Professional Documents
Culture Documents
Ácidos grasos
Los ácidos linoleicos y linolenic son ácidos grasos esenciales, en que no pueden
ser sintetizados por los animales y deben venir de las instalaciones vía la dieta.
Son precursores de los ácidos araquidónicos, eicosapentaenoic y
docosahexaenoic, que son componentes vitales de todos los lípidos de la
membrana.
Lípidos estructurales
Lípidos complejos en membranas
Tipos de grasas
Ácido nucleico
Los ácidos nucleicos son grandes polímeros formados por la repetición de monómeros 1
denominados nucleótidos, unidos mediante enlaces fosfodiéster. Se forman largas cadenas;
algunas moléculas de ácidos nucleicos llegan a alcanzar tamaños gigantescos, de millones de
nucleótidos encadenados. Existen dos tipos básicos, el ADN y el ARN.2
El descubrimiento de los ácidos nucleicos se debe a Johan Friedrich Miescher, que en el
año 1869 aisló los núcleos de las células una sustancia ácida a la que llamó nucleína,3
nombre que posteriormente se cambió a ácido nucleico. Posteriormente, en 1953, James
Watson y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN a partir de la Fotografía 51,
realizada por Rosalind Franklin empleando la técnica de difracción de rayos X.4
Nucleótidos y nucleótidos
.
Un nucleósido es una unidad conformada por una pentosa (ribosa o desoxirribosa) unida a
una base nitrogenada. La unión se realiza mediante un enlace N-glucosídico, con
configuración beta (β), el cual es una variante del enlace glucosídico, que se forma cuando
un hemicetal intramolecular reacciona con una amina, en lugar de hacerlo con un alcohol,
liberándose una molécula de agua. En los nucleósidos se lleva a cabo entre el carbono 1
(carbonilo) del azúcar y uno de los átomos de nitrógeno de la base nitrogenada, si ésta es
una pirimidina se une a la posición 1' y si es una purina en la posición 9'.10
El teatro:
El teatro (del griego: θέατρον, theátron o «lugar para contemplar» derivado
de θεάομαι, theáomai o «mirar»)1 es la rama de las artes escénicas relacionada con
la actuación. Representa historias actuadas frente a los espectadores o frente a una cámara
usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música, sonido o espectáculo.
También se entiende por «teatro» el género literario que comprende las obras de
teatro representadas ante un público o para ser grabadas y reproducidas en el cine, así como
a la edificación donde se presentan tradicionalmente dichas obras o grabaciones. En adición a
la narrativa común, el estilo de diálogo, el teatro también toma otras formas como la ópera,
el ballet, el cine, la ópera china o la pantomima.
Aproximación histórica
La mayoría de los estudios consideran que los orígenes del teatro deben buscarse en la
evolución de los rituales mágicos relacionados con la caza, al igual que las pinturas rupestres,
o la recolección agrícola que, tras la introducción de la música y la danza, se embocaron en
auténticas ceremonias dramáticas donde se rendía culto a los dioses y se expresaban los
principios espirituales de la comunidad. Este carácter de manifestación sagrada resulta un
factor común a la aparición del teatro en todas las civilizaciones.
Origen
La palabra dramaturgia proviene de las palabras drama (hacer) y ergón (obra). En español,
dramaturgo tiene el mismo significado que en griego original: autor (hacedor) de obras (de
teatro).
Época Antigua
Los primeros dramaturgos de los que se tiene referencia en la literatura occidental son los
antiguos griegos, y las representaciones más antiguas datan del siglo V a. C.. Estas obras son
consideradas clásicas y todavía son leídas como puntos de referencia. Notables entre ellos
están Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes.
Años más tarde, el teatro es adoptado por el Imperio Romano, aunque lo hará por su
naturaleza pedagógica que transformará en propagandística -por su capacidad romanizadora-
y su potencial como entretenimiento. Sus autores más destacados son: Livio
Andrónico, Nevio, Plauto, Terencio y Séneca.
Época Medieval
En occidente, por influjo de la iglesia el teatro pasa a estar denostado y aunque siga
produciéndose, incluso bajo la tutela eclesiástica como elemento evangelizador, no contará
con dramaturgos que pasen a la posteridad, siendo la mayoría de los textos que han
sobrevivido de autores anónimos.