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Trabajo Monográfico
Tema:
ANARQUISMO EN EL PERÚ
Presentado por:
Curso:
Filosofía
Docente:
Huacho- Perú
2019
ANÁLISIS CRÍTICO DE "NUESTROS INDIOS" DE MANUEL GONZALES PRADA
(HOMBRE PROBLEMA)
El texto del intelectual peruano Manuel González Prada, "Nuestros indios", recoge las reflexiones
y análisis de su autor acerca del problema indígena y de la situación de esta parte de la población
del Perú a inicios del siglo XX. Su postura consta centralmente en la solución que propone al
problema y que radica en la decisión que los indios mismos tomen de superar los obstáculos sin
esperar el ablandamiento de sus opresores.
El texto está dividido en cuatro partes sin subtítulos. La primera parte trata de la sociología como
un estudio en formación que por la contradicción de sus representantes, no satisface el problema
racial del Perú. La segunda parte se enfoca en la relación opresor-oprimido, y destaca que los
maltratos y abusos de la época de la colonia se heredaron a la época republicana. En la penúltima
parte, Manuel González Prada menciona a la hacienda y a la relación que existía entre el gamonal
y el campesino, y lo compara con el sistema feudal de la edad media europea. Por último, la
sección final de su texto señala posibles soluciones basándose en la igualdad de las razas.
La argumentación de Manuel González Prada comienza con citar a la sociología. Menciona que
es insuficiente como para solucionar el problema del indio, ya que sus representantes no llegan a
un acuerdo concreto, además de tener opiniones contradictorias. Luego argumenta que la
independencia del Perú, no cambió la situación en la que vivía el indio. Para ello, señala como
factores que siempre en la sociedad hay opresores y oprimidos, y que en la República se heredó
las costumbres abusivas contra los indios. Después, el autor señala a la hacienda como un modelo
semejante al modelo feudal europeo y lo sustenta mencionando que los indios que trabajaban en
las haciendas eran maltratados por los gamonales; además, las autoridades del gobierno no
controlaban a los hacendados, todo lo contrario, formaban una alianza interesada en muchos
casos. Por último, el autor nos habla sobre las posibles soluciones. Para esto, destaca varios puntos
como los siguientes: todas las razas son iguales y tienen las mismas posibilidades de desarrollo;
la ignorancia que se le supone al indio no es el único factor de retraso.
Para argumentar su postura Manuel González Prada trata el tema desde una perspectiva más
occidental, alejándose por momentos de la parte indígena explícitamente. Esto se puede notar
cuando el autor cita a personalidades de la sociología como Le Bon, Gumplowicz, Comte, etc. y
no menciona alguna versión indígena del tema. Creo que el autor no cruza información importante
de las dos partes como lo expresa a lo largo de todo su texto. En su solución final hace explícito
la idea que he mencionado anteriormente: la solución radica en la propia decisión que tome el
indio de superarse sin esperar la humanización de sus opresores. Plantea su solución con el
accionar del indio, pero sin la participación de la sociedad aristocrática a la que representa.
ANARQUISMO EN EL PERÚ
Introducción:
El anarquismo es la ideología menos conocida y seguramente la más calumniada. Dejando
de lado los prejuicios y las ideas equivocadas, el impacto del anarquismo en la historia de
muchos países no puede ser ignorado. En el Perú, el anarquismo tuvo un papel
fundamental en el naciente movimiento obrero. La tradición libertaria casi desapareció
por completo pero hoy resurge, al igual que en otros países de Latinoamérica y del
mundo.
Las ideas anarquistas llegaron a las costas peruanas desde Europa, probablemente con la
venida de inmigrantes españoles, italianos y franceses ligados al ala anti-autoritaria,
liderada por Miguel Bakunin, de la Primera Asociación Internacional de Trabajadores
(AIT), o a la Comuna de París, primer gran revolución proletaria que intentó poner
algunas ideas libertarias en práctica.
La prensa libertaria: Los primeros periódicos anarquistas aparecen a partir de 1904, año
en que fue fundado el periódico anarquista Los Parias. Periódicos como Simiente Roja,
El Hambriento, Humanidad, El Oprimido, La Antorcha, Los Oprimidos, El Ariete y La
Protesta aparecerían posteriormente.
Una naciente cultura libertaria: La actividad cultural libertaria también se inició en la
primera década del siglo XX. El grupo libertario “Humanidad” y el “Centro Socialista
1ero de Mayo se fusionaron para dar paso al “Centro de Estudios 1ero de Mayo” en 1909.
Ese mismo año, se representó una obra para conmemorar una masacre de mineros
chilenos en 1907. En 1910, se funda el “Centro Racionalista Francisco Ferrer”, en honor
al anarquista y pedagogo español, y en 1911, el “Centro Artístico de Vitarte”,
posteriormente “Centro artístico Nueve de Enero”. En tal centro se representaron obras
como El Cristo Moderno, La Hoguera o Juan Ose.
Las primeras manifestaciones en Lima y Callao y la lucha por las 8 horas: Los
panaderos fueron los primeros al adoptar la idea anarquista en 1905, organizados en la
Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú” y liderados por Manuel Caracciolo
Lévano y Delfín Lévano. Ese mismo año se celebra en Lima por primera vez el 1ero de
Mayo, en conmemoración de los Mártires de Chicago, anarquistas que fueron llevados a
la orca por un atentado que no cometieron en 1886 en la ciudad de Chicago en EEUU.
En 1911, después de una huelga de 29 días, los anarcosindicalistas organizan el primer
paro general en Lima y Callao, demandando un aumento, la reducción del día laboral de
13 a 10 horas y la eliminación del trabajo de noche. Al día siguiente, el presidente Leguía
interviene y obliga a los patrones a aceptar las demandas de los obreros. Los sindicatos
de panaderos, textiles, zapateros, portuarios, etc. se federaron y dieron nacimiento en
1912 a la Federación Obrera Regional Peruana (FORP), adherente a la Asociación
Continental Americana de Trabajadores (ACAT) de carácter anarcosindicalista.
Arequipa: En otras ciudades como Arequipa o Trujillo, los sucesos seguían la misma
línea libertaria. En 1926, se funda en Arequipa la Federación Obrera Local de Arequipa
(FOLA), de la cual destacan el tipógrafo Jacinto Liendo y el sastre Francisco Ramos. La
FOLA, especialmente el sector de Mollendo, mantenía un contacto estrecho con
la Industrial Workers of the World (IWW) de Chile. En efecto, los trabajadores peruanos
de Mollendo fraternizaron con sus colegas chilenos en secreto. El gobierno respondió
enviando dos barcos navales al puerto. En 1925, la FOLA, apoyada por la FOL y la IWW
lanzó una huelga general para detener la Ley de Conscripción Vial, la cual obligaba a los
hombres adulto de trabajar gratuitamente para el estado 12 días al año. El anarquismo
continuó su presencia en la ciudad blanca en los años 30.
Cuzco: En Cuzco, intelectuales como Luis Velasco Aragón, Julio Luna Pacheco,
Humberto Pacheco, Roberto Latorre, entre otros, fueron los principales exponentes de la
idea anarquista. El más influyente fue tal vez Velasco Aragón, un discípulo de Manuel
González Prada. Velasco Aragón fundó y dirigió el “Centro Manuel González Prada” y
centro artístico y literario “Capa y Espada”. También existió una universidad popular que
contó con más de cien estudiantes, de la cual destaca Ricardo Santos, un
carpintero proponente del anarcosindicalismo. En Cuzco, se creó la Federación Obrera
Local del Cuzco, modelada también en la FORP.
En Sicuani, había una biblioteca comunal llamada “El Ayllu”, fundada por Miguel Ángel
Delgado Vivanco, uno de tres hermanos anarquistas muy conocidos y respetados en
Cuzco y Apurímac. A esta biblioteca acudió un joven llamado José María Arguedas,
quien también recordara melancólicamente el sonido del carnaval de Tambobamba,
pueblo fundado por Eramos Delgado V., Encino del Val, otro discípulo de Manuel
González Prada, y a quien Arguedas le tenía mucho cariño. El tercer hermano Delgado
Vivanco también fundó una biblioteca anarquista en Cotabambas.
En Otras Provincias: Hasta la primera década del siglo XX, el anarquismo se había
concentrado en ciudades como Lima, Trujillo, Arequipa, Cuzco, Chiclayo, Huacho, etc.
pero a partir de 1909, las ideas anarquistas se expandirían por todo el país. En 1912, ocurre
la matanza del valle de Chicama, cuando cientos de jornaleros son asesinados por los
gamonales que hacían caso omiso a sus reclamos. La infame tragedia impulsó la
radicalización de más activistas como M. Herminio Cisneros que pronto se convirtieron
al anarquismo. Por su parte, Teodomiro Gutierrez, Cuevas, más conocido como Rumi
Maqui, influenciando por las ideas anarquistas, lanza una gran insurrección indígena en
1914 que fuera derrotada en 1915.
En 1909, se crea la Asociación Pro-Indígena, a la cual se une Miguelina Acosta Cardenas
a partir de 1917. En 1920 se crea el “Comité Pro-Derecho Indígena – Tahuantisuyo”, en
el cual participa Carlos Condorena, un campesino puneño ávido lector de periódicos
anarquistas y en 1923 la “Federación Indígena Obrera Regional Peruana”. El anarquismo
se fusiona así con el movimiento campesino, llegando a crear una nueva ideología, mezcla
de anarquismo revolucionario y milenarismo que buscaba en el imperio incaico un
modelo de sociedad.
El Declive: A finales de los años 1920, el anarquismo pierde mucho campo, y el
movimiento obrero vira rápidamente hacia el pensamiento marxista de Mariátegui y el
pensamiento populista e inter-clasista de Haya de la Torre.
El porqué de este rápido abandono de las ideas libertarias ha sido examinado por varios
historiadores que presentan diferentes explicaciones. Lo más probable es que el abandono
de estas ideas fue causado por múltiples factores. La revolución rusa y el prestigio de los
bolcheviques fueron un factor. La gran represión sobre los grupos anarquistas, las
expulsiones de militantes, e incluso la tortura, como en el caso de Delfín Lévano, fue otro
factor. También es probable que la mayor parte de la clase trabajadora y el campesinado
no haya sido lo suficientemente expuesto a las ideas libertarias, y tras la represión a los
grupos anarquistas, se creó un vacío ideológico. Y aún otro factor podría ser la dificultad
de la aceptación de las ideas libertarias en una sociedad tan conservadora como la
peruana, que se prestaba más a ideas populistas que a conceptos como
“internacionalismo” o “lucha de clases.”
Y sin embargo, las ideas libertarias no desaparecieron del todo. En las décadas
posteriores, serían comunes los homenajes a Manuel González Prada, o las celebraciones
del Primero de Mayo. A finales de los 50s, aparecería la Federación Anarquista del
Perú, de la cual destaca Wenceslao Zavala Grimaldo, quién fuera recluido en la isla del
Frontón. Se sabe de anarquistas que, en los 60s, formaron parte de las primera guerrillas
como el MIR o el ELN. Posteriormente, durante el gobierno de Velasco, libertarios como
Jaime Llosa participaron en la creación de cooperativas obreras y agrícolas.
El Presente: Pero no sería hasta la década de 1980 cuando las ideas anarquistas renacen
con el rock subterráneo y la contracultura. Sin embargo, la falta de información sobre la
historia y la práctica anarquista frenó su desarrollo. Se crearon grupos como Movimiento
Anarquista de Lima (MAL), Colectivo de Juventudes Anarquistas (CAJA), Autonomía
Proletaria, Colectivización, o Lucha Proletaria. Aparecen también publicaciones como
Desobediencia o Humanidad.
En la década del 2000 aparece la agrupación Qhispikay Llaqta, luego colectivo Estrella
Negra, que dieran paso a Unión Socialista Libertaria, con grupos en Lima y Huancayo, y
que publica el periódico Avancemos. Unión Socialista Libertaria adhiere a la plataforma
Anarkismo, y estuvo presente en el Reencuentro Internacional del Anarquismo en St.
Imier, Suiza, en el 2012 que conmemoraba los 140 años de la Internacional de St. Imier.
Hubieron cortejos anarquistas presentes en las movilizaciones por lo sucedido en Bagua
y contra el proyecto minero en Conga. Así mismo, desde hace algunos años, también hay
una presencia anarquista notable el 1ero de Mayo en Lima. En el ámbito estudiantil,
Tendencia Estudiantil Libertaria (TEL) en Lima y el Círculo de Resistencia Estudiantil
Ácrata (CREA) de Arequipa han aparecido en escena. En Arequipa, también se cuenta
con la presencia del colectivo Amor y Odio.
Como diría Manuel González Prada, “no quiere decir que nos hallemos en vísperas de
establecer una sociedad anárquica. Entre la partida y la llegada median minas de imperios,
lagos de sangre y montañas de víctimas. Nace un nuevo cristianismo sin Cristo, pero con
sus perseguidores y mártires. Y si en veinte siglos no ha podido cristianizarse el mundo,
¿cuántos siglos tardara en anarquizarse?”