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¿Cómo ayudar a mi hijo(a) a

lograr sus objetivos?...


Parte de nuestro desarrollo personal es tener sueños y anhelos, tener un
propósito en la vida, algo que deseemos alcanzar. Es así, que para todo ser
humano es sumamente importante establecer metas y objetivos, bien sea a
corto, mediano o largo plazo. Nuestros hijos no están excluidos de ello.

La labor de los padres es fundamental en este proceso, pues debemos contribuir


con tal desarrollo desde la infancia. Cuanto más pronto aprendan o se
acostumbren a trazar sus objetivos, mejor podrán desenvolverse en el transcurrir
de su vida. Es nuestro deber ayudarlos a que se tracen nuevos desafíos, sobre
todo, favorecer la consecución de los mismos. Sin embargo, muchas veces no
lo hacemos de forma adecuada; y en nuestro afán de ayudarlos o por querer
impedir que pasen por momentos desagradables, intentamos evitar que cometan
errores, anticipándoles constantemente lo que podría suceder ante cada
decisión o acción que realizan, sin darnos cuenta que, en lugar de favorecerlos,
esto puede resultarles contraproducente, volviéndolos dependientes y poco
tolerantes ante los fracasos.

A continuación, brindamos algunas pautas que serán de utilidad para ayudar a


nuestros hijos en este proceso:

1. Permitamos que tomen sus propias decisiones, por pequeñas que parezcan.
2. Valoremos cada pequeño logro, pues alcanzar cada pequeño objetivo
conlleva el cumplimiento de desafíos mayores.
3. Mostrémosles nuestro apoyo en todo momento. Esto les permitirá estar
seguros de que aun cuando puedan tomar decisiones equivocadas,
estaremos ahí para darles soporte.
4. Enseñémosles a tener perseverancia con el mensaje de que cada derrota
es una oportunidad de mejorar.
5. Démosles el ejemplo. A través de la observación pueden internalizar y poner
en práctica los métodos utilizados por nosotros.
6. Enseñémosles a plantearse pequeñas metas a través de preguntas que les
ayuden a definir objetivos, trazar un plan y prever resultados. Esto ayudará a
que sus metas sean claras y fáciles de cumplir. Las preguntas pueden ser las
siguientes:
- Para definir objetivos: “¿Qué es lo que deseas conseguir?”, “¿Qué
conseguirás si tienes éxito?”, “¿Cuál será la mayor dificultad?”, “¿Qué es lo
peor y mejor que puede pasar?”, etc.
- Para la planificación: “¿Cómo vas a conseguirlo?”, “¿Qué estrategia
usarás?”, “¿Qué planes tienes para lograrlo?”, “¿Por cuál empezarás? ¿y
si no resulta... tienes otra idea?”, etc.
- Para prever resultados: “¿Qué pasará si no sale como esperas?”, “¿Qué
otra cosa puede suceder que impida que lo logres?, ¿cómo te enfrentarás
ante ella?”, “¿Cuáles serían las consecuencias si no lo logras?”, “¿Cómo te
sentirás si lo consigues?... ¿y si no lo consigues?”.

El proceso de establecimiento de metas y objetivos, ayuda a los niños a crecer


y desarrollarse de forma adecuada. Por ello, es importante tener en cuenta estas
pautas y ponerlas en práctica cada vez que nuestros hijos quieran tomar una
decisión, por más pequeña que sea, ya que la práctica constante crea un
aprendizaje que podrá generalizar en situaciones más complejas y que requieran
mayor responsabilidad. Así pues, aprenderán a ser independientes y a conocer
los pros y los contras de cada decisión que tomen, evaluarán sus alternativas y
asumirán consecuencias, desarrollando un pensamiento autocrítico. Dejarán
de buscar excusas en los demás y aceptarán su parte de responsabilidad en los
éxitos y fracasos, aprendiendo a superar frustraciones.

Recordemos que los niños también son capaces de lograr lo que se


proponen, siempre y cuando se les guíe desde el principio y se les brinden las
herramientas necesarias para ello, teniendo siempre presente que los objetivos
serán proporcionales a las responsabilidades que tengan y a la edad en la que
se encuentren.

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