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Universidad Pedagógica Nacional

Licenciatura en Educación Comunitaria con énfasis en Derechos Humanos


Derechos Humanos en Colombia
Jully Paola Merchán Tamayo

TERCER AVANCE

“¡General Lesmes: que los traficantes de derechos humanos no lo detengan! ”1

Esta afirmación hace parte de un discurso pronunciado por el ex – presidente Álvaro Uribe, en el que también
señalaba que el movimiento de defensa de los derechos humanos está compuesto por politiqueros al servicio
del terrorismo que bajo la bandera de los derechos humanos tratan de devolverle un espacio protagonista al
terrorismo.

De acuerdo con el periodista Hollman Morris, estas afirmaciones hacen parte de una respuesta ante “ El
embrujo autoritario”, informe publicado por más de 80 organizaciones en las que hacían un análisis del primer
año de gestión del gobierno de Uribe. “El informe y las organizaciones proponían el debate público y lo que
obtuvieron fue una tremenda y desproporcionada calificación, que las ubicó como aliadas del terrorismo”.
(Morris, 2009:158)2

Es así como a través de este discurso, el ex presidente ubicó al movimiento de defensa de derechos
humanos como parte de la organización del enemigo. Esta lógica ubica al enemigo como un ente difuminado
que se hace cuerpo en cualquier ciudadano, que puede ser el que directamente accione o el que colabore.
Esta noción de enemigo que puede ser cualquier ciudadano es una cuestión característica de la Seguridad
Ciudadana que la distingue de la Seguridad Nacional, que trabaja el supuesto del enemigo interno de tipo
político.

Según Camilo Ernesto Villegas Rondón, el concepto de seguridad ciudadana surge a raíz de la
transformación de tipo mundial que posicionaba a los habitantes como el centro de la seguridad y no el
Estado como se consideraba en el paradigma de la seguridad nacional “que predicaba la defensa de la
nación y sus valores fundamentales de cara a los enemigos externos e internos”. (Villegas Rondón, 2006: 45)3
Esto se realizaba sacrificando los derechos individuales de los ciudadanos ante los intereses de la patria.

El concepto de seguridad ciudadana surgió en un contexto en el que el hambre la pobreza y el desempleo


traían como consecuencias el terrorismo, el narcotráfico, el secuestro, la corrupción, entre otras. Este
paradigma tiene como concepto trascendental la delincuencia, traducida como el enemigo que personificado
por los hechos de los afectados por los fenómenos de exclusión y violencia. “Así, el concepto se seguridad
ciudadana, tiene como punto de partida y llegada la seguridad de las personas y los bienes, está
directamente ligada a la violencia y los delitos, la prevención de la delincuencia, articulada con el quehacer de
la policía, la administración de justicia, la democracia, el nivel de vida de la población y los derechos
humanos”. (Villegas Rondón, 2006: 47)4

1
Afirmación del ex - presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, durante el discurso de posesión del nuevo comandante de la Fuerza
Aérea, el 8 de septiembre de 2003.
2
Morris, Hollman. (2009). “El DAS, una cacería criminal”. En Bejarano, Ramiro; Cepeda, Iván; Coronell, Daniel; Isacson, Adam;
Molano, Alfredo; Morris, Hollman; Navas, Germán; Orozco, Cecilia; Restrepo, Juan Camilo; Valencia, León; Vladdo y Zuleta, Felipe.
(2009). “Las perlas uribistas. Reveladora radiografía del gobierno de Álvaro Uribe”. Bogotá: Editorial Debate.
3
Villegas Rondón, Camilo Ernesto. (2005). “De la Doctrina de la Seguridad Nacional a la política de Seguridad Democrática en
Colombia: breve mirada histórica y criminológica”. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Sociales. Especialización en Instituciones Jurídico Penales.
4
Villegas Rondón, Camilo Ernesto. (2005). “De la Doctrina de la Seguridad Nacional a la política de Seguridad Democrática en
Colombia: breve mirada histórica y criminológica”. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Sociales. Especialización en Instituciones Jurídico Penales.
El discurso en el cual se aclaraba la visión del enemigo fue la oportunidad para la creación del Grupo Especial
de Inteligencia G-3, que hace parte del Departamento Administrativo de Seguridad Nacional DAS. La tarea
principal del G-3 consistía en desarrollar acciones en contra de las ONG de derechos humanos y la oposición
política de Colombia.

El contexto de la Doctrina de Seguridad democrática

De acuerdo con Francisco Leal Buitrago (2002), la seguridad no es el problema más grave que afronta el
país, pero si se configura como el más percibido por la ciudadanía, por esta razón requiere ser tratado de
forma inmediata. El ex -candidato presidencial Álvaro Uribe Vélez tenía en su plataforma ideológica, como un
elemento constitutivo, el principio de autoridad frente al de libertad lo que le hacía ver en la Constitución un
compilado de obstáculos jurídicos que le impedían confrontar de manera exitosa a la subversión.

De manera que las libertades ciudadanas, con derechos y deberes constituidos, que son el fundamento del
paradigma de democracia liberal, constituyen una traba para para cumplir los objetivos “democráticos” del que
era candidato presidencial.

Es así como el triunfo de Uribe Vélez en las elecciones presidenciales de 2002 fue el resultado de un clima
que abogaba por la resolución del conflicto por vía de la guerra ante la ruptura de las negociaciones entre
gobierno y las FARC-EP, el 20 de febrero de 2002.

“Desde la ruptura de los diálogos con las FARC-EP, en el 2002, las organizaciones guerrilleras dejaron de
ser para el gobierno colombiano organizaciones político militares y pasaron a ser consideradas
organizaciones terroristas, calificación sostenida y llevada a los límites por Uribe Vélez, quien ha ahorrado
esfuerzos en la búsqueda del fortalecimiento y la ampliación del apoyo internacional para la lucha contra el
terrorismo y el narcotráfico, lo que significó el cambio hacia una política de guerra; propiciada también por una
estrategia diplomática de lucha contra el terrorismo”. (Villegas Rondón, 2006: 54)

La idea de terrorismo se ha desatado desde la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, lo
que configura la idea de que las FARC-EP, el ELN y las AUC se encuentren denominados como terroristas y
fortalece la idea de inexistencia de conflicto, reduciéndola a que en Colombia se desenvuelve una lucha entre
en Estado y grupos terroristas.

Estas denominaciones son resultado de un proceso histórico que tuvo su punto de partida en la consolidación
de la Doctrina de Seguridad Nacional que se desarrolló en Colombia durante el Frente Nacional. A través del
supuesto anticomunista de esta concepción, la noción de seguridad nacional adquirió mayor importancia ante
la de defensa nacional. “La seguridad nacional supone una permanente amenaza de fuerzas nacionales e
internacionales vinculadas al comunismo, a diferencia de la seguridad nacional, cuyo móvil era la tradicional
salvaguardia de la soberanía, principalmente frente a los países vecinos”. (Leal Buitrago, 2002: 59)

Por su parte, de acuerdo con Angarita (2000)5 la economía del narcotráfico contribuyó a la extensión y
recrudecimiento del conflicto bélico, ya que la justicia privada ha sido privilegiada, creación de grupos
privados para la seguridad personal de narcotraficantes y sus alianzas con la fuerza pública y con grandes
terratenientes, lo que impulsó la creación de grupos paramilitares.

A partir de la caracterización de grupos armados como terroristas y ligados al narcotráfico, la política de


Seguridad Democrática ha constituido la necesidad de fortalecer las instituciones del Estado con sentido
militarista: sistema judicial, fuerzas militares, Policía Nacional, organismos de inteligencia y finanzas estatales.

5
Angarita Sarmiento, Carlos Enrique. (2000). “Estado, poder y derechos humanos en Colombia. Aproximación a una propuesta para
una política pública en derechos humanos en Colombia”. Bogotá: Corporación René García.
Es así como el Grupo Especial de Inteligencia G-3 fue creado a finales del 2003 por el José Miguel Narváez
durante la administración del ex – director del DAS, Jorge Noguera. “…cuyo objetivo era, según informe del
CTI de la Fiscalía, judicializar y neutralizar a las ONG y organizaciones o personas opositoras a las políticas
del gobierno…”.(Morris, 2009: 162)6

José Miguel Narváez y Jorge Noguera, así como jefes de inteligencia y contrainteligencia del DAS, han sido
vinculados a la investigación asumida por la Fiscalía General de la Nación, cuya denuncia la llevo a cabo la
revista Semana en febrero del año pasado. En las páginas de esta revista se consignaba cómo desde el DAS
se realizan actividades de espionaje ilegal contra periodistas, miembros de la oposición, defensores de
derechos humanos y miembros de la oposición.

Estas actividades se realizaban a través de la interceptación de correos electrónicos, llamadas telefónicas,


seguimiento de las actividades diarias de los interceptados y de sus familias, registros de las cuentas
bancarias, de lo cual se realizan completos recuentos de la vida de las personas que respaldaban con
fotografías. En fin, estas actividades se constituían en una fuerte obsesión por conocer y controlar la vida de
las personas que tienen ideas distintas y de los opositores de gobierno o de los que eran llamados aliados del
terrorismo.

“Era simplemente lo que llamaban los señores José Miguel Narváez, Luis Fernando Ovalle, Jorge Noguera,
entre otras cabezas visibles del DAS, “inteligencia ofensiva” llevaba a cabo por el “grupo G3”, y que consistía
en dedicar un buen número de personas a desacreditarnos, bloquear nuestras iniciativas, intimidarnos,
perturbarnos psicológicamente, entre otras funciones”. (Morris, 2009: 110)7

La historia de Hollman Morris

Hollman Morris, fue acusado dos veces de aliado del terrorismo por el ex – presidente Uribe entre los años
2004 a 2009. Estos llamamientos fueron realizados a través de los medios de comunicación con el único
argumento para hacerlo es que esta persona hace parte de un grupo nutrido de ciudadanos que tienen como
común denominador pensar diferente, disentir de las políticas gubernamentales y hacer públicas las
dinámicas de un conflicto que se ha prolongado en la historia de nuestro país.

“Uribe, a los defensores de los derechos humanos, a la oposición política y a periodistas independientes
como yo, en diferentes ocasiones nos ha llamado aliados del terrorismo. Colombia tiene que hacer un
balance de cuánto daño hizo un discurso intoxicando a la sociedad colombiana sobre el ejercicio real de la
defensa de los derechos humanos y de una prensa independiente”. 8

Morris es periodista, cuya carrera se ha caracterizado por la denuncia y la defensa de los derechos humanos,
fundó la sección de Paz y Derechos Humanos en el periódico El Espectador y es director del programa de
televisión de Contravía, que se distingue por hacer conocer a los ciudadanos las dimensiones del conflicto
colombiano.

6
Morris, Hollman. (2009). “El DAS, una cacería criminal”. En Bejarano, Ramiro; Cepeda, Iván; Coronell, Daniel; Isacson, Adam;
Molano, Alfredo; Morris, Hollman; Navas, Germán; Orozco, Cecilia; Restrepo, Juan Camilo; Valencia, León; Vladdo y Zuleta, Felipe.
(2009). “Las perlas uribistas. Reveladora radiografía del gobierno de Álvaro Uribe”. Bogotá: Editorial Debate.
7
Siete años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez ¿Continuidad o desembrujo?. La Seguridad Democrática insiste y la esperanza
resiste. (2009). Bogotá: Ediciones Antropos Ltda y Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
8
Tomado de entrevista realizada a Hollman Morris por Isabel Coello en Madrid (España) el 25 de julio de 2010. Trabajo publicado con
el nombre de “Hollman Morris: Uribe espió a una española menor de edad: mi hija” en el periódico Desde Abajo.
http://www.desdeabajo.info/index.php/actualidad/colombia/7398--hollman-morris-quribe-espio-a-una-espanola-menor-de-edad-mi-
hijaq.html
Estas labores han hecho que sea una de las víctimas de prácticas de interceptación ilegal, con este
periodista, la FLIP (Fundación para la libertad de Prensa) ha documentado 16 casos de trabajadores de la
comunicación que se han visto afectados por estas actividades9.

De acuerdo con Hollman Morris, los periodistas son más peligrosos ya que tienen la oportunidad de denuncia
pública, de darle voz a las a las víctimas del conflicto y criticarlo. Es así como él tenía uno de los folios más
gruesos en el DAS donde estaban todos los registros de correos, llamadas telefónicas, cuentas bancarias,
viajes, conferencias, fotografías de reuniones, de encuentros con amigos y familiares, cotidianidad de pareja,
hasta un recuento de sus viviendas.

“…este grupo de delincuentes buscó en las interceptaciones ilegales de nuestros correos, bloquear los
intentos de financiación de nuestro programa periodístico, y lo lograron en algunos casos. Buscaban en mis
correo a mis fuentes de denuncia (acaso para perseguirlas y asesinarlas), buscaban en las comunicaciones
adelantarse a las entrevistas y conferencias para sabotearlas y saber y establecer quienes eran mis amigos”.
(Morris, 2009: 111)10

No sólo querían encontrar detalles de la vida profesional de este comunicador, sino que investigaban de cerca
a su esposa, padres y hermanos. Su hija, una menor de nueve años, ha sido víctima desde el 2003 de esta
violación de los derechos humanos que busca, también la desestabilización psicológica del núcleo familiar.

Ante amenazas contra su vida, que lo han llevado al exilio en dos oportunidades, el ex – vicepresidente
Francisco Santos ordenó la protección del periodista y su familia a agentes del DAS, quienes tenían la misión
de labores de espionaje sobre las personas protegidas.

La historia de Claudia Julieta Duque

Desde que la periodista Claudia Julieta Duque comenzó a trabajar con el Colectivo de Abogados José Alvear
Restrepo en el 2001 sobre el asesinato del periodista Jaime Garzón, las amenazas se intensificaron cuando
denunció que el DAS realizó un montaje que buscaba desviar la investigación que la Fiscalía estaba
realizando por el homicidio de Garzón, ya que algunos de los agentes de la organización habían participado
en el crimen.

Durante ese año Duque notó seguimientos constantes de vehículos a los suyos y manifestó sus sospechas
sobre las labores de inteligencia en su contra de algunos de sus escoltas que hacían parte del esquema de
seguridad del Programa de Protección de Gobierno.

Dentro de la Investigación que adelanta la Fiscalía General de la Nación por las interceptaciones y
seguimientos ilegales por parte del DAS, se encontró en las oficinas de la entidad una orden que contenía una
solicitud para amenazar a la periodista, en ella estaban especificadas algunos detalles como el lugar desde el
cual se debía hacer la llamada, la duración de esta y el texto trascrito de lo que se debía decir en la amenaza:

“Señora, es usted la mamá de María Alejandra (esperar contestación) Pues le cuento que no nos dejó otra
salida, se le dijo de todas las formas y usted no quiso hacer caso, ahora ni camionetas blindadas ni carticas
chimbas le van a servir. Nos tocó meternos con lo que más quiere, eso le pasa por perra y por meterse en lo
que no le importa vieja HP”.

9
Esta cifra corresponde a casos documentados por la FLIP hasta diciembre de 2009, no corresponde a la cifra real de periodistas
victimas de estas dinámicas.
10
Siete años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez ¿Continuidad o desembrujo?. La Seguridad Democrática insiste y la esperanza
resiste. (2009). Bogotá: Ediciones Antropos Ltda y Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
Responsabilidad política

En el marco de día del periodista en Colombia de este año, los periodistas Hollman Morris y Claudia Julieta
Duque responsabilizaron políticamente al ex presidente Álvaro Uribe Vélez de la obsesionante persecución de
la que han sido víctimas por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Los dos periodistas afirman
que Uribe estaba informado acerca de las labores de seguimiento que estaba realizando el Departamento a
través del Grupo de Inteligencia Estratégica (G-3).

“El presidente por lo menos es responsable político de todo lo cometido por sus servicios secretos, que
dependen directamente de él. La responsabilidad política le cabe entera. Un jefe de inteligencia ha declarado
que, en reunión en un club privado, la ex directora del DAS les dijo que las prioridades del presidente eran
seguir a la Corte, los periodistas y los senadores Gustavo Petro y Piedad Córdoba. Quienes hemos sido
víctimas directas de esta cacería criminal no podemos descartar las denuncias penales al respecto”.11

En las denuncias pronunciadas el pasado 9 de febrero, los periodistas recordaron las afirmaciones de Jorge
Noguera Cotes, ex director del organismo de seguridad, en las que sostenía que había recibido órdenes de
Álvaro Uribe para que asignara como subdirector del DAS a José Miguel Narváez; quien está siendo
investigado por sus supuestos vínculos con el paramilitarismo, por ser uno de los fundadores del G-3, por
haber participado en los asesinatos de Jaime Garzón y Manuel Cepeda; y por dar una cátedra en
campamentos de las Autodefensas Unidas de Colombia.

A pesar de haber sido director en jefe de la institución, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, hombre que se ha
caracterizado por su obsesión por la seguridad, afirma desconocer las actividades llevadas a cabo por su
policía secreta en contra de opositores, periodistas, movimiento de derechos humanos y cualquier persona
sospechosa de tener nexos con un terrorismo difuminado.

Siguiendo a Joseph Comblin (1978), esta estrategia de persecución hace parte de un estado de guerra total
que normaliza la situación de guerra. La guerra total está compuesta por las nociones de guerra generalizada,
guerra fría, y guerra revolucionaria.

La guerra generalizada tiene como proyecto la destrucción total del enemigo sin ningún tipo de limitación o
control, Comblin se refiere a ella como una guerra ciega. Por su parte, la guerra fría es una guerra que se
lleva a cabo a través de varios frentes, desde el plano militar, hasta el plano psicológico, pero esta forma de
guerra evita la confrontación directa. Y la guerra revolucionaria se mueve en los aspectos de guerra
psicológica y el papel de los servicios de inteligencia. En la guerra psicológica la confrontación se mueve en el
campo de las ideas; la represión y el control se mueven sobre los sindicatos, la universidad, los medios de
comunicación, la iglesia, los derechos humanos…; y cualquier pensamiento crítico es atacado con toda
intensidad de aniquilamiento. “…nos desestabilizaron psicológica y emocionalmente, pueden cantar victoria
porque nos convirtieron en personas que hoy dudamos de todo aquel que se nos acerca, somos
paranoicos…”. (Morris, 2009: 113)12

11
Tomado de entrevista realizada a Hollman Morris por Isabel Coello en Madrid (España) el 25 de julio de 2010. Trabajo publicado
con el nombre de “Hollman Morris: Uribe espió a una española menor de edad: mi hija” en el periódico Desde Abajo.
http://www.desdeabajo.info/index.php/actualidad/colombia/7398--hollman-morris-quribe-espio-a-una-espanola-menor-de-edad-mi-
hijaq.html
12
Siete años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez ¿Continuidad o desembrujo?. La Seguridad Democrática insiste y la esperanza
resiste. (2009). Bogotá: Ediciones Antropos Ltda y Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.

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