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Los Estructuralistas
Max Weber (1864-1920), abogado y sociólogo alemán, cursó sus estudios en
Heidelberg y Berlín; su vida personal se refleja en la complejidad de sus
investigaciones y trabajos académicos. Luego de sufrir una profunda depresión
nerviosa cuando era ya doctor en leyes, debió suspender sus actividades docentes
y profesionales por un período de cinco años, al cabo de los cuales comenzó a
desarrollar una prolífica tarea de investigación social. Su pensamiento político se
caracterizó por la fuerza y la originalidad de sus ideas, que defendían el orden
monárquico vigente a la vez que criticaban la figura del Kaiser y, por otro lado, lo
colocaban cerca del pensamiento liberal de la época por sus ideas sobre la real
capacidad de las masas para decidir por sí mismas. Estudio la evolución de las
sociedades relacionando las sucesivas civilizaciones con su historia económica.
Comparó la ética y el comportamiento social
de protestantes y católicos en especial, aunque también extendió la comparación,
otras religiones más alejadas de la realidad europea del momento. Su mayor
contribución al estudio de las organizaciones se encuentra en su obra Economía y
sociedad, que fue escrita entre 1918 y 1929 y publicada luego de su muerte.
Su análisis del poder como idea abstracta, su aptitud para generar obediencia y su
aplicación para el desarrollo de la autoridad, definida como capacidad para obtener
una respuesta voluntaria a las órdenes que se consideran legítimas, le permitieron
clasificar las organizaciones de acuerdo con su facultad para dar legitimidad a la
autoridad dentro de sí misma. Los tres tipos puros de autoridad que identifica son la
carismática, la tradicional y la racional-legal, que se combinan de modo particular
en cada organización.
Los atributos carismáticos de autoridad se basan exclusivamente en las
características personales de un líder que muestra condiciones superiores a las de
los restantes dentro de la organización, el cual se destaca por sus cualidades para
generar adhesión y que, en un caso extremo, puede llegar a ser considerado
profeta o semidiós. Estos líderes,
junto a aquellas personas que mejor los interpretan, pueden convertirse en los
engranajes básicos de la organización. Para ilustrar esta cuestión, Weber analizo
casos como los de Renault, Citroën Boussac, entre otros. Las organizaciones que
favorecen este tipo de autoridad son inestables y sujetas a lo que el líder dicte,
imprevisibles y
carentes de continuidad por ser muy difícil lo tener transiciones apacibles a nuevas
autoridades. Cuando no se encuentra a un sucesor con los mismos atributos de
liderazgo descritos, la organización se desarticula o se adapta a al de los restantes
tipos de autoridad.
La organización tradicional basa su tipo de autoridad en normas precedentes y
usos.
La norma confiere autoridad, cuyo alcance está fijado por la costumbre y los usos
precedentes. Si líder carismático cede por herencia su autoridad a un hijo, el
atributo por éste heredado ya no es parte de su personalidad, solo que le es
conferido por la norma del legado, por lo que es funcional y no personal. Los dos
tipos de organizaciones tradicionales que Weber describió son la patrimonial, en la
que el empleado recibe una retribución, y la feudal, en la que la subordinación al
líder se regula por el pago de beneficios a éste o por la prestación de determinados
servicios.
La organización racional-legal es lo que Weber definió como burocracia y se
caracteriza por:
• La libertad personal de sus miembros. El sometimiento a la autoridad es función
de la necesidad de establecer una relación solo en el marco de la organización.
• La instauración de una jerarquía de empleos clara y definida.
• La definición de un marco de competencia legal para cada empleo.
• El establecimiento de cada empleo sobre la base de una relación contractual.
• La selección del candidato a un empleo por sus aptitudes técnicas o por la
comprobación de su competencia para el trabajo.
• El establecimiento como remuneración de un salario fijo, que varía de acuerdo con
la escala jerárquica que la organización determina.
• El hecho de que el empleo constituya la ocupación profesional de sus miembros.
• Establecer el concepto de carrera, que evoluciona de acuerdo con el criterio de los
superiores para con sus empleados.
• La independencia de la función respecto de la persona que la desempeña. El
empleado no es dueño de su puesto ni de los medios que la organización pone a su
disposición para desarrollar sus tareas.
• El sometimiento del empleado a las pautas disciplinarias que la organización
determina y que, desde una perspectiva actual, debían ser rígidas.
La forma burocrática es entonces racional, porque los medios se eligen
expresamente para alcanzar objetivos específicos, y también legal porque la
autoridad se ejerce con ayuda de normas y procedimientos impersonales.
Las razones de la eficacia de este esquema organizacional estarán dadas por:
• Dejar de lado las preferencias personales del líder, las costumbres y las
tradiciones.
• Definir estrictamente el trabajo y la autoridad de cada integrante de la
organización. El control que ejerce la estructura jerárquica.
• Prever todo en normas escritas.
• La experiencia que cada empleado desarrolla en su trabajo.
Este sistema elimina la incertidumbre, hace previsibles las consecuencias de todas
las acciones, es despersonalizado y se encuentra sujeto a una extrema
coordinación y a severas medidas de control.
Weber defendió su planteo argumentando que es necesario para cualquier tipo de
organización, sea pública o empresarial, y se adapta tanto al esquema capitalista
como al socialista. Sin embargo, discutió que el capitalismo haya jugado un papel
preponderante en el desarrollo del modelo, ya que el esquema se basa en una
previsión
racional de utilidades en el largo plazo que requiere un planteo de organización
ordenado y estable para potenciar su eficacia. Por otro lado, relacionó el modelo
moral protestante posrefomista, que promueve la redención mediante la actividad
creadora en la Tierra, con la mejor generación de condiciones para que se
desarrolle el capitalismo y, por ende, el sistema burocrático. Asimismo, llevó a cabo
estudios sobre las necesidades básicas del trabajador y la motivación, mediante los
cuales detectó incentivos distintos a los de la recompensa material por el trabajo o
la seguridad, como por ejemplo la vida citadina, que brindaba mayor independencia
al individuo que la
rural.
Sus teorías, aunque innovadoras en su enfoque sociológico, terminaron por definir
un sistema que se acerca más a las concepciones clásicas que promueven control,
previsión y relaciones impersonales dentro de las organizaciones.
El enfoque humanista
La escuela de las relaciones humanas
Durante la Primera Guerra Mundial, y después de ella, se produjeron cambios en el
contexto político, económico y social en Estados Unidos y en Europa. El desarrollo
de nuevo estudios sobre el comportamiento social, la difusión que obtuvieron
diversas investigaciones sobre comportamientos sociales y un mayor interés en el
análisis de los
aspectos psicológicos del individuo sirvieron de marco para el surgimiento de
nuevas teorías que ponían hombre y sus relaciones con la sociedad en el centro de
la escena.
Elton Mayo es reconocido como el fundador de esta escuela; John Dewey y Kurt
Lewin, estudiosos de filosofía psicología dinámica, aportaron fundamentos a sus
ideas, que corrieron el centro de aten de la organización en sí y los métodos de
trabajo, como lo propone la escuela clásica.
George Elton Mayo (1880-1949), fue uno de los formadores y más importantes
autores de la escuela de las relaciones humanas, así como también el responsable
de profundos estudios sobre sociología del trabajo, las formas en que los estados
de ánimo de los empleados afectan la productividad, las relaciones interpersonales
dentro de grupos, de grupos entre sí y otros.
Nació en Australia, estudio medicina en Edimburgo (Escocia) y psicología en
Adelaide (en su país natal), luego de lo cual puso énfasis en el análisis de los
problemas que acarreaban las actividades repetitivas y monótonas en la industria.
Emigró en 1922 a los Estados Unidos de América, donde realizó la primera de sus
investigaciones sobre la
fatiga. Desde 1926 hasta su retiro en 1947 continuó con sus estudios en la
Universidad de Harvard, donde levó adelante una serie de trabajos, entre los
cuales, el más importante fue el realizado en el taller Hawthorne, perteneciente a la
fábrica de teléfonos Western Electric Company.
En 1923, realizó una de sus primeras investigaciones en una fábrica textil donde la
rotación del personal en el departamento de hilado era del 250% anual, mientras
que en otros departamentos era de sólo un dígito, en similares condiciones de
trabajo. Mayo introdujo de cuatro a seis descansos de diez minutos, y tanto la
productividad como el ánimo del personal mejoraron inmediatamente. Los obreros
trabajaban menos, ganaban
y producían más, pero al terminar ese año, la rotación había vuelto al promedio
original.
Su siguiente estudio fue realizado en Hawthorne. Western Electric había llevado a
cabo un análisis sobre el efecto de la iluminación en el lugar de trabajo. La prueba
tuvo resultados desconcertantes y la empresa decidió continuar con las
investigaciones contratando a Mayo y su equipo en 1928. La experiencia consistía
en observar la tarea
de seis mujeres que trabajaban en el ensamblado de relés telefónicos. La sala en
que desarrollaban su actividad fue equipada con los elementos necesarios para
registrar las cantidades producidas por cada una de ellas en un tiempo determinado
y en distintas condiciones de temperatura y humedad; Se modificaron las
condiciones de trabajo, se
aumentaron los salarios y los tiempos de descanso, la productividad se incrementó
y siguió haciéndolo a medida que se retornaba a la, condiciones originales.
Los rendimientos obedecieron a la relación entablada entre el personal y la
dirección dela empresa, derrumbando la idea original sobre los beneficios de
buenas condiciones de trabajo. La conclusión de Mayo fue que el grupo se había
convertido en un conjunto homogéneo, con objetivos propios y solidarios. La
satisfacción laboral provenía
entonces de un aspecto netamente social:
• Las trabajadoras se vieron a sí mismas como "especiales" e importantes para la
administración por haber sido seleccionadas para el experimento.
• Desarrollaron buenas relaciones interpersonales entre sí y con su supervisor por
tener suficiente autonomía para acordar la división de tareas y el ritmo de trabajo.
• El contacto fluido y una buena relación crearon un ambiente de trabajo apacible.
La segunda etapa del estudio consistió en relacionar la experiencia del primero con
los sistemas de supervisión en el resto de la empresa. Se realizó una encuesta
sobre los 2000 empleados de la compañía, que confirmó que en la situación
personal de cada uno de ellos y su actitud hacia los dirigentes y sus compañeros se
encontraba la mayor
cantidad de problemas y no en cuestiones materiales y objetivas en las condiciones
de trabajo.
El tercer estudio consistió en la observación minuciosa de tres grupos de obreros
en un tal de ensamblado, con la finalidad de demostrar el efecto que causaba sobre
ellos un complejo plan de incentivos salariales. Luego de observar su
comportamiento individual y su forma de relacionarse con el resto, los
investigadores determinaron que cada grupo tenía sus propias reglas de
comportamiento y estructura social y que, llamativamente, generaba sus propias
normas trabajo y rendimiento, las cuales eran más fuertes en su influencia sobre su
desempeño qué incentivos salariales. Los obreros limitaban su producción diaria a
lo que consideraban justo, aquellos que producían más o menos de lo establecido
eran "puestos en línea" por sus pares. El estudio confirmó la importancia
del grupo de trabajo y comprobó la existencia de un sistema de organización
informal dentro de la estructura formal de la firma.
Los estudios en Hawthorne marcan un punto de inflexión en la evolución de la
teoría de la administración, pues introducen una nueva forma de pensar sobre la
gente en las organizaciones. Los aspectos más relevantes que aporta la escuela de
las relaciones humanas son:
• El trabajo desarrollado por un obrero no está determinado por su habilidad física,
sino por su capacidad para la interacción social.
• Las remuneraciones no económicas cumplen un papel fundamental en la
motivación y la felicidad del trabajador.
• Una mayor especialización no es la forma de división del trabajo más eficaz.
• Los trabajadores no reaccionan a la dirección de la organización, a sus normas y a
sus recompensas como individuos sino como miembros del grupo.
Si bien los experimentos fueron criticados por falta de rigor científico y sus
resultados fueron tomados con escepticismo, la escuela de las relaciones humanas
contó con una abrumadora aceptación. El conjunto de ideas que generó permitió
que se modificara la visión de los empleados como mera extensión de la estructura
de la organización y la maquinaria.
La escuela neoclásica
Seguidores de los postulados de Taylor y Fayol, los teóricos de esta escuela
investigaron aplicaron sus teorías entre los años 1920-1925 y fines de la década de
1940; obsérvese que el período se inicia alrededor de la gran depresión económica
de 1930 y culmina con el final de la Segunda Guerra Mundial. Fueron
contemporáneos a los teóricos de la
escuela de las relaciones humanas, y si bien su perspectiva dejó de lado el aspecto
humano del comportamiento individual y grupal para centrarse en el estudio de las
cuestiones formales de la organización de las técnicas de trabajo, fueron
influenciados por consideraciones sobre las relaciones de los trabajadores entre sí,
con la gerencia y
con sus necesidades sociales, que sirvieron para morigerar los enfoques clásicos
mecanicistas. Se ha dicho que los autores neoclásicos no han conformado un
conjunto de ideas con cierto grado de homogeneidad o concordancia que les
permitiera definir una escuela de pensamiento en administración. Son sus
principales exponentes Peter
Drucker, Ernest Dale, Ralph Davis- Louis Allen y Harold Koonz.
Recordemos que en el período 1940-1948 se produjo un enorme crecimiento de la
producción, de la estandarización de procesos y una búsqueda permanente de
efectividad y productividad en las líneas, debido al esfuerzo bélico y a la explosión
industrial y de incorporación tecnológica que se produjo al terminar la guerra, en
especial en los Estados Unidos y, años más tarde, en algunos países de Europa.
En un intento, entonces, por compensar el rechazo a la interacción humana por
parte de los clásicos, esta corriente introdujo buena parte de las ciencias del
comportamiento en el pensamiento administrativo. En este contexto, la escuela
neoclásica puede ser considerada como crítica de la escuela clásica:
• Cada organización debería tener una estructura definida. Sin embargo, el
comportamiento humano puede hacer que la empresa mejor estructurada muestre
falencias en el desarrollo de sus actividades. Mientras que la
organización formal representa la manera en que las cosas deberían ocurrir en la
compañía, la informal, que emerge de las necesidades sociales de sus integrantes,
determina el modo en que los hechos realmente ocurren.
• A pesar de que una adecuada división del trabajo tiene sentido desde un punto de
vista organizacional, algunos de sus resultados negativos o no previstos son
consecuencia de sentimientos negativos de los trabajadores, que no encuentran
satisfacción ni reconocimiento por ella.
• Mientras que los principios de jerarquía y determinación de funciones pueden ser
teóricamente válidos, los defectos que presentan en la práctica —como las
dificultades para delegar o la superposición en las cadenas de autoridad— generan
efectos distorsivos en las relaciones dentro de la organización.
• La capacidad de control de un gerente sobre el personal que de él depende es un
resultado directo de factores humanos, por lo que no puede ser medida
matemáticamente ni fijarse un patrón para su determinación.
En general, podemos observar que los aportes que ayudaron a modificar el enfoque
clásico provienen de los sociólogos y psicólogos sociales. Éstos estudiaron la
interacción y las relaciones dentro de los grupos humanos en las organizaciones
(escuela de relaciones humanas), mientras que los psicólogos se centraron en el
comportamiento
individual (escuelas de comportamiento), que analizaremos en los puntos
siguientes.