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LA GUERRA DE LAS GALAXIAS


La nueva Orden Jedi: Parte 12

LINEAS ENEMIGAS I: Sueños Rebeldes (Enemy Lines I_Rebel dreams)


Aaron Allston

Personajes:
Jedi:
Luke Skywalker; Maestro Jedi Master (varón humano)
Mara Jade Skywalker; Maestra Jedi (hembra humana)
Jaina Solo; Caballero Jedi (hembra humana)
Kyp Durron; Maestro Jedi (varón humano)
Corran Horn; Caballero Jedi (varón humano)
Tahiri Veila; Estudiante Jedi (hembra humana)
Alema Rar; Caballero Jedi (hembra Twi'lek)

Miembros del Ejército de la Nueva República:


General Wedge Antilles (varón humano)
Lando Calrissian; comerciante (varón humano)
Coronel Tycho Celchu (varón humano)
Comandante Eldo Davip; Capitan del 'Lusankya' (varón humano)
Coronel Gavin Darklighter; Líder de Escuadrón 'Pícaro' (varón humano)
Capitán Krai Nevil; Piloto de Escuadrón de 'Pícaro' (varón Quarren)
Capitán Garik 'El rostro' Loran; Líder del Escuadrón Wraith (varón humano)
Capitán Yakown Reth; Líder del Escuadron Blackmoon (varón humano)
Iella Wessiri Antillas; Directora del Servicio de Inteligencia (hembra humana)
Jag Fel; Líder del Escuadrón 'Soles Gemelos (varón humano)
Voort "Piggy" el saBinring; Gemelo Soles Escuadrón piloto (Gammorean masculino)
YVH 1-1A (androide masculino)

Civiles:
Danni Quee; científico (hembra humana)
Wolam Tser; holodocumentador (varón humano)
Tarn Elgrin; operador del holocámara (varón humano)

Yuuzhan Vong:
Tsavong Lah; warmaster (varón Yuuzhan Vong)
Czulkang Lah; comandante (varón Yuuzhan Vong)
Viqi Shesh; antigua senadora (hembra humana)
Maal Lah; comandante (varón Yuuzhan Vong)
Denua Ku; guerrero (varón Yuuzhan Vong)
Wyrpuuk Cha; comandante (varón Yuuzhan Vong)
Kadlah Cha; guerrero (varón Yuuzhan Vong)
Takhaff Uul; sacerdote (varón Yuuzhan Vong)
Ghithra Dal; moldeador (varón Yuuzhan Vong)

Capítulo 01.
Hace un Mes, Sistema de Pyria: Ocupación del planeta Borleias, Día 1:
"Un dios no puede morir," Charat Kraal dijo. "Por consiguiente puede no tener miedo de la muerte.
¿De manera que quién es más valiente, un dios o un mortal?"
Charat Kraal era un piloto de los Yuuzhan Vong -humanoide, de un poco más de dos metros de altura-
Su piel, donde no estaba cubierta por geométricos tatuajes, era pálida, marcada por todas partes por
lustrosas líneas blanquecinas de viejas cicatrices. Hace algunos años tuvo un accidente que provocó que
le fuera devorada la parte central de su cara, eliminando incluso la pequeña nariz propia de los Yuuzhan
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Vong, dejándola convertida en una simple costra marrón por detrás del cartílago y los agujeros
horizontales dentro de sus pasajes nasales huecos. Su frente se angulaba hacia atrás mucho menos de lo
que lo hacía en la mayoría de los Yuuzhan Vong y por lo que se asemejaba un tanto a la frente de un
humano, por lo cual dos guerreros se habían burlado de él, y por lo que él tuvo que matarlos. Él intentó
ocultar su molesto rasgo físico, lo mejor que le fue posible, arrancándose hasta el último mechón de pelo
de su cabeza y añadiendo tatuajes a la parte superior de su cráneo que dibujaban un ojo por arriba y por
detrás, lejos de la ofensiva frente. Un día él ganaría el derecho a un injerto que ocultaría por completo su
deformidad y acabaría de una vez por todas con su problema.
Él llevaba puesto un manto ooglith, el transparente traje espacial de los pilotos Yuuzhan Vong, por
encima de simple prenda de un guerrero. Ambas prendas eran criaturas vivientes, diseñadas y
engendradas para realizar únicamente las tareas que se les exigían, ayudar a los Yuuzhan Vong en su
búsqueda de la gloria.
Estaba sentado en la carlinga de su caza coralita, el irregular caza espacial, con aspecto de roca, de su
clase, aunque no llevaba su capuchón cognitivo en esos momentos; la criatura, similar a una máscara, que
le mantenía en contacto mental con su nave, permitiéndole percibir con sus sentidos y pilotar con la
agilidad y destreza de la mente, en lugar de con el músculo y su consiguiente retardo en reaccionar, estaba
a su lado mientras el caza coralita volaba en una patrulla rutinaria.
Él y su compañero de misión, Penzak Kraal, estaban en órbita distante sobre el mundo de Borleias. El
planeta que había sido recientemente tomado a los nativos infieles de esta galaxia de manera que pudiera
ser usado como una zona de escala y abastecimiento de las fuerzas Yuuzhan Vong en su asalto sobre el
mundo-trono de Coruscant. Borleias era un mundo agradablemente verde, no anormalmente cubierto con
las horrendas viviendas muertas de los infieles, ni sembrado con sus antinaturales instrumentos
tecnológicos; únicamente una base militar, ahora destrozada, quedaba como evidencia de la ocupación
infiel y como afrenta a los Yuuzhan Vong.
La voz de Penzak Kraal surgió de la pequeña cabeza que mostraba un villip, montado sobre la pared de
la carlinga justo debajo de la cabina exterior. Aunque la mayoría de los cazas coralitas no iban equipados
con villip, confiando en las señales telepáticas de los coordinadores de guerra yammosk para todas sus
comunicaciones, las naves de patrulla de larga distancias requerían unos medios de comunicación más
directos. "No seas idiota. Si un dios es el dios de la valentía, entonces por definición él debería ser mucho
más valiente que cualquier Yuuzhan Vong, que cualquier cosa que viva."
"Eso me hace pensar. Supongamos entonces que tú te convirtieras en alguien inmortal como los dioses,
y nunca murieras, pero siguieras siendo un Yuuzhan Vong. Nunca te enfrentarías a la muerte. ¿Podrías ser
entonces tan valiente como los Yuuzhan Vong? Tú podrías matar siempre pero nunca correrías un riesgo
real de morir, de desafiar a la muerte cara a cara, escoger la hora y el lugar de la muerte. ¿Qué es mejor,
ser valiente por una vida o matar para siempre?"
"¿A quién le importa? La elección no es nuestra. Pero si pudiera escoger, creo que elegiría la
inmortalidad. Vive el tiempo suficiente, y podrás aprender a ser tan valiente como un Yuuzhan Vong.
Mata durante bastante tiempo, e incluso quizás podrías llegar ha aprender a matar una estrella."
Charat Kraal se puso serio. "Yo he oído..."
"¿Qué?"
"Que los infieles hicieron eso. Aprendieron a matar una estrella."
Él oyó a Penzak Kraal chirriar los dientes un tanto irritado; en el villip él vio los rasgos deformados de
su compañero, descentrarse aún más, mientras dejaba caer su boca en un gesto de desprecio. "¿Qué pasa
si ellos lo hubieran hecho? La matarían de manera ofensiva, con sus mentes enfermas y sus dispositivos
heréticos. Y, como idiotas, debieron de perder el secreto. O ellos estarían destruyendo las naves-mundo
una por una."
"Yo también he oído..." Charat Kraal bajó su voz, una precaución un tanto estúpida, ya que nadie
excepto bajó Penzak Kraal podía estar escuchándole. "Que los dioses también los están favoreciendo. A
los infieles."
"Ridículo."
"¿Acaso sabes lo que hay en las mentes de los dioses?"
"Yo no puedo saber más de la mente de los dioses, que el poder que pudiera tener para convocar a
unos de los acorazados enemigos, y así tener la oportunidad de destruirlo para mi mayor gloria personal."
En la distancia, aún muy lejos de Borleias, a muchos kilómetros de distancia de ellos, un acorazado
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enemigo pestañeó al entrar al espacio real, su proa apuntando directamente hacia ellos. La nave ya estaba
acelerando; creciendo rápidamente en tamaño mientras se les acercaba, a la vez que se aproximaba a
Borleias.
"Penzak, no me engañes."
"Mis palabras no los convocaron, idiota." El rostro del villip se distorsionó y se recompuso, reflejando
un cambio en los rasgos de Penzak; Este se había puesto su capuchón cognitivo. Charat hizo lo mismo. El
espacio interior de la carlinga, que les rodeaba, pareció volverse transparente, dándoles una visión en
todas direcciones, gracias a los sentidos del caza coralita, mostrándoles el imponente aspecto en detalle de
la nave enemigo que se cernía sobre ellos.
No, ahora era varias naves. Cada vez más de las aborrecibles cosas de metal estaban surgiendo del
hiperespacio, todas en dirección a Borleias. A Charat y Penzak.
Unos segundos después, Charat pudo sentir un zumbido a través del capuchón cognitivo, una señal de
alarma que Penzak estaba enviando para avisar al comandante del Domino Kraal en Borleias.
La nave delantera de la Nueva República Nueva, una especie de anguloso triángulo blanco, pasó sobre
los dos cazas coralitas, cubriéndolos con su inmensa sobra. Aún si llegar ni de cerca al tamaño de una
nave-mundo de los Yuuzhan Vong, su tamaño era impresionante, y al estar tan cerca Charat casi sentía
que él podía alargar la mano y deslizar sus dedos por el casco mientras pasaba.
Penzak Kraal lanzó su caza coralita en una zambullida y giró para adoptar el mismo rumbo de la
enorme nave. Charat se colocó junto a él. Por encima suyo, podo ver como una especie de gotas surgía de
la barriga de la nave, anunciando el lanzamiento de los odiados cazas estelares de los infieles.
"¿Cómo les hacemos el mayor daño?" Charat preguntó.
"Sígueme," dijo Penzak. "Mientras ellos están lanzando sus cazas. No entables combate con ellos,
sólo moléstales lo suficiente para que nos sigan. La nave no abrirá fuego contra sus cazas si están muy
cerca de nosotros. Así nosotros podremos entrar en su bahía de lanzamiento y destrozar los equipos que
tengan allí, para luego destripar la nave desde el interior." Giró sobre si mismo, elevándose y virando en
dirección a la barriga de la nave. Charat le siguió.
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Mon Mothma, uno de los más nuevos cruceros de la flota de la Nueva República, un Destructor Estelar
reajustado con generadores de pozos de gravedad, capaces de interferir en los saltos hiperespaciales de
corta distancia hechos por navíos Yuuzhan Vong, navegaba directamente hacia Borleias desde el punto
donde había sido arrojado fuera del hiperespacio. Este no había sido un salto programado -sino que ellos
habían trazado un curso directo hacia el planeta Borleias, y la fuente gravitaciones del planeta quien lo
había arrastrado al espacio real, cuando estuvieron lo bastante cerca-. Y ahora ante ellos estaba el mundo
verde-azulado que había venido a reconquistar.
"Ninguna señal de una nave-mundo Yuuzhan Vong en órbita," informó el oficial encargado de los
sensores, un varón Mon Calamari con la piel azul oscura. "Los dos cazas coralitas están virando para
entablar combate."
El general Wedge Antilles, un hombre delgado con gesto de preocupación en el rostro y porte militar,
comandante de la flota de combate, de la cual el 'Mon Mothma' era la nave insignia, asintió. "Artillería,
fíjelos, y vaporícelos si se lanzan contra nosotros. Control de combate, continúe con el lanzamiento de los
escuadrones de cazas."
"Sí, señor."
"Sí, señor."
Las pantallas de los datos se iluminaron con las luces parpadeantes mientras los cazas de la Nueva
República -Alas X, A-9s, Alas B, Alas E y otros modelos- surgían de las bahías de atraque y viraban
hacia el planeta. Wedge, de pie en la estación de combate del capitán en la parte trasera del espacio
puente de mando, ignoró las pantallas. En su lugar se concentró en la vista real de Borleias, el cual
llenaba la pantalla visora principal en el extremo de proa del puente.
Wedge se dijo a si mismo, que esperaba que los Vong hubieran aprendido a querer este mundo. Porque
yo voy a arrebatárselo. Así ellos aprenderán lo que es que perder algo que ellos quieran.
Luke Skywalker activó sus impulsores. Su Ala-X salió rugiendo de la bahía de atraque principal,
perdiendo altitud en relación al 'Mon Mothma'. Detrás suyo, once pilotos del Escuadrón 'Soles Gemelos',
el escuadrón provisional de Ala-X que estaba bajo su mando, se pusieron en formación. "Soles Gemelos
nos vamos," dijo.
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"Me recibe, Soles Gemelos," Debía ser el controlar de vuelo del puente del 'Mon Mothma'. "Atención,
dos cazas coralitas están maniobrando dentro de vuestra ruta de vuelo."
Luke echó un vistazo a su cuadro de sensores. Dos parpadeos rojos estaban ciertamente girando por
debajo y dirigiéndose hacia ellos. "Escuadrón, síganme, les daremos a esos dos un recibimiento
adecuado."
Oyó el coro de confirmaciones. Había tensión en algunas de las voces, pero no alarma. Todos los
pilotos eran veteranos, supervivientes de los 'Sables', los 'Golpeadores' y otros escuadrones que habían
sido diezmados hasta quedar reducidos a tríos defensivos, parejas de ala, y pilotos en solitario durante el
ataque de los Yuuzhan Vong sobre Coruscant de hace unas semanas. Dos de ellos, formando con él un
trío defensivo, eran su esposa, Mara Jade Skywalker, y el oficial de Seguridad Corelliano, reconvertido a
piloto, y luego reconvertido a Jedi, llamado Corran Horn. Todos sus pilotos eran disciplinados y
competentes. Muchos querían venganza.
Luke entendió cómo se sentían. Los Vong, ayudados por su agente humano Viqi Shesh, casi había
logrado secuestrar a su hijo pequeño y de Mara, hace sólo unos pocos días. Ellos habían matado a su
sobrino Anakin, y su sobrino Jacen estaba desaparecido. Dichas pérdidas, especialmente la de su aprendiz
Anakin, crearon un intenso dolor dentro de él, que no era capaz de mitigar.
En su juventud, Luke habría estado ansioso de devolver el golpe, pero hoy en día, él había apartado a
un lado esa parte de sí mismo. Esos eran pensamientos del lado oscuro, pensamientos propios de personas
inmaduras. Había pasado ya mucho tiempo desde que él había sido un joven inocente de rostro imberbe;
las cicatrices dejadas por múltiples combates y las arrugas de la edad se acumulaban en su rostro, al igual
que el peso de la experiencia y la tranquilidad se habían acumulado en su espíritu.
Expandió sus percepciones, buscó a Mara con ellas. La localizó y casi retrocedió, eludiendo el
contacto; ella era ahora mismo una presencia helada, concentrada totalmente en su misión.
Hizo un gesto de indiferencia. La frialdad no era mala alternativa. Mara, a pesar de su aparente frialdad
y comportamiento controlado, estaba tan angustiada como él por la casi perdida de Ben y la perdida de
sus sobrinos, y no le hubiera resultado nada extraño, encontrarla ardiendo como una espada láser, por el
deseo de venganza. Él hecho de que no lo estuviera, no significaba que lo tenía todo bajo control.
"Estabilizadores en posición de ataque," dijo Luke, actuando al mismo tiempo que pronunciaba las
palabras, pulsando el interruptor que remodelaba la superficie del Ala-X, adoptando la familiar forma en
X, de su perfil de ataque. "Primer y tercer trío, seguid al líder, el resto en formación. Fuego a discreción."
Configuró sus láseres en montaje cuadruple, de manera que los cuatro abrieran fuego con una única
presión del gatillo, y abrió fuego contra el caza coralita que iba en cabeza. Cuatro rayos rojizos de
destructiva energía láser salieron despedidos hacia el caza coralita.
No, fueron ocho rayos. El estallido de fuego de Luke, apuntad al costado de estribor del caza; nunca
alcanzó su blanco; una mancha de oscuridad apareció ante ellos, distorsionando el espacio igual que una
gigante y magnificente lente, absorbiendo el fuego láser a su interior. Esas cuatro lanzas energéticas
simplemente se contrajeron y desaparecieron. Pero la ráfaga de Mara, apuntando al costado de babor,
golpeó al caza coralita un después de que la de Luke se desvaneciera. Él dejó entrever una sonrisa de
complicidad; ella, tan bien, debía haber estado usado sus propias habilidades con la fuerza para
monitorizarle. De otra manera no podría haber sido tan condenadamente exacta en su disparo. Sus láseres
martillearon el casco del caza estelar enemigo hasta que la distorsión parpadeó para interceptar sus
disparos, entonces Luke abrió fuego de nuevo, arrancando astillas de coral de la popa del caza coralita.
Sus impactos se unieron a los de Corran. El coral, al igual que cualquier material del casco de una nave
supercalentado, se debilitó y los láseres dejaron ardientes marcas rojizas a lo largo de su superficie.
Luke realizó una serie de maniobras evasivas con su Ala-X, moviéndose de un lado a otro, de arriba
abajo con la aleatoriedad de un insecto volante. Vio a su objetivo contraatacar, un resplandeciente
proyectil proveniente del cañón de plasma del caza coralita, pasó por su lado de babor, lo bastante lejos
para no significar el menor peligro para él, Mara o Corran. De hecho, no hubo gritos de alarma por parte
de sus compañeros de escuadrón, ni ninguna desaparición súbita y trágica de las luces parpadeantes -que
indicaban la posición de las naves de la Nueva República- en sus sensores.
"Ellos no quieren entablar combate," Fue el mensaje de 'Sol Gemelo Doce', una hembra commenoriana
llamada Tilath Keer. "Viro para perseguirles." Luke vio la señal parpadeante de 'Soles Gemelos Cuatro',
'Seis' y 'Doce' dar la vuelta, para perseguir a los cazas coralitas que iban directos hacia el 'Mon Mothma'.
Luke sintió un pequeño hormigueo, no sabía muy bien decir, si un aviso de la Fuerza o de sus muchos
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años de experiencia como piloto de combate. "Negativo, romped contacto," dijo. "No entabléis contacto.
'Soles Gemelos', volved a vuestro rumbo original y formad con 'Record Time'. 'Mon Mothma', esos cazas
son todo vuestros."
"Captado, 'Sol Uno'."
Luke giró de vuelta hacia Borleias, viendo como sus pilotos dejaban de perseguir a los cazas coralitas
y maniobraban para entrar en formación con el resto del escuadrón. En el momento en que sus cazas
dejaron libres a los cazas coralitas, los cañones láser del Mon Mothma abrieron fuego. Uno de los cazas
coralitas resultó destruido al instante, su dovin basal fue incapaz de absorber toda la potencia de fuego
que se le vino encima, la nave quedó reducida a una ardiente nube de partículas resplandeciente, no
mayores del tamaño de una uña. El otro, aparentemente más hábil, aún fue capaz de continuar soportando
daños e impactos con sus escudos de distorsiones gravitaciones -pequeños agujeros negros-, pero
finalmente un impacto de refilón le envió dando vueltas lejos del 'Mon Mothma', fuera de control y sin el
menor peligro para el Destructor Estelar.
Luke meneó la cabeza, ante el sacrificio inútil del Yuuzhan Vong, apesadumbrado por la pérdida de
otra vida, aunque fuera la de un enemigo, y formó a su escuadrón en una cuña de ataque por delante del
'Record Time'.
El 'Record Time' era un transporte de tropas armado. De más de 170 metros de eslora, con dos
bulbosas partes principales, la más grande de popa albergaba el puerto y el personal de la zonas de carga,
la más pequeña de popa contenía las máquinas -ambas conectadas por una estrecho tubo de acceso, el
navío parecía increíblemente vulnerable y frágil-. Pero su capitán propietario, un comerciante privado -un
contrabandista, tenía entendido Luke- había ofrecido su uso al General Antilles durante la caída de
Coruscant, aseguró que era el navío más rápido y duro de su clase. Ahora sus bahías estaban limpias de
artículos para comerciar, y en su lugar se encontraban llenas de soldados.
Zumbó la unidad de comunicación de Luke, primer con estática y luego con la voz de una mujer.
"'Record Time a 'Líder Soles Gemelos', todo a punto."
"'Soles Gemelos' a 'Record Time', ustedes a lo suyo. Nosotros nos ocuparemos de que cualquier
posible problema o injerencia no deseada, no interfiera lo más mínimo en su misión."
El transporte comenzó a avanzar, no demasiado rápido para los standars de un caza estelar, pero si lo
bastante para un carguero. Luke calculó su ritmo de aceleración y colocó su Ala-X delante del puente del
carguero. Mara y Corran se situaron junto a él. Otro trío defensivo se situó en la banda de babor del
'Record Time', un tercero en la banda de estribor, y el último a popa del transporte.
Alrededor del escuadrón de los 'Soles Gemelos', se desplegaron más escuadrones de cazas estelares,
fragatas, destructores, transportes, y transbordadores que empezaron a acelerar para adquirir velocidad de
batalla.
Luke oyó la voz del Coronel Gavin Darklighter tronó por el canal de operaciones. "'Escuadrón Pícaro'
a Borleias. Estamos de regreso. Os pateamos el culo hace veinte años. Y ahora estamos aquí para hacerlo
de nuevo."
Luke sonrió abiertamente.
Los escuadrones de cazas coralitas ya estaban llegando a su altura para cuando el escuadrón de los
'Soles Gemelos' comenzó su descenso ya dentro de la atmósfera. Ligeramente más largo que los Ala-X y
naves espaciales del mismo tipo, los cazas coralitas eran más voluminosos. Eran construcciones
compactadas de coral yorik, con forma ahusada hacia la proa, mientras que se ensanchaba y se hacía más
gruesa hacia la popa, con una superficie exterior rugosa que reflejaba sus orígenes orgánicos.
Luke había decidido que podían resultar bonitos -pero a la vez que mortíferos-. Aquellos que
ascendían para enfrentarse a ellos y los dos que había visto, después de dejar el 'Mon Mothma' compartían
un esquema colorido, un rojo pastel y plata-perla iridiscente se entremezclaban en un diseño jaspeado. En
la proa, envuelto en una especie de nicho, crecido dentro de la superficie de coral, estaba la redondeada
forma rojiza del dovin basal, la criatura cuyos poderes gravitaciones llevaban al caza coralita de un punto
a otro en el espacio y también eran capaz de crear escudos defensivos que absorbían los disparos
enemigos igual que un bantha de Tatooine se bebía el agua. En la parte superior de la superficie, justo
delante del punto donde la estructura de la nave se abultaba a su mayor anchura, estaba la cubierta
exterior sobre la carlinga; la de estas naves estaba teñida de azul.
Su belleza era irrelevante. Tan pronto como ellos entraron en distancia de disparo, abrieron fuego con
sus cañones de plasma, formas vivientes que escupían materiales supercalientes que podían abrirse paso a
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través del casco de un caza estelar. "Romped formación y entablad combate, cubrir al transporte," Luke
ordenó, y ajustando sus acciones a sus palabras; picó en un rápido descenso controlado hacia el planeta
situado debajo y abrió fuego, confiando en que sus compañeros de ala le siguieran, para disparar en
conjunción con él, a diferente partes de su objetivo, para así lograr sobrecargar y confundir al dovin basal.
Esta vez la criatura definida como su objetivo interceptó el tiro de Mara, quien había disparado apuntando
justo un poco por debajo de la línea central del caza, pero no pudo crear anomalías gravitacionales lo
bastante rápidamente para interceptar los disparos de Luke y Corran, los cuales acribillaron el casco de
yorik coral alrededor de la cubierta exterior de la carlinga.
Gotas supercalientes procedentes del compañero de ala de su objetivo relampaguearon al dirigirse
hacia el Ala-X de Luke. Luke oyó un chillido de alarma de R2-D2 quién estaba embutido dentro del
puesto de astromecánico por detrás de la cubierta de su carlinga, pero lo ignoró como un detalle
irrelevante. Continuó su alocado descenso en espiral, variando la velocidad de su giro y la distancia
cubierta cada medio segundo standard, y vio los fogonazos de plasma entre el morro de su caza y el de
Mara.
Luego los tres quedaron situados por debajo de sus objetivos y ascendieron de nuevo por detrás de las
popas de los cazas coralitas. Los escudos gravitacionales de las naves se desplazaron, cubriendo las
popas, listos para tragarse cantidades ingentes de los disparos procedentes de las armas de energía.
Los primeros enfrentamientos entre los cazas coralitas y los cazas estelares de la Nueva República
habían resultado catastróficos para la Nueva República. Incluso pilotos veteranos se habían encontrado
completamente desesperados ante la increíble resistencia de estos cazas 'vivientes', el fracaso de los
torpedos de protones y las descargas de láser absorbidas por los escudos generados por los dovin basal,
que les impedían hacer prácticamente el menor daño a estas aeronaves, y a su vez por los graves daños
ocasionados por los cañones de plasma, cuyas descargas seguían destrozando la superficies de las naves,
bastante tiempo después de haber sufrido el impacto.
Ahora las cosas eran diferentes. Los pilotos supervivientes habían ajustado sus tácticas y pasado
información entre sí, sobre tácticas de combate. Las reglas del juego consistían en sobrecargar los dovin
basal, golpeándoles desde varias direcciones a la vez para asegurarse de que algunos de sus disparos
atravesaran sus defensas e impactaran en el casco de los cazas coralitas. Los pilotos de cazas estelares
sabían que tenían que evitar por todos los medios, cualquier golpe por parte del armamento del caza
Vong, ya cualquier impacto podría abrirse paso a través de sus escudos y resultar fatal.
Y se adoptaban tácticas nuevas constantemente, casi en cada enfrentamiento. Mara surgió por encima
de Luke y Corran, volando en un patrón extrañamente predecible, y atrajo el fuego de ambos cazas
coralitas. Entonces ella de repente se puso a volar de una manera errática, tan al azar como solamente un
piloto con la ayuda de la Fuerza podría hacer, pasando a toda velocidad por delante hasta quedar justo por
detrás de los cazas. Para luego deslizarse lateralmente a babor, y como los dos chorros de los cañones de
plasma la siguieron disparando, el fuego del caza de estribor chorros se cruzó con del caza de babor; dos
bolas de fuego impactaron sordamente en la barriga de la nave antes de que el piloto de estribor pudiera
compensar el rumbo y esquivar el fuego amigo.
El escudo de la nave de babor se trasladó rápidamente hacia la barriga de la nave. En ese instante,
Mara lanzó una descarga cuadruple a plena potencia de sus armas láser.
El caza explotó, ocultando al Ala-X de Mara durante unos instantes, y Luke disparó una ráfaga de
rayos láser a la parte inferior del caza situado a estribor. Esperaba que el estado de confusión del piloto
por haber destruido a su propio compañero de ala, junto con el sobrecargado dovin basal por escudar a
esta nave de los daños provocados por el ataque de Mara, le dejará momentáneamente vulnerable.
Tuvo razón. Sus láseres impactaron contra la parte inferior del caza y lo atravesaron. Lo que hizo que
la nave adquiriera un rumbo de alejamiento, mientras soltaba fluidos que se helaban al instante al estar a
una altitud casi cercana al vacío espacial.
Él verifico sus sensores. Dos cazas derribados. Mara estaba virando para reunirse con él y Corran. Un
rápido chequeo de diagnósticos le indicó que su Ala-X estaba intacto.
En la distancia, dos los cazas de su escuadrilla 'Soles Gemelos' habían sido derribados. El piloto de uno
de ellos había conseguido ejectarse; Luke deseó que el traje de vuelo le mantuviera vivo hasta que un
transbordador de rescate pudiera llegar hasta él.
"Magnífica táctica, Mara," la dijo.
"Tú siempre sabes como halagar a una mujer."
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Luke dejó entrever una sonrisa y viró en busca de más enemigos.
Los escuadrones de Cazas Estelares mantenían el contraataque Yuuzhan Vong constreñido a tres
puntos de conflicto en órbita. Los 'Soles Gemelos' aprovecharon la oportunidad y se lanzaron e picado a
través de la atmósfera por una zona sin defensas, para luego virar hacia el punto de lanzamiento de donde
surgían los cazas coralitas, el cual había sido detectado por los sensores gravitatorios. Era, no por
casualidad, las mismas coordenadas del mapa donde había estado situada la base militar de la Nueva
República en Borleias. Luke no se mostraba muy entusiasmado, en lo que se había convertido la base
durante la ocupación Yuuzhan Vong.
Mientras descendían sobre el manto selvático, Luke pudo estudiar la zona del objetivo que se extendía
delante suyo. No tenía el mismo perfil que había estudiado en el holocubo. El edificio principal parecía
más bajo, más ancho.
Pequeñas piezas de corik yoral ascendían de allí hacia ellos. Sus sensores le indicaron que había seis
de ellas. "'Soles Gemelos', al frente," dijo Luke. "Entablad combate con esas naves. 'Record Time', es
elección vuestra si queréis seguir aquí bajo nuestra cobertura o seguid hacia el objetivo sin nosotros."
"'Sol Gemelo Uno', aquí 'Record Time'. Nosotros hemos venido a luchar. Los veremos en la zona de
desembarco."
"Captado."
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Lando Calrissian, en la bodega de tropas del 'Record Time', permanecía de pie junto a la rampa de
acceso, intentando no parecer preocupado.
Estaba sudando. No le gustaba sudar. Le hacía pensar en trabajo duro, algo a lo que no era aficionado
en absoluto, y además así no daba la impresión de alguien que se suponía del todo indiferente y con todo
bajo control.
Echó un vistazo a las unidades de hombres y mujeres en la bodega. La mayoría sentando en las filas de
asientos para tropas acolchados y de respaldo alto, asegurados con correas para prevenir las turbulencias
que probablemente se provocaran durante el desembarco. Sus oficiales al mando, paseaba arriba y abajo
de estas filas, dando instrucciones de última hora, consejos, estímulos, chistes, insultos.
Él examinó a sus propias tropas. Estas estaba de pie dentro de un círculo, cada uno con una mano en
un poste metálico en el centro del círculo, y mirándole a él fijamente. Se mostraban impasibles, sin el
menor temor. "¿Listos?" preguntó.
Al unísono, respondieron, "¡Listos, señor!"
Sabía que una vez que dejaran la bodega, no volvería a ver de nuevo a algunos de ellos. Pero al
contrario que los otros oficiales al mando presente, él se sentía satisfecho ante esa idea. Sus tropas
servirían el propósito que estaban diseñadas.
La bodega se estremeció cuando finalmente el fuego enemigo comenzó a golpear a la 'Record Time'.
Lando vio el miedo, incluso náuseas, en los rostros de algunas de las otras tropas.
No en las suyas. Ellos continuaron mirándolo fijamente y esperando.
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Luke, con Mara y Corran arropándole a ambos costados, pasó rugiendo tras la estela del 'Record Time'.
Tenía mal gesto. Había perdido su cañón láser superior del lado de estribor y el motor del mismo lado por
impactos de plasma. Su energía, maniobrabilidad y poder de fuego se encontraban sensiblemente
mermados.
Por delante, el 'Record Time' estaba descendiendo sobre el manto selvático, o quizás sobre la zona de
campo abierto justo antes de la base; desde su posición, parecía lo mismo. Pequeños flashes de luz eran
emitidos desde el suelo e impactaban contra el casco del transporte, ennegreciéndolo. Aunque estaba
situado directamente a popa del transporte, Luke creyó pode ver que los bordes de la proa del 'Record
Time' se deformaban, debido a los daños que estaba sufriendo por el combate. Entonces el transporte viró
a babor y Luke pudo ver que estaba en lo cierto; la popa había sufrido daños terribles provocados por los
impactos de los cañones de plasma. Se preguntó sorprendido si ahora el interior del carguero sería un
lugar seguro.
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Después de la última sacudida y vibración, Lando supo que el transporte había tomado tierra. Apenas
era capaz de oír algo por encima del estruendo de las sirenas de alarma. Tomó una profunda inspiración e
hizo un gesto con la cabeza a sus tropas, luego pulsó el botón en el panel del casco, situado junto a él.
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La parte superior de la entrada se deslizó hacia arriba desapareciendo de su campo de visión. La parte
inferior descendió, convirtiéndose en una rampa. Una oleada de aire cálido y húmedo inundó la bodega
con tropas. Más allá de la abertura estaba un campo, cubierta de fibrosas hierbas de mediana altura, y algo
más lejos algún tipo de construcción rojiza Yuuzhan Vong, un gran edificio cilíndrico con brazos que
surgían a intervalos regulares.
"¡Vamos, vamos, vamos!" Lando gritó, y sus tropas se soltaron de la barra a la que se habían estado
sujetando. Aullando un mal impronunciable grito de guerra, se lanzaron por la rampa, preparando sus
rifles desintegradores.
Cuando alcanzaron la parte superior de la rampa, empezó a caer sobre ellos una lluvia de fuego
enemigo. Lando oyó resonar la parte posterior de la bodega cuando los proyectiles impactaron contra ella.
No, ciertamente no eran proyectiles, se recordó así mismo, sino criaturas lanzadas por los Yuuzhan Vong
-bichos impacto, insectos que golpeaban con la misma dureza que los proyectiles, y bordes afilados como
navajas de afeitar, que rebanaban cualquier cosa contra la que ellos golpearan y giraban sobre si mismo
para atacar cualquier cosa que no hubieran acertado inicialmente.
Uno de los miembros de su tropa recibió una descarga concentrada de bichos de impacto, varios de
ellos acertaron a golpear al hombre en su garganta. La fuerza de los impactos fue lo bastante fuerte para
cercenarla. El cuerpo de ese soldado se derrumbó y su cabeza resonó contra el suelo de la bodega,
rodando indefectiblemente hacia Lando.
Lando la detuvo con su pie, igual que un jugador pararía una pelota y lo miró desapasionadamente. Su
primera baja del día. Los rasgos del androide de combate lo miraban fijamente, con la misma expresión
que habían mostrado momentos antes. Por lo que pudo comprobar, los daños no eran catastróficos. Esta
unidad podría ser reparada fácilmente.
Las otras diecinueve unidades militares androides ilesas, descendieron a toda velocidad por la rampa,
alcanzando el campo abierto y dirigiéndose hacia el flanco izquierdo de la gran construcción rojiza. Su
grito de guerra cambió por una simple serie de frases y palabras, que Lando no entendía.
Pero él sabía lo que ellos querían decir. Había dado las órdenes pertinentes para que dicho grito de
batalla fuera instalado en sus tropas androides. Estaba en el idioma de los Yuuzhan Vong, y significó,
"¡Somos máquinas! ¡Nosotros somos muchos mejores que los Yuuzhan Vong!"
En el puente de la 'Record Time', el oficial de comunicaciones, un rodiano, con su escamosa piel
verdosa, inmaculadamente limpia y la boca en la punta de su arrugada barbilla puntiaguda, dijo.
"Capitana, esta funcionando. Salen de sus defensas, a campo abierto."
La capitana, una alta mujer humana con melena cobriza recogida bajo una gorra de oficial, se soltó de
su silla y se puso de pie. Eso hizo que su cabeza se introdujera en la nube de humo que se iba acumulando
contra el techo del puente. Tosió, teniéndose que agachar, y se movió para poder echar un vistazo por
encima del hombro del rodiano.
En la pantalla había una visión panorámica conformada por las holocámaras situadas en el casco del
transporte. Estaba mostrando el terreno existente alrededor del 'Record Time', jungla a babor y campo
abierto a estribor.
Las tropas androides de Lando Calrissian ya estaban fuera de la rampa, y avanzaban por el campo,
disparando una pantalla defensiva a su alrededor. Y los guerreros Yuuzhan Vong estaban apareciendo
inesperadamente convergiendo sobre el campo, emergiendo de la jungla en una carrera hacia la muerte,
directo hacia ellos, ignorando al transporte, arremetiendo igual que animales enloquecidos contra los
androides que los insultaban tanto con palabras como con su mera presencia.
"Transmita este imagen a todos los vehículos y naves en nuestra zona de combate," dijo la capitana.
"Transmita al 'Mon Mothma' que la táctica prevista funciona. Luego dígales -oh, demonios."
En la pantalla, algo enorme se estaba aproximando por el lado alejado del edificio de brazos radiantes,
rodeándolo lentamente. Esta una criatura viviente, vagamente reptiliana, pero del tamaño de un gran
edificio. Su piel era azul verdosa, aunque tenía parches de yorik coral rojo y plata crecían sobre su cabeza
y a lo largo de su espina dorsal. De la espina crecían enormes placas, parecidas a veles, y cañones de
plasma sobresalían a docenas del coral yorik.
La voz del capitán elevó su tono hasta convertirlo el furioso bramido de un oficial al mando. "Haced
que las tropas salgan de la nave, ya. El personal no esencial, que salda detrás de las tropas. Fuego a
discreción. Y sacad este maldito humo de aquí. Nosotros tenemos que respirar para poder luchar."
Esta tenía que ser una de esas criaturas que habían luchado en la batalla de Dantooine. La capitana
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tenía un mal presentimiento sobre que el 'Record Time', no sobreviviría para alzar de nuevo el vuelo.

Capítulo 02.
Ocupación de Borleias, Día 1.
Las tropas humanas salieron apresuradamente de las bahías de carga del 'Record Time', su grito de
guerra era un rugido inarticulado. Lando se dirigió junto con su guardia personal, otro de los androides de
su tropa, siguiendo al cuerpo principal de sus tropas mientras las tropas humanas avanzaban hacia la
edificación principal, se desplegaban para preparar un perímetro de defensa, o se paraban para preparar
equipo de batalla.
Por delante, sus androides estaban sufriendo un intenso fuego enemigo; su armadura de laminanium
mostraban pequeños cráteres producto del impacto de bichos-impacto, manchados con los jugos de los
bichos-navajas que se habían estrellado inofensivamente en ellos. Lando observó como un guerrero de los
Yuuzhan Vong se lanzó por entre dos de ellos, su oscura armadura de cangrejo vonduun relucía, y fustigó
con su bastón viviente a derecha e izquierda mientras pasaba. El bastón, rígido, chocó contra la sección
media del androide, pero este lo atrapó con una mano libre, con un rápido movimiento casi imposible de
percibir por el ojo humano. El androide apuntó su desintegrador pesado y disparó, un estallido de energía
se abrió paso a través del guerrero Vong. Este salió lanzado hacia atrás, sufriendo convulsiones en medio
del chisporroteó provocado por la descarga del desintegrador, y golpeó el suelo completamente abrasado.
Un golpe en la espalda de Lando -no lo bastante fuerte para ser un bicho-impacto- le lanzó hacia la
hierba, y oyó débilmente decir a su guardaespaldas, "Al suelo, señor." Luego el androide comenzó a
disparar. Lando se medio incorporó y pudo ver a un guerrero Yuuzhan Vong aproximándose en una
carrera suicida, zigzagueando para eludir el fuego láser de los androides. De rodillas, Lando apuntó a la
derecha del enemigo que se acercaba rápidamente y abrió fuego, rociando de energía láser arriba y abajo
del espacio abierto ante él, y luego cruzado hacia su izquierda. Sus disparos flanquearon a los del
androide, y el guerrero Yuuzhan Vong, ahora ya a menos de cinco pasas de distancia, los esquivó, hasta
que finalmente recibió una descarga en la rodilla. Cayó hacia adelante y se deslizó hacia Lando y el
androide, agitando furiosamente su bastón viviente, ahora flexible, a su alrededor.
Lando se puso de pie. Él y el androide retrocedieron hacia atrás en ángulos opuestos y continuaron
disparando sobre el guerrero caído. Este se incorporó, su armadura teñida de negro en varios puntos, y
echó su mano hacia atrás, para arrojar algo, pero un impacto de láser -Lando no estuvo seguro si fue suyo
o del androide- le alcanzó en la garganta. Se derrumbó hacia atrás.
Lando le hizo un gesto con la cabeza al androide. "Yo soy un hombre de negocios," dijo.
"Sí, señor."
"Sabes lo que eso significa."
"Qué usted odia estar aquí, señor."
"Estas en lo cierto." Los dos rodearon el cuerpo humeante, y continuaron avanzando hacia la fuerza de
Lando.
Ahora la bestia acorazada plateada era visible mientras rodeaba el borde de la edificación. Los
músculos inferiores y que rodeaban su blindaje plateado se contrajeron y todos los cañones de plasma
situados sobre su espalda se inclinaron, apuntando -directamente hacia Lando, o al menos así se lo
pareció a él-.
Se arrojó al suelo y comenzó a disparar.
Luke, Mara, y Corran realizaron una pasada a toda velocidad sobre el área de la base, consiguiendo
echar un rápido vistazo de la construcción de los Yuuzhan el Vong, del 'Record Time', de la tremenda
bestia, escupiendo plasma sobre un costado del transporte.
Luke soltó una imprecación. La última vez que él se había enfrentado a una de esas criaturas, a las
cuales Jaina había apodado 'apuntadores', y después fue conocida por su nombre Yuuzhan Vong, un
rakamat, y se acordó de la táctica que había usado para destruirlo, que había consistido en someterle a
fuego constante durante horas. Pero ahora él no podía permitirse el lujo de hacer eso. "Hagamos todo lo
que nos sea posible para alejar la atención de esa cosa de las tropas de tierra," dijo. "Vuelo Dos, Vuelo
Tres, Vuelo Cuatro, mientras vosotros os ocupéis de distraer a esos cazas de ahí atrás, nosotros podremos
ocuparnos de actuar aquí, donde se desarrolla el combate."
Condujo a Mara y Corran en un cerrado giro de nuevo hacia la zona de enfrentamiento. Los tres Ala-X
Él comenzaron a descender justo antes de que alcanzaran el claro en la cubierta selvática, y chorros de
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plasma comenzaron a danzar a través del aire alrededor de ellos. Disparó los láseres enlazados hacia la
bestia enorme y vio como sus ráfagas, cumpliéndose sus peores pesadillas, eran tragadas por las defensas
de pozos gravitacionales de la criatura.
Lando avanzó arrastrándose con los codos y musitando, "Yo estoy demasiado viejo para esto, soy un
simple hombre de negocios, estoy demasiado viejo para esto, quiero una copa." La cantinela de sus
propias palabras, le impidió ser consciente del sudor que emanaba de su cuerpo, del miedo que irradiaba
de su persona, mientras destellos de plasma ardiente pasaban a pocos metros por encima de su cabeza,
aterrizando sobre el costado de la 'Record Time'. Fuego de contrabatería provenía en sentido contrario,
estallidos de cañón láser pesado que lo evaporarían de manera instantánea si lo rozaban. Sus androides
mantenían el paso, caminando lentamente procurando no dejar atrás a Lando.
Él se había arrastrado dentro un círculo de soldados, casi sin darse cuenta -de los seis que eran, cinco
humanos y un Twi'lek, sólo tres portaban armas. "¿Dónde están vuestros desintegradores?" preguntó.
La Twi'lek, una hembra de piel-rojiza, se apretujaba contra montón de sus bagajes. "Nosotros somos
ingenieros."
Uno de los otros, un hombre de rostro alargado con un rifle desintegrador, dijo. "Son ingenieros."
Luego disparó contra las patas de la gigantesca criatura que avanzaba lentamente en su dirección.
"¿Ingenieros?" Lando preguntó. "¿Con explosivos?"
La hembra asintió con la cabeza.
"¿No me digas que te estás escondiendo detrás de tus explosivos?"
Ella asintió de nuevo, su expresión de desánimo, sugería que ella comprendía la locura de tal acción.
"Excavad," dijo Lando. "Un agujero poco profundo. Pero lo bastante grande para poner dentro todos
esos explosivos."
"No," dijo el soldado con el desintegrador. "Nosotros nos limitaremos a dejarlos atrás y nos alejaremos
de ellos."
"No, vamos a excavar." Lando miró a la mujer Twi'lek, la cual estaba quieta, con su mano a medio
levantar con su pala de campo, mirándole a él y al soldado.
El soldado le mostró a Lando una sonrisa conciliadora. "Yo sólo soy un oficial no-comisionado, pero
es más que un civil en el campo de batalla. Nos vamos."
Lando le agarró por el cuello de su prenda de combate y lo atrajo hacia él. El soldado que no llegaría a
los veinte años, a pesar de su aparente equilibrio racional. "Escúchame, mierda de vanita," dijo Lando.
"Yo hice estallar una 'Estrella de la Muerte' antes de que tú ni siquiera hubieras nacido. En veinte
segundos yo puedo concluir una conversación con el General Antilles, quién hizo estallar esa 'Estrella de
la Muerte' conmigo, y yo volveré a ser de nuevo el General Calrissian, y tú pasarás el resto de tu carrera
militar limpiando retretes en Kessel. O puedes ponerte a excavar. ¿Qué eliges?"
El soldado se le quedó mirando durante un largo rato, durante el cuál chorros de plasma comenzaron a
parecer igual que sólidos trazos ardientes en el aire encima de ellos. "Supongo que nosotros deberemos
excavar, señor."
"Vale," Lando le soltó. Miró a la ingeniero Twi'lek y he hizo un gesto al soldado. "Dale tu pala."
"Sí, señor."
Lando se estiró para echar un vistazo fuera, alzó su rifle desintegrador, y tomó el lugar del soldado en
el perímetro. Disparó unas cuantas veces a unos alejados Yuuzhan Vong y una vez a la criatura. Entonces
se volvió hacia su guardaespaldas y sonrió. "Ya sabes, este es el tipo de negociaciones laborales, que me
encantan." El androide asintió. "Si, señor."
El último vuelo por parte de Luke y sus compañeros de ala, durante el cual algunos de sus disparos
fueron nuevamente absorbidos por los pozos gravitaciones del rakamat y otros golpearon los laterales de
la edificación Yuuzhan Vong, mostró un grupo de soldados en un círculo, justo directamente delante del
camino que llevaba el rakamat. Los soldados parecían estar cavando un hoy. "¿Tú que piensas?" le oyó
preguntar a Mara, "¿Idiotas?"
"Unos excursionistas," Luke sugirió.
"Pudiera ser una idea."
Luke condujo de nuevo a Mara y Corran hacia la base de los Yuuzhan Vong. Unos segundos más
tarde, tres 'Soles Gemelos' más se unieron a ellos en formación.
"Encantado de verles," Luke dijo. "Sepárense y aproxímense a la base por el lado más alejado de
manera que alcancéis el borde selvático un segundo después de que lo hagamos nosotros. Ellos sólo
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esperan a tres de nosotros. Preparados, ya."
La tierra aquí era suave; por lo que tuvieron el agujero excavado y los explosivos que transportaban los
tres ingenieros, introducidos en su interior en menos de un minuto standar. Los ocho se arrastraron lejos
del agujero y se dirigieron hacia la 'Record Time'.
La mujer de Twi'lek no estaba gateando. Ella estaba echada de espaldas en la parte trasera de la
columna, manipulando un detonador a control remoto, mientras el androide de Lando la arrastraba por los
pies. El androide mantenía un fuego sostenido, apuntando por detrás de ellos, hacia el rakamat y la zona
principal de enfrentamiento de las fuerzas de infantería.
Lando, se arrastraba con los codos a la cabeza de la columna, oyó el rugido de los Ala-X que
regresaban. Él sabía que sus ataques a la bestia eran futiles, pero estaba agradecido por sus ataques
ametrallando al enemigo, los cuales habían permitido a él y a este grupo moverse bajo el constante fuego
enemigo.
Tres Alas-X relampaguearon llegando por la derecha, descargando fuego láser sobre el costado
izquierdo de la bestia. Los pozos gravitacionales fluctuaron interponiéndose en el camino de los
proyectiles de los atacantes, y Lando fue capaz de ver como los láser rojizos de los cazas de morro
achatado, ciertamente se curvaban al ser atraídos al interior de los agujeros gravitacionales.
Entonces tres Alas-X aparecieron de repente por la izquierda, arrojando fuego láser por el costado
derecho de la bestia. Los seis cazas de morro-achatado se cruzaron igual que una demostración de vuelo
acrobático y desaparecieron por detrás del borde selvático.
Lando vio el coral yorik ponerse al rojo vivo y explotar, saliendo propulsados mientras la carne situada
debajo del coral se transformaba al instante en vapor.
Sangre negruzca chorreó hacia abajo él flanco izquierdo de la bestia. La criatura rugió, un sonido
parecido al producido por un temblor de tierra y un distante trueno, y vertió plasma ardiente tras los seis
cazas de morro achatado. Pero todavía seguía avanzando, hacia ellos, hacia la 'Record Time.
"Lo conseguí," dijo la ingeniera Twi'lek.
"Preparaos," dijo Lando. "Intentaremos sincronizarlo con la siguiente pasada de los Alas-X, si ellos
regresan a tiempo."
La mujer comenzó a arrastrarse con los codos, dejando libre al androide de Lando.
Lando de repente se encontró con dos muñones en el camino delante suyo. No eran muñones. Eran las
piernas de un guerrero Yuuzhan Vong, encajonadas en una armadura de cangrejo vonduun. El bastón
viviente del guerrero estaba rígido como una lanza, su afilado rabo apuntando directamente a la espalda
de Lando; el guerrero lo sostenía en alto, listo para clavarlo.
La punta descendió y una oscura forma cubrió a Lando de los destellos deslumbrantes del plasma y la
energía láser que pasaban sobre sus cabezas. Lando oyó un grito humano, y de repente el guerrero
Yuuzhan Vong quedó tumbado sobre la hierba, sus pies agitándose a unos pocos centímetros de la nariz
de Lando. Uno de los soldados estaba encima suyo, pero su cuerpo ya estaba flácido, la punta del bastón
viviente asomaba limpiamente por su espalda.
Desde su posición, Lando tenía una visión de por debajo de las placas del faldón de la armadura del
guerrero Yuuzhan Vong. Mientras el guerrero echaba a un lado el cuerpo del soldado muerto, Lando
anguló su desintegrador y abrió fuego, golpeando al guerrero donde ni la armadura de la pierna ni el
faldón de la armadura le protegía. Esta vez fue el Yuuzhan Vong quien aulló de dolor. El guerrero
sacudió y retorció su cuerpo de manera agónica, aparentemente sufriendo tal nivel de dolor que ni
siquiera un Yuuzhan Vong era capaz de soportar.
El guardaespaldas androide de Lando aterrizó entre él y el guerrero. Este lanzó una patada contra el
bastón viviente. Su golpe lanzó el arma lejos, aunque el bastón viviente, de nuevo flexible, mordió al
androide; el ataque, más rápido de lo que el ojo de Lando era capaz de percibir, no penetró la armadura
del androide y no pareció provocar ningún daño importante al androide. Luego el bastón viviente se alejó
volando unos metros.
El androide quedó de pie sobre el guerrero, apuntó cuidadosamente, y comenzó a disparar.
Lando se retorció, dándose la vuelta. La gigantesca criatura detrás de ellos, a pesar de seguir soltando
gran cantidad de sangre, había ganado velocidad. Sabiendo que estaba herida, quizás de muerte, estaba
cargando contra el 'Record Time'.
La ingeniera Twi'lek tenía el detonador en la mano, su dedo pulgar sobre el botón de detonación.
"Espera, "Lando dijo.
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Ella le dirigió una mirada llena de angustia, pero obedeció.
El rugido de los Ala-X regresando para una nueva pasada, hizo temblar a todos y retumbó por todo el
campo. Lando vigiló el cielo, pero la mayor parte de su atención se centraba en la criatura que avanzaba.
Sus patas delanteras acaban de pasar más allá del lugar donde estaban enterrados los explosivos, y la parte
principal de su cuerpo estaba pasando en estos momentos justo por encima del montículo de tierra que los
señalizaba.
Lando tragó. Si él tenía éxito, la bestia moriría. Un ser inocente, y Lando sintió pena de verle correr
hacia él, hacia su muerte.
Le echó la culpa a los Yuuzhan Vong. Esto era mejor que aceptar toda la responsabilidad por matar a
una enorme criatura como esa, pero eran sus controladores, quienes nunca deberían de haberlo puesto en
peligro.
El rugir de los Alas-X aumentó de volumen, y los cañones de plasma de la bestia desviaron sus chorros
de fuego del 'Record Time' al aire. Lando vio a los destellos de las aeronaves venir por dos lados, norte y
sur esta vez, en lugar de este y oeste. Vio los fogonazos rojizos de los láseres sumirse en la oscuridad de
los pozos gravitacionales de la bestia, vio el fuego de plasma de retorno impactar en la parte inferior de
uno de los Ala-X y comenzar a devorar su casco.
Luego de que los cazas se hubieran ido, los cañones de plasma volvieron a enviar destrucción ardiente
por detrás de ellos. "¡Ahora!" Gritó Lando.
Ni siquiera vio a la mujer presionar el botón; sólo fue consciente del estallido de una bola de fuego
amarillo-rojiza, de aspecto demoníaco, como algo producido por los Yuuzhan Vong, surgir de debajo de
la bestia. Dicha bola se tragó a la bestia y lanzó sobre Lando una oleada de calor y ruido; él enterró su
cara en la hierba para protegerse.
Unos segundos después, él pudo mirar de nuevo. La criatura estaba a su lado, su barriga desgarrada y
ennegrecida por la fuerza de la explosión. La sangre brotaba a borbotones de la tremenda herida, pero
sorprendentemente, aún seguía viva, al menos por el momento, sus costados se movían pesadamente por
el esfuerzo para respirar.
Ahora ya no disparaba a los Alas-X o al transporte de tropas. Lando pudo oír y ver que los láseres del
transporte de nuevo cambiaban de objetivo, no concentrando su fuego sobre la criatura, ahora apuntada de
manera individual a los guerreros Yuuzhan Vong dentro de su radio de acción.
El androide de Lando también estaba disparando. Lando echo un vistazo para que el androide seguía
disparando descarga tras descarga sobre el cuerpo del guerrero Yuuzhan Vong que había estado tan cerca
de matarlo. El guerrero estaba muerto, el cuello y la parte superior del torso de su armadura
completamente abrasados por las repetidas descargas del desintegrador.
"Uno-Uno-A, ya puedes parar," Lando dijo. "¿Qué está fallando? ¿Esta tu programa de reconocimiento
de amenazas averiado?"
El androide le miró. "Si, señor. Me temo que así es, señor. Yo aún registro a este individuo como una
amenaza."
"Control de anulación veintisiete-si-si-seis, marca este blanco como no-amenaza."
"Entendido, señor." El androide dejó de disparar.
"Bien, tendremos que llevarte a reparación," dijo Lando. "Pero no te sientas mal. Lo has hecho
realmente bien."
"Sí, señor."
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La situación estaba prácticamente bajo control para cuando Wedge descendió a la superficie del
planeta en su transbordador. Dio un paseo sobe el lugar que iba alojar la base de la Nueva República en
Borleias.
Hace un tiempo, esta había sido una base Imperial, albergando cazas TIE y tropas de asalto,
encargadas con la misión de defender una cercana instalación de investigación biológica, bajo el mando
del general Imperial Evir Derricote. Entonces el Escuadrón 'Pícaro', en esa época bajo el mando del
propio Wedge, había llegado como puna de la lanza de una fuerza rebelde con la misión de arrebatar el
control de este mundo a Derricote. La base Imperial fue convertida en una base de la Alianza Rebelde, y
luego, una vez que los Rebeldes tomaron Coruscant y se convirtieron en el gobierno legítimo de esa parte
de la galaxia, en una base de la Nueva República.
Ahora en medio de los restos y cascotes. Wedge dudaba que cualquier parte de la base original tuviera
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más de dos metros de tamaño.
Donde una vez habían estado las instalaciones principales ahora descansaba otro tipo de edificación,
de rojo pastel y perla, de varios pisos de altura, una parte central circular del cual salían ocho extensiones
en forma radial de más o menos espacio, igual que los brazos de una criatura marina. Wedge no tenía que
preguntar para saber que el edificio era algo orgánico, una criatura viviente engendrada por los Yuuzhan
Vong para servir como una morada. ¿Habría sido dejado caer sobre la base anterior igual que bomba,
aplastándola, o había crecido hacia afuera desde el centro? Wedge no lo sabía.
Echada al lado de esta, estaba una criatura gigantesca, otro de los recursos de combate creados por los
Yuuzhan Vong, el reptil que la había informado la 'Record Time'. Permanecía echada sobre un costado
sobre una inmensa piscina de sangre negruzca. Las tropas de Wedge informaron de que estaba muerto y
le otorgaron su destrucción a Lando Calrissian y el grupo de ingenieros.
El edificio principal estaba rodeado por numerosos edificios más pequeños, estos tenían formas
similares a las de las curvadas conchas encontradas en fondos oceánicos correspondientes a artrópodos y
algunos caracoles con base en tierra. Cada una era del tamaño de una pequeña casa, estéticamente
agradables de color apagados y diseño curvo -tanto en cuanto, uno no recordara que ellas alojaron a
quienes habían matado a millones a otros series inteligentes sin misericordia y sacrificados a sus dioses
por puro placer.
El resto de la base vieja estaba en ruina, bahías de atraque y dependencias diversas convertidas en
negruzcos cascadores destrozados. Le pareció a Wedge como si ellos la hubieran usado como blanco de
práctica para los cañones de plasma de sus cazas coralitas.
El área estaba abarrotada de tropas de la Nueva República. Cadáveres de hombres y mujeres con el
uniforme de la Nueva República permanecía sobre el suelo en varios puntos; también había muchos
muertos Yuuzhan Vong entre ellos. Wedge vio a sus tropas conducir a prisioneros al interior de zonas
acotadas que estaban rodeadas y vigilados por otras tropas. Muchos de los prisioneros eran humanos,
incluso a esta distancia, eran claramente visibles los implantes de coral -que crecían igual que dos cuernos
gemelos- que los identificaban como esclavos de los Yuuzhan Vong. Otros prisioneros eran Yuuzhan
Vong, pero sus pieles eran lisas, tersas, sin el adorno de los extensos tatuajes o cicatrices que él había
visto en pilotos Vong; Wedge asumió que ellos eran miembros de los llamados 'Avergonzados', la casta
paria de la sociedad Yuuzhan Vong cuyos cuerpos tenían defectos o rechazaron modificaciones genéticas
y quienes nunca podrían ascender en las líneas de la jerarquía social de los Yuuzhan Vong.
La base era una pérdida, y aunque reconquistada, la nueva base Yuuzhan Vong situada encima suyo no
era la clase de lugar que Wedge quería usar como centro de operaciones de una base terrestre. Podría
contener innumerables trampas y peligros para ocupantes de la Nueva República, y ciertamente no
tranquilizaría lo más mínimo a los refugiados de la Nueva República que él esperaba que comenzaran a
fluir de las proximidades de Coruscant.
Pulsó su comunicador. "'Pícaro Uno', aquí Antilles. Proporcióneme una escolta. Vamos a visitar la
instalación biológica."
"Así se hará." Unos instantes después, dos Alas-X, uno perteneciente al propio Gavin Darklighter y el
otro a su compañero de ala Krai Nevil, maniobraban para flanquearlo. Wedge viró hacia la instalación
biogenética y activó sus impulsores. Al poco, él estaba sobrevolando el lugar de esa instalación.
La instalación biogenética del General Derricote era un único edificio grande, de varios pisos de altura,
su cara oriental descendía verticalmente, su cara occidental se extendía hacia abajo en un ligera cuesta,
estéticamente agradable; la parte superior era una estrecha franja, lo bastante ancha para contener un
pasillo que comunicaba un conjunto de habitaciones, la siguiente planta de más abajo eran más ancha, y la
siguiente de más abajo más ancha aún, de manera que todo el conjunto se asemejaba a una especie de
gigantesca cuña, cuyo borde afilado apuntaba hacia el cielo. Oficialmente, había sido un lugar donde
Derricote conservó y estudiaba muestras de raras especies de plantas procedentes del mundo de Alderaan.
Secretamente, había sido usada para diseñar una enfermedad mortal, el virus Krytos, el cual afectaba y
mataba a los miembros de las especies no humanas. Fue extendido por las Fuerzas Imperiales cuando la
Alianza capturó Coruscant.
Desde esta altura. Wedge pudo ver que el edificio aunque permanecía intacto. La jungla había crecido
sobre él, lo rodeaban árboles, lianas y otras plantas selváticas cubrían los bordes azul turquesa de los
ventanales. Pero estos ventanales eran irrompibles; no le sorprendería a Wedge que Derricote hubiera
usado transparacero en lugar de algún otro material menos resistente.
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Wedge transmitió una vista holográfica del lugar, añadiendo coordenadas al flujo de datos que
acompañaban a la transmisión. "'Mon Mothma', éste será nuestra instalación terrestre. Quiero una fuerza
de ocupación e ingenieros aquí de nuestras fuerzas de reserva tan pronto como sea posible. Quiero la
jungla quemada en una distancia de un kilómetro alrededor de las caras norte, este y sur, dos kilómetros
por la del este -con Yuuzhan Vong que habrán escapado a la jungla, quiero una sustancial zona muerte-.
Una vez se haya hecho eso, tienen que entrar las fuerzas terrestres y limpiar la instalación de Yuuzhan
Vong y otros depredadores, luego traigan personal para que aseo todo esto, consiga que sus generadores
funcionen, y así sucesivamente. El campo adyacente al oeste será nuestra zona de desembarco.
"Emita la orden de que todo Yuuzhan Vong muerto será despojado de su vestimenta para su estudio,
pero sus cuerpos se dejarán allí donde hayan caído." Esto no era una actitud insultante por parte de
Wedge. Los Yuuzhan Vong habían demostrado varias veces en el pasado, la necesidad de recuperar los
cuerpos de sus muertos. Dejando los cuerpos. Wedge esperaba reducir el número de asaltos que sus tropas
podrían sufrir, dado no realizarían ningún ataque mientras estuvieran intentando recuperar los cadáveres
de sus caídos.
"Mantengan un destacamento de servicio para vigilar la base Yuuzhan Vong base mientras otro
destacamento, más la gente de Danni Quee y los androides de Lando, buscan en sus interior más
prisioneros o Vong ocultos. Cuando ellos hayan evacuado el lugar, que los ingenieros lo hagan estallar."
Soltó un suspiro para sí. Tras un breve respiro, él tendría que sumergirse de nuevo en el tedioso y
molesto trabajo de los detalles administrativos y burocráticos. Él hubiera preferido ser retirado o que le
enviaran de nuevo a la lucha.
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Ocupación de Borleias, Día 2.
Un día después, la instalación biogenética era segura y operacional.
Las fuerzas de ocupación no habían encontrado ningún Yuuzhan Vong escondido en el interior de la
edificación, pero era obvio que el enemigo había estallo allí en mas de una ocasión, maquinaria
destrozada, mobiliario aplastado, -vandalismo típico de guerreros Vong-. Las malas noticias fueron que él
generador del edificio había sido destrozado. En la actualidad un pequeño carguero había sido situado
junto al edificio, unos pesados cables iban desde su compartimiento de máquinas al interior del sótano del
edificio y al conjunto de unidades del campo del escudo que protegía al complejo.
El edificio estaba ahora rodeado por seis kilómetros de foresta selvática destruida. Sus fuerzas habían
usado fuego, láseres, desfoliantes, cualquier cosa que tuvieran a mano. La instalación biogenética, un
secreto lugar de horror, estaba rodeado por aún más fealdad. Pasear fuera del edificio era caminar por un
ambiente agobiante, húmedo que apestaba a vegetación quemada y no ofrecía otra vista que restos de
vegetación carbonizada, naves que habían aterrizado para reparaciones, y la jungla distante.
Luke, retornaba de un barrido del perímetro alrededor del asentamiento Yuuzhan Vong -un barrido en
el que ellos no habían encontrado a ningún Yuuzhan Vong, pero sospechaban, por la extraña conducta de
la vida animal de Borleias, que los Vong estaban ahí afuera- al enterarse de que Wedge había requerido su
presencia en una reunión general de sus oficiales de mayor rango y personal aliado. Se unió a la
muchedumbre en sucio salón con suelo de tierra del edificio de investigación biogenética. Mara ya estaba
allí, con el bebé Ben en sus brazos; a sus pies un porta -bebés, apañado por ella de una mochila. Uno de
sus tobillos tenía una férula, inmovilizado por la rotura que ella había sufrido cuando se estrelló durante la
caída de Coruscant.
Luke se dirigió a un asiento a su lado, pero Wedge le hizo un gesto desde la cabecera de la mesa, hacia
un asiento junto al suyo. Luke le dirigió una sonrisa de disculpas a Mara, y fue a sentarse al lado de
Wedge.
"Nuestra estancia aquí va a ser breve," dijo Wedge a toda la asamblea. "Pero va a ser más larga de lo
que me hubiera gustado. Aquí vamos a tener que luchar duramente. Me gustaría tener algunos trucos en la
manga que ofrecer a los Yuuzhan Vong cuando vengan, por lo que quiero que ustedes piensen en ello.
Transmitan sus ideas a sus oficiales superiores. Estos me las harán llegar a mí -y no quiero que ellos
demasiadas correcciones en ellas-. Ahora no es momento de pensar de manera conservadora."
Un oficial naval que Luke no conocía, una mujer con el uniforme de teniente, le levantó para hablar.
"General, si puedo preguntar..."
"Prosiga" Wedge dijo.
"¿Por qué queremos nosotros permanecer aquí después de todo? La guarnición tiene que haber
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alertado a sus comandantes de que estaban siendo invadidos. Los Yuuzhan Vong vendrán tarde o
temprano."
Wedge asintió. "Bien, hay varias razones. La primera es esta: porque Borleias -más bien, el sistema
solar Pyria- es un importante cruce hiperespacial, la intersección más adecuada para un montón de rutas,
sus coordenadas están en las computadoras de navegación de mucha gente. Es inevitable que muchos
refugiados que huyan de Coruscant -o lleguen allí y de repente descubran que los Yuuzhan Vong se han
apoderado de él- acaben viniendo aquí, como primera parada de su fuga. Algunos necesitarán ayuda.
Muchos llegarán con sus naves averiadas. Nosotros no podemos tenerlos estorbando o sobrecargando a
nuestros medios de reparación en el espacio, no cuando los necesitamos para que reparen las naves de
combate, por lo que ellos tendrán que bajar a la superficie del planeta.
"Segundo, todos nosotros tenemos que coger algo de aliento. Dejamos Coruscant con sólo las naves a
nuestras espaldas. Necesitamos abastecernos, hacer un inventario... y calcular con exactitud la enormidad
del desastre que nosotros hemos sufrido." El rostro de Wedge, por un momento, mostró un gesto de dolor,
y Luke también lo percibió. Wedge no había sido capaz de contactar con su mujer, Iella, ni con sus hijas,
Syal y Myri, antes de que sus deberes militares le obligaran a dejar Coruscant. No sabiendo lo que les
podía haber ocurrido, la vergüenza de no poder compaginar tanto sus deberes hacia la Nueva República y
como sus deberes familiares, tenía que estar reconcomiéndole por dentro. Wedge tragó con fuerza, luego
sus rasgos adoptaron de nuevo un gesto de impasividad, y continuó.
"Tercero, sí, los Yuuzhan Vong acabarán viniendo aquí. Ellos no pueden permitir una guarnición
enemiga tan cerca del planeta que acaban de tomar. Y si nosotros podemos atraer su atención durante
algún tiempo, eso significará más tiempo para que otros sean capaz de huir de Coruscant y logren escapar,
y para nuestros otros grupos de flota, aquellos bajo las ordenes de Bel Iblis y Kre'fey también sean
capaces de abastecerse y reorganizarse.
"Cuarto, y último, es un problema de moral. Nuestra gente acaba de recibir un tremendo puntapié en
todos los morros -la pérdida de Coruscant-. Nosotros tenemos que devolver ese golpe. Si ustedes salen
corriendo de un nek, o de un Vong, ellos no le respetarán. Ellos les cazarán, les harán morder el polvo y
acabarán matándolos. Solamente si tú resistes en tu terreno, tendrás una oportunidad de sobrevivir. Si
nosotros plantamos nuestros pies aquí y le soltamos un par de bofetadas en la cara a los Yuuzhan Vong,
puede que minemos un poco su moral. Pero lo que es seguro es que levantará la nuestra. Luke, apreciaría
que vuestro Jedi estuvieran no solo tan activos como les fuera posible, sino que también salgan allí
afuera, para que todos los puedan ver -un recordatorio constante a nuestras tropas de la fuerza y
versatilidad que ellos representaban-."
"Y una de nuestras misiones más importantes," dijo Luke. "La de proteger a las personas. Considérelo
hecho. General." Luke dejó sin exponer el hecho de una mayor presencia y actividad por parte de los Jedi,
podía significar más pérdidas a causa de las Brigadas de la Paz, menos capacidad para alcanzar las rutas
de escape que Han y Leia estaban estableciendo. Pero era un riesgo que había que correr.
"Gracias". Wedge pasó su atención de Luke a grupo de gente que tenía ante él. "Coronel Darklighter,
quiero mantener al Escuadrón 'Pícaro' de momento patrullando en la órbita de Borleias."
"Sí, señor."
"Capitán Deevis, quiero al menos dos naves con los mejores sistemas de sensores, situadas en el
corredor de acercamiento Coruscant-Borleias, una justo al lado del punto que la fuerza gravitacional de
Borleias podría sacar a naves fuera del hiperespacio, y otra a una cierta distancia, de donde nuestras mejor
supuesta proyección, basada en anteriores tácticas de combate, los Yuuzhan Vong podrían realizar una
salida del hiperespacio." Luego empezó a mirar al conjunto de oficiales y paisanos, sin esperar la
confirmación a sus órdenes. "Capitana Birt, mientras la 'Record Time' esta siendo reparada, usted estará a
cargo de los herido. Encuentra una parte de esta instalación que usted pueda preparar para diagnóstico,
cirugía, y salas de cura y reposo. Coordínese la 'Haven Jace', nuestra fragata médica. Lando, el resto de
las instalaciones están a tú disposición, y tú actuarás como administrador general. Booster, usted estará a
cargo de las comunicaciones. Asegúrese de que nosotros hacemos el mejor uso de cualquier equipo que
nosotros tengamos a nuestra disposición, y lo coordinará a través del 'Ventura Errante. "Danni, ¿está
Danni Quee aquí?"
"Estoy aquí." Luke vio una mano ondear en la parte de atrás.
"Usted estará a cargo de todo lo concerniente a lo Vong. Se ocupara de los prisioneros, vestimenta y
vehículos que hemos capturado a la guarnición Yuuzhan Vong. La primera prioridad, en mi opinión, sería
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liberar a los prisioneros de esos endemoniados implantes de coral. ¿Corran Horn?"
"Aquí". Otra mano ondeó desde la parte trasera de la multitud. Horn no era más alto que Luke y no era
fácil que pudiera destacar en un grupo grande de gente.
"Corran, Gavin ha recibido su petición de unirse al Escuadrón 'Pícaro', y tanto él como yo estaremos
encantados de darle la bienvenida, pero por el momento yo tengo otra tarea para usted. Nosotros sabemos
que hay Yuuzhan Vong ahí afuera en la selva. Quiero que usted prepare un dispositivo de seguridad ante
esa eventualidad. Su combinación de Jedi, miembro de la Seguridad Corelliana, y experiencia de mando
en cazas estelares es justo lo que nosotros necesitamos. Mientras tanto usted puede continuar volando con
los 'Soles Gemelos' hasta que sea transferido a los 'Picaros'."
"Entendido."
"Tycho, usted estará a cargo de las fueras de Cazas Estelares. Yo asumiré el mando directo de las
fuerzas navales espaciales. Quiero informes preliminares de la situación general, descargados en mi
datapad en media hora y un encuentro de mandos y jefes divisionales en la sala de conferencias dentro de
dos horas. Lando le hará saber donde está la sala de conferencias." Wedge dio una sonora palmada con
sus manos. "Es hora de moverse, señores."
La multitud se dispersó con rapidez militar, dejando atrás en la sala solamente a Wedge, Tycho, Luke
y Mara. Mara se unió a los otros tres en la mesa.
Luke dejó oír su voz tranquila. "Tú no solicitó nada de mí. Es más, me pediste que hiciera, lo que yo
iba a hacer de todas formas. Acaso no tienes una tarea específica o una misión para mí."
Wedge le dirigió una mirada de perplejidad. "Luke, tú eres más o menos la luz que guía todo este
operativo. Y no quiero decir simplemente de mi grupo de flota. Los tres grupos existen estarán
encantados de buscar en ti consejo. No puedo exigir más demandas de ti, o de los Jedi."
"Tú puedes hacer peticiones de amigo."
Wedge parpadeó, luego mostró una leve sonrisa. "Cierto. Y estaré encantado de hacerlo." Luego
realizó un exagerado encogimiento de hombros. "Tan escasos como nosotros andamos de recursos,
quisiera que el 'Ventura Errante' se quedará aquí. Ya se lo he preguntado a Booster. Pero eso significaría
que si los aprendices de Jedi, permanecieran a bordo, su seguridad..."
"No será por mucho más tiempo un lugar seguro para ellos, ya lo sé. Tendré que ocuparme de eso.
Tengo algunas ideas de en donde podemos colocar a nuestros estudiantes."
Las Fauces, pensó para sí, con el refugio para Jedi a medio terminar allí, con su circundante pantalla de
agujero negros y endiabladas interacciones gravitatorias, sería el mejor lugar por ahora.
"Entonces yo te quiero a cargo de las fueras especiales, para operaciones encubiertas. Mara, yo sé que
esto es mucho pedir para una mujer con un bebé pequeño..."
Mara se irguió, sujetando a Ben con ella. "Confía en mí, mi capacidad para el caos no ha disminuido lo
más mínimo."
La sonrisa de Wedge se hizo más amplia. "No descubrí a ningún oficial de Inteligencia de cierta
jerarquía entre la multitud. Apreciaría que tú pudiera actuar como Jefe de nuestro servicio de Inteligencia
de momento. Cuando nosotros logramos hacernos con algún oficial de Inteligencia, podrás moverte al
departamento de Luke de fuerzas especiales y caos."
Luke dudó antes de hablar de nuevo. "¿Wedge, has tenido alguna noticia sobre Iella y las niñas?"
Wedge meneó la cabeza en sentido negativo. "Ninguno. Pero si hay alguien en la Nueva República que
pueda sacar a escondidas a si misma y dos niñas fuera de un planeta..."
"Es Iella, lo sé. Estarán bien. Wedge."
"Es que tú..." la voz de Wedge se volvió ronca repentinamente. "¿Significa eso que has visto algo?
¿Acaso con tus poderes de percepción Jedi?"
Luke negó con la cabeza. "No, lo siento."
"Oh." Wedge recompuso de nuevo en su rostro un gesto de impasividad, pero a Luke, le pareció como
si otra pequeña luz de esperanza se hubiera apagado dentro de él. Luke sintió un aplastante sentimiento de
vergüenza y bochorno por haberle dado una falsa esperanza, aunque hubiera sido sin querer.
Wedge se levantó. "Sí. Yo estoy seguro de ellos estarán bien." Dejo la sala, acompañado por Tycho.
"Le está resultado muy duro," Mara comentó. "¿Como está?"
Luke se encogió de hombros. "Aguantando. Confiando en toda esa disciplina militar. Pero no saber
nada de su familia, le está carcomiendo por dentro. "De acuerdo, averigüemos que clase de recursos
pueden reunir operaciones especiales e Inteligencia. Y además nosotros necesitaremos encontrar a alguien
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que pueda ocuparse de un bebé, mientras nosotros estamos ocupados con nuestras tareas."
Mara hizo un gesto negativo con su cabeza. "Yo no voy a aceptar cualquier misión que me obligue a
alejarme de Ben. No más. Volar ayer, fue mi última vez. No podría aguantarlo de nuevo."
"Mara..."
"No, escúchame tú, chico granjero. No hay nadie, aparte de ti y Karrde, en quien yo confiará más que
en Leia. Pero ella no fue capaz de proteger a Ben. Viqi Shesh se lo llevó de Coruscant, y nosotros
tuvimos mucha suerte de conseguir recuperarlo. Yo no voy a perderlo de vista. Punto final. Cualquier que
vaya tras él, yo me ocupara personalmente de matarlo."
Luke la miró, tomando en cuenta su aparente comportamiento tranquilo y la erupción salvaje de
emociones que se escondía tras esta, emociones que él podía percibir con su unión con ella, a través de la
Fuerza, y sabía que él no ganaría hoy esta discusión. Como si fuera una señal, Ben se despertó y estalló en
lamento de pena. "Nosotros hablaremos de esto más tarde," dijo Luke.
Mara le dedicó una pequeña sonrisa fría como el hielo. "Seguro, si a ti te gustar repetir la misma
conversación, con los mismos resultados."

Capítulo 03.
Mundo nave Yuuzhan Vong, Órbita de Coruscant.
Eran los dos guardias Yuuzhan Vong asignados para llevarla a su última entrevista. Asignados para
conducirla a la reunión donde ella sería condenada a muerte.
Ella les tenía miedo, cualquier podía matarla cuando le apeteciera, y tampoco la serviría la más mínima
súplica por su vida.
Ella sentía desprecio por ellos, porque ellos eran feos, criaturas anónimas, drones cuyos nombres
nunca serían conocidos. En alguna parte, y quizás muy pronto, ellos morirían en batalla y serian
olvidados.
Pero los envidiaba. El resto de sus vidas, aunque corto, probablemente sería más largo que el suyo.
Ella era Viqi Shesh. Una vez la Senadora que representaba a Kuat ante la Nueva República, ella
también había sido durante un largo período de tiempo un espía para los Yuuzhan Vong, pasándoles
información crucial sobre el planeta Coruscant y los entresijos del gobierno de la Nueva República. Larga
y fielmente ella había servido a sus nuevos amos.
Pero el largo y fiel servicio no había significado nada para ellos. Cuando la invasión Yuuzhan Vong de
Coruscant hubo comenzado, ella había intentado llevar a cabo su última misión -el secuestro de Ben, el
bebé de Luke y Mara Jade Skywalker- y había fallado. Sus enemigos se habían adelantado a ella y habían
conducido al bebé a un lugar seguro. Ella les siguió y estuvo a unos pocos metros de recuperar el bebé,
pero un contraataque por parte de Lando Calrissian y sus androides de combate la habían dejado
desvalida y deshonrada, en manos de los Yuuzhan Vong a quienes ella había fallado.
Hasta ese momento, ella confiaba en recibir grandes recompensas por parte de los Yuuzhan Vong por
sus servicios y esfuerzos. En cambio, su recompensa había sido ser arrestada y subida a empellones por
miembros del Dominio Dal, al mundo-nave que servía a Tsavong Lah, el Maestro de la Guerra de los
Yuuzhan Vong, como su nave insignia.
Ella estaba sufriendo. Neathlats, una especie de venda viviente, se aferraba a su antebrazo derecho,
donde el guardaespaldas Noghri de la Princesa Leia le había mordido hasta llegar al hueso, y en su
espalda, donde la espada láser de Leia la había acuchillado y abrasado. Las neathlats provocaban su
curación, pero no mitigaban el dolor. Esa no era la manera de hacer las cosas de los Yuuzhan Vong. En su
lugar, las vendas vivientes irritaban las terminaciones nerviosas, provocando que el dolor de las lesiones
fuera aún más intenso.
Ella estaba sin aliados. Nadie hablaría por ella. Había fallado en conseguir a Ben Skywalker para los
Yuuzhan Vong, y su traición de la Nueva República era ahora de conocimiento público entre los
refugiados de Coruscant.
Pero ella no estaba desarmada. No mientras tuviera su inteligencia, su experiencia política. Ella aún
tenía un arma con la que podía apuntar a Tsavong Lah.
Los guardias la condujeron por un largo pasillo. Sus líneas no eran exactamente rectas, sus esquinas no
eran completamente en ángulos rectos. Sus superficies eran de un rojo jaspeado recordando al tejido
muscular -lo cual era efectivamente cierto en este caso-. Olía igual que la carne cruda, y Viqi se tuvo que
esforzar por no mostrar una expresión de asco en su rostro.
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Esto estaba en lo más profundo de la nave-mundo Yuuzhan Vong. Tenía que estar bien lejos de los
centros de mando de la nave, por que no había ningún otro tráfico -ni de personas, ni de materiales- a lo
largo de este corredor. A Viqi esto le satisfizo, ya que le permitía seguir pensado de manera analítica, en
como iba a ser capaz de evitar su muerte.
Llegaron a una gran cámara, sus paredes eran idénticas a las del corredor, con un conjunto de puertas
dobles opuestas de una tonalidad marfileña, una pareja de guardias Pretorianos Vong estaban de pie
delante de ellos. Los guardias tiraron de las puertas, abriéndolas para dejarles pasar.
Más allá estaba una gran cámara oval del mismo rojo jaspeado. Su suelo se inclina suavemente hacia
abajo en una ligera curva, su punto más bajo era una abertura circular de unos tres metros de diámetro. La
abertura estaba rodeada de oscuridad; Viqi no fue capaz de mirar dentro de la oscuridad. Esta parecía
contraerse y estirarse de alguna manera, alzándose sobre el nivel del suelo un cuarto de metro o más.
Al lado del pozo estaba de pie Tsavong Lah, el gran proyectista y conductor de la invasión Yuuzhan
Vong de esta galaxia. Un claro ejemplo de cicatrices y tatuajes propios de la alta jerarquía de los Yuuzhan
Vong, sus labios habían sido cortados en tantos jirones que se agitaban siempre que él exhalaba con un
poco de fuerza, y su cuerpo estaba marcado por todas partes con costures, costras sanguinolentas e
injertos que hablaban de su importancia. Su brazo izquierdo había sido reemplazado hasta el codo por una
garra radank, toda llena de escamas rojizas y espinas, con dedos que estaban segmentados y articulados
de una manera no natural para un Yuuzhan Vong o un humano; espinas y escamas también surgían de la
carne por encima de su codo, y pequeños puntos negros, comedores de carroña, pululaban alrededor de
ellas. Ella reprimió un temblor. A pesar de todas las mutilaciones e injertos de Tsavong Lah, ella había
sentido cierta atracción sexual por él -el poder y la ambición en los varones era algo que despertaba en
ella la lujuria, una secreta debilidad- pero la putrefacción que padecía, la cual amenazaba tanto con
privarle de su garra radank como de su poder, la asqueaba sobre manera.
Los guardias y Viqi se pararon delante de Tsavong Lah. Él se dio la vuelta para fijar su mirada en ella.
"Usted debe sentirse honrada." dijo el maestro de la guerra. "No es usual que alguien de mi posición sea
testigo de la eliminación de algo inútil."
Ella le miró, y luego de nuevo al hoyo rebosante de oscuridad. En el borrón de esa oscuridad, en sus
bordes, ella vio un movimiento que le pareció repentinamente familiar. Era idéntico a esos pequeños
puntos negros, los comedores de carroña que infestaban el brazo de Tsavong Lah.
Ella acertó a ocultar un gesto de repulsión. "¿Este es el destino que usted ha escogido para mí?"
"Sí". El maestro de la guerra señaló a uno de sus guardias. "Denua Ku la matará. Su usted se muestra
cortés en estos últimos momentos de su vida, yo la permitiré escoger la manera de su muerte. Él puede
romperla el cuello, apuñalarla con su bastón viviente, o hacer que el bastón la envenene con un mordisco.
Luego su cuerpo será arrojado al hoyo. Las criaturas allí, la ignorarán durante algún tiempo, hasta que
usted comience a emitir los olores propios de la descomposición, y entonces ellos caerán sobre su cuerpo,
lo devorarán lentamente hasta no dejar nada. Usted desaparecerá en la oscuridad, Viqi Shesh, y dejará de
estar, como si nunca hubiera existido en realidad."
A Viqi se le hizo un nudo en el estómago, pero mantuvo su expresión en calma, sin dejar entrever sus
emociones. "¿Por qué no simplemente salto dentro? Yo me ahogaría mientras sus pequeños bichos
inundan mis pulmones. De esa manera, estos dos anónimos peleles sin importancia que están junto a mí,
no tendrían que participar en un evento de tanta importancia."
Ella pudo percibir de la creciente rabia en sus guardianes, en como imperceptiblemente tensaron sus
posturas, pero Tsavong Lah se limitó a abrir un poco sus ojos y mirarla un tanto sorprendida. "¿Está usted
ansiosa por pagar el precio de su fracaso?"
"Por supuesto. Yo lo haré de esa manera si lo que usted desea; es mi obligación servirle. Pero yo esto
más ansiosa porque usted deje de mentirme. Para poner fin a esa tortura en particular, yo me meteré ahora
mismo."
"Mintiendo. Una acusación interesante. Una ofensa deliberada." Tsavong Lah sonrió de nuevo. "Una
que puede ofrecer porque usted piensa que no hay nada peor que la muerte que pudiera esperarla. Si ésa
es su creencia, está muy equivocada."
"Yo digo que usted está mintiendo por está razón: usted no está prescindiendo de mi porque le haya
fallado. Otro ya le han fallado anteriormente y usted le ha permitido vivir... porque ellos aún eran
recursos valiosos en lo que usted podría confiar y disponer de ellos si les eran necesarios. Me ha
condenado a morir porque piensa que ya no soy algo valioso para usted. Simplemente soy n recurso que
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se ha agotado."
Ante estas palabras, Tsavong Lah adoptó una pose pensativa. "Me ha impresionado. Usted ha acertado.
Voy a matarla por que ya no me resulta útil, Viqi."
"Pero lo soy. Mi arma más poderosa aún sigue conmigo, -Maestro de la guerra- mi cerebro. Mientras
yo permanecía sentada en mi celda, la usé y descubrí una amenaza a vuestro mando sobre los Yuuzhan
Vong, a sus planes para esta galaxia, a todo lo que usted espera conseguir. Y únicamente yo he sido capaz
de descubrir el secreto."
"Entonces, diga cual es."
"No." Ella miró a sus guardias. "No mientras estos indignos puedan oír mis palabras. No mientras
cualquier otro pueda escucharlos repetir mis palabras."
Tsavong Lah hizo un gesto. Los guardias de Viqi la cogieron por los brazos, y sin aparentemente
ningún esfuerzo, la levantaron. Sosteniéndola por encima del hoyo. Puntos negros saltaron desde esté,
fijándose sobre sus pies y parte inferior de sus piernas. Algunos cayeron de nuevo al negruzco agujero.
"Sea lo que sea lo que usted tiene que decirme, ellos pueden oírlo," Tsavong Lah dijo, "en los
momentos finales de vuestra vida."
Viqi volvió su mirada hacia él. Ella fue capaz de ocultar el miedo que sentía, y que no se reflejara en el
tono de su voz. "Usted y yo somos los únicos en esta cámara que yo sepa no son vuestros enemigos. No
diré lo que sé ante extraños, porque eso podría significar vuestra sentencia. Si yo muero ahora, con mi
secreto sin revelar, usted podría averiguarlo por usted mismo, y así lograr sobrevivir. Yo no le traicionaré.
Déjeme caer." Ella dejó que su cara reflejara un gesto de rabia y ferocidad que ahora no era
completamente fingido -pues si bien ella estaba aterrada, también sentía una intensa rabia muy real-.
Tsavong Lah sopesó sus palabras durante un buen rato, luego hizo un gesto a sus guardias. Ellos
retrocedieron un paso, volviendo a situar a Viqi sobre suelo sólido y la soltaron. Ella cayó torpemente,
casi derrumbándose cuando aterrizó sobre el suelo; un tropezón y ella podría haber caído hacia adelante,
al interior del hoyo infecto. Luego los guardias se dieron la vuelta y abandonaron la cámara.
Viqi sintió por primera vez, un débil rayo de esperanza. Ella tenía el control de la situación, por el
momento al menos. Si ella era capaz de aguantar su tenue ventaja, ella podría sobrevivir.
Tsavong Lah la miró atentamente. "¿Bien?"
"Su cuerpo ha rechazo su último injerto," ella dijo, sus palabras salieron en rápida sucesión. "Sé lo que
usted está pensando. Cree que sus dioses están hablándole, diciéndole que debe deducir el camino
correcto para conseguir su aprobación. Pero eso no es lo que está pasando.
"Usted está siendo traicionado, Maestro de la Guerra. Por los moldeadores. Ellos le han colocado un
miembro defectuoso. Amenazando con convertirlo en un 'Avergonzado'. Muy pronto, ellos empezarán a
recomendarle formas de actuar, cursos de acción a seguir -tanto militares, como políticos-. Cuando usted
empiece a hacer lo que ello dicen, los problemas con su miembro disminuirán. Pero si de nuevo no hace
lo que los moldeadores le exigen, de nuevo empezarán los problemas. Usted va a convertirse en un
esclavo, Maestro de la Guerra."
Tsavong Lah se quedó callado. Sus ojos eran indescifrables.
Te tengo a ti, necio despreciable y predecible. Viqi se apresuró a contener la sensación de júbilo que
sentía -no podía permitirse el lujo de que este se viera reflejado en su expresión-.
En su celda, ella había usado sus habilidades para fabricar y anticipar traiciones y deslealtades -no
tenía que deducir la fuente real de los problemas que afligían a Tsavong Lah, sino ser capaz de encontrar
una imputación o un culpable que pudiera explicar todas ellas, una historia que llevara tiempo y esfuerzos
poder refutar-. Ella usaría ese tiempo para encontrar una manera de escapar de los Yuuzhan Vong.
"Una idea interesante," dijo el maestro de la guerra. "¿Qué pasa si usted está equivocada?"
"No estoy equivocada." Viqi le dedicó su expresión más fría e indiferente. "Sólo pido la oportunidad
de ver mi teoría probaba fehacientemente. Luego máteme si es su deseo. Al menos moriré satisfecha y
sabiendo que estaba en lo cierto."
Tsavong Lah la contemplo durante un rato largo. Luego asintió para si. "Vale ya lo veremos. Yo le
daré unos deberes a realizar hasta que la prueba esté en mis manos... o mi paciencia se termine." Gritó
unas palabras en su lengua, y los guardias regresaron para flanquear a Viqi. A un gesto del maestro de la
guerra, los guardias cogieron a Viqi por los hombros, se dieron la vuelta, y la condujeron de espalda a
salir por la puerta.
Cada paso era una mayor distancia entre ella y el hoyo. Cada paso era liberarse un poco de la apretada
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garra del miedo que aprisionaba su corazón. Cada paso era un redoble acompañando a las que palabras
que latían una y otra vez en su mente: Viva. Viva. Aún sigo viva.
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Ocupación de Borleias. Día 3.
El comunicador de Wedge pitó, despertándole. Sus calzados pies se deslizaron fuera del escritorio
delante suyo y golpearon el suelo con sonoro impacto. Se sentó, preguntándose por un momento donde
estaba y lo que estaba haciendo allí.
Su oficina estaba a oscuras. Se había dormido antes hacerlo a su regreso a sus aposentos temporales.
Agarró su comunicador y lo levantó ante él. "Adelante." Se frotó sus ojos para quitarse la morriña y se
preguntó cuántos minutos de descansó habría tenido.
"General, somos el 'Mon Mothma'. Una de nuestras pareja de nuestra alas de patrullaje informa de un
transporte con escolta de cazas llegando al sistema."
"¿Yuuzhan Vong o refugiados?"
"Ninguno, señor. Su oficial de comunicaciones dice que es el transporte oficial del Consejo Asesor de
la Nueva República. Sus códigos de autentificación parecen válidos."
Wedge frunció el ceño ante el comunicador. Era inconcebible que el Consejo Asesor aún siguiera
funcionando a cualquier capacidad. Hasta la caída de Coruscant, ellos habían sido los consejeros
-escogidos cuidadosamente- del jefe de Estado Borsk Fey'lya, un grupo de interconexión entre él y la
burocrática máquina de gobierno. Pero con la muerte de Fey'lya durante la caída de Coruscant y el
derrumbamiento y desbandada del Senado de la Nueva República, Wedge había supuesto que el Consejo
Asesor se habría esparcido por las diferentes rutas espaciales, cada miembro regresando apresuradamente
a casa para prepararse ante la más que probable persecución por parte de los Yuuzhan Vong. "¿Han hecho
alguna otra petición además de solicitar permiso para aterrizar?"
“Sí, señor. Ellos han, um, pedido una reunión con usted y su grupo de estado mayor, tan pronto como
sea posible. Ellos dicen que han traído sus órdenes."
Wedge puso mala cara. Como si, en estos momentos, él necesitara la interferencia de un grupo de
políticos completamente irrelevante. "De acuerdo. Prepare dos escuadrones de cazas estelares en un
círculo que iluminen un campo de aterrizaje bien lejos de la instalación. Dígale al Consejo Asesor que es
una muestra de honor militar. Si ellos preguntan por nunca han oído hablar de semejante cosa, dígales que
es una tradición del Escuadrón 'Pícaro'. Los cazas estelares están autorizados a atacar sin necesidad de
confirmación si esto resultar ser algún tipo de truco Vong. Si no es así, conduzca al Consejo Asesor hasta
aquí, a la sala de conferencias, tan rápidamente como le sea posible. Comience el reaprovisionamiento y
revisión de su transporte de inmediato -y haga que suban a bordo algunos técnicos para hacer un barrido
de la nave y asegurarnos que no contiene ninguna sorpresa desagradable para nosotros-. ¿Ha tomado nota
de todo?"
"De todo, señor."
"Comunicación fuera." Wedge se incorporó con un sentimiento de intranquilidad -uno que le venía
cada vez que los políticos tenían una desagradable sorpresa para él, uno que casi nunca había resultado
ser erróneo-.
Para cuando Luke y Mara llegaron a la sala de conferencias -él con una taza de chocolate caliente en
una mano y una taza de caf para Mara en la otra, mientras que ella tenía sus brazos ocupados con Ben-
esta ya estaba a medio llenar con los oficiales de Wedge y consejeros. Estos ocupaban los asientos a unos
dos o tres de la cabecera de la mesa y sus sillas de detrás; varios asientos de la mesa, los más cercanos a
las puertas principales, se mantenían sospechosamente vacíos. Wedge se sentó en la cabecera de la mesa,
de cara a la puerta, Tycho detrás de él; estaban reunidos conferenciando, aunque Wedge divisó a Luke
cuando entró y le hizo un gesto al Maestro Jedi de que se colocara de nuevo en la cabecera de la mesa.
Las expresiones de la mayoría de las personas en el cuarto sugerían que la mayoría de ellos habían sido
recientemente despertados. Luke sabía como se sentían.
Mara se dejó caer en el asiento más cercano a la silla reservada para Luke, al lado de Lando. Lando
tenía un aspecto penoso, su frente llena de arrugas, sus ojos enrojecidos y sanguinolentos.
"¿Resaca?" Luke preguntó.
Lando hizo una mueca de dolor. "Deja de gritar."
"Yo podría silbar para que te traigan algo de caf."
"Si tú silbas, mi cabeza explotará, y habría restos de cerebro por todas partes."
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Mara meneó su cabeza, inexpresiva. "Nada de cerebro. Sólo fragmentos de cráneo."
Lando la lanzó una mirada traicionera. Luke dejó entrever una sonrisa, esperó hasta que Mara hubiera
colocado a Ben sobre su regazo, y le dio el caf. Luego se unió a Wedge y Tycho.
Hubo ruido en el vestíbulo, unas botas resonando, y un grupo de diez o doce personas irrumpieron en
la sala de conferencias.
Luke conocía a algunos de ellos de vista.
Pwoe, el primero del consejo en entrar, era un quarren. Los quarren, de forma escasamente humanoide,
algunas veces tendían a enervar a humanos y casi humanos a causa de su aspecto; ellos eran una especie
acuática con cabezas similares a las de un calamar, de la cual surgían cuatro tentáculos de donde en un
humano estarían sus rasgos faciales inferiores. Los Quarren como cultura no merecían esta reacción, pero,
en opinión de Luke, el Consejero Pwoe si; Luke sabía que él era codicioso, un depredador político que no
era precisamente amigo de los Jedi. No le habría sorprendido a Luke averiguar que este Pwoe había
tenido algo que ver, directa o indirectamente, con la formación de la Brigada de la Paz, las fuerzas
colaboracionistas que habían secuestrado Jedi, y se los habían entregado a los Yuuzhan Vong. Hoy, Pwoe
llevaba una túnica verde de cuerpo entero que contrastaba elegantemente con su anaranjada piel coriácea.
Cuando entró en la sala, sus ojos azul turquesa examinaron la sala, se cruzaron con los de Luke,
quedándose fijos en él durante unos instantes, y luego siguieron con su escrutinio. Pwoe se sentó en el
asiento justamente en frente al de Wedge.
Chelch Dravvad de Corellia se sentó a la derecha de Pwoe, y Fyor Rodan de Commenor se sentó a su
lado. Los dos varones humanos, ambos de mediana edad y con la artificial aura de seguridad propia de los
políticos desplegada herméticamente a su alrededor, ocupados en prestar su atención a Pwoe, en lugar de
hacer contacto visual con el resto de la personas del cuarto.
Niuk Niuv, el cuarto consejero que entró en el cuarto, era un Sullustan. Si algún ingeniero biológico
hubiera creado una raza que se pareciera al muñeco de peluche de un niño, no podrían haberlo hecho
mucho mejor que los Sullustanos, quienes tenían cabezas redondas, grandes orejas redondas, una
mandíbula flácida, y unos rasgos no humanos encantadores; solamente los Ewoks serían capaces
probablemente de conseguir producir chillidos de alegría en un niño que los viera por primera vez. Pero,
al igual que los Ewoks, los Sullustanos podrían ser enemigos peligrosos, y Niuk Niuv era incluso
peligroso para ser un Sullustano. Había sido un adversario de los Jedi desde que se unió al Consejo
Asesor. Se sentó a la izquierda de Pwoe.
Niuv fue el último de los miembros del consejo en entrar. Los restantes miembros que acompañaban a
los miembros del consejo, parecían ser ayudantes, con datapads en sus manos y expresiones de
preocupación en sus caras, y guardias, de rostros impasibles, sosteniendo rifles desintegradores listos para
disparar.
Luke se levantó como hicieron los otros, una muestra de respeto hacia los Senadores y miembros del
Consejo Asesor, pero él sintió una oleada de irritación o de ofensa de la gente que ya estaba presente en la
sala. Tantos guardias del consejo presente sugerían que dicho consejo no confiaba en las medidas de
seguridad de Wedge. Esto era un insulto; Luke no estaba seguro si era algo accidental o deliberado.
Wedge dijo. "Consejeros, bienvenidos a Borl..."
Pwoe alzó una mano. "General Antilles, usted no sólo se dirige al Consejo Asesor, sino también al Jefe
de Estado."
Wedge parpadeó, entonces su mirada se dirigió al broche que Pwoe esta usando para mantener unida
su túnica. Hecho de oro, era el símbolo de la Nueva República rodeado por estrellas. Borsk Fey'lya lo
había llevado de vez en cuando. Luke vio a Wedge dudar ante que respuesta dar -el ascenso de Pwoe a la
posición de Jefe de Estado no estaba respaldado por cualquier norma legal por permisiva que esta pudiera
imaginarse, pero en estas circunstancias inciertas, podría ser simplemente una medida práctica.
"Felicitaciones por su ascenso," Wedge dijo. Señaló hacia los otros que estaban sentados, y luego a él
mismo. "Si puedo preguntar, ¿Dónde están los Consejeros Cal Omas y Triebakk?"
Pwoe extendió sus manos, en gesto de ignorancia. "Ay, nosotros no lo sabemos. Sospechamos que
ellos perecieron durante el ataque sobre Coruscant."
"Dos tragedias más que añadir a la lista."
"Cierto."
Lo que, potencialmente, eran muy malas noticias. Omas, un Senador que representaba a las personas
recolocadas de Alderaan, y Triebakk, un Wookiee de Kashyyyk, eran personas sensatos que no tenían una
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aversión irracional hacia los Jedi. Ellos habían sido una influencia moderadora en el Consejo Asesor.
Ahora, si era cierto habían desaparecido, todos los miembros que quedaban del consejo eran feroces
antagonistas de los Jedi, consejeros que a menudo habían abogado a favor de encontrar una forma de
llegar a un acuerdo con los Yuuzhan Vong -para terminar la guerra con una negociación-.
Luke sintió una crecer un sentimiento de sospecha. ¿Habían perecido los dos consejeros perdidos en
Coruscant? ¿O simplemente podrían haber sido dejados atrás de manera deliberada por estos O burócratas
especialistas en medrar y lograr tratos inconfesables -o incluso expulsados al espacio por una esclusa de
aire en el viaje hasta aquí? Agitó su cabeza, intentando alejar estos pensamientos de su mente.
Mara se inclinó sobre él, hasta que su frente casi tocó la de él. "Yo percibí eso," ella susurró. "También
pensaba lo mismo."
Lando se inclinó hacia la pareja. "Tú no necesitas la Fuerza para eso," susurró. "Yo era capaz de leerlo
en la expresión de Luke."
"Shh," Luke susurró. "O haré un ruido muy fuerte."
Lando se apartó de nuevo, con un brusco movimiento.
Pwoe continuó mirando fijamente a Wedge, con evidentes muestras de impaciencia en su lenguaje
corporal. "No deberíamos empezar."
"Empezaremos en un minuto," Wedge dijo. "Miembros de mi personal de manos aún no han llegado."
Su rostro mostraba una leve sonrisa. Luke podía decir que no era más que una fachada, una máscara que
ocultaba la agitación e irritabilidad que sentía.
Pwoe fijó en él, una mirada de amonestación. "Entendí que usted estaría listo para recibirnos. El
tiempo apremia."
Se oyeron unos pasos en el vestíbulo. Booster Terrik, con mirada ceñuda, entró y se movió para
sentarse casi en la mesa, cerca de Tycho. Hubo más pasos, pasos apresurados, y Danni Quee se deslizó a
través de las puertas, haciendo malabares con datapads y pantallas portátiles; su pelo una masa rubia
indómita estaba atada en una coleta en el centro de su nuca. Se deslizó en un asiento cerca de la puerta,
directamente tras Corran Horn, y miró a Wedge. "Lo siento," dijo.
"No hay nada por lo que disculparse," comentó Wedge, y levantó la mirada hacia unos de los guardias
del consejo. "Puertas."
El guardia miró a Pwoe, recibió un gesto de confirmación, y cerró las puertas.
"Ahora podemos empezar," Wedge dijo.
Pwoe asintió. "Sí, por supuesto. Primero, quiero cabeceó. “Sí, por supuesto. Primero, yo quiero
asegurarles a todos ustedes que el gobierno de la Nueva República está ya actuando para poner orden en
esta situación caótica. Utilizando el mandado de emergencia que ha caído sobre nosotros tras la muerte de
Borsk Fey'lya, y debido al desorden temporal en que se encuentra el Senado, el Consejo Asesor ha
asumido las riendas del poder. Nosotros ya estamos formulando planes para reorganizar nuestras fuerzas
armadas y retomar Coruscant. Estamos en comunicación con gobiernos planetarios por toda la Nueva
República que están reconociendo nuestra autoridad y a la esperar de nuestras órdenes."
Luke y Mara intercambiaron unas miradas. Ella tomó un sorbo de su caf y luego hizo un gesto de
desagrado, como si este fuera debido al amargor de la bebida.
Wedge respondió a la declaración de Pwoe con un leve gesto de asentimiento.
Pwoe esperó, como si esperara algo más, y luego, después de un violento silencio, continuó, "Nosotros
deseamos felicitarle por su éxito aquí en Borleias, General."
"Gracias... pero nosotros no hemos conseguido aún ningún éxito. Nosotros nos aprovechamos del uso
de una fuerza de superioridad aplastante, para expulsar al enemigo, lo cual no dice significa nada en el
desarrollo general del conflicto."
"Sí, por supuesto. A pesar de eso, necesitaría oír los detalles de lo que usted ha logrado aquí."
Con evidente desgana, y sin palabras rimbombante, Wedge informó a los miembros del Consejo
Asesor de la situación en Borleias. Luke vio a los consejeros asentir y susurrar entre ellos, mientras él
habló.
Cuando Wedge hubo terminado, Pwoe dijo, "Usted ha hecho muy bien tomando la iniciativa,
anticipándose a las necesidades de la Nueva República y actuando según ellas. No es lo que yo hubiera
esperado de usted. Pero ahora nosotros necesitamos integrar vuestros operativos de nuevo en la estructura
de mando de la Nueva República, de manera que pueda coordinarse con el resto de nuestra respuesta a
este desastre. Sien Sow sigue siendo el Comandante Supremo de nuestras fuerzas armadas, y usted
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continuará recibiendo órdenes de él. Aquí están la primera asignación."
Niuk Niuv envió, deslizándola por la mesa, una tarjeta de datos. Wedge la cogió, luego la introdujo en
su datapad.
"Dado que estos son sus consejeros de más confianza, yo compartiré sus órdenes con ellos," Pwoe
dijo.
Wedge lo miró. Su cara permanecía impasible, pero la mirada era todo un aviso, un reproche. Anunciar
las órdenes de un jefe de esta manera a sus oficiales subordinados era una cuestión competencia del
oficial al mando, pero negar al jefe el derecho a limitar la información que debía llegar a cada uno de sus
subordinados.
Pwoe ignoró la mirada y continuó. "Lo que nosotros necesitamos de usted, General Antilles, es
convertir a Borleias en una fortaleza contra los Yuuzhan Vong, incluso más allá de que este sea un punto
de encuentro del flujo de refugiados de Coruscant. Los Yuuzhan Vong no pondrán soportar la idea de que
la Nueva República controlo una base militar tan cerca de Coruscant, en semejante cruce de rutas
hiperespaciales de gran importancia. Esto nos dará un tiempo crucial para reagruparnos, volver y
relevarlos. Una vez que hayamos hecho esto, nosotros podremos usar Borleias para organizar la
reconquista de Coruscant. Usted debe aguantar aquí a toda costa. ¿Podemos contar nosotros con usted?"
En lugar de contestar. Wedge preguntó. "¿Qué fuerzas y material tendré para esta misión?"
Pwoe pestañeó. "La mayor parte del Grupo Tercero de la Flota está ahí afuera, ¿No es eso correcto?"
"Sí. Reagrupándose en el espacio profundo, operativa, coordinándose con los otros grupos de flota, y
realizando otras tareas menores. Yo tendré que traer de vuelta aquí una buena cantidad de sus elementos
para realizar la clase de misión que usted describe."
"No será necesario. Usted se infravalora, General. Nosotros le dejaremos una gran parte del material y
las fuerzas que usted posee en la actualidad en el sistema Pyria. Eso debería serle suficiente hasta que sea
relevado. Por supuesto, puede reclutar forzosamente cualquier fuerza adicional que les llegue de
Coruscant, y cualquier unidad que voluntariamente escoja unirse a ustedes."
Wedge negó con la cabeza. "Consejero Pwoe, me temo que debo rechazar vuestra misión."
Todos murmullo de conversación en la sala se detuvo. Luke sintió una leve sensación de irrealidad. A
través de los años, había visto a Wedge reinterpretar las órdenes, las había tergiversado en sus esfuerzos
por hacer lo que era mejor para la Alianza y la Nueva República, pero nunca rehusó cumplir las órdenes.
Pwoe se irguió, enderezó, poniéndose más alto y pareciendo hincharse de algún modo en su silla. Su
voz se volvió más profunda, proyectándose hasta el rincón más apartado de la sala. "Quizás, yo cometí un
error en hacer parecer que lo que estaba diciendo era una petición. General Antilles. Pero usted debe
entender, que ciertamente constituye una orden."
Wedge asintió. "No obstante, me niego a aceptarla."
"Como oficial de la Nueva República, usted no puede hacer eso."
"Yo renunciaré a mi cargo."
"En este periodo de crisis, eso podría entenderse como un acto de traición," Pwoe dijo. Luke podía
sentir ciertamente la rabia y el enoje del Quarren, pero no lo por que pudiera parecer en un principio
-Pwoe se sentía ultrajado porque él no estaba acatando sus órdenes, no porque creyera realmente su
acusación de traición-.
Por primera vez desde que la reunión empezó, Wedge sonrió; le pareció a Luke como si él estuviera
conteniendo una risotada. Pero la sonrisa no era de alegría. Luke se imaginó, con un fogonazo de una
visión gracias a la Fuerza, a Wedge blandiendo su desintegrador, con un rápido e imperceptible
movimiento, y disparando a Pwoe justo en la cara. Luke se crispó, su mano instintivamente buscó la
empuñadura de su espada láser, antes de que se diera cuenta de que la visión no se correspondía con lo
que realmente Wedge pensaba hacer -sino, con lo que le gustaría hacer-. Luke se encontró así mismo un
tanto sobresaltado por la violencia que Wedge sentía, pero que obviamente lograba mantener bajo control.
Pero Wedge se limitó a decir, "Traición. Pues, es curioso que usted pronuncia esa palabra en estos
momentos. Pero no debemos entrar en eso. O en la posible legitimidad de su exigencia de ser el Jefe de
Estado. En lugar de eso, yo le ofreceré un trato, Consejero Pwoe. Voy a mencionar una serie de fuerzas
militares y privilegios. Démelos para esta misión, y yo aceptaré la orden. Por otro lado, sino es así yo
transmitiré mi renuncia del cargo antes de que usted haya podida dar cien pasos."
La rabia se adivinaba en la voz de Pwoe. "Usted no es quien para dictar condiciones a sus superiores."
"Ciertamente, dadas las circunstancias, puedo."
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Pwoe se giró hacia Tycho, quine estaba sentando al lado de Wedge. "Coronel Celchu. Le estoy
ascendiendo al rango de general. Su misión será la misma que yo acabo de describir a este traidor..." Su
voz se apagó mientras Tycho negaba con la cabeza.
Pwoe tomó una profunda y larga respiración. Sus ojos fluctuaron de un lado a otro, mientras evaluaba
a los otros oficiales de la sala. Se relajó, dejándose caer contra el respaldo de su asiento. "De acuerdo
entonces, en nombre del espíritu de cooperación, estoy dispuesto a oír lo que usted quiere pedirme. "
Wedge comenzó a calcular con sus dedos. "Primero, todo el material existente en estos momentos en
el sistema Pyria, incluyendo las fuerzas extrañas que nosotros recogimos durante nuestra retirada de
Coruscant, y cualquier actualmente en transito aquí, permanecerá bajo mis órdenes para esta misión."
Luke pudo ver, aunque no los consejeros. Como Wedge le daba una leve patada a Tycho por debajo de
la mesa. Tycho abrió su datapad y comenzó a teclear, mirando a Wedge de vez en cuando como si
estuviera transcribiendo las palabras del general, pero Luke estaba seguro de que Tycho estaba realizando
una tarea muy diferente.
"Segundo, quiero el 'Lusankya'."
Pwoe casi salta fuera de su asiento. "¿La nave más poderosa que aún nos queda en nuestra armada? No
es posible."
"Yo creo que sí. Y dado, que una vez que los Yuuzhan Vong deciden sitiar el sistema de Pyria,
conseguir suministros resultará algo problemático, necesito aprovisionamiento para tres meses de comida,
material médico, combustible y pertrechos para toda la fuerza. Le daré tres días de tiempo desde su
partida de este sistema para que llegue todo eso. Si no lo hace, nos iremos. Y otra cosa."
La voz de Pwoe adoptó un tono helado. "Siempre hay otra cosa."
"Quiero el derecho a comunicarme directamente con cualquier oficial de las fuerzas armadas, para
invitarle a él o a ella a que se unan a nosotros, y el derecho de acertar su traslado -sin tener que pasar por
la oficina principal-."
"Antilles, usted obviamente está trastornado. Usted debería haber sido expulsado a pastorear hace
años."
"Lo era, Pwoe. Yo debería haberme quedado allí. Y lo estaría si el Consejo Asesor hubiera dirigido su
parte de la guerra con los Yuuzhan Vong de alguna manera competente, yo podría haberme quedado allí.
Wedge extendió sus manos, con las palmas hacia arriba, en un ademán de decir. Esto es lo que hay.
"¿Bien?".
"Denegado, por supuesto."
"Cómo usted desee. Cuando está reunión se haya acabado, ordenaré a los fuerzas aquí acantonadas,
que abandonen Borleias. Para cuando usted pueda conseguir traer otra fuerza de ocupación hasta aquí, los
Yuuzhan Vong ya se habrán apoderado de nuevo de este mundo. Y no, yo no estoy tirándome un farol."
Pwoe se quedó mirando fijamente a Wedge, y los cuchicheos comenzaron de nuevo en la sala de
conferencias. Finalmente Pwoe dijo. "Un momento."
"Tómese dos."
Pwoe se dio la vuelta para juntarse con los otros miembros del Consejo Asesor. Wedge se volvió hacia
Tycho. Los murmullos subieron de tono.
Luke se reclinó de nuevo hacia Mara y Lando. "Algunas veces," dijo Luke, "Desearía tener la visión
política de mi hermana, o la vuestra. ¿Qué demonios está haciendo Wedge?"
"Pwoe está mintiendo," dijo Mara. "Él quiere fijar a Wedge en Borleias de manera que los Yuuzhan
Vong venga aquí para aplastarlo. Así él no estaría en la obligación de enviar refuerzos a Borleias. Nadie
querrá. Este planeta caerá, y todos lo que estemos aquí moriremos."
Luke frunció el ceño. "¿Entonces qué es eso del punto retención?"
"Le dará a los miembros del Consejo Asesor tiempo para ir a casa y hacer allí los preparativos
adecuados. Preparativos para la guerra, o preparativos para que ellos puedan alcanzar el mejor trato
posible con los Yuuzhan Vong. Les dará el mismo tiempo a los miembros supervivientes del Senado. Y si
ellos hacen su trabajo correctamente, y convencen a Wedge que luche ferozmente hasta el último hombre,
incluso los Yuuzhan Vong podrían sentirse impresionados con esta pequeña batalla, y ofrecer mejores
términos en sus negociaciones."
Luke le lanzó una mirada a Wedge. "De manera que todo lo que él está negociando es conseguir
bastantes fuerzas militares para que nosotros podamos aguantar por más tiempo."
"Así es."
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"O sea, que todos los que nos quedemos aquí estamos muertos. Inútilmente muertos. Sólo que
moriremos un poco más tarde."
"Es correcto."
"Siento haberlo preguntado."
Mara acertó a mostrar una leve sonrisa. "Si él está negociando, es que tiene un as en la manga. Pero
vete a saber cual es."
Los agrupados miembros del Consejo Asesor se separaron y Pwoe se volvió de nuevo hacia Wedge.
Las conversaciones en la sala cesaron de inmediato. "General, deploró completo sus métodos y su
arrogancia. No se imagine que puede esperar progresar mucho en una carrera militar, una vez que esta
misión se haya realizado."
Wedge asintió. Su expresión era amable, solícita, o al menos así lo parecía. Luke sospechaba que esto
era una burla de esas emociones. "Pero usted acepta."
"Sí. Aceptamos. Es un placer para mí relevarle del mando del Grupo Tercero de la Flota, aunque le
dejaré su rango actual y el mando de esta guarnición."
"Una vez sus órdenes confirmando que los términos que yo he especificado, hayan sido transmitidas
por la HoloNet a nuestras fuerzas armadas, también puede considerar que yo he aceptado." Wedge miró al
datapad de Tycho. "Pero les recomiendo que sea pronto. El Escuadrón 'Pícaro' ha informado de la
detección de lo que podría ser una nave de exploración Yuuzhan Vong. Este planeta será muy pronto una
zona de guerra." Se puso de pie y echó una mirada a su alrededor. "Este encuentro se ha acabado. En
cinco minutos tendremos un rápido encuentro de planificación operacional." Les hizo un gesto a Luke,
Mara, Lando, Booster, y los demás, indicando que les esperaba en esa reunión.
Los miembros del Consejo Asesor, de repente sin nada que hacer en los sucesos que se estaban
desarrollando, se levantaron, mirando un tanto confusos a Wedge, quien no pareció prestarles la menor
atención. El guardia a quien Wedge había llamado anteriormente para abrir la puerta, lo hizo de nuevo y
Pwoe y el resto de los consejeros se fueron por ella. Luke pudo sentir tanto la irritación como el
engreimiento del Quarren.
Luke meneó la cabeza. Engreimiento. Pwoe estaba muy creído de si mismo porque sabía que Wedge
muy pronto estaría muerto. Luke sintió la rabia crecer dentro de él. Agitó su cabeza y disipó la rabia -no
forzándola a quedarse dentro de él, sino simplemente soltándola, sintiendo como se disipaba-.
Mara sonrió. "Yo sentí eso."
"Es difícil ser el Maestro Jedi sereno todo el tiempo."
"Yo no quiere que estés sereno todo el tiempo, chico granjero."
Gavin Darklighter se acercó a Wedge. Oyó susurrarle al general algo a Tycho. "¿Cuáles han sido los
resultados?"
Tycho le respondió igualmente en voz baja. "Todas las naves del Grupo Tercero de la Flota dentro del
radio de un viaje de cuatro horas a Borleias, están ahora en el hiperespacio de camino hacia aquí."
"Buen trabajo."
Gavin se inclinó sobre su comandante, y bajó su propia voz. "General, ninguna miembros de los
Pícaros de patrulla me ha informado sobre el avistamiento de una nave de exploración Yuuzhan Vong."
"Por supuesto que lo hicieron. Hace unas cinco o seis horas. En órbita alrededor de Borleias."
Gavin frunció el ceño, recordando. "Espera un minuto. Ese que era solo el casco exterior quemado de
un caza coralita. Aquel que nosotros vaporizamos cuando llegamos."
"Correcto. Y un caza coralita puede usarse como nave de exploración."
"Seguro."
"Y el Escuadrón 'Pícaro' informó de haberlo visto, no."
"Por supuesto." Gavin sintió como su expresión de desconcierto se convertía en una sonrisa de tristeza.
Miró al otro lado de la sala, en donde los últimos miembros del Consejo Asesor estaban saliendo, la
precipitación y el nerviosismo eran evidentes en su lenguaje corporal. "Señor, cómo usted puede ser tan
falaz sin nunca llegar realmente a mentirme del todo."
Minutos después de que el transbordador del Consejo Asesor hubiera abandonado la órbita, Wedge
tenía cerradas las puertas de la sala de conferencias y guardias apostados afuera. Él miró a los rostros de
aquellos que había pedido que se quedaran dentro -Tycho, Luke, Mara, Lando, Booster, Danni, Gavin,
Corran-. "¿Alguien no tiene claro lo que acaba de pasar?" preguntó.
Luke habló. "¿Estamos seguros, absolutamente seguros, de que no hemos sido arrojados a los neks?"
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"Piénselo de esta manera," dijo Wedge. "Pwoe me acaba de entregar el navío de guerra más grande
que nos queda y el suficiente material para menguar notablemente la capacidad de la Nueva República
para defenderse de los Yuuzhan Vong. ¿Desde una perspectiva fría y analíticamente política, salvar las
vidas de los refugiados de Coruscant o la importancia militar de Borleias, merece tal sacrificio?"
Luke negó con la cabeza. "No."
"Entonces la única conclusión a la que nosotros podemos llegar es que el llamado Consejo Asesor han
perdido todo interés en la Nueva República. Esa banda de conspiradores ya ha determinado que nosotros
vamos a peder, que los Yuuzhan Vong van a convertirse en la fuerza dominante en esta galaxia. Ellos se
han rendido. Y considerando cuánto poder político tienen ellos en sus manos, su rendición podría muy
bien ser la condena definitiva de la Nueva República."
"Supongo que así es."
"Ahora, regresemos al asunto de Borleias. Nosotros estamos peor de lo que pensábamos," Wedge
continuó. "Antes, nosotros creíamos que podríamos hacer estallar por los aires esta roca, reunirnos con
Bel Iblis y Kre'fey, y realizar planes para conseguir el renacimiento de la Nueva República. Ahora, ya no
podemos. Me gustaría muchísimo oír, cualquier posible idea sobre lo que nosotros podríamos hacer para
neutralizar el daño que el Consejo Asesor parece predispuesto a realizar a nuestras oportunidades de
supervivencia -tanto aquí en Borleias, como en la galaxia en todo su conjunto-."
"Antes de seguir con eso..." Luke miró con el ceño fruncido a su viejo amigo. "¿Wedge, si no hay nada
bueno que vaya a salir de esto, por qué aceptaste entonces esta misión?"
"Bien, porque en cierto sentido, el concilio tenía razón. Pyria tiene que seguir en nuestras manos. Los
Yuuzhan Vong tienen que ser retrasados. Y ustedes me permitirán aquí, un poco de ego, no creo que ellos
enviaran a alguien tan experimentado como yo, a reemplazarme aquí. Seria algún comandante que
seguiría sus órdenes con lealtad ciega y que no conseguiría otra cosa que la muerte de esta guarnición a
manos de los Yuuzhan Vong." Wedge se encogió de hombros. "No planeo morir aquí, Luke. Y aunque
creo que no podré retener Borleias, si creo poder convertirlo en un nombre que provoque un poco de
llanto a los niños pequeños Vong que lo escuchen." Centró de nuevo su atención en la sala. "De manera,
que volvamos a mi pregunta inicial."
Nadie habló al principio. Entonces Luke carraspeó. "Hay dos estilos básicos de lucha, el dure y el
suave o flexible. Atrás en los días de la Alianza Rebelde, nosotros luchamos de manera flexible. La lucha
de la Nueva República ha sido dura, firme. Se espera que usted se quede aquí y luche con todas dureza y
sus fuerzas. Pero, últimamente, la firmeza no ha dado muy buenos resultados.
"Creo, que también, ese modelo se extiende a nuestra política. Si nosotros continuamos
consagrándonos al estilo duro, -todo firmeza, todo fuerza-, nosotros estamos condenados al fracaso."
Wedge asintió.
Lando dijo. "Así que usted está diciendo... ¿lo que está diciendo?"
Mara dijo, "lo que nosotros estamos diciendo es se debe dejar de atacar a los Yuuzhan Vong con los
métodos propios de la Nueva República. Ataquémosles como si fuéramos la antigua Alianza Rebelde.
Tanto aquí como en todo el teatro bélico."
"Pero la Alianza Rebelde desapareció," dijo Danni. "Se convirtió en la Nueva República."
Luke asintió. "Cierto, lo que estoy proponiendo..." Realizó una inspiración profunda. "Estoy
proponiendo que es tiempo de una nueva Alianza Rebelde. Algo que no esté limitado por las traiciones y
el corto pensamiento de miras del actual gobierno de la Nueva República. Algo diferente."
"Eso es traición," dijo Booster. "Me gusta."
"Una fuerza de resistencia," dijo Wedge. Le dirigió a Luke una mirada cortante. "Pero tendría que ser
una resistencia secreta. Nosotros no podemos simplemente declararnos independientes de la Nueva
República y marcharnos a luchar por nuestra cuenta contra los Yuuzhan Vong. Unidades secretas en
localizaciones ocultas. Operaciones que no se discutirán con el Alto Mando de la Nueva República."
"De acuerdo," dijo Mara. "Lo cual, si decidimos hacerlo, hace que usted sea el eslabón débil. Wedge."
Tycho le arrugó el ceño. "Quizás puedas explicar mejor ese comentario."
"Porque en el sentido legal, es traición, Tycho. Wedge ya ha demostrado que él está más que dispuesto
a tergiversas las reglas -apropiándose fraudulentamente de una consideraba porción de las fuerzas
armadas de la Nueva República, usándolas de una manera un tanto contradictoria con sus órdenes
recibidas-. Esto va mucho más haya de eso. Él estaría malversando municiones y suministros de guerra y
dándoselos, no prestándoselos, a una fuerza privada. Incluso si nosotros ganamos, él podría encontrarse
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con la etiqueta de traidor en todos los archivos históricos. Así están las cosas. ¿Puedes hacer algo así,
Wedge?"
Wedge pareció preocupado y no respondió de inmediato. Los otros permanecieron en silencio.
Finalmente, Wedge la miró, luego miró a los otros. "Creo que nosotros estamos justo al borde de la
aniquilación. No sólo como sistema de gobierno. Sino toda nuestra cultura, nuestra historia. Si los
Yuuzhan Vong ganan, ellos no necesariamente nos aniquilarán... sino que nos devorarán. Nos devorarán.
Nos convertiremos en Yuuzhan Vong, y todo que nosotros simbolizábamos, todo a lo que aspiramos,
desaparecerá. Sería como si nosotros fuéramos un holograma, y de repente la energía que lo alimentaba se
viera cortada. Desaparecería, sin dejar le menor rastro." Su voz se volvió ronca. "Yo no voy a dejar que
eso le pase a mis hijas, o a vuestro niños. De manera que esto es lo que yo propongo."
Desenfundó su desintegrador y lo empujó, dando vueltas, al centro de la mesa de conferencias.
"¿Alguien necesita un desintegrador? Este es el mío. Estoy deseando sacarlo ahí afuera porque no hay
nadie dentro de esta sala, al que yo dudaría lo más mínimo en entregárselo, o poner mi vida en sus manos.
Y así es como yo propongo que construyamos esta Resistencia. De momento, no se incluirá a nadie,
excepto a aquellos a quienes vosotros confiarías vuestras vidas, o la de vuestros hijos. Nosotros
prepararemos contactos, bases, y células al estilo de la vieja Alianza Rebelde. Mientras la Nueva
República golpea al enemigo donde ellos son más fuertes, nosotros pensaremos la forma de golpearles
donde sean más débiles. Y si -o cuando- la Nueva República finalmente caiga, nosotros estaremos ahí
para golpear a los Yuuzhan Vong de las dos maneras, mezclaremos los estilos duro y con firmeza, con el
blando y flexible.
"¿Estamos todos de acuerdo?" Captó la mirada en los ojos de los demás, uno por uno.
Cada persona cabeceó o alzó la mano, en gesto de asentimiento, todo excepto Booster, quien respondió
lentamente. "Yo supongo que sí," Los demás se rieron.
"Vale." Wedge se recostó. "De hoy en adelante, nosotros seremos el 'Círculo Interno'. Las cosas que se
digan aquí no saldrán fuera. La gente de fuera pensará que sois mi propio grupo de asesores, en lugar del
grupo de inicio de un movimiento de resistencia. Si hay alguien que vosotros creáis que puede enterarse
de la traición que estamos planteando, decídnoslo al resto de nosotros... y votaremos para incluirla o no
dentro del Círculo Interno. Aquellos otros a quienes conocemos bien y los necesitamos, como los Solo, se
nos unirán cuando y si ellos llegan.
"Ahora, pensemos algo sobre el un estilo suave y flexible de lucha. Los Yuuzhan Vong van a pegarnos
aquí en Borleias. Necesitamos atraerlos, a Borleias. Nosotros necesitamos atraerlos, darles algún tipo de
éxito que no se esperen, de manera que ellos se vuelvan predecibles y así anticipar tácticas, que nosotros
podamos abandonar cuando nos sea necesario. Yo necesito un 'yo' y necesitó un 'ellos'." Se volvió hacia
Tycho.
Tycho dio un largo suspiro. "Vale, yo probablemente puedo ser ellos casi tan bien como puedo ser yo.
Y, por supuesto, usted puede ser mejor usted que yo pueda ser usted. Pero si usted es ellos y yo soy usted,
todos estaremos pensando fuera de sitio."
Wedge asintió. "Buena explicación."
Lando dijo, "yo me he perdido."
Wedge sonrió abiertamente. "Un juego de tácticas, Lando. Cuando ellos decidan enviar un comandante
militar serio contra nosotros -bien se lance contra nosotros enseguida o después de algunos
enfrentamientos de tanteo- ese comandante va a estar analizando nuestras tácticas, de manera que le sea
posible llevar a cabo la mejor estrategia posible contra ellas. En otras palabras, para tener una idea de lo
que él va hacer, nosotros tenemos que deducir cuánto de nuestro pensamiento y tácticas va a ser capaz de
predecir. De forma que si nosotros somos capaces de darle exactamente lo que él espera de nosotros,
reforzaremos sus prejuicios sobre nuestras habilidades estratégicas..."
"Así usted podrá abandonarlas más tarde y darle una buena sorpresa," dijo Lando.
"Cierto. De manera que nuestras sesiones de planificación, Tycho va a hacer de General Antilles, y yo
voy hacer de quienquiera que sea el comandante Yuuzhan Vong, y nosotros simplemente veremos cuan
lejos de confundido podemos llevarlo."
"Ya lo tengo," Lando dijo. "De hecho, lo capto mejor de lo que usted cree. Ustedes están jugando a
sabacc."
Wedge consideró esta afirmación, con expresión pensativa. "Supongo que así es. Y por las más
grandes estacas que yo ha vista jamás anteriormente."
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Capítulo 04.
Ocupación de Borleias, Días 4-5.
Por primera vez en años, Luke se encontró enfrentado a un adversario, cuya naturaleza en si misma le
hacía vacilar en valor y resolución: la burocracia.
Las reuniones estaban entre las armas más feroces de sus oponentes. Él podía pasarse una, dos o tres
horas discutiendo tácticas anti-Yuuzhan Vong para los cazas estelares con el Coronel Celchu y un grupo
de consejeros militares, luego apresuradamente otra larga reunión, igualmente tediosa y cansada con
científicos considerando las posibles causas de porque los Yuuzhan Vong y sus criaturas era invisibles a
la Fuerza. Luke aprendió a aliviar un tanto su frustración por tener que encargarse de tales reuniones,
dirigiéndolas junto con otras actividades más satisfactorias en lo personal -ejercicio, inventarios de
suministros, sesiones de entrenamiento para los estudiantes Jedi a bordo del 'Ventura Errante'.
Y aún quedaban llevar a adelante los planes formulados por el 'Círculo Interno' para crear la estructura
de la Resistencia que pudiera establecerse y permanecer completamente oculta, mientras llegaban los
Yuuzhan Vong y luego ser capaz de saltar como un resorte para destripar a los invasores cuando llegara el
momento.
Similar estructura clandestina para los Jedi, era la que Leia y Han había estado organizando, la
Resistencia sería de naturaleza más amplia y mayor en miembros. El 'Círculo Interno' colocaría uno o más
miembros de confianza en cada uno de los mundos que le fuera posible. Estos miembros prepararían
células de Resistencia con gente. Cada célula a su vez prepararía más células. Ningún miembro de una
célula conocería las identidades de más de dos miembros de la Resistencia de fuera o de su propia célula,
era lo mejor para contener el daño si una célula resultaba comprometida. Cada célula intentaría establecer
una base que los Yuuzhan Vong no pudieran encontrar, un lugar para guardas vehículos, armas,
herramientas, androides, cualquier cosa que la Resistencia pudiera necesitar cuando llegara la hora de
volver a la lucha contra los Yuuzhan Vong.
La existencia del 'Círculo Interno' era algo conocido entre el personal de la flota de Wedge y se les
había apodado como los 'Enterados', pero vulgarmente se le creía una especie de grupo de consejeros
militares. Su verdadero propósito seguía siendo un secreto.
Luke ofreció todo conocimiento y táctica que le fue posible, y resultó ser bastante más de que él
hubiera esperado.
En los años desde que él se había convertido en un Maestro Jedi -y durante los años que había sido el
único Maestro Jedi conocido en la galaxia- él había rebuscado incansablemente noticias sobre los Jedi que
habían existido antes del levantamiento del Emperador Palpatine que le condujo al poder. Palpatine y su
mano derecha, Darth Vader, el propio padre de Luke, habían destruido sistemáticamente a los Jedi e
intentado erradicar todo conocimiento sobre su existencia. Luke había luchado por recuperar ese
conocimiento. Había investigado todo rastro que pudiera quedar de los Jedi, encontrando retazos por aquí
y rumores por allá, y había aprendido unir todas las piezas para lograr un rastro que se pudiera seguir. La
mayoría de ellos no le habían llevado a ningún lado -como el Jedi que al que investigado que creyó
haberse desvanecido con éxito o del otro que había desaparecido temporalmente, solamente para ser
encontrados, finalmente, por los seguidores de Palpatine y exterminados.
Aprendiendo cómo los Jedi habían sobrevivido a las barridos iniciales que las Purgas del Emperador
habían realizado -cómo ellos se habían ocultado, borrando sus identidades oficiales, ocultando sus
poderes con la Fuerza, pasando de contrabando sus espadas láser, y eludiendo a sus cazadores- Luke
había, sin darse cuenta, acumulando un tremendo, aunque sólo teórico, conocimiento de esas técnicas.
Ahora, en las reuniones y sesiones grabadas, él desvelaba esa información, que era añadida al
entrenamiento de Inteligencia de Mara y otros, convirtiéndose en parte del manual de conformación y
establecimiento de las células de la Resistencia, como cuando él y sus aliados habían empezado el
asentamiento de manera clandestina de los Jedi por la galaxia.
Finalmente, comprendiendo que podía ser bueno e importante lo que ellos estaban haciendo para la
causa de la Resistencia, Luke se resignó, e incluso encontró cierta satisfacción, en acudir a las reuniones.
Y además estas mantenían su mente lejos de la preocupación y el dolor, que podía sentir como iba
creciendo en su interior.
Hacía más de veinticinco años, de cuando los tíos de Luke -el tío Owen y la tía Beru-, habían muerto
en el lejano e insignificante Tatooine, Luke se había encontrado solo -rodeado de nuevos amigos, pero sin
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ninguna familia-. Luego, con el tiempo, él había conseguido formar una familia. Su padre no había
entrado, entre aquellos que la conformaron. Anakin Skywalker había resultado muerto meses después de
la revelación de su verdadera identidad. Pero con Leia, Luke había encontrado a su verdadera hermana;
luego su amigo Han Solo se había convertido en su cuñado. Sus hijos, Jacen, Jaina y Anakin Solo, habían
sido los siguientes. Luego la relación de Luke con Mara, la cual había evolucionado de un odio asesino
por su parte, al amor entre ambos -el amor, y una unión, expresada a través de la Fuerza, que difuminaba
los márgenes entre ellos, entre sus pensamientos y esperanzas- culminando en su matrimonio. Finalmente
había llegado Ben, nació hace unos pocos meses, y la familia de Luke había alcanzado su octavo
miembro, todo llamando a Coruscant su hogar.
Ahora "hogar" era un campo de batalla conquistado. Su familia, reunida después de tanto sacrificio y
esfuerzo durante tanto años, estaba dispersada. El joven Anakin Solo estaba muerte, y todas las
esperanzas que Luke había depositado en él, habían desaparecido. Jacen estaba desaparecido; la mayoría
tan bien estaba convencida de que había muerto. Jaina no había venido a Borleias; ella estaba sumida en
una búsqueda personal de venganza, y tales cuestiones solían conducir al desastre, al lado oscuro de la
Fuerza, o la muerte... o a las tres. Han se recuperaba de una herida en una base secreta Jedi, y Leia estaba
junto a él. Los únicos a los que podía ver cada día eran Mara y Ben, y los tres vivían rodeados de
enemigos.
Cada vez que esta realidad se le hacía presente a Luke, él la apartaba suavemente de sus pensamientos
conscientes y meditaba, enfocándose en su propósito, sus tareas, y en aquellos a quien amaba. Pero estas
técnicas Jedi, simplemente apartaban por un tiempo sus preocupaciones. Estas persistían, esperando
pacientemente en atraer su atención y erosionar su confianza. Ellas eran los Yuuzhan Vong de su propia
mente.
Luke se encontró rodeado por un follaje selvático y pensó por un instante que estaba de patrulla por las
junglas de Borleias. Pero casi al instante se dio cuenta, de que aquí el aire era más húmedo que en
Borleias, y los tipos de plantas y árboles que le rodeaban no eran los propios de este mundo. Aquí, los
árboles eran más oscuros, más grandes, sus ramas inclinándose, mientras piscinas opacas de agua terrosa,
ocultaban los movimientos furtivos de sus ocupantes.
Dagobah. Este era el mundo, donde él había entrenado con Yoda, casi hace una vida. De manera que
esto era un sueño. Agitó su cabeza. No, en un sueño, normalmente él no se encontraba tan lúcido. Era un
visión, más aún, una visión a través de la Fuerza.
Se volvió y quedó de cara a la abertura de la cueva. Estando allí, él se había enfrentado a una visión de
Darth Vader -de si mismo con la vestimenta distintiva de Vader-. Ahora, no había ningún Yoda para
advertirle contra tomar las armas en este lugar de maldad y confrontación, y Luke sintió tristeza de que
esta visión no le concediera el breve y momentáneo placer de ver a su viejo Maestro, en el contexto donde
su presencia era la apropiada.
Luke se encontró con que iba vestido de negro. Su espada láser colgaba de su cinturón. Se lo quitó y lo
depositó en el recodo de la rama de un árbol, y entró a la cueva.
En su interior, sólo encontró oscuridad y silencio. Pero él sabía que allí había algo, a unos pocos
metros de él, una presencia oscura. No podía verla ni oírla, pero podía sentirla con la Fuerza. Caminó
hacia ella y percibió como se desplazaba lateralmente, rodeándole.
Luego está le rozo al pasar junto a él, un contacto que le provoco náuseas, Entonces cepilló más allá de
él, un contacto que lo enfermó, despertando de nuevo el odio más grande de su vida -por Darth Vader, por
el Emperador, por si mismo cuando el tropezado y había estado a punto de deslizarse por el lado oscuro y
dejó la cueva. Luke siguió.
Él emergió al interior de una luz reluciente que había visto afuera hace un momento, y ahora él estaba
rodeado por edificios elevados, construidos tan altos que el cielo era visible solamente como una tenue
rendija de luz. A su alrededor, superficies de duracemento, aerodeslizadores estrellados, y gigantescos
bloques de ruinas irreconocibles, que estaban cubiertos con algas verduzcas y hierbas agitadas por el
viento de un color verde más pálido. A sus pies, un cuerpo humano estaba cubierto por la misma
sustancia.
La oscuridad que a la que él había seguido estaba delante suyo, a lo lejos, por debajo de la estrecha
abertura entre los rascacielos, aún invisibles al ojo desnudo, pero nauseabundamente tangible dentro de la
Fuerza.
Esta giraba y daba vueltas igual que un tornado. Aumentando de tamaño hasta que rozó contra los
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edificios a ambos lados. Las algas y hierbas que estaban allí, cambiaron cuando fueron tocados,
convirtiéndose de repente en grandes frutos deformados, tan negruzcos y lisos como aceite viejo.
Entonces cada superficie a la vista se vio cubierta con dichos frutos, y mientras él observaba, estas
empezaron a caer desde sus tallos. Golpearon contra el suelo y luego se esforzaron por ponerse sobre sus
recientemente desarrollados pies, caminando en todas direcciones con la torpeza propia de recién nacidos.
Y cada uno de ellos estaba lleno con la miseria y la ansiedad propia del lado oscuro que se esparcía por
entre las ruinas.
Uno abrió una especie de boca y soltó un penetrante lamento. Luego otro, y un tercero. De repente el
aire se llenó de sus lamentos.
Una mano agarró el hombro de Luke. Él abrió sus ojos. Mara estaba agitándolo; su cara estaba pálida.
El aire aún estaba lleno de gritos, pero eran los de Ben, y Mara sostenía apartado al bebé, como si
estuviera protegiéndole de Luke. "¿Qué pasa?" preguntó.
"Una visión." Luke tomó su respiración bajo control y se encontró con que una parte de la visión aún
persistía; la maléfica energía del lado oscuro aún seguía rodeándole. Ben, tan sensible a la Fuerza como
solamente el hijo de dos Jedi eminentes podría ser; soltó un lamento de protesta. "Hay algo diabólico en
Coruscant. Algo tremendamente diabólico perteneciente al lado oscuro."
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Ocupación de Borleias, Día 5.
El holograma mostraba una vista familiar: la visión de día de los rascacielos de una parte de Coruscant.
Los enormes edificios altísimos y las moteadas nubes anaranjadas en el cielo tan distintivas de ese
mundo, aunque había tan innumerablemente diferentes vistas planetarias iguales a esta, que nadie
presente podía identificar con precisión la porción de Coruscant que estaba siendo mostrada.
Las cosas, sin embargo, eran diferentes. Los rascacielos más alejados parecían ser una especie de
alfombra verdosa, y la razón de por qué era evidente en los edificios más cercanos: estaban cubiertos con
una sustancia que parecían algas. De las algas sobresalían cosas que se parecían a hierbas, ramas de
árboles, hongos con una especie de corona en forma de paraguas. De más cerca, sus colores eran
diferentes; solamente en la distancia se asemejaban a estar juntos en una especie de borrón de un solo
color.
Luke encontró el holograma turbador. Las algas y las hierbas eran idénticas a aquellas de su visión.
En la oscurecida sala de conferencias, un hombre se situó junto al holoproyector. Bajo la luz lanzada
por la proyección de Coruscant, su rostros estaba iluminado, el verde de las algas le daba algo de color a
su piel pálida, pelo blanco, mostacho y barba, dándole un aspecto no humano. Era un tanto delgado para
su edad, aunque no hasta el punto de estar demacrado. Sus vestimentas eran negras y le cubrían todo
excepto su cabeza y manos, dejando a los espectadores con la impresión de que esas partes de su cuerpo
estaban flotando libremente en la sala.
Pero ésta no era una imagen misteriosa. Muchos de los presentes habían visto su cara durante años.
Wolam Tser era un historiador político, cuyos holodocumentales habían catalogado cada una de las fases
del desarrollo de la Nueva República, desde cuando no era nada más que una malamente consolidad y
caóticamente desorganizada Alianza Rebelde.
"Yo he detenido la imagen aquí durante un momento." Wolam dijo, su voz envolvente y acento de
clase alta, muy familiar para aquellos que estaban en la sala, "para que ustedes puedan ver lo que está
ocurriendo en la superficie de Coruscant. Algunas partes del planeta han comenzado a ser moldeadas.
Esos cultivos cubren gran parte de la superficie del planeta. Se extienden con increíble rapidez; todo lo
que ven en esta imagen era duracemento desnudo el día antes de que esto se grabara. El material verde
oscuro, algún tipo de espuma viviente, segrega ácidos que desintegran la composición química del
duracemento. Los hongos, sospecho, están relacionados con los hongos explosivos que vimos en Yavin
Cuatro; cuando son golpeados, estallan. La vegetación de aspecto más robusto envía a profundos conjunto
de raíces al interior de la superficie situada por debajo de ellas. Para abreviar, ellos están destruyendo
rápidamente las edificaciones sobre la superficie de Coruscant -y, por supuesto, ya sabemos que las
construcciones cubren casi cada centímetro cuadrado de la superficie del planeta-. El aire, aunque la
imagen no lo sugiera, es increíblemente nocivo, y la población restante está asentándose en los niveles
inferiores de la ciudad, agrupándose cerca de los limpiadores de aire que les proporcionan casi una
atmósfera respirable."
Luke preguntó, "¿Qué pasa sobre las incursiones de los Yuuzhan Vong?"
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Wolam miro en su dirección, entrecerrando los ojos en un fútil esfuerzo por ver a través de las
sombras. "¿Esa voz pertenece al Maestro Skywalker, no es así?"
"Lo es."
"Los Yuuzhan Vong de hecho están realizando incursiones en los niveles más bajos. Algunas parecen
tener objetivos, tales como la destrucción de los limpiadores de aire, mientras que otras no parecen ser
más que simples incursiones de caza. Pero los más espantosos de sus ataques no son las incursiones; estas
ocurren cuando los Yuuzhan Vong abandonan un área. La evacuan por completo hasta una distancia de
muchos kilómetros. Y entonces ocurre esto." Wolam planteó un pequeño dispositivo de mano y oprimió
uno de sus botones.
La imagen congelada de repente cobró vida de nuevo, aunque nada cambió más que el movimiento de
crecimiento de la vegetación moldeadora de planetas agitándose al viento y una breve llamarada de un
relámpago en una de las nubes.
Entonces algo cambió. Un trozo de esa nube se puso más brillante. Algo hizo erupción en su interior,
un pequeño punto ardiente se abrió paso, dejando una estela mientras descendía en ángulo hacia la
superficie del planeta.
El punto desapareció por detrás de unos edificios en la distancia. Hubo un momento en nada ocurrió,
salvo la dispersión de la estela humeante del punto ardiente en lo alto de la atmósfera.
Una llamarada de luz procedente del punto del impacto en la distancia, sobrecargo brevemente la
habilidad de grabar de la holocámara; la imagen se quemó ante un brillo excesivo. Luego volvió.
Los edificios aún seguían en pie en el primer plano y en la lejanía, pero ahora había algo detrás de
ellos: una alta columna de humo que se extendía hacía arriba y cuya parte superior, tenía una forma que
recordaba a la parte superior de muchas setas y hongos.
Y algo estaba avanzando hacia la holocámara, una onda de choque. Cerca de la columna de humo, los
edificios se oscurecían y desaparecían. La onda de destrucción, una especie de semicírculo, avanzó a los
largo de varios kilómetros más rápidamente de lo que podría hacerlo volando un caza estelar, erradicando
cada estructura que se encontraba en su camino. Mientras el borde de la onda expansiva se iba acercando
al punto desde donde estaba grabando la holocámara, Luke pudo oír a la gente que presenciaba la
grabación, contener la respiración y echarse hacia atrás como si quisieran poner más distancia entre ellos
y la onda de choque.
La imagen de Coruscant se agitó, se marchitó, quedándose a oscuras.
Alguien encendí las luces de la sala, y una vez más se convirtió en una cómoda sala de reuniones, en
lugar de un sitio de visión de muerte.
Wolam se quedó de pie cerca de la cabecera de la mesa, a la izquierda de Wedge; era él único que
permanecía de pie. "Este evento casi le cuesta la vida a mi operador de holocámara. Tarn." Señaló hacia
un hombre situado en la parte trasera de la sala; el tipo, joven y voluminoso, de aspecto un tanto
desgarbado sentado en una silla de tamaño normal, le devolvió el saludo. "Tarn permaneció inconsciente
durante dos días, antes de encontrar la manera de regresar hasta mí, y después estuvo varios días enfermo,
porque había respirado una buena porción de la atmósfera tóxica. Él aún sigue padeciendo los efectos."
Wedge preguntó. "¿Qué clase de armas usaron ellos para lograr ese resultado?"
Wolam le dedicó una leve sonrisa. "Una de las nuestras. Esa era una Plataforma Defensiva Golan.
Hasta hace unos días, servía para defender Coruscant contra los Yuuzhan Vong. Luego, después de ser
destruida, fue sacada de órbita y obligada a descender sobre la superficie del planeta. No puedo estimar..."
Se detuvo, y no hubo el menor gesto en su rostro de cual había sido la razón que le había hecho dudar,
pero Luke sintió una súbita llamarada de dolor procedente del hombre. "NO puedo estimar cuántos
murieron cuanto la plataforma impactó. Millones, decenas de millones, centenares de millones. Esa zona
del impacto era un paraje situado a unos cientos de kilómetros al sudoeste del Palacio Imperial. Ellos
están echando abajo más satélites y ganchos espaciales, uno detrás de otro. Y dado que sólo unos pocos
millones de los ciudadanos de Coruscant pudieron encontrar pasajes para salir del planeta, la inmensa
mayoría está en peligro -a corto plazo, por la caída de satélites, y a largo plazo por la transformación y
moldeado del planeta."
"Nosotros apreciamos la información que usted nos ha traído," Wedge comentó. "y las muestras que
usted nos ha dado, ya han sido entregadas a nuestro equipo de científicos especializados en la tecnología
de los Yuuzhan Vong." Consultó el datapad delante suyo. "Vuestro trasbordador dañado, ¿fue el mismo
que utilizasteis durante vuestra salida de Coruscant?"
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Wolam asintió. "Una de las razones por la que tardé unos días en partir, fue que algunos de nosotros
decidimos hacer juntos una salida en masa. La idea era que, dado que resultaría inevitable que sus cazas
estelares vivientes fueran detrás de nosotros, algunos de nosotros podríamos sobrevivir donde uno sólo no
lo habría hecho." Tenía un aspecto mortecino. "La mía fue una de las pocas que lo consiguió."
"Los daños de su nave están siendo reparados. Su transbordador estará listo en uno o dos días.
Podremos mandarlo con el próximo grupo de salida de refugiados; ustedes tendrán cazas estelares para
escoltar su viaje."
Wolan miró a su alrededor. Luke vio su mirada detenerse, por algunos breves instantes, en varias de
las caras de los presentes en la reunión, incluso en la del propio Luke. Luego Wolam centró den nuevo su
atención en Wedge. "Si pudiera, me gustaría quedarme. Soy un historiador. Y es aquí donde la historia se
está haciendo. Nosotros no malgastaremos prácticamente nada de sus recursos. Tenemos alojamientos a
bordo de mi transbordador."
"Muy bien." Wedge se puso de pie. "Vale, es hora de volver al trabajo. Siento que hoy sean todas
malas noticias, pero nosotros necesitamos estar al día en todo momento."
En su camino hacia la puerta, Tarn aceptó felicitaciones de muchos de aquellos que habían estado
presentes -felicitaciones por traces una información tan valiosa, felicitaciones por sobrevivir-. Él saludó
con la cabeza y trago saliva, incómodo por estar entre tantas personas -por estar entre tanta gente famosa-
y se movió tan rápidamente como le fue posible. Su tamaño, porque era lo bastante algo para que su pelo
rozara contra la parte superior de la jamba de la puerta y tan voluminoso como para provocar una sonrisa
en el rostro del propietario de un equipo de pelota choque, actuó contra él, como usualmente lo hacía; de
manera que rozó las patas de las sillas con sus pies e inadvertidamente apartó a algunas personas de su
camino mientras se dirigía tambaleándose hacia la puerta. Al poco esta fuera, en el pasillo, donde al
menos el tráfico de gente se movía en la dirección a donde él quería ir, y unos instantes más tarde estaba
fuera, respirando agradecido el aire cálido y húmedo de Borleias.
"¿No le gustan mucho las muchedumbres, eh?" el locutor -mujer y joven- se había situado junto a él,
mientras se recuperaba.
Él la echó una mirada y de nuevo se le revolvió el estómago. Ella tenía razón. Las muchedumbres eran
malas. Pero las hembras atractivas tampoco le ayudaban mucho. Ellas, también, hacían que las palabras se
le apelotonaran en su garganta y que su corazón latiera como un martillo pilón. Esta era delgada, su pelo
una cascada de rizos rubios estaba ahora atada detrás en un trenza. Sus ojos eran de un azul vivo, sus
rasgos del tipo que relucían y destacaban en cualquier habitación en la que entrara su poseedora.
Tarn se tomó un momento para recordar lo que ella había dicho. Acertó a mostrar una sonrisa, que
esperaba, sugiriera que él estaba a gusto. "Eso es cierto. Yo soy un operador de campo de holocámara, no
un chico de ciudad. Él manejó una sonrisa que, él esperó, sugirió él era a gusto. "Eso es correcto. Yo soy
operador de holocámara de campo, no un muchacho de la ciudad. Cómo siempre dejé que Wolam me
confundiera de volver a Coruscant con él, ciertamente me tiene desconcertado, aún no lo comprendo."
"Sospecho que él es de los más persuasivo."
"Lo es." Tarn pensó furiosamente, intentando recordar lo que las personas normales hacían en estas
situaciones, entonces extendió su mano. "Tarn Elgrin."
Ella la estrechó. "Danni Quee."
"Claro, conozco su nombre. Usted es casi famosa." Entonces puso mala cara. "Eso ha sonado
estúpido."
Su sonrisa le indicó que ella parecía más divertida que ofendida. "Escucha, Tarn, tengo una petición
para usted. ¿Tienes algunas grabaciones que Wolan Tser no nos haya mostrado allá? ¿Alguna otra
grabación de los Yuuzhan Vong?"
"Yo..." Sintió el asalto de un dolor de cabeza pero lo ignoró. No le habían dicho que no pudiera
compartir sus grabaciones. Wolam Tser podría sentirse preocupado sobre esto, pero dado el momento, en
estos tiempos de guerra, cuando era vital compartir información con las partes apropiadas, que
probablemente no le importaría. "Las tengo. Tengo algunas grabaciones de una partida de caza de los
Yuuzhan Vong. En los niveles medios de Coruscant. Estaba con algunas personas. Después tuve que
dejar de grabar y salir corriendo a toda prisa, conseguí alcanzar la parte delantera del grupo, mientras que
los Yuuzhan Vong caían sobre los que se quedaban atrás." Luego se encogió de hombros. "Así fue como
logré escapar." Rebuscó dentro de la bolsa que siempre llevaba con él, aquella en que él llevaba su
holocámara, su holocámara en miniatura de reserva, sus grabaciones, y sus tarjetas en blanco. Encontró la
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grabación que estaba buscando y apretó la tarjeta de datos en su mano. "Es está. Me gustaría que me la
devolvieras."
"La copiaré y se la devolveré enseguida. Hoy mismo, incluso."
"Gracias."
"Me alegró de haberte conocido." Ella le dedicó una sonrisa y luego se dirigió de vuelta al interior del
edificio.
"Igualmente". Finalmente fue capaz de conseguir controlar los latidos de su corazón. Tarn se levantó y
se alejó del edificio, hacia la zona muerta.
A unos quinientos metros de la parte frontal de la edificación, la quemada área exterior que una vez
había sido jungla selvática, estaba ahora densamente ocupada por vehículos y naves; dos grandes bahías
de atraque estaban bajo construcción, vertiéndose duracemento, siendo levantadas paredes metálicas
prefabricadas. Todo a su alrededor eran transbordadores y cazas estelares, deslizadores y hidrofoils,
transportes y un gran carguero con extensos daños en su proa.
Tarn sacó su holocámara y le llevó unos pocos minutos grabar la escena. Algún día, si la Nueva
República sobrevivía, la gente quería saber como se habían desarrollado estos eventos.
El dolor de cabeza creció en intensidad tan repentinamente, que sintió como si le hubieran clavado un
puñal en la cabeza. Gritó, se sujetó la cabeza, y luchó por no derrumbarse.
Él sabía por qué había vuelto el dolor de cabeza. Era porque él no estaba obedeciendo. Sus
instrucciones estaban claras. Dejó caer de nuevo su holocámara al interior de su bolsa.
Tarn se abrió paso por entre las naves, situadas en la zona muerta para alcanzar su -bueno, realmente
de Wolan- transbordador.
Por supuesto, era un transbordador en funciones, no un transbordador especialmente diseñado para esa
función. Había empezado su carrera como una cañonera, clase Skypray construida en Sienar, una
cañonera imperial para cuatro personas. Una cosa de aspecto desgarbado, que tenía una proa que parecía
un conglomerado de bártulos excéntricos, la parte más estrecha apuntaba hacia arriba y ensanchada por
un par de alas estabilizadoras, orientadas hacia abajo y en ángulo agudo. La proa estaba sujeta a una popa
que era poco más que un eje enorme. Montadas en el eje estaban las aletas estabilizadoras, alas aplastadas
hacia adelante, pudiendo rotar horizontalmente para el aterrizaje o verticalmente para la estabilización en
vuelo atmosférico.
Cuando había sido una máquina de guerra, había estado fuertemente armada. Pero de eso hace años,
después de que Wolan Tser lo hubiera robado, cuando escapó con grabaciones de las actividades de
construcción de bases imperiales, que el Imperio no quería que estuvieran en sus manos, había
comenzado a modificar la nave. Los tubos de torpedos de protones y misiles de conmoción habían sido
quitados, para darle a la nave mayor capacidad de carga y más habitabilidad. La torreta del cañón láser en
la parte superior había sido reemplazada con una cúpula de transparacero, abriendo una cabina más de
pasajeros y ofreciendo a quienes estaban debajo, otra visión de las estrellas. Los controles habían sido
simplificados, haciendo que la tripulación óptima fuera de dos personas en lugar de cuatro.
Detrás de la cabina de mando, los cuartos que habían sido necesarios para apilar los misiles, se habían
convertido ahora en dos pequeñas cabinas, una para Wolam y la otra para su operador de holocámara.
Tarn mostró una falsa sonrisa y saludó a los mecánicos que ahora estaban soldando placas de metal
sobre los agujeros de las alas, reparando los daños que se provocaron cuando una de las naves que les
acompañaban en su fuga había explotado bajo el fuego de un caza coralita. Ascendió por el ala del lado
de proa hacia la compuerta principal y entró, sus movimientos eran apresurados. Sólo si se daba prisa,
podría mantener a raya al dolor de cabeza.
No se detuvo cuando entró a la cabina de mando, sino que se dirigió hacia el pasadizo de popa. En dos
pasos estuvo delante de la puerta de su estrecha cabina. Entró apresuradamente -deprisa, deprisa- y selló
la puerta por detrás suyo.
Levantó el colchón de su litera para dejar al descubierto el compartimiento de almacenaje de debajo.
Dentro estaba un gran trozo de roca esférica y aspecto rugoso. "Un recuerdo de Corellia," le explicó a
Wolam.
Por supuesto, él había mentido. Había tenido que hacerlo.
Puso la piedra, la cual era más ligera de lo que debería ser, sobre su litera y golpeó tres vece en su
superficie. Unos segundos más tarde, la golpeó de nuevo, dos veces.
La piedra se rajó a lo largo de una invisible costura en su parte central. Se abrió igual que un bivalvo
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oceánico, pero el lugar de dejar al descubierto dos revestimientos de carne y quizás un perla, únicamente
mostró una amorfa masa grumosa de cierto material en el fondo.
Su estómago se le revolvió ante la idea de tener que tocarlo de nuevo, Tarn extendió la mano y
encontró una leve protuberancia en la parte superior de la masa. La acarició, sintiendo que la cosa
viviente reaccionaba ante su toque. Recogió de nuevo su mano y se la limpió en sus pantalones, aunque
no había ningún residuo en sus dedos de la cosa suave.
Instantes después, el material grumoso se ensanchó y asumió la forma aproximada de una cabeza
humana. Tarn no creyó que fuera la cabeza de una hembra Yuuzhan Vong; la frente era demasiado
pronunciada, los rasgos no presentaban ninguna irregularidad por mutilación.
El villip le miró con la cara de su controlador. "Informa," dijo, con su habla sin el menor acento.
Tarn sintió como el dolor de cabeza desaparecía hasta quedar casi en nada, pero los retortijones de su
estómago, lo tumultuoso de sus emociones, le impidieron sentir la sensación de alivio que esto debiera
haber significado. "Nosotros estamos en Borleias," comenzó.
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Ocupación de Borleias, Día 6.
Hubo un golpe seco en la puerta. Wedge sufrió una sacudida, irguiéndose, se le abrieron los ojos, su
mente momentáneamente nublada sobre donde estaba, o lo que debía estar haciendo.
Aún seguía en su oficina, en su silla, pero se había quedado dormido. Una cosa que él no podía
permitirse el lujo de hacer. Cada instante que no se esforzara, mucha gente podía estar muriendo.
Se frotó sus ojos adormilados y se giró hacia la puerta. "Entre."
La puerta se deslizó y desapareció, pero no había nada en el pasillo de más allá. Luego su visitante se
dejó ver, asomándose por un lado de la jamba de la puerta.
El hombre era de media altura, calvo con la cabeza afeitada, Wedge lo sabía, mejor así que
prematuramente calvo. Su bigote y perilla muy recortados y negros, dándole una apariencia siniestra, pero
su sonrisa, toda alegría sazonada con algo de humor perverso, disipaba cualquier sentimiento de temor.
Era elegante y bien parecido, de una manera que solamente las celebridades y unos extraordinariamente
escasos hombres de negocios de éxito y delincuentes afamados podían serlo para el sexo contrario.
Wedge se levantó. "¡Rostro! Temí que te hubieras perdido después de los Coruscant. Entra."
Garik "Rostro" Loran, líder del equipo encubierto de inteligencia conocido como los 'Wraiths', negó
con la cabeza. "Luego. Pero ahora, estoy aquí para entregarte un paquete."
"Qué paquete..."
Ella rodeó a 'Rostro', entrando a la oficina después de una breve carrera. Era alta, -aunque estando
Wedge un poco por encima de la media, lo que hacía que ambos tuvieran prácticamente la misma altura-,
y delgada, con una melena rubia oscura que ahora estaba, ligera pero atractivamente, cubierta con hebras
grisáceas. En su juventud, ella había sido una belleza extraordinaria; ahora, para la percepción de Wedge,
las arrugas por la risa y la preocupación, no hacían sino acentuar más que disminuir dicha belleza.
De repente él estaba en el otro lado del escritorio -corriendo o dando brincos, él no podía recordarlo
muy bien- y dejándose envolver por sus brazos. "Iella..."
Hubo el ruido de dos voces más a considerar, gritando "¡Papá!" Wedge soltó a su esposa, se agachó y
agarró, levantándolos a sus hijos de ojos azules y melena rubia, quienes mágicamente habían aparecido a
ambos lados de Iella; ahora él estaba de pie con una en cada brazo, Syal en el izquierdo y Myri en el
derecho.
Unos días antes, cuando fue a recogerlos a los dos de sus habitaciones en Coruscant, se había quejado
de que ellos ya eran demasiado grandes, demasiado pesados para que él los pudiera alzar. Ahora, con sus
brazos alrededor de su cuello, apenas si notaba su peso.
Hasta hace un momento, él no había tenido nada, excepto una misión. Ahora él, de nuevo, tenía un
futuro, un futuro que le ayudaría a aguantar, un futuro que podía tocar, oír y oler. Wedge miró hacia
'Rostro', pero el líder de los Wraiths había, apropiadamente, desaparecido mientras él tenía su atención en
otro lado, y la puerta se deslizaba, cerrándose, en el lugar donde él había estado.
Ellos permanecían tumbados a oscuras en las habitaciones de Wedge. La luz de la luna se
desparramaba a través del ventanal de transparacero azul turquesa, lanzando por todas partes -cama,
paredes, piel- unas sombras azuladas.
"No es lo mismo que observar como tu hogar agoniza," dijo Iella. Su voz sonaba meditabunda. Ella
miraba a través del techo teñido de azul, como si mirando lo que había más allá, mirando todo el camino
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de vuelta a Coruscant. "No es igual que si ellos hubieran descendido sobre Corellia. Pero ver como las
plataformas orbitales son derribadas sobre la ciudad, sabiendo que millones están muriendo con cada
impacto, sabiendo que los pocos que están logrando alcanzar el espacio en naves privadas y dejando atrás
sus hogares de toda la vida, son los que se pueden considerar afortunados... Coruscant está agonizando.
Wedge, yo no sé como puedo describirte la miseria de una cosa así."
"No tienes porque hacerlo," dijo él. "Se lo que es que tener que dejar atrás algo que quieres. Tener que
decirse a uno mismo, 'No puedo encontrarlos, no puedo ayudarlos, tengo que mantener viva a la gente que
tengo aquí.'"
Ella se giró hacia él, sonriéndole. "¿Acaso no confiabas en mi, para conseguir que nosotros
siguiéramos vivos?"
"Sí. Pero la confianza no impide que la preocupación te vaya carcomiendo por dentro."
Ella lo besó, dejando reposar su cabeza sobre su hombro. "¿Y ahora que hacemos?"
"Bien, tú acabas de ser promovida a jefa de Inteligencia para mi operativo aquí, lo cual deja libre a
Mara para que haga sufrir a los Vong con su propio e inimitable estilo. Voy a necesitar filtrar cierta
información a nuestra gente y ver si los Yuuzhan Vong actúan de acuerdo a esta -si nosotros tenemos
algún traidor entre nosotros, quiero que sean encontrados lo más rápidamente posible, bien para usarlos
para nuestro propio beneficio o eliminarlos como posible amenaza."
"¿Eso es para hacerlo aquí o en alguna otra situación?"
"Aquí". Y él le contó la reunión con el Consejo Asesor.
Ella estuvo callada durante un largo rato, mientras pensaba en lo que él acaba de decirla. "Wedge,
estás haciendo justo lo que nunca te gusta hacer. Luchar en dos frentes. Los Yuuzhan Vong por un lado y
el Consejo Asesor por el otro."
Wedge sonrió. "El Consejo Asesor aún no sabe que nosotros estamos en guerra con ellos."
"Ellos saben que están en guerra con nosotros; lo que ellos no se imaginan es que nosotros lo sabemos.
Pero ellos pueden figurárselo más rápidamente de lo que tú te imaginas. Incluso sin Borsk para liderarlos,
ellos tienen que un montón de políticos astutos. Por lo que los supuestos espías por parte de los Yuuzhan
Vong no son los únicos espías de los que tienes que preocuparte. Uno de mis principales tareas va ser
filtrar información y ver como responden nuestros supuestos aliados a esos datos... de manera que
nosotros podamos usarlos en nuestro propio beneficio o eliminarlos como posible amenaza."
"Yo sabía que te estaba aguardando tu llegada por alguna razón."
"Por lo menos por dos razones."
"No me hagas cosquillas."

Capítulo 05.
Nave-Mundo Yuuzhan Vong, Órbita de Coruscant.
El villip miró fijamente a Viqi Shesh con la cara de un varón humano, de huesos grandes, el ángulo de
su cabeza sugería miedo y dolor. "No estoy en posición de averiguar ningún secreto," protestó el villip.
"Sólo sigo a todos lados a Wolan Tser, grabando sus comentarios y entrevistas."
Viqi dejó que su voz fluyera suavemente. Esperaba que sus tonos y matices de voz fueran transmitidos
por el villip. Era una voz que excitaba a los hombres, haciendo que ellos suspiraban por ella, y la
sensación de que el deseo por ella atormentaría en gran manera a este hombre, le resulto en gran manera
placentera y satisfactoria. "Debes encontrar a Danni Quee. Hazte su amigo. Su amante, si eras capaz de
eso. Convéncela para que te convierta en su confidente. Ofrécete como voluntario para trabajos
adicionales cuando Tser no tenga necesidad de ti. ¿Tú eres capaz de realizar reparaciones electrónicas
simples, no es así?"
La voz de Tarn sonó dolida. "Sí."
"Consigue una trabajo que consista en eso. Coloca grabadores o transmisores en dispositivos que
vayan a ser colocados en lugares críticos. Iella Wessiri es lo bastante buena para encontrar cualquier cosa
que tú puedas plantar, de manera que no intentes recavar la información que esos dispositivos te puedan
conseguir; en lugar de eso, deja algunos elementos de esos objetos en donde las sospechas puedan recaer
en personas de su estructura de mando, gente en la que Antilles y Skywalker todavía no confíen por
completo en ellas. Provoca paranoia. ¿Lo has entendido?"
"Lo he entendido."
"Demuéstralo, estúpido," Viqi acarició el villip y este se contrajo, cortando la comunicación.
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Ella suspiró y se estiró. La piel de su espalda, todavía en proceso de curación, emitió una dolorosa
punzada, pero ella no dejo que el menor gesto de dolor se reflejara en su rostro. Luego se dio la vuelta,
sobre la materia viviente, parecida a una masa informe, que la servía de silla y se adaptaba por si sola
según sus movimientos, para enfrentarse a su propio controlador.
Iba vestido con el manto de tela viviente de un guerrero, con bastón viviente en su mano. Su nariz
había sido aplastada por completo, una mutilación extrañamente simétrica para un Yuuzhan Vong, y parte
de su labio superior derecho había desaparecido, dejando al descubierto los dientes de debajo. Su piel
estaba decorada extensamente con tatuajes.
Pero su mutilación más prolongada era una simple cicatriz arrugada. En la mayoría de los sitios era de
un rojo intenso, aunque algunas zonas pasaban a un marrón rojizo, destacando sobremanera por todas las
zonas por donde transcurría contra el resto de su piel. Dicha cicatriz comenzaba en la parte superior de su
cabeza calva, descendía por su mejilla derecha hasta su barbilla, para ascender por la otra mejilla, para
luego extenderse de nuevo hacia abajo, justo antes de llegar a su ojo izquierdo. Continuaba descendiendo
por su cuello y serpenteaba de un lado a otro de su pecho antes de desaparecer por debajo de los correajes
de su prenda. Para emerger nuevamente en su muslo derecho, finalizando en un circuló alrededor de su
rodilla. Debía estar entre sus más tempranas mutilaciones decorativas, ya que sus tatuajes la bordeaban,
pero la pasaban por encima.
Su nombre era Denua Ku, y Viqi sabía por las pocas palabras que había intercambiado con él, que no
tenía el menor conocimiento de operaciones de inteligencia, espionaje o contraespionaje. Estaba aquí
simplemente para vigilarla, no para ayudarla en su misión. Le dedicó una sonrisa que era todo desprecio y
burla. "Todo hecho," dijo.
"Entonces usted regresará a sus aposentos," Su voz sugería un desprecio mutuo, incluso a través del
tizowyrm, traductor orgánico de los Yuuzhan Vong, implantado en su oreja.
"Me pongo mala en mis aposentos. Pasó poco más de media hora de tiempo útil de todo un día de
trabajo, dando instrucciones y controlando al idiota de esta operación de infiltración y luego paso el resto
de mi tiempo en unas cámaras que huelen igual de más que las tripas de un bantha a medio cocinar.
Quiero tener algo que hacer."
Denua Ku no dijo nada. Viqi lo tomó como una buena señal. Si él hubiera tenido órdenes estrictas de
retenerla en sus aposentos, inmediatamente la habría ordenado que fueran hacia allí. Pero él no iba a hacer
nada por pensar en cualquier clase de distracción para ella; tendría que ser ella la que encontrara su propia
diversión.
Ella sabía que ellos nunca aceptarían una tarea de entretenimiento que la llevara cerca de una nave
espacial o de los conocimientos de pilotaje, de manera que ella tendría que encontrar algo que la
permitiera ir a otras zonas de la nave-mundo, lugares en los que ella pudiera encontrarse con otros
Yuuzhan Vong -o incluso con algunos de sus otros prisioneros-.
"Yo quiero aprender cómo hacen crecer a los cazas coralitas, edificios y armaduras. Supongo que
necesitaré alguna habilidad o conocimiento, para cuando los Yuuzhan Vong hayan subyugado a todos los
habitantes de esta galaxia y no necesiten ya una división de inteligencia." Denua Ku no contestó, por lo
que ella añadió. "Lleve mis demandas al maestro de la guerra. Sospecho que él dará su aprobación."
Era la hora de los 'comedores de carroña, o al menos así lo denominaba Tsavong Lah, la hora en que él
concedía audiencia a visitantes para que presentaran ante él una diversas variedad de peticiones, y
resolviera alguna disputa, la hora en la cual él se encargaba de liberar y sanar de pequeñas dificultades a
sus visitante, para que estas no aumentaran como la carroña. Aunque como era usual él tenía su
pensamiento lejos de esta nimiedades, ocupados en asuntos de más importancia, como su problema con su
nuevo brazo.
El guerrero Denua Ku vino ante él con la demanda de Viqi Shesh. Tsavong Lah lo autorizó. La mujer
humana nunca abandonaría sus manipuladoras formas para aprender una tarea productiva, pero bueno, ya
vería la manera de hacerla cambiar de idea o sería sacrificada.
A continuación entró en la pequeña cámara de recepciones Maal Lah, su pariente y uno de sus mejores
consejeros militares. Los rasgos de Maal Lah eran sorprendentemente regulares, la línea de su mandíbula
sin romper, pero su rostros estaba meticulosamente decorado con remolinos azules y rojos.
"¿Sí, mi sirviente?" El maestro de la guerra preguntó.
"Me he enterado de una cosa curiosa," Maal Lah dijo. "La flota infiel que tomó Borleias aún no ha
empezado su retirada. Y los guerreros supervivientes del Dominio Kraal reportan que los útiles-
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herramientas están excavando, como si se estuvieran preparando para sufrir un asedio."
"Eso tiene poco sentido desde un punto de vista militar," dijo el maestro de la guerra. "Ellos no pueden
esperar poder mantener el planeta. Ni tampoco pueden esperar que vayan a recibir refuerzos." Consideró
el asunto. "Envía a la flota de Wyrpuuk Cha a que los aplaste. El Dominio Kraal desprecia al Dominio
Cha; tener que admitir que están en deuda con los Cha, será un castigo adicional por no haber mantenido
Borleias, cuando debieron hacerlo."
"Sí, Maestro de la Guerra."
"¿Había algo más?"
“No, Maestro de la Guerra." Maal Lah se retiró.
El siguiente al que recibió en audiencia fue Takhaff Uul, un sacerdote. Altamente posicionado dentro
de la orden de Yun-Yuuzhan, el gran dios de los Yuuzhan Vong, Takhaff Uul era un tanto joven para sus
deberes; otros de su edad en la misma secta eran sacerdotes de bajo jerarquía, sirvientes y ayudantes de
sacerdotes veteranos, mientras que él ya era un más que bien respetado intérprete de los deseos de los
dioses. Sus tatuajes no eran de diseños geométricos o exageraciones de deformidades; los diseños de sus
tatuajes eran del tipo de cuencas de ojos, pequeñas manos con garrar, tentáculos, todo realizado con
detalle realista, todo como si sugiriera que él ya había recibido una docena de transplantes en su corta
vida. Realizó una profunda reverencia ante el maestro de la guerra.
"Habla," Tsavong Lah dijo.
Takhaff Uul se irguió. "Habló fuera de lugar," dijo, "he obviado a mi superior sacerdotal para traer
estaba palabras directamente a vuestro oídos, de manera que vengo preparado para morir su mis palabras
os desagradan."
"Usted siempre debe venir preparado para morir," Tsavong Lah dijo. "No debes intentar predecir
cuando tus palabras no serán de mi agrado, eso es asunto exclusivamente mío."
"Sí, Maestro de la Guerra."
"Que hable tu mente."
"No habla mi mente, sino que expreso la voluntad del Creador, Yun-Yuuzhan. Mis visiones de él en
los sueños de la última noche me condujeron a vuestros pensamientos y a vuestra... desgracia."
Tsavong Lah alzó la mano de su garra radank y estudió sus agarrotados dedos. Con este miembro, él
podría desgarrar la garganta de un guerrero Yuuzhan Vong... asumiendo el miembro no se desgarrara y se
desprendiera de su brazo, al someterla a tan brutal ejercicio. "¿Qué dijo él de mí?"
"Sólo que vuestra manera de proceder en esta guerra le provoco mucho placer al corazón del asesino
Yun-Yammka."
"No veo cómo eso está relacionado con mi brazo."
"Fue lo que no dijo, Maestro de la Guerra. Yo sentí -y esto sólo fue la intuición de un sacerdote- que el
Creador creyó estar un tanto apartado de la gloria que usted está logrando. Que él no está recibiendo su
parte obligada. Por lo qué se siente disgustado."
"¿Y usted percibió que podría corregir esa percepción del Creador?"
"Una dedicación, Maestro de la Guerra. Un regalo. Algo ofrecido exclusivamente a Yun-Yuuzhan. Un
mundo entero consagrado al Creador, a sus sacerdotes y a sus preocupaciones."
"Pero los sacerdotes de Yun-Yuuzhan tienen asilo en todas partes, tanto entre los diferentes dominios,
como en las colonias."
"Sí, Maestro de la Guerra. Sé que usted está en lo cierto. ¿Pero quién puede conocer lo que hay en la
mente de un dios? Yo sólo puedo interpretar los sueño que tengo, y esperar que mi interpretación sea
correcta."
"Lo tomaré en consideración." Con su garra de radank, Tsavong Lah hizo gesto de despedida, y el
joven sacerdote se retiró.
En cuanto el sacerdote se dio la vuelta, Tsavong Lah le hizo un gesto con la cabeza a uno de sus
guardias de confianza, una señal que únicamente el maestro de la guerra y sus guardias personales
comprendían. Este guardia siguió a Takhaff Uul hasta el portal de entrada a la recámara; cuando el
sacerdote hubo desaparecido por el pasillo, el guardia habló en voz bajo con otro guardia, luego retornó a
su posición de pie, detrás del asiento de Tsavong Lah.
El maestro de la guerra se ocupó de otro par de asuntos administrativos. Luego el guardia que había
seguido a Takhaff Uul regresó y se presentó ante el maestro de la guerra:
"¿Bien?"
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"Él fue a las aposentos de Ghithra Dal, el moldeador," el guardia dijo.
Tsavong Lah permaneció pensativo durante un largo rato. Ghithra Dal era el moldeador que había
sujetado su garra radank.
Viqi Shesh podría estar en lo cierto.
Él tendría que averiguarlo.
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Ocupación de Borleias, Día 9.
La flota de Wyrpuuk Cha ralentizó su marcha cuando entró en los límites del sistema Pyria. El distante
sol del sistema era visible a través caparazón de color ambarino que servía al punto de pantalla visora,
pero Wyrpuuk Cha no le prestó la menor atención, concentrándose en cambio en la nube de bichos
resplandecientes que revoloteaban sobre la negra depresión hemisférica situada en la parte posterior de la
sala.
Los insectos, capaces de revolotear en vuelo, volviéndose relucientes u oscureciéndose ante las
órdenes mentales del yammosk de la flota, formaban diseños y formas iluminadas en el interior de esa
oquedad. Un grupo de ellos con forma esférica representaba el sol del sistema. Otros formaban pequeñas
bolas que representaban los plantes del sistema. Un sinfín de ácaros resplandecientes, miembros de una
especie relacionada con los bichos relucientes más grandes, pero demasiados pequeños para verlos a
simple vista pero que emitían un brillo azulado, se arrejuntaban para representar el entrelazado rastro de
senderos iónicos que recorrían el sistema solar, indicando por donde las odiadas naves de metal del
enemigo se habían movido recientemente.
Otros bichos resplandecientes revoloteaban en solitario o formaban pequeños e irregulares parches.
Estos, como ya sabía Wyrpuuk Cha, constituían los grupos de naves enemigas. El conocimiento de su
posición provenía de las transmisiones de villip, por parte de los Yuuzhan Vong refugiados en Borleias y
de las percepciones gravitacionales de los yammosk, pero la información estaba incompleta; elementos de
la flota demasiado cercanos a pozos de gravedad no serían detectados, ni las naves situadas en los puntos
más alejados, o simplemente más allá del propio sistema solar. El enemigo podría tener cientos de naves
posicionadas aquí; por lo que tomaría tiempo y sacrificio, hacer que salieran de sus escondites y luego
destruirlos.
Tiempo que él tenía, y guerreros en gran número dispuestos para hacer ese sacrificio. Dependiendo de
las fuerzas enemigas y de la habilitad de sus comandantes, esto podría convertirse en una dura lucha, pero
Wyrpuuk Cha se creía capaz de apoderarse de este sistema.
La cuestión era si él sería de capaz de tomarlo lo bastante rápidamente, para agradar al Maestro de la
Guerra Tsavong Lah. Él no podía permitirse el luego de malgastar demasiado tiempo o consumir muchos
recursos. Necesitaba, estratégicamente hablando, dejar al descubierto su barriga, incitar a su enemigo a
atacar, y destripar a su oponente mientras dicho oponente tenía sus fuerzas desplegadas, fuera de balance,
fuera de posición. Podía permitirse el lujo de un amago, quizás dos.
"Ellos no han reestablecido plataformas orbitales de escudos alrededor del planeta." Era una voz
femenina. Pertenecía a Kadlah Cha, un analista militar perteneciente a su mismo dominio.
Él evitó mirarla. Su tatuaje facial era incluso sobrecogedor para los estándares Yuuzhan Vong, unas
manchas oscuras alrededor de sus ojos y por debajo de su labio inferior, sugerían, a primera vista, que
esos rasgos estaban groseramente sobredimensionados. Sus diseños decorativos eran una imagen
reflejada, por lo tanto una copia, de los de él, aunque los suyos se veían acentuados por una cicatriz en
batalla y una raja en la parte central de su labio superior, que ascendía hasta casi su nariz, que actuaba
como si fuera un labio leporino y dejaban perpetuamente al descubierto sus dientes de arriba. "De manera
que ellos habrán situado un campo de minas alrededor de Borleias, y simulado un escudo con sus naves
de metal."
"Negativo, Comandante." Ella se dirigió hacia la depresión llena de bichos refulgentes e introdujo su
mano en el interior, apartando la mayoría de las imágenes a un lado, y trayendo hacia ella, el conjunto
esférico que representaba a Borleias. Los insectos diseminados se arremolinaron sobre la esfera,
expandiéndose sobre ella, añadiendo detalles que representaban naves en órbita alrededor del planeta.
"¿Ve?" Ellos tienen naves principales en lo que parece una órbita geosincrónica sobre un único punto del
planeta, no muy lejos del punto de aterrizaje del Dominio Kraal, y luego hay otras naves en órbitas más
usuales. Nada más. Y los Kraals informan que no hay un aumento de instalaciones de escudos basados en
tierra, excepto en este punto."
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"Un punto de defensa fuerte para una única localización." Wyrpuuk Cha consideró estos nuevos datos,
revaluando la situación. Metió la mano en la depresión y maniobró con la mano para restaurar la imagen a
su anterior estado de amplificación. "Y mira aquí. Recientes y repetidos viajes a esta órbita sobre el sexto
planeta, y la órbita correspondiente a una de sus lunas. Aunque ahora ahí, no hay indicaciones de la
existencia de naves. ¿Una base oculta de algún tipo? Ellos no están protegiendo al mundo primario de
intrusos que podrían arrojar materiales moldea-planetas, de manera que no tienen la menor preocupación
por el planeta en sí... sólo lo que hayan encontrado en ese sitio. Nosotros debemos averiguar que es lo que
protegen allí y en esa luna."
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Sonó una alarma, arrancando de su sueño a Wedge e Iella. Era una cosa chillona y estridente, no la
típica alarma instalada en una instalación militar; tenía que ser algún tipo de alerta de riesgo biológico que
era parte del equipamiento original de la estación. Wedge tanteó a ciego por la mesita situada al lado de
su cama en busca de su comunicador, encontrándose con este ya esta emitiendo una señal de llamada para
él, pero cuyo sonido había quedado ahogado por la alarma. "Aquí Antilles."
"Nosotros detectamos la intrusión de una gran fuerza Yuuzhan Vong." la voz del oficial de
comunicaciones sonaba un tanto despreocupada en contraste con la importancia de su mensaje. "Docenas
de naves principales entrando al sistema por sus bordes exteriores, procedentes desde Coruscant. Aún no
hay señales de cazas coralitas."
"Emita un señal de alerta de largo alcance. Estaré allí inmediatamente." Wedge se levantó, con la
menta ya despejada y enfocada en la tarea a realizar, y comenzó a vestirse.
Vio que Iella ya estaba vestida con un traje de piloto, delante suyo. Ella selló la costura principal de su
traje y preguntó. "¿Cuál es el plan para hoy?"
"Tácticas malas. Nosotros estamos dejando un hueco en nuestra cobertura de la estación sensora en la
cuarta luna de Pyria Seis. Nosotros haremos retroceder cualquier cosa que lancen contra Borleias pero
dejaremos que nos expulsen de esa luna. Yo estaré coordinando desde tierra, de manera que ellos puedan
detectar que yo estoy coordinando todas las operaciones desde tierra. Reforzando la impresión de que
aquí abajo, también hay algo de gran importancia."
Ella le ayudó a sellar su traje y le dio un beso rápido. "Odio que tú vayas a perder, incluso aunque sea
a propósito."
"¿Por qué?"
"Porque tú eres muy mal perdedor."
Él la dio un pellizco amoroso. "Al final, yo tengo la intención de ser un muy, muy mal perdedor."

Capítulo 06.
Ocupación de Borleias, Día 9.
Saba Sebatyne, una Caballero Jedi perteneciente a la raza de los Barabel, tecleó a su manera la lista de
control de activación de la pantalla principal de la cañonera de los 'Caballeros Salvajes'. Sus dedos se
movieron diestramente y con gran seguridad para una criatura de semejante tamaño y volumen; los
Barabels eran reptiloides, cubiertos con escamas, con grandes ojos protegidos unas resistentes y
protuberantes crestas amarronadas, que rompían un tanto la inexpresividad de sus caras.
Danni Quee observó un tanto a escondidas a Saba. El puesto de Danni en la nave, era de operador de
sensores y se ocupaba de las armas de la nave, aunque no estaba tan preparado como Saba. La eficiencia y
velocidad de Saba con las tareas a su cargo no había disminuido lo más mínimo, pero Danni sabía que
ella había sufrido un gran dolor con la reciente pérdida de su Maestra Jedi, Eelysa, a manos de un
monstruo engendrado por los Yuuzhan Vong -denominado voxyn- en Corellia, y luego la pérdida de dos
de sus familiares, -compañeras de incubación era su forma de llamar a sus hijos-, durante la exitosa, pero
costosa misión para destruir a la reina -el origen de los voxyn- comandado por Anakin Solo -el mimos
había encontrado la muerte en ella-. Pero los Bararabels eran muy diferentes a los humanos a la hora de
expresar su dolor y pesar, no invitando precisamente a la simpatía o a expresar sus sentimientos, por lo
que Danni no era capaz de ofrecerla sus condolencias.
Saba terminó la lista de comprobaciones. "La estación de pilotaje está lista," dijo.
"Estación de sensores lista," Danni respondió de manera automática, y los otros 'Caballeros Salvajes' a
bordo, también confirmaros estar listas en sus diferentes puestos y funciones. Danni técnicamente no era
un 'Caballero Salvaje', ni siquiera propiamente dicho una Caballero Jedi, como los otros, pero ella había
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volado con ellos en multitud de ocasiones como ahora y ella se había marcado como obligación y deber,
que cuando no estuviera ocupado con algunos de los críticos proyectos científicos que realizaba, estar a
bordo de la cañonera de los 'Caballeros Salvajes'.
Saba comunicó al instante el estado del escuadrón e inmediatamente recibió las órdenes del mando
central. Con un siseo, ella apartó su atención de la pantalla delante suyo, como si le molestara su
presencia.
"¿Qué pasa?" Danni preguntó. "Si puedes decírmelo, claro."
"Nosotros vamos únicamente a defendernos, dejar que nos derroten y abandonar el campo," dijo Saba.
"Actuar como un escudo. Tázticaz conservadora. Esta una es una cazadora, no sabe cómo defender o
huir."
"Esta una es científica," Danni dijo. "Esta una no se hizo para aprender a matar."
Saba consideró Danni desapasionadamente, luego volvió su atención hacia la pantalla. "Ahora, Danni
ya puede volver a usar su gramática humana," dijo.
El 'Escuadrón Soles Gemelos', el 'Escuadrón Pícaro', y los 'Caballeros Salvajes' despegaron de la
superficie de Borleias. El combustible que les costó conseguir alcanzar la órbita, aunque no era una
porción significativa de la capacidad total de los cazas estelares, podrían echarse de menos en las últimas
fases de la batalla que se iba a desarrollar hoy, pero Luke estuvo de acuerdo con Wedge que permitir que
los Yuuzhan Vong descubrieran el lanzamiento de tres de los mejores escuadrones de cazas de la Nueva
República desde la superficie del planeta, reforzaría la impresión del enemigo de que este era un lugar de
gran importancia.
Cuando alcanzaron una órbita alta, sus androides astromecánicos y computadoras de a bordo
recibieron órdenes detalladas. Luke las repasó y asintió. Los 'Soles Gemelos' permanecerían en órbita
geosincrónica sobre las instalaciones biológicas y vaporizar cualquier cosa que se acercara. El 'Escuadrón
Pícaro' se situaría sobre la luna de Borleias y se lanzaría contra cualquier blanco prometedor, si se le
presentaba la ocasión. Los 'Caballeros Salvajes' se moverían para reforzar a la estación lunar en Pyria VI.
"Soles Gemelos al habla," anunció, "Pícaros, Salvajes, buena caza."
"Buenas caza." Esa fue la voz de Saba Sebatyne, incluso un tanto más ronca y chillona, debido a las
limitaciones del comunicador. Sus cazas estelares y cañoneras viraron en dirección a Pyria VI. Gavin
Darklighter respondió con una simple pulsación de su propio comunicador antes de que el escuadrón
'Pícaro' dieron un giro, alejándose para realiza el corto recorrido hasta la luna de Borleias.
Luke echo una mirada por detrás suyo, a babor y estribor. A babor, Corran Horn esperaba con una
calma que nunca había disfrutado como un piloto de Ala-X, una calma que él únicamente había logrado
alcanzar después de convertirse en un Caballero Jedi. Pero a estribor, donde debería de haber estado
Mara, estaba Zindra Daine. Era una piloto corelliana, verde como la hierba, recién salida de la
adolescencia, y no era una Jedi. Luke puso mala cara, ante la idea de que tanto él como Corran tuvieran
que cubrir a una novata. La ausencia de Mara se dejaría sentir intensamente hoy y en enfrentamientos
posteriores. Aunque simpatizaba con su deseo de quedarse con Ben, para protegerlo contra todo posible
peligro, él esperaba que Mara comprendiera que su ansia protectora era irracional, su meta un imposible
-y que su ausencia del campo de batalla, solo acarrearía la perdida de personas buenas-.
Wedge estaba de pie ante un holograma en el centro de su sala de mando. Esta era una nada cómoda
sala con forma de rombo, con un techo abovedado, mas de veinte metros por debajo del edificio de
laboratorios biológicos. Había sido pensada inicialmente como un refugio contra los bombardeos, pero
ahora estaba abarrotada de consolar móviles y sus correspondientes operadores.
La cámara con paredes de duracemento, no estaba especialmente diseñada para la acústica, haciendo
eco y con reverberaciones de multitud de ruidos, como las voces de los oficiales militares dando órdenes,
pitidos y silbidos de computadoras demandando la atención de sus operadores, sonidos reales
suministrados por las unidades líder, situadas arriba en la zona de batalla. Wedge ignoró toda esta
cacofonía de sonidos y voces, concentrándose en la holo-pantalla táctica, actualizada de manera constante
con los últimos datos.
Mostraba a Pyria en unos de sus bordes, a Borleias un tanto alejada de este, y Pyria VI aún más
alejada, y las franjas del sistema solar en su borde más alejado. Rojos puntos parpadeantes representaban
la fuerza de invasión Yuuzhan la Vong agrupada en ese borde y expandiéndose hacia otros lugares.
"Los Pícaros están en posición," Tycho dijo. Tan crónicamente incapaz como Wedge de ejecutar sus
actividades desde una posición sentada, él permanecía de pie delante de la consola destinada a la
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coordinación de las naves de caza. "Los cazas estelares están situados sobre la luna designada. La
intrusión Vong se ha anticipado en dos minutos."
"Lanza a esos cazas," Wedge ordenó. "Pero que lo hagan de una manera un tanto errática. Ellos
tendrían tiempo para ponerse en formación de combate, pero debe parecer como si les hubieran cogido
con la guardia baja."
"Hecho." Tycho se volvió hacia su pantalla.
La atención de Wedge se fijo en un punto determinado del holograma. Algunas naves permanecían
inactivas, bien lejos de donde se iba a desarrollar el combate, monitorizando la situación con sus sensores,
listas para actuar como refuerzo si era necesario. Fragatas, cruceros, y otras naves principales estaban
situadas sobre Borleias. Unidades de cazas estelares maniobraban para interceptar la aproximación de la
fuerzas Yuuzhan Vong.
La fuerza principal Yuuzhan Vong permaneció cohesionada, mientras que una flota de reserva no esta
situada muy lejos, justo por donde ellos habían entrado al espacio Pyrian. Mientras unas cuantas unidades
avanzaban para enfrentarse a las fuerzas de la Nueva República; Wedge lo sabía, lo intuía más bien, eran
enviadas para tantear la capacidad de las fuerzas defensivas. En esta batalla no se trataba de ganar o
perder, la cuestión era recoger información sobre la capacidad de las fuerzas enemigas.
"Pyria Seis reporta contactos," informó Tycho.
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Capitán Yakown Reth no era para nada un hombre feliz.
Y como si eso no fuera suficiente, de todos los oficiales que iban y venían por el cuartel general de
Wedge Antilles, había sido a él, quien le asignaron la nada agradable y prometedora misión de escoltar a
un transbordador cargado de científicos, ingenieros y especialistas en la construcción de edificaciones a
un hábitat subterráneo en una luna sin atmósfera. Si, le habían sido asignados dos escuadrones completos
de cazas estelares para defender la base. Pero sus Alas-E no estaban equipados con torpedos de protones
-los jefazos le habían dicho que había que reservar esas armas, que andaban cortos de suministros- y Reth
ni siquiera estaba autorizado para saber cual era la misión del personal científico.
Y ahora, mientras los cazas coralitas de los Yuuzhan Vong se lanzaban hacia él, dispuesto a borrar del
espacio esta pequeña y estúpida instalación, el Coronel Celchu le estaba ninguneando, al ordenarle que
lanzara su par de escuadrones de Ala-E, únicamente después de haber tenido que pasar una segunda
revisión de su lista de control. Sus fuerzas andaban dispersas por el espacio igual que una indisciplinada
chusma rebelde. Si el General Antilles estuviera supervisando este despliegue, asumiría que Reth era un
verdadero idiota.
Finalmente, justo con los puntos parpadeantes acaban de aparecer en la pantalla de sensores,
alcanzando los límites exteriores del rango de fuego de su caza estelar, los dos últimos Alas-E del
Escuadrón Verde lograron ponerse en formación, y anunciar que estaban listos para el combate.
"Recordad, nada de heroicidades a título individual," Reth dijo. "Nosotros tenemos que sobrecargar sus
defensas y sobreponer las nuestras, para así reforzarlas. Romper en alas de cuatro a mi señal, tres, dos,
uno... ahora." Actuó acorde con sus palabras, descendió unos cientos de metros hacia la irregular y nada
atractiva superficie de la luna que estaba protegiendo. Verde Dos y Verde Cuatro le siguieron, en una
vaga e imprecisa formación. Esto no resultaba sorprendente para un grupo que había sido conformado
apresuradamente por los restos de unidades destrozadas en Coruscant. Pero era exasperante. Ya le hacía
parecer aún más inútil ante sus superiores.
Los cazas coralitas aún demasiado lejos para ser vistos abrieron fuego; estelas de resplandeciente
fuego rojizo avanzaron hacia el Escuadrón Verde. Reth se acercó aún más, hasta casi rozarle, a Verde
Dos, su compañero de ala, y vio como Verde Tres y Cuatro se agrupaban, permitiendo que sus escudos se
solaparan. Reth hizo una mueca. Actuar con pilotos casi desconocidos en distancias tan cercanas, le
resultaba tan desagradable como el pensamiento de tener que compartir ropa no desechable con ellos.
"Aceleración al máximo," dijo. "Nosotros pasaremos a través de ellos y luego daremos la vuelta.
Configurar los láseres en fuego en ráfaga. Yo designaré el objetivo y todos concentraremos su fuego
sobre él. Listos... ya." Puso la retícula de selector de objetivos sobre unos de los cazas coralitas que se
acercaban, no al primero de la línea que avanzaba hacia él, sino al tercero, y disparó una descarga.
Rojos fogonazos de láser surgieron del morro y de las puntas de su Ala-E, una lluvia irregular de
saetas de fuego en lugar de un duro estallido de energía concentrada. Los disparos de su compañero de ala
siguieron a los suyos, saturando con fuego su objetivo. Reth odiaba la nueva configuración en fuego en
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ráfagas. Sabía que está conseguía dañar o eludir las defensas de anomalías gravitacionales -en realidad
pequeños agujeros negros, creados por los dovin basals- que rodeaban a los cazas coralitas, pero a su vez
impedía que los láseres golpearan a la nave enemiga con cualquier tipo de descarga suficientemente
poderosa.
Un chorro de bolas de lava llegó orientado hacia su formación. Tres o cuatro impactaron contra los
solapados escudos de los Ala-E, y el sensor audible de impactos de su vehículo acusó los golpes como un
sonoro 'bang'. Las luces de aviso de diagnóstico no se encendieron, y los sensores que seguían al objetivo,
mostraron una estela parecida a la de un cometa, consistente en restos de coral yorik arrancado de la nave
enemiga por su fuego láser.
Aunque este caza coralita volando, Reth cambió de blanco, vertiendo su fuego y por tanto el de su
compañero de ala sobre otro caza. Este caza coralita, se metió directamente en la trayectoria de sus
láseres, además estaba a distancia visible, y Reth vio como sus unidades láser lo machacaban, desde sus
bordes, hasta la carlinga; aunque sus anomalías gravitacionales frontales absorbieron gran cantidad del
fuego láser, bastante de este bordeó los extremos de la singularidad y penetró a través de la superficie del
caza. Este, de repente, se volvió tan brillante como el distante sol de Pyrian, y luego desapareció.
Reth acertó a mostrar una sonrisa firme. Hasta ahora, todo marchaba a la perfección.
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"Los sensores muestran una formación que gira alrededor de la luna, para dirigirse hacia nosotros." La
voz, tranquila y controlada, era la de Corran, y llegaba a través del enlace de comunicación privado de
Luke, no del instalado en su Ala-X. El Ala-X de Corran estaba situado unos centenares de kilómetros por
detrás de la formación del Escuadrón de los 'Soles Gemelos, en órbita alrededor de la luna, rastreando
esta y actuando como guarda-espaldas.
Luke asintió. El repetidor del sensor principal de la estación de tierra mostraba una columna de cazas
coralitas y fragatas vivientes en un rumbo de acercamiento directo hacia Borleias, pero los Yuuzhan Vong
obviamente había descubierto a los 'Soles Gemelos' y enviaban un destacamento alrededor de la luna para
atraparlos entre las dos fuerzas. "Vuelve aquí," le dijo a Corran. "Prepárate para arrojar una bomba
sombra." Los otros pilotos de los 'Soles Gemelos' no eran Jedi y por lo tanto no eran capaces de utilizar
las armas conocidos como bombas sombra -torpedos de protones, a los que se les había quitado sus
unidades de propulsión, y que eran impulsadas por el espacio gracias a los poderes mentales de los Jedi-
de manera que él no tenía que transmitirles esas órdenes a ellos. Activó el comunicador del morro de su
caza con la frecuencia de su escuadrón. "Prepárense para seguirme". Luego cambió de nuevo a la
frecuencia cifrada, que tenía asignada con Corran y Zindra. "Treinta segundos después de que nuestros
perseguidores entre en rango de fuego, nosotros aceleraremos directamente hacia la columna enemiga...
pero Corran y yo dejaremos las bombas sombras detrás de nosotros."
Corran y Zindra respondieron con una pulsación del botón de sus comunicadores.
Los sensores mostraban lejanas naves Yuuzhan Vong de delante, cruzando el plano de la órbita lunar
en su aproximación hacia Borleias. Luke podía ver en la distancia las luces moviéndose, o lo que fueran
los equivalentes orgánicos, en las fragatas vivientes de los Yuuzhan Vong. Corran estaba ya mucho más
cerca, aproximándose rápidamente por detrás, y Luke ya pudo detectar las primeras luces parpadeantes en
sus sensores, indicando el desprendimiento de algo por detrás del caza de Corran. "Arrojando bomba-
sombra," dijo, y pisó a fondo su acelerador, mientras arrojaba su propia bomba-sombra.
El Escuadrón de los 'Soles Gemelos' salió disparado fuera de la órbita lunas, dirigiéndose directamente
hacia la columna principal de los Yuuzhan Vong. Su rumbo tenía que ser completamente directo si la
trampa tenía que funcionar.
Su percepción a través de la Fuerza resultaba irrelevante, por lo que Luke mantuvo sus ojos fijos en los
sensores. Estos mostraron las distantes luces intermitentes correspondientes a los perseguidos Yuuzhan
Vong creciendo a medida que se acortaba la distancia; también mostraban la diminuta y codificada señal
que transmitían las bombas-sombra que habían dejado atrás, a su vez mostraban como la columna
alienígena de delante, también se iba acercando.
"Nos están disparando," dijo Zindra, el alto grado de excitación, propio de un novato se veía reflejado
en su voz, y Luke vio las llamaradas de un distante cañón de lava, errando su blanco por bastante, gracias
a su visión periférica.
Luke comenzó a dar brinco y pegar bandazos, dividiendo su atención entre controlar su Ala-X y vigilar
atentamente las bombas-sombra que él había lanzado.
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La fuerza secundaria de cazas coralitas estaba compuesta por alrededor de una treintena de estas naves;
a esta distancia era difícil saber su número exacto. Se estaban aproximando al punto, en donde los Jedi
habían dejado caer sus bombas-sombra, conformado una compacta formación de aproximación, una
formación de ataque. Luke movió levemente con sus poderes las bombas-sombra poniéndolas en línea,
una a unos pocos kilómetros de la siguiente, y observó como sus señales parpadeantes se separaban y
alienaban, justo delante del rumbo que llevaban los cazas que se aproximaban.
Él no se sentir a los cazas coralitas pasando junto a la última de las bombas-sombra; su percepción de
la Fuerza no le permitía descubrirlos. Pero los sensores mostraban que la línea de caza alcanzaba y
comenzaba a superponerse sobre la línea de las bombas sombra. Esperó hasta que el caza delantero
alcanzó la bomba más adelantada, entonces expandió sus sentidos y aplicó una pequeña porción de sus
poderes con la Fuerza, activando los detonadores de las bombas.
En los sensores, la clara línea trasera de cazas coralitas se convirtió en una masa borrosa, luego
comenzó a desaparecer. En donde anteriormente, quizás hubo treinta cazas coralitas en persecución, ahora
la mitad de ese número se alejaba del punto de detonación, en busca de cualquiera que fuera la nave
misteriosa que los había atacado.
Luke centró de nuevo su atención el que tenía aquí y ahora. El Ala-X de Zindra estaba directamente
sobre él, su masa bloqueaba su visión directa de la lucha, pero podía imaginarse que ellos estaban en
mitad de la columna principal de cazas coralitas, había maniobrado en medio del enemigo mientras la
mayor parte de su atención estaba centrada con las bombas-sombra. Corran seguía cubriendo su costado
de babor, solapando sus escudos con los de Luke y así proporcionándole apoyo adicional, esperando
pacientemente a que Luke recuperara de nuevo lo más rápidamente el control de la situación y así ellos
pudieran tratar con los enemigos que tenían delante.
La voz de Zindra crujió a través del comunicador. "¡Menudo jaleo! Um, ¿hacemos algo con esa fragata
que tenemos justo delante?"
Luke contuvo a duras penas el impulso de apretar los dientes. "Si, nos ocuparemos de ella. Yo iré
delante." Agarrón con fuerza de palanca de mano y le dio mayor potencia a sus impulsores. Él y Corran
maniobraron para situarse delante de Zindra. "Seguidme."
Luke se lanzó contra la fragata viviente, ametrallándola salvajemente con fuego láser. Corran y Zindra
le siguieron.
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Saba disparó y un pulso de los cañones de iones del 'Caballero Salvaje' se abatió sobre una cerrada
formación de cazas coralitas, provocando que tuvieran que romper la formación, los cazas se dispersaron,
teniendo que virar alejándose de área principal de confrontación sobre la luna de Pyria VI.
La cañonera se estremeció. Sabe verificó su pantalla de diagnósticos, no vio nada, y miró a Danni,
quién estaba con los sensores principales.
Danni negó con la cabeza. "Ningún daño. Pero... bueno... es una buena excusa."
Saba soltó un siseo de desagrado, pero dijo. "Hazlo."
Danni activó un control en el tablero de su consola. Saba, descontenta, añadió un pequeño bamboleo al
movimiento de la cañonera mientras hacia un brusco giro para evitar a otro grupo de cazas coralitas.
"'Caballero Salvaje Uno', aquí 'Líder Verde'. Ustedes están perdiendo atmósfera, repito, están
perdiendo atmósfera. ¿Pueden oírme? Cambio."
Saba muy molesta miró atentamente a sus mandos. Por supuesto que ellos estaban dejando salir
oxígeno. Habían acoplado en la parte trasera de la cañonera un par de nueva válvulas justo para que
hicieran eso -arrojar una mezcla de oxígeno y nitrógeno comprimido para hacer creer que ellos habían
resultado alcanzados por el enemigo-.
Danni activó su comunicador. "'Líder Verde, aquí 'Salvaje Uno'. Nosotros hemos recibidos varios
impactos directos de plasma. Perdiendo... están abriéndose paso hacia los motores..." Su voz sonó
dolorida, y para dar mayor énfasis a su interpretación, tosió aparatosamente. "Humo en la cabina..."
"Salvaje, salga de aquí. Consiga aterrizar, ya. Nosotros los retendremos aquí."
"Gracias, 'Líder Verde. El 'Caballero Salvaje' se está..." Danni apagó el comunicador y luego añadió
innecesariamente, "alejando." Levanto la vista hacia Saba, con una expresión de culpabilidad en su rostro.
Saba siseó de nuevo molesta y puso rumbo de vuelta hacia Borleias.
Detrás de ellos, durante los próximos minutos, los otros miembros de los 'Caballeros Salvajes'
seguirían su mismo camino. Cada uno dejaría que su nave recibiera un impacto menor, y él o ella se
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comportarían como si su nave hubiera sufrido un impacto de mayor importancia y retornaría a su base. Al
poco tiempo, las otras unidades que estaban defendiendo la luna sobre Pyria VI verían que su situación se
hacía insostenible y tendrían que abandonar su posición.
Ése era el plan. Pero la hacía sentir igual que si perdiera. La hacía sentir igual que si estuviera
abandonando a sus camaradas al enemigo.
Y ése era algo que Saba Sebatyne no hacia. Si hubiera sido humana, la presión que ejercía sobre los
controles, era tal, que sus nudillos se hubieran vuelto blancos.
Capitán Reth sonrió satisfecho luego de que la líder de los 'Caballeros Salvajes' se retirara.
Ciertamente, la partida de la cañonera debilitaba su posición. Pero la todopoderosa Jedi, líder de un
famoso escuadrón estaba huyendo de la zona de batalla, con su cola entre las piernas, y él, al mando del
humildemente reconstruido a retales 'Escuadrón Verde', aún seguía en la lucha.
De todas formas, volvió su atención hacia el enemigo que tenía delante. No fuera a ser que recibiera
sus medallas a título póstumo.
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"Análisis," Wyrpuuk Cha dijo.
Kadlah Cha se reunió de nuevo con él. "Nosotros hemos cogido a su puesto avanzado con la guardia
baja," dijo, y gesticuló a la zona de enfrentamiento más distante de Borleias. "Ellos lo han apoyado con
fuerzas insuficientes. No importa lo que ellos escojan para hacernos frente, nosotros podemos llevar
unidades de combate más rápidamente y en mejores condiciones desde la flota de reserva."
"Bien. Prosigue."
Ella señaló hacia la zona de batalla principal, sobre Borleias. "Aquí, las cosas no son tan prometedoras.
Su defensa del punto fuerte en el suelo es feroz, y nosotros estamos perdiendo elementos de combate,
especialmente cazas coralitas, al parecer a un mayor ritmo que ellos sus máquinas de combate de
características similares."
"¿Acaso han demostrado alguna nueva táctica, nuevas armas?"
Ella hizo un gesto negativo con la cabeza.
"Bueno. Ellos están luchando con espíritu encomiable, pero no parecen tener ninguna sorpresa especial
para nosotros. Nosotros seremos capaces de romper su espíritu de lucha." Él consideró toda esta
información. "Continuaremos hasta que ese puesto avanzado haya caído en nuestro poder, interrumpe por
ahora el asalto sobre Borleias. Nosotros usaremos el puesto avanzado como área de reorganización de
nuestras fuerzas. Interrogad a cualquier prisionero que encontréis en el puesto avanzado, y recopilad toda
la información, toda la memoria, que encontréis allí para ser enviada al maestro de la guerra."
"Así se hará."
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"Llegada en tres... dos... uno... ya."
Justo a la señal hablada del navegante, el remolino de líneas en la pantalla visora frontal del Lusankya
se estiraron hacia afuera y luego se contrajeron hasta convertirse en estrellas estacionarias en el espacio,
una de ellas incluso lo bastante cerca para ser reconocida como una esfera en lugar de ser un simple y
minúsculo punto de luz perdido en el vacío sideral.
Comandante Eldo Davip, casi dos metros de huesos y cartílagos enfundados en un abultado uniforme
de oficial de la armada espacial, meneó su cabeza, no muy satisfecho con los resultados. Su tripulación
del puente, la mayor parte de ella eran miembros nuevos en el Lusankya, y aún no habían demostrado su
competencia de una manera fiable, e incluso ahora habían dejado salir la nave bajo su mando, fuera del
hiperespacio en el sistema estelar Pyria, mucho más lejos del planeta Borleias de lo que él había indicado.
Entonces frunció el ceño. Delante, algunas estrellas desaparecían, otras en cambio reaparecían, como
objetos moviéndose dentro y fuera de su ruta. ¿Tenía el Sistema Pyria un cinturón de asteroides? Se giró
hacia su navegante para hacerle esa pregunta, cuando de repente el puente se llenó de avisos de alarma y
exclamaciones de sorpresa de sus oficiales y miembros de su tripulación.
"¡Es una trampa!" Fue el grito del operador de sensores, un varón de Coruscant, su excitación no basto
para ocultar que la típica entrecortada pronunciación propias de las clases altas, que delataban su origen.
"¡Nosotros estamos rodeados por naves Vong!"
Davip se giró para enfrentarse a la pantalla de sensores situada cerca de su puesto de comandante en la
parte posterior del puente en la pasarela del segundo nivel. Esta le mostró la posición del Lusankya con el
punto parpadeante que representaba al 'Halcón Milenario' pulcramente situada justo debajo, pero las dos
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naves espaciales estaban rodeadas por las señales intermitentes de docenas de navíos, principalmente
naves principales, todas en rojo, indicando naves enemigas, o parpadeando del amarillo -no identificadas-
al rojo.
El horror de la situación inflamó la garganta de Davip, ahogándole por un breve instante. Luego las
órdenes que él necesitaba proferir, que tenía que proferir, se abrieron paso a través de la obstrucción.
"¡Escudos arriba! ¡Todas las baterías fuego a discreción! ¡Lances todos los escuadrones!"
Tan pronto como la salida del hiperespacio fue completada, Han Solo miró sus instrumentos con el
ceño fruncido. "Nosotros hemos salido un par de segundo antes de tiempo," dijo.
Leia, parecía absurdamente empequeñecida en el sobredimensionado asiento del copiloto del 'Halcón
Milenario', señalando a través de la pantalla visora de la cabina de pilotaje. La parte inferior del Lusankya
estaba allí colgando igual que una especie de techo irregular. "No fue un error. Sus computadoras de
navegación debieron de enviarnos datos defectuosos."
"No, yo estoy observando fuertes anormalidades gravitacionales aquí. Hemos sido sacados del
hiperespacio por la presencia de..." Los ojos de Han se desorbitaron de repente y tiró bruscamente de los
controles del 'Halcón', lanzando a lo que una vez fue un carguero en una salvaje zambullida en espiral que
sus fabricantes originales nunca hubieran pensado que sería posible realizar. Gritos de sorpresa -y un par
de aullidos de alegría y emoción- surgieron del compartimiento de pasajeros.
Una resplandeciente estela de fuego, provocada por un cañón de plasma Yuuzhan Vong, atravesó el
espacio donde justo había estado el Halcón. Han alzó todo lo que pudo el tono de su voz, para que fuera
oído por toda la nave. "¡Coged las armas! ¡Nosotros estamos en medio de una flota Vong!"
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Wyrpuuk Cha asintió, satisfecho con los resultados de lo que estaba viendo.
Los bichos relucientes se agitaron, cambiando rápidamente de posición en la zona de la depresión que
representaba la flota de reserva. Wyrpuuk Cha frunció el ceño cuando tomó nota de los cambios. Algo
triangular, aproximadamente de la misma forma que uno de los odiados Destructores Estelares Imperiales
enemigos pero mucho más grande, estaba ahora situado en medio de su flota. Wyrpuuk Cha se preguntó
si la representación de los bichos relucientes estaba realmente a la escala adecuada.
Él echó una mirada por la pantalla visora de su puente. Ahí, a babor, aparentemente lo bastante cerca
como para casi tocarlo, flotaba una inmensa mancha de oscuridad, decorada por luces parpadeantes de un
azul oscuro, un descomunalmente enorme Destructor Estelar.
Sacudido por un súbito ataque de pánico, Wyrpuuk Cha abrió su boca para emitir órdenes.
El Super Destructor Estelar pareció estallar, como si estuviera canalizando una explosión interna a
través de innumerables aberturas en su casco.
Wyrpuuk Cha no conocía los números, no sabía de cuantos centenares de baterías láser llevaba en
navío, no tenía ni la menor idea de cuando centenares de cañones de iones poseía. Todo lo que él sabía,
mientras tenía que elevar -más bien aullar- para poder ser oído por encima del maremagnun de chillidos
de alarmas que surgían de las paredes del puente mientras sus inarticulados lamentos indicaban donde y
como su matalok, un navío viviente multifunción, similar en características, tamaño y prestaciones a uno
de los odiados cruceros Mon Calamari, estaba sufriendo gravísimos daños; que el suelo de la cubierta
estaba temblando bajo sus pies; que no había forma, salvo tal vez una bendición personal por parte de los
dioses, que los pozos gravitaciones proyectados por los dovin basals de su nave pudieran proteger a su
matalok del daño incalculable que estaba siendo dirigido contra esta.
Se volvió para gritarle un mandato a su piloto jefe, una orden de que girara 180º y se alejará de la nave
enemiga para presentar acumular todos sus escudos gravitacionales en la popa de la nave. Pero antes de
que pudiera hablar, hubo un estallido de luz, que pudo apreciar por el rabillo del ojo y luego todo ruido
cesó. Wyrpuuk Cha se volvió de nuevo hacia la proa.
No había nada, sólo estrellas y fogonazos de fuego por parte de las naves de su flota. Los asientos
donde deberían de haber estado su intérprete del yammosk y el tripulante que manejaba el villip habían
desaparecido, al igual que el suelo, las paredes, y el techo del puente, todo desaparecido a poco más de un
paso por delante de donde estaban situados los pies de Wyrpuuk Cha.
Y no era verdad que todo ruido hubiera desaparecido. Había una especie de doloroso rugido en sus
orejas, -sólo que no era ninguno de los sonidos propios de la batalla, que hasta hace un momento los
saturaban casi por completo-.
Tuvo frío, repentinamente tanto frío que instintivamente se contrajo en posición fetal, y abruptamente
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se encontró flotando hacia adelante, más allá de los últimos restos del puente, fuera en medio del vacío
estelar.
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"Los Caballeros salvajes están fuera de la zona de enfrentamiento," Tycho dijo. Alargó la mano hacia
el interior del holograma que representaba las zonas de combate del espacio Pyria y señaló hacia un
brillante agrupamiento de revueltas luces parpadeantes de múltiples colores. "Los Yuuzhan Vong están
concentrándose sus esfuerzo de ataque en la luna de Pyria Seis. Son cautelosos, no intentan nada
particularmente audaz, sólo el clásico y tradicional asalto."
"Muy bien," Wedge dijo. Estaba de pie junto a su silla, sabiendo el tono de su voz, no dejaba entrever
ni la menor pizca de sus sentimientos o emociones, que sus rasgos debían parecer de piedra en esos
momentos -esa era la manera en que siempre estaban cuando él estaba calculando y sopesando cosas a
escala estratégica-. Enfocar las cosas de esta manera, le hacía parecer distante, incluso inhumano, pero así
era él en esos momentos cruciales.
Pero él no podía concentrarse por completo. Algo estaba mal, algún sonido fuera de lugar, y Wedge se
giró hacia Tycho para intentar localizar la incongruencia.
Ahí estaba, una de los técnicos de comunicaciones. Durante el último minuto, su voz se había alzado,
no adoptando un tono de alarma, sino más bien de confusión, a la vez que había avisado y comentado
alguna cosa con la apartada jefa de unidad que le había sido asignada. Pero ahora Iella estaba de pie junto
a ella, observando atentamente por encima de su hombro, mientras la técnica de comunicaciones esperaba
Ambas mujeres mostraron expresiones de perplejidad. A Wedge no le gustaban las cosas que podían dejar
perpleja a Iella.
Iella levantó la vista y captó la mirad de él. Alzó su voz para ser oída por encima del clamor existente
en la cámara. "El Super Destructor Estelar 'Lusankya' informa que está dentro del sistema con el 'Halcón
Milenario'. Están en medio de las fuerzas de reserva de los Yuuzhan Vong. El 'Lusankya' ha inflingido
enormes daños al enemigo, pero a su vez esta sufriendo daños de importancia. Solicita una escolta para
conseguir pasar a través de la flota enemiga."
El volumen de voces en la cámara bajó a una proporción aceptable. Wedge incluso llegó a escuchar el
grito de "¿Qué?" de Tycho.
A continuación Wedge le costó un poco, conseguir mantener bajo control su propia voz. "Confirmen
identificación de la nave," acertó a decir, y se movió para situarse junto a Tycho. "Muéstrame esa parte de
la zona de batalla."
Tycho manipuló los mandos de su consola, y el área del espacio desplegado se contrajo y adoptó una
vista panorámica en un lateral. El efecto fue que una porción de la zona de batalla de repente se agrandó
para dominar en el holograma. Wedge pudo ver que la abigarrada y compacta formación de la flota de
reserva enemiga se había vuelto borrosa y difuminada, y que en mitad de todas las parpadeantes luces
rojas estaba una gran marca verde y otra más pequeña.
"Identidades confirmadas," Iella informó. "'Halcón Milenario, Han Solo soltando palabrotas como un
carretero. Y el Lusankya, bajo las órdenes del Comandante Davip."
"¿Comandante Davip?" Wedge meneó la cabeza y se mordió la lengua para no soltar la siguiente
pregunta: ¿Por qué Davip, un capitán de navío cuya larga carrera se había caracterizado por una fuerte
tendencia a mostrarse indeciso en momentos claves, ahora era comandante en lugar de cocinero de
galeras, como era eso posible? ¿Y por qué una nave de la importancia militar del Lusankya no estaba bajo
las órdenes directas de todo un almirante? "¿Quién está más cerca de la zona de combate? Olvidados de
eso. ¿Quién no está comprometido en combate y lo bastante lejos del sol, para realizar un microsalto a esa
zona de combate?"
"El 'Mon Mothma'," Tycho dijo, sin molestarse en consultar el holograma o su consola. "El 'Sueño
Rebelde'. En uno o dos minutos, nosotros podríamos tener seis naves listas para saltar."
"Danni Quee informa del descubrimiento de la muerte de dos yammosk," Iella dijo. "Con una
diferencia de un minuto. Ahora mismo los Yuuzhan Vong no están coordinados para el combate."
"Muy bien". Wedge bajó la voz. "Claro, que ellos no necesitan estar coordinados para destruir al
'Lusankya' y el 'Halcón'."
Tycho asintió con la cabeza.
La táctica que él necesitaba surgió en la mente de Wedge. En una fracción de segundo, la evaluó,
comprobó cuales eran sus mayores puntos débiles, desechándolos casi de inmediato como irrelevantes,
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debido al actual estado de confusión de los Yuuzhan Vong, y decidió que podría usar dicha táctica una
vez más, al menos en estos momentos.
Señaló al interior del holograma, indicando un área del espacio situada junto a la flota de reserva de los
Yuuzhan Vong, justo en el lado más alejado de la zona de confrontación en la dirección de Borleias. "Haz
que el 'Mon Mothma' haga un microsalto para aparecer aquí. Cuando llegue, deberá emitir una señal de
localización en todas las frecuencias abiertas al grupo de la flota y defenderse. Un minuto después de que
haya llegado, deberá activar sus generadores de fuente gravitacional y mantenerlos activados durante al
menos un minuto. Transmita eso directamente al 'Mon Mothma'."
Tycho se volvió hacia so consola.
Wedge se volvió hacia los presente en la sala. "Atención," dijo, y el clamor menguó en gran medida.
"Todas las naves y cazas estelares equipados con hipervelocidad y que puedan librarse del enemigo
durante los dos próximos minutos que lo hagan. Informen al Escuadrón 'Pícaro' y al Escuadrón de los
'Soles Gemelos' que abandonen su curso de acción actual y queden libres. Ellos saltarán en dirección a la
señal de localización que estarán a punto de detectar. Unos generadores de pozo gravitacional los sacarán
del hiperespacio en la zona de confrontación donde se encuentran el 'Halcón Milenario' y el Lusankya.
Sus órdenes converger sobre el Lusankya y escoltarle hasta Borleias. Vamos, señores, tenemos que
lograrlo."
Tycho se incorporó desde su consola. "El 'Mon Mothma' ha saltado."
"Vale," Wedge suspiró y bajó la voz. "Tycho, nosotros estamos a punto de lograr una victoria
apabullante que no queríamos."
Tycho le dedicó una sonrisa mordaz. "Lo pondremos en su biografía. El General Antilles era tan bueno
que no pudo perder una batalla, ni aún cuando lo intentó."
"Gracias."

Capítulo 07.
Ocupación de Borleias, Día 9.
Han lanzó el 'Halcón' en picado hacia el 'Lusankya'. Era igual que bucear dentro de un volcán en
erupción; el casco del 'Lusankya' estaba incandescente con el fuego de sus cañones de iones y baterías
láser, haciendo que el cercano espacio alrededor suyo fuera una reluciente zona de muerte.
Pero su zona de muerte era segura en comparación con lo que estaba a cola del 'Halcón': media docena
de cazas coralitas, con pilotos determinados y vengativos. Fogonazos de los cañones de plasma podían
verse por la pantalla visora del 'Halcón' y sus impactos martilleaban sus escudos de popa.
Las armas del 'Halcón Milenario' también disparaban, protegiendo su dañada popa contra los cazas
coralitas que les perseguían. Por lo gritos que les llegaban de los accesos a torretas de armas, sonaba
como si Ganner y Alema Rar manejaran los controles de las armas. Él pensó en los otros Jedi en la zona
de pasajeros, todos los supervivientes del ataque comandado por Anakin sobre el mundo-nave de los
Yuuzhan Vong sobre Myrkr, que al parecer estaban animando a sus compañeros.
Cuando el Halcón se zambullo aún más cerca del 'Lusankya', Han ya no pudo oír más gritos de animo
-ráfagas láser y estallidos de explosiones lo bastante cerca para hacer estremecer su nave y amenazar con
destrozar sus escudos-. En alguna parte a popa, alguna maquinaria se soltó de sus sujeciones y se estrelló
contra la cubierta del 'Halcón', y mientras Han continuaba girando, dando bandazos y haciendo picados,
pudo oír el característico sonido de impactos de metralla mientras los diferentes componentes de la
maquinaria comenzaban a estrellarse contra los mamparos de la nave.
"Eso suena caro," Leia dijo.
Han la lanzó una mirada asesina. Luego lograron alcanzar una zona muerte, a popa del 'Lusankya',
donde los láseres del Super Destructor Estelar no podían más que cruzarse por encima de sus cabezas.
Los sensores no mostraron ningún caza en la cola del 'Halcón', aunque en pocos segundos estarían lo
bastante cerca para disparar. Han soltó un suspiro de alivio. "Si nos vuelven a perseguir, tendré que volver
a pasar entre el fuego amigo," dijo. "Aunque esos chicos son buenos."
Leia frunció el ceño. "¿Quién?"
"Los artilleros del Lusankya. Ellos lograron quitarnos de encima a nuestros perseguidores y no nos
hicieron ni un rasguño."
"Han, ellos también nos han querido matar. Vi como esas baterías se entrecruzaban para seguirnos.
Nosotros nos somos para ellos, más que otro borrón en el espacio. Sólo que tú lograste esquivar su fuego,
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y los cazas no."
"Oh". Han viró a babor, alejándose de los cazas coralitas que llegaban; rodeó al 'Lusankya' a una
distancia segura y observó la nube de cazas estelares del Destructor Estelar enfrentándose a los Yuuzhan
Vong. "Entonces creo que no lo mejor es no regresar."
"Cierto."
"¿Tienes un posible vector de salida para nosotros?"
Ella consultó de nuevo el panel de sensores. "Nosotros casi hemos surgido de golpe en mitad de su
flota. La cortina más delgada entre nosotros y el espacio libre es volver por el camino..." Ella señaló a lo
largo del curso por él que ellos habían llegado al interior del sistema. Entonces miró más atentamente a su
pantalla. "Tengo señales de nave amiga allí. Un Destructor Estelar y más naves están llegando."
Han viró tan bruscamente el 'Halcón' hacia ese curso que él y Leia, y presumiblemente todos lo que
estaban a bordo, se vieron aplastados contra las protecciones antiaceleración de sus asientos. Muy tarde,
él grito por encima de su hombro, "¡Agarraos!"
Luke conducía al Escuadrón 'Soles Gemelos' lejos de la órbita alta de Borleias a máxima velocidad,
sintiendo como la sonrisa que había tenido se marchitaba. Hasta hace unos momentos, él había estado tan
cerca de ser feliz, como lo puede estar alguien en medio de un combate aeroespacial. El enemigo se
repente se había descoordinado, signo seguro de que su yammosk había muerto, y que ellos tendrían que
dejar el campo de batalla, y Luke no había perdido a ningún piloto en el enfrentamiento. Esperaba que su
trabajo casi estuviera hecho. Pero la inusual naturaleza de sus nuevas órdenes sugería que apenas si había
comenzado.
Un pitido por parte de R2-D2 le alertó de que el 'Mon Mothma' estaba transmitiendo la señal de su
baliza de posicionamiento. Luke viró para dirigirse directamente hacia el lugar donde se localizaba la
transmisión mientras su androide astromecánico trazaba la dirección para el rumbo de un salto al
hiperespacio. Activo su comunicador con la frecuencia del escuadrón. "Un recuento rápido," dijo. "Líder
listo."
"Dos". Corran se colocó al costado de babor de Luke.
"Tres". Zindra ascendió hasta alcanzar el costado de estribor.
"Seis."
"Cuatro."
Cuando todos los otros once pilotos terminaron de enumerarse, Luke fijo su cronómetro en cinco
segundos, y lo transmitió para coordinarse con sus otros pilotos. "Agárrense fuerte," se limitó a decir.
El contador se puso a cero. Los 'Soles Gemelos' saltaron al hiperespacio y luego casi inmediatamente
volvieron al espacio real, un salto de apenas dos segundos de duración.
Por delante, Luke vio el 'Mon Mothma', su puntiaguda proa apuntaba hacia atrás en su dirección, en la
dirección de Borleias. Pequeñas motas rojizas en las proximidades del Destructor Estelar, sugerían que la
nave estaba siendo atormentada por cazas coralitas, pero antes de que Luke pudiera dirigir su escuadrón
hacia ellos, R2-D2 emitió una señal sonora para indicar la llegada de nuevas órdenes.
Luke echó una mirada al texto garabateado y condujo a su escuadrón en un cerrado viraje hacia la flota
Yuuzhan Vong por detrás de ellos. "De acuerdo, gente. Nosotros tenemos que llegar hasta el 'Lusankya' y
abrir una ruta de escape para ella. Cualquiera que se interponga en el camino, destrócenlo."
El Escuadrón 'Pícaro' salí de su microsalto cerca del 'Mon Mothma'. La sección de cazas estelares del
Destructor Estelar ya había conseguido un espacio seguro alrededor de suyo; algunos de ellos estaban
acelerando hacia la zona donde se desarrollaba el combatía el 'Lusankya'.
Gavin condujo a los 'Pícaros' en un cerro giro en la misma dirección.
Su comunicador crepitó. "Aww, los 'Soles Gemelos' están allí por delante de nosotros." Esa era Volu
Nyth, una mujer humana de Kuat, un nuevo 'Pícaro'.
Gavin puso algo de seriedad en su voz. "¡Nada de charla innecesaria!" Luego bajó el tono. "Además,
nosotros tuvimos que viajar desde más lejos para llegar hasta aquí."
Han volvió a soltar una maldición, mientras realizaba con el 'Halcón' una serie de desconcertantes
maniobras, llevándola de un lado a otro y de arriba a abajo, con la idea de eludir el acoso de sus
perseguidores. De los ocho de ellos.
No era sólo el peligro para su nave, su esposa, sus pasajeros lo que le hacía sentirse infeliz.
Se estaba cansando.
Hace veinte años, un combate como este únicamente le había servido para relajarse y hacerle más
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terco. Ahora el sudor surgía de su cuerpo y podía sentir el cansancio en sus brazos.
"Naves amigas delante," Leia dijo. Tuvo que gritar para ser oída por encima, del fuego continuo de las
armas del 'Halcón'.
Han echo un vistazo a sus sensores, e hizo un ajuste menor para tomar un rumbo más corto, pero lo
realizó tan bruscamente que lanzó a Leia contra las protecciones de la derecha. Si no fuera por los arneses
del asiento del copiloto, ella habría salido disparada de su asiento. Puso mala cara. Él sabía que necesitaba
lograr reemplazar ese asiento con algo más propio para la complexión humana. "Lo siento," dijo.
La señal de nave amiga se partió en cuatro más pequeñas, y cada una de estas se descompuso en tres
señales parpadeantes -formación defensiva en tríos, lo que probablemente significaba que era una unidad
de Alas-X-. Mientras el 'Halcón' se les acercaba, ellos se abrieron en formación de ataque, pero no se
desplegaron mucho, y luego abrieron fuego.
Sus láseres relampaguearon tan cerca del 'Halcón', que Han llegó a pensar, que arrancarían la pintura
del casco de la nave. Luego los Alas-X desaparecieron, al igual que cuatro de las señales de los cazas
coralitas que les perseguían.
Cinco. La torreta superior artillada del 'Halcón' se anotó otro derribo, y de repente los perseguidores
vieron reducido su número a tres cazas coralitas. "¿Quién ha sido?" Han gritó.
"¡Yo!" La voz era femenina. De manera que era Alema la que estaba en la torreta superior, y Ganner
en la inferior.
"De tres nos podemos encargar nosotros," Han dijo. Esta vez él se acordó de gritar, "¡Sujetaos!" Luego
llevó al carguero en una dolorosamente ajustada vuelta hacia arriba. Él se vio empujado salvajemente con
el acolchado de su asiento mientras el compensador de aceleración no era capaz de seguir al mismo ritmo
que la violenta maniobra.
En mitad de la maniobra, cuando las fuerzas de aceleración alcanzaron su punto álgido, el miró a su
esposa, esperando verla aplastada e inmovilizada contra la parte posterior de su asiento, pero en realidad
ella estaba sentada hacia adelante a pesar de la tremenda aceleración. Ella le dirigió una divertida mirada,
incluso con un cierto deje de superioridad.
Una técnica de Jedi, tenía que eso, algo así como lo de ser capaz de levitar piedras. Él intentó no dejar
entrever celos o envidia en su expresión, y gritó por encima de su hombro, "Alema, espera a los estallidos
antes de disparar, uno-dos-tres."
"¡Entendido!"
Mientras los tres restantes cazas coralitas volvían dentro de su campo de visión, Han vio que ellos
únicamente estaban empezando a ascender en persecución del 'Halcón' -su maniobra, ejecutada
prácticamente después de que los Pícaros hubieran reducido su número a la mitad, había confundido y
retardado a los Yuuzhan Vong unos instantes, que les iban a resultar fatales.
Han armó el lanzador de misiles de conmoción del 'Halcón' y disparó al caza coralita más adelantada.
A esta distancia, podría disparar de nuevo al segundo y un vez más al último antes de que el primer misil
impactara.
Entonces esto lo hizo, con una explosión que debería de haber saltar en pedazos de yorik coral el caza,
pero en cambio fue absorbido al interior del pozo gravitacional proyectado por el dovin basal de la
aeronave.
Pero los disparos de Alema Rar desde la torreta láser relampaguearon, atravesando la anomalía
gravitaciones y acribillaron el casco de coral de la nave. El caza coralita explotó mientras su mecanismos
interiores se supercalentaban, y sus fluidos se convirtieron instantáneamente en vapor y gases.
El segundo proyectil detonó, con el mismo resultado, y la segunda ráfaga de disparos de Alema
acribilló la carlinga de color ámbar. La carlinga reventó como si el piloto de su interior estuviera a punto
de ejectarse, pero Han sabía que estos cazas no tenían asientos eyectables. No había ningún piloto dentro,
sólo un cráter negro en el lugar donde deberían haber estado su cuerpo y su asiento deberían de haber
estado.
El piloto del tercer caza, rápido de reflejos, giró y picó alejándose del 'Halcón', presentando un perfil
más estrecho donde poder apuntar, maniobrando para quedar por debajo del ángulo de fuego de la torreta
superior. El misil de conmoción explotó, inundando el interior del pozo gravitacional en la parte trasera
del caza... y entonces los disparos de láser de Ganner atravesaron la parte inferior del casco del caza,
atravesando la aeronave, y emergiendo por mitad del navío, a través del casco superior.
Sorprendentemente fue capaz de seguir volando, el caza aceleró alejándose, dejando tras de si una estela,
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que debían ser restos de fluidos corporales congelados por su exposición al vacío espacial.
"¿Los Pícaros?" Han preguntó. Se sentía casi sin resuello.
"Alcanzando al Lusankya," Leia dijo. "Nosotros tenemos una nave amiga delante." Así era, había otro
Destructor Estelar Imperial en su ruta, un modelo más viejo que el 'Mon Mothma'; estaba maniobrando
después de haber salido del hiperespacio para adoptar un rumbo que le condujera hacia el Lusankya.
"¿Qué te parece si nos introducimos en su bahía de lanzamiento y descansamos durante un par de
minutos?"
Ella sonrió. "Tú eres el capitán."
"Te recuerdo que nunca dices eso, cuando discrepas conmigo por algo que he dicho."
Mientras se iban acercando al Destructor Estelar, Leia dejó escapar un pequeño gesto de sorpresa.
"Han, es el 'Sueño Rebelde'."
Han miró, un tanto sobresaltado, la nave que tenían delante. El 'Sueño Rebelde' había sido una vez la
nave capitana de Leia -no bajo su mando directamente, ya que los oficiales navales siempre la habían
comandando, sino el navío puesto a su disposición, elegido para darle prestancia e importancia a su cargo
mientras ella conducía las negociaciones entre la Nueva República y sistemas planetarios no encuadrados
en su alianza. El 'Halcón Milenario' había descansado durante meses en una de las bodegas de carga del
'Sueño Rebelde' mientras Han había llevado a cabo una campaña militar contra un corrupto señor de la
guerra.
La expresión de Leia era pensativa y ensoñadora, y los años parecieron desplomarse sobre ella,
mientras rememoraba aquellos lejanos tiempos. "¿Qué piensas, Han? Parece estar en buenas
condiciones."
"Sí, lo está."
Leia apartó la mirada de la nave y se dio cuenta de que su marido no estaba mirando a la nave. Ella se
ruborizó pero pareció contenta. "Han. Haz que tu mente vuelva al trabajo."
"Lo siento. Hacerte viejo. Hace que te distraigas fácilmente." Han mantuvo su alborozo, su gesto de
satisfacción en el rostro. Por un momento, él había visto a Leia olvidarse del dolor que la había estado
consumiendo desde la perdida de Anakin y Jacen. Quizás si él pudiera hacer algo como esto de vez en
cuando, el veneno de ese dolor no se apoderaría de Leia, no acabaría por poseerla como había hecho con
él. "Seguro. Viejo. Por supuesto."
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"Lusankya tiene su escolta," Tycho comentó. "Y con ellos, son capaces de mantener bajo control a los
cazas y fragatas vivientes de los Yuuzhan Vong, además esta consiguiendo abrir una brecha, y abrirse
paso a través de la flota enemiga."
Wedge asintió La cuña cabeceó. El holograma presente confirma las palabras de Tycho.
Ninguna nueva nave amiga había aparecido en los alrededores de la 'Mon Mothma' durante el último
par de minutos; por lo que apagó sus generadores de campos interdicción. "Ordene al 'Mon Mothma' que
traiga al resto de nuestras fuerzas hasta aquí, y dígales que nos cubran de cerca. Los Vong caerán sobre
cualquier que se extravíe; no necesitan un yammosk para decirles lo que han de hacer."
El holograma mostró la señal correspondiente a la flota Yuuzhan Vong, la cual se había hecho más
grande y difusa, pero gradualmente se iba contrayendo como si se moviera contra el grupo centrado sobre
el 'Lusankya'. Pero sin un yammosk par coordinarlos, los Yuuzhan Vong eran incapaces de realizar
ninguna táctica sofisticada o realizar una verdadera concentración de su fuego sobre las naves principales
de la Nueva República. Mientras Wedge observaba, el número de naves Yuuzhan Vong comenzó a
menguar. Wedge sintió cierto sentimiento de desazón -de un comandante militar a otro- hacia el
comandante enemigo, o quienquiera que se hubiera encargado de la flota después de que su comandante
en jefe hubiera muerto; si él no reconocía la derrota o ordenaba una retirada, se enfrentaba a la serie
posibilidad de perder toda su flota.
Entonces se produjo. Primero un crucero viviente de la clase matalok se alejó del área de
enfrentamiento, luego una fragata viviente y dos o tres escuadrón de cazas coralitas, y de repente la
batalla prácticamente se había terminado, todas las naves principales de los Yuuzhan Vong saltaron más
allá del límite exterior del sistema, y solamente unos pocos cazas coralitas continuaban sus
enfrentamientos contra cazas estelares, como si algunos pilotos Yuuzhan Vong escogieran una inútil pero
honorable muerte a la deshonra de la retirada.
"Asunto resuelto," Wedge dijo. "Prepare el retorno de la flota." Le dedicó a Tycho una pequeña sonrisa
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amarga. "Nosotros también tendremos que celebrar nuestra victoria."
Tycho le miró, con gesto inexpresivo. "Ya estoy mareado de solo pensarlo, señor," dijo.
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Han Solo bajó por la rampa del 'Halcón', uno de sus brazos rodeando la cintura de Leia y el otro alzado
y agitándolo en gesto de saludo ante los vítores y gritos de alegría de los pilotos y tripulaciones en el
muelle de atraque principal de Borleias. "¿Por qué están tan alegres? Quiero decir, yo estoy alegre, pero
ellos están actuando como si yo hubiera ganado esta batalla yo solito, sin la ayuda de nadie más."
Leia le dedicó una pequeña sonrisa, ella se sentía mejor desde que Han había sido capaz de sacarla un
tanto de su retraimiento. Le dijo, "Tú fuiste el que se dejó caer en medio de la flota Yuuzhan Vong, y
salió de allí sin un arañazo. El famoso Han Solo. Tú, simplemente, les has devuelto la moral, al hacerles
ver que ellos también pueden derrotar al enemigo."
"Ah."
"Además de eso, tú has sido capaz de ganar todas y cada una de sus batallas sin la ayuda de nadie.
Pregúntaselo a tus admiradores. Yo te aseguró que puedo encontrar a un historiador que aprecie un buen
soborno, y mañana serás el hombre que le dijo al 'Lusankya' que saliera del hiperespacio donde lo hizo, el
hombre que hizo explotar a la nave insignia enemiga con únicamente el fuego de su pistola
desintegradora."
"No te atreverás."
Delante de ellos, los pasajeros del 'Halcón' se movían a través de la multitud, conducidos por unos de
los oficiales de Wedge Antilles. Muchos de ellos eran Jedi, pero no todos ellos habían sido anteriormente
objeto de las aclamaciones de una muchedumbre enfervorizada.
Ganner, el caballero Jedi de pelo oscuro y pagado de si mismo, era el primero de ellos. Saludaba a la
multitud con la pose de Han pero con nada de la irónica autosuficiencia de Han, y la sonrisa que le
dedicaba a algunas de la damas de la multitud era algo más, que radianes. Detrás de él estaba Alema Rar,
la Jedi Twi'lek Jedi de piel azulada; una excelente organizadora de rebeliones y misiones de espionaje,
había pasado grandes períodos de tiempo fingiendo ser una bailarina, y ella ahora demostraba esa
habilidad y compostura como bailarina mientras sonreía a la multitud. A continuación iban Zekk, el ex-
golfillo callejero que se habían entrenado para convertirse en un Jedi Oscuro antes de entrar en la
academia de Luke en Yavin 4, y Tesar Sebatyne, el descendiente masculino -o miembro de camada, como
él solía decir- de Saba.
Los últimos a excepción de Han y Leia, eran Tahiri Veila y Tarc, dos preocupaciones para los Solos.
Han meneó la cabeza. No, no eran preocupaciones; sino verdaderos quebraderos de cabeza.
Tahiri, una esbelta estudiante Jedi, había sido uno de los amigos más íntimos de Anakin Solo. En
meses y semanas venideras, ellos habían sido algo más que amigos, habían estado al borde de convertirse
en algo más. Había sido Anakin quien la había rescatado de su cautiverio a manos de los Yuuzhan Vong;
Anakin quién la había ayudado a superar el lavado de cerebro que casi la convenció de que ella misma era
una Yuuzhan Vong.
Y entonces Anakin había muerto. Han no fue capaz de conseguir mantener sus pensamientos alejados
de los recuerdos. Sintió como algo agarraba su corazón y lo apretaba; el dolor casi le hace tropezar. Han
no pudo evitar mirar a Leia; ella también esta mirando a Tahiri, y el mismo desconsuelo que sentía Han se
reflejaba en sus ojos.
Aunque vestía con unas ropas Jedi, Tahiri iba exprofeso con los pies descalzos. Ahora era un cierto
gesto de fuerza u orgullo en su postura; la muerte de Anakin la había golpeado con gran brutalidad,
posiblemente con tanta dureza como lo hizo la muerte de sus padres. Ella permanecía callada; hubo una
vez, que no hubiera habido manera, excepto una orden de Luke Skywalker, de callarla.
Tahiri tenía un brazo alrededor de Tarc, guiándole, dándole confianza y seguridad. Tarc tenía doce
años, un muchacho de Coruscant elegido como parte del complot de Viqi Shesh para secuestrar a Ben
Skywalker. Viqi lo había escogido para que actuara como distracción, debido a su extraordinario parecido
al Anakin de unos años antes, una semejanza tan penosamente cercana que Han sentía como su estómago
se le revolvía cada vez que veía la melena castaña perpetuamente despeinada del chico, sus glaciales ojos
azules y su expresión franca y abierta.
Dolía simplemente el ver al muchacho, pero sería cruel y equivocado abandonarle, rechazarle. Era un
problema que Han no podía resolver con un desintegrador o con un vuelo de fantasía.
Han vislumbró una cabeza de pelo rubio agitándose arriba y abajo como si su propietario estuviera
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empujando para abrirse paso a través de la muchedumbre. "Llega el granjero," dijo.
Y entonces Luke Skywalker estaba con ellos, abrazando a Han y Leia, con su juvenil y contagiosa
sonrisa burlona. "Habéis escogido un buen momento para venir de visita," dijo Luke.
"Échale la culpa a tu hermana," Han dijo. "Nosotros transmitimos por la Holored si tú aún seguías en
Borleias. Nosotros recibimos tan la confirmación de que así era, así como una invitación para acompañar
al 'Lusankya.' 'Vamos con el 'Lusankya'," ella dijo. "Mayor seguridad para nuestros pasajeros."
Leia le dirigió una mirada glacial. "Tú realmente necesitas disfrutar de esas raras ocasiones en la que
tienes razón." Entonces ella vislumbró algo y de nuevo su expresión resplandeció. "¡Mara!" Ella se soltó
para abrazar a su retrasada cuñada.
"Escuchad," dijo Luke, "Wedge tiene unos cuartos preparados para vosotros. Tenéis tiempo para
asearos un poco. Luego todos nosotros necesitamos hablas con vosotros."
Han le dedicó una mirada llena de curiosidad. "¿Quién es 'todos nosotros'?"
"Los del Círculo Interior."
En tan pocas palabras como a ellos les fue posible, Han y Leia les contaron los hechos acontecidos
durante su estancia en el Cúmulo de Hapes', después de la marcha de Luke y Mara. La aterradora
tendencia de Jaina de sumirse en el Lado Oscuro -debido a sus sentimientos de venganza- y la inesperada
ayuda por parte de Kyp Durron por hacerla volver a la cordura, de la escaramuza que había dejado a Han
con una fractura de cráneo, de la cual aún apenas se había recuperado, de los esfuerzos por parte de Ta'a
Chume por desplazar a su nuera Teneniel Djo fuera del trono y persuadir a Jaina Solo de que se casara
con el marido de Teneniel, 'el regente'. "La situación no se había resuelto, cuando nosotros nos
marchamos," Leia dijo. "Pero no había mucho más que Han y yo pudiéramos hacer. Confiemos en que
Jaina haya sabido elegir las opciones correctas."
Ellos estaban sucio salón de la instalación biogenética en lugar de la usual sala de reuniones del
'Círculo Interno'. Con Han y Leia, estaban Wedge, Iella, Luke, Mara, y Lando, un cómodo grupo de
amigos íntimos. Ellos parecieron contentos de ver a Han y Leia, pero por otro lado parecían algo tensos y
distraídos.
"Usted no está actuando como alguien que ha conseguido una importante victoria militar. Wedge," dijo
Leia.
Wedge mostró un gesto malhumorado. "Esta es la clase de victoria que pueden costarnos la guerra.
Nosotros esperábamos enfrentarnos a un comandante Yuuzhan Vong de habilidades medias, con una flota
no muy numerosa, que es lo que sospecho que hicimos. Nosotros íbamos a entretenerle tanto tiempo
como nos fuera posible, pero las circunstancias de hoy, nos han obligado a dejarlo en seguida fuera de
juego. El siguiente que ellos envíen será mucho más duro de pelar, y eso va a hacer las cosas mucho más
difíciles para nosotros. Pero ustedes dos han venido en un buen momento. Necesitamos de sus
habilidades."
"Las habilidades de Leia, querrás decir," Han dijo. "Sin ella, no creo que haya nadie en la Nueva
República que sea capaz de mantenerla unida."
"Las habilidades que ambos poseen," dijo Wedge. "Porque la Nueva República está muerta. Un
caparazón sobredimensionado con una sistema nervioso descentralizado; la extremidades aún no sean
dado cuenta de que el corazón ya no está latiendo."
Leia y Han intercambiaron una mirada. "Oigamos lo que tiene que decir," Leia dijo.

Capítulo 08.
Nave mundo Yuuzhan Vong. Órbita de Coruscant.
Maal Lah se detuvo en el lado exterior de la barrera que conducía al interior de la cámara del
rastreador espinal. Echó una mirada al guardia que lo había conducido hasta aquí como si le fuera a
preguntar algo. ¿Está usted seguro de que es aquí? Pero el guardia apartó la mirada, bien porque él no se
atrevía a mirar directamente a los ojos de un superior o porque sabía el destino que le esperaba tras esa
barrera, Maal Lah no sabría decirlo.
Cuando Maal Lah avanzó, la barrera se contrajo, igual que la boca de un pez que se abriera ante él, y
pasó al interior de la cámara.
Este era un lugar de conocimiento y de entrenamiento. La cámara de rastreo espinal estaba
íntimamente asociada con la cámara de provocación espinal que era capaz de realizar el trazado de rutas
neuronales mientras sus sujetos pensaban sobre ciertas cosas... y luego direccionar el dolor hacia era
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rutas, para prevenir que el sujeto reexaminara de nuevo esos pensamientos. La cámara de rastreo, también
trazaba rutas neuronales, pero solo relacionadas con ciertas funciones: para determinar cuan
eficientemente eran retransmitidas las señales a lo largo de esas sendas, y para emitir dolor a los
receptores con precisión milimétrica, permitiendo al sujeto calibrar el grado en que unos determinados
tejidos seguían permaneciendo dañados o desequilibrados, a pesar de parecieran haber sanado por
completo.
La cámara estaba pobremente iluminada, luces bioluminiscentes lanzaban reflejos sobre las rojas y
negras paredes de coral, sugiriendo gruesos depósitos de sangre medio-seca. Ofrecía una mesa central con
un gran tablero ovalado, cuidadosamente ingenio final del rastreador espinal, inclinado de tal manera que
finalmente quien estuviera situado encima, estuviera cerca de tocar el suelo. Un varón de la casta de los
moldeadores, estaba de pie junto a la mesa; Tsavong Lah permanecía sobre ella, con sus pies tocando el
suelo. Estaba vestido por completo, pero su brazo izquierdo permanecía desnudo, apoyado contra la
superficie, similar al cuero, de la mesa, y Maal Lah sabía que la visita del maestro de la guerra era
únicamente por cuestiones médicas; el rastreador espinal tenía que estar evaluando la condición de la
garra de radank implantada en su brazo. Este no tenía peor aspecto que la última vez que Maal Lah lo
había visto, pero tampoco mejor. Quizás el maestro de la guerra deseará que él viera que este no se había
deteriorado, para que él a su pudiera informar a otros, para así poner fin a las especulaciones sobre el
posible rechazo del injerto de Tsavong Lah.
Tsavong Lah le miró sin mover la cabeza y le llamó. El moldeador se apartó a un lado de manera que
ellos pudieran hablar privadamente, pero Maal Lah pudo sentir sus ojos fijos en él.
"Yo requiero tú su opinión, mi sirviente," Tsavong Lah dijo. "Una interpretación de los hechos
acaecidos."
Maal Lah asintió, sin hablar. Él prefería no hablar mucho delante de su maestro de la guerra. Aquellos
quienes decían demasiadas cosas, inevitablemente se ganaban la ira de Tsavong Lah;
Nom Anor era una muestra palpable de ese disgusto.
"Yo despaché la flota de Wyrpuuk Cha a Borleias para recuperar este planeta a los infieles. Nosotros
asumimos que hacerse fuertes allí, era simplemente un intento desesperado de morir de una forma
honorable. Sin embargo, todo era una trampa. Los infieles demostraron una inusual precisión, osadía y
salvajismo en un plan brillantemente concebido y ejecutado. Dejaron caer su nave espacial más grande;
una que nosotros no sabíamos que formaba parte de aquella flota, en el corazón de la formación de
Wyrpuuk Cha, usándola para destruir ambos yammosks. Esa nave espacial se convirtió en un señuelo
para las otras naves de nuestra flota, que se lanzaron sobre ella, lo cual permitió al enemigo mandar naves
de refuerzo que llegaron inadvertidamente y cayeron sobre las nuestras desde todos lados." El maestro de
la guerra se quedó en silencio durante un largo rato. "Ciertamente la flota nave no fue totalmente
destruida. El sucesor designado por el comandante Wyrpuuk Cha condujo a muchos de los sobrevivientes
de vuelta hasta nosotros. Un piloto del Dominio Kraal ha reunido y comanda a algunos de los
supervivientes para continuar con sus esfuerzos de hostigamiento a los infieles. Por supuesto, esos
sobrevivientes desobedecieron una orden directa del sucesor designado cuando escogieron permanecer
con é.
"Yo ya ye establecido un plan de acción," el maestro de la guerra concluyó. "Pero daré las bienvenida
a sus posibles ideas."
Maal Lah permaneció callado durante un largo rato. Esto era preferible a ofrecer ideas estúpidas o a
medio considerar, y Tsavong Lah no se sentía para nada incomodado por los largos silencios.
Finalmente dijo, "Si la emboscada fue realizada con la precisión que se me ha descrito, resulta
indiscutible que fue planeado por su táctico más grande, Garm bel Iblis."
"No. Bel Iblis parece estar al mando de todo un grupo de flota, en otra zona de la galaxia. Las naves en
el sistema Pyria parecen estar bajo las órdenes de Wedge Antilles."
Maal Lah se quedó callado de nuevo, mientras sopesaba estos nuevos dados. "Necesitaré evaluar los
informes de los sobrevivientes. Pero parece inevitable que fue bel Iblis quien planeó esta emboscada. Eso
significa que él está trabajando muy estrechamente con Antilles. Lo que no da entender que dan una gran
importancia a ese lugar. Antes de destruirlo, debemos averiguar a que se debe esa importancia. Y luego
debemos destruirlo con tanto salvajismo que cada infiel que una vez sonrió ante el éxito de esta
emboscada, ahora vacile y retroceda lleno de temor."
"Sí."
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"Lo cual, a su vez, significa que usted personalmente debería conducir la conquista de Borleias."
Tsavong Lah negó con la cabeza. "No puedo. Son demasiado grandes y variados los asuntos que
necesitan mi atención en otros lugares. Pero estás en lo cierto. Es necesario el toque de un maestro de la
guerra."
Maal Lah frunció el ceño, sin comprender, luego se irguió cuando el significado de las palabras de
Tsavong Lah penetró en su mente. "Él no querrá."
"Querrá."
"Creo que él sería la mejor opción posible. Si se le persuade para ir."
Tsavong Lah cabeceó. "Prepara a una para que me conduzca al Dominio Lah."
"Así se hará." Maal Lah tomó el tono del maestro de la guerra como un gesto de despedida y se
marchó.
Viejas cicatrices en su espalda comenzaron a picarle, cicatrices hechas por aquel, cuyos servicios
Tsavong Lah estaban a punto de usar.
Cuándo Maal Lah se hubo marchado, el maestro de la guerra hizo un gesto para que el moldeador
reasumiera sus tareas, y le dijo. "¿Cuál es su conclusión?"
El Maestro Moldeador Ghithra Dal se tomó unos segundos para conformar su respuesta antes de
presentar. "No hay ninguna señal de cambio. El tejido donde la garra de radank se une con vuestra carne
original continúa deteriorándose, continua curándose."
"¿No hay ninguna señal de rechazo en mis otros injertos?"
"Ninguna."
"¿Entonces que es lo que usted hace mal?"
"No lo sé."
"A pesar de que vuestros conocimientos de maestro moldeador fallan, tendrás algunos indicios,
opiniones. Las quiero. No temas mi enfado en este punto. Yo puedo distinguir entre hecho y conjetura."
"Si yo tuviera que realizar una conjetura, Maestro de la guerra, sería que la verdadera causa de esta
enfermedad no tiene que ver con la ciencia de los moldeadores... sino con la voluntad de los dioses."
Tsavong Lah sintió un pequeño estremecimiento, mientras otra pieza -esta real- del rompecabezas era
colocado en su lugar, sobre la supuesta confabulación que Viqi Shesh había sugerido. "¿Qué dioses?"
preguntó.
Ghithra Dal ladeó la cabeza, su gesto sugería que él no estaba seguro. "Cualquier dios podría
manifestar su enfado de esta manera. Pero con mi experiencia, aquel que parece más probable a hacer una
cosa como esta es Yun-Yuuzhan. Por lo que, si yo pudiera atreverme a sugerir un curso de actuación, que
usted podría llevar a cabo..."
"No me muestre el menor temor, Ghithra Dal, y exponga su sugerencia."
"Yo recomendaría que usted hablara con los sacerdotes de los dioses principales y les preguntaría cual
entre los grandes seres podría estar enfadado con usted. Esta es una cuestión para los sacerdotes, no para
moldeadores."
Exceptúe, Tsavong Lah pensó, cuando los sacerdotes están confabulados con los moldeadores. ¿Cuál
será su premio? ¿Una generosa porción de tierra en el mundo que los sacerdotes de Yun-Yuuzhan
reciban? ¿Un continente, quizás?
"Tomaré en cuenta lo que me has dicho," el maestro de la guerra dijo. Se levantó y permitió que
Ghithra Dal le trajera sus vestidos. Mientras seguía pensando: Buscaré una segunda opinión. Encontraré a
alguien que pueda hablar como un moldeador... pero que no deba lealtad a las autoridades máximas de los
moldeadores.
Yo me traeré Nen Yim.
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Ocupación de Borleias, Día 11.
Luke Skywalker estaba sentado con las piernas cruzadas en el suelo de la bodega de carga del 'Halcón
Milenario', la cual estaba sin carga. Era unos de los pocos lugares, en una atestaba base militar, donde él
podía estar solo, un lugar donde lo que él estaba haciendo no le provocara ningún malestar a su hijo.
Se abrió a la Fuerza, se dejó flotar dentro de esta. No pensó en la pregunta a la que él esperaba
encontrar contestación -el pensamiento era contraproducente a la intuición-.
Pero esta vez, las corrientes de la Fuerza le llevaron a donde él quería ir.
Él pudo sentir una persistente manifestación del lado oscuro. No estaba esperando por él, no le llamaba
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a él, tenía una agenda que no tenía nada que ver con Luke Skywalker. Y justo durante un breve instante
antes de perder su percepción de ella, supo que aún seguía vagando por las rotas sendas de Coruscant.
Han Solo observaba como su esposa regresaba lentamente a la vida.
No mucho antes, la pérdida de Anakin y Jacen la habían destrozado, convenciéndola de que todas sus
actuaciones y esfuerzos eran algo sin inútil, sin sentido. Una vez que ella había comprendido, al menos a
nivel intelectual, que no era así, los problemas de su hija Jaina en el sistema Hapes le habían recordado a
Leia que ella tenía deberes, obligaciones. Comenzó a llevarlos a cabo con su acostumbrada manera de
trabajar rápida y eficiente, pero sin la chispa de entusiasmo o mal humor, tan característico de Leia, y que
era una parte que él adoraba.
En cualquier momento del día o de la noche, ella podría volver a pensar en Anakin, en la forma que
había sufrido y había muerto en su misión a la mundo nave Yuuzhan Vong sobre Myrkr. Se quedaría sin
respiración y se pondría pálida y tendría que apoyarse en los brazos de Han o contraer su cuerpo en una
bola dondequiera que ella estuviera sentada hasta que el dolor pasara. Han, también, sentía la puñalada de
dolor por la pérdida de Anakin, pero se obligaba a si mismo a permanecer erguido, intentando no mostrar
exteriormente su pena -estaba determinado a hacerlo así por Leia, a no dejarla que se viniera abajo, y se
sumiera en desesperación de la misma manera que él lo había hecho después de la muerte de Chewie.
Por ahora, mientras Leia pasaba su tiempo con su datapad conectado a los bancos de datos de varias
naves y su propio archivo personal a bordo del 'Halcón Milenario' y del 'Sueño Rebelde' -catalogando a
políticos que la debían favores, reconstruyendo las medidas y acciones que ella y otros fundadores de la
Alianza Rebelde habían adoptado cuando pusieron las bases de su movimiento de resistencia, hace más
de dos décadas -algo parecido al entusiasmo parecía haber vuelto a ella. El dolor por la pérdida de Anakin
y la incertidumbre por la desaparición de Jacen aún seguían allí, sin disminuir lo más mínimo... pero al
menos estos dolorosos sentimiento no la acaparaban por completo, por lo que ella al estar ocupada con
otros asuntos, parecía más vital, más viva. En definitiva, más ella misma.
Han le dio la bienvenida al cambio sin entender del todo su causa; hasta donde él podía decir, ella
simplemente estaba haciendo el tipo de trabajo político que ella había estado haciendo -tan bien
generalmente- durante décadas.
La exclamación de Leia lo sobresaltó sacándole fuera de su ensimismamiento.
"¿Que ocurre aquí?"
Él se volvió, mostrándola una abierta sonrisa, ante la expresión de asombro que ella dirigía hacia el
espació vacío donde antes había estado el asiento de Chewbacca. "Espero tener algo del tamaño de Leia
colocado para hoy." La sonrisa burlona era mitad genuina ante el gesto de sorpresa por parte de ella,
mitad para ocultar sus propios prolongados sentimientos de desaliento; reemplazar la silla de Chewie, uno
de los últimos recuerdos tangibles de la vida del Wookiee, había sido una de las cosas más duras que Han
había tenido realizar en toda su vida. "¿Has terminado de reorganizar la galaxia por ahora?"
Ella negó con la cabeza, para finalmente volver a centrar de nuevo su atención sobre su marido. Ella
fue junto a él. "Yo aún tengo que mover algunos sistemas por aquí y por allá, y muy pronto seré capaz de
dejar bien limpio al 'Cúmulo de Hapes'..."
"Eso podría servir." Han tiró de ella y la puso sobre su regazo. "Nosotros podríamos empezar con
Isolder, ese dolor de cabeza andante..."
Pero la atención de Leia se centró en otra parte, más concretamente en los datos planetarios que
mostraban las pantallas de la computadoras del 'Halcón'. "¿Han, qué es esto?"
"Coruscant."
"Ya sé que es Coruscant. ¿Lo que quiero decir, es qué haces tú estudiando algo como esto?"
Él se encogió de hombros, como si no supiera la respuesta, una demora táctica mientras consideraba
cual podría ser la mejor mentira que podía soltar. Ninguna de las posibles opciones le pareció que tuviera
la menor opción de poder engañar a Leia.
Finalmente dijo, "es cosa de los gemelos, Leia. Los gemelos son sagrados para ellos. Ellos creen que
Jacen y Jaina tiene gran importancia para sus dioses, y eso significa que si tú tienes razón sobre que Jacen
aún sigue vivo, entonces él estará en manos de su gente más importante. Su mundo nave insignia está en
Coruscant. No tienes que ser un genio para deducir que en Coruscant, bien en el propio planeta o en esa
mundo nave, es el lugar más probable donde se encuentre Jacen."
Ella le miró a los ojos, toda levedad desapareció de su expresión. "Tú no vas a ir allí, en su búsqueda."
"Puedo," dijo. Lo haré, se dijo a si mismo.
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"Han, no. Escúchame," Esta no era la voz de mando de Leia, sino de súplica. "No puedes ayudarlo. Si
vas, también te perderé a ti."
"Yo soy tan duro de perder como una mala reputación."
Leia no contraatacó, no replicó con cualquier de la docena de respuestas apropiadas, un signo más de
su seriedad. "Tienes que entenderlo. No puedo ver a los Yuuzhan Vong con la Fuerza, no puedo ver a
Jacen con la Fuerza... pero no estoy desconectada de la Fuerza. Todavía me muestra cosas, me ofrece
visiones, de vez en cuando. Cuando veo a cualquiera de nosotros regresando a Coruscant mientras siga en
manos de los Vong, nos veo fracasando en lo que intentemos allí. Muriendo allí."
Desanimado por el tono de voz de Leia, Han meneó su cabeza. "Alguien tiene que ir."
"Luke. Luke es quién tiene que ir. El tiene una oportunidad. Nosotros no." Leia pareció desinflarse,
como si la admisión de que ella no podía ofrecer ayudar, ni consuelo a su hijo desaparecido la hubiera
hecho más pequeña, con menos volumen. Pero casi al instante se irguió de nuevo. "No puedes ayudar a
Jacen, pero puedes ayudarme a mi."
"¿Cómo?"
"Con la política."
"Ya sabes lo que siento sobre la política. Sabes en lo que realmente soy bueno."
A ella le volvió la sonrisa. "La Resistencia significa que es hora de una nueva política. Del tipo donde,
si el prójimo que te sonríe esta planeando clavarte una vibro-cuchillo en tu espalda, en lugar de devolverle
la sonrisa, tú le disparas."
"¿De verdad?" Él pensó sobre esto. "¿Dispararle sólo una vez, o tanta veces como yo quiera?"
"Tanto como duren las baterías de tu desintegrador."
"Suena maravilloso. ¿Cuál es la presa?"
"Yo he aceptado la misión de la que habló Wedge la otra noche. Pendiente, de que dieras tú
conformidad, eso sí. Una vez que nosotros tengamos un plan de trabajo, viajaremos de sistema en sistema
para preparar células de Resistencia. Pidiendo favores. Una extensión de la Clandestinidad Jedi.
Probablemente nos tropezaremos con fuerzas Yuuzhan Vong y unidades de la Brigadas de la Paz."
"Y disparándoles."
"Sí."
Él abrió su boca para preguntar si esto era realmente lo que ella quería hacer mientras uno de sus niños
sobrevivientes estaba desaparecido y el otro estaba en circunstancias desconocidas en un mundo que casi
se podía considerar hostil, pero entonces él captó la mirada en sus ojos, el destello que tan a menudo
había ofrecido la expresión de la líder de la Alianza Rebelde Leia Organa en los más oscuros días de la
primera guerra contra el Imperio.
Los días más oscuros y aciagos sacan lo mejor de algunas personas... personas como Leia Organo
Solo. Ahora volvían los días oscuros. Ahora, a pesar del dolor e incertidumbre que ella se esforzaba por
ocultar, Leia estaba de nuevo mostrando lo mejor de ella misma.
Ella había regresado.
"Yo estoy de acuerdo, señora."
"Bien. Nosotros necesitamos a un sinvergüenza como tú."
"¿Yo ya no podré ser más un chico bueno?"
Ella meneó su cabeza y se inclinó para darle un beso.
Detrás de ellos, sonó la voz cantarina de C-3PO, "¡Maestro Solo! El mecánico con vuestro nuevo
asiento del copiloto está aquí."
Han y Leia rieron juntos, luego Leia se separó dejando entrever una silenciosa sonrisa.
Han la miró. "¿Cómo un sinvergüenza reactivado, también, podré disparar a 'Vara de Oro', no es así?"
Ella negó con la cabeza.
"De manera que está la parte mala."
"Ésa es la parte mala."
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Danni Quee pegó un brinco y se enderezó en su asiento, y durante el breve instante posterior después
de despertarse, no pudo recordar lo que la había despertado. Pero entonces sucedió de nuevo, un golpe en
la puerta. "Entra," ella dijo instintivamente, apartando el pelo de su rostro.
La puerta se deslizó abriéndose y Tam Elgrin estaba allí de pie, sosteniendo las manos delante suyo,
como si él no estuviera muy seguro de que hacer con ellas. La puso sobre sus caderas, aunque se lo pensó
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mejor, y las cruzó por delante suyo, apoyándose sobre la jamba de la puerta. La puerta zumbo al empezar
a cerrarse, pero lo detectó como una obstrucción, y siseó abriéndose de nuevo.
"Tam. Hola. No creía que pudieras estar en este corredor."
Él la ofreció una precaria sonrisa y señaló al chip de identificación adherido a la parte frontal de su
camisa. "Yo soy, un, estoy haciendo reparaciones con el grupo civil de reparaciones. "Por eso puede estar
aquí."
"Ah."
"¿Tienes alguna cosa para reparar?"
La puerta intentó cerrarse de nuevo. Tam no la hizo caso.
Danni negó con la cabeza. "La verdad es que no. Yo hago la mayoría de mi propio mantenimiento."
"Oh. Claro. Bien, si alguna vez necesita un taquígrafo, por si acaso, ya sabe, avíseme."
"No te preocupes, lo haré."
Tam se quedó allí esperando, pasando un ciclo más de la puerta en su intento por cerrarse, antes de
parecer darse cuenta de que la conversación aparentemente había llegado a su fin. "¿Um, puedo traerte
algo? ¿De comer o para beber?"
"No, no hace falta. Pero de todas formas, gracias."
"Vale, pues nada. Me marcharé."
"Adiós."
"Adiós." La expresión de Tam adquirió un cierto gesto de perplejidad, luego de dolor. Retrocedió de
pie fuera del marco de la puerta, y alzó una mano para frotarse una de sus sienes. "Hay este maldito dolor
de cabeza, me..."
La puerta deslizante se cerró, cortando sus últimas palabras.
Danni se tumbó. Esta era la tercera vez en tres días que Tam se había apartado de sus tareas para
hablar con ella, con sus inimitablemente torpes maneras. Obviamente, él había desarrollado un cierto
interés por ella, y eso era la última cosa que ella necesitaba en estos momentos.
Oh, no era que ella lo detestara. Pero sus deberes, análisis de la tecnología de los Yuuzhan Vong, era
lo primero. Luego estaba, durante tanto tiempo como le era posible, su entrenamiento en el uso de la
Fuerza, y sus ocasionales misiones con los Caballeros Salvajes. Además ella tenía los encuentros con los
miembros del 'Círculo Interior' y las largas y tediosas reuniones con aquellos otros que también tenían
conocimientos sobre la tecnología Yuuzhan Vong, gente como Cilghal, la sanadora Jedi de Mon
Calamari. Ella tenía sueño, ahora era su hobby favorito, muy apreciado debido a su escasez. Por lo que
ella no tenía tiempo para la legión de pilotos, oficiales y técnicos del género masculino que pensaban que
ella seguramente estaría muy interesada en malgastar algo de tiempo con ellos.
Esto resultaba aún peor con Tan, quien le solía mirar fijamente con sus grandes, necesitados ojos
llenos con una emoción que ella no era capaz de interpretar. No era amor, afecto, o admiración. Era algo
parecido al ansia, al anhelo, pero peor.
Si ella no supiera que era imposible, habría dicho que era pura desesperación.
Ella se frotó los ojos en un vano intentó por conseguir que ellos pudieran enfocar, luego centró de
nuevo toda su atención sobre sus instrumento y aparatos.
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Mientras preparaba la cama, Iella preguntó. "¿Wedge, tienes alguna razón para desconfiar de Luke y
Mara? ¿O de Tycho?"
Wedge se echó de espaldas en la cama y puso gesto de cansancio ante la tensión y nervios acumulados
de todo un día de duro trabajo, que ahora pudo dejar salir. Por supuesto que no. ¿Por qué?"
"Hace un par de días, encontré un dispositivo de escucha colocado en las habitaciones de los
Skywalker. Era el trabajo de un aficionado, sujeto con un poco de duracemento a la tubería del agua de su
baño. De manera que sólo podría oír las conversaciones que tienen lugar en ese baño unipersonal, y
únicamente cuando el agua no este fluyendo a través de la cañería."
Él la dirigió una mirada de escepticismo. "Suena igual que si estuviéramos siendo espiados por alguien
que no ha visto bastante holodramas."
Ella se deslizó en la cama, junto a él. "Hoy encontré el correspondiente dispositivo receptor. En las
habitaciones de Tycho."
Wedge no pudo evitar soltar una risita. "¿De manera que tú sospechas a Tycho de querer escuchar
catorce horas diarias a un bebe llorando?"
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"Ciertamente no. Pero me estoy tomando esto muy en serio, porque no se lo que significa. Sé lo que
debo de hacer cuando encuentro indicios de que un agente competente está trabajando en contra nuestra.
Esto, esto sólo me está confundiendo."
"Quizá nuestro enemigo tiene dos dispositivos de escucha. Colocó uno para escuchar y el otro lo
plantó para provocar sospechas sobre Tycho."
"Esa es una buena suposición."
"¿De manera que es lo que vas hacer sobre esto?"
"Dejé el dispositivo de escucha, y les dije a Luke y Mara que no hablaran en el baño, y por qué.
Incluso les di algunas órdenes falsas para que las dijeran dentro del rango del dispositivo y ver lo que
podemos sacar de ello."
"Problema resuelto." Wedge extendió la mano para apagar la luz situada al lado de la cama.
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Ocupación de Borleias, Día 15.
Había pasado casi una semana desde que la llegada del 'Lusankyd' había destrozado la flota de los
Yuuzhan Vong. Desde entonces, escuadrón e incluso unidades más pequeñas de cazas coralitas, ahora con
base en la capturada estación lunar sobre Pyria VI, habían acosado a las naves de la Nueva República en
órbita y realizado algunas intentonas contra la estación biogenética en tierra, pero estos ataques parecían
poco más que sondeos de prueba para encontrar puntos débiles en las defensas planetarias.
Luke Skywalker y un hombre llamado Kell Tainer trabajaban en el Ala-X de Luke, reparando los
daños causados durante el último ataque. Los daños eran de poca importancia, casco chamuscado y
componentes sacudidos sueltos, pero si seguían acumulándose, gradualmente iría dejando inutilizado el
caza de morro chato.
Tainer era alto y bien formado, la flaqueza de sus músculos sugería que estos estaban para ser usados,
en lugar de mostrarlos únicamente. Su melena castaña estaba recortado en su frente, pero largo en su
espalda y trenzado. Llevaba un bigote caído y una cerrada barba bien arreglada. No se parecía en nada a
un minero de asteroide o un mecánico del bajo mundo, pero Luke le conocía bien.
"Yo pensé que tú estaban en Inteligencia." Luke dijo. Un fino chorro de lubricante surgió del motor en
que él estaba trabajando, el situado en la parte inferior de la banda de estribor, y dejó una zigzagueante
marca negro-rojiza en su mejilla y frente. Él apretó la palma sobre el manguito perforado y se limpió con
un trapo el fluido de su cara. "¿Un Wraith, no es cierto?"
"Se suponía que usted no debería saber eso." La voz de Kell sonó ahogada. La parte superior de su
cuerpo estaba introducida dentro del diminuto compartimento de carga del caza repulsor; él se balanceaba
en el aire de cintura para abajo, por la compuerta de acceso a la parte inferior de la proa del Ala-X.
Parecía como si el Ala-X hubiera decidido empezar una carrera como bestia carnívora y Kell hubiera sido
su primera e indefensa presa. "Ahora yo tendré que matarte."
Luke sonrió francamente. "¿Qué haces tú trabajando con los mecánicos?"
"Fui un mecánico. Trabajé durante algún tiempo en tienda de reparaciones Sluis Van que las fuerzas
del Almirante Thraw, por cierto hicieron estallar. Pero yo podría preguntarte la misma cosa. Sabiendo que
tú eres un Maestro Jedi. ¿Qué estás haciendo trabajando con los mecánicos?"
"La misma respuesta, más o menos. Yo tenía que mantener toda la maquinaría de mi grande en
Tatooine cuando era un niño y desde entonces lo he seguido haciendo. Y éste es mi Ala-X."
"Entra ahí, pequeño -vale-. Tu mecanismo ejector vuelve a funcionar. Alárgame ese panel que está ahí
abajo, para que cuando vueles, tus pies no asomen por el compartimiento de carga."
"La verdad es que te lo agradecería. No me gustaría que mis pies siempre estuvieran rozando el suelo."
Luke acabó de sellar la segunda de las dos válvulas. Quitó el manguito que estaba dañado y comenzó a
colocar uno nuevo.
Kell se deslizó fuera del compartimiento como si el Ala-X carnívoro hubiera decidido que él no era un
bocado de su gusto. Aterrizó sobre sus pies, sorprendentemente ágil para un hombre de su tamaño.
"¿Quieres probarlo?"
"No, gracias."
"Adelante, móntate y actívalo. Esa es la única manera de estar completamente seguro de que
funciona."
Luke levantó la vista hacia el inclinado techo metálico de bahía de atraque a unos cinco metros por
encima de sus cabezas. "No, gracias."
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"Aguafiestas." Kell se agarró al borde del casco junto a la cabina del pilotaje -la carlinga se levantó,
permitiendo el acceso al asiento- y aupándose con cierto esfuerzo, logró meterse en la carlinga, su mitad
superior desapareció de nuevo de la vista.
"¿Tú eres el marido de Tyria Sarkin, no es así?"
"Ah, así es como has sabido que yo soy un wraith. Sí, lo soy."
"¿Cómo lo lleva?"
Kell se quedó callado durante un largo rato. Luke oyó el sonido de roce metálico de la llave hidráulica.
"Lo lleva bien," Kell dijo. "Mayormente ella viaja contra nuestro hijo, Doran. Enseñándole las maneras
Jedi... probablemente incluso no se ha enterado de cómo de mal se han puesto las cosas con la invasión de
los Yuuzhan Vong. Nosotros tenemos un más que hermoso matrimonio a larga distancia. Meses de
separación que se alternan con extravagantes celebraciones de bienvenida a casa. Igual que cuando usted
la confirmó en su rango como un Caballero Jedi, que la emocionó durante meses. Años."
"Ella se lo ganó". Luke terminó de encajar el segundo tubo y reabrió las válvulas. El tubo se tensó un
tanto mientras el flujo de lubricante lo atravesaba, pero la unión aguantó.
Tyria Sarkin escogió realizar un extraño y solitario camino para un Jedi, Luke lo sabía, pero era un
camino que le era familiar; había sido el suyo propio. Él la había examinado hace unos veinte años,
cuando oyó por primera vez hablar sobre ella, una candidata que el piloto de la Nueva República con
ciertas habilidades con la Fuerza, pero descubrió que sus poderes eran débiles, su autodisciplina
inadecuada para la tarea de formarse en una Jedi. Él la desilusionó con facilidad y la sugirió que se
concentrara en sus habilidades de pilotaje. Pero en algún momento durante los siguientes años, ella había
encontrado la disciplina que necesitaba y abandonó el ejército para aprender las reglas y maneras de los
Jedi. Ella había sido principalmente autodidacta, viajando y explorando, experimentando e investigando,
leyendo comunicados y consejos que Luke la había estado enviando, pero sin pasar tiempo en la academia
Jedi de Luke en Yavin 4. Lo afortunado del asunto, Luke sopesó, era que ella nunca había cuestionado o
rechazado la guía y autoridad de Luke sobre la manera de conducir a los Jedi, como había hecho Kyp
Durron; ella simplemente había ido progresando en su propio camino, a su manera.
Kell se dejó caer de nuevo al suelo de ferrocemento. "Acabado."
"Aquí, también, casi". Entonces Luke sintió una nueva presencia y miró hacia la entrada de la bahía de
atraque.
Iella Wessiri estaba allí de pie. "Treinta minutos standars," dijo. "Encuentro del 'Círculo Interior'."
"El bantha brama al alba," Kell dijo.
Iella le parpadeó. "¿Qué?"
"Ya sabe. Los banthan braman al alba. ¿Cuál es la contraseña?" Kell apuntó su llave hidráulica hacia
ella como si se tratara de un desintegrador. "¿O quizás después de todo usted no es la Jefa de la Sección
de Inteligencia Iella Wessiri? Sáquese esa máscara ooglith, o yo abriré fuego."
Ella le dedicó una leve sonrisa. "Mi marido nunca me dijo cuán molesto podía usted llegar a ser." Se
volvió hacia Luke. "Treinta minutos. Hay noticias," Luego se volvió y se marchó.
Kell adoptó una falsa expresión de desdén. "Ciertamente, nada de contraseñas. ¿Pero que clase de
holodrama es este?"
"¿Qué tú vas a hacer que?" Mara preguntó. Su voz no se había alzado lo suficiente para atravesar las
puertas y llegar al interior del salón de conferencias, pero se había vuelto mucho más áspera. Además fue
lo bastante alta para sobresaltar a Ben, pero el bebé simplemente levantó la vista desde sus brazos,
gorgojeó, y miró hacia Luke, y estiró su manita hacia su padre. Luke le dio el meñique de su mano natural
para que lo agarrara.
El gesto de Luke se endureció. "Voy a Coruscant."
"¿Tus visiones?"
"Se están volviendo más frecuentes y peores. Sea lo que sea lo que esté ocurriendo allí, se está
formando. Volviéndose más fuerte. O va empezar a formarse, e ira adquiriendo fuerza y poder; yo no sé si
estoy viendo el presento o el futuro."
"O el pasado. Tú podrías estar viendo algo sobre el levantamiento que condujo a Palpatine al poder."
Él negó con la cabeza. "Entonces no tendrían sentido la urgencia o el apremio de las visiones."
"Bien, que envíen a algún otro. Esta es una misión más del estilo de Inteligencia. Moviéndose
furtivamente por la oscuridad. No exactamente lo más apropiado para un piloto de cazas con una espada
resplandeciente."
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"Quizá estés en lo cierto. Quizás debe invitar a algunos de tipos de Inteligencia a venir a la misión.
Pero dado que este es un asunto con la Fuerza, allí tiene que estar un Jedi." La dedicó un gesto
tranquilizador. "Todo irá mejor con un Jedi controlando."
"¿Dónde aprendiste esa sonrisa? ¿Has estado practicando delante de un holo de Han Solo? Escucha, yo
no oponiéndome a que un Jedi vaya en esa misión. Pero no tienes que ser tú. Tú no puedes ir."
"¿Por qué no?"
"Porque yo no puedo ir. Tengo que quedarme con Ben."
"Tengo que ser yo, Mara. Con la galaxia cayéndose a pedazos y los Jedi necesitando un liderazgo
fuerte, y con tantos de ellos mirando a cualquier excepto a mí, por que creen que yo soy una especie de
elemento pasivo, un hombre sabio prematuramente envejecido y aislado su torre de marfil, creo que sería
una buena cosa que ellos se enteraran de que yo he liderado una misión secreta en Coruscant. Así ellos
tendrán que volver a ver las cosas desde mi perspectiva y mis opiniones. Se le ocurrió a Luke que Leia
probablemente estaría agradablemente sorprendida y encantada con el punto de vista político de su
razonamiento... y entonces se dio cuenta de que él estaba actuando una vez más en el campo de batalla de
Leia, el universo de la política, donde ella era toda una maestra y él normalmente un torpe novato.
"No hagas esto, Skywalker."
"Tengo que hacerlo. Ven conmigo."
"Me necesitan aquí."
"Eso es lo que te están diciéndote tus sentimientos. ¿Qué te dice la Fuerza?"
Sus ojos refulgieron. "No me dice nada."
"Entonces es que tú no estaba abierta a ella. Tienes miedo de ver a donde te llevará. Tienes miedo de
que te diga que tienes que apartarte de Ben, al menos temporalmente."
La cara de Mara se contrajo, pero no dejó que ninguna emoción escapara más allá de lo que pudieran
mostrar sus rasgos faciales. "Te diré de lo que tengo miedo. Tengo miedo de que mi marido se haya
convertido en una especie de seco desierto místico, carente de emociones humana."
Luke suspiró, y abandono todo intento de discusión. "La oferta sigue en pie, hasta que me vaya."
Luego señaló con su cabeza hacia el salón de conferencias. "Debemos reunirnos con el resto."
Luke ocupó su lugar de costumbre al lado de Wedge en la cabecera de la mesa. Mara, aún con el rostro
de piedra, se sentó al lado de Han y Leia.
Nadie se puso a hablar; en lugar de ello se quedaron mirando a Iella Wessiri mientras se movía a lo
largo de una pared, haciendo ondear lenta y rítmicamente un dispositivo electrónico junto a esta. Las
luces del dispositivo parpadearon hasta adoptar una tonalidad blanca.
Wedge esperó hasta que Iella terminó. Ella le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza, que
indicaba que la sala esta libre de dispositivos de escucha.
"Hace dos horas," Wedge comenzó, "una nave de refugiados llegó procedente de la ruta del 'Cúmulo
de Hapes'. Formaba parte de una flota que partió hacia Hapes. La flota se había reunido con gran secreto,
pero los Yuuzhan Vong la interceptaron, y esta fue la única nave que logró escapar. Esto coincide con los
informes que hemos recibido hoy de Talon Karrde de que los Vong se están volviendo mucho más
hábiles en conseguir rastrear el tráfico espacial de refugiados.
"Además sospecho que las flotas de la Nueva República, bajo el control directo del Consejo Asesor,
van a ser incapaces de consagrar recursos para resolver este problema. De manera que voy disponer de
algunos de los nuestros. Estoy buscando ideas."
"El primer paso," Luke dijo, "tiene que ser deducir lo que los Yuuzhan Vong están haciendo. Cómo
ellos están consiguiendo una información tan exacta sobre los movimientos de naves de refugiados.
Podría ser que ellos hayan logrado infiltrar uno de sus espías Yuuzhan Vong dentro de la red de naves de
refugiados... en cuyo caso querrás que un Jedi vaya en algunos de esos viajes para intentar encontrar un
miembro de la tripulación que no pueda ser detectado por la Fuerza."
"Buena idea," Wedge comentó. "¿Alguna más?"
Danni Quee hizo ondear su mano desde la parte posterior del cuarto. "Ellos podrían estar usando
alguna clase de criatura rastreadora."
"Tampoco es mala idea," Wedge reconoció. "¿Qué podemos hacer sobre ello?"
Danni lo consideró. "Las criaturas rastreadoras probablemente estarán usando las fluctuaciones
gravitatorias para indicar su presencia. Puedo construir un dispositivo de detección similar al que yo estoy
usando para rastrear los flujos gravitacionales y determinar si una criatura así esta a bordo. Pero si la nave
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no sobrevive al viaje y no podemos recuperar la grabación, entonces no nos serviría para nada."
Corran Horn se levantó para hablar. "Entonces tendremos que asegurarnos de que el navío sobreviva.
La pondremos junto a una sorpresa para los Vong y luego enviar el navío en diversas misiones hasta que
ellos decidan apoderarse de ella. Esto además tiene un beneficio adicional; los Yuuzhan Vong están
teniendo mucha facilidad en hacerse con las naves de refugiados. Si la nave Yuuzhan Vong asignada a
esta misión resulta destruida, ellos tendrán que pensarse de nuevo todas estas operaciones."
"Vale," Wedge estuvo de acuerdo.
Corran continuó, "Pero si los Yuuzhan Vong no están usando criaturas rastreadoras de señales
gravitacionales, entonces nosotros aún tendremos que averiguar donde están los agujeros en nuestra red
de seguridad para el traslado de refugiados. Tendremos que erradicar el problema a la antigua usanza."
"Bien, al parecer nosotros tenemos algunas tácticas que podemos utilizar," Wedge dijo. "Creo que
necesitaremos un voluntario para coordinar todos este dispositivo, y ese voluntario tendrá que trabajar
conmigo y Tycho para coordinar una misión. "¿Hay alguien voluntario?"
La mano de Lando fue, para gran sorpresa de los otros, la primera en alzarse. "Creo que ha llegado el
momento de que yo les haga unas cuantas malas jugadas a los Vong," dijo. Por supuesto, con mi
inimitable e inigualable estilo."
"Por supuesto." Wedge le sonrió satisfecho.
"Necesitaré acceso completo a las comunicaciones con Talon Karrde, el dispositivo de Danni, un
escuadrón de cazas, quizás uno o dos Jedi, y un montón de brandy. No necesito enfatizar cuan importante
es la parte del brandy."
Wedge le lanzó una mirada dubitativa. "Creo que nosotros hemos acabado con todos los asuntos que
nos habían reunido aquí. ¿Alguien tiene alguna cosa más?"
"Si yo," Luke le dirigió una mirada apologética a Mara. "Tengo que ir Coruscant. Algo está ocurriendo
allí, algo que no tiene que ver con las actividades de los Yuuzhan Vong, y tengo que ver en que consiste.
Sospecho que una vez este allí, podré encontrar una manera de abandonar el planeta, pero lo que no sé es
cómo podré conseguir llevar a la superficie del planeta."
"Inteligencia puede conseguir llevarte hasta allí," Iella dijo. "Nosotros hemos estado pensando en
poner allí, en tierra un equipo -necesitamos configurar células de resistencia en Coruscant. Por lo que
podríamos combinar las dos misiones." Ella le dedicó una malévola sonrisa. "Haré que le acompañe un
mecánico sumamente molesto."
"Se lo agradezco un montón," dijo Luke, un tanto inexpresivo.
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Mundo Nave del Dominio Lah, Órbita de Myrkr.
Él era guerrero un guerrero de los Yuuzhan Vong, su cara tan completamente llena de cicatrices y
tatuajes que las decoraciones ocultaban casi todos los rasgos, excepto sus arrugas provocadas por su
avanzada edad, su reforzada y aumentada armadura de cangrejo vonduum, ocultaba la escasez de fuerzas
en su anciano cuerpo. En sus manos, enrollado igual que una larga soga, estaba un bastón viviente de una
extraña tipología -más largo, mucho más delgado que el arma normal de los guerreros Yuuzhan Vong.
No se veía muy a menudo un guerrero Yuuzhan Vong tan viejo. La mayoría había tenido una muerte
noble antes de llegar a esta edad.
Caminó por detrás de los negros bancos de coral de su cámara de enseñanza, por detrás de las filas de
sus estudiantes, oficiales guerreros vestidos únicamente con prendas vivientes. A la cabeza de la cámara,
bichos-relucientes habían adoptado la forma de un planeta, de sus plataformas y pantallas defensivas, de
las fuerzas de ataque Yuuzhan Vong.
"Mirad allí," dijo. "El cuadrante superior del mundo llamado Coruscant. El flujo de naves contra la
pantalla visible, como sus señales luminosas se volvían incandescentes y luego desaparecen. Esas naves
contienen a refugiados de nuestros enemigos, y desaparecen debido a que nosotros las lanzamos sobre
una región del espacio protegida por las defensas pasivas del enemigo. Cuando ellos no pudieron aguantar
por más tiempo la idea de que sus inocentes parientes indefensos, estaban siendo masacrados por sus
propias defensas, ellos bajaron dichas defensas, y nosotros pudimos entrar en su mundo-santuario." Los
bichos-relucientes alteraron su configuración de manera que el flujo de naves pasó a través de los
escudos, pero ahora acompañadas por colores que sugerían naves de ataque Yuuzhan Vong. "¿Ahora,
cuál fue la pieza clave de información que nosotros necesitamos para poder llevar a cabo este plan?"
Durante unos instantes la cámara permaneció en silencio. Luego un joven guerrero, con su cuerpo
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escasamente decorado por cicatrices o tatuajes, se puso de pie. "Nosotros necesitábamos saber donde
estaban sus defensas pasivas."
El anciano Yuuzhan Vong echó hacia atrás su enrollado bastón viviente y luego lo lanzo hacia
adelante. La cola puntiaguda restalló y clavándose en la espalda de ese guerrero, perforando un agujero en
la carne justo sobre la paletilla de su hombro. Cuando el anciano pegó un tirón para recuperar su látigo
viviente, el agujeró sangró.
"Siéntese," dijo el viejo guerrero. "Lo que usted acaba de recibir es un picotazo Czulkang Lah. Todos
aquellos que han estudiado conmigo han recibido varios. Estos se convierten en honrosas marcas, una
señal de que ustedes han sobrevivido a la instrucción con Czulkang Lah. Pero los más desesperados o
inútiles de ustedes, recibirán muchos picotazos, incontables picotazos, y en lugar de ser una marca
honrosa, tales cicatrices les dirán a los otros oficiales que ustedes eran unos idiotas. Por lo que les
recomiendo a ustedes que procuren no recibir demasiados. ¿Ahora, quién contestará a la pregunta que he
realizado?"
Nadie se puso de pie o habló.
El viejo guerrero suspiró. "Todos de pie, todos excepto aquel que tuvo el coraje de aventurar una
respuesta."
Todos los estudiantes, exceptúe aquel que aún seguía sangrando, se levantaron. Czulkang Lah los
azoto, metódica y rítmicamente perforando dos agujeros en cada una de las espaldas. Los guerreros que él
golpeaba no gritaron; ninguno ofreció ningún sonido más allá de un apagado gruñido. Pero ellos
recordarían este día y como su temor a ofrecer una respuesta equivocada les había granjeado la ira de su
maestro.
Cuando estaba a medio camino del grupo de trece estudiantes, uno que aún no había sido golpeado
habló en voz alta, diciendo, "Nosotros teníamos que saber que el enemigo sacrificaría todo por salvar a
unos pocos. Teníamos que saber como pensaban."
"Usted, siéntese." Czulkang Lah continuó haciendo restallar su látigo, evitando a aquel que había
hablado en último lugar. Cuando todos menos uno tenían sus espaldas ensangrentadas, él dijo. "Sentaos.
Ahora, pensad. Tudrath Dyn tiene razón. Nosotros teníamos que comprender sus debilidades... y sus
puntos fuertes. Su habilidad para entrenar grandes guerreros a pesar de su fobia y temor a aceptar la
muerte y el dolor. Su odioso amor por la maquinaria... y su correcta evaluación de la efectividad de esa
maquinaria. Nosotros teníamos que saber. Sino nosotros no les hubiéramos derrotado en Coruscant. Sino
no les podríamos derrotar en ninguna otra parte."
Un guerrero con la espalda ensangrentada se puso de pie. "¿Puedo realizar una pregunta, Maestro de la
Guerra?"
"No soy un Maestro de la Guerra," Czulkang Lah dijo. "No de por vida. Si, puedes preguntar. Yo
castigo las conclusiones erróneas... no la curiosidad."
El guerrero preguntó. "¿Cómo podemos comprender las tácticas del enemigo sin aprender a pensar
como el enemigo? ¿Y si uno aprende a pensar como el enemigo, no se infectará uno con esos
pensamientos, y en un peligro para los Yuuzhan Vong?"
"Una buena pregunta. Siéntese." Czulkang Lah dio la vuelta para quedar de pie delante de sus
estudiantes. "La respuesta es la que usted sospecha. Para nuestro táctico teórico pensar igual que el
enemigo es correr el riesgo de ser infectado con su herejía. Si la infección no es demasiado grande, el
táctico podrá curarse por si mismo mediante la reinserción en nuestras costumbres. Si la infección es
demasiado grande, él podrá encontrar una muerte honorable, sabiendo que su sacrificio nos ha
enriquecido. De manera que su infección no es problema a menos que él se lo pase a otros. Recordadlo y
ésta es la lección que el enemigo en Coruscant no entendió, que la supervivencia individual no es
importante. Tan pronto como ustedes desapasionadamente se pongan en el lugar de aquellos a quienes
están deseosos de enviar a una muerte segura, ustedes avanzarán otro paso hacia la adquisición de una
verdadera sabiduría estratégica." Él miró más allá de las filas de sus estudiantes a la figura, una distante
silueta, quien justo acaba de entrar en la cámara de coral arrugado. "Nosotros hemos terminado por ahora.
Márchense."
Ellos se levantaron y se marcharon, casi silenciosamente sobre sus pies desnudos, de la cámara,
echando un vistazo pero sin fijar su mirada en el visitante que permanecía en la parte posterior, entre las
sombras, envuelto en una capa voluminosa.
Cuando ellos se hubieron ido, Czulkang Lah avanzó. "¿Eres tú?"
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Tsavong Lah se liberó de su capa. "Padre."
Czulkang Lah ofreció una reverencia de reconocimiento. "Hijo. ¿O acaso tu visita es como maestro de
la guerra?"
Tsavong Lah avanzó para quedar de pie junto a su padre. "Como maestro de la guerra e hijo. Como
hijo te preguntó, ¿Cómo lo llevas?"
Czulkang Lah desnudó sus dientes; sus irregulares y rotas líneas se habían vislumbrado previamente a
través de sus rajados labios, pero ahora quedaban claramente revelados. "¿Cómo crees? Estoy viejo. Sino
fuera por mi armadura potenciada, apenas si podría moverme. Los dolores me abatirían, al no tener nada
que hacer con las marcas, que yo mismo me he puesto sobre mi mismo durante todos estos años. Y aquí
no soy más que un pequeño prisionero honrado, pero incapaz de liderar, de mandar, y suplicado por mi
hijo para no dejarme morir."
"Eso ha cambiado."
"¿Ya no deseas que siga enseñando?"
"Yo deseo que usted lidere."
Czulkang Lah no se molestó en ocultar su sorpresa. Se echó un poco hacia atrás, como si los pocos
centímetros de distancia adicional le dieran una mejor visión de las cosas. "Cuénteme."
"Nosotros hemos sido algo avergonzados por una guarnición que defiende un mundo en un importante
cruce hiperespacial. Borleias, estoy seguro de que usted lo conoce."
"El sistema Pyria. Punto de organización para el asalto sobre Coruscant."
"Correcto. La guarnición defiende el mundo con salvajismo y brillantez táctica. No estamos muy
seguros de por qué. El examen de uno de sus dispositivos técnicos en el sistema que nosotros capturamos,
nos ha indicado que ellos están desarrollando algo allí, alguna nueva arma para usar contra nosotros, pero
desafortunadamente sus científicos fueron capaces de destruir la mayor parte de las evidencias antes de
huir. Los recursos que ellos están utilizando, tácticas, no puedo explicarlo, todo sugiera que algo está
siendo puesto en marcha allí. Yo necesito que alguien vaya allí, resuelva el misterio, y luego destruya por
completo la guarnición... y hacerlo de tal manera que se olviden por completo nuestros errores y que nos
ayude a convertirlo en una victoria completa, y nada mejor para ello que alguien muy conocido entre
nosotros lo consiga y nada mejor que usted, cuya fama es legendaria."
"No. Encuentra a algún otro."
"¿Por qué?"
"Cuando yo tenga éxito, esto sólo habrá sido un recuerdo agridulce de lo que fui una vez. No haré esto
a menos que, una vez que todo esté hecho, reciba un mando, regresando a lo que mejor sé hacer."
Tsavong Lah dudó, y Czulkang Lah prosiguió. "Usted teme que yo continuó. "Usted teme que yo
reúna la lealtad de oficiales, de dominios enteros, a mi servicio, y me apodere de tu rango, como tú te
apoderaste del mío. Pero yo no lo quiero. Me opuse a ti hace años porque me oponía a venir a esta
galaxia, a atacar a estos infieles. Pero ahora, nosotros ya estamos aquí, no hay razón para oponerme a ti,
para intrigar contra ti. Todo lo que yo exijo es que usted me de una razón para continuar viviendo."
Su hijo dudó durante un largo rato, luego asintió. "Cuando Borleias haya caído, usted retendrá el
mando, y las historias de nuevas hazañas serán añadidas a tu leyenda, tal como debería haber sido. Pero
ahora, yo deseo que tome el control del Dominio Hul y de todos sus recursos en el sistema Pyria y hago lo
que yo le he descrito."
"Se hará". Un segundo después, Czulkang Lah agregó, "estoy contento de que usted viniera en persona
a pedirlo."
"No importa cuales fueran nuestras discrepancias, usted sigue siendo un héroe para los Yuuzhan Vong,
y para su hijo. Yo no le debía menos."

Capítulo 09.
Punto de encuentro en el Espacio Profundo.
El transporte de personas 'Jeolocas' de la clase gallofree fue arrojado fuera del hiperespacio
exactamente donde ella había calculado, tan lejos de cualquier sistema estelar y de cualquier ruta
hiperespacial conocida, de manera que la única cosa que sus pasajeros fueran capaces de ver era el
espacio circundante lleno de estrellas y nebulosas en todo su brillo y esplendor.
En cambio, mientras las agitadas líneas arremolinadas propias del viaje hiperespacial se estiraban,
enderezaban y menguaban, mientras la 'Jeolocas' caía al espacio real, desde el puente era claramente
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visible una fragata viviente Yuuzhan Vong, una masa oblonga de coral yorik rojo y negro, a menos de
veinte kilómetros, una distancia perfecta para abrir fuego.
El capitán del 'Jeolocas', un joven de Corellia que había crecido a la sombra de las renombradas
hazañas de pilotos corellianos como Han Solo y Wedge Antilles, de repente sintió la afinidad que siempre
había sentido hacia estos héroes, desaparecer repentinamente ante el frío reconocimiento de su propia
mortalidad. Por primer vez en su vida, no sintió las ganas de ver una nave espacial enemiga en la retícula
de su selector de objetivos, de una pelea a cara de perro con pilotos enemigos en los más duro de una
batalla. De hecho, el cuerpo de mercantes donde él servía, de repente le parecían mucho más peligros de
lo que él era capaz de soportar. "Estamos muertos," dijo, su voz sonó como un graznido fúnebre.
La oficial junto a él, una hembra Twi'lek con la piel azul pálido, se limitó a sonreír: "No a menos que
usted lo quiera estar."
"¿Qué?" Él se la quedó mirando fijamente, buscando cualquier señal de que ella estuviera asustada,
confusa, o al menos sorprendida. No vio nada de esto. Él no la conocía, ya que no sabía nada de su primer
oficial hasta hace apenas un día, cuando había sido asignada a esta misión por directa recomendación de
la organización de Talón Karrde y ahora se daba cuenta de que todo lo que había sabido de ella, su
nombre, expediente, y todo lo demás era una mentira. Echó un vistazo por el interior de la cabina de
mando y se dio cuenta de que ella había enviado a los otros cinco tripulantes a cumplir diversas
obligaciones justo a la llegada del primer oficial, haciendo que ellos dos se quedaran solos aquí. "Sabías
que ellos estarían aquí."
"Eso es cierto."
"Es de la Brigada de la Paz, nos vendió a esos que están ahí afuera..."
"No le importa quien soy yo. Solamente importa que usted haga lo que lo le diga."
Desenfundó su desintegrador reglamentario. Había practicado desenfundarlo durante años hasta
hacerlo tan suave como la seda y tan rápidamente como el ojo podía seguirlo. Había practicado hasta
creerse mejor que el propio Han Solo, nunca se había encontrado con el hombre, pero estaba seguro que
se quedaría impresionado con su velocidad y mortífera precisión.
Cuando ponía el arma en horizontal, sintió y dolor brutal en su muñeca.
Bajo la mirada. Su mano estaba vacía, doblada hacia atrás en un ángulo extraño. Su desintegrador
estaba en la mano de la mujer Twi'lek y la punta del cañón colocada bajo su barbilla. Ella parecía ahora
más seria, como si estuviera decidiendo si perdonarle por la pequeña trasgresión de intentar matarla. El
dolor de su muñeca rota ascendió hasta su codo, luego siguió progresando, aunque más lentamente, hasta
su hombro, mientras se quedaba mirando, sin comprender nada. Se apretó su muñeca rota contra el pecho.
"¿Quieres vivir?" preguntó la mujer.
Él asintió.
Ella sonrió de nuevo. Ella alargó su mano libre, y le quitó la gorra de capitán de su cabeza,
poniéndosela sobre la suya. "Entonces escóndete. No salta hasta que yo se lo diga."
Él se dio la vuelta y se marchó, con las piernas temblando, del puente. Por el rabillo del ojo, pudo ver,
a través de la pantalla visora, a la fragata Yuuzhan Vong lanzando un transbordador de algún tipo.
De repente, el pensamiento de ser menos impetuoso que Han Solo no le molesto tanto como debiera.
Él podría ser feliz siendo menos valiente e impetuoso que Han Solo por el resto de su vida... con tal de
que el resto de su vida se midiera en años en lugar de minutos.
La esclusa de aire se abrió y el guerrero acorazado lideró su unidad de Yuuzhan Vong al interior de los
odiosos corredores metálicos del transporte.
Esperándole esta un único oficial de la nave, una hembra de una especie que ya había visto
anteriormente, una especie cuyo nombre no recordaba; su piel era un grato azul, dos veces más brillantes
que las bolsas bajos sus ojos, y su cabeza calva se separaba por detrás en dos colas carnosas. Vestía un
mono azul de vuelo y gorra, ambos decorados con galones dorados. Una pistola desintegradora
permanecía a sus pies.
"Yo soy Bastori Rak," él dijo. "¿Quién es el capitán aquí?"
"Soy yo." La hembra le ofreció un respetuoso saludo pero no evitó su mirada. No mostraba temor.
Bastori Rak dudó unos instantes. Su táctica usual durante parecidos abordajes era provocar dolor y
temor en los tripulantes de las naves, para así eliminar cualquier posibilidad de desafío o rebelión, pero
nadie le estaba desafiando. Era obvio que la hembra ya sabía que ella era un vasallo de los Yuuzhan
Vong. Por unos instantes él consideró golpearla, pero en cambio decidió probar hasta donde llegaba su
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capacidad de obediencia.
Condujo el extremo puntiagudo de su bastón viviente hacia la empuñadura de su pistola
desintegradora, cortándolo junto con chapa metálica de la cubierta de debajo, luego agitó su arma para
liberarla de los restos del desintegrador. "¿Cuál es vuestro destino, y que transportan ustedes?" preguntó.
"Nosotros vamos rumbo al 'Cúmulo de Hapes' con una carga compuesta principalmente de
refugiados," ella dijo. "Nosotros llevamos siete tripulantes, trescientos veintiséis refugiados -trescientos
cuarenta si cuenta a aquellos quienes están en compartimentos ocultos- así como también comida, efectos
personales, artículos comerciales, y materiales para entrenamiento Jedi. ¿Quieres que le de ahora los
códigos de seguridad de nuestra computadora?"
"Sí, y luego usted nos mostrara ¿Materiales de entrenamiento Jeedai?"
"Sí."
"¿Qué clase de materiales?"
"No estoy segura. Yo solamente vi el contenido de uno de los barriles. Al parecer incluyen hologramas
de regímenes de entrenamiento, hologramas de la historia y filosofía Jedi, agentes infecciosos que
transformas a los seres normales en Jedi, gran cantidad de espadas láser de su nueva planta industrial, esa
clase de cosas."
Por un momento, Bastori Rak se quedó con la boca abierta. Visiones de su futuro pasaron brevemente
ante sus ojos. Un hallazgo de esta importancia significaría un importante ascenso, que su nombre
acumulara fama y honor largamente merecida. Finalmente, acertó a decir. "¿Hay Jeedai por aquí?"
La mujer lo sopesó. "Creo que no. Aunque si los hay, supongo que ellos regresarán a por los materiales
de entrenamiento y los destruirán."
"Llévenos allí enseguida."
Ella se encogió de hombros y bajo por el largo corredor que llevaba a las entrañas del transporte.
Dos niveles más abajo, en una de las bodegas delanteras, Bastori Rak y sus guerreros miraban con
hastío y asco, las altas filas de recipientes de carga casi idénticos, obviamente el resultado de fabricación
mecánica, mientras la hembra los conducía entre los pasillos de esas cosas. "Allí," dijo, y señalando un
punto. Expuesto en un área entre dos pilas estaban unos contenedores de metal con forma de barril, unas
cosas de un metro de alto, casi un metro de ancho en su punto más grueso, agrupados en cuatro filas de
cuatro. Cada uno estaba etiquetado con un letrero: 'PROPIEDAD DE LA ACADEMIA JEDI. PELIGRO.
NO ABRIR'.
Bastori Rak hizo un leve gesto con la cabeza. "¿Podemos moverlos sin dañarlos?"
"Yo creo que no," dijo la mujer. Ella mantuvo su mano en alto, con la palma hacia el techo, un gesto
que sugería que ella suplicando por algo. "Aquí, déjenme mostrárselo."
Bastori Rak la miró. Ella ahora le miraba directamente a los ojos, su expresión un tanto burlona.
Con su visión periférica, Bastori Rak vio algo plateado moviéndose por encima. Cayendo de golpe en
la palma de la mujer.
La empuñadura de una espada láser.
Ella dijo, "Abraza el dolor, cara marcada," y encendió el arma; una brillante hoja plateada de energía
refulgió al cobrar vida.
El inconfundible sonido siseante del arma al activarse hizo que instintivamente Bastori Rak entrara en
acción, como buen guerrero que era. Giró su bastón viviente en un movimiento de bloqueo.
Su golpe, un tajo lateral, danzó alrededor de su intento de bloqueo. Se deslizó por el mínimo hueco
entre su villip y su hombre, impactando abrasadoramente en su cuello entre la armadura de cangrejo
vonduun de su torso y su casco. Él sintió un dolor cegador, un dolor demasiado grande para él, como para
aceptarlo o ignorarlo. Y el bastón viviente cayó de sus dedos inermes mientras se derrumbaba.
Pero él no estaba muerto, y aún era capaz de ver. Vio a su segundo al mando golpear a la mujer, vio su
elegante y efectivo bloqueo, la oyó reírse. Vio la parte superior de los barriles de los Jeedai se abombaban
como si los contenidos de su interior se estuvieran poniendo de pie y atravesaron la finas chapas metálicas
que los sellaban.
Lo que contenían eran androides, androides de guerra, con las armas listas. Sus desintegradores
abrieron fuego, acribillando a sus guerreros.
Ahora un deslumbrante blancor llenaba casi por completo su campo de visión. Se esforzó por
conseguir enfocar pero no fue capaz. Murió observando como sus guerreros caían abatidos por el fuego
concentrado proveniente de los odiados androides bélicos.
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El coronel Gavin Darklighter, sentado en medio de la oscuridad, iluminado únicamente por las luces
de sus instrumentos, pulsó su comunicador. "Esa es la señal," dijo. "Lanzamiento."
La oscuridad sobre su cabeza se abrió por la mitad mientras el camuflaje de su Ala-X -un contenedor
de carga anclado al casco de la parte superior del transporte, justo antes de la cabina de mando- se abrió,
plegándose hacia abajo a ambos lados. A su alrededor los otros once cazas del Escuadrón 'Pícaro' también
se estaban liberando de sus respectivos camuflajes, activando sus impulsores a toda potencia, mientras se
lanzaban hacia la fragata Yuuzhan Vong.
La nave Yuuzhan Vong fue rápida en reaccionar -Gavin tuvo que admitírselo-. Casi tan pronto como el
Escuadrón Pícaro despegaban del transporte, los cañones de plasma de la fragata ya estaban disparando,
chorros de material supercaliente directamente a sus Alas-X. "Estabilizadores-S en posición de ataque,"
dijo "y fuego a discreción."
Las alas de los dos cazas estelares de morro achatado abrieron sus alas en su característica forma en X.
Antes incluso de que Gavin las tuvieran colocas en su lugar, Nevil y otros dos Pícaros había disparado
torpedos de protones.
Gavin y el resto esperaron unos segundos, haciendo que sus cazas girando alocadamente en un
esfuerzo por atraer el fuego de los cañones de plasma hacia ellos, luego abrieron fuego con sus láseres.
Doce conjuntos de láseres cuádruples relampaguearon al unísono, enviando su energía destructora a
través de los veinte klicks de distancia en el espacio en un instante, sobrepasando a los torpedos de
protones, y lanzándose contra la fragata, contra los pozos gravitaciones que habían aparecido ante esta. El
dovin basal de la nave respondía a la amenaza de los primeros ataques en llegar, creando sus
singularidades gravitacionales delante de los ataque de láser, y absorbiendo la mayor parte de su energía.
De hecho aún estaban absorbiendo dicha energía, cuando los torpedos de protones de llegada retardada
se lanzaron entre ellos, e impactaron contra el casco de la fragata. Detonaron, una, dos, tres explosiones
brillantes, y para cuando la última de ellas empezó a desaparecer, Gavin pudo ver que la poderosa fragata
se partía en dos, cada mitad escupiendo restos ardientes. Los cañones de plasma no lanzaban sus
descargas al Escuadrón 'Pícaro'; dos de ellos incluso aún seguían disparando, enviando al azar
incandescentes goterones de plasma por el espacio.
"Confirmado derribo," dijo Gavin, "ninguna perdida amiga. Lo has captado. ¿Jugador?"
La suave voz de Lando Calrissian llegó a través del comunicador. "Captado, Líder Pícaro. Asimismo,
ninguna baja amiga aquí. Una hermosa matanza en todas partes, muy bien."
"Entonces, le veremos de regreso a la base. Líder Pícaro fuera." Gavin condujo a los Pícaros en
sencillo giro hasta que quedaron orientados hacia Borleias. Unos instantes después, su escuadrón realizó
el salto al interior del hiperespacio.
Lando examinó el campo de batalla que había sido una bodega de carga. Veinte guerreros Yuuzhan
Vong derribados muertos, algunos de ellos poco más reconocibles que como humanoides bípedos, todos
sobre la chapa de la cubierta. Los quince androides de Lando y Alemar Rar, la Jedi Twi'lek, se movían
entre ellos, despachando bastones vivientes que se retorcían y algunos bichos-impacto y bichos-navaja
que revolotean libres, debido a que sus dueños habían sido abatidos por el fuego de los desintegradores.
Alema silbaba para si, mientras trabajaba.
Lando consulto su datapad. Enviando una señal para consultar un dispositivo en otra parte de la nave.
Nada bueno. El dispositivo de Danni no está indicando fluctuaciones gravitaciones extrañas. Eso significa
que probablemente no hay ninguna criatura rastreadora en esa nave."
Alema asintió y apagó su espada láser. "Los refugiados parecen estar volviéndose los unos contra los
otros. No estoy segura de por que. Quizás, amenazas violentas contra sus seres queridos. Quizás, algún
tipo de soborno." Ella se encogió de hombros. "Nosotros tendremos descifrar lo que ellos están
haciendo."
Lando volvió su atención hacia su ayudante androide. "Uno-Uno-A, haz que todo esto quede limpio.
Ocúpate solamente de los restos biológicos, no te preocupes por las quemaduras de desintegrador. Coged
las armas que merezcan la pena, metedlas en un barril y sellad este herméticamente, luego cargarlo en el
transbordador."
Uno-Uno-A saludó. "Orden confirmada."
"¿Te gustaría celebrarlo?" Esta era Alema. Ella mostraba una sonrisa curiosa, artificialmente seria.
Lando se volvió de nuevo hacia ella. "¿Qué tienes en mente?"
Ella se limitó a continuar sonriendo.
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"Oh". Él a cambió le dedicó su mejor sonrisa, modulando su voz a su registro más suave. "Lo
encuentro adulador. Pero yo soy un hombre casado."
Ella irguió su cabeza como si la respuesta no le importara lo más mínimo.
"Pero me temo que tengo que declinarla," él concluyó.
Ella hizo un gesto de indiferencia como si le diera lo mismo. "Entonces, iré a preparar el
transbordador."
Cuando se hubo ido, Lando se volvió de nuevo hacia 1-1A. "¿Recuérdame de nuevo las recompensas
de ser virtuoso?"
"Yo nunca le he recordado eso anteriormente."
"Esta era una pregunta retórica."
"Ni jamás le he contado alguna vez cosas de recompensas antes de recordárselo."
"Esto era una cosa retórica. Veo que tendré instalarte un módulo de conversación actualizado si voy a
tener que estar hablando contigo todo el tiempo."
En la distancia, ellos oyeron a Alema llamando. "¡Capitán, capitán, donde quiera que este! ¡Usted,
ahora ya puede salir!"
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Ocupación de Borleias, Día 30.
Han se despertó con Leía sacudiéndole. Su aposento estaba a oscuras, y él pudo sentir que sólo habían
pasado unas horas desde que ellos se habían ido a dormir. Una cierta sensación de aturdimiento
permanecía sobre él igual que una segunda manta. Este le ocurría a él, por que quizás Borleias nunca
había sido un verdadero mundo-colonia, por lo que todos los que vivían allí estaban continuamente faltos
de sueño. "¿Qué, qué?"
"El centro de mando acaba de avisarme por el comunicador," Leia dijo. Había en su voz un jadeo de
excitación, una felicidad que no había oído hace mucho tiempo. "Jaina acaba de entrar en el sistema, y se
dirige hacia aquí. Vamos..."
Han de repente estaba de pie, la nube de vacilación se evaporó igual que el escudo de un caza estelar al
recibir el impacto de un cañón láser. Anduvo tambaleándose hacia el armario de pie en que guardaba su
ropa.
"...vístete."
Luke los observó descender en espiral del cielo, a un Ala-X un tanto estropeado y un carguero Hapan
con forma de disco, aterrizando en la misma porción de campo que había servido para que se posaran
brevemente los vehículos del Consejo Asesor.
Jaina Solo - heredera de alguna manera de las proporciones de su larguirucho padre, con rasgos tan
engañosamente delicados como los de su madre, su melena castaña pegada a su cuero cabelludo después
de horas con un casco puesto- descendió por la rampa de abordaje del carguero e inmediatamente se vio
envuelta por el abrazo de sus padres. Detrás suyo estaba Lowbacca, la nariz alzada como si estuviera
intentando distinguir a los amigos, olfateando entre la multitud; él soltó un retumbante gruñido Wookiee
de bienvenida mientras Tahiri, Zekk, y otros amigos de la academia se saltaron la barrera de espectadores
para abrazarle.
Kyp Durron descendió de la carlinga del Ala-X. Delgado y pelo oscuro, con rasgos bien marcados que
parecían esculpidos para transmitir rabia y disgusto pero que en la actualidad se mostraban tranquilos, por
una vez, él no vestía con elegantes ropas de paisano, sino que llevaba un anodino modo de piloto.
Luke se movió unirse a Kyp. Mara no fue con él; Luke sabía que ella estaba esperando una
oportunidad para hablar a solar con Jaina. Luke le dedicó al problemático Jedi un leve gesto con la cabeza
que esperaba pareciera lo más amistoso posible. "Kyp."
"Maestro Skywalker". Extrañamente, no había ni ironía ni rabia en el tono de voz de Kyp.
"Pareces cansado."
"No, no lo estoy," dijo Kyp. "Sólo algo cambiado."
Ellos fueron conducidos a un sala donde se le tenía preparada una comida, y que así tuvieran tiempo
para que todos pudieran oír su historia -una adaptación un tanto libre, por lo que se ve, por la forma un
tanto aleatoria en que Jaina, Kyp y Lowbacca tendieron a interrumpirse entre si, con correcciones y
aclaraciones- de los días que los tres habían pasado en Hapes después de la partida de Han y Leia. Wedge,
actuando más o menos como maestro de ceremonias durante la comida, trajo a un participante más; Luke
se sobresaltó al ver a Jag Fel entrando en la cámara.
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Fel era un joven alto, con era un hombre su pelo negro cortado casi al cero, una cicatriz recorría su ceja
derecha, ascendido y dejando su marca en un corto mechón de pelo blanquecino. Era sobrino de Wedge, y
por lo tanto no sorprendía nada, que fuera un piloto brillante, habiendo heredado ascendía desde su ceja
derecha y oven alto, tieso con pelo negro cerrar-segado, una cicatriz a las genes de las familias de los
Antilles y de los Fel, y habiendo crecido entre los militaristas y belicosos Chiss de piel azulada, entre
quienes sus padres habían escogido vivir. El negro uniforme de Fel recordaba a los de los pilos de caza
TIE de los viejos tiempos del Imperio, pero estaba cortado a lo largo por líneas que los diferenciaban, con
unos ribetes rojizos a lo largo de la guerrera y los pantalones. Luke estaba enterado de que Jag había
estado en Hapes con Jaina, pero que él había partido desde allí, hacia regiones distantes del espacio.
Han intentó encontrar asientos cerca de Jaina, pero, curiosamente, Leia escogió unos lo bastante lejos,
para darle a ella un poco espacio, y a su vez tener una cierta perspectiva de su hija.
"De manera que los Yuuzhan Vong están agrupándose alrededor de Hapes, pero Tenel Ka está allí al
mando como 'Reina Madre'," Luke resumió. "Algo bueno, algo malo. Incluso con sus flotas reducidas tan
drásticamente y un peligro de ese calibre cerniéndose sobre ellos, Hapes puede ser un aliado fuerte y
valioso para nosotros. Nosotros deberemos ofrecerla todo el apoyo que podamos para impedir que los
Vong sean capaces de realizar allí incursiones de gran calibre."
Kyp puso mala cara. "No creo que Hapes vaya a solucionar nada." Luego pareció pensárselo mejor y
añadió, "pero por otro lado, yo soy el menos indicado para ofrecer una opinión esa clase de opinión."
"Hemos tenido mucha suerte tal y como se han desarrollado las cosas allí," dijo Luke. "Ta'a Chume
podría haberse quedado al mando, lo cual habría hecho que las cosas se pusieran mucho más difíciles para
nosotros." Se volvió hacia Jaina. "En serio, debes entender que no estoy cuestionando tu decisión. No
estoy sugiriendo que tú deberías haber aceptado un matrimonio con Isolder, que sería lo mismo que si te
hubiera arrojado sobre un detonador termal."
Jaina le dedicó una sonrisa imperturbable. "Sé lo que quieres decir. Tío Luke. Escogí la opción
correcta."
Han se inclinó hacia la derecha todo lo que pudo para susurrarle a Leia. "Ella ha cambiado. Justo en
los días, desde que nosotros dejamos Hapes."
Leia asintió, de manera imperceptible para todos, excepto a él. "A ella se le ha metido algo en la
cabeza. Creo que ha conseguido revolver uno de los conflictos que la estaban carcomiendo por dentro."
Ella se contrajo un poco. "Pero sea lo que sea lo que decidió, no tiene nada que ver conmigo. Ella no se
relajó en absoluto cuando yo la abracé allí afuera."
"Ella encontrará el modo correcto de hacer las cosas con lo que se trae entre manos. Dale tiempo."
Wedge, centró su atención sobre Jaina, y la preguntó: "¿Así que, cuales son ahora tus planes? Usted
aún sigue en la lista de reservistas del Escuadró 'Pícaro', pero su situación es única, de manera que no voy
a pedirla que cumpla con sus deberes si usted y Luke creen que ustedes pueden serían más útiles en otra
parte. Puedo ponerla en contacto con uno de los grupos de acción rápida si eso es lo que usted desea...
pero a nosotros ciertamente nos gustaría usar sus habilidades de pilotaje aquí, en Borleias."
Jaina miró a su alrededor. Han vio que su mirada se detenía un instante, eso si muy brevemente, en él,
Leia, y curiosamente, en Kyp y Jag. "Me gustaría quedarme," dijo. "Pero quisiera hacer algo. Quiero
formar un nuevo escuadrón de cazas estelares, si soy capaz de reunir el número suficiente de pilotos y
suministros, y además practicar algunas tácticas que involucran a la Fuerza. Coordinación basada en la
Fuerza."
Las cejas de Luke se alzaron. "Del tipo similar al que Joruus C'baoth hizo para Thrawn."
Jaina hizo un gesto de indiferencia. "Yo no estoy hablando de historia antigua, estoy hablando de
ahora." Ella recorrió la sala con su vista, captando los gestos de dolor y las miradas acusadoras de todos
aquellos presentes que habían pasado de los treinta. Ella les ofreció una sonrisa tranquilizadora. "No, yo
no lo quise decir de esa manera. Quiero decir, que no estoy hablando de algo a la escala en que C'baoth se
atrevió a utilizar. Sólo en un escuadrón de cazas estelares. Los Yuuzhan Vong piensan que yo estoy de
algún modo asociada con Yun HarIa, su diosa del engaño. Me gustaría jugar con eso... y ello significa
plantearse ciertas artimañas y métodos engañosos. O que al menos a ellos les parezca engañoso. Eso es lo
que significa la Fuerza para mí. La Fuerza, y quizás los mejores consejos por parte de los mejores pilotos,
como Tío Luke y el General Antilles."
Wedge lo consideró. "He oído un poco sobre ese asunto de la diosa del Engaño. Creo que tiene
verdadero potencial para la guerra psicológica. Por lo que me inclino a seguir adelante con esa idea. Pero,
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Jaina, si nosotros a tener que hacer creer a los Yuuzhan Vong que tiene lazos con esa tal Yun Harla,
nosotros vamos a tener que tratarla como una diosa."
Jaina se giró hacia él, con una amplia sonrisa en su rostro. "Eso suena terrible."
"No estoy hablando en broma. Sospecho que este tratamiento especial significara un cierto
aislamiento. Usted tendrá que ser vista consiguiendo beneficios y consideraciones que no se ha ganado, lo
cual ciertamente causará resentimientos entre aquellos pilotos que si se los han ganado. Usted sólo podrá
hablar libremente con aquellas personas que estén al tanto del secreto, y sólo en áreas que Inteligencia
haya certificado que estén libres de escuchas. Eso va a distanciarla de la gente."
"Eso no será un problema."
Luke se echó hacia adelante. "Yo también pienso que esto es algo que debe ser hecho. Algo nuevo que
nosotros podemos hacer para mantener a los Yuuzhan Vong desorientados es algo que merece la pena
explotar. Y dado que yo tengo otra misión prioritaria, ¿por qué simplemente yo le cedo a ella el mando
del Escuadrón de los 'Soles Gemelos'? Con tu aprobación claro, Wedge."
La cabeza de Jaina se volvió como si hubiera sido retorcida violentamente por un luchador Wookiee.
"¿Qué significa eso?"
"No importa, lo haremos. Y no creo que el simbolismo se pierda con los Yuuzhan Vong. Luke
Skywalker entrega su escuadrón personal..."
"Un escuadrón con la palabra 'gemelo' en el nombre," dijo Jag, en tono bajo.
"Buen punto," Luke dijo. "Realmente se llamó así en recuerdo de Tatooine, pero ellos no saben eso."
Wedge asintió. "Jaina puede usar su experiencia de mando, y se algo que ella desconoce -qué es que
Corran Horn se ha reintegrado al Escuadrón 'Pícaro'. Lo que significa que nosotros tendríamos dos
escuadros de cazas estelares con Jedi en ellos. Eso podría permitirnos incluso algunos extravagantes
experimentos tácticos más."
"Yo traje un escuadrón de cazas de Hapes," Jag dijo. "Pero la idea de aprender tácticas que implican
coordinación con la Fuerza -y jugar con la mente de nuestros enemigos- es algo que me intriga. Creo que
me gustaría unirme al Escuadrón de los 'Soles Gemelos'."
"Yo también lo haré." Eso fue Kyp Durron. Han vio un momentáneo relampagueo de sorpresa en los
ojos de Luke.
Wedge no se molestó en ocultar su propia sorpresa. "¿Ustedes dos juntos? ¿Será capaz de acatar
órdenes de un líder de escuadrón con mucha menos experiencia de mando de la que tienes ustedes?"
"Sí," Jag dijo. "Se cómo acatar órdenes, tan bien cómo darlas. Y mi segunda al mando, Shawnkyr Nu-
ruodo, está perfectamente cualificada para liderar el escuadrón que traje."
Kyp asintió. "Sospecho que me resultará beneficioso analizar y aconsejar durante algún tiempo en
lugar de mandar. Si finalmente comienzo a sentirme molesto o irritado, siempre puedo pedir ser
transferido."
Han sintió el aliento de Leia en su oreja, oyéndola susurrar. "Al parecer Jaina no ha sido la única que
ha sufrido cambios."
"Obviamente un Kyp farsante," él susurró de nuevo. "Tú le distraes. Y yo le disparó por debajo de la
mesa."
Wedge se volvió con una sonrisa, teñida ligeramente con un gesto de malicia, hacia Jaina. "Ahí lo
tienes. Un escuadrón al instante que tú reconfigurarás como la guardia de honor de la manifestación de
una diosa Yuuzhan Vong. Esto significa que la primera cosa que tú debes conseguir es tratar estos asuntos
con el personal burocrático para arreglar todo el papeleo. Veré si puedo hacerme con un candidato a
piloto Ewok sólo para hacerte las cosas un poco más difíciles. Sino veo que me quitarás el puesto dentro
de nada."
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Mundo-Nave Yuuzhan Vong, Órbita de Coruscant.
Nen Yim estaba de pie sobre el maestro de la guerra mientras él se echaba sobre la mesa. Estaba
intranquila, porque su vida colgaba como el fiel de una balanza, y todo, incluso el simple hecho de que
ella estuviera de pie mientras Tsavong Lah se echaba delante suyo, estaba mal.
Ella era una mujer de los Yuuzhan Vong. Un miembro de la casta de los moldeadores, llevaba el
peinado viviente propio de los moldeadores, y entre sus decoraciones vivientes y mutilaciones estaba su
mano derecha, que no era con la que ella había nacido. Esta era la mano de ocho dedos de un moldeador,
cada uno de los dedos servía como una herramienta útil para su profesión. Su maestra, Mezhan Kwaad,
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había sido una hereje, desobediente a las reglas de los Yuuzhan Vong, despectiva ante los dioses, pero
Nen Yim había aprendido con ella muchos secretos de la profesión de moldeador. Fue llamado muy
pronto por el mismo Señor Supremo Shimrra, como su moldeador personal, y quién le había cedido
temporalmente al señor de la guerra.
Bajo una lente encorvada -una criatura viviente que ajustaba su forma y por consiguiente la
amplificación al toque de su operador- estaba el brazo de Tsavong Lah. Nen Yim lo estudió
cuidadosamente, tomando nota de la aparición de carne en la unión del brazo del Yuuzhan Vong y la
garra radank, observando la conducta de los comedores de carroña sobre dicha unión. Eran grandes y se
podían ver a simple vista, del tamaño de la uña de un pulgar, poseyendo cerdas puntiagudas, angulares
piernas afiladas, y pinzas adaptar para escarbar a través de la carne.
"¿Bien?" dijo el maestro de la guerra.
Nen Yim sopesó su respuesta, pero ella tenía poco que perder presentando la verdad desnudad de la
situación, por lo que contestación no se retrasó mucho. "Hay poco que yo pueda decirle, después de un
examen tan breve. Pero ya puede exponerle algunos hechos.
"Primero, lo que está pasando aquí, no es como cualquier rechazo de injerto que yo haya visto
anteriormente."
"¿Por qué?"
"Estas criaturas se engendran para que se coman carne muerta. Son muy útiles para limpiar heridas.
Ellos están atacando la carne necrosada de vuestra unión. Pero ahí debería de haber muy poco o nada de
carne necrosada, porque tanto vuestro brazo natural y la garra radank se están regenerando. En un rechazo
normal, como aquellos que solemos ver en los 'Avergonzados', una parte o la otra empieza a no
regenerarse, y los comedores de carroña se extienden por esa porción del cuerpo del infortunado, hasta
que la unión entre la carne original y la carne nueva desaparece."
El maestro de la guerra no la interrumpió, por lo que Nen Yim se sintió lo bastante segura, para
continuar. "Segundo, porque vuestra carne Yuuzhan Vong se está regenerando a un ritmo más lento que
la carne de radank, y eso es debido solamente a que su carne Yuuzhan Vong se está necrosado en la
unión, lo que provoca que la garra radank este aumentando de tamaño, ocupando una mayor porción de
vuestro brazo mientras vuestra carne original disminuye."
"Yo puedo ver eso."
"Pero es antinatural. Esto es especialmente antinatural, porque tercero, la garra radank, cuando está
creciendo, al parecer está desarrollando las características de un radank como si este apareciera más
arriba de la pata, como si alguien estuviera lentamente recreando la criatura entera a través de la
absorción de su cuerpo. Es una patología sumamente extraña."
"¿Si esto hubiera sido hecho de manera deliberada por un moldeador, por qué lo habría hecho de esta
manera?"
Nen Yim levantó el dispositivo óptico, apartándolo de Tsavong Lah y posicionándolo sobre una
superficie plagada con muestras del tejido que ella le había cogido. "Si tuviera que especular, yo diría que
la presencia de los comedores de carroña es requerida para convencer a espectadores ocasionales y a
aquellos que no son expertos en las técnicas de moldeado que el rechazo es inminente; esto requiero el
sacrificio de carne a los parásitos. Pero vuestro brazo está esencialmente sano, lo que significa que si el
proceso puede detenerse, será tan funcional como si el transplante se hubiera hecho sin la menor
dificultad."
"En otras palabras, esto provoca rechazo sin dañarme extensamente."
"Así es, Maestro de la Guerra."
"¿Podrías hacer una cosa así? ¿Podrías crear un implante que actuara de esa manera?"
"Así lo creo. Aunque nunca he llevado mi mente a pensar en tales cosas... pero con técnicas diferentes,
técnicas diseñadas para lograr otros fines, si creo que podría encontrar una manera de hacer algo como
esto."
"¿Qué tendrías que hacer a tu víctima?" Tsavong Lah se levantó, sentándose, arropándose con su
propia capa, y una vez más sobresaliendo su imponente forma sobre la de la humilde moldeadora.
"Yo tendría que diseñar el punto de unión del injerto, para que reaccionara a cierta substancias. Luego,
después de que el injerto fuera unido con éxito, tendría que suministrar con ciertas regularidad dicha
substancias sobre la unión."
Tsavong Lah negó con la cabeza. "No hay forma que pueda ser alimentado con tales substancias
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venenosas. Las medidas que tomo para mantener mi comida pura son extremadamente estrictas."
"¿Él le toca?" Las palabras salieron de ella, antes de que pudiera contenerlas, antes de que se pudiera
acordar que alguien de su modesto nivel no podía realizar una pregunta directa al maestro de la guerra sin
realizar primera una serie de complejas declaraciones rituales. Ella se atragantó sintiendo un súbito temor,
pero insistió. "Me disculpo por mi falta de modales. Pero se me ocurre que si yo examinara de manera
rutinaria semejante herida, me sería posible introducir dichas substancias a través del contacto directo. O
quizás a través del uso de criaturas especializadas que se parezcan a los comedores de carroña,
engendrados para llevar tales substancias y morir en lugar de consumir carne muerta."
El maestro de la guerra ignoró su violación del protocolo. "Él toca mi carne y la del injerto en sus
exámenes. ¿Te sería posible neutralizar sus efectos?"
"No lo sé. Incluso no sé con toda seguridad si estas son las acciones de un moldeador. Muy bien
podrían ser las señales de desagrado de un dios." Nen Yim apreció la impaciencia del maestro de la
guerra con su respuesta, y se apresuró a decir. "Pero asumiendo que éste sea el trabajo de un moldeador,
yo necesitaría examinar su brazo inmediatamente después de la siguiente visita del moldeador, de manera
que yo pudiera descubrir cualquier nueva sustancia o parásito que él pudiera haberle introducido o
suministrado."
"Se hará como usted dice." Tsavong Lah hizo un gesto para que ella cogiera la voluminosa capa con la
que había ocultado sus rasgos cuando fue conducida a esta cámara. "Serás conducida a unos aposentos.
Realizar una lista con todo lo que puedas necesitar. Si alguien te pregunta por qué está aquí, les dirás que
estás preparando a mi sirviente infiel, Viqi Shesh, para ciertos experimentos." Como si adivinara los
pensamientos de Nen Yim, el maestro de la guerra añadió. "No, usted no experimentará con ella. Pero
este engaño servirá para aplacar a los curiosos."
"Como desee, Maestro de la Guerra." Ella se inclinó y recuperó su capa.
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Ocupación de Borleias, Día 37.
"¿Qué se supone que estoy viendo?" Iella preguntó. Estaba en el despacho de Danni, y un tanto
molesta porque Danni estaba haciéndola malgastar un tiempo que ella necesitaba para tareas de
Inteligencia.
Danni pulsó una tecla en el datapad de Iella. El fichero de video cobró vida de nuevo -unas imágenes
de unos guerreros Yuuzhan Vong dentro de un corredor escasamente iluminado. Ellos cargaban hacia
quienquiera que fuera que llevara la holocámara, sus gritos de guerra era terroríficos, sus movimientos
desdeñosamente propios de los alienígenas. "Esta es la grabación de Tam Elgrin. Él estaba con un grupo
de personas en un edificio de Coruscant cuando una patrulla Yuuzhan Vong los vio y les persiguió.
Estaba en la parte trasera del grupo cuando grabó esto. Luego él apagó la holocámara y se preocupó
únicamente de correr, logrando escapar. La mayoría de las otras personas no fueron capaces."
"¿Y que?"
"Hay algo erróneo en la grabación, y con el propio Tam. Tam se ha comportado de un modo extraño,
más de lo que es normal para alguien es justo alguien socialmente inadaptado, así lo pienso, de manera
que yo he estado intentando averiguar el porque. He estado observando esta grabación una y otra vez,
primero en busca de algo de información sobre las tácticas de caza de los Yuuzhan Vong, luego sobre
Tam... y finalmente me di cuenta de que esta sensación de que algo estaba mal no tenía nada que ver con
los Yuuzhan Vong."
"Ya me he perdido."
"Sabiendo que usted estaba muy ocupada, me salté un tanto las reglas y les pedí a los Wraiths que
miraran esto por mí. Para que hicieran un análisis de la grabación en su tiempo libre."
"¿Ellos tienen tiempo libre? Yo no recuerdo haberles dejado ningún tiempo libre. No importa, ¿qué
averiguaron?"
"Hay nueve juegos de pasos que resuenan en ese pasillo. Usted puede contar ocho Yuuzhan Vong
visibles en la grabación, de manera que el otro tiene que corresponder a Tam."
"Ocho Yuuzhan Vong y un humano". Iella miró de nuevo la grabación. "Eso significa que Tam no
estaba con el grupo."
"Cierto."
"¿Por qué mentiría?" La respuesta tomó forma, antes incluso de que Iella hubiera acaba la pregunta.
"Porque si él admitía que estaba solo, tendrá que tener una muy buena explicación, de como fue capaz de
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alejarse de esos guerreros."
"Nuevamente correcto."
"Lo que significa que él no escapó."
Danni se encogió de hombros. "Esa es mi suposición. Pero yo no soy de Inteligencia."
"¿Quieres usted ser transferido?"
Danni sonrió. "No creo que ellos me lo permitieran."
Iella extrajo la tarjeta de datos de su datapad. "¿Le importa si me quedo con esto?"
"Todo suyo. He hecho copias de la grabación. Múltiples copias."
"Excelente trabajo, Danni." Iella se levantó y se dirigió hacia la puerta. "Hazme saber si alguna vez
quieres entrar en el negocio del análisis de información para Inteligencia."
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"Líder de los 'Soles Gemelos' listo," Jaina dijo. "Las cuatro luces en verde." La vibración de los
motores de su Ala-X, el rugir de los motores se extendió por toda la bahía de atraque de operaciones
especiales, provocó en ella, una familiar y placentera sensación.
"Gemelo Dos, listo." Ese fue Kyp. "Yendo a proteger a mi diosa."
"Gemelo Tres, listo." Ese fue Jag, y, como Jaina predijo, omitió cualquier sarcasmo o comentario no
pertinente.
"'Record Time', listo para despegar."
Momentos después, ellos también despegaron, dos Ala-X y el desgarrador de Jag conformaban un trío
de protección, junto con la 'Record Time', el transporte de tropas dañado durante la toma de Borleias y
seguidamente recompuesto, se alzó del suelo lentamente detrás de ellos. Salieron con gran facilidad de la
bahía de atraque y se elevaron hacia el cielo estrellado, el cual justamente comenzaba a emborronarse con
el alba, por encima suyo.
Jaina evitó echa un vistazo fuera, a la banda de estribor de la cubierta exterior del desgarrador de Jag.
Esta variante del caza estelar TIE tenía la típica carlinga esférica y vainas gemelas de motores de iones
del clásico caza TIE e interceptores, pero en el punto de encuentro de los motores con la carlinga surgían
cuatro amplias aletas con forma de garra. Jaina no sabía si sentirse complacida o irritada ante la artística
incongruencia de ese estilo de aeronave, siendo incluido en su escuadrón formado mayoritariamente por
Ala-X, e intentó pensar como lo habría hecho una diosa Yuuzhan Vong.
Después de unos minutos, tiempo más que suficiente para dejar atrás la atmósfera de Borleias y
dirigirse a un sector del espacio Pyrian, libre de cualquier actividad de naves, ella pulsó su comunicador.
"Kyp, recuérdeme que emita una orden de que todos los cazas estelares de este escuadrón sean decorados
individualmente por sus pilotos. Nada de uniformidad. También sus androides astromecánicos."
"Así se hará. Diosa."
Jag dijo, "Entrando en zona de prácticas en diez, nueve, ocho..."
Instantes después los cazas estelares fueron ralentizando su marcha hasta pararse, a una relativa
distancia de Borleias, y se quedaron flotando en el espacio mientras la 'Record Time' les daba alcance.
Jaina preguntó, "¿Cómo vas a llamar a tu decorado caza, Jag?"
"Bola negra," él contestó de inmediato. "Las garras de color plata metalizado, con rojizas salpicaduras
sangrientas en ellas. Como si todo el conjunto fuera una especie de arma en forma de garra. El metal, por
supuesto, es para fastidiar a los Vong; por otra lado, tal vez más adelante use un color más natural para la
garra."
"¿Tú te planteaste eso justo desde que yo decidiera que todos debemos decorar nuestros caza estelar?"
"No. Yo decidí el diseño hace días, cuando calculé que no tardarías mucho en emitir esa directiva."
¿Hace días? Jaina sintió un flash de sorpresa e irritación. ¿Cómo osaba él, intentar predecir que
decisiones iban a tomar ella?
¿Y además cómo se atreve a hacerlo con éxito?
Pero ella fue capaz de atemperar la sensación. Los Caballeros Jedi debían ser capaces de mantener
serenos. Los líderes de escuadrón no podían dejar que sus pilotos llegaran hasta ellos. Necesitaba no dejar
que la cogieran con la guardia baja, incluso cuando era así. Se limitó a sonreís. "Bien, es un buen diseño.
Lo apruebo."
"Gracias." Había un ligero tono de burla en su réplica, y Jaina sintió que su humor se agriaba
ligeramente. Ciertamente no era verdad, que como algunos otros pilotos de la Nueva República pensaban,
que Jag Fel siempre actuaba como si se creyera superior. Lo que era verdad, era que él siempre parecía
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ver a través de los engaños, que siempre parecía saber la verdad, de lo que podía estar por detrás de lo que
le estaban diciendo. A nadie le gustaba ver como sus mentiras eran ignoradas, y como su verdadera
imagen quedaba al descubierto.
Por otro lado, eso significaba que Jag tendría muchos problemas para comportarse como si él estuviera
sirviendo a una diosa hecha carne. Jaina sonrió para si. Ella estaba segura de que encontraría una manera
de incomodarlo, de penetrar su comportamiento inmaculado.
"La 'Record Time' en posición." El anuncio que resonó a través de su comunicador, sacó a Jaina de su
ensimismamiento.
"Despliegue objetivos," Jaina dijo. "De acuerdo Kyp, vamos a mostrarle a Jag como lo hacen los
usuarios de la Fuerza."
De una de las bahías de carga del 'Record Time' salieron una serie de contenedores de carga. Eran los
contenedores más dañados de lo que habían sido usados para traer suministros para la guarnición del
sistema Pyria, tan aplastados o corroídos para poder ser utilizados de nuevo. Ahora cada uno de ellos
tenían dos zonas, marcadas como objetivos, pintadas de rojo a cada uno de los lados; sensores estaban
sujetos a los objetivos. Dichos contenedores iban dando volteretas por el espacio, mientras la 'Record
Time' se alejaba, ganando velocidad.
Jaina llevó su vuelo a realizar un rizo que los conduciría a un curso a noventa grados de la ruta de los
contenedores.
"Estoy abierto, Diosa."
Jaina reprimió una mueva. Ella debería haber sabido que Kyp estaría listo para la unión con la Fuerza
que ellos iban a intentar. Debería haberlo sentido.
Pero ella había estado manteniéndose un tanto encerrada en sí misma. Era la mejor manera. Ella no
quería estar atada tan estrechamente a Kyp, que él pudiera sentirlo a través de la Fuerza, en caso de que
ella siguiera a sus hermanos en el camino de la muerte.
Aunque, tal vez no fuera así.
De manera, que aunque ella dejó que él le ayudara a volver del camino al lado oscuro que ella
recientemente había seguido, incluso aunque ella le reconocía como un segundo Maestro Jedi -aunque
nadie reemplazaría jamás a Mara como su verdadero Maestro- lo mejor era mantenerle a una cierta
distancia.
Pero ella no podía hacerlo durante todo el tiempo, de manera, sintiendo un toque de intranquilidad,
expandió sus percepciones de la Fuerza hacia Kyp, encontrándole, uniéndose con él en cierto sentido.
Esta no era ni de cerca tan efectiva como la unión entre Luke y Mara. Pero además, ella tampoco lo
quería de esa manera. Ella clase de acercamiento no podía llevar a nada bueno.
Ella frunció el ceño ante este pensamiento, preguntándose de donde habría venido, y si Kyp lo habría
captado. Pero no había la menor fluctuación de emoción procedente de él. Indudablemente él no lo había
captado. "De acuerdo, Jag. Kyp y yo vamos a escoger y disparar a un blanco. Los sensores nos dirán,
cómo de estrechamente juntos se han realizado nuestros impactos, y lo bien que nosotros nos
coordinamos a través de la Fuerza. Por diversión, me gustaría ver cuánto tiempo le toma conseguir un
blanco en el objetivo, directamente entre nuestros dos impactos."
"Considéralo hecho."
Ellos se orientaron hacia uno de los blancos, Jaina y Kyp se movieron a la vez con una precisión
solamente posible a través de la Fuerza. Jag permaneció con ellos, arropado y ligeramente por detrás de
ellos, sus maniobras tan rápidas y precisas como les era posible a aquellos sin estar coordinados a través
de la Fuerza.
Jaina escogió su blanco -un contenedor dando vueltas y girando sobre su eje largo, dos contenedores a
estribor a su lado de estribor, se dirigían hacia él- y disparó. Sus láseres en configuración cuádruple y los
de Kyp lanzaron una llamarada de energía, en lo que parecía ser exactamente el mimos instante,
golpeando las zonas rojizas, designadas como blancos del contenedor simultáneamente, reduciendo
ambos extremos del contenedor a una masa fundida. Una fracción de segundo más tarde, el estallido de
energía de Kyp impactó en la parte central del destrozado objetivo que giraba descontroladamente,
partiéndolo en dos.
"No está mal." Jaina consultó su consola de mando. "Cuatro centésimas de segundo entre nuestros
disparos, Kyp; los tuyos impactaron más tarde. Nosotros necesitamos bajar esos números. Jag, usted logró
sus impactos veintiséis centésimas de segundo más tarde que Kyp. Bastante bueno, considerando que
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usted no sabía que contenedor iba a ser nuestro blanco."
"Ciertamente, lo conocía. Sabía que no iba a ser aquel, a cuyo rumbo nos conducía. Quedando un
cincuenta-cincuenta a la opción direccional, y dado que tú ibas hacia estribor más de la mitad del tiempo.
Me figuré que elegirías la primera oportunidad de blanco que te se presentará en esa dirección, de manera
que yo me centré en el segundo. Por supuesto, si me hubiera equivocado, entonces me habría llevado
mucho más que un segundo lograr acertar al blanco que usted hubiera escogido."
Jaina apenas fue capaz de contener un exabrupto. Jag estaba determinado a incomodarla sobremanera
con sus esfuerzos por predecirla. Pero ella controló sus emociones una vez más con algo de serenidad y se
limitó a pulsar el botón de su comunicador, para confirmar la recepción. "Demos una nueva pasada," dijo.
La segunda tanda fue muy parecida a la primear. Los disparos de Jaina y Kyp siguieron separados por
unas centésimas de segundo. El disparo posterior de Jag fue, si acaso, más rápido de lo que había sido en
el primer blanco.
"Usted supuso que yo me saldría de nuestro rumbo, y buscaría un objetivo fuera," Jaina dijo.
"Sí."
"Hagámoslo otra vez."
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Mientras Luke terminaba de empaquetar su bolsa para las actividades diarias, Mara entró en sus
aposentos. Ben estaba despierto en sus brazos, tirando de su pelo, y metiéndoselo dentro de la boca, pero
toda la atención de Mara estaba en Luke. "Voy a Coruscant contigo."
Eso dejó frío a Luke. "¿Qué te ha echo cambiar de idea?"
"Tiempo. Tiempo para tranquilizarme, tiempo para sopesar las cosas. He comprendido que no hay
nadie más interesado que tú en detener al enemigo que amenaza a Ben, y no hay nadie mejor que yo para
cubrirte las espaldas." Ella luego se encogió de hombros, luego bajo la vista para mirar a la cara de su
hijo.
"Finalmente, he deducido que si espero hasta que los enemigos de Ben estén justo delante de mí antes
de que pueda matarles, es que yo le he fallado."
La expresión de Mara destilaba tan tristeza que Luke sintió que se le contraía la garganta. "Escucha,
estoy a punto salir para adentrarme en la jungla con Tahiri para colocar unos cuantos sensores
gravitatorios. ¿Te apetecería venir?"
Mara asintió. "¿Crees que a Leia le importaría hacer de niñera para nosotros?"
"Sospecho que ella se sentiría encantada."
Luke, Mara, y Tahiri se movieron a través de la selva a unos cuantos cientos de metros del comienzo
de la zona muerta. Ellos habían entrado a la jungla, a través de una serie de pasos libres de posibles
observadores Yuuzhan Vong, y ahora habían alcanzado la primera de sus zonas designadas.
Luke dejó su mochila en el suelo. En su interior él sacó un pesado martillo de mango corto. "Mira," le
dijo a Tahiri, "el arma favorita de los Jedi antes de la invención de la espada láser."
Ella le frunció el ceño, con ojos verdes confusos por detrás de sus párpados. ""Usted está de broma."
"Por supuesto que estoy bromeando. C'mon. ¿El machaca martillo Jedi?" Sonriendo burlonamente, se
giró hacia su esposa. "¿Mara?"
De su propia mochila ella sacó una estaca, de unos setenta centímetros de longitud, hecha de metal,
muy ancha en la parte superior. La colocó tranquilamente con la punta afilada en el suelo. "Prosigue. Yo
siempre he pensado que esa obsesión por lograr elaborar cosas de metal, para hacerlas golpear contra
otras cosas de metal era un trabajo de hombres."
Con rápidos y duros martillazos, Luke golpeó la cosa hasta que su cabeza estuvo a la altura del suelo.
Luego esparció algo de hojarasca y tierras sobre esta.
"¿Y eso va a transmitir fluctuaciones gravimétricas?" Tahiri dijo dubitativamente.
"Uh-huh". Luke volvió a meter el martillo en su mochila, luego recogió esta. Pesaba menos, varios
kilogramos menos, que cuando él la dejó en el suelo. Pretendió no haberlo notado, o darse cuenta de que
el suelo bajo la mochila estaba removido, cuando había estado alisado cuando dejó la mochila. "¿Listos?"
"Listo," Tahiri anunció. Mara se limitó a asentir con la cabeza.
Mientras se movían a otro sitio, Luke susurró, "¿Bien?"
"Creo que nos están observando," Tahiri susurró de nuevo. "Quiere decir, que ciertamente lo sentí.
Pero desde la perspectiva Yuuzhan Vong. Pero no estoy segura."
"Yo si estoy seguro," dijo Luke. "¿No pudiste sentir la vida del insecto quedarse callado, justo delante
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nuestro?"
"Yo..." Tahiri parecía avergonzada. "Podría haber sido capaz si hubiera pensado en ello. Pero no lo
hice."
"No te sientas mal. Estabas pensado como un Vong..."
"Yuuzhan Vong."
"...Yuuzhan Vong en lugar de como un Jedi. Sospecho que no es fácil pensar de ambas maneras a la
vez. ¿No es así?"
Tahiri asintió. "Entonces, ellos están delante nuestro. Espero, que no sea el mismo grupo que nos ha
estado observando. Ya que ese grupo no ha tenido tiempo para posicionarse por delante de nosotros."
"Buen trabajo," Mara dijo. "¿Cuándo crees que se lanzarán sobre nosotros?"
"Ellos esperarán hasta que nosotros no podamos oír al primer grupo retroceder hacia el sitio que
acabamos de dejar," Tahiri dijo. "Pero estarán impacientes. Por lo que no tardarán mucho. Tanto... como
¡Ya!" Tahiri manipuló su espada láser; su seco chasquido anunció la aparición de su resplandeciente hoja,
justo a tiempo para que la hoja interceptara un bicho-impacto. El bicho-impacto provocó un destello
resplandeciente y desapareció con un crujido.
Luke sacó su espada láser pero se apartó de Tahiri. Vio, por el rabillo del ojo, que Mara hacía lo
mismo, pero volviéndose hacia el otro lado. Los tres quedaron espalda con espalda mientras los guerreros
Yuuzhan Vong surgían de la selva.
Eran cinco, y el primero, venía hacia Luke, moviendo demasiado rápido, estaba moviéndose
demasiado rápidamente, cargando alocadamente, confiado en que el primer bicho-impacto distrajera al
Jedi. Luke giró su espada láser para interceptar su restallante bastón viviente, luego se dejó caer hacia
atrás, haciendo que el guerrero Yuuzhan Vong saliera despedido por encima suyo en una desenfrenada
caída. Tuyo, pensó.
Apenas sin mirar, Mara hizo girar su propia espada láser, hundiéndola en el rostro del desequilibrado
guerrero mientras pasado dando volteretas a su lado.
El siguiente fue contra Tahiri, su bastón viviente rígido y agarrado por ambos lados. Ella detuvo su
primer golpe, su segundo, y le pateó en la rodilla, pero el impacto de su pie desnudo sobre su armadura de
cangrejo vonduun, lo ralentizó únicamente.
Dos, acompasados como si fuera un solo ataque, se lanzaron formando una pantalla de violentos
molinetes con sus armas, ante Mara. Ella invirtió su espada láser de manera que el extremo de la
empuñadura estuviera justo a su pulgar, orientó la hoja hacia abajo, y la movió de un lado a otro con la
parte inferior de los bastones vivientes de sus atacantes, usando la espada láser como un paraguas
defensivo. Mientras uno alzó su arma para sobrepasar su defensa, ella le pateó, una hermosa patada en
toda su extensión que le acertó justo debajo de la mandíbula y lo lanzó hacia atrás al interior de la foresta.
El último se lanzó contra Luke. Era más lento, más paciente que sus camaradas. Luke golpeó, una
finta, luego inició un golpe inverso mientras veía a su oponente alzar el bastón vivientes para bloquear...
entonces algo sobre la postura y el movimiento del guerrero provocó una señal de alarma en la mente de
Luke. Se dejó caer sobre una rodilla, y el escupitajo venenoso lanzado por el bastón viviente de su
enemigo pasó inofensivamente sobre su cabeza.
Bueno no tan inofensivamente. Luke le vio realizar un arco hacia el lado de Tahiri. Ella se apartó un
paso, arrastrando a su enemigo hacia adelante, y el veneno salpicó contra la máscara del guerrero,
goteando a través de los agujeros de los ojos. El guerrero gorgojeó, echándose las manos a la cara, sin
poder evitar un grito de dolor o de miedo.
Luke se incorporó a una posición en cuclillas y luego continuó el movimiento, saltando hacia arriba y
por encima de su oponente, invirtiendo su postura al hacerlo, y girando su espada láser como un borrón en
movimiento hacia la cabeza de su antagonista. Su enemigo para el golpe con su bastón viviente y estaba
lanzando el extremo puntiagudo de su bastón hacia Luke, incluso antes de que el Maestro Jedi tocara el
suelo. Luke paró el ataque con la hoja de su espada láser, deflectándolo unos pocos centímetros, y dejó
que la hoja de energía se deslizará por el bastón viviente en medio de una lluvia de chispas. Su
antagonista se alejó de un salto antes de que la espada láser le cercenara los dedos.
El enemigo de Tahiri estaba en estos instantes en muy mal estado, con veneno fluyendo de la cuenca
de un ojo y un humo maloliente surgiendo de la otra, poniéndose en posición justo a tiempo para
interceptar al segundo enemigo de Mara, cuando surgió de nuevo del frondoso borde selvático. Cogido
fuera de guardia por la furia de su súbito ataque, el guerrero Yuuzhan Vong se vio forzado a retirarse, y
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tanto él como su compañero herido se retiraron al interior de la frondosidad vegetal.
El adversario de Luke sacudió y lanzó hacia adelante la cabeza de serpiente de su bastón viviente.
Luke se movió lateralmente y la cosa ponzoñosa alargada en toda su extensión paso a su lado, fallando
por un pelo. Entonces la mano de Mara la aprisionó, a la altura de la cabeza, y tiró. El adversario de Luke
trastabilleó hacia adelante, fue de equilibrio por un instante mortal, y Luke giró su espada láser hacia el
vulnerable hueco existente por debajo del casco del guerrero. La carne hirvió y se separó. El guerrero
cayó.
Luke se giró, Mara estaba arrojando el bastón viviente capturado al rostro de su adversario; el guerrero
lo apartó desdeñosamente de un manotazo y alzó su arma.
Luke arrojó su propia espada láser dando vueltas hacia el guerrero, a la vez que añadía un sutil toque
con la Fuerza para hacer más errático e imprevisible su vuelo: El guerrero tan bien lo apartó a un lado,
pero la distracción fue demasiado larga; Mara dio una estocada con su propia espada láser, clavándola a
través de la articulación del brazo derecho del guerrero, descoyuntando por completo su miembro.
Mientras caía, ella le remató con otra estocada en el rostro.
Luke hizo un gesto y su espada láser, ya apagada, regresó volando a su mano. La activó de nuevo.
"¿Tahiri?"
"Aquí." Ella emergió surgió de entre la foresta, ilesa. "Mira lo que llevaba el mío." En su mano tenía
una estaca de metal.
Luke frunció el entrecejo. "¿No me digas que es justo es que acabamos de plantar?"
"No, uno diferente."
Mara sonrió. "Éxito."
"Vamos," Luke dijo. "Antes alguien más decida visitarnos."
Se dirigieron a su siguiente lugar de siembra. Allí, ellos clavaron otra estaca -una estaca que contenía
un equipo de sensores, pero los cuales estaban diseñados para ser encontrados y removidos por los
Yuuzhan Vong.
Pero los sensores reales estaban dentro de la bolsa de Luke. Cada uno era un pequeño droide, del
tamaño de los omnipresente droides pequeños de servicio que se encontraban en las naves espaciales
principales. Estos contenían los mismos sensores de gravedad que las estacas, pero también herramientas
de excavación que les permitían salir por la abertura del fondo de la mochila de Luke y abrirse camino
excavando por la tierra blanda. Los Yuuzhan Vong podrían localizar todas las estacas clavadas, incluso
quitar cada una de ellas... pero lo bueno del asunto era que ellos no descubrirían un simple androide
excavador.
Luke había luchado contra muchas gente infiltrada o en misiones de espionaje o de sabotaje, pero
resultaba reconfortante por una vez tener a los espías de su lado.
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Mientras destruían blanco tras blanco, Jaina comenzó a ser más hábil en escoger blancos que Jag no
era capaz de anticipar; el tiempo entre el disparo de Kyp y Jag creció hasta que casi promedió casi medio
segundo standar. Jaina se sentía como si hubiera logrado una pequeña victoria. Al menos Jag no podía
seguir confiando plenamente en su habilidad para anticipar su pensamiento. Pero la distancia entre el
tiempo de fuego Jaina y el de Kyp seguía siendo el mismo.
"Tengo una idea sobre eso," Jag dijo. "Sobre vuestra coordinación a través de la Fuerza."
Jaina casi suelta una carcajada. "Jag, usted no sabe nada sobre la Fuerza. Eres tan ciego a la Fuerza
como tu tío."
"Sí, y mi tío seguramente pensaría lo mismo. Yo estoy observando vuestra unión con la Fuerza, como
si esta se tratara de algún tipo de interconexión neural entre usted y Kyp. Asumiendo que esta os permita
una comunicación de los impulsos a casi la velocidad de la luz, nosotros tenemos que vuestros impulsos
para disparar en los dos se activan básicamente por tu acto reflejo de abrir fuego y el de Kyp. ¿Correcto?"
"Quizá."
"De manera que quizás la diferencia en vuestros tiempos es básicamente la diferencia entre vuestros
tiempos de reacción físicos. Tú eres más joven que Kyp. Quizás tú deberías dudar un tanto -durante tan
poco tiempo como te sea posible- una vez que hayas tomado la decisión de abrir fuego, o tú deberías dejar
que Kyp escogiera los blancos y seguir su guía."
Jaina miró por encima de su hombro, a través de la carlinga, a donde el desgarrador de Jag flotaba al
lado y por detrás suyo, y le dedicó una mirada dubitativa a Jag. "Vale, de acuerdo. Hagamos una prueba."
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En su siguiente tanda, la diferencia entre los disparos de Jaina y Kyp fue de una centésima, aún a favor
de Jaina.
Kyp silbó. "Buena idea, Fel. Hagamos estos unas cuantas veces más..." Su voz se apagó.
Jaina también lo sintió. Miró fijamente hacia el espacio, en dirección a la estrella de Pyria.
"¿Qué pasa?" Jag dijo.
"Algo..." Jaina cambió su comunicador a la frecuencia de la flota y cambió el programa de navegación
de su caza. Orientó su Ala-X hacia el origen de su inquietud, para conseguir una lectura más cercana en el
curso hacia ese punto distante. "Líder de los 'Soles Gemelos' a Control."
"Aquí Control." Era la voz de un hombre, marcada con un tono de desinteresada lentitud.
"¿Tienen algo dando vueltas por este lado del sistema, digamos en curso de aproximación hacia
Arkania?"
Hubo un retraso de unos pocos segundos. "Negativo, nada en ese sector."
"Algo hay... mis naves se dirigen en esa dirección. Mantened vuestras orejas abiertas para nosotros."
Cambió de nuevo a la frecuencia de su escuadrón. "Vamos, mortales."
"Cómo usted desee. Diosa."
Jag respondió con una pulsación del comunicador.

Capítulo 10.
Ocupación de Borleias, Día 37.
Jaina y sus pilotos se lanzaron por el espacio Pyrian tan rápidamente como sus impulsores les
permitían; se angularon al llegar cerca de la estrella Pyria, aprovechándose un tanto del impulso-
gravitacional adquirido al pasar tan cerca del astro, y salir lanzados hacia la fuente de la perturbación, que
tanto Jaina como Kyp habían sentido. Dicha perturbación no disminuyó. Si acaso, se hizo más clara, más
fuerte.
A los pocos minutos, la voz de Iella Wessiri llegó por el comunicador de Control de Mando. "¿Qué es
lo que tienes?"
"Nada seguro. Simplemente una percepción a través de la Fuerza."
"Entonces, puede que no sea Yuuzhan Vong."
Jag dijo, "Pero puede estar relacionado con los Vong."
"Cierto." Dijo Jaina. "¿Podéis dirigir vuestros sensores a lo largo de nuestra ruta ver a que hay ahí
afuera delante nuestro?"
"No es posible. Hay un poco de material solar entre nosotros y vuestro rumbo. Sin embargo, estamos
ordenando al 'Sueño Rebelde' que maniobra para poder rastrear vuestra posición y anticipar vuestro
rumbo. Ella debería entrar en comunicación, rectifico ya está en contacto con nosotros." Iella permaneció
en callado unos instantes. "'Sueño Rebelde' informa de un contacto grande, y de múltiples contactos más
pequeños entrando al sistema. Las anomalías gravitacionales sugieran que son Yuuzhan Vong. El General
Antilles solicita que ustedes echen un vistazo, pero que tengan mucho cuidado."
"Me gustaría tener algo más de información," solicitó Jaina.
"Estamos en ello," respondió el General Antilles. Jaina agitó la cabeza. Wedge había tenido razón.
Todo esto de la diosa del engaño iba a ser algo, que le iba a costar acostumbrarse.
Al poco, las distantes anomalías se convirtieron en puntos parpadeantes en sus sensores, y entonces
ella comenzó a recibir información en sus sensores visuales.
La nave más cercana era una fragata viviente Yuuzhan Vong con una pantalla de cazas coralitas como
escolta. Detrás de ellos, un poco más lejos, rodeado por una pantalla de naves principales...
Jaina codificó su comunicador. "Control de mando, es un nave-mundo, una grande incluso para los
estándares Vong." Sintió que su boca se le quedaba seca. No era el nave-mundo que estaba en órbita
alrededor de Myrk, la nave-mundo donde Anakin y Jacen habían muerto, pero simplemente la visión, tan
pronto, de otra de esas vastas naves la hizo sentirse enferma.
"Entendió, Líder de los 'Soles Gemelos'. Sugerimos que ustedes regresen."
"Negativo." Jaina hizo una ligera corrección en su rumbo de vuelo para poner un curso de intercepción
con la fragata que se aproximaba. "Necesitamos ver que es lo que ellos intentan con semejante pequeño
grupo de sondeo."
La voz de Jag surgió por la frecuencia del escuadrón. "Ese pequeño grupo de sondeo incluye una
fragata. Es lo bastante grande para causarnos algún problema."
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"Sí, pero hay es donde yo he sentido la perturbación en la Fuerza." La perturbación, ella decidió, no
tenía el hambre salvaje que era característico de un voxyn. No, se percibía como si fuera dolor.
Entonces ellos ya pudieron ver a la fragata y su escolta. Tres cazas coralitas, una cuarta parte de la
pantalla protectora, se apartó de la formación y se dirigieron hacia ellos, para interceptarlos.
"¿Tres?" Kyp pareció sentirse insultado. "¿Ellos esperan que tres cazas coralitas sean bastante para
acabar con nosotros?"
"No." Ese fue Jag. "Ello se supone que sólo van a frenarnos un poco. Nosotros podemos ignorarlos y
recibir un poco de fuego de cañón de plasma por la banda de babor, o entablar combate con ellos y dejar
paso a la fragata."
"Nosotros nos enfrentaremos a ellos," dijo Jaina. "Luego ya nos ocuparemos del resto."
Los cazas coralitas vinieron a toda velocidad, disparando sus armas.
"Pongamos en práctica las nuevas tácticas." Jaina expandió sus percepciones a través de la Fuerza,
encontrándose con que Kyp la estaba esperando igual que una mano abierta. Los tres se agruparon en su
anterior formación, con la que habían estado entrenando recientemente, los dos Ala-X delante, el
desgarrador detrás y entre ellos. Casi como si fueran uno, se retorcieron, giraron, y deslizaron
lateralmente, siempre consiguiendo eludir el fuego de cañón de plasma que les llegaba, al igual que los
chorros de ácido corrosivo.
Jaina escogió su blanco, el caza coralita trasero a estribor. Kyp escogió el momento de abrir fuego. Los
dovin basal del caza crearon su pozo gravitacional justo delante del disparo de Jaina, pero el Kyp impactó
en la proa del caza coralita, aniquilando al dovin basal. Entonces los láseres de Jag acribillaron el casco
del caza, desde la proa hasta la cubierta exterior de la carlinga, dejando un rastro de negruscos impactos
ardientes en su recorrido. Este caza coralita continuó su recorrido como un muerto ataúd balístico de
coral, mientras los otros pasaban como relámpagos justo a los pilotos de los 'Soles Gemelos' y realizaban
un brusco giro de 360º para realizar otro ataque.
Jaina echó un vistazo al cuadro de sensores, para ver el retraso en el ataque de Jag. "¡Tres cuartos de
segundo! Jag, tú calculaste mal."
"Más bien, yo te he enseñado a ser un poco más imprevisible."
Ella soltó una sonrisa de satisfacción. La confianza, que formaban los escudos personales de Jag,
rechazó su crítica. "Hagámoslo de nuevo. Quizá con menos opciones a elegir. Jag pueda acertar esta vez."
El curso de la fragata Yuuzhan Vong la conducía cerca de la estrella Pyria, el contrario del curso de
salida de Jaina, cuando se dirigía hacia Borleias. Una vez que Jaina, Kyp y Jag acabaron con los tres
cazas coralitas en habían enviado para retrasarles, se pusieron tras la estela de la fragata, cogiéndola
rápidamente.
La fragata sobrepasó limpiamente la órbita de la estrella y comenzó una aproximación en línea recta
hacia Borleias. El tablero de sensores de Jaina le indico que el 'Sueño Rebelde' adoptaba un nuevo vector,
para conseguir un curso de intercepción; las transmisiones por el comunicador la indicaron que
escuadrones de cazas estelares estaban despegando tanto del planeta como de la 'Lusankya'. No había
ninguna manera de que la fragata consiguiera acercarse lo bastante a Borleias para provocar algún daño.
"La fragata está ralentizando su marcha," Kyp informó. "Está cambiando de rumbo. Sabe que su
esfuerzo es inútil."
"Espera, espera," dijo Jag. "Pon tus sensores visuales por debajo de su barriga."
Jaina lo hizo, y vio una gran abertura que aparecía en el casco de la parte inferior de la fragata. Era
abertura de aspecto humedecido, tan poco encantadora como la boca de un butt que se había cerrado bien
prieta y que ahora empezaba a abrirse lentamente.
Mientras observaba, la abertura comenzó a arrojar formas, diminutos objetos irregulares que
desparramaron hacia adelante, siguiendo el curso original de la fragata.
Jaina puso mal gesto. Las formas se agitan. Más armas orgánicas. Probablemente moldeadores de
mundos de algún tipo, si ellos las estaban soltando a esta distancia hacia Borleias, en lugar de buscar un
objetivo militar específico.
Entonces comprendió que la perturbación que ella había sentido en la Fuerza viajaba con esas formas.
Ella sintió un nudo en el estómago. Aceleró al máximo, saliendo disparada hacia la nube de formas que se
agitaban, ignorando a la fragata y los cazas coralitas que seguían un vector que los alejaba de la zona.
En unos instantes, ella pudo ver lo que los Yuuzhan Vong había descargado.
Personas. Principalmente humanos, algunos sullustanos, rodianos o devaronianos. Eran hombres y
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mujeres, de todas las edades, desnudos...
No, desnudas del todo no. Cuando estuvo más cerca, Jaina pudo ver la cubierta transparente sobre sus
cuerpos, una especia de bolsa transparente inflada sobre sus cabezas. Ellos estaban llevando alguna
variante del manto ooglith, el traje de supervivencia para el vacío de los Yuuzhan Vong; indudablemente
esto les daría unos pocos minutos más de vida mientras flotaban en el espacio. Ellos podrían morir
congelados, podrían asfixiarse por falta de aire, incluso podrían alcanzar la atmósfera de Borleias y
abrasarse en la reentrada. Pero todos ellos estaban a unos pocos minutos de morir, una veintena más o
menos.
Un hembra sullustana vio acercarse al Ala-X de Jaina. La sullustana retorció su cabeza, girándola y
miró a Jaina, sus ojos desencajados por el miedo, su expresión de súplica. Jaina solamente podía mirar
fijamente, impotente.
Entonces se dio cuenta de que Jag estaba hablando.
"... han arrojado rehenes. Estos parecen estar dentro de algún tipo de vestimenta similar al manto
ooglith. Están en aproximación balística hacia Borleias. No creo que aún la microgravedad del planeta les
esté acelerando de una manera perceptible. No puedo estimar el tiempo de supervivencia que sus trajes les
pueden dar. Cuento veintidós, repito dos-dos. Todavía todos con vida."
Estas palabras, tal calmadas, tan frías, sacaron a Jaina de su atontamiento. Ella se ocuparía de los cazas
coralitas y de la fragata que se alejaban.
"No lo hagas." Era la voz de Kyp, y la sintió tanto hace". Ésa era la voz de Kyp, y ella la sintió tanto a
través de la Fuerza como la oyó por el comunicador. "Ellos están intentando provocarte, y que respondas
según sus dictados."
"Serenidad," ella susurró. Ella sintió como si estuviera hablando cada vez más alto, y dicho volumen
abriera un desgarrón en su interior y por él, se escapara toda la rabia que crecía dentro de ella. "El camino
de los Jedi es la serenidad." Ella se expandió a través de la Fuerza, encontrando a la hembra sullustana, y
tiró de ella.
Ella no detectó ningún cambio en la velocidad de la sullustana. Tiró con más fuerza. "¿Kyp, podemos
salvar a algunos?"
"Quizá. Aunque es una tremenda cantidad de energía cinética la que hay que absorber." La presencia
de Kyp en la Fuerza menguó, mientras él se apartaba de ella y se centraba en el problema que tenía entre
manos. En sus sensores, ella vio que una de las formas arrojadas comenzaba a perder velocidad.
Ella tiró con más fuerza de la sullustana, y finalmente consiguió que la hembra fuera ralentizando su
marcha. "Jag, tú no puedes hacer nada aquí. Vuelve a Borleias, escolta a algunos transbordadores hasta..."
"Yo ya he solicitado transbordadores. Y yo mismo le haré saber cuando soy inútil. Te recomiendo que
sigas mis instrucciones y dejes de intentar ralentizarlos mediante una parada." El desgarrador de Jag se
adelantó a los dos Alas-X, maniobró con gran delicadeza entre la nube de víctimas, igualando primero y
luego superando ligeramente su velocidad.
Entonces, con una habilidad que resultaba prácticamente imposible de creer, Jag rotó su desgarrador y
lo deslizó lateralmente hasta que este estaba, a no más de unos metros de un humano de piel oscura. Jag
activó brevemente sus impulsores y el desgarrador se ralentizó. El desgarrador golpeó al humano a una
velocidad entre veinte y treinta kilómetros por hora; el hombre, aturdido, pero no incapacitado del todo,
se agitó frenéticamente mientras se adoptaba un vector que lo alejaba de Borleias.
El desgarrador rotó, tan pronto como esta víctima estuvo libre de cualquier baño de iones. Jag pulsó de
nuevo sus impulsores, y maniobró hasta que estuvo junto a una segunda víctima. A esta, también, la
golpeó, tan delicadamente como le fue posible, un impacto que pareció dañar el brazo de la mujer twi'lek,
pero que envió hacia afuera en un ángulo que no la impulsaría al interior de la atmósfera de Borleias.
La patrulla de Jaina fue capaz de alejar a cada una de las veintidós víctimas que arrojadas para entrar
en la atmósfera de Borleias. No pudieron salvar a los veintidós; cuatro murieron por la exposición al
vacío antes de que los transbordadores pudieran llegar a ellos, y todos los restantes tendrían que ser
enviados a la zona médica de la instalación biogenética, sufriendo diversos estados de congelación por la
exposición al helado vacío espacial. Pero ninguno acabó como flamígeros meteoritos repugnantes al
entrar en incandescencia con la atmósfera del planeta.
El vuelo para salvar a los sobrevivientes fue lo bastante extraordinaria para arrancar los aplausos y
vítores del personal de tierra cuando la patrulla de Jaina y los transbordadores aterrizaron justo después
del mediodía, pero los pilotos no mostraron la menor alegría ante los vítores y no perdieron su gesto
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austero.
Lo cierto era que la nave-mundo Yuuzhan Vong había adoptado una órbita distante, más allá de la
órbita del planeta más alejado de Pyria. Permanecía estacionada allí, sus naves principales y cazas
coralitas agrupadas en sus cercanías.
A través de las holocámaras instaladas en la bahía de atraque, Wedge observó la llegada de Jaina y sus
pilotos; luego el apagó la pantalla. "Tenía razón," dijo. Su voz fue lo bastante baja de tono para que no
sobrepasara el sonido del rumor continuó, existente siempre en un centro de operaciones, con todo su
personal en activo.
"Cierto tenía razón," dijo Tycho. "Los Vong han traído armas grandes y alguien con cierta cantidad de
estilo personal para utilizarlas contra nosotros."
"Ocúpese de que todas las víctimas recuperadas, incluso aquellas que hayan fallecido, y cualquier que
haya estado en contacto físico directo con ellas, que pasen por descontaminación. Tenga a Danni o
Cilghal supervisando la descontaminación. Además quiero la superficie del desgarrador de Jag sea
comprobado milímetro a milímetro e igualmente desinfectada. Ellos podrían haber anticipado la táctica de
Jag, de manera que podrían haber colocado bombas-trampas en todas las víctimas."
Tycho asintió. "Me ocuparé de ello."
"Una más cosa." Wedge fijó su mirada en los ojos de Tycho. "Tú has estado escuchando el tráfico de
mensajes del comunicador de Jaina. Su desesperación por salvar a esas personas."
"Sí."
"Ésa no parece precisamente una conducta propia del lado oscuro, al menos yo lo entiendo así. Le
pregunté en privado a Kyp, y él se mostró bastante seguro de que ella ha regresado y está completamente
recuperada de su roce con el lado oscuro."
"¿Eso significa," dijo Tycho, "que es digna de fiar? ¿Quizás lo bastante para ser uno de los miembros
del Círculo Interior?"
"Correcto."
El rostro de Tycho no reveló otra emoción sino la cuidadosa consideración de la pregunta. Finalmente
asintió. "El cerebro y las tripas están de acuerdo. Creo que ella merece nuestra confianza. Es una Solo."
"Así, lo creo yo también. Ella continuará en la lista."
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Yuuzhan Vong Nave-mundo, Órbita de Pyria.
El piloto Yuuzhan Vong con la frente absurdamente parecida a la de un humano y sus tatuajes que
intentaban ocultar dicho defecto, permaneció encorvado con sus brazos cruzados sobre su pecho en gesto
de saludo, hasta que Czulkang Lah hizo un gesto para que se incorporara. "¿Su nombre?"
"Charat Kraal."
"¿Y usted es un piloto del Dominio Kraal y de su colonia en el mundo más habitable de este sistema?"
"Lo soy, Maestro de la Guerra."
"No me llame maestro de la guerra. Mi hijo es maestro de la guerra. Y responda a esto: ¿Por qué usted
se ha apoderado de elementos de la flota de Wyrpuuk Cha, sobornando a dichos elementos para que se
rebelaran contra su sucesor designado?"
Charat Kraal le miró fijamente sin pestañear. "Mis metas y su divergencia. Su meta era salvar los
restos de su flota dañada. La mía era mejorar la situación Yuuzhan Vong dentro de este sistema. Creo que
la mía tenía prioridad."
"Entonces, usted entendió que estaba mejor preparado para infligir daños considerables a los guerreros
infieles y sus máquinas con los recursos que usted reclutó a la fuerza."
"Yo diría que les he infligido daños despreciables. Mi intención era esa, hacerles daños poco
importantes."
Czulkang Lah contuvo una sonrisa. Charat Kraal estaba caminando con pie firme hacia su ejecución
con el discurso sencillo y el coraje propio de un piloto Yuuzhan Vong. "Explícate."
"Tanto antes como después de la llegada de la flota de Wyrpuuk Cha, usé mis fuerzas para hostigar a
los infieles -no porque yo pensara que podría derrotarlos con los escasos recursos que poseía, sino porque
este hostigamiento me revelaría información sobre ellos, sobre sus intenciones." Charat Kraal señaló
hacia el piloto que le había acompañado, el piloto sin culpa quien probablemente, si las cosas iban mal,
llevaría las noticias de su muerte a los Kraal. Este piloto le acercó el villip grabador, una criatura
esponjosa de casi el tamaño del torso de un Yuuzhan Vong. "Si puedo."
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Czulkang Lah le hizo un leve gesto afirmativo.
Charat Kraal puso el villip grabador en el suelo de la cámara de mando y le dio un golpecito para que
se despertara. Este se aplanó interiormente, adoptando la forma de un disco y comenzó a brillar con una
intensa luz amarillenta. La luz fluyó de su interior e iluminó el aire por encima suyo, luego comenzó a
fundirse en imágenes tridimensionales.
Charat Kraal continuó acariciando y toqueteando a la criatura, y las imágenes cambiaron sobre ella.
Primero fue una imagen de un habitad grashal, indudablemente la casa primaria de Kraal en Borleias,
luego imágenes de naves espaciales infieles efectuando ataques al planeta, imágenes nocturnas de naves
espaciales despegando, imágenes de naves infieles principales en órbita.
Finalmente la imagen se quedó fija en una vista aérea del cuartel principal de los infieles, un alto
edificio encorvado con muchas edificaciones periféricas más pequeñas y una zona quemada que, pegada a
las construcciones, esta llena de naves espaciales. "Este es su hábitat," Charat Kraal dijo. "Su general y su
personal viven aquí. Él dirige todas las operaciones desde aquí en lugar de la relativamente fuerte y
segura que le proporcionaría una de sus naves triangulares. Muchos Jeedai viven ahí, y constantemente
patrullan la selva que rodea este lugar."
"¿Cuántos Jeedai?"
"Lo desconozco... quizás una docena. El número se ha incrementado lentamente. Dos de ellos son
Luke Skywalker y su compañera Mara."
"¿Qué pasa con Jaina Solo?"
"Ella está aquí. Además creo que ha habido algún cambio en su status. Antes, Luke Skywalker parecía
ser el Jeedai preeminente. Ahora parece ser ella."
"Continúa."
"El interés de los infieles por este sitio me confundió inicialmente, pero ahora creo que ya lo entiendo.
Cuando los primeros miembros del Dominio Kraal ocuparon este mundo, el interrogatorio de prisioneros
que lo habían defendido, revelaron que este fue un lugar donde se desarrollaron proyectos médicos
secretos. Nuevas formas de vida eran creadas. Era, para abreviar, el equivalente infiel de una instalación
de moldeadores, y si ellos la defienden con tanta fiereza, que yo sospecho que ellos están creando ahora
alguna nuevo criatura o forma de vida."
"¿De que?"
"No lo sé. Pero según mi parecer lo que ellos estén haciendo les resultaría más seguro hacerlo en una
de sus naves triangulares, al no ser así resulta obvio que debe hacerse aquí de manera obligatoria. Esto
sugiere que el equipo que ellos están utilizando es demasiado delicado para moverlo, o que la criatura que
están diseñando debe crearse sobre un mundo viviente. Y dado que ellos son maestros en crear y operar
con equipos mecánicos, la última posibilidad es la que parece más factible."
Charat Kraal hizo avanzar rápido las imágenes sobre el villip, que mostraban secuencias del despegue
de algunas naves especiales, luego lo ralentizó para mostrar una nave de aspecto extraño que dejaba las
instalaciones biológicas. Esta no tenía las líneas suaves de la mayoría de la maquinaria infiel. Ciertamente
parecía el segmento de una tubería metálica, tan alto como un humano y de unos veinte metro de
longitud, doblada por la mitad en ángulo recto, con otra tubería, de un metro de diámetro y cinco de
longitud, biseccionada en ángulo. Una carlinga de doble asiento que al parecer había sido sacada de un
caza estelar, estaba sujeta en el punto del ángulo, de cara pero apartada de la tubería más pequeña, y
motores de impulso habían sido montados en dos grandes segmentos de tubería, orientados en la misma
dirección que la tubería más pequeña. Los extremos de las tuberías estaban tapados con un dispositivo
que parecía como si se abriera como un iris.
"Hay tres de éstos," Charat Kraal dijo. "Y una cuarta con tres protuberancias que se extienden de
idéntica manera, en idénticos ángulos y una cuarta protuberancia que se extiende en ángulo recto a todas
ellas; he podido verlo pero no he sido capaz de grabarlo. Mis exploradores, quienes escuchan a
escondidas a los infieles, siempre que se han podido acerca lo bastante, les han oídos llamarles 'cazas
tubo', y decir que formaban parte de una operativo llamado "Lanza estelar'. Los tres vuelan muy mal.
Despegaron del planeta, para alcanzar el espacio, y situarse en unos puntos muy precisos en relación los
unos con los otros, y lo bastante alejados entre sí, de manera que las tres naves conformarían los vértices
de un triángulo, mientras que la cuarta nave, estaría justo en el centro de la supuesta figura geométrica.
Luego se comunicaron entre si durante varios minutos. No sé exactamente por qué."
"Especule."
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Charat Kraal dudó. "Yo soy piloto, no un moldeador, y mucho menos unos de esos científicos infieles.
Pero yo tenía a una de mis asesoras, la cual entendía de matemáticas mucho más que yo, y la hice analizar
lo que ellos estaban haciendo. Ella dijo que la protuberancia en ángulo recto de la nave central está
situada con gran precisión en un ángulo recto con respecto al triángulo representado por la posición de las
otras tres naves, luego esta traza un curso de regreso al sistema Coruscant. Quizás sea un dispositivo de
espionaje, un dispositivo de comunicaciones, o un arma que apunta a su antigua capital."
"Interesante." Czulkang Lah evaluó la información suministrado por el piloto durante unos instantes.
"Grandeza, si pudiera... si es ahora vuestra intención ordenar mi muerto por mi atrevimiento, puedo
pediros que me ordenéis matarme a mi mismo, en lugar de mandarme ejecutar. De esa manera yo habría
lograda una gran ambición: servir, aunque sólo fuera por unos instantes, al gran Czulkang Lah."
El viejo Yuuzhan Vong mostró un gesto de impaciencia en su expresión. "Permanece callado. Charat
Kraal, yo voy a ascenderte al rango de comandante de ala. Tus fuerzas servirán para conformar un ala de
combate completa. Usted realizará misiones especiales para mí, a menudo en asociación con otras alas de
combate. Una de sus tareas será la captura de Jaina Solo; por supuesto, también le transmitiré otras
órdenes. Usted me informará a mí directamente. ¿Lo ha entendido?"
"Si. Gran Señor." El rostro de Charat Kraal sufrió una sacudida, a pesar de sus esfuerzos por mantener
una expresión impasible.
"Vete."
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Ocupación de Borleias, Día 39.
Los pilotos del Escuadrón de los 'Soles Gemelos' se deslizaron fuera de sus Alas-X, y un desgarrador.
Salieron de la bahía de atraque por una pasarela especial, en dirección al edificio principal, bromeando y
haciendo comentarios, contentos de haber realizado la misión sin apenas incidentes. Ellos habían
escoltado a los remendados cazas-tubo reunidos para la 'Operación Lanza Estelar' mientras estos
ascendían al espacio, los habían escoltado a unas coordenadas precisamente marcadas mientras sus
pilotos realizaban una serie de pruebas, y luego regresaron a casa sin sufrir ninguna pérdida. Cazas
coralitas habían estado maniobrando por las cercanías, echando un vistazo a lo que estaban haciendo, pero
no habían atacado... lo que sugería que los estaban estudiando las actividades de las naves de la 'Lanza
Estelar', pero que aún no estaban listos para moverse contra ellos. Se daba por sentado, que no importaba
cuan lentamente se moviera o lo precavido que fuera el nuevo comandante de los Yuuzhan Vong, que él
llevaría a cabo acciones contra las naves de la 'Lanza Estelar' muy pronto.
Jaina se quedó atrás en la bahía de atraque, poniendo algo de distancia entre ella misma y sus pilotos.
Una supuesta diosa no podía intimar demasiado con sus sirvientes, se dijo para si. Y una voz en los más
profundo de sus pensamientos, una que ella escuchaba cuando no había ningún otro Jedi a su alrededor
que pudiera detectarla, susurró. Y una mujer condenada no debería estar demasiado cerca de la gente que
podrían echarla de menos cuando se hubiera ido.
Ella se apoyó contra Ala-X, ignorando los sonidos de los mecánicos moviéndose a su alrededor.
Había algo dentro de ella, una cosa extraña de las que ella no parecía poder librarse. Era un odio frío
hacia el enemigo. Quizás había estado con ella desde el comienzo de la invasión de los Yuuzhan Vong, o
desde la muerte de Chewbacca y sus efectos en su padre y su familia, pero solamente se había dando
cuando de ello, cuando Anakin murió. Luego la llegada, hace dos días, de la nave-mundo, y los intentos
lanzar inocentes contra la atmósfera de Borleias, habían provocado que el sentimiento creciera dentro de
ella.
El odio no era el camino. Era un error nefasto para un Jedi. Y era algo sin sentido para quien era muy
probable que no sobreviviera mucho tiempo en esta guerra, no con todos los enemigos que ella estaba
acumulando; ella tenía mejores cosas que hacer con su tiempo, que malgastarlo odiando.
Por otro lado, quizás el odio era bueno para un piloto de caza; podía hacer que se mantuviera atenta,
darle una intensidad y unas ganas que ella necesitaba en el combate.
Pero seguía siendo una emoción, y ciertamente muy dolorosa. No la quería. No la necesitaba. Ella la
empujó al interior de lo más profundo de su ser, cubriéndola con todo el peso de su pensamiento lógico.
Cuando se calmó, se abrió de nuevo a la Fuerza, sintiendo una presencia familiar, una tranquilizadora.
Bien, se suponía que era tranquilizador, pues lo que estaba proyectado era un aura de confianza.
Jaina se volvió para ver a Tahiri acercándose. Ella le dedicó una sonrisa a Tahiri, e volvió ver Tahiri
acercándose. Ella le dio una sonrisa a Tahiri, pero ella sabía que esta sería un tanto insegura.
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Tahiri había estado a punto de convertirse en la persona más cercana a Anakin, incluso se podría haber
convertido en una Solo algún día. Ahora eso nunca pasaría, y Jaina a veces pensaba que Tahiri
simplemente se iba alejando sin rumbo, igual que un planeta que de repente ha escapado a la gravedad de
su sol. Jaina sabía que se suponía que ella debía cuidarla, pero eso sólo era una emoción más que
amontonar, encima del montón de las que ella misma se estaba intentando liberarse. Una relación más que
mantener cuando ella sabía que lo mejor era empezar arreglar aquello que venían de lejos.
Las ropas de Tahiri y la piel de sus brazos y piernas estaban decoradas con parches verdes -manchas de
hojas y hierbas-, Jaina decidió. "¿Has estado de patrulla?"
Tahiri asintió. "Me pasé un par de horas jugando al escondite con algunos guerreros Yuuzhan Vong
ahí afuera. Nunca fue capaz de echarla la vista en cima. Pero ellos si debieron verme al menos una vez, ya
que tuve que interceptar un bicho-impacto en el aire. Cuando volvía, oí que tu escuadrón estaba
aterrizando. Pensé, que quizás querrías hablar."
"No, la verdad es que no."
"O quizás querrías relajarte un poco. Un grupo de muchachos del 'Escuadrón Pícaro' han convertido un
tanque bio-reactor en una bañera climatizada. Ellos están fuera de patrulla, de manera que el sitio está
desocupado..."
Jaina negó con la cabeza. "No tengo tiempo. Tengo pendiente una reunión con uno de los grupos de
inteligencia, los Wraiths. Estamos discutiendo sobre la guerra psicológica y Yun-HarIa, La diosa Vong
del Engaño. Y luego tengo que algo que hacer que no me gusta."
"¿Qué es?"
"Hablaré con Kyp Durron. Le voy a entregar el Escuadrón de los 'Soles Gemelos'."
"¿Acabas de coger el mando, y ya lo están dejando?"
"Espero que sólo durante unas semanas. Yo voy -ya sabes lo de expedición del tío Luke-."
"Sí."
"Yo voy a autoinvitarme a ella."
Tahiri permaneció callada durante unos instantes. Luego dijo: "Jaina, no creo que esa sea una buena
idea."
"Ya esperaba que todos me ibais a decir eso. Pero Papá y Mamá piensas que Jacen..." Jaina de repente
se quedó sin resuello para seguir hablando. ¿Por qué le resultaba tan difícil decir la palabra vivo? Ella
supo la respuesta, en el mismo momento que se hacia la pregunta; porque ella quería creer
desesperadamente en lo que Leia creía, y no era capaz de hacerlo. Ella no podía permitirse el lujo de
esperar. Había tenido una unión con su gemelo a través de la Fuerza, y esta había desaparecido. Él estaba
muerto, y soñar cualquier otra cosa, era sólo una manera engañarse as si misma con falsas ilusiones, en un
momento que cualquier distracción podía resultar mortal. Finalmente encontró fuerzas para poder respirar
y continuó, "Ellos creen que Jacen está allí. Yo tengo que ir allí... demostrar que no es donde él está."
"No lo hagas," dijo Tahiri. Había un lo hace," Tahiri dijo. Había un cierto tono de apremió en su voz.
"Tengo que hacerlo."
"No, no debes hacerlo, de hecho, tú vas a provocar un mayor riesgo de que maten a Luke y Mara."
"No crees mucho en mis habilidades."
"Sí, que lo hago." Tahiri no sonó apologética o arrepentida. "¿Pero si este asunto, sólo fuera una
cuestión de habilidades, o de poder, tú enviarías a Kyp Durron, no te parece?"
"Kyp nunca lo llevaría a cabo. Él y Luke tienen demasiadas desavenencias entre ellos..."
"Exactamente. Lo que me da la razón. No es cuestión de habilidades la única cosa en la que tú te tienes
que fijar."
"¿De manera qué eso lo que te parece a ti?"
"Vale, es todo un conjunto de cosas. Los Yuuzhan Vong te quieren a ti y a Jacen juntos, y cualquier
cosa que ellos planean para ti, no puede ser nada bueno." Tahiri apartó la vista unos segundos. "Jaina,
todo lo que tengo que hacer es ponerme a pensar de cierta manera, y me vuelvo un Yuuzhan Vong, tanto
como me es posible soportar. Este tema sobre los gemelos, no es un interés casual. Es una obsesión.
Donde están los gemelos, los ojos de los dioses fijan su mirada. Los gemelos distorsionan la realidad
alrededor de ellos. Es algo sagrado."
"¿Y qué?"
"Vale, supongamos que Jacen está vivo. Así lo espero. Digamos que tú vas con el Maestro Skywalker
a Coruscant. Te ven, pero no te capturan. De repente los Yuuzhan Vong saben que los dos gemelos están
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en Coruscant. Ellos dedicarán mucho más recursos a encontrar a Jaina Solo de lo que habrían hecho ante
el descubrimiento de una incursión por parte de unos invasores, incluso si son invasores Jeedai -Jedi-.
¿Verdad o mentira?"
"Vale... verdad. Pero podrían no reconocerme."
"Efectivamente. Pero estás dispuesta a arriesgar a Luke y Mara por un ¿puede que no?"
Jaina sintió un creciente sentimiento de desesperación. Esto era igual que sus peleas, en los primeros
momentos de su entrenamiento Jedi con su Tío Luke, Ella presionaba con fuerza, poniéndole a la
defensiva... y entonces se daba cuenta de que su grado de habilidad era tan superior al suyo, que él estaba
convirtiendo sus ataques en estrategias torpes, alocadas y perdedoras.
Ella estaba perdiendo esta disputa. Perdiendo ante Tahiri, quien era un par de años menos que ella e
igualmente abrumada de dolor porque ella al perder a Anakin, también había perdido algo más que un
amigo, o un compañero.
"Luke y Mara no están tan unidos a Jacen como yo lo estoy. Soy su gemela." Una profunda
inspiración, ella sabía que la argumentación era insostenible, que Luke y Mara tenían la suficiente
habilidad, experiencia y sensibilidad con la Fuerza para esta tarea. Pero era la argumentación que había
elegido, de manera que prosiguió obstinadamente con esta.
"De manera que yo iré en tu lugar."
"¿Tú?"
Tahiri asintió, con gesto solemne. "A parte de ti, ¿Quién sería mejor? No conozco a Jacen tan bien
como tú. Tampoco puede sentirlo tan bien a través de la Fuerza. Pero yo le conozco mejor que cualquier
otro Jedi que no estuviera unido a la Fuerza con él, por la forma en que nosotros lo estuvimos en la nave-
mundo de los Yuuzhan Vong. Y nadie, nadie, conoce a los Yuuzhan Vong, o al menos la manera en que
ellos piensan, mejor que yo."
Jaina se limitó a mirarla, incapaz de rebatir esa proposición. "Creo..." Sintió como toda la fuerza de su
argumentación se evaporaba. Ella se sumió casi sin esfuerzo en un momento de reflexión. Estaba segura
de que Luke hubiera aprobado el cambio. "Pienso que crees que tus emociones sacarán lo mejor de ti."
"Yo podría decir exactamente lo mismo de ti. Lo que nos devuelve al punto en cuestión. ¿O no vamos
ninguna de las dos, o voy yo?"
Jaina suspiró, derrotada. Extrañamente, la derrota ni la encolerizó, ni la irritó. Ella se sentía más bien
cansada. "Vas tú." Ella percibió como Tahiri se echaba hacia adelante para abrazarla, Jaina se apartó antes
de que esa sensación se pudiera convertir en una acción. No quería que Tahiri intimara con ella. Eso sólo
serviría para herir más a Tahiri una vez que ella estuviera muerta. "Gracias por preocuparte."
"No tiene importancia... pero tal vez, no quieras darme las gracias, después de la otro caso que yo
tengo que decirte."
Había algo en la voz de Tahiri, algo de aviso renuente, que provocó que Jaina la volviera a mirar más
atentamente. La expresión de Tahiri era una mezcla extraña: ansiedad, aprehensión, una cierta aversión a
herir.
"De acuerdo," dijo Jaina, un tanto dubitativamente. "Oigámoslo."
"Primero, créame, entiende que lo que te voy a decir no es de mi incumbencia. Pero, sin embargo,
tengo que decírtelo." Tahiri dio una profunda inspiración, para recuperar la compostura. "Creo que
deberías dejar de evitar a tu madre."
"¿Evitándola"? Jaina mostró a Tahiri una expresión de incredulidad. "Ella está en todas partes. Me
tropiezo con ella, por lo menos una docena de veces al día."
"Tú sabes lo que yo quiero decir. No estás evitándola como defensora de Borleias. Estás evitándola
como tu madre."
"Eso es ridículo. Yo no he empezado a llamarla 'Leia' o 'Eh, tú," o "Cuál es tu nombre, esposa de
Han'."
"Tú has comenzado a llamarla 'Madre' en lugar de 'Mamá'. '"
"¿Qué yo he hecho qué?" Jaina arrugó la frente, e intentó recordar.
Tahiri se limitó a mirarla fijamente, y Jaina tuvo la desagradable sensación de que la muchacha estaba
mirando directamente a través de las pantallas mentales que ella había erigido para si, como si estas
fueran del transparacero más finamente pulido.
Jaina cedió. "Mira," dijo. "Adoro a mi madre. Pero nosotras no tenemos, no sé, el tipo de conexión que
la mayoría de las madres y las hijas tienen. Nosotras estuvimos tanto tiempo separadas cuando yo era
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niña... ella estaba intentando dar forma al gobierno de la Nueva República, y Jacen, Anakin y yo
estábamos solos en pequeños mundos con Chewbacca, o Invierno, o en Yavin Cuatro."
"¿Eso te ha impedido tener un conexión, o simplemente hizo que te enfadaras con ella?"
"Ésa es una pregunta estúpida."
"Si tú lo dices, así será. Pero pudiste alargarla la mano en cualquier momento, y, voila, hubierais
conectando de nuevo, como madre e hija." Unas lágrimas llenaron los ojos de Tahiri, y ella se volvió.
"Habrá un momento, donde tú te darás cuenta que has tenido la última conversación, que tú no volverás a
tener esa oportunidad con alguien a quien amas, más que a tu propia vida. Que él se ha ido. ¿Has
intentado comprender a tu mamá? ¿Has dejado que ella te intente comprender?"
La propia visión de Jaina se llenó de lágrimas. Su determinación finalmente cedió, alargó la mano
hacia Tahiri y la hizo acercarse. "Esa no es la manera." dijo, a las palabras le costó un gran esfuerzo
superar, el súbito nudo que se había formando en su garganta. "No lo es."
"Si tú lo dices, así será." Tahiri se quedó abrazada a ella durante un rato lago, luego se apartó,
procurando no encontrarse con los ojos de Jaina. "Necesito ir a limpiarme."

Capítulo 11.
Ocupación de Borleias, Día 39.
"Mi nombres," dijo el hombre, "es Sharr Latt. Soy un Wraith."
Él era un poco más alto de lo normal, con pelo tan canoso que sólo unas pocas hebras de color
destacando de lo blanquecino, llevando su melena un tanto greñuda. Sus ojos eran azules y alegres; sus
rasgos, los propios de un artista cómico que abusaba de su audiencia y recibía aplausos por ello. Llevaba
unos pantalones rojos y vestía, una camisa azul cielo, sin mangas y botas; una ancha banda de tela roja,
más decorativa que funcional, le servía como cinturón, y una banda a juego le rodeaba la frente. Su acento
era propio de los humanos de clase baja de Coruscant, y la sonrisa en su cara podría ser interpretada como
hipócrita o burlona -o ambas-.
Jaina se volvió hacia el compañero del hombre. Este era un gamorreano, uno de complexión gruesa,
hocico chato, boca humanoide llena de colmillos, igual que los miles o millones que podían ser reclutados
como combatientes o para realizar trabajos sencillos, de poca complejidad por toda la galaxia. Este
gamorreano vestía unas corrientes prendas marrones de estilo humano. ¿Y este, también es un Wraith?"
Jaina preguntó, en broma.
"Lo soy," el gamorreano respondió. Jaina dio un brinco. Muchos gamorreanos comprendían el Básico,
pero sus cuerdas vocales, no eran adecuadas para dejarles hablarlo. El gamorreano continuó, "mi nombre
es Voort saBinring. Usted puede llamarme Piggy."
Había una cierta inflexión mecánica en la voz de Piggy que llevó a Jaina a pensar que su habla había
sido aumentada artificialmente. Eso explicaría las cosas. Para disimular su súbito desconcierto, ella agitó
sus manos, luego preguntó. "¿Bueno, qué es lo que vamos a hacer hoy?"
Sharr señaló a través de la ventana tintada de azul hacia la jungla situada más allá de la negrura de la
zona muerta. "Nosotros salimos allí. Procuramos encontrar una laguna alimentada por manantiales frescos
subterráneos. Nos bañamos mientras Piggy hace guardia, y vemos lo que surge de allí," Hizo un gesto de
indiferencia. "O, nosotros podemos hablar sobre la guerra psicológica y cómo aplicarla contra los
Yuuzhan Vong."
"Prefiero el tema de la guerra psicológica."
Él asintió. "Es lo que me figuraba. Y dado que entonces Piggy no necesitará guardarnos las espaldas,
espero que él te pueda enseñar tácticas sobre pequeñas unidades formadas por cazas estelares."
Ella le dirigió una mirada intensa a Piggy. "¿De verdad que usted llegó a ser piloto de caza estelar?"
El gamorreano asintió, provocando que sus mandíbulas y rollos de grasa de su barriga se agitaran. "Si.
Serví con tu padre en una campaña militar."
"Creo que él me contó algo sobre ti, cuando yo era muy joven. Una de esas historias 'tu podrás ser lo
que te de la gana cuando te hagas mayor'. Como la del 'Gamorreano qué se convirtió en un piloto de
cazas'. Yo pensé que se lo había inventado."
"Ciertamente me mantenido un perfil bajo de esos días. No he volado mucho."
"Tal y como has dicho eso, sugiera no entonces no tendrías mucho que enseñarme sobre tácticas para
unidades pequeñas."
El gamorreano sonrió, una que ensanchó y curvó su boca mostrando más dientes -dientes más limpios
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y rectos que los de la mayoría de los gamorreanos-, por lo que vio Jaina. "Creo que te llevarás una
sorpresa," dijo Piggy.
"Su trabajo en el Cúmulo de Hapes fue bastante bueno," Sharr dijo. Los tres estaban ahora en la terraza
superior de la instalación bio-tecnológico. Debajo suyo, a poco distancia estaban los campos de aterrizaje,
más allá, cerca del horizonte, estaba la jungla. El sol del atardecer los golpeaba con fuerza, pero Jaina
recibió con agrado el calor después de la frialdad espacial que había experimentando en la misión de por
la mañana.
Ellos estaban a la vista de cualquier de los observadores Yuuzhan Vong que pudieran estar acechando
en el borde selvático, pero los Yuuzhan Vong normalmente no utilizaban francotiradores emboscados.
"'Bastante bueno,'" Jaina dijo. "Eso significa que usted piensa que se podría haber hecho mejor."
Estaba bocabajo sobre un bloque de duramente que sobresalía, mirando atentamente a la zona de atraque
de nave de la zona muerta, y observó a los mecánicos trabajando en la 'Record Time'. La superficie sobre
la permanecía vibraba; en su interior estaba la maquinaria de la refrigeración y circulación de aire de la
instalación.
Sharr, con su espalda apoyada en una pequeña protuberancia que alojaba equipos de bombeo, mantuvo
su atención en su datapad y asintió un tanto ausente. Unos metros más lejos, Piggy estaba echado de
espaldas, sobre la superficie de la terraza, con las manos por detrás de su cabeza, los ojos cerrados,
disfrutando del sol. Tenía quitada la camisa, su barriga se desparramaba de tal manera, que Jaina llegó a
sospecha, que ella sería capaz de ocultar un aerodeslizador debajo de esta. Se entretuvo con la idea de
pintar rayas de una pista de aterrizaje en ella.
"¿Cómo?" ella insistió.
"Tus trucos eran buenos," dijo Sharr, y se encontró con la mirada de ella. "Pero no estaban planeados.
Tú tendrás un truco, y lo utilizarás para confundirlos y matarlos, y seguramente te funcionara una vez.
Incluso dos. Pero tú necesitas tener un as en la manga después de haber realizado el engaño, así no hay
manera de que ellos sepan cuando te se han acabado; eso es lo que ellos esperan de su Diosa del Engaño.
"El segundo problema es que los Yuuzhan Vong podrían eventualmente descubrir cómo realizaste tus
trucos. Como ese que hiciste con los rastreadores, donde cada una de las naves Yuuzhan Vong enviaba la
señal identificadora de tu nave, de manera que ellos se dispararon los unos a los otros -por cierto, muy
buena idea-. Pero si tú hubieras dejado una pequeña carga en cada uno de los rastreadores de que manera
que detonaras, dejando tras de si un rastro similar al de un impacto láser -ellos nunca se habrían enterado
de cómo hiciste para que ellos se dispararon los unos a los otros-. Y eso es desconocimiento, que nunca
sean capaces de descubrir el engaño, y eso les llenará -o a nosotros, por la misma razón- con un miedo o
temor sobrenatural."
"Me gusta como suena eso de 'temor sobrenatural'," Jaina admitió. Fue bastante satisfactoria, ver que
ella no se tomaba como una ofensa las críticas de Sharr a sus esfuerzos.
"Nosotros queremos que ellos sospechen, no que tú de algún modo puedas estar asociada con Yun
HarIa, ni siquiera que seas un sacerdotisa o algo parecido, sino que tú seas su reencarnación." Sharr cerró
su datapad y se lo metió en un bolsillo. "Todo lo que tu hagas debe estar dirigido en ese sentido, incluso
con los detalles pequeños. De hecho, lo estás haciendo ahora mismo."
Ella le dedicó una mirada de curiosidad. "¿Cómo?"
"Una diosa no trabaja. Y aquí estás tú, dando una vuelta, descansando perezosamente a la vista de
todos los pilotos y mecánicos del campo de ahí abajo. Una diosa no teme a nada. Y aquí estás tú, a plena
vista de los Yuuzhan Vong, indiferente. Una diosa es superior a los simples mortales. Y aquí estás tú,
reposando a un nivel más alto que sus dos acompañantes. Hablando de compañeros, las diosas tienen
extraños gustos. Como el de un gamorreano y algún idiota vestido con llamativas prendas de colores
horrendos." Sharr se miró su ropa y se estremeció.
"Ya lo cojo," Jaina dijo. "De ahí el porque Piggy que está aquí, aún no me hablado sobre tácticas de
cazas estelares."
"Muy bien." Sharr asintió. "De hoy en adelante, tú estarás actuando cada minuto de cada día. Nosotros
no vamos a decirte que eres una diosa. Sino que vamos a tratarte justo como si los fueras hace mucho
tiempo, y tú actuarás acorde a ello."
"Nunca preguntes cuando puedes ordenarlo," Piggy dijo.
"Nunca trabajes -excepto el trabajo que Yun Harla realizaría." Sharr dijo. "Eso es creando nuevos
engaños y artimañas. No lleves ninguna cosa por ti misma. Nosotros haremos de porteadores para ti, sino
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tiene a nadie que lo haga por usted."
"No seas sutil con tus movimientos," dijo Piggy. "Se ostentosa, generosa, como si estuvieras
acostumbrada a dirigir una multitud ingente."
Jaina puso mala cara. "La gente me va odiar. Se van a creer que me he vuelto una engreída y una
ególatra."
"Así es." Sharr le dedicó otra sonrisa, esta más genuina, aunque aún con algo de burla.
"Pero en privado..."
"En privado," Piggy dijo, "debes continuar con la farsa. Aunque puedes decírselo a cualquier en el que
confíes plenamente."
"No, no puede," Sharr dijo.
"Sí, que puede."
"Yo soy aquí, el experto en guerra psicológico, y digo que no puede."
"Yo tengo tres veces tu masa corporal, y puedo quitarte la cabeza de un sólo mordisco, y digo que
puede."
"¿Perdón"? Jaina dejó sonar su voz con un pequeño tono chillón. "En caso de que ustedes dos no lo
hayan notado, yo sigo aquí."
Piggy abrió sus ojos para mirarla, luego él y Sharr intercambiaron miradas.
"Ella nos tiene en consideración," Sharr le dijo a Jaina.
"Ella aún sigue aquí."
"Escucha, Grandísima," Sharr dijo.
"No me llames eso."
"Es necesario. Todos tendremos que hacerlo. El asunto es lo que dirá la gente -inevitablemente, los
Yuuzhan Vong tendrá espías aquí-. En nuestro campo, en nuestra base. Cuantas más personaos sepan que
tú no realmente no te estás convirtiendo en alguien tan arrogante como una princesa-mercader Kuati, más
probable es igualmente que dichos espían lo noten. Díselo a quien tu quieras -pero se consciente de que
cada persona más que lo sepa, significa que se incrementan las posibilidades de que la verdad se sepa-."
"El General Antilles ya ha sacado al Escuadrón de los 'Soles Gemelos' de la estructura de mando
normal," Piggy dijo. "Lo cual tiene sentido, ya que una diosa no tendría un rango formal dentro de la
jerarquía de la Nueva República."
"Buena idea." Sharr sacó su datapad y tecleó unas pocas palabras. "Eso significa que nosotros
podemos ordenar que vuestros pilotos sean nombrados por el máximo rango que cualquier de ellos haya
logrado, desde que vuestra unidad de combate no se encuentra sujeta a ninguna estructura de mando.
Coronel Jagged Pel. El Maestro Jedi Kyp Durron." Frunció el ceño. "No, nada de Maestro Jedi. Kyp
Durron, el 'Destructor de Mundos', está subordinado a Jaina. Para los Yuuzhan Vong eso será
significativo." Luego se dirigió de nuevo a Jaina. "¿Que te parece?"
Ella le dedicó una sonrisa. Ella esperaba que, algún observador en la lejanía la estuviera viendo a
través de unos prismáticos orgánicos, y que esta pareciera tan malévola como realmente lo era.
"Mencionaste un porteador. ¿Puedo yo tener a quien quiera como mi criado?"
Sharr asintió. "Eso es lo que es ser una diosa."
"No," dijo Jag Fel. No levantó la voz y ni siquiera les miró. Continuó apretando con la hidrollave en la
garra inferior del lado de estribor de su desgarrador TIE, mejorando, con precisión milimétrica, el
alineamiento del láser de esa garra.
Alrededor suyo, los mecánicos estaban ocupados reparando los daños de cazas estelares, pilotos
saliendo de transbordadores correos, mensajeros montándose en deslizadores terrestres; el ruido ambiente
existente impedía que sus palabras pudieran llegar muy lejos por la bahía de atraque.
"Es importante". Sharr se apoyó contra la garra. Ante la dura mirada de Jag, se irguió y se apartó. "No
nos de alguna tipo de excusa estúpida, como la de que tu orgullo no te lo permite. Muchas vidas pueden
depender de esto."
Jaina, un par de pasos más atrás, no parecía querer dignarse con hablar directamente como un simple
mortal más, y se limitó a sonreír. Ella levantó su mano, como si estuviera mirándose las uñas; no era
probable que los espías Yuuzhan Vong vieran que estaban sin pintar, cortadas muy cortas y -ella
finalmente apreció- sucias.
"Estoy encantado de participar en cualquier plan, durante todo el tiempo que sea necesario, para
mejorar la opciones de lograr sus objetivos," Jag dijo. Se irguió y cerró de un manotazo la compuerta que
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le había permitido el acceso al sistema interior de la garra. Ignoró a Sharr y se dirigió directamente a
Jaina. "Éste no es el mejor plan. No lo han pensado bien."
Jaina le dirigió una mirada gélida. "Sí, lo es. Lo que pasa es que tú no quieres hacerlo."
"No, lo que tengo es una idea mejor."
Sharr resopló. "Mejor que la que un experto en guerra psicológica y un Caballero Jedi han ideado.
Claro."
Jag se volvió hacia él, con una sonrisa hostil. "Kyp Durron."
La expresión de Sharr cambió, mientras tomaba en consideración la sugerencia.
Jag continuó. "Para vuestros supuestos observadores y espías Yuuzhan Vong, yo sólo soy alguien
prácticamente desconocido -un piloto procedente de un lugar que al que los Yuuzhan Vong no han
llegado todavía-. Pero el Maestro Jedi Kyp Durron, si ellos le ven inclinarse ante ella, llevarle su bagaje,
quitarle la suciedad de debajo de las uñas..."
A Jaina le resultó muy difícil impedir que el ultraje que sentía, no se viera reflejado en su expresión.
No creyó que hubiera tenido mucho éxito.
"...ellos se sentirán impresionados. ¿Ante quién se inclinaría un Maestro Jedi, si no es ante una diosa,
no os parece? Surgirán rumores entre nuestra gente, así como también entre las de ellos." Jag se apartó de
ellos y agachó de nuevo sobre el tablero que había cerrado.
Más que únicamente haber acabado su exposición, Jag también había hecho un gesto de que para él se
había acabado la discusión. Pero marcharse y dejar sin más la discusión sería perder puntos en su
representación como diosa.
Jaina esperó hasta que estuvo completamente segura que tenía su voz bajo control, bajando el tono,
igual que había visto a hacer a su madre Leia, cuando hablaba como política, y dijo. "Me gustaría que
considerara los hechos de hace dos días como algo especial. Quizás algunos más de nosotros podamos
aprender a salvar gente en el espacio, únicamente con maniobras de una nave."
Jag retornó su hidrollave al interior de su cinturón de trabajo, se giró hacia ella, y realizó un saludo tan
notable y meticuloso que Jaina no pudo detectar la menor señal de resentimiento o irritación en él. "Así se
hará," dijo.
Ella le devolvió el saludo, giró sobre sus tacones, y se dirigió al edificio principal.
Sharr la alcanzó. "Yo acabo de conocerle hace sólo cinco minutos, y ya le odio," dijo.
Jaina puso gesto de exasperación. A pesar de la irritación que sentía, ella tenía que admitir -sin
embargo, para si misma- que Jag había estado correcto. "Oh, él no es tan malo como parece."
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La expedición de Luke a Coruscant se conformó con sorprendente velocidad.
Iella le ofreció los servicios de los Wraiths, la célula de Inteligencia más experimentada existente en
Borleias. Luke se encontró con 'Rostro' Loran, el líder de la unidad, y ya conocía a Kell Tainer. 'Rostro' le
presentó a los otro Wraith que habían estado en Coruscant cuando este cayó.
Elassar Targon era un devaroniano de mediana edad con una vitalidad en su manera de andar que
sugería a un hombre mucho más joven. Vestía una llamativa chaqueta, de corte militar, de negro
reflectante con cordoncillo dorado, ribetes rojos, y numerosas medallas colgando de ella; el cordoncillo y
las medallas daban vueltas cuando andaba, y él acentuaba dicho efecto, haciendo a menudo un
movimiento circular -"Para espantar la mala fortuna," era su explicación-. "De verdad que funciona.
Deberías probarlo." Pero Luke pudo apreciar que la camisa, pantalones y botas de caña del hombre eran
de un negro mate, y sospechaba que Elassar era capaz de quitarse o poner de revés la chaqueta, para pasar
desapercibido casi de inmediato. Desapercibido, es decir, dondequiera que el devaroniano quisiera ser
visto.
Baljos Arnjak era un humano; hablaba con el típico acento entrecortado y preciso de un nativo de
Coruscant. Era alto y delgado, con pelo oscuro, bigote y barba que hacían que su descolorida piel,
pareciera completamente pálida. Vestía un anaranjado mono multiusos de pilotaje que sugería que era un
mecánico que servía sólo para trabajos manuales, pero 'Rostro' lo había presentado como el experto en
biotecnológia del equipo -un hombre con casi tanta experiencia en la tecnología viviente de los Yuuzhan
Vong como Danni Quee-.
Piggy saBinring era el piloto gamorreano asignado como instructor de Jaina para tácticas de combate.
Quizás él único de su especie, él, en su infancia, había sido modificado mediante actuaciones biológicas
por el Señor de la Guerra Zsinj. El biólogo había alterado su estructura cerebral, dándole la cualidad de la
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paciencia y una extraordinaria aptitud para las matemáticas, esto último imprescindible para que él
pudiera aprender los complejos conocimientos de astronáutica y astronavegación que se requerían de los
pilotos de cazas estelares. Sharr Latt era el nativo de Coruscant, de blanquecina cabellera, que también
había sido asignado para adiestrar a Jaina en su papel como avatar de la Diosa del Engaño de los Yuuzhan
Vong; él y Piggy justo acaban de regresar de su primera lección con ella.
Bhindi Drayson era una hembra humana. Ella hablaba con la misma deliberada parsimonia, y con el
mismo acento inocuo, de la anterior y ya difunda Jefa de Estado Mon Mothma, sugiriendo una formación
en el mundo nativo de Mon Mothma, Chandrila. Bhindi era poco atractiva, tan delgada y de rasgos
afilados como una vibrocuchillo desnudo, con pelo y ojos oscuros que contribuían a tener una percepción
de ella, como de alguien siniestro y amenazador, pero Luke no percibió un aura amenazadora alrededor
de ella, sólo una sosegado instinto de alerta.
"¿Tienes algún tipo de relación con Hiram Drayson?" Luke le preguntó. El Almirante Hiram Drayson
fue una antiguo oficial militar, jefe de la sección de Inteligencia y amigo de Mon Mothma.
"Su hija," ella dijo.
"Pues entonces tienes un noble historial familiar."
Ella le dedicó una breve sonrisa. "Y eso que usted sólo habrá oído una pequeña parte sobre ello."
"Bhindi es uno nuestros dos expertos tácticos, junto con Piggy," dijo 'Rostro', "y ella ha estado
aprendido todo lo que le ha sido posible sobre las tácticas de los Yuuzhan Vong. Desgraciadamente,
nosotros vamos a perderla en Coruscant."
Luke frunció en ceño, preguntándose por un momento si 'Rostro' de alguna manera podía ser
clarividente y sumamente desconsiderado, pero entonces comprendió realmente lo que 'Rostro' quería
decir. Se volvió de nuevo hacia Bhindi. "¿Tú te quedarás allí, cuando nosotros nos marchemos?"
Ella asintió. "Me quedaré preparando las células de Resistencia en Coruscant."
Luke contuvo un escalofrío. Entrar en Coruscant ya era de por si bastante arriesgado y peligroso. La
idea de ser dejada atrás entre enemigos tan antagónicos y extraños, quedándose allí de moto propio, no
resultaba ciertamente nada agradable. Bhindi parecía sentirse un tanto agradecida ante el desconcierto de
un Maestro Jedi.
Ellos se habían reunido, los Wraiths y Luke, una sala situada en lo más hondo del complejo de
Borleias -una cámara, que por su aspecto intacto, no había sido, Luke sospechó, descubierta su existencia
por los Yuuzhan Vong durante su breve ocupación. Cómo los Wraiths habían descubierto su existencia
era algo que él no sabía; todo lo que sabía era que se accedía a ella a través de un panel deslizante en la
parte trasera de un laboratorio. La cámara secreta, también, había sido un laboratorio; en los estantes de
sus paredes permanecían los restos dejados atrás de vestimenta biomédica. Luke vio los platos de cultivos
bacterianos, inyectores, monitores neurales... en la parte posterior de la cámara estaba un tanque bacta de
tamaño completo, vacío, el transparacero de su compartimiento principal, lleno de rozaduras y desgatado
por un fuerte uso, que provocaba que grandes porciones de él, casi se hubieran vuelto opacas.
"De acuerdo," dijo 'Rostro', sentándose en unos de los taburetes de la mesa principal de la sala.
"Mostrémosle lo que tenemos. Kell, tú primero."
El hombretón levantó con brusquedad una bolsa de tela verde de unos dos metros de largo. Por su
abertura superior, sacó un objeto similar a un poco de poco calado unipersonal. Era grueso, quizás unos
treinta centímetros de hondo en la mayor parte de su extensión, estrechándose algo unos diez centímetros
a lo largo del borde. Su rojiza parte inferior era tanto gomosa como reflectante; le llevó a Luke un estudio
detallado ver que una gruesa capa de material rojizo transparente había sido estrechamente ajustada sobre
una pulida superficie plateada. Su parte superior era de un gris mate, con dos sujeciones en forma de
zapatos, sobresaliendo de ella.
Kell dejó caer este aparato en la mesa delante de 'Rostro'. Produjo un sonoro golpe al golpear la mesa;
tenía que ser pesado. 'Rostro' le dirigió a Kell una mirada sardónica y le dijo, "Gracias."
"No hay de que." Kell volvió su atención a Luke. "Esto es algo en lo que nosotros llevamos trabajando
durante algún tiempo. Los montamos en armazones que se asemejan a meteoritos o deshechos. Junto con
los armazones, actúan como cápsulas individuales de intrusión atmosférica."
Luke le dirigió una mirada llena de escepticismo. "¿Qué significa eso, exactamente?"
"Significa que tú los montas para entrar desde la órbita espacial al interior de la atmósfera de un
planeta."
"¿En eso?"
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"En los armazones que he mencionado anteriormente. Nada más. El material rojizo es un adhesivo que
se fija al interior del armazón. Este ni siquiera tiene que ser hermético. Una persona se monta en él con un
traje de vacío, y sus pies sujetos aquí." Kell señaló las abrazaderas. "La parte inferior es un escudo de
calor ablativo. Lentamente ablativo, ya me entiendes. Insertada entre el escudo de calor y la parte superior
están una sencilla unidad repulsora y una unidad de energía. El repulsor la mantiene en el ángulo correcto
de entrada hacia la superficie del planeta. Usted penetra en la atmósfera en el ángulo correcto y continúa
montada en ella durante toda la caída hasta abajo. El armazón exterior se quemará ante la fricción con la
atmósfera -esta diseñado para impedir que el calor abrase a su ocupante-. El baño de calor, también nos
sirve para ocultar su verdadera naturaleza a la mayoría de los sensores -tanto nuestros, como suyos-.
Cuando el armazón exterior se consume, la superficie plateada es un escudo de calor secundario; también
es ablativo, de manera que la ilusión visual de que usted es un meteorito ardiente continúa. En otras
palabras, usted parece y actúa, justo igual que un trozo de basura espacial que se consume al ser atraído al
interior de la atmósfera."
"Hasta que usted consigue llegar lo bastante cerca de la superficie del planeta," 'Rostro' añadió.
"Llegado ese momento, la unidad repulsora hace un último esfuerzo para ralentizar tu caída y que usted se
estrelle lo bastante lentamente contra la superficie."
"Estrellarse," Luke dijo. "Lo bastante lentamente."
"Y han sido probados con éxito," 'Rostro' miró a su alrededor, con expresión un tanto nerviosa. "Bien,
probados, seguro. Han sido testeadas. Cada vez que han sido probadas, hemos reunido todos los datos que
hemos podido, y la siguiente generación de cápsulas han logrado llegar, sufriendo menos daños."
"Nosotros estamos seguros de que funcionaran correctamente esta vez," dijo Bhindi. Luke se les quedó
mirando, y fue Bhindi quien rompió en primer lugar, perdiendo su gesto de preocupación, a reír
burlonamente a Luke.
"Nosotros ya hemos inserciones con ellos," Kell dijo, dejando de bromear. "Ciertamente son muy
novedosos, pero Sharr y yo, ya los hemos usado un par de veces, 'Rostro' y Elassar tres veces. Y nosotros
aún no hemos resultado frito ninguna vez, por lo que puedes ver."
Luke meneó la cabeza. "Con todo, yo tengo que decir, que esto suena como la peor idea en un millar
de generaciones de malas ideas."
"Pues, aún no has oíd todas nuestras ideas," dijo Bhindi. "Siguiente," 'Rostro' la interrumpió, e hizo un
gesto a Baljos. El científico rebuscó algo en una las bolsas que llevaba. De ella sacó algo que arrojó sobre
la parte superior de la unidad de intrusión atmosférica. Parecía el resultado de alguien que se hubiera
entretenido cuidadosamente en quitar toda la piel de la cabeza de un Yuuzhan Vong y luego volverla a
juntar de forma muy meticulosa con la forma de una cabeza. Esta se retorció cuando golpeó la cápsula,
paral luego quedarse quieta.
"Una máscara ooglith," Luke dijo.
"Acertaste a la primera," dijo Baljos. "Yo soy el inventor. Bueno, más bien el diseñador. He estado
trabajando en máscaras ooglith capturadas."
"Pero esta se parece al rostro de un Yuuzhan Vong."
Baljos asintió. "Cada una es única. Les he dado a todas un nombre. Esa es 'Marca'. La llamó así por la
mayoría de las mutilaciones decorativas provienen de una técnica que se asemeja mucho al marcado con
hierros al rojo. Ellas provocan daño si alguien quiere quitártelas... pero puedes llevarlas durante horas o
días, a diferencia de los holosudarios, cuyas baterías se agotan a los pocos minutos."
"Esto, me gusta," Luke dijo. "Nos ayudará a mover entre ellos sin ser descubiertos."
"Siguiente," dijo 'Rostro'.
Bhindi movió su propia mochila. De ella extrajo un objeto marrón compuesto de un grueso disco
curvado en la parte superior, doblado hacia abajo hasta adquirir aproximadamente la forma de un dosel,
montado encima de un tronco grueso, que se hacía más grueso en el otro extremo. Era aproximadamente
del tamaño de una cabeza humana.
Luke le echó un vistazo más de cerca. "Es algún tipo de hongo."
"Todos nosotros llevaremos unos cuantos de estos," ella comento.
"¿Para en caso de que pasemos hambre?"
"No es un hongo," Bhindi le aseguró. "Es un droide."
"Tienes que estar de broma."
"Se parece a un tipo de hongo que se encuentra en los lugares húmedos del subsuelo de Coruscant,"
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Bhindi explicó. "Nosotros esperamos que los Yuuzhan Vong no los destruyan porque precisamente se
parecen a algo orgánico. De hecho, su destruirá, precisamente porque ellos se parecen algo orgánico. De
hecho, su cubierta es orgánica, un tipo de moho. Su circuitería esta fuertemente protegida. Tienen un
depósito de pegamento exposídico, de manera que ellos pueden adherirse a cualquier superficie sobre la
que estén y quieran quedar agarrados, y un disolvente exposídico, de forma que puedan soltarse más
tarde, si así es necesario. Son móviles y tienen avanzadas matrices de sensores y programación táctica."
"En resumen," Elassar dijo, "que van infiltrarse furtivamente por los alrededores, buscando y
localizando las instalaciones de los Yuuzhan Vong, intentando introducirse en su interior, y pasándose
información de uno a otro. Establecerán una cadena de transmisión hasta la superficie y, aquel que esté en
la superficie intentará transmitir a las estaciones de comunicaciones que hayan logrado sobrevivir allí."
"Es un poco un tiro a ciegas," comentó Bhindi, "pero cualquier tipo de información que nosotros
podamos conseguir, puede resultar ser vital en algún punto. Y nosotros tenemos de estas cosas en cuatro
diferentes formas y esquemas de colores, incluyendo dos que se asemejan a plantas del mundo de origen
de los Yuuzhan Vong. Si los Yuuzhan Vong descubren que alguna es una droide y destruyen todas las
que se le parezcan, las otras podrían sobrevivir sin ser detectadas."
"Androides con forma de hongos. Siempre pensé que el trabajo de Inteligencia y contraespionaje se
suponía que debía ser, no sé, sofisticado y cautivador."
'Rostro' sonrió burlonamente. "Eso es lo que usted me dijo la primera vez que nos encontramos."
Luke frunció el ceño. "¿Cuándo nos hemos encontrado anteriormente?"
"Fue..." 'Rostro' lo reconsideró. "Oh, es cierto. Yo iba disfrazado. Usted no me reconocería ahora."
"¿Pero cuándo fue? Ahora, yo soy el que siente curiosidad."
"No puedo decírselo."
"Nosotros tenemos unos cuantos conjuntos de armaduras de cangrejo vonduun," Bhindi les
interrumpió, "y unos cuantos conjuntos más de armaduras falsas que se parecen a las reales. Si ellos
consiguen acercare lo bastante para tocarlas, por supuesto descubrirán las falsas, ya que están hechas con
materiales manufacturados. Y tenemos un montón de tizowyrms -su gusano traductor-."
"Y tenemos explosivos," Kell dijo. "Montones y montones de explosivos."
"Y un Jedi," Piggy dijo, con su rasposo tono de voz mecánico. "Tres Jedi," Luke corrigió. "Mara y
Tahiri vienen con nosotros. Bien. Planeemos exactamente cómo vamos a entrar a la órbita e Coruscant,
donde queremos aterrizar, y cuales son nuestras prioridades. Si estamos lo bastante locos para hacer esto,
necesitamos ser lo bastante sensatos, para al menos hacerlo bien."

Capítulo 12.
Ocupación de Borleias, Día 39.
En el pasillo de los cuartos del personal superior, donde la mayoría de los 'Interiores' tenían sus
aposentos, Jaina esta rodeada por una multitud -Wedge, Iella, sus hijas, Luke, Mara, el pequeño Ben, los
Jedi Kam y Tionne Solusar de la academia Jedi, Han, Leia, y C-3PO. Ellos estaban amontonados en el
pasillo, en una marabunta de adioses e instrucciones de último minuto.
"No quiero ir." Esa era Syal, la hija mayor de Wedge. Su voz no se alzaba con el típico tono alto de
gimoteo con la intención de engatusar a sus mayores; a pesar de no tener más de diez años, ella estaba
expresando un sentimiento, en lugar de quejarse. Estaba hablando con el tono propio de una niña que
había sido enseñada a pensar, a expresar con argumentos lógicos, a expresar sus sentimientos con
claridad.
"Lo sé," dijo Wedge. Se arrodilló junto a sus hijas y las cogió en sus brazos. "Pero a donde vas a ir, yo
estaré menos preocupada por ti, y podré hacer mi trabajo mucho mejor."
"Nosotros nos ocuparemos bien de él." Esa era Kam Solusar, hablando a Mara y Luke. Pero Mara no
parecía oírle; estaba totalmente centrada en su bebé; a quien ella sujetaba en sus brazos. Mara estaba
susurrándole a su niño, y aunque Jaina se esforzó en oírla, pero no fue capaz; Jaina se preguntó si Mara,
quizás, no estaba usando palabras, sino que se estaba comunicando directamente a través de la Fuerza.
Luke les abrazaba a los dos, observando a su hijo con expresión de sorpresa.
La propia expresión de Mara no contenía nada de nerviosismo y mal humor que eran las partes de ella
que todo el mundo veía. Esta no era exactamente una Mara ablandada, sino una Mara cuya perspectiva y
pensamientos le eran extraños a Jaina. Jaina se preguntó lo que el bebé estaba viendo, o esta visión era,
igual que algunos enigmas ópticos, algo que solamente tenía sentido o era reconocible cuando se veía
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desde un ángulo determinado.
Por un momento Jaina sintió un destello de emoción -de ella misma, más que de Mara o del bebé, pero
aún así le era algo nada familiar-. ¿Envidia, pensó, mientras se apagaba, pero de quien tenía ella envidia?
¿De Mara, o del bebé?
"Eh, chica," Este era su padre, finalmente dándose cuenta de su presencia. "¿Has venido a vernos
partir? ¿O estás realizando algún cometido?"
"Uh... ni siquiera sabía que se marchaban. Yo forma parte de la fuerza de la operación principal."
Wedge soltó de mala gana a sus hijas y se levantó. "Jaina, esta es la misión principal, conducir a los
estudiantes Jedi, y a algunos de los niños civiles, como los míos, a la nueva zona de seguridad. Han, yo
les he adjudicado a Nevil y Corran que realicen tus cometidos."
"Bien, demonios. Aunque pensaba que iba a poder darle a mi hija algunas más que necesarias clase de
como volar."
Jaina no entró al trapo. Se limitó a encogerse de hombros. "Quizás, en algún otro momento."
Con extraordinaria parsimonia y una aversión que ella no pudo ocultar, Mara le dio su hijo a Luke.
Ella se inclinó para besar a Ben en la frente, luego se dio la vuelta y se alejó... pero no con la suficiente
rapidez para que Jaina no fuera capaz de vislumbrar un gesto de dolor en sus rasgos. Luego Mara se
volvió para regresar a sus aposentos, su zancada larga y los tacones de sus botas resonando con fuerza de
una manera que parecía completamente normal, como si nada fuera de lo normal hubiera ocurrido allí.
"Venga. Chicos corellianos." Han se volvió y se alejó de la muchedumbre, se paró al poco, y miró por
encima de su hombro hacia atrás. "¿Quién quiere dar un paseo en el 'Halcón Milenario'?"
"¡Yo!" Esa fue Myri, más cerca de Han que su hermana. Ella saltó sobre la espalda de Han; él apretó
sus brazos por debajo de sus rodillas de manera que ella pudiera montar a caballito.
Han miró a C-3PO con el ceño fruncido. "Vamos, 'Vara de oro'."
"Yo estoy listo para partir, tan pronto como empezó esta discusión, hace cuatro minutos y treinta ocho
segundo."
"No, montón de cachos, quiero decir, que hagas lo que yo estoy haciendo." Han se encorvó, dando
mayor énfasis a su extraña postura.
"Cómo usted mande, pero no veo lo que se ganará con ello..." C-3PO se inclinó, imitando la postura de
Han, luego añadió un "Oh" mientras Syal, sonriendo contenta, saltaba sobre su espalda metálica.
"Eso es," Han dijo. "Syal, no tengas miedo de usar el látigo, él es terco y juguetón."
"Señor, protesto. Esos son adjetivos que no pueden ser usados para describir mi conducta de manera
apropiada..."
Han se puso en movimiento, bajando por pasillo, pero giró sus ojos hacia Jaina. "Debería haberlo
pensado mejor. Ella pesa tanto como un wampa."
"¡No es cierto!" Myri gritó.
Ellos bajaron por el pasillo, C-3PO y Syal les siguieron. Jaina le observó marcharse. Hacía tanto
tiempo desde que ella había montado en la espalda de su padre de esa manera. La última vez... ¿cuándo
había sido? Hace sólo unos años. Él le había dicho que ella se estaba haciendo demasiado grande, o que
su espalda estaba volviéndose demasiado vieja. Probablemente otra mentirijilla de Han Solo.
La reunión en el pasillo se estaba disolviendo, Leia acompañando a Wedge e Iella hacia el pasillo
principal del complejo, diciendo, "necesito hablar sobre algún material adicional." Luke, la siguió, con el
pequeño Ben en sus brazos, hablando con Kam y Tionne.
Y entonces en un momento Jaina se quedó sola. Siguió el camino de Mara hacia la puerta de los
aposentos de los Skywalker y llamó. Mara respondió: "Entra," y ella lo hizo.
Mara estaba de pie en el centro de la sala principal. Todo el mobiliario de la sala había colocado contra
las paredes, dejando en la habitación una gran área despejada en su zona central, indudablemente un lugar
para que Mara o Luke se ejercitaran o meditaran. Quizás Mara, acaba justo de empezar un ejercicio; ella
parecía un poco congestionada, con su pelo ligeramente desarreglado.
"Supongo que no es un buen momento," dijo Jaina. Echo su cabeza para atrás, señalando hacia la
puerta y el pasillo de más allá. "No sabía que todos ellos se iban."
"Todo está bien. Ellos van a conducir a los estudiantes de la academia Jedi a un nuevo lugar secreto.
Algún sitio donde ellos estén a salvo, mientras el 'Ventura Errante' está aquí estacionado. Ben va con
ellos, al igual que los hijos de Wedge y el muchacho Tarc." Mara hizo un gesto de indiferencia, y parecía
que quería añadir algo más, pero no le salieron las palabras.
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"¿Te encuentras bien?"
"Me siento como si me hubiera quedado completamente sin resuello. Apenas, si soy capaz de
encontrar o controlar mi respiración."
Este súbito gesto de sinceridad y candor, la forma en que Mara parecía estar a punto de perder el
control, era enervante. Jaina intentó encontrar algunas palabras para ayudar, pero comprendió la ridiculez
y futilidad de esto. Ella no tenía ninguna experiencia comparable a esta.
Una cosa era perder a Anakin y Jacen. Pero no era lo mismo. Por un lado, ellos eran sus hermanos, no
su hijo; por otro, la pérdida era permanente. Ella se obligó a si misma, a apartar de sus mente estos
pensamientos. "Podrías ir con él," dijo.
"No creas no lo he considerado. No pienses que no lo he estado considerando hasta el mismo momento
en que tus padres han despegado. O incluso después." Mara tragó con dificultad. "Pero mi trabajo está
aquí, y esa misión a Coruscant, es más importante que mis sentimientos. Si yo no me quedó aquí para
hacer lo que se supone que debo hacer, los Yuuzhan Vong podrían dar otros cuantos pasos hacia la
victoria. Bajo esa perspectiva, la cual ha de ser tenida en cuenta, eso podría significar la diferencia para
nosotros. Es decir, la diferencia entre que Ben tenga una galaxia en la que pueda crecer... o no tener
ninguna. Si hago lo que quiero hacer, y salgo corriendo detrás de tu padre, Ben finalmente podría morir.
O incluso peor, convertirse en un esclavo de los Yuuzhan Vong. No puedo permitir que eso ocurra."
Ahora, Mara tenía los ojos cerrados, pero ella tenía el control -el control, claro, de su yo físico-. Nada
ni nadie podía controlar la angustia que ella estaba sintiendo.
Jaina lo sentía a través de la Fuerza, una efusión de dolor que surgía de Mara igual que el agua a través
de un dique roto. La cual cubrió a Jaina y ella, de repente, se encontró sumergida en esa riada de
sentimientos -los años sola en el frío espacio, con su corazón en manos de Emperador y con el deseo
ferviente de vengar su muerte y luego el odio que había sentido hacia Luke, se había convertido en amor,
y de ahí había surgido el pequeño Ben, tan pequeño, tan desvalido, que por volver a verle de nuevo, yo
haré lo que sea por merecer ser su madre. Este violento sentimiento de desesperación hizo doblarse a
Jaina, igual que si la hubieran dado una patada en el estómago. Retrocedió tambaleándose hacia la puerta,
pero Mara, con sus ojos aún cerrados, inmersa en lo más profundo de su ser, no pareció oírla.
Jaina se aguantó el impulso de ir hacia su mentora, para abrazarla, para confortarla. La muerte le
alcanzaría a Jaina tarde o temprano, al igual que había hecho con sus hermanos. Para Mara sería mejor no
tener sus emociones divididas, tan a flor de piel como estaban ahora. Alejarse en silencio, dejando que
Mara se concentrara únicamente en su familia más cercana, era la mejor forma en que Jaina podía
consolarla. Ella retrocedió hacia la puerta y salió al pasillo.
La puerta se deslizó cerrándose delante suyo, pero la lluvia de pensamientos y emociones por parte de
Mara continuó. Jaina se marchó, empezando a recuperar la compostura y el ritmo respiratorio, aunque el
dolor de Mara aún seguía dentro de ella, mezclándose con su propio dolor por la pérdida de sus hermanos,
y ella deseó con toda su alma, poder impedir que jamás volviera a ser herida de esa manera tan cruel.
Con cada paso ella se fue alejando de los aposentos de Mara, sintiendo como el dolor iba menguando.
Al final del pasillo, donde se entrecruzaba con el pasillo principal que conducía al sector administrativo,
de nuevo era ella misma... pero con sus pensamientos y emociones girando alocadamente igual que las
nubes de pirañas-escarabajos en Yavin 4.
Sus pensamientos aún no se habían asentado del todo, minutos más tarde, mientras ella hacía el
chequeo de su Ala-X.
A su alrededor, caza estelares y naves espaciales más grandes situadas en la bahía de atraque de
operaciones especiales rugían, chirriaban o cobraban vida, los sonidos y vibraciones la llegaban a ella, a
pesar del aislamiento que la proporcionaban la carlinga de su Ala-x y el traje de vuelo. Normalmente ella
encontraba esto confortablemente familiar, incluso reconfortante, como si todos aquellos afectados por
los ruidos y las vibraciones estuvieran unidos en una especie de una sola mente, con un único propósito,
pero ahora esto le resultaba intrusivo, y la distraía. No lograba concentrarse.
El 'Halcón Milenario' era visible por su banda de babor, y ella pudo ver a su madre y a su padre en su
cabina de pilotaje. Leia captó su mirada y la saludó, sonriendo. Jaina le devolvió el saludo, de manera
ausente, y forzando una sonrisa.
Los cazas estelares que conformaban el escuadrón de Jaina estaban en formación a su alrededor, con
Kyp y Jag situados lo más cercanos. Ella podía ver a Kyp realizando su propia comprobación de última
hora, mirando atentamente de un lado a otro, todos los controles. Jag ya había realizado esto, por lo que
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estaba recostado sobre el respaldo de su asiento de pilotaje, con el típico casco de un piloto de combate de
caza TIE puesto, y manteniendo una postura relajada.
Algunas de estas personas la querían. Otras, al menos la respetaban. Todas se sentirían apenas y
dolidas cuando ella siguieran a sus hermanos en su camino hacia la muerte, pero ella iba a encargarse de
eso, ella iba a poner todos los medios a su alcance para alejarse lo más posibles de ellos, de manera que la
punzado les fuera lo menos dolorosa posible cuando ella también desapareciera de sus vidas.
Ella podría ayudar a hacer las cosas más llevaderas. Kyp había sugerido, hace algún tiempo, que ella se
convirtiera en su aprendiz. Si aceptaba, lo más probable es que Mara se molestara bastante, pero entonces
Mara podría apartarla de su vida y quizás no sintiera un gran dolor cuando Jaina muriera. Y si se hacia
aprendiz de Kyp, ella podría ayudar a insistir en mantener la distancia propia entre una relación Maestro-
aprendiz, y parar así su interés personal que había expresado por ella.
Eso le dejaba a Jag. Ella no sabía lo que él había querido decirla, con que tenían maneras diferentes de
ver las cosas. Sospechaba que la búsqueda de la respuesta de esa cuestión era una de las razones por las
que él se había unido a su escuadrón. Pero, Jag era lo bastante disciplinado, demasiado acostumbrado a
las bajas, para verse afectado drásticamente por la muerte de Jaina. Él estaría bien.
Ella se recostó, un tanto más tranquila. Tenía un plan, para todas las personas por las que ella sentía
cariño en la actualidad. Cuando los números le hubieran cuadrado, todas estas personas podrían soportar
su pérdida un poco mejor, un poco más fácilmente.
Su comunicador pitó. Era Kyp, una transmisión directa, de piloto a piloto, a través de sus respectivos
androides astromecánicacos. "¿Estás bien?" preguntó.
"Únicamente estaba utilizando un técnica de relajación."
"Pues creo que no funciona. Soy capaz de sentirse desde aquí. Estás en un estado de plena confusión."
"No, no lo estoy. Sólo lo parece." Para cortar la inoportuna conversación, activó la frecuencia del
escuadrón. "Líder 'Soles Gemelos' a escuadrón. Tengo lo cuatro motores a pleno poder, lista para
despegar."
"Dos, cuatro motores encendidos y esperando blanco."
"'Sol Gemelo' Tres, listo."
"Cuatro, motor de estribor superior muestra su típica fluctuación de poder, pero listo para el baile..."
Un minuto después, el código de salido se activó en su tablero. Los 'Soles Gemelos' fueron los
primeros en salir de la bahía de atraque de operaciones espaciales, sus cazas estelares rodearon unos de
los conjuntos de aeronaves con forma de ángulo-recto, a los que los defensores de Borleias se referían
como cazas-tubería. Estos se posicionaron sobre la zona muerta, esperando a que los otros escuadrones se
desplegaran.
Los siguientes fueron los 'Pícaros', reducidos en número por la ausencia de Nevil y Corran, con su
correspondiente caza-tubería, y los 'Caballeros Salvajes", escoltando al suyo. Los cuartos fue el escuadrón
'Luna Negra'', el renombrado escuadrón de Alas-E que previamente había protegido la luna VFs de Pyria,
bajo las órdenes del Capitán Yakown Reth; ellos escoltarían al caza-tubería con forma triangular que era
la pieza central de los experimentos de la 'Operación Lanza Estelar'. Finalmente, el Halcón del Milenario,
y sus dos Alas-X de escolta, miembros del 'Escuadrón Pícaro', y un gran carguero salieron de la bahía de
atraque, dejándola prácticamente vacía.
Jaina cambió la frecuencia de su comunicador a la de la flota. "Aquí Líder 'Soles Gemelos' a Control.
Misión 'Prueba de fuego' lista para despegar."
"'Soles Gemelos', aquí Control. Despeguen cuando quieran. Buena suerte."
Jaina condujo a los 'Soles Gemelos' y su caza-tubería en un suave ascenso a través de la atmósfera de
Borleias. Nadie estaba seguro del todo, de cuánta tensión podían aguantar los experimentales cazas-
tubería. Después de cada misión de prueba, un enjambre de mecánicos se arrojaba sobre los vehículos
hechos de retales, unidos de cualquier manera, con sus segmentos angulados de una estación espacial, y
sus carlingas y motores, correspondientes a unos viejos Ala-Y, y conseguían parchearlos y unirlos de
nuevo para realizar otro despegue. Aún nadie estaba sugiriendo que esto fuera una batalla perdida, que no
iba a servir para nada, pero Jaina sabía que los vehículos experimentales estaban consumiendo mucho
tiempo y recursos de la sección de mantenimiento. Esperaba que el proyecto tuviera el éxito suficiente,
para compensar el gran esfuerzo realizado.
Los escuadrones alcanzaron la órbita planetaria alta, y tomaron rumbos separados, cada uno
navegando a un punto diferente del sistema Pyria -todos menos el 'Halcón' y las naves que estaban con
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ella, las cuales se quedaron atrás, en órbita.
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Tam Elgrin se apresuró a ir a sus aposentos en el transbordador y toqueteó en su villip oculto. El dolor
hacía que sus dedos actuaran torpemente; le llevó varios intentos lograr que el dispositivo se abriera,
acariciar la superficie del villip, de manera que este se expandiera correctamente, adoptando la forma de
su controladora. "Habla", dijo la mujer. "Jaina Solo acaba de marcharse," dijo Tam. Con cada palabra, su
dolor de cabeza remitía un poco. "Con todo su escuadrón. Yo fui capaz de arrojar esa cosa, ese bicho, a su
Ala-X mientras ella despegaba de la bahía de atraque. Se pegó al costado de su nave. Como ordenó." Él
estaba demostrando ser muy bueno en seguir las órdenes. No hace mucho, él había ido paseando hasta los
límites de la zona muerta permitido a los civiles y fingiendo que usaba su holocámara para grabar la
desolación del paisaje destruido, esperando allí un buen rato, hasta que unos guerreros Yuuzhan Vong
situado en el borde de la zona muerta, le arrojaron un paquete. Este era una especie de trozo gelatinoso de
una substancia transparente, que se agitaba, llena con bichos, gusanos y otras cosas vivientes que no
podían escapar, excepto cuando él introducía sus dedos dentro y tiraba de alguno para sacarlo, y las
subsiguientes comunicaciones a través del villip, donde se le había dicho para que servían las diferentes
criaturas del interior de la masa gelatinosa.
"Excelente. Lo estas haciendo muy bien. Tam." Las palabras de su controladora, su tono alentador,
hizo que Tam se sintiera mejor. Se odió a si mismo, por ello. "¿Hay algo más?" su controladora preguntó.
"Nada." dijo. Ahora su cabeza había dejado de dolerle. "Contacta conmigo cuando hayas tenido
oportunidad de evaluar la moral de la guarnición, una vez que Jaina Solo haya sido capturada," dijo la
mujer. Luego se villip se contrajo. Tam los encerró en su contenedor. Se quedó de pie en el sitio,
temblando.
Ahora tenía una idea de como la atadura funcionaba la atadura que le habían colocado. Cuando no
llevaba a cabo sus órdenes, el dolor comenzaba. Este empeoraba si su fracaso persistía. Cuando era capaz
de informar de un éxito, disminuía. Pero dado que su controladora no podía saber, hasta que él la
informara, como de exitosa había sido su actuación, el único estímulo para el dolor, tenía que ser su
propio sentimiento de fracaso. Alguna porción de su cerebro se activaba, cuando él sentía culpa, algunas
hormonas se disparaban en su riego sanguíneo cuando estaba bajo un modo específico de tensión, que a
su vez activaba los dolores de cabeza.
Él no tenía la menor duda de que el dolor, si dejaba que creciera demasiado, podría matarlo. Así se lo
habían dicho. Además él lo había sentido aumentar, hasta tal punto, que llegó a creer que era la señal de
una explosión inminente de su cabeza, o un fatal aneurisma, u otro cualquier fallo orgánico mortal dentro
de su cuerpo.
Si él, solamente pudiera encontrar una forma de eludir el dolor, de no sentir culpa o de no reconocer
ningún fracaso, para que el dolor no viniera... pero incluso simplemente con pensar en esto, sus sienes
empezaban a palpitar y el dolor retornaba.
Se derrumbó, completamente derrotado. Ni siquiera, le permitían pensar en tales cosas.
Él era un esclavo y siempre sería un esclavo.
Dejó el transbordador, con la cabeza gacha, para retornar a sus deberes.
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Han estaba repanchingado en su sillón de pilotaje y mirando fijamente, con desacostumbrada
satisfacción, a las estrellas.
"¿Qué estás pensando?" Leia le preguntó desde el asiento del copiloto.
Han la miró. Ella parecía más cómoda en el asiento, apropiado al tamaño de Leia, que ellos la habían
instalado. Al menos, no estaría dando bandazos de un lado a otro durante las maniobras bruscas. "Ya me
conoces," dijo. "No estaba pensando en nada."
Leia asintió. "Te conozco. ¿En qué estabas pensando?"
"Estaba pensando sobre lo que pasará, una vez que nos hayamos librado finalmente de los Vong.
Estaba pensando en como de nuevo, con toda seguridad aumentará de manera ingente el comercio en la
galaxia."
"Efectivamente eres tú."
"Claro, que de una manera apropiada para un estadista de mi talla. Y estaba pensando en que alguien
con tus habilidades y conexiones, Leia, podría ser un elemento tremendamente útil en ese tipo de
operación a gran escala."
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Ella se limitó a quedársele mirando durante unos instantes, con su expresión a medio camino entre
divertida y ultrajada. "¿Acaso tú crees que yo debería convertirme en una contrabandista?"
"Claro, ¿por qué no? Tú ya has terminado con la política, eso dijiste. Quizás podrías seguirme a dar
unas vueltas por ahí, durante unos años. Como yo hice contigo, cuando estabas ocupada, ayudando a
gobernar la galaxia."
"Tú no me seguiste, sólo venías de visita."
"Vale, eso es lo más seguir de seguir a una persona de lo que yo soy capaz. Estoy seguro de que tú lo
harías mucho mejor que yo."
"Puede que no vuelva a ser un político jamás, pero aún soy, bueno, honrada."
"Señora Leia, Capitán Solo..." Eran los inconfundibles tonos musicales de C-3PO.
Han y Leia miraron hacia la parte trasera de la cabina de pilotaje, donde el Androide de Protocolo
permanecía de pie, en su postura usual de nerviosa timidez. "¿Qué pasa?" Han preguntó.
"Son los niños, señor. Yo me preguntaba qué clase de juego y entretenimientos podría encontrar para
ellos. Es que, verán, ellos se aburren."
"Ellos no pueden aburrirse ya. Si apenas llevamos aquí un par de minutos."
Leia negó con la cabeza. "No Han, al menos llevamos tres."
Han la lanzó una malévola mirada. "Descárgales el sistema de holojuegos que tenemos a bordo."
"Bien, lo hice, señor, pero ellos parecen pensar que esta algo anticuado."
"¿Anticuado? Si ese es uno de los pocos sistemas que se instalaron nuevo en el 'Halcón'." Entonces la
frente de Han se llenó de arrugas. Había sido nuevo cuando se instaló, de eso, oh, hacía casi tres décadas.
Leia sonrió con cierta satisfacción al ver su expresión. "Mira, Threepio, deja que los más jóvenes
entrenen con las espadas láser con el sistema por control remoto. Ellos no querrán, dado que es tan
anticuado, pero diles que es el mismo en el que entrenó Luke por primera vez, y muéstrales sus
puntuaciones, dales algo contra lo que competir. A los mayores... um, ponles alguna simulación de los
láser-cuádruples y déjales atravesar algo con ellos."
Han asintió. "Eso será mas de su gusto."
"Si ellos no quieren trabajar con equipo tan viejo, diles que es una lección de historia."
"Sí, Dama Leia." El androide se volvió por donde había venido.
Han la miró con fijeza. "Leia, no se si debería pedirte permisa para andar por aquí."
Ella se limitó a sonreírle.
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El Escuadrón de los 'Soles Gemelos' salió del hiperespacio en una región vacía del espacio Pyrian. Los
doce miembros del escuadrón se dividían en tríos de escolta de cuatro miembros y se dirigieron al centro
de su zona mientras el caza-tubería permanecía detrás de ellos, maniobrando lentamente, con cada vez
mayor precisión para situarse en el exacto punto matemático que los coordinadores de la 'Operación
Lanza Estelar' requerían de él. El escuadrón dirigió sus sensores al espacio circundante para captar lo más
rápidamente posible, una incursión por parte de los Yuuzhan Vong, si esta llegaba a producirse.
Ocasionalmente, conversaciones a bajo volumen resonaban por unidad de comunicación, la cual estaba
fijada en la frecuencia del escuadrón. Eran los cuatro equipos de la misión 'Lanza Estelar', no estaba
ocurriendo nada especial -nada más que los cazas-tuberías preparándose para la prueba-.
"Me gusta tu diseño." Ese era Kyp, el volumen de su voz, sonó más alto que el que ella había fijado
para su sistema de comunicaciones. Bajo la mirada y vio que una vez más, él estaba enviando un mensaje
a través de su androide astromecánico, para tener mayor privacidad.
Jaina se giró para mirar a través de su carlinga al Ala-X de Kyp, el cual estaba flotando a unos pocos
metros de distancia de su banda de estribor. Él también la estaba mirando. "¿Qué diseño?" ella preguntó.
"Tu colorido Ala-X. Me gusta por su efecto impactante."
"Oh, cierto." Ella había ordenado que su Ala-X fuera pintado de un blanco brillante; en cada uno de
sus flancos estaba la imagen de un voxyn corriendo. Las bestias reptiloides, diseñadas por los Yuuzhan
Vong para descubrir y matar a los Jedi, todas ellas habían sido muertas o condenadas a morir por la
expedición de los jóvenes Caballeros Jedi a la nave-mundo que orbitaba alrededor de Myrkyr, y Jaina no
las recordaba precisamente con afecto -estas bestias habían matado demasiados de sus amigos y colegas-.
Pero le gusto la idea cuando Sharr se la expuso. Le gustaba la mezcla de señales que enviaba, apreciaba
su ambigüedad. ¿Acaso significaba que ella se identificaba con una criatura creada por los Yuuzhan
Vong? ¿Qué aunque ella era un Jedi, no les tenía el menor temor y además había participado en su
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destrucción? ¿Qué ella admiraba su ferocidad y destreza? Su presencia como un símbolo en su caza
estelar confundiría a los Yuuzhan Vong. De hecho, estaba confundiendo a los pilotos de la Nueva
República y a los Jedi, que no estaban enterados de la verdad, al no estar dentro del círculo de los
'Internos'.
El propio X-ala de Kyp también estaba ahora, decorado de manera individualizada, con un diseño que
le resultaba tan desagradable como los voxyn lo eran para Jaina. A ambos lados de su fuselaje estaba
pintando un sol en el agónico proceso de convertirse en una supernova, un recuerdo a los Yuuzhan Vong
de que Kyp Durron era quien había destruido mundos enteres, hace años, mediante el uso de una super-
arma llamada el 'Triturador de Soles'. Kyp se había dejado dominar por la ira durante un tiempo, y no
había sido lo bastante adulto para madurar y ser capaz de dominar ese sentimiento de rabia. Incluso hoy,
mucha gente pensaba que él debía pagar por su crimen contra esos mundos Imperiales -pagar el precio
más grande, sacrificando su vida- pero Luke Skywalker había discrepado, y Kyp había, con el paso de los
años, encontrado una especie de incómoda e incompleta redención en su papel como un Jedi.
Por un momento, Jaina pensó en añadir, que a ella también le gustaba su diseño. Eso confundiría a
Kyp, ayudando a tenerle a raya. Pero su resolución flaqueó y no se vio capaz de infligir esa pequeña
herida en él. Por lo que mantuvo la boca cerrada.
"Contacto, rumbo tres-tres-siete, entrando." Esa la voz de Gavin Darklighter ahogando el volumen de
la frecuencia del escuadrón.
"Aquí 'Caballeros Salvajes'. Tenemos objetivos acercándose por Rimward". Ésta era la voz de Danni.
Un instante más tarde, el Capitán Reth confirmó un contacto en sus sensores para el Escuadrón 'Luna
Negra'.
La pantalla de sensores de Jaina aún seguía vacía de elementos hostiles, pero tres aproximaciones
simultáneas contra las otras unidades que protegían los vehículos de la 'Lanza Estelar', sugerían que ellos
también detectarían muy pronto la presencia de cazas coralitas. Ella cambió a la frecuencia del escuadrón.
"Mantened los ojos bien abiertos," dijo.
"Awww". Esa la voz mecánica de Piggy, quien estaba volando en estos instantes como 'Sol Gemelo
cinco' y haciendo evaluación de tácticas para el escuadrón. "Quisiera dormir un poco más." Entonces, de
repente su voz se puso en alerta, como si de repente se diera cuenta de que su broma no era apreciada.
"Quiero decir, oír es obedecer, 'Grandísima'."
Jaina sonrió satisfecha. Si ella estuviera liderando esta unidad como un escuadrón militar, ella le
echaría una bronca por hacer comentarios no pertinentes por su comunicador, pero los pilotos de los
'Soles Gemelos', se suponían que eran más flexibles, más excéntricos.
"Líder de 'Lanza Estelar' a todos los escuadrones, estamos listos para prueba de fuego real."
Jaina cambió de nuevo a la frecuencia de la flota. "Líder 'Lanza Estelar', aquí 'Líder Soles Gemelos'.
Fuego a discreción."
Varios kilómetros por detrás suyo, los extremos de los dos sistemas de expulsión mayores, parecidos a
tubos, del caza-tubería, se pusieron incandescentes. Una luminosa barra de luz roja, un haz láser de un
metro de grosor, surgió de cada uno de ellos. En lugar de relampaguear una vez con un corto estallido de
energía, igual que haría el sistema de arma de un caza estelar, estos continuaran haciendo fluir el
iridiscente rayo láser.
Respuesta de confirmación llegaron a través de su unidad de comunicación, indicando que las otras
dos naves que formaban los vértices del triángulo de la 'Lanza Estelar, también habían disparado. Luego
hubo una actualización de datos entre ellos. "Estimados dos minutos hasta impacto... Un minuto cuarenta
y cinto segundos... un minuto y treinta segundos hasta impacto..." Las cuatro naves que conformaban la
'Lanza Estelar' tenían instalados unidades de holocomunicación, únicamente de voz, permitiéndoles
coordinar las transmisiones a velocidades aún mayores que la de la luz, y sus respectivos escuadrones
estaban siguiendo sus propias comunicaciones, a través de esos holocomunicadores.
Jaina apagó el monótono conteo y actualización de datos y se concentró en la charla entre los pilotos
de los cazas. Todos los miembros de los 'Pícaros', 'Caballeros Salvajes' y 'Lunas Negras' estaban
informado de la detección de la llegada de escuadrones enemigos, pero ahora indicaban que dichos
escuadrones no estaban entrando a velocidad de ataque. Esta parecía ser más lenta, más propia de una
salida.
"Quince segundos hasta impacto... Impacto. Tenemos conexión positiva en ambos sentidos con
Vehículo Dos, con Vehículo Tres... con Vehículo Uno. Los tres están en positivo. Fuego las unidades
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centrales."
Detrás Jaina, los cazas-tubería dispararon su tercer tramo de expulsión, aquel que biseccionaba el
ángulo recto; este, también, emitió un haz láser de un metro de grosor. En el momento del disparo, el
controlador del proyecto comenzó a transmitir, "Estimados un minuto a veinte dos segundos hasta el
impacto... un minuto quince..."
"'Caballeros Salvajes comprometidos." La voz de Danni Quee subió de tono. "Nosotros tenemos dos
escuadrones de cazas coralitas en nuestros sensores."
"Aquí lo mismo, dos escuadrones." era la voz del líder de 'Luna Negra', Capitán Reth, sonaba más
tranquila que la de Danni. "Tácticas de aproximación estándar."
"Los 'Pícaros' tenemos dos escuadrones completos acercándose." Luego la voz de Gavin Darklighter
asumió un tono ligeramente más displicente. "Corrección, dos escuadrones incompletos."
Jaina miró con el ceño fruncido a su tablero de sensores. ¿Por qué no estaban los Yuuzhan Vong
atacando su posición? No tenía sentido atacar tres de las cuatro posiciones de la 'Lanza Estelar'. Ellos o
bien deberían atacar solamente a uno de los grupos, para hacerse con un caza-tubería de la 'Lanza Estelar',
o bien atacar a los cuatro, para lograr su completa destrucción.
Entonces lo vio, un parpadeó en rango más alejado de sus sensores. "Enemigos entrando," dijo, "a esta
posición. 'Soles Gemelos' escudos en tríos, formad a mi orden."
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Han y Leia escuchaban el tráfico de comunicaciones de los diversos componentes de la operación
'Lanza Estelar' -cuando está no se veía ahogada por los gritos y chillidos de entusiasmo procedentes de las
partes más distantes del 'Halcón', donde los Jedi principiantes practicaban deflectando estallidos de
energía por control remoto, disparaban y destruían blancos generados por ordenador con disparos láser,
también generados por ordenador. Han y Leia también podían oír las inútiles protestas de C 3PO. "Ésa
debería ser distracción suficiente para tenerlos fuera de aquí," dijo Leia.
"También, creo que así será," Han pulsó su intercomunicador. "Kam, Tionne, conseguir que se calmen
y sujeten a sus asientos. Nosotros vamos a saltar fuera de aquí en un poco más de un minuto." Unos
segundos más tarde, él pudo oír, la voz profunda de Kam Solusar dirigiéndose a sus bulliciosos pasajeros.
"¿Puedo sentarme aquí?"
Han y Leia se volvieron para ver a Tarc de pie, junto a la entrada de la cabina de pilotaje. El muchacho
parecía dubitativo e infeliz.
Leia dijo, "¿Tú no quieres sentarte allí atrás con los demás? Nosotros no tendremos mucho tiempo para
hablar contigo, querido."
Tarc negó con la cabeza. "Ellos son mejor en todo que yo. Incluso Syal y Myri."
Leia intercambió una mirada con Han. Han soltó un carraspeó. "Claro, muchacho, siéntate y asegúrate
al asiento detrás del mío. Y aprieta bien fuerte todas las correas."
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Los dos escuadrones de cazas coralitas venían en línea recta, como rayos láser, hacia los pilotos de los
'Soles Gemelos'. Mientras los 'Soles Gemelos' se dividían de nuevo en cuatro tríos en escudo, los cazas
coralitas se dividieron en cuatro unidades de seis, una para cada trío en escudo.
"Procedimiento estándar," Jaina dijo, y giró hacia uno de los seis cazas coralitas que se dirigían hacia
ella. Expandió su esencia en busca de Kyp para conectarse dentro de la Fuerza, le encontró y agarró tan
fácilmente como si le cogiera la mano a un camarada, luego esperó a que él seleccionara un blanco.
Él lo hizo. Dispararon juntos. Jag disparo una casi indetectable fracción de segundo más tarde. Los
láseres de Kyp se encontraron con los pozos gravitacionales del caza coralita elegido como blanco; los de
Jaina se abrieron paso por su proa. Los de Jag atravesaron la carlinga del piloto. A continuación pasaron a
su lado a toda velocidad, los otros cinco cazas coralitas se dieron la vuelta, para salir en su persecución.
Mientras giraba lateralmente para realizar otra pasada, Jaina aprovechó para echar un vistazo a su
tablero de sensores. Este le mostró que todos los cazas coralitas aún seguían comprometidos con los cazas
estelares; los seis cazas enemigos que se habían lanzado sobre el segundo de los tríos escudo, aquel en
que se encontraba Piggy, ya habían visto reducido su número a cinco, y los otros dos grupos seguían
intactos. Ninguno estaba maniobrando contra el caza-tubería, el cual aún seguía vertiendo energía láser en
tres direcciones -no-, en una sola dirección, ya que las dos tuberías más grandes se habían apagado,
dejando solo que la tubería más pequeña, emitiendo energía al centro de la formación de larga distancia
de los cazas-tubería.
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Un chorro de proyectiles de cañón de plasma fue derramado sobre su Ala-X, pasando a una distancia
de unos cincuenta metros más o menos, cercana para los estándares normales en una lucha de cazas
estelares pero no lo bastante cerca como para preocuparla. Los pilotos de estos cazas coralitas no eran de
los mejores que los Yuuzhan Vong podían ofrecer; lo podía decir por las dificultades que tenían para
mantener la persecución de su escuadrón de cazas estelares, por el hecho de que sus disparos no se
acercaban lo bastante como para ser aterradores. Incluso la charla que le llegaba por el comunicador, le
sugería la carencia de peligro efectivo de los escuadrones a los que se estaban enfrentando; las voces que
la llegaban del Escuadrón 'Pícaro' y del Escuadrón 'Luna Negra' conllevaba tensión, pero no tanto como
enfrentamientos anteriores, donde la tensión existente, casi se podía tocar.
Jaina condujo su trío escudo a dar una amplia vuelta, que los mantuvo por delante de sus perseguidos
pero los llevó a tener a tiro a los cazas que estaban acosando a los 'Soles Gemelos' del siete al nueve. Ella
le hizo a Kyp un pequeño gesto de confirmación a través de la Fuerza; el eligió otro blanco y disparó. El
piloto de este caza acerco a lograr virar para alejarse y levantar su pozo gravitaciones por detrás de su
estrecho perfil; interceptando los láseres tanto de Jaina como de Kyp, pero Jag, situado en una ángulo
ligeramente diferente y disparando con un ligero retraso, logro que sus dispararon rodearan la anomalía
gravitatoria y desgarraran la parte inferior del caza. El caza coralita viro alejándose, casi sin control, y
comenzó un largo giro mientras se alejaba de la zona de combate.
"Esto es una trampa." Era la voz de Piggy, y Jaina vio que el mensaje le estaba siendo enviado
directamente a ella, a través de su androide astromecánico; ninguno de los otros pilotos estaría oyendo
esto. "Le recomiendo que volvamos a la base."
Jaina frunció el ceño. Los cinco cazas que perseguían su trío en escudo, ahora estaban en una
formación en cuña, el más intrépido de ellos, bastante por delante de los otros. "Explícate, Piggy."
Ella se expandió hacia Kyp, siendo capaz por un momento de sentir incluso su mano sobre el timón de
mando de su Ala-X. Ella manejó tanto sus controles como los de él, simultánea e idénticamente, y ambos
Alas-X deceleraron y ganaron altitud respecto a sus perseguidores. Jag, fuera de la unión a través de la
Fuerza, siguió hacia adelante.
Jaina le hizo una señal a Kyp. Quién tomó como objetivo al caza líder y disparó justo cuando ella lo
hizo. Jag, en su más maniobrable desgarrador, invirtió su rumbo en un cerrado viraje que hubiera echó
que un Ala-X perdiera el control, y disparó sobre la proa del caza líder. El dovin basal del caza levanto
sus anomalías gravitatorias para tragarse los disparos de láser de Jag, pero el fuego conjunto de Jaina y
Kyp lo acribillaron, enviando gruesos trozos de coral yorik en todas direcciones.
Jaina y Kyp mantuvieron su fuego, concentrándolo en la banda de babor de la formación de cazas
coralitas. Jag se dejó caer a la banda de estribor, lanzándose sobre esos dos mismos objetivos mientras
abría fuego, sus disparos fueron interceptados por sus anomalías gravitatorias pero impidiendo que esos
agujeros negros, absorbieran el fuego de los otros Alas-X. En pocos momentos, esos dos cazas, aunque no
quedaron destruidos, se vieron acribillados y carbonizados por un intenso fuego de láser, soltando
atmósfera al espacio. Jag viró bruscamente y se situó por detrás de Jaina y Kyp, mientras ellos se dejaban
caer en posición por detrás de la castigada formación de cazas coralitas.
Mientras tanto, Piggy siguió hablando. Hablando y hablando. "Escucha la charla por el comunicador.
Nosotros hemos sido atacados por fuerzas lo bastante sofisticadas para coordinar ataques simultáneos
sobre los otros tres escuadrones, pero no se lanzaron sobre nosotros hasta que los otros tres estuvieron
totalmente comprometidos. Esta es una táctica diseñada para asegurarse de que nosotros nos centramos en
un lugar determinado, y nosotros los cazamos y masacramos a placer, mientras ellos preparan algo."
"Captado." Jaina lanzó una descarga de ráfagas láser sobre el caza delantero. Su conexión a través de
la Fuerza con Kyp se desestabilizó un tanto, mientras tomaba en consideración las palabras de Piggy.
Tenía razón. Todas las evidencias apuntaban a que el nuevo comandante Yuuzhan Vong era sagaz y
experimentado. Él nunca prepararía un ataque sofisticado con pilotos de segunda fila, excepto como una
distracción, un engaño o una trampa.
Pero ellos no podían limitarse a huir siempre que se enfrentaran a una trampa. Los Yuuzhan Vong se
darían cuenta de que conocían su juego, y empezarían a aprovecharse de ello.
"Piggy, nosotros vamos a aprovecharnos de esto," dijo. "Yo quiero que retransmitas esa advertencia,
de forma concisa, con toda claridad en la frecuencia de la flota. ¿Intenta sonar asustado, vale?"
"Captado." Unos segundos más tarde, su voz sonó por la frecuencia de la flota, con un volumen y tono
más alto de lo normal. "Grandiosa, aquí a 'Soles Gemelos Cinco'. Siento que una trampa se cierne a
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nuestro alrededor. Nosotros tenemos que huir."
Jaina soltó un bufido ante sus melodramáticas palabras, luego respondió apropiadamente. "Está
tranquilo, Piggy. Ten fe. Tú has sentido su trampa. Ellos están a punto de sentir la mía."
Ahora, se dijo para sí, todo lo que nosotros tenemos que hacer es imaginarnos lo que ellos están
intentando hacer, impedírselo, y hacerlo algo aún peor a ellos. Fácil.
Seguro.
El chorro desde el extremo más fino del caza-tubería cesó. Su parte en el operativo había terminado
por ahora. Ella cambió a la frecuencia del escuadrón. "'Lanza Estelar Uno', salga de aquí. Diríjase de
vuelta a la base."
"Captado. 'Lanza Estelar Uno' en camino.

Capítulo 13.
Ocupación de Borleias, Día 39.
Los chorros de energía láser de 'Lanza Estelar Uno, Dos y Tres' convergieron en 'Lanza Estelar
Principal', el caza-tubería con tres expulsores conformados en ángulos iguales. Cada chorro entraba en
uno de los tubos abiertos.
El último expulsor de 'Lanza Estelar Principal', el que apuntaba al sistema Coruscant, disparó,
canalizando su constante haz de luz láser de un metro de grosos hacia el planeta hogar del gobierno de la
Nueva República, a bastantes años luz de distancia.

Jag había logrado él solo derribar a uno de los cazas de estribor. Esto dejaba dos dañados, uno ileso, de
los seis que habían venido contra ellos. El tablero de sensores de Jaina mostró de unos de sus pilotos, 'Sol
Gemelo Diez', estaba flotando inerte en el espacio, pero 'Once' había reportado que 'Diez' seguía con vida.
Entonces hubo apareció algo más en sus sensores de largo alcance, dos grandes señales rojas
parpadeantes llegaban por direcciones opuestas a gran velocidad, y que justo ahora iban ralentizando
mientras alcanzaban la proximidad de la zona designada. Por su tamaño, debían corresponder a corbetas
vivientes Yuuzhan Vong, y mientras Jaina observaba, los parpadeos se convirtieron en muchos más,
señales más pequeñas -lo que indicaba el lanzamiento de cazas coralitas-. "La segunda oleada está aquí,"
le dijo a su escuadrón. "'Pícaros', 'Lunas Negras', 'Caballeros Salvajes', tened cuidado con los refuerzos
que llegan por vuestro extremo más alejado."
Ella recibió tres rápidas confirmaciones pero apenas se preocupó de confirmarlas mientras su ala -trío
se anotaban el rápido derribo del caza coralita ileso y de uno de los dañados. El último de los pilotos
Yuuzhan Vong de los seis originales se alejaron, hacia uno de los grupos de cazas coralitas que llegaban
de refuerzo.
Jaina le dejó irse. Otros sobrevivientes de los dos primeros escuadrones Yuuzhan Vong también
estaban retirándose hacia sus grupos de refuerzo. Ninguno de ellos estar persiguiendo a las naves en
rápida retirada del grupo 'Lanza Estelar' o al 'Soles Gemelos Diez' que flotaba a la deriva. Jaina convocó a
su escuadrón a reagruparse, a los pocos segundos de estar libres del acoso enemigo. "¿'Pícaros', han
realizado una trampa similar en vuestro lado?"
"Negativo, 'Líder Soles Gemelos."
"Los 'Caballeros Salvajes' sólo nos enfrentamos a los escuadrones enemigos llegados en primer lugar,
aunque la resistencia se ha hecho más fuerte y tenaz."
"Lo mismo con los 'Luna Negra', 'Gemelos'."
"Ésos son interdictores. Líder." Esa era la voz de Piggy. "Ellos no están aquí por las naves del grupo
'Lanza Estelar'. Están aquí por usted."
"Trázanos un curso fuera de aquí. Piggy. Alejado lo más posible de coordenadas de escape del 'Lanza
Estelar."
Apenas un segundo más tarde, un proyecto de curso apareció en la computadora de navegación de
Jaina. No les llevaba a través del área que mostraba la mayor porción de espacio abierto. Jaina se
preguntó por qué Piggy había ignorado deliberadamente, esa opción, que era la más lógica -y entonces
que probablemente lo había hecho por era precisamente la opción más lógica, y aquella que los Yuuzhan
Vong había pensado que indudablemente sería su elección-. Él tenía que haber visto otras cosas, que a
ella le habían pasado desapercibidas para escoger ese rumbo.
No importaba cual fuera su razonamiento, ella orientó su nave hacia sus coordenadas de escape y
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activó sus impulsores a plena potencia. El resto de los 'Soles Gemelos' la siguieron casi de inmediato, sin
la menor dificultad. Por delante, cazas coralitas Yuuzhan Vong empezaron a converger sobre su ruta de
escape; por detrás, más cazas se situaban a su estela, y aceleraban para alcanzarles. Su monitor de
sensores le mostró que los once pilotos de los 'Soles Gemelos' tendrían que hacer frente a casi cinco veces
su número de cazas enemigos.
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A un microsalto de distancia, a una fracción de un año-luz fuera del sistema Pyria, Han y Leia
escuchaban por el holocomunicador el tráfico de órdenes de su hija en la zona de combate. "Voy a
regresar," dijo Han.
Leia tenía un aspecto tan pálido como el de Han. Lentamente, negó con la cabeza. "No podemos
ayudarla."
"Al infierno con que no podemos. Podemos alcanzar su vector de fuga, y ser capaces de perforar un
agujero en el otro lado, antes de que los Vong se den cuentan que estamos ahí..."
"Claro. ¿Eso es lo que tú quieres que yo les diga a nuestros pasajeros, a los niños?"
Han soltó un gruñido inarticulado. Se quedó sentado con los músculos agarrotados, escuchando
atentamente, para averiguar si sería capaz de volver a ver a su hija.
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"Nosotros la fastidiamos," dijo Wedge. Como era usual durante las misiones de alguna importancia, él
estaba de pie en la sala de control, junto al holograma que mostraba la zona de la misión.
Tycho asintió, un tanto malhumorado. Estaba de acuerdo con las parcas palabras de Wedge.
Él no necesitaba más. Los dos habían planeado la misión y la posible respuesta de los Yuuzhan Vong
con gran detalle. Los Yuuzhan Vong tendrían, en algún momento, que hacer algún intento por apoderarse
de los vehículos de 'Lanza Estelar'. Los pilotos de los cazas-tuberías podrían, al menos teóricamente, ser
capaces de separar sus carlingas, las cuales tenían su propio sistema, un tanto rudimentario, de
impulsores, y escapar, destruyendo el entramado de tuberías con unos primitivos sistemas mecánicos de
autodestrucción, que desgraciadamente se verían afectados parcialmente por las contramedidas enemigas,
dejando tras de si, la suficientes pistas para dar a los Yuuzhan Vong una ligera idea de lo que estaba
pasando.
Pero todo el plan se basaba, en que serían las naves del grupo 'Lanza Estelar', el objetivo de los
Yuuzhan Vong. En cambio, al aparecer era Jaina Solo su objetivo.
Y subsecuentemente solamente el escuadrón de Jaina Solo había sido de esa manera, lo cual además
significaba que, o bien en tierra o en la órbita de Borleias la habían identificado, y determinado con gran
exactitud su curso, sugiriendo que ellos estaban más metido en la pelea de lo que Wedge y Tycho habían
supuesto.
"¿Cuánto tiempo pasará antes de que podamos enviarla algún refuerzo?" Wedge preguntó.
Tycho respondió de mala gana. "Dos minutos para conseguir que la fragata 'Marea Lunar' alcance el
lugar. Y sólo conseguiríamos que la 'Marea Lunar' fuera destruida. Cinco minutos para conseguir que la
fuerza operativa fuera capaz de salir de la influencia de la masa planetaria de Borleias."
Wedge sopesó los números, sin olvidarse de que en estos se encontraban los números de los tripulantes
de las naves que se verían envueltas en la lucha. ¿Cuántas vidas podía valer Jaina Solo? Y más importante
aún, ¿Cuánto daño les haría a ellos, a sus planes, demostrar el vicio de la Nueva República, considerado
una debilidad por los Yuuzhan Vong, de arriesgar y probablemente sacrificar a un número más grande
personas, por salvar sólo a unos pocos?
"Dice a la 'Marea Lunar' que este preparada para saltar... pero que no lo haga hasta que nosotros le
demos la orden. Esperarán a la fuerza principal a menos que nosotros les digamos otra cosa."
Tycho asintió, y se volvió hacia su tablero de comunicaciones.
Con la disciplina adquirida en décadas de servicio militar. Wedge fue capaz de disimular los
retortijones que esta decisión le producía en sus entrañas, y rezó por que él no tuviera que decirles a Han
y Leia, que él había condenado a su hija.
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"Puedo sacar al escuadrón de aquí," Jag dijo. "¿Tendrías la amabilidad de compartir la información?"
Jaina preguntó. "Nos llevaría demasiado tiempo, Mi Diosa. ¿Podrías confiar en mí?" Jaina sopesó la
cuestión durante un par de segundos, y antes de hablar, pensó para sí -si él dice que sabe como sacarnos
vivos de esto, entonces lo hará-. "Nosotros somos tu ala de protección," dijo.
102
"Tú y Kyp, lanzad unos bombas sombra. Haced que me sigan a unos pocos metros de distancia -tan
cerca como os sea posible-. Sabréis cuando tendréis que soltarlas. Colocaros detrás, dejadme lideraos
durante unos pocos kilómetros. “Sin esperar por a una posible autorización o confirmación, Jag aceleró
sus impulsores y se puso en cabeza de la formación de los 'Soles Gemelos'.
Jaina sintió una ligeran sensación de confusión procedente de Kyp, una especie de signo de
interrogación. Ella se limitó a mandarle un encogimiento de hombros mental. Armó y lanzó una bomba
sombra, luego expandió su mente para sujetarla con la ayuda de la Fuerza y situarla en la estela de la nave
de Jag. Detectó esfuerzos similares por parte de Kyp; su bomba sombra estaba algo más adelantada que la
suya.
Los cazas coralitas que llegaban por delante, ya estaba casi sobre Jag, pero él ejecutó un brusco viraje
a estribor, tan cerca a un giro de 90º como a un piloto de TIE le era posible realizar, y se dirigió
directamente hacia unos de los interdictores de los Yuuzhan Vong, aquel situado entre su posición y la
seguridad de Borleias.
Los cazas coralitas entrantes cambiaron de rumbo para seguir a Jag. Jaina abrió fuego, rociándolos con
ráfagas rojizas de rayos láser, escorándose para seguir la estela de Jag; ella vio el fuego láser de los
pilotos de su escuadrón brillando, mientras se dirigía hacia la nube de cazas enemigos, vio a una de las
naves Yuuzhan Vong estallar.
Esto iba a ser duro. Ella tenía que volar, disparar, y mantener la trayectoria de su bomba sombra con la
Fuerza -y precisamente esta última tarea era una de las más difíciles, ya que Jag estaba virando y dando
bandazos, cómo solamente un piloto de cazas TIE o Ala-X podría hacerlo, esquivando el fuego de cañón
de plasma que le llegaba, procedente del interdictor, con tanta agilidad y tan acrobáticamente, que el
peligro principal para él, era que se interpusiera sin querer en el camino de un proyectil de plasma que no
iba dirigido hacia él-. Mantener la bomba sombra oculta justo por detrás suyo, estaba resultado ser una
tarea prácticamente imposible. Su bomba se desviaba de un lado a otro del desgarrador de Jag, con cada
bandazo o viraje que él realizaba.
Entonces ella percibió a Kyp, llegando a ella a través de la Fuerza. De repente, pudo ver su técnica;
ella vio el aura viviente de Jag en la Fuerza, y luego había dos cosas inanimadas que eran sus respectivas
bombas sombra, y Kyp había conectado con ellos, como si encapsulara a los tres en una especie de
burbuja, de manara que siempre que Jag se movía, él se deslizaba con la bomba, trazando exactamente el
mismo movimiento. Kyp estaba proporcionando la energía mental, pero Jag, sin saberlo, era quien la
estaba dirigiendo. Jaina intentó hacer lo mismo, intentó trazar una conexión entre su bomba y Jag... y
aunque, casi de inmediato, supo que aún no había desarrollado el grado de control que Kyp poseía, pudo
percibir que ahora su bomba sombra esta más eficientemente oculta tras la estela de Jag.
Los cazas coralitas hacia los que hasta hace unos momentos se dirigían, ahora virando para ponerse
tras su estela. Jaina puso la mayoría de la energía auxiliar de su Ala-X para reforzar sus escudos traseros y
se concentró en volar como un escarabajo piraña, impidiendo a los pilotos Yuuzhan Vong que les
perseguían, tuvieran un buen tiro sobre ella. Sus otros pilotos estaban haciendo lo mismo.
Jag se había adelantado varios kilómetros, y acercándose a la amenazadora figura del interdictor
Yuuzhan Vong. Sus escuadrones de cazas coralitas, los cuales se habían dispersado para interceptar la
posible ruta de escape de los 'Soles Gemelos', se estaban congregando de nuevo, pero habían sido cogidos
fuera de guardia, por la súbita carga contra el interdictor. Por supuesto que no se lo esperaban. Desde un
punto de vista lógico, esta era la cosa más estúpida que los pilotos de la Nueva República podían haber
hecho.
Jag se dirigió directamente hacia la proa de la nave principal, al nodo donde estaban concentrados sus
dovin basals -los dovin basals que arrastraban la nave a través del espacio, que proyectaban los agujeros
negros que se tragaban los proyectiles enemigos, que proyectaban fluctuaciones gravitacionales en el
interior del hiperespacio, para arrastrar a las naves en tránsito de vuelta al espacio real -y para impedir a
navíos en sus cercanías que pudieran saltar al hiperespacio-. Y finalmente Jaina conoció y comprendió el
plan de Jag.
Sus maniobras evasivas se volvieron más bruscas, más rápidas, más aleatorias mientras se acercaba al
interdictor y su sistema de cañones de plasma al completo habría fuego sobre él. Jaina, a través de su
provisional conexión a través de la Fuerza con Jag, pudo sentir pequeños ramalazos de alarma y
súbidones de adrenalina recorrer su cuerpo, algo que ella nunca habría supuesto, dado su conducta
tranquila en cada situación.
103
"Fijando punto de lanzamiento," dijo Jag, su tono tan indiferente, como si estuviera ordenando una
comida que no esperaba comer. "Tres, dos..." Su desgarrador comenzó a rociar fuego láser en un patrón
en espiral, los pozos gravitacionales del interdictor, los absorbieron todos de forma ansiosa. Jaina pudo
ver que los pozos gravitacionales se concentraban ahí delante del desgarrador de Jag, anticipándose al
despliegue de sus ataques.
Anticipándose. Él era tan bueno en anticipación, y predecir, que era capaz de usar la anticipación de
sus enemigos como un arma contra ellos. Jaina agitó su cabeza.
"...uno, lanzamiento."
El desgarrador de Jag viró de nuevo, otra vez en un ángulo que solamente un caza TIE era capaz de
realizar, pero él continuó dirigiendo su fuego láser contra el flanco del interdictor. Sus anomalías lo
rastrearon, situándose justo delante de sus láseres.
Jaina apartó su bomba sombra de la estela de Jag, manteniendo esta casi en su curso original,
empujándola hacia el costado de babor. Kyp maniobró la suya y la empujó hacia la banda de estribor. Un
pozo gravitacional saltó, situándose justo delante de la de Kyp.
Pero la de Jaina, detonó en reluciente llamarada a unos pocos metros del nodo de los dovin basal. Ella
sintió otra sacudida de alarma en Jag, pero él no desapareció de sus percepciones.
Ella rodeó al agonizante interdictor, rociando con fuego láser a un par de cazas coralitas que se
aproximaban por delante por la banda de babor, y sus disparos con láser se vieron apoyados por los
miembros de su escuadrón. Los dos cazas se vieron reducidos a unos cascotes de coral yorik
superrecalentado en cuestión de segundos... y de repente no había nada entre su escuadrón y Borleias,
excepto espacio abierto. Los cazas coralitas se abrieron en ángulo por ambos lados, pero ninguno de ellos
sería capaz de lograr un curso de intercepción que fuera capaz de atrapar a sus Alas-X. Soltó un suspiro
de alivio.
Entonces se quedó sin respiración. Su unidad consistía sólo en diez puntos destelleantes. 'Sol Gemelo
Tres' no regresaba con ellos. Encontró a Jag en el monitor de sensores, de vuelta a las cercanías del
agonizante interdictor, en un ángulo que le llevaba de vuelta justo en medio del grupo de cazas coralitas.
"'Gemelo Tres', aquí Líder. "¿Qué demonios estás haciendo?"
"Lo siento, 'Líder'." La voz de Jag sonaba en tono de disculpa. "Fue rozada por el efecto de una de las
singularidades gravitacionales. Mis escudos han caído y me sacaron fuera de rumbo. Tendré que ponerme
al día contigo, con algo de retraso."
Eso era sólo bravuconería de piloto. Jag tenía casi dos escuadrones de caza coralitas convergiendo
hacia él, en todas direcciones. No había ningún vector de salida, que le permitiera el uso de la superior
velocidad de su caza estelar, para simplemente dejar atrás a sus enemigos por aceleración; él tendría que
luchar para abrirse camino, y sin escudos, no tenía ni la menor oportunidad. Su gran habilidad como
piloto, le permitirían aguantar unos segundos, quizás un minuto. Luego resultaría derribado y muerto.
Jaina vaciló. Jag era uno de sus pilotos. No podía dejarle atrás. No podía.
Pero Kyp seguía en contacto con ella, aún unido a través de la Fuerza. Aunque ella le oyó por la
unidad de comunicación: "No, Jaina. Si regresas, habrás tirado por la borda, todo lo que él ha hecho por
ti. Tú no puedes ser capturada."
"Lo sé," ella dijo. Aunque su voz sonaba débil y apagada para lo que era normal en ella. Observó como
los cazas coralitas se iban acercando cada vez más, para tener en rango de tiro de sus armas a la nave de
Jag. Este adoptó de nuevo un vuelo evasivo; la pequeña señal parpadeante que lo representaba en su
monitor de sensores, se volvió borroso cuando los sensores intentaron seguir sus movimientos.
"Vámonos," Kyp dijo. El tono de su voz era solemne, y ella pudo percibir que su pesar era genuino.
"Sí," dijo. "'Soles Gemelos', fijad curso para Borleias, saltad cuando esté listo. Dejaremos que sea la
masa del planeta las que nos saque del hiperespacio." Ella vio que 'Sol Gemelo Once' saltaba casi de
inmediato; Tilath ya debería tener el curso trazado.
En los segundos siguientes, saltaron los otros, todos excepto ella y Kyp, mientras en la pantalla de
sensores, la señal de Jag empezaba a verse rodeada por creciente pantalla en grosor de puntos rojos.
"Te estoy esperando," dijo Jaina. Ella apenas, si fue capaz de oírse a si misma. Había una especie de
neblina sobre sus ojos, un zumbido resonaba en sus orejas.
"Yo te estoy a ti," dijo Kyp.
"Juntos, entonces." Jaina dio una profunda inspiración, observando la cada vez más constriñente red de
cazas coralitas alrededor de Jag. Ellos estaban encauzándole, dejándole una única salida, y él se estaba
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acercando inexorablemente al otro interdictor. "A la de tres. Uno, dos, tres, salto."
Ninguno de los Alas-X saltó.
"Demonios, Kyp, vete a casa." Jaina se sacudió su unión, lanzando su Ala-X en el viraje más ajustado
que le fue posible, para regresar hacia la zona de combate. Se volvió hacia el flujo de cazas coralitas que
la perseguían. Y ella se encontró, en ese momento, que la neblina sobre sus ojos y el zumbido en sus
orejas desapareció.
"Jaina, no." Kyp permaneció con ella. "No puedes hacer esto. No puedes salvarle. Sólo lograrás hacer
que te maten."
"Cállate." Él no estaba muerto. Jag aún seguía volando, aún seguía teniendo un gatillo bajo su dedo, no
moriría. Ella llegaría hasta él. Ella lo salvaría.
El primero de sus perseguidores comenzó a disparar. El espacio a su alrededor, de repente fue
acribillado con grutchins, los insectos excavadores que eran capaces de inutilizar una nave. Ella se
sacudió su unión, dejando que la Fuerza guiara sus maniobras evasivas, y condujo todo su poder auxiliar
a sus escudos delanteros. Hasta ahora, no hubo ninguno de los característicos ruidos de impacto de un
grutchin al golpear.
"Jaina, aquí el Coronel Celchu. Esta transmisión está codificada y se realiza a través de su androide
astromecánico, el General Antilles está dando una orden directa. No vuelva a entrar en la zona de
combate. Regrese a la base. ¿Lo ha entendido?"
Parte de ella lo hacía. Parte de ella sabía que Wedge Antilles había concluido que Jag Fel estaba
perdido, y no estaba dispuesto, ni siquiera a aprovecharse de la pequeña oportunidad que Jaina Solo le
ofrecía de salvar a su propio sobrino. Eso era tan malo como parecía.
"No me diga cosas raras," dijo, su voz era poco más que un susurro. Ella pasó como un rayo más allá
del primer escuadrón de sus perseguidores. Realizaron un amplio giro para volverse a situarse en su estela
sin interponerse en el camino del segundo escuadrón. Ahora los grutchins le llegaban desde dos
direcciones.
"No le he dicho cosas extrañas." Por una vez, la voz de Tycho sonaba desconcertada.
"Bueno."
Kyp se colgó obstinadamente al costado de Jaina, disparando tan constantemente como sus láseres
eran capaces de recargarse. Jaina no estaba disparando. Su mente estaba en otra parte, sin ni siquiera
reconocer a los cazas coralitas como una amenaza, sólo sus reflejos impedían que los grutchin la
alcanzaran. Kyp acribilló a unos de los cazas coralitas entrantes, sus láseres impactaron contra el dovin
basal y luego atravesaron, el cuerpo principal del caza, levantando esquirlas de coral. Él verificó su
tablero de sensores. Solamente cuarenta y nueva cazas y un interdictor que eludir.
Entonces se quedaron en cuarenta y ocho. El número en el tablero cambió y una pequeña luz cerca de
la señal de Jag se apagó. Pero Jag estaba ahora terrible y peligrosamente cerca del interdictor que
quedaba.
Entonces llegó la respuesta de Kyp. "Jaina, puedo salvarle, pero necesito tu ayuda."
Él sintió una sacudida en ella. "¿Cómo?" preguntó.
"Apunta directamente a la proa del otro interdictor. Prosigue y pica a través de la nube que rodea a Jag
para darle algo de respiro. Y protégeme. Voy a estar demasiado ocupado para disparar."
"Kyp, el truco de la bomba sombra no funcionará esta vez. Ellos la estarán buscando."
"Eso no es lo que yo voy a hacer. ¿Confías en mí?"
"Hazlo."
Ellos intercambiaron sus sitios, ahora era Jaina la que abría fuego con sus armas, y Kyp el que se
ocupaba de la tarea de volar evasivamente, sólo con sus reflejos, mientras su mente estaba en otra parte.
Luke Skywalker había hecho esto una vez. Hace un par de años. Él se lo había mencionado a otro Jedi.
Nadie más lo había intentado, porque Luke había quedado tan exhausto, al borde del colapso, y un Jedi
raramente estaba en posición de sobrevivir a una técnica que los agotaba de una manera tan completa.
Ellos estaban ahora pasando junto a la segunda oleada de cazas coralitas y dirigiéndose hacia la nube
de cazas enemigos que rodeaban a Jag. Más allá, ya no muy lejos, estaba el segundo interdictor. Kyp
sabía que los otros cazas estaban convergiendo sobre él y Jaina. No se molestó en mirar sus sensores de a
bordo. Los cazas enemigos ahora no eran relevantes.
Y él no creía que fuera a quedar tan terriblemente agotado como Luke, por utilizar la técnica. Él era
más fuerte con la Fuerza que el propio Luke Skywalker.
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Lo había sabido casi desde el mismo momento en que se encontraron -que él tenía más poder puro que
el legendario Maestro Jedi-. Pero esto era, quizás, la primera vez que él había sido capaz de decírselo a si
mismo con una pizca de orgullo y emoción. Él era simplemente más fuerte, y eso era todo. Normalmente
no le importaba. Ahora si.
Ellos alcanzaron el borde la nube de cazas coralitas que rodeaban a Jag. Jaina y Kyp se lanzaron contra
los cazas que se habían girado contra ellos, esquivando su fuego, mientras Jaina los rociaba con fuego de
respuesta. De repente ellos estaban en medio, con el desgarrador de Jag situándose tras su estela, y el
interdictor delante de ellos.
Un tanto distraído, apenas sin apuntar, Kyp apretó el gatillo de sus láseres. Sus haces rojizos salieron
disparados contra el interdictor, y un pozo gravitacional se posicionó para interceptar los haces de fuego.
Dentro de la Fuerza, aprovechando el más amplio rango de percepción que esta le daba, intentó
percibir la presencia de ese pozo gravitacional. No podía percibir a los Yuuzhan Vong o a sus criaturas,
pero podía sentir las distorsiones en el espacio, pequeñas anomalías, difíciles de detectar, donde no
debería haber nada.
Él pudo percibir muchas, pero no sabía cual podía pertenecer al interdictor, y cuales los cazas coralitas,
y además esta percepción sensorial de los datos, no se trasladaba precisamente en direcciones y distancias
exactas. Un pozo gravitacional que percibiera lejos, podría pertenecer a un caza coralita que estuviera a
solo unos metros.
Armó un torpedo de protones y lo disparó. Sintió su presencia física mientras, en cuestión de
segundos, iba acortando la distancia entre él y el interdictor... y fue tragado por otro pozo gravitacional.
Lo sintió entrar en una anomalía gravitacional, percibiendo en cual era de las muchas singularidades.
Y se concentró en esa anomalía, dirigiendo todas sus habilidades y disciplina con la Fuerza, contra él.
Era igual que usar una delgada vara de metal para empujar un aerodeslizador terrestre caído en tierra.
Demasiada presión, y la doblaría, inutilizándola. Demasiado poca y no ocurriría nada. Él tenía que aplicar
la presión justa para moverlo, seguir moviéndolo y mantenerlo de esa manera...
Por un instante, las únicas cosas en el universo eran él, Jaina, y el pozo gravitacional. Movió el pozo
gravitacional, lo hizo darse la vuelta, haciéndolo retroceder en la otra dirección.
Luego era él de nuevo, en la carlinga, observando el flanco distorsionado del interdictor. El pozo
gravitacional se había movido hacia atrás y toco el interdictor, y ahora el interdictor se alargaba dentro de
este, extendiéndose en lo que parecía ser una flexible extrusión de lo que él sabía debía ser endurecido
coral yorik dentro de la singularidad.
Las partes del interdictor más próximas al pozo gravitacional se aceleraban aún más en el interior de la
anomalía, de manera que las partes de atrás más alejadas se desgarraban, vertiendo gases al espacio. Pero
la increíblemente poderosa gravedad de la singularidad no dejaba que los restos de la nave se alejaran y
quedaran libres. Este iba arrastrando trozos más y más grandes del interdictor a su interior,
comprimiéndolas, desgarrándolas, y en unos pocos segundos el interdictor había desaparecido.
Kyp la sintió desaparecer, cansado hasta los huesos, como si hubiera estado corriendo durante días,
utilizando la Fuerza para aguantar, y finalmente había comenzado a ser consciente de todo lo que le
rodeaba. Su tablero de daños comenzó a pitar y él le echó un vistazo. "He recibidos un impacto," dijo.
"Creo, que un grutchin."
De hecho, una parte de su carlinga, a estribor, estaba comenzando a ennegrecerse, con un humo acre
manando hacia él, sacó su espada láser de su cinturón y orientó su cabezal hacia el área ennegrecida.
Un instante después, el metal se partió y unos ojos insectoides se abrieron camino hacia el interior de
la carlinga. Kyp activó su espada láser y la hoja de energía pasó a través de la criatura. Kyp la apagó de
nuevo. No se oyó nada, debido al hecho de que casi toda la atmósfera de la carlinga había desaparecido, a
través del agujero en unos pocos instantes.
El traje de vuelo de Kyp se activó, su tecnología de escudo de energía para retener la atmósfera a su
alrededor, manteniendo la presión de su piel. "Problema con el grutchin resuelto," dijo.
"Siento eso," dijo Jaina. Su voz sonaba apagada.
Kyp miró al tablero de sensores. Él, Jaina y Jag estaban saliendo de la zona comprometedora. Quizás
unos veinte cazas coralitas les estaban persiguiendo.
Pero había otros señales amigas en el tablero, una nube de señales identificadas como miembros del
escuadrón 'Pícaro', una señal de una nave grande, identificada como la 'Marea Lunar', aproximándose por
la dirección aproximada del giro planetario. "Vamos en esa dirección," sugirió Kyp.
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"Así lo haremos, Kyp," dijo Jaina. "Gracias."
"No hay porque darlas."
----------
Han se sentó, sin fuerzas y con el rostro con color ceniciento, en su asiento y se obligó a si mismo, a
realizar varias profundas inspiraciones.
Leia no presentaba mucho mejor aspecto que él. "Nosotros la criamos de esa manera, Han, nos guste o
no."
"Lo sé."
"De forma que nosotros no podemos criticarla en exceso."
"¿Desde cuándo la lógica interfiera en mi derecho para echarle una bronca a ella? ¿Especialmente
cuándo hace algo tan estúpido?"
"Han."
"Yo soy veinte años más viejo, de lo que era esta mañana. Veinte años, Leia."
"Te estás empezando a parecer a Threepio."
Él frunció el ceño al mirarla."¿Es eso verdad?"
"Limítate a volar. Cuanto más rápidamente a las 'Fauces', más rápidamente podremos volver."

Capítulo 14.
Nave-Mundo Yuuzhan Vong. Órbita de Coruscant.
El haz láser, de un metro de espesor, surgió reluciente de las profundidades del espacio para golpear a
la nave-mundo de Tsavong Lah.
Golpeó con la fuerza de una batería turboláser, sembrando de daños la superficie rugosa de la nave-
mundo, poniendo al rojo vivo el coral yoriz de la zona del impacto, dejando un profundad cicatriz en él.
Menos de un segundo más tarde, un vacío se materializó debajo suyo, interceptándolo, tragándose todo
el daño. El vacío creado por la anomalía gravitacional permaneció allí, al igual que el causante del daño.
Luego, un minuto más tarde, el ataque láser cesó, y el agujero negro desapareció.
En la cámara de mando de la nave-mundo, Tsavong Lah recibió las noticias del ataque con un cierto
ademán de perplejidad. "¿Extensión de los daños?" preguntó.
"Mínimos," Maal Lah dijo. "El daño ya está siendo regenerado. Dentro de un día, no será más que otro
simple cicatriz de guerra."
"Y usted ha encontrado el vehículo o el emplazamiento que ha realizado el disparo."
"No, Maestro de la Guerra. Aunque al parecer fue disparada desde más allá de la órbita externa de este
sistema, y le tomó un tiempo considerable, conseguir alcanzar nuestra nave-mundo."
"Esto únicamente ha conseguido demostrar que ellos tienen un numero suficiente de observadores en
el planeta de ahí abajo, y que dichos observadores tienen el equipo de comunicaciones necesario, para
conseguir rastrear la posición de esta nave-mundo mientras permanece en órbita." Tsavong Lah hizo un
gesto de desagrado. "¿Por qué demostrarían ellos poseer semejante conocimiento, sin lograr a cambio
ninguna ventaja?"
"No lo sé, Maestro de la Guerra."
Tsavong Lah consideró los hechos, apenas distraído por los pinchazos provocados por los parásitos
que escarbaban, abriéndose paso a través de la carne de su brazo.
Un pensamiento se abrió paso en su mente, uno preocupante. "Traza el curso de ese ataque láser."
"Ya hemos hecho eso, Maestro de la Guerra."
"Rastréalo más allá del sistema de Coruscant. ¿Qué otros sistemas planetarios están directamente a lo
largo de esa línea imaginaria?"
Maal Lah hizo un gesto a uno de sus analistas, y en unos instantes el analista le trajo la respuesta.
"Pyria," Maal Lah dijo.
"Abre el villip con mi padre. Y traedme a Viqi Shesh."
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Ocupación de Borleias, Día 39.
Aunque las puertas de la bahía de atraque de operaciones espaciales estaban abiertas, y los Alas-X del
escuadrón 'Pícaro' estaban maniobrando a través de ellas para aterrizar, Jaina, Kyp y Jag se dirigieron para
aterrizar a la zona muerta, solamente a unas pocas docenas de metros del camino de entrada delantero, en
un área donde ningún otro vehículo estaba situado. Un oficial estaba allí solo de pie, y mientras ellos
107
realizaban el aterrizaje, Jaina le reconoció: El Coronel Celchu.
Su corazón no podía hundirse mucho más. Ya que estaba casi en algún lugar alrededor de sus tobillos.
Pero ella sintió como este descendía hasta los últimos centímetros de la punta de sus pies.
Mientras los pilotos emergían de sus cazas estelares, Tycho apareció entre ellos. "¿Algún herido?"
preguntó.
Todos ellos negaron con la cabeza. Kyp, aunque ileso, se apoyó pesadamente contra el ala de su caza,
y Tycho le dirigió una segunda mirada. "Tú, no me estarás engañando," dijo.
"No, al contrario, muy feliz." Kyp miró a Jaina. "Por vuestra venia, 'Grandísima'."
"Ve con el resto del escuadró, Kyp."
Tycho se volvió hacia Jaina. "El general Antilles quiere verte, ahora."
"Esperaba algo así."
"¿Y yo?" Jag preguntó.
"Después," Tycho dijo. "Aunque él me pidió que le diera sus felicitaciones por esa táctica con la
bomba sombra. Dado que un derribo no puede otorgarse a más de dos personas, cree que el derribo del
primer interdictor debe adjudicársele a usted."
"Estoy de acuerdo," dijo Jaina. "lo confirmaré."
"Yo, también," Kyp dijo.
Ellos caminaron hacia la instalación bioquímica. Kyp fue capaz de no tambalearse hasta que le dejaron
en sus habitaciones.
En la oficina de Wedge, Tycho dejó a Jaina y Jag para entrar a la oficina interior, antes de entrar por
completo asomó su cabeza para decirles, "serán sólo unos cinco minutos."
"Entendido," dijo Jaina.
Una vez que Tycho se hubo introducido de nuevo en la oficina interna, dejándolos con el androide de
protocolo de Wedge. Jag dijo. "Necesito hablar contigo. Privadamente."
Jaina no pudo decir, por su callada y tranquila manera de decir las cosas, lo que él intentaba
comunicarla, pero tenía una buena idea. "Hay una pequeña sala de conferencias, bajando un poco por el
pasillo."
"Valdrá."
Ella sabía lo que él iba a decir. Su rostro se volvería pálido por la rabia, destacaría enrojecida la
cicatriz de su mentón, y la impediría poder explicarse, cortándola con sus palabras. Usted abandonó los
objetivos de vuestra misión por un piloto, él diría. Usted casi destruye al resto de su escuadrón. Usted casi
arruinó el plan. La vida de nadie merecía eso. Ni la mía. Ni la tuya. Usted es una completa nulidad como
líder, e incluso como oficial.
Él diría eso, y ella no tendría ninguna palabra con que defenderse, porque él tendría razón.
Él la miraría fijamente con una expresión compuesta de cálculo analítico y dura experiencia. Le diría
lo que pensaba de ella. Luego se daría la vuelta y marcharía. Él encontraría una unidad a la que mandar,
una unidad que pudiera ajustarse a sus estrictas normas profesionales.
Un doloroso retortijón le asaltó dentro de sus intestinos. Como si ella se hubiera tragado
inadvertidamente un vibro-cuchillo y sus movimientos finalmente lo hubieran encendido. Pero ella se
mantuvo erguida. Tenía que ser capaz de mirarle a los ojos, cuando él empezara la paliza verbal que ella
se sabía que se merecía.
Llegaron a la sala de conferencias, su puerta estaba abierta, y su interior era frío y oscuro; Jag encendió
las luces del techo, y cerró la puerta tras que pasara Jaina.
Ella se puso frente a él, esperando que lo estaba sintiendo no se reflejara en su expresión. "Sé lo que
vas a decirme," ella le dijo.
"Creo que no lo sabes." Extrañamente, su rostro no era la máscara de dureza que ella había esperado.
Si acaso, él parecía inseguro, diferente al Jag Fel al que estaba acostumbrado a ver.
"Vas a decirme que yo la fastidié. Vas a explicarlo hasta que tengas la certeza de que yo no lo haré
más. Luego vas a marcharte." Su garganta, se contrajo, provocando que perdiera el control al pronunciar
estas últimas palabras; que sonaran algo altas y roncas para lo que era normal en ella.
"No. Ambos sabemos que tus decisiones al mando están bastante lejos del sentido común y una
estrategia eficaz. Nosotros ni siquiera tenemos que volver a discutir sobre eso. Lo que yo quiero saber..."
Dudó, y eso le hizo parece aún más inseguro que antes. "Lo que yo quiero saber es: ¿Por qué lo hiciste?"
"No lo sé."
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"Lo sabes. Tienes que saberlo. Nadie excepto tú puede saberlo." Se acercó aún más. No era una
postura intimidatoria; la miraba directamente a los ojos, como si esperara encontrar una respuesta,
cualquier respuesta, escrita en letras pequeñas en sus pupilas. "Respóndeme."
"Yo... yo..." Su voz enronqueció, de tal manera que ella casi estuvo segura de que no sería capaz de
hablar, pero finamente las palabras surgieron, palabras que parecían provenir de un niño. "Todos se están
yendo," Unas lágrimas nublaron su visión. "Ellos siguen marchándose y yo soy capaz de impedirlo. No
quería que tú también te marcharas."
Entonces surgieron las lágrimas, y Jag se transformó en un vacilante bloque de uniforme negro con un
vacilante bloque de piel pálida sobre él. Ella no era capaz de descifrar su expresión, pero se imaginaba
que debía ser una mezcla o de disgusto o de sincero desprecio.
Entonces él la cogió por los hombros, y la atrajo hacia él, dejando que su cabeza reposaba contra su
torso, y apoyando su propia cabeza sobre la de ella, en un abrazo que la sobresaltó de tal manera que
estuvo a punto de apartarse bruscamente. Pero no lo hizo. Se apoyó contra él, medio derrumbada, sus
piernas ya no la obedecían y ni siquiera eran capaces de soportar su peso, y aunque no sollozaba, sus
lágrimas le caían por el rostro, empapando su uniforme.
"No iré a ninguna parte," dijo.
"¿Por qué?"
"¿Por qué que?"
"¿Por qué no te irás a ninguna parte?"
"Pues porque no quiero." Inclinó su cabeza y levantó la de ella, y de repente ella le estaba besando,
sujetándole con la suficiente firmeza para poder realizar una soldadura de vacío entre ellos dos.
Su confusión no desapareció, pero ahora se fusionaba con una cierta sensación etérea, como si ella se
hubiera elevado hacia el cielo, dejando atrás su Ala-X. También hubo un abrupto alivio de la presión, una
presión insufrible que ella nunca había sentido descender sobre ella, que nunca la había notado hasta que
esta desapareció.
Gavin Darklighter marchó para el despacho de Wedge. Este y Tycho levantaron la vista cuando Jag
entro y saludó.
"Yo creía que Jaina Solo era más bajita," dijo Wedge. "Tú no eres ella."
Jag mantuvo su mirada fija en la pared por encima de la cabeza de Wedge. "Yo vine en su lugar,
señor."
"¿Acaso, ella le pidió que hiciera eso?"
"No, señor. La dije que se marchara con los demás. Que yo hablaría con usted y conseguiría que las
cosas se arreglaran."
"Solucionar." Wedge intercambió una mirada con Tycho, pero su segundo al mando, se había retirado
a salvo detrás de su imperturbable cara de jugador de sabac. "¿Necesito solucionar alguna cosa, Fel?"
"Así lo creo, señor, aunque sin la menor culpa por su parte. Si me permite responder a una pregunta
con otra pregunta, ¿Cuántos años tenía cuando discrepó por primera vez con su oficial al mando, y más
tarde se dio cuenta de que usted tenía razón?"
"Veinte. Qué es cuando yo estuve por primera vez, bajo las órdenes de un oficial de mando."
"Yo tengo más o menos la misma edad, señor, y tengo algo que recomendarle, antes de que usted hable
con Jaina Solo."
"Muy bien. De acuerdo. Siéntese. Oigamos lo que usted tiene que decir."
Jag hizo lo que dijeron y finalmente se encontró mirando directamente a los ojos de su tío. "Señor,
creo que aplicarle ahora a ella un castigo disciplinario, sería igual que golpear una barra de metal cuando
está al rojo vivo."
"Significa eso que usted cambiará su forma de actuar."
"Sí, señor. Y no para mejor."
"¿Qué pasa con su fiabilidad en combate? Necesito saber si tengo dejarla fuera de la lucha. Ella no está
actuando racionalmente."
"Eso sería aplicarle un castigo disciplinario, señor, con probablemente los resultados que predije.
Recomiendo todo lo contrario."
"A pesar del hecho, de que ella desobedeció órdenes deliberadamente y arriesgó una misión de alta
prioridad para seguir su propia agenda personal."
"Sí, señor". Jag soltó un carraspeo. "Señor, yo volaría de nuevo con ella mañana, y no por gratitud.
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Creo que lo que ha ocurrido hoy ha sido algo anómalo. Y creo que no volverá a pasar de nuevo."
"¿Le importaría decirme por qué?"
"No, señor."
Wedge dejó un silencio cayera entre ellos, dejando además que se alargara durante unos segundos.
"Usted sabe, que yo no debería, desde un punto de visto de oficial al mando, dejarle que usted se ocupara
de esto, a pesar del hecho de que tengo en gran aprecio sus puntos de vista y experiencia en lo militar.
Pero esta es la clase de cosa que minan la disciplina. Pero dado que nosotros ya habíamos dado órdenes,
que demuestran que Jaina está recibiendo un trato especial. Esto sería una variedad un tanto extrema de
ese trato especial que yo consentí en otorgarla, pero ahora usted estará allí."
"Sí, señor."
"Bien, de acuerdo entonces. Yo haré lo que usted me recomienda. Y conseguiré mis respuestas más
tarde." Wedge se echó hacia adelante, su postura se hizo más formal, menos militar. "Permítame
prescindir por unos instantes del rango. Jag, y decirte lo contento que estoy, de lo que acabas de hacer."
Jag acertó a mostrar una sonrisa. "Gracias, señor... uh, Wedge."
"¿Aún te resulta difícil dirigirte a mí me manera informal, no es así?"
"Sí. Sí, lo es."
"Bueno. Eso me da una manera más de saber un poco más, sobre como tratar a un sobrino que se
siente incómodo." Wedge soltó un suspiro. "Vuelves a trabajar para mí, de manera que tan bien te
permitiré que vuelvas con tus deberes militares."
"Señor". Todo volvía a la normalidad. Jag se puso de pie, saludó y se fue.
Cuando la puerta se cerró detrás suyo, Tycho dijo. "Esto ha resultado, la mar de interesante."
"Él deliberadamente revocó una de mis órdenes," dijo Wedge.
"Él fue un tanto furtivo."
Wedge asintió. "Artero, diría más bien."
"Nosotros todavía podremos hacer de él, un piloto al estilo Rebelión."
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Las Fauces.
Han navegó a través de la peligrosa zona de 'Las Fauces' con la gracia, intuición y delicada destreza,
que era capaz de demostrar, siempre que la ocasión lo requería -aunque prefería hacerlo, solamente
cuando no había nadie mirando, ya que volar de esta manera tan cuidadosa y meticulosa, iba en contra de
su imagen de piloto arrogante y descuidado. Por detrás del 'Halcón Milenario', en fila india, le seguían dos
Alas-X y un carguero, cada uno de los cuales reproducía de manera exacta sus cambios de rumbo.
'Las Fauces', desde la distancia, era visible solamente como un gran borrón de color con oscuras
singularidades que absorbían gases de variados colores. En realidad era una convergencia de agujeros
negros, cuya aleatoria situación, que prácticamente habían quedado acotados dentro de un área del
espacio. La extrema distorsión gravitacional y lumínica, provocada por el efecto de la solapación de los
campos gravitacionales, que hacían que fuera imposible para la luz escapar de esa zona del espacio, lo
cual resultaba fatal para cualquier nave que intentara entrar o salir siguiendo un camino recto. Las rutas
espaciales en su interior eran complicadas y erráticas, bordeando zonas, que resultaban increíblemente
peligrosas por la actuación de los efectos gravitaciones de los agujeros negros. Sólo un piloto muy bueno
era capaz de navegar por una de las rutas conocidas. Y sólo un piloto realmente extraordinario sería capaz
de encontrar una ruta nueva.
Hoy Han había optado por lo seguro, viajando por una de las rutas de aproximación conocidas. El
conocimiento de estas rutas era confiado a muy pocas personas. Leia sabía que Han probablemente sería
capaz de abrirse camino a través de una ruta de aproximación nueva, pero con una nave llena de niños y
adolescentes a bordo, con los Yuuzhan Vong realizando actividades en el cercano sistema de Kessel, no
era momento de locuras.
De vez en cuando Han corregía el curso y el vector de acercamiento hacia Shelter, la estación espacial,
situada en el centro del espacio protegido de 'Las Fauces'. Soltó un suspiro de alivio después de varios
minutos de tensión y dijo: "Ahí está. Más feo que nunca."
El 'Refugio' era una sui géneris colección de trozos ensamblados por Lando Calrissian y de consejeros
y patrocinadores en los que él confiaba. Unido dentro de sus estructura estaban los restos de la instalación
original de 'Las Fauces', una agrupación de planetoides cóncavos que habían servido como alojamientos a
los trabajadores y técnicos que habían fabricado super-armas imperiales, más componentes de viejas
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estaciones espaciales, módulos desmantelados de navíos de carga, y otras formas extrusionadas, cuyo
origen Leia no era capaz de identificar.
En unos minutos, ellos habían atracado en su área de amarre designada, una fijación parecida a una
cúpula -cuya base era aproximadamente de unas cuatro veces el diámetro del 'Halcón Milenario'-, y cuyas
superficies, de un plateado mate estaba decoradas con manchas de óxido, que indicaban una antigüedad
similar -las cuales no habían estado, la última vez que ellos visitaron este lugar, unas semanas antes-.
Esperándoles, mientras descendían por la rampa estaba una mujer alta, cuya elegancia y caros ropajes
oscuros, hablaban de una persona aristocrática... y de tiempos distantes y lugares donde los aristócratas,
podían disfrutar de los beneficios y placeres de esta estación.
Leia se apresuró a adelantar a la fila de niños que descendían de la nave y abrazarla. "¡Tendra! No
sabía que tú estuvieras aquí."
La esposa de Lando le devolvió la sonrisa. "Me has pillado por poco. Traje algún material y me he
pasado los últimos días, asegurándome de que fuera montado y funcionara correctamente."
"¿Qué material?" Han preguntó.
Tendra agitó su mano, indicando hacia la entrada de la cercana bahía de atraque, y por extensión, al
resto de la cúpula. "Esto. Es un módulo habitable para el espacio profundo usado por creadores de
mundos. Tiene su propio generador de gravedad, e incluso un viejo y ruidoso impulsor de hipervelocidad.
Ha estado almacenado en un almacén de chatarra en el Sector Corporativo durante generaciones. Yo fui
capaz de hacerme con ellos, bien, por menos de lo que realmente valían."
"¿Y ahora este va a ser la sección Jedi de el 'Resguardo'"? Leia preguntó.
"Sí. Yo me he asegurado de que algunas de las áreas originales pensados originalmente para el
almacenamiento de materiales para la creación de mundos, fueran reestructuradas para salas de
entrenamiento. Esta algo corto en cuestión de suministros, pero..."
"Nosotros trajimos suministros," Han dijo. "En el otro carguero, así como también en el 'Halcón'.
Comida, maquinaria de construcción, células de energía y combustible, grabaciones..." Su mirada cayó
sobre los críos que se dispersaban por toda la bahía de atraque, mirando las naves de carga y la nave de
Tendra, el 'Visitante Gentil'. "Y mocosos."
"Eh." Valin Horn, el hijo de Corran, se detuvo a un par de metros de distancia, y le miró con el ceño
fruncido. "Yo no soy un mocoso."
"No claro, es su papá el mocoso en la familia Horn."
Valin sonrió malévolamente. "Yo le diré que usted ha dicho eso."
"Hazlo. Lárgate ya, mocoso. Vete a golpear a un rancor o algo parecido." Han volvió a centrar su
atención en Tendra. "Si estás a punto de marcharte, podrías esperar un poco, el tiempo justo de que le
echemos un vistazo por encima al 'Halcón' y luego nosotros te serviremos de escolta a la salida."
"¿No os vais a quedar?"
"Demasiado que hacer en Borleias. Conseguir que tu marido no se meta en problemas, observar como
nuestra hija se mete en problemas..." Intercambió una significativa mirada con Leia. "Por lo que nosotros
nos iremos en seguida."
"Yo estaré lista en media hora." Tendra le dedicó otra sonrisa y se dirigió de vuelta a su nave, sus
tacones repiquetearon sobre el suelo metálico de la bahía de atraque.
Leia soltó un suspiro después de que se alejara. "Lo que yo habría dado por ser así de alta."
"Yo tengo mil créditos que dicen que ella siempre deseó ser pequeñita. Y otros mil que si ustedes dos
se juntan para hablar sobre cuanto os envidiáis, la una a la otra sobre vuestra altura, la conversación
derivaría seguro, hacia los dolores de cabeza que os producen vuestros maridos."
"No apuestos. Nuestros maridos son un verdadero dolor de cabeza."
"Bien, aunque he decir que son créditos imperiales. ¿Lista para ayudarme a revisar el 'Halcón'?"
"No, primero yo necesito despedirme de alguien..." Leia echó un vistazo por la bahía de atraque,
identificando a cada una de las personas que pululaban por allí. "¿Por cierto, dónde está Tarc?"
"Tengo mil créditos que dicen que él está escondido a bordo del 'Halcón'."
"Por dios, deja ya de decir eso."
Han le dedicó una sonrisa, que sabía a ciencia cierta que resultaba insufrible y activó su comunicador.
"'Vara Dorada', ¿Dónde está Tarc ahora?"
La voz de C-3PO, sonó distantemente apesadumbrada, para luego volver unos segundos más tarde. "Él
está en la cúpula superior del láser cuádruple, acurrucándose en el asiento de manera que no se le pueda
111
ver. Y señor, yo tengo un nombre."
Momentos más tarde, ellos estaban de pie en la base a la columna de acceso a la torreta del turbo-láser.
"¿Tarc"? Leia dijo. "¿Quieres bajar, por favor?"
"No," el muchacho respondió. Ni siquiera se asomó para que pudieran ver su cara.
"Es la hora, Tarc," Leia dejó su voz sonara tranquilizadora. "Si vas de los primeros, podrás conseguir
las mejores habitaciones."
"Y entonces tendré que pegarme con ellos. Con los Jedi."
"No pasa nada malo con los Jedi. Yo soy una Jedi."
"Sí, pero usted es diferente. No me produce escalofrías. Quiero volver a Borleias con ustedes."
Han dijo, "Estarás más seguro aquí, Tarc."
El muchacho finalmente asomó por encima del reposabrazos del sillón. Bajó la mirada, fijándola en
Han, con una expresión que combinaba piedad con condescendencia, que parecía significar: 'usted no
tiene ni idea de lo que está hablando'. "No, no lo es," dijo. "Los 'cara marcadas' están buscando a los Jedi.
Si ellos viene aquí y encuentran a los Jedi, también me cogerán a mí."
"No digas 'cara marcadas'," dijo Leia. "No es correcto."
"Además." Tarc agregó, ocultándose de nuevo, "si ellos no vienen, y llega gente a recoger a los niños
Jedi, entonces nadie vendrá a por mí."
"Por supuesto que nosotros vendremos," Han dijo. "No, no vendrán. La única razón por la que yo aún
sigo vivo, es que me parezco a Anakin Solo. Y por eso os duele cada vez que me miráis. Puedo notarlo."
Han miró a Leia. Ella había palidecido y comenzaba a contraerse.
Han se movió para rodearla con sus brazos, y lentamente hacer que ella se irguiera de nuevo.
Han la susurró, "¿Le has enseñado a argumentar?"
"Nadie tiene que enseñarle a argumentar o defenderse," ella susurró de nuevo. "Todos los niños
argumentan igual que políticos avezados. Excepto que no todos los políticos avezados son capaces de
llorar cuando lo hacen."
"¿De manera que es lo que podemos hacer?" Ella dijo apesadumbrada. "Quizás no debamos dejarlo
aquí. En un lugar donde todos los demás niños tienen poderes, con lo que él no puede competir. Excepto
los niños de Wedge, quienes probablemente serán capaces de manipular al administrador de aquí, para
conseguir cualquier cosa que ellos quieran."
"¿Entonces que debemos hacer? ¿Llevarlo de vuelta a Borleias, ponerlo delante de los Vong?
¿Enviarlo afuera a un campo de refugiados, rodeado de extraños? Al menos aquí, nosotros conocemos a
Kam y Tionne."
"No lo sé, Han."
"Pero tú lo sabes todo."
"Sólo en comparación con mi marido."
"Ay." Han dejó de susurrar, "Eh, chico."
"¿Qué?" Tarc volvió a asomar por encima del reposabrazos.
"Nunca te cases."
"¿Qué es lo que lo hace tan malo?"
"Eso ya lo irás aprendido por ti mismo, con el correr de los años. Por ahora, vuelves con nosotros a
Borleias."
Los ojos del muchacho se desorbitaron. "¿De verdad?"
"Sólo de momento, chico." Han dejó que un cierto tono de verdadero enfado apareciera en su voz. "Y
no me vuelvas a salir con esas de que: 'yo me parezco a Anakin'. Jamás. ¿Lo has entendido?"
La expresión de Tarc se heló. "Sí, señor."
"Recuerda esta cara, niño. Está diciéndote, eso que yo quiero decirte." Han se llevó a Leia con él hacia
la cabina de pilotaje. "Ya pensaré en como voy a convencerle la próxima vez."
"Tengo mil créditos que dicen que no serás capaz de hacerlo."

Capítulo 15.
Ocupación de Borleais, Día 47.
Esta era la inactividad propia de la noche, aunque la ex-instalación bioquímica, nunca estaba
verdaderamente dormida del todo. Tam pudo oír movimiento, más abajo, por los pasillos laterales, unas
conversaciones distantes, un retumbar en las paredes que significaba el despegue de una patrulla de cazas
112
estelares al exterior.
Pero este corredor estaba, en comparación, bastante tranquilo. Guardado de día y de noche contra la
entrada de personal no autorizado, a estas horas estaba vacío de tráfico.
Tam hizo una pausa en el exterior de la puerta de los laboratorios de Danni Quee, sintiendo como se
estremecía en el sitio, impulsado por los acelerados latidos de su corazón.
Pero hacer una pausa, por pequeña que fuera, era fracasar en su cometido, y las dolorosas pulsaciones
de su nuevo dolor de cabeza se unieron al rítmico latir de su corazón.
Soltó una maldición, se movió hacia la pared opuesta a la puerta. Estirándose, pasó sus dedos por la
superficie de la pared, cerca del techo, hasta que lo encontró -un pedazo de pared más resbaladizo, como
si alguien hubiera rociado allí algo de aceite-.
No era aceite. Era una cosa de los Yuuzhan Vong, otro aparato viviente que ellos le habían dado. Tenía
una textura muy similar al de un villip -lisa, resbaladiza-. La frotó hasta que encontró, el pliegue que era
su punto de activación, el cual el frotó con más fuerza. Luego se limpio la mano en su camisa.
Esa especie de mancha en la pared cambió de color. Aunque él sabía que esta permanecía lisa como
una hoja fina de lámina plástica, le pareció como si ganara profundidad y se transformara en un duplicado
del pequeño teclado de seguridad y lector azul, situado al lado de la puerta de Dani.
Como si fuera una holograbación, una mano entró en el campo de visión y marcó unos números en el
teclado. Era una mano de mujer, joven, sin arrugas, probablemente de Danni. Tam miró las teclas
mientras eran marcadas, memorizando la secuencia, y observando la lectura que mostraba los valores de
las teclas.
No eran los mismos, no coincidían. Repitió las letras y números que había visto presionar, y diferían
de aquellos que aparecían en el lector por dos lugares.
¿Que significaba eso? O él leía erróneamente las techas cuantos estas eran pulsadas, o la lectura
mostraba una sucesión incorrecta.
Él asintió, satisfecho. Era una medida de seguridad. Una grabación de la lectura, habría proporcionado
una contraseña que no funcionaría o que incluso alertaría a una oficina de seguridad de una intrusión en
progreso. Sólo la memoria visual de Tam, muy poderosa y exacta, una de las razones por las que se había
hecho operador de holocámara en primer lugar, le había salvado de caer en las redes de este subterfugio.
Él deseó haber caído en la trampa. Deseó haber fallado.
El dolor de cabeza empezó a aumentar en intensidad.
Manipuló el aparato de grabación Yuuzhan Vong y observó como se decoloraba hasta volverse
transparente. Luego tecleó la contraseña -la contraseña correcta en el teclado-. La puerta se deslizó hacia
un lado, abriéndose.
Tam se quedó helado. En el interior del cuarto, a unos dos metros por delante suyo, Danni Quee
permanecía sentada en su mesa de trabajo. Pero ella estaba inmóvil, su cabeza caída, reflejos de colores
del monitor de delante, se reflejaban en su pelo.
Danni no se movió, otra cosa era su rítmica respiración, y Tam se obligó a si mismo a entrar en la
oficina.
La estancia estaba a oscuras, únicamente iluminada por el monitor y las luces de la mesa, y ninguna
otra en el cuarto de Danni. Tam rodeó su estación de trabajo, para situarse de pie junto a ella, teniendo
gran cuidado de no rozar contra nada; si se movía lo bastante lentamente, podría compensar su torpeza.
Torpeza que había provocado que tropezara cuando estaba siendo perseguido en Coruscant. Torpeza que
había conducido a su captura. A su actual esclavitud.
El monito de Danni mostraba algo, un objeto con facetas igual que una gema. Había un montón de
escrituras en la pantalla, terminología técnica que él no podía descifrar, frases sobre índices de refracción
y aumento de poder.
Él lo miró un tanto entornado. Sus ojos estaban bien, pero tenía que entornarse un tanto, para que la
pequeña criatura que compartía su órbita ocular con su ojo, supiera que era el momento de despertarse y
comenzar a grabar. Sintió que la cosa se retorcía; su estómago sufrió un retortijón, mientras las náuseas
ascendían por su garganta.
Tam se movió por el laboratorio, echando un vistazo por turno a cada una de las otras pantallas,
mirando las notas escritas a mano y las pantallas de los datapad. En la estación de trabajo situada al lado
de la tumbada Danni, había un par de tarjetas de datos; lenta y silenciosamente, él sacó su propio datapad,
insertando en él las tarjetas, y copiando su contenido; para luego devolverlas a sus posiciones originales.
113
No había nada más que hacer aquí.
Él sintió que el dolor de su cabeza crecía en intensidad. No, si había algo más que él podía hacer aquí.
Sus órdenes eran adquirir información... y ayudar en todo lo que le fuera posible a los Yuuzhan Vong que
no condujera a su descubrimiento y captura.
Danni Quee estaba aquí. Tam podría dominarla mientras dormía. Ella era un enemigo de los Yuuzhan
Vong, y eliminándola como recurso para la Nueva República, sería definitivamente una gran ayuda para
sus amos.
No había ninguna manera de que él pudiera pasarla oculta fuera de la instalación bioquímica, ni
siquiera podría sacarla oculta fuera de este pasillo. No, para eliminarla como una amenaza, tendría que
matarla.
Él podría hacerlo, de tal manera, que ninguna sospecha recayera sobre él. En uno de sus bolsillos tenía
un pedazo de substancia que contenía un bicho-navaja. Podía sacarlo, liberar a la criatura, arrojarla sobre
Danni. La dejaría echa pedazos.
Y él podría regresar al trasbordador y recibir las felicitaciones de sus amos.
Se quedó de pie en el sito, mientras aumentaba su dolor de cabeza. Se maldijo a si mismo.
Simplemente pensando en una manera de ayudar a los Yuuzhan Vong, se había obligado a hacerlo, o
sufrir las consecuencias. Danni Quee tenía que morir ahora.
Estaba de pie detrás de ella. No se molestó en preguntarse que podría haber sido, si ellos se hubieran
encontrado en circunstancias diferentes. Él era una cosa grande, torpe e inarticulada y ella era una mujer
hermosa, inteligente con la huella del destino en ella. Aunque los dos hubieran sido abandonados juntos
en un planeta desértico, no habría ocurrido nada entre ellos. Habrían terminado siendo amigos. Sólo
buenos amigos.
Tam extendió una mano para acariciar, con todo el cuidado que le fue posible, uno de sus rizos rubios,
ahora de una tonalidad rojiza por la luz procedente de la pantalla situada ante ella. Luego metió la mano
en su bolsillo, encontrando el bicho-navaja.
Él permaneció de pie, sin hacer nada. El dolor aumentó hasta que afecto a su respiración,
entrecortándola y luego deteniéndola.
El problema era, que no sabía exactamente cuánto dolor se requería para acabar con todo, él sabía que
este podría mantenerse de una manera indefinida. Pero supo que Danni Quee merecía vivir. Y supo que él
merecía morir.
Se apartó de la mujer. El dolor se disparó a través de él como si enorme clavo metálico, hubiera sido
clavado a través de sus dos sienes de un solo golpe. Se tambaleó y tuvo que poner una mano en el suelo,
para no derrumbarse.
Pero el dolor no lo mató. Luchó contra él, incorporándose y avanzando fatigosamente hacia la puerta.
Tuvo que apoyarse contra la jamba para recuperar fuerzas y poder continuar. Luego fue capaz de abrir la
puerta y marcharse.
Mientras andaba, sus pasos se volvieron erráticos, por el doloroso martilleo en el interior de su cráneo,
se recordó a si mismo que había conseguido información para su controladora. Había tenido éxito en su
misión primaria. Y el dolor disminuyó.
Pero sólo un poco.
En cuanto la puerta deslizante se cerró detrás de Tam, Danni alzó su cabeza para mirar atentamente por
donde había salido.
Ella tecleó un comando en su teclado. La pantalla ante ella cambió, para mostrar a Tam mientras se
alejaba, tambaleándose, por el pasillo.
Cuando él estuvo, lo bastante lejos, para que no pudiera oírla, activó su comunicador. "Se ha ido,"
susurró. "Ha estado memorizando o grabando todo los datos de nuestras pantallas."
La voz de Iella respondió, no en un cuchicheo, sino con el volumen del comunicador bajo. "¿Dejó
algo?"
"No lo sé. Empezaré ahora mismo, a analizar las grabaciones. Cambio."
"Buen trabajo. Cambio y fuera."
Danni comenzó a visionar la primera de las grabaciones hechas por las holocámaras colocadas en
puntos ocultos por todo el cuarto. Ella sintió que se le contraían los hombros. No estaba muy segura de lo
que Tam había hecho durante los largos minutos que había estado de pie, justo detrás de ella, y se sentía
desesperada por asegurarse de que él no hubiera esparcido criaturas Yuuzhan Vong por esta oficina.
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Yuuzhan Vong Mundo-Nave, Órbita de Coruscant.
En la cámara de operaciones, rodeado por analistas y consejeros, bichos-llama desplegados y criaturas
con capacidad de grabar datos, bancos con villips y filas de guardias de pie vigilando, Tsavong Lah
permanecía sentado en el centro de todas estas cosas, mientras escuchaba los informes.
La mayoría de estos provenían de parte de Maal Lah y Viqi Shesh. Mientras hablaban, Tsavong Lah
constato que había algunas cosas que no cambiaban nunca. Normalmente, serían Nom Anor y Vergere
quienes estaría de pie ante él, interpretando, ofreciendo consejos, discutiendo el uno con el otro, uno de
ellos un guerrero Yuuzhan Vong y el otro una hembra inteligente de una especie menor. Ahora, con Nom
Anor y Vergere realizando otras tareas, sus papeles aún seguían siendo interpretados, aunque por otros.
"Es una super-arma," dijo Maal Lah, usando las palabras en básico, en lugar de su equivalente en el
idioma Yuuzhan Vong. "Ellos tienen un largo historial de ser capaces de crear dispositivos que puedan
viajar más rápido que la luz y ser capaces de hacer estallar mundos enteros, y esta es una nueva."
"Es obra de Danni Quee," Viqi dijo. "Tiene que ser. Ella es la única que podría ser capaz de integrar
elementos vivientes Yuuzhan Vong y tecnología de la Nueva República de esta manera. Voy a hacer que
ese idiota de Tam sufra por no haberla matado cuando tuvo la oportunidad."
Tsavong Lah alzó un dedo. Viqi se contuvo para no enfurecerle más con sus palabras. "Haré como si
no hubiera oído esa herejía." Tsavong Lah dijo. "Primero, las obra de los Yuuzhan Vong no son
absolutamente en nada tecnología. Por lo que nunca deben ser nombrados como tal."
Aparentemente avergonzada, aunque Tsavong Lah sospechaba que simplemente estaba actuando. Viqi
inclinó su cabeza. "Lo siento. Maestro de la Guerra. No sabía que una palabra pudiera abarcar ambas
disciplinas."
"Quizás, durante su castigo, usted será capaz de encontrar una. Segundo, nuestras obras no podrían ser
mezcladas con la tecnología infiel. Los dioses nunca lo permitirían."
Viqi y Maal Lah intercambiaron miradas, y fue Maal Lah quien se atrevió a corregir al maestro de la
guerra. "Eso no es correcto del todo. Ya se ha hecho. Nosotros sabemos que, ya hace algún tiempo,
Anakin Solo reconstruyó su espada láser con un cristal lambert... y al parecer él pasó el conocimiento de
esta técnica a otros, antes de que resultar muerto. También en este nuevo dispositivo, esta involucrado un
cristal lambert."
"Prosigue."
Maal Lah le hizo un gesto a Viqi. Ella se giró para activar las criaturas grabadoras situadas en la mesa
tras ella. Cada uno, por turno, comenzó a brillar, la luz por encima suyo mostró una de las imágenes que
Tam Elgrin había grabado.
Maal Lah apuntó a la imagen que había estado en la pantalla de Danni. "Ese es un cristal lambert.
Buen, más bien es el diagrama de uno. Según la información del agente bajo las órdenes de Viqi, está
siendo hecho crecer artificialmente en un laboratorio de lo más profundo de su edificio-guarnición. Según
otra información que nosotros hemos podido leer en esas imágenes, ellos intentaron hacer crecer los
cristales en sus naves, pero solamente crecen en gravedad real, o gravedad creada por los dovin basal -la
gravedad artificial creada por su tecnología infiel los estropea-."
Tsavong Lah le mostró a Maal Lah una expresión de repulsión. "¿De forma que su Jeedai tengan más
espadas láser de ese tipo? Nosotros no se lo permitiremos."
"Es peor que es, Maestro de la guerra. El diagrama que usted ve, representa un cristal lambert, tan alto
como uno de nuestros guerreros."
"Tan alto como... que clase de obscenidad podrían ellos producir con semejante..." Y entonces
Tsavong Lah supo lo que ellos estaban creando. De repente se encontró de pie, estremeciéndose de rabia,
y sin recordar haberse levantado. "Traedme el villip de mi padre," dijo.
En unos instantes, él miraba fijamente al villip donde estaba la borrosa pero reconocible simulación de
los rasgos de su padre. Con impaciencia, Tsavong Lah pasó apresuradamente por los saludos de
costumbre. A continuación él fue directo al asunto de su comunicación; "Ahora sé lo que es su proyecto
'Lanza Estelar'. Es otra maldita super-arma. La luz sólida que esas naves proyectan entre si a un mismo
para luego ser enfocada a través de un cristal lambert gigantesco, que está siendo fabricado en las
profundidades de su edificación. Cuando esto ocurra, el haz será lo suficientemente poderoso para
destruir un mundo-nave. El ataque que nosotros sufrimos hace poco, no era más que una prueba de fuego,
quizás para armonizar el haz del arma con el blanco."
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"Interesante," dijo su padre.
"Nosotros no podemos permitirles perfeccionar ese dispositivo," el maestro de la guerra prosiguió.
"Por lo que yo ahora directamente le conmino a un asalto total sobre esa instalación y destruirla.
Inmediatamente."
Czulkang Lah permaneció callado durante un largo rato. El villip representando su rostro impertérrito
con tanta inmovilidad que Tsavong Lah se preguntó si este había sufrido algún tipo de fallo. Entonces su
padre habló de nuevo. "Hacer eso sería un error estratégico," Czulkang Lah dijo. "Nosotros no hemos
medido aún por completo las tácticas o recursos de nuestro enemigo. Su repertorio de sorpresas no lo
conocemos por completo. En el mejor de los casos, nuestras pérdidas serían probablemente
inapropiadamente altas. En el peor, con tal ataque prematura, nosotros podríamos sacrificar un gran
número de guerreros inútilmente... e incluso perder. Es demasiado pronto, hijo mío."
"Mis órdenes están claras," Tsavong Lah replicó.
Los rasgos de su padre asumieron una expresión que quería decir, 'yo esperaba algo mejor de ti'. Esta
era una expresión que Czulkang Lah mostraba siempre que un estudiante que le fallaba por última vez.
Nunca antes la había dirigido a Tsavong Lah, y el maestro de la guerra retrocedió involuntariamente un
paso.
Pero Czulkang Lah no dijo nada, ni una palabra que pudiera avergonzar a su hijo. Se limitó a decir.
"Así se hará."
"Puede que los dioses favorezcan tus acciones," dijo Tsavong Lah. Hizo un gesto a uno de sus
oficiales, quién acarició el villip. Este se retrajo.
El maestro de la guerra se quedó de pie, respirando pesadamente. La desaprobación final de su padre,
tan implacable, fue como brutal golpe físico para él.
Cuando él recuperó de nuevo su autocontrol, se giró hacia Maal Lah. "Publica esta directiva. Cuando
Borleias caiga en nuestro poder, ya no será el hogar de los Krall. En su lugar, será entregada a los
sacerdotes de Yun-Yammka, un lugar de asilo para su orden, en agradecimiento al dios por los beneficios
que nos ha concedido."
Maal Lah asintió. También, dijo. "Así se hará."
Esto, el maestro de la guerra pensó, provocaría un gran malestar en los sacerdotes de Yun-Yuuzhan, y
si de verdad había conspiradores dentro de su orden y junto con los moldeadores están en mi contra, yo lo
sabré muy pronto. Bajó la mirada hacia su brazo izquierdo. Yo volveré a sentirlo muy pronto.
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Ocupación de Borleias, Día 48.
"Esto tiene todas las características de una acometida mayor," dijo Tycho.
Él, Wedge, y Iella estaban de pie delante de la imagen de un holograma en la sala de mando. Este
mostraba las lecturas recopiladas por los sensores de la guarnición acantonada en tierra, incluidos los
sensores gravitacionales que los Jedi de Luke habían plantado en la jungla más haya de la zona muerta, y
activas por los cazas estelares que salían de patrulla, que además eran los encargados de recoger los datos
y retransmitirlos al puesto de mando.
En el centro de la imagen había una gran señal amiga marcada como 'Base'. Fuera a su alrededor, a
unos de unos centenares de kilómetros, en todas dirección dentro de la circunferencia, había unas masas
de señales parpadeantes rojas; Iella contó dieciséis grupos separados. "¿Qué están haciendo?" preguntó.
"Un o dos grupos están aterrizando personal, vehículos, todo lo que necesita una fuerza de invasión,"
dijo Wedge, "Los otros son meras distracciones. Se supone que nosotros vamos a tener que dividir nuestra
atención entre ellos, en un esfuerzo desesperado por descubrir, donde está su zona de aterrizaje, y se
supone que nosotros nos pondremos nerviosos porque no somos capaces de tener éxito en esa tarea."
"Suponer que," dijo Iella. "¿Acaso eso significa que no lo saben? ¿Ni hacen nada por averiguarlo?"
Wedge meneó la cabeza. "Oh claro, que nosotros estamos mandando exploradores a todos esos sitios,
La cuña agitó su cabeza. "Oh, nosotros estamos mandando a los exploradores a todos estos sitios,
permanecerán alertas, y luego saldrán corriendo por si alguien sale detrás de ellos. Nosotros no queremos
perder pilotos, por conseguir información que no consideramos esencial."
"¿De manera que a vosotros no os importa lo más mínimo dónde esté su zona de desembarco?"
"No tiene la menor importancia."
"¿Por qué?"
"Porque, en algún momento durante los siguientes uno o dos días, ellos van a atacarnos aquí -y eso es
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exactamente lo que nosotros queremos que hagan."
"Y cuando lo hagan," Iella dijo. "¿Quién vais vosotros a hacerle frente? ¿Con la cara de la Nueva
República o de la Alianza Rebelde?"
Wedge y Tycho intercambiaron una mirado, y los dos mostraron una sonrisa burlona.
"Ninguna de las dos," dijo Wedge. "Nosotros vamos a hacerles frente con un enemigo, al que ellos
nunca han tenido la desgracia de combatir. Vamos a golpearles como si fuéramos el Imperio."
"Y a ello no les va a gustar lo más mínimo el Imperio," Tycho afirmó.
Y la explicaron todo sobre la operación 'Martillo del Emperador'.
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Ocupación de Borleias, Día 48.
Este tiempo, cuando el 'Halcón Milenario' llegó a Borleias, lo hizo en medio de la noche, sin ninguna
fanfarria, ni comité de bienvenida salvo un puñado de repostadores de combustible. Leia vio que Han
soltaba un suspiro de alivio, celebrando la ausencia de ceremonial.
Han se llevó a Tarc para encontrarla algún alojamiento -las habitaciones que habían sido asignadas a
los estudiante Jedi menores de edad, donde Tarc había estado previamente, seguramente habrían sido
reasignadas, y aunque a Han le gustaba el muchacho, no le quería en sus alojamientos. Leia fue en busca
de su hija.
El Ala-X de Jaina estaba en la bahía de atraque de operaciones especiales, con un grupo de mecánicos
trabajando en él, pero Leia no pudo encontrar a su hija en sus aposentos o en antigua cámara de
incubación que ahora servía a los escuadrones de operaciones especiales -'Pícaro', 'Caballeros Salvajes',
'Soles Gemelos' y 'Luna Negra'- como sala de descanso informal.
Leia no podía llamar a Jaina por su comunicador, -no quería darle la impresión de que estaba siendo
demasiado formalista, como si quiera guardar las distancias-, aunque eso es lo que ella estaba queriendo
hacer desesperadamente. Eventualmente, no habiendo tenido suerte en su búsqueda, regresó a sus propias
habitaciones.
Y fue allí donde encontró a Jaina -estirada sobre la cama, echada de costada, con su traje de piloto, sus
botas y otros complementos arrojados a los pies de la cama. Jaina estaba durmiendo, y Leia se quedó unos
instantes, mirándola solamente.
Aunque combate tras combate Jaina había estado al mando de unos de los escuadrones de cazas más
mortíferos de la Nueva República, atormentada muerta tras muerte contra unos enemigos salvajes, sus
rasgos ahora estaban relajados con el sueño, y ella parecía tan inocente como un niño. Pero ella ya no era
un niño. Ella era toda una mujercita, su niñez había desaparecido de repente y de forma irrecuperable, y
eso provocaba un profundo dolor en el corazón de Leia. Nosotros deberíamos estaba en estos momentos
bien lejos de todo esto, pensó para si. Han, Jaina, Jacen, Anakin y yo. Y Luke, Mara y Ben. En un campo
de flores. En Alderaan.
Moviendo lenta y silenciosamente para no despertar a Jaina, Leia se echó sobre la cama y pasó un
brazo alrededor de ella. Era esta una clase de acercamiento, un acercamiento prolongado que Jaina no
podía el lujo de permitirse en tiempos de guerra. Demasiado pronto, ella oyó cambiar la respiración de
Jaina, mientras su hija se despertaba.
Jaina levantó la mirada en busca del rostro de Leia, y la ofreció leve sonrisa soñolienta.
"Lo siento. No quise despertarte."
"Tranquila, no pasa nada." Jaina se estiró para dejar que el brazo de Leia se apretara aún más alrededor
suyo. "Desde que te marchaste, he venido aquí algunas veces, porque sabía que podía oleros y sentiros
aquí, a ti y papá-. Tú incluso parecías estar abrazándome, a pesar de que no estuvieras aquí."
Leia acertó a que su rostro no reflejara una expresión de incredulidad. Estas palabras parecían tan
impropias de Jaina -tan impropias de la persona que ella había conocido durante el último par de años-.
"¿Seguro qué te encuentras bien, cariño?"
Jaina negó con la cabeza. "Creo que no." Dejó caer de nuevo su cabeza en la almohada. "Pienso que ya
no se quién soy realmente."
"¿Es por ese asunto de la diosa...?"
"No. Eso no me confunde en lo más mínimo. Es sólo un juego de falsa fe. No, todo el problema viene
de ser un Jedi, una parte de mí, a la que le parece claro como el cristal, lo que tú debes hacer y lo que
tienes que decir en un momento dado... y luego esta el resto de mi ser, donde nada está claro." Su
expresión, la que Leia podía ver desde el ángulo de visión que tenía, parecía sombría.
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Leia soltó una risa ahogada. "Jaina, yo he estado batallando con la misma pregunta desde que sólo era
un poco mayor de lo que tú eres ahora, y aún no he conseguido una buena respuesta. Algunas veces soy
una Jedi y algunas veces no. Las enseñanzas Jedi dicen que tú debe rechazar el miedo. Pero como
política, tengo experiencia con el miedo. No sólo el mío propio. El temor de mis aliados. El miedo de mis
oponentes. Su no puedo sentirlo -sino puedo llegar hasta él, en cierta manera- no podré predecir la forma
en que ellos van a estallar cuando los problemas lleguen. Algunas veces siendo un Jedi, sólo sirve para
ayudarle a alcanzar algunas de tus otras metas. La metodología es de por sí, bastante diferente."
Delicadamente, ella acarició el pelo de su hija, silenciosamente, deseó con toda su alma, poder alejar los
males que atormentaban a su hija.
"Eso también forma parte de esto," dijo Jaina. "Me llevo un tiempo ser capaz de deducirlo. Yo tengo
miedo."
"Esta bien tener miedo. Estás rodeada por cosas espantosas. Estar asustada te ayudará a mantenerte con
vida."
Jaina negó con la cabeza. "No es eso. Yo no tengo miedo de morir. Tengo miedo de sobrevivir... y que
llegue el final de la guerra y descubrir que estoy yo sola. Que todos aquellos que yo conocía y por lo que
me preocupaba se han ido."
"Jaina, eso no pasará."
"Ya está pasando. Quiero decir, fue como si me cortaran una parte de mi cuando Anakin murió, pero
con Jacen aún fue peor. Hasta tan lejos como yo soy capaz de recordar, sin importar lo que ocurriera, sin
importar la equivocación o el error, yo me daba la vuelta y Jacen siempre estaba allí. Nosotros podríamos
estar en algún distante mundo oculto o perdidos en los sectores más profundos de Coruscant o paseando
por algunas zonas de Yavin Cuatro que ninguna criatura pensante había visto jamás, y allí estaba Jacen.
Yo nunca me preocupé de aburrirme, o de tener miedo, o de quedarme sola. Cuando nosotros le
perdimos, fue como si me cortaran por la mitad. La mitad de mí, había desaparecido." Ahora surgieron las
lágrimas. Jaina las enjuagó.
Leia agitó su cabeza. "Jacen no está muerto. Sé que él está en problemas, pero está vivo. Yo lo habría
sentido si se hubiera ido. Cómo lo sentí con Anakin."
La tensión en los hombros de Jaina no desapareció, pero prefirió no insistir en ese punto. En su lugar,
dijo: "Yo sigo teniendo esos pensamientos. Sé que yo debería estar planeando el futuro. Justo
recientemente, vale, incluso con mayor razón. Pero no soy capaz de hacerlo. No puedo planear tener un
hogar en un mundo, cuando este podría no existir mañana mismo, o llevar adelante una carrera en algún
servicio -militar o civil- cuando puede que no exista dentro de poco, o pasar tiempo con personas, que
siguen lanzándose contra los Vong, hasta haya una vez que no regresen."
"Lo sé. Era lo mismo hace unos cuanto años, cuando Palpatine parecía ser una fuerza imparable y
nosotros siempre estábamos huyendo de un lado a otro, y tu padre era simplemente un hombre
ridículamente atractivo que siempre parecía estar al borde de dejaros en la estacada. ¿Y sabes que fue lo
que aprendí?"
"¿Qué?"
"En momentos así, planeas tu futuro con las personas que quieres que formen parte de tu vida. Sabes
que no todos ellos pueden que sobrevivan, a lo que os estáis enfrentando. Pero aquellos que lo hagan,
formarán parte de tu vida para siempre. No importa que o cuando tú falles o te caigas, ellos estarán allí
para cogerte; cuando tengas hambre, estarán allí para darte de comer; cuando estés herida, ellos te
curarán. Y tú harás lo mismo por ellos. Y ese será tu futuro. Yo he visto desparecer mundo enteros... pero
no mi futuro."
Jaina se quedó en callada, aparentemente pensando sobre las palabras de Leia, durante un largo rato.
Finalmente, se dio la vuelta, para quedar bocarriba y mirar directamente a los ojos de Leia. "De verdad,
que me alegro de que volvieras esta noche. Otra parte del por qué yo seguía viniendo aquí, era que quería
decirte algo. Quería hacerte saber que finalmente lo comprendí."
"¿Comprendiste... comprendiste que?"
"Yo tuve hace unos días una charla con Mara, la cual me resultó muy molesta. Así me lo pareció, hasta
que tuvimos que enfrentarnos a una situación realmente mala en el espacio, una que casi nos cuesta
perder a Jag, no fui capaz de entenderlo. Finalmente comprendí la verdad sobre lo de enviarnos, a Jacen,
Anakin y a mí, lejos cuando éramos pequeños. Teniendo que estar lejos todo el tiempo, incluso cuando
nosotros estábamos en Coruscant. No soy tonta, siempre supe el 'por qué': 'Responsabilidades'." La vista
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de Jaina pareció perderse en la distancia durante unos segundos. "Pero yo nunca comprendí, realmente,
cuando tenía que haberte dolido tener que hacerlo."
"Oh, mi niña. Por supuesto que dolía. Intenté decírtelo, una vez y otra vez. Pero no hay palabras para
describir ese tipo de dolor."
"Lo sé". Jaina se incorporó y Leia la soltó. "Tengo que irme. Informes que escribir. Tareas que una
Diosa debe realizar." Pero primero se abrazó a Leia, apretándola con increíble fuerza. "Te quiero. Mamá."
"Te quiero, Jaina."
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Ocupación de Borleias, Día 49.
Wedge, en el Ala-X de Luke, trazando un relajado arco a través del vacío en una órbita baja planetaria.
Abajo, en la lejanía, estaba la casi interminable jungla de Borleias. Le dio un brusco tirón al timón y su
rumbo, de repente, se convirtió en cerrado círculo. Pasó por los 360º del arco, dejando que el estrellado
cielo diera paso a la jungla en el exterior su cabina de pilotaje, luego lo volvió a hacer, mientras la fuerza
centrífuga no anulada por el compensador inercial, lo empujaba a los más profundo de su sillón de
pilotaje.
Sonrió mientras nivelaba el aparato. "Que bueno es escaparse de vez en cuando, incluso aunque no
estés volando en misiones, ¿no te parece?"
Los pitidos de respuesta de R2-D2 llegaron por su comunicador de a bordo. Sonaban como si estuviera
de acuerdo, pero no muy entusiasmado.
"No te preocupes, Artoo. Luke regresará. No hay nadie en la galaxia que sepa sobrevivir en lugares
malos, mejor que Luke Skywalker."
R2-D2 emitió de nuevo una señal sonora, sus tonos parecían esta vez algo más animados.
Luego una voz surgió, por su sistema de comunicación, la de Tycho. "General, aquí mando de
operaciones."
"Te capto."
"Durante la última media hora, más o menos, hemos captado un tráfico extraño en nuestras pantallas
de sensores. Lecturas anómalas más allá de la zona muerta. Se hacen mucho más frecuentes."
"¿Cuál es tu suposición?"
"Yo diría la ofensiva está en marcha. Están viniendo de todas direcciones."
"Casi a tiempo. Alerta al equipo de Luke que se prepare a partir; lo harán durante la confusión del
ataque. Voy de camino." Wedge puso el Ala-X en un curvo de regreso a la instalación bioquímica.
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"Estás seguro de esto." Luke le dirigió una mirada llena de escepticismo a Lando.
Lando asintió, todo confiado. "Estoy seguro. De vez en cuando necesito recordar al universo que soy
un piloto condenadamente bueno. Con gente como tú, Han y su hija a mi alrededor, muchos tienden a
olvidarlo."
Ellos permanecían de pie en la zona muerta delante de la 'Record Time', transporte de tropas que había
formado parte de la primera oleada de invasión que alcanzó la superficie del planeta.
Siete semanas antes. La 'Record Time' había sido un anticuado navío de carga, trabajando de manera
fiable a pesar de haber entra, ya hace tiempo en su edad madura. Entonces había sido enviado a una
misión de combate, el desembarco en Borleias, y casi había sido hecho pedazos. Ahora, después de
semanas de reparaciones durante el tiempo libre que les quedaba a los mecánicos del destacamento, el
casco de sus dos secciones principales, estaban tan irregularmente parcheado, que no se parecía en nada a
una superficie lisa propia de una nave estelar, y las barras de refuerzo soldadas, a la sección estrecha que
unía los dos extremos, meramente acentuaba el hecho de que todo el conjunto parecía a punto de
romperse por la mitad en cualquier momento.
"¿A quién estás intentando tomar el pelo?" Luke le dirigió una mirada escéptica. "Tú eres uno de los
dos hombres que hicieron estallar la segunda Estrella de la Muerte. No tienes nada que demostrar."
Lando hizo un gesto de indiferencia. Deslizó una mano hacia abajo, para alisar su túnica. Esta era de
un rojo óxido, una prenda de manga larga, agradable al tacto, y que costaba más de lo que había ganado
en estos años de vacas flacas. Era el complemento perfecto para la capa hasta la cadera, color crema que
vestía. Él quería tener buen aspecto para su entierro o su retorno triunfal a Borleias, fuera lo que fuera lo
que ocurriera. "De acuerdo, me has pillado. Es una cuestión de orgullo, Luke. La gente ha oído hablar de
mí, ven lo que yo hago, y piensas que yo estoy metido en todo esto para ganar créditos. Y claro, que me
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gusta la riqueza. Me gusta lo bastante, para incluso haber trabajado honradamente para conseguirla." Él le
ofreció a Luke un estremecimiento fingido. "Pero eso es secundario. El truco está hacerlo todo con
amabilidad. Le haces creer ha alguien que te tiene cogido, mientras le estudias mentalmente y ves cuales
te tus habilidades vas a necesitar, y le das la vuelta al tema por completo, quedándote con toda su
mercancía, pero eso si, él se queda completamente convencido de que ha sido mejor que tú -tan
convencido, que incluso va a ser mejor que tú, tan generoso como tú- y mientras tú has logrado tus
objetivos" Señaló hacia la nave. Como si de una señal se tratara, una compuerta cubierta cerca de la parte
superior del puente, junto a una de las matrices de sensores, se soltó; se deslizó por el inclinado casco de
la proa y cayó contra el duracemento con un sonoro impacto metálico. "Esto es un engaño. Nosotros
vamos a montarnos en este montón de chatarra y los Yuuzhan Vong van a pensar que todas nuestras
esperanzas están puestas en él. Ellos van a hacerlo estallar y creerán que han logrado arruinar todas
nuestras esperanzas. Pero ellos estarán haciendo exactamente lo que nosotros queremos -se van a
convertir en nuestros sirvientes personales por unos pocos instantes, lo cual los mataría, si ellos llegaran a
saberlo- y así ellos nunca comprenderán, justo cuanto nos han ayudado. Hasta el momento que nosotros
escojamos para decírselo. Te aseguro Luke, que ese momento es mucho más dulce que cualquier vino que
hayas podido probar."
"Si tú lo dices, así será." Luke echó una mirada dubitativa a la proa, indudablemente sopesando el
lugar en donde la compuerta se había soltada, para ver la forma de que un grupo de reparaciones, fuera
capaz de arreglarlo, en el poco tiempo que tenían, antes de salir. "¿Quién va a ser tu copiloto en esto?"
"Ningún copiloto. Solo un oficial de armamento. YVH-Uno-Uno-A."
Luke frunció el ceño. "¿No ese uno de tus androides de combate?"
"Lo es."
"Tú vas a utilizar esta misión para hacer una prueba de campo al androide."
"Es correcto."
"No es una buena idea."
Lando se encogió de hombros nuevamente. "Yo estoy capitaneando estaba basura voladora. Es mi
elección. Wedge lo ha autorizado."
"A veces creo que estás tan loco como Han." Luke comprobó su cronómetro. "Será mejor que me vaya
con mi equipo. Tengo que embalar algunas cosas de última hora."
"Estaré aquí." Lando observó como Luke.
Él no tenía el menor interés en realizar un test de campo en sus androides en una misión como esta.
No, era sólo que él no tenía fe en su capacidad para lograr salir vivo de esta misión y no quería llevar a
otro ser viviente a la muerte con él.
Este era un pensamiento malo y funesto. Pero había logrado engañar a Luke sobre sus motivos de
llegar a un androide como oficial de armamento. Sonrió para si. Luke ya no era el joven ingenuo que
había sido cuando Lando se encontró con él. Engañarle era más difícil cada vez. Y siempre era un placer
lograrlo.
Camino por una pasarela cerca a la rampa de entrada a la bahía de carga de la nave, que él y sus
androides habían ocupado hace ya bastante días. Se quedó de pie, bien apartado de las chispas ardientes,
que salían flotando fuera de la bahía; no quería el menor resto de carbonilla en su túnica.
La bahía había sido dividida ahora por una mampara provisional, en dos partes. En el tercio delantero,
suspendido de una abrazadera de metal que colgaba del techo de la bahía, estaba un caza Ala-B de dos
asientos, viejo -pero que había demostrado ser fiable-.
La porción trasera de la bahía estaba llena de restos. Bien, no eran exactamente restos. Colgando de
cables estaban piezas destrozadas, muchas de ellas trozos chacos de cazas coralitas derribados. Cazas
coralitas muertos, se recordó para si. Habían sido recogidos y ahuecados por grupos de voluntarios,
quienes más tarde habían decidido, que jamás volverían a tener entre sus manos los restos orgánicos de
este tipo de nave espacial viviente. Ahora eran simple caparazones, cada uno capaz de contener a uno o
dos miembros del equipo de Luke. Había otro montón de restos en la bahía, tan bien -piezas de naves
Yuuzhan Vong y de la Nueva República, trozos de mayor o menor grosor y tamaño de permacemento. Al
pulsar un botón en el punto de mando de Lando o de un comunicador que Luke llevaba, soltaría todos los
cables que sujetaban dichos restos y activaría un compensador inercial montado en el mamparo opuesto a
la compuerta en rampa, expulsando los restos y al equipo de inserción a través de la compuerta.
La soldaduras realizar por los equipos de mantenimiento en el mamparo situado entre la parte
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delantera y la divisiones traseras de la bahía eran las que estaban generando las chispas. Lando hizo un
gesto de aprobación. Quería que ese mamparo fuera resistente. No quería que los restos al salir
despedidos al vacío, chocaran y pudieran averiar o destrozar su Ala-B.
No estaba tan familiarizado con los Alas-B como le hubiera gustado, pero se suponía que este vehículo
sería que tendrían que llevarlos de vuelta a casa, a él y a su androide -eso si eran capaces de alcanzar la
bahía de carga desde el puente-. Si tenían tiempo. Si no, tendría que lanzarse en una cápsula de escape.
Sería capturado por los Yuuzhan Vong. Se le esclavizaría y se le torturaría.
No, decidió, que si no era capaz de alcanzar el Ala-B, no habría ninguna cápsula de escape para él.
Seguiría montando en los restos de la corbeta en su camino de descenso hacia la superficie de Coruscant.
Y tendría un buen aspecto mientras estaba haciéndolo.
Lando estaba en el puente de mando, cuando el equipo de Luke entraba por la rampa provisional al
interior de la bahía de desembarco. Estaban Luke y Mara, Tahiri, varios de los miembros de los Wraith, a
quienes él apenas conocía -uno alto, uno alto, el Devaroniano, el flaco hombre barbado, y la mujer de
aspecto severo- y finalmente una sorpresa, Danni Quee.
Aunque no debería sentirse sorprendido. Debería haberse imaginado que la científica habría insistido
en forma parte de la expedición, para averiguar lo que yendo mal con el cambio del planeta Coruscant, y
así aprender cualquier cosa que ella pudiera de los Yuuzhan Vong.
R2-D2 esperaba en la base de la rampa. Lando sabia que Luke no iba a llevárselo con él, y el por qué
era: que el androide astromecánico no era lo bastante móvil para moverse por el terreno difícil al que el
equipo de inserción esperaba enfrentarse, y eso ciertamente le convertiría casi al instante en un víctima de
la ira de los Yuuzhan Vong si lo capturaban.
R2-D2 se inclinó hacia atrás, como si estuviera reclinándose para atrás y así poder levantar la visión
hacia Luke, y Lando se pudo imaginar los ruidos lastimeros y tonos musicales que el androide estaba
realizando. Luke se paró en el borde de la rampa, aún dentro del rango de visión de la holocámara de R2,
y se volvió hacia su compañero androide. Su gesto era conciliador y tranquilizador.
"Un poco triste, ¿no te parece?" Lando preguntó.
Su propio compañero androide, YVH 1-1 A, le miró con sus sensores ópticos. "Triste," confirmó, pero
sin la menor inflexión en su voz mecánica.
"¿Listo para enfrentarse al peligro?"
"Estoy listo," YVH 1-1A dijo. "Por supuesto que estoy listo. Estoy programado para estar listo.
Siempre estoy listo. Nunca dudaría en enfrentarme al peligro."
Lando miró al androide con el ceño un tanto fruncido. Parecía como si el androide de combate hubiera
adoptado algunos de lo amaneramientos conversacionales, propios de un androide de protocolo como C-
3PO. Pero YVH 1-1A todavía no tenía los módulos lingüístico para ayudarle a desarrollar excentricidades
de ese tipo. Oh, vale. Algo de lo que preocuparse, cuando volvieran. Pulsó el botón de activación de su
unidad de comunicación. "Control Borleias, aquí la 'Record Time'. Listos para despegar."
"Nosotros le daremos la señal. El ataque está previsto para dentro de media hora."
"¿Eh, qué probabilidades hay de que vaya a estallar antes de salir a la atmósfera?"
"Um, aproximadamente uno por ciento, señor."
"Apostaré mil créditos a que al menos logro sobrevivir, hasta alcanzar la órbita."
"Aceptó la apuesta, señor. Yo pondré diez créditos."
"¿Cómo piensas cobrar la apuesta, si ganas?"
Le respondió un silencio. Lando le sonrió malévolamente a YVH 1-1A, pero el androide se limitó a
volver a mirarle fijamente, sin el menor gesto de humor.
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La alarma atronó por toda la edificación bioquímica, por las bahías de atraque temporales construidas
fuera, por la zona muerta que lo rodeaba. Los pilotos fueron corriendo a sus cazas estelares. Los
controladores fueron a sus estaciones de trabajo y comenzaron a controlar las unidades que tenían
asignadas.
Jaina, corrió por la bahía de atraque de operaciones especiales, dando un patinazo a medio camino, al
intentar esquivar a un hombre grande tambaleándose que se interpuso en su camino y la posó sus ojos en
ella, con una mirada suplicante. Era joven, no mal parecido, pero de aspecto torpe, con el pelo revuelto y
los ojos más inyectados en sangres que ella hubiera visto jamás, peor incluso que cuando su padre o
Lando volvían de correrse toda una noche de juerga y borrachera. "¿Necesita ayuda?" preguntó.
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El hombretón negó con la cabeza. "Voy a morirme." Sus palabras eran lentas, llenas de dolor.
"Entonces usted, definitivamente, necesita ayuda." Ella sacó su comunicador. Alrededor de ella,
pilotos y tripulaciones corrían por la bahía de atraque y hacia los vehículos estacionados en la zona
muerte.
"Yo soy un espía Yuuzhan Vong espían, y voy a morir. Se supone que yo debería capturarte ahora, con
los bichos que llevo en el interior de mi bolsillo, y llevarte al borde de la zona muerta. Pero no lo voy a
hacer."
"Gracias". Jaina encendió el comunicador. "Líder 'Soles Gemelos' a Control. Estoy en la parte
delantera de la bahía de atraque de operaciones especiales. Tengo a un civil varón aquí. Él, uh,
experimenta un gran dolor y necesita ayuda médica inmediata."
"Confirmado, 'Soles Gemelos'."
"He ganado." El hombretón la mostró una amplia y estúpida sonrisa. De repente, le comenzó a manar
sangre de su nariz, deslizándose por sus labios, y goteando al suelo. "No tengo que hacer lo que ellos
digan. Todo lo que pueden hacer es matarme."
"Por supuesto". Ella lo rodeó. Fuera cual fuera la situación, ella tenía que llegar hasta su Ala-X.
"La he quitado el bicho de su Ala-X," la gritó tras ella. "Para que no se preocupe."
"No lo haré," ella prometió, luego se giró, para salir corriendo detrás de los pilotos de su escuadrón.
Tam la miró alejarse.
Supo que ella no le había creído. Todos aquí, habían visto refugiados con neurosis de guerra después
de la caída de Coruscant. Él simplemente debía parecer uno de ellos.
Le llevó un tiempo largo, conseguir que ese razonamiento se abriera paso a través de su mente. Con
dada latido de su corazón, otra punzada de agónico dolor le traspasaba el cráneo y se clavaba en las zonas
más profundas de su cerebro. No había más espacio para su inflamada y dolorida materia cerebral. A eso
se tenía que deber que le costara tanto pensar.
Pero era importante que algunas personas le creyeran, de manera que ellos pudieran deshacer lo que él
había estado haciendo desde su llegada a Borleias.
Pudo ver al personal médico corriendo hacia él. No sería capaz de realizarles una confesión completa,
no antes de que el dolor se apoderara por completo de él y muriera. Pero no lo necesitaba. Metió las
manos en sus bolsillos. Su mano derecha aún fue capaz de sacar el recipiente de contenido gelatinoso, y
que aún estaba medio lleno de bichos Yuuzhan Vong. La izquierda sacó una tarjeta de datos, en la cual
había escrito "Investigar en caso de mi muerte."
De repente se vio mirando al cielo. No había sentido el impacto de la caída. Puso la bolsa y la tarjeta
de datos sobre su pecho, donde serían encontrados con toda seguridad.
Entonces el cielo se llenó de rostros, hombres y mujeres diciendo cosas que no era capaz de entender.
Les sonrió, para tranquilizarlos. Quizás ellos podrían salvarle. Pero si no podían, era importante que ellos
comprendieran que él no les culpaba, que no estaba enfadado.
Él aún estaba intentando formar las palabras para decirles todo lo anterior, cuando la inconsciencia se
apoderó de él.
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Jaina se dejó caer en la carlinga de su Ala-X. Todavía algo agitada por el encuentro con el loco, ella
comenzó la lista de chequeos de su aeronave. Su androide astromecánico, una unidad R2 gris y blanco
con líneas y decoraciones rojizas, ya estaba en su sitio. "Hey, tú," dijo Jaina. "Nunca te lo pregunté.
"¿Cuál es tu nombre?"
Su pantalla de comunicación trinó y ella miró para encontrarse como una línea de texto aparecía en
ella. NO TENGO UN NOMBRE. MI DESIGNACION ES R2-B3.
"¿No tienes nombre? Eso es terrible. No puedes hacerte famoso sin un nombre. "¿Quieres uno?"
SERÍA BUENO.
"¿Qué te parece Cappie? Por un amigo mío, un piloto llamado Capstan."
Yo SOY CAPPIE.
"Bien, Cappie, dame lecturas del estado de los motores..."
Jaina realizó su comprobación de los sistemas a su acostumbrada velocidad. Esta vez, llevó a cabo su
lista de comprobación a su velocidad habitual. Aunque, esta vez, ella no se esforzó por finalizar. Sabía
que Jag lo habría hecho antes que ella; no tenía que mirar por visor para confirmarlo. Pero por otro lado,
una vez que terminó, ella miró. Lo vio reclinado de espaldas en su asiento de pilotaje, relajado. Ella le
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dedicó una sonrisa y alzó el pulgar.
Él se quitó el caso y le devolvió la sonrisa. Fue una media sonrisa, por el lado izquierdo de su boca,
breve pero alentadora, para ella sola. Luego se puso de nuevo su casco y se convirtió una vez más en el
piloto anónimo.
La expresión provocó un pequeño retortijón en la boca de su estómago. Tenía que recordar, se dijo
para sí, que él podía haber crecido entre los Chiss, pero por su venas seguía corriendo sangre corelliana.
A unos metros de distancia, Kyp Durron también vio el intercambio de miradas. Apartó la mirada y se
concentró en su lugar en la lectura de los diagnósticos de su nave.
Desde Hapes, Jaina había mantenido a distancia a Kyp. Ella había mantenido a distancia a todo el
mundo. Ahora resultaba obvio que Jag Fel había conseguido atravesar su guardia.
¿De manera que iba a ser así? se preguntó para sí. ¿Conseguir dejarle en ridículo? ¿Dejar que su
interés siguiera su curso, de manera que él estuviera disponible para cuando ella necesitara un amigo que
la consolara? Él hubiera deseado que detestara a Jag. Eso haría las cosas mucho más fáciles.
Otra voz, otro pensamiento, intrusivo. Quizá debería deducir lo que ella era para ti, antes de tomar
cualquier decisión.
Puso mal gesto. Eso hubiera requerido más honestidad de la que él estaba dispuesto a experimentar.
Porque él sabía que no estaba enamorado de Jaina Solo. Sólo era que se sentía cómodo, a su lado.
Ella era inteligente, ingeniosa, valiente, hermosa. Fuerte con la Fuerza. Importante para la Nueva
República. Él podía hacerla feliz.
¿Por qué quería hacerlo? Él sospechaba que era debido a que ella no era feliz, y su dolor, el cual él
había sentido a través de la Fuerza, cada vez que ellos habían conectado, llamándole, incluso cuando ella
se había engañado a si misma, pensando que podría mantener a distancia al universo entero en la bahía de
atraque.
Pero él había estado interesado en ella, antes incluso de la pérdida de Anakin y Jacen. ¿Pero por qué?
Quizás era a causa de Han. Le debía tanto a Han, de cuando hace años que se encontraron, por la
ayuda que Han le había ofrecido, para hacerle regresar del lado oscuro, en el que él se había sumido
cuando destruyó mundos enteros. Él no estaría vivo si no fuera por Han. Haz feliz a Jaina, y harás feliz a
Han. Era una fórmula simple.
Además, él había pagado esa deuda, o al menos parte de ella. Había ayudado a Jaina a regresar,
después de su breve camino por el lado oscuro, y continuaría ayudando, tanto tiempo como ella lo
necesitara.
"'Sol Gemelo Dos...'" Era la voz de Jaina, artificialmente suave, la que saco a Kyp de su ensoñamiento.
"¿Sí?"
"¿Estado actual, por favor? Todos los otros miembros de los 'Soles Gemelos' están listos para salir."
"Oh. Uh, estoy..." hizo un rápido examen de los datos de lecturas del instrumental. Había finalizado su
chequeo instintivamente, como si se tratara de un piloto automático, pero no había dado la confirmación
de la actuación. "Listo para salir. Lo siento, Grandiosa."
"Despegamos en diez, nueve, ocho... "
Kyp sonrió tristemente. Tanto mejor para actuar como un Maestro Jedi.

Capítulo 16.
Ocupación de Borleias, Día 49.
"Todos los escuadrones de operaciones especiales han despegado," Iella anunció por encima del
clamor existente en la sala de mando.
"Tenemos contactos," dijo Tycho. "Acorazados Yuuzhan Vong acercándose a Borleias, por el lado
más alejado del planeta."
Iella informó, "El Comandante Davip está pidiendo permiso para sacar al 'Lusankya' de su órbita
sincrónica y así poder entablar combate con las fuerzas enemigas antes de que alcancen nuestra posición."
Wedge la sonrió. "Claro que puede solicitarlo. Dígale que no. Luego transmítale los detalles de la
operación 'Martillo del Emperador'."
"Hecho."
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Nave-mundo Yuuzhan, Órbita de Pyria.
"Ellos no están enviando las fuerza en órbita," Czulkang Lah le dijo al villip. "En cambio, sus
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acorazados en órbita están enviando algunos escuadrones de cazas pequeños, abajo al interior de la
atmósfera."
El villip con la cara de su hijo dijo, "Eso significaría que ellos son conscientes de la aproximación de
vuestra fuerza terrestre."
"Correcto. Nosotros de algún modo, no hemos sido capaces de desactivar todos sus dispositivos
sensores en el suelo y no se han dejado engañar."
"No le ofreceré consejo. Usted es Czulkang Lah. Usted los aplastará, a pesar de que ellos estén
preparados para repeler su ataque."
Czulkang Lah permanecía en silencio. Una respuesta honesta, -su estimación era de que los infieles
tenían alguna sorpresa en reserva, para lanzarla contra las fuerzas Yuuzhan Vong, por lo que lo más
seguro es que ellos no pudieran ganar hoy-, sólo hubiera causado más preocupación al maestro de la
guerra.
Después de unos instantes de silencio embarazoso, Tsavong Lah añadió. "Buena lucha." Su villip se
contrajo, despareciendo su imagen.
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El Escuadrón de los 'Soles Gemelos' ascendió hasta posicionarse a unos pocos kilómetros al norte de la
instalación bioquímica, a la altura suficiente para que los disparos que los Yuuzhan Vong lanzaran desde
tierra, tuvieran que viajar durante unos valiosos segundos, antes de poder alcanzarlos. Sus pilotos -de
nuevo doce, ya que Pastav Rone había logrado que lo sacaran de los tanques bacta y le dieran el alta-
esperaban.
Los 'Caballeros Salvajes' estaban formados al este, el Escuadrón 'Luna Negra' al oeste, y los 'Pícaros' al
sur; otros escuadrones procedentes de los Destructores Estelares por encima de sus cabezas, llegaban para
rellenar los amplios huecos existentes en este círculo defensivo.
Jaina 'la piloto' no le gustaba esperar. Agitó su cabeza y se convirtió en Jaina 'la Jedi', para quien la
paciencia era un estilo de vida.
Pero incluso como una Jedi, ella no podía evitar, algunos pensamientos que la estaban reconcomiendo
por dentro.
El temor que ella había discutido con Leia, había vuelto. Estaba bajo control, pero siempre presente.
Esta preocupación era por: Jag, Kyp, por sus otros pilotos, por los amigos, incluso por Cappie.
Ella lo sentía ahora con meridiana claridad. Este ha, ella suponía, estado con ella, desde su regreso de
Hapes, donde ella había construido un muro a su alrededor para mantenerla a distancia y acallado. Ahora
dicho aislamiento había desaparecido.
Y, extrañamente, a ella no le molestaba el miedo. Done ella había estado durante las últimas semanas,
no había estado lo bastante viva, no completamente presente. Ahora lo estaba. La preocupación, el temor,
el dolor que ellos le provocaban, le indicaban a ella que estaba entre los vivos, entre su gente, formando
parte de todo aquello que la podía preocupar. Ellos podrían ser considerados como emociones negativas,
pero ahora ella recuerdos alegres de quien era ella y de la importancia de lo que ella tenía que hacer.
Ese pensamiento la detuvo. En cierto modo, era muy parecido a lo que ella había oído sobre los
Yuuzhan Vong cuyo desea por el dolor físico les parecía tan extraño. De repente, ella casi lo comprendió.
Su dolor era una demostración de su vida.
"Bien," se dijo. "Yo voy a daros un poco más de evidencia."
Su comunicador de a bordo resonó con la voz del jefe de control. "Cazas coralitas, ahora alcanzando el
punto geosincrónico. Escuadrones del 'Lusankya' y 'Sueño Rebelde' interceptándoles."
Los dedos de Jaina se contrajeron. Ella necesitaba estar donde estaba la lucha. Era de nuevo Jaina 'la
piloto'.
Ella se obligó a tener que esperar. Aunque sabía que no sería una espera larga.
"Intrusión enemiga por cuadrante oriental."
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Al Capitán Reth no se lo tenían que decir. Dos kilómetros por delante de su unidad Ala-E, la amplia y
oscilante parte trasera de dos rakamats, los reptiles gigantescos que los Yuuzhan Vong usaban como
vehículos de combate terrestres y transporte de tropas, coronaban el borde superior de la cubierta vegetal
selvática, mientras se aproximaban.
Reth codificó su comunicador. "Aquí Líder 'Luna Negra'. Nos ocupamos de ello." Cambió a la
frecuencia del escuadrón. "Luna Negra Dos a Ocho, venid conmigo; nosotros vamos a dar unas pasadas
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ametrallando y veremos si logramos hacer estallar algo. Nueve y Diez, abrid ahí abajo un cortafuegos en
su camino y luego que se extienda y veamos si logramos rodearlos con él."
Sus pilotos pulsaron la orden de confirmación. Nada de charla innecesaria. Le gustaba de esta manera.
Pisó sus aceleradores y comenzó a lanzar fuego láser entrelazado-triple hacia las fuerzas enemigas.
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Jaina roció fuego láser sobre el rakamats más adelantado que se acercaba a su posición. Había tres de
ellos, solamente sus espaldas espinosas eran visibles a una distancia de dos klicks y medio.
El fuego láser de Kyp y Jag se unieron al suyo. Todos fueron tragados por las anomalías
gravitacionales del blanco. Lo mismo estaba pasando con el fuego láser arrojado por las otras
formaciones en trío del Escuadrón 'Soles Gemelos' contra los otros dos rakamats. Jaina aceleró hacia la
fuerza enemiga, sus pilotos siguieron su estela.
"Más pozos gravitacionales de lo normal," dijo Jag. "Estos rakamats están reforzados."
Ellos se lanzaron sobre la formación de rakamats; los doce pilotos de los 'Soles Gemelos' girando al
mismo tiempo para realizar pasado disparando. Mientras comenzaban su giro, disparos de cañones de
plasma surgieron del suelo, tanto de los rakamats y de sus alrededores. Los chorros eran al principio muy
abiertos, disparos para calibrar la distancia, pero luego se fueron acercando rápidamente a sus blancos.
"Tienen cazas coralitas a ras de suelo," Piggy dijo, innecesariamente. "Usando la cubierta vegetal de la
selva para ocultar el daño que les podamos provocar y lograr que sea difícil fijar su localización exacta."
Jaina elevó su Ala-X sobre sus estabilizadores S de estribor y virar justo para eludir los restos de un
chorro de plasma. "¿Que recomiendas?"
"Seguid haciendo lo que estamos haciendo...o hacer lo que ellos están haciendo."
"Huh. Interesante. Piggy, toma el mando del escuadrón. Continúa con los ataques aéreos. Jag y Kyp,
vosotros dos venid conmigo."
Ella viró alejándose de la zona de combate, y escapando de regreso hacia la instalación bioquímica.
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"Hágalo rápidamente. Comandante". El rostro de Wedge llenaba por completo el área holográfica de la
sala de comunicaciones privada del Comandante Davip. "Nosotros tenemos aquí, muchas cosas de las que
ocuparnos."
"Señor, Esta Operación 'Martillo del Emperador'..."
"¿Tiene algún problema con ello?"
"No con el propio plan en si, señor. Es... interesante. Potencialmente muy eficaz. Pero..." Davip
procuró coger fuerzas, contra lo que tenía que decir. "Señor, no tengo la confianza suficiente en mi
tripulación para llevarla a cabo, con el grado de precisión que usted necesita. ¡Es algo que no se hecho en
veinte años! Señor, yo estoy la mando mayormente de novatos e inadaptados, y esa inadaptación podrían
costarles la vida."
Wedge asintió, un evidente gesto e simpatía en su expresión. "Inadaptados. Lo comprendo. Yo he
estado así."
"No sé por qué el Alto Mando ha reunido esta increíble colección de tripulantes inútiles..."
"Yo sí. Era para que todos ellos murieran aquí y despojar a la Nueva República de todos los oficiales y
tripulantes que les habían ofrecido mayores problemas. Incluyéndole a usted. E incluyéndome a mí."
Wedge afirmó con indiferencia. "Las órdenes se mantienen, Comandante. Usted debe lograr una manera
de conseguir que su tripulación realice su trabajo, en cuyo caso nosotros sobreviviremos ahí abajo, o no
es capaz, en cuyo caso moriremos. Ahora, escuche. El mando del Lusankya ya no es un billete seguro
para un ascenso o promoción. Es un billete al ostracismo y a la jubilación anticipada, cosa que usted se
merecerá si no aprende a pensar como sacar lo mejor de su tripulación, no basándose únicamente en las
normas y ordenanzas. El 'Lusankya' será su último mando, Davip, a menos que conseguir realizar la tarea,
que hoy se le ha asignado. ¿Alguna pregunta más?"
Davip negó con la cabeza, sin molestarse en ocultar su expresión dolorida. "No, señor."
"Antillas fuera." El holograma del general se desvaneció.
Davip salió de la sala y retornó al puente de mando del Lusankya, por la pasarela situada sobre y entre
interminables hilas de oficiales y técnicos en sus estaciones de trabajo.
La pasarela ofrecía una increíble visión a través de la pantalla visora delantera de los duelos entre
cazas coralitas y cazas estelares, que tenían lugar justo fuera del alcance e las armas del Super Destructor
Estelar. La superficie de la propia pasarela era tan limpia, tan blanca, tan uniforme.
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Justo igual que la mente de Davip en todo momento. Él quería las cosas limpias y uniformes.
Quizá fuera esto. Quizá él necesitara algo de suciedad y desorden. Sucio y sangriento, desconcertante e
incierto...
Llamó a su oficial al mando del armamento principal, "transfiera el control de una de las baterías
turboláseres designadas para la Operación 'Martillo del Emperador' a mi consola. Procure que sea aquella
que corresponda al oficial artillero con la peor puntuación conseguida durante las simulaciones."
"Sí, señor."
Algunos de los oficiales de debajo, aquellos cuyas tareas actuales, no les exigía una atención plena,
levantaron la mirada hacia él, con evidentes gestos de confusión en sus rostros. Se suponía que estaba
haciendo algo que no había hecho nunca anteriormente. Había emitido una orden que no tenía un sentido
inmediato y obvio.
Se volvió hacia su oficial de comunicaciones. "Abra una línea con todas los puestos de armas
designados para 'Martillo del Emperador'. Necesito dirigirme a ella, ahora." Activó su comunicador.
"Sí, señor". El oficial tecleó un rápido comando en su consola y le hizo un gesto afirmativo.
"Aquí el Comandante Davip. Voy a asumir personalmente el control de una de las estaciones láser
designada 'Martillo del Emperador'. Durante la operación, cualquier artillero cuya tasa de aciertos sea
peor que la mía en esta operación. Él o ella será transferido de inmediato abajo, a la superficie del planeta,
después de que la batalla haya concluido, y se vera obligada a formar parte de los grupos que manipules
los cuerpos de nuestros muertos. Ese será su puesto durante toda nuestra estancia en este sistema
planetario, y no será aceptada ningún tipo de traslado. Eso es todo." Le hizo un gesto al oficial de
comunicación, para indicarle que había terminado.
Este oficial, y los otros que habían estado mirándole anteriormente, lo miraban fijamente sin
comprender nada, como si acabaran de darse cuenta de que habían estado recibiendo órdenes de un
bantha hablador, con un uniforme de oficial.
Él les sonrió satisfecho. Por qué, si hubiera sabido cuánta atención podría haber conseguido, al
confundir a sus subordinados, lo hubiera probado hace años.
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Los Alas-X de Jaina y Kyp se deslizaban, justo por encima del suelo de la jungla. Iban en
perpendicular al suelo, sus repulsores de elevación chirriaban quejumbrosamente ante el desacostumbrado
esfuerzo de tener que volar de lado, justo por encima de la superficie planetaria. La proas achatadas de los
cazas se abrían paso violentamente, a través de ramas y helechos -al igual que toda vegetación mientras se
movían- y no precisamente furtivamente, Jaina decidió, pero todavía al menos no visibles desde el aire.
El desgarrador de Jag no estaba a la vista; pero los sensores decían que estaba unos doscientos metros
por delante y lentamente iba incrementando dicha distancia. La forma más compacta del desgarrador, le
hacía adaptarse mejor a esta forma de volar, en estas circunstancias, sin tanto peligro de verse atrapado
entre el follaje espeso.
Y con el caza de Jag, sirviendo este de pantalla, detrás a una distancia de no más de cuatro metros,
estaban dos bombas sombra, armadas, flotando gracias al agarre de la Fuerza. Jaina sudaba, mientras
dividía su concentración, entre volar de esta forma y controlar su bomba sombra, y una vez más envidió,
el control fácil, sin aparentemente esfuerzo, de Kyp sobre todas las facetas de la Fuerza.
Todas las facetas, sin importar si se veían involucradas en sus propias motivaciones o acciones.
Jag dijo, "He conseguido situarme por debajo de una zona de espesa vegetación, justo al lado de una
orilla. Una especie de punto de caza oculto. Tengo bastante buena visibilidad. Si queréis, podéis bajar las
bombas por detrás de mí. Muy suavemente."
Jaina lo hizo así, agradecida por la ayuda. "¿Cómo de cerca, crees que estás?"
"Hermosamente cerca. Yo les estoy mirando directamente. Aproximadamente a unos veinte metros,
por delante a estribor. Hay dos masas de esclavos reptiloides escoltando a los cazas coralitas. Los cazas se
mueven a unos pocos metros del suelo. Sus agujeros gravitacionales no son visibles... sospecho que ellos
dirigen sus pozos gravitacionales para reforzar los de los rakamats. Veo solamente cinco cazas, pero su
formación sugiere una formación más extensa de ellos. Espera." Se quedó callado durante unos instantes.
"Las vibraciones en el casco sugieren que uno o más rakamats se dirigen hacia aquí. Creo que nos hemos
situado con bastante precisión." Entonces hubo un fuerte golpe y una risita de Jag. "Un árbol acaba de
recibir algo de fuego láser de uno de los nuestros."
"Intenta no dejarte golpear con los escudos bajados, fantasma."
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"Ese, es un buen consejo. La verdad, nunca lo habría considerado. Espera un segundo."
"¿Qué pasa?"
"Veo un rakamat... creo que está a tiro. Algo grande, echando abajo los árboles delante suyo. ¿Quién
quiere intentar con este primero?"
"Yo," Kyp dijo.
"De acuerdo, eleve la bomba sombra, Bien, muévala lateralmente uno diez metros hacia adelante, y
bájela lentamente... ya veo la bomba. Muy bien. De acuerdo, llévela hacia a adelante lenta... un poco a la
derecha... no, no tanto a la derecha ¡Para! ¿Puedes volver a levantar un metro y deslizarla un poco a la
derecha?"
"Esto nunca funcionará," Kyp dijo. "No puede percibir toda la vegetación, con la misma exactitud que
si la viera. Simplemente no puedo dirigirla con todas esas cosas rodeándola."
"Sí, puedes," dijo Jaina. "¿Podrías dirigir su desplazamiento a través de los movimientos de una
mano?"
"Bueno, sí, pero no sería mejor si yo pudiera verlo."
Jaina hizo una mueca. "Kyp, aterriza aquí y enlaza tus controles con los de Jag."
"Vale... hecho. ¿Ahora qué?"
"Jag, usa tu mando de control como si fuera la palanca de mando de un juego. Dirige los movimientos
de la bomba sombra. Kyp, mantén tu mano sobre tu palanca de control, deja que sus movimientos a
control remoto dirijan a donde deber ir tu mano... y controla la bomba sombra a través de los movimiento
de tu mano."
"Whoa". Kyp pareció impresionado. "De acuerdo, voy a jugar."
"Me alegro de que estés tan dispuesto," Jag dijo. "Tú no eres, él que está sentado a unos pocos metros
de un torpedo de protones armado, que está siendo dirigido por un hombre ciego en un montaje
bidireccional. Bien, allá vamos."
Jaina hizo descender su Ala-X, posándolo sobre su tren de aterrizaje, y cruzó los dedos.
"Eh, está funcionando," Jag gritó. "Mi control es un tanto defectuoso, pero mucho mejor que el verbal.
Ya lo tengo más allá de los árboles... bajándola hasta dejarla a unos pocos centímetros del suelo. Bien,
Kyp, lo estamos haciendo mucho mejor. Cruzando hacia adelante, ralentiza... para ahí, deposítala en el
suelo. Bien. Esta justo en el camino del rakamat. Al cual puedo ver ahora claramente, y hay otro justo
detrás suyo, un poco a babor. El más cercano esta a unos treinta metros, el segundo, estimo, a unos veinte
metros por detrás del primero."
"Prosigue y toma la segunda bomba," Jaina le dijo a Kyp.
----------
Reth condujo a su escuadrón a dar la vuelta, para realizar otra pasada, mientras soltaba una maldición.
Él había perdido dos Alas-E en la última pasada, uno abatido con un impacto directo, el otro con extensos
daños en los impulsores, que le obligaron a regresar renqueante de vuelta a la base. Eso reducía su
número a ocho. Las fuerzas terrestres Yuuzhan Vong estaban moviéndose dentro de su zona de corta
fuego, sus tropas reptiloides, cazas coralitas, y rakamats quedaban ahora claramente a la vista desde el
aire, privados de la protección que les había brindado la jungla, pero estaban soportando todo el fuego de
su escuadrón con total impunidad. Y además ahora, los cazas coralitas estaban ascendiendo desde el suelo
para enfrentarse a ellos directamente.
Eran muchos. Docenas de cazas. Cientos, miles de reptiloides. Y el rakamat. Un escuadrón de Ala-E
no iba a ser suficiente para hacer algo de mella en ellos.
Cambió a la frecuencia de mando. "Mando, aquí Líder 'Luna Negra'. Nos estamos enfrentando a fuerza
superiores y necesitaríamos algunos refuerzos."
La voz que le respondió era la de Iella Wessiri. "Líder 'Luna Negra', aquí Mando. Todas nuestras
fuerzas terrestres están comprometidas. Adopte una táctica defensiva y luche por retrasar su avance el
mayor tiempo posible."
"Mando, captado." Reth rechinó los dientes. Esto no iba a acabar bien. Sería otro Hoth, otro
Dantooine, otro donde ni siquiera habría la oportunidad de que su muerte sirviera para algo.
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Jag miró desapasionadamente al reptiloide, el cual estaba paseando justo por delante de su pantalla
visora. El reptiloide le miró a él, abriendo la boca para sugerir rabia o sorpresa, y miró alrededor para
calibrar el tamaño del desgarrador de Jag. "Estimo que tengo diez segundos antes de que los Yuuzhan
127
Vong averigüen que estoy aquí."
"Entonces, sal de ahí. Regresa con nosotros."
"No, pasarán más de diez segundos antes de que los rakamats estén en posición. Necesitamos
cronometrar con toda exactitud."
"No, regresa ahora. "¿Confías en mí?"
"No es justo que uses mis propias argumentaciones contra mí." El reptiloide pareció volverse loco,
gritando algo para atrás, hacia la línea que avanzaba de cazas coralitas. Jag activó sus escudos, oyó y
sintió el rumor del motor, a través de su desgarrador, ante la súbita demanda de energía. Hizo rodar su
aeronave hacia atrás igual que si fuera una pelota, rotando a lo largo de su eje direccional, de manera que
quedó de cara al otro camino pero boca abajo, y activó sus impulsores.
Detrás de suyo, su lugar de ocultación explotó mientras una lluvia de fuego de cañón de plasma caía
sobre él. Luego los árboles que lo rodeaban estallaron, hechos astillas, mientras los cazas coralitas salían
en su persecución.
Jaina se permitió quedar en trance, entrando en contacto con las distinta y variadas formas vivientes.
Ella podía sentirlos, al colectivo, y cada pocos instantes a un nuevo grupo de ellos, a pocos metros de
distancia del anterior, mostrando durante uno o dos segundos de pánico mientras su mundo se agitaba
alrededor de ellos.
Eran insectos, lagartos, otras formas de vidas nativas de Borleias, y estaba seguro de que percibía su
miedo mientras el temblor por el impacto de los gigantescos pies de los rakamats agitaba la tierra
alrededor de ellos.
Ella también podía sentirla, con un juego diferente de percepciones con la Fuerza, la bomba sombra
que controlaba.
Los dos conjuntos de percepciones se iban acercando poco a poco.
Ella sintió una sacudida por parte de Kyp. Su objetivo estaba justo sobre su bomba sombra. Espera, le
dijo.
Más cerca, más cerca, y entonces ambas percepciones casi estaban juntas. Ahora, ella le dijo, y activó
su bomba sombra. Luego abrió sus ojos.
En la distancia, una bola de fuego hizo erupción hacia el cielo -fuego, que propulsaba al cielo, trozos
de carne carbonizada, de lo que antes habían sido rakamats-. Una violenta onda expansiva surgió del
lugar de la explosión, destrozando los árboles más cercanos, y sacudiendo lo que estaban más alejados,
provocando más un leve temblor de tierra, en el lugar donde Jaina y Kyp se encontraban.
"De acuerdo. 'Gemelos'," dijo. "Volvamos a ganar altura, y ocupémonos de ese último objetivo, y de
los perseguidores de Jag."
"'Soles Gemelos', aquí Control." De hecho, esa era la voz de Wedge. "No hagan eso. Retírense.
Retírense."
"Retirada, entendido." Jaina luchó contra si misma, luego asumiendo su tono de voz más regio.
"Querríamos saber por qué Retírese, entendió". Jaina se esforzó con ella, entonces asumió su tono más
regio. "Nosotros queremos saber por qué conminan a retroceder, cuando nosotros estamos ganando."
"Porque ustedes están impidiendo que los Yuuzhan Vong avancen."
Ella, entonces, perdió toda su compostura. "¿Qué? ¡Yo pensaba que era eso lo que se suponía que
nosotros debíamos hacer!"
Se oyó una risa de Wedge por el comunicador. "Diosa, como de costumbre, usted está haciendo su
trabajo demasiado bien."

Capítulo 17.
Sistema de Coruscant.
La 'Record Time' surgió del hiperespacio cerca de Coruscant, lo bastante cerca del planeta, para que
este llenaba la mayor parte de su pantalla visora delantera.
Lando de inmediato comenzó a transmitir. "Célula Sobreviviente 'Treinta y ocho', aquí 'Rescate Dos'.
Acabamos de entrar y estamos listos para la recogida. Procuren estar listos en Zona Designada A-
Diecinueve. Cambio."
No hubo ninguna contestación. Ni la iba a haber. No existía ninguna Célula Sobreviviente Treinta y
Ocho. No había ninguna Zona Designada A-Diecinueve. Nadie estaba monitorizando esta frecuencia de
comunicación.
128
"Los sensores muestran la llegada de una fragata viviente," dijo YVH 1-1A.
"Escudos arriba. Comienza a disparar." Lando trazó un cambio de rumbo que les llevaría lejos de las
otras naves principales de los Yuuzhan Vong de la zona, un rumbo que habría, en teoría, de llevarles a las
proximidades del borde atmosférico de Coruscant. Hizo unos cálculos y torció el gesto. La fragata que se
aproximaba estaría sobre ellos, antes de que estuvieran en posición. La 'Record Time' iba a tener que
soportar algunos daños.
Pulsó de nuevo el botón de activación de la unidad de comunicación. "Célula Sobreviviente Treinta
Ocho, aquí Rescate Dos. ¿Por qué no responde? ¿Por qué no responde?" Pulsó el botón de desconexión y
le sonrió satisfecho a 1-1A. "¿En qué estás pensado?"
Uno-Uno-A comenzó a disparar, meticulosos disparos con las baterías turboláser de la nave, pero
estando esta a una distancia tan grande, no resultaban eficaces. "El análisis del stress de las palabras de
vuestra transmisión, sugiere un alto contenido emocional. Desde una perspectiva de una operación de
búsqueda y rescate, usted sonaba igual que un civil emocionalmente alterado.
"Bien. ¿Qué tal la repetición? ¿Demasiado exagerado, o a ti te convenció?"
"Eso está fuera del alcance de mi programación." Uno-Uno-A continuó disparando. "La fragata está
lanzando cazas coralitas. He logrado destruir uno."
"Pues sugiero que destruyas un segundo."
"He destruido un segundo caza."
"Pues sugiero que destruyas un tercero."
"Si puedo preguntarlo, ¿Está usted dirigiendo a un subordinado, o burlándose de mi?"
"Me estos burlando de ti, Uno-Uno-A. Todo sea en aras del espíritu de diversión."
"He destruido un tercer caza."
"Sugiero..."
"He destruido un cuarto."
Luke esperaba en la oscuridad de la bodega de carga. Sujeta con correas a sus pies, estaba la unidad de
descenso que los 'Wraith' le habían dado. Su parte inferior estaba pegada con adhesivo a su cápsula de
descenso, un trozo de caza coralita reformado en un esferoide ovalado, mediante duracemento y pintura.
La compuerta de la bodega de carga, permanecía cerrada.
Llevaba un conjunto de armadura al estilo Yuuzhan Vong -no una verdadera armadura de cangrejo
vonduun, sino una de las ingeniosas simulaciones. Sospechaba que no resultaría muy apropiado para un
hombre con una mano mecánica y acostumbrado a usar la espada láser, haberse hecho con el uso de uno
de los conjuntos auténticos; además sospecha que él tendría que despojarse de cualquier disfraz Yuuzhan
Vong, demasiado a menudo y con gran rapidez.
Por encima de la armadura Yuuzhan Vong, llevaba un traje ambienta, uno grande, voluminoso, viejo,
uno que no importaría que él hiciera trizas, cuando aterrizara.
Se expandió hacia Mara, percibiéndola a través de la Fuerza, sintiendo su presencia viviente. Ella se
volvió, con un gesto ausente; él sabía que ella tenía su mente en otra parte, en su misión, en su niño.
La voz de Lando resonó por los altavoces de su casco. "Estamos entrando en la zona de salto." La
nave, y toda el área de carga, sufrió una sacudida. "Lo siento. Un pequeño impacto de plasma." Su voz
fue reemplazada por unos segundos por la de 1-1A: "He destruido al sexto." Luego volvió de nuevo la de
Lando:
"Deja de llevar la cuenta, ¿Vale? Um, vamos a realizar un viraje lateral dentro de un minuto, y
entonces, aprovecharé para lanzaros. Pero si os encontráis en el vacío antes de eso, simplemente seguir
sin mí."
"He abatido al séptimo."
"No te he dicho..."
"Estoy autoenseñando a burlarme de ti."
Lando se puso un casco de piloto. Su túnica elegante y su capa quedaron ocultas bajo un traje de
pilotaje de lo más ordinario, y comprobó sus cierres, para asegurarse que estuviera bien sellado, en caso
de pérdida de presión. Y ciertamente, un trozo de plasma ardiente se había abierto paso, a través del
transparacero del visor delantero, y el aire siseando, se escapaba a través suyo.
La 'Record Time' se estremecía ahora, cada poco segundos. Su sección de cola esta sufriendo la mayor
parte de los daños -el fuego de cañones de plasma, apenas menguado por los escudos que fallaban, por
parte de sus perseguidores, tanto de los cazas coralitas, como de la fragata viviente -mientras la sección
129
delantera estaba sufriendo, impacto tras impacto de un único caza coralita-.
Pero ellos casi estaban en posición. Lando codificó su el micrófono de su casco. "Alcanzaremos la
zona de lanzamiento en quince segundos. No habrá cuenta atrás. Cuando estemos allí, los lanzaré fuera."
"Que la fuerza este contigo, Lando."
"Qué la suerte esté contigo, Luke." Lando apagó el comunicador y volvió a concentrar su atención en
los mandos.
Esto era complicado. Puso al desgarbado y destrozado carguero en un lento giro a babor, colocando su
banda de estribor, enfrente del lado soleado del planeta de más abajo. "Prepárate, Uno-Uno-A." Luego
pulsó el interruptor recientemente instalado y etiquetado 'FUERA'.
El compensador inercial de la nave se desactivó. Aunque agarraba fuertemente a los brazos de su sillón
y amarrado a este, Lando sintió de inmediato el tirón brutal hacia la derecha, oyendo a los anclajes de
fijación de su asiento, crujir ante la súbita presión.
Alrededor de toda la sección delantera de la nave, explosivos sujetos al casco exterior estallarían. No
eran de alto valor explosivo; únicamente tenían el poder suficiente para provocar fuego, una espesa
humareda y lanzar una lluvia de restos en todas direcciones. Desde el exterior, parecería que la 'Record
Time' estaba sufriendo una serie de explosiones interiores.
El humo y el fuego ocultarían la puerta de carga de la bahía de estribor, la cual se habría abierto de
golpe por la maniobra y la pérdida de gravedad artificial. Lando vio que su indicador registraba que este
se había abierto, que su presión atmosférica estaba acercándose al cero absoluto, que su propio
compensador inercial se había activado.
Echó un vistazo por el visor de estribor. Allí, una nube de restos se iba alejando del carguero, dando
vueltas, directamente hacia la superficie de Coruscant, abajo en la lejanía.
Él codificó de nuevo el micrófono de su casco. "Sobrevivientes de la Célula Treinta y Ocho, esta es la
transmisión final de 'Rescate Dos'. Lo siento, no lo hemos podido conseguir. Espero que ustedes tengan
más suerte la próxima vez." Este mensaje, él sabía, sería captado por una nave de exploración de la Nueva
República, situada al borde del sistema de Coruscant y se lo retransmitiría a Wedge Antilles; este
significaba que Luke y su grupo habían saltado con éxito hacia su misión de infiltración.
Se giró hacia 1-1 A. "De acuerdo, vámonos..." Una explosión de plasma procedente de la fragata
viviente, golpeó justo en el centro del empalme de las dos secciones de la 'Record Time'. El empalme se
partió, y la onda de choque agitó toda la estructura de la nave. Esta vez, el poste de sujeción de la silla de
Lando se rompió, haciéndole salir botando, aún atado a su silla, por el aire. Con la gravedad artificial de
la nave anulada, ascendió hasta que se golpeó con el techo del puente, saliendo despedido, y comenzó a
flotar hacia el agujero del tamaño de un puño en la pantalla visora delantero. "Oh, tengo un mal
presentimiento sobre esto," dijo.
Luke se sintió bruscamente sin peso, luego de repente una súbita aceleración cuando se vio expulsado
fuera de la bahía carga, y él esperaba, que hacía el planeta.
Verificó las lecturas de los sensores pegados a la superficie de la vaina delante suyo. Estos mostraban
el curso: Correcto. Cuenta: correcto; todos sus compañeros seguían con él. Mientras miraba, él
compensador inercial en la unidad a sus pies, se activó, haciéndole girar mientras se aproximaba a la
atmósfera de Coruscant. Pequeños estallidos de los repulsores le mantendrían en las proximidades de los
otros.
Meneó su cabeza, descontento. No le gustaba estar en cualquier vehículo pequeño, cuando él no estaba
a los mandos. Y este era un vehículo, solamente si se era muy generoso con la ampliación de la definición
de esa palabra.
Lando se soltó de los correajes de su silla, y dio un puntapié contra la pantalla visora. Dicho
movimiento lo alejó de este, pero también provocó que aparecieran grietas en el lugar donde su talón
había golpeado, grietas que alcanzaron el agujero provocado por el plasma ardiente, que se expandieron
en todas direcciones.
Uno-uno-A libre, se impulsó fuera de su asiento, una trayectoria que lo llevó a pasar junto a Lando y
hacia la puerta de salida. Cogió a Lando por la cintura mientras se movía, la masa de Lando apenas
provocó un cambio en su dirección, y logró alcanzar el hueco de la puerta. Ancló sus pies, abajo en el
fondo del hueco y, con su mano libre, se impulsó a través de la puerta metálica.
La atmósfera por detrás era absorbida hacia el espacio, arrastrando con ella a Lando, pero 1-1A
simplemente lo empujó a través de la destrozada puerta y pasó al pasillo de más allá.
130
"Buen trabajo," Lando dijo.
"¿Eso que es más una burla o un cumplido?"
"No, de verdad. En este caso, es para darte 'las gracias', que es lo que realmente significa. ¿Ahora
puedes llevarnos a la bahía? Porque esa última explosión parece habernos lanzado hacia la atmósfera del
planeta, y nosotros nos vamos a convertir en carbonilla, en un periodo de tiempo que va desde unos
segundos a un minuto."
"Te lo agradezco," Uno-Uno-A dio de nuevo una patada, y ellos salieron flotando ingrávidos por el
pasadizo.
Luke ya podía sentir el calor; para todo el grupo de los Wraith, el calor inundaba la unidad de descenso
y era transmitido al interior de la vaina, abriéndose paso a través de su traje ambiental, a través de su
armadura, provocando que él quedara bañado en sudor de la cabeza a los pies.
El tablero de sensores delante suyo, parpadeó, apagándose. Luego, al otro lado de esta, vio como el
interior de la cápsula iba pasando del negro, al rojo, al amarillo -y entonces una llamarada comenzó a
lamer la superficie, una llama que crecía y se extendía-.
La cápsula se bamboleó. Luke sabía que la fricción tenía que haber provocado un agujero en el fondo
de su cápsula; provocando aún mayor fricción, provocando que la unidad al completo se bamboleara
violentamente. Sintió un retumbar bajo sus pies, cuando los repulsores de elevación incrementaron su
potencia para mantener la unidad en vertical.
Hubo un luminoso fogonazo y la parte superior de la cápsula se esfumó. Luke se encontró sobre una
columna de fuego, vertiendo llamaradas amarillentas que se alargaban por los bordes de la unidad de
descenso a sus pies, irguiéndose en el aire; él no era capaz de ver nada más allá de estas. Por un momento,
un recuerdo de hace más de veinticinco años apareció ante él, la visión de los restos humeantes de su Tío
Owen y su Tía Beru, mientras estaban echados sobre las arenas, delante de su hogar en Tatooine.
Se obligó a si mismo a alejar ese recuerdo, e intentó ganar algo de perspectiva. ¿Si esto es malo para
mí, pensó, que sería para Tahiri? ¿Sólo una adolescente?
Luke sintió un traqueteó bajo sus pies, y una súbita desaceleración; sus rodillas se flexionaron para
absorber la sacudida. La desaceleración permanecía constante y las llamas comenzaron a menguar, a
vacilar.
Al poco, él fue capaz de ver lo que le rodeaba a través de ellas. Mara no estaba a más de diez metros
de distancia, su rostro no era visible a través de su traje ambiental, y la armadura Yuuzhan Vong. Todos
los demás estaban cerca.
Ellos estaban a menos de dos kilómetros por encima de la superficie del planeta, seguían cayendo, pero
no a velocidad terminal. Y aunque él había vivido en Coruscant durante muchos años, esta no era la
superficie que él recordaba. Grandes edificios permanecían derribados, sus ángulos no estaban en
concordancia con aquellas estructuras que los rodeaban. Todo estaba cubierto con verde, una ponzoñosa
sombra de color. Al menos las nubes rojizo-castañas en la distancia, llenas de lluvia y relámpagos, eran
las mismas, un reconfortante trozo de familiaridad.
"Interesante paseo, chico de granja." La voz de Mara le llegó clara a través del comunicador; cualquier
posible interferencia provocada por la fricción atmosférica de su descenso, ya se había acabado.
Luke reprimió una risita. "No estuvo del todo mal."
"¿Rostro?" Esa era la voz de Tallin, desmayada, pero llena de emoción. Luke puso mal gesto. Él y
Mara deberían ofrecerla algo de confianza.
"¿Sí?"
"¡Quiero uno! Tengo que hacerme con uno de estos, cuando nosotros regresemos. ¡Oh, esto es una
cabalgada en toda regla! ¿Podemos hacerlo de nuevo?"
Luke meneó la cabeza y sintió como Mara se reía de él.
Uno-uno-A tuvo que usar su desintegrador en la puerta principal de la bahía de carga. Una vez esta
fue hecha pedazos y desapareció, la atmósfera del pasadizo, casi los arroja a los dos volando al interior de
la bahía, pero el androide de combate se sujetó rápidamente.
Lando empujó su cabeza dentro. El Ala-B parecía estar seguro. La rampa de la puerta de carga aún
seguía bajada, quizás había desaparecido, y él pudo ver más allá el negro estrellado del espacio, y,
mientras los restos de la nave rotaban, un caza coralita seguía disparando a raudales sobre uno de sus
costados, mientras los restos descendían hacia la atmósfera.
Un frío helado comenzó a introducirse en los huesos de Lando. "Vámonos."
131
Un minuto después, justo cuando los bordes exteriores de la 'Record Time' comenzaba a brillar por la
fricción, el Ala-B de Lando surgió de la bahía de carga, girando lejos del caza coralita perseguidor, lejos
de la fragata y de los otros cazas, que habían elegido darse la vuelta, una vez que su tarea había sido
realizada. Con 1-1A en silencio en el asiento del pasajero, Lando trazó un rumbo que les llevaría fuera del
alcance de la sombra de la masa planetaria de Coruscant, a un punto donde pudiera realizar un salto,
cualquier salto, al hiperespacio y ponerse a salvo.
Se volvió para mirar al androide de combate. "Y yo he logrado que esto acabe bien," dijo.
"¿También, esto es una broma?"
----------
Borleias.
La instalación bioquímica estaba ahora claramente a la vista. Jaina podía verla, sus compañeros de
escuadrón, los cazas estelares supervivientes y ráfagas lanzadas por los otros once escuadrones que
defendían el sitio, y los fuegos -docenas de fuegos rabiosos dentro de la jungla, fuera de la zona muerta-.
Ella lanzó sus láseres sobre objetivos distantes: tropas terrestres, cazas coralitas. Vio a una fragata
viviente Yuuzhan Vong a una docena de kilómetros, en la zona defendida por el 'Escuadrón Pícaro'. La
fragata estalló en una nube de fuego y sangre cuando un torpedo de protones encontró su objetivo. Pero
había más fragatas vivientes, otras naves principales, todas convergiendo sobre la instalación bioquímica.
Ella agitó su cabeza. La fuerza Yuuzhan Vong que avanzaban hacia la instalación era demasiado
grande y poderosa; los defensores no serían capaces de aguantar el lugar.
Hasta ahora, ella se había mantenido silenciosamente enfurecida hacia Wedge Antilles. Siempre que
ella solicitaba permiso para realizar incursiones contra el asalto enemigo, él o uno de sus controladores la
ordenaba retirarse a medio kilómetro, o a unos centenares de metros. Era como si ellos no quisieran que
ella ganara. Pero ahora ella podía ver que demasiado éxito por su parte, sólo hubiera servido para aislar a
los 'Soles Gemelos' de las otras unidades, y para condenarla a ella y a sus pilotos. Probablemente lo
mejor, había sido que la ordenaran que retrocediera en la misma proporción, al igual que los otros
escuadrones.
La menta de Jaina, la Diosa, se despertó. Jaina frunció el ceño. Retroceder en la misma proporción.
Consultó su pantalla de sensores. Eso era exactamente lo que estaba ocurriendo. Las fuerzas de la Nueva
República se habían retirado de allí, de donde eran más fuertes, y habían reforzado, allí donde eran
demasiado débiles, y ahora cada unidad superviviente de dichas fuerzas estaban un kilómetro dentro de la
zona muerta.
"Jag, recuérdame que debo disculparme con tu tío," dijo.
"¿Por qué?"
"Te diré el por qué más tarde."
"A todas las unidades, retírense a la zona muerta," dijo Iella. "A todas las unidades, retírense a la zona
muerta. Tienen quince segundos. Catorce. Trece...."
Jaina hizo retroceder a su escuadrón, tomando posiciones directamente sobre la zona de aterrizaje
delante de la edificación bioquímica, dirigiendo los disparos de sus láseres, de regreso a la ruta por donde
habían venido. "Escuadrón 'Soles Gemelos', en estático." Usando únicamente sus repulsores de elevación,
flotó hacia su costado de babor y un chorro de plasma pasó chisporroteando a su lado, impactando con los
azules paneles de transparacero de la fachada del edificio; ella dirigió su fuego-láser de vuelta a su
atacante.
Se les ordenó a otras unidades que se apresuraran a alcanzar las posiciones designadas, ya que la
cuenta atrás estaba llegando a su fin. No todos lo consiguieron. Jaina hizo un gesto de dolor. Ella sólo
esperó que ninguna de sus amistades o conocidos estuviera allí afuera; ella sabía quienes, pilotos que
habían sido derribados, pero que aún podían seguir vivos.
"Cero," Iella dijo. "Mantened vuestras posiciones."
Y comenzó a llover.
Pero no llovía agua. Lo que llovían eran columnas de energía destructora, fuego masivo procedente de
las baterías turboláser de por encima de sus cabezas, relucientes agujas de luz que se derramaron sobre la
jungla que rodeaba la zona muerte.
Las explosiones de turbo-láser se abrieron paso a través de la vegetación, y todo lo que estaba por
debajo de esta. Explosiones impactaban en los árboles, convirtiéndoles en nubes de humo. Haces
golpearon estanques, riachuelos y pozas de agua estancada, convirtiéndolos en nubes de vapor
132
supercaliente. Haces brillantes atravesaron esas nubes, pero aquellos que manipulaban los pozos
gravitacionales no podían verlos llegar, no podían maniobrar a tiempo los pozos gravitacionales, para
situarnos en el lugar adecuado.
Jaina se quedó paralizada. Era un bombardeo orbital, para lo el Imperio había hecho construir los
Destructores Estelares, lo que ningún Destructor Estelar bajo las órdenes de la Nueva República había
hecho jamás. Jaina había oído hablar de ello, pero sólo era historia, justo ese tipo viejas batallitas de las
que uno no tenía que preocuparse jamás en la vida.
Y ahora, ella lo estaba viendo. El 'Lusankya' finalmente estaba cumpliendo el propósito para que él
que había sido construido, antes incluso de que Jaina hubiera nacido.
Durante cuatro minutos, la muerte llovió del cielo, en un círculo que casi rodeaba por completo la zona
muerta. Luego se detuvo, y los retumbos, los gritos proferidos por cuerpos, compuestos en gran parte por
agua, que repentinamente estaban supercalientes, -ardiendo más bien-, los bramidos de distantes rakamats
enfrentándose a su muerte, todos los sonidos se extinguieron.
Jaina saltó, cuando su comunicador, volvió a cobrar vida. "Fuerzas terrestres," Wedge dijo,
"comiencen limpieza del terreno."
----------
Coruscant.
Los repulsores de las unidades de descenso se activaron para el tramo final de descenso. Todos los
miembros del grupo de Luke descendieron en el mismo tejado, excepto Kell Tainer, quien golpeó el
tejado con fuerza, atravesando limpiamente su desintegrada superficie de duracemento, y acabó tres pisos
más abajo. "No estoy herido," gritó. "Eh, ellos se han dejado olvidados algunos hologramas que no he
visto."
Luke se arrancó su traje ambiental, mientras los otros hacían lo mismo. Echó un vistazo a su alrededor.
A lo lejos, él pudo ver el vuelo de cuatro cazas coralitas; no se estaban dirigiendo a este lugar, pero si él
podía verlos, a su vez los pilotos podrían verlos a ellos. "Será mejor que nos pongamos a cubierto," dijo.
"Echad todo el equipo por el agujero que Kell ha hecho. Buscaremos una salida por debajo."
Mara, de alguna manera, salvajemente elegante en su armadura de cangrejo vonduun con el casco
quitado, inspeccionó el paisaje. Sus labios se contrajeron en una breve mueca. "Bienvenido a casa," dijo.
Luke negó con la cabeza. "Este no es nuestro hogar. Incluso me preguntó si alguna vez será de nuevo
nuestro hogar."
----------
Nave mundo Yuuzhan Vong, Órbita de Pyria.
Czulkang Lah parpadeó. ¿Cómo no le habían informado de esto uso, en particular de las naves
triangulares por parte de los infieles?
Nom Anor, él decidió. Nom Anor había sido quien había estado espiando para los Yuuzhan Vong en
esta galaxia durante décadas. Igual que un idiota, durante todos estos años, él había fracasado en descubrir
que estos humanos daban luz a gemelos tan frecuentemente, que era un cuestión de escaso interés para
ellos, y este fracaso les había costado muy caro -había permitido que la existencia de Jacen y Jaina Solo
como gemelos sagrados, se convirtiera en un arma en manos de los infieles-.
Ahora, parecía obvio que Nom Anor también había fallado, al no informar al mando militar Yuuzhan
Vong de una pequeña manera, pero de crítica importancia táctica del empleo por parte del enemigo de sus
mayores naves acorazadas. Imperdonable. Imperdonable.
"Ordena de nuevo a las naves y cazas coralitas que hostiguen a sus fuerzas en órbita," le dijo a su
ayudante. "Qué esta orden sea cumplida de inmediato."
"No puede hacerse," el oficial susurró. "Nosotros hemos sido avergonzados. Hemos fallado."
"Si usted no puede vivir con eso, encuentre una manera de matarse," Czulkang Lah le contestó. "Y yo
procuraré encontrar un ayudante, que tenga inteligencia además de valor." Se dio la vuelta. Tenia que
darle noticias desagradables a su hijo.
----------
Borleias.
Mientras la noche caía, Jaina finalizó el chequeo de las comprobaciones con el motor apagado. Salía
de su Ala-X, dándole una palmadita amistosa a Cappie, y volviéndose hacia la salida de la bahía de
atraque.
Pero esperándola, como ahora normalmente hacía, estaba Jag. Mostraba la ligera sonrisa, que Jaina
133
sospecha que únicamente ella era capaz de ver. "¿Qué tal?" dijo.
"Calrissian regresó vivo de Coruscant. De manera, que siendo Calrissian, él está dando una fiesta para
la familia y los amigos. Y los amigos de los amigos, y cualquier que en definitiva parezca interesado.
Además dice que tiene coñac, anterior a la invasión. ¿Si quieres podemos ir?"
Jaina sintió como ella empezaba negar con la cabeza, esa negatividad que parecía haberse convertido
en una segunda naturaleza en ella, desde que ella había llegado a Borleias, pero se contuvo a tiempo. Ella
se le abrazó, a la vez que le sonreía. "Me encantaría."

Continuará…

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