanovas, A. Carranza, C. Caballero, R. Novoa y R. Valera 1

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 27 , No . 2 , 2004 .


1
Univ ersidad de Cienfu egos, Centro de Estudio para la Tran sformación Ag raria Sosten ible (CETAS), Cuba.

Resumen
El experimento se realizó en la vaquería de ordeño mecanizado San Ignacio 5,
perteneciente a la UBPC “San Nicolás” del municipio Rodas, provincia de Cienfuegos. Se
evaluó la suplementación con dos niveles de morera (Morus alba) en vacas lecheras del
genotipo mestizas Siboney de mediano potencial lechero, durante 33 días: 12 días de
adaptación y 21 días de evaluación. Se formaron tres grupos de cinco vacas cada uno,
homogéneos por la producción de leche, el peso vivo (444 kg) y los días de lactancia (36
días); el grupo A consumió la dieta basal: pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), king grass
var. CT 115 (Pennisetum purpureum cv. King grass), miel final, urea y sal mineral; el grupo
B: dieta basal + morera en base seca (BS) al 0,10% del PV; y el grupo C: dieta basal + morera
en BS al 0,20% del PV. Se obtuvo un incremento en la producción de leche en los
tratamientos B (0,56 kg) y C (2,12 kg) con respecto al A; este indicador presentó diferencias
significativas (p<0,05) en C al compararlo con A. Los indicadores de salud investigados
estuvieron, en todos los tratamientos, dentro de los valores fisiológicos para la categoría y no
se presentaron variaciones sustanciales. Se concluye que la inclusión de morera fresca al
0,20% (en base seca) del peso vivo incrementó la producción de leche; además, la
suplementación fue factible económicamente.
Palabras clave: Morus alba, producción lechera.

Abstract
The trial was carried out in the mechanical milking dairy San Ignacio 5, belonging to the
UBPC (Basic Unit of Cooperative Production) “San Nicolás” from Rodas municipality,
Cienfuegos province. Supplementation with two levels of mulberry (Morus alba) in dairy
cows from the Siboney half-breed genotype of medium dairy potential, was evaluated during
33 days: 12 days of adaptation and 21 days of evaluation. Three groups of five cows each
were formed, the groups were homogeneous regarding milk production, live weight (444 kg)
and lactation days (36 days); group A consumed the basal diet. Cynodon nlemfuensis, king
grass var. CT 115 (Pennisetum purpureum cv. King grass), final molasses, urea and mineral
salt; group B was fed basal diet + mulberry on dry base (DB) at 0,10% of LW; and group C
consumed basal diet + mulberry on DB at 0,20% of LW. An increase in milk production was
obtained in treatments B (0,56 kg) and C (2,12 kg) as compared to A; this indicator showed
significant differences (p<0,05) in C with regards to A. The health indicators studied were, in
all treatments, within the physiological values for the category and no substancial variations
were present. The inclusion of fresh mulberry at 0,20% (on dry base) of live weight was
concluded to increase milk production; besides, the supplementation was economically
feasible.
Key words: Morus alba, milk production

Introducción
La ganadería lechera actual en nuestro país necesita de un desarrollo sostenible, en el cual
los incrementos de las producciones estén basados en la eficiencia económica y en la
sustitución de concentrados y otros productos importados, por pastos y forrajes de elevada
calidad y pocas exigencias culturales.
Dentro de los sistemas promisorios para un desarrollo sostenible se encuentran los
sistemas silvopastoriles (Benavides, 1995; Pezo e Ibrahim, 1998; Simón, 2000), con la
incorporación de arbóreas en diferentes modalidades por su uso. La morera (Morus alba) ha

299
sido evaluada en la alimentación de los rumiantes con buenos resultados (Oviedo y Benavides,
1994; Oviedo, 1995), ya que ofrece un forraje con altos contenidos de proteína (Benavides,
1996; González, Ortega, Cáceres y Arece, 1999; Maldonado, Grande, Aranda y Pérez-Gil,
2000) y minerales (Benavides, 1996; Shayo, 1997; Espinoza y Benavides, 1999), además de
tener buena producción de biomasa comestible y alta palatabilidad (Martín, García, Reyes,
Hernández, González y Milera, 2000).
En una de las vaquerías de la UBPC “San Nicolás” del municipio Rodas, con sus áreas de
pastos acuartonadas, se ha comprobado mediante los balances alimentarios que el déficit de
proteína en los pastos es una limitante para el incremento de la producción de leche, la cual
no ha sobrepasado los 6,5 kg vaca - 1 como promedio en ordeño. Teniendo en cuenta los aportes
nutritivos de la morera y la existencia de un área con este cultivo en la vaquería #5, se planteó
como objetivo determinar la respuesta en producción de leche con dos niveles de inclusión de
morera fresca en la dieta, además de evaluar la hemoglobina y la proteína total como
indicadores de la salud.

Materiales y métodos
El experimento se realizó en la vaquería de ordeño mecanizado San Ignacio #5
perteneciente a la UBPC “San Nicolás”, del municipio Rodas (provincia de Cienfuegos),
ubicada en un suelo Pardo sin carbonatos típico, de textura arcilla ligera, topografía
ligeramente ondulada (4%) y poca profundidad efectiva (30-40 cm) (Academia de Ciencias de
Cuba, 1979).
La superficie destinada al pastoreo del grupo de alta se encontraba dividida en cuartones
de 0,9 hectáreas, con una población de pasto king grass CT-115 (Pennisetum purpureum cv.
King grass) y pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), que se utilizaba con una carga global de
2,22 vacas hectárea-1 y un tiempo de reposo de 30 días. La disponibilidad de los pastos era de
20 kg y 10 kg animal día - 1 , respectivamente. La morera ofrecida se cortó de un campo de la
vaquería de 0,25 ha, con una edad de 18 meses de plantada y una densidad de 25 000 plantas
ha - 1 , sin fertilización ni riego durante su período de establecimiento.
El experimento comenzó con un período de adaptación al consumo de la morera de 12 días
y un período experimental de 21 días. Se tomaron 15 vacas mestizas del Siboney, con tres
partos o más, entre 30 y 60 días de lactancia (promedio de 36 días), homogéneas por su
producción de leche por día y peso vivo (promedio de 444 kg), las cuales fueron distribuidas
en tres grupos en un diseño completamente aleatorizado, donde cada grupo fue un tratamiento
y cada vaca una unidad experimental. Los tratamientos fueron:
• Testigo, consumo de la dieta basal
• Morera en base seca al 0,10% del peso vivo + dieta basal
• Morera en base seca al 0,20% del peso vivo + dieta basal
La dieta basal estuvo compuesta por pasto estrella, king grass CT-115, miel final (1,0 kg),
urea (0,04 kg) y sal mineral (0,08 kg).
La morera fresca se ofreció por la mañana, inmediatamente después del ordeño. Se tuvo en
cuenta el rechazo cada 7 días para obtener el consumo real. El balance nutricional instantáneo
se realizó a partir de los análisis de la composición química de los alimentos (AOAC, 1980)
realizados en el laboratorio de bromatología de la Estación de Barajagua, Cienfuegos. Los
indicadores hematoquímicos se analizaron en el Laboratorio Provincial de Diagnóstico
Veterinario.
Se analizaron en cada grupo los siguientes indicadores:
• Producción de leche, kg
• Hemoglobina, g/% (metódica de Sahli)
• Proteína total, g/% (refractometría)
Para la valoración económica se emplearon las técnicas de presupuestación de capital
establecidas, el valor presente neto (VNA), el índice de rentabilidad (IR) y la tasa interna de
retorno (TIR).
Se partió de un rendimiento por hectárea de 55,0 t de biomasa comestible de morera,
capaz de suplementar 30 vacas días con la dosis encontrada para incrementar la producción de
leche en 2,12 kg día - 1 . Se tomó el precio mínimo de venta de 1 kg de leche en el año del
experimento, que fue de $0,85, y el período de establecimiento del cultivo (18 meses), por lo
que se consideró un período de aplazamiento de 6 meses. Se consideraron gastos adicionales
300
por concepto de salario y otros gastos (distribución de estiércol, avituallamiento, útiles y
herramientas) por valor de $2 827,56 y $663,60 anuales, respectivamente.
Los resultados se procesaron por el paquete estadístico SPSS versión 10,0 y se realizó un
análisis de varianza con la comparación entre medias por Duncan para un nivel de
significación de p<0,05.

Resultados y discusión
Los valores de la composición bromatológica fueron superiores en la morera con respecto
a las gramíneas utilizadas en el pastoreo. Es de destacar el mayor valor de proteína bruta
hallado en el presente trabajo, con respecto a los de otros autores (González, Ortega, Arece y
Cáceres, 2001; González y Cáceres, 2002), debido al predominio de hojas en la morera (tabla
1).
En cuanto a la producción de leche, existió un efecto positivo por la inclusión de la
morera fresca como suplemento en la dieta de las vacas. Los tratamientos B y C presentaron
aumentos de 0,56 kg (8,6%) y 2,12 kg (32,3%), respectivamente. Se obtuvo diferencias
significativas (p<0,05) a favor del tratamiento C con respecto al A al final de la evaluación
(tabla 2).
Roa, Muñoz, Galeano y Céspedes (2000), cuando utilizaron como suplemento en uno de
sus tratamientos el forraje de morera al 1,0% (en base fresca) del peso vivo, en vacas de
similar producción de leche, obtuvieron incrementos en relación a las que solo consumieron la
dieta basal de pasto estrella y king grass.
Como era de esperar, el aumento de la producción de leche en el presente experimento se
debió al mejor balance nutricional a medida que aumentó la inclusión del forraje de morera.
El balance alimentario mostró una mayor disponibilidad de MS, EM y PB, por 100 kg de peso
vivo para el tratamiento C, que superó al A en 107,0; 111,6 y 127,0%, respectivamente. En
condiciones de trópico húmedo Oviedo (1995), al sustituir el concentrado por forraje de
morera a razón de 1,03% de su peso vivo en vacas lecheras, no obtuvo diferencias
significativas, lo que demuestra el alto valor nutritivo de esta arbórea. Esquivel, Benavides,
Hernández, Vasconcelos, González y Espinoza (1996) y Hernández, Esquivel, Benavides,
Vasconcelos, González y Espinoza (1999) realizaron experimentos similares, al sustituir una
parte del concentrado por forraje de morera, pero en vacas de mayor potencial genético, y no
obtuvieron diferencias en la producción de leche ni en su calidad.
El porcentaje de rechazo fue del 10 y 8,8% para los tratamientos B y C, respectivamente,
lo que pudo deberse a que la morera se ofreció fresca y no finamente molida, como plantea
Sánchez (1998).
La influencia que ejercen las condiciones ambientales y de manejo posibilita la
aproximación de los indicadores bioproductivos a su máximo potencial relativo (Astudillo,
Zotteele y Dora, 1991), por lo que los indicadores hematológicos permiten inferir la
influencia que tiene la inclusión de los diferentes niveles de morera en las vacas lecheras.
La hemoglobina en sangre, en todos los grupos, durante los diferentes momentos se
mantuvo dentro de los valores fisiológicos para esta categoría: 8,5-12,0 g/% (Anon, 1990),
aunque hay que destacar que existió una tendencia al aumento de este indicador en los
animales que consumieron morera en BS al 0,20% de su peso vivo al finalizar la evaluación
(tabla 3).
Los valores en todos los grupos se mantuvieron cercanos a los límites inferiores de este
metabolito, lo que puede explicarse porque las vacas se encontraban en una fase temprana de
la lactación (Jones, Wildman, Troutt Jr., Lesh, Wagner, Boman y Lanning, 1982).
Los resultados de los análisis de la proteína total en sangre se encuentran dentro de los
parámetros fisiológicos establecidos para la especie: 5,9-6,4 g/% (Anon, 1990). Estos
indicadores que reflejan el metabolismo proteico presentaron pocas variaciones entre grupos y
momentos de análisis. Sin embargo, la concentración de proteína total aumentó un 0,22 (3,6%)
en el grupo testigo, el cual redujo su producción de leche en el período.
La relación existente entre los indicadores mostró que la producción de leche aumentó con
los niveles de inclusión de morera en la dieta y el mayor valor de la hemoglobina ocurrió en el
tratamiento C (9,78g/%); mientras que la proteína total mantuvo el mismo rango y descendió
en 1,6% en C, que presentó la mayor producción.

301
Aunque no se tomaron los pesos vivos de las vacas al final del experimento, con los
nutrientes aportados en la ración el grupo A no podía aumentar la producción de leche, a pesar
de encontrarse en un estadio temprano de su lactancia. Sin embargo, las vacas suplementadas
con morera tuvieron una respuesta positiva en la producción al incrementar su consumo.
Al analizar la factibilidad de la suplementación con morera fresca en base seca a razón de
0,20% del peso vivo de las vacas, se encontró un incremento en los valores de $15 970,77 por
la producción de leche; se tomó en consideración los rendimientos anuales esperados para
suplementar 30 vacas diariamente, con la siembra de 1 ha de este cultivo, para lo cual el gasto
de inversión fue de $4 843,37 correspondiente a las partidas de esquejes de morera (75,87%) y
materiales auxiliares.
Si se considera una tasa de descuento para el sector del 20%, se puede concluir que en un
plazo de 5 años de explotación de esta hectárea se alcanza un VAN de $42 924,22, con un
índice de rentabilidad o razón de costo-beneficio de $9,86 y un TIR de $342,86

Conclusiones
Se concluye que la inclusión de morera fresca como suplemento al 0,20% (en base seca)
del peso vivo, en la dieta de vacas lecheras en estadio temprano de la lactancia, incrementó la
producción de leche y mantuvo los indicadores hemoglobina y proteína total dentro de los
valores fisiológicos normales. Además, esta suplementación resultó factible desde el punto de
vista económico.

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303
Sumplementación de vacas lecheras en pastoreo
con morera (Morus sp.) en la zona alta
del valle central de Costa Rica*
I. Hernández 1 , J. Ésquivel 3 , J. Benavides 2 , Vasconcelos 3 ,
J. González 3 y E. Espinosa 3

* VI Taller Intern acion al Silvo pasto ril “Lo s árbo les y arb ustos en la Ganad ería”. Holgu ín . Cub a. 2004
1
Asisten te de lnv estigación , Pro yecto Cab ras/CATIE/GTZ.
2
Líd er Pro yecto Cab ras /C ATIE/GTZ.
3
Estu diante Ag rofo restería, Prog rama d e Maestría, CATIE.

Resumen
Se evaluó el efecto de diferentes niveles de sustitución de concentrado (0, 35 y 65% de
MS) con forraje de Morera. No existió efecto significativo entre los niveles de sustitución
sobre el rendimiento de leche (14,2, 13,2 y 13,8 kg/animal/día, respectivamente) y la calidad
(12,7, 12,5 y 12,5% de sólidos totales). El análisis económico parcial mostró que la
sustitución disminuyó el costo por concepto de alimentación.
Palabras clave: Morera, rendimiento de la leche, calidad, costo.

Abstract
Thé effect of different levels of substitution (0,35 and 65% on a DM basis) of
concentrates with Morera was evaluate. There was no significant effect of the level of
susbtitution on milk yield (14,2, 13,2 and 13,8 Kg/an/day for each level of substitution
respectively) and quality (12,7, 12,5 and 12,5% milk total solids). The partial economic
analysis showed that the substitution decrease feeding costs and improve the net income por
animal.
Key words: Mulberry, milk yield, quality, feeding costs.

Introducción
En Costa Rica y en otros países tropicales existen muchas especies de árboles y arbustos
con buenas características forrajeras debido al alto contenido en nutrimentos de su follaje y a
su capacidad para producir elevadas cantidades de biomasa por unidad de área (Benavides,
1991; Reed, 1991). Por estas características, el uso de su follaje puede contribuir a disminuir
la dependencia de insumos importados para la alimentación del ganado (Romero et al., 1991).
Dentro de las leñosas forrajeras se destaca la Morera (Morus sp.) cuyas hojas pueden tener
más del 20% de proteína cruda (PC) y entre 70 y 80% de digestibilidad in vitro de la materia
seca (DIVMS) (Benavides, 1994). Jegou et al. (1991) reportan una digestibilidad in vivo de
79% para la materia seca (MS) y 89% para la PC. Bajo condiciones de trópico húmedo, con
cuatro podas al año y fertilizando con estiércol de cabra, se han obtenido rendimientos de 30
trn MS/año, con 60% de material comestible (Benavides et al., 1994). Oviedo (1995)
menciona que, asociada con Poró (Erythrina poeppigiana), la Morera puede producir hasta 7,2
tm MS comestible/há/año aplicando sólo el follaje de Poró como abono verde.
Utilizando sólo Morera como suplemento a vacas en pastoreo en el trópico húmedo, la
producción de leche (13 kg/animal/día), no difirió significativamente de la obtenida con
concentrado comercial (Oviedo, 1995). Sin embargo no 50 encontró evidencia de la que podría
suceder con animales genéticamente superiores. En tal sentido, el objetivo del presente trabajo
fue evaluar el efecto de diferentes niveles de sustitución de concentrado por Morera, sobre la
producción de leche de vacas lecheras de mayor potencial productivo.

304
Materiales y métodos
El ensayo se realizó en condiciones de finca en una lechería de Coronado, San José , Costa
Rica a 1471 msnm, con una temperatura promedio de 16,7 0 C y una precipitación de 2892 mm
(Chinchilla, 1987). Se utilizaron 6 vacas Holstein con dos o más partos y una producción
inicial de 18 kg leche/an/día y 485 kq de peso vivo (PV). Los tratamientos, en base seca,
fueron: suplementación con 100% de concentrado comercial (TI); suplementación con 35% de
follaje de Morera y 85% de concentrado (T2); y suplementación con el 65% de follaje de
Morera y 35% de concentrado (T3), Se utilizó un diseño de cuadrado latino con sobrecambio
simple 3x3 (Lucas, 1957), con dos repeticiones Cada período contó con 21 días de los cuales
16 fueron de acostumbramiento y 5 de toma de datos La cantidad de follaje de Morera y de
concentrado se ajustó al 1,3% del PV en base seca al inicio de cada período
Los animales pastorearon junto con el resto de vacas en ordeño en potreros de pasto
kikuyo (Pennisetum clandestinum) y con algunos parches de estrelle africana (Cynodon
nlemfuensis). Los alimentos ofrecidos y rechazados se pesaron y muestrearon durante el
período de observación 1 a cada vaco individualmente, para determinar su contenido de materia
seca MS, PC y DIVMS. Cinco días antes, y durante el período de observación, se
suministraron 5 gramos de óxido crómico a cada animal con el fin de medir indirectamente el
consumo del pasto (Lascano, 1990). Además de la producción de leche, se midió el consumo
de MS, PC y energía digestible (ED). A la leche se le determinó el porcentaje de grasa,
proteína y sólidos totales.

Resultados y discusión
En la composición química de los alimentos destaca el menor contenido de PC de la
Morera con respecto a lo reportado por otros autores (Benavides, 1994; Benavides et al., 1994)
quienes mencionan valores superiores al 20,0%. Los niveles de DIVMS y ED fueron elevados
y comparables con los obtenidos por los mismos autores de 85,0% y 3,75 Mcal/kg MS,
respectivamente (Tabla 1).

Tabla 1. Contenido de materia seca, proteína cruda, energía digestible y


digestibilidad in vitro de la materia seca de alimentos utilizados
en la suplementación de vacas lecheras

% % % ED
Alimento de MS de PC de DIVMS Mcal/kg MS1
Kikuyo 23,0 8,0 65,0 2,9
Morera 25,4 16,1 80,0 3,5
Concentrado 91,5 17,7 85,0 3,7

1 /ED = (DIVMS*4 ,409 )/100

La calidad de la Morera fue superior a la del Kikuyo y ligeramente menor que la del
concentrado. Así mismo, fue muy superior a la de otros suplementos utilizados
tradicionalmente en la lechería tales como caña de azúcar, banano y gallinaza y que tienen
valores de 4,9; 4,8 y 19,2% de PC, respectivamente y de 2,9; 3,1 y 1,4 Mcal/kg MS de ED
respectivamente (Vargas, 1984).
Los consumos de MS total fueron adecuados para el tipo de animales utilizados y el nivel
de producción. Aunque no se observaron diferencias significativas entre tratamientos, el
consumo total disminuyó al incrementarse la participación de la Morera (Tabla 2)
posiblemente debido a un mayor llenado del rumen provocado por la inclusión de un material
más voluminoso como la Morera. Este consumo fue menor que el reportado por Oviedo
(1995), de 3,8% del PV en base seca, suplementando vacas lecheras bajo condiciones de
trópico húmedo. Un comportamiento similar se observó con los consumos de PC (1,9; 1,8 y

305
1,7 kg/an/día para cada nivel de sustitución respectivamante) y ED (50,6; 48,0 y 44,3
Mcal/an/día).
A pesar de la ligera disminución en el consumo de nutrimentos , no se detectaron
diferencias significativos (p<0,05) en la producción de leche, ni en su calidad, por efecto de
los niveles de sustitución (Tabla 3) Oviedo (1995) tampoco detectó diferencias significativas
en la producción de leche y en lo calidad de la misma, cuando reemplazó totalmente el
concentrado por Morera a razón de 1,03% de PV a vacas lecheras bajo pastoreo en
condiciones de trópico húmedo. El análisis parcial de los ingresos y los costos , considerando
sólo los gastos de alimentación, indica un mayor ingreso neto y una mejor relación
beneficio/costo por animal al reemplazar parte del concentrado por Morera (Tabla 4).

Tabla 2. Efecto sobre el consumo de la sustitución de concentrado


por follaje de Morera (Morus alba) sobre el consumo de
materia seca de vacas Holstein en pastoreo

Relación concentrado/Morera
Alimento 100/0 60/40 25/75
Concentrado MS kg/an/día
6,4 4,2 1,9
Morera 0 2,8 5,5
ab
Pasto 9,3ª 7,8 6,2b
Total 15,7 14,8 13,6
PV en base
Concentrado MS %
seca
1,3 0,8 0,4
Morera 0 0,5 1,1
b
Pasto 1,7ª 1,6 1,2b
Total 3,0 2,9 2,7

Tabla 3. Producción y calidad de la leche de vacas consumiendo


diferentes proporciones de Morera y concentrado

Relación Concentrado/Morera
Parámetro
100/0 65/35 35/65
Leche kg/an/día 14,2 13,2 13,8
Proteína de la leche % 3,0 3,0 2,9
Grasa de la leche % 3,6 3,6 3,5
Sólidos totales % 12,7 12,6 12,5

No se enco ntró d iferen cia signif icativa entre tratamientos, p<0,05 (Duncan)

306
Tabla 4. Relación parcial beneficio/costo por animal al utilizar
concentrado o Morera/concentrado en vacas lecheras
en pastoreo

Relación Concentrado/Morera1
2
Rubros, colones costarricenses
100/0 35/65
Concentrado 135 983 40 561
Corte y acarreo Morera 54 626
Distribución de estiércol 6 400
Depreciación3 6 010
Costos totales 135 983 107 560
Ingreso total 301 343 298 694
Ingreso neto 171 361 191 096
Rentabilidad, % 56 64

1/ Só lo se considera lo s costos de alimentación.


2 / Diciemb re de 1995 .
3 / Dep reciación a 10 años d e los costos d e establecimien to d e Mo rera. Adap tado de Re mo s , 199 6.

Conclusiones y recomendaciones
La sustitución del concentrado por Morera en el suplemento de vacas en pastoreo, no
afecta la producción de leche ni su calidad. Así mismo, el uso de Morera puede disminuir los
costos de alimentación y el uso de concentrado, Es recomendable realizar estudios a más largo
plazo para establecer el potencial real de la Morera en lactancias completas y evaluar su
efecto sobre parámetros reproductivos.

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308
Resultados preliminares del forraje de Morus alba
en la alimentación de vacas lecheras*
Milagros de la C. Milera, G. Martín, I. Hernández y Tania Sánchez 1

* Estación Experimental de Pastos y Fo rrajes “ Indio Hatuey”.


1
Rev. Avances de Investigación Agropecuaria. Colima. Colima. México. Vol.11, No. 2.

Resumen
El objetivo del presente trabajo consistió en evaluar el potencial del forraje de M. alba
con vacas mestizas para la producción de leche. El trabajo se desarrolló en Cuba, la cual se
encuentra localizada entre los 19o y 81' de longitud oeste. La Estación Experimental de
Pastos y Forrajes «Indio Hatuey» está ubicada en el municipio de Perico, provincia de
Matanzas, sobre un suelo Ferralítico Rojo, a los 22o 40' 7'’ de latitud norte y 81o 2' de
longitud oeste, a una altura de 10,91 msnm. La evaluación se hizo con vacas mestizas del
cruce Holstein x Cebú, que tenían 54 días de lactancia. El estudio se dividió en dos períodos:
en el primero (que duró 53 días) se suministró el forraje de morera ad libitum sin trocear y se
pastoreó de forma restringida en gramíneas mejoradas de secano sin fertilización; en el
segundo período los animales dispusieron de pastoreo de gramíneas mejoradas con un 10% de
un área establecida con Leucaena leucocephala y recibieron forraje de morera restringido
hasta el 1% del peso vivo; este tuvo una duración de 87 días. Se determinó la disponibilidad
de pasto, la composición bromatológica y el consumo de forraje de Morus alba, así como la
producción de leche de las vacas. El forraje de morera presentó altos valores de proteína y
bajos contenidos de fibra; los consumos en el primer período llegaron hasta 2,7% del peso
vivo. La producción de leche promedio fue 10,6 kg/vaca/día durante los 140 días de
evaluación y la máxima producción se registró en los primeros 53 días (1 kg/vaca/día). Los
resultados demostraron la alta calidad de la morera cuando se utiliza como forraje para la
alimentación de vacas mestizas. En las condiciones evaluadas es posible obtener
producciones de 10 litros por animal diariamente, cuando se utiliza el forraje de morera en
adición al pasto de especies mejoradas, sin suplementación de concentrados.
Palabras clave: Forraje, morera, producción de leche

Abstract
The objective of this work was to evaluate the potential of the M. alba forage with
crossed cows for milk production. The work was developed in Cuba, which is located at 19º
and 81’ of longitude west. The Research Station of Pastures and Forages «Indio Hatuey» is
located in the Perico municipality, Matanzas province, at 22º 40’ 7" of latitude north and 81º
2’ of longitude west, at 10,91 meters above sea level. The evaluation was performed with
Holstein x Zebu crossed cows, which had 54 days of lactation. The study was divided in two
periods: in the first one (which lasted 53 days) the mulberry forage was supplied ad libitum
without chopping and the animals grazed restrictedly improved grasses with neither irrigation
nor fertilization; in the second period the cows were allowed to graze improved grasses with
10% of an area established with Leucaena leucocephala and were supplied restrictedly
mulberry forage until 1% of the live weight for 87 days. The pasture availability,
bromatological composition and forage intake of Morus alba, as well as milk production of the
cows, were measured. The mulberry forage showed high values of protein and low contents of
fiber; the intake in the first period reached 2,7% of the live weight. The average milk
production was 10,6 kg/cow/day during the 140 days of evaluation and the highest production
was recorded in the first 53 days (1 kg/cow/day). The results showed the high quality of
mulberry when used as forage for feeding crossed cows. Under the conditions of the
evaluation it is possible to obtain productions of 10 liters per animal per day, when the
mulberry forage is used in addition to grazing improved species, without supplementation of
concentrates.
Key words: Forage, mulberry, milk production

309
Introducción
La morera se ha utilizado históricamente para la alimentación del gusano de seda. La
sericultura es la combinación de la cría de un insecto con el cultivo de una planta perenne
(Morus sp.), por lo que necesita ser planificada durante períodos largos y los resultados en
producción no pueden ser obtenidos en forma rápida.
Los productores tradicionales han disminuido sus rendimientos a tal extremo que países
como Japón (tercer productor mundial) y Corea (séptimo productor mundial) prácticamente
han desaparecido en menos de dos años. Estos países han seguido una «regla histórica» y una
ley general de la economía, la cual plantea que «en la medida que los países se vayan
industrializando, su producción de seda declinará y finalmente desaparecerá». Existen
numerosos ejemplos que comprueban esta teoría (Francia, Italia, España, Japón y Corea).
Después de la decadencia de la industria de la seda, el uso de la morera se ha diversificado
vertiginosamente. Dada su elevada adaptabilidad y grado de selección, se reportan más de una
decena de usos en el mundo, y en la actualidad más de 42 países la utilizan de una u otra
forma (García, 2003).
En la década del 90 se realizaron en Costa Rica un conjunto de trabajos en el Centro
Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) para evaluar el potencial de
Morus sp. desde el punto de vista agronómico y de su utilización como forraje,
fundamentalmente en ganado caprino y vacuno (Rojas y Benavides, 1994; Velásquez et al.,
1994). A partir de los resultados de estos estudios se abrió una nueva perspectiva para la
utilización de este forraje en sistemas de producción intensivos, por la alta productividad por
animal y por unidad de área que puede esperarse, así como por la posibilidad de integrar
recursos naturales con ganadería, a partir de alternativas agroforestales.
En 1996 se introdujeron en Cuba cuatro variedades de este género, las cuales
comenzaron a evaluarse junto a otras ya existentes en el país.
En los estudios agronómicos realizados con Morus sp., Martín et al. (2000) concluyeron
que con una frecuencia de poda de 90 días podían alcanzarse rendimientos de 25 t de
MS/ha/año y contenidos de proteína bruta de 15,63 y 21,39% para la biomasa total y las hojas,
respectivamente y demostraron la potencialidad de esta planta como forrajera en las
condiciones de la isla de Cuba.
El objetivo del presente trabajo consistió en evaluar el potencial del forraje de M. alba en
vacas mestizas para la producción de leche.

Materiales y métodos
Ubicación, suelo y clima. El área experimental se encuentra ubicada en el municipio de
Perico, provincia de Matanzas, sobre un suelo clasificado como Ferralítico Rojo lixiviado
(Hernández et al., 1999). Las coordenadas geográficas son: 22o 40' 7" de latitud norte y 81o 2'
de latitud oeste, a una altura de 10,91 msnm.
La precipitación anual durante el año experimental fue de 1 670,4 mm, superior al
promedio histórico (1 300 mm); de estos, 894,1 mm cayeron en el período de prueba (agosto-
diciembre). La temperatura promedio en el año fue de 23,8 º C.
Características del área experimental. La plantación de morera tenía un marco de
siembra de un metro entre hileras y 0,40 m entre plantas y una densidad de 25 000 plantas/ha.
El corte de establecimiento se realizó al año de sembrada, con el propósito de propiciar un
buen desarrollo del sistema radical; la fertilización fue con gallinaza, a razón de 300 kg de
N/ha en función de la composición de esta última (Cuadro 1). Se manejó en cuatro
aplicaciones en el período lluvioso y no se empleó en el poco lluvioso.

Cuadro 1. Composición bromatológica promedio (%) de la gallinaza

Materia seca Nitrógeno Calcio Fósforo Potasio


78,00 2,92 8,16 1,25 3,08

El área de pastoreo de las vacas estaba compuesta por gramíneas mejoradas (Panicum
maximum cv. Likoni, Cynodon nlemfuensis y Digitaria decumbens) y leguminosas herbáceas
(Neonotonia wightii y Teramnus labialis), así como por 10% de Leucaena leucocephala. No se
aplicó fertilización ni riego y las cargas no superaron las 1,5 vacas/ha.

310
Animales y manejo empleado. Se utilizaron tres vacas mestizas del cruce Holstein x Cebú,
homogéneas en su producción, edad y peso vivo; el peso vivo inicial fue 474 kg, con 54 días
promedio de lactancia, y se mantuvieron amamantando sus terneros durante los 140 días que
duró la evaluación. El ordeño se efectuó una vez al día, de forma mecanizada, en una sala de
ordeño del tipo espina de pescado. Los animales tenían acceso al forraje en establos de piso
ranurado, con comederos, bebederos y patio de ejercitación. La fracción comestible (hojas y
tallos tiernos) del forraje de morera se entregó en los comederos en dos etapas durante el
período experimental; estas se hicieron una a continuación de la otra; la evaluación se inició
en agosto y concluyó en enero. En la primera etapa (53 días) se ofreció la morera ad libitum
sin trocear; en la segunda etapa (87 días) la oferta de forraje se restringió: primero se entregó
sin trocear, a razón de 1% del peso vivo, y al final de esta etapa se troceó el forraje y la oferta
por animal promedió 0,7% del peso vivo (Esquema 1).

Esquema 1. Distribución de las etapas y la oferta de forraje en


el período experimental.

Período de evaluación (140 días)


Etapa I. Entrega ad libitum Etapa II. Entrega restringida
(53 días) (87 días)
Forraje de morera sin trocear Sin trocear Troceado
(1% del PV) (0,7% del PV)

Al iniciar la evaluación los animales se sometieron a un período de adaptación de 10 días


al nuevo alimento, se reguló la oferta según el rechazo y se disminuyó el tiempo de acceso al
pastoreo hasta cuatro horas, durante la mañana, el resto del tiempo permanecieron en el
establo.
En la segunda etapa, cuando se disminuyó la oferta de forraje, también se sometieron a un
proceso de adaptación durante 10 días y se incrementó el tiempo de acceso al pasto. En este
período los animales permanecían en los establos desde las 11:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., el
resto del tiempo tenían acceso al pastoreo. En ambos casos el forraje se entregó en tres
momentos.
El corte y acarreo del forraje de la morera (con una edad que osciló entre 60 y 120 días)
se efectuaba en el horario de la mañana y se depositaba a la sombra en la nave donde se
alojaban los animales, para luego ser distribuido en los comederos.
Procesamiento de los resultados: La producción de leche de las vacas se procesó a través
de un modelo multiplicativo con efecto de curva de lactancia (Menchaca, 1978), que se basa
en la representación algebraica de esta (Y n =an b e - c n ), según Wood (1969).
Se empleó el siguiente modelo:
Y=a + b log n + cn + d k + e i j k l
donde:
Y i j k l = log Y i j k l
a = log A, constante común a todas las observaciones
bc = parámetros de la curva de lactancia según la representación algebraica de Wood (1969)
n = n ésimo día de lactancia correspondientes a la observación Y i j k l é s i m a
d k = log d k , efecto k- ésimo mes de producción
e i j k l m = error experimental

Mediciones
Disponibilidad de materia seca. La disponibilidad del pasto se estimó por el método
alternativo propuesto por Martínez et al. (1990), que consiste en determinarla a través de la
altura media del pastizal. Los muestreos se realizaron todos los meses durante el período
experimental y se utilizaron 80 observaciones de ese indicador por cuartón.

311
En el caso de la arbórea Leucaena leucocephala se tomaron muestras de cinco árboles,
simulando con la mano la selección de las hojas que hace el animal, ordeñando las ramas y
tallos más tiernos hasta una altura de 1,5 metros.
Consumo de forraje. En el período de adaptación se midió, mediante pesaje, la oferta y el
rechazo del forraje diariamente, para determinar la entrega de alimento; después se realizó
con una periodicidad semanal.
Peso vivo de los animales. Con la ayuda de una cinta métrica se midió el perímetro
torácico de las vacas, según el método propuesto por Menéndez (1985). A partir de una tabla
de conversión se determinó el peso al inicio de comenzar la prueba.
Producción de leche. Se realizó un pesaje quincenal de la leche al 100% de los animales
durante el período experimental, para determinar la producción por vaca.
Análisis de laboratorio. Después de efectuar cada muestreo se enviaron muestras
representativas del pasto y los forrajes al laboratorio para determinar la composición química
del alimento. Los indicadores medidos fueron: materia seca (MS), proteína bruta (PB), fibra
bruta (FB), calcio (Ca) y fósforo (P), según las técnicas descritas por la AOAC (1990).
Balance alimentario retrospectivo. Se realizó el balance alimentario retrospectivo para las
vacas en producción durante la evaluación, utilizando el programa de computación ANALIT
en su versión 3,0 elaborada por el Instituto de Ciencia Animal (ICA).
Balance alimentario instantáneo. Este balance se desarrolló según la curva de Wood, a
partir de las producciones de las vacas en los primeros cuatro meses de lactancia, calcular el
potencial mínimo esperado en los animales en ordeño de la finca y en las vacas alimentadas
con forraje de morera.

Resultados
En el cuadro 2 se presenta la composición bromatológica de los pastos y forrajes
utilizados. El valor más bajo de PB y el más elevado en FB se observó en el forraje troceado,
lo cual pudo estar motivado por la influencia de la época, pues la evaluación se inició en el
período lluvioso y se concluyó en el poco lluvioso y el forraje troceado se entregó en la
segunda etapa (cuadro 2).
Las gramíneas presentaron un contenido aceptable de proteína bruta, si se considera que
estas áreas llevaban más de 10 años sin la aplicación de fertilizantes nitrogenados; a su vez, la
fibra bruta es un indicador de la calidad del pasto, ya que su incremento obedece a un
aumento de las partes menos digeribles de la planta. En el presente trabajo las gramíneas
tuvieron valores de fibra bruta de 29,31% y la leucaena registró 27,5%.

Cuadro 2. Composición bromatológica de las especies (%)


Especies FB PB Ca P
Gramíneas 29,31 7,01 0,510 0,180
L. leucocephala 27,58 20,86 1,883 0,368
Morus alba entera 16,46 24,74 1,78 0,417
Morus alba troceada 20,8 20,16 2,46 0,787

En la primera etapa, en la que se ofertó el forraje de morera sin trocear, se observó el


máximo consumo de MS a los 30 días (10,88 kg), que después se estabilizó (7,86 kg) hasta los
53 días. En la segunda etapa la oferta se disminuyó paulatinamente, hasta reducirla al 1% del
peso vivo. En el último período, cuando se suministró el forraje troceado, hubo un mejor
aprovechamiento del material ofertado y se alcanzó un consumo de 5,12 kg de MS por animal
(cuadro 3).

Cuadro 3. Consumo de forraje en los dos períodos experimentales


Oferta a voluntad Oferta restringida
Consumo Fracción
Máximo Estable Entera Troceada
Consumo MV kg/vaca/día 46,80 39,40 14,1 15,4
Consumo MS kg/vaca/día 10,88 7,86 3,21 5,12
% PV 2,20 1,70 0,7 1,0
312
La disponibilidad de pastos (MS/ha/rotación) en el área fue de 3,0 y 2,3 t en el período
lluvioso y en el poco lluvioso, respectivamente.
En el potencial mínimo esperado, según el balance instantáneo, se observa que la morera
puede satisfacer los requerimientos para producciones de más de 11 litros de leche por animal
diariamente (gráfica 1).

Gráfica 1. Potencial mínimo esperado en producción de leche.

En este sentido, en el cuadro 4 aparece reflejado el balance alimentario retrospectivo de


las vacas durante la primera etapa del período experimental, cuando se suministró el forraje a
voluntad. Se cubrieron los requerimientos de energía, proteína bruta y fósforo; sin embargo,
no se cubrieron las necesidades de calcio para ese nivel productivo.

Cuadro 4. Balance alimentario retrospectivo de las vacas. Primera etapa*

Alimentos Consumo EM PB Ca P
kg MS (Mcal/kg MS) (g/kg MS) (g/kg MS) (g/kg MS)
Guinea común 3,27 6,5 206 18,5 7,5
Leucanea 1,80 4,1 369 41,4 4,5
Morera 7,87 18,1 1 951 1,4 1,6
Total 12,97 28,7 2 527 61,4 13,6
Requerimiento 26,7 1 273 61,9 37,7
Diferencia 1,0 1259 -0,4 24,1

*Producción de leche: 10,6 litros/vaca/día; 3,8% de grasa, período lluvioso.

Por otra parte, al realizar el balance retrospectivo de las vacas durante la segunda etapa
experimental (cuadro 5), se comprobó que se cubrieron los requerimientos de todos los
nutrientes para ese nivel productivo. Se incrementó el consumo del pasto a partir de que la
morera se ofreció solo a razón del 1% de su peso vivo.

Cuadro 5. Balance alimentario retrospectivo de las vacas. Segunda etapa*

Alimentos Consumo EM PB Ca P
kg MS (mcal/kg MS) (g/Kg MS) (g/kg MS) (g/kg MS)
Guinea Común 6,91 12,4 391 35,4 14,3
Leucanea 1,80 4,1 369 41,4 4,5
Morera 3,93 9,0 976 0,7 0,8
Total 11,94 25,2 1 736 77,5 19,6
Requerimiento 22,6 903 46,9 30,7
Diferencia 2,9 833 30,6 -11,2

*Producción de leche: 6,0 litros/vaca/día; 3,8% de grasa, período lluvioso.

313
Las producciones promedio de leche en la primera etapa (53 días) fueron de 11,8
kg/vaca/día, sin diferencias significativas cuando se comparó con la segunda etapa. (cuadro
6). La producción de leche promedio por animal en los 140 días de evaluación fue de 10,62
kg/vaca/día; esta resultó alta en relación con la registrada por las otras vacas en esta misma
lechería, que en igual período de lactación producían dos litros menos de leche y disponían de
suplementos concentrados.

Cuadro 6. Constante mínimo cuadráticas obtenidas según el modelo definido


para la producción de leche

Producción de leche1
Efecto Parámetro ES± Retransformación Sign
(L/vaca/día)
Etapas
1 0,0952822 0,0474 1,094 10 % 11,8

2 -0.09052822 0,0474 0,913 9,9


1
Media de producción de leche según criterio de Word (1969) modificado por Menchaca (1980).

Discusión
La morera es un forraje de alta calidad, con bajos contenidos de fibra y altos en proteína;
por lo tanto, es una opción para la alimentación de los vacunos en el trópico, debido a que
pueden sustituir los concentrados en los países que los importan y de esta forma abaratar los
costos de producción. Los resultados de Martín (2004), indican la factibilidad de producir
este forraje en las unidades pecuarias, con un costo de producción y de utilización muy
inferior al precio de compra del concentrado que se está utilizando en las vaquerías del país.
Este forraje puede entregarse fresco, entero o troceado, o conservar los excedentes al sol y
ofrecerlos en los momentos de escasez en forma de harinas (Ojeda et al., 1998).
Rojas y Benavides (1994), en una evaluación del forraje de Morus con cabras,
concluyeron que su consumo y producción son superiores a los obtenidos en los trabajos
realizados con forrajes de otras leñosas, debido a los elevados niveles de digestibilidad de la
MS y la PB; ello abre la posibilidad de integrar recursos naturales y ganadería por medio de
alternativas agroforestales.
Estos mismos autores informaron valores de energía de 2,6 y 2,7 Mcal/kg MS para dietas
de king grass y Morus sp. con ofertas de 1,0 y 1,8 kg MS/100 kg PV; mientras que Jegou et al.
(1994) encontraron altos valores de digestibilidad de la MS y la PB para Morus sp. (79,3 y
89,5%, respectivamente).
La Morera posee contenidos de energía metabolizable de 10,2 MJ/kg de MS, estuvo entre
los más altos de las plantas estudiadas (Eliel et al 2002), sin embargo, en el caso de las
gramíneas mejoradas no rebasan de forma general las 2,3 Mcal/kg MS (García-Trujillo y
Cáceres,1984).
El pastoreo restringido a cuatro horas en las áreas de gramíneas compuestas por P.
maximum C. nlemfuensis y D. decumbens en la primera etapa de evaluación, contribuyó a que
las vacas dedicaran poco tiempo al consumo de la gramínea e hicieran elevados consumos del
forraje de Morera para completar sus requerimientos nutricionales. No obstante, de esta
forma, lejos de aprovecharlo como suplemento, se utiliza como voluminoso. La oferta se
fraccionó, pues cuando se entregó entero fue más difícil la manipulación por el volumen de
forraje que debía suministrarse por animal y se observó que troceado se aprovecha mejor y se
incrementa su consumo.
El área de pastoreo, compuesta por L. leucocephala cv. Perú y leguminosas herbáceas
(en el 10% del área total), contribuyó a la selección de un alimento de mayor calidad, lo cual
compensó la disminución de la oferta del forraje de morera, cuyo consumo rebasó el 1,0% del
PV. También hubo una mejor estabilidad en el consumo de morera y un menor gasto
energético de los animales, cuando se ofertó troceado.
Por su parte, L. leucocephala se destacó por su elevado contenido de proteína bruta. En
sentido general, los valores hallados fueron superiores al 20% y están dentro de los
informados con anterioridad por Milera (2001). La leucaena es un alimento de elevada calidad

314
en términos de proteína cruda y calcio; aceptable en energía y fósforo; además, posee una alta
digestibilidad y palatabilidad en comparación con las gramíneas tropicales.
Las producciones de leche obtenidas en este trabajo con animales mestizos son similares a
las alcanzadas por Oviedo y Castillo (1999). Estos autores, en un diseño de corto plazo
(cuadrado latino) cuando emplearon morera y concentrado (2,76 y 1% del PV para cada uno),
observaron producciones de 13,2 litros/vaca/día y concluyeron que el aporte de energía fue
similar en el concentrado y la morera, y que el beneficio económico es superior cuando se
emplea el forraje.
No obstante, en la segunda etapa experimental se puso de manifiesto que con abundante
disponibilidad de gramíneas mejoradas no es necesario la oferta ad libitum, ni de altos
volúmenes de forraje, pues los animales pudieran sustituir el consumo de la gramínea por el
de la morera y se desaprovecharía el alto valor nutricional de la planta. Cuando se oferta
troceada disminuye el volumen y el número de viajes en el acarreo, el consumo es más rápido
y se pueden incluir partes menos tiernas que son aprovechadas completamente por los
animales.

Conclusiones
Los resultados demostraron la alta calidad de la morera para utilizarla como forraje para la
alimentación de vacas mestizas.
En las condiciones evaluadas es posible obtener producciones de 10 litros por animal
diariamente, cuando se utiliza el forraje de morera en adición al pasto de especies mejoradas
sin la suplementación de concentrados.

Recomendaciones
Cuando no exista suficiente disponibilidad de pastos puede entregarse forraje de morera y
restringir el pastoreo.
Deben efectuarse estudios de inclusión en diferentes dietas, para evaluar el potencial de
este forraje en diferentes razas, así como en sistemas de producción.

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316
Morus sp. para la alimentación de bovinos en desarrollo
(Nota técnica)
Milagros Milera, Tania Sánchez y G. Martín

* Rev ista Pastos y Fo rrajes, Vo l. 33 , No . 1 , 2010 .


1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes“Indio Hatu ey”

Resumen
El trabajo se desarrolló en la Estación Experimental “Indio Hatuey” en la provincia de
Matanzas, sobre un suelo Ferralítico Rojo, con el objetivo de evaluar la inclusión del forraje
de morera en bovinos en crecimiento en condiciones de pastoreo. La prueba se realizó con
machos mestizos del cruce Holstein x Cebú, que tenían ocho meses de edad y un peso
promedio de 108 kg, y tuvo una duración de 140 días. En una primera etapa (53 días), el
forraje de morera se suministró ad libitum sin trocear y los animales pastorearon cuatro horas
durante la mañana, el resto del tiempo permanecieron en el establo; mientras que en un
segunda fase (58 días) estos animales recibieron el forraje de morera troceado y
permanecieron en los establos desde las 11:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., el resto del tiempo
tenían acceso al pastoreo. La disponibilidad de pasto fue de 3,5 y 2,8 t de MS/ha/rotación para
la primera y segunda etapa, respectivamente. El forraje de morera presentó altos valores en
proteína (20,5-24,6%) y bajos en fibra (16,6-20,3%); los consumos fueron de 3,93 y 3,12
kg/animal/día en cada etapa, respectivamente. Las ganancias fueron de 0,759 y 0,405
kg/animal/día en la etapa I y la II, respectivamente. Se concluye que la morera posee alta
calidad cuando se utiliza la biomasa comestible como forraje y se observó un mejor
aprovechamiento al entregar el forraje troceado. Además, con el uso de la morera los bovinos
en desarrollo pueden alcanzar ganancias superiores a los 0,400 kg/animal/día como promedio,
sin concentrado.
Palabras clave: Forraje verde, Morus sp., ternero

Abstract
The work was developed at the Experimental Station “Indio Hatuey” in Matanzas
province, on a Ferralitic Red soil, with the objective of evaluating the inclusion of mulberry
forage in growing bull calves under grazing conditions. The trial was conducted with
crossbred Holstein x Zebu bull calves, which were eight months old and weighed 108 kg as
average, and lasted for 140 days. In a first stage (53 days), the mulberry forage was supplied
ad libitum without being chopped and the animals grazed during four hours in the morning,
the remainder time they stayed in the barn; while in a second stage (58 days) the animals
received chopped mulberry forage and stayed in the barns since 11:00 a.m. until 5:00 p.m., the
remainder time they had access to grazing. The pasture availability was 3,5 and 2,8 t
DM/ha/rotation for the first and second stage, respectively. The mulberry forage showed high
protein (20,5-24,6%) and low fiber (16,6-20,3%) values; the intakes were 3,93 and 3,12
kg/animal/day in each stage, respectively. The gains were 0,759 and 0,405 kg/animal/day in
stage I and II, respectively. Mulberry is concluded to have high quality when the edible
biomass is used as forage and a better utilization was observed when supplying the chopped
forage. In addition, with the use of mulberry growing bulls can reach gains higher than 0,400
kg/animal/day as average, without concentrate.
Key words: Green forage, Morus sp., bull calf

317
Contenido

Introducción
En Cuba desde inicios de la década del 80 se han utilizado los sistemas con leguminosas
arbóreas para diferentes propósitos, y uno de ellos es la potenciación productiva de los
pastizales con la introducción de especies arbóreas. Han predominado los sistemas de
pastoreo-ramoneo; sin embargo, ha sido menos estudiado el corte y acarreo, aunque existen
algunos resultados con leguminosas arbustivas.
Las primeras investigaciones estuvieron centradas en el uso de Leucaena leucocephala
(Lam.); posteriormente se han realizado estudios con Albizia lebbeck (L.) Benth (Soca y
Simón, 1995), Gliricidia sepium (Jacq.) (Francisco y Hernández, 1998) y Morus alba, L.
(Martín et al., 2000), entre otras.
La morera es un árbol originario de Asia que se ha adaptado en nuestro país especialmente
para la producción de follaje, y se emplea en la alimentación de cerdos, cabras y vacas.
Además presenta contenidos de proteína bruta de 18 a 25% (Elizondo, 2003).
En este sentido, en 1996 se introdujeron variedades de Costa Rica y se han realizado hasta
la fecha investigaciones sobre aspectos agronómicos, composición bromatológica, valor
nutritivo y respuesta animal, entre otros (Martín et al., 2000; Milera et al., 2003). El objetivo
del presente trabajo fue evaluar el forraje de Morus sp. en la alimentación de bovinos en
desarrollo en condiciones de pastoreo.

Materiales, métodos y procedimientos


Ubicación, suelo y clima. El área se encuentra ubicada en el municipio de Perico,
provincia de Matanzas. El suelo del área experimental está clasificado como Ferralítico Rojo
lixiviado (Hernández et al., 1999). La precipitación en el año de evaluación fue de 1 670,4
mm, de la cual 894,1 mm ocurrieron en el período de la prueba (agosto-diciembre), mientras
que la temperatura fue de 23,8°C.
Manejo de la morera. La plantación tenía un marco de siembra de un metro entre hileras
y 0,40 m entre plantas, y una densidad de 25 000 plantas/ha. El corte de establecimiento se
realizó al año de sembrada, con el propósito de propiciar un buen desarrollo del sistema
radical; la fertilización con gallinaza se aplicó en cuatro momentos del período lluvioso, a
razón de 300 kg de N/ha en función de su composición (78,0% de MS; 2,92% de N; 8,16% de
Ca; 1,25% de P y 3,08% de K). No se empleó riego ni fertilización en el período poco
lluvioso. La fase experimental se desarrolló de agosto a diciembre de 1999. El corte y acarreo
del forraje de la arbórea se efectuó en el horario de la mañana, con una edad que osciló entre
60 y 120 días de cortada, y se depositaba a la sombra en la nave donde se alojaron los
animales, para después distribuirlo en los comederos.
Animales, manejo y alimentación. Se seleccionaron seis machos mestizos del cruce
Holstein x Cebú, que tenían ocho meses de edad y un peso promedio al iniciar la prueba de
108 kg, y se mantuvieron los 140 días que duró la prueba de observación, la cual se realizó en
dos etapas. En la primera (53 días) se ofreció la morera sin trocear y al iniciar la evaluación
los animales se sometieron a un período de adaptación de 10 días al nuevo alimento, se reguló
la oferta según el rechazo y se disminuyó el tiempo de acceso al pastoreo hasta cuatro horas
durante la mañana; el resto del tiempo permanecieron en el establo. En la segunda etapa (58
días) el forraje de morera se troceó y también la adaptación fue de 10 días. En este período los
animales permanecían en los establos desde las 11:00 am hasta las 5:00 pm, el resto del
tiempo tenían acceso al pastoreo. En ambos casos el forraje de morera se entregó en tres
momentos y se suministró en los comederos.
El área de pastoreo estaba compuesta por Panicum maximum cv. Likoni, sin fertilización
ni riego, con una composición florística de 86%. Por otra parte, la disponibilidad de MS en el
área de guinea fue de 3,5 y 2,8 kg/ha/rotación para la etapa I y la II, respectivamente.

318
Mediciones
Análisis de laboratorio. Después de efectuar cada muestreo, se enviaron muestras
representativas de pasto al laboratorio para determinar la composición química del alimento.
Los indicadores medidos fueron: materia seca (MS), proteína bruta (PB), fibra bruta (FB),
calcio (Ca) y fósforo (P), según las técnicas descritas por la AOAC (1990).
Peso vivo. Mediante una cinta métrica se determinó el perímetro torácico, por el método
propuesto por Menéndez (1985), una vez al mes durante la evaluación.
Oferta de forraje. En el período de adaptación se midió, mediante pesaje, la oferta y el
rechazo del forraje diariamente, para determinar la cantidad de alimento que se ofrecía;
después se realizó con una periodicidad semanal.
Análisis matemático. A las variables evaluadas se les aplicó estadística descriptiva
(media) con el programa estadístico SPSS en su versión 10.0 para Windows XP.

Resultados y Discusión
En el forraje troceado se observó el valor más bajo en PB y el más elevado en FB, pues
incluye algunas partes leñosas menos tiernas mezcladas con el resto, y al reducirlo a pequeñas
partículas el animal lo consume. Cuando se entregó el forraje entero se incluyeron los tallos
más tiernos y las hojas de la morera. De ahí que los animales pudieran seleccionar un material
de mayor calidad (tabla 1).

Tabla 1. Composición bromatológica de las especies (%).

Table 1. Bromatological composition of the species (%).

A su vez los valores de proteína son similares a los reportados por Ríos (2005) al evaluar
el uso de Morus sp. como sustituto del alimento concentrado para corderos en crecimiento
(23,1%). Por tanto, la morera se puede utilizar como banco de proteína y constituye una
opción para la alimentación de rumiantes (Murgueitio, 2009; Rodríguez, 2009).
El empleo de forrajes de alta calidad, con bajos contenidos en fibra y altos en proteína
para la alimentación de animales en desarrollo, puede constituir una opción para sustituir los
concentrados importados.
Al analizar la composición química de las gramíneas, estas presentaron un contenido de
proteína bruta aceptable (7%), teniendo en cuenta que estas áreas llevaban más de 10 años sin
la aplicación de fertilizantes de ningún tipo.
Por otra parte, la fibra bruta es un indicador de la calidad del pasto, ya que su incremento
se debe a un aumento de las partes menos digeribles de la planta. En el presente trabajo las
gramíneas tuvieron valores de fibra bruta de 28,2%, que son aceptables para estas
condiciones.
En la primera etapa, cuando se ofreció el forraje de la parte comestible (hojas y tallos
tiernos) de morera sin trocear, se observó un consumo de MS de 3,93 kg de MS/animal/día que
representó el 2,6% del peso vivo de los animales. Milera et al. (2007) obtuvieron similares
valores de consumo en correspondencia con el peso vivo (2,2%), al estudiar el potencial de la
morera con vacas mestizas del cruce Holstein x Cebú, donde se suministró la morera sin
trocear y se pastoreó de forma restringida en un sistema de gramínea sin fertilizar.
En la segunda etapa cuando se ofreció la morera troceada, el consumo fue de 3,12 kg de
MS/animal y representó 1,7% del peso vivo (tabla 2), lo cual es un reflejo del incremento del
tiempo de pastoreo en los animales.
En este sentido, se observaron ganancias de 0,717 kg/animal/día cuando recibieron la
morera entera (2,6% del PV); mientras que en la segunda etapa, cuando se ofreció troceada,
las ganancias fueron inferiores (0,404 kg/animal/día) (fig. 1), lo cual es un reflejo de un grupo
de factores entre los que se encuentra el pastoreo restringido a cuatro horas en áreas de P.
maximum en la primera etapa de la prueba. Ello contribuyó a que los animales dedicaran poco
319
tiempo al consumo de la gramínea e hicieran altos consumos del forraje de morera, ya que en
la segunda etapa tuvieron un mayor tiempo de pastoreo. Además, el forraje tenía valores
superiores al pasto, en términos de proteína y fibra bruta. A su vez, la morera entera
suministrada en el primer período garantizó a los animales una mayor capacidad de
seleccionar las hojas y los tallos tiernos, de ahí las mejores ganancias.

Tabla 2. Consumo de morera durante el estudio.

Fig. 1. Comportamiento de la ganancia por etapa.

Las ganancias alcanzadas en este trabajo son superiores a las obtenidas por Velásquez
(1994), las cuales no sobrepasaron los 0,195 kg/animal/día para animales en crecimiento de
10-12 meses, con oferta de 1,5% del PV al utilizar forraje de Morus sp. y ensilaje de sorgo.
Oviedo y Benavides (1999), al emplear forraje de morera (50%) y concentrado (50%) para
terneros en pastoreo, obtuvieron ganancias de 0,742 kg/animal/día, similares a las encontradas
en la primera etapa de esta prueba.
A su vez, las ganancias del presente trabajo se asemejan a las obtenidas por García et al.
(2006) al estudiar la inclusión de la morera (A: 1 kg de concentrado + 1,8% del PV con
morera; B: 0,5 kg de concentrado + 2,8% del PV con morera, y un control suplementado con
1,5 kg de concentrado) en terneras en desarrollo, con un peso inicial y condiciones de
pastoreo semejantes a las utilizadas en este estudio. Las mejores ganancias se hallaron en los
tratamientos con morera (0,583 kg/animal/día).
Se concluye que la morera posee una alta calidad cuando se utiliza la biomasa comestible
como forraje y se observó un mejor aprovechamiento al entregarlo troceado. Además, con el
uso de esta especie los bovinos en desarrollo pueden alcanzar ganancias superiores a los 400
g/animal/día, sin concentrado.

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321
Consideraciones sobre el potencial productivo
de una hectárea de morera*
G. J. Martín, F. Ojeda y Aida I. Cruz 1

*Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Ind io Hatu ey”.


1
Ad aptado d e la Tesis p resen tad a en op ción al grado cien tíf ico d e Do cto r en Ciencias Ag ríco las.

Resumen
El objetivo de este artículo fue determinar los costos de establecimiento y explotación de
una hectárea de morera para la alimentación animal en Cuba. Para la época de lluvia se utilizó
el rendimiento y la composición bromatológica de la plantación con 60 días de rebrote y
fertilización de 300 kg de N/ha (18,6% de PB y 10,20 MJ/kg MS). En la época de seca se
utilizó el rendimiento y la composición bromatológica de la plantación con 90 días de rebrote
(18,5% de PB y 10,20 MJ/kg MS). El rendimiento de la morera y su valor nutricional
dependen de la edad de rebrote y de la época del año. Los costos de explotación mostraron
que para el mantenimiento y el uso de una hectárea de morera como forraje, se requiere gastar
701,00 pesos, distribuidos en 414,12 pesos y 286,88 CUC. En cálculos teóricos realizados a
partir de los contenidos de PB y de energía metabolizable determinados en el forraje
comestible de la morera, una hectárea de esta planta puede sustituir más de seis toneladas de
concentrado por año. EL forraje de la morera, puede ser producido en su propia finca,
garantizando producciones técnicamente viables, económicamente factibles y ambientalmente
aceptables.
Palabras clave: Morera, costos, explotación.

Abstract
The objective of this work was to determine the establishment and exploitation costs of a
hectare of mulberry for animal feeding in Cuba. For the rainy season the yield and
bromatological composition of the plantation with 60 days of regrowth and fertilization of 300
kg N/ha (18,6% CP and 10,20 MJ/kg DM) was used. The yield of mulberry and its nutritional
value depend on the age of regrowth and the season. The exploitation costs show that for the
maintenance and use of a hectare of mulberry as forage, it is necessary to spend $701,00
pesos, distributed in 414,12 pesos and 286,88 CUC. In theoretical calculations carried out
from the contents of CP and metabolizable energy determined in the edible forage of
mulberry, a hectare of this plant can substitute more than six tons of concentrate per year. The
forage of mulberry can be produced in the farm itself, guaranteeing technically viable,
economically feasible and environmentally acceptable productions.
Key words: Mulberry, costs, exploitation.

Introducción
Los resultados de investigaciones realizadas en diferentes países (Benavides, 2002 y Almeida,
Fonseca, 2002b; Martín, 2004) han demostrado las potencialidades productivas de la morera
para su uso como forraje en un sistema de producción animal sobre bases sostenibles.
A continuación se relaciona el potencial nutricional y los costos de establecimiento y explotación de una
hectárea de morera para la alimentación animal en Cuba.
Las premisas que se tuvieron en cuenta fueron las siguientes:
• Para la época de lluvia se utilizó el rendimiento y la composición bromatológica de la
plantación con 60 días de rebrote y fertilización de 300 kg de N/há (18,6% de PB y 10,20
MJ/kg MS).
• Para la época de seca se utilizó el rendimiento y la composición bromatológica de la
plantación con 90 días de rebrote (18,5% de PB y 10,20 MJ/kg MS).

322
El rendimiento de la morera y su valor nutricional dependen de la edad de rebrote y de la
época del año (Tabla 1). Durante el período de lluvia se obtienen los mayores rendimientos de
materia seca, proteína bruta y energía metabolizable, resultado similar al de otras especies
forrajeras.

Tabla 1. Rendimiento de materia seca, proteína bruta y energía


metabolizable de una hectárea de morera (Martín, 2004)

Resultado
UM
Indicador Lluvia* Seca** Año
Biomasa comestible t/há 6,5 1,8 8,30
Producción de proteína t/há 1,209 0,333 1,54
Energía metabolizable MJ 56 355 15 606 71 961

*Frecuencia de corte de 60 días


**Frecuencia de corte de 90 días

En la Tabla 2 se resumen los costos necesarios para desarrollar y establecer una hectárea
de morera, los cuales ascienden a 2 927,44 pesos, desglosados en 182,64 pesos por
preparación de tierra, 2 561,20 pesos por la siembra y 183,60 pesos por las atenciones
culturales. El gasto en MLC es de solamente 96,23 dólares.
En la siembra pudieran reducirse los costos en la medida que disminuya el precio de la
semillas (propágulos), lo cual podrá lograrse cuando se incremente la utilización de esta
planta, pues los tallos con cuatro meses de rebrote pueden ser empleados para la propagación
de forma exitosa, con una capacidad de multiplicación de hasta 12 ha a partir de una hectárea
(Gómez, 1999).

Tabla 2. Costo de desarrollo y establecimiento de una hectárea de morera

Importe Importe
Actividad UM Total
MN MLC
Preparación de tierra Pesos/há 182,64 96,23 278,87
Roturación Pesos/há 51,91 51,91
Grada Pesos/há 26,91 26,91
Cruce Pesos/há 51,91 51,91
Recruce Pesos/há 51,91 51,91
Siembra Pesos/há 2561,20 2561,20
Semillas Pesos/há 2500,00 2500,00
Siembra: Pesos/há 61,20 61,20
Atenciones culturales Pesos/há 183,60 183,60
Limpieza manual Pesos/há 183,60 183,60
Total Pesos/há 2927,44 96,23 3023,67

Los costos de explotación (Tabla 3) muestran que para el mantenimiento y el uso de una
hectárea de morera como forraje, se requiere gastar 701,00 pesos, distribuidos en 414,12 pesos
y 286,88 CUC.

323
Tabla 3. Costo de explotación de una hectárea de morera

Actividad Importe MN Importe USD Total


Limpieza manual 183,60 183,60
Fertilización (fertilizante) 286,88 286,88
Fertilización (mano de obra) 61,20 61,20
Corte y acarreo 169,32 169,32
Total 414,12 286,88 701,00

Tomando como referencia un concentrado comercial de buena calidad, este puede tener
20,9% de PB y 11,95 MJ/kg MS de EM (García-Trujillo y Pedroso, 1989). Si se tiene en
cuenta que una hectárea de morera puede producir en un año 1 540,00 kg de PB, ella puede
sustituir el equivalente a 7 368,4 kg de concentrado, es decir, 7,4 t de ese alimento. De la
misma manera produce en energía 71 961,00 MJ, lo que equivale a 6 021,8 kg de concentrado,
es decir, 6,02 t.
En cálculos teóricos realizados a partir de los contenidos de PB y de energía
metabolizable determinados en el forraje comestible de la morera, una hectárea de esta planta
puede sustituir más de seis toneladas de concentrado por año. Si se tiene en cuenta que en la
actualidad los precios de los concentrados son superiores a 200,00 CUC por tonelada, ello
significa que una hectárea de morera puede sustituir la importación de 6,0 t de concentrado,
que significan un valor mínimo de 1 200,00 CUC. Si a ello se agrega que la morera es una
planta perenne y sus costos de establecimiento (por una sola vez) no sobrepasan los 100
CUC/há y los costos de explotación anual (si se utilizan fertilizante químico importado, lo
cual no es necesario) no son superiores a los 290,00 CUC por hectárea, entonces estamos en
presencia de un forraje que puede sustituir a los concentrados importados tanto desde el punto
de vista biológico como económico.
Sirvan estas reflexiones para que el interesado pueda realizar sus propios análisis y
definir qué utilizar para la alimentación animal, concentrados importados o forrajes como el
de la morera, el cual puede ser producido en su propia finca, garantizando producciones
técnicamente viables, económicamente factibles y ambientalmente aceptables.

Referencias bibliográficas
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composición bromatológica de Morus alba Linn. Tesis presentada en opción al grado científico
de Doctor en Ciencias Agrícolas. Universidad de Matanzas. Matanzas, Cuba. 95 p.

324
CAPÍTULO VII.
Otros usos de Morus spp.
El desarrollo de la sericultura
Maykelis Díaz y J. C. Lezcano 1

1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.

Resumen
La sericultura es la combinación de la cría de un insecto con el cultivo de una planta
perenne, llamada Morera (Morus alba, entre otras especies). Esta es una actividad que no
necesita de cuantiosas inversiones ni esfuerzos físicos, pero si requiere de una esmerada
dedicación y cuidado. La morera es el alimento que durante la vida del gusano les aporta el
almidón, el cual transforman en una hebra, que puede llegar a alcanzar los 1 500 m de
longitud en cada capullo. El proceso por el que atraviesa la cría del gusano de seda es
complejo, debido a que este insecto completa su ciclo de vida entre la tercera y cuarta semana,
y su cuerpo crece al mismo tiempo cerca de 10 000 veces en peso desde el momento del
nacimiento, y así como crece, tiende a consumir en los días máximos cerca de 500 veces más
morera comparado con el día de su nacimiento. La sericultura es una actividad donde el
trabajo diario se aprovecha eficientemente. El proceso demanda alrededor de 40 días por
cosecha incluyendo las labores de aseo, preparativos para la próxima cría y mantenimiento del
cultivo. Los consumidores actuales de la seda se inclinan por la alta calidad y la estética del
producto final, de igual forma es posible integrar el uso de cierto número de alternativas
dentro de los proyectos de sericultura, buscando un uso distinto a la producción de seda tales
como: pupas y morera para alimentación humana y animal, productos de cosmetología
provenientes de aceites y cremas obtenidos de la pupa y las larvas, productos de farmacología
y medicina, a partir de morera y de larvas y también el uso del gusano de seda como una
herramienta en biotecnología.
Palabras clave: sericultura, gusano de seda, morera.

Abstract
Sericulture is the combination of rearing an insect with the cultivation of a perennial plant
called mulberry (Morus alba, among other species). This is an activity that requires neither
high investments nor physical efforts, but it does need careful dedication and attention.
Mulberry is the feedstuff that during the life of the silkworm supplies starch to it, which is
transformed into a thread that can reach 1500 m of length in each cocoon. The process
undergone by the silkworm rearing is complex, because this insect completes its life cycle
between the third and fourth week, and its body grows at the same time about 10000 times in
weight since the moment of birth, and as it grows, tends to consume in the peak days about
500 times more mulberry as compared to the day of its birth. Sericulture is an activity in
which the daily work is utilized efficiently. The process demands around 40 days per harvest
including the cleaning labors, preparation for the next rearing and maintenance of the crop.
The current consumers of silkworm favour high quality and aesthetics of the final product,
likewise, it is possible to integrate the use of a certain number of alternatives within
sericulture projects, searching for a use different from silk production such as: pupas and
mulberry for human and animal feeding, cosmetology products from oils and creams obtained
from the pupas and the larvae, pharmacological and medicinal products from mulberry and
larvae, as well as the use of the silkworm as a tool in biotechnology.
Key words: Sericulture, silkworm, mulberry.

326
Introducción
Cuando se hace referencia a la seda, enseguida se piensa en la hermosa y glamorosa tela
que se utiliza para la confección de numerosos tejidos de alta calidad y otros productos
textiles. Sin embargo, esta es mucho más que eso, es la fibra que conforma el capullo del
gusano de seda. Cada retazo de seda es el resultado de un sorprendente proceso de gestación,
eclosión, muda y metamorfosis del insecto Bombyx mori.
Según Cifuentes y Wook (1998) la seda es un material natural con características de
confort excelentes, pues absorbe la humedad y posee propiedades antialérgicas. Por otra parte,
ofrece finura, resistencia, lustrosidad y afinidad a la piel, lo que reafirma la calidad de esta
hermosa fibra.

¿Qué se conoce por sericultura?


La sericultura es la combinación de la cría de un insecto con el cultivo de una planta
perenne, llamada Morera (Morus alba, entre otras especies). Esta es una actividad que no
necesita de cuantiosas inversiones ni esfuerzos físicos, pero si requiere de una esmerada
dedicación y cuidado; por otra parte, requiere de un estricto control de factores tales como:
temperatura, humedad y limpieza de la sala de cría de los gusanos y del alimento a ofertar, el
cual debe ser fundamentalmente hojas de morera fresca de la mejor calidad.
La morera es el alimento que durante la vida del gusano les aporta el almidón, el cual
transforman en una hebra, que puede llegar a alcanzar los 1 500 m de longitud en cada
capullo. Sin embargo, se estima que aproximadamente 500 m de hebra a penas llegan a
alcanzar un peso de 130 miligramos de seda; por lo que cada metro, convertido en miligramo,
resulta sumamente caro en valor monetario y esfuerzo (Paihé, 2005).
El gusano de seda produce el capullo después de las tres o cuatro semanas de su
nacimiento. Una semana más tarde, este está listo para ser cosechado y vendido. En el trópico
se pueden lograr entre cinco y más crías del gusano de seda no así en otras regiones del
mundo.
El proceso por el que atraviesa la cría del gusano de seda es complejo, debido a que este
insecto completa su ciclo de vida entre la tercera y cuarta semana, y su cuerpo crece al mismo
tiempo cerca de 10 000 veces en peso desde el momento del nacimiento, y así como crece,
tiende a consumir en los días máximos cerca de 500 veces más morera comparado con el día
de su nacimiento. La cantidad de morera suministrada se incrementa día a día. En el
transcurso de su crecimiento el gusano duerme 4 veces o cambia la piel cuatro veces. Durante
las mudas o dormidas no necesita ser alimentado. Como puede observarse, las operaciones de
cría son un poco complicadas, lo que significa que es muy difícil mecanizar dichas
operaciones y por lo tanto resulta más factible la utilización intensa de la mano de obra
(niños, mujeres y ancianos) (Cifuentes y Wook., 1998).
La sericultura es una actividad donde el trabajo diario se aprovecha eficientemente. El
proceso demanda alrededor de 40 días por cosecha incluyendo las labores de aseo,
preparativos para la próxima cría y mantenimiento del cultivo (Cifuentes y Wook., 1998), lo
que indica el cuidado a seguir con esta actividad. Al mismo tiempo constituye una
oportunidad para mejorar los niveles de vida de la población rural a través del desarrollo o la
creación de una demanda doméstica de los productos relacionados con la seda, no obstante,
cuando la sericultura se va a establecer en áreas sin tradición serícola, es necesario tener en
cuenta algunos aspectos sociales y culturales de la población, y fundamentalmente es
necesario valorar el papel que tiene la mujer como ente clave en la conformación de la mayor
parte de la fuerza de trabajo que se utiliza para este fin.
Es notorio resaltar que ningún desarrollo serícola en Cuba puede funcionar de forma
sostenible sino se tiene en cuenta a la investigación como factor importante en este proceso.
Por tanto, la calidad de la producción que se obtenga y toda la innovación depende en gran
medida del desarrollo de las actividades investigativas, pues ello permitirá adaptar la
tecnología a las condiciones socioeconómicas y ambientales del país.

327
Breve esbozo histórico de la sericultura
El verdadero origen del gusano de seda, Bombyx mori, no está totalmente esclarecido
hasta la fecha; no obstante, se considera que es originario de China, país donde la cría, el
devanado de capullos y la fabricación de telas, se remontan a varios ciclos siglos antes de
nuestra era (Cifuentes y Wook, 1998).
Hasta el momento, los estudiosos en la materia no han establecidos contactos que
permitan estrechar investigaciones conjuntas, así como tampoco han permitido el intercambio
de ideas y de conocimientos técnicos que ayuden a develar el misterio sobre el lugar exacto
del nacimiento y desarrollo de este insecto. Sin embargo, diversos investigadores afirman que
el actual gusano de seda pudo originarse de una mutación y luego tomó sus características
propias según el clima, las variaciones térmicas, la altitud y la alimentación, entre otros
factores influyentes capaces de producir cambios en sus condiciones básicas de vida
(Cifuentes y Wook, 1998).
Cuenta la historia que en el año 2 698 antes de nuestra era, la Emperatriz Hsi-Ling-Shih,
descubrió fortuitamente el devanado de los capullos de seda. La leyenda que llegó hasta
nuestros días, dice que mientras bebía una taza de té a la sombra de las moreras de su jardín,
cayó en su taza un capullo y por efectos del calor de la infusión se desprendieron varios hilos
que asombraron a la noble dama. Los hilos suaves y resistentes, motivaron a la inquieta
princesa a obtener más, empleando la misma técnica, o sea sumergiéndolos en agua caliente,
para con ellos hacer tejer una tela (Lacerca, 1983; Cifuentes y Wook, 1998).
El resultado de esta primera experiencia se considero excelente, pues la calidad de esta
tela superó a las demás conocidas hasta el momento, el éxito causó impacto y fue del regocijo
de la princesa quién enseño a las damas de su corte el arte de criar los gusanos de seda y
cultivar moreras en sus jardines.
Las primeras crías del gusano se realizaron libremente en las copas de las moreras de los
bosques, así como también en otros árboles afines cultivados para este cometido con el
objetivo de encontrar el alimento ideal, fue así que transcurrieron más de 30 siglos hasta
llegar al empleo de las técnicas de multiplicación en cautiverio.
En Cuba, desde el siglo XIX y en la década del 30 del siglo XX, se realizaron esfuerzos
para desarrollar un programa de sericultura en diferentes regiones del país, con el cual, por
causas aún no esclarecidas, no se logró alcanzar una cultura para realizar esta actividad, pues
según los testimonios de vecinos del Central España Republicana situado en la provincia de
Matanzas (donde existía una plantación representativa par la cría del gusano de seda), se
conoció que la sericultura fracasó fundamentalmente porque las plantas de morera fueron
seriamente afectadas por una plaga perteneciente a la superfamilia cocoidea.
En octubre de 1996, los investigadores de la EEPF «Indio Hatuey» introdujeron en Cuba
el cultivo de la morera (Morus sp.) con el propósito de ser utilizada en la alimentación
ganadera por la alta calidad nutricional de sus hojas y la gran aceptabilidad que esta produce
en los animales. De ahí que esta fue la primera Institución en promover el uso de esta planta
dentro de los sistemas sostenibles para la alimentación animal.
Gracias a los avances obtenidos en las investigaciones relacionadas con la morera, en el
2001 el presidente de la compañía NENEKA S.A visitó la EEPF «Indio Hatuey», acompañado
de un especialista FAO en sericultura, los cuales propusieron la introducción, fomento y
desarrollo de la sericultura en Cuba, como una de las alternativas en la agricultura y darle un
uso complementario al cultivo. Dicha empresa expresó su disposición en colaborar con el
apoyo financiero para el impulso de esta actividad. En estos momentos se han llevado a cabo
varias crías del gusano de seda con resultados alentadores y se pretende extender esta
experiencia a comunidades con el objetivo de contar con una nueva fuente de ingresos y
empleo para el sector rural.

El Gusano de seda: algunos aspectos generales


El insecto que produce seda a partir de la morera es una especie domesticada que ha sido
explotada por más de 4 500 años. Este insecto pertenece a la familia Bombycidae, orden
Lepidoptera, clase Insecta y especie Bombyx mori.
Es conocido que el gusano de seda, no es una gusano como tal sino una oruga. Se informa
que aunque muchos insectos se envuelven en capullos de fibra, sólo los de la mariposa de la
seda, y otras pocas especies próximas se emplean en la industria de la seda.

328
Los gusanos de seda poseen un par de glándulas salivares modificadas, llamadas glándulas
de la seda, que emplean para tejer capullos. Las glándulas de la seda segregan un líquido
transparente y viscoso que sale a presión por unos orificios, conocidas como hileras, que hay
en las piezas bucales de la larva; el líquido se endurece en contacto con el aire. El diámetro de
la hilera determina el grosor del hilo de seda producido (Microsoft Encarta, 2006).
La crianza del gusano de seda (Bombyx mori) consta de 2 etapas fundamentalmente (Fiallo
y Prieto, 2004). En la primera etapa se describe el modelo de crecimiento del embrión con los
diferentes estados: pre-hibernación, hibernación, sobre-desecación, crítico, organogénesis y el
estado completo del desarrollo larvario. La segunda etapa consiste en la crianza a las
diferentes edades.
• 1ra. Edad
Una vez que ocurre el nacimiento las larvas se cubren con papel para que estén en
completa oscuridad (24 hr); al día siguiente se destapan y se exponen a la luz 1 ó 2 horas;
después de este tiempo se comienzan a alimentar con las hojas bien tiernas y picaditas de la
planta. La temperatura y la humedad en la sala de crianza deben estar controladas para esta
fase por encima de 27 o C y 90% de humedad relativa. A los 3 días de la alimentación ocurre la
primera muda o dormida, este proceso dura aproximadamente 12 horas y se le llama muda de
la primera edad; se alimentan dos veces al día y se les hace cambio de cama, es decir, cuando
los gusanos están despiertos se les pone encima una malla y sobre esta la comida, los gusanos
suben a comer y se retira el desecho (orina, excreta y desechos de alimento); estos desechos
constituyen un excelente abono orgánico.
• 2da. Edad.
Esta fase dura dos días de alimentación y uno de muda; terminada la muda se procede a
hacer la limpieza de cama; la temperatura óptima es de 28oC y 80% de humedad relativa; para
la alimentación se toma la segunda y tercera hoja de la planta.
• 3ra. Edad.
Esta etapa dura tres días de alimentación; se les suministra alimento tres veces al día; la
muda la realizan en un día o día y medio; la temperatura es de 27 o C y la humedad de 75-80%;
se toma para la alimentación hasta la quinta hoja.
• 4ta. Edad.
La alimentación se les proporciona tres veces al día; las hojas se colectan a partir de la
quinta hoja; este proceso dura de 4 a 6 días; la temperatura debe estar alrededor de los 25 o C y
la humedad relativa inferior al 70%; la muda tarda dos días. En esta fase se hace cambio de
cama; el gusano, en esta fase, no orina, sólo excreta.
• 5ta Edad.
La alimentación se realiza tres veces al día, se les suministra la rama completa; en este
proceso permanecen de 7 a 9 días; la temperatura debe estar por encima de los 25 o C y la
humedad relativa inferior al 70%.
Es valido señalar que la hoja de morera ofertada para la alimentación del gusano debe ser
fresca y de buena calidad.
Terminado la fase de alimentación ocurre la maduración, que es cuando el gusano se torna
de color amarillento y se pone casi transparente, se reduce el tamaño y la excreta es más
húmeda; en esta fase se seleccionan los gusanos maduros y se colocan en las rodalinas (etapa
de montaje) para la elaboración del capullo, este proceso dura 3 días, pero se dejan hasta 8
días para lograr uniformidad en la producción.
Pasado este tiempo se colectan los capullos y se pasan por una máquina deborradora, que
tiene un sistema de esteras, con el objetivo de limpiar el capullo, posteriormente se procede al
secado del capullo en estufa a 90 c C durante 5 horas.
Para la producción del capullo es necesario matar la pupa entre los 14 días posteriores al
montaje, (poner en estufa a 90 o C), de lo contrario ocurre la salida de la mariposa.
Si lo que se necesita es producir huevos, entonces se deja salir la mariposa y se procede al
sexado y apareamiento de las mariposas; este proceso dura 24 horas. Posteriormente se separa
la hembra del macho y la hembra se cierra en un cono para controlar la oviposición durante 24
horas; estos huevos se conservan en frío para la producción de gusano del próximo año.

329
Finalmente las mariposas se guardan en sobres de papel para efectuar el análisis sanitario
y detectar posible afectación por pebrina, enfermedad que es causada por una bacteria que
ataca a este tipo de insecto; en caso de existir afectación se procede a incinerar la producción
de huevos (Fiallo y Prieto, 2004).

La seda en la actualidad
En la actualidad se clasifican a los países involucrados en la actividad de la seda en tres
grandes grupos:
1. Países Productores. (China, India y Brasil)
2. Países Consumidores: (Estados Unidos, Australia y países europeos, los cuales son
importadores netos de seda).
3. Países Procesadores y Consumidores: (Italia. Japón, Francia, Alemania y Suiza). Estos
países pueden al mismo tiempo exportar y consumir su producción.
Los productores tradicionales vienen disminuyendo su producción a tal extremo que
países como Japón (3er. productor mundial) y Corea (7o. productor mundial) prácticamente
han desparecido como productores en poco tiempo. Estos países han seguido una «regla
histórica» y una ley general de la economía que dice que «en la medida en que los países se
vayan industrializando, su producción de seda declinará y finalmente desaparecerá». Existen
numerosos ejemplos que comprueban esta teoría (Francia, Italia, España y ahora Japón y
Korea) (Cifuentes y Wook, 1998).
Los consumidores actuales de la seda se inclinan por la alta calidad y la estética del
producto final y por tanto cobran vigencia las palabras de Antonio Ratti: «el consumo de la
seda volverá al sector de lujo, la seda será la fibra de la alta costura y la más refinada
expresión de la elegancia».
De igual forma es posible integrar el uso de cierto número de alternativas dentro de los
proyectos de sericultura, buscando un uso distinto a la producción de seda tales como: pupas y
morera para alimentación humana y animal, productos de cosmetología provenientes de
aceites y cremas obtenidos de la pupa y las larvas, productos de farmacología y medicina, a
partir de morera y de larvas y también el uso del gusano de seda como una herramienta en
biotecnología. Por tanto podemos afirmar que la sericultura es una práctica milenaria que
cobra vigencia en nuestros días.

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330
Usos medicinales de la morera
Maykelis Díaz y D. García

1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”, Matanzas, Cuba .

Resumen
Las hojas de la morera a través de la historia han sido utilizadas, entre otras cosas, como
diurético, para combatir el acné, aliviar la fiebre, reducir el colesterol, bajar la presión
arterial, como antioxidante, para detener hemorragias cerebrales y como emoliente; estudios
recientes han revelado su capacidad antiproliferativa frente al cáncer. Las propiedades
antioncogénicas y antisenescentes son atribuidas a los pigmentos, neocarotenos,
Isoquercetrina y Iuetina. La actividad diurética y la reacción antialérgica es causada por los
flavonoides Rutina, Quercetina, Astragalina, Quercetina 3,7-diglucósido y Quercetina 3-
glucósido; la acción antibacteriana se debe a las moléculas de Kuwano, Mulberofurano,
Moracenina, Moracina, Dimoracina, Chalcomoracina y Sanggenona. La Umbeliferona presenta
propiedades antiflogísticas; los flavonoides pueden prevenir la alopecia, la arteriosclerosis e
inhibir la obesidad; los fitoesteroles contienen la asimilación del colesterol en el intestino
delgado; los alcaloides Deoxinojimicina y N- Metil- Deoxinojimicina, así como la Amilosa
(1,0% MS), disminuyen los contenidos de CHS en el torrente sanguíneo.
Palabras claves: Morera, usos medicinales.

Abstract
Throughout history, mulberry leaves have been used, among other purposes, as diuretic, to
cure acne, lower fever, reduce cholesterol levels, lower blood pressure, as antioxidant, to stop
brain hemorrhage, as emollient; recent studies have revealed their antiproliferative capacity
against cancer. The antioncogenic and antisenescent properties are attributed to the pigments,
neocarotenes, isoquercitrin and luetin. The diuretic activity and the antiallergic reaction are
caused by the flavonoids rutin, quercitin, astragalin, quercitin 3,7-diglycoside and quercitin 3-
glycoside; the antibacterial action is caused by the molecules of Kuwanon, Mulberrofuran,
Moracenin, Moracin, Dimoracin, Chalcomoracin and Sangenone. Umbeliferone shows
antiphlogistic properties; flavonoids can prevent alopecia, atheriosclerosis and inhibit obesity;
phytoesterols contain the assimilation of cholesterol in the small intestine; and the alkaloids
Deoxynojimicin and N-Methyl-Deoxynojimicin, as well as Amylose (1,0% DM), decreased the
contents of SCH in the blood stream.
Key words: Mulberry, medicinal uses.

Introducción
El reino vegetal es un reservorio extraordinario de metabolitos secundarios; sin embargo,
solo un pequeño porcentaje de las especies estimadas en el globo terráqueo se han investigado
fitoquímicamente (de 4 a 5 x 10 5 ), y cantidades menores se han evaluado en cuanto a su
repercusión nutricional (Hostettmann y Wolfender, 1997).
El género Morus constituye una fuente importante de compuestos químicos con elevada
actividad farmacológica (Peiyi y Xiusi, 1995; Kim, Park y Lee, 1998); no obstante, solo se
conocen algunos metabolitos secundarios, los cuales han sido principalmente estudiados por
líneas de investigación afines con la sericultura (Won-Chu y Yeou, 1997; Lee y Kim, 1997;
Lee, Kim, Lee, Lee y Lee, 1999) y por la medicina tradicional china (Mingle, 1999).
Así, las infusiones de la hoja de morera, solas o como un ingrediente más de diversos té,
han sido profusamente consumidas y, a diferencia de los auténticos té o café, excitantes y
elevadores de la presión sanguínea (por su contenido en teína y cafeína) estas infusiones a
base de hojas de morera resultan muy aconsejables para bajar la presión sanguínea y relajar.
Todas las partes del árbol de la morera (brotes, hojas, tallos, raíces y frutos) son
utilizadas en la medicina tradicional china desde hace miles de años para el tratamiento de
diversas enfermedades, solas o como componentes de preparados multihierbas.

331
Resultan asombrosos los reportes que provienen de la zona asiática, los cuales describen
la elevada efectividad de los extractos de morera en los tratamientos de innumerables
afecciones (Yun y Lee, 1995 a,b; Yun, Lee, Park y Kim, 1995; Kim, Lee, Kim, Kim y Kim;
1998). Independientemente de los estudios realizados a nivel de laboratorio para evaluar su
potencial farmacológico, otras investigaciones desde el punto de vista alimentario se han
llevado a cabo para conocer las propiedades curativas del té en la eliminación de metales
pesados en el organismo humano (Weicheng, 1999; Kim, Lee, Kim, Lee y Bang, 1998).
Las tres propiedades hasta el momento más sobresalientes de M. alba en el campo médico,
radican en la particularidad que presentan sus soluciones para contrarrestar la hipertensión
arterial, la diabetes (Lemus, García, Del Villar y Knop, 1999) y los elevados niveles de
colesterol (Ho-Zoo y Won-Chu, 2001).
El uso de las plantas para curar enfermedades se ha convertido en una práctica común a lo
largo de la historia. El conocimiento de las bondades de determinadas especies del reino
vegetal ha sido de carácter empírico y transmitido oralmente de generación en generación, en
todos los pueblos de la Tierra.

• Prevención de la diabetes
La más estudiada es la propiedad como planta antidiabética (Xiao, Xiangrong y Weiping,
1999; Youye, y Fengging, 2000), donde los estudios han estado encaminados a la dilucidación
de los mecanismos bioquímicos que lo propician y los compuestos causantes de esta acción
(Kim, Gao, Lee, Ryu, Lee y Kim, 1999).
Recientemente fue demostrado el efecto inhibitorio del extracto de hoja de morera sobre
la disacaridasa intestinal humana y de rata (Oku et al., 2006). Estos autores llegaron a la
conclusión que la digestión en humanos se inhibe cuando se ingiere por vía oral una cantidad
apropiada de hojas de morera (HM) con sacarosa y polisacáridos.
Entre otros experimentos, cuando se suministraron HM con una solución de sacarosa a
ratas que no habían comido, los niveles de glucosa en sangre disminuían significativamente en
dependencia de la concentración de HM aplicada. Estos resultados sugirieron que las hojas de
morera podrían ser utilizadas como ingredientes de comidas saludables y en las que ayudan a
prevenir la diabetes.
Por otra parte, también hay reportes del efecto hipoglicémico del extracto de corteza de
raíz de M. alba Egipcia.
Estudios en ratas han demostrado que dicho extracto puede ser utilizado para combatir la
diabetes provocada por la peroxidación lipídica (Singab et al., 2005). Por otra parte, está
reportado que la sustancia fagomina, obtenida a partir de las hojas de morera, potencia la
secreción de insulina inducida por glucosa, mediante la aceleración de algunos pasos tras la
formación de gliceraldehído 3-fosfato en la ruta glicolítica (Taniguchi et al., 1998).
El extracto de diclorometano-metanol obtenido de Morus alba muestra actividad
hipoglicémica como producto de un triterpeno y dos galactolípidos; uno de los últimos
produjo el 16% de la actividad (Chul-Young, Si-Hyun, Gi-Wha, Chun-Sik y Bakk-Wang,
2000).
Sun-Yeou, Kang-Sun, Won-Chu, Jun-Ok, Hoy-Seon y Kang-Ro (1999) observaron un
decrecimiento en los niveles de glucosa en el plasma sanguíneo de ratas, en tratamiento
anaeróbico, e incremento en los contenidos del alcaloide Deoxijirimicina.
La Fagomina, un seudoazúcar aislado de las hojas de morera, potencia la secreción de
insulina (Sun-Yeou et al., 1999), y las pectinas y hemicelulosas aisladas de M. alba
presentaron una actividad hipoglicémica más fuerte que las aisladas a partir de Morus nigra y
Morus rubra (Sanavova y Rakhimov, 1997).

• Hígado graso
En el año 2005, un grupo de científicos coreanos del Colegio de Farmacia de la
Universidad Kyung Hee examinaron el efecto de un preparado tradicional chino frente a la
enfermedad de hígado graso. Este experimento fue probado en ratas separadas al azar en
varios grupos diferentes. El brebaje contenía Astragalus membranaceus, M. alba, Crataegus
pinnatifida, Alisma orientale, Salvia miltiorrhiza y Pueraria lobata. Ellos concluyeron que
aquellos animales tratados con el preparado descrito anteriormente, presentaron una
disminución considerable en la acumulación de grasa en el hígado provocada por el

332
alcoholismo. Por tal motivo, recomendaron la utilización de dicho preparado en humanos
afectados por la enfermedad descrita (Kwon et al., 2005).
Además se ha reportado los efectos hipolipidémico y antioxidante del extracto de la
corteza de la raíz de M. alba Egipcia. Dicho extracto fue suministrado a ratas con niveles
elevados de colesterol y los resultados fueron muy positivos (El-Beshbishy et al., 2006).
Por otra parte, el extracto de morera reduce la fracción de lípidos en la sangre (Doi,
Kojima, Harada, Horiguchi y Fujimoto, 2000). Los fitoesteroles contienen la asimilación del
colesterol en el intestino delgado.

• Antioxidante
Las hojas de morera contienen una variada cantidad de antioxidantes naturales que actúan
de modo sinérgico, es decir, que el efecto antioxidante obtenido conjuntamente resulta
superior a la suma de los efectos por separado.
La doxorubicina es un anticáncer importante y efectivo, pero tiene la limitación que puede
provocar cardiotoxicidad en dependencia de la dosis usada, ya que eleva en los tejidos el
anión superóxido dando lugar a un estrés oxidativo celular.
Científicos tailandeses realizaron un screening de plantas medicinales para analizar su
efecto cardioprotector contra la toxicidad de la doxorubicina. M. alba presentó los niveles
más altos de antioxidantes en comparación con el resto de las plantas estudiadas. Por ende,
recomendaron la incorporación de antioxidantes de fuentes naturales en la dieta por su
propiedad cardioprotectora en aquellos pacientes que necesitan la doxorubicina
(Wattanapitayakul et al., 2005).
La morera también ha sido empleada en investigaciones relacionadas con la
ateroesclerosis. Se han realizado estudios en ratones deficientes del receptor de la
lipoproteína de baja densidad (LDL) y su susceptibilidad ante la modificación oxidativa. Los
autores de esta investigación concluyeron que el consumo de hojas de M. alba en la dieta
atenuaba la intensidad de la lesión ateroesclerótica del grupo estudiado, debido
principalmente a la cantidad de flavonol glicósido presente en estas hojas (Enkhmaa et al.,
2005). Gracias a los antioxidantes que previenen a la LDL se podría atenuar el desarrollo de
la ateroesclerosis.
Estudios epidemiológicos indican que aquellas dietas en las que se incluyan sustancias
antioxidantes extraídas de plantas, son inversamente asociadas con la mortalidad por la
enfermedad coronaria del corazón (Hertog et al., 1993; Knekt et al., 1996).
Los extractos de morera presentan actividad antioxidante (Bokang, Huiyin y Gowchin,
1999), así como una elevada acción contra los microbios (Sung-Suk, Hak-Ju y DonHa, 2000).
Las hojas de morera contienen una variada cantidad de antioxidantes naturales que actúan
de modo sinérgico, es decir, que el efecto antioxidante obtenido conjuntamente resulta
superior a la suma de los efectos por separado.

• Terapia contra el cáncer


La morera, por sus valiosas cualidades, ha sido objeto de estudio de varias investigaciones
sobre el cáncer. Un grupo de científicos obtuvieron 3-glucósido cianidina y 3-rutinósido
cianidina (dos antocianianinas) a partir del extracto de M. alba y observaron el efecto
inhibitorio, en dependencia de la dosis, sobre la migración e invasión de células cancerígenas
de pulmón humano con una metástasis avanzada. Las antocianinas están presentes como
colorantes naturales en muchas frutas y vegetales y han sido ampliamente utilizadas por sus
propiedades antioxidantes. Además, estudios recientes han revelado su capacidad
antiproliferativa frente al cáncer.
Los resultados de las investigaciones indican que las antocianinas (presentes en la morera)
podrían disminuir in vitro la capacidad de invasión de las células cancerígenas y, por
consiguiente, podrían ser de gran valor en el desarrollo de una terapia efectiva contra el
cáncer (Chen et al., 2006).
Ho-Zoo y Won-Chu (2001) afirman que las propiedades antioncogénicas y antisenescentes
son atribuidas a los pigmentos (3%), neocarotenos, isoquercetrina y Iuetina.

333
• Neuroprotección
Recientemente se demostró que las hojas de morera presentan concentraciones
considerables del ácido gamma aminobutírico (GABA).
Un gran número de afectaciones neurológicas tales como el Alzheimer y el Parkinson, han
sido atribuidas a la disminución en el cerebro del GABA. Un grupo de investigadores
desarrolló un proceso para aumentar la acumulación de GABA en hojas de morera como
resultado de varios tratamientos anaeróbicos. El objetivo de dicho trabajo fue dar una base
farmacológica de la acción neuroprotectiva de la acumulación de GABA en hojas de morera
(HM) contra la isquemia cerebral in vitro e in vivo. GABA aumentó el potencial
neuroprotector en las células PC12 dañadas por la oxidación inducida de H 2 O 2 . Por otra parte,
GABA de HM redujo la citotoxicidad de las células PC12 frente a la isquemia cerebral
provocada por la falta de oxígeno-glucosa.
Posteriormente se demostró el efecto neuroprotector de GABA de HM in vivo mediante la
utilización de un modelo de lesión cerebral por oclusión arterial; además disminuyó
considerablemente el volumen de infarto cerebral comparado con el grupo control. Después de
analizar los resultados, se sugirió que el tratamiento anaeróbico de hojas de morera hace que
GABA de HM aumente la neuroprotección contra la isquemia cerebral tanto in vivo como in
vitro (Kang et al., 2006).
El fruto de morera también desempeña un papel importante en la neuroprotección. A partir
del extracto de la fruta se ha obtenido cianidin 3-O-â- D -glucopironidasa (C3G) y se ha
comprobado su efecto protector en células neuronales dañadas. Se ha demostrado que el
extracto disminuye el daño isquémico cerebral provocado por la disminución de oxígeno-
glucosa. Además, el efecto neuroprotector de dicho fruto se verificó posteriormente in vivo
mediante la utilización de un modelo de ratón con lesión cerebral a través de la oclusión
arterial (Kang et al., 2006 ).

• Efectos inmunológicos
La morera forma parte de cinco especies de plantas medicinales chinas que se utilizaron
para el tratamiento de pacientes infectados con el VIH/SIDA. Tras varias semanas de estudio
los científicos tailandeses determinaron que la respuesta, en la mayoría de los enfermos, había
sido positiva al apreciar un notable descenso en el número de células infectadas con el virus.
No obstante, se necesitan otros estudios complementarios antes de utilizarse este tratamiento
en pacientes portadores del VIH (Kusum et al., 2004). Además, existen evidencias del efecto
inhibitorio de M. alba en reacciones anafilácticas (Chai et al., 2005).

• Leucemia
Por su importancia farmacológica, algunos flavonoides de M. alba con importante
actividad han sido comparados después de su propagación in vitro (El-Kazzaz y Nazif; 2000) e
in vivo (Ferrari, Monacelli y Messana, 1999). Los flavonoides (Quercetina-3-â-D-
glucopiranosido y Quercetina-3,7-di-O-D-glucopiranósido) mostraron un significativo efecto
inhibidor en el crecimiento de la línea celular de la leucemia humana y una importante
captura de radicales libres (Sun-Yeou, Jian-Jun y Hee-Kyoung, 2000).

• Piel
Las hojas de M. alba también pueden ejercer funciones beneficiosas en la piel. El
mulberrósido F, obtenido del extracto de hoja de morera, posee efectos inhibitorios en la
actividad tirosinasa. Según las experiencias de un grupo de investigadores, este compuesto
también demostró protección frente a la oxidación; de ahí que se planteara que pudiera ser un
agente blanqueante de la piel al inhibir la biosíntesis de melanina (Lee et al., 2002).
Para comprender mejor la acción del mulberrósido F en la actividad tirosinasa, debe
recomendarse que en el proceso sintético de la melanina, el complejo enzimático tirosinasa
interviene en los pasos metabólicos más importantes, en los procesos oxidativos que conducen
desde el aminoácido tirosina a la formación de la dopaquinona. Por este motivo, no es de
extrañar que los tratamientos despigmentantes busquen la inhibición de este complejo
enzimático.

334
Es de destacar el hecho de que la tirosinasa se encuentre en el centro de todos los
procesos metabólicos que dan origen a las melaninas, y su actividad requiere de un medio
ácido para ser eficaz.

• Efecto en el sistema nervioso central


La morera ha estado presente en estudios relacionados con el sistema nervioso central.
Diferentes concentraciones de un extracto acuoso de hojas de M. alba fue inyectado
intraperitonealmente en ratones y se determinó su efecto antidepresivo y ansiolítico. Como
control positivo utilizaron Desipramina (antidepresivo) y Diazepam (ansiolítico). Los
resultados demostraron que el extracto en la dosis de 100 ó 200 mg/kg tenía un efecto
significativo como antidepresivo, pero no se observó ningún efecto ansiolítico en las dosis del
extracto. Este estudio sugiere que el extracto de hojas de morera pudiera tener efectos
beneficiosos como antidepresivo; sin embargo, las dosis usadas deben ser cautelosamente
consideradas (Tiamkao et al., 2004).
También sus compuestos pueden utilizarse en:
Umbeliferona presenta propiedades antiflogísticas; los flavonoides pueden prevenir la
alopecia, la arteriosclerosis e inhibir la obesidad; los alcaloides Deoxinojimicina (peso
molecular: 163,17 g/mol) y N- Metil- Deoxinojimicina, así como la Amilosa (1,0% MS),
disminuyen los contenidos de CHS en el torrente sanguíneo.
La actividad diurética y la reacción antialérgica es causada por los flavonoides Rutina,
Quercetina, Astragalina, Quercetina 3,7-diglucósido y Quercetina 3-glucósido.
La acción antibacteriana es causada por las moléculas de Kuwano, Mulberofurano,
Moracenina, Moracina, Dimoracina, Chalcomoracina y Sanggenona.
El Oxiresveratrol presenta un efecto relajante en la contracción de los músculos blandos
de la tráquea en cuyes (Feng, Kano y Xinsheng, 1997), además de ser un potente inhibidor de
la actividad dopa-oxidasa de la Tirosinasa en hongos (Nam-Ho y Shi-Yong, 1998).
Hornghuey, Jehjeng, Hsiencheng, Jinpyang y Chunnan (1999) aislaron de M. australis un
nuevo compuesto denominado Australona B, el cual en plasma humano mostró una fuerte
inhibición de agregación inducida por la Adrenalina, además de presentar un efecto inhibidor
de los aniones superóxidos en formación en ratas estimuladas químicamente.
Según el resumen realizado por Duke (2001), las hojas de M. alba contienen
constituyentes volátiles, tales como alcoholes (n-butanol y â-ã-hexenol), aldehídos (Metil-etil-
acetaldehído, n-butil-aldehído, isobutil-aldehído, valeraldehído, hexaldehído, á-â-hexenal),
cetonas alifáticas (Acetona, Metil-etil-cetona, Metil-hexil-cetona), butil-amina, y ácidos
grasos volátiles (Acético, Propiónico y Butírico). Además, contiene Malato de calcio, ácido
succínico y tartárico, xantofilas, carotenoides, fitatos (forman el 18% del Pt), isoflavonoides
(Quercetina 3-glucósido), bases nitrogenadas (Adenina, Colina y Trigonellina), atrayentes del
gusano de seda (Citral, Acetato de linalilo, Linalol, Acetato de terpenilo, Hexenol) y
terpenoides, los cuales controlan las mordidas que realizan los gusanos a las hojas.

Consideraciones generales
Hasta el momento las tres propiedades más sobresalientes de M. alba radican en la
particularidad que presentan sus soluciones para contrarrestar la hipertensión arterial, la
diabetes y los elevados niveles de colesterol; aunque por los compuestos que la forman son
varias sus propiedades farmacológicas.
Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un árbol con características excepcionales.
Resultaría muy importante promover entre los investigadores el interés por desarrollar
trabajos sobre esta planta que nos resulta tan familiar y, al mismo tiempo, tan desconocida.

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337
Principales avances en la utilización de Morus alba como una
planta antihelmíntica
Mildrey Soca 1 , D.E., García 2 y María Gabriela Medina 2

1
Estación Experi mental de Pastos y Fo rrajes “Indio Hatu ey”.
2
Institu to d e Inv estig aciones Ag ríco las (INIA), Estado Tru jillo , Ven ezuela .

Resumen
Estos estudios tuvieron la finalidad de hacer una caracterización fitoquímica y evaluar las
potencialidades antihelmínticas de los metabolitos secundarios presentes en esta especie,
teniendo en cuenta el rol que esta planta puede desempeñar en la alimentación animal. En una
primera fase de las investigaciones se realizaron estudios con soluciones acuosas obtenidas a
partir de la biomasa comestible de Morus alba variedad Cubana, a diferentes diluciones (20,
40, 60 y 80% de una solución madre). En una segunda fase se realizaron diferentes
extracciones a la solución inicial (madre), con el objetivo de discriminar de todos los
metabolitos presentes en esta especie, cuales tenían mayor actividad antihelmíntica. La
solución primaria fue fraccionada en: Extracto etanólico crudo (EEC), Extracto etanólico
fraccionado (EEF), Extracto acuoso crudo (EAC), Extracto acuoso fraccionado (EAF),
Extracto alcaloidal (EA), Extracto clorofórmico (EC).En sentido general, los porcentajes de
mortalidad se incrementaron bruscamente hasta los 30 minutos, seguidos por aumentos menos
abruptos. La especie M. alba var. cubana presenta propiedades antihelmínticas frente a larvas
L 3 de nematodos gastrointestinales en condiciones de laboratorio. De los seis extractos
obtenidos a partir de las hojas, pecíolos y tallos tiernos de la morera, los EAC y EAF son los
de mayor acción antilarvicida, con mortalidad superior al 80 % a los 60 minutos. La mayor
actividad biológica de los extractos activos se expresa en los primeros 15 minutos y se debe a
la presencia de polifenoles mayoritarios, tales como Quercetina, Rutina, Umbeliferona y
Resveratrol.
Palabras clave: Morus, antihelmíntica

Abstract
These studies had the objective of making a phytochemical characterization and
evaluating the anthelmintic potentialities of the secondary metabolites present in this species,
considering the role this plant can play in animal feeding. In a first stage of the research,
works were carried out with aqueous solutions obtained from the edible biomass of Morus
alba variety Cubana, at different dilutions (20, 40, 60 and 80% of a mother solution). In a
second stage different extractions were made to the initial (mother) solution, with the
objective of discriminating among all the metabolites present in this species, which ones had
higher anthelmintic activity. The primary solution was fractioned in: Crude ethanol extract
(CEE), Fractioned ethanol extract (FEE), Crude aqueous extract (CAE), Fractioned aqueous
extract (FAE), Alkaloidal extract (AE) and Chloroformic extract (CE). In general, the
mortality percentages increased abruptly towards 30 minutes, followed by less abrupt
increases. The species M. alba var. Cubana shows anthelmintic properties regarding L 3 larvae
of gastrointestinal nematodes under laboratory conditions. Among the six extracts obtained
from leaves, petioles and fresh stems of mulberry, CAE and FAE are the ones with higher
anti-larvae action, with mortality higher than 80 % at 60 minutes. The highest biological
activity of the active extracts is expressed in the first 15 minutes and it is due to the presence
of majority polyphenols, such as: Quercetin, Rutin, Umbelliferone and Resveratrol.
Key words: Morus, anthelmintic

338
Introducción
En el área tropical el parasitismo gastrointestinal es uno de los problemas fundamentales que
afectan la producción animal, por lo que se ha hecho necesario el establecimiento de
programas integrales de control que consideran, además de la aplicación estratégica de
fármacos sintéticos, aspectos tales como la rotación de potreros (Mendoza de Gives, 2000), la
suplementación (Torres-Acosta, 2002) y la selección genética (Waller, 1998).
Por otra parte, entre las ventajas que presentan los árboles y arbustos forrajeros se
encuentra que muchas especies contienen metabolitos secundarios que presentan acción
antihelmíntica contra algunos géneros de parásitos gastrointestinales, por lo que estas
propiedades pueden ser usadas de forma práctica para contrarrestar esta problemática, si se
logra que las arbóreas formen parte de las dietas de los animales en los sistemas de
alimentación (Hoste, 2002).
Las propiedades antiparasitarias de las plantas forrajeras han generado innumerables
investigaciones en el campo de la parasitología y la fitoquímica (Vinent, 2003), en las cuales
se ha caracterizado las fuentes vegetales que contienen, fundamentalmente, taninos
condensados (TC) y sus efectos en la reducción del conteo fecal de huevos (Molan, Waghorn y
Charleston, 2002; Pietrosemoli, Olavez, Montilla y Campos, 1999), la población de parásitos
en el tracto gastrointestinal y su relación con el sexo (Hoste, 2002), la viabilidad de las larvas
(Molan, Waghorn, Min y McNabb, 2000) y el efecto de los taninos condensados y su
repercusión en la dieta de animales parasitados (Githiori, Hoglund, Waller y Leyden, 2003).
En este sentido, en investigaciones realizadas sobre los metabolismo secundario presentes
en la especie Morus alba señalan que esta planta presenta propiedades medicinales variadas y
en especial antihelmínticas, las cuales son utilizadas en el continente asiático para el control
de diferentes enfermedades (Duke, 2001); de todas las variedades estudiadas los mejores
resultados han sido con la variedad Cubana, la cual contiene la mayor concentración de
polifenoles totales, además de su alta producción de biomasa en la época de seca (García,
2003).
A partir de un grupo de importantes referencias mundiales, se realizaron las primeras
investigaciones en Cuba, fundamentalmente a nivel de laboratorio, las cuales se desarrollaron
en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, con la finalidad de hacer
una caracterización fitoquímica y evaluar las potencialidades antihelmínticas de los
metabolitos secundarios presentes en esta especie, teniendo en cuenta el papel que esta planta
puede desempeñar en la alimentación animal.

Efectos de las soluciones madres en la viabilidad de larvas


de nemátodos gastrointestinales
En una primera fase de las investigaciones se realizaron estudios con soluciones acuosas
obtenidas a partir de la biomasa comestible de Morus alba variedad Cubana, a diferentes
diluciones (20, 40, 60 y 80% de una solución madre).
Estos estudios permitieron discriminar, a nivel de laboratorio, los efectos de estos
extractos en la viabilidad de las larvas infestantes de nemátodos gastrointestinales. Los
primeros signos de disminución de la vitalidad de las larvas comenzaron desde el mismo
instante que se agregó la solución, los cuales se incrementaron en la medida que era mayor la
concentración de esta.
Las soluciones más concentradas (60 y 80%) causaron los mayores porcentajes de
mortalidad.

Extractos
En una segunda fase se realizaron diferentes extracciones a la solución inicial (madre),
con el objetivo de discriminar, de todos los metabolitos presentes en esta especie, cuáles
tenían mayor actividad antihelmíntica.
La solución primaria fue fraccionada en: extracto etanólico crudo (EEC), extracto
etanólico fraccionado (EEF), extracto acuoso crudo (EAC), extracto acuoso fraccionado
(EAF), Extracto alcaloidal (EA) y extracto clorofórmico (EC).

339
En sentido general, los porcentajes de mortalidad se incrementaron bruscamente hasta los
30 minutos, seguidos por aumentos menos abruptos relacionados quizás con la posibilidad de
que la concentración de los bioactivos en el medio acuoso haya disminuido considerablemente
por oclusión o absorción en la larva. No obstante, se deben realizar estudios que tengan en
cuenta la cuantificación de los metabolitos en el medio y el número de larvas por muestra,
manteniendo fija la cantidad de extracto para llegar a conclusiones determinantes.
La fig. 1 muestra el comportamiento de la mortalidad de las larvas durante la primera hora
de haber sido aplicado cada extracto a los cultivos. Los mayores índices de mortalidad
correspondieron a los EAF y EAC, con valores superiores al 60% a los 30 minutos, los cuales
llegaron a ser de 96 y 92% al pasar la primera hora, respectivamente.
Los EEC y EEF ocasionaron porcentajes de mortalidad intermedios entre 20 y 35%, los
cuales fueron similares a los 15 y los 60 minutos, sin diferencias significativas entre ambos.
Por su parte, los EA y EC no causaron mortalidad ni disminución de la vitalidad larval
antes de la primera hora.

a, b, c Valores con superíndices desiguales en cada medición difieren estadísticamente mediante la dócima de SNK para p<0,05* (N=5)
Fig. 1. Comportamiento de la mortalidad de las larvas L 3 de nemátodos gastrointestinales durante la
primera hora de aplicados los extractos de M. alba.

Los primeros signos de disminución de la vitalidad de las larvas comenzaron desde que se
agregaron los extractos acuosos (EAs); la disminución en la vitalidad en los extractos
etanólicos (EEs) fue más lenta, debido quizás a que aunque muchos de los principios activos,
estuvieron presentes tanto en los extractos acuosos (EAs) como en los EEs, se encontraban
más diluidos por la presencia de otros compuestos que no presentan una actividad acentuada.
En este sentido, en los extractos crudos clásicamente se solubilizan la mayoría de los
compuestos de poca polaridad, lo que trajo consigo la interferencia en la actividad de las
estructuras solubles en agua.
En los primeros 15 minutos los EAC y EAF mostraron índices de mortalidad superiores
(70-85%) al resto de los extractos y similares entre sí. Este resultado evidencia que en el
primer período los componentes de mayor actividad comienzan a expresar su potencial en el
contacto directo con las larvas.
Esta observación permite señalar que, en el caso particular de los metabolitos polares
presentes en los EAs de M. alba, la acción antilarvicida está mediada por la naturaleza del
compuesto activo y por los mecanismos de interacción de éste con la parte externa de la larva.
Por otro lado, los metabolitos de mayor actividad deben ser muy polares (como requisito
previo), ya que si el peso molecular fuera demasiado grande, aunque fuera activo, la actividad
biológica se hubiera expresado tardíamente; tomando como referencia la elevada constante
dieléctrica que presenta el medio líquido en que se disuelven estos compuestos (Xiangruy y
Hongsheng, 2001).
El EAF mostró numéricamente mayor mortalidad que el EAC, ya que en la solución
fraccionada se le habían extraído con anterioridad los compuestos solubles en cloroformo y
éter de petróleo, los cuales no mostraron una actividad importante.
Desde el punto de vista práctico, el resultado obtenido con el EAC tiene una gran
importancia, ya que a escala productiva podría prepararse sin dificultad; en los países
africanos con pocos recursos (Tanzania, Nigeria y Etiopía) esta práctica ha tomado un gran
auge en la pequeña y la mediana propiedad, principalmente, por los resultados empíricos y el
déficit de fármacos sintéticos.
340
En ese sentido, las especies investigadas recientemente como control fitoquímico del
parasitismo gastrointestinal han sido Acacia nilotica, Acacia karro, Albizia stipulata y Albizia
antihelmintica (Githiori et al., 2003). Estas plantas leguminosas presentan considerables
niveles de TC y la actividad antiparasitaria ha sido atribuida directamente a estos polifenoles.
Por otra parte, en estudios in vitro e in vivo se ha podido demostrar la efectividad de los TC
en la disminución de la vitalidad de las larvas L 3 (Molan, Duncan, Barry y Mc Nabb, 2003) y
la población de parásitos en el tracto gastrointestinal (Robertson, Niezen, Waghorn,
Charleston y Jinlong, 1995; Hoskin, 1998). Estos resultados presentan mayor importancia por
la posibilidad que tienen los TC de no ser degradados en el sistema digestivo de los rumiantes
y los monogástricos.
No obstante, se ha demostrado que otras especies que carecen de TC o presentan bajas
concentraciones, tales como Azadirachta indica y Melia azedarach (Meliaceae); Ananas
comosus (Bromeliaceae); Vernonia anthelmintica (Asteraceae), Embelia ribes (Myrsinaceae),
Fumaria parviflora (Fumariaceae) y Caesalpinia crista (Caesalpiniaceae), presentan
propiedades helmínticas relacionadas con la presencia de otras estructuras activas (Hordegen,
Hertzberg, Heilmann, Langhans y Maurer, 2003).
M. alba no contiene TC, pero exhibe una elevada diversidad de polifenoles hidrosolubles
de peso molecular bajo, comparados con los TC (García, 2003).
En este sentido, Suck-Joon, Sang-Gil, Sang-Cheol, Boum-Young y Young-Joon (1997)
también informaron que M. alba presenta actividad antinutricional y antilarvicida frente a
especies de insectos de hábitats asiáticos, tales como Lymantria dispar, Acantholyda
posticalis, Hyphantria spectabilis e Hyphantria cunea.
La fig. 2 muestra el comportamiento a partir de la segunda hora de exposición de los
extractos, se observó una mortalidad superior al 97% para los EAs, entre 20 y 40 para los EEs
y entre 2 y 20% para los EA y EC, en los cuales, pasada la hora inicial, se comenzaron a
observar las primeras larvas muertas.
Después de la primera hora no se observaron cambios sustanciales en los porcentajes de
mortalidad en los EEs y EC, aunque el EA mostró ligeros aumentos (8%) después de la sexta
hora, pero no difirió del EC, lo cual corrobora la baja actividad de los compuestos poco
polares. Estos resultados señalan que los metabolitos con acción larvicida en la morera se
solubilizan preferentemente en solventes muy polares (agua), comparado con soluciones de
polaridad intermedia (etanol 70%).
Al analizar la tasa de mortalidad de las larvas por unidad de tiempo (Fig. 3) se observó
que el mayor índice de mortalidad periódica se encontró para los EAs a los 15 minutos
después de su aplicación.

a, b, c Valores con superíndices desiguales en cada medición difieren estadísticamente mediante la dócima de SNK para p<0,05* (N=5). *valores
de los EC y EA con superíndice
Fig. 2. Comportamiento de la mortalidad de las larvas L 3 de nemátodos gastrointestinales durante las 48
horas de aplicados los extractos de M. alba.

341
Fig. 3. Actividad antilarvicida de los extractos de M. alba en los períodos de evaluación.

Asimismo, en la tabla 1 se muestra la presencia o ausencia de los metabolitos secundarios


investigados en los extractos.
Los resultados indican la presencia de ocho grupos de metabolitos secundarios con
solubilidades diversas. El resto de los metabolitos investigados estuvieron ausentes. Los
fenoles simples estuvieron presentes en cinco extractos de los seis investigados, y se
encontraron en mayor cuantía en los EEs y EAs, debido a su elevada polaridad (Kim, Lee,
Kim, Kim y Kim, 1998); en cambio los terpenoides solo se encontraron, de forma cuantiosa,
en el EC y el EEC; este resultado de solubilidad, permite discriminar a estos compuestos
como posibles causantes de la actividad helmíntica.
Los flavonoides estuvieron ampliamente distribuidos, al igual que las saponinas, las
cumarinas y los alcaloides. Por su parte, los carotenoides solo se encontraron disueltos
inicialmente en los solventes de extracción típicos (cloroformo, alcohol y éter de petróleo);
mientras que los aceites esenciales solo estuvieron presentes en el EC, por lo que se puede
asegurar la inefectividad de este grupo químico en la disminución de la viabilidad de las
larvas. Estos resultados difieren de los criterios farmacológicos clásicos descritos por San
Martín y Girau (1956), donde los terpenoides de estructuras sencillas presentan una elevada
actividad ante los parásitos gastrointestinales, y se deben probablemente a la baja
concentración de estos metabolitos en la biomasa comestible (hojas y tallos tiernos) utilizada
para este estudio, a las estructuras químicas particulares de los isoprenoides presentes o a que
en el estadio larval (L3) estos metabolitos, específicamente, no tengan un efecto acentuado.

Tabla 1. Metabolitos secundarios presentes en los extractos de M. alba var. Cubana

Grupo de metabolito Extracto


detectado EEC EEF EAC* EAF* EC EA
Fenoles simples ++ ++ +++ +++ - +
Triterpenos y Esteroides ++ - - - +++ -
Flavonoides + + ++ ++ - -
Saponinas ++ ++ +++ ++ ++ -
Cumarinas ++ + ++ ++ - +
Alcaloides ++ ++ + + - +++
Carotenoides + + - - +++ -
Aceites esenciales - - - - + -
Total de grupos presentes 7 6 6 5 4 3

*mayor actividad antihelmíntica

Adicionalmente, en la tabla 2 se muestra la presencia relativa de los diferentes grupos de


alcaloides en el EA. Independientemente de la gran diversidad de estructuras nitrogenadas que
se detectaron, los alcaloides mayoritarios fueron los derivados de las sales cuaternarias (=N + -)
y los que presentan el nitrógeno en forma oxidada (-N=O”l-N + -O - ) (extremadamente polares

342
en soluciones acuosas); aspecto que coincide con lo informado por Xiangruy y Hongsheng
(2001) en cuanto a la presencia de Deoxinojimicina en su forma metilada y su sal cuaternaria.

Tabla 2. Tipo de alcaloide presente en el EA según la polaridad de la estructura

Polaridad elevada Polaridad intermedia Baja polaridad


Sales de amonio cuaternario Estructuras con grupos Estructuras carbonadas
y N-óxidos hidroxilos (-OH) como esqueletos básicos
+++ ++ +

Por otra parte, la baja actividad larvicida del EA contrasta con los resultados sobre la
potente acción biológica de estos metabolitos en parásitos gastrointestinales, tempranamente
descrita por San Martín (1968). Este resultado pudiera estar relacionado con las estructuras
particulares de los alcaloides que forman parte de M. alba, la concentración de éstos o su
dilución intrínseca debido a la presencia de varios tipos de alcaloides que quizás hicieron
antagonismo mutuo.
La tabla 3 muestra los resultados de la determinación de los compuestos mayoritarios en
la cromatografía, tanto en el EAF tanto como en el EAC, donde se pudo apreciar que los
polifenoles mayoritarios son los flavonoides (Quercetina y Rutina), las cumarinas
(Umbeliferona) y los fenoles simples (Resveratrol). Ello coincide con lo informado por García
(2003) al evaluar diferentes variedades de Morus alba.
Estos resultados apoyan lo planteado por Sun-Yeou, Jian-Jun y Hee-Kyoung (2000),
Marles y Farnsworth (1995), y Hoo-Zoo y Won-Chu (2001) en cuanto a la presencia de
fenilpropanoides en el género Morus, así como lo expresado por Feng, Kano y Xinsheng
(1997) sobre la diversidad de derivados de estructuras estilbénicas en esta especie.
Además de las manchas correspondientes a los patrones ensayados con fines
comparativos, también se pudieron observar otras marcas situadas en zonas específicas de la
placa, que describen la presencia de dos grupos adicionales de fenoles simples, un tercer tipo
de flavonoide y una segunda cumarina.

Tabla 3. Características cromatográficas de los polifenoles mayoritarios en los EAs de M. alba

Manchas reveladas por aspersión Coordenadas: Rf1;Rf2*


en la placa EAC Patrón
(0,85;0,70)M
Manchas cromatográficas de fenoles simples
(0,26;0,63)MM
(excluyendo flavonoides y cumarinas)
(0,75;0,61)MM
(0,77;0,49)M
Manchas cromatográficas de flavonoides (0,50;0,85)M
(0,92;0,13)MM
Resveratrol
(0,20;0,65)M (0,82;0,73)
Manchas cromatográficas de cumarinas
(0,36;0,12)MM Quercetina
EAF (0,76;0,47)
Rutina (0,51;0,86)
Manchas cromatográficas de fenoles simples (0,82;0,71)M
(0,29;0,58)MM Umbeliferona
(excluyendo flavonoides y cumarinas) (0,65;0,70)MM (0,18;0,64)
(0,77;0,45)M
Manchas cromatográficas de flavonoides (0,55;0,82)M
(0,89;0,15)M
(0,20;0,65)M
Manchas cromatográficas de cumarinas
(0,34;0,15)MM

*tomando a (0;0) como el lugar de aplicación de la muestra inicial. 1. corrida vertical


2. corrida horizontal . M mancha mayoritaria MM mancha minoritaria

343
La presencia de otros grupos de fenólidos en la especie también ha sido informada por
Nam-Ho y Shi-Yong (1998), aunque en este trabajo no se pudo probar con exactitud qué tipo
de fenoles adicionales estaban presentes, debido a la falta de otros patrones químicamente
puros para realizar las comparaciones correspondientes.
Resulta interesante destacar que las larvas vivas encontradas en el EAC, después de las 48
horas de aplicado, correspondieron en su totalidad al género Haemonchus, lo que parece
sugerir una mayor capacidad de estas las larvas a los metabolitos secundarios polifenólicos de
la planta (Fig. 4).
La elevada resistencia, versatilidad y amplia distribución de este género de parásito en el
trópico, ha sido señalada en investigaciones tanto con bovinos como con ovinos (Achi,
Zinsstag, Yao, Yeo, Dorchies y Jacquiet, 2003; Cuéllar, 2002).

Fig. 4. Evolución de los géneros de parásitos encontrados en el EAC antes y después de haber aplicado el
extracto.

Esta capacidad para adaptarse a las más diversas zonas geoecológicas y a las condiciones
climáticas más estresantes y adversas, están relacionadas con sus características
reproductivas, en especial su elevada prolificidad, ya que una hembra adulta, madura
sexualmente, llega a ovopositar entre 5 000-10 000 huevos por día (Vázquez, 2000).
Por otra parte, varios autores, entre ellos Waller (2003) y Jackson (2002), señalan su
elevada capacidad de resistencia genética al utilizar diferentes antihelmínticos de variados
orígenes para el control de este género.

Conclusiones
La especie M. alba var. Cubana presenta propiedades antihelmínticas frente a larvas L 3 de
nemátodos gastrointestinales en condiciones de laboratorio.
De los seis extractos obtenidos a partir de las hojas, pecíolos y tallos tiernos de la morera,
los EAC y EAF son los de mayor acción antilarvicida, con una mortalidad superior al 80% a
los 60 minutos.
La mayor actividad biológica de los extractos activos se expresa en los primeros 15
minutos y se debe a la presencia de polifenoles mayoritarios, tales como Quercetina, Rutina,
Umbeliferona y Resveratrol.

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