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Fernando Martínez Cueto y un sueño llamado música

Fernando es un estudiante de composición en la escuela superior de música del INBA que acaba
de ser aceptado en el conservatorio de Rotterdam en Holanda para estudiar la carrera de
dirección orquestal. Es un joven talento que va a emprender su sueño de estudiar en Europa para
convertirse en el director de orquesta que ha soñado ser desde su infancia.

Fernando nos cuenta un poco sobre su carrera musical, sus proyectos, sueños y también
obstáculos a los que se ha tenido que enfrentar y que sigue enfrentando en este sueño llamado
música.

Fernando:

Nací en Guamúchil Sinaloa, pero desde muy niño me mudé con mis padres a Culiacán. Siempre me
gustó la música y tengo muchos familiares que tocan de forma lírica, por ejemplo, aprendí a tocar la
guitarra con mi abuelo. A los 9 años escuché por primera vez un coro de niños y comencé a asistir al
coro. Cuando pisé por primera vez un teatro, me dije que ahí era mi lugar.

La figura del director nace por si sola y la música naturalmente me lleva hacia ese lugar. Solía ser
muy puntual en el coro y el maestro era muy emotivo con sus alumnos, yo era un niño que se
aprendía todas las voces, me encantaba cantar y el maestro realizaba dinámicas donde me
cambiaba de voz y me ponía a ayudarles a los compañeros. Un día me dijo: mira, así se marca el
compás ¿Te gustaría dirigir el coro? Y fue la primera vez que tuve la experiencia de dirigir.

A los 12 años comencé a estudiar el clarinete por accidente, era estudiante de piano desde los 9
años, pero se acabó el cupo en piano y el único instrumento que quedó disponible fue el clarinete.
Tomé el clarinete y me quede a gusto, fue entonces cuando entre a tocar en una banda sinfónica.
Me entretenía muchísimo con las voces de la orquesta y tocaba todo el día.

Mi maestro de clarinete supo que antes había tenido la experiencia de dirigir un coro y decidió
organizar un recital donde un niño dirigiera y comencé a dirigir a mis compañeros. Hicimos como 5
conciertos y cuando tenía 18 años, hicimos un concierto con repertorio mas complejo.

En mi familia se da una situación difícil a mis 18 años, un tiempo atrás estaba en la preparatoria y
decidí salirme y meterme a una preparatoria virtual para tener mas tiempo para la música. Mi nivel
de clarinete subió mucho, terminé la prepa, tocaba el clarinete, dirigía y comenzaba mis pininos en
la composición, pero mis padres no tenían dinero para mandarme a estudiar a otro lado.

Acepté esta situación económica y me dispuse a estudiar en Culiacán, pero yo desde la primaria
soñaba con ir a Europa y ser director de orquesta. Después de seis meses decidí aventurarme a la
ciudad de México donde hice una audición para entrar a la orquesta juvenil Carlos Chávez. No
estaba acostumbrado a la ciudad y era todo muy nuevo para mí, al final logré entrar a la orquesta.

Conocí la música contemporánea por el maestro José Luis Castillo quien me revisó unos arreglos,
me invitó a un concierto de la compositora Kaija Saariaho en el lunario y descubrí nuevas
sonoridades que fueron una revelación, además la compositora estaba presente en el concierto y
es un hecho que hoy en día me impresiona.

Una vez instalado en la ciudad, en la orquesta recibí una beca de 6000 pesos mensuales, era mi
única forma de sustento y con mis compañeros que estaban en la misma situación nos ayudamos
mutuamente, nos apoyamos mucho y tocábamos mucha música para orquesta.

Paso un tiempo y me dieron la oportunidad de dirigir la orquesta, hice la audición para ser director
asistente y me aceptaron. Dependiendo los directores que estaban al frente, podía batutear
algunas veces en la orquesta. Conocer al maestro José Luis Castillo me abrió puertas para conocer a
jóvenes compositores y dirigir sus obras, me encontré con muchos retos y fue un proceso largo de
aprendizaje.

El maestro Castillo me invitó a entrar a la carrera de composición en la escuela superior de música


al abrirse un espacio en su cátedra a la que yo ya asistía como oyente, yo le dije que quería ser
director, no compositor. Él insistió para introducirme la filosofía de la dirección de orquesta con
base en la composición y toda esta escuela de Pierre Boulez que decía que no hay otra forma de
llegar a la dirección de orquesta más que con la composición. Acepté y me di cuenta de que
estudiar composición te pone en los zapatos del compositor para dirigir.

He escuchado críticas de compañeros que dicen: ¿Él que hace? ¿Toca clarinete, dirige o compone?
y yo les respondo: ¡soy músico! Estoy peleado con esta idea de la especialización en la academia,
suponiendo que mi título diga “compositor” soy muchas otras cosas que me hacen ser músico.

Para dirigir a mí me ha funcionado lo que funciona en el podio de manera más libre, gestos que los
músicos entiendan y la flexibilidad para explotar los recursos expresivos es fundamental. La época
de los directores de sistema militar como figuras glorificadas ya se acabó, cada músico tiene algo
valioso que aportar a la orquesta. El director de orquesta tiene una función de unificación de ideas
y tiene que lograr que realmente funcione por medio del diálogo y sin violencia. Los neos siempre
van a ser cosas muy bonitas, el neo-barroco, neo-clásico etc. Pero tuvieron su momento, ya existió
Brahms y era un gran músico, pero nosotros somos los músicos vivos de esta época de y por eso la
necesidad de innovar y mi inclinación por la música contemporánea.

Un familiar me brindó su apoyo económico para estudiar en la superior de música. Clarinete,


composición y dirección son carreras distintas muy demandantes cada una y gracias al apoyo de
este familiar, decidí dejar la orquesta para entrar de lleno a la escuela superior de música, aunque
mi objetivo siempre fue estudiar dirección, desde muy temprana edad yo decía: ¡Quiero ser como
Gustavo Dudamel e ir a estudiar a Europa!

Me moví de Culiacán por la sed de aprendizaje y sabía que había otras cosas esperándome, siempre
busco la educación y mi deseo de ir a Europa es por esta pulsión de aprender, por la facilidad que
tienes a las bibliotecas, porque puedes dirigir, porque todos están dispuestos a hacer música
contemporánea y específicamente quiero ir a Holanda porque allá son expertos en interpretación
histórica e interpretación informada.

La investigación y el buscar fuentes siempre me ha interesado como herramienta para la dirección.


Brahms decía: un libro y una partitura y siempre llevo en mi mochila un libro y una partitura. La
educación y la aceptación que tiene el arte es lo que me motiva a ir a Europa y es triste, pero tiene
que ver con la calidad de vida; allá un trabajador, trabajadora pueden ir a un concierto, una obra de
teatro o una exposición, aquí la gente está metida todo el día en una oficina con salarios miserables.

Me voy a Holanda para aprender y para regresar un día y contribuir a la música en mi país de
origen. En un inicio quería ir a Alemania por que la educación es gratuita o tiene muy bajo costo,
pero para dirección de orquesta necesitas un muy buen nivel de alemán, vi los países de a lado y
encontré la opción de Holanda donde las clases son en inglés. Me pedían un nivel en piano y nivel
de instrumento principal, un examen teórico que engloba contrapunto, armonía y entrenamiento
auditivo. Después de pasar esos exámenes viene el de dirección de orquesta y me tocó dirigir a dos
pianos la primera de Beethoven, la sexta de Tchaikovsky y fragmentos de Pretrushka de Stravinski.

Fui aceptado en el conservatorio de Rotterdam y la finalidad de tener el título de director de


orquesta es abrir puertas en el mundo de la dirección orquestal, seguir el camino de la música y el
arte. Tengo un nuevo reto, una nueva dificultad económica por lo que estoy haciendo una colecta
en una plataforma llamada donadora.mx para poder pagar mi primera colegiatura y tener una
seguridad en mis primeros meses.

A las y los jóvenes les aconsejo que no se dejen influenciar por aquellas personas que intenten
derrumbar sus sueños y que los persigan hasta sus últimas consecuencias, aprovechar la época en
la que estamos donde el acceso a la información es más fácil, saber de todo lo que esté en nuestras
manos y trabajar con disciplina y constancia.
Esto es parte de una conversación de aproximadamente cuarenta minutos que sostuve con
Fernando, una conversación muy amena y enriquecedora. Este es el enlace para ayudar a
Fernando a realizar su sueño:

https://donadora.mx/campanas/estudiante-musica-en-
holanda?fbclid=IwAR1OE70aAjicitA26Rl9pXDP1DZAx_0Xn_f4Aew1YBl2DjXXvryKcA0OJSk

Próximos conciertos:

7-julio-2019 Guanajuato, Casa museo Gene Byron 13h.

24-julio-2019 Culiacán Sinaloa, Salón de eventos Palazzio by Luxemburgo con la agencia de


músicos Angeluz.

Contacto:

https://www.facebook.com/fermcueto

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