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ALTERACIONES DE LA SEXUALIDAD
INDICE
INTRODUCCIÓN
Es bien sabido que los trastornos sexuales afectan a un gran número de personas de ambos sexos y
que hasta muy poco tiempo no se tenían en cuenta estas alteraciones especialmente si las afectadas
eran del sexo femenino. Sin embargo los tiempos han ido cambiando, las mujeres han ido
adquiriendo el protagonismo que les corresponde en la sociedad y se han ido preocupando cada vez
más por su sexualidad.
Hay evidencias científicas que correlacionan trastornos sexuales y merma en la calidad de vida, con
especial afectación de las relaciones personales y de la propia autoestima.
En los hombres se utilizan, desde hace unos años, por parte de sexólogos (médicos ó psicólogos)
algunos test autoaplicados que permiten, casi siempre, un diagnóstico fácil de numerosos trastornos
sexuales. Sin embargo hay pocos estudios que hayan tratado de desarrollar un instrumento
diagnóstico parecido en mujeres.
PARAFILIAS:
De todos los temas sexuales, el de las parafilias tal vez constituya uno de los que más
curiosidad e interés haya despertado en todas las épocas de la humanidad.
Las parafilias en su expresión extrema son desviaciones socialmente inaceptables de las normas que
rigen tradicionalmente las relaciones sexuales.
Debemos tener en cuenta que un gran número de las parejas experimentan algún grado de
variedad en sus relaciones sexuales tratando de concretar sus fantasías sexuales. Cuando las dos
partes están de acuerdo y consienten en ello, los comportamientos sexuales no lesivos de tipo
alternativo pueden ser una parte intrínseca de una relación amorosa y cariñosa.Pero cuando se llevan
las cosas al extremo, sin embargo, tales comportamientos sexuales son parafilias, trastornos
psicosexuales que dificultan seriamente la capacidad para la actividad sexual afectiva recíproca.
Las parejas de las personas con una parafilia pueden sentirse como un objeto o como si
fueran elementos sin importancia o innecesarios en la relación sexual,ya que no son valorados como
personas , sino como objetos de placer.
Diagnóstico diferencial
¿Cómo saber si se trata de una parafilia? Debe diferenciarse del uso de fantasías o
comportamientos sexuales no patológicos o de los objetos(juguetes sexuales vendidos en el
comercio legal) como un estímulo para la excitación sexual que presentan los individuos sin
parafilia. Las fantasías, los comportamientos o los objetos son considerados parafílicos sólo si
provocan malestar o alteraciones clínicamente significativas (p. ej., son obligatorias, producen
disfunciones sexuales, requieren la participación de individuos en contra de su voluntad, conducen a
problemas legales o interfieren en las relaciones sociales).
Las parafilias individuales pueden diferenciarse según las características del centro de interés
parafílico. Sin embargo, si las preferencias sexuales del individuo cumplen los criterios diagnósticos
para más de una parafilia, deben diagnosticarse todas. El exhibicionismo.por ejemplo debe
diferenciarse del hecho de orinar en público, lo que constituye muchas veces una excusa para
justificar el comportamiento. Tanto el fetichismo como el fetichismo transvestista suponen la
manipulación de prendas y artículos típicamente femeninos. En el fetichismo el foco de excitación
sexual es la prenda femenina (p. ej., medias), mientras que en el fetichismo transvestista la
excitación sexual se produce por el mero hecho de vestirse con la ropa del otro sexo. Este
comportamiento puede presentarse asimismo en el masoquismo sexual. En este último la excitación
está producida por la humillación de verse obligado a vestirse con ropa femenina y no por presencia
de las prendas.
Para el diagnóstico, el DSM IV requiere que esta constituya una evidente perturbación para
el individuo y que se presente, como mínimo, durante 6 meses. Se desconoce la etiología como su
prevalencia. Rara vez se diagnostican en la clínica y la mayoría se descubren a raíz de conflictos con
la justicia
En el DSM III [3] de 1978 se afirmaba que "las parafilias se caracterizan por la excitación
como respuesta a objetos o situaciones sexuales que no forman parte de los estímulos normativos y
que, en diversos grados, pueden interferir con la capacidad para una actividad sexual efectiva
recíproca".
En la última de 1995, el DSM IV [4] dice que: "La característica esencial (Criterio A) de la
parafilia es la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, e impulsos o
comportamientos sexuales que por lo general engloban:
Para establecer un diagnóstico diferencial con otras conductas sexuales no patológicas, el DSM IV
dice que "las fantasías, comportamientos u objetos son considerados parafílicos sólo si provocan
malestar o alteraciones clínicamente significativas, como: son obligatorias, producen disfunciones
sexuales, requieren la participación de otros individuos en contra de su voluntad, conducen a
problemas legales o interfieren en las relaciones sociales."
Tampoco deben coincidir estas conductas con el curso de enfermedades mentales tales como retraso
mental, demencia, cambio de personalidad debido a una enfermedad médica, la intoxicación por
sustancias, un episodio maníaco o la esquizofrenia. Aquí las conductas sexuales anormales son
inusuales, aisladas, no obligatorias y solo duran lo que dura el trastorno mental de fondo.
La edad de comienzo del trastorno suele remontarse a la infancia y las primeras etapas de la
adolescencia, donde aparecen conductas parafílicas, pero se definen recién en la adolescencia y la
adultez joven.
Las fantasías, impulsos y comportamientos pueden ser elaborados o simples, de una sola
serie o de varias parafilias asociadas. La duración debe ser mayor de seis meses, como vimos, pero
lo común es que sean recurrentes, se cronifiquen y duren toda la vida, con tendencia a dismi nuir a
lo largo de los años. Pueden haber períodos de mayor expresión, coincidentes con períodos de
estrés, como también vimos, y también cuando la persona se encuentra con oportunidades
existenciales de practicar sus fantasías y actos. Tal el caso de los que eligen trabajar o se ofrecen
como voluntarios en comercios de venta de lencería o zapatos de mujer (fetichismo), trabajar con
niños en guarderías y hogares (pedofilia), conducir una ambulancia o cirugía, la carrera militar
combatiente o la carnicería, así como la policía política en los regímenes de fuerza (sadismo sexual),
enfermería (frotteurismo), o en morgues (necrofilia), o empleados de los hoteles de alta rotatividad
(voyeurismo).
La repercusión social del trastorno parafílico es variable, pues hay casos en que el portador
lleva una vida social activa que no permite sospechar trastornos íntimos, como en otras patologías
del carácter. Pero otros se aíslan en sus fantasías y comportamientos, con graves repercusiones sobre
su rendimiento laboral, estudiantil o su vida conyugal o social. Compran o roban y coleccionan
material fotográfico, películas o prendas referidas a su trastorno exclusivo y eso les basta como toda
vida sexual. El exhibicionismo y el voyeurismo así como el sadomasoquismo, pueden llevar a
situaciones que violan la Ley y sus portadores terminan encarcelados o procesados. Otros, sufren un
deterioro social progresivo o temporario. O llevan una doble vida: privada y pública. La mitad de los
parafílicos está casado. Muchos tratan de imponer a sus mujeres sus fantasías o conductas, lo cual
conlleva peligro de vida o lesiones en caso de sadomasoquismo, o delitos en caso de pedofilia. Hay
parejas de parafílicos que llegan a una transacción de vida muy pintoresca y peculiar. Otras, se
divorcian con frecuencia y se vuelven a casar, buscando comprensión.
DESARROLLO
Después de esta clasificación pasaremos a desarrollar las parafilias que son mas comunes de
encontrar en nuestro ámbito sociocultural.
FETICHISMO
Entre las parafilias que más llaman la atención, se encuentra el fetichismo. Nuestra
definición dice: “Parafilia por la que objetos no vivos como ropas, zapatos, cabellos o uñas, son
utilizados de manera repetida y preferida para la excitación sexual, la masturbación, el coito y la
fantasía”. Se trata, como vimos de una parafilia por alteración en la elección de objeto.
Lo más común es que el fetichista sea un varón de edad mediana, heterosexual, practicante habitual
de la masturbación mientras mira, huele, sostiene, acaricia o manipula el fetiche. El mismo tiene un
valor simbólico que sustituye al objeto hetero u homosexual habitual. Los fetiches pueden ser: una
prenda de vestir como soutienes, bombachas, slips, zapatos, botas, medias, ligas, polleras, blusas y
cualquier otra prenda de vestir femenina, ya que el fetichista se trata de un varón heterosexual en la
mayoría absoluta de los casos. También pueden ser partes del cuerpo más o menos inanimados
como cabellos, vello pubiano desprendido de los genitales, a veces trozos de uña. Cuando se trata de
una parte del cuerpo no genital como pies, manos, orejas, se habla de parcialismo. Si la preferencia
es por mamas, nalgas o genitales, no se trata de una parafilia típica, pues poseen carácter sexual
explícito. Los accesorios de limpieza o arreglo físico, como un peine, un cepillo, peinetas, alfileres,
prendedores o collares, pulseras o anillos, también pueden convertirse en fetiches.
El primer significado del término “fetiche” fue el de ser un objeto que poseía poderes
sobrenaturales y al que los hombres veneraban.
El término “fetiche sexual” fue acuñado por el psicólogo francés Alfred Binet, que fue el
que, además, lo clasificó como parafilia. En cambio, algunos sitúan a Freud como el primero en
ponerlo sobre la mesa para su debate.
Se cree que esta parafilia, se desarrolla cuando de muy joven, el sujeto, hombre o mujer,
comienza a descubrir el sexo. Las circunstancias en las que este descubrimiento se desarrolle le lleva
a relacionar el placer sexual con ciertos objetos o características de la fisionomía humana. Es decir,
que aprender a alcanzar el clímax orgásmico en unas determinadas condiciones, puede convertir a
éstas en factores imprescindibles para seguir sintiendo placer físico en posteriores encuentros. Una
vez establecido el trastorno, tiende a ser crónico y de difícil recuperación
B. Las fantasías, los impulsos sexuales o los comportamientos provocan malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C. Los fetiches no deben ser únicamente artículos de vestir femeninos como los utilizados para
transvestirse (fetichismo transvestista) o aparatos diseñados con el propósito de estimular los
genitales (p. ej., vibrador).
Diagnóstico diferencial
Hay que saber distinguir el fetichismo de la conducta común de la mayoría de las personas,
por ejemplo, es agradable ver a una mujer que lleva puesta una minifalda, o una blusa transparente 0
escotada que muestra una parte de los senos., o un hombre que deje ver sus muslos o nalgas ,
vistiendo un pantalón ajustado. Esto no podría considerarse fetichismo, pues el estímulo se produce
por el erotismo que estos objetos causan al ocultar partes verdaderamente sexuales, las cuales son
los verdaderos objetos de atracción tanto de hombres ,como de mujeres.
Manifestaciones
Durante la conducta sexual solitaria, el fetiche se lleva puesto, se huele o se frota contra los
genitales. Los objetos fetiches más frecuentes suelen ser elementos de vestir femeninos, incluyendo
calzones, sostenes, guantes, medias, portaligas, minifaldas, zapatos, botas e incluso delantales,
capas y pañuelos. Hay que matizar que, para el fetichista, estos objetos suelen ser mucho más
excitantes si ya los ha llevado puestos la persona y lo ha dejado con su olor. Y aunque estos objetos
pueden resultar excitantes para muchas personas porque proyectan una imagen mental del cuerpo de
la persona, para el fetichista, en cambio, el objeto es realmente mucho más excitante que la persona
en sí
En el caso del fetichista, lo excitante sería, por ejemplo, la falda usada por aquella persona,
las botas, pañuelos o en general objetos o partes del cuerpo (a excepción de los genitales) sin las
cuales el fetichista no lograría alcanzar satisfacción sexual.
Ejemplos de fetichismos sexuales
• Excitación por partes del cuerpo (parcialismo), p. ej. excitación por el cuello, el torso, las manos,
los pies
• Excitación por las axilas
• Excitación por los vellos corporales (hirsutofilia)
• Excitación por personas practicando el contorsionismo
• Excitación por el color negro
• Excitación por los tacones de aguja
• Excitación por la ropa de cuero
• Excitación por la ropa formal
• Excitación por las botas y calzado de mujer
• Excitación por los guantes o delantales, capas, etc.
• Excitación por la ropa interior
• Excitación por las pantimedias
• Excitación por las mujeres que se descalzan en sitios públicos, también conocido como shoeplay
• Excitación por usar chalecos de diversas texturas
• Excitación por la menstruación y objetos relacionados con esta (Menstruofilia)
• Excitación por los excrementos humanos (coprofilia)
• Excitación por las manos femeninas y masculinas
• Excitación por la música (Melolagnia)
• Excitación por la sangre o la violencia
• Excitación por la saliva
• Excitación por las cosquillas
• Excitación por las esposas o grilletes
• Excitación por la gente fumadora (capnolagnia)
• Excitación por el cuello femenino (tráquea tragando o moviéndose)
• Excitación por mujeres en estado de embarazo
• Excitación por los globos de caucho (balloon fetish)
• Excitación por vestirse con ropa hecha de látex
• Excitación o gusto por personajes de caricaturas o dibujos animados gordos (fatfurs)
• Excitación (en los hombres) por verse o fantasear que se es mujer. (autoginefilia)
NECROFILIA
La palabra necrofilia proviene de los vocablos griegos “nekros” que significa muerto y
“filia” que significa amor.
En términos médicos la parafilia está definida por el hecho de obtener placer sexual
exclusivamente en la práctica de ésta. Por tanto, si vemos el sentido amplio de la palabra, podemos
concluir que la necrofilia es la excitación sexual que se logra a partir de la contemplación,
mutilación, contacto o incluso evocación de la figura de un cadáver. Existen también algunas
variantes en la necrofilia. Por ejemplo podemos citar el caso de los que asesinan a una persona para
poder tener relaciones con ella. En este caso confluyen otras parafilias como el sadismo extremo y
por supuesto el fetiche que se suma al acto general del pervertido. En ambos casos se puede tratar de
una psicosis o de algún otro trastorno mental grave.
El acto sexual con cadáveres generalmente está considerado como algo socialmente
inaceptable en casi todas las culturas; se presume que la persona no habría consentido ese acto
cuando estaba viva. Virtualmente todas las sociedades humanas consideran este acto como una falta
de respeto simbólica. En algunos casos sin embargo, los actos de necrofilia pueden ser consensuales,
Por ejemplo en el caso de Armin Meiwes en el que la víctima dio su consentimiento a la mutilación
y muerte inflingidas hacia él.
Podríamos pensar que las prácticas necrófilas se circunscriben a la cultura dark o gótica o a
las sectas satánicas. Pero lo sorprendente es que miembros del equipo de salud son partícipes de
estas prácticas. Ciertamente, son los médicos forenses los que han sido vistos muchas veces en
medio de estas actividades anormales. En la red circulan fotografías que los han pillado
acostándose,tocando y teniendo relaciones sexuales con un cadáver.
¿Qué quiere usted? Cada uno tiene sus pasiones, y la mía son los cadáveres.
Víctor Antoine Ardisson, apodado el vampiro du Muy, fue un necrófilo francés que vivió
entre fines del s. XIX y principios del s. XX.
Nacido el 5 de septiembre de 1872 en Muy en el Var (Provenza-Alpes-Costa Azul), Ardisson
cometió un centenar de actos de necrofilia. Sepulturero y empresario de pompas fúnebres, el
vampiro de Muy viola varios cuerpos, especialmente de mujeres jóvenes, a los que decapita y mutila
en algunos casos. Durante algún tiempo llega a conservar en su mesa de luz la cabeza momificada
de una joven de 13 años, a la que besa regularmente y llama "su novia".
Es cuidadosamente examinado en 1901 por parte del Dr. Alexis Épaulard (1878-1949), uno
de los primeros en hablar de vampiros en la necrofilia. Considera que Ardisson es un "degenerado
impulsivo, necrosádico y necrófilo". El doctor austro-húngaro Richard von Krafft-Ebing, quien
estudió su caso, describe "una débil carencia de sentido moral".
En la psicología social analítica de Erich Fromm, se explica el gusto por la violencia y la
destrucción, el deseo de matar y la atracción por el suicidio y el sadismo. En un sentido no sexual,
Fromm entendía la necrofilia no como la expresión de un instinto sexual derivado de la muerte, sino
como la consecuencia de llevar una vida sin estar realmente vivo. Para Erich Fromm la necrofilia es
lo opuesto a la biofilia, y es junto con la fijación simbiótica y el narcisismo, uno de los tres mayores
males de la humanidad. Según Fromm, la carencia de amor en la sociedad occidental conduce a la
necrofilia. El necrófilo vive mecánicamente, convierte a los sentimientos, procesos y pensamientos
en cosas. Tiende a querer controlar la vida, a hacerla de cierto modo predecible. Erich Fromm
afirma que, puesto que la única seguridad de la vida es la muerte para el necrófilo, éste anhela la
muerte, la adora. Para Fromm, la necrofilia se observa en el actual mundo occidental en las fachadas
hechas de hormigón y acero, en el armamento moderno y la carrera nuclear, en la idolatría hacia la
tecnología de las grandes máquinas (tecnofilia), la pérdida de recursos con el consumismo y el trato
hacia las personas como cosas (burocracia)
PEDOFILIA.
En su mayoría los pedofílicos son hombres, menos agresivos que los violadores; muchos de
ellos son alcohólicos o psicóticos de mente torpe o asociales, y su edad fluctúa entre los 30 y 40
años. En general, son hombres débiles, inmaduros, solitarios y llenos de culpa.
No siempre sucede, pero las personas que fueron sexualmente abusadas en su niñez, tienen la
posibilidad de convertirse en pedófilas en la adultez. No se trata de venganza, sino que sucede a
nivel inconsciente e incluso puede relacionarse a veces con el abuso de drogas.
El pedofílico no se acerca a los adultos debido a que teme ser castrado por ellos, que son
representantes de sus padres, hacia los que dirige sus impulsos incestuosos. Suele identificarse con
su madre y se relaciona con los niños de la misma manera como fantasea que debiera ser su relación
con ella, por ese motivo es que elige a niños que puedan representarlo a él mismo. El temor a la
castración intensifica su narcisismo, por la necesidad de protegerse a sí mismo.
En general, las instituciones, y aun las familias, tratan de ocultar el problema. "Incluso hay madres
que protegen al esposo abusador de los hijos"
Entre los serios trastornos que puede dejar en las víctimas el abuso sexual infantil figuran:
episodios de depresión aguda, conducta suicida u homicida, desórdenes adictivos, agudo sentido de
culpabilidad, baja autoestima, severos episodios disociativos, conversión del abusado en abusador,
negación a recibir terapia.
• Trabajar para que el niño reconozca aquellas situaciones que lo pueden llevar a ser víctima de un
abuso sexual
• Trabajar para que el niño sea capaz de contarle a un adulto cuando ha vivido una situación de éste
tipo, y que pueda confiar en que se tomarán las medidas para preservarlo
• Trabajar para que el niño reconozca que tiene derecho a defenderse frente al agresor.
En el mismo documento, señalan que en el caso que el adulto elegido para confiarle dicha situación
sea su padre, sería esperable que intente reaccionar a la situación de la siguiente manera:
• Reaccionar con calma, dejando que el niño cuente sin presionarlo, tratándose de que se sienta
cómodo y comprendido
• No criticarlo ni decirle que no ha entendido la situación
• Respetar la privacidad del niño, llevándolo a un lugar donde puedan hablar tranquilamente
• No culpabilizarlo de lo ocurrido, asegurándole que se lo va a ayudar en ésta situación
• Motivar al niño para que lo pueda contar a las autoridades
• Consultar con un especialista en el tema.
El DSM III la define así: “También llamada paidofilia, es la parafilia en que el objeto sexual
elegido para la excitación y relación sexual es un niño de edad prepuberal. Si el parafílico es adulto,
el niño prepúber debe ser por lo menos 10 años más joven. Si se trata de un adolescente mayor, no
se requiere una diferencia de edad precisa. Puede ser hetero u homosexual “. Es una de las parafilias
específicas y tiene una larga tradición histórica.
C. La persona tiene al menos 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño o los niños de los
que abusa”. Por tanto “no debe incluirse a individuos en las última etapas de la adolescencia (entre
15 y 19 años) que se relacionan con personas de 12 o 13 años”. Si tienen el mínimo de 16 años, son
pedofílicos solo si tienen relaciones con niños menores de 11 años.
La edad de las víctimas más frecuentemente elegida por los paidófilos es de 8 a 10 años para
las niñas y de 10 años y más para los niños. La enfermedad puede comenzar en la adolescencia, pero
es más común en varones de mediana edad, durante periodos de estrés o tensión. Por eso suele ser
episódico o temporario. Los casos que recidivan o vuelven a manifestarse varias veces en la vida,
son los exclusivos por el propio sexo, más que los exclusivos por el sexo contrario, según las
estadísticas. Hay paidofílicos que acariciaron sexualmente a sus hijos y lo vuelven a hacer con sus
nietos, para escándalo de sus hijas-madres, que reactivan conflictos reprimidos y patologías
mentales. Como contraparte, hay niños que fueron abusados sexualmente por sus padres desde muy
pequeños, durante toda su infancia y hasta la adolescencia, con graves consecuencias para su salud
mental futura. El curso de esta enfermedad es crónico y difícilmente tratable.
Los paidofílicos explican sus conductas abusivas a través de pretextos pueriles como que
“hay que enseñarles la vida” o que “el placer es bueno para los chicos”, o simplemente que el niño
los provocó sexualmente. Aducen que su conducta es “educativa” para el niño, o que éste “siente
placer” y ello es sano, o que “es un niño o una niña provocador(a)”.
Como es lógico, los paidofílicos ocultan celosamente su problema a los demás, aunque suele
provocarles malestar. Para ello tratan con mucho cuidado al niño, lo llenan de atenciones para
ganarse su afecto y lealtad, solicitándoles que no cuenten a nadie lo que pasa entre ellos, que lo
guarden como un secreto entre ambos. Si se niegan a hacerlo, surgen las amenazas y castigos de
todo tipo, no solo físicos. La lealtad es solicitada por los padres, generalmente, y muchas veces los
hijos abusados no los denuncian.
EXHIBICIONISMO
Es “una parafilia masculina por la que se realizan actos repetidos de exposición de los genitales a un
extraño, con el objeto de alcanzar la excitación sexual, sin intentos posteriores de efectuar relaciones
sexuales con el mismo. Es necesario que el otro se sorprenda o espante como requisito para la
excitación” [20]. A veces el individuo se masturba durante la exposición o durante la fantasía de
exhibición.
Conforma uno de los polos de patologización del erotismo de la mirada. Proviene del latín
“exhibere” (enseñar).
Como se trata de una parafilia específica, debe cumplir con dos criterios establecidos por DSM IV
[4]:
B. Estas conductas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del sujeto”.
El exhibicionismo es un acto convulsivo que conduce a exhibir los genitales, cuando no se debe, a
personas del sexo opuesto, con el fin de lograr excitación y placer sexuales. Es raro que se dé en la
mujer. En los hombres es la causa más frecuente de arrestos por motivos sexuales. La masturbación
puede realizarse antes o después de la exhibición.
La acción suele estar premeditada e ir dirigida a personas desconocidas. No es habitual que el
exhibicionista ataque o moleste a sus víctimas, aunque podría ser así, no obstante puede provocar
algún efecto traumático en su víctima.
Generalmente esta conducta comienza en la adolescencia, con prevalecía entre los 20 y 30 años de
edad; en la mayoría de los casos, esta conducta es de carácter compulsivo. La personalidad del
exhibicionista es de ser un sujeto tímido, retraído y dependiente, con dificultad en habilidades
sociales y heterosexuales. Esta conducta puede darse en hombre mayor, solitario, sin pareja o
abandonados por éstas, generalmente debido a problemas de impotencia.
En su mayoría el exhibicionista está casado, pero sus relaciones sexuales son defectuosas, creando
dudas y temores de su masculinidad, juzgándose débil sexual.
Es común que un exhibicionista, aunque sea sorprendido por la justicia, reincida una y otra vez en su
conducta.
n el exhibicionismo, el sujeto busca lograr tres pruebas: la reacción de los demás como prueba oral
de la existencia de su pene, la liberación de su ansiedad por medio del desplazamiento y una
reacción en espejo por la cual espera ver mujeres con pene, para eliminar la ansiedad de castración.
El inicio puede asociarse a una experiencia de excitación sexual posterior a una exposición
casual, posiblemente en juegos infantiles o ante médicos o enfermeras. La adquisición de la
conducta es por influencia del impulso sexual que al mantenerse en el tiempo, pierde el carácter
sexual y toma matiz compulsivo
Lo común es que el individuo, se masturbe después del episodio, con la fantasía de que la o
las personas sorprendidas se excitaron sexualmente con su pene, o simplemente recordando el
espanto que provocaron. Es decir, el exhibicionista necesita siempre de espectadores que se asusten.
Si las personas no se asustan, el episodio fracasa en su eficacia excitatoria. Por eso, el exhibicionista
realiza el acto frente a niñas que nunca vieron un pene, pues con una mujer mayor o con
experiencia, el asombro puede no provocarse, o más bien puede provocar risa o burla, lo que frustra
gravemente al exhibicionista. Es común que cambie de barrio o lugar de actuación, para no ser
atrapado.
La motivación psicológica, según el psicoanálisis, radica en que el paciente padece de una
angustia de castración, tiene dudas con respecto a su pene, su tamaño y utilidad. Al exponer su pene,
busca inconscientemente dos cosas: Primero, que le reafirmen que tiene pene, pues reaccionan frente
a su vista. Segundo, que su pene atemoriza a la persona, con lo cual él ya no tendrá miedo. Pueden
haber otras motivaciones inconscientes, como: “Te muestro lo que quiero que tú me muestres a mí”.
Como las personas sorprendidas suelen ser mujeres, podría suponerse que buscan que ellas también
muestren sus genitales, pero se afirma que lo que buscan los exhibicionistas es que ellas también
muestren un pene, al igual que lo fantasean los transvestistas.
Tengamos en cuenta que el exhibicionismo, como las demás parafilias, es una expresión
inmadura y narcisista de la sexualidad, que poco tiene que ver con el otro, más que como objetos de
uso o cosificación para sus satisfacciones no genitales. El exhibicionista tiene dificultades para
amar, para cortejar adecuadamente, para formar pareja. El trastorno es básicamente masculino, y
quien lo sufre padece además de un deterioro significativo en su vida.
SADOMASOQUISMO
Sadismo y masoquismo aparecen muy a menudo reunidos en una misma persona. Se trata de
neurosis obsesivas. No hay sadismo sin masoquismo y viceversa
El sadismo deriva del nombre del escritor francés Marqués de Sade y es la excitación sexual
provocada por padecimiento físico o dolores morales y obtenida deliberadamente por medio de
lesiones personales, injuriosas o amenazas (sadismo verbal). No debe confundirse con la crueldad
aunque ésta en ocasiones vaya seguida secundariamente de estímulos tumescentes, no buscados de
propósito. El sadismo exige la deliberación sexual. Existe el placer de la crueldad sin que sea
sadismo, la fría crueldad de los niños con los animales no es sadismo. Éste puede combinarse con
canibalismo. El sadismo se complica con frecuencia con otras desviaciones como la necrofilia
(necro-sadismo), la bestialidad o el sado-fetichismo.
El masoquismo es la excitación de la libídine en la víctima (voluntaria por lo general) mediante
fustigación, ahorcamiento simulado, heridas y malos tratos, sevicias, aunque sólo sean verbales
(masoquismo simbólico).
Llámase algolagnia activa a la voluptuosidad experimentada por el dolor. Se trata de los que
provocan voluntariamente en sí mismos (algolagnia pasiva) o mediante tercera persona, o en otros
(algolagnia activa) sensaciones dolorosas como estímulo libidinógeno (patofilia, sadismo,
masoquismo). Muchos asesinos son sádicos, es decir se excitan sexualmente al herir o matar a sus
víctimas.
VOYEURISMO
El voyeurismo es una conducta, que puede llegar a ser parafilica, caracterizada por la
contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de
conseguir una excitación sexual (delectación voyeurista). La actividad del voyeurista no implica
ninguna actividad sexual posterior.1
Etimología
La palabra voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una
traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso.
El voyeur suele observar la situación desde lejos, bien mirando por una cerradura, por un
resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, etc. La masturbación
acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un
potenciador de la excitación.
El trastorno empieza en la infancia, se instala antes de los 15 años de edad y su curso es
crónico. En su forma más grave, mirar o balconear como espectador la vida sexual de los demás es
su única forma de actividad sexual. Los voyeuristas compran potentes catalejos para espiar la vida
íntima de sus vecinos de enfrente, modifican sus horarios para poder estar a la hora en que la vecina
se acuesta, se cambia de ropa o hace el amor con su pareja o se desnuda para ir al baño. Hay
voyeuristas que alquilan piezas de pensiones antiguas desde donde pueden espiar a través de la
cerradura o hendijas hacia la pieza vecina, o efectuado orificios en puertas y hasta paredes. A veces
se asocia con el escuchismo, oyendo los ruidos del placer en las piezas vecinas. La recorrida discreta
por las “villas cariño” o lugares de la vía pública con poca iluminación, como ramblas o costaneras,
parques y plazas, donde las parejas van en automóviles o a pie para acariciarse o hacer el amor, es
una práctica habitual. Allí toman toda clase de precauciones para no ser descubiertos mientras mira,
pues ello interrumpe su placer y les provoca gran frustración y angustia.
Es necesario, por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que
también se produce una excitación al contemplar la desnudez. La diferencia estriba no sólo en el
consentimiento o conocimiento de la persona observada que, en el caso del voyeurista, rara vez
existe, mientras que en la actividad sexual normal se sobreentiende que sí, formando en este último
caso parte de la totalidad de la actividad, no siendo en sí misma la totalidad (la parte por el todo),
sino también en la exclusividad de la observación como conducta sexual, carente de interacción
física interpersonal.
En lo que respecta a los rasgos de personalidad del voyeurista, estos sujetos suelen ser
tímidos durante la adolescencia y con cierta dificultad para iniciar o mantener relaciones de pareja.
No son sujetos especialmente propensos a poseer rasgos especialmente patológicos.
Para el gusto voyeurista se han creado los llamados peep shows, que son actuaciones que se
realizan en vivo en los sex shops o que se observan en la red Internet por medio de una Web cam.
Estos shows suelen mostrar a mujeres que fingen no saber que son observadas durante el acto de
desnudarse o mientras se masturban.
Por extensión, el término se utiliza también en un amplio contexto: por ejemplo, se habla del
“voyeurismo del telespectador” frente a unas imágenes o acontecimientos relacionados con las
personas y su intimidad o su desnudo.
La palabra voyeurista o mirón se puede definir asimismo como alguien que disfruta siendo
testigo de situaciones de sufrimiento o desgracia de otras personas (schadenfreude).
Penalización
En algunas culturas el voyeurismo se considera una perversión y varios países lo han
clasificado como un delito sexual.
El Reino Unido agregó esta ofensa al Sexual Offences Act of 2003, criminalizando el acto de
espiar a alguien sin su consentimiento. Canadá promulgó una ley similar a finales de 2005,
declarando al voyeurismo un delito sexual.
EE. UU. también penaliza esta práctica y en nueve estados del país hay leyes que castigan
específicamente el “video voyeurismo”, lo cual implica filmar a alguien sin su consentimiento
mientras se encuentra en situaciones privadas.
En el cine
En los años 80, Brian De Palma tocó el tema en Doble cuerpo (Body Double en original),
con Melanie Griffith de protagonista. En 1989 el cineasta francés Patrice Leconte mostró a un
voyeur enamorado en su film Monsieur Hire; protagonizado por una muy joven Sandrine Bonnaire y
Michel Blanc, en el papel de Monsieur Hire.
Recientemente, el director austriaco Michael Haneke mostró su perspectiva en “Caché”, una
producción franco-austriaca estrenada en el 2005.3
Sadismo
Masoquismo
Las sensaciones de orden, control y predecibilidad de los acontecimientos, contra los impulsos
propios y ajenos de naturaleza caótica.
El abandono temporal o permanente de las propias responsabilidades, sobre todo cuando éstas
resultan muy agobiantes, retornando a un estado "infantil" más libre dentro de su dependencia de
otros.
Ocasionalmente, reproducción y liberación de experiencias infantiles traumáticas, lo que refuerza
el elemento anterior.
El alivio de las sensaciones de culpa a través del castigo, que refuerza los dos elementos
anteriores, en caso de darse.
El efecto enteogénico y ansiolítico de las endorfinas, potentes opiáceos naturales segregados por
el cerebro como respuesta al dolor y el miedo, así como de otros mecanismos analgésicos
endógenos.
Los factores de intensa excitación sexual vinculados a estas actividades.
En algunos casos, la reivindicación del propio ser desde un papel de víctima sacrificada o
dispuesta.
La investigación científica ha revelado que podría existir un tipo particular de masoquistas por
razones exclusivamente fisiológicas, debido a un error de transcripción del gen SCN9A, que
codifica el canal de ión sodio Nav1.7 utilizado por el organismo para el control del dolor. Estos
masoquistas tendrían interés únicamente en la experiencia del dolor (algolagnia), sin los factores
psicológicos, aunque se cree que su propio desarrollo personal les conduce a distintas
manifestaciones del sadomasoquismo.
Uno de los masoquistas más conocidos de la historia fue el militar, aventurero y arqueólogo
inglés Lawrence de Arabia.
Con la publicación del DSM-IV, los agresores y asesinos sexuales quedaron categorizados en
los trastornos que causan sus actos (normalmente, alguna forma de trastorno antisocial de la
personalidad), mientras que los practicantes del sadomasoquismo pudieron reivindicarse como
personas con una afectividad diferente.
En 1954 la publicación de Historia de O, escrita por Pauline Réage, desató una sensación.
Historia de O es un relato de sumisión femenina total con una fuerte carga sadomasoquista, análoga
a la esclavitud. Muchísimos lectores y lectoras se sintieron profundamente identificados con tales
personajes.
No obstante, esta popularización trajo nuevas confusiones. Por ejemplo, bajo el mismo
paraguas BDSM coexisten personas que simplemente son fetichistas de los pies, del cuero o de los
tacones altos, por un lado, y los sádicos o masoquistas de alto nivel, por el otro, y unos y otros con
amantes de los juegos sexuales alternativos. Esta mezcla es, por lo general, enriquecedora, pero
causa constantes conflictos sobre la naturaleza del BDSM, los límites aceptables, la aceptación de
los switchs (más frecuentes entre sadomasoquistas) y el tipo de relación que cada persona desea.
En España, los datos de una encuesta de 1999 afirman que un 23% de los hombres y un 19%
de las mujeres admite haber realizado algún tipo de práctica BDSM, mientras que un 33 y un 45%,
respectivamente, tenían fantasías BDSM. Entre quienes lo practicaban, un 65% desarrollaban
relaciones de tipo dominación - sumisión (D/s), mientras que un 17 % se reconocían como
practicantes del sadomasoquismo. En cuanto a los roles, un 32% de los varones y un 11% de las
mujeres que practicaban BDSM y escogieron un rol en la encuesta, se consideraban prefentemente
dominantes, mientras que un 33% de los hombres y un 72% de las mujeres reconocían tendencias
fundamentalmente sumisas. Un 23 % y un 9 %, respectivamente, afirmaban sentirse switch.
MASOQUISMO SEXUAL
El masoquismo es una parafilia específica, y constituye uno de los pares parafílicos junto al
sadismo sexual de la erotización del dolor. La caracterización de la misma está dada porque el modo
preferido o exclusivo de producir excitación sexual es el hecho de ser humillado o atormentado, o de
participar intencionalmente de actividades en que se es lesionado físicamente o pone en peligro su
vida para sentir placer sexual. Hay sustitución del acto sexual coital por otro que produzca dolor.
El DSM IV [4] establece dos criterios para su diagnóstico:
B. Estas conductas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de actividad del individuo”.
La parafilia comienza en la infancia, y se debe a experiencias de violencia vividas en el
ámbito familiar, pero se manifiesta en forma de fantasías masturbatorias en la adolescencia y a
través de conductas en la edad adulta. Una vez que aparecen las conductas, suelen ser de curso
crónico, con periodos de mayor intensidad, vinculados con el estrés o simplemente con el paso del
tiempo, aunque puede estabilizarse sin incremento de la frecuencia por años. Otra característica es
que tiende a repetirse la misma conducta por años. Cuando ya no se conforma con conductas
menores y medianas, el aumento del dolor y la exposición al peligro puede ser mayor, poniendo en
riesgo la vida hasta perderla.
Los castigos reales pueden ser producidos por la pareja, con látigos, palos, picanas, cortes,
pinchazos y coscorrones o con cualquier objeto, hasta que la lesión mane sangre o simplemente
duela lo suficiente. También el masoquista se autocastiga en la flagelación, se pinchan con agujas,
se producen descargas eléctricas o se atan con alambres. La inmovilización o restricción de
movimientos para que uno se pueda escapar, puede ser de las muñecas y tobillos atados a la cama,
con vendajes en los ojos o no, todo lo cual implica sumisión a la pareja, que puede hacer lo que
quiera con él, aun matarlo.
Con frecuencia, tienen dificultades para encontrar parejas que consientan practicarle estas
conductas agresivas y entonces se autoagreden. Cuando encuentran parejas que les practican actos
humillantes o lesivos, lo que es un progreso para sus vidas solitarias y una posibilidad de salir de ese
encierro pesadillesco, éstas se horrorizan; pero luego consienten en practicarles pequeños actos que
son siempre insuficientes y piden cada vez más.
El campo de las parafilias suele despertar la curiosidad de los profanos, porque todos
rechazamos estas conductas raras y extravagantes. Pronto se descubre el lado siniestro, la soledad y
la búsqueda obsesiva del dolor donde debe reinar el placer, aparentemente incompatibles pero
indisolublemente unidas en el masoquismo sexual. Se diferencia el masoquismo sexual del
masoquismo como rasgo de personalidad. El masoquismo y el sadismo tiene como sinónimo la
algolagnia del griego “algos” (dolor) y “lagnia” (atracción patológica).
SADISMO SEXUAL
Se trata de una parafilia específica en que hay modificaciones del acto sexual por la
erotización del dolor, completando el par sadismo masoquismo, en que el placer obtenido proviene
del sufrimiento ajeno . En el DSM III [3] se utilizaban los siguientes criterios para su definición.
“Con una pareja que no consiente, el individuo ha infligido repetida e intencionalmente sufrimiento
psicológico o físico con objeto de obtener excitación sexual.
Con una pareja que sí consiente, el modo repetidamente preferido o exclusivo de obtener
excitación sexual combina la humillación o sufrimiento corporal simulado o ligero. Y tratándose
también de una pareja que consiente, se le han infligido lesiones corporales que son intensas,
permanentes o posiblemente mortales, con el objeto de obtener excitación sexual.”
En el DSM IV [4], el criterio diagnóstico es más explícito y exige dos condiciones.
Desde luego, hay grados. Desde quien evoca fantasías sádicas durante el acto sexual, en que
el sujeto controla totalmente a una víctima aterrorizada por la situación amenazante, pero que no las
lleva a cabo en la realidad, pasando por conseguir víctimas que consienten ser agredidas, a someter
contra su voluntad a personas para provocarles sufrimiento. Las fantasías pueden ser muy variadas,
ya que economizan la realidad, pero a veces los actos cometidos en la realidad son muy complejos y
truculentos.
Estos actos o fantasías sádicas pueden ser: inmovilizar físicamente a la víctima, atarla con los
ojos vendados a la cama o contra un objeto firme, darle una golpiza, azotarla, pincharla o perforar el
cuerpo con objetos punzantes, quemarla con cigarrillos, aplicarle descargas eléctricas, efectuarle
cortes, intentos de estrangulación, obligar a la víctima a arrodillarse, a comer excrementos,
encerrarla en una jaula y finalmente, el homicidio. La violación con penetraciones anales y
vaginales violentas y todos su prolegómenos forman parte de los actos sádicos posibles. Hay casos
en que se deben realizar cada uno de estos actos. Otros, se conforman con uno solo de estos actos,
por ejemplo, estrangular, sin intentar siquiera violar a la víctima. Basta con verla sufrir, disfrutar su
dominio total sobre ella o presenciar su agonía.
Un cierto monto de agresividad forma parte de las actividades sexuales normales, pero en el sadismo
sexual esta agresividad es excesiva y responde a otras causas.
Paidofilia: Consiste en la necesidad o las fantasías recurrentes de tener relaciones sexuales con
niños. Estos deben tener menos de 13 años, aunque muchos paidófilos sólo se sienten atraídos por
niños de una edad determinada. Al parecer, la atracción hacia las niñas es 2 veces más frecuente que
hacia los niños. Aquéllas pueden formare parte del círculo de amigos, familiares, o tratarse de las
propias hijas (incesto). La conducta del paidófilo varía desde el mero hecho de mirar y acariciar a su
víctima hasta forzarla a realizar cualquier tipo de práctica sexual. Hay que hacer el diagnóstico
diferencial con el retraso mental, los síndromes orgánicos de la personalidad, la intoxicación
alcohólica y la esquizofrenia.
Sadismo sexual: La excitación se obtiene a partir del sufrimiento físico o psicológico infligido a la
víctima, que puede consentir o no. Los medios usados son muy variados y dependen de la
imaginación del sádico. Debe diferenciarse de la violación, ya que, según los estudios, sólo el 10%
de los violadores disfrutan con el padecimiento de sus víctimas.
TRATAMIENTO:
El tratamiento de las parafilias es especialmente difícil. Las técnicas más utilizadas son las
modificación de conducta y, en casos graves, se ha recurrido a la administración de antiandrógenos.
Entre las causas que pueden explicar el poco éxito de los tratamientos es muy probable que
desempeñe un papel importante la falta de motivación del individuo para el cambio.
Conclusión:
La sexualidad es un elemento importante en la vida del individuo que debe explorarse en la historia
clínica. Sin embargo, sus connotaciones psicosociales hacen que sea un fenómeno complejo, difícil
de encuadrar en un marco de criterios operativos.
En el caso específico de los trastornos psicosexuales su abordaje es mucho más complejo y difícil,
rara vez se diagnostican en la clínica y la mayoría en el caso de los parafilicos se descubren a raíz de
conflictos con la justicia.
Los trastornos psicosexuales pueden manifestarse por una alteración de los cambios fisiológicos
propios de la respuesta sexual (disfunciones sexuales) y cuando la excitación sexual depende de
estímulos distintos a los que se consideran normales (parafilias).
La falta de información correcta sobre el sexo y, en su defecto, la existencia de una serie de mitos y
creencias erróneas constituye la base de la ansiedad que, en muchos individuos, se agrava por sus
características personales. De hay que una educación sanitaria que es uno de los roles esenciales de
la enfermería sea de vital importancia tanto para la prevención de las disfunciones sexuales y como
base para su tratamiento.
Para que nosotros como jóvenes tengamos un poco de responsabilidad sobre nuestra sexualidad creo
que es importante que nuestros padres nos orienten y nos den valores. Otra cosa que tambien a veces
influye es el ambiente en el que nos desarrollamos y la cultura de nuestra familia.
La sexualidad a llegado a ser de lo más normal, llegando al grado de que los hombres y mujeres se
cambien de sexo es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas conocido deja de
ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra cosa inmoral por que las personas
permiten que otras personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus partes intimas; y las
personas que ven esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la atracción sexual que siente un
adulto por los niños, el incesto es la practica de relaciones sexuales entre parientes; este tipo de
relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia el embarazo, el producto suele salir con
problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que se aman genuinamente o por que creen que
aman, cuando sucede esto ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar un poco de
inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que si tiene
sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces contraen enfermedades, o
las chavas simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo común en los adolescentes y jóvenes, que desde un punto de vista
psicológico no tiene nada de malo por que los jóvenes o adolescentes están experimentando con su
cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en la actualidad este tema ya es
conocido por varias personas y no provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella persona que se ama
y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta de acuerdo con la
ley, es decir, el vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto quedaría dentro de la
monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer; a diferencia de esto la poligamia es la
unión de una persona con varias personas mas y se divide en poliandria (matrimonio con varios
hombres) y poliginia (matrimonio con varias mujeres).
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